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Perú: Oferta y demanda de trabajo en la pequeña<br />

agricultura del medio rural 1<br />

Ramón Díaz<br />

Raphael Saldaña<br />

Carolina Trivelli<br />

(Versión preliminar, para discusión)<br />

Enero 2010<br />

1 <strong>Documento</strong> que resume los resultados del componente sobre empleo rural del proyecto<br />

“Employment and Income in Peru” desarrollado gracias al apoyo del IDRC.<br />

1


Perú: Oferta y demanda de trabajo en la pequeña agricultura del medio rural<br />

Este estudio ha sido desarrollados por el IEP, para el proyecto “Empleo e Ingreso en<br />

Bolivia, Paraguay y Perú”, auspiciado por IDRC, tiene como finalidad presentar la<br />

situación actual de algunos de los aspectos más relevantes del mercado de trabajo en<br />

el ámbito rural del Perú.<br />

Existen varias maneras para entrar a estudiar el mercado laboral rural peruano,<br />

Nosotros hemos elegido analizarlo desde la oferta de trabajo por parte de los<br />

individuos y la demanda de trabajo por parte de los conductores agropecuarios. Se ha<br />

dejado de lado en el estudio las actividades no agropecuarias, pues no son las más<br />

importantes en este ámbito.<br />

En el caso de la demanda por trabajo, su estudio utiliza como fuente de datos la<br />

encuesta nacional de hogares del año 2007, ella recoge datos a nivel nacional de<br />

algunos aspectos básicos de los productores agropecuarios del ámbito rural, y datos<br />

más detallados sobre la oferta de trabajo y los ingresos de los individuos que habitan<br />

en el ámbito rural. Posteriormente se repasa también – aunque brevemente- la<br />

generación de empleo derivada de los pequeños negocios independientes en el<br />

ámbito rural.<br />

En el caso del estudio de la oferta los datos utilizados describen hogares en zonas<br />

agropecuarias del departamento de Piura, La Libertad, y del valle del Mantaro, en el<br />

departamento de Junín. Estos datos provienen de la encuesta de hogares rurales<br />

proyecto BASIS, realizada por el Instituto de Estudios Peruanos y la universidad de UC<br />

DAVIS.<br />

.<br />

Pretendemos Intentamos responder algunas de las siguientes preguntas:<br />

• ¿Cuánto empleo genera la pequeña agricultura en el Perú?<br />

• ¿Cuál es el papel de los trabajadores familiares no remunerados en la actividad<br />

productiva del ámbito rural?<br />

• ¿Qué factores favorecerían un aumento en el empleo?<br />

• ¿Cuáles son las condiciones del empleo en el ámbito rural?<br />

• ¿Qué factores determinan la oferta de trabajo fuera de la actividad productiva<br />

del hogar?<br />

El estudio tiene tres secciones, en la primera se describe rápidamente los principales<br />

indicadores laborales y de la economía de los hogares del ámbito rural, comparando<br />

los años 2001 y 2007, periodo de crecimiento económico sostenido. En la segunda<br />

sección se presenta el estudio sobre la demanda por trabajo de los productores<br />

agropecuarios rurales del ámbito rural peruano. En la tercera se presenta el estudio<br />

de la oferta de trabajo en Piura, Chepén y Valle del Mantaro.<br />

2


Cambios y continuidades en el empleo del Perú rural 2001-2007<br />

Resumen<br />

El documento pretende ser una introducción a los estudios de demanda y oferta de<br />

trabajo en el ámbito rural peruano desarrollados por el IEP. Se revisan los indicadores<br />

básicos del mercado laboral en el ámbito rural, y algunas características de los<br />

hogares rurales. En términos generales el panorama en el mercado rural del 2001 es<br />

el mismo que se tiene en el 2007, con algunos matices. Los principales cambios que<br />

se encuentran son un aumento de la participación de las mujeres en la PEA, sobre<br />

todo hacia el rubro de trabajadores familiares no remunerados. Además, se encuentra<br />

que casi no ha habido cambios en los ingresos de los trabajadores rurales, salvo en el<br />

caso de los conductores que han tenido una mejoría en sus ingresos.<br />

1 Introducción<br />

El objetivo principal de este documento es presentar los principales cambios y<br />

continuidades que se han dado en los indicadores básicos del empleo el Perú rural en<br />

el periodo 2001-2007, sobre la base de los datos de las encuestas de hogares.<br />

La determinación del periodo de estudio obedece a la disponibilidad de información.<br />

Los datos de encuestas anteriores al 2001 tienen una cobertura menor, menor<br />

representatividad, y menor detalle en la información. Además entre el 2001 y el 2007<br />

se registrado un proceso de crecimiento macroeconómico sostenido, con una tasa<br />

media anual de entre 6% y 7%, entonces si se espera encontrar cambios en los<br />

indicadores laborales, este periodo es una buena referencia para ver si el crecimiento<br />

macroeconómico se traspasa en alguna medida al ámbito rural, a través del mercado<br />

de trabajo, y no solamente mediante programas sociales.<br />

Un objetivo secundario es aproximarnos a algunos aspectos de la economía de los<br />

hogares cuyos ingresos que dependen directa o indirectamente de las actividades<br />

agropecuarias. Este documento hace el papel de introducción dos trabajos<br />

desarrollados por el IEP –en el contexto del proyecto “Empleo e Ingreso en Bolivia,<br />

Paraguay y Perú”, auspiciado por IDRC- que estudian la demanda por trabajo de los<br />

pequeños productores rurales por un lado, por el otro la oferta de mano de obra en el<br />

ámbito rural.<br />

El carácter del documento es meramente descriptivo y presentará datos de los<br />

principales indicadores referidos la mercado laboral. La problemática del sector rural<br />

peruano se ha tratado desde varios enfoques en varios trabajos, muchos de ellos<br />

bastante recientes. No obstante poca atención se ha prestado al mercado de trabajo<br />

en el área rural, los dos documentos que siguen a esta introducción se ocuparán en<br />

detalle de dos aspectos que casi no se han estudiado en el caso peruano, la demanda<br />

y la oferta de trabajo por parte de los productores agropecuarios y hogares rurales,<br />

sobre los cuales se sabía muy poco.<br />

3


Este documento dos partes, en la primera se describen la evolución de los principales<br />

indicadores PET, PEA, y ocupación en el ámbito rural peruano para los años 2001 y<br />

2007. En la segunda, nos aproximamos a las principales características económicas<br />

de los hogares que dependen de las actividades agropecuarias.<br />

2 Evolución de los principales indicadores laborales 2001 y 2007<br />

El tamaño de la población en edad de trabajar (PET), en el ámbito rural peruano se<br />

estimaba en 5.8 millones de personas en el año 2001, en el 2007 este estimado<br />

asciende a 6.6 millones lo que implica un aumento de 14%. La PET comprende a<br />

todas las personas de 14 años en adelante.<br />

La PEA incluye a todas las personas en edad de trabajar, que se encontraban<br />

desarrollando algún tipo de actividad económica, o que estaban buscando activamente<br />

algún trabajo dentro del periodo de referencia de la encuesta que en el caso peruano<br />

es de una semana. En este mismo periodo la PEA -como porcentaje de la PET- ha<br />

pasado de representar un 82% a un 88%, es decir la tasa de actividad en el ámbito<br />

rural peruano a aumentado ligeramente en este periodo. Estos cambios implican un<br />

incremento de la PEA (población económicamente activa) de 22%, y un decrecimiento<br />

de la PEI (población económicamente inactiva) de –23% entre el 2001 y el 2007. Estos<br />

datos se muestran a continuación en la tabla 1.<br />

Tabla 1: Variación de la PET y sus componentes en el ámbito rural<br />

Variación % 2007-2001<br />

Distribución de la PET<br />

PET PEA PEI 2001 2007<br />

Costa 12.3% 22.1% -20.7% 15.8% 15.6%<br />

Sierra 14.0% 19.6% -16.4% 64.7% 64.7%<br />

Selva 15.8% 32.8% -37.8% 19.5% 19.8%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

La tabla 1 también indica que, si bien en tanto en la costa como en la sierra se ha<br />

registrado un aumento de la tasa de actividad, éste ha sido más importante (en<br />

términos porcentuales) en la selva. Por otro lado, si bien en este periodo se han<br />

producido un aumento en la tasa de actividad más importante en la selva, sigue siendo<br />

la sierra la región natural que concentra un tercio de la PET rural, en el caso de la PEA<br />

la situación es similar.<br />

La composición por sexo de la PET en el ámbito rural es bastante parejo, no obstante<br />

los hombres llevan una ligera ventaja respecto de las mujeres, excepto en al sierra en<br />

donde las mujeres superan ligeramente a los hombres. En cuanto a la composición por<br />

grupos de edad de la PET, podemos apreciar –en el gráfico 1- que existe un contraste,<br />

pues en la sierra entre el 2001 y el 2007 el grupo mayor de 45 años a pasado a ser el<br />

más grande, mientras que en la selva y la costa todavía el grupo más grande dentro<br />

de la PET continúa siendo el de las personas entre 25 y 45 años.<br />

4


Gráfico 1: Distribución regional de la PET en el ámbito rural<br />

Entre el 2001 y el 2007 también se han dado importantes cambios en la participación<br />

de las mujeres dentro de la actividad económica, lo que queda registrado en la<br />

variación registrada en la PEA en cada región natural, que en todos los casos es<br />

mayor a la misma variación registrada para los hombres, y que en el caso de la costa<br />

cuadriplica la variación registrada para los hombres, y casi la triplica en el caso de la<br />

selva. Estos cambios se muestran en la tabla 2 y en el gráfico 2.<br />

Tabla 2: Distribución de PET y PEA por regiones naturales y sexo<br />

PET<br />

PEA<br />

Total estimado (en miles)<br />

Total estimado (en miles)<br />

2001 2007 var. 07/01 2001 2007 var. 07/01<br />

Costa mujeres 426 506 18.7% 262 374 43.0%<br />

hombres 489 522 6.7% 443 487 9.8%<br />

Sierra mujeres 1909 2169 13.6% 1503 1850 23.1%<br />

hombres 1836 2101 14.4% 1662 1935 16.4%<br />

Selva mujeres 513 604 17.8% 310 477 53.8%<br />

hombres 615 702 14.1% 546 659 20.8%<br />

Total<br />

Rural mujeres 2848 3279 15.1% 2075 2701 30.2%<br />

hombres 2940 3324 13.1% 2651 3082 16.2%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

La tabla 2, indica que el cambio en este periodo es parejo entre hombres y mujeres en<br />

el caso de la PET, mas no en la PEA, en donde el crecimiento de las mujeres a sido<br />

mucho mayor. Sin embargo como proporción de la PET, las mujeres dentro de la PEA<br />

siguen rezagadas respecto de los hombres, lo que hace probable que en el futuro<br />

cercano las mujeres dentro de la PEA lleguen a alcanzar la misma proporción que se<br />

tiene para los hombres.<br />

La composición de la PET se muestra en el gráfico 2, queda claro que todavía hay<br />

mucho espacio para la participación de las mujeres en la economía en el ámbito rural.<br />

Por otro lado cabe preguntarse qué factores habrían influido en el cambio registrado<br />

de la PEA femenina.<br />

5


Gráfico 2: Composición de la PET por regiones naturales y sexo<br />

En el ámbito rural peruano la ocupación bordea el 99% de la PEA tanto en el 2001<br />

como en el 2007, en cualquiera de las tres regiones naturales y tanto para hombres<br />

como mujeres. Por tanto se puede decir que en el ámbito rural se da una situación de<br />

pleno empleo, lo cual es paradójico, dado que los niveles de pobreza monetaria, de<br />

NBIs, acceso a servicios públicos están bastante rezagados en el ámbito rural<br />

respecto al urbano. En adelante nos centraremos en la composición por sexo, grupos<br />

de edad y nivel educativo de los ocupados en el ámbito rural.<br />

Siguiendo la clasificación que se hace en el estudio de la demanda de mano de obra<br />

por parte de los pequeños productores agropecuarios, hemos definido cuatro<br />

categorías ocupacionales: trabajadores familiares no remunerados (tfnr), no<br />

conductores (peones y trabajadores agropecuarios), conductores (personas que<br />

dirigen una explotación agropecuaria) y no agropecuarios (cualquier otro tipo de<br />

actividad remunerada no relacionada directamente con lo agropecuario). Sobre la base<br />

de estas categorías hemos estimado los niveles de la población rural ocupada en cada<br />

una de estas categorías en el 2001 y 2007.<br />

La tabla 3 muestra los niveles (número de personas) de cada categoría ocupacional, la<br />

importancia de cada una de ellas (diferenciando por sexo), la significancia de la<br />

diferencia estimada entre los niveles de 2007 respecto de los de 2001, y la variación<br />

porcentual entre éstos. Lo primero que resalta es la participación de las mujeres<br />

dentro de la categoría “tfnr”, la cuarta parte del total de ocupados corresponde a<br />

mujeres que no reciben un salario directamente pues son “tfnr”, esta figura se<br />

mantiene en ambos periodos. Las demás categorías también se mantienen estables<br />

como proporción del total de los ocupados en el ámbito rural. Para las mujeres se<br />

estiman diferencias significativas entre ambos periodos, salvo en el caso de la<br />

categoría “no conductor”. Tomando en cuenta el aumento de la participación femenina<br />

en las actividades económicas dentro del ámbito rural, y teniendo en cuenta las<br />

variaciones registradas para las diferentes categorías ocupacionales de la tabla 3,<br />

podemos decir que las mujeres que se han incorporado a la PEA, lo han hecho para<br />

dirigir una explotación agropecuaria (variación 2007-2001 de 65%), para ocuparse<br />

fuera de las actividades agrícolas (variación de 33% entre el 2007 y 2001), y<br />

finalmente para ocuparse como “tfnr” (variación de 25%).<br />

Nótese que si bien la variación que se tiene para las mujeres “tfnr” es menor que la<br />

registrada para las otras dos categorías mencionadas los niveles son muy diferentes,<br />

el número de mujeres que se desempeñan como “tfnr” en el 2007 es 50% mayor que<br />

la suma de las categorías con mayor crecimiento, por lo que podemos decir que la<br />

6


mayor parte de las mujeres que se incorporan a la PEA en este periodo lo han hecho<br />

para ser “tfnr”.<br />

En el caso de los hombres, observamos que la categoría que agrupa una mayor<br />

cantidad de individuos en ambos periodos es la de “conductor”, que supera a la suma<br />

de las tres restantes categorías. También la categoría “tfnr” concentra alrededor de<br />

500 mil individuos, siendo la segunda en importancia para los hombres. Por otro lado,<br />

podemos ver que para los clasificados como “tfnr” el porcentaje esta alrededor del<br />

10% en ambos periodos, las demás categorías también se mantienen estables como<br />

proporción del total de ocupados. Para los hombres sólo se registran diferencias<br />

significativas en los niveles de las categorías “conductor” y “no agropecuario”, para<br />

dichas categorías se ha registrado un incremento de 19% y 45% respectivamente en<br />

el número de personas dentro del ámbito rural para el periodo 2001-2007.<br />

Tabla 3: Evolución de las categorías ocupacionales<br />

(Total de personas en miles)<br />

2001 % col. 2007 % col.<br />

Dif. Sig.<br />

(niveles)<br />

Var%<br />

07/01<br />

Mujeres no conductor 143 3% 137 2% -5%<br />

tfnr 1186 25% 1481 26% * 25%<br />

conductor 293 6% 485 8% * 65%<br />

no agropecuario 435 9% 579 10% * 33%<br />

Hombres no conductor 365 8% 343 6% -6%<br />

tfnr 506 11% 530 9% 5%<br />

conductor 1416 30% 1690 29% * 19%<br />

no agropecuario 341 7% 493 9% * 45%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

A pesar de la creciente participación de las mujeres en la actividad económica del<br />

ámbito rural, y del crecimiento del número de mujeres que se desempeñan como<br />

conductoras de una explotación agropecuaria, o en actividades no agropecuarias, ellas<br />

se encuentran concentradas sobre todo en el rubro de “tfnr”. Los estimados de la<br />

composición por sexo y grupos de edad de cada categoría ocupacional se presentan<br />

en el gráfico 3.<br />

Un aspecto que resalta de este gráfico esta en la participación de hombres y mujeres<br />

de (14 ) hasta 24 años dentro de la categoría “tfnr”, sólo dentro de este rango de edad<br />

es que hay una participación mas igualitaria de hombres y mujeres (51% y 49 % en<br />

2001, y 48% y52% en 2007 respectivamente). Esta paridad indicaría que los varones<br />

inician su vida laboral ayudando como “tfnr” -generalmente en la agricultura- y luego<br />

buscan de acuerdo a sus calificaciones otras ocupaciones, en cambio la mayoría de<br />

las mujeres seguirán desempeñándose como “tfnr” durante el resto de su vida laboral.<br />

Otra aspecto a resaltar del gráfico 3 es que también se aprecia un relativo balance<br />

entre hombres y mujeres en la composición de la categoría “no agropecuario”,<br />

balance que se mantiene en todos los grupos de edad y en ambos periodos.<br />

Gráfico 3: Composición por sexo de las categorías ocupacionales, por rangos de<br />

edad<br />

7


En la tabla 4 presentamos la composición de las categorías ocupacionales por grupos<br />

de edad del ámbito rural. Los datos indican que tanto las categorías “no conductor” y<br />

“tfnr” son ocupadas predominantemente por jóvenes (hasta 24 años), y en menor<br />

medida por adultos jóvenes (entre 25 y 45). En cambio la categoría “conductor”<br />

predominan los adultos mayores de 45 años, mientras que en “no agropecuario” son<br />

los adultos jóvenes el grupo predominante. Si bien existen variaciones en la<br />

composición por grupos de edad en las diferentes categorías entre los periodos 2001 y<br />

2007, éstos no implican un cambio cualitativo en la idea de los grupos de edad<br />

predominantes para cada categoría.<br />

Tabla 4: Composición de las categorías ocupacionales por edades<br />

no conductor tfnr<br />

2001 2007 2001 2007<br />

Hasta 24 años 43.4% 49.6% 47.5% 43.6%<br />

De 25 a 45 38.5% 35.2% 31.6% 32.1%<br />

Más de 45 18.1% 15.2% 20.9% 24.4%<br />

Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%<br />

conductor<br />

no<br />

agropecuario<br />

2001 2007 2001 2007<br />

Hasta 24 años 6.0% 4.6% 27.9% 33.6%<br />

De 25 a 45 44.4% 42.4% 52.5% 47.2%<br />

Más de 65 49.6% 53.1% 19.7% 19.1%<br />

Total 100.0% 100.0% 100.0% 100.0%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

En lo referente al nivel educativo alcanzado por los hombres y mujeres ocupados del<br />

ámbito rural podemos decir que las mujeres registran menores niveles de educación<br />

alcanzados tanto en el 2001, como en el 2007. No obstante para ambos sexos, en el<br />

periodo 2001-2007 se registran algunas variaciones en los niveles medios de<br />

educación adquiridos, sobre todo en el caso de las mujeres en la costa y selva, y para<br />

los hombres en la sierra y selva (ver gráfico 4).<br />

8


Gráfico 4: Diferencias en el nivel educativo alcanzado entre hombres y mujeres<br />

ocupados<br />

La tabla 5 muestra la composición de los niveles educativos alcanzados por los<br />

hombres y mujeres de acuerdo a la categoría ocupacional en el 2001 y 2007. Resalta<br />

que sean los conductores de la actividad agropecuaria aquellos que menores de<br />

educación poseen, estos menores niveles educativos están de hecho relacionados con<br />

las edades que tienen los conductores agropecuarios. Como se mostró en el cuadro 4,<br />

dentro de esta categoría predominan los individuos con más de 45 años en adelante,<br />

en el Perú la cobertura de la educación básica ha ido mejorando en las últimas dos<br />

décadas, lo que implica que personas mayores de 40 no hayan podido beneficiarse de<br />

este aumento en la cobertura de educación básica. Luego de los “conductores” son los<br />

“no conductores” y los “tfnr” los que menores niveles de educación tienen.<br />

Por otro lado tanto en el caso de los hombres, como en el de las mujeres, aquellos que<br />

desarrollan no agropecuarias son los que poseen mejores niveles educativos. Estas<br />

diferencias dan una idea de una primera restricción para ocuparse en una actividad<br />

que no este relacionada con lo agropecuario en el ámbito rural, la educación.<br />

Si bien la figura descrita respecto de la educación y el tipo de ocupación no varía<br />

cualitativamente entre el 2001 y el 2007, es posible percibir mejoras en los niveles<br />

educativos alcanzados en el 2007 respecto de los registrados en el 2001, sobre todo<br />

para el caso de los “no conductores” y “tfnr”, que como se vio antes son los grupos que<br />

concentran la mayor cantidad de jóvenes.<br />

Mujeres<br />

Tabla 5: Nivel educativo y categoría ocupacional, según sexo<br />

2001 2007<br />

no<br />

conductor tfnr conductor<br />

no<br />

agropecuari<br />

o<br />

no<br />

conductor tfnr conductor<br />

no<br />

agropecuari<br />

o<br />

ninguna 27% 25% 47% 15% 17% 23% 38% 11%<br />

primaria 50% 54% 44% 46% 54% 50% 47% 42%<br />

secundari<br />

a 23% 19% 7% 27% 27% 25% 13% 34%<br />

superior 0% 1% 1% 11% 2% 2% 2% 13%<br />

Total 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%<br />

Hombres<br />

no<br />

conductor tfnr conductor<br />

no<br />

agropecuari<br />

no<br />

conductor tfnr conductor<br />

no<br />

agropecuari<br />

9


o<br />

o<br />

ninguna 7% 3% 11% 2% 4% 3% 8% 1%<br />

primaria 54% 40% 66% 30% 42% 29% 62% 26%<br />

secundari<br />

a 37% 54% 21% 47% 50% 63% 26% 53%<br />

superior 2% 3% 2% 21% 4% 5% 4% 19%<br />

Total 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100% 100%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

Finalmente se presentan comparaciones de los ingresos laborales mensuales y de las<br />

horas laboradas totales por semana. Dado que el propósito es comparar si los niveles<br />

medios de ingresos por trabajo han variado o no en el ámbito rural entre el 2001 y el<br />

2007, los cantidades del año 2001 deflatadas espacialmente y llevadas a nuevos soles<br />

de octubre de 2007, de modo que los promedio de ambos años sean comparables.<br />

La tabla 6 muestra los promedios de los ingresos laborales totales por mes de acuerdo<br />

a la categoría ocupacional, debemos recordar que los “tfnr” no perciben un ingreso de<br />

modo que el estimado para este grupo es de cero. En el caso de lo ingresos laborales<br />

no encontramos diferencias significativas para ninguna de las categorías en el caso de<br />

las mujeres, en términos reales sus ingresos medios no han variado durante el periodo<br />

reseñado.<br />

Para los hombres se encuentran diferencias significativas para los no conductores, y<br />

para los conductores. Para los no conductores hombres los estimados indican que<br />

entre el 2001 y el 2007 no se ha producido ningún incremento en el ingreso mensual,<br />

sino que por el contrario, el ingreso mensual medio de un hombre que se desempeñe<br />

como peón o trabajador agropecuario habría disminuido en términos reales, debe<br />

notarse que en el caso de las mujeres se tiene esta misma figura para esta categoría,<br />

aunque la diferencia no llega a ser significativa. En cambio en el caso de los<br />

conductores hombres, los estimados indican un incremento significativo de alrededor<br />

del 25% para el 2007 respecto del promedio de 2001.<br />

En el caso de los estimados reportados sobre las horas promedio trabajadas por<br />

semana, sólo encontramos cambios significativos pero pequeños para las mujeres<br />

dentro de las categorías “no conductor” y “no agropecuario” que habrían aumentado<br />

sus horas trabajadas por semana, mientras que las mujeres que conducen una<br />

actividad agropecuaria habrían disminuido ligeramente su carga laboral en este<br />

periodo.<br />

Tabla 6: Ingreso laboral mensual y horas por semana, según tipo de ocupación<br />

2001 2007 Dif. Sig. Var.07/01 2001 2007 Dif. Sig. Var.07/01<br />

Ingreso laboral total<br />

Horas x semana<br />

mujeres no conductor 227 186 -18% 35 39 * 13%<br />

tfnr 0 0 0% 30 30 0%<br />

conductor 237 241 2% 39 36 * -7%<br />

no<br />

agropecuario 336 353 5% 42 47 * 14%<br />

hombres no conductor 364 323 * -11% 42 42 -1%<br />

tfnr 0 0 0% 29 31 0%<br />

conductor 350 438 * 25% 46 47 1%<br />

no<br />

agropecuario 687 725 5% 49 50 3%<br />

Fuente: ENAHO 2001 y2007<br />

10


Hasta aquí los datos muestran que la situación del empleo en el sector rural entre el<br />

2001 y el 2007 no ha sufrido mayores cambios, es más ni siquiera los niveles de<br />

ingresos laborales han aumentado en términos generales. Sin embargo sí existe una<br />

mayor partición de la mujer en la actividad económica, sobre todo como trabajador<br />

familiar no remunerado. Ahora bien, el estancamiento aparente de los ingresos<br />

laborales nos hace pensar que este aumento de la participación de la mujer en la<br />

actividad económica, no es una respuesta a mejores o mayores oportunidades<br />

brindadas por el mercado laboral rural, sino mas bien por necesidad de generar<br />

mayores ingresos para el hogar. En este contexto vale la pena investigar qué factores<br />

promoverían una mayor participación y dinamismo en el mercado laboral rural, una<br />

aproximación es investigar la demanda por trabajo de los pequeños productores<br />

rurales.<br />

3 Algunos datos de la economía de los hogares rurales 2001y 2007<br />

Luego de comparar características básicas de la población ocupada en el ámbito rural,<br />

es importante tomar en cuenta algunas de las características de los hogares a los<br />

cuales pertenecen estos individuos. Estaremos interesados en conocer cuál es el<br />

papel de los ingresos que provienen de las labores agropecuarias, y en que se<br />

diferencian los hogares que dependen principalmente de las actividades agropecuarias<br />

de aquellos que generan sus ingresos por otras actividades. Por otro lado también<br />

repasaremos de qué manera la dotación de trabajo se asigna entre diferentes usos<br />

alternativos. La idea de esta sección nuevamente es comprobar si entre el 2001 y el<br />

2007 se han registrado cambios importantes en<br />

En los gráficos siguientes se distinguen dos tipos de hogares, los hogares<br />

agropecuarios son aquellos en los que los ingresos laborales (monetario y no<br />

monetario) generados por los miembros ocupados que caen dentro de las categorías<br />

ocupacionales “no conductores” y “conductores”, superan el 50% de los ingreso<br />

laborales del hogar, en caso contrario el hogar será no agropecuario.<br />

Debe notarse que el punto de corte para el parte de los ingresos laborales en 50% es<br />

arbitrario, y que tienen la finalidad de diferenciar a aquellos hogares que son “más<br />

agropecuarios” que otros, pues bien puede existir un hogar dentro de grupo de los<br />

hogares no agropecuarios que obtenga un 40% de sus los ingresos laborales de sus<br />

miembros de fuente agropecuarias.<br />

En el gráfico 5, 6 y 7 presentan distribuciones de ingresos, gastos y el aporte de cada<br />

tipo de ingresos al ingreso familiar. No se hace un análisis rigurosos de dominancia<br />

estocástica, pues el objetivo es simplemente indagar si se han producido cambios<br />

importantes en las distribuciones presentadas en el periodo estudiado.<br />

El gráfico 5 presenta la distribución del ingreso total y monetario de los hogares<br />

agropecuarios y no agropecuarios. Los ingresos totales comprenden cuatro grupos los<br />

ingresos laborales (monetarios y no monetarios –pago en especies y autoconsumo), y<br />

los ingresos no laborales (monetarios y no monetarios) que incluyen rentas,<br />

donaciones, transferencias. Como vemos las distribuciones para ambos periodos son<br />

sumamente similares, y denotan la mayor importancia que tienen los ingresos<br />

monetarios para los hogares no agropecuarios.<br />

Gráfico 5: Distribución del ingreso total y monetario mensual de los hogares<br />

rurales<br />

11


En el caso de los gastos monetarios (realizados en el mercado) y no monetarios<br />

(básicamente donaciones), observamos una figura bastante similar a la que se obtiene<br />

con los ingresos, no se aprecian cambios cualitativos importantes en ninguna de las<br />

distribuciones (gasto total o gasto monetario), y se percibe una mayor importancia de<br />

los gastos monetarios en los hogares no agropecuarios.<br />

Gráfico 6: Distribución del gasto total y monetario mensual de los hogares<br />

rurales<br />

Las siguientes distribuciones representan la participación de los ingresos laborales, y<br />

de los ingresos monetarios como proporción del ingreso total del hogar. El gráfico<br />

muestra que no se han dado mayores cambios en la importancia que ambos grupos<br />

de ingreso mantienen, sin embargo se percibe un ligero aumento de la importancia de<br />

los ingresos laborales en el caso de los hogares no agropecuarios para el 2007. Por<br />

otro lado, si bien para la mayoría de los hogares los ingresos laborales resultan muy<br />

importantes, existe un grupo de hogares para os cuales los ingreso laborales no llegan<br />

siquiera a representar 50% de los ingreso totales, esta citación se daba en el 2001 y<br />

se mantiene para el 2007. Este detalle es importante pues implica que un mayor<br />

dinamismo en el mercado de trabajo rural no se traduciría en mejoras en los ingresos<br />

de buena parte de los hogares rurales, debido a la poca participación de los ingresos<br />

laborales dentro de sus ingresos totales.<br />

Gráfico 7: Distribución de la importancia dentro del ingreso total del hogar del<br />

componente monetario y laboral (total)<br />

12


Finalmente se estimó cuál es el aporte de cada categoría ocupacional, a los ingresos<br />

laborales, las horas dedicadas al trabajo y la composición de la fuerza laboral de los<br />

hogares rurales, diferenciando por niveles de pobreza. La idea es ver si hay un<br />

balance entre la proporción de la fuerza laboral y las horas que aportan una<br />

determinada categoría ocupacional, con el aporte que tiene en términos de ingreso.<br />

El gráfico 8 muestra el aporte a la fuerza laboral de cada categoría de ocupación. Lo<br />

primero que se observa es que existen poca diferencias entre la importancia de cada<br />

categoría de ocupación en ambos grupos de hogares, independientemente de las<br />

condiciones de pobreza. Nuevamente no se perciben cambios importantes en el año<br />

2001 y 2007.<br />

Por otro lado es interesante notar que dentro de los hogares no agropecuarios, hay un<br />

importante aporte de miembros del hogar que son conductores agropecuarios 30%.<br />

Por otro lado también es importante resaltar que en el caso de los hogares no<br />

agropecuarios, la mayor parte de la fuerza laboral (miembros ocupados) viene dada<br />

por los “no agropecuarios” y “conductores”, y en menor medida por los “tfnr”; mientras<br />

que en el caso de los hogares agropecuarios, la mayor parte viene dada por los<br />

“conductores” y los “tfnr”.<br />

Gráfico 8:Composición media del total de miembros ocupados de acuerdo a las<br />

diferentes categorías ocupacionales<br />

El gráfico 9 muestra el aporte de cada categoría ocupacional al total de horas que<br />

todos los miembros del hogar declaran trabajar en una semana normal. En primer<br />

lugar nuevamente no se encuentran cambios importantes entre el 2001 y el 2007.<br />

13


En el caso de los hogares no agropecuarios el 50% de las horas trabajadas<br />

corresponden a la categoría “no agropecuario”, mientras que en el caso de los hogares<br />

agropecuarios el 50% de las horas trabajadas van por cuenta de los conductores<br />

agropecuarios.<br />

Gráfico 9:Composición media del aporte al total de horas trabajadas por los<br />

miembros del hogar de las diferentes categorías ocupacionales<br />

Finalmente con respecto al aporte a los ingresos laborales, podemos ver que entre el<br />

70% y 80% de los ingresos laborales de los hogares no agropecuarios son provistos<br />

por la categoría “no agropecuario” esto no ha variado en el periodo reseñado. Mientras<br />

que el caso de los hogares agropecuarios entre el 80% -en el caso de los pobres<br />

extremos, y el 60% -en el caso de los no pobres, son provistos por los conductores<br />

agropecuarios para el 2001, la figura se mantiene en el 2007, pero con una mayor<br />

participación de entre 90% para los pobres extremos y 70% para los no pobres, lo cual<br />

guarda correlato con el incremento de los ingresos laborales estimado para los<br />

conductores agropecuarios mostrado en la tabla 6.<br />

Gráfico 10: Composición media del aporte a los ingresos laborales del hogar de<br />

las diferentes categorías ocupacionales<br />

14


Empleo y actividad agropecuaria en el Perú rural<br />

Resumen<br />

El documento estudia la demanda por trabajo de los pequeños productores<br />

rurales en el Perú. Bajo diferentes enfoques se llega a la conclusión de que la<br />

demanda por trabajo es bastante inelástica, lo que deja poco espacio para que<br />

sea mediante un aumento de la demanda por trabajo que las condiciones de<br />

empleo en el ámbito rural mejoren. Es más un análisis posterior muestra que<br />

dadas las actuales condiciones en el mercado laboral rural, los ingresos<br />

generados son insuficientes para superar las actuales condiciones de pobreza<br />

que imperan en el ámbito rural. Se encuentra también que termina siendo más<br />

rentable para mucho hogares rurales utilizar parte de la fuerza de trabajo<br />

disponible en la propia actividad productiva, en lugar de ofrecerla en el<br />

mercado, sobre todo en el caso de las mujeres que en un buen porcentaje se<br />

desempeñan como trabajadores familiares no remunerados.<br />

1 Introducción<br />

El objetivo de este trabajo es aproximarse a la capacidad que tienen los pequeños<br />

productores agropecuarios en las zonas rurales para generar empleo. En particular al<br />

finalizar este estudio quisiéramos tener una respuesta para las siguientes<br />

preguntas:¿Cuánto empleo genera la pequeña agricultura en el Perú? ¿Cuál es el<br />

papel de los trabajadores familiares no remunerados en la actividad productiva del<br />

ámbito rural? ¿Qué factores favorecerían un aumento en el empleo? y ¿Cuáles son las<br />

condiciones del empleo en el ámbito rural?<br />

Para ello dos aproximaciones son propuestas. La primera es descriptiva, está dirigida<br />

a caracterizar los activos productivos básicos disponibles por las pequeñas unidades<br />

productivas la tierra, el capital y el trabajo. La segunda es correlacional y pretende<br />

encontrar, en primer lugar, cuál es la magnitud de la relación entre la demanda por<br />

trabajo y la remuneración de este en el mercado, en segundo lugar busca encontrar<br />

factores que favorecen o no la demanda por trabajo en el ámbito rural.<br />

Lo rural engloba a una serie de ideas o conceptos que varían de acuerdo al enfoque o<br />

a la visión de cada investigar, el término suele estar asociado a peores condiciones de<br />

vida, que se manifiestan en menos acceso a servicios públicos, menor desarrollo de<br />

los mercados de bienes y servicios, y un poco presencia del estado, necesitamos<br />

establecer qué significa para nosotros el ámbito rural. La definición de rural utilizada en<br />

el Perú esta asociada a la aglomeración de viviendas, así todo centro poblado con 400<br />

o menos viviendas contiguas será rural, esta será la definición con la que<br />

trabajaremos. No obstante debemos tener en cuenta que aún cuando las condiciones<br />

de vida e el ámbito rural suelen ser peores que las que se tiene para el ámbito urbano,<br />

existen amplias diferencias también dentro del ámbito rural. Si bien el Perú ha venido<br />

desarrollando un proceso progresivo de urbanización en los últimos 30 años, el censo<br />

de población del año 2007 indica que todavía alrededor de la cuarta parte de la<br />

población peruana habita en áreas rurales. Antes de empezar responder las preguntas<br />

planteadas conviene tener un panorama muy general de los principales indicadores<br />

laborales en el ámbito rural peruano, para ello se utilizarán los datos de la última<br />

encuesta de hogares disponible.<br />

15


La tabla 1 muestra los principales indicares estimados para el ámbito rural. Como<br />

podemos ver la población en edad de trabajar en el área rural supera los 6 millones de<br />

personas, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Hogares ENAHO<br />

2007. Dentro del ámbito rural, la sierra concentra alrededor del 65% del total de la<br />

población en edad de trabajar (PET 2 ), la selva un 19%, y la costa un 16%. En términos<br />

generales en el ámbito rural la proporción de hombres y mujeres dentro de la PET es<br />

bastante pareja, esta distribución regional es similar para la población<br />

económicamente activa (PEA 3 ). Sin embargo la participación relativa de los hombres<br />

y las mujeres en el mercado laboral (PEA/PET) es menos pareja y son los varones los<br />

que llevan la ventaja, sobre todo en la costa y la selva. Un detalle importante es que<br />

casi no existe desempleo, tanto para los hombres como para las mujeres; casi todos<br />

participan en algún tipo de actividad económica.<br />

Tabla 1: Características de la ocupación en el ámbito rural 2007<br />

PET PEA Ocupación Ingresos Horas<br />

Total (miles) Distribución Total (miles) % de la PET (ocupados/PEA)<br />

total<br />

(promedio<br />

mensual)<br />

monetario<br />

(promedio<br />

mensual)<br />

(Promedio x<br />

semana)<br />

Costa norte mujer 307 5% 235 76% 98.3% 129 97 28<br />

hombre 323 5% 305 94% 99.5% 389 352 44<br />

Costa centro mujer 160 2% 112 70% 97.6% 291 235 42<br />

hombre 156 2% 141 91% 98.2% 578 551 47<br />

Costa sur mujer 38 1% 27 71% 96.9% 431 378 40<br />

hombre 43 1% 40 94% 99.8% 623 578 50<br />

Sierra norte mujer 576 9% 491 85% 99.5% 66 47 31<br />

hombre 553 8% 522 94% 99.3% 288 225 45<br />

Sierra centro mujer 843 13% 696 83% 99.6% 117 85 36<br />

hombre 816 12% 739 91% 99.1% 299 232 42<br />

Sierra sur mujer 750 11% 663 88% 99.4% 93 67 38<br />

hombre 732 11% 674 92% 99.1% 289 221 43<br />

Selva mujer 604 9% 477 79% 99.6% 118 83 35<br />

hombre 702 11% 659 94% 99.2% 413 339 44<br />

Nacional<br />

Rural mujer 3279 50% 2701 82% 99.3% 113 83 35<br />

hombre 3324 50% 3082 93% 99.2% 345 282 44<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Total 6603 100% 5783 88% 99.2% 237 189 40<br />

Otro rasgo importante de los indicadores generales de empleo en el ámbito rural son<br />

los ingresos laborales, tanto por su nivel, como por las diferencias regionales y entre<br />

hombres y mujeres. La tabla 1 muestra estimados del promedio de ingresos laborales 4<br />

totales y monetarios en las distintas regiones según sexo para todos los ocupados.<br />

Los estimados muestran que los hombres tienen ingresos que llegan a duplicar o<br />

triplicar el promedio estimado para las mujeres, por otro lado existen también<br />

2 La población en edad de trabajar (PET) va desde los 14 años en adelante.<br />

3 La población económicamente activa (PEA) incluye a todos los miembros de PET que trabajan o buscan<br />

trabajo. Se incluye dentro de la PEA a aquellos trabajadores familiares no remunerados que laboran<br />

menos de 15 horas por semana, a quienes la oficina de estadística no considera dentro del conteo.<br />

4 Los ingresos laborales incluyen los ingresos obtenidos por la actividad principal y secundaria (si la hay),<br />

ya sea ingresos como independiente o dependiente. Los ingresos totales incluyen el pago en especies y<br />

el pago en moneda.<br />

16


diferencias importantes en el porcentaje que representan los ingresos monetarios<br />

respecto de los ingresos totales, pues éstos son mucho más importantes en la costa y<br />

en la selva que en la sierra, además podemos decir que los ingresos en especie son<br />

más importantes para las mujeres que para los hombres como proporción de los<br />

ingresos laborales totales. En lo referido a las horas normalmente trabajadas por<br />

semana podemos apreciar ligeras diferencias entre las diferentes regiones, y entre<br />

hombres y mujeres, siendo los varones quienes más horas trabajan en promedio 5 .<br />

Poco se sabe del empleo en el ámbito rural, hasta donde sabemos no existe un<br />

estudio que se haya centrado en investigar la capacidad de los pequeños productores<br />

para generar empleo, en cuánto se estima su dotación de tierra y con cuanto capital<br />

trabajan. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Hogares, los conductores<br />

agropecuarios representan más de 2 millones de personas en el ámbito rural para el<br />

año 2007, dentro de un hogar se puede encontrar más de un conductor agropecuario<br />

(aunque sólo en un 12% de los casos) trabajando diferentes extensiones de tierras, y<br />

manteniendo diferentes cultivos y constituyen por tanto diferentes unidades<br />

productivas. La tierra, el capital y el trabajo son los factores clave para la realización<br />

de las actividades productivas para estos conductores, la cantidad y calidad de dichos<br />

recursos determinarán su producción y rentabilidad.<br />

Hemos encontrado pocos trabajos, que en el caso peruano se hayan ocupado de la<br />

demanda por trabajo, y aquellos que se han ocupado del tema se ocupan de la<br />

demanda por trabajo en el sector formal, por parte de las empresas y dentro del<br />

ámbito urbano. Este es el caso de los trabajos de Rendón y Aguilar (2007, 2008) el<br />

primero de ellos utiliza la elasticidad precio de largo plazo del trabajo, y las horas<br />

trabajadas en empresas situadas en las principales ciudades del país para estimar la<br />

pérdida en la eficiencia social atribuible a los costos laborales de las empresas y las<br />

contribuciones de los trabajadores. En el segundo trabajo los autores muestran, cómo<br />

el problema de la endogeneidad en la demanda por trabajo implica una sub estimación<br />

del valor de la elasticidad precio del trabajo. Por el lado de la importancia del trabajo<br />

en la actividad agropecuaria podemos remitirnos hasta los trabajos de Figueroa<br />

(1984), y Gonzales de Olarte (1984). Ambos trabajos se ocupan de la “economía<br />

campesina” que podemos definir como unidades de producción y consumo, que tienen<br />

en principio una baja conexión con el mercado de bienes, y cuya producción está<br />

destinada principalmente al autoconsumo y al intercambio. Si bien no pretendemos<br />

ocuparnos exclusivamente de unidades orientadas al autoconsumo, ambos trabajos<br />

plantean la importancia de la mano de obra familiar en el desarrollo de las actividades<br />

productivas.<br />

Por un lado, dado que nuestro conocimiento respecto del papel que las pequeñas<br />

unidades de producción desempeñan en la generación de empleo en el ámbito rural,<br />

algunos de los resultados o hallazgos de este trabajo podrán servir como insumo de<br />

futuras investigaciones o discusiones respecto de la situación del empleo en el las<br />

zonas rurales del país. Por el otro tratar de responder las preguntas planteadas en<br />

esta investigación permitirá primero identificar si existe o no espacio para la<br />

implementación de políticas que favorezcan la generación de empleo en el sector<br />

agropecuario rural, y además qué espacio queda para facilitar y mejorar las<br />

condiciones del empleo en este sector.<br />

Una de las razones por las cuales poco se ha investigado sobre la situación del<br />

empleo en el ámbito rural del Perú es porque existe muy poca información al respecto,<br />

5 Debemos destacar que los estimados de ingresos y horas trabajadas incluyen a los trabajadores<br />

familiares no remunerados (TFNR), para los cuales los ingresos laborales son 0.<br />

17


y menos aún que sea públicamente disponible. El último censo agropecuario, que<br />

pretende ser una radiografía detallada de la realidad de la producción agropecuaria en<br />

el país se realizó en 1994.<br />

En este estudio la fuente básica de datos es la encuesta nacional de hogares<br />

(ENAHO) del 2007, realizada por el la entidad estadística oficial el INEI. Esta es una<br />

encuesta diseñada para aproximarse a los niveles de consumo y a partir de ellos<br />

poder recoger finalmente las condiciones de pobreza de la población. En este sentido<br />

está diseñada para recoger exhaustivamente datos sobre consumo e ingreso.<br />

Además posee un módulo bastante detallo sobre empleo (que perite captar en detalle<br />

los ingresos laborales). Si bien la información respecto del empleo permite generar<br />

indicadores de ingresos laborales y los indicadores básicos de empleo, la encuesta no<br />

esta diseñada para recoger en detalle la información relacionada con la actividad<br />

productiva agropecuaria. La encuesta incluye un módulo sobre la producción<br />

agropecuaria, pero éste no permite capturar información con suficiente detalle sobre<br />

esta actividad, no obstante incluye información que es valiosa.<br />

Dada la finalidad principal de la encuesta su diseño muestral se basa en el censo de<br />

población del 2005, y sus factores de expansión reproducen la distribución de la<br />

población en el territorio del país. Teniendo esto en cuenta, se decidió utilizar el diseño<br />

muestral de la encuesta sólo cuando se presentan datos descriptivos, y no utilizarlo<br />

cuando se utilizan métodos de regresión. Esta decisión se sustenta en el hecho de que<br />

los factores de expansión que encontramos en el módulo del productor agropecuario<br />

sólo sirven para saber qué porcentaje de la población representan estos individuos, de<br />

modo tal que esta bien utilizarlos si es que queremos describirlos, pues lo que se hace<br />

es contarlos y contrastar algunas de sus características observables. En cambio<br />

dichos factores no están diseñados para representar el valor de la producción<br />

agropecuaria o el gasto en mano de obra que realizan los productores de la muestra,<br />

por lo que incluir los factores en las regresiones relacionadas con la demanda por<br />

trabajo asalariado o en el análisis de los determinantes del valor de la producción<br />

agropecuaria, podría introducir un sesgo que no podemos cuantificar en las<br />

estimaciones. En el caso del módulo de empleo de la encuesta sí se cuenta con<br />

factores de expansión que han sido tratados adecuadamente para recrear la estructura<br />

del empleo e el Perú, por lo tanto dichos factores serán utilizados en la parte final de<br />

este estudio cuando investiguemos las condiciones de empleo en el sector rural.<br />

2 Caracterización de los pequeños productores agrícolas en ENAHO 2007<br />

Un pequeño productor agropecuario es una persona que dirige o conduce una unidad<br />

productiva sea agrícola, pecuaria forestal o alguna combinación de ellas. Como se<br />

mencionó, en un hogar puede haber más de un conductor, pero cada uno de ellos<br />

cuenta como una unidad productiva para los fines de este estudio, aún cuando<br />

pertenezcan a un mismo hogar (este último caso representa algo más del 10% de los<br />

productores). El productor agropecuario, ligado a su explotación agropecuaria será la<br />

unidad de análisis en este trabajo y no el hogar al cual pertenece. En lo que sigue<br />

haremos una distinción entre la actividad agrícola y la pecuaria 6 , aunque más del 90%<br />

de los productores realizan paralelamente ambos tipos de actividad.<br />

Antes de pasar a establecer una relación entre los salarios y la demanda por trabajo<br />

de los pequeños productores agropecuarios rurales, y a partir de este resultado<br />

6 La información de ENAHO incluye además las actividades de tipo forestal, sin embargo no es posible<br />

diferenciar los gastos de las actividades agrícolas de las forestales, de modo que aquí los atribuimos todo<br />

en su totalidad a actividades agrícolas. Además sólo un 15% de los productores de la muestra declara<br />

que realiza este tipo de actividad, además de la actividad agrícola o pecuaria. Por tanto decidimos no<br />

incorporar esta actividad en el análisis.<br />

18


establecer cuál es el potencial de la actividad agropecuaria como generadora de<br />

empleo, necesitamos tener una idea de las principales características de ellos. La<br />

caracterización que proponemos se basa en los activos productivos básicos, tierra y<br />

trabajo, y los gastos en insumos para la actividad productiva será la aproximación al<br />

capital.<br />

Más de un 30% de la PEA ocupada en las áreas rurales corresponde a los<br />

trabajadores familiares no remunerados (TFNR). Si bien los TNR no perciben<br />

ingresos 7 , aportan su fuerza laboral para generar ingresos en el hogar, lo que hace<br />

necesario evaluar cuán importante resultan en la generación de ingresos para el<br />

hogar. Por esto es conveniente diferenciar entre aquellos hogares que tienen TFNR y<br />

aquellos que no, y cómo este hecho se relaciona con la demanda por trabajadores<br />

externos al hogar, y por tanto con la creación de empleo en el ámbito rural.<br />

Una aclaración respecto de la clasificación de cualquier conductor en la categoría “sin<br />

TFNR” o “con TFNR”. Los datos indican como TFNR a aquellas personas que declaran<br />

tener un trabajo, o realizar alguna actividad para obtener algún tipo de ingresos, y que<br />

afirman ser trabajadores familiares no remunerados; no obstante estos individuos sólo<br />

son considerados como parte de la PEA por la autoridad estadística nacional, si al<br />

menos trabajan 15 horas semanales desarrollando alguna actividad (como TFNR), en<br />

caso contrario son excluidos de la PEA. En la caracterización que sigue se mantiene<br />

esta definición, es decir un productor cuenta con al menos un TFNR si éste último ha<br />

trabajado al menos 15 horas en esta actividad 8 . Posteriormente evaluaremos si la<br />

exclusión de aquellos con menos de 15 horas de trabajo por semana introduce o no,<br />

algún tipo de distorsión en los estimados sobre el aporte de mano de obra que este<br />

grupo de personas tiene en el desempeño de la actividad agropecuaria.<br />

Los cortes propuestos para la descripción de las características de los productores de<br />

la muestra son primero por niveles de pobreza monetaria 9 , por la presencia o no de<br />

trabajadores familiares no remunerados en el hogar, de acuerdo a si el productor gasta<br />

o no en adquirir jornales en le mercado, y finalmente una por dominios geográficos o<br />

regiones naturales. Esta selección obedece a la necesidad de aproximarnos mediante<br />

estos diferentes cortes a la amplia heterogeneidad que existe en la tenencia de activos<br />

productivos.<br />

La tierra, el trabajo y el capital son factores básicos para el desarrollo de las<br />

actividades agropecuarias en el ámbito rural, la descripción de estos factores nos<br />

permite, por un lado, elaborar algunas hipótesis sobre el uso, manejo e interacción de<br />

los recursos disponibles por los conductores agropecuarios. Mientras que por el otro,<br />

provee de un marco referencial para realizar posteriormente los análisis de regresión y<br />

correlación. En este sentido, en lo referido a la tierra nos interesa conocer qué<br />

proporción de los productores agrícolas poseen tierras propias, de éstas cuántas<br />

poseen título de propiedad inscrito en Registros Públicos (RR.PP.), y además, cuál es<br />

la extensión media y la calidad de ellas. En cuanto a los gastos asociados a la<br />

7 O al menos, la encuesta no permite recoger información sobre éstos si es que los TFNR percibieran<br />

algún tipo de ingreso<br />

8 Si bien aquellos TFNR que declaran laboral menos de 15 horas por semana contribuyen también a<br />

generar ingresos en el hogar, sólo tomamos en cuenta en esta parte descriptiva a un grupo de ellos<br />

debido a que el promedio de horas trabajadas es muy diferente en ambos grupos (35 contra 8 horas por<br />

semana). Debido a estas diferencias se considera mejor no tomar en cuenta en la parte descriptiva al<br />

grupo de TFNR que trabajan menos de 15 horas por semana, pues podría estar sesgando las<br />

comparaciones realizadas, no obstante si serán tomados en cuenta en el análisis de regresión.<br />

9 La pobreza monetaria implica tres posibles categorías, pobres extremos, pobre no extremos y no<br />

pobres. Dicha clasificación depende del nivel de gasto total mensual por persona alcanzado en el hogar<br />

en relación con diferentes líneas de pobreza definidas por el Instituto Nacional de Estadística e<br />

Informática (INEI)<br />

19


producción queremos saber cuáles son los rubros de gasto más importantes, en<br />

especial el gasto en jornales o mano de obra. Finalmente por el lado de la mano de<br />

obra, estaremos interesados en aproximarnos al número de jornales que los<br />

productores de la muestra adquieren en el mercado, y por otro lado quisiéramos saber<br />

cuál es el aporte que hacen los trabajadores familiares no remunerados (TFNR).<br />

Antes de presentar la caracterización de los pequeños productores agropecuarios del<br />

sector rural en términos de sus activos productivos, conviene repasar cómo están<br />

distribuidos éstos en el ámbito rural. Esta información se muestra a continuación.<br />

Tabla 2<br />

Total de productores agropecuarios 10 y su distribución en el ámbito rural<br />

Total<br />

productores [Interv. Conf 95%] Distribución<br />

Nacional 2191052 2117713 2264391 100%<br />

Pobre extremo 633768 590723 676813 29%<br />

Pobre no extremo 698721 659226 738216 32%<br />

No pobre 858563 809493 907633 39%<br />

Con tfnr 1164724 1113027 1216421 53%<br />

Sin tfnr 1026328 973125 1079531 47%<br />

Si gasta en jornales 1351908 1291998 1411819 62%<br />

No gasta en jornales 839144 787125 891163 38%<br />

costa norte 197025 145450 248600 9%<br />

costa centro 60130 36775 83485 3%<br />

costa sur 22013 10581 33445 1%<br />

sierra norte 391526 324879 458173 18%<br />

sierra centro 556399 500258 612540 25%<br />

sierra sur 536586 465744 607427 24%<br />

selva 427374 372388 482360 20%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Como vemos a nivel nacional existen más de dos millones de productores<br />

agropecuarios rurales. El 67% de ellos están en la sierra, el 20% en la selva y 13%<br />

restante están en las zonas rurales de la costa. Del total de productores más del 60%<br />

son pobres, la mitad de ellos cuenta con al menos un TFNR en el hogar, y más de la<br />

mitad gasta en adquirir mano de obra en el mercado. Como veremos más adelante, la<br />

distribución de los productores agropecuarios contrasta notablemente con los<br />

indicadores de uso y manejo de los activos productivos, tierra, capital y trabajo.<br />

2.1 Tierra<br />

Empezamos presentado los resultados que se tienen sobre la tenencia de tierra<br />

propia, de acuerdo con los datos de la ENAHO 2007. La tabla 3 presenta la proporción<br />

de productores agrícolas (se excluye a los que sólo realizan una actividad pecuaria)<br />

sin tierra propia. Los datos muestran que a nivel nacional un 17% de éstos no tienen<br />

tierra propia.<br />

Tabla 3<br />

Productores agrícolas sin tierra propia en el ámbito rural<br />

10 Se refiere a personas que dirirgen la actividad agropecuaria, y no a hogares.<br />

20


Proporción [Interv. Conf 95%]<br />

Nacional General 0.170 0.156 0.184<br />

Pobre extremo 0.178 0.154 0.203<br />

Pobre no extremo 0.181 0.161 0.202<br />

No pobre 0.154 0.138 0.171<br />

Con tfnr 0.148 0.132 0.165<br />

Sin tfnr 0.197 0.178 0.216<br />

Dominios<br />

Costa norte Con tfnr 0.118 0.052 0.184<br />

Sin tfnr 0.304 0.232 0.375<br />

Costa centro Con tfnr 0.191 0.060 0.322<br />

Sin tfnr 0.263 0.153 0.373<br />

Costa sur Con tfnr 0.268 0.073 0.463<br />

Sin tfnr 0.309 0.147 0.470<br />

Sierra norte Con tfnr 0.154 0.115 0.194<br />

Sin tfnr 0.197 0.148 0.247<br />

Sierra centro Con tfnr 0.135 0.104 0.166<br />

Sin tfnr 0.179 0.146 0.213<br />

Sierra sur Con tfnr 0.104 0.078 0.130<br />

Sin tfnr 0.133 0.101 0.166<br />

Selva Con tfnr 0.214 0.169 0.259<br />

Sin tfnr 0.219 0.180 0.259<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los estimados puntuales respecto a la condición de pobreza muestran que entre son<br />

los no pobres aquellos que presentan una menor cantidad de productores sin tierra<br />

propia. No obstante esta diferencia es menos importante de los que se esperaría,<br />

respecto de los resultados que se tienen para los pobres y pobres extremos. También<br />

es el caso de los productores para los cuales al menos existe un trabajador familiar no<br />

remunerado (TFNR) en el hogar, este grupo presenta una menor proporción de<br />

productores sin tierra. Ya que la diferencia es más clara cuando se diferencia por<br />

presencia de TFNR, esta diferenciación se lleva a un nuevo corte, por dominios<br />

geográficos.<br />

Este corte sólo revela diferencias significativas en la costa norte, en donde la<br />

proporción de hogares sin tierras es de 30% en promedio entre los productores que no<br />

tienen TFNR, y de 12% en el grupo tiene al menos un TFNR. No obstante, los<br />

estimados puntuales sugieren que en toda la costa aquellos hogares sin TFNR<br />

concentran una mayor proporción de productores sin tierras. También se puede<br />

percibir que la sierra es la región con menor proporción de productores sin tierra<br />

propia, también en este caso los estimados indican que aquellos hogares sin TFNR<br />

mantienen una mayor proporción de productores sin tierras.<br />

Luego de averiguar cuál es la magnitud de productores que no poseen tierras, es<br />

importante saber las condiciones de tenencia de aquellos que sí las poseen. Esta<br />

característica es particularmente importante para nosotros, por el papel que puede<br />

desempeñar en el momento en el que el productor decide realizar inversiones o<br />

mejoras en la tierra, lo que a la vez puede determinar la productividad de la actividad<br />

agrícola. Estamos interesados particularmente en saber cuál es la proporción de<br />

tierras propias que se encuentran debidamente registradas en registros públicos. La<br />

tabla 4 presenta las estimaciones realizadas. Los datos revelan que a nivel nacional de<br />

todos los productores que declaran tener tierra propia, en promedio sólo un 17% del<br />

total de la tierra propia se encuentra registrada en RR.PP.<br />

21


Tabla 4<br />

Proporción de tierras propias con título de RR.PP. en el ámbito rural<br />

Proporción [Interv. Conf 95%]<br />

Nacional 0.166 0.148 0.184<br />

Pobre extremo 0.114 0.090 0.139<br />

Pobre no extremo 0.138 0.116 0.159<br />

No pobre 0.227 0.202 0.253<br />

Con tfnr 0.159 0.137 0.180<br />

Sin tfnr 0.175 0.154 0.197<br />

Si gasta en jornales 0.179 0.158 0.199<br />

No gasta en jornales 0.147 0.126 0.169<br />

costa norte 0.331 0.242 0.420<br />

costa centro 0.541 0.370 0.712<br />

costa sur 0.456 0.225 0.687<br />

sierra norte 0.260 0.206 0.314<br />

sierra centro 0.099 0.074 0.124<br />

sierra sur 0.089 0.065 0.112<br />

selva 0.173 0.137 0.210<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

La condición de pobreza del productor muestra una clara y significativa diferenciación<br />

respecto de la proporción de tierras con título en RRPP, entre los productores no<br />

pobres y pobres. Los productores no pobres tienen en promedio el 22% de sus tierras<br />

debidamente registradas en RRPP, mientras que este porcentaje es de sólo 11% y<br />

14% en el caso de los productores pobres extremos y pobres no extremos<br />

respectivamente, si bien este resultado tiene sentido sorprende que aún dentro del<br />

grupo de los conductores no pobres el porcentaje de la tierra propia debidamente sea<br />

tan bajo. El corte de acuerdo a la presencia de TFNR no muestra una diferencia<br />

significativa. En cambio sí existe una leve (y significativa) diferencia entre aquellos<br />

productores que gastan en mano de obra para la realización de sus actividades<br />

productivas. En este caso aquellos productores que sí adquieren mano de obra en el<br />

mercado presentan un 18% del total de sus tierras registradas en RRPP, mientras que<br />

aquellos productores que no lo hacen sólo mantienen registradas alrededor del 15%<br />

del total de sus tierras.<br />

El corte por regiones naturales muestra, que es en la costa en dónde los productores<br />

poseen una mayor proporción de sus tierras registradas en RRPP, especialmente en<br />

la costa centro y sur, en cambio las regiones de la sierra centro y sur presentan la<br />

menor proporción de tierras propias sin título registrado. Este resultado contrasta con<br />

el anterior referido a la tenencia de tierra propia, en dónde vimos que era la costa la<br />

región con mayor proporción de conductores sin tierra propia. Esta diferenciación<br />

regional en el registro efectivo de la propiedad de la tierra nos hace esperar que<br />

también se de una diferenciación en cuanto al uso y manejo del capital (gasto en<br />

insumos, trabajo) y hasta en la tecnología utilizada para el desarrollo de las<br />

actividades productivas agrícola y pecuaria.<br />

Si bien un porcentaje importante de los productores agrícolas no poseen tierras<br />

propias, la tierra es indispensable para la realización de su actividad, de modo que<br />

aquellos que no las poseen deben conseguirla de algún modo, probablemente bajo<br />

algún tipo de alquiler. No es el objetivo de este trabajo presentar cuáles son las<br />

características de las tierras que son alquiladas, ni cuál es el precio que se termina<br />

22


pagando por ellas, por eso en adelante nos referimos exclusivamente a la tierra<br />

trabajada 11 , independientemente de que sea propia o no.<br />

La tabla 5 presenta estimados de la extensión (en hectáreas) media de las parcelas<br />

que finalmente trabajan los productores de la muestra y un indicador de calidad de la<br />

tierra trabajada. El indicador de calidad construido se basa en el tipo de riego de cada<br />

parcela, aquellas que son de secano tienen un peso de 1, y aquellas que tienen riego<br />

tecnificado tienen una ponderación de 2.5, quedando entre estos valores el riego por<br />

gravedad y el de pozo subterráneo, con ponderaciones de 1.5 y 2 respectivamente.<br />

Así el indicador propuesto es un promedio de las extensiones de tierra trabajada<br />

ponderado por el tipo de riego. Si todas las parcelas son de secano el indicador toma<br />

el valor de 1, si todas poseen riego tecnificado el indicador tomará el valor de 2.5. Al<br />

no tener mayor información de la calidad de la tierra trabajada el tipo de riego<br />

constituye una buena aproximación, pues por un lado es difícil suponer que se realicen<br />

inversiones en una tierra de mala calidad, y por el otro una mayor tecnificación del<br />

riego aumenta la productividad de ésta.<br />

Tabla 5<br />

Extensión media de las parcelas trabajadas (Ha), número y calidad media de<br />

éstas en el ámbito rural<br />

Extensión promedio x<br />

parcela (ha) Índice de calidad Número de parcelas<br />

Promedio [Interv. Conf 95%]<br />

Promedi<br />

o<br />

[Interv.<br />

Conf 95%] Promedio<br />

[Interv.<br />

Conf 95%]<br />

Nacional 2.86 2.44 3.29 1.12 1.11 1.13 3.22 3.00 3.44<br />

Pobre extremo 1.67 1.32 2.02 1.08 1.06 1.09 3.45 3.19 3.71<br />

Pobre no extremo 2.38 1.80 2.97 1.10 1.09 1.12 3.28 3.00 3.57<br />

No pobre 4.18 3.43 4.93 1.17 1.15 1.19 2.99 2.73 3.25<br />

Con tfnr 3.12 2.57 3.68 1.10 1.09 1.11 3.49 3.24 3.74<br />

Sin tfnr 2.54 2.01 3.08 1.15 1.13 1.16 2.89 2.68 3.10<br />

Si gasta en jornales 3.24 2.75 3.74 1.13 1.12 1.15 3.06 2.89 3.23<br />

No gasta en jornales 2.33 1.70 2.97 1.11 1.09 1.12 3.44 3.10 3.79<br />

costa norte 1.36 0.98 1.74 1.38 1.31 1.45 1.76 1.41 2.11<br />

costa centro 4.24 -0.54 9.03 1.47 1.39 1.55 1.37 1.23 1.52<br />

costa sur 3.18 2.19 4.17 1.60 1.49 1.71 1.58 1.22 1.93<br />

sierra norte 1.67 1.34 2.00 1.09 1.06 1.11 2.23 2.07 2.38<br />

sierra centro 0.64 0.42 0.86 1.12 1.10 1.15 3.99 3.78 4.21<br />

sierra sur 2.18 1.07 3.29 1.10 1.08 1.13 5.12 4.44 5.79<br />

selva 7.88 6.69 9.07 1.02 1.01 1.03 1.55 1.49 1.62<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los datos muestran que los pequeños productores agrícolas manejan un promedio de<br />

3 parcelas con una extensión ligeramente inferior a 3 hectáreas cada una. El indicador<br />

de calidad de la tierra tiene un promedio de 1.12, lo cual indica que la mayoría de las<br />

tierras de los productores de la muestra dependen de la lluvia, lo que implicaría que su<br />

calidad no es muy buena.<br />

El corte por niveles de pobreza muestra diferencias entre los productores pobres y los<br />

no pobres. En términos medios los productores no pobres trabajan parcelas dos veces<br />

más grandes que los productores no pobres y tres veces más que los pobres<br />

11 Cabe la posibilidad de que la productividad pueda ser diferente en la tierra alquilada respecto de la<br />

propia por múltiples razones, sin embargo no podemos saber cuál es la producción por hectárea para<br />

diferenciar productividades. Sólo podríamos diferenciar entre aquellos que no poseen tierra propia y<br />

aquellos que sí, pero esto nos alejaría del objetivo central de este trabajo<br />

23


extremos, de acuerdo con los estimados puntuales de la extensión media por parcela.<br />

El número de parcelas promedio trabajadas va descendiendo ligeramente conforme<br />

nos movemos de los productores más pobres a los no pobres, no obstante esta<br />

diferencia es significativa sólo respecto de los productores no pobres. En cuanto a la<br />

calidad de las tierras, las diferencias son significativas pero pequeñas, siendo los<br />

productores no pobres los que mejores tierras conducen.<br />

Asimismo los productores que no cuentan en su hogar con al menos un TFNR trabajan<br />

parcelas con extensiones superiores a aquellas trabajadas por productores que no<br />

cuentan con TFNR (3.12 ha contra 2.54 ha en promedio), esta diferencia se mantiene<br />

en el caso del número de parcelas trabajadas (3.5 contra 2.9). Ocurre lo contrario en el<br />

caso del nuestro indicador de calidad de la tierra, pues en este caso el grupo de<br />

productores sin TFNR presenta un índice promedio de 1.5 respecto del 1.1 que se<br />

obtiene para el grupo de productores con al menos un TFNR.<br />

Esta diferencia también aparece cuando distinguimos a los productores de la muestra<br />

de acuerdo a si adquieren o no mano de obra (jornales), en este caso los datos<br />

muestran que aquellos productores que sí gastan en mano de obra trabajan, en<br />

términos medios, menos parcelas y de mayor extensión, en ambos casos las<br />

diferencias son significativas. Por otro lado, el indicador de calida es ligeramente<br />

superior para aquellos productores que si gastan en alquilar mano de obra. Debe<br />

notarse que el hecho de que un hogar cuente con TFNR no implica que no arriende<br />

también mano de obra.<br />

El corte por regiones naturales muestra que en los productores de la selva manejan<br />

1.5 parcelas con extensiones de alrededor de 8 ha, que dependen de la lluvia<br />

básicamente. En cambio los productores de la costa manejan un promedio de entre<br />

1.3 y 1.8 parcelas con extensiones que van de un promedio de 1.36 ha en la costa<br />

norte a un 4.24 ha en la costa central. Por otro lado, la información de la tabla 3<br />

muestra que la calidad de las tierras de la costa es superior a las que se encuentran<br />

en las demás regiones, pues el indicador de calidad oscila entre el 1.38 en la costa<br />

norte y el 1.6 en la costa sur. La sierra muestra las peores condiciones, es decir un<br />

mayor número de parcelas por productor, de menor extensión y con menor calidad.<br />

2.2 Capital (gasto monetario en la producción agropecuaria)<br />

Los gastos monetarios realizados tanto en al actividad agrícola como pecuaria, serán<br />

nuestra variables de aproximación al capital que los pequeños productores de la<br />

muestra utilizan 12 . La tabla 6 presenta los cuatro principales grupos de gasto que se<br />

pueden extraer de la ENAHO en el caso de la producción agrícola, el valor promedio,<br />

variabilidad y la proporción de productores que realizan un gasto positivo para cada<br />

uno de los ítems presentados.<br />

Como vemos el gasto en alquiler de tierras promedio a nivel nacional es de 611<br />

nuevos soles por año, sin embargo también podemos apreciar que sólo el 8% de los<br />

productores han realizado un gasto en alquiler de tierra. No obstante el porcentaje de<br />

productores que no tenían tierra propia era de 17%, lo que indica que la diferencia de<br />

productores que no poseen tierra propia deben conseguirla mediante otro tipo de<br />

arreglo que no sea el alquiler, o al menos no el alquiler en términos monetarios. Por<br />

otro lado el valor medio del gasto en insumos asciende a 476 nuevos soles por año,<br />

también podemos ver que el 93% de los productores agrícolas realizan gastos en<br />

insumos, asimismo el 50% de los productores agrícolas realizan gastos en el alquiler<br />

12 Es posible que no todos los gastos realizados impliquen un gasto monetario, pero sólo este tipo de<br />

gastos es recogido en la encuesta.<br />

24


de mano de obra, el gasto promedio a nivel nacional en mano de obra es de 541<br />

nuevos soles anuales. Finalmente el gasto en asistencia técnica promedio para<br />

aquellos que decidieron adquirir algún tipo de asistencia técnica asciende a 133<br />

nuevos soles, no obstante sólo el 1% de los productores agrícolas realizan este tipo de<br />

gasto. Los estimados con mayor variabilidad para los estimados presentados se dan<br />

en el caso del gasto en alquiler de tierra y en asistencia técnica.<br />

Tabla 6<br />

Valores promedio y variabilidad de los gastos realizados en la actividad agrícola,<br />

y proporción de productores que realizan cada tipo de gasto en el ámbito rural<br />

Alquiler de tierra<br />

Insumos<br />

estimado coef. var. Gasto positivo estimado coef. Var. Gasto positivo<br />

General 611 0.18 0.08 476 0.07 0.93<br />

Pobre extremo 123 0.20 0.06 223 0.06 0.95<br />

Pobre no extremo 351 0.30 0.08 301 0.06 0.94<br />

No pobre 1051 0.18 0.09 828 0.10 0.91<br />

Con tfnr 689 0.24 0.07 518 0.10 0.95<br />

Sin tfnr 516 0.17 0.08 423 0.09 0.92<br />

Si gasta en jornales 820 0.19 0.09 684 0.09 0.93<br />

No gasta en jornales 167 0.16 0.06 189 0.04 0.94<br />

costa norte 361 0.34 0.13 731 0.19 0.92<br />

costa centro 2167 0.17 0.20 3960 0.17 0.96<br />

costa sur 4537 0.44 0.20 2669 0.23 0.94<br />

sierra norte 163 0.23 0.03 298 0.12 0.94<br />

sierra centro 414 0.41 0.08 437 0.14 0.99<br />

sierra sur 417 0.44 0.08 323 0.11 0.99<br />

selva 611 0.20 0.05 279 0.18 0.80<br />

Jornales<br />

Gasto en asist. Técnica<br />

estimado coef. var. Gasto positivo estimado coef. Var. Gasto positivo<br />

General 541 0.08 0.50 133 0.16 0.01<br />

Pobre extremo 196 0.17 0.37 90 0.24 0.01<br />

Pobre no extremo 318 0.09 0.46 142 0.38 0.01<br />

No pobre 831 0.09 0.63 155 0.19 0.01<br />

Con tfnr 592 0.11 0.50 145 0.23 0.01<br />

Sin tfnr 476 0.09 0.49 115 0.15 0.01<br />

Si gasta en jornales 541 0.08 0.85 125 0.15 0.01<br />

No gasta en jornales . 0.00 143 0.29 0.01<br />

costa norte 913 0.25 0.54 81 0.30 0.00<br />

costa centro 1487 0.12 0.62 174 0.16 0.02<br />

costa sur 1811 0.27 0.70 96 0.29 0.04<br />

sierra norte 271 0.31 0.40 91 0.44 0.01<br />

sierra centro 186 0.15 0.54 99 0.21 0.01<br />

sierra sur 252 0.10 0.42 146 0.29 0.01<br />

selva 1096 0.12 0.57 205 0.33 0.01<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Cuando pasamos a distinguir por condición de pobreza encontramos grandes<br />

diferencias en los cuatro grupos de gasto presentados, tanto en los estimados<br />

25


puntuales, como en la proporción de productores con gastos positivos. Por el lado del<br />

gasto en alquiler de tierra vemos que los productores no pobres alcanzan un gasto<br />

medio de 1051 nuevos soles, contra 123 en promedio en el caso de los pobres<br />

extremos, además de esta diferencia la variación de dichos estimados es mayor<br />

también en el caso de los más pobres, asimismo el estimado puntual de aquellos que<br />

realizan este tipo de gasto es mayor para los no pobres. En el caso del gasto en<br />

insumos la figura es similar aunque menos pronunciada, además en este caso la<br />

mayor variabilidad del coeficiente estimado corresponde a los productores no pobres.<br />

En el gasto en jornales la además de las diferencias en los estimados puntuales (831<br />

para los no pobres, 318 para los pobres no extremos y 196 para los pobres extremos)<br />

destaca las diferencias en la proporción de productores que gastan en adquirir jornales<br />

en el mercado. La tabla 6 indica que un 63% de los productores no pobres realizan<br />

ningún tipo de gasto en jornales, siendo este porcentaje mucho menor para los pobres<br />

y obres extremos.<br />

El corte según la disposición de al menos un TFNR, muestra que el grupo de<br />

productores con TFNR gastan más en los cuatro rubros mencionados, aunque las<br />

diferencias no llegan a ser significativas, por otro lado la proporción de productores<br />

con gastos positivos para cada uno de los rubros presentados no presenta tampoco<br />

diferencias significativas para ambos grupos. Cuando pasamos a distinguir entre los<br />

productores que gastan en jornales y los que no, encontramos diferencias grandes y<br />

significativas en tanto en el gasto en el alquiler de tierra, como en el gasto en los<br />

insumos utilizados para la producción.<br />

Cuando pasamos a revisar los estimados por regiones naturales encontramos también<br />

marcadas diferencias. Por un lado, en lo referido al gasto en alquiler de tierras, la<br />

información de la tabla 6 muestra que los estimados puntuales dan a la costa centro y<br />

sur promedios mucho mayores que el resto de dominios, sin embargo la variabilidad<br />

de estos estimados es muy grande, lo cual no hace tomar con cuidado estos datos,<br />

además también se tienen para estas dos zonas las proporciones más altas de<br />

productores que realizan este gasto. También en estos dos dominios se encuentran<br />

los estimados puntuales más altos para el gasto en insumos. La sierra aparece como<br />

el dominio en el que menor niveles de gasto promedio se encuentra, tanto en el caso<br />

del gasto en alquiler de tierras, como en el gasto en insumos, además de ser más<br />

pequeños presentan también la mayor variabilidad.<br />

El gasto en jornales nuevamente es mayor (en términos promedio) en la costa centro y<br />

sur –aunque con una gran variabilidad- y además se tiene para estos dominios la<br />

mayor proporción de productores que realizan este tipo de gastos. El gasto promedio<br />

registrado para la selva es también bastante elevado, y presenta un coeficiente de<br />

variación menor al registrado en la costa, la proporción de productores con gastos<br />

positivos es también elevada en este dominio. Nuevamente la sierra es la región con<br />

menor gasto promedio y con menor proporción de productores con gasto positivo en el<br />

rubro de contratación de mano de obra. Con respecto al gasto en asistencia técnica,<br />

encontramos niveles promedio muy bajos en todos los dominios, con grandes niveles<br />

de variabilidad y una muy pequeña proporción de gasto positivo.<br />

La tabla 7 complementa la información presentada en el cuadro anterior. En este caso<br />

se muestra el estimado del gasto total (promedio) derivado de la actividad agrícola, el<br />

grado de variabilidad de este estimado, y además la importancia de cada tipo de gasto<br />

realizado medido como la proporción del gasto total destinada a cada uno de los<br />

rubros de gasto, en este caso todos los productores entran en el cálculo del promedio<br />

y no sólo de aquellos realizaron cada tipo de gasto como en el cuadro anterior.<br />

26


La tabla 7 muestra que el nivel promedio del gasto de producción de la actividad<br />

agrícola en la ENAHO supera ligeramente los 1000 nuevos soles por año. Por otro<br />

lado, cuando se toma en cuenta a la totalidad de los productores la proporción<br />

promedio dedicada al gasto en alquiler de tierras representa sólo el 2% de los gastos<br />

totales destinados a la producción agrícola, en cambio el gasto en insumos alcanza<br />

una proporción media de 51%, mientras que los gastos en jornales llegan a alcanzar el<br />

17% del total de los gastos. El gasto en asistencia técnica no alcanza siquiera el 1%.<br />

Estos promedios, junto con los indicadores de calidad de la tierra antes reseñados<br />

permiten afirmar de modo general el carácter extensivo, con poca inversión y pca<br />

tecnología, de la agricultura de los conductores en la muestra de ENAHO.<br />

Cuando revisamos los estimados por condición de pobreza encontramos que los<br />

productores no pobres tienen un gasto total promedio que es cerca de 5 veces el<br />

promedio que se tiene para los productores pobres extremos y 3 veces más que los<br />

pobres no extremos, por otro lado dedican un 24% de éste al gasto en jornales,<br />

mientras que los productores pobres dedican entre el 10 y 15%. La importancia de los<br />

gastos en alquiler de tierras, insumos, jornales y asistencia técnica y otros 13 , son<br />

bastante similares entre los tres grupos.<br />

Tabla 7<br />

Gasto total de la actividad agrícola, e importancia del tipo de gasto por<br />

componentes en el ámbito rural<br />

Gasto total<br />

Promedio<br />

estimado<br />

coef. var.<br />

Alquiler de<br />

tierra Insumos Jornales<br />

Prop. del Prop. del Prop. del<br />

gasto total gasto total gasto total<br />

Asist.<br />

Técnica<br />

Prop. del<br />

gasto total<br />

Otros<br />

Prop. del<br />

gasto total<br />

General 1032 0.06 0.02 0.51 0.17 0.00 0.30<br />

Pobre extremo 442 0.05 0.01 0.55 0.10 0.00 0.34<br />

Pobre no extremo 630 0.05 0.02 0.53 0.15 0.00 0.31<br />

No pobre 1816 0.08 0.02 0.47 0.24 0.00 0.27<br />

Con tfnr 1128 0.08 0.02 0.51 0.16 0.00 0.31<br />

Sin tfnr 913 0.08 0.02 0.52 0.17 0.00 0.29<br />

Si gasta en jornales 1537 0.07 0.02 0.45 0.28 0.00 0.25<br />

No gasta en<br />

jornales 325 0.04 0.02 0.61 0.00 0.00 0.37<br />

costa norte 1747 0.21 0.03 0.49 0.02 0.00 0.30<br />

costa centro 6231 0.16 0.07 0.60 0.13 0.00 0.20<br />

costa sur 6693 0.22 0.09 0.44 0.15 0.00 0.32<br />

sierra norte 519 0.14 0.01 0.63 0.11 0.00 0.25<br />

sierra centro 733 0.14 0.02 0.62 0.11 0.00 0.25<br />

sierra sur 710 0.12 0.02 0.53 0.11 0.00 0.34<br />

selva 1186 0.10 0.02 0.27 0.35 0.00 0.36<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

También podemos apreciar que existen diferencias entre el gasto total promedio de los<br />

productores que cuentan con TFNR y los que no, siendo tal diferencia significativa y<br />

favorable al primero de estos grupos. En cambio, que no se perciben diferencias en la<br />

importancia que cada rubro de gasto representa para estos dos grupos de<br />

productores, dada esta similitud en las proporciones del gasto destinado a cada rubro<br />

13 El rubro “otros” es bastante amplio e incluye el gasto en transportes, sacos, bolsas, almacenamiento,<br />

alquiler, mantenimiento o reparación de maquinaria, herramientas o alquiler de animales. De ahí la<br />

importancia del rubro dentro del gasto total.<br />

27


señalado se puede afirmar entonces que los productores con TFNR gastan más en<br />

insumos, jornales y demás; lo cual sugiere que las unidades que cuentan con TFNR<br />

son menos pobres.<br />

El corte de acuerdo a si se realizan gastos en alquiler de jornales muestra una gran<br />

diferencia entre aquellos productores que si gastan en alquilar jornales que presentan<br />

un gasto total promedio de 1540 nuevos soles por año, contra gastos promedios de<br />

325 por el lado de aquellos que no gastaron en alquilar jornales. Asimismo podemos<br />

apreciar una importante diferencia en la manera en que se distribuye el gasto total<br />

entre los diferentes rubros presentados.<br />

La diferenciación por regiones naturales nuevamente indica que es la costa en dónde<br />

mayores niveles de gasto total se registran, sobre todo en el centro y en el sur, no<br />

obstante presentan también elevados niveles de variación. Pasando a la importancia<br />

de la distribución entre los diferentes rubros de gasto encontramos, que es en la costa<br />

en dónde mayor importancia tienen los gastos en alquiler de tierra. Asimismo, los<br />

gastos en alquiler de tierra y jornales son más importantes en la costa. Debe<br />

destacarse también que en la selva es la región en donde mayor importancia tiene el<br />

gasto en jornales llegando a un promedio del 35% del gasto total, y en cambio<br />

presenta el menor estimado para la proporción destinada al gasto en insumos.<br />

Finalmente, la sierra es la región en donde menor gasto total se registra sobre todo en<br />

la sierra norte.<br />

Las tablas 8 y 9 recogen la información correspondiente a los gastos incurridos por la<br />

actividad pecuaria. En la tabla 8 se presenta el estimado del nivel de gasto promedio<br />

para los rubros de jornales e insumos, sólo para aquellos que realizan dichos gastos,<br />

así como la proporción del total de productores pecuarios que declaran realizar dichos<br />

gastos (gasto positivo). El gasto en insumos en la actividad pecuaria incluye los gastos<br />

en alimentos para animales, servicios y productos veterinarios, los componentes del<br />

rubro otros no están definidos explícitamente dentro de la encuesta y por eso no los<br />

incluimos en las tablas. Como vemos el gasto en jornales promedio asciende a 795<br />

nuevos soles anuales a nivel nacional rural, promedio mayor al que se tienen para la<br />

actividad agrícola, sin embargo debemos de tomar en cuenta la variabilidad de estos<br />

estimados y que sólo un 3% de los productores pecuarios realizan gastos en jornales.<br />

Por otro lado, el gasto en insumos alcanza un promedio de 438 nuevos soles por año y<br />

presenta una menor variabilidad.<br />

Las diferencias por niveles de pobreza son marcadas para ambos rubros de gastos,<br />

siendo los niveles de gastos de los productores no pobres significativamente mayores.<br />

En cambio la diferenciación por TFNR sólo presenta una diferencia significativa y<br />

favorable a aquellos que cuentan con TFNR. Asimismo los gastos en insumos<br />

alcanzan un promedio significativamente mayor en el caso de los productores que<br />

gastan en alquilar jornales.<br />

Tabla 8<br />

Valores promedio y variabilidad de los gastos realizados en la actividad<br />

pecuaria, y proporción de productores que realizan cada tipo de gasto en el<br />

ámbito rural<br />

Jornales<br />

Insumos<br />

estimado coef. var. Gasto positivo estimado coef. var. Gasto positivo<br />

General 795 0,26 0,03 438 0,12 0,98<br />

Pobre extremo 110 0,43 0,01 148 0,05 0,97<br />

Pobre no extremo 195 0,23 0,02 305 0,13 0,98<br />

28


No pobre 1110 0,27 0,05 757 0,16 0,99<br />

Con tfnr 788 0,31 0,02 472 0,12 0,98<br />

Sin tfnr 802 0,31 0,03 395 0,17 0,98<br />

Si gasta en jornales 795 0,26 0,05 587 0,15 0,99<br />

No gasta en jornales . 250 0,08 0,98<br />

costa norte 689 0,66 0,01 380 0,24 1,00<br />

costa centro 691 0,24 0,03 574 0,23 1,00<br />

costa sur 6650 0,09 0,13 9527 0,35 1,00<br />

sierra norte 544 0,64 0,01 218 0,15 0,96<br />

sierra centro 171 0,29 0,04 185 0,08 0,99<br />

sierra sur 747 0,42 0,04 495 0,17 0,98<br />

selva 883 0,21 0,02 439 0,10 0,99<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

A nivel de regiones naturales encontramos que es la costa sur en la región en donde<br />

se registra el mayor –y por mucho- gasto en jornales e insumos, llegando a significar<br />

10 veces el gasto del resto de la costa e el caso de los jornales y más de 15 veces en<br />

el caso del gasto en insumos. La sierra nuevamente aparece como la región con<br />

menores niveles de gasto tanto en jornales como insumos.<br />

Luego de haber revisado brevemente los niveles de gastos en jornales e insumos en<br />

la actividad pecuaria pasamos a reportar los estimados del total de los gastos<br />

realizados en la actividad pecuaria. La tabla 9 muestra que el gasto promedio es<br />

ligeramente superior a los 500 nuevos soles anuales, y que en general para la<br />

totalidad de productores pecuarios el gasto en jornales tiene poco peso representado<br />

sólo el 1% de la totalidad de los gastos, mientras que el gasto en insumos representa<br />

el 86%, el 13% restante corresponde a gastos bajo el rubro de otros, de los cuales no<br />

nos ocupamos.<br />

Tabla 9<br />

Gasto total de la actividad pecuaria, e importancia del tipo de gasto por<br />

componentes en el ámbito rural<br />

Gasto total Jornales Insumos<br />

estimado<br />

coef. var.<br />

General 523 0.11 0.01 0.86<br />

Pobre extremo 182 0.05 0.00 0.85<br />

Pobre no extremo 375 0.11 0.01 0.85<br />

No pobre 900 0.15 0.01 0.89<br />

Con tfnr 566 0.11 0.01 0.85<br />

Sin tfnr 470 0.16 0.01 0.89<br />

Si gasta en jornales 702 0.14 0.02 0.87<br />

No gasta en jornales 302 0.07 0.00 0.86<br />

costa norte 425 0.22 0.01 0.93<br />

costa centro 613 0.23 0.00 0.98<br />

costa sur 10486 0.35 0.03 0.96<br />

sierra norte 249 0.16 0.00 0.85<br />

sierra centro 244 0.08 0.01 0.86<br />

sierra sur 654 0.15 0.01 0.77<br />

selva 503 0.11 0.01 0.95<br />

29


Fuente: ENAHO 2007<br />

Los datos muestran que tal como se da en el caso de la actividad agrícola, en el caso<br />

pecuario la condición de pobreza marca también grandes diferencias en el promedio<br />

del total de gastos realizados. Las diferencias entre los tres grupos de pobreza son<br />

siempre significativas en el caso de los gastos totales, mas no se aprecia una<br />

diferencia significativa en la distribución de éstos entre jornales e insumos.<br />

Por otro lado, el promedio de los gasto en el caso de productores que cuentan con la<br />

menos un TFNR son superiores a al promedio de aquellos sin TFNR, ocurre lo mismo<br />

en el caso de los productores que si gastan en alquilar jornales. El corte por regiones<br />

naturales muestra que es la costa sur en la región en la que los productores pecuarios<br />

realizan mayores gastos para llevar a cabo esta actividad, no obstante dicho estimado<br />

tiene la mayor variabilidad de todos los estimados presentados en esta tabla.<br />

Nuevamente la sierra presenta los menores niveles de gasto en la actividad pecuaria.<br />

2.3 Mano de obra<br />

Pasando al factor trabajo empezamos por describir cómo hemos calculado el número<br />

de jornales que cada productor adquiere, ya sea para la actividad agrícola o pecuaria.<br />

La ENAHO no presenta información sobre el número de trabajadores contratados<br />

durante el proceso productivo, sólo presenta información sobre el gasto agregado en<br />

mano de obra en los últimos 12 meses. De modo que para poder obtener un estimado<br />

de la mano de obra de mercado efectivamente utilizada será necesario dividir el gasto<br />

monetario declarado en mano de obra entre un estimado del precio de dicha mano de<br />

obra.<br />

Para obtener el número estimado de unidades de mano de obra en el mercado se<br />

seleccionó en ENAHO 2005, 2006 y 2007 a todos los trabajadores que de acuerdo con<br />

la clasificación del tipo de actividad realizada son peones agropecuarios, y que no son<br />

conductores de la actividad agropecuaria 14 . Para esta muestra se estima una regresión<br />

del ingreso 15 percibido por actividad principal dependiente por día laborado, y los<br />

valores predichos de esta regresión son nuestros estimados del valor del jornal (el<br />

pago por una jornada de trabajo). A partir de éstos se obtiene un estimado del jornal<br />

(pago diario) promedio y mediano para diferentes agrupaciones geográficas, una a<br />

nivel de provincia, una a nivel de departamento en el ámbito rural, y una a nivel de<br />

departamento. Es importante resaltar que en esta estimación no nos hemos restringido<br />

a trabajadores que habiten en las zonas rurales, aunque son la mayoría, pues un<br />

trabajador urbano bien podría emplearse como peón en las áreas rurales.<br />

Con estos estimados se pasó a calcular el número de jornales (unidades de trabajo<br />

adquiridas en el mercado) que cada productor de la muestra alquiló para realizar la<br />

producción, simplemente dividiendo el gasto registrado en mano de obra entre los<br />

diferentes estimados de pago por jornal calculados, y redondeando este resultado.<br />

Ciertamente cada indicador -sea promedio o mediano- del jornal (pago diario)<br />

estimado otorga un número determinado de jornales (unidades de trabajo adquiridas<br />

en el mercado) adquiridos por el productor, debido a esto se utiliza un promedio de<br />

14 La finalidad de utilizar los datos de los trabajadores que realizan labores como trabajador o peón<br />

agropecuario del 2005 al 2007 es estimar una regresión de salarios con una muestra más grande, de<br />

modo que podamos obtener mejores estimados. Si bien se utilizan información de tres años distintos ello<br />

no implica ninguna estructura de panel en los datos, se utilizan como un “pooled”.<br />

15 Los resultados de la estimación de la regresión de pago por jornal así como los estimados para los<br />

diferentes ámbitos se muestran en la tabla A1 del anexo<br />

30


todos los estimados para el precio del jornal, para el cálculo final de la totalidad de<br />

jornales 16 (unidades de trabajo adquiridas en el mercado).<br />

Una aclaración más sobre la terminología utilizada que puede causar confusión, el<br />

pago por la actividad realizada en un día por un peón agropecuario recibe el nombre<br />

de jornal. Así desde el punto de vista del trabajador el jornal es el valor de su ingreso<br />

diario, para el productor el jornal es el precio que debe pagar por un paquete de horas<br />

de trabajo realizadas por el trabajador o peón agropecuario. Cuando hablamos de<br />

jornales nos estamos refiriendo al número de unidades de trabajo conseguidas en el<br />

mercado y por las cuales el productor agropecuario debe pagar. Así desde la<br />

perspectiva del productor jornales es el plural de jornal, un paquete de horas<br />

trabajadas por trabajadores o peones agropecuarios.<br />

Utilizamos esta medida (jornal), por ser la unidad de trabajo más utilizada en el ámbito<br />

rural. No obstante la duración de un jornal en términos de horas puede variar<br />

dependiendo de la zona o del tipo de producto o actividad a realizar. Creemos que es<br />

más conveniente trabajar con una unidad como el jornal más que con una más<br />

estandarizada como hora trabajada, debido a que los conductores adquieren jornales y<br />

no horas. Al elegir esta unidad no estamos controlando por diferencias en la duración<br />

del jornal, ni en el tipo específico de actividad realizada pues la información disponible<br />

no lo permite.<br />

La tabla 10a, indica que el uso de jornales es mucho mayor en la actividad agrícola<br />

que en la pecuaria. De acuerdo con nuestros estimados la actividad agrícola en el<br />

ámbito rural generaría alrededor de 48.2 millones de jornales al anualmente, contra 3.4<br />

millones generados por el lado de las actividades pecuarias. En promedio un pequeño<br />

productor que realiza una actividad agrícola adquiere 22 jornales por año, mientras<br />

que uno pecuario sólo alrededor de 2.<br />

El corte por condición de pobreza indica que en el caso de las actividades agrícolas<br />

los productores no pobres requieren en promedio 40 jornales por año, contra 7 y 13<br />

para los pobres extremos y no extremos respectivamente, esto implica que los<br />

productores no pobres concentran el 72% del total de jornales demandados en el<br />

ámbito rural. Por el lado de las actividades pecuarias la figura es similar pero más<br />

extrema, el promedio de jornales requeridos por los productores pobres es menor a 1<br />

al año y de alrededor de 4 en el caso de los no pobres, por otro lado los productores<br />

pecuarios no pobres demandan más del 90% de los jornales requeridos en la actividad<br />

pecuaria.<br />

Tabla 10a<br />

Número estimado de jornales comprados, por tipo de actividad en el ámbito<br />

rural<br />

Agrícola<br />

Pecuario<br />

Jornales<br />

promedio<br />

[Interv.<br />

Conf 95%] Total jornales<br />

Jornales<br />

promedio<br />

[Interv.<br />

Conf<br />

95%<br />

] Total jornales<br />

Nacional 22 18 26 48200000 2 1 2 3379153<br />

Pobre extremo 7 5 9 4414873 0 0 0 79401<br />

Pobre no extremo 13 10 15 9017285 0 0 1 228036<br />

No pobre 40 32 49 34700000 4 2 6 3071716<br />

Con tfnr 26 19 33 30200000 1 0 2 1413372<br />

Sin tfnr 17 14 20 18000000 2 1 3 1965781<br />

16 La idea de tener diferentes estimados de jornales adquiridos obedece a evaluar que tan sensibles<br />

pueden ser los resultados de la demanda por mano de obra de los pequeños productores.<br />

31


Si gasta en<br />

jornales 36 29 42 48200000 2 1 4 3379153<br />

No gasta en<br />

jornales 0 . . 0 0 . . 0<br />

costa norte 30 16 44 5882961 0 0 1 87554<br />

costa centro 43 27 60 2663553 1 0 2 54276<br />

costa sur 59 22 96 1288761 43 -6 92 948021<br />

sierra norte 8 3 12 3099588 0 0 1 185778<br />

sierra centro 11 8 13 5910371 1 0 1 381922<br />

sierra sur 11 8 14 6179662 2 0 4 1188970<br />

selva 54 38 71 23200000 1 1 2 532632<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

La información presentada también muestra que en la actividad agrícola los<br />

productores con TFNR demandan más jornales, un promedio de 26, concentrando el<br />

63% de los jornales, contra 17 (y 37% del total de jornales agrícola) en el caso de los<br />

que no cuentan con TFNR. Ocurre lo contrario en el caso de la actividad pecuaria, en<br />

donde los productores sin TFNR adquieren un número ligeramente mayor de jornales<br />

(1 contra 2 del grupo sin TFNR).<br />

El corte por regiones naturales revela que es en la costa y en la selva en dónde el<br />

promedio general de jornales es mayor, independientemente de la cantidad de<br />

productores. No obstante son la selva y luego la sierra las regiones naturales que<br />

concentran la mayor cantidad de jornales dedicados a la actividad agrícola. En el caso<br />

de la actividad pecuaria la mayor cantidad de jornales se concentran en la costa y<br />

sierra sur (28 y 35% de la totalidad de jornales).<br />

Indudablemente estos estimados deben ser tomados como una aproximación y con<br />

cuidado, debido a que provienen de información reconstruida, y la manera en la que<br />

han sido calculados no es la única posible. Para ver como varían estos resultados ante<br />

cambios en la manera en la que se construyen las variables, y tener alguna medida de<br />

lo sensibles que pueden ser, se recurrió a la información publicada en el boletín<br />

estadístico del ministerio de agricultura (MINAG), y se tomo como estimado del precio<br />

del jornal al promedio del precio mínimo registrado por un lado, y por el otro al<br />

promedio del mínimo y máximo de los precios registrados para el jornal en cada<br />

departamento del país durante el año 2007. Los jornales adquiridos utilizando esta<br />

información se construyen del mismo modo, esto es, dividiendo el gasto monetario en<br />

jornales entre el precio del jornal utilizando la información de MINAG, dichos<br />

estimados se muestran a continuación sólo para el caso de los jornales agrícolas,<br />

dado que son los más importantes.<br />

Tabla 10b<br />

Número estimado de jornales comprados, por tipo de actividad en el ámbito<br />

rural (utilizando la información de MINAG)<br />

Mínimo<br />

Jornales<br />

promedio<br />

[Interv.<br />

Conf 95%]<br />

Jornales<br />

totales<br />

Promedio<br />

Jornales<br />

promedio<br />

[Interv.<br />

Conf 95%] Jornales totales<br />

Nacional<br />

rural 32 25 38 69200000 18 15 21 39400000<br />

costa norte 43 23 62 8401495 27 14 40 5399883<br />

costa centro 64 41 87 3921569 46 30 63 2850252<br />

costa sur 77 24 130 1693155 51 19 82 1113661<br />

sierra norte 16 5 28 6442772 8 3 12 2944614<br />

sierra centro 12 9 15 6739643 7 5 9 3740917<br />

sierra sur 15 11 19 7939464 8 6 10 4268791<br />

selva 80 52 107 34000000 45 32 57 19000000<br />

32


Fuente: MINAG Elaboración<br />

propia<br />

Como se ve, la tabla 10b reproduce cualitativamente los resultados de la tabla 10ª, no<br />

obstante puntualmente los estimados son diferentes utilizando la información sobre<br />

precios de mano de obra de MINAG. Sin embargo consideramos que los estimados<br />

presentados utilizando únicamente la información de ENAHO (tabla 10a) son más<br />

adecuados dado que se sitúan entre los dos extremos que se obtienen al utilizar la<br />

información de precios de jornal del MINAG. De hecho los estimados puntuales<br />

obtenidos a partir de la información de MINAG son muy cercanos a las cotas mínima y<br />

máxima del intervalo de confianza que resulta para los estimados puntuales de la tabla<br />

10a. Ocurre lo mismo con los estimados del número de jornales promedio que se han<br />

demandado.<br />

La capacidad de los pequeños productores de las áreas rurales del Perú para generar<br />

empleo se ve reflejada en el número de jornales adquiridos en el mercado. Sin<br />

embargo el proceso productivo no necesariamente requiere de los jornales adquiridos<br />

en el mercado, ello dependerá de la disponibilidad de mano de obra dentro del hogar y<br />

de la dotación de tierra y capital. Dadas las restricciones en la información disponible,<br />

no es posible saber cuántos jornales pueden ser aportados por la mano de obra<br />

disponible en el hogar. Así decidimos imputar el número de jornales que podrían ser<br />

aportados por los miembros del hogar para ellos seguimos los siguientes pasos.<br />

Para cada hogar seleccionamos el número de miembros mayores de 14 años que<br />

realizan alguna actividad económica y declaran ser TFNR, para ellos se estima el<br />

promedio de horas trabajadas por semana. Luego estimamos el número de mediano<br />

del promedio horas trabajadas por día (excluyendo el domingo por ser el día que<br />

menos horas registra) por los TFNR. Finalmente el número de jornales que<br />

potencialmente aportan los TFNR será el cociente del número de TFNR multiplicado<br />

por el promedio de las horas totales dedicadas a la ocupación principal por semana de<br />

éstos, entre el número mediano del promedio de horas trabajadas diariamente.<br />

Ciertamente esta manera de proceder plantea dos problemas. Por un lado, bien<br />

podríamos estar sobre estimando el aporte de los TFNR, pues con seguridad no todos<br />

los que declaran ser TFNR aportan su fuerza de trabajo a la actividad productiva<br />

agropecuaria, no obstante aún cuando su dedicación principal sea otra, no es difícil<br />

pensar que también puedan aportar con trabajo a estas actividades, en este sentido<br />

nuestros estimados serían mas bien la cota superior o la potencial cantidad máxima de<br />

jornales aportados por los TFNR. Por el otro, debemos recalcar además, que este<br />

procedimiento induce a un doble conteo de los jornales aportados para la actividad<br />

agrícola y pecuaria, pues no estamos diferenciando entre estas dos actividades, y<br />

tampoco diferenciamos entre los hogares que mantienen más de un productor<br />

agropecuario. Tomando en cuenta estos problemas es que debemos mirar los<br />

estimados obtenidos, pues de otra manera no sería posible obtener un estimado de la<br />

mano de obra disponible en el hogar.<br />

Otro aspecto que debemos mencionar es que al igual que en el caso de los jornales<br />

adquiridos en el mercado los que potencialmente aportan los TFNR no tienen porque<br />

tener la misma duración, pues el denominador utilizado para su cálculo es particular a<br />

cada hogar.<br />

En la tabla 11a se presenta el número estimado de jornales aportados por los TFNR a<br />

las actividades agropecuarias, y algunas características básicas de los TFNR de los<br />

hogares en el ámbito rural. Nuestros estimados indican que la mano de obra aportada<br />

por los TFNR ascendería a 11millones de jornales por año, cerca de la cuarta parte de<br />

33


los jornales adquiridos e el mercado, siendo 5 el promedio de jornales aportados para<br />

en hogar medio a nivel nacional.<br />

Los datos de la tabla 11a muestran que los productores pobres extremos reportan un<br />

promedio de 7 jornales, los pobres un promedio de 5, mientras que los no pobres sólo<br />

4 en promedio. La distribución de los jornales potencialmente aportados por los TFNR<br />

de acuerdo a los niveles de pobreza de los productores son de 38% para los pobres<br />

extremos, 34% en el caso de los pobres no extremos y 28 % para los no pobres<br />

respectivamente. En el caso de la diferenciación por el gasto en jornales, los<br />

estimados son bastante cercanos, no obstante aquellos productores que si gastan en<br />

adquirir jornales tienen un promedio de 4.7 jornales de TFNR, contra 5.5 jornales de<br />

aquellos que no gastan en jornales, siendo esta ligera diferencia estadísticamente<br />

significativa.<br />

Tabla 11a<br />

Número estimado de jornales de TFNR, y características básicas de los TFNR en<br />

el ámbito rural<br />

Jornales de TFNR<br />

Proporción de<br />

varones<br />

Edad promedio<br />

Nivel educativo<br />

promedio<br />

promedi<br />

o<br />

[Interv.<br />

Conf 95%]<br />

Total<br />

jornales estimado coef. var. estimado coef. var. estimado coef. var.<br />

Nacional 5 5 5 11000000 0.22 0.03 35.7 0.01 3.55 0.01<br />

Pobre extremo 7 6 7 4194008 0.21 0.05 34.5 0.01 3.26 0.01<br />

Pobre no<br />

extremo 5 5 6 3739514 0.20 0.05 36.2 0.01 3.46 0.01<br />

No pobre 4 3 4 3096296 0.24 0.06 36.6 0.02 4.00 0.02<br />

Con tfnr 9 9 10 11000000 0.22 0.03 35.7 0.01 3.55 0.01<br />

Sin tfnr 0 . . 0 . . .<br />

Si gasta en<br />

jornales 5 4 5 6422871 0.21 0.04 35.9 0.01 3.62 0.01<br />

No gasta en<br />

jornales 5 5 6 4606947 0.22 0.04 35.5 0.01 3.45 0.01<br />

costa norte 3 2 3 511359.2 0.30 0.15 35.3 0.05 3.90 0.04<br />

costa centro 3 2 5 207001.4 0.31 0.16 35.3 0.06 4.87 0.06<br />

costa sur 2 1 4 53120.7 0.24 0.27 40.3 0.08 5.44 0.10<br />

sierra norte 6 5 7 2278877 0.26 0.07 32.9 0.02 3.45 0.02<br />

sierra centro 5 5 6 2912368 0.18 0.06 37.0 0.01 3.36 0.02<br />

sierra sur 5 5 6 2817374 0.20 0.07 38.1 0.02 3.54 0.02<br />

selva 5 5 6 2249719 0.22 0.07 33.6 0.02 3.66 0.02<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Por el lado de las características de los TFNR en los hogares de los productores<br />

agropecuarios rurales podemos afirmar que en su mayoría son mujeres, cerca del 80%<br />

del total de TFNR tal como se muestra en la tabla 11, la edad media de este grupo es<br />

de 35 años, y en promedio cuentan con educación primaria 17 . El corte por niveles de<br />

pobreza no muestra diferencias en cuanto a la composición por sexo ni a la edad<br />

media de los TFNR, sí se aprecia diferencias en el nivel educativo alcanzado siendo<br />

éste ligeramente mejor en el caso de los hogares no pobres.<br />

El corte por regiones naturales permite observar algunas diferencias respecto de los<br />

anteriores cortes presentados. En primer lugar se distingue una mayor presencia de<br />

varones dentro del grupo de los TRFNR sobre todo en la costa centro y norte llegando<br />

al 30% de los TFNR. Este cambio en la composición por sexo genera también cambios<br />

en los estimados de edad y educación.<br />

17 Los valores relevantes para el nivel educativo de los TFNR son: 3-primaria incompleta, 4-primaria<br />

completa, 5-secundaria incompleta y 6 secundaria completa.<br />

34


En las estimaciones de los jornales aportados por los TFNR presentadas sólo hemos<br />

incluido a aquellos que laboral desde 15 horas por semana en adelante, preferimos no<br />

combinarlos con aquellos que laboran menos de 15 horas para evaluar cuál es el<br />

aporte de éstos últimos. Así, siguiendo el mismo procedimiento señalado en los<br />

párrafos anteriores se obtienen estimados del aporte en términos de jornales del grupo<br />

de TFNR que laboran menos de 15 horas por semana. Las estimaciones tanto del<br />

aporte de mano de obra, como las características básicas de este grupo de TFNR se<br />

presenta en la tabla 11b.<br />

Tabla 11b<br />

Número estimado de jornales de TFNR, y características básicas de los TFNR<br />

que laboran menos de 15 horas por semana, en el ámbito rural<br />

Jornales<br />

totales [Interv. Conf 95%] Prop. Varones<br />

Edad<br />

promedio<br />

Nivel<br />

educativo<br />

Nacional rural 391088 351650 430525 0,34 26,72 4,13<br />

costa norte 35440 18559 52321 0,25 30,51 3,41<br />

costa centro 4723 -275 9721 0,09 17,89 5,00<br />

costa sur 1285 -269 2839 0,91 25,15 5,29<br />

sierra norte 90302 63495 117109 0,23 27,19 4,07<br />

sierra centro 82523 63355 101691 0,47 23,71 4,32<br />

sierra sur 78351 50902 105800 0,44 26,07 4,42<br />

selva 98463 71375 125551 0,27 28,82 3,95<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Como se aprecia, en términos de mano de obra el aporte de este grupo de TFNR es<br />

bastante limitado en oposición a aquellos que trabajan 15 horas o más por semana.<br />

Por otro lado la revisión de las características de éstos dan cuenta de TFNR más<br />

jóvenes, más educados y con una mayor proporción relativa de varones entre estos<br />

últimos. Estos resultados indicarían que en el caso de los TFNR que laboran menos de<br />

15 horas por semana, su condición de TFNR es sólo temporal o previa al desarrollo de<br />

otro tipo de actividades ya no como TFNR, dada la mayor dotación de educación y<br />

menor edad que registran.<br />

Del mismo modo que en el caso de la mano de obra contratada en el mercado, o<br />

externa al hogar, en el caso del aporte de trabajo por parte de los TFNR el modo en el<br />

que hemos reconstruido la información no es el único posible. Un manera alternativa<br />

de calcular el aporte de los TFNR ha sido sumar el total de horas que han declarado<br />

trabajar por semana cada uno de los TFNR y dividir este total entre 6 horas,<br />

asumiendo que 6 es el número de horas promedio que debería durar un día de trabajo<br />

dedicado a labores agropecuarias, debe notarse que en esta ocasión además se ha<br />

tomado he cuenta sólo a aquellos TFNR, que de acuerdo a la descripción de sus<br />

actividades se dedican a la actividad agropecuaria. Esta distinción no se había hecho<br />

en los estimados anteriores pues no es muy importante (alrededor de 5% de los TFNR<br />

no trabajan en otro tipo de actividades), y además es fácil suponer que aunque la<br />

actividad del TFNR no sea como trabajador agropecuario, sí colabore con esta.<br />

Tabla 11c<br />

Número estimado de jornales de TFNR, (bajo supuestos alternativos) en el ámbito<br />

rural<br />

15 horas en adelante Menos de 15 horas<br />

Jornales promedio Jornales totales Jornales promedio Jornales totales<br />

Nacional rural 5 10500000 0.4 769897<br />

35


costa norte 2 395558 0.7 128402<br />

costa centro 3 200816 0.3 19621<br />

costa sur 3 67497 0.3 5916<br />

sierra norte 5 2014468 0.5 181667<br />

sierra centro 5 2853561 0.3 140037<br />

sierra sur 5 2920454 0.2 120824<br />

selva 5 2044464 0.4 173430<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los resultados que se obtienen bajo estos supuestos alternativos, otorgan<br />

información muy cercana (aunque con estimados ligeramente menores) a la que<br />

ya teníamos, tanto en el promedio de jornales como en el total de ellos. El único<br />

caso en el que los estimados obtenidos bajo los diferentes supuestos no<br />

conversan muy bien es en la costa sur en dónde los estimados de la tabla 11c<br />

son bastante menores. Por otro lado también bajo este último supuesto el aporte<br />

de los TFNR que trabajan menos de 15 horas es marginal también.<br />

2.4 Valor de la producción<br />

Por el lado del valor total del valor total de la producción agrícola y pecuaria, sólo nos<br />

limitamos a describir a cuánto asciende el monto de la producción en los últimos 12<br />

meses, y cuánto de ésta se destina a la venta. La información sobre el valor de la<br />

producción agrícola en la tabla 12, y el valor de la producción pecuaria en la tabla 13.<br />

Por el lado del valor de la producción agrícola se percibe una gran diferencia entre<br />

aquellos productores que gastan en jornales adquiridos en el mercado y aquellos que<br />

no, dicha diferencia se da tanto en el valor de la producción como en la proporción<br />

vendida.<br />

Lo primero a resaltar por el lado de la producción agrícola son las diferencias notables<br />

que se tienen al diferenciar por niveles de pobreza, sobre todo en el caso de los<br />

productores no pobres, tanto en el valor promedio de la producción , como en la<br />

proporción de ésta que se destina a la venta en el mercado.<br />

Tabla 12<br />

Valor total de la producción agrícola y proporción destinada a la venta en el<br />

ámbito rural<br />

Valor total de la producción<br />

Proporción destinado a la venta<br />

Promedio S/. [Interv. Conf 95%] Proporción [Interv. Conf 95%]<br />

General 2684 2430 2938 0.31 0.29 0.34<br />

Pobre extremo 1308 1212 1404 0.22 0.20 0.24<br />

Pobre no extremo 1929 1750 2108 0.28 0.26 0.31<br />

No pobre 4364 3802 4926 0.42 0.39 0.44<br />

Con tfnr 2934 2610 3258 0.31 0.29 0.33<br />

Sin tfnr 2376 2056 2697 0.32 0.30 0.35<br />

Si gasta en jornales 3702 3295 4109 0.39 0.37 0.42<br />

No gasta en jornales 1260 1178 1342 0.21 0.19 0.23<br />

costa norte 4028 2733 5322 0.55 0.47 0.63<br />

costa centro 10841 8116 13566 0.81 0.75 0.88<br />

costa sur 15485 6825 24145 0.49 0.34 0.64<br />

sierra norte 1486 1111 1860 0.18 0.15 0.21<br />

sierra centro 1758 1488 2027 0.22 0.19 0.26<br />

sierra sur 1633 1403 1864 0.15 0.13 0.18<br />

36


selva 4271 3667 4876 0.60 0.57 0.64<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

En el caso de la producción pecuaria, en contraste con la producción agrícola<br />

podemos ver que ésta es mucho menos importante en términos de valor<br />

monetario, y por otro lado esta mucho más orientada al mercado dada la<br />

proporción del valor de ésta destinada a la venta en el mercado.<br />

Tabla 13<br />

Valor total de la producción pecuaria y proporción destinada a la venta en el<br />

ámbito rural<br />

Valor total de la producción<br />

Proporción destinado a la venta<br />

Promedio S/. [Interv. Conf 95%] Proporción [Interv. Conf 95%]<br />

General 612 570 654 0.65 0.53 0.77<br />

Pobre extremo 433 387 478 0.62 0.46 0.78<br />

Pobre no extremo 576 517 636 0.73 0.44 1.01<br />

No pobre 843 764 921 0.59 0.51 0.68<br />

Con tfnr 711 656 767 0.65 0.52 0.78<br />

Sin tfnr 460 414 507 0.64 0.42 0.86<br />

Si gasta en jornales 702 641 764 0.60 0.45 0.75<br />

No gasta en jornales 506 464 548 0.71 0.52 0.89<br />

costa norte 449 320 578 0.40 0.16 0.64<br />

costa centro 333 79 587 -0.07 -0.63 0.49<br />

costa sur 1447 474 2419 0.51 0.31 0.71<br />

sierra norte 435 365 504 0.59 0.43 0.74<br />

sierra centro 533 474 593 0.47 0.42 0.52<br />

sierra sur 777 693 861 0.96 0.62 1.30<br />

selva 686 546 826 0.46 0.39 0.54<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Si bien queda mucho por describir en cuanto a las características de los productores<br />

de la muestra, con la información que tenemos ya podemos empezar a trabajar la<br />

relación entre el trabajo (jornales) que generan los pequeños productores de la<br />

muestra. Como hemos mencionado es muy reducida la información referida al alquiler<br />

de mano de obra, sólo contamos con información el gasto en jornales para cada<br />

productor.<br />

3 La demanda por trabajo de los pequeños agricultores en el ámbito rural<br />

El objetivo de esta sección encontrar que factores favorecen o no la generación de<br />

empleo en las zonas rurales. El indicador de empleo que manejaremos será el jornal<br />

(número de horas trabajadas por día), si bien esta unidad no es estandarizada como<br />

las medidas que generalmente se utilizan en los trabajos que se ocupan del empleo<br />

como horas-hombre o número de empleados, consideramos que es la mejor medida<br />

que podemos utilizar.<br />

Estamos interesados en investigar la relación entre la demanda por jornales que<br />

generan las actividades agropecuarias y el precio que se paga por estos jornales, es<br />

decir buscamos estimar una demanda por trabajo en el ámbito rural. La importancia de<br />

37


esto radica en que es básico tener una aproximación a la elasticidad precio de la<br />

demanda por jornales, pues de este modo podremos saber si cambios en los precios<br />

de los jornales implicarían cambios más que proporcionales en la demanda por<br />

jornales de los productores agropecuarios.<br />

Además de obtener un estimado de la elasticidad de la demanda por jornales,<br />

podremos conseguir información otros factores que estén positiva o negativamente<br />

asociados con la demanda por jornales observada para los pequeños productores del<br />

ámbito rural.<br />

Dado que la información no permite obtener directamente ni el número de jornales<br />

adquiridos, ni tampoco el precio que se paga por estos, hemos tenido que reconstruir<br />

esta información. En el caso del número de jornales demandados estamos utilizando<br />

la misma variable construida para la sección descriptiva, cuyo proceso de construcción<br />

ya fue detallado 18 . En el caso del precio de los jornales se utiliza como insumo los<br />

valores predichos de las regresiones de ingresos diarios para todos los individuos de<br />

la muestra que declaran ser peones agropecuarios, se estima un promedio o la<br />

mediana para varias agrupaciones geográficas y así se cuenta con varios jornales<br />

estimados.<br />

Consideramos que este enfoque sería poco adecuado si estuviésemos tratando de<br />

aproximarnos a la demanda por trabajo de una empresa, en dónde generalmente cada<br />

trabajador es remunerado de acuerdo a su experiencia previa, habilidades y<br />

credenciales, por lo cual es posible que exista una tremenda variación en los salarios.<br />

Sin embargo al tratarse de jornales, la mano de obra es más o menos homogénea, y<br />

cada trabajador simplemente toma el precio del jornal que rige en su zona, por lo cual<br />

consideramos que el enfoque elegido puede funcionar bien.<br />

Dado que contamos con varios indicadores para el precio de los jornales tenemos que<br />

elegir un solo indicador para ser utilizado en las sucesivas regresiones presentadas.<br />

Antes de elegir uno conviene presentar cómo varían los resultados cuando cambiamos<br />

el indicador del precio de los jornales, esta información se muestra en la tabla 14. En<br />

dicha tabla cada fila corresponde al uso de un indicador diferente para el precio de los<br />

jornales, mientras que cada columna representa el uso de diferentes aproximaciones<br />

al número de jornales adquiridos, construidas de diferente manera. Sólo se utilizan los<br />

indicadores referidos a la demanda por jornales para actividades agrícolas que es la<br />

más importante en el ámbito rural, como se vio en la sección anterior.<br />

Como se puede ver la magnitud del coeficiente asociado al precio del jornal es mayor<br />

mientras mayor sea el nivel de agregación utilizado como divisor para la construcción<br />

del número de jornales adquiridos. La magnitud del coeficiente asociado al precio del<br />

jornal va de -2.07 hasta -1.66. El aumento de la magnitud del coeficiente observado<br />

asociado a la mayor agregación en el jornal estimado, usado como divisor en el<br />

cociente que genera el número de jornales adquiridos, hizo que se decidiera utilizar el<br />

promedio de todos los indicadores del precio de jornal. Con esto nos quedamos con<br />

una sola variable que denote el número total de jornales adquiridos, la cual se utilizó<br />

en la sección de descriptivos.<br />

Tabla 14<br />

18 No obstante se presenta en la tabla 14 un análisis de sensibilidad, para apreciar la magnitud de los<br />

cambios en los coeficientes de interés estimado al utilizar diferentes variables para la demanda por<br />

trabajo.<br />

38


Demanda por jornales agrícolas en el mercado: Coeficientes asociados al precio<br />

del jornal, bajo diferentes formas de construcción del jornal y de la variable<br />

dependiente<br />

Variable dependiente<br />

Número de jornales agrícolas<br />

(según diferentes construcciones)<br />

gasto en<br />

jornales/jornal<br />

predicho<br />

promedio a nivel<br />

provincial<br />

Tipo de jornal utilizado<br />

gasto en<br />

jornales/jornal<br />

predicho mediano<br />

a nivel provincial<br />

gasto en<br />

jornales/jornal<br />

predicho promedio<br />

a de<br />

departamento y<br />

ámbito<br />

gasto en<br />

jornales/jornal<br />

predicho promedio<br />

a nivel de<br />

departamento<br />

gasto en<br />

jornales/jornal<br />

predicho mediano<br />

a nivel de<br />

departamento<br />

provincial<br />

promedio -1.6694667*** -1.6969932*** -1.787016*** -1.7551641*** -1.7775921***<br />

provincial<br />

mediano -1.6623778*** -1.7295111*** -1.7484187*** -1.7121336*** -1.7326016***<br />

departamento y<br />

ámbito promedio -1.6570594*** -1.645775*** -2.0690816*** -2.031387*** -2.0580467***<br />

departamental<br />

promedio -1.6714974*** -1.6570399*** -2.0740719*** -2.0473897*** -2.0744781***<br />

departamental<br />

mediano -1.664091*** -1.6487715*** -2.0650605*** -2.0404051*** -2.0702117***<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


departamental<br />

promedio -1.9008272*** -0.02859168 -1.9388312***<br />

departamental<br />

mediano -1.8939417*** -0.03230684 -1.9344626***<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


dan cuenta de una elasticidad precio de la demanda por trabajo que esta dentro del<br />

intervalo [-0.65,-0.1] (Aguilar y Rendón, 2007.Citando a otros trabajos).<br />

En este caso, el rango de la elasticidad encontrada es mayor, ella va desde -0.81%<br />

hasta -0.54%, debe recordarse que esta es una demanda por jornales y no por<br />

empleados, por lo cual su valor no es directamente comparable con las obtenidas para<br />

los estudios mencionados. La tabla 16 presenta 6 especificaciones, las 3 últimas<br />

difieren de las 3 primeras sólo por el control de la situación de pobreza y por la<br />

indicadora de la realización de algún negocio en paralelo a la actividad agropecuaria.<br />

Los resultados indican que al mejorar el ajuste del modelo aumenta la elasticidad<br />

precio de la demanda por jornales agrícolas. Otros factores que se mantienen<br />

significativos en las diferentes especificaciones son el número de parcelas trabajadas,<br />

la cantidad total de tierra que se ha trabajado, la proporción de tierra registrada en<br />

RRPP, la condición de pobreza, el valor de la producción y el porcentaje de ésta<br />

destinado a la venta. De todas estas variables la mayor importancia la tiene el<br />

porcentaje del valor total de producción que se destina a la venta y las condiciones de<br />

pobreza.<br />

La tabla 17 reproduce nuevamente las estimaciones de la tabla 16, pero en esta<br />

ocasión se le ha sumado 1 a los jornales demandados, esto porque al trabajar con<br />

logaritmos todos aquellos productores que han demandado 0 jornales no entran en las<br />

estimaciones, esta modificación permite estimar nuevamente, utilizando a todos los<br />

productores y observar cuál es el cambio en las magnitudes encontradas de la<br />

elasticidad precio de la demanda por jornales en el ámbito rural.<br />

Tabla 16<br />

Demanda por jornales agrícolas en el mercado: elasticidad precio del jornal, bajo<br />

diferentes especificaciones<br />

Dependiente:<br />

Número de jornales agrícolas (Ln)<br />

Especificación<br />

1<br />

Especificación<br />

2<br />

Especificación<br />

3<br />

Especificación<br />

4<br />

Especificación<br />

5<br />

Especificación<br />

6<br />

Precio jornal (Ln) -0.8124*** -0.8495*** -0.7055*** -0.6982*** -0.7338*** -0.5441***<br />

Indicadora: act. Pecuaria 0.1728* 0.1620*<br />

Indicadora: act. Forestal 0.1877*** 0.2099***<br />

Indicadora: actividad permanente -0.0150 -0.0142 0.1781* -0.0153 -0.0149 0.1979*<br />

Número de parcelas trabajadas 0.0238*** 0.0254*** 0.0225*** 0.0280*** 0.0298*** 0.0280***<br />

Indicadora: Subproductos agrícolas -0.0412 -0.0678<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.0054*** 0.0056*** 0.0043*** 0.0058*** 0.0060*** 0.0048***<br />

Calidad media de las tierras trabajadas -0.0053 0.0072 0.0551 0.0764<br />

Tierra con título en RRPP (Ha) 0.1498** 0.1628** 0.1921*** 0.2056***<br />

Número de productos agrícolas 0.0294*** 0.0359*** 0.0339*** 0.0400***<br />

Valor total de la producción agrícola 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000<br />

Proporción destinada a la venta de la prod.<br />

Agrícola 1.4848*** 1.4737*** 1.4999*** 1.5007***<br />

Gasto total act. Agrícola 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001***<br />

% del gasto en insumos -1.2466*** -1.2400*** -1.1406*** -1.2633*** -1.2596*** -1.1654***<br />

% del gasto en asistencia técnica -1.0151* -0.9033* -1.0137* -1.2668** -1.1664** -1.3360**<br />

Número de TFNR 0.0502* 0.0901*** 0.1104*** -0.0030 0.0421* 0.0542**<br />

Proporción de TFNR varones 0.0517 0.0686<br />

Edad media de los TFNR -0.0004 -0.0008<br />

Educación media de los TFNR 0.0189 0.0254*<br />

costa centro -0.0655 -0.1132 0.0572 -0.0326 -0.0774 0.0939<br />

costa sur 0.2378 0.2024 0.0051 0.2903 0.2550 0.0729<br />

sierra norte -0.1894* -0.1926* -0.7123*** -0.2089* -0.2173* -0.7908***<br />

sierra centro -0.2699** -0.2833** -0.7895*** -0.2958** -0.3187*** -0.8789***<br />

sierra sur 0.0386 0.0017 -0.5143*** 0.0635 0.0157 -0.5439***<br />

selva 0.0642 0.0597 0.1369 0.0975 0.0952 0.1344<br />

41


indicadora: pobres no extremos 0.2511*** 0.2631*** 0.3273***<br />

Indicadora: no pobres 0.5026*** 0.5171*** 0.6289***<br />

Indicadora: negocio independiente 0.0738 0.0826 -0.0036<br />

constante 3.5280*** 3.7343*** 4.2341*** 3.5203*** 3.7068*** 4.3077***<br />

N 3723 3723 3748 3723 3723 3748<br />

Estadítico F 140 173 129 135 170 120<br />

R-cuadrado 0.5523 0.5480 0.4515 0.5349 0.5293 0.4247<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


evidencia una elasticidad precio de la demanda por jornales sensible a la<br />

especificación escogida. Aún cuando las elasticidades registradas en la tabla 16 dan<br />

cuenta de una demanda de trabajo inelástica, pero bastante mayor (en valor absoluto)<br />

a la que se obtiene cuando se considera incluso a aquellos conductores que no<br />

demandan mano de obra en el mercado, este resultado varía cuando la variable<br />

dependiente se construye con la información de precios del jornal obtenida del boletín<br />

estadístico de MINAG, disminuyendo a alrededor de –0.5 en el caso de que se use el<br />

promedio de los precios mínimos registrados, y resulta no significativa cuando se<br />

utiliza el promedio, dichos resultados se pueden apreciar en la tabla A4 del anexo.<br />

No queda del todo claro cuál de los dos resultados presentados es el más relevante<br />

para este estudio, las elasticidades presentadas en la tabla 16 son mayores porque<br />

todos los productores que entran en dicha estimación tienen una demanda positiva por<br />

jornales, lo cual no ocurre con los resultados de la tabla 17. Respecto de los<br />

resultados presentados en los dos últimos cuadros, debemos tomar en cuenta los<br />

siguiente: si estamos estimando la elasticidad precio de la demanda por jornales en el<br />

ámbito rural peruano, la estimación debería incluir a todos los productores y no sólo a<br />

aquellos que demandan un número positivo de jornales. Por otro lado es posible que la<br />

decisión de demandar jornales obedezca a un proceso de decisión previo que no se<br />

ha modelado, esta situación justifica que se hayan presentado ambos grupos de<br />

estimaciones. En estos casos un tipo de estimación ampliamente utilizada es el<br />

modelo TOBIT, en el cual aquellos productores que no han demandado jornales, no lo<br />

hacen debido a que su valoración por ellos es negativa o 0 a lo sumo. Debido a que el<br />

modelo TOBIT se asume una variable dependiente con censura (en 0 en este caso)<br />

los efectos marginales de cada variable explicativa incorporada en el modelo no serán<br />

lineales como en el caso del MCO, sino que dependerán del valor de todas las demás<br />

variables incorporadas en el modelo, los resultados para este modelo aplicado a la<br />

especificación 1 de la tabla 17 se presentan a continuación.<br />

Tabla 17a<br />

Demanda por jornales agrícolas: elasticidad precio del jornal, bajo diferentes<br />

especificaciones<br />

Dependiente: Número de jornales<br />

agrícolas (Ln+1)<br />

MCO<br />

TOBIT<br />

Efecto<br />

Marg:E(y/x)<br />

Efecto<br />

Marg:E(y/x,0<<br />

y)<br />

Efecto<br />

Marg:P(0


Edad media de los TFNR -0.0002 0.0002 .00012042 .00008674 .00004447<br />

Educación media de los TFNR 0.0269* 0.0415* .02156155 .01553028 .00796191<br />

costa centro -0.1104 -0.0402 -.02088551 -.01504334 -.00771227<br />

costa sur -0.0232 0.0414 .02152474 .01550377 .00794832<br />

sierra norte 0.2595** 0.4389** .22798389 .16421142 .0841863<br />

sierra centro 0.4970*** 1.1031*** .57301871 .41273186 .21159531<br />

sierra sur 0.3400*** 0.6251*** .32469485 .23387005 .1198982<br />

selva -0.0132 -0.3857* -.20033274 -.14429495 -.07397572<br />

indicadora: pobres no extremos 0.2755*** 0.5486*** .28498852 .20527051 .10523607<br />

Indicadora: no pobres 0.6434*** 1.1575*** .60130218 .43310378 .22203939<br />

Indicadora: negocio independiente 0.0118 0.0504 .02620598 .01887555 .00967693<br />

constante 1.4707*** 0.4174<br />

sigma 2.0773***<br />

N 7167 7167<br />

Estadístico F 165.1 147.6<br />

R-cuadrado 0.4435 0.43568<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


un año. Este estimado es bastante grueso pues no en todos los dominios geográficos<br />

se trabajan los mismos días, ni durante todos los meses.<br />

Hasta aquí parece poco probable que quede más espacio para que la actividad<br />

agrícola genere un aumento sustancial del empleo en el sector rural. Primero porque<br />

hay pleno empleo (lo que no implica necesariamente niveles aceptables de ingreso<br />

laboral), no obstante un aumento de la demanda por trabajo sería deseable si esta<br />

empuja para arriba los precios del jornal, lo que sí implicaría una mejora en las<br />

condiciones de vida de los trabajadores agropecuarios del sector rural.<br />

Después de lo expuesto hasta ahora, sólo en el caso del ámbito rural de la costa se<br />

esperaría que la demanda por mano de obra por parte de los productores rurales<br />

aumente si se produjera una disminución en el precio pagado por la jornada de<br />

trabajo. No obstante, una disminución en los actuales niveles del precio pagado por<br />

una jornada de trabajo no es deseable, dado su actual nivel como se verá en la<br />

siguiente sección de este trabajo. Dentro de todos los factores que favorecen la<br />

demanda por trabajo por parte de los pequeños productores, sólo la proporción de<br />

tierra propia con título inscrito en RR.PP. y el porcentaje de la producción dirigida al<br />

mercado son variables susceptibles de ser modificadas por cambios en la política<br />

agraria y rural, y afectarían directamente esta demanda. Como se mostró en la<br />

sección anterior, menos del 20% de la tierra propia se encuentra debidamente titulada,<br />

lo que deja abierta la posibilidad de que políticas que favorezcan el registro de la<br />

propiedad pudiera provocar un aumento de la demanda por trabajo en el mercado. Por<br />

otro lado, si bien un porcentaje importante de la producción agrícola se destina a la<br />

venta, éste esta alrededor del 30% del total del valor de la producción.<br />

En las estimaciones presentadas el número de TFNR en el hogar no ha resultado<br />

significativo ni ha mantenido su signo en las diferentes especificaciones presentadas,<br />

esto es así aún bajo diferentes maneras de incorporar el efecto de los TFNR (ver<br />

tablas A7 y A8 del anexo). Es particularmente importante investigar cómo esta variable<br />

puede afectar la demanda por jornales, por ello decidimos separar la muestra en<br />

productores que cuentan con al menos un TFNR y aquellos que no, de manera que<br />

podamos comparar las diferencias en los resultados obtenidos.<br />

Al trabajar en logaritmos, tenemos nuevamente el problema de que se pierden todos<br />

aquellos productores sin demanda por jornales, así que se presentan dos tablas, la 18<br />

en donde las regresiones incluyen sólo a aquellos con una demanda positiva, y la tabla<br />

19 en donde se ha sumado 1 a la variable dependiente de modo que se incorpora<br />

todos los productores en la estimación.<br />

Tabla 18<br />

Diferencias en la demanda por trabajo, según existen o no TFNR en el hogar<br />

Dependiente:<br />

Número de jornales agrícolas (Ln)<br />

Especificación 1 Especificación 2<br />

Con TFNR Sin TFNR Con TFNR Sin TFNR<br />

Precio jornal (Ln) -0.8857*** -0.8276*** -0.6262*** -0.5496***<br />

Indicadora: actividad permanente -0.0115 -0.0289 0.1709 0.1711<br />

Número de parcelas trabajadas 0.0227** 0.0283** 0.0321*** 0.0269*<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.0077*** 0.0038*** 0.0076*** 0.0031***<br />

Gasto total act. Agrícola 0.0000 0.0002*** 0.0001*** 0.0002***<br />

% del gasto en insumos -1.3091*** -1.1371*** -1.2900*** -1.0005***<br />

% del gasto en asistencia técnica -0.7503 -1.5467** -1.1538* -1.8299*<br />

Calidad media de las tierras trabajadas 0.0195 -0.0094 0.3019* 0.2328*<br />

Tierra con título en RRPP (Ha) 0.1185 0.1762*<br />

Número de productos agrícolas 0.0317*** 0.0368***<br />

45


Valor total de la producción agrícola 0.0000*** -0.0000<br />

Proporción destinada a la venta de la prod. Agrícola 1.4602*** 1.3893***<br />

costa centro 0.2263 -0.4697** 0.5179 -0.2410<br />

costa sur 0.3908 -0.0096 0.3320 -0.2217<br />

sierra norte 0.0364 -0.3357** -0.4963** -0.7805***<br />

sierra centro -0.1205 -0.3294** -0.6867*** -0.7890***<br />

sierra sur 0.2511 -0.1692 -0.2643 -0.5582***<br />

selva 0.1832 0.0171 0.3974** 0.1892<br />

indicadora: pobres no extremos 0.2680*** 0.2099**<br />

Indicadora: no pobres 0.5277*** 0.4373***<br />

Indicadora: negocio independiente 0.1312* 0.0099<br />

constante 3.7703*** 3.8159*** 4.0730*** 3.9490***<br />

N 2097 1626 2102 1643<br />

Estadítico F 1.137.247 775.849 762.454 525.511<br />

R-cuadrado 0.5762 0.5483 0.4353 0.4356<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


Los resultados de las tabla 18 muestran, como era de esperar, una mayor elasticidad<br />

precio en el caso de los productores que cuentan con TFNR, es decir ante aumentos<br />

en el precio de los jornales, aquellos productores que dispongan de TFNR en el hogar<br />

disminuirán su demanda por jornales en mayor magnitud que aquellos productores<br />

que no cuentan con TFNR. No obstante las diferencias en la magnitud de la elasticidad<br />

precio no son muy diferentes. Por otro lado podemos ver que los valores que se tienen<br />

para las elasticidades son similares a los que se obtienen anteriormente sin partir la<br />

muestra (similares en el sentido de que los estimados hallados sin partir la muestra<br />

son cercanos al promedio de los estimados de las tablas 18 y 19, entendiéndose que<br />

aquellos obtenidos para el grupo sin TFNR son la cota superior y los que si tienen<br />

TFNR la inferior).<br />

En contraste con los resultados encontrados mediante MCO de la tabla 18, la<br />

regresión TOBIT, para todos los productores agrícolas, indica que no hay una<br />

diferencia significativa en cuanto a la magnitud de la demanda por jornales entre<br />

aquellos productores que cuentan con TFNR y aquellos que no. Y en ambos casos se<br />

tiene una demanda bastante inelástica.<br />

Adicionalmente a los resultados obtenidos para la elasticidad precio de la demanda<br />

por jornales, vemos que los factores que resulta significativos nuevamente son la<br />

extensión de la tierra trabajada, el valor total de la producción, y sobre todo la<br />

proporción del valor de la producción destinada a la venta. Asimismo el gasto en<br />

insumo y en asistencia técnica resultan significativos y con un efecto negativo sobre la<br />

demanda por jornales.<br />

Los resultados del grupo de regresiones presentado en las tablas anteriores muestran<br />

evidencia sobre 3 aspectos de los cuales no se tenía información antes. (1) La<br />

elasticidad precio de la demanda por jornales es negativa (tiene el signo esperado). (2)<br />

Toma valores entre -0.8 y -0.4 para aquellos productores que sí demandan jornale en<br />

el mercado y se reduce a la mitad cuando se incorpora a todos los productores. Y (3)<br />

aquellos productores que cuentan con TFNR en el hogar presentan una elasticidad<br />

precio ligeramente mayor en la demanda de jornales.<br />

Estos resultados nos permiten afirmar que cambios en el precio de la mano de obra<br />

que se puede adquirir en el mercado para la realización de las labores agropecuarias,<br />

no generarían un incremento sustancial del empleo en el ámbito rural. Por otro lado<br />

otros factores influirían más en los cambios en el empleo, como la tierra, las mejoras<br />

en el riego (calidad de la tierra), así como una mayor proporción de los bienes agrarios<br />

destinados al mercado.<br />

Algunas extensiones<br />

Podemos decir que para el ámbito rural peruano se tiene un demanda inelástica por<br />

mano de obra agrícola externa al hogar, pues hemos venido trabajando con la<br />

totalidad de los productores rurales. Si bien en las diferentes especificaciones<br />

presentadas se han introducido como controles indicadores de localización geográfica,<br />

y se ha incorporado también la extensión de la tierra trabajada en todas las<br />

especificaciones, veremos que la gran heterogeneidad que hay dentro del ámbito rural<br />

–que quedó evidenciada en la sección anterior- hace que los resultados encontrados<br />

con toda la muestra sean matizados con los hallazgos derivados de partir la muestra<br />

dividida en grupos más pequeños, como regiones naturales o por la extensión de la<br />

tierra de la explotación agropecuaria; al hacerlo encontramos que existen diferencias<br />

en la elasticidad precio de la demanda por mano de obra externa al hogar<br />

dependiendo del corte realizado.<br />

47


En la tabla 20 presentamos varios cortes diferentes de la muestra de productores<br />

agrícolas rurales, y estimamos para cada una la demanda por jornales en el mercado.<br />

La tabla contiene cuatro paneles, los dos primeros paneles de la tabla están referidos<br />

a la demanda por jornales cuando diferenciamos por regiones naturales. El tercer<br />

panel se corta la muestra de acuerdo a la extensión de la tierra trabajada, mientras<br />

que en e cuarto panel se diferencia de acuerdo al número de TFNR agropecuarios<br />

presentes en el hogar. En los paneles sólo se incluyen algunas de las variables<br />

independientes incluidas, aquellas que nos interesan más por poder ser modificadas<br />

por políticas en el mediano plazo. Las especificaciones para todas las regresiones de<br />

la tabla 20 son similares a las presentadas en la tabla 19. Se presentan los<br />

coeficientes derivados de la estimación vía MCO (salvo en el primer panel en que se<br />

incluyen los coeficientes de la estimación tobit).<br />

La partición por regiones naturales (paneles I y II) confirma los hallazgos de la sub<br />

sección anterior, la costa presenta una mayor elasticidad precio para los jornales,<br />

llegando a -1.2, para la selva se registra la una elasticidad precio de -0.6, mientras que<br />

en la sierra el estimado no llega a ser distinto de cero en términos estadísticos.<br />

En el segundo panel se hace diferencia entre aquellos que no tienen ningún TFNR, y<br />

aquellos que al menos tienen uno, esta partición presenta cualitativamente la misma<br />

información que el panel I, sin embargo proporciona información adicional. En el caso<br />

de la costa permite ver que la elasticidad de la demanda por jornales es mayor en el<br />

caso de los productores sin TFNR, y es no significativa para los productores rurales de<br />

la costa que si cuentan con al menos un TFNR dentro del hogar, resultado que<br />

contrario al esperado, pues se esperaría que aquellos productores que cuentan con<br />

una reserva de TFNR reaccionen más ante variaciones del precio del jornal,<br />

justamente porque pueden suplir el factor trabajo que viene del mercado, con trabajo<br />

de los TFNR.<br />

Para la sierra en ninguno de los de dos grupos se logra obtener una elasticidad<br />

estadísticamente significativa. En cambio al partir la muestra de los productores<br />

rurales en la selva sí se obtiene una elasticidad significativa para los productores con<br />

TFNR en el hogar, mientras que para los que no tienen TFNR la elasticidad estimada<br />

no es significativa. Las diferencias encontradas en la magnitud de la elasticidad precio<br />

de los jornales de mercado en los dos primeros paneles de la tabla 20 evidencian,<br />

características diferenciadas en la adquisición y en el uso del factor trabajo, medido<br />

aquí como jornales adquiridos en el mercado.<br />

Las demás variables de interés muestran efectos similares en todas las regiones, sea<br />

que se diferencie o no por la presencia de TFNR. La extensión de la tierra trabajada, la<br />

proporción de tierra debidamente titulada tierra, y la proporción de la producción<br />

destinada a la venta, están asociadas a un aumento en la demanda por trabajo,<br />

mientras que la mayor inversión en insumos, en asistencia técnica tienen un impacto<br />

negativo en la demanda por trabajo. De ellas, sólo la proporción destinada a la venta<br />

mantiene su efecto positivo sobre la demanda por trabajo en todos los cortes,<br />

presentados.<br />

El corte según la extensión de la tierra trabajada de las explotaciones agrícolas,<br />

muestra una mayor elasticidad conforme nos desplazamos desde los productores que<br />

trabajan menores extensiones de tierra hacia los que trabajan mayores extensiones,<br />

pasando de de 0.17 para las explotaciones con menos de media hectárea, hasta llegar<br />

a -0.83 para las explotaciones con más de 5 hectáreas. La diferenciación por número<br />

de TFNR muestra que en el caso de los productores que no cuentan con ningún TFNR<br />

tienen una menor elasticidad precio para los jornales de mercado, mientras que en el<br />

48


caso de los productores que cuentan con 3 o más TFNR agropecuarios, la elasticidad<br />

precio estimada no llega a ser estadísticamente significativa.<br />

Tabla 20<br />

Demanda por jornales agrícolas en el ámbito rural, según diferentes particiones<br />

de la muestra<br />

I Por regiones naturales<br />

Dependiente:<br />

Número de jornales agrícolas<br />

(Ln+1)<br />

MCO<br />

TOBIT (coeficientes)<br />

Costa Sierra Selva Costa Sierra Selva<br />

Precio jornal (Ln) -1.1919* -0.1105 -0.6004*** -2.0903** 0.075 -0.8517**<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.0142** 0.0017 0.0049*** 0.0184** 0.0018 0.0063**<br />

Calidad media de las<br />

tierras trabajadas 0.0326 -0.2123** 0.5137* -0.0678 -0.4431** 1.0643**<br />

Tierra con título en RRPP<br />

(Ha) 0.3822** 0.0108 0.3473*** 0.5205* 0.0442 0.5857***<br />

Proporción destinada<br />

a la venta de la prod.<br />

Agrícola 1.3182*** 1.3878*** 1.6464*** 2.5228*** 2.3686*** 2.8550***<br />

% del gasto en insumos -1.3256*** -1.6000*** -1.9297*** -2.6998*** -3.3444*** -3.9727***<br />

% del gasto en asistencia<br />

técnica -1.8457 -0.8579* -1.9597*** -1.4728 -1.5529 -6.9990***<br />

N 608 4774 1785 608 4774 1785<br />

R2 0.483 0.3664 0.513 0.3679 0.4052 0.41126<br />

II Por regiones naturales (MCO)<br />

Número de jornales agrícolas+1<br />

Dependiente:<br />

(Ln)<br />

Costa Sierra Selva<br />

Con TFNR Sin TFNR Con TFNR Sin TFNR Con TFNR Sin TFNR<br />

Precio jornal (Ln) -0.9881 -1.5088** -0.1451 -0.1767 -1.0102*** -0.3404<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.1029*** 0.0123*** 0.0004 0.0051** 0.0088*** 0.0045***<br />

Calidad media<br />

de las tierras trabajadas 0.4026 -0.2442 -0.2662* -0.1835 0.408 0.6116<br />

Tierra con título en RRPP<br />

(Ha) 0.2047 0.4330* 0.0068 0.0845 0.2401 0.4778**<br />

Proporción destinada<br />

a la venta de la prod.<br />

Agrícola 0.6045 1.4826*** 1.4239*** 0.9554*** 1.8323*** 1.6351***<br />

% del gasto en insumos -1.8407*** -1.1800*** -1.6223*** -1.5694*** -1.8502*** -1.5327***<br />

% del gasto en asistencia<br />

técnica 0.753 -12.8379*** -0.5918 -1.1314** -2.4044*** -1.6473***<br />

N 221 387 2762 2012 1028 757<br />

R2 0.4838 0.5585 0.333 0.4229 0.4985 0.4846<br />

III Por extensión de tierra (MCO)<br />

Número de jornales agrícolas+1<br />

Dependiente:<br />

(Ln)<br />

Menos de 0.5<br />

ha<br />

Entre 0.5 y 1 ha<br />

Entre 1 y<br />

5ha<br />

Más de 5 ha<br />

Precio jornal (Ln) 0.1717* -0.4839*** -0.4219*** -0.8326***<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.6458*** 0.5757** 0.0489* 0.0032**<br />

Calidad media<br />

de las tierras trabajadas -0.2207* -0.1459 -0.0818 0.0303<br />

Tierra con título en RRPP<br />

(Ha) -0.0277 0.1059 0.1561 0.1178<br />

Proporción destinada<br />

a la venta de la prod. Agrícola 0.6211*** 0.7503*** 1.4639*** 1.9415***<br />

% del gasto en insumos -0.9342*** -1.2608*** -1.6887*** -2.5643***<br />

% del gasto en asistencia<br />

técnica -0.1864 -0.5335 -1.3812* -2.8892***<br />

49


N 1997 1420 2471 1279<br />

r2 0.365 0.4148 0.4399 0.4798<br />

IV Por TFNR agropecuarios (MCO)<br />

Número de jornales agrícolas+1<br />

Dependiente:<br />

(Ln)<br />

Sin TFNR 1 TFNR<br />

agropec. agropec.<br />

2 TFNR<br />

agropec.<br />

3 o más TFNR<br />

agropec.<br />

Precio jornal (Ln) -0.2553** -0.4520*** -0.3192* -0.0822<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.0048*** 0.0036 0.0085** 0.0058<br />

Calidad media<br />

de las tierras trabajadas -0.2080* -0.1359 0.0082 -0.3007<br />

Tierra con título en RRPP<br />

(Ha) 0.2460** 0.1386 0.1757 -0.1587<br />

Proporción destinada<br />

a la venta de la prod. Agrícola 1.3787*** 1.6595*** 1.1316*** 1.4638***<br />

% del gasto en insumos -1.6201*** -1.6435*** -1.6114*** -1.4976***<br />

% del gasto en asistencia<br />

técnica -1.1274** -1.3172* -0.7433 -1.8295***<br />

N 2599 2938 1079 551<br />

r2 0.4905 0.4305 0.4857 0.4231<br />

Nota: Sólo se presenta las variables explicativas de interés<br />

Sin factor de expansión<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los estimados de la tabla 20 complementan las estimaciones anteriores, y matizan<br />

algunos de los resultados que se obtuvieron estimando conjuntamente por las<br />

diferentes regiones, extensiones de tierra y número de trabajadores familiares.<br />

Nuevamente los resultados obtenidos implican que existe poca probabilidad de que<br />

mediante una disminución en el precio del trabajo, los productores rurales demanden<br />

una mayor cantidad de trabajo. Por otro lado pensar en una disminución del precio del<br />

jornal agropecuario, dados sus niveles actuales tampoco es deseable. Esto implica<br />

que una mejor dinámica en el mercado laboral de trabajadores agropecuarios en el<br />

ámbito rural peruano, requiere otro tipo de medidas diferentes a las variaciones del<br />

precio del trabajo.<br />

Según nuestro parecer, una mayor generación de empleo sería más un problema de<br />

escala en la producción. Una pequeña escala de producción va generalmente<br />

asociada a una menor extensión de tierras, menor tecnificación en la producción<br />

(menor inversión en insumos y asistencia técnica que favorezca un cambio<br />

tecnológico, concentración en cultivos más seguros y menos rentables). Ampliar la<br />

frontera agrícola de modo que “en teoría” se pueda ampliar la cantidad de tierra<br />

disponible para su uso agrícola, no es un proceso que pueda realizarse en el corto<br />

plazo (si es el caso de que fuera posible).<br />

Sin embargo queda la posibilidad de que algunos de los factores que en el análisis<br />

anterior se mostraron como asociados a un aumento en la demanda por trabajo de los<br />

pequeños productores rurales del Perú, puedan ser modificados mediante políticas<br />

públicas que permitan mejorar la dinámica de los mercados laborales rurales. Las<br />

variables que consideramos podrían ser modificadas en el corto y mediano plazo son<br />

la proporción del gasto total dedicado a la adquisición de insumos, la proporción<br />

destinada a la adquisición de asistencia técnica, el indicador de calidad de la tierra, el<br />

porcentaje de la tierra propia con título registrado en RR.PP., y la proporción del valor<br />

de la producción agrícola destinada a la venta.<br />

50


Para poder aproximarnos al potencial que cada una de estas variables puede tener<br />

sobre cambios en la demanda por trabajo por parte de los productores agrícolas<br />

rurales, hemos vuelto a estimar la demanda por jornales en el mercado, pero<br />

incorporando un término cuadrático para cada una de las variables indicadas en el<br />

párrafo anterior, de este modo es posible aproximar un valor óptimo (sea máximo o<br />

mínimo) para cada una de estas variables en relación con la demanda por trabajo. En<br />

términos generales un máximo suele ser resultado de un coeficiente positivo para el<br />

término lineal y uno negativo para el cuadrático, mientras que un mínimo proviene de<br />

un coeficiente negativo para el término lineal y uno positivo para el término cuadrático.<br />

En el caso de un máximo, para un indicador cualquiera, si un productor se encuentra<br />

por debajo de este valor queda espacio para que un aumento en el valor del indicador<br />

posibilite un aumento en su demanda por trabajo, mientras que en el caso de un<br />

mínimo, hasta que no se sobrepase dicho valor mínimo el impacto sobre la demanda<br />

por trabajo será negativo, pero una vez pasado el umbral mínimo los aumentos en el<br />

indicador irán ligados a un aumento en la demanda por trabajo. Estos dos serán los<br />

casos de interés para nosotros, pues existen otras posibilidades para obtener un<br />

máximo y un mínimo. En algunas ocasiones el punto óptimo puede resultar fuera del<br />

rango natural de la variables dentro de la regresión, en estos casos dicho resultado<br />

será ignorado, además sólo tomaremos en cuenta los puntos óptimos que resulten<br />

estadísticamente significativos.<br />

Se realizaron dos tipos de estimaciones, cortando por regiones naturales y por<br />

extensión de tierra. Luego de calcular el punto optimo para cada variable, en cada<br />

regresión se estiman indicadores FGT, FGT(1) la proporción de productores que están<br />

por debajo del punto óptimo, FGT(2) brecha -distancia promedio del grupo de<br />

productores debajo del óptimo, y FGT(3) severidad, distancia promedio al valor optimo<br />

ponderan con mayor importancia a aquellos productores más alejados del óptimo<br />

estimado, los resultados se presentan en la tabla 21.<br />

En el caso de los óptimos derivados de la estimación de la demanda por jornales en la<br />

costa, sólo obtenemos puntos óptimos estadísticamente significativos para el<br />

porcentaje de los gastos dedicados a insumos (máximo) y asistencia técnica (mínimo),<br />

los valores óptimos son 33% y 20% respectivamente. En el caso de la proporción<br />

dedicada a insumos un 33% de los productores de la costa están debajo de este<br />

óptimo, por la cual queda la posibilidad promover una mayor inversión en insumo para<br />

aumentar la demanda por trabajo en la costa, como vía alternativa frente a la<br />

disminución del precio del jornal. En el caso de la asistencia técnica se tiene un<br />

mínimo, en teoría hasta que la proporción de del gasto e asistencia técnica alcance un<br />

