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®<br />

Una publicación de la<br />

Universidad Autónoma de Nuevo León<br />

Dr. Jesús Áncer Rodríguez<br />

Rector<br />

Ing. Rogelio G. Garza Rivera<br />

Secretario General<br />

Dr. Juan Manuel Alcocer González<br />

Secretario Académico<br />

Lic. Rogelio Villarreal Elizondo<br />

Secretario de Extensión y Cultura<br />

Dr. Celso José Garza Acuña<br />

Director de Publicaciones<br />

Dra. María Luisa Martínez Sánchez<br />

Directora de la Facultad de Filosofía y Letras<br />

Mtra. María Dolores Hernández Rodríguez<br />

Editora Responsable<br />

María de Jesús Rodríguez Flores<br />

Ilustraciones<br />

Víctor Ramírez Cortez<br />

Revisión<br />

Rosalinda Cantú Cantú<br />

Diseño de portada<br />

Julián García Pérez<br />

Formato<br />

Circulación y Administración<br />

Cathedra Revista de la Facultad de Filosofía y<br />

Letras, UANL, Año 9, No. 18, julio-diciembre<br />

2013. Es una publicación semestral, editada por<br />

la Universidad Autónoma de Nuevo León, a<br />

través de la Facultad de Filosofía y Letras.<br />

Domicilio de la publicación: Facultad de<br />

Filosofía y Letras, Ciudad Universitaria, San<br />

Nicolás de los Garza, Nuevo León, México,<br />

C.P. 66451. Teléfono y fax (01-81) 8352-4259<br />

y 8352-4250 ext. 109. www.filosofia.uanl.mx.<br />

Editora responsable: María Dolores Hernández<br />

Rodríguez. Reserva de derechos al uso<br />

exclusivo No. 04-2009-061817564800-102.<br />

ISSN 2007-2198 ambos otorgados por el<br />

Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud<br />

de Título y Contenido No. 14,908 otorgado por<br />

la Comisión Calificadora de Publicaciones y<br />

Revistas Ilustradas de la Secretaría de<br />

Gobernación. Registro de marca ante el Instituto<br />

Mexicano de la Propiedad Industrial:<br />

1,183,735. Impresa por: Grafo Print Editores,<br />

S.A., Av. Insurgentes 4274, Colinas de San<br />

Jerónimo, C.P. 64630, Monterrey, N.L.,<br />

México. Fecha de terminación de impresión: 24<br />

de noviembre de 2013. Tiraje: 500 ejemplares.<br />

Distribuida por: Universidad Autónoma de<br />

Nuevo León, a través de la Facultad de Filosofía<br />

y Letras, Ciudad Universitaria, San Nicolás de<br />

los Garza, Nuevo León México. C.P. 66451.<br />

Las opiniones expresadas por los autores no<br />

necesariamente reflejan la postura de la editora<br />

de la publicación.<br />

Prohibida su reproducción total o parcial de los<br />

contenidos e imágenes de la publicación sin<br />

previa autorización de la Editora.<br />

Impreso en México<br />

Todos los derechos reservados<br />

©Copyright 2013<br />

editorial@filosofia.uanl.mx


Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, UANL<br />

®<br />

Quinta época, Año IX, No. 18, julio-diciembre 2013, Periodicidad: Semestral<br />

Artículo<br />

Ensayo<br />

JOSÉ MARÍA INFANTE BONFIGLIO<br />

Crisis económica, sociedad, comportamiento<br />

humano y lenguaje<br />

7<br />

JUAN NICOLÁS PADRÓN<br />

Jorge Teillier: la segunda mirada<br />

17<br />

AROLDO JOSÉ DE ABREU PINTO<br />

El cuento de Ricardo Ramos:<br />

intersticios e intersecciones<br />

23<br />

ORLANDO VALDEZ VEGA<br />

Importancia de la corrección fonética y los<br />

elementos prosódicos en la competencia<br />

comunicativa de la lengua francesa<br />

29<br />

CARLOS GERARDO CASTILLO ALVARADO<br />

De la motivación por la lectura literaria<br />

mediante su análisis diversificado<br />

35<br />

Creación<br />

LETICIA HERRERA<br />

Poesía<br />

47<br />

DALINA FLORES HILERIO<br />

Sobre la literatura llamada juvenil<br />

57<br />

TZITEL PÉREZ AGUIRRE<br />

La influencia de los contextos social y político<br />

en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos<br />

61<br />

JULIO HERNÁNDEZ MALDONADO<br />

Tras la huella de Baudelaire en la obra de<br />

Ramón López Velarde<br />

69<br />

Reseña<br />

LUIS ARMENTA MALPICA<br />

Las transparencias del tiempo<br />

79<br />

ROBERTO KAPUT GONZÁLEZ SANTOS<br />

La babel como utopía<br />

81<br />

MARÍA EUGENIA MARTÍNEZ FLORES<br />

Voces Zacatecanas:<br />

Regionalismo literario y traducción<br />

85<br />

Consejo Editorial: Nora María Berumen de los Santos / Martha Casarini Ratto / María Eugenia Flores<br />

Treviño / Miguel Ángel González Quiroga / María Luisa Martínez Sánchez / José Luis Martínez Canizález<br />

/ Rebeca Moreno Zúñiga / Rolando Picos Bovio / Lidia Rodríguez Alfano / Guadalupe Rodríguez<br />

Bulnes. Consejo Editorial Externo: Alfonso Rangel Guerra / Herón Pérez Martínez / Alejandra Rangel<br />

Hinojosa


En su edición número 18 la revista Cathedra<br />

está ilustrada con la obra de María de Jesús<br />

Rodríguez Flores. Técnica que se utilizó en<br />

las obras que ilustran esta revista: dibujo<br />

digital a mano alzada sobre pantalla.<br />

María de Jesús Rodríguez Flores. Maestra en Educación Preescolar por la Escuela<br />

Normal de Educadoras del Centro de Estudios Universitarios, Licenciada en<br />

Educación Especial en el área de Deficiencia Mental por la Escuela Normal de<br />

Especialización del Estado de Nuevo León y Licenciatura en Pedagogía por la<br />

Universidad Pedagógica Nacional.<br />

Maestría en Artes, con especialidad en Educación en el Arte, por la Universidad<br />

Autónoma de Nuevo León.<br />

Se ha desempeñado en el área de educación como directora de diferentes planteles.<br />

Fue catedrática de Posgrado en la Facultad de Artes Visuales de la UANL y ha<br />

impartido cursos sobre educación y arte en diferentes instituciones públicas y<br />

privadas.<br />

Ha presentado su obra plástica en diferentes exposiciones individuales y colectivas<br />

y ha sido viñetista para diversas revistas.


Artículo


Crisis económica, sociedad,<br />

comportamiento humano y lenguaje<br />

José María Infante Bonfiglio<br />

Resumen<br />

En este trabajo se analizan las relaciones entre economía y política en la crisis mundial de<br />

estos años, mediadas por el lenguaje. Se estudian los distintos factores que dieron lugar a la<br />

crisis global desde hace un quinquenio y las explicaciones que se han dado, tanto entre dirigentes<br />

políticos como entre intelectuales y académicos. La historia nos permitirá hacer un balance<br />

adecuado de esta crisis y sus efectos; en este trabajo sólo se adelantan algunas ideas.<br />

Palabras clave: performativos, reificación, crisis financiera, discurso político, sociología<br />

política.<br />

I<br />

En los últimos años, la economía de casi<br />

todos los países ha atravesado dificultades<br />

para lograr, de manera conjunta y combinada,<br />

crecimiento económico y estabilidad,<br />

uno de los mitos de los economistas clásicos<br />

neoliberales. El FMI sigue recomendando<br />

las mismas fórmulas desde hace tiempo y<br />

nadie en esa organización parece darse cuenta<br />

de que las recomendaciones no funcionan:<br />

si hay algunos países que han podido lograr<br />

ciertos éxitos (siempre relativos), es porque<br />

se han apartado de esas claves ortodoxas.<br />

La crisis económica global es un fenómeno<br />

demasiado conocido para quienes estamos<br />

atentos a los sucesos del mundo contemporáneo<br />

y no se hará aquí un minucioso examen<br />

de ella; sólo se mencionan algunos hechos<br />

para ubicar los elementos que interesan a<br />

este análisis, en el campo del comportamiento<br />

político y económico. Como todos los procesos<br />

sociales, políticos y económicos, no surgió<br />

imprevistamente sino que tuvo un periodo<br />

relativamente largo de gestación que en parte<br />

se inició con las medidas de desregulación<br />

del sistema financiero impuestas por Margaret<br />

Thatcher y Ronald Reagan en la década de<br />

1970. Un aporte adicional lo hizo Bill Clinton<br />

cuando en 1999 eliminó la diferencia entre<br />

bancos de inversión y bancos de depósito,<br />

presionado por los grupos financieros estadounidenses.<br />

El resultado inmediato fue que<br />

los ejecutivos de los segundos especularon<br />

en inversiones que daban mayores ganancias,<br />

pero que no tenían sustento en una economía<br />

basada en una producción efectiva. En diciembre<br />

de 2007 la actividad económica estadounidense<br />

culminó un ciclo de expansión de 73 meses<br />

consecutivos (Carrillo 2008b). En el año 2008<br />

la economía mundial entró en una fase de<br />

deterioro que puede ser considerada de las<br />

peores de la historia occidental. Ese año<br />

estalló la llamada, metafóricamente, burbuja<br />

financiera, que se había desarrollado como<br />

consecuencia de la concentración del crédito<br />

hipotecario vinculado a las actividades<br />

inmobiliarias en Estados Unidos; el proceso<br />

se centraba en la transformación de hipotecas<br />

basura 1 en derivados crediticios y vehículos<br />

de inversión. En los Estados Unidos la concentración<br />

del crédito se produjo en un número<br />

reducido de estados y principalmente en<br />

California. Este estado tiene un PIB (producto<br />

interno bruto) que es un tercio más grande que<br />

el español y su economía, de ser la de un<br />

país independiente, sería una de la diez más<br />

grandes del mundo (Walker 2011). En ocho<br />

años, las asociaciones de crédito de California<br />

emitieron hipotecas originales y préstamos<br />

refinanciados por un valor superior a los tres<br />

billones de dólares, lo que supone la quinta<br />

1<br />

Hipotecas basura es otra metáfora donde se combina<br />

la idea de dinero con el rechazo hacia él.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 7


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

parte del crédito hipotecario global de los Estados<br />

Unidos; además, las hipotecas subprime 2<br />

emitidas por California en dos años antes<br />

del 2007 eran 56% del total nacional. Todo<br />

ello produjo una espiral incontenible; los<br />

empleos asociados al ramo de las finanzas,<br />

seguros y bienes inmuebles aumentaron a<br />

una tasa superior a todos los demás y ello<br />

significó una expansión del mercado<br />

financiero que movilizaba inversiones desde<br />

Wall Street, por la que cientos de miles de<br />

personas se dejaron engañar por hipotecas<br />

basura; una derivación no inocente de ello<br />

es que el precio de la vivienda también aumentó,<br />

la gente hacía malabarismos para poder<br />

comprar viviendas por encima de su valor<br />

real. Aun cuando California presenta condiciones<br />

particulares, que no serán ahondadas<br />

aquí, el fenómeno abarcó a todo el país y<br />

trascendió las fronteras. Con la ruptura de<br />

la burbuja, toda la actividad económica relacionada<br />

con el negocio inmobiliario cayó<br />

abruptamente: empleos en la construcción<br />

y el sector inmobiliario, bancos y demás. Para<br />

finales del año 2009 se habían embargado<br />

2.5 millones de viviendas en todo Estados<br />

Unidos y para el verano de 2010 se registraban<br />

2.3 millones de hipotecas “sumergidas”, 3 o<br />

sea, las que tenían un valor por encima del<br />

de la vivienda hipotecada. Los historiadores<br />

económicos deberán analizar las relaciones<br />

entre estos fenómenos y las guerras de George<br />

W. Bush (o Bush el peor) que significaron<br />

un aumento desmesurado de la deuda<br />

pública estadounidense.<br />

En Estados Unidos y otros países, las<br />

medidas adoptadas por los gobiernos para<br />

intentar revertir las condiciones de la especulación<br />

financiera sólo agravaron la situación,<br />

y terminaron siendo las principales afectadas<br />

por esa misma especulación: entre 2007 y<br />

2009 los gobiernos de Estados Unidos, Reino<br />

Unido y la zona del euro aumentaron la deuda<br />

pública entre 20 y 40% del PIB, lo que produjo<br />

grandes déficits en la cuenta corriente<br />

2<br />

Las hipotecas subprime son el mejor ejemplo de<br />

irracionalidad capitalista: concedidas a quienes se sabe<br />

tienen muchas dificultades para pagar, los prestadores<br />

recurren a ellas porque proporcionan una tasa de<br />

rendimiento muy superior a las pagadas por la<br />

economía normal. Entre los problemas derivados de<br />

esto, está la negación de asumir las consecuencias de<br />

esta conducta irresponsable por parte de los banqueros.<br />

3<br />

¡Otra vez la metáfora! ¿Es que algunos economistas<br />

no son capaces de crear un lenguaje propio?<br />

de los países (Blackburn 2012). Como principal<br />

efecto de la baja de la productividad<br />

económica se acentuó el déficit público y los<br />

gobiernos no supieron apelar a otra medida<br />

que la de contraer más deuda; deuda por la<br />

que se debía pagar cada vez mayores costos,<br />

dada la “desconfianza” de los mercados.<br />

Desconfianza de los mercados es otra metáfora<br />

animista (es decir, propia del pensamiento<br />

infantil, según lo explica Piaget). Y como<br />

ha señalado claramente el premio nobel de<br />

economía Daniel Kahneman (2012), la confianza<br />

(y la desconfianza) de los individuos<br />

se asienta, en la mayoría de los casos, en<br />

intuiciones infundadas. Las intuiciones son<br />

aptas sólo cuando se dan dos condiciones<br />

básicas: un entorno relativamente regular<br />

que permita un cierto grado de previsibilidad<br />

y el conocimiento de estas regularidades a<br />

través de una práctica prolongada. Para él,<br />

tanto los politólogos como los inversionistas<br />

deben hacer previsiones en un plazo más o<br />

menos largo de incertidumbre, operando en<br />

un contexto de validez nula.<br />

Al final de la presidencia de George W.<br />

Bush se habían tomado una serie de medidas<br />

para “calmar a los mercados”, pero la evolución<br />

era errática, ya que los inversores siempre presentaban<br />

excusas para arrastrar los valores<br />

del mercado a la baja (Carrillo 2008a).<br />

Lo más grave de esto es la construcción<br />

ideológica que se ha venido acrecentando y<br />

extendiendo y por la cual vastos sectores de<br />

opinión pública están asimilando sin cuestionamiento<br />

la idea de que el estado de bienestar<br />

es demasiado caro y burocrático. Se ha impuesto<br />

austeridad a los países más débiles, mientras,<br />

por todos lados se adopta el dogma de la liquidación<br />

del déficit (que como suele ocurrir<br />

con casi todos los dogmas, se proclama para<br />

los otros pero se cumple para uno mismo<br />

con adaptaciones racional narcisistas). Esta<br />

continencia en el gasto, como lo han señalado<br />

eminentes analistas económicos –incluyendo<br />

laureados con el Nobel– sólo hace y hará<br />

más compleja y prolongada la recuperación.<br />

No es el propósito de este trabajo comentar<br />

las posibles soluciones a esta crisis económica,<br />

pero sin duda la solución deberá pasar<br />

por un incremento sabiamente impulsado de<br />

la demanda agregada global, es decir, sin<br />

montar burbujas que producen ilusiones de<br />

crecimiento artificial donde sólo ganan,<br />

como siempre, los especuladores. Una de las<br />

tantas paradojas de esta situación ha sido que<br />

8<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

los ideólogos neoliberales, tan afectos a<br />

rechazar cualquier intervención del estado<br />

en la actividad económica, se volcaron masivamente<br />

a pedir a los agentes estatales que<br />

los salvaran tomando medidas o ejecutando<br />

acciones de fuerte intervención estatal en la<br />

economía.<br />

Hacia fines del año 2009, la política<br />

económica dio un giro brusco: cuando las<br />

principales economías apenas estaban recuperándose,<br />

la creación de empleos dejó de ser<br />

una prioridad y los gobiernos comenzaron a<br />

centrarse en la reducción de los déficits<br />

presupuestarios. Lo que algunos asesores de<br />

inversión decían era que se hacía necesario<br />

controlar a los vigilantes de los bonos, que<br />

dejarían de aportar dinero a los gobiernos<br />

despilfarradores; esa acción consistía en<br />

aumentar los costos de los préstamos, obligando<br />

a recortes de gastos a los gobiernos, en una<br />

acción que, además de contradictoria con sus<br />

propias declaraciones previas, sólo llevaba<br />

a aumentar el sufrimiento de grandes masas<br />

de población (Krugman 2010). Este gran<br />

engaño, que no tomaba en cuenta que en los<br />

países a los que se acusaba (Grecia, Irlanda,<br />

Portugal, España e Italia GIPSI), el promedio<br />

de la proporción deuda/PIB, en realidad,<br />

había descendido hasta el año 2007; fue<br />

difundido por políticos y funcionarios alemanes,<br />

dirigentes del Banco Central Europeo<br />

y líderes de opinión del sector financiero;<br />

se basa en una visión moral propia del autoritarismo<br />

de derecha y no se sostendría en una<br />

apreciación adecuada de la realidad (Krugman<br />

2012). Se trata, pues, de un imaginario construido<br />

a partir de declaraciones de individuos<br />

que gozan de cierto reconocimiento y prestigio<br />

social y que por ello son tomadas como reales.<br />

No entraré en una discusión económica en<br />

este punto, pero uno de los problemas consiste<br />

en que Europa es una colección de países,<br />

sin integración fiscal, donde cada cual posee<br />

su propio presupuesto y su propio mercado<br />

de trabajo pero cuenta con su propia moneda.<br />

La crisis europea no sería posible en los Estados<br />

Unidos, ni en Japón ni tampoco en el Reino<br />

Unido; lo interesante es ver cómo los políticos<br />

se aferran a tomar las mismas decisiones que<br />

se ven inadecuadas, pero parecen tener<br />

miedo a ensayar otras opciones, enfrentando<br />

el descontento popular con una autoimagen<br />

de héroes incomprendidos: dado que “no hay<br />

mal que dure cien años…” argumentarán que<br />

la historia les ha dado la razón, sin contabilizar<br />

el sufrimiento inútil y desmedido que<br />

provocaron (esto sin analizar aquí que no<br />

siempre la culminación de la crisis se da en<br />

una etapa superior).<br />

Si se tiene en cuenta la distribución de la<br />

renta, parece haberse reproducido el ciclo<br />

que dio lugar a la crisis de finales de la década<br />

de 1920 en la economía mundial: en 1928<br />

1% de la población estadounidense controlaba<br />

8.2% de la renta, lo que cayó a 1.9% en<br />

1973 y para el 2000 se situaba en 7.3% (es<br />

decir que se retornaba al ciclo de desigualdad);<br />

más allá de las cifras, lo que parece indudable<br />

es la codicia insaciable de los más ricos,<br />

que no suelen autolimitarse en sus ambiciones.<br />

Esto ha estado asociado con las distintas<br />

formas de desregulación que los gobiernos<br />

de ideología neoliberal (que se consolidaron<br />

con Margaret Thatcher y Ronald Reagan),<br />

desregularización que también es parte de<br />

las condiciones que generaron la crisis<br />

financiera mundial.<br />

En el año 2010 se hizo público que Grecia<br />

tenía serios problemas con su deuda y se pretendió<br />

comparar su condición con el estado<br />

de California, comparación que no se sostiene,<br />

dadas las condiciones en que se desenvuelven<br />

las dos economías, pero siempre hay<br />

analistas que suelen trabajar con analogías<br />

metonímicamente falsas, confundiendo los<br />

signos a tomar en cuenta. Algo marca la diferencia,<br />

y es el funcionamiento de algunos<br />

sectores de la economía, como el déficit fiscal<br />

agravado por la evasión, una alta proporción<br />

de la economía informal y un funcionamiento<br />

ineficiente de los organismos públicos<br />

debe notarse, no obstante, que otros países<br />

que también están soportando la crisis no<br />

padecen de estos males (al menos en la misma<br />

proporción), de manera que las explicaciones<br />

son, para decir lo menos, incoherentes.<br />

Y algo más que seguramente no alcanza los<br />

mismos niveles en California: en Grecia se<br />

observa una corrupción generalizada entre<br />

sus habitantes, que incluye compra de temarios<br />

de exámenes para acceder a las mejores<br />

universidades europeas, las diferentes cantidades<br />

de dinero “en negro” que se pagan para agilizar<br />

trámites, favores o servicios públicos o privados,<br />

aumentando la suma de la evasión fiscal (se<br />

calcula que si esta cantidad de dinero emergiera<br />

y se integrara al sistema regulado de<br />

la economía, se alcanzaría una suma equivalente<br />

a 10% del PIB) (Sánchez-Vallejo<br />

2010).<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 9


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

En julio de 2012 la prima de riesgo 4<br />

española subió por encima de los 600 puntos,<br />

desconcertando al gobierno español; éste<br />

creía que la firma de un convenio para el rescate<br />

bancario podría moderar la propensión a la<br />

máxima ganancia de los inversionistas, pero<br />

no fue así (Cué 2012). Los reporteros recogieron<br />

las declaraciones de la vicepresidente<br />

del gobierno, según la cual esa prima de<br />

riesgo se debía a un bloqueo de la Unión<br />

Europea (UE); pero sin micrófonos dijo que<br />

se descartaba la intervención de la UE. Los<br />

intentos de varios reporteros de obtener una<br />

opinión sobre la prima de riesgo sólo<br />

consiguieron evasivas y algunas fuentes del<br />

gobierno explicaron que no se puede dar una<br />

respuesta explícita dado que hay muchos<br />

interesados en lo que se diga. Curiosa situación:<br />

un gobernante no puede decir con claridad<br />

qué está pasando y cuál es su posición porque<br />

ello creará algún tipo de perturbaciones, es<br />

proporcionar un argumento circular y de<br />

bajo nivel intelectual: no hay respuestas sin<br />

interesados. Que el discurso de un político<br />

deba ocultar la realidad para evitar consecuencias<br />

adversas, es una interpretación<br />

particular de la acción política. El punto es<br />

que el código del discurso político no opera<br />

con los pretendidos criterios del código<br />

científico, el de la oposición verdadero/falso<br />

(Vallespín 2012).<br />

Al decrecer la producción económica,<br />

también disminuyen, por lógica, los recursos<br />

que el gobierno recauda. esta lógica elemental<br />

no parece estar en la conciencia de muchos<br />

gobernantes, pero sí la discusión sobre la<br />

necesidad o no de efectuar una operación<br />

de rescate; el ministro de economía español<br />

rechazaba, hacia fines de julio de 2007, cualquier<br />

operación de rescate de la economía<br />

española, alegando que la situación se debía<br />

a una enorme “incertidumbre” que lleva a<br />

“planteamientos irracionales” y a “situaciones<br />

de extremo nerviosismo” (Carcar 2012),<br />

explicando la realidad económica por la<br />

psicología social, un defecto común a los<br />

4<br />

Se trata de la rentabilidad extra que se exige a<br />

cualquier deuda pública (en este caso la deuda<br />

española) en un plazo de 10 años, comparándola con<br />

la alemana. Curioso razonamiento de inversores y<br />

economistas. Esa tasa de riesgo había sido negativa a<br />

fines del año 2004 y entre 1998 y 2007 se situó por<br />

debajo de 50 puntos.<br />

economistas cuando no saben dilucidar los<br />

fenómenos económicos por medio del lenguaje<br />

de la economía.<br />

El 26 de julio de 2012 se produjo un<br />

acontecimiento no previsto (al menos en los<br />

hábitos del funcionamiento de los mercados):<br />

las declaraciones de Mario Draghi, presidente<br />

del Banco Central Europeo, modificaron de<br />

manera sustancial las tendencias de los llamados<br />

“mercados” (Pérez 2012b). La Bolsa<br />

de Valores de España había mostrado una<br />

tendencia a la baja durante largo tiempo, y<br />

ese día presentó una subida de 6% (la mayor<br />

en dos años), la prima de riesgo cayó 50<br />

puntos y también bajaron los intereses del<br />

bono español. Verdadero performativo<br />

(Verón 1987), doblemente difícil de evaluar,<br />

ya que ni siquiera enunció una acción sino<br />

sólo la intención de hacerlo (“El BCE hará<br />

lo necesario para sostener el euro. Y, créanme,<br />

eso será suficiente”). Ello impulsó una serie<br />

de especulaciones fantasiosas sobre lo que<br />

realmente haría Draghi (Gazcón 2012,<br />

Balckstone y Horobin 2012), pero al mismo<br />

tiempo frenó otras especulaciones que se<br />

habían diseminado sin control sobre la economía<br />

europea, el euro y la condición de la<br />

economía española. Una sola frase ambigua<br />

mueve a todos los mercados mundiales. Lo<br />

interesante es que unos días después, cuando<br />

Mario Draghi no ofreció medidas concretas<br />

para frenar la crisis, se produjo una gran caída<br />

en todos los mercados bursátiles europeos<br />

(Milenio 2012). Pero a las pocas horas hubo<br />

una imprevista y desmesurada recuperación,<br />

sin que hubiera existido entonces ninguna<br />

declaración o medida que lo hiciera previsible<br />

(Ontiveros 2012). Los mercados demostraban,<br />

así, su capacidad restringida para incorporar<br />

a la formación de precios toda la información<br />

disponible pero, además, la falsedad de la<br />

afirmación de la capacidad de su autorregulación,<br />

es decir, de la necesidad de decisiones<br />

y acciones por parte de agentes con cierta<br />

racionalidad.<br />

Otra institución de dudosa competencia<br />

(en el sentido de capacidad racional), el Fondo<br />

Monetario Internacional (FMI), hizo públicas,<br />

el 27 de julio de 2012, una serie de pronósticos<br />

económicos que presentaban una evolución<br />

negativa de la economía, pero lo más interesante<br />

son sus recomendaciones al gobierno<br />

español: “Las medidas más contundentes,<br />

como imponer las recomendaciones de una<br />

delegación de expertos y poner a la región<br />

10<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

bajo la administración nacional, deberían ser<br />

aplicadas tan pronto como las leyes lo permitan”<br />

(Bolaños 2012).<br />

En otoño de 2011, la asamblea del FMI<br />

decía que 2013 sería el año de la recuperación<br />

de la economía española, previendo un<br />

crecimiento de 1.8%. Un año después, en<br />

octubre de 2012, decía que habría una caída<br />

de 1.3% del PIB (Jiménez 2012). Pero se<br />

habían hecho todas las tareas que el FMI<br />

exigía, de manera que es evidente que no se<br />

puede confiar en los consejos del FMI. Las<br />

oscilaciones comprenden ir desde consejos<br />

tales como ajustar el gasto hasta de impulsar<br />

el gasto al máximo posible, según los vientos.<br />

La crisis se ha prolongado y se mantiene:<br />

en el primer semestre de 2013, la venta de<br />

vehículos había caído más de 10% en todos<br />

los países de Europa, mientras el desempleo<br />

crecía en la zona del euro de 10.9% a 12%<br />

en el año (Garicano 2013); en otras palabras,<br />

la economía europea sigue en franco deterioro,<br />

y todas las políticas fiscales y monetarias<br />

que se han aplicado no han tenido ningún<br />

resultado positivo. Mientras los otros bloques<br />

económicos del mundo parecen ir superando,<br />

aunque con dificultades, los efectos<br />

de la crisis, la eurozona, países de la UE<br />

que han adoptado el euro como moneda común,<br />

permanece hundida en una mezcla confusa<br />

de caída de la producción, desaceleración<br />

industrial, aumento del desempleo a niveles<br />

de sufrimiento, escepticismo, recelo y, en<br />

especial, intransigencia entre sus principales<br />

responsables para buscar soluciones por<br />

otras vías (Pérez 2013).<br />

Además de no poder revertir las tendencias<br />

y superar la crisis, la institución de la democracia<br />

(o las instituciones democráticas, si<br />

se prefiere) ha sido severamente dañada. Los<br />

gobiernos de casi todos los países europeos<br />

han tomado medidas que les han sido<br />

impuestas por organismos supranacionales,<br />

en contra de la opinión y el interés de sus ciudadanos<br />

y en ocasiones, en contra de sus<br />

propias ideas y programas electorales. La<br />

idea de que una democracia es el gobierno<br />

del pueblo, por el pueblo y para el pueblo<br />

se convierte cada vez más en un imaginario<br />

sin sentido.<br />

II<br />

Un primer elemento que me gustaría destacar<br />

es la relación entre declaraciones y procesos<br />

socioeconómicos. Como estoy intentando<br />

demostrar, los políticos hacen declaraciones<br />

que intentan producir efectos, pero los efectos<br />

suelen ser aleatorios, es decir, a veces operan<br />

en lo que parece ser la dirección deseada y<br />

otras en sentido contrario.<br />

Y no sólo cuenta la opinión de los expertos,<br />

sino también el imaginario de la opinión<br />

pública: en los Estados Unidos, dado que se<br />

ha hecho un tópico que todo gasto gubernamental<br />

es una forma de dilapidar los fondos<br />

de los contribuyentes, los sectores en los que<br />

el gasto público es fundamental, se han visto<br />

perjudicados, como es el caso de la educación.<br />

Pero el círculo infernal no acaba allí: habrá<br />

menos jóvenes que puedan continuar estudios<br />

de nivel superior, pero los que los concluyan<br />

tienen menos oportunidades de trabajo. En<br />

el mediano plazo, esto tendrá efectos devastadores<br />

para la economía y para la población<br />

estadounidense, que verá desvanecido el<br />

imaginario que forjó la historia de los<br />

Estados Unidos.<br />

A principios de 2010 se puso en funciones<br />

una Comisión destinada a investigar la crisis<br />

financiera estadounidense, que comenzó a<br />

recibir testimonios de banqueros y ejecutivos<br />

financieros (Krugman 2010a); uno de éstos,<br />

Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, 5 dijo<br />

que se trataba de una especie de accidente natural<br />

(como un huracán) que nadie podía haber<br />

previsto. Metáfora falsa (que sin embargo<br />

le permitió evadir sus responsabilidad): los<br />

huracanes pueden preverse con suficiente<br />

anticipación como para minimizar sus daños.<br />

Para Krugman, no hay nada accidental, ya<br />

que la liberalización y un clima político de<br />

fomento de la avaricia hicieron que el sistema<br />

se encontrara cada vez más descontrolado.<br />

Las recompensas para los banqueros que<br />

generaran ganancias de corto plazo mayores<br />

(sin pensar en las consecuencias negativas<br />

5<br />

Goldman Sachs es probablemente el banco de<br />

inversión más importante del mundo y que tuvo, por<br />

varios motivos, un papel sumamente relevante en toda<br />

la crisis. Varios de sus anteriores directores y<br />

ejecutivos pasaron a asumir puestos de alta<br />

responsabilidad política en el proceso de la crisis,<br />

como es el caso de Henry Paulson, secretario del<br />

Tesoro de George W. Bush; Mark Carney, presidente<br />

del banco de Canadá desde 2008; Mario Draghi, actual<br />

presidente del Banco Central Europeo; Mario Monti,<br />

primer ministro de Italia en el periodo de renegociación<br />

de la deuda italiana.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 11


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

o perversas de largo plazo) impulsaron estos<br />

descuidos en los controles, llevando tanto a<br />

banqueros como a ciudadanos a acumular<br />

cada vez más deuda como forma de superar<br />

los problemas.<br />

Los testimonios, por su parte, no aportaron<br />

mucho para explicar lo sucedido ya que,<br />

obviamente, cada cual expresó su visión de<br />

las cosas en función de sus propios intereses.<br />

III<br />

Los modelos económicos clásicos parten de<br />

un ser humano mitológico y formulan todas<br />

sus teorías a partir de allí. Ese ser humano<br />

es concebido imaginariamente como un<br />

individuo racional que toma decisiones<br />

racionales en un mercado de opciones<br />

ilimitadas.<br />

Por otra parte, los políticos de muchos<br />

países, en especial los de alto nivel de desarrollo,<br />

tienen una política del PIB, es decir,<br />

la idea de que si el PIB crece, todo lo demás<br />

funcionará bien; se subordinan entonces el<br />

resto de las políticas (laboral, en especial) a<br />

ese cometido, descuidándose la protección<br />

del empleo, la educación, la salud y demás<br />

(Krugman 2009b). Esta idea es lógicamente<br />

absurda, pero no tomaron en cuenta sus<br />

implicaciones; en todo sistema cerrado (y<br />

estos efectos la Tierra lo es) el crecimiento<br />

sin control de cualquiera de sus subsistemas<br />

lleva a la destrucción total de todo el sistema.<br />

El problema es que nuestros políticos actúan<br />

como si creyeran que cuando el sistema<br />

explote, ellos ya no estarán allí.<br />

Es casi un dogma que los gobiernos (al<br />

menos los de los países de la esfera capitalista<br />

occidental) terminarán rescatando a las<br />

instituciones bancarias y financieras importantes<br />

cuando se produzca una crisis. Pero<br />

cuando se confía en la hechicería fascinante<br />

del mercado para salvar a los bancos suele<br />

terminarse en el caos o en un peligroso desorden.<br />

Paul Krugman (2010b) nos recuerda que ya<br />

Adam Smith lo sabía: la regulación bancaria<br />

era absolutamente necesaria y debían<br />

prohibirse los préstamos de alto riesgo y alto<br />

interés, lección confirmada reiteradamente<br />

por la historia.<br />

Para J. Bradford DeLong (2012), se sabe,<br />

o debería saber, cómo construir las instituciones<br />

políticas que puedan proporcionar<br />

estabilidad macroeconómica y al mismo<br />

tiempo, generar las condiciones que permitan<br />

asumir riesgos financieros y distribuirlos.<br />

Pero hasta ahora, los gobernantes no parecen<br />

haber encontrado la solución a estos desafíos.<br />

Uno de los pensadores de las instituciones<br />

influyentes en la toma de decisiones de los<br />

políticos europeos, Wolfgang Münchau, de<br />

un think tank 6 que opera en Bélgica y se llama<br />

Eurointelligence, declaraba que las medidas<br />

de austeridad representan una auténtica<br />

locura, porque prolongan y profundizan la<br />

recesión, al mismo tiempo que se mostraba<br />

sorprendido porque los gobernantes repitieran<br />

errores cometidos desde hacía varias décadas<br />

(Pérez 2012a).<br />

¿Por qué los gobernantes no toman en<br />

cuenta, en este caso, las opiniones de expertos?<br />

¿Cuál es el miedo? Es poco entendible, porque<br />

han demostrando que no es a sus votantes a<br />

quienes les temen, ya que una y otra vez los<br />

traicionan o los defraudan.<br />

Uno de los elementos protagonistas de<br />

estos procesos económicos son los llamados<br />

fondos de inversión, en especial su variante<br />

más especulativa, conocida como hedge funds<br />

(o fondos de cobertura, también conocidos<br />

como fondos de inversión libres). Según parece,<br />

aparecieron en 1949 cuando la revista estadounidense<br />

Fortune, interesada en la posibilidad<br />

de predecir el comportamiento de los mercados,<br />

encargó a un sociólogo, Alfred W. Jones, una<br />

investigación sobre el problema (Fernández<br />

2012). La solución de Jones consistió en<br />

recomendar la combinación en un mismo<br />

fondo de inversión las posibilidades de largo<br />

y corto plazo, naciendo así estos fondos de<br />

cobertura. La operación típica en el corto<br />

plazo consiste en pedir prestadas acciones<br />

de una compañía, venderlas y esperar que<br />

su precio caiga para recomprarlas a un precio<br />

menor y acreditarse las ganancias. Ray Dalio,<br />

6<br />

Los think tank no existen en México (al menos oficial<br />

o visiblemente) y la expresión, por lo tanto, no tiene<br />

un equivalente en lengua española. Es una expresión<br />

que apareció en el léxico político inglés en la década<br />

de 1960 y se refiere a dos tipos de instituciones: las<br />

organizaciones que ayudan en la coordinación<br />

estratégica de políticas gubernamentales, estableciendo<br />

prioridades relativas y ofreciendo nuevas opciones<br />

políticas y, por otro lado, organizaciones que tienen<br />

un interés partidario o sectorial específico en ofrecer<br />

consejos o asesoramiento a determinados grupos o<br />

sectores en el gobierno (McLean y McMillan, 2003).<br />

Es evidente que se refieren a instituciones que tiene<br />

cabida en la política estadounidense, dado su<br />

particular funcionamiento.<br />

12<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

propietario de Bridgewater, un fondo especulativo<br />

que supera los 100 000 millones de<br />

euros, dice que “la Bolsa es un juego que suma<br />

cero. Para ganar más que la media tienes que<br />

coger el dinero de aquéllos que se equivocan”<br />

¿Cómo calificar el comportamiento que se<br />

esconde bajo esta declaración?<br />

Lo cierto es que el euro, la moneda única<br />

europea, es una construcción que presenta<br />

serias fallas (Krugman 2012b). Después de<br />

su declaración sobre la defensa del euro,<br />

Draghi decía “El euro es como un abejorro<br />

… este es un misterio de la naturaleza porque<br />

no debería volar, pero lo hace. Y el euro era<br />

un abejorro que ha volado muy bien durante<br />

varios años” y para que pudiera seguir volando,<br />

era necesario “transformarlo en una<br />

abeja de verdad” ¿Qué significan este juego<br />

de metáforas? Si no deberían volar, la analogía<br />

con el abejorro es inadecuada. ¿Los abejorros<br />

dejan de volar? ¿Cómo sucede eso, porque<br />

se mueren?¿moralmente son inferiores a las<br />

abejas, por eso es necesario transformar el<br />

euro, en la analogía? Querer ser didáctico<br />

no impide a Draghi ser contradictorio y la<br />

explicación sobre cómo funciona el euro y<br />

sobre cómo debería funcionar nos deja en<br />

ascuas.<br />

Entre los argumentos usados para salir<br />

de la crisis económica está el de no aumentar<br />

los impuestos, ya que ello desincentiva el<br />

ahorro y la inversión productiva derivada de<br />

tal ahorro, argumento que no presenta<br />

ninguna evidencia que lo avale (Navarro 2012).<br />

Es decir que se trata de un imaginario que<br />

circula justificando el comportamiento de<br />

ciertas personas, en especial los gobernantes,<br />

y que interpreta de manera subjetiva el<br />

comportamiento de los ricos. Lo que la evidencia<br />

muestra, sí, es que sólo 2% de la cantidad<br />

de dinero de que disponen los súper ricos<br />

va a inversiones de la economía productiva;<br />

el enorme resto se destina a inversiones personales<br />

más o menos especulativas.<br />

Otro de los mitos que circula en el imaginario<br />

de las elites sociales y políticas es<br />

que los muy ricos tienen una moral solidaria<br />

hacia los demás, que se preocupan por<br />

beneficiar a los necesitados. Investigaciones<br />

psicosociales demuestran que los ricos son<br />

menos solidarios que los pobres, tienen poca<br />

empatía hacia las necesidades humanas y<br />

muestran, en general, conductas más egoístas<br />

que los que poseen menos dinero (Grewal<br />

2012, Miller 2012). Para Joseph Stiglitz (2012c)<br />

además del control gubernamental de las fuerzas<br />

del mercado, las normas y las instituciones<br />

sociales poseen una gran parte de competencia<br />

en el aumento de la desigualdad social:<br />

las normas sociales de muchas sociedades<br />

llevan a los más necesitados a sufrir diferentes<br />

formas de discriminación.<br />

Para hacer más severa y ofensiva la condición,<br />

la Comisión Antimafia Europea ha reconocido<br />

que la crisis económica representa una oportunidad<br />

para el aumento de la criminalidad<br />

organizada, en especial el lavado de dinero<br />

de fondos provenientes del comercio de<br />

artículos falsificados, del tráfico de drogas,<br />

de la venta de armas y de otros productos<br />

de procedencia ilegal (Llorente 2012).<br />

Más acá de los imaginarios, lo cierto es<br />

que la posición de los Estados Unidos en la<br />

economía mundial está en declive, pero<br />

además sus habitantes sufren; el sueldo de<br />

un asalariado adulto estadounidense, en la<br />

actualidad, es inferior al que había en 1968<br />

(Stiglitz 2012b).<br />

La economía o, para decirlo mejor, los<br />

sistemas de producción económica y las<br />

relaciones sociales derivadas, está sufriendo<br />

un cambio estructural profundo del que la<br />

mayoría de los políticos y dirigentes sociales<br />

no parecen tener noticias; entre otros, la<br />

creación de nuevos empleos no es capaz de<br />

sustituir los salarios de los destruidos, y por<br />

lo tanto, la clase trabajadora gana cada vez<br />

menos dinero mientras que en el otro polo,<br />

los ricos se hacen cada vez más ricos. Otro<br />

cambio estructural es que mientras se crean<br />

empleos para personal con muy alta calificación,<br />

los obreros semicalificados son sustituidos<br />

por máquinas o uso de tecnologías y no tienen<br />

posibilidad de reinsertarse en el sistema de<br />

empleo por falta de calificación.<br />

IV<br />

En 2008, Beck (2008) señalaba que el mercado<br />

libre se había convertido en una ficción<br />

y que los banqueros (a quienes denomina<br />

banksters) estaban reclamando que el estado<br />

asumiera el pago o el resarcimiento de sus<br />

pérdidas. Los seres humanos, cuando se trata<br />

de defender lo que creen sus intereses, son<br />

capaces de omitir las inconsecuencias de su<br />

ideología. Cuando la crisis se hizo evidente,<br />

la respuesta del gobierno de Bush fue tomar<br />

una serie de medidas fuertemente intervencionistas<br />

para tratar de solucionar el problema.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 13


