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La ultima morada. Zona Prohibida.

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

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podía finiquitar dentro de poco. Palacios era un negociador nato, vivía de aquello, y reconocía sus<br />

chances cuando las tenía frente a él.<br />

- ¿Señor Miguel Álvarez? – preguntó Palacios, mirando a los muchachos que entraban en la<br />

oficina del corredor de bolsa.<br />

- Soy yo, disculpe la demora, señor Palacios. Intenté llegar lo más rápido posible, como le<br />

dije por teléfono, estaba en Melipilla realizando unos trámites.<br />

- No se preocupe, esta disculpado, sólo si me hace un descuento en lo que intenta<br />

venderme – bromeó Palacios, delatando sus intenciones de bajar lo más posible el precio<br />

de las acciones.<br />

- Por eso vine junto a mi amiga, Imhanuelle. Ella me asesorara en esta venta – dijo Miguel,<br />

presentando a Imh al viejo.<br />

- Mucho gusto, señor Palacios – saludó cordialmente Imh, estrechando la mano del vetusto.<br />

- Mucho gusto, señorita. ¡Hablemos de negocios, que para eso he venido! – exclamó<br />

Palacios, palmeándose la parte superior de sus muslos.<br />

- He calculado que el precio de las acciones que Miguel tiene en su poder equivalen a un<br />

poco más de 10 millones de pesos, ese es su valor real – dijo Imh, tomando la palabra<br />

inmediatamente después de Palacios.<br />

- Según mi cálculo, ese es su valor. Pero ustedes dijeron que el precio era conversable –<br />

atacó Palacios, tomando al pie de la letra el aviso publicado en el periódico.<br />

- Exactamente. No pensamos vender la totalidad de las acciones. Contamos con 1326 y<br />

queremos vender las 1300 y conservar las 26.<br />

- Es justo, pero eso disminuye mucho el precio real de las acciones. ¿Cuánto quieren<br />

obtener por esas 1300?<br />

- 9 millones de pesos – respondió Imh, sin parpadear, mirando fijamente al anciano.<br />

- No, muy caro, eso sería por el total de las acciones, por las 1326, más el descuento por su<br />

retraso. Además, explicitaron en su anuncio que la moneda de cambio serían dólares.<br />

- Así será, deberá pagar en dólares el equivalente a 9 millones de pesos.<br />

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