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®<br />
Una publicación de la<br />
Universidad Autónoma de Nuevo León<br />
Dr. Jesús Áncer Rodríguez<br />
Rector<br />
Ing. Rogelio G. Garza Rivera<br />
Secretario General<br />
Dr. Juan Manuel Alcocer González<br />
Secretario Académico<br />
Lic. Rogelio Villarreal Elizondo<br />
Secretario de Extensión y Cultura<br />
Dr. Celso José Garza Acuña<br />
Director de Publicaciones<br />
Dra. María Luisa Martínez Sánchez<br />
Directora de la Facultad de Filosofía y Letras<br />
Mtra. María Dolores Hernández Rodríguez<br />
Editora Responsable<br />
María de Jesús Rodríguez Flores<br />
Ilustraciones<br />
Víctor Ramírez Cortez<br />
Revisión<br />
Rosalinda Cantú Cantú<br />
Diseño de portada<br />
Julián García Pérez<br />
Formato<br />
Circulación y Administración<br />
Cathedra Revista de la Facultad de Filosofía y<br />
Letras, UANL, Año 9, No. 18, julio-diciembre<br />
2013. Es una publicación semestral, editada por<br />
la Universidad Autónoma de Nuevo León, a<br />
través de la Facultad de Filosofía y Letras.<br />
Domicilio de la publicación: Facultad de<br />
Filosofía y Letras, Ciudad Universitaria, San<br />
Nicolás de los Garza, Nuevo León, México,<br />
C.P. 66451. Teléfono y fax (01-81) 8352-4259<br />
y 8352-4250 ext. 109. www.filosofia.uanl.mx.<br />
Editora responsable: María Dolores Hernández<br />
Rodríguez. Reserva de derechos al uso<br />
exclusivo No. 04-2009-061817564800-102.<br />
ISSN 2007-2198 ambos otorgados por el<br />
Instituto Nacional del Derecho de Autor, Licitud<br />
de Título y Contenido No. 14,908 otorgado por<br />
la Comisión Calificadora de Publicaciones y<br />
Revistas Ilustradas de la Secretaría de<br />
Gobernación. Registro de marca ante el Instituto<br />
Mexicano de la Propiedad Industrial:<br />
1,183,735. Impresa por: Grafo Print Editores,<br />
S.A., Av. Insurgentes 4274, Colinas de San<br />
Jerónimo, C.P. 64630, Monterrey, N.L.,<br />
México. Fecha de terminación de impresión: 24<br />
de noviembre de 2013. Tiraje: 500 ejemplares.<br />
Distribuida por: Universidad Autónoma de<br />
Nuevo León, a través de la Facultad de Filosofía<br />
y Letras, Ciudad Universitaria, San Nicolás de<br />
los Garza, Nuevo León México. C.P. 66451.<br />
Las opiniones expresadas por los autores no<br />
necesariamente reflejan la postura de la editora<br />
de la publicación.<br />
Prohibida su reproducción total o parcial de los<br />
contenidos e imágenes de la publicación sin<br />
previa autorización de la Editora.<br />
Impreso en México<br />
Todos los derechos reservados<br />
©Copyright 2013<br />
editorial@filosofia.uanl.mx
Revista de la Facultad de Filosofía y Letras, UANL<br />
®<br />
Quinta época, Año IX, No. 18, julio-diciembre 2013, Periodicidad: Semestral<br />
Artículo<br />
Ensayo<br />
JOSÉ MARÍA INFANTE BONFIGLIO<br />
Crisis económica, sociedad, comportamiento<br />
humano y lenguaje<br />
7<br />
JUAN NICOLÁS PADRÓN<br />
Jorge Teillier: la segunda mirada<br />
17<br />
AROLDO JOSÉ DE ABREU PINTO<br />
El cuento de Ricardo Ramos:<br />
intersticios e intersecciones<br />
23<br />
ORLANDO VALDEZ VEGA<br />
Importancia de la corrección fonética y los<br />
elementos prosódicos en la competencia<br />
comunicativa de la lengua francesa<br />
29<br />
CARLOS GERARDO CASTILLO ALVARADO<br />
De la motivación por la lectura literaria<br />
mediante su análisis diversificado<br />
35<br />
Creación<br />
LETICIA HERRERA<br />
Poesía<br />
47<br />
DALINA FLORES HILERIO<br />
Sobre la literatura llamada juvenil<br />
57<br />
TZITEL PÉREZ AGUIRRE<br />
La influencia de los contextos social y político<br />
en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos<br />
61<br />
JULIO HERNÁNDEZ MALDONADO<br />
Tras la huella de Baudelaire en la obra de<br />
Ramón López Velarde<br />
69<br />
Reseña<br />
LUIS ARMENTA MALPICA<br />
Las transparencias del tiempo<br />
79<br />
ROBERTO KAPUT GONZÁLEZ SANTOS<br />
La babel como utopía<br />
81<br />
MARÍA EUGENIA MARTÍNEZ FLORES<br />
Voces Zacatecanas:<br />
Regionalismo literario y traducción<br />
85<br />
Consejo Editorial: Nora María Berumen de los Santos / Martha Casarini Ratto / María Eugenia Flores<br />
Treviño / Miguel Ángel González Quiroga / María Luisa Martínez Sánchez / José Luis Martínez Canizález<br />
/ Rebeca Moreno Zúñiga / Rolando Picos Bovio / Lidia Rodríguez Alfano / Guadalupe Rodríguez<br />
Bulnes. Consejo Editorial Externo: Alfonso Rangel Guerra / Herón Pérez Martínez / Alejandra Rangel<br />
Hinojosa
En su edición número 18 la revista Cathedra<br />
está ilustrada con la obra de María de Jesús<br />
Rodríguez Flores. Técnica que se utilizó en<br />
las obras que ilustran esta revista: dibujo<br />
digital a mano alzada sobre pantalla.<br />
María de Jesús Rodríguez Flores. Maestra en Educación Preescolar por la Escuela<br />
Normal de Educadoras del Centro de Estudios Universitarios, Licenciada en<br />
Educación Especial en el área de Deficiencia Mental por la Escuela Normal de<br />
Especialización del Estado de Nuevo León y Licenciatura en Pedagogía por la<br />
Universidad Pedagógica Nacional.<br />
Maestría en Artes, con especialidad en Educación en el Arte, por la Universidad<br />
Autónoma de Nuevo León.<br />
Se ha desempeñado en el área de educación como directora de diferentes planteles.<br />
Fue catedrática de Posgrado en la Facultad de Artes Visuales de la UANL y ha<br />
impartido cursos sobre educación y arte en diferentes instituciones públicas y<br />
privadas.<br />
Ha presentado su obra plástica en diferentes exposiciones individuales y colectivas<br />
y ha sido viñetista para diversas revistas.
Artículo
Crisis económica, sociedad,<br />
comportamiento humano y lenguaje<br />
José María Infante Bonfiglio<br />
Resumen<br />
En este trabajo se analizan las relaciones entre economía y política en la crisis mundial de<br />
estos años, mediadas por el lenguaje. Se estudian los distintos factores que dieron lugar a la<br />
crisis global desde hace un quinquenio y las explicaciones que se han dado, tanto entre dirigentes<br />
políticos como entre intelectuales y académicos. La historia nos permitirá hacer un balance<br />
adecuado de esta crisis y sus efectos; en este trabajo sólo se adelantan algunas ideas.<br />
Palabras clave: performativos, reificación, crisis financiera, discurso político, sociología<br />
política.<br />
I<br />
En los últimos años, la economía de casi<br />
todos los países ha atravesado dificultades<br />
para lograr, de manera conjunta y combinada,<br />
crecimiento económico y estabilidad,<br />
uno de los mitos de los economistas clásicos<br />
neoliberales. El FMI sigue recomendando<br />
las mismas fórmulas desde hace tiempo y<br />
nadie en esa organización parece darse cuenta<br />
de que las recomendaciones no funcionan:<br />
si hay algunos países que han podido lograr<br />
ciertos éxitos (siempre relativos), es porque<br />
se han apartado de esas claves ortodoxas.<br />
La crisis económica global es un fenómeno<br />
demasiado conocido para quienes estamos<br />
atentos a los sucesos del mundo contemporáneo<br />
y no se hará aquí un minucioso examen<br />
de ella; sólo se mencionan algunos hechos<br />
para ubicar los elementos que interesan a<br />
este análisis, en el campo del comportamiento<br />
político y económico. Como todos los procesos<br />
sociales, políticos y económicos, no surgió<br />
imprevistamente sino que tuvo un periodo<br />
relativamente largo de gestación que en parte<br />
se inició con las medidas de desregulación<br />
del sistema financiero impuestas por Margaret<br />
Thatcher y Ronald Reagan en la década de<br />
1970. Un aporte adicional lo hizo Bill Clinton<br />
cuando en 1999 eliminó la diferencia entre<br />
bancos de inversión y bancos de depósito,<br />
presionado por los grupos financieros estadounidenses.<br />
El resultado inmediato fue que<br />
los ejecutivos de los segundos especularon<br />
en inversiones que daban mayores ganancias,<br />
pero que no tenían sustento en una economía<br />
basada en una producción efectiva. En diciembre<br />
de 2007 la actividad económica estadounidense<br />
culminó un ciclo de expansión de 73 meses<br />
consecutivos (Carrillo 2008b). En el año 2008<br />
la economía mundial entró en una fase de<br />
deterioro que puede ser considerada de las<br />
peores de la historia occidental. Ese año<br />
estalló la llamada, metafóricamente, burbuja<br />
financiera, que se había desarrollado como<br />
consecuencia de la concentración del crédito<br />
hipotecario vinculado a las actividades<br />
inmobiliarias en Estados Unidos; el proceso<br />
se centraba en la transformación de hipotecas<br />
basura 1 en derivados crediticios y vehículos<br />
de inversión. En los Estados Unidos la concentración<br />
del crédito se produjo en un número<br />
reducido de estados y principalmente en<br />
California. Este estado tiene un PIB (producto<br />
interno bruto) que es un tercio más grande que<br />
el español y su economía, de ser la de un<br />
país independiente, sería una de la diez más<br />
grandes del mundo (Walker 2011). En ocho<br />
años, las asociaciones de crédito de California<br />
emitieron hipotecas originales y préstamos<br />
refinanciados por un valor superior a los tres<br />
billones de dólares, lo que supone la quinta<br />
1<br />
Hipotecas basura es otra metáfora donde se combina<br />
la idea de dinero con el rechazo hacia él.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 7
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
parte del crédito hipotecario global de los Estados<br />
Unidos; además, las hipotecas subprime 2<br />
emitidas por California en dos años antes<br />
del 2007 eran 56% del total nacional. Todo<br />
ello produjo una espiral incontenible; los<br />
empleos asociados al ramo de las finanzas,<br />
seguros y bienes inmuebles aumentaron a<br />
una tasa superior a todos los demás y ello<br />
significó una expansión del mercado<br />
financiero que movilizaba inversiones desde<br />
Wall Street, por la que cientos de miles de<br />
personas se dejaron engañar por hipotecas<br />
basura; una derivación no inocente de ello<br />
es que el precio de la vivienda también aumentó,<br />
la gente hacía malabarismos para poder<br />
comprar viviendas por encima de su valor<br />
real. Aun cuando California presenta condiciones<br />
particulares, que no serán ahondadas<br />
aquí, el fenómeno abarcó a todo el país y<br />
trascendió las fronteras. Con la ruptura de<br />
la burbuja, toda la actividad económica relacionada<br />
con el negocio inmobiliario cayó<br />
abruptamente: empleos en la construcción<br />
y el sector inmobiliario, bancos y demás. Para<br />
finales del año 2009 se habían embargado<br />
2.5 millones de viviendas en todo Estados<br />
Unidos y para el verano de 2010 se registraban<br />
2.3 millones de hipotecas “sumergidas”, 3 o<br />
sea, las que tenían un valor por encima del<br />
de la vivienda hipotecada. Los historiadores<br />
económicos deberán analizar las relaciones<br />
entre estos fenómenos y las guerras de George<br />
W. Bush (o Bush el peor) que significaron<br />
un aumento desmesurado de la deuda<br />
pública estadounidense.<br />
En Estados Unidos y otros países, las<br />
medidas adoptadas por los gobiernos para<br />
intentar revertir las condiciones de la especulación<br />
financiera sólo agravaron la situación,<br />
y terminaron siendo las principales afectadas<br />
por esa misma especulación: entre 2007 y<br />
2009 los gobiernos de Estados Unidos, Reino<br />
Unido y la zona del euro aumentaron la deuda<br />
pública entre 20 y 40% del PIB, lo que produjo<br />
grandes déficits en la cuenta corriente<br />
2<br />
Las hipotecas subprime son el mejor ejemplo de<br />
irracionalidad capitalista: concedidas a quienes se sabe<br />
tienen muchas dificultades para pagar, los prestadores<br />
recurren a ellas porque proporcionan una tasa de<br />
rendimiento muy superior a las pagadas por la<br />
economía normal. Entre los problemas derivados de<br />
esto, está la negación de asumir las consecuencias de<br />
esta conducta irresponsable por parte de los banqueros.<br />
3<br />
¡Otra vez la metáfora! ¿Es que algunos economistas<br />
no son capaces de crear un lenguaje propio?<br />
de los países (Blackburn 2012). Como principal<br />
efecto de la baja de la productividad<br />
económica se acentuó el déficit público y los<br />
gobiernos no supieron apelar a otra medida<br />
que la de contraer más deuda; deuda por la<br />
que se debía pagar cada vez mayores costos,<br />
dada la “desconfianza” de los mercados.<br />
Desconfianza de los mercados es otra metáfora<br />
animista (es decir, propia del pensamiento<br />
infantil, según lo explica Piaget). Y como<br />
ha señalado claramente el premio nobel de<br />
economía Daniel Kahneman (2012), la confianza<br />
(y la desconfianza) de los individuos<br />
se asienta, en la mayoría de los casos, en<br />
intuiciones infundadas. Las intuiciones son<br />
aptas sólo cuando se dan dos condiciones<br />
básicas: un entorno relativamente regular<br />
que permita un cierto grado de previsibilidad<br />
y el conocimiento de estas regularidades a<br />
través de una práctica prolongada. Para él,<br />
tanto los politólogos como los inversionistas<br />
deben hacer previsiones en un plazo más o<br />
menos largo de incertidumbre, operando en<br />
un contexto de validez nula.<br />
Al final de la presidencia de George W.<br />
Bush se habían tomado una serie de medidas<br />
para “calmar a los mercados”, pero la evolución<br />
era errática, ya que los inversores siempre presentaban<br />
excusas para arrastrar los valores<br />
del mercado a la baja (Carrillo 2008a).<br />
Lo más grave de esto es la construcción<br />
ideológica que se ha venido acrecentando y<br />
extendiendo y por la cual vastos sectores de<br />
opinión pública están asimilando sin cuestionamiento<br />
la idea de que el estado de bienestar<br />
es demasiado caro y burocrático. Se ha impuesto<br />
austeridad a los países más débiles, mientras,<br />
por todos lados se adopta el dogma de la liquidación<br />
del déficit (que como suele ocurrir<br />
con casi todos los dogmas, se proclama para<br />
los otros pero se cumple para uno mismo<br />
con adaptaciones racional narcisistas). Esta<br />
continencia en el gasto, como lo han señalado<br />
eminentes analistas económicos –incluyendo<br />
laureados con el Nobel– sólo hace y hará<br />
más compleja y prolongada la recuperación.<br />
No es el propósito de este trabajo comentar<br />
las posibles soluciones a esta crisis económica,<br />
pero sin duda la solución deberá pasar<br />
por un incremento sabiamente impulsado de<br />
la demanda agregada global, es decir, sin<br />
montar burbujas que producen ilusiones de<br />
crecimiento artificial donde sólo ganan,<br />
como siempre, los especuladores. Una de las<br />
tantas paradojas de esta situación ha sido que<br />
8<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
los ideólogos neoliberales, tan afectos a<br />
rechazar cualquier intervención del estado<br />
en la actividad económica, se volcaron masivamente<br />
a pedir a los agentes estatales que<br />
los salvaran tomando medidas o ejecutando<br />
acciones de fuerte intervención estatal en la<br />
economía.<br />
Hacia fines del año 2009, la política<br />
económica dio un giro brusco: cuando las<br />
principales economías apenas estaban recuperándose,<br />
la creación de empleos dejó de ser<br />
una prioridad y los gobiernos comenzaron a<br />
centrarse en la reducción de los déficits<br />
presupuestarios. Lo que algunos asesores de<br />
inversión decían era que se hacía necesario<br />
controlar a los vigilantes de los bonos, que<br />
dejarían de aportar dinero a los gobiernos<br />
despilfarradores; esa acción consistía en<br />
aumentar los costos de los préstamos, obligando<br />
a recortes de gastos a los gobiernos, en una<br />
acción que, además de contradictoria con sus<br />
propias declaraciones previas, sólo llevaba<br />
a aumentar el sufrimiento de grandes masas<br />
de población (Krugman 2010). Este gran<br />
engaño, que no tomaba en cuenta que en los<br />
países a los que se acusaba (Grecia, Irlanda,<br />
Portugal, España e Italia GIPSI), el promedio<br />
de la proporción deuda/PIB, en realidad,<br />
había descendido hasta el año 2007; fue<br />
difundido por políticos y funcionarios alemanes,<br />
dirigentes del Banco Central Europeo<br />
y líderes de opinión del sector financiero;<br />
se basa en una visión moral propia del autoritarismo<br />
de derecha y no se sostendría en una<br />
apreciación adecuada de la realidad (Krugman<br />
2012). Se trata, pues, de un imaginario construido<br />
a partir de declaraciones de individuos<br />
que gozan de cierto reconocimiento y prestigio<br />
social y que por ello son tomadas como reales.<br />
No entraré en una discusión económica en<br />
este punto, pero uno de los problemas consiste<br />
en que Europa es una colección de países,<br />
sin integración fiscal, donde cada cual posee<br />
su propio presupuesto y su propio mercado<br />
de trabajo pero cuenta con su propia moneda.<br />
La crisis europea no sería posible en los Estados<br />
Unidos, ni en Japón ni tampoco en el Reino<br />
Unido; lo interesante es ver cómo los políticos<br />
se aferran a tomar las mismas decisiones que<br />
se ven inadecuadas, pero parecen tener<br />
miedo a ensayar otras opciones, enfrentando<br />
el descontento popular con una autoimagen<br />
de héroes incomprendidos: dado que “no hay<br />
mal que dure cien años…” argumentarán que<br />
la historia les ha dado la razón, sin contabilizar<br />
el sufrimiento inútil y desmedido que<br />
provocaron (esto sin analizar aquí que no<br />
siempre la culminación de la crisis se da en<br />
una etapa superior).<br />
Si se tiene en cuenta la distribución de la<br />
renta, parece haberse reproducido el ciclo<br />
que dio lugar a la crisis de finales de la década<br />
de 1920 en la economía mundial: en 1928<br />
1% de la población estadounidense controlaba<br />
8.2% de la renta, lo que cayó a 1.9% en<br />
1973 y para el 2000 se situaba en 7.3% (es<br />
decir que se retornaba al ciclo de desigualdad);<br />
más allá de las cifras, lo que parece indudable<br />
es la codicia insaciable de los más ricos,<br />
que no suelen autolimitarse en sus ambiciones.<br />
Esto ha estado asociado con las distintas<br />
formas de desregulación que los gobiernos<br />
de ideología neoliberal (que se consolidaron<br />
con Margaret Thatcher y Ronald Reagan),<br />
desregularización que también es parte de<br />
las condiciones que generaron la crisis<br />
financiera mundial.<br />
En el año 2010 se hizo público que Grecia<br />
tenía serios problemas con su deuda y se pretendió<br />
comparar su condición con el estado<br />
de California, comparación que no se sostiene,<br />
dadas las condiciones en que se desenvuelven<br />
las dos economías, pero siempre hay<br />
analistas que suelen trabajar con analogías<br />
metonímicamente falsas, confundiendo los<br />
signos a tomar en cuenta. Algo marca la diferencia,<br />
y es el funcionamiento de algunos<br />
sectores de la economía, como el déficit fiscal<br />
agravado por la evasión, una alta proporción<br />
de la economía informal y un funcionamiento<br />
ineficiente de los organismos públicos<br />
debe notarse, no obstante, que otros países<br />
que también están soportando la crisis no<br />
padecen de estos males (al menos en la misma<br />
proporción), de manera que las explicaciones<br />
son, para decir lo menos, incoherentes.<br />
Y algo más que seguramente no alcanza los<br />
mismos niveles en California: en Grecia se<br />
observa una corrupción generalizada entre<br />
sus habitantes, que incluye compra de temarios<br />
de exámenes para acceder a las mejores<br />
universidades europeas, las diferentes cantidades<br />
de dinero “en negro” que se pagan para agilizar<br />
trámites, favores o servicios públicos o privados,<br />
aumentando la suma de la evasión fiscal (se<br />
calcula que si esta cantidad de dinero emergiera<br />
y se integrara al sistema regulado de<br />
la economía, se alcanzaría una suma equivalente<br />
a 10% del PIB) (Sánchez-Vallejo<br />
2010).<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 9
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
En julio de 2012 la prima de riesgo 4<br />
española subió por encima de los 600 puntos,<br />
desconcertando al gobierno español; éste<br />
creía que la firma de un convenio para el rescate<br />
bancario podría moderar la propensión a la<br />
máxima ganancia de los inversionistas, pero<br />
no fue así (Cué 2012). Los reporteros recogieron<br />
las declaraciones de la vicepresidente<br />
del gobierno, según la cual esa prima de<br />
riesgo se debía a un bloqueo de la Unión<br />
Europea (UE); pero sin micrófonos dijo que<br />
se descartaba la intervención de la UE. Los<br />
intentos de varios reporteros de obtener una<br />
opinión sobre la prima de riesgo sólo<br />
consiguieron evasivas y algunas fuentes del<br />
gobierno explicaron que no se puede dar una<br />
respuesta explícita dado que hay muchos<br />
interesados en lo que se diga. Curiosa situación:<br />
un gobernante no puede decir con claridad<br />
qué está pasando y cuál es su posición porque<br />
ello creará algún tipo de perturbaciones, es<br />
proporcionar un argumento circular y de<br />
bajo nivel intelectual: no hay respuestas sin<br />
interesados. Que el discurso de un político<br />
deba ocultar la realidad para evitar consecuencias<br />
adversas, es una interpretación<br />
particular de la acción política. El punto es<br />
que el código del discurso político no opera<br />
con los pretendidos criterios del código<br />
científico, el de la oposición verdadero/falso<br />
(Vallespín 2012).<br />
Al decrecer la producción económica,<br />
también disminuyen, por lógica, los recursos<br />
que el gobierno recauda. esta lógica elemental<br />
no parece estar en la conciencia de muchos<br />
gobernantes, pero sí la discusión sobre la<br />
necesidad o no de efectuar una operación<br />
de rescate; el ministro de economía español<br />
rechazaba, hacia fines de julio de 2007, cualquier<br />
operación de rescate de la economía<br />
española, alegando que la situación se debía<br />
a una enorme “incertidumbre” que lleva a<br />
“planteamientos irracionales” y a “situaciones<br />
de extremo nerviosismo” (Carcar 2012),<br />
explicando la realidad económica por la<br />
psicología social, un defecto común a los<br />
4<br />
Se trata de la rentabilidad extra que se exige a<br />
cualquier deuda pública (en este caso la deuda<br />
española) en un plazo de 10 años, comparándola con<br />
la alemana. Curioso razonamiento de inversores y<br />
economistas. Esa tasa de riesgo había sido negativa a<br />
fines del año 2004 y entre 1998 y 2007 se situó por<br />
debajo de 50 puntos.<br />
economistas cuando no saben dilucidar los<br />
fenómenos económicos por medio del lenguaje<br />
de la economía.<br />
El 26 de julio de 2012 se produjo un<br />
acontecimiento no previsto (al menos en los<br />
hábitos del funcionamiento de los mercados):<br />
las declaraciones de Mario Draghi, presidente<br />
del Banco Central Europeo, modificaron de<br />
manera sustancial las tendencias de los llamados<br />
“mercados” (Pérez 2012b). La Bolsa<br />
de Valores de España había mostrado una<br />
tendencia a la baja durante largo tiempo, y<br />
ese día presentó una subida de 6% (la mayor<br />
en dos años), la prima de riesgo cayó 50<br />
puntos y también bajaron los intereses del<br />
bono español. Verdadero performativo<br />
(Verón 1987), doblemente difícil de evaluar,<br />
ya que ni siquiera enunció una acción sino<br />
sólo la intención de hacerlo (“El BCE hará<br />
lo necesario para sostener el euro. Y, créanme,<br />
eso será suficiente”). Ello impulsó una serie<br />
de especulaciones fantasiosas sobre lo que<br />
realmente haría Draghi (Gazcón 2012,<br />
Balckstone y Horobin 2012), pero al mismo<br />
tiempo frenó otras especulaciones que se<br />
habían diseminado sin control sobre la economía<br />
europea, el euro y la condición de la<br />
economía española. Una sola frase ambigua<br />
mueve a todos los mercados mundiales. Lo<br />
interesante es que unos días después, cuando<br />
Mario Draghi no ofreció medidas concretas<br />
para frenar la crisis, se produjo una gran caída<br />
en todos los mercados bursátiles europeos<br />
(Milenio 2012). Pero a las pocas horas hubo<br />
una imprevista y desmesurada recuperación,<br />
sin que hubiera existido entonces ninguna<br />
declaración o medida que lo hiciera previsible<br />
(Ontiveros 2012). Los mercados demostraban,<br />
así, su capacidad restringida para incorporar<br />
a la formación de precios toda la información<br />
disponible pero, además, la falsedad de la<br />
afirmación de la capacidad de su autorregulación,<br />
es decir, de la necesidad de decisiones<br />
y acciones por parte de agentes con cierta<br />
racionalidad.<br />
Otra institución de dudosa competencia<br />
(en el sentido de capacidad racional), el Fondo<br />
Monetario Internacional (FMI), hizo públicas,<br />
el 27 de julio de 2012, una serie de pronósticos<br />
económicos que presentaban una evolución<br />
negativa de la economía, pero lo más interesante<br />
son sus recomendaciones al gobierno<br />
español: “Las medidas más contundentes,<br />
como imponer las recomendaciones de una<br />
delegación de expertos y poner a la región<br />
10<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
bajo la administración nacional, deberían ser<br />
aplicadas tan pronto como las leyes lo permitan”<br />
(Bolaños 2012).<br />
En otoño de 2011, la asamblea del FMI<br />
decía que 2013 sería el año de la recuperación<br />
de la economía española, previendo un<br />
crecimiento de 1.8%. Un año después, en<br />
octubre de 2012, decía que habría una caída<br />
de 1.3% del PIB (Jiménez 2012). Pero se<br />
habían hecho todas las tareas que el FMI<br />
exigía, de manera que es evidente que no se<br />
puede confiar en los consejos del FMI. Las<br />
oscilaciones comprenden ir desde consejos<br />
tales como ajustar el gasto hasta de impulsar<br />
el gasto al máximo posible, según los vientos.<br />
La crisis se ha prolongado y se mantiene:<br />
en el primer semestre de 2013, la venta de<br />
vehículos había caído más de 10% en todos<br />
los países de Europa, mientras el desempleo<br />
crecía en la zona del euro de 10.9% a 12%<br />
en el año (Garicano 2013); en otras palabras,<br />
la economía europea sigue en franco deterioro,<br />
y todas las políticas fiscales y monetarias<br />
que se han aplicado no han tenido ningún<br />
resultado positivo. Mientras los otros bloques<br />
económicos del mundo parecen ir superando,<br />
aunque con dificultades, los efectos<br />
de la crisis, la eurozona, países de la UE<br />
que han adoptado el euro como moneda común,<br />
permanece hundida en una mezcla confusa<br />
de caída de la producción, desaceleración<br />
industrial, aumento del desempleo a niveles<br />
de sufrimiento, escepticismo, recelo y, en<br />
especial, intransigencia entre sus principales<br />
responsables para buscar soluciones por<br />
otras vías (Pérez 2013).<br />
Además de no poder revertir las tendencias<br />
y superar la crisis, la institución de la democracia<br />
(o las instituciones democráticas, si<br />
se prefiere) ha sido severamente dañada. Los<br />
gobiernos de casi todos los países europeos<br />
han tomado medidas que les han sido<br />
impuestas por organismos supranacionales,<br />
en contra de la opinión y el interés de sus ciudadanos<br />
y en ocasiones, en contra de sus<br />
propias ideas y programas electorales. La<br />
idea de que una democracia es el gobierno<br />
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo<br />
se convierte cada vez más en un imaginario<br />
sin sentido.<br />
II<br />
Un primer elemento que me gustaría destacar<br />
es la relación entre declaraciones y procesos<br />
socioeconómicos. Como estoy intentando<br />
demostrar, los políticos hacen declaraciones<br />
que intentan producir efectos, pero los efectos<br />
suelen ser aleatorios, es decir, a veces operan<br />
en lo que parece ser la dirección deseada y<br />
otras en sentido contrario.<br />
Y no sólo cuenta la opinión de los expertos,<br />
sino también el imaginario de la opinión<br />
pública: en los Estados Unidos, dado que se<br />
ha hecho un tópico que todo gasto gubernamental<br />
es una forma de dilapidar los fondos<br />
de los contribuyentes, los sectores en los que<br />
el gasto público es fundamental, se han visto<br />
perjudicados, como es el caso de la educación.<br />
Pero el círculo infernal no acaba allí: habrá<br />
menos jóvenes que puedan continuar estudios<br />
de nivel superior, pero los que los concluyan<br />
tienen menos oportunidades de trabajo. En<br />
el mediano plazo, esto tendrá efectos devastadores<br />
para la economía y para la población<br />
estadounidense, que verá desvanecido el<br />
imaginario que forjó la historia de los<br />
Estados Unidos.<br />
A principios de 2010 se puso en funciones<br />
una Comisión destinada a investigar la crisis<br />
financiera estadounidense, que comenzó a<br />
recibir testimonios de banqueros y ejecutivos<br />
financieros (Krugman 2010a); uno de éstos,<br />
Lloyd Blankfein, de Goldman Sachs, 5 dijo<br />
que se trataba de una especie de accidente natural<br />
(como un huracán) que nadie podía haber<br />
previsto. Metáfora falsa (que sin embargo<br />
le permitió evadir sus responsabilidad): los<br />
huracanes pueden preverse con suficiente<br />
anticipación como para minimizar sus daños.<br />
Para Krugman, no hay nada accidental, ya<br />
que la liberalización y un clima político de<br />
fomento de la avaricia hicieron que el sistema<br />
se encontrara cada vez más descontrolado.<br />
Las recompensas para los banqueros que<br />
generaran ganancias de corto plazo mayores<br />
(sin pensar en las consecuencias negativas<br />
5<br />
Goldman Sachs es probablemente el banco de<br />
inversión más importante del mundo y que tuvo, por<br />
varios motivos, un papel sumamente relevante en toda<br />
la crisis. Varios de sus anteriores directores y<br />
ejecutivos pasaron a asumir puestos de alta<br />
responsabilidad política en el proceso de la crisis,<br />
como es el caso de Henry Paulson, secretario del<br />
Tesoro de George W. Bush; Mark Carney, presidente<br />
del banco de Canadá desde 2008; Mario Draghi, actual<br />
presidente del Banco Central Europeo; Mario Monti,<br />
primer ministro de Italia en el periodo de renegociación<br />
de la deuda italiana.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 11
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
o perversas de largo plazo) impulsaron estos<br />
descuidos en los controles, llevando tanto a<br />
banqueros como a ciudadanos a acumular<br />
cada vez más deuda como forma de superar<br />
los problemas.<br />
Los testimonios, por su parte, no aportaron<br />
mucho para explicar lo sucedido ya que,<br />
obviamente, cada cual expresó su visión de<br />
las cosas en función de sus propios intereses.<br />
III<br />
Los modelos económicos clásicos parten de<br />
un ser humano mitológico y formulan todas<br />
sus teorías a partir de allí. Ese ser humano<br />
es concebido imaginariamente como un<br />
individuo racional que toma decisiones<br />
racionales en un mercado de opciones<br />
ilimitadas.<br />
Por otra parte, los políticos de muchos<br />
países, en especial los de alto nivel de desarrollo,<br />
tienen una política del PIB, es decir,<br />
la idea de que si el PIB crece, todo lo demás<br />
funcionará bien; se subordinan entonces el<br />
resto de las políticas (laboral, en especial) a<br />
ese cometido, descuidándose la protección<br />
del empleo, la educación, la salud y demás<br />
(Krugman 2009b). Esta idea es lógicamente<br />
absurda, pero no tomaron en cuenta sus<br />
implicaciones; en todo sistema cerrado (y<br />
estos efectos la Tierra lo es) el crecimiento<br />
sin control de cualquiera de sus subsistemas<br />
lleva a la destrucción total de todo el sistema.<br />
El problema es que nuestros políticos actúan<br />
como si creyeran que cuando el sistema<br />
explote, ellos ya no estarán allí.<br />
Es casi un dogma que los gobiernos (al<br />
menos los de los países de la esfera capitalista<br />
occidental) terminarán rescatando a las<br />
instituciones bancarias y financieras importantes<br />
cuando se produzca una crisis. Pero<br />
cuando se confía en la hechicería fascinante<br />
del mercado para salvar a los bancos suele<br />
terminarse en el caos o en un peligroso desorden.<br />
Paul Krugman (2010b) nos recuerda que ya<br />
Adam Smith lo sabía: la regulación bancaria<br />
era absolutamente necesaria y debían<br />
prohibirse los préstamos de alto riesgo y alto<br />
interés, lección confirmada reiteradamente<br />
por la historia.<br />
Para J. Bradford DeLong (2012), se sabe,<br />
o debería saber, cómo construir las instituciones<br />
políticas que puedan proporcionar<br />
estabilidad macroeconómica y al mismo<br />
tiempo, generar las condiciones que permitan<br />
asumir riesgos financieros y distribuirlos.<br />
Pero hasta ahora, los gobernantes no parecen<br />
haber encontrado la solución a estos desafíos.<br />
Uno de los pensadores de las instituciones<br />
influyentes en la toma de decisiones de los<br />
políticos europeos, Wolfgang Münchau, de<br />
un think tank 6 que opera en Bélgica y se llama<br />
Eurointelligence, declaraba que las medidas<br />
de austeridad representan una auténtica<br />
locura, porque prolongan y profundizan la<br />
recesión, al mismo tiempo que se mostraba<br />
sorprendido porque los gobernantes repitieran<br />
errores cometidos desde hacía varias décadas<br />
(Pérez 2012a).<br />
¿Por qué los gobernantes no toman en<br />
cuenta, en este caso, las opiniones de expertos?<br />
¿Cuál es el miedo? Es poco entendible, porque<br />
han demostrando que no es a sus votantes a<br />
quienes les temen, ya que una y otra vez los<br />
traicionan o los defraudan.<br />
Uno de los elementos protagonistas de<br />
estos procesos económicos son los llamados<br />
fondos de inversión, en especial su variante<br />
más especulativa, conocida como hedge funds<br />
(o fondos de cobertura, también conocidos<br />
como fondos de inversión libres). Según parece,<br />
aparecieron en 1949 cuando la revista estadounidense<br />
Fortune, interesada en la posibilidad<br />
de predecir el comportamiento de los mercados,<br />
encargó a un sociólogo, Alfred W. Jones, una<br />
investigación sobre el problema (Fernández<br />
2012). La solución de Jones consistió en<br />
recomendar la combinación en un mismo<br />
fondo de inversión las posibilidades de largo<br />
y corto plazo, naciendo así estos fondos de<br />
cobertura. La operación típica en el corto<br />
plazo consiste en pedir prestadas acciones<br />
de una compañía, venderlas y esperar que<br />
su precio caiga para recomprarlas a un precio<br />
menor y acreditarse las ganancias. Ray Dalio,<br />
6<br />
Los think tank no existen en México (al menos oficial<br />
o visiblemente) y la expresión, por lo tanto, no tiene<br />
un equivalente en lengua española. Es una expresión<br />
que apareció en el léxico político inglés en la década<br />
de 1960 y se refiere a dos tipos de instituciones: las<br />
organizaciones que ayudan en la coordinación<br />
estratégica de políticas gubernamentales, estableciendo<br />
prioridades relativas y ofreciendo nuevas opciones<br />
políticas y, por otro lado, organizaciones que tienen<br />
un interés partidario o sectorial específico en ofrecer<br />
consejos o asesoramiento a determinados grupos o<br />
sectores en el gobierno (McLean y McMillan, 2003).<br />
Es evidente que se refieren a instituciones que tiene<br />
cabida en la política estadounidense, dado su<br />
particular funcionamiento.<br />
12<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
propietario de Bridgewater, un fondo especulativo<br />
que supera los 100 000 millones de<br />
euros, dice que “la Bolsa es un juego que suma<br />
cero. Para ganar más que la media tienes que<br />
coger el dinero de aquéllos que se equivocan”<br />
¿Cómo calificar el comportamiento que se<br />
esconde bajo esta declaración?<br />
Lo cierto es que el euro, la moneda única<br />
europea, es una construcción que presenta<br />
serias fallas (Krugman 2012b). Después de<br />
su declaración sobre la defensa del euro,<br />
Draghi decía “El euro es como un abejorro<br />
… este es un misterio de la naturaleza porque<br />
no debería volar, pero lo hace. Y el euro era<br />
un abejorro que ha volado muy bien durante<br />
varios años” y para que pudiera seguir volando,<br />
era necesario “transformarlo en una<br />
abeja de verdad” ¿Qué significan este juego<br />
de metáforas? Si no deberían volar, la analogía<br />
con el abejorro es inadecuada. ¿Los abejorros<br />
dejan de volar? ¿Cómo sucede eso, porque<br />
se mueren?¿moralmente son inferiores a las<br />
abejas, por eso es necesario transformar el<br />
euro, en la analogía? Querer ser didáctico<br />
no impide a Draghi ser contradictorio y la<br />
explicación sobre cómo funciona el euro y<br />
sobre cómo debería funcionar nos deja en<br />
ascuas.<br />
Entre los argumentos usados para salir<br />
de la crisis económica está el de no aumentar<br />
los impuestos, ya que ello desincentiva el<br />
ahorro y la inversión productiva derivada de<br />
tal ahorro, argumento que no presenta<br />
ninguna evidencia que lo avale (Navarro 2012).<br />
Es decir que se trata de un imaginario que<br />
circula justificando el comportamiento de<br />
ciertas personas, en especial los gobernantes,<br />
y que interpreta de manera subjetiva el<br />
comportamiento de los ricos. Lo que la evidencia<br />
muestra, sí, es que sólo 2% de la cantidad<br />
de dinero de que disponen los súper ricos<br />
va a inversiones de la economía productiva;<br />
el enorme resto se destina a inversiones personales<br />
más o menos especulativas.<br />
Otro de los mitos que circula en el imaginario<br />
