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Año 8 | Número <strong>49</strong><br />
diciembre 2013 - enero 2014<br />
CONSEJO EDITORIAL<br />
Adolfo de Vincenzi<br />
Jorge González<br />
Luz Henríquez<br />
Antonio Dalto<br />
DIRECCIÓN<br />
Jorge González<br />
EDICIÓN<br />
Carla Pandolfo<br />
COORDINACIÓN<br />
Hugo Cayssials<br />
Melina Dorfman<br />
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />
Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />
FOTOGRAFÍA<br />
Silvana Sergio<br />
CORRECCIÓN<br />
Esteban Bertola<br />
COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />
Florencia Álvarez, Pablo Bassi, Esteban Bertola,<br />
Juan Manuel Cibeira, Antonela de Alva,<br />
Horacio de Dios, Flora de la Iglesia, Alberto Díaz,<br />
Eduardo Dubains, Amneris Ferro, Marina García,<br />
Martín Garrido, Nancy Giampaolo,<br />
Silvia Hopenhayn, Roger Alan Koza,<br />
Christian Kupchik, Mauro López Oyanarte,<br />
Luis Pescetti, Felipe Pigna, Gabriel Rolón,<br />
Lucila Rolón, Laura Schers, Emilia Simison,<br />
Maximiliano Tomas, Mónica Tracey,<br />
Beatriz Traverso, Esteban Ulrich, Sergio Varela,<br />
Felipe Von Hartz y Agustina Zabaljáuregui.<br />
PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />
Tel.: <strong>49</strong>43-8219/22<br />
Patagones 2463 | c1282aca | CABA<br />
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Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />
REVISTA QUID<br />
Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación de<br />
Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />
del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />
la fuente.<br />
Los editores no son responsables por las opiniones<br />
vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />
firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />
Registro Nacional de la Propiedad Intelectual<br />
Nº 506670. ISSN 1669738-3.<br />
Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />
de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />
Había una vez un hombre que trabajaba en una “casa de citas”. Era el portero y el<br />
recepcionista, por decirlo así. Abría la puerta a los clientes, los hacía esperar en el<br />
vestíbulo y les daba buena conversación. Pronto los clientes descubrieron en este<br />
señor su buena educación, la elegancia con la que hablaba, la cultura que poseía.<br />
Podía conversar sobre pintura, escultura, comercio, política, historia, literatura y<br />
música.<br />
Muy pronto este señor advirtió el interés que despertaba su conversación y un<br />
buen día decidió disfrazarse de mujer. Sólo les servía té. No había sexo, ni siquiera<br />
sutilezas seductoras. El éxito fue inmediato. Acudían a la casa de citas no para intimar<br />
con una prostituta sino para hablar con este sueño masculino de lo femenino.<br />
Este hombre había reflejado el ideal femenino del hombre japonés de su tiempo,<br />
que unía cultura y delicadeza. Fundó una casa de té y registró esta actividad en<br />
las oficinas del gobierno para distinguirse de las prostitutas. Así, se convirtió en la<br />
primera geisha de la historia.<br />
Disfruten de este nuevo número de Quid.<br />
Adolfo de Vincenzi<br />
Director General<br />
Grupo Ilhsa
NUESTRA PORTADA<br />
Autorretrato,<br />
Martina Gallo.<br />
Fotógrafa freelance<br />
desde 2008. Estudió en<br />
la Escuela de Fotografía<br />
Creativa de Andy<br />
Goldstein. Desarrolla<br />
su labor en el área<br />
musical y literaria.<br />
Actualmente construye<br />
en equipo una<br />
productora audiovisual<br />
independiente: Pebbles<br />
Films.<br />
facebook.com/pebbles.film<br />
MUESTRA DE FOTOGRAFÍAS<br />
Hay tiempo hasta el 13 de diciembre para visitar la muestra<br />
colectiva “Confluencia”, fotografías de alumnos de la escuela de<br />
Diego Ortiz Mugica. En la foto, todos los artistas participantes.<br />
Arriba: Sofía Dodero, Madelaine Ekserciyan, Cecilia Basualdo,<br />
Toya Sarno Jordan, María Estrada, Teresa Gruneisen,<br />
Leonor Achaval, Mariela Villar, Lulú Peluffo, Julio Virgolini.<br />
Abajo: María Ortiz Mugica (galerista), Sofía Bensadon,<br />
Ricardo Rivera, Pablo Miñarro, Diego Ortiz Mugica,<br />
Gustavo Dragonetti<br />
El Ateneo Grand Splendid<br />
Av. Santa Fe 1860, Piso 2.
LA RECOMENDACIÓN DEL LIBRERO<br />
¿Qué lecturas pueden hacerse de Boquitas pintadas, de<br />
Manuel Puig? Se trata de una novela impregnada de romanticismo,<br />
erotismo y sexualidad, pero también en ella subyace<br />
el humor, la crítica social incisiva y la gran genialidad de Puig<br />
para transformar en una fantasía intensa su propia historia.<br />
Boquitas pintadas (1969) permite hacer, al menos, tres tipos<br />
de lecturas: una primera, romántica, en la que sufrimos por<br />
amor ante los encuentros y desencuentros<br />
de sus protagonistas; una segunda,<br />
humorística, donde la ironía,<br />
e incluso la burla, se dejan entrever<br />
en la construcción de los personajes;<br />
y una tercera, de denuncia, para la<br />
que la traición y el engaño son marca<br />
distintiva de todas las relaciones humanas.<br />
Tiene mucho contenido autobiográfico<br />
y pude entreverse tanto la<br />
homosexualidad de Puig como su infancia en General Villegas<br />
(un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires). El<br />
universo femenino y las hipocresías de una pequeña sociedad<br />
tradicionalista marcaron tanto su vida como su obra.<br />
En la novela, Puig revaloriza y mixtura géneros de su época<br />
que hasta el momento habían sido desestimados por las corrientes<br />
literarias, como el folletín, el radioteatro y la novela<br />
por entregas; la incorporación de esos materiales, considerados<br />
entonces “populares” o “géneros menores”, constituye<br />
un giro en la literatura nacional. Boquitas pintadas, entonces,<br />
contiene elementos particulares y novedosos: abundancia de<br />
clichés, maniqueísmo (no hay intermedios: los personajes son<br />
el bueno y el malo, o el rico y el pobre, por ejemplo) y situaciones<br />
y pasiones extremas. Los personajes son arquetípicos:<br />
el hombre es un galán rudo, fuerte y con presencia; la mujer<br />
es débil, enamoradiza y se encuentra casi siempre siguiendo a<br />
un hombre.<br />
Otra genialidad de Puig se observa en la creación de un nuevo<br />
tipo de trama: la novela carece de narrador y la historia<br />
se construye a través de diferentes formas narrativas (cartas,<br />
artículos periodísticos e informes médicos y policiales, por<br />
ejemplo). El relato utiliza múltiples voces (con narraciones en<br />
primera y tercera persona, diálogos y descripciones) y no hay<br />
linealidad en los sucesos.<br />
El radioteatro y su oralidad tienen un gran impacto en Puig.<br />
En Boquitas pintadas es clara la relación entre la música y la<br />
historia: así como se escuchaba una canción en la apertura de<br />
los episodios radiales, también cada capítulo se “inicia” con<br />
una estrofa o verso de alguna canción popular.<br />
Recomiendo leerla ya que si leemos con detenimiento la<br />
novela (como ocurre con toda la obra de Puig) vemos que a<br />
partir del sexo se abren amplios horizontes.<br />
Mauro López Oyanarte
Nota<br />
de tapa<br />
o8<br />
Pasión de multitudes<br />
Por Christian Kupchik*<br />
“El mundo está lleno de esos seres incompletos, que caminan<br />
sobre dos pies y degradan el único misterio que les queda:<br />
el sexo.” La frase no pertenece a ningún cerrado moralista<br />
medieval sino a David Herbert Lawrence (1885-1930), prolífico<br />
y agudo autor de literatura erótica que dejó obras tan<br />
trascendentales en la materia como El amante de Lady Chatterley,<br />
Mujeres apasionadas o Hijos y amantes, entre otras.<br />
De vivir en la actualidad, posiblemente el propio Lawrence<br />
estaría sorprendido respecto de la vigencia de su cita. Aunque<br />
es cierto que la epistemología de las prácticas sexuales está<br />
determinada por la cultura en que se haya inserta, varía y se<br />
vincula con el contexto sociohistórico en que se desarrolle.<br />
Desde el comienzo de los tiempos la sexualidad ha obsesionado<br />
al hombre como una de las actividades vitales más sustantivas.<br />
En las cuevas primitivas de Lascaux o Altamira, en<br />
paredes rocosas de Australia o la Anatolia, es posible identificar<br />
esbozos con trazos torpes pero firmes y muy explícitos de<br />
hombres y mujeres que sugerían diversas prácticas sexuales.<br />
En el Antiguo Testamento, se señalan numerosas normas<br />
para la regulación de la conducta sexual, y más allá de la normativa<br />
que marcaba al matrimonio como institución primera<br />
y que tenía por finalidad la reproducción como actividad prioritaria,<br />
también existía cierta estética del arte amatorio. En un<br />
pasaje por demás significativo del Cantar de los Cantares, es
posible encontrar un párrafo de indudable carácter simbólicoerótico,<br />
que ha desconcertado a rabinos y padres de la Iglesia<br />
por igual: “Mi amado alargó su mano por la hendidura de la<br />
puerta, y se me conmovieron las entrañas. Me levanté a abrir<br />
a mi amado; mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra<br />
abundante sobre la manilla de la cerradura” (Can 5, 4-5).<br />
Egipcios, griegos y romanos dejaron abundantes señales acerca<br />
de la importancia que se le proporcionaba a los secretos<br />
del amor, sin detenerse demasiado a contemplar formas ni<br />
barreras. Las bacanales, culto primitivo llegado posiblemente<br />
desde Etruria a Grecia y de allí a Roma en el 200 a.C., eran<br />
orgiásticas fiestas organizadas por pitonisas conocidas como<br />
las Bacantes, en honor al dios Baco, que sólo se celebraban<br />
entre mujeres. Estas fiestas tenían un alto contenido erótico:<br />
Eurípides cuenta que pasaban noches enteras bailando desnudas,<br />
excitadas y en un éxtasis no sólo alcohólico. Se suponía<br />
que dichas prácticas fomentaban la fertilidad, y las matronas<br />
hacían de sacerdotisas proporcionando alcohol y drogas<br />
alucinógenas a las jóvenes. La leyenda afirma que recorrían<br />
los bosques insinuándose y lastimando a los hombres que<br />
encontraban. La danza de las ménades era el rito central de<br />
las ceremonias. Todo ello tenía como objetivo que las mujeres<br />
obtuviesen el “entusiasmo” (que etimológicamente significa la<br />
“entrada de Dios”) en la iniciada.<br />
En la Antigua Grecia, el hombre ateniense, a su vez, podía<br />
tener tres tipos de “parejas”, todas reconocidas socialmente:<br />
la gyné (esposa), para tener hijos legítimos; la palaké (concubina),<br />
que constituía una relación estable; y la hetera (prostituta),<br />
sólo para el placer. Pero además existía otra figura<br />
masculina singular: el paidagogo, quien era el encargado de<br />
iniciar sexualmente a los varones púberes.<br />
Asimismo, la mayoría de los pueblos de la América precolombina<br />
se caracterizaron por vivir una sexualidad en forma libre<br />
hasta la llegada de los españoles. Esto resulta muy evidente<br />
en el caso de la cultura Mochica, que surge entre los siglos I<br />
y VII en la franja desértica de la costa norte del Perú, donde<br />
se encontraron restos de templos, palacios y cementerios que<br />
testimonian su desarrollo artístico, tecnológico y compleja<br />
organización. Pero lo que más ha llamado la atención fueron<br />
los famosos “huacos”, cerámicas que expresaban la actividad<br />
sexual bajo las más diversas formas y posiciones, ya sean hetero<br />
u homos, e incluso algunos indicios de prácticas grupales.<br />
Entre los testimonios escritos más importantes heredados<br />
del arte del amor, habría que rescatar The Canons of Theodore,<br />
un manuscrito anónimo del siglo X que no volvió a ser<br />
editado desde 1830 y que detalla los pecados sexuales de un<br />
monje, probablemente, escuchados en confesión. Con la intención<br />
de convertirse en un manual monástico, The Canons<br />
of Theodore describe el ritual de la confesión y tipifica las<br />
penitencias correspondientes a cada pecado. Se trata de una<br />
obra moralista y religiosa, pero que da buena cuenta de cómo<br />
las prácticas sexuales más obscenas a ojos de la actualidad no<br />
son un invento del presente.<br />
El libro de la almohada, un clásico japonés del siglo XI que<br />
responde a la autoría de Sei Shonagon (existe una buena edición<br />
reciente en nuestro país debida a la editorial Adriana Hidalgo),<br />
nos presenta las reflexiones sobre la vida de la que fue<br />
una dama del tribunal en la corte de la emperatriz japonesa<br />
Teishi. Su autora no deja de lado el tema de la sexualidad,<br />
profundizando en el cortejo, los gustos de los hombres o los<br />
“pecaminosos” comportamientos de alcoba. En la sociedad japonesa<br />
de la época, el sexo entre los cortesanos estaba prohibido,<br />
pero según los comentarios en primera persona de esta<br />
espectadora, se trataba de una práctica habitual.<br />
Por último, no se puede dejar de mencionar La Escuela de<br />
Venus, anónimo del siglo XVII que fue publicado por primera<br />
vez en 1680 bajo el sugerente título de L’École des filles.<br />
Se trata de un manual que explicita las prácticas sexuales de<br />
aquella época y que sorprenderían por su audacia e inventiva<br />
incluso a más de un libertino actual. A lo largo de un extenso<br />
texto, dos primas dialogan abiertamente sobre conceptos<br />
sexuales varios, como el beneficio de tener múltiples parejas,<br />
los amigos con derecho a goce, el sexo fuera del matrimonio,<br />
el orgasmo vaginal, los métodos anticonceptivos y, sobre<br />
todo, las veleidades ocultas del clítoris, para el que todavía ni<br />
siquiera existía un término para definirlo. La obra lo define<br />
como “la parte superior de la vagina que sobresale”.<br />
Sin perjuicio de las virtudes de todas estas obras, resulta imprescindible<br />
mencionar a la más paradigmática entre ellas,<br />
además de ser predecesora: el Kama Sutra. En un fragmento<br />
de la obra, se menciona que el rey de Kuntala, Satakarni<br />
Satavajana, mató a su esposa Malaievati con un instrumento<br />
llamado kartari en el momento de tener relaciones. Se cree<br />
que este rey vivió y reinó durante el siglo I d.C., y el autor de<br />
la obra, Vatsyayana, cita este caso para advertir a los hombres<br />
del peligro que surge de las “antiguas” costumbres hindúes de<br />
lastimar a la mujer bajo el influjo de la pasión. Pero importa<br />
el hecho en sí porque invita a situar la obra en el mismo o<br />
posterior período en que vivió el rey, aunque a la fecha se<br />
duda si fue entre los siglos I y VI d.C. Vatsyayana era hijo de<br />
un erudito brahmán y se supone que su nombre real era<br />
Mal.li Naga o Mril.lana. Algunos especulan que pasó su infancia<br />
en un prostíbulo, donde trabajaba su tía favorita. Allí,<br />
Vatsyayana habría obtenido sus primeras e indelebles impresiones<br />
sobre los artificios sexuales y la seducción.<br />
Por fuera de los caprichos biográficos del autor, lo cierto es<br />
que el Kama Sutra (k ma alude a “placer sexual” y s tra a<br />
“hilo, frase corta”, por lo que la traducción literal sería Aforismos<br />
sobre la sexualidad) está considerado a la fecha como<br />
el libro fundador y de mayor vigencia de todos los manuales<br />
existentes sobre sexo, al menos si se atiende a las innumerables<br />
reediciones y versiones que existen en el mundo entero.<br />
La importancia de los preliminares, el “arte” del orgasmo y<br />
cuestiones más transgresoras como los tríos, el sexo oral y<br />
otros tabúes, contextualizados durante el período Gupta (240-<br />
550 d.C.), se tratan en profundidad y siguen despertando el<br />
o9
1o<br />
mismo interés desde que fuera traducido por primera vez a<br />
una lengua occidental, el inglés, por Sir Richard Burton recién<br />
en 1883. El Kama Sutra se compone de 36 capítulos que<br />
versan sobre siete unidades temáticas diferentes, cada uno<br />
de los cuales fue escrito por un experto en el campo. La obra<br />
trasciende en mucho la simple gimnasia amatoria para vincular<br />
la sensualidad también a una cosmovisión.<br />
Vatsyayana creía que existen ocho maneras básicas de hacer<br />
el amor y ocho posiciones principales; por lo tanto, el Kama<br />
Sutra contiene un total de 64 “artes”. Resulta de importancia<br />
destacar este nombre que el autor entrega a la combinatoria<br />
de formas de hacer el amor. El capítulo que enumera las<br />
múltiples artes es el más conocido, y suele ser un error muy<br />
común confundir a este en particular con la totalidad del<br />
Kama Sutra. Vatsyayana entiende que hacer el amor es el arte<br />
de jugar el uno con el otro. El sexo, en definitiva, se entiende<br />
como un lenguaje y para ello es indispensable que quienes se<br />
comprometen con él deben experimentar todas las opciones<br />
a fin de llegar a la posibilidad de una lengua nueva que los<br />
envuelva. Allí radica el juego, el desafío.<br />
En 1885 Burton tradujo asimismo una obra amatoria posterior,<br />
el Ananga Ranga o Kamaledhiplava (Barco en el mar del<br />
amor) escrito por Kalyana.malla en el siglo XV o XVI, que<br />
insiste en ahondar en la mística del amor. Con todo, el Kama<br />
Sutra sigue siendo una obra de consulta permanente.<br />
Según Henry Miller, que algo sabía de arte erótico, el clásico<br />
de la literatura árabe El jardín perfumado comenzaba<br />
allí donde culminaba el Kama Sutra hindú. A pesar de la represión<br />
que sufren muchas musulmanas a la fecha, el Corán,<br />
lejos de lo que postulan los fundamentalistas, exalta el goce<br />
como una virtud espiritual. Existe un texto maravilloso del<br />
siglo XI, del polemista y filósofo andalucí Ibn Hazn de Córdoba,<br />
llamado Tawk al-hamâna o El collar de la paloma, que nos<br />
ilustra con claridad acerca de la variedad y complejidades del<br />
sentimiento amoroso y su goce. Algunas mujeres del Islam<br />
llevan esta sabiduría en la sangre. Y cuando se entregan al<br />
sexo lo hacen como un ritual sagrado.<br />
El proceso comienza –o prosigue, dependiendo del apetito de<br />
los amantes, aunque las comidas deben tener sus intervalos<br />
con el sexo– con una serie de delicias y dulces excitantes. Entre<br />
los primeros, se recomienda la carne de cordero a la miel,<br />
y por los segundos se tiene en cuenta los confites llamados<br />
madjoun, preparados con frutas, en particular cerezas y peras<br />
cocidas también con miel, a las que se añade canela y almizcle.<br />
La atmósfera debe estar rodeada con plantas aromáticas e<br />
inciensos suaves. Los besos deben ser sonoros, procurar que<br />
la lengua alcance el paladar y se desplace por la boca, lubricando<br />
con la saliva y acompañando con suaves caricias.<br />
Lo más importante: Alá propone nada menos que Su conciencia<br />
a través del abrazo sexual y, por tanto, cuanto más dure<br />
este, más cerca estaremos del Paraíso. La mujer puede llegar<br />
a visitarlo varias veces, y nos honrará como sus acompañantes.<br />
Al arribar juntos estaremos en ese territorio que tantos<br />
prometen y pocos conocen. Para que el hombre prolongue su<br />
éxtasis, ellas saben utilizar una fórmula inmemorial: palabras<br />
suaves y besos tiernos, mientras esparcen en el lugar indicado<br />
un ungüento hecho de nuez moscada e incienso, mezclado<br />
con miel, un poco de tástago o cevadilla, jengibre, canela de<br />
La Meca y cardamomo. Ibn Arabi señaló que “la visión de<br />
Dios en la mujer es la más perfecta de todas”.<br />
En los países donde el deseo amoroso de una mujer es tabú,<br />
y se encuentra prohibido tanto por el estricto código de<br />
honor de los clanes como por los ulemas, existen formas de<br />
resistencia insospechadas. Las mujeres testimonian su disconformidad<br />
en forma de cantos y poemas secretos. Incluso,<br />
estando solas en alguna situación especial, como por ejemplo<br />
una boda (las fiestas se celebran por separado), es posible<br />
verificar una excitación particular entre ellas: se dan palmadas<br />
en el trasero, se acarician los senos, se pellizcan, bailan como<br />
serpientes… Seductoras innatas, buscan deslumbrar con los<br />
secretos inmemoriales que atesora su deseo.<br />
El Corán y la Sunnah anticipaban una moral sexual mucho<br />
más amplia y comprensiva de la naturaleza humana. El profeta<br />
Mahoma expresa con toda llaneza su gusto por la paz, el placer<br />
y la belleza. En ningún momento de su vida dio a entender<br />
que el musulmán hubiera de renunciar a su naturaleza. También<br />
expresó en repetidas ocasiones que, cuando alguien satisface<br />
legítimamente sus deseos sexuales, realiza con ello una<br />
buena obra (hásana), merecedora de la recompensa divina.<br />
Para el musulmán, Dios no es un creador de dioses inermes,<br />
sino que es creador de vida, de potencia, de lenguaje, creador<br />
de lo que el ser humano puede llegar a comprender cuando<br />
rompe el espejo y su yo se aniquila y extingue. Se narra en los<br />
hadices que el Profeta afirmó que cuando un ser humano sometido<br />
a la voluntad de Alá contempla a su mujer y ella le devuelve<br />
la mirada, cuando él toma su mano y ella toma la suya,<br />
“las faltas se escapan por las rendijas que quedan entre sus<br />
dedos entrelazados”, y que cuando yacen juntos “los ángeles<br />
les rodean desde la tierra hasta el cénit del cielo”.<br />
Desde el comienzo de los tiempos el sexo atraviesa culturas y<br />
es una obsesión común. Quizá convendría coincidir con la visión<br />
“marxista” del mismo. Dijo Groucho: “No quiero ser irreverente,<br />
pero creo que estarás de acuerdo en que quienquiera<br />
que creó el sexo ciertamente sabía lo que hacía. Aunque todo<br />
el mundo está loco por él, la palabra en sí, pese a su brevedad,<br />
parece asustar a muchísima gente. Ningún cantante (ni siquiera<br />
un tenor) se atrevería a cantar El sexo es algo maravilloso.<br />
Con ese título la canción obtendría un éxito multitudinario,<br />
pero el cantante sería puesto en la lista negra por algún comité<br />
de moralidad. ¿La acusación? Incitar a la gente a que haga una<br />
cosa perfectamente natural”<br />
* ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía y<br />
editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron los<br />
títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay y Las huellas<br />
del río, todos en Editorial Planeta. También la antología En la vía - Relatos<br />
desde un tren y Relatos de París.
12<br />
El<br />
señalador<br />
El pornógrafo<br />
culposo<br />
Por Maximiliano Tomas*<br />
pretadas por un personaje inventado por<br />
Sasha Grey, si uno puede admirar toda su<br />
gráfica y explícita osadía y su irresistible<br />
belleza con apenas dos clicks del mouse?<br />
Me fui de la librería admitiendo que<br />
nunca iba a lograr entender la atracción<br />
que para algunos parece tener la literatura<br />
erótica, y mucho menos la literatura<br />
pornográfica (si es que algo así existe).<br />
Porque el sexo en la literatura es otra<br />
cosa. Y una de las más difíciles de lograr:<br />
todo buen escritor sabe que a la hora de<br />
narrar una escena sexual se expone al<br />
escarnio y la vergüenza, ya que la línea<br />
que separa a la torpeza, el mal gusto y<br />
la estupidez de la efectividad literaria es<br />
muy pero muy fina. Tanto, que en 1993<br />
la revista Literary Review creó el “Bad<br />
Sex in fiction Award”, que premia todos<br />
los años a la peor escena sexual publicada<br />
en lengua inglesa, y que se han llevado<br />
a su casa (es un decir) escritores como<br />
Norman Mailer o Haruki Murakami.<br />
Claro que hay ejemplos en sentido<br />
contrario, pero son los menos. Henry<br />
Miller lo hizo a<br />
lo largo de varios<br />
libros (Trópico de<br />
Cáncer y Trópico<br />
de Capricornio,<br />
entre otros), aunque<br />
habría que<br />
ver si releídos<br />
hoy siguen soportando<br />
aquella<br />
primera impresión.<br />
Con Vladi-<br />
Hace algunos meses estaba en el aeropuerto<br />
de Madrid, haciendo tiempo en<br />
una librería, cuando me llamó la atención<br />
un estante de novelas cuyas tapas eran no<br />
sólo parecidas entre sí (el mismo diseño<br />
de imagen recortada y tipografía, fondo<br />
oscuro y leves variaciones de palabras<br />
en los títulos) sino que se exhibían como<br />
descaradas imitaciones de la tapa original<br />
de la trilogía de E. L. James Cincuenta<br />
sombras de Grey. No me interesó tanto<br />
pensar entonces sobre el desesperado intento<br />
de la industria editorial de exprimir<br />
un fenómeno de ventas global, sino sobre<br />
todo preguntarme si esos libros también<br />
se venderían, y en ese caso, a quién.<br />
¿Quién compra novelas eróticas en la era<br />
de las redes sociales y el acceso irrestricto<br />
a Internet? ¿Y, por Dios, para qué? El<br />
asunto sigue siendo un misterio para mí.<br />
Pero más insólito aún me resultó un libro<br />
que descubrí a un costado, con el título<br />
La sociedad Juliette, y que venía firmado<br />
por una de mis heroínas privadas, la ex<br />
actriz porno Sasha Grey, que en la década<br />
del 2000 y con sus radicales interpretaciones<br />
en películas XXX había logrado<br />
subvertir los valores de la industria pornográfica<br />
para utilizarlos a su favor, hacer<br />
mucho dinero, y pasar a otra cosa.<br />
No pude resistirme y abrí la novela.<br />
Con no poca desazón, vi que era apenas<br />
una extensión de algunas de sus escenas<br />
sexuales filmadas, pero enmarcadas en<br />
una esquemática y vulgar trama narrativa.<br />
¿Quién querría leer dos párrafos de<br />
fellatios, orgías y penetraciones intermir<br />
Nabokov no hay dudas: todo el que<br />
quiera escribir una escena sexual debería<br />
tener como obligación leer, por lo menos<br />
una vez, Lolita. En otro nivel (es decir,<br />
unos escalones más abajo), pero de este<br />
lado de la barrera del absurdo, el francés<br />
Michel Houellebecq puede, cuando<br />
quiere, salir airoso de la prueba: Plataforma<br />
es un buen ejemplo. Con la literatura<br />
argentina pasa lo mismo. Osvaldo Lamborghini<br />
llevó al sexo a su extremo más<br />
bestial en El fiord. Manuel Puig lo hizo<br />
con gran sutileza en El beso de la mujer<br />
araña. Y tal vez sea Fogwill en el relato<br />
Help a él, aquel extraño homenaje a El<br />
Aleph de Borges, quien haya logrado<br />
una de las escenas sexuales literarias más<br />
inolvidables de la narrativa local.<br />
Hay, sí, un autor que hizo del sexo (y<br />
de la condición judía) el tema de toda<br />
su obra: Philip Roth (Estados Unidos,<br />
1933). A lo largo de sus novelas acompañamos<br />
a sus personajes en sus variadas<br />
aventuras sexuales: podemos compadecernos<br />
de ellos o envidiarlos, pero jamás<br />
sentiremos vergüenza al leerlas. El arco<br />
de sus ficciones arranca con la potencia<br />
de la juventud y el despertar sexual y<br />
avanza, en paralelo a la vida del propio<br />
Roth (que hoy tiene 80 años), a la impotencia<br />
viril y la desesperación de sus<br />
últimos libros. Si todavía no leyeron a<br />
Roth, y quieren empezar por algún lado,<br />
prueben con su tercera novela, la que le<br />
dio un nombre: El mal de Portnoy, de<br />
1969. Allí Alexander Portnoy (uno de<br />
los tantos álter egos de Roth), ese masturbador<br />
serial, cuenta su obsesión por<br />
el sexo femenino (“Sencillamente no es<br />
capaz de controlar –no quiere controlar–<br />
las calenturas de su putz, las fiebres<br />
de su cerebro, ese permanente deseo<br />
que arde en su interior de novedad, de<br />
descontrol”) y la dificultad para vivirlo<br />
plenamente y sin culpa, problema que<br />
le atribuye a su castradora madre judía.<br />
“¿Conoce usted ese famoso proverbio?<br />
Cuando la pija se levanta, el cerebro se<br />
rebaja. ¡Qué verdad!”, escribe Roth que<br />
piensa Portnoy, mientras enumera sus<br />
técnicas masturbatorias y espera que<br />
llegue la próxima aventura. Sexo y culpa,<br />
culpa y sexo: Roth logra una de las mejores<br />
aproximaciones literarias personales a<br />
un tema universal<br />
* Editor literario, crítico y periodista cultural.
Tema de tapa<br />
uno / cine<br />
Escena de El desconocido del lago, de Alain Guiraudie (2012)<br />
Las aventuras de la diferencia<br />
Por Roger Koza*<br />
14<br />
“Es una nota rara”, dice la diva televisiva platinada, al informar<br />
a su audiencia sobre la próxima invitada que entrevistará, una<br />
actriz porno latina. La misma diva que protestaba frente a la<br />
nueva forma de denominar los festejos del 12 de octubre tampoco<br />
sabía muy bien cómo expresar ciertas prácticas eróticas<br />
en plena emisión. En otro canal y programa, otro conductor,<br />
más dúctil y canchero, intenta profundizar un poco más sobre<br />
la vida secreta de una actriz porno. Sus televidentes pueden o<br />
no conocer la obra de la actriz, pero aquí el desnudo pasa por<br />
espiar la psicología del artista. De eso se trata, de espiar.<br />
Al inicio de La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock, el<br />
personaje interpretado por James Stewart, debido a un accidente,<br />
está inmovilizado. Su pasatiempo principal consiste en<br />
observar con sus binoculares la vida de sus vecinos. La historia<br />
es conocida. En cierto momento, descubrirá un asesinato, o al<br />
menos tendrá las pistas para así creerlo. Al inicio del film, Stella,<br />
una mujer que viene a ayudarlo debido a su condición física,<br />
enuncia un credo que excede al del propio Hitchcock: “Somos<br />
una especie de mirones”.<br />
Desde que existe el cine, nuestra especie, proclive a mirar, encontró<br />
una forma de registrar casi todas las experiencias humanas<br />
posibles. Hay imágenes de todo. Excepto de lo que sucede<br />
después de la muerte, si es que algo sucede (lo que en principio<br />
parece poco probable). Para el resto de nuestras experiencias<br />
siempre existe una imagen. Se ha filmado todo: nacimientos,<br />
genocidios, proezas sexuales, delirios sociales a gran escala, torturas,<br />
incluso un camarógrafo llegó a filmar su propia muerte.<br />
No era imprevisible que tras un film de los hermanos Lumière<br />
sobre el trabajo, o al menos acerca de la salida de los operarios<br />
de una fábrica, alguien iba a estar dispuesto a filmar el tiempo<br />
dedicado al ocio, y en especial al placer sexual. No es aquí el lugar<br />
para desarrollar una genealogía del cine erótico, pero nunca<br />
está de más recordar que las primeras películas pornográficas<br />
fueron silentes, cuyos propósitos no se ordenaban en torno a los<br />
réditos económicos de una industria que explotaría, más tarde<br />
y organizadamente, nuestro deseo de mirar. En las primeras<br />
películas pornográficas todo se filmaba como un ejercicio antropológico<br />
de exploración, en donde se podía ver el cuerpo en<br />
una acción destinada a permanecer en secreto. El orden de las<br />
fantasías adquiría entonces una imagen precisa. Es extraordinario<br />
confrontar con esas primeras películas de principio del siglo<br />
XX. La novedad era total y en aquel entonces los hombres y las<br />
mujeres todavía eran vírgenes frente al poder del registro de<br />
una cámara. Eran aún sujetos inocentes frente a la representación<br />
a través de imágenes en movimiento. Es por eso que hay<br />
algo de inocencia en esas primeras películas, las que no eran<br />
precisamente pacatas respecto de las prácticas sexuales que se<br />
retrataban, pero que nada tenían que ver con la dureza estética<br />
y mecánica de las poéticas actuales del cine para adultos.<br />
Es posible que si se trata de sexo, la película más esperada<br />
entre los próximos estrenos sea Nymph()maniac, del mejor publicista<br />
del mundo, Lars von Trier. Su famosa película de cinco<br />
horas y media, con varias estrellas de cine de Hollywood, es el<br />
hit del momento. Se verá en versión completa, casi con seguri-
dad, en Cannes, y habrá que ver el film de Von Trier para juzgarlo<br />
y entender si hay algo más que contemplar los derroteros<br />
de su protagonista, Charlotte Gainsbourg, reconstruyendo sus<br />
experiencias eróticas extremas; por ahora el danés ha logrado su<br />
cometido: todos hablan de su nueva película, como si se tratara<br />
de un acontecimiento cósmico y orgásmico.<br />
Sin embargo, las dos mejores películas recientes en donde el<br />
sexo tiene un lugar preponderante son francesas: La vie D’Adèle<br />
y El desconocido del lago. Son únicas, desafiantes y libres. La vie<br />
D’Adèle fue la ganadora de la Palma de Oro. Abdellatif Kechiche<br />
cuenta una historia de amor lésbico, pero lo que le importa<br />
es otra cosa: registrar el proceso de maduración de una joven,<br />
Adèle, que a los 17 años estudia en la escuela pública y que<br />
después se convertirá en maestra de escuela. En esa transición,<br />
en ese período impreciso de ingreso al mundo adulto y abandono<br />
inesperado de la cultura familiar, Kechiche contextualiza el<br />
encuentro de Adèle con Emma, una chica un poco más grande,<br />
de clase media intelectual, cuya elección sexual no tiene que ser<br />
vivida en secreto. Verlas juntas es ser testigo de un encuentro<br />
humano que va mucho más allá del lesbianismo y su legitimidad.<br />
No se trata de una película militante por la diversidad sino de<br />
una película vital en la que el acto de amar es tan placentero<br />
como doloroso, independientemente de las elecciones sexuales.<br />
Estar junto a otro es una hazaña física y simbólica: hay que<br />
calibrar diferencias, entenderlas, entregarse. Las escenas de<br />
sexo son de alto vuelo pero, curiosamente, evitan dos modelos<br />
de representación típicos en estos casos: el porno soft y el sexo<br />
explícito desprovisto de ternura. Las escenas de sexo son un<br />
manifiesto fílmico de que el placer y el amor pueden ir juntos.<br />
El trabajo de las actrices es magnífico, en particular el de Adèle<br />
Exarchopoulos, que transmite la urgencia y la incertidumbre<br />
de estar vivos como no se veía en pantalla desde Rosetta, de los<br />
hermanos Dardenne. El film indirectamente es también un<br />
retrato de clase y una defensa poética de la educación pública.<br />
Ganadora justa, indiscutible. Y está muy bien que sea una<br />
Palma de Oro triple: sin sus dos actrices, Kechiche no hubiera<br />
podido hacer lo que logró.<br />
¿Cómo mostrar los placeres de la homosexualidad masculina sin<br />
plantear un discurso militante acerca de lo gay como política de<br />
la identidad? ¿Cómo filmar escenas de sexo ocasional sin asociarlo<br />
con el amor romántico y sin condenarlo como una perversión<br />
licenciosa? Los hombres pueden chupar, besar, hablar y<br />
acompañarse. El cuerpo puede ser vivido como una superficie<br />
absoluta de placer. En un pasaje glorioso dos hombres se masturban<br />
gozosamente, y la amabilidad de la escena y el placer<br />
que transmite pueden remitir a esas secuencias hermosas del<br />
cine de Jean Renoir donde sus personajes se permiten sentir<br />
el placer del mero estar en la naturaleza. Un río, el viento, el<br />
pasto, elementos mínimos de un bienestar no mediado por el<br />
dinero y, en este caso, ni siquiera por el sexo. ¿Quién ha filmado<br />
esta genialidad? Alain Guiraudie.<br />
Película insólita y libre como pocas, El desconocido del lago.<br />
Ya desde el plano de apertura estamos frente a un director<br />
que entiende la gramática del cine con una seguridad que no<br />
contrabandea pretensión alguna. Una panorámica presenta un<br />
bosque y una playa al lado de un lago. Ahí funciona una playa<br />
nudista para homosexuales, donde se toma sol, se habla y se<br />
practica natación. En el bosque, fundamentalmente, se coge.<br />
Los habitués llegan en autos que estacionan regularmente en<br />
un estacionamiento improvisado. Es verano. La luz del sol<br />
brilla de un modo peculiar y el viento sopla de una forma específica.<br />
Guiraudie pone especial atención en cómo capturar<br />
este cosmos desnudo donde se desarrollará su comedia policial<br />
erótica. Las panorámicas de la playa, el bosque, los lagos y los<br />
cielos componen de inmediato un mapa visual. Cada día que<br />
pasa arranca con un plano general del estacionamiento, y otros<br />
planos generales del territorio, que varían cada tanto. La naturaleza<br />
se repite pero también cambia, y lo que se ve se duplica<br />
en un trabajo de sonido formidable. Los sonidos se repiten pero<br />
también sufren cambios. Al ver el desplazamiento de un hombre<br />
nadando en el lago, en los primeros minutos del film, ya se<br />
percibe un código y una motivación estética: asombrarse frente<br />
a la vitalidad del cuerpo, celebrar este vitalismo. Primero será<br />
vía el deporte, luego el sexo.<br />
Franck, que suele ir todos los días, nada, charla y coge. Los visitantes<br />
se conocen, lo que no implica que sepan sus nombres.<br />
La fugacidad colma la existencia: alcanza con estar, respirar,<br />
moverse y acabar. Franck conocerá a Henri, un hombre heterosexual<br />
de mayor edad que suele ir todas las tardes a contemplar<br />
el lago. Esa relación no pasará por el sexo sino por la amistad.<br />
Un pronunciamiento magnífico: los hombres pueden amarse de<br />
muchas maneras. La construcción de esa amistad es una de las<br />
revelaciones del film y el punto de mayor sofisticación afectiva,<br />
que en el desenlace policial alcanza el carácter de lo sublime.<br />
Los diálogos entre Franck y Henri son de una delicadeza admirable,<br />
y el crecimiento del cariño entre los dos es un pequeño<br />
milagro que sucede en la pantalla. Se trata de exponer una política<br />
de la amistad entre hombres, una modalidad del cuidado<br />
del otro que no involucra la genitalidad. Lo homosexual pertenece<br />
a otra vía, y el propio Franck, siempre predispuesto a coger<br />
con extraños, reconoce de inmediato en Henri a un amigo.<br />
Franck, por otra parte, se enamorará paulatinamente de un tal<br />
Michel, aun sabiendo algo terrible de él: Michel ha matado a<br />
uno de sus amantes y Franck lo ha visto. Este hecho, lógicamente,<br />
abrirá la vía policial del film, que incluye a un maravilloso<br />
personaje tardío, el inspector, figura cómica que viene<br />
además a proponer una ética que trasciende las predilecciones<br />
sexuales. Y es genial porque su investigación es siempre jurídica,<br />
nunca moral.<br />
Ninguna escena está de más. Los tiempos son perfectos, las<br />
elecciones de luz y la apropiación de la oscuridad ambiente virtuosas,<br />
los toques humorísticos excepcionales. El erotismo sin<br />
concesiones conjura mágicamente la grosería y el exhibicionismo.<br />
La singularidad homosexual está subsumida en lo universal.<br />
Guiraudie ha hecho una película extraordinaria sobre la amistad<br />
y el amor físico entre hombres. Estamos frente a una película<br />
irrepetible, de las que faltan en los festivales y que aparecen<br />
cada tanto para renovar nuestra fe en el cine e incluso en los<br />
hombres<br />
* CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba. Publicó El inconsciente de las<br />
películas, ed. Brujas. Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />
15
16<br />
Tema de tapa<br />
dos<br />
Una única<br />
sensualidad<br />
Les preguntamos a un grupo de chefs, entre los más<br />
prestigiosos de nuestro país, cómo relacionan comida<br />
y amor, cocina y sexo. Una reconocida especialista en<br />
vinos también dijo lo suyo.<br />
¿Hay comidas o alimentos propicios para el amor?,<br />
¿cómo se preparan para una noche apasionada?,<br />
¿tienen un menú infalible?,<br />
¿qué cosas no pueden faltar?,<br />
¿alguna vez alguien les pidió que le prepararan<br />
especialmente un menú para el amor?<br />
Cada uno con su bagaje de aromas, sabores, sueños y<br />
amores respondieron divertidos y encantados.<br />
Las respuestas hablan de una sensibilidad compartida,<br />
de una sensualidad entrelazada, de un mundo que<br />
espeja al otro, un reflejo donde se unen,<br />
inevitable y deliciosamente.<br />
Producción:<br />
Mónica Tracey<br />
Elisabeth Checa<br />
Periodista especializada en vinos, gastronomía<br />
y viajes, autora de Los buenos vinos argentinos,<br />
editorial Vocación.<br />
“Y el champagne, atado por siempre<br />
al amor”<br />
Si comienzo diciendo que los afrodisíacos<br />
no existen y que, como dijo Dante,<br />
“L’amore e cosa mentale”, no habría más<br />
que hablar del tema, sin embargo puedo<br />
asegurar que ciertos vinos son más sensuales<br />
que otros por sus aromas, frescura,<br />
liviandad. Lejos de las exigencias del<br />
análisis en un wine bar, recuerdo un Torrontés<br />
y un Sauvignon Blanc de aromas<br />
desbordados con empanadas salteñas en<br />
los Valles Calchaquíes o con cornalitos en<br />
la playa. Me remiten a las esplendorosas<br />
siestas de verano, al asunto amoroso. Claro<br />
que es algo personal, pero ¿cómo se<br />
podría hablar de esto sin poner el cuerpo?<br />
También los rosados, siempre sensuales ya<br />
desde el color, tienen mucho que aportar<br />
a este amor de verano, para antes o después.<br />
Varios, elaborados a base de Syrah<br />
o Shiraz, esa uva que lleva el nombre de<br />
la ciudad persa donde nació Omar Khayyam,<br />
el poeta siempre ligado a sus cantos<br />
al amor y al vino: “escancia vino y que sea<br />
rojo como tus mejillas y mis remordimientos<br />
ligeros como tus bucles”.<br />
Entre los tintos, si es Syrah, prefiero los<br />
que no están muy concentrados, cuando<br />
les encuentro su carácter especiado frutal.<br />
Y el Malbec, siempre, y en este instante<br />
me aparece el de los Valles Calchaquíes,<br />
con su impresionante virilidad, oscuro y<br />
potente. Y entonces inevitablemente me<br />
llega aquella frase de Colette cuando dijo<br />
que un anónimo vino del Ródano la llevó<br />
a pensar en hacer el amor con un desconocido.<br />
Y el champagne, con sus burbujas,<br />
su ligereza, su frescura y su mística, atado<br />
por siempre al amor.
