Parte 4 - 32- 40

“Escuché la voz
del señor, que
decía:
“¿ A quién
enviaré?
¿Quién irá por
nosotros?”
Constesté:
“Aquí estoy,
mándame””
Is. 6,8
Heider Valencia, Jhon Alexander Giraldo, Sebastián Cadavid,
Padre Gabriel Jaime Gómez (Director), Jorge Andrés Ramírez,
Ferney Zapata, Andrés Arboleda, Andrés Felipe Franco.
Camilo Carvajal, Esteban Montoya,
Daniel Agudelo, Eduar Franco, Felipe Rua, Miguel Sánchez, 2°
Diego Gómez, Yeferson Valencia FILOSOFÍA
Eduard Quinchía, Sergio Zapata, Juan Pablo Arenas,
Jaime Córdoba
Luis Felipe Saldarriaga, Diego Alexander Betancur,
Arley de Jesús Bedoya
3°
FILOSOFÍA
1°
TEOLOGÍA
PROPEDÉUTICO
Edison Betancur, Jeisson Marín, Andrés Jaramillo,
William Rios, León Carvajal, Yahir Mira,
Fabián Echeverri, Jhon Felipe Restrepo,
Jahirton Mazo, Daniel Pérez
Jorge Luis Castro,
Jhon Edison Arismendy
Diáconos Jorge Alberto Márquez,
John Jairo Jiménez y Omar Restrepo
22 23
3°
TEOLOGÍA
AÑO DE
EXPERIENCIA
PASTORAL
4°
TEOLOGÍA
2°
TEOLOGÍA
“Ahora te
seguimos de
todo corazón
Señor,
te respetamos, y
buscamos tu
rostro”.
Dn.3,41

MONS. ARCESIO
HOYOS GÓMEZ
P. ADULFO
SALAZAR
P. EDGAR IVÁN
RIVERA
Nuestro
Presbiterio
MONS. NICOLÁS
MEJÍA VALENCIA
P. AUGUSTO
JAVIER BERMÚDEZ
P. ELKIN FABIÁN
CANO QUIROZ
MONS. PEDRO
QUINTERO
P. CARLOS ANDRÉS
CATAÑO LOPERA
P. ESTEBAN DE JESÚS
PIEDRAHITA
P. ABELARDO
ANTONIO MUÑOZ
P. CONRADO
HENAO CARDONA
P. FREDY ALONSO
JARAMILLO MEJÍA
P. GABRIEL JAIME
GÓMEZ GUTIÉRREZ
P. HERNÁN DARÍO
ÁLVAREZ HOLGUÍN
P. IGNACIO
MONTOYA
P. JHON JAIME
ACEVEDO
P. GABRIEL
URREGO
P. HERNANDO
MUÑOZ
P. IVÁN
TOBÓN ZAPATA
P. JOHN JAIRO
YEPES PÉREZ
23 24
P. GUILLERMO
ARGIRO MONTOYA
P. HUGO ALBERTO
CORREA MOLINA
P. JAIME ALBERTO
CATAÑO
P. JORGE NELSON
ROBLEDO CORREA
P. HÉCTOR HERNÁN
ACEVEDO PUERTA
P. HUMBERTO
HINCAPIÉ
P. JAIME ALBERTO
MACHADO QUINTERO
P. JUAN DAVID
OCHOA VILLA

P. JUAN DE DIOS
ARIAS CARDONA
P. JULIO CÉSAR
LÓPEZ MUÑOZ
P. LUIS CARLOS
GONZÁLEZ
P. NELSON EUGENIO
PULGARÍN
P. JUAN GUILLERMO
GÓMEZ VALENCIA
P. JULIO CÉSAR
SALAZAR ALZATE
P. LUIS HERNANDO
SALAZAR
P. NÉSTOR ANDRÉS
MEJÍA
P. JUAN PABLO
CARMONA
P. LUIS ALBERTO
ZAPATA ARIAS
P. MARCO TULIO
SUÁREZ
P. OMAR
ABAD MARÍN
P. JULIÁN ALBERTO
MORALES
P. LUIS ÁNGEL
GALVIS LOAIZA
P. MARIO
ALEXANDER TAPIAS
P. ÓSCAR DARÍO
RINCÓN OSORIO
P. OSCAR OSWALDO
CALDERÓN
P. VÍCTOR
MANUEL RIVERA
P. JAIME
GONZÁLEZ
P. DIEGO EDISON
ZAPATA OCAMPO
P. ELKIN DE JESÚS
CORTÉS
P. PEDRO NEL
TORRES VALENCIA
P. VÍCTOR UBEIMAR
GUTIÉRREZ
P. FRANCISCO
SALDARRIAGA
P. NICOLÁS
P. WALTER
MÁRQUEZ
25 26
P. RAÚL
ATEHORTÚA
P. WILSON DARÍO
SUÁREZ RÍOS
P. RAMIRO
VANEGAS
P. WILSON
RUÍZ
P. IVÁN
JIMÉNEZ
P. URIEL HENAO
CARDONA
P. HÉCTOR
P. JACINTO
CEBALLOS
P. DUVÁN
AGUDELO

El Sacerdocio
Brota del
Corazón de Cristo
Cuando me pidieron el favor de
escribir un artículo con motivo
de las Bodas de plata de mi
diócesis de Girardota, sin dudar
un momento respondí: Sí, con
mucho gusto.
