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Publicación Daphne-Violencia Intrafamiliar - Altea-europa.org

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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES II<br />

PROYECTO DAPHNE III<br />

PROJECT JLS/2007/DAP-1/261<br />

REALIZADO CON EL SOPORTE FINANCIERO<br />

DE LA COMISIÓN EUROPEA


PROMOTOR<br />

Asociación <strong>Altea</strong>-España para la Investigación y Formación en la Acción Social (España)<br />

SOCIOS<br />

Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong> (España)<br />

Fundación Mediterránea de Neurociencias (España)<br />

Consellería de Justicia y Administraciones Públicas de<br />

la Generalitat Valenciana (España)<br />

Colonia San Vicente Ferrer (España)<br />

Fundación Arcos del Castillo (España)<br />

Universidad de Alicante (España)<br />

Centro di Solidarietá di Reggio Emilia (Italia)<br />

Internationaler Bund (Alemania)<br />

Questao de Equilibrio (Portugal)<br />

Este trabajo ha sido realizado con la ayuda financiera de la Comisión Europea, dentro del Programa <strong>Daphne</strong> III<br />

INVESTIGADORES<br />

Horst WOLFERT (Internationaler Bund)<br />

Frank KALIES (Internationaler Bund)<br />

Maria Pia DESTEFANI (Centro di Solidarietá di Reggio<br />

Emilia)<br />

Karin MOHR (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />

Anna BASSOLI (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />

Elena BENATI (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />

Sara Alexandra GOMES (Questao de Equilibrio)<br />

Monica Raquel FROES (Questao de Equilibrio)<br />

Isabel OTERO (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Patricia JUÁREZ (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Raquel RODRÍGUEZ (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Rafael LLOR (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Montserrat FITER (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Mª José RIDAURA (Colonia San Vicente Ferrer)<br />

Marian Amparo MARGARIT (Colonia San Vicente Ferrer)<br />

Conrado MOYA (Universidad de Alicante)<br />

Agustin BUENO (Universidad de Alicante)<br />

Auxi JAVALOYES (Fundación Mediterránea de Neurociencias)<br />

COLABORADORES<br />

Antonio Moreno (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Carmen María Ruiz (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Salvador Carpi (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Rosa Ferrándiz (Fundación Arcos del Castillo)<br />

Joan Font (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Antonio Ortega (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Yolanda Soler (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Mónica Moragues (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />

Mª Ángeles Crespo (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>))<br />

Enrique Martínez (Dirección Territorial Alicante Consellería<br />

de Bienestar Social)<br />

Blanca Rosa Torregrosa (Dirección Territorial Alicante<br />

Consellería de Educación)<br />

Silvia Martínez (Dirección Territorial Alicante Consellería de<br />

Educación)<br />

C. Arias Salvador (Colonia San Vicente)<br />

Patricia Pla (Universidad de Alicante)<br />

Gabriela Dominici (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Verónica Ortuño (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

José María Gutiérrez (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Jaime Gállego (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Nicolás Choquet (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Dan Stefanica (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Ana Rogles (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Antonio Trejo (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />

Rosa Durá (Asociación Emaus)<br />

Catia Alves (Questao de Equilibrio)<br />

COORDINADORA<br />

Rosario Rico (Asociación <strong>Altea</strong>- España)


“AHORA LOS NIÑOS AMAN<br />

EL LUJO. TIENEN MALAS<br />

MANERAS, DESPRECIAN LA<br />

AUTORIDAD, NO MUESTRAN<br />

RESPETO POR SUS MAYORES Y<br />

LES ENCANTA MOLESTAR.”<br />

(Sócrates, 470 a.C- 399 a.C.)


ÍNDICE<br />

INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................................. 9<br />

CAPÍTULO 1<br />

REVISIÓN TEÓRICA .................................................................................................................................................... 11<br />

1. Definición del problema y síntesis de la base teórica ...................................................................................... 11<br />

2. El perfil del hijo agresor .................................................................................................................................. 12<br />

3. Etiología de las conductas violentas ............................................................................................................... 13<br />

CAPÍTULO 2<br />

PROGRAMA DE INTERVENCIÓN INTEGRAL .............................................................................................................. 17<br />

1. Aplicación buenas prácticas .......................................................................................................................... 17<br />

2. Intervención desde la Prevención primaria: Programa de competencias parentales ....................................... 18<br />

3. Intervención desde la Prevención secundaria: Guía de detección temprana ................................................... 21<br />

4. Intervención desde la Prevención terciaria: Programa de intervención socio educativo<br />

desde un modelo cognitivo conductual .......................................................................................................... 26<br />

CAPÍTULO 3<br />

PRESENTACIÓN DE CASOS ....................................................................................................................................... 39<br />

1. Caso 1 Colonia San Vicente Ferrer ................................................................................................................ 39<br />

2. Caso 2 Asociación Arcos de <strong>Altea</strong> ................................................................................................................. 45<br />

3. Caso 3 Cínica Mediterránea de Neurociencias ............................................................................................... 50<br />

4. Caso 4 Centro de Reeducación de Menores Jaume I .................................................................................... 52<br />

5. Caso 5 Centro di Solidarietá di Reggio Emilia ................................................................................................. 57<br />

CAPÍTULO 4<br />

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS DATOS ESTADÍSTICOS .......................................................................................... 62<br />

BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................................ 87<br />

PÁGINAS WEB DE CONSULTA ......................................................................................................................... 88<br />

7


INTRODUCCIÓN<br />

La Asociación <strong>Altea</strong> España para la Investigación y Formación en la Acción Social es una <strong>org</strong>anización sin ánimo<br />

de lucro, constituida en junio de 1996, entre cuyos objetivos se encuentran:<br />

√ la formación permanente de profesionales y voluntarios que desarrollan su actividad<br />

en distintos ámbitos de la Acción Social.<br />

√ la promoción de líneas de investigación que ayuden a mejorar la calidad de los servicios<br />

prestados en dicho ámbito.<br />

La Asociación <strong>Altea</strong>-España constituye una red que hace posible el intercambio de experiencias entre<br />

profesionales de la acción social. Esta red permite la gestión de programas europeos que tratan de luchar contra<br />

las desigualdades sociales en la infancia, adolescencia y juventud, posibilitando el desarrollo de acciones de<br />

investigación, formación e integración profesional en un entorno intercultural europeo.<br />

Durante el periodo 2007 a 2008 la Asociación <strong>Altea</strong> España desarrolló, en el marco del programa <strong>Daphne</strong> , una<br />

investigación en la que se analizaban las causas y perfiles de los menores y familias en las que se producía un<br />

fenómeno emergente en los siete países de la Unión Europea participantes (España, Alemania, Francia, Italia,<br />

Polonia, Portugal y Reino Unido): Los menores que agreden a sus padres, también conocido como violencia filio<br />

parental.<br />

Estos procesos violentos, que tienen como víctima principal a las madres, están superando las formas y los<br />

métodos de intervención que son utilizados por los sistemas de protección al menor y a la familia.<br />

Financiado por el programa <strong>Daphne</strong> III, durante 2009 y como consecuencia de nuestro proyecto del año anterior,<br />

nos propusimos realizar el proyecto “<strong>Violencia</strong> intrafamiliar: Menores que agreden a sus padres II” con el objetivo<br />

fundamental de conseguir llevar a la práctica el abordaje de los casos desde la intervención socio educativa,<br />

evitando por una parte la criminalización innecesaria de los menores y por otra ayudando a minorar o reducir<br />

la violencia filio parental. Esta forma de abordaje requiere de la implicación de todos los sistemas que tienen<br />

incidencia en la atención de los menores y sus familias (educación, sanidad, servicios sociales, sistema judicial).<br />

Para lograr estos objetivos hemos contado con la participación en el proyecto de los siguientes socios: Generalitat<br />

Valenciana -Consellería de Justicia y Administraciones Públicas (España), Universidad de Alicante (España),<br />

Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong> (España), Fundación Mediterránea de Neurociencias (España), Colonia San Vicente<br />

Ferrer (España), Fundación Arcos del Castillo (España), Internationaler Bund (Alemania), Centro di Solidarietá di<br />

Reggio Emilia (Italia) y Questao de Equilibrio (Portugal).<br />

Todos los socios subrayamos la necesidad de seguir profundizando en la sensibilización social del problema y<br />

en el debate entre los profesionales, ya que son pocos los recursos específicos dispuestos a tal efecto y se debe<br />

hacer un trabajo en red entre varias administraciones para mejorar la práctica diaria de los profesionales en este<br />

ámbito.<br />

La actual publicación recoge en el primer capítulo la revisión teórica de la que partimos, e incluye las buenas<br />

prácticas detectadas en nuestra investigación financiada por <strong>Daphne</strong> durante 2008.<br />

En el segundo capítulo exponemos el programa de intervención integral desde la prevención primaria<br />

(competencias parentales), secundaria (guía de detección y procedimiento) y terciaria (la intervención desde un<br />

modelo cognitivo conductual).<br />

En el tercer capítulo incluimos la presentación somera de algunos de los casos tratados durante el proyecto.<br />

Finalmente en el cuarto capítulo hemos querido recoger las estadísticas obtenidas del análisis de los expedientes<br />

de menores con imposición de medida por comisión de delito de violencia filio parental durante 2008-2009 en la<br />

provincia de Alicante.<br />

Esperamos que esta publicación aporte nuevos puntos de vista aprendidos desde los que enfocar la acción<br />

socioeducativa que se lleva a cabo desde cada uno de los centros de las entidades socias del proyecto.<br />

1 El programa <strong>Daphne</strong> está dedicado a prevenir y combatir todos los tipos de violencia hacia los niños, adolescentes y mujeres, así como a proteger a las<br />

víctimas y a los grupos de riesgo. Para más información se puede consultar la página web del programa: http://ec.<strong>europa</strong>.eu/justice_home/funding/daphne3/<br />