Jean Paul Bondoux<br />
Chef propietario de La Bourgogne, autor del<br />
libro La cuisine essentielle, editorial Anaya<br />
Multimedia.<br />
“No existe una comida que no esté<br />
ligada al amor”<br />
La cocina es una emoción y el amor también.<br />
Es ese el punto de unión, dos cosas<br />
que pertenecen al mundo de la emoción.<br />
Pero para mí hay un orden muy claro y es:<br />
1) El placer de la comida, porque además<br />
es de primera necesidad, si no comes, no<br />
vives, no haces nada.<br />
2) El placer del sexo.<br />
La comida es un acto de amor, de compartir,<br />
de dar placer, de sentir placer.<br />
Si pienso en una comida para una noche<br />
de amor, pienso más bien en rosas, velas,<br />
ese mundo de seducción que comienza en<br />
la belleza del ambiente. Esa misma preparación<br />
ya es parte de la noche de amor.<br />
No pienso en un menú especial, para mí<br />
no existe una comida que no esté ligada al<br />
amor, porque es así como concibo la preparación<br />
de la comida. Para mí todo está<br />
en la emoción, la energía, la honestidad, la<br />
transparencia.<br />
La vida es seducción, todo en la vida es<br />
seducción, la comida, el amor...<br />
Para una noche de amor, pienso en el<br />
erotismo intenso de una playa a la luz de<br />
la luna, pero no me imagino una noche<br />
de amor sin una buena comida y un buen<br />
vino. Aunque sin abusar del alcohol porque<br />
puede ser perjudicial…<br />
Me gusta la mujer que disfruta de la comida<br />
y que tiene formas. En Francia se dice<br />
“salir con la flaca y dormir con la gorda”.<br />
Más allá de todo esto, debo confesar que<br />
mi primer amor no es una mujer sino la<br />
gastronomía.<br />
Dante Liporace<br />
Chef ejecutivo de Tarquino Restaurant.<br />
“Con la sensibilidad que le pongo<br />
a la comida, el comensal puede hacer<br />
explotar la noche”<br />
No, realmente no hay una comida para fomentar<br />
o realzar el amor, condimentar un<br />
acto, eso lo pone el comensal y su situación<br />
del momento, obviamente si percibe<br />
todo el amor que yo le pongo a cada plato<br />
puede resultar que tenga la mejor noche<br />
de amor y sexo de su vida porque con<br />
la carga de sensibilidad y pasión que le<br />
pongo a mis preparaciones si el comensal<br />
logra estar receptivo puede hacer explotar<br />
la noche.<br />
Todos los días estoy preparado para una<br />
noche de amor, siempre, no hay un día en<br />
que no lo esté, me preparo desde que me<br />
levanto, no tengo fórmulas, ser yo mismo.<br />
Un menú infalible para mí son las pastas<br />
con un buen vino, y otro, una cena de alta<br />
cocina con platos fuera de lo común y<br />
perfectos, ambas opciones me gustan. No<br />
puede faltar la mujer, obviamente, y como<br />
te dije, el buen vino y la buena música.<br />
No, no me han consultado en este sentido<br />
pero por lo general la gente que viene<br />
a mi restaurante viene con una buena<br />
actitud y abierta al cambio, y eso trae aparejado<br />
todo.<br />
Diego Gera<br />
Chef ejecutivo de Leopoldo Restaurant & Bar.<br />
“No encuentro placer donde<br />
no hay olores”<br />
Cocinar es casi como tener buen sexo,<br />
uno no puede estar pensando sólo en el<br />
orgasmo, hay que ocuparse de todo el<br />
desarrollo comenzando por la elección de<br />
los productos.<br />
Tanto el sexo como la comida forman<br />
parte de nuestra naturaleza más primitiva,<br />
como para la conservación de la especie o<br />
la del propio individuo. Yo, a Dios gracias,<br />
tengo muy buena relación con estos mandatos<br />
divinos y quiero seguir contribuyendo<br />
con la naturaleza. Estoy seguro de que<br />
existen tantas formas de tener sexo como<br />
platos de comida, la creatividad del hombre<br />
a lo largo de su historia le ha prestado<br />
toda su atención a estas dos actividades.<br />
Para mí todo está permitido, menos la<br />
interrupción del sexo y la buena mesa, ya<br />
que son las manifestaciones más arraigadas<br />
en mis instintos, desde los más bajos<br />
hasta los más refinados. Me excitan tanto<br />
un cuerpo de mujer como los aromas más<br />
fijados en mi memoria: no encuentro placer<br />
donde no hay olores.<br />
Aunque exista una diferencia notable<br />
entres ambas: el sexo puede ser sucio, en<br />
cambio la cocina siempre tiene que ser<br />
limpia.<br />
Algo para mí fundamental es que tanto el<br />
buen sexo como la buena mesa necesitan<br />
de mentes abiertas para poder experimentar,<br />
no confío en la gente que antes<br />
de probar algo dice “no me gusta”, en<br />
todo caso yo digo solamente “no conozco”.<br />
Comer bife con ensalada todos los días<br />
es como tener sexo siempre en la misma<br />
posición.<br />
17
Joaquín Grimaldi<br />
Chef de pastelería del hotel Four Seasons Buenos<br />
Aires y creador de sus helados Dolce Morte.<br />
“Las texturas y colores de los alimentos<br />
tienen un poder hipnótico<br />
sobre los sentidos”<br />
Ramiro Rodríguez Pardo<br />
Cocinero creador de restaurants míticos como<br />
Clark’s y Drugstore (junto con el Gato Dumas)<br />
y Catalinas y Sinclair, entre otros. Autor del<br />
libro Cocina española, editorial Bonum.<br />
“Ostras, vieyras y almejas vivas...”<br />
18<br />
Podría nombrar 33 alimentos, 22 flores,<br />
hierbas, especias y otros tantos frutos que<br />
ayudan a incrementar levemente la libido<br />
o la liberación de serotonina en el cuerpo.<br />
Una dieta ligera con la incorporación de<br />
estos alimentos durante un tiempo prolongado<br />
propicia y mejora el humor tanto<br />
como nadar o tomar sol.<br />
Aunque lo cierto es que con el estómago<br />
lleno, mejor salir a caminar…<br />
Propongo para las noches de verano frutas<br />
jugosas y o carnosas como el mango, melón,<br />
ananá, frutillas y bananas. Un buen<br />
amigo, el Ginger Martini, picante y con un<br />
grado de alcohol importante. Pero ya se<br />
sabe, a no exagerar con el alcohol si queremos<br />
que nuestra cama sea de a dos...<br />
En invierno, queso crottin, almendras<br />
tostadas, chocolate y whisky, vino tinto o<br />
espumante.<br />
El queso crottin además de contener<br />
leche que contribuye como un sedante<br />
natural, tiene ese picor intenso y esa cremosidad<br />
que divierte a los sentidos. Las<br />
almendras, que ayudan al deseo sexual, el<br />
chocolate como liberador de endorfinas.<br />
El agregado de vitaminas en la fabricación<br />
de uno de los Dolce Morte Gelato, especias<br />
y texturas de frutas cocidas a diferentes<br />
densidades también tienen el íntimo<br />
fin de exaltar los sentidos.<br />
Para la presentación del restaurante Elena<br />
en la Feria Masticar 2013 desarrollé<br />
junto a mi equipo un helado soft a base<br />
de cardamomo, canela y vainilla con toffee<br />
de Deep Africa (té Rooibos, coco, cacao,<br />
vainilla y yogur) más el súper alimento<br />
Goji Berry rehidratados en un almíbar de<br />
jengibre. Más sexual, imposible.<br />
Javier Urondo<br />
Cocinero y creador de Urondo Bar.<br />
“El amor y la comida son pura biología,<br />
mucha fermentación, nada aséptico”<br />
Acá, en el restaurante, tenemos una suerte<br />
de estadística o una especie de mitología<br />
a partir de observar a los comensales<br />
e imaginar según lo que come cómo será<br />
su desempeño en el amor. Hacemos como<br />
una analogía, las personas que son más<br />
todo terreno, que comen todo, que se animan,<br />
me parece que siempre van a estar<br />
más dispuestas y más accesibles al amor.<br />
Las personas que tienen mucho problema<br />
con la comida, con los puntos de<br />
cocción, con que si le podemos sacar este<br />
ingrediente a este plato, supongo que esa<br />
neurosis también se traslada al momento<br />
del amor, que si está la ventana abierta o<br />
cerrada, si está la luz prendida o apagada,<br />
si las sábanas te raspan, tienen un montón<br />
de problemas que no van a facilitar el<br />
amor sino más bien lo van a entorpecer.<br />
En el amor, tenés una mujer toda tuneada,<br />
querés una mujer que se parezca a un<br />
modelo dado, la artificialidad, o elegís una<br />
mujer que te guste a vos. Con los sabores<br />
pasa lo mismo, las cosas tienen sus propios<br />
gustos y estar tratando de evitar esa particularidad<br />
y buscar la homogeneidad de<br />
todo es una batalla perdida y a mí no me<br />
interesa.<br />
En cuanto al menú infalible para el amor<br />
es comer liviano. Y beber, según, hay<br />
personas que si están muy tensas en una<br />
primera cita, mejor que beban espaciado<br />
y tranquilo un poco para relajarse. Los<br />
alimentos no sé si son más o menos propicios<br />
pero algunos, por la forma en que se<br />
los come, son más sensuales que otros. Lo<br />
que se come con la mano, por ejemplo yo<br />
veo a una mujer que come los langostinos<br />
con la mano y chupa la cabeza y ya me<br />
imaginé todo….<br />
Para mí el amor no es aséptico ni la comida<br />
es aséptica, es biología en funcionamiento<br />
todo el tiempo, mucha fermentación,<br />
mucha química jugando.<br />
Sólo puedo decir que la columna vertebral<br />
del sexo es la misma de la vida: una muy<br />
buena alimentación sin interrupciones,<br />
acompañada de un sano ejercicio físico,<br />
nos hace más sanos, más fuertes, más inteligentes,<br />
envejecer más lentamente y vivir<br />
muchos más años. Este menú general es<br />
tanto para el hombre como para la mujer.<br />
Ambos necesitan un compañero infalible y<br />
en un primer encuentro ya se dan cuenta<br />
si esto es así en la química que se están<br />
intercambiando. Si no es así, alguno o los<br />
dos sufrirán un desencanto.<br />
En cuanto a un buen menú para una noche<br />
de amor, yo propongo:<br />
una entrada de ostras, vieyras y almejas vivas,<br />
sólo con limón y pimienta de Jamaica.<br />
Plato principal: sopa de piraña colorada<br />
con caracoles y jengibre.<br />
Postre: bananas con miel, crema y chocolate.<br />
Café con semillas de cardamomo.<br />
Todo regado con champagne rosé
El desafío de vivir sin un saber<br />
Opinión<br />
Por Lic. Gabriel Rolón<br />
2o<br />
Hablar de sexo, para el psicoanálisis, no<br />
es hablar de cualquier sexualidad. No<br />
es la sexualidad de la sexología y mucho<br />
menos la de la biología o la de las religiones.<br />
Para el psicoanálisis, la sexualidad humana<br />
no tiene por finalidad la continuidad<br />
de la especie sino el placer, lo cual<br />
hace que el objeto erótico pueda ser<br />
cualquiera, ya que a la hora de disfrutar<br />
y habiendo quitado la meta reproductiva,<br />
el objeto de placer de un hombre<br />
no necesariamente ha de ser una mujer,<br />
sino que un sujeto puede disfrutar<br />
de alguien de su mismo género, pero<br />
también de mirar, escuchar, ordenar o<br />
incluso, como lo muestran algunas perversiones,<br />
de maltratar o ser maltratado.<br />
La sexualidad es un territorio de desconocimiento<br />
permanente, un vacío de<br />
respuestas. Suele decirse que “no nacemos<br />
con un manual que nos diga cómo<br />
debemos actuar”.<br />
Pues bien, los animales sí tienen ese<br />
manual del usuario; se llama instinto. Y<br />
ese instinto les indica para qué, cómo y<br />
con quién deben tener sexo. No dudan,<br />
no temen haber estado bien o mal en el<br />
encuentro con su partenaire sexual ni<br />
preguntan a la hembra si ha disfrutado<br />
tanto o más que con otro macho en algún<br />
encuentro al que su celo la hubiera<br />
llevado.<br />
Por eso, mientras que algún programa<br />
de la National Geographic puede<br />
hablar de una especie animal y contar<br />
sus costumbres sexuales, cuándo y<br />
cómo se produce el apareamiento, qué<br />
movimientos realiza el macho y cuáles<br />
la hembra como parte del cortejo que<br />
llevará al encuentro en pos de la reproducción,<br />
nada podrían decir acerca<br />
de la sexualidad humana; porque cada<br />
sujeto es único, goza a su manera y no<br />
sigue los caprichos de la naturaleza sino<br />
los de su propia historia.<br />
Las zonas erógenas han ido independizándose<br />
de sus funciones naturales para<br />
transformarse en generadoras de placer.<br />
Así, el reflejo de succión que sirve para<br />
alimentarnos y lleva al cachorro humano<br />
en busca del pecho materno, le sirve<br />
también para que descubra que, más<br />
allá de la comida, en el encuentro con<br />
ese Otro fundamental que es la madre,<br />
hay algo que nada tiene que ver con la<br />
comida, sino que es del orden del amor<br />
y del placer. Ese contacto no sólo sacia<br />
una necesidad, sino que genera el deseo<br />
de repetir ese acto por ese plus que se<br />
independiza de lo natural y da origen<br />
a un sujeto humano que alucina en su<br />
chupeteo el objeto deseado y ausente.<br />
Tampoco nuestro cuerpo sigue con<br />
obediencia las reglas de la naturaleza.<br />
Por eso, mientras alguien disfruta de<br />
ser acariciado en una determinada zona,<br />
otro puede sentir allí molestia, cosquillas<br />
o incluso angustia. Porque el cuerpo<br />
humano es erogenizado a partir del contacto<br />
con las caricias y las palabras de<br />
las personas significativas de su historia.<br />
Y he aquí el desafío que debemos enfrentar<br />
nosotros, sujetos desposeídos<br />
del saber mínimo que nos indique cuál<br />
es la manera correcta de vivir nuestro<br />
erotismo: la obligación de cuestionarnos<br />
permanentemente acerca de nuestra<br />
sexualidad, de admitir que lo que funcionó<br />
con alguien quizás no lo haga con<br />
otra persona y de vivir recorridos por un<br />
enigma que, junto al otro gran enigma,<br />
la muerte, mueve nuestro deseo y nos<br />
empuja en busca de algo que le dé sentido<br />
a la existencia
Entrevista<br />
uno<br />
22<br />
De tal palo<br />
Se decidió por la actuación poco después de terminar la secundaria y hoy divide su tiempo entre un papel<br />
en una de las tiras televisivas más importantes del año y un protagónico en cine. Además de heredar el<br />
nombre y el oficio de su padre, Ricardo Darín, “Chino” Darín también es un hombre simpático y amable.<br />
Sobre cine, televisión y libros habló con Quid, sin escatimar detalles<br />
Por Nancy Giampaolo
–¿Cuándo decidió que iba a actuar? Cuando terminé el<br />
secundario y me vi en la encrucijada de tomar la decisión de<br />
hacia dónde iba a orientar mi vida fue cuando empecé a fantasear<br />
con esa idea de forma un poco más concreta. En aquél<br />
momento empecé a estudiar teatro pero no fue hasta dos<br />
años después que tomé la decisión de involucrarme de lleno<br />
cuando empecé a sentir la necesidad de empaparme de algo<br />
que hasta ahí era casi inconsciente. Aquel momento marcó el<br />
quiebre ese entre estar sentado en una silla siguiendo el ritmo<br />
de la música con el pie y saltar a la pista a bailar.<br />
–Actualmente, ¿le pide a su papá consejos relacionados<br />
al trabajo de actor? Sí, le pido. Pero no es algo sistemático.<br />
Se da naturalmente hablar de mi laburo a veces, pero no hay<br />
un espacio predeterminado para eso, ni una dinámica estable<br />
en la que siempre le vaya a pedir asesoramiento.<br />
–Farsantes, la tira en la que usted interpreta a Fabián,<br />
hace foco en la doble moral… Sí. Y creo que en este país<br />
tenemos una gran historia y hasta te diría una cultura de<br />
personajes con una doble moral. La tira, ya desde el título,<br />
hace alusión a eso, no sólo riefiriéndose a esos personajes en<br />
particular, si no a esto de que todo el mundo tiene algo en lo<br />
que no es del todo sincero ya sea porque finge frente a otros o<br />
porque se engaña a sí mismo. Nadie es transparente en todo.<br />
El protagonista de la tira no es un tipo que la haya pasado<br />
bien todo el tiempo llevando esa doble vida. La verdad es que<br />
Julio Chávez está genial en el personaje porque sabe muy<br />
bien de lo que habla, se nota en el personaje que construyó<br />
tiene el bagaje de una vida entera encubriendo lo que realmente<br />
desea. Y eso mismo se va viendo en casi todos los personajes,<br />
incluido el personaje de Facundo Arana, que es un<br />
poco el héroe, pero también oculta cosas de su pasado.<br />
–Este año también hizo cine… Sí, este verano hice una<br />
película que todavía no se estrenó, es la ópera prima de una<br />
directora que se llama Natalia Meta. Ella también la produjo<br />
y la escribió. Mi personaje es un policía novato que empieza<br />
a laburar y que todavía está descubriendo de qué se trata el<br />
oficio. Y en el medio de eso hay un homicidio y lo mandan<br />
a vigilar, casi por casualidad conoce a un detective que va a<br />
estar a cargo de la investigación del crimen. Es un policial<br />
ambientado en un Buenos Aires de los años 80. Se rodó en<br />
locaciones muy clásicas de ese entonces como el Polo, Recoleta,<br />
La Boca, algunos bares de San Telmo…<br />
–¿Es espectador consecuente de televisión? Muy poco,<br />
te diría que soy un pésimo televidente.<br />
–¿No cayó en el boom de las series estadounidenses?<br />
Sigo Breaking bad, y Game of Thrones, pero tampoco soy muy<br />
consecuente con las series de afuera. A veces veo algunos capítulos<br />
y las abandono, incluso encontrándolas interesantes.<br />
–¿Y el cine le interesa más? ¿Lo relaciona con su trabajo?<br />
Sí, soy muy cinéfilo. En mi casa siempre se vieron películas.<br />
Ahora estoy bastante fascinado con el cine francés contemporáneo,<br />
no me refiero a Truffaut o esos directores que<br />
en su momento también me gustaron, sino a películas más<br />
recientes. Y también te puedo hablar de directores y películas<br />
que me hayan movilizado al punto de atraerme hacia este oficio<br />
en el que hoy por hoy reside mi pasión. La verdad es que<br />
son tantos que me cuesta distinguir sin olvidar, dentro de este<br />
universo policromático y poliforme que es el cine. Algunas<br />
de las películas que conservo en mi memoria por la sensación<br />
que me causaron en su momento son Sueños de libertad, Mi<br />
pie izquierdo, El padrino, Cowboy de medianoche y muchas<br />
más que, si te fijás, tienen como distintivo y punto en común<br />
las actuaciones magistrales de sus intérpretes, según mi punto<br />
de vista, obvio. Pero volviendo a los directores también son<br />
muchos los que me llamaron la atención a lo largo del tiempo,<br />
pero me gustan particularmente Scorsese, Kubrik, Tarantino<br />
y Anderson, y agregaría a Bielinsky y Mitre para mencionar<br />
algunos argentinos.<br />
–¿Cuando empezó a ver cine se involucraba mucho con<br />
las historias que se contaban? No particularmente, siempre<br />
el trabajo actoral fue lo que más me llamaba la atención<br />
de las películas que miraba (obviamente desde que dejé de<br />
ver películas de dibujitos animados). Inconscientemente creo<br />
que siempre mis películas favoritas tenían que ver con actores<br />
e interpretaciones que me resultaban magnéticas. En muchos<br />
casos esos personajes que acaparan toda la atención del<br />
espectador, que lo envuelven a uno en su mundo a tal punto<br />
que no te dejan quitarle la vista de encima se convertían en<br />
mis héroes de ficción hasta mucho tiempo después que terminara<br />
la película.<br />
–Y así como tiene películas que lo marcaron, ¿sucede<br />
algo similar con los libros o escritores? Hay libros, sí.<br />
Arranqué de chico incursionando en la literatura con libros<br />
muy típicos como El principito y la saga de Tolkien. Ya desde<br />
la secundaria en adelante fui conociendo otros autores y el<br />
panorama se amplió un montón. Muchos cuentos de Quiroga,<br />
Salinger, Cortázar, Buzzati, Borges y Fontanarrosa,<br />
por darte algunos ejemplos. Y también me fueron gustando<br />
las novelas desde alguna de García Márquez hasta algunas de<br />
Calvino, Saramago, Kundera o Coetzee entre otros. Estos<br />
últimos años casi por necesidades de la profesión estuve leyendo<br />
más obras de teatro que otras cosas.<br />
–Volviendo a los actores: los preferidos… Ufff son muchos.<br />
Los clásicos del cine serían Brando, Pacino, De Niro,<br />
Hoffman, Day-Lewis sólo por ser injusto y dejar a tantos<br />
otros afuera de la lista que tal vez merezcan la mención tanto<br />
o más. (Risas)<br />
23
Tema de tapa<br />
tres<br />
En medio de tanto bullicio, hay lugares que muy pocos se atreven a conocer. Sitios escondidos,<br />
públicos y privados, donde se practica el sexo grupal, swingers, gang bangs y orgías de noches enteras.<br />
Pasen y vean<br />
Por Florencia Álvarez<br />
24<br />
Reductos secretos, reuniones abiertas al público en general,<br />
acuerdos entre parejas o fantasías individuales. Ningún deseo<br />
carnal queda sin convertirse en realidad en una Buenos Aires<br />
que da para todo. Orgías de índoles diversas, donde la intimidad<br />
queda en segundo plano y todos con todos, pasa a ser<br />
la consigna principal. Fiestas privadas en las que lo que pasa<br />
ahí adentro, queda ahí adentro; boliches donde se reservan<br />
el derecho de admisión a quienes no estén dispuestos a dejar<br />
sus vestimentas en el guardarropa, e intercambio de besos,<br />
abrazos, caricias y sexo ahí, a la vista de quien quiera ver.<br />
Anchorena Swinger Club es de lo más completo que existe<br />
en la ciudad. En siete pisos tiene sectores diferenciados para<br />
swingers, parejas, tríos, nudistas, solas y solos, gays, travestis<br />
y crossdressers (hombres a quienes sin ser travestis les gusta<br />
vestirse de mujer). Cada día de la semana la temática es distinta.<br />
Dos de esos pisos funcionan como hotel con habitaciones<br />
para los que prefieran el sexo sin ser mirados. En el resto<br />
de los niveles hay varias barras, mesas y sillas de aluminio con<br />
almohadones de leopardo, un escenario, pistas de baile, una<br />
piscina e interminables “cuartos”. Luces de colores y música<br />
de toda clase: desde reggaeton y cumbia hasta algunos sonidos<br />
más melosos en los sectores comunes, donde la gente se<br />
sienta a charlar y tomar algo, como en cualquier bar. Muchas<br />
escaleras y pasillos por donde van y vienen personas desnudas<br />
o en ropa interior, buscando el cuarto que le corresponde<br />
dependiendo de si están solos, en pareja o buscando a alguien<br />
de su mismo sexo. El que entra lo hace con un solo fin: sexo<br />
express, pero también con la tranquilidad de saber que nadie<br />
lo va a obligar a hacer algo que no quiera. En estos lugares,<br />
uno de los eslóganes de venta es: respeto absoluto. Sin juegos<br />
de seducción, charla previa, ni siquiera averiguación de nombre<br />
u estado civil, aquí sólo se acepta un sí o un no. Si es sí,<br />
vale todo. Si es no, hay que seguir buscando.<br />
“No hay música de fondo en los cuartos. Gemidos, exclamaciones<br />
de placer y susurros es lo único que se escucha. La<br />
acción sucede sobre sillones de dos o tres cuerpos, algunos<br />
espacios están separados por cortinas, y hay espejos por todos<br />
lados. Las edades se mezclan, de veinte, de cuarenta, de sesenta,<br />
hombres con mujeres, mujeres con mujeres, hombres<br />
con hombres, parejas que cambian entre sí”, cuenta Carolina,<br />
habitué del Anchorena, donde la censura no prima y la novedad<br />
se diluye. Para quienes participan de una orgía, todo es<br />
muy “normal”.<br />
En otra parte de la ciudad, más precisamente en las zonas de<br />
Flores y Almagro, Zulma organiza fiestas swingers y de gang<br />
bang a las que define como “placer en grupo”. “Es una práctica<br />
sexual en la que una mujer mantiene relaciones con un<br />
mínimo de tres o más hombres. Es como una orgía con la<br />
diferencia de que hay una mujer y muchos hombres. Puede<br />
que sea con todos a la vez o por turnos, y las prácticas a reali-
zar dependerán de lo que la mujer esté dispuesta a hacer. En<br />
algunos gang bangs únicamente se practica el sexo oral, en<br />
otros hay penetración o sexo anal. Las normas las estipulan<br />
los participantes, aunque básicamente suele ser la mujer”,<br />
explica. La idea es que cuantos más hombres participen, mucho<br />
mejor para la mujer, quien podrá pasarse horas teniendo<br />
sexo mientras su compañero de cama va cambiando para<br />
que el anterior se recupere y pueda volver más tarde. “Es<br />
una práctica en la que la mujer se siente sometida a un gran<br />
número de hombres, se siente ‘utilizada’ por ellos y tiene que<br />
estar dispuesta a darles placer. Eso es una fantasía que tienen<br />
muchas mujeres, porque es una ‘humillación’ consentida y el<br />
hecho de sentirse así es algo que excita muchísimo”, asegura<br />
la organizadora. Las fiestas de Zulma pueden suceder cualquier<br />
día de la semana, incluso en horarios tan extraños como<br />
las tres de la tarde, y va rotando de locación. Pero ella no es<br />
la única que organiza este tipo de encuentros, en El Sótano<br />
Swinger, en Flores, también hay gang bangs, intercambios<br />
swingers y noches de hombres solos.<br />
“Calientes encuentros privados de sexo grupal”, son los organizados<br />
por el Grupo los fiesteros. Empezó siendo amateur a<br />
partir de la iniciativa de dos hombres que se conocieron por<br />
chat. La primera reunión la realizaron en un departamento<br />
de Villa Crespo, asistieron seis personas. Luego se hicieron<br />
en Palermo y Balvanera, siempre en casas particulares, hasta<br />
que con el correr del tiempo tuvieron tanto éxito que en una<br />
enorme casona de Martínez, en zona norte, llegaron a participar<br />
ciento diez personas. Tanta cantidad de gente dejaba las<br />
viviendas en estado deplorable, por lo que comenzaron a hacer<br />
las fiestas en diferentes clubes privados, pubs o saunas de<br />
la ciudad. Alguna de las modalidades son sólo hombres hasta<br />
35 años y con “cuerpos proporcionados en su relación peso<br />
altura”, y también organizan fiestas mixtas. Grupo los fiesteros<br />
comunica en su página web que “todos los participantes deben<br />
estar completamente desnudos o como máximo en ropa<br />
interior, al estilo de similares clubes privados de Ámsterdam<br />
(Holanda), San Francisco (Estados Unidos), Berlín (Alemania)<br />
y otras partes del mundo”, y aseguran que esto es algo<br />
totalmente nuevo y prácticamente desconocido en este punto<br />
del planeta, a excepción de algunos clubes similares surgidos<br />
recientemente en San Pablo y Río de Janeiro. No permiten<br />
la utilización de drogas, violencia física o verbal, el consumo<br />
excesivo de alcohol ni cualquier tipo de discriminación. “El<br />
hecho de reunirnos solamente para pasar unas horas de sexo<br />
en grupo, no anula la posibilidad de que dentro del mismo<br />
surjan amistades, noviazgos, parejas, futuras citas a solas o<br />
en grupos más pequeños. La posibilidad de ir, después de la<br />
reunión privada de sexo, quienes quieran hacerlo, a comer o<br />
tomar algo juntos, y por qué no, hasta la posibilidad de entablar<br />
relaciones comerciales, de negocios o laborales”, dicen<br />
los organizadores.<br />
Puede que nada de esto se parezca a las elegantes orgías de<br />
la película Ojos bien cerrados, esas fiestas no se anuncian en<br />
las páginas de Internet ni se esparcen corriendo de boca en<br />
boca. Hay que pescarlas teniendo, justamente, los ojos bien<br />
abiertos<br />
Escena de Ojos bien cerrados, de Stanley Kubrick (1999)<br />
25
Escena de Lolita, de Stanley Kubrick (1962)<br />
Tema de tapa<br />
cuatro<br />
Literatura erótica,<br />
el sabor del peligro<br />
26<br />
Por Felipe von Hartz<br />
En cierta ocasión, un reconocido autor confesó que su ingreso<br />
a la literatura tuvo que ver con una particular experiencia<br />
lectora de su adolescencia. Se encontraba sumido en las páginas<br />
de un clásico del siglo II, El asno de oro, de Apuleyo,<br />
abogado brillante y viajero empedernido, escritor en prosa<br />
y verso, manipulador de todos los géneros literarios, filósofo<br />
“platónico” por dedicación y mago por acusación, espíritu<br />
curioso e inquieto como los mejores de su tiempo. Mientras<br />
avanzaba en esta obra entretenida y casi inocente acerca de<br />
un hombre convertido en burro que encuentra la paz en los<br />
brazos de la diosa Isis, el joven lector se encontró con una<br />
escena desconcertante: una panadera se esmeraba con fuerza<br />
sobre la masa haciendo danzar sus pechos robustos. La descripción<br />
era tan perfecta que provocó en el lector el homenaje<br />
de una erección. Y esto, decía, lo introdujo en un doble<br />
camino que no olvidaría jamás: el poder de la literatura y el<br />
poder del erotismo.<br />
Aun cuando el texto de Apuleyo no tuviera intenciones provocadoras,<br />
lo cierto es que el erotismo despierta una experiencia<br />
interior que no reconoce fronteras. Muchos siglos después,<br />
Freud definiría que “la libido no tiene objeto” y Georges<br />
Bataille, posiblemente quien más ha estudiado los alcances<br />
del erotismo en el arte y la literatura, diría que “el erotismo<br />
es lo que en la conciencia del hombre pone en cuestión al<br />
ser”. Dicho de otro modo, la actividad sexual del hombre no<br />
es esencialmente erótica porque elude lo rudimentario que se<br />
encuentra en la condición animal, en tanto el erotismo abre,<br />
interroga y problematiza. El trance erótico es, posiblemente<br />
junto al místico, uno de los más intensos que se conocen y<br />
en este sentido habría que diferenciar entre la erótica de los
cuerpos y la estética, que Bataille sintetiza en la poesía. Como<br />
ejemplo, entrega unos versos de Rimbaud:<br />
Recobrada está.<br />
¿Qué? La eternidad.<br />
Es la mar, que se fue<br />
con el sol.<br />
La poesía, afirma Bataille, nos conduce al mismo punto que<br />
todas las formas del erotismo: a la indistinción, a la confusión<br />
de objetos distintos, a la continuidad y, por último, a la eternidad<br />
(ese verso, “¿Qué? La eternidad”, da título a las memorias<br />
de infancia y juventud de Marguerite Yourcenar).<br />
Saran Alexandrian, quien firmó una de las mejores historias<br />
de la literatura erótica, se apresura en remarcar que<br />
un género cuyo objetivo es afirmar los derechos de la carne<br />
resulta perfectamente legítimo; pero a la vez exige, si no se<br />
quiere vulnerar el equilibrio humano, que frente al mismo se<br />
interpongan los derechos del espíritu a partir de una crítica<br />
objetiva (admitiendo que la misma sea posible). Y de esa<br />
manera coloca su aguijón en el ojo del huracán: la diferencia<br />
entre literatura erótica y pornografía. En su obra va acercando<br />
a distintas definiciones de la noción de libertad sexual de<br />
acuerdo a cómo se fue desarrollando progresivamente en el<br />
tiempo, con sus mutaciones y hasta contradicciones. La concepción<br />
social del sexo no es uniforme, varía no sólo de acuerdo<br />
a los tiempos sino también en relación a las culturas que<br />
lo representan. De allí las dificultades para juzgar si un libro<br />
erótico es bueno o malo, si pertenece a la literatura o es un<br />
documento psicopatológico. Sin perjuicio de sus respectivas<br />
calidades, las Odas de Safo de Lesbos no procuraban ni son<br />
lo mismo que las Cartas de Abelardo y Eloísa, o el Decamerón<br />
de Bocaccio, ni Las amistades peligrosas, de Choderlos<br />
de Laclós que Sexus, Plexus y Nexus (La crucifixión rosa), de<br />
Henry Miller, por sólo nombrar<br />
algunos ejemplos.<br />
André Pieyre de Mandiargues<br />
establecía una distinción entre la<br />
literatura erótica, que a su juicio<br />
no tiene otro objetivo que la de<br />
excitar (impactar) sexualmente<br />
a su lector, agradable o desagradablemente,<br />
y el erotismo en la<br />
literatura, que pretende seducir<br />
estéticamente con elementos<br />
ligados a la evocación sensual,<br />
que pueden ser tan múltiples como diversos. Por ejemplo,<br />
el monólogo de Molly Bloom no hace al Ulises de Joyce una<br />
obra erótica, pero sí agrega un condimento del género a la<br />
misma. La frontera, como se puede apreciar, es maleable en<br />
sus variadas intensidades y por lo tanto muy frágil.<br />
Volviendo a Alexandrian, este insiste en que invocar la virtud<br />
de una obra distinguiendo entre lo erótico y lo pornográfico<br />
puede inducir más a un ejercicio de hipocresía que a la justipreciación<br />
de un producto literario. Señala que la injusta condena<br />
–basada muchas veces en prejuicios morales– que sufrió<br />
en distintas épocas las obras del Marqués de Sade por su enfoque<br />
libertino, ante otras obras que presentadas bajo el halo<br />
de cierto erotismo que no llegaron a traspasar su tiempo. Esta<br />
condena de la pornografía ante la ponderación del erotismo,<br />
sostiene el teórico, resulta de un razonamiento aún más inapropiado<br />
por cuanto nadie consigue explicar la diferencia<br />
entre una y otro. Y de acuerdo a Alexandrian, esto ocurre porque<br />
no existiría diferencia alguna. La pornografía, nos informa,<br />
es la descripción pura y simple de los placeres carnales;<br />
en tanto el erotismo es la misma descripción revalorizada, en<br />
función de una idea del amor o de la vida social. Todo aquello<br />
que es erótico sería, por añadidura, necesariamente pornográfico.<br />
Pese a la polémica definición, no obstante, advierte: más<br />
importante es distinguir entre lo erótico y lo obsceno. Y puesto<br />
a ello nos indica que se considera erotismo a todo aquello<br />
que vuelve la carne deseable, la muestra en su esplendor o<br />
florecimiento, inspira una impresión de salud, de belleza, de<br />
juego placentero; mientras que la<br />
obscenidad devalúa la carne, que<br />
así se asocia con la suciedad, las<br />
imperfecciones, los chistes escatológicos,<br />
las palabras soeces.<br />
Quizá por su sujeto temático o<br />
bien la lasitud de sus límites, lo<br />
cierto es que literatura erótica o<br />
pornográfica fueron miradas de<br />
reojo y hasta perseguidas en no<br />
pocas oportunidades a lo largo de<br />
la historia. La distinta tonalidad<br />
de los textos, mostrando gradaciones<br />
y particularidades del género, muchas veces llevaron<br />
a confundir los términos cuando había que valorarlos a cada<br />
uno desde su propia óptica. Historia de O (1954) de Pauline<br />
Réage y Lolita (1955) de Vladimir Nabokov, por señalar dos<br />
obras contemporáneas, no sólo no son lo mismo desde su propuesta<br />
estética sino que incluso se plantean un particular sentido<br />
de la erótica. Y si se piensa con propiedad, el género no<br />
surgió ni participó nunca a partir del decadentismo, sino que,<br />
por el contrario, ha florecido en altos períodos de civilización,<br />
como en el siglo de Augusto, el Quattrocento, el siglo de Luis<br />
XIV. E incluso fue singularmente brillante en el siglo XVIII,<br />
llamado justamente “siglo de las luces”. Tampoco es un signo<br />
de inmoralidad o abyección, puesto que numerosos autores<br />
cristianos la cultivaron sin remordimientos. Si en verdad la<br />
literatura erótica resultara peligrosa para las costumbres, no<br />
lo es más que las otras especies de literatura sin espíritu crítico.<br />
Se la ha acusado de instigar los excesos, pero así como el<br />
género policial no impulsa a nadie al robo o el asesinato, la literatura<br />
erótica tampoco induce a conducir los bajos instintos,<br />
sino al placer. Exactamente como lo hace cualquier otra obra<br />
de arte bien concebida<br />
27
Entrevista<br />
dos<br />
28<br />
Beatriz de Moura<br />
Una mujer de palabra<br />
Por Eduardo Dubians
Su nombre es ya una leyenda en el mundo editorial hispanoamericano,<br />
ya que está asociado a una de las empresas<br />
culturales más innovadoras del último medio siglo: Tusquets<br />
Editores. Aunque, paradójicamente, el apellido que<br />
identifica al sello no sea el propio sino el de su ex marido,<br />
Oscar, y su cuñada, la escritora Esther Tusquets, socios<br />
en la iniciativa. Pero Beatriz de Moura parece estar acostumbrada<br />
a estos azares. Nació en Río de Janeiro en 1939,<br />
y tuvo una vida nómada, como corresponde a la hija de<br />
un diplomático. Recién a los 17 años llegó a Barcelona y<br />
muy pronto volvió a marcharse a Ginebra, donde estudió<br />
traducción literaria e historia en la Escuela de Intérpretes.<br />
De vuelta en España, luego de trabajar en importantes<br />
editoriales, decidió fundar esta pequeña empresa familiar,<br />
que buscaba crear un espacio cultural alternativo en el<br />
opresivo clima del franquismo. Así, en 1969, se presentó<br />
en sociedad Tusquets Editores con unos libros pequeños<br />
agrupados en dos colecciones: Cuadernos Ínfimos y Cuadernos<br />
Marginales.<br />
“Es que no nos quedaba otro remedio que ser forzosamente<br />
alternativos”, recuerda Beatriz. “Hay dos motivos<br />
para ello fácilmente comprensibles. El primero era económico,<br />
pues no contábamos con mucho dinero. De allí que<br />
las primeras colecciones eran muy pequeñas, con un papel<br />
que dejaba bastante que desear, pero que intentábamos<br />
compensar con el tipo de cubiertas y la imaginación puesta<br />
en los títulos. Por otro lado, debíamos enfrentarnos a la<br />
censura franquista. Para crear una cultura alternativa, automáticamente<br />
uno tenía que apelar a lógicas casi incomprensibles<br />
para alcanzar un público mayoritario.”<br />
–¿Tuvieron muchos problemas con la censura? Todos<br />
los que puedas imaginar. Desde corregir a Beckett,<br />
cosa que le hacía muchísima gracia, al punto que era él<br />
mismo quien indicaba las posibilidades alternativas a su<br />
texto para eludir la censura. Había diálogos larguísimos y<br />
tan absurdos como la propia obra de Beckett, pero con los<br />
censores. Nos decían: “¿Es posible que el autor reemplace<br />
esta palabra que está tachada o Usted considera que es<br />
mejor dejarla como está y aparece en su lugar el espacio<br />
en blanco?”. Todo eso se pactaba. A veces línea por línea<br />
y a veces el libro entero, donde lógicamente ya no había<br />
nada para pactar. Creo que ni siquiera Kafka imaginó algo<br />
por el estilo.<br />
–Al comienzo se habían planteado tres metas básicas:<br />
reivindicar las vanguardias del siglo XX, estimular<br />
el debate, rescatar y publicar autores jóvenes<br />
hispanoamericanos… Sí, y quien mire el catálogo podrá<br />
comprobar que los primeros títulos de Cuadernos Marginales<br />
son un intento de rescatar los grandes textos olvidados<br />
de las primeras vanguardias. En tanto, los Cuadernos<br />
Ínfimos eran libritos más de batalla pero siempre en el terreno<br />
cultural. A partir del terreno cultural trascendíamos<br />
hacia lo político. Intentamos rescatar la importancia de las<br />
posibles rupturas en los pensamientos “correctos”.<br />
De frustraciones y fidelidades<br />
El rápido éxito y la expansión de la editorial se debió<br />
fundamentalmente a dos hechos destacables: el descubrimiento<br />
de muchos de los mejores narradores de todo<br />
el mundo (muchos de ellos, como Milan Kundera o Ian<br />
McEwan, publicados por primera vez en español), la instalación<br />
de otros nombres que hoy son clásicos (John Irving,<br />
Haruki Murakami, Henning Mankell, entre tantísimos<br />
otros) y luego la originalidad de algunas de sus propuestas.<br />
Entre ellas, merecen un lugar preferencial La Sonrisa<br />
Vertical, dirigida inicialmente por el cineasta Luis García<br />
Berlanga, que revalorizó la narrativa erótica, y Los 5<br />
Sentidos, una colección exquisita, que podía ir de los ritos<br />
alimenticios de la mafia hasta la historia de la ropa interior<br />
femenina. En los últimos tiempos, sin embargo, los títulos<br />
de estas colecciones no se dejan ver con frecuencia.<br />
“La Sonrisa Vertical tenía su premio, que por el momento<br />
suspendimos, porque se ha dado un fenómeno particular.<br />
En la escritura de ficción, en términos generales, la aparición<br />
del sexo es tan explicito que terminó por convertirse<br />
en un lugar común. Hay novelas que están circulando en<br />
colecciones comunes de ficción que yo, en su momento,<br />
no habría dudado en integrarlas a La Sonrisa Vertical. En<br />
cuanto a Los 5 Sentidos, es difícil encontrar textos válidos<br />
y que tengan cierta repercusión en un público para quien<br />
hoy parece ser que los cinco sentidos no tienen mucho<br />
atractivo. Es una pena, pero la gente de hoy no se detiene<br />
a gozar de los cinco sentidos, parece alcanzarles con mucho<br />
menos. Las obras que valen la pena en esa dirección<br />
ya fueron publicadas y los libros nuevos, aquellos que<br />
podrían explicar la sensualidad de los cinco sentidos en la<br />
actualidad, no existen. Los libros de gastronomía, o mejor<br />
dicho, sobre la historia de la comida, han funcionado<br />
muy bien, como aquel de la historia de la aceituna. La<br />
colección está viva, lo que ocurre es que publicamos pocos<br />
libros al año.”<br />
–La editorial, además, cuenta con dos premios importantes,<br />
el Comillas, de biografías e historia, y<br />
el de Narrativa, con una importante recompensa<br />
económica que, entre otros, se han llevado los argentinos<br />
Sergio Olguín y Betina González, con la<br />
particularidad de que en la primera edición fue declarado<br />
desierto… Son cosas que pasan, pero creo que<br />
ese hecho habló muy bien del jurado (estamos hablando<br />
de un jurado severo, realmente exigente) y del espíritu del<br />
29
3o<br />
premio en sí mismo: hay muchísimos premios como para<br />
dar un premio más porque sí, entonces para eso mejor no<br />
dar nada. Para ser un premio más, del montón, mejor no<br />
somos nada. Por suerte, en los años subsiguientes se presentaron<br />
muchísimas más obras de enorme calidad y creo<br />
que todos los premios de narrativa no sólo se justificaron<br />
sino que además prestigiaron al sello.<br />
–Un editor convive con hallazgos y sorpresas, a veces<br />
recompensas y también frustraciones. ¿Cómo<br />
las asimila? Hay de todo, a veces es más tristeza que<br />
frustración. Pero esto es así. Nadie que pretenda ser editor<br />
puede estar exento de correr riesgos. Es inevitable. Por<br />
ejemplo, hay muchísimos libros que me hubiese gustado<br />
publicar y no pude. Y no sólo en la primera etapa, donde<br />
los recursos económicos eran limitados, sino también ahora.<br />
Hay subastas para comprar los derechos de determinados<br />
autores, pero no nos gusta entrar en ese tipo de competencias,<br />
y a veces por ello te quedas sin la posibilidad<br />
de publicar a un buen autor. Pero también ocurrió que<br />
muchos autores, sobre todo los extranjeros, mostraron una<br />
fidelidad extrema con la editorial, y no les importa si otro<br />
les ofrece más dinero (aunque lo que nosotros pagamos<br />
tampoco es bajo), ellos prefirieron seguir de nuestro lado,<br />
gente como John Updike, John Irving y otros, son autores<br />
totalmente adictos a nuestro sello. Será que están contentos<br />
con las traducciones, con el cuidado gráfico, les gusta<br />
que su obra se identifique con Tusquets.<br />
Convivencia con escritores y nuevos vientos<br />
El vínculo de los editores con los autores, con sus fantasmas<br />
a cuestas, siempre ha sido muy particular. Y sobre<br />
todo en el caso de Tusquets, donde ha tenido que convencer<br />
a personalidades de muy diversa índole y de culturas<br />
muy diferentes. Beatriz recuerda lo difícil que fue convencer<br />
a Marguerite Duras, por ejemplo, a quien conoció en<br />
un período muy particular de su vida. Pero en términos<br />
generales, cree que la experiencia con la mayoría ha sido<br />
más que positiva.<br />
“Mi relación con los autores siempre ha sido muy buena,<br />
porque parto de un principio muy simple: el editor es libre<br />
de publicar lo que quiere, y el autor es libre de elegir su<br />
editor. Sólo muy pocas veces me he sentido herida, y es<br />
cuando ciertos autores se han ido de manera, a mi entender,<br />
muy cobarde. Esto es, en la forma de enfrentarse a<br />
una nueva situación, de comunicar el paso a otra editorial.<br />
Es perfectamente comprensible que alguien venga y me<br />
diga: ‘Oye, mira, me voy a la editorial de enfrente porque<br />
me pagan más, o porque me siento más a gusto’. Eso lo<br />
veo lógico. Con algunos de ellos, por suerte, fue así y seguimos<br />
teniendo una excelente relación. Por ejemplo, con<br />
el mexicano Sergio Pitol, a quien le publicamos el primer<br />
libro y luego se fue a Anagrama. Y está muy bien, seguimos<br />
siendo muy amigos. Pero hay autores de una enorme<br />
cobardía, que no se atreven a enfrentarse con el editor.<br />
Ahí creo que participa otra cuestión: la mala relación que<br />
tienen los intelectuales –o, al menos, muchos de ellos– con<br />
el dinero, que es la causa por la que la mayoría de las veces<br />
se termina un vínculo. Lo asumen como con culpa.<br />
Y es muy simple: basta con hablar. Si alguien viene y me<br />
dice: ‘Mira, necesito más dinero porque quiero comprarme<br />
una casa, o porque tengo cinco hijos’, o por el motivo<br />
que sea, uno analiza y si lo puede pagar lo paga y si no, no.<br />
Tampoco hay un gran misterio, no entiendo el drama del<br />
ocultamiento y todo eso.”<br />
Desde el fallecimiento de su marido, el trabajo en la editorial<br />
no ha sido el mismo. Al cabo de medio siglo de labor<br />
ininterrumpida a favor de la cultura, Tusquets ha vendido<br />
la mitad de su paquete accionario al Grupo Planeta. Beatriz<br />
no ve en ello un paso atrás, sino por el contrario, una<br />
apuesta a futuro.<br />
“Son otros los tiempos, otras las formas, y creo que manteniendo<br />
la identidad del sello, la fusión con un grupo tan<br />
poderoso puede favorecer por ejemplo a lo que hace a los<br />
canales de distribución, sobre todo en América Latina.<br />
Hay que cambiar para seguir siendo igual. Y mejor…”<br />
–¿Y cuál es su visión frente al desarrollo de las nuevas<br />
tecnologías y el libro electrónico? Es un desafío,<br />
que propone todo el tiempo nuevas problemáticas. Por<br />
ejemplo, la digitalización de los libros se está convirtiendo<br />
en una abierta piratería, igual que la de los discos. Antes<br />
de que llegue el desmadre total, hay que encontrar un sistema<br />
para detener este problema. Primero pararlo y luego<br />
ver qué pasa, porque esto nos conduce a otra paradoja:<br />
nunca hay que despreciar un nuevo sistema de explotación<br />
de un libro. Creo que lo más importante en el futuro es<br />
saber hacer un buen contrato y controlar esos derechos<br />
hasta el final. En Francia ya hubo un caso que seguramente<br />
sentará un precedente legal. Gallimard cayó en la<br />
cuenta de que Google tenía colgados ya doscientos y pico<br />
de libros cuyos derechos le pertenecían a la editorial. Los<br />
editores son además productores, o sea, no sólo defienden<br />
la confianza que el autor depositó en la editorial, sino también<br />
el producto, que les pertenece. El autor y el editor,<br />
una vez más, deberán unirse para defender sus derechos.<br />
–Por último, ¿por dónde pasa fundamentalmente la<br />
voluntad de editar libros? Obviamente no por la posibilidad<br />
del negocio seguro. Creo que un editor se ve impulsado<br />
a esta actividad fundamentalmente por la curiosidad,<br />
y eso significa no estar mirándose solamente el ombligo,<br />
sino un poco lo que ocurre alrededor
Escena de Muerte en Venecia, de Luchino Visconti (1971)<br />
Tema de tapa<br />
cinco<br />
Literatura queer<br />
Recortar la producción literaria desde una etiqueta que sugiere prácticas sexuales implica correr el riesgo de perderse en<br />
una compleja trama que entrecruza escritura, política y sociedad. Desde el homoerotismo, pasando por la militancia gay,<br />
para desembocar en la multiplicidad queer, lo que hay detrás de esta genealogía de relatos es una subversión de la moral<br />
establecida, que opta por encarnar un yo menor como estrategia política para cambiar el mundo<br />
Por Esteban Ulrich<br />
32<br />
Homoerotismo<br />
“Es, pues, bajo el signo de un impulso interior sumamente<br />
peculiar, como queremos presentar el drama que se desarrollará<br />
a continuación. Deseamos añadir, además, que va dirigido<br />
a invertidos. A la idea de mar y asesinato, va unida, de modo<br />
natural, la de amor o voluptuosidad, y, antes que nada, la de<br />
amor contra natura”, decía Jean Genet arrancando su Querelle<br />
de Brest, con una crudeza y frontalidad que se mostraba más<br />
madura y segura de sí misma, con respecto de aquella primera<br />
reverberancia sutil y metafórica con la que Marcel Proust<br />
había inaugurado gloriosamente la literatura moderna, al tiempo<br />
que lo hacía ubicado en lo que llamaría “la raza maldita”,<br />
doblemente maldita en el sentido que equiparaba su condición<br />
de judío y la de homosexual. Una escritura barroca que disimula<br />
entre sus meandros las claves de una cultura solapada, de<br />
sensualidad inconveniente, representada de forma exquisita en<br />
el baile entre el señor de Charlus y Jordien en Sodoma y Gomorra,<br />
de En busca del tiempo perdido: “En los ojos del uno y<br />
del otro lo que acababa de surgir era el cielo, no de Zúrich, sino<br />
de alguna ciudad oriental cuyo nombre aún no había adivinado<br />
yo. Cualquiera que fuese el punto que pudiera detener al señor<br />
de Charlus y al chalequero, su acuerdo parecía concluido, y que<br />
aquellas inútiles miradas no fuesen más que preludios rituales,<br />
semejantes a las fiestas que se celebran antes de un matrimonio<br />
ya concertado”. Siguiendo las marcas homoeróticas en la literatura<br />
es posible construir una deriva genealógica de un modo<br />
de ver el mundo que llegó para transformarlo en las raíces de<br />
sus valores morales, seduciéndolo con su capacidad para crear<br />
puntos de fuga hacia otros mundos posibles; en pos de una liberación<br />
del deseo que parte de la emancipación de los cuerpos.<br />
Así, siguiendo este rastro de fluidos y babas, derivamos desde<br />
la poesía pistilar de García Lorca, a los culos enrojecidos de<br />
los mandriles de El almuerzo desnudo, de William Burroughs,<br />
para arrojarnos traspirados y exhaustos sobre la sólida roca intemporal<br />
y platónica del Thomas Mann de Muerte en Venecia:<br />
“Porque la belleza, Fedón, nótalo bien, sólo la belleza es al mismo<br />
tiempo divina y perceptible. Por eso es el camino de lo sensible,<br />
el camino que lleva al artista hacia el espíritu. […] Porque<br />
has de saber que nosotros, los poetas, no podemos andar el<br />
camino de la belleza sin que Eros nos acompañe y nos sirva de<br />
guía; y que si podemos ser héroes y disciplinados guerreros a<br />
nuestro modo, nos parecemos, sin embargo, a las mujeres, pues<br />
nuestro ensalzamiento es la pasión, y nuestras ansias han de ser<br />
de amor. Tal es nuestra gloria y tal es nuestra vergüenza”, sin<br />
olvidar a la hermosa víctima de la paqueta sociedad victoriana<br />
que fue Oscar Wilde, a quien puede pensarse como a un prototipo<br />
de escritor gay, en el sentido político de encarnar una militancia,<br />
aunque no fuese necesariamente buscada por él, sino<br />
impuesta por la mirada de una Inglaterra retrógrada.
