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Claramunt: “En el Valencia<br />
hacíamos un fútbol rápido,<br />
al contragolpe, un 4-4-1-1<br />
jugando casi sin delantero”<br />
nía salidas graciosas. Era amable.<br />
Cuando quería, lo pasabas bien<br />
con él, y sabía cómo sacar jugo a<br />
una persona”.<br />
Y sólo resta saber, de boca<br />
de este mito del Valencia que es<br />
Claramunt, cuál era el contenido<br />
del librillo futbolístico de La Saeta:<br />
“Hacíamos un fútbol de velocidad,<br />
rapidez y contragolpe. Impuso<br />
la línea de su gran Madrid,<br />
salvando las distancias. Sus charlas<br />
eran muy claras. Jugábamos<br />
un 4-4-1-1, al contragolpe, con<br />
mucho trabajo, creando superioridad<br />
en el centro del campo, casi<br />
sin delantero centro. Y aquel fútbol<br />
moderno de Di Stéfano, aquel<br />
fútbol con futuro, funcionó a pesar<br />
de las limitaciones del equipo”.<br />
LA QUINTA DEL BUITRE. Pero<br />
la gran aportación del Di Stéfano<br />
entrenador al mundo del fútbol<br />
(más aún al madridismo) fue, sin<br />
duda, facilitar la aparición de la<br />
Quinta del Buitre, unos jugadores<br />
de gran clase, salidos todos de La<br />
PASO A LA<br />
QUINTA. Hizo<br />
debutar a la<br />
mejor última<br />
generación<br />
de La Fábrica<br />
en 1983, a<br />
la Quinta<br />
del Buitre (a<br />
todos menos<br />
a Míchel).<br />
Luego,<br />
Amancio<br />
les dio<br />
continuidad.<br />
Fabrica, que marcaron una época<br />
y a los que sólo se les resistió la<br />
Copa de Europa, porque tuvieron<br />
que coexistir con el demoledor<br />
fútbol del Milán de los holandeses<br />
de Arrigo Sacchi. La Quinta<br />
del Buitre irrumpió en 1983 de la<br />
mano de La Saeta, y el líder de<br />
aquel magnífico grupo de futbolistas,<br />
Emilio Butragueño, rememoró<br />
aquellos días para AS: “Di Stéfano<br />
tuvo toda la importancia en nuestra<br />
aparición. Sin su valentía y su<br />
coraje no habría sucedido nada de<br />
esto. Aunque, para ser honestos,<br />
también Amancio nos dio continuidad.<br />
Él sucedió a Di Stéfano en el<br />
banquillo y antes fue entrenador<br />
nuestro en el Castilla”.<br />
Butragueño habla con nostalgia:<br />
“Ese año se ganó la Liga en<br />
Segunda. En el sexto partido ante<br />
el Atlético Madrileño acudieron<br />
65.000 personas a vernos al Bernabéu,<br />
y ganamos 6-1. Y empezó<br />
una corriente de opinión, y Julio<br />
César Iglesias escribió un artículo.<br />
Luego nos llevó a su programa<br />
plantel, pero nos dio seguridad.<br />
Fue un éxito. Casi conseguimos<br />
el doblete español”.<br />
Le pedimos a Claramunt que<br />
explique cómo era el trato del<br />
gran Di Stéfano con los jugadores,<br />
dada su fama de malhumorado<br />
ocasional: “Teníamos mucho<br />
miedo cuando llegó. Pensábamos<br />
que sería inaccesible. Pero resultó<br />
ser uno más en la plantilla.<br />
Convivía con nosotros y jugaba<br />
a las cartas, a pesar de la figura<br />
mundial que era. Luego, tenía<br />
sus prontos y su genio. A mí me<br />
solía decir: ‘Pepe, si hubieras jugado<br />
en mi época, tú y yo habríamos<br />
sido los mejores’. Lo hacía<br />
para subirte la moral. Siempre tede<br />