funding_daphne3_en.htm<br />

9


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES II


CAPÍTULO 1<br />

REVISIÓN TEÓRICA 2 .<br />

1.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA Y SÍNTESIS DE<br />

LA BASE TEÓRICA DE LA QUE PARTIMOS.<br />

Entendemos por violencia filio-parental todo acto<br />

realizado por los hijos contra sus padres, tutores o<br />

guardadores, con la finalidad de utilizarlos o tiranizarlos.<br />

Con esta actuación los hijos buscan causar daño y/o<br />

molestia permanente, utilizando la incomprensión como<br />

axioma; amenazan o agreden para dar respuesta a un<br />

hedonismo y nihilismo creciente; muestran conductas<br />

de desapego transmitiendo a los padres que no les<br />

quieren.<br />

¿Qué hay en la base del comportamiento de los<br />

menores que agreden a sus padres<br />

Respecto de la presencia o ausencia de factores<br />

genéticos hay autores que sostienen que está<br />

constatada la ausencia de dichos factores en los<br />

agresores a los padres. Se trata, por tanto, de una<br />

conducta que no tiene su raíz en lo biológico (no existen<br />

causas biológicas que determinen la aparición de esta<br />

conducta específica), sino causas de tipo ambiental<br />

inmediato o general. (Chartier, 2000)<br />

Sin embargo, hay autores como Vicente Garrido que<br />

relacionan este tipo de comportamiento (en su grado<br />

extremo) con la psicopatía.<br />

A juicio de este autor, “la psicopatía tiene un<br />

componente hereditario que es difícil de determinar<br />

y que sin duda variará en los individuos. Pero<br />

promediando las estadísticas, podemos decir que el<br />

50% de esa condición puede deberse a la herencia<br />

que recibe. Ahora bien nadie debe pensar que hay un<br />

< gen de la psicopatía>; una condición compleja como<br />

esta ha de ser el producto de la acción combinada de<br />

muchos genes actuando al unísono. Ahora no sabemos<br />

de qué modo esa combinación genética lleva a moldear<br />

determinados aspectos del funcionamiento cerebral, ni<br />

cómo éste va a producir el estilo de comportamiento<br />

que definimos como propio del psicópata. Hemos de<br />

reconocer esta laguna en nuestro conocimiento con<br />

humildad: hay un largo trecho entre el ADN de una<br />

persona y su conducta perdurable de aprovecharse de<br />

los otros, de mentirles, de manipularles.<br />

Sin embargo resulta apasionante revisar alguno<br />

de los datos que se han recogido en la investigación<br />

reciente del cerebro de los psicópatas. Por ejemplo, si<br />

analizamos las formas en que las personas procesan<br />

2 Este informe ha sido aportado por Auxi Javaloyes, psiquiatra de la<br />

Fundación Mediterránea de Neurociencias, y Conrado Moya, profesor de<br />

la Universidad de Alicante<br />

el lenguaje, vemos que los no psicópatas reaccionan<br />

ante palabras cargadas de emoción (amor, odio, madre,<br />

dolor) con una rapidez e intensidad que no muestran los<br />

psicópatas. Estos responden igual ante esas palabras<br />

que ante otras desprovistas de carga emocional<br />

(ventana, silla).<br />

Otro tipo de estudio muestra la dificultad de los<br />

psicópatas para procesar las emociones. Cuando se<br />

hace un escáner cerebral y se mide la cantidad de<br />

sangre que llega a su cerebro (en concreto a los lóbulos<br />

temporales), los psicópatas muestran una mayor<br />

actividad que los no psicópatas en tareas que requieren<br />

que tomen decisiones que implican palabras cargadas<br />

emocionalmente…, lo que significa que requieren una<br />

mayor actividad cerebral.<br />

¿Por qué esas dificultades con las emociones No<br />

lo sabemos, pero lo que creemos en la actualidad es<br />

que esa tarea emocional procede de una diferencia<br />

neurológica heredada, que muy probablemente pueda<br />

ser – al menos hasta cierto punto- compensada por el<br />

ambiente y la educación que reciba de niño.” 3<br />

No obstante lo indicado anteriormente, las teorías<br />

que más se mantienen en la actualidad sostienen la<br />

existencia de una interacción herencia–aprendizaje<br />

(factores biológicos – factores ambientales). Las<br />

diferencias las encontramos en el peso que se da<br />

a unos y otros factores por los distintos autores. En<br />

nuestra opinión, el peso de los factores hereditarios es<br />

menor que el de los factores ambientales en lo referente<br />

a la aparición de comportamientos agresivos, pues la<br />

herencia genética supone una tendencia que puede ser<br />

desarrollada o modificada por el ambiente.<br />

Como mantiene Javier Urra “El saber que existe un<br />

temperamento innato puede aliviar a los padres de la<br />

tensión que supone pensar que no son responsables<br />

al cien por cien de la personalidad de su hijo (lo que no<br />

quiere decir que no influyan y mucho)” 4<br />

Lo que sí es necesario erradicar de raíz es el falso<br />

determinismo que acompañan a algunas teorías<br />

biologicistas, dado que en ningún caso se debe<br />

confundir herencia con inmutabilidad.<br />

3 Garrido Genovés, V. Los Hijos tiranos. El síndrome del emperador. 5º<br />

reimpresión. Barcelona, Ed. Ariel, 2005. pp. 100-102.<br />

4 Urra, Javier. El pequeño dictador: cuando los padres son las víctimas.<br />

Madrid, Ed. La esfera de los libros. 2006<br />

11


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

2.- EL PERFIL DEL HIJO AGRESOR:<br />

En general se trata de adolescentes varones, con<br />

edades entre los 12 y los 18 años, con especial densidad<br />

porcentual entre los 15 y los 17. Es de destacar el<br />

escaso porcentaje de mujeres, alrededor de un 10<br />

% en la actualidad, y la diferencia cualitativa de las<br />

agresiones por ellas protagonizadas. En los varones,<br />

las agresiones son más “primarias”, más brutales<br />

desde el punto de vista físico, llegan a extremos más<br />

intensos de violencia física. Por su parte, las acciones<br />

protagonizadas por las chicas se caracterizan por un<br />

carácter psicológico más “refinado”, se atienen menos a<br />

lo físico y más a lo mental y a los sentimientos, y hacen<br />

gala de un refinamiento emocional que en muchas<br />

ocasiones llega a afectar seriamente al equilibrio<br />

psíquico de los progenitores.<br />

Las madres son las víctimas principales de estas<br />

agresiones. Las explicaciones a esto son obvias:<br />

percepción de una mayor debilidad física en ellas, más<br />

tiempo de contacto de los hijos con la madre que con<br />

el padre.<br />

También hemos señalado que los niños, adolescentes<br />

y jóvenes agresores de sus padres pertenecen a<br />

familias “normalizadas”, de clase media y alta, de lo<br />

cual se puede deducir que es en un entorno claramente<br />

favorable desde el punto de vista económico, cultural<br />

y educativo donde fructifican mayoritariamente estas<br />

conductas.<br />

Podemos decir que el perfil de los adolescentes<br />

agresores se articula en tres grandes bloques que no<br />

son excluyentes entre sí, sino que pueden darse rasgos<br />

de todos ellos en el agresor.<br />

- Hedonistas-nihilistas<br />

Constituyen el grupo más amplio de agresores. Para<br />

ellos la primacía es la satisfacción del propio interés,<br />

independientemente de cuál sea y de las vías para<br />

conseguirlo. Educados en la autosatisfacción, la<br />

ausencia de responsabilidades y de exigencias, crecen<br />

con la idea de que ellos son “únicos” y llegan a no<br />

tener conciencia de la existencia de reglas morales<br />

que regulan la convivencia. Los demás son sólo un<br />

instrumento para la satisfacción de sus deseos y cuando<br />

se resisten a serlo, son un obstáculo con el que hay que<br />

enfrentarse e incluso acabar. Niegan que haya pautas<br />

de comportamiento exteriores a ellos o que recorten la<br />

primacía de lo individual.<br />

No aceptan que haya otros puntos de vista o<br />

necesidades que cubrir que no sean las propias.<br />

Llegan a considerar el domicilio paterno (en el que se<br />

encuentran) como un alojamiento con todas las ventajas<br />

y ninguna exigencia que cumplir. En buen número<br />

huyen de cualquier actividad educativa o formativa.<br />

Suelen coincidir con grupos formados por individuos<br />

con su mismo sistema de vida, “los colegas” con los que<br />

el joven establece un vínculo que toma prioridad por<br />

encima de los vínculos familiares y llegan a ser unos<br />

auténticos déspotas para con sus padres, a quienes<br />

incluso llegan a cambiarles las cerraduras del domicilio,<br />

con los que les impiden el normal acceso.<br />

- Patológicos<br />

En algunos de los agresores encuadrados aquí nace<br />

la agresividad por una mala o incorrecta asimilación<br />

de las relaciones de amor-odio materno-filiales (más<br />

allá de los celos edípicos), estableciéndose un cuadro<br />

de ansiedad de separación con alta inseguridad y<br />

baja autoestima que media en la futura conducta<br />

violenta. Además, con el tiempo, pueden llegar a estar<br />

dominados por la dependencia de la droga, lo que les<br />

lleva a una creciente necesidad de dinero que debe ser<br />

satisfecha con la extorsión a los padres, el robo de los<br />

bienes familiares, etc.<br />

Algunos autores entienden que detrás del<br />

comportamiento de los menores que agreden a sus<br />

padres existe un problema psicopatológico. En concreto<br />

se habla de un trastorno antisocial de la personalidad e<br />

incluso de una psicopatía.<br />

El diagnóstico del trastorno antisocial de la<br />

personalidad exige que la persona en particular posea<br />

al menos tres de las siguientes características:<br />

1. Incapacidad para cumplir con las leyes y normas de<br />

la sociedad.<br />

2. Engaño y manipulación.<br />

3. Impulsividad, (es decir, actuar sin pensar en las<br />

consecuencias).<br />

4. Irritabilidad y agresividad.<br />

5. Despreocupación temeraria por la propia seguridad o<br />

la de los demás.<br />

12


menores que agreden a sus padres II<br />

6. Irresponsabilidad, huida de las obligaciones.<br />

7. Falta de remordimientos o sentimientos de culpa por<br />

haber herido, maltratado o dañado de alguna forma<br />

a otras personas.<br />

Sin embargo, la personalidad antisocial llega a ser<br />

mucho más peligrosa si se acompaña de rasgos que<br />

son propiamente descritos como pertenecientes al<br />

trastorno conocido como psicopatía. En opinión del<br />

profesor Vicente Garrido el psicópata tiene rasgos de<br />

personalidad que lo diferencian del trastorno antisocial<br />

de la personalidad como son:<br />

1. Encanto peculiar (falso, superficial) que oculta un ego<br />

de gran intensidad. Convencimiento oculto de que<br />

uno es muy superior a los otros.<br />

2. Incapacidad de sentir las emociones morales básicas<br />

(compasión piedad, amor...). El otro es alguien<br />

que puede contabilizarse como un obstáculo o un<br />

recurso a favor de sus propósitos, pero no como<br />

alguien con el que expresarse como ser humano<br />

- Con violencia aprendida<br />

Estos casos materializan el principio de que “la<br />

violencia engendra violencia”. Quien desde niño percibe<br />

que las situaciones de poder se basan más en la<br />

posesión de los medios para imponerla violentamente<br />

y que a la postre es la violencia el único camino para<br />

prevalecer, no llega a tener conciencia de que hay<br />

otros procedimientos, y cuando su edad y su físico se<br />

lo permiten, se dedica a “imponer su ley” tal y como<br />

ha visto desde antes que en su entorno familiar otros<br />

han procedido. En este caso, el hecho de que el padre<br />

agreda a la madre ante el hijo pequeño, o que el padre<br />

o la madre maltraten porque antes sufrieron maltrato<br />

son circunstancias que hacen que el niño interiorice el<br />

uso de la violencia contra los padres como instrumento<br />

eficaz y procedimiento de “diálogo”.<br />

A esto también contribuye el hecho de que haya padres<br />

que en situaciones de pérdida de equilibrio exterioricen<br />

conductas violentas. Es posible que además del factor<br />

de modelamiento, exista también un factor genético de<br />

base.<br />

A grandes rasgos, podemos encontrar varias<br />

confluencias en los perfiles descritos como: desajustes<br />

familiares; desaparición real o metafórica del padre varón<br />

(dejación de sus funciones paternas o despreocupación<br />

hacia su desempeño); conducta agresiva del niño,<br />

iniciada en edades más tempranas por desplantes,<br />

negaciones y actitudes violentas hacia los padres y los<br />

adultos; hijo único o varón único en el domicilio de los<br />

padres porque sus hermanos o hermanas más mayores<br />

ya lo han abandonado. En la mayoría de los casos el<br />

agresor no niega su condición de tal o su participación<br />

en los hechos, aunque la frialdad y el realismo con que<br />

lo narran sobrecoge.<br />

3. ETIOLOGÍA DE LAS CONDUCTAS VIOLENTAS<br />

No creamos que es un tópico. Este tipo de conductas<br />

infantiles nace de unos factores muy claros: los niños<br />

crecen en un entorno donde nadie es capaz de poner<br />

coto a sus apetencias y delimitarles los márgenes de lo<br />

permitido. Es decir, los padres no saben decir que “NO”.<br />

Este “NO” no implica la violencia con que a veces los<br />

padres acostumbran a acompañar sus decisiones para<br />

que los hijos las acaten (esta violencia colaborará a que<br />

el hijo la interiorice como sistema para lograr que otros<br />

acaten su voluntad). (Naouri, 2003)<br />

Factores sociales<br />

En principio, existe una causa general: nos guste o<br />

no confirmarlo, vivimos en una sociedad excesivamente<br />

permisiva donde parece que no tiene que haber normas<br />

y que todo debe estar permitido en aras de una libertad<br />

que no quiere saber de responsabilidades. Este es el<br />

entorno “global” difícilmente controlable por los padres<br />

pero que hay que tener en cuenta. La permisividad<br />

aludida, que lleva a la satisfacción de todos los deseos<br />

independientemente de cuáles sean, crea en los niños<br />

el convencimiento de que todos sus deseos deben<br />

cumplirse y cuando no, hay que rebelarse violentamente<br />

contra quienes les ponen coto, los padres.<br />

A ello debemos unir que se tiende a delegar la<br />

tarea educativa al mundo del ocio, sobre todo el ocio<br />

comercializado, cuando lo que hay que hacer es<br />

compartir ese ocio del hijo. En este sentido, afirmamos<br />

que la práctica extendidísima de dejar que el televisor<br />

“se encargue” de vigilar y mantener entretenidos a los<br />

hijos es muy negativa siempre que sea el único recurso<br />

de los padres y que éstos no compartan con sus hijos,<br />

con un diálogo activo y creativo, la visión de programas<br />

específicamente infantiles (parece claro que si la<br />

televisión y el mundo de la imagen está muy presente<br />

13


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

en el mundo actual, el niño debe ser educado por sus<br />

padres para acercarse a ellas de un modo correcto).<br />

Esta delegación parece más frecuente en hogares<br />

fragmentados.<br />

Otros factores sociales serían también:<br />

• El cuerpo social ha perdido fuerza moral (desde la<br />

corrupción no se puede exigir), produciéndose una<br />

evidente carencia de valores.<br />

• Una sociedad que pierde de forma creciente su<br />

responsabilidad. Todo se quiere alcanzar sin<br />

esfuerzo.<br />

• Grandes cambios en la vida de los niños. Pasan<br />

demasiado tiempo solos. Los adultos vivimos contra<br />

reloj. Hemos perdido los tiempos dedicados al<br />

diálogo, a la escucha…<br />

• Las modificaciones en la estructura familiar han<br />

supuesto cambios importantes en las relaciones<br />

padres hijos:<br />

- Familias con uno o dos hijos a los que no puede<br />

faltar nada material.<br />

- Desestructuración de parejas llevadas de forma<br />

conflictiva en las que, en ocasiones, se utiliza<br />

al niño como “arma arrojadiza” contra el otro<br />

cónyuge.<br />

- Nuevas configuraciones familiares: parejas<br />

compuestas por uniones que aportan hijos de<br />

anteriores uniones, parejas homosexuales…<br />

- Aumento de familias monoparentales, en las que<br />

se observa soledad, sobreprotección…<br />

• Inexistencia de foros de comunicación social. Se vive<br />

hacia dentro de las propias familias. Disminuyen los<br />

espacios de comunicación y reflexión entre familias<br />

y entre jóvenes. Podemos hablar de una disminución<br />

importante de redes sociales.<br />

Factores pedagógicos:<br />

Señalaríamos entre ellos los siguientes:<br />

- Las diferencias educativas entre los padres y los<br />

hijos, debido a los diferentes modelos educativos en<br />

los que han crecido.<br />

- El aumento de la desconfianza recíproca entre<br />

padres y maestros o la falta de reconocimiento<br />

social de la escuela.<br />

- Delegación de las funciones parentales: Los padres<br />

no ejercen su labor. Se ha dejado de inculcar lo que<br />

es y lo que debe ser. Faltan criterios educativos<br />

estables. Se intenta compensar la falta de dedicación<br />

con la excesiva permisividad, incluso con la defensa<br />

a ultranza, ante profesores u otros adultos, de<br />

comportamientos inadecuados.<br />

- Falta de reconocimiento de la autoridad. Hay<br />

padres que no sólo no se hacen respetar, sino que<br />

menoscaban la autoridad de los maestros, de la<br />

policía, o de otros ciudadanos cuando, en defensa<br />

de la convivencia, reprenden a sus hijos.<br />

- Los roles parentales clásicamente definidos se<br />

han diluido, lo cual es positivo si se comparten<br />

obligaciones y pautas educativas, pero resulta<br />

pernicioso desde el posicionamiento de abandono y<br />

desplazamiento de responsabilidades.<br />

- Atonía social y delegación de obligaciones. Hay<br />

miedo, distintos miedos: el del padre a enfrentarse<br />

con el hijo, el de la madre a enfrentarse con padre<br />

e hijo, el de la sociedad a recriminar a los jóvenes<br />

cuando su actitud es de barbarie. Esta situación<br />

deriva a la delegación de las funciones parentales,<br />

educativas y correctivas en la policía, jueces…<br />

En muchos casos la inmadurez personal o como pareja<br />

de los padres va en detrimento de sus responsabilidades<br />

educativas. A ello acompaña a menudo la falta de<br />

implicación y responsabilidad en el crecimiento de los<br />

niños, el no compartir el tiempo con ellos con la excusa<br />

de que no se tiene tiempo o se está excesivamente<br />

cansado o alterado por las exigencias profesionales y el<br />

no ponerle límites al hijo, o bien por el convencimiento<br />

de que ello es contraproducente pues “la represión o<br />

contravenirle las apetencias puede crearle traumas” o<br />

por miedo a no saber cómo hacerlo (no olvidemos que<br />

“el oficio de padre no se enseña, lo vamos aprendiendo<br />

poco a poco, aplicando el sentido común y las pautas de<br />

que el niño debe ser guiado para que en su maduración<br />

aprenda a dirigirse a sí mismo”) (Rodríguez, 2004).<br />

Añadamos otros aspectos: no corregir desde el<br />

principio las conductas agresivas de los hijos, reírse de<br />

ellas como si fuesen una “gracia” del niño, cosa que<br />

en ocasiones hacen los padres y adultos, refuerza su<br />

conducta violenta, pues es errónea aunque tal vez no<br />

conscientemente “premiada”. Los niños a quienes los<br />

padres no han puesto límites se convierten en niños<br />

malcriados en la primera infancia, pues son incapaces<br />

14


menores que agreden a sus padres II<br />

de controlarse y de entender la existencia de los demás<br />

con lo que esta existencia tiene de restrictivo para los<br />

deseos y acciones propias.<br />

Cuidado con las cóleras y las pataletas del niño, no<br />

hay que admitirlas pues pueden convertirse en su forma<br />

predilecta de expresión más “cómoda”, pues al ver que<br />

causan incomodidad en los padres son entendidas<br />

por el niño como un “arma” muy efectiva. A partir de<br />

esas pataletas puede enzarzarse en discusiones en las<br />

que pretenda la satisfacción de sus deseos, o plantear<br />

desafíos. Algunos de ellos pueden ser rehusar cumplir<br />

sus obligaciones, molestar deliberadamente, acusar<br />

(a los hermanos, primos o amigos, a la madre ante<br />

el padre o al padre ante la madre); mostrarse muy<br />

susceptible o fácilmente molestable, y muy obstinado,<br />

rencoroso o vengativo. Como vemos, todos estos<br />

comportamientos conforman una conducta en la que<br />

prevalece el egoísmo del propio interés y la conducta<br />

agresiva frente a quienes no ceden a ellos.<br />

Grandes errores en la vida actual están en el origen<br />

de la violencia de los hijos contra los padres: la falta de<br />

valoración y de respeto a los demás; una cultura del<br />

ocio poco creativa que nos convierte en consumidores<br />

pasivos; habitual consumo excesivo de alcohol y posible<br />

consumo de drogas que afecta a los adolescentes<br />

cuando no son capaces de autocontrolarse; ausencia<br />

de conversaciones entre padres e hijos; la pérdida de<br />

límites y de noción de autoridad de muchos menores;<br />

y no son menos importantes la primacía del máximo<br />

hedonismo como meta vital inmediata y la violencia<br />

general del contexto social.<br />

15


menores que agreden a sus padres II<br />

CAPÍTULO 2<br />

PROGRAMA DE INTERVENCIÓN INTEGRAL.<br />

1.- APLICACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS<br />

Como hemos mencionado anteriormente, durante<br />

2008, nuestro proyecto de investigación “<strong>Violencia</strong><br />

<strong>Intrafamiliar</strong>: Menores que agreden a sus padres” se<br />

concluyó con unas recomendaciones que denominamos<br />

BUENAS PRÁCTICAS. En este nuevo proyecto se han<br />

puesto en marcha algunas de esas recomendaciones<br />

y en base a los resultados obtenidos se concretan los<br />

siguientes aspectos que consideramos de especial<br />

relevancia para la correcta atención a los casos de<br />

violencia filio parental:<br />

1. Necesidad de elaborar un Programa Integral de<br />

acción que permita actuar simultáneamente desde<br />

los tres niveles de prevención: primaria, secundaria y<br />

terciaria. De esta manera se constituiría un continuo<br />

de acciones que permitiría trabajar la eliminación<br />

o reducción de factores desencadenantes de la<br />

aparición de casos de violencia filio parental, se<br />

llevaría a cabo el establecimiento de medidas que<br />

garantizaran la detección e intervención temprana,<br />

así como intervención sobre aquellos menores y<br />

familias que presenten patrones de conducta de<br />

violencia filio parental ya consolidados y graves.<br />

2. Para la puesta en marcha de este Programa Integral<br />

se hace necesario garantizar la implicación en el<br />

mismo de los distintos sistemas que participan en la<br />

atención a la infancia y juventud. Especial relevancia<br />

tiene el sistema educativo que sin duda se presenta<br />

como un espacio privilegiado para la detección e<br />

intervención temprana sobre los casos de violencia<br />

familiar.<br />

3. Necesidad de la intervención conjunta de los distintos<br />

sistemas de atención a la infancia y adolescencia,<br />

esencialmente el sistema escolar, sanitario y de<br />

servicios sociales generales y especializados. Sin<br />

duda se requiere de la intervención en un mismo<br />

momento de la aplicación de diferentes programas<br />

y recursos que pertenecen a distintos sistemas de<br />

atención. Deben evitarse las dinámicas de trasvase<br />

de casos: “este caso debe ser atendido desde otro<br />

sistema”. Por el contrario, debemos caminar hacia<br />

la existencia de programas y servicios mixtos cuya<br />

confluencia permita una mejor atención a los casos<br />

de violencia filio parental.<br />

4. Para la correcta definición del problema y por<br />

tanto de las acciones a llevar a cabo y para definir<br />

los servicios/programas que deben participar<br />

así como las fórmulas de coordinación, se hace<br />

necesario trabajar tomando como punto de partida<br />

la elaboración de un Plan de Caso diseñado con<br />

la participación de los profesionales que han<br />

de intervenir con independencia del sistema al<br />

que pertenezcan (sanidad, educación, servicios<br />

sociales…). Elaborar sistemas de programación de<br />

las acciones y evaluar los resultados obtenidos se<br />

convierte en una tarea indispensable para mejorar la<br />

eficacia y eficiencia de nuestras acciones.<br />

5. Debemos considerar como indispensable que la<br />

intervención en casos de violencia filio parental debe<br />

contemplar las actuaciones sobre el menor y su<br />

familia. Este procedimiento debe convertirse en una<br />

estrategia básica de intervención y sólo cuando se<br />

demuestre imposible o inadecuada la misma podrá<br />

trabajarse por separado con el menor y su familia.<br />

La violencia filio parental debe entenderse en el<br />

interior de las dinámicas de relación intrafamiliar y<br />

por tanto su abordaje requiere de una perspectiva<br />

integral. Sólo de esta forma evitaremos los<br />

procesos de culpabilización de padres o de hijos y<br />

potenciaremos una vía de responsabilización de las<br />

partes en conflicto, indispensable para la solución<br />

del mismo.<br />

6. Necesariamente hemos de contar con estrategias<br />

de intervención desde la no voluntariedad. Nos<br />

encontramos con casos, en la actualidad la mayoría,<br />

que conocemos a partir de las denuncias que se<br />

realizan, generalmente de padres a hijos y que<br />

conllevan la respuesta desde el sistema jurídico<br />

penal de menores. Como hemos podido comprobar<br />

del análisis de las intervenciones sobre casos de<br />

violencia filio parental derivados desde el sistema<br />

jurídico penal de menores, se pueden conseguir<br />

niveles de eficacia importantes involucrando en<br />

la solución del problema a las partes implicadas,<br />

menores y familia. El hecho de que un menor<br />

sea sancionado por las leyes penales no debe<br />

confundirse con que la solución del caso pase<br />

exclusivamente por la intervención sobre el menor.<br />

Desde estas ideas básicas y contando con las<br />

aportaciones de los trabajos presentados por los socios<br />

participantes en el proyecto se elabora y pone en<br />

funcionamiento el PROGRAMA DE INTERVENCIÓN<br />

INTEGRAL que a continuación se presenta desde la<br />

intervención primaria, secundaria y terciaria.<br />

17


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

2.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN<br />

PRIMARIA.<br />

Como es sabido, se trata de desarrollar acciones<br />

dirigidas a la población en general, sin necesidad de<br />

que hayan ocurrido episodios de violencia filio parental.<br />

Para ello existen múltiples programas de formación de<br />

padres, escuelas de padres, etc. que tienen la finalidad<br />

de dotar o mejorar las competencias parentales con<br />

el objetivo de eliminar o disminuir la posibilidad de que<br />

aparezcan factores de riesgo que se han estudiado<br />

como desencadenantes de la violencia filio parental y<br />

que ya hemos mencionado en la revisión teórica.<br />

Desarrollamos a continuación, algunos aspectos<br />

generales a tratar en la formación de padres como<br />

factor preventivo ante la violencia filio-parental 5<br />

La sociedad de los últimos veinte años ha cambiado<br />

significativamente y con ello la familia. La sociedad<br />

actual se caracteriza por ser cada vez más diversa,<br />

heterogénea, discontinua, plural, compleja, cambiante,<br />

etc. Estas características sociales han determinado una<br />

serie de modificaciones y transformaciones en el seno<br />

familiar. Para J. Urra algunas de las características<br />

sociales y familiares que están influyendo en el aumento<br />

de la tiranía de hijos hacia padres podrían resumirse en:<br />

- Una sociedad permisiva que educa a los niños en<br />

sus derechos y no en sus deberes, donde impera el<br />

hedonismo, la cultura del placer y el relativismo y el<br />

consumismo como valores dominantes.<br />

- Unos medios de comunicación que suelen ser<br />

alarmistas y difuminan la gravedad de los hechos.<br />

Por otra parte, estos medios de comunicación son<br />

utilizados por las familias como “canguros”.<br />

- Hay un gran cambio en la forma de vida, ya que la<br />

incorporación de la mujer al mundo laboral hace<br />

que los niños pasen mucho tiempo solos.<br />

- La estructura familiar se ha modificado: aumenta<br />

el número de familias nucleares que tienen poco<br />

contacto con otros miembros familiares, se aprecia<br />

mucha desestructuración de parejas de adultos que<br />

revierten negativamente en los hijos, no existen foros<br />

de comunicación social viviendo cada vez más hacia<br />

dentro de las casas, se observan dos extremos de<br />

familias, aquellas en los que los niños pasan mucho<br />

tiempo solos y aquellas sobreprotectoras en las que<br />

las familias acompañan en todo a sus hijos.<br />

- Hay una delegación de la función educadora de las<br />

familias a otras instituciones sociales, la escuela, la<br />

policía, los jueces, los servicios sociales, etc.<br />

Estos cambios producidos vertiginosamente en un<br />

corto espacio de tiempo han ido acompañados a partir<br />

de la década de los 70, según refleja G. Nardone<br />

(2003) en sus investigaciones, de la asunción de un<br />

estilo educativo permisivo de los padres hacia los hijos<br />

y de una mayor sobreprotección en contraposición<br />

al estilo educativo autoritario asumido por la familia<br />

tradicionalmente. También lo recoge así J.M. Escudero<br />

que explica como la sociedad ha dado un giro de<br />

un esquema de relación patriarcal autoritario a otro<br />

excesivamente centrado en el niño, sin represión.<br />

Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de estilos<br />

educativos autoritarios y permisivos Es necesario que,<br />

en primer lugar describamos los estilos educativos<br />

familiares y cuáles de ellos son los que mayoritariamente<br />

se asumen en el modelo de familia actual y que a la<br />

vez correlacionan con las familias donde se producen<br />

situaciones de violencia filio-parental. Para ello, nos<br />

basaremos en las investigaciones de Baumrind (1967)<br />

que fueron completadas por Maccoby y Martin (1983)<br />

quienes clasificaron los estilos educativos en función<br />

de cuatro factores: la aplicación de las normas, de la<br />

exigencia de responsabilidad, de la comunicación en el<br />

seno familiar y del afecto entre los diferentes miembros<br />

de la familia. Estos cuatro estilos son: autoritario,<br />

permisivo, autoritativo o democrático, e indiferente o<br />

negligente. Además, de estos cuatro reflejaremos el<br />

estilo educativo no recogido por estos autores pero<br />

sí definidos por otros y que debido a los cambios<br />

sociológicos (reducción del número de hijos, desarrollo<br />

del estado de bienestar, aumento de la cultura del placer,<br />

etc.) se dan cada vez más en nuestras sociedades. Nos<br />

referimos al estilo educativo sobreprotector.<br />

A continuación pasamos a describir brevemente los<br />

cinco estilos educativos:<br />

- Estilo educativo autoritario:<br />

Se caracteriza por establecer normas muy rígidas<br />

puestas desde la autoridad paterna, una exigencia de<br />

madurez muy alta, con poca comunicación familiar y<br />

poco afecto en el seno de las relaciones familiares. Las<br />

pautas educativas son rígidas, estrictas, severas donde<br />

se utiliza la coacción, el chantaje emocional, ridiculizar,<br />

sobrecorregir y reprochar. El niño no es libre para<br />

expresarse y conducirse.<br />

Las investigaciones realizadas a partir de la<br />

conceptualización de Maccoby y Martin reflejan que<br />

5 Estos aspectos han sido aportados por Silvia Martínez Amorós.<br />

Psicopedagoga de la Unidad de Atención e Intervención del Plan PREVI<br />

(Prevención de la <strong>Violencia</strong> en el ámbito escolar).<br />

18


menores que agreden a sus padres II<br />

este estilo genera en los hijos percepción de los padres<br />

como hostiles, resentimiento, fracaso en las variables<br />

de competencia social, falta de espontaneidad y de<br />

orientación propia, atribución de su conducta a fuentes<br />

externas de control, dificultad para internalizar valores<br />

morales y éticos, escasa motivación de logro, bajo<br />

rendimiento escolar, pobre ajuste socioemocional,<br />

agresividad y rebelión, ira, testadurez, venganza,<br />

rebelión, introversión y sumisión temerosa. (Moreno y<br />

Cubero, 1990)<br />

- Estilo educativo permisivo:<br />

El estilo educativo permisivo como hemos<br />

dicho se caracteriza por un mínimo control en las<br />

normas familiares, pocas exigencias de madurez<br />

y responsabilidad a los hijos y un alto afecto en el<br />

seno familiar y en la comunicación. Este estilo está<br />

caracterizado básicamente por una falta de límites en<br />

el seno familiar, donde los niños crecen sin normas ni<br />

referentes y con la sensación de que todo vale.<br />

Las consecuencias psicológicas de estas pautas<br />

educativas favorecen que los niños sean mas abiertos y<br />

comunicativos, pero con más riesgo en el uso de drogas<br />

y alcohol, a ser más impulsivos y menos controlados,<br />

a tener resultados académicos más pobres, a tener<br />

menos percepción del riesgo y tener conductas más<br />

temerosas y combinado con otros factores a ser más<br />

agresivos y desarrollar conductas antisociales. Algunos<br />

autores como J. Urra (2006) apuntan que los niños<br />

que se salen siempre con la suya, a los que se les dice<br />

que sí a todo lo que plantean, acaban creyendo que<br />

no son importantes para sus padres y pueden terminar<br />

convirtiéndose en pequeños tiranos. Autores como<br />

J.A. Marina dicen que este tipo de estilos educativos<br />

son peligrosos y afirma: “que un sistema educativo que<br />

dice “dejar hacer” es como un reglamento de tráfico que<br />

dijera artículo único: vaya usted por donde quiera”.<br />

- Estilo educativo indiferente o negligente:<br />

Maccoby y Martin (1983) añadieron una categoría<br />

que hace referencia a los padres no implicados en la<br />

educación de sus hijos y permisivos, para distinguirlos<br />

de los padres permisivos que sí están interesados en<br />

sus hijos. Este estilo es el más disfuncional y el que<br />

peor consecuencias tiene para los niños. Es el estilo en<br />

el que no existe un control en las normas ni exigencias,<br />

pero tampoco existe comunicación ni afecto. No se<br />

establece un interés por el bienestar de los hijos ni<br />

por la educación de los mismos e igual se pueden<br />

producir prácticas autoritarias que permisivas. Hay<br />

una indiferencia ante las actitudes y conductas del hijo.<br />

Permisividad y pasividad. Libertad sin límites. No se<br />

ofrece un estilo eficaz al que imitar. Hay ambivalencia<br />

y variabilidad.<br />

Como hemos dicho es el que peor consecuencias<br />

tiene en el desarrollo del niño y genera conductas poco<br />

adaptadas socialmente, dificultad para incluirse en<br />

grupos no permisivos, sentimiento de falta de cariño,<br />

inseguridad y ansiedad, baja autoestima y autocontrol,<br />

desprecio a los educadores y a la escuela, falta de<br />

normas, dependencia, falta de respeto, egocentrismo,<br />

actitudes desafiantes.<br />

Este estilo es el que suele darse con niños/as con<br />

problemas de conducta graves y con conductas<br />

agresivas hacia los demás. El tipo de sociedad actual<br />

caracterizada por una falta de tiempo de los padres<br />

hacia la educación de sus hijos ha hecho que este estilo<br />

vaya en aumento.<br />

- Estilo democrático o autoritativo:<br />

Este estilo responde a que haya un alto índice en las<br />

variables utilizadas: alto nivel de exigencias, normas<br />

en el seno familiar, alto nivel de comunicación y alta<br />

afectividad en las relaciones familiares. Es el estilo<br />

donde la autoridad está basada en el diálogo, en el<br />

amor, la sensibilidad, la comprensión, donde la familia<br />

es una fuente de bienestar y hay una preocupación por<br />

el bienestar de los hijos. Los padres establecen normas<br />

y van dando autonomía a los hijos conforme éstos van<br />

creciendo. Se oye su punto de vista y se negocian<br />

ciertas normas, no aquellas que son fundamentales. Se<br />

hacen cumplir las normas y se razonan y explican de<br />

forma que el niño y el adolescente van interiorizándolas<br />

porque las sienten como propias.<br />

Este estilo tiene como consecuencias para los hijos<br />

el desarrollo de personas normalmente adaptadas,<br />

con confianza en sí mismas, con un comportamiento<br />

productivo a nivel escolar, familiar, social y<br />

posteriormente, laboral. Con una autoestima ajustada,<br />

con independencia, con responsabilidad personal y<br />

con conductas socialmente valoradas. Es por ello, que<br />

las familias que desarrollan este estilo sufren menos<br />

situaciones de violencia filio-parental.<br />

19


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Como vemos es el estilo al que deberíamos tender y<br />

