Joaquín Montaño - SEMANARIO LA GACETA

Del 26 de Abr. al 2 de May. de 2010 semanariolagaceta.com
Opinión 27
Observatorio
E n P r i v a d o
Ultimora
paralelomm@gmail.com
El fin no justifica los medios. Aunque Maquiavelo nunca
dijo que el fin justifica los medios, algunas de sus afirmaciones
muestran a un ser calculador, frío e hipócrita que justifica
las artes para conquistar el poder. No es de extrañar que
con el paso de los siglos haya quedado acuñado el adjetivo
“maquiavélico” para aquel “que actúa con astucia y doblez”.
El término maquiavelismo se refiere al “modo de proceder
con astucia, doblez y perfidia”, según la segunda acepción
del Diccionario de la Real Academia Española. Sin embargo,
la primera acepción ubica la situación histórica del “progenitor”
de la palabra: “Doctrina política de Maquiavelo, escritor
italiano del siglo XVI, fundada en la preeminencia de la razón
de Estado sobre cualquier otra de carácter moral.”
Alejandro el “Diablo” Higuera puso el concepto en contexto
contemporáneo: no importa ideología ni proyecto de
gobierno, lo que importa es la rentabilidad electoral. Es decir,
lo vital no es la moral del matrimonio sino tener hijos,
sin que importe la calaña de quienes los engendran. Así, en
blanco y negro, pinta al pragmatismo como eje rector de la
alianza PAN-PRD-Convergencia, por encima de todas las cosas,
amancebamiento que hasta hace algunos días se hubiese
pensado como escena de alguna película de Alejandro Jodorowsky,
en la que mujeres de la vida galante paren enanos
de circo. Acceder al poder sin más protocolo que el poder
mismo, sin que valga el sinuoso camino andado por el panismo
por más de 7 décadas, y haciendo efectivo el silogismo
maquiavélico “el fin justifica los medios”, frase que determina,
como vimos, que otros intereses mayores y urgentes
sepultan a la ética y a la moral. Curiosamente este principio,
invocado indirectamente por Higuera -defendido por la doctrina
del Bien Superior- se opone a la doctrina cristiana que
declara exactamente lo contrario: El fin no justifica los medios.
Es decir, lo que importa es la pulcritud, honorabilidad
y decencia con que se construye el futuro de los hombres, lo
que evidentemente no ocurre en la praxis política y empresarial
del México actual, donde las fortunas y el poder son
conquistados con las malas artes de la seducción, el hurto y
la traición, aderezadas con la libre interpretación que del
poder hizo el querido José Alfredo: no hay que llegar primero
sino hay que saber llegar. Y ese saber llegar tiene que ver
con el tejido de un camino de complicidades, traiciones y
aplastamiento del adversario.
A confesión de parte relevo de pruebas, dicen los abogados.
Así es que nadie debe escandalizarse por el pragmatismo
que domina el panorama electoral 2010, en la búsqueda del
poder por el poder mismo. Maestros que reprueban evaluaciones
básicas, ecologistas que agreden a la naturaleza y
revolucionarios que viven mejor que Porfirio Díaz en el pináculo
del poder, forman uno de los ejes en pie de guerra.
El otro es una mezcla para la que no hay crisol, pero que
resume la filosofía maquiavélica sobre la importancia del fin.
¿Importa a Mario López Valdez el esfuerzo desplegado por
panistas heroicos a lo largo de 71 años?, ¿Tiene algún punto
de contacto con la ideología conservadora del panismo?, ¿Le
incomoda viajar ahora en el camión que apedreó desde la
aplanadora tricolor?, ¿Le avergüenza aunque sea un poco actuar
con doblez y perfidia?. Evidentemente nada del pasado
lo incomoda, pues lo importante es el fin, alcanzado por los
medios que sean necesarios, así sean los de la inmoralidad y
la deslealtad ideológica.
Higuera descubrió sin vergüenza estos apetitos de la modernidad
partidista. Bajo la fronda de Mario López Valdez,
amplia y generosa, se cobijarán los más audaces, hábiles y
oportunistas, como Jesús Patrón Montalvo, personaje relacionado
con la narcopolítica, pero quienes tendrán posibilidades
reales de colgarse del árbol serán los que garanticen
votos sin que importe cuánto cuesten –en términos pecuniarios
e ideológicos- ni de dónde ni cómo los aporten. Bajo este
contexto, si la “Pancha” Paredes arrima una docena de sufragios
podría pensar en una regiduría. Si el pillo Patrón Montalvo
–que a decir verdad salvó el acto de cierre de campaña
de Malova- garantiza cuando menos el 10 por ciento de los
50 mil electores que prometió llevar el domingo a la Obregón
Mario Martini
(sólo faltaron 43 mil), debe tener en la bolsa la alcaldía de
Culiacán o, cuando menos, una diputación.