Lo primero que se me ocurrió
fue lo que tantas veces decía mi
primer obispo y compañero
desde el seminario menor Óscar
Ángel Bernal: “El seminario es
el corazón de la diócesis y la niña
de mis ojos”. También pensaba
yo en el sentido de su lema como
obispo: “Hasta que Cristo se
forme en ustedes” (Gál 4, 19).
Pero sobre todo pensé que este
mensaje podría ser un fruto de
mis 23 años de acompañamiento
espiritual en el seminario mayor
de Girardota.
Por todo esto, pues, quiero entrar
en materia acerca de lo que se me
ha pedido.
Un autor espiritual decía que
cuando hablamos del sacerdocio
deberíamos hacerlo de rodillas y
con un corazón contemplativo,
p u e s t o q u e p a r a p o d e r
e n t e n d e r l o t e n e m o s q u e
ascender hasta el santuario
mismo de la Santísima Trinidad,
culmen de la divinidad, para
descender de nuevo hasta
nuestra frágil humanidad.
Es el discípulo amado el que nos
da esta hermosa experiencia: “En
el principio ya existía el Verbo, y
el Verbo estaba en Dios, y el
Verbo era Dios. Él estaba en el
principio en Dios. Y por medio
de Él Dios hizo todas las
cosas… En él estaba la vida, y
ésta vida era la luz para los
hombres… Y para eso el Verbo
se hizo carne; y habitó en medio
de nosotros; y nosotros hemos
visto su gloria, que es la gloria
del Hijo único del Padre. (Jn 1,
1-14).
Y el que le dijo: “Tú eres mi
Hijo, yo te he engendrado hoy
(Sal 2), es el mismo que le dice:
“Tú eres Sacerdote eterno…
(Hb 7, 17). Y ese Verbo fue
consagrado Sacerdote por el
Espíritu Santo en el vientre de
la Inmaculada Virgen María
cuando pronunció el Fiat para
decir que sí aceptaba este
proyecto de Dios sobre ella. En
ese mismo instante, el que
existía desde siempre, fue
Pbro. Marco Tulio Suárez
constituido Mediador entre
Dios y los hombres para
glorificar a su Padre y redimir a
la humanidad mediante el
único sacrificio de la cruz. Así,
este sacrificio sacerdotal de
Cristo se realiza desde el
momento de la Encarnación y
tiene su punto culminante en el
misterio pascual. De esta
manera, lleva a plenitud el
sacerdocio y el sacrificio de
todas las religiones naturales y
en especial del Antiguo
Testamento. Consiste en una
caridad permanente que se
manifiesta en obediencia total al
Padre desde el momento de la
encarnación hasta la muerta en la
cruz y su glorificación (Flp 2, 5-
7).
Aquí lo reconocemos ya como el sumo y
eterno sacerdote y víctima, de cuyo
sacerdocio podemos participar de modo
tan misterioso y sublime los que hemos
sido llamados para ejercer el ministerio
sacerdotal por la oración consecratoria y
la imposición de manos del obispo, así
como los apóstoles fueron llamados y
consagrados por Jesús para enviarlos
como sus misioneros por todo el mundo.
