Publicación Daphne-Violencia Intrafamiliar - Altea-europa.org
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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES II<br />
PROYECTO DAPHNE III<br />
PROJECT JLS/2007/DAP-1/261<br />
REALIZADO CON EL SOPORTE FINANCIERO<br />
DE LA COMISIÓN EUROPEA
PROMOTOR<br />
Asociación <strong>Altea</strong>-España para la Investigación y Formación en la Acción Social (España)<br />
SOCIOS<br />
Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong> (España)<br />
Fundación Mediterránea de Neurociencias (España)<br />
Consellería de Justicia y Administraciones Públicas de<br />
la Generalitat Valenciana (España)<br />
Colonia San Vicente Ferrer (España)<br />
Fundación Arcos del Castillo (España)<br />
Universidad de Alicante (España)<br />
Centro di Solidarietá di Reggio Emilia (Italia)<br />
Internationaler Bund (Alemania)<br />
Questao de Equilibrio (Portugal)<br />
Este trabajo ha sido realizado con la ayuda financiera de la Comisión Europea, dentro del Programa <strong>Daphne</strong> III<br />
INVESTIGADORES<br />
Horst WOLFERT (Internationaler Bund)<br />
Frank KALIES (Internationaler Bund)<br />
Maria Pia DESTEFANI (Centro di Solidarietá di Reggio<br />
Emilia)<br />
Karin MOHR (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />
Anna BASSOLI (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />
Elena BENATI (Centro di Solidarietá di Reggio Emilia)<br />
Sara Alexandra GOMES (Questao de Equilibrio)<br />
Monica Raquel FROES (Questao de Equilibrio)<br />
Isabel OTERO (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Patricia JUÁREZ (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Raquel RODRÍGUEZ (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Rafael LLOR (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Montserrat FITER (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Mª José RIDAURA (Colonia San Vicente Ferrer)<br />
Marian Amparo MARGARIT (Colonia San Vicente Ferrer)<br />
Conrado MOYA (Universidad de Alicante)<br />
Agustin BUENO (Universidad de Alicante)<br />
Auxi JAVALOYES (Fundación Mediterránea de Neurociencias)<br />
COLABORADORES<br />
Antonio Moreno (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Carmen María Ruiz (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Salvador Carpi (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Rosa Ferrándiz (Fundación Arcos del Castillo)<br />
Joan Font (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Antonio Ortega (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Yolanda Soler (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Mónica Moragues (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>)<br />
Mª Ángeles Crespo (Asociación Arcos de <strong>Altea</strong>))<br />
Enrique Martínez (Dirección Territorial Alicante Consellería<br />
de Bienestar Social)<br />
Blanca Rosa Torregrosa (Dirección Territorial Alicante<br />
Consellería de Educación)<br />
Silvia Martínez (Dirección Territorial Alicante Consellería de<br />
Educación)<br />
C. Arias Salvador (Colonia San Vicente)<br />
Patricia Pla (Universidad de Alicante)<br />
Gabriela Dominici (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Verónica Ortuño (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
José María Gutiérrez (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Jaime Gállego (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Nicolás Choquet (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Dan Stefanica (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Ana Rogles (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Antonio Trejo (Asociación <strong>Altea</strong> España)<br />
Rosa Durá (Asociación Emaus)<br />
Catia Alves (Questao de Equilibrio)<br />
COORDINADORA<br />
Rosario Rico (Asociación <strong>Altea</strong>- España)
“AHORA LOS NIÑOS AMAN<br />
EL LUJO. TIENEN MALAS<br />
MANERAS, DESPRECIAN LA<br />
AUTORIDAD, NO MUESTRAN<br />
RESPETO POR SUS MAYORES Y<br />
LES ENCANTA MOLESTAR.”<br />
(Sócrates, 470 a.C- 399 a.C.)
ÍNDICE<br />
INTRODUCCIÓN .................................................................................................................................................. 9<br />
CAPÍTULO 1<br />
REVISIÓN TEÓRICA .................................................................................................................................................... 11<br />
1. Definición del problema y síntesis de la base teórica ...................................................................................... 11<br />
2. El perfil del hijo agresor .................................................................................................................................. 12<br />
3. Etiología de las conductas violentas ............................................................................................................... 13<br />
CAPÍTULO 2<br />
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN INTEGRAL .............................................................................................................. 17<br />
1. Aplicación buenas prácticas .......................................................................................................................... 17<br />
2. Intervención desde la Prevención primaria: Programa de competencias parentales ....................................... 18<br />
3. Intervención desde la Prevención secundaria: Guía de detección temprana ................................................... 21<br />
4. Intervención desde la Prevención terciaria: Programa de intervención socio educativo<br />
desde un modelo cognitivo conductual .......................................................................................................... 26<br />
CAPÍTULO 3<br />
PRESENTACIÓN DE CASOS ....................................................................................................................................... 39<br />
1. Caso 1 Colonia San Vicente Ferrer ................................................................................................................ 39<br />
2. Caso 2 Asociación Arcos de <strong>Altea</strong> ................................................................................................................. 45<br />
3. Caso 3 Cínica Mediterránea de Neurociencias ............................................................................................... 50<br />
4. Caso 4 Centro de Reeducación de Menores Jaume I .................................................................................... 52<br />
5. Caso 5 Centro di Solidarietá di Reggio Emilia ................................................................................................. 57<br />
CAPÍTULO 4<br />
ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS DATOS ESTADÍSTICOS .......................................................................................... 62<br />
BIBLIOGRAFÍA ........................................................................................................................................................ 87<br />
PÁGINAS WEB DE CONSULTA ......................................................................................................................... 88<br />
7
INTRODUCCIÓN<br />
La Asociación <strong>Altea</strong> España para la Investigación y Formación en la Acción Social es una <strong>org</strong>anización sin ánimo<br />
de lucro, constituida en junio de 1996, entre cuyos objetivos se encuentran:<br />
√ la formación permanente de profesionales y voluntarios que desarrollan su actividad<br />
en distintos ámbitos de la Acción Social.<br />
√ la promoción de líneas de investigación que ayuden a mejorar la calidad de los servicios<br />
prestados en dicho ámbito.<br />
La Asociación <strong>Altea</strong>-España constituye una red que hace posible el intercambio de experiencias entre<br />
profesionales de la acción social. Esta red permite la gestión de programas europeos que tratan de luchar contra<br />
las desigualdades sociales en la infancia, adolescencia y juventud, posibilitando el desarrollo de acciones de<br />
investigación, formación e integración profesional en un entorno intercultural europeo.<br />
Durante el periodo 2007 a 2008 la Asociación <strong>Altea</strong> España desarrolló, en el marco del programa <strong>Daphne</strong> , una<br />
investigación en la que se analizaban las causas y perfiles de los menores y familias en las que se producía un<br />
fenómeno emergente en los siete países de la Unión Europea participantes (España, Alemania, Francia, Italia,<br />
Polonia, Portugal y Reino Unido): Los menores que agreden a sus padres, también conocido como violencia filio<br />
parental.<br />
Estos procesos violentos, que tienen como víctima principal a las madres, están superando las formas y los<br />
métodos de intervención que son utilizados por los sistemas de protección al menor y a la familia.<br />
Financiado por el programa <strong>Daphne</strong> III, durante 2009 y como consecuencia de nuestro proyecto del año anterior,<br />
nos propusimos realizar el proyecto “<strong>Violencia</strong> intrafamiliar: Menores que agreden a sus padres II” con el objetivo<br />
fundamental de conseguir llevar a la práctica el abordaje de los casos desde la intervención socio educativa,<br />
evitando por una parte la criminalización innecesaria de los menores y por otra ayudando a minorar o reducir<br />
la violencia filio parental. Esta forma de abordaje requiere de la implicación de todos los sistemas que tienen<br />
incidencia en la atención de los menores y sus familias (educación, sanidad, servicios sociales, sistema judicial).<br />
Para lograr estos objetivos hemos contado con la participación en el proyecto de los siguientes socios: Generalitat<br />
Valenciana -Consellería de Justicia y Administraciones Públicas (España), Universidad de Alicante (España),<br />
Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong> (España), Fundación Mediterránea de Neurociencias (España), Colonia San Vicente<br />
Ferrer (España), Fundación Arcos del Castillo (España), Internationaler Bund (Alemania), Centro di Solidarietá di<br />
Reggio Emilia (Italia) y Questao de Equilibrio (Portugal).<br />
Todos los socios subrayamos la necesidad de seguir profundizando en la sensibilización social del problema y<br />
en el debate entre los profesionales, ya que son pocos los recursos específicos dispuestos a tal efecto y se debe<br />
hacer un trabajo en red entre varias administraciones para mejorar la práctica diaria de los profesionales en este<br />
ámbito.<br />
La actual publicación recoge en el primer capítulo la revisión teórica de la que partimos, e incluye las buenas<br />
prácticas detectadas en nuestra investigación financiada por <strong>Daphne</strong> durante 2008.<br />
En el segundo capítulo exponemos el programa de intervención integral desde la prevención primaria<br />
(competencias parentales), secundaria (guía de detección y procedimiento) y terciaria (la intervención desde un<br />
modelo cognitivo conductual).<br />
En el tercer capítulo incluimos la presentación somera de algunos de los casos tratados durante el proyecto.<br />
Finalmente en el cuarto capítulo hemos querido recoger las estadísticas obtenidas del análisis de los expedientes<br />
de menores con imposición de medida por comisión de delito de violencia filio parental durante 2008-2009 en la<br />
provincia de Alicante.<br />
Esperamos que esta publicación aporte nuevos puntos de vista aprendidos desde los que enfocar la acción<br />
socioeducativa que se lleva a cabo desde cada uno de los centros de las entidades socias del proyecto.<br />
1 El programa <strong>Daphne</strong> está dedicado a prevenir y combatir todos los tipos de violencia hacia los niños, adolescentes y mujeres, así como a proteger a las<br />
víctimas y a los grupos de riesgo. Para más información se puede consultar la página web del programa: http://ec.<strong>europa</strong>.eu/justice_home/funding/daphne3/<br />
funding_daphne3_en.htm<br />
9
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES II
CAPÍTULO 1<br />
REVISIÓN TEÓRICA 2 .<br />
1.- DEFINICIÓN DEL PROBLEMA Y SÍNTESIS DE<br />
LA BASE TEÓRICA DE LA QUE PARTIMOS.<br />
Entendemos por violencia filio-parental todo acto<br />
realizado por los hijos contra sus padres, tutores o<br />
guardadores, con la finalidad de utilizarlos o tiranizarlos.<br />
Con esta actuación los hijos buscan causar daño y/o<br />
molestia permanente, utilizando la incomprensión como<br />
axioma; amenazan o agreden para dar respuesta a un<br />
hedonismo y nihilismo creciente; muestran conductas<br />
de desapego transmitiendo a los padres que no les<br />
quieren.<br />
¿Qué hay en la base del comportamiento de los<br />
menores que agreden a sus padres<br />
Respecto de la presencia o ausencia de factores<br />
genéticos hay autores que sostienen que está<br />
constatada la ausencia de dichos factores en los<br />
agresores a los padres. Se trata, por tanto, de una<br />
conducta que no tiene su raíz en lo biológico (no existen<br />
causas biológicas que determinen la aparición de esta<br />
conducta específica), sino causas de tipo ambiental<br />
inmediato o general. (Chartier, 2000)<br />
Sin embargo, hay autores como Vicente Garrido que<br />
relacionan este tipo de comportamiento (en su grado<br />
extremo) con la psicopatía.<br />
A juicio de este autor, “la psicopatía tiene un<br />
componente hereditario que es difícil de determinar<br />
y que sin duda variará en los individuos. Pero<br />
promediando las estadísticas, podemos decir que el<br />
50% de esa condición puede deberse a la herencia<br />
que recibe. Ahora bien nadie debe pensar que hay un<br />
< gen de la psicopatía>; una condición compleja como<br />
esta ha de ser el producto de la acción combinada de<br />
muchos genes actuando al unísono. Ahora no sabemos<br />
de qué modo esa combinación genética lleva a moldear<br />
determinados aspectos del funcionamiento cerebral, ni<br />
cómo éste va a producir el estilo de comportamiento<br />
que definimos como propio del psicópata. Hemos de<br />
reconocer esta laguna en nuestro conocimiento con<br />
humildad: hay un largo trecho entre el ADN de una<br />
persona y su conducta perdurable de aprovecharse de<br />
los otros, de mentirles, de manipularles.<br />
Sin embargo resulta apasionante revisar alguno<br />
de los datos que se han recogido en la investigación<br />
reciente del cerebro de los psicópatas. Por ejemplo, si<br />
analizamos las formas en que las personas procesan<br />
2 Este informe ha sido aportado por Auxi Javaloyes, psiquiatra de la<br />
Fundación Mediterránea de Neurociencias, y Conrado Moya, profesor de<br />
la Universidad de Alicante<br />
el lenguaje, vemos que los no psicópatas reaccionan<br />
ante palabras cargadas de emoción (amor, odio, madre,<br />
dolor) con una rapidez e intensidad que no muestran los<br />
psicópatas. Estos responden igual ante esas palabras<br />
que ante otras desprovistas de carga emocional<br />
(ventana, silla).<br />
Otro tipo de estudio muestra la dificultad de los<br />
psicópatas para procesar las emociones. Cuando se<br />
hace un escáner cerebral y se mide la cantidad de<br />
sangre que llega a su cerebro (en concreto a los lóbulos<br />
temporales), los psicópatas muestran una mayor<br />
actividad que los no psicópatas en tareas que requieren<br />
que tomen decisiones que implican palabras cargadas<br />
emocionalmente…, lo que significa que requieren una<br />
mayor actividad cerebral.<br />
¿Por qué esas dificultades con las emociones No<br />
lo sabemos, pero lo que creemos en la actualidad es<br />
que esa tarea emocional procede de una diferencia<br />
neurológica heredada, que muy probablemente pueda<br />
ser – al menos hasta cierto punto- compensada por el<br />
ambiente y la educación que reciba de niño.” 3<br />
No obstante lo indicado anteriormente, las teorías<br />
que más se mantienen en la actualidad sostienen la<br />
existencia de una interacción herencia–aprendizaje<br />
(factores biológicos – factores ambientales). Las<br />
diferencias las encontramos en el peso que se da<br />
a unos y otros factores por los distintos autores. En<br />
nuestra opinión, el peso de los factores hereditarios es<br />
menor que el de los factores ambientales en lo referente<br />
a la aparición de comportamientos agresivos, pues la<br />
herencia genética supone una tendencia que puede ser<br />
desarrollada o modificada por el ambiente.<br />
Como mantiene Javier Urra “El saber que existe un<br />
temperamento innato puede aliviar a los padres de la<br />
tensión que supone pensar que no son responsables<br />
al cien por cien de la personalidad de su hijo (lo que no<br />
quiere decir que no influyan y mucho)” 4<br />
Lo que sí es necesario erradicar de raíz es el falso<br />
determinismo que acompañan a algunas teorías<br />
biologicistas, dado que en ningún caso se debe<br />
confundir herencia con inmutabilidad.<br />
3 Garrido Genovés, V. Los Hijos tiranos. El síndrome del emperador. 5º<br />
reimpresión. Barcelona, Ed. Ariel, 2005. pp. 100-102.<br />
4 Urra, Javier. El pequeño dictador: cuando los padres son las víctimas.<br />
Madrid, Ed. La esfera de los libros. 2006<br />
11
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
2.- EL PERFIL DEL HIJO AGRESOR:<br />
En general se trata de adolescentes varones, con<br />
edades entre los 12 y los 18 años, con especial densidad<br />
porcentual entre los 15 y los 17. Es de destacar el<br />
escaso porcentaje de mujeres, alrededor de un 10<br />
% en la actualidad, y la diferencia cualitativa de las<br />
agresiones por ellas protagonizadas. En los varones,<br />
las agresiones son más “primarias”, más brutales<br />
desde el punto de vista físico, llegan a extremos más<br />
intensos de violencia física. Por su parte, las acciones<br />
protagonizadas por las chicas se caracterizan por un<br />
carácter psicológico más “refinado”, se atienen menos a<br />
lo físico y más a lo mental y a los sentimientos, y hacen<br />
gala de un refinamiento emocional que en muchas<br />
ocasiones llega a afectar seriamente al equilibrio<br />
psíquico de los progenitores.<br />
Las madres son las víctimas principales de estas<br />
agresiones. Las explicaciones a esto son obvias:<br />
percepción de una mayor debilidad física en ellas, más<br />
tiempo de contacto de los hijos con la madre que con<br />
el padre.<br />
También hemos señalado que los niños, adolescentes<br />
y jóvenes agresores de sus padres pertenecen a<br />
familias “normalizadas”, de clase media y alta, de lo<br />
cual se puede deducir que es en un entorno claramente<br />
favorable desde el punto de vista económico, cultural<br />
y educativo donde fructifican mayoritariamente estas<br />
conductas.<br />
Podemos decir que el perfil de los adolescentes<br />
agresores se articula en tres grandes bloques que no<br />
son excluyentes entre sí, sino que pueden darse rasgos<br />
de todos ellos en el agresor.<br />
- Hedonistas-nihilistas<br />
Constituyen el grupo más amplio de agresores. Para<br />
ellos la primacía es la satisfacción del propio interés,<br />
independientemente de cuál sea y de las vías para<br />
conseguirlo. Educados en la autosatisfacción, la<br />
ausencia de responsabilidades y de exigencias, crecen<br />
con la idea de que ellos son “únicos” y llegan a no<br />
tener conciencia de la existencia de reglas morales<br />
que regulan la convivencia. Los demás son sólo un<br />
instrumento para la satisfacción de sus deseos y cuando<br />
se resisten a serlo, son un obstáculo con el que hay que<br />
enfrentarse e incluso acabar. Niegan que haya pautas<br />
de comportamiento exteriores a ellos o que recorten la<br />
primacía de lo individual.<br />
No aceptan que haya otros puntos de vista o<br />
necesidades que cubrir que no sean las propias.<br />
Llegan a considerar el domicilio paterno (en el que se<br />
encuentran) como un alojamiento con todas las ventajas<br />
y ninguna exigencia que cumplir. En buen número<br />
huyen de cualquier actividad educativa o formativa.<br />
Suelen coincidir con grupos formados por individuos<br />
con su mismo sistema de vida, “los colegas” con los que<br />
el joven establece un vínculo que toma prioridad por<br />
encima de los vínculos familiares y llegan a ser unos<br />
auténticos déspotas para con sus padres, a quienes<br />
incluso llegan a cambiarles las cerraduras del domicilio,<br />
con los que les impiden el normal acceso.<br />
- Patológicos<br />
En algunos de los agresores encuadrados aquí nace<br />
la agresividad por una mala o incorrecta asimilación<br />
de las relaciones de amor-odio materno-filiales (más<br />
allá de los celos edípicos), estableciéndose un cuadro<br />
de ansiedad de separación con alta inseguridad y<br />
baja autoestima que media en la futura conducta<br />
violenta. Además, con el tiempo, pueden llegar a estar<br />
dominados por la dependencia de la droga, lo que les<br />
lleva a una creciente necesidad de dinero que debe ser<br />
satisfecha con la extorsión a los padres, el robo de los<br />
bienes familiares, etc.<br />
Algunos autores entienden que detrás del<br />
comportamiento de los menores que agreden a sus<br />
padres existe un problema psicopatológico. En concreto<br />
se habla de un trastorno antisocial de la personalidad e<br />
incluso de una psicopatía.<br />
El diagnóstico del trastorno antisocial de la<br />
personalidad exige que la persona en particular posea<br />
al menos tres de las siguientes características:<br />
1. Incapacidad para cumplir con las leyes y normas de<br />
la sociedad.<br />
2. Engaño y manipulación.<br />
3. Impulsividad, (es decir, actuar sin pensar en las<br />
consecuencias).<br />
4. Irritabilidad y agresividad.<br />
5. Despreocupación temeraria por la propia seguridad o<br />
la de los demás.<br />
12
menores que agreden a sus padres II<br />
6. Irresponsabilidad, huida de las obligaciones.<br />
7. Falta de remordimientos o sentimientos de culpa por<br />
haber herido, maltratado o dañado de alguna forma<br />
a otras personas.<br />
Sin embargo, la personalidad antisocial llega a ser<br />
mucho más peligrosa si se acompaña de rasgos que<br />
son propiamente descritos como pertenecientes al<br />
trastorno conocido como psicopatía. En opinión del<br />
profesor Vicente Garrido el psicópata tiene rasgos de<br />
personalidad que lo diferencian del trastorno antisocial<br />
de la personalidad como son:<br />
1. Encanto peculiar (falso, superficial) que oculta un ego<br />
de gran intensidad. Convencimiento oculto de que<br />
uno es muy superior a los otros.<br />
2. Incapacidad de sentir las emociones morales básicas<br />
(compasión piedad, amor...). El otro es alguien<br />
que puede contabilizarse como un obstáculo o un<br />
recurso a favor de sus propósitos, pero no como<br />
alguien con el que expresarse como ser humano<br />
- Con violencia aprendida<br />
Estos casos materializan el principio de que “la<br />
violencia engendra violencia”. Quien desde niño percibe<br />
que las situaciones de poder se basan más en la<br />
posesión de los medios para imponerla violentamente<br />
y que a la postre es la violencia el único camino para<br />
prevalecer, no llega a tener conciencia de que hay<br />
otros procedimientos, y cuando su edad y su físico se<br />
lo permiten, se dedica a “imponer su ley” tal y como<br />
ha visto desde antes que en su entorno familiar otros<br />
han procedido. En este caso, el hecho de que el padre<br />
agreda a la madre ante el hijo pequeño, o que el padre<br />
o la madre maltraten porque antes sufrieron maltrato<br />
son circunstancias que hacen que el niño interiorice el<br />
uso de la violencia contra los padres como instrumento<br />
eficaz y procedimiento de “diálogo”.<br />
A esto también contribuye el hecho de que haya padres<br />
que en situaciones de pérdida de equilibrio exterioricen<br />
conductas violentas. Es posible que además del factor<br />
de modelamiento, exista también un factor genético de<br />
base.<br />
A grandes rasgos, podemos encontrar varias<br />
confluencias en los perfiles descritos como: desajustes<br />
familiares; desaparición real o metafórica del padre varón<br />
(dejación de sus funciones paternas o despreocupación<br />
hacia su desempeño); conducta agresiva del niño,<br />
iniciada en edades más tempranas por desplantes,<br />
negaciones y actitudes violentas hacia los padres y los<br />
adultos; hijo único o varón único en el domicilio de los<br />
padres porque sus hermanos o hermanas más mayores<br />
ya lo han abandonado. En la mayoría de los casos el<br />
agresor no niega su condición de tal o su participación<br />
en los hechos, aunque la frialdad y el realismo con que<br />
lo narran sobrecoge.<br />
3. ETIOLOGÍA DE LAS CONDUCTAS VIOLENTAS<br />
No creamos que es un tópico. Este tipo de conductas<br />
infantiles nace de unos factores muy claros: los niños<br />
crecen en un entorno donde nadie es capaz de poner<br />
coto a sus apetencias y delimitarles los márgenes de lo<br />
permitido. Es decir, los padres no saben decir que “NO”.<br />
Este “NO” no implica la violencia con que a veces los<br />
padres acostumbran a acompañar sus decisiones para<br />
que los hijos las acaten (esta violencia colaborará a que<br />
el hijo la interiorice como sistema para lograr que otros<br />
acaten su voluntad). (Naouri, 2003)<br />
Factores sociales<br />
En principio, existe una causa general: nos guste o<br />
no confirmarlo, vivimos en una sociedad excesivamente<br />
permisiva donde parece que no tiene que haber normas<br />
y que todo debe estar permitido en aras de una libertad<br />
que no quiere saber de responsabilidades. Este es el<br />
entorno “global” difícilmente controlable por los padres<br />
pero que hay que tener en cuenta. La permisividad<br />
aludida, que lleva a la satisfacción de todos los deseos<br />
independientemente de cuáles sean, crea en los niños<br />
el convencimiento de que todos sus deseos deben<br />
cumplirse y cuando no, hay que rebelarse violentamente<br />
contra quienes les ponen coto, los padres.<br />
A ello debemos unir que se tiende a delegar la<br />
tarea educativa al mundo del ocio, sobre todo el ocio<br />
comercializado, cuando lo que hay que hacer es<br />
compartir ese ocio del hijo. En este sentido, afirmamos<br />
que la práctica extendidísima de dejar que el televisor<br />
“se encargue” de vigilar y mantener entretenidos a los<br />
hijos es muy negativa siempre que sea el único recurso<br />
de los padres y que éstos no compartan con sus hijos,<br />
con un diálogo activo y creativo, la visión de programas<br />
específicamente infantiles (parece claro que si la<br />
televisión y el mundo de la imagen está muy presente<br />
13
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
en el mundo actual, el niño debe ser educado por sus<br />
padres para acercarse a ellas de un modo correcto).<br />
Esta delegación parece más frecuente en hogares<br />
fragmentados.<br />
Otros factores sociales serían también:<br />
• El cuerpo social ha perdido fuerza moral (desde la<br />
corrupción no se puede exigir), produciéndose una<br />
evidente carencia de valores.<br />
• Una sociedad que pierde de forma creciente su<br />
responsabilidad. Todo se quiere alcanzar sin<br />
esfuerzo.<br />
• Grandes cambios en la vida de los niños. Pasan<br />
demasiado tiempo solos. Los adultos vivimos contra<br />
reloj. Hemos perdido los tiempos dedicados al<br />
diálogo, a la escucha…<br />
• Las modificaciones en la estructura familiar han<br />
supuesto cambios importantes en las relaciones<br />
padres hijos:<br />
- Familias con uno o dos hijos a los que no puede<br />
faltar nada material.<br />
- Desestructuración de parejas llevadas de forma<br />
conflictiva en las que, en ocasiones, se utiliza<br />
al niño como “arma arrojadiza” contra el otro<br />
cónyuge.<br />
- Nuevas configuraciones familiares: parejas<br />
compuestas por uniones que aportan hijos de<br />
anteriores uniones, parejas homosexuales…<br />
- Aumento de familias monoparentales, en las que<br />
se observa soledad, sobreprotección…<br />
• Inexistencia de foros de comunicación social. Se vive<br />
hacia dentro de las propias familias. Disminuyen los<br />
espacios de comunicación y reflexión entre familias<br />
y entre jóvenes. Podemos hablar de una disminución<br />
importante de redes sociales.<br />
Factores pedagógicos:<br />
Señalaríamos entre ellos los siguientes:<br />
- Las diferencias educativas entre los padres y los<br />
hijos, debido a los diferentes modelos educativos en<br />
los que han crecido.<br />
- El aumento de la desconfianza recíproca entre<br />
padres y maestros o la falta de reconocimiento<br />
social de la escuela.<br />
- Delegación de las funciones parentales: Los padres<br />
no ejercen su labor. Se ha dejado de inculcar lo que<br />
es y lo que debe ser. Faltan criterios educativos<br />
estables. Se intenta compensar la falta de dedicación<br />
con la excesiva permisividad, incluso con la defensa<br />
a ultranza, ante profesores u otros adultos, de<br />
comportamientos inadecuados.<br />
- Falta de reconocimiento de la autoridad. Hay<br />
padres que no sólo no se hacen respetar, sino que<br />
menoscaban la autoridad de los maestros, de la<br />
policía, o de otros ciudadanos cuando, en defensa<br />
de la convivencia, reprenden a sus hijos.<br />
- Los roles parentales clásicamente definidos se<br />
han diluido, lo cual es positivo si se comparten<br />
obligaciones y pautas educativas, pero resulta<br />
pernicioso desde el posicionamiento de abandono y<br />
desplazamiento de responsabilidades.<br />
- Atonía social y delegación de obligaciones. Hay<br />
miedo, distintos miedos: el del padre a enfrentarse<br />
con el hijo, el de la madre a enfrentarse con padre<br />
e hijo, el de la sociedad a recriminar a los jóvenes<br />
cuando su actitud es de barbarie. Esta situación<br />
deriva a la delegación de las funciones parentales,<br />
educativas y correctivas en la policía, jueces…<br />
En muchos casos la inmadurez personal o como pareja<br />
de los padres va en detrimento de sus responsabilidades<br />
educativas. A ello acompaña a menudo la falta de<br />
implicación y responsabilidad en el crecimiento de los<br />
niños, el no compartir el tiempo con ellos con la excusa<br />
de que no se tiene tiempo o se está excesivamente<br />
cansado o alterado por las exigencias profesionales y el<br />
no ponerle límites al hijo, o bien por el convencimiento<br />
de que ello es contraproducente pues “la represión o<br />
contravenirle las apetencias puede crearle traumas” o<br />
por miedo a no saber cómo hacerlo (no olvidemos que<br />
“el oficio de padre no se enseña, lo vamos aprendiendo<br />
poco a poco, aplicando el sentido común y las pautas de<br />
que el niño debe ser guiado para que en su maduración<br />
aprenda a dirigirse a sí mismo”) (Rodríguez, 2004).<br />
Añadamos otros aspectos: no corregir desde el<br />
principio las conductas agresivas de los hijos, reírse de<br />
ellas como si fuesen una “gracia” del niño, cosa que<br />
en ocasiones hacen los padres y adultos, refuerza su<br />
conducta violenta, pues es errónea aunque tal vez no<br />
conscientemente “premiada”. Los niños a quienes los<br />
padres no han puesto límites se convierten en niños<br />
malcriados en la primera infancia, pues son incapaces<br />
14
menores que agreden a sus padres II<br />
de controlarse y de entender la existencia de los demás<br />
con lo que esta existencia tiene de restrictivo para los<br />
deseos y acciones propias.<br />
Cuidado con las cóleras y las pataletas del niño, no<br />
hay que admitirlas pues pueden convertirse en su forma<br />
predilecta de expresión más “cómoda”, pues al ver que<br />
causan incomodidad en los padres son entendidas<br />
por el niño como un “arma” muy efectiva. A partir de<br />
esas pataletas puede enzarzarse en discusiones en las<br />
que pretenda la satisfacción de sus deseos, o plantear<br />
desafíos. Algunos de ellos pueden ser rehusar cumplir<br />
sus obligaciones, molestar deliberadamente, acusar<br />
(a los hermanos, primos o amigos, a la madre ante<br />
el padre o al padre ante la madre); mostrarse muy<br />
susceptible o fácilmente molestable, y muy obstinado,<br />
rencoroso o vengativo. Como vemos, todos estos<br />
comportamientos conforman una conducta en la que<br />
prevalece el egoísmo del propio interés y la conducta<br />
agresiva frente a quienes no ceden a ellos.<br />
Grandes errores en la vida actual están en el origen<br />
de la violencia de los hijos contra los padres: la falta de<br />
valoración y de respeto a los demás; una cultura del<br />
ocio poco creativa que nos convierte en consumidores<br />
pasivos; habitual consumo excesivo de alcohol y posible<br />
consumo de drogas que afecta a los adolescentes<br />
cuando no son capaces de autocontrolarse; ausencia<br />
de conversaciones entre padres e hijos; la pérdida de<br />
límites y de noción de autoridad de muchos menores;<br />
y no son menos importantes la primacía del máximo<br />
hedonismo como meta vital inmediata y la violencia<br />
general del contexto social.<br />
15
menores que agreden a sus padres II<br />
CAPÍTULO 2<br />
PROGRAMA DE INTERVENCIÓN INTEGRAL.<br />
1.- APLICACIÓN DE BUENAS PRÁCTICAS<br />
Como hemos mencionado anteriormente, durante<br />
2008, nuestro proyecto de investigación “<strong>Violencia</strong><br />
<strong>Intrafamiliar</strong>: Menores que agreden a sus padres” se<br />
concluyó con unas recomendaciones que denominamos<br />
BUENAS PRÁCTICAS. En este nuevo proyecto se han<br />
puesto en marcha algunas de esas recomendaciones<br />
y en base a los resultados obtenidos se concretan los<br />
siguientes aspectos que consideramos de especial<br />
relevancia para la correcta atención a los casos de<br />
violencia filio parental:<br />
1. Necesidad de elaborar un Programa Integral de<br />
acción que permita actuar simultáneamente desde<br />
los tres niveles de prevención: primaria, secundaria y<br />
terciaria. De esta manera se constituiría un continuo<br />
de acciones que permitiría trabajar la eliminación<br />
o reducción de factores desencadenantes de la<br />
aparición de casos de violencia filio parental, se<br />
llevaría a cabo el establecimiento de medidas que<br />
garantizaran la detección e intervención temprana,<br />
así como intervención sobre aquellos menores y<br />
familias que presenten patrones de conducta de<br />
violencia filio parental ya consolidados y graves.<br />
2. Para la puesta en marcha de este Programa Integral<br />
se hace necesario garantizar la implicación en el<br />
mismo de los distintos sistemas que participan en la<br />
atención a la infancia y juventud. Especial relevancia<br />
tiene el sistema educativo que sin duda se presenta<br />
como un espacio privilegiado para la detección e<br />
intervención temprana sobre los casos de violencia<br />
familiar.<br />
3. Necesidad de la intervención conjunta de los distintos<br />
sistemas de atención a la infancia y adolescencia,<br />
esencialmente el sistema escolar, sanitario y de<br />
servicios sociales generales y especializados. Sin<br />
duda se requiere de la intervención en un mismo<br />
momento de la aplicación de diferentes programas<br />
y recursos que pertenecen a distintos sistemas de<br />
atención. Deben evitarse las dinámicas de trasvase<br />
de casos: “este caso debe ser atendido desde otro<br />
sistema”. Por el contrario, debemos caminar hacia<br />
la existencia de programas y servicios mixtos cuya<br />
confluencia permita una mejor atención a los casos<br />
de violencia filio parental.<br />
4. Para la correcta definición del problema y por<br />
tanto de las acciones a llevar a cabo y para definir<br />
los servicios/programas que deben participar<br />
así como las fórmulas de coordinación, se hace<br />
necesario trabajar tomando como punto de partida<br />
la elaboración de un Plan de Caso diseñado con<br />
la participación de los profesionales que han<br />
de intervenir con independencia del sistema al<br />
que pertenezcan (sanidad, educación, servicios<br />
sociales…). Elaborar sistemas de programación de<br />
las acciones y evaluar los resultados obtenidos se<br />
convierte en una tarea indispensable para mejorar la<br />
eficacia y eficiencia de nuestras acciones.<br />
5. Debemos considerar como indispensable que la<br />
intervención en casos de violencia filio parental debe<br />
contemplar las actuaciones sobre el menor y su<br />
familia. Este procedimiento debe convertirse en una<br />
estrategia básica de intervención y sólo cuando se<br />
demuestre imposible o inadecuada la misma podrá<br />
trabajarse por separado con el menor y su familia.<br />
La violencia filio parental debe entenderse en el<br />
interior de las dinámicas de relación intrafamiliar y<br />
por tanto su abordaje requiere de una perspectiva<br />
integral. Sólo de esta forma evitaremos los<br />
procesos de culpabilización de padres o de hijos y<br />
potenciaremos una vía de responsabilización de las<br />
partes en conflicto, indispensable para la solución<br />
del mismo.<br />
6. Necesariamente hemos de contar con estrategias<br />
de intervención desde la no voluntariedad. Nos<br />
encontramos con casos, en la actualidad la mayoría,<br />
que conocemos a partir de las denuncias que se<br />
realizan, generalmente de padres a hijos y que<br />
conllevan la respuesta desde el sistema jurídico<br />
penal de menores. Como hemos podido comprobar<br />
del análisis de las intervenciones sobre casos de<br />
violencia filio parental derivados desde el sistema<br />
jurídico penal de menores, se pueden conseguir<br />
niveles de eficacia importantes involucrando en<br />
la solución del problema a las partes implicadas,<br />
menores y familia. El hecho de que un menor<br />
sea sancionado por las leyes penales no debe<br />
confundirse con que la solución del caso pase<br />
exclusivamente por la intervención sobre el menor.<br />
Desde estas ideas básicas y contando con las<br />
aportaciones de los trabajos presentados por los socios<br />
participantes en el proyecto se elabora y pone en<br />
funcionamiento el PROGRAMA DE INTERVENCIÓN<br />
INTEGRAL que a continuación se presenta desde la<br />
intervención primaria, secundaria y terciaria.<br />
17
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
2.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN<br />
PRIMARIA.<br />
Como es sabido, se trata de desarrollar acciones<br />
dirigidas a la población en general, sin necesidad de<br />
que hayan ocurrido episodios de violencia filio parental.<br />
Para ello existen múltiples programas de formación de<br />
padres, escuelas de padres, etc. que tienen la finalidad<br />
de dotar o mejorar las competencias parentales con<br />
el objetivo de eliminar o disminuir la posibilidad de que<br />
aparezcan factores de riesgo que se han estudiado<br />
como desencadenantes de la violencia filio parental y<br />
que ya hemos mencionado en la revisión teórica.<br />
Desarrollamos a continuación, algunos aspectos<br />
generales a tratar en la formación de padres como<br />
factor preventivo ante la violencia filio-parental 5<br />
La sociedad de los últimos veinte años ha cambiado<br />
significativamente y con ello la familia. La sociedad<br />
actual se caracteriza por ser cada vez más diversa,<br />
heterogénea, discontinua, plural, compleja, cambiante,<br />
etc. Estas características sociales han determinado una<br />
serie de modificaciones y transformaciones en el seno<br />
familiar. Para J. Urra algunas de las características<br />
sociales y familiares que están influyendo en el aumento<br />
de la tiranía de hijos hacia padres podrían resumirse en:<br />
- Una sociedad permisiva que educa a los niños en<br />
sus derechos y no en sus deberes, donde impera el<br />
hedonismo, la cultura del placer y el relativismo y el<br />
consumismo como valores dominantes.<br />
- Unos medios de comunicación que suelen ser<br />
alarmistas y difuminan la gravedad de los hechos.<br />
Por otra parte, estos medios de comunicación son<br />
utilizados por las familias como “canguros”.<br />
- Hay un gran cambio en la forma de vida, ya que la<br />
incorporación de la mujer al mundo laboral hace<br />
que los niños pasen mucho tiempo solos.<br />
- La estructura familiar se ha modificado: aumenta<br />
el número de familias nucleares que tienen poco<br />
contacto con otros miembros familiares, se aprecia<br />
mucha desestructuración de parejas de adultos que<br />
revierten negativamente en los hijos, no existen foros<br />
de comunicación social viviendo cada vez más hacia<br />
dentro de las casas, se observan dos extremos de<br />
familias, aquellas en los que los niños pasan mucho<br />
tiempo solos y aquellas sobreprotectoras en las que<br />
las familias acompañan en todo a sus hijos.<br />
- Hay una delegación de la función educadora de las<br />
familias a otras instituciones sociales, la escuela, la<br />
policía, los jueces, los servicios sociales, etc.<br />
Estos cambios producidos vertiginosamente en un<br />
corto espacio de tiempo han ido acompañados a partir<br />
de la década de los 70, según refleja G. Nardone<br />
(2003) en sus investigaciones, de la asunción de un<br />
estilo educativo permisivo de los padres hacia los hijos<br />
y de una mayor sobreprotección en contraposición<br />
al estilo educativo autoritario asumido por la familia<br />
tradicionalmente. También lo recoge así J.M. Escudero<br />
que explica como la sociedad ha dado un giro de<br />
un esquema de relación patriarcal autoritario a otro<br />
excesivamente centrado en el niño, sin represión.<br />
Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de estilos<br />
educativos autoritarios y permisivos Es necesario que,<br />
en primer lugar describamos los estilos educativos<br />
familiares y cuáles de ellos son los que mayoritariamente<br />
se asumen en el modelo de familia actual y que a la<br />
vez correlacionan con las familias donde se producen<br />
situaciones de violencia filio-parental. Para ello, nos<br />
basaremos en las investigaciones de Baumrind (1967)<br />
que fueron completadas por Maccoby y Martin (1983)<br />
quienes clasificaron los estilos educativos en función<br />
de cuatro factores: la aplicación de las normas, de la<br />
exigencia de responsabilidad, de la comunicación en el<br />
seno familiar y del afecto entre los diferentes miembros<br />
de la familia. Estos cuatro estilos son: autoritario,<br />
permisivo, autoritativo o democrático, e indiferente o<br />
negligente. Además, de estos cuatro reflejaremos el<br />
estilo educativo no recogido por estos autores pero<br />
sí definidos por otros y que debido a los cambios<br />
sociológicos (reducción del número de hijos, desarrollo<br />
del estado de bienestar, aumento de la cultura del placer,<br />
etc.) se dan cada vez más en nuestras sociedades. Nos<br />
referimos al estilo educativo sobreprotector.<br />
A continuación pasamos a describir brevemente los<br />
cinco estilos educativos:<br />
- Estilo educativo autoritario:<br />
Se caracteriza por establecer normas muy rígidas<br />
puestas desde la autoridad paterna, una exigencia de<br />
madurez muy alta, con poca comunicación familiar y<br />
poco afecto en el seno de las relaciones familiares. Las<br />
pautas educativas son rígidas, estrictas, severas donde<br />
se utiliza la coacción, el chantaje emocional, ridiculizar,<br />
sobrecorregir y reprochar. El niño no es libre para<br />
expresarse y conducirse.<br />
Las investigaciones realizadas a partir de la<br />
conceptualización de Maccoby y Martin reflejan que<br />
5 Estos aspectos han sido aportados por Silvia Martínez Amorós.<br />
Psicopedagoga de la Unidad de Atención e Intervención del Plan PREVI<br />
(Prevención de la <strong>Violencia</strong> en el ámbito escolar).<br />
18
menores que agreden a sus padres II<br />
este estilo genera en los hijos percepción de los padres<br />
como hostiles, resentimiento, fracaso en las variables<br />
de competencia social, falta de espontaneidad y de<br />
orientación propia, atribución de su conducta a fuentes<br />
externas de control, dificultad para internalizar valores<br />
morales y éticos, escasa motivación de logro, bajo<br />
rendimiento escolar, pobre ajuste socioemocional,<br />
agresividad y rebelión, ira, testadurez, venganza,<br />
rebelión, introversión y sumisión temerosa. (Moreno y<br />
Cubero, 1990)<br />
- Estilo educativo permisivo:<br />
El estilo educativo permisivo como hemos<br />
dicho se caracteriza por un mínimo control en las<br />
normas familiares, pocas exigencias de madurez<br />
y responsabilidad a los hijos y un alto afecto en el<br />
seno familiar y en la comunicación. Este estilo está<br />
caracterizado básicamente por una falta de límites en<br />
el seno familiar, donde los niños crecen sin normas ni<br />
referentes y con la sensación de que todo vale.<br />
Las consecuencias psicológicas de estas pautas<br />
educativas favorecen que los niños sean mas abiertos y<br />
comunicativos, pero con más riesgo en el uso de drogas<br />
y alcohol, a ser más impulsivos y menos controlados,<br />
a tener resultados académicos más pobres, a tener<br />
menos percepción del riesgo y tener conductas más<br />
temerosas y combinado con otros factores a ser más<br />
agresivos y desarrollar conductas antisociales. Algunos<br />
autores como J. Urra (2006) apuntan que los niños<br />
que se salen siempre con la suya, a los que se les dice<br />
que sí a todo lo que plantean, acaban creyendo que<br />
no son importantes para sus padres y pueden terminar<br />
convirtiéndose en pequeños tiranos. Autores como<br />
J.A. Marina dicen que este tipo de estilos educativos<br />
son peligrosos y afirma: “que un sistema educativo que<br />
dice “dejar hacer” es como un reglamento de tráfico que<br />
dijera artículo único: vaya usted por donde quiera”.<br />
- Estilo educativo indiferente o negligente:<br />
Maccoby y Martin (1983) añadieron una categoría<br />
que hace referencia a los padres no implicados en la<br />
educación de sus hijos y permisivos, para distinguirlos<br />
de los padres permisivos que sí están interesados en<br />
sus hijos. Este estilo es el más disfuncional y el que<br />
peor consecuencias tiene para los niños. Es el estilo en<br />
el que no existe un control en las normas ni exigencias,<br />
pero tampoco existe comunicación ni afecto. No se<br />
establece un interés por el bienestar de los hijos ni<br />
por la educación de los mismos e igual se pueden<br />
producir prácticas autoritarias que permisivas. Hay<br />
una indiferencia ante las actitudes y conductas del hijo.<br />
Permisividad y pasividad. Libertad sin límites. No se<br />
ofrece un estilo eficaz al que imitar. Hay ambivalencia<br />
y variabilidad.<br />
Como hemos dicho es el que peor consecuencias<br />
tiene en el desarrollo del niño y genera conductas poco<br />
adaptadas socialmente, dificultad para incluirse en<br />
grupos no permisivos, sentimiento de falta de cariño,<br />
inseguridad y ansiedad, baja autoestima y autocontrol,<br />
desprecio a los educadores y a la escuela, falta de<br />
normas, dependencia, falta de respeto, egocentrismo,<br />
actitudes desafiantes.<br />
Este estilo es el que suele darse con niños/as con<br />
problemas de conducta graves y con conductas<br />
agresivas hacia los demás. El tipo de sociedad actual<br />
caracterizada por una falta de tiempo de los padres<br />
hacia la educación de sus hijos ha hecho que este estilo<br />
vaya en aumento.<br />
- Estilo democrático o autoritativo:<br />
Este estilo responde a que haya un alto índice en las<br />
variables utilizadas: alto nivel de exigencias, normas<br />
en el seno familiar, alto nivel de comunicación y alta<br />
afectividad en las relaciones familiares. Es el estilo<br />
donde la autoridad está basada en el diálogo, en el<br />
amor, la sensibilidad, la comprensión, donde la familia<br />
es una fuente de bienestar y hay una preocupación por<br />
el bienestar de los hijos. Los padres establecen normas<br />
y van dando autonomía a los hijos conforme éstos van<br />
creciendo. Se oye su punto de vista y se negocian<br />
ciertas normas, no aquellas que son fundamentales. Se<br />
hacen cumplir las normas y se razonan y explican de<br />
forma que el niño y el adolescente van interiorizándolas<br />
porque las sienten como propias.<br />
Este estilo tiene como consecuencias para los hijos<br />
el desarrollo de personas normalmente adaptadas,<br />
con confianza en sí mismas, con un comportamiento<br />
productivo a nivel escolar, familiar, social y<br />
posteriormente, laboral. Con una autoestima ajustada,<br />
con independencia, con responsabilidad personal y<br />
con conductas socialmente valoradas. Es por ello, que<br />
las familias que desarrollan este estilo sufren menos<br />
situaciones de violencia filio-parental.<br />
19
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Como vemos es el estilo al que deberíamos tender y<br />
quizá es el que requiere más preparación y formación.<br />
- Estilo sobreprotector:<br />
Hemos querido añadir este estilo porque es un estilo<br />
en aumento en la sociedad actual debido a ciertas<br />
características de nuestra sociedad y que, aunque<br />
cercano al permisivo, no responde estrictamente a los<br />
patrones establecidos por éste. Muchos autores ya<br />
apuntan la existencia de este estilo y las investigaciones<br />
sobre acoso escolar valoran el estilo sobreprotector<br />
entre los factores de riesgo.<br />
J. Urra (2006) recoge este estilo y define que las<br />
creencias de los padres sobreprotectores se basan en<br />
que éstos piensan que los chicos deben ser cuidados<br />
en todo momento, protegidos y mimados mientras<br />
vivan en el hogar de los padres y que no se exigen<br />
responsabilidades porque ya crecerán y asumirán<br />
responsabilidades cuando sean mayores. Por tanto,<br />
siguiendo los cuatro criterios establecidos por el<br />
modelo de Baurmind podríamos decir que son padres<br />
que no fijan normas, no exigen responsabilidades,<br />
hay una afectividad y una comunicación basada en<br />
el proteccionismo y aislamiento de los problemas del<br />
mundo. Además, suelen ser padres que van más allá<br />
no pidiendo responsabilidades a sus hijos sino que los<br />
exculpan y fomentan la externalización en los hijos, ya<br />
que buscan siempre explicaciones causales no en la<br />
responsabilidad de los niños sino en culpables externos.<br />
Los efectos que genera este modelo según J. Urra<br />
(2006) son: genera en los hijos dependencia, falta de<br />
iniciativa, egoísmo, intolerancia, tiranía, desadaptación<br />
social. Son niños inseguros, sin autonomía, con temores,<br />
con miedos inespecíficos, tienen baja autoestima,<br />
toleran mal la frustración, no tienen sentimientos de<br />
culpa, se mueven por impulsos y buscan satisfacciones<br />
inmediatas, no son capaces de terminar actividades que<br />
conlleven esfuerzo y recibir la gratificación después. No<br />
se responsabilizan de las consecuencias de sus actos.<br />
Este estilo puede provocar dos efectos contrarios:<br />
niños inhibidos y con falta de habilidades sociales,<br />
sin capacidad para resolver problemas ya que sus<br />
padres responden y resuelven sus problemas por ellos,<br />
con lo que nos encontraríamos niños más pasivos<br />
que podrían ser objeto de acoso escolar. Y por otro<br />
lado niños agresivos que pueden ser acosadores, ya<br />
que al carecer de falta de normas y de exigencia de<br />
responsabilidades y exculpación continua por parte de<br />
sus padres, puede generar este tipo de perfil.<br />
Clásicamente las diferentes investigaciones sobre los<br />
estilos educativos han apuntado a los efectos negativos<br />
del estilo autoritario aspecto que ha fomentado que<br />
desde las diferentes instituciones educativas y desde<br />
los distintos enfoques teóricos psicoeducativos se<br />
transmitiera este estilo como necesario de extinguir<br />
llevando a fomentar otros más adecuados. Esto ha<br />
llevado a que se confunda en muchas ocasiones que<br />
un estilo educativo adecuado es aquel totalmente<br />
contrario al autoritario, es decir aquel donde no hay<br />
normas ni exigencias y sí mucho afecto y comunicación,<br />
este estilo sería el estilo permisivo. Así lo reflejan las<br />
investigaciones de G. Nardone (2006) en las que en<br />
una muestra entre europeos se recogió que sólo el 5%<br />
de las familias siguen empleando este estilo educativo.<br />
Pero, ¿podemos pedir a las familias que sepan cuáles<br />
son las estrategias más adecuadas para educar a sus<br />
hijos si los valores que se transmiten y los mensajes<br />
sociales les dicen totalmente lo contrario Es evidente<br />
que no podemos culpabilizar a los padres sin darles las<br />
herramientas necesarias para poder formarlos.<br />
Es por ello, que se hace evidente que desde las<br />
instituciones en contacto con las familias se realice una<br />
formación a las familias, porque como señala Thomas<br />
Gordon “a los padres se les culpa, pero no se les<br />
educa” y se les exige que sepan asumir una paternidad<br />
responsable en una sociedad que no sólo no acompaña<br />
sino que presiona para que se le siga proporcionando<br />
una cultura del placer y del hedonismo a los menores.<br />
Y ¿qué podemos hacer ante esta problemática<br />
Indudablemente formar a los padres desde las distintas<br />
instituciones y administraciones, pero básicamente<br />
desde la administración educativa, la social y la<br />
