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Vol. 2, Page 99 - Colegio de Capellanes de Venezuela

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expulsar a los escoceses, se supo que Carlos trataba <strong>de</strong> [<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 288] aliarse a ellos.<br />

Pero los escoceses, que eran calvinistas, sabían que el Parlamento inglés les era mucho<br />

más afín que el Rey, y por ello las gestiones <strong>de</strong>l soberano fracasaron. Por la misma época,<br />

los católicos irlan<strong>de</strong>ses se rebelaron, y no faltó en el Parlamento quien acusara a la Reina<br />

<strong>de</strong> alentar la insurrección. En vista <strong>de</strong> la duplicidad, tanto real como supuesta, <strong>de</strong> los<br />

soberanos, los protestantes más radicales se unieron en un bando <strong>de</strong>cidido a limitar<br />

todavía más el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la corona. Los obispos, como miembros <strong>de</strong> la Cámara <strong>de</strong> los<br />

Lores, eran el principal apoyo <strong>de</strong> Carlos en el Parlamento. Pero la Cámara <strong>de</strong> los<br />

Comunes inició proceso contra varios <strong>de</strong> ellos. Cuando los obispos trataron <strong>de</strong> acudir a<br />

las reuniones <strong>de</strong>l Parlamento, el pueblo <strong>de</strong> Londres se amotinó y les impidió el acceso a<br />

la asamblea. Alentados por tales éxitos, los más radicales entre los puritanos anunciaron<br />

que preparaban un proceso contra la Reina, a quien acusaban <strong>de</strong> haber causado los<br />

<strong>de</strong>sór<strong>de</strong>nes en Irlanda.<br />

Esas medidas extremas comenzaban a producir una reacción contra los puritanos.<br />

Entre los lores, muchos pensaban que era hora <strong>de</strong> restaurar la normalidad. Quizá si Carlos<br />

hubiera sido más comedido y paciente, el tiempo le hubiera dado la victoria. Pero el Rey<br />

perdió los estribos. Acusó ante la Cámara <strong>de</strong> los Lores a los principales jefes <strong>de</strong> los<br />

Comunes, pero la cámara alta rechazó la acusación. Cuando el Rey or<strong>de</strong>nó el arresto <strong>de</strong><br />

los acusados, los parlamentarios se negaron a entregarlos. Al día siguiente un contingente<br />

militar enviado por el Rey para arrestar a los acusados encontró que habían huido y<br />

tomado refugio en Londres, don<strong>de</strong> se volvieron a reunir para continuar sus sesiones.<br />

Des<strong>de</strong> allí el jefe <strong>de</strong> los rebel<strong>de</strong>s, John Pym, gobernaba como “rey sin corona”. Perdida la<br />

capital, el Rey se retiró a sus palacios <strong>de</strong> Hampton Court y Windsor.<br />

[<strong>Vol</strong>. 2, <strong>Page</strong> 289] La Cámara <strong>de</strong> los Comunes propuso entonces una ley que excluía<br />

a los obispos <strong>de</strong> la Cámara <strong>de</strong> los Lores. Esta accedió, el Rey no pudo poner reparos, y<br />

los prelados fueron expulsados. De ese modo comenzaba un proceso que iría excluyendo<br />

<strong>de</strong>l Parlamento a los elementos opuestos al puritanismo, y que por tanto le daría a la<br />

asamblea un carácter cada vez más radical. Por fin, el Parlamento dispuso que se<br />

reclutara una milicia. Puesto que esas tropas estarían bajo el mundo <strong>de</strong>l Parlamento, y no<br />

<strong>de</strong>l Rey, éste <strong>de</strong>cidió que había llegado el momento <strong>de</strong> tomar acción <strong>de</strong>cisiva. Reunió las<br />

tropas que pudo, <strong>de</strong>splegó su estandarte y se preparó a luchar contra las milicias<br />

parlamentarias. Los conflictos entre la corona y el Parlamento habían llevado por fin a la<br />

guerra civil.<br />

La guerra civil<br />

Tanto el Rey como el Parlamento se <strong>de</strong>dicaron inmediatamente a reclutar sus tropas.<br />

Carlos encontró su principal apoyo entre los nobles. El Parlamento, por su parte, reclutó<br />

sus soldados especialmente entre las clases que más habían sufrido durante los últimos<br />

años. Los jornaleros y los <strong>de</strong>sempleados fueron el grueso <strong>de</strong> ese ejército, al que se<br />

sumaron los comerciantes, que buscaban mayores concesiones, y varios nobles que<br />

habían tomado el partido <strong>de</strong> los comerciantes. La fuerza <strong>de</strong> Carlos estaba principalmente<br />

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