22% del total de los gastos, el impacto sobre la demanda por trabajo es negativo, sin<br />

embargo una vez que se pasa este umbral el impacto sobre la demanda por trabajo<br />

sería positivo, sin embargo es bastante improbable que dadas las condiciones<br />

actuales el gasto en asistencia técnica pueda alcanzar este porcentaje, pues la<br />

totalidad de los productores están muy por debajo de este valor, si se ven los<br />

indicadores de FGT(2) y FGT(3).<br />

En el caso de la sierra, todos los óptimos hallados resultan significativos, pero en el<br />

caso de la proporción destinada a la venta, el óptimo queda fuera del rango de la<br />

variable. Dados los valores óptimos estimados, en la sierra quedaría lugar para una<br />

mejora sustancial en la titulación de la tierra, pues la proporción de productores que<br />

están debajo del valor óptimos estimado de 0.52% es cercano a 90%. Por otro lado la<br />

calidad de la tierra presenta un mínimo en 1.58, valor ligeramente superior al 1.5 que<br />

sería el caso en el que toda la tierra trabajada estuviese cubierta por riego por<br />

gravedad, y no de secano como es se da en la sierra, lógicamente no siempre será<br />

posible implementar el riego por gravedad, sin embargo en los casos en los que sea<br />

51


posible esta medida permitiría aumentar la demanda por jornales, pues a partir de este<br />

valor los aumentos en el indicador de calidad de la tierra (directamente relacionado<br />

con el tipo de riego) implicarían un aumento en la demanda por trabajo. En el caso de<br />

la proporción del gasto destinado a la compra de insumos químicos para la producción<br />

no queda mucho espacio para mejorar, pero sí en el caso de la inversión en asistencia<br />

técnica, en dónde también tenemos un máximo en 25%.<br />

Para la selva tenemos óptimos estadísticamente significativos para la calidad de la<br />

tierra (máximo en 1.81), la titulación de la tierra (máximo en 59%), y al proporción<br />

destinada a la venta (mínimo en 18%). Respecto a la calidad de la tierra el óptimo<br />

estimado implica una mejora en la tecnificación del riego, el indicador FGT(1) para<br />

esta variable muestra que el 99% de los productores están por debajo del óptimo, la<br />

brecha indica de este 99% de productores debajo del óptimo están a la mitad del<br />

camino para alcanzar dicho óptimo. En cambio el caso del registro de la tierra, un<br />

porcentaje importante 86% de los productores está por debajo del 59% óptimo, sin<br />

embargo el indicador de brecha y severidad indican que hay mucho tramo que<br />

recorrer, es decir actualmente el porcentaje de tierra registrada es muy bajo. En el<br />

caso de la proporción de la producción destinada a la venta el mínimo indica que<br />

después de pasar el 18% una mayor proporción de producción vendida va asociada a<br />

un aumento en la demanda por trabajo. En este caso sólo un 18% de los productores<br />

están por debajo del umbral mínimo de producción destinada a la venta, y por los<br />

indicadores de brecha y severidad ellos están bastante cerca de llegar al umbral de<br />

18%.<br />

La desagregación por extensión de la tierra trabajada, proporciona mucho menos<br />

información debido a que sólo en algunas ocasiones los óptimos estimados resultan<br />

siendo estadísticamente significativos. Dentro de éstos cabe resaltar que dentro de los<br />

productores con menos de media hectárea, es posible aumentar su demanda por<br />

trabajo incrementado la proporción del gasto destinada a la compra de insumos para la<br />

producción agrícola, y aumentado también la proporción del gasto destinado a adquirir<br />

asistencia técnica. Del mismo modo se requiere de una mayor conexión con el<br />

mercado fomentando un incremento de la producción destinada a la venta, de hecho<br />

los indicadores de brecha y severidad indican que la proporción actualmente destinada<br />

a la venta por este grupo de productores está muy lejos del nivel óptimo, estimado en<br />

78%.<br />

En el grupo de los productores que tienen más de media hectárea, pero menos de<br />

una, encontramos un óptimo significativo sólo en el caso de la proporción destinada al<br />

gasto en insumos, alcanzándose un máximo en una proporción de 24% de gasto<br />

destinado a la compra de insumos, para este indicador un 21% de los productores<br />

dentro de este grupo están por debajo del óptimo, aunque relativamente cerca de<br />

alcanzarlo en términos promedio dado el valor del indicador de brecha.<br />

Para los productores que tienen entre una y cinco hectáreas, sólo encontramos un<br />

máximo en el caso de la tierra debidamente registrada (estimado en 56% del total de<br />

la tierra propia), dado este valor el 85 de los productores de este grupo están por<br />

debajo de este valor, y la proporción de tierra debidamente registrada que ellos<br />

mantienen es bastante menor que el valor óptimo según indican los indicadores de<br />

brecha y severidad estimados. En el caso de los productores con más de cinco<br />

hectáreas, encontramos un máximo de 1.63 para el indicador de la calidad de la tierra,<br />

como un 98% de los productores dentro de este grupo está por debajo de este valor, y<br />

existe bastante heterogeneidad en los niveles de calidad de la tierra dentro de este<br />

grupo (lo que se deduce de la diferencia entre el indicador de brecha y severidad).<br />

Este resultado indica que aún cuando la extensión de tierra de este grupo de<br />

productores es importante (al menos en relación con los demás productores), queda<br />

52


astante espacio para mejorar la calidad de ella, invirtiendo en mejores procesos de<br />

riego. Finalmente dentro de este grupo queda también bastantes posibilidades de<br />

mejorar la titulación de tierras, dado que un 78% de los productores está por debajo<br />

del 56% de tierra debidamente registrada, y la brecha respecto de este valor, así como<br />

la severidad son bastante elevadas.<br />

Teniendo en mente estas estimaciones el siguiente paso es diseñar políticas que<br />

promuevan la modificación de los niveles actuales en los que los indicadores<br />

mencionados se encuentran, posibilitando un aumento en la demanda por trabajo en e<br />

ámbito rural y mejorando la dinámica del mercado de trabajo en este ámbito.<br />

Tabla 21<br />

Valores óptimos para las variables asociadas con la demanda por trabajo,<br />

asumiendo un término cuadrático<br />

Costa<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx mín máx máx mín<br />

Pto. Inflexión 0.33 0.20 1.36 1.06 -0.18<br />

t-estadítico 10.54 3.71 1.60 0.40 -0.27<br />

FGT(0) 0.33 1.00 0.19 1.00 0.00<br />

FGT(2) 0.19 0.99 0.04 0.68 0.00<br />

FGT(3) 0.15 0.99 0.01 0.66 0.00<br />

Sierra<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx máx mín máx máx<br />

Pto. Inflexión 0.18 0.25 1.58 0.52 1.13<br />

t-estadítico 4.56 4.04 14.95 13.91 4.82<br />

FGT(0) 0.07 1.00 0.99 0.89 1.00<br />

FGT(2) 0.04 0.99 0.30 0.88 0.82<br />

FGT(3) 0.03 0.99 0.11 0.87 0.74<br />

Selva<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx mín máx máx mín<br />

Pto. Inflexión -0.02 2.16 1.81 0.59 0.18<br />

t-estadítico -0.19 0.19 5.21 10.93 3.72<br />

FGT(0) 0.00 1.00 0.99 0.86 0.18<br />

FGT(2) 0.00 1.00 0.44 0.85 0.14<br />

FGT(3) 0.00 1.00 0.20 0.85 0.13<br />

Menos de 0.5 ha<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx máx máx mín máx<br />

Pto. Inflexión 0.33 0.27 0.92 0.47 0.78<br />

t-estadítico 10.88 2.41 1.50 3.95 4.81<br />

FGT(0) 0.21 1.00 0.00 0.91 0.92<br />

FGT(2) 0.11 1.00 0.00 0.91 0.73<br />

FGT(3) 0.08 0.99 0.00 0.91 0.65<br />

Entre 0.5 y 1 ha<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx máx máx mín máx<br />

Pto. Inflexión 0.24 0.20 0.58 -0.03 8.55<br />

t-estadítico 4.14 0.76 0.27 -0.01 0.14<br />

FGT(0) 0.17 0.99 0.00 0.00 1.00<br />

FGT(2) 0.11 0.99 0.00 0.00 0.97<br />

53


FGT(3) 0.09 0.99 0.00 0.00 0.94<br />

Entre 1 y 5 ha<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx máx mín máx mín<br />

Pto. Inflexión 0.06 0.15 2.31 0.56 -1.27<br />

t-estadítico 0.75 0.72 1.00 10.37 -0.99<br />

FGT(0) 0.13 1.00 0.99 0.85 0.00<br />

FGT(2) 0.10 0.99 0.51 0.84 0.00<br />

FGT(3) 0.09 0.99 0.28 0.83 0.00<br />

Más de 5 ha<br />

% Insumos químicos<br />

% Gasto Asist.<br />

Técnica Calidad de la tierra % Título RR.PP % Vendida<br />

Tipo máx máx máx máx mín<br />

Pto. Inflexión -0.19 0.25 1.63 0.56 0.10<br />

t-estadítico -1.02 1.52 13.68 5.85 1.51<br />

FGT(0) 0.00 1.00 0.98 0.78 0.27<br />

FGT(2) 0.00 1.00 0.36 0.76 0.25<br />

FGT(3) 0.00 0.99 0.13 0.76 0.24<br />

Fuente: Estimaciones propias a aprtir de ENAHO 2007<br />

El producto del trabajo y la producción agropecuaria<br />

Un enfoque complementario a la importancia que tiene el factor trabajo en la actividad<br />

productiva es estimar el aporte de los diferentes factores a la producción total. En las<br />

siguientes dos tablas se presenta la estimación de una función de producción para la<br />

actividad agrícola y pecuaria. La variable dependiente es el valor total de la producción<br />

anual, se incluyen como explicativas variables relacionadas con la tierra, el trabajo y e<br />

capital. Las estimaciones para el valor total de la producción agrícola se presentan en<br />

la tabla 22.<br />

Tabla 22<br />

Función de producción agrícola en el ámbito rural<br />

Dependiente:Valor total de la prod. Agrícola<br />

Especif.1<br />

Especif.2<br />

Número de jornales de mercado 22.11*** 22.11*** 16.10*** 16.17***<br />

Número de jornales totales de TFNR 22.81*** 17.50***<br />

Número de jornales totales de TFNR (sólo<br />

agropecuarios) 24.60*** 28.34***<br />

Tierra trabajada (Ha) 8.81** 8.77** 3.19 3.12<br />

Calidad media de las tierras trabajadas 556.32*** 549.68*** 628.48*** 600.74***<br />

Gasto en insúmos químicos 1.60*** 1.60*** 1.76*** 1.78***<br />

Gasto en asistencia técnica 5.26* 5.27* 3.16 3.15<br />

Conductor varón 224.16***<br />

Edad del conductor 13.66*<br />

Edad del conductor2 -0.22***<br />

Experiencia del conductor 9.22***<br />

Educación del conductor 11.42 43.89***<br />

Número de productos agrícolas 130.10*** 137.46***<br />

Número de parcelas -13.89* -11.03<br />

Princ.prod.agric:<br />

Princ.prod.agric:industriales 403.92** 399.41**<br />

Princ.prod.agric:cereales -785.52*** -780.26***<br />

Princ.prod.agric:hortalizas -516.85* -502.65*<br />

Princ.prod.agric:menestras -795.45*** -803.28***<br />

Princ.prod.agric:tuberosas o raices -859.67*** -848.08***<br />

Princ.prod.agric:forrajeros 41.77 63.74<br />

54


Princ.prod.agric:otros -184.08 -202.68<br />

Indicadora: pobres no extremos 139.64*** 126.98**<br />

Indicadora: no pobres 442.14*** 416.60***<br />

costa centro 208.75 142.38<br />

costa sur -61.69 -163.96<br />

sierra norte -579.16*** -580.37***<br />

sierra centro -474.75*** -538.00***<br />

sierra sur -482.35*** -561.64***<br />

selva 494.72*** 492.02***<br />

constante 502.95** 505.03** -106.38 193.58<br />

N 7045 7045 7028 7032<br />

F 147.58 148.68 119.97 127.18<br />

R2 0.45 0.45 0.58 0.57<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


Especif.1<br />

Especif.2<br />

Número de jornales de mercado 3.13 3.18 3.29 3.31<br />

Número de jornales totales de TFNR 20.32*** 10.17**<br />

Número de jornales totales de TFNR (sólo<br />

agropecuarios) 22.89*** 10.81**<br />

Tierra trabajada (Ha) 11.67*** 11.55*** 8.38*** 8.33***<br />

Gasto en insúmos químicos 0.17** 0.17** 0.11* 0.11*<br />

Dessarroll act. Agrícola paralelamente -277.04*** -276.87***<br />

Conductor varón -27.42 -27.46<br />

Edad del conductor 17.29*** 17.91***<br />

Edad del conductor2 -0.14** -0.14**<br />

Educación del conductor 97.93*** 99.00***<br />

Experiencia del conductor 1.85 1.72<br />

costa centro -101.51 -105.14<br />

costa sur 70.49 62.82<br />

sierra norte -269.81*** -270.24***<br />

sierra centro -256.24*** -262.08***<br />

sierra sur -257.37*** -264.91***<br />

selva 321.13*** 320.20***<br />

Número de productos agrícolas 70.22*** 70.45***<br />

ovino -939.80*** -943.71***<br />

porcino -1030.43*** -1023.42***<br />

caprino -930.60*** -934.06***<br />

auquenidos -32.12 -47.20<br />

equinos -981.84*** -996.32***<br />

aves de corral -1459.67*** -1457.90***<br />

animales menores -1259.46*** -1255.36***<br />

otros -1436.23*** -1442.36***<br />

constante 559.41*** 548.91*** 835.63*** 817.74***<br />

N 6192 6192 6190 6190<br />

F 20.20 26.55 50.58 50.83<br />

r2 0.14 0.14 0.30 0.30<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


Tabla 24<br />

Presencia de TFNR, gasto en jornales y condición de pobreza, en el ámbito rural<br />

Con tfnr Sin tfnr Total<br />

pobres<br />

extremos 0.352 0.2188 0.2896<br />

Si gasta en<br />

jornales<br />

No gasta<br />

en jornales<br />

Total<br />

pobres<br />

extremos 0.2379 0.3732 0.2896<br />

[.3297,.3749] [.2002,.2386] [.2725,.3073] [.2196,.2571] [.3483,.3988] [.2725,.3073]<br />

pobres no<br />

extremos 0.3399 0.2947 0.3187<br />

pobres no<br />

extremos 0.2997 0.3495 0.3187<br />

[.3227,.3576] [.2762,.3139] [.3056,.3322] [.2842,.3157] [.3296,.37] [.3056,.3322]<br />

no pobre 0.3081 0.4865 0.3917 no pobre 0.4624 0.2773 0.3917<br />

[.2879,.3291] [.4616,.5115] [.373,.4107] [.4404,.4846] [.2556,.3001] [.373,.4107]<br />

Total 1 1 1 Total 1 1 1<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los resultados de esta estimación indican –tal como indica a tabla anterior- que<br />

aquellos que no gastan en jornales son más pobres y en cambio los que no cuentan<br />

con TFNR son con mayor probabilidad no pobres, estos resultados son significativos<br />

bajo las diferentes especificaciones.<br />

Se encuentra asimismo una interacción negativa entre no gastar en jornales y no<br />

disponer de TFNR, es decir que aquellos productores que cumplan con estas dos<br />

condiciones serán pobres extremos con mayor probabilidad.<br />

Tabla 25<br />

Son más pobres aquellos que no gastan en jornales, o que no tienen TFNR<br />

(Coeficientes de logit ordenado)<br />

Dependiente: Pobreza<br />

Especif.1 Especif.2<br />

Especif.3<br />

No gasta en jornales (v1) -0.58*** -0.39*** -0.36***<br />

No tiene TFNR (v2) 0.43*** 0.47*** 0.57***<br />

Interacción v1*v2 -0.1 -0.09 -0.20*<br />

Número de miembros del hogar -0.22*** -0.25*** -0.28***<br />

Calidad media de las tierras trabajadas 1.07*** 0.98*** 0.95***<br />

Tierra propia (Ha) 0.01*** 0.01<br />

Proporción de tierra con título en RRPP 0.61*** 0.46***<br />

Número de parcelas 0.01 0.02<br />

Extensión promedio de las<br />

parcelas 0.01 0<br />

Proporción destinada a la venta<br />

de la prod. Agrícola 1.19*** 0.05<br />

Número de productos agrícolas 0.04***<br />

Valor total de la producción agrícola 0.00***<br />

costa centro 1.55***<br />

costa sur 1.36***<br />

sierra norte -0.58***<br />

sierra centro -0.91***<br />

sierra sur -0.60***<br />

57


selva 0.18<br />

N 7477 7217 7217<br />

Estadístico Chi2 1011.44 1378.08 1535.26<br />

Pseudo R2 0.07 0.11 0.15<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


4 Actividades no agrícolas independientes<br />

Luego de haber analizado la relación entre la demanda por trabajadores y la actividad<br />

de las unidades de producción agropecuaria rurales, es importante revisar brevemente<br />

que tan importante resulta en el medio rural la realización de actividades no agrícolas,<br />

básicamente negocios independientes (producción de bienes, comercio, o prestación<br />

de servicios).<br />

Tal como procedimos en el caso de las unidades productoras agropecuarias del<br />

ámbito rural, en este caso empezaremos describiendo brevemente a los que conducen<br />

una actividad dependiente o negocio independiente, las características básicas de la<br />

actividad y de los empleados sean o no remunerados de estos negocios. Luego<br />

tratemos de estimar la demanda por trabajo por parte de estos negocios<br />

independientes.<br />

En esta sección llamaremos conductores de negocios independientes a todo individuo<br />

que desarrolle, dirija o administre un negocio independiente, sea o no éste su actividad<br />

laboral principal. Debemos mencionar que las categorías de ocupación con las que se<br />

ha venido trabajando están definidas sólo respecto de la ocupación principal y por el<br />

tipo de labores desempeñadas (no por el rubro de la empresa). Aunque es un poco<br />

largo para evitar confusiones llamaremos conductores de negocios independientes a<br />

los que dirigen un negocio, y conductores agropecuarios a los que dirigen una unidad<br />

de producción agropecuaria, debe entenderse que cuando nos referimos a los “no<br />

conductores” estamos aludiendo a los trabajadores agropecuarios que no conducen<br />

una unidad de producción, y cuando nos referimos a los trabajadores “no<br />

agropecuarios” nos referimos a aquellos que no desempeñan una labor relacionada<br />

con la agricultura directamente, sea o no que tenga un negocio independiente.<br />

Finalmente, la característica común de todos los negocios independientes es que no<br />

están registrados legalmente en el sistema tributario nacional.<br />

Los datos indican la existencia de alrededor de 895 mil negocios independientes en el<br />

ámbito rural. El 60% de los conductores de dichos negocios son mujeres, y dos<br />

terceras partes del total se localizan en la sierra, mientras que 21% y 19% se reparten<br />

entre la costa y la selva. Debe mencionarse también que alrededor del 40% de los<br />

hogares de esta muestra (con negocios independientes), tiene por lo menos dos<br />

negocios –este porcentaje mayor en el caso de la costa-. Otro dato interesante es que<br />

sólo en un 10% de las veces un mismo miembro del hogar dirige dos negocios –nadie<br />

dirige más de dos negocios a la vez-, en el caso de la costa esta cifra es de 20%.<br />

Tabla 27: Número de negocios independientes por hogar en el ámbito rural<br />

costa sierra selva Total<br />

1 51% 64% 60% 61%<br />

2 33% 27% 28% 28%<br />

3 14% 6% 9% 8%<br />

4 2% 2% 4% 2%<br />

5 0% 0% 0% 0%<br />

6 0% 1% 0% 0%<br />

Total 100% 100% 100% 100%<br />

N 185413 539091 171231 895735<br />

Fuente: ENAHO2007<br />

59


Los conductores de negocios independientes representan alrededor del 15% de la<br />

PEA ocupada rural (incluyendo a los TFNR), si excluimos a los TFNR del total de la<br />

PEA ocupada rural, los conductores de un negocio o actividad independiente alcanzan<br />

el 23% de la población ocupada en el ámbito rural. Estos representan alrededor de<br />

843 mil individuos en el ámbito rural del Perú, el 58% de estos son mujeres, el 60% del<br />

total se localizan en la sierra, mientras que entre la costa y la selva se reparten en<br />

cada una un 20%.<br />

La distribución por sexo en la muestra de conductores de negocios esta sesgada hacia<br />

las mujeres, los porcentajes de mujeres conduciendo un negocio independiente en la<br />

costa, sierra y selva rural son de 58%, 63% y 44% respectivamente.<br />

Diferenciando por categoría ocupacional, encontramos que son muy pocos los<br />

individuos clasificados como trabajadores agropecuarios no conductores, los que<br />

mantienen al mismo tiempo un negocio independiente, apenas 11 mil personas que<br />

representan alrededor del 1% del total de individuos que desarrollan actividades<br />

agropecuarias como no conductores. Esto indica que los ingresos laborales de este<br />

grupo dependen básicamente del salario recibido como peones o jornaleros en las<br />

actividades agropecuarias. En cambio en el caso de los conductores el porcentaje de<br />

éstos que mantienen al mismo tiempo una actividad no agropecuaria o negocio<br />

independiente llega a representar el 34% del total de conductores del ámbito rural<br />

(alrededor de 285 mil individuos). Para aquellos clasificados como no agropecuarios,<br />

el 65% de este grupo conduce un negocio independiente (591 mil personas).<br />

Las características básicas del grupo de conductores de negocios independientes se<br />

muestran en la tabla 28. Los datos muestran que el corte por categoría ocupacional<br />

replica la figura general, dentro de cada categoría la sierra concentra la mayor<br />

cantidad de individuos que conducen un negocio independiente.<br />

Dejando de lado a los trabajadores agropecuarios no conductores, pues son un grupo<br />

bastante pequeño, podemos ver que existen diferencias en la proporción de hombres<br />

que manejan un negocio independiente entre el grupo de los conductores<br />

agropecuarios y los trabajadores no agropecuarios. En el caso de los conductores<br />

agropecuarios el 60% de las veces son hombres los que al mismo tiempo dirigen un<br />

negocio independiente (en el caso de la selva la cifra llega al 85%), el promedio de<br />

edad de éstos es superior a los 40 años, y el nivel educativo alcanzado en promedio<br />

es el de primaria completa. En cambio en el caso del grupo de los no agropecuarios, la<br />

proporción de hombres que conducen un negocio es mucho menor, 36% en la costa,<br />

23% en la sierra y 37% en la selva, la edad promedio dentro de este grupo es menor<br />

de 40 años y el nivel educativo es ligeramente mayor que el que se registra para los<br />

conductores agropecuarios que también dirigen un negocio independiente.<br />

Tabla 28: Distribución y características de los conductores de negocios independientes<br />

en el ámbito rural por categoría ocupacional<br />

costa sierra selva<br />

no conductor N (miles) 2.33 5.25 4.03<br />

prop.<br />

Hombres 0.18 0.29 0.72<br />

edad 44.20 38.37 33.87<br />

niv.<br />

Educativo 2.36 4.23 4.41<br />

conductor N (miles) 45.57 177.14 61.56<br />

prop.<br />

Hombres 0.60 0.65 0.85<br />

60


edad 45.42 45.68 42.96<br />

niv.<br />

Educativo 4.02 3.88 4.19<br />

no<br />

agropecuario N (miles) 120.06 332.00 96.07<br />

prop.<br />

Hombres 0.36 0.23 0.37<br />

edad 39.55 37.83 36.69<br />

niv.<br />

Educativo 4.75 4.11 4.52<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

La distribución observada de los conductores de negocios independientes por<br />

categoría ocupacional indicaría que son las mujeres de este grupo, quienes tienen su<br />

principal ingreso en los negocios independientes. En la sección anterior se observó<br />

que son los varones quienes predominan como conductores agropecuarios, en cambio<br />

en este grupo son las mujeres las que predominan. Para aclarar este tema<br />

presentamos estimados del ingreso laboral total y de las ganancias provenientes de<br />

los negocios independientes, se distingue entre aquellos individuos que declaran tener<br />

una ocupación secundaria –la categoría ocupacional se define sólo sobre la base de la<br />

actividad principal- de aquellos que no la tienen, en la tabla siguiente se muestra la<br />

composición de este grupo por categoría ocupacional y tenencia de ocupación<br />

secundaria. Se opta por presentar por presentar los estimados diferenciando por<br />

ocupación secundaria para obtener una mejor lectura de las fuentes de ingreso laboral<br />

de este grupos de individuos, dado que para aquellos que no cuentan con una<br />

ocupación secundaria y dirigen un negocio independiente las ganancias del negocio<br />

deberían ser muy cercanas al ingreso laboral total, pero esto no necesariamente<br />

tendría que ocurrir para aquellos que sí cuentan con una ocupación secundaria.<br />

La tabla siguiente indica que los trabajadores agropecuarios (conductores y no<br />

conductores) que no tienen un ocupación secundaria son muy pocos dentro del grupo<br />

de los conductores de negocios independientes tal como se esperaba. De ahí que no<br />

sea posible encontrar estimados de ingresos y ganancias para estos grupos. El grueso<br />

de los conductores de negocios independientes se concentra en los clasificados como<br />

trabajadores no agropecuarios, y en los conductores con actividad secundaria.<br />

Tabla 29: Categoría ocupacional y realización de actividad secundaria en los<br />

conductores de negocios independientes<br />

Sin<br />

ocupación<br />

secundaria<br />

Con<br />

ocupación<br />

secundaria<br />

Total<br />

no conductor 0.1% 1.3% 1.4%<br />

conductor 0.0% 33.7% 33.7%<br />

no<br />

agropecuario 23.2% 41.7% 64.9%<br />

Total 23.3% 76.7% 100.0%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

La comparación de los ingresos laborales totales con las ganancias obtenidas en los<br />

negocios independientes muestra que la ganancia en un negocio independiente da<br />

cuenta de cercad del 100% en promedio para aquellos que no cuentan con actividad<br />

secundaria. Por otro lado en el caso de aquellos que sí tienen una actividad<br />

secundaria (77% del grupo de los conductores de negocios independientes) podemos<br />

61


ver diferencias importantes en el aporte de los negocios independientes al ingreso<br />

laboral, dependiendo de la categoría ocupacional y del sexo.<br />

La tabla siguiente indica que en el caso de los trabajadores agropecuarios (no<br />

conductores) la conducción de un negocio independiente como actividad secundaria<br />

reporta en promedio un 25% del ingreso laboral en el caso de las mujeres, mientras<br />

que en el caso de los hombres representa un 60% en promedio. No obstante estas<br />

cifras deben ser tomadas con cuidado dado que los trabajadores agropecuarios no<br />

conductores, representan sólo un mínimo porcentaje del total de conductores de<br />

negocios independientes, como se mostró en la tabla anterior.<br />

En el caso de los conductores agropecuarios, que a la vez dirigen un negocio<br />

independiente, podemos ver que en promedio las ganancias del negocio<br />

independiente dan cuenta de un poco más de la mitad de los ingresos laborales<br />

totales, constituyéndose en un importante complemento de la actividad agropecuaria.<br />

Este porcentaje es ligeramente superior en el caso de los varones, sin embargo la<br />

principal diferencia se da en los niveles de ingreso, siendo los de las mujeres entre el<br />

30% y 40% del estimado para los hombres.<br />

La figura es distinta para aquellos clasificados como trabajadores no agropecuarios.<br />

En este caso si hay un diferencia importante en la importancia de las ganancias del<br />

negocio independiente respecto del ingreso laboral total, pues para las mujeres el<br />

aporte del negocio independiente llega al 71% de los ingresos totales en promedio,<br />

mientras que en el caso de los varones este porcentaje es de 62%. Nuevamente la<br />

diferencia más importante se da en los niveles de ingreso mensual alcanzados por<br />

hombres y mujeres.<br />

Tabla 30: Ingreso laboral total y ganancia del negocio independiente, según se realiza<br />

o no actividad secundaria.<br />

Sin ocupación secundaria<br />

Ingreso<br />

laboral Ganancia neg.<br />

total Indep.<br />

%neg. Indep./total<br />

laboral<br />

Con ocupación<br />

secundaria<br />

Ingreso laboral<br />

total<br />

Ganancia<br />

neg. Indep.<br />

%neg.<br />

Indep./total<br />

laboral<br />

mujer no conductor 283 71 25%<br />

conductor 304 161 53%<br />

no<br />

agropecuario 359 349 97% 220 156 71%<br />

hombre no conductor 603 361 60%<br />

conductor 649 370 57%<br />

no<br />

agropecuario 629 608 97% 636 392 62%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Las diferencias en los niveles de ingresos laborales y en las ganancias por los<br />

negocios propios pueden obedecer a diferentes razones, de las cuáles no nos<br />

ocuparemos aquí. No obstante es importante mencionar que es una posible<br />

explicación esté relacionada con el lugar que cada conductor de negocios tiene dentro<br />

del hogar. En la tabla 31 se muestra la distribución de los conductores de negocios<br />

independientes de acuerdo a su relación con el jefe de hogar, diferenciando por sexo,<br />

y por categoría ocupacional.<br />

Tabla 31: Distribución de los conductores de negocios independientes en el ámbito<br />

rural según relación de parentesco con el jefe de hogar<br />

no<br />

no<br />

hombre mujer conductor conductor agropecuario Total<br />

jefe del 77% 19% 40% 83% 23% 44%<br />

62


hogar<br />

esposo(a) 1% 62% 28% 11% 49% 36%<br />

hijo(a) 17% 15% 22% 4% 21% 16%<br />

otros 5% 5% 10% 2% 6% 5%<br />

Total % 100% 100% 100% 100% 100% 100%<br />

Total 354188 489808 11603 284267 548126 843996<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Dentro de los varones, el 77% son jefes de hogar en el caso de las mujeres este<br />

porcentaje es de sólo 19%, en cambio el 62% de las mujeres que conducen un<br />

negocio independiente son cónyuges o esposas, por tanto generalmente dedican<br />

menos tiempo a las actividades económica ya que deben ocuparse de otras labores<br />

dentro del hogar.<br />

Diferenciando por categoría ocupacional encontramos que en el caso de los<br />

conductores agropecuarios el 83% de éstos son jefes del hogar, mientras que en el<br />

caso de los no agropecuarios, el porcentaje más importante se concentra en los<br />

cónyuges o esposas. En términos generales hay más jefes de hogar que dirigen un<br />

negocio independiente (44% del total), pero el porcentaje de cónyuges que lo hacen<br />

también es importante (36%). El restante 20% se distribuye entre los hijos (16%) y<br />

otros familiares. Este corte nos permite tener una mejor visión del papel que los<br />

negocios independientes tienen en la economía de este grupo de hogares rurales.<br />

Pues permite deducir que este tipo de actividad permite la complementariedad en los<br />

ingresos mediante la participación de los cónyuges por un lado (predominantemente<br />

mujeres), y por el otro el complemento de los ingresos derivados de las actividades<br />

agropecuarias (esto básicamente en el caso de los productores agropecuarios, pues<br />

los no conductores son un grupo muy reducido en esta muestra de negocios).<br />

Continuando con la descripción de los conductores de negocios independientes, y<br />

antes de pasar a reseñar las características de los negocios, describimos su condición<br />

de pobreza de modo que podamos saber dónde (en términos de pobreza monetaria)<br />

están situados los hogares que mantienen actividades independientes. La tabla 32<br />

muestra que más de la mitad de los conductores de negocios independientes está<br />

fuera de la condición de pobreza monetaria, un 28% del total se encuentra en<br />

condición de pobreza no extrema, mientras que el 20% se encuentra en situación de<br />

pobreza extrema. Contrario a lo que se esperaría, en este caso los conductores de<br />

negocios independientes mujeres presentan un mayor porcentaje fuera de la condición<br />

de pobreza (29%), respecto del porcentaje observado para los varones (23%).<br />

Estas cifras nos indican que los hogares que desarrollan paralelamente negocios<br />

independientes no son los más pobres del ámbito rural, pues las cifras de pobreza<br />

para este grupo contrastaran con las cifras para todo el ámbito rural en el que la<br />

pobreza alcanza al 60% de la población. Lógicamente no podemos decir que por<br />

mantener un negocio independiente, estos individuos no son pobres, o que por el<br />

contrario, justamente por no ser pobres, pueden emprender este tipo de actividades<br />

complementarias para mantener sus ingresos; una afirmación (con algún grado de<br />

certeza) como esta implicaría una investigación que más allá de los objetivos de este<br />

trabajo.<br />

Tabla 32: Composición de la pobreza según sexo del conductor<br />

mujer hombre Total<br />

pobre extremo 12% 8% 20%<br />

pobre no extremo 17% 11% 28%<br />

no pobre 29% 23% 52%<br />

63


Total 58% 42% 100%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Finalmente presentamos los motivos mencionados por los conductores de negocios<br />

independientes, para empezar con este tipo de actividades, distinguimos entre<br />

conductores hombres y mujeres. Podemos apreciar que tanto para hombres y mujeres<br />

la necesidad económica se la principal razón por la cual se inicia un negocio<br />

independiente es la necesidad económica, el segundo motivo más mencionado fue<br />

que este tipo de actividad permitiría obtener mayores ingresos, ambas opciones<br />

pueden ser vistas como una sola en realidad, dependiendo de cómo se desee<br />

interpretarlas.<br />

Tabla 33: Motivos para emprender negocios independientes<br />

mujer<br />

hombre<br />

no<br />

conductor<br />

conductor<br />

no<br />

agropecuario<br />

no encontró trabajo<br />

asalariado 7 13 5 8 10 9<br />

obtiene ingresos / mayores<br />

ingresos 26 31 32 33 25 28<br />

quiere ser independiente 10 10 4 8 11 10<br />

por tradición familiar 5 5 5 6 5 5<br />

por necesidad económica 51 39 54 44 47 46<br />

otro 1 2 0 2 1 2<br />

total 100 100 100 100 100 100<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Total<br />

Pasando a las características del mismo negocio, presentamos en la tabla 34 un<br />

resumen de las principales características de éstos, distinguiendo por el sexo del<br />

conductor del negocio. En términos generales no hay muchas diferencias significativas<br />

en las características seleccionadas en re ambos grupos de negocios. La mayoría de<br />

negocios no llevan ningún tipo de contabilidad o cuentas, nula conectividad (teléfono ni<br />

internet) para los que desarrollan el negocio en un loca fijo, lo cual tiene bastante<br />

sentido teniendo en cuenta que se trata del ámbito rural. En promedio los negocios no<br />

son nuevos sino que tienen al menos 6 años, y funcionan al menos 9 meses durante el<br />

año (asumiendo que este comportamiento a sido similar en los años anteriores).<br />

Sí se aprecian diferencias significativas en el lugar dónde se desarrolla la actividad<br />

independiente, pues en el caso de los varones casi el 80% tiene un lugar fijo dónde<br />

establece su negocio, mientras que las mujeres sólo lo hacen así en un 52%. Por otro<br />

lado también existen diferencias significativas en el rubro o giro del negocio, los<br />

hombres se dedican con mayor frecuencia al comercio (compra-venta de bienes),<br />

mientras que las mujeres lo hacen en la producción y oferta de servicios.<br />

Tabla 34: Características de la actividad (negocios) independiente<br />

Característica hombre mujer<br />

Dif.<br />

Siginificativa<br />

De infraestructura<br />

No lleva cuentas 0.81 0.80<br />

Desarrolla la actividad en un lugar<br />

fijo 0.79 0.52 *<br />

Local posee electricidad 0.32 0.15 *<br />

Local posee teléfono 0.01 0.01<br />

Local posee internet 0.00 0.00<br />

De experiencia<br />

Años que lleva desarrolla la actividad 6.71 7.34<br />

Meses que funcionó en el último año 9.28 9.03<br />

64


De rubro<br />

Realiza la producción de algún bien 0.34 0.39 *<br />

Compra-venta de bienes 0.49 0.32 *<br />

Ofrece algún tipo de servicio 0.25 0.31 *<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

En lo referente al empleo generado por los negocios independientes, la mayoría de<br />

estos sólo emplean a una persona, que es el mismo conductor del negocio, esto<br />

ocurre en 62% de la totalidad de negocios. Un 23% del total de negocios ocupan,<br />

además del conductor a un empleado (que puede o no recibir remuneración), cerca de<br />

un 10% ocupa hasta dos personas además del conductor, y el restante 5% ocupa a<br />

más de dos personas (remuneradas o no). Teniendo en mente estas cifras repasamos<br />

la composición de los trabajadores remunerados y no remunerados ocupados en los<br />

negocios independientes, esta información se muestra en la siguiente tabla.<br />

La información expuesta en la tabla 35 muestra que de todos los negocios<br />

independientes, un 93% de éstos no cuenta con ningún trabajador remunerado,<br />

entonces sólo un 7% de los negocios independientes contratan u ocupan mano de<br />

obra remunerada. En el caso de los trabajadores no remunerados el 67% de los<br />

negocios no ocupan a nadie, el 33% restante de los negocios ocupan a al menos un<br />

trabajador no remunerado. Se asume que mayor probabilidad los trabajadores no<br />

remunerados deben ser otros miembros del hogar, u otros familiares.<br />

Tabla 35: Distribución de los trabajadores en los negocios independientes<br />

Número de<br />

trabajadores<br />

Remunerados<br />

0 93% 67%<br />

1 4% 21%<br />

2 1% 8%<br />

3 0% 3%<br />

4 o más 1% 1%<br />

Total % 100% 100%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

No<br />

remunerados<br />

Las características básicas de la mano de obra empleada (remunerada y no<br />

remunerada), que se muestran en la siguiente tabla indican que en términos generales<br />

los negocios independientes ocupan una mano de obra, poco calificada y sin<br />

experiencia. Hombres y mujeres aparecen en similares proporciones como mano de<br />

obra ocupada en los negocios independientes, la edad promedio de estos empleados<br />

es de 27 años, con niveles educativos inferiores a la primaria completa en promedio.<br />

