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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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económicamente provechoso <strong>de</strong> hacerse <strong>de</strong> esclavos era navegar por las costas y hacer<br />

cautivos <strong>de</strong> cualesquiera indios que cayeran en sus manos. En teoría, sólo era lícito<br />

esclavizar a los indios tomados en “guerra justa”. Pero las autorida<strong>de</strong>s sabían que las<br />

colonias no podían subsistir sin el trabajo <strong>de</strong> los esclavos, y por tanto siempre fue posible<br />

encontrar alguna razón para justificar las excursiones <strong>de</strong> los traficantes.<br />

Otro modo <strong>de</strong> satisfacer la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> esclavos fue traerlos <strong>de</strong> Africa. Los indios<br />

comenzaron a internarse más en el territorio, y por ello su captura se hacía difícil.<br />

A<strong>de</strong>más, una vez traídos a las plantaciones y los ingenios, siempre soñaban con regresar a<br />

los suyos, y les era relativamente fácil <strong>de</strong>saparecer en la maleza. Los africanos, por otra<br />

parte, provenían <strong>de</strong> climas semejantes a los <strong>de</strong>l Brasil, pero no tenían los contactos con<br />

las tribus <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong> que gozaban los indios, y por tanto se les hacía más difícil<br />

escapar.<br />

A<strong>de</strong>más, algunos misioneros, en sus esfuerzos por <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r a los indios, estimularon<br />

el tráfico <strong>de</strong> esclavos africanos. Y a todo esto se añadió la relativa facilidad con que los<br />

barcos negreros podían atravesar el Atlántico <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Congo, Angola o Guinea. Luego,<br />

pronto se sumó a los portugueses y a los indios un fuerte número <strong>de</strong> esclavos negros. La<br />

vida <strong>de</strong> aquellos primeros colonos era licenciosa y <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>nada. Muchos tenían varias<br />

concubinas indias, y algunos contaban con <strong>de</strong>cenas <strong>de</strong> ellas.<br />

Algunas <strong>de</strong> estas mujeres eran esclavas, y otras les habían sido dadas por sus padres a<br />

los portugueses en señal <strong>de</strong> amistad. Los pactos sellados <strong>de</strong> ese modo se utilizaban para<br />

incitar a las tribus amigas a luchar contra los franceses o contra otras tribus, las más <strong>de</strong><br />

las veces para adueñarse <strong>de</strong> sus tierras y sus personas.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 246] La colonia real<br />

Aquel régimen sin ley no podía durar largo tiempo, sobre todo por cuanto las dos<br />

capitanías que habían tenido éxito resultaban en extremo lucrativas. Tanto para establecer<br />

el or<strong>de</strong>n como para adueñarse <strong>de</strong> mayores riquezas, en 1549 el Rey hizo <strong>de</strong>l Brasil una<br />

colonia real, y les compró sus <strong>de</strong>rechos a los donatarios. Junto al primer gobernador,<br />

Tomé <strong>de</strong> Sousa, llegaron los primeros jesuitas, bajo la dirección <strong>de</strong> Manuel da Nóbrega.<br />

Poco <strong>de</strong>spués, en 1551, Julio III nombró al primer obispo <strong>de</strong>l Brasil, Pero Fernan<strong>de</strong>s<br />

Sardinha. Ese primer gobernador resultó ser una persona hábil, que rigió los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong><br />

la colonia durante cuatro años, manteniendo la concordia con los indios vecinos y<br />

asegurándose <strong>de</strong> que el po<strong>de</strong>r real fuera obe<strong>de</strong>cido en todas las capitanías, y no sólo en<br />

Salvador (Bahía), don<strong>de</strong> estableció su capital.<br />

El obispo resultó ser menos sabio. Pronto se ganó la enemistad <strong>de</strong> los colonos, y no se<br />

ocupaba para nada <strong>de</strong> los indios. Los conflictos con el gobernador no se hicieron esperar,<br />

y el obispo <strong>de</strong>cidió partir para Portugal a llevarle sus quejas al Rey. Pero naufragó, y él y<br />

sus acompañantes fueron muertos y comidos por los indios.<br />

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