Revista: Chispas No.14 - Conafe

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chispazo
los colores del cielo al amanecer? ¿Alguna vez
has pensado en el olor de la yerbabuena, de la canela o el
¿Recuerdas
café? ¿Te gustan? ¿Qué piensas cuando saboreas tu fruta
favorita?
El mundo está lleno de sensaciones, de sonidos, aromas, colores
y texturas, todo nuestro cuerpo está hecho para sentir; apreciamos
la belleza del paisaje, no somos indiferentes al sonido de la lluvia, al
lienzo multicolor del arcoíris cruzando el cielo.
La gente siempre ha expresado lo que siente de muchas formas,
algunos toman un pedazo de madera y con sus manos expertas lo
convierten en un venado, en una flor que no se secará; otros, toman
una guitarra, un tambor, un violín y hacen nacer la música, llenan
el aire con ritmo y entonces el cuerpo se mueve, porque también
hay personas que aplauden, que ríen y se dejan llevar por los sonidos,
dándoles forma con su danza. Hay quien canta y llena el aire
con alegrías y tristezas que teje con la voz, otros pintan y captan la
realidad atrapándola con los ojos para reinventarla con un pincel,
con un lápiz, con carbón. Las letras también son buenas para decir
cosas, y de alguna manera pintarlas, hacer música con ellas, es
cuestión de dejarlas libres para que nos cuenten lo que quieran.
La poesía es una forma de decir lo que pensamos, lo que sentimos.
Somos capaces de escribir sobre cualquier cosa, y en ese
camino encontrar nuestra forma de mirar, de entender el mundo.
Te proponemos que lo intentes y que te hagas acompañar por tus
alumnos en ello. Cada uno de nosotros sabe de alegrías, dolores y
tristezas, los niños también; entonces, ya que sentimos, podemos
escribir sobre eso.
Salgan del salón y miren lo que hay alrededor, ¿qué colores encuentran?,
¿hay árboles?, ¿pueden mirar el horizonte o hay montañas
que se los impidan? Deja que las niñas y niños te digan lo que
ven, cada quien mirará de manera distinta, a cada uno le llamarán la
atención diferentes cosas; date cuenta de que no sólo vemos con los
ojos, pídeles que los cierren, que escuchen los sonidos que llegan a
sus oídos: ¿hay cantos de pájaros?, ¿el viento sopla?, ¿un avión cruza
el cielo?, ¿un gallo canta en la distancia? No dejen que se vaya nada,
guárdenlo en la memoria, pongan atención también a los olores y
a lo que les dice su cuerpo: ¿hace frío o calor? ¿sienten cansancio o
ganas de jugar?
Solicita a tus alumnos que escriban sobre lo que miraron, escucharon,
olieron y sintieron; los niños y niñas de nivel I
pueden hacer un dibujo; ayuda a los más pequeños
o a quien tenga dificultad, escribiendo lo
¡Vamos a
escribir Poesía!
que te platiquen. Después coméntenlo, siéntense en círculo (o como
quieran), dentro o fuera del salón, anímalos a que digan todo lo que
recuerdan, puedes empezar tú si es que ninguno de ellos quiere hacerlo,
trata de contar con todo detalle lo que percibiste, claro que
para ello es necesario que también hayas hecho un texto con la descripción
de tus sensaciones.
Ya todos tienen un escrito, y también han compartido en voz alta
lo que sintieron, colóquenlo en un lugar en el que lo puedan mirar, lo
utilizarán más adelante.
La poesía juega con las palabras para expresar sentimientos y puede
tener diferentes formas, a veces, las palabras al final de algunos
renglones, terminan igual, se dice entonces que riman, por ejemplo:
Canto negro. Nicolás Guillén
¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.
Algunas palabras riman, lee a tus alumnos el poema y pídeles que te
digan qué palabras terminan igual, luego, pregúntales si conocen el
significado de todas las palabras, si no lo saben, busquen un significado
ustedes: ¿qué imaginan que quiere decir? Ahora pregúntales
si creen que se puede cantar el poema: ¿cómo lo harían? ¡Inventen
un ritmo y anímense a cantar!
Hay poemas que no tienen palabras que terminan de la misma
manera o sea que no riman, sin embargo, pueden estar organizados
en pequeños renglones, estos, se llaman versos.
El rebozo de la noche*
Noche negra,
sacúdete el vestido,
riega los malos sueños
en el monte,
sólo déjate pintadas
las estrellas
y la luna.
Oscar Baños “El Chanejke”. Ex Instructor Comunitario
y colaborador del Conafe.
¿En qué se parecen los dos poemas que leyeron? Fíjate que ambos
están organizados en versos: ¿cuántos versos tiene cada uno? En
ocasiones los versos son muchos y es necesario separarlos unos de
otros, como en el siguiente poema: