Lectura-10 Verdes y Competitivos.pdf
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4 Soluciones competitivas a problemas sociales<br />
presas japonesas arrasaran en<br />
adounidenses aceptasenlaGCT.<br />
l coste de una mentalidad estática<br />
Las autoridades y las empresas deberían centrarse, por lo tanto, en superar<br />
disyuntiva entre la protección del medio ambiente y la competitividad, fontando<br />
la innovación y la productividad de los recursos. Sin embargo, el ac<br />
11 clima de enfrentamiento eleva el coste del cumplimiento de las normas meambientales<br />
y limita las ventajas de la innovación, lo que hace la disyuntiva<br />
s drástica de lo necesario.<br />
Para empezar, la lucha de poder que se produce en la promulgación y la ejeión<br />
de las normas medioambientales consume una enorme cantidad de recur<br />
. Un estudio realizado en 1992 por el Rand Institute for Civil Justice, por<br />
~mplo, descubrió que el 88% del dinero pagado por las compañías de seguros<br />
tre 1986 y 1989 por reclamaciones relacionadas con el superfondo* se destiron<br />
a pagar costes judiciales y administrativos, y que solamente el 12% se<br />
stinó a la depuración material del terren08• Es muy posible que la ley del sufondo<br />
sea la ley medio ambiental más ineficaz de Estados Unidos, pero no es<br />
única causa de ineficiencia. Creemos que una parte sustancial del gasto meambiental,<br />
así como de los ingresos obtenidos por las empresas proveedoras<br />
productos y servicios medioambientales, está relacionada con el enfrentalento<br />
generado por la promulgación de los reglamentos, y no con la propia<br />
jora del medio ambiente.<br />
Un problema del proceso de enfrentamiento es que bloquea a las empresas en<br />
a mentalidad estática y que eleva sistemáticamente las estimaciones de costes<br />
dioambientales realizadas por los agentes económicos. Un ejemplo clásico es<br />
que se produjo durante el debate de la Ley de Pureza del Aire de 1970 de Estas<br />
Unidos. Lee lacocca, entónces vicepresidente ejecutivo de Ford Motor Comny.<br />
predijo que el cumplim.-:nto de las nuevas normas elevaría muchísimo el<br />
cio de los automóviles. reduciría progresivamente la producción estadouninse<br />
hasta detenerla en el año 1975 Y perjudicaría gravemente a la economía<br />
1 país, La Ley de Purezd del Aire dc 1970 fue prolllulg,:da. 1<strong>10</strong> obstante. y las<br />
* Nota del traduclor: Fondo 'lile se creó en aplicación de una ley de 19RO (Comprehensive Envi<br />
¡mental Response Compensation and Liability Act, que declaró responsables de los costes de limpieza<br />
tos vertederos de residuos peligrosos a sus titulares) para abonar los costes de la limpieza hasta que<br />
partes responsables los satisficiesen.<br />
<strong>Verdes</strong> y competitivos 365<br />
apocalípticas predicciones de Iacocca resultaron ser erróneas. Es habitual encontrarse<br />
con historias similares,'<br />
La mentalidad estática hace que las empresas se opongan a normas medioambientales<br />
que realmente podrían incrementar su competitividad. La mayoría<br />
de los destiladores estadounidenses de alquitrán de hulla se opusieron a las normas<br />
de 1991 que exigían una sustancial reducción de las emisiones de benceno.<br />
En aquel momento la única solución consistía en cubrir los tanques de almacenamiento<br />
del alquitrán con una costosa manta de gas. Sin embargo, Aristech<br />
Chemical Corporation, de Pittsburgh, Pensilvania, ideó una forma de eliminar el<br />
benceno del alquitrán en la primra etapa del proceso, lo que hacía innecesaria la<br />
manta de gas. En vez de sufrir un incremento de costes, Aristech consiguió un<br />
ahorro de 3,3 millones de dólares.<br />
Además, a la mentalidad estática los costes de cilmplímiento de las normas<br />
medioambientales le parecen mayores de lo que son. Muchas empresas no tienen<br />
en cuenta la curva de aprendizaje, siendo así que el coste real suele reducirse con<br />
el tiempo. Un reciente estudio del sector de la pasta papelera y el papel, por<br />
ejemplo, puso de manifiesto que los costes reales eran entre 4 y 5,50 dólares<br />
por tonelada, mientras que las estimaciones primeras del sector fueron de hasta<br />
16,40 dólares9. En el mismo sentido, el coste de la reducción de las emisiones<br />
de dióxido de azufre dictada por una norma del año 1990 es en la actualidad la<br />
mitad del que los analistas calcularon al principio, y sigue bajando. Si se centra<br />
la atención en la innovación y en la productividad de los recursos, el coste de<br />
hoy únicamente representa el límite superior.<br />
Hay una legítima controversia sobre los beneficios que rinden a la sociedad<br />
ciertas normas medioambientales. Medir los efectos que sobre la salud y la seguridad<br />
tiene un aire más limpio, es una cuestión que está sometida a un debate<br />
científico en el que todavía no se ha dicho la última palabra. Hay personas que<br />
creen que se han exagerado los peligros de la contaminación. No obstante, sea<br />
cual sea el nivel de beneficio social que se alcance, los costes privados para las<br />
empresas siguen siendo mucho mayores de lo necesario.<br />
Normas buenas v malas<br />
Adem;í,-; de impollcr UI1 clevado co~te, el actual sistema estadounidense de<br />
normas mcdioambientales dificulta las soluciones innovadoras o las hace inviables.<br />
El problema no es que sean estrictas. El problema radica en la forma en<br />
que se redactan y en la crasa ineptitud con la que se ponen en práctica. Unas<br />
normas estrictas pueden y deberían promover la productividad de los recursos.<br />
La legislación de Estados Unidos ha desaprovechado esta oportunidad, al con-