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ESTADO DE LAS CIUDADES ESTADO DE LAS CIUDADES

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<strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

<strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE<br />

SOLACC


<strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S<br />

<strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Copyright © Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, (ONU-HABITAT), 2010.<br />

Todos los derechos reservados.<br />

Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT)<br />

Oficina Regional para América Latina y el Caribe (ROLAC)<br />

Rua Rumânia no. 20, Rio de Janeiro, RJ – Brasil. CEP. 22240-140<br />

Tel +5521 3235-8550<br />

Fax +55 21 3235-8566<br />

E-mail: rolac@onuhabitat.org<br />

www.onuhabitat.org<br />

EXENCIÓN <strong>DE</strong> RESPONSABILIDAD<br />

Las designaciones empleadas y la presentación del material en el presente informe no implican la expresión de ninguna manera de la<br />

Secretaría de las Naciones Unidas con referencia al estatus legal de cualquier país, territorio, ciudad o área, o de sus autoridades, o relativas<br />

a la delimitación de sus fronteras o límites, o en lo que hace a sus sistemas económicos o grado de desarrollo. Los análisis, conclusiones<br />

y recomendaciones del presente informe no necesariamente reflejan el punto de vista del Programa de Asentamientos Humanos de las<br />

Naciones Unidas o de su Consejo de Administración.<br />

El informe se elaboró con los datos oficiales proporcionados por los gobiernos que los enviaron y con información adicional obtenida<br />

de las bases de datos y los trabajos adelantados por la CEPAL, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Programa de<br />

las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD y ONU-HABITAT, entre otros. Las ciudades y los países están invitados a actualizar los<br />

datos relevantes para ellos. Es importante tener en cuenta que los datos y la información varían de acuerdo con la definición y las fuentes<br />

consultadas. La información contenida se proporciona sin garantía de ningún tipo, ya sea expresa o implícita, incluyendo, sin limitación,<br />

las garantías de comerciabilidad y adecuación para un propósito particular. ONU-HABITAT no da ninguna garantía en cuanto a la<br />

exactitud o la exhaustividad de dicha información. Bajo ninguna circunstancia, ONU-HABITAT será responsable por cualquier pérdida,<br />

daño, responsabilidad o gasto incurrido o sufrido que se afirme sea resultado del uso de este informe, incluyendo, sin limitación, cualquier<br />

defecto, error, omisión con respecto a la misma. El uso de este informe está bajo la responsabilidad del lector. Bajo ninguna circunstancia,<br />

ONU-HABITAT y sus afiliados serán responsables por cualquier daño directo, indirecto, incidental, especial o consecuente, incluso si<br />

ONU-HABITAT ha sido advertido de la posibilidad de tales daños.<br />

4


Presentación ONU-HABITAT<br />

Es un gran placer para la Oficina Regional para América Latina y el Caribe del Programa<br />

de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos, ONU-HABITAT, presentar el primer<br />

avance de lo que será el libro sobre el resultado de las ciudades de América Latina y el Caribe,<br />

gracias a un esfuerzo cooperativo entre ONU-HABITAT, la Asamblea General de Ministros y<br />

Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo para América Latina y el Caribe, MINURVI<br />

y la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios y Asociaciones de Gobiernos Locales,<br />

FLACMA.<br />

Este es el primer esfuerzo de lo que esperamos será un proceso en la búsqueda de información y<br />

análisis sobre las ciudades de la región que dará lugar a una serie de publicaciones que tendrán lugar<br />

cada dos años. La primera edición será presentada en la próxima reunión de la Asamblea General de<br />

Ministros y Autoridades Máximas de la Vivienda y el Urbanismo para América Latina y el Caribe,<br />

MINURVI.<br />

El propósito de esta serie de publicaciones es generar herramientas y una plataforma para el debate<br />

sobre temas urbanos en América Latina y el Caribe. Nuestro objetivo es impulsar y enfocar a los<br />

gobiernos nacionales, subnacionales y locales, asi como a otros actores interesados en las temáticas de<br />

los asentamientos humanos y el desarrollo urbano sustentable.<br />

Esperamos promover nuevas formas de pensamiento sobre la urbanización sustentable, sus<br />

problemas y sus retos a través de cifras, información y análisis en temas de vivienda, desarrollo urbano<br />

y gobernanza en una nueva era de globalización.<br />

La urbanización en la región de América Latina, contraria al Caribe ha sido una de las primeras en<br />

desarrollarse aceleradamente comparada con otras regiones del mundo. La rápida urbanización aunada<br />

la tecnología y los medios de transporte dieron a las ciudades latinoamericanas conformaciones y<br />

escalas nunca antes vistas en la historia de la humanidad, y estas formas son hoy replicadas en otras<br />

regiones de Asia y África, de ahí la importancia de conocer mejor estos procesos y sus consecuencias.<br />