Radio Nacional. Y él terminó<br />
el programa igual que el artículo:<br />
‘Señor Di Stéfano, le doy diez minutos<br />
para que suba a estos chicos<br />
al primer equipo’. Y parece<br />
que Di Stéfano le llamó después:<br />
‘¿Tú crees que si les subo la gente<br />
lo va a entender?”.<br />
El resto ya es historia. Butragueño<br />
debutó a los pocos días en<br />
Cádiz. Sustituyó a un lesionado<br />
Sanchís, que ya había debutado<br />
antes incluso que El Buitre, que<br />
aún tiene grabadas a fuego las últimas<br />
palabras que escuchó de La<br />
Saeta en la banda antes de saltar<br />
al campo: “Juega detrás de Charli<br />
(Santillana) y buscá los huecos,<br />
buscá los huecos…”.<br />
El propio Di Stéfano, en el libro<br />
‘Palabra de Entrenador’ de Orfeo<br />
Suárez, hace autocrítica de aquel<br />
fantástico hecho: “Tengo la espina<br />
clavada de no haber ascendido<br />
a Míchel al primer equipo a la<br />
vez que a los demás. Pero ha sido<br />
uno de los más grandes de la historia<br />
del Madrid, y mejor persona<br />
RESPETADO<br />
POR TODOS.<br />
Si el Madrid<br />
tiene leyendas<br />
como Pirri o<br />
Santillana,<br />
la figura de<br />
Di Stéfano<br />
predomina<br />
en la historia<br />
blanca. En la<br />
imagen, con<br />
ellos en un<br />
partido de<br />
veteranos.<br />
que ninguno”. Un razonamiento<br />
que tuvo cumplida respuesta de<br />
Míchel: “Luego, siempre me ha<br />
dicho: ‘Ya sabes que fui yo quien<br />
te dejó abajo, por eso te quiero<br />
más...”.<br />
LA PERSONA. Pocos hombres<br />
conocen al Di Stéfano entrenador<br />
tan bien como Jesús Paredes, historia<br />
viva de los preparadores físicos<br />
en España, que le acompañó<br />
durante gran parte de su etapa en<br />
los banquillos. “Yo estaba en el<br />
Castilla que fue finalista de Copa<br />
y luego Molowny me subió al primer<br />
equipo. Cuando Alfredo llegó<br />
al Madrid, ya había sido campeón<br />
con River (honor que sumó a su<br />
anterior campeonato con Boca,<br />
antes de iniciar su brillante primera<br />
etapa con el Valencia, siendo<br />
por ello el único técnico que ha<br />
ganado campeonatos con Boca y<br />
River). Era muy exigente y muy valiente.<br />
Si tuviera que decir algo de<br />
él, su principal característica, es<br />
el bien que hizo al fútbol de cantera.<br />
No sólo subió a la Quinta, sino<br />
también a los Chendo, Fraile, Bernardo…<br />
Y eso fue una constante<br />
en su carrera. Lo hizo con Boca,<br />
River, el Valencia, el Madrid…”.<br />
Paredes define así su carácter:<br />
“Tenía genio, sólo aparentemente.<br />
Pero era accesible. Un hombre de<br />
fútbol que conocía perfectamente<br />
los códigos de este deporte y al<br />
que todos trataban con admiración.<br />
Eso sí, era claro con los periodistas.<br />
Siempre ha querido ser<br />
campeón, hiciera lo que hiciera, y<br />
eso le definía. Aquel Di Stéfano<br />
entrenador era fantástico, no se<br />
casaba con nadie. ¡Aunque tuvo<br />
la desgracia de que en el Madrid<br />
fue siempre pulidor”. “¿Pulidor?”,<br />
Butragueño: “Sin su valentía<br />
y su coraje la aparición de la<br />
Quinta no habría sido posible. Y<br />
Amancio nos dio continuidad”