aquà - El Dulce Nombre
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Septiembre 2011<br />
Su Santo y <strong>Dulce</strong> <strong>Nombre</strong><br />
D. Francisco de los Reyes Rodríguez López, Pbro.<br />
Párroco de San Lórenzo Mártir<br />
C<br />
ada año comenzamos el<br />
nuevo curso con los cultos<br />
en honor de la Santísima<br />
Virgen María, acogiéndonos bajo<br />
su protección e implorando su<br />
auxilio para que <strong>El</strong>la nos ayude<br />
a seguir avanzando en nuestro<br />
camino de fidelidad al Evangelio<br />
y así crezcamos en el conocimiento<br />
y amor de Jesucristo.<br />
Para nosotros, los que<br />
formamos la Hermandad del<br />
<strong>Dulce</strong> <strong>Nombre</strong>, la devoción<br />
profunda y sincera a la Madre<br />
de Dios es querer avanzar por<br />
el camino de la vida de la mano<br />
de la que es Madre y Maestra<br />
espiritual de nuestra familia, a fin<br />
de dejar que Dios vaya realizando<br />
en cada uno de nosotros la<br />
obra buena que comenzó el día<br />
de nuestro Bautismo, y que<br />
anualmente en la Protestación<br />
de Fe de la Función Principal de<br />
Instituto renovamos.<br />
Invocar el Santo y <strong>Dulce</strong> <strong>Nombre</strong><br />
de María no es cuestión de palabrería<br />
o sentimentalismo, sino<br />
de vivir fielmente nuestra vocación<br />
cristiana en la Hermandad<br />
siguiendo el ejemplo de la Virgen<br />
María.<br />
Las cinco letras que forman el<br />
<strong>Dulce</strong> <strong>Nombre</strong> de la Virgen nos<br />
indican las actitudes básicas que<br />
nosotros debemos vivir para<br />
ser siempre, como <strong>El</strong>la lo fue,<br />
agradables a Dios.<br />
Madre: la maternidad fue<br />
la misión principal que Dios le<br />
La Bofetá<br />
encomendó. Lo concibió en su<br />
seno virginal y en su corazón.<br />
Lo dio a luz en Belén y lo<br />
hizo siempre presente con sus<br />
palabras y sus obras. Con María<br />
y en la Iglesia también nosotros,<br />
personal y comunitariamente,<br />
lo hacemos presente con nuestra<br />
forma de vida, para que todos<br />
puedan compartir la fuerza,<br />
la esperanza y la alegría que<br />
nosotros recibimos de Dios.<br />
Amiga de Dios: es<br />
colaboradora singular en la obra<br />
de la Redención. <strong>El</strong> Sí que dio en<br />
la Anunciación no fue forzado<br />
ni por mero compromiso. Lo fue<br />
desde la plena libertad y desde<br />
la aceptación gozosa y entusiasta<br />
de lo que Dios le pedía. También<br />
a cada uno de nosotros Dios nos<br />
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