Número 7, julio-septiembre, 2009 Nueva Ãpoca Ãrgano cientÃfico ...
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Apoyo al Presidente de Honduras Manuel Zelaya<br />
El golpe de Estado perpetrado por las elites dominantes en Honduras contra<br />
el Gobierno legítimo de Manuel Zelaya a través del ejército es un atentado<br />
a la democracia en el istmo centroamericano y en Latinoamérica. Cuando<br />
ya parecían desterradas de la historia las asonadas golpistas de los gorilas<br />
locales contra las fuerzas democráticas, se ha cometido en Honduras una flagrante<br />
violación a la Constitución por medio del clásico «madrugón» golpista<br />
que, pistola en la sien, obliga a un presidente legítimamente electo a salir<br />
desterrado violentamente en bata de dormir rumbo a un país extraño.<br />
Honduras, un país peculiar y otrora la clásica república bananera donde<br />
«es más barato comprar un diputado que un burro», ha retornado al pasado<br />
mediante este bochornoso acto. Dentro de su peculiaridad, dicho país siempre<br />
ha sido, especialmente en la década de los ochenta, el «portaaviones» del<br />
Departamento de Estado de los Estados Unidos en la región centroamericana,<br />
toda vez que desde territorio hondureño se apoyó a la «contra» nicaragüense<br />
y al ejército genocida salvadoreño durante el conflicto regional que activó los<br />
volcanes revolucionarios en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.<br />
Un país endeble a nivel económico, donde no existe ni siquiera oligarquía,<br />
pues el lugar de la oligarquía está ocupado por la United Fruit Company y<br />
otras multinacionales, y donde el estamento militar, profundamente anticomunista<br />
y ultrarreaccionario, también ha copado el puesto de las burguesías<br />
dominantes, ha sido la víctima propicia escogida por las fuerzas oscurantistas<br />
nacionales y por los intereses estadounidenses para sufrir este zarpazo a<br />
su naciente democracia, representada en el presidente Manuel Zelaya.<br />
A pesar de la condena formal a los golpistas hecha por el presidente de<br />
los Estados Unidos, Barack Obama, y confirmada por su Secretaria de Estado,<br />
Hillary Clinton, es evidente que tras bambalinas el apoyo a los golpistas<br />
hondureños proviene del Pentágono y de la Central Intelligence Agency<br />
(cia). Y todo para «frenar», dentro de una lógica propia de la Guerra Fría, el<br />
«chavismo» en la región y en Latinoamérica, que ellos ven como un peligro a<br />
la seguridad nacional y continental.<br />
No es casualidad que oscuros personajes como el otrora subsecretario