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Revista quid 49

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Año 8 | Número <strong>49</strong><br />

diciembre 2013 - enero 2014<br />

CONSEJO EDITORIAL<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Jorge González<br />

Luz Henríquez<br />

Antonio Dalto<br />

DIRECCIÓN<br />

Jorge González<br />

EDICIÓN<br />

Carla Pandolfo<br />

COORDINACIÓN<br />

Hugo Cayssials<br />

Melina Dorfman<br />

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN<br />

Raúl Bruno | Preciada Imagen, Inc.<br />

FOTOGRAFÍA<br />

Silvana Sergio<br />

CORRECCIÓN<br />

Esteban Bertola<br />

COLABORAN EN ESTE NÚMERO<br />

Florencia Álvarez, Pablo Bassi, Esteban Bertola,<br />

Juan Manuel Cibeira, Antonela de Alva,<br />

Horacio de Dios, Flora de la Iglesia, Alberto Díaz,<br />

Eduardo Dubains, Amneris Ferro, Marina García,<br />

Martín Garrido, Nancy Giampaolo,<br />

Silvia Hopenhayn, Roger Alan Koza,<br />

Christian Kupchik, Mauro López Oyanarte,<br />

Luis Pescetti, Felipe Pigna, Gabriel Rolón,<br />

Lucila Rolón, Laura Schers, Emilia Simison,<br />

Maximiliano Tomas, Mónica Tracey,<br />

Beatriz Traverso, Esteban Ulrich, Sergio Varela,<br />

Felipe Von Hartz y Agustina Zabaljáuregui.<br />

PUBLICIDAD Y REDACCIÓN<br />

Tel.: <strong>49</strong>43-8219/22<br />

Patagones 2463 | c1282aca | CABA<br />

Correo: revista<strong>quid</strong>@ilhsa.com<br />

Web: yenny-elateneo.com / Sección Quid<br />

REVISTA QUID<br />

Grupo Ilhsa S.A. es propietaria de Quid, publicación de<br />

Yenny y El Ateneo. Queda prohibida la reproducción<br />

del contenido de esta publicación, aun mencionando<br />

la fuente.<br />

Los editores no son responsables por las opiniones<br />

vertidas por los colaboradores, entrevistados, las notas<br />

firmadas y el contenido de los mensajes publicitarios.<br />

Registro Nacional de la Propiedad Intelectual<br />

Nº 506670. ISSN 1669738-3.<br />

Distribución en locales Yenny y El Ateneo de la Ciudad<br />

de Buenos Aires, GBA e interior del país.<br />

Había una vez un hombre que trabajaba en una “casa de citas”. Era el portero y el<br />

recepcionista, por decirlo así. Abría la puerta a los clientes, los hacía esperar en el<br />

vestíbulo y les daba buena conversación. Pronto los clientes descubrieron en este<br />

señor su buena educación, la elegancia con la que hablaba, la cultura que poseía.<br />

Podía conversar sobre pintura, escultura, comercio, política, historia, literatura y<br />

música.<br />

Muy pronto este señor advirtió el interés que despertaba su conversación y un<br />

buen día decidió disfrazarse de mujer. Sólo les servía té. No había sexo, ni siquiera<br />

sutilezas seductoras. El éxito fue inmediato. Acudían a la casa de citas no para intimar<br />

con una prostituta sino para hablar con este sueño masculino de lo femenino.<br />

Este hombre había reflejado el ideal femenino del hombre japonés de su tiempo,<br />

que unía cultura y delicadeza. Fundó una casa de té y registró esta actividad en<br />

las oficinas del gobierno para distinguirse de las prostitutas. Así, se convirtió en la<br />

primera geisha de la historia.<br />

Disfruten de este nuevo número de Quid.<br />

Adolfo de Vincenzi<br />

Director General<br />

Grupo Ilhsa


NUESTRA PORTADA<br />

Autorretrato,<br />

Martina Gallo.<br />

Fotógrafa freelance<br />

desde 2008. Estudió en<br />

la Escuela de Fotografía<br />

Creativa de Andy<br />

Goldstein. Desarrolla<br />

su labor en el área<br />

musical y literaria.<br />

Actualmente construye<br />

en equipo una<br />

productora audiovisual<br />

independiente: Pebbles<br />

Films.<br />

facebook.com/pebbles.film<br />

MUESTRA DE FOTOGRAFÍAS<br />

Hay tiempo hasta el 13 de diciembre para visitar la muestra<br />

colectiva “Confluencia”, fotografías de alumnos de la escuela de<br />

Diego Ortiz Mugica. En la foto, todos los artistas participantes.<br />

Arriba: Sofía Dodero, Madelaine Ekserciyan, Cecilia Basualdo,<br />

Toya Sarno Jordan, María Estrada, Teresa Gruneisen,<br />

Leonor Achaval, Mariela Villar, Lulú Peluffo, Julio Virgolini.<br />

Abajo: María Ortiz Mugica (galerista), Sofía Bensadon,<br />

Ricardo Rivera, Pablo Miñarro, Diego Ortiz Mugica,<br />

Gustavo Dragonetti<br />

El Ateneo Grand Splendid<br />

Av. Santa Fe 1860, Piso 2.


LA RECOMENDACIÓN DEL LIBRERO<br />

¿Qué lecturas pueden hacerse de Boquitas pintadas, de<br />

Manuel Puig? Se trata de una novela impregnada de romanticismo,<br />

erotismo y sexualidad, pero también en ella subyace<br />

el humor, la crítica social incisiva y la gran genialidad de Puig<br />

para transformar en una fantasía intensa su propia historia.<br />

Boquitas pintadas (1969) permite hacer, al menos, tres tipos<br />

de lecturas: una primera, romántica, en la que sufrimos por<br />

amor ante los encuentros y desencuentros<br />

de sus protagonistas; una segunda,<br />

humorística, donde la ironía,<br />

e incluso la burla, se dejan entrever<br />

en la construcción de los personajes;<br />

y una tercera, de denuncia, para la<br />

que la traición y el engaño son marca<br />

distintiva de todas las relaciones humanas.<br />

Tiene mucho contenido autobiográfico<br />

y pude entreverse tanto la<br />

homosexualidad de Puig como su infancia en General Villegas<br />

(un pueblo del interior de la provincia de Buenos Aires). El<br />

universo femenino y las hipocresías de una pequeña sociedad<br />

tradicionalista marcaron tanto su vida como su obra.<br />

En la novela, Puig revaloriza y mixtura géneros de su época<br />

que hasta el momento habían sido desestimados por las corrientes<br />

literarias, como el folletín, el radioteatro y la novela<br />

por entregas; la incorporación de esos materiales, considerados<br />

entonces “populares” o “géneros menores”, constituye<br />

un giro en la literatura nacional. Boquitas pintadas, entonces,<br />

contiene elementos particulares y novedosos: abundancia de<br />

clichés, maniqueísmo (no hay intermedios: los personajes son<br />

el bueno y el malo, o el rico y el pobre, por ejemplo) y situaciones<br />

y pasiones extremas. Los personajes son arquetípicos:<br />

el hombre es un galán rudo, fuerte y con presencia; la mujer<br />

es débil, enamoradiza y se encuentra casi siempre siguiendo a<br />

un hombre.<br />

Otra genialidad de Puig se observa en la creación de un nuevo<br />

tipo de trama: la novela carece de narrador y la historia<br />

se construye a través de diferentes formas narrativas (cartas,<br />

artículos periodísticos e informes médicos y policiales, por<br />

ejemplo). El relato utiliza múltiples voces (con narraciones en<br />

primera y tercera persona, diálogos y descripciones) y no hay<br />

linealidad en los sucesos.<br />

El radioteatro y su oralidad tienen un gran impacto en Puig.<br />

En Boquitas pintadas es clara la relación entre la música y la<br />

historia: así como se escuchaba una canción en la apertura de<br />

los episodios radiales, también cada capítulo se “inicia” con<br />

una estrofa o verso de alguna canción popular.<br />

Recomiendo leerla ya que si leemos con detenimiento la<br />

novela (como ocurre con toda la obra de Puig) vemos que a<br />

partir del sexo se abren amplios horizontes.<br />

Mauro López Oyanarte


Nota<br />

de tapa<br />

o8<br />

Pasión de multitudes<br />

Por Christian Kupchik*<br />

“El mundo está lleno de esos seres incompletos, que caminan<br />

sobre dos pies y degradan el único misterio que les queda:<br />

el sexo.” La frase no pertenece a ningún cerrado moralista<br />

medieval sino a David Herbert Lawrence (1885-1930), prolífico<br />

y agudo autor de literatura erótica que dejó obras tan<br />

trascendentales en la materia como El amante de Lady Chatterley,<br />

Mujeres apasionadas o Hijos y amantes, entre otras.<br />

De vivir en la actualidad, posiblemente el propio Lawrence<br />

estaría sorprendido respecto de la vigencia de su cita. Aunque<br />

es cierto que la epistemología de las prácticas sexuales está<br />

determinada por la cultura en que se haya inserta, varía y se<br />

vincula con el contexto sociohistórico en que se desarrolle.<br />

Desde el comienzo de los tiempos la sexualidad ha obsesionado<br />

al hombre como una de las actividades vitales más sustantivas.<br />

En las cuevas primitivas de Lascaux o Altamira, en<br />

paredes rocosas de Australia o la Anatolia, es posible identificar<br />

esbozos con trazos torpes pero firmes y muy explícitos de<br />

hombres y mujeres que sugerían diversas prácticas sexuales.<br />

En el Antiguo Testamento, se señalan numerosas normas<br />

para la regulación de la conducta sexual, y más allá de la normativa<br />

que marcaba al matrimonio como institución primera<br />

y que tenía por finalidad la reproducción como actividad prioritaria,<br />

también existía cierta estética del arte amatorio. En un<br />

pasaje por demás significativo del Cantar de los Cantares, es


posible encontrar un párrafo de indudable carácter simbólicoerótico,<br />

que ha desconcertado a rabinos y padres de la Iglesia<br />

por igual: “Mi amado alargó su mano por la hendidura de la<br />

puerta, y se me conmovieron las entrañas. Me levanté a abrir<br />

a mi amado; mis manos gotearon mirra, y mis dedos mirra<br />

abundante sobre la manilla de la cerradura” (Can 5, 4-5).<br />

Egipcios, griegos y romanos dejaron abundantes señales acerca<br />

de la importancia que se le proporcionaba a los secretos<br />

del amor, sin detenerse demasiado a contemplar formas ni<br />

barreras. Las bacanales, culto primitivo llegado posiblemente<br />

desde Etruria a Grecia y de allí a Roma en el 200 a.C., eran<br />

orgiásticas fiestas organizadas por pitonisas conocidas como<br />

las Bacantes, en honor al dios Baco, que sólo se celebraban<br />

entre mujeres. Estas fiestas tenían un alto contenido erótico:<br />

Eurípides cuenta que pasaban noches enteras bailando desnudas,<br />

excitadas y en un éxtasis no sólo alcohólico. Se suponía<br />

que dichas prácticas fomentaban la fertilidad, y las matronas<br />

hacían de sacerdotisas proporcionando alcohol y drogas<br />

alucinógenas a las jóvenes. La leyenda afirma que recorrían<br />

los bosques insinuándose y lastimando a los hombres que<br />

encontraban. La danza de las ménades era el rito central de<br />

las ceremonias. Todo ello tenía como objetivo que las mujeres<br />

obtuviesen el “entusiasmo” (que etimológicamente significa la<br />

“entrada de Dios”) en la iniciada.<br />

En la Antigua Grecia, el hombre ateniense, a su vez, podía<br />

tener tres tipos de “parejas”, todas reconocidas socialmente:<br />

la gyné (esposa), para tener hijos legítimos; la palaké (concubina),<br />

que constituía una relación estable; y la hetera (prostituta),<br />

sólo para el placer. Pero además existía otra figura<br />

masculina singular: el paidagogo, quien era el encargado de<br />

iniciar sexualmente a los varones púberes.<br />

Asimismo, la mayoría de los pueblos de la América precolombina<br />

se caracterizaron por vivir una sexualidad en forma libre<br />

hasta la llegada de los españoles. Esto resulta muy evidente<br />

en el caso de la cultura Mochica, que surge entre los siglos I<br />

y VII en la franja desértica de la costa norte del Perú, donde<br />

se encontraron restos de templos, palacios y cementerios que<br />

testimonian su desarrollo artístico, tecnológico y compleja<br />

organización. Pero lo que más ha llamado la atención fueron<br />

los famosos “huacos”, cerámicas que expresaban la actividad<br />

sexual bajo las más diversas formas y posiciones, ya sean hetero<br />

u homos, e incluso algunos indicios de prácticas grupales.<br />

Entre los testimonios escritos más importantes heredados<br />

del arte del amor, habría que rescatar The Canons of Theodore,<br />

un manuscrito anónimo del siglo X que no volvió a ser<br />

editado desde 1830 y que detalla los pecados sexuales de un<br />

monje, probablemente, escuchados en confesión. Con la intención<br />

de convertirse en un manual monástico, The Canons<br />

of Theodore describe el ritual de la confesión y tipifica las<br />

penitencias correspondientes a cada pecado. Se trata de una<br />

obra moralista y religiosa, pero que da buena cuenta de cómo<br />

las prácticas sexuales más obscenas a ojos de la actualidad no<br />

son un invento del presente.<br />

El libro de la almohada, un clásico japonés del siglo XI que<br />

responde a la autoría de Sei Shonagon (existe una buena edición<br />

reciente en nuestro país debida a la editorial Adriana Hidalgo),<br />

nos presenta las reflexiones sobre la vida de la que fue<br />

una dama del tribunal en la corte de la emperatriz japonesa<br />

Teishi. Su autora no deja de lado el tema de la sexualidad,<br />

profundizando en el cortejo, los gustos de los hombres o los<br />

“pecaminosos” comportamientos de alcoba. En la sociedad japonesa<br />

de la época, el sexo entre los cortesanos estaba prohibido,<br />

pero según los comentarios en primera persona de esta<br />

espectadora, se trataba de una práctica habitual.<br />

Por último, no se puede dejar de mencionar La Escuela de<br />

Venus, anónimo del siglo XVII que fue publicado por primera<br />

vez en 1680 bajo el sugerente título de L’École des filles.<br />

Se trata de un manual que explicita las prácticas sexuales de<br />

aquella época y que sorprenderían por su audacia e inventiva<br />

incluso a más de un libertino actual. A lo largo de un extenso<br />

texto, dos primas dialogan abiertamente sobre conceptos<br />

sexuales varios, como el beneficio de tener múltiples parejas,<br />

los amigos con derecho a goce, el sexo fuera del matrimonio,<br />

el orgasmo vaginal, los métodos anticonceptivos y, sobre<br />

todo, las veleidades ocultas del clítoris, para el que todavía ni<br />

siquiera existía un término para definirlo. La obra lo define<br />

como “la parte superior de la vagina que sobresale”.<br />

Sin perjuicio de las virtudes de todas estas obras, resulta imprescindible<br />

mencionar a la más paradigmática entre ellas,<br />

además de ser predecesora: el Kama Sutra. En un fragmento<br />

de la obra, se menciona que el rey de Kuntala, Satakarni<br />

Satavajana, mató a su esposa Malaievati con un instrumento<br />

llamado kartari en el momento de tener relaciones. Se cree<br />

que este rey vivió y reinó durante el siglo I d.C., y el autor de<br />

la obra, Vatsyayana, cita este caso para advertir a los hombres<br />

del peligro que surge de las “antiguas” costumbres hindúes de<br />

lastimar a la mujer bajo el influjo de la pasión. Pero importa<br />

el hecho en sí porque invita a situar la obra en el mismo o<br />

posterior período en que vivió el rey, aunque a la fecha se<br />

duda si fue entre los siglos I y VI d.C. Vatsyayana era hijo de<br />

un erudito brahmán y se supone que su nombre real era<br />

Mal.li Naga o Mril.lana. Algunos especulan que pasó su infancia<br />

en un prostíbulo, donde trabajaba su tía favorita. Allí,<br />

Vatsyayana habría obtenido sus primeras e indelebles impresiones<br />

sobre los artificios sexuales y la seducción.<br />

Por fuera de los caprichos biográficos del autor, lo cierto es<br />

que el Kama Sutra (k ma alude a “placer sexual” y s tra a<br />

“hilo, frase corta”, por lo que la traducción literal sería Aforismos<br />

sobre la sexualidad) está considerado a la fecha como<br />

el libro fundador y de mayor vigencia de todos los manuales<br />

existentes sobre sexo, al menos si se atiende a las innumerables<br />

reediciones y versiones que existen en el mundo entero.<br />

La importancia de los preliminares, el “arte” del orgasmo y<br />

cuestiones más transgresoras como los tríos, el sexo oral y<br />

otros tabúes, contextualizados durante el período Gupta (240-<br />

550 d.C.), se tratan en profundidad y siguen despertando el<br />

o9


1o<br />

mismo interés desde que fuera traducido por primera vez a<br />

una lengua occidental, el inglés, por Sir Richard Burton recién<br />

en 1883. El Kama Sutra se compone de 36 capítulos que<br />

versan sobre siete unidades temáticas diferentes, cada uno<br />

de los cuales fue escrito por un experto en el campo. La obra<br />

trasciende en mucho la simple gimnasia amatoria para vincular<br />

la sensualidad también a una cosmovisión.<br />

Vatsyayana creía que existen ocho maneras básicas de hacer<br />

el amor y ocho posiciones principales; por lo tanto, el Kama<br />

Sutra contiene un total de 64 “artes”. Resulta de importancia<br />

destacar este nombre que el autor entrega a la combinatoria<br />

de formas de hacer el amor. El capítulo que enumera las<br />

múltiples artes es el más conocido, y suele ser un error muy<br />

común confundir a este en particular con la totalidad del<br />

Kama Sutra. Vatsyayana entiende que hacer el amor es el arte<br />

de jugar el uno con el otro. El sexo, en definitiva, se entiende<br />

como un lenguaje y para ello es indispensable que quienes se<br />

comprometen con él deben experimentar todas las opciones<br />

a fin de llegar a la posibilidad de una lengua nueva que los<br />

envuelva. Allí radica el juego, el desafío.<br />

En 1885 Burton tradujo asimismo una obra amatoria posterior,<br />

el Ananga Ranga o Kamaledhiplava (Barco en el mar del<br />

amor) escrito por Kalyana.malla en el siglo XV o XVI, que<br />

insiste en ahondar en la mística del amor. Con todo, el Kama<br />

Sutra sigue siendo una obra de consulta permanente.<br />

Según Henry Miller, que algo sabía de arte erótico, el clásico<br />

de la literatura árabe El jardín perfumado comenzaba<br />

allí donde culminaba el Kama Sutra hindú. A pesar de la represión<br />

que sufren muchas musulmanas a la fecha, el Corán,<br />

lejos de lo que postulan los fundamentalistas, exalta el goce<br />

como una virtud espiritual. Existe un texto maravilloso del<br />

siglo XI, del polemista y filósofo andalucí Ibn Hazn de Córdoba,<br />

llamado Tawk al-hamâna o El collar de la paloma, que nos<br />

ilustra con claridad acerca de la variedad y complejidades del<br />

sentimiento amoroso y su goce. Algunas mujeres del Islam<br />

llevan esta sabiduría en la sangre. Y cuando se entregan al<br />

sexo lo hacen como un ritual sagrado.<br />

El proceso comienza –o prosigue, dependiendo del apetito de<br />

los amantes, aunque las comidas deben tener sus intervalos<br />

con el sexo– con una serie de delicias y dulces excitantes. Entre<br />

los primeros, se recomienda la carne de cordero a la miel,<br />

y por los segundos se tiene en cuenta los confites llamados<br />

madjoun, preparados con frutas, en particular cerezas y peras<br />

cocidas también con miel, a las que se añade canela y almizcle.<br />

La atmósfera debe estar rodeada con plantas aromáticas e<br />

inciensos suaves. Los besos deben ser sonoros, procurar que<br />

la lengua alcance el paladar y se desplace por la boca, lubricando<br />

con la saliva y acompañando con suaves caricias.<br />

Lo más importante: Alá propone nada menos que Su conciencia<br />

a través del abrazo sexual y, por tanto, cuanto más dure<br />

este, más cerca estaremos del Paraíso. La mujer puede llegar<br />

a visitarlo varias veces, y nos honrará como sus acompañantes.<br />

Al arribar juntos estaremos en ese territorio que tantos<br />

prometen y pocos conocen. Para que el hombre prolongue su<br />

éxtasis, ellas saben utilizar una fórmula inmemorial: palabras<br />

suaves y besos tiernos, mientras esparcen en el lugar indicado<br />

un ungüento hecho de nuez moscada e incienso, mezclado<br />

con miel, un poco de tástago o cevadilla, jengibre, canela de<br />

La Meca y cardamomo. Ibn Arabi señaló que “la visión de<br />

Dios en la mujer es la más perfecta de todas”.<br />

En los países donde el deseo amoroso de una mujer es tabú,<br />

y se encuentra prohibido tanto por el estricto código de<br />

honor de los clanes como por los ulemas, existen formas de<br />

resistencia insospechadas. Las mujeres testimonian su disconformidad<br />

en forma de cantos y poemas secretos. Incluso,<br />

estando solas en alguna situación especial, como por ejemplo<br />

una boda (las fiestas se celebran por separado), es posible<br />

verificar una excitación particular entre ellas: se dan palmadas<br />

en el trasero, se acarician los senos, se pellizcan, bailan como<br />

serpientes… Seductoras innatas, buscan deslumbrar con los<br />

secretos inmemoriales que atesora su deseo.<br />

El Corán y la Sunnah anticipaban una moral sexual mucho<br />

más amplia y comprensiva de la naturaleza humana. El profeta<br />

Mahoma expresa con toda llaneza su gusto por la paz, el placer<br />

y la belleza. En ningún momento de su vida dio a entender<br />

que el musulmán hubiera de renunciar a su naturaleza. También<br />

expresó en repetidas ocasiones que, cuando alguien satisface<br />

legítimamente sus deseos sexuales, realiza con ello una<br />

buena obra (hásana), merecedora de la recompensa divina.<br />

Para el musulmán, Dios no es un creador de dioses inermes,<br />

sino que es creador de vida, de potencia, de lenguaje, creador<br />

de lo que el ser humano puede llegar a comprender cuando<br />

rompe el espejo y su yo se aniquila y extingue. Se narra en los<br />

hadices que el Profeta afirmó que cuando un ser humano sometido<br />

a la voluntad de Alá contempla a su mujer y ella le devuelve<br />

la mirada, cuando él toma su mano y ella toma la suya,<br />

“las faltas se escapan por las rendijas que quedan entre sus<br />

dedos entrelazados”, y que cuando yacen juntos “los ángeles<br />

les rodean desde la tierra hasta el cénit del cielo”.<br />

Desde el comienzo de los tiempos el sexo atraviesa culturas y<br />

es una obsesión común. Quizá convendría coincidir con la visión<br />

“marxista” del mismo. Dijo Groucho: “No quiero ser irreverente,<br />

pero creo que estarás de acuerdo en que quienquiera<br />

que creó el sexo ciertamente sabía lo que hacía. Aunque todo<br />

el mundo está loco por él, la palabra en sí, pese a su brevedad,<br />

parece asustar a muchísima gente. Ningún cantante (ni siquiera<br />

un tenor) se atrevería a cantar El sexo es algo maravilloso.<br />

Con ese título la canción obtendría un éxito multitudinario,<br />

pero el cantante sería puesto en la lista negra por algún comité<br />

de moralidad. ¿La acusación? Incitar a la gente a que haga una<br />

cosa perfectamente natural”<br />

* ESCRITOR, TRADUCTOR y PERIODISTA, ha publicado varios libros de poesía y<br />

editó la colección Planeta Nómade sobre literatura de viajes. Aparecieron los<br />

títulos El camino de las damas, La ruta argentina, En busca de Cathay y Las huellas<br />

del río, todos en Editorial Planeta. También la antología En la vía - Relatos<br />

desde un tren y Relatos de París.


12<br />

El<br />

señalador<br />

El pornógrafo<br />

culposo<br />

Por Maximiliano Tomas*<br />

pretadas por un personaje inventado por<br />

Sasha Grey, si uno puede admirar toda su<br />

gráfica y explícita osadía y su irresistible<br />

belleza con apenas dos clicks del mouse?<br />

Me fui de la librería admitiendo que<br />

nunca iba a lograr entender la atracción<br />

que para algunos parece tener la literatura<br />

erótica, y mucho menos la literatura<br />

pornográfica (si es que algo así existe).<br />

Porque el sexo en la literatura es otra<br />

cosa. Y una de las más difíciles de lograr:<br />

todo buen escritor sabe que a la hora de<br />

narrar una escena sexual se expone al<br />

escarnio y la vergüenza, ya que la línea<br />

que separa a la torpeza, el mal gusto y<br />

la estupidez de la efectividad literaria es<br />

muy pero muy fina. Tanto, que en 1993<br />

la revista Literary Review creó el “Bad<br />

Sex in fiction Award”, que premia todos<br />

los años a la peor escena sexual publicada<br />

en lengua inglesa, y que se han llevado<br />

a su casa (es un decir) escritores como<br />

Norman Mailer o Haruki Murakami.<br />

Claro que hay ejemplos en sentido<br />

contrario, pero son los menos. Henry<br />

Miller lo hizo a<br />

lo largo de varios<br />

libros (Trópico de<br />

Cáncer y Trópico<br />

de Capricornio,<br />

entre otros), aunque<br />

habría que<br />

ver si releídos<br />

hoy siguen soportando<br />

aquella<br />

primera impresión.<br />

Con Vladi-<br />

Hace algunos meses estaba en el aeropuerto<br />

de Madrid, haciendo tiempo en<br />

una librería, cuando me llamó la atención<br />

un estante de novelas cuyas tapas eran no<br />

sólo parecidas entre sí (el mismo diseño<br />

de imagen recortada y tipografía, fondo<br />

oscuro y leves variaciones de palabras<br />

en los títulos) sino que se exhibían como<br />

descaradas imitaciones de la tapa original<br />

de la trilogía de E. L. James Cincuenta<br />

sombras de Grey. No me interesó tanto<br />

pensar entonces sobre el desesperado intento<br />

de la industria editorial de exprimir<br />

un fenómeno de ventas global, sino sobre<br />

todo preguntarme si esos libros también<br />

se venderían, y en ese caso, a quién.<br />

¿Quién compra novelas eróticas en la era<br />

de las redes sociales y el acceso irrestricto<br />

a Internet? ¿Y, por Dios, para qué? El<br />

asunto sigue siendo un misterio para mí.<br />

Pero más insólito aún me resultó un libro<br />

que descubrí a un costado, con el título<br />

La sociedad Juliette, y que venía firmado<br />

por una de mis heroínas privadas, la ex<br />

actriz porno Sasha Grey, que en la década<br />

del 2000 y con sus radicales interpretaciones<br />

en películas XXX había logrado<br />

subvertir los valores de la industria pornográfica<br />

para utilizarlos a su favor, hacer<br />

mucho dinero, y pasar a otra cosa.<br />

No pude resistirme y abrí la novela.<br />

Con no poca desazón, vi que era apenas<br />

una extensión de algunas de sus escenas<br />

sexuales filmadas, pero enmarcadas en<br />

una esquemática y vulgar trama narrativa.<br />

¿Quién querría leer dos párrafos de<br />

fellatios, orgías y penetraciones intermir<br />

Nabokov no hay dudas: todo el que<br />

quiera escribir una escena sexual debería<br />

tener como obligación leer, por lo menos<br />

una vez, Lolita. En otro nivel (es decir,<br />

unos escalones más abajo), pero de este<br />

lado de la barrera del absurdo, el francés<br />

Michel Houellebecq puede, cuando<br />

quiere, salir airoso de la prueba: Plataforma<br />

es un buen ejemplo. Con la literatura<br />

argentina pasa lo mismo. Osvaldo Lamborghini<br />

llevó al sexo a su extremo más<br />

bestial en El fiord. Manuel Puig lo hizo<br />

con gran sutileza en El beso de la mujer<br />

araña. Y tal vez sea Fogwill en el relato<br />

Help a él, aquel extraño homenaje a El<br />

Aleph de Borges, quien haya logrado<br />

una de las escenas sexuales literarias más<br />

inolvidables de la narrativa local.<br />

Hay, sí, un autor que hizo del sexo (y<br />

de la condición judía) el tema de toda<br />

su obra: Philip Roth (Estados Unidos,<br />

1933). A lo largo de sus novelas acompañamos<br />

a sus personajes en sus variadas<br />

aventuras sexuales: podemos compadecernos<br />

de ellos o envidiarlos, pero jamás<br />

sentiremos vergüenza al leerlas. El arco<br />

de sus ficciones arranca con la potencia<br />

de la juventud y el despertar sexual y<br />

avanza, en paralelo a la vida del propio<br />

Roth (que hoy tiene 80 años), a la impotencia<br />

viril y la desesperación de sus<br />

últimos libros. Si todavía no leyeron a<br />

Roth, y quieren empezar por algún lado,<br />

prueben con su tercera novela, la que le<br />

dio un nombre: El mal de Portnoy, de<br />

1969. Allí Alexander Portnoy (uno de<br />

los tantos álter egos de Roth), ese masturbador<br />

serial, cuenta su obsesión por<br />

el sexo femenino (“Sencillamente no es<br />

capaz de controlar –no quiere controlar–<br />

las calenturas de su putz, las fiebres<br />

de su cerebro, ese permanente deseo<br />

que arde en su interior de novedad, de<br />

descontrol”) y la dificultad para vivirlo<br />

plenamente y sin culpa, problema que<br />

le atribuye a su castradora madre judía.<br />

“¿Conoce usted ese famoso proverbio?<br />

Cuando la pija se levanta, el cerebro se<br />

rebaja. ¡Qué verdad!”, escribe Roth que<br />

piensa Portnoy, mientras enumera sus<br />

técnicas masturbatorias y espera que<br />

llegue la próxima aventura. Sexo y culpa,<br />

culpa y sexo: Roth logra una de las mejores<br />

aproximaciones literarias personales a<br />

un tema universal<br />

* Editor literario, crítico y periodista cultural.


Tema de tapa<br />

uno / cine<br />

Escena de El desconocido del lago, de Alain Guiraudie (2012)<br />

Las aventuras de la diferencia<br />

Por Roger Koza*<br />

14<br />

“Es una nota rara”, dice la diva televisiva platinada, al informar<br />

a su audiencia sobre la próxima invitada que entrevistará, una<br />

actriz porno latina. La misma diva que protestaba frente a la<br />

nueva forma de denominar los festejos del 12 de octubre tampoco<br />

sabía muy bien cómo expresar ciertas prácticas eróticas<br />

en plena emisión. En otro canal y programa, otro conductor,<br />

más dúctil y canchero, intenta profundizar un poco más sobre<br />

la vida secreta de una actriz porno. Sus televidentes pueden o<br />

no conocer la obra de la actriz, pero aquí el desnudo pasa por<br />

espiar la psicología del artista. De eso se trata, de espiar.<br />

Al inicio de La ventana indiscreta, de Alfred Hitchcock, el<br />

personaje interpretado por James Stewart, debido a un accidente,<br />

está inmovilizado. Su pasatiempo principal consiste en<br />

observar con sus binoculares la vida de sus vecinos. La historia<br />

es conocida. En cierto momento, descubrirá un asesinato, o al<br />

menos tendrá las pistas para así creerlo. Al inicio del film, Stella,<br />

una mujer que viene a ayudarlo debido a su condición física,<br />

enuncia un credo que excede al del propio Hitchcock: “Somos<br />

una especie de mirones”.<br />

Desde que existe el cine, nuestra especie, proclive a mirar, encontró<br />

una forma de registrar casi todas las experiencias humanas<br />

posibles. Hay imágenes de todo. Excepto de lo que sucede<br />

después de la muerte, si es que algo sucede (lo que en principio<br />

parece poco probable). Para el resto de nuestras experiencias<br />

siempre existe una imagen. Se ha filmado todo: nacimientos,<br />

genocidios, proezas sexuales, delirios sociales a gran escala, torturas,<br />

incluso un camarógrafo llegó a filmar su propia muerte.<br />

No era imprevisible que tras un film de los hermanos Lumière<br />

sobre el trabajo, o al menos acerca de la salida de los operarios<br />

de una fábrica, alguien iba a estar dispuesto a filmar el tiempo<br />

dedicado al ocio, y en especial al placer sexual. No es aquí el lugar<br />

para desarrollar una genealogía del cine erótico, pero nunca<br />

está de más recordar que las primeras películas pornográficas<br />

fueron silentes, cuyos propósitos no se ordenaban en torno a los<br />

réditos económicos de una industria que explotaría, más tarde<br />

y organizadamente, nuestro deseo de mirar. En las primeras<br />

películas pornográficas todo se filmaba como un ejercicio antropológico<br />

de exploración, en donde se podía ver el cuerpo en<br />

una acción destinada a permanecer en secreto. El orden de las<br />

fantasías adquiría entonces una imagen precisa. Es extraordinario<br />

confrontar con esas primeras películas de principio del siglo<br />

XX. La novedad era total y en aquel entonces los hombres y las<br />

mujeres todavía eran vírgenes frente al poder del registro de<br />

una cámara. Eran aún sujetos inocentes frente a la representación<br />

a través de imágenes en movimiento. Es por eso que hay<br />

algo de inocencia en esas primeras películas, las que no eran<br />

precisamente pacatas respecto de las prácticas sexuales que se<br />

retrataban, pero que nada tenían que ver con la dureza estética<br />

y mecánica de las poéticas actuales del cine para adultos.<br />

Es posible que si se trata de sexo, la película más esperada<br />

entre los próximos estrenos sea Nymph()maniac, del mejor publicista<br />

del mundo, Lars von Trier. Su famosa película de cinco<br />

horas y media, con varias estrellas de cine de Hollywood, es el<br />

hit del momento. Se verá en versión completa, casi con seguri-


dad, en Cannes, y habrá que ver el film de Von Trier para juzgarlo<br />

y entender si hay algo más que contemplar los derroteros<br />

de su protagonista, Charlotte Gainsbourg, reconstruyendo sus<br />

experiencias eróticas extremas; por ahora el danés ha logrado su<br />

cometido: todos hablan de su nueva película, como si se tratara<br />

de un acontecimiento cósmico y orgásmico.<br />

Sin embargo, las dos mejores películas recientes en donde el<br />

sexo tiene un lugar preponderante son francesas: La vie D’Adèle<br />

y El desconocido del lago. Son únicas, desafiantes y libres. La vie<br />

D’Adèle fue la ganadora de la Palma de Oro. Abdellatif Kechiche<br />

cuenta una historia de amor lésbico, pero lo que le importa<br />

es otra cosa: registrar el proceso de maduración de una joven,<br />

Adèle, que a los 17 años estudia en la escuela pública y que<br />

después se convertirá en maestra de escuela. En esa transición,<br />

en ese período impreciso de ingreso al mundo adulto y abandono<br />

inesperado de la cultura familiar, Kechiche contextualiza el<br />

encuentro de Adèle con Emma, una chica un poco más grande,<br />

de clase media intelectual, cuya elección sexual no tiene que ser<br />

vivida en secreto. Verlas juntas es ser testigo de un encuentro<br />

humano que va mucho más allá del lesbianismo y su legitimidad.<br />

No se trata de una película militante por la diversidad sino de<br />

una película vital en la que el acto de amar es tan placentero<br />

como doloroso, independientemente de las elecciones sexuales.<br />

Estar junto a otro es una hazaña física y simbólica: hay que<br />

calibrar diferencias, entenderlas, entregarse. Las escenas de<br />

sexo son de alto vuelo pero, curiosamente, evitan dos modelos<br />

de representación típicos en estos casos: el porno soft y el sexo<br />

explícito desprovisto de ternura. Las escenas de sexo son un<br />

manifiesto fílmico de que el placer y el amor pueden ir juntos.<br />

El trabajo de las actrices es magnífico, en particular el de Adèle<br />

Exarchopoulos, que transmite la urgencia y la incertidumbre<br />

de estar vivos como no se veía en pantalla desde Rosetta, de los<br />

hermanos Dardenne. El film indirectamente es también un<br />

retrato de clase y una defensa poética de la educación pública.<br />

Ganadora justa, indiscutible. Y está muy bien que sea una<br />

Palma de Oro triple: sin sus dos actrices, Kechiche no hubiera<br />

podido hacer lo que logró.<br />

¿Cómo mostrar los placeres de la homosexualidad masculina sin<br />

plantear un discurso militante acerca de lo gay como política de<br />

la identidad? ¿Cómo filmar escenas de sexo ocasional sin asociarlo<br />

con el amor romántico y sin condenarlo como una perversión<br />

licenciosa? Los hombres pueden chupar, besar, hablar y<br />

acompañarse. El cuerpo puede ser vivido como una superficie<br />

absoluta de placer. En un pasaje glorioso dos hombres se masturban<br />

gozosamente, y la amabilidad de la escena y el placer<br />

que transmite pueden remitir a esas secuencias hermosas del<br />

cine de Jean Renoir donde sus personajes se permiten sentir<br />

el placer del mero estar en la naturaleza. Un río, el viento, el<br />

pasto, elementos mínimos de un bienestar no mediado por el<br />

dinero y, en este caso, ni siquiera por el sexo. ¿Quién ha filmado<br />

esta genialidad? Alain Guiraudie.<br />

Película insólita y libre como pocas, El desconocido del lago.<br />

Ya desde el plano de apertura estamos frente a un director<br />

que entiende la gramática del cine con una seguridad que no<br />

contrabandea pretensión alguna. Una panorámica presenta un<br />

bosque y una playa al lado de un lago. Ahí funciona una playa<br />

nudista para homosexuales, donde se toma sol, se habla y se<br />

practica natación. En el bosque, fundamentalmente, se coge.<br />

Los habitués llegan en autos que estacionan regularmente en<br />

un estacionamiento improvisado. Es verano. La luz del sol<br />

brilla de un modo peculiar y el viento sopla de una forma específica.<br />

Guiraudie pone especial atención en cómo capturar<br />

este cosmos desnudo donde se desarrollará su comedia policial<br />

erótica. Las panorámicas de la playa, el bosque, los lagos y los<br />

cielos componen de inmediato un mapa visual. Cada día que<br />

pasa arranca con un plano general del estacionamiento, y otros<br />

planos generales del territorio, que varían cada tanto. La naturaleza<br />

se repite pero también cambia, y lo que se ve se duplica<br />

en un trabajo de sonido formidable. Los sonidos se repiten pero<br />

también sufren cambios. Al ver el desplazamiento de un hombre<br />

nadando en el lago, en los primeros minutos del film, ya se<br />

percibe un código y una motivación estética: asombrarse frente<br />

a la vitalidad del cuerpo, celebrar este vitalismo. Primero será<br />

vía el deporte, luego el sexo.<br />

Franck, que suele ir todos los días, nada, charla y coge. Los visitantes<br />

se conocen, lo que no implica que sepan sus nombres.<br />

La fugacidad colma la existencia: alcanza con estar, respirar,<br />

moverse y acabar. Franck conocerá a Henri, un hombre heterosexual<br />

de mayor edad que suele ir todas las tardes a contemplar<br />

el lago. Esa relación no pasará por el sexo sino por la amistad.<br />

Un pronunciamiento magnífico: los hombres pueden amarse de<br />

muchas maneras. La construcción de esa amistad es una de las<br />

revelaciones del film y el punto de mayor sofisticación afectiva,<br />

que en el desenlace policial alcanza el carácter de lo sublime.<br />

Los diálogos entre Franck y Henri son de una delicadeza admirable,<br />

y el crecimiento del cariño entre los dos es un pequeño<br />

milagro que sucede en la pantalla. Se trata de exponer una política<br />

de la amistad entre hombres, una modalidad del cuidado<br />

del otro que no involucra la genitalidad. Lo homosexual pertenece<br />

a otra vía, y el propio Franck, siempre predispuesto a coger<br />

con extraños, reconoce de inmediato en Henri a un amigo.<br />

Franck, por otra parte, se enamorará paulatinamente de un tal<br />

Michel, aun sabiendo algo terrible de él: Michel ha matado a<br />

uno de sus amantes y Franck lo ha visto. Este hecho, lógicamente,<br />

abrirá la vía policial del film, que incluye a un maravilloso<br />

personaje tardío, el inspector, figura cómica que viene<br />

además a proponer una ética que trasciende las predilecciones<br />

sexuales. Y es genial porque su investigación es siempre jurídica,<br />

nunca moral.<br />

Ninguna escena está de más. Los tiempos son perfectos, las<br />

elecciones de luz y la apropiación de la oscuridad ambiente virtuosas,<br />

los toques humorísticos excepcionales. El erotismo sin<br />

concesiones conjura mágicamente la grosería y el exhibicionismo.<br />

La singularidad homosexual está subsumida en lo universal.<br />

Guiraudie ha hecho una película extraordinaria sobre la amistad<br />

y el amor físico entre hombres. Estamos frente a una película<br />

irrepetible, de las que faltan en los festivales y que aparecen<br />

cada tanto para renovar nuestra fe en el cine e incluso en los<br />

hombres<br />

* CRÍTICO DE CINE de La voz del interior, Córdoba. Publicó El inconsciente de las<br />

películas, ed. Brujas. Programador del Festival de Cine de Hamburgo.<br />

15


16<br />

Tema de tapa<br />

dos<br />

Una única<br />

sensualidad<br />

Les preguntamos a un grupo de chefs, entre los más<br />

prestigiosos de nuestro país, cómo relacionan comida<br />

y amor, cocina y sexo. Una reconocida especialista en<br />

vinos también dijo lo suyo.<br />

¿Hay comidas o alimentos propicios para el amor?,<br />

¿cómo se preparan para una noche apasionada?,<br />

¿tienen un menú infalible?,<br />

¿qué cosas no pueden faltar?,<br />

¿alguna vez alguien les pidió que le prepararan<br />

especialmente un menú para el amor?<br />

Cada uno con su bagaje de aromas, sabores, sueños y<br />

amores respondieron divertidos y encantados.<br />

Las respuestas hablan de una sensibilidad compartida,<br />

de una sensualidad entrelazada, de un mundo que<br />

espeja al otro, un reflejo donde se unen,<br />

inevitable y deliciosamente.<br />

Producción:<br />

Mónica Tracey<br />

Elisabeth Checa<br />

Periodista especializada en vinos, gastronomía<br />

y viajes, autora de Los buenos vinos argentinos,<br />

editorial Vocación.<br />

“Y el champagne, atado por siempre<br />

al amor”<br />

Si comienzo diciendo que los afrodisíacos<br />

no existen y que, como dijo Dante,<br />

“L’amore e cosa mentale”, no habría más<br />

que hablar del tema, sin embargo puedo<br />

asegurar que ciertos vinos son más sensuales<br />

que otros por sus aromas, frescura,<br />

liviandad. Lejos de las exigencias del<br />

análisis en un wine bar, recuerdo un Torrontés<br />

y un Sauvignon Blanc de aromas<br />

desbordados con empanadas salteñas en<br />

los Valles Calchaquíes o con cornalitos en<br />

la playa. Me remiten a las esplendorosas<br />

siestas de verano, al asunto amoroso. Claro<br />

que es algo personal, pero ¿cómo se<br />

podría hablar de esto sin poner el cuerpo?<br />

También los rosados, siempre sensuales ya<br />

desde el color, tienen mucho que aportar<br />

a este amor de verano, para antes o después.<br />

Varios, elaborados a base de Syrah<br />

o Shiraz, esa uva que lleva el nombre de<br />

la ciudad persa donde nació Omar Khayyam,<br />

el poeta siempre ligado a sus cantos<br />

al amor y al vino: “escancia vino y que sea<br />

rojo como tus mejillas y mis remordimientos<br />

ligeros como tus bucles”.<br />

Entre los tintos, si es Syrah, prefiero los<br />

que no están muy concentrados, cuando<br />

les encuentro su carácter especiado frutal.<br />

Y el Malbec, siempre, y en este instante<br />

me aparece el de los Valles Calchaquíes,<br />

con su impresionante virilidad, oscuro y<br />

potente. Y entonces inevitablemente me<br />

llega aquella frase de Colette cuando dijo<br />

que un anónimo vino del Ródano la llevó<br />

a pensar en hacer el amor con un desconocido.<br />

Y el champagne, con sus burbujas,<br />

su ligereza, su frescura y su mística, atado<br />

por siempre al amor.


