Ventana Ciudadana
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C<br />
<strong>Ventana</strong> <strong>Ciudadana</strong><br />
Elecciones a 10 años de<br />
la Participación Popular<br />
Hace ya un mes que se realizaron<br />
las elecciones municipales<br />
y pudimos leer distintas<br />
interpretaciones sobre el<br />
proceso y los resultados de este evento.<br />
En este breve artículo quiero presentar<br />
una lectura enmarcada en la<br />
perspectiva de proceso y relacionada<br />
con los cambios y reformas estatales<br />
que vive el país desde la década pasada.<br />
Específicamente, busco leer las<br />
elecciones como parte del proceso de<br />
las reformas de Descentralización y<br />
Participación Popular.<br />
A primera vista, resulta obvio que<br />
unas elecciones municipales se encuentren<br />
relacionadas con las reformas<br />
que “crearon” los municipios, pero<br />
a momentos estas reformas<br />
parecen tan lejanas —por la dinámica<br />
de eventos y noticias en el país— que<br />
preferimos “descubrir” los elementos<br />
novedosos y dejar de lado una perspectiva<br />
de proceso. Contrariamente,<br />
plantearé dos ideas sobre cómo relaciono<br />
estos dos eventos y cómo, más<br />
allá de los resultados específicos, considero<br />
que las elecciones fueron un<br />
buen referente de evaluación de las<br />
reformas de hace 10 años.<br />
Primero, para relacionar reformas<br />
y efectos, cabe señalar que toda política<br />
pública y, más aún, toda política<br />
de reforma estatal, no cae en un espacio<br />
social vacío, sino que se implementan<br />
en espacios vivos, vitales, con<br />
cultura, historia, organizaciones e institucionalidades<br />
particulares. Por ello,<br />
toda política o reforma es resignificada<br />
a partir de las necesidades e historia<br />
de cada sociedad, y, si la reforma<br />
es asumida y apropiada por los<br />
actores sociales —que en sí ya es una<br />
señal de pertinencia de los cambios—<br />
la sociedad le imprime su propio sello<br />
y le “saca” los resultados por ella buscada,<br />
que no siempre coinciden con<br />
los objetivos de los “diseñadores” de la<br />
política. De tal manera que los efectos<br />
de las reformas no son lineales, sino<br />
que se diversifican y, lo más importante,<br />
al resignificarse dan lugar a<br />
otras reformas. Es decir que una reforma<br />
exitosa “desata” las fuerzas sociales<br />
y da lugar a nuevos cambios.<br />
Esa primera idea señala el marco<br />
en el cual interpreto la implementación<br />
de políticas y reformas públicas.<br />
Por otro lado, a partir de la perspectiva<br />
de proceso, las elecciones municipales<br />
pueden ser un espacio de evaluación<br />
de lo buscado con la Ley de<br />
Participación Popular. Como sabemos,<br />
dicha Ley tuvo como uno de sus<br />
objetivos el “...fortalecer los instrumentos<br />
políticos y económicos nece-<br />
JEAN PAUL GUEVARA ÁVILA*<br />
sarios para perfeccionar la democracia<br />
representativa, incorporando la<br />
participación ciudadana en un proceso<br />
de democracia participativa ...”.<br />
Si sólo observamos los resultados<br />
globales de las elecciones, más allá de<br />
las tendencias político partidarias, vemos<br />
que, en esta oportunidad, se incrementó<br />
el nivel de participación de<br />
las y los votantes —superando los niveles<br />
registrados en el referéndum, en<br />
las elecciones nacionales del 2002 y<br />
en las municipales de 1999— hasta<br />
alcanzar el 63%. Igualmente, se observa<br />
que, a partir de la desmonopolización<br />
de la representatividad de los<br />