De lo gay a lo queer<br />
Pero por qué queer, ¿qué es la literatura queer? Además de un<br />
tocador de bolsillo con espejito apto para peinar cocaína y una<br />
carne entregada que seduce montada (travestida) con tacos altos,<br />
pinturas y polvos; y una puerta mágica que se abre al patio<br />
indómito de la vida, como no tardaría en subrayar el querido<br />
Lou Reed (que en paz descanse); además de todo eso, es tal<br />
vez lo más cercano a una estrategia de emancipación intelectual<br />
y política, a través de la literatura y la militancia. Cecilia<br />
Palmeiro, en su trabajo sobre literatura queer publicado por<br />
la editorial Recursos Editoriales, Desbunde y Felicidad, de la<br />
cartonera a Perlongher, parte de la vida y obra del autor de<br />
Austria-Hungría (1980) para descifrar el entramado literario y<br />
político que engloba esta marca de género: “El trabajo de Perlongher<br />
como poeta estaba vinculado con una política de la diferencia,<br />
más que con la de la identidad. La fórmula deleuzeana<br />
del devenir mujer como clave de todos los otros devenires y, por<br />
lo tanto, de la acción micropolítica, permeaba su poesía, que intentaba<br />
proveer las luchas minoritarias de una lengua que sirviera<br />
de arma de expresión. A través de la construcción de una voz<br />
travestizada e impertinente, capaz de emputecer la tradición literaria<br />
y política y la propia lengua, su poesía se formulaba como<br />
una herramienta capaz de articular el plano del discurso con el<br />
de los cuerpos, y así ensayar líneas de fuga de la subjetividad<br />
dominante” (Desbunde y felicidad, Recursos Culturales, 2011).<br />
Una poética en persecución del goce que dibuja una caída en el<br />
abismo desde las inmaculadas cimas proustianas al barro oloroso<br />
de los ríos estancados de la pampa y las veredas pegajosas de Río<br />
de Janeiro, una revolución rosada contra las botas de montar,<br />
que desgarra la tela para obligar a reiniciar el juego.<br />
Neobarroso<br />
Porque si lo homosexual señala una práctica sexual y lo gay una<br />
militancia política que corre el riesgo de cerrarse en sí misma<br />
(guetificarse), lo queer parte de allí para abrirse, como su más<br />
bella flor, hacia nuevos territorios de piel virgen. “Perlongher<br />
estaba en contra de hablar de una literatura Gay, decía ¿qué<br />
se supone que es la literatura gay?, ¿una literatura escrita para<br />
gays o por gays? Algo similar a lo que sucede cuando se habla<br />
de escritura femenina. Para Perlongher la literatura es un arma<br />
para la política de la vida. Porque sobre todo lo gay hace una<br />
operación que traduce de una práctica corporal a una identidad<br />
cultural cuando no se trata de un reflejo necesario, es una<br />
construcción con reglas. Entre prácticas sexuales e identidades<br />
culturales no hay una relación de reflejo, no es una relación<br />
transparente”, dice Cecilia Palmeiro.<br />
Un neobarroso cuya fuente brillante puede percibirse en la<br />
pluma incendiaria de Osvaldo Lamborghini, que con El fiord<br />
(1969) crea literatura queer avant la lettre, una literatura del<br />
cuerpo y sus excrecencias escatológicas, de una poética pornográfica<br />
enamorada del delirio, que lo ilumina todo, y como por<br />
primera vez, con su luz negra. “Mi investigación arrancó con<br />
Perlongher porque me interesaba un modo de hacer literatura y<br />
hacer política que era nuevo; Lamborghini, a pesar de que inicia<br />
algo cercano a un posible peronismo queer trash lo hace aún<br />
ligado a una tradición anterior a Perlongher.”<br />
Queer y más allá<br />
Además de Perlongher la tradición queer de nuestra literatura<br />
cuenta con otras estrellas rutilantes aunque de diversos estilos,<br />
entre ellos Copi y Manuel Puig. “Copi tal vez está más cerca de<br />
la prosa de Perlongher. Tiene un perfil similar, en otro exilio, el<br />
europeo”. En La guerra de las mariconas, el escritor, dibujante<br />
e historietista, fallecido tempranamente víctima del HIV, cristaliza<br />
con gracia el exceso y el delirio tan caros al neobarroco, ese<br />
hermano mayor queer, en una aventura desbocada que lleva a<br />
su protagonista de su departamento y vida burguesa en Montmartre,<br />
arrancándolo de su círculo de prolijos y normativizados<br />
militantes gays, a una nueva civilización lunar y salvaje de amazonas,<br />
travestis y hermafroditas brasileños. “Hoy en día Copi y<br />
Lamborghini están totalmente incorporados al canon, creo que<br />
gracias a que el terreno fue preparado por Perlongher y luego<br />
regado por César Aira, es gracias a ellos que se vuelven legibles<br />
desde un nuevo lugar”.<br />
El caso de Puig es distinto ya que no encarna al típico militante<br />
por los derechos homosexuales pero su escritura remite por<br />
excelencia a una forma de narración travestida:“Según María<br />
Moreno, y lo comparto, lo de Puig era una técnica progresiva,<br />
su estilo remite a la cosa camp, él lo que busca es captar la voz<br />
femenina, captar el deseo que está prohibido en el universo<br />
femenino. Hay una frase de Puig en La traición de Rita Hayword<br />
que lo define todo, un personaje femenino dice algo así:<br />
‘finalmente se me declaró’; y otro personaje responde: ‘No, un<br />
hombre casado no se te declara, se te insinúa’”.<br />
Así, el amplio derrotero queer latinoamericano abreva en las<br />
ubres textuales y maternales de José Lezama Lima y Reinaldo<br />
Arenas, para reproducirse como hijos bastardos en los más<br />
recientes trabajos del chileno Pedro Lemebel (Loco afán, Crónicas<br />
de sidario), el uruguayo Dani Umpi (Sólo te quiero como<br />
amigo), los argentinos Daniel Link (Montserrat), Alejando<br />
López (La asesina de Lady Di) y Pablo Pérez (El mendigo<br />
chupapijas, Un año sin amor), e incluso en el proyecto de Washington<br />
Cucurto, con su editorial Eloísa Cartonera, junto a la<br />
experiencia de librería-galería de Belleza y Felicidad y la más<br />
reciente colección porno gay digital “De parado”, de la editorial<br />
Recursos Culturales. En este sentido, la militancia de los setenta<br />
y los ochenta, se vio licuada por el multiprocesador liberal<br />
y su pauperización de la sociedad en los noventa, para renacer<br />
con renovados bríos luego de la crisis del 2001, como el triunfo<br />
horizontal de la ambigüedad, y con la promesa de crear mercados<br />
alternativos. “Aquí el devenir mujer, resulta una idea contra<br />
la identidad, retoma Palmeiro, contra la división entre mujeres<br />
y hombres, el sistema binario, que por ser una opción de dos ya<br />
es una opción falsa, o es uno o el otro... Un proceso de transformación,<br />
hacia la nada, hacia lo menor, devenir negro, devenir<br />
homosexual, como un principio de hacer política. Salirse de su<br />
lugar de hacer cultura para ir hacia otra cosa. En lugar de devenir<br />
gran escritor, devenir cartonero”.<br />
A poco de celebrarse una nueva marcha del orgullo gay en<br />
nuestro país y luego de la reciente conquista política del Matrimonio<br />
Civil Igualitario, aún el camino de la emancipación apenas<br />
está comenzando, y es en la cultura queer en donde parece<br />
reencontrarse una llave para realizar el viejo sueño de hacer<br />
confluir las diversas causas políticas de, nosotros, los raros<br />
33
Entrevista<br />
tres<br />
Con la lengua suelta<br />
34<br />
Reconocida por los relatos delicados, escatológicos y revirados de su primer libro, Continuadísimo (Eterna Cadencia),<br />
y ahora con la presentación en forma independiente de Batido de trolo, un libro objeto de cuentos, poesías y<br />
fotografías, Naty Menstrual –columnista trans del suplemento “Soy” del diario Página/12–, continúa con su<br />
taconeo firme por las letras porteñas y regionales, retratando el mundo travesti y el suyo propio<br />
Por E.U.<br />
–¿Cómo arranca su devenir travesti? ¿Querés probar?...<br />
(Risas) Primero me fui de mi casa porque era puto, dije mirá<br />
soy puto, dejame tranquilo... Mi mamá era insoportable, me<br />
fui de casa a los 17, conseguí un trabajo de puto careta, vendiendo<br />
ropa. Ahí me enamoré de un chico mendocino, hice<br />
dos cursos de indumentaria y después me fui a España con<br />
él, volví, seguí un poco con el tema de indumentaria, después<br />
entré a estudiar locución y guión. Terminé la carrera de locución.<br />
Ya ahí me empezaba a travestir.<br />
–Imagino que hay muchas maneras de hacerlo... Claro,<br />
hay gente que no sale nunca del closet, que lo hace entre<br />
cuatro paredes. Uno se acuesta con un tipo que cree que es<br />
el macho de su vida y de golpe, el tipo prefiere que se la pongan...<br />
Hace poco acá un chongo grandote, mecánico, se puso<br />
tetas... Ahora acá se dicen todos liberados... Me invitaron a<br />
Brasil y la pregunta recurrente era sobre qué pensaba del<br />
matrimonio gay. Y a mí me parece un poco mentira. No me<br />
parece que estas leyes le abran la cabeza a nadie... Y además,<br />
ahí está el problema, no es matrimonio gay, es Matrimonio<br />
Civil Igualitario. Si la Iglesia odia a los putos...<br />
–Al menos es un nuevo derecho ganado... Sobre todo me<br />
parece positivo por las cuestiones legales que permite a las<br />
parejas con muchos años juntos, para cuando muere alguno<br />
o si se separan. Ojalá fuera “buena voluntad”, pero para mí,<br />
las leyes en general tienen un trasfondo político difuso. No le<br />
creo a nadie que me dice que hace una ley porque cree que<br />
tiene que existir. Por ejemplo, lo de los derechos humanos,<br />
me encanta el tema de los derechos humanos, pero los dere-
chos humanos de todos los días están totalmente olvidados.<br />
Vivimos en un mundo perverso y totalmente hipócrita... Así<br />
que lo más probable es que si esa ley no le hubiese servido a<br />
otros por alguna razón, esa ley no existiría... Me parece que<br />
tiene que ver con una condición humana. Todos queremos<br />
ser perfectos, no discriminar, pero a veces te das cuenta que<br />
no podés, que desgraciadamente es algo que surge naturalmente<br />
frente a lo diferente.<br />
–¿Ya escribía de chica? Escribo desde siempre, las boludeces<br />
que uno escribe desde siempre. Hace poco recuperé<br />
unos textos antiquísimos y me di cuenta de que siempre fui<br />
medio retorcida para escribir, en aquel momento evitaba todo<br />
el tiempo hablar de putos, de personajes gay, siempre era la<br />
mujer y el hombre como para no deschavar mi condición de<br />
puto. Y hay historias interesantes, entre chico y chica, o personajes<br />
que no me metían en el tema de la sexualidad.<br />
–¿O sea que cuando asume cambia también su escritura?<br />
En realidad es como que vi que tenía que escribir obligatoriamente<br />
lo que me estaba pasando, porque me parecía increíble,<br />
no lo podía creer. Lo que me pasaba a mí, a la gente a<br />
mi alrededor, lo que veía.<br />
–¿Ese momento del asumirse fue de golpe? Es algo raro.<br />
Si lo tenía antes, lo tenía muy escondido. Nunca me hubiera<br />
imaginado a mí vestida de mujer. Tampoco de chica me<br />
escondía a vestirme en mi casa. Fue in crescendo. Empezó<br />
equivocadamente: me di cuenta de que las que estaban travestidas<br />
se levantaban los mejores tipos. Después supe que de<br />
chabones esos tipos no tenían nada... Pero por suerte algunos<br />
quedan... Y tampoco me describiría como travesti, es una cosa<br />
rara, en el buen sentido. Si tuviera que definirme, no sabría<br />
decirte qué soy, yo digo Naty Menstrual. Porque no estoy<br />
operada, por ejemplo. Por ahora no me operaría... Me encantaría<br />
tener tetas. Pero sé lo que significaría tener tetas para mí.<br />
Mucho trabajo. Para tener una teta bien puesta, a conciencia,<br />
que te produzca placer, que se sienta... Hay que empezar con<br />
un tratamiento hormonal, que te trae problemas hepáticos,<br />
te cambia la voz, perdés erecciones, eyaculaciones, es iniciar<br />
una guerra contra tu propio cuerpo. Y hay que ver si ahora me<br />
pondría unas tetas de una minita de veinte... (Risas).<br />
–¿Y cómo se reflejó en la escritura? A la hora de escribir<br />
cambió porque travestida empecé a ver cosas que antes no<br />
veía. Cosas que tenían que ser contadas. Ahí armé el blog con<br />
ayuda de un amigo y se empezó a leer. También empecé a<br />
hacer monólogos de humor y siempre con una mirada irónica,<br />
a partir de personajes complejos pero con humor e ironía.<br />
Después cuando me puse a ver esto, ya tenía una forma de<br />
escribir, pero se reforzó con lo que vi y lo que viví. Muchas de<br />
las cosas que leés en mis libros son reales, otras no. La gente<br />
a veces piensa que todo me pasó a mí. No, todo no puede pasarme<br />
a mí. Un día leí en un lugar un cuento mío, “Lluvia dorada<br />
sobre mí”, en el que hablo de una trava que se enamora<br />
de un chico que es taxi boy, entonces ella cuenta una historia<br />
de amor más desde ella que de él, el tema es que yo lo leo y<br />
cuando termino todo, una chica se me acerca, toda emocionada:<br />
“Mauro... (el personaje) existió, ¿no?”, me pregunta... La<br />
vi con tanta ilusión que le dije que sí, aunque no haya existido.<br />
Eso está buenísimo. También está bueno, con respecto a<br />
esto, que hace un año que estoy haciendo un unipersonal en<br />
Congreso, y lo que hago ahí es leerle cuentos a la gente, en<br />
una época en que la gente va a otro ritmo. Claro que también<br />
los hago participar, sin ser molesta, hablo con ellos, nos reímos<br />
mucho... Pero al fin y al cabo estoy leyéndoles un libro.<br />
–Como a los niños... Sí, un poco más sucio nomás, más<br />
trash... (Sonrisa pícara)<br />
–Sí, lo escatológico es importante en todo esto... Sí.<br />
Cuando sos chiquito, te dicen “tiene que hacer caquita...”,<br />
“a ver, tírese un pedito”, “largue el eructito”... Y si ahora te<br />
tirás un pedo acá se pudre todo, ¿entendés? Son pelotudeces<br />
sociales, yo tenía una profesora de foniatría que nos decía:<br />
“chicos si quieren eructar eructen y si quieren bostezar, bostecen<br />
con la boca abierta, no se tapen, porque es una necesidad<br />
del organismo. O como esta historia de que las mujeres<br />
no cagan... no se tiran pedos... Lo tienen que hacer solas. Es<br />
una ciudad de pedorras solitarias... Si se llegan a tirar un pedo<br />
adelante de un hombre, el tipo se levanta y se va a la mierda.<br />
–¿Cómo ves que se le considere representante de una<br />
literatura travesti? Yo no soy un representante de literatura<br />
travesti... Primero, la persona que te ubica ahí, tiene el cerebro<br />
corto. Y me parece que en mis cuentos, más allá de que<br />
los protagonistas puedan ser en el caso de los relatos travestis<br />
y hombres, la escencia del cuento es una realidad que la vive<br />
cualquiera. Obviamente con la lengua suelta, la boca sucia... y<br />
por la forma en que los mostrás... y al mismo tiempo no creo<br />
estar mostrando nada que no exista: el amor, el desamor, el<br />
dolor, la discriminación, las enfermedades, puedo abordar<br />
cosas que le pasan a cualquiera. Lo que suele pasar es que<br />
se piense que todo le pasa a la travesti. A mí me parece que<br />
la travesti es una víctima más de una sociedad en la que hay<br />
muchas víctimas más... Aunque también reconozco que vas<br />
por la calle y hay gente que te mira bien y otra que te mira<br />
mal. También se trata de cómo uno se para frente a eso. A mí,<br />
por ejemplo, me costó mucho subir a un colectivo. Después,<br />
cuando lo hice y me miraron, me animé y clavé la mirada y la<br />
terminaron bajando, son cagones... Y si no la baja es que te<br />
quiere coger...<br />
–¿Tu deseo hoy? Mi deseo ahora es estar bien. No sé si llegar<br />
a vieja. Le tengo miedo a la vejez, y más que a la vejez al<br />
deterioro...<br />
El mozo coqueto se acerca y saluda a Naty con delicada simpatía,<br />
luego, al pasar de vuelta<br />
junto a ella le dice a modo de<br />
chiste, haciendo referencia a<br />
sus medias de lunares recortados,<br />
“¡Uy!, se te rompieron las<br />
medias”... “Sí”, contesta ella,<br />
“y no es lo único!”<br />
35
Dossier<br />
Psicología<br />
Sigmund Freud<br />
El buscador<br />
o1<br />
Por Nancy Giampaolo<br />
Sus padres lo llamaron Sigismund Freud pero, a los veintidós años, cambió su nombre de pila<br />
por el de Sigmund. Nació en Freiberg, en la antigua Moravia, actualmente Príbor, República<br />
Checa, el 6 de mayo de 1856, en el seno de una familia judía. Fue hijo de Jacob Freud, un<br />
comerciante textil que, en el momento en que nació Sigmund, tenía 41 años y dos hijos de un<br />
matrimonio anterior. El mayor tenía la edad de la madre de Freud, Amalie Nathanson, veinte<br />
años más joven que su esposo y era, a su vez, padre de un niño de un año. Esta compleja<br />
dinámica familiar sería, según el posteriormente apodado “Padre del psicoanálisis”, un temprano<br />
detonante de su vocación. Dedicó su vida al estudio del comportamiento humano, fue<br />
fuertemente rechazado por algunos de sus pares, pero también seguido por discípulos fieles<br />
y muy reconocido al final de su vida. Muchas de sus teorías forman parte esencial del acervo<br />
cultural del mundo occidental, incluso aunque con el paso del tiempo hayan sido releídas<br />
negativamente como en el representativo caso de la “envidia del pene”. Consagrado al trabajo
o2<br />
aun cuando estuvo enfermo de cáncer durante dieciséis años, padre de seis hijos y esposo de<br />
la misma mujer durante medio siglo, Freud parece haber tenido una energía extraordinaria.<br />
Erguir una nueva estructura de pensamiento fue el motor de un hombre que llegó a utilizar<br />
sus propios sueños como material de estudio, experimentó con cocaína en los primeros años<br />
de su carrera y llevó de mano propia sus teorías sexuales a varios países del mundo. La pobreza<br />
no lo detuvo de chico e ironizó sobre el nazismo cuando ya era viejo, Freud se manifestaba,<br />
buscaba la trascendencia y no se doblegaba ante los obstáculos.<br />
En 1859, la crisis económica arruinó el comercio paterno y, al año siguiente, la familia del<br />
por entonces llamado Sigismund, se trasladó a Viena en donde las cosas eran difíciles porque<br />
Jacob pasó varias temporadas sin trabajo. De adulto, Freud habló desdeñosamente de esa<br />
ciudad en la cual, sin embargo, residió hasta un año antes de su muerte, cuando, en junio de<br />
1938, se vio obligado, dada su condición de judío, a exiliarse a Londres, como consecuencia de<br />
la anexión de Austria al proyecto pangermanista de la Gran Alemania, preparado por los nazis<br />
con ayuda de los prosélitos austríacos.<br />
Como suele darse en numerosas familias judías, los Freud se mantenían cerca de su comunidad<br />
y algunas de sus costumbres, pero no eran religiosos. Jacob se autoproclamaba libre<br />
pensador y Sigmund dejó de lado las creencias religiosas durante la adolescencia. En 1873,<br />
finalizó sus estudios secundarios con excelentes calificaciones. Había sido siempre un buen<br />
estudiante, correspondiendo a los sacrificios en pro de su educación hechos por sus padres,<br />
quienes anhelaban una carrera brillante para su hijo. Después de considerar la posibilidad de<br />
dedicarse al derecho, el joven Sigmund se decidió por la medicina, aunque no con el deseo de<br />
ejercerla, sino movido por una intención de estudiar la condición humana con rigor científico.<br />
A mitad de la carrera, tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica y, de<br />
1876 a 1882, trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, centrándose en algunas<br />
estructuras nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data<br />
su amistad con el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de<br />
prestarle ayuda, tanto en lo profesional como en lo económico.<br />
En 1882, Freud conoció a Martha Bernays, seis años menor que él e hija de una familia de<br />
intelectuales judíos, quien sería su esposa durante cincuenta años. Según se consigna en el<br />
libro Martha Freud, de Gerard Badou, Freud alejó a Martha de su madre y de su fe religiosa<br />
y “se convirtió en un patriarca autoritario que tuvo como discípulas y amigas a mujeres excepcionales<br />
con las cuales Martha compartió experiencias como Marie Bonaparte, su propia<br />
hermana Minna Bernays y su hija menor, Anna Freud”.<br />
Durante el noviazgo, la pareja permaneció separada la mayor parte del tiempo. Según los<br />
biógrafos, el motivo de esta distancia es que Freud buscaba establecerse económicamente y<br />
lograr algún prestigio antes de comenzar su vida de casado. Entre 1882 y 1886, Sigmund y<br />
Martha se vieron en pocas ocasiones, manteniendo una relación epistolar que compensaba las<br />
prolongadas ausencias. El plan que tenían debía cumplirse a rajatabla e incluía el éxito del padre<br />
del psicoanálisis como condición sine qua non para la unión de la pareja. Con un romanticismo<br />
que matiza el cálculo detrás de cada uno de sus pasos, le escribió a su novia: “Princesa,<br />
Izq.: Casa natal, en Príbor, Moravia,<br />
Imperio Austríaco.<br />
Der.: Su madre, Amalie Nathanson,<br />
1903.
Izq.: Con su mujer, Martha Bernays,<br />
con quien se casó en 1886 luego de un<br />
noviazgo de seis años, casi por entero<br />
epistolar. El novio, escribía<br />
“(…) te besaré millares de veces hasta<br />
convertirte en una muchacha fuerte,<br />
alegre y feliz”.<br />
Der.: La casa de Viena, una ciudad<br />
que, decía, no era de su gusto, pese<br />
a que vivió allí hasta un año antes de<br />
su muerte.<br />
mi princesita: ¡Oh que maravilloso va a ser todo!, ir allá con dinero. Estaremos juntos durante<br />
mucho tiempo. Y llevo un bonito regalo para ti. Después seguiré mi viaje a París y seré un<br />
gran erudito, y nos casaremos. Curaré todos los casos nerviosos incurables, y tú serás mi amuleto<br />
para conservar una salud perfecta; te besaré millares de veces hasta convertirte en una<br />
muchacha fuerte, alegre y feliz”. El noviazgo, a pesar de transcurrir a la distancia, contó con<br />
varias peleas, rupturas y reconciliaciones, fundamentalmente porque Freud sentía celos de la<br />
madre de Martha y procuraba distanciarla de ella.<br />
Antes de ese período, Freud había adquirido suficiente experiencia clínica como para ostentar<br />
algo de fama, y, desde julio de 1882 hasta agosto de 1885, trabajó como residente en diversos<br />
departamentos del Hospital General de Viena, decidiendo especializarse en neuropatología.<br />
En 1884 se le encargó un estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína y, como es harto sabido,<br />
la experimentó en su persona. No se convirtió en un adicto terminal, pero se dice que<br />
llevó a la adicción a su amigo Von Fleischl y en los círculos médicos su reputación quedó ensombrecida<br />
por un tiempo. En 1885, se afianzó en la Facultad de Medicina de Viena, donde<br />
enseñó a lo largo de toda su carrera, primero neuropatología y, después, psicoanálisis, aunque<br />
sin acceder a ninguna cátedra.<br />
Una beca para el viaje de estudios sobre el que le escribió a Martha, lo llevó a París, donde<br />
trabajó durante cuatro meses y medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière, bajo la<br />
dirección del neurólogo francés más importante de esa época, Jean Martin Charcot. Allí<br />
tuvo ocasión de observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la<br />
sugestión en el tratamiento de la misma. De regreso a Viena, se casó con Martha, en septiembre<br />
de 1886. Según escribió Badou “por un juramento secreto, Martha se había mantenido<br />
virgen hasta la noche de boda. Sigmund, por su parte, y si creemos en los cotilleos que mucho<br />
después aportaría Marie Bonaparte, habría tenido al menos una relación sexual durante su<br />
largo celibato. Sin embargo, seguía siendo muy pudoroso, y consideraba como el colmo de la<br />
audacia erótica el haber sorprendido un día a Martha, en un paseo durante su compromiso,<br />
mientras se subía las medias”.<br />
En los diez años siguientes al casamiento, el matrimonio tuvo seis hijos de los cuales Anna,<br />
nacida en diciembre de 1895, habría de convertirse en psicoanalista infantil. Aunque se había<br />
casado por civil y también con una ceremonia religiosa para la que Sigmund aceptó a regañadientes<br />
aprender de memoria las oraciones a recitar frente al rabino, en la casa de los Freud<br />
no hubo alimentos kosher, no se ayunó en Iom Kippur y Martha, creyente hasta el fin de sus<br />
días, mantuvo sus ritos religiosos personales prácticamente en las sombras para complacer a su<br />
marido. Casi medio siglo después de haberse casado, Freud escribió en una carta a su amiga<br />
Bonaparte una suerte de corolario de la principal relación amorosa de su vida: “Martha no fue<br />
realmente una mala solución al problema del matrimonio, y aún hoy en día, ella es cariñosa,<br />
activa y saludable”.<br />
Poco antes de casarse, Freud había abierto una consulta privada como neuropatólogo, utilizando<br />
la electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas. Su<br />
amistad con Breuer derivó en una colaboración más estrecha, que fructificaría finalmente en<br />
o3
o4<br />
la creación del psicoanálisis, aunque el precio fue, justamente, la amistad entre ambos. Entre<br />
1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de histeria –el de la célebre paciente que luego<br />
sería mencionada como “Anna O”– y al interrumpir el tratamiento, relató a Freud cómo los<br />
síntomas de la enferma –que incluían parálisis intermitente de las extremidades, trastornos del<br />
habla y la vista–, desaparecían cuando ésta encontraba respuestas durante sesiones de hipnosis.<br />
En 1886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó<br />
a Breuer a hablarle nuevamente del caso y, venciendo su resistencia inicial, lo instó a escribir<br />
en conjunto un libro sobre la histeria. Durante la gestación de esta obra, aparecida en 1895,<br />
Freud desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta cierto punto<br />
en el desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones características de la doctrina<br />
freudiana y rehusando, finalmente, a subscribir a la creciente convicción de Freud acerca<br />
del papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los trastornos psíquicos.<br />
En un ensayo publicado por el especialista en estudios freudianos Nelson Ruiz, se explica que<br />
“Freud, en su obra Tres ensayos sobre una teoría sexual, expresó que las primeras impresiones<br />
sexuales de nuestro desarrollo dejan las más profundas huellas en la vida anímica y pasan a ser<br />
determinantes del desarrollo sexual posterior, en tanto que la desaparición real de tales impresiones<br />
infantiles obedece a un mero apartamiento de la conciencia denominado “represión”.<br />
Esta suerte de amnesia de vivencias sexuales infantiles, conduce al hombre a esforzarse por<br />
dilucidar el misterio de su sexualidad, recurriendo a intuiciones y conocimientos preconceptuales<br />
para intentar darle sentido a su experiencia sexual subjetiva”.<br />
Pero antes de eso, en 1896, luego de romper con Breuer, Freud empezó a transformar la metodología<br />
terapéutica que aquel había calificado de “catarsis”, basada en la hipnosis, en lo que<br />
él mismo denominó el método de “libre asociación”. Trabajando solo, víctima del desprecio de<br />
algunos médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar los elementos esenciales de<br />
los conceptos psicoanalíticos de “inconsciente”, “represión” y “transferencia”. Esas palabras y<br />
otras que él resignificó circulan en el lenguaje coloquial de Occidente: Freud se propuso construir<br />
un lenguaje que necesita de la empatía de su espectador, un lenguaje que lo alude y es<br />
utilizado, al mismo tiempo, por quien desea hablar sobre sí mismo.<br />
Aunque para 1905 sus teorías habían franqueado ya definitivamente el umbral de los comienzos<br />
y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos discípulos. Pero en 1906 empezó<br />
a atraer más seguidores; el círculo de los que, ya desde 1902, se reunían algunas noches en su<br />
casa con el propósito de orientarse en el campo de la investigación psicoanalítica, fue ampliado<br />
y cambió varias veces de composición, consolidándose así una sociedad psicoanalítica que,<br />
en la primavera de 1908, por invitación de Carl Gustav Jung, celebró en Salzburgo el Primer<br />
Congreso Psicoanalítico. Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos, invitados a<br />
dar una serie de conferencias en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts, comprobando<br />
con sorpresa el entusiasmo allí suscitado por el pensamiento freudiano, mucho antes<br />
que en Europa.<br />
En 1910 se fundó en Núremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, presidida por<br />
Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914, año en que se vio obligado a dimitir, como co-<br />
Izq.: Frente a la Universidad de Clark,<br />
en 1909. Adelante: Sigmund Freud,<br />
G. Stanley Hall y Carl Jung. Atrás:<br />
Abraham A. Brill, Ernest Jones y<br />
Sándor Ferenczi.<br />
Der.: Portada de la primera edición<br />
en alemán de La interpretación de los<br />
sueños.
Izq.: Correcciones manuscritas sobre<br />
Moisés y la religión monoteísta, 1938<br />
Der.: Círculo interno de Psicoanálisis<br />
o Comité, en 1922: Otto Rank, Karl<br />
Abraham, Max Eitingon, Ernest Jones,<br />
Freud, Sándor Ferenczi y Hanns<br />
Sachs.<br />
rolario de la ruptura fallada por el mismo Freud en 1913, al declarar improcedente la ampliación<br />
junguiana del concepto de “libido” más allá de su significación estrictamente sexual. En<br />
ese mismo año Freud publicó la famosa Tótem y tabú, obra inspirada en el evolucionismo biológico<br />
de Darwin y el evolucionismo social de Frazer y, en 1916, Introducción al psicoanálisis.<br />
Aunque La interpretación de los sueños es su obra más conocida –en la que postula el nuevo<br />
modelo del inconsciente y desarrolla un método para conseguir el acceso al mismo, a partir<br />
de un análisis exhaustivo de sueños propios y de sus pacientes– la teoría sexual de Freud fue<br />
desde el comienzo de sus investigaciones un eje primordial. Según el ensayo de Ruiz, “desde<br />
sus primeras teorizaciones, Freud ubicó en un lugar central al inconsciente para entender la<br />
sexualidad de hombres y mujeres; señaló que para formar parte de una sociedad renunciamos<br />
bajo ciertas circunstancias a nuestros deseos sexuales más primitivos; constituyendo el deseo<br />
sexual uno de los polos del conflicto psíquico más comunes observados en hombres y mujeres.<br />
El bloqueo de tales deseos sexuales se traducen más tarde en síntomas, una serie de procesos<br />
anímicos investidos de afecto y de aspiraciones concretas que se les ha denegado el acceso a<br />
su tramitación en una actividad susceptible de conciencia por consecuencia de la represión;<br />
los síntomas ocurren entonces cuando el deseo y el impulso sexual compiten con una desautorización<br />
sexual simultánea”. Habló del niño seducido por un adulto perverso como una<br />
víctima condenada a experiencias de lo que denominó seducción originaria. Se explica que<br />
la respuesta del adolescente o adulto puesto frente a una posterior experiencia de seducción,<br />
reactualiza el recuerdo difuso de la escena primaria, condicionándolo dramáticamente a través<br />
del trauma.<br />
Freud siempre va al pasado, ve al individuo como un fruto de su historia. Hay, quizás, en el<br />
pensamiento racional de un médico neurólogo, una dimensión mística: si el individuo es marcado<br />
en su infancia está, en cierto modo, predestinado a cumplir con un plan que lo excede,<br />
un plan que proviene de una instancia superior a la voluntad individual.<br />
Freud establece que la imposibilidad de elaborar una situación anormal o inadecuada de la<br />
infancia es clave a la hora de determinar patologías ligadas a lo sexual: “El histérico surge<br />
por consecuencia de una seducción precoz por parte de un adulto perverso –apunta Ruiz– el<br />
obsesivo por su participación en la transgresión que parte del adulto, no obstante, la actividad<br />
encontrada en la infancia del obsesivo se esboza siempre sobre el fondo de una experiencia<br />
pasiva más antigua”.<br />
Aunque a lo largo de su carrera intentó encontrar patrones de represión entre sus pacientes<br />
que derivasen en un modelo general para la mente, observó que sus distintos pacientes reprimían<br />
hechos diferentes. Advirtió, además, que el proceso de la represión es en sí mismo<br />
un acto no consciente y buscó una explicación a la forma de operar de la mente. Propuso una<br />
estructura dividida en tres partes: el Ello, el Yo y el Superyó y describió dos pulsiones antagónicas:<br />
Eros o pulsión de la vida, una pulsión sexual tendiente a la preservación de la vida; y<br />
Tánatos o pulsión de la muerte. Esta última representa una moción agresiva, aunque a veces<br />
se resuelve en una pulsión que nos induce a volver a un estado de calma.<br />
Entre esa gran cantidad de palabras a las que resignificó para ser entendidas a la luz de sus<br />
o5
o6<br />
teorías, introdujo el término “narcisismo” a sus estudios para dar cuenta de ese movimiento<br />
que se genera cuando el objeto (niño) se transforma en sujeto a través de las pulsiones sexuales<br />
y su propia identificación con el medio que lo rodea.<br />
Según Ruiz, Freud establece que “la configuración de la sexualidad se establece sobre la base<br />
de ligazones entre sistemas de representaciones preexistentes, es ese juego de afectación que<br />
se produce entre la madre y el niño, lo que sirve de base para estimular las raíces sexuales del<br />
bebé”.<br />
En el encuentro con el entorno, el niño se confronta con un adulto que le provee mensajes a<br />
los que intenta dar sentido y respuesta. Su supervivencia depende del cuidado que proviene<br />
de la madre, quien tiene la delicada tarea de estimular sus pulsiones y luego contenerlas, de<br />
ofrecerse y de rehusarse como objeto de placer. La madre es la primera y gran seductora.<br />
Ruiz, detalla que Freud “planteó que los gérmenes de mociones sexuales que trae consigo el<br />
neonato presentan cambios a lo largo del desarrollo; desde la fase pregenital, cuando la vida<br />
infantil es esencialmente autoerótica, y las pulsiones parciales (ver, exhibir, crueldad) aspiran<br />
conseguir placer cada una por su cuenta; hasta la fase genital, cuando la consecución del placer<br />
está al servicio de la “función de reproducción”, y las pulsiones parciales se subordinan a<br />
una única zona erógena, formando así una organización sólida para el logro de la meta sexual<br />
en un objeto ajeno. (…) No siempre el fin del deseo sexual consiste en garantizar la conservación<br />
de la especie humana a través de la reproducción sexual; esto se ve evidenciado en<br />
exteriorizaciones de la sexualidad infantil, cuando el chupeteo y el autoerotismo, no cumplen<br />
la función de obtener gratificación del alimento sino la necesidad de repetir la satisfacción<br />
sexual, al descargar la pulsión en el propio cuerpo, encontrando zonas erógenas de menor<br />
valor en comparación a las que se conseguirán posteriormente en un objeto externo (los labios<br />
del otro por ejemplo).<br />
Aunque el objetivo central fuera intangible, Freud se ocupó de la carne. Involucró al cuerpo<br />
en sus estudios, haciendo foco en zonas erógenas. Con Martha, Freud tuvo a Mathilde, Martin,<br />
Oliver, Ernst, Sophie y Anna durante ocho años de innegable fecundidad familiar. Freud<br />
era un hombre de ideas que amaba la acción. A sus hijos dedicó muchas cartas que ofrecen<br />
una perspectiva diferente de su personalidad. Le escribió a Mathilde, en 1908: “Sólo puedo<br />
darte algunos consejos y llamarte la atención sobre ciertos recaudos. Quizá sepas que, como<br />
todo lo demás, a amar también se aprende; con lo cual es difícil evitar que surjan confusiones.<br />
El primer amor no tiene por qué ser el que perdure. (…) Quizás el mayor peligro sea ‘caer’ en<br />
el asunto más rápida y profundamente de lo que uno hubiese querido en un principio; insistir<br />
es, ya de por sí, parte de la naturaleza del hombre. Si aún puedes mantener la relación un<br />
buen tiempo al nivel de una amistad sobre un trasfondo de calidez, no desperdicies la oportunidad”.<br />
Y a Ernst en 1924: “Mi cumpleaños ha transcurrido sin accidentes y con infinitos<br />
obsequios florales. La ciudad de Viena me ha proclamado su ciudadano con pomposas felicitaciones,<br />
ante lo cual sólo atiné a poner cara de bobo, pues no sé qué hacer con ese honor. (…)<br />
Seguramente mi destino se decida en los próximos dos meses. Si no tengo recidivas y supero<br />
la infinita variedad de molestias que me provoca la prótesis, quizá no esté mal vivir un tiempo<br />
Izq: Reproducción del sillón que<br />
ocupaba y que le había regalado<br />
su hija Mathilde. Se conserva en el<br />
Sigmund Freud Museum de Viena y<br />
fue confeccionado para un documental<br />
de la BBC.<br />
Der.: El famoso diván de Freud,<br />
conservado en el Freud Museum de<br />
Londres.