quizá es el que requiere más preparación y formación.<br />

- Estilo sobreprotector:<br />

Hemos querido añadir este estilo porque es un estilo<br />

en aumento en la sociedad actual debido a ciertas<br />

características de nuestra sociedad y que, aunque<br />

cercano al permisivo, no responde estrictamente a los<br />

patrones establecidos por éste. Muchos autores ya<br />

apuntan la existencia de este estilo y las investigaciones<br />

sobre acoso escolar valoran el estilo sobreprotector<br />

entre los factores de riesgo.<br />

J. Urra (2006) recoge este estilo y define que las<br />

creencias de los padres sobreprotectores se basan en<br />

que éstos piensan que los chicos deben ser cuidados<br />

en todo momento, protegidos y mimados mientras<br />

vivan en el hogar de los padres y que no se exigen<br />

responsabilidades porque ya crecerán y asumirán<br />

responsabilidades cuando sean mayores. Por tanto,<br />

siguiendo los cuatro criterios establecidos por el<br />

modelo de Baurmind podríamos decir que son padres<br />

que no fijan normas, no exigen responsabilidades,<br />

hay una afectividad y una comunicación basada en<br />

el proteccionismo y aislamiento de los problemas del<br />

mundo. Además, suelen ser padres que van más allá<br />

no pidiendo responsabilidades a sus hijos sino que los<br />

exculpan y fomentan la externalización en los hijos, ya<br />

que buscan siempre explicaciones causales no en la<br />

responsabilidad de los niños sino en culpables externos.<br />

Los efectos que genera este modelo según J. Urra<br />

(2006) son: genera en los hijos dependencia, falta de<br />

iniciativa, egoísmo, intolerancia, tiranía, desadaptación<br />

social. Son niños inseguros, sin autonomía, con temores,<br />

con miedos inespecíficos, tienen baja autoestima,<br />

toleran mal la frustración, no tienen sentimientos de<br />

culpa, se mueven por impulsos y buscan satisfacciones<br />

inmediatas, no son capaces de terminar actividades que<br />

conlleven esfuerzo y recibir la gratificación después. No<br />

se responsabilizan de las consecuencias de sus actos.<br />

Este estilo puede provocar dos efectos contrarios:<br />

niños inhibidos y con falta de habilidades sociales,<br />

sin capacidad para resolver problemas ya que sus<br />

padres responden y resuelven sus problemas por ellos,<br />

con lo que nos encontraríamos niños más pasivos<br />

que podrían ser objeto de acoso escolar. Y por otro<br />

lado niños agresivos que pueden ser acosadores, ya<br />

que al carecer de falta de normas y de exigencia de<br />

responsabilidades y exculpación continua por parte de<br />

sus padres, puede generar este tipo de perfil.<br />

Clásicamente las diferentes investigaciones sobre los<br />

estilos educativos han apuntado a los efectos negativos<br />

del estilo autoritario aspecto que ha fomentado que<br />

desde las diferentes instituciones educativas y desde<br />

los distintos enfoques teóricos psicoeducativos se<br />

transmitiera este estilo como necesario de extinguir<br />

llevando a fomentar otros más adecuados. Esto ha<br />

llevado a que se confunda en muchas ocasiones que<br />

un estilo educativo adecuado es aquel totalmente<br />

contrario al autoritario, es decir aquel donde no hay<br />

normas ni exigencias y sí mucho afecto y comunicación,<br />

este estilo sería el estilo permisivo. Así lo reflejan las<br />

investigaciones de G. Nardone (2006) en las que en<br />

una muestra entre europeos se recogió que sólo el 5%<br />

de las familias siguen empleando este estilo educativo.<br />

Pero, ¿podemos pedir a las familias que sepan cuáles<br />

son las estrategias más adecuadas para educar a sus<br />

hijos si los valores que se transmiten y los mensajes<br />

sociales les dicen totalmente lo contrario Es evidente<br />

que no podemos culpabilizar a los padres sin darles las<br />

herramientas necesarias para poder formarlos.<br />

Es por ello, que se hace evidente que desde las<br />

instituciones en contacto con las familias se realice una<br />

formación a las familias, porque como señala Thomas<br />

Gordon “a los padres se les culpa, pero no se les<br />

educa” y se les exige que sepan asumir una paternidad<br />

responsable en una sociedad que no sólo no acompaña<br />

sino que presiona para que se le siga proporcionando<br />

una cultura del placer y del hedonismo a los menores.<br />

Y ¿qué podemos hacer ante esta problemática<br />

Indudablemente formar a los padres desde las distintas<br />

instituciones y administraciones, pero básicamente<br />

desde la administración educativa, la social y la<br />

sanitaria. Sólo una intervención primaria para formar<br />

a las familias podrá prevenir la intensificación de los<br />

problemas de violencia filio-parental.<br />

La realización de esta tarea formativa debería abarcar<br />

tres pilares básicos que deben ser complementarios:<br />

en primer lugar, debemos aumentar la transmisión de<br />

información coherente que le llega a las familias, en<br />

segundo lugar, se tiene que fomentar la participación<br />

de las mismas en la educación de sus hijos potenciando<br />

sobre todo la implicación en la vida escolar y finalmente,<br />

se deben desarrollar estrategias más formativas a<br />

través de la creación de escuelas de padres y madres y<br />

cursos formativos dirigidos a éstos.<br />

20


menores que agreden a sus padres II<br />

La formación de las familias a través de la educación<br />

de los padres debe entenderse en un marco donde más<br />

allá de la formación continua de los padres/madres debe<br />

ser un punto de encuentro-reflexión con otras familias<br />

que favorezca el enriquecimiento mutuo. Es decir, debe<br />

ser un espacio para la información, formación y reflexión<br />

dirigido a padres y madres con el objetivo de ayudar<br />

a las familias con menores a su cargo a que puedan<br />

desarrollar adecuadamente sus funciones cuidadoras,<br />

educativas y socializadoras, favoreciendo la adquisición<br />

de pautas saludables de dinámica familiar que faciliten<br />

la comunicación, la convivencia y en definitiva el<br />

desarrollo integral de los menores como miembros<br />

activos y solidarios de la sociedad. (Hernández, 2006).<br />

Con el fin de fomentar el interés, la participación y la<br />

implicación de las familias, la metodología por tanto,<br />

que debe seguir estas escuelas de padres, debe<br />

ser flexible, abierta, cambiante, activa, participativa,<br />

variada, dinámica… para mantener motivados a los<br />

padres y para favorecer el diálogo entre ellos.<br />

Las temáticas que debe abordar la formación a padres<br />

con el fin de prevenir la violencia filio-parental serán<br />

primordialmente las siguientes:<br />

- Establecimiento de normas y disciplina positiva en<br />

el seno familiar: qué son las normas, por qué son<br />

importantes, distintos tipos de normas, criterios para<br />

establecer las normas familiares, cómo hacerlas<br />

cumplir, qué hacer si no se cumplen, supervisión de<br />

las normas en el seno familiar.<br />

- Exigencia de responsabilidad y madurez: establecer<br />

responsabilidad a los hijos/as adecuada al momento<br />

evolutivo, fomentar la autonomía y la independencia,<br />

potenciar la madurez en los hijos/as.<br />

- Mejora de la comunicación familiar: la asertividad, la<br />

comunicación positiva ante las críticas, la escucha<br />

activa, la búsqueda de soluciones conjuntas ante los<br />

problemas, la ayuda y guía familiar.<br />

- Fomento de la afectividad en el seno familiar: el<br />

conocimiento real de los hijos/as, la expresión del<br />

afecto, la empatía, la autoestima, el fomento de<br />

expectativas positivas hacia los hijos/as.<br />

- Otras temáticas a trabajar en la formación a padres<br />

serán: educación para el tiempo libre, los estudios de<br />

los hijos/as, conocimiento de las etapas evolutivas,<br />

prevención de drogas, educación sexual, manejo<br />

del entorno que les rodea.<br />

Las administraciones, los educadores, los medios<br />

de comunicación y la sociedad en general deben<br />

ser conscientes de la difícil tarea de ser padre en los<br />

tiempos actuales y que las familias no son más que<br />

actores sin un guión escrito que poder seguir que deben<br />

improvisar en muchas ocasiones bajo la intuición, la<br />

presión social y las expectativas del entorno, muchas<br />

veces contradictorias, sobre cómo deben educar a sus<br />

hijos. Es por ello, que para poder prevenir un problema<br />

tan acuciante y agudizado como es la violencia filioparental<br />

debemos fomentar la formación de las familias<br />

a través de las redes de formación a padres que deben<br />

ser promovidas por las distintas instituciones.<br />

3.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN<br />

SECUNDARIA: GUÍA DE DETECCIÓN<br />

TEMPRANA<br />

Nos planteamos en este nivel dos cuestiones básicas<br />

como son la detección y la intervención temprana. Para<br />

ello hemos elaborado una Guía de detección temprana<br />

que contiene los indicadores de riesgo que en nuestro<br />

análisis de casos han aparecido con más frecuencia y<br />

que por tanto consideramos que pueden ser utilizados<br />

como detectores de una posible aparición de situaciones<br />

de violencia filio parental. De igual forma se ha indicado<br />

por cada uno de los países el procedimiento que<br />

deberá llevarse a cabo para promover una intervención<br />

temprana sobre el caso. Las estrategias de intervención<br />

son similares a las llevadas a cabo desde la prevención<br />

terciaria, adecuándolas a los distintos contextos en los<br />

que se desarrollan y por ello las describiremos en el<br />

apartado siguiente.<br />

Utilidad de la Guía<br />

Se pretende optimizar un instrumento que permita la<br />

detección temprana de los casos y su identificación a la<br />

vez que clarifique los procedimientos por los que debe<br />

canalizarse el tratamiento de los mismos.<br />

Nos encontramos ante casos sobre los que se<br />

interviene de forma muy tardía, casi siempre cuando<br />

existe una judicialización del problema (intervención<br />

desde el ámbito penal juvenil) tras denuncias de<br />

agresiones bien por parte de los propios padres o de<br />

otros profesionales.<br />

La intervención tardía y la judicialización suponen una<br />

dificultad añadida al tratamiento del problema, que debe<br />

incorporar una intervención sobre el núcleo familiar y no<br />

sólo sobre el menor.<br />

21


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Indicadores de riesgo<br />

Individuales<br />

Factores parentales Padre Madre<br />

Historia de malos tratos<br />

Expediente de protección<br />

Antecedentes como autor de delitos relacionados con maltrato familiar<br />

Pobre autoestima<br />

Baja capacidad de manejo en situaciones cotidianas (C.I. , certificado<br />

de minusvalía)<br />

Pobres habilidades interpersonales<br />

Falta de capacidad empática<br />

Poca tolerancia al estrés<br />

Problemas psicológicos (fundamentado en diagnóstico)<br />

Problemas de salud mental (fundamentado en diagnóstico)<br />

Problemas de adicción a tóxicos<br />

Enfermedades crónicas/severas<br />

22


menores que agreden a sus padres II<br />

Características del niño/ jóven<br />

Baja tolerancia a la frustración<br />

Apático<br />

Problemas de conducta<br />

Temperamento difícil (carácter innato)<br />

Hiperactivo<br />

Discapacidad física (fundamentado en diagnóstico)<br />

Discapacidad psíquica (fundamentado en diagnóstico)<br />

Discapacidad sensorial (fundamentado en diagnóstico)<br />

Enfermedad crónica<br />

Consumo de drogas<br />

Procesos delincuenciales<br />

Absentismo escolar<br />

Abandono escolar (a partir de un curso escolar)<br />

Fracaso escolar<br />

Agresividad hacia los padres<br />

Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />

Grupo de iguales en situación de riego<br />

Aislamiento social (carece de grupo de iguales de referencia)<br />

Forma de resolución de conflictos de manera agresiva<br />

Forma de resolución de conflictos por evitación<br />

Bajo nivel de autoestima<br />

Locus de control externo (sitúa la responsabilidad de sus actos en los otros)<br />

23


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Familiares<br />

Interacción paterno filial<br />

Desadaptada<br />

Escasa comunicación y/o comunicación negativa<br />

Ciclo ascendente de conflicto y agresión<br />

Técnicas de disciplina coercitivas<br />

Déficit /carencias afectivas hacia el niño<br />

No transmisión de valores pro sociales (tolerancia, respeto..)<br />

Expectativas inadecuadas sobre el menor<br />

Pautas de crianza inadecuadas<br />

Modelos parentales inadecuados<br />

Dejación /delegación de funciones parentales<br />

Déficit asertividad<br />

Relaciones de apego inadecuadas<br />

Sobreprotección<br />

Relaciones de pareja<br />

Conflicto conyugal/ruptura de pareja<br />

Estrés permanente<br />

<strong>Violencia</strong> y agresión<br />

Hijos no deseados<br />

Problemas de inestabilidad de pareja<br />

Configuración familiar<br />

Monoparental<br />

Familias reconstituidas<br />

Hijo único<br />

Hijos adoptivos<br />

Convivencia de familia extensa en el núcleo familiar<br />

Crianza en familia extensa<br />

Familia estable<br />

24


menores que agreden a sus padres II<br />

Socioculturales<br />

Ambito laboral Padre Madre<br />

Desempleo con prestación<br />

Desempleo sin prestación<br />

Estrés laboral<br />

Trabajo precario (economía sumergida, temporalidad,..)<br />

Largas jornadas laborales de los padres<br />

Economía estable<br />

Ama de casa<br />

Redes sociales de apoyo<br />

Aislamiento social<br />

Escasa utilización de recursos formales de apoyo<br />

Alta movilidad social<br />

Factores culturales Padre Madre<br />

Aprobación cultural del uso de la violencia<br />

Aceptación cultural del castigo corporal<br />

Aceptación cultural del consumo de estupefacientes<br />

Actitud negativa hacia la mujer<br />

Estilos de vida marginales (mendicidad, delincuencia, prostitución)<br />

Pertenencia a grupos sectarios<br />

25


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Detección temprana y procedimiento de atención<br />