Tal vez las declaraciones descaradas de Higuera respondan
al resultado de la votación panista del domingo, que
debió prender focos en su equipo de campaña, pues Nadia
Vega y Sofía Loaiza, que ganaron las primeras posiciones plurinominales,
no son de su establo sino del de Carlos Felton,
quien desde la convención para elegir delegados lo advirtió:
Higuera sacó con las uñas la representación, frente a candidatos
mediocres, como Evaristo Corrales. No hay duda,
por el sobresalto de Felton, que Higuera ya tiene tendida la
cama para acostarse un tercer período municipal. ¿Cuál será
el costo de anteponer el fin a los medios?. Seguramente los
estragos serán directamente proporcionales a la rebeldía del
panismo rabiosamente democrático que “Maquío” Clouthier
sacaba a flote a la menor provocación, representado hoy por
los Yamuni. Xóchihua, Rojo, etcétera.
No calientan. Haiga sido como haiga sido. Los sucesos
violentos o infracciones a la ley, reales o fabricados, van
en contra de Jesús Vizcarra, quien evidentemente tiene el
apoyo del gobernador del estado Jesús Aguilar Padilla. No es
secreto que ningún partido en el poder, de la religión e ideología
que sea, dejará que se lo arrebaten sin hacerle la lucha
por mantenerlo. Así ha sido en la presidencia de la República
con el PAN y en el gobierno del Distrito Federal con el PRD.
Nadie en sus cinco sentidos dejará que llegue otro sujeto que
no sea de sus afectos. Quien crea en la total imparcialidad
de los gobiernos en los procesos electorales, es mejor que
se inscriba en alguna secta religiosa donde de vez en cuando
aparecen divinidades y rayos celestiales que cambian el curso
del mundo y de la vida propia.
Quien retiró de la circulación el semanario Proceso fabricó
un enemigo gratuito al candidato del PRI. Quien ordenó
retirar la publicidad del PAN en Culiacán sin consultar la Ley,
también. El lunes por la tarde, Juan Carlos López Carlón,
hijo del senador de la República con licencia, Mario López
Valdez, fue golpeado por tres encapuchados, en una esquina
cercana al Colegio Mochis de esa ciudad, cuando esperaba en
su auto el cambio de la luz del semáforo. Inmediatamente
el diputado federal Manuel Clouthier Carrillo repudió el hecho
y pidió al gobierno del estado a que mande señales para
que los partidos y actores políticos contribuyan a tranquilizar
el clima electoral. Todo mundo supone que fue un aviso del
gobierno o de Vizcarra, aunque no haya un solo indicio para
probarlo.
Hay informes confidenciales sobre la prohibición estricta
de Vizcarra para habilitar el indispensable war room (cuarto
de guerra) que es común en cualquier campaña política, pues
la electoral tiene muchas características de los conflictos
armados, al menos en la planeación estratégica (Maquiavelo
dixit). El candidato priista insiste en el círculo rojo que no
permitirá la guerra sucia desde su campaña, pero esta postura
no la puede aplicar en el círculo verde, donde hay priistas
que toda la vida han hecho chapuza. Seguramente el del hijo
de Malova fue un incidente fortuito, pero el modus operandi
de los agresores permite pensar que fue planeado.
Partidos y actores políticos tienen la responsabilidad de
proveer el clima de paz y tranquilidad que exige el pueblo
Sinaloa, sin que por desgracia le hagan mucho caso (ni los
federales vienen), y hechos como el del hijo de Malova deben
ser repudiados por todos.
Mientras tanto, Vizcarra se fue al descanso de medio
tiempo con una ventaja importantísima, reconocida en la encuesta
de El Debate, revisada tres veces antes de publicarla
y retrasada hasta después del evento sabatino con la esperanza
de que Malova creciera y fuera a la tregua electoral
con una ventaja inalcanzable en 45 días de campaña. No fue
así: el evento de la Obregón (30 mil, 20 mil, 15 mil o 10 mil,
póngale la cantidad que quiera, el resultado es puramente
mediático) no alcanzó a levantar la espuma que esperaban.
