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Marco Ruiz

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Claramunt: “En el Valencia<br />

hacíamos un fútbol rápido,<br />

al contragolpe, un 4-4-1-1<br />

jugando casi sin delantero”<br />

nía salidas graciosas. Era amable.<br />

Cuando quería, lo pasabas bien<br />

con él, y sabía cómo sacar jugo a<br />

una persona”.<br />

Y sólo resta saber, de boca<br />

de este mito del Valencia que es<br />

Claramunt, cuál era el contenido<br />

del librillo futbolístico de La Saeta:<br />

“Hacíamos un fútbol de velocidad,<br />

rapidez y contragolpe. Impuso<br />

la línea de su gran Madrid,<br />

salvando las distancias. Sus charlas<br />

eran muy claras. Jugábamos<br />

un 4-4-1-1, al contragolpe, con<br />

mucho trabajo, creando superioridad<br />

en el centro del campo, casi<br />

sin delantero centro. Y aquel fútbol<br />

moderno de Di Stéfano, aquel<br />

fútbol con futuro, funcionó a pesar<br />

de las limitaciones del equipo”.<br />

LA QUINTA DEL BUITRE. Pero<br />

la gran aportación del Di Stéfano<br />

entrenador al mundo del fútbol<br />

(más aún al madridismo) fue, sin<br />

duda, facilitar la aparición de la<br />

Quinta del Buitre, unos jugadores<br />

de gran clase, salidos todos de La<br />

PASO A LA<br />

QUINTA. Hizo<br />

debutar a la<br />

mejor última<br />

generación<br />

de La Fábrica<br />

en 1983, a<br />

la Quinta<br />

del Buitre (a<br />

todos menos<br />

a Míchel).<br />

Luego,<br />

Amancio<br />

les dio<br />

continuidad.<br />

Fabrica, que marcaron una época<br />

y a los que sólo se les resistió la<br />

Copa de Europa, porque tuvieron<br />

que coexistir con el demoledor<br />

fútbol del Milán de los holandeses<br />

de Arrigo Sacchi. La Quinta<br />

del Buitre irrumpió en 1983 de la<br />

mano de La Saeta, y el líder de<br />

aquel magnífico grupo de futbolistas,<br />

Emilio Butragueño, rememoró<br />

aquellos días para AS: “Di Stéfano<br />

tuvo toda la importancia en nuestra<br />

aparición. Sin su valentía y su<br />

coraje no habría sucedido nada de<br />

esto. Aunque, para ser honestos,<br />

también Amancio nos dio continuidad.<br />

Él sucedió a Di Stéfano en el<br />

banquillo y antes fue entrenador<br />

nuestro en el Castilla”.<br />

Butragueño habla con nostalgia:<br />

“Ese año se ganó la Liga en<br />

Segunda. En el sexto partido ante<br />

el Atlético Madrileño acudieron<br />

65.000 personas a vernos al Bernabéu,<br />

y ganamos 6-1. Y empezó<br />

una corriente de opinión, y Julio<br />

César Iglesias escribió un artículo.<br />

Luego nos llevó a su programa<br />

plantel, pero nos dio seguridad.<br />

Fue un éxito. Casi conseguimos<br />

el doblete español”.<br />

Le pedimos a Claramunt que<br />

explique cómo era el trato del<br />

gran Di Stéfano con los jugadores,<br />

dada su fama de malhumorado<br />

ocasional: “Teníamos mucho<br />

miedo cuando llegó. Pensábamos<br />

que sería inaccesible. Pero resultó<br />

ser uno más en la plantilla.<br />

Convivía con nosotros y jugaba<br />

a las cartas, a pesar de la figura<br />

mundial que era. Luego, tenía<br />

sus prontos y su genio. A mí me<br />

solía decir: ‘Pepe, si hubieras jugado<br />

en mi época, tú y yo habríamos<br />

sido los mejores’. Lo hacía<br />

para subirte la moral. Siempre tede<br />