Le escribió a su hija Mathilde, en 1908:<br />
“Sólo puedo darte algunos consejos<br />
y llamarte la atención sobre ciertos<br />
recaudos. Quizá sepas que, como todo<br />
lo demás, a amar también se aprende;<br />
con lo cual es difícil evitar que surjan<br />
confusiones. El primer amor no tiene<br />
por qué ser el que perdure”.<br />
Der.: Estatua de Sigmund Freud en<br />
Londres, detrás, la Clínica Tavistock.<br />
más así. La elección del sitio para este verano también depende de mi salud, del grado de<br />
dependencia de los médicos. Actualmente, tener seis horas de análisis no me pesa, pero me<br />
mantengo alejado de todo lo demás. El aislamiento no resulta tan fácil”. Sophie, por su parte,<br />
contó que su padre le dio a conocer métodos anticonceptivos eficaces para la época, pero que<br />
cuando ella le anunció su tercer embarazo le escribió: “Acepta este bebé bien predispuesta.<br />
(…) Tu madre aceptó un niño tras otro”.<br />
Sobre las especulaciones freudianas basadas en la carne, Ruiz se explayó: “La meta sexual<br />
infantil y adulta consiste entonces en sustituir la sensación proyectada sobre la zona erógena,<br />
por aquel estímulo externo que la cancele al provocar la sensación de satisfacción. Si bien<br />
existen zonas erógenas predestinadas (boca, ano, genitales), cualquier otro sector de la piel<br />
o de mucosa puede prestar los servicios de zona erógena. (…) Existen tres momentos del<br />
desarrollo de la sexualidad que dan lugar a la activación de estas zonas erógenas, el primero,<br />
corresponde al período de lactancia; el segundo al florecimiento de la práctica sexual hacia<br />
el cuarto año de vida, y el tercero, responde al onanismo (masturbación) de la pubertad. (…)<br />
El niño luego de haber pasado por el período oral, donde la meta sexual era la incorporación<br />
del objeto, y el sádico-anal, en la que la meta era apoderarse del otro o dejar ser controlado<br />
por el otro; con el resurgimiento de la actividad sexual, el varón asume que la mujer ha sido<br />
castrada, y se produce el complejo de castración, el temor de ser burlado como sujeto. (…)<br />
Es en este momento del desarrollo de la organización sexual, donde se fundan las bases del<br />
género, las identidades de género y la orientación sexual de ese niño o niña. La inclinación<br />
sexual, se deriva de procesos identificatorios que se generan entre el niño y el padre, y la niña<br />
y la madre. De este modo, se determina el objeto de deseo erótico y/o amoroso que brindará<br />
gratificación sexual. Así, dependiendo de cómo haya sido resuelto el conflicto edípico, el objeto<br />
de deseo será del sexo opuesto (heterosexual), del mismo sexo (homosexual) o de ambos<br />
sexos (bisexual)”.<br />
El mentado “Complejo de Edipo” es otra de las teorías freudianas que todos oyeron alguna<br />
vez. En un ensayo del médico psicoanalista George Boeree se explica para la denominada<br />
fase fálica, “la crisis edípica, llamada así por la historia griega del rey Edipo, quien inadvertidamente<br />
mató a su padre y se casó con su madre”, resulta central. Esta instancia, nuevamente,<br />
se remite a los primeros años de vida en los que el primer objeto de amor es la madre de<br />
quien se esperan atención, afecto, cuidado. Boeree apunta que la teoría freudiana deja claro<br />
que a la madre no sólo la queremos sino que “la deseamos de una manera ampliamente<br />
sexual. No obstante, el niño tiene un rival ante estos deseos, personificado en su padre. Este<br />
es mayor, más fuerte, más listo y se va a la cama con ella, mientras que el chico es desplazado<br />
a dormir solo en su habitación. El padre es el enemigo. (…) Al reconocer la superioridad de<br />
su padre desplaza sus impulsos sexuales (destinados primero a su madre) hacia las chicas y<br />
posteriormente a las mujeres. Y se identifica con el agresor, su papá, e intenta parecerse cada<br />
vez más a él; esto es, un hombre. Después de unos años de latencia, entra en la adolescencia<br />
y al mundo de la heterosexualidad madura. La niña también empieza su vida con amor hacia<br />
su madre, por lo que se nos presenta el problema de tener que redirigir sus afectos hacia su<br />
o7
o8<br />
padre antes de que tenga lugar el proceso edípico. (…) Papá, por supuesto ya está cogido por<br />
alguien. La chica entonces le desplaza por los chicos y hombres, identificándose con mamá, la<br />
mujer que posee al hombre que ella verdaderamente desea. Debemos observar que hay algo<br />
aquí que falta. La niña no sufre por el poder motivacional de la ansiedad de castración, ya que<br />
ella no puede perder lo que nunca ha tenido. Freud pensó que la falta de este tremendo miedo<br />
es lo que provocaba que las mujeres fuesen menos firmes en su heterosexualidad que los<br />
hombres y un poco menos inclinadas hacia los aspectos morales en general”.<br />
En 1923, Freud fue diagnosticado con un cáncer de mandíbula y se sometió a la primera de<br />
una serie de intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre<br />
de 1939, estuvo siempre enfermo, pero mantuvo su intensa actividad, contando con el apoyo<br />
esencial de su esposa Martha. En este período publicó El porvenir de una ilusión, de 1927, El<br />
malestar en la cultura, de 1930, y Moisés y el monoteísmo, del mismo año en que murió.<br />
Algunas de sus teorías más famosas se basan en el pene masculino importante por su existencia<br />
u omisión. Al leer la explicación de Boeree sobre “la envidia al pene” se comprende<br />
rápidamente el porqué de la desacreditación por parte de las feministas y difusores de nuevos<br />
paradigmas familiares: “La niña ha notado también que ante la diferencia de ambos sexos, ella<br />
no puede hacer nada. A ella le gustaría tener un pene también, así como todo el poder asociado<br />
a este. Mucho más tarde podrá tener un sustituto, como un bebé. Como todo niño sabe, se<br />
necesita de un papá y una mamá para tener un bebé, de manera que gira su atención y cariño<br />
hacia papá. (…) Pero, aparece la pregunta: ¿y dónde está el pene de la niña? Quizás lo ha<br />
perdido de alguna forma. Quizás se lo cortaron. ¡Quizás lo mismo me puede pasar a mí!”. Un<br />
padecimiento que, según escribió a fines de la primera década del siglo XX, aqueja a las niñas<br />
que toman conciencia de que los varones tiene algo que ellas no”.<br />
En noviembre de 1925, cuando Marie Bonaparte, una de sus más fieles seguidoras, visitaba<br />
su casa, Freud debió ser operado nuevamente pues su enfermedad le generaba insoportables<br />
dolores. El post operatorio lo tuvo varias semanas sin poder ingerir más que lí<strong>quid</strong>os pero él<br />
lamentaba más el hecho de no poder hablar: “Mi alocución es absolutamente lamentable –escribió–<br />
no quiero que nadie me vea en este estado”. Según se consigna en el libro de Badou,<br />
al año siguiente, mientras paseaba después del almuerzo, Freud sintió molestias en el pecho,<br />
que atribuyó al abuso de cigarros pero siguió fumando. Al acercarse su cumpleaños, reflexionó<br />
sobre la muerte: “Finalmente, a los 70 años quizás tengamos verdaderamente derecho al reposo<br />
bajo todas sus formas”.<br />
Sin embargo, seguiría trabajando intensamente y cosechando cada vez mayores reconocimientos<br />
durante varios años más. En julio de 1929, Thomas Mann, el escritor favorito de su esposa<br />
Martha quien, además, ganaría el Nobel ese mismo año, publicó un texto muy elogioso titulado<br />
“Freud y el pensamiento moderno”, sumándose a una larga lista de artistas e intelectuales<br />
fascinados con las doctrinas freudianas. Pocos meses más tarde, le fue otorgado el premio<br />
Goethe de la Ciudad de Frankfurt del Main, para coronar la obra “del erudito, el escritor y el<br />
luchador”. Unas semanas después falleció su madre a los 95 años y él escribió: “Ahora, yo mismo<br />
tengo derecho a morir”.<br />
En mayo de 1933, en varias ciudades alemanas, los nazis quemaron las obras de Freud en<br />
espectaculares hogueras junto a libros de Eduard Berstein, Heinrich Heine, Franz Kafka,<br />
Albert Einstein y muchos otros. “Qué progreso –ironizó Freud según se cuenta en el libro de<br />
Badou– En la Edad Media me habrían quemado a mí. ¡Hoy se conforman con quemar libros!”.<br />
El 1° de agosto de 1939 Freud terminó definitivamente su práctica, tenía plena conciencia<br />
de cómo se iba apagando y encogiendo su cuerpo y su vida. Se relata que en estos días sólo<br />
dormitaba mirando su jardín, al cuidado de Martha. El 21 de septiembre de 1939, Freud le<br />
recuerda a su médico y amigo Max Schur el pacto que tenían: Schur quien, además, había<br />
sido un entusiasta de las teorías freudianas desde su primera juventud, debía acabar con los<br />
sufrimientos derivados del cáncer. Con la anuencia de Anna, que tuvo que rendirse ante la<br />
decisión de su padre, el médico le inyectó algunas dosis de morfina durante tres días hasta<br />
hacerlo entrar en un coma del que no despertó más. A las tres de la madrugada del 23 de septiembre<br />
de 1939 Freud murió en la casa de Maresfield Garden 20, Londres<br />
Fuentes<br />
Martha Freud, una compañera<br />
irremplazable, Gerard Badou,<br />
Ed. El Ateneo.<br />
www.clarin.com<br />
http://www.topia.com.ar/articulos/<br />
psicoan%C3%A1lisis-y-sexualidad-avatares-freud-y-sus-lhuellasqueerpos-sexuados<br />
http://distopicos.es/2012/envidiade-pene<br />
http://www.lanacion.com.<br />
ar/1503594-la-novela-familiar-desigmund-freud
Tema de tapa<br />
seis<br />
Furor, desesperación, auge, romanticismo,<br />
sexo, porno, fantasía, dinero, todo en un<br />
mismo libro. Se trata de la trilogía de “50<br />
sombras”, las novelas de la inglesa E. L. James<br />
publicadas entre el 2011 y el 2012. La<br />
primera, 50 sombras de Grey salió a la luz<br />
en el 2011 y vendió 50 millones de ejemplares,<br />
superando a J. K. Rowling. 50 sombras<br />
más oscuras y 50 sombras liberadas,<br />
los volúmenes siguientes que salieron en el<br />
2012, continuaron con ese éxito rotundo.<br />
Una trilogía para adultos, muchas veces<br />
catalogada como “para mujeres” y también<br />
llamada “porno para mamis” (mummy<br />
porn) por su contenido sexual, que atrapa<br />
desde la primera línea con un gran infantilismo<br />
narrativo.<br />
Lo cierto es que la publicación de estas<br />
novelas generó muchas controversias y<br />
también muchas adictas. A punto tal que<br />
durante el período de promoción y mayor<br />
auge, las lectoras hicieron subir las ventas<br />
de distintos “instrumentos” de placer<br />
sexual como los anillos vibradores y látigos.<br />
El fenómeno<br />
Los protagonistas son Anastasia Steele,<br />
una estudiante virgen de 21 años, y Christian<br />
Grey, un empresario joven y millonario.<br />
Se conocen cuando ella va a hacerle<br />
una entrevista para el periódico de la universidad<br />
y ahí empieza toda la historia de<br />
“amor”. Después, en el segundo volumen,<br />
vendrán los celos de las mujeres que no<br />
tienen una relación así, los demonios de<br />
él, la ruptura. Y más tarde, en el tercero, la<br />
boda con un clima de intriga y emociones<br />
dirigidas a seguir atrapando desesperadamente<br />
a los lectores. Todo rodeado de<br />
escenas de sexo explícitas que tienden a<br />
describir demasiado todo lo que sucede.<br />
Se dice que en su mayoría son lectoras y,<br />
todas, en los foros y reuniones de amigas,<br />
afirman que es un libro imposible de soltar.<br />
Muchas confesaron haberlo leído en<br />
un fin de semana, en unas pocas horas y en<br />
un clima de éxtasis erótico adictivo.<br />
Por otra parte, las librerías y los sex shop<br />
se unen en este furor que pareció abarcar<br />
un sector masivo de mujeres y, también de<br />
hombres, que no buscan calidad literaria<br />
La<br />
sombra<br />
detrás<br />
del<br />
éxito<br />
Por<br />
Antonela de Alva<br />
y que espera, con ansias, el estreno de su<br />
versión cinematográfica estimado para<br />
agosto de 2014.<br />
¿Qué hay en 50 sombras de Grey? Podemos<br />
decir que una historia casi infantil que<br />
juega con el mito, deseo, sueño escondido<br />
de la princesa rescatada por el príncipe.<br />
Una mezcla entre Cenicienta y La bella y<br />
la bestia que toma la fantasía de Disney<br />
con dosis de sexo, porno y prácticas y aficiones<br />
sexuales no convencionales como<br />
las BDSM (bondage o encordamiento erótico,<br />
disciplina y dominación, sumisión y<br />
sadismo, masoquismo). Hay morbo, sí.<br />
Christian, el protagonista, tiene un cuarto<br />
de “juegos” al que llevará a Ana muchas<br />
veces. La primera vez trata de hacerle<br />
firmar un contrato en el que ella aceptaría<br />
ser su sumisa. Claro, a él le encanta ser<br />
Amo, castigar a sus sumisas y mantener<br />
esta relación de dominación en una intimidad<br />
en la que no se tocan.<br />
El secreto, el verdadero comienzo<br />
La trilogía comenzó siendo una fan fiction<br />
o “ficción de fans”, una nueva modalidad<br />
de relatos de ficción escritos por los fans<br />
de una película, un libro, videojuego,<br />
animé o programa de televisión.<br />
Publicada en fanfiction.net con el título<br />
Master of Universe o Amo del universo,<br />
este relato erótico pudo verse entre el<br />
2009 y el 2011 en forma gratuita, hasta<br />
que la editorial decidió retirarlo para evitar<br />
conflictos en la comercialización. Además<br />
de hacer algunos cambios como el de los<br />
nombres de los protagonistas, la autora<br />
tuvo que declarar que la obra era original<br />
y que distaba de aquel relato publicado<br />
en Internet. ¿De qué se trataba Amo del<br />
universo? Pues era una fan fiction de la<br />
saga más famosa entre los adolescentes,<br />
Crepúsculo, de Stephanie Meyer.<br />
Los lectores leen y practican<br />
Detrás de ese deseo no tan inconsciente,<br />
en julio de este año, la Brigada de Bomberos<br />
de Londres difundió que en los últimos<br />
tres años, más de cincuenta personas<br />
requirieron de su ayuda para ser liberados<br />
de situaciones vergonzosas y peligrosas<br />
como estar atrapados por unas esposas.<br />
Muchas lectoras han catalogado a la novela<br />
como un afrodisíaco y confesaron sentir<br />
curiosidad por este mundo desconocido de<br />
las prácticas sexuales.<br />
Hay un sitio web llamado Confiesatussombras.com<br />
en el que las lectoras narran sus<br />
experiencias con y a partir del libro y describen<br />
sus deseos más profundos, desde<br />
practicar sexo en un ascensor, como hacen<br />
los protagonistas, hasta las emociones que<br />
experimentan cuando leen cómo se mueve<br />
Christian Grey con gotas de sudor en la<br />
frente y la remera mojada. Todo un éxtasis.<br />
Las lectoras van desde los 21 años a más<br />
de los 50, solteras, en pareja, casadas, divorciadas.<br />
No hay un parámetro más que<br />
el que marca el lenguaje y su modo de<br />
narrar que hace fácil su lectura. Y el retorno<br />
de la joven estudiante de clase media<br />
salvada por el millonario, que es la bestia<br />
que sólo puede ser rescatada por una bella<br />
mujer que lo ame de verdad.<br />
La autora<br />
E. L. James fue declarada en el 2012 como<br />
una de “Las 100 personas más influyentes<br />
del mundo”. De asistente de gerente en<br />
la National Film and Television School<br />
se convirtió en una de las autoras más famosas<br />
del momento. Está casada hace 20<br />
años con Niall Leonard, quien acaba de<br />
publicar Crusher (Jugando con fuego), su<br />
primera novela. Se trata de una obra realista<br />
que tiene acción y violencia y, juega<br />
con la literatura de su mujer.<br />
Pero eso es harina de otro costal. Quizás<br />
los maridos de las lectoras fascinadas sean<br />
más parecidos a Niall que a Christian y en<br />
eso radique el éxito. Pero también, quizás<br />
este tipo de libros sea sólo una moda. El<br />
tiempo dirá<br />
37
Entrevista<br />
cuatro<br />
Dos psicólogos mediáticos hablan de sexo desde sus diferentes ópticas.<br />
Walter Riso, desde la terapia cognitiva y Gabriel Rolón desde el psicoanálisis.<br />
Este es el diálogo<br />
38<br />
Analízame<br />
Por Lucila Rolón<br />
Walter Riso, italiano, 1951, se crió acá, en la Argentina. Estudió<br />
psicología en Colombia, se especializó en neurología<br />
cognitiva e hizo un máster en bioética. Es docente y también<br />
es escritor: tiene más de diez publicaciones que podrían estar<br />
en la sección de Autoayuda de las librerías, algunas son guías<br />
prácticas; su último libro se llama Enamorados o esclavizados<br />
(Manifiesto de liberación afectiva). Un viernes a la tarde está<br />
en Buenos Aires, tomando un café corto sentado al lado de<br />
Gabriel Rolón con quien habla relajado, se hacen chistes.<br />
Gabriel Rolón, argentino, 1962, psicoanalista, escritor y cantante<br />
(se lo puede ver en Clásica y Moderna, en Medianoche<br />
en Buenos Aires, un relato musical). Acompañó a Alejandro<br />
Dolina en su mítico programa La venganza será terrible, y en<br />
otras emisiones y revistas (es columnista de Quid). Entre los<br />
dos juntan más de treinta años de atender pacientes. Uno es<br />
más optimista que el otro, o eso dice. Debaten conceptos, teorías<br />
y cuando parece que más se aleja uno del otro, el punto de<br />
encuentro se descubre evidente.<br />
–Usted lleva publicada una serie de cuatro guías prácticas<br />
para tratar ciertos traumas que tiene mucho éxito<br />
entre los lectores. De hecho, muchos profesionales las<br />
usan en clases o seminarios. Por su lado –y como psicoanalista–,<br />
Rolón dice que no hay una receta universal<br />
porque cada persona es un sujeto y merece una atención
“El amor es un problema de<br />
salud pública”<br />
Walter Riso<br />
“La sexualidad infantil marca la manera<br />
en la que vamos a amar para siempre”<br />
Gabriel Rolón<br />
específica. ¿No existe punto de encuentro entre ambas<br />
lecturas? Riso: Desde la terapia cognitiva, las guías prácticas<br />
no son infalibles, sino que dan espacios de reflexión. Buscamos<br />
que la gente sea independiente y no quede atada al psicólogo.<br />
Nuestras terapias son de corto plazo. Nosotros manejamos<br />
el software humano, el hardware lo manejan los psiquiatras.<br />
Creemos que te sentís mal porque pensás mal. Aunque<br />
aceptamos que a veces pensás mal porque te sentís mal. La<br />
terapia cognitiva es muy teórica y conceptual. No considero el<br />
inconsciente como una instancia pero sí acepto los procesos<br />
inconscientes. Saqué las guías prácticas para resumir mis libros<br />
porque me di cuenta que había personas a quienes les parecen<br />
complejos. ¿Qué soy?: un traductor. Traduzco conceptos<br />
académicos a un idioma sencillo para generar salud y poder<br />
afectar no tanto la felicidad de la gente sino el bienestar. Esa<br />
es la función de la terapia cognitiva. Te paso el antivirus para<br />
mentes.<br />
Rolón: En primer lugar, el psicoanálisis no tiene que ver con la<br />
reflexión. Al analista no le importa que el paciente reflexione<br />
–por eso la asociación libre–. Cuando el paciente viene y dice<br />
“Estuve toda la semana pensando en…”, es una sesión que<br />
no nos gusta. Nos gusta cuando el paciente nos dice “Hoy no<br />
tengo tema del que hablar”, porque esa es la puerta de entrada<br />
para que el inconsciente hable. El error es pensar que trabajamos<br />
con el mismo paciente, cognitivo y analista. A nosotros no<br />
nos interesa el bienestar del paciente. Nos interesa la verdad<br />
del paciente, y si para llegar a ella tenemos que llevarlo por el<br />
dolor y la pérdida del bienestar, hacia allá vamos. La palabra<br />
terapeuta viene de la medicina y quiere decir la recuperación<br />
del equilibrio. El psicoanálisis no busca ningún equilibrio.<br />
Busca producir un sujeto nuevo, un sujeto que no hubiera podido<br />
ser nunca si no se hubiera analizado. Cuando me llega un<br />
paciente que tiene ataque de pánico, derivo en mi equipo a un<br />
cognitivo. No puedo empujar a más dolor y confusión en ese<br />
estado.<br />
–¿Qué pasa cuando tienen que abordar la sexualidad de<br />
un paciente? Rolón: La sexualidad es un enigma para los analistas.<br />
Pero cada sujeto tiene que hacerse cargo de cómo vive<br />
su sexualidad. Si disfruta, si hay miedo, si hay represión. Todo<br />
lo que impida el disfrute de una vida erótica plena. No sé si<br />
hay una manera única de disfrutar la sexualidad.<br />
–¿Es más común trabajar o analizar los vínculos desde<br />
lo emocional que desde lo sexual? Rolón: Creo que es más<br />
fácil que uno registre cuando no la pasa bien sexualmente que<br />
cuando se siente maltratado por un jefe o una pareja.<br />
Riso: Si tú tienes un orgasmo y dudas de que tienes un orgasmo,<br />
entonces no lo tienes. Con el amor es igual. Por otro<br />
lado, el concepto que manejo del erotismo tiene que ver con<br />
el amor. El verdadero amor se vive en el post coito. Estamos al<br />
desnudo y te veo como persona. El erotismo está en todas las<br />
facetas de la vida. En cómo te parás, en cómo hablás.<br />
Rolón: Para mí, el amor y el deseo no siempre van de la mano.<br />
El amor pone en juego unas cosas y el deseo, otras. El amor<br />
implica una idealización del otro. Lo que plantea Walter es la<br />
dificultad de hacer coincidir esos dos caminos.<br />
–¿En qué momentos una persona habla de sexo en terapia?<br />
Riso: el 40% de las consultas en el mundo son sobre el<br />
amor. Y el 30% de la gente que está en pareja está contenta.<br />
Entonces, hay algo que está mal y el amor es un problema de<br />
salud pública. Estas personas siempre llegan a la parte sexual.<br />
El otro motivo son las personalidades límites, trastornos muy<br />
complejos, por abuso o cuestiones así de traumáticas. O se<br />
murió un abuelo que abusaba y ahora la persona quiere resolver<br />
eso. Es raro que venga un paciente y me diga “Quiero<br />
repensar mi vida sexual”, porque sí. Ese es un paciente para él<br />
(señala a Gabriel Rolón). Lo genial de los terapeutas es cómo<br />
manejan el silencio. Yo me tomo un rivotril cuando tengo un<br />
paciente que no habla. ¿Qué carajo hago con este? ¿Cómo le<br />
voy a cobrar si no hice nada?, me digo. Ellos tienen otra idea.<br />
En el caso de él, tiene un don especial: un psicoanalista que la<br />
gente entiende cuando habla. Tiene la capacidad de transmitir<br />
bien las cosas. Apenas está entrando la terapia cognitiva en la<br />
Argentina y lo está haciendo con un modelo especial que es el<br />
constructivismo. Una mezcla de cosa psicoanalítica con cosas<br />
cognitivas.<br />
–¿Qué pasa cuando somos chicos? Rolón: La base de la<br />
existencia es la sexualidad infantil. Creemos que en los primeros<br />
seis años de vida –porque el ser humano no nace sexuado–,<br />
se va formando por medio de los significativos del otro. La madre,<br />
por ejemplo. Es fundamental la sexualidad infantil y marca<br />
la manera en la que vamos a amar para siempre.<br />
Riso: Desde la terapia cognitiva, no le damos tanta bola a este<br />
tema. El psicoanálisis es una teoría del desarrollo psicosexual,<br />
una teoría de la personalidad prácticamente. Nosotros manejamos<br />
teorías de la motivación. Pero lo que sí sabemos es que<br />
hay correlaciones estadísticas muy importantes entre el tipo de<br />
afecto que recibe un niño y su desarrollo sexual.<br />
Estamos de acuerdo en que no hay un determinismo. Vos<br />
podés producir cambios, auto evolucionar. Podés tomar conciencia,<br />
ejercer presión, revelarte, patear todo a la mierda y<br />
empezar de vuelta. Somos más optimistas. Aunque el optimista<br />
es un pesimista mal informado.<br />
Rolón: El psicoanálisis no está tan de acuerdo. Vas a tener la<br />
posibilidad de cambiar pero hasta un cierto límite. Hay rasgos<br />
que te quedan. Por ejemplo: nadie se va a volver heterosexual<br />
de grande porque así lo quiere: no vas a cambiar tu elección de<br />
objeto de amor porque está en tu estructura física. Hannibal<br />
Lecter nunca va a volverse vegetariano<br />
39
Ser<br />
editor<br />
4o<br />
Acerca de sacar a<br />
la luz<br />
Por Alberto Díaz<br />
Han pasado más de 40 años de ejercer<br />
el oficio de editor, y haber tenido la fortuna<br />
de ir aprendiendo la profesión en<br />
importantes y muy prestigiosas editoriales,<br />
como Siglo XXI, Alianza Editorial,<br />
Editorial Losada, hasta que finalmente<br />
ingresé al Grupo Planeta para ocuparme<br />
de las ediciones de varios de sus<br />
sellos, como Seix Barral, Espasa Calpe,<br />
Ariel, Emecé o Ediciones Destino, entre<br />
otras grandes editoriales del Grupo.<br />
En todas estas editoriales por las que<br />
transité pude ejercer mi pasión por los<br />
libros y la edición con total libertad y<br />
autonomía, quizás porque supe conciliar<br />
el arte y el dinero, o como diría con más<br />
elegancia Pierre Bordieu, “el amor a la<br />
literatura y la búsqueda de beneficio”,<br />
ya que tempranamente aprendí que el<br />
libro es la vez “mercancía y significación”.<br />
En estos largos años de trabajo<br />
en estas excelentes editoriales, traté y<br />
en muchos casos fui amigo de los más<br />
importantes referentes de la edición,<br />
de los cuales aprendí muchísimo, pero<br />
debo confesar que siempre me resultó<br />
difícil definir o acotar el campo de este<br />
extraño trabajo, o tener claro qué es un<br />
editor. Sólo puedo enunciar algunas características<br />
sueltas, que me han servido<br />
o ayudado a definir mi trabajo, pero que<br />
pueden resultar totalmente inútiles a<br />
otros colegas, o futuros colegas.<br />
Hay un axioma muy repetido en la profesión<br />
que dice que para ser un buen<br />
editor no hay que confundir la editorial<br />
con su biblioteca personal. A esto agregaría<br />
que, sin biblioteca y sin un proyecto<br />
cultural mínimo, no se puede ser<br />
un buen editor. Editar es seleccionar lo<br />
que merece ser sacado a la luz. Un editor<br />
debe amar la lectura y ser un lector<br />
omnívoro, además de tener la firme vocación<br />
de que este es el trabajo que desea.<br />
El oficio de editar es hermoso y no<br />
es una ciencia exacta, pero tiene algunas<br />
reglas y características personales que<br />
es bueno conocer. La primera es que<br />
se trata de un trabajo que se basa en el<br />
saber, pero hay muchas más, como dejarse<br />
guiar por el instinto y olfato editorial,<br />
tener el valor de decir no, exigirse<br />
niveles de calidad a la hora de optar por<br />
un nuevo libro y un largo etcétera.<br />
Si el catálogo sigue siendo el activo simbólico<br />
más importante de una editorial,<br />
ser un buen editor es crear un catálogo
que sea reconocido por los lectores y<br />
que tenga permanencia en el tiempo.<br />
¿Cómo se logra esto? En primer lugar,<br />
respetando al autor, actor fundamental<br />
en la cadena del libro, y en segundo<br />
lugar, aplicando la fórmula de Maquiavelo<br />
para el éxito de los príncipes, que<br />
te acompañe la “fortuna” y tener “virtú”.<br />
El extranjero,<br />
de Albert Camus<br />
Me toca ahora hablar de algunos de los<br />
libros más recientes que publiqué y que<br />
por distintas razones me llenaron de<br />
satisfacción.<br />
Con la publicación del tercer tomo<br />
de las Obras Completas de Jorge Luis<br />
Borges, edición crítica anotada por<br />
Rolando Costa Picazo, y que abarca<br />
el corpus fundamental de las Obras<br />
Completas publicadas en vida de Borges<br />
(1923-1985), se completa un intenso<br />
trabajo de varios años. Esta versión es<br />
la primera edición y el primer trabajo<br />
de semejante magnitud que se publica<br />
en nuestra lengua. Con esta edición<br />
no pretendemos ofrecer una lectura<br />
única de la obra de un escritor múltiple<br />
y complejo como fue Borges, sino que<br />
intentamos facilitar su comprensión y<br />
revelar aspectos desconocidos de una<br />
obra sin parangón.<br />
A mediados de este año publicamos el<br />
segundo tomo de la Obra Completa<br />
de Adolfo Bioy Casares, edición al<br />
cuidado de Daniel Martino. El tercer<br />
y último volumen será publicado en<br />
marzo del año que viene y será parte<br />
del homenaje que Emecé le hará a este<br />
maestro de la literatura fantástica con<br />
motivo del centenario de su nacimiento.<br />
Esta edición de la Obra Completa de<br />
Bioy me produce particular alegría, ya<br />
que en los tres volúmenes están recogidos<br />
los libros que él publicó en vida,<br />
pero hay una sección en cada tomo que<br />
recoge todos los textos dispersos aparecidos<br />
en diarios, revistas o en publicaciones<br />
de distribución limitada nunca<br />
antes compilado en libro.<br />
Hablando de centenarios, hace unos<br />
días se cumplieron los cien años del nacimiento<br />
de Albert Camus, autor emblemático<br />
de Emecé e iniciador de la<br />
colección Grandes Novelistas con uno<br />
de sus libros. Como adhesión publiqué<br />
una hermosa edición de El extranjero,<br />
en tapa dura y gran formato con unos<br />
excelentes dibujos de José Muñoz. Volví<br />
a leer la novela en esta nueva edición,<br />
los grandes dibujos en negro no sólo<br />
ilustran el texto, sino que también recrean<br />
el clima por momentos asfixiante<br />
de la novela y logran transmitir un<br />
efecto en el lector que la película de<br />
Visconti no logró reflejar.<br />
Con la publicación en el mes de octubre<br />
de 2005 de la última e inconclusa novela<br />
de Juan José Saer, La grande, creí<br />
que saldaba la deuda de gratitud que<br />
como lector y editor tenía con el amigo<br />
de tantos años. En todo ese tiempo le<br />
había publicado sus 23 libros, fruto de<br />
sus 45 años de incansable pasión por narrar.<br />
Pocos años después Julio Premat<br />
y un equipo de jóvenes investigadores<br />
comenzaron a clasificar el conjunto de<br />
documentos preparatorios, anotaciones,<br />
textos truncos, notas de lectura,<br />
borradores inéditos y otros documentos<br />
hallados en el escritorio de Saer en<br />
París. Me hicieron llegar, digitalizado,<br />
todo ese material que había estado diseminado<br />
en unos sesenta cuadernos,<br />
veinte carpetas y hojas sueltas. Luego<br />
de muchas vueltas, discusiones y distintas<br />
selecciones, a principios de este año<br />
publiqué con prólogo, selección y notas<br />
de Julio Premat el segundo volumen<br />
de Papeles de trabajo II. Borradores<br />
Inéditos. Estos dos primeros libros reúnen<br />
una masa textual heterogénea que<br />
incluye ideas, aforismos, textos truncos,<br />
algunos relatos terminados, comentarios<br />
de lectura, agudezas, esquemas, proyectos<br />
que para nada demeritan la calidad<br />
de la obra conocida de Saer.<br />
A principios del año que viene completamos<br />
la publicación de estos materiales<br />
inéditos, fundamentales para mejor conocer<br />
la obra de Saer, con un volumen<br />
de más de 150 poemas inéditos, y en<br />
el segundo semestre el cuarto y último<br />
tomo de estos Borradores, que incluirá<br />
todos sus ensayos no recogidos en libro.<br />
No puedo ocultar el orgullo de poner<br />
en circulación estos materiales que permanecían<br />
“ocultos”.<br />
El siguiente libro es producto de la<br />
constancia y la insistencia de más de<br />
treinta años. En 1981, durante mi exilio<br />
en México, me inscribí con otros compañeros<br />
del exilio en el curso, que por<br />
invitación de la UNAM y durante un<br />
trimestre, dictó Tulio Halperin<br />
Donghi sobre el tema los intelectuales<br />
del siglo XIX y su relación con la sociedad<br />
y la vida pública en Hispanoamérica<br />
a través de la literatura autobiográfica.<br />
Letrados y pensadores,<br />
de Tulio Halperin Donghi<br />
Durante todos estos años le publiqué<br />
varios libros a Tulio, a quien considero<br />
el más brillante historiador argentino,<br />
pero siempre se cruzaba algo para que<br />
no avanzara en este manuscrito que le<br />
venía pidiendo desde los años 80. Finalmente<br />
en septiembre pude publicar el<br />
tan deseado libro, que salió con el título<br />
de Letrados y pensadores. El perfilamiento<br />
del intelectual hispanoamericano<br />
en el siglo XIX, producto del citado curso<br />
en la UNAM.<br />
Para cerrar, voy a recurrir a una frase<br />
que alguna vez le escuché al gran editor<br />
catalán Jorge Herralde: “Ser editor es<br />
riesgoso pero muy divertido”<br />
41
42<br />
Entrevista<br />
cinco<br />
Rodrigo Rey Rosa<br />
Sin<br />
premeditación<br />
ni alevosía<br />
El escritor guatemalteco vino al país para<br />
presentar su novela Los sordos (Alfaguara).<br />
Aquí, habla de su país, de su literatura y de su<br />
gran amistad con Paul Bowles<br />
Por Christian Kupchik<br />
A mediados de los años 80 del siglo pasado, en los círculos<br />
literarios comenzó a asomar el nombre de Rodrigo Rey Rosa<br />
(Guatemala, 1958) pero muy en particular asociado al de Paul<br />
Bowles en Tánger. Por entonces, Bowles ya había trascendido<br />
como gurú de la beat generation y era una figura respetada en<br />
el mundo entero, incluso por la popularidad que le generó el<br />
film de Bernardo Bertolucci The skeltering sky (El cielo protector/Refugio<br />
para el amor). Pero poco después comenzaron<br />
a circular los libros de Rey Rosa y su obra comenzó a adquirir<br />
una dimensión propia. Roberto Bolaño lo rescató como “el<br />
mejor de mi generación” y su obra fue traducida al francés, el<br />
alemán y el inglés (por el propio Bowles). A la muerte de su<br />
mentor, Rey Rosa estuvo un tiempo en Europa, sobre todo en<br />
París y Barcelona, viajó por la India y en el 2000 retornó definitivamente<br />
a Guatemala. “Pero luego de la muerte de Paul no he<br />
vuelto a Tánger…”, dice con cierta nostalgia.<br />
En nuestro país Rey Rosa ya había publicado los volúmenes de<br />
relatos Cárcel de árboles (1993) y Ningún lugar sagrado (1998),<br />
y ahora nos visitó por la aparición de la novela Los sordos (Alfaguara,<br />
2013).<br />
–Hasta ahora ha trabajado con formas breves. ¿Qué lo<br />
llevó a concebir una novela de más largo aliento? Tenía<br />
ganas de hacer algo distinto, una novela con un tema que impulsara<br />
un mayor desarrollo que mis trabajos anteriores y que<br />
hablara de la Guatemala actual. El comienzo de esta historia<br />
ocurre en el mismo instante en que me siento a escribirla.<br />
Siempre escribo sin premeditación ni alevosía, como va saliendo.<br />
Me impuse otro presupuesto: escribir dos páginas diarias<br />
para mantener vivo el ritmo y la tensión. Sin embargo, el mismo<br />
argumento me impuso un freno: yo no conocía muy bien la<br />
cuestión maya en lo que refiere a los juicios, y me vi obligado<br />
a investigar un poco. Durante un mes detuve todo y me fui al<br />
pueblo que figura en la novela e interrogué a las autoridades<br />
mayas para saber cómo procederían ante un caso similar. No<br />
mucha gente sabe que determinadas situaciones asociadas a<br />
delitos en algunas partes de mi país son dirimidas por tribunales<br />
mayas de acuerdo a sus tradiciones.<br />
–Es interesante el trabajo con el lenguaje: aparece seco,<br />
preciso, moroso, pero la novela es vertiginosa, donde una<br />
acción sucede a la otra continuamente… Creo que eso tiene<br />
que ver con dos causas: el hecho de que siempre he escrito<br />
cosas más bien breves y con el temor de no aburrirme ni aburrir<br />
al lector. Por eso también la imposición de escribir dos páginas<br />
diarias: cuando llegaba a ellas, la historia iba por delante.<br />
–Hay un gran empeño puesto en el realismo, desde la<br />
mención de elementos que hacen a la vida cotidiana<br />
guatemalteca hasta giros idiomáticos, donde sorprendentemente<br />
para nosotros se utiliza mucho el “voseo”… Sí,<br />
es cierto, me interesaba ser lo más fiel posible y eso también<br />
tenía que reflejarlo en el lenguaje. En Guatemala pasamos del<br />
vos al tú o el usted, y unido a ciertas formas que nos llegan de<br />
las lenguas originarias se producen unos cruces muy curiosos.<br />
–Algunos escritores centroamericanos, como el salvadoreño<br />
Horacio Castellanos Moya, entienden que la<br />
violencia que se vive en esos países impone otra barrera
entre la realidad y la ficción. ¿Le ha ocurrido también en<br />
su obra? Sí, por supuesto. Claro, creo que si vas a Camboya o<br />
Indonesia pasa algo parecido, pero creo que no forma parte del<br />
canon de la tradición literaria occidental. Países como Guatemala,<br />
El Salvador u Honduras son fenómenos particulares en<br />
sí mismos porque hay muchos hechos aislados de una violencia<br />
brutal, inconcebible en el siglo XXI, que rompen con el canon<br />
de violencia europeo o incluso estadounidense, que no se destaca<br />
tampoco por ser una sociedad muy pacífica. O sea, seguimos<br />
escribiendo para un arquetipo de lector hecho en las grandes<br />
literaturas, pero en la tradición de la gran literatura clásica<br />
francesa, inglesa, española, no existe precedentes de este nivel<br />
de violencia que atraviesa buena parte de la producción latinoamericana,<br />
en general, y centroamericana en particular. Quizá sí<br />
existió en algún momento un grado de violencia similar, pero no<br />
se vio reflejada en la literatura.<br />
–Imagino que la muerte está tan naturalizada, que también<br />
modifica el paradigma en torno a la vida: adopta<br />
otro tipo de valor, ¿es así? Bueno, creo que hay que diferenciar<br />
entre lo que es la muerte en el campo de batalla y lo<br />
que son estos nuevos campos, que nos abarcan a todos. Si uno<br />
lee por ejemplo La chanson de Roland u otras obras del estilo,<br />
era posible encontrarte con muerte y violencia por todas partes,<br />
pero no se daba con esta saña de hoy, que rompe todos los<br />
códigos. En la literatura medieval o en la Inquisición no hay<br />
descripciones que retraten esa violencia, por lo menos en la<br />
literatura: estaba mucho más esterilizada, digamos… Debían<br />
atravesar unos controles que hoy no hay: por el contrario, somos<br />
testigos de las aberraciones y la violencia más cruentas.<br />
–Quizá por eso el policial hoy lo abarca todo, de hecho su<br />
novela parece inscribirse de algún modo en el género…<br />
Eso es para debatir… La editorial le puso una faja de promoción<br />
al libro donde dice que es un thriller, pero yo no lo veo así.<br />
Es una novela de crimen, no hay investigación per se, pero hay<br />
crimen. Mi intención es retratar la realidad de un país, y Guatemala<br />
es un estado criminal, y lo es desde su misma fundación<br />
hasta el presente. La corrupción y el crimen se ven en todos<br />
lados y lo atraviesa todo verticalmente, lo que hace que la mayoría<br />
de los habitantes se quieran marchar del país.<br />
–Sí, eso está explícito en el deseo de muchos personajes,<br />
e incluso es uno de los ejes de la trama… ¿Ve algún tipo<br />
de solución al problema de la violencia? Por la vía que se<br />
vislumbra, no. El cambio, y no es muy sencillo de prever, sólo<br />
podría venir de una inclusión de la mayoría real, en términos<br />
demográficos, que no está representada para nada en el poder.<br />
Sin esa condición, el problema de la violencia nunca tendrá<br />
solución. Es probable que si se llegara a dar esa inclusión tampoco<br />
se solucionaría armónicamente, pero sí significaría un gran<br />
cambio para el país. Al menos yo abogo por eso.<br />
–¿Cómo fue que llegó a tomar contacto con Paul Bowles?<br />
Estaba en Nueva York con la idea de estudiar y hacer cine, y<br />
allí conocí sus cuentos, que admiré muchísimo. En verdad, no<br />
sabía demasiado quién era ni qué significaba para la estructura<br />
cultural estadounidense. De modo que me fui a Tánger con la<br />
idea de conocerlo y también participar en una suerte de taller<br />
literario con él, y a partir de allí nació una amistad muy larga y<br />
también algo despareja, ya que él era un señor británico mucho<br />
mayor que yo. La primera vez que nos encontramos hablamos<br />
mucho de los viajes y de Guatemala, porque él había estado<br />
allí, y también claro, de literatura: él era un gran admirador de<br />
Borges y de Bioy. Eso y un par de conversaciones más fueron<br />
suficientes para que me marcara para siempre. Sólo he obtenido<br />
buenas enseñanzas a su lado. Luego volví a Nueva York y le<br />
enviaba todo lo que escribía, y él lo tradujo e hicimos un libro<br />
en inglés. A partir de ese momento, decidí mudarme a Tánger,<br />
porque era muy barato, me encantaba y estaba Bowles, el único<br />
interlocutor literario que había tenido. En casa de Bowles<br />
conocí un montón de gente. Iba a tomar el té y esas meriendas<br />
se prolongaban muchísimo, hasta la hora de la cena o más, sin<br />
dejar de hablar de la vida y la literatura. Fue parte fundamental<br />
de mi educación literaria y una amistad que se prolongó por<br />
más de veinte años.<br />
–¿Conoció también a los escritores marroquíes de su círculo,<br />
como Mohammed Choukry o Mrabet? Sí, por supuesto<br />
(se ríe). Choukry tiene unos cuentos maravillosos, pero como<br />
persona me hizo disgustar mucho, me parece un tipo repugnante.<br />
Es muy inteligente, pero muy amargo, rencoroso: después<br />
que Bowles “lo hizo” escritor, tradujo sus obras al inglés, lo hizo<br />
conocido en todo el mundo, fue él quien pidió que lo expulsaran<br />
de Marruecos acusándolo de que le robaba sus derechos de<br />
autor. No solamente era uno de los tipos más generosos que he<br />
conocido, sino que a Bowles no le hacía ninguna falta quedarse<br />
con el dinero de los escritores marroquíes. ¡Era absurdo! Pero<br />
tanto él como Mrabet se pusieron paranoicos y lo atacaban por<br />
ese lado. El único que no entró en esa fue el pintor Ahmed<br />
Yacoubi, que finalmente se fue a Nueva York e hizo una carrera<br />
con la que al día de hoy goza de mucho reconocimiento. Pero el<br />
resto lo retrataba ante la prensa como una especie de vampiro<br />
blanco octogenario que no sólo les robaba el dinero, sino hasta<br />
las ideas. Choukri llegó al extremo de afirmar que sin él, Bowles<br />
no hubiese podido escribir (Risas). Es cómico, pero la verdad es<br />
que fue trágico: ya con Bowles en su lecho de muerte, publicó<br />
un libro que se llama Un intruso en Tánger donde después de<br />
varias infamias, pide su expulsión. El pobre Paul, que amó profundamente<br />
Marruecos, no tuvo suerte en el país: no logró el<br />
reconocimiento de sus protegidos, los autodidactas, muchos de<br />
los cuales ni siquiera escribían (Bowles los grababa), mientras<br />
que los intelectuales decían que todos esos escritores no existían,<br />
eran una fabulación de Bowles para burlarse. Uno de ellos,<br />
Tahar ben Jalloun, afincado en París, decía que eran álter egos<br />
que Bowles utilizaba como figuras cómicas. Así, quedó entre<br />
dos fuegos: el marroquí iletrado, que buscaba robarlo, y el marroquí<br />
afrancesado que no soportaba los celos porque un americano<br />
se había identificado más con su país que ellos mismos.<br />
–Volviendo a Guatemala, ¿cómo ve la producción literaria<br />
hoy? A decir verdad, mucho no la veo. Poetas sí que hay y<br />
muy buenos. Pero los narradores se pasaron al cine, y es verdad<br />
que existe una producción absurda para lo que es Guatemala: el<br />
año pasado se filmaron cincuenta cortos y al menos cinco largometrajes.<br />
Los libros de narrativa editados no llegan a la mitad<br />
43
Entrevista<br />
seis<br />
Balzac vive en Rosario<br />
Una charla con Osvaldo Aguirre, fértil escritor, que acaba de presentar su novela Escuela de detectives,<br />
finalista del Concurso Extremo Negro, BAN 2013<br />
44<br />
Por Christian Kupchik<br />
La segunda acepción que el Diccionario de uso del español, de<br />
María Moliner, le otorga al adjetivo “prolífico” indica: “Se aplica<br />
al escritor o artista que realiza muchas obras”. De modo que<br />
el mismo puede adjudicarse con toda justicia a Osvaldo Aguirre<br />
(Colón, Buenos Aires, 1964), que estudió Letras en la Universidad<br />
de Rosario, donde vive desde hace más de tres décadas,<br />
y donde ha publicado ya un sinnúmero de obras que abarcan la<br />
novela policial –género en el que se destaca como un referente<br />
insoslayable–, el cuento, la crónica, investigaciones periodísticas,<br />
ensayos literarios y poesía. Además, fue cronista policial en el<br />
diario La Capital durante once años y actualmente en el mismo<br />
periódico dirige el suplemento cultural Señales. Escribir mucho<br />
no constituye en sí mismo una virtud: hacerlo bien, sí. Y Osvaldo<br />
Aguirre, en cada género que acomete, deja una huella. Obras<br />
como Historias de la mafia en la Argentina (2000, edición ampliada<br />
2010) o La Pandilla Salvaje. Butch Cassidy en Argentina<br />
(2004), la trilogía novelística Los indeseables (2008-2011) o el<br />
libro de poemas Las vueltas del camino, conforman, cada uno en<br />
su género y entre muchos otros, un hito al cual regresar.<br />
Entre noviembre y diciembre Aguirre ha publicado otras cuatro<br />
obras: Boom, sobre una mítica revista rosarina de los 60; La<br />
tradición de los marginales, un conjunto de ensayos y entrevistas<br />
literarias publicadas por la Universidad del Litoral; un estudio<br />
sobre la obra periodística del poeta Francisco “Paco” Urondo,<br />
y la novela Escuela de detectives, finalista del Concurso Extremo<br />
Negro, BAN 2013, que es la que nos da cita. Sin temor a exagerar,<br />
se puede afirmar que como a Balzac, a Aguirre nada de lo<br />
humano le es ajeno. Y además sabe cómo transmitirlo.<br />
–¿Cómo surgió la idea de una novela sobre un detective<br />
que se recibió en un curso por correspondencia? El<br />
primer antecedente fue una entrevista que le hice a Máximo<br />
Dabbah, creador de la Escuela Argentina de Detectives. Eso fue<br />
a comienzos de los 90, cuando empecé a hacer también crónica<br />
policial y me asombró un poco el personaje. Por una cantidad de<br />
elementos, siempre me pareció que había mucha ficción en esa<br />
Escuela de Detectives…
–¿Qué elementos concretamente? Bueno, los contenidos<br />
que tenía, la imagen del detective que construía, muy apoyado<br />
en la literatura policial clásica… Sin embargo, eso quedó como<br />
en suspenso, hasta que muchos años después encontré en una<br />
librería de usados la revista de la Escuela de Detectives. La mecánica<br />
era la siguiente: los cursos eran por correspondencia y se<br />
desarrollaban a lo largo de diez meses. Cada mes los alumnos recibían<br />
una especie de cuadernillo con ejercicios, lecciones, y distintos<br />
contenidos aplicados a las materias que se cursaban. Una<br />
vez terminado el curso, los egresados –y solamente ellos– podían<br />
suscribirse a una revista llamada El mundo de los detectives. Lo<br />
que yo conseguí primero fueron las revistas, vendidas acaso por<br />
algún detective desencantado que resolvió desprenderse de ellas<br />
para ganar unos pocos pesos. Pero al leerlas me parecieron impresionantes,<br />
y a partir de allí comencé a pensar a trabajar con<br />
un personaje que fuera detective por correspondencia. Claro,<br />
uno se ríe, pero no es un personaje del todo inverosímil.<br />
–¿Aún existe la escuela? No, dejó de funcionar a la muerte de<br />
Dabbah, en el año 95. Sin embargo, todavía hay muchos detectives<br />
trabajando formados en esa escuela. Hace poco publiqué por<br />
primera vez la entrevista completa en una revista virtual, Identikit,<br />
y llegaron varios comentarios de ex alumnos de la Escuela<br />
con distintas consultas que les quedaron en suspenso a partir de<br />
la desaparición de la misma…<br />
–¿Qué tipo de consultas? Uno decía que perdió la credencial<br />
y quería saber dónde podía conseguir una nueva, otro decía que<br />
no había retirado su título y deseaba tenerlo, etc. Todo era un<br />
poco absurdo: esa credencial no estaba avalada por nada, era<br />
una ficción, pero quienes la vivían creían en ella. Y así fue como<br />
la Escuela creció, llegó a formar detectives por correspondencia<br />
en toda América e incluso Dabbah tradujo los cursos al inglés y<br />
se decía que tenía una filial en Los Ángeles.<br />
–Un detective por correspondencia se ajusta a los parámetros<br />
del Tercer Mundo… Es interesante esto. Se suele<br />
señalar la imposibilidad de escribir novela policial en Argentina<br />
a partir de la figura de un investigador cuando la policía no se<br />
dedica a aclarar crímenes sino a cometerlos. Bueno, me parecía<br />
que esta era una forma de responder a esa dificultad. Y además,<br />
buscando una manera de responder a ese imperativo de verosimilitud,<br />
la verdad es que no sé si hubo otra escuela de detectives<br />
de este tipo en el mundo. Por otra parte me interesaba romper<br />
con el estereotipo del investigador que nos viene legado, el tipo<br />
duro, insensible… Beltrán, mi personaje, es un blando, un tipo<br />
que tiene miedo, con una pareja en crisis, que nunca vio un<br />
cadáver ni disparó un arma, ya que también tomó un curso de<br />
tiro por correspondencia… Esperaba la “gran misión”, pero sus<br />
casos eran seguir maridos infieles o chicos que se fueron de su<br />
casa. Investigué un poco acerca de qué tipo de tecnología usan<br />
ahora, y si bien se valen de Internet, micrófonos y cámaras un<br />
poco más sofisticadas, básicamente es lo mismo que antes. Hay<br />
una superposición muy fuerte entre la imagen del detective que<br />
uno conoce a través del cine y la realidad del detective en nuestro<br />
medio: eso me pareció interesante describir.<br />
–Sobrevuela en la novela un escepticismo que está en<br />
el imaginario social de hoy, la falta de fe en cualquier<br />
instancia institucional: la policía, la política, la justicia,<br />
incluso en la prensa, ya que un personaje, Bazoff, el periodista<br />
amigo de Beltrán, también se ve traicionado por<br />
la empresa en que trabaja… Sí, exactamente. Ahora hay un<br />
nuevo lugar común en relación al relato policial por el cual se<br />
le asigna la misión del retrato social, de documentar la realidad.<br />
Me parece que tal vez llegó el momento de empezar a cuestionar<br />
este concepto, de ponerlo entre signos de pregunta, ¿en<br />
qué sentido?, ¿cómo lo documenta? Es cierto, en la novela hay<br />
una serie de cuestionamientos sobre la justicia, sobre la policía,<br />
incluso sobre el periodismo, pero no está puesto con la intención<br />
de poner el acento en la denuncia.<br />
–¿Va a seguir la aventura del detective? Sí, ya estoy pensando<br />
en una segunda parte donde se sumaría el viejo maestro,<br />
Abdala. Me interesa además seguir explorando otras posibilidades<br />
de la escritura, como romper la linealidad. Me siento muy<br />
influenciado por autores como Walsh y Borges salvando las<br />
enormes distancias, pero también en este último tiempo me tropecé<br />
con algunas novelas de James Ellroy que me parecieron<br />
notables (no todas, la última que leí era un desastre), en particular<br />
por la forma en que utiliza los diálogos, por cómo dibuja esas<br />
atmósferas de violencia. Me gusta seguir indagando por allí…<br />
–¿A qué se debe que hoy prácticamente ningún género<br />
puede eludir el policial? Creo que básicamente hay dos motivos<br />
que tienen que ver con este auge del policial. El primero<br />
es el que marcaba anteriormente y que resulta particularmente<br />
molesto, esa idea del policial como espejo de denuncia, revelador<br />
de todos los males ocultos de nuestra época, idea que me<br />
parece un tanto ingenua. No se necesita de una novela policial<br />
para ver los problemas que aquejan una sociedad. El otro motivo<br />
es que muchos piensan que el policial proporciona buenas<br />
historias para contar. Y si bien es importante tener una buena<br />
historia, mucho más importante resulta saber cómo contarla.<br />
–¿Cómo administra esa capacidad proteica para pasar<br />
de la crónica al ensayo de investigación, del ensayo a la<br />
novela, de la novela a la poesía, y siempre con resultados<br />
por encima de la media? Bueno, con el policial ya tengo una<br />
suerte de entrenamiento basado en algunas rutinas que me<br />
permiten concebirlas con cierta rapidez. Parto por lo general de<br />
un guión donde señalo el entramado y hacia dónde me dirijo.<br />
Aunque debo admitir que esta me llevó más tiempo. Las novelas<br />
de Los indeseables las escribí por demanda, entonces tenía<br />
una fecha de cierre y sabía que tenía que entregar. En el caso<br />
de Escuela de detectives no fue así, hice una primera versión, la<br />
corregí, luego una segunda, etc. Pero digamos que en el caso de<br />
la narrativa tengo una disciplina basada en sostener la escritura<br />
diariamente. Con otras escrituras aplico otras formas de relacionamiento.<br />
Con la poesía es diferente: tomo notas continuamente<br />
y en algún momento, cuando lo sienta maduro, lo escribiré. Tengo<br />
un proyecto poético relacionado con el mundo agrario, que<br />
es de donde provengo, y la idea es estructurarlo de acuerdo a<br />
las estaciones: el verano, la primavera… Lo que quizá tienen en<br />
común mis trabajos en narrativa y en poesía es un interés por lo<br />
coloquial, por identificar una voz. Eso, y que encaro todo lo que<br />
hago con gran placer<br />
45
Semblanza<br />
46<br />
Mujeres de Musil<br />
Por fin aparecen reunidos los cuentos de mujeres de Robert Musil, gracias al gusto y empeño de<br />
J. M. Coetzee que decidió incluirlos en su Biblioteca Personal, editada por El hilo de Ariadna<br />
Por Silvia Hopenhayn<br />
La obra de Robert Musil (1880-1942) es un mapa del tesoro<br />
de la condición humana. Y cuando digo mapa, es porque<br />
plantea una verdadera cartografía, con islas, archipiélagos,<br />
volcanes, ríos profundos, mesetas infinitas, diversos accidentes<br />
de la existencia, escritos con una delicadeza que vuelve a<br />
veces inasibles las emociones más recónditas. No se trata de<br />
una escritura experimental. A diferencia de Joyce, que jugaba<br />