sanitaria. Sólo una intervención primaria para formar<br />
a las familias podrá prevenir la intensificación de los<br />
problemas de violencia filio-parental.<br />
La realización de esta tarea formativa debería abarcar<br />
tres pilares básicos que deben ser complementarios:<br />
en primer lugar, debemos aumentar la transmisión de<br />
información coherente que le llega a las familias, en<br />
segundo lugar, se tiene que fomentar la participación<br />
de las mismas en la educación de sus hijos potenciando<br />
sobre todo la implicación en la vida escolar y finalmente,<br />
se deben desarrollar estrategias más formativas a<br />
través de la creación de escuelas de padres y madres y<br />
cursos formativos dirigidos a éstos.<br />
20
menores que agreden a sus padres II<br />
La formación de las familias a través de la educación<br />
de los padres debe entenderse en un marco donde más<br />
allá de la formación continua de los padres/madres debe<br />
ser un punto de encuentro-reflexión con otras familias<br />
que favorezca el enriquecimiento mutuo. Es decir, debe<br />
ser un espacio para la información, formación y reflexión<br />
dirigido a padres y madres con el objetivo de ayudar<br />
a las familias con menores a su cargo a que puedan<br />
desarrollar adecuadamente sus funciones cuidadoras,<br />
educativas y socializadoras, favoreciendo la adquisición<br />
de pautas saludables de dinámica familiar que faciliten<br />
la comunicación, la convivencia y en definitiva el<br />
desarrollo integral de los menores como miembros<br />
activos y solidarios de la sociedad. (Hernández, 2006).<br />
Con el fin de fomentar el interés, la participación y la<br />
implicación de las familias, la metodología por tanto,<br />
que debe seguir estas escuelas de padres, debe<br />
ser flexible, abierta, cambiante, activa, participativa,<br />
variada, dinámica… para mantener motivados a los<br />
padres y para favorecer el diálogo entre ellos.<br />
Las temáticas que debe abordar la formación a padres<br />
con el fin de prevenir la violencia filio-parental serán<br />
primordialmente las siguientes:<br />
- Establecimiento de normas y disciplina positiva en<br />
el seno familiar: qué son las normas, por qué son<br />
importantes, distintos tipos de normas, criterios para<br />
establecer las normas familiares, cómo hacerlas<br />
cumplir, qué hacer si no se cumplen, supervisión de<br />
las normas en el seno familiar.<br />
- Exigencia de responsabilidad y madurez: establecer<br />
responsabilidad a los hijos/as adecuada al momento<br />
evolutivo, fomentar la autonomía y la independencia,<br />
potenciar la madurez en los hijos/as.<br />
- Mejora de la comunicación familiar: la asertividad, la<br />
comunicación positiva ante las críticas, la escucha<br />
activa, la búsqueda de soluciones conjuntas ante los<br />
problemas, la ayuda y guía familiar.<br />
- Fomento de la afectividad en el seno familiar: el<br />
conocimiento real de los hijos/as, la expresión del<br />
afecto, la empatía, la autoestima, el fomento de<br />
expectativas positivas hacia los hijos/as.<br />
- Otras temáticas a trabajar en la formación a padres<br />
serán: educación para el tiempo libre, los estudios de<br />
los hijos/as, conocimiento de las etapas evolutivas,<br />
prevención de drogas, educación sexual, manejo<br />
del entorno que les rodea.<br />
Las administraciones, los educadores, los medios<br />
de comunicación y la sociedad en general deben<br />
ser conscientes de la difícil tarea de ser padre en los<br />
tiempos actuales y que las familias no son más que<br />
actores sin un guión escrito que poder seguir que deben<br />
improvisar en muchas ocasiones bajo la intuición, la<br />
presión social y las expectativas del entorno, muchas<br />
veces contradictorias, sobre cómo deben educar a sus<br />
hijos. Es por ello, que para poder prevenir un problema<br />
tan acuciante y agudizado como es la violencia filioparental<br />
debemos fomentar la formación de las familias<br />
a través de las redes de formación a padres que deben<br />
ser promovidas por las distintas instituciones.<br />
3.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN<br />
SECUNDARIA: GUÍA DE DETECCIÓN<br />
TEMPRANA<br />
Nos planteamos en este nivel dos cuestiones básicas<br />
como son la detección y la intervención temprana. Para<br />
ello hemos elaborado una Guía de detección temprana<br />
que contiene los indicadores de riesgo que en nuestro<br />
análisis de casos han aparecido con más frecuencia y<br />
que por tanto consideramos que pueden ser utilizados<br />
como detectores de una posible aparición de situaciones<br />
de violencia filio parental. De igual forma se ha indicado<br />
por cada uno de los países el procedimiento que<br />
deberá llevarse a cabo para promover una intervención<br />
temprana sobre el caso. Las estrategias de intervención<br />
son similares a las llevadas a cabo desde la prevención<br />
terciaria, adecuándolas a los distintos contextos en los<br />
que se desarrollan y por ello las describiremos en el<br />
apartado siguiente.<br />
Utilidad de la Guía<br />
Se pretende optimizar un instrumento que permita la<br />
detección temprana de los casos y su identificación a la<br />
vez que clarifique los procedimientos por los que debe<br />
canalizarse el tratamiento de los mismos.<br />
Nos encontramos ante casos sobre los que se<br />
interviene de forma muy tardía, casi siempre cuando<br />
existe una judicialización del problema (intervención<br />
desde el ámbito penal juvenil) tras denuncias de<br />
agresiones bien por parte de los propios padres o de<br />
otros profesionales.<br />
La intervención tardía y la judicialización suponen una<br />
dificultad añadida al tratamiento del problema, que debe<br />
incorporar una intervención sobre el núcleo familiar y no<br />
sólo sobre el menor.<br />
21
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Indicadores de riesgo<br />
Individuales<br />
Factores parentales Padre Madre<br />
Historia de malos tratos<br />
Expediente de protección<br />
Antecedentes como autor de delitos relacionados con maltrato familiar<br />
Pobre autoestima<br />
Baja capacidad de manejo en situaciones cotidianas (C.I. , certificado<br />
de minusvalía)<br />
Pobres habilidades interpersonales<br />
Falta de capacidad empática<br />
Poca tolerancia al estrés<br />
Problemas psicológicos (fundamentado en diagnóstico)<br />
Problemas de salud mental (fundamentado en diagnóstico)<br />
Problemas de adicción a tóxicos<br />
Enfermedades crónicas/severas<br />
22
menores que agreden a sus padres II<br />
Características del niño/ jóven<br />
Baja tolerancia a la frustración<br />
Apático<br />
Problemas de conducta<br />
Temperamento difícil (carácter innato)<br />
Hiperactivo<br />
Discapacidad física (fundamentado en diagnóstico)<br />
Discapacidad psíquica (fundamentado en diagnóstico)<br />
Discapacidad sensorial (fundamentado en diagnóstico)<br />
Enfermedad crónica<br />
Consumo de drogas<br />
Procesos delincuenciales<br />
Absentismo escolar<br />
Abandono escolar (a partir de un curso escolar)<br />
Fracaso escolar<br />
Agresividad hacia los padres<br />
Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />
Grupo de iguales en situación de riego<br />
Aislamiento social (carece de grupo de iguales de referencia)<br />
Forma de resolución de conflictos de manera agresiva<br />
Forma de resolución de conflictos por evitación<br />
Bajo nivel de autoestima<br />
Locus de control externo (sitúa la responsabilidad de sus actos en los otros)<br />
23
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Familiares<br />
Interacción paterno filial<br />
Desadaptada<br />
Escasa comunicación y/o comunicación negativa<br />
Ciclo ascendente de conflicto y agresión<br />
Técnicas de disciplina coercitivas<br />
Déficit /carencias afectivas hacia el niño<br />
No transmisión de valores pro sociales (tolerancia, respeto..)<br />
Expectativas inadecuadas sobre el menor<br />
Pautas de crianza inadecuadas<br />
Modelos parentales inadecuados<br />
Dejación /delegación de funciones parentales<br />
Déficit asertividad<br />
Relaciones de apego inadecuadas<br />
Sobreprotección<br />
Relaciones de pareja<br />
Conflicto conyugal/ruptura de pareja<br />
Estrés permanente<br />
<strong>Violencia</strong> y agresión<br />
Hijos no deseados<br />
Problemas de inestabilidad de pareja<br />
Configuración familiar<br />
Monoparental<br />
Familias reconstituidas<br />
Hijo único<br />
Hijos adoptivos<br />
Convivencia de familia extensa en el núcleo familiar<br />
Crianza en familia extensa<br />
Familia estable<br />
24
menores que agreden a sus padres II<br />
Socioculturales<br />
Ambito laboral Padre Madre<br />
Desempleo con prestación<br />
Desempleo sin prestación<br />
Estrés laboral<br />
Trabajo precario (economía sumergida, temporalidad,..)<br />
Largas jornadas laborales de los padres<br />
Economía estable<br />
Ama de casa<br />
Redes sociales de apoyo<br />
Aislamiento social<br />
Escasa utilización de recursos formales de apoyo<br />
Alta movilidad social<br />
Factores culturales Padre Madre<br />
Aprobación cultural del uso de la violencia<br />
Aceptación cultural del castigo corporal<br />
Aceptación cultural del consumo de estupefacientes<br />
Actitud negativa hacia la mujer<br />
Estilos de vida marginales (mendicidad, delincuencia, prostitución)<br />
Pertenencia a grupos sectarios<br />
25
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Detección temprana y procedimiento de atención<br />
y derivación<br />
La guía desarrollada anteriormente reúne parte de<br />
una serie de indicadores que aparecen en los casos<br />
de violencia filio parental que están siendo tratados en<br />
centros o programas, principalmente de reeducación de<br />
menores. Hemos seleccionado aquellos que aparecen<br />
con más frecuencia y que por lo tanto pueden servir de<br />
predictores a la hora de detectar e intervenir de forma<br />
temprana.<br />
La presente guía será utilizable por los profesionales<br />
de atención primaria, tanto del ámbito de la Educación<br />
como de la Sanidad y de los Servicios Sociales. Su<br />
finalidad es detectar de forma temprana la aparición de<br />
indicadores de riesgos de manera que se proceda a la<br />
intervención inmediata desde los programas de apoyo<br />
y orientación a la familia. Estos programas pueden ser<br />
desarrollados desde cualquiera de los tres ámbitos de<br />
actuación antes citados.<br />
En aquellos casos que por la intensidad del problema<br />
se detecte la situación aconsejando su derivación a<br />
Servicios Sociales Especializados de Atención a la<br />
Familia e Infancia (SEAFI, Programas de Orientación<br />
– Mediación,…) por encontrarse el menor en situación<br />
de riesgo, el equipo que detectó el caso deberá remitir<br />
un informe al Equipo Social de Base del domicilio donde<br />
resida el menor. Este equipo será el encargado de<br />
elaborar el diagnóstico para proceder, en su caso, a la<br />
derivación del servicio especializado.<br />
Cuando se valore la necesidad de separación<br />
provisional del menor de su núcleo familiar, se<br />
procederá conforme a lo establecido en el Manual de<br />
la Consellería de Bienestar Social 6 “El papel del ámbito<br />
social en el abordaje de situaciones de desprotección<br />
infantil”<br />
4.- INTERVENCIÓN DESDE LA PREVENCIÓN TERCIARIA<br />
Durante el desarrollo de nuestro proyecto hemos<br />
analizado dos estrategias de intervención basadas en<br />
modelos diferentes.<br />
La primera, que a continuación describimos con<br />
detenimiento, está basada en el modelo cognitivo<br />
conductual desarrollado por el equipo técnico y<br />
educativo de la Colonia San Vicente Ferrer de Valencia<br />
y la segunda, basada en el modelo sistémico, puede<br />
consultarse en la página web de la Escuela Vasco<br />
Navarra de Terapia Familiar. 7<br />
Descripción del programa de intervención con<br />
familias y menores con conductas de maltrato<br />
desarrollado por la Colonia San Vicente Ferrer 8<br />
Introducción<br />
La Colonia San Vicente Ferrer es un Centro de<br />
Reeducación de menores infractores perteneciente<br />
a la Consellería de Justicia y Administraciones<br />
Públicas, que está gestionado por los Terciarios<br />
Capuchinos (Amigonianos). En la Colonia se atiende<br />
pedagógicamente, desde el año 1922, a adolescentes<br />
y jóvenes de ambos sexos. El centro está ubicado en el<br />
término municipal de Burjassot (Valencia) y dispone de<br />
72 plazas para cumplimiento de medidas en régimen<br />
cerrado, semiabierto, abierto y convivencia en grupo<br />
educativo.<br />
Es en la “Colonia San Vicente Ferrer” donde se crea y<br />
comienza a desarrollarse, en el año 2004, el “Programa<br />
de intervención con familias y menores con conductas<br />
de maltrato”. Desde entonces se ha trabajado con más<br />
de 130 familias.<br />
Marco Teórico<br />
El programa de intervención está diseñado<br />
basándonos en el modelo teórico de la Psicología<br />
cognitivo-conductual. Modelo que mejor explica y<br />
predice la conducta humana y que está avalado por<br />
numerosos estudios científicos.<br />
El ser humano nace muy indefenso pero con una<br />
enorme capacidad de aprendizaje. Desde el nacimiento,<br />
excepto algunos reflejos, aprendemos absolutamente<br />
todo. Y en este proceso, realizamos buenos y malos<br />
aprendizajes. Es decir, aprendemos comportamientos<br />
que nos van a ayudar a ser más felices y otros que<br />
complicarán esta tarea. Así desde este modelo se<br />
entiende que todos los comportamientos se pueden<br />
modificar, mejorando la calidad de vida de las personas.<br />
Un determinado comportamiento se puede aprender<br />
de diferentes maneras (origen). Existen varias formas<br />
de aprendizaje: por asociación, imitación, refuerzo<br />
positivo o refuerzo negativo.<br />
Por otro lado, las conductas tienen tres niveles de<br />
respuesta que se encuentran interrelacionados. Así,<br />
hablaremos de Respuesta Cognitiva –pensamientos,<br />
imágenes y recuerdos-, Respuesta Fisiológica/<br />
emocional –emociones y sensaciones físicas que<br />
6 Este documento puede obtenerse en la página Web de la Consellería de<br />
Bienestar Social de la Generalitat Valenciana<br />
7 www.avntf-evntf.com<br />
8 La descripción que se detalla ha sido realizada por las autoras del<br />
programa de intervención Pepa Sánchez Heras; María José Ridaura Costa<br />
y Cristina Arias Salvador.<br />
26
menores que agreden a sus padres II<br />
dependen del sistema nervioso autónomo-, y<br />
Respuesta Motora –aquellos comportamientos que<br />
realiza la persona para modificar su medio-. Ante<br />
cualquier situación, la persona piensa algo determinado<br />
y en función de estos pensamientos, tiene una serie de<br />
sensaciones físicas y emociones y realiza una conducta<br />
para conseguir una consecuencia determinada. Por<br />
ejemplo: para una persona que le da miedo hablar en<br />
público, la situación sería presentar un trabajo. Pensará<br />
que lo va a hacer fatal, que se quedará sin voz, que<br />
hará el ridículo, etc. y sentirá tensión en los músculos,<br />
calor, taquicardia, nerviosismo. Por último, ante estos<br />
pensamientos y emociones probablemente lo que hará<br />
será decir que está enferma para no exponer el trabajo.<br />
Destacar que dentro de la psicología cognitivoconductual,<br />
es muy importante el papel de los<br />
pensamientos, de cómo las personas interpretamos<br />
las situaciones para tomar una u otra decisión y emitir<br />
distintos comportamientos.<br />
Es distinto por lo que empieza un problema a los<br />
fenómenos por los que dicho problema se mantiene.<br />
Las conductas se mantienen por las consecuencias<br />
(beneficios, premios o refuerzos) que obtenemos al<br />
emitirlas. Podemos obtener cosas positivas (refuerzo<br />
positivo) o eliminar sensaciones desagradables de<br />
nuestro ambiente (refuerzo negativo).<br />
En cuanto a las conductas de maltrato en sí, y tal y como<br />
se ha comentado anteriormente, las personas nacemos<br />
sin experiencia previa y conforme vamos viviendo,<br />
aprendemos a comportarnos de una determinada<br />
manera, en función de lo que ganemos o perdamos.<br />
Los chicos que agreden, física o verbalmente, a sus<br />
padres, consiguen sus propósitos, como obtener cosas<br />
materiales, librarse de una bronca, hacer lo que quieran<br />
o sentirse bien por tener el control de la casa.<br />
Ahora bien, si lo anterior es cierto, también lo es<br />
que cuando nacemos podemos hacerlo teniendo un<br />
temperamento fácil o difícil, y esta parte sí que es innata.<br />
Cuando hablamos de temperamento nos referimos al<br />
carácter, al conjunto de características psicológicas que<br />
tiene una persona y que, en parte, determinan su forma<br />
de comportarse, y decimos en parte, porque la mayoría<br />
de estos chicos, aunque con mucho más trabajo,<br />
podrán socializarse correctamente. Es aquí donde<br />
cobra importancia el papel de los padres y por tanto, la<br />
doble dirección del problema.<br />
A los padres nadie les enseña a educar. Muchos se<br />
enfrentan a este desafío con voluntad e ilusión, pero<br />
no siempre con las ideas claras. Educar es una ardua<br />
tarea, que se complica muchísimo cuando los hijos<br />
han nacido con un temperamento difícil. Pero este<br />
temperamento está y debe estar mediatizado por los<br />
padres, por las pautas de crianza que utilicen.<br />
Los padres que utilizan unas pautas de crianza<br />
adecuadas, conjugan el afecto, la disciplina y la<br />
comunicación, y suponen modelos positivos para<br />
sus hijos. Saben poner límites, supervisar que no<br />
se rebasen, imponen consecuencias cuando se<br />
transgreden y refuerzan cuando se cumplen. Son<br />
aquellos que escuchan a sus hijos, que hacen un<br />
uso adecuado del “NO” y del “SÍ”, y que no caen en<br />
constantes contradicciones.<br />
Si desde pequeños los padres no van moldeando<br />
los comportamientos negativos de los niños difíciles,<br />
enseñándoles que de esta forma no conseguirán sus<br />
objetivos, el niño crecerá y su temperamento difícil y<br />
conductas negativas crecerán con él, con la diferencia<br />
de que cuando son pequeños, son más o menos<br />
controlables, y cuando son adolescentes las conductas<br />
negativas son más exageradas y descontroladas,<br />
llegando incluso al maltrato.<br />
Estructura del Programa de Intervención y<br />
Metodología<br />
A la hora de diseñar y estructurar este programa de<br />
intervención, tuvimos muy presente la necesidad de<br />
trabajar de forma paralela tanto con hijos como con<br />
los padres, ya que consideramos que los problemas<br />
familiares deben conceptualizarse como un problema,<br />
cuanto menos, dimensional. En el seno de las familias se<br />
establecen dinámicas negativas, en las que, tanto en su<br />
origen como en su mantenimiento, participan los padres<br />
y los hijos, siendo por tanto ambas partes responsables<br />
del proceso y por consiguiente, siendo necesaria su<br />
implicación en la intervención para manejar y cambiar<br />
conductas inadecuadas que se están retroalimentando<br />
mutuamente.<br />
Este hecho nos ha llevado a trabajar de forma<br />
individualizada con los hijos pero también con los padres,<br />
así como con padres e hijos conjuntamente. Asimismo,<br />
con el objetivo de dotar de estrategias concretas,<br />
reforzar los aprendizajes y como apoyo al malestar y el<br />
sentido de culpabilidad con que se encuentran cuando<br />
27
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
llegan al Centro un elevado porcentaje de familias,<br />
llevamos a cabo una formación grupal con el conjunto<br />
de padres (“Escuela de Padres”). También trabajamos<br />
con los adolescentes en grupo.<br />
Nuestro modelo de trabajo es esencialmente<br />
psicoeducativo, en el que la práctica diaria adquiere<br />
una importancia crucial.<br />
El objetivo general del programa es disminuir hasta<br />
llegar a extinguir los comportamientos agresivos y<br />
violentos de los hijos hacia sus padres, mejorando la<br />
relación entre ellos.<br />
Para alcanzar dicho objetivo, se trabajaba a través de<br />
cinco bloques de intervención (Padres individualmente;<br />
Hijos individualmente; padres en grupo (Escuela de<br />
Padres); Hijos en grupo; Padres más hijos), que se<br />
desarrollan en cuatro fases (Evaluación, Hipótesis;<br />
Intervención y Seguimiento).<br />
En la Fase de Evaluación, se recoge información,<br />
tanto de padres como de hijos para poder entender el<br />
problema, identificando la conducta problema, viendo<br />
qué variables pueden predecirla y qué consecuencias<br />
la controlan (Pastor y Sevillá, 1990).<br />
En esta fase trabajamos con dos de los bloques<br />
de intervención: Padres individualmente e hijos<br />
individualmente.<br />
En la Fase de Hipótesis se explica el origen y<br />
mantenimiento del problema, tanto a los padres de<br />
forma individualizada como en el grupo de padres de<br />
una forma más general. Se explica cuál es el problema<br />
de su hijo, por qué aparece y qué variables hacen que<br />
dicho problema se mantenga a lo largo del tiempo.<br />
En esta fase trabajamos con dos bloques de<br />
intervención: Padres individualmente y padres en grupo<br />
(“Escuela de Padres”).<br />
En la Fase de intervención, se enseñan, tanto a los<br />
padres como a los chicos, aquellas técnicas, estrategias<br />
y habilidades que les ayuden a resolver el problema.<br />
Por otro lado, se ensaya y se pone en práctica todo lo<br />
aprendido.<br />
En esta fase trabajamos con los cinco bloques de<br />
intervención simultáneamente<br />
En la Fase de Seguimiento, se van observando<br />
los resultados a corto plazo y si estos resultados se<br />
mantienen a lo largo del tiempo, incluso una vez haya<br />
finalizado la intervención.<br />
En esta fase trabajamos, en el centro durante la parte<br />
final del internamientoi, con los padres y los hijos, en<br />
sesiones individuales y conjuntas. El objetivo de esta<br />
fase es también observar los resultados durante el<br />
cumplimiento de la libertad vigilada y una vez acabada<br />
la misma.<br />
Los objetivos específicos de cada bloque de<br />
intervención son los siguientes:<br />
Bloque-I. Padres en Individual<br />
Objetivos:<br />
1- Evaluar el problema funcionalmente.<br />
En aras de realizar un diagnóstico acertado y<br />
planificar adecuadamente la intervención, es<br />
necesario evaluar el problema, obteniendo la<br />
información necesaria para poder realizar el Análisis<br />
Funcional de la conducta o conductas problema, de<br />
forma que una vez concluido podamos contestar a<br />
las siguientes preguntas: ¿Cuál es concretamente<br />
el problema, ¿Cómo aparece y ¿Qué variables<br />
hacen que se mantenga a lo largo del tiempo La<br />
información se recoge a través de la entrevista<br />
semiestructurada, de la observación directa y de<br />
diferentes cuestionarios y autoregistros, durante dos<br />
o tres sesiones.<br />
2- Entender claramente por qué se mantiene el<br />
problema de conducta de su hijo.<br />
Tras realizar la evaluación y poder seguir avanzando<br />
con ciertas garantías en la intervención, es<br />
fundamental que los padres entiendan la hipótesis<br />
explicativa del problema. En nuestra experiencia<br />
la mayoría de los chicos con los que hemos<br />
trabajado presentan un problema conductual,<br />
instrumental y aprendido. Muchos padres, influidos<br />
por otros autores y por la necesidad de calmar su<br />
sentimiento de culpa y buscar razones externas<br />
a los comportamientos agresivos de sus hijos,<br />
piensan que sus hijos tienen un problema <strong>org</strong>ánico,<br />
genético, y crónico como una enfermedad mental,<br />
una psicopatía, etc.<br />
Por ello y para que se impliquen en la intervención,<br />
es importante que los padres entiendan que el<br />
problema de sus hijos es aprendido y por tanto,<br />
modificable, que se mantiene por los beneficios<br />
28
menores que agreden a sus padres II<br />
que consiguen al emitir la conducta agresiva, que<br />
asuman su parte de responsabilidad y sepan qué<br />
conductas, que mantienen el comportamiento<br />
agresivo de su hijo, han de cambiar.<br />
3- Flexibilizar las ideas irracionales.<br />
Teniendo en cuenta todos los acontecimientos<br />
negativos vividos en el último tiempo, la mayoría de<br />
padres acuden a las sesiones con mucho malestar y<br />
con pensamientos negativos sobre su hijo, sobre la<br />
solución del problema, incluso sobre ellos mismos.<br />
Algunos de estos pensamientos negativos están<br />
distorsionados, son irracionales. Esto es, no están<br />
basados en la evidencia, generan emociones<br />
difíciles de controlar y no son útiles para conseguir<br />
nuestros objetivos. Por ejemplo: “Aunque me<br />
hubiese comportado de otra manera mi hijo hubiese<br />
hecho lo mismo”; “Mi hijo es esquizofrénico”; “Toda<br />
la culpa es mía”.<br />
Es importante detectar la existencia de estos<br />
pensamientos y abordarlos para poder avanzar<br />
adecuadamente a la intervención, ya que pueden<br />
interferir de forma significativa.<br />
4- Aprender a reforzar positivamente.<br />
El refuerzo, positivo es una de las técnicas más<br />
potentes para mantener conductas positivas a<br />
lo largo del tiempo. Además ayuda a construir y<br />
mantener una adecuada autoestima y favorece<br />
la relación positiva y afectiva entre las dos partes.<br />
Cuando comenzamos a trabajar, tanto con los padres<br />
como con los hijos, observamos que les cuesta ver<br />
cosas positivas en el otro. Durante mucho tiempo su<br />
forma de relacionarse y comunicarse se ha basado<br />
en la crítica, la exigencia e incluso el desprecio. Por<br />
ello, es fundamental que aprendan a valorarse por<br />
lo que son, y no exclusivamente por lo que hacen,<br />
que sean capaces de expresarse cosas positivas,<br />
de decirse lo que les gusta del otro, de felicitarse, de<br />
mostrarse afecto, etc.<br />
5- Revisar los fines de semana.<br />
Cuando llega el momento de que los chicos<br />
comienzan a disfrutar de permisos de fin de semana<br />
al domicilio familiar, dichas salidas se preparan<br />
con ambas partes clarificando los objetivos de las<br />
mismas y firmando un contrato conductual en el que<br />
se especifican las normas que los padres les piden y<br />
las consecuencias, tanto positivas (privilegios) como<br />
negativas (sanciones) que obtendrán en función del<br />
cumplimiento o no de las normas. Tras las salidas<br />
se revisa, con ambas partes, lo más detalladamente<br />
posible, cómo ha transcurrido el fin de semana.<br />
Principalmente nos interesa conocer cómo se han<br />
