Caza de la mujer - Viento Sur

candidata presidencial del pequeño Partido del Trabajo (PT), que creció electoralmente
en este sexenio a la sombra de Carlos Salinas, dice que el subcomandante
zapatista Marcos le dio muchos votos a Zedillo. En el mismo sentido tendencioso
apuntan quienes, aun dentro de las filas cardenistas, señalan que a Cárdenas le
restó votos o le perjudicó su acercamiento con los zapatistas, en especial su visita
al EZLN en el lugar que después de la CND ha adoptado el nombre de
Aguascalientes. De esta manera, se pretende inferir que la gente le tuvo miedo a la
"violencia" de los zapatistas y, en consecuencia, a la de Cárdenas; que éste debió
seguir una línea más moderada, cuando lo real es que, si algo le afectó, fue la
confusión que provocaron durante un período sus discursos con afán moderado,
como veremos más adelante.
Esas son el tipo de confusiones que quisieran difundir los sectores proclives a la
conciliación con el régimen. En realidad, el levantamiento zapatista, como es
ampliamente reconocido, despertó una gran simpatía y dio un enorme impulso al
mivimiento por el cambio; casi al final de las campañas, volvió a darle algo más
de aire con la realización de la CND.
No, quienes le dieron votos a Zedillo fueron los asesinos de Luis Donaldo
Colosio, el primer candidato presidencial priísta, asesinado el 23 de marzo durante
un acto de campaña. Ellos fueron los que desde el poder comenzaron a generar la
sombra de la violencia estatal y de las acciones terroristas de las mafias políticas,
quienes, autoinstituyeron como grupos civiles de presión intermediarios, ayudaron
a crear la psicosis de la violencia inminente, sembraron dudas sobre la viabilidad
de derrotar al partido de Estado y le dieron aire al buscar "acercar civilizadamente"
a las partes.
El temor de la gente no era hacia Cárdenas o hacia los zapatistas, sino a la
reacción violenta del Estado, al terrorismo mafioso, al boicot de los grandes
empresarios y del capital estadounidense. Es decir, lo que nuevamente funcionó es
el chantaje de los poderosos. Se dice que el resultado de las elecciones mexicanas
es "Nicaragua al revés", pero en realidad es al derecho. Ciertamente, los
sandinistas, estando en el poder organizaron elecciones libres y perdieron. Pero
perdieron por las mismas razones por las que mucha gente no votó por Cárdenas:
por el temor al chantaje sobre la nación. Romper el temor a esa reacción, el temor
al chantaje, es un gran reto para las fuerzas democráticas y revolucionarias en el
continente, si quieren acceder al poder.
Los errores
Todas las anteriores consideraciones políticas no deben llevar a soslayar los graves
errores que contribuyeron a que la campaña de Cárdenas no tuviera todo el arrastre
que se esperaba y a que no se produjera el incontenible voto masivo que se
calculaba, equivocadamente, sería suficiente para derrotar al fraude.
De entrada, no se asumió realmente lo que Cárdenas repitió una y otra vez; que
1994 no era 1988. El "efecto Cárdenas" que en 1988 tomó por sorpresa al sistema
y que produjo una oleada convencida de que su candidatura era la vía para derrotar
al PRI y a la crisis en la que ahogaba al país, no iba a repetirse automáticamente.
En un país que había vivido y estaba experimentendo grandes transformaciones, la
VIENTO SUR Número 17/Octubre 1994 31