partidos, en estas elecciones participaron<br />
350 agrupaciones ciudadanas y<br />
63 organizaciones de pueblos indígenas.<br />
Creo que se trata de una verdadera<br />
incorporación de la ciudadanía y,<br />
principalmente, de los sectores “in visibilizados”<br />
hasta el presente a espacios<br />
gubernamentales y de poder local.<br />
Además, contrariamente a<br />
muchas lecturas que auguraban una<br />
“disputa” entre agrupaciones ciudadanas<br />
y pueblos indígenas versus partidos<br />
políticos, las justas mostraron<br />
que son instancias complementarias<br />
que se utilizan a partir de los intereses<br />
de la gente y también, obviamente,<br />
de los partidos políticos.<br />
A partir de las oportunidades de<br />
participación directa, el 23% de los y<br />
las concejalas electas representa a<br />
agrupaciones ciudadanas o pueblos<br />
indígenas. Específicamente, los pueblos<br />
indígenas lograron la elección de<br />
105 concejales y concejalas en 60 municipios<br />
del país; alcanzando la elección<br />
directa de cinco alcaldes indígenas<br />
en el departamento de La Paz,<br />
tres en Oruro, dos en Potosí y uno en<br />
Santa Cruz, sin tomar en cuenta a los<br />
postulantes de pueblos indígenas que<br />
se hayan presentado por medio de<br />
agrupaciones ciudadanas o partidos.<br />
Estos datos muestran importantes<br />
avances en la participación y en<br />
la apertura de espacios democráticos<br />
para el ejercicio del poder y el gobierno<br />
local. Avances que cambiaron la<br />
estructura política del país y que<br />
alientan el proceso de cambios que<br />
tendrá un hito en la futura Asamblea<br />
Constituyente. Estoy seguro de que, a<br />
momentos, una perspectiva de proceso<br />
no es la más atrayente ni la más<br />
dinámica, y que el desarrollo acelerado<br />
de los eventos nos impide concatenarlos<br />
en el largo plazo; pero sin un<br />
enfoque sistémico será difícil aquilatar<br />
la profundidad de los cambios del<br />
tiempo histórico que nos tocó vivir.<br />
*es demógrafo.<br />
I ndependientemente<br />
Esta es una publicación quincenal, dedicada a la<br />
municipalización y la descentralización.Tiene el apoyo de Usaid. <strong>Ventana</strong><br />
MESA<br />
CIUDADANA<br />
VIERNES 7 DE ENERO DE 2005<br />
del embrollo creado en<br />
torno a la fecha de la “transmisión del mando”,<br />
días más o días menos, las 327 alcaldías<br />
inician un nuevo periodo de gestión con la instalación<br />
de los gobiernos locales elegidos el pasado<br />
5 de diciembre.<br />
El primer paso imprescindible y deseable es<br />
que el proceso de transición municipal culmine<br />
exitosamente, sino en todos, en la mayoría de<br />
los municipios.<br />
Eso significa que los gobiernos salientes entreguen<br />
la casa en orden, con los papeles al día y<br />
con toda la información disponible para que los<br />
nuevos comiencen su faena sin mayores contratiempos<br />
ni sorpresas.<br />
Implica también que los<br />
gobiernos entrantes prolonguen<br />
el espíritu democrático<br />
y la madurez ciudadana expresados<br />
en las urnas. Esto<br />
quiere decir que no se empantanen<br />
en peleas mezquinas,<br />
que sean capaces de<br />
construir consensos en base<br />
al pronunciamiento del voto<br />
y a la seriedad de las propuestas<br />
y no al repudiable<br />
“pasanaku” que se conoció<br />
antes en algunos lugares. Esto<br />
no siempre es fácil, especialmente<br />
cuando la dispersión<br />
del voto ha determinado<br />
la presencia de muchos partidos,<br />
agrupaciones ciudadanas<br />
o pueblos indígenas, en<br />
algunos casos incluso con sólo<br />