En contraste, el Caribe se ha desarrollado de forma abierta e insipiente integrando la urbanización<br />

en el campo, generando formas urbanas dispersas que requieren estudios y propuestas diferenciadas<br />

del resto de la región y por ende requieren de información y cifras adecuadas y consistentes con esta<br />

diferenciación.<br />

Este primer esfuerzo presenta los temas que serán desarrollados en las publicaciones a través<br />

del tiempo, desde un enfoque conceptual y hemos invitado expertos en cada uno de los temas para<br />

ser desarrollados. Los temas de población y urbanización, el papel económico de las ciudades, el<br />

desarrollo social, la pobreza urbana y las condiciones de la vivienda, los retos urbano ambientales, así<br />

como los sistemas de gobernanza urbana y fortalecimiento local nos ayudaran a explicar las tendencias<br />

y diferencias de la región así como sus complejidades para llegar a un balance de las ciudades<br />

latinoamericanas y caribeñas.<br />

Queremos agradecer a todos los que colaboraron en esta edición, por sus visiones, contribuciones<br />

y cooperación e invitar a los países a redoblar esfuerzos para conocer mejor nuestras ciudades, sus<br />

problemas pero sobre todo compartir sus buenas soluciones.<br />

ONU-HABITAT, ROLAC<br />

V


Presentación minurvi<br />

La iniciativa de la Oficina Regional América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas<br />

para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT, ROLAC) de realizar un diagnostico del estado<br />

de las ciudades de América Latina y el Caribe nos brinda la posibilidad de contar por primera vez con<br />

un informe que contemple los rasgos particulares que nos caracterizan entre las regiones del mundo:<br />

un alto nivel de urbanización con fuertes asimetrías entre países, una gran desigualdad social que se<br />

refleja en la alta incidencia de los asentamientos informales en el territorio de nuestras ciudades y los<br />

dispares avances en políticas de descentralización en función del marco constitucional de cada uno de<br />

los estados.<br />

MINURVI apoyó desde el primer momento esta iniciativa en el entendimiento que si bien<br />

todos los países cuentan con diagnósticos nacionales mas o menos precisos que les permiten tener<br />

conocimiento de sus realidades, en muchos casos estos diagnósticos no posibilitan tener una idea<br />

acabada de cual es su situación en el contexto continental, dado que por lo general, la metodología<br />

utilizada impide con frecuencia una adecuada comparación.<br />

Tener a nuestra disposición una radiografía del estado actual de nuestras ciudades en el contexto<br />

de la región nos servirá para conocer la efectividad de las líneas de acción aplicadas y diseñar futuras<br />

políticas públicas más eficientes y efectivas.<br />

Arq. Luis Alberto Bontempo<br />

Presidencia MINURVI<br />

VI


Presentación FLACMA<br />

Las ciudades latinoamericanas que habitamos, profundamente complejas por sus dimensiones<br />

múltiples, por sus conflictos, por sus interacciones y por las oportunidades que generan; reflejan<br />

intensamente las sociedades a las que ellas se pertenecen y las expresan: en sus propios territorios,<br />

en las presiones que ejercen sobre el ambiente que soportan las actividades de sus habitantes, en sus<br />

prácticas sociales y en las formas en las que se mezclan y se potencian las diversidades culturales que<br />

las integran.<br />

Son, cada vez más claramente los nudos, en los que se atan las posibilidades de desarrollo, equidad<br />

y democracia, de los factores que constituyen las sociedades y lo son, más allá de las determinaciones<br />

fronterizas de las concentraciones urbanas, de los países y los estados, pues sus relaciones no se<br />

restringen a lo espacial, ya que simultáneamente interactúan en lo local, en lo nacional y en lo global.<br />

Como una síntesis expresiva de esta realidad, sus gobiernos locales, son también más complejos<br />

al tenor de las demandas que soportan y que van desde lo vecinal, cotidiano e inmediato, hasta lo<br />

transfronterizo, lo estratégico, y lo no predecible.<br />

Lo hacen, para hacer posible el mantenimiento de la cohesión social, el acceso a los derechos<br />

básicos de los ciudadanos y la práctica de la gobernanza enriquecedora.<br />

La Oficina Regional América Latina y el Caribe del Programa de Naciones Unidas para los<br />

Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT, ROLAC) propuso esta lectura desde varios enfoques (la<br />

economía, la perspectiva ambiental, la mirada de la gobernabilidad y la descentralización, el punto<br />

de vista de la distribución y la pobreza, la vivienda y otros de similar envergadura), trabajados por<br />

diversos expertos. Acertada decisión metodológica que mejor nos aproxima a la problemática y nos<br />

desafía a la reflexión.<br />

A esta iniciativa se sumó desde el inicio la Federación Latinoamericana de Ciudades, Municipios<br />

y Asociaciones de Gobiernos Locales, FLACMA, consciente de que las tareas de esta magnitud<br />

requieren la unidad de nuestros esfuerzos.<br />

Dr. Guillermo Tapia Nicola<br />

Secretario Ejecutivo de FLACMA<br />

VII


CRÉDITOS<br />

Director: Eduardo López Moreno<br />

Coordinadora: Cecilia Martínez Leal<br />

Asistente de Coordinación: María Alejandra Rico Falla<br />

Editor: Fabio Giraldo Isaza.<br />

Autores: Fabio Giraldo Isaza (El Estado de las Ciudades en América Latina y el Caribe: Urbanización, Desarrollo Humano y Democracia),<br />

Alan Gilbert (Población y Urbanización), Cesar Ferrari (El Papel Económico de las Ciudades), Jorge Torres (Pobreza Urbana y<br />

Condiciones de Vivienda), Clara Irazábal (Retos Urbanos Ambientales) , Néstor Vega y Diego Peña (La Gobernabilidad y la Democracia<br />

en la Ciudad Latinoamericana del Siglo XXI).<br />

Contribuciones generales: Nora Steinbrun, Malka Hancevich Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios<br />

(Argentina); Julia Bittencourt, Ministerio das Cidades (Brasil); Sergio León, Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Chile); Gustavo<br />

Carrión, Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Territorial (Colombia); César Díaz, Ministerio de Vivienda y Asentamientos Humanos<br />

(Costa Rica); Loida Obregón, Instituto Nacional de la Vivienda (Cuba); René Ayala, Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano<br />

(El Salvador); Rodrigo González, Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda (Ecuador); Mayo Carrasco, Ministerio de Obras Públicas,<br />

Transporte y Vivienda (Honduras); Paula Parkes, Ministry of Water and Housing (Jamaica); Miguel Hernández, Comisión Nacional de<br />

Vivienda, (México); Francisco Knapps , Consejo Nacional de la Vivienda (Paraguay); Juan Sarmiento Soto, Viceministerio de Vivienda<br />

y Urbanismo (Perú); Tilsa Gómez, Instituto Nacional de Vivienda (República Dominicana); Sandra Rodríguez, Dirección Nacional<br />

de Vivienda, (Uruguay); Guillermo Tapia, FLACMA; Luis Alberto Bontempo, Lidia Mabel Martínez, Natalia Jimena Saá, Secretaría<br />

Técnica MINURVI (2009), Presidencia MINURVI (2010); Gerardo Rolón Pose, Cistina Zárate, Secretaría Técnica MINURVI (2010);<br />

Jean Christophe Adrian, Cities Alliance; Chris Schmelzer, Agencia de Cooperación Técnica Alemana; Fernando Patiño, ONU-HABITAT<br />

(Colombia); Ileana Ramírez, ONU-HABITAT (Costa Rica); Marilyn Fernandez, ONU-HABITAT (Cuba); Mónica Quintana, ONU-<br />

HABITAT (Ecuador); María Dolores Franco Delgado, ONU-HABITAT (México); Julio Norori Gomez, ONU -HABITAT (Nicaragua);<br />

Manuel Manrique, ONU-HABITAT, ROLAC; Carl Philipp Schuck, ONU-HABITAT, ROLAC.<br />

Consejo Editorial Internacional: Alberto Paranhos, ONU-HABITAT; ROLAC, Fernando Patiño, ONU-HABITAT (Colombia);<br />

Raquel Szalachman, CEPAL; Paula Parkes, Ministry of Water and Housing (Jamaica); Nelson Toca, Secretaría de Estado de Economía,<br />

Planificación y Desarrollo (República Dominicana), Ramón González Coronel, Consejo Nacional de la Vivienda (Paraguay) en<br />

representación de MINURVI; Lorena Zárate, Coalición Internacional para el Hábitat, Oficina Regional para América Latina (HIC-<br />

AL); Alejandro Bayona, Augusto Pinto, Departamento Nacional de Planeación (Colombia), Alfredo Bateman, Secretaria de Desarrollo<br />

