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La ultima morada. Zona Prohibida.

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

¡La búsqueda ha terminado! Un grupo de viajeros extraterrestres ha arribado a la Tierra con intenciones desconocidas. Maravillados por la hermosura del planeta deciden descender a investigar; mientras, en el bosque Amazónico, el comandante de operaciones John Waterstone lidera un proyecto secreto del gobierno de los Estados Unidos, pero todo sale mal para las dos partes involucradas... Por otra parte, Miguel ha confirmado el diagnostico de su enfermedad, sin saber que pronto cambiará todo en su vida. ¿Qué les depara el destino a estos seres? ¿Cuáles son sus intenciones? ¿Quienes son y de donde provienen? ¿Cómo y por qué cambiará la vida de Miguel?

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Capítulo 13<br />

<strong>La</strong> noche más larga<br />

<strong>La</strong>s relaciones en la base de Sonora estaban tensas, expectantes ante cualquier movimiento<br />

extraño en las inmediaciones del espacio aéreo, incrementándose el canal de información que se<br />

mantenía con la NASA para el control de los objetos presentes en el universo circundante. Temían<br />

que una amenaza extraterrestre llegara en cualquier momento, siguiendo la pista de los<br />

tripulantes de la nave siniestrada, atacando al planeta y/o intentando invadirlo.<br />

El comandante Waterstone seguía al mando de esta situación, esperando la llegada del último<br />

reporte de la agencia aeroespacial, que desde meses atrás se realizaba a la antigua –con<br />

documentos confeccionados con lápiz y papel– para evitar el filtrado de información desde los<br />

equipos infectados con el código que hace tiempo Neilaress creó.<br />

- ¡Señor, ha llegado el último reporte de registros de la NASA! – exclamó un soldado al<br />

entrar en la oficina de Waterstone.<br />

- Gracias, soldado. ¿Se lo entregaron directamente al señor Walles? – preguntó el<br />

comandante, levantándose de su silla giratoria.<br />

- ¡Sí, señor!, ¡Además escuché que el subteniente Knight ha llegado a la base, señor! –<br />

comunicó el soldado, manteniéndose firme en su posición.<br />

- ¡¿Es verdad eso?! – preguntó el hombre, en su rol de abuelo, feliz de tener nuevamente a<br />

su nieto a su lado.<br />

- ¡Afirmativo, señor! ¡Lo vi con mis propios ojos!<br />

- Gracias por tan agradables noticias, soldado. Retírese a sus quehaceres habituales, hasta<br />

luego – dijo Waterstone, despidiéndose del muchacho con afables palabras.<br />

- ¡Hasta luego, señor! – respondió el soldado, saliendo del cuarto.<br />

Waterstone salió de su oficina caminando con paso firme, notándose el avance en la recuperación<br />

de su rodilla dañada, producto del esforzado trabajo terapéutico que realizó los meses posteriores<br />

a su arribo a la base de Sonora. Caminó con resolución al encuentro con su nieto, divisándole a lo<br />

lejos, conversando con otros soldados presentes en las instalaciones.<br />

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