de las elites sociales y políticas es<br />
que los muy ricos tienen una moral solidaria<br />
hacia los demás, que se preocupan por<br />
beneficiar a los necesitados. Investigaciones<br />
psicosociales demuestran que los ricos son<br />
menos solidarios que los pobres, tienen poca<br />
empatía hacia las necesidades humanas y<br />
muestran, en general, conductas más egoístas<br />
que los que poseen menos dinero (Grewal<br />
2012, Miller 2012). Para Joseph Stiglitz (2012c)<br />
además del control gubernamental de las fuerzas<br />
del mercado, las normas y las instituciones<br />
sociales poseen una gran parte de competencia<br />
en el aumento de la desigualdad social:<br />
las normas sociales de muchas sociedades<br />
llevan a los más necesitados a sufrir diferentes<br />
formas de discriminación.<br />
Para hacer más severa y ofensiva la condición,<br />
la Comisión Antimafia Europea ha reconocido<br />
que la crisis económica representa una oportunidad<br />
para el aumento de la criminalidad<br />
organizada, en especial el lavado de dinero<br />
de fondos provenientes del comercio de<br />
artículos falsificados, del tráfico de drogas,<br />
de la venta de armas y de otros productos<br />
de procedencia ilegal (Llorente 2012).<br />
Más acá de los imaginarios, lo cierto es<br />
que la posición de los Estados Unidos en la<br />
economía mundial está en declive, pero<br />
además sus habitantes sufren; el sueldo de<br />
un asalariado adulto estadounidense, en la<br />
actualidad, es inferior al que había en 1968<br />
(Stiglitz 2012b).<br />
La economía o, para decirlo mejor, los<br />
sistemas de producción económica y las<br />
relaciones sociales derivadas, está sufriendo<br />
un cambio estructural profundo del que la<br />
mayoría de los políticos y dirigentes sociales<br />
no parecen tener noticias; entre otros, la<br />
creación de nuevos empleos no es capaz de<br />
sustituir los salarios de los destruidos, y por<br />
lo tanto, la clase trabajadora gana cada vez<br />
menos dinero mientras que en el otro polo,<br />
los ricos se hacen cada vez más ricos. Otro<br />
cambio estructural es que mientras se crean<br />
empleos para personal con muy alta calificación,<br />
los obreros semicalificados son sustituidos<br />
por máquinas o uso de tecnologías y no tienen<br />
posibilidad de reinsertarse en el sistema de<br />
empleo por falta de calificación.<br />
IV<br />
En 2008, Beck (2008) señalaba que el mercado<br />
libre se había convertido en una ficción<br />
y que los banqueros (a quienes denomina<br />
banksters) estaban reclamando que el estado<br />
asumiera el pago o el resarcimiento de sus<br />
pérdidas. Los seres humanos, cuando se trata<br />
de defender lo que creen sus intereses, son<br />
capaces de omitir las inconsecuencias de su<br />
ideología. Cuando la crisis se hizo evidente,<br />
la respuesta del gobierno de Bush fue tomar<br />
una serie de medidas fuertemente intervencionistas<br />
para tratar de solucionar el problema.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 13
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
Algunos especialistas sostienen que uno<br />
de los inconvenientes fue la idea de Bush<br />
(el peor) de que los estadounidenses se esfuerzan<br />
más cuando poseen una casa asociada a<br />
su idea de que los mercados tienen mejor<br />
competencia cuando no se interviene en ellos<br />
(Becker, Stolberg y Labaton 2009). La primera<br />
responde a una psicología popular sin ningún<br />
fundamento científico, pero así piensan<br />
muchos de los políticos; la segunda es un<br />
mito persistente que la realidad desmiente<br />
una y otra vez (Stiglitz 2009). El político que<br />
lideró el rescate de las entidades de ahorro<br />
y préstamo en 2009 William Seidman, dijo del<br />
gobierno de Bush que había tomado decisiones<br />
que permitieron al libre mercado funcionar<br />
como un pleito de cantina y no como una pelea<br />
de box profesional, remarcando que debe<br />
haber muchas reglas cuando se necesita que<br />
el mercado funcione de manera adecuada<br />
(Becker y otros 2009). Metáfora interesante:<br />
¿son los mercados peleas reguladas? ¿qué tipo<br />
de peleas y qué tipo de regulaciones?¿cómo<br />
se estructuran o constituyen esos niveles<br />
diferentes?<br />
Con relación al trabajo de los banqueros,<br />
Paul Krugman (2009a) encuentra una dificultad<br />
en el modo como opera el sistema de<br />
remuneración para los ejecutivos del sector<br />
de las finanzas, ya que reciben premios y<br />
ganancias muy grandes si consiguen<br />
beneficios a corto plazo, pero no hay ningún<br />
castigo si estas ganancias provocan pérdidas<br />
a plazos más largos, lo cual los estimula a<br />
asumir riesgos excesivos, que los lleva a obtener<br />
grandes ganancias, las que acaban<br />
desbaratando a las empresas llevándose de<br />
paso al sistema financiero. La solución sería,<br />
sin duda, reformar el sistema de remuneración<br />
de los banqueros, pero la política no siempre<br />
logra sus objetivos.<br />
Un elemento que ha mantenido la acción<br />
social estadounidense es el mito de ser una<br />
tierra de oportunidades donde cualquier<br />
persona, cualquiera sea su condición inicial,<br />
puede alcanzar grandes metas si se esfuerza<br />
lo suficiente. Este imaginario ha comenzado<br />
a ser desmentido por los datos duros (Stiglitz<br />
2012a). En el momento actual se presenta<br />
una tendencia a la concentración de los ingresos<br />
en la parte alta de los niveles socioeconómicos,<br />
un desmantelamiento de los sectores<br />
medios y un aumento de los niveles de pobreza<br />
en las clases bajas. Durante el periodo de la<br />
llamada “recuperación”, entre los años 2009<br />
y 2010, los estadounidenses que perciben<br />
los mayores ingresos 1% se quedó con 93%<br />
del aumento de la renta. Joseph Stiglitz señala<br />
que en la parte alta de la pirámide se encuentra<br />
un conjunto muy grande de buscadores de<br />
renta, individuos que obtuvieron su riqueza<br />
mediante el uso monopólico del poder, o<br />
directores ejecutivos que hicieron un uso<br />
especial de las deficiencias de las estructuras<br />
corporativas para apropiarse de una cantidad<br />
excesiva de las ganancias empresariales y<br />
otros más que utilizaron sus conexiones políticas<br />
para aprovecharse de condiciones magnánimas<br />
del funcionamiento estatal para obtener<br />
ventajas poco asequibles a los comunes mortales.<br />
Y, más todavía, explotaron a los pobres mediante<br />
prácticas cuasi salvajes de otorgamiento<br />
de préstamos y aprovechamiento en el uso<br />
de tarjetas de crédito.<br />
No han faltado voces, cada vez más numerosas,<br />
que tratan de encontrar responsabilidades<br />
en uno u otro sector de los que están<br />
obligados a proponer las soluciones: cambiar<br />
la clase política, cambiar el sistema electoral,<br />
cambiar los mecanismos administrativos,<br />
pero todavía no alcanzan a formular una<br />
estrategia viable y coherente.<br />
Para decirlo con palabras de Joseph Stiglitz<br />
(2012c), uno de los campos de batalla decisivos<br />
es el de las ideas, pero no el del debate académico<br />
entre individuos presuntamente racionales<br />
que oponen y sopesan argumentos, sino<br />
de convicciones y de encuadre, donde no se<br />
pretende encontrar una certeza o certidumbre,<br />
sino comprender cómo se forman<br />
las percepciones y los imaginarios de los ciudadanos<br />
e influir sobre ellos. La captación<br />
de los políticos, comerciantes de ideas, es<br />
fundamental para mantener el control de los<br />
imaginarios: los políticos y la gran mayoría<br />
de los llamados intelectuales no crearán<br />
ideas, sino que harán un “guiso de pobre”<br />
con lo que recogen del mundo académico tratando<br />
de obtener una sazón que sea del gusto de<br />
sus partidarios y sus votantes. Pero estos<br />
marcos cognitivos modelan los sistemas<br />
perceptuales y se produce así un efecto de<br />
dominación ideológica hegemónica (Hoff y<br />
Stiglitz 2011).<br />
Es claro que los economistas no son sancionados<br />
por los errores que cometen o por<br />
los defectos de sus recomendaciones, lo que<br />
no ocurre en la mayoría de otras profesiones,<br />
donde la mala praxis es severamente sancionada<br />
y los yerros rara vez se perdonan (Zaiat<br />
14<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
2013). Un estudiante de la Universidad de<br />
Massachusetts Amherts eligió la investigación<br />
de dos prestigiosos académicos de<br />
Harvard para replicar una investigación,<br />
según la tarea que le había encomendado un<br />
maestro. Se trataba de un estudio de Kenneth<br />
Rogoff y Carmen Reindhardt (exaltos<br />
economistas del FMI que se desempeñan<br />
como profesores de Harvard en la actualidad)<br />
sobre el crecimiento en épocas de endeudamiento,<br />
donde se llegaba a la conclusión de<br />
que el crecimiento de un país disminuye de<br />
manera pronunciada cuando la duda pública<br />
de un país supera 90% del PIB. El alumno,<br />
Thomas Herndon, encontraba inconsistencias<br />
en el trabajo pero, típicamente, pensaba que<br />
el error era suyo porque no se podía dudar<br />
de dos académicos distinguidos de una prestigiosa<br />
universidad; sin embargo, tanto él<br />
como su maestro debieron aceptar que los<br />
que habían cometido el error por así decirlo<br />
eran los autores de la investigación original,<br />
que presentaba por lo menos tres errores<br />
graves, 1) habían incluido sólo 15 de los 20 países<br />
en la hoja de cálculo, excluyendo Australia,<br />
Austria, Bélgica, Canadá y Dinamarca, justamente<br />
fundamentales para la alteración del<br />
resultado final; 2) para otros países, se excluyeron<br />
cifras básicas, como las de Nueva Zelanda,<br />
con periodos de crecimiento cuando la deuda<br />
era superior a 90%; 3) se sesgaron promedios,<br />
otorgando, por ejemplo, el mismo peso<br />
a un año malo.<br />
La publicación del análisis de Thomas<br />
Herndon provocó una avalancha mediática<br />
y tuvo repercusiones en círculos académicos<br />
que lo llamaron para desarrollar trabajos<br />
conjuntos en pro de atacar la idea de que<br />
cuando existe un alto endeudamiento se<br />
frena el crecimiento económico (Pozzi 2013).<br />
Pero no recibió la llamada de ningún político.<br />
Los autores del trabajo publicaron una réplica<br />
que constituía una defensa de sus ideas que,<br />
sostenían, en muchos casos habían sido<br />
malinterpretadas (Reinhart y Rogoff 2013).<br />
Aceptaban que habían cometido un error de<br />
codificación pero que muchas interpretaciones<br />
de sus conclusiones eran equivocadas y<br />
señalaban que la austeridad por sí misma no<br />
funciona si no va acompañada de reformas<br />
estructurales y cuando éstas se diseñan mal,<br />
se puede afectar desproporcionadamente a<br />
los sectores de ingresos medios y bajos.<br />
Dudar de profesores de Harvard, se puede<br />
convertir en una falta grave en todo el mundo:<br />
las listas de méritos de las universidades suelen<br />
colocar a aquella en los primeros lugares.<br />
Pero los profesores de Harvard, como se ve,<br />
no están exentos de interpretaciones subjetivas<br />
de ideas e informes sobre la realidad.<br />
Un efecto colateral (o externalidad, como<br />
dirían los economistas) es la disminución de<br />
las denuncias por violencia machista. Las<br />
mujeres que la sufren presentan menos<br />
denuncias o las retiran más a menudo. Debido<br />
a la dependencia económica, muchas esposas<br />
maltratadas se desisten de llevar a la justicia<br />
a sus maltratadores por temor a no poder<br />
subsistir económicamente (Tobella 2013).<br />
El elemento imaginario seguirá funcionando<br />
siempre, en cualquier sociedad, pero<br />
son los académicos e intelectuales quienes están<br />
obligados a evidenciar su grado de irrealidad<br />
o utopía.<br />
La distribución más equilibrada e igualitaria<br />
de la riqueza es posible y para ello los<br />
políticos deben escuchar menos el discurso<br />
de los poderes fácticos y más a quienes parecen<br />
más interesados en el bienestar general.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 15
Crisis económica, sociedad, comportamiento humano y lenguaje / José María Infante Bonfiglio<br />
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16<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Jorge Teillier:<br />
la segunda mirada<br />
Juan Nicolás Padrón<br />
I<br />
Recientemente visité el lugar donde nací;<br />
hacía mucho tiempo que no iba por ese sitio<br />
donde pasé mis dos o tres primeros años de<br />
vida y en el cual después viví tres años cuando<br />
era un adolescente. La casa no existía, se<br />
había caído, y en su lugar levantaron cuatro<br />
o cinco más pequeñas; había desaparecido<br />
el gran patio de mis juegos, el jardín de mis<br />
sueños, los colores que tanto había evocado<br />
en la imaginación; los espacios que conservaba<br />
en el recuerdo eran completamente<br />
irreconocibles: me quedé sin palabras, desolado,<br />
al notar que la realidad había arrasado<br />
totalmente con mi memoria. Entonces recordé<br />
la poesía de Jorge Teillier (Chile 1935-1996)<br />
y reconstruí, con él, la desintegración de lo<br />
que fue. Frente a una segunda mirada, hay<br />
que rehacer en la imaginación, con voluntad<br />
obsesiva, un universo que no existe, tratar<br />
de dejarlo igual a como era en el pasado, único<br />
tiempo y posibilidad para que continúe<br />
durando; cuando uno ha sido un ‘exterrado’,<br />
aunque sea por un lapso breve, y se encuentra<br />
con esa tierra natal que ya no existe como<br />
uno la ha conservado en sus sueños, hay que<br />
inventarla definitivamente con restos de los<br />
elegibles elementos del recuerdo, que, por cierto,<br />
no serán iguales nunca a los del pasado. Y<br />
ese fue el empeño de Teillier: acudir a una memoria<br />
selectiva e incorporar escondijos secretos y<br />
rincones ocultos del alma que se fueron elaborando<br />
lejos de allí y de aquel tiempo, para<br />
la construcción de un espacio y tiempo míticos.<br />
Agradecí al poeta el método para consolarme<br />
ante la catástrofe de los territorios donde alguna<br />
vez fui feliz.<br />
Naín Nómez (1992) ha definido con precisión<br />
el marco donde se desenvuelve la poética<br />
de Teillier y ha constatado el valor que<br />
tiene la creación de un mito partiendo de<br />
una cotidianidad elemental, justamente en<br />
dirección contraria a la mayoría de los poetas<br />
integrantes de su generación: que apostaban<br />
por las ciudades mientras él se concentraba<br />
en el sur –mítico y lluvioso–, intentando<br />
hallar símbolos para tanta melancolía:<br />
La poesía de Teillier descansa en principio<br />
en la tradición de la representación<br />
lárica (poesía del lar, del origen, de la Frontera),<br />
aunque su obra trasciende el rótulo<br />
del arraigo lárico, cuyos antecedentes se<br />
encuentran en Chile en Efraín Barquero<br />
y Rolando Cárdenas. Sus poemas arrancan<br />
del recuerdo ingenuo y la nostalgia con una<br />
cierta esperanza de asir el pasado perdido,<br />
el cual paulatinamente se desintegra y se<br />
convierte en pura imagen soñada.<br />
Adelanto que no repetiré el término lárico,<br />
que solo ha servido para encasillar, y por tanto,<br />
catalogar –que de alguna manera significa<br />
archivar, es decir, guardar–, y de paso olvidar<br />
una obra, un método y una proyección que<br />
necesitan de otras lecturas a la luz del presente<br />
siglo, aunque el propio Teillier contribuyera<br />
a esa clasificación. El poeta fue testigo visionario<br />
de un mundo que se desintegraba, y su<br />
voluntad por conservarlo tuvo resultados personales<br />
para sentirlo suyo y amarlo; la búsqueda<br />
de huellas perdidas se ha resemantizado y<br />
adquiere un nuevo contenido con los tiempos<br />
que corren. Los más beneficiados por clasificaciones,<br />
que se convierten en absolutas por<br />
cómodas –sobre todo para académicos norteamericanos<br />
y europeos que aspiran a entender<br />
nuestra literatura–, fueron algunos seguidores<br />
que nunca estuvieron a su altura.<br />
Más que con el arraigo a un paraíso perdido,<br />
que sería un punto de vista exclusivo<br />
desde la perspectiva cristiana, preferiría abordar<br />
de manera más amplia esta elaboración artística<br />
de su mundo sin realidad, partiendo del<br />
predominio de una imagen soñada por encima<br />
del restablecimiento de cualquier paraíso.<br />
Teillier levanta velas también con variados<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 17
Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />
y evidentes referentes culturales: los libros<br />
de aventuras de Julio Verne y Emilio Salgari;<br />
el sentido trágico del ser humano en Panait<br />
Istrati; la imaginación folclórica de los cuentos<br />
de hadas; la mágica atmósfera de Alain Fournier;<br />
la tradición poética de Rubén Darío y Paul<br />
Verlaine; la experiencia del descubrimiento de<br />
la provincia en el mexicano Ramón López Velarde<br />
y en el colombiano Luis Carlos López; la exigencia<br />
creativa de Vicente Huidobro; el legado<br />
chileno de Omar Cáceres y Carlos Pezoa Véliz,<br />
entre algunos; así como la tradición poética<br />
española de Jorge Manrique o la tensión subjetiva<br />
de Rainer María Rilke, Friedrich Hölderlin<br />
o François Villon; la imaginería natural de Dylan<br />
Thomas, el simbolismo desolado de Saint-<br />
John Perse y el universo de la cultura beat de<br />
Allen Ginsberg, entre otros. Utilizó los íconos<br />
de su generación para la búsqueda de una<br />
utopía que no se forja en una idea de progreso<br />
citadino asociado a las máquinas, ni está<br />
vinculada con el consumo como ‘desarrollo’.<br />
El poema emerge porque se ha memorizado<br />
una anécdota del pasado asociada a su lugar,<br />
a un tiempo de infancia o adolescencia, y<br />
porque ha encontrado la música de las palabras<br />
necesarias para relacionarlo al mensaje<br />
de una anécdota. Memoria e instinto para<br />
fundar una poética que prevalece y se repite<br />
desde el primero de sus libros hasta el último,<br />
con una heroica persistencia por resucitar lo<br />
transitado.<br />
Repasemos lo que el propio Teillier afirmó<br />
sobre su experiencia con la poesía, que para<br />
él era igual a vivir en el mundo donde verdaderamente<br />
habitaba; en primer lugar, estaba<br />
convencido de que “ninguna poesía ha calmado<br />
el hambre o remediado una injusticia social,<br />
pero su belleza puede ayudar a sobrevivir<br />
contra todas las miserias”; postulaba un apotegma<br />
que todavía no ha querido ser aceptado<br />
en las sociedades más necesitadas de asimilarlo:<br />
“no importa ser buen o mal poeta, escribir<br />
buenos o malos versos, sino transformarse<br />
en poeta, superar la avería de lo cotidiano,<br />
luchar contra el universo que se deshace, no<br />
aceptar los valores que no sean poéticos,<br />
seguir escuchando el ruiseñor de Keats, que<br />
da alegría para siempre”. Esta condición salvadora,<br />
“una manera de ser y actuar” cuestionadora<br />
de que la miseria física conduce a la miseria<br />
espiritual, es su llamado ante la pérdida de<br />
valores de la civilización occidental, porque:<br />
Lo que importa no es dar en el blanco, sino lanzar<br />
la flecha. Y de nada vale escribir poemas si<br />
somos personajes antipoéticos, si la poesía<br />
no sirve para comenzar a transformarnos<br />
nosotros mismos, si vivimos sometidos a los<br />
valores convencionales (Trilce 1968-1969:<br />
13-17).<br />
Pareciera hoy todavía una herejía repetir<br />
la proyección que el poeta le daba a su ejercicio:<br />
La burguesía ha tratado de matar a la poesía,<br />
para luego coleccionarla como objeto de lujo<br />
… El poeta es un ser marginal, pero de esta<br />
marginalidad y de este desplazamiento puede<br />
nacer su fuerza: la de transformar la poesía<br />
en experiencia vital, y acceder a otro mundo,<br />
más allá del mundo asqueante donde se vive<br />
(Trilce 1968-1969: 13-17).<br />
El reclamo esencial del poeta quizás no fue<br />
muy bien entendido en su momento; abogaba<br />
“por un tiempo de arraigo”, que significa la<br />
lucha por el sentido de la pertenencia, que lleva<br />
directamente a la identidad cultural. Posiblemente<br />
el arma más poderosa para luchar con<br />
eficacia contra la globalización neoliberal<br />
que desde los finales años del siglo pasado<br />
se ha extendido como pandemia en el planeta<br />
y amenaza con arrasar los valores culturales<br />
de los pueblos al homogeneizarlos y convertirlos<br />
sólo en mercancías. Su prédica no podía<br />
ser la de un nacionalista, ni mucho menos la<br />
de un provinciano o poeta localista, si su<br />
proyección y alimentos espirituales fueron<br />
siempre universales; su previsión se fundaba<br />
en la creciente renuncia a echar raíces en la<br />
tierra natal, fenómeno que ya estaba ocurriendo<br />
en su época, junto al desarraigo de la emigración,<br />
una especie de destierro autoimpuesto<br />
por quienes generaban cultura y que a la larga<br />
no sólo se volvería contra el lugar al que renunciaban,<br />
sino también contra ellos mismos.<br />
Las razones de Teillier fueron las de un<br />
iluminado en los momentos cuando las ciudades<br />
de Europa y de los Estados Unidos continuaban<br />
creciendo y llenándose de escritores<br />
latinoamericanos:<br />
Un creador debe estar siempre alerta frente<br />
al diálogo con los creadores de otras latitudes.<br />
Pero los que eligen el éxodo no serán sino<br />
zombies, no estarán ni aquí ni en ninguna<br />
parte, serán los hombres desarraigados. El<br />
18<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />
autodestierro indica falta de confianza en sí<br />
mismo, y es a la vez un peligroso estado de<br />
yaconismo intelectual. Si un escritor se<br />
considera revolucionario (y siempre todo<br />
verdadero escritor ha estado en pugna contra<br />
los órdenes sociales injustos), elegirá la lucha<br />
contra su medio ambiente, tratará de superarse<br />
y superarlo por todos los medios (El<br />
Siglo, 1966: 15).<br />
La convocatoria de Teillier en una época<br />
de euforia cosmopolita y competencia maquinista,<br />
partía de un estudio de la naturaleza<br />
de no pocos poetas de origen rural o provinciano<br />
que ascendían a la fama y adoptaban<br />
ciertas máscaras para asumir un mundo al<br />
que no pertenecían, y tarde o temprano regresaban<br />
a sus orígenes aunque no fueran a vivir<br />
a sus lugares de origen o se identificaran con<br />
esos sitios de idéntica manera a como lo<br />
habían hecho; entonces, se preguntaba:<br />
¿Por qué esta vuelta? No basta para explicarla,<br />
creemos, el origen provinciano de la<br />
mayoría de los poetas, que atacados de la nostalgia,<br />
el mal poético por excelencia, vuelven<br />
a la infancia y a la provincia, sino algo más,<br />
un rechazo a veces inconsciente a las ciudades,<br />
estas megápolis que desalojan el mundo<br />
natural y van aislando al hombre del seno de<br />
su verdadero mundo (Boletín de la Universidad<br />
de Chile 1965: 48-62).<br />
La explicación conlleva la identificación<br />
de un proceso nacido en los años 60 del siglo<br />
XX que se asoció también, como cualquier periodo<br />
intenso del racionalismo de la modernidad,<br />
a una obsesión por la hegemonía tecnológica,<br />
y junto a ello, al temor creciente por el incremento<br />
de la carrera armamentista y el peligro<br />
nuclear. El poeta fue un crítico de lo que se ha<br />
llamado ‘desarrollo’ de la civilización occidental,<br />
y percibió desde muy temprano las<br />
deformaciones que entrañaban sus relaciones<br />
de dominación y hacia dónde conducían. De<br />
vida con costumbres provincianas y bautismo<br />
de capital, Teillier nunca dejó atrás un paisaje<br />
que jamás le sirvió para esconder su realidad,<br />
sino que su origen permanecía victorioso por<br />
encima de cualquier deslumbramiento; los<br />
personajes de su aldea se imponían y el poema<br />
luchaba porque se sentía el guardián del mito.<br />
Y frente al caos que veía venir, aseguraba:<br />
Por omisión, se repudia entonces el mundo<br />
mecanizado y estandarizado del presente, en<br />
donde el hombre medio sólo aspira a las<br />
pequeñas metas del confort como el auto, la<br />
televisión; en donde el habitante de nuestros<br />
países pierde su individualidad gracias al<br />
lavado mental de la propaganda y el deslumbramiento<br />
impuestos por el ejemplo y la<br />
propaganda de formas foráneas de vida (esas<br />
formas que causan millones de neurosis en<br />
nuestro ‘Gran Vecino del Norte’); en donde<br />
el burócrata ‘técnico en planeamiento’ o<br />
locutor de radio, o político de maquinaciones<br />
en oscuros pasillos, ha desplazado de la<br />
conducción de los pueblos al héroe; en donde<br />
la ciencia al servicio de intereses económicos<br />
amenaza con llevarnos a una destrucción<br />
atómica al final (Boletín de la Universidad<br />
de Chile mayo de 1965: 48-62).<br />
II<br />
Bajo una, entonces inédita, tesis de la modernidad,<br />
el poeta afirmaba que Pablo Neruda<br />
o Braulio Arenas habían sido exsurrealistas<br />
que al final se habían mantenido fieles a su<br />
tierra. Denunciaba la asfixia del panorama<br />
literario por la absorción de las editoriales<br />
comerciales extranjeras y especialmente por<br />
la falta de lectores; el tiempo transcurrido<br />
desde entonces sólo ha servido para ampliar<br />
y profundizar esta realidad. Había revelado<br />
su condición de marginales a los poetas, y<br />
para no serlo se refugiaban en las imperfecciones<br />
de la maquinaria de la burocracia o se<br />
escapaban a un lado de la vigilancia administrativa,<br />
aún formando parte del sistema; si<br />
no podían, sufrían los golpes de la represión<br />
estatal o de la descalificación de la cultura<br />
oficial. En el mejor de los casos: profesores; con<br />
más dicha, pero con más peligros de convertirse<br />
en oportunistas, diplomáticos; siguiendo<br />
un camino de aniquilación, burócratas o empresarios.<br />
Teillier siempre desconfió de esas<br />
máscaras y también descubría las ‘delicuescencias<br />
adolescentes’ de esos empeños de seudopoetas<br />
que se amparaban cortando renglones de un<br />
trasnochado vanguardismo para hacerlo<br />
pasar por experimentación. Así mismo ocurría<br />
con las «antojolías» que frecuentaban y aún<br />
suelen publicarse, que lejos de constituir<br />
selecciones de criterio y rigor, se refrendan<br />
con nombres promovidos por esa maquinaria<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 19
Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />
y responden a intereses ajenos a los valores<br />
intrínsecos de la poesía. Veía al poeta como<br />
una especie en extinción (Plan 1967: 23) y los<br />
problemas esenciales de la poesía por esos<br />
años los centraba en la falta de comunicación<br />
y en las dificultades editoriales para una promoción<br />
adecuada; pensaba que los críticos<br />
estaban sometidos a demasiados compromisos<br />
extraliterarios, que la ayuda condicionada del<br />
Estado no resolvía el dilema y los propios<br />
poetas tenían un comportamiento aislacionista<br />
o de ‘ombliguismo’, es decir, se consideraban<br />
el ombligo del mundo.<br />
La salida propuesta por Teillier frente a<br />
este caos, al menos la que él se dio personalmente,<br />
fue la de arrojar una segunda mirada<br />
sobre la iniciación. Pero no podía ser igual su<br />
escritura después de tanta experiencia adquirida.<br />
La lectura era esencial para la construcción<br />
de su obra, tan necesaria como el propio<br />
recuerdo del que partía o como la estructura<br />
que asumía para la existencia del poema; él<br />
mismo cuenta que leer lo sumergía en una<br />
abstracción semejante a la observada por<br />
Boris Pasternak en los trenes a los moscovitas<br />
en plena Segunda Guerra Mundial,<br />
cuyos pasajeros, ajenos al cercano cañoneo<br />
de los alemanes, leían como si nada estuviera<br />
sucediendo. La reconstrucción del sur con<br />
sus bosques y nieblas, sus lagos y pozas con<br />
escarcha, pájaros diversos y briosos caballos,<br />
y el omnipresente vino de las nostalgias, requerían<br />
de una elaboración mítica del paisaje<br />
para superar la larga historia de poesía<br />
descriptiva o descriptivista ya desgastada.<br />
Amplio y profundo lector, observador hasta<br />
la provechosa contemplación en su búsqueda<br />
serena por lo ignoto o lo inasible, mantuvo<br />
una alta responsabilidad con su obra, pues<br />
cuando se dispuso a publicar, ya estaba<br />
maduro como poeta. Sabía que su universo<br />
se localizaba entre la cordillera y el océano,<br />
desde el sur entre la tierra y la noche, y que<br />
debía hacerlo universal en lo telúrico y en la<br />
nocturnidad; su realismo oculto no se exponía<br />
fácilmente, se rehacía sobre un mundo perdido,<br />
con otro orden y bajo el dominio de la melancolía,<br />
sin neocriollismo ni las pretensiones<br />
de erigir al poeta como centro del universo,<br />
inauguradas por Huidobro y seguidas con<br />
fervor, pero de otra manera, por Neruda;<br />
estaba convencido de que su papel era ser<br />
“hermano de las cosas”, usar lugares comunes<br />
con palabras sencillas salvadas por un “centro<br />
emotivo o verbal”. La búsqueda de esa “edad<br />
de oro” no era exactamente la infancia, se<br />
trataba de un “país sin nombre” que no tenía<br />
principio ni final, un lugar sin tiempo ni<br />
geografía, como para indicar con una flecha<br />
la dirección contraria a la que se marcaba<br />
entonces como “progreso”. (Las citas de este<br />
párrafo, en: Boletín de la Universidad de<br />
Chile 1965).<br />
La necesidad de crearse un mito para<br />
sobrellevar la cotidianidad o el hambre de<br />
sueños y complementar la vida en el villorrio,<br />
provocó iluminaciones que no podían ser<br />
descubiertas bajo la inocencia de las primeras<br />
edades; entonces subyace una sociedad<br />
secreta, una naturaleza dormida que se iba<br />
descubriendo y se despertaba a la segunda<br />
mirada a esos lugares que se habían perdido,<br />
a cosas que ya no se usaban, a seres desaparecidos.<br />
Vida y obra se juntan con cierto neorromanticismo<br />
a cuestas más allá de la constatación<br />
del recuerdo, especialmente en la relación<br />
con el paisaje, y se impone preservar la realidad<br />
de la imaginación; este procedimiento<br />
que se repetía una y otra vez en su obra<br />
quizás sea una reminiscencia de la fundación<br />
del sur en Chile. Una vez le oí explicar a un<br />
profesor de historia que la obsesión del invasor<br />
Pedro de Valdivia, llamado conquistador de<br />
Chile, no era llegar al Estrecho de Magallanes,<br />
sino algo más poético y glorioso: encontrarse<br />
con el Paraíso que suponía en la Antártica.<br />
De ser cierta esta hipótesis, no tan descabellada<br />
si recordamos que tras la irrupción y ocupación<br />
de América latía la aspiración de hallar<br />
el Paraíso, explicaría además el camino largo<br />
y estrecho de Chile, la equidistancia de las<br />
ciudades del sur como si se tratara de asentamientos<br />
para relevos, o el nombre de un puerto<br />
que visto desde el Virreinato del Perú, anunciaba<br />
claramente una dirección: “Va-al-paraíso”.<br />
Esta atmósfera mítica fundacional del sur en<br />
Chile es retomada por Teillier desde sus historias<br />
personales y familiares, en coherencia<br />
y continuidad con sus ancestros. Jaime Giordano<br />
había afirmado: “Los adjetivos romántico,<br />
neorromántico o el último romántico no le<br />
han sentado del todo mal. Se le concede –sin<br />
mucha oposición– el principazgo poético de<br />
las provincias sureñas” (Poesía chilena<br />
(1960-1965): 1966).<br />
La hibridez de un mundo inventado que también<br />
existió y el hecho de recurrir a la memoria<br />
e incorporarle elementos de su cultura, hacen<br />
20<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Jorge Teillier: la segunda mirada / Juan Nicolás Padrón<br />
también que el poeta se mueva en una frontera<br />
difusa que aprovecha en los últimos libros<br />
para apoderarse de un estilo definitivamente<br />
personal. Mientras se acerca a una realidad<br />
efectiva y afectiva, al mismo tiempo se aleja<br />
de esa posibilidad porque el lugar cantado<br />
constituye una ficción; su énfasis realista se<br />
frustra por el acento ficcional, y la atmósfera<br />
artística creada alrededor de paisajes y<br />
personajes que existieron hace de cada poema<br />
un confín mítico cuyos límites son muy difíciles<br />
de precisar. Esa frontera ambigua es<br />
uno de los valores constantes de su obra, más<br />
allá de cualquier clasificación por sus temas.<br />
Eduardo Llanos Melussa (1992) lo enfatizó:<br />
Esta oscilación entre el mundo propio y el trasmundo<br />
… entre la realidad propia y la ajena,<br />
entre la vivencia y la memoria, entre la<br />
circunstancia precaria y la plenitud de un<br />
paraíso perdido y a medias recobrable, es lo<br />
que mejor caracteriza su poesía.<br />
El mundo del cine mudo, las revistas viejas,<br />
los discos antiguos, la caja de música o el organillo,<br />
las noticias sobre piratas o del Oeste,<br />
las imágenes y el sonido del jazz, consiguen<br />
acentuar el carácter mítico y de frontera de una<br />
poesía que ha encontrado una metarrealidad<br />
asentada en la tradición bien aprovechada<br />
de su individualidad romántica. No en balde<br />
Alone, posiblemente el más respetado crítico<br />
de su tiempo en Chile, incluyó siete poemas<br />
de Teillier entre las 100 mejores poesías chilenas<br />
y lo llamó «el primero de su generación».<br />
Definitivamente es el poeta de la continuidad<br />
de una tradición mucho más antigua<br />
de lo que se cree; no hay rupturas, pero ya<br />
hemos advertido que hay una evolución<br />
creadora apegada a múltiples y diversos<br />
símbolos, y un sentimiento que al acercase a<br />
la infancia insinúa también una cercanía a la<br />
muerte. Teillier soluciona la desolación de<br />
Gabriela Mistral, potenciada en el sur, por<br />
caminos míticos y fronterizos en que los que<br />
funde a su experiencia cultural fragmentos<br />
de su pasado para conquistar un espacio<br />
funde a su experiencia cultural fragmentos<br />
de su pasado para conquistar un espacio<br />
recóndito. Ni tradición de vanguardia, ni<br />
rupturas de neovanguardia; sencillamente<br />
una experiencia de la memoria hacia el<br />
reencuentro de lo ilusorio. El reconocimiento<br />
como poeta de la tradición ha sido general;<br />
sin dudas es el continuador más genuino del<br />
mejor legado poético chileno, pues decantó<br />
la experimentación formal y la sintetizó en<br />
experiencia literaria de alto nivel estético<br />
para cualquier lugar del planeta, sin los<br />
predecibles resultados de tantos poetas que<br />
recrean como tema y sustancia el lugar donde<br />
nacieron. Con su procedimiento inédito y su<br />
perspectiva hacia un mundo artístico poco<br />
pragmático para su tiempo, también lanzó<br />
una flecha hacia el futuro, pues se convertía<br />
en uno de los primeros en renunciar a una<br />
modernidad que casi todos los de su generación<br />
asumieron; quizás por desconcierto los<br />
críticos le acuñaron el cartel que él mismo<br />
había proclamado, como para salir del paso,<br />
sin mucho más estudio; pero en realidad,<br />
nunca se ha sabido si fue el último romántico<br />
fuera de su tiempo o el antecedente más visible<br />
de quienes comenzaban a combatir una modernidad<br />
que nos ha traído no sólo un cúmulo<br />
de problemas sociales casi insolubles, sino<br />
también el deterioro continuado y ya dramático<br />
del ambiente natural. En ese sentido, la<br />
obra de Jorge Teillier necesita una segunda<br />
mirada, es decir, nuevas lecturas.<br />
Bibliografía<br />
Boletín de la Universidad de Chile (mayo de 1965).<br />
Núm. 56. Santiago de Chile.<br />
Nómez, N. (1992). Poesía chilena contemporánea.<br />
Breve antología crítica. Santiago de Chile: FCE,<br />
Andrés Bello.<br />
Trilce (1968-1969). No. 14. Valdivia.<br />
El Siglo. (13 de noviembre de 1966). Santiago.<br />
“La poesía de Jorge Teillier” (1966). En Poesía chilena<br />
(1960-1965). Santiago de Chile: Trilce.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 21
El cuento de Ricardo Ramos:<br />
intersticios e intersecciones<br />
Resumen:<br />
Aroldo José de Abreu Pinto<br />
El objetivo es presentar los intersticios e intersecciones en los cuentos de Ricardo Ramos. El<br />
cuento brasileño ha ganado rasgos que agregan lo paradójico, lo ambiguo, lo irónico, lo alusivo<br />
y, al mismo tiempo, remiten a los meandros de las fragilidades humanas por la introspección<br />
implicada. Hay que comprender el juego de vocablos y conceptos que involucran las<br />
condiciones humanas. Lo identificado como corriente franquea y/o desnuda cuestionamientos<br />
y juicios sobre el mundo. Lo no dicho, pero aprehendido por los sentidos, posee más fuerza de<br />
representación que lo efectivamente presente en la narrativa.<br />
Palabras-clave:<br />
Literatura brasileña; cuento; Ricardo Ramos; multisignificación.<br />
Ensayo, cuento, crónica, documento, fantasía. La situación límite de<br />
los dramas aprendidos se configuran en las fronteras del género, no<br />
cabe dentro del área que tradicionalmente se le reservaba y, por eso<br />
mismo, invade el espacio del otro, para decir de ellos con más empeño<br />
y libertad.<br />
José Carlos Garbuglio<br />
Hace tiempo que investigamos la producción<br />
ficcional de Ricardo Ramos, con especial<br />
enfoque hacia los textos cortos del escritor,<br />
buscando ubicarlos entre las tendencias contemporáneas.<br />
Específicamente, la preocupación<br />
ha sido demostrar que el escritor posee una<br />
manera singular de percepción y representación<br />
de la realidad en sus cuentos, novelas,<br />
crónicas. Lo que particulariza su estilo, es<br />
un proceso que toma lo trivial, lo habitual,<br />
