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lla “doctrina política favorable a la intervención<br />

del pueblo en el gobierno, el<br />

predominio del pueblo en el gobierno<br />

político de un Estado”.<br />

En razón de la fuerza que cobró la corriente<br />

socialista durante la primera mitad<br />

del siglo XX y de la importancia alcanzada<br />

por el concepto de democracia, cuyos<br />

orígenes se remontan a la época del imperio<br />

romano y se implementan a partir<br />

de la revolución francesa (1789), la tendencia<br />

mundial durante el último cuarto<br />

del siglo XX fue el desarrollo y el intento<br />

de adopción del concepto de la<br />

socialdemocracia.<br />

Frente a esta evolución de ambas nociones<br />

que alcanza una fusión, al menos<br />

teórica, reconocemos a la socialdemocracia<br />

como una disidencia del marxismo que<br />

consiste en rechazar la orientación revolucionaria<br />

de la lucha de clases –elemento<br />

característico del socialismo-, y en propugnar<br />

una vía democrática hacia éste,<br />

concibiéndola como cada uno de los<br />

sistemas derivados del socialismo que, al<br />

renunciar a la propiedad pública de los<br />

medios de producción, aunque no a su<br />

regulación y control, tienden a confundirse<br />

con el estado de bienestar capitalista;<br />

efectivamente, la fusión de ambos<br />

conceptos da como resultado lo que<br />

tenemos en la actualidad en el país, una<br />

organización formalmente socialdemócrata<br />

y prácticamente capitalista.<br />

Mucho se ha cuestionado el<br />

pragmatismo de las actuaciones del gobierno<br />

de turno; algunos lo han etiquetado<br />

como fascista, emulando aquel movimiento<br />

político y social de carácter totalitario<br />

que se produjo en Italia por iniciativa<br />

de Benito Mussolini después de la Primera<br />

Guerra Mundial, caracterizado por la<br />

acumulación de poder y su abuso; idéntica<br />

situación aconteció en España cuando<br />

la Guerra Civil, a partir de finales de los<br />

años treinta con el franquismo.<br />

Sin embargo, y luego de tanta teoría,<br />

aquí viene la parte importante, la económica.<br />

Tanto el socialismo como el fascismo<br />

o el franquismo arrojaron como resultado<br />

el empobrecimiento de muchos y el<br />

enriquecimiento de pocos, aquellos que<br />

participaban en los círculos de poder; ¿la<br />

diferencia con el capitalismo en este punto?<br />

Ninguna.<br />

Mi gusto especial por remitirme a la<br />

historia del pensamiento económico tiene<br />

su razón de ser en Ibn Jaldun de origen<br />

Debemos<br />

evolucionar hacia<br />

un régimen<br />

solidario,<br />

respetando la<br />

integridad física<br />

y patrimonial de<br />

todos, propiciando<br />

condiciones<br />

<strong>para</strong> el desarrollo<br />

económico.<br />

andaluz, quien expresó en el siglo XIV que<br />

“la riqueza debe ser un producto social,<br />

no individual”; es decir, que el desarrollo<br />

de un pueblo debe operar en base a un<br />

principio de solidaridad.<br />

Es importante mencionar también a<br />

David Ricardo, economista inglés del siglo<br />

XIX, quien reconoció, a mi criterio,<br />

el peor mal de la gran mayoría de pueblos,<br />

y del nuestro también: “el principal<br />

problema de la economía política es<br />

determinar las leyes que regulan la<br />

distribución”. Precisamente en la técnica<br />

<strong>para</strong> su elaboración a la luz de la justicia<br />

y de la equidad, su identificación con la<br />

realidad económica de un país y su estabilidad<br />

está la piedra angular del desarrollo,<br />

la seguridad jurídica.<br />

Management integral<br />

Finalmente, considero importante<br />

citar al padre de la economía política,<br />

Adam Smith, escocés del siglo XVIII, quien<br />

presentó una teoría vigente hasta la<br />

actualidad y que debería tomarse en<br />

cuenta como un principio básico <strong>para</strong> el<br />

manejo económico de un país: el concepto<br />

de la mano invisible (hoy llamado<br />

mercado) postula que “el crecimiento<br />

y el desarrollo son procesos naturales<br />

provenientes de la natural ambición del<br />

hombre a enriquecerse y que el Estado no<br />

debería intervenir; cuanto más libre sea la<br />

competencia, mejor <strong>para</strong> el conjunto de<br />

la sociedad”.<br />

En consideración a lo expuesto, debemos<br />

evolucionar hacia un régimen<br />

solidario, respetando la integridad física<br />

y patrimonial de todos, propiciando las<br />

condiciones <strong>para</strong> un mejor desarrollo económico<br />

que garanticen las inversiones<br />

tanto nacionales como extranjeras. No<br />

hacerlo violentaría principios básicos de<br />

seguridad jurídica y de coexistencia.<br />

La evolución de las sociedades y de<br />

nuestras necesidades nos lleva inequívocamente<br />

a reconocer las ingentes<br />

necesidades sociales que existen, a reconocer<br />

la necesidad de que los medios<br />

de producción se encuentren en manos<br />

privadas y de que el Estado nos dé seguridad<br />

garantizando nuestra actividad<br />

fungiendo como ente regulador y reconociendo<br />

que existen principios legales básicos<br />

superiores al mandato constituyente<br />

y leyes económicas que se debe respetar<br />

como la ley de la oferta y la demanda. No<br />

hacerlo repugnaría a la lógica, sería como<br />

pretender reformar mediante mandato<br />

constituyente la ley de la gravedad.<br />

Foto: EFE<br />

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