Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
C.M. Botero Saltarén, S. Zielinski y L.A. Noguera Castro<br />
pectos como la capacitación del personal de la playa<br />
o la responsabilidad de los intervinientes. Con este<br />
indicador se pretendió medir el interés de los ECP<br />
en dar a conocer su aporte a la gestión costera e<br />
integrar al público en esta tarea.<br />
El cuarto y último indicador fue la inclusión de la capacidad<br />
de carga como requerimiento obligatorio. El<br />
soporte de esta medición es tenida en cuenta por<br />
múltiples autores que consideran la capacidad de<br />
carga como variable clave en la gestión de áreas turísticas<br />
y/o naturales (Amador et al. 1996, Roig 2003,<br />
Jimenez et al. 2007). Es así que se revisó en cada<br />
ECP si se incluía este aspecto de conformidad y la<br />
obligatoriedad de medición. Se debe agregar que la<br />
capacidad de carga se evalúa en relación directa con<br />
la densidad de usuarios de la playa, por ser este un<br />
número dinámico y por su impacto en la selección<br />
de playas a visitar por los turistas (Jimenez et al.<br />
2007).<br />
Adicional a los cuatro indicadores, se evaluaron de<br />
forma superficial dos aspectos relativos al manejo<br />
integrado costero: 1. Los principios del desarrollo<br />
sostenible que promueven los ECP; y 2. Inclusión de<br />
los ECP en los planes de manejo integrado costero.<br />
Este análisis revisó los ECP como un esquema único,<br />
representado en el modelo de ECP obtenido en<br />
la primera parte de este estudio. Se quería esbozar<br />
la aplicación de esta propuesta de ECP dentro del<br />
marco actual del manejo integrado.<br />
Para el primer aspecto se realizó una matriz, en la<br />
cual los aspectos de conformidad del modelo de ECP<br />
se listaron en las filas y los cinco principios más relevantes<br />
para el desarrollo sostenible de una playa, en<br />
las columnas. Los principios escogidos se tomaron<br />
de la propuesta que hace Steer et al. (1997) para la<br />
gestión ambiental costera en Colombia. El segundo<br />
aspecto se evaluó tomando las fases de la gestión<br />
integrada costera de dos autores reconocidos por<br />
su visión sistémica de la costa: Adalberto Vallega<br />
(1999) y Juan Manuel Barragán (2003). En cada<br />
fase propuesta por los autores se incluyó la función<br />
que pueden desarrollar los ECP como herramienta<br />
de gestión.<br />
3. RESULTADOS Y Discusión<br />
3.1. Modelo de ECP para América Latina<br />
El primer resultado destacable de este estudio fue el<br />
modelo de ECP a partir de los patrones de las 8 certificaciones<br />
revisadas en América Latina. Aunque la<br />
profundidad del estudio, tanto en cobertura geográfica<br />
como en participación de las entidades responsables,<br />
no permite proponerlo como único modelo válido,<br />
si es una guía representativa a nivel continental.<br />
Las características generales y el marco de administración<br />
de las 8 ECP revisadas presentan algunas<br />
similitudes, aunque solo dos campos fueron casi<br />
homogéneos: la cobertura de la certificación (Figura<br />
2A), en que sobresale el nivel nacional, y la voluntariedad<br />
de esta herramienta de gestión de playas (Figura<br />
2B). De resto se destaca la reciente aplicación<br />
de los ECP en América Latina, siendo la certificación<br />
uruguaya, Playa Natural, la primera en crearse en<br />
2003 (Figura 2C) y la vigencia de las certificaciones<br />
que varía entre 1 y 3 años en todos los casos (Figura<br />
2D). La tabla 1 resume las características generales<br />
y algunos aspectos del marco de administración.<br />
Especial atención se prestó al resultado de las entidades<br />
responsables o promotoras de cada ECP. Se<br />
esperaba que las entidades públicas, como alcaldías<br />
o autoridades ambientales, fueran las responsables<br />
de todas las certificaciones y por ende las promotoras<br />
de su aplicación, sin embargo las ONG ambientales<br />
y los institutos nacionales de normalización cumplen<br />
esta función con amplia frecuencia (Figura 2E).<br />
En relación a la estructura de cada certificación (Figura<br />
3), se encontraron dos patrones de organización<br />
dominantes: 1. Secuencia ordenada de pasos; y<br />
2. Paquete de categorías. El primer patrón se caracteriza<br />
por la necesidad de evaluar cada categoría en<br />
un orden definido, haciendo secuencial la revisión de<br />
los aspectos de conformidad. Este patrón se observa<br />
en las certificaciones de México, Perú, Argentina y<br />
Costa Rica. Mientras tanto, en el patrón de paquete<br />
no hay orden definido y se puede evaluar cada categoría<br />
por aparte, como se observa en la certificación<br />
Colombiana, Uruguaya y en Banderas Azules.<br />
La certificación cubana solo tiene una categoría, por<br />
lo cual no hay patrón de organización. La figura 3<br />
presenta la estructura de cada certificación.<br />
A pesar de esta reducida variedad de estructuras<br />
de organización, se encontró una amplia diversidad<br />
de categorías en las que estaban agrupados los<br />
requerimientos a evaluar. Aunque los aspectos de<br />
conformidad relacionados con calidad ambiental y<br />
servicios turísticos fueron los más numerosos, hubo<br />
requerimientos desde información a los turistas hasta<br />
relativos al sistema de documentación del órgano<br />
que gestionaba la playa. Finalmente, se agruparon<br />
los 96 aspectos de conformidad encontrados en las<br />
siguientes categorías: 1. Requerimientos ambientales;<br />
2. Requerimientos de servicios; 3. Requerimientos<br />
de seguridad; 4. Requerimientos de educación e<br />
información; 5. Requerimientos de manejo; 6. Otros<br />
requerimientos.<br />
En relación a la distribución promedio de los ECP<br />
en América Latina (figura 4), en la primera categoría,<br />
la más numerosa en aspectos de conformidad, se<br />
incluyeron todos los aspectos relativos a la calidad<br />
ambiental y sanitaria de la playa, es decir aquellos<br />
que se podían medir por medio de parámetros ambientales<br />
o por estudios de la estructura ecológica<br />
del sistema natural. La segunda categoría se relaciona<br />
con todos los servicios públicos y privados que se<br />
prestan al turista directamente en la playa; se exceptúan<br />
aquellos relacionados con aspectos de seguridad,<br />
los cuales se agruparon en la tercera categoría.<br />
Se debe destacar que seguridad se refiere tanto a<br />
seguridad física de los usuarios de la playa, como<br />
54 <strong>Costas</strong> - <strong>Vol</strong>. 1 - Nº.1 - Julio 2012