lo cotidiano, como pretexto para representar<br />
una realidad marcada por el desnudamiento<br />
de las fragilidades humanas. El resultado<br />
obtenido por el escritor, en una acepción más<br />
amplia: es la exacerbación y la cristalización<br />
de una tensión al nivel del lenguaje, esto lo<br />
ubicaría entre los grandes escritores de la<br />
segunda mitad del siglo pasado.<br />
Tal postura crítica se ha revelado consistente<br />
para comprender la inmanencia de su<br />
producción, pero al investigar dentro de un<br />
todo orgánico, la disposición de los elementos<br />
esenciales que componen los objetos de ficción<br />
tomados como fuente de estudio, se observa<br />
que existe en la producción de Ricardo Ramos,<br />
una ‘tercera orilla’ a considerar – si nos lo<br />
permite la imagen de Guimarães Rosa a partir<br />
de “La tercera orilla del río”, de Primeiras<br />
estórias (1978). En otras palabras, más allá<br />
de una primera orilla que revela un modo<br />
particular de representación, hay una segunda<br />
que ofrece un contenido representado; y una<br />
tercera más intrincada a la cual nos somete<br />
el ‘canoero’ ricardino y que parece situar la<br />
obra en un lugar, o mejor dicho, en un entrelugar<br />
–acepción más filosófica y actualizada–<br />
más cercano o tal vez más aplicable a la narrativa<br />
contemporánea. Así, nos permite explotar<br />
y reflejar sobre algunas fronteras en la literatura<br />
o, todavía, dar cuenta de las influencias<br />
y/o confluencias entre mundos jerarquizados,<br />
o no, que constituyen cierto zeitgeist 1 de<br />
inserción de su producción. Explícita o implí-<br />
1<br />
Término que, como se sabe, puede traducirse, si bien<br />
que precariamente, como “espíritu de la época”<br />
predominante en cierta región y/o cultura.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 23
El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />
citamente, el principio operador del término,<br />
en contraste y/o complemento de lo que se<br />
denomina interioridad –esa experiencia y<br />
evidencia de acción que legitima la ejecución<br />
de una obra artística y garantiza su autonomía–,<br />
tiene el poder de producir un efecto<br />
de particularizar un cierto objeto artístico.<br />
Por supuesto, hay una dimensión externa y<br />
objetiva de concepción que sostiene directa<br />
o indirectamente toda la narrativa estéticamente<br />
elaborada, sea en el polo de la producción o<br />
de la recepción de determinado objeto. Pero<br />
la cuestión es poner en evidencia, discutir,<br />
sistematizar y problematizar algunos de esos<br />
límites sin perder de vista lo esencial: el texto<br />
ficcional y su carácter lúdico ante todo.<br />
Para ejemplificar, o más apropiadamente<br />
para elucidar la discusión, podríamos retomar<br />
aquí, como punto de partida, algunas<br />
propuestas de Antônio Cândido (1965), en<br />
Literatura e sociedade, sobre las tensiones<br />
en las formas de manifestación del pensamiento<br />
de la literatura nacional que redundaron, en<br />
cierto momento de nuestra historiografía,<br />
en lo que el crítico denominó “dialéctica del<br />
localismo y del cosmopolitismo”, vivificado<br />
más hondamente en los periodos denominados<br />
Romanticismo y Realismo, extendiéndose<br />
hasta el Modernismo, principalmente hasta<br />
la generación de 1930. Está claro que nuestras<br />
conjeturas no intentan apuntar hacia una<br />
discusión en los mismos modelos de Antônio<br />
Cândido, sino retomar esa cuestión nos parece<br />
importante para la comprensión del proceso<br />
de formación cultural/literario brasileño y,<br />
acto continuo y de modo más puntual, para<br />
buscar comprender y ubicar la percepción de<br />
Ricardo Ramos sobre ese zeitgeist característico<br />
y presente en determinado momento<br />
de su producción. Ricardo Ramos no hace<br />
parte directamente de la discusión señalada<br />
por el crítico Antônio Cândido, pero hay<br />
ciertamente presente, dentro de su obra, un<br />
choque, una tensión de fuerzas, que remite<br />
hacia una búsqueda constante de una identidad<br />
propia y no sólo aquella presente, como ya<br />
se ha dicho, intrínsecamente al texto ficcional,<br />
sino manifestada en toda su producción de<br />
ejercicio de intelecto por un modo específico<br />
y auténtico de percibir y recorrer las realidades<br />
coetáneas. Que se revela, en una esfera más<br />
amplia, incluso en su actividad intelectual<br />
como periodista, editor, profesor de publicidad<br />
y propaganda, y crítico literario, como es posible<br />
averiguarse, por medio de investigaciones,<br />
en documentos existentes en su acervo particular,<br />
disponible hoy en la Universidade del<br />
Estado de Mato Grosso, campus regional de<br />
Alto Araguaia.<br />
Si Cândido (1993: 23) apunta hacia<br />
“tendencias universalistas y particularistas”<br />
en relación con la literatura brasileña, en el<br />
caso de Ricardo Ramos tal vez se podría<br />
pensar en una preocupación en manifestar<br />
un ‘sobrevivir’, un venir o acaecer a posteriori,<br />
pues el escritor estrena en 1954 con la publicación<br />
de narrativas cortas en obra que recibió<br />
el título Tempo de espera y, en un momento<br />
en que tales tensiones en las formas de manifestación<br />
del pensamiento de la literatura nacional<br />
parecen ya sobrepasadas, el escritor parece<br />
todavía cargar el peso de la superación de<br />
esa visión, pues integra una forma de expresión<br />
claramente manifiesta y tal vez denunciadora<br />
de una sensación de falta de capacidad de<br />
reacción a una situación de dependencia<br />
cultural, económica, social y política que debilita,<br />
fragiliza a los individuos de una sociedad organizada,<br />
particularmente la de los intelectuales<br />
y demás integrantes de la sociedad brasileña<br />
de las décadas de 1950 a 1990, periodo cuando<br />
se asienta su producción ficcional. Para mejor<br />
comprensión de lo que involucra tal cuestión,<br />
recurrimos a Cândido (1965: 131-132):<br />
Si fuera posible establecer una ley de evolución<br />
de nuestra vida espiritual, podríamos tal<br />
vez decir que toda ella se rige por la dialéctica<br />
del localismo y del cosmopolitismo, manifestada<br />
de maneras más diversas. Ora la afirmación<br />
premeditada y por vez violenta del nacionalismo<br />
literario, con veleidades de crear incluso<br />
una lengua diversa; ora el declarado conformismo,<br />
la imitación consciente de los patrones<br />
europeos. Esto ocurre en el plan de los programas,<br />
porque en el plano psicológico profundo,<br />
que rige con mayor eficacia la producción<br />
de las obras, vemos casi siempre un ámbito<br />
menor de oscilación, definiendo alejamiento<br />
más reducido entre los extremos. Y más allá<br />
de la intención ostensiva, la obra resulta en<br />
un compromiso más o menos feliz de la<br />
expresión con el patrón universal. Lo que hemos<br />
atestiguado de más perfecto como obra y<br />
como personalidad literaria (un Gonçalves<br />
Dias, un Machado de Assis, un Joaquim Nabuco,<br />
un Mário de Andrade); representa los momentos<br />
de equilibrio ideal entre las dos tendencias.<br />
24<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />
Y todavía sobre nuestra condición, por<br />
así decir, ‘colonial’, acrece:<br />
Se puede llamar dialéctico este proceso<br />
porque él tiene realmente consistido en una<br />
integración progresiva de experiencia<br />
literaria y espiritual, por medio de la tensión<br />
entre el dato local (que se presenta como<br />
substancia de la expresión) y los moldes<br />
heredados de la tradición europea (que se<br />
presenta como forma de expresión). Nuestra<br />
literatura, tomado el término en el sentido<br />
restricto y en el amplio, ha, en este aspecto,<br />
consistido en una superación constante de<br />
obstáculos, entre los cuales el sentimiento<br />
de inferioridad que un país nuevo, tropical y<br />
ampliamente mestizado, desarrolla ante los<br />
viejos países de composición étnica estabilizada,<br />
con una civilización elaborada en condiciones<br />
geográficas bastante diferentes. El<br />
intelectual brasileño, buscando identificarse<br />
a esta civilización, se encuentra, empero, ante<br />
particularidades de medio, raza e historia, no<br />
siempre correspondientes a los patrones<br />
europeos que la educación le propone, y que<br />
por veces se elevan delante de ellos como<br />
divergentes, aberrantes (Cândido, 1965, p.<br />
131-2).<br />
De los fragmentos de arriba, se destaca, entre<br />
las palabras de Cândido, la información de<br />
que las oscilaciones extremistas de visiones<br />
de algunos autores en determinada época<br />
ocurren con mayor intensidad en el plano de<br />
los programas, pero que en el plano psicológico<br />
profundo ocurre menor oscilación.<br />
Ricardo Ramos parece alinearse con ese segundo<br />
bloque de autores que se alejan de los extremos,<br />
intentando un resultado “más o menos<br />
feliz de la expresión con el patrón universal”<br />
(131), o sea, Ricardo Ramos no opta ni por<br />
un apego crudo a cuestiones nacionales –al<br />
contrario, busca desnudar los sentimientos<br />
humanos en su esencia– ni tampoco asume<br />
una postura conformista, principalmente en<br />
lo que atañe a la imitación de este o de aquel<br />
arquetipo histórico/cultural, principalmente<br />
los patrones europeos. Tal como los autores<br />
citados por Antônio Cândido (Gonçalves<br />
Dias, Machado de Assis, Joaquim Nabuco y<br />
Mário de Andrade), Ricardo Ramos busca su<br />
‘personalidad literaria’, equilibrando la<br />
representación de un cierto sentimiento ya<br />
arraigado de privación de vivencia expresiva<br />
de valores que definen el conocimiento seguro<br />
y profundo de los matices que componen una<br />
sociedad organizada, característicos de un país<br />
nuevo como Brasil, con su capacidad de lanzar<br />
imágenes que van mucho más allá de las fronteras<br />
geográficas; o sea, sin abandonar particularidades<br />
distintivas del medio, raza e historia,<br />
inherentes a su convivio en determinado ambiente<br />
y no siempre correspondientes a ciertos patrones,<br />
el autor busca sobrepasar algunas barreras<br />
con la representación de un ser ficcional individual<br />
que remite, al mismo tiempo, a lo<br />
colectivo de las relaciones humanas. No hay,<br />
empero, cómo olvidar, según aclara Cândido<br />
(1987: 154):<br />
Sabemos, pues, que somos parte de una cultura<br />
más amplia, de la cual participamos como<br />
variedad cultural. Y que, al contrario de lo<br />
que suponían a veces ingenuamente nuestros<br />
abuelos, es una ilusión hablar en supresión<br />
de contactos e influencias. Porque, en un momento<br />
en que la ley del mundo es la interrelación y<br />
la interacción, las utopías de la originalidad<br />
aislacionista en una fase de formación nacional<br />
reciente, que condicionaba una posición<br />
provinciana y umbilical.<br />
Discutir o evocar tales cuestiones, como<br />
sabemos, significa pensar en las condiciones<br />
de producción y en un objeto que considera<br />
el discurso literario y no sólo el texto en sí, lo<br />
que nos remite hacia la observación de la<br />
literatura de carácter estético de forma que<br />
ésta revela una cultura articulada de la cual<br />
surge un producto y para la cual se destina.<br />
Entre ese sujeto y el objeto hay un pequeño<br />
espacio que se entreabre para una gama de<br />
perspectivas muchas veces no pensadas<br />
anteriormente, ni por un remitente ni por un<br />
receptor, pero que pueden reunir, incorporar<br />
e incluso superar la discusión de los choques<br />
entre lo dicho y lo no-dicho o entre el juego<br />
del sentido y del no-sentido de determinado<br />
objeto.<br />
Creemos que ha quedado claro que no<br />
se pretende un discurso tautológico, siquiera<br />
logocéntrico. 2 Al contrario, se busca conjeturar<br />
sobre cómo la centralidad de las ideas y<br />
de los so entre-lugares resultan un espacio<br />
propicio para reflexionar, imaginar e identificar<br />
una nueva identidad para una cierta producción<br />
2<br />
Término en la acepción de Jacques Derrida (1930).<br />
Santiago, Silviano (superv.) Glossário de Derrida. Rio<br />
de Janeiro: Francisco Alves, 1976.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 25
El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />
ficcional, lo que puede, acto continuo, redefinir<br />
la idea misma de sociedad o contestarla,<br />
una vez que permite el vislumbre de otras<br />
señales indicativas de identidad.<br />
Por supuesto, el escritor no usa su texto<br />
abiertamente para profesar cuestiones<br />
relativas a una identidad latinoamericana.<br />
Tal problematización ocurre en el ámbito del<br />
discurso literario. Surge, emerge, por lo<br />
tanto, de una situación y de una necesidad<br />
de expresión estimulada por el funcionamiento<br />
de una cultura todavía marcada por<br />
cierto tipo de sujeción o tal vez falta de conciencia<br />
de la propia identidad en los sectores<br />
económico, político y cultural. Elementos<br />
de esa frontera, que no son el remate sino el<br />
comienzo de un proceso de supervivencia o<br />
restauración de una tercera orilla establecida<br />
todavía solamente por la capacidad imaginaria<br />
de revelar un producto desde señales, están<br />
abiertos a la reflexión. Ramos alude a situaciones<br />
abiertas pero logra delinear contornos.<br />
Mucho más que proponer fundar, ensalzar<br />
o condenar diferencias, desigualdades, anormalidades,<br />
irregularidades, lleva espontáneamente<br />
a un movimiento de vaivén. Es<br />
justo en ese movimiento oscilatorio donde se<br />
refigura la realidad en sus textos ficcionales.<br />
Todavía en el ámbito de las fronteras,<br />
hay que recordar que ellas no siempre están<br />
estáticas, lo que dificulta una reflexión o un<br />
juicio más o menos confiable. Así, al tratar<br />
de la obra de Ricardo Ramos, hay que considerar<br />
la porosidad y la elasticidad de configuraciones<br />
a las que está sometido ese objeto,<br />
para sólo entonces pensarlo en la esfera de<br />
lo imaginario. Sea como forma de inmersión<br />
o de esquivar de manera astuta, tal sensación<br />
de incompletud inherente al ser humano; sea<br />
como representación consciente o inconsciente<br />
de nuestra utopía de una sociedad ideal, todavía<br />
hoy presente en gran parte de Occidente, las<br />
narrativas de Ricardo Ramos componen un<br />
panel de nuestro tiempo, trayendo en sí<br />
toda la tensión entre los fenómenos mentales<br />
y emocionales propios de la naturaleza<br />
humana.<br />
En las palabras de José Carlos Garbuglio<br />
(1984), el escritor funcionaría como una cámara<br />
en movimiento, enfocando los aspectos<br />
más comunes de la sociedad y, gracias al<br />
ejercicio de la fantasía, irrumpiendo el bloqueo<br />
de los condicionamientos sociales y desnudando<br />
todo el proceso de no acabado inherente<br />
al ser humano.<br />
Generalmente queda la impresión de que a la<br />
narrativa preexiste una experiencia que<br />
recorta el hecho y activa la dosis de realismo.<br />
Vivida por el narrador aquella experiencia<br />
del evento (claro, se trata de una estrategia<br />
adoptada por el contador de historias,<br />
exactamente para provocar el sentido de<br />
aproximación entre los dos vértices de la<br />
realidad) facilita el pasaje de la observación<br />
a la invención, que es al mismo tiempo<br />
estimulada y estimulante de las situaciones<br />
límites en que se completan la fantasía y<br />
observación. Provocadas, las aspiraciones<br />
personales contenidas por las varias formas<br />
de coerciones rompen las camadas de<br />
contención y afloran, mientras se ilumina el<br />
juego del astillarse social y la creación se<br />
inventa (Garbuglio 1984: 8).<br />
En un dominio más amplio, esa fragmentación<br />
y desnudez de la sociedad irán a darse,<br />
en la contemporaneidad, por la negación de<br />
lo homogéneo y de lo que se presenta como<br />
lógico o racional. Hay como una indefinición<br />
de las descripciones y el flujo del pensamiento<br />
del sujeto del discurso aglutina una<br />
abundancia de frases, expresiones y términos<br />
que se barajan, se licuan, se sobreponen, se<br />
entrecruzan en un todo paradójico. Lo singular<br />
y lo plural se mezclan y, de esta manera,<br />
una visión maniquea de la realidad pierde lugar<br />
decisivamente. En ese universo de orden y<br />
desorden, se establece un juicio al mismo<br />
tiempo endógeno, porque tiene su origen en<br />
el interior de una estructura o sistema establecido,<br />
y universal; porque refleja la supremacía<br />
intelectual enraizada en un determinado<br />
ambiente.<br />
Una lectura de un cuento de Ricardo<br />
Ramos<br />
El cuento “El tercer hermano”, publicado<br />
inicialmente en Circuito fechado (1972),<br />
constituye un relato que expone, con sagacidad<br />
y agudeza, un universo en donde son<br />
contrapuestos valores puestos cotidianamente<br />
en la sociedad.<br />
Narrativa corta, posee como hilo conductor<br />
la conducta de dos hermanos de rasgos<br />
opuestos; la inserción de un tercer hermano<br />
–en realidad un ser irreal– provoca un efecto<br />
singular y desestabilizador del orden,<br />
lanzando al lector en un terreno movedizo<br />
de cuestionamientos sobre conductas y<br />
rutinas arraigadas en la sociedad.<br />
26<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />
Narrativa corta, posee como hilo conductor<br />
la conducta de dos hermanos de rasgos<br />
opuestos; la inserción de un tercer hermano<br />
–en realidad un ser irreal– provoca un efecto<br />
singular y desestabilizador del orden,<br />
lanzando al lector en un terreno movedizo<br />
de cuestionamientos sobre conductas y<br />
rutinas arraigadas en la sociedad.<br />
En el inicio del cuento, se hilvanan indicios<br />
de conductas, sentimientos, anhelos y<br />
pretensiones repetitivas y previsibles que el<br />
narrador imparte al lector. Hay dos marchas<br />
distintas y al tiempo complementarias en el<br />
enredo: la maduración personal de cada uno<br />
de los personajes, alternada por la narración<br />
de conflictos y visiones distintas entre ambos,<br />
y el inicio y fin de los tiempos marcados en<br />
el comienzo del cuento por la mención a la<br />
creación del mundo por Dios, y la retomada<br />
de la misma idea en el final. Que se destaque<br />
igualmente el hecho de que sean tres hermanos;<br />
número que, por sí solo, remite a toda una<br />
configuración bíblica: la tripartición en Dios<br />
padre, Dios hijo y Espírito Santo.<br />
No se atribuyen, empero, nombres a los<br />
personajes. Se indica simplemente: “el mayor”,<br />
“el menor” y, en seguida, “el tercer hermano”.<br />
Tal gradación resulta una forma singular de<br />
marcarse las diferentes percepciones del mundo<br />
y la construcción de caracteres presentes en<br />
una sociedad.<br />
Resulta importante observar que el<br />
supuesto tercer hermano, que se pone como<br />
conciliador entre los dos primeros hermanos,<br />
irónicamente tiene un solo ojo, pero posee<br />
la facultad de divisar la realidad y ver más<br />
lejos que los demás. En estos momentos<br />
Ricardo Ramos va en dirección a un modo<br />
característico y meticuloso de oposición; o<br />
sea, el narrador y los personajes concebidos<br />
en sus textos cortos exigen, al mismo tiempo,<br />
la atención de un lector virtual para lo que<br />
es común en las conductas y acciones humanas,<br />
pero también una conciencia mental de<br />
lo pormenorizado, de lo particular, que, en<br />
el sentido riguroso del término, desnuda y<br />
dramatiza, de manera directa o indirecta, la<br />
ambigüedad de las relaciones colectivas.<br />
A pesar de la clara referencia del narrador<br />
a lugares, modales y palabras de los personajes,<br />
más importante que el relato explícito<br />
de cosas menudas, está el drama humano<br />
reducido a lo esencial y ofrecido en un vocablo<br />
o en una expresión. Lo podemos entrever<br />
en esta cita del cuento:<br />
Cuando hizo doce años, el hermano mayor<br />
ganó una pelota y jugó al fútbol. El hermano<br />
menor ganó un libro y lo leyó. A veces, uno<br />
llamaba al otro:<br />
–¿Vamos a jugar?<br />
–¿No quieres leer?<br />
Ninguno de los dos aceptaba. El menor, callado,<br />
bajando la cabeza. El mayor, irritándose:<br />
–No sales, no corres, no haces ejercicios.<br />
–¿Para qué? No tengo ganas.<br />
Y seguía leyendo. El otro maldecía:<br />
–¡Maricón!<br />
Él contestaba, sin demudarse:<br />
–La madre.<br />
El tercer hermano, el que tenía una pierna,<br />
comentaba con cierta alegría:<br />
–Sois diferentes como dos hermanos. (Ramos<br />
2012: 22)<br />
En la narración de arriba, lo que se destaca<br />
es la frase quirúrgica del tercer hermano, que<br />
tenía una sola pierna: –“Sois diferentes como<br />
dos hermanos”. La facultad intelectual para<br />
juzgar, evaluar correctamente, de discernimiento<br />
se le atribuye al tercer hermano, pero<br />
éste siempre dice un vocablo o frase cargada<br />
de nuevos sentidos y la imagen se entreabre<br />
de nuevo a las reflexiones del lector. Las<br />
ponderaciones del tercer hermano demuestran<br />
equilibrio mental, pero queda igualmente claro<br />
que es como si este personaje no existiera en<br />
el conjunto de las relaciones humanas. Le queda<br />
al lector, como se ha dicho, la responsabilidad<br />
de rellenar los vacíos del texto.<br />
Las contradicciones en el interior del texto<br />
entre los personajes se repiten. El diseño de<br />
la experimentación de valores que componen<br />
una sociedad organizada va aclarando<br />
un modo característico de representación de<br />
experiencias propias de un país capitalista.<br />
Las imágenes creadas van más allá del relato<br />
simplista de la condición de un país sudamericano<br />
como Brasil. Ellas definen un sistema<br />
económico correspondiente a ciertos patrones<br />
de dominación vigentes en un ámbito todavía<br />
mayor. La narrativa resulta comprendida en<br />
términos de contradicción social a la cual<br />
están expuestos la sociedad y el individuo<br />
en la contemporaneidad. Artísticamente,<br />
tales contradicciones provocan, en la obra<br />
de Ramos, sujetos ficcionales que, a pesar<br />
de estar fragmentados, deshacen e indagan<br />
sobre lo cotidiano. Indirectamente es posible<br />
entender el conjunto de choques como un modo<br />
de referirse irónicamente y críticamente a<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 27
El cuento de Ricardo Ramos: intersticios e intersecciones / Aroldo José de Abreu Pinto<br />
la absoluta falta de límites en las relaciones<br />
capitalistas. El narrador o los personajes<br />
provocan al lector para, entre otras cosas,<br />
darse cuenta de que no hay melodía alguna<br />
en el proceso de cosificación del hombre.<br />
Caminando hacia el final, la narrativa gana<br />
contornos que refuerzan más todavía tal<br />
punto de vista singular del narrador. Veamos<br />
la cita:<br />
Cuando llegó a la mayoridad, el hermano<br />
mayor estaba al término del curso científico<br />
e iba a cursar medicina. El hermano menor<br />
se iniciaba en el clásico y pensaba en filosofía.<br />
El primero tenía una novia, y el segundo. a<br />
muchas, Uno se vestía con cuidado, se afeitaba<br />
la barba cuadrada, se ponía colonia en el<br />
pañuelo, El otro usaba los mismos pantalones<br />
descoloridos, el pelo despeinado y largo,<br />
gafas redondas. En las comidas, el mayor<br />
comía mucho y crecía, aumentaba, fuerte y<br />
sólido, mientras el menor no tanto, olvidado,<br />
delgado, algo frágil (Ramos 2012: 23).<br />
Se establece entrambos una relación que<br />
intenta evidenciar todavía más un pragmatismo<br />
o no, en la manera de tratar cuestiones<br />
filosóficas, estéticas, físicas, científicas. A<br />
partir de determinado momento, empero, ya<br />
no se sabe a quién atribuirse las hablas. Se<br />
puede, a partir de huellas del narrador, conjeturarse<br />
a quién pertenece cada afirmación,<br />
pero, en lo general, queda la impresión de<br />
que, hacia el final, el narrador quiere delegarles<br />
la tarea de presentar los hechos a los personajes<br />
para demostrar que, a pesar de las<br />
diferencias, todo se mezcla en un conjunto<br />
que constituye la diversidad humana en sus<br />
débiles relaciones.<br />
En fin, los tres hermanos, cada cual a su<br />
manera, pintan con maestría un cuadro de<br />
la sociedad contemporánea, haciendo más<br />
visibles las fronteras de una situación<br />
perceptible en los meandros de la literatura<br />
brasileña de la segunda mitad del siglo<br />
pasado. Aunque tratemos aquí de un solo autor<br />
en específico y desde recortes muy distintos,<br />
hay un cierto entrelugar en la ficción de Ramos<br />
que apunta hacia las realidades sociales<br />
objetivas y/o subjetivas de los individuos que<br />
viven en determinado espacio geográfico.<br />
La experiencia de alternarse sustancialmente<br />
o de descomponerse la identidad humana<br />
en astillas gana relevancia de tal manera que<br />
las estructuras textuales, a ejemplo del cuento<br />
escogido para estas reflexiones, demuestran<br />
cuán múltiples son las experiencias que<br />
acompañan la representación del hombre en<br />
la literatura contemporánea.<br />
Bibliografía<br />
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ensaios. São Paulo: Ática.<br />
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Primeiras estórias. Rio de Janeiro: José Olympio.<br />
28<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Importancia de la corrección fonética y los<br />
elementos prosódicos en la competencia<br />
comunicativa de la lengua francesa<br />
Orlando Valdez Vega<br />
Resumen<br />
El objetivo de este trabajo es describir una investigación donde se propone un método de<br />
autorregulación que permita al alumno progresar durante el proceso de aprendizaje del francés.<br />
Se busca lograr una consolidación de los elementos fonéticos y de los usos prosódicos de esta<br />
lengua, mediante el diseño de un taller remedial que combine el uso de estrategias didácticas<br />
y recursos tecnológicos para una mejor adquisición de la competencia comunicativa.<br />
Palabras clave: competencia comunicativa, fonética, elementos prosódicos.<br />
Aprender una lengua no es tarea fácil, sobre<br />
todo si este aprendizaje se entiende en su<br />
dimensión globalizadora de la adquisición<br />
de la competencia comunicativa. El Marco<br />
Común de Referencia Europeo lo dirá con<br />
mucha fuerza al poner en plena luz sus tres<br />
componentes: el lingüístico, el sociolingüístico<br />
y el pragmático (MECR 2002:13).<br />
Si nuestra atención se orienta hacia estos<br />
tres componentes comprenderemos la importancia<br />
de la adquisición de una destreza<br />
fonética y fonológica de la lengua que se<br />
aprende ya que cada sistema de lengua posee,<br />
por un lado, fonemas específicos que deberán<br />
ser aprendidos y, por otro, elementos prosódicos<br />
particulares que toman un gran peso en los<br />
componentes pragmático y sociolingüístico.<br />
Desafortunadamente, en la enseñanza de<br />
lenguas, poco se enfatiza la importancia de<br />
los elementos prosódicos de una lengua. Se<br />
llega a considerar que el dominio de los elementos<br />
fonéticos basta y, si bien es cierto que<br />
la fonética es imprescindible en el estudio<br />
de una lengua al tener como objeto el estudio<br />
científico de los sonidos del lenguaje en su<br />
emisión y su recepción (Chiss; Filliolet;<br />
Maingueneau, 2001:37), no bastaría dicho<br />
conocimiento intelectual y práctico para el<br />
logro de la competencia comunicativa. En<br />
efecto, la competencia comunicativa va mucho<br />
más lejos que el simple dominio de los fonemas<br />
de una lengua ya que sus tres componentes<br />
implican cada uno de ellos la transmisión de<br />
conocimientos, destrezas y habilidades, de<br />
manera específica a cada lengua. Ahora bien,<br />
para poder justificar la importancia de la<br />
integración de la dimensión fonológica de una<br />
lengua a la enseñanza habría que ver primeramente<br />
el lugar que ocupa la adquisición<br />
de esta competencia en el componente lingüístico<br />
de la competencia comunicativa según el<br />
MCER.<br />
Presentación del proyecto sobre mejora<br />
de la pronunciación del francés<br />
La presente reflexión se desprende de un trabajo<br />
de investigación-acción que desarrolla<br />
el autor, referente a la corrección fonética<br />
del francés para alumnos de licenciatura que<br />
se forman como futuros profesores de la<br />
lengua francesa mediante un taller remedial.<br />
a) Cuestionamientos y supuestos<br />
La realización de un taller remedial parte de<br />
la búsqueda de solución a los siguientes<br />
cuestionamientos:<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 29
Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />
de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />
1. ¿Cuáles son los errores típicos en la<br />
pronunciación del francés de los<br />
hispanohablantes del noreste de<br />
México?<br />
2. ¿Cómo disminuir las interferencias<br />
de la lengua materna o de una segunda<br />
lengua como el inglés al momento<br />
de aprender el idioma francés?<br />
3. ¿Qué actividades específicas seleccionar<br />
y adaptar para remediar las<br />
dificultades fonéticas de hispanohablantes<br />
de esta región?<br />
4. ¿Cuáles son los criterios de selección<br />
y adaptación que se utilizarán para la<br />
elaboración del taller remedial?<br />
Para dar respuesta a estas interrogantes<br />
se parte de los siguientes supuestos:<br />
1. Un aspecto que es vital entender al<br />
momento de enseñar el francés es<br />
tomar conciencia de que las interferencias<br />
y dificultades fonéticas en la<br />
pronunciación del francés no son las<br />
mismas para los diferentes grupos<br />
lingüísticos, por lo que es necesario<br />
reconocer los errores fonéticos típicos<br />
de los hispanohablantes del noreste<br />
mexicano, para orientar el taller hacia<br />
la corrección de dichos errores de<br />
manera específica. Cabría ahondar si<br />
los mexicanos tienen alguna dificultad<br />
específica en contraste con las<br />
demás naciones hispanohablantes.<br />
2. Por otra parte, es importante subrayar<br />
que, desde el punto de vista acústico,<br />
cada lengua se mueve en una banda<br />
de frecuencia diferente, por tanto, al<br />
aprender un nuevo idioma se debe exigir<br />
al oído humano adaptarse a la banda<br />
de frecuencia específica del idioma que<br />
se aprende. Se debe trabajar, desde<br />
un inicio, dicha adaptación al francés<br />
para disminuir las interferencias<br />
debido a la repercusión en la pronunciación<br />
que afecta frecuentemente la<br />
comprensión.<br />
3. Para lograr dicha adaptación y disminuir<br />
las interferencias de la lengua<br />
materna es pertinente implementar un<br />
taller remedial que contenga un<br />
programa con actividades orientadas<br />
a resolver esas problemáticas específicas<br />
a la par del aprendizaje inicial<br />
del idioma.<br />
b) Objetivo general<br />
Se pretende fortalecer la correcta producción<br />
de los fonemas del francés y de los<br />
usos prosódicos específicos de esta lengua<br />
para favorecer una mejor comprensión<br />
y evitar los vicios de pronunciación que<br />
se generan al inicio del aprendizaje de<br />
FLE a partir del diseño de un taller remedial<br />
de fonética del francés.<br />
c) Objetivos específicos<br />
1. Reconocer los errores fonéticos típicos<br />
de los estudiantes hispanohablantes<br />
del noreste de México para enfocar<br />
la intervención en los errores específicos<br />
del grupo.<br />
2. Seleccionar y adaptar las actividades<br />
para remediar las dificultades fonéticas<br />
detectadas, así como las necesarias<br />
para la práctica de los elementos<br />
prosódicos del francés.<br />
Para conseguir tales propósitos, se requiere<br />
elaborar una propuesta para la implementación<br />
de un taller que dé solución a las dificultades<br />
de adaptación del oído al idioma francés<br />
con el fin de mejorar la pronunciación.<br />
A continuación se aborda la trascendencia<br />
del perfeccionamiento de la producción<br />
fonética y de los elementos prosódicos en la<br />
lengua francesa.<br />
La competencia fonológica: parte integral<br />
de la competencia comunicativa<br />
El componente lingüístico implica la adquisición<br />
de las competencias léxica, gramatical,<br />
semántica, fonológica, ortográfica y ortoépica<br />
propuestas por el MCER (2002:107). Enfocándonos<br />
en la competencia fonológica que<br />
nos ocupa, definamos, en primer lugar, la<br />
fonología como la ciencia que estudia los<br />
sonidos, no en ellos mismos, sino desde el<br />
punto de vista de su función distintiva en<br />
el sistema de la lengua (Chiss; Filliolet;<br />
Maingueneau 2001: 37), es decir, el sonido<br />
vinculado a un significado dentro de un sistema<br />
de lengua. En segundo lugar, subrayemos que<br />
la competencia fonológica consiste en la adquisición<br />
de destrezas a nivel de la percepción<br />
y de la expresión oral que son enlistadas por el<br />
MCER:<br />
30<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />
de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />
Las unidades de sonido (fonemas) de<br />
la lengua y su realización en contextos<br />
concretos (alófonos).<br />
Los rasgos fonéticos que distinguen<br />
fonemas (rasgos distintivos; por<br />
ejemplo: sonoridad, nasalidad,<br />
oclusión, labialidad).<br />
La composición fonética de las palabras<br />
(estructura silábica, la secuencia<br />
acentual de las palabras, etcétera).<br />
Fonética de las oraciones (prosodia):<br />
Acento y ritmo de las oraciones.<br />
Entonación.<br />
Reducción fonética:<br />
Reducción vocal.<br />
Formas fuertes y débiles.<br />
Asimilación.<br />
Elisión (2002: 113-114)<br />
Frente a las destrezas arriba enlistadas<br />
cabe señalar que las rúbricas de evaluación<br />
de la producción oral de los exámenes DELF<br />
y DALF consideran una progresión en el<br />
dominio del sistema fonológico de la lengua<br />
correspondiendo a los seis niveles del MCER<br />
como se muestra a continuación:<br />
DOMINIO DE LA PRONUNCIACIÓN<br />
C2<br />
C1<br />
B2<br />
B1<br />
A2<br />
A1<br />
Como C1.<br />
Varía la entonación y coloca el énfasis de la oración correctamente para expresar matices<br />
sutiles de significado.<br />
Ha adquirido una pronunciación y una entonación clara y natural.<br />
Su pronunciación es claramente inteligible, aunque a veces resulte evidente su acento<br />
extranjero y cometa errores de pronunciación esporádicos.<br />
Su pronunciación es generalmente bastante clara y comprensible, aunque resulte evidente su<br />
acento extranjero y los interlocutores tengan que solicitar repeticiones de vez en cuando.<br />
Su pronunciación de un repertorio muy limitado de palabras y frases aprendidas la pueden<br />
comprender con cierto esfuerzo los hablantes nativos acostumbrados a tratar con hablantes<br />
del mismo grupo lingüístico al que pertenece el usuario o alumno.<br />
Tabla 1. Progresión en el dominio de la pronunciación propuesta por el MCER (2002: 114).<br />
Desafortunadamente, la enseñanza de la<br />
pronunciación de la lengua francesa es un<br />
aspecto que se trabaja comúnmente en los<br />
niveles de inicio y, al integrarlo sólo como<br />
parte de la enseñanza en los primeros niveles,<br />
se manifiesta así, de manera frecuente, en<br />
los manuales para el aprendizaje de la lengua<br />
francesa una carencia de esta progresión<br />
poniendo una clase de barrera entre la competencia<br />
fonética y la competencia fonológica,<br />
lo cual resulta sorprendente frente a las evidentes<br />
dificultades que persisten de manera<br />
recurrente en los alumnos en la adquisición<br />
de estas competencias (Abry & Veldeman<br />
2007: 7-8) y que, en definitiva, hacen parte de<br />
los aspectos requeridos como parte integral<br />
del componente lingüístico de la competencia<br />
comunicativa.<br />
Adaptación de los criterios del MCER a<br />
la enseñanza de lengua<br />
Cabe señalar que el MCER no es más que un<br />
referencial que funge como guía acerca del<br />
nivel de competencia en la adquisición de<br />
lenguas y, a la vez, como punto de referencia<br />
para la unificación de directrices para el<br />
aprendizaje, la enseñanza y la evaluación de<br />
las mismas. Y si bien, es una referencia que<br />
fue creada para los países europeos, hoy día,<br />
es el instrumento que se utiliza en México<br />
para medir el nivel de competencia de la lengua<br />
francesa.<br />
En ese sentido, se debe definir dentro de<br />
los programas académicos para la enseñanza<br />
de lengua el nivel de competencia que se<br />
desea alcanzar al término de la instrucción<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 31
Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />
de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />
y que, en los mismos, se vea reflejada la<br />
enseñanza de esta habilidad de manera<br />
progresiva a través de los diferentes niveles<br />
previstos por la institución. Para determinar<br />
el nivel de competencia deben tomarse en<br />
cuenta diversos factores como la edad de los<br />
alumnos, las necesidades de los mismos, las<br />
exigencias y limitantes del establecimiento<br />
escolar donde se enseña la lengua, el número<br />
de horas previstas por la institución educativa,<br />
el nivel de necesidad en el plano profesional,<br />
entre otros.<br />
Ahora bien, la adquisición de la competencia<br />
fonológica es fuertemente deseable,<br />
en particular, para quien se dedicará, a nivel<br />
profesional, a la enseñanza de la lengua francesa.<br />
Por lo que la necesidad de desarrollar<br />
esta habilidad lingüística es preponderante<br />
para este tipo de público y que, por lo demás,<br />
es un aspecto que se verá evaluado al momento<br />