Radio Nacional. Y él terminó<br />

el programa igual que el artículo:<br />

‘Señor Di Stéfano, le doy diez minutos<br />

para que suba a estos chicos<br />

al primer equipo’. Y parece<br />

que Di Stéfano le llamó después:<br />

‘¿Tú crees que si les subo la gente<br />

lo va a entender?”.<br />

El resto ya es historia. Butragueño<br />

debutó a los pocos días en<br />

Cádiz. Sustituyó a un lesionado<br />

Sanchís, que ya había debutado<br />

antes incluso que El Buitre, que<br />

aún tiene grabadas a fuego las últimas<br />

palabras que escuchó de La<br />

Saeta en la banda antes de saltar<br />

al campo: “Juega detrás de Charli<br />

(Santillana) y buscá los huecos,<br />

buscá los huecos…”.<br />

El propio Di Stéfano, en el libro<br />

‘Palabra de Entrenador’ de Orfeo<br />

Suárez, hace autocrítica de aquel<br />

fantástico hecho: “Tengo la espina<br />

clavada de no haber ascendido<br />

a Míchel al primer equipo a la<br />

vez que a los demás. Pero ha sido<br />

uno de los más grandes de la historia<br />

del Madrid, y mejor persona<br />

RESPETADO<br />

POR TODOS.<br />

Si el Madrid<br />

tiene leyendas<br />

como Pirri o<br />

Santillana,<br />

la figura de<br />

Di Stéfano<br />

predomina<br />

en la historia<br />

blanca. En la<br />

imagen, con<br />

ellos en un<br />

partido de<br />

veteranos.<br />

que ninguno”. Un razonamiento<br />

que tuvo cumplida respuesta de<br />

Míchel: “Luego, siempre me ha<br />

dicho: ‘Ya sabes que fui yo quien<br />

te dejó abajo, por eso te quiero<br />

más...”.<br />

LA PERSONA. Pocos hombres<br />

conocen al Di Stéfano entrenador<br />

tan bien como Jesús Paredes, historia<br />

viva de los preparadores físicos<br />

en España, que le acompañó<br />

durante gran parte de su etapa en<br />

los banquillos. “Yo estaba en el<br />

Castilla que fue finalista de Copa<br />

y luego Molowny me subió al primer<br />

equipo. Cuando Alfredo llegó<br />

al Madrid, ya había sido campeón<br />

con River (honor que sumó a su<br />

anterior campeonato con Boca,<br />

antes de iniciar su brillante primera<br />

etapa con el Valencia, siendo<br />

por ello el único técnico que ha<br />

ganado campeonatos con Boca y<br />

River). Era muy exigente y muy valiente.<br />

Si tuviera que decir algo de<br />

él, su principal característica, es<br />

el bien que hizo al fútbol de cantera.<br />

No sólo subió a la Quinta, sino<br />

también a los Chendo, Fraile, Bernardo…<br />

Y eso fue una constante<br />

en su carrera. Lo hizo con Boca,<br />

River, el Valencia, el Madrid…”.<br />

Paredes define así su carácter:<br />

“Tenía genio, sólo aparentemente.<br />

Pero era accesible. Un hombre de<br />

fútbol que conocía perfectamente<br />

los códigos de este deporte y al<br />

que todos trataban con admiración.<br />

Eso sí, era claro con los periodistas.<br />

Siempre ha querido ser<br />

campeón, hiciera lo que hiciera, y<br />

eso le definía. Aquel Di Stéfano<br />

entrenador era fantástico, no se<br />

casaba con nadie. ¡Aunque tuvo<br />

la desgracia de que en el Madrid<br />

fue siempre pulidor”. “¿Pulidor?”,<br />

Butragueño: “Sin su valentía<br />

y su coraje la aparición de la<br />

Quinta no habría sido posible. Y<br />

Amancio nos dio continuidad”

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