Ahora sí podemos entender lo que tantos
escritores espirituales y varios santos
más quieren decir acerca de la dignidad
sacerdotal. Por ejemplo, el santo cura de
Ars: “si el sacerdote conociera su gran
dignidad moriría al instante, no de
temor, sino de amor”. San Ignacio de
Antioquía: “el sacerdocio es la dignidad
suprema de todas las dignidades
creadas”. San Efrén lo llama: “dignidad
sublime”. San Juan Crisóstomo; “el
sacerdocio, aunque se ejerce en la tierra,
es una labor celestial”.
Casiano dice: “el sacerdocio está más
alto que todos los poderes de la tierra; el
sacerdote en sus labores sacerdotales no
es una persona corriente, sino un
representante directo de Cristo, y que en
el momento de la consagración y de la
administración de los sacramentos, aún,
los sacerdotes indignos y pecadores,
siguen recibiendo poderes especiales de
Cristo”. Juan Pablo II: “Recordemos que
n u e s t r o s a c e r d o c i o e s u n a
superabundancia de la misericordia
divina, un regalo absolutamente
gratuito, a pesar de nuestros pecados, y
que Jesús, como a Pedro, nos perdona
nuestras negaciones, y nos manda que
nos dediquemos a pastorear las ovejas de
su rebaño”. San Bernardino de Siena,
comparándolo con la santísima virgen,
decía: “Tú trajiste al Redentor una sola
vez a la tierra, y en cambio el sacerdote
lo hace venir cada vez que celebra la
santa misa. ¡Qué honor maravilloso, qué
poder impresionante! Si a los sacerdotes
del Antiguo Testamento, que ofrecían
víctimas en el altar, la biblia les exigía
que fueran santos, cuánto más santo
debería ser el sacerdote del Nuevo
Testamento que ofrece el Cordero de
Dios que borra el pecado del mundo”.
Vivir el sacerdocio de Cristo implica,
27 28
pues, una doble dimensión: hacia Dios y hacia los
hombres. En lo referente a Dios se necesita una actitud de
fidelidad y obediencia, de entrega y de contemplación. El
discípulo amado nos trae el ejemplo del sumo sacerdote
después de la cena del jueves santo: “Padre, ha llegado la
hora… Yo te he glorificado aquí en el mundo y he
terminado lo que me mandaste hacer” (Jn 17, 4). Hacia los
hombres, todo para el hombre, como el Redentor, en una
actitud de misericordia y de servicio, de testimonio y de
solidaridad fraterna. En la carta a los Hebreos lo que viene
a iluminarnos en esta dimensión: “holocaustos y
sacrificios por los pecados, no los quisiste, ni te
agradaron… entonces dije: He aquí que vengo para hacer,
oh Dios, tu voluntad” (Hb 10, 7-9).
Actitud de servicio, decía el papa Francisco en la fiesta de
san José obrero: “El verdadero poder es el servicio que
tiene su culmen luminoso en la cruz. Y cada día como algo
nuevo. No debemos temer a lo nuevo, a la novedad de cada
día, se necesita una entrega generosa y personal, no
debemos tener miedo de custodiar, ni de la bondad, aún
más, ni siquiera de la ternura. No nos dé miedo de ese
servicio humilde, secreto, rico de fe, para como san José,
poder abrir los brazos para custodiar a todo el pueblo de
Dios y acoger con afecto y ternura a toda la humanidad,
especialmente los más pobres, los más débiles, los más
pequeños. Sólo el que sirve con amor sabe custodiar con
mirada de ternura y de amor”.
Pbro. Marco Tulio Suárez Arbeláez.

La Santa Iglesia
Catedral de Girardota
P. Diego Alberto Uribe
Desde el lejano 1620 se fue configurando en la serena colina del norte del en su novela El Zarco, fue
valle de Aburrá que hoy ocupa Girardota un pequeño poblado en el que se demolida, quedando sólo
fundaron unas capellanías con los títulos de San Esteban y San Diego, en el recuerdo de su espadaña
las que se evangelizaba a los habitantes de los entonces llamados Hatos. revivida en San Esteban de
En San esteban vivían y ejercían los párrocos de Hatogrande, y la lejana
Copacabana, según consta en los libros parro- memoria de su huertecito
quiales. También aparece en aquel siglo con cipreses en el que
XVII la pequeña Iglesia de Nuestra Seño- hallaron sepultura los viera
del Rosario, una capillita familiar
en la que se veneraba una también
jos girardotanos.
