El urgente llamado de Nuestra Señora

Debemos responder ahora
Por supuesto que la victoria final está absolutamente asegurada por Nuestra Señora de Fátima
cuando dijo, “Por fin, Mi Inmaculado Corazón triunfará...y será concedido al mundo algún tiempo
de paz”. Sin embargo, Ella nos dice franca y honestamente que la hora en que venga la victoria
depende de nosotros. Jesús y María quieren, mucho más que nosotros, que la verdadera paz venga
pronto al mundo, que todos los hombres vivamos en Paz y Armonía, Justicia y Caridad en todo el
mundo, como Dios lo quiso al crearnos. Sin embargo, la Paz de Dios sólo puede venir cuando los
suficientes de nosotros hagamos lo que pide Nuestra Señora de Fátima. No hay otra ruta para la
verdadera paz excepto siguiendo el Plan de Paz de Nuestra Señora de Fátima. Además, si ignoramos
a la Celestial Madre de Dios y Su Mensaje de Amor y su promesa de ayuda en esta crisis en la
historia humana, entonces Dios, en Fátima, nos advierte que aunque la paz venga finalmente al
mundo, SERA DESPUES QUE MUCHAS NACIONES SEAN COMPLETAMENTE BORRADAS
DE LA FAZ DE LA TIERRA Y DESPUES QUE MUCHA GENTE BUENA SEA
MARTIRIZADA Y QUE EL PAPA SUFRA MUCHO.
Parte II – Bosquejo de la crisis
(La rebelión contra Dios)
Mirada introductoria a la escena contemporánea
Los canadienses y americanos son cada vez más conscientes que América, en común con el
resto del mundo, está en una condición de crisis que parece estar más allá de la capacidad humana
de aliviar. La evidencia de tensión y derribo moral está en todas partes a nuestro alrededor: hay
crisis en la vida de la familia como se ve en el número creciente de abortos (más de 23.000.000 en
E.U.A. sólo desde 1973 hasta 1989) y rupturas matrimoniales; el incremento del abuso de drogas; la
corrupción de los jóvenes y adultos por la violencia y el sexo (incluyendo las perversiones)
mostrados cada vez más abiertamente en la TV y el cine; las modas inmodestas; la falta de la
enseñanza moral y religiosa de nuestra juventud; las amenazas de guerra nuclear; las altas tasas de
intereses usurarios que hacen crecientemente imposible a la gente comprar o terminar de pagar sus
propias viviendas; el tipo de propaganda que alienta a la gente a endeudarse para comprar cosas que
no necesita fomentando la inflación y las tasas crecientes de interés.
Dentro de la comunidad católica están las inquietudes adicionales, como por ejemplo: la falta
de asistencia a Misa, la disminución de la práctica de la Confesión; el socavamiento evidente de la
autoridad del Papa y los obispos; una conciencia creciente que, aun en muchas escuelas católicas, la
enseñanza religiosa resulta deplorablemente inadecuada; y la menor cantidad de vocaciones para la
vida religiosa.
Ciertamente algunos de estos problemas pueden ser (y están siendo) resueltos dentro del
círculo familiar, y por muchos hombres y mujeres dentro de sus propias esferas de influencia. Sin
embargo, muchos permanecen más allá de la esfera del ciudadano ordinario. Los gobiernos, lejos de
tener soluciones, son los que a menudo crearon los problemas por sus legislaciones. Un problema tal
es el aborto.
http://www.fatima.org/span/crusader/olua/pdf/olua.pdf 4