Económico de Bogotá(Colombia); Diana Puerta, Jon García,<br />

ONU –HABITAT (Colombia).<br />

Creación y diseño: Frederico Vieira.<br />

Revisión: ONU-HABITAT, ROLAC<br />

Impresión: Kaique comercio e serviços<br />

Foto de la portada: © Mauricio Hora.<br />

VIII


Índice<br />

El estado de las ciudades de américa latina y el caribe:<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA.. . . . . . . . . . 19<br />

I. Introducción .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21<br />

II. El crecimiento Económico en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26<br />

III. La ciudad y el Cambio Estructural del Proceso de Producción. . . . . . . . . . 35<br />

IV. La Inequidad y los Principales Indicadores Sociales en América Latina . . 42<br />

V. Índice de de Desarrollo Humano-IDH .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48<br />

Tablas<br />

Tabla 1: Población total rural y urbana(En Miles).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23<br />

Tabla 2: Población Mundial de Barrios Marginales por Región (2005) .. . . . . . . . . . . . . . . . . 23<br />

Tabla 3:<br />

Relación entre población y producción en las principales ciudades de<br />

América Latina... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24<br />

Tabla 4: Población América Latina y el Caribe (2005).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26<br />

Tabla 5: PIB total América Latina y el Caribe .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27<br />

Tabla 6: PIB percápita América latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27<br />

Tabla 7: Clasificación de países por su tamaño.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28<br />

Tabla 8:<br />

Participación Porcentual del PIB Países de América Latina y<br />

El Caribe en las economías más ricas <strong>DE</strong>L mundo (2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29<br />

Tabla 9: PIB Países de América Latina y El Caribe (Mill de USD <strong>DE</strong> 2000, 1950-2008). . . . . . . . . 32<br />

Tabla 10:<br />

Tabla 11:<br />

tabla 12:<br />

PIB del Sector Primario (Agricultura y minería) América Latina y El Caribe<br />

(1950-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34<br />

PIB del sector secundario (agua-electricidad, construcción y Industria)<br />

América Latina y el Caribe (1950-2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34<br />

PIB del sector terciario (Comercio, servicios y transporte)<br />

América Latina y el Caribe (1950-2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35<br />

Tabla 13: Ley <strong>DE</strong> Engel. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 37<br />

tabla 14:<br />

PIB percápita de las principales ciudades de América Latina y<br />

el Caribe.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40<br />

Tabla 15: PIB de las principales ciudades de América Latina y El Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . 40<br />

tabla 16:<br />

tabla 17:<br />

Población de las principales ciudades de América Latina y<br />

El Caribe.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41<br />

Clasificación de las Principales Ciudades de América Latina y El Caribe de<br />

acuerdo a su PIB .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41<br />

Tabla 18: Coeficiente de Gini - Total, Urbano y Rural (1999 -2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43<br />

Tabla 19:<br />

Población que vive con menos de E 1 y 2 USD Diarios En<br />

porcentaje (2007). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 45<br />

Tabla 20: Distribución del Ingreso según deciles en América Latina (2008) .. . . . . . . . . . . . . . 46<br />

Tabla 21: El Quintil más Pobre y El quintil más Rico (1990,1998, 2005) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 47<br />

IX


Tabla 22: Evolución del IDH Total América Latina (Promedio).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48<br />

Tabla 23: Esperanza de vida al nacer .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51<br />

Tabla 24: tasas anuales medias de desempleo Y ocupación urbano (2008).. . . . . . . . . . . . . . . 52<br />

Tabla 25: Desempleo Urbano en Ciudades Latinoamericanas (2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55<br />

Tabla 26:<br />

Tendencia de Cobertura de Seguridad Social (salud) en jóvenes entre<br />

15 y 24 años por quintiles de ingreso familiar. Zonas urbanas y rurales<br />

en Porcentaje (2005).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56<br />

Gráficos<br />

Gráfico 1: Participación Porcentual del PIB de los grupos de Países de<br />

América Latina en el PIB mundial (1960-2008) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28<br />

Gráfico 2: Variación Promedio Anual del PIB Países de América Latina<br />

y El Caribe (1950-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30<br />

Gráfico 3: Distribución del PIB de América Latina y El Caribe en<br />

porcentaje (2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30<br />

Gráfico 4: Participación de Brasil, México y Argentina en el PIB de América<br />

LATINA. (1950-2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31<br />

Gráfico 5: Participación de Venezuela, Colombia, Chile y Perú en el PIB de<br />

América Latina. (1950-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31<br />

Gráfico 6: Producto Interno Bruto por Sectores Económicos .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33<br />

