31.05.2014 Views

EL MISTERIO DE MURANO - Prisa Ediciones

EL MISTERIO DE MURANO - Prisa Ediciones

EL MISTERIO DE MURANO - Prisa Ediciones

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>EL</strong> <strong>MISTERIO</strong> <strong>DE</strong> <strong>MURANO</strong><br />

la máscara lanzaron un destello de advertencia. El sacerdote<br />

cambió de parecer. Se limitó a responder con un murmullo.<br />

—Me encargaré de que lo reciban. —Y luego le despidió<br />

con tono cómplice, intentando dejar claro que le había<br />

reconocido—. Que Dios lo bendiga.<br />

Una mano caliente y otra fría se estrecharon por un instante,<br />

y luego la puerta se cerró.<br />

Corradino continuó caminando, sin saber adónde, hasta<br />

que estuvo lejos del orfanato.<br />

Después, por fin, se quitó la máscara.<br />

«¿Sigo caminando hasta que me encuentren? ¿Cómo será<br />

mi captura?».<br />

De repente supo adónde debía ir. La noche se hizo más<br />

oscura a medida que atravesaba la ciudad; los canales murmuraban<br />

su adiós, revueltos, con el oleaje salpicando las calles.<br />

Al cabo de un rato oyó, al fin, pasos detrás de él. Iban acompasados<br />

al ritmo de los suyos. Llegó a la calle della Morte y<br />

se detuvo. Los pasos también lo hicieron. Corradino se acercó<br />

al agua del canal y, sin darse la vuelta, habló.<br />

—¿Leonora estará a salvo?<br />

El silencio le pareció interminable. Finalmente, una voz<br />

seca como el polvo respondió a su pregunta.<br />

—Sí. Tiene la palabra de los Diez.<br />

Corradino respiró con alivio y esperó el desenlace.<br />

Cuando el cuchillo penetró en su espalda, sintió el dolor<br />

apenas un momento después de que el reconocimiento de lo<br />

que le mataba le provocara una sonrisa. La sutileza, la claridad<br />

con que la hoja se deslizó entre sus costillas sólo podía significar<br />

una cosa. Comenzó a reír. He aquí la poesía, la ironía que<br />

había buscado en el muelle. Qué idiota romántico, que se consideraba<br />

un héroe en medio del drama y el patetismo de su<br />

sacrificio final. En todo momento fueron ellos quienes planearon<br />

y decidieron el acto final, con tanto sentido de lo teatral,<br />

14

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!