de la certificación del nivel de lengua<br />
alcanzado y que, en los niveles C1 y C2 se<br />
exige variar la entonación y colocar el énfasis<br />
de la oración correctamente para expresar<br />
matices sutiles de significado. Frente a este<br />
desafío es importante proporcionar al docente<br />
de lengua a nivel licenciatura herramientas<br />
suplementarias que le permitan lograr el<br />
cumplimiento de la adquisición de esta<br />
habilidad en sus estudiantes.<br />
Elementos prosódicos de la competencia<br />
fonológica<br />
Tratemos de comprender ahora los diferentes<br />
componentes de la competencia fonológica<br />
para tratar de entender su función lingüística<br />
y supralingüística, así como su trascendencia<br />
en los procesos comunicativos y, por consiguiente,<br />
la importancia de su enseñanza.<br />
Respecto a la prosodia, subrayemos que<br />
estos elementos prosódicos, rítmico-melódicos<br />
o también llamados suprasegmentales (Rolland<br />
2011: 45), se refieren al estudio específico<br />
de las variaciones de altura, de intensidad y<br />
de duración en la organización de enunciados<br />
con una cierta longitud: sílaba, palabra, grupo<br />
de palabras, oración. Entre los elementos<br />
prosódicos esenciales de la lengua francesa<br />
se encuentran la melodía, los acentos, el<br />
ritmo, el tempo y las pausas los cuales Pietro<br />
Intravaia (2000) define con mucha fineza:<br />
La mélodie concerne les variations de hauteur<br />
sur un énoncé, c’est-à-dire les montées et les<br />
descentes de la voix pendant la production<br />
de la parole … Quand la courbe mélodique<br />
s’élève, la fréquence du ton laryngé augmente,<br />
quand la courbe mélodique s’abaisse, le<br />
nombre de vibrations diminue (169).<br />
Como se menciona en la cita la melodía<br />
se enfoca a las variaciones de altura en un<br />
enunciado, es decir, en los altos y bajos de<br />
la voz durante la producción de la palabra.<br />
Y, de este elemento, se puede observar aspectos<br />
característicos de cada lengua que introducirán<br />
una variación semántica ya que la<br />
melodía determinará en una lengua el modo<br />
del enunciado. En efecto, un enunciado<br />
puede ser pronunciado bajo un modo declarativo,<br />
interrogativo o imperativo, y modificar<br />
así el sentido de lo que se quiere comunicar.<br />
Por ejemplo, la oración je veux te voir, en el<br />
modo declarativo se utiliza una melodía que<br />
baja y se trata simplemente de una aserción.<br />
La misma oración con melodía ascendente<br />
se transforma en modo interrogativo, y por<br />
último, se podría pronunciar con melodía<br />
descendente pero más abrupta y transformarse<br />
en modo imperativo.<br />
Otro de los elementos prosódicos esenciales<br />
de la lengua francesa son los acentos<br />
que Pietro Intravaia define como sigue:<br />
Les accents sont des mises en relief de<br />
certaines syllabes par renforcement de durée,<br />
de hauteur ou d’intensité. En français, de ces<br />
trois éléments acoustiques, la durée est le<br />
paramètre le plus étroitement lié à l’accent<br />
(Delattre citado por Intravaia 2000: 170).<br />
El acento se refiere entonces al énfasis que<br />
se le da a ciertas sílabas para resaltarlas intensificando<br />
la duración, la altura o la intensidad.<br />
En este sentido, es importante subrayar que<br />
el francés es una lengua de acento fijo (Intravaia<br />
2000:170) ya que siempre se acentúa la última<br />
sílaba de la palabra o de la frase pronunciada<br />
a diferencia de otras lenguas como el español.<br />
Por ejemplo, en la frase Le professeur se acentuará<br />
la última sílaba, mientras que en la frase<br />
Le professeur de mathématiques se acentuará la<br />
última sílaba de la palabra mathématiques y la<br />
palabra professeur perderá su acento.<br />
32<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />
de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />
Para ahondar en lo anterior, cabría hacer<br />
una distinción entre el acento tónico y el acento<br />
de insistencia. El tónico se refiere a la intensidad<br />
mientras el acento de insistencia a una<br />
función expresiva denominada fonoestilística<br />
(Intravaia 2000: 170). Así pues, en la pronunciación<br />
de la frase Le professeur de mathématiques<br />
se trata de un acento tónico y este acento de<br />
intensidad hace parte de las estructuras de<br />
pronunciación específicas de la lengua francesa.<br />
El acento de insistencia, por su parte,<br />
puede tener una función distintiva. Faure<br />
(citado por Intravaia 2000: 172) proporciona<br />
un ejemplo que deja en evidencia dicha función:<br />
C’est bien ce que tu dis? Esta pregunta<br />
nos deja claro que lo que se busca es corroborar<br />
la conformidad entre lo dicho por el locutor<br />
y lo que haya sido expresado antes por el<br />
interlocutor. Ahora bien, si al enunciado anterior<br />
se le introduce un acento de insistencia:<br />
C’est bien ce que tu dis, cambia completamente<br />
el sentido volviéndose la expresión de<br />
un juicio favorable de lo que el interlocutor<br />
acaba de decir.<br />
Otro elemento prosódico es el ritmo, el cual<br />
se refiere a la alternancia de silabas acentuadas<br />
e inacentuadas que pueden existir en una<br />
lengua y, el ritmo del francés, de manera<br />
específica, se caracteriza por el uso de un acento<br />
final en la última sílaba de la oración que<br />
corresponde entonces a un acento de grupo<br />
rítmico, así como por la igualdad de duración<br />
y de intensidad de las sílabas inacentuadas<br />
(Intravaia 2000: 171). Esta perspectiva nos<br />
permite comprender que cada palabra perderá<br />
su acento propio en provecho del acento<br />
final del grupo rítmico que se colocará invariablemente<br />
en la última sílaba del mismo.<br />
Veamos lo anterior representado en un ejemplo:<br />
Le professeur, le professeur de mathématiques,<br />
le professeur de mathématiques du lycée.<br />
Pietro Intravaia (2000:170) insiste sobre<br />
la importancia de no confundir el ritmo con<br />
el tempo, el cual se refiere a la velocidad de<br />
elocución y, en esto, las pausas juegan un<br />
rol importante ya que son interrupciones que<br />
marcan regularmente el fin del grupo rítmico.<br />
Cabría citar aquí a Georges Faure quien nos<br />
hace entender la función lingüística de los<br />
diferentes elementos prosódicos implicados<br />
en el idioma francés:<br />
Chaque groupe accentuel qui correspond en<br />
français à une double unité à la fois sémantique<br />
et syntaxique est individualisé par le détachement<br />
mélodique de sa dernière syllabe articulée<br />
(citado por Intravaia 2000: 173).<br />
En efecto, el dominio de los elementos prosódicos<br />
son fundamentales en muchos<br />
contextos de la lengua francesa ya que si en<br />
un contexto escrito, los cambios de sentido<br />
se pueden remediar con los signos de puntuación,<br />
en el contexto oral, sólo los elementos<br />
suprasegmentales permiten hacer tales distinciones<br />
y proporcionar así un valor sintáctico<br />
y semántico distinto (Intravaia 2000:174).<br />
Por ejemplo:<br />
La voiture s’est arrêtée… Devant la gare, Marie<br />
attendait son fils.<br />
La voiture s’est arrêtée devant la gare… Marie<br />
attendait son fils.<br />
Función de la prosodia en los procesos<br />
comunicativos<br />
Uno de los componentes lingüísticos indispensables<br />
en la competencia comunicativa<br />
es precisamente el componente fonológico<br />
que, de manera última, permite aportar precisiones<br />
de sentido mediante las variaciones prosódicas.<br />
Ahora bien, para poder entender la<br />
importancia de la enseñanza de la prosodia,<br />
es conveniente hacer una distinción entre la<br />
función lingüística y la función supralingüística<br />
de los elementos prosódicos. En efecto, en<br />
la función lingüística nuestra atención se<br />
centra en las dificultades de comprensión en<br />
la comunicación ligadas al valor semántico<br />
y sintáctico, mientras en la función supralingüística<br />
se tendrá en cuenta los matices que<br />
introducen los componentes sociolingüísticos<br />
y pragmáticos específicos de la competencia<br />
comunicativa de cada lengua. Pietro Intravaia,<br />
por su parte, insistirá sobre el carácter específico<br />
de la prosodia en cada sistema de lengua:<br />
Chaque langue dispose d’une gamme<br />
extrêmement diversifiée de ressources<br />
prosodiques et comportementales qui<br />
permettent d’exprimer toutes sortes d’états<br />
psychiques: satisfaction, mécontentement,<br />
mépris, déception, colère, etc. Il s’agit ici de<br />
la fonction supralinguistique, émotionnelle,<br />
expressive de la prosodie (Intravaia 2002:<br />
176).<br />
En este sentido, habría que interrogarse<br />
sobre la importancia de la incorporación de<br />
la dimensión prosódica de una lengua en la<br />
enseñanza de la misma. Para responder a este<br />
cuestionamiento, hay que subrayar que, por<br />
una parte, las funciones lingüísticas y<br />
supralingüísticas nos permiten, por ellas<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 33
Importancia de la corrección fonética y los elementos prosódicos en la competencia comunicativa<br />
de la lengua francesa / Orlando Valdez Vega<br />
mismas, ver el carácter necesario de su enseñanza<br />
en las clases de lengua debido a su<br />
repercusión en la variación de sentido que<br />
se puede entremezclar en los procesos comunicativos,<br />
y por otra parte, cabe señalar que<br />
el MECR concibe, de hecho, una progresión<br />
en el desarrollo de la capacidad que tiene un<br />
estudiante de utilizar los recursos lingüísticos<br />
y supralingüísticos hasta la adquisición de<br />
un nivel elevado en el C2 donde “saca provecho<br />
de un dominio amplio y fiable de un completo<br />
repertorio de elementos lingüísticos<br />
para formular pensamientos con precisión,<br />
poner énfasis, diferenciar y eliminar la ambigüedad.<br />
No manifiesta ninguna limitación<br />
de lo que quiere decir” (MCER 2002:107).<br />
Uso de la tecnología<br />
Para dar solución a la corrección fonética y<br />
prosódica se recurre con frecuencia al uso<br />
de la tecnología al hacer escuchar a los estudiantes<br />
ejercicios auditivos que les permitan<br />
discriminar los fonemas de la lengua meta;<br />
sin embargo, frecuentemente, el estudiante<br />
no logra producir los fonemas y elementos<br />
prosódicos de la lengua con corrección. Se<br />
considera necesario buscar nuevas alternativas,<br />
que, en combinación con la tecnología,<br />
ayuden a lograr que los estudiantes mejoren<br />
efectivamente su pronunciación tanto de los<br />
fonemas como de los elementos prosódicos.<br />
Al respecto, en la investigación de la que se<br />
desprende este trabajo, se sugiere la implementación<br />
de un taller remedial complementado<br />
mediante el uso de las tecnologías, que<br />
coadyuve al estudiante al afianzamiento de<br />
la producción eficiente, de los elementos fonéticos<br />
y prosódicos en un contexto determinado.<br />
En fin, frente al desafío que representa<br />
el dominio de una segunda lengua es importante<br />
señalar, para quien desea adquirirla con<br />
un nivel avanzado, que el Marco de Referencia<br />
considera al término de la formación de una<br />
lengua haber adquirido una adecuación<br />
lingüística, sociolingüística y pragmática de<br />
la lengua meta, y, para lograr un dominio<br />
elevado, es importante considerar la enseñanza<br />
de la competencia comunicativa en<br />
estos tres componentes. En estas páginas<br />
hemos subrayado la importancia del dominio<br />
de los elementos suprasegmentales para<br />
lograr la adquisición de la competencia comunicativa<br />
a un nivel avanzado. Igualmente<br />
hemos descrito como la deficiencia en la<br />
competencia fonológica afecta, en definitiva,<br />
cada uno de los ámbitos de la competencia<br />
comunicativa a nivel del sentido e interpretación<br />
que se suceden en los procesos comunicativos.<br />
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http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/<br />
marco/cvc_mer.<strong>pdf</strong> (Consultado el 20 de mayo de<br />
2013).<br />
34<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
De la motivación por la lectura literaria<br />
mediante su análisis diversificado<br />
(Para el tercer semestre del nivel medio superior)<br />
Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
En el discurso de los textos literarios convergen<br />
elementos culturales, históricos, políticos,<br />
ideológicos; intrínsecos y extrínsecos, que<br />
van conjugándose, entremezclándose, y en<br />
un análisis más allá de lo estético evocan la<br />
condición histórica del tiempo cuando fue<br />
creada la obra, además de otorgar significado<br />
a la condición y definición como individuo<br />
de quien lee. La cultura permanece dinámica<br />
en el discurso literario en espera de ser analizada<br />
a través de la lectura literaria desde diversas<br />
perspectivas, colaborando en la formación<br />
de una identidad cultural o de una mejor<br />
comprensión e interpretación del contexto<br />
en el que se ha vivido (Chaves 1999) y de lo<br />
que podría hacerse, en todo caso, para tratar<br />
de mejorarlo.<br />
La acepción discursiva de la literatura contempla<br />
el lenguaje como mediador social en<br />
la forma de discurso que construye el mundo; a<br />
través del lenguaje se articula y se desarticula<br />
el sujeto y su contexto, sus características,<br />
sus condiciones, los elementos que lo conforman,<br />
delimitan (Palermo 2000). Al desentramar<br />
las formas textuales, literarias, la forma<br />
en que se dice y por qué se dice, puede articularse<br />
la dimensión social del sujeto. Razón suficiente<br />
por la cual se le otorga fundamental importancia<br />
a la enseñanza y al aprendizaje de la<br />
literatura, como agente motivador de la reflexión<br />
y posterior acción del sujeto lector. Lectura<br />
como el análisis, no sólo estético, sino sociocultural,<br />
de la literatura y de la condición<br />
del individuo, que permita también lograr el<br />
objetivo educativo del desarrollo de habilidades<br />
de lectura y escritura que favorezcan<br />
la expresión autónoma y transformadora de<br />
los participantes, profesores y estudiantes,<br />
del acto de educar. Al respecto, en este trabajo<br />
presento algunos de los fundamentos teóricos<br />
que sustentan la propuesta didáctica, así como<br />
las consideraciones que para su aplicación<br />
creo convenientes y expongo a continuación.<br />
En el ámbito educativo se acentúa paulatinamente<br />
un conflicto social y pedagógico:<br />
la aversión hacia la lectura que tienen por lo<br />
general los adolescentes, desde el momento<br />
mismo que acceden al texto. Pueden concentrarse<br />
durante largos periodos en juegos<br />
virtuales, películas, y conversaciones por<br />
chat, pero no pueden hacerlo apropiadamente<br />
con unas cuantas páginas de un texto.<br />
Por desánimo o aburrimiento, no son capaces<br />
de concluir la lectura que inician, pero paradójicamente<br />
lo hacen luego con la lectura<br />
de resúmenes o sinopsis que encuentren en<br />
la Internet. Y con ello creen que han accedido<br />
al texto literario. De acuerdo con Gallarado (2009),<br />
la falta de interés por la lectura apunta hacia el<br />
tipo de urgencias culturales de la actualidad<br />
que han cambiado con el tiempo. Ahora existen<br />
otras formas de concebir y vivir el mundo.<br />
La escuela no motiva a los alumnos, y<br />
desmotiva cada vez más a los responsables<br />
de la enseñanza (Cassany 1994). Esto sólo<br />
es parte de una coyuntura sociocultural e<br />
ideológica no fácil de soslayar, la cual se<br />
debiera atender una vez que se consideraran<br />
también otros factores relevantes como la<br />
formación del profesorado y los lineamientos<br />
escolares de las instituciones.<br />
Por ejemplo, la prioridad al abordar el<br />
estudio de la literatura sigue siendo el análisis<br />
formal y estilístico, lo de menos es su significado<br />
profundo. Luego, entre las lecturas<br />
obligadas y las que se hacen por voluntad<br />
existe un abismo casi difícil de salvar. Por<br />
lo regular, además se desestima la literatura<br />
en el curriculum escolar como consecuencia<br />
del descrédito general de la enseñanza de<br />
las humanidades, consideradas como residuo<br />
del pasado, un adorno y no una necesidad.<br />
Esta seria situación desalienta tanto a<br />
profesores como a estudiantes para poner en<br />
práctica innovaciones de enseñanza y<br />
aprendizaje en literatura. Ser estudiante y ser<br />
lector son cualidades que no siempre son<br />
coincidentes; en la escuela y en el aula se<br />
refuerza la condición de estudiante en<br />
detrimento de la de lector (Villarrubia 2010).<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 35
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
Se sabe, como parecen indicar evaluaciones<br />
internacionales como el PISA (por sus siglas<br />
en inglés Programme for International<br />
Student Assessment) Programa Internacional<br />
para la Evaluación de Estudiantes, que en<br />
México la mayoría de los jóvenes de 15 años<br />
son capaces de decodificar un texto, pero<br />
no de interpretarlo y, tampoco, de hacerle<br />
frente críticamente (López Bonilla 2006).<br />
Otro referente se halla en el nivel de secundaria<br />
en España (lo que podría equipararse<br />
con nuestro nivel de preparatoria), en la región<br />
de Navarra, en donde se han evaluado<br />
las competencias lectoras 1 que poseen y<br />
carecen sus estudiantes; y coinciden con las<br />
competencias reflejadas en los procesos de<br />
lectura y escritura que se suscitaron en clase,<br />
y conforme a la producción de trabajos escolares<br />
de los estudiantes acorde a nuestra<br />
experiencia docente, durante dos semestres<br />
(agosto de 2008 a junio de 2009) en la preparatoria<br />
No. 25 Dr. Eduardo Aguirre Pequeño,<br />
de la Universidad Autónoma de Nuevo León:<br />
Competencias lectoras que dominan los<br />
alumnos:<br />
Comprenden la información explícita<br />
(con gráficos).<br />
Saben responder preguntas literales<br />
siempre que estén localizadas en el<br />
texto.<br />
Comprenden globalmente el texto.<br />
Captan las características de una historia<br />
narrada, sólo si son evidentes.<br />
Pueden identificar la idea principal<br />
del texto si son guiados.<br />
Comprenden los textos en sus aspectos<br />
más literales y explícitos, siempre<br />
y cuando no precisen de conocimientos<br />
previos complejos (académicos<br />
y de vida).<br />
Competencias lectoras que no dominan<br />
los alumnos:<br />
<br />
<br />
Encuentran dificultades en un tipo de<br />
lectura que exige más profundidad y<br />
precisión de pensamiento.<br />
Al discriminar posibilidades eligen<br />
aquellas opciones que se refieren a<br />
la finalidad en general, sin matices,<br />
sin profundizar.<br />
1<br />
Proyecto para la mejora de las competencias<br />
implicadas en la lectura. En el nivel de educación<br />
secundaria. Gobierno de Navarra. Departamento de<br />
Educación, 2008.<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
<br />
Tienen dificultad para deducir sin<br />
ayuda la idea principal del texto.<br />
Tienen problemas para organizar<br />
jerárquicamente la información.<br />
Fallan en tareas que les exige considerar<br />
información que aparece distribuida<br />
a lo largo del texto.<br />
Tienen dificultades para la comprensión<br />
de la estructura del texto: identificar<br />
sus partes, de qué tratan y su relación.<br />
Tienen dificultades cuando deben<br />
buscar información en el texto para<br />
justificar una premisa o comprobar<br />
una suposición o hipótesis.<br />
Tienen dificultades cuando tienen<br />
que buscar información en el texto<br />
que cumpla varios requisitos.<br />
Se les dificulta relacionar sus conocimientos,<br />
tanto de la vida como académicos,<br />
para interpretar la información<br />
del texto.<br />
Tienen problemas para emitir juicios<br />
críticos sobre el contenido del texto<br />
a partir de sus conocimientos de vida<br />
y académicos.<br />
Se ha concebido a la lectura como una<br />
especie de interacción entre el significado<br />
de la página escrita y la mente del lector. Más<br />
que una interacción, la lectura es un proceso<br />
de selección y construcción, de contenidos<br />
y significados, que sucede en un tiempo y<br />
contexto particular. La relación entre lector<br />
y signos contenidos en el texto es un cíclico<br />
vaivén que va de uno a otro lado, durante el<br />
cual cada uno es afectado incesablemente<br />
por la contribución del otro (Rosenblatt<br />
2002).<br />
La lectura de textos literarios implica el<br />
uso de códigos específicos para ser interpretados;<br />
los juegos virtuales, las películas y<br />
las conversaciones por chat también los<br />
emplean aunque diferentes, dado que las<br />
nuevas necesidades los han cambiado, o<br />
impuesto, acorde al contexto tecnológico y<br />
comunicativo en donde nos encontramos<br />
ahora. Una de las características de estos<br />
nuevos códigos es que no se encuentran regidos<br />
por la palabra impresa, por la escritura, mucho<br />
menos por el libro; predominan en ellos lo<br />
audiovisual y la interacción física, se trata<br />
de textos virtuales con acción y movimiento<br />
que precisan otro tipo de habilidades para<br />
codificarlos, decodificarlos, y sobre todo<br />
disfrutarlos. Habilidades que las nuevas generaciones<br />
han conocido y con las que han<br />
36<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
crecido: la televisión y la Internet (Gallardo<br />
2009).<br />
El libro impreso ha dejado de poseer el<br />
significado de las generaciones pasadas, ha<br />
perdido importancia como objeto cultural, siendo<br />
suplido por otros que portan las características<br />
que la informática y las telecomunicaciones<br />
requieren. No obstante, el acto de leer, aunque<br />
ha cambiado su forma, conserva su vigencia<br />
e importancia, por lo que es un acto que debe<br />
enseñarse y aprenderse a la par de los nuevos<br />
saberes. La lectura literaria es un instrumento<br />
de conocimiento que analiza, critica,<br />
pero sobre todo, divierte. Leer un texto es comprender<br />
e interpretar el entorno a través de él, es<br />
una forma útil de entenderlo y transformarlo.<br />
Podríamos deducir tempranamente que<br />
los adolescentes no gustan de leer no porque<br />
les disguste hacerlo, sino porque no saben<br />
decodificar el texto impreso, ya que sus habilidades<br />
de decodificación están desarrolladas<br />
y orientadas hacia el texto virtual e interactivo<br />
de lo audiovisual: “A nuestro juicio, se trata<br />
de la crisis de ciertas formas tradicionales<br />
de entender y fomentar la lectura de textos<br />
literarios y, no, necesariamente, de una crisis<br />
de la lectura, en general” (Ostria 2005).<br />
Es aquí donde los profesores deben encontrar<br />
la forma en que los adolescentes puedan<br />
acceder al texto escrito mediante competencias<br />
lectoras que incluyan este tipo de codificacióndecodificación<br />
de textos. Además, debe<br />
enseñársele al adolescente la importancia de<br />
la lectura literaria desde una perspectiva<br />
diferente, según la actualidad informática y<br />
telecomunicativa. La intención de abonar en<br />
propuestas didácticas constructivistas y<br />
multidisciplinarias tiene la intención de proporcionar<br />
al estudiante, a través de la lectura<br />
literaria, la herramienta necesaria no sólo para<br />
satisfacer las tareas escolares, sino para analizar,<br />
aprehender, comparar y tratar de transformar<br />
su realidad y entorno, accediendo al<br />
conocimiento explícito e implícito que el texto<br />
literario puede, indudablemente, proporcionarle.<br />
Lo que se ha escrito respecto de la enseñanza,<br />
didáctica y metodología de la literatura, es diverso<br />
y disímil (Venegas 2011). La literatura se ha<br />
centrado más en la enseñanza de su historia<br />
estrechamente vinculada con la enseñanza<br />
de la lengua más que como un objeto de estudio<br />
múltiple, con posibilidades reales de formación<br />
integral del estudiante, en cuanto a no sólo<br />
conocimientos, sino habilidades sociales que<br />
permitan el planteamiento y ejecución de<br />
habilidades para la resolución de problemas.<br />
Entre tanto, se busca concebir una didáctica<br />
de la literatura que sea comprendida y entendida<br />
como un conjunto definido de lineamientos<br />
metodológicos, acordes a cada contexto y<br />
participantes, que puestos en práctica en el<br />
aula, organicen la enseñanza de la literatura,<br />
así como el aprendizaje de las formas de análisis,<br />
lectura, escritura y comprensión de la obra<br />
literaria. Se persigue una enseñanza integral,<br />
interdisciplinaria y plurisignificativa que<br />
genere en el estudiante el gusto y el hábito<br />
por la lectura, y le permita crear habilidades<br />
y competencias para abordar el estudio de la<br />
literatura en cuanto a su percepción estética,<br />
pero también en su percepción sociohistórica<br />
y cultural.<br />
En una indagación bibliográfica panorámica<br />
hemos encontrado diversas referencias afines.<br />
La mayoría de los autores revisados coinciden<br />
en que la didáctica de la literatura implica<br />
diferentes procesos del desarrollo humano,<br />
ya que el individuo es una totalidad compuesta<br />
de diversos y particulares elementos<br />
inseparables de su proceso de formación<br />
implícitos en enseñanza y aprendizaje de la<br />
literatura. Así mismo, consideran que el desarrollo<br />
de la competencia lecto-literaria no<br />
sólo debe centrase en el estudio de la literatura<br />
con sus teorías de análisis estético, sino debe<br />
existir interacción entre literatura y otras<br />
ciencias, historia, sociología, psicología, para<br />
expandir el espacio de enseñanza y aprendizaje.<br />
El replanteamiento de la didáctica de la<br />
literatura desde una perspectiva integral,<br />
interdisciplinaria y plurisignificativa, lleva<br />
varias décadas y se ha cristalizado en diversas<br />
propuestas pedagógicas, en autores como<br />
Delmiro (2010), Gracyda (2010), Jover (2010),<br />
Ochoa (2010), Sierra (2010), Villarrubia (2010),<br />
Ramírez (2007), Palanco (2009), Lomas (2009),<br />
y Cassany (1994), Durán y Manresa (2008),<br />
entre otros.<br />
El trabajo didáctico de la literatura no se<br />
había asociado con una descripción y análisis<br />
de la literatura como producto lingüístico y<br />
comunicativo, considerando la abundante<br />
posibilidad que significaría el texto literario<br />
como objeto de estudio (teoría), como objeto<br />
de enseñanza (metodología) y como objeto de<br />
aprendizaje (práctica). Ahora, la perspectiva<br />
didáctica, como la describen los autores referidos,<br />
comienza a integrar otras propuestas,<br />
otros lineamientos metodológicos de la literatura,<br />
para vincular la teoría y la práctica con<br />
experiencias pedagógicas que en realidad<br />
trasciendan y formen integralmente al estudiante.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 37
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
Un objetivo perentorio de la enseñanza<br />
de la literatura, en preparatoria, es relacionarla<br />
con otras artes afines y otras manifestaciones<br />
de la inteligencia humana: cine, música,<br />
pintura, teatro, fotografía, historia, filosofía.<br />
Artes y ciencias que poseen un referente<br />
histórico y cultural, implícito en los textos<br />
literarios, vinculados entre sí y que merece<br />
la pena ser (re)conocidos. Ensanchar la mirada<br />
de los estudiantes, enseñarles a relacionar<br />
aquello que se fragmenta con rigorismos escolares<br />
y se desvirtúa o ignora por atavismos<br />
y prejuicios. Se defiende la idea de la interdisciplinariedad<br />
y diversidad al momento de<br />
abordar la literatura, que ésta no es un arte<br />
o disciplina aislada, sino se relaciona con<br />
todo tipo de arte, ciencia o disciplina. Debe<br />
existir una correlación entre la enseñanza<br />
de la literatura y de otras asignaturas. Es así<br />
como se construye el conocimiento humano<br />
(conceptos, teorías, leyes, términos, fórmulas,<br />
etcétera), con las aportaciones de diversas<br />
disciplinas; todo orientado hacia el objetivo<br />
común de comprender y (re)conocer nuestra<br />
realidad (Villarrubia 2010).<br />
La obra literaria no es estática, puede decirse<br />
que vive en la relación que se establece entre<br />
el lector y el texto: “el lector infunde significados<br />
intelectuales y emocionales a la configuración<br />
de símbolos verbales, y esos símbolos<br />
canalizan sus pensamientos y sentimientos.<br />
De este proceso complejo emerge una experiencia<br />
imaginativa más o menos organizada”<br />
(Rosenblatt, 2002).<br />
La experiencia literaria guarda diversos<br />
aspectos; por un lado, la literatura aborda y<br />
sirve la vida y necesidades humanas. Por otro<br />
lado se encuentra el aspecto estético, el propio<br />
del ejercicio literario que es la forma artística.<br />
En este último, el escritor no elabora propiamente<br />
una apreciación indirecta de la vida,<br />
sino que le añade una nueva experiencia<br />
mediante la obra de arte. La perenne diversidad<br />
de la literatura apoyada en la complejidad<br />
del ser humano, determinan la necesidad de<br />
preparar al alumno para adentrarse en el<br />
proceso personal de ir descubriendo la obra<br />
literaria a partir de su lectura. El profesor<br />
de literatura debe estar consciente de la<br />
amplia percepción de la naturaleza compleja<br />
que implica la experiencia literaria, ya que<br />
si no logra que el estudiante considere los<br />
elementos estéticos y sociales de esta experiencia<br />
implica incapacitarlo para que la<br />
comprenda de manera fructífera (Rosenblatt<br />
2002).<br />
Una propuesta didáctica para su enseñanza,<br />
debería plantear la construcción de<br />
prácticas educativas innovadoras para el<br />
abordaje de los contenidos con un énfasis<br />
lúdico que faculte al alumno para el autoaprendizaje<br />
incorporando técnicas de aprendizaje<br />
(González García 2005). En este sentido, el<br />
docente es el actor del proceso educativo con<br />
habilidades para guiar y encauzar a los estudiantes,<br />
identificando el contexto de aprendizaje,<br />
el reconocimiento de la realidad cambiante de<br />
los estudiantes acorde con su edad, para que<br />
ellos generen su propio aprendizaje en el<br />
quehacer docente de llevar a cabo actividades<br />
como tutoría, enseñanza, guía, investigación,<br />
administración, certificación del aprendizaje,<br />
desarrollo e incorporación de nuevas estrategias<br />
que faciliten el proceso de enseñanza-aprendizaje.<br />
Dentro de estas estrategias se encuentra<br />
la lectura literaria, una actividad cognitiva<br />
compleja que implica una interacción entre<br />
el lector y el texto (Gallardo 2009). Mediante<br />
la lectura, “el lector interpreta los contenidos<br />
textuales de acuerdo con sus conocimientos<br />
y las expectativas presentes” (Martínez 2002).<br />
La lectura es un “acto de la comprensión de<br />
un mensaje en una situación de comunicación<br />
diferida a través de textos escritos” (Colomer<br />
1997). Requiere conocimiento léxico, gramatical<br />
y fonético, y supone significado (Iza 2008).<br />
Sintéticamente, la literatura puede definirse<br />
como el arte de la expresión por medio de<br />
la palabra y como el conjunto de las producciones<br />
literarias de un país, de una época,<br />
de un género (Derrar 2005). Pero también,<br />
la literatura es la manera en que éstas se relacionan<br />
con las personas. Así, se podría considerar<br />
literario, cualquier texto que tenga una<br />
significación social, se relacione con cierto<br />
entorno, e influya en el tipo de actividades<br />
humanas. Considerando esta cualidad de la<br />
literatura, en lo educativo, puede contribuir<br />
al proceso de maduración de la personalidad<br />
del estudiante, al desarrollar su capacidad<br />
crítica y creadora, y su sentido lúdico y<br />
creativo (Palanco 2009).<br />
La lectura es una actividad cognitiva<br />
compleja que implica la interacción entre el<br />
lector y el texto; pero la escritura también<br />
constituye una herramienta para acercarse a<br />
la literatura. Se debe brindar a los estudiantes<br />
la oportunidad de escribir, de investigar,<br />
de redactar diversos materiales como imitación<br />
y recreación de textos literarios (Villarrubia 2010).<br />
La intención es que el proceso didáctico<br />
funcione como un agente formador de con-<br />
38<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
ciencia, de pensamiento, reflexión y acción,<br />
principalmente en los alumnos adolescentes<br />
de tercer semestre de preparatoria, a quienes<br />
va dirigida, así como a los profesores encargados<br />
de implementarla. Lo anterior requiere<br />
una visión distinta de la labor docente: una<br />
formación gradual sólida en cuanto al campo<br />
de conocimiento que se enseña, así como<br />
una selección y organización pertinente de<br />
los contenidos, coherente con el tipo de contexto<br />
y de estudiantes, y una actitud y disponibilidad<br />
para trabajar en su propio aprendizaje<br />
por parte de los estudiantes.<br />
Esta propuesta será vital para reflexionar<br />
acerca de las condiciones en que se dan los<br />
procesos de enseñanza y aprendizaje de la<br />
literatura, así como agente que coadyuve el<br />
despertar de la conciencia del alumno por<br />
conocer su realidad.<br />
En el nivel medio superior de educación,<br />
uno de los principales retos pedagógicos al<br />
trabajar con adolescentes es proponerles y<br />
vincularles contenidos y actividades de interés<br />
prioritario para su vida. Así, no es tarea fácil<br />
habituarlos a la lectura literaria con el propósito<br />
de conocer su persona y su entorno, comprenderlo<br />
y tratar de mejorarlo. Se trabaja<br />
con individuos que presentan características<br />
y singularidades que vale la pena tomar seriamente<br />
en cuenta al momento de iniciar la<br />
interacción educativa. Ésta se articula de acuerdo<br />
con la forma como los adultos percibamos e<br />
interpretemos a los adolescentes y sus comportamientos,<br />
y con ello, les adjudicamos<br />
significado a sus conductas y visualizamos<br />
potencialidades o limitaciones (Funes 2003).<br />
La percepción predominante acerca de<br />
los adolescentes es la de individuos inmersos<br />
en situaciones problemáticas que precisan<br />
mucho que aprender. No obstante, también<br />
se distinguen importantes características de<br />
conocimiento y madurez, como la autosuficiencia,<br />
y a necesidad de descubrir y experimentar,<br />
quizás no reconocidas por ellos mismos<br />
ya que se encuentran en una etapa clave de<br />
transformación: lo que son y lo que descubren<br />
desean ser. Esto matiza sus relaciones con sus<br />
congéneres, impactando en sus concepciones,<br />
posibilidades, sus pretensiones, y sus limitaciones.<br />
No poseen mayores apegos, pero<br />
su entusiasmo es periódico e influenciado<br />
por sus estados de ánimo (Funes 2003).<br />
Al tratar de educarlos es necesario considerar<br />
este complejo mundo personal en proceso<br />
de construcción. La labor pedagógica con<br />
adolescentes consiste en diseñar formas de<br />
intervención que modifiquen, en la medida<br />
de lo posible, sus situaciones problemáticas.<br />
No obstante, este proceso no está exento de<br />
dificultades.<br />
El propósito pedagógico de una propuesta<br />
integral es que el docente logre, de<br />
acuerdo con Lomas (2009):<br />
Acercar la literatura a los adolescentes; fomentar<br />
hábitos de lectura y actitudes de aprecio<br />
de las obras literarias y del uso creativo del<br />
lenguaje; asegurar el conocimiento de parte<br />
de nuestro patrimonio literario, obras y autores<br />
representativos; instruir a los alumnos en el<br />
análisis de los textos; comprensión el texto<br />
literario (capacidad de análisis e interpretación)<br />
y apreciación de la literatura, provocando el<br />
placer estético y literario; y emancipar en lo<br />
posible a los adolescentes a través de la<br />
lectura literaria.<br />
Por otra parte, se persigue que el alumno<br />
pueda, con base en Cassany (1994):<br />
Alcanzar gradualmente una competencia<br />
literaria, convertirse en un buen usuario de<br />
la literatura; disfrutar la lectura literaria;<br />
reconocer el arte de la literatura; saber leer e<br />
interpretar un texto literario; poseer criterios<br />
para seleccionar un libro según sus intereses<br />
y sus gustos; incorporar la literatura a su vida<br />
cotidiana conociendo gradualmente autores,<br />
obras, épocas, estilos.<br />
Una propuesta didáctica ideal tendría que<br />
retomar el desarrollo de las competencia lectoliteraria<br />
que consiste en la capacidad de localizar<br />
y extraer información de un texto, de<br />
interpretarlo, de reelaborarlo personalmente,<br />
de hacer valoraciones personales y críticas<br />
respecto del contenido de la lectura y de<br />
reflexionar sobre los aspectos formales y<br />
lingüísticos del texto (Gobierno de Navarra,<br />
2008). Es el conjunto de capacidades cognitivas,<br />
lingüísticas y culturales que permiten a un lector<br />
realizar el acto eficaz de lectura (Mendoza<br />
Fillola 2001). Así mismo, esta competencia compleja,<br />
implica la adquisición de conocimientos,<br />
el desarrollo de habilidades, de procesos<br />
cognitivos y de actitudes que favorezcan<br />
procedimientos como leer, escuchar, hablar,<br />
escribir, interpretar, analizar, relacionar, valorar<br />
y comparar textos literarios; favorecer su<br />
análisis en tanto identificar y relacionar los<br />
elementos que los componen; y actitudes de sensibilidad,<br />
