28.02.2015 Views

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

¿Por qué luchan los pueblos? - Biblioteca Virtual en Salud

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

edes comerciales de la época como Bib<strong>los</strong>, Tiro y otras eran fieles a Egipto, mi<strong>en</strong>tras que<br />

otras oscilaban <strong>en</strong>tre las rebeliones y <strong>los</strong> pactos, como Sidón Tuthmosis III (h. –1490 a –1436)<br />

fue el que dio este salto con sus 17 campañas militares 241 imposibles de realizar sin el<br />

formidable ejército del Imperio Nuevo arriba citado. Diez de esas campañas fueron para ocupar<br />

Palestina y Siria. Nos hacemos una idea tanto de la efectividad militar egipcia como de las<br />

resist<strong>en</strong>cias que <strong>en</strong>contraba <strong>en</strong> su agresión a estos pueb<strong>los</strong>, ley<strong>en</strong>do lo sigui<strong>en</strong>te: “El ejército<br />

egipcio, que al principio había avanzado 25 km. por día, se vio obligado a avanzar más<br />

despacio por la resist<strong>en</strong>cia de la población cananea del norte de Gaza”. Para las condiciones<br />

tecnológicas y logísticas de aquella época, era un mucho cubrir 25 km. al día.<br />

También convi<strong>en</strong>e det<strong>en</strong>ernos <strong>en</strong> la sigui<strong>en</strong>te descripción de <strong>los</strong> objetivos últimos del<br />

imperialismo egipcio: “Enormes cantidades de mano de obra se empleaban <strong>en</strong> trabajos<br />

forzados d<strong>en</strong>tro de la misma provincia, y se deportaban esclavos y esclavas como propiedad<br />

de <strong>los</strong> temp<strong>los</strong>, del palacio real o de <strong>los</strong> altos funcionarios. Anualm<strong>en</strong>te se recogían tributos <strong>en</strong><br />

especie, lo que nos da una imag<strong>en</strong> clara de <strong>los</strong> productos de Siria y Palestina. En primer lugar<br />

había que <strong>en</strong>tregar productos agrarios (trigo, aceite, especias) y, <strong>en</strong> segundo, madera del<br />

Líbano, metales, sobre todo grandes cantidades de cobre, piedras semipreciosas, objetos<br />

artísticos y suntuarios y, naturalm<strong>en</strong>te, armas. Aparte de esto, se transportaba a Egipto ganado<br />

<strong>en</strong> grandes cantidades, especialm<strong>en</strong>te cabal<strong>los</strong>, <strong>en</strong> cuya cría destacaban las regiones<br />

periféricas de Siria y Palestina. Incluso animales exóticos de esos países, como el oso y el<br />

elefante de Siria sept<strong>en</strong>trional, y diversas clases de plantas desconocidas <strong>en</strong> Egipto, pasaron a<br />

<strong>los</strong> jardines zoológicos y botánicos reales para realzar el prestigio de <strong>los</strong> faraones y subrayar<br />

las dim<strong>en</strong>siones ilimitadas de su poder”. Vi<strong>en</strong>do la magnitud del expolio compr<strong>en</strong>demos tanto la<br />

magnitud de las resist<strong>en</strong>cias al imperialismo egipcio, como la táctica de control y<br />

desnacionalización de <strong>los</strong> ocupados empleada por Tuthmosis III consist<strong>en</strong>te <strong>en</strong> mant<strong>en</strong>er <strong>en</strong><br />

sus puestos a <strong>los</strong> soberanos que se r<strong>en</strong>dían sin batalla, pasando a ser vasal<strong>los</strong>, pero<br />

t<strong>en</strong>iéndoles cogidos <strong>en</strong> lo que más querían: sus hermanos e hijos vivían como reh<strong>en</strong>es <strong>en</strong><br />

Egipto para que no se sublevaran sus familiares, con lo que, con el tiempo: “Palestina y Siria<br />

vivieron int<strong>en</strong>sam<strong>en</strong>te la influ<strong>en</strong>cia egipcia” 242<br />