con los significantes, creando neologismos geniales, cambios<br />
de prefijos, raras aliteraciones, etc., Musil opta por el espacio<br />
receptor de la lengua. El espacio en varios sentidos, topológi-
co y sonoro. ¿Cómo hacer para que las palabras se escuchen<br />
de otra manera? ¿Es posible crear una caja de resonancia<br />
distinta, donde surja lo que George Steiner considera uno<br />
de los mayores hallazgos en su obra, esa “corriente de la conciencia<br />
femenina inarticulada o subliminal”?<br />
Algo de esto ocurre en sus cuentos de mujeres de Uniones y<br />
de Tres mujeres, elegidos por Coetzee, para la colección de su<br />
Biblioteca Personal. Traducir a Musil del alemán es un gran<br />
desafío, exige una pericia y respeto por el espacio acústico de<br />
la lengua, para poder trasladar cabalmente la experiencia de<br />
lectura. Es lo que ha logrado Mariana Dimópulos.<br />
Las palabras parecen puestas por Musil en otro espacio subjetivo,<br />
donde se destacan más los efectos del significado, que el significado<br />
mismo. A su vez, los cuentos sobre mujeres tienen una<br />
forma precisa e inusual. Una propuesta de recorrido amoroso<br />
muy distinto a la de una narración convencional. Recomiendo<br />
adentrarse en estos relatos con los “oídos” bien abiertos y los<br />
ojos casi cerrados (sí, una paradoja de la lectura). Dejarse llevar<br />
un rato sin comprender del todo qué está pasando; ingresar<br />
en este espacio, a la espera de un sentido, que puede aparecer<br />
como una estrella fugaz que adviene luego de que nos entregamos<br />
durante un buen rato a la oscuridad del cielo.<br />
La concepción de este espacio, tan fundamental como inasible,<br />
es definida con claridad en la gran novela de Musil,<br />
El hombres sin atributos. Allí Clarisse, personaje femenino<br />
central, plantea la inútil búsqueda de un centro estabilizador:<br />
“Si se pudiera seccionar toda nuestra vida, tendría el aspecto<br />
de mi anillo –y se lo desliza del dedo para enseñarlo–; quiero<br />
decir que en el centro no hay nada, está vacío, y sin embargo,<br />
es el centro lo que cuenta.” Musil extiende esta idea: “la sociedad<br />
es un cerco que circunscribe un vacío”. Su argumento<br />
es el siguiente: “Necesitamos una nueva moral, porque con<br />
la vieja no llegamos a ninguna parte. Mi novela busca ofrecer<br />
cierto material para esa nueva actitud. Es el intento de una<br />
disolución y la insinuación de una síntesis”.<br />
En sus cuentos de mujeres, sobre todo los previos a la prolongada<br />
escritura de esta novela, también se trata de una<br />
disolución y la insinuación de una síntesis. La disolución es<br />
cuando los amantes se desanudan de la lengua que los une,<br />
pierde consistencia la palabra del otro, ya no se entienden (las<br />
palabras); la síntesis en Musil es el momento de la infidelidad.<br />
De este modo, los dos cuentos largos que integran Uniones<br />
insinúan una separación… ¡que sucede en un solo día!<br />
Aquí, tiempo y espacio son radicalmente otros. El primero es<br />
una especie de torrente en fuga, una suma de instantes que<br />
se disipan. El espacio se limita principalmente a la casa. Para<br />
Musil, las casas son un mundo, y cada ambiente, otro. Veamos<br />
un ejemplo en el primer cuento, titulado “La consumación<br />
del amor”: “De esa delgada sensación, apenas y real y sin embargo<br />
tan perceptible, colgaba, como de un eje algo trémulo,<br />
toda la habitación”. Y sigue: “el tiempo, que como un hilo<br />
reluciente y sin fin corre por el mundo, parecía estar pasando<br />
por en medio de esta habitación y parecía pasar por en medio<br />
de estas personas y pareció de pronto detenerse y ponerse<br />
tieso, muy tieso y quedo y reluciente”. Los amados deben<br />
confluir en el tiempo y en el espacio, para alcanzar el regocijo.<br />
Cuando esto ocurre, Musil indaga el límite del encuentro:<br />
“Ellos sentían que en este aislamiento se basaba el misterio<br />
de estar de a dos. Había una sensación oscura del mundo a su<br />
alrededor, que los estrechaba el uno al otro, era una onírica<br />
sensación de frío por todos lados menos uno de los lados,<br />
donde estaban apoyados uno contra otro, donde se aliviaban,<br />
se cubrían, como dos mitades magníficamente coincidentes<br />
que, encajadas, reducían sus límites hacia fuera, mientras<br />
que el interior fluía más grande a una y otra parte. A veces<br />
eran desdichados por no poder hacer todo, hasta lo último, en<br />
común”. La forma del cuento es casi un cálculo de probabilidades<br />
o derivadas. Musil extiende al máximo la captación de<br />
un más allá de lo verbal en las relaciones, intentando formular<br />
un ambiente acústico para que las palabras reboten distinto.<br />
Veamos si este ejemplo lo ilustra, cuando Claudine le dice a<br />
su esposo: “¿Te acuerdas, la otra vez, hace algunas noches?<br />
Me estabas besando, sabías que había algo entre nosotros.<br />
Se me había ocurrido algo, en ese mismo instante en que me<br />
besabas… que no eras tú y de pronto eso me hizo doler”. La<br />
escena es tan típica como inenarrable: estar con alguien y al<br />
mismo tiempo no estar allí; o estar con alguien y que se aparezca<br />
otro que no necesariamente está presente... (Goethe<br />
lo hizo a la perfección en su novela Las afinidades electivas).<br />
Musil va más allá: Claudine no se enoja tanto consigo misma<br />
por el fantasma de otro que se le interpone (aunque le duela);<br />
su mayor malestar proviene de que su marido NO haya percibido<br />
que por un instante, ella estuvo ausente del beso que los<br />
unía. Musil trata de ubicar un borde de la infidelidad, entre el<br />
que no percibe y aquel que es invadido.<br />
El otro cuento de Uniones, “La tentación de la calma Verónika”<br />
profundiza la pesquisa. (Vale aclarar que así como Joyce<br />
se nutrió bastante de su esposa Nora, para componer su personaje<br />
femenino en el Ulises, Molly Bloom, a su vez, Musil,<br />
intentando comprender a Martha, su mujer, como si fuese<br />
una dificilísima ecuación existencial, compuso estos cuentos.)<br />
En “La tentación de la calma Verónika” también hay que<br />
dejarse llevar, incluso más profundamente. Los personajes<br />
primero son voces, aisladas, que se interceptan hasta que<br />
adquieren cuerpo y se inscriben en una historia. Así empieza:<br />
“En algún lugar hay que oír dos voces. Quizá descansan simplemente,<br />
como mudas, en las hojas de un diario íntimo, una<br />
junto a otra y dentro de otra, la voz de la mujer, oscura, profunda,<br />
puesta de pronto fuera de sí, cercada por la voz suave,<br />
ancha, dilatada de un hombre (…) Quizá haya en algún lugar<br />
del mundo un punto hacia donde se disparen estas dos voces<br />
y se entrelacen, en algún lugar…”.<br />
Este es uno de los puntos que busca Musil en ese vacío existencial.<br />
El punto de unión en el infinito universo de la lengua.<br />
Y como “el infinito es una herida”, sus cuentos –tan reales en<br />
lo inaprensible del sentido–, supuran<br />
47
Tema de tapa<br />
siete<br />
Un negocio redondo<br />
Vender sexo en dólares, ser abducido por una banda de trata de menores, hombres adinerados que cruzan el planeta para<br />
convertirse en abusadores por unos días. Las mil variantes del sexo pago<br />
48<br />
Por Flora de la Iglesia<br />
Del oficio más antiguo del mundo a uno<br />
de los mayores negocios de la globalización,<br />
la prostitución se ubica en el<br />
tercer puesto luego del de las armas y<br />
el narcotráfico. La prostitución infantil<br />
y la generada por la trata son las más<br />
rendidoras dentro de la industria. Según<br />
un informe divulgado por las Naciones<br />
Unidas, se calcula que las redes que comandan<br />
estos flagelos tienen captados a<br />
100 millones de menores en el mundo.<br />
Un millón ingresa cada año en el circuito,<br />
y solamente en Asia se prostituye a<br />
un igual número de niños. En Tailandia,<br />
considerada la meca de la prostitución<br />
infantil con el mayor porcentaje de<br />
turismo sexual receptivo, la situación<br />
afecta a 80 mil menores, 60 mil que no<br />
cumplieron los 13 años. La mayoría son<br />
mujeres, pero también hay varones. En<br />
Estados Unidos y Canadá se prostituyen<br />
más de medio millón de menores,<br />
alrededor de 20 mil sólo en la ciudad de<br />
Nueva York, cien mil son explotados en<br />
pornografía infantil.<br />
En territorio argentino hay provincias<br />
donde se reclutan niños y jóvenes con<br />
más facilidad que en otras para distribuirlos<br />
en diferentes puntos del país.<br />
La ruta interna de trata está compuesta<br />
por Catamarca, Chaco, Salta, Jujuy y<br />
Misiones, consideradas las principales<br />
proveedoras de servicios sexuales. El<br />
informe, también de Naciones Unidas,<br />
revela que Argentina es parte de un<br />
circuito internacional del crimen organizado.<br />
Los números son abrumadores:<br />
por cada menor explotado sexualmente,<br />
se estima que se obtienen unos 13 mil<br />
dólares mensuales, es decir, algo más de<br />
130 mil al año.<br />
El derrotero al que son sometidos<br />
estos niños está muy bien delineado y<br />
los explotadores lo siguen al pie de la<br />
letra para que todo funcione como un<br />
engranaje. Roban, hacen desaparecer<br />
o compran niños a precios muy bajos<br />
–dependiendo el país varía entre los 14
y no más de 150 dólares– que provienen<br />
de familias pobrísimas. Estos, a su vez,<br />
son revendidos por más dinero a los<br />
proxenetas que regentean los prostíbulos.<br />
Muchas jovencitas son atrapadas<br />
bajo promesas de una vida mejor, de un<br />
buen sueldo, la salida de la miseria de<br />
toda su familia y demás artilugios que<br />
ellos dominan con excelencia. Una vez<br />
que estos chicos son llevados al burdel,<br />
se los prepara para su nueva actividad<br />
de la manera más horrorosa, con entrenamientos<br />
que consisten en someterlos<br />
a violaciones, alejarlos de todos sus seres<br />
queridos, prohibirles los lazos afectivos<br />
o comunicativos con cualquier tipo<br />
de persona para que nadie los ayude a<br />
liberarse. Si no obedecen los castigan<br />
duramente, incluso encerrándolos y<br />
dejándolos sin comer. Los traficantes de<br />
personas dominan a través del terror.<br />
Los chicos son mercancía y los consumidores<br />
de este tipo de actividad sexual<br />
los piden cada vez más jóvenes. Van, hacen<br />
lo que tienen que hacer, y no suelen<br />
reaparecer por el mismo lugar.<br />
Son redes que se multiplican a lo ancho<br />
y largo de los países. Parecería fácil<br />
identificarlas y desmembrarlas, pero las<br />
complicidades entre funcionarios, políticos,<br />
policía y traficantes que mueve<br />
este negocio poderoso es tan intrincado<br />
que va en aumento en vez de disminuir.<br />
Por otra parte, las mujeres explotadas<br />
son inducidas a la droga y convertidas<br />
en adictas, un motivo más para quedar<br />
atrapadas en la esclavitud. Además, está<br />
demostrado que las víctimas suelen<br />
padecer el Síndrome de Estocolmo y<br />
terminan aceptando a quien tanto mal<br />
les hizo porque es lo que les da identidad.<br />
Aliarse con su abusador hace que a<br />
veces la situación mejore. Y ante la ley,<br />
cuando la explotada dice que está en<br />
ese lugar por voluntad propia, el abusador<br />
se convierte en inocente. Un punto<br />
a favor más para ellos.<br />
La mayor parte de este sucio negocio<br />
está sostenido por el llamado “turismo<br />
sexual”, que si bien se da fuertemente<br />
en países como Tailandia, los de Europa<br />
del Este y Cuba, Argentina no se salva.<br />
Con casi cinco millones de visitantes<br />
extranjeros por año, se han detectado,<br />
en varios destinos del país, formas y estructuras<br />
de comercio sexual vinculadas<br />
con la actividad turística. Una parte significativa<br />
de este comercio sexual está<br />
montado en lugares donde hay un intenso<br />
turismo masculino como destinos<br />
de pesca, cotos de caza y competencias<br />
automovilísticas donde, sin ser explotadas,<br />
“promotoras, modelos y porristas”,<br />
están disponibles para quienes quieran<br />
pagar para tener sexo con ellas. Las<br />
más preocupantes son las ofertas de<br />
sexo con menores, que abundan y no se<br />
publicitan por Internet ni en los diarios,<br />
ni siquiera la ofrecen los dueños de las<br />
posadas, cabañas y pequeños hoteles,<br />
pero sí los conserjes, remiseros, taxistas<br />
y mozos. Sobre todo en provincias como<br />
Corrientes, Misiones, Salta y Santa Fe y<br />
hasta en Ushuaia, donde la demanda de<br />
chiquitas por parte de hombres adinerados<br />
que bajan de los cruceros es cada<br />
vez mayor.<br />
De ese turismo clase C, degradante y<br />
pervertido, a los books de los hoteles de<br />
lujo (prostitución VIP), hay una diferencia<br />
enorme. Sobre todo porque los abusados<br />
no participan de las millonarias<br />
ganancias de sus cafishios, y quienes lo<br />
hacen por motu propio en importantes<br />
hoteles de la ciudad, sí. Parecía un mito<br />
hasta que en 2012 estalló el escándalo<br />
Jésica Cirio-Fernando Lugo y muchas<br />
cosas salieron a luz. La mediática vedette<br />
habría tenido sexo con el ex obispo<br />
y ex presidente paraguayo –destituido<br />
vía juicio político– a cambio de 25 mil<br />
dólares. No hizo falta más que Jacobo<br />
Winograd, quien se jacta de haber sido<br />
el inventor de esos books, soltara la lengua:<br />
“Si todas estas chicas tributaran, el<br />
Estado recaudaría por este tema más dinero<br />
que por las retenciones a la soja. A<br />
estas transacciones no las afecta el cepo<br />
al dólar, los que buscan a estas chicas<br />
cuentan con verdes”, aseguró frente a<br />
los micrófonos de todos los medios que<br />
fueron a consultarlo sobre el tema.<br />
La ley sigue siendo obsoleta frente a<br />
esto. A partir del caso Marita Verón,<br />
y de la lucha de su madre, Susana Trimarco,<br />
algunas medidas se han tomado.<br />
La primera fue abolir el rubro 59<br />
del diario Clarín. La segunda, pensar<br />
en medidas más duras contra los que<br />
ejercen tanto la explotación como el<br />
consumo. Actualmente las penas son<br />
excarcelables y van de 3 a 6 años de<br />
prisión en el caso de trata sobre mayores<br />
de 18 años. Si son menores pueden<br />
llegar a 15.<br />
En Argentina el proxenetismo es considerado<br />
un delito, pero el hecho de ser<br />
cliente no. Hoy, los legisladores analizan<br />
dar un giro en ese sentido y comenzar a<br />
penalizar al consumidor. Sin embargo,<br />
fue Suecia, dueños de una idiosincrasia<br />
tan disímil a la nuestra, el primer país<br />
que en 1999 comenzó a criminalizar al<br />
consumidor de servicios sexuales con su<br />
ley Sexköpstag, que penaliza la compra,<br />
pero no la venta. Y aún hoy sigue siendo<br />
de las únicas naciones que tiene en vigencia<br />
esa normativa.<br />
Entre los países de la zona, Uruguay<br />
tiene una mirada totalmente distinta,<br />
reconoció a la prostitución como oficio y<br />
lo reguló. Y Brasil se pone a punto para<br />
el Mundial de Fútbol 2014. La Asociación<br />
de prostitutas del Estado de Minas<br />
Gerais (Aprosmig) celebró un convenio<br />
con el banco estatal Caixa Económica<br />
Federal que les permitirá salir de la informalidad<br />
y convertirse en “microemprendedoras”<br />
con derecho a jubilación<br />
y licencia médica. El banco entregará a<br />
domicilio, sin cargo, máquinas lectoras<br />
de tarjetas de crédito y débito. “El empleo<br />
de la tarjeta como forma de pago<br />
moderniza la prestación del servicio<br />
y da más seguridad a las profesionales”,<br />
señaló Cida Vieira, presidenta de<br />
Aprosmig.<br />
Otras voces piden por la despenalización,<br />
como con la marihuana, se basan<br />
en ejemplos abolicionistas que no funcionaron.<br />
Las prostitutas profesionales<br />
claman porque no les quiten su fuente<br />
de trabajo.<br />
Millones de chicos en todo el mundo<br />
lloran el día entero y hasta nacen como<br />
esclavos en una época en la que se supone<br />
que la privación de la libertad ya<br />
no existe. Será cuestión de encontrar un<br />
justo equilibrio<br />
<strong>49</strong>
RECOMENDADOS<br />
Viajero solitario<br />
Jack Kerouac<br />
Caja Negra<br />
Es una recopilación de ocho artículos que<br />
funcionan como una condensación veloz<br />
de la experiencia de sus novelas. Algo así<br />
como una autobiografía de Jack Kerouac<br />
enmascarada de ficción.<br />
“Vagaba por las calles, los puentes, Times<br />
Square, las cafeterías, el puerto… Me juntaba<br />
con mis amigos, los poetas beatniks, y<br />
caminábamos juntos. Tenía romances con<br />
chicas que conocía en el Village. Todo lo<br />
hacía con esa alegría loca, algo delirante,<br />
que uno siente cuando vuelve a Nueva<br />
York.”<br />
Una pálida historia de amor<br />
Fogwill<br />
Alfaguara<br />
Isabel, cabaretera en Panamá, alguna vez<br />
llamada Estela y rebautizada Equis pasa<br />
a mover los hilos de la vida de hombres<br />
poderosos. En este libro, Fogwill imagina<br />
algo que mucho tuvo que ver con una<br />
parte de la historia argentina. “Él la apretó<br />
más, y cuando apretaba su cuerpo la ropa<br />
de él parecía soltar nubes de ese olor que<br />
para ella, desde aquel día, fue el olor de<br />
los militares. Algunas pocas veces, años<br />
más tarde, volvió a sentir un olor parecido,<br />
y sólo pudo definirlo como olor a militar<br />
de la selva”.<br />
Paranoia. La locura que hace la historia<br />
Luigi Zoja<br />
Fondo de Cultura Económica<br />
El psicoanalista y escritor italiano presenta<br />
un cautivante estudio de la paranoia colectiva.<br />
Lleva a comprender de qué modo algunos<br />
paranoicos, como Hitler o Stalin,<br />
alcanzaron el éxito por su capacidad de<br />
despertar la paranoia dormida en los hombres<br />
comunes. “Sólo los antihitlerianos se<br />
habían mantenido coherentes, dispuestos<br />
a impugnar las armas, obviamente no por<br />
las fronteras decididas en Versalles, sino<br />
para librarse de un loco que amenazaba al<br />
mundo y estaba llevando a Alemania hacia<br />
el abismo”.<br />
5o<br />
Construcción de la noche<br />
Carlos María Domínguez<br />
Lumen<br />
Domínguez narra la precariedad y la<br />
ausencia pedagógica de la juventud de<br />
Onetti, su voluntad autodidacta, cómo<br />
llegó a convertirse en un escritor salvaje,<br />
su entrada al periodismo, sus cuatro matrimonios,<br />
la densa trama de las amantes,<br />
su paso por la prisión y el exilio en España.<br />
“Aun antes de que Perón prohibiera<br />
los viajes a Uruguay, comprobó hasta qué<br />
punto ‘el gobierno del general Juan Perón<br />
Primero, que en realidad fue una dictadura’,<br />
lo había domesticado en el temor”.<br />
Doctor Sueño<br />
Stephen King<br />
Random House Mondadori<br />
Danny Torrance, aquel niño aterrorizado<br />
del Hotel Overlook, de El resplandor, es<br />
ahora un adulto alcohólico y sin residencia<br />
fija que va de ciudad en ciudad atormentado<br />
por sus visiones y los fantasmas de su<br />
infancia. “Alcohólicos Anónimos ejercía<br />
una influencia silenciosamente poderosa<br />
que se extendía más allá de las puertas<br />
de los distintos salones alquilados y los<br />
sótanos de iglesias donde desempeñaba su<br />
función. No era una red de amigos, pensaba<br />
Dan, sino una red de borrachos”.<br />
Assasin’s Creed. Renaissance<br />
Olivier Bowden<br />
El Ateneo<br />
Es la primera novela de una saga basada<br />
en el videojuego que desvela a adolescentes<br />
y adultos. Traicionado por las familias<br />
que gobiernan la Italia del siglo XV, el<br />
joven Ezio Auditore da Firenze emprende<br />
una lucha épica contra la corrupción y la<br />
maldad para restaurar el honor de su familia.<br />
En su camino de venganza conoce a<br />
los grandes personajes del Renacimiento,<br />
como Leonardo da Vinci y Maquiavelo.<br />
Renaissance es una novela en la que cada<br />
palabra estremece y atrapa hasta el final.
RANKING<br />
FICCIÓN NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />
1. Y las montañas hablaron<br />
Khaled Hosseini<br />
Salamandra<br />
2. Cincuenta sombras de Grey<br />
E.L. James<br />
Grijalbo<br />
3. Los años de peregrinación<br />
del chico sin color<br />
Haruki Murakami<br />
Tusquets<br />
4. Bajo la misma estrella<br />
John Green<br />
Nube de Tinta<br />
5. El estafador<br />
John Grisham<br />
Plaza & Janés<br />
1.<br />
Francisco<br />
Vida y revolución<br />
Elisabetta Piqué<br />
El Ateneo<br />
2. Todo lo que sé<br />
Marcelo Polino<br />
Ediciones B<br />
3. Periodistas en el barro<br />
Edi Zunino<br />
Sudamericana<br />
4. Recen por él<br />
Marcelo Larraquy<br />
Sudamericana<br />
5. Mal comidos<br />
María Soledad Barruti<br />
Planeta<br />
1. El principito<br />
Antoine de Saint-Exupéry<br />
Emecé<br />
2. Pinta con Milo<br />
Milo Lockett<br />
Catapulta<br />
3. Gaturro<br />
La isla del espanto<br />
Nik<br />
Catapulta<br />
4. Gaturro 21<br />
Nik<br />
De La Flor<br />
5. Violetta<br />
Todo por cantar<br />
Disney<br />
Planeta Infantil<br />
1. En llamas<br />
Suzanne Collins<br />
Del Nuevo Extremo<br />
2. Caídos del mapa<br />
María Inés Falconi<br />
Quipu<br />
3. El hijo de Neptuno<br />
(Héroes del Olimpo 2)<br />
Rick Riordan<br />
Montena<br />
4. Hush, hush<br />
Becca Fitzpatrick<br />
Ediciones B<br />
5. Cazadores de sombras - Los<br />
orígenes 1 - Ángel mecánico<br />
Cassandra Clare<br />
Emecé<br />
51<br />
MÚSICA<br />
1. Abel<br />
Abel Pintos<br />
Sony<br />
2. On Air - Live al the BBC Volumen 2<br />
The Beatles<br />
Universal<br />
3. Yo te amo<br />
Fito Páez<br />
Sony<br />
4. New<br />
Paul McCartney<br />
Universal<br />
5. Artpop (CD+DVD)<br />
Lady Gaga<br />
Universal<br />
PELÍCULAS<br />
1.<br />
Aviones<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
2. Monsters University<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
3. Turbo<br />
N/D<br />
Walt Disney<br />
4. Phineas y Ferb: Missión Marvel<br />
Disney<br />
Walt Disney<br />
5. Los Croods<br />
N/D<br />
20th Century Fox<br />
Esta información comprende los libros (ficción/no ficción/infantiles/juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. desde el 18/11/13 y el 24/11/13.
Tema de tapa<br />
ocho<br />
La sacralización<br />
del sexo<br />
Todo lo que está aquí,<br />
está en otra parte;<br />
lo que no está aquí,<br />
no está en ninguna parte.<br />
Extraído del libro del Vishvasra Tantra<br />
52<br />
Difundido en el mundo occidental desde<br />
1960, el tantra es mucho más de lo<br />
que en general se conoce de él. André<br />
Van Lysebeth, un gran estudioso no<br />
sólo del tantra sino también del yoga,<br />
escribe: “Literalmente el tantra significa<br />
instrumento de expansión del campo de<br />
la conciencia ordinaria, a fin de acceder<br />
a lo supraconsciente, raíz del ser y receptáculo<br />
de poderes desconocidos que<br />
el tantra quiere despertar y utilizar”.<br />
Toda unión sexual, humana, animal o<br />
vegetal es sagrada porque reproduce<br />
el acto creador último, la unión de los<br />
principios cósmicos Shakti-Shiva, causa<br />
del universo manifiesto.<br />
Muchas son las explicaciones y teorías<br />
acerca del origen de las esculturas que<br />
están presentes en la mayoría de los<br />
templos hindúes, donde se representan<br />
posturas, fellatios, personajes sodomizándose,<br />
etc. Se ha dicho que en reali-<br />
dad, se trataba de pararrayos (!) y hasta<br />
se ha dicho que esas imágenes estaban<br />
para probar la pureza de los fieles: si no<br />
se conmovían con ellas, podían entrar.<br />
Devangana Desai en su libro Erotic<br />
Sculpture of India, dice que esos “templos”<br />
no eran tales, sino simples burdeles.<br />
Las servidoras de dios –traducción<br />
literal de las devad sis, expertas en artes<br />
amatorias– vivían allí bajo la protección<br />
de los brahmanes. Los hombres iban al<br />
templo para satisfacer sus imperiosas<br />
necesidades sexuales. Por supuesto<br />
que había que pagar al brahmán por el<br />
servicio. El burdel, perdón, el templo<br />
de Tanjore tenía cuatrocientas devad<br />
sis. Era muy común que, para ganarse<br />
los favores de un funcionario de Su<br />
Majestad la Reina Victoria, se le destinara<br />
una devad si privada. En una carta<br />
fechada en 1754, la señora Kindersly,<br />
esposa de un funcionario inglés, describía<br />
a estas mujeres: “Son sus miradas<br />
lánguidas, sus sonrisas provocativas, sus<br />
movimientos y actitudes tan poco compatibles<br />
con la decencia lo que suscita<br />
tanta admiración”. Los templos con<br />
esas figuras señalaban el lugar donde<br />
el hombre podía descargar tensiones y<br />
en un principio, esas imágenes estaban<br />
profusamente coloreadas. En cambio,<br />
los templos tántricos no ostentan imágenes<br />
sexuales de ningún tipo.<br />
Según Van Lysebeth el tantra se originó<br />
en esos templos pero luego se diferenció<br />
totalmente de ellos, únicamente una<br />
postura tántrica los iguala. Tampoco el<br />
papel de la mujer es el mismo: “Para el<br />
tantra, la mujer y los valores que en ella<br />
encarna son sagrados, y por tanto respetados.<br />
Un culto centrado en la Diosa, la<br />
Shakti, excluye ipso facto la explotación<br />
comercial de la sexualidad femenina por<br />
parte del hombre”.
Más cerca y más lejos<br />
El etnógrafo Ziley Mora en su libro<br />
Sexualidad mapuche explica que cuando<br />
las niñas tenían su primera menstruación<br />
o ulchatum (ulcha, diosa mujer<br />
joven, una de las cuatro deidades de<br />
la cultura mapuche), eran conducidas<br />
por la madre y la abuela a una casa de<br />
piedra, donde la madre les entregaba<br />
una manta tejida en telar como símbolo<br />
de su cambio corporal, la abuela<br />
transmitía el conocimiento ancestral.<br />
La sexualidad era considerada una experiencia<br />
espiritual, una fuerza sagrada;<br />
por eso la partícula lingüística clave<br />
para comprender el concepto es el prefijo<br />
ku, que en mapudungun significa<br />
concavidad, canal fecundo, canalización<br />
de energía y está presente en palabras<br />
como kuram (huevo), kutri (vagina) o<br />
kudañ (testículo). Para ellos, la primera<br />
relación sexual era importante: las madres<br />
enseñaban que debía ser con un<br />
küme o kona, es decir un buen guerrero,<br />
porque en este primer acto quedaría<br />
marcada la impronta de su energía.<br />
En África los ritos de iniciación sexual<br />
tienen lugar entre los 9 y los 13 años.<br />
Marie-Consolée Mukangendo, especialista<br />
en Comunicación para el<br />
Desarrollo de Unicef en Mozambique,<br />
escribió que se acostumbra apartar a<br />
una niña de la escuela y de su familia<br />
cuando tiene la primera menstruación,<br />
encerrarla en una casa y darle lecciones<br />
de sexo durante dos o tres semanas, por<br />
parte de “madrinas” que también recibieron<br />
ese legado siendo niñas. “Se las<br />
prepara para extender sus labios vaginales<br />
para dar más placer; a usar el sexo<br />
masculino y practicar othuma que es la<br />
dilatación vaginal”, señala. También se<br />
les enseña a limpiar al marido después<br />
del acto sexual y a estar siempre dispuestas<br />
a satisfacerlo.<br />
A lo largo de la historia, el sexo ha tenido<br />
un lugar especial dentro de los rituales,<br />
un lugar sagrado. Diosas y dioses<br />
se han manifestado en una mujer y un<br />
hombre para recrear el Encuentro Primero<br />
de la Creación. Algunos rituales<br />
aún se llevan a cabo, bajo un manto de<br />
humildad y discreción; otros, dirigidos<br />
por dudosos gurúes, son publicitados<br />
con un buen marketing detrás. La<br />
mayoría de ellos, serán olvidados para<br />
siempre.<br />
Bebidas mágicas<br />
“En algunas culturas antiguas, los sacerdotes,<br />
sacerdotisas o iniciados debían<br />
mantener relaciones sexuales en público,<br />
en el interior del templo. Estos ritos<br />
exigían erecciones prolongadas y una<br />
gran resistencia corporal; para lograr<br />
ambas se ingerían afrodisíacos especiales<br />
en honor a los dioses. Una potencia<br />
insuficiente era considerada una ofensa<br />
a la diosa que se corporizaba en su<br />
sierva”, así Christian Rtsch, autor de<br />
Las plantas del amor, nos introduce en<br />
la razón por la que muchas tribus introducían<br />
los afrodisíacos en sus dietas<br />
habituales.<br />
El árbol de yohimbe (cuyos descubridores<br />
fueron los pigmeos) crece en las selvas<br />
de África Occidental y su producto<br />
era una de las magias más efectivas de<br />
los hechiceros y sacerdotes fetichistas<br />
africanos. El yohimbe (muy usado en los<br />
60 por los hippies) era utilizado también<br />
en rituales donde era preciso invocar<br />
a las fuerzas masculinas para que se<br />
unieran a las femeninas. En el mito de<br />
la creación el principio femenino y el<br />
masculino se unifican al comer iboga<br />
acompañado del hongo fálico duna. En<br />
el clímax del ritual todos los participantes<br />
están ligados por la unanimidad más<br />
profunda. Individuo y comunidad, vida<br />
y muerte, se funden en unidad mística y<br />
amor afrodisíaco.<br />
En el antiguo Egipto y en Grecia, la<br />
mandrágora era un símbolo del amor y<br />
un apreciado afrodisíaco; generalmente<br />
era representada en relación con Eros y<br />
la sensualidad.<br />
En Europa, la planta tenía un aura<br />
secreta y mágica: se decía que tenía un<br />
alma con forma humana que podía matar<br />
con un grito agónico a su recolector<br />
si era arrancada de la tierra. Pronto<br />
se desarrollaron rituales para cavar en<br />
busca de la raíz, y surgieron historias de<br />
sucesos maravillosos relacionados con<br />
ella; estas tradiciones se mantuvieron<br />
hasta la Edad Media.<br />
Para algunos, los afrodisíacos son utilizados<br />
por hombres que necesitan alguna<br />
clase de “ayuda”, aunque en el pasado<br />
y también en el presente, muchos<br />
prefieren usarlos para disfrutar aún más<br />
de los placeres del amor<br />
53
Música<br />
jazz<br />
Música para tocar<br />
Un festivo álbum doble y DVD que reúne al trompetista y multiperformer Gillespi con el crooner y saxofonista<br />
Willy Crook en una excitante maratón de canciones sensuales para amenizar insomnios cuerpo-a-cuerpo<br />
Por Sergio Varela<br />
La palabra que mejor define a este experimento musical es el<br />
adjetivo “rijoso”. Una palabra que se usa poco y se ejerce menos.<br />
“Que siente y muestra excitación sexual. Lascivo”.<br />
Así, ni más ni menos, suena la música envolvente, espesa, contagiosa<br />
de Live from Rulemánia, un cd doble + DVD en colaboración<br />
entre Willy Crook, ex saxofonista de los Redonditos de<br />
Ricota devenido en dandy soul, y Marcelo Rodríguez, trompetista<br />
de jazz y asiduo sesionista invitado por grupos de la talla<br />
de Sumo o Soda Stereo. Más conocido por su nombre artístico<br />
de Gillespi.<br />
La de este DVD es la banda de sonido más perfecta para una<br />
habitación de albergue transitorio en alguna noche de lujuria<br />
insaciable. Pero a la vez es jazz del bueno, soul, funky, guitarras<br />
eléctricas y electrizantes, voces afro, vientos setentosos en sus<br />
aires Motown y disco, así que en algún punto no es tan recomendable<br />
ese uso, ya que la excelsa calidad del sonido puede<br />
distraer en exceso la atención de las lides carnales. “Salí de<br />
encima, dejame escuchar”, puede llegar a decir alguno de los<br />
amantes, sobre todo si además es amante de la buena música.<br />
Sin embargo, al mismo tiempo, si alguien invita a un/a partenaire<br />
a la casa a escuchar este disco, quien recibe el convite puede<br />
darse por aludido en una directa insinuación de intenciones<br />
rijosas, en su más ajustada definición.<br />
En la primera parte del disco en vivo, el recital es de Gillespi,<br />
con temas muy funky, como Churroteca, donde los ataques de<br />
la trompeta saltan la cuerda sobre las bases juguetonas de piano<br />
y bajo, lo que se dice música para prepararse un trago y ponerse<br />
cómodos. Con Eco, ya podemos ir bajando las luces y acercando<br />
posiciones, a partir de un ritmo que no decae y propone siempre<br />
una danza de festivas fricciones.<br />
En la segunda parte del recital, el set está a cargo de Willy<br />
Crook y su banda The Royal We (expresión traducible como<br />
“el plural mayestático”). Ahí es donde entra en escena la voz de<br />
este ex saxofonista, devenido en crooner triple equis cuya sola<br />
voz es una irresistible propuesta indecente para cualquier oído<br />
femenino mínimamente sensible: imaginen un mix entre Tom<br />
Waits y Barry White, y se quedan cortos.<br />
El tema que abre, con perdón, esta segunda mitad, con perdón,<br />
es Wives and lovers (“esposas y amantes”), y el tono intimista<br />
pero de intimidad erótica, no de susurro, invita a pensar que<br />
la frase unida por la conjunción “y” propicia ambos roles en las<br />
mismas personas.<br />
Gillespi, además de inspirado trompetista y conductor de inteligentes<br />
y exitosos programas de radio, es autor del libro Manual<br />
animal de la sexualidad humana. Esa idea de que el erotismo es<br />
una rama de la cultura muy afín a la animalidad más instintiva<br />
se percibe en los acentos y acordes de este disco doble para disfrutar<br />
de a dos. Como mínimo<br />
55
Tema de tapa<br />
nueve<br />
La trinidad del rock and roll<br />
El sexo, motor de la vida, también es fundamental en el pasado y el presente de la música de rock.<br />
De las desaforadas –e inocentes– groupies de los Beatles, al descontrol de artistas como David Bowie y<br />
Aerosmith, el sexo y las drogas han sido uno de los cócteles favoritos en el rock and roll. Aquí repasamos<br />
algunas de esas historias que ya forman parte de las leyendas del rock<br />
56<br />
Por Juan Manuel Cibeira*<br />
“Sexo, drogas y rock and roll…” una<br />
frase popular que parece definir como<br />
pocas un estilo de vida, un estado de<br />
pertenencia al supuesto descontrol que<br />
caracteriza la vida de un músico de<br />
rock. Hay muchas versiones sobre el<br />
supuesto creador de esta emblemática<br />
frase, pero existen indicios muy sólidos<br />
de que el primero en popularizarla fue<br />
el músico británico Ian Dury y su banda<br />
The Blockheads, que tuvo su apogeo en<br />
los 70, durante la transición del punk<br />
a la new wave. Dury editó en 1977 un<br />
single con el tema “Sex and Drugs and<br />
Rock and Roll” en su cara A. Esa canción<br />
bastó para que la frase se instalara<br />
como la definitiva trinidad sagrada del<br />
rock and roll. Detrás de la cual se crearon<br />
infinitas leyendas populares, y no<br />
tanto… Mitos, leyendas, hay de todo<br />
para todos los gustos y todos los sexos.<br />
Suele decirse que las estrellas de la<br />
música viven las experiencias de las personas<br />
comunes amplificadas, y el sexo<br />
es tal vez la primordial. Veamos qué<br />
ocurre cuando se mezcla con sustancias<br />
y rock and roll. La explosiva aparición<br />
de esta música en la década del 60, coincidió<br />
con el auge de los movimientos<br />
pacifistas, los cultores del amor libre y la<br />
experimentación con drogas. En fin, nadie<br />
le había puesto el título aún, pero se<br />
trataba de sexo, rock and roll y drogas.<br />
En aquellos años locos las bandas y<br />
solistas ofrecían una nueva perspectiva<br />
a la industria del espectáculo, que primero<br />
desconfió y hasta rechazó a estos<br />
extraños arribistas. Pero la dinámica del<br />
capitalismo muy pronto mostró que el<br />
rock podía ser una interesante oferta<br />
para consumo masivo. Así fue como<br />
esos “hippies impresentables” comenzaron<br />
a transformarse en los ídolos del<br />
momento y aparecieron las groupies.<br />
Ellas eran las incondicionales seguidoras<br />
de sus ídolos, una obsesiva persecución<br />
cuyo objetivo final era compartir su<br />
cama, sus drogas y ser parte del entorno
“exclusivo” del astro.<br />
Hay muchas historias verídicas de groupies<br />
que se convirtieron en personajes<br />
tan populares como los ídolos que frecuentaban.<br />
Si hubiera que tomar una<br />
sola como símbolo de esa condición<br />
ella es sin duda Marianne Faithfull.<br />
Combinando un cuerpo de irresistible<br />
atractivo con la pícara inocencia de una<br />
estudiante secundaria, Marianne se<br />
convirtió en un símbolo sexual adolescente.<br />
Mientras cursaba la universidad<br />
de Cambridge conoció a John Dunbar,<br />
un personaje vinculado al arte de los<br />
sesenta con quien se casó en 1965 con<br />
apenas 16 años. Sus propias apetencias<br />
artísticas la llevaron a Londres donde<br />
conoció a Andrew Oldham, manager<br />
de los Stones en ese momento. Oldham<br />
sucumbió ante la voluptuosa belleza de<br />
Marianne y la contrató para su sello discográfico,<br />
lo que confirma su fino olfato<br />
para fichar talentos. Oldham dijo que<br />
simplemente vio a un ángel con grandes<br />
pechos y la contrató. Marianne no dudó<br />
de que ese era su momento y se lanzó<br />
de lleno a la cacería, comenzando la que<br />
sería la saga sexual de la década. En un<br />
reportaje publicado en el periódico musical<br />
New Musical Express, Marianne<br />
confiesa que su objetivo era conseguir<br />
un “novio Stone”. Y que luego de haber<br />
dormido con tres de ellos, había decidido<br />
que el cantante era la mejor apuesta.<br />
Para Marianne, los años siguientes<br />
fueron una orgía de sexo, rock and roll<br />
y drogas. Además de Jagger y los otros<br />
Stones, la famosa Chica de la motocicleta<br />
(por el personaje de una película que<br />
filmó junto a Alain Delon) también<br />
tuvo sexo con otros músicos famosos<br />
como Roy Orbison y Gene Pitney, y<br />
hasta Jimi Hendrix quiso conquistarla.<br />
En el rock argentino también hay<br />
groupies famosas, muchas de ellas<br />
mujeres que terminaron estableciendo<br />
auténticos lazos afectivos con sus ídolos.<br />
Uno de los ejemplos más conocidos de<br />
una fan y su retorcida neurosis, es la<br />
canción “Peperina” de Serú Giran, que<br />
relata con precisión la historia de amorodio<br />
de una chica hacia su idolatrado<br />
Charly García. Luego de un concierto<br />
de la banda en Córdoba, el grupo fue<br />
a cenar con varios invitados del lugar,<br />
amigos y periodistas, entre los que me<br />
encontraba cubriendo la gira. La chica<br />
en cuestión, corresponsal de un medio<br />
de Buenos Aires, arrancó con un tono<br />
agresivo que mantuvo durante toda la<br />
cena, subiendo paulatinamente el nivel<br />
de agresión. Finalmente Charly se hartó,<br />
se levantó y la mandó a la mierda.<br />
“Peperina” siguió con su letanía pero<br />
terminó callándose ante la falta de<br />
respuesta de los presentes. Luego de<br />
la cena, de regreso en el bar del hotel,<br />
alguien dijo que la chica había subido a<br />
la habitación del manager de la banda.<br />
Y entonces se armó el plan siniestro.<br />
Había que entrar en la habitación para<br />
sorprender al manager y su conquista.<br />
Uno de los que más fogoneaba la acción<br />
era el guitarrista Héctor Starc que<br />
también acompañaba a la banda y era el<br />
gran animador de la gira.<br />
Luego de varios intentos telefónicos del<br />
baterista Oscar Moro para conseguir<br />
que el manager lo recibiera, se decidió<br />
subir en tropel. Silenciosamente ocupamos<br />
el pasillo mientras otro de los<br />
músicos intentaba convencerlo de que<br />
le abrieran la puerta. Luego de varios<br />
intentos sin éxito, el manager se compadeció<br />
pensando que necesitaban dinero<br />
para una salida inmediata y abrió. Allí<br />
estaban, tapándose apenas con una<br />
sábana, ella cubierta hasta la cabeza.<br />
La horda copó la habitación y le descerrajaron<br />
algunos comentarios rudos<br />
que la hicieron palidecer, refiriéndose a<br />
violaciones masivas y actos similares. El<br />
genial Charly no estaba allí, pero recogió<br />
la historia y con precisión cinematográfica<br />
la inmortalizó en un fantástico<br />
álbum que la lleva como título.<br />
Hay que destacar que desde un primer<br />
momento, el rock mostró particular<br />
empatía con el sexo. Las letras cargadas<br />
de alegorías sexuales de los músicos<br />
afroamericanos fueron rápidamente<br />
asimiladas por rockeros como Led Zeppelin,<br />
los Rolling Stones y Jimi Hendrix,<br />
quienes despegaron como símbolos<br />
sexuales. En las décadas siguientes,<br />
el auge de la música rock permitió un<br />
crecimiento desmesurado de las estrellas<br />
rebosantes de dinero e inmersas<br />
en un viaje ininterrumpido a base de<br />
sexo y sustancias, que significó más promiscuidad<br />
y más descontrol. La fiesta<br />
parecía no tener final… hasta que en<br />
los ochenta llegó el sida. De pronto, las<br />
estrellas tuvieron un golpe de lucidez al<br />
ver amenazadas sus vidas. Muchas de<br />
ellas enfermaron y murieron en poco<br />
tiempo, la temible enfermedad diezmó<br />
el ambiente musical mientras otros sobrevivieron<br />
milagrosamente.<br />
David Bowie fue uno de los milagrosos<br />
sobrevivientes de la época. Bisexual,<br />
consumidor de cocaína en esos años,<br />
tuvo infinidad de relaciones eventuales<br />
tanto con hombres como con mujeres.<br />
En 1969 conoció a Angela Barnett,<br />
con quien se casó un año más tarde<br />
y tuvo a su hijo Zowie. Angela era un<br />
clon de Bowie, o tal vez él la imitaba en<br />
todo. Ella también era bisexual y en sus<br />
charlas íntimas descubrieron que ambos<br />
habían tenido sexo con el mismo hombre<br />
en el colegio…<br />
Angela fue durante muchos años una<br />
influencia notoria en la vida personal<br />
y artística del Duque Blanco. Ella no<br />
dudaba en elogiar explícitamente la<br />
capacidad sexual de su pareja, decía que<br />
David era un auténtico semental, “un<br />
tipo capaz de hacer un agujero en la<br />
pared”… ¡Gulp!<br />
Si hablamos de sexo, rock and roll, drogas<br />
y milagrosos sobrevivientes, estamos<br />
hablando de Aerosmith. La banda de<br />
Steven Tyler y Joe Perry arrasaba con<br />
los ítems de nuestra frase temática.<br />
Pero el descontrol químico de la banda<br />
era tan grande que comenzó a afectar<br />
seriamente el escenario. Aerosmith se<br />
convirtió en un grupo impredecible. Podían<br />
llegar tarde a un show, suspenderlo<br />
u olvidarse las canciones en medio del<br />
set, y hasta repetirlas sin darse cuenta.<br />
En medio de esas fiestas, Tyler dejó embarazada<br />
a una joven modelo llamada<br />
Bebe Buell, groupie de Aerosmith. La<br />
chica se mudó lejos de la banda con su<br />
bebita Liv para protegerse de su desaforado<br />
estilo de vida, juntándose con el<br />
músico Todd Rundgren. Durante años,<br />
57
58<br />
Liv pensó que su padre biológico era<br />
Todd, pero luego supo que era hija de<br />
Steven Tyler.<br />
En el rock nacional curiosamente hubo<br />
un grupo que profesaba una particular<br />
forma de abstinencia sexual. Se trata de<br />
Arco Iris, el trío formado por Gustavo<br />
Santaolalla, Ara Tokatlian y Guillermo<br />
Bordarampé, al que se sumaba como<br />
“guía espiritual” Dana. La relación del<br />
trío musical con la rubia espiritual estaba<br />
teñida por la particular visión de la<br />
vida que tenían todos ellos, marcada por<br />
los movimientos pacifistas y espirituales<br />
y la convivencia comunitaria.<br />
Tanto que en algunos reportajes de la<br />
época publicados por la revista Pelo, los<br />
músicos declararon que era tan especial<br />
su relación con Dana que hasta habían<br />
estado acostados todos juntos, tomados<br />
de la mano y de esa manera vibraban…<br />
Arco Iris tenía un aura de cierta mística<br />
que podía confundirse con espiritualidad,<br />
pero no dejaba de sorprender su<br />
particular estilo de convivencia. Paradójicamente,<br />
años más tarde, el ahora<br />
mundano Gustavo Santaolalla atravesaría<br />
un insólito episodio sexual que<br />
seguramente será inolvidable. Ocurrió<br />
en 2006, cuando la cámara que nuclea<br />
a las grabadoras discográficas celebraba<br />
La Personalidad del Año, un evento que<br />
estaba ligado a los Premios Gardel a la<br />
música. La ceremonia se realizó en los<br />
lujosos salones de la Rural en Palermo.<br />
Allí llegaron para homenajear a Santaolalla:<br />
Charly García, Gieco, Mercedes<br />
Sosa, Pedro Aznar, BajoFondo, Lerner,<br />
Café Tacuba, Los Pericos, Julieta<br />
Venegas y muchos más. El gran músico<br />
argentino acababa de ganar un premio<br />
Oscar por la música original del film<br />
Secreto en la montaña y recibiría el<br />
reconocimiento de sus pares con la presencia<br />
de sus familiares. Por ese motivo,<br />
a un genio de la cámara discográfica se<br />
le ocurrió que ese podía ser el leit motiv<br />
de la ceremonia. Y qué mejor que un<br />
gay y reconocido “transgresor” como<br />
era Fernando Peña para una ocasión<br />
tan especial… Santaolalla, su madre y<br />
demás miembros de su orgullosa familia<br />
estaban sentados en la mesa principal,<br />
ubicada al centro y directamente bajo<br />
el escenario, cuando hizo irrupción el<br />
“cowboy” Peña, con sus botas y camisa<br />
tejanas, su jean y el infaltable sombrero,<br />
montando un brioso caballo. Fue una<br />
entrada impactante, recreando el film<br />
con plena aprobación. Pero lentamente,<br />
superando los aplausos, la voz de Peña<br />
fue imponiéndose hasta dominar la<br />
atención general. El discurso dio paso<br />
al hecho, y Peña comenzó a sacarse la<br />
ropa… Sin prisa pero sin pausa se quitó<br />
una a una las prendas mientras hablaba<br />
hasta quedar totalmente desnudo<br />
solamente cubierto por sus botas y el<br />
sombrero. Sus palabras resonaban en el<br />
más incómodo de los silencios, el discurso<br />
se extendía ante la atónita mirada<br />
de todos. Gustavo Santaolalla trataba de<br />
mantener la calma mientras su madre<br />
tenía la expresión de alguien que a sus<br />
años creía haberlo visto todo. La escena,<br />
grotesca de por sí, se extendió demasiado,<br />
mientras el conductor Lalo Mir<br />
intentaba por todos los medios dar por<br />
terminado el acto de Peña. Días después<br />
el chiste que circulaba en el ambiente<br />
decía que alguien de la mesa de<br />
Santaolalla le había pedido a Peña que<br />
Bebe Buell, groupie de Aerosmith, posando para una revista y junto a Steven Tyler<br />
corriera el pene de la mayonesa…<br />
Ningún repaso por las historias, verdaderas<br />
o míticas, de sexo en el rock and<br />
roll estaría completa sin mencionar a<br />
Led Zeppelin. La banda británica aparece<br />
como protagonista de varias de las<br />
leyendas más fuertes sobre descontrol<br />
sexual. En su apogeo musical, los Zeppelin<br />
se entregaban a toda clase de<br />
orgías de sexo, alcohol y drogas con sus<br />
jóvenes groupies, la mayoría menores<br />
de edad. La más impactante de todas<br />
estas historias es la que supuestamente<br />
ocurrió en hotel Edgewater Inn de<br />
Seattle, en el estado de Washington, en<br />
1969. Allí se alojó la banda en un entorno<br />
que ofrecía a sus pasajeros la posibilidad<br />
de pescar en el océano Pacífico<br />
desde las ventanas de sus habitaciones.<br />
La leyenda cuenta que los músicos de la<br />
banda y varios asistentes tenían algunos<br />
pescados colgados de los armarios de la<br />
habitación y que mientras enfiestaban<br />
a una joven groupie de 17 años llamada<br />
Jackie, a uno de ellos se le ocurrió jugar<br />
sexualmente con uno de los pescados.<br />
La historia cuenta que la chica fue atada<br />
a la cama, o se dejó atar ya que estaba<br />
bastante drogada, y usaron el pescado<br />
como vibrador.<br />
Hay incontables versiones sobre esta<br />
historia, una más disparatada que otra.<br />
Lo que parece cierto es que el suceso<br />
ocurrió pero con algunas variantes. Por<br />
ejemplo, que no estaba toda la banda,<br />
sólo el baterista John Bonham. Y uno de<br />
los que tuvo la idea fue Richard Cole,<br />
tour manager de Zeppelin, y aparentemente<br />
el más descontrolado de todos<br />
en esa ocasión. Aunque el resto de la<br />
banda no estaba presente, sobran las<br />
anécdotas de este tipo en su historia.<br />
Como puede apreciarse, la frase “sexo,<br />
drogas y rock and roll” tiene un asidero<br />
real más allá de los mitos y leyendas.<br />
Aunque hoy parecen haber pasado los<br />
días de máximo descontrol y los sobrevivientes<br />
de aquellas historias prefieran<br />
vivir para contarlas<br />
* Periodista. Fue integrante del staff de la mítica<br />
revista Pelo. Actualmente forma parte del<br />
Departamento de Promoción de Warner Music
Entrevista<br />
siete<br />
6o<br />
Romantisísmico,<br />
en tiempos de amores corruptos<br />
Por Pablo Bassi
Babasónicos acaba de lanzar Romantisísmico, un álbum que<br />
persigue la marcha de letras románticas de los últimos tiempos<br />
de la banda, pero ahora con un andar intimista, erótico,<br />
emparentado más a Virus o Los Abuelos de la Nada. Ha<br />
redefinido también su relación con la industria musical, así<br />
lo expresan, como de funcionamiento interno: cada uno de<br />
los siete integrantes ha pasado por el proceso de armado de<br />
canciones y grabación de demos.<br />
Adrián Dárgelos, Diego Rodríguez, Mariano Roger,<br />
Diego Tuñón, Diego Castellano, “Carca” y “Tuta” Torres<br />
componen este septeto nacido en Lanús, cuyo nombre<br />
remite a Sai Baba y la pistola sónica. Desde principios del<br />
90, bajo el signo del nuevo rock argentino, ha producido<br />
once discos oficiales y cinco no oficiales, cuatro de remixes,<br />
una banda sonora y un DVD. “Lo nuestro es una forma<br />
tercermundista de esgrimir el arte: hacemos las cosas como<br />
podemos y lo mejor posible. Ambientamos nuestros recitales<br />
bien y con pocos recursos, ya que la idea es ser constante<br />
con los cambios. Es por eso que nuestros shows son<br />
siempre diferentes”, suscribieron todos una vez.<br />
Al momento de escribirse esta nota, Babasónicos está de<br />
gira por México, donde realizará un total de tres shows. En<br />
algunos días, cuando estas líneas estén quizás siendo leídas,<br />
tocarán en Malvinas Argentinas y el Maipo.<br />
Desde Buenos Aires, entrevistamos a Adrián Dárgelos, líder<br />
y cantante:<br />
–¿Cómo viene la gira por el México? Hace rato que<br />
vamos a México, desde que nadie nos conocía y hacíamos<br />
giras por nosotros mismos, hasta ahora que hacemos el auditorio<br />
nacional. Ya somos bastante reconocidos acá y gusta<br />
mucho nuestra música.<br />
–¿Qué recepción tuvo el disco en la Argentina? Lo<br />
tocamos en vivo solamente en Córdoba, pero tuvo muy<br />
buenas críticas.<br />
–¿Romantisísmico fue a pedido del público o una<br />
creación en función de necesidades personales o<br />
colectivas? No es que hay una inspiración específica. Babasónicos<br />
siempre responde a la coyuntura, la realidad y el<br />
mundo en el que vive. A partir de eso sentimos que estamos<br />
siempre en un lado de la discusión y le damos batalla con los<br />
discos, estética y líricamente. Romantisísmico sale de pensar<br />
que, en tiempos de romanticismo corrupto, poca honorabilidad<br />
y bajos niveles de dignidad, viene a levantar cierto<br />
espíritu ético de lo que creemos que es la música y algo romántico<br />
en el sentido de lo ideal y de la lucha por cosas.<br />
–¿Qué le aporta de nuevo a la obra de Babasónicos?<br />
En todos nuestros discos se marca un parámetro: de qué<br />
lado te paras, una mirada social. Sigue existiendo el rock<br />
que critica la realidad política, pero es muy localista. La<br />
música testimonial existía cuando había mucho control sobre<br />
los medios y eso fluía por un circuito no convencional;<br />
en la actualidad esa crítica pasa a ser marketing de rebeldía,<br />
porque en realidad sólo vende.<br />
–¿A qué regresan? A nada en especial, es Babasónicos<br />
con todo lo que eso representa.<br />
–Lo escuché decir en una entrevista que comienzan a<br />
abandonar determinados arreglos “tecnológicos” por<br />
considerarlos extemporáneos, trillados, ficticios… Es<br />
así hoy, pero no quiere decir que no vuelvan alguna vez.<br />
–¿Cómo caracterizaría las etapas de la banda? Cada<br />
una fue distinta. Las caracterizaría sujetas a los contextos<br />
sociales y por lo que nos tocó vivir<br />
–Son más de veinte años de Babasónicos, ¿qué los<br />
une? La música<br />
61<br />
Trayectoria<br />
Babasónicos es parte del movimiento de bandas de sótanos de principios de los 90, como Juana La Loca, El Otro Yo y Los Brujos.<br />
Pero Adrián Dárgelos y Diego Tuñón quisieron rápidamente generar un sonido que no siguiera aquellos parámetros. Comenzaron<br />
entonces a distinguirse como banda de rock sónico. En 1992 editaron su primer disco, Pasto, que incluyó D-Generación, un tema que<br />
los masificó a través de las radios y los erigió a un escenario como teloneros de Soda Stereo. Dos años después presentaron su segundo<br />
disco, al que incorporaron a DJ Peggyn. Mezclaron rap con funk y hardcore. Durante la década recorrieron casi toda América y<br />
algunos países de Europa, y tuvieron en 1998 el lujo de telonear a U2 en sus recitales en River.<br />
La aparición del disco Jessico en 2001 los acercó a su estilo pop rock. Para la crítica local, fue la primera gran obra argentina de la década,<br />
que precedió a otro gran álbum, Infame, con el cual en 2003 se popularizan con el corte Irresponsable. Desde aquí se vuelcan a<br />
la balada, al bolero, a la canción romántica más superficial.<br />
Romantisísmico comprende 12 canciones y el lanzamiento del videoclip Burócratas del amor.<br />
Regresan a letras más sexuales y se alejan de cierto registro musical “tecnológico”, como síntesis superadora en<br />
busca de algo nuevo.
