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Para María Zambrano <strong>la</strong> falta de ideas c<strong>la</strong>rificadoras se ve sobre todo al hab<strong>la</strong>r del<br />
pasado de España. El pasado se convertió en dogma, porque el concepto de una España<br />
católica y defensora de <strong>la</strong> fe hasta los extremos servía a los Reyes Católicos para crear<br />
<strong>la</strong> unidad nacional. Imposible p<strong>la</strong>ntearse el problema del pasado, ni siquiera lo del<br />
presente. Es Cervantes quien, para <strong>la</strong> filósofa, ilustra <strong>la</strong> grotesca situación españo<strong>la</strong>.<br />
Hemos encontrado muchas veces, en Hora de España, estu<strong>di</strong>os y ensayos acerca del<br />
autor del Quijote, cada vez admirado por algo inesperado a nuestros ojos : en ocasiones<br />
por su lirismo, como máximo poeta español a pesar de escribir en prosa, y aquí por sus<br />
aciertos filósoficos a pesar de no haber escrito tratados.<br />
Es Cervantes quien nos presenta el fracaso del español, quien<br />
imp<strong>la</strong>cablemente nos pone de manifesto aquel<strong>la</strong> maravil<strong>la</strong> de voluntad<br />
coherente, c<strong>la</strong>ra, perfecta, que se ha quedado sin empleo y no hace<br />
sino estrel<strong>la</strong>rse contra el muro de <strong>la</strong> nueva época. Es <strong>la</strong> voluntad pura,<br />
desasida de su objeto real, puesta que el<strong>la</strong> misma lo inventa. Cuando<br />
Kant, casi dos siglos más tarde, presenta <strong>la</strong>s con<strong>di</strong>ciones de una<br />
voluntad pura, nada añade que no esté en el querer firme, en <strong>la</strong><br />
entereza de voluntad del Caballero de <strong>la</strong> Mancha.<br />
Cervantes bien pudo haber estu<strong>di</strong>ado filosofía y haber transcrito su<br />
idea, su intuición de <strong>la</strong> voluntad, en un sistema filosófico. Mas, ¿para<br />
qué había de hacerlo? Además de que no tenía sentido expresarse así<br />
entre nosotros, tenía que decir más, todavía más. Y era otro el sentido<br />
último de su obra : el fracaso. <strong>La</strong> aceptación realista resignada y al par<br />
esperanzada, del fracaso.<br />
Ni <strong>la</strong> Filosofía ni el Estado están basados en el fracaso humano<br />
como lo está <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>. Por eso, tenía que ser <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> para los<br />
españoles lo que <strong>la</strong> Filosofía para Europa. 127<br />
( María Zambrano, <strong>La</strong> reforma del enten<strong>di</strong>miento español, H. de E., núm. 9, septiembre<br />
1937 )<br />
127 Ibidem, núm. 9, septiembre 1937<br />
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