3 Aportes desde la cotidianidad - Sinabi
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Capítulo 3 <strong>Aportes</strong> <strong>desde</strong> <strong>la</strong> <strong>cotidianidad</strong><br />
• el trabajo y <strong>la</strong> actividad permanente<br />
a lo <strong>la</strong>rgo del ciclo de vida,<br />
• <strong>la</strong> resiliencia<br />
• el establecimiento de redes de<br />
apoyo para <strong>la</strong> realización de los<br />
proyectos personales y comunitarios.<br />
Para <strong>la</strong>s personas participantes, el<br />
trabajo es visualizado como uno de<br />
los aspectos fundamentales para<br />
lograr una vejez exitosa y activa. De<br />
esta manera, el trabajo además de<br />
haberles propiciado sobrevivir, favoreció<br />
el desarrollo y el reconocimiento<br />
de sus talentos y capacidades.<br />
Esta concepción de trabajo como<br />
actividad productiva, en términos económicos<br />
y como un medio de realización,<br />
le permite a <strong>la</strong> persona crear, tal y<br />
como lo afirman Bonil<strong>la</strong> y Mata (1998),<br />
nos brinda <strong>la</strong> posibilidad de promover<br />
estilos de vida activos que orienten a <strong>la</strong><br />
pob<strong>la</strong>ción en general a comprender el<br />
envejecimiento como un proceso que<br />
no se inicia a los 60 ó 65 años de edad,<br />
sino que forma parte del ciclo vital de<br />
todas <strong>la</strong>s personas.<br />
Las personas entrevistadas han llegado<br />
activas al momento vital específico<br />
de <strong>la</strong> vejez desarrol<strong>la</strong>ndo actividades<br />
re<strong>la</strong>cionadas con el trabajo, el ejercicio<br />
físico, <strong>la</strong> participación en grupos<br />
o asociaciones comunales; algunos<br />
otros en una re<strong>la</strong>ción permanente con<br />
<strong>la</strong> música, <strong>la</strong> pintura o <strong>la</strong> escritura.<br />
Estas actividades de “preparación”<br />
son columnas medu<strong>la</strong>res para que<br />
<strong>la</strong>s personas adultas mayores lleguen<br />
a fijarse objetivos a mediano y <strong>la</strong>rgo<br />
p<strong>la</strong>zo, y a tener motivaciones y sueños<br />
por los cuales continuar luchando, a<br />
pesar de <strong>la</strong>s dificultades que puedan<br />
presentarse. Este sentido de vida es<br />
trascendental para que tengan <strong>la</strong> posibilidad<br />
de definir lo que es relevante<br />
para sus vidas; es más, “<strong>la</strong>s personas<br />
con c<strong>la</strong>ridad de sentido pueden evaluar<br />
más objetivamente los resultados<br />
de sus vidas” (Bonil<strong>la</strong> y Rapso, 1997).<br />
Es oportuno mencionar que <strong>la</strong>s condiciones<br />
de vida de <strong>la</strong>s personas entrevistadas<br />
no pueden generalizarse al<br />
resto de pob<strong>la</strong>ción adulta mayor del<br />
país, pues hay que reconocer que para<br />
un amplio sector de este grupo etario<br />
<strong>la</strong>s condiciones <strong>la</strong>borales, familiares y<br />
comunitarias no han contribuido a un<br />
proceso de envejecimiento saludable<br />
o activo, sino que han acelerado el deterioro<br />
de su salud física y emocional.<br />
De esta manera, aquel<strong>la</strong>s personas<br />
que se “…sienten desamparadas, sin<br />
afecto, a quienes el medio les ha obstaculizado<br />
el desempeño de sus destrezas<br />
y energías, el logro de metas, de una<br />
ocupación estable, o que enfrentan<br />
crisis inesperadas como <strong>la</strong> muerte de<br />
familiares o <strong>la</strong> destrucción de su casa<br />
por eventos naturales, muestran fatiga,<br />
ansiedad, depresión y terminan por enfermarse…”<br />
(Bonil<strong>la</strong> y Mata, 1998: 93).<br />
Obsérvese que no siempre se limitan<br />
sus posibilidades de aportar a <strong>la</strong>s<br />
familias, pero sí se dificulta el disfrute<br />
de <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores cotidianas y el establecimiento<br />
de vínculos con otras personas<br />
de <strong>la</strong> comunidad. Es conocido,<br />
por ejemplo, que muchas mujeres<br />
mayores, a pesar de sentir cansancio<br />
o estar deprimidas, continúan<br />
haciéndose cargo de <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores del<br />
hogar, el cuido de los nietos y <strong>la</strong>s nietas,<br />
así como de otros miembros de<br />
<strong>la</strong> familia. En este sentido, <strong>la</strong> situación<br />
de <strong>la</strong>s mujeres debe analizarse con<br />
especial atención, sobre todo en el<br />
momento actual, pues recae sobre<br />
el<strong>la</strong>s el cuido de tres generaciones:<br />
a sus padres octogenarios y nonagenarios,<br />
a sus hijos e hijas que cada día<br />
salen a mayor edad del hogar, y a sus<br />
nietos y nietas.<br />
En cuanto a <strong>la</strong> resiliencia, entendida<br />
como <strong>la</strong> capacidad que tienen <strong>la</strong>s<br />
personas para minimizar los efectos<br />
negativos de <strong>la</strong>s situaciones difíciles<br />
que enfrentan cotidianamente y<br />
para maximizar los aspectos positivos,<br />
<strong>la</strong>s personas mayores entrevistadas<br />
comentaron haber atravesado situaciones<br />
muy difíciles por lo que tuvieron<br />
que tomar decisiones cruciales para<br />
continuar con <strong>la</strong>s metas p<strong>la</strong>nteadas.<br />
En ocasiones <strong>la</strong> pérdida de seres<br />
queridos, <strong>la</strong>s enfermedades, <strong>la</strong>s dificultades<br />
económicas de <strong>la</strong> familiares,<br />
o los mitos y estereotipos sobre <strong>la</strong> vejez<br />
y los “viejos”, son elementos que<br />
“La pensión es mía, pero<br />
debo dárse<strong>la</strong> a el<strong>la</strong>s<br />
para que compren lo<br />
necesario para <strong>la</strong> casa”<br />
(doña Nelly, 2007).<br />
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