sentido, si el hijo ha cumplido todas las normas<br />
que aparecían en el contrato, y en el caso de<br />
haber incumplido, cómo han manejado los padres<br />
la situación y cómo ha reaccionado el chico ante<br />
esto. Por otro lado, se intenta obtener información<br />
acerca de la actitud del hijo y los padres, el tipo<br />
de comunicación, la participación en la dinámica<br />
familiar, etc. Tras recoger toda esta información,<br />
damos feedback, reforzamos y trabajamos los<br />
aspectos a mejorar.<br />
6- Trabajar las tareas y los contenidos del grupo.<br />
En estas sesiones individuales se revisan los<br />
contenidos trabajados en el grupo de padres<br />
(“Escuela de Padres”). Las explicaciones en grupo<br />
se realizan de forma general, sin centrarnos en<br />
cada caso en concreto. Así pues, con los padres<br />
individuamente concretaremos los aspectos de su<br />
caso, observaremos si se ha entendido lo explicado<br />
en el grupo y se revisarán las tareas.<br />
Metodología:<br />
Los dos primeros objetivos (“Evaluar el problema<br />
funcionalmente” y “Entender claramente por qué se<br />
mantiene el problema de conducta de su hijo”), se<br />
trabajan con los padres de forma individual durante la<br />
fase de “Evaluación” y la fase de “Hipótesis”.<br />
Las sesiones se realizan con los padres. Es importante<br />
motivar a ambos progenitores para que asistan a las<br />
sesiones, ya que ambos son en parte responsables del<br />
problema familiar y, de ambos depende el proceso de<br />
cambio de su hijo, y por consiguiente de la dinámica<br />
familiar. En ocasiones nos encontramos con que los<br />
padres, por motivos laborales, de horarios…delegan en<br />
las madres la función de asistir a las sesiones. Como<br />
sabemos la coherencia educativa es una de las variables<br />
importantes y que influye en el comportamiento de el/la<br />
hijo/a de forma significativa, a la hora de educar. Cada<br />
uno de los progenitores tiene su estilo y si únicamente<br />
modifica su forma de relación y acción con el hijo<br />
29
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
uno de ellos, el problema no se resolverá porque se<br />
seguirán reforzando, por alguna de las dos partes,<br />
los comportamientos negativos o castigando algunos<br />
positivos.<br />
En aquellos casos en los que los padres están<br />
separados, se interviene sistemáticamente con el<br />
progenitor encargado de la educación de el chico<br />
(normalmente con quien vive), aunque recomendamos<br />
que a la hora de evaluar, en la medida de lo posible, se<br />
obtenga información del otro progenitor. A partir de este<br />
momento, si se valora como pertinente, se interviene<br />
con los dos, bien en sesiones conjuntas o bien en<br />
sesiones individuales, dependiendo del caso.<br />
Asimismo, siempre que sea posible, también se tendrá<br />
en cuenta a otras personas significativas en la dinámica<br />
familiar y en el mantenimiento del problema (abuelos,<br />
parejas sentimentales de los padres, tíos, hermanos,<br />
etc.).<br />
Las sesiones se desarrollan semanalmente y duran<br />
aproximadamente 60 minutos.<br />
Si durante la evaluación detectamos, en alguno<br />
de los padres, problemas individuales secundarios<br />
al problema principal (por ejemplo, consumo de<br />
sustancias tóxico-dependientes; Trastornos de<br />
Ansiedad; Depresión Clínica; Problemas de Pareja;<br />
Trastornos de Personalidad; etc.), no los trabajamos,<br />
pero intentamos derivarlos a otro recurso (UCAS;<br />
Psicólogos o Psiquiatras, públicos o privados, etc.).<br />
Trabajamos en un centro de reforma en el que la<br />
prioridad es atender educativamente a cada uno de<br />
los chicos que se encuentren ingresados por cualquier<br />
tipo de delito. La intervención que realizamos en los<br />
casos de violencia filio-parental requiere de mucho<br />
trabajo y esfuerzo. Por ello, por cuestiones prácticas<br />
y de temporalidad, lamentablemente no podemos<br />
intervenir en los problemas emocionales individuales<br />
de los padres. No obstante, entendemos que dichos<br />
problemas también afectan a la relación y por tanto a la<br />
dinámica familiar y es fundamental resolverlos.<br />
En la mayoría de sesiones se mandan tareas para<br />
la próxima sesión. Hay que reforzar que las traigan<br />
hechas, ya que nos dan mucha información acerca de<br />
si se han cumplido los objetivos o si hay que continuar<br />
trabajándolos. También hay que insistir en que han<br />
de realizarlas los dos, ya que los dos son parte activa<br />
en la intervención y necesitamos feedback de ambos<br />
progenitores.<br />
En ocasiones nos encontramos con padres resentidos,<br />
con sentimientos de culpa, con desconfianza, con<br />
miedo, con desafíos, con pensamientos muy rígidos,<br />
etc. Por ello, es importante que tengamos habilidades<br />
sociales, autocontrol emocional, y principios éticos<br />
claros, ya que, tanto en evaluación como en intervención<br />
se nos presentarán situaciones difíciles que tendremos<br />
que manejar.<br />
El número de sesiones es flexible, ya que esto va<br />
a estar condicionado, tanto por las características de<br />
los padres como por el propio criterio del profesional.<br />
Es posible que haya contenidos en los que tengamos<br />
que incidir una y otra vez a lo largo de las sesiones.<br />
Por ejemplo, a la hora de trabajar los pensamientos<br />
irracionales, con unos padres necesitaremos una<br />
sesión y con otros necesitaremos algunas más.<br />
Bloque-II. Adolescentes en individual<br />
Objetivos:<br />
1- Evaluar el problema funcionalmente<br />
La pertinencia de este objetivo y su desarrollo es<br />
el mismo que realizamos en las sesiones con los<br />
padres de forma individual.<br />
2- Asumir su parte de responsabilidad en el problema.<br />
A los hijos les cuesta mucho asumir su parte de<br />
responsabilidad en los problemas con sus padres.<br />
Justifican sus agresiones verbales y/o físicas, su<br />
desobediencia, sus escapadas de casa, en definitiva<br />
sus comportamientos negativos hacia sus padres,<br />
culpabilizándolos a ellos de sus propias acciones.<br />
El que los hijos asuman su parte de responsabilidad<br />
en los problemas con sus padres supone uno de<br />
los objetivos fundamentales para poder continuar<br />
de forma efectiva con el resto de la intervención, ya<br />
que si entienden que sus reacciones y problemas<br />
dependen exclusivamente de causas externas,<br />
serán muy resistentes al cambio.<br />
3- Aprender a resolver problemas<br />
A los chicos les cuesta mucho evaluar las<br />
consecuencias a largo plazo. Generalmente, se<br />
mueven por los refuerzos inmediatos y fáciles<br />
de conseguir, costándoles mucho demorar la<br />
30
menores que agreden a sus padres II<br />
gratificación. Así mismo, muchos tienen una baja<br />
capacidad de empatía. Es decir, les cuesta ponerse<br />
en el lugar del otro y entender sus sentimientos. Por<br />
esta razón, también les cuesta ver las consecuencias<br />
para los demás, tanto positivas como negativas, y<br />
si las ven, las valoran y, por tanto, puntúan, como<br />
poco importantes. Generalmente estos chicos no<br />
saben resolver problemas de forma adecuada y<br />
normalmente se equivocan en sus decisiones, que<br />
les traen nuevos problemas. Por ello, ayudamos<br />
a los chicos a que detecten las señales que les<br />
indiquen que tienen un problema, que definan metas<br />
apropiadas y diferentes alternativas de solución, y<br />
que elijan la alternativa más adecuada, pensando en<br />
las consecuencias a largo plazo para ellos y para los<br />
demás. Por último les ayudamos a diseñar un plan<br />
de acción concreto para llevar a cabo la alternativa<br />
seleccionada.<br />
4- Cumplir con las normas de convivencia familiar<br />
Cuando los chicos ingresan en el centro llevan<br />
mucho tiempo sin cumplir normas, han dejado de<br />
ver a sus padres como figura de autoridad y viven<br />
el día a día haciendo su voluntad sin contar con los<br />
demás miembros de la casa y haciendo cualquier<br />
cosas para cumplir sus deseos. La mayoría de estos<br />
chicos han crecido teniendo exceso de “sí” por parte<br />
de sus padres, desarrollando la idea de que están<br />
cargados de derechos y que sus padres únicamente<br />
tienen obligaciones para con ellos. Otros han tenido<br />
exceso de “no” y han terminado por revelarse frente<br />
a esa situación, dejando de cumplir las normas.<br />
Ayudamos a los chicos a que aprendan a evaluar<br />
la necesidad de la norma como mecanismo para<br />
poder entendernos y para poder convivir dentro de<br />
un grupo: sociedad, amigos, trabajo, pareja, y por<br />
tanto, también la familia. Asimismo es importante<br />
que entiendan que ellos son los hijos y que pueden<br />
expresar sus necesidades y deseos e intentar<br />
negociarlos con sus padres, pero que son sus<br />
padres quienes tienen la autoridad y por tanto, la<br />
última palabra.<br />
5- Controlar su agresividad<br />
Nos encontramos con que hay chicos que utilizan la<br />
agresividad de una forma totalmente instrumental.<br />
En general estos chicos tienen un alto control<br />
emocional y se dan el permiso voluntariamente<br />
de tener conductas agresivas con el objetivo de<br />
intimidar y conseguir lo que quieren. No obstante,<br />
también nos encontramos con chicos con una<br />
agresividad más reactiva. Es decir, son más<br />
impulsivos. En estos chicos también hay una parte<br />
instrumental que les ha llevado a generalizar estas<br />
reacciones porque han obtenido beneficios al<br />
emitirlas, pero realmente tiene menos control sobre<br />
sus reacciones. Los segundos, tras la realización de<br />
las conductas agresivas, se sienten más culpables<br />
que los primeros. El objetivo va destinado a entrenar<br />
a controlar la agresividad fundamentalmente a los<br />
últimos, los primeros no lo necesitan.<br />
6- Flexibilizar los pensamientos irracionales<br />
La funcionalidad de este objetivo y el abordaje que<br />
se le da, es el mismo que con los padres en las<br />
sesiones individuales. No obstante con chicos con un<br />
pensamiento muy rígido e irracional recomendamos<br />
no trabajar los pensamientos distorsionados, ya<br />
que no es efectivo. Contradicen cualquier cosa<br />
que se les dice, teniendo dificultades para razonar<br />
y comienzan a pensar que les quieres convencer.<br />
En estos casos es mejor, al menos en un primer<br />
momento, centrarnos en la parte conductual, siendo<br />
ésta la única forma de que puedan comprobar que lo<br />
que piensan no es del todo cierto.<br />
Metodología:<br />
Las sesiones individuales se realizan con el chico<br />
que emite conductas de maltrato en casa. Dichas<br />
conductas pueden materializarse en agresividad física<br />
y/o psicológica hacia sus padres, hermanos, abuelos,<br />
y/u objetos del ámbito familiar.<br />
Este bloque consta de diez sesiones aproximadamente<br />
que se desarrollan semanalmente y que duran<br />
aproximadamente 60 minutos. No obstante, el número<br />
de sesiones es aproximado, se podrán añadir o quitar<br />
sesiones en función del caso, de las características<br />
del chico, del ritmo de las sesiones, del grado de<br />
comprensión… Siempre que el terapeuta lo considere<br />
oportuno.<br />
Si durante la evaluación detectamos problemas<br />
secundarios al problema principal (por ejemplo,<br />
consumo de sustancias tóxico-dependientes,<br />
problemas de celos hacia hermanos/as o hacia parejas<br />
31
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
sentimentales del padre o madre, depresión, trastornos<br />
de ansiedad, etc.), los trabajaremos también ya que<br />
pueden estar influyendo en el problema principal o ser<br />
causa del mismo.<br />
En este bloque de intervención las sesiones son<br />
teórico-prácticas.<br />
En la mayoría de sesiones se le mandan tareas<br />
para la próxima sesión. Es importante reforzar que las<br />
hagan, ya que nos dan mucha información acerca de<br />
si se han cumplido los objetivos, o si hay que continuar<br />
trabajándolos.<br />
Muchos de los chicos con los que nos encontramos<br />
se muestran resentidos, emocionalmente distanciados<br />
de sus padres, y en ocasiones con bloqueos o<br />
negativas ante la intervención. Por esto, al igual que<br />
con los padres, es importante que el terapeuta tenga<br />
habilidades técnicas, de autocontrol emocional,<br />
éticas y sociales, ya que, tanto la evaluación como la<br />
intervención, están llenas de situaciones difíciles que<br />
hay que saber manejar.<br />
Bloque-III. Padres e hijos/as<br />
Objetivos:<br />
1- Mejorar la relación entre padres e hijos<br />
Cuando los chicos ingresan en el centro llevan<br />
mucho tiempo, sin considerar a sus padres como<br />
figura de autoridad y manteniendo con ellos<br />
relaciones utilitarias y de abuso, donde no hay<br />
cabida para la expresión del afecto. Es fundamental<br />
restablecer los roles en el sistema familiar y trabajar<br />
todos los aspectos relacionados con las normas.<br />
No obstante, es muy importante que además de<br />
centrarnos en qué papel debe adoptar cada cual<br />
en el sistema familiar, se trabaje la parte afectiva<br />
y emocional en aras de mejorar la relación entre<br />
ambas partes. Aprendiendo a valorarse y valorar al<br />
otro, y vivenciando de forma positiva los beneficios<br />
que tiene sentirse parte de una unidad familiar y vivir<br />
en ella.<br />
2- Mejorar la comunicación entre los padres y los hijos<br />
Antes de comenzar a resolver sus problemas, la<br />
comunicación entre padres e hijos estaba muy<br />
deteriorada. En la mayoría de casos había una<br />
muy escasa o ausencia total de comunicación y la<br />
que había era completamente negativa, basada en<br />
las críticas malintencionadas, en los reproches y<br />
en las exigencias. Por ello, a padres e hijos se les<br />
entrena de forma grupal en habilidades sociales<br />
y comunicativas. Durante las sesiones conjuntas<br />
ponemos en práctica estas habilidades de forma que<br />
se hagan cumplidos, que se expresen peticiones,<br />
que se realicen críticas honestas, que se escuchen,<br />
etc.<br />
3- Preparar el reencuentro y las salidas<br />
Las primeras interacciones, tras el ingreso en<br />
el centro, son complicadas para ambas partes.<br />
La última vez que hablaron y se vieron fue en los<br />
Juzgados de Menores, después de un episodio de<br />
tensión y violencia. Para ayudarles en este primer<br />
encuentro o en esta primera comunicación, además<br />
de clarificar los objetivos, tanto a los padres como a<br />
los hijos, preparamos previamente a ambas partes.<br />
No les forzamos a que se muestren afectivos<br />
entre ellos ni a que hablen de temas importantes o<br />
trascendentes, pero sí exigimos, a ambas partes,<br />
que mantengan el respeto. Les pedimos que no<br />
hablen de lo sucedido y que no saquen “trapos<br />
sucios”. Esto se trabajará en sesiones conjuntas<br />
cuando el terapeuta lo considere conveniente,<br />
de forma que evitemos críticas deshonestas,<br />
sentimientos negativos y conductas descontroladas.<br />
El objetivo de las primeras interacciones es que<br />
ambas partes se queden con “buen sabor de boca”,<br />
y experimenten que es posible relacionarse y<br />
comunicarse sin agresividad.<br />
El objetivo final, del internamiento es que los hijos<br />
vuelvan a vivir en el domicilio familiar, pero para<br />
conseguirlo con ciertas garantías hay que ir poco a<br />
poco en la intervención. Así, antes de comenzar a<br />
salir con los padres, los chicos tienen que realizar<br />
correctamente una serie de pasos. En primer lugar<br />
tienen que ponerse en contacto con los padres<br />
con una llamada telefónica y, en tono de respeto,<br />
pedirles que vayan a visitarlo. Las visitas se realizan<br />
en el centro y si funcionan bien, se realizarán<br />
algunas visitas, de aproximadamente dos horas,<br />
fuera del centro. Superado este objetivo, padres<br />
e hijos podrán disfrutar de un día de permiso de<br />
convivencia familiar y si toda va bien, comenzará a<br />
disfrutar de permisos de fin de semana al domicilio<br />
familiar.<br />
32
menores que agreden a sus padres II<br />
4- Realizar contratos y revisarlos periódicamente<br />
Cuando los chicos comienzan a pasar los fines de<br />
semana en casa se firma un “contrato conductual”<br />
entre ellos y los padres. El objetivo final es que<br />
ambas partes sean autónomas. Para ello, después<br />
de realizar varios contratos escritos, pasaremos al<br />
contrato verbal.<br />
Aunque el contrato lo preparamos antes con los<br />
padres, y se revisa con ambas partes después<br />
del fin de semana, el mensaje a los hijos es que<br />
son los padres quienes ponen las normas y las<br />
consecuencias y quienes manejaran las diferentes<br />
situaciones durante el fin de semana. Es fundamental<br />
que esta cuestión la tenga clara ambas partes, y<br />
no piensen que es el centro el que sancionará los<br />
comportamientos negativos. Nuestra intención es<br />
que los padres vayan ganando autoridad y no se<br />
creen relaciones de dependencia con el centro,<br />
porque llegará un día en que tendrán que resolver<br />
los problemas con los hijos sin el apoyo del centro.<br />
5- Poner en práctica las técnicas para aumentar y<br />
disminuir comportamientos<br />
Este objetivo se trabaja transversalmente durante<br />
todas las sesiones, especialmente durante la firma<br />
del contrato, donde los padres tiene que poner en<br />
práctica las técnicas para aumentar y disminuir<br />
conductas aprendidas, (refuerzo positivo, extinción,<br />
costo de respuesta…), bien en sesiones individuales<br />
o en la “Escuela de Padres”.<br />
6- Afrontar el conflicto<br />
En el trabajo con las familias no podemos obviar lo<br />
relacionado con lo que aconteció en el seno de las<br />
mismas y que les llevó a la situación de encontrarse<br />
separados, con los chicos en el centro. Entendemos<br />
que es una parte fundamental en el trabajo, ya<br />
que si toda la intervención se basa en la disciplina<br />
e imposición de normas no estamos resolviendo<br />
el problema en su totalidad. Es importante que<br />
expresen cómo se sentían con la dinámica de<br />
relación que tenían antes de ingresar en el centro,<br />
que expresen qué significan los unos en la vida de<br />
los otros y porqué, que se expresen cosas positivas,<br />
que hagan compromisos de cambio y concreten<br />
porqué están dispuestos a hacerlo.<br />
El momento de trabajar estos objetivos lo marcará el<br />
criterio del terapeuta. Es una sesión delicada donde<br />
se ponen sobre la mesa muchos sentimientos,<br />
algunos positivos y otros no tanto, y no todas las<br />
familias están preparadas para afrontarlo en el<br />
mismo momento de la intervención.<br />
Metodología:<br />
Los objetivos de este bloque se trabajan durante<br />
varias sesiones, dependiendo de la información<br />
obtenida durante la evaluación y de la evolución del<br />
caso. Tendrán una periodicidad semanal y durarán<br />
aproximadamente una hora.<br />
En estas sesiones, participan tanto los padres como<br />
los hijos. Se trata de sesiones conjuntas en las que se<br />
ponen en práctica cuestiones que han sido explicadas<br />
en sesiones individuales y grupales, tanto con las<br />
familias como con los adolescentes.<br />
En cuanto a la firma del contrato, destacar que esta<br />
sesión se ha preparado de forma individual con cada<br />
parte, por lo que en la sesión conjunta, el papel que<br />
juega el educador y el terapeuta, es de “testigo”.<br />
Favorecemos que manejen la situación entre ellos y<br />
únicamente intervenimos cuando aparecen problemas<br />
que solos no saben resolver. El objetivo es que<br />
los padres se muestren como autoridad y los hijos<br />
entiendan y acepten dicha autoridad. Si intervenimos<br />
demasiado, los hijos pueden pensar que la autoridad es<br />
el centro y no toman en serio a los padres.<br />
Cada familia posee un ritmo de aprendizaje, por lo que,<br />
en el caso de que el/la chico/a no muestre una actitud<br />
de acuerdo y aceptación de normas y consecuencias<br />
no tendrá salida hasta que dicha actitud cambie.<br />
La metodología que se utiliza durante estas sesiones<br />
son los contratos conductuales, role-playing, técnicas<br />
de negociación, etc.<br />
En estas sesiones conjuntas observamos todas las<br />
dificultades con las que se encuentran, tanto padres<br />
como hijos/as, a la hora de poner en práctica todo<br />
lo aprendido en las sesiones individuales. Daremos<br />
feedback, reforzando todo aquello que hacen bien<br />
y diciéndoles todas aquellas cosas que tienen que<br />
mejorar.<br />
33
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Bloque-IV. Padres en Grupo (“Escuela de Padres”)<br />
Objetivo general:<br />
El objetivo general de este bloque es dotar a los padres<br />
de estrategias y habilidades para mejorar sus pautas<br />
de crianza y la relación con sus hijos. El objetivo último<br />
es que a través del comportamiento de los padres, los<br />
hijos abandonen sus conductas agresivas.<br />
Objetivos específicos:<br />
1- Entender qué es un problema de conducta.<br />
A lo largo de estos años hemos trabajado con<br />
más de 120 familias, y basándonos en nuestra<br />
experiencia, la violencia de hijos a padres se<br />
trata, en la mayoría de los casos, de un problema<br />
aprendido y no genético. En los casos en los que tras<br />
la evaluación detectamos que efectivamente esto<br />
es así, es fundamental que los padres lo entiendan<br />
para poder corregir los comportamientos que, con<br />
la mejor intención y sin ser del todo conscientes de<br />
ello, están reforzando las conductas negativas y<br />
agresivas de sus hijos.<br />
2- Comprender por qué se inicia y qué hace que se<br />
mantenga un problema de conducta.<br />
Explicamos el origen y el mantenimiento de los<br />
problemas de conducta de una forma general,<br />
ya que de forma más específica se explica en las<br />
sesiones individualizadas con los padres<br />
3- Conocer las características típicas de un adolescente<br />
Muchos padres piensan que sus hijos, por el<br />
exceso de comportamientos que han realizado,<br />
son diferentes al resto de adolescentes. Nuestro<br />
objetivo en esta sesión es que a los padres les<br />
quede claro que su hijo no es un “extraterrestre”,<br />
simplemente es un adolescente, con la mayoría de<br />
características similares a todos los demás, pero que<br />
lamentablemente ha aprendido a comportarse de<br />
forma agresiva para conseguir sus propósitos. Por<br />
ello, es importante que conozcan las características<br />
peculiares de esta fase evolutiva de sus hijos.<br />
4- Conocer estrategias para aumentar y disminuir<br />
conductas<br />
Los padres han probado diferentes estrategias para<br />
manejar las conductas y actitudes negativas de<br />
sus hijos y no les han funcionado. En esta sesión<br />
se explica a los padres técnicas y herramientas<br />
concretas y cuál es la mejor forma de aplicarlas y<br />
ante qué situaciones.<br />
5- Entender qué significa “educar”<br />
Muchos padres piensan que educar es ofrecer a<br />
los hijos todo lo que les piden y que ser un buen<br />
padre es ser amigo de tu hijo. Otros piensan que<br />
hay que colmarlos de amor y cariño sin necesidad<br />
de decirles que “No” por la creencia errónea de que<br />
esto les puede hacer crecer con cierto trauma. Otros<br />
piensan que sus hijos, por una especie de ciencia<br />
infusa, deberían saber que sus padres les quieren, y<br />
se centran exclusivamente en la parte de disciplina.<br />
Es importante que los padres entiendan que educar<br />
a los hijos es una obligación suya y que recoge<br />
tres variables fundamentales: afecto incondicional,<br />
disciplina adecuada y comunicación adecuada.<br />
6- Aprender a poner normas y a supervisarlas de<br />
manera adecuada<br />
Al igual que a los chicos, explicamos a los padres la<br />
necesidad de las normas para poder vivir en grupo.<br />
Asimismo les dotamos de estrategias a la hora de<br />
controlar y supervisar el comportamiento de sus<br />
hijos de forma adecuada.<br />
7- Aprender a realizar y recibir críticas honestas<br />
Entrenamos a los padres a decirles a sus hijos<br />
asertivamente lo que les molesta de ellos y a<br />
pedirles cambios de comportamiento y actitud. Por<br />
otro lado les entrenamos a que reciban las críticas<br />
de sus hijos, aunque sean deshonestas, sin entrar<br />
en el juego ni perder el control.<br />
8- Aprender a pedir las cosas, diferenciando entre<br />
pedir-exigir<br />
Entrenamos a los padres a hacer peticiones de forma<br />
asertiva. Es importante que los padres entiendan<br />
que hay cosas que se deben exigir (norma) y otras<br />
que no, que se pueden pedir, pero aceptando que<br />
la otra persona te diga que “no”. Hacer una petición<br />
no es dar una orden ni tampoco implica que el otro<br />
se sienta forzado y obligado a acceder a nuestros<br />
deseos.<br />
34
menores que agreden a sus padres II<br />
9- Aprender a decir NO<br />
La mayoría de padres con los que nos encontramos<br />
tienen dificultades para decir que no a las peticiones<br />
o demandas de sus hijos, por miedo a que tengan<br />
una reacción descontrolada y se desencadene un<br />
nuevo conflicto. Sin embargo es fundamental que<br />
aprendan a hacerlo y se expongan (manteniendo la<br />
ansiedad a corto plazo) para a largo plazo resolver<br />
el problema y dejar de funcionar por alivio (refuerzo<br />
negativo). Les damos herramientas para que lo<br />
hagan sin perder su objetivo ni enfadarse.<br />
Metodología:<br />
En este bloque utilizamos una metodología teórico−<br />
práctica, consistente en breves explicaciones teóricas,<br />
role-playing, visualización de vídeos, etc.<br />
Este bloque de intervención consiste en terapia EN<br />
grupo, no DE grupo. Nuestro objetivo en este sentido<br />
es que las explicaciones sirvan para todos y las<br />
sesiones sean más amenas, NO que se ayuden entre<br />
ellos. Seremos nosotros siempre los que dirijamos la<br />
intervención. Es recomendable que las cuestiones más<br />
personales se trabajen con los padres en las sesiones<br />
individuales. No obstante, no podemos negar que el<br />
hecho de que los demás padres vean que hay más<br />
padres con sus mismos problemas, les hace no sentirse<br />
tan raros, facilitando el proceso de cambio.<br />
Se han programado once sesiones. Este formato es<br />
totalmente flexible, por lo que si se considera necesario<br />
añadir alguna sesión es bueno que se haga.<br />
Entendemos que estas sesiones en grupo tienen que<br />
ser dirigidas por un Psicólogo o Pedagogo. Éste puede<br />
ser ayudado por un co−terapeuta, que podría ser un<br />