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

Algunos especialistas sostienen que uno<br />

de los inconvenientes fue la idea de Bush<br />

(el peor) de que los estadounidenses se esfuerzan<br />

más cuando poseen una casa asociada a<br />

su idea de que los mercados tienen mejor<br />

competencia cuando no se interviene en ellos<br />

(Becker, Stolberg y Labaton 2009). La primera<br />

responde a una psicología popular sin ningún<br />

fundamento científico, pero así piensan<br />

muchos de los políticos; la segunda es un<br />

mito persistente que la realidad desmiente<br />

una y otra vez (Stiglitz 2009). El político que<br />

lideró el rescate de las entidades de ahorro<br />

y préstamo en 2009 William Seidman, dijo del<br />

gobierno de Bush que había tomado decisiones<br />

que permitieron al libre mercado funcionar<br />

como un pleito de cantina y no como una pelea<br />

de box profesional, remarcando que debe<br />

haber muchas reglas cuando se necesita que<br />

el mercado funcione de manera adecuada<br />

(Becker y otros 2009). Metáfora interesante:<br />

¿son los mercados peleas reguladas? ¿qué tipo<br />

de peleas y qué tipo de regulaciones?¿cómo<br />

se estructuran o constituyen esos niveles<br />

diferentes?<br />

Con relación al trabajo de los banqueros,<br />

Paul Krugman (2009a) encuentra una dificultad<br />

en el modo como opera el sistema de<br />

remuneración para los ejecutivos del sector<br />

de las finanzas, ya que reciben premios y<br />

ganancias muy grandes si consiguen<br />

beneficios a corto plazo, pero no hay ningún<br />

castigo si estas ganancias provocan pérdidas<br />

a plazos más largos, lo cual los estimula a<br />

asumir riesgos excesivos, que los lleva a obtener<br />

grandes ganancias, las que acaban<br />

desbaratando a las empresas llevándose de<br />

paso al sistema financiero. La solución sería,<br />

sin duda, reformar el sistema de remuneración<br />

de los banqueros, pero la política no siempre<br />

logra sus objetivos.<br />

Un elemento que ha mantenido la acción<br />

social estadounidense es el mito de ser una<br />

tierra de oportunidades donde cualquier<br />

persona, cualquiera sea su condición inicial,<br />

puede alcanzar grandes metas si se esfuerza<br />

lo suficiente. Este imaginario ha comenzado<br />

a ser desmentido por los datos duros (Stiglitz<br />

2012a). En el momento actual se presenta<br />

una tendencia a la concentración de los ingresos<br />

en la parte alta de los niveles socioeconómicos,<br />

un desmantelamiento de los sectores<br />

medios y un aumento de los niveles de pobreza<br />

en las clases bajas. Durante el periodo de la<br />

llamada “recuperación”, entre los años 2009<br />

y 2010, los estadounidenses que perciben<br />

los mayores ingresos 1% se quedó con 93%<br />

del aumento de la renta. Joseph Stiglitz señala<br />

que en la parte alta de la pirámide se encuentra<br />

un conjunto muy grande de buscadores de<br />

renta, individuos que obtuvieron su riqueza<br />

mediante el uso monopólico del poder, o<br />

directores ejecutivos que hicieron un uso<br />

especial de las deficiencias de las estructuras<br />

corporativas para apropiarse de una cantidad<br />

excesiva de las ganancias empresariales y<br />

otros más que utilizaron sus conexiones políticas<br />

para aprovecharse de condiciones magnánimas<br />

del funcionamiento estatal para obtener<br />

ventajas poco asequibles a los comunes mortales.<br />

Y, más todavía, explotaron a los pobres mediante<br />

prácticas cuasi salvajes de otorgamiento<br />

de préstamos y aprovechamiento en el uso<br />

de tarjetas de crédito.<br />

No han faltado voces, cada vez más numerosas,<br />

que tratan de encontrar responsabilidades<br />

en uno u otro sector de los que están<br />

obligados a proponer las soluciones: cambiar<br />

la clase política, cambiar el sistema electoral,<br />

cambiar los mecanismos administrativos,<br />

pero todavía no alcanzan a formular una<br />

estrategia viable y coherente.<br />

Para decirlo con palabras de Joseph Stiglitz<br />

(2012c), uno de los campos de batalla decisivos<br />

es el de las ideas, pero no el del debate académico<br />

entre individuos presuntamente racionales<br />

que oponen y sopesan argumentos, sino<br />

de convicciones y de encuadre, donde no se<br />

pretende encontrar una certeza o certidumbre,<br />

sino comprender cómo se forman<br />

las percepciones y los imaginarios de los ciudadanos<br />

e influir sobre ellos. La captación<br />

de los políticos, comerciantes de ideas, es<br />

fundamental para mantener el control de los<br />

imaginarios: los políticos y la gran mayoría<br />

de los llamados intelectuales no crearán<br />

ideas, sino que harán un “guiso de pobre”<br />

con lo que recogen del mundo académico tratando<br />

de obtener una sazón que sea del gusto de<br />

sus partidarios y sus votantes. Pero estos<br />

marcos cognitivos modelan los sistemas<br />

perceptuales y se produce así un efecto de<br />

dominación ideológica hegemónica (Hoff y<br />

Stiglitz 2011).<br />

Es claro que los economistas no son sancionados<br />

por los errores que cometen o por<br />

los defectos de sus recomendaciones, lo que<br />

no ocurre en la mayoría de otras profesiones,<br />

donde la mala praxis es severamente sancionada<br />

y los yerros rara vez se perdonan (Zaiat<br />

14<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

2013). Un estudiante de la Universidad de<br />

Massachusetts Amherts eligió la investigación<br />

de dos prestigiosos académicos de<br />

Harvard para replicar una investigación,<br />

según la tarea que le había encomendado un<br />

maestro. Se trataba de un estudio de Kenneth<br />

Rogoff y Carmen Reindhardt (exaltos<br />

economistas del FMI que se desempeñan<br />

como profesores de Harvard en la actualidad)<br />

sobre el crecimiento en épocas de endeudamiento,<br />

donde se llegaba a la conclusión de<br />

que el crecimiento de un país disminuye de<br />

manera pronunciada cuando la duda pública<br />

de un país supera 90% del PIB. El alumno,<br />

Thomas Herndon, encontraba inconsistencias<br />

en el trabajo pero, típicamente, pensaba que<br />

el error era suyo porque no se podía dudar<br />

de dos académicos distinguidos de una prestigiosa<br />

universidad; sin embargo, tanto él<br />

como su maestro debieron aceptar que los<br />

que habían cometido el error por así decirlo<br />

eran los autores de la investigación original,<br />

que presentaba por lo menos tres errores<br />

graves, 1) habían incluido sólo 15 de los 20 países<br />

en la hoja de cálculo, excluyendo Australia,<br />

Austria, Bélgica, Canadá y Dinamarca, justamente<br />

fundamentales para la alteración del<br />

resultado final; 2) para otros países, se excluyeron<br />

cifras básicas, como las de Nueva Zelanda,<br />

con periodos de crecimiento cuando la deuda<br />

era superior a 90%; 3) se sesgaron promedios,<br />

otorgando, por ejemplo, el mismo peso<br />

a un año malo.<br />

La publicación del análisis de Thomas<br />

Herndon provocó una avalancha mediática<br />

y tuvo repercusiones en círculos académicos<br />

que lo llamaron para desarrollar trabajos<br />

conjuntos en pro de atacar la idea de que<br />

cuando existe un alto endeudamiento se<br />

frena el crecimiento económico (Pozzi 2013).<br />

Pero no recibió la llamada de ningún político.<br />

Los autores del trabajo publicaron una réplica<br />

que constituía una defensa de sus ideas que,<br />

sostenían, en muchos casos habían sido<br />

malinterpretadas (Reinhart y Rogoff 2013).<br />

Aceptaban que habían cometido un error de<br />

codificación pero que muchas interpretaciones<br />

de sus conclusiones eran equivocadas y<br />

señalaban que la austeridad por sí misma no<br />

funciona si no va acompañada de reformas<br />

estructurales y cuando éstas se diseñan mal,<br />

se puede afectar desproporcionadamente a<br />

los sectores de ingresos medios y bajos.<br />

Dudar de profesores de Harvard, se puede<br />

convertir en una falta grave en todo el mundo:<br />

las listas de méritos de las universidades suelen<br />

colocar a aquella en los primeros lugares.<br />

Pero los profesores de Harvard, como se ve,<br />

no están exentos de interpretaciones subjetivas<br />

de ideas e informes sobre la realidad.<br />

Un efecto colateral (o externalidad, como<br />

dirían los economistas) es la disminución de<br />

las denuncias por violencia machista. Las<br />

mujeres que la sufren presentan menos<br />

denuncias o las retiran más a menudo. Debido<br />

a la dependencia económica, muchas esposas<br />

maltratadas se desisten de llevar a la justicia<br />

a sus maltratadores por temor a no poder<br />

subsistir económicamente (Tobella 2013).<br />

El elemento imaginario seguirá funcionando<br />

siempre, en cualquier sociedad, pero<br />

son los académicos e intelectuales quienes están<br />

obligados a evidenciar su grado de irrealidad<br />

o utopía.<br />

La distribución más equilibrada e igualitaria<br />

de la riqueza es posible y para ello los<br />

políticos deben escuchar menos el discurso<br />

de los poderes fácticos y más a quienes parecen<br />

más interesados en el bienestar general.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 15


Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />

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16<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Jorge Teillier:<br />

la segunda mirada<br />

Juan Nicolás Padrón<br />

I<br />

Recientemente visité el lugar donde nací;<br />

hacía mucho tiempo que no iba por ese sitio<br />

donde pasé mis dos o tres primeros años de<br />

vida y en el cual después viví tres años cuando<br />

era un adolescente. La casa no existía, se<br />

había caído, y en su lugar levantaron cuatro<br />

o cinco más pequeñas; había desaparecido<br />

el gran patio de mis juegos, el jardín de mis<br />

sueños, los colores que tanto había evocado<br />

en la imaginación; los espacios que conservaba<br />

en el recuerdo eran completamente<br />

irreconocibles: me quedé sin palabras, desolado,<br />

al notar que la realidad había arrasado<br />

totalmente con mi memoria. Entonces recordé<br />

la poesía de Jorge Teillier (Chile 1935-1996)<br />

y reconstruí, con él, la desintegración de lo<br />

que fue. Frente a una segunda mirada, hay<br />

que rehacer en la imaginación, con voluntad<br />

obsesiva, un universo que no existe, tratar<br />

de dejarlo igual a como era en el pasado, único<br />

tiempo y posibilidad para que continúe<br />

durando; cuando uno ha sido un ‘exterrado’,<br />

aunque sea por un lapso breve, y se encuentra<br />

con esa tierra natal que ya no existe como<br />

uno la ha conservado en sus sueños, hay que<br />

inventarla definitivamente con restos de los<br />

elegibles elementos del recuerdo, que, por cierto,<br />

no serán iguales nunca a los del pasado. Y<br />

ese fue el empeño de Teillier: acudir a una memoria<br />

selectiva e incorporar escondijos secretos y<br />

rincones ocultos del alma que se fueron elaborando<br />

lejos de allí y de aquel tiempo, para<br />

la construcción de un espacio y tiempo míticos.<br />

Agradecí al poeta el método para consolarme<br />

ante la catástrofe de los territorios donde alguna<br />

vez fui feliz.<br />

Naín Nómez (1992) ha definido con precisión<br />

el marco donde se desenvuelve la poética<br />

de Teillier y ha constatado el valor que<br />

tiene la creación de un mito partiendo de<br />

una cotidianidad elemental, justamente en<br />

dirección contraria a la mayoría de los poetas<br />

integrantes de su generación: que apostaban<br />

por las ciudades mientras él se concentraba<br />

en el sur –mítico y lluvioso–, intentando<br />

hallar símbolos para tanta melancolía:<br />

La poesía de Teillier descansa en principio<br />

en la tradición de la representación<br />

lárica (poesía del lar, del origen, de la Frontera),<br />

aunque su obra trasciende el rótulo<br />

del arraigo lárico, cuyos antecedentes se<br />

encuentran en Chile en Efraín Barquero<br />

y Rolando Cárdenas. Sus poemas arrancan<br />

del recuerdo ingenuo y la nostalgia con una<br />

cierta esperanza de asir el pasado perdido,<br />

el cual paulatinamente se desintegra y se<br />

convierte en pura imagen soñada.<br />

Adelanto que no repetiré el término lárico,<br />

que solo ha servido para encasillar, y por tanto,<br />

catalogar –que de alguna manera significa<br />

archivar, es decir, guardar–, y de paso olvidar<br />

una obra, un método y una proyección que<br />

necesitan de otras lecturas a la luz del presente<br />

siglo, aunque el propio Teillier contribuyera<br />

a esa clasificación. El poeta fue testigo visionario<br />

de un mundo que se desintegraba, y su<br />

voluntad por conservarlo tuvo resultados personales<br />

para sentirlo suyo y amarlo; la búsqueda<br />

de huellas perdidas se ha resemantizado y<br />

adquiere un nuevo contenido con los tiempos<br />

que corren. Los más beneficiados por clasificaciones,<br />

que se convierten en absolutas por<br />

cómodas –sobre todo para académicos norteamericanos<br />

y europeos que aspiran a entender<br />

nuestra literatura–, fueron algunos seguidores<br />

que nunca estuvieron a su altura.<br />

Más que con el arraigo a un paraíso perdido,<br />

que sería un punto de vista exclusivo<br />

desde la perspectiva cristiana, preferiría abordar<br />

de manera más amplia esta elaboración artística<br />

de su mundo sin realidad, partiendo del<br />

predominio de una imagen soñada por encima<br />

del restablecimiento de cualquier paraíso.<br />

Teillier levanta velas también con variados<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 17


Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />

y evidentes referentes culturales: los libros<br />

de aventuras de Julio Verne y Emilio Salgari;<br />

el sentido trágico del ser humano en Panait<br />

Istrati; la imaginación folclórica de los cuentos<br />

de hadas; la mágica atmósfera de Alain Fournier;<br />

la tradición poética de Rubén Darío y Paul<br />

Verlaine; la experiencia del descubrimiento de<br />

la provincia en el mexicano Ramón López Velarde<br />

y en el colombiano Luis Carlos López; la exigencia<br />

creativa de Vicente Huidobro; el legado<br />

chileno de Omar Cáceres y Carlos Pezoa Véliz,<br />

entre algunos; así como la tradición poética<br />

española de Jorge Manrique o la tensión subjetiva<br />

de Rainer María Rilke, Friedrich Hölderlin<br />

o François Villon; la imaginería natural de Dylan<br />

Thomas, el simbolismo desolado de Saint-<br />

John Perse y el universo de la cultura beat de<br />

Allen Ginsberg, entre otros. Utilizó los íconos<br />

de su generación para la búsqueda de una<br />

utopía que no se forja en una idea de progreso<br />

citadino asociado a las máquinas, ni está<br />

vinculada con el consumo como ‘desarrollo’.<br />

El poema emerge porque se ha memorizado<br />

una anécdota del pasado asociada a su lugar,<br />

a un tiempo de infancia o adolescencia, y<br />

porque ha encontrado la música de las palabras<br />

necesarias para relacionarlo al mensaje<br />

de una anécdota. Memoria e instinto para<br />

fundar una poética que prevalece y se repite<br />

desde el primero de sus libros hasta el último,<br />

con una heroica persistencia por resucitar lo<br />

transitado.<br />

Repasemos lo que el propio Teillier afirmó<br />

sobre su experiencia con la poesía, que para<br />

él era igual a vivir en el mundo donde verdaderamente<br />

habitaba; en primer lugar, estaba<br />

convencido de que “ninguna poesía ha calmado<br />

el hambre o remediado una injusticia social,<br />

pero su belleza puede ayudar a sobrevivir<br />

contra todas las miserias”; postulaba un apotegma<br />

que todavía no ha querido ser aceptado<br />

en las sociedades más necesitadas de asimilarlo:<br />

“no importa ser buen o mal poeta, escribir<br />

buenos o malos versos, sino transformarse<br />

en poeta, superar la avería de lo cotidiano,<br />

luchar contra el universo que se deshace, no<br />

aceptar los valores que no sean poéticos,<br />

seguir escuchando el ruiseñor de Keats, que<br />

da alegría para siempre”. Esta condición salvadora,<br />

“una manera de ser y actuar” cuestionadora<br />

de que la miseria física conduce a la miseria<br />

espiritual, es su llamado ante la pérdida de<br />

valores de la civilización occidental, porque:<br />

Lo que importa no es dar en el blanco, sino lanzar<br />

la flecha. Y de nada vale escribir poemas si<br />

somos personajes antipoéticos, si la poesía<br />

no sirve para comenzar a transformarnos<br />

nosotros mismos, si vivimos sometidos a los<br />

valores convencionales (Trilce 1968-1969:<br />

13-17).<br />

Pareciera hoy todavía una herejía repetir<br />

la proyección que el poeta le daba a su ejercicio:<br />

La burguesía ha tratado de matar a la poesía,<br />

para luego coleccionarla como objeto de lujo<br />

… El poeta es un ser marginal, pero de esta<br />

marginalidad y de este desplazamiento puede<br />

nacer su fuerza: la de transformar la poesía<br />

en experiencia vital, y acceder a otro mundo,<br />

más allá del mundo asqueante donde se vive<br />

(Trilce 1968-1969: 13-17).<br />

El reclamo esencial del poeta quizás no fue<br />

muy bien entendido en su momento; abogaba<br />

“por un tiempo de arraigo”, que significa la<br />

lucha por el sentido de la pertenencia, que lleva<br />

directamente a la identidad cultural. Posiblemente<br />

el arma más poderosa para luchar con<br />

eficacia contra la globalización neoliberal<br />

que desde los finales años del siglo pasado<br />

se ha extendido como pandemia en el planeta<br />

y amenaza con arrasar los valores culturales<br />

de los pueblos al homogeneizarlos y convertirlos<br />

sólo en mercancías. Su prédica no podía<br />

ser la de un nacionalista, ni mucho menos la<br />

de un provinciano o poeta localista, si su<br />

proyección y alimentos espirituales fueron<br />

siempre universales; su previsión se fundaba<br />

en la creciente renuncia a echar raíces en la<br />

tierra natal, fenómeno que ya estaba ocurriendo<br />

en su época, junto al desarraigo de la emigración,<br />

una especie de destierro autoimpuesto<br />

por quienes generaban cultura y que a la larga<br />

no sólo se volvería contra el lugar al que renunciaban,<br />

sino también contra ellos mismos.<br />

Las razones de Teillier fueron las de un<br />

iluminado en los momentos cuando las ciudades<br />

de Europa y de los Estados Unidos continuaban<br />

creciendo y llenándose de escritores<br />

latinoamericanos:<br />

Un creador debe estar siempre alerta frente<br />

al diálogo con los creadores de otras latitudes.<br />

Pero los que eligen el éxodo no serán sino<br />

zombies, no estarán ni aquí ni en ninguna<br />

parte, serán los hombres desarraigados. El<br />

18<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />

autodestierro indica falta de confianza en sí<br />

mismo, y es a la vez un peligroso estado de<br />

yaconismo intelectual. Si un escritor se<br />

considera revolucionario (y siempre todo<br />

verdadero escritor ha estado en pugna contra<br />

los órdenes sociales injustos), elegirá la lucha<br />

contra su medio ambiente, tratará de superarse<br />

y superarlo por todos los medios (El<br />

Siglo, 1966: 15).<br />

La convocatoria de Teillier en una época<br />

de euforia cosmopolita y competencia maquinista,<br />

partía de un estudio de la naturaleza<br />

de no pocos poetas de origen rural o provinciano<br />

que ascendían a la fama y adoptaban<br />

ciertas máscaras para asumir un mundo al<br />

que no pertenecían, y tarde o temprano regresaban<br />

a sus orígenes aunque no fueran a vivir<br />

a sus lugares de origen o se identificaran con<br />

esos sitios de idéntica manera a como lo<br />

habían hecho; entonces, se preguntaba:<br />

¿Por qué esta vuelta? No basta para explicarla,<br />

creemos, el origen provinciano de la<br />

mayoría de los poetas, que atacados de la nostalgia,<br />

el mal poético por excelencia, vuelven<br />

a la infancia y a la provincia, sino algo más,<br />

un rechazo a veces inconsciente a las ciudades,<br />

estas megápolis que desalojan el mundo<br />

natural y van aislando al hombre del seno de<br />

su verdadero mundo (Boletín de la Universidad<br />

de Chile 1965: 48-62).<br />

La explicación conlleva la identificación<br />

de un proceso nacido en los años 60 del siglo<br />

XX que se asoció también, como cualquier periodo<br />

intenso del racionalismo de la modernidad,<br />

a una obsesión por la hegemonía tecnológica,<br />

y junto a ello, al temor creciente por el incremento<br />

de la carrera armamentista y el peligro<br />

nuclear. El poeta fue un crítico de lo que se ha<br />

llamado ‘desarrollo’ de la civilización occidental,<br />

y percibió desde muy temprano las<br />

deformaciones que entrañaban sus relaciones<br />

de dominación y hacia dónde conducían. De<br />

vida con costumbres provincianas y bautismo<br />

de capital, Teillier nunca dejó atrás un paisaje<br />

que jamás le sirvió para esconder su realidad,<br />

sino que su origen permanecía victorioso por<br />

encima de cualquier deslumbramiento; los<br />

personajes de su aldea se imponían y el poema<br />

luchaba porque se sentía el guardián del mito.<br />

Y frente al caos que veía venir, aseguraba:<br />

Por omisión, se repudia entonces el mundo<br />

mecanizado y estandarizado del presente, en<br />

donde el hombre medio sólo aspira a las<br />

pequeñas metas del confort como el auto, la<br />

televisión; en donde el habitante de nuestros<br />

países pierde su individualidad gracias al<br />

lavado mental de la propaganda y el deslumbramiento<br />

impuestos por el ejemplo y la<br />

propaganda de formas foráneas de vida (esas<br />

formas que causan millones de neurosis en<br />

nuestro ‘Gran Vecino del Norte’); en donde<br />

el burócrata ‘técnico en planeamiento’ o<br />

locutor de radio, o político de maquinaciones<br />

en oscuros pasillos, ha desplazado de la<br />

conducción de los pueblos al héroe; en donde<br />

la ciencia al servicio de intereses económicos<br />

amenaza con llevarnos a una destrucción<br />

atómica al final (Boletín de la Universidad<br />

de Chile mayo de 1965: 48-62).<br />

II<br />

Bajo una, entonces inédita, tesis de la modernidad,<br />

el poeta afirmaba que Pablo Neruda<br />

o Braulio Arenas habían sido exsurrealistas<br />

que al final se habían mantenido fieles a su<br />

tierra. Denunciaba la asfixia del panorama<br />

literario por la absorción de las editoriales<br />

comerciales extranjeras y especialmente por<br />

la falta de lectores; el tiempo transcurrido<br />

desde entonces sólo ha servido para ampliar<br />

y profundizar esta realidad. Había revelado<br />

su condición de marginales a los poetas, y<br />

para no serlo se refugiaban en las imperfecciones<br />

de la maquinaria de la burocracia o se<br />

escapaban a un lado de la vigilancia administrativa,<br />

aún formando parte del sistema; si<br />

no podían, sufrían los golpes de la represión<br />

estatal o de la descalificación de la cultura<br />

oficial. En el mejor de los casos: profesores; con<br />

más dicha, pero con más peligros de convertirse<br />

en oportunistas, diplomáticos; siguiendo<br />

un camino de aniquilación, burócratas o empresarios.<br />

Teillier siempre desconfió de esas<br />

máscaras y también descubría las ‘delicuescencias<br />

adolescentes’ de esos empeños de seudopoetas<br />

que se amparaban cortando renglones de un<br />

trasnochado vanguardismo para hacerlo<br />

pasar por experimentación. Así mismo ocurría<br />

con las «antojolías» que frecuentaban y aún<br />

suelen publicarse, que lejos de constituir<br />

selecciones de criterio y rigor, se refrendan<br />

con nombres promovidos por esa maquinaria<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 19


Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />

y responden a intereses ajenos a los valores<br />

intrínsecos de la poesía. Veía al poeta como<br />

una especie en extinción (Plan 1967: 23) y los<br />

problemas esenciales de la poesía por esos<br />

años los centraba en la falta de comunicación<br />

y en las dificultades editoriales para una promoción<br />

adecuada; pensaba que los críticos<br />

estaban sometidos a demasiados compromisos<br />

extraliterarios, que la ayuda condicionada del<br />

Estado no resolvía el dilema y los propios<br />

poetas tenían un comportamiento aislacionista<br />

o de ‘ombliguismo’, es decir, se consideraban<br />

el ombligo del mundo.<br />

La salida propuesta por Teillier frente a<br />

este caos, al menos la que él se dio personalmente,<br />

fue la de arrojar una segunda mirada<br />

sobre la iniciación. Pero no podía ser igual su<br />

escritura después de tanta experiencia adquirida.<br />

La lectura era esencial para la construcción<br />

de su obra, tan necesaria como el propio<br />

recuerdo del que partía o como la estructura<br />

que asumía para la existencia del poema; él<br />

mismo cuenta que leer lo sumergía en una<br />

abstracción semejante a la observada por<br />

Boris Pasternak en los trenes a los moscovitas<br />

en plena Segunda Guerra Mundial,<br />

cuyos pasajeros, ajenos al cercano cañoneo<br />

de los alemanes, leían como si nada estuviera<br />

sucediendo. La reconstrucción del sur con<br />

sus bosques y nieblas, sus lagos y pozas con<br />

escarcha, pájaros diversos y briosos caballos,<br />

y el omnipresente vino de las nostalgias, requerían<br />

de una elaboración mítica del paisaje<br />

para superar la larga historia de poesía<br />

descriptiva o descriptivista ya desgastada.<br />

Amplio y profundo lector, observador hasta<br />

la provechosa contemplación en su búsqueda<br />

serena por lo ignoto o lo inasible, mantuvo<br />

una alta responsabilidad con su obra, pues<br />

cuando se dispuso a publicar, ya estaba<br />

maduro como poeta. Sabía que su universo<br />

se localizaba entre la cordillera y el océano,<br />

desde el sur entre la tierra y la noche, y que<br />

debía hacerlo universal en lo telúrico y en la<br />

nocturnidad; su realismo oculto no se exponía<br />

fácilmente, se rehacía sobre un mundo perdido,<br />

con otro orden y bajo el dominio de la melancolía,<br />

sin neocriollismo ni las pretensiones<br />

de erigir al poeta como centro del universo,<br />

inauguradas por Huidobro y seguidas con<br />

fervor, pero de otra manera, por Neruda;<br />

estaba convencido de que su papel era ser<br />

“hermano de las cosas”, usar lugares comunes<br />

con palabras sencillas salvadas por un “centro<br />

emotivo o verbal”. La búsqueda de esa “edad<br />

de oro” no era exactamente la infancia, se<br />

trataba de un “país sin nombre” que no tenía<br />

principio ni final, un lugar sin tiempo ni<br />

geografía, como para indicar con una flecha<br />

la dirección contraria a la que se marcaba<br />

entonces como “progreso”. (Las citas de este<br />

párrafo, en: Boletín de la Universidad de<br />

Chile 1965).<br />

La necesidad de crearse un mito para<br />

sobrellevar la cotidianidad o el hambre de<br />

sueños y complementar la vida en el villorrio,<br />

provocó iluminaciones que no podían ser<br />

descubiertas bajo la inocencia de las primeras<br />

edades; entonces subyace una sociedad<br />

secreta, una naturaleza dormida que se iba<br />

descubriendo y se despertaba a la segunda<br />

mirada a esos lugares que se habían perdido,<br />

a cosas que ya no se usaban, a seres desaparecidos.<br />

Vida y obra se juntan con cierto neorromanticismo<br />

a cuestas más allá de la constatación<br />

del recuerdo, especialmente en la relación<br />

con el paisaje, y se impone preservar la realidad<br />

de la imaginación; este procedimiento<br />

que se repetía una y otra vez en su obra<br />

quizás sea una reminiscencia de la fundación<br />

del sur en Chile. Una vez le oí explicar a un<br />

profesor de historia que la obsesión del invasor<br />

Pedro de Valdivia, llamado conquistador de<br />

Chile, no era llegar al Estrecho de Magallanes,<br />

sino algo más poético y glorioso: encontrarse<br />

con el Paraíso que suponía en la Antártica.<br />

De ser cierta esta hipótesis, no tan descabellada<br />

si recordamos que tras la irrupción y ocupación<br />

de América latía la aspiración de hallar<br />

el Paraíso, explicaría además el camino largo<br />

y estrecho de Chile, la equidistancia de las<br />

ciudades del sur como si se tratara de asentamientos<br />

para relevos, o el nombre de un puerto<br />

que visto desde el Virreinato del Perú, anunciaba<br />

claramente una dirección: “Va-al-paraíso”.<br />

Esta atmósfera mítica fundacional del sur en<br />

Chile es retomada por Teillier desde sus historias<br />

personales y familiares, en coherencia<br />

y continuidad con sus ancestros. Jaime Giordano<br />

había afirmado: “Los adjetivos romántico,<br />

neorromántico o el último romántico no le<br />

han sentado del todo mal. Se le concede –sin<br />

mucha oposición– el principazgo poético de<br />

las provincias sureñas” (Poesía chilena<br />

(1960-1965): 1966).<br />

La hibridez de un mundo inventado que también<br />

existió y el hecho de recurrir a la memoria<br />

e incorporarle elementos de su cultura, hacen<br />

20<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />

también que el poeta se mueva en una frontera<br />

difusa que aprovecha en los últimos libros<br />

para apoderarse de un estilo definitivamente<br />

personal. Mientras se acerca a una realidad<br />

efectiva y afectiva, al mismo tiempo se aleja<br />

de esa posibilidad porque el lugar cantado<br />

constituye una ficción; su énfasis realista se<br />

frustra por el acento ficcional, y la atmósfera<br />

artística creada alrededor de paisajes y<br />

personajes que existieron hace de cada poema<br />

un confín mítico cuyos límites son muy difíciles<br />

de precisar. Esa frontera ambigua es<br />

uno de los valores constantes de su obra, más<br />

allá de cualquier clasificación por sus temas.<br />

Eduardo Llanos Melussa (1992) lo enfatizó:<br />

Esta oscilación entre el mundo propio y el trasmundo<br />

… entre la realidad propia y la ajena,<br />

entre la vivencia y la memoria, entre la<br />

circunstancia precaria y la plenitud de un<br />

paraíso perdido y a medias recobrable, es lo<br />

que mejor caracteriza su poesía.<br />

El mundo del cine mudo, las revistas viejas,<br />

los discos antiguos, la caja de música o el organillo,<br />

las noticias sobre piratas o del Oeste,<br />

las imágenes y el sonido del jazz, consiguen<br />

acentuar el carácter mítico y de frontera de una<br />

poesía que ha encontrado una metarrealidad<br />

asentada en la tradición bien aprovechada<br />

de su individualidad romántica. No en balde<br />

Alone, posiblemente el más respetado crítico<br />

de su tiempo en Chile, incluyó siete poemas<br />

de Teillier entre las 100 mejores poesías chilenas<br />

y lo llamó «el primero de su generación».<br />

Definitivamente es el poeta de la continuidad<br />

de una tradición mucho más antigua<br />

de lo que se cree; no hay rupturas, pero ya<br />

hemos advertido que hay una evolución<br />

creadora apegada a múltiples y diversos<br />

símbolos, y un sentimiento que al acercase a<br />

la infancia insinúa también una cercanía a la<br />

muerte. Teillier soluciona la desolación de<br />

Gabriela Mistral, potenciada en el sur, por<br />

caminos míticos y fronterizos en que los que<br />

funde a su experiencia cultural fragmentos<br />

de su pasado para conquistar un espacio<br />

funde a su experiencia cultural fragmentos<br />

de su pasado para conquistar un espacio<br />

recóndito. Ni tradición de vanguardia, ni<br />

rupturas de neovanguardia; sencillamente<br />

una experiencia de la memoria hacia el<br />

reencuentro de lo ilusorio. El reconocimiento<br />

como poeta de la tradición ha sido general;<br />

sin dudas es el continuador más genuino del<br />

mejor legado poético chileno, pues decantó<br />

la experimentación formal y la sintetizó en<br />

experiencia literaria de alto nivel estético<br />

para cualquier lugar del planeta, sin los<br />

predecibles resultados de tantos poetas que<br />

recrean como tema y sustancia el lugar donde<br />

nacieron. Con su procedimiento inédito y su<br />

perspectiva hacia un mundo artístico poco<br />

pragmático para su tiempo, también lanzó<br />

una flecha hacia el futuro, pues se convertía<br />

en uno de los primeros en renunciar a una<br />

modernidad que casi todos los de su generación<br />

asumieron; quizás por desconcierto los<br />

críticos le acuñaron el cartel que él mismo<br />

había proclamado, como para salir del paso,<br />

sin mucho más estudio; pero en realidad,<br />

nunca se ha sabido si fue el último romántico<br />

fuera de su tiempo o el antecedente más visible<br />

de quienes comenzaban a combatir una modernidad<br />

que nos ha traído no sólo un cúmulo<br />

de problemas sociales casi insolubles, sino<br />

también el deterioro continuado y ya dramático<br />

del ambiente natural. En ese sentido, la<br />

obra de Jorge Teillier necesita una segunda<br />

mirada, es decir, nuevas lecturas.<br />

Bibliografía<br />

Boletín de la Universidad de Chile (mayo de 1965).<br />

Núm. 56. Santiago de Chile.<br />

Nómez, N. (1992). Poesía chilena contemporánea.<br />

Breve antología crítica. Santiago de Chile: FCE,<br />

Andrés Bello.<br />

Trilce (1968-1969). No. 14. Valdivia.<br />

El Siglo. (13 de noviembre de 1966). Santiago.<br />

“La poesía de Jorge Teillier” (1966). En Poesía chilena<br />

(1960-1965). Santiago de Chile: Trilce.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 21