crítica, reflexión y acción (Cassany 1994).<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 39
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
Adentrarse en la literatura a través de la<br />
lectura, acorde con el equipo intelectual y<br />
emocional que posea el individuo y lo que<br />
éste pueda aprehender de este arte, incide<br />
de alguna manera en el pensamiento y praxis<br />
del individuo, al coincidir sus experiencias<br />
de vida y lenguaje con las que identifique en<br />
la obra literaria. Proceso que no es sencillo,<br />
pues tanto en la vida como en la lectura<br />
soslayamos elementos de importancia de<br />
acuerdo con nuestras carencias:<br />
La vida presenta una masa confusa de detalles<br />
de los cuales seleccionamos, para prestarles<br />
atención, sólo aquellos que se relacionan con<br />
nuestros intereses prácticos. Incluso en ese<br />
caso nuestra atención no se centra en los<br />
detalles mismos sino en su valor práctico…<br />
Sin embargo se reconoce cada vez más el<br />
hecho de que, de manera subconsciente,<br />
respondemos a menudo de forma cualitativa<br />
al ambiente que nos rodea. En nuestra aproximación<br />
a una obra de arte el interés está<br />
centrado precisamente en la naturaleza y la<br />
calidad de lo que se nos ofrece (Rosenblatt<br />
2002).<br />
A partir del planteamiento de la propuesta<br />
didáctica De la motivación por la lectura<br />
literaria mediante su análisis diversificado,<br />
se pretende motivar y desarrollar en el estudiante<br />
de bachillerato, habilidades para la<br />
lectura literaria por medio del acceso diversificado<br />
al texto literario y del reconocimiento de la<br />
condición mexicana contenida, como curso<br />
de capacitación y nivelación, y se establecen<br />
los siguientes objetivos:<br />
1. Promover el hábito de la lectura literaria<br />
a través del análisis diversificado<br />
–apoyado en artes afines como la música<br />
y el cine– de obras literarias y sus<br />
propuestas, de reconocidos autores<br />
mexicanos y latinoamericanos.<br />
2. Distinguir algunos de los rasgos de la<br />
realidad contenida en la obra literaria<br />
que se refleja en la experiencia de vida<br />
y de lenguaje propios de los lectores.<br />
3. Facilitar el cambio de actitud en los<br />
alumnos hacia la literatura a través<br />
de la lectura literaria, apoyada en el<br />
análisis diversificado, describiendo<br />
los rasgos de la realidad aprehendidos<br />
en el texto, vinculados con su experiencia<br />
de vida y lenguaje, expresándolos<br />
mediante un escrito propio.<br />
La dinámica de implementación de la<br />
propuesta didáctica consiste en desarrollar<br />
e incorporar habilidades de lectura a través<br />
del análisis y reconstrucción de algunos<br />
textos de literatura que incluyen elementos<br />
distintivos de la realidad propia del texto y<br />
aquella del lector, impregnada en su experiencia<br />
de vida y de lenguaje, así como desarrollar<br />
habilidades de crítica analítica a través de<br />
la comparación y discriminación de algunos<br />
de estos elementos distintivos.<br />
Lo anterior, mediante la implementación<br />
y ejecución y evaluación de técnicas y<br />
actividades como: interrogatorio diagnóstico<br />
a los estudiantes con el propósito de conocer<br />
los conocimientos, ideas, pensamientos y actitudes<br />
que posean ante el texto literario y su<br />
temática que se abordará; discusión entre las<br />
estudiantes acerca de temáticas desprendidas<br />
del cuestionario y de la lectura guiada;<br />
presentación de la obra literaria seleccionada<br />
y su autor y su apreciación, dirigida por el<br />
profesor; lectura dirigida de manera individual<br />
y grupal del texto literario abordado;<br />
(re)interpretación del texto literario abordado<br />
con la producción opcional por parte de los<br />
estudiantes de un producto integrado de<br />
aprendizaje mediante la redacción de escrito<br />
de corte reflexivo, redacción literaria de trama<br />
alterna de obra, composición plástica, literaria<br />
y/o musical (opcional), y presentación de un<br />
trabajo escrito.<br />
Comentarios finales<br />
Desde la antigüedad, Comenio planteaba que<br />
el acto de enseñar debe atender primordialmente<br />
tres cosas: tiempo, objeto y método;<br />
desplegándose entre enseñar-aprender,<br />
palabras-cosas, leer-escribir. La importancia<br />
del lenguaje, de la palabra escrita y pronunciada<br />
mediante la lectura, cobra relevancia<br />
dentro de la formación integral –no sólo de<br />
aprehensión de la doxa– del ser humano.<br />
Dentro de este planteamiento, el maestro<br />
debe encarnar el método de enseñanza, pero<br />
también él mismo ser modelo para sus alumnos<br />
(Comenio 2007). La importancia de enseñar<br />
y aprender a través del acceso a la palabra,<br />
mediante la lectura y la escritura, es un<br />
requisito para los participantes, profesores<br />
y alumnos, del acto educativo.<br />
En la actualidad existe total consenso en<br />
señalar la exigencia de una nueva función<br />
en la concepción y en la formación en el<br />
sistema educativo, una función que propicie<br />
40<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
la congruencia con la realidad cambiante a<br />
través de un mayor acercamiento. Esta nueva<br />
función implica desafíos para la formación<br />
evitando seguir centrándose en la mera<br />
transmisión de conocimientos y habilidades,<br />
sino en generar también capacidades, eje<br />
central y noción principal de la formación,<br />
la cual transforma y hace progresivas las<br />
capacidades, las cuales se orientan a lo cognitivo,<br />
lo psicomotor, lo comunicativo y lo<br />
interactivamente social, implicando la capacidad<br />
de adaptación al cambio, la de raciocinio, la<br />
de comprensión y la de solución de situaciones<br />
complejas. En conjunto, las capacidades, las<br />
habilidades y los conocimientos constituyen<br />
las posibilidades de aprendizaje del individuo,<br />
con lo cual se forman las competencias (Ruiz<br />
2007).<br />
La competencia es un saber hacer con<br />
conciencia. Es un saber en acción. Un saber<br />
cuyo sentido inmediato no es describir la realidad,<br />
sino modificarla; no definir problemas sino<br />
solucionarlos; un saber qué, pero también un<br />
saber cómo. Se desarrollan a través de experiencias<br />
de aprendizaje en cuyo campo de<br />
conocimiento se integran tres tipos de saberes:<br />
conceptual (saber conocer), procedimental<br />
(saber hacer) y actitudinal (saber ser). Son<br />
aprendizajes integradores que involucran la<br />
reflexión sobre el propio proceso de aprendizaje<br />
(metacognición). Las competencias son, por<br />
tanto, propiedades de las personas en permanente<br />
modificación que deben resolver problemas<br />
concretos en situaciones de conflicto<br />
(Villa 2007; Hawes 2004).<br />
Sintéticamente podemos decir que la literatura<br />
es el producto de un uso comunicativo<br />
lingüístico de carácter social y cultural, que<br />
puede ser empleada como instrumento de<br />
asentamiento de las competencias comunicativa<br />
y lectora –y también literaria– de la lengua<br />
(Diez 2003). Residen en ella elementos de diverso<br />
orden que, al reconocerla e interpretarla, permiten<br />
comprender el contexto histórico determinado<br />
al cual pertenece. A través del acceso a<br />
la literatura, mediante la lectura, el individuo<br />
puede conocer su realidad presente y pasada,<br />
y de alguna manera vislumbrar la futura.<br />
Acceder a la palabra, conocerla, interpretarla,<br />
transformarla. Freire señala (Palacios 1999)<br />
que en la medida como el individuo reflexiona<br />
sobre su contexto y se compromete, se construye<br />
a sí mismo y llega a ser sujeto; el individuo<br />
llega a ser sujeto al reflexionar sobre<br />
su situación, sobre su ambiente. Educar no<br />
es someter, es crear conciencia, y para que la<br />
acción educativa sea válida debe ir precedida<br />
forzosamente de una reflexión sobre el individuo<br />
y de un análisis del medio de vida concreto<br />
de los individuos a educar. El vehículo<br />
es la palabra, dado que el ser humano es un<br />
ser de comunicación, se hace en la palabra<br />
ligada a la acción y a la reflexión (lo que<br />
saca de su interior al exterior); en el diálogo<br />
se afirma. La palabra es la praxis para transformar<br />
el entorno. Existir como ser humano<br />
es pronunciar al mundo y transformarlo.<br />
El objetivo de la educación implica crear<br />
la capacidad de actitud crítica permanente,<br />
la cual permita al individuo captar su situación<br />
como limitante y transformable. Educar<br />
no es transmitir conocimientos hechos y<br />
estáticos; es crear una situación pedagógica<br />
en donde el individuo se descubra a sí mismo<br />
y haga conciencia de su entorno, reflexionando<br />
y descubriendo las posibilidades de reestructurarlo<br />
y modificarlo; consiste en la aprehensión<br />
crítica de la realidad y su transformación,<br />
donde la reflexión y la acción son elementos<br />
básicos, inseparables, del proceso educativo.<br />
Y el acto de leer es un método para educar.<br />
Pero leer no sólo implica pasar los ojos<br />
por las letras y conocer el significado de las<br />
palabras; posee mayor complejidad, implica<br />
algo entender el sentido de cada una de las<br />
palabras, darles un sentido dentro del texto,<br />
interpretarlas, relacionarlas con el entorno,<br />
comprender su estética, relacionarlas con el<br />
contexto en donde fueron producidas,<br />
buscarles sentido dentro de su experiencia,<br />
pero gozándolas y disfrutándolas (Ruffinelli<br />
1998). Leer es una habilidad comunicativa<br />
que el estudiante tiene que conocer y dominar<br />
para desenvolverse en la sociedad (Gallardo<br />
2009). Leer es conocer a otros individuos y<br />
otros entornos gracias a las palabras que se<br />
encuentran en un texto y que puede contrastarse<br />
con el aquí y el ahora del estudiantelector.<br />
Es un acto interpretativo del mensaje<br />
escrito, partiendo de la información que el<br />
texto proporciona, como de los conocimientos<br />
que el lector posea (Gallardo 2009).<br />
Acorde con Freire, la función del educador<br />
es la de despertar y desarrollar la conciencia<br />
crítica de los educandos; posibilitar el análisis<br />
problematizado de las relaciones interactuantes<br />
en la organización de la vida y el medio.<br />
Su tarea no encaja en el esquema de transmisiónasimilación<br />
del proceso educativo tradicional<br />
de entregar al alumno conocimientos terminados<br />
y asimilados pasivamente. La práctica educa-<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 41
De la motivación por la lectura literaria mediante su análisis diversificado / Carlos Gerardo Castillo Alvarado<br />
tiva debe conducir a una auténtica liberación<br />
del individuo mediante el uso de la palabra,<br />
rechazando la mera transferencia y depósito<br />
de contenidos estáticos en las mentes acríticas<br />
de los alumnos. La alfabetización, el aprendizaje<br />
del código lingüístico, y la concientización,<br />
el desciframiento de la realidad vivida, son dos<br />
elementos inseparables para Freire, pueden<br />
ser aprehendidos a través de la lectura del texto<br />
literario. Alfabetizar es concientizar, es enseñar<br />
a los analfabetos a reflexionar y expresar su<br />
experiencia y su situación, hacerlos actores<br />
de su propia historia; la alfabetización liberadora<br />
enseña a pronunciar el mundo y transformarlo<br />
(Palacios 1999). Otro enfoque, como<br />
el de Freinet (1998), concibe la educación<br />
como un proceso dinámico el cual está sujeto<br />
a cambios dados por el tiempo y las condiciones<br />
de la sociedad; es por tanto necesario transformar<br />
la escuela y el proceso de enseñanza<br />
y aprendizaje para tratar de (re)adaptarla a<br />
la vida y al entorno. Pero no sólo es tarea del<br />
profesor, es necesaria la toma de conciencia<br />
por parte de todos los participantes, concibiendo<br />
la educación como una necesidad<br />
real.<br />
La innovación de la enseñanza de la<br />
literatura, en el nivel de preparatoria, es tarea<br />
compleja, pero no imposible. Uno de los objetivos<br />
básicos del nivel medio superior es ayudar<br />
a los estudiantes a depurar sus capacidades<br />
de comprensión e interpretación. Llevar a<br />
este objetivo requiere tiempo y atención, de<br />
las necesidades y características de los estudiantes<br />
para evitar caer en la mera memorización<br />
o aprendizaje sin significado (Villarrubia<br />
2010). La literatura sirve para entender al<br />
mundo, y a nosotros mismos, esta idea debe<br />
inculcarse en los estudiantes, aunque no<br />
siempre puede hacerse por diversas razones.<br />
Es necesario seguir trabajando.<br />
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42<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
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Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 43
Creación<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 45
Poesía<br />
Leticia Herrera<br />
La misma de siempre<br />
renuncio<br />
ya lo intenté<br />
lo juro<br />
perseguí con denuedo<br />
el atuendo de señora<br />
arrumbando mis aires de clochard<br />
mi pretensión de enfant terrible<br />
dejé de beber alcohol por las mañanas<br />
o las noches<br />
dejé de buscar el amor de los hombres<br />
dejé de llamar de convocar de pedir<br />
de hacerme la aparecida en la vida de alguno<br />
dejé de decir todo lo que pienso<br />
de quien lo pienso y me volví discreta<br />
humilde sosegada prudente sobria<br />
dejé la terapia y las pastas<br />
busqué a Dios<br />
pedí consejo<br />
escuche y leí con atención<br />
del opus dei<br />
los legionarios<br />
la acupuntura<br />
el fin del mundo<br />
la meditación<br />
el ascetismo<br />
las piedras los astros<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 47
Poesía / Leticia Herrera<br />
y nada me ha conmovido<br />
nada ha podido acallar<br />
mis hambres<br />
me sigo siendo yo misma<br />
seguí pensando en voz baja<br />
las mismas atrocidades<br />
las mismas bajas pasiones<br />
los mismos enojos<br />
el mismo cinismo<br />
la misma incredulidad<br />
brotándome por los cabellos<br />
y porque de nada sirve<br />
apacentar a un girasol<br />
y porque de nada sirve degollarme<br />
si pienso con la entraña<br />
es que vuelvo de mí hacia mí<br />
con todas las nuevas ideas<br />
revoloteando<br />
mientras hago el amor<br />
48<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Poesía / Leticia Herrera<br />
La vida<br />
podría morirme en un ratito<br />
tener un accidente vascular<br />
quedarme vegetal a las dos treinta<br />
de este jueves de junio<br />
caer de cabeza en la alfombra<br />
asustar al gato<br />
podría callarme<br />
mirar el muro que se desgaja<br />
sacar mis conclusiones<br />
vivir<br />
morir<br />
qué insipidez<br />
podría quitar a Piazzola<br />
o dejarlo que toque<br />
tomarle al café o no<br />
irme a otro cuarto<br />
recostarme y saludar<br />
al chango de peluche<br />
podría cocinarme un<br />
filete a la pimienta<br />
beberme una botella de vino<br />
cortarme las venas<br />
con desgano<br />
soy un adulto<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 49
Poesía / Leticia Herrera<br />
Manías<br />
tallarse hasta casi sangrar la piel<br />
como arrojar al caño<br />
los más impuros pensamientos<br />
decirlo todo de primera intención<br />
pensando siempre impulsivo<br />
que el otro se quiere ir sin escuchar<br />
pensar que eres idiota de nacencia<br />
que antes o después los otros<br />
descubrirán el fraude la impostura<br />
quererlo todo y quererlo ya<br />
anclado en tu etapa oral<br />
donde la ausencia es morirse<br />
mentir sin hacer un solo gesto<br />
porque quien dice la verdad<br />
se queda solo para siempre<br />
hablar con los gatos callejeros<br />
confiar en ellos no en los hombres<br />
llevártelos a vivir a casa<br />
aplazar el sueño hasta el cansancio<br />
dejarlo llegar arrastrándose<br />
muelle en su paso de caracol<br />
huir de la virtud como del miedo<br />
con el cuerpo en ventolera<br />
y los labios abiertos al beso<br />
50<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Poesía / Leticia Herrera<br />
Hoy<br />
hoy no escribiré un poema amoroso<br />
no estaré lánguida esperando que el mundo<br />
me regale el amor que anhelo<br />
un par de piernas en su sitio<br />
un sexo alegre y juguetón<br />
ideas que salgan a despeinarse al día<br />
dionisios como dios de cabecera<br />
una dosis de ternuras pertinente<br />
para que nadie salga lastimado<br />
no hoy no<br />
porque no puedo<br />
no siempre se puede creer en lo que se cree<br />
a veces cuando mucho<br />
te sientas a mirarte<br />
y te perdonas<br />
quiero gritar quiero morder a un perro<br />
arrancarle las orejas a alguien matar o que me maten<br />
quiero ser despreciable<br />
pero de veras despreciable<br />
no como este ridículo modo de serlo<br />
sentadita propia<br />
escribiendo poemas mientras me pudro<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 51
Poesía / Leticia Herrera<br />
Ajena<br />
no soy yo la que me mira con disgusto<br />
es la que quisiera ser el puerto la llegada<br />
ésta que soy por contrario<br />
atada a manías y enfermedades<br />
terminales (acabarán conmigo<br />
sin dudarlo) no tiene ningún valor<br />
es una golfa vestida de intelectual<br />
que brama por habitar al hombre<br />
cada día<br />
y esa que soy que apesta que lo debe todo<br />
esa es la única que tengo cuando amanece<br />
y las rayas de la cama en la cara<br />
son como rutas<br />
del mundo que conozco<br />
estrechas pusilánimes<br />
no me mires así no es justo<br />
cada quien es como va siendo<br />
yo mañana reviento pero tú<br />
52<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Poesía / Leticia Herrera<br />
El corazón<br />
el corazón del hombre se estremece<br />
duerme crece decrece se entumece<br />
es un órgano flexible y necesario<br />
que a veces dejamos en el rincón<br />
a que se pudra<br />
pero las manos tienen sed de tocar<br />
el ojo no sabe estarse sin su objeto<br />
de deseo los pies caminan sin concierto<br />
si no llevan a alguna parte donde viva Eros<br />
las rodillas son algo frías pero muestran su estupor<br />
si no duermen al lado de piernas ajenas<br />
y el pelo de triste cae o se emblanquece<br />
si con el paso de los años no hay alguien<br />
que lo enrolle desenrolle como si en ello<br />
se le fuera la vida y sus anhelos<br />
cuando estos acontecimientos concatenados<br />
arrojan el resultado de un individuo triste<br />
entonces el corazón recobra su marimba<br />
pide argumenta razona y si no se le hace caso<br />
duele<br />
cuando duele es momento de atenderlo<br />
de decir que sí<br />
esto es el amor y el corazón<br />
su representante más preciado<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 53
Ensayo
Sobre la literatura llamada juvenil<br />
Dalina Flores Hilerio<br />
Es incuestionable que los paradigmas para<br />
establecer un canon son impuestos por grupos<br />
de poder que, a partir de sus funciones en el<br />
sistema de producción, legitiman diferentes<br />
prácticas sociales. En este proceso de legitimación<br />
y reconocimiento de los productos<br />
culturales se establecen criterios de evaluación<br />
orientados a dar vigencia a distintas manifestaciones<br />
artísticas. La literatura, en Occidente,<br />
no ha sido ajena a esta validación, a través<br />
de diferentes prácticas, dentro de las que<br />
destacan, como ya hemos dicho, la producción<br />
y reproducción de los discursos, a través de<br />
los canales (que implican la difusión, distribución<br />
y comercialización de libros y autores),<br />
dentro de los que se encuentra la discusión<br />
académica en torno a sus temas y productos.<br />
Los textos literarios que se inscriben dentro<br />
de la tendencia editorial conocida como<br />
literatura juvenil, en México, han sido víctimas<br />
de estas dos grandes omisiones: no se difunde<br />
apropiadamente y casi no se discute en espacios<br />
académicos formales.<br />
Las causas de este abandono pueden ser<br />
múltiples, pero una de las más probables es<br />
que, igual que la infantil, la literatura juvenil<br />
es considerada, por algunas cúpulas artísticas<br />
e intelectuales, como un subgénero que por<br />
ser para ‘adultos incompletos’ no tiene la<br />
seriedad propia que el nivel literario canonizado<br />
exige. Lejos de creer que esta forma particular<br />
sea un subgénero o una manifestación<br />
embrionaria de la literatura, hemos visto que,<br />
independientemente del éxito comercial y<br />
literario de producciones creadas para este<br />
público, en el mundo anglosajón han tenido<br />
gran éxito obras y autores que escriben para<br />
el público juvenil, como la saga de Harry<br />
Potter, Los juegos del hambre y otras menos<br />
afortunadas como las series de Stephanie<br />
Meyer. Independientemente del mercado en<br />
inglés, estas obras suelen traducirse al español<br />
para estar al alcance de los hispanohablantes<br />
ya que el público joven, con peculiaridades<br />
evidentes, también es un ‘consumidor’ que<br />
estimula y exige la creación de sus propios<br />
universos.<br />
De acuerdo con Filippe Aries, el concepto<br />
de juventud, entendido como “un sector de<br />
población con características propias, es<br />
resultado del desarrollo de las fuerzas productivas<br />
en Occidente, consecuencia de la necesidad<br />
de la sociedad burguesa emergente de preparar<br />
a los individuos para su integración efectiva<br />
a la vida productiva y social de un grupo<br />
con características exclusivas”. Por ello, la<br />
escuela y la vida escolar representan un espacio<br />
que acota los intereses y temáticas de<br />
estas comunidades, quienes establecen sus<br />
propios códigos y lenguajes para interactuar.<br />
“La juventud se desarrolló en el sistema escolar,<br />
que se volvió el principal agente del ‘desarrollo<br />
de las potencialidades individuales’. … La<br />
vida escolar es el contexto básico o crucial de<br />
la juventud”. La visión de la literatura juvenil<br />
contemporánea no está exenta de este enfoque,<br />
pero además, integra a sus propuestas las nuevas<br />
realidades, como la virtual y el mundo<br />
tecnológico, tan distantes del mundo adulto<br />
tradicional. A eso, quizás, se deba el rechazo<br />
que muchos escritores y críticos literarios<br />
consagrados sienten por la literatura juvenil.<br />
Por otra parte, la condición biológica del<br />
joven, que no es determinante en ningún<br />
sentido para clasificar el gusto literario, también<br />
determina la forma en que se procesa el texto<br />
a través de su lectura, pues la capacidad del<br />
adolescente para el desarrollo del pensamiento<br />
hipotético deductivo se dispara a partir de<br />
la complejidad que ofrece la literatura. La<br />
producción de libros infantiles se determina<br />
por el estadio psicogenético de sus lectores<br />
ya que en la infancia, hasta cierto punto, esta<br />
condición está en evolución pero con<br />
patrones que podríamos considerar estables.<br />
La condición del joven, al contrario, presenta<br />
una serie de manifestaciones que rompen con<br />
la afabilidad del mundo infantil y lo conducen<br />
no sólo a la rebeldía natural contra lo establecido,<br />
sino a la crítica profunda de su realidad.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 57
Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />
El adolescente está listo para generar<br />
nuevos vínculos y relaciones afectivas determinantes<br />
más allá de las familiares, y ello lo<br />
conduce a un estado en donde la búsqueda<br />
de la aceptación es primordial para afianzarse<br />
con cierta seguridad en el mundo. “Cuando<br />
la estructura social hace posible los lazos<br />
directos entre los adolescentes, pueden estos<br />
desarrollar el sentimiento de particularidades<br />
propias y de una conciencia común” (Aries),<br />
de ahí la importancia que la literatura tiene<br />
entre los jóvenes, ya que ésta les otorga la<br />
posibilidad de reconocerse y conocerse en<br />
el otro; de crear sus propios mundos. Es fundamental<br />
promover en ellos la lectura, acercándoles<br />
el mayor número de propuestas literarias.<br />
En este sentido, escribir, pero sobre todo,<br />
leer literatura (para jóvenes, niños, adultos)<br />
puede tejer la urdimbre para sostener numerosas<br />
relaciones afectivas entre diferentes<br />
usuarios de la cultura escrita. En Biblionautas<br />
consideramos que la función de un maestro,<br />
promotor o gestor cultural, lejos de ser prescriptiva,<br />
tendría que orientarse hacia la construcción<br />
de puentes que permitan que el lector integre<br />
su propia experiencia con la experiencia literaria;<br />
y ello, a su vez, podría acercar a los adultos,<br />
de forma genuina, a los temas que interesan<br />
a los jóvenes actuales, y que han abordado<br />
algunos autores mexicanos contemporáneos<br />
a través de propuestas literarias lúdicas y<br />
complejas que apuestan por la integración<br />
de diversas habilidades cognitivas, sociales,<br />
lingüísticas y emotivas para su interpretación,<br />
pero cuyo fin ulterior es el gozo. Debido a<br />
esta función integradora del texto literario,<br />
algunas propuestas de la literatura llamada<br />
juvenil, así como otras producciones derivadas<br />
de tradiciones literarias legitimadas,<br />
ofrecen las circunstancias para formar comunidades<br />
de lectura y, con ello, la posibilidad<br />
de la construcción de un mundo más solidario.<br />
La naturaleza de la literatura que se<br />
produce actualmetne para los jóvenes sería<br />
suficiente para sostener el valor de su promoción<br />
y consumo sin importar la edad del lector,<br />
ya que, entre otras cosas, presenta al adulto<br />
una construcción tan detallada y compleja<br />
del mundo juvenil, que también se identifica<br />
inmediatamente con el joven que alguna vez<br />
fue, precisamente por la capacidad evocativa<br />
y de actualización del arte, sin recurrir a moralejas<br />
chocantes o descontextualizadas. Por<br />
ello, algunas producciones de la literatura<br />
‘para jóvenes’ pueden servir como vehículo<br />
para fomentar el respeto y la inclusión. Sin<br />
embargo, dentro de lo literario, este proceso<br />
se lleva a cabo desde el gozo y no a partir de<br />
la imposición de dogmas.<br />
Ahora bien, es necesario cuestionar la función<br />
de la escuela y de las editoriales en la difusión<br />
de los textos reconocidos como juveniles. Cuando<br />
nos referimos a su difusión, no sólo estamos<br />
considerando su divulgacióna través de concursos,<br />
ferias, presentaciones, etc., ya que es<br />
una de las tendencias editoriales más evidentes:<br />
crear lectores que consuman estos productos.<br />
Lo que nos preocupa, en este caso, es que, al<br />
no abordarse en espacios formales para su<br />
discusión, ni promover estrategias reales para<br />
acercar a los lectores, estos temas y recursos<br />
tienden a proyectar una imagen confusa entre<br />
el público y la crítica, porque, también, algunos<br />
editores buscan más el éxito comercial de una<br />
historia, que su calidad literaria.<br />
Una revisión rápida sobre la práctica de<br />
lectura en la escuela nos permite corroborar<br />
que se está enfatizando la función eferente<br />
de la literatura, entendiéndola como un vehículo<br />
moralizador y formativo; esta inclinación<br />
también se percibe en el ámbito editorial. Es<br />
decir, muchas ediciones están diseñadas para<br />
ser productos de consumo por públicos específicos<br />
(que, además, tienden a ser voraces),<br />
donde sobresalen los triángulos amorosos,<br />
los personajes estereotipados y un enfoque<br />
didáctico como propósito final de la experiencia<br />
lectora, pero que nada aportan desde lo literario.<br />
Leer una novela de estas características sería<br />
casi como estar frente al televisor.<br />
Sin duda, algunos críticos podrían considerar<br />
que lo que se difunde como literatura<br />
juvenil, entonces, consiste en un corpus de<br />
historias sencillas, con un lenguaje llano y<br />
directo, que aborda temas propios de la<br />
adolescencia y que tienden a dejar una moraleja<br />
o moralización en el lector. Eso es lo que<br />
debería replantearse al proponer un análisis<br />
serio de esta producción artística: hasta<br />
dónde las etiquetas limitan y determinan la<br />
producción literaria; como bien lo ha señalado<br />
Francisco Hinojosa, respecto a la literatura<br />
infantil, en el ámbito juvenil ocurre lo mismo:<br />
“hay que diferenciar: existen libros para niños<br />
y literatura para niños. De literatura no hay<br />
tanta. Y la crítica piensa que todo lo que se<br />
escribe para niños pertenece a la categoría de<br />
esos libros que son medio tontos y que no<br />
tienen intención literaria”. En este sentido,<br />
tampoco todo lo que se escribe pensando en<br />
el público joven es literatura.<br />
58<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />
Paradójicamente, también, algunos<br />
autores cuyas propuestas literarias juveniles<br />
son de gran calidad, producen literatura para<br />
‘adultos’ que se ve desvalorada porque las<br />
críticas y las tendencias terminan por encasillarlos<br />
en un tipo particular de escritura,<br />
sin tomar en cuenta que toda su producción,<br />
más allá de la etiqueta, puede ser leída,<br />
apreciada y disfrutada por cualquier lector<br />
sensible e inteligente, independientemente<br />
de su edad.<br />
Los textos literarios, independientemente<br />
de las etiquetas, tienen mucho que aportar a<br />
cualquier lector, sin importar ningún rasgo<br />
de su condición (social, afectiva, cronológica<br />
o de género). Cuando se puso de moda el<br />
adjetivo ‘femenina’ para aludir a la literatura<br />
escrita por mujeres, algunas escritoras se<br />
sintieron discriminadas, ya que la tradición<br />
ubicaba su obra, sin hacer ningún tipo de<br />
distinción, como un género en particular (a<br />
pesar de ser multigráfica), además de incluir<br />
en ella cualquier tipo de texto: era tan literatura<br />
femenina la obra de Almudena Grandes<br />
como la de Marcela Serrano o Carmen Boullosa.<br />
El criterio de clasificación radicaba en una<br />
cuestión de género y no en recursos literarios<br />
particulares.<br />
Dentro de lo que hoy se difunde como<br />
literatura juvenil sucede lo mismo: no importa<br />
si el autor escribe cuento, novela o poesía;<br />
si aborda temas trascendentales desde un<br />
planteamiento complejo, a través de propuestas<br />
lúdicas y estéticas en el manejo de las estructuras<br />
y el lenguaje, o sólo aborda temas<br />
‘juveniles’ de moda, sin otro interés que la<br />
moralización del lector, pero con un gran éxito<br />
de mercado. Todo es juvenil.<br />
Este tratamiento no sólo afecta a los creadores<br />
cuya vena literaria los lleva a producir<br />
obras complejas, y se ven condenados a ser<br />
leídos sólo por un público muy selecto, pues<br />
los grandes críticos y promotores no los<br />
incluyen en las tendencias ‘literarias serias’<br />
y por ello no se les ubica ni promueve desde<br />
otras plataformas. También, en esta especie<br />
de discriminación, el lector sufre una gran<br />
pérdida, al tener que conformarse con la lectura<br />
de las letras alfaguarizadas, porque la oferta<br />
editorial se las presenta en bandeja de plata,<br />
con textos legitimados, pero que quizás ofrecen<br />
menos diversión o posibilidades lúdicas en<br />
el proceso de lectura.<br />
Si nos apegamos a los postulados del<br />
postestructuralismo, la hermenéutica y la estética<br />
de la recepción, un texto literario tendría que<br />
ser polisémico; es decir, debería implicar<br />
muchas posibilidades de interpretación, pero<br />
también de lectura. En su estructura y lenguaje<br />
se destacaría el juego y una búsqueda estética<br />
intencional. Su ‘función’ principal, entonces,<br />
tendría que ser el gozo, despertar la imaginación,<br />
y evitar los dogmas. En definitiva: no estaría al<br />
servicio de ningún interés que no fuera artístico.<br />
En este sentido, es claro que muchos libros<br />
de corte juvenil no se pueden considerar dentro<br />
del corpus de las obras literarias.<br />
Algunas editoriales hacen grandes tirajes<br />
de historias moralizadoras o ñoñas pero que,<br />
por fáciles, son producto de consumo inmediato.<br />
Y ello se refleja en las grandes ganancias<br />
económicas. Si bien es cierto que la generación<br />
de ganancias es parte de cualquier tipo de<br />
negocio, en el ámbito editorial, también deberían<br />
intervenir otras visiones menos limitadas.<br />
La generación de la cultura, el conocimiento<br />
de las tradiciones ancestrales y la contribución<br />
para la cimentación de una sociedad crítica son<br />
también tareas que corresponden al mundo<br />
editorial.<br />
Sin embargo, el predominio de la visión<br />
económica de las editoriales en Hispanoamérica<br />
y España ha sido concluyente para imponer<br />
prácticas de producción, circulación y recepción<br />
de las publicaciones para jóvenes donde prevalece<br />
una visión dogmática. Algunos autores,<br />
incluso, se han sometido (voluntaria o involuntariamente)<br />
a una serie de requerimientos<br />
que impone el mercado, para ser consumibles<br />
por un público particular, acostumbrado<br />
a la música pop y al cine comercial. Una<br />
obra con pretensiones literarias, desde esta<br />
perspectiva editorial, se convierte, entonces,<br />
en un manual de comportamiento que<br />
legitima y promueve las prácticas culturales<br />
vigentes, producidas por las sociedades<br />
cupulares, hegemónicas y machistas.<br />
A pesar de que defiendo la idea de que<br />
no cualquier texto es literario, y por ende,<br />
no provoca por igual la emoción estética del<br />
lector, tampoco estoy asegurando que este<br />
proceso ocurra exclusivamente en el lector<br />
que consume a los clásicos o las lecturas recomendadas<br />
por eruditos como Bloom. Al<br />
contrario: muchos textos clásicos no se<br />
actualizan, ni tendrían por qué hacerlo, pues<br />
ello, de alguna manera, conduciría a una práctica<br />
colonizadora, por lo menos desde la escuela.<br />
Es decir, creo que es importante conocer, pero<br />
sobre todo, disfrutar la Odisea o El ingenioso<br />
hidalgo Don Quijote de la Mancha, tanto<br />
como La tumba o El club de la salamandra.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 59
Sobre la literatura llamada juvenil / Dalina Flores Hilerio<br />
Pero no creo que se deba obligar a los jóvenes<br />
lectores a tener un acercamiento a las obras<br />
de manera descontextualizada. Esto, como<br />
hemos visto, provoca en ellos un rechazo<br />
inmediato.<br />
Es verdad que las ‘grandes’ obras del pasado<br />
son tan vastas y complejas que sus ecos resuenan<br />
y dan vida a las historias en la imaginación<br />
de los lectores actuales; sin embargo,<br />
ese proceso no es espontáneo ni se deriva<br />
de la propia obra artística. Las condiciones<br />
culturales actuales han determinado nuevas<br />
formas de relación entre los seres humanos,<br />
y por ello, también otras prácticas lectoras<br />
que se enriquecen si las propuestas están más<br />
cercanas al usuario y si se le ofrecen puentes<br />
sólidos para relacionarlas con sus propias<br />
experiencias vitales, donde prevalece la información<br />
y los mundos creados por el<br />
ciberespacio, las sexualidad desbordada, el<br />
consumismo. Con lo anterior no estoy asumiendo<br />
que la literatura tendría que promover<br />
estas realidades. Es precisamente el agente<br />
promotor de la literatura quien tendría que<br />
acompañar al joven lector para que desarrolle<br />
la competencia lecto-literaria que le permitirá<br />
gozar con plenitud el texto. Afortunadamente,<br />
en México estamos viviendo una época<br />
de bonanza literaria que produce una gran<br />
cantidad de textos adecuados para la<br />
construcción de los puentes entre la literatura<br />
y sus lectores, probablemente porque en este<br />
país ya es larga la tradición que aborda<br />
cuestiones juveniles desde la literatura de la<br />
Onda. En los últimos años podemos encontrar<br />
autores, con trayectorias sólidas, como<br />
José Emilio Pacheco, Jordi Soler, Eusebio<br />
Ruvalcaba o Juan Villoro, que no se han detenido<br />
para adentrarse en el mundo de los<br />
adolescentes y jóvenes; pero además, otros<br />
autores contemporáneos aportan una nueva<br />
dimensión a la literatura llamada juvenil, a<br />
partir de propuestas frescas y divertidas, sin<br />
perder la complejidad y el juego. Tal es el caso<br />
de los hermanos Antonio y Javier Malpica,<br />
Jaime Alfonso Sandoval, Martha Rivapalacio,<br />
Juan Carlos Quezadas, entre otros.<br />
En definitiva, sería muy conveniente que<br />
los responsables de tender los puentes entre<br />
los lectores y la literatura aprovecháramos<br />
la oferta de estos escritores para que, en la<br />
escuela y fuera de ella, la literatura sea, antes<br />
que nada, un vehículo de gozo y diversión<br />
que nos permita reconocernos en el otro, y<br />
afianzar nuestras afinidades, así como respetar<br />
nuestras diferencias.<br />
60<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La influencia de los contextos social y<br />
político en la novela de la Revolución y el<br />
grupo de los Contemporáneos<br />
Tzitel Pérez Aguirre<br />
Para el año de 1909, en México, se encontraban<br />
ya las condiciones propicias para un<br />
levantamiento armado que asegurara a la nación<br />
la salida de ese encierro en sí misma iniciado<br />
años atrás, de igual manera, este movimiento<br />
de lucha fue el inicio del alejamiento de los<br />
sistemas autoritarios y oligárquicos impuestos<br />
por las políticas porfiristas, esto había convertido<br />
a la sociedad en una sociedad lenta,<br />
aletargada, en donde la democracia no era más<br />