un representante de cada<br />
uno de ellos en los concejos<br />
municipales.<br />
La transición es, por tanto, un paso inicial imprescindible<br />
y en cuanto sea más ordenada y<br />
transparente, se habrá sentado las bases de un<br />
auspicioso comienzo de una nueva gestión de<br />
cinco años. El trabajo en serio y los grandes desafíos<br />
vienen inmediatamente después.<br />
Luego de un decenio de logros y problemas,<br />
el proceso de municipalización iniciado en abril<br />
de 1994 con la Ley de Participación Popular, ha<br />
ingresado a una etapa de madurez. Ya no hay<br />
pretextos posibles ni explicaciones facilonas para<br />
justificar las deficiencias. Es la hora de corregir<br />
desaciertos y enmendar errores. El inicio de una<br />
nueva gestión es una magnífica oportunidad pa-<br />
ra transitar por nuevos rumbos, en los que se recojan<br />
y desplieguen los avances conseguidos,<br />
que son muchos y muy significativos. Pero, a la<br />
vez, no son pocas las distorsiones y fallas que deben<br />
enfrentarse implacablemente.<br />
—Requisito indispensable es la estabilidad<br />
política, fruto de la concertación entre actores<br />
diferentes que incluso tienen intereses diferentes,<br />
pero que pueden y deben encontrar puntos de<br />
acuerdo.<br />
—La administración municipal necesita ser<br />
más eficiente. Los aprendizajes efectuados hasta<br />
el momento deben tomarse en cuenta y no inventar<br />
la pólvora de nuevo en cada ocasión.<br />
—El Diálogo Nacional “Bolivia Productiva” ha<br />
permitido fijar estrategias<br />
para avanzar en el desarrollo<br />
económico local. Ahora son<br />
las acciones concretas las<br />
que están a la orden del día<br />
en todos los niveles y, en primer<br />
lugar, en los municipios.<br />
—La fiscalización es un<br />
mandato obligatorio de todos<br />
los concejales y concejalas,<br />
tanto los de la mayoría<br />
que apoyan al alcalde, como<br />
los de la oposición. Cometeríamos<br />
una gravísima omisión<br />
si erradamente creyéramos<br />
que la misión de<br />
fiscalizar es tarea exclusiva<br />
de las minorías opositoras.<br />
—El control social, que<br />
también debe mejorar y perfeccionarse,<br />
es la otra punta<br />
de la tenaza que, junto a la<br />
fiscalización del órgano público<br />
y de manera coordinada, tienen que apretarle<br />
el cuello a la corrupción.<br />
-Se han creado 13 nuevos municipios a través<br />
de un largo procedimiento legal y con justificaciones<br />
valederas. Sin embargo, ¿cuándo desaparecerán<br />
o se fusionarán aquellas secciones municipales<br />
sin ninguna viabilidad, creadas artificial<br />
y caprichosamente en épocas pasadas? ¿O por<br />
lo menos cuándo se asociarán obligatoriamente<br />
en mancomunidades como manda la ley?<br />
He ahí algunos temas de agenda para los nuevos<br />
tiempos municipales que comenzamos a vi-<br />
vir.<br />
Opinión<br />
Nuevo año, nueva gestión,<br />
nuevos desafíos<br />
<strong>Ciudadana</strong><br />
ventana@la-razón.com<br />
CARLOS SORIA GALVARRO T.*<br />
EL INICIO DE UNA NUEVA<br />
GESTIÓN ES UNA MAGNÍFICA<br />
OPORTUNIDAD PARA<br />
TRANSITAR POR NUEVOS<br />
RUMBOS, EN LOS QUE SE<br />
RECOJAN Y DESPLIEGUEN<br />
LOS AVANCES<br />
CONSEGUIDOS, QUE<br />
SON MUCHOS Y MUY<br />
SIGNIFICATIVOS.<br />
Juan Carlos Rocha<br />
DIRECTOR DE LA RAZÓN<br />
Grover Yapura<br />
JEFE DE REDACCIÓN DE LA RAZÓN<br />
Patricia Cusicanqui<br />
RESPONSABLE<br />
*es coordinador del Proyecto Enlared<br />
Municipal de la FAM-Bolivia.<br />
CONSEJO EDITORIAL<br />
Delina Otazú<br />
Rafael Velásquez<br />
Cristina Methfssel<br />
Carlos Soria