El cuento de Ricardo Ramos:<br />

intersticios e intersecciones<br />

Resumen:<br />

Aroldo José de Abreu Pinto<br />

El objetivo es presentar los intersticios e intersecciones en los cuentos de Ricardo Ramos. El<br />

cuento brasileño ha ganado rasgos que agregan lo paradójico, lo ambiguo, lo irónico, lo alusivo<br />

y, al mismo tiempo, remiten a los meandros de las fragilidades humanas por la introspección<br />

implicada. Hay que comprender el juego de vocablos y conceptos que involucran las<br />

condiciones humanas. Lo identificado como corriente franquea y/o desnuda cuestionamientos<br />

y juicios sobre el mundo. Lo no dicho, pero aprehendido por los sentidos, posee más fuerza de<br />

representación que lo efectivamente presente en la narrativa.<br />

Palabras-clave:<br />

Literatura brasileña; cuento; Ricardo Ramos; multisignificación.<br />

Ensayo, cuento, crónica, documento, fantasía. La situación límite de<br />

los dramas aprendidos se configuran en las fronteras del género, no<br />

cabe dentro del área que tradicionalmente se le reservaba y, por eso<br />

mismo, invade el espacio del otro, para decir de ellos con más empeño<br />

y libertad.<br />

José Carlos Garbuglio<br />

Hace tiempo que investigamos la producción<br />

ficcional de Ricardo Ramos, con especial<br />

enfoque hacia los textos cortos del escritor,<br />

buscando ubicarlos entre las tendencias contemporáneas.<br />

Específicamente, la preocupación<br />

ha sido demostrar que el escritor posee una<br />

manera singular de percepción y representación<br />

de la realidad en sus cuentos, novelas,<br />

crónicas. Lo que particulariza su estilo, es<br />

un proceso que toma lo trivial, lo habitual,<br />

lo cotidiano, como pretexto para representar<br />

una realidad marcada por el desnudamiento<br />

de las fragilidades humanas. El resultado<br />

obtenido por el escritor, en una acepción más<br />

amplia: es la exacerbación y la cristalización<br />

de una tensión al nivel del lenguaje, esto lo<br />

ubicaría entre los grandes escritores de la<br />

segunda mitad del siglo pasado.<br />

Tal postura crítica se ha revelado consistente<br />

para comprender la inmanencia de su<br />

producción, pero al investigar dentro de un<br />

todo orgánico, la disposición de los elementos<br />

esenciales que componen los objetos de ficción<br />

tomados como fuente de estudio, se observa<br />

que existe en la producción de Ricardo Ramos,<br />

una ‘tercera orilla’ a considerar – si nos lo<br />

permite la imagen de Guimarães Rosa a partir<br />

de “La tercera orilla del río”, de Primeiras<br />

estórias (1978). En otras palabras, más allá<br />

de una primera orilla que revela un modo<br />

particular de representación, hay una segunda<br />

que ofrece un contenido representado; y una<br />

tercera más intrincada a la cual nos somete<br />

el ‘canoero’ ricardino y que parece situar la<br />

obra en un lugar, o mejor dicho, en un entrelugar<br />

–acepción más filosófica y actualizada–<br />

más cercano o tal vez más aplicable a la narrativa<br />

contemporánea. Así, nos permite explotar<br />

y reflejar sobre algunas fronteras en la literatura<br />

o, todavía, dar cuenta de las influencias<br />

y/o confluencias entre mundos jerarquizados,<br />

o no, que constituyen cierto zeitgeist 1 de<br />

inserción de su producción. Explícita o implí-<br />

1<br />

Término que, como se sabe, puede traducirse, si bien<br />

que precariamente, como “espíritu de la época”<br />

predominante en cierta región y/o cultura.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 23


El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />

citamente, el principio operador del término,<br />

en contraste y/o complemento de lo que se<br />

denomina interioridad –esa experiencia y<br />

evidencia de acción que legitima la ejecución<br />

de una obra artística y garantiza su autonomía–,<br />

tiene el poder de producir un efecto<br />

de particularizar un cierto objeto artístico.<br />

Por supuesto, hay una dimensión externa y<br />

objetiva de concepción que sostiene directa<br />

o indirectamente toda la narrativa estéticamente<br />

elaborada, sea en el polo de la producción o<br />

de la recepción de determinado objeto. Pero<br />

la cuestión es poner en evidencia, discutir,<br />

sistematizar y problematizar algunos de esos<br />

límites sin perder de vista lo esencial: el texto<br />

ficcional y su carácter lúdico ante todo.<br />

Para ejemplificar, o más apropiadamente<br />

para elucidar la discusión, podríamos retomar<br />

aquí, como punto de partida, algunas<br />

propuestas de Antônio Cândido (1965), en<br />

Literatura e sociedade, sobre las tensiones<br />

en las formas de manifestación del pensamiento<br />

de la literatura nacional que redundaron, en<br />

cierto momento de nuestra historiografía,<br />

en lo que el crítico denominó “dialéctica del<br />

localismo y del cosmopolitismo”, vivificado<br />

más hondamente en los periodos denominados<br />

Romanticismo y Realismo, extendiéndose<br />

hasta el Modernismo, principalmente hasta<br />

la generación de 1930. Está claro que nuestras<br />

conjeturas no intentan apuntar hacia una<br />

discusión en los mismos modelos de Antônio<br />

Cândido, sino retomar esa cuestión nos parece<br />

importante para la comprensión del proceso<br />

de formación cultural/literario brasileño y,<br />

acto continuo y de modo más puntual, para<br />

buscar comprender y ubicar la percepción de<br />

Ricardo Ramos sobre ese zeitgeist característico<br />

y presente en determinado momento<br />

de su producción. Ricardo Ramos no hace<br />

parte directamente de la discusión señalada<br />

por el crítico Antônio Cândido, pero hay<br />

ciertamente presente, dentro de su obra, un<br />

choque, una tensión de fuerzas, que remite<br />

hacia una búsqueda constante de una identidad<br />

propia y no sólo aquella presente, como ya<br />

se ha dicho, intrínsecamente al texto ficcional,<br />

sino manifestada en toda su producción de<br />

ejercicio de intelecto por un modo específico<br />

y auténtico de percibir y recorrer las realidades<br />

coetáneas. Que se revela, en una esfera más<br />

amplia, incluso en su actividad intelectual<br />

como periodista, editor, profesor de publicidad<br />

y propaganda, y crítico literario, como es posible<br />

averiguarse, por medio de investigaciones,<br />

en documentos existentes en su acervo particular,<br />

disponible hoy en la Universidade del<br />

Estado de Mato Grosso, campus regional de<br />

Alto Araguaia.<br />

Si Cândido (1993: 23) apunta hacia<br />

“tendencias universalistas y particularistas”<br />

en relación con la literatura brasileña, en el<br />

caso de Ricardo Ramos tal vez se podría<br />

pensar en una preocupación en manifestar<br />

un ‘sobrevivir’, un venir o acaecer a posteriori,<br />

pues el escritor estrena en 1954 con la publicación<br />

de narrativas cortas en obra que recibió<br />

el título Tempo de espera y, en un momento<br />

en que tales tensiones en las formas de manifestación<br />

del pensamiento de la literatura nacional<br />

parecen ya sobrepasadas, el escritor parece<br />

todavía cargar el peso de la superación de<br />

esa visión, pues integra una forma de expresión<br />

claramente manifiesta y tal vez denunciadora<br />

de una sensación de falta de capacidad de<br />

reacción a una situación de dependencia<br />

cultural, económica, social y política que debilita,<br />

fragiliza a los individuos de una sociedad organizada,<br />

particularmente la de los intelectuales<br />

y demás integrantes de la sociedad brasileña<br />

de las décadas de 1950 a 1990, periodo cuando<br />

se asienta su producción ficcional. Para mejor<br />

comprensión de lo que involucra tal cuestión,<br />

recurrimos a Cândido (1965: 131-132):<br />

Si fuera posible establecer una ley de evolución<br />

de nuestra vida espiritual, podríamos tal<br />

vez decir que toda ella se rige por la dialéctica<br />

del localismo y del cosmopolitismo, manifestada<br />

de maneras más diversas. Ora la afirmación<br />

premeditada y por vez violenta del nacionalismo<br />

literario, con veleidades de crear incluso<br />

una lengua diversa; ora el declarado conformismo,<br />

la imitación consciente de los patrones<br />

europeos. Esto ocurre en el plan de los programas,<br />

porque en el plano psicológico profundo,<br />

que rige con mayor eficacia la producción<br />

de las obras, vemos casi siempre un ámbito<br />

menor de oscilación, definiendo alejamiento<br />

más reducido entre los extremos. Y más allá<br />

de la intención ostensiva, la obra resulta en<br />

un compromiso más o menos feliz de la<br />

expresión con el patrón universal. Lo que hemos<br />

atestiguado de más perfecto como obra y<br />

como personalidad literaria (un Gonçalves<br />

Dias, un Machado de Assis, un Joaquim Nabuco,<br />

un Mário de Andrade); representa los momentos<br />

de equilibrio ideal entre las dos tendencias.<br />

24<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />

Y todavía sobre nuestra condición, por<br />

así decir, ‘colonial’, acrece:<br />

Se puede llamar dialéctico este proceso<br />

porque él tiene realmente consistido en una<br />

integración progresiva de experiencia<br />

literaria y espiritual, por medio de la tensión<br />

entre el dato local (que se presenta como<br />

substancia de la expresión) y los moldes<br />

heredados de la tradición europea (que se<br />

presenta como forma de expresión). Nuestra<br />

literatura, tomado el término en el sentido<br />

restricto y en el amplio, ha, en este aspecto,<br />

consistido en una superación constante de<br />

obstáculos, entre los cuales el sentimiento<br />

de inferioridad que un país nuevo, tropical y<br />

ampliamente mestizado, desarrolla ante los<br />

viejos países de composición étnica estabilizada,<br />

con una civilización elaborada en condiciones<br />

geográficas bastante diferentes. El<br />

intelectual brasileño, buscando identificarse<br />

a esta civilización, se encuentra, empero, ante<br />

particularidades de medio, raza e historia, no<br />

siempre correspondientes a los patrones<br />

europeos que la educación le propone, y que<br />

por veces se elevan delante de ellos como<br />

divergentes, aberrantes (Cândido, 1965, p.<br />

131-2).<br />

De los fragmentos de arriba, se destaca, entre<br />

las palabras de Cândido, la información de<br />

que las oscilaciones extremistas de visiones<br />

de algunos autores en determinada época<br />

ocurren con mayor intensidad en el plano de<br />

los programas, pero que en el plano psicológico<br />

profundo ocurre menor oscilación.<br />

Ricardo Ramos parece alinearse con ese segundo<br />

bloque de autores que se alejan de los extremos,<br />

intentando un resultado “más o menos<br />

feliz de la expresión con el patrón universal”<br />

(131), o sea, Ricardo Ramos no opta ni por<br />

un apego crudo a cuestiones nacionales –al<br />

contrario, busca desnudar los sentimientos<br />

humanos en su esencia– ni tampoco asume<br />

una postura conformista, principalmente en<br />

lo que atañe a la imitación de este o de aquel<br />

arquetipo histórico/cultural, principalmente<br />

los patrones europeos. Tal como los autores<br />

citados por Antônio Cândido (Gonçalves<br />

Dias, Machado de Assis, Joaquim Nabuco y<br />

Mário de Andrade), Ricardo Ramos busca su<br />

‘personalidad literaria’, equilibrando la<br />

representación de un cierto sentimiento ya<br />

arraigado de privación de vivencia expresiva<br />

de valores que definen el conocimiento seguro<br />

y profundo de los matices que componen una<br />

sociedad organizada, característicos de un país<br />

nuevo como Brasil, con su capacidad de lanzar<br />

imágenes que van mucho más allá de las fronteras<br />

geográficas; o sea, sin abandonar particularidades<br />

distintivas del medio, raza e historia,<br />

inherentes a su convivio en determinado ambiente<br />

y no siempre correspondientes a ciertos patrones,<br />

el autor busca sobrepasar algunas barreras<br />

con la representación de un ser ficcional individual<br />

que remite, al mismo tiempo, a lo<br />

colectivo de las relaciones humanas. No hay,<br />

empero, cómo olvidar, según aclara Cândido<br />

(1987: 154):<br />

Sabemos, pues, que somos parte de una cultura<br />

más amplia, de la cual participamos como<br />

variedad cultural. Y que, al contrario de lo<br />

que suponían a veces ingenuamente nuestros<br />

abuelos, es una ilusión hablar en supresión<br />

de contactos e influencias. Porque, en un momento<br />

en que la ley del mundo es la interrelación y<br />

la interacción, las utopías de la originalidad<br />

aislacionista en una fase de formación nacional<br />

reciente, que condicionaba una posición<br />

provinciana y umbilical.<br />

Discutir o evocar tales cuestiones, como<br />

sabemos, significa pensar en las condiciones<br />

de producción y en un objeto que considera<br />

el discurso literario y no sólo el texto en sí, lo<br />

que nos remite hacia la observación de la<br />

literatura de carácter estético de forma que<br />

ésta revela una cultura articulada de la cual<br />

surge un producto y para la cual se destina.<br />

Entre ese sujeto y el objeto hay un pequeño<br />

espacio que se entreabre para una gama de<br />

perspectivas muchas veces no pensadas<br />

anteriormente, ni por un remitente ni por un<br />

receptor, pero que pueden reunir, incorporar<br />

e incluso superar la discusión de los choques<br />

entre lo dicho y lo no-dicho o entre el juego<br />

del sentido y del no-sentido de determinado<br />

objeto.<br />

Creemos que ha quedado claro que no<br />

se pretende un discurso tautológico, siquiera<br />

logocéntrico. 2 Al contrario, se busca conjeturar<br />

sobre cómo la centralidad de las ideas y<br />

de los so entre-lugares resultan un espacio<br />

propicio para reflexionar, imaginar e identificar<br />

una nueva identidad para una cierta producción<br />

2<br />

Término en la acepción de Jacques Derrida (1930).<br />

Santiago, Silviano (superv.) Glossário de Derrida. Rio<br />

de Janeiro: Francisco Alves, 1976.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 25


El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />

ficcional, lo que puede, acto continuo, redefinir<br />

la idea misma de sociedad o contestarla,<br />

una vez que permite el vislumbre de otras<br />

señales indicativas de identidad.<br />

Por supuesto, el escritor no usa su texto<br />

abiertamente para profesar cuestiones<br />

relativas a una identidad latinoamericana.<br />

Tal problematización ocurre en el ámbito del<br />

discurso literario. Surge, emerge, por lo<br />

tanto, de una situación y de una necesidad<br />

de expresión estimulada por el funcionamiento<br />

de una cultura todavía marcada por<br />

cierto tipo de sujeción o tal vez falta de conciencia<br />

de la propia identidad en los sectores<br />

económico, político y cultural. Elementos<br />

de esa frontera, que no son el remate sino el<br />

comienzo de un proceso de supervivencia o<br />

restauración de una tercera orilla establecida<br />

todavía solamente por la capacidad imaginaria<br />

de revelar un producto desde señales, están<br />

abiertos a la reflexión. Ramos alude a situaciones<br />

abiertas pero logra delinear contornos.<br />

Mucho más que proponer fundar, ensalzar<br />

o condenar diferencias, desigualdades, anormalidades,<br />

irregularidades, lleva espontáneamente<br />

a un movimiento de vaivén. Es<br />

justo en ese movimiento oscilatorio donde se<br />

refigura la realidad en sus textos ficcionales.<br />

Todavía en el ámbito de las fronteras,<br />

hay que recordar que ellas no siempre están<br />

estáticas, lo que dificulta una reflexión o un<br />

juicio más o menos confiable. Así, al tratar<br />

de la obra de Ricardo Ramos, hay que considerar<br />

la porosidad y la elasticidad de configuraciones<br />

a las que está sometido ese objeto,<br />

para sólo entonces pensarlo en la esfera de<br />

lo imaginario. Sea como forma de inmersión<br />

o de esquivar de manera astuta, tal sensación<br />

de incompletud inherente al ser humano; sea<br />

como representación consciente o inconsciente<br />

de nuestra utopía de una sociedad ideal, todavía<br />

hoy presente en gran parte de Occidente, las<br />

narrativas de Ricardo Ramos componen un<br />

panel de nuestro tiempo, trayendo en sí<br />

toda la tensión entre los fenómenos mentales<br />

y emocionales propios de la naturaleza<br />

humana.<br />

En las palabras de José Carlos Garbuglio<br />

(1984), el escritor funcionaría como una cámara<br />

en movimiento, enfocando los aspectos<br />

más comunes de la sociedad y, gracias al<br />

ejercicio de la fantasía, irrumpiendo el bloqueo<br />

de los condicionamientos sociales y desnudando<br />

todo el proceso de no acabado inherente<br />

al ser humano.<br />

Generalmente queda la impresión de que a la<br />

narrativa preexiste una experiencia que<br />

recorta el hecho y activa la dosis de realismo.<br />

Vivida por el narrador aquella experiencia<br />

del evento (claro, se trata de una estrategia<br />

adoptada por el contador de historias,<br />

exactamente para provocar el sentido de<br />

aproximación entre los dos vértices de la<br />

realidad) facilita el pasaje de la observación<br />

a la invención, que es al mismo tiempo<br />

estimulada y estimulante de las situaciones<br />

límites en que se completan la fantasía y<br />

observación. Provocadas, las aspiraciones<br />

personales contenidas por las varias formas<br />

de coerciones rompen las camadas de<br />

contención y afloran, mientras se ilumina el<br />

juego del astillarse social y la creación se<br />

inventa (Garbuglio 1984: 8).<br />

En un dominio más amplio, esa fragmentación<br />

y desnudez de la sociedad irán a darse,<br />

en la contemporaneidad, por la negación de<br />

lo homogéneo y de lo que se presenta como<br />

lógico o racional. Hay como una indefinición<br />

de las descripciones y el flujo del pensamiento<br />

del sujeto del discurso aglutina una<br />

abundancia de frases, expresiones y términos<br />

que se barajan, se licuan, se sobreponen, se<br />

entrecruzan en un todo paradójico. Lo singular<br />

y lo plural se mezclan y, de esta manera,<br />

una visión maniquea de la realidad pierde lugar<br />

decisivamente. En ese universo de orden y<br />

desorden, se establece un juicio al mismo<br />

tiempo endógeno, porque tiene su origen en<br />

el interior de una estructura o sistema establecido,<br />

y universal; porque refleja la supremacía<br />

intelectual enraizada en un determinado<br />

ambiente.<br />

Una lectura de un cuento de Ricardo<br />

Ramos<br />

El cuento “El tercer hermano”, publicado<br />

inicialmente en Circuito fechado (1972),<br />

constituye un relato que expone, con sagacidad<br />

y agudeza, un universo en donde son<br />

contrapuestos valores puestos cotidianamente<br />

en la sociedad.<br />

Narrativa corta, posee como hilo conductor<br />

la conducta de dos hermanos de rasgos<br />

opuestos; la inserción de un tercer hermano<br />

–en realidad un ser irreal– provoca un efecto<br />

singular y desestabilizador del orden,<br />

lanzando al lector en un terreno movedizo<br />

de cuestionamientos sobre conductas y<br />

rutinas arraigadas en la sociedad.<br />

26<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />

Narrativa corta, posee como hilo conductor<br />

la conducta de dos hermanos de rasgos<br />

opuestos; la inserción de un tercer hermano<br />

–en realidad un ser irreal– provoca un efecto<br />

singular y desestabilizador del orden,<br />

lanzando al lector en un terreno movedizo<br />

de cuestionamientos sobre conductas y<br />

rutinas arraigadas en la sociedad.<br />

En el inicio del cuento, se hilvanan indicios<br />

de conductas, sentimientos, anhelos y<br />

pretensiones repetitivas y previsibles que el<br />

narrador imparte al lector. Hay dos marchas<br />

distintas y al tiempo complementarias en el<br />

enredo: la maduración personal de cada uno<br />

de los personajes, alternada por la narración<br />

de conflictos y visiones distintas entre ambos,<br />

y el inicio y fin de los tiempos marcados en<br />

el comienzo del cuento por la mención a la<br />

creación del mundo por Dios, y la retomada<br />

de la misma idea en el final. Que se destaque<br />

igualmente el hecho de que sean tres hermanos;<br />

número que, por sí solo, remite a toda una<br />

configuración bíblica: la tripartición en Dios<br />

padre, Dios hijo y Espírito Santo.<br />

No se atribuyen, empero, nombres a los<br />

personajes. Se indica simplemente: “el mayor”,<br />

“el menor” y, en seguida, “el tercer hermano”.<br />

Tal gradación resulta una forma singular de<br />

marcarse las diferentes percepciones del mundo<br />

y la construcción de caracteres presentes en<br />

una sociedad.<br />

Resulta importante observar que el<br />

supuesto tercer hermano, que se pone como<br />

conciliador entre los dos primeros hermanos,<br />

irónicamente tiene un solo ojo, pero posee<br />

la facultad de divisar la realidad y ver más<br />

lejos que los demás. En estos momentos<br />

Ricardo Ramos va en dirección a un modo<br />

característico y meticuloso de oposición; o<br />

sea, el narrador y los personajes concebidos<br />

en sus textos cortos exigen, al mismo tiempo,<br />

la atención de un lector virtual para lo que<br />

es común en las conductas y acciones humanas,<br />

pero también una conciencia mental de<br />

lo pormenorizado, de lo particular, que, en<br />

el sentido riguroso del término, desnuda y<br />

dramatiza, de manera directa o indirecta, la<br />

ambigüedad de las relaciones colectivas.<br />

A pesar de la clara referencia del narrador<br />

a lugares, modales y palabras de los personajes,<br />

más importante que el relato explícito<br />

de cosas menudas, está el drama humano<br />

reducido a lo esencial y ofrecido en un vocablo<br />

o en una expresión. Lo podemos entrever<br />

en esta cita del cuento:<br />

Cuando hizo doce años, el hermano mayor<br />

ganó una pelota y jugó al fútbol. El hermano<br />

menor ganó un libro y lo leyó. A veces, uno<br />

llamaba al otro:<br />

–¿Vamos a jugar?<br />

–¿No quieres leer?<br />

Ninguno de los dos aceptaba. El menor, callado,<br />

bajando la cabeza. El mayor, irritándose:<br />

–No sales, no corres, no haces ejercicios.<br />

–¿Para qué? No tengo ganas.<br />

Y seguía leyendo. El otro maldecía:<br />

–¡Maricón!<br />

Él contestaba, sin demudarse:<br />

–La madre.<br />

El tercer hermano, el que tenía una pierna,<br />

comentaba con cierta alegría:<br />

–Sois diferentes como dos hermanos. (Ramos<br />

2012: 22)<br />

En la narración de arriba, lo que se destaca<br />

es la frase quirúrgica del tercer hermano, que<br />

tenía una sola pierna: –“Sois diferentes como<br />

dos hermanos”. La facultad intelectual para<br />

juzgar, evaluar correctamente, de discernimiento<br />

se le atribuye al tercer hermano, pero<br />

éste siempre dice un vocablo o frase cargada<br />

de nuevos sentidos y la imagen se entreabre<br />

de nuevo a las reflexiones del lector. Las<br />

ponderaciones del tercer hermano demuestran<br />

equilibrio mental, pero queda igualmente claro<br />

que es como si este personaje no existiera en<br />

el conjunto de las relaciones humanas. Le queda<br />

al lector, como se ha dicho, la responsabilidad<br />

de rellenar los vacíos del texto.<br />

Las contradicciones en el interior del texto<br />

entre los personajes se repiten. El diseño de<br />

la experimentación de valores que componen<br />

una sociedad organizada va aclarando<br />

un modo característico de representación de<br />

experiencias propias de un país capitalista.<br />

Las imágenes creadas van más allá del relato<br />

simplista de la condición de un país sudamericano<br />

como Brasil. Ellas definen un sistema<br />

económico correspondiente a ciertos patrones<br />

de dominación vigentes en un ámbito todavía<br />

mayor. La narrativa resulta comprendida en<br />

términos de contradicción social a la cual<br />

están expuestos la sociedad y el individuo<br />

en la contemporaneidad. Artísticamente,<br />

tales contradicciones provocan, en la obra<br />

de Ramos, sujetos ficcionales que, a pesar<br />

de estar fragmentados, deshacen e indagan<br />

sobre lo cotidiano. Indirectamente es posible<br />

entender el conjunto de choques como un modo<br />

de referirse irónicamente y críticamente a<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 27


El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />

la absoluta falta de límites en las relaciones<br />

capitalistas. El narrador o los personajes<br />

provocan al lector para, entre otras cosas,<br />

darse cuenta de que no hay melodía alguna<br />

en el proceso de cosificación del hombre.<br />

Caminando hacia el final, la narrativa gana<br />

contornos que refuerzan más todavía tal<br />

punto de vista singular del narrador. Veamos<br />

la cita:<br />

Cuando llegó a la mayoridad, el hermano<br />

mayor estaba al término del curso científico<br />

e iba a cursar medicina. El hermano menor<br />

se iniciaba en el clásico y pensaba en filosofía.<br />

El primero tenía una novia, y el segundo. a<br />

muchas, Uno se vestía con cuidado, se afeitaba<br />

la barba cuadrada, se ponía colonia en el<br />

pañuelo, El otro usaba los mismos pantalones<br />

descoloridos, el pelo despeinado y largo,<br />

gafas redondas. En las comidas, el mayor<br />

comía mucho y crecía, aumentaba, fuerte y<br />

sólido, mientras el menor no tanto, olvidado,<br />

delgado, algo frágil (Ramos 2012: 23).<br />

Se establece entrambos una relación que<br />

intenta evidenciar todavía más un pragmatismo<br />

o no, en la manera de tratar cuestiones<br />

filosóficas, estéticas, físicas, científicas. A<br />

partir de determinado momento, empero, ya<br />

no se sabe a quién atribuirse las hablas. Se<br />

puede, a partir de huellas del narrador, conjeturarse<br />

a quién pertenece cada afirmación,<br />

pero, en lo general, queda la impresión de<br />

que, hacia el final, el narrador quiere delegarles<br />

la tarea de presentar los hechos a los personajes<br />

para demostrar que, a pesar de las<br />

diferencias, todo se mezcla en un conjunto<br />

que constituye la diversidad humana en sus<br />

débiles relaciones.<br />

En fin, los tres hermanos, cada cual a su<br />

manera, pintan con maestría un cuadro de<br />

la sociedad contemporánea, haciendo más<br />

visibles las fronteras de una situación<br />

perceptible en los meandros de la literatura<br />

brasileña de la segunda mitad del siglo<br />

pasado. Aunque tratemos aquí de un solo autor<br />

en específico y desde recortes muy distintos,<br />

hay un cierto entrelugar en la ficción de Ramos<br />

que apunta hacia las realidades sociales<br />

objetivas y/o subjetivas de los individuos que<br />

viven en determinado espacio geográfico.<br />

La experiencia de alternarse sustancialmente<br />

o de descomponerse la identidad humana<br />

en astillas gana relevancia de tal manera que<br />

las estructuras textuales, a ejemplo del cuento<br />

escogido para estas reflexiones, demuestran<br />

cuán múltiples son las experiencias que<br />

acompañan la representación del hombre en<br />

la literatura contemporánea.<br />

Bibliografía<br />

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ensaios. São Paulo: Ática.<br />

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Primeiras estórias. Rio de Janeiro: José Olympio.<br />

28<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Importancia de la corrección fonética y los<br />

elementos prosódicos en la competencia<br />

comunicativa de la lengua francesa<br />

Orlando Valdez Vega<br />

Resumen<br />

El objetivo de este trabajo es describir una investigación donde se propone un método de<br />

autorregulación que permita al alumno progresar durante el proceso de aprendizaje del francés.<br />

Se busca lograr una consolidación de los elementos fonéticos y de los usos prosódicos de esta<br />

lengua, mediante el diseño de un taller remedial que combine el uso de estrategias didácticas<br />

y recursos tecnológicos para una mejor adquisición de la competencia comunicativa.<br />

Palabras clave: competencia comunicativa, fonética, elementos prosódicos.<br />

Aprender una lengua no es tarea fácil, sobre<br />

todo si este aprendizaje se entiende en su<br />

dimensión globalizadora de la adquisición<br />

de la competencia comunicativa. El Marco<br />

Común de Referencia Europeo lo dirá con<br />

mucha fuerza al poner en plena luz sus tres<br />

componentes: el lingüístico, el sociolingüístico<br />

y el pragmático (MECR 2002:13).<br />

Si nuestra atención se orienta hacia estos<br />

tres componentes comprenderemos la importancia<br />

de la adquisición de una destreza<br />

fonética y fonológica de la lengua que se<br />

aprende ya que cada sistema de lengua posee,<br />

por un lado, fonemas específicos que deberán<br />

ser aprendidos y, por otro, elementos prosódicos<br />

particulares que toman un gran peso en los<br />

componentes pragmático y sociolingüístico.<br />

Desafortunadamente, en la enseñanza de<br />

lenguas, poco se enfatiza la importancia de<br />

los elementos prosódicos de una lengua. Se<br />

llega a considerar que el dominio de los elementos<br />

fonéticos basta y, si bien es cierto que<br />

la fonética es imprescindible en el estudio<br />

de una lengua al tener como objeto el estudio<br />

científico de los sonidos del lenguaje en su<br />

emisión y su recepción (Chiss; Filliolet;<br />

Maingueneau, 2001:37), no bastaría dicho<br />

conocimiento intelectual y práctico para el<br />

logro de la competencia comunicativa. En<br />

efecto, la competencia comunicativa va mucho<br />

más lejos que el simple dominio de los fonemas<br />

de una lengua ya que sus tres componentes<br />

implican cada uno de ellos la transmisión de<br />

conocimientos, destrezas y habilidades, de<br />

manera específica a cada lengua. Ahora bien,<br />

para poder justificar la importancia de la<br />

integración de la dimensión fonológica de una<br />

lengua a la enseñanza habría que ver primeramente<br />

el lugar que ocupa la adquisición<br />

de esta competencia en el componente lingüístico<br />

de la competencia comunicativa según el<br />

MCER.<br />

Presentación del proyecto sobre mejora<br />

de la pronunciación del francés<br />

La presente reflexión se desprende de un trabajo<br />

de investigación-acción que desarrolla<br />

el autor, referente a la corrección fonética<br />

del francés para alumnos de licenciatura que<br />

se forman como futuros profesores de la<br />

lengua francesa mediante un taller remedial.<br />

a) Cuestionamientos y supuestos<br />

La realización de un taller remedial parte de<br />

la búsqueda de solución a los siguientes<br />

cuestionamientos:<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 29


Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />

de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />

1. ¿Cuáles son los errores típicos en la<br />

pronunciación del francés de los<br />

hispanohablantes del noreste de<br />

México?<br />

2. ¿Cómo disminuir las interferencias<br />

de la lengua materna o de una segunda<br />

lengua como el inglés al momento<br />

de aprender el idioma francés?<br />

3. ¿Qué actividades específicas seleccionar<br />

y adaptar para remediar las<br />

dificultades fonéticas de hispanohablantes<br />

de esta región?<br />

4. ¿Cuáles son los criterios de selección<br />

y adaptación que se utilizarán para la<br />

elaboración del taller remedial?<br />

Para dar respuesta a estas interrogantes<br />

se parte de los siguientes supuestos:<br />

1. Un aspecto que es vital entender al<br />

momento de enseñar el francés es<br />

tomar conciencia de que las interferencias<br />

y dificultades fonéticas en la<br />

pronunciación del francés no son las<br />

mismas para los diferentes grupos<br />

lingüísticos, por lo que es necesario<br />

reconocer los errores fonéticos típicos<br />

de los hispanohablantes del noreste<br />

mexicano, para orientar el taller hacia<br />

la corrección de dichos errores de<br />

manera específica. Cabría ahondar si<br />

los mexicanos tienen alguna dificultad<br />

específica en contraste con las<br />

demás naciones hispanohablantes.<br />

2. Por otra parte, es importante subrayar<br />

que, desde el punto de vista acústico,<br />

cada lengua se mueve en una banda<br />

de frecuencia diferente, por tanto, al<br />

aprender un nuevo idioma se debe exigir<br />

al oído humano adaptarse a la banda<br />

de frecuencia específica del idioma que<br />

se aprende. Se debe trabajar, desde<br />

un inicio, dicha adaptación al francés<br />

para disminuir las interferencias<br />

debido a la repercusión en la pronunciación<br />

que afecta frecuentemente la<br />

comprensión.<br />

3. Para lograr dicha adaptación y disminuir<br />

las interferencias de la lengua<br />

materna es pertinente implementar un<br />

taller remedial que contenga un<br />

programa con actividades orientadas<br />

a resolver esas problemáticas específicas<br />

a la par del aprendizaje inicial<br />

del idioma.<br />

b) Objetivo general<br />

Se pretende fortalecer la correcta producción<br />

de los fonemas del francés y de los<br />

usos prosódicos específicos de esta lengua<br />

para favorecer una mejor comprensión<br />

y evitar los vicios de pronunciación que<br />

se generan al inicio del aprendizaje de<br />

FLE a partir del diseño de un taller remedial<br />

de fonética del francés.<br />

c) Objetivos específicos<br />

1. Reconocer los errores fonéticos típicos<br />

de los estudiantes hispanohablantes<br />

del noreste de México para enfocar<br />

la intervención en los errores específicos<br />

del grupo.<br />

2. Seleccionar y adaptar las actividades<br />

para remediar las dificultades fonéticas<br />

detectadas, así como las necesarias<br />

para la práctica de los elementos<br />

prosódicos del francés.<br />

Para conseguir tales propósitos, se requiere<br />

elaborar una propuesta para la implementación<br />

de un taller que dé solución a las dificultades<br />

de adaptación del oído al idioma francés<br />

con el fin de mejorar la pronunciación.<br />

A continuación se aborda la trascendencia<br />

del perfeccionamiento de la producción<br />

fonética y de los elementos prosódicos en la<br />

lengua francesa.<br />

La competencia fonológica: parte integral<br />

de la competencia comunicativa<br />

El componente lingüístico implica la adquisición<br />

de las competencias léxica, gramatical,<br />

semántica, fonológica, ortográfica y ortoépica<br />

propuestas por el MCER (2002:107). Enfocándonos<br />

en la competencia fonológica que<br />

nos ocupa, definamos, en primer lugar, la<br />

fonología como la ciencia que estudia los<br />

sonidos, no en ellos mismos, sino desde el<br />

punto de vista de su función distintiva en<br />

el sistema de la lengua (Chiss; Filliolet;<br />

Maingueneau 2001: 37), es decir, el sonido<br />

vinculado a un significado dentro de un sistema<br />

de lengua. En segundo lugar, subrayemos que<br />

la competencia fonológica consiste en la adquisición<br />

de destrezas a nivel de la percepción<br />

y de la expresión oral que son enlistadas por el<br />

MCER:<br />

30<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />

de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />

Las unidades de sonido (fonemas) de<br />

la lengua y su realización en contextos<br />

concretos (alófonos).<br />

Los rasgos fonéticos que distinguen<br />

fonemas (rasgos distintivos; por<br />

ejemplo: sonoridad, nasalidad,<br />

oclusión, labialidad).<br />

La composición fonética de las palabras<br />

(estructura silábica, la secuencia<br />

acentual de las palabras, etcétera).<br />

Fonética de las oraciones (prosodia):<br />

Acento y ritmo de las oraciones.<br />

Entonación.<br />

Reducción fonética:<br />

Reducción vocal.<br />

Formas fuertes y débiles.<br />

Asimilación.<br />

Elisión (2002: 113-114)<br />

Frente a las destrezas arriba enlistadas<br />

cabe señalar que las rúbricas de evaluación<br />

de la producción oral de los exámenes DELF<br />

y DALF consideran una progresión en el<br />

dominio del sistema fonológico de la lengua<br />

correspondiendo a los seis niveles del MCER<br />

como se muestra a continuación:<br />

DOMINIO DE LA PRONUNCIACIÓN<br />

C2<br />

C1<br />

B2<br />

B1<br />

A2<br />

A1<br />

Como C1.<br />

Varía la entonación y coloca el énfasis de la oración correctamente para expresar matices<br />

sutiles de significado.<br />

Ha adquirido una pronunciación y una entonación clara y natural.<br />

Su pronunciación es claramente inteligible, aunque a veces resulte evidente su acento<br />

extranjero y cometa errores de pronunciación esporádicos.<br />

Su pronunciación es generalmente bastante clara y comprensible, aunque resulte evidente su<br />

acento extranjero y los interlocutores tengan que solicitar repeticiones de vez en cuando.<br />

Su pronunciación de un repertorio muy limitado de palabras y frases aprendidas la pueden<br />

comprender con cierto esfuerzo los hablantes nativos acostumbrados a tratar con hablantes<br />

del mismo grupo lingüístico al que pertenece el usuario o alumno.<br />

Tabla 1. Progresión en el dominio de la pronunciación propuesta por el MCER (2002: 114).<br />

Desafortunadamente, la enseñanza de la<br />

pronunciación de la lengua francesa es un<br />

aspecto que se trabaja comúnmente en los<br />

niveles de inicio y, al integrarlo sólo como<br />

parte de la enseñanza en los primeros niveles,<br />

se manifiesta así, de manera frecuente, en<br />

los manuales para el aprendizaje de la lengua<br />

francesa una carencia de esta progresión<br />

poniendo una clase de barrera entre la competencia<br />

fonética y la competencia fonológica,<br />

lo cual resulta sorprendente frente a las evidentes<br />

dificultades que persisten de manera<br />

recurrente en los alumnos en la adquisición<br />

de estas competencias (Abry & Veldeman<br />

2007: 7-8) y que, en definitiva, hacen parte de<br />

los aspectos requeridos como parte integral<br />

del componente lingüístico de la competencia<br />

comunicativa.<br />

Adaptación de los criterios del MCER a<br />

la enseñanza de lengua<br />

Cabe señalar que el MCER no es más que un<br />

referencial que funge como guía acerca del<br />

nivel de competencia en la adquisición de<br />

lenguas y, a la vez, como punto de referencia<br />

para la unificación de directrices para el<br />

aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de<br />

las mismas. Y si bien, es una referencia que<br />

fue creada para los países europeos, hoy día,<br />

es el instrumento que se utiliza en México<br />

para medir el nivel de competencia de la lengua<br />

francesa.<br />

En ese sentido, se debe definir dentro de<br />

los programas académicos para la enseñanza<br />

de lengua el nivel de competencia que se<br />

desea alcanzar al término de la instrucción<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 31


Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />

de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />

y que, en los mismos, se vea reflejada la<br />

enseñanza de esta habilidad de manera<br />

progresiva a través de los diferentes niveles<br />

previstos por la institución. Para determinar<br />

el nivel de competencia deben tomarse en<br />

cuenta diversos factores como la edad de los<br />

alumnos, las necesidades de los mismos, las<br />

exigencias y limitantes del establecimiento<br />

escolar donde se enseña la lengua, el número<br />

de horas previstas por la institución educativa,<br />

el nivel de necesidad en el plano profesional,<br />

entre otros.<br />

Ahora bien, la adquisición de la competencia<br />

fonológica es fuertemente deseable,<br />

en particular, para quien se dedicará, a nivel<br />

profesional, a la enseñanza de la lengua francesa.<br />

Por lo que la necesidad de desarrollar<br />

esta habilidad lingüística es preponderante<br />

para este tipo de público y que, por lo demás,<br />

es un aspecto que se verá evaluado al momento<br />

de la certificación del nivel de lengua<br />

alcanzado y que, en los niveles C1 y C2 se<br />

exige variar la entonación y colocar el énfasis<br />

de la oración correctamente para expresar<br />

matices sutiles de significado. Frente a este<br />

desafío es importante proporcionar al docente<br />

de lengua a nivel licenciatura herramientas<br />

suplementarias que le permitan lograr el<br />

cumplimiento de la adquisición de esta<br />

habilidad en sus estudiantes.<br />

Elementos prosódicos de la competencia<br />

fonológica<br />

Tratemos de comprender ahora los diferentes<br />

componentes de la competencia fonológica<br />

para tratar de entender su función lingüística<br />

y supralingüística, así como su trascendencia<br />

en los procesos comunicativos y, por consiguiente,<br />

la importancia de su enseñanza.<br />

Respecto a la prosodia, subrayemos que<br />

estos elementos prosódicos, rítmico-melódicos<br />

o también llamados suprasegmentales (Rolland<br />

2011: 45), se refieren al estudio específico<br />

de las variaciones de altura, de intensidad y<br />

de duración en la organización de enunciados<br />

con una cierta longitud: sílaba, palabra, grupo<br />

de palabras, oración. Entre los elementos<br />

prosódicos esenciales de la lengua francesa<br />

se encuentran la melodía, los acentos, el<br />

ritmo, el tempo y las pausas los cuales Pietro<br />

Intravaia (2000) define con mucha fineza:<br />

La mélodie concerne les variations de hauteur<br />

sur un énoncé, c’est-à-dire les montées et les<br />

descentes de la voix pendant la production<br />

de la parole … Quand la courbe mélodique<br />

s’élève, la fréquence du ton laryngé augmente,<br />

quand la courbe mélodique s’abaisse, le<br />

nombre de vibrations diminue (169).<br />

Como se menciona en la cita la melodía<br />

se enfoca a las variaciones de altura en un<br />

enunciado, es decir, en los altos y bajos de<br />

la voz durante la producción de la palabra.<br />

Y, de este elemento, se puede observar aspectos<br />

característicos de cada lengua que introducirán<br />

una variación semántica ya que la<br />

melodía determinará en una lengua el modo<br />

del enunciado. En efecto, un enunciado<br />

puede ser pronunciado bajo un modo declarativo,<br />

interrogativo o imperativo, y modificar<br />

así el sentido de lo que se quiere comunicar.<br />

Por ejemplo, la oración je veux te voir, en el<br />

modo declarativo se utiliza una melodía que<br />

baja y se trata simplemente de una aserción.<br />

La misma oración con melodía ascendente<br />

se transforma en modo interrogativo, y por<br />

último, se podría pronunciar con melodía<br />

descendente pero más abrupta y transformarse<br />

en modo imperativo.<br />

Otro de los elementos prosódicos esenciales<br />

de la lengua francesa son los acentos<br />

que Pietro Intravaia define como sigue:<br />

Les accents sont des mises en relief de<br />

certaines syllabes par renforcement de durée,<br />

de hauteur ou d’intensité. En français, de ces<br />

trois éléments acoustiques, la durée est le<br />

paramètre le plus étroitement lié à l’accent<br />

(Delattre citado por Intravaia 2000: 170).<br />

El acento se refiere entonces al énfasis que<br />

se le da a ciertas sílabas para resaltarlas intensificando<br />

la duración, la altura o la intensidad.<br />

En este sentido, es importante subrayar que<br />

el francés es una lengua de acento fijo (Intravaia<br />

2000:170) ya que siempre se acentúa la última<br />

sílaba de la palabra o de la frase pronunciada<br />

a diferencia de otras lenguas como el español.<br />

Por ejemplo, en la frase Le professeur se acentuará<br />

la última sílaba, mientras que en la frase<br />

Le professeur de mathématiques se acentuará la<br />

última sílaba de la palabra mathématiques y la<br />

palabra professeur perderá su acento.<br />

32<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />

de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />

Para ahondar en lo anterior, cabría hacer<br />

una distinción entre el acento tónico y el acento<br />

de insistencia. El tónico se refiere a la intensidad<br />

mientras el acento de insistencia a una<br />

función expresiva denominada fonoestilística<br />

(Intravaia 2000: 170). Así pues, en la pronunciación<br />

de la frase Le professeur de mathématiques<br />

se trata de un acento tónico y este acento de<br />

intensidad hace parte de las estructuras de<br />

pronunciación específicas de la lengua francesa.<br />

El acento de insistencia, por su parte,<br />

puede tener una función distintiva. Faure<br />

(citado por Intravaia 2000: 172) proporciona<br />

un ejemplo que deja en evidencia dicha función:<br />

C’est bien ce que tu dis? Esta pregunta<br />

nos deja claro que lo que se busca es corroborar<br />

la conformidad entre lo dicho por el locutor<br />

y lo que haya sido expresado antes por el<br />

interlocutor. Ahora bien, si al enunciado anterior<br />

se le introduce un acento de insistencia:<br />

C’est bien ce que tu dis, cambia completamente<br />

el sentido volviéndose la expresión de<br />

un juicio favorable de lo que el interlocutor<br />

acaba de decir.<br />

Otro elemento prosódico es el ritmo, el cual<br />

se refiere a la alternancia de silabas acentuadas<br />

e inacentuadas que pueden existir en una<br />

lengua y, el ritmo del francés, de manera<br />

específica, se caracteriza por el uso de un acento<br />

final en la última sílaba de la oración que<br />

corresponde entonces a un acento de grupo<br />

rítmico, así como por la igualdad de duración<br />

y de intensidad de las sílabas inacentuadas<br />

(Intravaia 2000: 171). Esta perspectiva nos<br />

permite comprender que cada palabra perderá<br />

su acento propio en provecho del acento<br />

final del grupo rítmico que se colocará invariablemente<br />

en la última sílaba del mismo.<br />

Veamos lo anterior representado en un ejemplo:<br />

Le professeur, le professeur de mathématiques,<br />

le professeur de mathématiques du lycée.<br />

Pietro Intravaia (2000:170) insiste sobre<br />

la importancia de no confundir el ritmo con<br />

el tempo, el cual se refiere a la velocidad de<br />

elocución y, en esto, las pausas juegan un<br />

rol importante ya que son interrupciones que<br />

marcan regularmente el fin del grupo rítmico.<br />

Cabría citar aquí a Georges Faure quien nos<br />

hace entender la función lingüística de los<br />

diferentes elementos prosódicos implicados<br />

en el idioma francés:<br />

Chaque groupe accentuel qui correspond en<br />

français à une double unité à la fois sémantique<br />

et syntaxique est individualisé par le détachement<br />

mélodique de sa dernière syllabe articulée<br />

(citado por Intravaia 2000: 173).<br />

En efecto, el dominio de los elementos prosódicos<br />

son fundamentales en muchos<br />

contextos de la lengua francesa ya que si en<br />

un contexto escrito, los cambios de sentido<br />

se pueden remediar con los signos de puntuación,<br />

en el contexto oral, sólo los elementos<br />

suprasegmentales permiten hacer tales distinciones<br />

y proporcionar así un valor sintáctico<br />

y semántico distinto (Intravaia 2000:174).<br />

Por ejemplo:<br />

La voiture s’est arrêtée… Devant la gare, Marie<br />

attendait son fils.<br />

La voiture s’est arrêtée devant la gare… Marie<br />

attendait son fils.<br />

Función de la prosodia en los procesos<br />

comunicativos<br />

Uno de los componentes lingüísticos indispensables<br />

en la competencia comunicativa<br />

es precisamente el componente fonológico<br />

que, de manera última, permite aportar precisiones<br />

de sentido mediante las variaciones prosódicas.<br />

Ahora bien, para poder entender la<br />

importancia de la enseñanza de la prosodia,<br />

es conveniente hacer una distinción entre la<br />

función lingüística y la función supralingüística<br />

de los elementos prosódicos. En efecto, en<br />

la función lingüística nuestra atención se<br />

centra en las dificultades de comprensión en<br />

la comunicación ligadas al valor semántico<br />

y sintáctico, mientras en la función supralingüística<br />

se tendrá en cuenta los matices que<br />

introducen los componentes sociolingüísticos<br />

y pragmáticos específicos de la competencia<br />

comunicativa de cada lengua. Pietro Intravaia,<br />

por su parte, insistirá sobre el carácter específico<br />

de la prosodia en cada sistema de lengua:<br />

Chaque langue dispose d’une gamme<br />

extrêmement diversifiée de ressources<br />

prosodiques et comportementales qui<br />

permettent d’exprimer toutes sortes d’états<br />

psychiques: satisfaction, mécontentement,<br />

mépris, déception, colère, etc. Il s’agit ici de<br />

la fonction supralinguistique, émotionnelle,<br />

expressive de la prosodie (Intravaia 2002:<br />

176).<br />

En este sentido, habría que interrogarse<br />

sobre la importancia de la incorporación de<br />

la dimensión prosódica de una lengua en la<br />

enseñanza de la misma. Para responder a este<br />

cuestionamiento, hay que subrayar que, por<br />

una parte, las funciones lingüísticas y<br />

supralingüísticas nos permiten, por ellas<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 33


Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />

de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />

mismas, ver el carácter necesario de su enseñanza<br />

en las clases de lengua debido a su<br />

repercusión en la variación de sentido que<br />

se puede entremezclar en los procesos comunicativos,<br />

y por otra parte, cabe señalar que<br />

el MECR concibe, de hecho, una progresión<br />

en el desarrollo de la capacidad que tiene un<br />

estudiante de utilizar los recursos lingüísticos<br />

y supralingüísticos hasta la adquisición de<br />

un nivel elevado en el C2 donde “saca provecho<br />

de un dominio amplio y fiable de un completo<br />

repertorio de elementos lingüísticos<br />

para formular pensamientos con precisión,<br />

poner énfasis, diferenciar y eliminar la ambigüedad.<br />

No manifiesta ninguna limitación<br />

de lo que quiere decir” (MCER 2002:107).<br />

Uso de la tecnología<br />

Para dar solución a la corrección fonética y<br />

prosódica se recurre con frecuencia al uso<br />

de la tecnología al hacer escuchar a los estudiantes<br />

ejercicios auditivos que les permitan<br />

discriminar los fonemas de la lengua meta;<br />

sin embargo, frecuentemente, el estudiante<br />

no logra producir los fonemas y elementos<br />

prosódicos de la lengua con corrección. Se<br />

considera necesario buscar nuevas alternativas,<br />

que, en combinación con la tecnología,<br />

ayuden a lograr que los estudiantes mejoren<br />

efectivamente su pronunciación tanto de los<br />

fonemas como de los elementos prosódicos.<br />

Al respecto, en la investigación de la que se<br />

desprende este trabajo, se sugiere la implementación<br />

de un taller remedial complementado<br />

mediante el uso de las tecnologías, que<br />

coadyuve al estudiante al afianzamiento de<br />

la producción eficiente, de los elementos fonéticos<br />

y prosódicos en un contexto determinado.<br />

En fin, frente al desafío que representa<br />

el dominio de una segunda lengua es importante<br />

señalar, para quien desea adquirirla con<br />

un nivel avanzado, que el Marco de Referencia<br />

considera al término de la formación de una<br />

lengua haber adquirido una adecuación<br />

lingüística, sociolingüística y pragmática de<br />

la lengua meta, y, para lograr un dominio<br />

elevado, es importante considerar la enseñanza<br />

de la competencia comunicativa en<br />

estos tres componentes. En estas páginas<br />

hemos subrayado la importancia del dominio<br />

de los elementos suprasegmentales para<br />

lograr la adquisición de la competencia comunicativa<br />

a un nivel avanzado. Igualmente<br />

hemos descrito como la deficiencia en la<br />

competencia fonológica afecta, en definitiva,<br />

cada uno de los ámbitos de la competencia<br />

comunicativa a nivel del sentido e interpretación<br />

que se suceden en los procesos comunicativos.<br />

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Deporte.<br />

http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/<br />

marco/cvc_mer.<strong>pdf</strong> (Consultado el 20 de mayo de<br />

2013).<br />

34<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


De la motivación por la lectura literaria<br />

mediante su análisis diversificado<br />

(Para el tercer semestre del nivel medio superior)<br />

Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

En el discurso de los textos literarios convergen<br />

elementos culturales, históricos, políticos,<br />

ideológicos; intrínsecos y extrínsecos, que<br />

van conjugándose, entremezclándose, y en<br />

un análisis más allá de lo estético evocan la<br />

condición histórica del tiempo cuando fue<br />

creada la obra, además de otorgar significado<br />

a la condición y definición como individuo<br />

de quien lee. La cultura permanece dinámica<br />

en el discurso literario en espera de ser analizada<br />

a través de la lectura literaria desde diversas<br />

perspectivas, colaborando en la formación<br />

de una identidad cultural o de una mejor<br />

comprensión e interpretación del contexto<br />

en el que se ha vivido (Chaves 1999) y de lo<br />

que podría hacerse, en todo caso, para tratar<br />

de mejorarlo.<br />

La acepción discursiva de la literatura contempla<br />

el lenguaje como mediador social en<br />

la forma de discurso que construye el mundo; a<br />

través del lenguaje se articula y se desarticula<br />

el sujeto y su contexto, sus características,<br />

sus condiciones, los elementos que lo conforman,<br />

delimitan (Palermo 2000). Al desentramar<br />

las formas textuales, literarias, la forma<br />

en que se dice y por qué se dice, puede articularse<br />

la dimensión social del sujeto. Razón suficiente<br />

por la cual se le otorga fundamental importancia<br />

a la enseñanza y al aprendizaje de la<br />

literatura, como agente motivador de la reflexión<br />

y posterior acción del sujeto lector. Lectura<br />

como el análisis, no sólo estético, sino sociocultural,<br />

de la literatura y de la condición<br />

del individuo, que permita también lograr el<br />

objetivo educativo del desarrollo de habilidades<br />

de lectura y escritura que favorezcan<br />

la expresión autónoma y transformadora de<br />

los participantes, profesores y estudiantes,<br />

del acto de educar. Al respecto, en este trabajo<br />

presento algunos de los fundamentos teóricos<br />

que sustentan la propuesta didáctica, así como<br />

las consideraciones que para su aplicación<br />

creo convenientes y expongo a continuación.<br />

En el ámbito educativo se acentúa paulatinamente<br />

un conflicto social y pedagógico:<br />

la aversión hacia la lectura que tienen por lo<br />

general los adolescentes, desde el momento<br />

mismo que acceden al texto. Pueden concentrarse<br />

durante largos periodos en juegos<br />

virtuales, películas, y conversaciones por<br />

chat, pero no pueden hacerlo apropiadamente<br />

con unas cuantas páginas de un texto.<br />

Por desánimo o aburrimiento, no son capaces<br />

de concluir la lectura que inician, pero paradójicamente<br />

lo hacen luego con la lectura<br />

de resúmenes o sinopsis que encuentren en<br />

la Internet. Y con ello creen que han accedido<br />

al texto literario. De acuerdo con Gallarado (2009),<br />

la falta de interés por la lectura apunta hacia el<br />

tipo de urgencias culturales de la actualidad<br />

que han cambiado con el tiempo. Ahora existen<br />

otras formas de concebir y vivir el mundo.<br />

La escuela no motiva a los alumnos, y<br />

desmotiva cada vez más a los responsables<br />

de la enseñanza (Cassany 1994). Esto sólo<br />

es parte de una coyuntura sociocultural e<br />

ideológica no fácil de soslayar, la cual se<br />

debiera atender una vez que se consideraran<br />

también otros factores relevantes como la<br />

formación del profesorado y los lineamientos<br />

escolares de las instituciones.<br />

Por ejemplo, la prioridad al abordar el<br />

estudio de la literatura sigue siendo el análisis<br />

formal y estilístico, lo de menos es su significado<br />

profundo. Luego, entre las lecturas<br />

obligadas y las que se hacen por voluntad<br />

existe un abismo casi difícil de salvar. Por<br />

lo regular, además se desestima la literatura<br />

en el curriculum escolar como consecuencia<br />

del descrédito general de la enseñanza de<br />

las humanidades, consideradas como residuo<br />

del pasado, un adorno y no una necesidad.<br />

Esta seria situación desalienta tanto a<br />

profesores como a estudiantes para poner en<br />

práctica innovaciones de enseñanza y<br />

aprendizaje en literatura. Ser estudiante y ser<br />

lector son cualidades que no siempre son<br />

coincidentes; en la escuela y en el aula se<br />

refuerza la condición de estudiante en<br />

detrimento de la de lector (Villarrubia 2010).<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 35


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

Se sabe, como parecen indicar evaluaciones<br />

internacionales como el PISA (por sus siglas<br />

en inglés Programme for International<br />

Student Assessment) Programa Internacional<br />

para la Evaluación de Estudiantes, que en<br />

México la mayoría de los jóvenes de 15 años<br />

son capaces de decodificar un texto, pero<br />

no de interpretarlo y, tampoco, de hacerle<br />

frente críticamente (López Bonilla 2006).<br />

Otro referente se halla en el nivel de secundaria<br />

en España (lo que podría equipararse<br />

con nuestro nivel de preparatoria), en la región<br />

de Navarra, en donde se han evaluado<br />

las competencias lectoras 1 que poseen y<br />

carecen sus estudiantes; y coinciden con las<br />

competencias reflejadas en los procesos de<br />

lectura y escritura que se suscitaron en clase,<br />

y conforme a la producción de trabajos escolares<br />

de los estudiantes acorde a nuestra<br />

experiencia docente, durante dos semestres<br />

(agosto de 2008 a junio de 2009) en la preparatoria<br />

No. 25 Dr. Eduardo Aguirre Pequeño,<br />

de la Universidad Autónoma de Nuevo León:<br />

Competencias lectoras que dominan los<br />

alumnos:<br />

Comprenden la información explícita<br />

(con gráficos).<br />

Saben responder preguntas literales<br />

siempre que estén localizadas en el<br />

texto.<br />

Comprenden globalmente el texto.<br />

Captan las características de una historia<br />

narrada, sólo si son evidentes.<br />

Pueden identificar la idea principal<br />

del texto si son guiados.<br />

Comprenden los textos en sus aspectos<br />

más literales y explícitos, siempre<br />

y cuando no precisen de conocimientos<br />

previos complejos (académicos<br />

y de vida).<br />

Competencias lectoras que no dominan<br />

los alumnos:<br />

<br />

<br />

Encuentran dificultades en un tipo de<br />

lectura que exige más profundidad y<br />

precisión de pensamiento.<br />

Al discriminar posibilidades eligen<br />

aquellas opciones que se refieren a<br />

la finalidad en general, sin matices,<br />

sin profundizar.<br />

1<br />

Proyecto para la mejora de las competencias<br />

implicadas en la lectura. En el nivel de educación<br />

secundaria. Gobierno de Navarra. Departamento de<br />

Educación, 2008.<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

<br />

Tienen dificultad para deducir sin<br />

ayuda la idea principal del texto.<br />

Tienen problemas para organizar<br />

jerárquicamente la información.<br />

Fallan en tareas que les exige considerar<br />

información que aparece distribuida<br />

a lo largo del texto.<br />

Tienen dificultades para la comprensión<br />

de la estructura del texto: identificar<br />

sus partes, de qué tratan y su relación.<br />

Tienen dificultades cuando deben<br />

buscar información en el texto para<br />

justificar una premisa o comprobar<br />

una suposición o hipótesis.<br />

Tienen dificultades cuando tienen<br />

que buscar información en el texto<br />

que cumpla varios requisitos.<br />

Se les dificulta relacionar sus conocimientos,<br />

tanto de la vida como académicos,<br />

para interpretar la información<br />

del texto.<br />

Tienen problemas para emitir juicios<br />

críticos sobre el contenido del texto<br />

a partir de sus conocimientos de vida<br />

y académicos.<br />

Se ha concebido a la lectura como una<br />

especie de interacción entre el significado<br />

de la página escrita y la mente del lector. Más<br />

que una interacción, la lectura es un proceso<br />

de selección y construcción, de contenidos<br />

y significados, que sucede en un tiempo y<br />

contexto particular. La relación entre lector<br />

y signos contenidos en el texto es un cíclico<br />

vaivén que va de uno a otro lado, durante el<br />

cual cada uno es afectado incesablemente<br />

por la contribución del otro (Rosenblatt<br />

2002).<br />

La lectura de textos literarios implica el<br />

uso de códigos específicos para ser interpretados;<br />

los juegos virtuales, las películas y<br />

las conversaciones por chat también los<br />

emplean aunque diferentes, dado que las<br />

nuevas necesidades los han cambiado, o<br />

impuesto, acorde al contexto tecnológico y<br />

comunicativo en donde nos encontramos<br />

ahora. Una de las características de estos<br />

nuevos códigos es que no se encuentran regidos<br />

por la palabra impresa, por la escritura, mucho<br />

menos por el libro; predominan en ellos lo<br />

audiovisual y la interacción física, se trata<br />

de textos virtuales con acción y movimiento<br />

que precisan otro tipo de habilidades para<br />

codificarlos, decodificarlos, y sobre todo<br />

disfrutarlos. Habilidades que las nuevas generaciones<br />

han conocido y con las que han<br />

36<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

crecido: la televisión y la Internet (Gallardo<br />

2009).<br />

El libro impreso ha dejado de poseer el<br />

significado de las generaciones pasadas, ha<br />

perdido importancia como objeto cultural, siendo<br />

suplido por otros que portan las características<br />

que la informática y las telecomunicaciones<br />

requieren. No obstante, el acto de leer, aunque<br />

ha cambiado su forma, conserva su vigencia<br />

e importancia, por lo que es un acto que debe<br />

enseñarse y aprenderse a la par de los nuevos<br />

saberes. La lectura literaria es un instrumento<br />

de conocimiento que analiza, critica,<br />

pero sobre todo, divierte. Leer un texto es comprender<br />

e interpretar el entorno a través de él, es<br />

una forma útil de entenderlo y transformarlo.<br />

Podríamos deducir tempranamente que<br />

los adolescentes no gustan de leer no porque<br />

les disguste hacerlo, sino porque no saben<br />

decodificar el texto impreso, ya que sus habilidades<br />

de decodificación están desarrolladas<br />

y orientadas hacia el texto virtual e interactivo<br />

de lo audiovisual: “A nuestro juicio, se trata<br />

de la crisis de ciertas formas tradicionales<br />

de entender y fomentar la lectura de textos<br />

literarios y, no, necesariamente, de una crisis<br />

de la lectura, en general” (Ostria 2005).<br />

Es aquí donde los profesores deben encontrar<br />

la forma en que los adolescentes puedan<br />

acceder al texto escrito mediante competencias<br />

lectoras que incluyan este tipo de codificacióndecodificación<br />

de textos. Además, debe<br />

enseñársele al adolescente la importancia de<br />

la lectura literaria desde una perspectiva<br />

diferente, según la actualidad informática y<br />

telecomunicativa. La intención de abonar en<br />

propuestas didácticas constructivistas y<br />

multidisciplinarias tiene la intención de proporcionar<br />

al estudiante, a través de la lectura<br />

literaria, la herramienta necesaria no sólo para<br />

satisfacer las tareas escolares, sino para analizar,<br />

aprehender, comparar y tratar de transformar<br />

su realidad y entorno, accediendo al<br />

conocimiento explícito e implícito que el texto<br />

literario puede, indudablemente, proporcionarle.<br />

Lo que se ha escrito respecto de la enseñanza,<br />

didáctica y metodología de la literatura, es diverso<br />

y disímil (Venegas 2011). La literatura se ha<br />

centrado más en la enseñanza de su historia<br />

estrechamente vinculada con la enseñanza<br />

de la lengua más que como un objeto de estudio<br />

múltiple, con posibilidades reales de formación<br />

integral del estudiante, en cuanto a no sólo<br />

conocimientos, sino habilidades sociales que<br />

permitan el planteamiento y ejecución de<br />

habilidades para la resolución de problemas.<br />

Entre tanto, se busca concebir una didáctica<br />

de la literatura que sea comprendida y entendida<br />

como un conjunto definido de lineamientos<br />

metodológicos, acordes a cada contexto y<br />

participantes, que puestos en práctica en el<br />

aula, organicen la enseñanza de la literatura,<br />

así como el aprendizaje de las formas de análisis,<br />

lectura, escritura y comprensión de la obra<br />

literaria. Se persigue una enseñanza integral,<br />

interdisciplinaria y plurisignificativa que<br />

genere en el estudiante el gusto y el hábito<br />

por la lectura, y le permita crear habilidades<br />

y competencias para abordar el estudio de la<br />

literatura en cuanto a su percepción estética,<br />

pero también en su percepción sociohistórica<br />

y cultural.<br />

En una indagación bibliográfica panorámica<br />

hemos encontrado diversas referencias afines.<br />

La mayoría de los autores revisados coinciden<br />

en que la didáctica de la literatura implica<br />

diferentes procesos del desarrollo humano,<br />

ya que el individuo es una totalidad compuesta<br />

de diversos y particulares elementos<br />

inseparables de su proceso de formación<br />

implícitos en enseñanza y aprendizaje de la<br />

literatura. Así mismo, consideran que el desarrollo<br />

de la competencia lecto-literaria no<br />

sólo debe centrase en el estudio de la literatura<br />

con sus teorías de análisis estético, sino debe<br />

existir interacción entre literatura y otras<br />

ciencias, historia, sociología, psicología, para<br />

expandir el espacio de enseñanza y aprendizaje.<br />

El replanteamiento de la didáctica de la<br />

literatura desde una perspectiva integral,<br />

interdisciplinaria y plurisignificativa, lleva<br />

varias décadas y se ha cristalizado en diversas<br />

propuestas pedagógicas, en autores como<br />

Delmiro (2010), Gracyda (2010), Jover (2010),<br />

Ochoa (2010), Sierra (2010), Villarrubia (2010),<br />

Ramírez (2007), Palanco (2009), Lomas (2009),<br />

y Cassany (1994), Durán y Manresa (2008),<br />

entre otros.<br />

El trabajo didáctico de la literatura no se<br />

había asociado con una descripción y análisis<br />

de la literatura como producto lingüístico y<br />

comunicativo, considerando la abundante<br />

posibilidad que significaría el texto literario<br />

como objeto de estudio (teoría), como objeto<br />

de enseñanza (metodología) y como objeto de<br />

aprendizaje (práctica). Ahora, la perspectiva<br />

didáctica, como la describen los autores referidos,<br />

comienza a integrar otras propuestas,<br />

otros lineamientos metodológicos de la literatura,<br />

para vincular la teoría y la práctica con<br />

experiencias pedagógicas que en realidad<br />

trasciendan y formen integralmente al estudiante.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 37


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

Un objetivo perentorio de la enseñanza<br />

de la literatura, en preparatoria, es relacionarla<br />

con otras artes afines y otras manifestaciones<br />

de la inteligencia humana: cine, música,<br />

pintura, teatro, fotografía, historia, filosofía.<br />

Artes y ciencias que poseen un referente<br />

histórico y cultural, implícito en los textos<br />

literarios, vinculados entre sí y que merece<br />

la pena ser (re)conocidos. Ensanchar la mirada<br />

de los estudiantes, enseñarles a relacionar<br />

aquello que se fragmenta con rigorismos escolares<br />

y se desvirtúa o ignora por atavismos<br />

y prejuicios. Se defiende la idea de la interdisciplinariedad<br />

y diversidad al momento de<br />

abordar la literatura, que ésta no es un arte<br />

o disciplina aislada, sino se relaciona con<br />

todo tipo de arte, ciencia o disciplina. Debe<br />

existir una correlación entre la enseñanza<br />

de la literatura y de otras asignaturas. Es así<br />

como se construye el conocimiento humano<br />

(conceptos, teorías, leyes, términos, fórmulas,<br />

etcétera), con las aportaciones de diversas<br />

disciplinas; todo orientado hacia el objetivo<br />

común de comprender y (re)conocer nuestra<br />

realidad (Villarrubia 2010).<br />

La obra literaria no es estática, puede decirse<br />

que vive en la relación que se establece entre<br />

el lector y el texto: “el lector infunde significados<br />

intelectuales y emocionales a la configuración<br />

de símbolos verbales, y esos símbolos<br />

canalizan sus pensamientos y sentimientos.<br />

De este proceso complejo emerge una experiencia<br />

imaginativa más o menos organizada”<br />

(Rosenblatt, 2002).<br />

La experiencia literaria guarda diversos<br />

aspectos; por un lado, la literatura aborda y<br />

sirve la vida y necesidades humanas. Por otro<br />

lado se encuentra el aspecto estético, el propio<br />

del ejercicio literario que es la forma artística.<br />

En este último, el escritor no elabora propiamente<br />

una apreciación indirecta de la vida,<br />

sino que le añade una nueva experiencia<br />

mediante la obra de arte. La perenne diversidad<br />

de la literatura apoyada en la complejidad<br />

del ser humano, determinan la necesidad de<br />

preparar al alumno para adentrarse en el<br />

proceso personal de ir descubriendo la obra<br />

literaria a partir de su lectura. El profesor<br />

de literatura debe estar consciente de la<br />

amplia percepción de la naturaleza compleja<br />

que implica la experiencia literaria, ya que<br />

si no logra que el estudiante considere los<br />

elementos estéticos y sociales de esta experiencia<br />

implica incapacitarlo para que la<br />

comprenda de manera fructífera (Rosenblatt<br />

2002).<br />

Una propuesta didáctica para su enseñanza,<br />

debería plantear la construcción de<br />

prácticas educativas innovadoras para el<br />

abordaje de los contenidos con un énfasis<br />

lúdico que faculte al alumno para el autoaprendizaje<br />

incorporando técnicas de aprendizaje<br />

(González García 2005). En este sentido, el<br />

docente es el actor del proceso educativo con<br />

habilidades para guiar y encauzar a los estudiantes,<br />

identificando el contexto de aprendizaje,<br />

el reconocimiento de la realidad cambiante de<br />

los estudiantes acorde con su edad, para que<br />

ellos generen su propio aprendizaje en el<br />

quehacer docente de llevar a cabo actividades<br />

como tutoría, enseñanza, guía, investigación,<br />

administración, certificación del aprendizaje,<br />

desarrollo e incorporación de nuevas estrategias<br />

que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje.<br />

Dentro de estas estrategias se encuentra<br />

la lectura literaria, una actividad cognitiva<br />

compleja que implica una interacción entre<br />

el lector y el texto (Gallardo 2009). Mediante<br />

la lectura, “el lector interpreta los contenidos<br />

textuales de acuerdo con sus conocimientos<br />

y las expectativas presentes” (Martínez 2002).<br />

La lectura es un “acto de la comprensión de<br />

un mensaje en una situación de comunicación<br />

diferida a través de textos escritos” (Colomer<br />

1997). Requiere conocimiento léxico, gramatical<br />

y fonético, y supone significado (Iza 2008).<br />

Sintéticamente, la literatura puede definirse<br />

como el arte de la expresión por medio de<br />

la palabra y como el conjunto de las producciones<br />

literarias de un país, de una época,<br />

de un género (Derrar 2005). Pero también,<br />

la literatura es la manera en que éstas se relacionan<br />

con las personas. Así, se podría considerar<br />

literario, cualquier texto que tenga una<br />

significación social, se relacione con cierto<br />

entorno, e influya en el tipo de actividades<br />

humanas. Considerando esta cualidad de la<br />

literatura, en lo educativo, puede contribuir<br />

al proceso de maduración de la personalidad<br />

del estudiante, al desarrollar su capacidad<br />

crítica y creadora, y su sentido lúdico y<br />

creativo (Palanco 2009).<br />

La lectura es una actividad cognitiva<br />

compleja que implica la interacción entre el<br />

lector y el texto; pero la escritura también<br />

constituye una herramienta para acercarse a<br />

la literatura. Se debe brindar a los estudiantes<br />

la oportunidad de escribir, de investigar,<br />

de redactar diversos materiales como imitación<br />

y recreación de textos literarios (Villarrubia 2010).<br />

La intención es que el proceso didáctico<br />

funcione como un agente formador de con-<br />

38<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

ciencia, de pensamiento, reflexión y acción,<br />

principalmente en los alumnos adolescentes<br />

de tercer semestre de preparatoria, a quienes<br />

va dirigida, así como a los profesores encargados<br />

de implementarla. Lo anterior requiere<br />

una visión distinta de la labor docente: una<br />

formación gradual sólida en cuanto al campo<br />

de conocimiento que se enseña, así como<br />

una selección y organización pertinente de<br />

los contenidos, coherente con el tipo de contexto<br />

y de estudiantes, y una actitud y disponibilidad<br />

para trabajar en su propio aprendizaje<br />

por parte de los estudiantes.<br />

Esta propuesta será vital para reflexionar<br />

acerca de las condiciones en que se dan los<br />

procesos de enseñanza y aprendizaje de la<br />

literatura, así como agente que coadyuve el<br />

despertar de la conciencia del alumno por<br />

conocer su realidad.<br />

En el nivel medio superior de educación,<br />

uno de los principales retos pedagógicos al<br />

trabajar con adolescentes es proponerles y<br />

vincularles contenidos y actividades de interés<br />

prioritario para su vida. Así, no es tarea fácil<br />

habituarlos a la lectura literaria con el propósito<br />

de conocer su persona y su entorno, comprenderlo<br />

y tratar de mejorarlo. Se trabaja<br />

con individuos que presentan características<br />

y singularidades que vale la pena tomar seriamente<br />

en cuenta al momento de iniciar la<br />

interacción educativa. Ésta se articula de acuerdo<br />

con la forma como los adultos percibamos e<br />

interpretemos a los adolescentes y sus comportamientos,<br />

y con ello, les adjudicamos<br />

significado a sus conductas y visualizamos<br />

potencialidades o limitaciones (Funes 2003).<br />

La percepción predominante acerca de<br />

los adolescentes es la de individuos inmersos<br />

en situaciones problemáticas que precisan<br />

mucho que aprender. No obstante, también<br />

se distinguen importantes características de<br />

conocimiento y madurez, como la autosuficiencia,<br />

y a necesidad de descubrir y experimentar,<br />

quizás no reconocidas por ellos mismos<br />

ya que se encuentran en una etapa clave de<br />

transformación: lo que son y lo que descubren<br />

desean ser. Esto matiza sus relaciones con sus<br />

congéneres, impactando en sus concepciones,<br />

posibilidades, sus pretensiones, y sus limitaciones.<br />

No poseen mayores apegos, pero<br />

su entusiasmo es periódico e influenciado<br />

por sus estados de ánimo (Funes 2003).<br />

Al tratar de educarlos es necesario considerar<br />

este complejo mundo personal en proceso<br />

de construcción. La labor pedagógica con<br />

adolescentes consiste en diseñar formas de<br />

intervención que modifiquen, en la medida<br />

de lo posible, sus situaciones problemáticas.<br />

No obstante, este proceso no está exento de<br />

dificultades.<br />

El propósito pedagógico de una propuesta<br />

integral es que el docente logre, de<br />

acuerdo con Lomas (2009):<br />

Acercar la literatura a los adolescentes; fomentar<br />

hábitos de lectura y actitudes de aprecio<br />

de las obras literarias y del uso creativo del<br />

lenguaje; asegurar el conocimiento de parte<br />

de nuestro patrimonio literario, obras y autores<br />

representativos; instruir a los alumnos en el<br />

análisis de los textos; comprensión el texto<br />

literario (capacidad de análisis e interpretación)<br />

y apreciación de la literatura, provocando el<br />

placer estético y literario; y emancipar en lo<br />

posible a los adolescentes a través de la<br />

lectura literaria.<br />

Por otra parte, se persigue que el alumno<br />

pueda, con base en Cassany (1994):<br />

Alcanzar gradualmente una competencia<br />

literaria, convertirse en un buen usuario de<br />

la literatura; disfrutar la lectura literaria;<br />

reconocer el arte de la literatura; saber leer e<br />

interpretar un texto literario; poseer criterios<br />

para seleccionar un libro según sus intereses<br />

y sus gustos; incorporar la literatura a su vida<br />

cotidiana conociendo gradualmente autores,<br />

obras, épocas, estilos.<br />

Una propuesta didáctica ideal tendría que<br />

retomar el desarrollo de las competencia lectoliteraria<br />

que consiste en la capacidad de localizar<br />

y extraer información de un texto, de<br />

interpretarlo, de reelaborarlo personalmente,<br />

de hacer valoraciones personales y críticas<br />

respecto del contenido de la lectura y de<br />

reflexionar sobre los aspectos formales y<br />

lingüísticos del texto (Gobierno de Navarra,<br />

2008). Es el conjunto de capacidades cognitivas,<br />

lingüísticas y culturales que permiten a un lector<br />

realizar el acto eficaz de lectura (Mendoza<br />

Fillola 2001). Así mismo, esta competencia compleja,<br />

implica la adquisición de conocimientos,<br />

el desarrollo de habilidades, de procesos<br />

cognitivos y de actitudes que favorezcan<br />

procedimientos como leer, escuchar, hablar,<br />

escribir, interpretar, analizar, relacionar, valorar<br />

y comparar textos literarios; favorecer su<br />

análisis en tanto identificar y relacionar los<br />

elementos que los componen; y actitudes de sensibilidad,<br />

crítica, reflexión y acción (Cassany 1994).<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 39