Con una remuneración semanal que bordea los 50 nuevos soles, y con menos de 20<br />

horas de trabajo semanales en promedio. Los negocios que ocupan mano de obra<br />

tienen en promedio 1.65 empleado, alrededor del 20% (0.36 individuos por negocio)<br />

son trabajadores que reciben remuneraciones.<br />

Tabla 36: Características de los trabajadores del negocio independiente<br />

promedio coeficiente variación mediana<br />

Proporción hombres 0.49 0.91 0.5<br />

Edad promedio 27.12 0.52 24<br />

Nivel educativo 3.58 0.24 3.7<br />

Experiencia promedio 2.45 1.69 1<br />

Horas trabajadas x semana<br />

promedio 18.66 0.92 14<br />

Remuneración x semana 52.75 1.27 30.00<br />

65


Total trabajadores 1.65 0.69 1<br />

Trab. Remunerados 0.36 3.09 0<br />

Trab. No remunerados 1.30 0.66 1<br />

Promedio empleados familiares 0.89 0.33 1<br />

Promedio TNR 0.83 0.43 1<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Agregando cifras, los negocios independientes generan una demanda de alrededor de<br />

562 mil individuos, de los cuales sólo 123 mil son remunerados. El resto de la mano de<br />

obra utilizada en estos negocios son básicamente trabajadores familiares no<br />

remunerados. Estos estimados indican que las actividades independientes en el área<br />

rural constituyen una importante fuente de empleo, menor en magnitud que los<br />

empleos generados por las actividades agropecuarias, pero bastante importante.<br />

Ahora bien hay que tener en cuenta que estos estimados no son tan finos como se<br />

quisiera, específicamente en lo referido a los trabajadores familiares. Es muy probable<br />

que estemos incurriendo en doble conteo de las personas ocupadas en los negocios<br />

sobre todo en el caso de los familiares, pues sabemos por los datos reseñados al<br />

inicio de esta sección que más de la mitad de los hogares tienen más de un negocio<br />

independiente, y los datos no permiten identificar exactamente a qué miembro se tiene<br />

trabajando en cada negocio.<br />

Tabla 37: Total estimado de empleos generados por los negocios independientes (en<br />

miles)<br />

Total Std. Err. [Intervalo Conf.95% ]<br />

Trab. remunerados 123 14 95 151<br />

Trab. no remunerados 439 22 397 482<br />

Trab. No familiares 97 13 71 122<br />

Trab. Familiares 462 23 418 507<br />

Familiares no<br />

remunerados 429 21 387 471<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Finalmente tratamos de estimar una relación entre el salario que reciben los<br />

trabajadores remunerados de los negocios independientes y la demanda por éstos.<br />

Para ello a partir de la información de los trabajadores de cada negocio se procedió a<br />

estimar un salario predicho, este valor predicho fue promediado a nivel de cada<br />

negocio, y este promedio se usa como instrumento para el salario en la regresión de<br />

demanda por trabajadores remunerados. Luego de varias especificaciones y<br />

estimaciones, siempre se obtuvo un coeficiente positivo y significativo asociado a los<br />

salarios predichos, lo cual va contra la lógica de cualquier función de demanda por<br />

trabajo. De acuerdo con este resultado un incremento en los salarios promedios<br />

recibidos por los trabajadores asalariados de los negocios independientes implicaría<br />

un aumento –muy pequeño, pero aumento al fin-, de la demanda por trabajo. Es muy<br />

complicado encontrar una explicación a esta situación pues lo que se esperaría es que<br />

ante el aumento del precio de un factor, la demanda por éste sea menor; tal como<br />

ocurre en el caso de la demanda por jornales de los pequeños productores<br />

agropecuarios. Una posible explicación podría estaría relacionada con que sería muy<br />

difícil que los salarios observados disminuyan, dado que tiene ya niveles observados<br />

muy bajos. Así, si se deseara contratar nuevos trabajadores, atraerlos hacia este<br />

sector implicaría necesariamente un incremento de los salarios, puede haber otras<br />

posibles interpretaciones, por ejemplo relacionadas con la productividad de los<br />

trabajadores remunerados, si el salario está muy relacionado con la productividad, un<br />

66


aumento en la productividad puede implicar un aumento en los salario mediante la<br />

cambios en la demanda.<br />

Tabla 38: Factores relacionados con la demanda por empleados remunerados en<br />

actividades independientes<br />

Dependiente:<br />

Número de trabajadores<br />

remunerados<br />

Coef. Error Estd. t P>t<br />

[95%<br />

Conf.<br />

Interval]<br />

Salario predicho (promedio x<br />

negocio) 0.029 0.00 12.23 0.00 0.02 0.03<br />

Número de negocios x hogar 0.017 0.02 1.09 0.28 -0.01 0.05<br />

Lugar fijo para el negocio -0.073 0.03 -2.42 0.02 -0.13 -0.01<br />

Conductor varón 0.066 0.02 4.40 0.00 0.04 0.10<br />

Años de funcionamiento 0.000 0.00 0.06 0.95 0.00 0.00<br />

producción 0.049 0.05 0.94 0.35 -0.05 0.15<br />

comercio -0.124 0.05 -2.64 0.01 -0.22 -0.03<br />

servicios -0.061 0.04 -1.45 0.15 -0.14 0.02<br />

Número de trabajadores<br />

familiares 0.081 0.02 4.42 0.00 0.04 0.12<br />

Región: Sierra -0.043 0.03 -1.32 0.19 -0.11 0.02<br />

Región: Selva -0.083 0.04 -2.04 0.04 -0.16 0.00<br />

constante 0.084 0.06 1.50 0.13 -0.03 0.19<br />

R2 0.4445<br />

Chi2 1082.44<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los demás factores que aparecen significativamente relacionados con la demanda por<br />

trabajo asalariado son el sexo del conductor, lo conductores varones contratarían<br />

ligeramente más mano de obra asalariada. Las actividades comerciales demandan<br />

menos mano de obra asalariada respecto de las actividades en la que se produce<br />

algún bien y de las de servicios. Finalmente, os indicadores de región natural muestran<br />

que en la selva se demanda también menos mano de obra que en la Costa y Sierra.<br />

Esta sección muestra que las actividades independientes sirven como complemento<br />

de las actividades agropecuarias, permiten la participación de los cónyuges en la<br />

generación de ingresos del hogar. Por otro lado estas actividades al parecer han<br />

permitido escapar de la condición de pobreza, o al menos mantenerse fuera de ésta a<br />

la mayoría de los hogares que las desarrollan. La generación de empleo asalariado<br />

que generan estas actividades independientes en el ámbito rural es bastante<br />

importante además, no obstante la mano de obra contratada es joven, sin experiencia<br />

y los salarios ofrecidos son bastante bajos.<br />

67


5 Condiciones de empleo e indicadores de ingresos laborales<br />

En esta sección revisaremos algunos indicadores que den cuenta de las<br />

condiciones de empleo que imperan en el ámbito rural. Estamos particularmente<br />

interesados en las niveles de los ingresos laborales en el ámbito rural, los<br />

niveles de subempleo, y en evaluar si existen indicios de que el mercado laboral<br />

en el ámbito rural funciona como un mercado segmentado (controlando por la<br />

importancia que tiene la mano de obra familiar y los pagos en especies).<br />

Para aproximarnos al nivel de los ingresos, se presentan los promedios obtenidos para<br />

las diferentes regiones naturales por tipo de trabajador. Reconocemos 3 tipos de<br />

trabajadores, aquellos que dirigen una actividad agropecuaria en el ámbito rural<br />

(conductores), aquellos que son asalariados y se ocupan en actividades agropecuarias<br />

(no conductores) pero no la dirigen, los TFNR, y aquellos individuos que se ocupan en<br />

otras actividades ya sean dependientes o independientes. Además de presentar el<br />

promedio estimado de los ingresos laborales totales necesitábamos tener alguna<br />

referencia del nivel relativo que estos alcanzan, más allá del su valor absoluto<br />

promedio.<br />

El ingreso mínimo referencial (IMR) se utiliza para medir el subempleo invisible o por<br />

horas, lamentablemente el subempleo por horas no se mide en el Perú, de modo que<br />

no existe un IMR que podamos utilizar. Así decidimos construir un IMR a partir de la<br />

información del número de miembros y el número de preceptores de ingreso del hogar.<br />

El proceso que se sigue es utilizar los estimados a nivel de región del número<br />

promedio de miembros en el hogar, multiplicar este valor por el valor de la línea de<br />

pobreza (media) a nivel de región y dividir este producto entre el número de<br />

preceptores de ingreso (medio) a nivel de región. El mismo procedimiento se realizó<br />

utilizando el valor de la línea de pobreza extrema. La idea de este IMR es que el<br />

ingreso laboral total de los miembros ocupados, debe ser suficiente para que el hogar<br />

escape de la condición de pobreza (o pobreza extrema) 20 . Los valores obtenidos de<br />

estas estimaciones se presentan a continuación.<br />

Tabla 39: Ingreso Mínimo Referencial (IMR) y líneas de pobreza, en el ámbito rural<br />

(construido a partir de la línea de pobreza y pobreza extrema)<br />

IMR pobres<br />

línea pobreza<br />

IMR pobres<br />

extremos<br />

línea pobreza<br />

extrema<br />

costa norte 333 181.15 193 105.03<br />

costa centro 333 186.80 196 110.15<br />

costa sur 347 184.89 202 107.98<br />

sierra norte 436 177.71 273 111.63<br />

sierra centro 471 185.70 299 117.82<br />

sierra sur 443 179.88 274 111.27<br />

selva 449 166.49 284 105.34<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

La información sobre las líneas de pobreza indica que los valores para ambas líneas<br />

son bastante cercanos en las distintas regiones del ámbito rural, en cambio el IMR<br />

resultante es bastante diferente. Esta diferencia en los IMR estimados se explica tanto<br />

por un mayor número promedio de miembros y menor número de preceptores en la<br />

sierra y la selva. Utilizando estos estimados calcularemos nuestra aproximación a los<br />

20 Este procedimiento se realizó utilizando los promedios estimados a nivel de región costa ( norte, centro<br />

y sur), sierra ( norte, centro y sur), selva para el ámbito rural. Lógicamente este mismo procedimiento se<br />

pudo realizar con los datos individuales de cada hogar.<br />

68


nivele de subempleo invisible (por ingresos) y podremos tener una idea del nivel<br />

relativo de los ingresos laborales en el ámbito rural. Primero presentaremos los<br />

estimados del promedio de los ingresos laborales en el ámbito rural.<br />

Tabla 40: Ingreso laboral total mensual, en el ámbito rural<br />

Promedio S/. [Interv. Conf. 95%]<br />

Costa No conductor 337 291 382<br />

TFNR 0 . .<br />

Conductor 446 395 497<br />

No agropecuarios 471 400 541<br />

Sierra No conductor 177 159 195<br />

TFNR 0 . .<br />

Conductor 286 272 300<br />

No agropecuarios 366 331 400<br />

Selva No conductor 284 258 310<br />

TFNR 0 . .<br />

Conductor 449 406 491<br />

No agropecuarios 473 412 533<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Los estimados del promedio de los ingresos laborales totales, diferenciando por el tipo<br />

de trabajador son bajos, teniendo en cuenta que el ingreso mínimo legal bordea los<br />

650 nuevos soles por mes, como se ve en la tabla anterior en ningún caso estos<br />

estimados se acercan a este monto. Por otro lado los ingresos para aquellos<br />

individuos ocupados en actividades agropecuarias (no conductores, conductores y<br />

TFNR) son menores -si se toman como grupo- respecto de los ingresos de aquellos<br />

individuos en otro tipo de actividades.<br />

Por el lado de las condiciones de empleo, podemos decir que existen importantes<br />

tasas de subempleo por horas, sobre todo en la costa en donde los ingresos laborales<br />

son superiores en promedio para todas las categorías ocupacionales, tal como<br />

muestra la información del cuadro siguiente. Esto implica la existencia de individuos<br />

ocupados en el ámbito rural que trabajen normalmente menos de 35 horas, y que<br />

desean trabajar más horas y además están disponibles para hacerlo. Por el lado del<br />

subempleo invisible o por ingresos (construido sobre la base de nuestra estimación de<br />

IMR), en cambio observamos tasas bastante elevadas especialmente en la sierra y la<br />

selva. Estas tasas son elevadas utilizando ambos estimados de IMR. El subempleo<br />

por ingresos implica que se labore más de 35 horas en todas las actividades y aún así<br />

el ingreso logrado no sobrepase el IMR, estos resultados se muestran en la siguiente<br />

tabla.<br />

Tabla 41: Subempleo, e ingreso laboral relativo, en el ámbito rural<br />

Sub empleo x<br />

horas<br />

Sub empleo x<br />

ingresos<br />

(pobreza)<br />

Sub empleo x<br />

ingresos<br />

(pobreza<br />

extrema)<br />

Ing.< IMRpobreza<br />

Ing.< IMRpob.extrema<br />

Costa No conductor 20% 34% 9% 64% 29%<br />

TFNR 14% 100% 100%<br />

Conductor 9% 30% 13% 56% 35%<br />

No<br />

agropecuarios 13% 25% 14% 51% 35%<br />

Sierra No conductor 10% 60% 45% 92% 76%<br />

TFNR 9% 100% 100%<br />

Conductor 4% 63% 48% 83% 66%<br />

No<br />

agropecuarios 8% 47% 35% 75% 61%<br />

69


Selva No conductor 5% 62% 36% 85% 57%<br />

TFNR 6% 100% 100%<br />

Conductor 2% 56% 36% 71% 49%<br />

No<br />

agropecuarios 7% 46% 28% 69% 48%<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Si bien las tasa de subempleo por ingresos son bastante elevadas, uno de los<br />

requerimientos para entrar en esta categoría es trabajar al menos 35 horas por<br />

semana, por lo que estas tasa esconden la información de aquellos que tienen<br />

ingresos menores al IMR estimado, sin trabajar más de 35 horas. Por esto, las dos<br />

últimas columnas de la tabla 41 muestran el porcentaje de individuos con ingresos<br />

menores al IMR, este proceso empeora aún más as condiciones de in los ingresos por<br />

trabajo registradas para el ámbito rural.<br />

Ya que la información anterior sólo brinda información sobre la relación (mayor o<br />

menor) entre los ingresos y el IMR, el cálculo de los indicadores FGT (conteo, brecha y<br />

severidad) utilizando el IMR construido. Dado el IMR, en las tres regiones naturales del<br />

ámbito rural el porcentaje de trabajadores con ingresos laborales menores al IMR<br />

estimado es sumamente elevado, en cualquiera de las categorías ocupacionales<br />

definidas para el ámbito rural, aunque aquellos ocupados en ramas no agropecuarias<br />

presentan una menor proporción de personas con ingreso menores al IMR.<br />

Si bien la situación de los ingresos laborales en el ámbito rural es preocupante, lo es<br />

mucho más en el caso de la selva, y sobre todo en la sierra, en donde no sólo el<br />

porcentaje de individuos con ingresos inferiores es elevado sino que también lo son la<br />

brecha y la severidad de dichos indicadores, lo que da cuenta de lo bajo que son los<br />

niveles remunerativos en el ámbito rural. Por otro lado, los estimados de los<br />

indicadores FGT muestran que aquellos individuos ocupados en actividades no<br />

agropecuarias, están en una mejor posición relativa respecto de los conductores y de<br />

los trabajadores agropecuarios no conductores.<br />

Tabla 42: Indicadores FGT para el IMR construido con la línea de pobreza total,<br />

según categoría ocupacional<br />

FGT(0)<br />

Conteo<br />

FGT(1)<br />

Brecha<br />

FGT(2)<br />

Severidad<br />

Costa No conductor 0.64 0.25 0.14<br />

TFNR 1.00 1.00 1.00<br />

Conductor 0.56 0.30 0.20<br />

No agropecuarios 0.51 0.31 0.24<br />

Sierra No conductor 0.92 0.63 0.51<br />

TFNR 1.00 1.00 1.00<br />

Conductor 0.83 0.50 0.36<br />

No agropecuarios 0.75 0.52 0.43<br />

Selva No conductor 0.85 0.44 0.29<br />

TFNR 1.00 1.00 1.00<br />

Conductor 0.71 0.36 0.22<br />

No agropecuarios 0.69 0.42 0.33<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Sólo para complementar la información sobre el nivel de los ingresos laborales en el<br />

ámbito rural se presenta a continuación los indicadores FGT, de acuerdo al sexo y la<br />

educación de los individuos ocupados (incluyendo a los TFNR). El primer panel de la<br />

tabla 42 muestra, que en relación con los hombres las mujeres están en mucho peor<br />

situación en términos de ingreso laboral, pues más del 80% de las mujeres ocupadas<br />

tienen un ingreso laboral menor al IMR estimado, además la brecha de las mujeres, es<br />

decir la distancia promedio entre los ingresos laborales y el IMR es también<br />

70


sumamente elevada y, además de que la brecha es importante la severidad (FGT(2))<br />

da cuenta de que existe también mucha desigualdad dentro de los ingresos percibidos.<br />

En el caso del corte por educación los estimados muestran –como era de esperarseque<br />

menores niveles de educación van asociados con una mayor proporción de<br />

individuos con salarios bajos, una brecha más grande respecto al IMR, y en algunos<br />

casos mayor desigualdad. No obstante aun para los individuos con algún nivel de<br />

educación secundaria y superior los indicadores son bastante preocupantes.<br />

Tabla 42: Indicadores FGT para el IMR construido con la línea de pobreza<br />

total, según sexo y educación<br />

Sexo FGT(0) FGT(1) FGT(2)<br />

Costa hombre 0.53 0.30 0.23<br />

mujer 0.80 0.63 0.56<br />

Sierra hombre 0.82 0.55 0.44<br />

mujer 0.95 0.84 0.78<br />

Selva hombre 0.73 0.44 0.33<br />

mujer 0.94 0.81 0.76<br />

Educación FGT(0) FGT(1) FGT(2)<br />

Costa ninguna 0.83 0.59 0.49<br />

primaria 0.70 0.46 0.38<br />

secundaria 0.60 0.42 0.36<br />

superior 0.40 0.27 0.23<br />

Sierra ninguna 0.97 0.84 0.77<br />

primaria 0.90 0.69 0.59<br />

secundaria 0.86 0.68 0.61<br />

superior 0.57 0.40 0.34<br />

Selva ninguna 0.94 0.77 0.71<br />

primaria 0.83 0.60 0.51<br />

secundaria 0.81 0.58 0.51<br />

superior 0.48 0.30 0.24<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Para finalizar esta sección quisiéramos aproximarnos a aquellas características<br />

personales que determinan, o están asociados a los ingresos laborales, estas<br />

características también determinarán en qué medida un individuo se puede ocupar en<br />

un de las cuatro categorías ocupacionales que hemos venido tratando.<br />

En primer lugar, estamos interesados en saber si para las diferentes categorías<br />

ocupacionales que reciben ingresos existen diferencias en el efecto de las<br />

características básicas que generalmente van asociadas a los salarios. Para ello se<br />

utiliza la técnica de la regresión de cuantiles, dicha técnica aproxima el efecto de una<br />

variación en la variable independiente sobre diferentes percentiles de la distribución<br />

del ingreso laboral (por hora). El gráfico 1 muestra que para las características más<br />

importantes (educación, edad, experiencia y sexo), existen diferencias en el efecto que<br />

cada una de ellas tiene sobre los ingresos, estos diferentes impactos pueden ser<br />

vistos como retribuciones diferentes a los mismos activos. Los resultados sugieren<br />

que, sobre todo en el caso de las actividades no agropecuarias, existen retornos<br />

diferenciados sobre los atributos seleccionados respecto de las actividades<br />

agropecuarias (conductores y no conductores), y estos retornos diferenciados se<br />

incrementan en los tramos superiores de la distribución del ingreso laboral. Esto no<br />

implica necesariamente algún tipo de discriminación, ni segmentación, pero sí plantea<br />

la interrogante de qué posibilidades existen de que un individuo en el ámbito rural<br />

71


pueda llegar a ocuparse en una actividad no agropecuaria ya que recibiría un mayor<br />

retorno por sus activos productivos.<br />

Gráfico 1<br />

Efecto sobre los ingresos laborales por hora<br />

(coeficientes de regresión de cuantiles)<br />

Para entender mejor que factores están asociados con la categoría de ocupación en la<br />

que un individuo del ámbito rural está, utilizamos una regresión multinomial en la cual<br />

el grupo de los TFNR es el categoría de referencia. Los resultados de la regresión se<br />

presentan en la tabla de la tabla 43, e indican el sentido de la asociación, aumento o<br />

disminución de la probabilidad de pertenecer a alguna de las tres categorías<br />

presentadas, en relación a estar ocupado como TFNR, dos o tres signos implican<br />

significancia estadística.<br />

Lo primero que muestran los resultados es que las actividades agropecuarias, ya sea<br />

como conductor o trabajador están relacionadas principalmente a los varones,<br />

mientras que las actividades no agropecuarias con mayor probabilidad a las mujeres.<br />

La edad en cambio esta positivamente y significativamente relacionada con las tres<br />

categorías ocupacionales presentadas, en cambio la experiencia disminuye la<br />

probabilidad de ser un trabajador agropecuario, y también de desempeñar actividades<br />

no agropecuarias. La tabla también muestra que es muy poco probable que un jefe de<br />

hogar se ocupe como TFNR, y finalmente aquellos individuos que tienen una lengua<br />

materna indígena están ocupados con menor probabilidad como trabajadores<br />

agropecuarios y en actividades no agropecuarias.<br />

Tabla 43<br />

Características asociadas con la categoría ocupacional<br />

(Logit multinomial, grupo referencia: TFNR)<br />

no conductor conductor no agropecuario<br />

Indicadora: hombre +++ +++ ---<br />

edad +++ +++ +++<br />

años de educación -- + +++<br />

72


experiencia --- - ---<br />

Indicadora: jefe de hogar +++ +++ +++<br />

Indicadora: lengua materna indígena --- - ---<br />

Costa centro +++ - +++<br />

Costa sur +++ - +<br />

Sierra norte --- - ---<br />

Sierra centro --- -- --<br />

Sierra sur --- -- ---<br />

Selva --- - ---<br />

Constante --- --- ---<br />

N 19422<br />

pseudo R-sq 0.371<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

El cambio en las probabilidades de estar dentro de alguna de las cuatro categorías de<br />

ocupación de acuerdo a las principales características, edad, experiencia, educación y<br />

lengua materna se presenta en el gráfico 2 a continuación. Cada línea en este gráfico<br />

va asociada a una categoría de ocupación.<br />

El primer panel muestra la evolución de la probabilidad de pertenecer a cada categoría<br />

cuando varían los años de educación, como se puede ver conforme los años de<br />

educación aumentan, aumenta también la probabilidad estar ocupado en actividades<br />

no agropecuarias, llegando en el extremo a concentrar prácticamente el 80% de la<br />

probabilidad, en el mismo panel se puede percibir como la línea punteada que<br />

corresponde a la probabilidad de estar ocupado como conductor agropecuario otorga<br />

mayores probabilidades de ser conductor en los primeros tramos del rango de años de<br />

educación, pues esta curva está situada muy por encima de las demás categorías (no<br />

conductores y TFNR).<br />

En el segundo panel (esquina superior derecha) se muestra el efecto de los años de<br />

experiencia, como se puede ver conforme la experiencia va aumentando aumenta<br />

también la probabilidad de ser conductor y TFNR, aunque la línea correspondiente a<br />

los conductores siempre está sobre la correspondiente a los TFNR. En cambio para<br />

las dos categorías restantes la probabilidad de desempeñarse como no conductor o<br />

en actividades no agropecuarias decae rápidamente conforme la experiencia aumenta.<br />

Gráfico 2<br />

Probabilidad de pertenecer a alguna de las categorías ocupacionales,<br />

según características seleccionadas<br />

73


En el tercer panel se muestra el efecto de la edad que aunque parece bastante<br />

parecido al de la experiencia no lo es pues, por un lado, presenta niveles de<br />

probabilidad menores, y por el otro además de la probabilidad de ser conductor, la otra<br />

probabilidad que aumentan conforme aumenta la edad es la estar ocupado fuera de<br />

las actividades agropecuarias; mientras que la probabilidad de ser TFNR que es alta al<br />

comienzo decae rápidamente conforme aumenta la edad.<br />

El panel con el efecto de la lengua materna debe ser visto con cuidado, dicha variable<br />

no es continua, de modo que sólo se debe prestar atención a los extremos de las<br />

líneas. En general los cambios en las probabilidades no son muy importantes debido a<br />

lengua materna.<br />

Este análisis de probabilidades deja un mensaje algo complejo sobre todo en lo<br />

referido a los TFNR, si además se tiene en cuenta los resultados de la sección de<br />

descriptivos al inicio de este trabajo. La descripción realizada en la segunda sección<br />

daba cuenta de que la mayoría de los TFNR eran mujeres, con bajos niveles de<br />

educación y por la composición de edades de este grupo parecía que una mujer que<br />

se desempeña como TFNR seguiría siéndolo por el resto de su vida laboral. En<br />

cambio, el análisis de las probabilidades de estar ocupado en una u otra categoría de<br />

ocupación indica que existen probabilidades importantes se ocupe en actividades no<br />

agropecuarias, si es que tiene suficiente educación acumulada.<br />

Esto implicaría que es posible para algunas mujeres dentro el grupo de TFNR,<br />

eventualmente salir de esta condición de ocupación y desempeñarse en actividades<br />

no agropecuarias. Con la finalidad de complementar esta idea nuevamente se simulan<br />

las probabilidades de estar ocupado en alguna categoría ocupacional, pero sólo para<br />

el grupo de los individuos que actualmente son TFNR conforme se hacen variar los<br />

años de educación, estas simulaciones se presentan en el gráfico 3.<br />

Como se puede apreciar, la diferenciación por sexo de las probabilidades simuladas<br />

indica que las probabilidad de emplearse en actividades no agropecuarias es mayor<br />

74


para las mujeres, y aumenta rápidamente conforme aumenta la educación adquirida,<br />

por otro lado como ya se había mencionado para las mujeres la probabilidad de<br />

ocuparse como trabajador agropecuario o conductor son muy limitadas.<br />

Gráfico 3<br />

Probabilidad de que un TFNR este ocupado en alguna de las categorías<br />

ocupacionales, según años de educación<br />

Si los TFNR no reciben explícitamente remuneración por su trabajo y existen<br />

posibilidades de que al menos un grupo dentro de éstos se ocupe en actividades mejor<br />

remuneradas que las actividades agropecuarias, entonces porqué permanecen como<br />

TNFR. Si esto ocurre pues debe ser el caso que el ingreso que generan para el hogar<br />

por medio de su trabajo no remunerado es superior al que generarían desarrollando<br />

otro tipo de ocupaciones, este parece ser el caso y de ahí la gran cantidad de TFNR<br />

dentro de la PEA en el ámbito rural.<br />

5 Comentarios finales<br />

El objetivo principal de este trabajo es dar una mirada al mercado de trabajo en el<br />

ámbito rural peruano. El objetivo específico principal era determinar si existía una<br />

respuesta importante en la demanda por trabajo por parte de los productores<br />

agropecuarios frente a variaciones en el precio de éste (precio del jornal), los<br />

resultados indican que no hay salvo en la costa una elasticidad precio importante e la<br />

demanda por trabajo de los productores agropecuarios del ámbito rural.<br />

75


Además los resultados del análisis hacen que no sea deseable los aumentos en la<br />

demanda por trabajo sean promovidos por una baja en los salarios, dado que bajo las<br />

actuales condiciones éstos ya son muy bajos.<br />

Un análisis complementario indicó que sí es posible aumentar la demanda por trabajo,<br />

mediante políticas que promuevan una mejora en la titulación de las tierras, y que<br />

promuevan una mejora en las tecnologías utilizadas, a través de una mayor proporción<br />

de gastos en insumos y asistencia técnica, queda espacio también para mejorar las<br />

condiciones de riego de la tierra, aunque esta última alternativa implica mucho mayor<br />

inversión y mayor plazo.<br />

El análisis de las actividades o negocios independientes reveló que éstos constituyen<br />

un importante complemento en la generación de ingresos, pues les permite a los<br />

conductores agropecuarios generar ingresos a partir de diferentes tipos de actividades,<br />

además de permitir complementar los ingresos mediante la participación de los<br />

cónyuges (la mayoría de veces mujeres). Este papel complementario se revela sobre<br />

todo cuando se calculan las cifras de pobreza monetaria para este grupo,<br />

observándose que más de la mitad de los que mantienen un negocio independiente<br />

están fuera de la condición de pobreza. Por otro lado estas actividades permiten<br />

diversificar la generación de ingresos. Si bien la mayoría de los negocios<br />

independientes no demandan mano de obra un buena parte lo hace y una fracción<br />

esta es asalariada, registrándose cerca de 900 mil negocios independientes, la<br />

demanda de mano de obra asalariada termina siendo importante. No obstante la mano<br />

de obra demanda está orientada hacia los jóvenes, sin experiencia y con poca<br />

educación, por lo que los salarios pagados en estas actividades son muy bajos.<br />

Los ingresos laborales son bajos en el ámbito rural, y dentro de las diferentes<br />

categorías de ocupación, aquellos que desarrollan actividades no agropecuarias son<br />

los que mayores remuneraciones en promedio obtienen, sin embargo para estar<br />

dentro de esta categoría es necesario tener una acumulación suficiente de educación.<br />

Finalmente, los ingresos laborales no sólo son bajos, sino que además llegan a ser<br />

muy desiguales, así se explica que los TFNR que llegan a ser un tercio de la pea rural,<br />

se mantengan fuera de las actividades en las cuales recibirían ingresos monetarios,<br />

pues el ingreso implícito que ellos generan para el hogar resulta ser mayor al que<br />

podrían conseguir ocupándose fuera del hogar.<br />

Anexos<br />

Tabla A1: Regresión para obtener el pago estimado por jornal<br />

Dependiente: Logaritmo del jornal (retribución diaria)<br />

Err.<br />

Coef. Std. t P>t<br />

[Intervalo<br />

Conf. 95%]<br />

hombre 0,238041 0,017<br />

13,8<br />

4 0 0,204 0,272<br />

edad -0,0020954 0,001 -3,57 0 -0,003 -0,001<br />

educación 0,0298673 0,005 5,72 0 0,020 0,040<br />

experiencia 0,0038045 0,001 3,67 0 0,002 0,006<br />

indicadora: actividad<br />

secundaria -0,1209737 0,018 -6,57 0 -0,157 -0,085<br />

menos de 15 horas 0,1321234 0,037 3,55 0 0,059 0,205<br />

de 15 a 34 horas 0,2445745 0,037 6,57 0 0,172 0,318<br />

de 35a 47 horas 0,38827 0,038 10,3 0 0,315 0,462<br />

76


48 horas 0,2640699 0,039 6,77 0 0,188 0,341<br />

de 49 a 59 horas 0,3504294 0,041 8,55 0 0,270 0,431<br />

de 60a màs horas 0,4196028 0,032<br />

12,9<br />

8 0 0,356 0,483<br />

urbano 0,1244373 0,017 7,37 0 0,091 0,158<br />

Sierra -0,091775 0,030 -3,06 0,002 -0,151 -0,033<br />

Selva 0,0882143 0,040 2,22 0,027 0,010 0,166<br />

N=6952<br />

F=84.73<br />

R2=0.3235<br />

Nota: se excluyen los efectos fijos correspondientes a cada región<br />

5<br />

Tabla A2: Precio promedio por ámbito rural del jornal<br />

jornal<br />

observado<br />

jornal<br />

predicho<br />

(provincia)<br />

jornal predicho<br />

(departamentoámbito)<br />

jornal predicho<br />

(departamento)<br />

nacional 12,11 11,45 12,09 11,81<br />

costa norte 14,27 13,56 13,49 13,19<br />

costa centro 15,24 16,16 16,25 15,96<br />

costa sur 17,23 16,42 15,82 15,82<br />

sierra norte 8,74 10,76 13,45 12,83<br />

sierra centro 11,19 9,44 10,16 10,11<br />

sierra sur 9,65 8,96 9,67 9,49<br />

selva 13,82 12,59 12,92 12,42<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Tabla A3: Precio promedio por ámbito rural del jornal a partir de la información de<br />

MINAG<br />

Mínimo Promedio<br />

nacional 8,88 14,05<br />

costa norte 10,51 14,83<br />

costa centro 11,14 14,96<br />

costa sur 13,64 18,29<br />

sierra norte 6,78 12,99<br />

sierra centro 8,15 14,22<br />

sierra sur 9,12 13,55<br />

selva 9,70 14,24<br />

Fuente: MINAG<br />

Tabla A4: Demanda por jornales agrícolas en el mercado: elasticidad precio del jornal,<br />

bajo diferentes especificaciones (Dependiente construida con información MINAG)<br />

Dependiente:<br />

Mínimo<br />

MINAG<br />

Número de jornales agrícolas (Ln)<br />

Especificación Especificación<br />

1<br />

2<br />

Especificación<br />

3<br />

Promedio MINAG<br />

Especificación<br />

1<br />

Especificación Especificación<br />

2<br />

3<br />

Precio jornal (Ln) -0.4856*** -0.5569*** -0.4208*** -0.1080 -0.1507* -0.0096<br />

Indicadora: act. Pecuaria 0.1869** 0.1828**<br />

Indicadora: act. Forestal 0.3218*** 0.1897***<br />

Indicadora: actividad<br />

permanente 0.0079 -0.0001 0.1911* -0.1001 -0.1003 0.0916<br />

Número de parcelas<br />

trabajadas 0.0047 0.0073 0.0047 0.0215*** 0.0233*** 0.0192**<br />

Indicadora: Subproductos<br />

agrícolas -0.0125 -0.0073<br />

Tierra trabajada (Ha) 0.0051*** 0.0054*** 0.0040*** 0.0053*** 0.0055*** 0.0041***<br />

77


Calidad media de las tierras<br />

trabajadas -0.0473 -0.0353 -0.0291 -0.0219<br />

Tierra con título en RRPP (Ha) 0.1161* 0.1324* 0.1429** 0.1559**<br />

Número de productos<br />

agrícolas 0.0259*** 0.0372*** 0.0242*** 0.0321***<br />

Valor total de la producción<br />

agrícola 0.0000 0.0000 0.0000 0.0000<br />

Proporción destinada<br />

a la venta de la prod.<br />

Agrícola 1.5397*** 1.5139*** 1.5018*** 1.4788***<br />

Gasto total act. Agrícola 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001*** 0.0001***<br />

% del gasto en insumos -1.2796*** -1.2617*** -1.1611*** -1.1953*** -1.1857*** -1.0927***<br />

% del gasto en asistencia<br />

técnica -1.0177* -0.8089 -0.9144 -1.1265* -1.0053* -1.1387*<br />

Número de TFNR 0.0756** 0.1077*** 0.1285*** 0.0638* 0.0958*** 0.1137***<br />

Proporción de TFNR varones 0.0450 0.0467<br />

Edad media de los TFNR -0.0011 -0.0007<br />

Educación media de los TFNR 0.0196 0.0172<br />

costa centro -0.0201 -0.0811 0.0954 -0.0527 -0.1049 0.0803<br />

costa sur 0.0447 -0.0117 -0.2212 0.0449 0.0078 -0.1966<br />

sierra norte 0.1202 0.1337 -0.3835*** -0.0887 -0.0829 -0.5927***<br />

sierra centro -0.3070** -0.3147*** -0.8166*** -0.4085*** -0.4140*** -0.9041***<br />

sierra sur 0.0187 -0.0332 -0.5434*** 0.0563 0.0263 -0.4765***<br />

selva 0.0470 0.0376 0.1432 0.0367 0.0305 0.1217<br />

indicadora: pobres no<br />

extremos 0.2195*** 0.2380*** 0.3023*** 0.2381*** 0.2505*** 0.3095***<br />

Indicadora: no pobres 0.4589*** 0.4795*** 0.5882*** 0.4856*** 0.4986*** 0.6024***<br />

Indicadora: negocio<br />

independiente 0.0504 0.0611 -0.0251 0.0787 0.0876 0.0022<br />

constante 3.0611*** 3.3738*** 3.8531*** 1.7393*** 1.9842*** 2.4374***<br />

N 3726 3726 3751 3717 3717 3741<br />

F 1,413,309 1,705,245 1,308,901 1,622,241 1,990,233 1,574,772<br />

r2 0.5473 0.5383 0.4433 0.5819 0.5779 0.4896<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


% del gasto en insumos -1.3256*** -1.6000*** -1.9297*** -2.6998*** -3.3444*** -3.9727***<br />

% del gasto en<br />

asistencia técnica -1.8457 -0.8579* -1.9597*** -1.4728 -1.5529 -6.9990***<br />

Número de TFNR<br />

(menos de 15 horas) -0.0247 -0.0088 0.0875 -0.0636 -0.0516 0.2435*<br />

Número de TFNR<br />

(15 horas en adelante) -0.2818 0.0105 0.0233 -0.4793 0.0561 0.0797<br />

Proporción de TFNR<br />

varones -0.8038** -0.1267 -0.0539 -1.4133** -0.2751 -0.2081<br />

Edad media de los TFNR 0.0055 -0.0006 -0.0008 0.0099 -0.0007 -0.001<br />

Educación media de los<br />

TFNR 0.1012 0.0131 0.0473 0.1768 0.0172 0.0811*<br />

costa centro 0.1145 0.2789<br />

costa sur 0.0993 0.2717<br />

sierra norte -0.2375*<br />

sierra centro 0.2845*** 0.5022***<br />

sierra sur 0.1125*<br />

selva<br />

indicadora: pobres no<br />

extremos -0.0677 0.2490*** 0.4044*** -0.0311 0.4763*** 0.8582***<br />

Indicadora: no pobres 0.2045 0.5531*** 0.8650*** 0.4102 1.0215*** 1.5659***<br />

Indicadora:<br />

negocio independiente -0.0139 0.1868** -0.1583 0.0486 0.3474*** -0.2801<br />

constante 4.1633** 1.1168*** 0.8971 5.8174** -0.166 -1.0298<br />

sigma 2.1954*** 1.9423*** 2.1107***<br />

N 608 4774 1785 608 4774 1785<br />

F 17.7996 98.2861 102.5219 12.6938 92.5758 70.6008<br />

R2 0.483 0.3664 0.513 0.3679 0.4052 0.41126<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


Proporción de TFNR varones -0.8593** -0.1425 -0.0604 -0.7675** -0.1116 -0.0348<br />