Jean Paul Bondoux<br />

Chef propietario de La Bourgogne, autor del<br />

libro La cuisine essentielle, editorial Anaya<br />

Multimedia.<br />

“No existe una comida que no esté<br />

ligada al amor”<br />

La cocina es una emoción y el amor también.<br />

Es ese el punto de unión, dos cosas<br />

que pertenecen al mundo de la emoción.<br />

Pero para mí hay un orden muy claro y es:<br />

1) El placer de la comida, porque además<br />

es de primera necesidad, si no comes, no<br />

vives, no haces nada.<br />

2) El placer del sexo.<br />

La comida es un acto de amor, de compartir,<br />

de dar placer, de sentir placer.<br />

Si pienso en una comida para una noche<br />

de amor, pienso más bien en rosas, velas,<br />

ese mundo de seducción que comienza en<br />

la belleza del ambiente. Esa misma preparación<br />

ya es parte de la noche de amor.<br />

No pienso en un menú especial, para mí<br />

no existe una comida que no esté ligada al<br />

amor, porque es así como concibo la preparación<br />

de la comida. Para mí todo está<br />

en la emoción, la energía, la honestidad, la<br />

transparencia.<br />

La vida es seducción, todo en la vida es<br />

seducción, la comida, el amor...<br />

Para una noche de amor, pienso en el<br />

erotismo intenso de una playa a la luz de<br />

la luna, pero no me imagino una noche<br />

de amor sin una buena comida y un buen<br />

vino. Aunque sin abusar del alcohol porque<br />

puede ser perjudicial…<br />

Me gusta la mujer que disfruta de la comida<br />

y que tiene formas. En Francia se dice<br />

“salir con la flaca y dormir con la gorda”.<br />

Más allá de todo esto, debo confesar que<br />

mi primer amor no es una mujer sino la<br />

gastronomía.<br />

Dante Liporace<br />

Chef ejecutivo de Tarquino Restaurant.<br />

“Con la sensibilidad que le pongo<br />

a la comida, el comensal puede hacer<br />

explotar la noche”<br />

No, realmente no hay una comida para fomentar<br />

o realzar el amor, condimentar un<br />

acto, eso lo pone el comensal y su situación<br />

del momento, obviamente si percibe<br />

todo el amor que yo le pongo a cada plato<br />

puede resultar que tenga la mejor noche<br />

de amor y sexo de su vida porque con<br />

la carga de sensibilidad y pasión que le<br />

pongo a mis preparaciones si el comensal<br />

logra estar receptivo puede hacer explotar<br />

la noche.<br />

Todos los días estoy preparado para una<br />

noche de amor, siempre, no hay un día en<br />

que no lo esté, me preparo desde que me<br />

levanto, no tengo fórmulas, ser yo mismo.<br />

Un menú infalible para mí son las pastas<br />

con un buen vino, y otro, una cena de alta<br />

cocina con platos fuera de lo común y<br />

perfectos, ambas opciones me gustan. No<br />

puede faltar la mujer, obviamente, y como<br />

te dije, el buen vino y la buena música.<br />

No, no me han consultado en este sentido<br />

pero por lo general la gente que viene<br />

a mi restaurante viene con una buena<br />

actitud y abierta al cambio, y eso trae aparejado<br />

todo.<br />

Diego Gera<br />

Chef ejecutivo de Leopoldo Restaurant & Bar.<br />

“No encuentro placer donde<br />

no hay olores”<br />

Cocinar es casi como tener buen sexo,<br />

uno no puede estar pensando sólo en el<br />

orgasmo, hay que ocuparse de todo el<br />

desarrollo comenzando por la elección de<br />

los productos.<br />

Tanto el sexo como la comida forman<br />

parte de nuestra naturaleza más primitiva,<br />

como para la conservación de la especie o<br />

la del propio individuo. Yo, a Dios gracias,<br />

tengo muy buena relación con estos mandatos<br />

divinos y quiero seguir contribuyendo<br />

con la naturaleza. Estoy seguro de que<br />

existen tantas formas de tener sexo como<br />

platos de comida, la creatividad del hombre<br />

a lo largo de su historia le ha prestado<br />

toda su atención a estas dos actividades.<br />

Para mí todo está permitido, menos la<br />

interrupción del sexo y la buena mesa, ya<br />

que son las manifestaciones más arraigadas<br />

en mis instintos, desde los más bajos<br />

hasta los más refinados. Me excitan tanto<br />

un cuerpo de mujer como los aromas más<br />

fijados en mi memoria: no encuentro placer<br />

donde no hay olores.<br />

Aunque exista una diferencia notable<br />

entres ambas: el sexo puede ser sucio, en<br />

cambio la cocina siempre tiene que ser<br />

limpia.<br />

Algo para mí fundamental es que tanto el<br />

buen sexo como la buena mesa necesitan<br />

de mentes abiertas para poder experimentar,<br />

no confío en la gente que antes<br />

de probar algo dice “no me gusta”, en<br />

todo caso yo digo solamente “no conozco”.<br />

Comer bife con ensalada todos los días<br />

es como tener sexo siempre en la misma<br />

posición.<br />

17


Joaquín Grimaldi<br />

Chef de pastelería del hotel Four Seasons Buenos<br />

Aires y creador de sus helados Dolce Morte.<br />

“Las texturas y colores de los alimentos<br />

tienen un poder hipnótico<br />

sobre los sentidos”<br />

Ramiro Rodríguez Pardo<br />

Cocinero creador de restaurants míticos como<br />

Clark’s y Drugstore (junto con el Gato Dumas)<br />

y Catalinas y Sinclair, entre otros. Autor del<br />

libro Cocina española, editorial Bonum.<br />

“Ostras, vieyras y almejas vivas...”<br />

18<br />

Podría nombrar 33 alimentos, 22 flores,<br />

hierbas, especias y otros tantos frutos que<br />

ayudan a incrementar levemente la libido<br />

o la liberación de serotonina en el cuerpo.<br />

Una dieta ligera con la incorporación de<br />

estos alimentos durante un tiempo prolongado<br />

propicia y mejora el humor tanto<br />

como nadar o tomar sol.<br />

Aunque lo cierto es que con el estómago<br />

lleno, mejor salir a caminar…<br />

Propongo para las noches de verano frutas<br />

jugosas y o carnosas como el mango, melón,<br />

ananá, frutillas y bananas. Un buen<br />

amigo, el Ginger Martini, picante y con un<br />

grado de alcohol importante. Pero ya se<br />

sabe, a no exagerar con el alcohol si queremos<br />

que nuestra cama sea de a dos...<br />

En invierno, queso crottin, almendras<br />

tostadas, chocolate y whisky, vino tinto o<br />

espumante.<br />

El queso crottin además de contener<br />

leche que contribuye como un sedante<br />

natural, tiene ese picor intenso y esa cremosidad<br />

que divierte a los sentidos. Las<br />

almendras, que ayudan al deseo sexual, el<br />

chocolate como liberador de endorfinas.<br />

El agregado de vitaminas en la fabricación<br />

de uno de los Dolce Morte Gelato, especias<br />

y texturas de frutas cocidas a diferentes<br />

densidades también tienen el íntimo<br />

fin de exaltar los sentidos.<br />

Para la presentación del restaurante Elena<br />

en la Feria Masticar 2013 desarrollé<br />

junto a mi equipo un helado soft a base<br />

de cardamomo, canela y vainilla con toffee<br />

de Deep Africa (té Rooibos, coco, cacao,<br />

vainilla y yogur) más el súper alimento<br />

Goji Berry rehidratados en un almíbar de<br />

jengibre. Más sexual, imposible.<br />

Javier Urondo<br />

Cocinero y creador de Urondo Bar.<br />

“El amor y la comida son pura biología,<br />

mucha fermentación, nada aséptico”<br />

Acá, en el restaurante, tenemos una suerte<br />

de estadística o una especie de mitología<br />

a partir de observar a los comensales<br />

e imaginar según lo que come cómo será<br />

su desempeño en el amor. Hacemos como<br />

una analogía, las personas que son más<br />

todo terreno, que comen todo, que se animan,<br />

me parece que siempre van a estar<br />

más dispuestas y más accesibles al amor.<br />

Las personas que tienen mucho problema<br />

con la comida, con los puntos de<br />

cocción, con que si le podemos sacar este<br />

ingrediente a este plato, supongo que esa<br />

neurosis también se traslada al momento<br />

del amor, que si está la ventana abierta o<br />

cerrada, si está la luz prendida o apagada,<br />

si las sábanas te raspan, tienen un montón<br />

de problemas que no van a facilitar el<br />

amor sino más bien lo van a entorpecer.<br />

En el amor, tenés una mujer toda tuneada,<br />

querés una mujer que se parezca a un<br />

modelo dado, la artificialidad, o elegís una<br />

mujer que te guste a vos. Con los sabores<br />

pasa lo mismo, las cosas tienen sus propios<br />

gustos y estar tratando de evitar esa particularidad<br />

y buscar la homogeneidad de<br />

todo es una batalla perdida y a mí no me<br />

interesa.<br />

En cuanto al menú infalible para el amor<br />

es comer liviano. Y beber, según, hay<br />

personas que si están muy tensas en una<br />

primera cita, mejor que beban espaciado<br />

y tranquilo un poco para relajarse. Los<br />

alimentos no sé si son más o menos propicios<br />

pero algunos, por la forma en que se<br />

los come, son más sensuales que otros. Lo<br />

que se come con la mano, por ejemplo yo<br />

veo a una mujer que come los langostinos<br />

con la mano y chupa la cabeza y ya me<br />

imaginé todo….<br />

Para mí el amor no es aséptico ni la comida<br />

es aséptica, es biología en funcionamiento<br />

todo el tiempo, mucha fermentación,<br />

mucha química jugando.<br />

Sólo puedo decir que la columna vertebral<br />

del sexo es la misma de la vida: una muy<br />

buena alimentación sin interrupciones,<br />

acompañada de un sano ejercicio físico,<br />

nos hace más sanos, más fuertes, más inteligentes,<br />

envejecer más lentamente y vivir<br />

muchos más años. Este menú general es<br />

tanto para el hombre como para la mujer.<br />

Ambos necesitan un compañero infalible y<br />

en un primer encuentro ya se dan cuenta<br />

si esto es así en la química que se están<br />

intercambiando. Si no es así, alguno o los<br />

dos sufrirán un desencanto.<br />

En cuanto a un buen menú para una noche<br />

de amor, yo propongo:<br />

una entrada de ostras, vieyras y almejas vivas,<br />

sólo con limón y pimienta de Jamaica.<br />

Plato principal: sopa de piraña colorada<br />

con caracoles y jengibre.<br />

Postre: bananas con miel, crema y chocolate.<br />

Café con semillas de cardamomo.<br />

Todo regado con champagne rosé


El desafío de vivir sin un saber<br />

Opinión<br />

Por Lic. Gabriel Rolón<br />

2o<br />

Hablar de sexo, para el psicoanálisis, no<br />

es hablar de cualquier sexualidad. No<br />

es la sexualidad de la sexología y mucho<br />

menos la de la biología o la de las religiones.<br />

Para el psicoanálisis, la sexualidad humana<br />

no tiene por finalidad la continuidad<br />

de la especie sino el placer, lo cual<br />

hace que el objeto erótico pueda ser<br />

cualquiera, ya que a la hora de disfrutar<br />

y habiendo quitado la meta reproductiva,<br />

el objeto de placer de un hombre<br />

no necesariamente ha de ser una mujer,<br />

sino que un sujeto puede disfrutar<br />

de alguien de su mismo género, pero<br />

también de mirar, escuchar, ordenar o<br />

incluso, como lo muestran algunas perversiones,<br />

de maltratar o ser maltratado.<br />

La sexualidad es un territorio de desconocimiento<br />

permanente, un vacío de<br />

respuestas. Suele decirse que “no nacemos<br />

con un manual que nos diga cómo<br />

debemos actuar”.<br />

Pues bien, los animales sí tienen ese<br />

manual del usuario; se llama instinto. Y<br />

ese instinto les indica para qué, cómo y<br />

con quién deben tener sexo. No dudan,<br />

no temen haber estado bien o mal en el<br />

encuentro con su partenaire sexual ni<br />

preguntan a la hembra si ha disfrutado<br />

tanto o más que con otro macho en algún<br />

encuentro al que su celo la hubiera<br />

llevado.<br />

Por eso, mientras que algún programa<br />

de la National Geographic puede<br />

hablar de una especie animal y contar<br />

sus costumbres sexuales, cuándo y<br />

cómo se produce el apareamiento, qué<br />

movimientos realiza el macho y cuáles<br />

la hembra como parte del cortejo que<br />

llevará al encuentro en pos de la reproducción,<br />

nada podrían decir acerca<br />

de la sexualidad humana; porque cada<br />

sujeto es único, goza a su manera y no<br />

sigue los caprichos de la naturaleza sino<br />

los de su propia historia.<br />

Las zonas erógenas han ido independizándose<br />

de sus funciones naturales para<br />

transformarse en generadoras de placer.<br />

Así, el reflejo de succión que sirve para<br />

alimentarnos y lleva al cachorro humano<br />

en busca del pecho materno, le sirve<br />

también para que descubra que, más<br />

allá de la comida, en el encuentro con<br />

ese Otro fundamental que es la madre,<br />

hay algo que nada tiene que ver con la<br />

comida, sino que es del orden del amor<br />

y del placer. Ese contacto no sólo sacia<br />

una necesidad, sino que genera el deseo<br />

de repetir ese acto por ese plus que se<br />

independiza de lo natural y da origen<br />

a un sujeto humano que alucina en su<br />

chupeteo el objeto deseado y ausente.<br />

Tampoco nuestro cuerpo sigue con<br />

obediencia las reglas de la naturaleza.<br />

Por eso, mientras alguien disfruta de<br />

ser acariciado en una determinada zona,<br />

otro puede sentir allí molestia, cosquillas<br />

o incluso angustia. Porque el cuerpo<br />

humano es erogenizado a partir del contacto<br />

con las caricias y las palabras de<br />

las personas significativas de su historia.<br />

Y he aquí el desafío que debemos enfrentar<br />

nosotros, sujetos desposeídos<br />

del saber mínimo que nos indique cuál<br />

es la manera correcta de vivir nuestro<br />

erotismo: la obligación de cuestionarnos<br />

permanentemente acerca de nuestra<br />

sexualidad, de admitir que lo que funcionó<br />

con alguien quizás no lo haga con<br />

otra persona y de vivir recorridos por un<br />

enigma que, junto al otro gran enigma,<br />

la muerte, mueve nuestro deseo y nos<br />

empuja en busca de algo que le dé sentido<br />

a la existencia


Entrevista<br />

uno<br />

22<br />

De tal palo<br />

Se decidió por la actuación poco después de terminar la secundaria y hoy divide su tiempo entre un papel<br />

en una de las tiras televisivas más importantes del año y un protagónico en cine. Además de heredar el<br />

nombre y el oficio de su padre, Ricardo Darín, “Chino” Darín también es un hombre simpático y amable.<br />

Sobre cine, televisión y libros habló con Quid, sin escatimar detalles<br />

Por Nancy Giampaolo


–¿Cuándo decidió que iba a actuar? Cuando terminé el<br />

secundario y me vi en la encrucijada de tomar la decisión de<br />

hacia dónde iba a orientar mi vida fue cuando empecé a fantasear<br />

con esa idea de forma un poco más concreta. En aquél<br />

momento empecé a estudiar teatro pero no fue hasta dos<br />

años después que tomé la decisión de involucrarme de lleno<br />

cuando empecé a sentir la necesidad de empaparme de algo<br />

que hasta ahí era casi inconsciente. Aquel momento marcó el<br />

quiebre ese entre estar sentado en una silla siguiendo el ritmo<br />

de la música con el pie y saltar a la pista a bailar.<br />

–Actualmente, ¿le pide a su papá consejos relacionados<br />

al trabajo de actor? Sí, le pido. Pero no es algo sistemático.<br />

Se da naturalmente hablar de mi laburo a veces, pero no hay<br />

un espacio predeterminado para eso, ni una dinámica estable<br />

en la que siempre le vaya a pedir asesoramiento.<br />

–Farsantes, la tira en la que usted interpreta a Fabián,<br />

hace foco en la doble moral… Sí. Y creo que en este país<br />

tenemos una gran historia y hasta te diría una cultura de<br />

personajes con una doble moral. La tira, ya desde el título,<br />

hace alusión a eso, no sólo riefiriéndose a esos personajes en<br />

particular, si no a esto de que todo el mundo tiene algo en lo<br />

que no es del todo sincero ya sea porque finge frente a otros o<br />

porque se engaña a sí mismo. Nadie es transparente en todo.<br />

El protagonista de la tira no es un tipo que la haya pasado<br />

bien todo el tiempo llevando esa doble vida. La verdad es que<br />

Julio Chávez está genial en el personaje porque sabe muy<br />

bien de lo que habla, se nota en el personaje que construyó<br />

tiene el bagaje de una vida entera encubriendo lo que realmente<br />

desea. Y eso mismo se va viendo en casi todos los personajes,<br />

incluido el personaje de Facundo Arana, que es un<br />

poco el héroe, pero también oculta cosas de su pasado.<br />

–Este año también hizo cine… Sí, este verano hice una<br />

película que todavía no se estrenó, es la ópera prima de una<br />

directora que se llama Natalia Meta. Ella también la produjo<br />

y la escribió. Mi personaje es un policía novato que empieza<br />

a laburar y que todavía está descubriendo de qué se trata el<br />

oficio. Y en el medio de eso hay un homicidio y lo mandan<br />

a vigilar, casi por casualidad conoce a un detective que va a<br />

estar a cargo de la investigación del crimen. Es un policial<br />

ambientado en un Buenos Aires de los años 80. Se rodó en<br />

locaciones muy clásicas de ese entonces como el Polo, Recoleta,<br />

La Boca, algunos bares de San Telmo…<br />

–¿Es espectador consecuente de televisión? Muy poco,<br />

te diría que soy un pésimo televidente.<br />

–¿No cayó en el boom de las series estadounidenses?<br />

Sigo Breaking bad, y Game of Thrones, pero tampoco soy muy<br />

consecuente con las series de afuera. A veces veo algunos capítulos<br />

y las abandono, incluso encontrándolas interesantes.<br />

–¿Y el cine le interesa más? ¿Lo relaciona con su trabajo?<br />

Sí, soy muy cinéfilo. En mi casa siempre se vieron películas.<br />

Ahora estoy bastante fascinado con el cine francés contemporáneo,<br />

no me refiero a Truffaut o esos directores que<br />

en su momento también me gustaron, sino a películas más<br />

recientes. Y también te puedo hablar de directores y películas<br />

que me hayan movilizado al punto de atraerme hacia este oficio<br />

en el que hoy por hoy reside mi pasión. La verdad es que<br />

son tantos que me cuesta distinguir sin olvidar, dentro de este<br />

universo policromático y poliforme que es el cine. Algunas<br />

de las películas que conservo en mi memoria por la sensación<br />

que me causaron en su momento son Sueños de libertad, Mi<br />

pie izquierdo, El padrino, Cowboy de medianoche y muchas<br />

más que, si te fijás, tienen como distintivo y punto en común<br />

las actuaciones magistrales de sus intérpretes, según mi punto<br />

de vista, obvio. Pero volviendo a los directores también son<br />

muchos los que me llamaron la atención a lo largo del tiempo,<br />

pero me gustan particularmente Scorsese, Kubrik, Tarantino<br />

y Anderson, y agregaría a Bielinsky y Mitre para mencionar<br />

algunos argentinos.<br />

–¿Cuando empezó a ver cine se involucraba mucho con<br />

las historias que se contaban? No particularmente, siempre<br />

el trabajo actoral fue lo que más me llamaba la atención<br />

de las películas que miraba (obviamente desde que dejé de<br />

ver películas de dibujitos animados). Inconscientemente creo<br />

que siempre mis películas favoritas tenían que ver con actores<br />

e interpretaciones que me resultaban magnéticas. En muchos<br />

casos esos personajes que acaparan toda la atención del<br />

espectador, que lo envuelven a uno en su mundo a tal punto<br />

que no te dejan quitarle la vista de encima se convertían en<br />

mis héroes de ficción hasta mucho tiempo después que terminara<br />

la película.<br />

–Y así como tiene películas que lo marcaron, ¿sucede<br />

algo similar con los libros o escritores? Hay libros, sí.<br />

Arranqué de chico incursionando en la literatura con libros<br />

muy típicos como El principito y la saga de Tolkien. Ya desde<br />

la secundaria en adelante fui conociendo otros autores y el<br />

panorama se amplió un montón. Muchos cuentos de Quiroga,<br />

Salinger, Cortázar, Buzzati, Borges y Fontanarrosa,<br />

por darte algunos ejemplos. Y también me fueron gustando<br />

las novelas desde alguna de García Márquez hasta algunas de<br />

Calvino, Saramago, Kundera o Coetzee entre otros. Estos<br />

últimos años casi por necesidades de la profesión estuve leyendo<br />

más obras de teatro que otras cosas.<br />

–Volviendo a los actores: los preferidos… Ufff son muchos.<br />

Los clásicos del cine serían Brando, Pacino, De Niro,<br />

Hoffman, Day-Lewis sólo por ser injusto y dejar a tantos<br />

otros afuera de la lista que tal vez merezcan la mención tanto<br />

o más. (Risas)<br />

23


Tema de tapa<br />

tres<br />

En medio de tanto bullicio, hay lugares que muy pocos se atreven a conocer. Sitios escondidos,<br />

públicos y privados, donde se practica el sexo grupal, swingers, gang bangs y orgías de noches enteras.<br />

Pasen y vean<br />

Por Florencia Álvarez<br />

24<br />

Reductos secretos, reuniones abiertas al público en general,<br />

acuerdos entre parejas o fantasías individuales. Ningún deseo<br />

carnal queda sin convertirse en realidad en una Buenos Aires<br />

que da para todo. Orgías de índoles diversas, donde la intimidad<br />

queda en segundo plano y todos con todos, pasa a ser<br />

la consigna principal. Fiestas privadas en las que lo que pasa<br />

ahí adentro, queda ahí adentro; boliches donde se reservan<br />

el derecho de admisión a quienes no estén dispuestos a dejar<br />

sus vestimentas en el guardarropa, e intercambio de besos,<br />

abrazos, caricias y sexo ahí, a la vista de quien quiera ver.<br />

Anchorena Swinger Club es de lo más completo que existe<br />

en la ciudad. En siete pisos tiene sectores diferenciados para<br />

swingers, parejas, tríos, nudistas, solas y solos, gays, travestis<br />

y crossdressers (hombres a quienes sin ser travestis les gusta<br />

vestirse de mujer). Cada día de la semana la temática es distinta.<br />

Dos de esos pisos funcionan como hotel con habitaciones<br />

para los que prefieran el sexo sin ser mirados. En el resto<br />

de los niveles hay varias barras, mesas y sillas de aluminio con<br />

almohadones de leopardo, un escenario, pistas de baile, una<br />

piscina e interminables “cuartos”. Luces de colores y música<br />

de toda clase: desde reggaeton y cumbia hasta algunos sonidos<br />

más melosos en los sectores comunes, donde la gente se<br />

sienta a charlar y tomar algo, como en cualquier bar. Muchas<br />

escaleras y pasillos por donde van y vienen personas desnudas<br />

o en ropa interior, buscando el cuarto que le corresponde<br />

dependiendo de si están solos, en pareja o buscando a alguien<br />

de su mismo sexo. El que entra lo hace con un solo fin: sexo<br />

express, pero también con la tranquilidad de saber que nadie<br />

lo va a obligar a hacer algo que no quiera. En estos lugares,<br />

uno de los eslóganes de venta es: respeto absoluto. Sin juegos<br />

de seducción, charla previa, ni siquiera averiguación de nombre<br />

u estado civil, aquí sólo se acepta un sí o un no. Si es sí,<br />

vale todo. Si es no, hay que seguir buscando.<br />

“No hay música de fondo en los cuartos. Gemidos, exclamaciones<br />

de placer y susurros es lo único que se escucha. La<br />

acción sucede sobre sillones de dos o tres cuerpos, algunos<br />

espacios están separados por cortinas, y hay espejos por todos<br />

lados. Las edades se mezclan, de veinte, de cuarenta, de sesenta,<br />

hombres con mujeres, mujeres con mujeres, hombres<br />

con hombres, parejas que cambian entre sí”, cuenta Carolina,<br />

habitué del Anchorena, donde la censura no prima y la novedad<br />

se diluye. Para quienes participan de una orgía, todo es<br />

muy “normal”.<br />

En otra parte de la ciudad, más precisamente en las zonas de<br />

Flores y Almagro, Zulma organiza fiestas swingers y de gang<br />

bang a las que define como “placer en grupo”. “Es una práctica<br />

sexual en la que una mujer mantiene relaciones con un<br />

mínimo de tres o más hombres. Es como una orgía con la<br />

diferencia de que hay una mujer y muchos hombres. Puede<br />

que sea con todos a la vez o por turnos, y las prácticas a reali-


zar dependerán de lo que la mujer esté dispuesta a hacer. En<br />

algunos gang bangs únicamente se practica el sexo oral, en<br />

otros hay penetración o sexo anal. Las normas las estipulan<br />

los participantes, aunque básicamente suele ser la mujer”,<br />

explica. La idea es que cuantos más hombres participen, mucho<br />

mejor para la mujer, quien podrá pasarse horas teniendo<br />

sexo mientras su compañero de cama va cambiando para<br />

que el anterior se recupere y pueda volver más tarde. “Es<br />

una práctica en la que la mujer se siente sometida a un gran<br />

número de hombres, se siente ‘utilizada’ por ellos y tiene que<br />

estar dispuesta a darles placer. Eso es una fantasía que tienen<br />

muchas mujeres, porque es una ‘humillación’ consentida y el<br />

hecho de sentirse así es algo que excita muchísimo”, asegura<br />

la organizadora. Las fiestas de Zulma pueden suceder cualquier<br />

día de la semana, incluso en horarios tan extraños como<br />

las tres de la tarde, y va rotando de locación. Pero ella no es<br />

la única que organiza este tipo de encuentros, en El Sótano<br />

Swinger, en Flores, también hay gang bangs, intercambios<br />

swingers y noches de hombres solos.<br />

“Calientes encuentros privados de sexo grupal”, son los organizados<br />

por el Grupo los fiesteros. Empezó siendo amateur a<br />

partir de la iniciativa de dos hombres que se conocieron por<br />

chat. La primera reunión la realizaron en un departamento<br />

de Villa Crespo, asistieron seis personas. Luego se hicieron<br />

en Palermo y Balvanera, siempre en casas particulares, hasta<br />

que con el correr del tiempo tuvieron tanto éxito que en una<br />

enorme casona de Martínez, en zona norte, llegaron a participar<br />

ciento diez personas. Tanta cantidad de gente dejaba las<br />

viviendas en estado deplorable, por lo que comenzaron a hacer<br />

las fiestas en diferentes clubes privados, pubs o saunas de<br />

la ciudad. Alguna de las modalidades son sólo hombres hasta<br />

35 años y con “cuerpos proporcionados en su relación peso<br />

altura”, y también organizan fiestas mixtas. Grupo los fiesteros<br />

comunica en su página web que “todos los participantes deben<br />

estar completamente desnudos o como máximo en ropa<br />

interior, al estilo de similares clubes privados de Ámsterdam<br />

(Holanda), San Francisco (Estados Unidos), Berlín (Alemania)<br />

y otras partes del mundo”, y aseguran que esto es algo<br />

totalmente nuevo y prácticamente desconocido en este punto<br />

del planeta, a excepción de algunos clubes similares surgidos<br />

recientemente en San Pablo y Río de Janeiro. No permiten<br />

la utilización de drogas, violencia física o verbal, el consumo<br />

excesivo de alcohol ni cualquier tipo de discriminación. “El<br />

hecho de reunirnos solamente para pasar unas horas de sexo<br />

en grupo, no anula la posibilidad de que dentro del mismo<br />

surjan amistades, noviazgos, parejas, futuras citas a solas o<br />

en grupos más pequeños. La posibilidad de ir, después de la<br />

reunión privada de sexo, quienes quieran hacerlo, a comer o<br />

tomar algo juntos, y por qué no, hasta la posibilidad de entablar<br />

relaciones comerciales, de negocios o laborales”, dicen<br />

los organizadores.<br />

Puede que nada de esto se parezca a las elegantes orgías de<br />

la película Ojos bien cerrados, esas fiestas no se anuncian en<br />

las páginas de Internet ni se esparcen corriendo de boca en<br />

boca. Hay que pescarlas teniendo, justamente, los ojos bien<br />

abiertos<br />

Escena de Ojos bien cerrados, de Stanley Kubrick (1999)<br />

25


Escena de Lolita, de Stanley Kubrick (1962)<br />

Tema de tapa<br />

cuatro<br />

Literatura erótica,<br />

el sabor del peligro<br />

26<br />

Por Felipe von Hartz<br />

En cierta ocasión, un reconocido autor confesó que su ingreso<br />

a la literatura tuvo que ver con una particular experiencia<br />

lectora de su adolescencia. Se encontraba sumido en las páginas<br />

de un clásico del siglo II, El asno de oro, de Apuleyo,<br />

abogado brillante y viajero empedernido, escritor en prosa<br />

y verso, manipulador de todos los géneros literarios, filósofo<br />

“platónico” por dedicación y mago por acusación, espíritu<br />

curioso e inquieto como los mejores de su tiempo. Mientras<br />

avanzaba en esta obra entretenida y casi inocente acerca de<br />

un hombre convertido en burro que encuentra la paz en los<br />

brazos de la diosa Isis, el joven lector se encontró con una<br />

escena desconcertante: una panadera se esmeraba con fuerza<br />

sobre la masa haciendo danzar sus pechos robustos. La descripción<br />

era tan perfecta que provocó en el lector el homenaje<br />

de una erección. Y esto, decía, lo introdujo en un doble<br />

camino que no olvidaría jamás: el poder de la literatura y el<br />

poder del erotismo.<br />

Aun cuando el texto de Apuleyo no tuviera intenciones provocadoras,<br />

lo cierto es que el erotismo despierta una experiencia<br />

interior que no reconoce fronteras. Muchos siglos después,<br />

Freud definiría que “la libido no tiene objeto” y Georges<br />

Bataille, posiblemente quien más ha estudiado los alcances<br />

del erotismo en el arte y la literatura, diría que “el erotismo<br />

es lo que en la conciencia del hombre pone en cuestión al<br />

ser”. Dicho de otro modo, la actividad sexual del hombre no<br />

es esencialmente erótica porque elude lo rudimentario que se<br />

encuentra en la condición animal, en tanto el erotismo abre,<br />

interroga y problematiza. El trance erótico es, posiblemente<br />

junto al místico, uno de los más intensos que se conocen y<br />

en este sentido habría que diferenciar entre la erótica de los


cuerpos y la estética, que Bataille sintetiza en la poesía. Como<br />

ejemplo, entrega unos versos de Rimbaud:<br />

Recobrada está.<br />

¿Qué? La eternidad.<br />

Es la mar, que se fue<br />

con el sol.<br />

La poesía, afirma Bataille, nos conduce al mismo punto que<br />

todas las formas del erotismo: a la indistinción, a la confusión<br />

de objetos distintos, a la continuidad y, por último, a la eternidad<br />

(ese verso, “¿Qué? La eternidad”, da título a las memorias<br />

de infancia y juventud de Marguerite Yourcenar).<br />

Saran Alexandrian, quien firmó una de las mejores historias<br />

de la literatura erótica, se apresura en remarcar que<br />

un género cuyo objetivo es afirmar los derechos de la carne<br />

resulta perfectamente legítimo; pero a la vez exige, si no se<br />

quiere vulnerar el equilibrio humano, que frente al mismo se<br />

interpongan los derechos del espíritu a partir de una crítica<br />

objetiva (admitiendo que la misma sea posible). Y de esa<br />

manera coloca su aguijón en el ojo del huracán: la diferencia<br />

entre literatura erótica y pornografía. En su obra va acercando<br />

a distintas definiciones de la noción de libertad sexual de<br />

acuerdo a cómo se fue desarrollando progresivamente en el<br />

tiempo, con sus mutaciones y hasta contradicciones. La concepción<br />

social del sexo no es uniforme, varía no sólo de acuerdo<br />

a los tiempos sino también en relación a las culturas que<br />

lo representan. De allí las dificultades para juzgar si un libro<br />

erótico es bueno o malo, si pertenece a la literatura o es un<br />

documento psicopatológico. Sin perjuicio de sus respectivas<br />

calidades, las Odas de Safo de Lesbos no procuraban ni son<br />

lo mismo que las Cartas de Abelardo y Eloísa, o el Decamerón<br />

de Bocaccio, ni Las amistades peligrosas, de Choderlos<br />

de Laclós que Sexus, Plexus y Nexus (La crucifixión rosa), de<br />

Henry Miller, por sólo nombrar<br />

algunos ejemplos.<br />

André Pieyre de Mandiargues<br />

establecía una distinción entre la<br />

literatura erótica, que a su juicio<br />

no tiene otro objetivo que la de<br />

excitar (impactar) sexualmente<br />

a su lector, agradable o desagradablemente,<br />

y el erotismo en la<br />

literatura, que pretende seducir<br />

estéticamente con elementos<br />

ligados a la evocación sensual,<br />

que pueden ser tan múltiples como diversos. Por ejemplo,<br />

el monólogo de Molly Bloom no hace al Ulises de Joyce una<br />

obra erótica, pero sí agrega un condimento del género a la<br />

misma. La frontera, como se puede apreciar, es maleable en<br />

sus variadas intensidades y por lo tanto muy frágil.<br />

Volviendo a Alexandrian, este insiste en que invocar la virtud<br />

de una obra distinguiendo entre lo erótico y lo pornográfico<br />

puede inducir más a un ejercicio de hipocresía que a la justipreciación<br />

de un producto literario. Señala que la injusta condena<br />

–basada muchas veces en prejuicios morales– que sufrió<br />

en distintas épocas las obras del Marqués de Sade por su enfoque<br />

libertino, ante otras obras que presentadas bajo el halo<br />

de cierto erotismo que no llegaron a traspasar su tiempo. Esta<br />

condena de la pornografía ante la ponderación del erotismo,<br />

sostiene el teórico, resulta de un razonamiento aún más inapropiado<br />

por cuanto nadie consigue explicar la diferencia<br />

entre una y otro. Y de acuerdo a Alexandrian, esto ocurre porque<br />

no existiría diferencia alguna. La pornografía, nos informa,<br />

es la descripción pura y simple de los placeres carnales;<br />

en tanto el erotismo es la misma descripción revalorizada, en<br />

función de una idea del amor o de la vida social. Todo aquello<br />

que es erótico sería, por añadidura, necesariamente pornográfico.<br />

Pese a la polémica definición, no obstante, advierte: más<br />

importante es distinguir entre lo erótico y lo obsceno. Y puesto<br />

a ello nos indica que se considera erotismo a todo aquello<br />

que vuelve la carne deseable, la muestra en su esplendor o<br />

florecimiento, inspira una impresión de salud, de belleza, de<br />

juego placentero; mientras que la<br />

obscenidad devalúa la carne, que<br />

así se asocia con la suciedad, las<br />

imperfecciones, los chistes escatológicos,<br />

las palabras soeces.<br />

Quizá por su sujeto temático o<br />

bien la lasitud de sus límites, lo<br />

cierto es que literatura erótica o<br />

pornográfica fueron miradas de<br />

reojo y hasta perseguidas en no<br />

pocas oportunidades a lo largo de<br />

la historia. La distinta tonalidad<br />

de los textos, mostrando gradaciones<br />

y particularidades del género, muchas veces llevaron<br />

a confundir los términos cuando había que valorarlos a cada<br />

uno desde su propia óptica. Historia de O (1954) de Pauline<br />

Réage y Lolita (1955) de Vladimir Nabokov, por señalar dos<br />

obras contemporáneas, no sólo no son lo mismo desde su propuesta<br />

estética sino que incluso se plantean un particular sentido<br />

de la erótica. Y si se piensa con propiedad, el género no<br />

surgió ni participó nunca a partir del decadentismo, sino que,<br />

por el contrario, ha florecido en altos períodos de civilización,<br />

como en el siglo de Augusto, el Quattrocento, el siglo de Luis<br />

XIV. E incluso fue singularmente brillante en el siglo XVIII,<br />

llamado justamente “siglo de las luces”. Tampoco es un signo<br />

de inmoralidad o abyección, puesto que numerosos autores<br />

cristianos la cultivaron sin remordimientos. Si en verdad la<br />

literatura erótica resultara peligrosa para las costumbres, no<br />

lo es más que las otras especies de literatura sin espíritu crítico.<br />

Se la ha acusado de instigar los excesos, pero así como el<br />

género policial no impulsa a nadie al robo o el asesinato, la literatura<br />

erótica tampoco induce a conducir los bajos instintos,<br />

sino al placer. Exactamente como lo hace cualquier otra obra<br />

de arte bien concebida<br />

27


Entrevista<br />

dos<br />

28<br />

Beatriz de Moura<br />

Una mujer de palabra<br />

Por Eduardo Dubians


Su nombre es ya una leyenda en el mundo editorial hispanoamericano,<br />

ya que está asociado a una de las empresas<br />

culturales más innovadoras del último medio siglo: Tusquets<br />

Editores. Aunque, paradójicamente, el apellido que<br />

identifica al sello no sea el propio sino el de su ex marido,<br />

Oscar, y su cuñada, la escritora Esther Tusquets, socios<br />

en la iniciativa. Pero Beatriz de Moura parece estar acostumbrada<br />

a estos azares. Nació en Río de Janeiro en 1939,<br />

y tuvo una vida nómada, como corresponde a la hija de<br />

un diplomático. Recién a los 17 años llegó a Barcelona y<br />

muy pronto volvió a marcharse a Ginebra, donde estudió<br />

traducción literaria e historia en la Escuela de Intérpretes.<br />

De vuelta en España, luego de trabajar en importantes<br />

editoriales, decidió fundar esta pequeña empresa familiar,<br />

que buscaba crear un espacio cultural alternativo en el<br />

opresivo clima del franquismo. Así, en 1969, se presentó<br />

en sociedad Tusquets Editores con unos libros pequeños<br />

agrupados en dos colecciones: Cuadernos Ínfimos y Cuadernos<br />

Marginales.<br />

“Es que no nos quedaba otro remedio que ser forzosamente<br />

alternativos”, recuerda Beatriz. “Hay dos motivos<br />

para ello fácilmente comprensibles. El primero era económico,<br />

pues no contábamos con mucho dinero. De allí que<br />

las primeras colecciones eran muy pequeñas, con un papel<br />

que dejaba bastante que desear, pero que intentábamos<br />

compensar con el tipo de cubiertas y la imaginación puesta<br />

en los títulos. Por otro lado, debíamos enfrentarnos a la<br />

censura franquista. Para crear una cultura alternativa, automáticamente<br />

uno tenía que apelar a lógicas casi incomprensibles<br />

para alcanzar un público mayoritario.”<br />

–¿Tuvieron muchos problemas con la censura? Todos<br />

los que puedas imaginar. Desde corregir a Beckett,<br />

cosa que le hacía muchísima gracia, al punto que era él<br />

mismo quien indicaba las posibilidades alternativas a su<br />

texto para eludir la censura. Había diálogos larguísimos y<br />

tan absurdos como la propia obra de Beckett, pero con los<br />

censores. Nos decían: “¿Es posible que el autor reemplace<br />

esta palabra que está tachada o Usted considera que es<br />

mejor dejarla como está y aparece en su lugar el espacio<br />

en blanco?”. Todo eso se pactaba. A veces línea por línea<br />

y a veces el libro entero, donde lógicamente ya no había<br />

nada para pactar. Creo que ni siquiera Kafka imaginó algo<br />

por el estilo.<br />

–Al comienzo se habían planteado tres metas básicas:<br />

reivindicar las vanguardias del siglo XX, estimular<br />

el debate, rescatar y publicar autores jóvenes<br />

hispanoamericanos… Sí, y quien mire el catálogo podrá<br />

comprobar que los primeros títulos de Cuadernos Marginales<br />

son un intento de rescatar los grandes textos olvidados<br />

de las primeras vanguardias. En tanto, los Cuadernos<br />

Ínfimos eran libritos más de batalla pero siempre en el terreno<br />

cultural. A partir del terreno cultural trascendíamos<br />

hacia lo político. Intentamos rescatar la importancia de las<br />

posibles rupturas en los pensamientos “correctos”.<br />

De frustraciones y fidelidades<br />

El rápido éxito y la expansión de la editorial se debió<br />

fundamentalmente a dos hechos destacables: el descubrimiento<br />

de muchos de los mejores narradores de todo<br />

el mundo (muchos de ellos, como Milan Kundera o Ian<br />

McEwan, publicados por primera vez en español), la instalación<br />

de otros nombres que hoy son clásicos (John Irving,<br />

Haruki Murakami, Henning Mankell, entre tantísimos<br />

otros) y luego la originalidad de algunas de sus propuestas.<br />

Entre ellas, merecen un lugar preferencial La Sonrisa<br />

Vertical, dirigida inicialmente por el cineasta Luis García<br />

Berlanga, que revalorizó la narrativa erótica, y Los 5<br />

Sentidos, una colección exquisita, que podía ir de los ritos<br />

alimenticios de la mafia hasta la historia de la ropa interior<br />

femenina. En los últimos tiempos, sin embargo, los títulos<br />

de estas colecciones no se dejan ver con frecuencia.<br />

“La Sonrisa Vertical tenía su premio, que por el momento<br />

suspendimos, porque se ha dado un fenómeno particular.<br />

En la escritura de ficción, en términos generales, la aparición<br />

del sexo es tan explicito que terminó por convertirse<br />

en un lugar común. Hay novelas que están circulando en<br />

colecciones comunes de ficción que yo, en su momento,<br />

no habría dudado en integrarlas a La Sonrisa Vertical. En<br />

cuanto a Los 5 Sentidos, es difícil encontrar textos válidos<br />

y que tengan cierta repercusión en un público para quien<br />

hoy parece ser que los cinco sentidos no tienen mucho<br />

atractivo. Es una pena, pero la gente de hoy no se detiene<br />

a gozar de los cinco sentidos, parece alcanzarles con mucho<br />

menos. Las obras que valen la pena en esa dirección<br />

ya fueron publicadas y los libros nuevos, aquellos que<br />

podrían explicar la sensualidad de los cinco sentidos en la<br />

actualidad, no existen. Los libros de gastronomía, o mejor<br />

dicho, sobre la historia de la comida, han funcionado<br />

muy bien, como aquel de la historia de la aceituna. La<br />

colección está viva, lo que ocurre es que publicamos pocos<br />

libros al año.”<br />

–La editorial, además, cuenta con dos premios importantes,<br />

el Comillas, de biografías e historia, y<br />

el de Narrativa, con una importante recompensa<br />

económica que, entre otros, se han llevado los argentinos<br />

Sergio Olguín y Betina González, con la<br />

particularidad de que en la primera edición fue declarado<br />

desierto… Son cosas que pasan, pero creo que<br />

ese hecho habló muy bien del jurado (estamos hablando<br />

de un jurado severo, realmente exigente) y del espíritu del<br />

29


3o<br />

premio en sí mismo: hay muchísimos premios como para<br />

dar un premio más porque sí, entonces para eso mejor no<br />

dar nada. Para ser un premio más, del montón, mejor no<br />

somos nada. Por suerte, en los años subsiguientes se presentaron<br />

muchísimas más obras de enorme calidad y creo<br />

que todos los premios de narrativa no sólo se justificaron<br />

sino que además prestigiaron al sello.<br />

–Un editor convive con hallazgos y sorpresas, a veces<br />

recompensas y también frustraciones. ¿Cómo<br />

las asimila? Hay de todo, a veces es más tristeza que<br />

frustración. Pero esto es así. Nadie que pretenda ser editor<br />

puede estar exento de correr riesgos. Es inevitable. Por<br />

ejemplo, hay muchísimos libros que me hubiese gustado<br />

publicar y no pude. Y no sólo en la primera etapa, donde<br />

los recursos económicos eran limitados, sino también ahora.<br />

Hay subastas para comprar los derechos de determinados<br />

autores, pero no nos gusta entrar en ese tipo de competencias,<br />

y a veces por ello te quedas sin la posibilidad<br />

de publicar a un buen autor. Pero también ocurrió que<br />

muchos autores, sobre todo los extranjeros, mostraron una<br />

fidelidad extrema con la editorial, y no les importa si otro<br />

les ofrece más dinero (aunque lo que nosotros pagamos<br />

tampoco es bajo), ellos prefirieron seguir de nuestro lado,<br />

gente como John Updike, John Irving y otros, son autores<br />

totalmente adictos a nuestro sello. Será que están contentos<br />

con las traducciones, con el cuidado gráfico, les gusta<br />

que su obra se identifique con Tusquets.<br />

Convivencia con escritores y nuevos vientos<br />

El vínculo de los editores con los autores, con sus fantasmas<br />

a cuestas, siempre ha sido muy particular. Y sobre<br />

todo en el caso de Tusquets, donde ha tenido que convencer<br />

a personalidades de muy diversa índole y de culturas<br />

muy diferentes. Beatriz recuerda lo difícil que fue convencer<br />

a Marguerite Duras, por ejemplo, a quien conoció en<br />

un período muy particular de su vida. Pero en términos<br />

generales, cree que la experiencia con la mayoría ha sido<br />

más que positiva.<br />

“Mi relación con los autores siempre ha sido muy buena,<br />

porque parto de un principio muy simple: el editor es libre<br />

de publicar lo que quiere, y el autor es libre de elegir su<br />

editor. Sólo muy pocas veces me he sentido herida, y es<br />

cuando ciertos autores se han ido de manera, a mi entender,<br />

muy cobarde. Esto es, en la forma de enfrentarse a<br />

una nueva situación, de comunicar el paso a otra editorial.<br />

Es perfectamente comprensible que alguien venga y me<br />

diga: ‘Oye, mira, me voy a la editorial de enfrente porque<br />

me pagan más, o porque me siento más a gusto’. Eso lo<br />

veo lógico. Con algunos de ellos, por suerte, fue así y seguimos<br />

teniendo una excelente relación. Por ejemplo, con<br />

el mexicano Sergio Pitol, a quien le publicamos el primer<br />

libro y luego se fue a Anagrama. Y está muy bien, seguimos<br />

siendo muy amigos. Pero hay autores de una enorme<br />

cobardía, que no se atreven a enfrentarse con el editor.<br />

Ahí creo que participa otra cuestión: la mala relación que<br />

tienen los intelectuales –o, al menos, muchos de ellos– con<br />

el dinero, que es la causa por la que la mayoría de las veces<br />

se termina un vínculo. Lo asumen como con culpa.<br />

Y es muy simple: basta con hablar. Si alguien viene y me<br />

dice: ‘Mira, necesito más dinero porque quiero comprarme<br />

una casa, o porque tengo cinco hijos’, o por el motivo<br />

que sea, uno analiza y si lo puede pagar lo paga y si no, no.<br />

Tampoco hay un gran misterio, no entiendo el drama del<br />

ocultamiento y todo eso.”<br />

Desde el fallecimiento de su marido, el trabajo en la editorial<br />

no ha sido el mismo. Al cabo de medio siglo de labor<br />

ininterrumpida a favor de la cultura, Tusquets ha vendido<br />

la mitad de su paquete accionario al Grupo Planeta. Beatriz<br />

no ve en ello un paso atrás, sino por el contrario, una<br />

apuesta a futuro.<br />

“Son otros los tiempos, otras las formas, y creo que manteniendo<br />

la identidad del sello, la fusión con un grupo tan<br />

poderoso puede favorecer por ejemplo a lo que hace a los<br />

canales de distribución, sobre todo en América Latina.<br />

Hay que cambiar para seguir siendo igual. Y mejor…”<br />

–¿Y cuál es su visión frente al desarrollo de las nuevas<br />

tecnologías y el libro electrónico? Es un desafío,<br />

que propone todo el tiempo nuevas problemáticas. Por<br />

ejemplo, la digitalización de los libros se está convirtiendo<br />

en una abierta piratería, igual que la de los discos. Antes<br />

de que llegue el desmadre total, hay que encontrar un sistema<br />

para detener este problema. Primero pararlo y luego<br />

ver qué pasa, porque esto nos conduce a otra paradoja:<br />

nunca hay que despreciar un nuevo sistema de explotación<br />

de un libro. Creo que lo más importante en el futuro es<br />

saber hacer un buen contrato y controlar esos derechos<br />

hasta el final. En Francia ya hubo un caso que seguramente<br />

sentará un precedente legal. Gallimard cayó en la<br />

cuenta de que Google tenía colgados ya doscientos y pico<br />

de libros cuyos derechos le pertenecían a la editorial. Los<br />

editores son además productores, o sea, no sólo defienden<br />

la confianza que el autor depositó en la editorial, sino también<br />

el producto, que les pertenece. El autor y el editor,<br />

una vez más, deberán unirse para defender sus derechos.<br />

–Por último, ¿por dónde pasa fundamentalmente la<br />

voluntad de editar libros? Obviamente no por la posibilidad<br />

del negocio seguro. Creo que un editor se ve impulsado<br />

a esta actividad fundamentalmente por la curiosidad,<br />

y eso significa no estar mirándose solamente el ombligo,<br />

sino un poco lo que ocurre alrededor


Escena de Muerte en Venecia, de Luchino Visconti (1971)<br />

Tema de tapa<br />

cinco<br />

Literatura queer<br />

Recortar la producción literaria desde una etiqueta que sugiere prácticas sexuales implica correr el riesgo de perderse en<br />

una compleja trama que entrecruza escritura, política y sociedad. Desde el homoerotismo, pasando por la militancia gay,<br />

para desembocar en la multiplicidad queer, lo que hay detrás de esta genealogía de relatos es una subversión de la moral<br />

establecida, que opta por encarnar un yo menor como estrategia política para cambiar el mundo<br />

Por Esteban Ulrich<br />

32<br />

Homoerotismo<br />

“Es, pues, bajo el signo de un impulso interior sumamente<br />

peculiar, como queremos presentar el drama que se desarrollará<br />

a continuación. Deseamos añadir, además, que va dirigido<br />

a invertidos. A la idea de mar y asesinato, va unida, de modo<br />

natural, la de amor o voluptuosidad, y, antes que nada, la de<br />

amor contra natura”, decía Jean Genet arrancando su Querelle<br />

de Brest, con una crudeza y frontalidad que se mostraba más<br />

madura y segura de sí misma, con respecto de aquella primera<br />

reverberancia sutil y metafórica con la que Marcel Proust<br />

había inaugurado gloriosamente la literatura moderna, al tiempo<br />

que lo hacía ubicado en lo que llamaría “la raza maldita”,<br />

doblemente maldita en el sentido que equiparaba su condición<br />

de judío y la de homosexual. Una escritura barroca que disimula<br />

entre sus meandros las claves de una cultura solapada, de<br />

sensualidad inconveniente, representada de forma exquisita en<br />

el baile entre el señor de Charlus y Jordien en Sodoma y Gomorra,<br />

de En busca del tiempo perdido: “En los ojos del uno y<br />

del otro lo que acababa de surgir era el cielo, no de Zúrich, sino<br />

de alguna ciudad oriental cuyo nombre aún no había adivinado<br />

yo. Cualquiera que fuese el punto que pudiera detener al señor<br />

de Charlus y al chalequero, su acuerdo parecía concluido, y que<br />

aquellas inútiles miradas no fuesen más que preludios rituales,<br />

semejantes a las fiestas que se celebran antes de un matrimonio<br />

ya concertado”. Siguiendo las marcas homoeróticas en la literatura<br />

es posible construir una deriva genealógica de un modo<br />

de ver el mundo que llegó para transformarlo en las raíces de<br />

sus valores morales, seduciéndolo con su capacidad para crear<br />

puntos de fuga hacia otros mundos posibles; en pos de una liberación<br />

del deseo que parte de la emancipación de los cuerpos.<br />

Así, siguiendo este rastro de fluidos y babas, derivamos desde<br />

la poesía pistilar de García Lorca, a los culos enrojecidos de<br />

los mandriles de El almuerzo desnudo, de William Burroughs,<br />

para arrojarnos traspirados y exhaustos sobre la sólida roca intemporal<br />

y platónica del Thomas Mann de Muerte en Venecia:<br />

“Porque la belleza, Fedón, nótalo bien, sólo la belleza es al mismo<br />

tiempo divina y perceptible. Por eso es el camino de lo sensible,<br />

el camino que lleva al artista hacia el espíritu. […] Porque<br />

has de saber que nosotros, los poetas, no podemos andar el<br />

camino de la belleza sin que Eros nos acompañe y nos sirva de<br />

guía; y que si podemos ser héroes y disciplinados guerreros a<br />

nuestro modo, nos parecemos, sin embargo, a las mujeres, pues<br />

nuestro ensalzamiento es la pasión, y nuestras ansias han de ser<br />

de amor. Tal es nuestra gloria y tal es nuestra vergüenza”, sin<br />

olvidar a la hermosa víctima de la paqueta sociedad victoriana<br />

que fue Oscar Wilde, a quien puede pensarse como a un prototipo<br />

de escritor gay, en el sentido político de encarnar una militancia,<br />

aunque no fuese necesariamente buscada por él, sino<br />

impuesta por la mirada de una Inglaterra retrógrada.