que una dictadura, la igualdad era concebida<br />
como una inmovilidad social y en donde el<br />
progreso, objetivo de la época moderna, se<br />
manifestaba con la industrialización, la creación<br />
del ferrocarril y la inversión extranjera,<br />
todo ello en un marco de especulación, ya que<br />
fueron incontables las apropiaciones de bienes<br />
que agrandaron caudales privados.<br />
Aunado a lo anterior, México, cada vez más,<br />
iba reconociendo las innovaciones y los<br />
cambios productivos que contextualizarán<br />
este movimiento de lucha; era latente la necesidad<br />
de la transformación social y la<br />
reestructuración política, la creación de un<br />
sistema institucional de gobierno con base<br />
en la Constitución de 1917.<br />
Así, en 1908, teniendo Porfirio Díaz ya más<br />
de treinta años en el poder, aparece un libro de<br />
corte político con miras al proceso electoral<br />
de 1910: La sucesión presidencial en 1910, escrito<br />
por Francisco I. Madero, en el cual después de<br />
elogiar la obra de Díaz por la manera como<br />
logró conciliar al país y llegar al progreso<br />
material, lo criticaba, ya que con ese pretexto<br />
de crecimiento económico se llegó a un<br />
enriquecimiento egoísta de algunos grupos<br />
de la sociedad, dejando a un lado el concepto<br />
de igualdad y democracia.<br />
También cuestionaba su largo periodo<br />
frente al poder, ya sea de forma directa o detrás<br />
de sus amigos que fungían como presidentes;<br />
con esto, Madero hacía un llamado para la<br />
formación de partidos de oposición para el<br />
próximo proceso electoral, además veía una<br />
posibilidad para la democracia, en la propia<br />
entrevista hecha por James Creelman a Porfirio<br />
Díaz, para la revista Pearson´s Magazine, publicada<br />
en México en marzo de 1908, en donde<br />
él mismo argumentaba la oportunidad para dejar<br />
el poder y subiera a éste alguien de la oposición,<br />
ya que para Díaz, México ya está listo para la<br />
toma de esa decisión.<br />
Resultando ese argumento una falacia,<br />
Porfirio Díaz decide reelegirse; y este acto<br />
conjugado con los problemas sociales, como<br />
las huelgas de los mineros de Cananea en<br />
1906, y la de los operarios textiles de Río<br />
Blanco en 1907, las cuales se pronunciaban<br />
en contra de los abusos a los que eran sometidos<br />
por las tiendas de raya, casas de empeño,<br />
cárceles y las desigualdades que existían en<br />
los salarios entre los trabajadores mexicanos<br />
y los extranjeros; fueron los sucesos que<br />
agravaron la situación política y social del<br />
país, y se convertirían en los detonadores<br />
de la lucha al romper con el orden social de<br />
México.<br />
El movimiento de la Revolución Mexicana<br />
se conforma por distintas fases como lo describe<br />
Gloria M. Delgado (1978: 160-170): la<br />
primera que se podría ubicar de 1910 a 1920<br />
se integra por la lucha armada y termina con<br />
el triunfo del constitucionalismo, el periodo<br />
presidencial de Venustiano Carranza y la promulgación<br />
de la Constitución de 1917; la<br />
segunda etapa de 1920 a 1934 corresponde<br />
a la formación del Estado mexicano; por un<br />
lado la ideología del caudillismo populista<br />
con la que se sientan las bases de la conciliación<br />
y la unificación nacionales; y por otro,<br />
el comienzo del proceso de institucionalización;<br />
la tercera etapa de 1934 a 1940 se refiere al<br />
cardenismo, se inaugura el Primer Plan Sexenal<br />
y se fortalece el presidencialismo en el marco<br />
de las instituciones; la última etapa de 1940<br />
a 1970 corresponde al momento de crecimiento<br />
económico, se insiste en la unidad<br />
nacional, se busca apoyar el capitalismo nacio-<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 61
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
nal, al final de este periodo la crisis económica<br />
mundial afecta en lo político y en lo social en<br />
el plano internacional, y por obvio repercute<br />
en México.<br />
Este escrito se ubicará en la segunda etapa<br />
del movimiento de revolución de 1920 a 1934,<br />
después del triunfo del constitucionalismo, en<br />
donde se inicia con una participación en el<br />
poder por los caudillos revolucionarios, personajes,<br />
algunos, de origen rural, que buscaban<br />
una identificación con los grupos que por<br />
mucho tiempo estuvieron al margen en las<br />
estructuras sociales, políticas y económicas<br />
del país.<br />
Se pretendía una reconstrucción del país,<br />
mediante la conciliación de clases, sobre todo<br />
de la clase trabajadora con la clase empresarial,<br />
se comprendió claramente que para<br />
ser reconocido políticamente, llegar al poder<br />
y mantenerse en él, se tenía que entablar una<br />
relación con las masas, es así como el Estado<br />
moderno del siglo XX se construye sobre<br />
bases populistas.<br />
Otros elementos que apoyan esta reconstrucción<br />
nacional serán la educación y la<br />
cultura, estando en el poder Álvaro Obregón,<br />
José Vasconcelos es nombrado rector interino<br />
de la Universidad Nacional de México, así<br />
mismo, por iniciativa de él se crea el ministerio<br />
de Educación Pública, Vasconcelos<br />
emprendió una campaña masiva de alfabetización<br />
y constituyó una revolución cultural,<br />
mediante misiones en los pueblos indígenas<br />
para incorporarlos al proceso de desarrollo,<br />
es en este periodo cuando los artistas mexicanos<br />
empiezan a expresar, a través de sus obras,<br />
la historia de la revolución en todo su dramatismo<br />
social, así se crean los grandes murales,<br />
las novelas conocidas como de la Revolución,<br />
entre otras manifestaciones.<br />
Con esto se llega al interés de este escrito,<br />
mostrar las expresiones que surgieron en esta<br />
etapa en lo literario y describir la relación que<br />
guardó el arte con el poder, y sus fines culturales,<br />
sociales y políticos que la enmarcaron.<br />
No cabe duda que con las novelas llamadas<br />
de la Revolución se lograron una gran cantidad<br />
de lectores:<br />
Una manera de escribir, incluyendo las<br />
materias sobre las que escribe, cuya resonancia<br />
es tal en el ánimo del que lee que, al poco,<br />
el lector intuye y siente algo que va más allá<br />
de los acontecimientos, de los personajes o<br />
la forma en que los recrea el autor: una<br />
esencia propia, nacional (Suárez 1992: V).<br />
Entonces, el lector identifica a través de<br />
la lectura, lo suyo, su vida, lo que ha padecido,<br />
de aquí la abundancia de lectores, se reconocen<br />
como mexicanos, esto configura la propuesta<br />
de un nacionalismo, una búsqueda de<br />
identidad nacional, la cual imperará como<br />
característica de esas muestras literarias, ello<br />
hace que nuestra literatura, de esta época,<br />
se observe como un hecho aislado, no una<br />
unidad hispanoamericana. Se deja atrás los<br />
tiempos de privilegio de las clases acomodadas<br />
en perjuicio de las grandes mayorías populares.<br />
La novela de la Revolución se inspiró en<br />
las acciones militares y populares, también en los<br />
cambios sociales y políticos que condujeron<br />
a distintos movimientos de lucha, la Revolución<br />
Mexicana creó una realidad nueva, el país se<br />
iba transformando, y todo esto se convirtió en<br />
el tema literario.<br />
Según Antonio Castro Leal (Suárez 1992:<br />
V) la novela de la Revolución podría clasificarse<br />
en tres categorías:<br />
La primera, que incluye a Mariano Azuela, a<br />
Martín Luis Guzmán, a José Vasconcelos, entre<br />
otros, correspondería a aquellos autores cuya<br />
participación en la gesta armada fue directa.<br />
La segunda, con autores como Rubén Romero,<br />
Rafael F. Muñoz y muchos más –tal vez el<br />
grupo más numeroso–, sería la de las obras<br />
de aquellos que escribieron páginas sobre la<br />
Revolución, inventadas o reales, pero alrededor<br />
de acontecimientos que de alguna manera<br />
afectaron sus vidas. Con excepción de las obras<br />
del doctor Azuela, escritas y publicadas años<br />
antes, las obras de estas dos categorías se<br />
editaron a partir de los finales de las décadas<br />
de los veinte hasta la década de los cuarenta.<br />
Podría considerarse, además, una tercera<br />
categoría, la de las novelas aparecidas posteriormente,<br />
conservando los rasgos principales<br />
de las obras del ciclo.<br />
Aunada a esta clasificación que proporciona<br />
una ubicación de estas obras, a la identificación<br />
nacional, la épica se integra a los<br />
rasgos que distinguen a esta novela, episodios<br />
violentos, personajes crueles, imágenes<br />
conmovedoras, presencia de lo popular, una<br />
meta colectiva de perdón y descubrimiento<br />
del nuevo destino del pueblo mexicano, que<br />
se muestra en esa historia de la realidad heroica<br />
que las novelas de la Revolución proyectan<br />
por medio de cuadros desarticulados, en<br />
donde las visiones y experiencias se acomodan<br />
de manera sucesiva. Sin embargo, la<br />
62<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
novela de la Revolución, no incita a la lucha,<br />
sino reconoce al pueblo, su fuerza, la voz<br />
de los marginados, forma una conciencia<br />
nacional.<br />
La novela de esta manera, se convierte en la<br />
contrapartida literaria de la naturaleza inhumana<br />
y de las relaciones sociales inhumanas<br />
que describe: la novela está capturada en las<br />
redes de la realidad inmediata y sólo puede<br />
reflejarla. Esta realidad inmediata exige una<br />
lucha para ser cambiada y la lucha, a su vez,<br />
exige un simplismo épico: el hombre explotado,<br />
por serlo, es bueno; el que explota, también<br />
intrínsecamente, es malo. Esta primitiva galería<br />
de héroes y villanos (¿qué literatura no la ha<br />
tenido?) sufre un primer cambio cualitativo,<br />
significativamente, en la literatura de la revolución<br />
mexicana. Por primera vez en América<br />
Latina, se asiste a una verdadera revolución<br />
social que no sólo pretende sustituir a un<br />
general por otro, sino transformar<br />
radicalmente las estructuras de un país. Y el<br />
carácter dinámico de este proceso se acentúa<br />
porque el pueblo es el actor del drama<br />
(Fuentes 1976: 14).<br />
En esta cita, Fuentes refiere a la novela de<br />
la Revolución como un proceso social donde el<br />
protagonista deja de ser el miembro de una esfera<br />
privilegiada y se convierte en el pueblo, con<br />
sus características populares, con una búsqueda<br />
de ideales para cambiar la vida desproporcionada<br />
que ha vivido. En esta clase<br />
de novela, los hechos de ser pobre y de ser<br />
abusado, favorecían ya al individuo y le daba<br />
un valor dentro de este contexto de lucha<br />
social.<br />
Por lo tanto, la novela de la Revolución<br />
se concentró en darle una identidad al ser del<br />
mexicano, teniendo como protagonista en esa<br />
secuencia de relatos, unos testimoniales, otros<br />
creados, al pueblo, al mexicano; edifica y exalta<br />
el nacionalismo, la unidad nacional, la defensa<br />
de los derechos del pueblo, esto por medio,<br />
de un líder, al que seguiría la población: el<br />
caudillo, dando forma a la unidad nacional.<br />
De esta manera, la novela de la Revolución<br />
surge como un medio que permitió la transición<br />
del país al tener como uno de los fines,<br />
aquel movimiento armado, la identidad nacional;<br />
logró así, construir un aparato instrumental<br />
en lo literario como sustento para conseguir<br />
un fin social. Lo anterior en un marco mundial,<br />
ya que los procesos de la época moderna eran<br />
la concentración del poder y la conformación<br />
de las identidades nacionales, entre otros.<br />
Sin embargo, para este mismo periodo,<br />
de 1920 a 1934, no sólo aparece en el marco<br />
literario esas muestras específicas como la<br />
novela de la Revolución, sino empiezan a<br />
aparecer en escena otros ejemplos de obras<br />
literarias mexicanas, uno de ellos son las que<br />
resultan de un grupo de amigos con intereses<br />
literarios, culturales, estéticos, sociales, políticos<br />
en común; a éste se la ha llamado los<br />
Contemporáneos, por el título de una de sus<br />
revistas más difundidas:<br />
La poesía, la crítica –siempre rigurosa– de<br />
las letras, las artes, la sociedad y política, el<br />
teatro, la narrativa, la crónica sabiamente<br />
banal o exaltada de los más diversos sucesos<br />
culturales, los epistolarios y las autobiografías,<br />
en suma, cualquier expresión inteligente<br />
sobre cualquier acontecimiento inteligible e<br />
interpretable fue asumida por este “grupo”<br />
con un vigor y un rigor inusitados dentro de<br />
nuestra tradición intelectual, no pocas veces<br />
en oposición a un medio agresivo siempre,<br />
hostil en ocasiones, cruel en su capacidad para<br />
el escarnio o la descalificación (Sheridan<br />
1993: 9).<br />
Sheridan, en su cita, señala algunos rasgos<br />
que caracterizaron a este grupo de amigos<br />
escritores y los identificaron como una generación<br />
que buscaba otros objetivos ajenos<br />
al contexto que imperaba en esos años,<br />
mencionados de forma breve anteriormente.<br />
El grupo de los Contemporáneos estaba<br />
conformado por un reducido círculo de amigos<br />
que compartieron trabajos literarios entre los<br />
años 1920 y 1932, entre ellos se puede nombrar<br />
a: Bernardo Ortiz de Montellano, Enrique<br />
González Rojo, José Gorostiza, Jaime Torres<br />
Bodet, Salvador Novo, Xavier Villaurrutia,<br />
Jorge Cuesta y Gilberto Owen, eran amigos,<br />
pues se conocían bien por haber estudiado casi<br />
todos en las mismas escuelas, amistad que se<br />
fortaleció al colaborar, más tarde, en revistas<br />
que edificaban formas de pensar muy diferentes<br />
de lo que se proponía después del<br />
movimiento revolucionario.<br />
El contexto social y político que padecía<br />
México en 1920 dicta de alguna manera el<br />
origen de esta generación; al caer Carranza<br />
y llegar Álvaro Obregón al poder ocurre<br />
que los escritores e intelectuales, al observar<br />
una época más estable, sin tanta violencia,<br />
se dieron a la búsqueda de patrocinios y<br />
puestos en la burocracia. No se quedan afuera<br />
de esta meta los Contemporáneos quienes para<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 63
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
estas fechas eran universitarios y además<br />
buscaban un nombre en el mundo de las<br />
letras.<br />
El desarrollo de este grupo de escritores<br />
se debe en parte por el patrocinio que tuvieron<br />
de José Vasconcelos, como se dijo antes, fue<br />
nombrado rector interino de la Universidad<br />
Nacional en los periodos de Carranza y Obregón,<br />
con sus campañas de mejoramiento del<br />
sistema educativo, incluyó en sus programas<br />
de reforma a varios intelectuales jóvenes,<br />
así para 1921 y con sólo 19 años Torres Bodet<br />
fue nombrado secretario de la Escuela<br />
Preparatoria, después secretario personal de<br />
Vasconcelos, luego recibió el puesto de Director<br />
de Bibliotecas, poco a poco, la amistad con<br />
los demás miembros fue dándose, ya que algunos<br />
compartieron aulas en la escuela preparatoria,<br />
y fueron llamados por Torres Bodet a<br />
algunos puestos, así se fue conformando el<br />
grupo. La oficina en el Ministerio de Educación,<br />
de Torres Bodet, fue el centro de actividades<br />
de los Contemporáneos.<br />
En una entrevista Salvador Novo, cuenta<br />
del grupo:<br />
En 1919 conocí a Jaime como secretario de<br />
la Escuela Nacional Preparatoria. Vivíamos<br />
ambos en la colonia San Rafael: casi todas<br />
las mañanas coincidíamos en el camión. En<br />
1920, Vasconcelos se llevó a Jaime a la Universidad<br />
como secretario particular. Allí nació,<br />
acaso planeó, la larga carrera de funcionario<br />
irreprochable y brillante que ha seguido desde<br />
entonces por pasos previstos, contados,<br />
firmes. Los Contemporáneos trataron, en<br />
vista de su éxito, de imitarlo en todo. “Si usted<br />
quiere triunfar –me aconsejó una vez– cómprense<br />
un coche, da mucha prestancia, e<br />
imparta una clase muy erudita, muy compleja<br />
en la Escuela de Altos Estudios”. En parte,<br />
seguí su consejo: di una clase en Altos Estudios.<br />
Para impartirla, lo cual era fácil, estudiaba<br />
durante varias horas todos los días. Jaime<br />
daba clase de literatura griega a pesar de no<br />
saber griego, ignorancia en que le anteceden<br />
varias personalidades ilustres. Sin embargo,<br />
sus clases eran preciosas: asombraba a su auditorio<br />
con los conocimientos macheteados el<br />
día anterior. (De entonces data su erudición<br />
que, entre paréntesis, puede parecer muy pedante).<br />
Cuando nos reuníamos, Jaime sacaba de una<br />
exquisita pitillera cigarrillos exóticos, y se<br />
jactaba: “De éstos fuma el señor Rector”. En<br />
mi único distanciamiento con él, quemé todos<br />
los libros suyos que tenía en mi biblioteca.<br />
Cuando Vasconcelos llegó a la Secretaría de<br />
Educación Pública nombró a Jaime jefe del<br />
Departamento de Bibliotecas. Allí nos reuníamos:<br />
llegábamos todas las mañanas, a eso<br />
de las once. En estas pláticas se conflagró la<br />
revista La Falange. Jaime llevó a trabajar a<br />
su lado a todo el grupo: Bernardo Ortiz de<br />
Montellano, Enrique González Rojo, José<br />
Gorostiza y Xavier Villaurrutia. Con todos<br />
ellos me hablaba de tú, menos con él (Carballo<br />
1986: 305).<br />
En este marco de patrocinio el grupo<br />
publicó varias revistas: La Falange (1922),<br />
Ulises (1927) en donde sus colaboraciones<br />
reflejaban sus posiciones respecto de lo que<br />
acontecía en el país, así mismo, en oposición<br />
a lo que sucedía con la novela de la Revolución<br />
y la búsqueda de la identidad nacional, no<br />
representaban, sobretodo en Ulises, el sentir<br />
nacional; ellos, en esas publicaciones incluían<br />
autores como Carl Sandburg, James Joyce en<br />
inglés, Max Jacob en francés, Benjamín Jarnés,<br />
Massimo Botempelli, Marcelo Jouhandeau,<br />
además de las contribuciones del grupo y<br />
de autores mexicanos más consagrados como<br />
JulioTorri y Mariano Azuela.<br />
Salvador Novo refiere a la novela de la<br />
Revolución.<br />
La novela de la Revolución es muy aburrida<br />
y, lo que es peor, nació muerta. Como conjunto<br />
de obras no vale la pena; individualmente<br />
algunas obras son excelentes. Para mi gusto,<br />
tiene más interés el enfoque que las últimas<br />
generaciones han dado a los mismos temas.<br />
La mayor parte de los novelistas de la Revolución<br />
no tuvieron el valor de decir lo que<br />
en realidad sucedió en los campos de batalla<br />
y en los gabinetes privados de los jefes e<br />
ideólogos (Carballo 1986: 313).<br />
La revista Contemporáneos (1928), de<br />
donde se toma el nombre del grupo, fue la<br />
publicación más extensa y significativa para<br />
ellos, con ella se alejaban cada vez más de<br />
los objetivos de ser el pueblo el protagonista<br />
del drama de la vida, para el grupo era importante<br />
dedicarse a la literatura creativa, al arte,<br />
a la historia, a los muestras experimentales<br />
que se presentaban en cualquier ámbito, ya<br />
sean extranjeras o nacionales, era publicadas.<br />
Solamente por el patrocinio del que era<br />
partícipes, pudieron expresarse a través de<br />
sus publicaciones, siendo éstas fuertes críticas<br />
respecto del mundo social, político y cultural<br />
64<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
de México, proyectadas algunas veces por<br />
el uso de técnicas literarias que en Europa<br />
se llamarían las vanguardias, surgidas también<br />
por el agotamiento de las formas anteriores<br />
las cuales percibían una realidad igualmente<br />
agotada.<br />
Con esto el grupo fue motivo de críticas<br />
fuertes y fueron tachados de antinacionales,<br />
se mostraba una oposición al grupo, a sus<br />
ideas, y a sus técnicas literarias; de la misma<br />
manera, formaron un grupo de teatro experimental<br />
organizado por Xavier Villaurrutia,<br />
Salvador Novo, Celestino Gorostiza, hermano<br />
de José, en el cual representaban traducciones<br />
de piezas de dramaturgos europeos y norteamericanos,<br />
con ello logran un sentimiento<br />
popular contrario.<br />
Los Contemporáneos se aclimataban en la<br />
cultura de la continuidad; lejos de ellos decapitar<br />
la historia, dar un machetazo a la tradición.<br />
Más aún: enjuiciarla, estudiarla y reconocerse<br />
en ella implicaba para el grupo una<br />
autoafirmación y a la vez era un índice que<br />
los reconocía en sus aportes y en sus logros<br />
(Schneider 1994: 18).<br />
Las obras de los Contemporáneos se pueden<br />
considerar como muestras de la influencia de<br />
las vanguardias que en Europa se experimentaban,<br />
en ellas recurrían a imágenes,<br />
comparaciones, metáforas, hallazgos inauditos,<br />
desconcertantes, lo sensorial, lo colorido, la<br />
luminosidad o el claroscuro; la supresión de<br />
nexos y puntuaciones gramaticales: rasgos<br />
vanguardistas; así, con ellas se pierde del<br />
todo la propuesta de la novela de la Revolución,<br />
de reconocer al mexicano y lo popular, de<br />
exaltar el nacionalismo.<br />
Rasgos traducidos en obras que dejan de<br />
ser cuadros inmóviles en donde su protagonista<br />
es el pueblo luchando contra la opresión<br />
y se convierte en un arte nuevo, en palabras<br />
de Walter Benjamín:<br />
La obra de arte moderna está bajo el signo de<br />
la unión de lo auténtico con lo efímero. Este<br />
carácter de actualidad funda también la afinidad<br />
del arte con la moda, con lo nuevo, con la óptica<br />
del ocioso, tanto del genio, como del niño, a<br />
quienes falta la pantalla protectora que son<br />
las formas de percepción convencionales y<br />
que por tanto se sienten expuestos sin protección<br />
alguna a los ataques de la belleza, a<br />
los ataques de los estímulos trascendentes<br />
ocultos en lo más cotidiano (Habermas 1989: 21).<br />
Entre los miembros de los Contemporáneos<br />
surge el interés por la prosa, una prosa nueva,<br />
con distinto vigor en donde se renuncia “a<br />
aquella unidad de acción que en el siglo XIX<br />
se había extrapolado de la tragedia ya en<br />
desuso a la novela bien construida” (Alberés<br />
1971: 37); ello, tiene como puntos de despegue<br />
escritores como Proust, Joyce, Gide; éste último<br />
está decidido a suprimir en la novela el :<br />
“la verdadera novela no debe tener un tema<br />
preconcebido; debe ser el desarrollo libre de<br />
un novelista que escribe a ciegas, dejándose<br />
llevar por sus personajes” (Alberés 1971: 37).<br />
Con este principio, Jaime Torres Bodet,<br />
Xavier Villaurrutia y Gilberto Owen, se dispusieron<br />
a experimentar con esta prosa, con<br />
esta atmósfera; surge, y así, la obra Novela<br />
como nube de Gilberto Owen escrita en 1926<br />
y publicada hasta 1928, en donde se concentran<br />
en gran medida los elementos vanguardistas<br />
que imperaban; por los mismos años, Torres<br />
Bodet presenta Margarita de niebla, y<br />
Villaurrutia, Dama de Corazones que integran<br />
las muestras de estos experimentos de nueva<br />
novela, alejada de aquella serie de episodios<br />
del movimiento armado y del sentir nacional,<br />
ya que recurren a modelos que se practicaban<br />
en el extranjero. Este escrito se detendrá<br />
en una de esas manifestaciones: Novela<br />
como nube, de Owen.<br />
Gilberto Owen en sus poemas de “Desvelo”<br />
considera:<br />
Al poema como una promesa de vértigo, un<br />
viaje de vida en el que no se llega a ninguna<br />
parte, y es siempre fiel a una línea evolutiva<br />
donde arriesga todas sus cartas a un solo juego:<br />
la búsqueda de su identidad, de su desarraigo<br />
y aislamiento (Quirarte 1988: 168).<br />
¿Por qué nueva novela? Siguiendo con la<br />
pauta sobre lo que menciona Owen en cuestión<br />
al poema; la novela nueva deja a un lado<br />
la parte anecdótica, el tema, y se une fuertemente<br />
a detener la acción con descripciones<br />
de episodios, sucesos, situaciones originadas<br />
de un estado de adormecimiento, de sueño,<br />
de vigilia:<br />
2, el café<br />
Ya está cerca el café. Ahora el ojo, como si<br />
Ernesto estuviera viviendo en verso, en esos<br />
versos antipotéticos del señor Hugo, tentán-<br />
1<br />
De aquí en adelante las citas que se refieran a este<br />
título serán señaladas sólo con la página.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 65
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
dole al remordimiento. ¡Pobre Ofelia! Todo<br />
por la aversión de Ernesto al paisaje suburbano,<br />
resuelto en manchas de colores opacos, pastosos<br />
y, en el calzado, de lodo. Y por saber<br />
ya cómo terminan todas las películas, y por<br />
tener amigos –¡qué horribles compañías!–<br />
que le leen sus comedias antes de estrenarlas<br />
(Owen 1979: 147).<br />
Las novelas de Torres Bodet, Villaurrutia<br />
y Owen obedecen a esta propuesta, las tres<br />
presentan una situación similar en el argumento<br />
de la trama, inmersas en un ambiente<br />
de ambigüedad, de estructura sin estructura,<br />
de un tiempo que se prolonga paulatinamente;<br />
como lo expresa Owen:<br />
INTERIOR. Un cuarto de minuto, cada<br />
quince, el de afuera leía un renglón de aquella<br />
sala. Cosa inocente tan prohibida.<br />
El día, un parpadeo, tenía su alba en el espejo.<br />
Un espejo que soñaba retratar a Jorge, mordido<br />
infinitamente por el dragón dorado del marco.<br />
Aplacaría su sed en el estanque, y el que cayera<br />
al agua sería devorado (178).<br />
Se puede señalar una influencia relevante<br />
para estos escritores y de sus novelas en A<br />
la sombra de las muchachas en flor de Marcel<br />
Proust, ya que se coincide en el argumento,<br />
en su estructura, un modelo a seguir.<br />
En Novela como nube, ya con el título Owen<br />
emprenderá el viaje vanguardista, muestra a<br />
Ernesto, un joven que después de ser herido,<br />
permanece por un tiempo inconsciente, cuando<br />
logra salir de ese estado para él es como volver<br />
a nacer, en su recuperación queda al cuidado<br />
de dos hermanas: Elena y Rosa Amalia,<br />
anteriormente conocidas por él, despertando<br />
su interés por escoger a la que debía ser su<br />
esposa, y distingue la manera de ser de cada<br />
una de ellas: Elena, sincera, opción más<br />
apropiada para esposa; Rosa Amalia, superficial,<br />
como una nube; sin embargo, por un<br />
supuesto elige equivocadamente a su esposa.<br />
Ahora bien, para Owen y para su compromiso<br />
vanguardista, lo antes dicho no es lo<br />
principal, sino cómo va a narrar esa situación,<br />
para esto se vale de una estructura narrativa<br />
complicada, difícil de seguir, que muchas<br />
veces se juzga sin conexiones, sin coherencia;<br />
así en 26 pequeñas estancias o 26 breves<br />
capítulos, como se quiera llamar a las partes<br />
que dividen la obra, que conforman el todo<br />
de la trama; altera el ritmo de lectura con descripciones<br />
de cuadros que por un momento<br />
se alargan en un espacio y temporalidad<br />
prolongada.<br />
Lo que tal vez distinga a Novela como<br />
nube es la intervención mitológica que hace<br />
Owen, alusión al héroe griego Ixión:<br />
Hijo del rey Flegias, traicionó a su futuro<br />
suegro Deyoneo y lo quemó en la víspera del<br />
banquete nupcial. Por razones incomprensibles<br />
para nosotros, Zeus perdonó a Ixión y hasta<br />
lo invitó a compartir su mesa. El pendenciero<br />
Ixión traicionó a su salvador intentando seducir<br />
a la ansiosa Hera. Zeus adivinó las malas<br />
intenciones de Ixión y aprovechando su<br />
ebriedad logró que se dejara engañar con una<br />
falsa Hera en la forma de una nube. Mientras<br />
Ixión pervertía la imagen, Zeus lo sorprendió<br />
y ordenó a Hermes que lo azotara sin clemencia.<br />
Ese fue el destino del primer e involuntario<br />
iconoclasta de Occidente y desde entonces<br />
Ixión gira atado a una rueda ardiente en el<br />
firmamento (Domínguez 1994: 230).<br />
Este mito es retomado en los títulos de varios<br />
episodios, ello lo convierte en una idea de peso<br />
para la trama: al seleccionar Ernesto erróneamente<br />
a su esposa, en palabras de Owen: “su<br />
rueda de Ixión será el matrimonio” (185).<br />
Otro rasgo que distingue a esta novela<br />
es la mención que hace en las primeras líneas<br />
de esta pregunta: “¿Quién no ha leído a Gide?”<br />
(146). Gide refiere olvidar la anécdota y perderse<br />
en los personajes, no expresarse por medio<br />
de sucesos lógicos y articulados, sino episodios<br />
inmersos en el claroscuro.<br />
Owen, al insertar el mito griego y la pregunta<br />
sobre Gide, vincula por un lado la idea<br />
de relacionar una metáfora que identifique a<br />
un personaje mitológico con la modernidad,<br />
con lo que padece el ser humano en el mundo;<br />
y por el otro, fortalecer la técnica literaria.<br />
Otro punto a destacar en la estructura de<br />
la novela es cuando Owen se deja ver como<br />
escritor, al intervenir en ciertos apartados,<br />
entonces la narración brinca de tercera persona<br />
a la primera, con esto logra una vez más<br />
el desequilibrio en la estructura, lo sincopado<br />
del ritmo narrativo:<br />
18, unas palabras del autor<br />
Me anticipo al más justo reproche, para decir<br />
que he querido así mi historia, vestida de<br />
arlequín, hecha toda de pedacitos de prosa<br />
de color y clase diferentes. Sólo el hilo de la<br />
atención de los numerables lectores puede<br />
unirlos entre sí, hilo que no quisiera yo tan<br />
66<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
frágil, amenazándome con la caída si me<br />
sueltan ojos ajenos, a la mitad de mi pirueta.<br />
Soy muy mediano alambrista.<br />
Diréis además: ese Ernesto es sólo un fantoche.<br />
Aún no, ¡ay! Apenas casi un fantoche.<br />
Perdón, pero el determinismo quiere, en mis<br />
novelas, la evolución de la nada al hombre,<br />
pasando por el fantoche. La escala al revés<br />
me repugna. Estaba muy oscuro, y mi lámpara<br />
era pequeñita. Algunos recomiendan abrir las<br />
ventanas, pero eso es muy fácil, y apagar la<br />
lámpara imposible. Siento no poder iluminar<br />
los gestos confusos, pero “no poder” es algo<br />
digno de tomárseme en cuenta (171).<br />
En estos apartados habla de su posición como<br />
escritor, explica la estructura de la novela, los<br />
problemas de sus personajes, la apariencia que<br />
dan a los lectores de no tener una psicología;<br />
¿qué persigue con la novela?<br />
En los episodios en donde aparece Owen,<br />
comparte e imparte una clase sobre su novela:<br />
la novela lírica, al seguir lo propuesto por<br />
Benjamín Jarnés (1983):<br />
El novelista deberá ser siempre un poeta<br />
viajero. Como todo viajero desfallecerá, se<br />
sentará a descansar, olvidando un poco al Hermes<br />
alado que lo guía, pero colgado al cinto llevará<br />
siempre su generoso vino lírico. Un sorbo le<br />
bastará para curarse del cansancio (12).<br />
Es notorio que esta obra de uno de los<br />
miembros de los Contemporáneos es totalmente<br />
ajena a la prosa mexicana que se estaba escribiendo<br />
en esos días, mientras por un lado<br />
se busca la identidad nacional del mexicano,<br />
aquellos se concentran en un mundo onírico,<br />
entre niebla, en un tiempo extendido, buscan<br />
una supresión en la narración.<br />
Un elemento, también indicador de las<br />
nuevas formas son los personajes, éstos se<br />
exponen ante nosotros como suspendidos en<br />
el espacio, no hay movimientos ni bruscos<br />
ni rápidos, existe una quietud que reitera la<br />
intención de la vanguardia dejando a un lado<br />
al pueblo como personaje principal, cargado<br />
de acción, y movimientos continuos de lo que<br />
fue la lucha armada, la anécdota no es importante,<br />
la acción tampoco; el protagonista cambia,<br />
no es el mexicano, ahora es el ser humano.<br />
Todo transcurre en una atmósfera diáfana,<br />
efímera, quizás densa y algunas veces transparente;<br />
el viaje es entre nubes, entre momentos<br />
cuando estás pero a la vez no te encuentras,<br />
observas, estado de vigilia, todo en calma.<br />
Pasa una sombra. ¿Será ella? Pero siente su<br />
talle muy delgado, como de virgen. ¿Será que<br />
el tío Enrique no la ha...? Ese beso, tan torpe,<br />
debió dárselo entre los dientes. Es natural,<br />
en la mano, no haber encontrado resistencia<br />
alguna (180).<br />
Se serena un poco. Es un consuelo pensar en<br />
que nada se nos da, no conocemos nada en<br />
efecto. De las cosas sabemos alguno o algunos<br />
de sus aspectos, los más falsos casi siempre.<br />
Las mujeres, sobre todo, nunca se nos entregan,<br />
nunca nos dan más que una nube con su<br />
figura (186).<br />
Sólo queda una novela complicada, la<br />
cual obliga a ser lectores atentos para poder<br />
encontrar el camino de la narración, y de igual<br />
forma aventurarse a este viaje entre nubes<br />
al que invita este grupo de soledades, como<br />
denomina Torres Bodet a los Contemporáneos,<br />
que experimentan distintas manifestaciones<br />
de expresión, originadas de un estado de inconsciencia<br />
interminable y de una temporalidad<br />
que se extiende.<br />
Para ellos, la introspección es lo más relevante<br />
que experimentarán y tratarán<br />
expresar lo interno del ser y quizás sólo es<br />
posible exhibirlo en un estado de ensoñación,<br />
contrapuesto a lo que representaba la novela<br />
de la Revolución con la búsqueda, a fin de<br />
cuentas, de una totalidad del ser, una identidad<br />
igualitaria de todos los que se dicen mexicanos.<br />
Los experimentos surgían de las propuestas<br />
artísticas como el expresionismo y<br />
el surrealismo, donde el ser manifiesta su<br />
percepción del mundo real desde el estado<br />
de vigilia, a la vez expresa su individualidad<br />
y su colectividad por medio de secuencias<br />
donde el tiempo y la lógica de la acciones<br />
aparecen trastocados, y las acciones viajan<br />
por la mente del ser, pasando de una a otra,<br />
no muy claras, pero se identifican.<br />
Para Baudelaire:<br />
La obra de arte moderno ocupa por ello un<br />
lugar singular en el punto de intersección de<br />
los ejes actualidad y eternidad: (Habermas 1989: 19).<br />
Por ello, la opinión de Salvador Novo,<br />
respecto de que la novela de la Revolución<br />
no existió porque no representaba la realidad<br />
que se vivía y su único fin era mostrar cuadros<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 67
La influencia de los contextos social y político en la novela de la Revolución<br />
y el grupo de los Contemporáneos / Tzitel Pérez Aguirre<br />
que reflejaban el sentir del pueblo resultante<br />
de los abusos a los que fue sometido, así,<br />
este tipo de novela actuaba como técnica<br />
para legitimar y garantizar el gobierno.<br />
Siguiendo la definición de discurso ofrecida<br />
por las teorías del mismo, se entiende<br />
por éste: “un concepto de habla que se encontrará<br />
institucionalmente consolidado en<br />
la medida en que determine y consolide la<br />
acción y, de este modo, sirva ya para ejercer<br />
el poder” (Wodak y Meyer 2003: 63).<br />
Entonces el discurso de la novela de la<br />
Revolución buscaba moldear a la sociedad,<br />
para sus fines de edificar al mexicano y al<br />
país, haciendo de su discurso el dominante.<br />
De ahí, todas las críticas de las que fueron<br />
objeto este grupo de amigos que cuestionaban<br />
sus técnicas literarias, muchas venidas de<br />
Europa, y por ello, se veían como ajenas al<br />
contexto nacional y de ahí su denominación<br />
de extranjeros, antinacionales, sin embargo,<br />
sus patrocinadores ayudaron a que pese a<br />
las críticas fuertes a sus actividades, lograran<br />
seguir adelante con sus propuestas. Esto<br />
continuó más a menos hasta el año de 1932<br />
cuando poco a poco el grupo fue desarticulándose,<br />
ya sea por situaciones personales o<br />
por no estar más en puestos burocráticos el<br />
grupo se separa.<br />
El discurso de este grupo de intelectuales<br />
también pone de manifiesto el poder: por un<br />
lado, el patrocinio les permitió de una manera<br />
más fácil expresarse, y por otro, sus publicaciones<br />
llamaban de igual forma a la conciencia<br />
individual y colectiva, esta acción vista como<br />
un propósito de moldar la realidad.<br />
Es claro observar cómo en las manifestaciones,<br />
tanto en la novela de la Revolución<br />
como en la propuesta literaria de los Contemporáneos,<br />
los contextos sociales, políticos,<br />
marcaron gran influencia para que ambas se<br />
desarrollaran, siendo, tal vez, contrarias, las<br />
dos lograron proyectar percepciones de la<br />
realidad de manera distinta. Y mostraron un<br />
mundo individual y colectivo.<br />
Sus discursos, reflejan la conciencia que<br />
se relaciona con la realidad, ya que proporcionan<br />
los conceptos aplicables y toda la<br />
información necesaria para conformar la<br />
realidad, así como los conceptos nuevos de<br />
esa realidad.<br />
Por un lado, con la Revolución Mexicana<br />
se descubre el populismo y el nacionalismo<br />
expresado en la literatura de esa época; y con<br />
los Contemporáneos la realidad se trastoca<br />
porque dejan de funcionar los mecanismos<br />
que la aprehenden, ellos ven lo que no ven<br />
los demás, por medio de movimientos innovadores<br />
como la vanguardia propusieron:<br />
“aquello que debe ser descubierto con un mayor<br />
esfuerzo y cuyo verdadero ser yace oculto<br />
(Muñiz-Huberman 2002: 25). De esta manera,<br />
ambas creaciones: novela de la Revolución<br />
y el ejercicio de los Contemporáneos, aparecen<br />
en el mundo literario de México.<br />
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68<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Tras la huella de Baudelaire en la obra<br />
de Ramón López Velarde<br />