Edad media de los TFNR 0.0065 -0.001 -0.0007 0.0059 -0.0006 -0.0007<br />

Educación media de los TFNR 0.1056 0.015 0.0504 0.0938 0.0124 0.0473*<br />

costa centro 0.1331 0.147<br />

costa sur 0.0081 0.0138<br />

sierra norte<br />

sierra centro 0.1606** 0.1356**<br />

sierra sur -0.0001 0.0876<br />

selva<br />

indicadora: pobres no extremos -0.0512 0.2487*** 0.4456*** -0.0869 0.2167*** 0.3874***<br />

Indicadora: no pobres 0.1942 0.5709*** 0.9238*** 0.177 0.4927*** 0.8315***<br />

Indicadora: negocio<br />

independiente -0.0192 0.1805** -0.1893 -0.0126 0.1746*** -0.1489<br />

constante 4.3741** 1.1075*** -0.0513 3.3733** 0.5602** -0.3074<br />

N 608 4774 1785 608 4774 1785<br />

F 17.584 94.2083 105.9699 18.342 91.3581 105.4106<br />

R2 0.4722 0.3548 0.5081 0.493 0.3758 0.518<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estimaciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


sierra norte 0.2595** 0.2567** 0.2597** 0.2614** 0.2634**<br />

sierra centro 0.4970*** 0.4916*** 0.4949*** 0.5006*** 0.5055***<br />

sierra sur 0.3400*** 0.3334*** 0.3366*** 0.3430*** 0.3486***<br />

selva -0.0132 -0.0164 -0.0139 -0.0108 -0.0025<br />

indicadora: pobres no extremos 0.2755*** 0.2742*** 0.2734*** 0.2761*** 0.2780***<br />

Indicadora: no pobres 0.6434*** 0.6395*** 0.6384*** 0.6449*** 0.6440***<br />

Indicadora: negocio independiente 0.0118 0.0128 0.0115 0.0143 0.0186<br />

constante 1.4707*** 1.4778*** 1.4738*** 1.4706*** 1.4672***<br />

N 7167 7167 7167 7167 7167<br />

Estadístico F 165 165 165 165 183<br />

R-cuadrado 0.4435 0.4434 0.4435 0.4436 0.4428<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


Indicadora: no pobres 1.1575*** 1.1486*** 1.1507*** 1.1572*** 1.1524***<br />

Indicadora: negocio independiente 0.0504 0.0521 0.0552 0.0582 0.0646<br />

constante 0.4174 0.4355 0.4231 0.4239 0.4203<br />

sigma 2.0773*** 2.0776*** 2.0775*** 2.0771*** 2.0792***<br />

N 7167 7167 7167 7167 7167<br />

F 147.6050 147.6329 147.5078 147.7700 163.0499<br />

Fuente: ENAHO 2007<br />

Nota: estiamciones sin factores de expansión<br />

leyenda: * p


educación y el acceso a servicios entre otros, sobre el total de jornales ofrecidos por el<br />

hogar en el sector agrícola.<br />

Dadas las limitaciones existentes en información detallada que nos permita llevar a<br />

cabo los objetivos usaremos como fuente de información principal la encuesta BASIS<br />

2007, la cual se centra en 3 zonas, 2 en la costa norte Piura y Chepen y una en la<br />

sierra central, Junín. Esta encuesta tiene información detallada sobre las<br />

características demográficas y productivas de 1318 hogares rurales, distribuidos en<br />

451 en Piura, 292 en Junín y 575 en Chepen. Sin embargo, una de las principales<br />

limitaciones del trabajo, se da debido a la falta de información en cuanto a las<br />

características productivas, en relación al empleo. En este tema sólo se tiene<br />

información detallada, referida al número de jornales tanto dentro como fuera de la<br />

unidad agrícola, sea contratado o familiar, para los dos cultivos transitorios principales<br />

en el hogar. Además que no se conoce las características del trabajador familiar no<br />

remunerado tanto para actividades agrícolas como no agrícolas, solo se conoce la<br />

cantidad de jornales (días-hombre) trabajados, y tampoco las características de los<br />

trabajadores contratados para la actividad agrícola.<br />

Esta investigación pretende responder las siguientes interrogantes: ¿Cuál es el salario<br />

sombra en las zonas de estudio? ¿Existen diferencias en el salario sombra al interior y<br />

entre cada zona? ¿Cuál es la relación de este salario sombra con el salario de<br />

mercado? ¿De qué depende esta relación? ¿Existen restricciones en el mercado de<br />

trabajo en el sector agrícola para estos hogares? Y por último ¿Cual es la elasticidad<br />

salario sombra de la oferta de trabajo de estos hogares?<br />

2. Caracterización de la unidad de producción agrícola<br />

En esta sección tiene como objetivo detallar el perfil del productor, así como de las<br />

diferencias existentes entre los mismos a través de las tres zonas de estudio. Para lo<br />

cual se caracterizará en primer lugar la unidad productiva en términos de principales<br />

cultivos del hogar, el uso y tenencia de los principales factores de producción como<br />

tierra, mano de obra, maquinaria y crédito, tenencia y uso de animales, uso de<br />

insumos e ingresos por ventas de productos agrícolas. Y en segundo lugar describir al<br />

conductor de la actividad y su hogar establecido como unidad productiva de acuerdo a<br />

características demográficas del jefe de hogar tanto en edad como en educación, los<br />

niveles de pobreza del hogar, y composición de ingresos de manera que tengamos un<br />

panorama más amplio sobre las diversas actividades que realizan estos hogares.<br />

2.1 Tierra<br />

Ahora, es necesario saber cuál es el nivel de activos del hogar, en este caso<br />

observaremos las características del factor tierra. Así vemos que más del 95% de los<br />

hogares en la muestra tienen tierras propias, éstas están distribuidas en 95% en Piura,<br />

95% en Junín y 99% en Chepen. Y como muestra el cuadro 1, son los hogares pobres<br />

los que en mayor proporción tienen parcelas propias en comparación a los hogares no<br />

pobres.<br />

Cuadro 1<br />

Hogares con parcelas propias<br />

Pobres No pobres Total<br />

N % N % N %<br />

Piura 318 96.07 95 91.35 429 95.12<br />

Junín 143 94.08 115 95.83 276 94.52<br />

Chepen 310 99.36 246 98.80 570 99.13<br />

83


Pero es necesario contrastar el resultado del cuadro 1, tomando en cuenta las<br />

características de éstas parcelas propias, como extensión, número de parcelas y<br />

cuántas de éstas se encuentran inscritas en registros públicos. Así en el cuadro 2<br />

vemos que mientras mayor sea el quintil de tierra trabajada, el promedio de parcelas<br />

propias también aumenta, el número de parcelas y número de parcelas inscritas en<br />

registros públicos también lo hacen.<br />

Cuadro 2<br />

Características de las parcelas propias (promedio)<br />

Ha N RRPP<br />

Piura Q1 1.83 2.10 1.21<br />

Q2 2.41 1.91 1.29<br />

Q3 3.57 2.20 1.61<br />

Q4 3.57 2.30 2.06<br />

Q5 8.03 1.69 1.44<br />

Junín Q1 0.60 3.23 1.98<br />

Q2 1.18 4.04 2.24<br />

Q3 1.79 4.53 2.96<br />

Q4 2.65 4.17 2.70<br />

Q5 6.34 3.89 1.96<br />

Chepen Q1 2.67 1.42 1.08<br />

Q2 4.24 1.64 1.30<br />

Q3 4.55 1.69 1.48<br />

Q4 6.64 1.56 1.43<br />

Q5 10.02 2.46 2.16<br />

Es en Chepen donde la extensión de parcelas propias es mayor, y el número de<br />

parcelas es menor, lo que nos da una idea de cómo fue la distribución de la tierra en<br />

esta zona. A su vez, es en esta zona donde la proporción de parcelas inscritas en<br />

registros públicos es mayor.<br />

2.2 Crédito<br />

Otro factor importante en la producción es el acceso a crédito, ya que esto sirve a los<br />

hogares para poder financiar los gastos ocasionados en la campaña agrícola. Así,<br />

vemos que el 51% de los hogares en nuestra muestra tuvo un crédito para la<br />

producción en el año 2006. De esta manera vemos que 59% de hogares en Piura<br />

recurrió a un crédito para financiar su producción, 50% en Chepen y 40% en Junín. Y<br />

son los hogares pobres en las 3 zonas quienes acceden en menor medida al crédito<br />

para sus producción, tal y como vemos en el cuadro 3 a continuación:<br />

Cuadro 3<br />

Acceso a crédito por condición de pobreza<br />

- Porcentaje de hogares -<br />

No Pobre Pobre Total<br />

Piura 63.93 57.14 59.22<br />

Junín 44.62 38.00 39.66<br />

84


Chepen 52.70 45.99 50.00<br />

Al ordenar la muestra de hogares por quintiles de tierra trabajada, vemos que no<br />

existe una tendencia en el acceso al crédito salvo en los casos de los hogares pobres<br />

en Piura y Chepen. Lo único claro es que en el qunitil 5 de todos los cortes, tanto por<br />

departamento como por condición de pobreza, el nivel de acceso al crédito es mayor.<br />

Cuadro 4<br />

Acceso a crédito por quintiles de área trabajada<br />

Formal<br />

Informal<br />

% Monto % Monto<br />

Q1 25.0 463.4 68.8 321.0<br />

Q2 33.3 676.9 50.0 551.9<br />

Piura Q3 37.8 768.2 40.5 720.6<br />

Q4 54.1 1866.3 35.1 796.4<br />

Q5 85.1 5078.2 12.8 257.6<br />

Q1 100.0 1513.6 0.0 0.0<br />

Q2 75.0 693.0 12.5 8.5<br />

Junín Q3 75.0 1241.5 37.5 136.1<br />

Q4 100.0 1056.7 5.6 11.3<br />

Q5 89.7 3306.2 17.2 228.7<br />

Q1 38.9 595.2 66.7 386.1<br />

Q2 45.8 1670.4 54.2 901.1<br />

Chepen Q3 47.4 1276.4 50.0 1603.1<br />

Q4 58.5 2329.6 43.9 2112.6<br />

Q5 60.0 5570.7 46.0 3314.0<br />

Lo observado en al acceso a crédito, así como las características de las parcelas<br />

propias hacen ver como un grupo cada vez más diferenciado a aquellos hogares<br />

pertenecientes al último quintil en comparación a los demás hogares en cada una de<br />

las zonas de estudio.<br />

2.3 Cultivos<br />

Con respecto a los cultivos en las zonas, es importante notar en primer lugar la<br />

existencia de hogares que no siembran, 8% en Piura, 18% en Junín y 23% en<br />

Chepen. Y de los hogares que siembra, podemos ver que la mayoría de hogares se<br />

dedica a los cultivos transitorios en mayor medida que a los permanentes, debido<br />

seguramente a los niveles de capital requeridos para la siembra y mantenimiento de<br />

estos cultivos. En el cuadro 5 vemos la distribución de los hogares dedicados a los dos<br />

tipos de cultivos, así como la extensión total dedicada a ambos tipos de cultivo.<br />

Del cuadro 5, también podemos notar como es en Piura en donde se realiza la mayor<br />

actividad de cultivos permanentes, dedicando alrededor de la tercera parte del área<br />

trabajada total a cultivos permanentes, principalmente frutales, en Junín es menor, con<br />

cerca de la cuarta parte dedicada a estos cultivos, principalmente pastos, y por último<br />

Chepen con aproximadamente la décima parte del área total trabajada dedicada a<br />

cultivos permanentes.<br />

Cuadro 5<br />

Productores y tipos de cultivos<br />

85


Siembran<br />

No<br />

Transitorios Permanentes Total siembran<br />

Hogares Piura 292 219 412 39<br />

Junín 211 153 238 54<br />

Chepen 379 174 443 132<br />

Hectáreas Piura 827 465 1291<br />

Junín 413 163 577<br />

Chepen 1785 222 2007<br />

Realizando los cortes por quintiles de tierra trabajada vemos que son en mayor<br />

medida los hogares del quintil 5 los que se dedican cultivos permanentes. Pero la<br />

proporción es aún menor en comparación a los cultivos transitorios. En Piura la<br />

relación de área trabajada total y siembra de cultivos permanentes no se mantiene a lo<br />

largo de los quintiles, por lo que no se puede hablar en este caso de una tendencia.<br />

Cuadro 6<br />

Área total dedicada a la agricultura, por zonas, tipo de cultivos y quintiles de<br />

área trabajada<br />

Transitorios Permanentes Total<br />

Piura Q1 34.91 26.42 61.32<br />

Q2 97.54 62.52 160.06<br />

Q3 142.01 74.26 216.27<br />

Q4 186.74 57.26 244.00<br />

Q5 365.35 244.40 609.75<br />

Junín Q1 5.26 1.35 6.61<br />

Q2 18.37 8.52 26.89<br />

Q3 36.50 18.20 54.70<br />

Q4 71.10 43.68 114.77<br />

Q5 282.14 91.62 373.76<br />

Chepen Q1 53.10 10.41 63.51<br />

Q2 145.38 19.97 165.35<br />

Q3 283.05 33.21 316.26<br />

Q4 412.95 43.20 456.15<br />

Q5 890.09 115.34 1005.43<br />

Por otro lado, es necesario observar el área promedio dedicada tanto a cultivos<br />

permanente como transitorios, para observar adecuadamente el comportamiento de<br />

los agricultores en cada una de las zonas. En el cuadro 7 vemos que mientras<br />

aumentan los quintiles de área trabajada en Piura, la dedicación a cultivos<br />

permanentes aumenta, e incluso es mayor al promedio de área dedicada a cultivos<br />

transitorios. Esto no se observa ni en Junín, ni en Chepen. El caso de Piura, está más<br />

vinculado a los mercados de productos de agro exportación como son los frutales<br />

(mango y plátano) y debido a la escala y exigencia de estos productos, el capital juega<br />

un rol importante en la adopción de este tipo de cultivos.<br />

Cuadro 7<br />

Área promedio dedicada a la agricultura, por zonas, tipo de cultivos y quintiles<br />

de área trabajada<br />

Transitorios Permanentes Total<br />

86


Piura Q1 0.70 0.60 0.72<br />

Q2 1.50 1.36 1.62<br />

Q3 2.45 1.95 2.74<br />

Q4 3.33 1.91 3.70<br />

Q5 5.80 5.82 7.53<br />

Junín Q1 0.13 0.06 0.14<br />

Q2 0.46 0.28 0.56<br />

Q3 0.87 0.61 1.16<br />

Q4 1.65 1.18 2.39<br />

Q5 6.27 2.69 7.95<br />

Chepen Q1 0.76 0.61 0.77<br />

Q2 1.94 1.43 1.99<br />

Q3 3.49 2.08 3.68<br />

Q4 5.58 3.60 5.70<br />

Q5 11.27 5.49 12.11<br />

Del cuadro 5, 6 y 7 observamos la importancia que tienen los cultivos transitorios en el<br />

esquema productivo de la mayoría de hogares en Piura, Chepen y Junín. Ahora en el<br />

cuadro 8 se muestra cuales son estos principales cultivos:<br />

Cuadro 8<br />

Principales cultivos transitorios<br />

Extensión<br />

Hogares<br />

Ha % N %<br />

Piura Arroz 545 65.89 178 60.96<br />

Algodón 133 16.10 81 27.74<br />

Maíz amarillo 62 14.97 70 23.97<br />

Junín Maíz choclo 122 29.54 134 63.51<br />

Cebada grano 47 11.29 37 17.54<br />

Papa 95 23.06 120 56.87<br />

Chepen Arroz 1239 69.44 322 84.96<br />

Maíz amarillo 389 21.80 125 32.98<br />

Frijol 62 3.45 21 5.54<br />

Del cuadro 8 vemos como el arroz ocupa el primer lugar en los cultivos transitorios, en<br />

Piura y Chepen, cosa que no es de sorprender debido a la gran producción arrocera<br />

de la costa norte. En Junín el principal producto es el maíz choclo, seguido de la papa,<br />

sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en Piura y Chepen, no hay una concentración<br />

fuerte en productos.<br />

2.4 Trabajo<br />

En el 2007 se usaron un total de 205936 jornales en la producción dentro de la unidad<br />

agrícola, de los cuales 20% provenía de jornales familiares no remunerados. Este<br />

resultado nos dice que en general se contrata más jornales de los que el hogar aporta.<br />

Sin embargo, el caso contrario se da en Piura y Junín para el primer quintil de área<br />

trabajada donde los jornales familiares no remunerados son mayores que los<br />

87


contratados. Este comportamiento no se observa en Chepen ni en ninguno de los<br />

otros quintiles de área trabajada en Piura y Junín.<br />

Por otro lado, la proporción de jornales familiares en el total de jornales usado dentro<br />

de la unidad agrícola disminuye conforme aumenta el área trabajada. Lo cual nos da<br />

indicios sobre el costo de oportunidad de esta mano de obra familiar mientras<br />

pertenezca a un hogar que tiene más activos (tierra – capital)<br />

Cuadro 9<br />

Uso de jornales en la unidad agrícola<br />

Total<br />

Jornales del Jornales<br />

hogar contratados<br />

Promedio por hectárea<br />

Jornales del Jornales<br />

hogar contratados<br />

Piura Q1 1713 1068 82 40<br />

Q2 2356 2921 39 42<br />

Q3 2722 4509 30 43<br />

Q4 2998 6263 24 46<br />

Q5 3054 11386 50 54<br />

Junín Q1 361 353 176 132<br />

Q2 718 801 84 75<br />

Q3 578 857 32 56<br />

Q4 755 1573 20 33<br />

Q5 819 6201 6 34<br />

Chepen Q1 2411 4139 40 90<br />

Q2 4095 11277 37 92<br />

Q3 4790 20415 20 80<br />

Q4 5273 27526 17 80<br />

Q5 7761 66243 17 101<br />

Cuando vemos los jornales promedio por hectárea en el cuadro 9, podemos decir que<br />

en Junín y Chepen la cantidad de jornales familiares por hectárea disminuye con el<br />

aumento del nivel de activos en el hogar. No se puede decir lo mismo en el caso de los<br />

jornales contratados promedio por hectárea.<br />

2.5 Maquinaria<br />

El uso de maquinaria propia en los hogares de nuestra muestra es mínimo, esto<br />

asociado principalmente al uso no intensivo de maquinaria generalizado en nuestra<br />

agricultura. Así, vemos que el total de horas tractor contratadas aumenta con el nivel<br />

de área total trabajada para las tres zonas. Además el total de horas tractor utilizadas<br />

es mayor en las zonas de la costa norte que en Junín.<br />

Cuadro 10<br />

Uso de maquinaria en la unidad agrícola<br />

Total<br />

Promedio por hectárea<br />

Horas tractor Horas tractor Horas tractor Horas tractor<br />

del hogar contratadas del hogar contratadas<br />

Piura Q1 1 71 0 2<br />

Q2 1 159 0 2<br />

Q3 6 372 0 3<br />

88


Q4 5 524 0 4<br />

Q5 0 1211 0 5<br />

Junín Q1 0 7 0 3<br />

Q2 0 49 0 5<br />

Q3 18 116 1 7<br />

Q4 0 205 0 4<br />

Q5 90 618 4 4<br />

Chepen Q1 7 196 1 7<br />

Q2 0 635 0 6<br />

Q3 9 1224 0 5<br />

Q4 0 1850 0 5<br />

Q5 0 3806 0 6<br />

Debido al casi nulo uso de horas tractor del hogar en la producción, se hace casi<br />

innecesario hablar del comportamiento por hectárea. Pero, este no es el caso para las<br />

horas tractor contratadas por el hogar. En este caso, solo en Piura se ve un aumento<br />

de horas tractor utilizadas conforme va aumentando el nivel de área trabajada total, lo<br />

que conlleva a los mayores niveles de tecnificación al tener mayores activos.<br />

2.6 Animales<br />

A diferencia de lo visto en el cuadro 10 con el uso de maquinarias, podemos ver que el<br />

uso de animales en la producción es relativamente más intensivo, pero aún bastante<br />

pequeño. Esto solo se observa en Piura, mas no hay ninguna clara relación en<br />

Chepen ni Junín. De acuerdo al uso total de animales contratados, vemos que<br />

aumenta conforme aumentan los niveles de área trabajada, pero solo en Chepen y<br />

Junín mas no en Piura.<br />

Cuadro 11<br />

Uso de animales en la unidad agrícola<br />

Total<br />

Animales del Animales<br />

hogar contratados<br />

Promedio por hectárea<br />

Animales del Animales<br />

hogar contratados<br />

Piura Q1 80 97 3 5<br />

Q2 291 149 3 2<br />

Q3 183 94 1 1<br />

Q4 234 162 2 1<br />

Q5 250 57 1 0<br />

Junín Q1 0 57 0 21<br />

Q2 17 105 3 13<br />

Q3 14 115 1 7<br />

Q4 95 141 2 3<br />

Q5 75 245 0 1<br />

Chepen Q1 0 47 0 0<br />

Q2 3 54 0 0<br />

Q3 1 107 2 1<br />

89


Q4 1 130 0 1<br />

Q5 16 128 0 0<br />

Al estandarizar los niveles de uso de animales, vemos que en general no hay una<br />

relación clara en el uso de los animales del hogar, pero si en los animales<br />

contratados. Así, el uso de animales contratados disminuye con el aumento del área<br />

trabajada. Lo cual puede indicar algún nivel de sustitución con alguno de los factores<br />

de producción sea mano de obra o maquinaria.<br />

2.7 Insumos<br />

El uso de los fertilizantes afecta positivamente a la producción agrícola, como forma de<br />

estandarización de los distintos fertilizantes químicos usados por los agricultores en<br />

nuestra muestra se recurrió a usar la cantidad total de nitrógeno teniendo en cuenta la<br />

composición NPK de cada uno de los fertilizantes. Asi podemos ver como el uso<br />

aumenta de acuerdo al nivel de área trabajada, es un resultado esperado, debido a la<br />

escala de producción.<br />

Cuadro 12<br />

Uso de fertilizantes químicos, aproximado por la cantidad de nitrógeno usada en<br />

la producción.<br />

Nitrógeno<br />

total (kg)<br />

Piura Q1 4838 202<br />

Q2 13288 199<br />

Q3 19784 178<br />

Q4 28089 195<br />

Q5 53307 263<br />

Nitrógeno<br />

promedio<br />

por<br />

hectárea<br />

(kg)<br />

Junín Q1 669 238<br />

Q2 2428 215<br />

Q3 2437 115<br />

Q4 6296 119<br />

Q5 29581 134<br />

Chepen Q1 14541 314<br />

Q2 36692 310<br />

Q3 79135 301<br />

Q4 94472 273<br />

Q5 205382 288<br />

Al analizar el uso promedio de nitrógeno por hectárea podemos notar como disminuye<br />

el uso de acuerdo al nivel de área trabajada total. Sin embargo no se puede hablar de<br />

una tendencia. Esta disminución del uso de fertilizantes por hectárea nos da indicios –<br />

asumiendo que los cultivos son homogéneos dentro de los quintiles de cada zona – de<br />

la calidad de la tierra, ya que tierra de mejor calidad necesita un uso menos intensivo<br />

de nutrientes para alcanzar una producción dada.<br />

90


2.8 Ventas<br />

En Junín, el valor bruto de la producción para aquellos que están en el primer quintil es<br />

bastante menor que el obtenido en Piura (8 veces) y Chepen (12 veces), debidos<br />

principalmente al tipo de cultivos de la zonas y a la escala de la producción, que en<br />

Junín en el primer quintil es menor a una hectárea. Como era de esperarse el Ingreso<br />

total promedio aumenta considerablemente conforme aumentan los quintiles de área<br />

trabajada, lo cual está íntimamente relacionado con la escala de producción. Es en<br />

Junín donde los ingresos totales promedio son menores, en comparación a los<br />

observados en Piura y Chepen.<br />

Cuadro 13<br />

Valor bruto de la producción<br />

Ingresos<br />

Total<br />

Ingreso<br />

total<br />

promedio<br />

Ingreso<br />

promedio<br />

por<br />

hectárea<br />

Piura Q1 101236 2066 3039<br />

Q2 296618 4863 3486<br />

Q3 534256 9211 3908<br />

Q4 826420 15593 4583<br />

Q5 1972896 32343 5244<br />

Junín Q1 13289 633 5265<br />

Q2 59977 1764 5189<br />

Q3 69276 1979 2624<br />

Q4 284366 6936 5270<br />

Q5 845265 19657 4095<br />

Chepen Q1 188944 3258 4829<br />

Q2 524301 7825 4145<br />

Q3 1267055 16455 4656<br />

Q4 1650939 25014 4630<br />

Q5 3687241 49828 4618<br />

En el caso del ingreso promedio por hectárea, en Piura aumenta de acuerdo a los<br />

niveles de área trabajada. En Chepen el ingreso por hectárea es bastante homogéneo,<br />

lo cual se condice con que el 85% de los agricultores en la zona son productores de<br />

arroz. En Junín el ingreso por hectárea en los quintiles más bajos es bastante alto,<br />

pero eso es debido a la pequeña escala de producción.<br />

2.9 El productor<br />

Antes que nada ordenamos a los productores en las tres zonas de acuerdo a quintiles<br />

de área trabajada total. Se elige este corte debido a que funciona como una<br />

aproximación a los niveles de capital del hogar, siendo la tierra uno de los principales<br />

activos de un hogar agrícola. Así, en el cuadro 14 vemos como es en Piura donde se<br />

observa un menor nivel educativo para los jefes de hogar, con 4 años de educación en<br />

promedio en el quintil 1 y 6 años de educación en el quintil más alto, lo que nos dice<br />

91


que los jefes de hogar en esta zona tienen primaria completa como el mejor escenario.<br />

Este resultado es bastante parecido al visto en Chepen, con 5 años de educación en el<br />

primer quintil y 7 en el último. A diferencia de lo que ocurre en las zonas de la costa<br />

norte, en Junín el jefe del hogar tiene en el quintil más bajo 7 años de educación en<br />

promedio y 10 como máximo, significativamente mayor a los jefes de hogar en Piura y<br />

Chepen, debido a que el jefe de hogar del quintil más bajo tiene en promedio un mayor<br />

nivel educativo que el jefe de hogar tanto en Piura como en Chepen. Este<br />

comportamiento es constante a través de cada uno de los quintiles de área trabajada<br />

en las tres zonas. Al mismo tiempo, en todos los casos el nivel educativo del jefe del<br />

hogar es más bajo en promedio que el máximo observado en el hogar, y es en Junín<br />

donde el máximo nivel educativo del hogar es mayor.<br />

Al hablar sobre la edad del jefe del hogar, podemos decir que no hay una relación<br />

clara entre ésta y la tenencia de activos, en este caso la tierra. En las tres zonas, el<br />

promedio de edad del jefe de hogar es de alrededor de 60 años, siendo relativamente<br />

menor en Piura con 58 años en promedio, seguido de Chepen con 62 años y el mayor<br />

en Junín con un promedio de edad de 64 años.<br />

Cuadro 14<br />

Características del conductor por quintiles de área trabajada<br />

- Promedio por quintiles de área trabajada -<br />

Jefe del Hogar Máximo<br />

Educación Edad<br />

nivel<br />

educativo<br />

Piura Q1 3.94 57.88 10.52<br />

Q2 4.45 58.81 10.98<br />

Q3 4.22 56.24 11.24<br />

Q4 4.69 58.12 11.73<br />

Q5 5.93 59.64 12.40<br />

Junín Q1 7.22 63.00 12.60<br />

Q2 7.46 65.94 13.44<br />

Q3 7.61 65.45 13.43<br />

Q4 9.67 59.31 13.35<br />

Q5 9.85 63.45 14.23<br />

Chepen Q1 4.67 60.71 11.66<br />

Q2 5.03 64.06 12.14<br />

Q3 5.34 61.99 12.45<br />

Q4 5.13 63.81 12.58<br />

Q5 6.52 62.27 12.70<br />

Luego, contrastamos estas características por condición de pobreza del hogar. Tal y<br />

como vimos en el cuadro anterior, es en Junín donde los jefes de hogar son más<br />

educados, tanto de los hogares pobres como de los no pobres, los resultados<br />

obtenidos en educación del jefe del hogar por condición de pobreza son bastante<br />

parecidos en Piura y Chepen. Al mismo tiempo, podemos decir que los jefes de hogar<br />

en promedio no tienen el mayor nivel educativo en el hogar, siendo el más alto el<br />

obtenido en Junín. No se observan diferencias importantes en el máximo nivel<br />

educativo alcanzado por algún miembro del hogar tomando en cuenta su condición de<br />

pobreza.<br />

92


Por otro lado, los hogares pobres tiene jefes de hogar mayores a los presentes en<br />

hogares no pobres. Este comportamiento es consistente en las tres zonas, y es en<br />

Chepen donde los jefes de hogar son en promedio mayores. Ahora, el total de<br />

miembros del hogar es mayor en hogares pobres que en no pobres, y como se<br />

esperaba, esto ocurre en las tres zonas.<br />

Cuadro 15<br />

Características del conductor por condición de pobreza 21<br />

Jefe del Hogar<br />

Máximo<br />

Educación Edad<br />

nivel<br />

educativo<br />

Piura No Pobre 7.64 53.67 11.98 5.61<br />

Pobre 3.75 59.67 11.12 10.51<br />

Tamaño del<br />

hogar<br />

Junín No Pobre 10.33 61.61 13.58 5.27<br />

Pobre 7.11 64.87 13.24 9.54<br />

Chepen No Pobre 7.70 60.02 12.80 5.84<br />

Pobre 3.46 65.79 11.87 9.22<br />

Entonces de acuerdo a la relación entre activos, pobreza y educación podemos decir<br />

que es en Junín donde los jefes de hogar son más educados en promedio, y esto se<br />

mantiene en todos los cortes observados. Esta relación es parecida en los jefes de<br />

Piura y Chepen, y menor en comparación a lo encontrado en Junín.<br />

2.10 Niveles de pobreza<br />

Las aproximaciones a los niveles de activos del hogar pueden ser variadas. Por ello es<br />

necesario establecer cuál va a ser nuestra forma de medición de los activos en el<br />

hogar. Como mencionamos anteriormente debido a que se trata de hogares rurales y<br />

agrícolas se optó por el activo tierra. A priori se utilizó los quintiles de área trabajada<br />

total, sin embargo, también se puede utilizar otras medidas como el área total de<br />

parcelas propias, el área total dedicada a cultivos transitorios, el área total dedicada a<br />

cultivos permanentes, al área total de parcelas inscritas en registros públicos, o<br />

aproximarnos a los niveles de calidad usando el tipo de riego, etc.<br />

De esta manera se realiza una comparación entre cada una de las relaciones<br />

obtenidas entre las medidas de activos y condición de pobreza para cada una de las<br />

tres zonas y el total de la muestra. Estos resultados se muestran en el cuadro 3 a<br />

continuación.<br />

Cuadro 16<br />

Coeficientes asociados a condición de pobreza<br />

- Variable exógena: condición de pobreza -<br />

Variable dependiente Piura Junín Chepen Total<br />

Área trabajada total -1.41308*** -1.248655** -1.54279*** -1.61470***<br />

Área parcelas propias -0.73884 -0.812253 -0.94272 -0.98842<br />

21 La condición de pobreza de un hogar es definida por medio del uso de la línea de pobreza elaborada por<br />

el INEI. Debido a que esta encuesta no cuenta con niveles de gasto del hogar, se recurre a una estimación<br />

de este gasto de acuerdo a características observables dentro de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho<br />

2007) y la encuesta Basis 2007 usada en este estudio. Para más detalle sobre la construcción de este<br />

indicador ver el Anexo.<br />

93


Área trabajada cultivos<br />

transitorios -1.48826*** -1.296663*** -1.40028*** -1.64626***<br />

Área trabajada cultivos<br />

permanentes -1.04311 -0.629818 -0.81136 -0.81305<br />

En todos los casos analizados, los coeficientes son negativos con relación a ser pobre.<br />

Sin embargo sólo área trabajada de cultivos transitorios y el área total cultivada<br />

presentan relaciones estadísticamente significativas con la condición de pobreza.<br />

Debido a que el área trabajada total incluye tanto el área dedicada a cultivos<br />

permanente como transitorios, se decidió optar por ésta como medida aproximada del<br />

activo tierra en el hogar.<br />

Como se vio en el cuadro 15, la relación entre el área trabajada y los niveles de<br />

pobreza es negativa. En el cuadro 16, mostramos como esta relación aún es robusta<br />

cuando realizamos el corte por quintiles de tierra trabajada total. Así, los niveles de<br />

pobreza disminuyen mientras más alto sea el quintil de área trabajada. Pero es en<br />

Piura donde ésta relación no es muy clara, lo cual no ocurre en Chepen y Junín donde<br />

el quintil 1 tiene 66% y 72% de pobres respectivamente mientras que en el quintil 5 la<br />

proporción de pobres disminuye a 49%, en ambas zonas.<br />

Cuadro 17<br />

Pobreza por quintiles de área trabajada (%)<br />

Piura Junín Chepen<br />

Q1 79.76 71.74 65.85<br />

Q2 83.84 68.09 64.56<br />

Q3 86.30 63.41 54.12<br />

Q4 71.43 55.32 51.90<br />

Q5 56.58 48.84 48.75<br />

2.11 Composición de los ingresos<br />

Los ingresos anuales laborales de los hogares son en promedio S/. 20 mil en Piura, S/.<br />

18 mil en Junín y alrededor de S/. 30 mil en Chepen. Siendo más importante el ingreso<br />

por actividades agrícolas tanto dependientes como independientes las regiones de<br />

Piura y Chepen con alrededor del 90 % de sus ingresos provenientes de estas<br />

actividades. Para Junín notamos que la composición de sus ingresos se encuentra<br />

más diversificada teniendo una mayor importancia las actividades no agrícolas. Cabe<br />

destacar que en las tres regiones los menores ingresos se dan por venta de mano de<br />

obra para actividades agrícolas, es decir las actividades agrícolas que realizan los<br />

miembros del hogar fuera de la parcela familiar. Y es en Chepen donde aun cuando es<br />

mínimo el ingreso dependiente agrícola es en promedio mayor al observado en las<br />

otras dos regiones como mostramos en el gráfico 1.<br />

Gráfico 1<br />

Composición de los ingresos por región<br />

-Nuevos soles anuales-<br />

94


En los gráficos 2 y 3 podemos contrastar las diferencias encontradas entre la<br />

composicion de los ingresos al interior de las regiones distinguiendo los hogares por<br />

su condicion de pobreza. Así, encontramos que en primer lugar la venta de mano de<br />

obra para actividades agrícolas practimanete desaparece en los hogares no pobres,<br />

solo se mantiene minimamente en los hogares de Chepen, cosa que no es de extrañar<br />

debido al costo de oportunidad que tienen los miembros de estos hogares para<br />

dedicarse a otras actividades tanto agrícolas como no agrícolas.<br />

El nivel de ingresos en los hogares pobres en Piura y Junin son similares, sin embargo<br />

la composicion no, y como vimos en el gráfico 1, el ingreso no agrícola en Junín<br />

(dependiente e independiente) es un componente fundamental en el total de ingresos<br />

del hogar. Por otro lado, los ingreso agricolas independientes en Piura y Chepen<br />

bordean el 70%, lo que muestra a un mayor grado de diversificación por parte de los<br />

hogares en Junín en comparación a lo hallado en Piura y Chepen.<br />

Por el lado de los hogares no pobres vemos en el gráfico 3 que el nivel de ingresos<br />

aun es mucho mayor en Piura y Chepen en comparacion al de Junín, casi el doble. Sin<br />

embargo, es importante destacar que existe mayor diversificacion entre los hogares no<br />

pobres en comparación a los hogares pobres en lo que respecta a fuentes de<br />

ingresos, aun cuando los ingresos por actividad agricola independiente son en<br />

promedio los mas importantes en estos hogares, seguidos por los ingresos por activida<br />

no agricola independiente.<br />

Gráfico 2<br />

Composición de los ingresos por región<br />

-Hogares pobres, soles anuales-<br />

Gráfico 3<br />

Composición de los ingresos por región<br />

-Hogares no pobres, soles anuales-<br />

95


En el gráfico 4 podemos ver con mayor claridad la participación de los ingresos en<br />

cada una de las regiones. Así, en las regiones de Piura y Chepen, sin importar la<br />

condición de pobreza, los ingresos más importantes provienen de la actividad agrícola<br />

independiente, superando en todos los casos el 60%. En Junín, la participación de los<br />

ingresos agrícolas independientes se encuentra entre el 33% y 50%. Al mismo tiempo,<br />

la participación de los ingresos no agrícolas independientes es en todos los casos<br />

mayor en Junín, bordeando el 40% en comparación a las otras dos regiones. Tambien<br />

confirmando lo que vimos en los gráficos anteriores, la participación de los ingresos<br />

por venta de mano de obra agrícola es la menor en las tres regiones (menos del 10%)<br />

y es relativamente mayor en los hogares pobres que en los no pobres.<br />

Grafico 4<br />

Participación de los ingresos<br />

-por categoria ocupacional y región-<br />

Una vez vistos la composición de los ingresos en estos cuatro grandes grupos de<br />

trabajadores (agrícolas dependientes e independientes y no agrícolas dependientes e<br />

independientes), nos preguntamos qué características tienen estos trabajadores, si<br />

existe alguna diferenciación entre categorías ocupacionales y entre zonas.<br />

96


Cuadro 18<br />

Características de los trabajadores por categoría ocupacional<br />

Región<br />

Edad Educación % Hombres<br />

Conductores actividad independiente<br />

no agrícola<br />

Piura 44.91 5.58 34.69<br />

Junín 51.27 9.46 52.13<br />

Chepen 47.09 8.34 47.24<br />

Conductores actividad agrícola<br />

independiente<br />

Piura 57.67 4.80 96.28<br />

Junín 62.22 8.47 64.93<br />

Chepen 61.88 5.58 83.33<br />

Trabajador dependiente no agrícola<br />

Piura 30.56 9.01 68.48<br />

Junín 35.35 12.32 61.54<br />

Chepen 38.41 10.89 65.29<br />

Trabajador dependiente agrícola<br />

Piura 32.13 6.60 89.16<br />

Junín 37.26 9.54 58.57<br />

Chepen 38.51 7.91 84.83<br />

Del cuadro 18 vemos que en promedio la edad es mucho mayor y el nivel educativo es<br />

menor en los conductores de actividades independientes agrícolas y no agrícolas en<br />

comparación a la que observamos en los trabajadores dependientes tanto agrícolas<br />

como no agrícolas. Al mismo tiempo vemos que es en promedio mayor la participación<br />

femenina en todas las actividades laborales en los hogares en Junín, bordeando el<br />