De lo gay a lo queer<br />

Pero por qué queer, ¿qué es la literatura queer? Además de un<br />

tocador de bolsillo con espejito apto para peinar cocaína y una<br />

carne entregada que seduce montada (travestida) con tacos altos,<br />

pinturas y polvos; y una puerta mágica que se abre al patio<br />

indómito de la vida, como no tardaría en subrayar el querido<br />

Lou Reed (que en paz descanse); además de todo eso, es tal<br />

vez lo más cercano a una estrategia de emancipación intelectual<br />

y política, a través de la literatura y la militancia. Cecilia<br />

Palmeiro, en su trabajo sobre literatura queer publicado por<br />

la editorial Recursos Editoriales, Desbunde y Felicidad, de la<br />

cartonera a Perlongher, parte de la vida y obra del autor de<br />

Austria-Hungría (1980) para descifrar el entramado literario y<br />

político que engloba esta marca de género: “El trabajo de Perlongher<br />

como poeta estaba vinculado con una política de la diferencia,<br />

más que con la de la identidad. La fórmula deleuzeana<br />

del devenir mujer como clave de todos los otros devenires y, por<br />

lo tanto, de la acción micropolítica, permeaba su poesía, que intentaba<br />

proveer las luchas minoritarias de una lengua que sirviera<br />

de arma de expresión. A través de la construcción de una voz<br />

travestizada e impertinente, capaz de emputecer la tradición literaria<br />

y política y la propia lengua, su poesía se formulaba como<br />

una herramienta capaz de articular el plano del discurso con el<br />

de los cuerpos, y así ensayar líneas de fuga de la subjetividad<br />

dominante” (Desbunde y felicidad, Recursos Culturales, 2011).<br />

Una poética en persecución del goce que dibuja una caída en el<br />

abismo desde las inmaculadas cimas proustianas al barro oloroso<br />

de los ríos estancados de la pampa y las veredas pegajosas de Río<br />

de Janeiro, una revolución rosada contra las botas de montar,<br />

que desgarra la tela para obligar a reiniciar el juego.<br />

Neobarroso<br />

Porque si lo homosexual señala una práctica sexual y lo gay una<br />

militancia política que corre el riesgo de cerrarse en sí misma<br />

(guetificarse), lo queer parte de allí para abrirse, como su más<br />

bella flor, hacia nuevos territorios de piel virgen. “Perlongher<br />

estaba en contra de hablar de una literatura Gay, decía ¿qué<br />

se supone que es la literatura gay?, ¿una literatura escrita para<br />

gays o por gays? Algo similar a lo que sucede cuando se habla<br />

de escritura femenina. Para Perlongher la literatura es un arma<br />

para la política de la vida. Porque sobre todo lo gay hace una<br />

operación que traduce de una práctica corporal a una identidad<br />

cultural cuando no se trata de un reflejo necesario, es una<br />

construcción con reglas. Entre prácticas sexuales e identidades<br />

culturales no hay una relación de reflejo, no es una relación<br />

transparente”, dice Cecilia Palmeiro.<br />

Un neobarroso cuya fuente brillante puede percibirse en la<br />

pluma incendiaria de Osvaldo Lamborghini, que con El fiord<br />

(1969) crea literatura queer avant la lettre, una literatura del<br />

cuerpo y sus excrecencias escatológicas, de una poética pornográfica<br />

enamorada del delirio, que lo ilumina todo, y como por<br />

primera vez, con su luz negra. “Mi investigación arrancó con<br />

Perlongher porque me interesaba un modo de hacer literatura y<br />

hacer política que era nuevo; Lamborghini, a pesar de que inicia<br />

algo cercano a un posible peronismo queer trash lo hace aún<br />

ligado a una tradición anterior a Perlongher.”<br />

Queer y más allá<br />

Además de Perlongher la tradición queer de nuestra literatura<br />

cuenta con otras estrellas rutilantes aunque de diversos estilos,<br />

entre ellos Copi y Manuel Puig. “Copi tal vez está más cerca de<br />

la prosa de Perlongher. Tiene un perfil similar, en otro exilio, el<br />

europeo”. En La guerra de las mariconas, el escritor, dibujante<br />

e historietista, fallecido tempranamente víctima del HIV, cristaliza<br />

con gracia el exceso y el delirio tan caros al neobarroco, ese<br />

hermano mayor queer, en una aventura desbocada que lleva a<br />

su protagonista de su departamento y vida burguesa en Montmartre,<br />

arrancándolo de su círculo de prolijos y normativizados<br />

militantes gays, a una nueva civilización lunar y salvaje de amazonas,<br />

travestis y hermafroditas brasileños. “Hoy en día Copi y<br />

Lamborghini están totalmente incorporados al canon, creo que<br />

gracias a que el terreno fue preparado por Perlongher y luego<br />

regado por César Aira, es gracias a ellos que se vuelven legibles<br />

desde un nuevo lugar”.<br />

El caso de Puig es distinto ya que no encarna al típico militante<br />

por los derechos homosexuales pero su escritura remite por<br />

excelencia a una forma de narración travestida:“Según María<br />

Moreno, y lo comparto, lo de Puig era una técnica progresiva,<br />

su estilo remite a la cosa camp, él lo que busca es captar la voz<br />

femenina, captar el deseo que está prohibido en el universo<br />

femenino. Hay una frase de Puig en La traición de Rita Hayword<br />

que lo define todo, un personaje femenino dice algo así:<br />

‘finalmente se me declaró’; y otro personaje responde: ‘No, un<br />

hombre casado no se te declara, se te insinúa’”.<br />

Así, el amplio derrotero queer latinoamericano abreva en las<br />

ubres textuales y maternales de José Lezama Lima y Reinaldo<br />

Arenas, para reproducirse como hijos bastardos en los más<br />

recientes trabajos del chileno Pedro Lemebel (Loco afán, Crónicas<br />

de sidario), el uruguayo Dani Umpi (Sólo te quiero como<br />

amigo), los argentinos Daniel Link (Montserrat), Alejando<br />

López (La asesina de Lady Di) y Pablo Pérez (El mendigo<br />

chupapijas, Un año sin amor), e incluso en el proyecto de Washington<br />

Cucurto, con su editorial Eloísa Cartonera, junto a la<br />

experiencia de librería-galería de Belleza y Felicidad y la más<br />

reciente colección porno gay digital “De parado”, de la editorial<br />

Recursos Culturales. En este sentido, la militancia de los setenta<br />

y los ochenta, se vio licuada por el multiprocesador liberal<br />

y su pauperización de la sociedad en los noventa, para renacer<br />

con renovados bríos luego de la crisis del 2001, como el triunfo<br />

horizontal de la ambigüedad, y con la promesa de crear mercados<br />

alternativos. “Aquí el devenir mujer, resulta una idea contra<br />

la identidad, retoma Palmeiro, contra la división entre mujeres<br />

y hombres, el sistema binario, que por ser una opción de dos ya<br />

es una opción falsa, o es uno o el otro... Un proceso de transformación,<br />

hacia la nada, hacia lo menor, devenir negro, devenir<br />

homosexual, como un principio de hacer política. Salirse de su<br />

lugar de hacer cultura para ir hacia otra cosa. En lugar de devenir<br />

gran escritor, devenir cartonero”.<br />

A poco de celebrarse una nueva marcha del orgullo gay en<br />

nuestro país y luego de la reciente conquista política del Matrimonio<br />

Civil Igualitario, aún el camino de la emancipación apenas<br />

está comenzando, y es en la cultura queer en donde parece<br />

reencontrarse una llave para realizar el viejo sueño de hacer<br />

confluir las diversas causas políticas de, nosotros, los raros<br />

33


Entrevista<br />

tres<br />

Con la lengua suelta<br />

34<br />

Reconocida por los relatos delicados, escatológicos y revirados de su primer libro, Continuadísimo (Eterna Cadencia),<br />

y ahora con la presentación en forma independiente de Batido de trolo, un libro objeto de cuentos, poesías y<br />

fotografías, Naty Menstrual –columnista trans del suplemento “Soy” del diario Página/12–, continúa con su<br />

taconeo firme por las letras porteñas y regionales, retratando el mundo travesti y el suyo propio<br />

Por E.U.<br />

–¿Cómo arranca su devenir travesti? ¿Querés probar?...<br />

(Risas) Primero me fui de mi casa porque era puto, dije mirá<br />

soy puto, dejame tranquilo... Mi mamá era insoportable, me<br />

fui de casa a los 17, conseguí un trabajo de puto careta, vendiendo<br />

ropa. Ahí me enamoré de un chico mendocino, hice<br />

dos cursos de indumentaria y después me fui a España con<br />

él, volví, seguí un poco con el tema de indumentaria, después<br />

entré a estudiar locución y guión. Terminé la carrera de locución.<br />

Ya ahí me empezaba a travestir.<br />

–Imagino que hay muchas maneras de hacerlo... Claro,<br />

hay gente que no sale nunca del closet, que lo hace entre<br />

cuatro paredes. Uno se acuesta con un tipo que cree que es<br />

el macho de su vida y de golpe, el tipo prefiere que se la pongan...<br />

Hace poco acá un chongo grandote, mecánico, se puso<br />

tetas... Ahora acá se dicen todos liberados... Me invitaron a<br />

Brasil y la pregunta recurrente era sobre qué pensaba del<br />

matrimonio gay. Y a mí me parece un poco mentira. No me<br />

parece que estas leyes le abran la cabeza a nadie... Y además,<br />

ahí está el problema, no es matrimonio gay, es Matrimonio<br />

Civil Igualitario. Si la Iglesia odia a los putos...<br />

–Al menos es un nuevo derecho ganado... Sobre todo me<br />

parece positivo por las cuestiones legales que permite a las<br />

parejas con muchos años juntos, para cuando muere alguno<br />

o si se separan. Ojalá fuera “buena voluntad”, pero para mí,<br />

las leyes en general tienen un trasfondo político difuso. No le<br />

creo a nadie que me dice que hace una ley porque cree que<br />

tiene que existir. Por ejemplo, lo de los derechos humanos,<br />

me encanta el tema de los derechos humanos, pero los dere-


chos humanos de todos los días están totalmente olvidados.<br />

Vivimos en un mundo perverso y totalmente hipócrita... Así<br />

que lo más probable es que si esa ley no le hubiese servido a<br />

otros por alguna razón, esa ley no existiría... Me parece que<br />

tiene que ver con una condición humana. Todos queremos<br />

ser perfectos, no discriminar, pero a veces te das cuenta que<br />

no podés, que desgraciadamente es algo que surge naturalmente<br />

frente a lo diferente.<br />

–¿Ya escribía de chica? Escribo desde siempre, las boludeces<br />

que uno escribe desde siempre. Hace poco recuperé<br />

unos textos antiquísimos y me di cuenta de que siempre fui<br />

medio retorcida para escribir, en aquel momento evitaba todo<br />

el tiempo hablar de putos, de personajes gay, siempre era la<br />

mujer y el hombre como para no deschavar mi condición de<br />

puto. Y hay historias interesantes, entre chico y chica, o personajes<br />

que no me metían en el tema de la sexualidad.<br />

–¿O sea que cuando asume cambia también su escritura?<br />

En realidad es como que vi que tenía que escribir obligatoriamente<br />

lo que me estaba pasando, porque me parecía increíble,<br />

no lo podía creer. Lo que me pasaba a mí, a la gente a<br />

mi alrededor, lo que veía.<br />

–¿Ese momento del asumirse fue de golpe? Es algo raro.<br />

Si lo tenía antes, lo tenía muy escondido. Nunca me hubiera<br />

imaginado a mí vestida de mujer. Tampoco de chica me<br />

escondía a vestirme en mi casa. Fue in crescendo. Empezó<br />

equivocadamente: me di cuenta de que las que estaban travestidas<br />

se levantaban los mejores tipos. Después supe que de<br />

chabones esos tipos no tenían nada... Pero por suerte algunos<br />

quedan... Y tampoco me describiría como travesti, es una cosa<br />

rara, en el buen sentido. Si tuviera que definirme, no sabría<br />

decirte qué soy, yo digo Naty Menstrual. Porque no estoy<br />

operada, por ejemplo. Por ahora no me operaría... Me encantaría<br />

tener tetas. Pero sé lo que significaría tener tetas para mí.<br />

Mucho trabajo. Para tener una teta bien puesta, a conciencia,<br />

que te produzca placer, que se sienta... Hay que empezar con<br />

un tratamiento hormonal, que te trae problemas hepáticos,<br />

te cambia la voz, perdés erecciones, eyaculaciones, es iniciar<br />

una guerra contra tu propio cuerpo. Y hay que ver si ahora me<br />

pondría unas tetas de una minita de veinte... (Risas).<br />

–¿Y cómo se reflejó en la escritura? A la hora de escribir<br />

cambió porque travestida empecé a ver cosas que antes no<br />

veía. Cosas que tenían que ser contadas. Ahí armé el blog con<br />

ayuda de un amigo y se empezó a leer. También empecé a<br />

hacer monólogos de humor y siempre con una mirada irónica,<br />

a partir de personajes complejos pero con humor e ironía.<br />

Después cuando me puse a ver esto, ya tenía una forma de<br />

escribir, pero se reforzó con lo que vi y lo que viví. Muchas de<br />

las cosas que leés en mis libros son reales, otras no. La gente<br />

a veces piensa que todo me pasó a mí. No, todo no puede pasarme<br />

a mí. Un día leí en un lugar un cuento mío, “Lluvia dorada<br />

sobre mí”, en el que hablo de una trava que se enamora<br />

de un chico que es taxi boy, entonces ella cuenta una historia<br />

de amor más desde ella que de él, el tema es que yo lo leo y<br />

cuando termino todo, una chica se me acerca, toda emocionada:<br />

“Mauro... (el personaje) existió, ¿no?”, me pregunta... La<br />

vi con tanta ilusión que le dije que sí, aunque no haya existido.<br />

Eso está buenísimo. También está bueno, con respecto a<br />

esto, que hace un año que estoy haciendo un unipersonal en<br />

Congreso, y lo que hago ahí es leerle cuentos a la gente, en<br />

una época en que la gente va a otro ritmo. Claro que también<br />

los hago participar, sin ser molesta, hablo con ellos, nos reímos<br />

mucho... Pero al fin y al cabo estoy leyéndoles un libro.<br />

–Como a los niños... Sí, un poco más sucio nomás, más<br />

trash... (Sonrisa pícara)<br />

–Sí, lo escatológico es importante en todo esto... Sí.<br />

Cuando sos chiquito, te dicen “tiene que hacer caquita...”,<br />

“a ver, tírese un pedito”, “largue el eructito”... Y si ahora te<br />

tirás un pedo acá se pudre todo, ¿entendés? Son pelotudeces<br />

sociales, yo tenía una profesora de foniatría que nos decía:<br />

“chicos si quieren eructar eructen y si quieren bostezar, bostecen<br />

con la boca abierta, no se tapen, porque es una necesidad<br />

del organismo. O como esta historia de que las mujeres<br />

no cagan... no se tiran pedos... Lo tienen que hacer solas. Es<br />

una ciudad de pedorras solitarias... Si se llegan a tirar un pedo<br />

adelante de un hombre, el tipo se levanta y se va a la mierda.<br />

–¿Cómo ves que se le considere representante de una<br />

literatura travesti? Yo no soy un representante de literatura<br />

travesti... Primero, la persona que te ubica ahí, tiene el cerebro<br />

corto. Y me parece que en mis cuentos, más allá de que<br />

los protagonistas puedan ser en el caso de los relatos travestis<br />

y hombres, la escencia del cuento es una realidad que la vive<br />

cualquiera. Obviamente con la lengua suelta, la boca sucia... y<br />

por la forma en que los mostrás... y al mismo tiempo no creo<br />

estar mostrando nada que no exista: el amor, el desamor, el<br />

dolor, la discriminación, las enfermedades, puedo abordar<br />

cosas que le pasan a cualquiera. Lo que suele pasar es que<br />

se piense que todo le pasa a la travesti. A mí me parece que<br />

la travesti es una víctima más de una sociedad en la que hay<br />

muchas víctimas más... Aunque también reconozco que vas<br />

por la calle y hay gente que te mira bien y otra que te mira<br />

mal. También se trata de cómo uno se para frente a eso. A mí,<br />

por ejemplo, me costó mucho subir a un colectivo. Después,<br />

cuando lo hice y me miraron, me animé y clavé la mirada y la<br />

terminaron bajando, son cagones... Y si no la baja es que te<br />

quiere coger...<br />

–¿Tu deseo hoy? Mi deseo ahora es estar bien. No sé si llegar<br />

a vieja. Le tengo miedo a la vejez, y más que a la vejez al<br />

deterioro...<br />

El mozo coqueto se acerca y saluda a Naty con delicada simpatía,<br />

luego, al pasar de vuelta<br />

junto a ella le dice a modo de<br />

chiste, haciendo referencia a<br />

sus medias de lunares recortados,<br />

“¡Uy!, se te rompieron las<br />

medias”... “Sí”, contesta ella,<br />

“y no es lo único!”<br />

35


Dossier<br />

Psicología<br />

Sigmund Freud<br />

El buscador<br />

o1<br />

Por Nancy Giampaolo<br />

Sus padres lo llamaron Sigismund Freud pero, a los veintidós años, cambió su nombre de pila<br />

por el de Sigmund. Nació en Freiberg, en la antigua Moravia, actualmente Príbor, República<br />

Checa, el 6 de mayo de 1856, en el seno de una familia judía. Fue hijo de Jacob Freud, un<br />

comerciante textil que, en el momento en que nació Sigmund, tenía 41 años y dos hijos de un<br />

matrimonio anterior. El mayor tenía la edad de la madre de Freud, Amalie Nathanson, veinte<br />

años más joven que su esposo y era, a su vez, padre de un niño de un año. Esta compleja<br />

dinámica familiar sería, según el posteriormente apodado “Padre del psicoanálisis”, un temprano<br />

detonante de su vocación. Dedicó su vida al estudio del comportamiento humano, fue<br />

fuertemente rechazado por algunos de sus pares, pero también seguido por discípulos fieles<br />

y muy reconocido al final de su vida. Muchas de sus teorías forman parte esencial del acervo<br />

cultural del mundo occidental, incluso aunque con el paso del tiempo hayan sido releídas<br />

negativamente como en el representativo caso de la “envidia del pene”. Consagrado al trabajo


o2<br />

aun cuando estuvo enfermo de cáncer durante dieciséis años, padre de seis hijos y esposo de<br />

la misma mujer durante medio siglo, Freud parece haber tenido una energía extraordinaria.<br />

Erguir una nueva estructura de pensamiento fue el motor de un hombre que llegó a utilizar<br />

sus propios sueños como material de estudio, experimentó con cocaína en los primeros años<br />

de su carrera y llevó de mano propia sus teorías sexuales a varios países del mundo. La pobreza<br />

no lo detuvo de chico e ironizó sobre el nazismo cuando ya era viejo, Freud se manifestaba,<br />

buscaba la trascendencia y no se doblegaba ante los obstáculos.<br />

En 1859, la crisis económica arruinó el comercio paterno y, al año siguiente, la familia del<br />

por entonces llamado Sigismund, se trasladó a Viena en donde las cosas eran difíciles porque<br />

Jacob pasó varias temporadas sin trabajo. De adulto, Freud habló desdeñosamente de esa<br />

ciudad en la cual, sin embargo, residió hasta un año antes de su muerte, cuando, en junio de<br />

1938, se vio obligado, dada su condición de judío, a exiliarse a Londres, como consecuencia de<br />

la anexión de Austria al proyecto pangermanista de la Gran Alemania, preparado por los nazis<br />

con ayuda de los prosélitos austríacos.<br />

Como suele darse en numerosas familias judías, los Freud se mantenían cerca de su comunidad<br />

y algunas de sus costumbres, pero no eran religiosos. Jacob se autoproclamaba libre<br />

pensador y Sigmund dejó de lado las creencias religiosas durante la adolescencia. En 1873,<br />

finalizó sus estudios secundarios con excelentes calificaciones. Había sido siempre un buen<br />

estudiante, correspondiendo a los sacrificios en pro de su educación hechos por sus padres,<br />

quienes anhelaban una carrera brillante para su hijo. Después de considerar la posibilidad de<br />

dedicarse al derecho, el joven Sigmund se decidió por la medicina, aunque no con el deseo de<br />

ejercerla, sino movido por una intención de estudiar la condición humana con rigor científico.<br />

A mitad de la carrera, tomó la determinación de dedicarse a la investigación biológica y, de<br />

1876 a 1882, trabajó en el laboratorio del fisiólogo Ernst von Brücke, centrándose en algunas<br />

estructuras nerviosas de los animales y en la anatomía del cerebro humano. De esa época data<br />

su amistad con el médico vienés Josef Breuer, catorce años mayor que él, quien hubo de<br />

prestarle ayuda, tanto en lo profesional como en lo económico.<br />

En 1882, Freud conoció a Martha Bernays, seis años menor que él e hija de una familia de<br />

intelectuales judíos, quien sería su esposa durante cincuenta años. Según se consigna en el<br />

libro Martha Freud, de Gerard Badou, Freud alejó a Martha de su madre y de su fe religiosa<br />

y “se convirtió en un patriarca autoritario que tuvo como discípulas y amigas a mujeres excepcionales<br />

con las cuales Martha compartió experiencias como Marie Bonaparte, su propia<br />

hermana Minna Bernays y su hija menor, Anna Freud”.<br />

Durante el noviazgo, la pareja permaneció separada la mayor parte del tiempo. Según los<br />

biógrafos, el motivo de esta distancia es que Freud buscaba establecerse económicamente y<br />

lograr algún prestigio antes de comenzar su vida de casado. Entre 1882 y 1886, Sigmund y<br />

Martha se vieron en pocas ocasiones, manteniendo una relación epistolar que compensaba las<br />

prolongadas ausencias. El plan que tenían debía cumplirse a rajatabla e incluía el éxito del padre<br />

del psicoanálisis como condición sine qua non para la unión de la pareja. Con un romanticismo<br />

que matiza el cálculo detrás de cada uno de sus pasos, le escribió a su novia: “Princesa,<br />

Izq.: Casa natal, en Príbor, Moravia,<br />

Imperio Austríaco.<br />

Der.: Su madre, Amalie Nathanson,<br />

1903.


Izq.: Con su mujer, Martha Bernays,<br />

con quien se casó en 1886 luego de un<br />

noviazgo de seis años, casi por entero<br />

epistolar. El novio, escribía<br />

“(…) te besaré millares de veces hasta<br />

convertirte en una muchacha fuerte,<br />

alegre y feliz”.<br />

Der.: La casa de Viena, una ciudad<br />

que, decía, no era de su gusto, pese<br />

a que vivió allí hasta un año antes de<br />

su muerte.<br />

mi princesita: ¡Oh que maravilloso va a ser todo!, ir allá con dinero. Estaremos juntos durante<br />

mucho tiempo. Y llevo un bonito regalo para ti. Después seguiré mi viaje a París y seré un<br />

gran erudito, y nos casaremos. Curaré todos los casos nerviosos incurables, y tú serás mi amuleto<br />

para conservar una salud perfecta; te besaré millares de veces hasta convertirte en una<br />

muchacha fuerte, alegre y feliz”. El noviazgo, a pesar de transcurrir a la distancia, contó con<br />

varias peleas, rupturas y reconciliaciones, fundamentalmente porque Freud sentía celos de la<br />

madre de Martha y procuraba distanciarla de ella.<br />

Antes de ese período, Freud había adquirido suficiente experiencia clínica como para ostentar<br />

algo de fama, y, desde julio de 1882 hasta agosto de 1885, trabajó como residente en diversos<br />

departamentos del Hospital General de Viena, decidiendo especializarse en neuropatología.<br />

En 1884 se le encargó un estudio sobre el uso terapéutico de la cocaína y, como es harto sabido,<br />

la experimentó en su persona. No se convirtió en un adicto terminal, pero se dice que<br />

llevó a la adicción a su amigo Von Fleischl y en los círculos médicos su reputación quedó ensombrecida<br />

por un tiempo. En 1885, se afianzó en la Facultad de Medicina de Viena, donde<br />

enseñó a lo largo de toda su carrera, primero neuropatología y, después, psicoanálisis, aunque<br />

sin acceder a ninguna cátedra.<br />

Una beca para el viaje de estudios sobre el que le escribió a Martha, lo llevó a París, donde<br />

trabajó durante cuatro meses y medio en el servicio de neurología de la Salpêtrière, bajo la<br />

dirección del neurólogo francés más importante de esa época, Jean Martin Charcot. Allí<br />

tuvo ocasión de observar las manifestaciones de la histeria y los efectos de la hipnosis y la<br />

sugestión en el tratamiento de la misma. De regreso a Viena, se casó con Martha, en septiembre<br />

de 1886. Según escribió Badou “por un juramento secreto, Martha se había mantenido<br />

virgen hasta la noche de boda. Sigmund, por su parte, y si creemos en los cotilleos que mucho<br />

después aportaría Marie Bonaparte, habría tenido al menos una relación sexual durante su<br />

largo celibato. Sin embargo, seguía siendo muy pudoroso, y consideraba como el colmo de la<br />

audacia erótica el haber sorprendido un día a Martha, en un paseo durante su compromiso,<br />

mientras se subía las medias”.<br />

En los diez años siguientes al casamiento, el matrimonio tuvo seis hijos de los cuales Anna,<br />

nacida en diciembre de 1895, habría de convertirse en psicoanalista infantil. Aunque se había<br />

casado por civil y también con una ceremonia religiosa para la que Sigmund aceptó a regañadientes<br />

aprender de memoria las oraciones a recitar frente al rabino, en la casa de los Freud<br />

no hubo alimentos kosher, no se ayunó en Iom Kippur y Martha, creyente hasta el fin de sus<br />

días, mantuvo sus ritos religiosos personales prácticamente en las sombras para complacer a su<br />

marido. Casi medio siglo después de haberse casado, Freud escribió en una carta a su amiga<br />

Bonaparte una suerte de corolario de la principal relación amorosa de su vida: “Martha no fue<br />

realmente una mala solución al problema del matrimonio, y aún hoy en día, ella es cariñosa,<br />

activa y saludable”.<br />

Poco antes de casarse, Freud había abierto una consulta privada como neuropatólogo, utilizando<br />

la electroterapia y la hipnosis para el tratamiento de las enfermedades nerviosas. Su<br />

amistad con Breuer derivó en una colaboración más estrecha, que fructificaría finalmente en<br />

o3


o4<br />

la creación del psicoanálisis, aunque el precio fue, justamente, la amistad entre ambos. Entre<br />

1880 y 1882, Breuer había tratado un caso de histeria –el de la célebre paciente que luego<br />

sería mencionada como “Anna O”– y al interrumpir el tratamiento, relató a Freud cómo los<br />

síntomas de la enferma –que incluían parálisis intermitente de las extremidades, trastornos del<br />

habla y la vista–, desaparecían cuando ésta encontraba respuestas durante sesiones de hipnosis.<br />

En 1886, luego de haber comprobado en París la operatividad de la hipnosis, Freud obligó<br />

a Breuer a hablarle nuevamente del caso y, venciendo su resistencia inicial, lo instó a escribir<br />

en conjunto un libro sobre la histeria. Durante la gestación de esta obra, aparecida en 1895,<br />

Freud desarrolló sus primeras ideas sobre el psicoanálisis. Breuer participó hasta cierto punto<br />

en el desarrollo, aunque frenando el alcance de las especulaciones características de la doctrina<br />

freudiana y rehusando, finalmente, a subscribir a la creciente convicción de Freud acerca<br />

del papel desempeñado por la sexualidad en la etiología de los trastornos psíquicos.<br />

En un ensayo publicado por el especialista en estudios freudianos Nelson Ruiz, se explica que<br />

“Freud, en su obra Tres ensayos sobre una teoría sexual, expresó que las primeras impresiones<br />

sexuales de nuestro desarrollo dejan las más profundas huellas en la vida anímica y pasan a ser<br />

determinantes del desarrollo sexual posterior, en tanto que la desaparición real de tales impresiones<br />

infantiles obedece a un mero apartamiento de la conciencia denominado “represión”.<br />

Esta suerte de amnesia de vivencias sexuales infantiles, conduce al hombre a esforzarse por<br />

dilucidar el misterio de su sexualidad, recurriendo a intuiciones y conocimientos preconceptuales<br />

para intentar darle sentido a su experiencia sexual subjetiva”.<br />

Pero antes de eso, en 1896, luego de romper con Breuer, Freud empezó a transformar la metodología<br />

terapéutica que aquel había calificado de “catarsis”, basada en la hipnosis, en lo que<br />

él mismo denominó el método de “libre asociación”. Trabajando solo, víctima del desprecio de<br />

algunos médicos, el tratamiento de sus pacientes le llevó a forjar los elementos esenciales de<br />

los conceptos psicoanalíticos de “inconsciente”, “represión” y “transferencia”. Esas palabras y<br />

otras que él resignificó circulan en el lenguaje coloquial de Occidente: Freud se propuso construir<br />

un lenguaje que necesita de la empatía de su espectador, un lenguaje que lo alude y es<br />

utilizado, al mismo tiempo, por quien desea hablar sobre sí mismo.<br />

Aunque para 1905 sus teorías habían franqueado ya definitivamente el umbral de los comienzos<br />

y se hallaban sólidamente establecidas, contó con escasos discípulos. Pero en 1906 empezó<br />

a atraer más seguidores; el círculo de los que, ya desde 1902, se reunían algunas noches en su<br />

casa con el propósito de orientarse en el campo de la investigación psicoanalítica, fue ampliado<br />

y cambió varias veces de composición, consolidándose así una sociedad psicoanalítica que,<br />

en la primavera de 1908, por invitación de Carl Gustav Jung, celebró en Salzburgo el Primer<br />

Congreso Psicoanalítico. Al año siguiente, Freud y Jung viajaron a Estados Unidos, invitados a<br />

dar una serie de conferencias en la Universidad Clark de Worcester, Massachusetts, comprobando<br />

con sorpresa el entusiasmo allí suscitado por el pensamiento freudiano, mucho antes<br />

que en Europa.<br />

En 1910 se fundó en Núremberg la Sociedad Internacional de Psicoanálisis, presidida por<br />

Jung, quien conservó la presidencia hasta 1914, año en que se vio obligado a dimitir, como co-<br />

Izq.: Frente a la Universidad de Clark,<br />

en 1909. Adelante: Sigmund Freud,<br />

G. Stanley Hall y Carl Jung. Atrás:<br />

Abraham A. Brill, Ernest Jones y<br />

Sándor Ferenczi.<br />

Der.: Portada de la primera edición<br />

en alemán de La interpretación de los<br />

sueños.


Izq.: Correcciones manuscritas sobre<br />

Moisés y la religión monoteísta, 1938<br />

Der.: Círculo interno de Psicoanálisis<br />

o Comité, en 1922: Otto Rank, Karl<br />

Abraham, Max Eitingon, Ernest Jones,<br />

Freud, Sándor Ferenczi y Hanns<br />

Sachs.<br />

rolario de la ruptura fallada por el mismo Freud en 1913, al declarar improcedente la ampliación<br />

junguiana del concepto de “libido” más allá de su significación estrictamente sexual. En<br />

ese mismo año Freud publicó la famosa Tótem y tabú, obra inspirada en el evolucionismo biológico<br />

de Darwin y el evolucionismo social de Frazer y, en 1916, Introducción al psicoanálisis.<br />

Aunque La interpretación de los sueños es su obra más conocida –en la que postula el nuevo<br />

modelo del inconsciente y desarrolla un método para conseguir el acceso al mismo, a partir<br />

de un análisis exhaustivo de sueños propios y de sus pacientes– la teoría sexual de Freud fue<br />

desde el comienzo de sus investigaciones un eje primordial. Según el ensayo de Ruiz, “desde<br />

sus primeras teorizaciones, Freud ubicó en un lugar central al inconsciente para entender la<br />

sexualidad de hombres y mujeres; señaló que para formar parte de una sociedad renunciamos<br />

bajo ciertas circunstancias a nuestros deseos sexuales más primitivos; constituyendo el deseo<br />

sexual uno de los polos del conflicto psíquico más comunes observados en hombres y mujeres.<br />

El bloqueo de tales deseos sexuales se traducen más tarde en síntomas, una serie de procesos<br />

anímicos investidos de afecto y de aspiraciones concretas que se les ha denegado el acceso a<br />

su tramitación en una actividad susceptible de conciencia por consecuencia de la represión;<br />

los síntomas ocurren entonces cuando el deseo y el impulso sexual compiten con una desautorización<br />

sexual simultánea”. Habló del niño seducido por un adulto perverso como una<br />

víctima condenada a experiencias de lo que denominó seducción originaria. Se explica que<br />

la respuesta del adolescente o adulto puesto frente a una posterior experiencia de seducción,<br />

reactualiza el recuerdo difuso de la escena primaria, condicionándolo dramáticamente a través<br />

del trauma.<br />

Freud siempre va al pasado, ve al individuo como un fruto de su historia. Hay, quizás, en el<br />

pensamiento racional de un médico neurólogo, una dimensión mística: si el individuo es marcado<br />

en su infancia está, en cierto modo, predestinado a cumplir con un plan que lo excede,<br />

un plan que proviene de una instancia superior a la voluntad individual.<br />

Freud establece que la imposibilidad de elaborar una situación anormal o inadecuada de la<br />

infancia es clave a la hora de determinar patologías ligadas a lo sexual: “El histérico surge<br />

por consecuencia de una seducción precoz por parte de un adulto perverso –apunta Ruiz– el<br />

obsesivo por su participación en la transgresión que parte del adulto, no obstante, la actividad<br />

encontrada en la infancia del obsesivo se esboza siempre sobre el fondo de una experiencia<br />

pasiva más antigua”.<br />

Aunque a lo largo de su carrera intentó encontrar patrones de represión entre sus pacientes<br />

que derivasen en un modelo general para la mente, observó que sus distintos pacientes reprimían<br />

hechos diferentes. Advirtió, además, que el proceso de la represión es en sí mismo<br />

un acto no consciente y buscó una explicación a la forma de operar de la mente. Propuso una<br />

estructura dividida en tres partes: el Ello, el Yo y el Superyó y describió dos pulsiones antagónicas:<br />

Eros o pulsión de la vida, una pulsión sexual tendiente a la preservación de la vida; y<br />

Tánatos o pulsión de la muerte. Esta última representa una moción agresiva, aunque a veces<br />

se resuelve en una pulsión que nos induce a volver a un estado de calma.<br />

Entre esa gran cantidad de palabras a las que resignificó para ser entendidas a la luz de sus<br />

o5


o6<br />

teorías, introdujo el término “narcisismo” a sus estudios para dar cuenta de ese movimiento<br />

que se genera cuando el objeto (niño) se transforma en sujeto a través de las pulsiones sexuales<br />

y su propia identificación con el medio que lo rodea.<br />

Según Ruiz, Freud establece que “la configuración de la sexualidad se establece sobre la base<br />

de ligazones entre sistemas de representaciones preexistentes, es ese juego de afectación que<br />

se produce entre la madre y el niño, lo que sirve de base para estimular las raíces sexuales del<br />

bebé”.<br />

En el encuentro con el entorno, el niño se confronta con un adulto que le provee mensajes a<br />

los que intenta dar sentido y respuesta. Su supervivencia depende del cuidado que proviene<br />

de la madre, quien tiene la delicada tarea de estimular sus pulsiones y luego contenerlas, de<br />

ofrecerse y de rehusarse como objeto de placer. La madre es la primera y gran seductora.<br />

Ruiz, detalla que Freud “planteó que los gérmenes de mociones sexuales que trae consigo el<br />

neonato presentan cambios a lo largo del desarrollo; desde la fase pregenital, cuando la vida<br />

infantil es esencialmente autoerótica, y las pulsiones parciales (ver, exhibir, crueldad) aspiran<br />

conseguir placer cada una por su cuenta; hasta la fase genital, cuando la consecución del placer<br />

está al servicio de la “función de reproducción”, y las pulsiones parciales se subordinan a<br />

una única zona erógena, formando así una organización sólida para el logro de la meta sexual<br />

en un objeto ajeno. (…) No siempre el fin del deseo sexual consiste en garantizar la conservación<br />

de la especie humana a través de la reproducción sexual; esto se ve evidenciado en<br />

exteriorizaciones de la sexualidad infantil, cuando el chupeteo y el autoerotismo, no cumplen<br />

la función de obtener gratificación del alimento sino la necesidad de repetir la satisfacción<br />

sexual, al descargar la pulsión en el propio cuerpo, encontrando zonas erógenas de menor<br />

valor en comparación a las que se conseguirán posteriormente en un objeto externo (los labios<br />

del otro por ejemplo).<br />

Aunque el objetivo central fuera intangible, Freud se ocupó de la carne. Involucró al cuerpo<br />

en sus estudios, haciendo foco en zonas erógenas. Con Martha, Freud tuvo a Mathilde, Martin,<br />

Oliver, Ernst, Sophie y Anna durante ocho años de innegable fecundidad familiar. Freud<br />

era un hombre de ideas que amaba la acción. A sus hijos dedicó muchas cartas que ofrecen<br />

una perspectiva diferente de su personalidad. Le escribió a Mathilde, en 1908: “Sólo puedo<br />

darte algunos consejos y llamarte la atención sobre ciertos recaudos. Quizá sepas que, como<br />

todo lo demás, a amar también se aprende; con lo cual es difícil evitar que surjan confusiones.<br />

El primer amor no tiene por qué ser el que perdure. (…) Quizás el mayor peligro sea ‘caer’ en<br />

el asunto más rápida y profundamente de lo que uno hubiese querido en un principio; insistir<br />

es, ya de por sí, parte de la naturaleza del hombre. Si aún puedes mantener la relación un<br />

buen tiempo al nivel de una amistad sobre un trasfondo de calidez, no desperdicies la oportunidad”.<br />

Y a Ernst en 1924: “Mi cumpleaños ha transcurrido sin accidentes y con infinitos<br />

obsequios florales. La ciudad de Viena me ha proclamado su ciudadano con pomposas felicitaciones,<br />

ante lo cual sólo atiné a poner cara de bobo, pues no sé qué hacer con ese honor. (…)<br />

Seguramente mi destino se decida en los próximos dos meses. Si no tengo recidivas y supero<br />

la infinita variedad de molestias que me provoca la prótesis, quizá no esté mal vivir un tiempo<br />

Izq: Reproducción del sillón que<br />

ocupaba y que le había regalado<br />

su hija Mathilde. Se conserva en el<br />

Sigmund Freud Museum de Viena y<br />

fue confeccionado para un documental<br />

de la BBC.<br />

Der.: El famoso diván de Freud,<br />

conservado en el Freud Museum de<br />

Londres.