y derivación<br />

La guía desarrollada anteriormente reúne parte de<br />

una serie de indicadores que aparecen en los casos<br />

de violencia filio parental que están siendo tratados en<br />

centros o programas, principalmente de reeducación de<br />

menores. Hemos seleccionado aquellos que aparecen<br />

con más frecuencia y que por lo tanto pueden servir de<br />

predictores a la hora de detectar e intervenir de forma<br />

temprana.<br />

La presente guía será utilizable por los profesionales<br />

de atención primaria, tanto del ámbito de la Educación<br />

como de la Sanidad y de los Servicios Sociales. Su<br />

finalidad es detectar de forma temprana la aparición de<br />

indicadores de riesgos de manera que se proceda a la<br />

intervención inmediata desde los programas de apoyo<br />

y orientación a la familia. Estos programas pueden ser<br />

desarrollados desde cualquiera de los tres ámbitos de<br />

actuación antes citados.<br />

En aquellos casos que por la intensidad del problema<br />

se detecte la situación aconsejando su derivación a<br />

Servicios Sociales Especializados de Atención a la<br />

Familia e Infancia (SEAFI, Programas de Orientación<br />

– Mediación,…) por encontrarse el menor en situación<br />

de riesgo, el equipo que detectó el caso deberá remitir<br />

un informe al Equipo Social de Base del domicilio donde<br />

resida el menor. Este equipo será el encargado de<br />

elaborar el diagnóstico para proceder, en su caso, a la<br />

derivación del servicio especializado.<br />

Cuando se valore la necesidad de separación<br />

provisional del menor de su núcleo familiar, se<br />

procederá conforme a lo establecido en el Manual de<br />

la Consellería de Bienestar Social 6 “El papel del ámbito<br />

social en el abordaje de situaciones de desprotección<br />

infantil”<br />

4.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN TERCIARIA<br />

Durante el desarrollo de nuestro proyecto hemos<br />

analizado dos estrategias de intervención basadas en<br />

modelos diferentes.<br />

La primera, que a continuación describimos con<br />

detenimiento, está basada en el modelo cognitivo<br />

conductual desarrollado por el equipo técnico y<br />

educativo de la Colonia San Vicente Ferrer de Valencia<br />

y la segunda, basada en el modelo sistémico, puede<br />

consultarse en la página web de la Escuela Vasco<br />

Navarra de Terapia Familiar. 7<br />

Descripción del programa de intervención con<br />

familias y menores con conductas de maltrato<br />

desarrollado por la Colonia San Vicente Ferrer 8<br />

Introducción<br />

La Colonia San Vicente Ferrer es un Centro de<br />

Reeducación de menores infractores perteneciente<br />

a la Consellería de Justicia y Administraciones<br />

Públicas, que está gestionado por los Terciarios<br />

Capuchinos (Amigonianos). En la Colonia se atiende<br />

pedagógicamente, desde el año 1922, a adolescentes<br />

y jóvenes de ambos sexos. El centro está ubicado en el<br />

término municipal de Burjassot (Valencia) y dispone de<br />

72 plazas para cumplimiento de medidas en régimen<br />

cerrado, semiabierto, abierto y convivencia en grupo<br />

educativo.<br />

Es en la “Colonia San Vicente Ferrer” donde se crea y<br />

comienza a desarrollarse, en el año 2004, el “Programa<br />

de intervención con familias y menores con conductas<br />

de maltrato”. Desde entonces se ha trabajado con más<br />

de 130 familias.<br />

Marco Teórico<br />

El programa de intervención está diseñado<br />

basándonos en el modelo teórico de la Psicología<br />

cognitivo-conductual. Modelo que mejor explica y<br />

predice la conducta humana y que está avalado por<br />

numerosos estudios científicos.<br />

El ser humano nace muy indefenso pero con una<br />

enorme capacidad de aprendizaje. Desde el nacimiento,<br />

excepto algunos reflejos, aprendemos absolutamente<br />

todo. Y en este proceso, realizamos buenos y malos<br />

aprendizajes. Es decir, aprendemos comportamientos<br />

que nos van a ayudar a ser más felices y otros que<br />

complicarán esta tarea. Así desde este modelo se<br />

entiende que todos los comportamientos se pueden<br />

modificar, mejorando la calidad de vida de las personas.<br />

Un determinado comportamiento se puede aprender<br />

de diferentes maneras (origen). Existen varias formas<br />

de aprendizaje: por asociación, imitación, refuerzo<br />

positivo o refuerzo negativo.<br />

Por otro lado, las conductas tienen tres niveles de<br />

respuesta que se encuentran interrelacionados. Así,<br />

hablaremos de Respuesta Cognitiva –pensamientos,<br />

imágenes y recuerdos-, Respuesta Fisiológica/<br />

emocional –emociones y sensaciones físicas que<br />

6 Este documento puede obtenerse en la página Web de la Consellería de<br />

Bienestar Social de la Generalitat Valenciana<br />

7 www.avntf-evntf.com<br />

8 La descripción que se detalla ha sido realizada por las autoras del<br />

programa de intervención Pepa Sánchez Heras; María José Ridaura Costa<br />

y Cristina Arias Salvador.<br />

26


menores que agreden a sus padres II<br />

dependen del sistema nervioso autónomo-, y<br />

Respuesta Motora –aquellos comportamientos que<br />

realiza la persona para modificar su medio-. Ante<br />

cualquier situación, la persona piensa algo determinado<br />

y en función de estos pensamientos, tiene una serie de<br />

sensaciones físicas y emociones y realiza una conducta<br />

para conseguir una consecuencia determinada. Por<br />

ejemplo: para una persona que le da miedo hablar en<br />

público, la situación sería presentar un trabajo. Pensará<br />

que lo va a hacer fatal, que se quedará sin voz, que<br />

hará el ridículo, etc. y sentirá tensión en los músculos,<br />

calor, taquicardia, nerviosismo. Por último, ante estos<br />

pensamientos y emociones probablemente lo que hará<br />

será decir que está enferma para no exponer el trabajo.<br />

Destacar que dentro de la psicología cognitivoconductual,<br />

es muy importante el papel de los<br />

pensamientos, de cómo las personas interpretamos<br />

las situaciones para tomar una u otra decisión y emitir<br />

distintos comportamientos.<br />

Es distinto por lo que empieza un problema a los<br />

fenómenos por los que dicho problema se mantiene.<br />

Las conductas se mantienen por las consecuencias<br />

(beneficios, premios o refuerzos) que obtenemos al<br />

emitirlas. Podemos obtener cosas positivas (refuerzo<br />

positivo) o eliminar sensaciones desagradables de<br />

nuestro ambiente (refuerzo negativo).<br />

En cuanto a las conductas de maltrato en sí, y tal y como<br />

se ha comentado anteriormente, las personas nacemos<br />

sin experiencia previa y conforme vamos viviendo,<br />

aprendemos a comportarnos de una determinada<br />

manera, en función de lo que ganemos o perdamos.<br />

Los chicos que agreden, física o verbalmente, a sus<br />

padres, consiguen sus propósitos, como obtener cosas<br />

materiales, librarse de una bronca, hacer lo que quieran<br />

o sentirse bien por tener el control de la casa.<br />

Ahora bien, si lo anterior es cierto, también lo es<br />

que cuando nacemos podemos hacerlo teniendo un<br />

temperamento fácil o difícil, y esta parte sí que es innata.<br />

Cuando hablamos de temperamento nos referimos al<br />

carácter, al conjunto de características psicológicas que<br />

tiene una persona y que, en parte, determinan su forma<br />

de comportarse, y decimos en parte, porque la mayoría<br />

de estos chicos, aunque con mucho más trabajo,<br />

podrán socializarse correctamente. Es aquí donde<br />

cobra importancia el papel de los padres y por tanto, la<br />

doble dirección del problema.<br />

A los padres nadie les enseña a educar. Muchos se<br />

enfrentan a este desafío con voluntad e ilusión, pero<br />

no siempre con las ideas claras. Educar es una ardua<br />

tarea, que se complica muchísimo cuando los hijos<br />

han nacido con un temperamento difícil. Pero este<br />

temperamento está y debe estar mediatizado por los<br />

padres, por las pautas de crianza que utilicen.<br />

Los padres que utilizan unas pautas de crianza<br />

adecuadas, conjugan el afecto, la disciplina y la<br />

comunicación, y suponen modelos positivos para<br />

sus hijos. Saben poner límites, supervisar que no<br />

se rebasen, imponen consecuencias cuando se<br />

transgreden y refuerzan cuando se cumplen. Son<br />

aquellos que escuchan a sus hijos, que hacen un<br />

uso adecuado del “NO” y del “SÍ”, y que no caen en<br />

constantes contradicciones.<br />

Si desde pequeños los padres no van moldeando<br />

los comportamientos negativos de los niños difíciles,<br />

enseñándoles que de esta forma no conseguirán sus<br />

objetivos, el niño crecerá y su temperamento difícil y<br />

conductas negativas crecerán con él, con la diferencia<br />

de que cuando son pequeños, son más o menos<br />

controlables, y cuando son adolescentes las conductas<br />

negativas son más exageradas y descontroladas,<br />

llegando incluso al maltrato.<br />

Estructura del Programa de Intervención y<br />

Metodología<br />

A la hora de diseñar y estructurar este programa de<br />

intervención, tuvimos muy presente la necesidad de<br />

trabajar de forma paralela tanto con hijos como con<br />

los padres, ya que consideramos que los problemas<br />

familiares deben conceptualizarse como un problema,<br />

cuanto menos, dimensional. En el seno de las familias se<br />

establecen dinámicas negativas, en las que, tanto en su<br />

origen como en su mantenimiento, participan los padres<br />

y los hijos, siendo por tanto ambas partes responsables<br />

del proceso y por consiguiente, siendo necesaria su<br />

implicación en la intervención para manejar y cambiar<br />

conductas inadecuadas que se están retroalimentando<br />

mutuamente.<br />

Este hecho nos ha llevado a trabajar de forma<br />

individualizada con los hijos pero también con los padres,<br />

así como con padres e hijos conjuntamente. Asimismo,<br />

con el objetivo de dotar de estrategias concretas,<br />

reforzar los aprendizajes y como apoyo al malestar y el<br />

sentido de culpabilidad con que se encuentran cuando<br />

27


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

llegan al Centro un elevado porcentaje de familias,<br />

llevamos a cabo una formación grupal con el conjunto<br />

de padres (“Escuela de Padres”). También trabajamos<br />

con los adolescentes en grupo.<br />

Nuestro modelo de trabajo es esencialmente<br />

psicoeducativo, en el que la práctica diaria adquiere<br />

una importancia crucial.<br />

El objetivo general del programa es disminuir hasta<br />

llegar a extinguir los comportamientos agresivos y<br />

violentos de los hijos hacia sus padres, mejorando la<br />

relación entre ellos.<br />

Para alcanzar dicho objetivo, se trabajaba a través de<br />

cinco bloques de intervención (Padres individualmente;<br />

Hijos individualmente; padres en grupo (Escuela de<br />

Padres); Hijos en grupo; Padres más hijos), que se<br />

desarrollan en cuatro fases (Evaluación, Hipótesis;<br />

Intervención y Seguimiento).<br />

En la Fase de Evaluación, se recoge información,<br />

tanto de padres como de hijos para poder entender el<br />

problema, identificando la conducta problema, viendo<br />

qué variables pueden predecirla y qué consecuencias<br />

la controlan (Pastor y Sevillá, 1990).<br />

En esta fase trabajamos con dos de los bloques<br />

de intervención: Padres individualmente e hijos<br />

individualmente.<br />

En la Fase de Hipótesis se explica el origen y<br />

mantenimiento del problema, tanto a los padres de<br />

forma individualizada como en el grupo de padres de<br />

una forma más general. Se explica cuál es el problema<br />

de su hijo, por qué aparece y qué variables hacen que<br />

dicho problema se mantenga a lo largo del tiempo.<br />

En esta fase trabajamos con dos bloques de<br />

intervención: Padres individualmente y padres en grupo<br />

(“Escuela de Padres”).<br />

En la Fase de intervención, se enseñan, tanto a los<br />

padres como a los chicos, aquellas técnicas, estrategias<br />

y habilidades que les ayuden a resolver el problema.<br />

Por otro lado, se ensaya y se pone en práctica todo lo<br />

aprendido.<br />

En esta fase trabajamos con los cinco bloques de<br />

intervención simultáneamente<br />

En la Fase de Seguimiento, se van observando<br />

los resultados a corto plazo y si estos resultados se<br />

mantienen a lo largo del tiempo, incluso una vez haya<br />

finalizado la intervención.<br />

En esta fase trabajamos, en el centro durante la parte<br />

final del internamientoi, con los padres y los hijos, en<br />

sesiones individuales y conjuntas. El objetivo de esta<br />

fase es también observar los resultados durante el<br />

cumplimiento de la libertad vigilada y una vez acabada<br />

la misma.<br />

Los objetivos específicos de cada bloque de<br />

intervención son los siguientes:<br />

Bloque-I. Padres en Individual<br />

Objetivos:<br />

1- Evaluar el problema funcionalmente.<br />

En aras de realizar un diagnóstico acertado y<br />

planificar adecuadamente la intervención, es<br />

necesario evaluar el problema, obteniendo la<br />

información necesaria para poder realizar el Análisis<br />

Funcional de la conducta o conductas problema, de<br />

forma que una vez concluido podamos contestar a<br />

las siguientes preguntas: ¿Cuál es concretamente<br />

el problema, ¿Cómo aparece y ¿Qué variables<br />

hacen que se mantenga a lo largo del tiempo La<br />

información se recoge a través de la entrevista<br />

semiestructurada, de la observación directa y de<br />

diferentes cuestionarios y autoregistros, durante dos<br />

o tres sesiones.<br />

2- Entender claramente por qué se mantiene el<br />

problema de conducta de su hijo.<br />

Tras realizar la evaluación y poder seguir avanzando<br />

con ciertas garantías en la intervención, es<br />

fundamental que los padres entiendan la hipótesis<br />

explicativa del problema. En nuestra experiencia<br />

la mayoría de los chicos con los que hemos<br />

trabajado presentan un problema conductual,<br />

instrumental y aprendido. Muchos padres, influidos<br />

por otros autores y por la necesidad de calmar su<br />

sentimiento de culpa y buscar razones externas<br />

a los comportamientos agresivos de sus hijos,<br />

piensan que sus hijos tienen un problema <strong>org</strong>ánico,<br />

genético, y crónico como una enfermedad mental,<br />

una psicopatía, etc.<br />

Por ello y para que se impliquen en la intervención,<br />

es importante que los padres entiendan que el<br />

problema de sus hijos es aprendido y por tanto,<br />

modificable, que se mantiene por los beneficios<br />

28


menores que agreden a sus padres II<br />

que consiguen al emitir la conducta agresiva, que<br />

asuman su parte de responsabilidad y sepan qué<br />

conductas, que mantienen el comportamiento<br />

agresivo de su hijo, han de cambiar.<br />

3- Flexibilizar las ideas irracionales.<br />

Teniendo en cuenta todos los acontecimientos<br />

negativos vividos en el último tiempo, la mayoría de<br />

padres acuden a las sesiones con mucho malestar y<br />

con pensamientos negativos sobre su hijo, sobre la<br />

solución del problema, incluso sobre ellos mismos.<br />

Algunos de estos pensamientos negativos están<br />

distorsionados, son irracionales. Esto es, no están<br />

basados en la evidencia, generan emociones<br />

difíciles de controlar y no son útiles para conseguir<br />

nuestros objetivos. Por ejemplo: “Aunque me<br />

hubiese comportado de otra manera mi hijo hubiese<br />

hecho lo mismo”; “Mi hijo es esquizofrénico”; “Toda<br />

la culpa es mía”.<br />

Es importante detectar la existencia de estos<br />

pensamientos y abordarlos para poder avanzar<br />

adecuadamente a la intervención, ya que pueden<br />

interferir de forma significativa.<br />

4- Aprender a reforzar positivamente.<br />

El refuerzo, positivo es una de las técnicas más<br />

potentes para mantener conductas positivas a<br />

lo largo del tiempo. Además ayuda a construir y<br />

mantener una adecuada autoestima y favorece<br />

la relación positiva y afectiva entre las dos partes.<br />

Cuando comenzamos a trabajar, tanto con los padres<br />

como con los hijos, observamos que les cuesta ver<br />

cosas positivas en el otro. Durante mucho tiempo su<br />

forma de relacionarse y comunicarse se ha basado<br />

en la crítica, la exigencia e incluso el desprecio. Por<br />

ello, es fundamental que aprendan a valorarse por<br />

lo que son, y no exclusivamente por lo que hacen,<br />

que sean capaces de expresarse cosas positivas,<br />

de decirse lo que les gusta del otro, de felicitarse, de<br />

mostrarse afecto, etc.<br />

5- Revisar los fines de semana.<br />

Cuando llega el momento de que los chicos<br />

comienzan a disfrutar de permisos de fin de semana<br />

al domicilio familiar, dichas salidas se preparan<br />

con ambas partes clarificando los objetivos de las<br />

mismas y firmando un contrato conductual en el que<br />

se especifican las normas que los padres les piden y<br />

las consecuencias, tanto positivas (privilegios) como<br />

negativas (sanciones) que obtendrán en función del<br />

cumplimiento o no de las normas. Tras las salidas<br />

se revisa, con ambas partes, lo más detalladamente<br />

posible, cómo ha transcurrido el fin de semana.<br />

Principalmente nos interesa conocer cómo se han<br />

sentido, si el hijo ha cumplido todas las normas<br />

que aparecían en el contrato, y en el caso de<br />

haber incumplido, cómo han manejado los padres<br />

la situación y cómo ha reaccionado el chico ante<br />

esto. Por otro lado, se intenta obtener información<br />

acerca de la actitud del hijo y los padres, el tipo<br />

de comunicación, la participación en la dinámica<br />

familiar, etc. Tras recoger toda esta información,<br />

damos feedback, reforzamos y trabajamos los<br />

aspectos a mejorar.<br />

6- Trabajar las tareas y los contenidos del grupo.<br />

En estas sesiones individuales se revisan los<br />

contenidos trabajados en el grupo de padres<br />

(“Escuela de Padres”). Las explicaciones en grupo<br />

se realizan de forma general, sin centrarnos en<br />

cada caso en concreto. Así pues, con los padres<br />

individuamente concretaremos los aspectos de su<br />

caso, observaremos si se ha entendido lo explicado<br />

en el grupo y se revisarán las tareas.<br />

Metodología:<br />

Los dos primeros objetivos (“Evaluar el problema<br />

funcionalmente” y “Entender claramente por qué se<br />

mantiene el problema de conducta de su hijo”), se<br />

trabajan con los padres de forma individual durante la<br />

fase de “Evaluación” y la fase de “Hipótesis”.<br />

Las sesiones se realizan con los padres. Es importante<br />

motivar a ambos progenitores para que asistan a las<br />

sesiones, ya que ambos son en parte responsables del<br />

problema familiar y, de ambos depende el proceso de<br />

cambio de su hijo, y por consiguiente de la dinámica<br />

familiar. En ocasiones nos encontramos con que los<br />

padres, por motivos laborales, de horarios…delegan en<br />

las madres la función de asistir a las sesiones. Como<br />

sabemos la coherencia educativa es una de las variables<br />

importantes y que influye en el comportamiento de el/la<br />

hijo/a de forma significativa, a la hora de educar. Cada<br />

uno de los progenitores tiene su estilo y si únicamente<br />

modifica su forma de relación y acción con el hijo<br />

29


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

uno de ellos, el problema no se resolverá porque se<br />

seguirán reforzando, por alguna de las dos partes,<br />

los comportamientos negativos o castigando algunos<br />

positivos.<br />

En aquellos casos en los que los padres están<br />

separados, se interviene sistemáticamente con el<br />

progenitor encargado de la educación de el chico<br />

(normalmente con quien vive), aunque recomendamos<br />

que a la hora de evaluar, en la medida de lo posible, se<br />

obtenga información del otro progenitor. A partir de este<br />

momento, si se valora como pertinente, se interviene<br />

con los dos, bien en sesiones conjuntas o bien en<br />

sesiones individuales, dependiendo del caso.<br />

Asimismo, siempre que sea posible, también se tendrá<br />

en cuenta a otras personas significativas en la dinámica<br />

familiar y en el mantenimiento del problema (abuelos,<br />

parejas sentimentales de los padres, tíos, hermanos,<br />

etc.).<br />

Las sesiones se desarrollan semanalmente y duran<br />

aproximadamente 60 minutos.<br />

Si durante la evaluación detectamos, en alguno<br />

de los padres, problemas individuales secundarios<br />

al problema principal (por ejemplo, consumo de<br />

sustancias tóxico-dependientes; Trastornos de<br />

Ansiedad; Depresión Clínica; Problemas de Pareja;<br />

Trastornos de Personalidad; etc.), no los trabajamos,<br />

pero intentamos derivarlos a otro recurso (UCAS;<br />

Psicólogos o Psiquiatras, públicos o privados, etc.).<br />

Trabajamos en un centro de reforma en el que la<br />

prioridad es atender educativamente a cada uno de<br />

los chicos que se encuentren ingresados por cualquier<br />

tipo de delito. La intervención que realizamos en los<br />

casos de violencia filio-parental requiere de mucho<br />

trabajo y esfuerzo. Por ello, por cuestiones prácticas<br />

y de temporalidad, lamentablemente no podemos<br />

intervenir en los problemas emocionales individuales<br />

de los padres. No obstante, entendemos que dichos<br />

problemas también afectan a la relación y por tanto a la<br />

dinámica familiar y es fundamental resolverlos.<br />

En la mayoría de sesiones se mandan tareas para<br />

la próxima sesión. Hay que reforzar que las traigan<br />

hechas, ya que nos dan mucha información acerca de<br />

si se han cumplido los objetivos o si hay que continuar<br />

trabajándolos. También hay que insistir en que han<br />

de realizarlas los dos, ya que los dos son parte activa<br />

en la intervención y necesitamos feedback de ambos<br />

progenitores.<br />

En ocasiones nos encontramos con padres resentidos,<br />

con sentimientos de culpa, con desconfianza, con<br />

miedo, con desafíos, con pensamientos muy rígidos,<br />

etc. Por ello, es importante que tengamos habilidades<br />

sociales, autocontrol emocional, y principios éticos<br />

claros, ya que, tanto en evaluación como en intervención<br />

se nos presentarán situaciones difíciles que tendremos<br />

que manejar.<br />

El número de sesiones es flexible, ya que esto va<br />

a estar condicionado, tanto por las características de<br />

los padres como por el propio criterio del profesional.<br />

Es posible que haya contenidos en los que tengamos<br />

que incidir una y otra vez a lo largo de las sesiones.<br />

Por ejemplo, a la hora de trabajar los pensamientos<br />

irracionales, con unos padres necesitaremos una<br />

sesión y con otros necesitaremos algunas más.<br />

Bloque-II. Adolescentes en individual<br />

Objetivos:<br />

1- Evaluar el problema funcionalmente<br />

La pertinencia de este objetivo y su desarrollo es<br />

el mismo que realizamos en las sesiones con los<br />

padres de forma individual.<br />

2- Asumir su parte de responsabilidad en el problema.<br />

A los hijos les cuesta mucho asumir su parte de<br />

responsabilidad en los problemas con sus padres.<br />

Justifican sus agresiones verbales y/o físicas, su<br />

desobediencia, sus escapadas de casa, en definitiva<br />

sus comportamientos negativos hacia sus padres,<br />

culpabilizándolos a ellos de sus propias acciones.<br />

El que los hijos asuman su parte de responsabilidad<br />

en los problemas con sus padres supone uno de<br />

los objetivos fundamentales para poder continuar<br />

de forma efectiva con el resto de la intervención, ya<br />

que si entienden que sus reacciones y problemas<br />

dependen exclusivamente de causas externas,<br />

serán muy resistentes al cambio.<br />

3- Aprender a resolver problemas<br />

A los chicos les cuesta mucho evaluar las<br />

consecuencias a largo plazo. Generalmente, se<br />

mueven por los refuerzos inmediatos y fáciles<br />

de conseguir, costándoles mucho demorar la<br />

30


menores que agreden a sus padres II<br />

gratificación. Así mismo, muchos tienen una baja<br />

capacidad de empatía. Es decir, les cuesta ponerse<br />

en el lugar del otro y entender sus sentimientos. Por<br />

esta razón, también les cuesta ver las consecuencias<br />

para los demás, tanto positivas como negativas, y<br />

si las ven, las valoran y, por tanto, puntúan, como<br />

poco importantes. Generalmente estos chicos no<br />

saben resolver problemas de forma adecuada y<br />

normalmente se equivocan en sus decisiones, que<br />

les traen nuevos problemas. Por ello, ayudamos<br />

a los chicos a que detecten las señales que les<br />

indiquen que tienen un problema, que definan metas<br />

apropiadas y diferentes alternativas de solución, y<br />

que elijan la alternativa más adecuada, pensando en<br />

las consecuencias a largo plazo para ellos y para los<br />

demás. Por último les ayudamos a diseñar un plan<br />

de acción concreto para llevar a cabo la alternativa<br />

seleccionada.<br />

4- Cumplir con las normas de convivencia familiar<br />

Cuando los chicos ingresan en el centro llevan<br />

mucho tiempo sin cumplir normas, han dejado de<br />

ver a sus padres como figura de autoridad y viven<br />

el día a día haciendo su voluntad sin contar con los<br />

demás miembros de la casa y haciendo cualquier<br />

cosas para cumplir sus deseos. La mayoría de estos<br />

chicos han crecido teniendo exceso de “sí” por parte<br />

de sus padres, desarrollando la idea de que están<br />

cargados de derechos y que sus padres únicamente<br />

tienen obligaciones para con ellos. Otros han tenido<br />

exceso de “no” y han terminado por revelarse frente<br />

a esa situación, dejando de cumplir las normas.<br />

Ayudamos a los chicos a que aprendan a evaluar<br />

la necesidad de la norma como mecanismo para<br />

poder entendernos y para poder convivir dentro de<br />

un grupo: sociedad, amigos, trabajo, pareja, y por<br />

tanto, también la familia. Asimismo es importante<br />

que entiendan que ellos son los hijos y que pueden<br />

expresar sus necesidades y deseos e intentar<br />

negociarlos con sus padres, pero que son sus<br />

padres quienes tienen la autoridad y por tanto, la<br />

última palabra.<br />

5- Controlar su agresividad<br />

Nos encontramos con que hay chicos que utilizan la<br />

agresividad de una forma totalmente instrumental.<br />

En general estos chicos tienen un alto control<br />

emocional y se dan el permiso voluntariamente<br />

de tener conductas agresivas con el objetivo de<br />

intimidar y conseguir lo que quieren. No obstante,<br />

también nos encontramos con chicos con una<br />

agresividad más reactiva. Es decir, son más<br />

impulsivos. En estos chicos también hay una parte<br />

instrumental que les ha llevado a generalizar estas<br />

reacciones porque han obtenido beneficios al<br />

emitirlas, pero realmente tiene menos control sobre<br />

sus reacciones. Los segundos, tras la realización de<br />

las conductas agresivas, se sienten más culpables<br />

que los primeros. El objetivo va destinado a entrenar<br />

a controlar la agresividad fundamentalmente a los<br />

últimos, los primeros no lo necesitan.<br />

6- Flexibilizar los pensamientos irracionales<br />

La funcionalidad de este objetivo y el abordaje que<br />

se le da, es el mismo que con los padres en las<br />

sesiones individuales. No obstante con chicos con un<br />

pensamiento muy rígido e irracional recomendamos<br />

no trabajar los pensamientos distorsionados, ya<br />

que no es efectivo. Contradicen cualquier cosa<br />

que se les dice, teniendo dificultades para razonar<br />

y comienzan a pensar que les quieres convencer.<br />

En estos casos es mejor, al menos en un primer<br />

momento, centrarnos en la parte conductual, siendo<br />

ésta la única forma de que puedan comprobar que lo<br />

que piensan no es del todo cierto.<br />

Metodología:<br />

Las sesiones individuales se realizan con el chico<br />

que emite conductas de maltrato en casa. Dichas<br />

conductas pueden materializarse en agresividad física<br />

y/o psicológica hacia sus padres, hermanos, abuelos,<br />

y/u objetos del ámbito familiar.<br />

Este bloque consta de diez sesiones aproximadamente<br />

que se desarrollan semanalmente y que duran<br />

aproximadamente 60 minutos. No obstante, el número<br />

de sesiones es aproximado, se podrán añadir o quitar<br />

sesiones en función del caso, de las características<br />

del chico, del ritmo de las sesiones, del grado de<br />

comprensión… Siempre que el terapeuta lo considere<br />

oportuno.<br />

Si durante la evaluación detectamos problemas<br />

secundarios al problema principal (por ejemplo,<br />

consumo de sustancias tóxico-dependientes,<br />

problemas de celos hacia hermanos/as o hacia parejas<br />

31


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

sentimentales del padre o madre, depresión, trastornos<br />

de ansiedad, etc.), los trabajaremos también ya que<br />

pueden estar influyendo en el problema principal o ser<br />

causa del mismo.<br />

En este bloque de intervención las sesiones son<br />

teórico-prácticas.<br />

En la mayoría de sesiones se le mandan tareas<br />

para la próxima sesión. Es importante reforzar que las<br />

hagan, ya que nos dan mucha información acerca de<br />

si se han cumplido los objetivos, o si hay que continuar<br />

trabajándolos.<br />

Muchos de los chicos con los que nos encontramos<br />

se muestran resentidos, emocionalmente distanciados<br />

de sus padres, y en ocasiones con bloqueos o<br />

negativas ante la intervención. Por esto, al igual que<br />

con los padres, es importante que el terapeuta tenga<br />

habilidades técnicas, de autocontrol emocional,<br />

éticas y sociales, ya que, tanto la evaluación como la<br />

intervención, están llenas de situaciones difíciles que<br />

hay que saber manejar.<br />

Bloque-III. Padres e hijos/as<br />

Objetivos:<br />

1- Mejorar la relación entre padres e hijos<br />

Cuando los chicos ingresan en el centro llevan<br />

mucho tiempo, sin considerar a sus padres como<br />

figura de autoridad y manteniendo con ellos<br />

relaciones utilitarias y de abuso, donde no hay<br />

cabida para la expresión del afecto. Es fundamental<br />

restablecer los roles en el sistema familiar y trabajar<br />

todos los aspectos relacionados con las normas.<br />

No obstante, es muy importante que además de<br />

centrarnos en qué papel debe adoptar cada cual<br />

en el sistema familiar, se trabaje la parte afectiva<br />

y emocional en aras de mejorar la relación entre<br />

ambas partes. Aprendiendo a valorarse y valorar al<br />

otro, y vivenciando de forma positiva los beneficios<br />

que tiene sentirse parte de una unidad familiar y vivir<br />

en ella.<br />

2- Mejorar la comunicación entre los padres y los hijos<br />

Antes de comenzar a resolver sus problemas, la<br />

comunicación entre padres e hijos estaba muy<br />

deteriorada. En la mayoría de casos había una<br />

muy escasa o ausencia total de comunicación y la<br />

que había era completamente negativa, basada en<br />

las críticas malintencionadas, en los reproches y<br />

en las exigencias. Por ello, a padres e hijos se les<br />

entrena de forma grupal en habilidades sociales<br />

y comunicativas. Durante las sesiones conjuntas<br />

ponemos en práctica estas habilidades de forma que<br />

se hagan cumplidos, que se expresen peticiones,<br />

que se realicen críticas honestas, que se escuchen,<br />

etc.<br />

3- Preparar el reencuentro y las salidas<br />

Las primeras interacciones, tras el ingreso en<br />

el centro, son complicadas para ambas partes.<br />

La última vez que hablaron y se vieron fue en los<br />

Juzgados de Menores, después de un episodio de<br />

tensión y violencia. Para ayudarles en este primer<br />

encuentro o en esta primera comunicación, además<br />

de clarificar los objetivos, tanto a los padres como a<br />

los hijos, preparamos previamente a ambas partes.<br />

No les forzamos a que se muestren afectivos<br />

entre ellos ni a que hablen de temas importantes o<br />

trascendentes, pero sí exigimos, a ambas partes,<br />

que mantengan el respeto. Les pedimos que no<br />

hablen de lo sucedido y que no saquen “trapos<br />

sucios”. Esto se trabajará en sesiones conjuntas<br />

cuando el terapeuta lo considere conveniente,<br />

de forma que evitemos críticas deshonestas,<br />

sentimientos negativos y conductas descontroladas.<br />

El objetivo de las primeras interacciones es que<br />

ambas partes se queden con “buen sabor de boca”,<br />

y experimenten que es posible relacionarse y<br />

comunicarse sin agresividad.<br />

El objetivo final, del internamiento es que los hijos<br />

vuelvan a vivir en el domicilio familiar, pero para<br />

conseguirlo con ciertas garantías hay que ir poco a<br />

poco en la intervención. Así, antes de comenzar a<br />

salir con los padres, los chicos tienen que realizar<br />

correctamente una serie de pasos. En primer lugar<br />

tienen que ponerse en contacto con los padres<br />

con una llamada telefónica y, en tono de respeto,<br />

pedirles que vayan a visitarlo. Las visitas se realizan<br />

en el centro y si funcionan bien, se realizarán<br />

algunas visitas, de aproximadamente dos horas,<br />

fuera del centro. Superado este objetivo, padres<br />

e hijos podrán disfrutar de un día de permiso de<br />

convivencia familiar y si toda va bien, comenzará a<br />

disfrutar de permisos de fin de semana al domicilio<br />

familiar.<br />

32


menores que agreden a sus padres II<br />

4- Realizar contratos y revisarlos periódicamente<br />

Cuando los chicos comienzan a pasar los fines de<br />

semana en casa se firma un “contrato conductual”<br />

entre ellos y los padres. El objetivo final es que<br />

ambas partes sean autónomas. Para ello, después<br />

de realizar varios contratos escritos, pasaremos al<br />

contrato verbal.<br />

Aunque el contrato lo preparamos antes con los<br />

padres, y se revisa con ambas partes después<br />

del fin de semana, el mensaje a los hijos es que<br />

son los padres quienes ponen las normas y las<br />

consecuencias y quienes manejaran las diferentes<br />

situaciones durante el fin de semana. Es fundamental<br />

que esta cuestión la tenga clara ambas partes, y<br />

no piensen que es el centro el que sancionará los<br />

comportamientos negativos. Nuestra intención es<br />

que los padres vayan ganando autoridad y no se<br />

creen relaciones de dependencia con el centro,<br />

porque llegará un día en que tendrán que resolver<br />

los problemas con los hijos sin el apoyo del centro.<br />

5- Poner en práctica las técnicas para aumentar y<br />

disminuir comportamientos<br />

Este objetivo se trabaja transversalmente durante<br />

todas las sesiones, especialmente durante la firma<br />

del contrato, donde los padres tiene que poner en<br />

práctica las técnicas para aumentar y disminuir<br />

conductas aprendidas, (refuerzo positivo, extinción,<br />

costo de respuesta…), bien en sesiones individuales<br />

o en la “Escuela de Padres”.<br />

6- Afrontar el conflicto<br />

En el trabajo con las familias no podemos obviar lo<br />

relacionado con lo que aconteció en el seno de las<br />

mismas y que les llevó a la situación de encontrarse<br />

separados, con los chicos en el centro. Entendemos<br />

que es una parte fundamental en el trabajo, ya<br />

que si toda la intervención se basa en la disciplina<br />

e imposición de normas no estamos resolviendo<br />

el problema en su totalidad. Es importante que<br />

expresen cómo se sentían con la dinámica de<br />

relación que tenían antes de ingresar en el centro,<br />

que expresen qué significan los unos en la vida de<br />

los otros y porqué, que se expresen cosas positivas,<br />

que hagan compromisos de cambio y concreten<br />

porqué están dispuestos a hacerlo.<br />

El momento de trabajar estos objetivos lo marcará el<br />

criterio del terapeuta. Es una sesión delicada donde<br />

se ponen sobre la mesa muchos sentimientos,<br />

algunos positivos y otros no tanto, y no todas las<br />

familias están preparadas para afrontarlo en el<br />

mismo momento de la intervención.<br />

Metodología:<br />

Los objetivos de este bloque se trabajan durante<br />

varias sesiones, dependiendo de la información<br />

obtenida durante la evaluación y de la evolución del<br />

caso. Tendrán una periodicidad semanal y durarán<br />

aproximadamente una hora.<br />

En estas sesiones, participan tanto los padres como<br />

los hijos. Se trata de sesiones conjuntas en las que se<br />

ponen en práctica cuestiones que han sido explicadas<br />

en sesiones individuales y grupales, tanto con las<br />

familias como con los adolescentes.<br />

En cuanto a la firma del contrato, destacar que esta<br />

sesión se ha preparado de forma individual con cada<br />

parte, por lo que en la sesión conjunta, el papel que<br />

juega el educador y el terapeuta, es de “testigo”.<br />

Favorecemos que manejen la situación entre ellos y<br />

únicamente intervenimos cuando aparecen problemas<br />

que solos no saben resolver. El objetivo es que<br />

los padres se muestren como autoridad y los hijos<br />

entiendan y acepten dicha autoridad. Si intervenimos<br />

demasiado, los hijos pueden pensar que la autoridad es<br />

el centro y no toman en serio a los padres.<br />

Cada familia posee un ritmo de aprendizaje, por lo que,<br />

en el caso de que el/la chico/a no muestre una actitud<br />

de acuerdo y aceptación de normas y consecuencias<br />

no tendrá salida hasta que dicha actitud cambie.<br />

La metodología que se utiliza durante estas sesiones<br />

son los contratos conductuales, role-playing, técnicas<br />

de negociación, etc.<br />

En estas sesiones conjuntas observamos todas las<br />

dificultades con las que se encuentran, tanto padres<br />

como hijos/as, a la hora de poner en práctica todo<br />

lo aprendido en las sesiones individuales. Daremos<br />

feedback, reforzando todo aquello que hacen bien<br />

y diciéndoles todas aquellas cosas que tienen que<br />

mejorar.<br />

33


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Bloque-IV. Padres en Grupo (“Escuela de Padres”)<br />

