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INTRODUCCIÓN<br />
La historia de la imagenología <strong>del</strong> aparato locomotor<br />
o sistema osteomioarticular (SOMA), está ligada al desarrollo<br />
de varias técnicas, iniciadas con la radiología convencional<br />
y seguidas posteriormente por los estudios de<br />
medicina nuclear (MN), radiología digital (RD), tomografía<br />
axial computarizada (TAC) y más recientemente con la<br />
resonancia magnética (IRM) y el ultrasonido de alta resolución<br />
(USAR).<br />
La TAC y en particular la IRM, ofrecen información<br />
de las alteraciones intraarticulares y periarticulares, extendiéndose<br />
hasta las afecciones de la médula ósea, músculos<br />
y otros tejidos blandos, a los cuales sólo podíamos<br />
acceder por medios invasivos.<br />
.No obstante, la radiología convencional y muy especialmente<br />
la digitálica, tiene un papel determinante en el<br />
estudio de las enfermedades óseas y en muchas ocasiones<br />
constituye el único examen para su diagnóstico.<br />
La medicina nuclear, a pesar de su bajo nivel de resolución,<br />
continúa siendo una modalidad diagnóstica para evaluar<br />
las lesiones esqueléticas difusas..<br />
Por su parte la historia de la ecografía <strong>del</strong> sistema<br />
ostemioarticular, se pudiera remontar al año 1877, en que<br />
se realiza la descripción anatómica en la ruptura <strong>del</strong> manguito<br />
rotador <strong>del</strong> hombro. Pero es sólo hasta el año 1939<br />
en que se informa la primera exploración ecográfica de<br />
este importante sistema.<br />
Resulta difícil el realizar una breve reseña de sus principales<br />
aplicaciones en el SOMA, pero intentaremos revisar<br />
algunas de ellas.<br />
Como ya habíamos señalado la radiología convencional,<br />
sólo podía diagnosticar la mayoría de las lesiones óseas,<br />
estando muy limitada su aplicación en el estudio de los<br />
tejidos blandos vecinos. La introducción de algunas técnicas<br />
de avanzada como la tomografía axial computarizada<br />
y muy especialmente la resonancia magnética, permitieron<br />
visualizar estructuras, no sólo <strong>del</strong> hueso, sino también<br />
de los tejidos blandos que la rodean.<br />
El advenimiento de transductores de ultrasonido de<br />
muy alta resolución, ha permitido que compita con estas<br />
técnicas imagenológicas sofisticadas, ofreciéndonos además,<br />
la posibilidad de realizar estudios dinámicos, de gran<br />
importancia en la afección <strong>del</strong> SOMA.<br />
Otro campo de aplicación de la ecografía, ha sido en<br />
las artropatías, y en la cual, algunos autores, la reconocen<br />
como “el dedo extendido <strong>del</strong> reumatólogo”.<br />
En las enfermedades inflamatorias de las articulaciones,<br />
la ecografía permite un diagnóstico muy precoz, es<br />
mucho más sensible que los rayos X para detectar las<br />
lesiones erosivas iniciales de las artritis, sobre todo en sus<br />
localizaciones periféricas. Además, logra diagnosticar una<br />
sinovitis inicial y diferenciar un derrame articular de una<br />
hipertrofia sinovial.<br />
En este campo <strong>del</strong> conocimiento es frecuente que sirva<br />
de guía para la localización adecuada de las agujas con<br />
el fin de realizar inyecciones de agentes terapéuticos, aspiraciones<br />
diagnósticas o biopsias.<br />
Otra limitante de la radiología convencional, es el<br />
estudio de los cartílagos articulares y óseos, que fue superado,<br />
luego de la introducción de la IRM. Del mismo<br />
modo, la ecografía permite el estudio <strong>del</strong> cartílago articular<br />
y óseo, de gran importancia para la evaluación de<br />
los centros de osificación, en el diagnóstico de la displasia<br />
de desarrollo de la cadera, y para el diagnóstico de las<br />
lesiones traumáticas que interesan las epífisis<br />
cartilaginosas y las metáfisis de crecimiento de los huesos<br />
largos en el niño.<br />
En años recientes se ha demostrado el valor de la<br />
ecografía en diferentes tipos de fracturas de los huesos<br />
largos, costillas, etc. y particularmente en algunas de sus<br />
complicaciones (osteomielitis). Existen múltiples artículos<br />
en que se valora el uso de la ecografía como el método<br />
ideal para el seguimiento de las fracturas de los huesos<br />
largos con la técnica de estiramiento progresivo, con el fin<br />
de conocer la evolución <strong>del</strong> callo óseo.<br />
Otras de las aplicaciones recientes de la ecografía es<br />
su extensión al diagnóstico de la osteoporosis, en que la<br />
evaluación de la velocidad <strong>del</strong> sonido y la atenuación acústica<br />
en la región <strong>del</strong> tobillo, constituye una técnica competitiva<br />
en el diagnóstico precoz de la osteopenia y<br />
osteoporosis.