Le escribió a su hija Mathilde, en 1908:<br />

“Sólo puedo darte algunos consejos<br />

y llamarte la atención sobre ciertos<br />

recaudos. Quizá sepas que, como todo<br />

lo demás, a amar también se aprende;<br />

con lo cual es difícil evitar que surjan<br />

confusiones. El primer amor no tiene<br />

por qué ser el que perdure”.<br />

Der.: Estatua de Sigmund Freud en<br />

Londres, detrás, la Clínica Tavistock.<br />

más así. La elección del sitio para este verano también depende de mi salud, del grado de<br />

dependencia de los médicos. Actualmente, tener seis horas de análisis no me pesa, pero me<br />

mantengo alejado de todo lo demás. El aislamiento no resulta tan fácil”. Sophie, por su parte,<br />

contó que su padre le dio a conocer métodos anticonceptivos eficaces para la época, pero que<br />

cuando ella le anunció su tercer embarazo le escribió: “Acepta este bebé bien predispuesta.<br />

(…) Tu madre aceptó un niño tras otro”.<br />

Sobre las especulaciones freudianas basadas en la carne, Ruiz se explayó: “La meta sexual<br />

infantil y adulta consiste entonces en sustituir la sensación proyectada sobre la zona erógena,<br />

por aquel estímulo externo que la cancele al provocar la sensación de satisfacción. Si bien<br />

existen zonas erógenas predestinadas (boca, ano, genitales), cualquier otro sector de la piel<br />

o de mucosa puede prestar los servicios de zona erógena. (…) Existen tres momentos del<br />

desarrollo de la sexualidad que dan lugar a la activación de estas zonas erógenas, el primero,<br />

corresponde al período de lactancia; el segundo al florecimiento de la práctica sexual hacia<br />

el cuarto año de vida, y el tercero, responde al onanismo (masturbación) de la pubertad. (…)<br />

El niño luego de haber pasado por el período oral, donde la meta sexual era la incorporación<br />

del objeto, y el sádico-anal, en la que la meta era apoderarse del otro o dejar ser controlado<br />

por el otro; con el resurgimiento de la actividad sexual, el varón asume que la mujer ha sido<br />

castrada, y se produce el complejo de castración, el temor de ser burlado como sujeto. (…)<br />

Es en este momento del desarrollo de la organización sexual, donde se fundan las bases del<br />

género, las identidades de género y la orientación sexual de ese niño o niña. La inclinación<br />

sexual, se deriva de procesos identificatorios que se generan entre el niño y el padre, y la niña<br />

y la madre. De este modo, se determina el objeto de deseo erótico y/o amoroso que brindará<br />

gratificación sexual. Así, dependiendo de cómo haya sido resuelto el conflicto edípico, el objeto<br />

de deseo será del sexo opuesto (heterosexual), del mismo sexo (homosexual) o de ambos<br />

sexos (bisexual)”.<br />

El mentado “Complejo de Edipo” es otra de las teorías freudianas que todos oyeron alguna<br />

vez. En un ensayo del médico psicoanalista George Boeree se explica para la denominada<br />

fase fálica, “la crisis edípica, llamada así por la historia griega del rey Edipo, quien inadvertidamente<br />

mató a su padre y se casó con su madre”, resulta central. Esta instancia, nuevamente,<br />

se remite a los primeros años de vida en los que el primer objeto de amor es la madre de<br />

quien se esperan atención, afecto, cuidado. Boeree apunta que la teoría freudiana deja claro<br />

que a la madre no sólo la queremos sino que “la deseamos de una manera ampliamente<br />

sexual. No obstante, el niño tiene un rival ante estos deseos, personificado en su padre. Este<br />

es mayor, más fuerte, más listo y se va a la cama con ella, mientras que el chico es desplazado<br />

a dormir solo en su habitación. El padre es el enemigo. (…) Al reconocer la superioridad de<br />

su padre desplaza sus impulsos sexuales (destinados primero a su madre) hacia las chicas y<br />

posteriormente a las mujeres. Y se identifica con el agresor, su papá, e intenta parecerse cada<br />

vez más a él; esto es, un hombre. Después de unos años de latencia, entra en la adolescencia<br />

y al mundo de la heterosexualidad madura. La niña también empieza su vida con amor hacia<br />

su madre, por lo que se nos presenta el problema de tener que redirigir sus afectos hacia su<br />

o7


o8<br />

padre antes de que tenga lugar el proceso edípico. (…) Papá, por supuesto ya está cogido por<br />

alguien. La chica entonces le desplaza por los chicos y hombres, identificándose con mamá, la<br />

mujer que posee al hombre que ella verdaderamente desea. Debemos observar que hay algo<br />

aquí que falta. La niña no sufre por el poder motivacional de la ansiedad de castración, ya que<br />

ella no puede perder lo que nunca ha tenido. Freud pensó que la falta de este tremendo miedo<br />

es lo que provocaba que las mujeres fuesen menos firmes en su heterosexualidad que los<br />

hombres y un poco menos inclinadas hacia los aspectos morales en general”.<br />

En 1923, Freud fue diagnosticado con un cáncer de mandíbula y se sometió a la primera de<br />

una serie de intervenciones. Desde entonces y hasta su muerte en Londres el 23 de septiembre<br />

de 1939, estuvo siempre enfermo, pero mantuvo su intensa actividad, contando con el apoyo<br />

esencial de su esposa Martha. En este período publicó El porvenir de una ilusión, de 1927, El<br />

malestar en la cultura, de 1930, y Moisés y el monoteísmo, del mismo año en que murió.<br />

Algunas de sus teorías más famosas se basan en el pene masculino importante por su existencia<br />

u omisión. Al leer la explicación de Boeree sobre “la envidia al pene” se comprende<br />

rápidamente el porqué de la desacreditación por parte de las feministas y difusores de nuevos<br />

paradigmas familiares: “La niña ha notado también que ante la diferencia de ambos sexos, ella<br />

no puede hacer nada. A ella le gustaría tener un pene también, así como todo el poder asociado<br />

a este. Mucho más tarde podrá tener un sustituto, como un bebé. Como todo niño sabe, se<br />

necesita de un papá y una mamá para tener un bebé, de manera que gira su atención y cariño<br />

hacia papá. (…) Pero, aparece la pregunta: ¿y dónde está el pene de la niña? Quizás lo ha<br />

perdido de alguna forma. Quizás se lo cortaron. ¡Quizás lo mismo me puede pasar a mí!”. Un<br />

padecimiento que, según escribió a fines de la primera década del siglo XX, aqueja a las niñas<br />

que toman conciencia de que los varones tiene algo que ellas no”.<br />

En noviembre de 1925, cuando Marie Bonaparte, una de sus más fieles seguidoras, visitaba<br />

su casa, Freud debió ser operado nuevamente pues su enfermedad le generaba insoportables<br />

dolores. El post operatorio lo tuvo varias semanas sin poder ingerir más que lí<strong>quid</strong>os pero él<br />

lamentaba más el hecho de no poder hablar: “Mi alocución es absolutamente lamentable –escribió–<br />

no quiero que nadie me vea en este estado”. Según se consigna en el libro de Badou,<br />

al año siguiente, mientras paseaba después del almuerzo, Freud sintió molestias en el pecho,<br />

que atribuyó al abuso de cigarros pero siguió fumando. Al acercarse su cumpleaños, reflexionó<br />

sobre la muerte: “Finalmente, a los 70 años quizás tengamos verdaderamente derecho al reposo<br />

bajo todas sus formas”.<br />

Sin embargo, seguiría trabajando intensamente y cosechando cada vez mayores reconocimientos<br />

durante varios años más. En julio de 1929, Thomas Mann, el escritor favorito de su esposa<br />

Martha quien, además, ganaría el Nobel ese mismo año, publicó un texto muy elogioso titulado<br />

“Freud y el pensamiento moderno”, sumándose a una larga lista de artistas e intelectuales<br />

fascinados con las doctrinas freudianas. Pocos meses más tarde, le fue otorgado el premio<br />

Goethe de la Ciudad de Frankfurt del Main, para coronar la obra “del erudito, el escritor y el<br />

luchador”. Unas semanas después falleció su madre a los 95 años y él escribió: “Ahora, yo mismo<br />

tengo derecho a morir”.<br />

En mayo de 1933, en varias ciudades alemanas, los nazis quemaron las obras de Freud en<br />

espectaculares hogueras junto a libros de Eduard Berstein, Heinrich Heine, Franz Kafka,<br />

Albert Einstein y muchos otros. “Qué progreso –ironizó Freud según se cuenta en el libro de<br />

Badou– En la Edad Media me habrían quemado a mí. ¡Hoy se conforman con quemar libros!”.<br />

El 1° de agosto de 1939 Freud terminó definitivamente su práctica, tenía plena conciencia<br />

de cómo se iba apagando y encogiendo su cuerpo y su vida. Se relata que en estos días sólo<br />

dormitaba mirando su jardín, al cuidado de Martha. El 21 de septiembre de 1939, Freud le<br />

recuerda a su médico y amigo Max Schur el pacto que tenían: Schur quien, además, había<br />

sido un entusiasta de las teorías freudianas desde su primera juventud, debía acabar con los<br />

sufrimientos derivados del cáncer. Con la anuencia de Anna, que tuvo que rendirse ante la<br />

decisión de su padre, el médico le inyectó algunas dosis de morfina durante tres días hasta<br />

hacerlo entrar en un coma del que no despertó más. A las tres de la madrugada del 23 de septiembre<br />

de 1939 Freud murió en la casa de Maresfield Garden 20, Londres<br />

Fuentes<br />

Martha Freud, una compañera<br />

irremplazable, Gerard Badou,<br />

Ed. El Ateneo.<br />

www.clarin.com<br />

http://www.topia.com.ar/articulos/<br />

psicoan%C3%A1lisis-y-sexualidad-avatares-freud-y-sus-lhuellasqueerpos-sexuados<br />

http://distopicos.es/2012/envidiade-pene<br />

http://www.lanacion.com.<br />

ar/1503594-la-novela-familiar-desigmund-freud


Tema de tapa<br />

seis<br />

Furor, desesperación, auge, romanticismo,<br />

sexo, porno, fantasía, dinero, todo en un<br />

mismo libro. Se trata de la trilogía de “50<br />

sombras”, las novelas de la inglesa E. L. James<br />

publicadas entre el 2011 y el 2012. La<br />

primera, 50 sombras de Grey salió a la luz<br />

en el 2011 y vendió 50 millones de ejemplares,<br />

superando a J. K. Rowling. 50 sombras<br />

más oscuras y 50 sombras liberadas,<br />

los volúmenes siguientes que salieron en el<br />

2012, continuaron con ese éxito rotundo.<br />

Una trilogía para adultos, muchas veces<br />

catalogada como “para mujeres” y también<br />

llamada “porno para mamis” (mummy<br />

porn) por su contenido sexual, que atrapa<br />

desde la primera línea con un gran infantilismo<br />

narrativo.<br />

Lo cierto es que la publicación de estas<br />

novelas generó muchas controversias y<br />

también muchas adictas. A punto tal que<br />

durante el período de promoción y mayor<br />

auge, las lectoras hicieron subir las ventas<br />

de distintos “instrumentos” de placer<br />

sexual como los anillos vibradores y látigos.<br />

El fenómeno<br />

Los protagonistas son Anastasia Steele,<br />

una estudiante virgen de 21 años, y Christian<br />

Grey, un empresario joven y millonario.<br />

Se conocen cuando ella va a hacerle<br />

una entrevista para el periódico de la universidad<br />

y ahí empieza toda la historia de<br />

“amor”. Después, en el segundo volumen,<br />

vendrán los celos de las mujeres que no<br />

tienen una relación así, los demonios de<br />

él, la ruptura. Y más tarde, en el tercero, la<br />

boda con un clima de intriga y emociones<br />

dirigidas a seguir atrapando desesperadamente<br />

a los lectores. Todo rodeado de<br />

escenas de sexo explícitas que tienden a<br />

describir demasiado todo lo que sucede.<br />

Se dice que en su mayoría son lectoras y,<br />

todas, en los foros y reuniones de amigas,<br />

afirman que es un libro imposible de soltar.<br />

Muchas confesaron haberlo leído en<br />

un fin de semana, en unas pocas horas y en<br />

un clima de éxtasis erótico adictivo.<br />

Por otra parte, las librerías y los sex shop<br />

se unen en este furor que pareció abarcar<br />

un sector masivo de mujeres y, también de<br />

hombres, que no buscan calidad literaria<br />

La<br />

sombra<br />

detrás<br />

del<br />

éxito<br />

Por<br />

Antonela de Alva<br />

y que espera, con ansias, el estreno de su<br />

versión cinematográfica estimado para<br />

agosto de 2014.<br />

¿Qué hay en 50 sombras de Grey? Podemos<br />

decir que una historia casi infantil que<br />

juega con el mito, deseo, sueño escondido<br />

de la princesa rescatada por el príncipe.<br />

Una mezcla entre Cenicienta y La bella y<br />

la bestia que toma la fantasía de Disney<br />

con dosis de sexo, porno y prácticas y aficiones<br />

sexuales no convencionales como<br />

las BDSM (bondage o encordamiento erótico,<br />

disciplina y dominación, sumisión y<br />

sadismo, masoquismo). Hay morbo, sí.<br />

Christian, el protagonista, tiene un cuarto<br />

de “juegos” al que llevará a Ana muchas<br />

veces. La primera vez trata de hacerle<br />

firmar un contrato en el que ella aceptaría<br />

ser su sumisa. Claro, a él le encanta ser<br />

Amo, castigar a sus sumisas y mantener<br />

esta relación de dominación en una intimidad<br />

en la que no se tocan.<br />

El secreto, el verdadero comienzo<br />

La trilogía comenzó siendo una fan fiction<br />

o “ficción de fans”, una nueva modalidad<br />

de relatos de ficción escritos por los fans<br />

de una película, un libro, videojuego,<br />

animé o programa de televisión.<br />

Publicada en fanfiction.net con el título<br />

Master of Universe o Amo del universo,<br />

este relato erótico pudo verse entre el<br />

2009 y el 2011 en forma gratuita, hasta<br />

que la editorial decidió retirarlo para evitar<br />

conflictos en la comercialización. Además<br />

de hacer algunos cambios como el de los<br />

nombres de los protagonistas, la autora<br />

tuvo que declarar que la obra era original<br />

y que distaba de aquel relato publicado<br />

en Internet. ¿De qué se trataba Amo del<br />

universo? Pues era una fan fiction de la<br />

saga más famosa entre los adolescentes,<br />

Crepúsculo, de Stephanie Meyer.<br />

Los lectores leen y practican<br />

Detrás de ese deseo no tan inconsciente,<br />

en julio de este año, la Brigada de Bomberos<br />

de Londres difundió que en los últimos<br />

tres años, más de cincuenta personas<br />

requirieron de su ayuda para ser liberados<br />

de situaciones vergonzosas y peligrosas<br />

como estar atrapados por unas esposas.<br />

Muchas lectoras han catalogado a la novela<br />

como un afrodisíaco y confesaron sentir<br />

curiosidad por este mundo desconocido de<br />

las prácticas sexuales.<br />

Hay un sitio web llamado Confiesatussombras.com<br />

en el que las lectoras narran sus<br />

experiencias con y a partir del libro y describen<br />

sus deseos más profundos, desde<br />

practicar sexo en un ascensor, como hacen<br />

los protagonistas, hasta las emociones que<br />

experimentan cuando leen cómo se mueve<br />

Christian Grey con gotas de sudor en la<br />

frente y la remera mojada. Todo un éxtasis.<br />

Las lectoras van desde los 21 años a más<br />

de los 50, solteras, en pareja, casadas, divorciadas.<br />

No hay un parámetro más que<br />

el que marca el lenguaje y su modo de<br />

narrar que hace fácil su lectura. Y el retorno<br />

de la joven estudiante de clase media<br />

salvada por el millonario, que es la bestia<br />

que sólo puede ser rescatada por una bella<br />

mujer que lo ame de verdad.<br />

La autora<br />

E. L. James fue declarada en el 2012 como<br />

una de “Las 100 personas más influyentes<br />

del mundo”. De asistente de gerente en<br />

la National Film and Television School<br />

se convirtió en una de las autoras más famosas<br />

del momento. Está casada hace 20<br />

años con Niall Leonard, quien acaba de<br />

publicar Crusher (Jugando con fuego), su<br />

primera novela. Se trata de una obra realista<br />

que tiene acción y violencia y, juega<br />

con la literatura de su mujer.<br />

Pero eso es harina de otro costal. Quizás<br />

los maridos de las lectoras fascinadas sean<br />

más parecidos a Niall que a Christian y en<br />

eso radique el éxito. Pero también, quizás<br />

este tipo de libros sea sólo una moda. El<br />

tiempo dirá<br />

37


Entrevista<br />

cuatro<br />

Dos psicólogos mediáticos hablan de sexo desde sus diferentes ópticas.<br />

Walter Riso, desde la terapia cognitiva y Gabriel Rolón desde el psicoanálisis.<br />

Este es el diálogo<br />

38<br />

Analízame<br />

Por Lucila Rolón<br />

Walter Riso, italiano, 1951, se crió acá, en la Argentina. Estudió<br />

psicología en Colombia, se especializó en neurología<br />

cognitiva e hizo un máster en bioética. Es docente y también<br />

es escritor: tiene más de diez publicaciones que podrían estar<br />

en la sección de Autoayuda de las librerías, algunas son guías<br />

prácticas; su último libro se llama Enamorados o esclavizados<br />

(Manifiesto de liberación afectiva). Un viernes a la tarde está<br />

en Buenos Aires, tomando un café corto sentado al lado de<br />

Gabriel Rolón con quien habla relajado, se hacen chistes.<br />

Gabriel Rolón, argentino, 1962, psicoanalista, escritor y cantante<br />

(se lo puede ver en Clásica y Moderna, en Medianoche<br />

en Buenos Aires, un relato musical). Acompañó a Alejandro<br />

Dolina en su mítico programa La venganza será terrible, y en<br />

otras emisiones y revistas (es columnista de Quid). Entre los<br />

dos juntan más de treinta años de atender pacientes. Uno es<br />

más optimista que el otro, o eso dice. Debaten conceptos, teorías<br />

y cuando parece que más se aleja uno del otro, el punto de<br />

encuentro se descubre evidente.<br />

–Usted lleva publicada una serie de cuatro guías prácticas<br />

para tratar ciertos traumas que tiene mucho éxito<br />

entre los lectores. De hecho, muchos profesionales las<br />

usan en clases o seminarios. Por su lado –y como psicoanalista–,<br />

Rolón dice que no hay una receta universal<br />

porque cada persona es un sujeto y merece una atención


“El amor es un problema de<br />

salud pública”<br />

Walter Riso<br />

“La sexualidad infantil marca la manera<br />

en la que vamos a amar para siempre”<br />

Gabriel Rolón<br />

específica. ¿No existe punto de encuentro entre ambas<br />

lecturas? Riso: Desde la terapia cognitiva, las guías prácticas<br />

no son infalibles, sino que dan espacios de reflexión. Buscamos<br />

que la gente sea independiente y no quede atada al psicólogo.<br />

Nuestras terapias son de corto plazo. Nosotros manejamos<br />

el software humano, el hardware lo manejan los psiquiatras.<br />

Creemos que te sentís mal porque pensás mal. Aunque<br />

aceptamos que a veces pensás mal porque te sentís mal. La<br />

terapia cognitiva es muy teórica y conceptual. No considero el<br />

inconsciente como una instancia pero sí acepto los procesos<br />

inconscientes. Saqué las guías prácticas para resumir mis libros<br />

porque me di cuenta que había personas a quienes les parecen<br />

complejos. ¿Qué soy?: un traductor. Traduzco conceptos<br />

académicos a un idioma sencillo para generar salud y poder<br />

afectar no tanto la felicidad de la gente sino el bienestar. Esa<br />

es la función de la terapia cognitiva. Te paso el antivirus para<br />

mentes.<br />

Rolón: En primer lugar, el psicoanálisis no tiene que ver con la<br />

reflexión. Al analista no le importa que el paciente reflexione<br />

–por eso la asociación libre–. Cuando el paciente viene y dice<br />

“Estuve toda la semana pensando en…”, es una sesión que<br />

no nos gusta. Nos gusta cuando el paciente nos dice “Hoy no<br />

tengo tema del que hablar”, porque esa es la puerta de entrada<br />

para que el inconsciente hable. El error es pensar que trabajamos<br />

con el mismo paciente, cognitivo y analista. A nosotros no<br />

nos interesa el bienestar del paciente. Nos interesa la verdad<br />

del paciente, y si para llegar a ella tenemos que llevarlo por el<br />

dolor y la pérdida del bienestar, hacia allá vamos. La palabra<br />

terapeuta viene de la medicina y quiere decir la recuperación<br />

del equilibrio. El psicoanálisis no busca ningún equilibrio.<br />

Busca producir un sujeto nuevo, un sujeto que no hubiera podido<br />

ser nunca si no se hubiera analizado. Cuando me llega un<br />

paciente que tiene ataque de pánico, derivo en mi equipo a un<br />

cognitivo. No puedo empujar a más dolor y confusión en ese<br />

estado.<br />

–¿Qué pasa cuando tienen que abordar la sexualidad de<br />

un paciente? Rolón: La sexualidad es un enigma para los analistas.<br />

Pero cada sujeto tiene que hacerse cargo de cómo vive<br />

su sexualidad. Si disfruta, si hay miedo, si hay represión. Todo<br />

lo que impida el disfrute de una vida erótica plena. No sé si<br />

hay una manera única de disfrutar la sexualidad.<br />

–¿Es más común trabajar o analizar los vínculos desde<br />

lo emocional que desde lo sexual? Rolón: Creo que es más<br />

fácil que uno registre cuando no la pasa bien sexualmente que<br />

cuando se siente maltratado por un jefe o una pareja.<br />

Riso: Si tú tienes un orgasmo y dudas de que tienes un orgasmo,<br />

entonces no lo tienes. Con el amor es igual. Por otro<br />

lado, el concepto que manejo del erotismo tiene que ver con<br />

el amor. El verdadero amor se vive en el post coito. Estamos al<br />

desnudo y te veo como persona. El erotismo está en todas las<br />

facetas de la vida. En cómo te parás, en cómo hablás.<br />

Rolón: Para mí, el amor y el deseo no siempre van de la mano.<br />

El amor pone en juego unas cosas y el deseo, otras. El amor<br />

implica una idealización del otro. Lo que plantea Walter es la<br />

dificultad de hacer coincidir esos dos caminos.<br />

–¿En qué momentos una persona habla de sexo en terapia?<br />

Riso: el 40% de las consultas en el mundo son sobre el<br />

amor. Y el 30% de la gente que está en pareja está contenta.<br />

Entonces, hay algo que está mal y el amor es un problema de<br />

salud pública. Estas personas siempre llegan a la parte sexual.<br />

El otro motivo son las personalidades límites, trastornos muy<br />

complejos, por abuso o cuestiones así de traumáticas. O se<br />

murió un abuelo que abusaba y ahora la persona quiere resolver<br />

eso. Es raro que venga un paciente y me diga “Quiero<br />

repensar mi vida sexual”, porque sí. Ese es un paciente para él<br />

(señala a Gabriel Rolón). Lo genial de los terapeutas es cómo<br />

manejan el silencio. Yo me tomo un rivotril cuando tengo un<br />

paciente que no habla. ¿Qué carajo hago con este? ¿Cómo le<br />

voy a cobrar si no hice nada?, me digo. Ellos tienen otra idea.<br />

En el caso de él, tiene un don especial: un psicoanalista que la<br />

gente entiende cuando habla. Tiene la capacidad de transmitir<br />

bien las cosas. Apenas está entrando la terapia cognitiva en la<br />

Argentina y lo está haciendo con un modelo especial que es el<br />

constructivismo. Una mezcla de cosa psicoanalítica con cosas<br />

cognitivas.<br />

–¿Qué pasa cuando somos chicos? Rolón: La base de la<br />

existencia es la sexualidad infantil. Creemos que en los primeros<br />

seis años de vida –porque el ser humano no nace sexuado–,<br />

se va formando por medio de los significativos del otro. La madre,<br />

por ejemplo. Es fundamental la sexualidad infantil y marca<br />

la manera en la que vamos a amar para siempre.<br />

Riso: Desde la terapia cognitiva, no le damos tanta bola a este<br />

tema. El psicoanálisis es una teoría del desarrollo psicosexual,<br />

una teoría de la personalidad prácticamente. Nosotros manejamos<br />

teorías de la motivación. Pero lo que sí sabemos es que<br />

hay correlaciones estadísticas muy importantes entre el tipo de<br />

afecto que recibe un niño y su desarrollo sexual.<br />

Estamos de acuerdo en que no hay un determinismo. Vos<br />

podés producir cambios, auto evolucionar. Podés tomar conciencia,<br />

ejercer presión, revelarte, patear todo a la mierda y<br />

empezar de vuelta. Somos más optimistas. Aunque el optimista<br />

es un pesimista mal informado.<br />

Rolón: El psicoanálisis no está tan de acuerdo. Vas a tener la<br />

posibilidad de cambiar pero hasta un cierto límite. Hay rasgos<br />

que te quedan. Por ejemplo: nadie se va a volver heterosexual<br />

de grande porque así lo quiere: no vas a cambiar tu elección de<br />

objeto de amor porque está en tu estructura física. Hannibal<br />

Lecter nunca va a volverse vegetariano<br />

39


Ser<br />

editor<br />

4o<br />

Acerca de sacar a<br />

la luz<br />

Por Alberto Díaz<br />

Han pasado más de 40 años de ejercer<br />

el oficio de editor, y haber tenido la fortuna<br />

de ir aprendiendo la profesión en<br />

importantes y muy prestigiosas editoriales,<br />

como Siglo XXI, Alianza Editorial,<br />

Editorial Losada, hasta que finalmente<br />

ingresé al Grupo Planeta para ocuparme<br />

de las ediciones de varios de sus<br />

sellos, como Seix Barral, Espasa Calpe,<br />

Ariel, Emecé o Ediciones Destino, entre<br />

otras grandes editoriales del Grupo.<br />

En todas estas editoriales por las que<br />

transité pude ejercer mi pasión por los<br />

libros y la edición con total libertad y<br />

autonomía, quizás porque supe conciliar<br />

el arte y el dinero, o como diría con más<br />

elegancia Pierre Bordieu, “el amor a la<br />

literatura y la búsqueda de beneficio”,<br />

ya que tempranamente aprendí que el<br />

libro es la vez “mercancía y significación”.<br />

En estos largos años de trabajo<br />

en estas excelentes editoriales, traté y<br />

en muchos casos fui amigo de los más<br />

importantes referentes de la edición,<br />

de los cuales aprendí muchísimo, pero<br />

debo confesar que siempre me resultó<br />

difícil definir o acotar el campo de este<br />

extraño trabajo, o tener claro qué es un<br />

editor. Sólo puedo enunciar algunas características<br />

sueltas, que me han servido<br />

o ayudado a definir mi trabajo, pero que<br />

pueden resultar totalmente inútiles a<br />

otros colegas, o futuros colegas.<br />

Hay un axioma muy repetido en la profesión<br />

que dice que para ser un buen<br />

editor no hay que confundir la editorial<br />

con su biblioteca personal. A esto agregaría<br />

que, sin biblioteca y sin un proyecto<br />

cultural mínimo, no se puede ser<br />

un buen editor. Editar es seleccionar lo<br />

que merece ser sacado a la luz. Un editor<br />

debe amar la lectura y ser un lector<br />

omnívoro, además de tener la firme vocación<br />

de que este es el trabajo que desea.<br />

El oficio de editar es hermoso y no<br />

es una ciencia exacta, pero tiene algunas<br />

reglas y características personales que<br />

es bueno conocer. La primera es que<br />

se trata de un trabajo que se basa en el<br />

saber, pero hay muchas más, como dejarse<br />

guiar por el instinto y olfato editorial,<br />

tener el valor de decir no, exigirse<br />

niveles de calidad a la hora de optar por<br />

un nuevo libro y un largo etcétera.<br />

Si el catálogo sigue siendo el activo simbólico<br />

más importante de una editorial,<br />

ser un buen editor es crear un catálogo


que sea reconocido por los lectores y<br />

que tenga permanencia en el tiempo.<br />

¿Cómo se logra esto? En primer lugar,<br />

respetando al autor, actor fundamental<br />

en la cadena del libro, y en segundo<br />

lugar, aplicando la fórmula de Maquiavelo<br />

para el éxito de los príncipes, que<br />

te acompañe la “fortuna” y tener “virtú”.<br />

El extranjero,<br />

de Albert Camus<br />

Me toca ahora hablar de algunos de los<br />

libros más recientes que publiqué y que<br />

por distintas razones me llenaron de<br />

satisfacción.<br />

Con la publicación del tercer tomo<br />

de las Obras Completas de Jorge Luis<br />

Borges, edición crítica anotada por<br />

Rolando Costa Picazo, y que abarca<br />

el corpus fundamental de las Obras<br />

Completas publicadas en vida de Borges<br />

(1923-1985), se completa un intenso<br />

trabajo de varios años. Esta versión es<br />

la primera edición y el primer trabajo<br />

de semejante magnitud que se publica<br />

en nuestra lengua. Con esta edición<br />

no pretendemos ofrecer una lectura<br />

única de la obra de un escritor múltiple<br />

y complejo como fue Borges, sino que<br />

intentamos facilitar su comprensión y<br />

revelar aspectos desconocidos de una<br />

obra sin parangón.<br />

A mediados de este año publicamos el<br />

segundo tomo de la Obra Completa<br />

de Adolfo Bioy Casares, edición al<br />

cuidado de Daniel Martino. El tercer<br />

y último volumen será publicado en<br />

marzo del año que viene y será parte<br />

del homenaje que Emecé le hará a este<br />

maestro de la literatura fantástica con<br />

motivo del centenario de su nacimiento.<br />

Esta edición de la Obra Completa de<br />

Bioy me produce particular alegría, ya<br />

que en los tres volúmenes están recogidos<br />

los libros que él publicó en vida,<br />

pero hay una sección en cada tomo que<br />

recoge todos los textos dispersos aparecidos<br />

en diarios, revistas o en publicaciones<br />

de distribución limitada nunca<br />

antes compilado en libro.<br />

Hablando de centenarios, hace unos<br />

días se cumplieron los cien años del nacimiento<br />

de Albert Camus, autor emblemático<br />

de Emecé e iniciador de la<br />

colección Grandes Novelistas con uno<br />

de sus libros. Como adhesión publiqué<br />

una hermosa edición de El extranjero,<br />

en tapa dura y gran formato con unos<br />

excelentes dibujos de José Muñoz. Volví<br />

a leer la novela en esta nueva edición,<br />

los grandes dibujos en negro no sólo<br />

ilustran el texto, sino que también recrean<br />

el clima por momentos asfixiante<br />

de la novela y logran transmitir un<br />

efecto en el lector que la película de<br />

Visconti no logró reflejar.<br />

Con la publicación en el mes de octubre<br />

de 2005 de la última e inconclusa novela<br />

de Juan José Saer, La grande, creí<br />

que saldaba la deuda de gratitud que<br />

como lector y editor tenía con el amigo<br />

de tantos años. En todo ese tiempo le<br />

había publicado sus 23 libros, fruto de<br />

sus 45 años de incansable pasión por narrar.<br />

Pocos años después Julio Premat<br />

y un equipo de jóvenes investigadores<br />

comenzaron a clasificar el conjunto de<br />

documentos preparatorios, anotaciones,<br />

textos truncos, notas de lectura,<br />

borradores inéditos y otros documentos<br />

hallados en el escritorio de Saer en<br />

París. Me hicieron llegar, digitalizado,<br />

todo ese material que había estado diseminado<br />

en unos sesenta cuadernos,<br />

veinte carpetas y hojas sueltas. Luego<br />

de muchas vueltas, discusiones y distintas<br />

selecciones, a principios de este año<br />

publiqué con prólogo, selección y notas<br />

de Julio Premat el segundo volumen<br />

de Papeles de trabajo II. Borradores<br />

Inéditos. Estos dos primeros libros reúnen<br />

una masa textual heterogénea que<br />

incluye ideas, aforismos, textos truncos,<br />

algunos relatos terminados, comentarios<br />

de lectura, agudezas, esquemas, proyectos<br />

que para nada demeritan la calidad<br />

de la obra conocida de Saer.<br />

A principios del año que viene completamos<br />

la publicación de estos materiales<br />

inéditos, fundamentales para mejor conocer<br />

la obra de Saer, con un volumen<br />

de más de 150 poemas inéditos, y en<br />

el segundo semestre el cuarto y último<br />

tomo de estos Borradores, que incluirá<br />

todos sus ensayos no recogidos en libro.<br />

No puedo ocultar el orgullo de poner<br />

en circulación estos materiales que permanecían<br />

“ocultos”.<br />

El siguiente libro es producto de la<br />

constancia y la insistencia de más de<br />

treinta años. En 1981, durante mi exilio<br />

en México, me inscribí con otros compañeros<br />

del exilio en el curso, que por<br />

invitación de la UNAM y durante un<br />

trimestre, dictó Tulio Halperin<br />

Donghi sobre el tema los intelectuales<br />

del siglo XIX y su relación con la sociedad<br />

y la vida pública en Hispanoamérica<br />

a través de la literatura autobiográfica.<br />

Letrados y pensadores,<br />

de Tulio Halperin Donghi<br />

Durante todos estos años le publiqué<br />

varios libros a Tulio, a quien considero<br />

el más brillante historiador argentino,<br />

pero siempre se cruzaba algo para que<br />

no avanzara en este manuscrito que le<br />

venía pidiendo desde los años 80. Finalmente<br />

en septiembre pude publicar el<br />

tan deseado libro, que salió con el título<br />

de Letrados y pensadores. El perfilamiento<br />

del intelectual hispanoamericano<br />

en el siglo XIX, producto del citado curso<br />

en la UNAM.<br />

Para cerrar, voy a recurrir a una frase<br />

que alguna vez le escuché al gran editor<br />

catalán Jorge Herralde: “Ser editor es<br />

riesgoso pero muy divertido”<br />

41


42<br />

Entrevista<br />

cinco<br />

Rodrigo Rey Rosa<br />

Sin<br />

premeditación<br />

ni alevosía<br />

El escritor guatemalteco vino al país para<br />

presentar su novela Los sordos (Alfaguara).<br />

Aquí, habla de su país, de su literatura y de su<br />

gran amistad con Paul Bowles<br />

Por Christian Kupchik<br />

A mediados de los años 80 del siglo pasado, en los círculos<br />

literarios comenzó a asomar el nombre de Rodrigo Rey Rosa<br />

(Guatemala, 1958) pero muy en particular asociado al de Paul<br />

Bowles en Tánger. Por entonces, Bowles ya había trascendido<br />

como gurú de la beat generation y era una figura respetada en<br />

el mundo entero, incluso por la popularidad que le generó el<br />

film de Bernardo Bertolucci The skeltering sky (El cielo protector/Refugio<br />

para el amor). Pero poco después comenzaron<br />

a circular los libros de Rey Rosa y su obra comenzó a adquirir<br />

una dimensión propia. Roberto Bolaño lo rescató como “el<br />

mejor de mi generación” y su obra fue traducida al francés, el<br />

alemán y el inglés (por el propio Bowles). A la muerte de su<br />

mentor, Rey Rosa estuvo un tiempo en Europa, sobre todo en<br />

París y Barcelona, viajó por la India y en el 2000 retornó definitivamente<br />

a Guatemala. “Pero luego de la muerte de Paul no he<br />

vuelto a Tánger…”, dice con cierta nostalgia.<br />

En nuestro país Rey Rosa ya había publicado los volúmenes de<br />

relatos Cárcel de árboles (1993) y Ningún lugar sagrado (1998),<br />

y ahora nos visitó por la aparición de la novela Los sordos (Alfaguara,<br />

2013).<br />

–Hasta ahora ha trabajado con formas breves. ¿Qué lo<br />

llevó a concebir una novela de más largo aliento? Tenía<br />

ganas de hacer algo distinto, una novela con un tema que impulsara<br />

un mayor desarrollo que mis trabajos anteriores y que<br />

hablara de la Guatemala actual. El comienzo de esta historia<br />

ocurre en el mismo instante en que me siento a escribirla.<br />

Siempre escribo sin premeditación ni alevosía, como va saliendo.<br />

Me impuse otro presupuesto: escribir dos páginas diarias<br />

para mantener vivo el ritmo y la tensión. Sin embargo, el mismo<br />

argumento me impuso un freno: yo no conocía muy bien la<br />

cuestión maya en lo que refiere a los juicios, y me vi obligado<br />

a investigar un poco. Durante un mes detuve todo y me fui al<br />

pueblo que figura en la novela e interrogué a las autoridades<br />

mayas para saber cómo procederían ante un caso similar. No<br />

mucha gente sabe que determinadas situaciones asociadas a<br />

delitos en algunas partes de mi país son dirimidas por tribunales<br />

mayas de acuerdo a sus tradiciones.<br />

–Es interesante el trabajo con el lenguaje: aparece seco,<br />

preciso, moroso, pero la novela es vertiginosa, donde una<br />

acción sucede a la otra continuamente… Creo que eso tiene<br />

que ver con dos causas: el hecho de que siempre he escrito<br />

cosas más bien breves y con el temor de no aburrirme ni aburrir<br />

al lector. Por eso también la imposición de escribir dos páginas<br />

diarias: cuando llegaba a ellas, la historia iba por delante.<br />

–Hay un gran empeño puesto en el realismo, desde la<br />

mención de elementos que hacen a la vida cotidiana<br />

guatemalteca hasta giros idiomáticos, donde sorprendentemente<br />

para nosotros se utiliza mucho el “voseo”… Sí,<br />

es cierto, me interesaba ser lo más fiel posible y eso también<br />

tenía que reflejarlo en el lenguaje. En Guatemala pasamos del<br />

vos al tú o el usted, y unido a ciertas formas que nos llegan de<br />

las lenguas originarias se producen unos cruces muy curiosos.<br />

–Algunos escritores centroamericanos, como el salvadoreño<br />

Horacio Castellanos Moya, entienden que la<br />

violencia que se vive en esos países impone otra barrera


entre la realidad y la ficción. ¿Le ha ocurrido también en<br />

su obra? Sí, por supuesto. Claro, creo que si vas a Camboya o<br />

Indonesia pasa algo parecido, pero creo que no forma parte del<br />

canon de la tradición literaria occidental. Países como Guatemala,<br />

El Salvador u Honduras son fenómenos particulares en<br />

sí mismos porque hay muchos hechos aislados de una violencia<br />

brutal, inconcebible en el siglo XXI, que rompen con el canon<br />

de violencia europeo o incluso estadounidense, que no se destaca<br />

tampoco por ser una sociedad muy pacífica. O sea, seguimos<br />

escribiendo para un arquetipo de lector hecho en las grandes<br />

literaturas, pero en la tradición de la gran literatura clásica<br />

francesa, inglesa, española, no existe precedentes de este nivel<br />

de violencia que atraviesa buena parte de la producción latinoamericana,<br />

en general, y centroamericana en particular. Quizá sí<br />

existió en algún momento un grado de violencia similar, pero no<br />

se vio reflejada en la literatura.<br />

–Imagino que la muerte está tan naturalizada, que también<br />

modifica el paradigma en torno a la vida: adopta<br />

otro tipo de valor, ¿es así? Bueno, creo que hay que diferenciar<br />

entre lo que es la muerte en el campo de batalla y lo<br />

que son estos nuevos campos, que nos abarcan a todos. Si uno<br />

lee por ejemplo La chanson de Roland u otras obras del estilo,<br />

era posible encontrarte con muerte y violencia por todas partes,<br />

pero no se daba con esta saña de hoy, que rompe todos los<br />

códigos. En la literatura medieval o en la Inquisición no hay<br />

descripciones que retraten esa violencia, por lo menos en la<br />

literatura: estaba mucho más esterilizada, digamos… Debían<br />

atravesar unos controles que hoy no hay: por el contrario, somos<br />

testigos de las aberraciones y la violencia más cruentas.<br />

–Quizá por eso el policial hoy lo abarca todo, de hecho su<br />

novela parece inscribirse de algún modo en el género…<br />

Eso es para debatir… La editorial le puso una faja de promoción<br />

al libro donde dice que es un thriller, pero yo no lo veo así.<br />

Es una novela de crimen, no hay investigación per se, pero hay<br />

crimen. Mi intención es retratar la realidad de un país, y Guatemala<br />

es un estado criminal, y lo es desde su misma fundación<br />

hasta el presente. La corrupción y el crimen se ven en todos<br />

lados y lo atraviesa todo verticalmente, lo que hace que la mayoría<br />

de los habitantes se quieran marchar del país.<br />

–Sí, eso está explícito en el deseo de muchos personajes,<br />

e incluso es uno de los ejes de la trama… ¿Ve algún tipo<br />

de solución al problema de la violencia? Por la vía que se<br />

vislumbra, no. El cambio, y no es muy sencillo de prever, sólo<br />

podría venir de una inclusión de la mayoría real, en términos<br />

demográficos, que no está representada para nada en el poder.<br />

Sin esa condición, el problema de la violencia nunca tendrá<br />

solución. Es probable que si se llegara a dar esa inclusión tampoco<br />

se solucionaría armónicamente, pero sí significaría un gran<br />

cambio para el país. Al menos yo abogo por eso.<br />

–¿Cómo fue que llegó a tomar contacto con Paul Bowles?<br />

Estaba en Nueva York con la idea de estudiar y hacer cine, y<br />

allí conocí sus cuentos, que admiré muchísimo. En verdad, no<br />

sabía demasiado quién era ni qué significaba para la estructura<br />

cultural estadounidense. De modo que me fui a Tánger con la<br />

idea de conocerlo y también participar en una suerte de taller<br />

literario con él, y a partir de allí nació una amistad muy larga y<br />

también algo despareja, ya que él era un señor británico mucho<br />

mayor que yo. La primera vez que nos encontramos hablamos<br />

mucho de los viajes y de Guatemala, porque él había estado<br />

allí, y también claro, de literatura: él era un gran admirador de<br />

Borges y de Bioy. Eso y un par de conversaciones más fueron<br />

suficientes para que me marcara para siempre. Sólo he obtenido<br />

buenas enseñanzas a su lado. Luego volví a Nueva York y le<br />

enviaba todo lo que escribía, y él lo tradujo e hicimos un libro<br />

en inglés. A partir de ese momento, decidí mudarme a Tánger,<br />

porque era muy barato, me encantaba y estaba Bowles, el único<br />

interlocutor literario que había tenido. En casa de Bowles<br />

conocí un montón de gente. Iba a tomar el té y esas meriendas<br />

se prolongaban muchísimo, hasta la hora de la cena o más, sin<br />

dejar de hablar de la vida y la literatura. Fue parte fundamental<br />

de mi educación literaria y una amistad que se prolongó por<br />

más de veinte años.<br />

–¿Conoció también a los escritores marroquíes de su círculo,<br />

como Mohammed Choukry o Mrabet? Sí, por supuesto<br />

(se ríe). Choukry tiene unos cuentos maravillosos, pero como<br />

persona me hizo disgustar mucho, me parece un tipo repugnante.<br />

Es muy inteligente, pero muy amargo, rencoroso: después<br />

que Bowles “lo hizo” escritor, tradujo sus obras al inglés, lo hizo<br />

conocido en todo el mundo, fue él quien pidió que lo expulsaran<br />

de Marruecos acusándolo de que le robaba sus derechos de<br />

autor. No solamente era uno de los tipos más generosos que he<br />

conocido, sino que a Bowles no le hacía ninguna falta quedarse<br />

con el dinero de los escritores marroquíes. ¡Era absurdo! Pero<br />

tanto él como Mrabet se pusieron paranoicos y lo atacaban por<br />

ese lado. El único que no entró en esa fue el pintor Ahmed<br />

Yacoubi, que finalmente se fue a Nueva York e hizo una carrera<br />

con la que al día de hoy goza de mucho reconocimiento. Pero el<br />

resto lo retrataba ante la prensa como una especie de vampiro<br />

blanco octogenario que no sólo les robaba el dinero, sino hasta<br />

las ideas. Choukri llegó al extremo de afirmar que sin él, Bowles<br />

no hubiese podido escribir (Risas). Es cómico, pero la verdad es<br />

que fue trágico: ya con Bowles en su lecho de muerte, publicó<br />

un libro que se llama Un intruso en Tánger donde después de<br />

varias infamias, pide su expulsión. El pobre Paul, que amó profundamente<br />

Marruecos, no tuvo suerte en el país: no logró el<br />

reconocimiento de sus protegidos, los autodidactas, muchos de<br />

los cuales ni siquiera escribían (Bowles los grababa), mientras<br />

que los intelectuales decían que todos esos escritores no existían,<br />

eran una fabulación de Bowles para burlarse. Uno de ellos,<br />

Tahar ben Jalloun, afincado en París, decía que eran álter egos<br />

que Bowles utilizaba como figuras cómicas. Así, quedó entre<br />

dos fuegos: el marroquí iletrado, que buscaba robarlo, y el marroquí<br />

afrancesado que no soportaba los celos porque un americano<br />

se había identificado más con su país que ellos mismos.<br />

–Volviendo a Guatemala, ¿cómo ve la producción literaria<br />

hoy? A decir verdad, mucho no la veo. Poetas sí que hay y<br />

muy buenos. Pero los narradores se pasaron al cine, y es verdad<br />

que existe una producción absurda para lo que es Guatemala: el<br />

año pasado se filmaron cincuenta cortos y al menos cinco largometrajes.<br />

Los libros de narrativa editados no llegan a la mitad<br />

43


Entrevista<br />

seis<br />

Balzac vive en Rosario<br />

Una charla con Osvaldo Aguirre, fértil escritor, que acaba de presentar su novela Escuela de detectives,<br />

finalista del Concurso Extremo Negro, BAN 2013<br />

44<br />

Por Christian Kupchik<br />

La segunda acepción que el Diccionario de uso del español, de<br />

María Moliner, le otorga al adjetivo “prolífico” indica: “Se aplica<br />

al escritor o artista que realiza muchas obras”. De modo que<br />

el mismo puede adjudicarse con toda justicia a Osvaldo Aguirre<br />

(Colón, Buenos Aires, 1964), que estudió Letras en la Universidad<br />

de Rosario, donde vive desde hace más de tres décadas,<br />

y donde ha publicado ya un sinnúmero de obras que abarcan la<br />

novela policial –género en el que se destaca como un referente<br />

insoslayable–, el cuento, la crónica, investigaciones periodísticas,<br />

ensayos literarios y poesía. Además, fue cronista policial en el<br />

diario La Capital durante once años y actualmente en el mismo<br />

periódico dirige el suplemento cultural Señales. Escribir mucho<br />

no constituye en sí mismo una virtud: hacerlo bien, sí. Y Osvaldo<br />

Aguirre, en cada género que acomete, deja una huella. Obras<br />

como Historias de la mafia en la Argentina (2000, edición ampliada<br />

2010) o La Pandilla Salvaje. Butch Cassidy en Argentina<br />

(2004), la trilogía novelística Los indeseables (2008-2011) o el<br />

libro de poemas Las vueltas del camino, conforman, cada uno en<br />

su género y entre muchos otros, un hito al cual regresar.<br />

Entre noviembre y diciembre Aguirre ha publicado otras cuatro<br />

obras: Boom, sobre una mítica revista rosarina de los 60; La<br />

tradición de los marginales, un conjunto de ensayos y entrevistas<br />

literarias publicadas por la Universidad del Litoral; un estudio<br />

sobre la obra periodística del poeta Francisco “Paco” Urondo,<br />

y la novela Escuela de detectives, finalista del Concurso Extremo<br />

Negro, BAN 2013, que es la que nos da cita. Sin temor a exagerar,<br />

se puede afirmar que como a Balzac, a Aguirre nada de lo<br />

humano le es ajeno. Y además sabe cómo transmitirlo.<br />

–¿Cómo surgió la idea de una novela sobre un detective<br />

que se recibió en un curso por correspondencia? El<br />

primer antecedente fue una entrevista que le hice a Máximo<br />

Dabbah, creador de la Escuela Argentina de Detectives. Eso fue<br />

a comienzos de los 90, cuando empecé a hacer también crónica<br />

policial y me asombró un poco el personaje. Por una cantidad de<br />

elementos, siempre me pareció que había mucha ficción en esa<br />

Escuela de Detectives…


–¿Qué elementos concretamente? Bueno, los contenidos<br />

que tenía, la imagen del detective que construía, muy apoyado<br />

en la literatura policial clásica… Sin embargo, eso quedó como<br />

en suspenso, hasta que muchos años después encontré en una<br />

librería de usados la revista de la Escuela de Detectives. La mecánica<br />

era la siguiente: los cursos eran por correspondencia y se<br />

desarrollaban a lo largo de diez meses. Cada mes los alumnos recibían<br />

una especie de cuadernillo con ejercicios, lecciones, y distintos<br />

contenidos aplicados a las materias que se cursaban. Una<br />

vez terminado el curso, los egresados –y solamente ellos– podían<br />

suscribirse a una revista llamada El mundo de los detectives. Lo<br />

que yo conseguí primero fueron las revistas, vendidas acaso por<br />

algún detective desencantado que resolvió desprenderse de ellas<br />

para ganar unos pocos pesos. Pero al leerlas me parecieron impresionantes,<br />

y a partir de allí comencé a pensar a trabajar con<br />

un personaje que fuera detective por correspondencia. Claro,<br />

uno se ríe, pero no es un personaje del todo inverosímil.<br />

–¿Aún existe la escuela? No, dejó de funcionar a la muerte de<br />

Dabbah, en el año 95. Sin embargo, todavía hay muchos detectives<br />

trabajando formados en esa escuela. Hace poco publiqué por<br />

primera vez la entrevista completa en una revista virtual, Identikit,<br />

y llegaron varios comentarios de ex alumnos de la Escuela<br />

con distintas consultas que les quedaron en suspenso a partir de<br />

la desaparición de la misma…<br />

–¿Qué tipo de consultas? Uno decía que perdió la credencial<br />

y quería saber dónde podía conseguir una nueva, otro decía que<br />

no había retirado su título y deseaba tenerlo, etc. Todo era un<br />

poco absurdo: esa credencial no estaba avalada por nada, era<br />

una ficción, pero quienes la vivían creían en ella. Y así fue como<br />

la Escuela creció, llegó a formar detectives por correspondencia<br />

en toda América e incluso Dabbah tradujo los cursos al inglés y<br />

se decía que tenía una filial en Los Ángeles.<br />

–Un detective por correspondencia se ajusta a los parámetros<br />

del Tercer Mundo… Es interesante esto. Se suele<br />

señalar la imposibilidad de escribir novela policial en Argentina<br />

a partir de la figura de un investigador cuando la policía no se<br />

dedica a aclarar crímenes sino a cometerlos. Bueno, me parecía<br />

que esta era una forma de responder a esa dificultad. Y además,<br />

buscando una manera de responder a ese imperativo de verosimilitud,<br />

la verdad es que no sé si hubo otra escuela de detectives<br />

de este tipo en el mundo. Por otra parte me interesaba romper<br />

con el estereotipo del investigador que nos viene legado, el tipo<br />

duro, insensible… Beltrán, mi personaje, es un blando, un tipo<br />

que tiene miedo, con una pareja en crisis, que nunca vio un<br />

cadáver ni disparó un arma, ya que también tomó un curso de<br />

tiro por correspondencia… Esperaba la “gran misión”, pero sus<br />

casos eran seguir maridos infieles o chicos que se fueron de su<br />

casa. Investigué un poco acerca de qué tipo de tecnología usan<br />

ahora, y si bien se valen de Internet, micrófonos y cámaras un<br />

poco más sofisticadas, básicamente es lo mismo que antes. Hay<br />

una superposición muy fuerte entre la imagen del detective que<br />

uno conoce a través del cine y la realidad del detective en nuestro<br />

medio: eso me pareció interesante describir.<br />

–Sobrevuela en la novela un escepticismo que está en<br />

el imaginario social de hoy, la falta de fe en cualquier<br />

instancia institucional: la policía, la política, la justicia,<br />

incluso en la prensa, ya que un personaje, Bazoff, el periodista<br />

amigo de Beltrán, también se ve traicionado por<br />

la empresa en que trabaja… Sí, exactamente. Ahora hay un<br />

nuevo lugar común en relación al relato policial por el cual se<br />

le asigna la misión del retrato social, de documentar la realidad.<br />

Me parece que tal vez llegó el momento de empezar a cuestionar<br />

este concepto, de ponerlo entre signos de pregunta, ¿en<br />

qué sentido?, ¿cómo lo documenta? Es cierto, en la novela hay<br />

una serie de cuestionamientos sobre la justicia, sobre la policía,<br />

incluso sobre el periodismo, pero no está puesto con la intención<br />

de poner el acento en la denuncia.<br />

–¿Va a seguir la aventura del detective? Sí, ya estoy pensando<br />

en una segunda parte donde se sumaría el viejo maestro,<br />

Abdala. Me interesa además seguir explorando otras posibilidades<br />

de la escritura, como romper la linealidad. Me siento muy<br />

influenciado por autores como Walsh y Borges salvando las<br />

enormes distancias, pero también en este último tiempo me tropecé<br />

con algunas novelas de James Ellroy que me parecieron<br />

notables (no todas, la última que leí era un desastre), en particular<br />

por la forma en que utiliza los diálogos, por cómo dibuja esas<br />

atmósferas de violencia. Me gusta seguir indagando por allí…<br />

–¿A qué se debe que hoy prácticamente ningún género<br />

puede eludir el policial? Creo que básicamente hay dos motivos<br />

que tienen que ver con este auge del policial. El primero<br />

es el que marcaba anteriormente y que resulta particularmente<br />

molesto, esa idea del policial como espejo de denuncia, revelador<br />

de todos los males ocultos de nuestra época, idea que me<br />

parece un tanto ingenua. No se necesita de una novela policial<br />

para ver los problemas que aquejan una sociedad. El otro motivo<br />

es que muchos piensan que el policial proporciona buenas<br />

historias para contar. Y si bien es importante tener una buena<br />

historia, mucho más importante resulta saber cómo contarla.<br />

–¿Cómo administra esa capacidad proteica para pasar<br />

de la crónica al ensayo de investigación, del ensayo a la<br />

novela, de la novela a la poesía, y siempre con resultados<br />

por encima de la media? Bueno, con el policial ya tengo una<br />

suerte de entrenamiento basado en algunas rutinas que me<br />

permiten concebirlas con cierta rapidez. Parto por lo general de<br />

un guión donde señalo el entramado y hacia dónde me dirijo.<br />

Aunque debo admitir que esta me llevó más tiempo. Las novelas<br />

de Los indeseables las escribí por demanda, entonces tenía<br />

una fecha de cierre y sabía que tenía que entregar. En el caso<br />

de Escuela de detectives no fue así, hice una primera versión, la<br />

corregí, luego una segunda, etc. Pero digamos que en el caso de<br />

la narrativa tengo una disciplina basada en sostener la escritura<br />

diariamente. Con otras escrituras aplico otras formas de relacionamiento.<br />

Con la poesía es diferente: tomo notas continuamente<br />

y en algún momento, cuando lo sienta maduro, lo escribiré. Tengo<br />

un proyecto poético relacionado con el mundo agrario, que<br />

es de donde provengo, y la idea es estructurarlo de acuerdo a<br />

las estaciones: el verano, la primavera… Lo que quizá tienen en<br />

común mis trabajos en narrativa y en poesía es un interés por lo<br />

coloquial, por identificar una voz. Eso, y que encaro todo lo que<br />

hago con gran placer<br />

45


Semblanza<br />

46<br />

Mujeres de Musil<br />

Por fin aparecen reunidos los cuentos de mujeres de Robert Musil, gracias al gusto y empeño de<br />

