El Guadalquivir, vía fluvial romana.pdf - RUA
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44 LORBNZO ABAD CASAL<br />
Otros dos autores del siglo II hacen referencia, aunque de<br />
manera muy breve, al río. Uno de ellos es Pausanias, quien al<br />
hablar de las cámaras del Tesoro de los sicionios, hecho de<br />
bronce, hace alusión al bronce tartésico y al propio río Tartes<br />
808. "Es un río", dice, "del país de loS iberos que da al mar por<br />
dos bocas, y hay una ciudad del mismo nombre en medio de las<br />
bocas de él. Es el río mayor de Iberia, y, como recibe la marea,<br />
los de después le han llamado Betis" (42). Plutarco es el otro<br />
autor del siglo II que hace una referencia muy breve a la desembocadura<br />
del río. Parece deducirse de su testimonio que éste<br />
desaguaba por varias bocas. Dice (43) que Sertorio "pasó el<br />
estrecho de Gades, dobló a la derecha, tocó en la parte exterior<br />
de Espafia, un poco más arriba de las bocas del Betis (Ú7te:p 'twv<br />
'too ~ai'tto~ éx~oÁwv), el que desembocando en el mar Atlántico,<br />
da nombre a la región colindante de España".<br />
Estos son los principales testimonios que encontramos en<br />
las fuentes sobre el río <strong>Guadalquivir</strong>. Los posteriores no son<br />
sino refundiciones de los ya citados; así Flavio Filóstrato (44),<br />
ya en el siglo III, refiere que el rio, que da nombre a la región<br />
que riega, hace que ésta sea "rica en productos del campo y en<br />
frutas, como la más fértil del Atica, vecina de <strong>El</strong>eusis".<br />
En el siglo IV tenemos el testimonio muy importante de<br />
Marciano de Heraclea. Este autor, que parece haber vivido poco<br />
antes del traslado de la capitalidad del Imperio a Constantinopla,<br />
se refiere en dos ocasiones a una boca oriental del río<br />
Baetts (45). Toma su testimonio de geógrafos anteriores y sigue<br />
sobre todo a Ptolomeo. Como él, sólo cita una boca, pero la llama<br />
"oriental", con 10 que parece dar un testimonio indirecto de que<br />
existia otra más al Occidente.<br />
A lo largo de este segundo grupo de testimonios se aprecia<br />
cómo el conocimiento del rio <strong>Guadalquivir</strong> se ha hecho más<br />
preciso con el paso del tiempo. Algo que no ha quedado muy<br />
claro, sin embargo, es la longitud de su curso. No es extraño<br />
que así sea, pues la complejidad de afluentes que presenta en<br />
su cabecera hace muy fácil tomar como río principal a alguno<br />
de éstos, tales como el Guadalimar o el Guadiana Menor. Ya<br />
hemos visto cómo Estrabón yerra, en 'el siglo I a. e., al atribuirle<br />
(42) Pausanias: Descripción de Grecia, VI, 19, 3.<br />
(43) Plutarco: Sertorío, 8.<br />
(44) Filóstrato, Fl.: Vita Apoloni Tyanei, S, 6.<br />
(45) Marciano de Heraclea: II, 9.