Memoria literaria del libro - Editorial Octaedro
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El Quilombo de Palmares<br />
Conocí a Jaime Fernández en París, a mediados de los años setenta. Exiliado, militaba en un<br />
grupo marxista revolucionario antiestalinista, que editaba la revista Alarma, constituido bajo la<br />
gran influencia de G. Munis, al que en Barcelona conocíamos, sobre todo, por su análisis de la<br />
revolución Española Jalones de derrota, promesa de victoria. Habíamos acudido allí a<br />
instancias de G. Munis para ver si nuestro grupo de las plataformas anticapitalistas quería<br />
trabajar con Alarma. Y fue allí, en casa de Jaime, que por primera vez oí a hablar <strong>del</strong> <strong>libro</strong> de<br />
Benjamin Péret El quilombo de Palmares. De Benjamin Péret, amigo de Jaime, con el que<br />
estuvieron unidos en toda la deriva por las fracciones trotskistas GCI y UOI, sabía que había<br />
escrito, junto con G. Munis, Les sindicats contre la revolution, <strong>libro</strong> que yo había traducido al<br />
castellano, pero desconocía su periplo brasileño. Benjamin Péret, que había estado en Barcelona<br />
durante la revolución <strong>del</strong> 36 y en el frente de Aragón en el batallón Nestor Makhno de la<br />
división Durruti, y que había vuelto a España en 1954 para mediar por sus amigos Jaime<br />
Fernández y G. Munis, condenados por Franco, había estado también varias veces en Brasil, y la<br />
última vez, en 1956, publicó en la revista Anhembi “Que foi o quilombo de Palmares?”.<br />
Más tarde, ya en los años ochenta, recibí de parte de Julio Henriques, O Quilombo de<br />
Palmares, que acababa de editar en Fenda, otra de las aventuras editoriales portuguesas más<br />
sugerentes. Receptivo a este tipo de trabajos críticos con el modo de civilización capitalista y<br />
que presentan otras formas comunistas de sociedad, devoré el escueto relato. Relato de una de<br />
las mayores aventuras por la libertad: los esclavos negros traidos de África resistiendo en<br />
quilombos contra los ejércitos portugués y holandés. Darlo a conocer, tratar de editarlo se<br />
convirtió para mí en algo prioritario.<br />
No mucho después, estando en casa María Fuentetaja, aproveché la ocasión para proponerle<br />
la idea de la edición. Ella, en La Piqueta, estaba sacando varias colecciones de <strong>libro</strong>s<br />
importantes: la editorial madrileña publicaba las obras completas de Bakunin, y en 1977 había<br />
publicado el casi legendario Nacionalismo y cultura, de Rudolf Rocker, en la traducción <strong>del</strong><br />
alemán que hiciera Diego Abad de Santillán, traducción que vio la luz en 1938, antes que la<br />
edición alemana (por cierto el <strong>libro</strong> es hoy imposible de encontrar y espera pues su nueva<br />
edición), y pensé que era el lugar ideal para El quilombo de Palmares. Se lo llevó, le entusiasmó<br />
también su lectura, pero el momento que La Piqueta atravesaba no era el más idóneo para tal<br />
edición.<br />
Pasó pues mucho tiempo hasta que en el año 2000, vi la posibilidad de editarlo en <strong>Octaedro</strong>.<br />
Juan no podía estar más de acuerdo con la idea, e inmediatamente escribimos a la Asociación de<br />
Amigos de Benjamin Péret, a la librería Jose Corti (editor de una magnífica edición de las obras<br />
completas de Péret), para tratar de los derechos, y enseguida nos pusimos de acuerdo. Disfruté<br />
traduciéndolo, y disfruté manipulándolo recién salido de la imprenta. Otro <strong>libro</strong> de Benjamin<br />
Péret se podía leer en castellano. ¡Pero faltaban tantos! ¿Cómo no hay traducciones <strong>del</strong> mayor<br />
poeta surrealista? ¿Para cuando Je sublime, Le déshonneur des poètes, Je ne mange pas de ce<br />
pain-là, Anthologie de l’amour sublime?<br />
Otro <strong>libro</strong> de Benjamin Péret empieza su deriva en Límites/<strong>Octaedro</strong>, y esperemos que no<br />
sea tan larga; de momento está parado en la editorial Albin Michel. Se trata de su Antología de<br />
mitos, leyendas y cuentos populares de América: imponente selección organizada entorno a diez<br />
entradas sobre los distintos mitos iniciáticos en América. Péret no llegó a ver su primera edición<br />
francesa en 1960, pues murió el mes de septiembre de 1959. En su tumba en el cementerio de<br />
Batignoles se lee el epitafio: Je ne mange pas de ce pain-là.<br />
