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dossier EP 2007 - Encuentro Práctico

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Siesta: ¿descanso o malestar<br />

La idea de que la siesta beneficia a la salud está tan extendida como la de que<br />

en España se practica más que en ningún sitio. Sin embargo, una reciente encuesta<br />

constata que sólo el 8 % de los españoles la duermen con regularidad, frente al 25 % de<br />

los alemanes.<br />

La costumbre de dormir después de comer es antigua. De hecho, la palabra<br />

‘siesta’ procede de la división canónica del día, hora ‘sexta’, que se corresponde con las<br />

doce del mediodía. En el siglo VI, la Regla de San Benito observaba que sus monjes<br />

debían “tras la sexta, levantarse de la mesa y descansar en el lecho en un silencio<br />

absoluto”. La norma de “sextear” se extendió por todos los monasterios de Europa y más<br />

tarde todos los europeos la convirtieron en una costumbre muy popular.<br />

“En España no hay estudios acerca de una costumbre tan difundida como la<br />

siesta. En el fondo, la siesta es una gran desconocida para los científicos”, indica Rosa<br />

Peraita, especialista de la Unidad de Neurofisiológica del Sueño y Epilepsia del Hospital<br />

Gregorio Marañón, de Madrid. Emilio Rodríguez Saez, de la Unidad del Sueño del<br />

Servicio de Neurofisiología del Hospital General de Vigo, declara: “Si decidimos dormir<br />

la siesta, no debe durar más de 30 minutos. Alargarla no es bueno, pues se alcanzan<br />

fases profundas del sueño y al despertar aparece el dolor de cabeza y el mal humor.<br />

Además perturba el ritmo biológico y puede causar insomnio”.<br />

Otra de las ideas por las que se puede recomendar la siesta, y que parece<br />

confirmada en varios estudios internacionales, es que favorece el rendimiento<br />

intelectual, al mejorar la atención y la capacidad psicomotriz y disminuir la sensación<br />

subjetiva de somnolencia. Por estos motivos no es de extrañar que científicos como<br />

Albert Einstein reivindicasen esta costumbre para refrescar la mente y estimular la<br />

creatividad. El primer ministro británico Winston Churchill declaraba: "Hay que dormir<br />

en algún momento entre el almuerzo y la cena, y hay que hacerlo a pierna suelta: con<br />

pijama y en la cama. Después de la siesta, se trabaja mucho mejor. Es como disfrutar de<br />

dos días en uno, o al menos de un día y medio".<br />

De la fama a la realidad<br />

A pesar de que España tiene fama de ser un país donde la siesta está muy<br />

extendida, hay otros partes otros países europeos donde la costumbre es más popular.<br />

Estudiosos del Instituto para la Investigación del Sueño y la Medicina de Regensburg, en<br />

Alemania publicaron en la revista ‘Neurology’, que uno de cada cuatro alemanes<br />

dormita después de la comida. En el estudio se indica también que el 16 % de los<br />

italianos, el 15 % de los británicos, el 8 % de los españoles y el 9 % de los portugueses<br />

la practican. Pero el pueblo más amante de la siesta es el israelí: Según un trabajo que<br />

Michael Bursztyn, del Hospital Universitario Hadaza, en Jerusalén, publicó en 1999 en<br />

Archives of Internal Medicine en Israel, duerme la siesta el 60 % de la población.<br />

Adaptado de Sonia Moreno<br />

De Medicina (19/08/2004)<br />

http://www.dmedicina.com<br />

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