educador.<br />
En nuestra experiencia, el número ideal para formar<br />
el grupo son cuatro o cinco familias, aunque, como<br />
siempre, dependerá del criterio del terapeuta y de las<br />
características de las familias.<br />
Hemos observado que existen una serie de<br />
características en las familias que facilitan el<br />
funcionamiento del grupo, aunque será el profesional,<br />
el que decida, en último término, que familias van a<br />
ser miembros del mismo. Estas características son:<br />
compresión de la hipótesis explicativa del problema<br />
(que asuman su parte de responsabilidad), que no<br />
existan problemas emocionales en ningún padre (como<br />
consumo de alcohol o drogas) y que se comprometan a<br />
asistir a todas las sesiones.<br />
Los padres siempre van a llevar tareas para casa.<br />
Éstas se recogerán en las sesiones en grupo o en<br />
las individuales y se comentarán en las individuales,<br />
aunque si las recogemos en el grupo les preguntamos<br />
si han tenido algún problema.<br />
Las sesiones de los padres en grupo van a ir paralelas,<br />
en la medida de lo posible, a las sesiones de los padres<br />
individualmente, los hijos individualmente, el grupo de<br />
hijos y los adolescentes con los padres.<br />
Bloque-V. Adolescentes en grupo<br />
Objetivo general:<br />
1- Adquirir Habilidades Sociales<br />
Los chicos, especialmente con sus padres, están<br />
acostumbrados a utilizar un estilo de comportamiento<br />
agresivo, ya que han aprendido que comportarse de<br />
esta forma tiene más beneficios para ellos. Es frecuente<br />
que, cuando explicamos a los chicos el estilo asertivo,<br />
no se identifiquen con él y valoren como poco realista la<br />
posibilidad de utilizarlo es su ambiente natural.<br />
Les explicamos que ser asertivos con los demás, no<br />
sólo garantiza que defendamos nuestros derechos sin<br />
pisar los de los demás, sino que además aumentan las<br />
probabilidades de conseguir nuestro objetivo. Asimismo<br />
les decimos que les enseñamos a ser asertivos,<br />
como una forma de comportarse con los demás, más<br />
adecuada a la que han estado utilizando hasta ahora.<br />
Después ellos eligen si ponerla en práctica o no con sus<br />
amigos u otras personas, pero con los padres, tanto en<br />
las sesiones que se realicen conjuntamente, como en<br />
casa, les exigiremos que utilicen el estilo asertivo.<br />
Objetivos Específicos:<br />
1- Conocer el significado de Habilidades Sociales.<br />
2- Diferenciar entre estilo de comportamiento agresivo,<br />
pasivo y asertivo, remarcando las ventajas del estilo<br />
asertivo.<br />
3- Aprender a realizar peticiones de forma asertiva.<br />
4- Aprender a aceptar el NO.<br />
35
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
5- Aprender a rechazar peticiones de forma asertiva<br />
(Decir NO).<br />
6- Aprender a expresar críticas asertivamente.<br />
7- Aprender a afrontar (rechazar o aceptar) críticas<br />
asertivamente.<br />
8- Aprender a hacer y recibir cumplidos.<br />
Metodología:<br />
Estas sesiones se realizan en grupo con los chicos<br />
con los que se está interviniendo, bien en un grupo<br />
específico o bien dentro pero dentro de su grupo<br />
educativo de convivencia con los demás compañeros.<br />
Este bloque consta de 8 sesiones que se desarrollan<br />
semanalmente y que duran aproximadamente 60<br />
minutos. Cabe comentar que el número de sesiones<br />
es aproximado, ya que, es fundamental adecuarnos<br />
al funcionamiento del grupo, teniendo en cuenta<br />
sus características de comprensión, atención,<br />
comportamiento, etc. No pasaremos a explicar una<br />
nueva habilidad hasta que la anterior no esté superada.<br />
Las sesiones se desarrollan por un psicólogo,<br />
pedagogo o educador. Al igual que en el grupo de<br />
padres, se trata de sesiones teórico-prácticas en las<br />
que se realizan breves explicaciones teóricas, rolplaying,<br />
dinámicas de grupo, etc.<br />
Normalmente, las sesiones se estructuran de la<br />
siguiente manera: resumen de la sesión anterior;<br />
breve explicación teórica del tópico que toque trabajar<br />
(hacer críticas honestas, rechazar peticiones, hacer<br />
cumplidos…); practicar a través de rol-playing lo<br />
explicado y pedir feedback de la sesión, (haciendo<br />
preguntas concretas sobre lo explicado y extrayendo<br />
conclusiones).<br />
Los objetivos que se van a trabajar en este bloque,<br />
se pueden trabajar de forma individual. Sin embargo,<br />
aconsejamos hacerlo en grupo ya que es más sencillo,<br />
dinámico, ameno y motivador, poner en práctica cada<br />
tópico a través de la técnica de rol-playing. La técnica de<br />
rol-playing en sesiones individuales, donde únicamente<br />
están el terapeuta y el niño, resulta mucho más tedioso<br />
y a los chicos les cuesta más “soltarse” en la puesta<br />
en práctica. Además el rol-playing nos da información<br />
acerca del grado de comprensión sobre los contenidos<br />
explicados.<br />
Las explicaciones serán muy breves, dedicando<br />
más tiempo a ensayar y practicar con los chicos. Es<br />
importante facilitar al máximo la participación. Tenemos<br />
que evitar que se aburran y que se distraigan, al tiempo<br />
que entiendan los conceptos.<br />
La disposición de los participantes será en semicírculo.<br />
Como material utilizaremos una pizarra y tarjetas en las<br />
que están descritas diferentes situaciones para poder<br />
realizar rol-playing de cada tópico.<br />
Resultados<br />
Desde el año 2004 hasta hoy ha aumentado de<br />
forma significativa el número de ingresos por delitos<br />
de violencia filio-parental. Concretamente en la Colonia<br />
en el año 2004, ingresaron 8 menores; en 2005,18<br />
menores; en el año 2006, fueron 22; en 2007, 27<br />
menores; en 2008, 33 y en el año 2009 fueron 35 los<br />
menores que ingresaron por “maltrato familiar”.<br />
En la actualidad hay 31 chicos por este delito y a lo<br />
largo de todos estos años hemos trabajado con más<br />
de 130 familias. A través del seguimiento de las familias<br />
con las que se ha intervenido, podemos decir que los<br />
resultados del programa son positivos.<br />
Estos resultados están avalados por un estudio en<br />
el que se ha investigado longitudinalmente, desde el<br />
año 2004 hasta el 2008, la efectividad del programa<br />
y las variables relacionadas con el problema y con el<br />
pronóstico del mismo (Sánchez, J., 2008, Tesis Doctoral).<br />
En este estudio se evaluó la mejoría teniendo en cuenta<br />
diferentes tratamientos. T1 (intervención específica,<br />
pasando por los cinco bloques de intervención del<br />
programa), T2 (intervención específica pero sin pasar<br />
por todos los bloques de intervención del programa) y<br />
NT (ninguna intervención específica, más allá de la que<br />
se ofrece educativamente a todos los chicos y chicas<br />
que ingresan en la Colonia).<br />
Pese a que no se obtienen resultados estadísticamente<br />
significativos, respecto a las tres modalidades de<br />
tratamiento, lo cierto es que sí aparece en los resultados<br />
una tendencia importante en el T1, indicando una mayor<br />
mejoría con el tratamiento completo (cinco bloques de<br />
intervención). Es importante señalar que la muestra<br />
del estudio es pequeña, pudiendo ser esta una de las<br />
razones que expliquen la tendencia y no los resultados<br />
estadísticamente significativos.<br />
A continuación se describen las variables relacionadas<br />
con el buen y mal pronóstico en tres momentos<br />
temporales diferentes (Sánchez, J., 2008, Tesis<br />
Doctoral).<br />
36
menores que agreden a sus padres II<br />
Momento<br />
Variables relacionadas<br />
con la mejoría<br />
Variables relacionadas<br />
con la no mejoría<br />
Al ingreso<br />
Familia nuclear<br />
- Familia monoparental padre o reconstituida madre<br />
- Expulsiones por agredir al profesor<br />
- Idealización de valores marginales y machistas<br />
Tras el<br />
internamiento<br />
- Hacer y recibir críticas asertivamente<br />
- Rechazar peticiones de manera asertiva<br />
- Cumplir las normas en casa<br />
- En el hogar las normas están claras<br />
- Los padres refuerzan positivamente<br />
- Las críticas de los padres son asertivas.<br />
- No asumir la responsabilidad de los hechos<br />
- No tolerar la frustración<br />
- Padres que no saben decir no<br />
En libertad<br />
vigilada<br />
- Estar trabajando o estudiando<br />
- Rechazar peticiones adecuadamente<br />
- Tener metas prosociales<br />
- Cumplir las normas<br />
- No estar haciendo nada (ni estudiar ni trabajar)<br />
- Amigos con comportamientos delictivos<br />
- No asumir la responsabilidad de los hechos<br />
- Consumo de cannabis y/o cocaína<br />
- Problemas de drogas y/o alcohol en la madre<br />
- Neurosis madre<br />
37
menores que agreden a sus padres II<br />
CAPÍTULO 3<br />
PRESENTACIÓN DE CASOS.<br />
1.- CASO Nº 1: COLONIA SAN VICENTE<br />
FERRER 9<br />
El joven ingresa, con sentencia firme, en la Colonia<br />
San Vicente en octubre de 2008, por un delito de<br />
maltrato familiar y lesiones (agresión física y verbal)<br />
dirigido hacia su madre y hermana. Ese mismo mes se<br />
comienza a realizar la intervención.<br />
Los hechos se cometen en agosto de 2007 y en<br />
octubre de 2008 el Juzgado de Menores le impone la<br />
medida de nueve meses de internamiento en régimen<br />
semiabierto y seis meses de libertad vigilada, con<br />
sometimiento a terapia familiar.<br />
Finalizó la medida judicial impuesta por el delito de<br />
maltrato familiar en julio de 2009. No obstante, continuó<br />
en el centro hasta enero de 2010 por tener que cumplir<br />
otra medida judicial de nueve meses de internamiento<br />
en régimen semiabierto por un delito contra la salud<br />
pública.<br />
Indicadores del caso<br />
1- Individuales<br />
Factores parentales<br />
Pobre autoestima por ambos padres; poca tolerancia<br />
al estrés del padre; enfermedades crónicas severas del<br />
padre.<br />
Características del joven<br />
Baja tolerancia a la frustración; apático; problemas<br />
de conducta; consumo de drogas; procesos<br />
delincuenciales; absentismo escolar; agresividad hacia<br />
los padres; desobediencia reiterada de las normas<br />
paternas; grupo de iguales en situación de riesgo;<br />
forma agresiva de resolución de conflictos; forma de<br />
resolución de conflictos por evitación; bajo nivel de<br />
autoestima; locus de control externo; bajo nivel de<br />
empatía; bajo nivel de habilidades sociales; víctima<br />
de malos tratos; victima de malos tratos en la escuela;<br />
protagoniza malos tratos en la escuela; hedonistanihilista<br />
(satisfacción del propio interés por encima del<br />
otro); engaño y manipulación.<br />
2- Familiares<br />
Interacción paterno-filial<br />
Escasa comunicación y/o comunicación negativa;<br />
ciclo ascendente de conflicto y agresión; dejación/<br />
delegación de funciones parentales; sobreprotección.<br />
Relaciones de pareja<br />
Estrés permanente.<br />
Configuración familiar<br />
Hijo adoptivo; convivencia de familia extensa en el<br />
núcleo familiar; familia estable.<br />
3- Socioculturales<br />
Ámbito laboral<br />
Estrés laboral (padre); largas jornadas laborales del<br />
padre; economía estable (padre); ama de casa (madre).<br />
Historia familiar<br />
Cuando el chico ingresa en la Colonia tiene 15 años.<br />
Vivía en una pequeña población de la provincia de<br />
Valencia, con sus padres, de 55 y 50 años, su hermana<br />
mayor, de 29 años, y los abuelos maternos. La madre<br />
es ama de casa y se dedica al cuidado de los mayores,<br />
el padre es empresario y la hermana trabaja en la<br />
empresa familiar.<br />
Cuando el chico contaba con dos años de edad<br />
fue tutelado por la Consellería de Bienestar Social,<br />
pasando a vivir a una residencia durante cuatro años,<br />
hasta que se formaliza la adopción. Por aquel entonces<br />
su hermana, que sí es hija biológica, contaba con 14<br />
años de edad.<br />
Fue un hijo completamente deseado. Sus padres con<br />
valores cristianos arraigados, se sentían motivados<br />
con la idea de adoptar para ofrecer ayuda, mejores<br />
condiciones de vida y la posibilidad de tener en la familia<br />
a algún chico con una situación familiar difícil. El hecho<br />
de conocer la dura historia de la corta vida del chico les<br />
desencadenó sentimientos de compasión que hicieron<br />
que, desde el principio, fuesen muy condescendientes<br />
y permisivos con él, pasando por alto rabietas y<br />
comportamientos negativos, permitiéndole que se<br />
saliese con la suya y consintiéndole en exceso, dándole<br />
mucho refuerzo material. No obstante, la madre era<br />
más normativa consistente y coherente en las pautas<br />
de crianza. Sin embargo, el padre era mucho más laxo<br />
e incoherente, hacía pactos con su hijo basados en<br />
promesas, ot<strong>org</strong>ando premios antes de que se diese la<br />
conducta deseada. Asimismo, tenía cierta tendencia a<br />
reforzar los comportamientos positivos de los demás, y<br />
a mostrar su gratitud, a través del dinero. Esto también<br />
9 La descripción de este caso ha sido aportada por María José Ridaura<br />
y Marian Amparo Margarit, técnicas del programa de intervención con<br />
familias y menores con conductas de maltrato de la Colonia Vicente Ferrer.<br />
39
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
lo hacía con el chico, quien aprendió a hacer las cosas<br />
si se le recompensaba económicamente.<br />
Con la hermana, pese a la distancia generacional,<br />
siempre ha estado vinculado afectivamente. Sin<br />
embargo, cuando comienzan a aparecer los<br />
comportamientos negativos se van distanciando porque<br />
ella intenta ejercer autoridad sobre él y éste no se lo<br />
permite.<br />
A nivel escolar realizó la educación primaria en una<br />
escuela unitaria. Su red social era escasa y realizaba<br />
actividades recreativas propias de un pueblo pequeño<br />
(ir al ordenador de la biblioteca municipal, jugar con<br />
los amigos en el río, etc.). El cambio de primaria a<br />
secundaria supuso un factor de riesgo importante<br />
para él. Se encontró en un instituto grande, en otra<br />
población, al que asistían gran variedad de chicos<br />
y chicas, se relacionaban entre ellos de una forma<br />
a la cual él no estaba acostumbrado, poniendo de<br />
manifiesto una falta de habilidades sociales, y hacían<br />
actividades muy diferentes a las que él realizaba en el<br />
pueblo. En este contexto comenzó a sufrir bulling en el<br />
colegio, descargando su malestar en casa. Poco tiempo<br />
después comenzó a formar parte del grupo de los<br />
iguales que le acosaban y empezó a realizar conductas<br />
de riesgo e incluso llegó a acosar a otros compañeros.<br />
Comenzó a consumir drogas (abuso del hachís y uso<br />
de la cocaína) y se inició en la venta de hachís, realizó<br />
algunos hurtos, comenzó a presentar problemas de<br />
disciplina en la escuela, agresiones a compañeros, y<br />
conductas absentistas. En casa el comportamiento<br />
también empeoró. Se sistematizaron la desobediencia<br />
y la pasividad absoluta de sus responsabilidades,<br />
comenzaron los gritos, las amenazas y los insultos,<br />
hasta que acabó agrediendo físicamente a la madre,<br />
que era la que intentaba imponerse y controlar sus<br />
conductas negativas. Dejó de pasar tiempo con la<br />
familia, atrincherándose en su habitación la mayor parte<br />
del tiempo y ocupando su tiempo libre en estar en la<br />
calle con los amigos, consumiendo droga y divirtiéndose<br />
provocando a los demás.<br />
Cuando comenzaron a aparecer los problemas, los<br />
padres buscaron ayuda de los servicios sociales de<br />
base. A través del SEAFI, realizaron una intervención,<br />
tanto con él como con sus padres. No obstante el chico<br />
no acudía a todas las sesiones y después del verano la<br />
situación empeoró.<br />
El chico tiene una capacidad media de aprendizaje,<br />
es elocuente y agradable al trato, se encuentra<br />
vinculado afectivamente a sus padres y normalmente<br />
colabora en lo que se le pide. Por otro lado, presenta<br />
una alta deseabilidad social, tiene un carácter infantil y<br />
dificultades de relación y le cuesta ponerse en el lugar<br />
de los demás.<br />
Objetivos de la intervención<br />
Los objetivos, tanto con los padres como con el chico,<br />
se desarrollan en tres momentos temporales diferentes.<br />
Fase de acogida (aproximadamente el primer mes de<br />
internamiento); Fase de intervención (la mayor parte del<br />
internamiento); Fase de seguimiento (los últimos meses<br />
de internamiento).<br />
40
menores que agreden a sus padres II<br />
Fase de acogida<br />
Objetivos padres<br />
Objetivos chico<br />
Confiar en el personal educativo y técnico del centro, aportando<br />
la información necesaria para poder evaluar el problema<br />
funcionalmente<br />
Conocer el reglamento de régimen interno del centro y adaptarse<br />
a la dinámica de funcionamiento<br />
Conocer la dinámica de funcionamiento del centro y colaborar en<br />
la consecución de objetivos propuestos<br />
Establecer lazos afectivos y de familiaridad con el equipo<br />
educativo y técnico y con sus compañeros de grupo<br />
Entender la hipótesis explicativa del problema familiar<br />
Concienciarse de su situación personal y del objetivo del<br />
internamiento<br />
Asumir su parte de responsabilidad en el problema familiar<br />
Confiar en el personal educativo y técnico del centro, aportando<br />
la información necesaria para poder evaluar el problema<br />
funcionalmente<br />
Asumir la responsabilidad de sus acciones<br />
41
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Fase de intervención<br />
Objetivos padres<br />
Implicarse activamente en la intervención<br />
Recuperar el rol de autoridad dentro de la familia<br />
Eliminar los sentimientos de compasión por su hijo<br />
Saber imponer una disciplina adecuada<br />
Aumentar la coherencia educativa entre ambos<br />
Aprender técnicas para aumentar y disminuir conductas y<br />
ponerlas en práctica adecuadamente<br />
Recuperar la capacidad para ver cosas positivas en su hijo y<br />
aprender a reforzar positivamente<br />
Mejorar la comunicación con su hijo<br />
Mantenerse en el NO (padre)<br />
Entender la diferencia entre pedir y exigir (padre)<br />
Evitar el chantaje emocional para conseguir que su hijo haga lo<br />
que desea (padre)<br />
Flexibilizar ideas irracionales relacionadas con la culpabilidad,<br />
la posibilidad de cambio de su hijo, etc.<br />
Exponerse a las situaciones, problemas y ganar confianza en sí<br />
mismos a la hora de resolverlas<br />
Objetivos chico<br />
Mantener un adecuado comportamiento en el centro y en casa<br />
durante los permisos de fin de semana<br />
Participar activamente en su proceso reeducativo<br />
Asumir su parte de responsabilidad en el problema familiar<br />
Asumir la responsabilidad de sus acciones en la relación con los<br />
demás sin justificarse constantemente<br />
Ser coherente con sus acciones y verbalizaciones,<br />
acompañando sus propósitos con la acción<br />
Mejorar la relación familiar<br />
Mejorar la comunicación con sus padres<br />
Aumentar la capacidad de empatía hacia sus padres y hermana<br />
Aumentar su capacidad de esfuerzo<br />
Mejorar su tolerancia a la frustración<br />
Mejorar su autoestima y autoconcepto<br />
Aprender a resolver problemas<br />
Aceptar la autoridad de sus padres, cumpliendo con las<br />
normas de convivencia familiar y asumiendo las consecuencias<br />
derivadas del incumplimiento de las mismas<br />
Controlar su agresividad<br />
Evitar manipular y chantajear a sus padres para conseguir sus<br />
propósitos<br />
Flexibilizar los pensamientos irracionales<br />
Mejorar su forma de relacionarse con los demás a través<br />
del entrenamiento en conductas asertivas, evitando las<br />
provocaciones a los demás como medio para llamar la atención<br />
Mejorar sus hábitos escolares y mantener un rendimiento<br />
adecuado en la escuela<br />
Mantenerse abstinente en el consumo de cannabis<br />
Interiorizar y generalizar a su ambiente natural las conductas,<br />
habilidades y actitudes aprendidas en el centro.<br />
42
menores que agreden a sus padres II<br />
Fase de seguimiento<br />
Objetivos padres<br />
Ganar autonomía en la relación con su hijo, evitando relaciones<br />
de dependencia con el centro<br />
Entender la necesidad de seguir poniendo en práctica las<br />
habilidades aprendidas, incluso cuando su hijo vuelva a casa<br />
Mostrar confianza en su hijo<br />
Entender la medida de libertad vigilada como parte del mismo<br />
proceso reeducativo<br />
Objetivos chico<br />
Ganar autonomía en la relación con sus padres, evitando<br />
relaciones de dependencia con el centro<br />
Generar metas de vida realistas, a medio y largo plazo, y planes<br />
Ser consciente de los logros obtenidos y sentirse internamente<br />
reforzado por ello, sin perder de vista los aspectos a mejorar<br />
Entender la medida de libertad vigilada como parte del mismo<br />
proceso reeducativo<br />
Metodología de la Intervención<br />
- Convivencia y aprendizaje diario del chico en su<br />
grupo educativo.<br />
- Realización del Camino de Santiago en bicicleta con<br />
compañeros y educadores.<br />
- Asistencia diaria a la escuela.<br />
- Control de tóxicos durante los fines de semana.<br />
- Salidas de fin de semana al domicilio familiar,<br />
con periodos más largos durante las vacaciones<br />
(Navidad, Fallas, Pascua, y verano).<br />
- Participación del chico y su familia en el “Programa de<br />
intervención con familias y menores con conductas<br />
de maltrato”, en los 5 bloques de intervención que<br />
hemos descrito en el capítulo anterior.<br />
Reincidencia durante la intervención<br />
Al principio del internamiento el chico se mostraba<br />
resentido con los padres. Pese a esto, durante la<br />
primera visita se mostró afectivo con ellos, aunque los<br />
mensajes fueron encaminados a pedirles cosas, y a<br />
recriminarles que le hubiesen denunciado, adoptando<br />
un rol de víctima y hablándoles de su sufrimiento.<br />
Respecto al comportamiento en el centro, la<br />
adaptación, tanto a la dinámica de funcionamiento<br />
como de su grupo educativo, fue lenta. A pesar de que<br />
no realizaba conductas negativas graves, manifestaba<br />
serias dificultades para aceptar la figura de la autoridad.<br />
Le costaba cumplir con las normas de convivencia y<br />
tenía problemas para relacionarse con los demás.<br />
Cuando comenzó a salir los fines de semana a casa,<br />
en general funcionaron con normalidad. Nunca volvió<br />
a reincidir en cuanto a la realización de conductas<br />
agresivas, ni físicas ni verbales. Sin embargo, a lo<br />
largo de la medida judicial, realizó diferentes conductas<br />
negativas durante las salidas, fundamentalmente de<br />
desobediencia. En una ocasión llegó a casa a la hora<br />
acordada, pero después saltó por la ventana y se volvió<br />
a marchar; en dos ocasiones dio positivo en cannabis<br />
en la analítica realizada tras las salida; y en diferentes<br />
ocasiones intentó chantajear y manipular a los padres<br />
para conseguir diferentes objetivos (que los padres se<br />
sintiesen mal, que le permitiesen salir más tiempo o<br />
que ocultasen información al centro para evitar alguna<br />
consecuencia).<br />
La madre tenía más capacidad de reacción que el<br />
padre ante los chantajes (estrategia que él mismo<br />
utilizaba con el hijo, siendo su principal modelo). El<br />
padre en alguna ocasión cedió o presionó a la madre<br />
(intentándola chantajear también) para que cediese. La<br />
madre era más capaz de tolerar la frustración y afrontar<br />
las situaciones difíciles. El padre mostraba mayor temor<br />
a volver a la situación de antes y tendía a funcionar<br />
por refuerzo negativo, cediendo ante los chantajes del<br />
chico por miedo a que se desatase un nuevo conflicto.<br />
Además el padre tenía un estilo de comportamiento<br />
pasivo-agresivo. Pasaba por alto muchas conductas<br />
y actitudes negativas de su hijo y se iba llenando de<br />
malestar, hasta que por un hecho puntual, en ocasiones<br />
menos grave que otros, explotaba y hacía comentarios<br />
inadecuados o sancionaba en exceso. Esto a su vez<br />
provocaba que en ocasiones levantase los castigos.<br />
43
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Valoración técnica del proceso y resultados<br />
El chico estuvo en el centro quince meses, aunque de<br />
ellos sólo nueve fueron por el delito de maltrato familiar.<br />
El resto fue por un delito contra la salud pública.<br />
En el mes de julio de 2009, fecha en la que finaliza<br />
el periodo de internamiento impuesto por agredir a su<br />
madre y hermana, se concluye la intervención individual<br />
y familiar sistematizada y estructurada.<br />
De julio de 2009 hasta enero de 2010, periodo que<br />
dura la medida judicial impuesta por el delito contra la<br />
salud pública, se continúa realizando un trabajo socioeducativo<br />
diario dentro de su grupo de convivencia. Por<br />
otro lado, se llevan a cabo intervenciones psicológicas<br />
puntuales, individuales y familiares, y se realiza el<br />
seguimiento del caso, trabajando en la derivación del<br />
mismo, en coordinación con el equipo de medio abierto,<br />
durante el último mes.<br />
Los resultados de la intervención han sido, y siguen<br />
siendo positivos.<br />
• El chico ha mejorado la relación con los padres.<br />
Se comunican más y mejor. Les pide consejos<br />
para tomar decisiones, en casa el ambiente<br />
se ha normalizado, pudiendo hablar de cosas<br />
intrascendentes y de cosas personales y familiares.<br />
Comparte tiempo con la familia, ya no pasa las<br />
horas muertas en su habitación y realiza actividades<br />
con los padres y hermana. Se muestra afectivo con<br />
ellos y viceversa.<br />
• Ha mejorado la relación con el abuelo. Antes de<br />
ingresar en el centro, eran dos auténticos extraños<br />
que ni siquiera se hablaban. Hacían como si el otro<br />
no existiese. En la actualidad, pese a que la relación<br />
no es muy fluida, mantiene diálogo sin conflicto y su<br />
relación se ha normalizado.<br />
• No han vuelto a repetirse las conductas de maltrato<br />
en casa. Ante los desacuerdos, que los siguen<br />
habiendo, o ante situaciones en las que no consigue<br />
lo que quiere, su comportamiento es más controlado.<br />
En ocasiones se victimiza para conseguir sus<br />
propósitos, pero si le dicen que no, pese a insistir, no<br />
va más allá. Por otro lado, aunque menos que antes,<br />
en ocasiones los padres siguen siendo incoherentes<br />