Objetivo general:<br />

El objetivo general de este bloque es dotar a los padres<br />

de estrategias y habilidades para mejorar sus pautas<br />

de crianza y la relación con sus hijos. El objetivo último<br />

es que a través del comportamiento de los padres, los<br />

hijos abandonen sus conductas agresivas.<br />

Objetivos específicos:<br />

1- Entender qué es un problema de conducta.<br />

A lo largo de estos años hemos trabajado con<br />

más de 120 familias, y basándonos en nuestra<br />

experiencia, la violencia de hijos a padres se<br />

trata, en la mayoría de los casos, de un problema<br />

aprendido y no genético. En los casos en los que tras<br />

la evaluación detectamos que efectivamente esto<br />

es así, es fundamental que los padres lo entiendan<br />

para poder corregir los comportamientos que, con<br />

la mejor intención y sin ser del todo conscientes de<br />

ello, están reforzando las conductas negativas y<br />

agresivas de sus hijos.<br />

2- Comprender por qué se inicia y qué hace que se<br />

mantenga un problema de conducta.<br />

Explicamos el origen y el mantenimiento de los<br />

problemas de conducta de una forma general,<br />

ya que de forma más específica se explica en las<br />

sesiones individualizadas con los padres<br />

3- Conocer las características típicas de un adolescente<br />

Muchos padres piensan que sus hijos, por el<br />

exceso de comportamientos que han realizado,<br />

son diferentes al resto de adolescentes. Nuestro<br />

objetivo en esta sesión es que a los padres les<br />

quede claro que su hijo no es un “extraterrestre”,<br />

simplemente es un adolescente, con la mayoría de<br />

características similares a todos los demás, pero que<br />

lamentablemente ha aprendido a comportarse de<br />

forma agresiva para conseguir sus propósitos. Por<br />

ello, es importante que conozcan las características<br />

peculiares de esta fase evolutiva de sus hijos.<br />

4- Conocer estrategias para aumentar y disminuir<br />

conductas<br />

Los padres han probado diferentes estrategias para<br />

manejar las conductas y actitudes negativas de<br />

sus hijos y no les han funcionado. En esta sesión<br />

se explica a los padres técnicas y herramientas<br />

concretas y cuál es la mejor forma de aplicarlas y<br />

ante qué situaciones.<br />

5- Entender qué significa “educar”<br />

Muchos padres piensan que educar es ofrecer a<br />

los hijos todo lo que les piden y que ser un buen<br />

padre es ser amigo de tu hijo. Otros piensan que<br />

hay que colmarlos de amor y cariño sin necesidad<br />

de decirles que “No” por la creencia errónea de que<br />

esto les puede hacer crecer con cierto trauma. Otros<br />

piensan que sus hijos, por una especie de ciencia<br />

infusa, deberían saber que sus padres les quieren, y<br />

se centran exclusivamente en la parte de disciplina.<br />

Es importante que los padres entiendan que educar<br />

a los hijos es una obligación suya y que recoge<br />

tres variables fundamentales: afecto incondicional,<br />

disciplina adecuada y comunicación adecuada.<br />

6- Aprender a poner normas y a supervisarlas de<br />

manera adecuada<br />

Al igual que a los chicos, explicamos a los padres la<br />

necesidad de las normas para poder vivir en grupo.<br />

Asimismo les dotamos de estrategias a la hora de<br />

controlar y supervisar el comportamiento de sus<br />

hijos de forma adecuada.<br />

7- Aprender a realizar y recibir críticas honestas<br />

Entrenamos a los padres a decirles a sus hijos<br />

asertivamente lo que les molesta de ellos y a<br />

pedirles cambios de comportamiento y actitud. Por<br />

otro lado les entrenamos a que reciban las críticas<br />

de sus hijos, aunque sean deshonestas, sin entrar<br />

en el juego ni perder el control.<br />

8- Aprender a pedir las cosas, diferenciando entre<br />

pedir-exigir<br />

Entrenamos a los padres a hacer peticiones de forma<br />

asertiva. Es importante que los padres entiendan<br />

que hay cosas que se deben exigir (norma) y otras<br />

que no, que se pueden pedir, pero aceptando que<br />

la otra persona te diga que “no”. Hacer una petición<br />

no es dar una orden ni tampoco implica que el otro<br />

se sienta forzado y obligado a acceder a nuestros<br />

deseos.<br />

34


menores que agreden a sus padres II<br />

9- Aprender a decir NO<br />

La mayoría de padres con los que nos encontramos<br />

tienen dificultades para decir que no a las peticiones<br />

o demandas de sus hijos, por miedo a que tengan<br />

una reacción descontrolada y se desencadene un<br />

nuevo conflicto. Sin embargo es fundamental que<br />

aprendan a hacerlo y se expongan (manteniendo la<br />

ansiedad a corto plazo) para a largo plazo resolver<br />

el problema y dejar de funcionar por alivio (refuerzo<br />

negativo). Les damos herramientas para que lo<br />

hagan sin perder su objetivo ni enfadarse.<br />

Metodología:<br />

En este bloque utilizamos una metodología teórico−<br />

práctica, consistente en breves explicaciones teóricas,<br />

role-playing, visualización de vídeos, etc.<br />

Este bloque de intervención consiste en terapia EN<br />

grupo, no DE grupo. Nuestro objetivo en este sentido<br />

es que las explicaciones sirvan para todos y las<br />

sesiones sean más amenas, NO que se ayuden entre<br />

ellos. Seremos nosotros siempre los que dirijamos la<br />

intervención. Es recomendable que las cuestiones más<br />

personales se trabajen con los padres en las sesiones<br />

individuales. No obstante, no podemos negar que el<br />

hecho de que los demás padres vean que hay más<br />

padres con sus mismos problemas, les hace no sentirse<br />

tan raros, facilitando el proceso de cambio.<br />

Se han programado once sesiones. Este formato es<br />

totalmente flexible, por lo que si se considera necesario<br />

añadir alguna sesión es bueno que se haga.<br />

Entendemos que estas sesiones en grupo tienen que<br />

ser dirigidas por un Psicólogo o Pedagogo. Éste puede<br />

ser ayudado por un co−terapeuta, que podría ser un<br />

educador.<br />

En nuestra experiencia, el número ideal para formar<br />

el grupo son cuatro o cinco familias, aunque, como<br />

siempre, dependerá del criterio del terapeuta y de las<br />

características de las familias.<br />

Hemos observado que existen una serie de<br />

características en las familias que facilitan el<br />

funcionamiento del grupo, aunque será el profesional,<br />

el que decida, en último término, que familias van a<br />

ser miembros del mismo. Estas características son:<br />

compresión de la hipótesis explicativa del problema<br />

(que asuman su parte de responsabilidad), que no<br />

existan problemas emocionales en ningún padre (como<br />

consumo de alcohol o drogas) y que se comprometan a<br />

asistir a todas las sesiones.<br />

Los padres siempre van a llevar tareas para casa.<br />

Éstas se recogerán en las sesiones en grupo o en<br />

las individuales y se comentarán en las individuales,<br />

aunque si las recogemos en el grupo les preguntamos<br />

si han tenido algún problema.<br />

Las sesiones de los padres en grupo van a ir paralelas,<br />

en la medida de lo posible, a las sesiones de los padres<br />

individualmente, los hijos individualmente, el grupo de<br />

hijos y los adolescentes con los padres.<br />

Bloque-V. Adolescentes en grupo<br />

Objetivo general:<br />

1- Adquirir Habilidades Sociales<br />

Los chicos, especialmente con sus padres, están<br />

acostumbrados a utilizar un estilo de comportamiento<br />

agresivo, ya que han aprendido que comportarse de<br />

esta forma tiene más beneficios para ellos. Es frecuente<br />

que, cuando explicamos a los chicos el estilo asertivo,<br />

no se identifiquen con él y valoren como poco realista la<br />

posibilidad de utilizarlo es su ambiente natural.<br />

Les explicamos que ser asertivos con los demás, no<br />

sólo garantiza que defendamos nuestros derechos sin<br />

pisar los de los demás, sino que además aumentan las<br />

probabilidades de conseguir nuestro objetivo. Asimismo<br />

les decimos que les enseñamos a ser asertivos,<br />

como una forma de comportarse con los demás, más<br />

adecuada a la que han estado utilizando hasta ahora.<br />

Después ellos eligen si ponerla en práctica o no con sus<br />

amigos u otras personas, pero con los padres, tanto en<br />

las sesiones que se realicen conjuntamente, como en<br />

casa, les exigiremos que utilicen el estilo asertivo.<br />

Objetivos Específicos:<br />

1- Conocer el significado de Habilidades Sociales.<br />

2- Diferenciar entre estilo de comportamiento agresivo,<br />

pasivo y asertivo, remarcando las ventajas del estilo<br />

asertivo.<br />

3- Aprender a realizar peticiones de forma asertiva.<br />

4- Aprender a aceptar el NO.<br />

35


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

5- Aprender a rechazar peticiones de forma asertiva<br />

(Decir NO).<br />

6- Aprender a expresar críticas asertivamente.<br />

7- Aprender a afrontar (rechazar o aceptar) críticas<br />

asertivamente.<br />

8- Aprender a hacer y recibir cumplidos.<br />

Metodología:<br />

Estas sesiones se realizan en grupo con los chicos<br />

con los que se está interviniendo, bien en un grupo<br />

específico o bien dentro pero dentro de su grupo<br />

educativo de convivencia con los demás compañeros.<br />

Este bloque consta de 8 sesiones que se desarrollan<br />

semanalmente y que duran aproximadamente 60<br />

minutos. Cabe comentar que el número de sesiones<br />

es aproximado, ya que, es fundamental adecuarnos<br />

al funcionamiento del grupo, teniendo en cuenta<br />

sus características de comprensión, atención,<br />

comportamiento, etc. No pasaremos a explicar una<br />

nueva habilidad hasta que la anterior no esté superada.<br />

Las sesiones se desarrollan por un psicólogo,<br />

pedagogo o educador. Al igual que en el grupo de<br />

padres, se trata de sesiones teórico-prácticas en las<br />

que se realizan breves explicaciones teóricas, rolplaying,<br />

dinámicas de grupo, etc.<br />

Normalmente, las sesiones se estructuran de la<br />

siguiente manera: resumen de la sesión anterior;<br />

breve explicación teórica del tópico que toque trabajar<br />

(hacer críticas honestas, rechazar peticiones, hacer<br />

cumplidos…); practicar a través de rol-playing lo<br />

explicado y pedir feedback de la sesión, (haciendo<br />

preguntas concretas sobre lo explicado y extrayendo<br />

conclusiones).<br />

Los objetivos que se van a trabajar en este bloque,<br />

se pueden trabajar de forma individual. Sin embargo,<br />

aconsejamos hacerlo en grupo ya que es más sencillo,<br />

dinámico, ameno y motivador, poner en práctica cada<br />

tópico a través de la técnica de rol-playing. La técnica de<br />

rol-playing en sesiones individuales, donde únicamente<br />

están el terapeuta y el niño, resulta mucho más tedioso<br />

y a los chicos les cuesta más “soltarse” en la puesta<br />

en práctica. Además el rol-playing nos da información<br />

acerca del grado de comprensión sobre los contenidos<br />

explicados.<br />

Las explicaciones serán muy breves, dedicando<br />

más tiempo a ensayar y practicar con los chicos. Es<br />

importante facilitar al máximo la participación. Tenemos<br />

que evitar que se aburran y que se distraigan, al tiempo<br />

que entiendan los conceptos.<br />

La disposición de los participantes será en semicírculo.<br />

Como material utilizaremos una pizarra y tarjetas en las<br />

que están descritas diferentes situaciones para poder<br />

realizar rol-playing de cada tópico.<br />

Resultados<br />

Desde el año 2004 hasta hoy ha aumentado de<br />

forma significativa el número de ingresos por delitos<br />

de violencia filio-parental. Concretamente en la Colonia<br />

en el año 2004, ingresaron 8 menores; en 2005,18<br />

menores; en el año 2006, fueron 22; en 2007, 27<br />

menores; en 2008, 33 y en el año 2009 fueron 35 los<br />

menores que ingresaron por “maltrato familiar”.<br />

En la actualidad hay 31 chicos por este delito y a lo<br />

largo de todos estos años hemos trabajado con más<br />

de 130 familias. A través del seguimiento de las familias<br />

con las que se ha intervenido, podemos decir que los<br />

resultados del programa son positivos.<br />

Estos resultados están avalados por un estudio en<br />

el que se ha investigado longitudinalmente, desde el<br />

año 2004 hasta el 2008, la efectividad del programa<br />

y las variables relacionadas con el problema y con el<br />

pronóstico del mismo (Sánchez, J., 2008, Tesis Doctoral).<br />

En este estudio se evaluó la mejoría teniendo en cuenta<br />

diferentes tratamientos. T1 (intervención específica,<br />

pasando por los cinco bloques de intervención del<br />

programa), T2 (intervención específica pero sin pasar<br />

por todos los bloques de intervención del programa) y<br />

NT (ninguna intervención específica, más allá de la que<br />

se ofrece educativamente a todos los chicos y chicas<br />

que ingresan en la Colonia).<br />

Pese a que no se obtienen resultados estadísticamente<br />

significativos, respecto a las tres modalidades de<br />

tratamiento, lo cierto es que sí aparece en los resultados<br />

una tendencia importante en el T1, indicando una mayor<br />

mejoría con el tratamiento completo (cinco bloques de<br />

intervención). Es importante señalar que la muestra<br />

del estudio es pequeña, pudiendo ser esta una de las<br />

razones que expliquen la tendencia y no los resultados<br />

estadísticamente significativos.<br />

A continuación se describen las variables relacionadas<br />

con el buen y mal pronóstico en tres momentos<br />

temporales diferentes (Sánchez, J., 2008, Tesis<br />

Doctoral).<br />

36


menores que agreden a sus padres II<br />

Momento<br />

Variables relacionadas<br />

con la mejoría<br />

Variables relacionadas<br />

con la no mejoría<br />

Al ingreso<br />

Familia nuclear<br />

- Familia monoparental padre o reconstituida madre<br />

- Expulsiones por agredir al profesor<br />

- Idealización de valores marginales y machistas<br />

Tras el<br />

internamiento<br />

- Hacer y recibir críticas asertivamente<br />

- Rechazar peticiones de manera asertiva<br />

- Cumplir las normas en casa<br />

- En el hogar las normas están claras<br />

- Los padres refuerzan positivamente<br />

- Las críticas de los padres son asertivas.<br />

- No asumir la responsabilidad de los hechos<br />

- No tolerar la frustración<br />

- Padres que no saben decir no<br />

En libertad<br />

vigilada<br />

- Estar trabajando o estudiando<br />

- Rechazar peticiones adecuadamente<br />

- Tener metas prosociales<br />

- Cumplir las normas<br />

- No estar haciendo nada (ni estudiar ni trabajar)<br />

- Amigos con comportamientos delictivos<br />

- No asumir la responsabilidad de los hechos<br />

- Consumo de cannabis y/o cocaína<br />

- Problemas de drogas y/o alcohol en la madre<br />

- Neurosis madre<br />

37


menores que agreden a sus padres II<br />

CAPÍTULO 3<br />

PRESENTACIÓN DE CASOS.<br />

1.- CASO Nº 1: COLONIA SAN VICENTE<br />

FERRER 9<br />

El joven ingresa, con sentencia firme, en la Colonia<br />

San Vicente en octubre de 2008, por un delito de<br />

maltrato familiar y lesiones (agresión física y verbal)<br />

dirigido hacia su madre y hermana. Ese mismo mes se<br />

comienza a realizar la intervención.<br />

Los hechos se cometen en agosto de 2007 y en<br />

octubre de 2008 el Juzgado de Menores le impone la<br />

medida de nueve meses de internamiento en régimen<br />

semiabierto y seis meses de libertad vigilada, con<br />

sometimiento a terapia familiar.<br />

Finalizó la medida judicial impuesta por el delito de<br />

maltrato familiar en julio de 2009. No obstante, continuó<br />

en el centro hasta enero de 2010 por tener que cumplir<br />

otra medida judicial de nueve meses de internamiento<br />

en régimen semiabierto por un delito contra la salud<br />

pública.<br />

Indicadores del caso<br />

1- Individuales<br />

Factores parentales<br />

Pobre autoestima por ambos padres; poca tolerancia<br />

al estrés del padre; enfermedades crónicas severas del<br />

padre.<br />

Características del joven<br />

Baja tolerancia a la frustración; apático; problemas<br />

de conducta; consumo de drogas; procesos<br />

delincuenciales; absentismo escolar; agresividad hacia<br />

los padres; desobediencia reiterada de las normas<br />

paternas; grupo de iguales en situación de riesgo;<br />

forma agresiva de resolución de conflictos; forma de<br />

resolución de conflictos por evitación; bajo nivel de<br />

autoestima; locus de control externo; bajo nivel de<br />

empatía; bajo nivel de habilidades sociales; víctima<br />

de malos tratos; victima de malos tratos en la escuela;<br />

protagoniza malos tratos en la escuela; hedonistanihilista<br />

(satisfacción del propio interés por encima del<br />

otro); engaño y manipulación.<br />

2- Familiares<br />

Interacción paterno-filial<br />

Escasa comunicación y/o comunicación negativa;<br />

ciclo ascendente de conflicto y agresión; dejación/<br />

delegación de funciones parentales; sobreprotección.<br />

Relaciones de pareja<br />

Estrés permanente.<br />

Configuración familiar<br />

Hijo adoptivo; convivencia de familia extensa en el<br />

núcleo familiar; familia estable.<br />

3- Socioculturales<br />

Ámbito laboral<br />

Estrés laboral (padre); largas jornadas laborales del<br />

padre; economía estable (padre); ama de casa (madre).<br />

Historia familiar<br />

Cuando el chico ingresa en la Colonia tiene 15 años.<br />

Vivía en una pequeña población de la provincia de<br />

Valencia, con sus padres, de 55 y 50 años, su hermana<br />

mayor, de 29 años, y los abuelos maternos. La madre<br />

es ama de casa y se dedica al cuidado de los mayores,<br />

el padre es empresario y la hermana trabaja en la<br />

empresa familiar.<br />

Cuando el chico contaba con dos años de edad<br />

fue tutelado por la Consellería de Bienestar Social,<br />

pasando a vivir a una residencia durante cuatro años,<br />

hasta que se formaliza la adopción. Por aquel entonces<br />

su hermana, que sí es hija biológica, contaba con 14<br />

años de edad.<br />

Fue un hijo completamente deseado. Sus padres con<br />

valores cristianos arraigados, se sentían motivados<br />

con la idea de adoptar para ofrecer ayuda, mejores<br />

condiciones de vida y la posibilidad de tener en la familia<br />

a algún chico con una situación familiar difícil. El hecho<br />

de conocer la dura historia de la corta vida del chico les<br />

desencadenó sentimientos de compasión que hicieron<br />

que, desde el principio, fuesen muy condescendientes<br />

y permisivos con él, pasando por alto rabietas y<br />

comportamientos negativos, permitiéndole que se<br />

saliese con la suya y consintiéndole en exceso, dándole<br />

mucho refuerzo material. No obstante, la madre era<br />

más normativa consistente y coherente en las pautas<br />

de crianza. Sin embargo, el padre era mucho más laxo<br />

e incoherente, hacía pactos con su hijo basados en<br />

promesas, ot<strong>org</strong>ando premios antes de que se diese la<br />

conducta deseada. Asimismo, tenía cierta tendencia a<br />

reforzar los comportamientos positivos de los demás, y<br />

a mostrar su gratitud, a través del dinero. Esto también<br />

9 La descripción de este caso ha sido aportada por María José Ridaura<br />

y Marian Amparo Margarit, técnicas del programa de intervención con<br />

familias y menores con conductas de maltrato de la Colonia Vicente Ferrer.<br />

39


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

lo hacía con el chico, quien aprendió a hacer las cosas<br />

si se le recompensaba económicamente.<br />

Con la hermana, pese a la distancia generacional,<br />

siempre ha estado vinculado afectivamente. Sin<br />

embargo, cuando comienzan a aparecer los<br />

comportamientos negativos se van distanciando porque<br />

ella intenta ejercer autoridad sobre él y éste no se lo<br />

permite.<br />

A nivel escolar realizó la educación primaria en una<br />

escuela unitaria. Su red social era escasa y realizaba<br />

actividades recreativas propias de un pueblo pequeño<br />

(ir al ordenador de la biblioteca municipal, jugar con<br />

los amigos en el río, etc.). El cambio de primaria a<br />

secundaria supuso un factor de riesgo importante<br />

para él. Se encontró en un instituto grande, en otra<br />

población, al que asistían gran variedad de chicos<br />

y chicas, se relacionaban entre ellos de una forma<br />

a la cual él no estaba acostumbrado, poniendo de<br />

manifiesto una falta de habilidades sociales, y hacían<br />

actividades muy diferentes a las que él realizaba en el<br />

pueblo. En este contexto comenzó a sufrir bulling en el<br />

colegio, descargando su malestar en casa. Poco tiempo<br />

después comenzó a formar parte del grupo de los<br />

iguales que le acosaban y empezó a realizar conductas<br />

de riesgo e incluso llegó a acosar a otros compañeros.<br />

Comenzó a consumir drogas (abuso del hachís y uso<br />

de la cocaína) y se inició en la venta de hachís, realizó<br />

algunos hurtos, comenzó a presentar problemas de<br />

disciplina en la escuela, agresiones a compañeros, y<br />

conductas absentistas. En casa el comportamiento<br />

también empeoró. Se sistematizaron la desobediencia<br />

y la pasividad absoluta de sus responsabilidades,<br />

comenzaron los gritos, las amenazas y los insultos,<br />

hasta que acabó agrediendo físicamente a la madre,<br />

que era la que intentaba imponerse y controlar sus<br />

conductas negativas. Dejó de pasar tiempo con la<br />

familia, atrincherándose en su habitación la mayor parte<br />

del tiempo y ocupando su tiempo libre en estar en la<br />

calle con los amigos, consumiendo droga y divirtiéndose<br />

provocando a los demás.<br />

Cuando comenzaron a aparecer los problemas, los<br />

padres buscaron ayuda de los servicios sociales de<br />

base. A través del SEAFI, realizaron una intervención,<br />

tanto con él como con sus padres. No obstante el chico<br />

no acudía a todas las sesiones y después del verano la<br />

situación empeoró.<br />

El chico tiene una capacidad media de aprendizaje,<br />

es elocuente y agradable al trato, se encuentra<br />

vinculado afectivamente a sus padres y normalmente<br />

colabora en lo que se le pide. Por otro lado, presenta<br />

una alta deseabilidad social, tiene un carácter infantil y<br />

dificultades de relación y le cuesta ponerse en el lugar<br />

de los demás.<br />

Objetivos de la intervención<br />

Los objetivos, tanto con los padres como con el chico,<br />

se desarrollan en tres momentos temporales diferentes.<br />

Fase de acogida (aproximadamente el primer mes de<br />

internamiento); Fase de intervención (la mayor parte del<br />

internamiento); Fase de seguimiento (los últimos meses<br />

de internamiento).<br />

40


menores que agreden a sus padres II<br />

Fase de acogida<br />

Objetivos padres<br />

Objetivos chico<br />

Confiar en el personal educativo y técnico del centro, aportando<br />

la información necesaria para poder evaluar el problema<br />

funcionalmente<br />

Conocer el reglamento de régimen interno del centro y adaptarse<br />

a la dinámica de funcionamiento<br />

Conocer la dinámica de funcionamiento del centro y colaborar en<br />

la consecución de objetivos propuestos<br />

Establecer lazos afectivos y de familiaridad con el equipo<br />

educativo y técnico y con sus compañeros de grupo<br />

Entender la hipótesis explicativa del problema familiar<br />

Concienciarse de su situación personal y del objetivo del<br />

internamiento<br />

Asumir su parte de responsabilidad en el problema familiar<br />

Confiar en el personal educativo y técnico del centro, aportando<br />

la información necesaria para poder evaluar el problema<br />

funcionalmente<br />

Asumir la responsabilidad de sus acciones<br />

41


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Fase de intervención<br />

Objetivos padres<br />

Implicarse activamente en la intervención<br />

Recuperar el rol de autoridad dentro de la familia<br />

Eliminar los sentimientos de compasión por su hijo<br />

Saber imponer una disciplina adecuada<br />

Aumentar la coherencia educativa entre ambos<br />

Aprender técnicas para aumentar y disminuir conductas y<br />

ponerlas en práctica adecuadamente<br />

Recuperar la capacidad para ver cosas positivas en su hijo y<br />

aprender a reforzar positivamente<br />

Mejorar la comunicación con su hijo<br />

Mantenerse en el NO (padre)<br />

Entender la diferencia entre pedir y exigir (padre)<br />

Evitar el chantaje emocional para conseguir que su hijo haga lo<br />

que desea (padre)<br />

Flexibilizar ideas irracionales relacionadas con la culpabilidad,<br />

la posibilidad de cambio de su hijo, etc.<br />

Exponerse a las situaciones, problemas y ganar confianza en sí<br />

mismos a la hora de resolverlas<br />

Objetivos chico<br />

Mantener un adecuado comportamiento en el centro y en casa<br />

durante los permisos de fin de semana<br />

Participar activamente en su proceso reeducativo<br />

Asumir su parte de responsabilidad en el problema familiar<br />

Asumir la responsabilidad de sus acciones en la relación con los<br />

demás sin justificarse constantemente<br />

Ser coherente con sus acciones y verbalizaciones,<br />

acompañando sus propósitos con la acción<br />

Mejorar la relación familiar<br />

Mejorar la comunicación con sus padres<br />

Aumentar la capacidad de empatía hacia sus padres y hermana<br />

Aumentar su capacidad de esfuerzo<br />

Mejorar su tolerancia a la frustración<br />

Mejorar su autoestima y autoconcepto<br />

Aprender a resolver problemas<br />

Aceptar la autoridad de sus padres, cumpliendo con las<br />

normas de convivencia familiar y asumiendo las consecuencias<br />

derivadas del incumplimiento de las mismas<br />

Controlar su agresividad<br />

Evitar manipular y chantajear a sus padres para conseguir sus<br />

propósitos<br />

Flexibilizar los pensamientos irracionales<br />

Mejorar su forma de relacionarse con los demás a través<br />

del entrenamiento en conductas asertivas, evitando las<br />

provocaciones a los demás como medio para llamar la atención<br />

Mejorar sus hábitos escolares y mantener un rendimiento<br />

adecuado en la escuela<br />

Mantenerse abstinente en el consumo de cannabis<br />

Interiorizar y generalizar a su ambiente natural las conductas,<br />

habilidades y actitudes aprendidas en el centro.<br />

42


menores que agreden a sus padres II<br />

Fase de seguimiento<br />

Objetivos padres<br />

Ganar autonomía en la relación con su hijo, evitando relaciones<br />

de dependencia con el centro<br />

Entender la necesidad de seguir poniendo en práctica las<br />

habilidades aprendidas, incluso cuando su hijo vuelva a casa<br />

Mostrar confianza en su hijo<br />

Entender la medida de libertad vigilada como parte del mismo<br />

proceso reeducativo<br />

Objetivos chico<br />

Ganar autonomía en la relación con sus padres, evitando<br />

relaciones de dependencia con el centro<br />

Generar metas de vida realistas, a medio y largo plazo, y planes<br />

Ser consciente de los logros obtenidos y sentirse internamente<br />

reforzado por ello, sin perder de vista los aspectos a mejorar<br />

Entender la medida de libertad vigilada como parte del mismo<br />

proceso reeducativo<br />

Metodología de la Intervención<br />

- Convivencia y aprendizaje diario del chico en su<br />

grupo educativo.<br />

- Realización del Camino de Santiago en bicicleta con<br />

compañeros y educadores.<br />

- Asistencia diaria a la escuela.<br />

- Control de tóxicos durante los fines de semana.<br />

- Salidas de fin de semana al domicilio familiar,<br />

con periodos más largos durante las vacaciones<br />

(Navidad, Fallas, Pascua, y verano).<br />

- Participación del chico y su familia en el “Programa de<br />

intervención con familias y menores con conductas<br />

de maltrato”, en los 5 bloques de intervención que<br />

hemos descrito en el capítulo anterior.<br />

Reincidencia durante la intervención<br />

Al principio del internamiento el chico se mostraba<br />

resentido con los padres. Pese a esto, durante la<br />

primera visita se mostró afectivo con ellos, aunque los<br />

mensajes fueron encaminados a pedirles cosas, y a<br />

recriminarles que le hubiesen denunciado, adoptando<br />

un rol de víctima y hablándoles de su sufrimiento.<br />

Respecto al comportamiento en el centro, la<br />

adaptación, tanto a la dinámica de funcionamiento<br />

como de su grupo educativo, fue lenta. A pesar de que<br />

no realizaba conductas negativas graves, manifestaba<br />

serias dificultades para aceptar la figura de la autoridad.<br />

Le costaba cumplir con las normas de convivencia y<br />

tenía problemas para relacionarse con los demás.<br />

Cuando comenzó a salir los fines de semana a casa,<br />

en general funcionaron con normalidad. Nunca volvió<br />

a reincidir en cuanto a la realización de conductas<br />

agresivas, ni físicas ni verbales. Sin embargo, a lo<br />

largo de la medida judicial, realizó diferentes conductas<br />

negativas durante las salidas, fundamentalmente de<br />

desobediencia. En una ocasión llegó a casa a la hora<br />

acordada, pero después saltó por la ventana y se volvió<br />

a marchar; en dos ocasiones dio positivo en cannabis<br />

en la analítica realizada tras las salida; y en diferentes<br />

ocasiones intentó chantajear y manipular a los padres<br />

para conseguir diferentes objetivos (que los padres se<br />

sintiesen mal, que le permitiesen salir más tiempo o<br />

que ocultasen información al centro para evitar alguna<br />

consecuencia).<br />

La madre tenía más capacidad de reacción que el<br />

padre ante los chantajes (estrategia que él mismo<br />

utilizaba con el hijo, siendo su principal modelo). El<br />

padre en alguna ocasión cedió o presionó a la madre<br />

(intentándola chantajear también) para que cediese. La<br />

madre era más capaz de tolerar la frustración y afrontar<br />

las situaciones difíciles. El padre mostraba mayor temor<br />

a volver a la situación de antes y tendía a funcionar<br />

por refuerzo negativo, cediendo ante los chantajes del<br />

chico por miedo a que se desatase un nuevo conflicto.<br />

Además el padre tenía un estilo de comportamiento<br />

pasivo-agresivo. Pasaba por alto muchas conductas<br />

y actitudes negativas de su hijo y se iba llenando de<br />

malestar, hasta que por un hecho puntual, en ocasiones<br />

menos grave que otros, explotaba y hacía comentarios<br />

inadecuados o sancionaba en exceso. Esto a su vez<br />

provocaba que en ocasiones levantase los castigos.<br />

43


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Valoración técnica del proceso y resultados<br />

El chico estuvo en el centro quince meses, aunque de<br />

ellos sólo nueve fueron por el delito de maltrato familiar.<br />

El resto fue por un delito contra la salud pública.<br />

En el mes de julio de 2009, fecha en la que finaliza<br />

el periodo de internamiento impuesto por agredir a su<br />

madre y hermana, se concluye la intervención individual<br />

y familiar sistematizada y estructurada.<br />

De julio de 2009 hasta enero de 2010, periodo que<br />

dura la medida judicial impuesta por el delito contra la<br />

salud pública, se continúa realizando un trabajo socioeducativo<br />

diario dentro de su grupo de convivencia. Por<br />

otro lado, se llevan a cabo intervenciones psicológicas<br />

puntuales, individuales y familiares, y se realiza el<br />

seguimiento del caso, trabajando en la derivación del<br />

mismo, en coordinación con el equipo de medio abierto,<br />

durante el último mes.<br />

Los resultados de la intervención han sido, y siguen<br />

siendo positivos.<br />

• El chico ha mejorado la relación con los padres.<br />

Se comunican más y mejor. Les pide consejos<br />

para tomar decisiones, en casa el ambiente<br />

se ha normalizado, pudiendo hablar de cosas<br />

intrascendentes y de cosas personales y familiares.<br />

Comparte tiempo con la familia, ya no pasa las<br />

horas muertas en su habitación y realiza actividades<br />

con los padres y hermana. Se muestra afectivo con<br />

ellos y viceversa.<br />

• Ha mejorado la relación con el abuelo. Antes de<br />

ingresar en el centro, eran dos auténticos extraños<br />

que ni siquiera se hablaban. Hacían como si el otro<br />

no existiese. En la actualidad, pese a que la relación<br />

no es muy fluida, mantiene diálogo sin conflicto y su<br />

relación se ha normalizado.<br />

• No han vuelto a repetirse las conductas de maltrato<br />

en casa. Ante los desacuerdos, que los siguen<br />

habiendo, o ante situaciones en las que no consigue<br />

lo que quiere, su comportamiento es más controlado.<br />

En ocasiones se victimiza para conseguir sus<br />

propósitos, pero si le dicen que no, pese a insistir, no<br />

va más allá. Por otro lado, aunque menos que antes,<br />

en ocasiones los padres siguen siendo incoherentes<br />

en la manera de reaccionar ante determinados<br />

comportamientos del chico, porque el padre a veces<br />

cede para evitar conflictos. El chico se aprovecha de<br />

esta situación.<br />

• Ha aprendido a aceptar la autoridad de los padres,<br />

cumpliendo normalmente con las normas. Colabora<br />

en las tareas domésticas siendo responsable<br />

diariamente de la limpieza y aseo de su habitación<br />

y de poner y quitar la mesa. Durante los fines de<br />

semana, en ocasiones, va al campo a ayudar a su<br />

padre y colabora en alguna tarea extra de la casa,<br />

como limpiar el patio. Respecto a los horarios, en<br />

alguna ocasión sigue teniendo dificultades para<br />

cumplirlos y llega una hora u hora y media tarde, pero<br />

asume la consecuencia (no salir al día siguiente).<br />

• Es más capaz que antes de asumir la responsabilidad<br />

de sus acciones y pide disculpas cuando evalúa que<br />

se ha equivocado.<br />

• Mejoró su autoestima y sus habilidades sociales. En<br />

general es más asertivo y realiza menos llamadas<br />

de atención, aunque ha de seguir mejorando en<br />

esto.<br />

• En cuanto al consumo, continúa consumiendo<br />

cannabis, por el momento de forma controlada.<br />

• A nivel formativo obtuvo el graduado en ESO, durante<br />

el curso 2008-2009. En la actualidad trabaja en la<br />

empresa familiar, que dirige su padre. No obstante<br />

muestra dificultades para mantener el esfuerzo y en<br />

ocasiones confunde su rol de trabajador con el de<br />

jefe.<br />

44


menores que agreden a sus padres II<br />

2.- CASO Nº 2: ASOCIACIÓN LOS ARCOS DE<br />

ALTEA 10<br />

• Código de identificación: MJ01<br />

• Fecha de nacimiento: 18-06-90<br />

• Lugar de residencia: Urbano<br />

• Quien realiza la denuncia Padre<br />

• Fecha en que se cometen los hechos: Se producen<br />

de manera reiterada entre diciembre de 2004 y mayo<br />

de 2006.<br />

• Fecha en la que se impone la medida: Julio de 2005.<br />

• Fecha de inicio de la medida: Octubre de 2005.<br />

• Tipo de medida y duración: Se acumulan varias<br />

• Indicadores de riesgo<br />

medidas de libertad vigilada refundiéndose finalmente<br />

en un único expediente de reforma, teniendo que<br />

cumplir el joven un total de 24 meses.<br />

• Fecha de finalización de la medida: Finalización<br />

según liquidación de medida en marzo de 2010.<br />

• Otras medidas impuestas previamente, durante el<br />

cumplimiento y después del cumplimiento:<br />

- En febrero de 2005 se produce un internamiento en<br />

centro semiabierto por maltrato familiar.<br />

- Durante el periodo de internamiento prolongado<br />

(mayo 2006-marzo 2008), el joven aprovechando<br />

las salidas de fin de semana comete dos delitos<br />

de robo con violencia (fuera del entorno familiar),<br />

por los cuales se le imponen medidas judiciales en<br />

medio abierto.<br />

Factores parentales<br />

Carencia de habilidades en el cuidado del hijo<br />

Pobre autoestima<br />

Problemas de adicción a tóxicos<br />

Enfermedades severas<br />

Características del niño/joven<br />

Baja tolerancia a la frustración.<br />

Problemas de conducta<br />

Consumo de drogas<br />

Absentismo escolar<br />

Fracaso escolar<br />

Agresividad hacia los padres<br />

Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />

Grupo de iguales en situación de riesgo<br />

Forma de resolución de conflictos de forma agresiva<br />

Bajo nivel de autoestima<br />

Bajo nivel de empatía<br />

Bajo nivel de habilidades sociales<br />

Impulsividad<br />

10 La descripción de este caso ha sido aportada por Joan Font, Antonio Ortega y Yolanda Soler, técnicos del Equipo de Medidas Judiciales de la Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong><br />