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

Adentrarse en la literatura a través de la<br />

lectura, acorde con el equipo intelectual y<br />

emocional que posea el individuo y lo que<br />

éste pueda aprehender de este arte, incide<br />

de alguna manera en el pensamiento y praxis<br />

del individuo, al coincidir sus experiencias<br />

de vida y lenguaje con las que identifique en<br />

la obra literaria. Proceso que no es sencillo,<br />

pues tanto en la vida como en la lectura<br />

soslayamos elementos de importancia de<br />

acuerdo con nuestras carencias:<br />

La vida presenta una masa confusa de detalles<br />

de los cuales seleccionamos, para prestarles<br />

atención, sólo aquellos que se relacionan con<br />

nuestros intereses prácticos. Incluso en ese<br />

caso nuestra atención no se centra en los<br />

detalles mismos sino en su valor práctico…<br />

Sin embargo se reconoce cada vez más el<br />

hecho de que, de manera subconsciente,<br />

respondemos a menudo de forma cualitativa<br />

al ambiente que nos rodea. En nuestra aproximación<br />

a una obra de arte el interés está<br />

centrado precisamente en la naturaleza y la<br />

calidad de lo que se nos ofrece (Rosenblatt<br />

2002).<br />

A partir del planteamiento de la propuesta<br />

didáctica De la motivación por la lectura<br />

literaria mediante su análisis diversificado,<br />

se pretende motivar y desarrollar en el estudiante<br />

de bachillerato, habilidades para la<br />

lectura literaria por medio del acceso diversificado<br />

al texto literario y del reconocimiento de la<br />

condición mexicana contenida, como curso<br />

de capacitación y nivelación, y se establecen<br />

los siguientes objetivos:<br />

1. Promover el hábito de la lectura literaria<br />

a través del análisis diversificado<br />

–apoyado en artes afines como la música<br />

y el cine– de obras literarias y sus<br />

propuestas, de reconocidos autores<br />

mexicanos y latinoamericanos.<br />

2. Distinguir algunos de los rasgos de la<br />

realidad contenida en la obra literaria<br />

que se refleja en la experiencia de vida<br />

y de lenguaje propios de los lectores.<br />

3. Facilitar el cambio de actitud en los<br />

alumnos hacia la literatura a través<br />

de la lectura literaria, apoyada en el<br />

análisis diversificado, describiendo<br />

los rasgos de la realidad aprehendidos<br />

en el texto, vinculados con su experiencia<br />

de vida y lenguaje, expresándolos<br />

mediante un escrito propio.<br />

La dinámica de implementación de la<br />

propuesta didáctica consiste en desarrollar<br />

e incorporar habilidades de lectura a través<br />

del análisis y reconstrucción de algunos<br />

textos de literatura que incluyen elementos<br />

distintivos de la realidad propia del texto y<br />

aquella del lector, impregnada en su experiencia<br />

de vida y de lenguaje, así como desarrollar<br />

habilidades de crítica analítica a través de<br />

la comparación y discriminación de algunos<br />

de estos elementos distintivos.<br />

Lo anterior, mediante la implementación<br />

y ejecución y evaluación de técnicas y<br />

actividades como: interrogatorio diagnóstico<br />

a los estudiantes con el propósito de conocer<br />

los conocimientos, ideas, pensamientos y actitudes<br />

que posean ante el texto literario y su<br />

temática que se abordará; discusión entre las<br />

estudiantes acerca de temáticas desprendidas<br />

del cuestionario y de la lectura guiada;<br />

presentación de la obra literaria seleccionada<br />

y su autor y su apreciación, dirigida por el<br />

profesor; lectura dirigida de manera individual<br />

y grupal del texto literario abordado;<br />

(re)interpretación del texto literario abordado<br />

con la producción opcional por parte de los<br />

estudiantes de un producto integrado de<br />

aprendizaje mediante la redacción de escrito<br />

de corte reflexivo, redacción literaria de trama<br />

alterna de obra, composición plástica, literaria<br />

y/o musical (opcional), y presentación de un<br />

trabajo escrito.<br />

Comentarios finales<br />

Desde la antigüedad, Comenio planteaba que<br />

el acto de enseñar debe atender primordialmente<br />

tres cosas: tiempo, objeto y método;<br />

desplegándose entre enseñar-aprender,<br />

palabras-cosas, leer-escribir. La importancia<br />

del lenguaje, de la palabra escrita y pronunciada<br />

mediante la lectura, cobra relevancia<br />

dentro de la formación integral –no sólo de<br />

aprehensión de la doxa– del ser humano.<br />

Dentro de este planteamiento, el maestro<br />

debe encarnar el método de enseñanza, pero<br />

también él mismo ser modelo para sus alumnos<br />

(Comenio 2007). La importancia de enseñar<br />

y aprender a través del acceso a la palabra,<br />

mediante la lectura y la escritura, es un<br />

requisito para los participantes, profesores<br />

y alumnos, del acto educativo.<br />

En la actualidad existe total consenso en<br />

señalar la exigencia de una nueva función<br />

en la concepción y en la formación en el<br />

sistema educativo, una función que propicie<br />

40<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

la congruencia con la realidad cambiante a<br />

través de un mayor acercamiento. Esta nueva<br />

función implica desafíos para la formación<br />

evitando seguir centrándose en la mera<br />

transmisión de conocimientos y habilidades,<br />

sino en generar también capacidades, eje<br />

central y noción principal de la formación,<br />

la cual transforma y hace progresivas las<br />

capacidades, las cuales se orientan a lo cognitivo,<br />

lo psicomotor, lo comunicativo y lo<br />

interactivamente social, implicando la capacidad<br />

de adaptación al cambio, la de raciocinio, la<br />

de comprensión y la de solución de situaciones<br />

complejas. En conjunto, las capacidades, las<br />

habilidades y los conocimientos constituyen<br />

las posibilidades de aprendizaje del individuo,<br />

con lo cual se forman las competencias (Ruiz<br />

2007).<br />

La competencia es un saber hacer con<br />

conciencia. Es un saber en acción. Un saber<br />

cuyo sentido inmediato no es describir la realidad,<br />

sino modificarla; no definir problemas sino<br />

solucionarlos; un saber qué, pero también un<br />

saber cómo. Se desarrollan a través de experiencias<br />

de aprendizaje en cuyo campo de<br />

conocimiento se integran tres tipos de saberes:<br />

conceptual (saber conocer), procedimental<br />

(saber hacer) y actitudinal (saber ser). Son<br />

aprendizajes integradores que involucran la<br />

reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje<br />

(metacognición). Las competencias son, por<br />

tanto, propiedades de las personas en permanente<br />

modificación que deben resolver problemas<br />

concretos en situaciones de conflicto<br />

(Villa 2007; Hawes 2004).<br />

Sintéticamente podemos decir que la literatura<br />

es el producto de un uso comunicativo<br />

lingüístico de carácter social y cultural, que<br />

puede ser empleada como instrumento de<br />

asentamiento de las competencias comunicativa<br />

y lectora –y también literaria– de la lengua<br />

(Diez 2003). Residen en ella elementos de diverso<br />

orden que, al reconocerla e interpretarla, permiten<br />

comprender el contexto histórico determinado<br />

al cual pertenece. A través del acceso a<br />

la literatura, mediante la lectura, el individuo<br />

puede conocer su realidad presente y pasada,<br />

y de alguna manera vislumbrar la futura.<br />

Acceder a la palabra, conocerla, interpretarla,<br />

transformarla. Freire señala (Palacios 1999)<br />

que en la medida como el individuo reflexiona<br />

sobre su contexto y se compromete, se construye<br />

a sí mismo y llega a ser sujeto; el individuo<br />

llega a ser sujeto al reflexionar sobre<br />

su situación, sobre su ambiente. Educar no<br />

es someter, es crear conciencia, y para que la<br />

acción educativa sea válida debe ir precedida<br />

forzosamente de una reflexión sobre el individuo<br />

y de un análisis del medio de vida concreto<br />

de los individuos a educar. El vehículo<br />

es la palabra, dado que el ser humano es un<br />

ser de comunicación, se hace en la palabra<br />

ligada a la acción y a la reflexión (lo que<br />

saca de su interior al exterior); en el diálogo<br />

se afirma. La palabra es la praxis para transformar<br />

el entorno. Existir como ser humano<br />

es pronunciar al mundo y transformarlo.<br />

El objetivo de la educación implica crear<br />

la capacidad de actitud crítica permanente,<br />

la cual permita al individuo captar su situación<br />

como limitante y transformable. Educar<br />

no es transmitir conocimientos hechos y<br />

estáticos; es crear una situación pedagógica<br />

en donde el individuo se descubra a sí mismo<br />

y haga conciencia de su entorno, reflexionando<br />

y descubriendo las posibilidades de reestructurarlo<br />

y modificarlo; consiste en la aprehensión<br />

crítica de la realidad y su transformación,<br />

donde la reflexión y la acción son elementos<br />

básicos, inseparables, del proceso educativo.<br />

Y el acto de leer es un método para educar.<br />

Pero leer no sólo implica pasar los ojos<br />

por las letras y conocer el significado de las<br />

palabras; posee mayor complejidad, implica<br />

algo entender el sentido de cada una de las<br />

palabras, darles un sentido dentro del texto,<br />

interpretarlas, relacionarlas con el entorno,<br />

comprender su estética, relacionarlas con el<br />

contexto en donde fueron producidas,<br />

buscarles sentido dentro de su experiencia,<br />

pero gozándolas y disfrutándolas (Ruffinelli<br />

1998). Leer es una habilidad comunicativa<br />

que el estudiante tiene que conocer y dominar<br />

para desenvolverse en la sociedad (Gallardo<br />

2009). Leer es conocer a otros individuos y<br />

otros entornos gracias a las palabras que se<br />

encuentran en un texto y que puede contrastarse<br />

con el aquí y el ahora del estudiantelector.<br />

Es un acto interpretativo del mensaje<br />

escrito, partiendo de la información que el<br />

texto proporciona, como de los conocimientos<br />

que el lector posea (Gallardo 2009).<br />

Acorde con Freire, la función del educador<br />

es la de despertar y desarrollar la conciencia<br />

crítica de los educandos; posibilitar el análisis<br />

problematizado de las relaciones interactuantes<br />

en la organización de la vida y el medio.<br />

Su tarea no encaja en el esquema de transmisiónasimilación<br />

del proceso educativo tradicional<br />

de entregar al alumno conocimientos terminados<br />

y asimilados pasivamente. La práctica educa-<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 41


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

tiva debe conducir a una auténtica liberación<br />

del individuo mediante el uso de la palabra,<br />

rechazando la mera transferencia y depósito<br />

de contenidos estáticos en las mentes acríticas<br />

de los alumnos. La alfabetización, el aprendizaje<br />

del código lingüístico, y la concientización,<br />

el desciframiento de la realidad vivida, son dos<br />

elementos inseparables para Freire, pueden<br />

ser aprehendidos a través de la lectura del texto<br />

literario. Alfabetizar es concientizar, es enseñar<br />

a los analfabetos a reflexionar y expresar su<br />

experiencia y su situación, hacerlos actores<br />

de su propia historia; la alfabetización liberadora<br />

enseña a pronunciar el mundo y transformarlo<br />

(Palacios 1999). Otro enfoque, como<br />

el de Freinet (1998), concibe la educación<br />

como un proceso dinámico el cual está sujeto<br />

a cambios dados por el tiempo y las condiciones<br />

de la sociedad; es por tanto necesario transformar<br />

la escuela y el proceso de enseñanza<br />

y aprendizaje para tratar de (re)adaptarla a<br />

la vida y al entorno. Pero no sólo es tarea del<br />

profesor, es necesaria la toma de conciencia<br />

por parte de todos los participantes, concibiendo<br />

la educación como una necesidad<br />

real.<br />

La innovación de la enseñanza de la<br />

literatura, en el nivel de preparatoria, es tarea<br />

compleja, pero no imposible. Uno de los objetivos<br />

básicos del nivel medio superior es ayudar<br />

a los estudiantes a depurar sus capacidades<br />

de comprensión e interpretación. Llevar a<br />

este objetivo requiere tiempo y atención, de<br />

las necesidades y características de los estudiantes<br />

para evitar caer en la mera memorización<br />

o aprendizaje sin significado (Villarrubia<br />

2010). La literatura sirve para entender al<br />

mundo, y a nosotros mismos, esta idea debe<br />

inculcarse en los estudiantes, aunque no<br />

siempre puede hacerse por diversas razones.<br />

Es necesario seguir trabajando.<br />

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42<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />

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Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 43


Creación<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 45


Poesía<br />

Leticia Herrera<br />

La misma de siempre<br />

renuncio<br />

ya lo intenté<br />

lo juro<br />

perseguí con denuedo<br />

el atuendo de señora<br />

arrumbando mis aires de clochard<br />

mi pretensión de enfant terrible<br />

dejé de beber alcohol por las mañanas<br />

o las noches<br />

dejé de buscar el amor de los hombres<br />

dejé de llamar de convocar de pedir<br />

de hacerme la aparecida en la vida de alguno<br />

dejé de decir todo lo que pienso<br />

de quien lo pienso y me volví discreta<br />

humilde sosegada prudente sobria<br />

dejé la terapia y las pastas<br />

busqué a Dios<br />

pedí consejo<br />

escuche y leí con atención<br />

del opus dei<br />

los legionarios<br />

la acupuntura<br />

el fin del mundo<br />

la meditación<br />

el ascetismo<br />

las piedras los astros<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 47


Poesía / Leticia Herrera<br />

y nada me ha conmovido<br />

nada ha podido acallar<br />

mis hambres<br />

me sigo siendo yo misma<br />

seguí pensando en voz baja<br />

las mismas atrocidades<br />

las mismas bajas pasiones<br />

los mismos enojos<br />

el mismo cinismo<br />

la misma incredulidad<br />

brotándome por los cabellos<br />

y porque de nada sirve<br />

apacentar a un girasol<br />

y porque de nada sirve degollarme<br />

si pienso con la entraña<br />

es que vuelvo de mí hacia mí<br />

con todas las nuevas ideas<br />

revoloteando<br />

mientras hago el amor<br />

48<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Poesía / Leticia Herrera<br />

La vida<br />

podría morirme en un ratito<br />

tener un accidente vascular<br />

quedarme vegetal a las dos treinta<br />

de este jueves de junio<br />

caer de cabeza en la alfombra<br />

asustar al gato<br />

podría callarme<br />

mirar el muro que se desgaja<br />

sacar mis conclusiones<br />

vivir<br />

morir<br />

qué insipidez<br />

podría quitar a Piazzola<br />

o dejarlo que toque<br />

tomarle al café o no<br />

irme a otro cuarto<br />

recostarme y saludar<br />

al chango de peluche<br />

podría cocinarme un<br />

filete a la pimienta<br />

beberme una botella de vino<br />

cortarme las venas<br />

con desgano<br />

soy un adulto<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 49


Poesía / Leticia Herrera<br />

Manías<br />

tallarse hasta casi sangrar la piel<br />

como arrojar al caño<br />

los más impuros pensamientos<br />

decirlo todo de primera intención<br />

pensando siempre impulsivo<br />

que el otro se quiere ir sin escuchar<br />

pensar que eres idiota de nacencia<br />

que antes o después los otros<br />

descubrirán el fraude la impostura<br />

quererlo todo y quererlo ya<br />

anclado en tu etapa oral<br />

donde la ausencia es morirse<br />

mentir sin hacer un solo gesto<br />

porque quien dice la verdad<br />

se queda solo para siempre<br />

hablar con los gatos callejeros<br />

confiar en ellos no en los hombres<br />

llevártelos a vivir a casa<br />

aplazar el sueño hasta el cansancio<br />

dejarlo llegar arrastrándose<br />

muelle en su paso de caracol<br />

huir de la virtud como del miedo<br />

con el cuerpo en ventolera<br />

y los labios abiertos al beso<br />

50<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Poesía / Leticia Herrera<br />

Hoy<br />

hoy no escribiré un poema amoroso<br />

no estaré lánguida esperando que el mundo<br />

me regale el amor que anhelo<br />

un par de piernas en su sitio<br />

un sexo alegre y juguetón<br />

ideas que salgan a despeinarse al día<br />

dionisios como dios de cabecera<br />

una dosis de ternuras pertinente<br />

para que nadie salga lastimado<br />

no hoy no<br />

porque no puedo<br />

no siempre se puede creer en lo que se cree<br />

a veces cuando mucho<br />

te sientas a mirarte<br />

y te perdonas<br />

quiero gritar quiero morder a un perro<br />

arrancarle las orejas a alguien matar o que me maten<br />

quiero ser despreciable<br />

pero de veras despreciable<br />

no como este ridículo modo de serlo<br />

sentadita propia<br />

escribiendo poemas mientras me pudro<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 51


Poesía / Leticia Herrera<br />

Ajena<br />

no soy yo la que me mira con disgusto<br />

es la que quisiera ser el puerto la llegada<br />

ésta que soy por contrario<br />

atada a manías y enfermedades<br />

terminales (acabarán conmigo<br />

sin dudarlo) no tiene ningún valor<br />

es una golfa vestida de intelectual<br />

que brama por habitar al hombre<br />

cada día<br />

y esa que soy que apesta que lo debe todo<br />

esa es la única que tengo cuando amanece<br />

y las rayas de la cama en la cara<br />

son como rutas<br />

del mundo que conozco<br />

estrechas pusilánimes<br />

no me mires así no es justo<br />

cada quien es como va siendo<br />

yo mañana reviento pero tú<br />

52<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Poesía / Leticia Herrera<br />

El corazón<br />

el corazón del hombre se estremece<br />

duerme crece decrece se entumece<br />

es un órgano flexible y necesario<br />

que a veces dejamos en el rincón<br />

a que se pudra<br />

pero las manos tienen sed de tocar<br />

el ojo no sabe estarse sin su objeto<br />

de deseo los pies caminan sin concierto<br />

si no llevan a alguna parte donde viva Eros<br />

las rodillas son algo frías pero muestran su estupor<br />

si no duermen al lado de piernas ajenas<br />

y el pelo de triste cae o se emblanquece<br />

si con el paso de los años no hay alguien<br />

que lo enrolle desenrolle como si en ello<br />

se le fuera la vida y sus anhelos<br />

cuando estos acontecimientos concatenados<br />

arrojan el resultado de un individuo triste<br />

entonces el corazón recobra su marimba<br />

pide argumenta razona y si no se le hace caso<br />

duele<br />

cuando duele es momento de atenderlo<br />

de decir que sí<br />

esto es el amor y el corazón<br />

su representante más preciado<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 53


Ensayo


Sobre la literatura llamada juvenil<br />

Dalina Flores Hilerio<br />

Es incuestionable que los paradigmas para<br />

establecer un canon son impuestos por grupos<br />

de poder que, a partir de sus funciones en el<br />

sistema de producción, legitiman diferentes<br />

prácticas sociales. En este proceso de legitimación<br />

y reconocimiento de los productos<br />

culturales se establecen criterios de evaluación<br />

orientados a dar vigencia a distintas manifestaciones<br />

artísticas. La literatura, en Occidente,<br />

no ha sido ajena a esta validación, a través<br />

de diferentes prácticas, dentro de las que<br />

destacan, como ya hemos dicho, la producción<br />

y reproducción de los discursos, a través de<br />

los canales (que implican la difusión, distribución<br />

y comercialización de libros y autores),<br />

dentro de los que se encuentra la discusión<br />

académica en torno a sus temas y productos.<br />

Los textos literarios que se inscriben dentro<br />

de la tendencia editorial conocida como<br />

literatura juvenil, en México, han sido víctimas<br />

de estas dos grandes omisiones: no se difunde<br />

apropiadamente y casi no se discute en espacios<br />

académicos formales.<br />

Las causas de este abandono pueden ser<br />

múltiples, pero una de las más probables es<br />

que, igual que la infantil, la literatura juvenil<br />

es considerada, por algunas cúpulas artísticas<br />

e intelectuales, como un subgénero que por<br />

ser para ‘adultos incompletos’ no tiene la<br />

seriedad propia que el nivel literario canonizado<br />

exige. Lejos de creer que esta forma particular<br />

sea un subgénero o una manifestación<br />

embrionaria de la literatura, hemos visto que,<br />

independientemente del éxito comercial y<br />

literario de producciones creadas para este<br />

público, en el mundo anglosajón han tenido<br />

gran éxito obras y autores que escriben para<br />

el público juvenil, como la saga de Harry<br />

Potter, Los juegos del hambre y otras menos<br />

afortunadas como las series de Stephanie<br />

Meyer. Independientemente del mercado en<br />

inglés, estas obras suelen traducirse al español<br />

para estar al alcance de los hispanohablantes<br />

ya que el público joven, con peculiaridades<br />

evidentes, también es un ‘consumidor’ que<br />

estimula y exige la creación de sus propios<br />

universos.<br />

De acuerdo con Filippe Aries, el concepto<br />

de juventud, entendido como “un sector de<br />

población con características propias, es<br />

resultado del desarrollo de las fuerzas productivas<br />

en Occidente, consecuencia de la necesidad<br />

de la sociedad burguesa emergente de preparar<br />

a los individuos para su integración efectiva<br />

a la vida productiva y social de un grupo<br />

con características exclusivas”. Por ello, la<br />

escuela y la vida escolar representan un espacio<br />

que acota los intereses y temáticas de<br />

estas comunidades, quienes establecen sus<br />

propios códigos y lenguajes para interactuar.<br />

“La juventud se desarrolló en el sistema escolar,<br />

que se volvió el principal agente del ‘desarrollo<br />

de las potencialidades individuales’. … La<br />

vida escolar es el contexto básico o crucial de<br />

la juventud”. La visión de la literatura juvenil<br />

contemporánea no está exenta de este enfoque,<br />

pero además, integra a sus propuestas las nuevas<br />

realidades, como la virtual y el mundo<br />

tecnológico, tan distantes del mundo adulto<br />

tradicional. A eso, quizás, se deba el rechazo<br />

que muchos escritores y críticos literarios<br />

consagrados sienten por la literatura juvenil.<br />

Por otra parte, la condición biológica del<br />

joven, que no es determinante en ningún<br />

sentido para clasificar el gusto literario, también<br />

determina la forma en que se procesa el texto<br />

a través de su lectura, pues la capacidad del<br />

adolescente para el desarrollo del pensamiento<br />

hipotético deductivo se dispara a partir de<br />

la complejidad que ofrece la literatura. La<br />

producción de libros infantiles se determina<br />

por el estadio psicogenético de sus lectores<br />

ya que en la infancia, hasta cierto punto, esta<br />

condición está en evolución pero con<br />

patrones que podríamos considerar estables.<br />

La condición del joven, al contrario, presenta<br />

una serie de manifestaciones que rompen con<br />

la afabilidad del mundo infantil y lo conducen<br />

no sólo a la rebeldía natural contra lo establecido,<br />

sino a la crítica profunda de su realidad.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 57


Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />

El adolescente está listo para generar<br />

nuevos vínculos y relaciones afectivas determinantes<br />

más allá de las familiares, y ello lo<br />

conduce a un estado en donde la búsqueda<br />

de la aceptación es primordial para afianzarse<br />

con cierta seguridad en el mundo. “Cuando<br />

la estructura social hace posible los lazos<br />

directos entre los adolescentes, pueden estos<br />

desarrollar el sentimiento de particularidades<br />

propias y de una conciencia común” (Aries),<br />

de ahí la importancia que la literatura tiene<br />

entre los jóvenes, ya que ésta les otorga la<br />

posibilidad de reconocerse y conocerse en<br />

el otro; de crear sus propios mundos. Es fundamental<br />

promover en ellos la lectura, acercándoles<br />

el mayor número de propuestas literarias.<br />

En este sentido, escribir, pero sobre todo,<br />

leer literatura (para jóvenes, niños, adultos)<br />

puede tejer la urdimbre para sostener numerosas<br />

relaciones afectivas entre diferentes<br />

usuarios de la cultura escrita. En Biblionautas<br />

consideramos que la función de un maestro,<br />

promotor o gestor cultural, lejos de ser prescriptiva,<br />

tendría que orientarse hacia la construcción<br />

de puentes que permitan que el lector integre<br />

su propia experiencia con la experiencia literaria;<br />

y ello, a su vez, podría acercar a los adultos,<br />

de forma genuina, a los temas que interesan<br />

a los jóvenes actuales, y que han abordado<br />

algunos autores mexicanos contemporáneos<br />

a través de propuestas literarias lúdicas y<br />

complejas que apuestan por la integración<br />

de diversas habilidades cognitivas, sociales,<br />

lingüísticas y emotivas para su interpretación,<br />

pero cuyo fin ulterior es el gozo. Debido a<br />

esta función integradora del texto literario,<br />

algunas propuestas de la literatura llamada<br />

juvenil, así como otras producciones derivadas<br />

de tradiciones literarias legitimadas,<br />

ofrecen las circunstancias para formar comunidades<br />

de lectura y, con ello, la posibilidad<br />

de la construcción de un mundo más solidario.<br />

La naturaleza de la literatura que se<br />

produce actualmetne para los jóvenes sería<br />

suficiente para sostener el valor de su promoción<br />

y consumo sin importar la edad del lector,<br />

ya que, entre otras cosas, presenta al adulto<br />

una construcción tan detallada y compleja<br />

del mundo juvenil, que también se identifica<br />

inmediatamente con el joven que alguna vez<br />

fue, precisamente por la capacidad evocativa<br />

y de actualización del arte, sin recurrir a moralejas<br />

chocantes o descontextualizadas. Por<br />

ello, algunas producciones de la literatura<br />

‘para jóvenes’ pueden servir como vehículo<br />

para fomentar el respeto y la inclusión. Sin<br />

embargo, dentro de lo literario, este proceso<br />

se lleva a cabo desde el gozo y no a partir de<br />

la imposición de dogmas.<br />

Ahora bien, es necesario cuestionar la función<br />

de la escuela y de las editoriales en la difusión<br />

de los textos reconocidos como juveniles. Cuando<br />

nos referimos a su difusión, no sólo estamos<br />

considerando su divulgacióna través de concursos,<br />

ferias, presentaciones, etc., ya que es<br />

una de las tendencias editoriales más evidentes:<br />

crear lectores que consuman estos productos.<br />

Lo que nos preocupa, en este caso, es que, al<br />

no abordarse en espacios formales para su<br />

discusión, ni promover estrategias reales para<br />

acercar a los lectores, estos temas y recursos<br />

tienden a proyectar una imagen confusa entre<br />

el público y la crítica, porque, también, algunos<br />

editores buscan más el éxito comercial de una<br />

historia, que su calidad literaria.<br />

Una revisión rápida sobre la práctica de<br />

lectura en la escuela nos permite corroborar<br />

que se está enfatizando la función eferente<br />

de la literatura, entendiéndola como un vehículo<br />

moralizador y formativo; esta inclinación<br />

también se percibe en el ámbito editorial. Es<br />

decir, muchas ediciones están diseñadas para<br />

ser productos de consumo por públicos específicos<br />

(que, además, tienden a ser voraces),<br />

donde sobresalen los triángulos amorosos,<br />

los personajes estereotipados y un enfoque<br />

didáctico como propósito final de la experiencia<br />

lectora, pero que nada aportan desde lo literario.<br />

Leer una novela de estas características sería<br />

casi como estar frente al televisor.<br />

Sin duda, algunos críticos podrían considerar<br />

que lo que se difunde como literatura<br />

juvenil, entonces, consiste en un corpus de<br />

historias sencillas, con un lenguaje llano y<br />

directo, que aborda temas propios de la<br />

adolescencia y que tienden a dejar una moraleja<br />

o moralización en el lector. Eso es lo que<br />

debería replantearse al proponer un análisis<br />

serio de esta producción artística: hasta<br />

dónde las etiquetas limitan y determinan la<br />

producción literaria; como bien lo ha señalado<br />

Francisco Hinojosa, respecto a la literatura<br />

infantil, en el ámbito juvenil ocurre lo mismo:<br />

“hay que diferenciar: existen libros para niños<br />

y literatura para niños. De literatura no hay<br />

tanta. Y la crítica piensa que todo lo que se<br />

escribe para niños pertenece a la categoría de<br />

esos libros que son medio tontos y que no<br />

tienen intención literaria”. En este sentido,<br />

tampoco todo lo que se escribe pensando en<br />

el público joven es literatura.<br />

58<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />

Paradójicamente, también, algunos<br />

autores cuyas propuestas literarias juveniles<br />

son de gran calidad, producen literatura para<br />

‘adultos’ que se ve desvalorada porque las<br />

críticas y las tendencias terminan por encasillarlos<br />

en un tipo particular de escritura,<br />

sin tomar en cuenta que toda su producción,<br />

más allá de la etiqueta, puede ser leída,<br />

apreciada y disfrutada por cualquier lector<br />

sensible e inteligente, independientemente<br />

de su edad.<br />

Los textos literarios, independientemente<br />

de las etiquetas, tienen mucho que aportar a<br />

cualquier lector, sin importar ningún rasgo<br />

de su condición (social, afectiva, cronológica<br />

o de género). Cuando se puso de moda el<br />

adjetivo ‘femenina’ para aludir a la literatura<br />

escrita por mujeres, algunas escritoras se<br />

sintieron discriminadas, ya que la tradición<br />

ubicaba su obra, sin hacer ningún tipo de<br />

distinción, como un género en particular (a<br />

pesar de ser multigráfica), además de incluir<br />

en ella cualquier tipo de texto: era tan literatura<br />

femenina la obra de Almudena Grandes<br />

como la de Marcela Serrano o Carmen Boullosa.<br />

El criterio de clasificación radicaba en una<br />

cuestión de género y no en recursos literarios<br />

particulares.<br />

Dentro de lo que hoy se difunde como<br />

literatura juvenil sucede lo mismo: no importa<br />

si el autor escribe cuento, novela o poesía;<br />

si aborda temas trascendentales desde un<br />

planteamiento complejo, a través de propuestas<br />

lúdicas y estéticas en el manejo de las estructuras<br />

y el lenguaje, o sólo aborda temas<br />

‘juveniles’ de moda, sin otro interés que la<br />

moralización del lector, pero con un gran éxito<br />

de mercado. Todo es juvenil.<br />

Este tratamiento no sólo afecta a los creadores<br />

cuya vena literaria los lleva a producir<br />

obras complejas, y se ven condenados a ser<br />

leídos sólo por un público muy selecto, pues<br />

los grandes críticos y promotores no los<br />

incluyen en las tendencias ‘literarias serias’<br />

y por ello no se les ubica ni promueve desde<br />

otras plataformas. También, en esta especie<br />

de discriminación, el lector sufre una gran<br />

pérdida, al tener que conformarse con la lectura<br />

de las letras alfaguarizadas, porque la oferta<br />

editorial se las presenta en bandeja de plata,<br />

con textos legitimados, pero que quizás ofrecen<br />

menos diversión o posibilidades lúdicas en<br />

el proceso de lectura.<br />

Si nos apegamos a los postulados del<br />

postestructuralismo, la hermenéutica y la estética<br />

de la recepción, un texto literario tendría que<br />

ser polisémico; es decir, debería implicar<br />

muchas posibilidades de interpretación, pero<br />

también de lectura. En su estructura y lenguaje<br />

se destacaría el juego y una búsqueda estética<br />

intencional. Su ‘función’ principal, entonces,<br />

tendría que ser el gozo, despertar la imaginación,<br />

y evitar los dogmas. En definitiva: no estaría al<br />

servicio de ningún interés que no fuera artístico.<br />

En este sentido, es claro que muchos libros<br />

de corte juvenil no se pueden considerar dentro<br />

del corpus de las obras literarias.<br />

Algunas editoriales hacen grandes tirajes<br />

de historias moralizadoras o ñoñas pero que,<br />

por fáciles, son producto de consumo inmediato.<br />

Y ello se refleja en las grandes ganancias<br />

económicas. Si bien es cierto que la generación<br />

de ganancias es parte de cualquier tipo de<br />

negocio, en el ámbito editorial, también deberían<br />

intervenir otras visiones menos limitadas.<br />

La generación de la cultura, el conocimiento<br />

de las tradiciones ancestrales y la contribución<br />

para la cimentación de una sociedad crítica son<br />

también tareas que corresponden al mundo<br />

editorial.<br />

Sin embargo, el predominio de la visión<br />

económica de las editoriales en Hispanoamérica<br />

y España ha sido concluyente para imponer<br />

prácticas de producción, circulación y recepción<br />

de las publicaciones para jóvenes donde prevalece<br />

una visión dogmática. Algunos autores,<br />

incluso, se han sometido (voluntaria o involuntariamente)<br />

a una serie de requerimientos<br />

que impone el mercado, para ser consumibles<br />

por un público particular, acostumbrado<br />

a la música pop y al cine comercial. Una<br />

obra con pretensiones literarias, desde esta<br />

perspectiva editorial, se convierte, entonces,<br />

en un manual de comportamiento que<br />

legitima y promueve las prácticas culturales<br />

vigentes, producidas por las sociedades<br />

cupulares, hegemónicas y machistas.<br />

A pesar de que defiendo la idea de que<br />

no cualquier texto es literario, y por ende,<br />

no provoca por igual la emoción estética del<br />

lector, tampoco estoy asegurando que este<br />

proceso ocurra exclusivamente en el lector<br />

que consume a los clásicos o las lecturas recomendadas<br />

por eruditos como Bloom. Al<br />

contrario: muchos textos clásicos no se<br />

actualizan, ni tendrían por qué hacerlo, pues<br />

ello, de alguna manera, conduciría a una práctica<br />

colonizadora, por lo menos desde la escuela.<br />

Es decir, creo que es importante conocer, pero<br />

sobre todo, disfrutar la Odisea o El ingenioso<br />

hidalgo Don Quijote de la Mancha, tanto<br />

como La tumba o El club de la salamandra.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 59


Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />

Pero no creo que se deba obligar a los jóvenes<br />

lectores a tener un acercamiento a las obras<br />

de manera descontextualizada. Esto, como<br />

hemos visto, provoca en ellos un rechazo<br />

inmediato.<br />

Es verdad que las ‘grandes’ obras del pasado<br />

son tan vastas y complejas que sus ecos resuenan<br />

y dan vida a las historias en la imaginación<br />

de los lectores actuales; sin embargo,<br />

ese proceso no es espontáneo ni se deriva<br />

de la propia obra artística. Las condiciones<br />

culturales actuales han determinado nuevas<br />

formas de relación entre los seres humanos,<br />

y por ello, también otras prácticas lectoras<br />

que se enriquecen si las propuestas están más<br />

cercanas al usuario y si se le ofrecen puentes<br />

sólidos para relacionarlas con sus propias<br />

experiencias vitales, donde prevalece la información<br />

y los mundos creados por el<br />

ciberespacio, las sexualidad desbordada, el<br />

consumismo. Con lo anterior no estoy asumiendo<br />

que la literatura tendría que promover<br />

estas realidades. Es precisamente el agente<br />

promotor de la literatura quien tendría que<br />

acompañar al joven lector para que desarrolle<br />

la competencia lecto-literaria que le permitirá<br />

gozar con plenitud el texto. Afortunadamente,<br />

en México estamos viviendo una época<br />

de bonanza literaria que produce una gran<br />

cantidad de textos adecuados para la<br />

construcción de los puentes entre la literatura<br />

y sus lectores, probablemente porque en este<br />

país ya es larga la tradición que aborda<br />

cuestiones juveniles desde la literatura de la<br />

Onda. En los últimos años podemos encontrar<br />

autores, con trayectorias sólidas, como<br />

José Emilio Pacheco, Jordi Soler, Eusebio<br />

Ruvalcaba o Juan Villoro, que no se han detenido<br />

para adentrarse en el mundo de los<br />

adolescentes y jóvenes; pero además, otros<br />

autores contemporáneos aportan una nueva<br />

dimensión a la literatura llamada juvenil, a<br />

partir de propuestas frescas y divertidas, sin<br />

perder la complejidad y el juego. Tal es el caso<br />

de los hermanos Antonio y Javier Malpica,<br />

Jaime Alfonso Sandoval, Martha Rivapalacio,<br />

Juan Carlos Quezadas, entre otros.<br />

En definitiva, sería muy conveniente que<br />

los responsables de tender los puentes entre<br />

los lectores y la literatura aprovecháramos<br />

la oferta de estos escritores para que, en la<br />

escuela y fuera de ella, la literatura sea, antes<br />

que nada, un vehículo de gozo y diversión<br />

que nos permita reconocernos en el otro, y<br />

afianzar nuestras afinidades, así como respetar<br />

nuestras diferencias.<br />

60<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La influencia de los contextos social y<br />

político en la novela de la Revolución y el<br />

grupo de los Contemporáneos<br />

Tzitel Pérez Aguirre<br />

Para el año de 1909, en México, se encontraban<br />

ya las condiciones propicias para un<br />

levantamiento armado que asegurara a la nación<br />

la salida de ese encierro en sí misma iniciado<br />

años atrás, de igual manera, este movimiento<br />

de lucha fue el inicio del alejamiento de los<br />

sistemas autoritarios y oligárquicos impuestos<br />

por las políticas porfiristas, esto había convertido<br />

a la sociedad en una sociedad lenta,<br />

aletargada, en donde la democracia no era más<br />

que una dictadura, la igualdad era concebida<br />

como una inmovilidad social y en donde el<br />

progreso, objetivo de la época moderna, se<br />

manifestaba con la industrialización, la creación<br />

del ferrocarril y la inversión extranjera,<br />

todo ello en un marco de especulación, ya que<br />

fueron incontables las apropiaciones de bienes<br />

que agrandaron caudales privados.<br />

Aunado a lo anterior, México, cada vez más,<br />

iba reconociendo las innovaciones y los<br />

cambios productivos que contextualizarán<br />

este movimiento de lucha; era latente la necesidad<br />

de la transformación social y la<br />

reestructuración política, la creación de un<br />

sistema institucional de gobierno con base<br />

en la Constitución de 1917.<br />

Así, en 1908, teniendo Porfirio Díaz ya más<br />

de treinta años en el poder, aparece un libro de<br />

corte político con miras al proceso electoral<br />

de 1910: La sucesión presidencial en 1910, escrito<br />

por Francisco I. Madero, en el cual después de<br />

elogiar la obra de Díaz por la manera como<br />

logró conciliar al país y llegar al progreso<br />

material, lo criticaba, ya que con ese pretexto<br />

de crecimiento económico se llegó a un<br />

enriquecimiento egoísta de algunos grupos<br />

de la sociedad, dejando a un lado el concepto<br />

de igualdad y democracia.<br />

También cuestionaba su largo periodo<br />

frente al poder, ya sea de forma directa o detrás<br />

de sus amigos que fungían como presidentes;<br />

con esto, Madero hacía un llamado para la<br />

formación de partidos de oposición para el<br />

próximo proceso electoral, además veía una<br />

posibilidad para la democracia, en la propia<br />

entrevista hecha por James Creelman a Porfirio<br />

Díaz, para la revista Pearson´s Magazine, publicada<br />

en México en marzo de 1908, en donde<br />

él mismo argumentaba la oportunidad para dejar<br />

el poder y subiera a éste alguien de la oposición,<br />

ya que para Díaz, México ya está listo para la<br />

toma de esa decisión.<br />

Resultando ese argumento una falacia,<br />

Porfirio Díaz decide reelegirse; y este acto<br />

conjugado con los problemas sociales, como<br />

las huelgas de los mineros de Cananea en<br />

1906, y la de los operarios textiles de Río<br />

Blanco en 1907, las cuales se pronunciaban<br />

en contra de los abusos a los que eran sometidos<br />

por las tiendas de raya, casas de empeño,<br />

cárceles y las desigualdades que existían en<br />

los salarios entre los trabajadores mexicanos<br />

y los extranjeros; fueron los sucesos que<br />

agravaron la situación política y social del<br />

país, y se convertirían en los detonadores<br />

de la lucha al romper con el orden social de<br />

México.<br />

El movimiento de la Revolución Mexicana<br />

se conforma por distintas fases como lo describe<br />

Gloria M. Delgado (1978: 160-170): la<br />

primera que se podría ubicar de 1910 a 1920<br />

se integra por la lucha armada y termina con<br />

el triunfo del constitucionalismo, el periodo<br />

presidencial de Venustiano Carranza y la promulgación<br />

de la Constitución de 1917; la<br />

segunda etapa de 1920 a 1934 corresponde<br />

a la formación del Estado mexicano; por un<br />

lado la ideología del caudillismo populista<br />

con la que se sientan las bases de la conciliación<br />

y la unificación nacionales; y por otro,<br />

el comienzo del proceso de institucionalización;<br />

la tercera etapa de 1934 a 1940 se refiere al<br />

cardenismo, se inaugura el Primer Plan Sexenal<br />

y se fortalece el presidencialismo en el marco<br />

de las instituciones; la última etapa de 1940<br />

a 1970 corresponde al momento de crecimiento<br />

económico, se insiste en la unidad<br />

nacional, se busca apoyar el capitalismo nacio-<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 61


