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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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enfermo que rara vez marchaba con sus tropas, y que no se preocupaba por limitar o<br />

castigar los <strong>de</strong>smanes <strong>de</strong> las mismas. Su lugarteniente, un tal Ayora, era cruel y<br />

codicioso. Tan pronto como llegaron a Santa María, muchos <strong>de</strong> los expedicionarios<br />

enfermaron, al tiempo que Ayora <strong>de</strong>struía la labor diplomática <strong>de</strong> Balboa enemistándose<br />

a los indios. Cuando algunos caciques le trajeron comida, y le hicieron fiesta, Ayora los<br />

hizo prisioneros y los mató porque no le trajeron suficiente oro. Muchos indios fueron<br />

repartidos en encomienda. Finalmente, todos los indios vecinos huyeron y se<br />

escondieron. Los españoles saquearon sus bohíos y robaron sus cosechas. Pero pronto<br />

empezaron a pasar hambre. Ningún español se atrevía a salir <strong>de</strong> Santa María sin un fuerte<br />

contingente armado, porque los indios los atacaban. Cuando salían en fuerza, los indios<br />

se escondían.<br />

Se dice que más <strong>de</strong> quinientos españoles murieron, muchos <strong>de</strong> ellos <strong>de</strong> hambre. La<br />

prometedora Castilla <strong>de</strong>l Oro se había tornado un infierno.<br />

El obispo Quevedo, que había venido con autoridad <strong>de</strong> veedor, <strong>de</strong>cidió regresar a<br />

España con intención <strong>de</strong> informar al Rey <strong>de</strong> los malos manejos <strong>de</strong> Pedrarias y sus<br />

lugartenientes. Muchos otros insistían en sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> partir para Cuba o La Española.<br />

Dada la escasez <strong>de</strong> víveres, el gobernador no pudo sino <strong>de</strong>jarlos ir. Entre los que<br />

partieron se contaban los misioneros franciscanos enviados en la expedición, que<br />

<strong>de</strong>cidieron marcharse a La Española tanto porque no veían posibilidad alguna <strong>de</strong> éxito en<br />

su empresa como en señal <strong>de</strong> protesta contra lo que estaba teniendo lugar. Balboa, que<br />

estorbaba a Pedrarias, fue enviado en una misión sin sentido [<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 191] hacia el<br />

Mar <strong>de</strong>l Sur. El aventurero salió, aunque <strong>de</strong> mala gana, y confiado en que cuando la corte<br />

recibiera noticias <strong>de</strong> lo que sucedía Pedrarias sería <strong>de</strong>stituido. Pero el Gobernador logró<br />

interceptar algunas <strong>de</strong> sus comunicaciones dirigidas a sus partidarios en España, lo acusó<br />

<strong>de</strong> traidor, y en 1519 lo hizo ejecutar. Fue entonces, en parte por borrar la memoria <strong>de</strong>l<br />

explorador, que Pedrarias marchó hacia el Mar <strong>de</strong>l Sur, tomó posesión <strong>de</strong> él <strong>de</strong> nuevo<br />

como si Balboa nunca hubiera estado allí, y fundó en sus costas la ciudad <strong>de</strong> Panamá.<br />

Por largo tiempo la antes prometedora Castilla <strong>de</strong>l Oro resultó ser una pesadilla para<br />

los colonizadores españoles, hasta que, con la conquista <strong>de</strong>l Perú, se volvió importante<br />

puente entre los dos océanos.<br />

Hacia Centroamérica<br />

Aparte las visitas a las costas centroamericanas por parte <strong>de</strong> Colón y <strong>de</strong> otros<br />

navegantes, la primera exploración <strong>de</strong> ese territorio fue la <strong>de</strong> la expedición <strong>de</strong> Gil<br />

González Dávila, en 1522, bajo la jurisdicción <strong>de</strong> Pedrarias Dávila. Lo acompañaba el<br />

sacerdote Diego <strong>de</strong> Agüero, que fue el primer sacerdote en visitar el interior <strong>de</strong> Costa<br />

Rica y Nicaragua. Según una cuenta <strong>de</strong>tallada, se bautizaron en esa expedición 9.287<br />

indios, aunque en su informe al Rey (a la sazón Carlos V) Gil González habla <strong>de</strong> 32.000<br />

conversos. En todo caso, <strong>de</strong> la profundidad <strong>de</strong> tales conversiones podrá el lector hacerse<br />

una i<strong>de</strong>a con sólo tener en cuenta que en la provincia <strong>de</strong> Guanacaste, en territorios <strong>de</strong>l<br />

cacique Nicoya, se bautizaron 6.063 personas tras diez días <strong>de</strong> enseñanza cristiana.<br />

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