45


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

• Familiares<br />

Interacción paterno filial<br />

Desadaptada<br />

Escasa comunicación y comunicación negativa<br />

Ciclo ascendente de conflicto y agresión<br />

Estilo educativo contradictorio<br />

Dejación/delegación de funciones parentales<br />

Configuración familiar<br />

Menos de tres hijos<br />

Monoparental<br />

Hijo único<br />

• Socioculturales<br />

Ámbito laboral<br />

Pérdida de rol<br />

Pérdida de autoestima y poder<br />

Trabajo precario<br />

• Motivo de intervención: Imposición de Medida<br />

Judicial en Medio Abierto por un delito de maltrato<br />

habitual y siete delitos de maltrato familiar.<br />

• Tipo de violencia:<br />

- Física y verbal.<br />

- Continuada.<br />

- Reiterada.<br />

• Víctima: Padre<br />

• Fecha de inicio de la intervención:<br />

Octubre de 2005<br />

• Objetivos y metodología de intervención<br />

aplicada:<br />

Desde el inicio de nuestra intervención se han<br />

sucedido varias interrupciones por internamiento<br />

que nos han obligado a reformular los objetivos<br />

atendiendo a las nuevas necesidades que iban<br />

apareciendo en el caso. A continuación detallamos<br />

los objetivos y metodología aplicada, recogidos en los<br />

dos Programas Individualizados de Ejecución que se<br />

han planteado desde nuestra Entidad.<br />

Programa Individualizado de ejecución:<br />

18 de noviembre de 2005<br />

Objetivos:<br />

Ámbito del menor:<br />

- Fomentar la reflexión del menor sobre los hechos<br />

acaecidos y analizar su situación actual, para que<br />

conozca las consecuencias y repercusiones que<br />

producen tanto en su entorno social como familiar.<br />

46


menores que agreden a sus padres II<br />

- Orientar al menor para que acuda al Programa<br />

de Atención a la Familia e Infancia, con el fin de<br />

entrevistarse con el psicólogo del programa, y así<br />

poder empezar una terapia con el padre y el hijo, para<br />

mejorar en lo posible la relación paterno-filial.<br />

- Instruirle en Habilidades Sociales, para conseguir<br />

mantener buenas relaciones con su grupo de iguales,<br />

tanto en el Instituto como fuera del mismo:<br />

Reconocimiento de los sentimientos.<br />

Resolución de problemas.<br />

Control de impulsos.<br />

Ámbito familiar:<br />

- En cuanto a las relaciones familiares y a la instrucción<br />

en estrategias educativas, es el Servicio de Atención<br />

a la Familia e Infancia (SEAFI) a través del psicólogo,<br />

el encargado de trabajar con el padre, para de esta<br />

manera conseguir una buena estabilidad emocional<br />

en el núcleo familiar. El objetivo desde el Programa<br />

de Medidas Judiciales es llevar un seguimiento de<br />

las pautas marcadas desde el SEAFI e intentar que<br />

se lleven a cabo tanto por parte del padre como del<br />

menor.<br />

Ámbito formativo:<br />

- Erradicar el absentismo escolar que presenta el<br />

menor:<br />

Cambiar el concepto que tiene el menor respecto<br />

al Centro Escolar.<br />

Averiguar los verdaderos motivos por los que no<br />

asiste al Instituto.<br />

Explicarle la obligación que tiene de asistir al<br />

Centro con regularidad.<br />

Explicarle los beneficios que conlleva su asistencia<br />

al Centro.<br />

Crear hábitos en el menor que proporcionen la<br />

realización de tareas escolares.<br />

Crear de forma consensuada un horario que<br />

contemple la realización de tareas escolares.<br />

Ámbito de ocio y tiempo libre:<br />

- Favorecer el mantenimiento de actividades deportivas,<br />

en su tiempo libre.<br />

Metodología:<br />

Las actividades y tareas realizadas en la medida han<br />

sido coordinadas y compaginadas con la intervención<br />

del psicólogo del SEAFI.<br />

- Entrevistas semanales del educador del Programa de<br />

Medidas Judiciales con el menor.<br />

- Seguimiento del menor en el Instituto, a través de<br />

reuniones con el tutor o jefe de estudios.<br />

- Entrevistas semanales con el padre del menor.<br />

- Realización de ejercicios prácticos de Habilidades<br />

Sociales.<br />

- Realización de fichas sobre Habilidades Sociales.<br />

- Reuniones de coordinación con el Equipo Social de<br />

Base del municipio y con el psicólogo del SEAFI.<br />

Programa Individualizado de ejecución – 14 de julio<br />

de 2008<br />

Objetivos:<br />

Ámbito del menor:<br />

- Favorecer el adecuado desarrollo de ese proceso de<br />

cambio ya iniciado que permita erradicar por completo<br />

las conductas infractoras e interiorizar herramientas y<br />

valores como la empatía y el respeto que le acerquen<br />

más a la postura de la víctima.<br />

- Asumir las consecuencias, compromisos y<br />

obligaciones que se deriven de la medida judicial y de<br />

un eventual incumplimiento de la misma.<br />

- Favorecer el aumento del umbral de tolerancia a la<br />

frustración.<br />

- Favorecer el aumento del nivel de autonomía<br />

personal.<br />

- Promover el desarrollo de las habilidades sociales<br />

necesarias para la adecuada gestión de los conflictos.<br />

- Verificar que su estado afectivo emocional<br />

efectivamente ha mejorado y proporcionar el apoyo<br />

necesario en caso de apreciar carencias y fragilidad<br />

en este ámbito.<br />

Ámbito formativo-laboral:<br />

- Favorecer que el joven desarrolle todas aquellas<br />

capacidades y habilidades que le permitan consolidar<br />

el empleo que acaba de encontrar.<br />

47


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

- Obtener el carné de conducir.<br />

- Favorecer que surja una motivación mínima de cara<br />

a matricularse en la EPA (Educación de personas<br />

adultas) con el fin de obtener el graduado escolar.<br />

(Entidad dinamizadora de la actividad económica y<br />

social de la Marina Alta)<br />

Ámbito sanitario:<br />

- Realizar un seguimiento acerca del consumo de<br />

cannabis y alcohol continuando con nuestro trabajo<br />

de prevención y orientando al joven al recurso<br />

adecuado en caso de observar síntomas alarmantes<br />

de consumo.<br />

Ámbito familiar:<br />

- Realizar un seguimiento de las relaciones entre padre<br />

e hijo verificando que la mejoría se han consolidado<br />

y aportando las orientaciones oportunas tanto en el<br />

caso de que no se haya producido esa consolidación<br />

como en aquellas situaciones en las que las partes<br />

acepten y necesiten una ayuda y acompañamiento<br />

para mejorar la convivencia.<br />

- Trabajar con el menor la necesidad de respetar<br />

determinadas decisiones de su padre y la<br />

conveniencia de empezar a plantearse su relación de<br />

una forma más madura y menos absorbente.<br />

Ámbito de ocio y tiempo libre:<br />

- Ofrecer al joven nuestra orientación y apoyo de cara<br />

a <strong>org</strong>anizar adecuadamente el tiempo destinado al<br />

ocio, explorando alternativas que constituyan ofertas<br />

sanas y constructivas.<br />

Metodología:<br />

- Entrevistas del educador de la medida con el<br />

joven donde se trabajarán los diferentes objetivos<br />

planteados en el PIE (Proyecto individualizado de<br />

ejecución), aplicando las técnicas y los medios<br />

necesarios para lograr su consecución y realizando<br />

las tareas conjuntas entre el técnico y el joven que se<br />

consideren necesarias.<br />

- Acompañamientos previstos para favorecer el logro<br />

de los objetivos propuestos: SERVEF (Servicio<br />

Valenciano de Empleo y Formación), CREAMA<br />

(Entidad dinamizadora de la actividad económica y<br />

social de la Marina Alta), etc.<br />

- Contactos y entrevistas por parte del educador de la<br />

medida con el padre del joven.<br />

- Tareas encomendadas al joven como contenido de la<br />

ejecución de la medida.<br />

- Reuniones, contactos e intercambios de información<br />

con los responsables del Equipo Social de base.<br />

- En su caso, contactos con los profesionales de los<br />

diferentes recursos que intervengan en el desarrollo<br />

del PIE.<br />

• Reincidencia durante la intervención: Si<br />

- En octubre de 2005 se inicia la primera medida de<br />

libertad vigilada, tras unos episodios de agresiones<br />

hacia el padre, que se venían sucediendo desde<br />

diciembre de 2004.<br />

- En febrero de 2006 se produce un internamiento<br />

cautelar en régimen semiabierto, por reincidencia.<br />

- En marzo de 2006 se deja sin efecto el internamiento<br />

cautelar en régimen semiabierto y se sustituye por<br />

una medida de libertad vigilada cautelar.<br />

- En mayo de 2006, de nuevo por otra agresión,<br />

se decide modificar la medida de libertad vigilada<br />

cautelar por un internamiento cautelar en régimen<br />

semiabierto.<br />

- A partir de esa fecha, se inicia un periodo de<br />

internamiento sin interrupciones hasta marzo de 2008<br />

(fecha en la que se retoma la intervención en medio<br />

abierto).<br />

• Reincidencia posterior a la intervención: La<br />

intervención aún no ha finalizado<br />

• Valoración técnica del proceso y resultados:<br />

Estamos ante una situación peculiar debido a las<br />

sucesivas interrupciones en nuestra intervención y,<br />

en consecuencia, la participación de otros equipos<br />

vinculados a la ejecución de medidas judiciales de<br />

internamiento.<br />

Ello supone que para una valoración técnica se deba<br />

tener en cuenta la imposibilidad de desarrollar un<br />

continuo en nuestra intervención desde el inicio, en<br />

octubre de 2005.<br />

En ese sentido, el programa individualizado de<br />

ejecución planteado en un principio no pudo ser<br />

48


menores que agreden a sus padres II<br />

desarrollado según la programación prevista debido al<br />

internamiento del joven.<br />

Cuando se retoma definitivamente la libertad vigilada<br />

de manera estable y sin interrupciones, en marzo de<br />

2008, es cuando se lleva a cabo el desarrollo de un<br />

proyecto educativo según lo previsto desde un principio.<br />

En esta valoración técnica es necesario destacar<br />

que el trabajo realizado durante el internamiento por<br />

el equipo del centro y el propio proceso madurativo<br />

del joven, han permitido de manera plausible nuestra<br />

intervención desde el medio abierto.<br />

Los recursos empleados en nuestra intervención se<br />

han elegido atendiendo a las necesidades detectadas<br />

en un principio y a las que han ido apareciendo a lo<br />

largo de la intervención.<br />

Cuando se inicia la intervención, en 2005, se implica<br />

al Equipo Social de Base y al SEAFI del municipio para<br />

tratar de abordar la problemática familiar. Otro recurso<br />

con el que se trabaja es el escolar.<br />

Actualmente se llevan ejecutados 14 meses de libertad<br />

vigilada de los 24 previstos. Los resultados parciales<br />

que en este momento se pueden ofrecer son positivos.<br />

En relación al tipo de violencia que origina la medida, ha<br />

remitido por completo, y no se han vuelto a dar episodios<br />

de maltrato al padre. La convivencia ha mejorado de<br />

manera importante y el joven afronta la relación con el<br />

padre de manera más madura y empática, y desde el<br />

respeto, el afecto y la preocupación hacia la situación<br />

del otro. Paralelamente se ha dado un proceso evidente<br />

hacia una autonomía personal y el joven presenta un<br />

adecuado nivel de habilidades relaciones y de recursos<br />

personales que le permiten funcionar satisfactoriamente<br />

de manera autónoma. En cuanto a conductas delictivas<br />

distintas al maltrato familiar, no se tienen noticias de<br />

reincidencia y apreciamos una normalización social en<br />

el joven.<br />

Tras el período de internamiento, los recursos que<br />

han participado y están participando en el programa<br />

individualizado del joven son los siguientes:<br />

- Equipo Social de Base: este recurso nos proporciona<br />

espacio físico para las entrevistas con el joven y ha<br />

realizado y realiza un trabajo de orientación y gestión<br />

en cuanto a ayudas y prestaciones que, debido a la<br />

situación económica del joven, se han valorado como<br />

necesarias. Asimismo, ha intervenido a la hora de<br />

favorecer un empleo en el Ayuntamiento para este<br />

usuario.<br />

- SERVEF: se ha utilizado este recurso como pieza<br />

fundamental a la hora de llevar una búsqueda activa<br />

de empleo.<br />

- INEM (Instituto Nacional de Empleo): derivamos al<br />

joven a este <strong>org</strong>anismo con el fin de tramitar una<br />

prestación a la que se tiene derecho cuando finaliza<br />

un internamiento.<br />

- CREAMA: junto al SERVEF, se ha empleado este<br />

recurso en la búsqueda activa de empleo.<br />

- Ayuntamiento: la oferta de empleo desde esta<br />

institución a través de subvenciones estatales ha<br />

permitido obtener un trabajo temporal al joven.<br />

- Fuerzas Armadas: el joven se ha presentado a las<br />

pruebas de ingreso, que ha superado pero no se le<br />

ha asignado plaza.<br />

49


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

3.- CASO Nº 3: FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA DE<br />

NEUROCIENCIAS 11<br />

María 16 años<br />

Motivo de ingreso<br />

María es una adolescente de 16 años que ingresa<br />

de forma urgente en la Unidad de Adolescentes de la<br />

Fundación Mediterránea de Neurociencias a petición<br />

de su madre, debido a problemas conductuales<br />

graves que comienzan dos años antes del ingreso,<br />

y que gradualmente van escalando hasta presentar<br />

agresividad verbal y física hacia su madre, absentismo<br />

escolar, asociación con iguales conflictivos, consumo<br />

de tóxicos, mentiras y pequeñas fugas de casa.<br />

En el momento del ingreso María se muestra<br />

claramente enfadada y poco colaboradora, minimizando<br />

la problemática existente.<br />

Datos demográficos<br />

María es una adolescentes de 16 años, hija única,<br />

que convive con su madre. Es descrita a nivel<br />

premórbido como introvertida, sensible, con dificultades<br />

para verbalizar sentimientos y poca capacidad de<br />

afrontamiento de dificultades. No ha presentado<br />

problemas de rendimiento escolar hasta hace dos años.<br />

A nivel social, es mas bien tímida, pasiva y retraída. En<br />

el colegio tiene dificultades con sus iguales, llegando a<br />

ser víctima de bullying en los últimos años de la primaria.<br />

En lo que a la relación familiar se refiere, hasta el inicio<br />

de la problemática, es descrita como cercana a los<br />

padres, hasta el punto de tener una alta dependencia<br />

emocional de la madre (negativa a separarse de ella en<br />

la infancia, a dormir sola….).<br />

Factores familiares<br />

La familia de María goza de un status socio-económico<br />

medio-alto. Los dos padres cursaron estudios<br />

universitarios y tienen trabajos de alta demanda.<br />

En lo que al manejo se refiere, la madre reconoce<br />

que siempre habían sido muy permisivos con ella<br />

(antes de la problemática los límites no se perciben<br />

necesarios debido al buen carácter premórbido). Desde<br />

que comienzan los problemas, la madre se encuentra<br />

totalmente desbordada, y no es capaz de utilizar un<br />

estilo consistente.<br />

Como acontecimiento negativo de más relevancia,<br />

hay que destacar el fallecimiento repentino del padre<br />

once meses antes del ingreso en un accidente en casa.<br />

El duelo de la madre es claro y aunque durante<br />

unos meses, se encuentra visiblemente afectada,<br />

luego normaliza su actividad laboral y social. Por el<br />

contrario, María no exterioriza aparentemente tristeza,<br />

negándose a hablar del padre y minimizando el impacto<br />

que ha tenido en ella esta perdida. Según trascurren los<br />

meses, se muestra cada vez más irritable, bajando su<br />

rendimiento académico y comenzando las dificultades<br />

conductuales.<br />

Sospecha diagnóstica: La sospecha diagnóstica<br />

al ingreso es que las dificultades conductuales y la<br />

violencia filio-paternal se enmarcan dentro del duelo<br />

no resuelto y de un posible cuadro depresivo.<br />

Evaluación: La evaluación consiste en entrevista<br />

familiar, informes escolares, observación y<br />

evaluación individual que incluyen cuestionarios para<br />

episodio depresivo y síntomas de ansiedad (BECK,<br />

STAIC), cuestionario general (SDQ), e Inventario de<br />

Personalidad.<br />

Intervención: El programa terapéutico incluye a<br />

nivel individual una reestructuración cognitiva para<br />

ayudar a María con la verbalización de emociones<br />

y la resolución de conflictos, permitiéndole así el<br />

afrontamiento del duelo. De forma paralela se trabaja<br />

autoestima y autoconcepto, además de habilidades<br />

sociales, empatía y reconocimiento del impacto<br />

emocional de sus conductas.<br />

A nivel familiar, se trabaja desde la perspectiva<br />

sistémica, para reforzar el vínculo afectivo y mejorar el<br />

estilo de manejo: afecto y la utilización de límites.<br />

María se integra también en una Terapia de Grupo, en<br />

la que se trabajan conductas prosociales, y resolución<br />

de conflictos.<br />

Además de las intervenciones psicopedagógicas, se<br />

inicia un tratamiento farmacológico con un antidepresivo<br />

para mejorar el ánimo y un neuroléptico para reducir los<br />

niveles de agresividad.<br />

11 La descripción de este caso ha sido aportada por Auxi Javaloyes,<br />

psiquiatra de la Fundación Mediterránea de Neurociencias<br />

50


menores que agreden a sus padres II<br />

Evolución: María estuvo ingresada en la Unidad<br />

de Hospitalización durante siete semanas. Después<br />

de una estabilización gradual de las conductas, se<br />

procede a un retorno gradual a casa.<br />

Algunas de las frases que utiliza María durante la<br />

terapia y que ilustran sus dificultades incluyen:<br />

“….estaba tan perdida y tan sola, y me sentía tan mal<br />

que las peleas me mantenían viva…”<br />

“…..aunque parezca absurdo, llegué a pensar que mi<br />

madre tenía la culpa de que papá muriera y quería<br />

que ella sufriera como yo estaba sufriendo…”<br />

“ …. Como llegué a sentirme lo peor, no me sentía<br />

capaz de tener amigos normales, ni de estudiar, ni de<br />

hacer nada bueno en la vida…”<br />

Seguimiento en consultas externas: La evolución<br />

ha sido positiva, desapareciendo las conductas<br />

disruptivas, y la violencia filio-paternal. María ha<br />

comenzado el curso escolar sin problemas. A nivel de<br />

ánimo han desaparecido los síntomas depresivos y<br />

las conductas se encuentran dentro de la normalidad.<br />

Intervención a nivel social: Como parte de las<br />

intervenciones se ha ayudado a María a que<br />

re<strong>org</strong>anice su tiempo libre y cambie de grupo de<br />

iguales. A la madre se le oferta la posibilidad de<br />

contar con el apoyo de los Servicios Sociales, pero<br />

dada la evolución positiva no lo solicita.<br />

nivel social se identifica el Bullying que recibe María, el<br />

cambio de grupo de iguales y el consumo de tóxicos.<br />

Revisión de los perfiles ingresados con violencia<br />

filiopaternal en la unidad de adolescentes de la<br />

CMN: De todos los menores ingresados en la unidad<br />

de adolescentes, se aprecian tres perfiles diferenciados<br />

en lo que a factores etiológicos se refiere:<br />

- Menores en los que la violencia filio-parental viene<br />

mediada sobre todo por factores ambientales<br />

(crianza inadecuada).<br />

- Menores en los que la violencia filio-parental aparece<br />

como parte de un cuadro psiquiátrico agudo.<br />

- Menores en los que la violencia filio-parental<br />

se desarrolla como consecuencia de factores<br />

individuales (CI-límite, trastorno por déficit de<br />

atención con hiperactividad.) más factores<br />

ambientales (modelamiento familiar, estilo de<br />

crianza inadecuado, iguales conflictivos, absentismo<br />

escolar…).<br />

De estos tres modelos, María se enmarcaría dentro<br />

del segundo de ellos.<br />

Intervención a nivel educativo: Para facilitar un<br />

cambio a nivel conductual, se orienta a María hacia<br />

un traslado de centro educativo, y se solicita al<br />

nuevo centro un mayor apoyo psicopedagógico, que<br />

permita a María ponerse al día.<br />

Factores de riesgo: En la historia de María se<br />

identifica como factor causal para el maltrato<br />

filiopaternal el cuadro depresivo que se desencadena<br />

por acontecimiento vital negativo (pérdida repentina<br />

del padre con duelo no resuelto).<br />

Existen además factores de riesgo a nivel individual<br />

que incluyen: pocas habilidades de afrontamiento,<br />

retraimiento, poca capacidad de verbalización de las<br />

emociones, inseguridad y alta dependencia emocional.<br />

A nivel familiar se identifica un estilo de manejo<br />

permisivo y una alta dependencia emocional, y a<br />

51


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

4.- CASO Nº 4: CENTRO DE REEDUCACIÓN DE<br />

MENORES REY JAIME I 12<br />

La presente intervención se enmarca dentro del<br />

protocolo de actuación específica desarrollado por el<br />

equipo técnico del centro de reeducación de menores<br />

Rey Jaime I, para aquellos casos en los que, menores<br />

y/o jóvenes, ingresan en nuestro centro tras la<br />

imposición (de manera cautelar o firme) de una medida<br />

de internamiento por la comisión de un delito (o presunto<br />

delito) calificado como maltrato familiar.<br />

El criterio de inclusión comprende también,<br />

aquellos otros casos en los que, si bien la medida<br />

de internamiento responde a otro tipo de infracción,<br />

durante su cumplimiento se tiene conocimiento (o se<br />

sospecha), de la existencia de violencia ejercida por los<br />

menores/jóvenes hacia sus progenitores (en un sentido<br />

amplio), bien porque así lo refiera la familia o el propio<br />

menor/joven, bien porque se detecte esta situación<br />

de violencia filio-parental durante el desarrollo de la<br />

intervención.<br />

En este sentido, cabe mencionar que el diseño del<br />

protocolo (en cuanto a su estructura y contenido), ha<br />

evolucionado conforme a la participación de este equipo<br />

en el proyecto de investigación “<strong>Violencia</strong> intrafamiliar:<br />

Menores que agreden a sus padres II”, en el marco del<br />

Programa Europeo <strong>Daphne</strong>.<br />

Aquí relataremos una intervención aún en curso, que<br />

pretende ilustrar algunas de las particularidades que<br />

se presentan durante el desarrollo y evolución de los<br />

casos de violencia filio parental. Nuestra intervención<br />

tiene en cuenta a todos los actores implicados: la díada<br />

víctima/agresor y todos aquellos familiares involucrados<br />

(progenitores, nuevas parejas en el caso de padres<br />

separados y familia extensa).<br />

El presente abordaje se centra pues, en un menor (y<br />

en su familia) a quien en el momento de su ingreso,<br />

apenas le faltan unas semanas para cumplir la mayoría<br />

de edad, y al que llamaremos Enrique.<br />

Enrique ingresa en nuestro centro para cumplir una<br />

medida cautelar de internamiento en régimen cerrado<br />

terapéutico, por un tiempo aproximado de seis meses,<br />

por unos hechos constitutivos de un delito de maltrato<br />

familiar y amenazas.<br />

La sentencia recoge, meses más tarde, como hechos<br />

probados, que Enrique, encontrándose en el domicilio<br />

familiar, se dirigió a su madre iniciando una discusión<br />

en el curso de la cual le propinó varios puñetazos,<br />

impactando uno de ellos en el ojo derecho, causándole<br />

un traumatismo ocular con hemorragia subconjuntival,<br />

conminándole además, con una botella de cristal y<br />

un cuchillo jamonero, haciendo ademán de continuar<br />

pegándole, en un contexto de gran agresividad.<br />

En los días posteriores a su ingreso en el centro, la<br />

información con la que iniciamos el abordaje del caso<br />

(salvo aquella recogida en el auto de internamiento), no<br />

es otra que la proporcionada tanto por el propio menor,<br />

por un lado, así como por cada uno de los progenitores<br />

con sus respectivas parejas, por otro, entrevistas que<br />

son realizadas en todo momento por separado.<br />

En función de los hechos denunciados por la víctima<br />

(Encarna, la madre de Enrique), el Ministerio Fiscal,<br />

responsable de la instrucción de los procedimientos, así<br />

como de la investigación de los hechos, decide solicitar<br />

al Juez de Menores la adopción de una medida cautelar,<br />

por estimar que lo hacía aconsejable la gravedad de<br />

los hechos, su repercusión y alarma social producida,<br />

la existencia de indicios que implicaban al menor en<br />

el delito que se le imputaba, así como los reiterados<br />

incumplimientos que estaba protagonizando durante el<br />

transcurso de una medida de libertad vigilada.<br />

Es por ello que, en base a la información recogida<br />

en el auto de internamiento cautelar, el ingreso de<br />

Enrique supone la aplicación del protocolo de actuación<br />

específica en casos de violencia filio-parental.<br />

Uno de los principales objetivos de la intervención<br />

será, pues, erradicar las conductas reiteradas de<br />

violencia verbal, no verbal, y física, emitidas por parte<br />

de Enrique hacia su madre, una de las cuales acaba<br />

en la agresión que motiva la denuncia por la que se le<br />

impone la medida cautelar. En base a lo referido a la<br />

familia se evidencia, la presencia de comportamientos<br />

que podrían encuadrarse en cuatro dimensiones de<br />

maltrato: físico, psicológico, emocional y financiero,<br />

información coincidente con la que se desprende de<br />

los resultados de la Escala de violencia filio-parental<br />

(EVF-P) que, en un estado primigenio, hemos<br />

desarrollado como complemento a la entrevista. La<br />

evaluación de las conductas de maltrato se ha realizado<br />

a través de entrevistas mantenidas con el menor, con la<br />

persona receptora de dichas conductas, y con el resto<br />

de familiares implicados.<br />

12 La descripción de este caso ha sido aportada por Carmen María<br />

Ruiz, Salvador Carpi, y Antonio Moreno, Equipo técnico del Centro<br />

de Reeducación de Menores “Rey Jaime I”, de Fundación Arcos del<br />

Castillo.<br />

52


menores que agreden a sus padres II<br />

En la planificación de la intervención, las sesiones<br />

iniciales, suponen la primera toma de contacto entre<br />

el menor y los técnicos. Se trata de una primera<br />

aproximación a la situación actual en la que se<br />

encuentra Enrique. En ellas se efectúa la entrevista<br />

inicial, se realiza la recogida de datos, se administran<br />

aquellas pruebas psicológicas que se estiman<br />

oportunas, llevándose a cabo una exploración<br />

general en la que se sondean las principales áreas de<br />

intervención con menores infractores (situación familiar,<br />

estilos educativos parentales, estado del itinerario<br />

educativo, grupo de iguales, aprovechamiento del<br />

tiempo, consumo de sustancias, o medidas judiciales<br />

anteriores, entre otras), examinando la presencia de<br />

factores de riesgo así como la posible existencia de<br />

factores de protección.<br />

Por otra parte, la primera toma de contacto con los<br />

familiares (madre-pareja de ésta, por un lado, y padrepareja<br />