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

nal, al final de este periodo la crisis económica<br />

mundial afecta en lo político y en lo social en<br />

el plano internacional, y por obvio repercute<br />

en México.<br />

Este escrito se ubicará en la segunda etapa<br />

del movimiento de revolución de 1920 a 1934,<br />

después del triunfo del constitucionalismo, en<br />

donde se inicia con una participación en el<br />

poder por los caudillos revolucionarios, personajes,<br />

algunos, de origen rural, que buscaban<br />

una identificación con los grupos que por<br />

mucho tiempo estuvieron al margen en las<br />

estructuras sociales, políticas y económicas<br />

del país.<br />

Se pretendía una reconstrucción del país,<br />

mediante la conciliación de clases, sobre todo<br />

de la clase trabajadora con la clase empresarial,<br />

se comprendió claramente que para<br />

ser reconocido políticamente, llegar al poder<br />

y mantenerse en él, se tenía que entablar una<br />

relación con las masas, es así como el Estado<br />

moderno del siglo XX se construye sobre<br />

bases populistas.<br />

Otros elementos que apoyan esta reconstrucción<br />

nacional serán la educación y la<br />

cultura, estando en el poder Álvaro Obregón,<br />

José Vasconcelos es nombrado rector interino<br />

de la Universidad Nacional de México, así<br />

mismo, por iniciativa de él se crea el ministerio<br />

de Educación Pública, Vasconcelos<br />

emprendió una campaña masiva de alfabetización<br />

y constituyó una revolución cultural,<br />

mediante misiones en los pueblos indígenas<br />

para incorporarlos al proceso de desarrollo,<br />

es en este periodo cuando los artistas mexicanos<br />

empiezan a expresar, a través de sus obras,<br />

la historia de la revolución en todo su dramatismo<br />

social, así se crean los grandes murales,<br />

las novelas conocidas como de la Revolución,<br />

entre otras manifestaciones.<br />

Con esto se llega al interés de este escrito,<br />

mostrar las expresiones que surgieron en esta<br />

etapa en lo literario y describir la relación que<br />

guardó el arte con el poder, y sus fines culturales,<br />

sociales y políticos que la enmarcaron.<br />

No cabe duda que con las novelas llamadas<br />

de la Revolución se lograron una gran cantidad<br />

de lectores:<br />

Una manera de escribir, incluyendo las<br />

materias sobre las que escribe, cuya resonancia<br />

es tal en el ánimo del que lee que, al poco,<br />

el lector intuye y siente algo que va más allá<br />

de los acontecimientos, de los personajes o<br />

la forma en que los recrea el autor: una<br />

esencia propia, nacional (Suárez 1992: V).<br />

Entonces, el lector identifica a través de<br />

la lectura, lo suyo, su vida, lo que ha padecido,<br />

de aquí la abundancia de lectores, se reconocen<br />

como mexicanos, esto configura la propuesta<br />

de un nacionalismo, una búsqueda de<br />

identidad nacional, la cual imperará como<br />

característica de esas muestras literarias, ello<br />

hace que nuestra literatura, de esta época,<br />

se observe como un hecho aislado, no una<br />

unidad hispanoamericana. Se deja atrás los<br />

tiempos de privilegio de las clases acomodadas<br />

en perjuicio de las grandes mayorías populares.<br />

La novela de la Revolución se inspiró en<br />

las acciones militares y populares, también en los<br />

cambios sociales y políticos que condujeron<br />

a distintos movimientos de lucha, la Revolución<br />

Mexicana creó una realidad nueva, el país se<br />

iba transformando, y todo esto se convirtió en<br />

el tema literario.<br />

Según Antonio Castro Leal (Suárez 1992:<br />

V) la novela de la Revolución podría clasificarse<br />

en tres categorías:<br />

La primera, que incluye a Mariano Azuela, a<br />

Martín Luis Guzmán, a José Vasconcelos, entre<br />

otros, correspondería a aquellos autores cuya<br />

participación en la gesta armada fue directa.<br />

La segunda, con autores como Rubén Romero,<br />

Rafael F. Muñoz y muchos más –tal vez el<br />

grupo más numeroso–, sería la de las obras<br />

de aquellos que escribieron páginas sobre la<br />

Revolución, inventadas o reales, pero alrededor<br />

de acontecimientos que de alguna manera<br />

afectaron sus vidas. Con excepción de las obras<br />

del doctor Azuela, escritas y publicadas años<br />

antes, las obras de estas dos categorías se<br />

editaron a partir de los finales de las décadas<br />

de los veinte hasta la década de los cuarenta.<br />

Podría considerarse, además, una tercera<br />

categoría, la de las novelas aparecidas posteriormente,<br />

conservando los rasgos principales<br />

de las obras del ciclo.<br />

Aunada a esta clasificación que proporciona<br />

una ubicación de estas obras, a la identificación<br />

nacional, la épica se integra a los<br />

rasgos que distinguen a esta novela, episodios<br />

violentos, personajes crueles, imágenes<br />

conmovedoras, presencia de lo popular, una<br />

meta colectiva de perdón y descubrimiento<br />

del nuevo destino del pueblo mexicano, que<br />

se muestra en esa historia de la realidad heroica<br />

que las novelas de la Revolución proyectan<br />

por medio de cuadros desarticulados, en<br />

donde las visiones y experiencias se acomodan<br />

de manera sucesiva. Sin embargo, la<br />

62<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

novela de la Revolución, no incita a la lucha,<br />

sino reconoce al pueblo, su fuerza, la voz<br />

de los marginados, forma una conciencia<br />

nacional.<br />

La novela de esta manera, se convierte en la<br />

contrapartida literaria de la naturaleza inhumana<br />

y de las relaciones sociales inhumanas<br />

que describe: la novela está capturada en las<br />

redes de la realidad inmediata y sólo puede<br />

reflejarla. Esta realidad inmediata exige una<br />

lucha para ser cambiada y la lucha, a su vez,<br />

exige un simplismo épico: el hombre explotado,<br />

por serlo, es bueno; el que explota, también<br />

intrínsecamente, es malo. Esta primitiva galería<br />

de héroes y villanos (¿qué literatura no la ha<br />

tenido?) sufre un primer cambio cualitativo,<br />

significativamente, en la literatura de la revolución<br />

mexicana. Por primera vez en América<br />

Latina, se asiste a una verdadera revolución<br />

social que no sólo pretende sustituir a un<br />

general por otro, sino transformar<br />

radicalmente las estructuras de un país. Y el<br />

carácter dinámico de este proceso se acentúa<br />

porque el pueblo es el actor del drama<br />

(Fuentes 1976: 14).<br />

En esta cita, Fuentes refiere a la novela de<br />

la Revolución como un proceso social donde el<br />

protagonista deja de ser el miembro de una esfera<br />

privilegiada y se convierte en el pueblo, con<br />

sus características populares, con una búsqueda<br />

de ideales para cambiar la vida desproporcionada<br />

que ha vivido. En esta clase<br />

de novela, los hechos de ser pobre y de ser<br />

abusado, favorecían ya al individuo y le daba<br />

un valor dentro de este contexto de lucha<br />

social.<br />

Por lo tanto, la novela de la Revolución<br />

se concentró en darle una identidad al ser del<br />

mexicano, teniendo como protagonista en esa<br />

secuencia de relatos, unos testimoniales, otros<br />

creados, al pueblo, al mexicano; edifica y exalta<br />

el nacionalismo, la unidad nacional, la defensa<br />

de los derechos del pueblo, esto por medio,<br />

de un líder, al que seguiría la población: el<br />

caudillo, dando forma a la unidad nacional.<br />

De esta manera, la novela de la Revolución<br />

surge como un medio que permitió la transición<br />

del país al tener como uno de los fines,<br />

aquel movimiento armado, la identidad nacional;<br />

logró así, construir un aparato instrumental<br />

en lo literario como sustento para conseguir<br />

un fin social. Lo anterior en un marco mundial,<br />

ya que los procesos de la época moderna eran<br />

la concentración del poder y la conformación<br />

de las identidades nacionales, entre otros.<br />

Sin embargo, para este mismo periodo,<br />

de 1920 a 1934, no sólo aparece en el marco<br />

literario esas muestras específicas como la<br />

novela de la Revolución, sino empiezan a<br />

aparecer en escena otros ejemplos de obras<br />

literarias mexicanas, uno de ellos son las que<br />

resultan de un grupo de amigos con intereses<br />

literarios, culturales, estéticos, sociales, políticos<br />

en común; a éste se la ha llamado los<br />

Contemporáneos, por el título de una de sus<br />

revistas más difundidas:<br />

La poesía, la crítica –siempre rigurosa– de<br />

las letras, las artes, la sociedad y política, el<br />

teatro, la narrativa, la crónica sabiamente<br />

banal o exaltada de los más diversos sucesos<br />

culturales, los epistolarios y las autobiografías,<br />

en suma, cualquier expresión inteligente<br />

sobre cualquier acontecimiento inteligible e<br />

interpretable fue asumida por este “grupo”<br />

con un vigor y un rigor inusitados dentro de<br />

nuestra tradición intelectual, no pocas veces<br />

en oposición a un medio agresivo siempre,<br />

hostil en ocasiones, cruel en su capacidad para<br />

el escarnio o la descalificación (Sheridan<br />

1993: 9).<br />

Sheridan, en su cita, señala algunos rasgos<br />

que caracterizaron a este grupo de amigos<br />

escritores y los identificaron como una generación<br />

que buscaba otros objetivos ajenos<br />

al contexto que imperaba en esos años,<br />

mencionados de forma breve anteriormente.<br />

El grupo de los Contemporáneos estaba<br />

conformado por un reducido círculo de amigos<br />

que compartieron trabajos literarios entre los<br />

años 1920 y 1932, entre ellos se puede nombrar<br />

a: Bernardo Ortiz de Montellano, Enrique<br />

González Rojo, José Gorostiza, Jaime Torres<br />

Bodet, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia,<br />

Jorge Cuesta y Gilberto Owen, eran amigos,<br />

pues se conocían bien por haber estudiado casi<br />

todos en las mismas escuelas, amistad que se<br />

fortaleció al colaborar, más tarde, en revistas<br />

que edificaban formas de pensar muy diferentes<br />

de lo que se proponía después del<br />

movimiento revolucionario.<br />

El contexto social y político que padecía<br />

México en 1920 dicta de alguna manera el<br />

origen de esta generación; al caer Carranza<br />

y llegar Álvaro Obregón al poder ocurre<br />

que los escritores e intelectuales, al observar<br />

una época más estable, sin tanta violencia,<br />

se dieron a la búsqueda de patrocinios y<br />

puestos en la burocracia. No se quedan afuera<br />

de esta meta los Contemporáneos quienes para<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 63


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

estas fechas eran universitarios y además<br />

buscaban un nombre en el mundo de las<br />

letras.<br />

El desarrollo de este grupo de escritores<br />

se debe en parte por el patrocinio que tuvieron<br />

de José Vasconcelos, como se dijo antes, fue<br />

nombrado rector interino de la Universidad<br />

Nacional en los periodos de Carranza y Obregón,<br />

con sus campañas de mejoramiento del<br />

sistema educativo, incluyó en sus programas<br />

de reforma a varios intelectuales jóvenes,<br />

así para 1921 y con sólo 19 años Torres Bodet<br />

fue nombrado secretario de la Escuela<br />

Preparatoria, después secretario personal de<br />

Vasconcelos, luego recibió el puesto de Director<br />

de Bibliotecas, poco a poco, la amistad con<br />

los demás miembros fue dándose, ya que algunos<br />

compartieron aulas en la escuela preparatoria,<br />

y fueron llamados por Torres Bodet a<br />

algunos puestos, así se fue conformando el<br />

grupo. La oficina en el Ministerio de Educación,<br />

de Torres Bodet, fue el centro de actividades<br />

de los Contemporáneos.<br />

En una entrevista Salvador Novo, cuenta<br />

del grupo:<br />

En 1919 conocí a Jaime como secretario de<br />

la Escuela Nacional Preparatoria. Vivíamos<br />

ambos en la colonia San Rafael: casi todas<br />

las mañanas coincidíamos en el camión. En<br />

1920, Vasconcelos se llevó a Jaime a la Universidad<br />

como secretario particular. Allí nació,<br />

acaso planeó, la larga carrera de funcionario<br />

irreprochable y brillante que ha seguido desde<br />

entonces por pasos previstos, contados,<br />

firmes. Los Contemporáneos trataron, en<br />

vista de su éxito, de imitarlo en todo. “Si usted<br />

quiere triunfar –me aconsejó una vez– cómprense<br />

un coche, da mucha prestancia, e<br />

imparta una clase muy erudita, muy compleja<br />

en la Escuela de Altos Estudios”. En parte,<br />

seguí su consejo: di una clase en Altos Estudios.<br />

Para impartirla, lo cual era fácil, estudiaba<br />

durante varias horas todos los días. Jaime<br />

daba clase de literatura griega a pesar de no<br />

saber griego, ignorancia en que le anteceden<br />

varias personalidades ilustres. Sin embargo,<br />

sus clases eran preciosas: asombraba a su auditorio<br />

con los conocimientos macheteados el<br />

día anterior. (De entonces data su erudición<br />

que, entre paréntesis, puede parecer muy pedante).<br />

Cuando nos reuníamos, Jaime sacaba de una<br />

exquisita pitillera cigarrillos exóticos, y se<br />

jactaba: “De éstos fuma el señor Rector”. En<br />

mi único distanciamiento con él, quemé todos<br />

los libros suyos que tenía en mi biblioteca.<br />

Cuando Vasconcelos llegó a la Secretaría de<br />

Educación Pública nombró a Jaime jefe del<br />

Departamento de Bibliotecas. Allí nos reuníamos:<br />

llegábamos todas las mañanas, a eso<br />

de las once. En estas pláticas se conflagró la<br />

revista La Falange. Jaime llevó a trabajar a<br />

su lado a todo el grupo: Bernardo Ortiz de<br />

Montellano, Enrique González Rojo, José<br />

Gorostiza y Xavier Villaurrutia. Con todos<br />

ellos me hablaba de tú, menos con él (Carballo<br />

1986: 305).<br />

En este marco de patrocinio el grupo<br />

publicó varias revistas: La Falange (1922),<br />

Ulises (1927) en donde sus colaboraciones<br />

reflejaban sus posiciones respecto de lo que<br />

acontecía en el país, así mismo, en oposición<br />

a lo que sucedía con la novela de la Revolución<br />

y la búsqueda de la identidad nacional, no<br />

representaban, sobretodo en Ulises, el sentir<br />

nacional; ellos, en esas publicaciones incluían<br />

autores como Carl Sandburg, James Joyce en<br />

inglés, Max Jacob en francés, Benjamín Jarnés,<br />

Massimo Botempelli, Marcelo Jouhandeau,<br />

además de las contribuciones del grupo y<br />

de autores mexicanos más consagrados como<br />

JulioTorri y Mariano Azuela.<br />

Salvador Novo refiere a la novela de la<br />

Revolución.<br />

La novela de la Revolución es muy aburrida<br />

y, lo que es peor, nació muerta. Como conjunto<br />

de obras no vale la pena; individualmente<br />

algunas obras son excelentes. Para mi gusto,<br />

tiene más interés el enfoque que las últimas<br />

generaciones han dado a los mismos temas.<br />

La mayor parte de los novelistas de la Revolución<br />

no tuvieron el valor de decir lo que<br />

en realidad sucedió en los campos de batalla<br />

y en los gabinetes privados de los jefes e<br />

ideólogos (Carballo 1986: 313).<br />

La revista Contemporáneos (1928), de<br />

donde se toma el nombre del grupo, fue la<br />

publicación más extensa y significativa para<br />

ellos, con ella se alejaban cada vez más de<br />

los objetivos de ser el pueblo el protagonista<br />

del drama de la vida, para el grupo era importante<br />

dedicarse a la literatura creativa, al arte,<br />

a la historia, a los muestras experimentales<br />

que se presentaban en cualquier ámbito, ya<br />

sean extranjeras o nacionales, era publicadas.<br />

Solamente por el patrocinio del que era<br />

partícipes, pudieron expresarse a través de<br />

sus publicaciones, siendo éstas fuertes críticas<br />

respecto del mundo social, político y cultural<br />

64<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

de México, proyectadas algunas veces por<br />

el uso de técnicas literarias que en Europa<br />

se llamarían las vanguardias, surgidas también<br />

por el agotamiento de las formas anteriores<br />

las cuales percibían una realidad igualmente<br />

agotada.<br />

Con esto el grupo fue motivo de críticas<br />

fuertes y fueron tachados de antinacionales,<br />

se mostraba una oposición al grupo, a sus<br />

ideas, y a sus técnicas literarias; de la misma<br />

manera, formaron un grupo de teatro experimental<br />

organizado por Xavier Villaurrutia,<br />

Salvador Novo, Celestino Gorostiza, hermano<br />

de José, en el cual representaban traducciones<br />

de piezas de dramaturgos europeos y norteamericanos,<br />

con ello logran un sentimiento<br />

popular contrario.<br />

Los Contemporáneos se aclimataban en la<br />

cultura de la continuidad; lejos de ellos decapitar<br />

la historia, dar un machetazo a la tradición.<br />

Más aún: enjuiciarla, estudiarla y reconocerse<br />

en ella implicaba para el grupo una<br />

autoafirmación y a la vez era un índice que<br />

los reconocía en sus aportes y en sus logros<br />

(Schneider 1994: 18).<br />

Las obras de los Contemporáneos se pueden<br />

considerar como muestras de la influencia de<br />

las vanguardias que en Europa se experimentaban,<br />

en ellas recurrían a imágenes,<br />

comparaciones, metáforas, hallazgos inauditos,<br />

desconcertantes, lo sensorial, lo colorido, la<br />

luminosidad o el claroscuro; la supresión de<br />

nexos y puntuaciones gramaticales: rasgos<br />

vanguardistas; así, con ellas se pierde del<br />

todo la propuesta de la novela de la Revolución,<br />

de reconocer al mexicano y lo popular, de<br />

exaltar el nacionalismo.<br />

Rasgos traducidos en obras que dejan de<br />

ser cuadros inmóviles en donde su protagonista<br />

es el pueblo luchando contra la opresión<br />

y se convierte en un arte nuevo, en palabras<br />

de Walter Benjamín:<br />

La obra de arte moderna está bajo el signo de<br />

la unión de lo auténtico con lo efímero. Este<br />

carácter de actualidad funda también la afinidad<br />

del arte con la moda, con lo nuevo, con la óptica<br />

del ocioso, tanto del genio, como del niño, a<br />

quienes falta la pantalla protectora que son<br />

las formas de percepción convencionales y<br />

que por tanto se sienten expuestos sin protección<br />

alguna a los ataques de la belleza, a<br />

los ataques de los estímulos trascendentes<br />

ocultos en lo más cotidiano (Habermas 1989: 21).<br />

Entre los miembros de los Contemporáneos<br />

surge el interés por la prosa, una prosa nueva,<br />

con distinto vigor en donde se renuncia “a<br />

aquella unidad de acción que en el siglo XIX<br />

se había extrapolado de la tragedia ya en<br />

desuso a la novela bien construida” (Alberés<br />

1971: 37); ello, tiene como puntos de despegue<br />

escritores como Proust, Joyce, Gide; éste último<br />

está decidido a suprimir en la novela el :<br />

“la verdadera novela no debe tener un tema<br />

preconcebido; debe ser el desarrollo libre de<br />

un novelista que escribe a ciegas, dejándose<br />

llevar por sus personajes” (Alberés 1971: 37).<br />

Con este principio, Jaime Torres Bodet,<br />

Xavier Villaurrutia y Gilberto Owen, se dispusieron<br />

a experimentar con esta prosa, con<br />

esta atmósfera; surge, y así, la obra Novela<br />

como nube de Gilberto Owen escrita en 1926<br />

y publicada hasta 1928, en donde se concentran<br />

en gran medida los elementos vanguardistas<br />

que imperaban; por los mismos años, Torres<br />

Bodet presenta Margarita de niebla, y<br />

Villaurrutia, Dama de Corazones que integran<br />

las muestras de estos experimentos de nueva<br />

novela, alejada de aquella serie de episodios<br />

del movimiento armado y del sentir nacional,<br />

ya que recurren a modelos que se practicaban<br />

en el extranjero. Este escrito se detendrá<br />

en una de esas manifestaciones: Novela<br />

como nube, de Owen.<br />

Gilberto Owen en sus poemas de “Desvelo”<br />

considera:<br />

Al poema como una promesa de vértigo, un<br />

viaje de vida en el que no se llega a ninguna<br />

parte, y es siempre fiel a una línea evolutiva<br />

donde arriesga todas sus cartas a un solo juego:<br />

la búsqueda de su identidad, de su desarraigo<br />

y aislamiento (Quirarte 1988: 168).<br />

¿Por qué nueva novela? Siguiendo con la<br />

pauta sobre lo que menciona Owen en cuestión<br />

al poema; la novela nueva deja a un lado<br />

la parte anecdótica, el tema, y se une fuertemente<br />

a detener la acción con descripciones<br />

de episodios, sucesos, situaciones originadas<br />

de un estado de adormecimiento, de sueño,<br />

de vigilia:<br />

2, el café<br />

Ya está cerca el café. Ahora el ojo, como si<br />

Ernesto estuviera viviendo en verso, en esos<br />

versos antipotéticos del señor Hugo, tentán-<br />

1<br />

De aquí en adelante las citas que se refieran a este<br />

título serán señaladas sólo con la página.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 65


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

dole al remordimiento. ¡Pobre Ofelia! Todo<br />

por la aversión de Ernesto al paisaje suburbano,<br />

resuelto en manchas de colores opacos, pastosos<br />

y, en el calzado, de lodo. Y por saber<br />

ya cómo terminan todas las películas, y por<br />

tener amigos –¡qué horribles compañías!–<br />

que le leen sus comedias antes de estrenarlas<br />

(Owen 1979: 147).<br />

Las novelas de Torres Bodet, Villaurrutia<br />

y Owen obedecen a esta propuesta, las tres<br />

presentan una situación similar en el argumento<br />

de la trama, inmersas en un ambiente<br />

de ambigüedad, de estructura sin estructura,<br />

de un tiempo que se prolonga paulatinamente;<br />

como lo expresa Owen:<br />

INTERIOR. Un cuarto de minuto, cada<br />

quince, el de afuera leía un renglón de aquella<br />

sala. Cosa inocente tan prohibida.<br />

El día, un parpadeo, tenía su alba en el espejo.<br />

Un espejo que soñaba retratar a Jorge, mordido<br />

infinitamente por el dragón dorado del marco.<br />

Aplacaría su sed en el estanque, y el que cayera<br />

al agua sería devorado (178).<br />

Se puede señalar una influencia relevante<br />

para estos escritores y de sus novelas en A<br />

la sombra de las muchachas en flor de Marcel<br />

Proust, ya que se coincide en el argumento,<br />

en su estructura, un modelo a seguir.<br />

En Novela como nube, ya con el título Owen<br />

emprenderá el viaje vanguardista, muestra a<br />

Ernesto, un joven que después de ser herido,<br />

permanece por un tiempo inconsciente, cuando<br />

logra salir de ese estado para él es como volver<br />

a nacer, en su recuperación queda al cuidado<br />

de dos hermanas: Elena y Rosa Amalia,<br />

anteriormente conocidas por él, despertando<br />

su interés por escoger a la que debía ser su<br />

esposa, y distingue la manera de ser de cada<br />

una de ellas: Elena, sincera, opción más<br />

apropiada para esposa; Rosa Amalia, superficial,<br />

como una nube; sin embargo, por un<br />

supuesto elige equivocadamente a su esposa.<br />

Ahora bien, para Owen y para su compromiso<br />

vanguardista, lo antes dicho no es lo<br />

principal, sino cómo va a narrar esa situación,<br />

para esto se vale de una estructura narrativa<br />

complicada, difícil de seguir, que muchas<br />

veces se juzga sin conexiones, sin coherencia;<br />

así en 26 pequeñas estancias o 26 breves<br />

capítulos, como se quiera llamar a las partes<br />

que dividen la obra, que conforman el todo<br />

de la trama; altera el ritmo de lectura con descripciones<br />

de cuadros que por un momento<br />

se alargan en un espacio y temporalidad<br />

prolongada.<br />

Lo que tal vez distinga a Novela como<br />

nube es la intervención mitológica que hace<br />

Owen, alusión al héroe griego Ixión:<br />

Hijo del rey Flegias, traicionó a su futuro<br />

suegro Deyoneo y lo quemó en la víspera del<br />

banquete nupcial. Por razones incomprensibles<br />

para nosotros, Zeus perdonó a Ixión y hasta<br />

lo invitó a compartir su mesa. El pendenciero<br />

Ixión traicionó a su salvador intentando seducir<br />

a la ansiosa Hera. Zeus adivinó las malas<br />

intenciones de Ixión y aprovechando su<br />

ebriedad logró que se dejara engañar con una<br />

falsa Hera en la forma de una nube. Mientras<br />

Ixión pervertía la imagen, Zeus lo sorprendió<br />

y ordenó a Hermes que lo azotara sin clemencia.<br />

Ese fue el destino del primer e involuntario<br />

iconoclasta de Occidente y desde entonces<br />

Ixión gira atado a una rueda ardiente en el<br />

firmamento (Domínguez 1994: 230).<br />

Este mito es retomado en los títulos de varios<br />

episodios, ello lo convierte en una idea de peso<br />

para la trama: al seleccionar Ernesto erróneamente<br />

a su esposa, en palabras de Owen: “su<br />

rueda de Ixión será el matrimonio” (185).<br />

Otro rasgo que distingue a esta novela<br />

es la mención que hace en las primeras líneas<br />

de esta pregunta: “¿Quién no ha leído a Gide?”<br />

(146). Gide refiere olvidar la anécdota y perderse<br />

en los personajes, no expresarse por medio<br />

de sucesos lógicos y articulados, sino episodios<br />

inmersos en el claroscuro.<br />

Owen, al insertar el mito griego y la pregunta<br />

sobre Gide, vincula por un lado la idea<br />

de relacionar una metáfora que identifique a<br />

un personaje mitológico con la modernidad,<br />

con lo que padece el ser humano en el mundo;<br />

y por el otro, fortalecer la técnica literaria.<br />

Otro punto a destacar en la estructura de<br />

la novela es cuando Owen se deja ver como<br />

escritor, al intervenir en ciertos apartados,<br />

entonces la narración brinca de tercera persona<br />

a la primera, con esto logra una vez más<br />

el desequilibrio en la estructura, lo sincopado<br />

del ritmo narrativo:<br />

18, unas palabras del autor<br />

Me anticipo al más justo reproche, para decir<br />

que he querido así mi historia, vestida de<br />

arlequín, hecha toda de pedacitos de prosa<br />

de color y clase diferentes. Sólo el hilo de la<br />

atención de los numerables lectores puede<br />

unirlos entre sí, hilo que no quisiera yo tan<br />

66<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

frágil, amenazándome con la caída si me<br />

sueltan ojos ajenos, a la mitad de mi pirueta.<br />

Soy muy mediano alambrista.<br />

Diréis además: ese Ernesto es sólo un fantoche.<br />

Aún no, ¡ay! Apenas casi un fantoche.<br />

Perdón, pero el determinismo quiere, en mis<br />

novelas, la evolución de la nada al hombre,<br />

pasando por el fantoche. La escala al revés<br />

me repugna. Estaba muy oscuro, y mi lámpara<br />

era pequeñita. Algunos recomiendan abrir las<br />

ventanas, pero eso es muy fácil, y apagar la<br />

lámpara imposible. Siento no poder iluminar<br />

los gestos confusos, pero “no poder” es algo<br />

digno de tomárseme en cuenta (171).<br />

En estos apartados habla de su posición como<br />

escritor, explica la estructura de la novela, los<br />

problemas de sus personajes, la apariencia que<br />

dan a los lectores de no tener una psicología;<br />

¿qué persigue con la novela?<br />

En los episodios en donde aparece Owen,<br />

comparte e imparte una clase sobre su novela:<br />

la novela lírica, al seguir lo propuesto por<br />

Benjamín Jarnés (1983):<br />

El novelista deberá ser siempre un poeta<br />

viajero. Como todo viajero desfallecerá, se<br />

sentará a descansar, olvidando un poco al Hermes<br />

alado que lo guía, pero colgado al cinto llevará<br />

siempre su generoso vino lírico. Un sorbo le<br />

bastará para curarse del cansancio (12).<br />

Es notorio que esta obra de uno de los<br />

miembros de los Contemporáneos es totalmente<br />

ajena a la prosa mexicana que se estaba escribiendo<br />

en esos días, mientras por un lado<br />

se busca la identidad nacional del mexicano,<br />

aquellos se concentran en un mundo onírico,<br />

entre niebla, en un tiempo extendido, buscan<br />

una supresión en la narración.<br />

Un elemento, también indicador de las<br />

nuevas formas son los personajes, éstos se<br />

exponen ante nosotros como suspendidos en<br />

el espacio, no hay movimientos ni bruscos<br />

ni rápidos, existe una quietud que reitera la<br />

intención de la vanguardia dejando a un lado<br />

al pueblo como personaje principal, cargado<br />

de acción, y movimientos continuos de lo que<br />

fue la lucha armada, la anécdota no es importante,<br />

la acción tampoco; el protagonista cambia,<br />

no es el mexicano, ahora es el ser humano.<br />

Todo transcurre en una atmósfera diáfana,<br />

efímera, quizás densa y algunas veces transparente;<br />

el viaje es entre nubes, entre momentos<br />

cuando estás pero a la vez no te encuentras,<br />

observas, estado de vigilia, todo en calma.<br />

Pasa una sombra. ¿Será ella? Pero siente su<br />

talle muy delgado, como de virgen. ¿Será que<br />

el tío Enrique no la ha...? Ese beso, tan torpe,<br />

debió dárselo entre los dientes. Es natural,<br />

en la mano, no haber encontrado resistencia<br />

alguna (180).<br />

Se serena un poco. Es un consuelo pensar en<br />

que nada se nos da, no conocemos nada en<br />

efecto. De las cosas sabemos alguno o algunos<br />

de sus aspectos, los más falsos casi siempre.<br />

Las mujeres, sobre todo, nunca se nos entregan,<br />

nunca nos dan más que una nube con su<br />

figura (186).<br />

Sólo queda una novela complicada, la<br />

cual obliga a ser lectores atentos para poder<br />

encontrar el camino de la narración, y de igual<br />

forma aventurarse a este viaje entre nubes<br />

al que invita este grupo de soledades, como<br />

denomina Torres Bodet a los Contemporáneos,<br />

que experimentan distintas manifestaciones<br />

de expresión, originadas de un estado de inconsciencia<br />

interminable y de una temporalidad<br />

que se extiende.<br />

Para ellos, la introspección es lo más relevante<br />

que experimentarán y tratarán<br />

expresar lo interno del ser y quizás sólo es<br />

posible exhibirlo en un estado de ensoñación,<br />

contrapuesto a lo que representaba la novela<br />

de la Revolución con la búsqueda, a fin de<br />

cuentas, de una totalidad del ser, una identidad<br />

igualitaria de todos los que se dicen mexicanos.<br />

Los experimentos surgían de las propuestas<br />

artísticas como el expresionismo y<br />

el surrealismo, donde el ser manifiesta su<br />

percepción del mundo real desde el estado<br />

de vigilia, a la vez expresa su individualidad<br />

y su colectividad por medio de secuencias<br />

donde el tiempo y la lógica de la acciones<br />

aparecen trastocados, y las acciones viajan<br />

por la mente del ser, pasando de una a otra,<br />

no muy claras, pero se identifican.<br />

Para Baudelaire:<br />

La obra de arte moderno ocupa por ello un<br />

lugar singular en el punto de intersección de<br />

los ejes actualidad y eternidad: (Habermas 1989: 19).<br />

Por ello, la opinión de Salvador Novo,<br />

respecto de que la novela de la Revolución<br />

no existió porque no representaba la realidad<br />

que se vivía y su único fin era mostrar cuadros<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 67


La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />

y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />

que reflejaban el sentir del pueblo resultante<br />

de los abusos a los que fue sometido, así,<br />

este tipo de novela actuaba como técnica<br />

para legitimar y garantizar el gobierno.<br />

Siguiendo la definición de discurso ofrecida<br />

por las teorías del mismo, se entiende<br />

por éste: “un concepto de habla que se encontrará<br />

institucionalmente consolidado en<br />

la medida en que determine y consolide la<br />

acción y, de este modo, sirva ya para ejercer<br />

el poder” (Wodak y Meyer 2003: 63).<br />

Entonces el discurso de la novela de la<br />

Revolución buscaba moldear a la sociedad,<br />

para sus fines de edificar al mexicano y al<br />

país, haciendo de su discurso el dominante.<br />

De ahí, todas las críticas de las que fueron<br />

objeto este grupo de amigos que cuestionaban<br />

sus técnicas literarias, muchas venidas de<br />

Europa, y por ello, se veían como ajenas al<br />

contexto nacional y de ahí su denominación<br />

de extranjeros, antinacionales, sin embargo,<br />

sus patrocinadores ayudaron a que pese a<br />

las críticas fuertes a sus actividades, lograran<br />

seguir adelante con sus propuestas. Esto<br />

continuó más a menos hasta el año de 1932<br />

cuando poco a poco el grupo fue desarticulándose,<br />

ya sea por situaciones personales o<br />

por no estar más en puestos burocráticos el<br />

grupo se separa.<br />

El discurso de este grupo de intelectuales<br />

también pone de manifiesto el poder: por un<br />

lado, el patrocinio les permitió de una manera<br />

más fácil expresarse, y por otro, sus publicaciones<br />

llamaban de igual forma a la conciencia<br />

individual y colectiva, esta acción vista como<br />

un propósito de moldar la realidad.<br />

Es claro observar cómo en las manifestaciones,<br />

tanto en la novela de la Revolución<br />

como en la propuesta literaria de los Contemporáneos,<br />

los contextos sociales, políticos,<br />

marcaron gran influencia para que ambas se<br />

desarrollaran, siendo, tal vez, contrarias, las<br />

dos lograron proyectar percepciones de la<br />

realidad de manera distinta. Y mostraron un<br />

mundo individual y colectivo.<br />

Sus discursos, reflejan la conciencia que<br />

se relaciona con la realidad, ya que proporcionan<br />

los conceptos aplicables y toda la<br />

información necesaria para conformar la<br />

realidad, así como los conceptos nuevos de<br />

esa realidad.<br />

Por un lado, con la Revolución Mexicana<br />

se descubre el populismo y el nacionalismo<br />

expresado en la literatura de esa época; y con<br />

los Contemporáneos la realidad se trastoca<br />

porque dejan de funcionar los mecanismos<br />

que la aprehenden, ellos ven lo que no ven<br />

los demás, por medio de movimientos innovadores<br />

como la vanguardia propusieron:<br />

“aquello que debe ser descubierto con un mayor<br />

esfuerzo y cuyo verdadero ser yace oculto<br />

(Muñiz-Huberman 2002: 25). De esta manera,<br />

ambas creaciones: novela de la Revolución<br />

y el ejercicio de los Contemporáneos, aparecen<br />

en el mundo literario de México.<br />

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68<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Tras la huella de Baudelaire en la obra<br />

de Ramón López Velarde<br />

Julio Hernández Maldonado<br />

Elaborar una propuesta que trate de demostrar<br />

la influencia de Baudelaire en la lírica de Ramón<br />

López Velarde se concibe como una tarea arriesgada.<br />

Sin embargo, este trabajo pretende establecer<br />

algunas correspondencias entre ambos,<br />

pese a que algunos críticos niegan dicha influencia.<br />

Aquí se tomarán en cuenta sólo las<br />

opiniones de aquellos autores que sí reconocen<br />

los paralelismos entre los dos poetas.<br />

En primer lugar, haremos una pequeña<br />

reseña para situar la vida de ambos y conocer<br />

las experiencias de vida que marcaron a cada<br />

uno, pues sus vivencias son un espejo que<br />

ayuda a comprender mejor la producción<br />

poética de cada uno. Posteriormente, se analizarán<br />

tres temas comunes en sus obras: la<br />

muerte, tema universal que adquiere en ellos<br />

una hermandad espiritual digna de tomarse<br />

en cuenta; el dolor, como un elemento importante<br />

en sus vidas; y la mujer. Por último,<br />

se analizará la presencia en los poemas de<br />

los sentidos, a la luz de los críticos de ambos,<br />

para entender cómo a través de éstos se llega<br />

a un estado de inspiración en el que comparten<br />

temas similares.<br />

Los temas expuestos a continuación fueron<br />

rastreados en la mayor parte de sus obras de<br />

acuerdo con la relación existente en poemas<br />

o poemas en prosa de ambos autores, pero<br />

esto se hace con el fin de encontrar paralelismos<br />

contando con el apoyo de algunos críticos<br />

como Octavio Paz, Gabriel Zaid, Eliseo Rangel,<br />

Bernardo Jiménez Montellano, Alí Chumacero,<br />

pero no se incluye de momento la crítica de<br />

Xavier Villaurrutia, porque él expresa que<br />

no hay influencia, pero sí una “afinidad de<br />

espíritus”.<br />

Gabriel Zaid establece un perfil de Velarde,<br />

poeta católico, surgido precisamente de los<br />

antecedentes de la Independencia, las luchas<br />

de Reforma y su filiación al Partido Católico.<br />

Se reconoce que Velarde no perteneció al<br />

movimiento Romántico propiamente sino<br />

que sus remanentes llegaron a él por medio<br />

de las ideas de libros que para la época que<br />

le tocó vivir estaban en libre circulación, ya<br />

no había contrabando de los mismos. Sin<br />

embargo, las lecturas de poetas y pensadores<br />

como Baudelaire, le dieron una nueva perspectiva.<br />

Velarde, en su provincia, no sólo<br />

escribe acerca de las jerezanas, sino que sus<br />

temáticas van más allá para desembocar en<br />

un romanticismo tardío que le infunde un<br />

nuevo sentir a sus poemas. En particular a<br />

los poemas en prosa, como los del Minutero<br />

y el Don de Febrero.<br />

La evocación de la muerte<br />

El tema de la muerte ha sido un tema recurrente<br />

en muchos poetas. A veces como liberadora<br />

del cuerpo y otras asociada a los infiernos,<br />

al inframundo. En los poetas que se abordan, la<br />

muerte representa una búsqueda, pero a la vez<br />

una fascinación por alcanzarla. Liberación,<br />

fusión, igualdad, encuentro fugaz. El poeta<br />

francés lo ejemplifica así:<br />

… Si supierais cómo es fácil de ganar el premio,<br />

cuán fácil tocar la meta, y de qué modo todo<br />

es nada, salvo la Muerte, no os fatigaríais tanto,<br />

laboriosos vivos, y turbaríais menos a menudo<br />

el sueño de aquellos que ya hace tanto tiempo<br />

han dado en el fin, en el verdadero fin de la<br />

detestable vida!… (Baudelaire 2000: 156).<br />

Por su parte, Velarde establece la similitud<br />

entre todo mortal a sabiendas de que la última<br />

morada es la tierra. A todos llega el fin que<br />

llena la existencia después de la existencia:<br />

En la serenidad escueta de los panteones se<br />

comprende cómo jamás perderá su interés la<br />

sentencia horaciana sobre la condición igualitaria<br />

de la muerte. Todos caen bajo su guadaña<br />

y vienen a sumergirse aquí, en la misma niebla,<br />

y a pudrirse, sin distinciones, en el mismo<br />

barbecho (López Velarde 1994: 361).<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 69