en la manera de reaccionar ante determinados<br />
comportamientos del chico, porque el padre a veces<br />
cede para evitar conflictos. El chico se aprovecha de<br />
esta situación.<br />
• Ha aprendido a aceptar la autoridad de los padres,<br />
cumpliendo normalmente con las normas. Colabora<br />
en las tareas domésticas siendo responsable<br />
diariamente de la limpieza y aseo de su habitación<br />
y de poner y quitar la mesa. Durante los fines de<br />
semana, en ocasiones, va al campo a ayudar a su<br />
padre y colabora en alguna tarea extra de la casa,<br />
como limpiar el patio. Respecto a los horarios, en<br />
alguna ocasión sigue teniendo dificultades para<br />
cumplirlos y llega una hora u hora y media tarde, pero<br />
asume la consecuencia (no salir al día siguiente).<br />
• Es más capaz que antes de asumir la responsabilidad<br />
de sus acciones y pide disculpas cuando evalúa que<br />
se ha equivocado.<br />
• Mejoró su autoestima y sus habilidades sociales. En<br />
general es más asertivo y realiza menos llamadas<br />
de atención, aunque ha de seguir mejorando en<br />
esto.<br />
• En cuanto al consumo, continúa consumiendo<br />
cannabis, por el momento de forma controlada.<br />
• A nivel formativo obtuvo el graduado en ESO, durante<br />
el curso 2008-2009. En la actualidad trabaja en la<br />
empresa familiar, que dirige su padre. No obstante<br />
muestra dificultades para mantener el esfuerzo y en<br />
ocasiones confunde su rol de trabajador con el de<br />
jefe.<br />
44
menores que agreden a sus padres II<br />
2.- CASO Nº 2: ASOCIACIÓN LOS ARCOS DE<br />
ALTEA 10<br />
• Código de identificación: MJ01<br />
• Fecha de nacimiento: 18-06-90<br />
• Lugar de residencia: Urbano<br />
• Quien realiza la denuncia Padre<br />
• Fecha en que se cometen los hechos: Se producen<br />
de manera reiterada entre diciembre de 2004 y mayo<br />
de 2006.<br />
• Fecha en la que se impone la medida: Julio de 2005.<br />
• Fecha de inicio de la medida: Octubre de 2005.<br />
• Tipo de medida y duración: Se acumulan varias<br />
• Indicadores de riesgo<br />
medidas de libertad vigilada refundiéndose finalmente<br />
en un único expediente de reforma, teniendo que<br />
cumplir el joven un total de 24 meses.<br />
• Fecha de finalización de la medida: Finalización<br />
según liquidación de medida en marzo de 2010.<br />
• Otras medidas impuestas previamente, durante el<br />
cumplimiento y después del cumplimiento:<br />
- En febrero de 2005 se produce un internamiento en<br />
centro semiabierto por maltrato familiar.<br />
- Durante el periodo de internamiento prolongado<br />
(mayo 2006-marzo 2008), el joven aprovechando<br />
las salidas de fin de semana comete dos delitos<br />
de robo con violencia (fuera del entorno familiar),<br />
por los cuales se le imponen medidas judiciales en<br />
medio abierto.<br />
Factores parentales<br />
Carencia de habilidades en el cuidado del hijo<br />
Pobre autoestima<br />
Problemas de adicción a tóxicos<br />
Enfermedades severas<br />
Características del niño/joven<br />
Baja tolerancia a la frustración.<br />
Problemas de conducta<br />
Consumo de drogas<br />
Absentismo escolar<br />
Fracaso escolar<br />
Agresividad hacia los padres<br />
Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />
Grupo de iguales en situación de riesgo<br />
Forma de resolución de conflictos de forma agresiva<br />
Bajo nivel de autoestima<br />
Bajo nivel de empatía<br />
Bajo nivel de habilidades sociales<br />
Impulsividad<br />
10 La descripción de este caso ha sido aportada por Joan Font, Antonio Ortega y Yolanda Soler, técnicos del Equipo de Medidas Judiciales de la Asociación Los Arcos de <strong>Altea</strong><br />
45
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
• Familiares<br />
Interacción paterno filial<br />
Desadaptada<br />
Escasa comunicación y comunicación negativa<br />
Ciclo ascendente de conflicto y agresión<br />
Estilo educativo contradictorio<br />
Dejación/delegación de funciones parentales<br />
Configuración familiar<br />
Menos de tres hijos<br />
Monoparental<br />
Hijo único<br />
• Socioculturales<br />
Ámbito laboral<br />
Pérdida de rol<br />
Pérdida de autoestima y poder<br />
Trabajo precario<br />
• Motivo de intervención: Imposición de Medida<br />
Judicial en Medio Abierto por un delito de maltrato<br />
habitual y siete delitos de maltrato familiar.<br />
• Tipo de violencia:<br />
- Física y verbal.<br />
- Continuada.<br />
- Reiterada.<br />
• Víctima: Padre<br />
• Fecha de inicio de la intervención:<br />
Octubre de 2005<br />
• Objetivos y metodología de intervención<br />
aplicada:<br />
Desde el inicio de nuestra intervención se han<br />
sucedido varias interrupciones por internamiento<br />
que nos han obligado a reformular los objetivos<br />
atendiendo a las nuevas necesidades que iban<br />
apareciendo en el caso. A continuación detallamos<br />
los objetivos y metodología aplicada, recogidos en los<br />
dos Programas Individualizados de Ejecución que se<br />
han planteado desde nuestra Entidad.<br />
Programa Individualizado de ejecución:<br />
18 de noviembre de 2005<br />
Objetivos:<br />
Ámbito del menor:<br />
- Fomentar la reflexión del menor sobre los hechos<br />
acaecidos y analizar su situación actual, para que<br />
conozca las consecuencias y repercusiones que<br />
producen tanto en su entorno social como familiar.<br />
46
menores que agreden a sus padres II<br />
- Orientar al menor para que acuda al Programa<br />
de Atención a la Familia e Infancia, con el fin de<br />
entrevistarse con el psicólogo del programa, y así<br />
poder empezar una terapia con el padre y el hijo, para<br />
mejorar en lo posible la relación paterno-filial.<br />
- Instruirle en Habilidades Sociales, para conseguir<br />
mantener buenas relaciones con su grupo de iguales,<br />
tanto en el Instituto como fuera del mismo:<br />
Reconocimiento de los sentimientos.<br />
Resolución de problemas.<br />
Control de impulsos.<br />
Ámbito familiar:<br />
- En cuanto a las relaciones familiares y a la instrucción<br />
en estrategias educativas, es el Servicio de Atención<br />
a la Familia e Infancia (SEAFI) a través del psicólogo,<br />
el encargado de trabajar con el padre, para de esta<br />
manera conseguir una buena estabilidad emocional<br />
en el núcleo familiar. El objetivo desde el Programa<br />
de Medidas Judiciales es llevar un seguimiento de<br />
las pautas marcadas desde el SEAFI e intentar que<br />
se lleven a cabo tanto por parte del padre como del<br />
menor.<br />
Ámbito formativo:<br />
- Erradicar el absentismo escolar que presenta el<br />
menor:<br />
Cambiar el concepto que tiene el menor respecto<br />
al Centro Escolar.<br />
Averiguar los verdaderos motivos por los que no<br />
asiste al Instituto.<br />
Explicarle la obligación que tiene de asistir al<br />
Centro con regularidad.<br />
Explicarle los beneficios que conlleva su asistencia<br />
al Centro.<br />
Crear hábitos en el menor que proporcionen la<br />
realización de tareas escolares.<br />
Crear de forma consensuada un horario que<br />
contemple la realización de tareas escolares.<br />
Ámbito de ocio y tiempo libre:<br />
- Favorecer el mantenimiento de actividades deportivas,<br />
en su tiempo libre.<br />
Metodología:<br />
Las actividades y tareas realizadas en la medida han<br />
sido coordinadas y compaginadas con la intervención<br />
del psicólogo del SEAFI.<br />
- Entrevistas semanales del educador del Programa de<br />
Medidas Judiciales con el menor.<br />
- Seguimiento del menor en el Instituto, a través de<br />
reuniones con el tutor o jefe de estudios.<br />
- Entrevistas semanales con el padre del menor.<br />
- Realización de ejercicios prácticos de Habilidades<br />
Sociales.<br />
- Realización de fichas sobre Habilidades Sociales.<br />
- Reuniones de coordinación con el Equipo Social de<br />
Base del municipio y con el psicólogo del SEAFI.<br />
Programa Individualizado de ejecución – 14 de julio<br />
de 2008<br />
Objetivos:<br />
Ámbito del menor:<br />
- Favorecer el adecuado desarrollo de ese proceso de<br />
cambio ya iniciado que permita erradicar por completo<br />
las conductas infractoras e interiorizar herramientas y<br />
valores como la empatía y el respeto que le acerquen<br />
más a la postura de la víctima.<br />
- Asumir las consecuencias, compromisos y<br />
obligaciones que se deriven de la medida judicial y de<br />
un eventual incumplimiento de la misma.<br />
- Favorecer el aumento del umbral de tolerancia a la<br />
frustración.<br />
- Favorecer el aumento del nivel de autonomía<br />
personal.<br />
- Promover el desarrollo de las habilidades sociales<br />
necesarias para la adecuada gestión de los conflictos.<br />
- Verificar que su estado afectivo emocional<br />
efectivamente ha mejorado y proporcionar el apoyo<br />
necesario en caso de apreciar carencias y fragilidad<br />
en este ámbito.<br />
Ámbito formativo-laboral:<br />
- Favorecer que el joven desarrolle todas aquellas<br />
capacidades y habilidades que le permitan consolidar<br />
el empleo que acaba de encontrar.<br />
47
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
- Obtener el carné de conducir.<br />
- Favorecer que surja una motivación mínima de cara<br />
a matricularse en la EPA (Educación de personas<br />
adultas) con el fin de obtener el graduado escolar.<br />
(Entidad dinamizadora de la actividad económica y<br />
social de la Marina Alta)<br />
Ámbito sanitario:<br />
- Realizar un seguimiento acerca del consumo de<br />
cannabis y alcohol continuando con nuestro trabajo<br />
de prevención y orientando al joven al recurso<br />
adecuado en caso de observar síntomas alarmantes<br />
de consumo.<br />
Ámbito familiar:<br />
- Realizar un seguimiento de las relaciones entre padre<br />
e hijo verificando que la mejoría se han consolidado<br />
y aportando las orientaciones oportunas tanto en el<br />
caso de que no se haya producido esa consolidación<br />
como en aquellas situaciones en las que las partes<br />
acepten y necesiten una ayuda y acompañamiento<br />
para mejorar la convivencia.<br />
- Trabajar con el menor la necesidad de respetar<br />
determinadas decisiones de su padre y la<br />
conveniencia de empezar a plantearse su relación de<br />
una forma más madura y menos absorbente.<br />
Ámbito de ocio y tiempo libre:<br />
- Ofrecer al joven nuestra orientación y apoyo de cara<br />
a <strong>org</strong>anizar adecuadamente el tiempo destinado al<br />
ocio, explorando alternativas que constituyan ofertas<br />
sanas y constructivas.<br />
Metodología:<br />
- Entrevistas del educador de la medida con el<br />
joven donde se trabajarán los diferentes objetivos<br />
planteados en el PIE (Proyecto individualizado de<br />
ejecución), aplicando las técnicas y los medios<br />
necesarios para lograr su consecución y realizando<br />
las tareas conjuntas entre el técnico y el joven que se<br />
consideren necesarias.<br />
- Acompañamientos previstos para favorecer el logro<br />
de los objetivos propuestos: SERVEF (Servicio<br />
Valenciano de Empleo y Formación), CREAMA<br />
(Entidad dinamizadora de la actividad económica y<br />
social de la Marina Alta), etc.<br />
- Contactos y entrevistas por parte del educador de la<br />
medida con el padre del joven.<br />
- Tareas encomendadas al joven como contenido de la<br />
ejecución de la medida.<br />
- Reuniones, contactos e intercambios de información<br />
con los responsables del Equipo Social de base.<br />
- En su caso, contactos con los profesionales de los<br />
diferentes recursos que intervengan en el desarrollo<br />
del PIE.<br />
• Reincidencia durante la intervención: Si<br />
- En octubre de 2005 se inicia la primera medida de<br />
libertad vigilada, tras unos episodios de agresiones<br />
hacia el padre, que se venían sucediendo desde<br />
diciembre de 2004.<br />
- En febrero de 2006 se produce un internamiento<br />
cautelar en régimen semiabierto, por reincidencia.<br />
- En marzo de 2006 se deja sin efecto el internamiento<br />
cautelar en régimen semiabierto y se sustituye por<br />
una medida de libertad vigilada cautelar.<br />
- En mayo de 2006, de nuevo por otra agresión,<br />
se decide modificar la medida de libertad vigilada<br />
cautelar por un internamiento cautelar en régimen<br />
semiabierto.<br />
- A partir de esa fecha, se inicia un periodo de<br />
internamiento sin interrupciones hasta marzo de 2008<br />
(fecha en la que se retoma la intervención en medio<br />
abierto).<br />
• Reincidencia posterior a la intervención: La<br />
intervención aún no ha finalizado<br />
• Valoración técnica del proceso y resultados:<br />
Estamos ante una situación peculiar debido a las<br />
sucesivas interrupciones en nuestra intervención y,<br />
en consecuencia, la participación de otros equipos<br />
vinculados a la ejecución de medidas judiciales de<br />
internamiento.<br />
Ello supone que para una valoración técnica se deba<br />
tener en cuenta la imposibilidad de desarrollar un<br />
continuo en nuestra intervención desde el inicio, en<br />
octubre de 2005.<br />
En ese sentido, el programa individualizado de<br />
ejecución planteado en un principio no pudo ser<br />
48
menores que agreden a sus padres II<br />
desarrollado según la programación prevista debido al<br />
internamiento del joven.<br />
Cuando se retoma definitivamente la libertad vigilada<br />
de manera estable y sin interrupciones, en marzo de<br />
2008, es cuando se lleva a cabo el desarrollo de un<br />
proyecto educativo según lo previsto desde un principio.<br />
En esta valoración técnica es necesario destacar<br />
que el trabajo realizado durante el internamiento por<br />
el equipo del centro y el propio proceso madurativo<br />
del joven, han permitido de manera plausible nuestra<br />
intervención desde el medio abierto.<br />
Los recursos empleados en nuestra intervención se<br />
han elegido atendiendo a las necesidades detectadas<br />
en un principio y a las que han ido apareciendo a lo<br />
largo de la intervención.<br />
Cuando se inicia la intervención, en 2005, se implica<br />
al Equipo Social de Base y al SEAFI del municipio para<br />
tratar de abordar la problemática familiar. Otro recurso<br />
con el que se trabaja es el escolar.<br />
Actualmente se llevan ejecutados 14 meses de libertad<br />
vigilada de los 24 previstos. Los resultados parciales<br />
que en este momento se pueden ofrecer son positivos.<br />
En relación al tipo de violencia que origina la medida, ha<br />
remitido por completo, y no se han vuelto a dar episodios<br />
de maltrato al padre. La convivencia ha mejorado de<br />
manera importante y el joven afronta la relación con el<br />
padre de manera más madura y empática, y desde el<br />
respeto, el afecto y la preocupación hacia la situación<br />
del otro. Paralelamente se ha dado un proceso evidente<br />
hacia una autonomía personal y el joven presenta un<br />
adecuado nivel de habilidades relaciones y de recursos<br />
personales que le permiten funcionar satisfactoriamente<br />
de manera autónoma. En cuanto a conductas delictivas<br />
distintas al maltrato familiar, no se tienen noticias de<br />
reincidencia y apreciamos una normalización social en<br />
el joven.<br />
Tras el período de internamiento, los recursos que<br />
han participado y están participando en el programa<br />
individualizado del joven son los siguientes:<br />
- Equipo Social de Base: este recurso nos proporciona<br />
espacio físico para las entrevistas con el joven y ha<br />
realizado y realiza un trabajo de orientación y gestión<br />
en cuanto a ayudas y prestaciones que, debido a la<br />
situación económica del joven, se han valorado como<br />
necesarias. Asimismo, ha intervenido a la hora de<br />
favorecer un empleo en el Ayuntamiento para este<br />
usuario.<br />
- SERVEF: se ha utilizado este recurso como pieza<br />
fundamental a la hora de llevar una búsqueda activa<br />
de empleo.<br />
- INEM (Instituto Nacional de Empleo): derivamos al<br />
joven a este <strong>org</strong>anismo con el fin de tramitar una<br />
prestación a la que se tiene derecho cuando finaliza<br />
un internamiento.<br />
- CREAMA: junto al SERVEF, se ha empleado este<br />
recurso en la búsqueda activa de empleo.<br />
- Ayuntamiento: la oferta de empleo desde esta<br />
institución a través de subvenciones estatales ha<br />
permitido obtener un trabajo temporal al joven.<br />
- Fuerzas Armadas: el joven se ha presentado a las<br />
pruebas de ingreso, que ha superado pero no se le<br />
ha asignado plaza.<br />
49
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
3.- CASO Nº 3: FUNDACIÓN MEDITERRÁNEA DE<br />
NEUROCIENCIAS 11<br />
María 16 años<br />
Motivo de ingreso<br />
María es una adolescente de 16 años que ingresa<br />
de forma urgente en la Unidad de Adolescentes de la<br />
Fundación Mediterránea de Neurociencias a petición<br />
de su madre, debido a problemas conductuales<br />
graves que comienzan dos años antes del ingreso,<br />
y que gradualmente van escalando hasta presentar<br />
agresividad verbal y física hacia su madre, absentismo<br />
escolar, asociación con iguales conflictivos, consumo<br />
de tóxicos, mentiras y pequeñas fugas de casa.<br />
En el momento del ingreso María se muestra<br />
claramente enfadada y poco colaboradora, minimizando<br />
la problemática existente.<br />
Datos demográficos<br />
María es una adolescentes de 16 años, hija única,<br />
que convive con su madre. Es descrita a nivel<br />
premórbido como introvertida, sensible, con dificultades<br />
para verbalizar sentimientos y poca capacidad de<br />
afrontamiento de dificultades. No ha presentado<br />
problemas de rendimiento escolar hasta hace dos años.<br />
A nivel social, es mas bien tímida, pasiva y retraída. En<br />
el colegio tiene dificultades con sus iguales, llegando a<br />
ser víctima de bullying en los últimos años de la primaria.<br />
En lo que a la relación familiar se refiere, hasta el inicio<br />
de la problemática, es descrita como cercana a los<br />
padres, hasta el punto de tener una alta dependencia<br />
emocional de la madre (negativa a separarse de ella en<br />
la infancia, a dormir sola….).<br />
Factores familiares<br />
La familia de María goza de un status socio-económico<br />
medio-alto. Los dos padres cursaron estudios<br />
universitarios y tienen trabajos de alta demanda.<br />
En lo que al manejo se refiere, la madre reconoce<br />
que siempre habían sido muy permisivos con ella<br />
(antes de la problemática los límites no se perciben<br />
necesarios debido al buen carácter premórbido). Desde<br />
que comienzan los problemas, la madre se encuentra<br />
totalmente desbordada, y no es capaz de utilizar un<br />
estilo consistente.<br />
Como acontecimiento negativo de más relevancia,<br />
hay que destacar el fallecimiento repentino del padre<br />
once meses antes del ingreso en un accidente en casa.<br />
El duelo de la madre es claro y aunque durante<br />
unos meses, se encuentra visiblemente afectada,<br />
luego normaliza su actividad laboral y social. Por el<br />
contrario, María no exterioriza aparentemente tristeza,<br />
negándose a hablar del padre y minimizando el impacto<br />
que ha tenido en ella esta perdida. Según trascurren los<br />
meses, se muestra cada vez más irritable, bajando su<br />
rendimiento académico y comenzando las dificultades<br />
conductuales.<br />
Sospecha diagnóstica: La sospecha diagnóstica<br />
al ingreso es que las dificultades conductuales y la<br />
violencia filio-paternal se enmarcan dentro del duelo<br />
no resuelto y de un posible cuadro depresivo.<br />
Evaluación: La evaluación consiste en entrevista<br />
familiar, informes escolares, observación y<br />
evaluación individual que incluyen cuestionarios para<br />
episodio depresivo y síntomas de ansiedad (BECK,<br />
STAIC), cuestionario general (SDQ), e Inventario de<br />
Personalidad.<br />
Intervención: El programa terapéutico incluye a<br />
nivel individual una reestructuración cognitiva para<br />
ayudar a María con la verbalización de emociones<br />
y la resolución de conflictos, permitiéndole así el<br />
afrontamiento del duelo. De forma paralela se trabaja<br />
autoestima y autoconcepto, además de habilidades<br />
sociales, empatía y reconocimiento del impacto<br />
emocional de sus conductas.<br />
A nivel familiar, se trabaja desde la perspectiva<br />
sistémica, para reforzar el vínculo afectivo y mejorar el<br />
estilo de manejo: afecto y la utilización de límites.<br />
María se integra también en una Terapia de Grupo, en<br />
la que se trabajan conductas prosociales, y resolución<br />
de conflictos.<br />
Además de las intervenciones psicopedagógicas, se<br />
inicia un tratamiento farmacológico con un antidepresivo<br />
para mejorar el ánimo y un neuroléptico para reducir los<br />
niveles de agresividad.<br />
11 La descripción de este caso ha sido aportada por Auxi Javaloyes,<br />
psiquiatra de la Fundación Mediterránea de Neurociencias<br />
50
menores que agreden a sus padres II<br />
Evolución: María estuvo ingresada en la Unidad<br />
de Hospitalización durante siete semanas. Después<br />
de una estabilización gradual de las conductas, se<br />
procede a un retorno gradual a casa.<br />
Algunas de las frases que utiliza María durante la<br />
terapia y que ilustran sus dificultades incluyen:<br />
“….estaba tan perdida y tan sola, y me sentía tan mal<br />
que las peleas me mantenían viva…”<br />
“…..aunque parezca absurdo, llegué a pensar que mi<br />
madre tenía la culpa de que papá muriera y quería<br />
que ella sufriera como yo estaba sufriendo…”<br />
“ …. Como llegué a sentirme lo peor, no me sentía<br />
capaz de tener amigos normales, ni de estudiar, ni de<br />
hacer nada bueno en la vida…”<br />
Seguimiento en consultas externas: La evolución<br />
ha sido positiva, desapareciendo las conductas<br />
disruptivas, y la violencia filio-paternal. María ha<br />
comenzado el curso escolar sin problemas. A nivel de<br />
ánimo han desaparecido los síntomas depresivos y<br />
las conductas se encuentran dentro de la normalidad.<br />
Intervención a nivel social: Como parte de las<br />
intervenciones se ha ayudado a María a que<br />
re<strong>org</strong>anice su tiempo libre y cambie de grupo de<br />
iguales. A la madre se le oferta la posibilidad de<br />
contar con el apoyo de los Servicios Sociales, pero<br />
dada la evolución positiva no lo solicita.<br />
nivel social se identifica el Bullying que recibe María, el<br />
cambio de grupo de iguales y el consumo de tóxicos.<br />
Revisión de los perfiles ingresados con violencia<br />
filiopaternal en la unidad de adolescentes de la<br />
CMN: De todos los menores ingresados en la unidad<br />
de adolescentes, se aprecian tres perfiles diferenciados<br />
en lo que a factores etiológicos se refiere:<br />
- Menores en los que la violencia filio-parental viene<br />
mediada sobre todo por factores ambientales<br />
(crianza inadecuada).<br />
- Menores en los que la violencia filio-parental aparece<br />
como parte de un cuadro psiquiátrico agudo.<br />
- Menores en los que la violencia filio-parental<br />
se desarrolla como consecuencia de factores<br />
individuales (CI-límite, trastorno por déficit de<br />
atención con hiperactividad.) más factores<br />
ambientales (modelamiento familiar, estilo de<br />
crianza inadecuado, iguales conflictivos, absentismo<br />
escolar…).<br />
De estos tres modelos, María se enmarcaría dentro<br />
del segundo de ellos.<br />
Intervención a nivel educativo: Para facilitar un<br />
cambio a nivel conductual, se orienta a María hacia<br />
un traslado de centro educativo, y se solicita al<br />
nuevo centro un mayor apoyo psicopedagógico, que<br />
permita a María ponerse al día.<br />
Factores de riesgo: En la historia de María se<br />
identifica como factor causal para el maltrato<br />
filiopaternal el cuadro depresivo que se desencadena<br />
por acontecimiento vital negativo (pérdida repentina<br />
del padre con duelo no resuelto).<br />
Existen además factores de riesgo a nivel individual<br />
que incluyen: pocas habilidades de afrontamiento,<br />
retraimiento, poca capacidad de verbalización de las<br />
emociones, inseguridad y alta dependencia emocional.<br />
A nivel familiar se identifica un estilo de manejo<br />
permisivo y una alta dependencia emocional, y a<br />
51
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
4.- CASO Nº 4: CENTRO DE REEDUCACIÓN DE<br />
MENORES REY JAIME I 12<br />
La presente intervención se enmarca dentro del<br />
protocolo de actuación específica desarrollado por el<br />
equipo técnico del centro de reeducación de menores<br />
Rey Jaime I, para aquellos casos en los que, menores<br />
y/o jóvenes, ingresan en nuestro centro tras la<br />
imposición (de manera cautelar o firme) de una medida<br />
de internamiento por la comisión de un delito (o presunto<br />
delito) calificado como maltrato familiar.<br />
El criterio de inclusión comprende también,<br />
aquellos otros casos en los que, si bien la medida<br />
de internamiento responde a otro tipo de infracción,<br />
durante su cumplimiento se tiene conocimiento (o se<br />
sospecha), de la existencia de violencia ejercida por los<br />
menores/jóvenes hacia sus progenitores (en un sentido<br />
amplio), bien porque así lo refiera la familia o el propio<br />
menor/joven, bien porque se detecte esta situación<br />
de violencia filio-parental durante el desarrollo de la<br />
intervención.<br />
En este sentido, cabe mencionar que el diseño del<br />
protocolo (en cuanto a su estructura y contenido), ha<br />
evolucionado conforme a la participación de este equipo<br />
en el proyecto de investigación “<strong>Violencia</strong> intrafamiliar:<br />
Menores que agreden a sus padres II”, en el marco del<br />
Programa Europeo <strong>Daphne</strong>.<br />
Aquí relataremos una intervención aún en curso, que<br />
pretende ilustrar algunas de las particularidades que<br />
se presentan durante el desarrollo y evolución de los<br />
casos de violencia filio parental. Nuestra intervención<br />
tiene en cuenta a todos los actores implicados: la díada<br />
víctima/agresor y todos aquellos familiares involucrados<br />
(progenitores, nuevas parejas en el caso de padres<br />
separados y familia extensa).<br />
El presente abordaje se centra pues, en un menor (y<br />
en su familia) a quien en el momento de su ingreso,<br />
apenas le faltan unas semanas para cumplir la mayoría<br />
de edad, y al que llamaremos Enrique.<br />
Enrique ingresa en nuestro centro para cumplir una<br />
medida cautelar de internamiento en régimen cerrado<br />
terapéutico, por un tiempo aproximado de seis meses,<br />
por unos hechos constitutivos de un delito de maltrato<br />
familiar y amenazas.<br />