de éste, por otro) revela la existencia de un<br />

intenso conflicto entre los padres, que procede de su<br />

pasado en matrimonio que acabó en ruptura, con una<br />

separación traumática (en apariencia no resuelta, a<br />

juicio de los técnicos, por parte del padre de Enrique)<br />

y generadora de una importante e inagotable fuente de<br />

conflictos internos.<br />

Se cuenta desde el primer momento con la presencia,<br />

por separado, de los progenitores de Enrique,<br />

acompañados de sus respectivas parejas, con los que<br />

se mantiene una primera toma de contacto, en la que<br />

se inicia la recogida de datos, explorándose la situación<br />

familiar, se analiza el relato de la historia familiar narrada<br />

por ambas partes, el estado de la situación de conflicto<br />

hasta la vivencia de la agresión y posterior imposición<br />

de la medida de internamiento, los estilos educativos<br />

parentales y la interacción familiar, sondeando los<br />

aspectos más específicos (supervisión, disciplina,<br />

etcétera).<br />

En este sentido, se destaca por encima del resto de<br />

la información obtenida, el hecho de que Fernando, el<br />

padre del menor, justifique constantemente la agresión<br />

sufrida por la madre, minimizándola e incluso que<br />

llegue a cuestionar la autoría de la misma, apuntando<br />

la posibilidad de que se originara durante forcejeo<br />

entre Encarna, su pareja (Luis Manuel) y Enrique. La<br />

valoración de los hechos por parte de Fernando, queda<br />

resumida en el siguiente comentario “su habitación era<br />

su castillo, no tendrían que haber entrado así en ella”,<br />

o “su madre no es quien para hacer eso, ésa no es su<br />

casa, la casa es de mis hijos”, justificando la reacción<br />

violenta de su hijo, así como la situación acaecida tras<br />

la separación.<br />

El padre de Enrique se comporta, en las primeras<br />

visitas, como referente único para su hijo frente a la<br />

figura de la madre que es quien lo ha denunciado, no<br />

presente en estos momentos tan duros para el menor.<br />

Por otro lado, la madre acepta la situación de rechazo<br />

que Enrique manifiesta hacia ella, y se muestra receptiva<br />

respecto de las indicaciones de los técnicos. Entiende<br />

la necesidad de un abordaje previo con el menor en<br />

previsión de un encuentro entre ambos.<br />

También se mantiene contacto con los técnicos de<br />

medidas judiciales en medio abierto, responsables de<br />

la supervisión de las anteriores medidas de libertad<br />

vigilada que en su día se impusieron al menor, quienes<br />

se desplazan hasta nuestro centro y realizan un<br />

exhaustivo traspaso de información sobre la ejecución<br />

de las medidas anteriores, sobre la intervención<br />

realizada hasta el ingreso de Enrique, y de la situación<br />

pasada y presente del caso.<br />

De estas sesiones de evaluación, se destaca la<br />

importante dependencia a sustancias tóxicas que<br />

presenta Enrique en el momento de su ingreso,<br />

circunstancia que le provoca un moderado síndrome<br />

de abstinencia durante las primeras semanas de<br />

internamiento. Se aprecia una clara afectación<br />

en la autoestima del menor, especialmente en las<br />

dimensiones académica y social, y en menor medida,<br />

emocional y física. Presenta unos prototipos de<br />

personalidad en los que predomina el oposicionismo, la<br />

rebeldía, la rudeza, la tendencia límite, la autopunición;<br />

significativas carencias respecto de la idea de quién es,<br />

así como en cuanto a la sensibilidad social, con una<br />

elevada discordancia familiar, y cierta desvalorización<br />

de sí mismo; por último sobresale su inclinación<br />

hacia el abuso de sustancias, con predominio de<br />

comportamientos impulsivos. La valoración del nivel de<br />

riesgo global es alta, por lo que se anticipa y planifica<br />

una supervisión acorde con esta valoración.<br />

Respecto de los indicadores de riesgo de la Guía<br />

de Intervención Temprana, en cuanto a los factores<br />

parentales individuales, éstos no se detectan (véase<br />

aquellos relacionados con las interacciones paternofiliares).<br />

53


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

En referencia a los indicadores relacionados con las<br />

características del menor, se destaca: a) baja tolerancia<br />

a la frustración, b) apático, c) problemas de conducta, d)<br />

hiperactivo (diagnóstico clínico), e) consumo de drogas,<br />

f) procesos delincuenciales, g) absentismo escolar, h)<br />

abandono escolar, i) fracaso escolar, j) agresividad hacia<br />

los padres, k) desobediencia reiterada de las normas<br />

paternas, l) grupo de iguales en situación de riesgo, m)<br />

forma de resolución de conflictos de manera agresiva,<br />

n) bajo nivel de autoestima, ñ) locus de control externo<br />

(sitúa la responsabilidad de sus actos en los otros),<br />

o) bajo nivel de empatía, p) bajo nivel de habilidades<br />

sociales (interpersonales), q) hedonista-nihilista.<br />

En cuanto a los indicadores de riesgo familiares, en<br />

aquellos referidos a la interacción paterno-filial, se<br />

valora: a) desadaptada, b) escasa comunicación y/o<br />

comunicación agresiva, c) ciclo ascendente de conflicto<br />

y agresión, d) técnicas de disciplina coercitivas, e)<br />

pautas de crianza inadecuadas, f) modelos parentales<br />

inadecuados, g) dejación/delegación de funciones<br />

parentales, h) déficit de asertividad, i) relaciones de<br />

apego inadecuadas, j) sobreprotección.<br />

Respecto de las relaciones de pareja sobresalen:<br />

a) conflicto conyugal/ruptura de pareja, b) estrés<br />

permanente, c) problemas de inestabilidad de pareja.<br />

La configuración familiar destaca por estar reconstituida<br />

por parte de cada cónyuge.<br />

De los indicadores socioculturales apreciamos en<br />

relación con el ámbito laboral una economía estable.<br />

Respecto de las redes sociales de apoyo: no se<br />

detectan indicadores de riesgo,<br />

En contraposición al anterior, en referencia a los<br />

factores culturales se detectan por parte del padre: a)<br />

aprobación cultural del uso de la violencia, b) aceptación<br />

cultural del castigo corporal, c) aceptación cultural del<br />

consumo de estupefacientes.<br />

En base a la información referida anteriormente,<br />

se establecen una serie de objetivos de intervención<br />

planteados en función de las necesidades del menor, así<br />

de como su familia, elaborándose objetivos específicos<br />

para cada una de las díadas progenitor-pareja, dado<br />

que conforman núcleos de convivencia claramente<br />

diferenciados.<br />

Una vez evaluadas las necesidades del menor, la<br />

situación familiar, formuladas las hipótesis, y establecidos<br />

los objetivos, se inicia la fase de intervención.<br />

El protocolo de actuación sobre violencia filio-parental,<br />

se estructura en cuatro fases diferenciadas, a modo de<br />

estadios cronológicos en función de la evolución del<br />

caso.<br />

Primera fase: Se inicia con la evaluación, en la que<br />

se realiza la exploración, valoración, formulación de<br />

hipótesis y finalmente se establecen los objetivos del<br />

abordaje,<br />

Segunda fase: Se interviene sobre la situación actual<br />

que presenta el menor, incidiendo en sus factores<br />

de riesgo y en sus necesidades, con atención en la<br />

responsabilización sobre los hechos protagonizados.<br />

Tercera fase: En esta fase predomina el abordaje<br />

respecto de las interacciones entre el menor y sus<br />

referentes adultos, en este caso, mediante sesiones por<br />

separado entre el menor y cada uno de los progenitores<br />

con sus respectivas parejas.<br />

Cuarta fase: Finalmente y tras la valoración favorable<br />

en cada una de las fases anteriores, se realiza un<br />

seguimiento de la evolución y consolidación de los<br />

progresos adquiridos durante el periodo de intervención.<br />

En este sentido, brevemente, la intervención con<br />

Enrique durante estos primeros meses de internamiento,<br />

se ha centrado en la vivencia de la agresión, la asunción<br />

de responsabilidades, las consecuencias que los actos<br />

propios tienen para con los otros y con uno mismo,<br />

el trabajo de la empatía, de la exteriorización de las<br />

emociones propias, de la identificación y comprensión<br />

de las de los demás, así como en el entrenamiento en<br />

autocontrol emocional, y en la instrucción en habilidades<br />

sociales.<br />

Respecto de los progenitores, se ha intervenido de<br />

manera diferenciada con cada uno de ellos.<br />

Con Fernando, el padre, se ha confrontado la situación<br />

de conflicto permanente que mantiene con su ex-mujer<br />

y madre del menor, en referencia a los beneficios que<br />

esta situación tiene para con Enrique, reforzándose las<br />

interacciones adecuadas, instruyéndole en habilidades<br />

de crianza, con el objetivo de crear un vínculo sincero y<br />

beneficioso para su hijo.<br />

Esto es así, en referencia a la influencia negativa<br />

que ciertos modelos de conducta de Fernando han<br />

tenido y tienen en Enrique: sus creencias, valores y<br />

actitudes manifestadas por el padre sobre la situación<br />

de conflicto con Encarna, el consumo de sustancias<br />

54


menores que agreden a sus padres II<br />

toxicas, su enfoque respecto de las relaciones de<br />

pareja (en la que se evidencia un importante sesgo<br />

machista, predominando la posesión y roles rígidos), o<br />

la situación de internamiento, que vivencia como propia<br />

por una experiencia pasada.<br />

En cuanto a Encarna, la madre, se le ha mantenido<br />

informada en todo momento, con la mirada puesta en<br />

un posible encuentro con Enrique, en el momento mas<br />

adecuado en función del estado de la intervención.<br />

Encuentro para el que se han evaluado y potenciado<br />

previamente estrategias interpersonales y de<br />

comunicación con la madre.<br />

La intervención se ha realizado mediante sesiones<br />

individuales con el menor desde el equipo técnico,<br />

centradas como decíamos anteriormente, en<br />

posibilitar el reconocimiento por parte del menor de su<br />

responsabilidad en los hechos, así como en la gestión<br />

de los sentimientos de culpa que pudieran derivarse de<br />

ello. Asimismo, desde los hogares de convivencia en los<br />

que se estructura el centro, los educadores participan<br />

activamente del desarrollo de las intervenciones,<br />

afianzado los contenidos, reforzando el progreso, todo<br />

ello en coordinación y contacto permanente entre los<br />

diversos equipos del centro.<br />

Finalmente, transcurridos más de cinco meses desde<br />

el ingreso de Enrique, se produce el encuentro entre<br />

el menor y su madre, un reencuentro aparentemente<br />

sincero e intenso en el plano afectivo, planificado<br />

con todas las reservas, y a partir del cual se inicia el<br />

paulatino reestablecimiento del vínculo madre-hijo.<br />

Después de prácticamente seis meses desde que<br />

Enrique ingresara en el centro, se celebra la audiencia,<br />

en la que las partes llegan a una conformidad, por lo<br />

que el menor se reconoce autor material de la agresión,<br />

por ello se le impone una medida firme de internamiento<br />

por tiempo de un año (con el abono del tiempo cumplido<br />

durante el periodo cautelar) iniciando, en ese momento,<br />

el periodo de tiempo que le resta por cumplir en régimen<br />

semiabierto.<br />

En los meses siguientes al encuentro entre Enrique<br />

y su madre, la evolución del caso ha sido ciertamente<br />

irregular, marcado desde el inicio de su internamiento<br />

por la lentitud, aunque el progreso experimentado mes<br />

a mes ha sido generalmente continuo.<br />

El primer permiso de salida, supuso cierta<br />

desestabilización en la situación en la que se encuentra<br />

el menor. Ocho meses después de su ingreso, Enrique<br />

podía residir durante unos días en casa de su padre.<br />

No obstante, el menor aprovecharía para reencontrarse<br />

con su grupo de iguales, convivir en casa de Fernando<br />

y su pareja, Tere, así como para visitar a su madre.<br />

El permiso transcurriría sin incidentes, aunque dada<br />

la evolución tan pausada que ha experimentado, en el<br />

momento actual se plantean y anticipan las dificultades<br />

obvias al estado en el que nos encontramos, y a las<br />

particularidades del caso.<br />

En todo este tiempo, se han potenciado las<br />

interacciones positivas con su padre, con el que ha<br />

estrechado el vínculo afectivo. Por otro lado, se ha<br />

restablecido la relación con la madre, en proceso de<br />

consolidación desde entonces. Ha protagonizado<br />

una evolución personal ligeramente satisfactoria que<br />

continúa consolidándose a día de hoy. Nos encontramos<br />

actualmente frente a una situación (el disfrute de<br />

permisos de salida) que supone un paso más en su<br />

proceso reeducativo, cuando quedan apenas cuatro<br />

meses para que finalice su internamiento, tiempo que<br />

se continuará empleando en trabajar intensamente con<br />

los dos progenitores.<br />

Las hipótesis de trabajo respecto de la situación<br />

actual plantean un amplio abanico de posibilidades,<br />

que contempla desde la consolidación de las conductas<br />

adaptadas hasta el extremo opuesto marcado por un<br />

retroceso en su situación.<br />

Entre las conductas adaptadas (estado que podría<br />

coincidir temporalmente en su evolución con la<br />

finalización de su internamiento en el centro), se<br />

encuentran: la negativa a volver a consumir sustancias<br />

tóxicas, el mantenimiento de las interacciones<br />

adecuadas con la madre, la disminución del conflicto<br />

entre los progenitores,<br />

En el extremo opuesto Enrique podría refugiarse<br />

de nuevo en los valores desviados de su grupo de<br />

iguales. Este hecho presentaría importantes factores<br />

de riesgo, como conductas delictivas, consumo de<br />

sustancias, ausencia significativa de control parental y<br />

de su referente adulto paterno, retomando el consumo<br />

de sustancias, y relacionándose nuevamente de forma<br />

violenta con su madre.<br />

El devenir de las próximas semanas indicará hacia<br />

donde debe dirigirse la intervención, en función de<br />

la situación que se manifieste durante esta nueva<br />

55


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

etapa en la que se encuentra Enrique (periodo de<br />

concesión de permisos de salida, de retorno progresivo<br />

y controlado a su entorno cotidiano, de puesta en<br />

práctica de las habilidades y estrategias abordadas<br />

durante estos meses de intervención), devenir que<br />

influirá en la planificación del resto de su medida, en<br />

este caso, en medio abierto, como complemento de<br />

la de internamiento, con la finalidad de que el regreso<br />

del menor a la situación de libertad vigilada, sea<br />

adecuadamente supervisada, durante los próximos<br />

meses que le restan. Meses, no obstante, que afronta en<br />

una situación significativamente mas ventajosa (aunque<br />

sin poder considerarse, a día de hoy, normalizada) que<br />

la que presentaba en el momento de su ingreso, con<br />

una situación familiar que, aunque en permanente<br />

conflicto, pueda mitigarse en lo referente al menor y a<br />

su futuro próximo.<br />

Las dificultades en los casos de violencia filio-parental<br />

son evidentes. Aparte de la actuación genérica sobre<br />

los factores de riesgo y las necesidades de los menores<br />

infractores, las agresiones por parte de los hijos hacia<br />

sus progenitores conllevan ciertos añadidos que,<br />

en determinados casos, pueden llegar a dificultar<br />

enormemente la evolución de los procesos de cambio.<br />

Dado que victima y agresor/a puede que convivan<br />

en la misma casa, mantienen una relación directa de<br />

parentesco, el deterioro del vínculo afectivo puede<br />

llegar a ser extremo y, en casos como el de Enrique, se<br />

heredan conflictos ajenos al propio menor, como rupturas<br />

traumáticas no resueltas que, convierten la situación de<br />

maltrato familiar en un mero aspecto secundario, en una<br />

consecuencia derivada de una problemática de índole<br />

superior a la que, una intervención realizada desde un<br />

centro de reeducación, debe enfrentarse por el superior<br />

interés del menor.<br />

56


menores que agreden a sus padres II<br />

5.- CASO Nº 5: CENTRO DI SOLIDARIETÁ DI<br />

REGGIO EMILIA - ITALIA 13<br />

1) Datos de identificación<br />

Fecha: Febrero 2009<br />

Origen: CEIS (Centro de Solidaridad de Reggio<br />

Emilia)<br />

Nombre y edad del menor: (al momento de la<br />

intervención): Mateo, 20 años<br />

Envío:<br />

Son los abuelos maternos quienes sugieren a los<br />

padres tomar contacto con el CEIS. Ellos conocen<br />

el centro porque su hijo participa allí en el programa<br />

“Cocaína No”.<br />

Los padres del menor se dirigen al CEIS en un contexto<br />

de emergencia: Mateo tiene un accidente de coche y<br />

se sospecha que la causa del mismo es el abuso de<br />

sustancias.<br />

El tío, toxicodependiente, teme que la familia le impute<br />

a él la responsabilidad.<br />

Tipo de violencia<br />

- Verbal: amenazas, insultos, descalificaciones<br />

contra su padre y la compañera, su madre y el<br />

marido.<br />

- Física: contra la madre<br />

- Hacia sí mismo: accidentes de coche, amenaza de<br />

suicidio<br />

- <strong>Violencia</strong> asistida hacia el hermano pequeño:<br />

en muchas ocasiones Mateo se encierra<br />

en su habitación con su hermano pequeño<br />

amenazando con tirarse por la ventana frente a<br />

su hermano.<br />

- Uso de sustancias: abuso de cannabis, alcohol y<br />

probablemente consumo de cocaína.<br />

- Trastornos mentales: no se diagnostica ningún<br />

trastorno.<br />

- Restricciones legales: no tiene sanciones penales,<br />

solo sanciones civiles (retirada del carné de<br />

conducir)<br />

- Enfermedades: ninguna<br />

Descripción de la familia<br />

Nivel Socio-económico medio.<br />

El padre trabaja con su hermano menor, propietario de<br />

una mueblería heredada de sus padres. Su compañera,<br />

comerciante, tiene una tienda de fotocopias.<br />

La madre ha trabajado con su madre después de la<br />

separación pero la relación se interrumpe en mayo<br />

de 2009. Su marido es policía, hijo único de padres<br />

separados que viven en Roma.<br />

Mateo ha intentado trabajar con su padre como<br />

aprendiz, pero fue despedido por robo.<br />

La hermana es estudiante.<br />

Inicio del problema: en 2003, coincidiendo con el<br />

nacimiento de su hermano.<br />

Historia familiar<br />

Los padres de Mateo se separaron en 1994 por<br />

iniciativa de la madre que alega que se sentía sola y<br />

abandonada.<br />

La madre después de la separación va a vivir a casa<br />

de sus padres. En 1998 inicia una nueva convivencia<br />

y se instala en un piso de propiedad de su madre, en<br />

el mismo edificio. Vuelve a casarse en 2001 y de esta<br />

unión nacerá un hijo después de dos años. Las dos<br />

familias de la madre, la de origen y la reconstituida,<br />

constituyen sustancialmente un único núcleo.<br />

El padre conoce a Sara en 2002 y comienzan la<br />

convivencia en 2003.<br />

Mateo y su hermana, confiados a la madre, han<br />

mantenido relaciones regulares con su padre hasta<br />

que, por el empeoramiento de los comportamientos<br />

de Mateo (violencia, robo, amenazas y el uso de su<br />

hermano como rehén), la madre y su marido lo “envían“<br />

con su padre sin haberlo acordado previamente, una<br />

primera vez en marzo y una segunda en el verano de<br />

2009.<br />

Mientras tanto, la madre y la abuela materna, han<br />

interrumpido las relaciones después de un choque en el<br />

que se ve involucrada la hermana de Mateo, en el cual<br />

la abuela sale en defensa de su nieta.<br />

El hermano, últimamente, ha agravado sus problemas<br />

de habla (tartamudez).<br />

13 La descripción de este caso ha sido aportada por Mariapia Destéfani y<br />

Anna Bassioli, psicólogas del Centro di Solidarietá di Reggio Emilia.<br />

57


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

58


menores que agreden a sus padres II<br />

Justificación<br />

Los padres se muestran ambivalentes. Cuando<br />

los terapeutas ponen de relieve los aspectos graves<br />

y puntos del problema, los padres lo minimizan.<br />

Cuando los terapeutas se expresan de un modo que<br />

devalúa / minimiza el problema, los padres comienzan<br />

a preocuparse, a ser activos, cooperativos y leales,<br />

oscilando entre la adhesión a las peticiones del niño<br />

y delegarlo, entre los sentimientos de exaltación y de<br />

insuficiencia e impotencia. En este momento los padres<br />

esperan que Mateo esté convencido de la necesidad<br />

de una intervención curativa, pero él tiene un punto de<br />

vista muy diferente.<br />

Sistema de creencias<br />

1. Para Mateo y su hermana el “problema” son los<br />

adultos;<br />

2. Para el padre y el marido de la madre, el “problema”<br />

es la “explosividad” y pérdida de control de la madre;<br />

3. Para la madre el “problema” es el hijo sintomático,<br />

síntomas atribuibles a los efectos de la ausencia<br />

paterna.<br />

4. Para los abuelos maternos, el “problema” está<br />

relacionado con la pareja reconstituida, que no está<br />

disponible para enfrentarse con los problemas del<br />

hijo.<br />

5. El mito de consenso es que el trabajo es la única<br />

salvación.<br />

2) Intervención<br />

Primera fase: Evaluación<br />

* Participación de los padres en las reuniones de autoayuda<br />

desde noviembre de 2008<br />

* 3 reuniones familiares, dirigidas por un psicoterapeuta,<br />

con especial atención a la geografía familiar.<br />

Tratándose de una familia reconstituida, se consideró<br />

apropiado reunirse con el núcleo originario y por<br />

separado con el núcleo reconstituido<br />

* 3 entrevistas individuales de Mateo con el educador.<br />

Interrupción<br />

En la fase de evaluación, la familia extensa<br />

profundamente implicada, no acepta la intervención<br />

que la separa.<br />

Segunda fase: Configuración de la acción<br />

Los padres regresan con la terapeuta de los abuelos<br />

que tiene por objetivo construir un escenario con todos<br />

los adultos involucrados:<br />

• 2 entrevistas con los padres<br />

• 1 entrevista con la pareja reconstituida<br />

• Entrevistas con la pareja reconstituida y con los<br />

abuelos maternos<br />

Objetivos<br />

- Retomar el diálogo interrumpido a través de la<br />

clarificación;<br />

- Identificar una estrategia común para abordar los<br />

problemas de Mateo y determinar “quién hace qué”<br />

- Legitimar el derecho de cada núcleo familiar a su<br />

autonomía y a la diferenciación<br />

- Reducir el espacio de juego (poner a unos contra<br />

otros) y la manipulación de Mateo<br />

- Crear una estructura sostenible<br />

- Hacer sentir y mostrar a Mateo que los adultos son<br />

capaces de pensar y trabajar por él<br />

- Contener los síntomas de Mateo<br />

Dinámica relacional<br />

Presencia de secuencias familiares repetidas de<br />

ambivalencia entre acercamiento / alejamiento:<br />

- La madre repite el modelo materno internalizado<br />

cuando se muestra dominante, centrada en sí<br />

misma y controladora<br />

- La madre, incapaz de compartir la responsabilidad,<br />

padece el peso de la soledad<br />

- La madre, incapaz de sintonizar sus necesidades con<br />

las de su hijo, se acerca y se aleja de él de acuerdo<br />

a sus propias necesidades.<br />

- Activación del padre: instrumental, en contextos de<br />

emergencia, aunque viene a priori descalificado.<br />

- La idea de familia “única” parece hacer referencia a<br />

la familia nuclear original. En realidad se descalifican<br />

las funciones de apoyo y cuidado de los respectivos<br />

compañeros de sus padres. Funciones que en un<br />

primer momento fueron aceptadas y posteriormente<br />

rechazadas por los mismos progenitores.<br />

59


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

Función del síntoma<br />

El aislamiento social y el uso de cannabis parecen<br />

coincidir con el nacimiento de su hermano, como para<br />

mantener el control familiar y sustituir el vacío dejado por<br />

su madre (nueva maternidad), por el padre (iniciación<br />

de la convivencia) y el marido de la madre (en el papel<br />

de padre).<br />

El último brote de comportamiento violento contra su<br />

madre, parece coincidir con el abandono sufrido por<br />

Mateo de parte de su novia. Se podría hacer la hipótesis<br />

de que Mateo expresa resentimiento hacia el universo<br />

femenino.<br />

3) Resultados de la intervención<br />

Tratamiento en curso.<br />

Objetivos alcanzados<br />

- El enganche con la intervención.<br />

- La toma de conciencia de la gravedad del problema:<br />

hipótesis de un trastorno mental de Mateo y del<br />

malestar psicológica de los hermanos (su hermana<br />

ha comenzado un tratamiento psicológico)<br />

- La preocupación de los padres a proteger al hijo<br />

menor de la violencia asistida.<br />

- Claridad en la visión del problema: ver los patrones<br />

que se repiten entre generaciones.<br />

- La toma de consciencia de que Mateo juega con sus<br />

contradicciones, sus desacuerdos y sus rencores<br />

- Los terapeutas tienen dos puntos de vista opuestos<br />

sobre la familia reconstituida de la madre: uno<br />

compasivo (con el riesgo de debilitar su poder) y uno<br />

persecutorio (con el riesgo de juzgarlo y alejarlo).<br />

Recursos y resistencias de la familia<br />

1. El “buen” funcionamiento antes del matrimonio, de<br />

la familia reconstituida por la madre, marginando al<br />

padre y haciendo sentir a los hijos en posición de<br />

poder, ha sido un presagio de problemas futuros.<br />

2. El padre, un poco “por sus características<br />

personales”, y un poco “por la pérdida de función de<br />

padre”, tiende a ejercer más el papel de amigo.<br />

3. El futuro esposo de la madre, invistiéndose<br />

plenamente en el papel de padre, es como si<br />

hubiera cuidado de su propio yo-niño (hijo de padres<br />

separados).<br />

4. La compañera del padre, en oposición a la madre,<br />

pudo fallar en su intento de ser normativa animada<br />

por el resentimiento hacia los chicos que, desde<br />

su punto de vista, le han negado la posibilidad de<br />

casarse y tener hijos.<br />

Recursos y resistencias del tratamiento<br />

- El carácter imperativo de la propuesta terapéutica<br />

libera a la familia del enredo.<br />

- El tratamiento al inicio de la familia extensa como<br />

unidad, permite desenredar la madeja para disipar<br />

la relación<br />

- La co-terapia ha incluido cuando la familia tendía a<br />

excluir para jugar por separado<br />

- Tratar a todos permite eludir cualquier juego de<br />

manipulación<br />

- En la evaluación, el terapeuta y el educador han<br />

considerado junto con la familia que el consumo de<br />

sustancias es de poca importancia en relación con<br />

los problemas relacionales.<br />

60


menores que agreden a sus padres II<br />

61


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

CAPÍTULO 4<br />

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS DATOS ESTADÍSTICOS OBTENIDOS<br />