J. M. Coetzee que decidió incluirlos en su Biblioteca Personal, editada por El hilo de Ariadna<br />

Por Silvia Hopenhayn<br />

La obra de Robert Musil (1880-1942) es un mapa del tesoro<br />

de la condición humana. Y cuando digo mapa, es porque<br />

plantea una verdadera cartografía, con islas, archipiélagos,<br />

volcanes, ríos profundos, mesetas infinitas, diversos accidentes<br />

de la existencia, escritos con una delicadeza que vuelve a<br />

veces inasibles las emociones más recónditas. No se trata de<br />

una escritura experimental. A diferencia de Joyce, que jugaba<br />

con los significantes, creando neologismos geniales, cambios<br />

de prefijos, raras aliteraciones, etc., Musil opta por el espacio<br />

receptor de la lengua. El espacio en varios sentidos, topológi-


co y sonoro. ¿Cómo hacer para que las palabras se escuchen<br />

de otra manera? ¿Es posible crear una caja de resonancia<br />

distinta, donde surja lo que George Steiner considera uno<br />

de los mayores hallazgos en su obra, esa “corriente de la conciencia<br />

femenina inarticulada o subliminal”?<br />

Algo de esto ocurre en sus cuentos de mujeres de Uniones y<br />

de Tres mujeres, elegidos por Coetzee, para la colección de su<br />

Biblioteca Personal. Traducir a Musil del alemán es un gran<br />

desafío, exige una pericia y respeto por el espacio acústico de<br />

la lengua, para poder trasladar cabalmente la experiencia de<br />

lectura. Es lo que ha logrado Mariana Dimópulos.<br />

Las palabras parecen puestas por Musil en otro espacio subjetivo,<br />

donde se destacan más los efectos del significado, que el significado<br />

mismo. A su vez, los cuentos sobre mujeres tienen una<br />

forma precisa e inusual. Una propuesta de recorrido amoroso<br />

muy distinto a la de una narración convencional. Recomiendo<br />

adentrarse en estos relatos con los “oídos” bien abiertos y los<br />

ojos casi cerrados (sí, una paradoja de la lectura). Dejarse llevar<br />

un rato sin comprender del todo qué está pasando; ingresar<br />

en este espacio, a la espera de un sentido, que puede aparecer<br />

como una estrella fugaz que adviene luego de que nos entregamos<br />

durante un buen rato a la oscuridad del cielo.<br />

La concepción de este espacio, tan fundamental como inasible,<br />

es definida con claridad en la gran novela de Musil,<br />

El hombres sin atributos. Allí Clarisse, personaje femenino<br />

central, plantea la inútil búsqueda de un centro estabilizador:<br />

“Si se pudiera seccionar toda nuestra vida, tendría el aspecto<br />

de mi anillo –y se lo desliza del dedo para enseñarlo–; quiero<br />

decir que en el centro no hay nada, está vacío, y sin embargo,<br />

es el centro lo que cuenta.” Musil extiende esta idea: “la sociedad<br />

es un cerco que circunscribe un vacío”. Su argumento<br />

es el siguiente: “Necesitamos una nueva moral, porque con<br />

la vieja no llegamos a ninguna parte. Mi novela busca ofrecer<br />

cierto material para esa nueva actitud. Es el intento de una<br />

disolución y la insinuación de una síntesis”.<br />

En sus cuentos de mujeres, sobre todo los previos a la prolongada<br />

escritura de esta novela, también se trata de una<br />

disolución y la insinuación de una síntesis. La disolución es<br />

cuando los amantes se desanudan de la lengua que los une,<br />

pierde consistencia la palabra del otro, ya no se entienden (las<br />

palabras); la síntesis en Musil es el momento de la infidelidad.<br />

De este modo, los dos cuentos largos que integran Uniones<br />

insinúan una separación… ¡que sucede en un solo día!<br />

Aquí, tiempo y espacio son radicalmente otros. El primero es<br />

una especie de torrente en fuga, una suma de instantes que<br />

se disipan. El espacio se limita principalmente a la casa. Para<br />

Musil, las casas son un mundo, y cada ambiente, otro. Veamos<br />

un ejemplo en el primer cuento, titulado “La consumación<br />

del amor”: “De esa delgada sensación, apenas y real y sin embargo<br />

tan perceptible, colgaba, como de un eje algo trémulo,<br />

toda la habitación”. Y sigue: “el tiempo, que como un hilo<br />

reluciente y sin fin corre por el mundo, parecía estar pasando<br />

por en medio de esta habitación y parecía pasar por en medio<br />

de estas personas y pareció de pronto detenerse y ponerse<br />

tieso, muy tieso y quedo y reluciente”. Los amados deben<br />

confluir en el tiempo y en el espacio, para alcanzar el regocijo.<br />

Cuando esto ocurre, Musil indaga el límite del encuentro:<br />

“Ellos sentían que en este aislamiento se basaba el misterio<br />

de estar de a dos. Había una sensación oscura del mundo a su<br />

alrededor, que los estrechaba el uno al otro, era una onírica<br />

sensación de frío por todos lados menos uno de los lados,<br />

donde estaban apoyados uno contra otro, donde se aliviaban,<br />

se cubrían, como dos mitades magníficamente coincidentes<br />

que, encajadas, reducían sus límites hacia fuera, mientras<br />

que el interior fluía más grande a una y otra parte. A veces<br />

eran desdichados por no poder hacer todo, hasta lo último, en<br />

común”. La forma del cuento es casi un cálculo de probabilidades<br />

o derivadas. Musil extiende al máximo la captación de<br />

un más allá de lo verbal en las relaciones, intentando formular<br />

un ambiente acústico para que las palabras reboten distinto.<br />

Veamos si este ejemplo lo ilustra, cuando Claudine le dice a<br />

su esposo: “¿Te acuerdas, la otra vez, hace algunas noches?<br />

Me estabas besando, sabías que había algo entre nosotros.<br />

Se me había ocurrido algo, en ese mismo instante en que me<br />

besabas… que no eras tú y de pronto eso me hizo doler”. La<br />

escena es tan típica como inenarrable: estar con alguien y al<br />

mismo tiempo no estar allí; o estar con alguien y que se aparezca<br />

otro que no necesariamente está presente... (Goethe<br />

lo hizo a la perfección en su novela Las afinidades electivas).<br />

Musil va más allá: Claudine no se enoja tanto consigo misma<br />

por el fantasma de otro que se le interpone (aunque le duela);<br />

su mayor malestar proviene de que su marido NO haya percibido<br />

que por un instante, ella estuvo ausente del beso que los<br />

unía. Musil trata de ubicar un borde de la infidelidad, entre el<br />

que no percibe y aquel que es invadido.<br />

El otro cuento de Uniones, “La tentación de la calma Verónika”<br />

profundiza la pesquisa. (Vale aclarar que así como Joyce<br />

se nutrió bastante de su esposa Nora, para componer su personaje<br />

femenino en el Ulises, Molly Bloom, a su vez, Musil,<br />

intentando comprender a Martha, su mujer, como si fuese<br />

una dificilísima ecuación existencial, compuso estos cuentos.)<br />

En “La tentación de la calma Verónika” también hay que<br />

dejarse llevar, incluso más profundamente. Los personajes<br />

primero son voces, aisladas, que se interceptan hasta que<br />

adquieren cuerpo y se inscriben en una historia. Así empieza:<br />

“En algún lugar hay que oír dos voces. Quizá descansan simplemente,<br />

como mudas, en las hojas de un diario íntimo, una<br />

junto a otra y dentro de otra, la voz de la mujer, oscura, profunda,<br />

puesta de pronto fuera de sí, cercada por la voz suave,<br />

ancha, dilatada de un hombre (…) Quizá haya en algún lugar<br />

del mundo un punto hacia donde se disparen estas dos voces<br />

y se entrelacen, en algún lugar…”.<br />

Este es uno de los puntos que busca Musil en ese vacío existencial.<br />

El punto de unión en el infinito universo de la lengua.<br />

Y como “el infinito es una herida”, sus cuentos –tan reales en<br />

lo inaprensible del sentido–, supuran<br />

47


Tema de tapa<br />

siete<br />

Un negocio redondo<br />

Vender sexo en dólares, ser abducido por una banda de trata de menores, hombres adinerados que cruzan el planeta para<br />

convertirse en abusadores por unos días. Las mil variantes del sexo pago<br />

48<br />

Por Flora de la Iglesia<br />

Del oficio más antiguo del mundo a uno<br />

de los mayores negocios de la globalización,<br />

la prostitución se ubica en el<br />

tercer puesto luego del de las armas y<br />

el narcotráfico. La prostitución infantil<br />

y la generada por la trata son las más<br />

rendidoras dentro de la industria. Según<br />

un informe divulgado por las Naciones<br />

Unidas, se calcula que las redes que comandan<br />

estos flagelos tienen captados a<br />

100 millones de menores en el mundo.<br />

Un millón ingresa cada año en el circuito,<br />

y solamente en Asia se prostituye a<br />

un igual número de niños. En Tailandia,<br />

considerada la meca de la prostitución<br />

infantil con el mayor porcentaje de<br />

turismo sexual receptivo, la situación<br />

afecta a 80 mil menores, 60 mil que no<br />

cumplieron los 13 años. La mayoría son<br />

mujeres, pero también hay varones. En<br />

Estados Unidos y Canadá se prostituyen<br />

más de medio millón de menores,<br />

alrededor de 20 mil sólo en la ciudad de<br />

Nueva York, cien mil son explotados en<br />

pornografía infantil.<br />

En territorio argentino hay provincias<br />

donde se reclutan niños y jóvenes con<br />

más facilidad que en otras para distribuirlos<br />

en diferentes puntos del país.<br />

La ruta interna de trata está compuesta<br />

por Catamarca, Chaco, Salta, Jujuy y<br />

Misiones, consideradas las principales<br />

proveedoras de servicios sexuales. El<br />

informe, también de Naciones Unidas,<br />

revela que Argentina es parte de un<br />

circuito internacional del crimen organizado.<br />

Los números son abrumadores:<br />

por cada menor explotado sexualmente,<br />

se estima que se obtienen unos 13 mil<br />

dólares mensuales, es decir, algo más de<br />

130 mil al año.<br />

El derrotero al que son sometidos<br />

estos niños está muy bien delineado y<br />

los explotadores lo siguen al pie de la<br />

letra para que todo funcione como un<br />

engranaje. Roban, hacen desaparecer<br />

o compran niños a precios muy bajos<br />

–dependiendo el país varía entre los 14


y no más de 150 dólares– que provienen<br />

de familias pobrísimas. Estos, a su vez,<br />

son revendidos por más dinero a los<br />

proxenetas que regentean los prostíbulos.<br />

Muchas jovencitas son atrapadas<br />

bajo promesas de una vida mejor, de un<br />

buen sueldo, la salida de la miseria de<br />

toda su familia y demás artilugios que<br />

ellos dominan con excelencia. Una vez<br />

que estos chicos son llevados al burdel,<br />

se los prepara para su nueva actividad<br />

de la manera más horrorosa, con entrenamientos<br />

que consisten en someterlos<br />

a violaciones, alejarlos de todos sus seres<br />

queridos, prohibirles los lazos afectivos<br />

o comunicativos con cualquier tipo<br />

de persona para que nadie los ayude a<br />

liberarse. Si no obedecen los castigan<br />

duramente, incluso encerrándolos y<br />

dejándolos sin comer. Los traficantes de<br />

personas dominan a través del terror.<br />

Los chicos son mercancía y los consumidores<br />

de este tipo de actividad sexual<br />

los piden cada vez más jóvenes. Van, hacen<br />

lo que tienen que hacer, y no suelen<br />

reaparecer por el mismo lugar.<br />

Son redes que se multiplican a lo ancho<br />

y largo de los países. Parecería fácil<br />

identificarlas y desmembrarlas, pero las<br />

complicidades entre funcionarios, políticos,<br />

policía y traficantes que mueve<br />

este negocio poderoso es tan intrincado<br />

que va en aumento en vez de disminuir.<br />

Por otra parte, las mujeres explotadas<br />

son inducidas a la droga y convertidas<br />

en adictas, un motivo más para quedar<br />

atrapadas en la esclavitud. Además, está<br />

demostrado que las víctimas suelen<br />

padecer el Síndrome de Estocolmo y<br />

terminan aceptando a quien tanto mal<br />

les hizo porque es lo que les da identidad.<br />

Aliarse con su abusador hace que a<br />

veces la situación mejore. Y ante la ley,<br />

cuando la explotada dice que está en<br />

ese lugar por voluntad propia, el abusador<br />

se convierte en inocente. Un punto<br />

a favor más para ellos.<br />

La mayor parte de este sucio negocio<br />

está sostenido por el llamado “turismo<br />

sexual”, que si bien se da fuertemente<br />

en países como Tailandia, los de Europa<br />

del Este y Cuba, Argentina no se salva.<br />

Con casi cinco millones de visitantes<br />

extranjeros por año, se han detectado,<br />

en varios destinos del país, formas y estructuras<br />

de comercio sexual vinculadas<br />

con la actividad turística. Una parte significativa<br />

de este comercio sexual está<br />

montado en lugares donde hay un intenso<br />

turismo masculino como destinos<br />

de pesca, cotos de caza y competencias<br />

automovilísticas donde, sin ser explotadas,<br />

“promotoras, modelos y porristas”,<br />

están disponibles para quienes quieran<br />

pagar para tener sexo con ellas. Las<br />

más preocupantes son las ofertas de<br />

sexo con menores, que abundan y no se<br />

publicitan por Internet ni en los diarios,<br />

ni siquiera la ofrecen los dueños de las<br />

posadas, cabañas y pequeños hoteles,<br />

pero sí los conserjes, remiseros, taxistas<br />

y mozos. Sobre todo en provincias como<br />

Corrientes, Misiones, Salta y Santa Fe y<br />

hasta en Ushuaia, donde la demanda de<br />

chiquitas por parte de hombres adinerados<br />

que bajan de los cruceros es cada<br />

vez mayor.<br />

De ese turismo clase C, degradante y<br />

pervertido, a los books de los hoteles de<br />

lujo (prostitución VIP), hay una diferencia<br />

enorme. Sobre todo porque los abusados<br />

no participan de las millonarias<br />

ganancias de sus cafishios, y quienes lo<br />

hacen por motu propio en importantes<br />

hoteles de la ciudad, sí. Parecía un mito<br />

hasta que en 2012 estalló el escándalo<br />

Jésica Cirio-Fernando Lugo y muchas<br />

cosas salieron a luz. La mediática vedette<br />

habría tenido sexo con el ex obispo<br />

y ex presidente paraguayo –destituido<br />

vía juicio político– a cambio de 25 mil<br />

dólares. No hizo falta más que Jacobo<br />

Winograd, quien se jacta de haber sido<br />

el inventor de esos books, soltara la lengua:<br />

“Si todas estas chicas tributaran, el<br />

Estado recaudaría por este tema más dinero<br />

que por las retenciones a la soja. A<br />

estas transacciones no las afecta el cepo<br />

al dólar, los que buscan a estas chicas<br />

cuentan con verdes”, aseguró frente a<br />

los micrófonos de todos los medios que<br />

fueron a consultarlo sobre el tema.<br />

La ley sigue siendo obsoleta frente a<br />

esto. A partir del caso Marita Verón,<br />

y de la lucha de su madre, Susana Trimarco,<br />

algunas medidas se han tomado.<br />

La primera fue abolir el rubro 59<br />

del diario Clarín. La segunda, pensar<br />

en medidas más duras contra los que<br />

ejercen tanto la explotación como el<br />

consumo. Actualmente las penas son<br />

excarcelables y van de 3 a 6 años de<br />

prisión en el caso de trata sobre mayores<br />

de 18 años. Si son menores pueden<br />

llegar a 15.<br />

En Argentina el proxenetismo es considerado<br />

un delito, pero el hecho de ser<br />

cliente no. Hoy, los legisladores analizan<br />

dar un giro en ese sentido y comenzar a<br />

penalizar al consumidor. Sin embargo,<br />

fue Suecia, dueños de una idiosincrasia<br />

tan disímil a la nuestra, el primer país<br />

que en 1999 comenzó a criminalizar al<br />

consumidor de servicios sexuales con su<br />

ley Sexköpstag, que penaliza la compra,<br />

pero no la venta. Y aún hoy sigue siendo<br />

de las únicas naciones que tiene en vigencia<br />

esa normativa.<br />

Entre los países de la zona, Uruguay<br />

tiene una mirada totalmente distinta,<br />

reconoció a la prostitución como oficio y<br />

lo reguló. Y Brasil se pone a punto para<br />

el Mundial de Fútbol 2014. La Asociación<br />

de prostitutas del Estado de Minas<br />

Gerais (Aprosmig) celebró un convenio<br />

con el banco estatal Caixa Económica<br />

Federal que les permitirá salir de la informalidad<br />

y convertirse en “microemprendedoras”<br />

con derecho a jubilación<br />

y licencia médica. El banco entregará a<br />

domicilio, sin cargo, máquinas lectoras<br />

de tarjetas de crédito y débito. “El empleo<br />

de la tarjeta como forma de pago<br />

moderniza la prestación del servicio<br />

y da más seguridad a las profesionales”,<br />

señaló Cida Vieira, presidenta de<br />

Aprosmig.<br />

Otras voces piden por la despenalización,<br />

como con la marihuana, se basan<br />

en ejemplos abolicionistas que no funcionaron.<br />

Las prostitutas profesionales<br />

claman porque no les quiten su fuente<br />

de trabajo.<br />

Millones de chicos en todo el mundo<br />

lloran el día entero y hasta nacen como<br />

esclavos en una época en la que se supone<br />

que la privación de la libertad ya<br />

no existe. Será cuestión de encontrar un<br />

justo equilibrio<br />

<strong>49</strong>


RECOMENDADOS<br />

Viajero solitario<br />

Jack Kerouac<br />

Caja Negra<br />

Es una recopilación de ocho artículos que<br />

funcionan como una condensación veloz<br />

de la experiencia de sus novelas. Algo así<br />

como una autobiografía de Jack Kerouac<br />

enmascarada de ficción.<br />

“Vagaba por las calles, los puentes, Times<br />

Square, las cafeterías, el puerto… Me juntaba<br />

con mis amigos, los poetas beatniks, y<br />

caminábamos juntos. Tenía romances con<br />

chicas que conocía en el Village. Todo lo<br />

hacía con esa alegría loca, algo delirante,<br />

que uno siente cuando vuelve a Nueva<br />

York.”<br />

Una pálida historia de amor<br />

Fogwill<br />

Alfaguara<br />

Isabel, cabaretera en Panamá, alguna vez<br />

llamada Estela y rebautizada Equis pasa<br />

a mover los hilos de la vida de hombres<br />

poderosos. En este libro, Fogwill imagina<br />

algo que mucho tuvo que ver con una<br />

parte de la historia argentina. “Él la apretó<br />

más, y cuando apretaba su cuerpo la ropa<br />

de él parecía soltar nubes de ese olor que<br />

para ella, desde aquel día, fue el olor de<br />

los militares. Algunas pocas veces, años<br />

más tarde, volvió a sentir un olor parecido,<br />

y sólo pudo definirlo como olor a militar<br />

de la selva”.<br />

Paranoia. La locura que hace la historia<br />

Luigi Zoja<br />

Fondo de Cultura Económica<br />

El psicoanalista y escritor italiano presenta<br />

un cautivante estudio de la paranoia colectiva.<br />

Lleva a comprender de qué modo algunos<br />

paranoicos, como Hitler o Stalin,<br />

alcanzaron el éxito por su capacidad de<br />

despertar la paranoia dormida en los hombres<br />

comunes. “Sólo los antihitlerianos se<br />

habían mantenido coherentes, dispuestos<br />

a impugnar las armas, obviamente no por<br />

las fronteras decididas en Versalles, sino<br />

para librarse de un loco que amenazaba al<br />

mundo y estaba llevando a Alemania hacia<br />

el abismo”.<br />

5o<br />

Construcción de la noche<br />

Carlos María Domínguez<br />

Lumen<br />

Domínguez narra la precariedad y la<br />

ausencia pedagógica de la juventud de<br />

Onetti, su voluntad autodidacta, cómo<br />

llegó a convertirse en un escritor salvaje,<br />

su entrada al periodismo, sus cuatro matrimonios,<br />

la densa trama de las amantes,<br />

su paso por la prisión y el exilio en España.<br />

“Aun antes de que Perón prohibiera<br />

los viajes a Uruguay, comprobó hasta qué<br />

punto ‘el gobierno del general Juan Perón<br />

Primero, que en realidad fue una dictadura’,<br />

lo había domesticado en el temor”.<br />

Doctor Sueño<br />

Stephen King<br />

Random House Mondadori<br />

Danny Torrance, aquel niño aterrorizado<br />

del Hotel Overlook, de El resplandor, es<br />

ahora un adulto alcohólico y sin residencia<br />

fija que va de ciudad en ciudad atormentado<br />

por sus visiones y los fantasmas de su<br />

infancia. “Alcohólicos Anónimos ejercía<br />

una influencia silenciosamente poderosa<br />

que se extendía más allá de las puertas<br />

de los distintos salones alquilados y los<br />

sótanos de iglesias donde desempeñaba su<br />

función. No era una red de amigos, pensaba<br />

Dan, sino una red de borrachos”.<br />

Assasin’s Creed. Renaissance<br />

Olivier Bowden<br />

El Ateneo<br />

Es la primera novela de una saga basada<br />

en el videojuego que desvela a adolescentes<br />

y adultos. Traicionado por las familias<br />

que gobiernan la Italia del siglo XV, el<br />

joven Ezio Auditore da Firenze emprende<br />

una lucha épica contra la corrupción y la<br />

maldad para restaurar el honor de su familia.<br />

En su camino de venganza conoce a<br />

los grandes personajes del Renacimiento,<br />

como Leonardo da Vinci y Maquiavelo.<br />

Renaissance es una novela en la que cada<br />

palabra estremece y atrapa hasta el final.


RANKING<br />

FICCIÓN NO FICCIÓN INFANTIL JUVENIL<br />

1. Y las montañas hablaron<br />

Khaled Hosseini<br />

Salamandra<br />

2. Cincuenta sombras de Grey<br />

E.L. James<br />

Grijalbo<br />

3. Los años de peregrinación<br />

del chico sin color<br />

Haruki Murakami<br />

Tusquets<br />

4. Bajo la misma estrella<br />

John Green<br />

Nube de Tinta<br />

5. El estafador<br />

John Grisham<br />

Plaza & Janés<br />

1.<br />

Francisco<br />

Vida y revolución<br />

Elisabetta Piqué<br />

El Ateneo<br />

2. Todo lo que sé<br />

Marcelo Polino<br />

Ediciones B<br />

3. Periodistas en el barro<br />

Edi Zunino<br />

Sudamericana<br />

4. Recen por él<br />

Marcelo Larraquy<br />

Sudamericana<br />

5. Mal comidos<br />

María Soledad Barruti<br />

Planeta<br />

1. El principito<br />

Antoine de Saint-Exupéry<br />

Emecé<br />

2. Pinta con Milo<br />

Milo Lockett<br />

Catapulta<br />

3. Gaturro<br />

La isla del espanto<br />

Nik<br />

Catapulta<br />

4. Gaturro 21<br />

Nik<br />

De La Flor<br />

5. Violetta<br />

Todo por cantar<br />

Disney<br />

Planeta Infantil<br />

1. En llamas<br />

Suzanne Collins<br />

Del Nuevo Extremo<br />

2. Caídos del mapa<br />

María Inés Falconi<br />

Quipu<br />

3. El hijo de Neptuno<br />

(Héroes del Olimpo 2)<br />

Rick Riordan<br />

Montena<br />

4. Hush, hush<br />

Becca Fitzpatrick<br />

Ediciones B<br />

5. Cazadores de sombras - Los<br />

orígenes 1 - Ángel mecánico<br />

Cassandra Clare<br />

Emecé<br />

51<br />

MÚSICA<br />

1. Abel<br />

Abel Pintos<br />

Sony<br />

2. On Air - Live al the BBC Volumen 2<br />

The Beatles<br />

Universal<br />

3. Yo te amo<br />

Fito Páez<br />

Sony<br />

4. New<br />

Paul McCartney<br />

Universal<br />

5. Artpop (CD+DVD)<br />

Lady Gaga<br />

Universal<br />

PELÍCULAS<br />

1.<br />

Aviones<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

2. Monsters University<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

3. Turbo<br />

N/D<br />

Walt Disney<br />

4. Phineas y Ferb: Missión Marvel<br />

Disney<br />

Walt Disney<br />

5. Los Croods<br />

N/D<br />

20th Century Fox<br />

Esta información comprende los libros (ficción/no ficción/infantiles/juveniles), CDs y películas más vendidos en todos los puntos de venta del Grupo ILHSA S.A. desde el 18/11/13 y el 24/11/13.


Tema de tapa<br />

ocho<br />

La sacralización<br />

del sexo<br />

Todo lo que está aquí,<br />

está en otra parte;<br />

lo que no está aquí,<br />

no está en ninguna parte.<br />

Extraído del libro del Vishvasra Tantra<br />

52<br />

Difundido en el mundo occidental desde<br />

1960, el tantra es mucho más de lo<br />

que en general se conoce de él. André<br />

Van Lysebeth, un gran estudioso no<br />

sólo del tantra sino también del yoga,<br />

escribe: “Literalmente el tantra significa<br />

instrumento de expansión del campo de<br />

la conciencia ordinaria, a fin de acceder<br />

a lo supraconsciente, raíz del ser y receptáculo<br />

de poderes desconocidos que<br />

el tantra quiere despertar y utilizar”.<br />

Toda unión sexual, humana, animal o<br />

vegetal es sagrada porque reproduce<br />

el acto creador último, la unión de los<br />

principios cósmicos Shakti-Shiva, causa<br />

del universo manifiesto.<br />

Muchas son las explicaciones y teorías<br />

acerca del origen de las esculturas que<br />

están presentes en la mayoría de los<br />

templos hindúes, donde se representan<br />

posturas, fellatios, personajes sodomizándose,<br />

etc. Se ha dicho que en reali-<br />

dad, se trataba de pararrayos (!) y hasta<br />

se ha dicho que esas imágenes estaban<br />

para probar la pureza de los fieles: si no<br />

se conmovían con ellas, podían entrar.<br />

Devangana Desai en su libro Erotic<br />

Sculpture of India, dice que esos “templos”<br />

no eran tales, sino simples burdeles.<br />

Las servidoras de dios –traducción<br />

literal de las devad sis, expertas en artes<br />

amatorias– vivían allí bajo la protección<br />

de los brahmanes. Los hombres iban al<br />

templo para satisfacer sus imperiosas<br />

necesidades sexuales. Por supuesto<br />

que había que pagar al brahmán por el<br />

servicio. El burdel, perdón, el templo<br />

de Tanjore tenía cuatrocientas devad<br />

sis. Era muy común que, para ganarse<br />

los favores de un funcionario de Su<br />

Majestad la Reina Victoria, se le destinara<br />

una devad si privada. En una carta<br />

fechada en 1754, la señora Kindersly,<br />

esposa de un funcionario inglés, describía<br />

a estas mujeres: “Son sus miradas<br />

lánguidas, sus sonrisas provocativas, sus<br />

movimientos y actitudes tan poco compatibles<br />

con la decencia lo que suscita<br />

tanta admiración”. Los templos con<br />

esas figuras señalaban el lugar donde<br />

el hombre podía descargar tensiones y<br />

en un principio, esas imágenes estaban<br />

profusamente coloreadas. En cambio,<br />

los templos tántricos no ostentan imágenes<br />

sexuales de ningún tipo.<br />

Según Van Lysebeth el tantra se originó<br />

en esos templos pero luego se diferenció<br />

totalmente de ellos, únicamente una<br />

postura tántrica los iguala. Tampoco el<br />

papel de la mujer es el mismo: “Para el<br />

tantra, la mujer y los valores que en ella<br />

encarna son sagrados, y por tanto respetados.<br />

Un culto centrado en la Diosa, la<br />

Shakti, excluye ipso facto la explotación<br />

comercial de la sexualidad femenina por<br />

parte del hombre”.


Más cerca y más lejos<br />

El etnógrafo Ziley Mora en su libro<br />

Sexualidad mapuche explica que cuando<br />

las niñas tenían su primera menstruación<br />

o ulchatum (ulcha, diosa mujer<br />

joven, una de las cuatro deidades de<br />

la cultura mapuche), eran conducidas<br />

por la madre y la abuela a una casa de<br />

piedra, donde la madre les entregaba<br />

una manta tejida en telar como símbolo<br />

de su cambio corporal, la abuela<br />

transmitía el conocimiento ancestral.<br />

La sexualidad era considerada una experiencia<br />

espiritual, una fuerza sagrada;<br />

por eso la partícula lingüística clave<br />

para comprender el concepto es el prefijo<br />

ku, que en mapudungun significa<br />

concavidad, canal fecundo, canalización<br />

de energía y está presente en palabras<br />

como kuram (huevo), kutri (vagina) o<br />

kudañ (testículo). Para ellos, la primera<br />

relación sexual era importante: las madres<br />

enseñaban que debía ser con un<br />

küme o kona, es decir un buen guerrero,<br />

porque en este primer acto quedaría<br />

marcada la impronta de su energía.<br />

En África los ritos de iniciación sexual<br />

tienen lugar entre los 9 y los 13 años.<br />

Marie-Consolée Mukangendo, especialista<br />

en Comunicación para el<br />

Desarrollo de Unicef en Mozambique,<br />

escribió que se acostumbra apartar a<br />

una niña de la escuela y de su familia<br />

cuando tiene la primera menstruación,<br />

encerrarla en una casa y darle lecciones<br />

de sexo durante dos o tres semanas, por<br />

parte de “madrinas” que también recibieron<br />

ese legado siendo niñas. “Se las<br />

prepara para extender sus labios vaginales<br />

para dar más placer; a usar el sexo<br />

masculino y practicar othuma que es la<br />

dilatación vaginal”, señala. También se<br />

les enseña a limpiar al marido después<br />

del acto sexual y a estar siempre dispuestas<br />

a satisfacerlo.<br />

A lo largo de la historia, el sexo ha tenido<br />

un lugar especial dentro de los rituales,<br />

un lugar sagrado. Diosas y dioses<br />

se han manifestado en una mujer y un<br />

hombre para recrear el Encuentro Primero<br />

de la Creación. Algunos rituales<br />

aún se llevan a cabo, bajo un manto de<br />

humildad y discreción; otros, dirigidos<br />

por dudosos gurúes, son publicitados<br />

con un buen marketing detrás. La<br />

mayoría de ellos, serán olvidados para<br />

siempre.<br />

Bebidas mágicas<br />

“En algunas culturas antiguas, los sacerdotes,<br />

sacerdotisas o iniciados debían<br />

mantener relaciones sexuales en público,<br />

en el interior del templo. Estos ritos<br />

exigían erecciones prolongadas y una<br />

gran resistencia corporal; para lograr<br />

ambas se ingerían afrodisíacos especiales<br />

en honor a los dioses. Una potencia<br />

insuficiente era considerada una ofensa<br />

a la diosa que se corporizaba en su<br />

sierva”, así Christian Rtsch, autor de<br />

Las plantas del amor, nos introduce en<br />

la razón por la que muchas tribus introducían<br />

los afrodisíacos en sus dietas<br />

habituales.<br />

El árbol de yohimbe (cuyos descubridores<br />

fueron los pigmeos) crece en las selvas<br />

de África Occidental y su producto<br />

era una de las magias más efectivas de<br />

los hechiceros y sacerdotes fetichistas<br />

africanos. El yohimbe (muy usado en los<br />

60 por los hippies) era utilizado también<br />

en rituales donde era preciso invocar<br />

a las fuerzas masculinas para que se<br />

unieran a las femeninas. En el mito de<br />

la creación el principio femenino y el<br />

masculino se unifican al comer iboga<br />

acompañado del hongo fálico duna. En<br />

el clímax del ritual todos los participantes<br />

están ligados por la unanimidad más<br />

profunda. Individuo y comunidad, vida<br />

y muerte, se funden en unidad mística y<br />

amor afrodisíaco.<br />

En el antiguo Egipto y en Grecia, la<br />

mandrágora era un símbolo del amor y<br />

un apreciado afrodisíaco; generalmente<br />

era representada en relación con Eros y<br />

la sensualidad.<br />

En Europa, la planta tenía un aura<br />

secreta y mágica: se decía que tenía un<br />

alma con forma humana que podía matar<br />

con un grito agónico a su recolector<br />

si era arrancada de la tierra. Pronto<br />

se desarrollaron rituales para cavar en<br />

busca de la raíz, y surgieron historias de<br />

sucesos maravillosos relacionados con<br />

ella; estas tradiciones se mantuvieron<br />

hasta la Edad Media.<br />

Para algunos, los afrodisíacos son utilizados<br />

por hombres que necesitan alguna<br />

clase de “ayuda”, aunque en el pasado<br />

y también en el presente, muchos<br />

prefieren usarlos para disfrutar aún más<br />

de los placeres del amor<br />

53


Música<br />

jazz<br />

Música para tocar<br />

Un festivo álbum doble y DVD que reúne al trompetista y multiperformer Gillespi con el crooner y saxofonista<br />

Willy Crook en una excitante maratón de canciones sensuales para amenizar insomnios cuerpo-a-cuerpo<br />

Por Sergio Varela<br />

La palabra que mejor define a este experimento musical es el<br />

adjetivo “rijoso”. Una palabra que se usa poco y se ejerce menos.<br />

“Que siente y muestra excitación sexual. Lascivo”.<br />

Así, ni más ni menos, suena la música envolvente, espesa, contagiosa<br />

de Live from Rulemánia, un cd doble + DVD en colaboración<br />

entre Willy Crook, ex saxofonista de los Redonditos de<br />

Ricota devenido en dandy soul, y Marcelo Rodríguez, trompetista<br />

de jazz y asiduo sesionista invitado por grupos de la talla<br />

de Sumo o Soda Stereo. Más conocido por su nombre artístico<br />

de Gillespi.<br />

La de este DVD es la banda de sonido más perfecta para una<br />

habitación de albergue transitorio en alguna noche de lujuria<br />

insaciable. Pero a la vez es jazz del bueno, soul, funky, guitarras<br />

eléctricas y electrizantes, voces afro, vientos setentosos en sus<br />

aires Motown y disco, así que en algún punto no es tan recomendable<br />

ese uso, ya que la excelsa calidad del sonido puede<br />

distraer en exceso la atención de las lides carnales. “Salí de<br />

encima, dejame escuchar”, puede llegar a decir alguno de los<br />

amantes, sobre todo si además es amante de la buena música.<br />

Sin embargo, al mismo tiempo, si alguien invita a un/a partenaire<br />

a la casa a escuchar este disco, quien recibe el convite puede<br />

darse por aludido en una directa insinuación de intenciones<br />

rijosas, en su más ajustada definición.<br />

En la primera parte del disco en vivo, el recital es de Gillespi,<br />

con temas muy funky, como Churroteca, donde los ataques de<br />

la trompeta saltan la cuerda sobre las bases juguetonas de piano<br />

y bajo, lo que se dice música para prepararse un trago y ponerse<br />

cómodos. Con Eco, ya podemos ir bajando las luces y acercando<br />

posiciones, a partir de un ritmo que no decae y propone siempre<br />

una danza de festivas fricciones.<br />

En la segunda parte del recital, el set está a cargo de Willy<br />

Crook y su banda The Royal We (expresión traducible como<br />

“el plural mayestático”). Ahí es donde entra en escena la voz de<br />

este ex saxofonista, devenido en crooner triple equis cuya sola<br />

voz es una irresistible propuesta indecente para cualquier oído<br />

femenino mínimamente sensible: imaginen un mix entre Tom<br />

Waits y Barry White, y se quedan cortos.<br />

El tema que abre, con perdón, esta segunda mitad, con perdón,<br />

es Wives and lovers (“esposas y amantes”), y el tono intimista<br />

pero de intimidad erótica, no de susurro, invita a pensar que<br />

la frase unida por la conjunción “y” propicia ambos roles en las<br />

mismas personas.<br />

Gillespi, además de inspirado trompetista y conductor de inteligentes<br />

y exitosos programas de radio, es autor del libro Manual<br />

animal de la sexualidad humana. Esa idea de que el erotismo es<br />

una rama de la cultura muy afín a la animalidad más instintiva<br />

se percibe en los acentos y acordes de este disco doble para disfrutar<br />

de a dos. Como mínimo<br />

55


Tema de tapa<br />

nueve<br />

La trinidad del rock and roll<br />

El sexo, motor de la vida, también es fundamental en el pasado y el presente de la música de rock.<br />

De las desaforadas –e inocentes– groupies de los Beatles, al descontrol de artistas como David Bowie y<br />

Aerosmith, el sexo y las drogas han sido uno de los cócteles favoritos en el rock and roll. Aquí repasamos<br />

algunas de esas historias que ya forman parte de las leyendas del rock<br />

56<br />

Por Juan Manuel Cibeira*<br />

“Sexo, drogas y rock and roll…” una<br />

frase popular que parece definir como<br />

pocas un estilo de vida, un estado de<br />

pertenencia al supuesto descontrol que<br />

caracteriza la vida de un músico de<br />

rock. Hay muchas versiones sobre el<br />

supuesto creador de esta emblemática<br />

frase, pero existen indicios muy sólidos<br />

de que el primero en popularizarla fue<br />

el músico británico Ian Dury y su banda<br />

The Blockheads, que tuvo su apogeo en<br />

los 70, durante la transición del punk<br />

a la new wave. Dury editó en 1977 un<br />

single con el tema “Sex and Drugs and<br />

Rock and Roll” en su cara A. Esa canción<br />

bastó para que la frase se instalara<br />

como la definitiva trinidad sagrada del<br />

rock and roll. Detrás de la cual se crearon<br />

infinitas leyendas populares, y no<br />

tanto… Mitos, leyendas, hay de todo<br />

para todos los gustos y todos los sexos.<br />

Suele decirse que las estrellas de la<br />

música viven las experiencias de las personas<br />

comunes amplificadas, y el sexo<br />

es tal vez la primordial. Veamos qué<br />

ocurre cuando se mezcla con sustancias<br />

y rock and roll. La explosiva aparición<br />

de esta música en la década del 60, coincidió<br />

con el auge de los movimientos<br />

pacifistas, los cultores del amor libre y la<br />

experimentación con drogas. En fin, nadie<br />

le había puesto el título aún, pero se<br />

trataba de sexo, rock and roll y drogas.<br />

En aquellos años locos las bandas y<br />

solistas ofrecían una nueva perspectiva<br />

a la industria del espectáculo, que primero<br />

desconfió y hasta rechazó a estos<br />

extraños arribistas. Pero la dinámica del<br />

capitalismo muy pronto mostró que el<br />

rock podía ser una interesante oferta<br />

para consumo masivo. Así fue como<br />

esos “hippies impresentables” comenzaron<br />

a transformarse en los ídolos del<br />

momento y aparecieron las groupies.<br />

Ellas eran las incondicionales seguidoras<br />

de sus ídolos, una obsesiva persecución<br />

cuyo objetivo final era compartir su<br />

cama, sus drogas y ser parte del entorno


“exclusivo” del astro.<br />

Hay muchas historias verídicas de groupies<br />

que se convirtieron en personajes<br />

tan populares como los ídolos que frecuentaban.<br />

Si hubiera que tomar una<br />

sola como símbolo de esa condición<br />

ella es sin duda Marianne Faithfull.<br />

Combinando un cuerpo de irresistible<br />

atractivo con la pícara inocencia de una<br />

estudiante secundaria, Marianne se<br />

convirtió en un símbolo sexual adolescente.<br />

Mientras cursaba la universidad<br />

de Cambridge conoció a John Dunbar,<br />

un personaje vinculado al arte de los<br />

sesenta con quien se casó en 1965 con<br />

apenas 16 años. Sus propias apetencias<br />

artísticas la llevaron a Londres donde<br />

conoció a Andrew Oldham, manager<br />

de los Stones en ese momento. Oldham<br />

sucumbió ante la voluptuosa belleza de<br />

Marianne y la contrató para su sello discográfico,<br />

lo que confirma su fino olfato<br />

para fichar talentos. Oldham dijo que<br />

simplemente vio a un ángel con grandes<br />

pechos y la contrató. Marianne no dudó<br />

de que ese era su momento y se lanzó<br />

de lleno a la cacería, comenzando la que<br />

sería la saga sexual de la década. En un<br />

reportaje publicado en el periódico musical<br />

New Musical Express, Marianne<br />

confiesa que su objetivo era conseguir<br />

un “novio Stone”. Y que luego de haber<br />

dormido con tres de ellos, había decidido<br />

que el cantante era la mejor apuesta.<br />

Para Marianne, los años siguientes<br />

fueron una orgía de sexo, rock and roll<br />

y drogas. Además de Jagger y los otros<br />

Stones, la famosa Chica de la motocicleta<br />

(por el personaje de una película que<br />

filmó junto a Alain Delon) también<br />

tuvo sexo con otros músicos famosos<br />

como Roy Orbison y Gene Pitney, y<br />

hasta Jimi Hendrix quiso conquistarla.<br />

En el rock argentino también hay<br />

groupies famosas, muchas de ellas<br />

mujeres que terminaron estableciendo<br />

auténticos lazos afectivos con sus ídolos.<br />

Uno de los ejemplos más conocidos de<br />

una fan y su retorcida neurosis, es la<br />

canción “Peperina” de Serú Giran, que<br />

relata con precisión la historia de amorodio<br />

de una chica hacia su idolatrado<br />

Charly García. Luego de un concierto<br />

de la banda en Córdoba, el grupo fue<br />

a cenar con varios invitados del lugar,<br />

amigos y periodistas, entre los que me<br />

encontraba cubriendo la gira. La chica<br />

en cuestión, corresponsal de un medio<br />

de Buenos Aires, arrancó con un tono<br />

agresivo que mantuvo durante toda la<br />

cena, subiendo paulatinamente el nivel<br />

de agresión. Finalmente Charly se hartó,<br />

se levantó y la mandó a la mierda.<br />

“Peperina” siguió con su letanía pero<br />

terminó callándose ante la falta de<br />

respuesta de los presentes. Luego de<br />

la cena, de regreso en el bar del hotel,<br />

alguien dijo que la chica había subido a<br />

la habitación del manager de la banda.<br />

Y entonces se armó el plan siniestro.<br />

Había que entrar en la habitación para<br />

sorprender al manager y su conquista.<br />

Uno de los que más fogoneaba la acción<br />

era el guitarrista Héctor Starc que<br />

también acompañaba a la banda y era el<br />

gran animador de la gira.<br />

Luego de varios intentos telefónicos del<br />

baterista Oscar Moro para conseguir<br />

que el manager lo recibiera, se decidió<br />

subir en tropel. Silenciosamente ocupamos<br />

el pasillo mientras otro de los<br />

músicos intentaba convencerlo de que<br />

le abrieran la puerta. Luego de varios<br />

intentos sin éxito, el manager se compadeció<br />

pensando que necesitaban dinero<br />

para una salida inmediata y abrió. Allí<br />

estaban, tapándose apenas con una<br />

sábana, ella cubierta hasta la cabeza.<br />

La horda copó la habitación y le descerrajaron<br />

algunos comentarios rudos<br />

que la hicieron palidecer, refiriéndose a<br />

violaciones masivas y actos similares. El<br />

genial Charly no estaba allí, pero recogió<br />

la historia y con precisión cinematográfica<br />

la inmortalizó en un fantástico<br />

álbum que la lleva como título.<br />

Hay que destacar que desde un primer<br />

momento, el rock mostró particular<br />

empatía con el sexo. Las letras cargadas<br />

de alegorías sexuales de los músicos<br />

afroamericanos fueron rápidamente<br />

asimiladas por rockeros como Led Zeppelin,<br />

los Rolling Stones y Jimi Hendrix,<br />

quienes despegaron como símbolos<br />

sexuales. En las décadas siguientes,<br />

el auge de la música rock permitió un<br />

crecimiento desmesurado de las estrellas<br />

rebosantes de dinero e inmersas<br />

en un viaje ininterrumpido a base de<br />

sexo y sustancias, que significó más promiscuidad<br />

y más descontrol. La fiesta<br />

parecía no tener final… hasta que en<br />

los ochenta llegó el sida. De pronto, las<br />

estrellas tuvieron un golpe de lucidez al<br />

ver amenazadas sus vidas. Muchas de<br />

ellas enfermaron y murieron en poco<br />

tiempo, la temible enfermedad diezmó<br />

el ambiente musical mientras otros sobrevivieron<br />

milagrosamente.<br />

David Bowie fue uno de los milagrosos<br />

sobrevivientes de la época. Bisexual,<br />

consumidor de cocaína en esos años,<br />

tuvo infinidad de relaciones eventuales<br />

tanto con hombres como con mujeres.<br />

En 1969 conoció a Angela Barnett,<br />

con quien se casó un año más tarde<br />

y tuvo a su hijo Zowie. Angela era un<br />

clon de Bowie, o tal vez él la imitaba en<br />

todo. Ella también era bisexual y en sus<br />

charlas íntimas descubrieron que ambos<br />

habían tenido sexo con el mismo hombre<br />

en el colegio…<br />

Angela fue durante muchos años una<br />

influencia notoria en la vida personal<br />

y artística del Duque Blanco. Ella no<br />

dudaba en elogiar explícitamente la<br />

capacidad sexual de su pareja, decía que<br />

David era un auténtico semental, “un<br />

tipo capaz de hacer un agujero en la<br />

pared”… ¡Gulp!<br />

Si hablamos de sexo, rock and roll, drogas<br />

y milagrosos sobrevivientes, estamos<br />

hablando de Aerosmith. La banda de<br />

Steven Tyler y Joe Perry arrasaba con<br />

los ítems de nuestra frase temática.<br />

Pero el descontrol químico de la banda<br />

era tan grande que comenzó a afectar<br />

seriamente el escenario. Aerosmith se<br />

convirtió en un grupo impredecible. Podían<br />

llegar tarde a un show, suspenderlo<br />

u olvidarse las canciones en medio del<br />

set, y hasta repetirlas sin darse cuenta.<br />

En medio de esas fiestas, Tyler dejó embarazada<br />

a una joven modelo llamada<br />

Bebe Buell, groupie de Aerosmith. La<br />

chica se mudó lejos de la banda con su<br />

bebita Liv para protegerse de su desaforado<br />

estilo de vida, juntándose con el<br />

músico Todd Rundgren. Durante años,<br />

57


58<br />

Liv pensó que su padre biológico era<br />

Todd, pero luego supo que era hija de<br />

Steven Tyler.<br />

En el rock nacional curiosamente hubo<br />

un grupo que profesaba una particular<br />

forma de abstinencia sexual. Se trata de<br />

Arco Iris, el trío formado por Gustavo<br />

Santaolalla, Ara Tokatlian y Guillermo<br />

Bordarampé, al que se sumaba como<br />

“guía espiritual” Dana. La relación del<br />

trío musical con la rubia espiritual estaba<br />

teñida por la particular visión de la<br />

vida que tenían todos ellos, marcada por<br />

los movimientos pacifistas y espirituales<br />

y la convivencia comunitaria.<br />

Tanto que en algunos reportajes de la<br />

época publicados por la revista Pelo, los<br />

músicos declararon que era tan especial<br />

su relación con Dana que hasta habían<br />

estado acostados todos juntos, tomados<br />

de la mano y de esa manera vibraban…<br />

Arco Iris tenía un aura de cierta mística<br />

que podía confundirse con espiritualidad,<br />

pero no dejaba de sorprender su<br />

particular estilo de convivencia. Paradójicamente,<br />

años más tarde, el ahora<br />

mundano Gustavo Santaolalla atravesaría<br />

un insólito episodio sexual que<br />

seguramente será inolvidable. Ocurrió<br />

en 2006, cuando la cámara que nuclea<br />

a las grabadoras discográficas celebraba<br />

La Personalidad del Año, un evento que<br />

estaba ligado a los Premios Gardel a la<br />

música. La ceremonia se realizó en los<br />

lujosos salones de la Rural en Palermo.<br />

Allí llegaron para homenajear a Santaolalla:<br />

Charly García, Gieco, Mercedes<br />

Sosa, Pedro Aznar, BajoFondo, Lerner,<br />

Café Tacuba, Los Pericos, Julieta<br />

Venegas y muchos más. El gran músico<br />

argentino acababa de ganar un premio<br />

Oscar por la música original del film<br />

Secreto en la montaña y recibiría el<br />

reconocimiento de sus pares con la presencia<br />

de sus familiares. Por ese motivo,<br />

a un genio de la cámara discográfica se<br />

le ocurrió que ese podía ser el leit motiv<br />

de la ceremonia. Y qué mejor que un<br />

gay y reconocido “transgresor” como<br />

era Fernando Peña para una ocasión<br />

tan especial… Santaolalla, su madre y<br />

demás miembros de su orgullosa familia<br />

estaban sentados en la mesa principal,<br />

ubicada al centro y directamente bajo<br />

el escenario, cuando hizo irrupción el<br />

“cowboy” Peña, con sus botas y camisa<br />

tejanas, su jean y el infaltable sombrero,<br />

montando un brioso caballo. Fue una<br />

entrada impactante, recreando el film<br />

con plena aprobación. Pero lentamente,<br />

superando los aplausos, la voz de Peña<br />

fue imponiéndose hasta dominar la<br />

atención general. El discurso dio paso<br />

al hecho, y Peña comenzó a sacarse la<br />

ropa… Sin prisa pero sin pausa se quitó<br />

una a una las prendas mientras hablaba<br />

hasta quedar totalmente desnudo<br />

solamente cubierto por sus botas y el<br />

sombrero. Sus palabras resonaban en el<br />

más incómodo de los silencios, el discurso<br />

se extendía ante la atónita mirada<br />

de todos. Gustavo Santaolalla trataba de<br />

mantener la calma mientras su madre<br />

tenía la expresión de alguien que a sus<br />

años creía haberlo visto todo. La escena,<br />

grotesca de por sí, se extendió demasiado,<br />

mientras el conductor Lalo Mir<br />

intentaba por todos los medios dar por<br />

terminado el acto de Peña. Días después<br />

el chiste que circulaba en el ambiente<br />

decía que alguien de la mesa de<br />

Santaolalla le había pedido a Peña que<br />

Bebe Buell, groupie de Aerosmith, posando para una revista y junto a Steven Tyler<br />