La sentencia recoge, meses más tarde, como hechos<br />
probados, que Enrique, encontrándose en el domicilio<br />
familiar, se dirigió a su madre iniciando una discusión<br />
en el curso de la cual le propinó varios puñetazos,<br />
impactando uno de ellos en el ojo derecho, causándole<br />
un traumatismo ocular con hemorragia subconjuntival,<br />
conminándole además, con una botella de cristal y<br />
un cuchillo jamonero, haciendo ademán de continuar<br />
pegándole, en un contexto de gran agresividad.<br />
En los días posteriores a su ingreso en el centro, la<br />
información con la que iniciamos el abordaje del caso<br />
(salvo aquella recogida en el auto de internamiento), no<br />
es otra que la proporcionada tanto por el propio menor,<br />
por un lado, así como por cada uno de los progenitores<br />
con sus respectivas parejas, por otro, entrevistas que<br />
son realizadas en todo momento por separado.<br />
En función de los hechos denunciados por la víctima<br />
(Encarna, la madre de Enrique), el Ministerio Fiscal,<br />
responsable de la instrucción de los procedimientos, así<br />
como de la investigación de los hechos, decide solicitar<br />
al Juez de Menores la adopción de una medida cautelar,<br />
por estimar que lo hacía aconsejable la gravedad de<br />
los hechos, su repercusión y alarma social producida,<br />
la existencia de indicios que implicaban al menor en<br />
el delito que se le imputaba, así como los reiterados<br />
incumplimientos que estaba protagonizando durante el<br />
transcurso de una medida de libertad vigilada.<br />
Es por ello que, en base a la información recogida<br />
en el auto de internamiento cautelar, el ingreso de<br />
Enrique supone la aplicación del protocolo de actuación<br />
específica en casos de violencia filio-parental.<br />
Uno de los principales objetivos de la intervención<br />
será, pues, erradicar las conductas reiteradas de<br />
violencia verbal, no verbal, y física, emitidas por parte<br />
de Enrique hacia su madre, una de las cuales acaba<br />
en la agresión que motiva la denuncia por la que se le<br />
impone la medida cautelar. En base a lo referido a la<br />
familia se evidencia, la presencia de comportamientos<br />
que podrían encuadrarse en cuatro dimensiones de<br />
maltrato: físico, psicológico, emocional y financiero,<br />
información coincidente con la que se desprende de<br />
los resultados de la Escala de violencia filio-parental<br />
(EVF-P) que, en un estado primigenio, hemos<br />
desarrollado como complemento a la entrevista. La<br />
evaluación de las conductas de maltrato se ha realizado<br />
a través de entrevistas mantenidas con el menor, con la<br />
persona receptora de dichas conductas, y con el resto<br />
de familiares implicados.<br />
12 La descripción de este caso ha sido aportada por Carmen María<br />
Ruiz, Salvador Carpi, y Antonio Moreno, Equipo técnico del Centro<br />
de Reeducación de Menores “Rey Jaime I”, de Fundación Arcos del<br />
Castillo.<br />
52
menores que agreden a sus padres II<br />
En la planificación de la intervención, las sesiones<br />
iniciales, suponen la primera toma de contacto entre<br />
el menor y los técnicos. Se trata de una primera<br />
aproximación a la situación actual en la que se<br />
encuentra Enrique. En ellas se efectúa la entrevista<br />
inicial, se realiza la recogida de datos, se administran<br />
aquellas pruebas psicológicas que se estiman<br />
oportunas, llevándose a cabo una exploración<br />
general en la que se sondean las principales áreas de<br />
intervención con menores infractores (situación familiar,<br />
estilos educativos parentales, estado del itinerario<br />
educativo, grupo de iguales, aprovechamiento del<br />
tiempo, consumo de sustancias, o medidas judiciales<br />
anteriores, entre otras), examinando la presencia de<br />
factores de riesgo así como la posible existencia de<br />
factores de protección.<br />
Por otra parte, la primera toma de contacto con los<br />
familiares (madre-pareja de ésta, por un lado, y padrepareja<br />
de éste, por otro) revela la existencia de un<br />
intenso conflicto entre los padres, que procede de su<br />
pasado en matrimonio que acabó en ruptura, con una<br />
separación traumática (en apariencia no resuelta, a<br />
juicio de los técnicos, por parte del padre de Enrique)<br />
y generadora de una importante e inagotable fuente de<br />
conflictos internos.<br />
Se cuenta desde el primer momento con la presencia,<br />
por separado, de los progenitores de Enrique,<br />
acompañados de sus respectivas parejas, con los que<br />
se mantiene una primera toma de contacto, en la que<br />
se inicia la recogida de datos, explorándose la situación<br />
familiar, se analiza el relato de la historia familiar narrada<br />
por ambas partes, el estado de la situación de conflicto<br />
hasta la vivencia de la agresión y posterior imposición<br />
de la medida de internamiento, los estilos educativos<br />
parentales y la interacción familiar, sondeando los<br />
aspectos más específicos (supervisión, disciplina,<br />
etcétera).<br />
En este sentido, se destaca por encima del resto de<br />
la información obtenida, el hecho de que Fernando, el<br />
padre del menor, justifique constantemente la agresión<br />
sufrida por la madre, minimizándola e incluso que<br />
llegue a cuestionar la autoría de la misma, apuntando<br />
la posibilidad de que se originara durante forcejeo<br />
entre Encarna, su pareja (Luis Manuel) y Enrique. La<br />
valoración de los hechos por parte de Fernando, queda<br />
resumida en el siguiente comentario “su habitación era<br />
su castillo, no tendrían que haber entrado así en ella”,<br />
o “su madre no es quien para hacer eso, ésa no es su<br />
casa, la casa es de mis hijos”, justificando la reacción<br />
violenta de su hijo, así como la situación acaecida tras<br />
la separación.<br />
El padre de Enrique se comporta, en las primeras<br />
visitas, como referente único para su hijo frente a la<br />
figura de la madre que es quien lo ha denunciado, no<br />
presente en estos momentos tan duros para el menor.<br />
Por otro lado, la madre acepta la situación de rechazo<br />
que Enrique manifiesta hacia ella, y se muestra receptiva<br />
respecto de las indicaciones de los técnicos. Entiende<br />
la necesidad de un abordaje previo con el menor en<br />
previsión de un encuentro entre ambos.<br />
También se mantiene contacto con los técnicos de<br />
medidas judiciales en medio abierto, responsables de<br />
la supervisión de las anteriores medidas de libertad<br />
vigilada que en su día se impusieron al menor, quienes<br />
se desplazan hasta nuestro centro y realizan un<br />
exhaustivo traspaso de información sobre la ejecución<br />
de las medidas anteriores, sobre la intervención<br />
realizada hasta el ingreso de Enrique, y de la situación<br />
pasada y presente del caso.<br />
De estas sesiones de evaluación, se destaca la<br />
importante dependencia a sustancias tóxicas que<br />
presenta Enrique en el momento de su ingreso,<br />
circunstancia que le provoca un moderado síndrome<br />
de abstinencia durante las primeras semanas de<br />
internamiento. Se aprecia una clara afectación<br />
en la autoestima del menor, especialmente en las<br />
dimensiones académica y social, y en menor medida,<br />
emocional y física. Presenta unos prototipos de<br />
personalidad en los que predomina el oposicionismo, la<br />
rebeldía, la rudeza, la tendencia límite, la autopunición;<br />
significativas carencias respecto de la idea de quién es,<br />
así como en cuanto a la sensibilidad social, con una<br />
elevada discordancia familiar, y cierta desvalorización<br />
de sí mismo; por último sobresale su inclinación<br />
hacia el abuso de sustancias, con predominio de<br />
comportamientos impulsivos. La valoración del nivel de<br />
riesgo global es alta, por lo que se anticipa y planifica<br />
una supervisión acorde con esta valoración.<br />
Respecto de los indicadores de riesgo de la Guía<br />
de Intervención Temprana, en cuanto a los factores<br />
parentales individuales, éstos no se detectan (véase<br />
aquellos relacionados con las interacciones paternofiliares).<br />
53
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
En referencia a los indicadores relacionados con las<br />
características del menor, se destaca: a) baja tolerancia<br />
a la frustración, b) apático, c) problemas de conducta, d)<br />
hiperactivo (diagnóstico clínico), e) consumo de drogas,<br />
f) procesos delincuenciales, g) absentismo escolar, h)<br />
abandono escolar, i) fracaso escolar, j) agresividad hacia<br />
los padres, k) desobediencia reiterada de las normas<br />
paternas, l) grupo de iguales en situación de riesgo, m)<br />
forma de resolución de conflictos de manera agresiva,<br />
n) bajo nivel de autoestima, ñ) locus de control externo<br />
(sitúa la responsabilidad de sus actos en los otros),<br />
o) bajo nivel de empatía, p) bajo nivel de habilidades<br />
sociales (interpersonales), q) hedonista-nihilista.<br />
En cuanto a los indicadores de riesgo familiares, en<br />
aquellos referidos a la interacción paterno-filial, se<br />
valora: a) desadaptada, b) escasa comunicación y/o<br />
comunicación agresiva, c) ciclo ascendente de conflicto<br />
y agresión, d) técnicas de disciplina coercitivas, e)<br />
pautas de crianza inadecuadas, f) modelos parentales<br />
inadecuados, g) dejación/delegación de funciones<br />
parentales, h) déficit de asertividad, i) relaciones de<br />
apego inadecuadas, j) sobreprotección.<br />
Respecto de las relaciones de pareja sobresalen:<br />
a) conflicto conyugal/ruptura de pareja, b) estrés<br />
permanente, c) problemas de inestabilidad de pareja.<br />
La configuración familiar destaca por estar reconstituida<br />
por parte de cada cónyuge.<br />
De los indicadores socioculturales apreciamos en<br />
relación con el ámbito laboral una economía estable.<br />
Respecto de las redes sociales de apoyo: no se<br />
detectan indicadores de riesgo,<br />
En contraposición al anterior, en referencia a los<br />
factores culturales se detectan por parte del padre: a)<br />
aprobación cultural del uso de la violencia, b) aceptación<br />
cultural del castigo corporal, c) aceptación cultural del<br />
consumo de estupefacientes.<br />
En base a la información referida anteriormente,<br />
se establecen una serie de objetivos de intervención<br />
planteados en función de las necesidades del menor, así<br />
de como su familia, elaborándose objetivos específicos<br />
para cada una de las díadas progenitor-pareja, dado<br />
que conforman núcleos de convivencia claramente<br />
diferenciados.<br />
Una vez evaluadas las necesidades del menor, la<br />
situación familiar, formuladas las hipótesis, y establecidos<br />
los objetivos, se inicia la fase de intervención.<br />
El protocolo de actuación sobre violencia filio-parental,<br />
se estructura en cuatro fases diferenciadas, a modo de<br />
estadios cronológicos en función de la evolución del<br />
caso.<br />
Primera fase: Se inicia con la evaluación, en la que<br />
se realiza la exploración, valoración, formulación de<br />
hipótesis y finalmente se establecen los objetivos del<br />
abordaje,<br />
Segunda fase: Se interviene sobre la situación actual<br />
que presenta el menor, incidiendo en sus factores<br />
de riesgo y en sus necesidades, con atención en la<br />
responsabilización sobre los hechos protagonizados.<br />
Tercera fase: En esta fase predomina el abordaje<br />
respecto de las interacciones entre el menor y sus<br />
referentes adultos, en este caso, mediante sesiones por<br />
separado entre el menor y cada uno de los progenitores<br />
con sus respectivas parejas.<br />
Cuarta fase: Finalmente y tras la valoración favorable<br />
en cada una de las fases anteriores, se realiza un<br />
seguimiento de la evolución y consolidación de los<br />
progresos adquiridos durante el periodo de intervención.<br />
En este sentido, brevemente, la intervención con<br />
Enrique durante estos primeros meses de internamiento,<br />
se ha centrado en la vivencia de la agresión, la asunción<br />
de responsabilidades, las consecuencias que los actos<br />
propios tienen para con los otros y con uno mismo,<br />
el trabajo de la empatía, de la exteriorización de las<br />
emociones propias, de la identificación y comprensión<br />
de las de los demás, así como en el entrenamiento en<br />
autocontrol emocional, y en la instrucción en habilidades<br />
sociales.<br />
Respecto de los progenitores, se ha intervenido de<br />
manera diferenciada con cada uno de ellos.<br />
Con Fernando, el padre, se ha confrontado la situación<br />
de conflicto permanente que mantiene con su ex-mujer<br />
y madre del menor, en referencia a los beneficios que<br />
esta situación tiene para con Enrique, reforzándose las<br />
interacciones adecuadas, instruyéndole en habilidades<br />
de crianza, con el objetivo de crear un vínculo sincero y<br />
beneficioso para su hijo.<br />
Esto es así, en referencia a la influencia negativa<br />
que ciertos modelos de conducta de Fernando han<br />
tenido y tienen en Enrique: sus creencias, valores y<br />
actitudes manifestadas por el padre sobre la situación<br />
de conflicto con Encarna, el consumo de sustancias<br />
54
menores que agreden a sus padres II<br />
toxicas, su enfoque respecto de las relaciones de<br />
pareja (en la que se evidencia un importante sesgo<br />
machista, predominando la posesión y roles rígidos), o<br />
la situación de internamiento, que vivencia como propia<br />
por una experiencia pasada.<br />
En cuanto a Encarna, la madre, se le ha mantenido<br />
informada en todo momento, con la mirada puesta en<br />
un posible encuentro con Enrique, en el momento mas<br />
adecuado en función del estado de la intervención.<br />
Encuentro para el que se han evaluado y potenciado<br />
previamente estrategias interpersonales y de<br />
comunicación con la madre.<br />
La intervención se ha realizado mediante sesiones<br />
individuales con el menor desde el equipo técnico,<br />
centradas como decíamos anteriormente, en<br />
posibilitar el reconocimiento por parte del menor de su<br />
responsabilidad en los hechos, así como en la gestión<br />
de los sentimientos de culpa que pudieran derivarse de<br />
ello. Asimismo, desde los hogares de convivencia en los<br />
que se estructura el centro, los educadores participan<br />
activamente del desarrollo de las intervenciones,<br />
afianzado los contenidos, reforzando el progreso, todo<br />
ello en coordinación y contacto permanente entre los<br />
diversos equipos del centro.<br />
Finalmente, transcurridos más de cinco meses desde<br />
el ingreso de Enrique, se produce el encuentro entre<br />
el menor y su madre, un reencuentro aparentemente<br />
sincero e intenso en el plano afectivo, planificado<br />
con todas las reservas, y a partir del cual se inicia el<br />
paulatino reestablecimiento del vínculo madre-hijo.<br />
Después de prácticamente seis meses desde que<br />
Enrique ingresara en el centro, se celebra la audiencia,<br />
en la que las partes llegan a una conformidad, por lo<br />
que el menor se reconoce autor material de la agresión,<br />
por ello se le impone una medida firme de internamiento<br />
por tiempo de un año (con el abono del tiempo cumplido<br />
durante el periodo cautelar) iniciando, en ese momento,<br />
el periodo de tiempo que le resta por cumplir en régimen<br />
semiabierto.<br />
En los meses siguientes al encuentro entre Enrique<br />
y su madre, la evolución del caso ha sido ciertamente<br />
irregular, marcado desde el inicio de su internamiento<br />
por la lentitud, aunque el progreso experimentado mes<br />
a mes ha sido generalmente continuo.<br />
El primer permiso de salida, supuso cierta<br />
desestabilización en la situación en la que se encuentra<br />
el menor. Ocho meses después de su ingreso, Enrique<br />
podía residir durante unos días en casa de su padre.<br />
No obstante, el menor aprovecharía para reencontrarse<br />
con su grupo de iguales, convivir en casa de Fernando<br />
y su pareja, Tere, así como para visitar a su madre.<br />
El permiso transcurriría sin incidentes, aunque dada<br />
la evolución tan pausada que ha experimentado, en el<br />
momento actual se plantean y anticipan las dificultades<br />
obvias al estado en el que nos encontramos, y a las<br />
particularidades del caso.<br />
En todo este tiempo, se han potenciado las<br />
interacciones positivas con su padre, con el que ha<br />
estrechado el vínculo afectivo. Por otro lado, se ha<br />
restablecido la relación con la madre, en proceso de<br />
consolidación desde entonces. Ha protagonizado<br />
una evolución personal ligeramente satisfactoria que<br />
continúa consolidándose a día de hoy. Nos encontramos<br />
actualmente frente a una situación (el disfrute de<br />
permisos de salida) que supone un paso más en su<br />
proceso reeducativo, cuando quedan apenas cuatro<br />
meses para que finalice su internamiento, tiempo que<br />
se continuará empleando en trabajar intensamente con<br />
los dos progenitores.<br />
Las hipótesis de trabajo respecto de la situación<br />
actual plantean un amplio abanico de posibilidades,<br />
que contempla desde la consolidación de las conductas<br />
adaptadas hasta el extremo opuesto marcado por un<br />
retroceso en su situación.<br />
Entre las conductas adaptadas (estado que podría<br />
coincidir temporalmente en su evolución con la<br />
finalización de su internamiento en el centro), se<br />
encuentran: la negativa a volver a consumir sustancias<br />
tóxicas, el mantenimiento de las interacciones<br />
adecuadas con la madre, la disminución del conflicto<br />
entre los progenitores,<br />
En el extremo opuesto Enrique podría refugiarse<br />
de nuevo en los valores desviados de su grupo de<br />
iguales. Este hecho presentaría importantes factores<br />
de riesgo, como conductas delictivas, consumo de<br />
sustancias, ausencia significativa de control parental y<br />
de su referente adulto paterno, retomando el consumo<br />
de sustancias, y relacionándose nuevamente de forma<br />
violenta con su madre.<br />
El devenir de las próximas semanas indicará hacia<br />
donde debe dirigirse la intervención, en función de<br />
la situación que se manifieste durante esta nueva<br />
55
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
etapa en la que se encuentra Enrique (periodo de<br />
concesión de permisos de salida, de retorno progresivo<br />
y controlado a su entorno cotidiano, de puesta en<br />
práctica de las habilidades y estrategias abordadas<br />
durante estos meses de intervención), devenir que<br />
influirá en la planificación del resto de su medida, en<br />
este caso, en medio abierto, como complemento de<br />
la de internamiento, con la finalidad de que el regreso<br />
del menor a la situación de libertad vigilada, sea<br />
adecuadamente supervisada, durante los próximos<br />
meses que le restan. Meses, no obstante, que afronta en<br />
una situación significativamente mas ventajosa (aunque<br />
sin poder considerarse, a día de hoy, normalizada) que<br />
la que presentaba en el momento de su ingreso, con<br />
una situación familiar que, aunque en permanente<br />
conflicto, pueda mitigarse en lo referente al menor y a<br />
su futuro próximo.<br />
Las dificultades en los casos de violencia filio-parental<br />
son evidentes. Aparte de la actuación genérica sobre<br />
los factores de riesgo y las necesidades de los menores<br />
infractores, las agresiones por parte de los hijos hacia<br />
sus progenitores conllevan ciertos añadidos que,<br />
en determinados casos, pueden llegar a dificultar<br />
enormemente la evolución de los procesos de cambio.<br />
Dado que victima y agresor/a puede que convivan<br />
en la misma casa, mantienen una relación directa de<br />
parentesco, el deterioro del vínculo afectivo puede<br />
llegar a ser extremo y, en casos como el de Enrique, se<br />
heredan conflictos ajenos al propio menor, como rupturas<br />
traumáticas no resueltas que, convierten la situación de<br />
maltrato familiar en un mero aspecto secundario, en una<br />
consecuencia derivada de una problemática de índole<br />
superior a la que, una intervención realizada desde un<br />
centro de reeducación, debe enfrentarse por el superior<br />
interés del menor.<br />
56
menores que agreden a sus padres II<br />
5.- CASO Nº 5: CENTRO DI SOLIDARIETÁ DI<br />
REGGIO EMILIA - ITALIA 13<br />
1) Datos de identificación<br />
Fecha: Febrero 2009<br />
Origen: CEIS (Centro de Solidaridad de Reggio<br />
Emilia)<br />
Nombre y edad del menor: (al momento de la<br />
intervención): Mateo, 20 años<br />
Envío:<br />
Son los abuelos maternos quienes sugieren a los<br />
padres tomar contacto con el CEIS. Ellos conocen<br />
el centro porque su hijo participa allí en el programa<br />
“Cocaína No”.<br />
Los padres del menor se dirigen al CEIS en un contexto<br />
de emergencia: Mateo tiene un accidente de coche y<br />
se sospecha que la causa del mismo es el abuso de<br />
sustancias.<br />
El tío, toxicodependiente, teme que la familia le impute<br />
a él la responsabilidad.<br />
Tipo de violencia<br />
- Verbal: amenazas, insultos, descalificaciones<br />
contra su padre y la compañera, su madre y el<br />
marido.<br />
- Física: contra la madre<br />
- Hacia sí mismo: accidentes de coche, amenaza de<br />
suicidio<br />
- <strong>Violencia</strong> asistida hacia el hermano pequeño:<br />
en muchas ocasiones Mateo se encierra<br />
en su habitación con su hermano pequeño<br />
amenazando con tirarse por la ventana frente a<br />
su hermano.<br />
- Uso de sustancias: abuso de cannabis, alcohol y<br />
probablemente consumo de cocaína.<br />
- Trastornos mentales: no se diagnostica ningún<br />
trastorno.<br />
- Restricciones legales: no tiene sanciones penales,<br />
solo sanciones civiles (retirada del carné de<br />
conducir)<br />
- Enfermedades: ninguna<br />
Descripción de la familia<br />
Nivel Socio-económico medio.<br />
El padre trabaja con su hermano menor, propietario de<br />
una mueblería heredada de sus padres. Su compañera,<br />
comerciante, tiene una tienda de fotocopias.<br />
La madre ha trabajado con su madre después de la<br />
separación pero la relación se interrumpe en mayo<br />
de 2009. Su marido es policía, hijo único de padres<br />
separados que viven en Roma.<br />
Mateo ha intentado trabajar con su padre como<br />
aprendiz, pero fue despedido por robo.<br />
La hermana es estudiante.<br />
Inicio del problema: en 2003, coincidiendo con el<br />
nacimiento de su hermano.<br />
Historia familiar<br />
Los padres de Mateo se separaron en 1994 por<br />
iniciativa de la madre que alega que se sentía sola y<br />
abandonada.<br />
La madre después de la separación va a vivir a casa<br />
de sus padres. En 1998 inicia una nueva convivencia<br />
y se instala en un piso de propiedad de su madre, en<br />
el mismo edificio. Vuelve a casarse en 2001 y de esta<br />
unión nacerá un hijo después de dos años. Las dos<br />
familias de la madre, la de origen y la reconstituida,<br />
constituyen sustancialmente un único núcleo.<br />
El padre conoce a Sara en 2002 y comienzan la<br />
convivencia en 2003.<br />
Mateo y su hermana, confiados a la madre, han<br />
mantenido relaciones regulares con su padre hasta<br />
que, por el empeoramiento de los comportamientos<br />
de Mateo (violencia, robo, amenazas y el uso de su<br />
hermano como rehén), la madre y su marido lo “envían“<br />
con su padre sin haberlo acordado previamente, una<br />
primera vez en marzo y una segunda en el verano de<br />
2009.<br />
Mientras tanto, la madre y la abuela materna, han<br />
interrumpido las relaciones después de un choque en el<br />
que se ve involucrada la hermana de Mateo, en el cual<br />
la abuela sale en defensa de su nieta.<br />
El hermano, últimamente, ha agravado sus problemas<br />
de habla (tartamudez).<br />
13 La descripción de este caso ha sido aportada por Mariapia Destéfani y<br />
Anna Bassioli, psicólogas del Centro di Solidarietá di Reggio Emilia.<br />
57
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
58
menores que agreden a sus padres II<br />
Justificación<br />
Los padres se muestran ambivalentes. Cuando<br />
los terapeutas ponen de relieve los aspectos graves<br />
y puntos del problema, los padres lo minimizan.<br />
Cuando los terapeutas se expresan de un modo que<br />
devalúa / minimiza el problema, los padres comienzan<br />
a preocuparse, a ser activos, cooperativos y leales,<br />
oscilando entre la adhesión a las peticiones del niño<br />
y delegarlo, entre los sentimientos de exaltación y de<br />
insuficiencia e impotencia. En este momento los padres<br />
esperan que Mateo esté convencido de la necesidad<br />
de una intervención curativa, pero él tiene un punto de<br />
vista muy diferente.<br />
Sistema de creencias<br />
1. Para Mateo y su hermana el “problema” son los<br />
adultos;<br />
2. Para el padre y el marido de la madre, el “problema”<br />
es la “explosividad” y pérdida de control de la madre;<br />
3. Para la madre el “problema” es el hijo sintomático,<br />
síntomas atribuibles a los efectos de la ausencia<br />
paterna.<br />
4. Para los abuelos maternos, el “problema” está<br />
relacionado con la pareja reconstituida, que no está<br />
disponible para enfrentarse con los problemas del<br />
hijo.<br />
5. El mito de consenso es que el trabajo es la única<br />
salvación.<br />
2) Intervención<br />
Primera fase: Evaluación<br />
* Participación de los padres en las reuniones de autoayuda<br />
desde noviembre de 2008<br />
* 3 reuniones familiares, dirigidas por un psicoterapeuta,<br />
con especial atención a la geografía familiar.<br />
Tratándose de una familia reconstituida, se consideró<br />
apropiado reunirse con el núcleo originario y por<br />
separado con el núcleo reconstituido<br />
* 3 entrevistas individuales de Mateo con el educador.<br />
Interrupción<br />
En la fase de evaluación, la familia extensa<br />
profundamente implicada, no acepta la intervención<br />
que la separa.<br />
Segunda fase: Configuración de la acción<br />
Los padres regresan con la terapeuta de los abuelos<br />
que tiene por objetivo construir un escenario con todos<br />
los adultos involucrados:<br />
• 2 entrevistas con los padres<br />
• 1 entrevista con la pareja reconstituida<br />
• Entrevistas con la pareja reconstituida y con los<br />
abuelos maternos<br />
Objetivos<br />
- Retomar el diálogo interrumpido a través de la<br />
clarificación;<br />
- Identificar una estrategia común para abordar los<br />
problemas de Mateo y determinar “quién hace qué”<br />
- Legitimar el derecho de cada núcleo familiar a su<br />
autonomía y a la diferenciación<br />
- Reducir el espacio de juego (poner a unos contra<br />