DEL ANÁLISIS DE LOS EXPEDIENTES DE MENORES CON IMPOSICIÓN<br />

DE MEDIDA POR COMISIÓN DE DELITO DE VIOLENCIA FILIO PARENTAL<br />

DURANTE 2008-2009 14 .<br />

El fenómeno de la violencia filio parental ha presentado<br />

un aumento muy significativo en nuestro país en los<br />

últimos años.<br />

Aunque se ha escrito bastante sobre este fenómeno<br />

intentando explicar las causas que pudieran justificar su<br />

aparición de una forma tan importante, no eran tantos<br />

los estudios llevados a cabo desde el análisis de los<br />

expedientes de menores que han presentado esta<br />

problemática.<br />

Como ya se indicó anteriormente, la Asociación<br />

<strong>Altea</strong> España inició en 2008, a través de proyectos<br />

aprobados por la Comisión Europea desde el Programa<br />

<strong>Daphne</strong> (convocatorias 2008 y 2009) un estudio que<br />

permitiera conocer el perfil de los casos tanto a nivel<br />

individual, familiar y social, partiendo de la revisión de<br />

los expedientes de menores que desde los Juzgados<br />

de Menores de Alicante se les había impuesto una<br />

medida por la comisión de un delito de violencia familiar.<br />

Este estudio nos ha permitido no sólo analizar el perfil<br />

de los casos sino también el cómo intervenir sobre los<br />

mismos, haciendo propuestas de buenas practicas<br />

en la línea de diseño de un programa integrado de<br />

intervención que permitiera la detección y la intervención<br />

temprana, que figuran en el capítulo segundo de esta<br />

publicación.<br />

A continuación presentamos las estadísticas que<br />

resultan del análisis de 139 expedientes de menores<br />

sujetos a medida judicial impuesta durante los años<br />

2008 y 2009 en la provincia de Alicante.<br />

GÉNERO<br />

Frecuencia<br />

Porcentaje<br />

Porcentaje<br />

acumulado<br />

Válidos Hombre 105 75,5 75,5<br />

Mujer 34 24,5 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

14 Este informe ha sido aportado por Conrado Moya, profesor de la<br />

Universidad de Alicante.<br />

62


menores que agreden a sus padres II<br />

AYUNTAMIENTO_RESIDENCIA<br />

Frecuencia<br />

Porcentaje<br />

Porcentaje<br />

acumulado<br />

Válidos ALBATERA 1 ,7 ,7<br />

ALCOY 3 2,2 2,9<br />

ALFAZ DEL PÍ 3 2,2 5,0<br />

ALICANTE 38 27,3 32,4<br />

ALTEA 2 1,4 33,8<br />

BANYERES DE MARIOLA 1 ,7 34,5<br />

BENEJUZAR 2 1,4 36,0<br />

BENIDORM 5 3,6 39,6<br />

BIGASTRO 1 ,7 40,3<br />

CALLOSA DE SEGURA 2 1,4 41,7<br />

CAMPELLO 2 1,4 43,2<br />

CATRAL 1 ,7 43,9<br />

CREVILLENTE 1 ,7 44,6<br />

DAYA NUEVA 1 ,7 45,3<br />

DENIA 1 ,7 46,0<br />

ELCHE 13 9,4 55,4<br />

ELDA 4 2,9 58,3<br />

GUARDAMAR DEL SEGURA 3 2,2 60,4<br />

JACARILLA 1 ,7 61,2<br />

JALÓN 1 ,7 61,9<br />

JÁVEA 4 2,9 64,7<br />

JIJONA 1 ,7 65,5<br />

LA NUCIA 1 ,7 66,2<br />

MUTXAMEL 6 4,3 70,5<br />

NOVELDA 3 2,2 72,7<br />

ORIHUELA 2 1,4 74,1<br />

PEGO 1 ,7 74,8<br />

PETREL 5 3,6 78,4<br />

PILAR DE LA HORADADA 2 1,4 79,9<br />

POLOP 2 1,4 81,3<br />

ROJALES 1 ,7 82,0<br />

SAN JUAN 3 2,2 84,2<br />

SAN VICENTE DEL RASPEIG 4 2,9 87,1<br />

SANTA POLA 3 2,2 89,2<br />

SAX 2 1,4 90,6<br />

TEULADA 2 1,4 92,1<br />

TORREVIEJA 8 5,8 97,8<br />

VILLAJOYOSA 1 ,7 98,6<br />

VILLENA 2 1,4 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

63


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

AYUNTAMIENTO DE RESIDENCIA<br />

EDAD AL INICIO DEL EXPEDIENTE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos 14 21 15,1 15,1<br />

15 31 22,3 37,4<br />

16 48 34,5 71,9<br />

17 38 27,3 99,3<br />

18 1 0,7 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

64


menores que agreden a sus padres II<br />

EXPEDIENTE PREVIO DE PROTECCIÓN<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Si 22 15,8 15,8<br />

No 117 84,2 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

APOYO FAMILIAR PREVIO<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Si 70 50,4 50,4<br />

No 69 49,6 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

65


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

TIPO DE APOYO FAMILIAR PREVIO<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Intervención familiar 58 41,7 41,7<br />

Orientación familiar 8 5,8 47,5<br />

Terapia familiar 4 2,9 50,4<br />

Ninguno 69 49,6 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

66


menores que agreden a sus padres II<br />

EQUIPO DE APOYO FAMILIAR PREVIO<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Servicio psicopedagógico escolar 3 2,2 2,2<br />

Equipo social de base 50 36,0 38,1<br />

Servicio especializado de familia 16 11,5 49,6<br />

Intervención profesional ámbito privado 1 ,7 50,4<br />

Ninguno 69 49,6 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

APOYO PREVIO AL MENOR<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Si 58 41,7 41,7<br />

No 81 58,3 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

67


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

EQUIPO DE APOYO AL MENOR<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Unidad salud mental infantil 31 22,3 22,3<br />

Equipo social de base 6 4,3 26,6<br />

Servicio especializado de familia 1 0,7 27,3<br />

Intervención profesional ámbito privado 20 14,4 41,7<br />

Ninguno 81 58,3 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

68


menores que agreden a sus padres II<br />

CARACTERÍSTICAS DEL MENOR<br />

Respuestas<br />

Nº Porcentaje<br />

Porcentaje<br />

de casos<br />

CARACTERÍSTICAS<br />

DEL MENOR<br />

Baja tolerancia a la frustración 56 5,4 % 40,9 %<br />

Apático 5 0,5 % 3,6 %<br />

Problemas de conducta 90 8,6 % 65,7 %<br />

Temperamento difícil (carácter innato) 22 2,1 % 16,1 %<br />

Hiperactivo 15 1,4 % 10,9 %<br />

Discapacidad psíquica 3 0,3 % 2,2 %<br />

Enfermedad mental 7 0,7 % 5,1 %<br />

Enfermedad crónica 3 0,3 % 2,2 %<br />

Consumo de drogas 64 6,1 % 46,7 %<br />

Procesos delincuenciales 26 2,5 % 19,0 %<br />

Absentismo escolar 56 5,4 % 40,9 %<br />

Abandono escolar (a partir de un curso) 79 7,6 % 57,7 %<br />

Fracaso escolar 26 2,5 % 19,0 %<br />

Agresividad hacia los padres 84 8,1 % 61,3 %<br />

Desobediencia reiterada de las normas paternas 65 6,2 % 47,4 %<br />

Grupo de iguales en situación de riesgo 48 4,6 % 35,0 %<br />

Aislamiento social (carece de grupos de iguales<br />

de referencia)<br />

10 1,0 % 7,3 %<br />

Forma de resolución de conflictos de manera agresiva 74 7,1 % 54,0 %<br />

Forma de resolución de conflictos por evitación 4 ,4 % 2,9 %<br />

Bajo nivel de autoestima 43 4,1 % 31,4 %<br />

Locus de control externo (sitúa la responsabilidad<br />

de sus actos en los otros)<br />

37 3,5 % 27,0 %<br />

Bajo nivel de empatía 38 3,6 % 27,7 %<br />

Bajo nivel de habilidades sociales 21 2,0 % 15,3 %<br />

Víctima de malos tratos 15 1,4 % 10,9 %<br />

Víctima de abusos sexuales 4 ,4 % 2,9 %<br />

Protagoniza malos tratos en la escuela 4 ,4 % 2,9 %<br />

Hedonista-nihilista<br />

(satisfacción de propio interés por encima del otro)<br />

25 2,4 % 18,2 %<br />

Impulsividad 73 7,0 % 53,3 %<br />

Engaño y manipulación 17 1,6 % 12,4 %<br />

Carencias afectivas 29 2,8 % 21,2 %<br />

Total 1043 100,0 % 761,3 %<br />

69


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

70


menores que agreden a sus padres II<br />

RELACIONES DE PAREJA<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos No constan factores de riesgo 45 32,4 32,4<br />

Conflicto conyugal/ruptura de pareja 45 32,4 64,7<br />

Estrés permanente 18 12,9 77,7<br />

<strong>Violencia</strong> y agresión 19 13,7 91,4<br />

Hijos no deseados 9 6,5 97,8<br />

Problemas de inestabilidad de pareja 3 2,2 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

71


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

CONFIGURACIÓN FAMILIAR<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Monoparental 44 31,7 31,7<br />

Familias reconstruidas 19 13,7 45,3<br />

Hijo único 12 8,6 54,0<br />

Hijo adoptivo 5 3,6 57,6<br />

Convivencia de familia extensa en<br />

el núcleo familiar<br />

6 4,3 61,9<br />

Crianza en familia extensa 10 7,2 69,1<br />

Familia estable 43 30,9 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

72


menores que agreden a sus padres II<br />

CARACTERÍSTICAS DEL PADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos<br />

Antecedentes como autor de delitos<br />

relacionados con maltrato familiar<br />

18 12,9 12,9<br />

Pobres habilidades interpersonales 3 2,2 15,1<br />

Falta de capacidad empática 2 1,4 16,5<br />

Poca tolerancia al estrés 7 5,0 21,6<br />

Problemas psicológicos 1 ,7 22,3<br />

Problemas de salud mental 5 3,6 25,9<br />

Problemas de adicción a tóxicos 16 11,5 37,4<br />

Enfermedades crónicas / severas 4 2,9 40,3<br />

Figura ausente en la educación del menor 17 12,2 52,5<br />

Fallecido 3 2,2 54,7<br />

No constan factores de riesgo 63 45,3 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

73


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

CARACTERÍSTICAS DE LA MADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Historia de malos tratos 18 12,9 12,9<br />

Expediente de protección 1 ,7 13,7<br />

Pobres habilidades interpersonales 5 3,6 17,3<br />

Falta de capacidad empática 9 6,5 23,7<br />

Poca tolerancia la estrés 4 2,9 26,6<br />

Problemas psicológicos 7 5,0 31,7<br />

Problemas de salud mental 3 2,2 33,8<br />

Problemas de adicción a tóxicos 9 6,5 40,3<br />

Enfermedades crónicas / severas 5 3,6 43,9<br />

Figura ausente en educación del menor 3 2,2 46,0<br />

Fallecida 1 ,7 46,8<br />

No constan factores de riesgo 74 53,2 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

74


menores que agreden a sus padres II<br />

RELACIÓN PATERNO FILIAL<br />

Respuestas<br />

Nº Porcentaje<br />

Porcentaje<br />

de casos<br />

RELACIÓN<br />

PATERNO-FILIAL<br />

Desadaptada 41 10,9 % 32,0 %<br />

Escasa comunicación y/o comunicación negativa 38 10,1 % 29,7 %<br />

Ciclo creciente de conflicto y agresión 47 12,5 % 36,7 %<br />

Técnicas de disciplina coercitivas 23 6,1 % 18,0 %<br />

Déficit / carencias afectivas hacia el niño 21 5,6 % 16,4 %<br />

No transmisión de valores prosociales<br />

(tolerancia, respeto, ...)<br />

9 2,4 % 7,0 %<br />

Expectativas inadecuadas sobre el menor 4 1,1 % 3,1 %<br />

Pautas de crianza inadecuadas 19 5,0 % 14,8 %<br />

Modelos parentales inadecuados 27 7,2 % 21,1 %<br />

Dejación / delegación de funciones parentales 22 5,8 % 17,2 %<br />

Déficit de asertividad 22 5,8 % 17,2 %<br />

Relaciones de apego inadecuadas 13 3,4 % 10,2 %<br />

Sobreprotección 31 8,2 % 24,2 %<br />

Límites laxos 60 15,9 % 46,9 %<br />

Total 377 100,0 % 294,5 %<br />

75


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

ÁMBITO LABORAL DEL PADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos No constan datos 51 36,7 36,7<br />

Desempleo con prestación 8 5,8 42,4<br />

Desempleo sin prestación 3 2,2 44,6<br />

Trabajo precario (economía sumergida,<br />

temporalidad,...)<br />

4 2,9 47,5<br />

Largas jornadas laborales 18 12,9 60,4<br />

Economía estable 48 34,5 95,0<br />

Pensionista 7 5,0 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

76


menores que agreden a sus padres II<br />

ÁMBITO LABORAL DE LA MADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos No constan datos 36 25,9 25,9<br />

Desempleo con prestación 10 7,2 33,1<br />

Desempleo sin prestación 2 1,4 34,5<br />

Estrés laboral 1 0,7 35,3<br />

Trabajo precario (economía sumergida,<br />

temporalidad,...)<br />

13 9,4 44,6<br />

Largas jornadas laborales 14 10,1 54,7<br />

Economía estable 31 22,3 77,0<br />

Ama de casa 27 19,4 96,4<br />

Pensionista 5 3,6 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

77


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

FACTORES CULTURALES DEL PADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos No constan datos 119 85,6 85,6<br />

Aprobación cultural del uso de la violencia 5 3,6 89,2<br />

Aceptación cultural del castigo corporal 4 2,9 92,1<br />

Actitud negativa hacia la mujer 10 7,2 99,3<br />

Estilos de vida marginales (mendicidad,<br />

delincuencia, prostitución)<br />

1 0,7 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

78


menores que agreden a sus padres II<br />

FACTORES CULTURALES DE LA MADRE<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos No constan datos 127 91,4 91,4<br />

Aprobación cultural del uso de la violencia 1 0,7 92,1<br />

Aceptación cultural del castigo corporal 4 2,9 95,0<br />

Actitud negativa hacia la mujer 2 1,4 96,4<br />

Estilos de vida marginales (mendicidad,<br />

delincuencia, prostitución)<br />

3 2,2 98,6<br />

Pertenencia a grupos sectarios 2 1,4 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

79


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

OBJETO PRINCIPAL DE AGRESIÓN<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos Padre 7 5,0 5,0<br />

Madre 78 56,1 61,2<br />

Hermana 1 0,7 61,9<br />

Hermano 1 0,7 62,6<br />

Ambos padre 26 18,7 81,3<br />

Novia 19 13,7 95,0<br />

Novio 1 0,7 9,7<br />

Abuela 4 2,9 98,6<br />

Pareja madre 1 0,7 99,3<br />

Tía 1 0,7 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

80


menores que agreden a sus padres II<br />

OTROS AGREDIDOS<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos 112 80,6 80,6<br />

Abuela 2 1,4 82,0<br />

Abuelo 1 ,7 82,7<br />

Hermana 8 5,8 88,5<br />

Hermano 6 4,3 92,8<br />

Madre 2 1,4 94,2<br />

Novia 1 ,7 95,0<br />

Pareja de la madre 3 2,2 97,1<br />

Todos sus hermanos 4 2,9 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

81


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

LUGAR DE ORIGEN<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos ALEMANIA 1 0,7 0,7<br />

ARGENTINA 4 2,9 3,6<br />

BRASIL 1 0,7 4,3<br />

COLOMBIA 5 3,6 7,9<br />

ECUADOR 3 2,2 10,1<br />

ESPAÑA 115 82,7 92,8<br />

INGLATERRA 4 2,9 95,7<br />

MARRUECOS 2 1,4 97,1<br />

REPÚBLICA DOMINICANA 2 1,4 98,6<br />

SUIZA 1 0,7 99,3<br />

UCRANIA 1 0,7 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

82


menores que agreden a sus padres II<br />

MEDIDA JUDICIAL<br />

Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />

Válidos I.T. Semiabierto 19 13,7 13,7<br />

Internamiento semiabierto 22 15,8 29,5<br />

Libertad vigilada 88 63,6 92,8<br />

Prestaciones en beneficio comunidad 1 ,7 93,5<br />

Tareas socioeducativas 8 5,8 99,3<br />

Tratamiento en USMI 1 ,7 100,0<br />

Total 139 100,0<br />

83


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />

ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS RESULTADOS<br />

El dato sobre Género, nos indica que se da un mayor<br />

número de agresiones entre los chicos con respecto a<br />

las chicas, siendo del 75.5% de casos de maltrato entre<br />

los jóvenes de género masculino.<br />

En referencia a la Edad en la que con mayor frecuencia<br />

se puede presentar este tipo de comportamientos es a<br />

los 16 años, con un porcentaje del 34.5% de los casos.<br />

Siendo la franja de mayor frecuencia entre los 14 y 17<br />

años.<br />

Tras la revisión de casos con expediente de reforma<br />

se comprueba que el número de casos con Expediente<br />

previo de protección es del 15.8% . Entiéndase que el<br />

tener expediente de protección significa que ha existido<br />

una propuesta de medida de sepración familiar. Se<br />

trata de un perfil de población no usuarios de Servicios<br />

Sociales.<br />

Apoyo familiar previo: El dato analizado nos<br />

indica que, aunque los casos estudiados, no tuvieran<br />

expediente de protección abierto, sí han sido usuarios<br />

de otros servicios de intervención el 50.4% de los<br />

casos, ya sea desde el sistema de servicios sociales,<br />

sanitario o educativo. No obstante el 49.6% no ha<br />

tenido intervención familiar previa.<br />

Tipo de apoyo familiar. Del 50.4% de los casos que<br />

han necesitado el apoyo familiar previo, el más utilizado<br />

ha sido la intervención familiar. Destacar también que<br />

el 49.6% de los casos, no han recibido ningún tipo de<br />

apoyo familiar.<br />

El Apoyo familiar previo que ha sido llevado a cabo<br />

mayoritariamente ha sido por parte de los Equipos<br />

Sociales de Base. Este dato significa que en un 36%<br />

de los casos fueron consideradas como situaciones de<br />

riesgo desde el ámbito de la protección de menores. Se<br />

ha de destacar que de los servicios de apoyo familiar<br />

públicos, los servicios psicopedagógicos escolares son<br />

los que proporcionan un apoyo familiar muy escaso,<br />

representando el 2.2% del total. Existe una mayor<br />

intervención y apoyo familiar desde la consideración de<br />

los casos como siuación de riesgo<br />

El 58.3% de los casos analizados de los menores<br />

agresores no habían recibido ningún tipo de Apoyo<br />

individual previo.<br />

Del 41.7% de los menores que sí que han recibido<br />

apoyo individual, el Equipo de apoyo más utilizado<br />

para esta intervención son las Unidades de salud mental<br />

infantil, con un 22.3%. El que la intervención previa<br />

sobre el menor se haya prestado desde el ámbito de<br />

la salud mental puede hacer prever que la concepción<br />

del problema no es la de un conflicto generado en el<br />

ámbito familiar, por lo que requiere de una intervención<br />

desde el referido ámbito, sino que se considera un<br />

problema individual del menor y del ámbito de la salud<br />

mental. Es necesario lograr la implicación del núcleo<br />

familiar al completo en el reconocimiento y resolución<br />

del problema (responsabilización no culpabilización)<br />

Características del menor. En la muestra española<br />

los expedientes revisados describen un perfil de<br />

menor agresor en el que se destacan las siguientes<br />

características:<br />

• Problemas de conducta con un 65.7 %<br />

• Agresividad hacia los padres con un 61.3%<br />

• Abandono escolar con un 57.7 % y absentismo<br />

escolar con un 40.9%<br />

• Forma de resolución de conflictos de manera<br />

agresiva con un 54%<br />

• Impulsividad con un 53.3%<br />

• Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />

con un 47.4 %<br />

• Consumo de drogas con un 46.7 %<br />

• Bajo nivel de autoestima con un 31.4 %<br />

Relaciones de pareja. Destacar que se ha obtenido<br />

una igualdad de porcentajes de casos con hijos<br />

agresores, en cuanto a las familias en las que no<br />

constan factores de riesgo y en las familias con<br />

conflictos conyugales/ruptura de pareja, alcanzando un<br />

32.4% del total en cada una de ellas.<br />

La Configuración familiar. Sobresale el alto<br />

porcentaje de familias estables con un 30.9% del total<br />

de casos analizados.<br />

En las Características del padre los datos más<br />

relevantes son los siguientes:<br />

• Antecedentes como autor de delitos relacionados<br />

con maltrato familiar<br />

• Figura ausente en la educación del menor<br />

• Problemas de adicción a tóxicos<br />

84


menores que agreden a sus padres II<br />

En cuanto a las Características de la madre, destacar<br />

que son mujeres con:<br />

• Historias de malos tratos<br />

• Falta de capacidad empática<br />

• Problemas de adicción a tóxicos.<br />

En la presente muestra la Relación paterno filial se<br />

describe mediante los siguientes indicadores:<br />

• Límites laxos<br />

• Ciclo creciente de conflicto y agresión<br />

• Desadaptada<br />

• Escasa comunicación y/o comunicación negativa<br />

En el 34.5% de los casos analizados, el padre goza de<br />

una economía estable en el Ámbito laboral.<br />

Ámbito laboral de la madre. En la muestra<br />

estudiada, destaca, de la misma manera que en el<br />

anterior indicador referido al ámbito laboral del padre,<br />

la economía estable de la madre.<br />

En referencia a los Factores culturales de los<br />

padres, es de señalar que en el 85.6% de los casos no<br />

constan datos de este indicador en relación al padre y<br />

en el 91.4% en relación a la madre. De los expedientes<br />

que se tiene información sobre este indicador se pone<br />

de manifiesto la actitud negativa hacia la mujer en<br />

los Factores culturales del padre, mientras que en<br />

los Factores culturales de la madre se subraya la<br />

aceptación cultural del castigo corporal.<br />

La madre aparece como Objeto principal de agresión<br />

en un 56.1%, ambos padres en un 18.7% y la novia en<br />

un 13.7% de los casos. En los casos de agresión dónde<br />

existen Otros agredidos, se destacan los miembros<br />

familiares de la hermana y del hermano. El hecho de<br />

que el objeto de agresión sea, principalmente femenino,<br />

abre una posible línea de trabajo al objeto de relacionar<br />

la violencia filio parental con la violencia de género.<br />

De los datos obtenidos, resulta imposible relacionar a<br />

los menores inmigrantes o provenientes de otros países<br />

con el comportamiento de agresiones filio parentales. El<br />

dato más significativo, en relación al Lugar de origen,<br />

es que el 82.7% de los jóvenes agresores son de<br />

procedencia española.<br />

Por último, añadir que el 63.3% de los menores<br />

agresores ha cumplido o está cumpliendo un Medida<br />

judicial de libertad vigilada.<br />

CONCLUSIÓN Y PROPUESTA :<br />

Los resultados obtenidos contrastados con los ya<br />

analizados en el proyecto de 2008, presentan un perfil<br />

similar del joven agresor y de las familias que sufren el<br />

maltrato filio parental, lo que nos ha permitido concluir<br />

algunas características de los casos de violencia filio<br />

parental que esperamos nos ayuden a conocer mejor<br />

las variables a tener en cuenta en la explicación<br />

de este fenómeno así como a plantear programas<br />

de intervención que resulten eficaces tanto para los<br />

menores como para sus familias.<br />

Consideramos que la situación actual en la que se<br />

interviene sobre los casos extremos y en una fase aguda<br />

del problema no es la adecuada. De igual forma no se<br />

considera adecuado la intervención desde el sistema<br />

jurídico penal de menores desde una perspectiva penal.<br />

Los datos obtenidos ratifican la necesidad de<br />

dotarnos con instrumentos que permitan la detección<br />

e intervención temprana. Por este motivo se presenta<br />

en el capítulo segundo de esta publicación la Guía de<br />

detección como herramienta que nos permita avanzar<br />

en la detección temprana de los casos y por tanto<br />

permita la intervención previa a la judicializacion de los<br />

mismos.<br />

85


VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES<br />

BIBLIOGRAFÍA<br />

PÁGINAS WEB DE CONSULTA


menores que agreden a sus padres II<br />

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88

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