Homenaje<br />
Lou Reed: magia y pérdida<br />
Por Agustina Zabaljáuregui<br />
Con 71 años, Lou Reed dejó este mundo para reunirse con los<br />
otros poetas malditos en algún lugar entre el paraíso y el infierno.<br />
Reed fue un verdadero artista que amaba la simpleza de<br />
los tres acordes del punk, las frases directas como flechas y el<br />
poder del rock and roll. Lou Reed realmente creía que el rock<br />
podía cambiar el mundo, y en medio siglo de carrera demostró<br />
que eso era posible. Fue una influencia para todos, sin él no<br />
existirían bandas como The Strokes entre las nuevas, y unos<br />
cuantos de los pesos pesados tienen mucho que agradecerle.<br />
Una de ellas es Patti Smith, la reina madre del punk: “Somos<br />
demasiados los que nos beneficiamos con su trabajo. Tenemos<br />
una deuda con él y tal vez muchos no estamos muy felices de<br />
tenerla. Hay veces que a uno le gusta imaginar que hizo todo<br />
solo. Pero pienso que con Lou todos deberíamos hacer una fila<br />
para decirle gracias, cada uno a su manera”.<br />
Sus comienzos fueron en los 60 con The Velvet Underground,<br />
una banda que hasta el día de hoy resulta inclasificable, oscura<br />
y maravillosa. Allí encontró a su media naranja musical: John<br />
Cale, alguien tan diferente al propio Lou que parecían de dos<br />
especies distintas. Ese complemento mágico entre un poeta rockero<br />
de pocos acordes y muchas palabras y un galés intelectual<br />
de buenos modales, gran talento y buen gusto, era el ying y el<br />
yang, el universo del sonido. Pero las diferencias entre ellos terminaron<br />
por separarlos y, en 1970, ese milagro musical que era<br />
la Velvet dejó de existir. En 1990 volvieron a juntarse para homenajear<br />
a su mentor y manager, Andy Warhol. Y el resultado<br />
fue Songs For Drella, un disco inolvidable, donde una vez más<br />
esa dupla de distintos brilló para despedir a su maestro.<br />
Su media naranja de la vida, la talentosísima Laurie Anderson,<br />
artista experimental, cantante, poetisa, violinista, entre tantas<br />
otras cosas, lo despidió con palabras preciosas que priorizan la<br />
belleza sobre el dolor, como si fuera su responsabilidad mitigar<br />
la tristeza que generó en el mundo la pérdida de su compañero.<br />
La carrera de Lou Reed solista es tan vasta y alucinante que<br />
podríamos hablar de ella durante años. Sin embargo, existen<br />
hilos conductores en su discografía que atraviesan y unen todas<br />
sus obras. Desde Transformer, su disco más andrógino y glam<br />
producido por David Bowie; su oscuro y hermosamente triste<br />
Berlin; o New York, con su poesía sucia y más rockera; y el más<br />
espiritual, Magic and Loss, donde enfrenta el duelo por la pérdida<br />
de dos amigos.<br />
En estos, como en el resto de sus discos, Lou escribe con tinta<br />
indeleble, como si tatuara poesías en su cuerpo y en el de todos<br />
los que escuchan. De la misma manera se paraba frente al<br />
micrófono y cantaba, o hablaba, sus temas a los gritos, para que<br />
nunca quede la duda de que él había nacido para ser escuchado.<br />
Lou Reed era un profeta que predicaba rock and roll en<br />
cada verso. Hacía agujeros en el telón de la glamorosa Nueva<br />
York y contaba historias de violencia, pobreza y marginalidad.<br />
En un acto de magia, Lou convertía el sufrimiento en belleza<br />
y te lo escupía en la cara. Contaba las historias de aquellos<br />
que no tenían voz y los inmortalizaba en sus versos. Lou era<br />
un guerrero temerario que al calzarse su guitarra y contar 1,<br />
2, 3, 4 te llevaba de paseo por el lado salvaje. Siempre crítico<br />
y disconforme, reclamando y gritando, como solía ser el rock<br />
and roll, mucho más que un estilo musical, en el caso de Lou,<br />
casi una religión. Una vez le preguntaron por sus creencias y él<br />
contestó: “Mi Dios es el rock and roll. Es un poder oscuro que<br />
puede cambiar tu vida. La parte más importante de mi religión<br />
es tocar la guitarra”<br />
63
Entrevista<br />
ocho<br />
Carlos Belloso<br />
De<br />
overol<br />
Conjuga televisión, teatro y cine. Tiene<br />
una cierta vocación pedagógica que despunta,<br />
sobre todo, en sus proyectos más personales<br />
como un homenaje a José Marrone que puede<br />
verse por estos días. Secretos profesionales,<br />
apetencias y opiniones de un actor que se<br />
define como “un obrero del teatro”<br />
Por Amneris Ferro<br />
64<br />
–En una de las últimas películas en las que actuó recientemente,<br />
Omisión interpreta a un cura, ¿cuál es su<br />
filiación con lo religioso? Yo no creo en nada. Lo que creo<br />
es que hay sistemas de interpretación y de representación<br />
que a mí me gustaría conocer si se me ocurre que mi personaje<br />
va por ahí. Me gusta tener como todo un espectro de<br />
posibilidades de pensamiento de los personajes, pero no me<br />
embarco en ninguna a nivel personal. Además de sus ideas<br />
pienso en todos los factores que podrían incidir para que un<br />
personaje tenga alguna personalidad definida. Me digo que<br />
quizás es hermano mayor o hermano menor, quizás es grupo<br />
sanguíneo A, quizás es de Aries, quizás es Aries con ascendente<br />
en Piscis, quizás es Virgo, entonces me pongo a analizar<br />
qué sería un Virgo o el signo que le corresponde más a un<br />
personaje. Y no lo hago porque yo en lo personal rija mi vida<br />
con la astrología. A ese proceso se van sumando preguntas:<br />
¿Qué filosofía profesaría? ¿Qué filosofía tiene la obra en general<br />
para hacer un trabajo acorde?<br />
–¿Es decir que al momento de componer un personaje<br />
le inventa una especie de historia o de background? Sí.<br />
–Es muy interesante eso... Lo hago porque cuantas más<br />
cosas tenés para agarrarte, el personaje se agarra más a vos.<br />
En cambio, si vos solamente tenés el libro, si tenés solamente<br />
una línea o tres parlamentos, ¿de qué te agarrás? De nada.
Entonces tenés que empezar a buscarle vos sustancia. La<br />
gente no tiene por qué saber de qué signo es un personaje,<br />
pero yo lo conozco y entonces me embarco con eso. Entonces,<br />
si soy de Aries voy a tener una reacción con respecto a<br />
ciertas cosas. Si soy de Virgo voy a tener otra. Si soy hermano<br />
mayor, ante algo voy a reaccionar de distinta manera que si<br />
soy hermano menor… porque son muchos los condicionantes<br />
para una persona o para un personaje.<br />
–Ahora está haciendo teatro dirigido por Arturo Puig…<br />
Sí, es Le Prenom (El Nombre). Es una comedia que anda<br />
muy bien. A la gente le encanta. Es de humor, con gags, se<br />
ríen. Es una comedia francesa muy redonda, muy precisa y<br />
que al final es como un desborde. Estoy con Peto Menahen,<br />
Mercedes Funes, Germán Palacios y Jorgelina Aruzi.<br />
–Y también está homenajeando a José Marrone... Sí.<br />
Siempre tuve ganas de hablar sobre Marrone. A mí, como<br />
actor, siempre me agarra una cosa, como un deber antropológico.<br />
Lo hice con Piluso. Hice “Piluso y Coquito” en una<br />
época porque tenía acceso a los libretos de “Piluso y Coquito”<br />
y no hay grabaciones de eso, casi. Hay alguna rutina y algunas<br />
cosas… eso se pierde. Y me da por ponerle voz de nuevo a<br />
esos personajes para que se acuerden. ¿No? Yo conseguí que<br />
trabajara Coqui Marrone, la hija de Marrone. Va a hacer de<br />
su madre, que es la gorda, la primera mujer de Marrone; y<br />
una actriz hace de Juanita Martínez. Ella, cuando murió Marrone,<br />
se ponía a almorzar con las cenizas, le ponía el partido<br />
como si Marrone estuviera vivo. Agarramos ese momento en<br />
el que ella está a punto de suicidarse, que le pide a Marrone<br />
la última rutina porque hay alguien en la platea que es Belloso<br />
que quiere ver su última rutina para mostrársela a su<br />
padre, muerto. ¿Para qué? Para que también la gente nueva<br />
que no conocía a Marrone pueda conocer lo que hacía. Y tiene<br />
un montón de cosas: la morcilla, el latiguillo… inventó un<br />
montón de latiguillos; “¡Che!”, “¡Mamita querida!”, “Me saco<br />
el saco, me pongo el pongo”.<br />
–¿Qué es la morcilla? La morcilla es cuando morcilleás,<br />
cuando improvisás con el público. El aparte es cuando aparte<br />
le decís a uno “no, lo que pasa es que éste está…”, el retruécano<br />
es… y no es que uno se tira ahí y dice cualquier cosa. Hay<br />
códigos y efectos teatrales que no los inventó nadie y que vienen<br />
a través de la tradición y el latiguillo no lo inventó nadie.<br />
–¿Biondi vino después? Vino después. “Piluso y Coquito”<br />
aparecen en el 59, 60. En el 60 viene Biondi trayendo el<br />
circo a la televisión y también lo traen a Marrone. Marrone<br />
hace El Circo de Marrone. También lo hace Carlitos Balá<br />
en su Circus Show de Carlitos Balá y después se quedan sin<br />
payasos e importan “Gaby, Fofó y Miliki”. Esa es toda la tradición<br />
de circo en televisión. Cuando la televisión se vuelca a<br />
la masividad, desde fines de los 50 hasta los 70 y 80, empieza<br />
justamente a incorporar el circo, y la tradición no se termina<br />
porque desde hace tiempo está Piñón Fijo, el Payaso Mala<br />
Onda. Siempre hay un payaso animando las mañanas de la<br />
televisión, algo que, me parece a mí, obedece a esa tradición<br />
que funciona muy bien.<br />
–Hizo algo parecido con el gran Lon Chaney... El espectáculo<br />
se llamó Mundo mudo. Cuando yo le hablaba a mis colegas,<br />
no te digo a cualquiera que pase por acá, a mis colegas<br />
les mencionaba a Lon Chaney. Me agarra como un ataque de<br />
“¡Conozcan esto!”. Con tipos como esos me agarra una cosa<br />
que suena grandilocuente pero, qué voy a hacer, así lo siento<br />
y tiene que ver con la idea de cuál es la misión de uno en la<br />
tierra. Y mi misión en la tierra también se emparenta con mi<br />
viejo. Mi viejo era carnicero, no hablaba. Era de esos típicos<br />
padres que te miraban y ya sabías que detrás de eso venía<br />
una piña. De lo único que hablaba con mi viejo era de Lon<br />
Chaney y de Marrone. Él a Marrone lo había visto desde sus<br />
inicios. Él llegó a ver La Rascada, el vio Cristóbal Colón en<br />
la Facultad de Medicina, una obra exitosísima que hizo en el<br />
Teatro Cómico, que es ahora el Lola Membrives, llenando<br />
durante cinco años, doce funciones por semana. Eso es inconcebible<br />
hoy. Y bueno... me agarra por ese lado la misión de<br />
transmitir. Creo que con Lon Chaney y con Marrone cumplo<br />
el ciclo con mi viejo, de transmitir esta cosa. Esta cosa de<br />
“bueno, no se olviden de esto, no se olviden de mi viejo”, porque<br />
yo no quiero olvidarme de mi viejo. Yo creo que cuando<br />
te morís, no te desenchufás, pero hay algo que da vueltas y<br />
que se integra dentro de otra cosa que es más energético que<br />
una cosa personal. “Bueno yo voy a estar con angelitos arriba<br />
de una nube hablando con un tipo de barba”. No. No creo<br />
eso. Tampoco creo en otras cosas, pero en esa energía me<br />
identifico, como energía creadora. Energía del público, energía<br />
mía, pero que en un momento la convención dice “necesitás<br />
otra energía”. Invocar algo que realmente sea un plus.<br />
–¿Un ejemplo de eso? Y acá donde estamos haciendo Marrone<br />
debutó Julio Sosa cuando vino a la Argentina. Y acá<br />
está el espíritu de Julio Sosa. Por lo menos a los que laburamos<br />
en esta sala nos gusta pensar que está.<br />
–La charla fue derivando a lo que serían los entretelones<br />
de su manera de encarar la actuación, ¿tiene<br />
lemas? Qué sé yo, pero para que todo tenga que ver con todo<br />
te podría decir algo sobre Lon Chaney otra vez. Resulta que<br />
mientras lo llevaba a Boris Karloff a su casa y –lo cuenta<br />
la hija de Karloff– le dice: “para destacarte, para triunfar en<br />
este medio tenés que hacer algo original que se te ocurra solamente<br />
a vos y en eso ser el mejor”, que si bien es un consejo<br />
que se lo puede dar a cualquiera es todo. Es todo.<br />
–Y con el ego, ¿qué relación tiene? Hay que distinguir<br />
qué clase de actor soy. Soy un actor obrero. No soy un actor<br />
vivo y ni siquiera maradoniano que habla en tercera persona<br />
y esto y lo otro o que anda detrás de las notas o de que le<br />
saquen fotos o que se expone en redes sociales o que va a lugares<br />
para ser visto.<br />
–No practica la demagogia… No. Yo laburo, laburo y laburo<br />
y, si puedo, trato de dar laburo. Soy un actor de overol<br />
65
Entrevista<br />
nueve<br />
66<br />
Una mujer despechada<br />
Marilú Marini interpretará durante 2014, Una calma erótica, la obra de teatro donde encarnará a<br />
Rita Gombrowicz, la viuda del escritor, quien al leer su diario íntimo, no dudó en dar su versión y exponer<br />
a quien había “amado infinitamente”<br />
Por Lucila Rolón
Hace poco se publicó el diario secreto de Witold Gombrowicz,<br />
el polémico escritor polaco que vivió en la Argentina<br />
entre 1939 y 1963. Hasta el momento, se editó en su idioma<br />
solamente, por lo que el resto del mundo quedó pasmado y<br />
efervescente por conseguir una buena traducción. Mientras<br />
tanto, en Buenos Aires, la actriz Marilú Marini pone su<br />
cuerpo para hacer de esta historia la obra de teatro Una calma<br />
erótica que recorrerá el mundo. De larga trayectoria en danza<br />
contemporánea, una hija del Di Tella, vive entre Argentina y<br />
Francia (donde la adoptaron con premios y todo) desde hace<br />
décadas. Como el autor maldito, como lo soportó Rita Gombrowicz,<br />
su esposa, quien decidió exponer lo más honesto y<br />
privado del hombre que dijo haber amado infinitamente. Después<br />
de cuarenta años, con Gombrowicz ya muerto, las páginas<br />
de Kronos descubren los pliegues más íntimos del escritor.<br />
¿Por qué? ¿Qué le pasó? Sexualidad, promiscuidad, parcas notas<br />
y quejas mundanas, un desprecio profundo por ella, todo<br />
está escrito como listas diarias. “En caso de incendio toma el<br />
manuscrito de Kronos y escapa”, le dejó escrito él alguna vez<br />
sobre su diario. Parece que el fuego lo encendió ella.<br />
–¿Quién es Rita Gombrowicz? Una mujer despechada.<br />
Una mujer resentida. No estamos seguros. Ella no sabía qué<br />
decía el diario porque no habla polaco. Le pidió a una amiga<br />
que se lo fuera traduciendo. Leerlo fue demoledor. Su esposo<br />
no edulcoraba sus impresiones en sus páginas privadas. Puede<br />
no haberlo leído pero es raro que no lo haya notado mientras<br />
estaba con él. Además, ella sabía la vida bucólica que llevaba.<br />
También se decían muchas cosas sobre su sexualidad. Tenían<br />
un pacto (se casaron seis meses antes de su muerte, dormían<br />
en habitaciones distintas). Por alguna razón ella lo rompió publicando<br />
Kronos. Hay una decisión personal de sacarlo a la luz,<br />
incluso exponiendo las crueldades que dice de ella.<br />
–¿Cuál es su lectura sobre la sexualidad? El sexo es nuestra<br />
primera identidad. Denota el juego de poder entre los<br />
hombres. En Gombrowicz, la sexualidad como herramienta se<br />
manifiesta de una forma muy clara, prácticamente de dependencia.<br />
En su diario es muchísimo más crudo, despojado. En<br />
sus últimos días, él hablaba de calma erótica, puso en pausa su<br />
deseo sexual para dedicarse únicamente a escribir.<br />
–¿Usted usa la energía sexual como motor para actuar?<br />
No pienso que una cosa inhiba la otra. No pongo la libido sólo<br />
en la construcción del personaje. El personaje, al fin y al cabo,<br />
soy yo haciendo de otra. Pero es mi cuerpo. Esa energía está<br />
siempre en mí.<br />
–Sus colegas dicen que usted “hace un arte de su trabajo<br />
con el cuerpo”... Yo no tengo técnica. No he estudiado,<br />
ni he ido a un conservatorio, ni a clases con maestros. Aprendí<br />
haciendo, y tengo mi antigua disciplina de bailarina. Por eso<br />
para mí es importante crear a partir del cuerpo, y cuando digo<br />
cuerpo digo todo. El discurso en teatro no es solo mental o<br />
apolíneo. Es dionisíaco, va con el impulso del cuerpo. Ese es<br />
el lenguaje que más uso. Por supuesto que en ese paquete está<br />
mi carga sexual. Que, hasta el momento, es mucha
Reediciones<br />
“Lamborghinis del mundo,<br />
uníos”<br />
Las reediciones de El fiord, de Osvaldo Lamborghini y de Un amor como pocos, de Leónidas Lamborghini<br />
(ambos por Editores Argentinos) confirman el lugar destacado que tienen en el mapa de la literatura<br />
argentina las obras singularísimas de cada uno de los hermanos<br />
Por Esteban Bertola<br />
68<br />
El fiord: primera reedición<br />
Publicado originalmente en 1969 por Ediciones Chinatown,<br />
el nombre que eligió el mismo Osvaldo Lamborghini<br />
(1940-1985) para el sello que publicaría su primer libro,<br />
El fiord se constituyó ya en ese momento, por la manera<br />
subterránea en la que circuló y el interés que despertó, en<br />
un libro que impactó en el mapa de la literatura argentina.<br />
Se convirtió rápidamente en un libro del que se hablaba,<br />
es muy conocida la historia de su circulación y, por cierto,<br />
existe una cuantiosa bibliografía en torno a su figura y su<br />
obra, a la que muchos escritores argentinos se refirieron.<br />
En una entrevista que le realizó Luis Thonis a Osvaldo<br />
Lamborghini en 1981, este decía: “El fiord es un final. Mi<br />
primer libro, pero que está pensado como el título. Pero<br />
claro: ¿quién se entiende? Me gusta El fiord como intento<br />
de frontera, de ‘últimas poblaciones’”. Entre “final” y “mi<br />
primer libro”, El fiord terminó de abrir la puerta para ir<br />
a jugar ese “juego para adultos” y para poder insistir en la<br />
sugerencia de que no todo es escritura lo que está escrito.<br />
Que la escritura puede trabajar a fondo el lenguaje al<br />
mismo tiempo que ser trabajada por este. Que el lenguaje<br />
y el cuerpo están tramados, que esta trama también está<br />
hecha de sexo, violencia, política, risa, etc. En respuesta a<br />
un cuestionario que lanzó la revista Los libros publicado<br />
en 1970, Lamborghini se refirió a Boquitas pintadas de<br />
Manuel Puig, pero la descripción le cabe perfectamente<br />
a su literatura: “estamos ante un modelo de sintaxis mayor<br />
donde nada nos es ‘comunicado’, salvo nuestra propia presencia<br />
como soportes vacíos de todas las determinaciones<br />
que nos hablan”.<br />
En 2014 se cumplirán 45 años de la publicación de El<br />
fiord, esta nueva edición reproduce el arte de tapa original<br />
e incluye la reseña que escribió Oscar Steimberg y apareció<br />
en el número 5 de Los libros, de la que reproducimos<br />
un fragmento:<br />
“¿’Y por qué, si a fin de cuentas’ la pornolucidez está presente<br />
en la literatura desde hace tanto tiempo, El fiord<br />
despierta tanta resistencia en sus lectores, o les impide<br />
reflexionar sobre él? Podemos volvernos –ferozmente– ingenuos,<br />
ferozmente incomprensivos y responder que la<br />
razón debe buscarse en el hecho de que las palabras de<br />
El fiord intentan rescatar otro mundo de palabras todavía<br />
sumergido, todavía prohibido, constituyendo algo así como<br />
una literatura underground para adultos, escrita por adultos<br />
devueltos a la ternura de la vocalización no comprometida<br />
después de haber mordido, a conciencia, la mordaza<br />
voluntaria de la razón, de la razón de partido y de la razón<br />
superadora de la irracionalidad de partido. Y habría algo<br />
de eso, en la medida en que el objeto mayor del trituramiento<br />
al que los personajes de El fiord se someten unos<br />
a otros es el lúcido Sebastián, al que ‘no se le da de comer
ni de cojer’ porque su problema<br />
es saber si alguien<br />
figura ‘en el gran libro de<br />
los verdugos’ o ‘en el de las<br />
víctimas’.<br />
Pero para que fuera realmente<br />
posible buscar el<br />
nudo y el origen de El fiord<br />
en el abandono de la moral<br />
por las palabras –las palabras<br />
del sentimiento, las<br />
palabras prohibidas de los<br />
exabruptos– hubiera sido<br />
necesario que en algún sector del habla cotidiana hubiera<br />
existido, alguna vez, la posibilidad de encontrar expresiones<br />
como ‘atigrado colchón’ o ‘turro maíz’. Y no: El fiord<br />
dificulta en cada línea la división de tareas que confiere<br />
sólo al crítico la condición de privilegiado bricoleur de signos<br />
ya plasmados, hablados, organizados en discurso. […]<br />
Por supuesto, son muchos los que actualmente –también<br />
entre nosotros– convocan los sentidos del mundo a través<br />
de una transposición o un cambio de contexto de los<br />
lenguajes ya existentes; pero no es fácil establecer una<br />
conexión inmediata entre un lenguaje como el que en la<br />
obra de Manuel Puig es hablado por los personajes para<br />
disfrazar y socializar los deseos que harían estallar su<br />
mundo, y el lenguaje de Osvaldo Lamborghini en El fiord.<br />
[…] La conciencia, el terror, la anomia y el buen gusto<br />
hablarán, por etapas, a través nuestro; se confirmará la<br />
existencia de esa lógica que habíamos percibido; ya, en los<br />
discursos de los que son hablados en torno nuestro; sentiremos<br />
en nuestra propia boca la diafanidad de la corriente<br />
que arrastra, uniéndolas, las postulaciones de la extrema<br />
izquierda y la extrema derecha.<br />
Pero de pronto, punto. Cerrar, cortar, y a otra cosa. Porque<br />
descubrimos que las palabras se repiten, que el relato<br />
recomienza. El fiord es un juego para adultos; exige conclusiones,<br />
fallos definitivos. O el reconocimiento de que no<br />
es solamente la verdad lo que nos interesa.”<br />
Un amor como pocos: veinte años no es nada<br />
Publicada por primera vez en 1993, agotada muy poco<br />
tiempo después e inhallable desde entonces, esta primera<br />
novela del poeta Leónidas Lamborghini (1927-2009) nos<br />
ofrece una entrañable historia de amor (“escrita luego de<br />
la lectura de Dafnis y Cloé”, de Longo, como se lee al pie<br />
del original) entre el Ovejerito y Clotilde. La novela (que<br />
en esta reedición cuenta con un trabajo de Carlos Gorriarena<br />
en la tapa) tiene el encanto de una fábula pastoril<br />
y contiene el particular relato de la iniciación sexual del<br />
Ovejerito, que será evocada por “Longro” (sexagenario<br />
escritor), quien a su vez revelará el propio despertar sexual<br />
a partir de aquella historia, y que considerará a la escritura<br />
también como una actividad sexual (“La escritura es un<br />
falo. Me mas turbo con ella”). En Un amor como pocos,<br />
Lamborghini despliega con maestría inigualable no sólo<br />
la multiplicidad de sus temas con locas variaciones, sino<br />
también una poética del poema, la reescritura, el ritmo, la<br />
mezcla, la distorsión y la risa, que –como él mismo dijo– es<br />
una política. Lamborghini hace suyo lo que el personaje<br />
Longro afirma: “La única verosimilitud o verdad para un<br />
artista de la escritura reside en su lenguaje”. Aquí, tres pasajes<br />
de la novela para quedarse con las ganas de más:<br />
“Ésta es la historia de un amor patagónico. El idilio entre<br />
Clotilde y el Ovejerito. Clotilde trabajaba en el quilombo<br />
de Agonia, pequeña ciudad lanar más o menos ignota de<br />
aquella más o menos no ignota región. El Ovejerito era un<br />
pastorcillo adolescente que cuidaba su hato de ovejas, las<br />
que gustaban mucho besarlo. Y él a ellas. […]<br />
En la Patagonia todo es un gran misterio. En realidad, se<br />
trata de tres misterios en uno: el misterio del viento, el<br />
misterio del vacío y el misterio de las ovejas. Viento que no<br />
deja de soplar. Vacío imposible de llenar. Ovejas que siempre<br />
quieren besar. […]<br />
Clotilde tenía, de veras, ganas. Ganas de muchas ganas.<br />
¡Tan débil es nuestra carne, Señor! Clotilde se llevó a su<br />
pequeño diosecillo al cuarto. La vista de la sangre la había<br />
erotizado al grado sumo, místicamente, como suele<br />
ocurrir. Eros y San Juan de la Cruz. […] [S]e encabalgó al<br />
Ovejerito, apretándolo entre sus tabas o rodillas. Aferró el<br />
aguijón tieso del pastorcillo y así comenzó la eterna lucha.<br />
El Ovejerito corcoveaba. Clotilde le atenazaba los flancos.<br />
Era una doma: Clotilde, la jineta; el Ovejerito, el bagual.<br />
Clotilde porfiaba introducir el aguijón del pastorcillo en<br />
su raja. Mas una y otra vez<br />
fallaba en su intento. Los<br />
nervios, una y otra vez, le<br />
jugaban una mala pasada<br />
por lo que ya desesperada<br />
de lograr su propósito y ya<br />
a punto de culminar su orgasmo<br />
se decidió a masturbarlo.<br />
Arriba y hacia abajo<br />
y viceversa. Hasta que por<br />
natural surgencia el chorro<br />
brotó del reservorio y tocó<br />
casi el cielorraso”<br />
69
Entrevista<br />
diez<br />
Buscando un símbolo de paz<br />
Con El maestro del Prado, el autor español Javier Sierra vuelve a fascinar con una historia plena<br />
de componentes místicos y misteriosos. Un thriller histórico en el que las pinturas de los artistas<br />
renacentistas revelan conspiraciones y complots en el seno de la Iglesia y las principales monarquías<br />
europeas sólo con sabiduría oriental y poesía<br />
7o<br />
Por Sergio Varela<br />
–¿Cómo surgió la idea de esta novela tan particular,<br />
con una relación muy cercana con la pintura? Surge casi<br />
como extensión natural de una novela que yo publiqué en<br />
2004, que se llama La cena secreta.<br />
En aquella novela surge una pregunta, respecto de si esa<br />
iconografía que estudiaban los artistas de aquel período para<br />
transmitir sus mensajes, sus credos y demás, había llegado<br />
también a pintores importantes en España. Como El Greco,<br />
por ejemplo. Y encuentro el camino, el sendero que conecta<br />
a Leonardo con El Greco. Así surge la necesidad de escribir<br />
esta novela. Pero desde el principio mi preocupación fue no<br />
construir un libro dirigido a los eruditos. Esa es la razón que<br />
tuve para ponerme a mí como protagonista y relatar la historia<br />
inspirado en algo que me sucedió realmente; que fue el encuentro<br />
con un maestro sobrevenido en el Museo del Prado.<br />
–¿Cuál es el rol del arte en la cultura posmoderna, y<br />
qué claves podemos apreciar en el arte del Renacimiento,<br />
sobre todo las que han sido reveladas en El<br />
maestro del Prado? En la cultura posmoderna se ha intentado<br />
relegar el rol del arte a una cuestión meramente estética,<br />
y en algunos casos se le ha intentado desposeer del contenido,<br />
de discurso, a favor de un análisis de los materiales, de la pura<br />
forma. Creo que eso es un rasgo de los tiempos que nos han<br />
tocado vivir, el arte actúa como un espejo. Y nos ha hecho olvidar<br />
para qué se inventó el arte, esa es la clave.<br />
–¿Para qué se inventó el arte? El arte no se inventó para<br />
decorar. Tampoco para recordar viejas escenas. El arte se inventa<br />
hace 40.000 años, en las cuevas prehistóricas de España<br />
y de Francia, como una suerte de acto mágico para comprender<br />
lo que no vemos. Hace visible lo invisible. Y no lo hace<br />
en la boca de la cueva, donde todo el mundo pueda verlo. Lo<br />
hace en el corazón de la caverna, porque entiende que lo que
está haciendo es algo sagrado. Creo que el arte es la primera<br />
forma de religión.<br />
–Esa temática es una constante en su obra. ¿Es usted<br />
creyente? ¿En la religión y en el arte como una forma<br />
de trascendencia hacia lo divino? Más que creyente soy<br />
inquirente. Es decir, busco, pregunto, trato de encontrar<br />
respuestas a las grandes dudas. La religión no me las proporciona.<br />
Mis grandes preguntas sobre quiénes somos o adónde<br />
vamos no encuentran soluciones en una religión, que plantea<br />
respuestas dogmáticas y que elude la reflexión crítica. Pero<br />
me parece que la religión es el inicio del camino; creo que ya<br />
he superado esa etapa (dejé de ser monaguillo hace muchos<br />
años), y ahora soy un buscador. No sé si encontraré respuestas,<br />
pero puedo prometer que moriré buscándolas.<br />
–¿Por qué cree que en la actualidad es el arte un adecuado<br />
soporte de atmósferas misteriosas literarias que<br />
antes se buscaban en papiros, claves lingüísticas o matemáticas?<br />
Creo que eso es consecuencia de una transformación<br />
intelectual de nuestra sociedad. Hemos pasado un período<br />
muy materialista, en el que sólo nos interesaba lo obvio,<br />
lo evidente, y lo que se podía contar negro sobre blanco, con<br />
palabras. Pero estamos volviendo poco a poco a la mentalidad<br />
de nuestros ancestros que no sabían leer, pero si sabían interpretar<br />
símbolos. Hay como un regreso al símbolo antiguo.<br />
–¿Por qué aparecen esas claves y los misterios en los<br />
cuadros que usted enumera a lo largo de la novela? Me<br />
parece que la clave está en que los artistas del período renacentista<br />
eran probablemente los hombres más “libres” de su<br />
época, Trabajaban para los grandes mecenas, para los dueños<br />
de las grandes bibliotecas y tenían un contacto transversal con<br />
gente que venía del exterior. Una de las cosas que hacían esos<br />
pintores del Renacimiento era emprender un gran viaje iniciático.<br />
Por ejemplo los pintores holandeses o mitteleuropeos<br />
se iban a Italia para empaparse de la cultura renacentista. No<br />
todo el mundo viajaba en aquel entonces. Por eso, aquellos<br />
viajes abrían mucho la mente de esos intelectuales, y descubrían<br />
fuentes de información e ideas que iban en contra del<br />
canon establecido. Pero como le sucede a cualquiera que roce<br />
la libertad, siente la necesidad de compartirla. Y utilizaron<br />
el arte para encriptar ese descubrimiento. Eso ha llegado a<br />
nuestros días y hoy podemos reconocerlo mucho mejor que<br />
sus propios contemporáneos.<br />
–¿A qué conclusión arribó luego de escribir El maestro<br />
del Prado, respecto de los temas religiosos y artísticos<br />
sobre los que trata? Primero una conclusión literaria, que<br />
bebe de Borges. Él decía que “el ejercicio de las letras es<br />
misterioso”. Y es verdad. También sirve para descifrar misterios.<br />
Por lo tanto, voy a seguir ejercitando la literatura en esta<br />
clave que me permite interpretar estos enigmas. La segunda<br />
conclusión es que hay una obligación moral de las letras para<br />
ayudar a recuperar la lectura de los símbolos, tenemos que<br />
volver a ello. Y recordar que la contemplación del arte es una<br />
experiencia muy parecida a la mística
72<br />
Entrevista<br />
once<br />
“Perón cayó<br />
porque tuvo<br />
a EVA”<br />
Un diálogo imperdible con Loris Zanatta,<br />
el gran historiador italiano, estudioso de<br />
América Latina y Argentina, que llegó al país<br />
para presentar su trabajo, La internacional<br />
justicialista (Sudamericana)<br />
Por Felipe Pigna<br />
Tuvimos el gusto de conversar largamente con el profesor<br />
Loris Zanatta que se ha especializado en temas relativos a<br />
América Latina con particular predilección por la historia del<br />
peronismo y la Iglesia católica en general y en Argentina en<br />
particular. La ocasión fue propicia para recorrer su obra, entre<br />
cuyos títulos publicados en Buenos Aires se destacan Del<br />
Estado liberal a la nación católica. 1930-1943 (1996), Perón y<br />
el mito de la nación católica. 1943-1946 (1999), Historia de la<br />
Iglesia argentina (con R. Di Stefano, 2000), Breve historia del<br />
peronismo clásico (2009), Eva Perón. Una biografía política<br />
(2011) y su trabajo más reciente sobre la política internacional<br />
del peronismo La internacional justicialista, recientemente<br />
editado por Sudamericana.<br />
–¿Qué debemos entender por “nación católica”? ¿Una<br />
reacción antiiluminista y antiliberal? ¿Un anhelo de<br />
una vuelta al pasado, a un orden previo a la Revolución<br />
Francesa? Las grandes revoluciones del mundo contemporáneo<br />
empezaron en el mundo protestante anglosajón y todo el<br />
mundo latino, tanto en Europa como en América, vivió estas<br />
transformaciones como periferia de un centro. En todos estos<br />
países, y Argentina no es la excepción, el ingreso a la modernidad<br />
fue un ingreso que vio enfrentarse, chocar algunas veces,<br />
influenciarse recíprocamente a estas dos tradiciones. Una era<br />
la nueva tradición de las ideas que venían del iluminismo y del<br />
mundo protestante anglosajón y la otra era la tradición más<br />
antigua de la cristiandad católica.<br />
A partir de la modernización argentina se comienza a enfrentar<br />
el problema del ingreso de las masas en la vida política y lo<br />
que importaba era preparar o construir canales de inclusión<br />
para esas masas. Es en ese momento que entra en crisis la vía<br />
liberal del ingreso a la modernidad. Entonces, son las viejas<br />
instituciones que habían sido bastiones del orden corporativo<br />
y orgánico tradicional, basado en premisas intelectuales<br />
antiiluministas y antiliberales, que fortalecieron sus canales<br />
de integración de las masas en la vida social, la vida política<br />
y, finalmente, en el Estado. Esto se ve ya a partir de los años<br />
30 con gran fuerza, con el resurgimiento –un verdadero revival–<br />
de las instituciones corporativas, un nuevo nacionalismo.<br />
Y todo esto confluye finalmente en las bases del peronismo.<br />
Entonces, nación católica significa encontrar una identidad y<br />
una forma de entrar en la modernidad que no está basada en<br />
la tradición iluminista, que más bien la combate en nombre<br />
de otra tradición que es más antigua, que es preiluminista y<br />
que se refiere a la tradición orgánica y corporativa de la etapa<br />
colonial. Y significa que Argentina, como Italia, y todos de manera<br />
diferente –Italia a través del fascismo, España a través del<br />
falangismo, después el franquismo, el salazarismo en Portugal,<br />
la Revolución Mexicana que termina en el PRI, el varguismo<br />
en Brasil, podemos mencionar muchos ejemplos–, todos estos<br />
países del mundo latino entran en la modernidad a través de<br />
canales orgánicos y corporativos y no a través, como Inglaterra<br />
por ejemplo, de la democracia parlamentaria, la separación de<br />
los poderes.<br />
–A fines del siglo XIX, con la doctrina social y otras<br />
medidas concretas de León XIII y sus sucesores, la Iglesia<br />
se pone a la vanguardia de la lucha contra las dos<br />
corrientes más importantes del movimiento obrero, el<br />
socialismo y el anarquismo. ¿Cómo se manifestó esto en
Argentina? Un país como la Argentina, que había vivido una<br />
inmigración aluvional, como se la ha llamado muchas veces,<br />
y que ningún otro país ha tenido, porque ningún otro país en<br />
el mundo ha tenido una inmigración que haya cambiado tan<br />
radicalmente en términos demográficos el país, desarrolla<br />
muy pronto una necesidad de identidad. De ahí también la<br />
fuerza de este imaginario orgánico tradicional. Porque el imaginario<br />
orgánico tradicional está en contra del individualismo<br />
liberal, de la separación de los poderes y tiene un imaginario<br />
unanimista, o sea, piensa en la Nación, en el Pueblo como<br />
unanimidad, sin fisuras. Y los inmigrantes en gran medida eran<br />
italianos y españoles, entonces, ¿qué los vinculaba? ¿Cuál era<br />
el cemento? Esto ya se ve en el año del Centenario.<br />
–Una de estas manifestaciones de la derecha autoritaria<br />
avalada por la Iglesia fue la Liga Patriótica Argentina…<br />
Es el miedo a la revolución. Así que son los primeros intentos<br />
por parte de grupos de católicos de asumir una dimensión<br />
social y de salir, lo que hicieron con éxito por otra parte, de<br />
esta condición de marginalidad en la que habían quedado en la<br />
etapa de oro de la modernización liberal de fines del siglo XIX.<br />
La Primera Guerra Mundial fue un momento decisivo en ese<br />
sentido, las masas comienzan a presionar para ingresar en la<br />
arena electoral, política y especialmente social, la integración<br />
a la economía internacional se ha profundizado radicalmente,<br />
esa es la etapa en la que la Iglesia, no casualmente, cobra<br />
nuevo protagonismo. Esto le permitió a la Iglesia, y al pensamiento<br />
católico en general, o al mito de la nación católica que<br />
se estaba formando, culpar o responsabilizar de las nuevas<br />
divisiones que la modernidad llevaba a la Argentina, que son<br />
divisiones fisiológicas. Las sociedades que se modernizan van a<br />
tener conflictos nuevos que antes no tenían, conflictos de clase,<br />
conflictos entre campo y ciudad, etc. Pero al ser periferia<br />
el discurso de la nación católica podía responsabilizar de esa<br />
fragmentación, de esa división, de un pueblo –que sería unido<br />
por la catolicidad– a factores externos como la inmigración, el<br />
capitalismo británico, las ideas liberales, las socialistas.<br />
–¿Se puede calificar de fascista a la derecha argentina<br />
de fines de los años veinte y comienzos de los treinta o<br />
más bien como nacionalista católica? ¿Cómo cambia su<br />
lectura de la realidad a partir de 1943? No existían en la<br />
Argentina de la época las condiciones para un movimiento de<br />
tipo fascista. Argentina tenía un polo de gran modernidad, que<br />
era la capital y sus alrededores, pero por lo demás es un país<br />