otros) y la manipulación de Mateo<br />
- Crear una estructura sostenible<br />
- Hacer sentir y mostrar a Mateo que los adultos son<br />
capaces de pensar y trabajar por él<br />
- Contener los síntomas de Mateo<br />
Dinámica relacional<br />
Presencia de secuencias familiares repetidas de<br />
ambivalencia entre acercamiento / alejamiento:<br />
- La madre repite el modelo materno internalizado<br />
cuando se muestra dominante, centrada en sí<br />
misma y controladora<br />
- La madre, incapaz de compartir la responsabilidad,<br />
padece el peso de la soledad<br />
- La madre, incapaz de sintonizar sus necesidades con<br />
las de su hijo, se acerca y se aleja de él de acuerdo<br />
a sus propias necesidades.<br />
- Activación del padre: instrumental, en contextos de<br />
emergencia, aunque viene a priori descalificado.<br />
- La idea de familia “única” parece hacer referencia a<br />
la familia nuclear original. En realidad se descalifican<br />
las funciones de apoyo y cuidado de los respectivos<br />
compañeros de sus padres. Funciones que en un<br />
primer momento fueron aceptadas y posteriormente<br />
rechazadas por los mismos progenitores.<br />
59
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
Función del síntoma<br />
El aislamiento social y el uso de cannabis parecen<br />
coincidir con el nacimiento de su hermano, como para<br />
mantener el control familiar y sustituir el vacío dejado por<br />
su madre (nueva maternidad), por el padre (iniciación<br />
de la convivencia) y el marido de la madre (en el papel<br />
de padre).<br />
El último brote de comportamiento violento contra su<br />
madre, parece coincidir con el abandono sufrido por<br />
Mateo de parte de su novia. Se podría hacer la hipótesis<br />
de que Mateo expresa resentimiento hacia el universo<br />
femenino.<br />
3) Resultados de la intervención<br />
Tratamiento en curso.<br />
Objetivos alcanzados<br />
- El enganche con la intervención.<br />
- La toma de conciencia de la gravedad del problema:<br />
hipótesis de un trastorno mental de Mateo y del<br />
malestar psicológica de los hermanos (su hermana<br />
ha comenzado un tratamiento psicológico)<br />
- La preocupación de los padres a proteger al hijo<br />
menor de la violencia asistida.<br />
- Claridad en la visión del problema: ver los patrones<br />
que se repiten entre generaciones.<br />
- La toma de consciencia de que Mateo juega con sus<br />
contradicciones, sus desacuerdos y sus rencores<br />
- Los terapeutas tienen dos puntos de vista opuestos<br />
sobre la familia reconstituida de la madre: uno<br />
compasivo (con el riesgo de debilitar su poder) y uno<br />
persecutorio (con el riesgo de juzgarlo y alejarlo).<br />
Recursos y resistencias de la familia<br />
1. El “buen” funcionamiento antes del matrimonio, de<br />
la familia reconstituida por la madre, marginando al<br />
padre y haciendo sentir a los hijos en posición de<br />
poder, ha sido un presagio de problemas futuros.<br />
2. El padre, un poco “por sus características<br />
personales”, y un poco “por la pérdida de función de<br />
padre”, tiende a ejercer más el papel de amigo.<br />
3. El futuro esposo de la madre, invistiéndose<br />
plenamente en el papel de padre, es como si<br />
hubiera cuidado de su propio yo-niño (hijo de padres<br />
separados).<br />
4. La compañera del padre, en oposición a la madre,<br />
pudo fallar en su intento de ser normativa animada<br />
por el resentimiento hacia los chicos que, desde<br />
su punto de vista, le han negado la posibilidad de<br />
casarse y tener hijos.<br />
Recursos y resistencias del tratamiento<br />
- El carácter imperativo de la propuesta terapéutica<br />
libera a la familia del enredo.<br />
- El tratamiento al inicio de la familia extensa como<br />
unidad, permite desenredar la madeja para disipar<br />
la relación<br />
- La co-terapia ha incluido cuando la familia tendía a<br />
excluir para jugar por separado<br />
- Tratar a todos permite eludir cualquier juego de<br />
manipulación<br />
- En la evaluación, el terapeuta y el educador han<br />
considerado junto con la familia que el consumo de<br />
sustancias es de poca importancia en relación con<br />
los problemas relacionales.<br />
60
menores que agreden a sus padres II<br />
61
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
CAPÍTULO 4<br />
ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS DATOS ESTADÍSTICOS OBTENIDOS<br />
DEL ANÁLISIS DE LOS EXPEDIENTES DE MENORES CON IMPOSICIÓN<br />
DE MEDIDA POR COMISIÓN DE DELITO DE VIOLENCIA FILIO PARENTAL<br />
DURANTE 2008-2009 14 .<br />
El fenómeno de la violencia filio parental ha presentado<br />
un aumento muy significativo en nuestro país en los<br />
últimos años.<br />
Aunque se ha escrito bastante sobre este fenómeno<br />
intentando explicar las causas que pudieran justificar su<br />
aparición de una forma tan importante, no eran tantos<br />
los estudios llevados a cabo desde el análisis de los<br />
expedientes de menores que han presentado esta<br />
problemática.<br />
Como ya se indicó anteriormente, la Asociación<br />
<strong>Altea</strong> España inició en 2008, a través de proyectos<br />
aprobados por la Comisión Europea desde el Programa<br />
<strong>Daphne</strong> (convocatorias 2008 y 2009) un estudio que<br />
permitiera conocer el perfil de los casos tanto a nivel<br />
individual, familiar y social, partiendo de la revisión de<br />
los expedientes de menores que desde los Juzgados<br />
de Menores de Alicante se les había impuesto una<br />
medida por la comisión de un delito de violencia familiar.<br />
Este estudio nos ha permitido no sólo analizar el perfil<br />
de los casos sino también el cómo intervenir sobre los<br />
mismos, haciendo propuestas de buenas practicas<br />
en la línea de diseño de un programa integrado de<br />
intervención que permitiera la detección y la intervención<br />
temprana, que figuran en el capítulo segundo de esta<br />
publicación.<br />
A continuación presentamos las estadísticas que<br />
resultan del análisis de 139 expedientes de menores<br />
sujetos a medida judicial impuesta durante los años<br />
2008 y 2009 en la provincia de Alicante.<br />
GÉNERO<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Porcentaje<br />
acumulado<br />
Válidos Hombre 105 75,5 75,5<br />
Mujer 34 24,5 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
14 Este informe ha sido aportado por Conrado Moya, profesor de la<br />
Universidad de Alicante.<br />
62
menores que agreden a sus padres II<br />
AYUNTAMIENTO_RESIDENCIA<br />
Frecuencia<br />
Porcentaje<br />
Porcentaje<br />
acumulado<br />
Válidos ALBATERA 1 ,7 ,7<br />
ALCOY 3 2,2 2,9<br />
ALFAZ DEL PÍ 3 2,2 5,0<br />
ALICANTE 38 27,3 32,4<br />
ALTEA 2 1,4 33,8<br />
BANYERES DE MARIOLA 1 ,7 34,5<br />
BENEJUZAR 2 1,4 36,0<br />
BENIDORM 5 3,6 39,6<br />
BIGASTRO 1 ,7 40,3<br />
CALLOSA DE SEGURA 2 1,4 41,7<br />
CAMPELLO 2 1,4 43,2<br />
CATRAL 1 ,7 43,9<br />
CREVILLENTE 1 ,7 44,6<br />
DAYA NUEVA 1 ,7 45,3<br />
DENIA 1 ,7 46,0<br />
ELCHE 13 9,4 55,4<br />
ELDA 4 2,9 58,3<br />
GUARDAMAR DEL SEGURA 3 2,2 60,4<br />
JACARILLA 1 ,7 61,2<br />
JALÓN 1 ,7 61,9<br />
JÁVEA 4 2,9 64,7<br />
JIJONA 1 ,7 65,5<br />
LA NUCIA 1 ,7 66,2<br />
MUTXAMEL 6 4,3 70,5<br />
NOVELDA 3 2,2 72,7<br />
ORIHUELA 2 1,4 74,1<br />
PEGO 1 ,7 74,8<br />
PETREL 5 3,6 78,4<br />
PILAR DE LA HORADADA 2 1,4 79,9<br />
POLOP 2 1,4 81,3<br />
ROJALES 1 ,7 82,0<br />
SAN JUAN 3 2,2 84,2<br />
SAN VICENTE DEL RASPEIG 4 2,9 87,1<br />
SANTA POLA 3 2,2 89,2<br />
SAX 2 1,4 90,6<br />
TEULADA 2 1,4 92,1<br />
TORREVIEJA 8 5,8 97,8<br />
VILLAJOYOSA 1 ,7 98,6<br />
VILLENA 2 1,4 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
63
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
AYUNTAMIENTO DE RESIDENCIA<br />
EDAD AL INICIO DEL EXPEDIENTE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos 14 21 15,1 15,1<br />
15 31 22,3 37,4<br />
16 48 34,5 71,9<br />
17 38 27,3 99,3<br />
18 1 0,7 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
64
menores que agreden a sus padres II<br />
EXPEDIENTE PREVIO DE PROTECCIÓN<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Si 22 15,8 15,8<br />
No 117 84,2 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
APOYO FAMILIAR PREVIO<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Si 70 50,4 50,4<br />
No 69 49,6 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
65
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
TIPO DE APOYO FAMILIAR PREVIO<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Intervención familiar 58 41,7 41,7<br />
Orientación familiar 8 5,8 47,5<br />
Terapia familiar 4 2,9 50,4<br />
Ninguno 69 49,6 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
66
menores que agreden a sus padres II<br />
EQUIPO DE APOYO FAMILIAR PREVIO<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Servicio psicopedagógico escolar 3 2,2 2,2<br />
Equipo social de base 50 36,0 38,1<br />
Servicio especializado de familia 16 11,5 49,6<br />
Intervención profesional ámbito privado 1 ,7 50,4<br />
Ninguno 69 49,6 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
APOYO PREVIO AL MENOR<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Si 58 41,7 41,7<br />
No 81 58,3 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
67
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
EQUIPO DE APOYO AL MENOR<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Unidad salud mental infantil 31 22,3 22,3<br />
Equipo social de base 6 4,3 26,6<br />
Servicio especializado de familia 1 0,7 27,3<br />
Intervención profesional ámbito privado 20 14,4 41,7<br />
Ninguno 81 58,3 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
68
menores que agreden a sus padres II<br />
CARACTERÍSTICAS DEL MENOR<br />
Respuestas<br />
Nº Porcentaje<br />
Porcentaje<br />
de casos<br />
CARACTERÍSTICAS<br />
DEL MENOR<br />
Baja tolerancia a la frustración 56 5,4 % 40,9 %<br />
Apático 5 0,5 % 3,6 %<br />
Problemas de conducta 90 8,6 % 65,7 %<br />
Temperamento difícil (carácter innato) 22 2,1 % 16,1 %<br />
Hiperactivo 15 1,4 % 10,9 %<br />
Discapacidad psíquica 3 0,3 % 2,2 %<br />
Enfermedad mental 7 0,7 % 5,1 %<br />
Enfermedad crónica 3 0,3 % 2,2 %<br />
Consumo de drogas 64 6,1 % 46,7 %<br />
Procesos delincuenciales 26 2,5 % 19,0 %<br />
Absentismo escolar 56 5,4 % 40,9 %<br />
Abandono escolar (a partir de un curso) 79 7,6 % 57,7 %<br />
Fracaso escolar 26 2,5 % 19,0 %<br />
Agresividad hacia los padres 84 8,1 % 61,3 %<br />
Desobediencia reiterada de las normas paternas 65 6,2 % 47,4 %<br />
Grupo de iguales en situación de riesgo 48 4,6 % 35,0 %<br />
Aislamiento social (carece de grupos de iguales<br />
de referencia)<br />
10 1,0 % 7,3 %<br />
Forma de resolución de conflictos de manera agresiva 74 7,1 % 54,0 %<br />
Forma de resolución de conflictos por evitación 4 ,4 % 2,9 %<br />
Bajo nivel de autoestima 43 4,1 % 31,4 %<br />
Locus de control externo (sitúa la responsabilidad<br />
de sus actos en los otros)<br />
37 3,5 % 27,0 %<br />
Bajo nivel de empatía 38 3,6 % 27,7 %<br />
Bajo nivel de habilidades sociales 21 2,0 % 15,3 %<br />
Víctima de malos tratos 15 1,4 % 10,9 %<br />
Víctima de abusos sexuales 4 ,4 % 2,9 %<br />
Protagoniza malos tratos en la escuela 4 ,4 % 2,9 %<br />
Hedonista-nihilista<br />
(satisfacción de propio interés por encima del otro)<br />
25 2,4 % 18,2 %<br />
Impulsividad 73 7,0 % 53,3 %<br />
Engaño y manipulación 17 1,6 % 12,4 %<br />
Carencias afectivas 29 2,8 % 21,2 %<br />
Total 1043 100,0 % 761,3 %<br />
69
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
70
menores que agreden a sus padres II<br />
RELACIONES DE PAREJA<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos No constan factores de riesgo 45 32,4 32,4<br />
Conflicto conyugal/ruptura de pareja 45 32,4 64,7<br />
Estrés permanente 18 12,9 77,7<br />
<strong>Violencia</strong> y agresión 19 13,7 91,4<br />
Hijos no deseados 9 6,5 97,8<br />
Problemas de inestabilidad de pareja 3 2,2 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
71
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
CONFIGURACIÓN FAMILIAR<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Monoparental 44 31,7 31,7<br />
Familias reconstruidas 19 13,7 45,3<br />
Hijo único 12 8,6 54,0<br />
Hijo adoptivo 5 3,6 57,6<br />
Convivencia de familia extensa en<br />
el núcleo familiar<br />
6 4,3 61,9<br />
Crianza en familia extensa 10 7,2 69,1<br />
Familia estable 43 30,9 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
72
menores que agreden a sus padres II<br />
CARACTERÍSTICAS DEL PADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos<br />
Antecedentes como autor de delitos<br />
relacionados con maltrato familiar<br />
18 12,9 12,9<br />
Pobres habilidades interpersonales 3 2,2 15,1<br />
Falta de capacidad empática 2 1,4 16,5<br />
Poca tolerancia al estrés 7 5,0 21,6<br />
Problemas psicológicos 1 ,7 22,3<br />
Problemas de salud mental 5 3,6 25,9<br />
Problemas de adicción a tóxicos 16 11,5 37,4<br />
Enfermedades crónicas / severas 4 2,9 40,3<br />
Figura ausente en la educación del menor 17 12,2 52,5<br />
Fallecido 3 2,2 54,7<br />
No constan factores de riesgo 63 45,3 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
73
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
CARACTERÍSTICAS DE LA MADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Historia de malos tratos 18 12,9 12,9<br />
Expediente de protección 1 ,7 13,7<br />
Pobres habilidades interpersonales 5 3,6 17,3<br />
Falta de capacidad empática 9 6,5 23,7<br />
Poca tolerancia la estrés 4 2,9 26,6<br />
Problemas psicológicos 7 5,0 31,7<br />
Problemas de salud mental 3 2,2 33,8<br />
Problemas de adicción a tóxicos 9 6,5 40,3<br />
Enfermedades crónicas / severas 5 3,6 43,9<br />
Figura ausente en educación del menor 3 2,2 46,0<br />
Fallecida 1 ,7 46,8<br />
No constan factores de riesgo 74 53,2 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
74
menores que agreden a sus padres II<br />
RELACIÓN PATERNO FILIAL<br />
Respuestas<br />
Nº Porcentaje<br />
Porcentaje<br />
de casos<br />
RELACIÓN<br />
PATERNO-FILIAL<br />
Desadaptada 41 10,9 % 32,0 %<br />
Escasa comunicación y/o comunicación negativa 38 10,1 % 29,7 %<br />
Ciclo creciente de conflicto y agresión 47 12,5 % 36,7 %<br />
Técnicas de disciplina coercitivas 23 6,1 % 18,0 %<br />
Déficit / carencias afectivas hacia el niño 21 5,6 % 16,4 %<br />
No transmisión de valores prosociales<br />
(tolerancia, respeto, ...)<br />
9 2,4 % 7,0 %<br />
Expectativas inadecuadas sobre el menor 4 1,1 % 3,1 %<br />
Pautas de crianza inadecuadas 19 5,0 % 14,8 %<br />
Modelos parentales inadecuados 27 7,2 % 21,1 %<br />
Dejación / delegación de funciones parentales 22 5,8 % 17,2 %<br />
Déficit de asertividad 22 5,8 % 17,2 %<br />
Relaciones de apego inadecuadas 13 3,4 % 10,2 %<br />
Sobreprotección 31 8,2 % 24,2 %<br />
Límites laxos 60 15,9 % 46,9 %<br />
Total 377 100,0 % 294,5 %<br />
75
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
ÁMBITO LABORAL DEL PADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos No constan datos 51 36,7 36,7<br />
Desempleo con prestación 8 5,8 42,4<br />
Desempleo sin prestación 3 2,2 44,6<br />
Trabajo precario (economía sumergida,<br />
temporalidad,...)<br />
4 2,9 47,5<br />
Largas jornadas laborales 18 12,9 60,4<br />
Economía estable 48 34,5 95,0<br />
Pensionista 7 5,0 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
76
menores que agreden a sus padres II<br />
ÁMBITO LABORAL DE LA MADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos No constan datos 36 25,9 25,9<br />
Desempleo con prestación 10 7,2 33,1<br />
Desempleo sin prestación 2 1,4 34,5<br />
Estrés laboral 1 0,7 35,3<br />
Trabajo precario (economía sumergida,<br />
temporalidad,...)<br />
13 9,4 44,6<br />
Largas jornadas laborales 14 10,1 54,7<br />
Economía estable 31 22,3 77,0<br />
Ama de casa 27 19,4 96,4<br />
Pensionista 5 3,6 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
77
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
FACTORES CULTURALES DEL PADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos No constan datos 119 85,6 85,6<br />
Aprobación cultural del uso de la violencia 5 3,6 89,2<br />
Aceptación cultural del castigo corporal 4 2,9 92,1<br />
Actitud negativa hacia la mujer 10 7,2 99,3<br />
Estilos de vida marginales (mendicidad,<br />
delincuencia, prostitución)<br />
1 0,7 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
78
menores que agreden a sus padres II<br />
FACTORES CULTURALES DE LA MADRE<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos No constan datos 127 91,4 91,4<br />
Aprobación cultural del uso de la violencia 1 0,7 92,1<br />
Aceptación cultural del castigo corporal 4 2,9 95,0<br />
Actitud negativa hacia la mujer 2 1,4 96,4<br />
Estilos de vida marginales (mendicidad,<br />
delincuencia, prostitución)<br />
3 2,2 98,6<br />
Pertenencia a grupos sectarios 2 1,4 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
79
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
OBJETO PRINCIPAL DE AGRESIÓN<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos Padre 7 5,0 5,0<br />
Madre 78 56,1 61,2<br />
Hermana 1 0,7 61,9<br />
Hermano 1 0,7 62,6<br />
Ambos padre 26 18,7 81,3<br />
Novia 19 13,7 95,0<br />
Novio 1 0,7 9,7<br />
Abuela 4 2,9 98,6<br />
Pareja madre 1 0,7 99,3<br />
Tía 1 0,7 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
80
menores que agreden a sus padres II<br />
OTROS AGREDIDOS<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos 112 80,6 80,6<br />
Abuela 2 1,4 82,0<br />
Abuelo 1 ,7 82,7<br />
Hermana 8 5,8 88,5<br />
Hermano 6 4,3 92,8<br />
Madre 2 1,4 94,2<br />
Novia 1 ,7 95,0<br />
Pareja de la madre 3 2,2 97,1<br />
Todos sus hermanos 4 2,9 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
81
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
LUGAR DE ORIGEN<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos ALEMANIA 1 0,7 0,7<br />
ARGENTINA 4 2,9 3,6<br />
BRASIL 1 0,7 4,3<br />
COLOMBIA 5 3,6 7,9<br />
ECUADOR 3 2,2 10,1<br />
ESPAÑA 115 82,7 92,8<br />
INGLATERRA 4 2,9 95,7<br />
MARRUECOS 2 1,4 97,1<br />
REPÚBLICA DOMINICANA 2 1,4 98,6<br />
SUIZA 1 0,7 99,3<br />
UCRANIA 1 0,7 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
82
menores que agreden a sus padres II<br />
MEDIDA JUDICIAL<br />
Frecuencia Porcentaje Porcentaje acumulado<br />
Válidos I.T. Semiabierto 19 13,7 13,7<br />
Internamiento semiabierto 22 15,8 29,5<br />
Libertad vigilada 88 63,6 92,8<br />
Prestaciones en beneficio comunidad 1 ,7 93,5<br />
Tareas socioeducativas 8 5,8 99,3<br />
Tratamiento en USMI 1 ,7 100,0<br />
Total 139 100,0<br />
83
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR:<br />
ANÁLISIS DESCRIPTIVO DE LOS RESULTADOS<br />
El dato sobre Género, nos indica que se da un mayor<br />
número de agresiones entre los chicos con respecto a<br />
las chicas, siendo del 75.5% de casos de maltrato entre<br />
los jóvenes de género masculino.<br />
En referencia a la Edad en la que con mayor frecuencia<br />
se puede presentar este tipo de comportamientos es a<br />
los 16 años, con un porcentaje del 34.5% de los casos.<br />
Siendo la franja de mayor frecuencia entre los 14 y 17<br />
años.<br />
Tras la revisión de casos con expediente de reforma<br />
se comprueba que el número de casos con Expediente<br />
previo de protección es del 15.8% . Entiéndase que el<br />
tener expediente de protección significa que ha existido<br />
una propuesta de medida de sepración familiar. Se<br />
trata de un perfil de población no usuarios de Servicios<br />
Sociales.<br />
Apoyo familiar previo: El dato analizado nos<br />
indica que, aunque los casos estudiados, no tuvieran<br />
expediente de protección abierto, sí han sido usuarios<br />
de otros servicios de intervención el 50.4% de los<br />
casos, ya sea desde el sistema de servicios sociales,<br />
sanitario o educativo. No obstante el 49.6% no ha<br />
tenido intervención familiar previa.<br />
Tipo de apoyo familiar. Del 50.4% de los casos que<br />
han necesitado el apoyo familiar previo, el más utilizado<br />
ha sido la intervención familiar. Destacar también que<br />
el 49.6% de los casos, no han recibido ningún tipo de<br />
apoyo familiar.<br />
El Apoyo familiar previo que ha sido llevado a cabo<br />
mayoritariamente ha sido por parte de los Equipos<br />
Sociales de Base. Este dato significa que en un 36%<br />
de los casos fueron consideradas como situaciones de<br />
riesgo desde el ámbito de la protección de menores. Se<br />
ha de destacar que de los servicios de apoyo familiar<br />
públicos, los servicios psicopedagógicos escolares son<br />
los que proporcionan un apoyo familiar muy escaso,<br />
representando el 2.2% del total. Existe una mayor<br />
intervención y apoyo familiar desde la consideración de<br />
los casos como siuación de riesgo<br />
El 58.3% de los casos analizados de los menores<br />
agresores no habían recibido ningún tipo de Apoyo<br />
individual previo.<br />
Del 41.7% de los menores que sí que han recibido<br />
apoyo individual, el Equipo de apoyo más utilizado<br />
para esta intervención son las Unidades de salud mental<br />
infantil, con un 22.3%. El que la intervención previa<br />
sobre el menor se haya prestado desde el ámbito de<br />
la salud mental puede hacer prever que la concepción<br />
del problema no es la de un conflicto generado en el<br />
ámbito familiar, por lo que requiere de una intervención<br />
desde el referido ámbito, sino que se considera un<br />
problema individual del menor y del ámbito de la salud<br />
mental. Es necesario lograr la implicación del núcleo<br />
familiar al completo en el reconocimiento y resolución<br />
del problema (responsabilización no culpabilización)<br />
Características del menor. En la muestra española<br />
los expedientes revisados describen un perfil de<br />
menor agresor en el que se destacan las siguientes<br />
características:<br />
• Problemas de conducta con un 65.7 %<br />
• Agresividad hacia los padres con un 61.3%<br />
• Abandono escolar con un 57.7 % y absentismo<br />
escolar con un 40.9%<br />
• Forma de resolución de conflictos de manera<br />
agresiva con un 54%<br />
• Impulsividad con un 53.3%<br />
• Desobediencia reiterada de las normas paternas<br />
con un 47.4 %<br />
• Consumo de drogas con un 46.7 %<br />
• Bajo nivel de autoestima con un 31.4 %<br />
Relaciones de pareja. Destacar que se ha obtenido<br />
una igualdad de porcentajes de casos con hijos<br />
agresores, en cuanto a las familias en las que no<br />
constan factores de riesgo y en las familias con<br />
conflictos conyugales/ruptura de pareja, alcanzando un<br />
32.4% del total en cada una de ellas.<br />
La Configuración familiar. Sobresale el alto<br />
porcentaje de familias estables con un 30.9% del total<br />
de casos analizados.<br />
En las Características del padre los datos más<br />
relevantes son los siguientes:<br />
• Antecedentes como autor de delitos relacionados<br />
con maltrato familiar<br />
• Figura ausente en la educación del menor<br />
• Problemas de adicción a tóxicos<br />
84
menores que agreden a sus padres II<br />
En cuanto a las Características de la madre, destacar<br />
que son mujeres con:<br />
• Historias de malos tratos<br />
• Falta de capacidad empática<br />
• Problemas de adicción a tóxicos.<br />
En la presente muestra la Relación paterno filial se<br />
describe mediante los siguientes indicadores:<br />
• Límites laxos<br />
• Ciclo creciente de conflicto y agresión<br />
• Desadaptada<br />
• Escasa comunicación y/o comunicación negativa<br />
En el 34.5% de los casos analizados, el padre goza de<br />
una economía estable en el Ámbito laboral.<br />
Ámbito laboral de la madre. En la muestra<br />
estudiada, destaca, de la misma manera que en el<br />
anterior indicador referido al ámbito laboral del padre,<br />
la economía estable de la madre.<br />
En referencia a los Factores culturales de los<br />
padres, es de señalar que en el 85.6% de los casos no<br />
constan datos de este indicador en relación al padre y<br />
en el 91.4% en relación a la madre. De los expedientes<br />
que se tiene información sobre este indicador se pone<br />
de manifiesto la actitud negativa hacia la mujer en<br />
los Factores culturales del padre, mientras que en<br />
los Factores culturales de la madre se subraya la<br />
aceptación cultural del castigo corporal.<br />
La madre aparece como Objeto principal de agresión<br />
en un 56.1%, ambos padres en un 18.7% y la novia en<br />
un 13.7% de los casos. En los casos de agresión dónde<br />
existen Otros agredidos, se destacan los miembros<br />
familiares de la hermana y del hermano. El hecho de<br />
que el objeto de agresión sea, principalmente femenino,<br />
abre una posible línea de trabajo al objeto de relacionar<br />
la violencia filio parental con la violencia de género.<br />
De los datos obtenidos, resulta imposible relacionar a<br />
los menores inmigrantes o provenientes de otros países<br />
con el comportamiento de agresiones filio parentales. El<br />
dato más significativo, en relación al Lugar de origen,<br />
es que el 82.7% de los jóvenes agresores son de<br />
procedencia española.<br />
Por último, añadir que el 63.3% de los menores<br />
agresores ha cumplido o está cumpliendo un Medida<br />
judicial de libertad vigilada.<br />
CONCLUSIÓN Y PROPUESTA :<br />
Los resultados obtenidos contrastados con los ya<br />
analizados en el proyecto de 2008, presentan un perfil<br />
similar del joven agresor y de las familias que sufren el<br />
maltrato filio parental, lo que nos ha permitido concluir<br />
algunas características de los casos de violencia filio<br />
parental que esperamos nos ayuden a conocer mejor<br />
las variables a tener en cuenta en la explicación<br />
de este fenómeno así como a plantear programas<br />
de intervención que resulten eficaces tanto para los<br />
menores como para sus familias.<br />
Consideramos que la situación actual en la que se<br />
interviene sobre los casos extremos y en una fase aguda<br />
del problema no es la adecuada. De igual forma no se<br />
considera adecuado la intervención desde el sistema<br />
jurídico penal de menores desde una perspectiva penal.<br />
Los datos obtenidos ratifican la necesidad de<br />
dotarnos con instrumentos que permitan la detección<br />
e intervención temprana. Por este motivo se presenta<br />
en el capítulo segundo de esta publicación la Guía de<br />
detección como herramienta que nos permita avanzar<br />
en la detección temprana de los casos y por tanto<br />
permita la intervención previa a la judicializacion de los<br />
mismos.<br />
85
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR: MENORES QUE AGREDEN A SUS PADRES<br />
BIBLIOGRAFÍA<br />
PÁGINAS WEB DE CONSULTA
menores que agreden a sus padres II<br />
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88