corriera el pene de la mayonesa…<br />

Ningún repaso por las historias, verdaderas<br />

o míticas, de sexo en el rock and<br />

roll estaría completa sin mencionar a<br />

Led Zeppelin. La banda británica aparece<br />

como protagonista de varias de las<br />

leyendas más fuertes sobre descontrol<br />

sexual. En su apogeo musical, los Zeppelin<br />

se entregaban a toda clase de<br />

orgías de sexo, alcohol y drogas con sus<br />

jóvenes groupies, la mayoría menores<br />

de edad. La más impactante de todas<br />

estas historias es la que supuestamente<br />

ocurrió en hotel Edgewater Inn de<br />

Seattle, en el estado de Washington, en<br />

1969. Allí se alojó la banda en un entorno<br />

que ofrecía a sus pasajeros la posibilidad<br />

de pescar en el océano Pacífico<br />

desde las ventanas de sus habitaciones.<br />

La leyenda cuenta que los músicos de la<br />

banda y varios asistentes tenían algunos<br />

pescados colgados de los armarios de la<br />

habitación y que mientras enfiestaban<br />

a una joven groupie de 17 años llamada<br />

Jackie, a uno de ellos se le ocurrió jugar<br />

sexualmente con uno de los pescados.<br />

La historia cuenta que la chica fue atada<br />

a la cama, o se dejó atar ya que estaba<br />

bastante drogada, y usaron el pescado<br />

como vibrador.<br />

Hay incontables versiones sobre esta<br />

historia, una más disparatada que otra.<br />

Lo que parece cierto es que el suceso<br />

ocurrió pero con algunas variantes. Por<br />

ejemplo, que no estaba toda la banda,<br />

sólo el baterista John Bonham. Y uno de<br />

los que tuvo la idea fue Richard Cole,<br />

tour manager de Zeppelin, y aparentemente<br />

el más descontrolado de todos<br />

en esa ocasión. Aunque el resto de la<br />

banda no estaba presente, sobran las<br />

anécdotas de este tipo en su historia.<br />

Como puede apreciarse, la frase “sexo,<br />

drogas y rock and roll” tiene un asidero<br />

real más allá de los mitos y leyendas.<br />

Aunque hoy parecen haber pasado los<br />

días de máximo descontrol y los sobrevivientes<br />

de aquellas historias prefieran<br />

vivir para contarlas<br />

* Periodista. Fue integrante del staff de la mítica<br />

revista Pelo. Actualmente forma parte del<br />

Departamento de Promoción de Warner Music


Entrevista<br />

siete<br />

6o<br />

Romantisísmico,<br />

en tiempos de amores corruptos<br />

Por Pablo Bassi


Babasónicos acaba de lanzar Romantisísmico, un álbum que<br />

persigue la marcha de letras románticas de los últimos tiempos<br />

de la banda, pero ahora con un andar intimista, erótico,<br />

emparentado más a Virus o Los Abuelos de la Nada. Ha<br />

redefinido también su relación con la industria musical, así<br />

lo expresan, como de funcionamiento interno: cada uno de<br />

los siete integrantes ha pasado por el proceso de armado de<br />

canciones y grabación de demos.<br />

Adrián Dárgelos, Diego Rodríguez, Mariano Roger,<br />

Diego Tuñón, Diego Castellano, “Carca” y “Tuta” Torres<br />

componen este septeto nacido en Lanús, cuyo nombre<br />

remite a Sai Baba y la pistola sónica. Desde principios del<br />

90, bajo el signo del nuevo rock argentino, ha producido<br />

once discos oficiales y cinco no oficiales, cuatro de remixes,<br />

una banda sonora y un DVD. “Lo nuestro es una forma<br />

tercermundista de esgrimir el arte: hacemos las cosas como<br />

podemos y lo mejor posible. Ambientamos nuestros recitales<br />

bien y con pocos recursos, ya que la idea es ser constante<br />

con los cambios. Es por eso que nuestros shows son<br />

siempre diferentes”, suscribieron todos una vez.<br />

Al momento de escribirse esta nota, Babasónicos está de<br />

gira por México, donde realizará un total de tres shows. En<br />

algunos días, cuando estas líneas estén quizás siendo leídas,<br />

tocarán en Malvinas Argentinas y el Maipo.<br />

Desde Buenos Aires, entrevistamos a Adrián Dárgelos, líder<br />

y cantante:<br />

–¿Cómo viene la gira por el México? Hace rato que<br />

vamos a México, desde que nadie nos conocía y hacíamos<br />

giras por nosotros mismos, hasta ahora que hacemos el auditorio<br />

nacional. Ya somos bastante reconocidos acá y gusta<br />

mucho nuestra música.<br />

–¿Qué recepción tuvo el disco en la Argentina? Lo<br />

tocamos en vivo solamente en Córdoba, pero tuvo muy<br />

buenas críticas.<br />

–¿Romantisísmico fue a pedido del público o una<br />

creación en función de necesidades personales o<br />

colectivas? No es que hay una inspiración específica. Babasónicos<br />

siempre responde a la coyuntura, la realidad y el<br />

mundo en el que vive. A partir de eso sentimos que estamos<br />

siempre en un lado de la discusión y le damos batalla con los<br />

discos, estética y líricamente. Romantisísmico sale de pensar<br />

que, en tiempos de romanticismo corrupto, poca honorabilidad<br />

y bajos niveles de dignidad, viene a levantar cierto<br />

espíritu ético de lo que creemos que es la música y algo romántico<br />

en el sentido de lo ideal y de la lucha por cosas.<br />

–¿Qué le aporta de nuevo a la obra de Babasónicos?<br />

En todos nuestros discos se marca un parámetro: de qué<br />

lado te paras, una mirada social. Sigue existiendo el rock<br />

que critica la realidad política, pero es muy localista. La<br />

música testimonial existía cuando había mucho control sobre<br />

los medios y eso fluía por un circuito no convencional;<br />

en la actualidad esa crítica pasa a ser marketing de rebeldía,<br />

porque en realidad sólo vende.<br />

–¿A qué regresan? A nada en especial, es Babasónicos<br />

con todo lo que eso representa.<br />

–Lo escuché decir en una entrevista que comienzan a<br />

abandonar determinados arreglos “tecnológicos” por<br />

considerarlos extemporáneos, trillados, ficticios… Es<br />

así hoy, pero no quiere decir que no vuelvan alguna vez.<br />

–¿Cómo caracterizaría las etapas de la banda? Cada<br />

una fue distinta. Las caracterizaría sujetas a los contextos<br />

sociales y por lo que nos tocó vivir<br />

–Son más de veinte años de Babasónicos, ¿qué los<br />

une? La música<br />

61<br />

Trayectoria<br />

Babasónicos es parte del movimiento de bandas de sótanos de principios de los 90, como Juana La Loca, El Otro Yo y Los Brujos.<br />

Pero Adrián Dárgelos y Diego Tuñón quisieron rápidamente generar un sonido que no siguiera aquellos parámetros. Comenzaron<br />

entonces a distinguirse como banda de rock sónico. En 1992 editaron su primer disco, Pasto, que incluyó D-Generación, un tema que<br />

los masificó a través de las radios y los erigió a un escenario como teloneros de Soda Stereo. Dos años después presentaron su segundo<br />

disco, al que incorporaron a DJ Peggyn. Mezclaron rap con funk y hardcore. Durante la década recorrieron casi toda América y<br />

algunos países de Europa, y tuvieron en 1998 el lujo de telonear a U2 en sus recitales en River.<br />

La aparición del disco Jessico en 2001 los acercó a su estilo pop rock. Para la crítica local, fue la primera gran obra argentina de la década,<br />

que precedió a otro gran álbum, Infame, con el cual en 2003 se popularizan con el corte Irresponsable. Desde aquí se vuelcan a<br />

la balada, al bolero, a la canción romántica más superficial.<br />

Romantisísmico comprende 12 canciones y el lanzamiento del videoclip Burócratas del amor.<br />

Regresan a letras más sexuales y se alejan de cierto registro musical “tecnológico”, como síntesis superadora en<br />

busca de algo nuevo.


Homenaje<br />

Lou Reed: magia y pérdida<br />

Por Agustina Zabaljáuregui<br />

Con 71 años, Lou Reed dejó este mundo para reunirse con los<br />

otros poetas malditos en algún lugar entre el paraíso y el infierno.<br />

Reed fue un verdadero artista que amaba la simpleza de<br />

los tres acordes del punk, las frases directas como flechas y el<br />

poder del rock and roll. Lou Reed realmente creía que el rock<br />

podía cambiar el mundo, y en medio siglo de carrera demostró<br />

que eso era posible. Fue una influencia para todos, sin él no<br />

existirían bandas como The Strokes entre las nuevas, y unos<br />

cuantos de los pesos pesados tienen mucho que agradecerle.<br />

Una de ellas es Patti Smith, la reina madre del punk: “Somos<br />

demasiados los que nos beneficiamos con su trabajo. Tenemos<br />

una deuda con él y tal vez muchos no estamos muy felices de<br />

tenerla. Hay veces que a uno le gusta imaginar que hizo todo<br />

solo. Pero pienso que con Lou todos deberíamos hacer una fila<br />

para decirle gracias, cada uno a su manera”.<br />

Sus comienzos fueron en los 60 con The Velvet Underground,<br />

una banda que hasta el día de hoy resulta inclasificable, oscura<br />

y maravillosa. Allí encontró a su media naranja musical: John<br />

Cale, alguien tan diferente al propio Lou que parecían de dos<br />

especies distintas. Ese complemento mágico entre un poeta rockero<br />

de pocos acordes y muchas palabras y un galés intelectual<br />

de buenos modales, gran talento y buen gusto, era el ying y el<br />

yang, el universo del sonido. Pero las diferencias entre ellos terminaron<br />

por separarlos y, en 1970, ese milagro musical que era<br />

la Velvet dejó de existir. En 1990 volvieron a juntarse para homenajear<br />

a su mentor y manager, Andy Warhol. Y el resultado<br />

fue Songs For Drella, un disco inolvidable, donde una vez más<br />

esa dupla de distintos brilló para despedir a su maestro.<br />

Su media naranja de la vida, la talentosísima Laurie Anderson,<br />

artista experimental, cantante, poetisa, violinista, entre tantas<br />

otras cosas, lo despidió con palabras preciosas que priorizan la<br />

belleza sobre el dolor, como si fuera su responsabilidad mitigar<br />

la tristeza que generó en el mundo la pérdida de su compañero.<br />

La carrera de Lou Reed solista es tan vasta y alucinante que<br />

podríamos hablar de ella durante años. Sin embargo, existen<br />

hilos conductores en su discografía que atraviesan y unen todas<br />

sus obras. Desde Transformer, su disco más andrógino y glam<br />

producido por David Bowie; su oscuro y hermosamente triste<br />

Berlin; o New York, con su poesía sucia y más rockera; y el más<br />

espiritual, Magic and Loss, donde enfrenta el duelo por la pérdida<br />

de dos amigos.<br />

En estos, como en el resto de sus discos, Lou escribe con tinta<br />

indeleble, como si tatuara poesías en su cuerpo y en el de todos<br />

los que escuchan. De la misma manera se paraba frente al<br />

micrófono y cantaba, o hablaba, sus temas a los gritos, para que<br />

nunca quede la duda de que él había nacido para ser escuchado.<br />

Lou Reed era un profeta que predicaba rock and roll en<br />

cada verso. Hacía agujeros en el telón de la glamorosa Nueva<br />

York y contaba historias de violencia, pobreza y marginalidad.<br />

En un acto de magia, Lou convertía el sufrimiento en belleza<br />

y te lo escupía en la cara. Contaba las historias de aquellos<br />

que no tenían voz y los inmortalizaba en sus versos. Lou era<br />

un guerrero temerario que al calzarse su guitarra y contar 1,<br />

2, 3, 4 te llevaba de paseo por el lado salvaje. Siempre crítico<br />

y disconforme, reclamando y gritando, como solía ser el rock<br />

and roll, mucho más que un estilo musical, en el caso de Lou,<br />

casi una religión. Una vez le preguntaron por sus creencias y él<br />

contestó: “Mi Dios es el rock and roll. Es un poder oscuro que<br />

puede cambiar tu vida. La parte más importante de mi religión<br />

es tocar la guitarra”<br />

63


Entrevista<br />

ocho<br />

Carlos Belloso<br />

De<br />

overol<br />

Conjuga televisión, teatro y cine. Tiene<br />

una cierta vocación pedagógica que despunta,<br />

sobre todo, en sus proyectos más personales<br />

como un homenaje a José Marrone que puede<br />

verse por estos días. Secretos profesionales,<br />

apetencias y opiniones de un actor que se<br />

define como “un obrero del teatro”<br />

Por Amneris Ferro<br />

64<br />

–En una de las últimas películas en las que actuó recientemente,<br />

Omisión interpreta a un cura, ¿cuál es su<br />

filiación con lo religioso? Yo no creo en nada. Lo que creo<br />

es que hay sistemas de interpretación y de representación<br />

que a mí me gustaría conocer si se me ocurre que mi personaje<br />

va por ahí. Me gusta tener como todo un espectro de<br />

posibilidades de pensamiento de los personajes, pero no me<br />

embarco en ninguna a nivel personal. Además de sus ideas<br />

pienso en todos los factores que podrían incidir para que un<br />

personaje tenga alguna personalidad definida. Me digo que<br />

quizás es hermano mayor o hermano menor, quizás es grupo<br />

sanguíneo A, quizás es de Aries, quizás es Aries con ascendente<br />

en Piscis, quizás es Virgo, entonces me pongo a analizar<br />

qué sería un Virgo o el signo que le corresponde más a un<br />

personaje. Y no lo hago porque yo en lo personal rija mi vida<br />

con la astrología. A ese proceso se van sumando preguntas:<br />

¿Qué filosofía profesaría? ¿Qué filosofía tiene la obra en general<br />

para hacer un trabajo acorde?<br />

–¿Es decir que al momento de componer un personaje<br />

le inventa una especie de historia o de background? Sí.<br />

–Es muy interesante eso... Lo hago porque cuantas más<br />

cosas tenés para agarrarte, el personaje se agarra más a vos.<br />

En cambio, si vos solamente tenés el libro, si tenés solamente<br />

una línea o tres parlamentos, ¿de qué te agarrás? De nada.


Entonces tenés que empezar a buscarle vos sustancia. La<br />

gente no tiene por qué saber de qué signo es un personaje,<br />

pero yo lo conozco y entonces me embarco con eso. Entonces,<br />

si soy de Aries voy a tener una reacción con respecto a<br />

ciertas cosas. Si soy de Virgo voy a tener otra. Si soy hermano<br />

mayor, ante algo voy a reaccionar de distinta manera que si<br />

soy hermano menor… porque son muchos los condicionantes<br />

para una persona o para un personaje.<br />

–Ahora está haciendo teatro dirigido por Arturo Puig…<br />

Sí, es Le Prenom (El Nombre). Es una comedia que anda<br />

muy bien. A la gente le encanta. Es de humor, con gags, se<br />

ríen. Es una comedia francesa muy redonda, muy precisa y<br />

que al final es como un desborde. Estoy con Peto Menahen,<br />

Mercedes Funes, Germán Palacios y Jorgelina Aruzi.<br />

–Y también está homenajeando a José Marrone... Sí.<br />

Siempre tuve ganas de hablar sobre Marrone. A mí, como<br />

actor, siempre me agarra una cosa, como un deber antropológico.<br />

Lo hice con Piluso. Hice “Piluso y Coquito” en una<br />

época porque tenía acceso a los libretos de “Piluso y Coquito”<br />

y no hay grabaciones de eso, casi. Hay alguna rutina y algunas<br />

cosas… eso se pierde. Y me da por ponerle voz de nuevo a<br />

esos personajes para que se acuerden. ¿No? Yo conseguí que<br />

trabajara Coqui Marrone, la hija de Marrone. Va a hacer de<br />

su madre, que es la gorda, la primera mujer de Marrone; y<br />

una actriz hace de Juanita Martínez. Ella, cuando murió Marrone,<br />

se ponía a almorzar con las cenizas, le ponía el partido<br />

como si Marrone estuviera vivo. Agarramos ese momento en<br />

el que ella está a punto de suicidarse, que le pide a Marrone<br />

la última rutina porque hay alguien en la platea que es Belloso<br />

que quiere ver su última rutina para mostrársela a su<br />

padre, muerto. ¿Para qué? Para que también la gente nueva<br />

que no conocía a Marrone pueda conocer lo que hacía. Y tiene<br />

un montón de cosas: la morcilla, el latiguillo… inventó un<br />

montón de latiguillos; “¡Che!”, “¡Mamita querida!”, “Me saco<br />

el saco, me pongo el pongo”.<br />

–¿Qué es la morcilla? La morcilla es cuando morcilleás,<br />

cuando improvisás con el público. El aparte es cuando aparte<br />

le decís a uno “no, lo que pasa es que éste está…”, el retruécano<br />

es… y no es que uno se tira ahí y dice cualquier cosa. Hay<br />

códigos y efectos teatrales que no los inventó nadie y que vienen<br />

a través de la tradición y el latiguillo no lo inventó nadie.<br />

–¿Biondi vino después? Vino después. “Piluso y Coquito”<br />

aparecen en el 59, 60. En el 60 viene Biondi trayendo el<br />

circo a la televisión y también lo traen a Marrone. Marrone<br />

hace El Circo de Marrone. También lo hace Carlitos Balá<br />

en su Circus Show de Carlitos Balá y después se quedan sin<br />

payasos e importan “Gaby, Fofó y Miliki”. Esa es toda la tradición<br />

de circo en televisión. Cuando la televisión se vuelca a<br />

la masividad, desde fines de los 50 hasta los 70 y 80, empieza<br />

justamente a incorporar el circo, y la tradición no se termina<br />

porque desde hace tiempo está Piñón Fijo, el Payaso Mala<br />

Onda. Siempre hay un payaso animando las mañanas de la<br />

televisión, algo que, me parece a mí, obedece a esa tradición<br />

que funciona muy bien.<br />

–Hizo algo parecido con el gran Lon Chaney... El espectáculo<br />

se llamó Mundo mudo. Cuando yo le hablaba a mis colegas,<br />

no te digo a cualquiera que pase por acá, a mis colegas<br />

les mencionaba a Lon Chaney. Me agarra como un ataque de<br />

“¡Conozcan esto!”. Con tipos como esos me agarra una cosa<br />

que suena grandilocuente pero, qué voy a hacer, así lo siento<br />

y tiene que ver con la idea de cuál es la misión de uno en la<br />

tierra. Y mi misión en la tierra también se emparenta con mi<br />

viejo. Mi viejo era carnicero, no hablaba. Era de esos típicos<br />

padres que te miraban y ya sabías que detrás de eso venía<br />

una piña. De lo único que hablaba con mi viejo era de Lon<br />

Chaney y de Marrone. Él a Marrone lo había visto desde sus<br />

inicios. Él llegó a ver La Rascada, el vio Cristóbal Colón en<br />

la Facultad de Medicina, una obra exitosísima que hizo en el<br />

Teatro Cómico, que es ahora el Lola Membrives, llenando<br />

durante cinco años, doce funciones por semana. Eso es inconcebible<br />

hoy. Y bueno... me agarra por ese lado la misión de<br />

transmitir. Creo que con Lon Chaney y con Marrone cumplo<br />

el ciclo con mi viejo, de transmitir esta cosa. Esta cosa de<br />

“bueno, no se olviden de esto, no se olviden de mi viejo”, porque<br />

yo no quiero olvidarme de mi viejo. Yo creo que cuando<br />

te morís, no te desenchufás, pero hay algo que da vueltas y<br />

que se integra dentro de otra cosa que es más energético que<br />

una cosa personal. “Bueno yo voy a estar con angelitos arriba<br />

de una nube hablando con un tipo de barba”. No. No creo<br />

eso. Tampoco creo en otras cosas, pero en esa energía me<br />

identifico, como energía creadora. Energía del público, energía<br />

mía, pero que en un momento la convención dice “necesitás<br />

otra energía”. Invocar algo que realmente sea un plus.<br />

–¿Un ejemplo de eso? Y acá donde estamos haciendo Marrone<br />

debutó Julio Sosa cuando vino a la Argentina. Y acá<br />

está el espíritu de Julio Sosa. Por lo menos a los que laburamos<br />

en esta sala nos gusta pensar que está.<br />

–La charla fue derivando a lo que serían los entretelones<br />

de su manera de encarar la actuación, ¿tiene<br />

lemas? Qué sé yo, pero para que todo tenga que ver con todo<br />

te podría decir algo sobre Lon Chaney otra vez. Resulta que<br />

mientras lo llevaba a Boris Karloff a su casa y –lo cuenta<br />

la hija de Karloff– le dice: “para destacarte, para triunfar en<br />

este medio tenés que hacer algo original que se te ocurra solamente<br />

a vos y en eso ser el mejor”, que si bien es un consejo<br />

que se lo puede dar a cualquiera es todo. Es todo.<br />

–Y con el ego, ¿qué relación tiene? Hay que distinguir<br />

qué clase de actor soy. Soy un actor obrero. No soy un actor<br />

vivo y ni siquiera maradoniano que habla en tercera persona<br />

y esto y lo otro o que anda detrás de las notas o de que le<br />

saquen fotos o que se expone en redes sociales o que va a lugares<br />

para ser visto.<br />

–No practica la demagogia… No. Yo laburo, laburo y laburo<br />

y, si puedo, trato de dar laburo. Soy un actor de overol<br />

65


Entrevista<br />

nueve<br />

66<br />

Una mujer despechada<br />

Marilú Marini interpretará durante 2014, Una calma erótica, la obra de teatro donde encarnará a<br />

Rita Gombrowicz, la viuda del escritor, quien al leer su diario íntimo, no dudó en dar su versión y exponer<br />

a quien había “amado infinitamente”<br />

Por Lucila Rolón


Hace poco se publicó el diario secreto de Witold Gombrowicz,<br />

el polémico escritor polaco que vivió en la Argentina<br />

entre 1939 y 1963. Hasta el momento, se editó en su idioma<br />

solamente, por lo que el resto del mundo quedó pasmado y<br />

efervescente por conseguir una buena traducción. Mientras<br />

tanto, en Buenos Aires, la actriz Marilú Marini pone su<br />

cuerpo para hacer de esta historia la obra de teatro Una calma<br />

erótica que recorrerá el mundo. De larga trayectoria en danza<br />

contemporánea, una hija del Di Tella, vive entre Argentina y<br />

Francia (donde la adoptaron con premios y todo) desde hace<br />

décadas. Como el autor maldito, como lo soportó Rita Gombrowicz,<br />

su esposa, quien decidió exponer lo más honesto y<br />

privado del hombre que dijo haber amado infinitamente. Después<br />

de cuarenta años, con Gombrowicz ya muerto, las páginas<br />

de Kronos descubren los pliegues más íntimos del escritor.<br />

¿Por qué? ¿Qué le pasó? Sexualidad, promiscuidad, parcas notas<br />

y quejas mundanas, un desprecio profundo por ella, todo<br />

está escrito como listas diarias. “En caso de incendio toma el<br />

manuscrito de Kronos y escapa”, le dejó escrito él alguna vez<br />

sobre su diario. Parece que el fuego lo encendió ella.<br />

–¿Quién es Rita Gombrowicz? Una mujer despechada.<br />

Una mujer resentida. No estamos seguros. Ella no sabía qué<br />

decía el diario porque no habla polaco. Le pidió a una amiga<br />

que se lo fuera traduciendo. Leerlo fue demoledor. Su esposo<br />

no edulcoraba sus impresiones en sus páginas privadas. Puede<br />

no haberlo leído pero es raro que no lo haya notado mientras<br />

estaba con él. Además, ella sabía la vida bucólica que llevaba.<br />

También se decían muchas cosas sobre su sexualidad. Tenían<br />

un pacto (se casaron seis meses antes de su muerte, dormían<br />

en habitaciones distintas). Por alguna razón ella lo rompió publicando<br />

Kronos. Hay una decisión personal de sacarlo a la luz,<br />

incluso exponiendo las crueldades que dice de ella.<br />

–¿Cuál es su lectura sobre la sexualidad? El sexo es nuestra<br />

primera identidad. Denota el juego de poder entre los<br />

hombres. En Gombrowicz, la sexualidad como herramienta se<br />

manifiesta de una forma muy clara, prácticamente de dependencia.<br />

En su diario es muchísimo más crudo, despojado. En<br />

sus últimos días, él hablaba de calma erótica, puso en pausa su<br />

deseo sexual para dedicarse únicamente a escribir.<br />

–¿Usted usa la energía sexual como motor para actuar?<br />

No pienso que una cosa inhiba la otra. No pongo la libido sólo<br />

en la construcción del personaje. El personaje, al fin y al cabo,<br />

soy yo haciendo de otra. Pero es mi cuerpo. Esa energía está<br />

siempre en mí.<br />

–Sus colegas dicen que usted “hace un arte de su trabajo<br />

con el cuerpo”... Yo no tengo técnica. No he estudiado,<br />

ni he ido a un conservatorio, ni a clases con maestros. Aprendí<br />

haciendo, y tengo mi antigua disciplina de bailarina. Por eso<br />

para mí es importante crear a partir del cuerpo, y cuando digo<br />

cuerpo digo todo. El discurso en teatro no es solo mental o<br />

apolíneo. Es dionisíaco, va con el impulso del cuerpo. Ese es<br />

el lenguaje que más uso. Por supuesto que en ese paquete está<br />

mi carga sexual. Que, hasta el momento, es mucha


Reediciones<br />

“Lamborghinis del mundo,<br />

uníos”<br />

Las reediciones de El fiord, de Osvaldo Lamborghini y de Un amor como pocos, de Leónidas Lamborghini<br />

(ambos por Editores Argentinos) confirman el lugar destacado que tienen en el mapa de la literatura<br />

argentina las obras singularísimas de cada uno de los hermanos<br />

Por Esteban Bertola<br />

68<br />

El fiord: primera reedición<br />

Publicado originalmente en 1969 por Ediciones Chinatown,<br />

el nombre que eligió el mismo Osvaldo Lamborghini<br />

(1940-1985) para el sello que publicaría su primer libro,<br />

El fiord se constituyó ya en ese momento, por la manera<br />

subterránea en la que circuló y el interés que despertó, en<br />

un libro que impactó en el mapa de la literatura argentina.<br />

Se convirtió rápidamente en un libro del que se hablaba,<br />

es muy conocida la historia de su circulación y, por cierto,<br />

existe una cuantiosa bibliografía en torno a su figura y su<br />

obra, a la que muchos escritores argentinos se refirieron.<br />

En una entrevista que le realizó Luis Thonis a Osvaldo<br />

Lamborghini en 1981, este decía: “El fiord es un final. Mi<br />

primer libro, pero que está pensado como el título. Pero<br />

claro: ¿quién se entiende? Me gusta El fiord como intento<br />

de frontera, de ‘últimas poblaciones’”. Entre “final” y “mi<br />

primer libro”, El fiord terminó de abrir la puerta para ir<br />

a jugar ese “juego para adultos” y para poder insistir en la<br />

sugerencia de que no todo es escritura lo que está escrito.<br />

Que la escritura puede trabajar a fondo el lenguaje al<br />

mismo tiempo que ser trabajada por este. Que el lenguaje<br />

y el cuerpo están tramados, que esta trama también está<br />

hecha de sexo, violencia, política, risa, etc. En respuesta a<br />

un cuestionario que lanzó la revista Los libros publicado<br />

en 1970, Lamborghini se refirió a Boquitas pintadas de<br />

Manuel Puig, pero la descripción le cabe perfectamente<br />

a su literatura: “estamos ante un modelo de sintaxis mayor<br />

donde nada nos es ‘comunicado’, salvo nuestra propia presencia<br />

como soportes vacíos de todas las determinaciones<br />

que nos hablan”.<br />

En 2014 se cumplirán 45 años de la publicación de El<br />

fiord, esta nueva edición reproduce el arte de tapa original<br />

e incluye la reseña que escribió Oscar Steimberg y apareció<br />

en el número 5 de Los libros, de la que reproducimos<br />

un fragmento:<br />

“¿’Y por qué, si a fin de cuentas’ la pornolucidez está presente<br />

en la literatura desde hace tanto tiempo, El fiord<br />

despierta tanta resistencia en sus lectores, o les impide<br />

reflexionar sobre él? Podemos volvernos –ferozmente– ingenuos,<br />

ferozmente incomprensivos y responder que la<br />

razón debe buscarse en el hecho de que las palabras de<br />

El fiord intentan rescatar otro mundo de palabras todavía<br />

sumergido, todavía prohibido, constituyendo algo así como<br />

una literatura underground para adultos, escrita por adultos<br />

devueltos a la ternura de la vocalización no comprometida<br />

después de haber mordido, a conciencia, la mordaza<br />

voluntaria de la razón, de la razón de partido y de la razón<br />

superadora de la irracionalidad de partido. Y habría algo<br />

de eso, en la medida en que el objeto mayor del trituramiento<br />

al que los personajes de El fiord se someten unos<br />

a otros es el lúcido Sebastián, al que ‘no se le da de comer


ni de cojer’ porque su problema<br />

es saber si alguien<br />

figura ‘en el gran libro de<br />

los verdugos’ o ‘en el de las<br />

víctimas’.<br />

Pero para que fuera realmente<br />

posible buscar el<br />

nudo y el origen de El fiord<br />

en el abandono de la moral<br />

por las palabras –las palabras<br />

del sentimiento, las<br />

palabras prohibidas de los<br />

exabruptos– hubiera sido<br />

necesario que en algún sector del habla cotidiana hubiera<br />

existido, alguna vez, la posibilidad de encontrar expresiones<br />

como ‘atigrado colchón’ o ‘turro maíz’. Y no: El fiord<br />

dificulta en cada línea la división de tareas que confiere<br />

sólo al crítico la condición de privilegiado bricoleur de signos<br />

ya plasmados, hablados, organizados en discurso. […]<br />

Por supuesto, son muchos los que actualmente –también<br />

entre nosotros– convocan los sentidos del mundo a través<br />

de una transposición o un cambio de contexto de los<br />

lenguajes ya existentes; pero no es fácil establecer una<br />

conexión inmediata entre un lenguaje como el que en la<br />

obra de Manuel Puig es hablado por los personajes para<br />

disfrazar y socializar los deseos que harían estallar su<br />

mundo, y el lenguaje de Osvaldo Lamborghini en El fiord.<br />

[…] La conciencia, el terror, la anomia y el buen gusto<br />

hablarán, por etapas, a través nuestro; se confirmará la<br />

existencia de esa lógica que habíamos percibido; ya, en los<br />

discursos de los que son hablados en torno nuestro; sentiremos<br />

en nuestra propia boca la diafanidad de la corriente<br />

que arrastra, uniéndolas, las postulaciones de la extrema<br />

izquierda y la extrema derecha.<br />

Pero de pronto, punto. Cerrar, cortar, y a otra cosa. Porque<br />

descubrimos que las palabras se repiten, que el relato<br />

recomienza. El fiord es un juego para adultos; exige conclusiones,<br />

fallos definitivos. O el reconocimiento de que no<br />

es solamente la verdad lo que nos interesa.”<br />

Un amor como pocos: veinte años no es nada<br />

Publicada por primera vez en 1993, agotada muy poco<br />

tiempo después e inhallable desde entonces, esta primera<br />

novela del poeta Leónidas Lamborghini (1927-2009) nos<br />

ofrece una entrañable historia de amor (“escrita luego de<br />

la lectura de Dafnis y Cloé”, de Longo, como se lee al pie<br />

del original) entre el Ovejerito y Clotilde. La novela (que<br />

en esta reedición cuenta con un trabajo de Carlos Gorriarena<br />

en la tapa) tiene el encanto de una fábula pastoril<br />

y contiene el particular relato de la iniciación sexual del<br />

Ovejerito, que será evocada por “Longro” (sexagenario<br />

escritor), quien a su vez revelará el propio despertar sexual<br />

a partir de aquella historia, y que considerará a la escritura<br />

también como una actividad sexual (“La escritura es un<br />

falo. Me mas turbo con ella”). En Un amor como pocos,<br />

Lamborghini despliega con maestría inigualable no sólo<br />

la multiplicidad de sus temas con locas variaciones, sino<br />

también una poética del poema, la reescritura, el ritmo, la<br />

mezcla, la distorsión y la risa, que –como él mismo dijo– es<br />

una política. Lamborghini hace suyo lo que el personaje<br />

Longro afirma: “La única verosimilitud o verdad para un<br />

artista de la escritura reside en su lenguaje”. Aquí, tres pasajes<br />

de la novela para quedarse con las ganas de más:<br />

“Ésta es la historia de un amor patagónico. El idilio entre<br />

Clotilde y el Ovejerito. Clotilde trabajaba en el quilombo<br />

de Agonia, pequeña ciudad lanar más o menos ignota de<br />

aquella más o menos no ignota región. El Ovejerito era un<br />

pastorcillo adolescente que cuidaba su hato de ovejas, las<br />

que gustaban mucho besarlo. Y él a ellas. […]<br />

En la Patagonia todo es un gran misterio. En realidad, se<br />

trata de tres misterios en uno: el misterio del viento, el<br />

misterio del vacío y el misterio de las ovejas. Viento que no<br />

deja de soplar. Vacío imposible de llenar. Ovejas que siempre<br />

quieren besar. […]<br />

Clotilde tenía, de veras, ganas. Ganas de muchas ganas.<br />

¡Tan débil es nuestra carne, Señor! Clotilde se llevó a su<br />

pequeño diosecillo al cuarto. La vista de la sangre la había<br />

erotizado al grado sumo, místicamente, como suele<br />

ocurrir. Eros y San Juan de la Cruz. […] [S]e encabalgó al<br />

Ovejerito, apretándolo entre sus tabas o rodillas. Aferró el<br />

aguijón tieso del pastorcillo y así comenzó la eterna lucha.<br />

El Ovejerito corcoveaba. Clotilde le atenazaba los flancos.<br />

Era una doma: Clotilde, la jineta; el Ovejerito, el bagual.<br />

Clotilde porfiaba introducir el aguijón del pastorcillo en<br />

su raja. Mas una y otra vez<br />

fallaba en su intento. Los<br />

nervios, una y otra vez, le<br />

jugaban una mala pasada<br />

por lo que ya desesperada<br />

de lograr su propósito y ya<br />

a punto de culminar su orgasmo<br />

se decidió a masturbarlo.<br />

Arriba y hacia abajo<br />

y viceversa. Hasta que por<br />

natural surgencia el chorro<br />

brotó del reservorio y tocó<br />

casi el cielorraso”<br />

69


Entrevista<br />

diez<br />

Buscando un símbolo de paz<br />

Con El maestro del Prado, el autor español Javier Sierra vuelve a fascinar con una historia plena<br />

de componentes místicos y misteriosos. Un thriller histórico en el que las pinturas de los artistas<br />

renacentistas revelan conspiraciones y complots en el seno de la Iglesia y las principales monarquías<br />