muy rural, agrario, donde existen todavía estilos de dominio<br />
de tipo tradicional. Ve en el fascismo italiano, un modelo.<br />
Pero para los diplomáticos italianos personajes como Uriburu<br />
o como los miembros de la Liga Patriótica no eran fascistas,<br />
porque eran conservadores tradicionales, la Argentina no daba<br />
todavía para un movimiento como el fascismo, que se pensaba<br />
a sí mismo, y lo era, como movimiento de modernización.<br />
La Iglesia era la depositaria de ese imaginario fundamentalmente<br />
orgánico y corporativo. La vieja tradición orgánica<br />
piensa en el orden social como el reflejo de un orden divino,<br />
es un orden natural. En realidad, en la base del nacimiento<br />
del peronismo, claro que está la clase obrera, la industrialización,<br />
pero la clase obrera en la industrialización se creó en<br />
todos lados, no solamente en la Argentina. Perón, en realidad,<br />
a la clase obrera le reconoce su centralidad sin duda, pero<br />
al mismo tiempo es un hombre que tiene exactamente esta<br />
visión orgánica. Tuvo sin duda una muy buena intuición, después<br />
de 1943, cuando se da cuenta de que la Argentina se ha<br />
modernizado, que después de la Segunda Guerra Mundial no<br />
habrá manera de crear una dictadura de tipo corporativo, porque<br />
Estados Unidos ha ganado la guerra, porque los ideales<br />
iluministas han conquistado espacio, y para legitimarse en el<br />
orden hemisférico americano tendrá que legitimarse a través<br />
de libres elecciones, no hay otra manera. Perón lo entiende y<br />
en su visión orgánica piensa que la Argentina está desequilibrada<br />
porque la clase obrera, que ha crecido, se ha quedado<br />
postergada. Para recrear el equilibrio y la armonía social hay<br />
que emancipar la clase obrera, porque si no la clase obrera<br />
rompe el organismo volviéndose clasista y revolucionaria.<br />
Pero, atención, porque Perón, en realidad, ya a comienzos de<br />
los años 50, en su segunda presidencia, en base a esta misma<br />
visión, llega a la conclusión de que la clase obrera ha asumido<br />
demasiada autonomía. En realidad ahora el organismo social<br />
está desequilibrado por la parte de la clase obrera, que bajo<br />
principalmente la influencia del evitismo, en este caso, ha asumido<br />
demasiado poder y le está desequilibrando el organismo.<br />
Argentina estaba en una situación bastante dramática desde el<br />
punto de vista económico, necesitaba créditos.<br />
–Usted señala en sus libros que hubo un peronismo de<br />
Perón y otro de Evita, ¿en qué se diferenciaban? Perón<br />
era consciente de la centralidad en su movimiento de la clase<br />
obrera y eso le daba un perfil de modernidad muy fuerte, pero<br />
finalmente su visión del mundo era una visión corporativa<br />
tradicional. Podríamos pensar que Perón dejado a sí mismo<br />
podría haber creado un franquismo más moderno que el franquismo,<br />
porque Argentina era más moderna que España. O<br />
sea que había jugado todo el tiempo para reequilibrar el organismo.<br />
Eva no. Eva no tenía formación cultural, pero tenía un<br />
instinto extraordinariamente brillante e inteligente también.<br />
Tenía una visión de la sociedad directamente religiosa. Eva<br />
es una antipolítica, es totalmente extraña al pensamiento, que<br />
finalmente es político, de Perón. Porque armar un rompecabezas,<br />
un armazón corporativo significa hacer política, negociar.<br />
Eva no. Eva tiene una visión maniquea y religiosa del mundo,<br />
el bien y el mal. Para ella el mundo es dicotómico como en la<br />
más tradicional doctrina católica, espontánea, popular. El pueblo<br />
y el antipueblo.<br />
–¿Qué hizo posible que el evitismo la sobreviviera a<br />
Evita y asumiera características muy particulares en los<br />
años setenta? En realidad, todas las divisiones del peronismo<br />
que llevaron a la guerra civil en el peronismo en los años 70,<br />
aún antes del golpe militar del proceso, ya estaban en aquellos<br />
años. Tal es así que yo llegué a la conclusión –que fue una conclusión<br />
que yo no tenía pensada antes, pero que vi en los papeles–<br />
de que a diferencia de lo que se piensa y se ha dicho muchas<br />
veces, no es cierto que Perón haya caído porque perdió a<br />
Eva, que le daba linfa revolucionaria a su gobierno. Yo pienso<br />
más bien lo contrario, que Perón cayó porque tuvo a Eva.<br />
Eva desarmó el rompecabezas corporativo que Perón quería<br />
mantener en equilibrio. Eva creó un peronismo tan radical y<br />
combativo que había empezado a alejar del peronismo los bastiones<br />
corporativos que habían tenido tan fuerte presencia en<br />
sus comienzos, la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas.<br />
73
74<br />
–¿Se podría decir que Perón hablaba de un cierto destino<br />
manifiesto? Argentina cultiva una idea de destino manifiesto<br />
en las Américas ya desde la etapa liberal. La idea de un<br />
liderazgo viene de entonces. Pero hay una diferencia entre el<br />
destino manifiesto de la etapa liberal y el destino manifiesto<br />
del peronismo. En la etapa liberal el destino manifiesto viene<br />
de la idea de una superioridad que está en las cosas, Argentina<br />
es un país joven, pujante, de gran inmigración, es más homogéneo<br />
étnicamente y en aquella época tenía mucha importancia<br />
la percepción de ser un pedazo de Europa del otro lado del<br />
mundo, de ser un puente entre la Europa latina y la América<br />
latina. Y entonces la elite liberal efectivamente siempre pensó<br />
que Argentina tenía una misión, una misión de liderazgo. Pero<br />
no tenía un contraste de valores con el excepcionalismo y el<br />
destino manifiesto de Estados Unidos. Con el peronismo, al<br />
ganar la Argentina católica sobre la Argentina liberal, este destino<br />
manifiesto cambia de ideología, o sea, se transforma en un<br />
desafío a Estados Unidos no solamente de carácter geopolítico<br />
–cosa que Estados Unidos habría tolerado en realidad– sino<br />
en un desafío de carácter ideológico, mucho más profundo,<br />
mucho más radical. En ese sentido yo hablo en mi libro de<br />
imperialismo peronista. Imperialismo sin darle una evaluación.<br />
Es un término que se usa generalmente en sentido negativo,<br />
a mí no me importa, imperialismo es cuando un país no solamente<br />
domina a otros en función de su interés nacional, sino<br />
cuando hay otra dimensión, que es la dimensión ideológica, la<br />
convicción de que en ese país, se ha creado un tipo de civilización<br />
que sería emancipadora para los otros y que vale la pena<br />
entonces exportarla. Lo hizo el peronismo.<br />
–¿Por qué fracasó este proyecto internacional de Perón?<br />
Fue un fracaso porque, efectivamente, esta idea de una<br />
comunidad latina de naciones claro que tenía raíces y claro<br />
que tiene perspectivas. Quiero decir que en realidad la política<br />
de Perón, a diferencia de lo que se dice, no fue nunca de<br />
integración. Yo digo siempre que la integración se hace entre<br />
socios. En el momento en que hay una potencia hegemónica<br />
que quiere exportar su propio modelo, o sea, que no se limita<br />
porque es más fuerte a hacer dependiente a un país vecino,<br />
sino que quiere influenciar los procesos internos del país vecino<br />
para que adopte el mismo modelo político, económico,<br />
ideológico. En la mayoría de los casos, los países vecinos se<br />
escaparon. Pensaron “bueno, nosotros podemos compartir<br />
algunas de las ideas del peronismo, la defensa del precio de<br />
las materias primas, de nuestros intereses, el proteccionismo,<br />
etc. Pero no queremos que el peronismo proyecte su propio<br />
nacionalismo hacia nosotros porque nosotros también tenemos<br />
nuestros intereses y nuestro nacionalismo”. Pero lo más interesante<br />
es que no sólo se escaparon porque le tuvieron miedo a<br />
la agresividad peronista, porque fue una política muy agresiva,<br />
no son palabras, gastó mucho dinero el peronismo en usar el<br />
trigo como arma política de darle trigo a los amigos, de negarle<br />
trigo a los enemigos, de presionar con misiones militares, misiones<br />
comerciales, con agregados obreros, con infiltración en<br />
los sindicatos, con espionaje. O sea, hay un desfasaje enorme<br />
entre la ambición de Perón y los medios que su país tiene. En<br />
los primeros años Argentina sí tuvo efectivamente el trigo.<br />
Tener trigo en la posguerra era como tener petróleo hoy. Y<br />
la política que hizo Miranda, el ministro de Perón, fue una<br />
política muy atrevida, casi de bandido, decían los diplomáticos<br />
de los países vecinos. Porque Argentina podía fijar precios y<br />
Miranda fijaba precios muy altos. Después los bajaba para los<br />
países disponibles para aliarse con el peronismo, o sea, un uso<br />
muy discrecional. Ahora bien, más tarde, cuando se normaliza<br />
el mercado del trigo y los precios bajan todos los países que<br />
se habían sentido chantajeados en los primeros años por el<br />
gobierno peronista le dan las espaldas y tienen un deseo de<br />
venganza también en contra el peronismo.<br />
Perón era de tener siempre un doble discurso, también un<br />
poco cínico si queremos. En todos sus encuentros con diplomáticos<br />
norteamericanos Perón les dice: “Yo amo Estados Unidos,<br />
quiero cooperar, quiero que vengan”. Y los embajadores le<br />
contestaban, “pero usted ayer habló en la Plaza de Mayo y nos<br />
insultó”, y él contestaba “no, eso es para mi pueblo, para que<br />
sea feliz”. Y a su pueblo le decía las mismas cosas, “no, yo le<br />
digo a Estados Unidos que los amo y que quiero cooperar con<br />
ellos, pero en realidad…”. O sea, este doble juego se mantuvo<br />
durante toda la etapa, toda la época.<br />
–¿Cuáles son las raíces profundas del conflicto entre<br />
Perón y la Iglesia católica? ¿Por qué señala que era algo<br />
incestuoso? El conflicto entre el peronismo y la Iglesia yo lo<br />
llamo un conflicto incestuoso, o sea, un conflicto en familia.<br />
En realidad es un conflicto dentro del peronismo, porque en<br />
realidad los católicos y la Iglesia no estaban contra el peronismo.<br />
Estaban contra un peronismo que había tomado, o parecía<br />
haber tomado, una dirección más favorable al evitismo. Hay<br />
un problema estructural más de fondo, que tiene que ver con<br />
la relación de la Iglesia con los regímenes políticos, que a Perón<br />
le costó entender y que no entendió, creo. El problema es<br />
que la Iglesia católica veía en regímenes políticos como el de<br />
Perón regímenes que le convenían a la Iglesia porque harían<br />
una política religiosa. O sea, harían una política que le permitiría<br />
a la Iglesia conducir con ayuda del Estado su política de<br />
evangelización. Como fue la primera etapa. Pero ya no estábamos<br />
en un momento previo a la Segunda Guerra Mundial.<br />
Después de la Segunda Guerra Mundial, no. Y esto, Perón no<br />
lo entendió. O sea, mientras la Iglesia quiere una política religiosa,<br />
Perón quiere que la Iglesia apoye una religión política,<br />
en lo que de hecho el peronismo se está transformando, porque<br />
manda consejeros a las escuelas, donde enseña la doctrina<br />
peronista. El peronismo se está transformando en una religión<br />
por sí misma y ahí viene el choque. La primera cosa que hace<br />
Perón en el exilio es tratar de sacarse de encima la excomunión<br />
para volver al poder. Perón no entendió cómo cambiaba<br />
el mundo con la Guerra Fría. Quiero decir que en la visión del<br />
mundo de Perón seguían existiendo, como antes de la Segunda<br />
Guerra Mundial, civilizaciones. Él hablaba así. Había una civilización<br />
de eslavos, de teutónicos, de anglosajones, y después<br />
estaban los latinos. ¿Qué vinculaba a los latinos entre ellos? La<br />
Iglesia católica y el catolicismo. En realidad, no se da cuenta<br />
de que, de a poco, el mundo bipolar de la Guerra Fría hace<br />
que en nombre del frente contra el mayor enemigo, que es<br />
el comunismo soviético, y en nombre de la nueva hegemonía<br />
que Estados Unidos ejerce esta frontera, que había dividido<br />
al mundo latino del mundo teutónico y del mundo sajón, se<br />
supera, porque el Plan Marshall va a la católica Italia como va<br />
a la anglosajona Inglaterra.
Historia<br />
y política<br />
Los expedientes<br />
Eichmann<br />
Gaby Weber<br />
Sudamericana<br />
Este nuevo trabajo de alto impacto de la<br />
periodista alemana Gaby Weber, tan documentado<br />
como los anteriores, arroja luz<br />
sobre la trama de intereses internacionales<br />
que se movían detrás del secuestro del<br />
criminal de guerra nazi Adolf Eichmann<br />
en nuestro país en mayo de 1960. Tras años<br />
de investigaciones en los archivos de los<br />
servicios secretos de Alemania, Estados<br />
Unidos y Argentina, Weber va marcando<br />
las trágicas “coincidencias” entre el terremoto<br />
de Valdivia, una explosión nuclear<br />
secreta concretada por los Estados Unidos<br />
en Argentina, más precisamente en Puerto<br />
Deseado, las negociaciones nucleares entre<br />
Alemania, Argentina y el Estado de Israel<br />
y la detención y traslado de Eichmann. El<br />
libro ratifica las complicidades conocidas de<br />
las grandes potencias para con los nazis, a<br />
los que veían, al mismo tiempo, como una<br />
valiosísima fuente de información en el<br />
marco de la Guerra Fría y hasta como posibles<br />
combatientes calificados si la contienda<br />
cambiaba de temperatura y pasaba de fría a<br />
caliente en un enfrentamiento directo entre<br />
ambas potencias hegemónicas. A estas<br />
certezas, la autora aporta documentación<br />
sumamente valiosa sobre la Cumbre de<br />
París de mayo de 1960 entre las grandes<br />
potencias que pudo haber cambiado el curso<br />
de la historia si Adenauer y Eisenhower<br />
secretos revelados<br />
Por Felipe Pigna<br />
hubieran siquiera analizado la propuesta<br />
de Kruschev de una Alemania unificada y<br />
neutral y limpia de nazis como los entonces<br />
ministros de la República Federal de<br />
Alemania, Theodor Oberlander, Hans<br />
Christoph Seebohm y Globke. El libro llama<br />
la atención sobre el rol que cumplieron<br />
algunas grandes empresas, como la Mercedes<br />
Benz y sus vínculos con Eichmann y<br />
sobre los vínculos de Eichmann con los servicios<br />
israelíes. Una interesantísima investigación<br />
destinada a abrir una gran polémica.<br />
Los años setenta de la<br />
gente común<br />
La naturalización de la<br />
violencia<br />
Sebastián Carassai<br />
Siglo XXI Editores<br />
Desde el acierto de la ilustración de tapa,<br />
el libro de Carassai promete una mirada<br />
distinta por la tan transitada avenida de los<br />
años 70. Se trata de un aviso de la entonces<br />
compañía privada Austral que muestra la<br />
foto de un señor burgués bajo el título “con<br />
la izquierda, no” hablando de serviciales<br />
azafatas que saben que las cosas deben ser<br />
derechas y que sólo usarán la izquierda para<br />
sostener la bandeja del ser. El aviso termina<br />
pidiéndole al lector: “si alguna vez le sirven<br />
con la izquierda, avísenos. Se nos filtró una<br />
zurda”. El libro se ocupa de un aspecto<br />
muy poco abordado por la bibliografía sobre<br />
el período: ¿Cómo era la vida de la gente<br />
común, aquella que mayoritariamente no<br />
se involucró en la política, ni en la armada<br />
ni en la desarmada ni pertenecía a ninguno<br />
de los factores de poder? ¿Cómo transcurría<br />
la cotidianeidad entre las bombas, los<br />
secuestros y la represión? El sociólogo y<br />
profesor de Sociología de la Universidad<br />
de Buenos Aires Sebastián Carassai ha<br />
realizado un gran trabajo de investigación,<br />
recopilación y análisis de documentos gráficos<br />
y audiovisuales que tuvieron entre 1969<br />
y 1982 un consumo masivo. Así recorre géneros<br />
como la publicidad, las telenovelas y<br />
los diversos formatos del humor de la época<br />
siguiendo la pista de aquellos elementos<br />
que ayudaron a naturalizar la violencia<br />
en nuestras capas medias, que llevaron a<br />
convivir con el horror lo que le abrió el camino<br />
a la más feroz dictadura de la historia<br />
argentina. Para el desarrollo de este trabajo<br />
el autor tomó como objeto de estudio a los<br />
sectores medios subdividiéndolos entre la<br />
militancia y la no militancia, aclarando que<br />
la pertenencia a esta categoría no implica<br />
el desinterés por la política y que no fueron<br />
meros espectadores. Como señala el autor<br />
refiriéndose a los trabajos publicados sobre<br />
el período: “La mayoría se ha orientado a<br />
recuperar la memoria de quienes fueron<br />
afectados directamente (familiares, amigos,<br />
compañeros de militancia o los propios<br />
autores) por el terrorismo estatal. En este<br />
libro, en cambio, considero conjuntamente<br />
fuentes documentales y testimonios orales,<br />
y concentro mi análisis en historias de vida<br />
de personas que no fueron alcanzadas por<br />
el terror estatal”. El libro comienza con un<br />
interesante análisis de la relación histórica<br />
de las clases medias con el peronismo para<br />
ir haciendo foco en la cuestión de la violencia<br />
ya sea la social, la guerrillera o la estatal.<br />
Un gran trabajo que brinda perspectivas tan<br />
originales como necesarias.<br />
Recomendados<br />
Las trampas del pasado: las Fuerzas Armadas<br />
y su integración al estado democrático en Argentina,<br />
de Sabina Frederic, Fondo de Cultura<br />
Económica.<br />
Historias del Ejército argentino. 1990-2010:<br />
democracia, política y sociedad, de Máximo Badaró,<br />
Edhasa.<br />
Alfonsín, de Oscar Muiño, Aguilar.<br />
Humor. Nacimiento, auge y caída de la revista<br />
que superó apenas la mediocridad general, de<br />
Diego Igal, Marea.<br />
Historia Económica Argentina 1880-2009. Desde<br />
los tiempos de Julio Argentino Roca hasta Cristina<br />
Fernández de Kirchner, de Diego Rubinzal,<br />
Editorial Centro Cultural de la Cooperación.<br />
Las independencias hispanoamericanas. Un<br />
objeto de historia, de Véronique Hébrard y<br />
Geneviève Verdo (editores), Madrid, Casa de<br />
Velázquez.<br />
75
Silvio Berlusconi frente a las cámaras luego del escándalo “Ruby”<br />
Tema de tapa<br />
diez<br />
76<br />
Sexo y política:<br />
relaciones peligrosas<br />
Por Emilia Simison<br />
Aunque no nos guste confesarlo, si nos<br />
llega la noticia de que alguna figura<br />
pública protagonizó un escándalo, no<br />
podemos evitar querer saber inmediatamente<br />
de qué se trata. Más aún si la<br />
figura viene del ámbito de la política y<br />
todavía más si, encima, el escándalo es<br />
de carácter sexual. ¿Por qué nos resultan<br />
tan interesantes dichos escándalos?<br />
¿Seremos simplemente chismosos?<br />
¿Será que dicen algo sobre los políticos?<br />
¿Qué pueden decir de nosotros y nuestra<br />
cultura?<br />
Una probable explicación es que tales<br />
escándalos suelen transformarse velozmente<br />
en telenovelas en tiempo real<br />
con personajes de carne y hueso y todos<br />
los ingredientes del género: mentiras,<br />
engaños, terceros en discordia, peleas,<br />
chantajes… y bueno, después de todo,<br />
¿quién no disfruta de una buena telenovela?<br />
Sin embargo, pareciera que la<br />
atracción por los escándalos de los políticos<br />
es aún más antigua y que no en todos<br />
lados generan el mismo interés. De<br />
hecho, el modo en que se desarrollan<br />
y sus consecuencias dicen mucho más<br />
sobre la sociedad en que se producen de<br />
lo que pareciera a simple vista.<br />
Estado Unidos, por ejemplo, no sólo<br />
tiene una larga lista de escándalos más<br />
o menos famosos sino, también, numerosos<br />
académicos que se han dedicado a<br />
estudiarlos. Uno de los hallazgos de tales<br />
estudios, realizado por el historiador<br />
John H. Summers, muestra que en el<br />
siglo XIX la importancia de los escándalos<br />
residía en que la virtud de los candidatos<br />
en su vida privada era vista como<br />
una garantía de confianza para su buen<br />
desempeño en el cargo público. Por ese<br />
motivo, era común en esa época que las<br />
campañas se basaran básicamente en<br />
buscar y destapar escándalos de los otros<br />
y que el verse involucrado llevara al declive<br />
de cualquier carrera política.<br />
Aún unos cuantos años después, el mecanismo<br />
parece seguir vigente en Esta-
dos Unidos como ilustra el caso de Gary<br />
Hart, senador por Colorado en carrera<br />
presidencial, que tuvo que abandonar su<br />
candidatura luego de que saliera a la luz<br />
un affaire extra matrimonial. De hecho,<br />
las nuevas tecnologías parecen haber<br />
aumentado su fuerza llevando a que el<br />
congresista demócrata por Nueva York,<br />
Anthony Weiner, renunciara a su escaño<br />
en la Cámara de Representantes de<br />
Estados Unidos tras verse involucrado<br />
en un escándalo por mensajes subidos<br />
de tono y fotos con poca ropa en Twitter<br />
o que la carrera del ex congresista republicado<br />
Mark Foley se viniera abajo<br />
luego de ser acusado de enviar mensajes<br />
sexualmente explícitos.<br />
Otro ejemplo similar, al que se agrega<br />
sin lugar a dudas algo de ironía, es el<br />
protagonizado por Larry Graig. Este<br />
senador, férreo opositor de los derechos<br />
de los homosexuales, protagonizó un<br />
escándalo tras intentar tener sexo con<br />
un policía encubierto en un aeropuerto.<br />
Como resultado no se presentó a la reelección<br />
y su carrera política se dio por<br />
finalizada.<br />
Sin embargo, ¿cómo podríamos entonces<br />
explicar que Bill Clinton no sólo<br />
no renunciara sino que sus tasas de<br />
aprobación crecieran considerablemente<br />
luego de que se descubriera su relación<br />
extramatrimonial con Monica Lewinsky,<br />
le mintiera al público, mintiera bajo<br />
juramento y obstruyera la justicia? Una<br />
vez más, es un académico el que nos da<br />
una respuesta tentativa. Según el politólogo<br />
Arthur H. Miller, frente al escándalo<br />
se habría producido una división de<br />
las opiniones en torno a líneas partidarias.<br />
En consecuencia, la mayoría de los<br />
demócratas e independientes habrían<br />
considerado que se trataba de un asunto<br />
privado y percibido las investigaciones<br />
en torno al caso como ataques injustos y<br />
partidarios hacia Clinton.<br />
La “mejor suerte” de los demócratas<br />
parece también haberle jugado a favor<br />
a Gerry Studds quien mantuvo relaciones<br />
con una joven de 17 años y, al ser<br />
descubierto, se negó a disculparse ante<br />
el pueblo estadounidense alegando que<br />
esta situación se había dado de mutuo<br />
acuerdo. Lo más sorprendente cuando<br />
se lo compara con Foley, Weiner o Hart<br />
es que logró ser reelecto luego de semejante<br />
escándalo sexual y hasta legal.<br />
Aun cuando Clinton y Studds pudieron<br />
continuar con su carrera, gran parte de<br />
la sociedad estadounidense no deja de<br />
condenar dichos comportamientos por<br />
lo que la primera respuesta de los políticos<br />
de dicho país ante una acusación es<br />
la negación. En Italia, por el contrario,<br />
la negación no parece ser la mejor opción.<br />
Como afirma Roberto Benigni en<br />
uno de sus monólogos, Silvio Berlusconi<br />
no pudo desmentir los hechos frente<br />
al escándalo de “Ruby Robacorazones”<br />
ya que no es propio de un hombre italiano<br />
negar haber tenido sexo con una mujer,<br />
sin importar las circunstancias, las<br />
consecuencias o si el hecho tuvo efectivamente<br />
lugar. Además, es claro que la<br />
carrera de Berlusconi no se vio demasiado<br />
afectada ni por este ni por el resto de<br />
los escándalos que ha protagonizado.<br />
También en América Latina los políticos<br />
parecen poder continuar con sus<br />
carreras pese a protagonizar escándalos<br />
sexuales. Si no, ¿cómo explicar que Fernando<br />
Lugo no perdiera la presidencia?<br />
Parece haber pesado más que no negara<br />
los hechos, reconociera a sus hijos ilegítimos<br />
y se comprometiera a colaborar<br />
con su manutención que el hecho de<br />
que los hubiese tenido siendo sacerdote…<br />
También Enrique Peña Nieto<br />
continuó siendo presidente de México<br />
luego de ser acusado de mantener una<br />
relación extramatrimonial durante nueve<br />
años con Maritza Díaz quien, además,<br />
afirma que el presidente mexicano es el<br />
padre de su hijo.<br />
Y como los argentinos tampoco nos<br />
podíamos quedar afuera, Adolfo Rodríguez<br />
Saá continuó su carrera política<br />
luego de ser sorprendido con una prostituta<br />
en lo que los medios describieron<br />
como un hotel de mala muerte y Carlos<br />
Menem la suya luego de que saliera a la<br />
luz su relación con Marta Beza, quien<br />
se suicidó después de una larga batalla<br />
en la que intentó que Menem reconociera<br />
al hijo que presuntamente tenían<br />
en común.<br />
Otro factor de las sociedades que queda<br />
al descubierto con los escándalos sexuales<br />
y que modifica las consecuencias<br />
que puede tener para los políticos es el<br />
de los dobles estándares. ¿O acaso es lo<br />
mismo que sea una mujer la protagonista<br />
del escándalo?<br />
Pareciera que la respuesta es negativa<br />
como ilustran en la región los casos de<br />
Karina Bolaños y Denise Rocha Leitao.<br />
La primera debió renunciar a su<br />
cargo como Viceministra de Juventud<br />
de Costa Rica luego de que se difundiera<br />
un video sexy que grabó para su<br />
pareja en que se la ve en ropa interior<br />
en una cama diciéndole que lo extraña,<br />
mientras que la segunda perdió su cargo<br />
como asesora en el Senado brasileño y<br />
una promisoria carrera como abogada<br />
cuando apareció en Internet un video<br />
donde se la ve teniendo sexo y que rápidamente<br />
fue furor en las redes sociales.<br />
Aún más evidente es la magnitud del<br />
impacto cuando las protagonistas son<br />
mujeres en el caso de Iris Robinson.<br />
Cuando era Primera Dama de Irlanda<br />
del Norte salieron a la luz una serie de<br />
infidelidades que habría cometido con<br />
hombres bastante menores que ella. Lo<br />
extraño del caso es que, no teniendo ella<br />
una carrera política, fue la de su marido<br />
la que se vio perjudicada al verse obligado<br />
a renunciar a su puesto de Primer<br />
Ministro para “arreglar sus problemas<br />
familiares”.<br />
No obstante, la cultura parece pesar más<br />
que las diferencias de género y, aunque<br />
su video teniendo sexo en la torre de<br />
un edificio histórico durante sus vacaciones<br />
sigue circulando por Internet,<br />
la alcaldesa conservadora belga, Ilse<br />
Uyttersprot, no sólo no renunció sino<br />
que mantuvo su carrera política luego<br />
de afirmar que eran imágenes privadas y<br />
políticamente irrelevantes.<br />
En definitiva, y aunque no sepamos bien<br />
por qué, los escándalos, el sexo y la política<br />
seguirán siendo un cóctel apetecible<br />
para la mayoría de nosotros aunque eso<br />
no impida que pensemos por qué sus<br />
consecuencias varían tanto según género<br />
y latitud y qué es lo que eso dice de<br />
nuestras sociedades<br />
77
Entrevista<br />
doce<br />
Mariela Muñoz, una historia sobre<br />
segregación sexual<br />
Hace algunas semanas, la jueza porteña Elena Liberatori ordenó a la ciudad otorgar un subsidio<br />
extraordinario equivalente a un salario mínimo a cinco mujeres transexuales por haber sido segregadas<br />
durante años. Entre ellas se encontraba Mariela Muñoz, una mujer que en los 90 circulaba por los canales<br />
de televisión pidiendo que la Justicia le devuelva a sus hijos adoptivos<br />
Por Pablo Bassi<br />
78<br />
El amparo sobre el que se expidió Liberatori fue impulsado por<br />
la Mesa Nacional por la Igualdad, una organización que nuclea<br />
a entidades defensoras de los derechos de las minorías sexuales.<br />
A ellos acudimos para contactar a Mariela, quien casi ha desaparecido<br />
de la escena mediática después del raid de 1993, cuando<br />
fue detenida acusada de sustraer tres menores.<br />
Mariela vive en Ezpeleta, a veinte cuadras de la estación de<br />
tren. La puerta de la casa está abierta, ella está sentada frente a<br />
una mesa, en el interior. Sin moverse, nos invita a pasar mientras<br />
Isqui, una perrita vieja, nos recibe en el umbral. También<br />
está Jorge, un amigo. Colgado de una pared hay un certificado<br />
del Ministerio del Interior de 1998 por su labor social, fotografías<br />
de algunos niños, solos o con ella. También hay un fotomontaje<br />
de Mariela junto con el de un policía uniformado.<br />
Habla bajo y lento, con algunas dificultades para pronunciar.<br />
–Hace poco leímos que el Gobierno de la Ciudad va a reparar<br />
económicamente la segregación de la que fue objeto…<br />
Sí, pero ahora se niega, porque dice que es un subsidio<br />
que le corresponde pagar a la Nación. Sería muy bueno que salga<br />
porque estamos todas en la lona y no tenemos de qué vivir.<br />
Una de las chicas se está muriendo de cáncer. Yo, por ejemplo<br />
tengo una pensión de ama de casa, una jubilación mínima, pero<br />
es muy poca plata y los precios aumentan todos los días. Esta es<br />
la casa de mi mamá, porque ni casa tengo. Vivo al tira y afloje.<br />
Pero la gente es indolente: no le importa el otro.<br />
–Decía también que sufrió un ACV, que no puede escuchar<br />
ni ver bien... El año pasado tuve tres ACV y ahora estoy<br />
en recuperación. No puedo caminar más de cuatro cuadras<br />
porque me puedo caer. Sólo puedo cocinarme cosas simples. Si<br />
no hay alguien en casa, no como. No puedo limpiar. Quedé inútil…<br />
Crié veintiún hijos no biológicos, abrí comedores, un hogar<br />
de niños para madres solteras. Por todo eso se me reconoce<br />
y soy merecedora, me parece, del subsidio. También trabajé en<br />
el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la xenofobia<br />
y el racismo).<br />
–¿Intentó ser candidata justicialista a concejal y diputada<br />
provincial? Sí, pero te ponen palos en la rueda. No te dejan<br />
llegar.<br />
–¿Cómo es hoy un día en su vida? Me la paso sentada acá<br />
o afuera. Atiendo algunos clientes que vienen, pero no como<br />
antes, que llegaban cuarenta o cincuenta personas. Hago parapsicología,<br />
tiro cartas. Antes viajaba a La Plata o a Capital. Ahora<br />
ya no puedo ni moverme. Más vale no vivir así. Para cada lado<br />
que tengo que ir, salgo acompañada.<br />
–¿Y su familia? Estoy abandonada por mi familia de sangre.<br />
Mi hermano Luis me abandonó totalmente, y eso que la iglesia<br />
mormona lo manda a garantizarme el pan de cada día. Pero él<br />
no me trae un peso ni para comer.<br />
–¿Sus hijos la ayudan? Como todos los hijos, desaparecieron.<br />
Algunos vienen un rato cada tanto y se van.<br />
–¿Algunas veces se juntan todos a comer? Es difícil, porque<br />
uno vive en Entre Ríos, otros en Mendoza. A veces nos<br />
juntamos cuatro o cinco. Pero ellos no van a salir más en la<br />
prensa. Se cansaron de defenderme para nada.<br />
–¿Cuándo se fue el último de casa? En el 94.<br />
–¿Quién le da una mano todos los días? Hay una chica que<br />
a veces viene. O este hombre, Jorge, que también me ayuda.<br />
–¿Dónde nació? En Tucumán, vine a Buenos Aires de bebé.<br />
Soy la primera mujer que adoptó tantos hijos. En el litigio del<br />
93, cuando se llevaron a mis chicos, ellos estaban perfectamen-
te bien, con una sexualidad definida. Jamás se me ocurrió tocar<br />
a uno de ellos para corromperlo.<br />
–¿Quién la denunció? La mamá de una de las nenas, Liliana<br />
Monteagudo. Ella, en realidad, quería mi auto a cambio de la<br />
nena. También me denunció la mamá de los mellizos, Magdalena.<br />
A Liliana, años después, le cayó la justicia divina y murió<br />
de sida.<br />
–¿Por qué le encargaron a sus hijos? No podían criarlos o<br />
tenían que ocultarlos.<br />
–¿Cómo terminó esa causa? Me los sacaron.<br />
–¿Qué la motivó a criar a más de veinte chicos? Tener una<br />
familia. Toda mujer se realiza con una familia e hijos. A algunas<br />
les va bien y a otras, mal. Conozco a algunas que tuvieron hijos<br />
de vientre y luego los abandonaron. Llegué a criar a un chico de<br />
14 años que sufría epilepsia por el abandono materno. Conmigo<br />
se curó solo.<br />
–¿Llegaron a vivir todos bajo el mismo techo? Los veinte,<br />
no. Llegamos a vivir juntos trece o catorce.<br />
–¿Los crió en pareja? Sola. Nunca necesité de un hombre<br />
para darles de comer ni para que me mantenga. Siempre fui<br />
temerosa de que en mi casa un hombre los viole o les falte el<br />
respeto. Muchas de mis hijas, antes, habían sido violadas cuando<br />
eran chicas. Por eso, preferí criarlos sola.<br />
–Hace falta plata para criar a veinte niños… Sí, pero nosotros<br />
sembrábamos, nos regalaban el pan, recibíamos ayuda. Y<br />
todos fueron al colegio. Hoy tengo un hijo que es pastor de la<br />
iglesia y otra que es jefa de enfermería<br />
–¿Cómo es criar tantos hijos que no son biológicamente<br />
propios? Los empezás a querer.<br />
–¿A qué edad adoptó el primero? A los 30, a una nena de 4<br />
años.<br />
–¿Le costó explicarles su transexualidad? Ellos nunca supieron<br />
nada de mi boca y cuando fueron grandes tampoco preguntaron.<br />
Siempre hubo mucho respeto. Se enteraron cuando<br />
sucedió lo de la causa de menores, por la tele. Pero entonces<br />
tampoco preguntaron.<br />
–¿Cuándo descubrió que era mujer? Siempre fui mujer,<br />
porque la genitalidad no hace al sexo. Una se siente distinta<br />
porque hay un órgano que no le corresponde. Pero a los seis<br />
años caí en la cuenta. Me gustaba vivir como nena: por ejemplo,<br />
llevaba el guardapolvo ajustado. En los 80 me intervine quirúrgicamente<br />
en Chile, porque durante la adolescencia había<br />
sufrido mucho por no poder hacer ciertas cosas.<br />
–¿De qué trabajaba? De parapsicóloga. Nunca me prostituí.<br />
No me gusta la prostitución.<br />
–¿Es consciente de haber instalado los temas de la adopción<br />
e identidad en minorías sexuales? Sí, e incluso en el<br />
mundo. Recorrí Europa y Estados Unidos difundiendo mi caso.<br />
Un director de teatro argentino llevó mi historia a Suiza. E hice<br />
muchas cosas anónimas. Muchos proyectos de ley vinculados<br />
con la adopción y la identidad sexual, que luego otras personas<br />
con acceso y contactos impulsaron.<br />
–¿Cómo la trató, antes y durante la irrupción mediática,<br />
una sociedad que entonces era más conservadora que<br />
hoy? La gente siempre me aceptó, y el periodismo también,<br />
porque supieron reconocer mi labor de madre. Fueron las instituciones<br />
las que no me aceptaron.<br />
–¿Qué perspectivas abre la Ley de Matrimonio Igualitario?<br />
Todavía cuesta muchísimo la adopción. Hay muchas<br />
trabas, cuando en realidad los que violan a los chicos son los<br />
heterosexuales, no los gays.<br />
–¿Le parece que, de todos modos, es un avance? Es importante,<br />
porque todos tienen derecho a amar, ser amados y<br />
tener hijos, sin importar su condición. Lo importante es ser<br />
buena persona, garantizar el estudio de los chicos.<br />
–¿Qué balance hace de su lucha? Es una experiencia de<br />
amor a la gente, de preocupación por los que menos tienen. Yo<br />
he conseguido chapas, maderas, mercadería para los que la necesitaban.<br />
Tengo fotos por ahí.<br />
–¿Está en pareja? No, para qué. Las parejas te matan, te golpean.<br />
–¿Hace mucho que no está en pareja? Estuve con un subcomisario<br />
que me abandonó hace ocho años por ser vieja. Ahora<br />
él tiene 45 y yo, 70. Es el único que quise y quiero. Por más<br />
que él no me quiera, yo no lo he dejado de querer. Soy mujer<br />
de un solo hombre. Es aquel, el de la foto.<br />
–¿Fue su gran amor? Sí, vivimos juntos once años. Pero no<br />
puedo pensar mucho en él. Me hace mal<br />
79<br />
María Rachid, Secretaria General de la Mesa por la Igualdad y legisladora porteña<br />
–¿En qué estado se encuentra la aplicación del fallo de la jueza Liberatori? Lamentablemente el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires apeló la sentencia<br />
que le garantizaba un ingreso mínimo a Marlene y la Justicia resolvió revocar la cautelar, por lo que estamos apelando la medida y la haremos llegar<br />
hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación si es necesario. Porque el Estado debe garantizar la subsistencia de quienes, producto de la violencia institucional,<br />
todavía tienen un promedio de vida que no se condice en un Estado democrático.<br />
–¿Por qué impulsaron la cautelar en la ciudad de Buenos Aires, si Mariela vive en Ezpeleta? Mariela vive en provincia pero desarrolló casi toda su vida<br />
en la Ciudad de Buenos Aires, por eso optamos por hacer el juicio en la ciudad.<br />
–¿Qué significa Mariela en la lucha por los derechos de las minorías? Mariela es una gran luchadora, una pionera en relación a la militancia trans. Con<br />
su experiencia e historia de vida nos enseñó mucho a todos y todas. Por eso, fue reconocida en la última Marcha del Orgullo en Buenos Aires y aplaudida<br />
por más de cien mil personas en el escenario. Hay mucho que agradecerle a quienes, como ella, iniciaron un camino por el reconocimiento de todos los<br />
derechos para las personas trans.