Julio Hernández Maldonado<br />
Elaborar una propuesta que trate de demostrar<br />
la influencia de Baudelaire en la lírica de Ramón<br />
López Velarde se concibe como una tarea arriesgada.<br />
Sin embargo, este trabajo pretende establecer<br />
algunas correspondencias entre ambos,<br />
pese a que algunos críticos niegan dicha influencia.<br />
Aquí se tomarán en cuenta sólo las<br />
opiniones de aquellos autores que sí reconocen<br />
los paralelismos entre los dos poetas.<br />
En primer lugar, haremos una pequeña<br />
reseña para situar la vida de ambos y conocer<br />
las experiencias de vida que marcaron a cada<br />
uno, pues sus vivencias son un espejo que<br />
ayuda a comprender mejor la producción<br />
poética de cada uno. Posteriormente, se analizarán<br />
tres temas comunes en sus obras: la<br />
muerte, tema universal que adquiere en ellos<br />
una hermandad espiritual digna de tomarse<br />
en cuenta; el dolor, como un elemento importante<br />
en sus vidas; y la mujer. Por último,<br />
se analizará la presencia en los poemas de<br />
los sentidos, a la luz de los críticos de ambos,<br />
para entender cómo a través de éstos se llega<br />
a un estado de inspiración en el que comparten<br />
temas similares.<br />
Los temas expuestos a continuación fueron<br />
rastreados en la mayor parte de sus obras de<br />
acuerdo con la relación existente en poemas<br />
o poemas en prosa de ambos autores, pero<br />
esto se hace con el fin de encontrar paralelismos<br />
contando con el apoyo de algunos críticos<br />
como Octavio Paz, Gabriel Zaid, Eliseo Rangel,<br />
Bernardo Jiménez Montellano, Alí Chumacero,<br />
pero no se incluye de momento la crítica de<br />
Xavier Villaurrutia, porque él expresa que<br />
no hay influencia, pero sí una “afinidad de<br />
espíritus”.<br />
Gabriel Zaid establece un perfil de Velarde,<br />
poeta católico, surgido precisamente de los<br />
antecedentes de la Independencia, las luchas<br />
de Reforma y su filiación al Partido Católico.<br />
Se reconoce que Velarde no perteneció al<br />
movimiento Romántico propiamente sino<br />
que sus remanentes llegaron a él por medio<br />
de las ideas de libros que para la época que<br />
le tocó vivir estaban en libre circulación, ya<br />
no había contrabando de los mismos. Sin<br />
embargo, las lecturas de poetas y pensadores<br />
como Baudelaire, le dieron una nueva perspectiva.<br />
Velarde, en su provincia, no sólo<br />
escribe acerca de las jerezanas, sino que sus<br />
temáticas van más allá para desembocar en<br />
un romanticismo tardío que le infunde un<br />
nuevo sentir a sus poemas. En particular a<br />
los poemas en prosa, como los del Minutero<br />
y el Don de Febrero.<br />
La evocación de la muerte<br />
El tema de la muerte ha sido un tema recurrente<br />
en muchos poetas. A veces como liberadora<br />
del cuerpo y otras asociada a los infiernos,<br />
al inframundo. En los poetas que se abordan, la<br />
muerte representa una búsqueda, pero a la vez<br />
una fascinación por alcanzarla. Liberación,<br />
fusión, igualdad, encuentro fugaz. El poeta<br />
francés lo ejemplifica así:<br />
… Si supierais cómo es fácil de ganar el premio,<br />
cuán fácil tocar la meta, y de qué modo todo<br />
es nada, salvo la Muerte, no os fatigaríais tanto,<br />
laboriosos vivos, y turbaríais menos a menudo<br />
el sueño de aquellos que ya hace tanto tiempo<br />
han dado en el fin, en el verdadero fin de la<br />
detestable vida!… (Baudelaire 2000: 156).<br />
Por su parte, Velarde establece la similitud<br />
entre todo mortal a sabiendas de que la última<br />
morada es la tierra. A todos llega el fin que<br />
llena la existencia después de la existencia:<br />
En la serenidad escueta de los panteones se<br />
comprende cómo jamás perderá su interés la<br />
sentencia horaciana sobre la condición igualitaria<br />
de la muerte. Todos caen bajo su guadaña<br />
y vienen a sumergirse aquí, en la misma niebla,<br />
y a pudrirse, sin distinciones, en el mismo<br />
barbecho (López Velarde 1994: 361).<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 69
Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />
Baudelaire despliega un matiz de ensoñación<br />
lúgubre, que lo proyecta hacia esa<br />
búsqueda y esa espera. La muerte es para él<br />
como la guía de un viaje:<br />
¡Oh Muerte, capitana, ya es tiempo! ¡Levanta<br />
el ancla!<br />
Os hastía este país, ¡Oh Muerte, aparejemos!<br />
…<br />
¡Derrama tu veneno y que él nos reconforte!<br />
Deseamos, tanto puede a lumbre que nos<br />
quema,<br />
Caer en el abismo. Cielo, Infierno, ¿qué<br />
importa?<br />
Al fondo de lo ignoto, para encontrar lo<br />
nuevo (De Azúa 1999: 74).<br />
El jerezano reproduce la misma visión, pero<br />
representa a la muerte como la barca en sí, que lo<br />
ha de guiar hacia su última parada. “…y sólo<br />
puedes darme la exquisita dolencia/ de un<br />
reloj de agonías, cuyo tic-tac nos marca/ el<br />
minuto de hielo en que los pies que amamos/<br />
han de pisar el hielo de la fúnebre barca”<br />
(López Velarde 1994: 179).<br />
Eliseo Rangel Gaspar, establece la correspondencia<br />
entre los dos poetas, sin dejar<br />
de lado la aclaración que hace Villaurrutia<br />
acerca de tal influencia. Y en cuanto al tema<br />
de la muerte, señalan que las afinidades son<br />
notorias, no como paralelos, sino como espíritus<br />
afines en busca de una expresividad que toca<br />
fondo, como la misma tumba de un cementerio.<br />
En la psique de ambos poetas existe lo que se<br />
puede llamar la espera por abrazar la muerte.<br />
Pero además de la coincidencia temática,<br />
existe la similitud de formas –erotismo, religiosidad,<br />
muerte–. En muchos poemas se<br />
advierten idénticas resonancias: “...nuestros<br />
dos corazones serán dos vastas antorchas...”<br />
Por eso es muy difícil creer que la lectura de<br />
Las Flores del Mal del poeta francés, haya<br />
sido estéril para el poeta de Jerez” (Rangel<br />
Gaspar 2000: 29).<br />
La fascinación por la muerte debe su origen,<br />
en ambos poetas, a un sentimiento de vacío<br />
por sus propias vivencias. Sucede ésta relación<br />
pero no es paralela, sino que en su desarrollo,<br />
Baudelaire deja entrever el spleen en que se<br />
mantiene sumido. Velarde, por su parte, es<br />
más discreto y antepone la figura de Fuensanta,<br />
volviendo su amor por la muerte más humano,<br />
no tan satánico, pero igual de corrosivo.<br />
Como dice Solón Zabre:<br />
Ante la incitación poética de la muerte, el<br />
mundo subjetivo de cada uno relaciona<br />
diferentes vivencias y conecta conceptos<br />
disímiles, aunque a veces la expresión<br />
poética velardeana y la del poeta francés, nos<br />
den una sutil impresión del parentesco que<br />
se encuentra en cierto matiz de temblor<br />
macabro (Zabre 1956).<br />
Villaurrutia, uno de los primeros estudiosos<br />
de Ramón López Velarde, supo diferenciar<br />
muy bien las vidas de estos genios, sin embargo,<br />
también identificó que en Velarde había las<br />
mismas obsesiones que en el poeta francés.<br />
La mujer. Musa cercana y lejana<br />
El autor de Las Flores del Mal describe los<br />
sabores amargos de un amor, que al igual<br />
que Velarde, permanece en él pero que tampoco<br />
huye, sino que con los recuerdos de sí carcome<br />
el espíritu a la espera de una absolución. En<br />
el mundo Baudeleriano, la mujer trastoca y<br />
corrompe. Mientras se lanza por el camino<br />
lúgubre y nocturno de la Francia de aquellos<br />
días, el poeta se entrega sin medida a la vida<br />
de descontento y soledad que a ratos llena<br />
con el encuentro de alguna prostituta. En su<br />
poesía, los sentidos como medio de acceso,<br />
juegan un papel preponderante. Como dice<br />
César González Ruano (1967), “Una voz puede<br />
bastar para fascinarlo, una cabellera para embriagarlo<br />
con su olor, un atuendo para hechizarlo.<br />
Es patrimonio del artista, de verdadero artista,<br />
experimentar todas estas finuras” (91).<br />
Una mujer que influyó de sobremanera<br />
en su vida, y a la cual ha de rendirle culto es<br />
Juana Duval, mujer negra (según algunos de<br />
sus biógrafos) a quien trajo a Francia en uno<br />
de sus viajes y lo habría de marcar para<br />
siempre, inspirándolo. En realidad mulata,<br />
esa mujer tenía un aire de “endemoniada y<br />
simple”, y “de humanidad hermosa e impasible,<br />
de dolmen superior a cuyos pies sentir<br />
el desdén y el calor como una triste bestia a<br />
los pies de su amo” (González Ruano 1958:<br />
91). En su obra da pistas de su procedencia:<br />
“Asia que languidece, y el África ardorosa,/<br />
todo un mundo lejano, ausente, casi<br />
muerto...” (Domange 1967: 9).<br />
Es el mundo de pecado en donde habita<br />
la dualidad Bien y Mal, es liberadora, esperanzadora,<br />
mientras que para el jerezano son<br />
cristianismo puro, aunque no hay que olvidar<br />
que ambos eran católicos (Chumacero 1971).<br />
70<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />
Pero el jerezano se mueve también en ese<br />
mundo de sensaciones, no hay que olvidar<br />
que su alrededor se tiñe de las formas femeninas<br />
que a su paso le quitan toda inspiración<br />
y luego le sirven éstos de excusa en la elaboración<br />
de los pequeños poemas. Sergio Fernández<br />
comenta: “La mujer es el mundo; el mundo es<br />
la mujer.... López Velarde es un nuevo Midas<br />
al que todo se le convierte en femenino... La<br />
Virgen, la Patria, la provincia, la tarde, la mar,<br />
la novia, la amante, la hermana, la esposa,<br />
la madre son una y la misma” (Carballo 1989:<br />
411). La tentación de la carne a la par de las<br />
creencias católicas repercute en la formación que<br />
el ser humano tenga desde niño. Como le<br />
fue inculcada la forma de comportarse se le<br />
suministró el deseo por la mujer en una sociedad<br />
machista como la mexicana, en donde<br />
no se puede ser ni tibio ni mediocre, sólo frío<br />
o caliente. El cielo y la tierra son los lugares<br />
donde se les puede localizar, el pecado y la<br />
virtud se confabulan para lograr esa dualidad<br />
tan comentada en Velarde. “Hazme llorar,/<br />
hermana, y la piedad cristalina/ de tu mano<br />
inconsúti, / enjúgueme los labios con que llore. /<br />
el tiempo amargo de mi vida inútil” (López<br />
Velarde 1994: 160).<br />
Los vituperios que Baudelaire lanza contra<br />
la mujer quedan depositados en algunas de<br />
sus obras. En El spleen de Paris, hace gala<br />
de ello en una pequeña prosa que lleva por<br />
nombre “La mujer salvaje y la pequeña amante”.<br />
Texto que describe su fascinación por las<br />
mujeres mayores y las considera un monstruo<br />
o algún otro objeto de exhibición. Bestias feroces,<br />
seres llenos de salvajismo que de un momento<br />
a otro puede desbordarse. Esta mujer es incontestablemente<br />
desdichada, aunque después<br />
de todo, acaso no le sean desconocidos los goces<br />
de la gloria. Hay desventuras más irremediables<br />
y sin compensación. Pero al mundo en<br />
donde ha sido arrojada no ha podido creer que<br />
la mujer mereciera otro destino (Baudelaire<br />
2000: 44). De las diferentes musas a las que<br />
les rindió amor, una en particular le despierta<br />
el sentimiento de alejarse de pronto cuando<br />
ella deja entrever que le pertenecería en cuerpo<br />
y alma. Esta realidad funesta choca con la<br />
noción de amor que Baudelaire contenía. Él,<br />
indignado, le contesta: “¡Guarda bien esta<br />
carta, desgraciada! ¿Sabes realmente lo que<br />
dices? Hay encargados de castigar a los que<br />
no pagan sus deudas, pero los juramentos<br />
de la amistad y del amor, nadie se encarga de<br />
perseguirlos” (González Ruano 1958: 145).<br />
Como si ese encanto fuera de pronto roto por<br />
la súbita interrupción del ensueño de los enamorados,<br />
las palabras “soy tuya” desencadenan<br />
en él las decepciones de un amor puro, apenas<br />
rescatable del fango de entregarse al acto<br />
sexual. Ahí radica el mal del amor que funde<br />
sus garras en la entrega precoz. Por eso comienza<br />
a atacar a la mujer, por liviana en el momento<br />
cuando él lo ve todo bonito. “Existe para él<br />
una brecha entre el amor humano y el amor<br />
divino. Su hamor humano es definido y positivo,<br />
su amor divino, vago e indeciso, de ahí su<br />
insistencia sobre el mal del amor, de ahí su<br />
vituperación constante de la hembra”<br />
(Jiménez Montellano 1971).<br />
El dolor como catalizador del espíritu<br />
El sentimiento doloroso al presentarse de lleno<br />
en el actuar humano despliega un sinfín de<br />
lúgubres posibilidades para el quehacer del<br />
escritor. En los poetas que se estudian, se<br />
perciben las correspondencias del dolor como<br />
fuerza creadora y como elemento necesario<br />
para expresar vivencias. El dolor en López Velarde<br />
lo lleva al límite de la autoflagelación<br />
espiritual, que con tantas ideas impuestas por<br />
la religión, ve todavía en la mujer una criatura<br />
del mal y le provoca sensaciones de pecado:<br />
“Así me duele el mal cuando despeña al<br />
corazón en enigmas tan sórdidos como el de<br />
la virgen sepultada, que lo que negó al amante<br />
más esclarecido de rostro, de voluntad y de<br />
pensamiento, concédelo a la última bestia, a<br />
la que no alcanza ni una sospecha de luz”<br />
(López Velarde 1994: 317). Víctima y juez,<br />
López Velarde asume estos roles porque en<br />
este texto habla del dolor que suscita el mal<br />
en todo sentido: el mal como figura femenina,<br />
como ser impuro, como aquella que toca la tierra<br />
y manchada de ésta vuelve al hombre tan<br />
terrenal y capaz de pecado como ella. Cabe<br />
recordar que en el romanticismo tardío, el<br />
dolor es una forma de felicidad (Orejudo<br />
2006). La inspiración abre ventanas que conducen<br />
a otros niveles de dolor, a veces resignarse,<br />
a veces el estar pleno, y otras más cuando la<br />
imagen produce el dolor, se quede para siempre<br />
en la memoria, y lo persiga a uno a lo largo<br />
de su obra. Dentro de su poema “La lágrima”<br />
resume este dolor:<br />
...lágrima con que quiso / mi gratitud sanar<br />
el Paraíso;<br />
lágrima mía, en ti me encerraría,<br />
debajo de un deleite sepulcral,...<br />
(López Velarde 1994: 216).<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 71
Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />
Dice Pedro de Alba que este poema recrea<br />
el dolor de un amor que no acabó en matrimonio,<br />
dolor que habría de seguirle como<br />
un fantasma en sus otros escritos. “Este<br />
último fue el poema de la derrota sentimental<br />
y de la herida sangrante. El dolor cósmico y<br />
naufragio en el vacío, atestiguan la liquidación<br />
de su grande amor de madurez y plenitud”<br />
(Gálvez de Tovar 1971: 127).<br />
En Baudelaire el dolor toma una forma<br />
casi similar porque lo ennoblece. Dolor que<br />
yace en las profundidades de su alma pero<br />
clama salir y trata de liberar las tristezas. La<br />
belleza de su dolor radica en que saca fuerzas<br />
sólo para sufrir: “Durante algunas horas<br />
poseeremos el silencio, si no el reposo. ¡Al fin!<br />
La tiranía de la faz humana ha desparecido<br />
y yo no tendré que sufrir sino por mí mismo”<br />
(Baudelaire 2000: 41). El dolor envuelve al poeta<br />
lo exaspera, pero ese mismo dolor lo conduce<br />
a un ideal de belleza en donde su poesía<br />
se vuelve más realista, sin embargo, dentro<br />
de toda esa lobreguez, casi siempre sucede<br />
que al abrir la ventana y ver el panorama se<br />
puede acceder a otra belleza. El dolor purifica,<br />
eleva, como los místicos, pero no hay que<br />
dejar de lado la inspiración poética. Elliot,<br />
comentaba: “Un sufrimiento como el de<br />
Baudelaire denota la posibilidad de un estado<br />
positivo de Beatitud. Realmente, en su forma<br />
de sufrir hay una suerte de presencia de lo<br />
sobrenatural y el de lo sobrehumano (De<br />
Vedia 1972: 127). El dolor como estado del<br />
alma, permanece así sin alivio, bien sea por<br />
elección propia para seguir inspirando o por<br />
la cantidad de imágenes que pudiera producir.<br />
Descubre así mismo las evocaciones<br />
mismas del sufrimiento presente o pasado<br />
que sigue carcomiendo la existencia a fin<br />
de transformar tal dolor en esencia liberadora,<br />
como ya se ha mencionado con anterioridad.<br />
Las “resonancias espirituales” como<br />
alusiones a los sentidos<br />
El término antes mencionado lo propuso<br />
Octavio Paz (1971: 262), y se refiere a la variedad<br />
de sensaciones que le permitieron madurar<br />
la poesía a López Velarde: “incienso, olor<br />
de tierra mojada y de cirios, barro, azucena,<br />
almizcle, aromas de alcoba e Iglesia, de lecho<br />
y de cementerio” (262). Se toma prestado<br />
tal concepto para establecer en este apartado,<br />
la influencia de Baudelaire en Ramón López<br />
Velarde. Ambos aplicaban su propia teoría<br />
a las sensaciones: el sentido del olfato, de la<br />
vista, del tacto y el oído. En Baudelaire, las<br />
sensaciones persisten para definir los momentos<br />
que habrán de moldear toda una vida<br />
dedicada al arte de escribir, es decir, su sensibilidad<br />
está al máximo. Al respecto, Rinaldo<br />
Froldi opina: “el hallazgo de la sensibilidad<br />
y el reconocimiento como modalidad fundamental,<br />
junto con la razón, de la naturaleza<br />
humana, provienen de la Ilustración” (Rodríguez<br />
sf). Entonces en esa vuelta a la imaginación<br />
capaz de despertar las sensibilidades dormidas,<br />
surge la iniciativa de crear una especie de<br />
listado de las sensaciones afines en ambos<br />
poetas. María Teresa de Landa opina al respecto<br />
y señala la manera como el perfume, el sonido<br />
o el color repercuten en su creación (De Landa<br />
1994: 286).<br />
El olfato: en Ramón López Velarde sucede<br />
de la siguiente manera: “Voy respirando,<br />
fresnos y álamos, no vuestra fragancia, sino<br />
el ambiente de una habitación, de la que acaban<br />
de sacar un cadáver y exhibe los cirios aún<br />
no consumidos y la oleada del sol como un<br />
aliento femenino” (López Velarde 1994:<br />
286). Por lo tanto, el autor de este trabajo percibe<br />
en primer lugar que hay tres niveles de olfato:<br />
hay dos olfatos exteriores y uno interior: el<br />
primero es el del bosque, de fresnos y álamos;<br />
luego viene el olfato interno, aquél que detalla<br />
la salida del cadáver de la habitación y finalmente<br />
el de la oleada de sol.<br />
Ahora hay que ir a Baudelaire, de quien<br />
…”era una tierra rica y magnífica , llena de<br />
promesas, que nos enviaba un misterioso<br />
perfume de rosa y de almizcle y desde la cual<br />
las músicas de la vida nos llegaban en amoroso<br />
murmullo” (Baudelaire 2000: 130). La cita<br />
sugiere sólo un nivel de olfato, el exterior<br />
(de rosa y almizcle). Ambos poetas se desligan<br />
de formas de adorno que lleve al texto a una<br />
saturación de elementos de carácter meramente<br />
ornamental, ambos poseen sencillez<br />
en la forma, sin descuidar claro, las imágenes.<br />
No se debe pasar por alto el amor por lo Bello<br />
en Baudelaire. Ese ideal de belleza que él<br />
maneja y lo salva de las tinieblas en donde<br />
se encuentra inmerso.<br />
Félix Azúa, ya había dicho algo en torno<br />
del olor como elemento sensible de evocación:<br />
“El olor, cuando se impone a la memoria, lo<br />
hace en forma de reminiscencia, pues no<br />
ofrece ningún dato visual, memorístico, sino<br />
una condición de coherencia” (De Azúa<br />
1999: 78). Así, las unidades reconocidas por<br />
Baudelaire en su producción, corresponden<br />
a unidades de color-sonido-olor. Y el olor, como<br />
72<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />
sinónimo del aroma, es único, se pueden<br />
hacer mezclas de pintura y el mismo color<br />
resultante, mas no sucede así con el olor, cada<br />
cosa posee un olor particular. Lo mismo<br />
ocurre con los poemas de Baudelaire, son<br />
irrepetibles, tanto en forma como en consistencia.<br />
Y por lo tanto, los aromas dan continuidad<br />
al desarrollo de una sensación: “Los<br />
aromas perpetúan los matices de las sensaciones<br />
y de los éxtasis” (De Landa 1947: 48).<br />
La vista: se perciben dos importantes<br />
aspectos que han de ser básicos para la<br />
elaboración de la poesía. Uno es el mero acto<br />
de observar para deleite y plasmar la imagen<br />
vista en un papel. Otro es ver con ojo analítico<br />
las diferentes realidades de la gente de las<br />
ciudades, los otros, los pobres que vivían al<br />
día, y de los cuales supo dejar honda huella<br />
escrita como prueba irrefutable de la miseria<br />
que se veía en los alrededores lúgubres de<br />
la ciudad:<br />
vi a un pobre saltimbanqui giboso, caduco,<br />
decrépito, una ruina de hombre, adosado a<br />
uno de los postes de su cuchitril más miserable,<br />
que el del salvaje más embrutecido, y donde<br />
los cabos, de vela, llorosos y humeantes,<br />
iluminaban demasiado bien todavía aquella<br />
miseria (Baudelaire 2000: 54).<br />
Al observar por deleite trabaja el sentido<br />
de la vista, pero no sólo éste, también se hace<br />
uso de la imaginación como recurso estético<br />
que desencadena vivencias al servicio del<br />
lector: “El romanticismo de la imaginación<br />
creadora, de la reconstrucción de los colores<br />
locales y de las evocaciones cálidas introducía<br />
sus experiencias y sus métodos no ya en los<br />
campos del arte, sino en todas las actividades<br />
del talento y del genio” (De Vedia 1972). No<br />
cabe duda que esas experiencias nos remiten<br />
hacia las analogías para descubrir los vínculos<br />
escondidos en donde la imaginación juega<br />
el papel de descubridora. Mientras más imaginación<br />
se apodere de uno, más posibilidades<br />
habrá de explotar. En las imágenes que<br />
surgen de repente, o adquieren una reacción<br />
en contra de un orden social imperante y<br />
luego sirven como protesta, o recurren a una<br />
forma de valoración estética que les es inherente.<br />
Aquí el universo y sus relaciones funcionan<br />
armónicamente. El rechazo a un mundo cargado<br />
de imágenes pesadas como la miseria,<br />
apenas hacía su entrada.<br />
El tacto: en Velarde se nota este sentido,<br />
proyecta un movimiento a tres tiempos. El<br />
primero la mano iluminada; segundo, la mano<br />
va lenta; tercero, la mano queda: “Sobre la<br />
luz del raso/ se retarda y se engríe/ la mano,<br />
como una rancia pena/en un tablero vívido<br />
que ríe” (López Velarde 1994: 194). El tacto<br />
velardeano se expande, pero también logra<br />
causar sensaciones en los protagonistas de<br />
sus obras.<br />
En Baudelaire el tacto queda marcado<br />
por la ejecución del poema: un hemisferio en<br />
una cabellera, ya que no sólo delimita el<br />
sentido del tacto, sino también incluye a los<br />
otros: “!Si pudieras saber todo lo que veo,<br />
todo lo que siento, todo lo que oigo en tus<br />
cabellos!” (Baudelaire 2000: 63). Poema<br />
corto que despliega el sinfín de posibilidades<br />
que le ofrece a la musa. La cabellera se toca,<br />
se ve, se huele y sin embargo Baudelaire oye<br />
algo más allá de una cabellera. Oye los<br />
recuerdos y los ideales.<br />
Lo exótico en ambos poetas<br />
Hablar de lo oculto del lenguaje también es<br />
arriesgado, pero considerando los conocimientos<br />
que ambos poetas tenían de ello, volver<br />
a Velarde, por ejemplo en cuanto a diferentes<br />
cuestiones esotéricas que se dan en varios<br />
poemas y poemas en prosa, hace pensar en<br />
la posibilidad de que haya estudiado textos<br />
ocultos. Por su parte, Baudelaire, en otros<br />
tantos poemas, habla de su filiación a lo satánico,<br />
pero no como doctrina de culto, sino por su<br />
muy arraigado dandismo gustaba de retar las<br />
normas establecidas por la sociedad francesa<br />
católica. En sus escritos a Satán, le suplica<br />
y a su vez menciona varios conceptos que<br />
remiten a lo oculto del lenguaje.<br />
Para comenzar con Ramón López Velarde,<br />
en la prosa Mirando al Valle le habla a la amada:<br />
Tus ojos saben en qué rincón del oriente<br />
parpadea el primer astro; cuál es el ritmo y<br />
cuál es el matiz con que ondulan y blanquean<br />
las ropas cándidas puestas a secar en las<br />
azoteas; cuántos travesaños hay en el ángulo<br />
de cada lugar para que los gallineros se<br />
duerman bajo el cintilar del Zodiaco (López<br />
Velarde 1944: 351).<br />
Con conocimientos de astrología (que<br />
también le interesaba a Velarde), los astros<br />
y el Zodiaco representan premoniciones y<br />
en cuanto al ritmo, como elemento cuantificador<br />
de las ondulaciones, vaivén de la blancura,<br />
el ángulo, todo se mueve bajo el orden de<br />
las constelaciones.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 73
Tras la huella de Baudelaire en la obra de Ramón López Velarde / Julio Hernández Maldonado<br />
También en lo lírico repercute la mención<br />
de las ciencias y rituales antiguos:<br />
Figura cortante y esbelta, escapada<br />
de una asamblea de oblongos vitrales<br />
o de la redoma de un alquimista:<br />
ignoras que en estas misas cenitales,<br />
al ver, con zozobra (López Velarde 1994:<br />
166).<br />
Remite la imagen de un ritual, en donde el<br />
alquimista (entonces transformador de metales<br />
antiguamente) se encuentra en el momento<br />
preciso de llevar a cabo algún conjuro, se<br />
encuentra en el cénit donde se puede comenzar<br />
el ritual de transformar, de ofrendar, de<br />
inmolar.<br />
En la prosa de Baudelaire existe una similitud:<br />
“¿No se diría que todas esas corolas<br />
delicadas, esos cálices, explosión de aromas<br />
y colores, ejecutan un místico fandango en<br />
torno del bastón hierático? (Baudelaire 2000:<br />
125).<br />
La misma especie de ritual, en donde las<br />
cosas alrededor confluyen para llevarlo a cabo.<br />
Danza. He ahí la disposición de las cosas sagradas.<br />
La mística como medio para ascender.<br />
Lo mismo sucede con los poemas “La<br />
metamorfosis del vampiro” y “Las Letanías<br />
de Satán”, de la primera se toma: “Reemplazo,<br />
para quien me ve sin ningún velo,/ ¡el sol, y<br />
las estrellas y la luna y el cielo!/ Yo soy, mi<br />
caro sabio, tan docta en los abrazos, cuando<br />
sofoco a un hombre en mis temidos brazos!”<br />
(Astey sf: 17). La representación del mal en<br />
la mujer, pero sobre todo el ofrecimiento<br />
pagano como alguna vez lo hizo el Diablo<br />
en las tentaciones bíblicas, a sabiendas de<br />
que la persona a la que se ofrece es una<br />
especie de sacerdote antiguo. Y en cuanto a<br />
las Letanías de Satán, hace mención en “Tú,<br />
que por consolar al débil cuando sufre, /a mezclar<br />
nos enseñas salitre con azufre” (Astey sf:<br />
21). Mezcla de substancias, alquimia, dirigirse<br />
al demonio como un ser omnipotente, que<br />
igual insta al pecado, igual consuela. Inducción<br />
a ritos. Esto se da en las letanías, que como los<br />
rezos católicos, Baudelaire los transforma<br />
para sí, para el simbolismo que tanto<br />
defendió.<br />
Conclusiones<br />
Cuando se ha estudiado más a fondo un autor<br />
y su obra, más interesante y didáctico se<br />
vuelve, puesto que a través de la lectura<br />
constante y minuciosa, se consigue asir con<br />
más fuerza el entendimiento de su creación.<br />
Aquí sucede lo siguiente: mientras más se<br />
leía a Baudelaire y a López Velarde, sus<br />
lecturas proyectaron otras direcciones que<br />
ayudaron a comprender de una manera<br />
general la siguiente conclusión: No existe<br />
una marcada influencia del poeta francés en<br />
Ramón López Velarde, mas bien se habla<br />
de paralelismos que denotan cierto parecido<br />
en cuanto a temáticas. Pero hablar de temáticas<br />
significa mencionar las temáticas de otros<br />
muchos autores y al fin de cuentas ¿quién<br />
no ha hablado de la mujer, de la muerte, del<br />
dolor y de los amores irrealizados? La diferencia<br />
radica en que cada uno de los autores aquí<br />
tratados define el tema a causa de su sentir<br />
y su entorno. El dandismo de Baudelaire<br />
deposita en sus musas el satanismo y la maldición;<br />
Velarde, por su parte, ve a la mujer<br />
todavía en un nicho, como la virgen.<br />
Sin embargo, el tema del dolor muestra<br />
un paralelismo más marcado, es donde<br />
ambos establecen su filiación al catolicismo.<br />
Y esta religión como elemento de contricción<br />
por sus bases, es determinante en cada uno<br />
de ellos. Por eso las similitudes que llevan a<br />
esa correspondencia lírica. La afinidad no<br />
significa influencia. La afinidad es analogía.<br />
Es precisamente en esa analogía en donde<br />
los dos confluyen, uno para el autoflagelo,<br />
el otro para la maldición. Ahora hay qué<br />
preguntarse: ¿acaso la maldición no causa<br />
autoflagelo o viceversa?<br />
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74<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
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Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 75
Reseña
Las transparencias del tiempo<br />
a Loló<br />
Luis Armenta Malpica<br />
Aguilar, L. (2012). Ground Glass/Vidrio molido<br />
Book Thug, Toronto. Mantis<br />
Editores, México<br />
Conocí a Luis Aguilar en Monterrey, hace bastantes años, como periodista cultural.<br />
Poco después, me regaló su libro de poemas Eclipses y otras penumbras (1998)<br />
que, se lo dije, no me pareció bueno. En 2003, con Tartaria, nos mostró otro registro,<br />
más dinámico, que mejoraría notablemente con Mantel de tulipanes amarillos<br />
(2005) y alcanzaría su madurez en Los ojos ya deshechos (2007). La entrañable<br />
costumbre o El libro de Felipe (2008) lo confirmó, para mí, como uno de los poetas<br />
más interesantes de Nuevo León y del Norte. Me honra ser su amigo y editor de los<br />
libros mencionados desde el 2003. Esto dificulta enormemente acercarme, de<br />
manera objetiva, a Ground Glass / Vidrio molido (2012), porque además se trata<br />
de una antología sucinta, personal, que muestra la otra cara de Aguilar a su paso<br />
por Mantis editores: consigue nuevos libros, otras obras, al armar cualquier muestra<br />
o antología, como lo que ha logrado con Delfín Prats o con Nelson Simón.<br />
Ground Glass / Vidrio molido está compuesto por la obra más reciente de un<br />
poeta que escribe con denuedo y sin asfixia. Si al principios tardaba algunos años<br />
para publicar su siguiente obra, en los recientes se ha mostrado prolífico:<br />
Decoración de interiores (2010), Fruta de temporada (2011) y algunos en camino<br />
lo revelan. No percibo otras transformaciones, aunque conozco su material inédito<br />
(no todo, por supuesto) y sé que todavía le preocupa acercarse a nuevos tópicos,<br />
a diversas maneras del decir y que no se estaciona en la comodidad de lo que está<br />
resuelto o ha recibido alabanzas y reconocimientos. A la manera de Jaime Gil de<br />
Biedma, cada gesto en su obra es un arma, un hilo de tensión, por pequeño que<br />
sea, para lograr la herida. Representa la realidad, pero nunca la anécdota. Y el<br />
personaje es él, la persona del verbo, incluso en femenino.<br />
Les debo confesar que en su trabajo y el mío encuentro coincidencias, ecos,<br />
preocupaciones estilísticas que nos acercan más. No ha faltado un colega que se<br />
lo recrimine (cuando lo mencionamos), como si hubiera un solo original en la poesía<br />
y no las reverberaciones que conllevan los versos a otros versos, los poetas mayores<br />
a lo que ahora se escribe. Nos parecemos, sí, y es que somos más cómplices de lo<br />
que todos saben. Compartimos el nombre, y la pasión por Cuba y por Brasil. Nos<br />
gusta trabajar en nuevos retos y nos sumamos al trabajo editorial en vez de<br />
dividirnos. Y aunque Luis Aguilar no es religioso, resulta más creyente que muchos<br />
que se creen adoradores del verbo y sólo son sujeto. La fe al amar siempre será un<br />
revólver», nos ha dicho. De diversas maneras: «Soy yo: vengo, errabundo y mudo,<br />
del asombro».<br />
«La vida se consagra en otras cosas», así comienza su “Acta de defunción”. Me<br />
espanta con la dedicatoria y su penumbra. Que aparezca el salmón, las aguamalas,<br />
una cruz tipográfica, el signo de adición o alguna orquídea. Que deje todo el mar por<br />
“Testamento” y «la fiera más feroz de cuantas hubo …, la memoria». ¿Cómo lo<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 79
Las transparencias del tiempo / Luis Armenta Malpica<br />
voy a recordar si compartimos fe (es un revólver), tartamudeos, asaltos, «el llanto<br />
de su hombría, mi diluvio…» Ésta es la poesía que siento más cercana y trascendente,<br />
alejada de lugares comunes o exabruptos. Textos provocativos, orgánicos,<br />
que buscan conmover más que escandalizar. Porque no hay que temerle a nuestros<br />
sentimientos, sí al aullido infundado. Desenfadada o cruel, como son estos tiempos<br />
de violencia. De lenguaje directo o figurado. Donde aparece el “yo” o la palabra suple<br />
todas sus otredades y hasta un espacio en blanco demuestra utilidad y compromiso.<br />
En estos territorios de la garganta seca, cobra real importancia que una compilación<br />
sea de Vidrio molido. Transparencia que se acalló en los labios, pero también<br />
la trampa del lenguaje que se vuelve señuelo para vencer la guardia que custodia<br />
alguna casa. Y que entremos, como Luis, por su casa. «Porque volver o irse no es<br />
un asunto de geógrafos», regresé a las palabras de Aguilar, al lugar, al momento,<br />
para dejar en claro, con total transparencia (como Vidrio molido) lo que hay de<br />
hombre en él: «De todos aquellos que no fueron pero son tus muertos, … alguien<br />
soltó sus pájaros». En este libro están.<br />
80<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La babel como utopía<br />
Bombachas de mierda, no. No destruyás lo que tenés.<br />
Sonia Malakovich<br />
Burman, D. (2003). El abrazo partido.<br />
Argentina: Bd Cine.<br />
Roberto Kaput González Santos<br />
LA GALERÍA<br />
La historia de la película El abrazo partido (2003) se desarrolla alrededor de una<br />
galería comercial, suerte de microcosmos latinoamericano dedicado al intercambio<br />
de servicios y mercancías. La peculiaridad de este espacio consiste en que alberga<br />
a una comunidad multicultural, que no obstante sus diferencias y los retos propios<br />
de una economía postindustrial, ha sabido crear las condiciones mínimas de convivencia.<br />
El protagonista de la historia, Ariel Makaroff, un adolescente tardío en busca<br />
de identidad, introduce al espectador en los pasillos de esta Babel posmoderna:<br />
Ariel (voz en off).―La galería es un territorio de apariencias. Los que vienen a comprar<br />
pueden creer que somos solamente gente que vende cosas, que cuando cerramos el<br />
negocio desaparecemos. Pero nosotros sabemos que somos mucho más que negocios,<br />
que detrás de nuestros mostradores tenemos alguna que otra historia que, bueno, aunque<br />
no sea gran cosa, vale la pena contar (Burman 2003).<br />
La búsqueda de Ariel, aunque personal, siempre tendrá como telón de fondo este<br />
universo comunitario. El proceso de individuación que experimenta en el transcurso<br />
de la película no se cumple de manera solipsista, sino que se acerca más a eso que<br />
Pérez Tapia (2000) denomina individuación solidaria: postulado del deber ser de<br />
la subjetividad dialógica, de la que depende el contenido humano de toda estructura<br />
social (266-267).<br />
Esta lógica de la participación la podemos ver en la manera como los locatarios<br />
integran a una pareja de coreanos recién llegados a la galería. Durante los preparativos<br />
de la carrera que dirimirá un asunto de dólares con un comerciante ajeno al grupo,<br />
Ariel sostiene el siguiente diálogo con el viejo Saligani, italiano reparador de radios:<br />
Ariel (refiriéndose a unos colguijes feng-shui con que los coreanos adornan el diablito de<br />
Ramón, corredor que los representará).– Y esas cositas que le ponen... ¿Usted cree en esas cosas?<br />
Viejo Saligani.–¿Los coreanos? No... Pero sabes lo que pasa, es una forma de integrarlos<br />
a la gente de la galería. Porque la verdad es que damos poca bola a esta gente; jamás la<br />
invitamos a comer un asado. Nada... Aparte van a grabar la carrera y después nos queda<br />
como recuerdo... ¿Vos nunca entraste al local de ellos? Hay una energía... (Burman 2003).<br />
Los miembros de la galería, dedicados a distintas actividades comerciales y diferenciados<br />
étnica y culturalmente, han encontrado la manera de crear un espacio social<br />
lo bastante abierto para posibilitar la aparición del otro. Esta técnica opera en dos<br />
direcciones: hacia el exterior del grupo, se ofrece a los recién llegados la oportunidad<br />
de participar en asuntos comunitarios, integrándolos; hacia el interior, se inculca<br />
en los jóvenes la curiosidad y el respeto por las distintas manifestaciones de lo humano.<br />
En “Normas éticas en la relación entre culturas”, Juan Carlos Scannone (1998) escribe:<br />
Las implicaciones éticas de la cultura tienen un triple fundamento, relacionado siempre<br />
con la libertad: por un lado, los valores y formas culturales son fruto de la libertad de<br />
hombres que las asumieron y/o crearon, y los viven y conviven, aceptándolos, transformándolos<br />
o soportándolos; por otro, son expresiones, objetivación y concreción de<br />
esa misma libertad y le dan a ésta tanto inspiración espiritual como cuerpo institucional;<br />
finalmente, la condicionan, predisponen, orientan y encauzan para obrar según determi-<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 81
La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />
nadas reglas de acción ya instituidas socialmente. Por ello tales estructuraciones<br />
valorativas, reglas, formas e instituciones ―y no sólo la libertad misma ...― pueden<br />
ser juzgados moralmente. El criterio de ese juicio está dado por la humanidad y<br />