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

Baudelaire despliega un matiz de ensoñación<br />

lúgubre, que lo proyecta hacia esa<br />

búsqueda y esa espera. La muerte es para él<br />

como la guía de un viaje:<br />

¡Oh Muerte, capitana, ya es tiempo! ¡Levanta<br />

el ancla!<br />

Os hastía este país, ¡Oh Muerte, aparejemos!<br />

…<br />

¡Derrama tu veneno y que él nos reconforte!<br />

Deseamos, tanto puede a lumbre que nos<br />

quema,<br />

Caer en el abismo. Cielo, Infierno, ¿qué<br />

importa?<br />

Al fondo de lo ignoto, para encontrar lo<br />

nuevo (De Azúa 1999: 74).<br />

El jerezano reproduce la misma visión, pero<br />

representa a la muerte como la barca en sí, que lo<br />

ha de guiar hacia su última parada. “…y sólo<br />

puedes darme la exquisita dolencia/ de un<br />

reloj de agonías, cuyo tic-tac nos marca/ el<br />

minuto de hielo en que los pies que amamos/<br />

han de pisar el hielo de la fúnebre barca”<br />

(López Velarde 1994: 179).<br />

Eliseo Rangel Gaspar, establece la correspondencia<br />

entre los dos poetas, sin dejar<br />

de lado la aclaración que hace Villaurrutia<br />

acerca de tal influencia. Y en cuanto al tema<br />

de la muerte, señalan que las afinidades son<br />

notorias, no como paralelos, sino como espíritus<br />

afines en busca de una expresividad que toca<br />

fondo, como la misma tumba de un cementerio.<br />

En la psique de ambos poetas existe lo que se<br />

puede llamar la espera por abrazar la muerte.<br />

Pero además de la coincidencia temática,<br />

existe la similitud de formas –erotismo, religiosidad,<br />

muerte–. En muchos poemas se<br />

advierten idénticas resonancias: “...nuestros<br />

dos corazones serán dos vastas antorchas...”<br />

Por eso es muy difícil creer que la lectura de<br />

Las Flores del Mal del poeta francés, haya<br />

sido estéril para el poeta de Jerez” (Rangel<br />

Gaspar 2000: 29).<br />

La fascinación por la muerte debe su origen,<br />

en ambos poetas, a un sentimiento de vacío<br />

por sus propias vivencias. Sucede ésta relación<br />

pero no es paralela, sino que en su desarrollo,<br />

Baudelaire deja entrever el spleen en que se<br />

mantiene sumido. Velarde, por su parte, es<br />

más discreto y antepone la figura de Fuensanta,<br />

volviendo su amor por la muerte más humano,<br />

no tan satánico, pero igual de corrosivo.<br />

Como dice Solón Zabre:<br />

Ante la incitación poética de la muerte, el<br />

mundo subjetivo de cada uno relaciona<br />

diferentes vivencias y conecta conceptos<br />

disímiles, aunque a veces la expresión<br />

poética velardeana y la del poeta francés, nos<br />

den una sutil impresión del parentesco que<br />

se encuentra en cierto matiz de temblor<br />

macabro (Zabre 1956).<br />

Villaurrutia, uno de los primeros estudiosos<br />

de Ramón López Velarde, supo diferenciar<br />

muy bien las vidas de estos genios, sin embargo,<br />

también identificó que en Velarde había las<br />

mismas obsesiones que en el poeta francés.<br />

La mujer. Musa cercana y lejana<br />

El autor de Las Flores del Mal describe los<br />

sabores amargos de un amor, que al igual<br />

que Velarde, permanece en él pero que tampoco<br />

huye, sino que con los recuerdos de sí carcome<br />

el espíritu a la espera de una absolución. En<br />

el mundo Baudeleriano, la mujer trastoca y<br />

corrompe. Mientras se lanza por el camino<br />

lúgubre y nocturno de la Francia de aquellos<br />

días, el poeta se entrega sin medida a la vida<br />

de descontento y soledad que a ratos llena<br />

con el encuentro de alguna prostituta. En su<br />

poesía, los sentidos como medio de acceso,<br />

juegan un papel preponderante. Como dice<br />

César González Ruano (1967), “Una voz puede<br />

bastar para fascinarlo, una cabellera para embriagarlo<br />

con su olor, un atuendo para hechizarlo.<br />

Es patrimonio del artista, de verdadero artista,<br />

experimentar todas estas finuras” (91).<br />

Una mujer que influyó de sobremanera<br />

en su vida, y a la cual ha de rendirle culto es<br />

Juana Duval, mujer negra (según algunos de<br />

sus biógrafos) a quien trajo a Francia en uno<br />

de sus viajes y lo habría de marcar para<br />

siempre, inspirándolo. En realidad mulata,<br />

esa mujer tenía un aire de “endemoniada y<br />

simple”, y “de humanidad hermosa e impasible,<br />

de dolmen superior a cuyos pies sentir<br />

el desdén y el calor como una triste bestia a<br />

los pies de su amo” (González Ruano 1958:<br />

91). En su obra da pistas de su procedencia:<br />

“Asia que languidece, y el África ardorosa,/<br />

todo un mundo lejano, ausente, casi<br />

muerto...” (Domange 1967: 9).<br />

Es el mundo de pecado en donde habita<br />

la dualidad Bien y Mal, es liberadora, esperanzadora,<br />

mientras que para el jerezano son<br />

cristianismo puro, aunque no hay que olvidar<br />

que ambos eran católicos (Chumacero 1971).<br />

70<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

Pero el jerezano se mueve también en ese<br />

mundo de sensaciones, no hay que olvidar<br />

que su alrededor se tiñe de las formas femeninas<br />

que a su paso le quitan toda inspiración<br />

y luego le sirven éstos de excusa en la elaboración<br />

de los pequeños poemas. Sergio Fernández<br />

comenta: “La mujer es el mundo; el mundo es<br />

la mujer.... López Velarde es un nuevo Midas<br />

al que todo se le convierte en femenino... La<br />

Virgen, la Patria, la provincia, la tarde, la mar,<br />

la novia, la amante, la hermana, la esposa,<br />

la madre son una y la misma” (Carballo 1989:<br />

411). La tentación de la carne a la par de las<br />

creencias católicas repercute en la formación que<br />

el ser humano tenga desde niño. Como le<br />

fue inculcada la forma de comportarse se le<br />

suministró el deseo por la mujer en una sociedad<br />

machista como la mexicana, en donde<br />

no se puede ser ni tibio ni mediocre, sólo frío<br />

o caliente. El cielo y la tierra son los lugares<br />

donde se les puede localizar, el pecado y la<br />

virtud se confabulan para lograr esa dualidad<br />

tan comentada en Velarde. “Hazme llorar,/<br />

hermana, y la piedad cristalina/ de tu mano<br />

inconsúti, / enjúgueme los labios con que llore. /<br />

el tiempo amargo de mi vida inútil” (López<br />

Velarde 1994: 160).<br />

Los vituperios que Baudelaire lanza contra<br />

la mujer quedan depositados en algunas de<br />

sus obras. En El spleen de Paris, hace gala<br />

de ello en una pequeña prosa que lleva por<br />

nombre “La mujer salvaje y la pequeña amante”.<br />

Texto que describe su fascinación por las<br />

mujeres mayores y las considera un monstruo<br />

o algún otro objeto de exhibición. Bestias feroces,<br />

seres llenos de salvajismo que de un momento<br />

a otro puede desbordarse. Esta mujer es incontestablemente<br />

desdichada, aunque después<br />

de todo, acaso no le sean desconocidos los goces<br />

de la gloria. Hay desventuras más irremediables<br />

y sin compensación. Pero al mundo en<br />

donde ha sido arrojada no ha podido creer que<br />

la mujer mereciera otro destino (Baudelaire<br />

2000: 44). De las diferentes musas a las que<br />

les rindió amor, una en particular le despierta<br />

el sentimiento de alejarse de pronto cuando<br />

ella deja entrever que le pertenecería en cuerpo<br />

y alma. Esta realidad funesta choca con la<br />

noción de amor que Baudelaire contenía. Él,<br />

indignado, le contesta: “¡Guarda bien esta<br />

carta, desgraciada! ¿Sabes realmente lo que<br />

dices? Hay encargados de castigar a los que<br />

no pagan sus deudas, pero los juramentos<br />

de la amistad y del amor, nadie se encarga de<br />

perseguirlos” (González Ruano 1958: 145).<br />

Como si ese encanto fuera de pronto roto por<br />

la súbita interrupción del ensueño de los enamorados,<br />

las palabras “soy tuya” desencadenan<br />

en él las decepciones de un amor puro, apenas<br />

rescatable del fango de entregarse al acto<br />

sexual. Ahí radica el mal del amor que funde<br />

sus garras en la entrega precoz. Por eso comienza<br />

a atacar a la mujer, por liviana en el momento<br />

cuando él lo ve todo bonito. “Existe para él<br />

una brecha entre el amor humano y el amor<br />

divino. Su hamor humano es definido y positivo,<br />

su amor divino, vago e indeciso, de ahí su<br />

insistencia sobre el mal del amor, de ahí su<br />

vituperación constante de la hembra”<br />

(Jiménez Montellano 1971).<br />

El dolor como catalizador del espíritu<br />

El sentimiento doloroso al presentarse de lleno<br />

en el actuar humano despliega un sinfín de<br />

lúgubres posibilidades para el quehacer del<br />

escritor. En los poetas que se estudian, se<br />

perciben las correspondencias del dolor como<br />

fuerza creadora y como elemento necesario<br />

para expresar vivencias. El dolor en López Velarde<br />

lo lleva al límite de la autoflagelación<br />

espiritual, que con tantas ideas impuestas por<br />

la religión, ve todavía en la mujer una criatura<br />

del mal y le provoca sensaciones de pecado:<br />

“Así me duele el mal cuando despeña al<br />

corazón en enigmas tan sórdidos como el de<br />

la virgen sepultada, que lo que negó al amante<br />

más esclarecido de rostro, de voluntad y de<br />

pensamiento, concédelo a la última bestia, a<br />

la que no alcanza ni una sospecha de luz”<br />

(López Velarde 1994: 317). Víctima y juez,<br />

López Velarde asume estos roles porque en<br />

este texto habla del dolor que suscita el mal<br />

en todo sentido: el mal como figura femenina,<br />

como ser impuro, como aquella que toca la tierra<br />

y manchada de ésta vuelve al hombre tan<br />

terrenal y capaz de pecado como ella. Cabe<br />

recordar que en el romanticismo tardío, el<br />

dolor es una forma de felicidad (Orejudo<br />

2006). La inspiración abre ventanas que conducen<br />

a otros niveles de dolor, a veces resignarse,<br />

a veces el estar pleno, y otras más cuando la<br />

imagen produce el dolor, se quede para siempre<br />

en la memoria, y lo persiga a uno a lo largo<br />

de su obra. Dentro de su poema “La lágrima”<br />

resume este dolor:<br />

...lágrima con que quiso / mi gratitud sanar<br />

el Paraíso;<br />

lágrima mía, en ti me encerraría,<br />

debajo de un deleite sepulcral,...<br />

(López Velarde 1994: 216).<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 71


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

Dice Pedro de Alba que este poema recrea<br />

el dolor de un amor que no acabó en matrimonio,<br />

dolor que habría de seguirle como<br />

un fantasma en sus otros escritos. “Este<br />

último fue el poema de la derrota sentimental<br />

y de la herida sangrante. El dolor cósmico y<br />

naufragio en el vacío, atestiguan la liquidación<br />

de su grande amor de madurez y plenitud”<br />

(Gálvez de Tovar 1971: 127).<br />

En Baudelaire el dolor toma una forma<br />

casi similar porque lo ennoblece. Dolor que<br />

yace en las profundidades de su alma pero<br />

clama salir y trata de liberar las tristezas. La<br />

belleza de su dolor radica en que saca fuerzas<br />

sólo para sufrir: “Durante algunas horas<br />

poseeremos el silencio, si no el reposo. ¡Al fin!<br />

La tiranía de la faz humana ha desparecido<br />

y yo no tendré que sufrir sino por mí mismo”<br />

(Baudelaire 2000: 41). El dolor envuelve al poeta<br />

lo exaspera, pero ese mismo dolor lo conduce<br />

a un ideal de belleza en donde su poesía<br />

se vuelve más realista, sin embargo, dentro<br />

de toda esa lobreguez, casi siempre sucede<br />

que al abrir la ventana y ver el panorama se<br />

puede acceder a otra belleza. El dolor purifica,<br />

eleva, como los místicos, pero no hay que<br />

dejar de lado la inspiración poética. Elliot,<br />

comentaba: “Un sufrimiento como el de<br />

Baudelaire denota la posibilidad de un estado<br />

positivo de Beatitud. Realmente, en su forma<br />

de sufrir hay una suerte de presencia de lo<br />

sobrenatural y el de lo sobrehumano (De<br />

Vedia 1972: 127). El dolor como estado del<br />

alma, permanece así sin alivio, bien sea por<br />

elección propia para seguir inspirando o por<br />

la cantidad de imágenes que pudiera producir.<br />

Descubre así mismo las evocaciones<br />

mismas del sufrimiento presente o pasado<br />

que sigue carcomiendo la existencia a fin<br />

de transformar tal dolor en esencia liberadora,<br />

como ya se ha mencionado con anterioridad.<br />

Las “resonancias espirituales” como<br />

alusiones a los sentidos<br />

El término antes mencionado lo propuso<br />

Octavio Paz (1971: 262), y se refiere a la variedad<br />

de sensaciones que le permitieron madurar<br />

la poesía a López Velarde: “incienso, olor<br />

de tierra mojada y de cirios, barro, azucena,<br />

almizcle, aromas de alcoba e Iglesia, de lecho<br />

y de cementerio” (262). Se toma prestado<br />

tal concepto para establecer en este apartado,<br />

la influencia de Baudelaire en Ramón López<br />

Velarde. Ambos aplicaban su propia teoría<br />

a las sensaciones: el sentido del olfato, de la<br />

vista, del tacto y el oído. En Baudelaire, las<br />

sensaciones persisten para definir los momentos<br />

que habrán de moldear toda una vida<br />

dedicada al arte de escribir, es decir, su sensibilidad<br />

está al máximo. Al respecto, Rinaldo<br />

Froldi opina: “el hallazgo de la sensibilidad<br />

y el reconocimiento como modalidad fundamental,<br />

junto con la razón, de la naturaleza<br />

humana, provienen de la Ilustración” (Rodríguez<br />

sf). Entonces en esa vuelta a la imaginación<br />

capaz de despertar las sensibilidades dormidas,<br />

surge la iniciativa de crear una especie de<br />

listado de las sensaciones afines en ambos<br />

poetas. María Teresa de Landa opina al respecto<br />

y señala la manera como el perfume, el sonido<br />

o el color repercuten en su creación (De Landa<br />

1994: 286).<br />

El olfato: en Ramón López Velarde sucede<br />

de la siguiente manera: “Voy respirando,<br />

fresnos y álamos, no vuestra fragancia, sino<br />

el ambiente de una habitación, de la que acaban<br />

de sacar un cadáver y exhibe los cirios aún<br />

no consumidos y la oleada del sol como un<br />

aliento femenino” (López Velarde 1994:<br />

286). Por lo tanto, el autor de este trabajo percibe<br />

en primer lugar que hay tres niveles de olfato:<br />

hay dos olfatos exteriores y uno interior: el<br />

primero es el del bosque, de fresnos y álamos;<br />

luego viene el olfato interno, aquél que detalla<br />

la salida del cadáver de la habitación y finalmente<br />

el de la oleada de sol.<br />

Ahora hay que ir a Baudelaire, de quien<br />

…”era una tierra rica y magnífica , llena de<br />

promesas, que nos enviaba un misterioso<br />

perfume de rosa y de almizcle y desde la cual<br />

las músicas de la vida nos llegaban en amoroso<br />

murmullo” (Baudelaire 2000: 130). La cita<br />

sugiere sólo un nivel de olfato, el exterior<br />

(de rosa y almizcle). Ambos poetas se desligan<br />

de formas de adorno que lleve al texto a una<br />

saturación de elementos de carácter meramente<br />

ornamental, ambos poseen sencillez<br />

en la forma, sin descuidar claro, las imágenes.<br />

No se debe pasar por alto el amor por lo Bello<br />

en Baudelaire. Ese ideal de belleza que él<br />

maneja y lo salva de las tinieblas en donde<br />

se encuentra inmerso.<br />

Félix Azúa, ya había dicho algo en torno<br />

del olor como elemento sensible de evocación:<br />

“El olor, cuando se impone a la memoria, lo<br />

hace en forma de reminiscencia, pues no<br />

ofrece ningún dato visual, memorístico, sino<br />

una condición de coherencia” (De Azúa<br />

1999: 78). Así, las unidades reconocidas por<br />

Baudelaire en su producción, corresponden<br />

a unidades de color-sonido-olor. Y el olor, como<br />

72<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

sinónimo del aroma, es único, se pueden<br />

hacer mezclas de pintura y el mismo color<br />

resultante, mas no sucede así con el olor, cada<br />

cosa posee un olor particular. Lo mismo<br />

ocurre con los poemas de Baudelaire, son<br />

irrepetibles, tanto en forma como en consistencia.<br />

Y por lo tanto, los aromas dan continuidad<br />

al desarrollo de una sensación: “Los<br />

aromas perpetúan los matices de las sensaciones<br />

y de los éxtasis” (De Landa 1947: 48).<br />

La vista: se perciben dos importantes<br />

aspectos que han de ser básicos para la<br />

elaboración de la poesía. Uno es el mero acto<br />

de observar para deleite y plasmar la imagen<br />

vista en un papel. Otro es ver con ojo analítico<br />

las diferentes realidades de la gente de las<br />

ciudades, los otros, los pobres que vivían al<br />

día, y de los cuales supo dejar honda huella<br />

escrita como prueba irrefutable de la miseria<br />

que se veía en los alrededores lúgubres de<br />

la ciudad:<br />

vi a un pobre saltimbanqui giboso, caduco,<br />

decrépito, una ruina de hombre, adosado a<br />

uno de los postes de su cuchitril más miserable,<br />

que el del salvaje más embrutecido, y donde<br />

los cabos, de vela, llorosos y humeantes,<br />

iluminaban demasiado bien todavía aquella<br />

miseria (Baudelaire 2000: 54).<br />

Al observar por deleite trabaja el sentido<br />

de la vista, pero no sólo éste, también se hace<br />

uso de la imaginación como recurso estético<br />

que desencadena vivencias al servicio del<br />

lector: “El romanticismo de la imaginación<br />

creadora, de la reconstrucción de los colores<br />

locales y de las evocaciones cálidas introducía<br />

sus experiencias y sus métodos no ya en los<br />

campos del arte, sino en todas las actividades<br />

del talento y del genio” (De Vedia 1972). No<br />

cabe duda que esas experiencias nos remiten<br />

hacia las analogías para descubrir los vínculos<br />

escondidos en donde la imaginación juega<br />

el papel de descubridora. Mientras más imaginación<br />

se apodere de uno, más posibilidades<br />

habrá de explotar. En las imágenes que<br />

surgen de repente, o adquieren una reacción<br />

en contra de un orden social imperante y<br />

luego sirven como protesta, o recurren a una<br />

forma de valoración estética que les es inherente.<br />

Aquí el universo y sus relaciones funcionan<br />

armónicamente. El rechazo a un mundo cargado<br />

de imágenes pesadas como la miseria,<br />

apenas hacía su entrada.<br />

El tacto: en Velarde se nota este sentido,<br />

proyecta un movimiento a tres tiempos. El<br />

primero la mano iluminada; segundo, la mano<br />

va lenta; tercero, la mano queda: “Sobre la<br />

luz del raso/ se retarda y se engríe/ la mano,<br />

como una rancia pena/en un tablero vívido<br />

que ríe” (López Velarde 1994: 194). El tacto<br />

velardeano se expande, pero también logra<br />

causar sensaciones en los protagonistas de<br />

sus obras.<br />

En Baudelaire el tacto queda marcado<br />

por la ejecución del poema: un hemisferio en<br />

una cabellera, ya que no sólo delimita el<br />

sentido del tacto, sino también incluye a los<br />

otros: “!Si pudieras saber todo lo que veo,<br />

todo lo que siento, todo lo que oigo en tus<br />

cabellos!” (Baudelaire 2000: 63). Poema<br />

corto que despliega el sinfín de posibilidades<br />

que le ofrece a la musa. La cabellera se toca,<br />

se ve, se huele y sin embargo Baudelaire oye<br />

algo más allá de una cabellera. Oye los<br />

recuerdos y los ideales.<br />

Lo exótico en ambos poetas<br />

Hablar de lo oculto del lenguaje también es<br />

arriesgado, pero considerando los conocimientos<br />

que ambos poetas tenían de ello, volver<br />

a Velarde, por ejemplo en cuanto a diferentes<br />

cuestiones esotéricas que se dan en varios<br />

poemas y poemas en prosa, hace pensar en<br />

la posibilidad de que haya estudiado textos<br />

ocultos. Por su parte, Baudelaire, en otros<br />

tantos poemas, habla de su filiación a lo satánico,<br />

pero no como doctrina de culto, sino por su<br />

muy arraigado dandismo gustaba de retar las<br />

normas establecidas por la sociedad francesa<br />

católica. En sus escritos a Satán, le suplica<br />

y a su vez menciona varios conceptos que<br />

remiten a lo oculto del lenguaje.<br />

Para comenzar con Ramón López Velarde,<br />

en la prosa Mirando al Valle le habla a la amada:<br />

Tus ojos saben en qué rincón del oriente<br />

parpadea el primer astro; cuál es el ritmo y<br />

cuál es el matiz con que ondulan y blanquean<br />

las ropas cándidas puestas a secar en las<br />

azoteas; cuántos travesaños hay en el ángulo<br />

de cada lugar para que los gallineros se<br />

duerman bajo el cintilar del Zodiaco (López<br />

Velarde 1944: 351).<br />

Con conocimientos de astrología (que<br />

también le interesaba a Velarde), los astros<br />

y el Zodiaco representan premoniciones y<br />

en cuanto al ritmo, como elemento cuantificador<br />

de las ondulaciones, vaivén de la blancura,<br />

el ángulo, todo se mueve bajo el orden de<br />

las constelaciones.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 73


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

También en lo lírico repercute la mención<br />

de las ciencias y rituales antiguos:<br />

Figura cortante y esbelta, escapada<br />

de una asamblea de oblongos vitrales<br />

o de la redoma de un alquimista:<br />

ignoras que en estas misas cenitales,<br />

al ver, con zozobra (López Velarde 1994:<br />

166).<br />

Remite la imagen de un ritual, en donde el<br />

alquimista (entonces transformador de metales<br />

antiguamente) se encuentra en el momento<br />

preciso de llevar a cabo algún conjuro, se<br />

encuentra en el cénit donde se puede comenzar<br />

el ritual de transformar, de ofrendar, de<br />

inmolar.<br />

En la prosa de Baudelaire existe una similitud:<br />

“¿No se diría que todas esas corolas<br />

delicadas, esos cálices, explosión de aromas<br />

y colores, ejecutan un místico fandango en<br />

torno del bastón hierático? (Baudelaire 2000:<br />

125).<br />

La misma especie de ritual, en donde las<br />

cosas alrededor confluyen para llevarlo a cabo.<br />

Danza. He ahí la disposición de las cosas sagradas.<br />

La mística como medio para ascender.<br />

Lo mismo sucede con los poemas “La<br />

metamorfosis del vampiro” y “Las Letanías<br />

de Satán”, de la primera se toma: “Reemplazo,<br />

para quien me ve sin ningún velo,/ ¡el sol, y<br />

las estrellas y la luna y el cielo!/ Yo soy, mi<br />

caro sabio, tan docta en los abrazos, cuando<br />

sofoco a un hombre en mis temidos brazos!”<br />

(Astey sf: 17). La representación del mal en<br />

la mujer, pero sobre todo el ofrecimiento<br />

pagano como alguna vez lo hizo el Diablo<br />

en las tentaciones bíblicas, a sabiendas de<br />

que la persona a la que se ofrece es una<br />

especie de sacerdote antiguo. Y en cuanto a<br />

las Letanías de Satán, hace mención en “Tú,<br />

que por consolar al débil cuando sufre, /a mezclar<br />

nos enseñas salitre con azufre” (Astey sf:<br />

21). Mezcla de substancias, alquimia, dirigirse<br />

al demonio como un ser omnipotente, que<br />

igual insta al pecado, igual consuela. Inducción<br />

a ritos. Esto se da en las letanías, que como los<br />

rezos católicos, Baudelaire los transforma<br />

para sí, para el simbolismo que tanto<br />

defendió.<br />

Conclusiones<br />

Cuando se ha estudiado más a fondo un autor<br />

y su obra, más interesante y didáctico se<br />

vuelve, puesto que a través de la lectura<br />

constante y minuciosa, se consigue asir con<br />

más fuerza el entendimiento de su creación.<br />

Aquí sucede lo siguiente: mientras más se<br />

leía a Baudelaire y a López Velarde, sus<br />

lecturas proyectaron otras direcciones que<br />

ayudaron a comprender de una manera<br />

general la siguiente conclusión: No existe<br />

una marcada influencia del poeta francés en<br />

Ramón López Velarde, mas bien se habla<br />

de paralelismos que denotan cierto parecido<br />

en cuanto a temáticas. Pero hablar de temáticas<br />

significa mencionar las temáticas de otros<br />

muchos autores y al fin de cuentas ¿quién<br />

no ha hablado de la mujer, de la muerte, del<br />

dolor y de los amores irrealizados? La diferencia<br />

radica en que cada uno de los autores aquí<br />

tratados define el tema a causa de su sentir<br />

y su entorno. El dandismo de Baudelaire<br />

deposita en sus musas el satanismo y la maldición;<br />

Velarde, por su parte, ve a la mujer<br />

todavía en un nicho, como la virgen.<br />

Sin embargo, el tema del dolor muestra<br />

un paralelismo más marcado, es donde<br />

ambos establecen su filiación al catolicismo.<br />

Y esta religión como elemento de contricción<br />

por sus bases, es determinante en cada uno<br />

de ellos. Por eso las similitudes que llevan a<br />

esa correspondencia lírica. La afinidad no<br />

significa influencia. La afinidad es analogía.<br />

Es precisamente en esa analogía en donde<br />

los dos confluyen, uno para el autoflagelo,<br />

el otro para la maldición. Ahora hay qué<br />

preguntarse: ¿acaso la maldición no causa<br />

autoflagelo o viceversa?<br />

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74<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />

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En revista electrónica<br />

http://serbal.pntic.mec.es/-cmunoz11/index.html<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 75


Reseña


Las transparencias del tiempo<br />

a Loló<br />

Luis Armenta Malpica<br />

Aguilar, L. (2012). Ground Glass/Vidrio molido<br />

Book Thug, Toronto. Mantis<br />

Editores, México<br />

Conocí a Luis Aguilar en Monterrey, hace bastantes años, como periodista cultural.<br />

Poco después, me regaló su libro de poemas Eclipses y otras penumbras (1998)<br />

que, se lo dije, no me pareció bueno. En 2003, con Tartaria, nos mostró otro registro,<br />

más dinámico, que mejoraría notablemente con Mantel de tulipanes amarillos<br />

(2005) y alcanzaría su madurez en Los ojos ya deshechos (2007). La entrañable<br />

costumbre o El libro de Felipe (2008) lo confirmó, para mí, como uno de los poetas<br />

más interesantes de Nuevo León y del Norte. Me honra ser su amigo y editor de los<br />

libros mencionados desde el 2003. Esto dificulta enormemente acercarme, de<br />

manera objetiva, a Ground Glass / Vidrio molido (2012), porque además se trata<br />

de una antología sucinta, personal, que muestra la otra cara de Aguilar a su paso<br />

por Mantis editores: consigue nuevos libros, otras obras, al armar cualquier muestra<br />

o antología, como lo que ha logrado con Delfín Prats o con Nelson Simón.<br />

Ground Glass / Vidrio molido está compuesto por la obra más reciente de un<br />

poeta que escribe con denuedo y sin asfixia. Si al principios tardaba algunos años<br />

para publicar su siguiente obra, en los recientes se ha mostrado prolífico:<br />

Decoración de interiores (2010), Fruta de temporada (2011) y algunos en camino<br />

lo revelan. No percibo otras transformaciones, aunque conozco su material inédito<br />

(no todo, por supuesto) y sé que todavía le preocupa acercarse a nuevos tópicos,<br />

a diversas maneras del decir y que no se estaciona en la comodidad de lo que está<br />

resuelto o ha recibido alabanzas y reconocimientos. A la manera de Jaime Gil de<br />

Biedma, cada gesto en su obra es un arma, un hilo de tensión, por pequeño que<br />

sea, para lograr la herida. Representa la realidad, pero nunca la anécdota. Y el<br />

personaje es él, la persona del verbo, incluso en femenino.<br />

Les debo confesar que en su trabajo y el mío encuentro coincidencias, ecos,<br />

preocupaciones estilísticas que nos acercan más. No ha faltado un colega que se<br />

lo recrimine (cuando lo mencionamos), como si hubiera un solo original en la poesía<br />

y no las reverberaciones que conllevan los versos a otros versos, los poetas mayores<br />

a lo que ahora se escribe. Nos parecemos, sí, y es que somos más cómplices de lo<br />

que todos saben. Compartimos el nombre, y la pasión por Cuba y por Brasil. Nos<br />

gusta trabajar en nuevos retos y nos sumamos al trabajo editorial en vez de<br />

dividirnos. Y aunque Luis Aguilar no es religioso, resulta más creyente que muchos<br />

que se creen adoradores del verbo y sólo son sujeto. La fe al amar siempre será un<br />

revólver», nos ha dicho. De diversas maneras: «Soy yo: vengo, errabundo y mudo,<br />

del asombro».<br />

«La vida se consagra en otras cosas», así comienza su “Acta de defunción”. Me<br />

espanta con la dedicatoria y su penumbra. Que aparezca el salmón, las aguamalas,<br />

una cruz tipográfica, el signo de adición o alguna orquídea. Que deje todo el mar por<br />

“Testamento” y «la fiera más feroz de cuantas hubo …, la memoria». ¿Cómo lo<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 79


Las transparencias del tiempo / Luis Armenta Malpica<br />

voy a recordar si compartimos fe (es un revólver), tartamudeos, asaltos, «el llanto<br />

de su hombría, mi diluvio…» Ésta es la poesía que siento más cercana y trascendente,<br />

alejada de lugares comunes o exabruptos. Textos provocativos, orgánicos,<br />

que buscan conmover más que escandalizar. Porque no hay que temerle a nuestros<br />

sentimientos, sí al aullido infundado. Desenfadada o cruel, como son estos tiempos<br />

de violencia. De lenguaje directo o figurado. Donde aparece el “yo” o la palabra suple<br />

todas sus otredades y hasta un espacio en blanco demuestra utilidad y compromiso.<br />

En estos territorios de la garganta seca, cobra real importancia que una compilación<br />

sea de Vidrio molido. Transparencia que se acalló en los labios, pero también<br />

la trampa del lenguaje que se vuelve señuelo para vencer la guardia que custodia<br />

alguna casa. Y que entremos, como Luis, por su casa. «Porque volver o irse no es<br />

un asunto de geógrafos», regresé a las palabras de Aguilar, al lugar, al momento,<br />

para dejar en claro, con total transparencia (como Vidrio molido) lo que hay de<br />

hombre en él: «De todos aquellos que no fueron pero son tus muertos, … alguien<br />

soltó sus pájaros». En este libro están.<br />

80<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La babel como utopía<br />

Bombachas de mierda, no. No destruyás lo que tenés.<br />

Sonia Malakovich<br />

Burman, D. (2003). El abrazo partido.<br />

Argentina: Bd Cine.<br />

Roberto Kaput González Santos<br />

LA GALERÍA<br />

La historia de la película El abrazo partido (2003) se desarrolla alrededor de una<br />

galería comercial, suerte de microcosmos latinoamericano dedicado al intercambio<br />

de servicios y mercancías. La peculiaridad de este espacio consiste en que alberga<br />

a una comunidad multicultural, que no obstante sus diferencias y los retos propios<br />

de una economía postindustrial, ha sabido crear las condiciones mínimas de convivencia.<br />

El protagonista de la historia, Ariel Makaroff, un adolescente tardío en busca<br />

de identidad, introduce al espectador en los pasillos de esta Babel posmoderna:<br />

Ariel (voz en off).―La galería es un territorio de apariencias. Los que vienen a comprar<br />

pueden creer que somos solamente gente que vende cosas, que cuando cerramos el<br />

negocio desaparecemos. Pero nosotros sabemos que somos mucho más que negocios,<br />

que detrás de nuestros mostradores tenemos alguna que otra historia que, bueno, aunque<br />

no sea gran cosa, vale la pena contar (Burman 2003).<br />

La búsqueda de Ariel, aunque personal, siempre tendrá como telón de fondo este<br />

universo comunitario. El proceso de individuación que experimenta en el transcurso<br />

de la película no se cumple de manera solipsista, sino que se acerca más a eso que<br />

Pérez Tapia (2000) denomina individuación solidaria: postulado del deber ser de<br />

la subjetividad dialógica, de la que depende el contenido humano de toda estructura<br />

social (266-267).<br />

Esta lógica de la participación la podemos ver en la manera como los locatarios<br />

integran a una pareja de coreanos recién llegados a la galería. Durante los preparativos<br />

de la carrera que dirimirá un asunto de dólares con un comerciante ajeno al grupo,<br />

Ariel sostiene el siguiente diálogo con el viejo Saligani, italiano reparador de radios:<br />

Ariel (refiriéndose a unos colguijes feng-shui con que los coreanos adornan el diablito de<br />

Ramón, corredor que los representará).– Y esas cositas que le ponen... ¿Usted cree en esas cosas?<br />

Viejo Saligani.–¿Los coreanos? No... Pero sabes lo que pasa, es una forma de integrarlos<br />

a la gente de la galería. Porque la verdad es que damos poca bola a esta gente; jamás la<br />

invitamos a comer un asado. Nada... Aparte van a grabar la carrera y después nos queda<br />

como recuerdo... ¿Vos nunca entraste al local de ellos? Hay una energía... (Burman 2003).<br />

Los miembros de la galería, dedicados a distintas actividades comerciales y diferenciados<br />

étnica y culturalmente, han encontrado la manera de crear un espacio social<br />

lo bastante abierto para posibilitar la aparición del otro. Esta técnica opera en dos<br />

direcciones: hacia el exterior del grupo, se ofrece a los recién llegados la oportunidad<br />

de participar en asuntos comunitarios, integrándolos; hacia el interior, se inculca<br />

en los jóvenes la curiosidad y el respeto por las distintas manifestaciones de lo humano.<br />

En “Normas éticas en la relación entre culturas”, Juan Carlos Scannone (1998) escribe:<br />

Las implicaciones éticas de la cultura tienen un triple fundamento, relacionado siempre<br />

con la libertad: por un lado, los valores y formas culturales son fruto de la libertad de<br />

hombres que las asumieron y/o crearon, y los viven y conviven, aceptándolos, transformándolos<br />

o soportándolos; por otro, son expresiones, objetivación y concreción de<br />

esa misma libertad y le dan a ésta tanto inspiración espiritual como cuerpo institucional;<br />

finalmente, la condicionan, predisponen, orientan y encauzan para obrar según determi-<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 81