40%. Cabe resaltar que la mayor participación femenina se da en las actividades<br />

independientes no agrícolas.<br />

Los trabajadores dependientes no agrícolas son los más jóvenes y calificados en<br />

comparación a aquellos que se desempeñan en otra categoría ocupacional. Lo cual<br />

nos muestra como la nueva generación de estos hogares busca desempeñarse fuera<br />

de las labores agrícolas.<br />

Por último, vemos que el trabajador dependiente no agrícola se encuentra casi en el<br />

mismo rango de edad que los trabajadores dependientes no agrícolas, sin embargo la<br />

principal diferencia se da en el nivel educativo que en este caso es en promedio 25%<br />

menor que el observado en sus pares no agrícolas, lo que los convierte en menos<br />

aptos para labores que exijan una mayor calificación.<br />

3. La oferta de trabajo<br />

Como vimos, estos hogares rurales son principalmente hogares que se dedican a la<br />

actividad independiente agrícola, por lo que no existe un salario explicito por su trabajo<br />

en su propia tierra. En ausencia de este salario, es necesario estimar un “salario<br />

sombra” determinado al interior de este hogar de acuerdo al trabajo que se realiza en<br />

esta unidad productiva, es decir el producto marginal del trabajo en la misma.<br />

Para la estimación de la oferta de trabajo agrícola en los hogares rurales de nuestra<br />

muestra, es necesario en primer lugar estimar la función de producción de la unidad<br />

agrícola. En segundo lugar, una vez estimada la función de producción, estimar el<br />

97


salario sombra del trabajador familiar no remunerado. Una vez hecho esto se estimará<br />

la oferta de trabajo de la unidad agrícola, instrumentalizando el salario sombra para<br />

evitar problemas de endogeneidad. De ahí se obtendrá la elasticidad empleo-salario<br />

sombra.<br />

3.1 La función de producción<br />

La forma funcional que adopta la función de producción la determina la relación que<br />

existe entre los factores para producir un nivel dado de producción. La elección de<br />

alguna forma funcional en particular sirve para mejorar la apreciación del<br />

comportamiento económico de los agentes, acercándose lo más posible a la realidad.<br />

La función de producción más usada en la literatura nacional e internacional es la<br />

Cobb Douglas. Esta función satisface las propiedades de no negatividad, factor<br />

estrictamente esencial, estrictamente monótona, continua y dos veces diferenciable.<br />

La función de producción Cobb Douglas se expresa así:<br />

Y=F(X)<br />

La forma convencional de estimar la función de producción implica la inclusión de sólo<br />

cantidades para eliminar el efecto precio, y por ende la variable endógena también<br />

sería en cantidades. Sin embargo esto puede ocurrir cuando hablamos de una función<br />

de producción de un solo cultivo. Ahora, dado que se trata de una función<br />

multiproducto la variable endógena será el valor bruto de la producción de cada uno de<br />

los cultivos del hogar y X es un vector de n factores e insumos de producción, ß i son<br />

las elasticidades asociadas a cada factor e insumo de producción.<br />

Debido a la forma funcional de la Cobb-Douglas, se realizará una transformación<br />

logarítmica. De manera que el modelo a estimar será un MCO con errores estándar<br />

robustos de la siguiente manera:<br />

Ln(y) = Ln(F(X))<br />

Usaremos la información disponible en la encuesta Basis – Peru rural 2007, la cual<br />

recoge información de alrededor de 1200 hogares rurales de pequeña agricultores<br />

comerciales. La unidad de análisis es el hogar entendido para fines de este estudio<br />

como la unidad de producción agrícola. Esta encuesta tiene la ventaja de tener<br />

información detallada sobre producción y ventas de los cultivos sembrados por el<br />

hogar en un año agrícola. Sin embargo, sólo se cuenta con información detallada y<br />

desagregada al nivel necesario para este análisis para los dos cultivos principales y<br />

transitorios que siembra el hogar, esto quiere decir que queda excluida la producción<br />

de cultivos permanentes del análisis por no presentar el nivel de desagregación<br />

necesario 22 . Lo cual nos aproxima por debajo a la cantidad total contratada de factores<br />

de producción (insumos, jornales, maquinarias, etc), así como la cantidad usada de<br />

22 Esto podría traer problemas en la medida que los hogares en nuestra muestra puedan ser más<br />

especializados en cultivos permanentes (tipo I) o que la composición de su cartera de cultivos transitorios<br />

sea más homogénea y variada, es decir que los hogares se dediquen al policultivo y no haya una clara<br />

especialización (tipo II). De los datos mostrados con anterioridad (cuadro 8) podemos ver como en Piura<br />

se siembra solo un cultivo, el arroz, salvo el quintil más rico de esta zona que siembra alrededor del 50%<br />

del área que posee en cultivos permanentes, específicamente plátano, lo que correspondería al error tipo I.<br />

Para Chepen podríamos decir que no hay problemas de estos tipos debido a que los hogares en la zona<br />

son eminentemente productores de arroz. Y por ultimo para Junín en donde los hogares de la zona se<br />

dedican a la siembra de varios cultivos como mostramos en el cuadro 5, tiene básicamente 2 cultivos<br />

principales que son la papa y el choclo, correspondería el error tipo II.<br />

98


sus dotaciones como el jornal familiar no remunerado y el uso de maquinarias propias.<br />

Y es debido a que no se cuenta con la información desagregada sobre cantidad y<br />

precio de factores utilizados en la producción para todos los cultivos sembrados por el<br />

hogar que nos centraremos únicamente en los hogares que siembran cultivos<br />

transitorios, y dentro de éstos en los dos cultivos principales para cada uno de los<br />

hogares que tenga cultivos transitorios.<br />

Las variables a utilizar son:<br />

Valor bruto de la producción<br />

Es el ingreso bruto de la venta de la producción agrícola en el mercado.<br />

Nitrógeno (kg)<br />

Es una aproximación estandarizada del uso de fertilizantes químicos en la producción.<br />

Utiliza la composición NPK de cada uno de los fertilizantes químicos para agregar el<br />

nivel de nitrógeno utilizado en la producción.<br />

Área trabajada (ha)<br />

Es el área trabajada por el hogar en hectáreas.<br />

Jornales Contratados<br />

Es el número de unidades día-hombre contratada usadas en la producción.<br />

Jornales Familiares<br />

Es el número de unidades día-hombre provenientes del hogar y que no son<br />

remuneradas usadas en la producción.<br />

Animales Contratados<br />

Es el número de unidades día-animal contratada usadas en la producción.<br />

Animales del hogar<br />

Es el número de unidades día-animal provenientes del hogar y que no son<br />

remuneradas usadas en la producción.<br />

Maquinaria contratada<br />

Es el número de unidades horas-tractor contratada usadas en la producción.<br />

Maquinaria del hogar<br />

Es el número de unidades horas-tractor provenientes del hogar y que no son<br />

remuneradas usadas en la producción.<br />

Seguidamente en el cuadro 19 se muestra el promedio las variables consideradas en<br />

la estimación de la función de producción.<br />

Cuadro 19<br />

Función de producción agrícola: Variables asociadas (promedio)<br />

Piura Junín Chepen<br />

Valor bruto de la producción 13232.0 7311.3 21399.1<br />

Nitrógeno (kg) 423.1 238.0 1258.0<br />

Área trabajada (ha) 3.3 3.0 5.1<br />

Jornales Contratados 92.7 56.2 378.9<br />

Jornales Familiares 45.5 18.6 71.1<br />

Animales Contratados 2.0 3.8 1.4<br />

Animales del hogar 3.7 1.2 1.8<br />

99


Maquinaria contratada 8.3 5.7 22.5<br />

Maquinaria del hogar 0.0 5.8 0.2<br />

N 282 174 342<br />

De las variables a utilizar vemos que el VBP de los hogares en Junín es menor al de<br />

Piura y Chepen, también es menos intensivo en el uso de nitrógeno 23 , trabaja menos<br />

área y usa menos jornales en promedio, esto también asociado a la escala de<br />

producción. Sin embargo en Junín es más intensivo el uso de animales contratados en<br />

la producción, al contrario que en Piura donde es más intensivo el uso de los animales<br />

propios. En Chepen el uso es más intensivo en maquinaria contratada, mientras que<br />

en Junín el uso más intensivo se da para la maquinaria del hogar. Esto nos da una<br />

muestra de la heterogeneidad en los procesos productivos en cada zona.<br />

Ahora, estimamos la función de producción agrícola, como la definimos con<br />

anterioridad, de ella obtenemos una relación positiva y significativa con el nitrógeno<br />

(kg), el área trabajada (ha), los jornales contratados, la maquinaria contratada y la<br />

tenencia de un crédito. Lo que quiere decir que un aumento en cualquiera de estos<br />

factores conlleva a un aumento del valor bruto de la producción.<br />

Por otro lado, los jornales familiares, y la maquinaria del hogar presentan los signos<br />

esperados pero su relación es estadísticamente no significativa. El uso de animales<br />

sean contratados o pertenecientes al hogar tienen presentan un signo negativo pero<br />

no significativo con relación al valor bruto de la producción, lo cual puede indicar un<br />

efecto sustitución con los otros factores de producción.<br />

Cuadro 20<br />

Función de producción agrícola<br />

Dependiente: Valor bruto de la producción<br />

Coeficiente<br />

Desvío<br />

estándar<br />

[95% Intervalo de<br />

confianza]<br />

Nitrógeno (kg) 0.160 *** 0.028 0.104 0.216<br />

Área trabajada (ha) 0.706 *** 0.090 0.528 0.883<br />

Jornales contratados 0.278 *** 0.045 0.191 0.366<br />

Jornales familiares 0.029 0.027 -0.023 0.082<br />

Animales<br />

contratados -0.035 0.034 -0.101 0.031<br />

Animales del hogar -0.010 0.039 -0.086 0.066<br />

Maquinaria<br />

contratada 0.225 *** 0.053 0.120 0.329<br />

Maquinaria del hogar 0.090 0.069 -0.045 0.226<br />

Hogar tiene crédito 0.257 *** 0.057 0.144 0.369<br />

Tipo (comprador=1) -0.115 0.107 -0.325 0.096<br />

Piura=1 0.409 *** 0.077 0.257 0.561<br />

Junín=1 -0.005 0.121 -0.244 0.233<br />

Constante 5.018 *** 0.184 4.656 5.380<br />

R2 0.76<br />

N 798<br />

23 Específicamente en el uso de fertilizantes químicos con componentes nitrogenados<br />

100


3.2 Estimación del salario sombra<br />

Luego de estimar la función de producción, F(X), el siguiente paso es estimar el salario<br />

sombra, que está dado por el producto marginal del trabajo familiar no remunerado en<br />

la función de producción.<br />

Derivando dF(X)/dL, se obtiene el ß asociado al jornal familiar no remunerado en la<br />

producción agrícola, el cual se reemplaza en la siguiente ecuación para hallar el<br />

salario sombra.<br />

PML = ß*(VBP/L) = Ws<br />

Donde:<br />

PML<br />

ß<br />

VBP<br />

L<br />

Ws<br />

Es el producto marginal del empleo familiar no remunerado<br />

Es el coeficiente asociado al empleo familiar no remunerado<br />

Es el Valor bruto de la producción agrícola<br />

Es el número de días-hombre del hogar usado en la producción<br />

Es el salario sombra estimado<br />

Dadas las características de las unidades agrícolas de producción se estima una sola<br />

función de producción. De la cual se obtiene un salario sombra para cada unidad de<br />

producción agrícola, de acuerdo como lo especificamos líneas arriba. El mismo salario<br />

sombra será presentado luego como el promedio de cada corte realizado en el<br />

análisis, sea zona, condición de pobrezas, etc.<br />

Salario sombra y salario de mercado<br />

Ahora comparamos el salario sombra con el salario de mercado. En todas las zonas el<br />

salario sombra promedio es mayor al de mercado promedio, S/. 21 en Piura, S/.14.5<br />

en Junín y S/. 14 en Chepen. El salario sombra es un identificador de la intención de<br />

participación en el mercado de trabajo por parte de aquellos que no lo están haciendo.<br />

Así si el salario sombra es mayor al salario de mercado en promedio está diciendo que<br />

en promedio los individuos que trabajan en su propia unidad agrícola valoran más<br />

hacerlo en ella que fuera de la misma. En el cuadro 21 podemos ver estas diferencias.<br />

Cuadro 21<br />

Salarios agrícolas por departamento<br />

Salarios<br />

Sombra Mercado<br />

Piura 21.17 12.05<br />

Junín 14.83 12.19<br />

Chepen 15.10 10.69<br />

Analizando los salarios por condición de pobreza, se puede ver como el salario<br />

sombra de los individuos en hogares no pobres es mucho mayor que el salario sombra<br />

en aquellos hogares pobres. Esto se traduce en que en los individuos en hogares no<br />

pobres tienen un costo de oportunidad más alto de dejar de trabajar en sus tierras en<br />

comparación a aquellos individuos en hogares pobres. Además todos estos salarios<br />

sombras para los hogares no pobres son mucho más altos que los de mercado, lo cual<br />

fortalece más la decisión de trabajar en su tierra.<br />

101


En cambio, por el lado de los hogares pobres vemos que el salario sombra promedio<br />

es menor en Piura y Junín que el salario de mercado. El salario sombra de los<br />

hogares pobres en Chepen es ligeramente mayor en promedio al salario de mercado.<br />

Un salario sombra menor al salario de mercado nos da indicios de restricciones en el<br />

mercado de trabajo, sobre todo por el lado de los pobres, debido a que si trabajar en<br />

su tierra tiene un menor precio que trabajar afuera, la opción racional sería trabajar<br />

afuera.<br />

Cuadro 22<br />

Salarios por condición de pobreza y departamento<br />

No pobres<br />

Pobres<br />

Salario Salario de Salario Salario<br />

sombra mercado sombra mercado<br />

Piura 50.17 12.03 12.70 12.04<br />

Junín 26.82 12.22 6.86 12.20<br />

Chepen 19.83 10.82 11.58 10.60<br />

de<br />

De los párrafos anteriores se desprenden dos preguntas: la primera concerniente a los<br />

determinantes de las diferencias entre el salario sombra y el salario de mercado en lo<br />

que respecta a actividades agrícolas, y la segunda referida a la existencia o no de<br />

restricciones en el mercado de trabajo agrícola.<br />

Para responder la primera pregunta estimamos mediante una regresión lineal MCO<br />

con errores estándar robustos de que dependen las diferencias (D) entre el salario<br />

sombra (WS) y el salario de mercado (W)<br />

D=WS-W = F(X)<br />

Donde X es un vector de características del hogar tales como, condición de pobreza,<br />

el área trabajada total, la proporción de parcelas del hogar con título de propiedad, el<br />

valor bruto de la producción, un indicador si el hogar es comprador neto de mano de<br />

obra en las actividades agrícolas. Los resultados de la estimación se muestran en el<br />

cuadro 23 a continuación:<br />

Cuadro 23<br />

Estimación de los determinantes de las diferencias salariales<br />

Dependiente: Salario sombra estimado menos salario de mercado<br />

Desvío<br />

Coeficiente estándar<br />

[95% Intervalo de<br />

confianza]<br />

Pobre = 1 -9.2038 *** 2.6366 -14.3805 -4.0272<br />

Área trabajada (ha) 2.8604 ** 1.1855 0.5328 5.1879<br />

Hogar comprador neto de mano de obra 8.9867 *** 2.7396 3.6077 14.3657<br />

Piura = 1 18.1902 *** 6.4470 5.5323 30.8482<br />

Junín = 1 11.7376 ** 4.5223 2.8585 20.6167<br />

Valor bruto de la producción 0.0004 * 0.0002 0.0000 0.0007<br />

Proporción de parcelas del hogar con<br />

título de propiedad 4.4449 ** 2.1597 0.2046 8.6851<br />

Constante -24.8967 *** 6.6435 -37.9406 -11.8528<br />

R2 0.22<br />

N 701<br />

102


De los resultados de la estimación vemos que todas las variables explicativas<br />

muestran relaciones estadísticamente significativas con las diferencias salariales en el<br />

mercado laboral agrícola. Y tanto la escala de la producción entendido como el área<br />

trabajada y el valor bruto de la producción, así como la proporción de parcelas del<br />

hogar con título de propiedad como variable proxy de la tenencia de activos del hogar<br />

mantienen una relación positiva con la diferencia salarial (D). De manera que hogares<br />

más ricos, con mayor escala de producción y con más activos, tienen salarios sombra<br />

mayores al salario de mercado, con lo que su participación en el trabajo agrícola se<br />

orienta hacia dentro de su unidad de producción, dejando de lado su participación en<br />

el mercado.<br />

Luego, para determinar si existen o no restricciones en el mercado de trabajo en el<br />

sector agrícola, usaremos un test desarrollado por Jacoby(1993), en donde se<br />

relaciona en una regresión lineal el salario de mercado(W) con el salario sombra(WS)<br />

WS = α + βW<br />

Entonces, el supuesto inicial que el mercado de trabajo funciona de manera perfecta<br />

es rechazado cuando α y β son diferentes de 0 y 1 respectivamente.<br />

Cuadro 24<br />

Test de Jacoby: Mercado perfecto<br />

Dependiente: Salario sombra estimado<br />

Variables explicativas<br />

Coeficientes<br />

Desvío<br />

estándar<br />

Salario de mercado 37.41 21.11<br />

Constante -410.82 242.18<br />

Prueba Chi2: Coeficiente del salario de mercado<br />

es 1 y coeficiente de la constante es 0 6.49<br />

P-value 0.0016<br />

Nota: Para evitar errores de medición el salario de mercado fue estimado usando instrumentos.<br />

Como instrumentos se usaron variables como educación y edad.<br />

Así, en el cuadro 24 vemos como los coeficientes tanto de α como β son distintos a los<br />

valores que tendría si el mercado funcionara de manera perfecta. De manera que<br />

podemos decir que existen restricciones en el mercado de trabajo en el sector<br />

agrícola.<br />

Relación salario sombra y tierras<br />

Otra aproximación al nivel de riqueza, es el nivel de activos, en este caso usaremos<br />

los quintiles de tierra trabajada. El anterior punto nos dio indicios que los hogares más<br />

ricos (con más activos) tienen una valoración más alta (salario sombra) del trabajo<br />

dentro de la unidad agrícola en comparación a los más pobres, y que serían estos los<br />

que enfrentarían restricciones en el mercado de trabajo.<br />

Tal y como vimos en el cuadro 22, en el cuadro 25 el salario sombra promedio<br />

aumenta conforme aumenta el nivel de área trabajada. Y en Piura y Chepen este<br />

salario es menor que el salario de mercado promedio en el departamento de Piura,<br />

hasta el quintil 2, del quintil 3 en adelante el salario sombra es mayor a este salario de<br />

mercado. En Junín el salario de mercado solo menor al salario sombra para el 20%<br />

103


más rico. En tal sentido las restricciones existentes en el mercado de trabajo serían<br />

de distinta magnitud dependiendo la zona.<br />

Cuadro 25<br />

Salario sombra y de mercado por quintiles de tierra trabajada<br />

Piura Junín Chepen<br />

Sombra Mercado Sombra Mercado Sombra Mercado<br />

Q1 3.66 12.05 1.74 12.00 3.87 10.44<br />

Q2 6.09 12.01 2.57 12.10 9.40 10.57<br />

Q3 19.40 12.06 4.06 12.10 12.87 10.78<br />

Q4 24.52 12.06 9.31 12.35 17.09 11.05<br />

Q5 49.14 12.06 45.41 12.27 29.35 10.59<br />

En el cuadro 26 podemos observar la relación del uso de factores o tenencia de<br />

activos sobre el valor del salario sombra. Vemos que tanto usando el total del área<br />

trabajada como el total del área propia presenta una relación positiva y significativa<br />

con el salario sombra. Lo que nos dice que mientras mayor sea el nivel de (tierracapital)<br />

mayor será el salario sombra.<br />

Cuadro 26<br />

Coeficiente Salario sombra – Tierra, usando dos especificaciones de tierra<br />

Piura Junín Chepen<br />

Total Área trabajada 9.93** 6.34*** 2.19***<br />

Total Área propia 10.66* 5.07*** 0.99***<br />

Por lo que mientras más rico sea el hogar (tierra o capital) su valorización del trabajo<br />

dentro de la unidad agrícola será mayor, y por ende con menos incentivos para<br />

participar en el mercado.<br />

3.3 Estimación de la oferta de trabajo<br />

Luego de hallar el salario sombra, el último paso para hallar la forma de la oferta de<br />

trabajo es la estimación mediante mínimos cuadrados en dos etapas (2SLS). Teniendo<br />

como variable endógena el total de mano de obra utilizada en actividades agrícolas<br />

entendido como el número total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola y<br />

como exógenas el salario sombra y otras variables de control, sean demográficas,<br />

acceso a servicios, etc. Se utiliza este método para evitar problemas de<br />

endogeneidad con el salario sombra estimado, el cual se instrumentaliza, usando 3<br />

tipos de variables: de locación, de producción y de tenencia de activos agrícolas.<br />

Los resultados son presentados en el cuadro 27, donde encontramos que el salario<br />

sombra es positivo y significativo, lo cual nos indica que un mayor salario sombra<br />

afecta positivamente la oferta de trabajo empleada en la agricultura. Y de acuerdo a<br />

nuestra especificación de la oferta de trabajo agrícola, las variables demográficas<br />

como edad y educación del jefe del hogar, máximo nivel educativo en el hogar, total de<br />

miembros en el hogar, no presentan ninguna relación significativa con la oferta de<br />

trabajo, al contrario el grupo de variables correspondientes al acceso a servicios<br />

básicos como agua y desagua conectado a la red pública, tenencia de alumbrado<br />

eléctrico y si el hogar utiliza gas como principal fuente para cocinar presentan<br />

relaciones significativas.<br />

104


Cuadro 27<br />

Estimación de la oferta de jornales agrícolas por parte de la unidad agrícola<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola<br />

Coeficiente<br />

Desvío<br />

estándar<br />

[95% Intervalo de<br />

confianza]<br />

Salario sombra 7.1188 *** 0.8552 5.4426 8.7951<br />

Educación del jefe del hogar -4.3399 5.3308 -14.7881 6.1082<br />

Edad del jefe del hogar 1.4260 1.6071 -1.7239 4.5759<br />

Máximo nivel educativo -1.0896 8.3346 -17.4252 15.2460<br />

Tamaño del hogar 4.6018 5.2460 -5.6802 14.8838<br />

Abastecimiento de agua por red<br />

pública 37.6021 *** 10.6964 16.6376 58.5667<br />

Desagüe conectado a la red pública -21.3493 * 11.4459 -43.7829 1.0843<br />

Alumbrado eléctrico 57.7792 *** 18.6814 21.1644 94.3940<br />

Cocina a gas -37.4473 *** 13.8096 -64.5136 -10.3811<br />

Teléfono fijo -54.3519 54.9840 -162.1186 53.4148<br />

Teléfono celular -83.6816 *** 39.0462 -160.2108 -7.1525<br />

Internet -95.9389 213.5384 -514.4665 322.5888<br />

Monto de alquiler de vivienda -0.0560 0.0793 -0.2115 0.0995<br />

Constante 394.8363 460.0921 -506.9277 1296.6<br />

R2 Uncentered 0.0901<br />

R2 Centered -0.5527<br />

N 755<br />

Al desagregar por regiones, se mantienen los mismo resultados, el salario sombra<br />

resulta significativo y positivo en todas las estimaciones, aunque existe una gran<br />

variabilidad entre los coeficientes para estas regiones. Las características<br />

demográficas siguen sin ser significativas. Y el conjunto de variables de acceso a<br />

servicios solo resulta significativo para Piura.<br />

Cuadro 28<br />

Estimación de la oferta de jornales agrícolas por parte de la unidad agrícola por<br />

regiones<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola<br />

Piura Junin Chepen<br />

Coeficiente Sig. Coeficiente Sig. Coeficiente Sig.<br />

Salario sombra 7.608556 *** 1.601489 *** 27.55367 ***<br />

Educación del jefe del<br />

hogar -5.251953 -1.567921 -8.832139<br />

Edad del jefe del hogar 1.557785 -0.5240442 -5.060781<br />

Máximo nivel educativo -0.377478 -3.306148 -7.605717<br />

Tamaño del hogar 4.93912 2.642359 38.45404 ***<br />

Abastecimiento de agua<br />

por red pública 38.91889 *** 13.88296 * 12.24766<br />

Desagüe conectado a la<br />

red pública -20.29485 * -0.0878178 -38.27194<br />

Alumbrado eléctrico -35.62124 *** 1.918656 1.880638<br />

Cocina a gas 58.2812 *** 5.526354 29.77301<br />

Teléfono fijo -49.40528 -2.910307 -291.3866 ***<br />

Teléfono celular -82.3352 ** -3.800598 -35.58814<br />

Internet -38.1252 9.950872 650.66<br />

Monto de alquiler de -0.0520556 0.0164854 -0.1316617<br />

105


vivienda<br />

Constante 237.4798 97.27898 -902.7481<br />

R2 Centered -0.62 0.9 -0.84<br />

R2 Uncentered 0.15 0.5 0.25<br />

N 266 162 327<br />

Ahora realizamos un segundo contraste de los resultados por condición de pobreza.<br />

Vemos que el salario sombra resulta significativo en ambos casos. Y se mantiene la no<br />

significancia de las variables demográficas en las estimaciones.<br />

Cuadro 29<br />

Estimación de la oferta de jornales agrícolas por parte de la unidad agrícola por<br />

condición de pobreza<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola<br />

No pobre<br />

Pobre<br />

Coeficiente Sig. Coeficiente Sig.<br />

Salario sombra 3.458 *** 19.84287 ***<br />

Educación del jefe del hogar 0.7339807 -9.321419<br />

Edad del jefe del hogar 0.3232487 2.390268<br />

Máximo nivel educativo -3.516633 6.792157<br />

Tamaño del hogar -29.82872 ** 6.230071<br />

Abastecimiento de agua por red<br />

pública 15.23409 39.48221 ***<br />

Desagüe conectado a la red<br />

pública -35.59488 ** -24.93755 *<br />

Alumbrado eléctrico -63.61995 *** -21.05339<br />

Cocina a gas 111.0843 *** 38.32538 *<br />

Teléfono fijo 50.91615 -98.75404<br />

Teléfono celular -65.8352 -21.6984<br />

Internet -398.921 1148.783 ***<br />

-<br />

Monto de alquiler de vivienda 0.0259109<br />

0.4733105 *<br />

Constante 1346.382 *** -2384.658 ***<br />

R2 Centered -0.11 -0.39<br />

R2 Uncentered 0.39 0.14<br />

N 268 487<br />

Al estimar la elasticidad trabajo-salario sombra encontramos que es de 0.4 con un<br />

intervalo de confianza de 0.32 – 0.48. Esto nos da la pendiente de la oferta de<br />

trabajo. A diferencia del caso anterior, al estimar la elasticidad trabajo-salario sombra,<br />

las variables demográficas con educación y edad del jefe del hogar son negativas y<br />

significativas, lo que nos dice que los hogares más con jefes relativamente más<br />

jóvenes, recordemos que el promedio de edad de los jefes de hogar es mayor a 50<br />

años, y con mayor nivel educativo ofrecen menos trabajo agrícolas. Estos resultados<br />

tienen que ver con el costo de oportunidad que tienen estos hogares de realizar<br />

actividades fuera del sector agrícola.<br />

106


En el grupo del acceso a servicios, vemos que no hay mayor diferencia a los<br />

resultados encontrados en el cuadro 27. Donde todos presentan relaciones<br />

significativas.<br />

Cuadro 30<br />

Estimación de la oferta de trabajo: Elasticidad Trabajo-salario sombra<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola (log)<br />

Coeficiente<br />

Desvío<br />

estándar<br />

[95% Intervalo de<br />

confianza]<br />

Salario sombra (log) 0.4034 *** 0.0404 0.3243 0.4826<br />

Educación del jefe del hogar -0.0396 *** 0.0121 -0.0634 -0.0159<br />

Edad del jefe del hogar -0.0068 * 0.0037 -0.0139 0.0004<br />

Máximo nivel educativo 0.0222 0.0189 -0.0149 0.0594<br />

Tamaño del hogar 0.0084 0.0120 -0.0150 0.0318<br />

Abastecimiento de agua por red<br />

pública 0.1139 *** 0.0243 0.0663 0.1616<br />

Desagüe conectado a la red<br />

pública -0.0641 ** 0.0260 -0.1151 -0.0131<br />

Alumbrado eléctrico 0.2568 *** 0.0426 0.1734 0.3403<br />

Cocina a gas -0.1235 *** 0.0318 -0.1859 -0.0612<br />

Teléfono fijo 0.0599 0.1239 -0.1830 0.3027<br />

Teléfono celular -0.2301 *** 0.0879 -0.4024 -0.0578<br />

Internet 0.1367 0.4852 -0.8142 1.0876<br />

Monto de alquiler de vivienda 0.0001 0.0002 -0.0002 0.0005<br />

Constante 4.6021 *** 1.0520 2.5402 6.6640<br />

R2 Uncentered 0.96<br />

R2 Centered 0.1<br />

N 755<br />

Al desagregar por las tres regiones, las elasticidades trabajo-salario sombra resultan<br />

significativas en todos los casos. Ninguna de las variables de concernientes al nivel<br />

educativo resulta significativa en las tres zonas. Y a diferencia de lo observado en las<br />

estimaciones anteriores el acceso a servicios públicos resulta no significativo en todas<br />

las regiones. Las elasticidades son, 0.28 en Piura, 0.16 en Junín y 0.39 en Chepen,<br />

vemos que todas son inelásticas pero en Junín observamos la mayor inelasticidad<br />

entre estas regiones.<br />

Cuadro 31<br />

Estimación de la oferta de trabajo: Elasticidad Trabajo-salario sombra por<br />

regiones<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola (log)<br />

Piura Junín Chepen<br />

Coeficiente Sig. Coeficiente Sig. Coeficiente Sig.<br />

Salario sombra 0.2847477 *** 0.1640995 ** 0.3912624 ***<br />

Educación del jefe del<br />

hogar -0.0199921 0.0003765 0.0023546<br />

Edad del jefe del hogar -0.0065253 -0.004999 -0.0151356 ***<br />

Máximo nivel educativo 0.0620888 ** -0.0253584 0.0015403<br />

Tamaño del hogar 0.0225802 0.0178105 0.0634971 ***<br />

Abastecimiento de agua<br />

por red pública 0.0315444 0.0838458 * -0.0104315<br />

Desagüe conectado a la 0.038877 -0.0144557 -0.0409149<br />

107


ed pública<br />

Alumbrado eléctrico 0.0036128 0.0169634 0.0208721<br />

Cocina a gas 0.01568 0.1143142 0.0500557<br />

Teléfono fijo -0.0242294 -0.0821714 -0.3118451 **<br />

Teléfono celular -0.2472463 * -0.0202463 -0.0557175<br />

Internet 0.993096 0.034605 -0.335613<br />

Monto de alquiler de<br />

vivienda 0.0003044 * 0.0002531 0.0010265 **<br />

Constante 1.555122 4.156792 *** 6.266812 ***<br />

R2 Centered -0.03 0.09 0.05<br />

R2 Uncentered 0.96 0.96 0.98<br />

N 266 162 327<br />

Al contrastar los resultados por condición de pobreza encontramos que la elasticidad<br />

trabajo-salario sombra sigue resultando positiva y significativa en ambos casos. La<br />

elasticidad en los hogares no pobres es de 0.36 y para los hogares pobres de 0.41.<br />

Ambas son inelásticas, sin embargo la menos inelástica es la observada en los<br />

hogares pobres.<br />

Cuadro 32<br />

Estimación de la oferta de trabajo: Elasticidad Trabajo-salario sombra por<br />

condiciones de pobreza<br />

Dependiente: Total de jornales dentro y fuera de la unidad agrícola (log)<br />

No pobre<br />

Pobre<br />

Coeficiente Sig. Coeficiente Sig.<br />

Salario sombra 0.3656503 *** 0.4104636 ***<br />

Educación del jefe del hogar -0.0185293 -0.0552438 ***<br />

Edad del jefe del hogar -0.0075444 -0.0047518<br />

Máximo nivel educativo -0.0151968 0.0450233 **<br />

Tamaño del hogar -0.036229 0.0130114<br />

Abastecimiento de agua por red<br />

pública 0.1266381 ** 0.1037169 ***<br />

Desagüe conectado a la red<br />

pública -0.1081835 ** -0.0596037 **<br />

Alumbrado eléctrico -0.1795474 *** -0.1086085 ***<br />

Cocina a gas 0.3565291 *** 0.2273071 ***<br />

Teléfono fijo 0.2732068 * -0.2820992<br />

Teléfono celular -0.2633129 * -0.1315002<br />

Internet -0.3855527 1.330822 **<br />

Monto de alquiler de vivienda 0.0002731 -0.0010137<br />

Constante 6.343973 *** 1.900103<br />

R2 Centered 0.14 0.11<br />

R2 Uncentered 0.96 0.96<br />

N 268 487<br />

En el cuadro 32 mostramos las elasticidades trabajo-salario sombra para todos los<br />

cortes analizados incluidos los intervalos de confianza y el nivel de significancia. Como<br />

mencionamos anteriormente la elasticidad trabajo-salario sombra del total de la<br />

muestra es de 0.40. Por otro lado, al realizar el corte por regiones observamos una<br />

108


elasticidad de 0.16 en promedio para los hogares de Junín, este coeficiente muestra<br />

que en esta región la oferta de trabajo es la más inelástica en comparación a las otras<br />

dos regiones.<br />

Cuadro 32<br />

Elasticidad Trabajo-salario sombra<br />

Coeficiente Sig. 95% I. C.<br />

Total 0.4044303 *** 0.3249744 0.4838861<br />

Piura 0.2847477 *** 0.1763646 0.3931308<br />

Junin 0.1640995 ** 0.0338345 0.2943645<br />

Chepen 0.3912624 *** 0.2789974 0.5035275<br />

No Pobres 0.3656503 *** 0.2243469 0.5069537<br />

Pobres 0.4104636 *** 0.3141632 0.506764<br />

4. Conclusiones<br />

Dados los objetivos de estudio podemos decir que el salario sombra en las zonas de<br />

estudio es diferenciado tanto al interior como entre en cada zona y esto está<br />

relacionado de su estructura productiva y la composición de los ingresos en el hogar.<br />

Además vemos que existen diferencias entre el salario sombra y el salario de mercado<br />

y estas diferencias dependen del nivel de activos, riqueza, educación y escala de<br />

producción. Así, hogares más ricos van a optar por el trabajo al interior de su propia<br />

unidad productiva en vez de vender su mano de obra ya que esta no compensa su<br />

costo de oportunidad. Por otro lado, vemos que existen restricciones en el mercado<br />

de trabajo en el sector agrícola para estos hogares, lo cual limita aun más la<br />

participación en este mercado. Y por último hallamos que la elasticidad trabajo-salario<br />

sombra para todos los cortes analizados (total, por regiones y condición de pobreza)<br />

es inelástica, lo que variaciones en este salario sombra no tendrán un efecto<br />

importante sobre su participación en el mercado laboral agrícola. Y son los hogares<br />

pobres aquellos que presentan una elasticidad trabajo-salario sombra menos inelástica<br />

lo que responde también al costo de oportunidad más bajo en comparación a los<br />

hogares no pobres.<br />

109


ANEXO<br />

Estimación del gasto per cápita mensual<br />

Tenemos que Y es el gasto mensual per cápita y depende de una serie de<br />

características X del hogar.<br />

Y = F(X)<br />

Como Y es una función continua que toma valores continuos, entonces se procede a<br />

hacer una transformación logarítmica, de manera que la función queda de la siguiente<br />

forma:<br />

lnY = F(X)<br />

Donde lnY es el logaritmo natural del gasto per cápita mensual para el i-ésimo hogar, y<br />

X es un vector de características asociadas al hogar y sus miembros; tales como Total<br />

de miembros del hogar, edad del jefe de hogar, educación del jefe de hogar, acceso a<br />

servicios públicos, tenencia de teléfono (celular y fijo, características de la vivienda y<br />

número de habitaciones, para una sub muestra de hogares agrícolas y rurales en las<br />

zonas estudiadas.<br />

Ahora procedemos a estimar la siguiente ecuación, con el vector X de características<br />

provenientes de la encuesta:<br />

110


lnY<br />

= β<br />

0<br />

+ β1X<br />

1<br />

+ ... + β<br />

n<br />

X n<br />

Se toman los beta estimados anteriormente y generamos un lnY predicho, con un<br />

vector de características X de los hogares de la muestra en la base de saneamiento,<br />

de la siguiente forma:<br />

∧<br />

∧<br />

∧<br />

∧<br />

ln Y = β + β X + + β X 0 1 1<br />

...<br />

n n<br />

∧<br />

Donde ln Y es el logaritmo mensual del gasto per cápita mensual predicho<br />

Luego como el resultado predicho es el logaritmo del gasto per cápita mensual, se<br />

procede a tomar la exponencial de este valor, con lo que se obtiene como resultado el<br />

valor predicho del gasto per cápita mensual para los hogares en la muestra. Este valor<br />

es comparado con las líneas de pobreza y pobreza extrema obtenidas de la ENAHO<br />

para los dominios correspondientes a la ubicación de las zonas y finalmente se<br />

clasifican en hogares pobres o no pobres dependiendo a la ubicación del valor<br />

predicho del gasto per cápita mensual con respecto a esta línea de pobreza.<br />

111

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