dignidad del hombre ... En el caso de la libertad, se juzga sus actos, actuación y<br />
actitudes; en el caso de las figuras culturales, se juzga su aptitud para posibilitar<br />
efectivamente ... dichos actos éticos de las libertades personales (226-227).<br />
Gracias a estas figuras culturales que de manera voluntaria los miembros de<br />
la galería producen y reproducen, el protagonista de la película dispone del tiempo<br />
y espacio suficiente para emprender una búsqueda identitaria. Estas figuras,<br />
remitidas a un sentido real de lo humano, no sólo posibilitan la emergencia de la<br />
persona, sino que alientan su búsqueda. Es esto lo que Joseph, hermano mayor de<br />
Ariel, parece querer comunicar en el siguiente diálogo:<br />
Joseph.―Yo puse toda mi fuerza en mi trabajo, me resigné... Pero vos no sabés lo que<br />
querés hacer. Vos sos el único que todavía tiene fuerza como para pensar en algo...<br />
Ariel.―Joseph, vos sos el único normal en la familia, Joseph.<br />
Joseph.― Sí, es verdad. Es verdad... Pero por eso vos sos el que busca la verdad. Vos sos<br />
el que está ahí, buscando... (Burman 2003).<br />
La cultura, entendida como el lugar donde se articula la relación entre igualdad<br />
y diferencia, ha de cumplirse en cada uno de sus integrantes. La solución, entonces,<br />
estará en aquel que no ha encontrado su lugar en el grupo, no porque no lo haya<br />
encontrado, sino porque al hacerlo habrá reconocido un elemento común desde el<br />
cual sumarse (para Scannone éste consiste en el sentido humano de la vida), y una<br />
vez dentro, habrá actualizado a la cultura misma en sus valores (ethos) e instituciones<br />
(orden). Los últimos dos, referidos al primero, permitirán finalmente calificar los<br />
mecanismos de inserción como justos o injustos.<br />
UN ASUNTO DE DÓLARES Y PESOS<br />
Estas figuras culturales no son un mero ideal ahistórico, sino que surgen como<br />
respuesta concreta a los retos que plantea la globalización. En la película, no son<br />
pocas las referencias a las fuerzas externas, objetivas y contradictorias que operan<br />
en una economía postindustrial: Joseph, que ha hecho de los productos importados<br />
su principal fuente de ingresos, está al tanto del nuevo discurso comercial, que<br />
recomienda volver a los productos naturales; Mitelman, al frente de una compañía<br />
de viajes, se gana la vida transfiriendo dinero fuera o dentro de la Argentina;<br />
mientras que Osvaldo, dueño de una papelería, compite en condiciones desiguales<br />
con el cibercafé de Rita.<br />
Este discurso, propio de la modernidad, no termina de cuajar del todo, acaso<br />
porque opera dentro de una lógica que exacerba las relaciones de poder-dominio: 1<br />
los apuros económicos de Joseph le impiden dedicarse a la apicultura, como se lo<br />
recomienda el primo de Canadá; las posibilidades de desplazamiento en un mundo<br />
unificado se limitan al capital financiero; el florecimiento de las nuevas tecnologías<br />
surge en oposición a las anteriores, sin que ello suponga un progreso humano en<br />
la difusión del conocimiento.<br />
Como insinúa Horacio Cerutti (1998), en este nuevo orden las situaciones de dependencia,<br />
lejos de desaparecer, pudieran haberse robustecido:<br />
La denominación aparentemente neutral y supuestamente equitativa de interdependencia<br />
(...) escamotea el hecho de que las decisiones fundamentales sobre proyectos económicos,<br />
científicos, tecnológicos y militares «nacionales» se toman en algunos niveles de los países<br />
centrales, en el mejor de los casos con la cobertura de organismos internacionales (133).<br />
1<br />
Pérez Tapia diferencia entre poder-capacidad y poder-dominio. El primero potencia mayores cotas<br />
de libertad y autoconciencia; el segundo, la servidumbre y la alienación (260).<br />
82<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />
La premura con que Ariel intenta conseguir un pasaporte polaco para engrosar<br />
las filas de los ciudadanos de primer mundo reproduce este movimiento que va del<br />
centro a la periferia. Sólo allá, en la Europa unificada, podrá realizarse como persona.<br />
La ciudadanía polaca es un mero trámite a cumplir para desvincularse de una historia<br />
familiar que desembocó en el fracaso. Ser polaco significa ser europeo. Polonia como<br />
tal no existe. Esta huida del presente hacia un futuro prometedor se representa<br />
como un constante correr de un lado a otro de Buenos Aires. La cámara lo persigue<br />
y él intenta escapar de la galería y del negocio de bombachas de la madre:<br />
Ariel.―Está bárbaro Europa: espacios abiertos por todos lados, gente caminando,<br />
comiendo, leyendo...<br />
Mitelman.―El dibujo es un idioma universal ... Para un tipo como vos que no puede<br />
tener una carrera me parece que el arte es la única salida.<br />
Ariel.―Perdón, ¿quién te dijo que yo no puedo terminar una carrera? Yo la carrera de<br />
arquitectura la dejé por un problema de escala social. ¿Cómo ves ir a estudiar cómo hacer<br />
edificios y ciudades, llegar a la galería y pensar cómo decorar una vidriera, cómo resolver<br />
el espacio del probador?... Es un problema de escalas (Burman 2003).<br />
Frente a este orden civilizatorio, que parece constreñir el espacio de lo humano,<br />
es que se erigen las figuras culturales que practican los miembros de la galería.<br />
EL ACUERDO CON ALFADI<br />
La reflexión ética ha de partir de la realidad histórica del hombre. Uno de los rasgos<br />
definitorios de la posmodernidad –escribe Pérez Tapia (2000)– es la economía<br />
postindustrial. Así:<br />
El problema se desplaza definitivamente hacia los límites del mercado, concentrándose en<br />
la cuestión de cómo domesticar la economía para no arrastrar las consecuencias<br />
deshumanizantes –y antieconómicas– de un mercado librado a su plena apoteosis en lo<br />
que sería un capita-lismo postcomunista (245).<br />
La solución a la que llegan Joseph y Alfadi se parece mucho a lo que Clodovis<br />
Boff llama modernidad emergente: síntesis cultural entre las culturas tradicionales<br />
y la cultura moderna (Scannone 1998: 238). Inmersos en una lógica cambiara intempestiva,<br />
que afecta directamente sus intereses comerciales, deciden implementar<br />
un sistema de valores comunitarios (ethos) para domesticar el modelo civilizatorio,<br />
transformando con ello el producto cultural. La puesta en práctica de estos valores<br />
crea nuevas instituciones que responden a un sentido más general de lo humano:<br />
Joseph (dirigiéndose a los demás miembros de la galería).―A ver, a ver, a ver... El acuerdo<br />
con Alfadi es el siguiente. Va a ser una carrera de cien metros planos acá en Tucumán y<br />
Uriburu. Eh, acá... Él va a poner al peruano y yo tengo que poner un corredor. El que gana<br />
va a decidir cómo vamos a liquidar los dólares, los pesos, el asunto este... (Burman 2003).<br />
El acuerdo con Alfadi supone un sentido emancipatorio de la historia desde la<br />
ética: los involucrados optan por una solución moral con miras a la autorrealización<br />
solidaria. Es dentro de esta comunidad ético-histórica donde la búsqueda personal<br />
de Ariel cobra un nuevo significado: a cada extremo de su huida tropieza con las historias<br />
de los suyos, primero sin prestar demasiada atención (las historias de guerra<br />
de la abuela), después irónico (las conversaciones con Joseph), y finalmente reconociéndose<br />
en las historias de sobremesa (el grito ancestral de la madre). En su<br />
periplo, aprende que la identidad es “un proyecto de construcción histórica viable<br />
y no sólo constatación de lo que ha sido” (Cerutti 1998: 133).<br />
Ese carácter abierto en el proceso de construcción de las identidades culturales<br />
es lo que parece estar detrás de la historia del Shabatt de Joseph:<br />
Joseph.–Estamos en un pueblito polaco ... El rabino se despierta un día y descubre que los<br />
demonios se robaron todos los almanaques del pueblo y ya nadie sabe cuándo es Shabatt.<br />
Todos los días se han mezclado. Reunión de sabios. El primer sabio dice: “Bueno, votemos<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 83
La babel como utopía / Roberto Kaput González Santos<br />
para saber cuándo es Shabatt ... El segundo dice: “No, no, que lo echemos a la suerte.” Y<br />
otro sabio: “No, que cada semana el Shabatt sea un día distinto”... Así por lo menos algún<br />
día la embocan... Ahí el rabino dice: “No, no, ... hay que esperar a Dios para que dé la<br />
señal. Y ahí el pueblo preguntó: ... ¿Qué hacemos nosotros? ¿Nos comportamos todos los<br />
días como si fuera Shabatt o todos los días como si no fuera Shabatt? Se arma un quilombo<br />
tremendo ... Y en medio de ese caos social aparece un niñito ... y dijo: “Yo sé cuándo es<br />
Shabatt: cuando el aire huele a dulce.” Y efectivamente, dos días después el aire olió<br />
dulce. Desde ese día el Shabatt había regresado. (Burman 2003).<br />
Lo importante no es saber si el Shabatt huele o no a dulce, sino que el pueblo ha<br />
decidido que así sea.<br />
EL ABRAZO PARTIDO<br />
La historia anterior nos permite identificar el interés por ser detrás de todo interés<br />
emancipatorio (Pérez Tapia 2000: 275). La afirmación de una cultura biófila (vida<br />
digna) hecha por el grupo en el cual se desarrolla la búsqueda de Ariel le permite<br />
descubrirse como persona. Este proceso de individuación solidaria lo obliga a reconciliarse<br />
con su pasado y reclamar el lugar que ocupa entre los miembros de la galería.<br />
La reconciliación con ese pasado se cumple a través del padre. Elías, tras presenciar<br />
la ceremonia de circuncisión del hijo, desparece de su vida para pelear en Israel.<br />
De él sólo quedan algunas historias, un cruce a cuadro en un video de familia y el<br />
acta de divorcio meses antes de su nacimiento. El acta tiene un corte por el medio,<br />
símbolo de la disolución del matrimonio y garantía de que nadie volverá a usarla.<br />
Ariel ha querido hacer de ese corte una excusa para distanciarse de los suyos. Le<br />
tomará un tiempo comprender que ese fracaso supone también una responsabilidad.<br />
Está en él hacer nuevamente habitable ese corte entre idealidad y facticidad. El<br />
modelo con el que cuenta es el acuerdo entre Joseph y Alfadi.<br />
A la noción de progreso disruptivo corresponde una utopía no mitificada (Pérez<br />
Tapia 277). La huida hacia un futuro conciliador queda clausurada. Es la memoria<br />
del pasado como interés emancipatorio y por ser lo que permite encarar el presente.<br />
Para corregir las omisiones del pasado y encontrar su lugar dentro de la comunidad,<br />
Ariel debe aceptar la reincorporación del padre al grupo de la galería. Debe, pues,<br />
asumir su realidad y responder a las exigencias del presente de la mejor manera<br />
posible, sin perder de vista que lo que está en juego a cada momento es el sentido<br />
de lo humano en el juego dialógico de una razón situada. 2<br />
La pregunta por la identidad es una pregunta que remite, en último término, al ser del<br />
hombre, a la realidad histórica y social en que la cultura se desarrolla ... Los meandros<br />
de la propia identidad expresa un anhelo por conocer lo propio y por hacerse de una<br />
realidad. (Cerutti 1998: 140).<br />
Esa realidad, en el caso de El abrazo partido, reclama la supervisión constante<br />
de las prácticas sociales que potencialicen lo propiamente humano. La recuperación<br />
del pasado permite reconciliarse con el presente a través de la experiencia adquirida.<br />
Las formas culturales implementadas en el presente bosquejan las relaciones futuras.<br />
Sólo así es posible completar el abrazo del otro, y encaminarse, pausadamente, a<br />
esa última metáfora de la posmodernidad: la zapatería La Babel en el barrio del Once.<br />
Bibliografía<br />
Burman, D. (2003). El abrazo partido. Argentina: Bd Cine.<br />
Pérez Tapia, J. A. (2000). Filosofía y crítica de la cultura. Reflexión crítico-hermenéutica sobre la<br />
filosofía y la realidad cultural del hombre. Madrid: Trotta.<br />
Sobrevilla, D. (1998). (ed). Filosofía de la cultura. Valladolid: Editorial Trotta.<br />
Cerutti, H. (1998). En Filosofía de la Cultura. Sobrevilla, D. (ed.). Valladolid: Trotta.<br />
Scannone, J. C. (1998). En Filosofía de la Cultura. Sobrevilla, D. (ed.). Valladolid: Trotta.<br />
2<br />
Pérez Tapia la define como una razón que se ubica en el entrecruzamiento de las tradiciones en que<br />
hunde sus raíces (252).<br />
84<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Voces Zacatecanas: Regionalismo<br />
literario y traducción<br />
María Eugenia Martínez Flores<br />
D’Amore, A. Voces Zacatecanas/Zacatecan Voices.<br />
Texere Editores, Universidad de Zacatecas,<br />
Zacatecas, México, 2012<br />
El presente libro, editado por Anna María D’Amore, es el resultado de una laboriosa<br />
compilación de textos de diversos autores, los cuales fueron traducidos en un<br />
taller literario que se llevó a cabo en el 2009 en la Escuela de Verano UAZ-<br />
SPAUAZ. Es importante destacar que la publicación de dicho libro representa un<br />
excelente trabajo tanto de la editora, quien también participó en la traducción de<br />
parte de los textos compilados, como de los talleristas de este proyecto.<br />
En este taller participaron en la traducción, además de la editora, Nathaniel Gardner,<br />
Maureen Sophia Harkins y Kieran Hayde; con una participación especial de Javier<br />
Acosta en la resolución de algunos problemas que surgieron durante el proceso<br />
de traducción de los textos compilados en el antes mencionado taller literario.<br />
Este trabajo fue además el resultado del apoyo que recibió la editora de la Universidad<br />
Autónoma de Zacatecas y el Programa para el Mejoramiento del Profesorado<br />
(PROMEP), quienes financiaron este excelente proyecto, así como de los estudiantes<br />
que participaron en las diferentes etapas en la elaboración del libro. Asimismo,<br />
colaboraron en esta loable producción, los integrantes del cuerpo académico “Lenguaje<br />
y Literatura” y algunos grupos de escritores de la región, quienes trabajaron<br />
activamente en la elaboración de trabajo.<br />
Este proyecto, tiene como principal finalidad, hacer accesible a los lectores de<br />
lengua inglesa, los diversos trabajos de autores que fueron seleccionados en esta compilación.<br />
El resultado, por lo tanto, es una antología bilingüe, donde se presentan<br />
textos escritos originalmente en español con su traducción correspondiente al<br />
inglés de cara al texto original.<br />
Con un propósito de divulgación, las traducciones se presentan sin prefacios<br />
ni notas copiosas y se mantiene además al mínimo la información adicional del<br />
autor y la interpretación de su obra, así, se presenta solamente una compilación de los<br />
textos originales y la traducción al inglés del trabajo de los siguientes escritores:<br />
Javier Acosta Escareño, Scherezade Bigdalí, Alejandro García Ortega, Efraín<br />
Gutiérrez de la Isla, Salvador Alejandro Lira Saucedo, María Isela Sánchez Valadez,<br />
Maritza Manríquez Buendía y Mauricio Moncada León. Todos ellos escritores<br />
literarios reconocidos a nivel local y algunos a nivel nacional, que fueron reunidos<br />
en este libro por primera vez y que se podrán leer al inglés gracias a las traducciones<br />
que se llevaron a cabo en el taller literario antes mencionado.<br />
Nathaniel Gardner, en la presentación de esta compilación de las voces zacatecanas<br />
sobre la literatura regional, permite una excelente comprensión de la producción<br />
literaria en Zacatecas y en México. Sobre La literatura zacatecana, él nos relata la<br />
forma en que el escritor o poeta de la región se desenvuelve, desde las reuniones<br />
de escritores en el café San Patricio del centro histórico de esta ciudad, donde<br />
conversan sobre sus escritos –ya sean poemas, cuentos, novelas o ensayos– o en<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 85
Voces Zacatecanas: Regionalismo literario y traducción / María Eugenia Martínez Flores<br />
algunos otros lugares donde se congregan los autores de la región, así como en la<br />
Universidad Autónoma de Zacatecas. Los escritores de dicho estado, así como<br />
quienes trabajan a lo largo del país, se preparan en talleres literarios; sobresalientes<br />
autores mexicanos como Octavio Paz, Juan Rulfo y Elena Poniatowska, tuvieron<br />
como parte de sus antecedentes la participación en un taller literario, lo cual se<br />
hizo como parte de la cultura general y no sólo como algo exclusivo de los círculos<br />
de la élite literaria. Participar en un taller literario hace que quienes concurren a dichos<br />
talleres se sientan parte de una fraternidad al encontrar influencia en los escritores<br />
que cada uno adopte como su modelo a seguir, cita Gardner, se convierten en el<br />
hijo de alguien.<br />
En Zacatecas, narra, existe una gran variedad de talleres, muchos de ellos patrocinados<br />
por el estado, principalmente provenientes de las preparatorias locales y<br />
de las universidades. Otros, se llevan a cabo en la casa de la Cultura o institutos<br />
culturales y por regla general los organiza un autor publicado. En la mayoría de<br />
éstos, se les enseña cómo y dónde se publica; por lo general las publicaciones de<br />
los trabajos resultantes de dichos talleres, –aclara el presentador de este libro–<br />
ocurre en suplementos culturales de periódicos locales o en revistas culturales del<br />
estado y editados por egresados de los mismos, con colaboraciones locales,<br />
nacionales e internacionales.<br />
Aunque López Velarde, menciona Gardner, es el orgullo y elemento clave de las<br />
letras y cultura zacatecanas, se considera a Miguel Donoso Pareja, un ecuatoriano<br />
exiliado en México desde 1963, el padre literario de los talleres de esta región.<br />
Todos los autores de Voces Zacatecanas, comenta además, son relativamente<br />
jóvenes, aunque algunos son autores ya reconocidos como Alejandro García, quien<br />
es autor de novelas.<br />
El libro está integrado por textos cortos, pero completos: cuentos, micronovelas<br />
y poesía. La juventud de los autores se ve reflejada en las temáticas que abordan<br />
en los diferentes textos: entre ellos la vida moderna, con temas como el divorcio,<br />
la globalización, el aislamiento social, las relaciones interpersonales con muestras<br />
sexuales y hedonistas. Algunas de las lecturas presentan tintes eróticos, mientras<br />
otras reflexionan sobre el sexo en los tiempos modernos.<br />
Se muestra, además, en esta colección de textos, la influencia de escritores<br />
como Cortázar, por lo absurdo y sus manifestaciones en algunos de los escritos<br />
del presente libro, así como la de Juan Rulfo y Ramón López Velarde. Así mismo,<br />
aparecen representaciones de la mitología griega, romana y cristiana; y temas<br />
recurrentes como la destrucción personal y local, con tópicos como el suicidio,<br />
que simboliza en estos textos la desesperación, el honor, el amor, la depresión; lo<br />
que quizás alude a la destrucción del individuo en tiempos de la modernidad para<br />
captar la atención del lector.<br />
Gran parte de los escritores zacatecanos dentro de esta compilación hablan del<br />
lugar donde nacieron o que adoptaron como su hogar; destacando lugares representativos<br />
de la región como el cerro de la Bufa o la Avenida Hidalgo del centro<br />
histórico de la ciudad.<br />
Como una breve descripción de cómo se desenvuelve esta colección, escritores<br />
como Javier Acosta, mezcla su poesía con temas cotidianos y con la globalización.<br />
La colección de sus poemas se tradujo al inglés en el taller del 2009 por Anna<br />
María D’Amore, en donde participaron además Nathaniel Gardner, Maureen<br />
Sophia Harkins y Kierna Hayde. Sheherazade Bigdalí utiliza una muy breve historia<br />
de amor (micronovela) para provocar emociones fuertes. Alejandro García Ortega<br />
nos entrega una historia de la transición de un adolescente a la vida de adulto, con<br />
la traducción de Maureen Sophia Harkins. Efraín Gutiérrez revalora a Zacatecas<br />
y lo presenta no sólo como una tierra de inmigrantes mexicanos en busca de<br />
empleo en los Estados Unidos, sino como una tierra hacedora de escritores y<br />
poetas, y la selección de sus textos fue traducido por Anna María D’Amore.<br />
Salvador Lira utiliza su poesía para crear espacios oníricos y amplios ejemplos<br />
86<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Voces Zacatecanas: Regionalismo literario y traducción / María Eugenia Martínez Flores<br />
de poesía experimental, rasgo literario que fue totalmente respetado por la traducción<br />
de Anna María D’Amore. Maritza Buendía realiza narraciones de amor y<br />
erotismo al hablar del hogar destruido, traducido también por la editora de este<br />
libro. Mauricio Moncada maneja el tema del erotismo a través de una historia con<br />
perspectiva filosófica sobre el sexo y el suicidio y fue traducido por Maureen<br />
Sophia Harkins. Esta colección de textos finaliza con los relatos de María Isela<br />
Sánchez, quien experimenta con nuevas formas de relatar una vida al demostrar<br />
su profundo interés por la condición humana traducidos por Nathaniel Gardner.<br />
Las gran diversidad temática y estructural de los textos de esta compilación,<br />
se visualiza, según lo ha compartido la editora Anna María D’Amore con Gardner,<br />
como una gran variedad de textos, en donde el lector contará con una colección<br />
literaria que le da libertad de seleccionar entre un conjunto de textos que le ofrece<br />
perspectivas de la región zacatecana y también del mundo, la historia y la<br />
modernidad, lo divino y lo banal.<br />
Como se podrá observar, esta antología presenta una gran diversidad de temas<br />
manejados por los distintos escritores compilados en dicha obra, lo cual nos lleva<br />
a imaginar los fenómenos que ocurrieron en la traducción. Es importante resaltar<br />
lo adecuado de la compaginación del texto origen, con su traducción de cara a<br />
éste, lo cual permite a quienes tenemos la expectación por observar el texto original<br />
en su versión al inglés; además de la forma como se resolvió la traducción de<br />
temas literarios tan complejos como los que manejan esta antología.<br />
Para finalizar, cabe agregar que la función de los editores dentro del proceso<br />
de difusión de una obra con tintes literarios es quizás tan importante como la de<br />
los traductores, pues, aunque estén acompañados de un consejo editorial y cuenten<br />
con un sistema de arbitraje, son ellos quienes toman la decisión ûnal sobre lo que<br />
se debe publicar, realizan la selección de textos a compilar, y en este caso, realizar<br />
además la laboriosa tarea de traducir los textos literarios que siempre resultarán<br />
un reto para el traductor.<br />
Ciertamente es una ardua tarea la edición, toda vez que son los editores, por lo<br />
general, quienes asumen o responden por el éxito o el fracaso de las mismas. Por lo cual,<br />
considero pertinente mencionar mi reconocimiento a la Dra. Anna María D’Amore<br />
por su labor en la edición y traducción de esta excelente antología literaria y sus<br />
brillante idea de editar y compartir con el lector de la lengua extranjera, y nosotros<br />
los traductores, esta colección de textos producidos en nuestra lengua materna.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 87
88<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
COLABORADORES<br />
Aroldo José de Abreu Pinto. Es Doctor en Letras por la Universidad Estadual Paulista Júlio de<br />
Mesquita Filho / UNESP. Obtuvo una Beca postdoctoral de la Universidad de São Paulo / USP.<br />
Actualmente es Coordinador de Postgrado (Maestría y Doctorado) en Estudios Literarios de UNEMAT-<br />
Campus Tangara da Serra. Se desempeña como Profesor del Departamento de Artes UNEMAT Campus<br />
Alto Araguaia. Funge como Coordinador de la “Organización y entrega de la colección de Ricardo<br />
Ramos: segunda etapa de” Proyecto de Investigación (CNPq). Es investigador en la UNESP-Assis<br />
(Grupo Lectura académica y Literatura en la Escuela: Centro de Investigación de la Región). Ha<br />
difundido sus trabajos como autor de libros y / o coordinador, y ha publicado varios artículos en<br />
revistas así como capítulos de libros. Trabaja en el área de Artes y Comunicación, con énfasis en la<br />
literatura brasileña. Es responsable del Acervo del escritor Ricardo Ramos.<br />
Luis Armenta Malpica. (México, D.F., 1961). Poeta, ensayista y traductor del francés; es miembro<br />
del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes de Jalisco y director de Mantis editores. Ganador de<br />
diversos reconocimientos nacionales e internacionales en cuento, novela y poesía, entre los que<br />
destacan los premios Clemencia Isaura, Efraín Huerta, Ramón López Velarde, Benemérito de América,<br />
Alí Chumacero, San Juan del Río, Amado Nervo, de San Román, e iberoamericano de poesía<br />
Continentes (Unesco). Premio de poesía Aguascalientes, en 1996, y Premio Jalisco en Letras 2008.<br />
Por su labor editorial recibió la Pluma de Plata, en 2006. Libros y poemas de su autoría han sido<br />
traducidos al inglés, francés, portugués, alemán, italiano, catalán, rumano, árabe y ruso. Ha publicado<br />
los poemarios: Voluntad de la luz, Des(as)cendencia, Ebriedad de Dios, Luz de los otros, Ciertos<br />
milagros laicos, Mundo Nuevo, mar siguiente, Sangrial, El cielo más líquido, entre otros.<br />
Carlos Gerardo Castillo Alvarado. Es egresado de la licenciatura en Pedagogía, Facultad de<br />
Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León; así como de las maestrías en<br />
Educación Superior con especialidad en la Enseñanza de las Ciencias Sociales, titulado con la tesis:<br />
La enseñanza de la Historia en la escuela primaria; y Maestría en la Enseñanza de la Lengua y la<br />
Literatura, Titulado con la propuesta didáctica: De la motivación por lectura literaria mediante su<br />
análisis diversificado, en la división de Posgrado de la misma institución. Ha colaborado<br />
periódicamente con cuentos y ensayos desde 2008 con la revista Reforma Siglo XXI, de la preparatoria<br />
No. 3 de la Universidad Autónoma de Nuevo León; así como docente interino en el área de Ciencias<br />
Sociales en la preparatoria No. 25 “Dr. Eduardo Aguirre Pequeño” de la misma institución.<br />
Dalina Flores Hilerio. (Estado de Morelos). Se desempeñaba en el teatro y la docencia. Inició sus<br />
estudios en la UNAM y posteriormente en la UANL. Algunos de sus cuentos y ensayos se han<br />
publicado en revistas locales del D.F. y Monterrey (Memorias del páramo, Cathedra, Vida<br />
Universitaria, Común, La nuez, etc.). Fue becaria del Centro de Escritores de Nuevo León en el<br />
2001 y ha obtenido algunos premios en concursos universitarios. Actualmente estudia el doctorado<br />
en Filosofía, imparte clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL y en el departamento de<br />
Estudios Humanísticos del ITESM; también promueve la lectura en diversos espacios públicos y<br />
privados.<br />
Roberto Kaput González Santos. (Tampico, 1975). Licenciado en Letras Españolas por la UANL<br />
(2000) y maestro en Lengua y Cultura Españolas por la Universidad de Salamanca (2006). Fue<br />
becario de la embajada de Francia en Madrid para cursar estudios en Toulouse II-Le Mirail (2008).<br />
Actualmente cursa el doctorado en Estudios Humanísticos en el ITESM y forma parte del grupo<br />
Estudios Culturales en el Desierto.<br />
Julio Hernández Maldonado. Licenciatura en Lingüística Aplicada como didacta en el idioma<br />
inglés. Obtuvo su Maestría en Letras Españolas y actualmente está en proceso de redacción de tesis<br />
del Doctorado en Humanidades y Artes por la Universidad Autónoma de Zacatecas. Es profesor de<br />
Inglés y de varias materias de contenido didáctico en la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.<br />
Ha sido maestro de Literatura en el ITESM.<br />
Leticia Herrera. (Monterrey, 1960). Poeta, promotora cultural. Fue becaria del Centro de Escritores<br />
de Nuevo León (1990-1991) en poesía. Becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes (1994-<br />
1995) en ensayo. Ha impartido talleres, cursos, conferencias y lecturas en diversos espacios culturales<br />
del estado, nacionales e internacionales. Sus textos y poemas han sido publicados en antologías,<br />
revistas y periódicos locales, nacionales y del extranjero, así como en sitios web. Algunos de sus<br />
poemas han sido traducidos al inglés, al alemán y al búlgaro. Ha publicado: Pago por ver (1984);<br />
Canto del águila (1985); Poemas para llorar (1993); Caracol de tierra (1996); Vivir es imposible<br />
(2000); Hace falta que llueva (2002); Poemas incompletos. 1984-2006 (2006). Sólo digan que fui.<br />
Antología provisional (2011); entre otros.<br />
José María Infante Bonfiglio. Doctor en Psicología por la Universidad Nacional de Córdoba<br />
(Argentina) y maestro en Metodología de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Nuevo León<br />
(Monterrey, México). Se desempeña como docente en la UANL desde 1976, impartiendo cursos en<br />
el área de la teoría social, metodología y sociología política. Su principal interés en la investigación<br />
se enfoca hacia los temas de la psicología política (discurso político, valores, comportamiento político,<br />
procesos electorales, liderazgo). Ha publicado artículos científicos y de divulgación en diferentes<br />
medios locales e internacionales.<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 89
Colaboradores<br />
María Eugenia Martínez Flores. Egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la licenciatura<br />
de Lingüística Aplicada con énfasis en traducción, ha trabajado en la Facultad como maestra de<br />
traducción desde el año de 1995 hasta la fecha en áreas de redacción, traducción inversa legal y en<br />
diversos talleres de traducción técnica. Es egresada de la maestría de Enseñanza Superior de la<br />
Facultad de Filosofía y Letras. Ha colaborado como capacitadora en el TRIFE en temas de redacción<br />
y corrección de estilo. Ha participado además como ponente en seminarios de ATIMAC en temas<br />
relacionados con los aspectos culturales y su solución en los procesos de traducción. En el año 2003<br />
fue designada como coordinadora del departamento de traducción de la Facultad de Filosofía y<br />
Letras, nombramiento que le fue ratificado en junio del 2009 por la actual directora de la Facultad<br />
de Filosofía y Letras. Actualmente cuenta con el nombramiento de perito traductor por el Tribunal<br />
Superior de Justicia, que se le otorgó desde el año 2005 a la fecha.<br />
Juan Nicolás Padrón. Pinar del Río, Cuba, 1950. Poeta y licenciado en Filología especializado en<br />
Lengua y Literatura Hispánica. Posee posgrados en Filosofía y Lingüística, además de cursos de<br />
Pedagogía y Psicología. Actualmente es investigador y editor del Centro de Investigaciones Literarias<br />
de Casa de las Américas de Cuba. También ha sido director de Literatura del Instituto Cubano del<br />
Libro, director de la editorial Letras Cubanas y subdirector de la editorial Casa. Su desempeño en el<br />
ámbito de las letras lo ha desarrollado como editor, profesor, jurado, poeta, ensayista, coordinador<br />
de encuentros literarios y artísticos, prologuista, articulista, antologador y conferencista en distintos<br />
países como Cuba, España, México, Argentina, Venezuela, Chile y Canadá. Ha participado en las<br />
Ferias Internacionales del Libro de Cuba, Ciudad de México, Guadalajara, Buenos Aires y Santiago<br />
de Chile. Su obra poética se encuentra en la edición de los siguientes libros: El polvo finísimo del<br />
tiempo (1983), Desnudo en el camino (1988), Peregrinaciones (1991), Crónica de la noche (1955).<br />
En Chile publica el ensayo sobre identidad cubana La Palma en el Huracán (Ediciones Rodriguistas,<br />
2000), entre otros.<br />
Tzitel Pérez Aguirre. (Monterrey). Egresada de la Licenciatura y Maestría en Letras Españolas por<br />
la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL, docente por más de 12 años, en la misma Institución,<br />
impartiendo diversas materias de las áreas de Literatura y Lingüística en el Colegio de Letras<br />
Mexicanas, áreas de investigación en las cuales se desempeña: análisis y estudios literarios,<br />
lingüística, semiótica, semántica, fonética y fonología, análisis del discurso, enseñanza de lengua,<br />
estudios de la cortesía, entre otras. Colaboradora en el Cuerpo Académico Consolidado “Lenguajes,<br />
Discursos, Semióticas. Estudios de la Cultura Regional” de la Facultad de Filosofía y Letras de la<br />
UANL, miembro del Comité Evaluador de Becarios del Centro de Estudios Humanísticos;<br />
colaboradora en el Proyecto de investigación Aprovechamiento de un corpus oral en la enseñanza<br />
de la lengua; miembro del equipo docente del Diplomado en Redacción y Escritura Creativa, como<br />
del Proyecto de Investigación Perfeccionamiento de la práctica de la escritura y la lectura desde un<br />
enfoque comunicativo. Cuenta con el perfil PROMEP. Actualmente Candidata a Doctora en<br />
Humanidades y Artes por la Universidad Autónoma de Zacatecas con la tesis: Enriqueta Ochoa,<br />
voz femenina de México en el Siglo XX; y Coordinadora del Colegio de Letras Mexicanas de la<br />
Facultad de Filosofía y Letras de la UANL.<br />
Orlando Valdez Vega. Es profesor en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma<br />
de Nuevo León, desde el año 2008 dedicado a la formación lingüística de los futuros profesores de<br />
la lengua francesa en la Licenciatura en Ciencias del Lenguaje (perfil FLE). Después de una formación<br />
en Francia en Filosofía y en Ciencias Teológicas donde fue traductor de obras del mismo género,<br />
realiza una maestría en Enseñanza Superior con especialidad en la enseñanza de la Lengua y la<br />
Literatura. Su trabajo de investigación para obtener el grado de maestría se orientó a la creación de<br />
una propuesta para los futuros profesores de FLE para la corrección de la pronunciación a nivel de<br />
los elementos fonéticos y prosódicos de la lengua francesa mediante el uso de las tecnologías. Ha<br />
participado en eventos nacionales e internacionales difundiendo su investigación e impartiendo<br />
talleres sobre el tema.<br />
90<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
NORMAS EDITORIALES<br />
Los textos serán originales e inéditos. Deberán presentarse redactados en español, impresos<br />
por una sola cara, a doble espacio, en tipografía Arial, sin correcciones a mano y en CD. No<br />
se aceptarán versiones incompletas, los originales recibidos se considerarán versión definitiva.<br />
Asimismo, deberán incluir: dirección postal, correo electrónico y una pequeña síntesis<br />
curricular del autor.<br />
1.<br />
2.<br />
3.<br />
Los originales tendrán una extensión de entre 10 y 15 cuartillas de ser ensayos, y en el<br />
caso de investigaciones (extraer un tema y elaborar un artículo de divulgación), entre<br />
25 y 40 cuartillas, deberán presentarse en una versión de computadora que incluya la<br />
información completa de todos los cuadros, gráficas, esquemas y figuras. Además del<br />
CD, deberá entregarse una impresión a doble espacio (incluso las notas de texto). El<br />
ancho de las líneas debe ser de 65-70 golpes, por 27-28 líneas (equivalentes a una<br />
cuartilla).<br />
Los autores deberán adjuntar un resumen de su artículo no mayor de cinco líneas y una<br />
breve lista de palabras clave.<br />
Las referencias de los libros en la bibliografía deberán contener los siguientes datos<br />
(en este mismo orden):<br />
Nombre del autor<br />
Año de edición<br />
Título del libro (subrayado)<br />
Editorial<br />
Ciudad (en español, en los casos de referencias bibliográficas en otro idioma)<br />
Número total de páginas (variable)<br />
Ejemplo:<br />
4.<br />
Katz, F. (comp.), (1990). Revuelta, rebelión y revolución. La lucha en México<br />
del siglo XVI al siglo XX. México: Era. 2 volúmenes.<br />
Burckhardt, J. (1943). Force and freedom. Nueva York: Pantheon Books<br />
Las referencias de capítulos en la bibliografía deberán contener los siguientes datos<br />
(en este mismo orden):<br />
et al. (y otros) se utiliza para indicar que una obra está firmada por varios autores,<br />
además del que se indica.<br />
v. g. (por ejemplo).<br />
of. o cfr. (véase o confróntese)<br />
supra (arriba)<br />
infra (abajo)<br />
e. (esto es)<br />
circa (alrededor de)<br />
loc. cit (en el lugar citado)<br />
passim (en varios lugares)<br />
vid. (véase)<br />
sic (así, textualmente)<br />
comp. o comps. (de compilador o compiladores), coord. o coords. (de coordinador o<br />
coordinadores) se utiliza de preferencia entre paréntesis, inmediatamente después<br />
del o de los nombres del autor o autores del libro.<br />
cap. (capítulo)<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013 91
Normas editoriales<br />
ed. (edición)<br />
s.e. (sin editor)<br />
s. f. (sin fecha)<br />
s. l. (sin lugar de edición)<br />
mimeo (mimeografiado)<br />
pról. (prólogo)<br />
introd. (introducción)<br />
trad. (traducción)<br />
s. (y siguiente)<br />
s.s. (y siguientes)<br />
5.<br />
Todos los textos recibidos serán sometidos a un dictamen cuyo resultado puede ser:<br />
a) Publicable.<br />
b) No publicable.<br />
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En todo caso, el dictamen será inapelable. Los dictámenes se entregarán al<br />
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Cathedra de acuerdo con la línea editorial. Si el artículo se publica, el autor<br />
recibirá a vuelta de correo, dos ejemplares de la revista.<br />
92<br />
Cathedra no. 18, julio-diciembre 2013
Revista semestral de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL,<br />
se terminó de imprimir en diciembre de 2013<br />
en Grafo Print Editores, S.A.<br />
En su composición se usó tipografía<br />
Times New Roman de 22, 18, 10, 9 y 8 puntos.<br />
La edición estuvo al cuidado del equipo de trabajo de la Secretaría<br />
de Publicaciones y Extensión Cultural.<br />
Tiraje: 500 ejemplares.