El Quilombo de Palmares<br />
Conocí a Jaime Fernández en París, a mediados de los años setenta. Exiliado, militaba en un<br />
grupo marxista revolucionario antiestalinista, que editaba la revista Alarma, constituido bajo la<br />
gran influencia de G. Munis, al que en Barcelona conocíamos, sobre todo, por su análisis de la<br />
revolución Española Jalones de derrota, promesa de victoria. Habíamos acudido allí a<br />
instancias de G. Munis para ver si nuestro grupo de las plataformas anticapitalistas quería<br />
trabajar con Alarma. Y fue allí, en casa de Jaime, que por primera vez oí a hablar <strong>del</strong> <strong>libro</strong> de<br />
Benjamin Péret El quilombo de Palmares. De Benjamin Péret, amigo de Jaime, con el que<br />
estuvieron unidos en toda la deriva por las fracciones trotskistas GCI y UOI, sabía que había<br />
escrito, junto con G. Munis, Les sindicats contre la revolution, <strong>libro</strong> que yo había traducido al
castellano, pero desconocía su periplo brasileño. Benjamin Péret, que había estado en Barcelona<br />
durante la revolución <strong>del</strong> 36 y en el frente de Aragón en el batallón Nestor Makhno de la<br />
división Durruti, y que había vuelto a España en 1954 para mediar por sus amigos Jaime<br />
Fernández y G. Munis, condenados por Franco, había estado también varias veces en Brasil, y la<br />
última vez, en 1956, publicó en la revista Anhembi “Que foi o quilombo de Palmares?”.<br />
Más tarde, ya en los años ochenta, recibí de parte de Julio Henriques, O Quilombo de<br />
Palmares, que acababa de editar en Fenda, otra de las aventuras editoriales portuguesas más<br />
sugerentes. Receptivo a este tipo de trabajos críticos con el modo de civilización capitalista y<br />
que presentan otras formas comunistas de sociedad, devoré el escueto relato. Relato de una de<br />
las mayores aventuras por la libertad: los esclavos negros traidos de África resistiendo en<br />
quilombos contra los ejércitos portugués y holandés. Darlo a conocer, tratar de editarlo se<br />
convirtió para mí en algo prioritario.<br />
No mucho después, estando en casa María Fuentetaja, aproveché la ocasión para proponerle<br />
la idea de la edición. Ella, en La Piqueta, estaba sacando varias colecciones de <strong>libro</strong>s<br />
importantes: la editorial madrileña publicaba las obras completas de Bakunin, y en 1977 había<br />
publicado el casi legendario Nacionalismo y cultura, de Rudolf Rocker, en la traducción <strong>del</strong><br />
alemán que hiciera Diego Abad de Santillán, traducción que vio la luz en 1938, antes que la<br />
edición alemana (por cierto el <strong>libro</strong> es hoy imposible de encontrar y espera pues su nueva<br />
edición), y pensé que era el lugar ideal para El quilombo de Palmares. Se lo llevó, le entusiasmó<br />
también su lectura, pero el momento que La Piqueta atravesaba no era el más idóneo para tal<br />
edición.<br />
Pasó pues mucho tiempo hasta que en el año 2000, vi la posibilidad de editarlo en <strong>Octaedro</strong>.<br />
Juan no podía estar más de acuerdo con la idea, e inmediatamente escribimos a la Asociación de<br />
Amigos de Benjamin Péret, a la librería Jose Corti (editor de una magnífica edición de las obras<br />
completas de Péret), para tratar de los derechos, y enseguida nos pusimos de acuerdo. Disfruté<br />
traduciéndolo, y disfruté manipulándolo recién salido de la imprenta. Otro <strong>libro</strong> de Benjamin<br />
Péret se podía leer en castellano. ¡Pero faltaban tantos! ¿Cómo no hay traducciones <strong>del</strong> mayor<br />
poeta surrealista? ¿Para cuando Je sublime, Le déshonneur des poètes, Je ne mange pas de ce<br />
pain-là, Anthologie de l’amour sublime?<br />
Otro <strong>libro</strong> de Benjamin Péret empieza su deriva en Límites/<strong>Octaedro</strong>, y esperemos que no<br />
sea tan larga; de momento está parado en la editorial Albin Michel. Se trata de su Antología de<br />
mitos, leyendas y cuentos populares de América: imponente selección organizada entorno a diez<br />
entradas sobre los distintos mitos iniciáticos en América. Péret no llegó a ver su primera edición<br />
francesa en 1960, pues murió el mes de septiembre de 1959. En su tumba en el cementerio de<br />
Batignoles se lee el epitafio: Je ne mange pas de ce pain-là.<br />
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