europeas sólo con sabiduría oriental y poesía<br />

7o<br />

Por Sergio Varela<br />

–¿Cómo surgió la idea de esta novela tan particular,<br />

con una relación muy cercana con la pintura? Surge casi<br />

como extensión natural de una novela que yo publiqué en<br />

2004, que se llama La cena secreta.<br />

En aquella novela surge una pregunta, respecto de si esa<br />

iconografía que estudiaban los artistas de aquel período para<br />

transmitir sus mensajes, sus credos y demás, había llegado<br />

también a pintores importantes en España. Como El Greco,<br />

por ejemplo. Y encuentro el camino, el sendero que conecta<br />

a Leonardo con El Greco. Así surge la necesidad de escribir<br />

esta novela. Pero desde el principio mi preocupación fue no<br />

construir un libro dirigido a los eruditos. Esa es la razón que<br />

tuve para ponerme a mí como protagonista y relatar la historia<br />

inspirado en algo que me sucedió realmente; que fue el encuentro<br />

con un maestro sobrevenido en el Museo del Prado.<br />

–¿Cuál es el rol del arte en la cultura posmoderna, y<br />

qué claves podemos apreciar en el arte del Renacimiento,<br />

sobre todo las que han sido reveladas en El<br />

maestro del Prado? En la cultura posmoderna se ha intentado<br />

relegar el rol del arte a una cuestión meramente estética,<br />

y en algunos casos se le ha intentado desposeer del contenido,<br />

de discurso, a favor de un análisis de los materiales, de la pura<br />

forma. Creo que eso es un rasgo de los tiempos que nos han<br />

tocado vivir, el arte actúa como un espejo. Y nos ha hecho olvidar<br />

para qué se inventó el arte, esa es la clave.<br />

–¿Para qué se inventó el arte? El arte no se inventó para<br />

decorar. Tampoco para recordar viejas escenas. El arte se inventa<br />

hace 40.000 años, en las cuevas prehistóricas de España<br />

y de Francia, como una suerte de acto mágico para comprender<br />

lo que no vemos. Hace visible lo invisible. Y no lo hace<br />

en la boca de la cueva, donde todo el mundo pueda verlo. Lo<br />

hace en el corazón de la caverna, porque entiende que lo que


está haciendo es algo sagrado. Creo que el arte es la primera<br />

forma de religión.<br />

–Esa temática es una constante en su obra. ¿Es usted<br />

creyente? ¿En la religión y en el arte como una forma<br />

de trascendencia hacia lo divino? Más que creyente soy<br />

inquirente. Es decir, busco, pregunto, trato de encontrar<br />

respuestas a las grandes dudas. La religión no me las proporciona.<br />

Mis grandes preguntas sobre quiénes somos o adónde<br />

vamos no encuentran soluciones en una religión, que plantea<br />

respuestas dogmáticas y que elude la reflexión crítica. Pero<br />

me parece que la religión es el inicio del camino; creo que ya<br />

he superado esa etapa (dejé de ser monaguillo hace muchos<br />

años), y ahora soy un buscador. No sé si encontraré respuestas,<br />

pero puedo prometer que moriré buscándolas.<br />

–¿Por qué cree que en la actualidad es el arte un adecuado<br />

soporte de atmósferas misteriosas literarias que<br />

antes se buscaban en papiros, claves lingüísticas o matemáticas?<br />

Creo que eso es consecuencia de una transformación<br />

intelectual de nuestra sociedad. Hemos pasado un período<br />

muy materialista, en el que sólo nos interesaba lo obvio,<br />

lo evidente, y lo que se podía contar negro sobre blanco, con<br />

palabras. Pero estamos volviendo poco a poco a la mentalidad<br />

de nuestros ancestros que no sabían leer, pero si sabían interpretar<br />

símbolos. Hay como un regreso al símbolo antiguo.<br />

–¿Por qué aparecen esas claves y los misterios en los<br />

cuadros que usted enumera a lo largo de la novela? Me<br />

parece que la clave está en que los artistas del período renacentista<br />

eran probablemente los hombres más “libres” de su<br />

época, Trabajaban para los grandes mecenas, para los dueños<br />

de las grandes bibliotecas y tenían un contacto transversal con<br />

gente que venía del exterior. Una de las cosas que hacían esos<br />

pintores del Renacimiento era emprender un gran viaje iniciático.<br />

Por ejemplo los pintores holandeses o mitteleuropeos<br />

se iban a Italia para empaparse de la cultura renacentista. No<br />

todo el mundo viajaba en aquel entonces. Por eso, aquellos<br />

viajes abrían mucho la mente de esos intelectuales, y descubrían<br />

fuentes de información e ideas que iban en contra del<br />

canon establecido. Pero como le sucede a cualquiera que roce<br />

la libertad, siente la necesidad de compartirla. Y utilizaron<br />

el arte para encriptar ese descubrimiento. Eso ha llegado a<br />

nuestros días y hoy podemos reconocerlo mucho mejor que<br />

sus propios contemporáneos.<br />

–¿A qué conclusión arribó luego de escribir El maestro<br />

del Prado, respecto de los temas religiosos y artísticos<br />

sobre los que trata? Primero una conclusión literaria, que<br />

bebe de Borges. Él decía que “el ejercicio de las letras es<br />

misterioso”. Y es verdad. También sirve para descifrar misterios.<br />

Por lo tanto, voy a seguir ejercitando la literatura en esta<br />

clave que me permite interpretar estos enigmas. La segunda<br />

conclusión es que hay una obligación moral de las letras para<br />

ayudar a recuperar la lectura de los símbolos, tenemos que<br />

volver a ello. Y recordar que la contemplación del arte es una<br />

experiencia muy parecida a la mística


72<br />

Entrevista<br />

once<br />

“Perón cayó<br />

porque tuvo<br />

a EVA”<br />

Un diálogo imperdible con Loris Zanatta,<br />

el gran historiador italiano, estudioso de<br />

América Latina y Argentina, que llegó al país<br />

para presentar su trabajo, La internacional<br />

justicialista (Sudamericana)<br />

Por Felipe Pigna<br />

Tuvimos el gusto de conversar largamente con el profesor<br />

Loris Zanatta que se ha especializado en temas relativos a<br />

América Latina con particular predilección por la historia del<br />

peronismo y la Iglesia católica en general y en Argentina en<br />

particular. La ocasión fue propicia para recorrer su obra, entre<br />

cuyos títulos publicados en Buenos Aires se destacan Del<br />

Estado liberal a la nación católica. 1930-1943 (1996), Perón y<br />

el mito de la nación católica. 1943-1946 (1999), Historia de la<br />

Iglesia argentina (con R. Di Stefano, 2000), Breve historia del<br />

peronismo clásico (2009), Eva Perón. Una biografía política<br />

(2011) y su trabajo más reciente sobre la política internacional<br />

del peronismo La internacional justicialista, recientemente<br />

editado por Sudamericana.<br />

–¿Qué debemos entender por “nación católica”? ¿Una<br />

reacción antiiluminista y antiliberal? ¿Un anhelo de<br />

una vuelta al pasado, a un orden previo a la Revolución<br />

Francesa? Las grandes revoluciones del mundo contemporáneo<br />

empezaron en el mundo protestante anglosajón y todo el<br />

mundo latino, tanto en Europa como en América, vivió estas<br />

transformaciones como periferia de un centro. En todos estos<br />

países, y Argentina no es la excepción, el ingreso a la modernidad<br />

fue un ingreso que vio enfrentarse, chocar algunas veces,<br />

influenciarse recíprocamente a estas dos tradiciones. Una era<br />

la nueva tradición de las ideas que venían del iluminismo y del<br />

mundo protestante anglosajón y la otra era la tradición más<br />

antigua de la cristiandad católica.<br />

A partir de la modernización argentina se comienza a enfrentar<br />

el problema del ingreso de las masas en la vida política y lo<br />

que importaba era preparar o construir canales de inclusión<br />

para esas masas. Es en ese momento que entra en crisis la vía<br />

liberal del ingreso a la modernidad. Entonces, son las viejas<br />

instituciones que habían sido bastiones del orden corporativo<br />

y orgánico tradicional, basado en premisas intelectuales<br />

antiiluministas y antiliberales, que fortalecieron sus canales<br />

de integración de las masas en la vida social, la vida política<br />

y, finalmente, en el Estado. Esto se ve ya a partir de los años<br />

30 con gran fuerza, con el resurgimiento –un verdadero revival–<br />

de las instituciones corporativas, un nuevo nacionalismo.<br />

Y todo esto confluye finalmente en las bases del peronismo.<br />

Entonces, nación católica significa encontrar una identidad y<br />

una forma de entrar en la modernidad que no está basada en<br />

la tradición iluminista, que más bien la combate en nombre<br />

de otra tradición que es más antigua, que es preiluminista y<br />

que se refiere a la tradición orgánica y corporativa de la etapa<br />

colonial. Y significa que Argentina, como Italia, y todos de manera<br />

diferente –Italia a través del fascismo, España a través del<br />

falangismo, después el franquismo, el salazarismo en Portugal,<br />

la Revolución Mexicana que termina en el PRI, el varguismo<br />

en Brasil, podemos mencionar muchos ejemplos–, todos estos<br />

países del mundo latino entran en la modernidad a través de<br />

canales orgánicos y corporativos y no a través, como Inglaterra<br />

por ejemplo, de la democracia parlamentaria, la separación de<br />

los poderes.<br />

–A fines del siglo XIX, con la doctrina social y otras<br />

medidas concretas de León XIII y sus sucesores, la Iglesia<br />

se pone a la vanguardia de la lucha contra las dos<br />

corrientes más importantes del movimiento obrero, el<br />

socialismo y el anarquismo. ¿Cómo se manifestó esto en


Argentina? Un país como la Argentina, que había vivido una<br />

inmigración aluvional, como se la ha llamado muchas veces,<br />

y que ningún otro país ha tenido, porque ningún otro país en<br />

el mundo ha tenido una inmigración que haya cambiado tan<br />

radicalmente en términos demográficos el país, desarrolla<br />

muy pronto una necesidad de identidad. De ahí también la<br />

fuerza de este imaginario orgánico tradicional. Porque el imaginario<br />

orgánico tradicional está en contra del individualismo<br />

liberal, de la separación de los poderes y tiene un imaginario<br />

unanimista, o sea, piensa en la Nación, en el Pueblo como<br />

unanimidad, sin fisuras. Y los inmigrantes en gran medida eran<br />

italianos y españoles, entonces, ¿qué los vinculaba? ¿Cuál era<br />

el cemento? Esto ya se ve en el año del Centenario.<br />

–Una de estas manifestaciones de la derecha autoritaria<br />

avalada por la Iglesia fue la Liga Patriótica Argentina…<br />

Es el miedo a la revolución. Así que son los primeros intentos<br />

por parte de grupos de católicos de asumir una dimensión<br />

social y de salir, lo que hicieron con éxito por otra parte, de<br />

esta condición de marginalidad en la que habían quedado en la<br />

etapa de oro de la modernización liberal de fines del siglo XIX.<br />

La Primera Guerra Mundial fue un momento decisivo en ese<br />

sentido, las masas comienzan a presionar para ingresar en la<br />

arena electoral, política y especialmente social, la integración<br />

a la economía internacional se ha profundizado radicalmente,<br />

esa es la etapa en la que la Iglesia, no casualmente, cobra<br />

nuevo protagonismo. Esto le permitió a la Iglesia, y al pensamiento<br />

católico en general, o al mito de la nación católica que<br />

se estaba formando, culpar o responsabilizar de las nuevas<br />

divisiones que la modernidad llevaba a la Argentina, que son<br />

divisiones fisiológicas. Las sociedades que se modernizan van a<br />

tener conflictos nuevos que antes no tenían, conflictos de clase,<br />

conflictos entre campo y ciudad, etc. Pero al ser periferia<br />

el discurso de la nación católica podía responsabilizar de esa<br />

fragmentación, de esa división, de un pueblo –que sería unido<br />

por la catolicidad– a factores externos como la inmigración, el<br />

capitalismo británico, las ideas liberales, las socialistas.<br />

–¿Se puede calificar de fascista a la derecha argentina<br />

de fines de los años veinte y comienzos de los treinta o<br />

más bien como nacionalista católica? ¿Cómo cambia su<br />

lectura de la realidad a partir de 1943? No existían en la<br />

Argentina de la época las condiciones para un movimiento de<br />

tipo fascista. Argentina tenía un polo de gran modernidad, que<br />

era la capital y sus alrededores, pero por lo demás es un país<br />

muy rural, agrario, donde existen todavía estilos de dominio<br />

de tipo tradicional. Ve en el fascismo italiano, un modelo.<br />

Pero para los diplomáticos italianos personajes como Uriburu<br />

o como los miembros de la Liga Patriótica no eran fascistas,<br />

porque eran conservadores tradicionales, la Argentina no daba<br />

todavía para un movimiento como el fascismo, que se pensaba<br />

a sí mismo, y lo era, como movimiento de modernización.<br />

La Iglesia era la depositaria de ese imaginario fundamentalmente<br />

orgánico y corporativo. La vieja tradición orgánica<br />

piensa en el orden social como el reflejo de un orden divino,<br />

es un orden natural. En realidad, en la base del nacimiento<br />

del peronismo, claro que está la clase obrera, la industrialización,<br />

pero la clase obrera en la industrialización se creó en<br />

todos lados, no solamente en la Argentina. Perón, en realidad,<br />

a la clase obrera le reconoce su centralidad sin duda, pero<br />

al mismo tiempo es un hombre que tiene exactamente esta<br />

visión orgánica. Tuvo sin duda una muy buena intuición, después<br />

de 1943, cuando se da cuenta de que la Argentina se ha<br />

modernizado, que después de la Segunda Guerra Mundial no<br />

habrá manera de crear una dictadura de tipo corporativo, porque<br />

Estados Unidos ha ganado la guerra, porque los ideales<br />

iluministas han conquistado espacio, y para legitimarse en el<br />

orden hemisférico americano tendrá que legitimarse a través<br />

de libres elecciones, no hay otra manera. Perón lo entiende y<br />

en su visión orgánica piensa que la Argentina está desequilibrada<br />

porque la clase obrera, que ha crecido, se ha quedado<br />

postergada. Para recrear el equilibrio y la armonía social hay<br />

que emancipar la clase obrera, porque si no la clase obrera<br />

rompe el organismo volviéndose clasista y revolucionaria.<br />

Pero, atención, porque Perón, en realidad, ya a comienzos de<br />

los años 50, en su segunda presidencia, en base a esta misma<br />

visión, llega a la conclusión de que la clase obrera ha asumido<br />

demasiada autonomía. En realidad ahora el organismo social<br />

está desequilibrado por la parte de la clase obrera, que bajo<br />

principalmente la influencia del evitismo, en este caso, ha asumido<br />

demasiado poder y le está desequilibrando el organismo.<br />

Argentina estaba en una situación bastante dramática desde el<br />

punto de vista económico, necesitaba créditos.<br />

–Usted señala en sus libros que hubo un peronismo de<br />

Perón y otro de Evita, ¿en qué se diferenciaban? Perón<br />

era consciente de la centralidad en su movimiento de la clase<br />

obrera y eso le daba un perfil de modernidad muy fuerte, pero<br />

finalmente su visión del mundo era una visión corporativa<br />

tradicional. Podríamos pensar que Perón dejado a sí mismo<br />

podría haber creado un franquismo más moderno que el franquismo,<br />

porque Argentina era más moderna que España. O<br />

sea que había jugado todo el tiempo para reequilibrar el organismo.<br />

Eva no. Eva no tenía formación cultural, pero tenía un<br />

instinto extraordinariamente brillante e inteligente también.<br />

Tenía una visión de la sociedad directamente religiosa. Eva<br />

es una antipolítica, es totalmente extraña al pensamiento, que<br />

finalmente es político, de Perón. Porque armar un rompecabezas,<br />

un armazón corporativo significa hacer política, negociar.<br />

Eva no. Eva tiene una visión maniquea y religiosa del mundo,<br />

el bien y el mal. Para ella el mundo es dicotómico como en la<br />

más tradicional doctrina católica, espontánea, popular. El pueblo<br />

y el antipueblo.<br />

–¿Qué hizo posible que el evitismo la sobreviviera a<br />

Evita y asumiera características muy particulares en los<br />

años setenta? En realidad, todas las divisiones del peronismo<br />

que llevaron a la guerra civil en el peronismo en los años 70,<br />

aún antes del golpe militar del proceso, ya estaban en aquellos<br />

años. Tal es así que yo llegué a la conclusión –que fue una conclusión<br />

que yo no tenía pensada antes, pero que vi en los papeles–<br />

de que a diferencia de lo que se piensa y se ha dicho muchas<br />

veces, no es cierto que Perón haya caído porque perdió a<br />

Eva, que le daba linfa revolucionaria a su gobierno. Yo pienso<br />

más bien lo contrario, que Perón cayó porque tuvo a Eva.<br />

Eva desarmó el rompecabezas corporativo que Perón quería<br />

mantener en equilibrio. Eva creó un peronismo tan radical y<br />

combativo que había empezado a alejar del peronismo los bastiones<br />

corporativos que habían tenido tan fuerte presencia en<br />

sus comienzos, la Iglesia católica y las Fuerzas Armadas.<br />

73


74<br />

–¿Se podría decir que Perón hablaba de un cierto destino<br />

manifiesto? Argentina cultiva una idea de destino manifiesto<br />

en las Américas ya desde la etapa liberal. La idea de un<br />

liderazgo viene de entonces. Pero hay una diferencia entre el<br />

destino manifiesto de la etapa liberal y el destino manifiesto<br />

del peronismo. En la etapa liberal el destino manifiesto viene<br />

de la idea de una superioridad que está en las cosas, Argentina<br />

es un país joven, pujante, de gran inmigración, es más homogéneo<br />

étnicamente y en aquella época tenía mucha importancia<br />

la percepción de ser un pedazo de Europa del otro lado del<br />

mundo, de ser un puente entre la Europa latina y la América<br />

latina. Y entonces la elite liberal efectivamente siempre pensó<br />

que Argentina tenía una misión, una misión de liderazgo. Pero<br />

no tenía un contraste de valores con el excepcionalismo y el<br />

destino manifiesto de Estados Unidos. Con el peronismo, al<br />

ganar la Argentina católica sobre la Argentina liberal, este destino<br />

manifiesto cambia de ideología, o sea, se transforma en un<br />

desafío a Estados Unidos no solamente de carácter geopolítico<br />

–cosa que Estados Unidos habría tolerado en realidad– sino<br />

en un desafío de carácter ideológico, mucho más profundo,<br />

mucho más radical. En ese sentido yo hablo en mi libro de<br />

imperialismo peronista. Imperialismo sin darle una evaluación.<br />

Es un término que se usa generalmente en sentido negativo,<br />

a mí no me importa, imperialismo es cuando un país no solamente<br />

domina a otros en función de su interés nacional, sino<br />

cuando hay otra dimensión, que es la dimensión ideológica, la<br />

convicción de que en ese país, se ha creado un tipo de civilización<br />

que sería emancipadora para los otros y que vale la pena<br />

entonces exportarla. Lo hizo el peronismo.<br />

–¿Por qué fracasó este proyecto internacional de Perón?<br />

Fue un fracaso porque, efectivamente, esta idea de una<br />

comunidad latina de naciones claro que tenía raíces y claro<br />

que tiene perspectivas. Quiero decir que en realidad la política<br />

de Perón, a diferencia de lo que se dice, no fue nunca de<br />

integración. Yo digo siempre que la integración se hace entre<br />

socios. En el momento en que hay una potencia hegemónica<br />

que quiere exportar su propio modelo, o sea, que no se limita<br />

porque es más fuerte a hacer dependiente a un país vecino,<br />

sino que quiere influenciar los procesos internos del país vecino<br />

para que adopte el mismo modelo político, económico,<br />

ideológico. En la mayoría de los casos, los países vecinos se<br />

escaparon. Pensaron “bueno, nosotros podemos compartir<br />

algunas de las ideas del peronismo, la defensa del precio de<br />

las materias primas, de nuestros intereses, el proteccionismo,<br />

etc. Pero no queremos que el peronismo proyecte su propio<br />

nacionalismo hacia nosotros porque nosotros también tenemos<br />

nuestros intereses y nuestro nacionalismo”. Pero lo más interesante<br />

es que no sólo se escaparon porque le tuvieron miedo a<br />

la agresividad peronista, porque fue una política muy agresiva,<br />

no son palabras, gastó mucho dinero el peronismo en usar el<br />

trigo como arma política de darle trigo a los amigos, de negarle<br />

trigo a los enemigos, de presionar con misiones militares, misiones<br />

comerciales, con agregados obreros, con infiltración en<br />

los sindicatos, con espionaje. O sea, hay un desfasaje enorme<br />

entre la ambición de Perón y los medios que su país tiene. En<br />

los primeros años Argentina sí tuvo efectivamente el trigo.<br />

Tener trigo en la posguerra era como tener petróleo hoy. Y<br />

la política que hizo Miranda, el ministro de Perón, fue una<br />

política muy atrevida, casi de bandido, decían los diplomáticos<br />

de los países vecinos. Porque Argentina podía fijar precios y<br />

Miranda fijaba precios muy altos. Después los bajaba para los<br />

países disponibles para aliarse con el peronismo, o sea, un uso<br />

muy discrecional. Ahora bien, más tarde, cuando se normaliza<br />

el mercado del trigo y los precios bajan todos los países que<br />

se habían sentido chantajeados en los primeros años por el<br />

gobierno peronista le dan las espaldas y tienen un deseo de<br />

venganza también en contra el peronismo.<br />

Perón era de tener siempre un doble discurso, también un<br />

poco cínico si queremos. En todos sus encuentros con diplomáticos<br />

norteamericanos Perón les dice: “Yo amo Estados Unidos,<br />

quiero cooperar, quiero que vengan”. Y los embajadores le<br />

contestaban, “pero usted ayer habló en la Plaza de Mayo y nos<br />

insultó”, y él contestaba “no, eso es para mi pueblo, para que<br />

sea feliz”. Y a su pueblo le decía las mismas cosas, “no, yo le<br />

digo a Estados Unidos que los amo y que quiero cooperar con<br />

ellos, pero en realidad…”. O sea, este doble juego se mantuvo<br />

durante toda la etapa, toda la época.<br />

–¿Cuáles son las raíces profundas del conflicto entre<br />

Perón y la Iglesia católica? ¿Por qué señala que era algo<br />

incestuoso? El conflicto entre el peronismo y la Iglesia yo lo<br />

llamo un conflicto incestuoso, o sea, un conflicto en familia.<br />

En realidad es un conflicto dentro del peronismo, porque en<br />

realidad los católicos y la Iglesia no estaban contra el peronismo.<br />

Estaban contra un peronismo que había tomado, o parecía<br />

haber tomado, una dirección más favorable al evitismo. Hay<br />

un problema estructural más de fondo, que tiene que ver con<br />

la relación de la Iglesia con los regímenes políticos, que a Perón<br />

le costó entender y que no entendió, creo. El problema es<br />

que la Iglesia católica veía en regímenes políticos como el de<br />

Perón regímenes que le convenían a la Iglesia porque harían<br />

una política religiosa. O sea, harían una política que le permitiría<br />

a la Iglesia conducir con ayuda del Estado su política de<br />

evangelización. Como fue la primera etapa. Pero ya no estábamos<br />

en un momento previo a la Segunda Guerra Mundial.<br />

Después de la Segunda Guerra Mundial, no. Y esto, Perón no<br />

lo entendió. O sea, mientras la Iglesia quiere una política religiosa,<br />

Perón quiere que la Iglesia apoye una religión política,<br />

en lo que de hecho el peronismo se está transformando, porque<br />

manda consejeros a las escuelas, donde enseña la doctrina<br />

peronista. El peronismo se está transformando en una religión<br />

por sí misma y ahí viene el choque. La primera cosa que hace<br />

Perón en el exilio es tratar de sacarse de encima la excomunión<br />

para volver al poder. Perón no entendió cómo cambiaba<br />

el mundo con la Guerra Fría. Quiero decir que en la visión del<br />

mundo de Perón seguían existiendo, como antes de la Segunda<br />

Guerra Mundial, civilizaciones. Él hablaba así. Había una civilización<br />

de eslavos, de teutónicos, de anglosajones, y después<br />

estaban los latinos. ¿Qué vinculaba a los latinos entre ellos? La<br />

Iglesia católica y el catolicismo. En realidad, no se da cuenta<br />

de que, de a poco, el mundo bipolar de la Guerra Fría hace<br />

que en nombre del frente contra el mayor enemigo, que es<br />

el comunismo soviético, y en nombre de la nueva hegemonía<br />

que Estados Unidos ejerce esta frontera, que había dividido<br />

al mundo latino del mundo teutónico y del mundo sajón, se<br />

supera, porque el Plan Marshall va a la católica Italia como va<br />

a la anglosajona Inglaterra.


Historia<br />

y política<br />

Los expedientes<br />

Eichmann<br />

Gaby Weber<br />

Sudamericana<br />

Este nuevo trabajo de alto impacto de la<br />

periodista alemana Gaby Weber, tan documentado<br />

como los anteriores, arroja luz<br />

sobre la trama de intereses internacionales<br />

que se movían detrás del secuestro del<br />

criminal de guerra nazi Adolf Eichmann<br />

en nuestro país en mayo de 1960. Tras años<br />

de investigaciones en los archivos de los<br />

servicios secretos de Alemania, Estados<br />

Unidos y Argentina, Weber va marcando<br />

las trágicas “coincidencias” entre el terremoto<br />

de Valdivia, una explosión nuclear<br />

secreta concretada por los Estados Unidos<br />

en Argentina, más precisamente en Puerto<br />

Deseado, las negociaciones nucleares entre<br />

Alemania, Argentina y el Estado de Israel<br />

y la detención y traslado de Eichmann. El<br />

libro ratifica las complicidades conocidas de<br />

las grandes potencias para con los nazis, a<br />

los que veían, al mismo tiempo, como una<br />

valiosísima fuente de información en el<br />

marco de la Guerra Fría y hasta como posibles<br />

combatientes calificados si la contienda<br />

cambiaba de temperatura y pasaba de fría a<br />

caliente en un enfrentamiento directo entre<br />

ambas potencias hegemónicas. A estas<br />

certezas, la autora aporta documentación<br />

sumamente valiosa sobre la Cumbre de<br />

París de mayo de 1960 entre las grandes<br />

potencias que pudo haber cambiado el curso<br />

de la historia si Adenauer y Eisenhower<br />

secretos revelados<br />

Por Felipe Pigna<br />

hubieran siquiera analizado la propuesta<br />

de Kruschev de una Alemania unificada y<br />

neutral y limpia de nazis como los entonces<br />

ministros de la República Federal de<br />

Alemania, Theodor Oberlander, Hans<br />

Christoph Seebohm y Globke. El libro llama<br />

la atención sobre el rol que cumplieron<br />

algunas grandes empresas, como la Mercedes<br />

Benz y sus vínculos con Eichmann y<br />

sobre los vínculos de Eichmann con los servicios<br />

israelíes. Una interesantísima investigación<br />

destinada a abrir una gran polémica.<br />

Los años setenta de la<br />

gente común<br />

La naturalización de la<br />

violencia<br />

Sebastián Carassai<br />

Siglo XXI Editores<br />

Desde el acierto de la ilustración de tapa,<br />

el libro de Carassai promete una mirada<br />

distinta por la tan transitada avenida de los<br />

años 70. Se trata de un aviso de la entonces<br />

compañía privada Austral que muestra la<br />

foto de un señor burgués bajo el título “con<br />

la izquierda, no” hablando de serviciales<br />

azafatas que saben que las cosas deben ser<br />

derechas y que sólo usarán la izquierda para<br />

sostener la bandeja del ser. El aviso termina<br />

pidiéndole al lector: “si alguna vez le sirven<br />

con la izquierda, avísenos. Se nos filtró una<br />

zurda”. El libro se ocupa de un aspecto<br />

muy poco abordado por la bibliografía sobre<br />

el período: ¿Cómo era la vida de la gente<br />

común, aquella que mayoritariamente no<br />

se involucró en la política, ni en la armada<br />

ni en la desarmada ni pertenecía a ninguno<br />

de los factores de poder? ¿Cómo transcurría<br />

la cotidianeidad entre las bombas, los<br />

secuestros y la represión? El sociólogo y<br />

profesor de Sociología de la Universidad<br />

de Buenos Aires Sebastián Carassai ha<br />

realizado un gran trabajo de investigación,<br />

recopilación y análisis de documentos gráficos<br />

y audiovisuales que tuvieron entre 1969<br />

y 1982 un consumo masivo. Así recorre géneros<br />

como la publicidad, las telenovelas y<br />

los diversos formatos del humor de la época<br />

siguiendo la pista de aquellos elementos<br />

que ayudaron a naturalizar la violencia<br />

en nuestras capas medias, que llevaron a<br />

convivir con el horror lo que le abrió el camino<br />

a la más feroz dictadura de la historia<br />

argentina. Para el desarrollo de este trabajo<br />

el autor tomó como objeto de estudio a los<br />

sectores medios subdividiéndolos entre la<br />

militancia y la no militancia, aclarando que<br />

la pertenencia a esta categoría no implica<br />

el desinterés por la política y que no fueron<br />

meros espectadores. Como señala el autor<br />

refiriéndose a los trabajos publicados sobre<br />

el período: “La mayoría se ha orientado a<br />

recuperar la memoria de quienes fueron<br />

afectados directamente (familiares, amigos,<br />

compañeros de militancia o los propios<br />

autores) por el terrorismo estatal. En este<br />

libro, en cambio, considero conjuntamente<br />

fuentes documentales y testimonios orales,<br />

y concentro mi análisis en historias de vida<br />

de personas que no fueron alcanzadas por<br />

el terror estatal”. El libro comienza con un<br />

interesante análisis de la relación histórica<br />

de las clases medias con el peronismo para<br />

ir haciendo foco en la cuestión de la violencia<br />

ya sea la social, la guerrillera o la estatal.<br />

Un gran trabajo que brinda perspectivas tan<br />

originales como necesarias.<br />

Recomendados<br />

Las trampas del pasado: las Fuerzas Armadas<br />

y su integración al estado democrático en Argentina,<br />

de Sabina Frederic, Fondo de Cultura<br />

Económica.<br />

Historias del Ejército argentino. 1990-2010:<br />

democracia, política y sociedad, de Máximo Badaró,<br />

Edhasa.<br />

Alfonsín, de Oscar Muiño, Aguilar.<br />

Humor. Nacimiento, auge y caída de la revista<br />

que superó apenas la mediocridad general, de<br />

Diego Igal, Marea.<br />

Historia Económica Argentina 1880-2009. Desde<br />

los tiempos de Julio Argentino Roca hasta Cristina<br />

Fernández de Kirchner, de Diego Rubinzal,<br />

Editorial Centro Cultural de la Cooperación.<br />

Las independencias hispanoamericanas. Un<br />

objeto de historia, de Véronique Hébrard y<br />

Geneviève Verdo (editores), Madrid, Casa de<br />

Velázquez.<br />

75


Silvio Berlusconi frente a las cámaras luego del escándalo “Ruby”<br />

Tema de tapa<br />

diez<br />

76<br />

Sexo y política:<br />

relaciones peligrosas<br />

Por Emilia Simison<br />

Aunque no nos guste confesarlo, si nos<br />

llega la noticia de que alguna figura<br />

pública protagonizó un escándalo, no<br />

podemos evitar querer saber inmediatamente<br />

de qué se trata. Más aún si la<br />

figura viene del ámbito de la política y<br />

todavía más si, encima, el escándalo es<br />

de carácter sexual. ¿Por qué nos resultan<br />

tan interesantes dichos escándalos?<br />

¿Seremos simplemente chismosos?<br />

¿Será que dicen algo sobre los políticos?<br />

¿Qué pueden decir de nosotros y nuestra<br />

cultura?<br />

Una probable explicación es que tales<br />

escándalos suelen transformarse velozmente<br />

en telenovelas en tiempo real<br />

con personajes de carne y hueso y todos<br />

los ingredientes del género: mentiras,<br />

engaños, terceros en discordia, peleas,<br />

chantajes… y bueno, después de todo,<br />

¿quién no disfruta de una buena telenovela?<br />

Sin embargo, pareciera que la<br />

atracción por los escándalos de los políticos<br />

es aún más antigua y que no en todos<br />

lados generan el mismo interés. De<br />

hecho, el modo en que se desarrollan<br />

y sus consecuencias dicen mucho más<br />

sobre la sociedad en que se producen de<br />

lo que pareciera a simple vista.<br />

Estado Unidos, por ejemplo, no sólo<br />

tiene una larga lista de escándalos más<br />

o menos famosos sino, también, numerosos<br />

académicos que se han dedicado a<br />

estudiarlos. Uno de los hallazgos de tales<br />

estudios, realizado por el historiador<br />

John H. Summers, muestra que en el<br />

siglo XIX la importancia de los escándalos<br />

residía en que la virtud de los candidatos<br />

en su vida privada era vista como<br />

una garantía de confianza para su buen<br />

desempeño en el cargo público. Por ese<br />

motivo, era común en esa época que las<br />

campañas se basaran básicamente en<br />

buscar y destapar escándalos de los otros<br />

y que el verse involucrado llevara al declive<br />

de cualquier carrera política.<br />

Aún unos cuantos años después, el mecanismo<br />

parece seguir vigente en Esta-


dos Unidos como ilustra el caso de Gary<br />

Hart, senador por Colorado en carrera<br />

presidencial, que tuvo que abandonar su<br />

candidatura luego de que saliera a la luz<br />

un affaire extra matrimonial. De hecho,<br />

las nuevas tecnologías parecen haber<br />

aumentado su fuerza llevando a que el<br />

congresista demócrata por Nueva York,<br />

Anthony Weiner, renunciara a su escaño<br />

en la Cámara de Representantes de<br />

Estados Unidos tras verse involucrado<br />

en un escándalo por mensajes subidos<br />

de tono y fotos con poca ropa en Twitter<br />

o que la carrera del ex congresista republicado<br />

Mark Foley se viniera abajo<br />

luego de ser acusado de enviar mensajes<br />

sexualmente explícitos.<br />

Otro ejemplo similar, al que se agrega<br />

sin lugar a dudas algo de ironía, es el<br />

protagonizado por Larry Graig. Este<br />

senador, férreo opositor de los derechos<br />

de los homosexuales, protagonizó un<br />

escándalo tras intentar tener sexo con<br />

un policía encubierto en un aeropuerto.<br />

Como resultado no se presentó a la reelección<br />

y su carrera política se dio por<br />

finalizada.<br />

Sin embargo, ¿cómo podríamos entonces<br />

explicar que Bill Clinton no sólo<br />

no renunciara sino que sus tasas de<br />

aprobación crecieran considerablemente<br />

luego de que se descubriera su relación<br />

extramatrimonial con Monica Lewinsky,<br />

le mintiera al público, mintiera bajo<br />

juramento y obstruyera la justicia? Una<br />

vez más, es un académico el que nos da<br />

una respuesta tentativa. Según el politólogo<br />

Arthur H. Miller, frente al escándalo<br />

se habría producido una división de<br />

las opiniones en torno a líneas partidarias.<br />

En consecuencia, la mayoría de los<br />

demócratas e independientes habrían<br />

considerado que se trataba de un asunto<br />

privado y percibido las investigaciones<br />

en torno al caso como ataques injustos y<br />

partidarios hacia Clinton.<br />

La “mejor suerte” de los demócratas<br />

parece también haberle jugado a favor<br />

a Gerry Studds quien mantuvo relaciones<br />

con una joven de 17 años y, al ser<br />

descubierto, se negó a disculparse ante<br />

el pueblo estadounidense alegando que<br />

esta situación se había dado de mutuo<br />

acuerdo. Lo más sorprendente cuando<br />

se lo compara con Foley, Weiner o Hart<br />

es que logró ser reelecto luego de semejante<br />

escándalo sexual y hasta legal.<br />

Aun cuando Clinton y Studds pudieron<br />

continuar con su carrera, gran parte de<br />

la sociedad estadounidense no deja de<br />

condenar dichos comportamientos por<br />

lo que la primera respuesta de los políticos<br />

de dicho país ante una acusación es<br />

la negación. En Italia, por el contrario,<br />

la negación no parece ser la mejor opción.<br />

Como afirma Roberto Benigni en<br />

uno de sus monólogos, Silvio Berlusconi<br />

no pudo desmentir los hechos frente<br />

al escándalo de “Ruby Robacorazones”<br />

ya que no es propio de un hombre italiano<br />

negar haber tenido sexo con una mujer,<br />

sin importar las circunstancias, las<br />

consecuencias o si el hecho tuvo efectivamente<br />

lugar. Además, es claro que la<br />

carrera de Berlusconi no se vio demasiado<br />

afectada ni por este ni por el resto de<br />

los escándalos que ha protagonizado.<br />

También en América Latina los políticos<br />

parecen poder continuar con sus<br />

carreras pese a protagonizar escándalos<br />

sexuales. Si no, ¿cómo explicar que Fernando<br />

Lugo no perdiera la presidencia?<br />

Parece haber pesado más que no negara<br />

los hechos, reconociera a sus hijos ilegítimos<br />

y se comprometiera a colaborar<br />

con su manutención que el hecho de<br />

que los hubiese tenido siendo sacerdote…<br />

También Enrique Peña Nieto<br />

continuó siendo presidente de México<br />

luego de ser acusado de mantener una<br />

relación extramatrimonial durante nueve<br />

años con Maritza Díaz quien, además,<br />

afirma que el presidente mexicano es el<br />

padre de su hijo.<br />

Y como los argentinos tampoco nos<br />

podíamos quedar afuera, Adolfo Rodríguez<br />

Saá continuó su carrera política<br />

luego de ser sorprendido con una prostituta<br />

en lo que los medios describieron<br />

como un hotel de mala muerte y Carlos<br />

Menem la suya luego de que saliera a la<br />

luz su relación con Marta Beza, quien<br />

se suicidó después de una larga batalla<br />

en la que intentó que Menem reconociera<br />

al hijo que presuntamente tenían<br />

en común.<br />

Otro factor de las sociedades que queda<br />

al descubierto con los escándalos sexuales<br />

y que modifica las consecuencias<br />

que puede tener para los políticos es el<br />

de los dobles estándares. ¿O acaso es lo<br />

mismo que sea una mujer la protagonista<br />

del escándalo?<br />

Pareciera que la respuesta es negativa<br />

como ilustran en la región los casos de<br />

Karina Bolaños y Denise Rocha Leitao.<br />

La primera debió renunciar a su<br />

cargo como Viceministra de Juventud<br />

de Costa Rica luego de que se difundiera<br />

un video sexy que grabó para su<br />

pareja en que se la ve en ropa interior<br />

en una cama diciéndole que lo extraña,<br />

mientras que la segunda perdió su cargo<br />

como asesora en el Senado brasileño y<br />

una promisoria carrera como abogada<br />

cuando apareció en Internet un video<br />

donde se la ve teniendo sexo y que rápidamente<br />

fue furor en las redes sociales.<br />

Aún más evidente es la magnitud del<br />

impacto cuando las protagonistas son<br />

mujeres en el caso de Iris Robinson.<br />

Cuando era Primera Dama de Irlanda<br />

del Norte salieron a la luz una serie de<br />

infidelidades que habría cometido con<br />

hombres bastante menores que ella. Lo<br />

extraño del caso es que, no teniendo ella<br />

una carrera política, fue la de su marido<br />

la que se vio perjudicada al verse obligado<br />

a renunciar a su puesto de Primer<br />

Ministro para “arreglar sus problemas<br />

familiares”.<br />

No obstante, la cultura parece pesar más<br />

que las diferencias de género y, aunque<br />

su video teniendo sexo en la torre de<br />

un edificio histórico durante sus vacaciones<br />

sigue circulando por Internet,<br />

la alcaldesa conservadora belga, Ilse<br />

Uyttersprot, no sólo no renunció sino<br />

que mantuvo su carrera política luego<br />

de afirmar que eran imágenes privadas y<br />

políticamente irrelevantes.<br />

En definitiva, y aunque no sepamos bien<br />

por qué, los escándalos, el sexo y la política<br />

seguirán siendo un cóctel apetecible<br />

para la mayoría de nosotros aunque eso<br />

no impida que pensemos por qué sus<br />

consecuencias varían tanto según género<br />

y latitud y qué es lo que eso dice de<br />

nuestras sociedades<br />

77


Entrevista<br />

doce<br />

Mariela Muñoz, una historia sobre<br />

segregación sexual<br />

Hace algunas semanas, la jueza porteña Elena Liberatori ordenó a la ciudad otorgar un subsidio<br />

extraordinario equivalente a un salario mínimo a cinco mujeres transexuales por haber sido segregadas<br />

durante años. Entre ellas se encontraba Mariela Muñoz, una mujer que en los 90 circulaba por los canales<br />

de televisión pidiendo que la Justicia le devuelva a sus hijos adoptivos<br />

Por Pablo Bassi<br />

78<br />

El amparo sobre el que se expidió Liberatori fue impulsado por<br />

la Mesa Nacional por la Igualdad, una organización que nuclea<br />

a entidades defensoras de los derechos de las minorías sexuales.<br />

A ellos acudimos para contactar a Mariela, quien casi ha desaparecido<br />

de la escena mediática después del raid de 1993, cuando<br />

fue detenida acusada de sustraer tres menores.<br />

Mariela vive en Ezpeleta, a veinte cuadras de la estación de<br />

tren. La puerta de la casa está abierta, ella está sentada frente a<br />

una mesa, en el interior. Sin moverse, nos invita a pasar mientras<br />

Isqui, una perrita vieja, nos recibe en el umbral. También<br />

está Jorge, un amigo. Colgado de una pared hay un certificado<br />

del Ministerio del Interior de 1998 por su labor social, fotografías<br />

de algunos niños, solos o con ella. También hay un fotomontaje<br />

de Mariela junto con el de un policía uniformado.<br />

Habla bajo y lento, con algunas dificultades para pronunciar.<br />

–Hace poco leímos que el Gobierno de la Ciudad va a reparar<br />

económicamente la segregación de la que fue objeto…<br />

Sí, pero ahora se niega, porque dice que es un subsidio<br />

que le corresponde pagar a la Nación. Sería muy bueno que salga<br />

porque estamos todas en la lona y no tenemos de qué vivir.<br />

Una de las chicas se está muriendo de cáncer. Yo, por ejemplo<br />

tengo una pensión de ama de casa, una jubilación mínima, pero<br />

es muy poca plata y los precios aumentan todos los días. Esta es<br />

la casa de mi mamá, porque ni casa tengo. Vivo al tira y afloje.<br />

Pero la gente es indolente: no le importa el otro.<br />

–Decía también que sufrió un ACV, que no puede escuchar<br />

ni ver bien... El año pasado tuve tres ACV y ahora estoy<br />

en recuperación. No puedo caminar más de cuatro cuadras<br />

porque me puedo caer. Sólo puedo cocinarme cosas simples. Si<br />

no hay alguien en casa, no como. No puedo limpiar. Quedé inútil…<br />

Crié veintiún hijos no biológicos, abrí comedores, un hogar<br />

de niños para madres solteras. Por todo eso se me reconoce<br />

y soy merecedora, me parece, del subsidio. También trabajé en<br />

el INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación, la xenofobia<br />

y el racismo).<br />

–¿Intentó ser candidata justicialista a concejal y diputada<br />

provincial? Sí, pero te ponen palos en la rueda. No te dejan<br />

llegar.<br />

–¿Cómo es hoy un día en su vida? Me la paso sentada acá<br />

o afuera. Atiendo algunos clientes que vienen, pero no como<br />

antes, que llegaban cuarenta o cincuenta personas. Hago parapsicología,<br />

tiro cartas. Antes viajaba a La Plata o a Capital. Ahora<br />

ya no puedo ni moverme. Más vale no vivir así. Para cada lado<br />

que tengo que ir, salgo acompañada.<br />

–¿Y su familia? Estoy abandonada por mi familia de sangre.<br />

Mi hermano Luis me abandonó totalmente, y eso que la iglesia<br />

mormona lo manda a garantizarme el pan de cada día. Pero él<br />

no me trae un peso ni para comer.<br />

–¿Sus hijos la ayudan? Como todos los hijos, desaparecieron.<br />

Algunos vienen un rato cada tanto y se van.<br />

–¿Algunas veces se juntan todos a comer? Es difícil, porque<br />

uno vive en Entre Ríos, otros en Mendoza. A veces nos<br />

juntamos cuatro o cinco. Pero ellos no van a salir más en la<br />

prensa. Se cansaron de defenderme para nada.<br />

–¿Cuándo se fue el último de casa? En el 94.<br />

–¿Quién le da una mano todos los días? Hay una chica que<br />

a veces viene. O este hombre, Jorge, que también me ayuda.<br />

–¿Dónde nació? En Tucumán, vine a Buenos Aires de bebé.<br />

Soy la primera mujer que adoptó tantos hijos. En el litigio del<br />

93, cuando se llevaron a mis chicos, ellos estaban perfectamen-


te bien, con una sexualidad definida. Jamás se me ocurrió tocar<br />

a uno de ellos para corromperlo.<br />

–¿Quién la denunció? La mamá de una de las nenas, Liliana<br />

Monteagudo. Ella, en realidad, quería mi auto a cambio de la<br />

nena. También me denunció la mamá de los mellizos, Magdalena.<br />

A Liliana, años después, le cayó la justicia divina y murió<br />

de sida.<br />

–¿Por qué le encargaron a sus hijos? No podían criarlos o<br />

tenían que ocultarlos.<br />

–¿Cómo terminó esa causa? Me los sacaron.<br />

–¿Qué la motivó a criar a más de veinte chicos? Tener una<br />

familia. Toda mujer se realiza con una familia e hijos. A algunas<br />

les va bien y a otras, mal. Conozco a algunas que tuvieron hijos<br />

de vientre y luego los abandonaron. Llegué a criar a un chico de<br />

14 años que sufría epilepsia por el abandono materno. Conmigo<br />

se curó solo.<br />

–¿Llegaron a vivir todos bajo el mismo techo? Los veinte,<br />

no. Llegamos a vivir juntos trece o catorce.<br />

–¿Los crió en pareja? Sola. Nunca necesité de un hombre<br />

para darles de comer ni para que me mantenga. Siempre fui<br />

temerosa de que en mi casa un hombre los viole o les falte el<br />

respeto. Muchas de mis hijas, antes, habían sido violadas cuando<br />

eran chicas. Por eso, preferí criarlos sola.<br />

–Hace falta plata para criar a veinte niños… Sí, pero nosotros<br />

sembrábamos, nos regalaban el pan, recibíamos ayuda. Y<br />

todos fueron al colegio. Hoy tengo un hijo que es pastor de la<br />

iglesia y otra que es jefa de enfermería<br />

–¿Cómo es criar tantos hijos que no son biológicamente<br />

propios? Los empezás a querer.<br />

–¿A qué edad adoptó el primero? A los 30, a una nena de 4<br />

años.<br />

–¿Le costó explicarles su transexualidad? Ellos nunca supieron<br />

nada de mi boca y cuando fueron grandes tampoco preguntaron.<br />

Siempre hubo mucho respeto. Se enteraron cuando<br />

sucedió lo de la causa de menores, por la tele. Pero entonces<br />

tampoco preguntaron.<br />

–¿Cuándo descubrió que era mujer? Siempre fui mujer,<br />

porque la genitalidad no hace al sexo. Una se siente distinta<br />

porque hay un órgano que no le corresponde. Pero a los seis<br />

años caí en la cuenta. Me gustaba vivir como nena: por ejemplo,<br />

llevaba el guardapolvo ajustado. En los 80 me intervine quirúrgicamente<br />

en Chile, porque durante la adolescencia había<br />

sufrido mucho por no poder hacer ciertas cosas.<br />

–¿De qué trabajaba? De parapsicóloga. Nunca me prostituí.<br />

No me gusta la prostitución.<br />

–¿Es consciente de haber instalado los temas de la adopción<br />

e identidad en minorías sexuales? Sí, e incluso en el<br />

mundo. Recorrí Europa y Estados Unidos difundiendo mi caso.<br />

Un director de teatro argentino llevó mi historia a Suiza. E hice<br />

muchas cosas anónimas. Muchos proyectos de ley vinculados<br />

con la adopción y la identidad sexual, que luego otras personas<br />

con acceso y contactos impulsaron.<br />

–¿Cómo la trató, antes y durante la irrupción mediática,<br />

una sociedad que entonces era más conservadora que<br />

hoy? La gente siempre me aceptó, y el periodismo también,<br />

porque supieron reconocer mi labor de madre. Fueron las instituciones<br />

las que no me aceptaron.<br />

–¿Qué perspectivas abre la Ley de Matrimonio Igualitario?<br />

Todavía cuesta muchísimo la adopción. Hay muchas<br />

trabas, cuando en realidad los que violan a los chicos son los<br />

heterosexuales, no los gays.<br />

–¿Le parece que, de todos modos, es un avance? Es importante,<br />

porque todos tienen derecho a amar, ser amados y<br />

tener hijos, sin importar su condición. Lo importante es ser<br />

buena persona, garantizar el estudio de los chicos.<br />

–¿Qué balance hace de su lucha? Es una experiencia de<br />

amor a la gente, de preocupación por los que menos tienen. Yo<br />

he conseguido chapas, maderas, mercadería para los que la necesitaban.<br />

Tengo fotos por ahí.<br />

–¿Está en pareja? No, para qué. Las parejas te matan, te golpean.<br />

–¿Hace mucho que no está en pareja? Estuve con un subcomisario<br />

que me abandonó hace ocho años por ser vieja. Ahora<br />

él tiene 45 y yo, 70. Es el único que quise y quiero. Por más<br />

que él no me quiera, yo no lo he dejado de querer. Soy mujer<br />

de un solo hombre. Es aquel, el de la foto.<br />

–¿Fue su gran amor? Sí, vivimos juntos once años. Pero no<br />

puedo pensar mucho en él. Me hace mal<br />

79<br />

María Rachid, Secretaria General de la Mesa por la Igualdad y legisladora porteña<br />

–¿En qué estado se encuentra la aplicación del fallo de la jueza Liberatori? Lamentablemente el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires apeló la sentencia<br />

que le garantizaba un ingreso mínimo a Marlene y la Justicia resolvió revocar la cautelar, por lo que estamos apelando la medida y la haremos llegar<br />

hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación si es necesario. Porque el Estado debe garantizar la subsistencia de quienes, producto de la violencia institucional,<br />

todavía tienen un promedio de vida que no se condice en un Estado democrático.<br />

–¿Por qué impulsaron la cautelar en la ciudad de Buenos Aires, si Mariela vive en Ezpeleta? Mariela vive en provincia pero desarrolló casi toda su vida<br />

en la Ciudad de Buenos Aires, por eso optamos por hacer el juicio en la ciudad.<br />

–¿Qué significa Mariela en la lucha por los derechos de las minorías? Mariela es una gran luchadora, una pionera en relación a la militancia trans. Con<br />

su experiencia e historia de vida nos enseñó mucho a todos y todas. Por eso, fue reconocida en la última Marcha del Orgullo en Buenos Aires y aplaudida<br />

por más de cien mil personas en el escenario. Hay mucho que agradecerle a quienes, como ella, iniciaron un camino por el reconocimiento de todos los<br />

derechos para las personas trans.