Las resist<strong>en</strong>cias de estos pueb<strong>los</strong> también estaban facilitadas por el contexto de pugnas<br />

interimperialistas <strong>en</strong>tre egipcios, hurritas e hititas, que se disputaban la hegemonía, y que<br />

recurrían a la diplomacia internacional para azuzar las t<strong>en</strong>siones y hasta sublevaciones <strong>en</strong> <strong>los</strong><br />

pueb<strong>los</strong> ocupados por las otras pot<strong>en</strong>cias. Quiere esto decir que <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> dominados por<br />

Egipto también estaban minados por sus contradicciones sociales internas, por <strong>los</strong> opuestos<br />

intereses <strong>en</strong>tre qui<strong>en</strong>es querían seguir bajo Egipto, por lo que fuera o para no perderlo todo si<br />

fracasaba la revuelta indep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>tista, y qui<strong>en</strong>es sí querían esa revuelta. Este fue el caso de la<br />

ciudad de Ugarit <strong>en</strong> la que una fracción antiegipcia organizó una sublevación contra la<br />

guarnición egipcia dejada por Am<strong>en</strong>hotep II. Una serie de problemas que no vi<strong>en</strong><strong>en</strong> a cu<strong>en</strong>to,<br />

debilitaron a Egipto de modo que tuvo que firmar una paz con <strong>los</strong> hititas <strong>en</strong> –1284 <strong>en</strong> la que<br />

perdía amplias zonas, y ciudades importantes como Amurru y Ugarit. Se abrió así un período<br />

<strong>en</strong> el que ciudades como Sidón, Arvard y Tiro se convirtieron <strong>en</strong> <strong>los</strong> c<strong>en</strong>tros básicos de F<strong>en</strong>icia<br />

como “una nación sin vocación de estado” 243 .<br />

La debilidad egipcia <strong>en</strong> esta época le obligó a dep<strong>en</strong>der más de las tropas merc<strong>en</strong>arias, pero<br />

también a desconfiar de ellas porque si bi<strong>en</strong> algunas de ellas se comportaban fielm<strong>en</strong>te y eran<br />

de alta eficacia bélica, como muchas de las diversas tribus libias, otra no. Uno <strong>en</strong>tre tantos<br />

ejemp<strong>los</strong> de las razones de la desconfianza lo t<strong>en</strong>emos precisam<strong>en</strong>te <strong>en</strong> <strong>los</strong> problemas<br />

creados alrededor de <strong>los</strong> sig<strong>los</strong> –X y –IX por <strong>los</strong> “jefes de <strong>los</strong> Ma”, desc<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes de <strong>los</strong> libios y<br />

subordinados a <strong>los</strong> jefes militares egipcios. Algunos de el<strong>los</strong>, aprovechando debilidades<br />

transitorias de Egipto pero también “la exist<strong>en</strong>cia de una cierta solidaridad étnica, evid<strong>en</strong>te -a<br />

pesar de la fuerte egipcianización <strong>en</strong> <strong>los</strong> nombres personales- <strong>en</strong> el vestido y, ocasionalm<strong>en</strong>te,<br />

<strong>en</strong> la acción política” 244 , ocuparon ciudades egipcias hasta que fueron desalojados por ella.<br />

241 AA.VV.: “Tuthmosis III”. La Enciclopedia. Salvat. Madrid 2003. Tomo 20. Pág.: 15255.<br />

242 AA.VV.: “Los imperios del antiguo ori<strong>en</strong>te II”. Siglo XXI. Madrid 1992. Pág.: 158-161.<br />

243 Car<strong>los</strong> González Wagner: “F<strong>en</strong>icios”. En “Israel y F<strong>en</strong>icia”. “Historia de la Humanidad”. Arlanza<br />

Ediciones. Madrid 2000. Tomo 6. Págs.: 68-94.<br />

244 David O’Connor: “El Imperio Nuevo y el Tercer Período Intermedio, 1552-664 a.C.”. En “Historia<br />

del Egipto antiguo”. Ops. Cit. Págs.: 297-298.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!