ciencias de la vida

La fase parasítica del ciclo biológico
del patógeno comienza con la germinación,
estimulada por la presencia
de exudados radicales de plantas
susceptibles o no a la enfermedad,
de unas estructuras de resistencia
(microesclerocios) que son capaces
de sobrevivir en el suelo de forma
prolongada,. La germinación da lugar
a la formación de hifas microscópicas
que penetran las raíces de la
planta y crecen en sus tejidos hasta
alcanzar los vasos xilemáticos.
La presencia de heridas (provocadas
o naturales) en el sistema radical
del olivo favorece la invasión de la
planta. “Una vez alcanzados los vasos
xilemáticos, el hongo se extiende
a lo largo de la planta mediante
un proceso cíclico de proliferación
de hifas, producción de esporas que
son transportadas por la corriente
transpiratoria y germinación de las
mismas, facilitando la extensión del
crecimiento fúngico en el xilema aéreo,
evento que precede al desarrollo
de los síntomas de la VO”, asegura el
investigador Jesús Mercado Blanco.
Enfermedad
descrita en 1946
por primera vez
La verticilosis del olivo fue descrita
por primera vez en Italia en 1946
y años después en zonas olivareras
de Estados Unidos. En la actualidad
en España la verticilosis
es la enfermedad del olivar más
importante después del repilo,
y probablemente es la que más
preocupa a agricultor y técnicos,
ya que no se vislumbran soluciones
que permitan resolver de forma
eficaz este problema. Solamente
el empleo de variedades tolerantes
en las nuevas plantaciones, y
especialmente en las de riego, se
presenta como solución eficaz. Se
distinguen dos cuadros sintomatológicos
diferentes: la muerte súbita
y el denominado decaimiento
lento.
En los momentos finales del ciclo
parasítico se produce la formación
de microesclerocios en tejidos
muertos o moribundos de la planta
enferma. La incorporación y posterior
descomposición de los restos
de estos tejidos da lugar a que los
microesclerocios se liberen en el
suelo, cerrando así la fase parasítica
del patógeno y contribuyendo al
aumento del número de propágulos
infectivos en aquél. Mercado Blanco
dirige el Proyecto de Excelencia
“Identificación de los mecanismos
implicados en el control de la verticilosis
del olivo por cepas de Pseudomonas
spp. colonizadoras naturales
de raíces de olivo”, cuyo objetivo es
identificar a nivel genético y molecular
aquellas características bacterianas
que estén implicados en el
control de esta enfermedad. “Trabajaremos,
fundamentalmente, sobre
posibles mecanismos de antibiosis
frente a V. dahliae; sobre la competencia
entre los agentes de biocontrol
(las cepas de Pseudomonas spp.)
y el patógeno por micronutrientes
esenciales tales como el hierro, mediante
el análisis de la producción
de sideróforos bacterianos; sobre la
capacidad que algunas de las cepas
bacterianas tienen para establecerse
de forma endofítica en las raíces
de olivo, y sobre si dicha capacidad
puede estar relacionada con la inducción
de nuevas respuestas defensivas
en la planta”, aclara.
El experto señala que algunas cepas
de Pseudomonas ya se estudiaron
en cuanto a su actividad antagonista
in vitro frente a V. dahliae
y capacidad de biocontrol de la VO.
Mas tarde se determinó que alguna
de ellas incluso puede establecerse
en el interior de los tejidos de raíces
de olivo, es decir, están adaptadas al
lugar donde pueden desarrollar su
acción beneficiosa. Por tanto, el tratamiento
con algunos de estos aislados
podría contribuir a un mejor
estado fitosanitario de la planta durante
la fase de producción viverística.
“Elucidar dichos mecanismos
puede ser la base para el desarrollo
de nuevas estrategias de biocontrol
de la VO, tanto en plantas jóvenes
como en árboles adultos. Estas medidas
pueden ser de índole preventiva,
que son las más adecuadas,
pero también paliativas; medidas
que pueden resultar complementarias
a otras de naturaleza química,
física y/o cultural”, señala Mercado
Blanco.
La VO fue diagnosticada
por primera vez en España
en 1975 y la primera
estimación de su incidencia,
indicó que la enfermedad
se encontraba establecida
en las provincias de
Córdoba, Jaén y Sevilla
en un 38,5% de 122
plantaciones inspeccionadas.
Durante el periodo 1994-
1996 se diagnosticaron
importantes ataques de
VO en otras provincias
andaluzas (Cádiz, Granada),
afectando al 39,5% de las
112 plantaciones jóvenes
inspeccionadas.
CIENCIAS DE LA VIDA
97