PARA PADRES<br />

Crianza<br />

Dos reediciones de la terapeuta familiar<br />

Laura Gutman: Amor o dominación.<br />

Los estragos del patriarcado<br />

y El poder del discurso materno. En<br />

el primero, la escritora señala: “Si<br />

educamos para competir y formamos<br />

guerreros y no hombres solidarios,<br />

seguiremos poniendo en marcha un<br />

sistema de dominación”. En El poder...<br />

Gutman invita a revisar la biografía<br />

personal y volver a nombrar lo<br />

que el discurso materno sentenció<br />

como verdad.<br />

Juegos mentales<br />

Dos invitaciones para divertirse y<br />

ejercitar la mente: 50 juegos para<br />

el pensamiento objetivo y 50 juegos<br />

para el pensamiento numérico.<br />

Problemas lógicos para resolver en<br />

vacaciones.<br />

Biografía ilustrada<br />

El álbum de mis primeros 6 años es<br />

una propuesta de Albatros para que<br />

los niños puedan contar su vida a<br />

través de fotografías y dibujos antes<br />

de ingresar a primer grado. Para disfrutar<br />

en familia.<br />

Grupos de lectura<br />

a cargo de Silvia Hopenhayn<br />

Enero:<br />

Alicia en el país de las maravillas<br />

Febrero:<br />

Alicia detrás del espejo<br />

Días y horarios:<br />

- Martes a las 19.45 hs.<br />

- Jueves a las 19.30 hs.<br />

- Miércoles a las 11 hs.<br />

Informes e inscripción:<br />

silviahop@sion.com


Cómo<br />

lo hago<br />

82<br />

Welcome<br />

musa welcome<br />

Por Luis Pescetti<br />

Las ideas se me presenta de varias formas. Algunas veces,<br />

como una evidencia con la que uno tropieza, como cuando<br />

se encuentra algo que no buscábamos; así llegan dos<br />

versos con la melodía, o una frase de Natacha o tener una<br />

experiencia cotidiana y saber cómo reaccionaría un personaje<br />

ante ella.<br />

Otras veces, es una intuición como cuando tenemos la sospecha<br />

de que hay algo que tiene solución, es una emoción<br />

un tanto vaga: un tema, un planteo. Tienen una solución,<br />

estamos seguros, aunque ahora mismo no podamos expresarla.<br />

No creo que sean experiencias únicas del artista; así nacen<br />

los actos creadores, pero estos pueden ser un cuento, una<br />

comida nueva, una solución para un motor, una teoría física<br />

u otro planteo en biología. De repente tenemos acceso<br />

a “información de primera mano” y nos llega como una<br />

suerte de “pista”.<br />

Lo que sigue después, siempre, es desarrollar esa pista


hasta completarla, hasta que la solucionamos. E implica<br />

una gran dosis de picar piedra y de coherencia, parecida a<br />

la sensación de resolver un acertijo, que ofrece una parte<br />

de la solución, pero tiene el riesgo del desvío.<br />

La primera escritura es un “estado flojo de la mente” (¡y<br />

me espanta describirlo así!). Quiero decir que es similar<br />

a estar muy despierto pero al mismo tiempo dejándose ir<br />

como en una ensoñación. Y copio, tecleo, lo que ahí llega<br />

o se dicta. Nada mágico ni de ultratumba: si uno conoce<br />

bien a su abuela y la pone ante tal o cual situación no va a<br />

sentir que inventa lo que diga, sino como si ya supiera su<br />

reacción y basta con copiarla, como si le estuvieran dictando.<br />

De ahí la importancia de tener muy en claro a los<br />

personajes.<br />

A ese estado de “flotación” trato de no interrumpirlo con<br />

nada parecido a una corrección: tecleo, tecleo. Sí, hay un<br />

suave tutelaje: es mejor si tengo en claro a los personajes<br />

y es mejor si sé adónde quieren llegar o en qué situación<br />

se encuentran. Porque también puede ocurrir que uno escriba<br />

para averiguar, pero eso es diferente. De modo que<br />

esos dos nortes están aquí al lado y acompañan, sin intención<br />

correctora, mientras escribo, tecleo.<br />

Trato de hacer un mínimo de 1000 palabras diarias, que<br />

suelen ser un poco más, y si estoy en épocas de mucho<br />

cansancio bajo la exigencia a 500. Lo que escriba de más<br />

es ganancia, pero con eso está bien.<br />

Luego llegará el momento en que imprimo y ahí sí: sólo<br />

corrijo, tacho y marco en el papel. Luego cargo las correcciones<br />

y es un proceso que no es automático, porque al<br />

llevarlas a la computadora nuevamente hago retoques.<br />

Creo que un don es disfrutar el momento de la corrección<br />

(pulido, tallado, oficio) casi tanto como el de la escritura<br />

www.luispescetti.com


INFANTIL Y JUVENIL<br />

Ganador del Premio Bologna Ragazzi, El libro negro de los<br />

colores, de Menena Cottin y Rosana Faría, está destinado<br />

a niños no videntes. Completamente negro, las ilustraciones<br />

están en relieve y, además de contar con el texto en<br />

letras, también está en sistema braille.<br />

Un libro bellísimo<br />

de El zorro rojo.<br />

Teléfono descompuesto es una<br />

propuesta de Ilan Brenman y<br />

Renato Moriconi (Fondo de<br />

Cultura) donde no hay una<br />

sola palabra sino ilustraciones<br />

bellísimas a toda página para<br />

inventar los mensajes que pasan<br />

de un pirata a un loro, a un<br />

cazador, a un lobo, a Caperucita.<br />

Para divertirse con los más<br />

pequeños.<br />

Balalaika (Editorial El Ateneo) es una leyenda rusa<br />

adaptada por Cathy Delanssay y traducido<br />

por Marcela García Henríquez<br />

de Sury. El libro cuenta la historia<br />

de cómo, en 1648, el zar prohibió la<br />

música y se quemaron todos los instrumentos.<br />

Balalaika –que significa “burla”–<br />

es el resultado de una especie de<br />

guitarra de sólo tres cuerdas que el<br />

pueblo creó para burlar la ley.<br />

Para la hora de dormir, nada mejor<br />

que Cuentos para soñar (Editorial El<br />

Ateneo). Se trata de cuentos cortos<br />

con ilustraciones de Elen Lescoet.


Excesos y exageraciones<br />

(Sudamericana) es el último<br />

trabajo de Pablo Bernasconi.<br />

Delirante y divertido, cada<br />

ilustración tiene un relato que<br />

contar. Imperdible.<br />

Dos relatos de terror de la<br />

saga Ultracalavera (Albatros)<br />

para divertir a los jovencitos<br />

amantes del género. Dos<br />

historias para elegir, Un<br />

verano aterrador y Horror<br />

en escena. Ambos de Fabián<br />

Sevilla.<br />

Para las enamoradizas, Ana y<br />

el plan pegajoso (Uranito), las<br />

divertirá y sabrán por qué a<br />

veces es mejor no enamorarse a<br />

primera vista. Divertidísima, la<br />

historia está a cargo de Nicolás<br />

Schuff y Damián Fraticelli.<br />

Las ilustraciones son de mEy!<br />

Una oportunidad excelente<br />

para introducir a los más<br />

chicos en el mundo del arte.<br />

La habitación de Van Gogh<br />

(Editorial El Ateneo) es un<br />

trabajo muy bien pensado<br />

de Margherita y Rosetta<br />

Loy, madre e hija, a amantes<br />

del arte, que realizaron este<br />

trabajo impecable.


SALUD<br />

Saber comer<br />

Eduardo Cueto Rúa –doctorado en medicina y ex jefe del<br />

Servicio de Gastroenterología del Hospital de Niños de<br />

La Plata– es autor de Causa, casos y cosas, donde abarca la<br />

celiaquía además de los hábitos alimenticios nocivos, como<br />

el consumo de lácteos y las harinas refinadas<br />

Por Laura Schers<br />

–¿Cuál es el mensaje que da a sus pacientes con el<br />

diagnóstico de celiaquía? Les aconsejo “blanquear” socialmente<br />

a la persona celíaca, no ocultar su dieta y difundirla en<br />

su medio para procurar tener alimentos ricos, disponibles y<br />

baratos en todo el país.<br />

–¿Qué porcentaje de padres, madres y hermanos de<br />

niños celíacos lo son? Parientes en primer grado, un 13%;<br />

en segundo, 7%.<br />

–¿Por qué celíacos y no celíacos deberían evitar las<br />

harinas? Las harinas para celíacos y la harina de trigo no son<br />

saludables en ninguna forma. El volumen de almidones que<br />

se consumen cuando los granos los muele el molino es enormemente<br />

mayor al volumen que se comería si los granos los<br />

molieran las muelas. El exceso de consumo de granos molidos<br />

por el molino, y de ahí las pastas, inducirían a la obesidad<br />

y la diabetes: mejor comer granos enteros y hacerlos “harina”<br />

en la boca.<br />

–Usted considera que la celiaquía no es un enfermedad,<br />

¿qué puede decirle a los profesionales o personas<br />

que insisten en denominarla “enfermedad celíaca”?<br />

Cuando se lleva un año de dieta correcta, el intestino se<br />

recupera absolutamente, la biopsia es normal y los auto anticuerpos<br />

se negativizan. Si mando a ese celíaco con dieta estricta<br />

a una junta médica, esta lo examinará y el diagnóstico<br />

será: “Usted es sano, no tiene nada de nada”. ¿Por qué decirle<br />

a esa persona “enfermo celíaco” si es un superhéroe?<br />

–¿Cree que en el futuro habrá algún tipo de medicación<br />

que haga que la dieta libre de gluten no sea necesaria?<br />

No me interesa que se modifique la inmunidad de<br />

una persona sana para tolerar un tóxico.<br />

–En el libro usted afirma: “Tenemos 4 dientes para<br />

carne, 8 para verduras y frutas, 20 para granos y<br />

ninguno para masticar leche”. Entonces: tanto niños<br />

como adultos, ¿no deberían tomar leche ni sus derivados?<br />

Los dientes dicen lo que debemos comer, no podemos<br />

tener dientes de adorno ni equivocados.<br />

Ni la humanidad ni la evolución<br />

comete errores de 4.350.000<br />

años. Los pueblos más longevos de<br />

la tierra no consumen leche, más<br />

allá de la materna.


88<br />

Arte<br />

escultura<br />

Humano,<br />

demasiado<br />

humano<br />

Considerado un renovador de la<br />

escultura figurativa, Ron Mueck<br />

es uno de los niños mimados del<br />

mundo artístico actual.<br />

Sus esculturas de figuras<br />

humanas revolucionaron el<br />

mercado de las galerías porque<br />

logra combinar una propuesta<br />

atractiva a la vista de un gran<br />

público, sobre un fondo lleno de<br />

sutiles complejidades que van<br />

más allá del virtuosismo técnico<br />

Por Esteban Ulrich<br />

Nacido en Australia y radicado en Inglaterra,<br />

Ron Mueck es hijo de artesanos jugueteros<br />

y probablemente la antítesis del<br />

artista contemporáneo. No se muestra<br />

en público, parece sufrir de una severa<br />

cuota de timidez, y todos a su alrededor<br />

se esfuerzan por desactivar el lugar común<br />

del artista radical, solitario o misterioso.<br />

No hay truco, es un tipo normal,<br />

que trabaja en su estudio en el norte de<br />

Londres, solo y tomándose su tiempo, es<br />

simplemente muy tímido.<br />

Todo comenzó para este artesano del<br />

cine y la televisión cuando a un pez gordo<br />

del mundo del arte se vio fascinado<br />

frente a un trabajo suyo presentado entre<br />

las obras de su suegra Paula Rego, una<br />

artista de renombre portuguesa, radicada<br />

en Inglaterra. Charles Saatchi es el<br />

nombre del big fish, media naranja de<br />

la súper trendy agencia de publicidad<br />

Saachti y Saachti, y el alegre encuentro<br />

se hizo frente a su obra Pinocchio, que le<br />

valió al flamante artista nuevos pedidos<br />

del entusiasta comprador y la posibilidad<br />

de presentar su obra Hombre muerto en<br />

la resonante Sensation: Young British<br />

Artists from the Saatchi Collection en la<br />

Royal Academy of Arts en Londres en el<br />

año 1997, exposición en la que presentó<br />

una figura a escala media de su padre recientemente<br />

fallecido, y para la que llegó<br />

a utilizar el cabello real del difunto.<br />

Antes de este acontecimiento, y sin formación<br />

artística formal, Mueck se formó<br />

en el métier de sus padres y trabajó como<br />

maestro muñequero para el cine y la publicidad,<br />

notablemente para el film Laberinto,<br />

de Jim Henson de 1986, en donde<br />

además de la producción de muñecos<br />

hizo las veces de marionetista de alguno<br />

de los personajes.<br />

A partir de su aparición en la muestra<br />

Sensation, en la que también se presentaron<br />

otros artistas británicos importantes<br />

como Damien Hirst y los hermanos Jake<br />

y Dinos Chapman, sus reproducciones<br />

humanas en resina, fibra de vidrio, silicona<br />

y pinturas acrílicas se sucedieron<br />

alcanzando un rápido suceso: su obra<br />

Mujer embarazada, una mujer desnuda<br />

y encinta de unos tres metros de altura,<br />

con sus brazos cruzados detrás de su<br />

cabeza, fue comprada por la<br />

National Gallery de Australia, en<br />

Camberra, por 461.300<br />

dólares, llegando a ser en<br />

ese momento el precio<br />

más alto jamás pagado a<br />

un artista australiano vivo.<br />

Así, sus obras comienzan a verse en museos<br />

del mundo y en 2001, la fama de<br />

Mueck llega al gran público internacional<br />

cuando presenta Niño, un enorme niño<br />

agazapado de cinco metros de altura, que<br />

se exhibió en el Milenium Dome y en la<br />

<strong>49</strong>ª Bienal de Venecia.<br />

Hoy, con la llegada de nueve obras del<br />

artista a la Fundación Proa, en nuestra<br />

remota ciudad de Buenos Aires, se materializa<br />

la primera exhibición de sus<br />

obras en el continente latinoamericano,<br />

una deuda que el artista hacía tiempo<br />

quería saldar, y lo hace trayendo la misma<br />

exposición realizada en París hasta<br />

septiembre último por la Fundación Cartier,<br />

para luego partir hacia el Museo de<br />

Arte Moderno de Río de Janeiro, todo un<br />

acontecimiento tanto por su actualidad,<br />

como por la calidad de la curadoría, la<br />

dificultad del transporte de las piezas y el<br />

nivel general de la muestra.<br />

“Algunas palabras sobre este trabajo<br />

que es muy difícil de clasificar en el arte<br />

contemporáneo –dice Grazia Quaroni,<br />

co-curadora de la muestra para la Fundación<br />

Cartier– , Ron Mueck ha sido<br />

definido como uno de los artistas que<br />

mejor puede imitar en detalle la apariencia<br />

humana, y probablemente sea<br />

verdad”. Esto es lo primero que salta a la<br />

vista, desde ya, sobre todo cuando vemos<br />

las obras en reproducciones fotográficas<br />

que recortan y engrandecen los pequeños<br />

detalles de realización. Hay algo de<br />

realismo pero también de fantástico en<br />

cada pequeña deformación de las formas<br />

humanas. Aunque a primera vista parezca<br />

más un gesto virtuoso de un gran<br />

artesano, las obras logran transmitir una<br />

decantada tristeza de inexplicable origen,<br />

como si viniera de un fuera campo que


nos incluye, casi como una experiencia<br />

existencialista.<br />

“El resultado es extremadamente realista,<br />

continúa Grazia –con su acento inglés de<br />

italiana trasplantada a la francesa–, pero<br />

si hablamos de realismo no podemos ubicar<br />

a esta escultura dentro del hiperrealismo,<br />

ya que este requiere una mayor<br />

cantidad de información de contexto, de<br />

las condiciones sociales, la arqueología<br />

o un tiempo determinado para cada una<br />

de las esculturas. Las obras de Mueck<br />

son neutras en este sentido”. Más que<br />

neutras se podría decir silenciosas, casi<br />

tan parcas como su creador. Así como nos<br />

llega esa tristeza, hay entre los personajes<br />

una intimidad que no nos incluye, que<br />

se aprecia notablemente en las obras con<br />

dos personajes.<br />

En presencia de estas esculturas no<br />

sentimos lo que creímos que veníamos<br />

a experimentar, no nos golpea el salto<br />

de escalas, no nos sentimos tampoco<br />

transportados dimensionalmente, o sea,<br />

seguimos siendo nosotros mismos frente<br />

a estos trabajos, cuando desde la reproducción<br />

fotográfica nos entusiasmábamos<br />

con la idea de que la experiencia de verlos<br />

en vivo nos transformaría la forma de<br />

percibir el espacio, y es aquí donde otra<br />

vez Grazia sabe de lo que habla y nos<br />

resuelve el problema antes de plantearlo:<br />

“A pesar de que es un maestro técnico<br />

a la hora de representar la superficie<br />

del ser humano, pienso que antes que<br />

nada es en el interior de sus personajes<br />

en donde se produce su magia, y si el<br />

espectador no se siente shockeado o sorprendido<br />

frente a sus obras, es porque<br />

de alguna manera estas imágenes no son<br />

nuevas, porque representan un imaginario<br />

que tenemos en nuestras mentes, incluso<br />

la diferencia de escalas, los cuerpos<br />

gigantes, nos remiten a los cuerpos de los<br />

adultos cuando éramos niños, y, al revés,<br />

los cuerpos pequeños, a los que vemos<br />

todos los días en la calle en perspectiva y<br />

a la distancia. Por eso es posible enseguida<br />

relacionarse con estas esculturas como<br />

con algo conocido”.<br />

Las obras<br />

Para esta exhibición de nueve obras –que<br />

para un artista que tiene cuarenta obras<br />

realizadas en total, es muy grande–, tres<br />

de ellas fueron realizadas especialmente<br />

para la ocasión: Pareja joven, Mujer con<br />

las compras y Pareja debajo de una sombrilla.<br />

Estas, junto al resto de las obras<br />

seleccionadas cuidadosamente, logran<br />

presentar varias facetas distintas del artista.<br />

Desde la puesta fantástica y onírica de<br />

Hombre en un bote, Mujer con ramas y<br />

la que nos recibe a la entrada del museo,<br />

Máscara II; hasta los motivos más ligados<br />

a la experiencia cotidiana como pueden<br />

ser Pareja joven, Juventud, Mujer con las<br />

compras, Pareja debajo de una sombrilla<br />

y A la deriva; hasta la única obra del<br />

conjunto que no representa una figura<br />

humana: Naturaleza muerta (la reproducción<br />

de un gallo muerto colgando de<br />

sus largas garras). Además de las esculturas,<br />

su muy reservado proceso creativo<br />

es revelado gracias a la proyección en<br />

paralelo de la nueva película de Gautier<br />

Leblonde titulada Still Life: Ron Mueck<br />

at Work (Naturaleza muerta: Ron Mueck<br />

trabajando) que acompaña a la muestra.<br />

Las obras recorren una variedad sutil<br />

de temas, que mantiene un discurso<br />

monocorde y en sordina, pero cuyas resonancias<br />

abandonan la concepción realista<br />

para ir hacia un más allá casi surrealista<br />

en donde a lo real se accede sólo a través<br />

de la pequeña deformidad humana,<br />

demasiado humana. Si nos detenemos a<br />

mirar los detalles, si dejamos que nuestra<br />

visión penetre los materiales, se comienza<br />

a percibir con cierto horror algo<br />

fatídico en esos cuerpos detenidos por<br />

siempre en el tiempo, pero no se trata de<br />

un horror relacionado con lo cadavérico,<br />

sino algo aún más retorcido, como si nos<br />

aterrara la idea de que han sido creados<br />

para permanecer ahí, sin incorporarse al<br />

ciclo de la naturaleza, eternamente, con<br />

identidades ancladas a sus minuciosos<br />

El tiempo también es un punto clave en<br />

este trabajo, tanto el tiempo que el artista<br />

se toma para concretar sus obras, como el<br />

tiempo que le dediquemos a observarlas.<br />

Están advertidos, no se detengan demasiado<br />

en los detalles a menos que quieran<br />

descubrirse de golpe, solos y fuera de<br />

este mundo<br />

89


INTERNET<br />

http://twitvalue.tk/en/?ref=1<br />

Las redes sociales son la última forma de<br />

comunicación virtual en todo el mundo.<br />

Especialmente Twitter, la red de los 140<br />

caracteres. Sus múltiples usos que una<br />

persona (o empresa) puede darle permiten<br />

analizar su calor comercial. Esta aplicación<br />

cotiza cada cuenta en dólares.<br />

http://www.federicomauro.<br />

eu/11918/1902515/works/famous-fooddrinks<br />

http://www.polygon.<br />

com/2013/10/31/5051928/preserving-videogame-history-one-photo-at-a-time<br />

Los fanáticos de los videojuegos pueden<br />

repasar toda su historia a través de esta<br />

serie de fotos del artista estadounidense<br />

Evan Amos. Las primeras consolas,<br />

joysticks, los cambios del Nintendo, y los<br />

nuevos modelos. Lo interesante de este<br />

trabajo es cómo surgió la idea y hasta<br />

dónde se expandió.<br />

http://fuckyeahharrypottertattoos.tumblr.<br />

com/archive<br />

La historia de Harry Potter sigue sumando<br />

adeptos de todas las edades desde que<br />

fue publicada, y proyectada en la pantalla<br />

grande a principios de 2000. En este<br />

caso, un fanático compiló fotos de tatuajes<br />

alusivos a la zaga.<br />

Este sitio pensado para diseñadores gráficos<br />

muestra el trabajo del artista italiano<br />

Federico Mauro: una serie de imágenes<br />

de las comidas y bebidas típicas de películas<br />

icónicas y de famosas series.<br />

http://cinemacity.arte.tv/en/cinemap/<br />

9o<br />

http://elmeme.me/santiago_sarceda/lo-quese-hereda-no-se-compra-14-ejemplos-practicos-de-herencia-genetica_1763<br />

Esta serie de fotos registra la herencia<br />

genética de los clanes familiares. Son retratos<br />

montados en collages entre padres<br />

e hijos, hermanos y madres, que aparecen<br />

como piezas de un rompecabezas<br />

perfectamente resuelto.<br />

Esta aplicación se descarga en todos los<br />

smartphones y propone recorrer París<br />

a través del cine y las locaciones donde<br />

tantas películas fueron filmadas (hay 23<br />

paseos temáticos). La herramienta tiene<br />

menos de un año y ya es un éxito entre<br />

los usuarios de dispositivos inteligentes.<br />

http://ht.ly/nGgrO<br />

Este listado es oro puro para los amantes<br />

de los libros. Se trata de 25 webs sobre<br />

letras e historias, muy variados, que<br />

complementan entre sí todo tipo de curiosidades<br />

al respecto de la pasión de leer<br />

y escribir.<br />

http://redarte.com.ar/<br />

Esta es una comunidad para que los<br />

artistas compartan y difundan su obra.<br />

Funciona como toda red social, y va creciendo<br />

a medida que pintores, fotógrafos,<br />

escultores, entre otros, van colgando su<br />

material. Es una creación de un grupo de<br />

profesionales especializados en arte y en<br />

comercialización.<br />

https://immersion.media.mit.edu/<br />

Han pasado dos décadas desde los comienzos<br />

de la web. Los mails son una<br />

suerte de archivo personal de todos esos<br />

años. Esta aplicación analiza la historia<br />

de nuestros correos y toda la información<br />

que manejamos desde ellos.


Muebles y telares, identidad y tradición<br />

Deco<br />

Todo empezó en los años 80, cuando Ricardo<br />

Paz, arquitecto y anticuario, y su<br />

mujer, Belén Carballo, hicieron un viaje<br />

por el norte de Argentina. De aquel viaje,<br />

especialmente en Santiago del Estero,<br />

surge el descubrimiento de un mundo,<br />

el nacimiento de una mirada, el inicio de<br />

una tarea que se puede conocer a través<br />

de algunas de sus bellas y exhaustivas<br />

publicaciones, como Teleras, Memoria<br />

del monte quichua, y Monte, Muebles de<br />

la tierra argentina, o acercándose a su<br />

galería-taller de Arte Étnico Argentino,<br />

en Palermo Viejo. El rescate del trabajo<br />

de los habitantes del lugar, de sus obras y<br />

sus técnicas, así como el de su hábitat, ese<br />

monte agredido por la codicia y la desidia,<br />

es parte de la tarea que se impusieron y<br />

que Belén, como directora de la editorial,<br />

cuenta.<br />

–¿Qué buscaban y qué encontraron?<br />

Ricardo venía de muchos años de trabajar<br />

con antigüedades europeas y quería encontrar<br />

algo que nos identificara con esta<br />

tierra y este lugar. Buscábamos conectarnos<br />

con nuestra tierra y con nuestra histo-<br />

ria. Encontramos a la gente que vivía en<br />

esa naturaleza trabajándola con las manos.<br />

–¿Cómo los transformó? Nos cambió el<br />

eje. Reconocer que la mirada de uno es<br />

sólo eso: una mirada, y que hay muchas<br />

otras que ni sospechábamos. Reconocer<br />

enormes porciones de realidad que no<br />

conocíamos. Tomar conciencia de nuestro<br />

condicionamiento y de nuestra ignorancia.<br />

Hay muchos saberes que en el monte no<br />

sirven para nada.<br />

–¿Qué transformación le imprimieron<br />

ustedes? La posibilidad de una mirada<br />

diferente, admirada y valoradora. Un<br />

espacio de transmisión al transformarnos<br />

en un canal para que todo ese mundo se<br />

conozca.<br />

–¿Hay un proceso de recuperación o el<br />

monte ya está perdido? El monte como<br />

geografía inmensa de árboles está muy<br />

dañado, pero siempre se puede recuperar<br />

espacios tanto en lo natural como en<br />

lo cultural. Eso no quiere decir que se<br />

pueda volver a un estadio anterior, no se<br />

trata de una nostalgia de lo perdido sino<br />

de acompañar una transformación que es<br />

inevitable protegiendo y valorando lo que<br />

existe como patrimonio actual. Hacer algo<br />

con lo que hay.<br />

–¿Cómo es el trabajo de ustedes con<br />

los muebles y los telares? El trabajo<br />

consiste en reconocer un valor y hacerlo<br />

circular hacia afuera, de modo que pueda<br />

generar un retorno, un beneficio para los<br />

hacedores, que no es sólo económico sino<br />

también espiritual en tanto se reconoce<br />

el saber y la labor de esa telera o ese<br />

artesano, y a través de ellos de toda una<br />

cultura y de su entorno. Es importante<br />

poder transmitir que los objetos no están<br />

separados de su origen, y que este origen<br />

no es solamente una tradición cultural y<br />

tecnológica sino que esta tradición es el<br />

resultado de un ambiente determinado y<br />

que la protección del ambiente no puede<br />

estar disociada de la tarea cultural.<br />

–¿Qué lugar ocupan en esta tarea los libros?<br />

Todo este proceso empieza con algo<br />

muy sencillo que es el conocimiento. No<br />

se puede querer lo que no se conoce. Por<br />

eso los libros son vitales como herramienta<br />

para mostrar y dar a conocer, porque<br />

un libro llega muchísimo más lejos que<br />

un objeto. Para los protagonistas el libro<br />

es un reconocimiento a su tarea y a la<br />

tradición en la que están insertos. Es una<br />

mirada que les llega desde afuera sobre<br />

lo propio. Si esa mirada es respetuosa y<br />

valoradora eso repercute en la mirada que<br />

tienen sobre sí mismos y sobre su producción.<br />

Nuestra intención es que estos libros<br />

sean una herramienta para el estudio de<br />

estas tradiciones y una inspiración para<br />

acuñar diseño con identidad argentina<br />

91<br />

Libros<br />

Teleras. Memorias del monte quichua y<br />

Monte. Muebles de la tierra argentina,<br />

de Belén Carballo y Ricardo Paz<br />

Ediciones Arte Étnico Argentino


VIDA GOURMET<br />

Pequeños detalles que hacen la diferenciA<br />

Por Mónica Tracey<br />

Del bodegón venimos...<br />

92<br />

Hace poco más de treinta años, en el bodegón Alejandro, en San Sebastián, un joven de 16 años se daba cuenta que ese trajín<br />

que había visto en la cocina desde siempre era su ley. Su mamá y su tía en los fuegos y su papá en el salón comedor habían<br />

construido un mundo del cual ya no quería alejarse. Así lo dijo y así, muy a su pesar en tanto para ellos había sido una vida de<br />

gran sacrificio, sus padres lo comprendieron. Después de una rotunda aunque breve oposición le comunicaron: “Si esto es lo<br />

que quieres, mañana a las ocho estás en la cocina”. Seis días a la semana en los fuegos y los domingos, cruzaba la frontera para<br />

aprender pastelería en Francia. Hasta que el papá murió y con 21 años, Martín Berasategui se ponía al frente del bodegón y<br />

de su historia, diciéndoles a su mamá y a su tía que podían bajar la guardia después de trece años sin un solo día de descanso,<br />

que él les iba a pagar el retiro.<br />

Ahora ese Martín que asegura sigue siendo el mismo que recorría las calles viejas de su ciudad a pesar de haber construido un<br />

imperio de la más alta gastronomía sobre sus espaldas vuelve a crear una suerte de bodegón en una antigua sidrería para que<br />

los jóvenes puedan degustar sus deliciosos platos a precios mucho más accesibles, algo así como el 20% de lo que salen en el<br />

restaurante Martín Berasategui, en Lasarte, el exquisito centro de operaciones del chef. “Allí hoy se come más o menos por<br />

200 euros, sin bebida, aquí en el eMeBe Garrote Grill, se comerá por 40. Es un regreso a mis orígenes pero también algo que<br />

siento que debo hacer para que el público joven también tenga la posibilidad de adentrarse en el camino de la buena gastronomía.<br />

Los platos serán de primera, sólo que no estaremos cambiando los cubiertos entre plato y plato, ese tipo de cosas”, dijo<br />

orgulloso en su primer viaje a la Argentina, con motivo de la segunda edición de la feria Masticar, cuando faltaban sólo unos<br />

días para ponerlo en marcha.<br />

Si bien llegó con bombos y platillos, con presencia en la Embajada de España y con el auspicio de Paradisus Resorts, los hoteles<br />

de lujo all inclusive de la cadena Meliá, en cuyos resorts de Playa del Carmen, en México, y de Palma Real en República Dominicana,<br />

están sus primeros restaurantes en América, Passion by Martín Berasategui y Tempo by Martín Berasategui, quien ha<br />

coleccionado 6 estrellas Michelin sorprendió por su sencillez, por su falta de divismo, por su militancia en la cocina.<br />

Pasión y tiempo, probablemente nada mejor para expresar la vida y la obra de este singular cocinero. Él seguramente agregaría<br />

la palabra trabajo, como si ni pensara o no le diera valor al talento. “Tuve la suerte de tener los padres que tuve”, dice, como si<br />

eso fuera la explicación de todo. Pero también cuenta que siendo muy joven, cuando le dijo a su padre que iba a ir a aprender<br />

a Francia, él le recomendó: “Vete a la Argentina, que ahí sí se come bien”. Su padre solía viajar hasta aquí para visitar a unos<br />

primos, pero Martín dice que a pesar de mantener vivo el deseo de venir recién lo pudo concretar ahora, a sus 53 años. “Y es<br />

que he dejado de hacer muchas cosas que quería por hacer lo que me chifla, cocinar”. El contacto lo mantuvo a través de los<br />

numerosos chefs argentinos que se formaron en la escuela de su cocina en Lasarte, Guipúzcoa, donde además del lujoso restaurante<br />

tiene un banco de pruebas, un laboratorio donde él con su grupo de alquimistas crean su propio oro. “Es un lugar de<br />

pura ilusión, donde hacemos cosas que no tienen referencias, que empiezan a ser”,<br />

dice con la sonrisa de quien ya está probando ese próximo plato mágico.<br />

Antes de regresar a su tierra y antes de que su nuevo bodegón estuviera inaugurado,<br />

Martín Berasategui nos dibujó el logo, de puño y letra de uno de los cocineros más<br />

interesantes del momento.


Más sabor, distintos saberes, sentir<br />

más, gustar mejor, tradición, novedad,<br />

catas, un camino para conocerse en<br />

las propias elecciones<br />

Grupo A.C.E.L.G.A. en Masticar<br />

Ferias, festivales, grandes chefs,<br />

creativos productores:<br />

pura fiesta gastronómica<br />

Siempre nos gustó comer y desde siempre se come bien en<br />

nuestro país, sin embargo no se puede negar la revolución<br />

que la gastronomía vive entre nosotros, como en el mundo,<br />

desde hace unos años. Uno de los resultados o síntomas de<br />

este cambio cualitativo son las ferias y festivales gastronómicos<br />

que reúnen a algunos de los chefs más destacados y a los<br />

productores de muchos de los ingredientes que están haciendo<br />

posible esta revolución. La primera fue Masticar, que el<br />

Francis Mallman en Raíz cocinando pollos al piolín<br />

colectivo de cocineros A.C.E.L.G.A. (Dolli Irigoyen, Narda<br />

Lepes, Christophe Krywonis, entre otros) puso en marcha<br />

en 2012 y que tuvo a principios de octubre de este año su<br />

segunda edición. Apenas diez días después se pudo visitar la<br />

primera edición de Raíz, el festival gastronómico que tuvo<br />

su sede en Tecnópolis, donde también participaron muchos<br />

de los súper chefs de Masticar. Si bien Raíz fue más grande y<br />

abarcadora, lo cierto es que ambos encuentros se transformaron<br />

en una fiesta de descubrimientos, saberes y sabores.<br />

80.000 personas en cuatro días de Masticar y 300.000 en los<br />

cuatro de Raíz quieren decir algo que indudablemente tiene<br />

que ver con el interés que despierta la gastronomía en un público<br />

cada vez más volcado a conocer y disfrutar. En ambas se<br />

pudieron degustar exquisiteces de algunos de los restaurantes<br />

top de Buenos Aires y comprar ingredientes directamente del<br />

productor, además de escuchar las clases magistrales de los<br />

grandes de nuestra cocina. En Masticar, el plato más vendido<br />

fueron los ñoquis de ricota, con mollejas y castañas de<br />

Germán Martitegui de Tegui.<br />

En Raíz, además, hubo festivales y fiestas populares alrededor<br />

de algunos platos. Abrió con el omelette gigante que prepararon<br />

55 integrantes de la Cofradía Mundial de los Caballeros<br />

del Omelette de la localidad de Pigüé con 10.000 huevos y<br />

que comieron 5000 alumnos de escuelas que visitaban el lugar,<br />

y cerró con 40 pollos al piolín de Francis Mallman.<br />

Lo único para lamentar en las dos es que fue imposible probar<br />

todo. Habrá que seguir, militante, en las próximas.<br />

93


Museos<br />

del mundo<br />

Erotismo y globalización sexual<br />

Por Martín Garrido<br />

La globalización sexual alentó la multiplicación de los museos<br />

eróticos desde los primitivos en el Barrio de las Luces Rojas<br />

en Holanda hasta los dedicados a estatuas no aptas para menores<br />

en Corea del Sur o el más reciente en el consultorio de<br />

un ginecólogo en Rusia.<br />

Inicialmente tenían su origen en discretas tiendas minoritarias<br />

de objetos sexuales hasta que en los últimos años tomaron<br />

características masivas con un derecho de admisión más alto<br />

que los museos tradicionales (de 16 euros a 20 dólares).<br />

En una recorrida parcial, porque desde el año 2000 hay uno<br />

nuevo por semana, el más antiguo en esta faceta comercial<br />

puede ser el Venus Temple en Ámsterdam que repasa cuatro<br />

mil años de historia pasando por objetos en el imperio romano,<br />

cinturones de castidad en el medioevo, almohadas chinas<br />

hasta fotografías y películas. También en la misma ciudad, en<br />

un viejo galpón del siglo XVII en el barrio Rojo, está el Museo<br />

Erótico con material sobre el propio barrio de las vidrieras<br />

y una versión de esas casitas con una prostituta de cera.<br />

Pasando de Holanda a Alemania el que primero me llamó la<br />

atención fue el que abrió en 1996 la señora Beate Uhse en<br />

pleno centro de Berlín. Lugar amplio, con ventanales a la calle<br />

que nació con el éxito del shop temático en el gran destape<br />

cuando la propietaria ganó el derecho de vender legalmente<br />

materiales anticonceptivos. Se calcula que recibe 250 mil<br />

visitantes por año que pueden entrar individualmente, en parejas<br />

o grupos con precios diferenciados. Parece tan familiar<br />

como un shopping, con la diferencia de que incluye litografías<br />

sexuales europeas y antiguos videos que hacen juego con las<br />

postales de principios del siglo XX.<br />

Un año más tarde, al lado del Moulin Rouge en París, en el<br />

edificio de un viejo cabaret se abrió el Museo Erótico, de<br />

siete pisos que muestra colecciones del anticuario Alain<br />

Plumey y el educador Jo Khalifa. El segundo está dedicado<br />

a los burdeles franceses (les maisons closes) hasta su cierre en<br />

1946. Entre sus singularidades están las películas pornográficas<br />

mudas.<br />

A las novedades en Europa se suma el St. Petersburg Erotica<br />

Museum, el primero habilitado en Rusia en el año 2004,<br />

donde promocionan como atracción el pene de Rasputín. En<br />

Estados Unidos se dio el mismo proceso de proliferación con<br />

versiones parecidas a partir del 2000 en Miami, Nueva York<br />

y Las Vegas, en Nevada. Precisamente en ese estado están<br />

autorizados los prostíbulos como el Mustang Ranch donde<br />

en 1976 fue asesinado Oscar “Ringo” Bonavena, hecho en<br />

el que se inspiró la película Love Ranch de 2010 con Helen<br />

Mirren<br />

95


Turismo<br />

internacional<br />

Ciudades sexys<br />

96<br />

Por Horacio de Dios<br />

El sexo está en todas partes. Y más en la era de la globalización<br />

porque forma parte de la cultura cotidiana. Por eso la<br />

palabra sexy se emplea para definir personas, ropas, comidas<br />

y por supuesto ciudades.<br />

Ahora viene la pregunta: ¿Cómo se define esa cualidad? Los<br />

viajeros más pragmáticos aseguran que es lo que se puede<br />

obtener fuera de casa. Entonces el repertorio se hace más<br />

amplio porque se las asocia con sexo, prostitución, erotismo o<br />

pornografía. Hay para todos los gustos.<br />

Esa es la razón por la cual son contradictorios los rankings, clásicos<br />

de los 10 destinos top. Los lugares elegidos pueden tener<br />

características muy distintas según la base de las encuestas.<br />

La más común, y seguramente la que tiene mayor consenso,<br />

es la que reúne la fama legendaria de un lugar, la atracción<br />

de su naturaleza, la cordialidad de gente, el exotismo, el estilo<br />

de vida descontracturado, la belleza de sus mujeres y/o la de<br />

sus hombres, los hoteles de corta distancia (alojamiento por<br />

horas, los “telos”) la vida nocturna y sus espectáculos, los bajos<br />

precios de los hoteles de lujo, la permisibilidad sexual, el<br />

costo de los escorts de ambos sexos y un vasto etcétera donde<br />

vale todo lo que uno quiera pagar.<br />

Por eso, en las varias listas circulantes, nos podemos encontrar<br />

en primer lugar y fuera de concurso con París con el<br />

testimonio de Woody Allen o de Irma La Dulce, la moda, la<br />

comida, el vino y el chocolate. En otro ranking podemos sorprendernos<br />

con Berlín y su idea fuerza en otro tiempo (“Pobre<br />

pero sexy”) con sus múltiples refugios en las calles que<br />

recuerdan las historias picantes del Kit Kat Club de Cabaret.<br />

Otras opiniones confirman la seducción tropical de Río de Janeiro<br />

con su carnaval y las mulatas, la vieja Habana pese a la<br />

política del castrismo con la música de fondo del Tropicana y<br />

el Buena Vista Club que nos acompaña en sus playas mientras<br />

paseamos en un auto de los años 50. También hay que incluir<br />

Florida con bikinis, Ferraris y Stilettos en la larga noche de<br />

las discos de la avenida Washington que recuerda la serie<br />

Miami Vice.


Buenos Aires no es tropical pero tiene presencia en muchos<br />

sondeos donde la pasión por el tango, en especial para los extranjeros<br />

lo dice todo por una danza de contacto, de cuerpo a<br />

cuerpo, un movimiento vertical que busca el horizontal.<br />

Rumbeando al Oeste, llegamos a Sydney, por sus playas de<br />

Bondy y el surf en Manly, las fiestas en la arena viendo la imagen<br />

de su Opera sobre el agua.<br />

Por apelaciones distintas a París, también es muy popular<br />

Nueva York, con su serie Sex and the City, Broadway y su<br />

actitud de vanguardia, no menos estimulante que la de Londres.<br />

Cartel francés también tienen St. Tropez, Cannes, Montecarlo<br />

y los lugares que solía frecuentar James Bond.<br />

Hasta aquí el panorama es apto para todo público y no necesita<br />

confirmación estadística. En otros terrenos las opiniones<br />

son tan poco comprobables como los que aseguran que Sicilia<br />

es la predilecta del sexo oral. ¿A quién le preguntaron y<br />

cómo? ¿O la ingenuidad canadiense de medir el grado sexy<br />

de una ciudad por el consumo de juguetes eróticos?<br />

Una lista singular, confirmada por el volumen de ventas, es<br />

la encuesta de una marca mundial de condones que publica<br />

anualmente esta lista con datos de 23 países con 29.000<br />

encuestados publicada en The Times de Londres. Según sus<br />

estudios a la cabeza de las sociedades con menos tabúes, está<br />

San Petersburgo, seguido por la Habana, Roma, Sevilla, Tánger,<br />

Estambul, París, Nueva York, Londres y Berlín.<br />

En esta lista, sin embargo, no figuran algunas ciudades donde<br />

la prostitución es un hecho muy extendido. Por ejemplo, en<br />

Ámsterdam un turista puede preguntarle a un policía donde<br />

está el barrio de las luces rojas y se lo va a indicar sin tomarlo<br />

a mal. Lo mismo que si quiere saber los lugares de show en<br />

vivo o museos eróticos, además de las calles de las vidrieras<br />

con tarifas a la vista por los servicios ofrecidos.<br />

El equivalente de Ámsterdam es Bangkok en Tailandia con<br />

un clima muy caluroso en todo sentido (32 grados promedio).<br />

Lo primero que se escucha es hablar del barrio Khao Sanh<br />

Road donde todo es barato, desde el alojamiento a la comida.<br />

Y rápidamente cualquier visitante se entera de que muy<br />

cerca están los barrios rojos donde puede asistir a shows de<br />

sexo y de todo lo que se le pueda ocurrir a un precio bajo y<br />

sin mayores inconvenientes. Un lugar donde se ofrece todo<br />

a cualquiera todo el tiempo, a poco o ningún precio. Por eso<br />

la llaman la Disneylandia Sexual. Todo lo que han contado es<br />

cierto y en los bares que ofrecen estos espectáculos suelen<br />

concurrir también mujeres turistas, solas o con sus maridos o<br />

amigos. La mayoría salen shockeadas pero van, de la misma<br />

manera que a los museos eróticos en Europa o Estados Unidos.<br />

En Bangkok no se vende sexo en todas partes, pero está<br />

al alcance en suficientes lugares y tipos de lugares a un precio<br />

lo bastante bajo como para confirmar la opinión de que es un<br />

parque temático del erotismo. Además de espectáculos de<br />

sexo, burdeles tradicionales, muchos de ellos denominados<br />

“casas de té”, hay salones de masajes, cabarets y bares, y algunos<br />

de ellos con muchachas y muchachos en sus programas.<br />

Japoneses y árabes van a los burdeles, y también hay clubes<br />

para japoneses. Las tres manzanas de la calle Patpong y la<br />

única manzana de la calle Soi Cowboy están repletas de este<br />

tipo de establecimientos donde la mayoría de los clientes son<br />

estadounidenses o australianos.<br />

En Nana, otro barrio rojo, predominan los bares con ladyboys,<br />

marca registrada en Tailandia. Son transexuales o travestis:<br />

los katoeis también se ven en los comercios céntricos<br />

de la ciudad. Generalmente se operan los pechos para tener<br />

atributos femeninos visibles. Lo que hay cintura para abajo<br />

es a veces un misterio que más de uno ha descubierto tarde.<br />

Como dice Pedro Navaja, “sorpresas te da la vida”<br />

Horacio de Dios<br />

TESTIMONIO PERSONAL<br />

Masaje Thai y ping pong en Bangkok<br />

Un largo viaje en avión me dejó molido. Al llegar a Bangkok la curiosidad<br />

pudo más que el cansancio y me puse a callejear. En ese paseo encontré el<br />

jardín de un monasterio donde los monjes hacían masajes siguiendo sus<br />

técnicas milenarias desde Buda. Fue muy grato y tan corto que me dejó<br />

con ganas de más. Luego, en el hotel, contraté un masaje de dos horas a<br />

un precio razonable y sin toques eróticos. Podía elegir entre uno fuerte<br />

o más liviano. Quedé como nuevo. Por la noche, un grupo de amigos me<br />

invitó a un show de sexo, uno más entre los muchos que hay en la ciudad.<br />

Allí había varias mujeres (muy jóvenes, casi niñas) demostrando su<br />

extraordinario control del esfínter vaginal. Así, con sus genitales fumaban<br />

cigarrillos y recibían pelotas de ping pong que devolvían con una fuerza<br />

increíble. No era divertido, parecía triste y aburrido. Era hora de ir a dormir<br />

y solo, aunque las animadoras tenían un número a la espalda y bastaba<br />

pedirlo para que me acompañaran al hotel. Un amigo que se tentó<br />

me dijo que el sexo es estrictamente misionero, en posición vainilla, nada<br />

del otro mundo pero que son muy amables y saben escuchar aunque no<br />

entiendan lo que uno dice. Recordé que el final del musical Miss Saigon en<br />

Broadway está recreado en un bar de este tipo en Patpong.<br />

97


98<br />

Cocina<br />

Oscuro<br />

deseo<br />

El chocolate es uno de los alimentos más<br />

controvertidos de la historia de los sabores.<br />

Amado –¡muy amado!– y quizás por eso también<br />

“perseguido” y demonizado, este alimento<br />

gourmet ofrece a la humanidad la base misma<br />

del deseo: la tentación<br />

Por Marina García<br />

Es difícil que algo quede mal con chocolate, ¡hasta en preparaciones<br />

saladas resulta fascinante! Pero vamos a empezar la<br />

polémica. Parece que la palabrita tan mentada xocolatl no es un<br />

término de lengua nahuatl (el idioma usado por los pueblos de<br />

Mesoamérica en momentos de la llegada española), sino que<br />

en realidad fue la forma imitada que los europeos le dieron al<br />

brebaje que tomaban los originarios, el cual significaba “aguaagria”.<br />

Los orígenes del chocolate fueron el de una bebida<br />

–quizás fermentada– que se combinaba con chiles y especias, la<br />

cual resultaba muy energética y reconstituyente. Esta capacidad<br />

fue quizás la razón por la cual no pasó mucho tiempo para que<br />

las autoridades españolas establecieran su seguimiento e incluso<br />

prohibición. Sus bondades tónicas, hoy confirmada por los<br />

científicos, era la que también ponía de buen ánimo a las damas<br />

(especialmente a las religiosas) por lo cual la bebida –que al<br />

llegar a Europa se había combinado con leche y azúcar– empezó<br />

a ser mal vista y pasó a la clandestinidad. Mucho más tarde,<br />

cuando los italianos y suizos le vieron el potencial a las semillas<br />

de cacao, las trabajaron en forma de masa, le dieron textura cremosa<br />

y desarrollaron la versión actual del chocolate. Las fábricas<br />

perfeccionarían luego la textura y sabor, de allí surgirían apellidos<br />

que hoy son marca como: Hershey, Lindt, Nestlé y Suchard.<br />

A pesar de su larga historia, el chocolate no pierde vigencia.<br />

Actualmente lo más in es buscar y consumir chocolate con alto<br />

contenido de cacao (más del 70%, es decir bastante oscuro y<br />

amargo), donde se valora su origen como varietal. De allí nacen<br />

los CRU, término tomado del mundo vinífero, donde se busca<br />

valorar las características de suelo y clima a fin de identificar<br />

variedades específicas. Así, por ejemplo, existen:<br />

Criollo: muy fino, aromático y delicado, el más buscado por los<br />

profesionales. Se cultiva en Centroamérica y el “Ocumare”, de<br />

Venezuela, es un ejemplo de esta variedad.<br />

Forastero: abarca el 90% de la producción mundial, permite un<br />

cultivo más amplio, pero no tiene calidad de sabor y aroma. Es<br />

la base de los chocolates industriales. Una excepción es el conocido<br />

como “Arriba”, que si bien es un Forastero, forma parte<br />

del primer grupo de cacaos finos.<br />

Trinitario: híbrido de criollo y forastero, resulta resistente para<br />

el cultivo, pero guarda la característica aromática. Surgió de una<br />

cruza espontánea entre especies en la isla de Trinidad.<br />

Por último, las cualidades nutricionales del cacao encuentran<br />

en las interpretaciones más actuales de la medicina a un potente<br />

antioxidante, con capacidades tónicas y de gran ayuda para<br />

mejorar y conservar las capacidades mentales<br />

Chocolate<br />

Osvaldo Gross<br />

El autor es uno de los chef pâtissier de mayor<br />

prestigio en Argentina, director de Pastelería<br />

del IAG y protagonista de muchos programas<br />

de televisión gourmet. Su talento profesional<br />

y su exquisito gusto hacen de este libro una<br />

joya para degustar con todos los sentidos.<br />

Los aromas del chocolate<br />

Stephan Lagorce<br />

¡El libro que todo amante del chocolate<br />

debe tener! Ya desde el formato propone<br />

un guiño que asegura placeres para disfrutar.<br />

Su autor, quien lleva años investigando<br />

sobre el cultivo y degustación del<br />

cacao, propone un recorrido completo<br />

por historia, maridajes, recetas y golosos<br />

consejos.

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