Tampoco es como para que los priistas echen las campanas
a rebato. ¿Habrá algún ombudsman electoral que venga a
defendernos?.
razonesperiodismo@hotmail.com
Acción Nacional,
el gran perdedor
Alfredo Originales
En cualquier escenario: gane o pierda la Coalición opositora en Sinaloa
Detrás de la medición de fuerzas que encabezan el ex gobernador Juan Millán
y el actual mandatario de Sinaloa, Jesús Aguilar, se teje una red de intereses muy
poderosos encaminados a minar al Partido Acción Nacional de cara a las elecciones
presidenciales del 2012.
Ahora más que nunca cobra vigencia la máxima de que “divide y vencerás”,
pues todo indica que la famosa y tan manoseada alianza opositora en Sinaloa,
fue concebida con este propósito de una manera seductora que ni la dirigencia
nacional blanquiazul lo advirtió.
Lo anterior se desprende de una serie de datos, comentarios e informaciones
que en privado me han hecho llegar gentes muy ligadas a los círculos del poder
nacional, en donde se está operando esta estrategia desestabilizadora.
Para ilustrar este escenario, presentan el símil de la lucha libre en donde las
llaves, candados, golpes, patadas y demás acrobacias, tienen un alto grado de
simulación, aunque en muchas de las ocasiones se les pasa la mano a los combatientes
y se llegan a lastimar en serio.
Precisamente esto último es lo que le da el ingrediente de veracidad a las
funciones de lucha libre cuya agresividad simulada sirve como válvula de escape a
un público que de algún modo se siente frustrada y desilusionada por las acciones
de los gobiernos en sus tres instancias.
Así pues, que mejor escenario que encausar el descontento social que los
procesos electorales del 2010 a desarrollarse en 14 entidades del país, mismas que
serán la antesala para la renovación de la presidencia de la republica en el 2012.
La consigna de la oposición partidista es vencer al PAN y sacarlo de Los Pinos
y para alcanzar esa meta no importa los medios ni recursos, por eso las alianzas
o coaliciones más disímbolas que se están dando en cada una de las entidades en
disputa.
Consciente de esta embestida el PAN se ha visto obligado por las circunstancias
a caer en la misma estrategia para evitar ser desplazado del poder presidencial
y al mismo tiempo ir ganando espacios como sería la pretensión en Sinaloa en
las venideras elecciones del 4 de julio.
Sólo de esa manera se explica el hecho que haya hecho alianza con los partidos
de izquierda representado por su eterno enemigo PRD, así como el PT y
Convergencia, bajo el aparente argumento común de sacar al PRI del palacio de
gobierno.
De entrada se antoja atractivo esta jugada, pero, -ojo- detrás hay más tenebra
de lo que uno pueda imaginarse, sobre todo por la naturaleza de los protagonistas
principales, en especial del ex gobernador Juan Millán a quien no pocos
reconocen una habilidad asombrosa para mover los hilos del poder.
Al hablar de las próximas elecciones para gobernador en Sinaloa es imposible
dejar de mencionar al ex ejecutivo estatal, pues de todos es conocido que es el
principal operador político de la coalición Malova de Corazón por Sinaloa, que la
integran ahora el PAN, PRD y Convergencia, pues el PT dio marcha atrás.
Precisamente una de las versiones más interesantes de este escenario electoral
es la maniobra con la cual Juan Millán ha logrado seducir a la dirigencia nacional
del PAN para imponer a Mario López Valdez como candidato opositor al PRI,
vendiendo la ilusión de que al ganar la gubernatura el mapeo electoral panista se
fortalecería en el noroeste.
Sin embargo, el riesgo de esta filtración de la izquierda representada por el
PRD a las filas del PAN ha provocado ya una ruptura en la estructura blanquiazul
como también una sacudida ligera en el PRI por la salida de simpatizantes de
Malova que están dispuestos a apoyar su proyecto alternativo de gobierno hasta
las últimas consecuencias.
Así pues, el panorama electoral dentro de pocos de dos meses está generando
ya toda suerte de expectativas, entre ellas que será el PAN el gran perdedor, gane
o pierda el PRI con Jesús Vizcarra Calderón como abanderado.
Si la coalición gana la elección, el triunfo será atribuido a Malova no al PAN,
quien en aras de pintar de azul Sinaloa tuvo que compartir posiciones y ceder principios
e ideologías, en tanto que los demás partidos minoritarios serán altamente
beneficiados al seguir sobreviviendo dentro del erario.
Ahora bien si el PRI gana la elección, la derrota del PAN será doble pues aparte
de ceder los pocos espacios que logre obtener vía plurinominales, las fisuras
entre sus filas serán mucho más pesadas y prolongadas, cuyo impacto negativo
pudiera verse reflejado en las elecciones presidenciales del 2012.
Entonces el objetivo se habrá cumplido. Veremos.
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