antigua imagen de la Virgen con mas- En esa Iglesia ejerció de
carilla metálica de rasgos indudable- sacristán el hoy Beato
mente sevillanos y no quiteños, Mariano de Jesús, en esa
como se suele pensar. Iglesia fue bautizado Mon-
Allí convivieron la venerable devo- señor Manuel José Sierra y
ción de la Virgen del Rosario y la tantísimos hijos de Girararchicofradía
de la Dolorosa que dota, entre quienes figuran
son de la Colonia y, obviamen- con honrosa memoria algute,
el santuario del Señor nas de las co-fundadoras de
Caído pedido a Quito a finales la obra misionera de Santa
del siglo XVIII y que fue de Laura Montoya Upegui,
del célebre padre Manuel que también tuvo aquí
de Londoño y Molina que parentela. La ruina de una
fue quien lo trajo a la capi- de las sacristías de aquella
lla de Hatogrande. venerada Iglesia encendió
la alerta, por lo que se deci-
Pasando el tiempo, en la dió construir una nueva
monotonía colonial
propia de un pue-
Iglesia.
blecito sencillo, Por aquellos tiempos
se edificó una (1892) estaba en Medellín,
C a p i l l a d e contratado para edificar la
mejores pro- Catedral Diocesana un
porciones, en joven arquitecto francés
la que en 1833 llamado Charles Emile
se erigió la Carré, cuyo sesquicentena-
Parroquia y rio celebramos este año
q u e , c o m o
l a m e n t a b a
T o m á s
Carrasquilla
(1863-1909). Los Girardo-
tanos en la cima del gusto,
le pidieron al Arquitecto
los planos para la hoy Cate
dral Diocesana. La Iglesia en los primeros. A los diez años Allí, luego se puso su sepulsu
arquitectura responde a los de la Reforma Liturgica Con- cro junto al camarín del Carcánones
del románico nor- ciliar, se le proveyó con la men donde hoy está el Sagramando.
Sobriedad, majestad, mesa sacrificial para el altar. rio. Allí recibió la ordenación
simplicidad, son las notas Por fortuna conserva obras de episcopal el segundo Obispo,
fundamentales. El ladrillo a arte tan bellas como el Bautis- Mons. Héctor Salah Zuleta.
la vista inmortaliza la alfare- terio, el Comulgatorio y el Allí, bajo la solemne simpliría
elevándola al místico nivel Púlpito. Tuvo en otro tiempo cidad de recinto, han sido
de la alabanza hecha casa de un precioso órgano Balbiani, ungidos los sacerdotes de la
Dios y de su pueblo. Se esco- en total deterioro hoy. Diócesis Girardotana que
gió una planta basilical a tres ahora llega a sus bodas de
naves, con alto crucero y con En su torre Siguen marcando plata. Hacia Ella mira el altar
ábside. Una alta torre (que en fiestas y duelos, gozos y espe- del Seminario y la oración
algún momento fue, con la de ranzas unas campanas italia- unciosa del Carmelo.
la Catedral Palmireña una de nas, una de ellas guarda ahora
las más altas del país), le sirve silencio, porque se ha cansa- Allí canta a la vida el pueblo
de campanario. do de tocar a muerto o de anun- que fue modelado por Dios
ciar la vida con cadenciosa con el mismo barro del que
Para su decoración en már- tonada. Los vitrales aquí son está hecha la Casa Santa, la
moles preciosos ( blanco de temáticos: son los misterios Catedral sublime que sabe de
Carrara, Rosso di Verona, del Rosario: los quince de plegarias, lágrimas y alaban-
Giallo di Siena, verde, gris, otro tiempo a los que se añade zas que hacen eterno el milatravertino
dorado) se pidió a la última cena y el tríptico de gro de la misericordia ofreci-
Italia lo mejor de lo mejor. Un la Crucifixión que campea da por el Señor Flagelado ante
lamentable naufragio cerca a sobre la puerta mayor. el que arde siempre alguna
las bocas del Magdalena hizo llamita en la que el dolor
que se perdieran los primeros El 5 de agosto de 1988 se hizo humano se hace estrella.
altares. Llegaron luego los Catedral al tomar posesión el
segundos, más modestos, que Primer Obispo de Girardota, P. Diego Alberto Uribe
nos hacen pensar cómo serían Mons. Oscar Ángel Bernal.
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