La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />

nadas reglas de acción ya instituidas socialmente. Por ello tales estructuraciones<br />

valorativas, reglas, formas e instituciones ―y no sólo la libertad misma ...― pueden<br />

ser juzgados moralmente. El criterio de ese juicio está dado por la humanidad y<br />

dignidad del hombre ... En el caso de la libertad, se juzga sus actos, actuación y<br />

actitudes; en el caso de las figuras culturales, se juzga su aptitud para posibilitar<br />

efectivamente ... dichos actos éticos de las libertades personales (226-227).<br />

Gracias a estas figuras culturales que de manera voluntaria los miembros de<br />

la galería producen y reproducen, el protagonista de la película dispone del tiempo<br />

y espacio suficiente para emprender una búsqueda identitaria. Estas figuras,<br />

remitidas a un sentido real de lo humano, no sólo posibilitan la emergencia de la<br />

persona, sino que alientan su búsqueda. Es esto lo que Joseph, hermano mayor de<br />

Ariel, parece querer comunicar en el siguiente diálogo:<br />

Joseph.―Yo puse toda mi fuerza en mi trabajo, me resigné... Pero vos no sabés lo que<br />

querés hacer. Vos sos el único que todavía tiene fuerza como para pensar en algo...<br />

Ariel.―Joseph, vos sos el único normal en la familia, Joseph.<br />

Joseph.― Sí, es verdad. Es verdad... Pero por eso vos sos el que busca la verdad. Vos sos<br />

el que está ahí, buscando... (Burman 2003).<br />

La cultura, entendida como el lugar donde se articula la relación entre igualdad<br />

y diferencia, ha de cumplirse en cada uno de sus integrantes. La solución, entonces,<br />

estará en aquel que no ha encontrado su lugar en el grupo, no porque no lo haya<br />

encontrado, sino porque al hacerlo habrá reconocido un elemento común desde el<br />

cual sumarse (para Scannone éste consiste en el sentido humano de la vida), y una<br />

vez dentro, habrá actualizado a la cultura misma en sus valores (ethos) e instituciones<br />

(orden). Los últimos dos, referidos al primero, permitirán finalmente calificar los<br />

mecanismos de inserción como justos o injustos.<br />

UN ASUNTO DE DÓLARES Y PESOS<br />

Estas figuras culturales no son un mero ideal ahistórico, sino que surgen como<br />

respuesta concreta a los retos que plantea la globalización. En la película, no son<br />

pocas las referencias a las fuerzas externas, objetivas y contradictorias que operan<br />

en una economía postindustrial: Joseph, que ha hecho de los productos importados<br />

su principal fuente de ingresos, está al tanto del nuevo discurso comercial, que<br />

recomienda volver a los productos naturales; Mitelman, al frente de una compañía<br />

de viajes, se gana la vida transfiriendo dinero fuera o dentro de la Argentina;<br />

mientras que Osvaldo, dueño de una papelería, compite en condiciones desiguales<br />

con el cibercafé de Rita.<br />

Este discurso, propio de la modernidad, no termina de cuajar del todo, acaso<br />

porque opera dentro de una lógica que exacerba las relaciones de poder-dominio: 1<br />

los apuros económicos de Joseph le impiden dedicarse a la apicultura, como se lo<br />

recomienda el primo de Canadá; las posibilidades de desplazamiento en un mundo<br />

unificado se limitan al capital financiero; el florecimiento de las nuevas tecnologías<br />

surge en oposición a las anteriores, sin que ello suponga un progreso humano en<br />

la difusión del conocimiento.<br />

Como insinúa Horacio Cerutti (1998), en este nuevo orden las situaciones de dependencia,<br />

lejos de desaparecer, pudieran haberse robustecido:<br />

La denominación aparentemente neutral y supuestamente equitativa de interdependencia<br />

(...) escamotea el hecho de que las decisiones fundamentales sobre proyectos económicos,<br />

científicos, tecnológicos y militares «nacionales» se toman en algunos niveles de los países<br />

centrales, en el mejor de los casos con la cobertura de organismos internacionales (133).<br />

1<br />

Pérez Tapia diferencia entre poder-capacidad y poder-dominio. El primero potencia mayores cotas<br />

de libertad y autoconciencia; el segundo, la servidumbre y la alienación (260).<br />

82<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />

La premura con que Ariel intenta conseguir un pasaporte polaco para engrosar<br />

las filas de los ciudadanos de primer mundo reproduce este movimiento que va del<br />

centro a la periferia. Sólo allá, en la Europa unificada, podrá realizarse como persona.<br />

La ciudadanía polaca es un mero trámite a cumplir para desvincularse de una historia<br />

familiar que desembocó en el fracaso. Ser polaco significa ser europeo. Polonia como<br />

tal no existe. Esta huida del presente hacia un futuro prometedor se representa<br />

como un constante correr de un lado a otro de Buenos Aires. La cámara lo persigue<br />

y él intenta escapar de la galería y del negocio de bombachas de la madre:<br />

Ariel.―Está bárbaro Europa: espacios abiertos por todos lados, gente caminando,<br />

comiendo, leyendo...<br />

Mitelman.―El dibujo es un idioma universal ... Para un tipo como vos que no puede<br />

tener una carrera me parece que el arte es la única salida.<br />

Ariel.―Perdón, ¿quién te dijo que yo no puedo terminar una carrera? Yo la carrera de<br />

arquitectura la dejé por un problema de escala social. ¿Cómo ves ir a estudiar cómo hacer<br />

edificios y ciudades, llegar a la galería y pensar cómo decorar una vidriera, cómo resolver<br />

el espacio del probador?... Es un problema de escalas (Burman 2003).<br />

Frente a este orden civilizatorio, que parece constreñir el espacio de lo humano,<br />

es que se erigen las figuras culturales que practican los miembros de la galería.<br />

EL ACUERDO CON ALFADI<br />

La reflexión ética ha de partir de la realidad histórica del hombre. Uno de los rasgos<br />

definitorios de la posmodernidad –escribe Pérez Tapia (2000)– es la economía<br />

postindustrial. Así:<br />

El problema se desplaza definitivamente hacia los límites del mercado, concentrándose en<br />

la cuestión de cómo domesticar la economía para no arrastrar las consecuencias<br />

deshumanizantes –y antieconómicas– de un mercado librado a su plena apoteosis en lo<br />

que sería un capita-lismo postcomunista (245).<br />

La solución a la que llegan Joseph y Alfadi se parece mucho a lo que Clodovis<br />

Boff llama modernidad emergente: síntesis cultural entre las culturas tradicionales<br />

y la cultura moderna (Scannone 1998: 238). Inmersos en una lógica cambiara intempestiva,<br />

que afecta directamente sus intereses comerciales, deciden implementar<br />

un sistema de valores comunitarios (ethos) para domesticar el modelo civilizatorio,<br />

transformando con ello el producto cultural. La puesta en práctica de estos valores<br />

crea nuevas instituciones que responden a un sentido más general de lo humano:<br />

Joseph (dirigiéndose a los demás miembros de la galería).―A ver, a ver, a ver... El acuerdo<br />

con Alfadi es el siguiente. Va a ser una carrera de cien metros planos acá en Tucumán y<br />

Uriburu. Eh, acá... Él va a poner al peruano y yo tengo que poner un corredor. El que gana<br />

va a decidir cómo vamos a liquidar los dólares, los pesos, el asunto este... (Burman 2003).<br />

El acuerdo con Alfadi supone un sentido emancipatorio de la historia desde la<br />

ética: los involucrados optan por una solución moral con miras a la autorrealización<br />

solidaria. Es dentro de esta comunidad ético-histórica donde la búsqueda personal<br />

de Ariel cobra un nuevo significado: a cada extremo de su huida tropieza con las historias<br />

de los suyos, primero sin prestar demasiada atención (las historias de guerra<br />

de la abuela), después irónico (las conversaciones con Joseph), y finalmente reconociéndose<br />

en las historias de sobremesa (el grito ancestral de la madre). En su<br />

periplo, aprende que la identidad es “un proyecto de construcción histórica viable<br />

y no sólo constatación de lo que ha sido” (Cerutti 1998: 133).<br />

Ese carácter abierto en el proceso de construcción de las identidades culturales<br />

es lo que parece estar detrás de la historia del Shabatt de Joseph:<br />

Joseph.–Estamos en un pueblito polaco ... El rabino se despierta un día y descubre que los<br />

demonios se robaron todos los almanaques del pueblo y ya nadie sabe cuándo es Shabatt.<br />

Todos los días se han mezclado. Reunión de sabios. El primer sabio dice: “Bueno, votemos<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 83


La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />

para saber cuándo es Shabatt ... El segundo dice: “No, no, que lo echemos a la suerte.” Y<br />

otro sabio: “No, que cada semana el Shabatt sea un día distinto”... Así por lo menos algún<br />

día la embocan... Ahí el rabino dice: “No, no, ... hay que esperar a Dios para que dé la<br />

señal. Y ahí el pueblo preguntó: ... ¿Qué hacemos nosotros? ¿Nos comportamos todos los<br />

días como si fuera Shabatt o todos los días como si no fuera Shabatt? Se arma un quilombo<br />

tremendo ... Y en medio de ese caos social aparece un niñito ... y dijo: “Yo sé cuándo es<br />

Shabatt: cuando el aire huele a dulce.” Y efectivamente, dos días después el aire olió<br />

dulce. Desde ese día el Shabatt había regresado. (Burman 2003).<br />

Lo importante no es saber si el Shabatt huele o no a dulce, sino que el pueblo ha<br />

decidido que así sea.<br />

EL ABRAZO PARTIDO<br />

La historia anterior nos permite identificar el interés por ser detrás de todo interés<br />

emancipatorio (Pérez Tapia 2000: 275). La afirmación de una cultura biófila (vida<br />

digna) hecha por el grupo en el cual se desarrolla la búsqueda de Ariel le permite<br />

descubrirse como persona. Este proceso de individuación solidaria lo obliga a reconciliarse<br />

con su pasado y reclamar el lugar que ocupa entre los miembros de la galería.<br />

La reconciliación con ese pasado se cumple a través del padre. Elías, tras presenciar<br />

la ceremonia de circuncisión del hijo, desparece de su vida para pelear en Israel.<br />

De él sólo quedan algunas historias, un cruce a cuadro en un video de familia y el<br />

acta de divorcio meses antes de su nacimiento. El acta tiene un corte por el medio,<br />

símbolo de la disolución del matrimonio y garantía de que nadie volverá a usarla.<br />

Ariel ha querido hacer de ese corte una excusa para distanciarse de los suyos. Le<br />

tomará un tiempo comprender que ese fracaso supone también una responsabilidad.<br />

Está en él hacer nuevamente habitable ese corte entre idealidad y facticidad. El<br />

modelo con el que cuenta es el acuerdo entre Joseph y Alfadi.<br />

A la noción de progreso disruptivo corresponde una utopía no mitificada (Pérez<br />

Tapia 277). La huida hacia un futuro conciliador queda clausurada. Es la memoria<br />

del pasado como interés emancipatorio y por ser lo que permite encarar el presente.<br />

Para corregir las omisiones del pasado y encontrar su lugar dentro de la comunidad,<br />

Ariel debe aceptar la reincorporación del padre al grupo de la galería. Debe, pues,<br />

asumir su realidad y responder a las exigencias del presente de la mejor manera<br />

posible, sin perder de vista que lo que está en juego a cada momento es el sentido<br />

de lo humano en el juego dialógico de una razón situada. 2<br />

La pregunta por la identidad es una pregunta que remite, en último término, al ser del<br />

hombre, a la realidad histórica y social en que la cultura se desarrolla ... Los meandros<br />

de la propia identidad expresa un anhelo por conocer lo propio y por hacerse de una<br />

realidad. (Cerutti 1998: 140).<br />

Esa realidad, en el caso de El abrazo partido, reclama la supervisión constante<br />

de las prácticas sociales que potencialicen lo propiamente humano. La recuperación<br />

del pasado permite reconciliarse con el presente a través de la experiencia adquirida.<br />

Las formas culturales implementadas en el presente bosquejan las relaciones futuras.<br />

Sólo así es posible completar el abrazo del otro, y encaminarse, pausadamente, a<br />

esa última metáfora de la posmodernidad: la zapatería La Babel en el barrio del Once.<br />

Bibliografía<br />

Burman, D. (2003). El abrazo partido. Argentina: Bd Cine.<br />

Pérez Tapia, J. A. (2000). Filosofía y crítica de la cultura. Reflexión crítico-hermenéutica sobre la<br />

filosofía y la realidad cultural del hombre. Madrid: Trotta.<br />

Sobrevilla, D. (1998). (ed). Filosofía de la cultura. Valladolid: Editorial Trotta.<br />

Cerutti, H. (1998). En Filosofía de la Cultura. Sobrevilla, D. (ed.). Valladolid: Trotta.<br />

Scannone, J. C. (1998). En Filosofía de la Cultura. Sobrevilla, D. (ed.). Valladolid: Trotta.<br />

2<br />

Pérez Tapia la define como una razón que se ubica en el entrecruzamiento de las tradiciones en que<br />

hunde sus raíces (252).<br />

84<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Voces Zacatecanas: Regionalismo<br />

literario y traducción<br />

María Eugenia Martínez Flores<br />

D’Amore, A. Voces Zacatecanas/Zacatecan Voices.<br />

Texere Editores, Universidad de Zacatecas,<br />

Zacatecas, México, 2012<br />

El presente libro, editado por Anna María D’Amore, es el resultado de una laboriosa<br />

compilación de textos de diversos autores, los cuales fueron traducidos en un<br />

taller literario que se llevó a cabo en el 2009 en la Escuela de Verano UAZ-<br />

SPAUAZ. Es importante destacar que la publicación de dicho libro representa un<br />

excelente trabajo tanto de la editora, quien también participó en la traducción de<br />

parte de los textos compilados, como de los talleristas de este proyecto.<br />

En este taller participaron en la traducción, además de la editora, Nathaniel Gardner,<br />

Maureen Sophia Harkins y Kieran Hayde; con una participación especial de Javier<br />

Acosta en la resolución de algunos problemas que surgieron durante el proceso<br />

de traducción de los textos compilados en el antes mencionado taller literario.<br />

Este trabajo fue además el resultado del apoyo que recibió la editora de la Universidad<br />

Autónoma de Zacatecas y el Programa para el Mejoramiento del Profesorado<br />

(PROMEP), quienes financiaron este excelente proyecto, así como de los estudiantes<br />

que participaron en las diferentes etapas en la elaboración del libro. Asimismo,<br />

colaboraron en esta loable producción, los integrantes del cuerpo académico “Lenguaje<br />

y Literatura” y algunos grupos de escritores de la región, quienes trabajaron<br />

activamente en la elaboración de trabajo.<br />

Este proyecto, tiene como principal finalidad, hacer accesible a los lectores de<br />

lengua inglesa, los diversos trabajos de autores que fueron seleccionados en esta compilación.<br />

El resultado, por lo tanto, es una antología bilingüe, donde se presentan<br />

textos escritos originalmente en español con su traducción correspondiente al<br />

inglés de cara al texto original.<br />

Con un propósito de divulgación, las traducciones se presentan sin prefacios<br />

ni notas copiosas y se mantiene además al mínimo la información adicional del<br />

autor y la interpretación de su obra, así, se presenta solamente una compilación de los<br />

textos originales y la traducción al inglés del trabajo de los siguientes escritores:<br />

Javier Acosta Escareño, Scherezade Bigdalí, Alejandro García Ortega, Efraín<br />

Gutiérrez de la Isla, Salvador Alejandro Lira Saucedo, María Isela Sánchez Valadez,<br />

Maritza Manríquez Buendía y Mauricio Moncada León. Todos ellos escritores<br />

literarios reconocidos a nivel local y algunos a nivel nacional, que fueron reunidos<br />

en este libro por primera vez y que se podrán leer al inglés gracias a las traducciones<br />

que se llevaron a cabo en el taller literario antes mencionado.<br />

Nathaniel Gardner, en la presentación de esta compilación de las voces zacatecanas<br />

sobre la literatura regional, permite una excelente comprensión de la producción<br />

literaria en Zacatecas y en México. Sobre La literatura zacatecana, él nos relata la<br />

forma en que el escritor o poeta de la región se desenvuelve, desde las reuniones<br />

de escritores en el café San Patricio del centro histórico de esta ciudad, donde<br />

conversan sobre sus escritos –ya sean poemas, cuentos, novelas o ensayos– o en<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 85


Voces Zacatecanas: Regionalismo literario y traducción / María Eugenia Martínez Flores<br />

algunos otros lugares donde se congregan los autores de la región, así como en la<br />

Universidad Autónoma de Zacatecas. Los escritores de dicho estado, así como<br />

quienes trabajan a lo largo del país, se preparan en talleres literarios; sobresalientes<br />

autores mexicanos como Octavio Paz, Juan Rulfo y Elena Poniatowska, tuvieron<br />

como parte de sus antecedentes la participación en un taller literario, lo cual se<br />

hizo como parte de la cultura general y no sólo como algo exclusivo de los círculos<br />

de la élite literaria. Participar en un taller literario hace que quienes concurren a dichos<br />

talleres se sientan parte de una fraternidad al encontrar influencia en los escritores<br />

que cada uno adopte como su modelo a seguir, cita Gardner, se convierten en el<br />

hijo de alguien.<br />

En Zacatecas, narra, existe una gran variedad de talleres, muchos de ellos patrocinados<br />

por el estado, principalmente provenientes de las preparatorias locales y<br />

de las universidades. Otros, se llevan a cabo en la casa de la Cultura o institutos<br />

culturales y por regla general los organiza un autor publicado. En la mayoría de<br />

éstos, se les enseña cómo y dónde se publica; por lo general las publicaciones de<br />

los trabajos resultantes de dichos talleres, –aclara el presentador de este libro–<br />

ocurre en suplementos culturales de periódicos locales o en revistas culturales del<br />

estado y editados por egresados de los mismos, con colaboraciones locales,<br />

nacionales e internacionales.<br />

Aunque López Velarde, menciona Gardner, es el orgullo y elemento clave de las<br />

letras y cultura zacatecanas, se considera a Miguel Donoso Pareja, un ecuatoriano<br />

exiliado en México desde 1963, el padre literario de los talleres de esta región.<br />

Todos los autores de Voces Zacatecanas, comenta además, son relativamente<br />

jóvenes, aunque algunos son autores ya reconocidos como Alejandro García, quien<br />

es autor de novelas.<br />

El libro está integrado por textos cortos, pero completos: cuentos, micronovelas<br />

y poesía. La juventud de los autores se ve reflejada en las temáticas que abordan<br />

en los diferentes textos: entre ellos la vida moderna, con temas como el divorcio,<br />

la globalización, el aislamiento social, las relaciones interpersonales con muestras<br />

sexuales y hedonistas. Algunas de las lecturas presentan tintes eróticos, mientras<br />

otras reflexionan sobre el sexo en los tiempos modernos.<br />

Se muestra, además, en esta colección de textos, la influencia de escritores<br />

como Cortázar, por lo absurdo y sus manifestaciones en algunos de los escritos<br />

del presente libro, así como la de Juan Rulfo y Ramón López Velarde. Así mismo,<br />

aparecen representaciones de la mitología griega, romana y cristiana; y temas<br />

recurrentes como la destrucción personal y local, con tópicos como el suicidio,<br />

que simboliza en estos textos la desesperación, el honor, el amor, la depresión; lo<br />

que quizás alude a la destrucción del individuo en tiempos de la modernidad para<br />

captar la atención del lector.<br />

Gran parte de los escritores zacatecanos dentro de esta compilación hablan del<br />

lugar donde nacieron o que adoptaron como su hogar; destacando lugares representativos<br />

de la región como el cerro de la Bufa o la Avenida Hidalgo del centro<br />

histórico de la ciudad.<br />

Como una breve descripción de cómo se desenvuelve esta colección, escritores<br />

como Javier Acosta, mezcla su poesía con temas cotidianos y con la globalización.<br />

La colección de sus poemas se tradujo al inglés en el taller del 2009 por Anna<br />

María D’Amore, en donde participaron además Nathaniel Gardner, Maureen<br />

Sophia Harkins y Kierna Hayde. Sheherazade Bigdalí utiliza una muy breve historia<br />

de amor (micronovela) para provocar emociones fuertes. Alejandro García Ortega<br />

nos entrega una historia de la transición de un adolescente a la vida de adulto, con<br />

la traducción de Maureen Sophia Harkins. Efraín Gutiérrez revalora a Zacatecas<br />

y lo presenta no sólo como una tierra de inmigrantes mexicanos en busca de<br />

empleo en los Estados Unidos, sino como una tierra hacedora de escritores y<br />

poetas, y la selección de sus textos fue traducido por Anna María D’Amore.<br />

Salvador Lira utiliza su poesía para crear espacios oníricos y amplios ejemplos<br />

86<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Voces Zacatecanas: Regionalismo literario y traducción / María Eugenia Martínez Flores<br />

de poesía experimental, rasgo literario que fue totalmente respetado por la traducción<br />

de Anna María D’Amore. Maritza Buendía realiza narraciones de amor y<br />

erotismo al hablar del hogar destruido, traducido también por la editora de este<br />

libro. Mauricio Moncada maneja el tema del erotismo a través de una historia con<br />

perspectiva filosófica sobre el sexo y el suicidio y fue traducido por Maureen<br />

Sophia Harkins. Esta colección de textos finaliza con los relatos de María Isela<br />

Sánchez, quien experimenta con nuevas formas de relatar una vida al demostrar<br />

su profundo interés por la condición humana traducidos por Nathaniel Gardner.<br />

Las gran diversidad temática y estructural de los textos de esta compilación,<br />

se visualiza, según lo ha compartido la editora Anna María D’Amore con Gardner,<br />

como una gran variedad de textos, en donde el lector contará con una colección<br />

literaria que le da libertad de seleccionar entre un conjunto de textos que le ofrece<br />

perspectivas de la región zacatecana y también del mundo, la historia y la<br />

modernidad, lo divino y lo banal.<br />

Como se podrá observar, esta antología presenta una gran diversidad de temas<br />

manejados por los distintos escritores compilados en dicha obra, lo cual nos lleva<br />

a imaginar los fenómenos que ocurrieron en la traducción. Es importante resaltar<br />

lo adecuado de la compaginación del texto origen, con su traducción de cara a<br />

éste, lo cual permite a quienes tenemos la expectación por observar el texto original<br />

en su versión al inglés; además de la forma como se resolvió la traducción de<br />

temas literarios tan complejos como los que manejan esta antología.<br />

Para finalizar, cabe agregar que la función de los editores dentro del proceso<br />

de difusión de una obra con tintes literarios es quizás tan importante como la de<br />

los traductores, pues, aunque estén acompañados de un consejo editorial y cuenten<br />

con un sistema de arbitraje, son ellos quienes toman la decisión ûnal sobre lo que<br />

se debe publicar, realizan la selección de textos a compilar, y en este caso, realizar<br />

además la laboriosa tarea de traducir los textos literarios que siempre resultarán<br />

un reto para el traductor.<br />

Ciertamente es una ardua tarea la edición, toda vez que son los editores, por lo<br />

general, quienes asumen o responden por el éxito o el fracaso de las mismas. Por lo cual,<br />

considero pertinente mencionar mi reconocimiento a la Dra. Anna María D’Amore<br />

por su labor en la edición y traducción de esta excelente antología literaria y sus<br />

brillante idea de editar y compartir con el lector de la lengua extranjera, y nosotros<br />

los traductores, esta colección de textos producidos en nuestra lengua materna.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 87


88<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


COLABORADORES<br />

Aroldo José de Abreu Pinto. Es Doctor en Letras por la Universidad Estadual Paulista Júlio de<br />

Mesquita Filho / UNESP. Obtuvo una Beca postdoctoral de la Universidad de São Paulo / USP.<br />

Actualmente es Coordinador de Postgrado (Maestría y Doctorado) en Estudios Literarios de UNEMAT-<br />

Campus Tangara da Serra. Se desempeña como Profesor del Departamento de Artes UNEMAT Campus<br />

Alto Araguaia. Funge como Coordinador de la “Organización y entrega de la colección de Ricardo<br />

Ramos: segunda etapa de” Proyecto de Investigación (CNPq). Es investigador en la UNESP-Assis<br />

(Grupo Lectura académica y Literatura en la Escuela: Centro de Investigación de la Región). Ha<br />

difundido sus trabajos como autor de libros y / o coordinador, y ha publicado varios artículos en<br />

revistas así como capítulos de libros. Trabaja en el área de Artes y Comunicación, con énfasis en la<br />

literatura brasileña. Es responsable del Acervo del escritor Ricardo Ramos.<br />

Luis Armenta Malpica. (México, D.F., 1961). Poeta, ensayista y traductor del francés; es miembro<br />

del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco y director de Mantis editores. Ganador de<br />

diversos reconocimientos nacionales e internacionales en cuento, novela y poesía, entre los que<br />

destacan los premios Clemencia Isaura, Efraín Huerta, Ramón López Velarde, Benemérito de América,<br />

Alí Chumacero, San Juan del Río, Amado Nervo, de San Román, e iberoamericano de poesía<br />

Continentes (Unesco). Premio de poesía Aguascalientes, en 1996, y Premio Jalisco en Letras 2008.<br />

Por su labor editorial recibió la Pluma de Plata, en 2006. Libros y poemas de su autoría han sido<br />

traducidos al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, catalán, rumano, árabe y ruso. Ha publicado<br />

los poemarios: Voluntad de la luz, Des(as)cendencia, Ebriedad de Dios, Luz de los otros, Ciertos<br />

milagros laicos, Mundo Nuevo, mar siguiente, Sangrial, El cielo más líquido, entre otros.<br />

Carlos Gerardo Castillo Alvarado. Es egresado de la licenciatura en Pedagogía, Facultad de<br />

Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León; así como de las maestrías en<br />

Educación Superior con especialidad en la Enseñanza de las Ciencias Sociales, titulado con la tesis:<br />

La enseñanza de la Historia en la escuela primaria; y Maestría en la Enseñanza de la Lengua y la<br />

Literatura, Titulado con la propuesta didáctica: De la motivación por lectura literaria mediante su<br />

análisis diversificado, en la división de Posgrado de la misma institución. Ha colaborado<br />

periódicamente con cuentos y ensayos desde 2008 con la revista Reforma Siglo XXI, de la preparatoria<br />

No. 3 de la Universidad Autónoma de Nuevo León; así como docente interino en el área de Ciencias<br />

Sociales en la preparatoria No. 25 “Dr. Eduardo Aguirre Pequeño” de la misma institución.<br />

Dalina Flores Hilerio. (Estado de Morelos). Se desempeñaba en el teatro y la docencia. Inició sus<br />

estudios en la UNAM y posteriormente en la UANL. Algunos de sus cuentos y ensayos se han<br />

publicado en revistas locales del D.F. y Monterrey (Memorias del páramo, Cathedra, Vida<br />

Universitaria, Común, La nuez, etc.). Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en el<br />

2001 y ha obtenido algunos premios en concursos universitarios. Actualmente estudia el doctorado<br />

en Filosofía, imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y en el departamento de<br />

Estudios Humanísticos del ITESM; también promueve la lectura en diversos espacios públicos y<br />

privados.<br />

Roberto Kaput González Santos. (Tampico, 1975). Licenciado en Letras Españolas por la UANL<br />

(2000) y maestro en Lengua y Cultura Españolas por la Universidad de Salamanca (2006). Fue<br />

becario de la embajada de Francia en Madrid para cursar estudios en Toulouse II-Le Mirail (2008).<br />

Actualmente cursa el doctorado en Estudios Humanísticos en el ITESM y forma parte del grupo<br />

Estudios Culturales en el Desierto.<br />

Julio Hernández Maldonado. Licenciatura en Lingüística Aplicada como didacta en el idioma<br />

inglés. Obtuvo su Maestría en Letras Españolas y actualmente está en proceso de redacción de tesis<br />

del Doctorado en Humanidades y Artes por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Es profesor de<br />

Inglés y de varias materias de contenido didáctico en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.<br />

Ha sido maestro de Literatura en el ITESM.<br />

Leticia Herrera. (Monterrey, 1960). Poeta, promotora cultural. Fue becaria del Centro de Escritores<br />

de Nuevo León (1990-1991) en poesía. Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (1994-<br />

1995) en ensayo. Ha impartido talleres, cursos, conferencias y lecturas en diversos espacios culturales<br />

del estado, nacionales e internacionales. Sus textos y poemas han sido publicados en antologías,<br />

revistas y periódicos locales, nacionales y del extranjero, así como en sitios web. Algunos de sus<br />

poemas han sido traducidos al inglés, al alemán y al búlgaro. Ha publicado: Pago por ver (1984);<br />

Canto del águila (1985); Poemas para llorar (1993); Caracol de tierra (1996); Vivir es imposible<br />

(2000); Hace falta que llueva (2002); Poemas incompletos. 1984-2006 (2006). Sólo digan que fui.<br />

Antología provisional (2011); entre otros.<br />

José María Infante Bonfiglio. Doctor en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba<br />

(Argentina) y maestro en Metodología de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Nuevo León<br />

(Monterrey, México). Se desempeña como docente en la UANL desde 1976, impartiendo cursos en<br />

el área de la teoría social, metodología y sociología política. Su principal interés en la investigación<br />

se enfoca hacia los temas de la psicología política (discurso político, valores, comportamiento político,<br />

procesos electorales, liderazgo). Ha publicado artículos científicos y de divulgación en diferentes<br />

medios locales e internacionales.<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 89


Colaboradores<br />

María Eugenia Martínez Flores. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la licenciatura<br />

de Lingüística Aplicada con énfasis en traducción, ha trabajado en la Facultad como maestra de<br />

traducción desde el año de 1995 hasta la fecha en áreas de redacción, traducción inversa legal y en<br />

diversos talleres de traducción técnica. Es egresada de la maestría de Enseñanza Superior de la<br />

Facultad de Filosofía y Letras. Ha colaborado como capacitadora en el TRIFE en temas de redacción<br />

y corrección de estilo. Ha participado además como ponente en seminarios de ATIMAC en temas<br />

relacionados con los aspectos culturales y su solución en los procesos de traducción. En el año 2003<br />

fue designada como coordinadora del departamento de traducción de la Facultad de Filosofía y<br />

Letras, nombramiento que le fue ratificado en junio del 2009 por la actual directora de la Facultad<br />

de Filosofía y Letras. Actualmente cuenta con el nombramiento de perito traductor por el Tribunal<br />

Superior de Justicia, que se le otorgó desde el año 2005 a la fecha.<br />

Juan Nicolás Padrón. Pinar del Río, Cuba, 1950. Poeta y licenciado en Filología especializado en<br />

Lengua y Literatura Hispánica. Posee posgrados en Filosofía y Lingüística, además de cursos de<br />

Pedagogía y Psicología. Actualmente es investigador y editor del Centro de Investigaciones Literarias<br />

de Casa de las Américas de Cuba. También ha sido director de Literatura del Instituto Cubano del<br />

Libro, director de la editorial Letras Cubanas y subdirector de la editorial Casa. Su desempeño en el<br />

ámbito de las letras lo ha desarrollado como editor, profesor, jurado, poeta, ensayista, coordinador<br />

de encuentros literarios y artísticos, prologuista, articulista, antologador y conferencista en distintos<br />

países como Cuba, España, México, Argentina, Venezuela, Chile y Canadá. Ha participado en las<br />

Ferias Internacionales del Libro de Cuba, Ciudad de México, Guadalajara, Buenos Aires y Santiago<br />

de Chile. Su obra poética se encuentra en la edición de los siguientes libros: El polvo finísimo del<br />

tiempo (1983), Desnudo en el camino (1988), Peregrinaciones (1991), Crónica de la noche (1955).<br />

En Chile publica el ensayo sobre identidad cubana La Palma en el Huracán (Ediciones Rodriguistas,<br />

2000), entre otros.<br />

Tzitel Pérez Aguirre. (Monterrey). Egresada de la Licenciatura y Maestría en Letras Españolas por<br />

la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, docente por más de 12 años, en la misma Institución,<br />

impartiendo diversas materias de las áreas de Literatura y Lingüística en el Colegio de Letras<br />

Mexicanas, áreas de investigación en las cuales se desempeña: análisis y estudios literarios,<br />

lingüística, semiótica, semántica, fonética y fonología, análisis del discurso, enseñanza de lengua,<br />

estudios de la cortesía, entre otras. Colaboradora en el Cuerpo Académico Consolidado “Lenguajes,<br />

Discursos, Semióticas. Estudios de la Cultura Regional” de la Facultad de Filosofía y Letras de la<br />

UANL, miembro del Comité Evaluador de Becarios del Centro de Estudios Humanísticos;<br />

colaboradora en el Proyecto de investigación Aprovechamiento de un corpus oral en la enseñanza<br />

de la lengua; miembro del equipo docente del Diplomado en Redacción y Escritura Creativa, como<br />

del Proyecto de Investigación Perfeccionamiento de la práctica de la escritura y la lectura desde un<br />

enfoque comunicativo. Cuenta con el perfil PROMEP. Actualmente Candidata a Doctora en<br />

Humanidades y Artes por la Universidad Autónoma de Zacatecas con la tesis: Enriqueta Ochoa,<br />

voz femenina de México en el Siglo XX; y Coordinadora del Colegio de Letras Mexicanas de la<br />

Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.<br />

Orlando Valdez Vega. Es profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma<br />

de Nuevo León, desde el año 2008 dedicado a la formación lingüística de los futuros profesores de<br />

la lengua francesa en la Licenciatura en Ciencias del Lenguaje (perfil FLE). Después de una formación<br />

en Francia en Filosofía y en Ciencias Teológicas donde fue traductor de obras del mismo género,<br />

realiza una maestría en Enseñanza Superior con especialidad en la enseñanza de la Lengua y la<br />

Literatura. Su trabajo de investigación para obtener el grado de maestría se orientó a la creación de<br />

una propuesta para los futuros profesores de FLE para la corrección de la pronunciación a nivel de<br />

los elementos fonéticos y prosódicos de la lengua francesa mediante el uso de las tecnologías. Ha<br />

participado en eventos nacionales e internacionales difundiendo su investigación e impartiendo<br />

talleres sobre el tema.<br />

90<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


NORMAS EDITORIALES<br />

Los textos serán originales e inéditos. Deberán presentarse redactados en español, impresos<br />

por una sola cara, a doble espacio, en tipografía Arial, sin correcciones a mano y en CD. No<br />

se aceptarán versiones incompletas, los originales recibidos se considerarán versión definitiva.<br />

Asimismo, deberán incluir: dirección postal, correo electrónico y una pequeña síntesis<br />

curricular del autor.<br />

1.<br />

2.<br />

3.<br />

Los originales tendrán una extensión de entre 10 y 15 cuartillas de ser ensayos, y en el<br />

caso de investigaciones (extraer un tema y elaborar un artículo de divulgación), entre<br />

25 y 40 cuartillas, deberán presentarse en una versión de computadora que incluya la<br />

información completa de todos los cuadros, gráficas, esquemas y figuras. Además del<br />

CD, deberá entregarse una impresión a doble espacio (incluso las notas de texto). El<br />

ancho de las líneas debe ser de 65-70 golpes, por 27-28 líneas (equivalentes a una<br />

cuartilla).<br />

Los autores deberán adjuntar un resumen de su artículo no mayor de cinco líneas y una<br />

breve lista de palabras clave.<br />

Las referencias de los libros en la bibliografía deberán contener los siguientes datos<br />

(en este mismo orden):<br />

Nombre del autor<br />

Año de edición<br />

Título del libro (subrayado)<br />

Editorial<br />

Ciudad (en español, en los casos de referencias bibliográficas en otro idioma)<br />

Número total de páginas (variable)<br />

Ejemplo:<br />

4.<br />

Katz, F. (comp.), (1990). Revuelta, rebelión y revolución. La lucha en México<br />

del siglo XVI al siglo XX. México: Era. 2 volúmenes.<br />

Burckhardt, J. (1943). Force and freedom. Nueva York: Pantheon Books<br />

Las referencias de capítulos en la bibliografía deberán contener los siguientes datos<br />

(en este mismo orden):<br />

et al. (y otros) se utiliza para indicar que una obra está firmada por varios autores,<br />

además del que se indica.<br />

v. g. (por ejemplo).<br />

of. o cfr. (véase o confróntese)<br />

supra (arriba)<br />

infra (abajo)<br />

e. (esto es)<br />

circa (alrededor de)<br />

loc. cit (en el lugar citado)<br />

passim (en varios lugares)<br />

vid. (véase)<br />

sic (así, textualmente)<br />

comp. o comps. (de compilador o compiladores), coord. o coords. (de coordinador o<br />

coordinadores) se utiliza de preferencia entre paréntesis, inmediatamente después<br />

del o de los nombres del autor o autores del libro.<br />

cap. (capítulo)<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 91


Normas editoriales<br />

ed. (edición)<br />

s.e. (sin editor)<br />

s. f. (sin fecha)<br />

s. l. (sin lugar de edición)<br />

mimeo (mimeografiado)<br />

pról. (prólogo)<br />

introd. (introducción)<br />

trad. (traducción)<br />

s. (y siguiente)<br />

s.s. (y siguientes)<br />

5.<br />

Todos los textos recibidos serán sometidos a un dictamen cuyo resultado puede ser:<br />

a) Publicable.<br />

b) No publicable.<br />

c) Sujeto a cambios.<br />

En todo caso, el dictamen será inapelable. Los dictámenes se entregarán al<br />

autor cuando el artículo esté sujeto a cambios. Los dictámenes positivos o<br />

negativos sólo se entregarán cuando el autor lo solicite. El Consejo Editorial<br />

tiene entre sus atributos decidir los artículos que se incluyen en la revista<br />

Cathedra de acuerdo con la línea editorial. Si el artículo se publica, el autor<br />

recibirá a vuelta de correo, dos ejemplares de la revista.<br />

92<br />

Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013


Revista semestral de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL,<br />

se terminó de imprimir en diciembre de 2013<br />

en Grafo Print Editores, S.A.<br />

En su composición se usó tipografía<br />

Times New Roman de 22, 18, 10, 9 y 8 puntos.<br />

La edición estuvo al cuidado del equipo de trabajo de la Secretaría<br />

de Publicaciones y Extensión Cultural.<br />

Tiraje: 500 ejemplares.

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