PARA PADRES<br />
Crianza<br />
Dos reediciones de la terapeuta familiar<br />
Laura Gutman: Amor o dominación.<br />
Los estragos del patriarcado<br />
y El poder del discurso materno. En<br />
el primero, la escritora señala: “Si<br />
educamos para competir y formamos<br />
guerreros y no hombres solidarios,<br />
seguiremos poniendo en marcha un<br />
sistema de dominación”. En El poder...<br />
Gutman invita a revisar la biografía<br />
personal y volver a nombrar lo<br />
que el discurso materno sentenció<br />
como verdad.<br />
Juegos mentales<br />
Dos invitaciones para divertirse y<br />
ejercitar la mente: 50 juegos para<br />
el pensamiento objetivo y 50 juegos<br />
para el pensamiento numérico.<br />
Problemas lógicos para resolver en<br />
vacaciones.<br />
Biografía ilustrada<br />
El álbum de mis primeros 6 años es<br />
una propuesta de Albatros para que<br />
los niños puedan contar su vida a<br />
través de fotografías y dibujos antes<br />
de ingresar a primer grado. Para disfrutar<br />
en familia.<br />
Grupos de lectura<br />
a cargo de Silvia Hopenhayn<br />
Enero:<br />
Alicia en el país de las maravillas<br />
Febrero:<br />
Alicia detrás del espejo<br />
Días y horarios:<br />
- Martes a las 19.45 hs.<br />
- Jueves a las 19.30 hs.<br />
- Miércoles a las 11 hs.<br />
Informes e inscripción:<br />
silviahop@sion.com
Cómo<br />
lo hago<br />
82<br />
Welcome<br />
musa welcome<br />
Por Luis Pescetti<br />
Las ideas se me presenta de varias formas. Algunas veces,<br />
como una evidencia con la que uno tropieza, como cuando<br />
se encuentra algo que no buscábamos; así llegan dos<br />
versos con la melodía, o una frase de Natacha o tener una<br />
experiencia cotidiana y saber cómo reaccionaría un personaje<br />
ante ella.<br />
Otras veces, es una intuición como cuando tenemos la sospecha<br />
de que hay algo que tiene solución, es una emoción<br />
un tanto vaga: un tema, un planteo. Tienen una solución,<br />
estamos seguros, aunque ahora mismo no podamos expresarla.<br />
No creo que sean experiencias únicas del artista; así nacen<br />
los actos creadores, pero estos pueden ser un cuento, una<br />
comida nueva, una solución para un motor, una teoría física<br />
u otro planteo en biología. De repente tenemos acceso<br />
a “información de primera mano” y nos llega como una<br />
suerte de “pista”.<br />
Lo que sigue después, siempre, es desarrollar esa pista
hasta completarla, hasta que la solucionamos. E implica<br />
una gran dosis de picar piedra y de coherencia, parecida a<br />
la sensación de resolver un acertijo, que ofrece una parte<br />
de la solución, pero tiene el riesgo del desvío.<br />
La primera escritura es un “estado flojo de la mente” (¡y<br />
me espanta describirlo así!). Quiero decir que es similar<br />
a estar muy despierto pero al mismo tiempo dejándose ir<br />
como en una ensoñación. Y copio, tecleo, lo que ahí llega<br />
o se dicta. Nada mágico ni de ultratumba: si uno conoce<br />
bien a su abuela y la pone ante tal o cual situación no va a<br />
sentir que inventa lo que diga, sino como si ya supiera su<br />
reacción y basta con copiarla, como si le estuvieran dictando.<br />
De ahí la importancia de tener muy en claro a los<br />
personajes.<br />
A ese estado de “flotación” trato de no interrumpirlo con<br />
nada parecido a una corrección: tecleo, tecleo. Sí, hay un<br />
suave tutelaje: es mejor si tengo en claro a los personajes<br />
y es mejor si sé adónde quieren llegar o en qué situación<br />
se encuentran. Porque también puede ocurrir que uno escriba<br />
para averiguar, pero eso es diferente. De modo que<br />
esos dos nortes están aquí al lado y acompañan, sin intención<br />
correctora, mientras escribo, tecleo.<br />
Trato de hacer un mínimo de 1000 palabras diarias, que<br />
suelen ser un poco más, y si estoy en épocas de mucho<br />
cansancio bajo la exigencia a 500. Lo que escriba de más<br />
es ganancia, pero con eso está bien.<br />
Luego llegará el momento en que imprimo y ahí sí: sólo<br />
corrijo, tacho y marco en el papel. Luego cargo las correcciones<br />
y es un proceso que no es automático, porque al<br />
llevarlas a la computadora nuevamente hago retoques.<br />
Creo que un don es disfrutar el momento de la corrección<br />
(pulido, tallado, oficio) casi tanto como el de la escritura<br />
www.luispescetti.com
INFANTIL Y JUVENIL<br />
Ganador del Premio Bologna Ragazzi, El libro negro de los<br />
colores, de Menena Cottin y Rosana Faría, está destinado<br />
a niños no videntes. Completamente negro, las ilustraciones<br />
están en relieve y, además de contar con el texto en<br />
letras, también está en sistema braille.<br />
Un libro bellísimo<br />
de El zorro rojo.<br />
Teléfono descompuesto es una<br />
propuesta de Ilan Brenman y<br />
Renato Moriconi (Fondo de<br />
Cultura) donde no hay una<br />
sola palabra sino ilustraciones<br />
bellísimas a toda página para<br />
inventar los mensajes que pasan<br />
de un pirata a un loro, a un<br />
cazador, a un lobo, a Caperucita.<br />
Para divertirse con los más<br />
pequeños.<br />
Balalaika (Editorial El Ateneo) es una leyenda rusa<br />
adaptada por Cathy Delanssay y traducido<br />
por Marcela García Henríquez<br />
de Sury. El libro cuenta la historia<br />
de cómo, en 1648, el zar prohibió la<br />
música y se quemaron todos los instrumentos.<br />
Balalaika –que significa “burla”–<br />
es el resultado de una especie de<br />
guitarra de sólo tres cuerdas que el<br />
pueblo creó para burlar la ley.<br />
Para la hora de dormir, nada mejor<br />
que Cuentos para soñar (Editorial El<br />
Ateneo). Se trata de cuentos cortos<br />
con ilustraciones de Elen Lescoet.
Excesos y exageraciones<br />
(Sudamericana) es el último<br />
trabajo de Pablo Bernasconi.<br />
Delirante y divertido, cada<br />
ilustración tiene un relato que<br />
contar. Imperdible.<br />
Dos relatos de terror de la<br />
saga Ultracalavera (Albatros)<br />
para divertir a los jovencitos<br />
amantes del género. Dos<br />
historias para elegir, Un<br />
verano aterrador y Horror<br />
en escena. Ambos de Fabián<br />
Sevilla.<br />
Para las enamoradizas, Ana y<br />
el plan pegajoso (Uranito), las<br />
divertirá y sabrán por qué a<br />
veces es mejor no enamorarse a<br />
primera vista. Divertidísima, la<br />
historia está a cargo de Nicolás<br />
Schuff y Damián Fraticelli.<br />
Las ilustraciones son de mEy!<br />
Una oportunidad excelente<br />
para introducir a los más<br />
chicos en el mundo del arte.<br />
La habitación de Van Gogh<br />
(Editorial El Ateneo) es un<br />
trabajo muy bien pensado<br />
de Margherita y Rosetta<br />
Loy, madre e hija, a amantes<br />
del arte, que realizaron este<br />
trabajo impecable.
SALUD<br />
Saber comer<br />
Eduardo Cueto Rúa –doctorado en medicina y ex jefe del<br />
Servicio de Gastroenterología del Hospital de Niños de<br />
La Plata– es autor de Causa, casos y cosas, donde abarca la<br />
celiaquía además de los hábitos alimenticios nocivos, como<br />
el consumo de lácteos y las harinas refinadas<br />
Por Laura Schers<br />
–¿Cuál es el mensaje que da a sus pacientes con el<br />
diagnóstico de celiaquía? Les aconsejo “blanquear” socialmente<br />
a la persona celíaca, no ocultar su dieta y difundirla en<br />
su medio para procurar tener alimentos ricos, disponibles y<br />
baratos en todo el país.<br />
–¿Qué porcentaje de padres, madres y hermanos de<br />
niños celíacos lo son? Parientes en primer grado, un 13%;<br />
en segundo, 7%.<br />
–¿Por qué celíacos y no celíacos deberían evitar las<br />
harinas? Las harinas para celíacos y la harina de trigo no son<br />
saludables en ninguna forma. El volumen de almidones que<br />
se consumen cuando los granos los muele el molino es enormemente<br />
mayor al volumen que se comería si los granos los<br />
molieran las muelas. El exceso de consumo de granos molidos<br />
por el molino, y de ahí las pastas, inducirían a la obesidad<br />
y la diabetes: mejor comer granos enteros y hacerlos “harina”<br />
en la boca.<br />
–Usted considera que la celiaquía no es un enfermedad,<br />
¿qué puede decirle a los profesionales o personas<br />
que insisten en denominarla “enfermedad celíaca”?<br />
Cuando se lleva un año de dieta correcta, el intestino se<br />
recupera absolutamente, la biopsia es normal y los auto anticuerpos<br />
se negativizan. Si mando a ese celíaco con dieta estricta<br />
a una junta médica, esta lo examinará y el diagnóstico<br />
será: “Usted es sano, no tiene nada de nada”. ¿Por qué decirle<br />
a esa persona “enfermo celíaco” si es un superhéroe?<br />
–¿Cree que en el futuro habrá algún tipo de medicación<br />
que haga que la dieta libre de gluten no sea necesaria?<br />
No me interesa que se modifique la inmunidad de<br />
una persona sana para tolerar un tóxico.<br />
–En el libro usted afirma: “Tenemos 4 dientes para<br />
carne, 8 para verduras y frutas, 20 para granos y<br />
ninguno para masticar leche”. Entonces: tanto niños<br />
como adultos, ¿no deberían tomar leche ni sus derivados?<br />
Los dientes dicen lo que debemos comer, no podemos<br />
tener dientes de adorno ni equivocados.<br />
Ni la humanidad ni la evolución<br />
comete errores de 4.350.000<br />
años. Los pueblos más longevos de<br />
la tierra no consumen leche, más<br />
allá de la materna.
88<br />
Arte<br />
escultura<br />
Humano,<br />
demasiado<br />
humano<br />
Considerado un renovador de la<br />
escultura figurativa, Ron Mueck<br />
es uno de los niños mimados del<br />
mundo artístico actual.<br />
Sus esculturas de figuras<br />
humanas revolucionaron el<br />
mercado de las galerías porque<br />
logra combinar una propuesta<br />
atractiva a la vista de un gran<br />
público, sobre un fondo lleno de<br />
sutiles complejidades que van<br />
más allá del virtuosismo técnico<br />
Por Esteban Ulrich<br />
Nacido en Australia y radicado en Inglaterra,<br />
Ron Mueck es hijo de artesanos jugueteros<br />
y probablemente la antítesis del<br />
artista contemporáneo. No se muestra<br />
en público, parece sufrir de una severa<br />
cuota de timidez, y todos a su alrededor<br />
se esfuerzan por desactivar el lugar común<br />
del artista radical, solitario o misterioso.<br />
No hay truco, es un tipo normal,<br />
que trabaja en su estudio en el norte de<br />
Londres, solo y tomándose su tiempo, es<br />
simplemente muy tímido.<br />
Todo comenzó para este artesano del<br />
cine y la televisión cuando a un pez gordo<br />
del mundo del arte se vio fascinado<br />
frente a un trabajo suyo presentado entre<br />
las obras de su suegra Paula Rego, una<br />
artista de renombre portuguesa, radicada<br />
en Inglaterra. Charles Saatchi es el<br />
nombre del big fish, media naranja de<br />
la súper trendy agencia de publicidad<br />
Saachti y Saachti, y el alegre encuentro<br />
se hizo frente a su obra Pinocchio, que le<br />
valió al flamante artista nuevos pedidos<br />
del entusiasta comprador y la posibilidad<br />
de presentar su obra Hombre muerto en<br />
la resonante Sensation: Young British<br />
Artists from the Saatchi Collection en la<br />
Royal Academy of Arts en Londres en el<br />
año 1997, exposición en la que presentó<br />
una figura a escala media de su padre recientemente<br />
fallecido, y para la que llegó<br />
a utilizar el cabello real del difunto.<br />
Antes de este acontecimiento, y sin formación<br />
artística formal, Mueck se formó<br />
en el métier de sus padres y trabajó como<br />
maestro muñequero para el cine y la publicidad,<br />
notablemente para el film Laberinto,<br />
de Jim Henson de 1986, en donde<br />
además de la producción de muñecos<br />
hizo las veces de marionetista de alguno<br />
de los personajes.<br />
A partir de su aparición en la muestra<br />
Sensation, en la que también se presentaron<br />
otros artistas británicos importantes<br />
como Damien Hirst y los hermanos Jake<br />
y Dinos Chapman, sus reproducciones<br />
humanas en resina, fibra de vidrio, silicona<br />
y pinturas acrílicas se sucedieron<br />
alcanzando un rápido suceso: su obra<br />
Mujer embarazada, una mujer desnuda<br />
y encinta de unos tres metros de altura,<br />
con sus brazos cruzados detrás de su<br />
cabeza, fue comprada por la<br />
National Gallery de Australia, en<br />
Camberra, por 461.300<br />
dólares, llegando a ser en<br />
ese momento el precio<br />
más alto jamás pagado a<br />
un artista australiano vivo.<br />
Así, sus obras comienzan a verse en museos<br />
del mundo y en 2001, la fama de<br />
Mueck llega al gran público internacional<br />
cuando presenta Niño, un enorme niño<br />
agazapado de cinco metros de altura, que<br />
se exhibió en el Milenium Dome y en la<br />
<strong>49</strong>ª Bienal de Venecia.<br />
Hoy, con la llegada de nueve obras del<br />
artista a la Fundación Proa, en nuestra<br />
remota ciudad de Buenos Aires, se materializa<br />
la primera exhibición de sus<br />
obras en el continente latinoamericano,<br />
una deuda que el artista hacía tiempo<br />
quería saldar, y lo hace trayendo la misma<br />
exposición realizada en París hasta<br />
septiembre último por la Fundación Cartier,<br />
para luego partir hacia el Museo de<br />
Arte Moderno de Río de Janeiro, todo un<br />
acontecimiento tanto por su actualidad,<br />
como por la calidad de la curadoría, la<br />
dificultad del transporte de las piezas y el<br />
nivel general de la muestra.<br />
“Algunas palabras sobre este trabajo<br />
que es muy difícil de clasificar en el arte<br />
contemporáneo –dice Grazia Quaroni,<br />
co-curadora de la muestra para la Fundación<br />
Cartier– , Ron Mueck ha sido<br />
definido como uno de los artistas que<br />
mejor puede imitar en detalle la apariencia<br />
humana, y probablemente sea<br />
verdad”. Esto es lo primero que salta a la<br />
vista, desde ya, sobre todo cuando vemos<br />
las obras en reproducciones fotográficas<br />
que recortan y engrandecen los pequeños<br />
detalles de realización. Hay algo de<br />
realismo pero también de fantástico en<br />
cada pequeña deformación de las formas<br />
humanas. Aunque a primera vista parezca<br />
más un gesto virtuoso de un gran<br />
artesano, las obras logran transmitir una<br />
decantada tristeza de inexplicable origen,<br />
como si viniera de un fuera campo que
nos incluye, casi como una experiencia<br />
existencialista.<br />
“El resultado es extremadamente realista,<br />
continúa Grazia –con su acento inglés de<br />
italiana trasplantada a la francesa–, pero<br />
si hablamos de realismo no podemos ubicar<br />
a esta escultura dentro del hiperrealismo,<br />
ya que este requiere una mayor<br />
cantidad de información de contexto, de<br />
las condiciones sociales, la arqueología<br />
o un tiempo determinado para cada una<br />
de las esculturas. Las obras de Mueck<br />
son neutras en este sentido”. Más que<br />
neutras se podría decir silenciosas, casi<br />
tan parcas como su creador. Así como nos<br />
llega esa tristeza, hay entre los personajes<br />
una intimidad que no nos incluye, que<br />
se aprecia notablemente en las obras con<br />
dos personajes.<br />
En presencia de estas esculturas no<br />
sentimos lo que creímos que veníamos<br />
a experimentar, no nos golpea el salto<br />
de escalas, no nos sentimos tampoco<br />
transportados dimensionalmente, o sea,<br />
seguimos siendo nosotros mismos frente<br />
a estos trabajos, cuando desde la reproducción<br />
fotográfica nos entusiasmábamos<br />
con la idea de que la experiencia de verlos<br />
en vivo nos transformaría la forma de<br />
percibir el espacio, y es aquí donde otra<br />
vez Grazia sabe de lo que habla y nos<br />
resuelve el problema antes de plantearlo:<br />
“A pesar de que es un maestro técnico<br />
a la hora de representar la superficie<br />
del ser humano, pienso que antes que<br />
nada es en el interior de sus personajes<br />
en donde se produce su magia, y si el<br />
espectador no se siente shockeado o sorprendido<br />
frente a sus obras, es porque<br />
de alguna manera estas imágenes no son<br />
nuevas, porque representan un imaginario<br />
que tenemos en nuestras mentes, incluso<br />
la diferencia de escalas, los cuerpos<br />
gigantes, nos remiten a los cuerpos de los<br />
adultos cuando éramos niños, y, al revés,<br />
los cuerpos pequeños, a los que vemos<br />
todos los días en la calle en perspectiva y<br />
a la distancia. Por eso es posible enseguida<br />
relacionarse con estas esculturas como<br />
con algo conocido”.<br />
Las obras<br />
Para esta exhibición de nueve obras –que<br />
para un artista que tiene cuarenta obras<br />
realizadas en total, es muy grande–, tres<br />
de ellas fueron realizadas especialmente<br />
para la ocasión: Pareja joven, Mujer con<br />
las compras y Pareja debajo de una sombrilla.<br />
Estas, junto al resto de las obras<br />
seleccionadas cuidadosamente, logran<br />
presentar varias facetas distintas del artista.<br />
Desde la puesta fantástica y onírica de<br />
Hombre en un bote, Mujer con ramas y<br />
la que nos recibe a la entrada del museo,<br />
Máscara II; hasta los motivos más ligados<br />
a la experiencia cotidiana como pueden<br />
ser Pareja joven, Juventud, Mujer con las<br />
compras, Pareja debajo de una sombrilla<br />
y A la deriva; hasta la única obra del<br />
conjunto que no representa una figura<br />
humana: Naturaleza muerta (la reproducción<br />
de un gallo muerto colgando de<br />
sus largas garras). Además de las esculturas,<br />
su muy reservado proceso creativo<br />
es revelado gracias a la proyección en<br />
paralelo de la nueva película de Gautier<br />
Leblonde titulada Still Life: Ron Mueck<br />
at Work (Naturaleza muerta: Ron Mueck<br />
trabajando) que acompaña a la muestra.<br />
Las obras recorren una variedad sutil<br />
de temas, que mantiene un discurso<br />
monocorde y en sordina, pero cuyas resonancias<br />
abandonan la concepción realista<br />
para ir hacia un más allá casi surrealista<br />
en donde a lo real se accede sólo a través<br />
de la pequeña deformidad humana,<br />
demasiado humana. Si nos detenemos a<br />
mirar los detalles, si dejamos que nuestra<br />
visión penetre los materiales, se comienza<br />
a percibir con cierto horror algo<br />
fatídico en esos cuerpos detenidos por<br />
siempre en el tiempo, pero no se trata de<br />
un horror relacionado con lo cadavérico,<br />
sino algo aún más retorcido, como si nos<br />
aterrara la idea de que han sido creados<br />
para permanecer ahí, sin incorporarse al<br />
ciclo de la naturaleza, eternamente, con<br />
identidades ancladas a sus minuciosos<br />
El tiempo también es un punto clave en<br />
este trabajo, tanto el tiempo que el artista<br />
se toma para concretar sus obras, como el<br />
tiempo que le dediquemos a observarlas.<br />
Están advertidos, no se detengan demasiado<br />
en los detalles a menos que quieran<br />
descubrirse de golpe, solos y fuera de<br />
este mundo<br />
89
INTERNET<br />
http://twitvalue.tk/en/?ref=1<br />
Las redes sociales son la última forma de<br />
comunicación virtual en todo el mundo.<br />
Especialmente Twitter, la red de los 140<br />
caracteres. Sus múltiples usos que una<br />
persona (o empresa) puede darle permiten<br />
analizar su calor comercial. Esta aplicación<br />
cotiza cada cuenta en dólares.<br />
http://www.federicomauro.<br />
eu/11918/1902515/works/famous-fooddrinks<br />
http://www.polygon.<br />
com/2013/10/31/5051928/preserving-videogame-history-one-photo-at-a-time<br />
Los fanáticos de los videojuegos pueden<br />
repasar toda su historia a través de esta<br />
serie de fotos del artista estadounidense<br />
Evan Amos. Las primeras consolas,<br />
joysticks, los cambios del Nintendo, y los<br />
nuevos modelos. Lo interesante de este<br />
trabajo es cómo surgió la idea y hasta<br />
dónde se expandió.<br />
http://fuckyeahharrypottertattoos.tumblr.<br />
com/archive<br />
La historia de Harry Potter sigue sumando<br />
adeptos de todas las edades desde que<br />
fue publicada, y proyectada en la pantalla<br />
grande a principios de 2000. En este<br />
caso, un fanático compiló fotos de tatuajes<br />
alusivos a la zaga.<br />
Este sitio pensado para diseñadores gráficos<br />
muestra el trabajo del artista italiano<br />
Federico Mauro: una serie de imágenes<br />
de las comidas y bebidas típicas de películas<br />
icónicas y de famosas series.<br />
http://cinemacity.arte.tv/en/cinemap/<br />
9o<br />
http://elmeme.me/santiago_sarceda/lo-quese-hereda-no-se-compra-14-ejemplos-practicos-de-herencia-genetica_1763<br />
Esta serie de fotos registra la herencia<br />
genética de los clanes familiares. Son retratos<br />
montados en collages entre padres<br />
e hijos, hermanos y madres, que aparecen<br />
como piezas de un rompecabezas<br />
perfectamente resuelto.<br />
Esta aplicación se descarga en todos los<br />
smartphones y propone recorrer París<br />
a través del cine y las locaciones donde<br />
tantas películas fueron filmadas (hay 23<br />
paseos temáticos). La herramienta tiene<br />
menos de un año y ya es un éxito entre<br />
los usuarios de dispositivos inteligentes.<br />
http://ht.ly/nGgrO<br />
Este listado es oro puro para los amantes<br />
de los libros. Se trata de 25 webs sobre<br />
letras e historias, muy variados, que<br />
complementan entre sí todo tipo de curiosidades<br />
al respecto de la pasión de leer<br />
y escribir.<br />
http://redarte.com.ar/<br />
Esta es una comunidad para que los<br />
artistas compartan y difundan su obra.<br />
Funciona como toda red social, y va creciendo<br />
a medida que pintores, fotógrafos,<br />
escultores, entre otros, van colgando su<br />
material. Es una creación de un grupo de<br />
profesionales especializados en arte y en<br />
comercialización.<br />
https://immersion.media.mit.edu/<br />
Han pasado dos décadas desde los comienzos<br />
de la web. Los mails son una<br />
suerte de archivo personal de todos esos<br />
años. Esta aplicación analiza la historia<br />
de nuestros correos y toda la información<br />
que manejamos desde ellos.
Muebles y telares, identidad y tradición<br />
Deco<br />
Todo empezó en los años 80, cuando Ricardo<br />
Paz, arquitecto y anticuario, y su<br />
mujer, Belén Carballo, hicieron un viaje<br />
por el norte de Argentina. De aquel viaje,<br />
especialmente en Santiago del Estero,<br />
surge el descubrimiento de un mundo,<br />
el nacimiento de una mirada, el inicio de<br />
una tarea que se puede conocer a través<br />
de algunas de sus bellas y exhaustivas<br />
publicaciones, como Teleras, Memoria<br />
del monte quichua, y Monte, Muebles de<br />
la tierra argentina, o acercándose a su<br />
galería-taller de Arte Étnico Argentino,<br />
en Palermo Viejo. El rescate del trabajo<br />
de los habitantes del lugar, de sus obras y<br />
sus técnicas, así como el de su hábitat, ese<br />
monte agredido por la codicia y la desidia,<br />
es parte de la tarea que se impusieron y<br />
que Belén, como directora de la editorial,<br />
cuenta.<br />
–¿Qué buscaban y qué encontraron?<br />
Ricardo venía de muchos años de trabajar<br />
con antigüedades europeas y quería encontrar<br />
algo que nos identificara con esta<br />
tierra y este lugar. Buscábamos conectarnos<br />
con nuestra tierra y con nuestra histo-<br />
ria. Encontramos a la gente que vivía en<br />
esa naturaleza trabajándola con las manos.<br />
–¿Cómo los transformó? Nos cambió el<br />
eje. Reconocer que la mirada de uno es<br />
sólo eso: una mirada, y que hay muchas<br />
otras que ni sospechábamos. Reconocer<br />
enormes porciones de realidad que no<br />
conocíamos. Tomar conciencia de nuestro<br />
condicionamiento y de nuestra ignorancia.<br />
Hay muchos saberes que en el monte no<br />
sirven para nada.<br />
–¿Qué transformación le imprimieron<br />
ustedes? La posibilidad de una mirada<br />
diferente, admirada y valoradora. Un<br />
espacio de transmisión al transformarnos<br />
en un canal para que todo ese mundo se<br />
conozca.<br />
–¿Hay un proceso de recuperación o el<br />
monte ya está perdido? El monte como<br />
geografía inmensa de árboles está muy<br />
dañado, pero siempre se puede recuperar<br />
espacios tanto en lo natural como en<br />
lo cultural. Eso no quiere decir que se<br />
pueda volver a un estadio anterior, no se<br />
trata de una nostalgia de lo perdido sino<br />
de acompañar una transformación que es<br />
inevitable protegiendo y valorando lo que<br />
existe como patrimonio actual. Hacer algo<br />
con lo que hay.<br />
–¿Cómo es el trabajo de ustedes con<br />
los muebles y los telares? El trabajo<br />
consiste en reconocer un valor y hacerlo<br />
circular hacia afuera, de modo que pueda<br />
generar un retorno, un beneficio para los<br />
hacedores, que no es sólo económico sino<br />
también espiritual en tanto se reconoce<br />
el saber y la labor de esa telera o ese<br />
artesano, y a través de ellos de toda una<br />
cultura y de su entorno. Es importante<br />
poder transmitir que los objetos no están<br />
separados de su origen, y que este origen<br />
no es solamente una tradición cultural y<br />
tecnológica sino que esta tradición es el<br />
resultado de un ambiente determinado y<br />
que la protección del ambiente no puede<br />
estar disociada de la tarea cultural.<br />
–¿Qué lugar ocupan en esta tarea los libros?<br />
Todo este proceso empieza con algo<br />
muy sencillo que es el conocimiento. No<br />
se puede querer lo que no se conoce. Por<br />
eso los libros son vitales como herramienta<br />
para mostrar y dar a conocer, porque<br />
un libro llega muchísimo más lejos que<br />
un objeto. Para los protagonistas el libro<br />
es un reconocimiento a su tarea y a la<br />
tradición en la que están insertos. Es una<br />
mirada que les llega desde afuera sobre<br />
lo propio. Si esa mirada es respetuosa y<br />
valoradora eso repercute en la mirada que<br />
tienen sobre sí mismos y sobre su producción.<br />
Nuestra intención es que estos libros<br />
sean una herramienta para el estudio de<br />
estas tradiciones y una inspiración para<br />
acuñar diseño con identidad argentina<br />
91<br />
Libros<br />
Teleras. Memorias del monte quichua y<br />
Monte. Muebles de la tierra argentina,<br />
de Belén Carballo y Ricardo Paz<br />
Ediciones Arte Étnico Argentino
VIDA GOURMET<br />
Pequeños detalles que hacen la diferenciA<br />
Por Mónica Tracey<br />
Del bodegón venimos...<br />
92<br />
Hace poco más de treinta años, en el bodegón Alejandro, en San Sebastián, un joven de 16 años se daba cuenta que ese trajín<br />
que había visto en la cocina desde siempre era su ley. Su mamá y su tía en los fuegos y su papá en el salón comedor habían<br />
construido un mundo del cual ya no quería alejarse. Así lo dijo y así, muy a su pesar en tanto para ellos había sido una vida de<br />
gran sacrificio, sus padres lo comprendieron. Después de una rotunda aunque breve oposición le comunicaron: “Si esto es lo<br />
que quieres, mañana a las ocho estás en la cocina”. Seis días a la semana en los fuegos y los domingos, cruzaba la frontera para<br />
aprender pastelería en Francia. Hasta que el papá murió y con 21 años, Martín Berasategui se ponía al frente del bodegón y<br />
de su historia, diciéndoles a su mamá y a su tía que podían bajar la guardia después de trece años sin un solo día de descanso,<br />
que él les iba a pagar el retiro.<br />
Ahora ese Martín que asegura sigue siendo el mismo que recorría las calles viejas de su ciudad a pesar de haber construido un<br />
imperio de la más alta gastronomía sobre sus espaldas vuelve a crear una suerte de bodegón en una antigua sidrería para que<br />
los jóvenes puedan degustar sus deliciosos platos a precios mucho más accesibles, algo así como el 20% de lo que salen en el<br />
restaurante Martín Berasategui, en Lasarte, el exquisito centro de operaciones del chef. “Allí hoy se come más o menos por<br />
200 euros, sin bebida, aquí en el eMeBe Garrote Grill, se comerá por 40. Es un regreso a mis orígenes pero también algo que<br />
siento que debo hacer para que el público joven también tenga la posibilidad de adentrarse en el camino de la buena gastronomía.<br />
Los platos serán de primera, sólo que no estaremos cambiando los cubiertos entre plato y plato, ese tipo de cosas”, dijo<br />
orgulloso en su primer viaje a la Argentina, con motivo de la segunda edición de la feria Masticar, cuando faltaban sólo unos<br />
días para ponerlo en marcha.<br />
Si bien llegó con bombos y platillos, con presencia en la Embajada de España y con el auspicio de Paradisus Resorts, los hoteles<br />
de lujo all inclusive de la cadena Meliá, en cuyos resorts de Playa del Carmen, en México, y de Palma Real en República Dominicana,<br />
están sus primeros restaurantes en América, Passion by Martín Berasategui y Tempo by Martín Berasategui, quien ha<br />
coleccionado 6 estrellas Michelin sorprendió por su sencillez, por su falta de divismo, por su militancia en la cocina.<br />
Pasión y tiempo, probablemente nada mejor para expresar la vida y la obra de este singular cocinero. Él seguramente agregaría<br />
la palabra trabajo, como si ni pensara o no le diera valor al talento. “Tuve la suerte de tener los padres que tuve”, dice, como si<br />
eso fuera la explicación de todo. Pero también cuenta que siendo muy joven, cuando le dijo a su padre que iba a ir a aprender<br />
a Francia, él le recomendó: “Vete a la Argentina, que ahí sí se come bien”. Su padre solía viajar hasta aquí para visitar a unos<br />
primos, pero Martín dice que a pesar de mantener vivo el deseo de venir recién lo pudo concretar ahora, a sus 53 años. “Y es<br />
que he dejado de hacer muchas cosas que quería por hacer lo que me chifla, cocinar”. El contacto lo mantuvo a través de los<br />
numerosos chefs argentinos que se formaron en la escuela de su cocina en Lasarte, Guipúzcoa, donde además del lujoso restaurante<br />
tiene un banco de pruebas, un laboratorio donde él con su grupo de alquimistas crean su propio oro. “Es un lugar de<br />
pura ilusión, donde hacemos cosas que no tienen referencias, que empiezan a ser”,<br />
dice con la sonrisa de quien ya está probando ese próximo plato mágico.<br />
Antes de regresar a su tierra y antes de que su nuevo bodegón estuviera inaugurado,<br />
Martín Berasategui nos dibujó el logo, de puño y letra de uno de los cocineros más<br />
interesantes del momento.
Más sabor, distintos saberes, sentir<br />
más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />
catas, un camino para conocerse en<br />
las propias elecciones<br />
Grupo A.C.E.L.G.A. en Masticar<br />
Ferias, festivales, grandes chefs,<br />
creativos productores:<br />
pura fiesta gastronómica<br />
Siempre nos gustó comer y desde siempre se come bien en<br />
nuestro país, sin embargo no se puede negar la revolución<br />
que la gastronomía vive entre nosotros, como en el mundo,<br />
desde hace unos años. Uno de los resultados o síntomas de<br />
este cambio cualitativo son las ferias y festivales gastronómicos<br />
que reúnen a algunos de los chefs más destacados y a los<br />
productores de muchos de los ingredientes que están haciendo<br />
posible esta revolución. La primera fue Masticar, que el<br />
Francis Mallman en Raíz cocinando pollos al piolín<br />
colectivo de cocineros A.C.E.L.G.A. (Dolli Irigoyen, Narda<br />
Lepes, Christophe Krywonis, entre otros) puso en marcha<br />
en 2012 y que tuvo a principios de octubre de este año su<br />
segunda edición. Apenas diez días después se pudo visitar la<br />
primera edición de Raíz, el festival gastronómico que tuvo<br />
su sede en Tecnópolis, donde también participaron muchos<br />
de los súper chefs de Masticar. Si bien Raíz fue más grande y<br />
abarcadora, lo cierto es que ambos encuentros se transformaron<br />
en una fiesta de descubrimientos, saberes y sabores.<br />
80.000 personas en cuatro días de Masticar y 300.000 en los<br />
cuatro de Raíz quieren decir algo que indudablemente tiene<br />
que ver con el interés que despierta la gastronomía en un público<br />
cada vez más volcado a conocer y disfrutar. En ambas se<br />
pudieron degustar exquisiteces de algunos de los restaurantes<br />
top de Buenos Aires y comprar ingredientes directamente del<br />
productor, además de escuchar las clases magistrales de los<br />
grandes de nuestra cocina. En Masticar, el plato más vendido<br />
fueron los ñoquis de ricota, con mollejas y castañas de<br />
Germán Martitegui de Tegui.<br />
En Raíz, además, hubo festivales y fiestas populares alrededor<br />
de algunos platos. Abrió con el omelette gigante que prepararon<br />
55 integrantes de la Cofradía Mundial de los Caballeros<br />
del Omelette de la localidad de Pigüé con 10.000 huevos y<br />
que comieron 5000 alumnos de escuelas que visitaban el lugar,<br />
y cerró con 40 pollos al piolín de Francis Mallman.<br />
Lo único para lamentar en las dos es que fue imposible probar<br />
todo. Habrá que seguir, militante, en las próximas.<br />
93
Museos<br />
del mundo<br />
Erotismo y globalización sexual<br />
Por Martín Garrido<br />
La globalización sexual alentó la multiplicación de los museos<br />
eróticos desde los primitivos en el Barrio de las Luces Rojas<br />
en Holanda hasta los dedicados a estatuas no aptas para menores<br />
en Corea del Sur o el más reciente en el consultorio de<br />
un ginecólogo en Rusia.<br />
Inicialmente tenían su origen en discretas tiendas minoritarias<br />
de objetos sexuales hasta que en los últimos años tomaron<br />
características masivas con un derecho de admisión más alto<br />
que los museos tradicionales (de 16 euros a 20 dólares).<br />
En una recorrida parcial, porque desde el año 2000 hay uno<br />
nuevo por semana, el más antiguo en esta faceta comercial<br />
puede ser el Venus Temple en Ámsterdam que repasa cuatro<br />
mil años de historia pasando por objetos en el imperio romano,<br />
cinturones de castidad en el medioevo, almohadas chinas<br />
hasta fotografías y películas. También en la misma ciudad, en<br />
un viejo galpón del siglo XVII en el barrio Rojo, está el Museo<br />
Erótico con material sobre el propio barrio de las vidrieras<br />
y una versión de esas casitas con una prostituta de cera.<br />
Pasando de Holanda a Alemania el que primero me llamó la<br />
atención fue el que abrió en 1996 la señora Beate Uhse en<br />
pleno centro de Berlín. Lugar amplio, con ventanales a la calle<br />
que nació con el éxito del shop temático en el gran destape<br />
cuando la propietaria ganó el derecho de vender legalmente<br />
materiales anticonceptivos. Se calcula que recibe 250 mil<br />
visitantes por año que pueden entrar individualmente, en parejas<br />
o grupos con precios diferenciados. Parece tan familiar<br />
como un shopping, con la diferencia de que incluye litografías<br />
sexuales europeas y antiguos videos que hacen juego con las<br />
postales de principios del siglo XX.<br />
Un año más tarde, al lado del Moulin Rouge en París, en el<br />
edificio de un viejo cabaret se abrió el Museo Erótico, de<br />
siete pisos que muestra colecciones del anticuario Alain<br />
Plumey y el educador Jo Khalifa. El segundo está dedicado<br />
a los burdeles franceses (les maisons closes) hasta su cierre en<br />
1946. Entre sus singularidades están las películas pornográficas<br />
mudas.<br />
A las novedades en Europa se suma el St. Petersburg Erotica<br />
Museum, el primero habilitado en Rusia en el año 2004,<br />
donde promocionan como atracción el pene de Rasputín. En<br />
Estados Unidos se dio el mismo proceso de proliferación con<br />
versiones parecidas a partir del 2000 en Miami, Nueva York<br />
y Las Vegas, en Nevada. Precisamente en ese estado están<br />
autorizados los prostíbulos como el Mustang Ranch donde<br />
en 1976 fue asesinado Oscar “Ringo” Bonavena, hecho en<br />
el que se inspiró la película Love Ranch de 2010 con Helen<br />
Mirren<br />
95
Turismo<br />
internacional<br />
Ciudades sexys<br />
96<br />
Por Horacio de Dios<br />
El sexo está en todas partes. Y más en la era de la globalización<br />
porque forma parte de la cultura cotidiana. Por eso la<br />
palabra sexy se emplea para definir personas, ropas, comidas<br />
y por supuesto ciudades.<br />
Ahora viene la pregunta: ¿Cómo se define esa cualidad? Los<br />
viajeros más pragmáticos aseguran que es lo que se puede<br />
obtener fuera de casa. Entonces el repertorio se hace más<br />
amplio porque se las asocia con sexo, prostitución, erotismo o<br />
pornografía. Hay para todos los gustos.<br />
Esa es la razón por la cual son contradictorios los rankings, clásicos<br />
de los 10 destinos top. Los lugares elegidos pueden tener<br />
características muy distintas según la base de las encuestas.<br />
La más común, y seguramente la que tiene mayor consenso,<br />
es la que reúne la fama legendaria de un lugar, la atracción<br />
de su naturaleza, la cordialidad de gente, el exotismo, el estilo<br />
de vida descontracturado, la belleza de sus mujeres y/o la de<br />
sus hombres, los hoteles de corta distancia (alojamiento por<br />
horas, los “telos”) la vida nocturna y sus espectáculos, los bajos<br />
precios de los hoteles de lujo, la permisibilidad sexual, el<br />
costo de los escorts de ambos sexos y un vasto etcétera donde<br />
vale todo lo que uno quiera pagar.<br />
Por eso, en las varias listas circulantes, nos podemos encontrar<br />
en primer lugar y fuera de concurso con París con el<br />
testimonio de Woody Allen o de Irma La Dulce, la moda, la<br />
comida, el vino y el chocolate. En otro ranking podemos sorprendernos<br />
con Berlín y su idea fuerza en otro tiempo (“Pobre<br />
pero sexy”) con sus múltiples refugios en las calles que<br />
recuerdan las historias picantes del Kit Kat Club de Cabaret.<br />
Otras opiniones confirman la seducción tropical de Río de Janeiro<br />
con su carnaval y las mulatas, la vieja Habana pese a la<br />
política del castrismo con la música de fondo del Tropicana y<br />
el Buena Vista Club que nos acompaña en sus playas mientras<br />
paseamos en un auto de los años 50. También hay que incluir<br />
Florida con bikinis, Ferraris y Stilettos en la larga noche de<br />
las discos de la avenida Washington que recuerda la serie<br />
Miami Vice.
Buenos Aires no es tropical pero tiene presencia en muchos<br />
sondeos donde la pasión por el tango, en especial para los extranjeros<br />
lo dice todo por una danza de contacto, de cuerpo a<br />
cuerpo, un movimiento vertical que busca el horizontal.<br />
Rumbeando al Oeste, llegamos a Sydney, por sus playas de<br />
Bondy y el surf en Manly, las fiestas en la arena viendo la imagen<br />
de su Opera sobre el agua.<br />
Por apelaciones distintas a París, también es muy popular<br />
Nueva York, con su serie Sex and the City, Broadway y su<br />
actitud de vanguardia, no menos estimulante que la de Londres.<br />
Cartel francés también tienen St. Tropez, Cannes, Montecarlo<br />
y los lugares que solía frecuentar James Bond.<br />
Hasta aquí el panorama es apto para todo público y no necesita<br />
confirmación estadística. En otros terrenos las opiniones<br />
son tan poco comprobables como los que aseguran que Sicilia<br />
es la predilecta del sexo oral. ¿A quién le preguntaron y<br />
cómo? ¿O la ingenuidad canadiense de medir el grado sexy<br />
de una ciudad por el consumo de juguetes eróticos?<br />
Una lista singular, confirmada por el volumen de ventas, es<br />
la encuesta de una marca mundial de condones que publica<br />
anualmente esta lista con datos de 23 países con 29.000<br />
encuestados publicada en The Times de Londres. Según sus<br />
estudios a la cabeza de las sociedades con menos tabúes, está<br />
San Petersburgo, seguido por la Habana, Roma, Sevilla, Tánger,<br />
Estambul, París, Nueva York, Londres y Berlín.<br />
En esta lista, sin embargo, no figuran algunas ciudades donde<br />
la prostitución es un hecho muy extendido. Por ejemplo, en<br />
Ámsterdam un turista puede preguntarle a un policía donde<br />
está el barrio de las luces rojas y se lo va a indicar sin tomarlo<br />
a mal. Lo mismo que si quiere saber los lugares de show en<br />
vivo o museos eróticos, además de las calles de las vidrieras<br />
con tarifas a la vista por los servicios ofrecidos.<br />
El equivalente de Ámsterdam es Bangkok en Tailandia con<br />
un clima muy caluroso en todo sentido (32 grados promedio).<br />
Lo primero que se escucha es hablar del barrio Khao Sanh<br />
Road donde todo es barato, desde el alojamiento a la comida.<br />
Y rápidamente cualquier visitante se entera de que muy<br />
cerca están los barrios rojos donde puede asistir a shows de<br />
sexo y de todo lo que se le pueda ocurrir a un precio bajo y<br />
sin mayores inconvenientes. Un lugar donde se ofrece todo<br />
a cualquiera todo el tiempo, a poco o ningún precio. Por eso<br />
la llaman la Disneylandia Sexual. Todo lo que han contado es<br />
cierto y en los bares que ofrecen estos espectáculos suelen<br />
concurrir también mujeres turistas, solas o con sus maridos o<br />
amigos. La mayoría salen shockeadas pero van, de la misma<br />
manera que a los museos eróticos en Europa o Estados Unidos.<br />
En Bangkok no se vende sexo en todas partes, pero está<br />
al alcance en suficientes lugares y tipos de lugares a un precio<br />
lo bastante bajo como para confirmar la opinión de que es un<br />
parque temático del erotismo. Además de espectáculos de<br />
sexo, burdeles tradicionales, muchos de ellos denominados<br />
“casas de té”, hay salones de masajes, cabarets y bares, y algunos<br />
de ellos con muchachas y muchachos en sus programas.<br />
Japoneses y árabes van a los burdeles, y también hay clubes<br />
para japoneses. Las tres manzanas de la calle Patpong y la<br />
única manzana de la calle Soi Cowboy están repletas de este<br />
tipo de establecimientos donde la mayoría de los clientes son<br />
estadounidenses o australianos.<br />
En Nana, otro barrio rojo, predominan los bares con ladyboys,<br />
marca registrada en Tailandia. Son transexuales o travestis:<br />
los katoeis también se ven en los comercios céntricos<br />
de la ciudad. Generalmente se operan los pechos para tener<br />
atributos femeninos visibles. Lo que hay cintura para abajo<br />
es a veces un misterio que más de uno ha descubierto tarde.<br />
Como dice Pedro Navaja, “sorpresas te da la vida”<br />
Horacio de Dios<br />
TESTIMONIO PERSONAL<br />
Masaje Thai y ping pong en Bangkok<br />
Un largo viaje en avión me dejó molido. Al llegar a Bangkok la curiosidad<br />
pudo más que el cansancio y me puse a callejear. En ese paseo encontré el<br />
jardín de un monasterio donde los monjes hacían masajes siguiendo sus<br />
técnicas milenarias desde Buda. Fue muy grato y tan corto que me dejó<br />
con ganas de más. Luego, en el hotel, contraté un masaje de dos horas a<br />
un precio razonable y sin toques eróticos. Podía elegir entre uno fuerte<br />
o más liviano. Quedé como nuevo. Por la noche, un grupo de amigos me<br />
invitó a un show de sexo, uno más entre los muchos que hay en la ciudad.<br />
Allí había varias mujeres (muy jóvenes, casi niñas) demostrando su<br />
extraordinario control del esfínter vaginal. Así, con sus genitales fumaban<br />
cigarrillos y recibían pelotas de ping pong que devolvían con una fuerza<br />
increíble. No era divertido, parecía triste y aburrido. Era hora de ir a dormir<br />
y solo, aunque las animadoras tenían un número a la espalda y bastaba<br />
pedirlo para que me acompañaran al hotel. Un amigo que se tentó<br />
me dijo que el sexo es estrictamente misionero, en posición vainilla, nada<br />
del otro mundo pero que son muy amables y saben escuchar aunque no<br />
entiendan lo que uno dice. Recordé que el final del musical Miss Saigon en<br />
Broadway está recreado en un bar de este tipo en Patpong.<br />
97
98<br />
Cocina<br />
Oscuro<br />
deseo<br />
El chocolate es uno de los alimentos más<br />
controvertidos de la historia de los sabores.<br />
Amado –¡muy amado!– y quizás por eso también<br />
“perseguido” y demonizado, este alimento<br />
gourmet ofrece a la humanidad la base misma<br />
del deseo: la tentación<br />
Por Marina García<br />
Es difícil que algo quede mal con chocolate, ¡hasta en preparaciones<br />
saladas resulta fascinante! Pero vamos a empezar la<br />
polémica. Parece que la palabrita tan mentada xocolatl no es un<br />
término de lengua nahuatl (el idioma usado por los pueblos de<br />
Mesoamérica en momentos de la llegada española), sino que<br />
en realidad fue la forma imitada que los europeos le dieron al<br />
brebaje que tomaban los originarios, el cual significaba “aguaagria”.<br />
Los orígenes del chocolate fueron el de una bebida<br />
–quizás fermentada– que se combinaba con chiles y especias, la<br />
cual resultaba muy energética y reconstituyente. Esta capacidad<br />
fue quizás la razón por la cual no pasó mucho tiempo para que<br />
las autoridades españolas establecieran su seguimiento e incluso<br />
prohibición. Sus bondades tónicas, hoy confirmada por los<br />
científicos, era la que también ponía de buen ánimo a las damas<br />
(especialmente a las religiosas) por lo cual la bebida –que al<br />
llegar a Europa se había combinado con leche y azúcar– empezó<br />
a ser mal vista y pasó a la clandestinidad. Mucho más tarde,<br />
cuando los italianos y suizos le vieron el potencial a las semillas<br />
de cacao, las trabajaron en forma de masa, le dieron textura cremosa<br />
y desarrollaron la versión actual del chocolate. Las fábricas<br />
perfeccionarían luego la textura y sabor, de allí surgirían apellidos<br />
que hoy son marca como: Hershey, Lindt, Nestlé y Suchard.<br />
A pesar de su larga historia, el chocolate no pierde vigencia.<br />
Actualmente lo más in es buscar y consumir chocolate con alto<br />
contenido de cacao (más del 70%, es decir bastante oscuro y<br />
amargo), donde se valora su origen como varietal. De allí nacen<br />
los CRU, término tomado del mundo vinífero, donde se busca<br />
valorar las características de suelo y clima a fin de identificar<br />
variedades específicas. Así, por ejemplo, existen:<br />
Criollo: muy fino, aromático y delicado, el más buscado por los<br />
profesionales. Se cultiva en Centroamérica y el “Ocumare”, de<br />
Venezuela, es un ejemplo de esta variedad.<br />
Forastero: abarca el 90% de la producción mundial, permite un<br />
cultivo más amplio, pero no tiene calidad de sabor y aroma. Es<br />
la base de los chocolates industriales. Una excepción es el conocido<br />
como “Arriba”, que si bien es un Forastero, forma parte<br />
del primer grupo de cacaos finos.<br />
Trinitario: híbrido de criollo y forastero, resulta resistente para<br />
el cultivo, pero guarda la característica aromática. Surgió de una<br />
cruza espontánea entre especies en la isla de Trinidad.<br />
Por último, las cualidades nutricionales del cacao encuentran<br />
en las interpretaciones más actuales de la medicina a un potente<br />
antioxidante, con capacidades tónicas y de gran ayuda para<br />
mejorar y conservar las capacidades mentales<br />
Chocolate<br />
Osvaldo Gross<br />
El autor es uno de los chef pâtissier de mayor<br />
prestigio en Argentina, director de Pastelería<br />
del IAG y protagonista de muchos programas<br />
de televisión gourmet. Su talento profesional<br />
y su exquisito gusto hacen de este libro una<br />
joya para degustar con todos los sentidos.<br />
Los aromas del chocolate<br />
Stephan Lagorce<br />
¡El libro que todo amante del chocolate<br />
debe tener! Ya desde el formato propone<br />
un guiño que asegura placeres para disfrutar.<br />
Su autor, quien lleva años investigando<br />
sobre el cultivo y degustación del<br />
cacao, propone un recorrido completo<br />
por historia, maridajes, recetas y golosos<br />
consejos.