Número 6-7 - Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia ...

CIENCIA
ginalidad, que hizo de él el hombre menos adiclO
a jurar por la palabra de ningún maestro, y no
por ignorancia de lo ajeno, o por desdén injustificado
de ello, sino por una preferencia por
la propia verdad, aunque le pareciese m,ís modesta,
fundada en la convicciún de lo único e
irredüctible de la personalidad humana. Así,
tuvo algo del buen ecléctico, y en este sentido
es un restaurador de la dirección filosófica que
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prevaleció en la Nueva España en el siglo conceptuado
por una gran autoridad como el de mayor
esplendor intelectual que ha tenido México.
Lo prueba sobre todo el libro en que resumió
su posición filosófica en relación con las filosofías
sucesivamente dominantes en nuestro tiempo,
Hacia un nuevo Humanismo. Pero lo prueban
también sus interesantes relaciones con los
maestros español Ortega y Gasset y mexicano
Antonio Caso. La filosofía de la salvación de las
circunstancias españolas, programada por Ortega
y Gasset en el prólogo de las Meditaciones
del Qllijote, inspiró a Ramos su filosofía del
mexicano y de la cultura mexicana, según declaraciones
expresas de él mismo, que ejemplifican
lo peculiar de sus reacciones ante las influencias
ajenas.
Al maestro Caso, después de haberle criticado
en una acometida de· ímpetu juvenil, acabó
reconociéndole maduramente toda su valía y
relieve en la cultura nacional, en una rectificación
reveladora de que lo original de Ramos Ilegaba
a la capacidad de serlo incluso en colllra
de sí mismo.
Esta revista científica iniciada por espaúoles
debía el pequeño, pero rendido homenaje
de esta nota al filósofo mexicano objeto de ella,
porque sus trabajos de antropología filosófica,
en que utilizó como instrumento el psicoan;ílisis
)' la psiquiatría, colinda con las ciencias
naturales del hombre, y porque él mismo tuvo
para sus campa fieros espaiioles una constante
actitud de simpatía y estimación, probada con
atenciones y serVICIOS, lo que le asegura un recuerdo
de por vida, agradecido y cordial, en
todos ellos.-.J. GAOS.
ProL Samue1 Ramos
FALLECIMIENTO ])EL PROF. MARCIAL R. ESPI·
NOSA, DECANO DE LOS NATURALISTAS CHILENOS
El 7 de agosto de 1959 falleciú en Santiago
de Chile, pasados los 85 ailos, el bot,ínico chileno
Prof. ?\rarcial R. Espinosa. Había nacido
en Loncomilla, provincia de Linares, el 30 de
junio de 187·J.
Durante casi medio siglo, tUYO a su cargo la
secciún de Plantas Cript(')gamas dd ?\ruseo Nacional
de Historia N atmal de Chile. Es autor
de m;is de 50 artículos, casi todos sistem,íticos,
por lo general no muy extensos pero sí muy concienzudos
y salpimentados de valiosos párrafos
sobre anatomía, fisiología, ele., acompañados de
buenos dibujos hechos por él, caso bastante raro
en los estudios bot