Gráfico 7: Participación de los Sectores Primario, Secundario y Terciario en Valor<br />

Agregado Total (1950-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 34<br />

Gráfico 8: Crecimiento Económico y Cambio Estructural .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36<br />

Gráfico 9: Participación sectorial en la economía de los países de ingresos<br />

altos (1970-2005). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36<br />

Gráfico 10: Relación entre urbanización y sectores industria y servicios .. . . . . . . . . . . . . . . . 36<br />

Gráfico 11: Círculo Virtuoso en la Aglomeración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 38<br />

Gráfico 12: Distintos niveles de agregación del análisis económico de la<br />

ciudad-Meso.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 39<br />

Gráfico 13: Caída Absoluta de la Población en los Países de América Latina y El Caribe .. . 42<br />

Gráfico 14: Coeficiente de Gini Brasil, México Argentina (1999-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 43<br />

Gráfico 15: Coeficiente de Gini Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1999-2008) .. . . . . . . . . . . . . . . 44<br />

Gráfico 16: Población que Vive con menos de 1 y 2 Dólares por día (% del<br />

Total de la Población (2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 44<br />

Gráfico 17: Distribución del Ingreso en América Latina, Según quintiles .. . . . . . . . . . . . . . . . . 45<br />

Gráfico 18: Porcentaje del Ingreso, que correspondo al quintil más<br />

pobre (2005)) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 46<br />

Gráfico 19: Evolución del IDH total de América Latina (promedio) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 49<br />

Gráfico 20: Índice de desarrollo Humano Brasil, México, Argentina (1980-2005).. . . . . . . . . . . 49<br />

Gráfico 21: Índice de desarrollo Humano Venezuela, Colombia y Perú (1980-2005).. . . . . . . . 50<br />

Gráfico 22: Esperanza de Vida al nacer Brasil, México, Argentina<br />

(1995-2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 50<br />

Gráfico 23: Esperanza de Vida al nacer Venezuela, Colombia, Chile, Perú<br />

(1995-2010) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 51<br />

Gráfico 24: Tasa de Desempleo (tasas anuales medias, 2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53<br />

Gráfico 25: Tasa de Ocupación (tasas anuales medias, 2008).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 53<br />

GRÁFICO 26: Población Económicamente Activa (PEA) Total en América Latina (2005-2010).. . 54<br />

Gráfico 27: PEA Brasil, México y Argentina .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54<br />

Gráfico 28: PEA Venezuela, Colombia, Chile y Ecuador.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 54<br />

Gráfico 29: PEA TOTAL AMERICA LATINA (2007).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 55<br />

Gráfico 30: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años<br />

(% de población).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 56<br />

Gráfico 31: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años,<br />

según rama de actividad económica (Porcentaje de población).. . . . . . . . . . . . . . 56<br />

nOTAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58<br />

X


POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61<br />

I. TEN<strong>DE</strong>NCIAS <strong>DE</strong> LA POBLACIÓN: CAUSAS Y CONSECUENCIAS.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63<br />

II. TASAS <strong>DE</strong> URBANIZACIÓN: ¿QUÉ TAN URBANA ES LA REGIÓN?.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 64<br />

III.<br />

VI.<br />

CARACTERÍSTICAS <strong>DE</strong>MOGRÁFICAS <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL<br />

CARIBE. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 64<br />

¿<strong>LAS</strong> TEN<strong>DE</strong>NCIAS <strong>DE</strong> LA URBANIZACIÓN ESTÁN GENERANDO INCLUSIÓN Y/O<br />

EXCLUSIÓN?.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66<br />

V. ¿CÓMO MEJORAR LA CALIDAD <strong>DE</strong> VIDA?.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69<br />

VI.<br />

¿CÓMO GARANTIZAR UNA URBANIZACIÓN SOSTENIBLE EN <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> MÁS<br />

RÁPIDO CRECIMIENTO? .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 71<br />

VII. MACROCEFALIA Y CONCENTRACIÓN ESPACIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72<br />

VIII. MIGRACIÓN HACIA <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S Y EL FUTURO <strong>DE</strong>L CAMPO.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 74<br />

IX. REFLEXIONES SOBRE EL FUTURO .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 75<br />

tAB<strong>LAS</strong><br />

Tabla 1: Crecimiento urbano en América Latina y el Caribe (1950-2010).. . . . . . . . . . . . . . . . . 63<br />

Tabla 2: Crecimiento de la población urbana y nacional (1950-2010). . . . . . . . . . . . . . . . . . . 63<br />

Tabla 3: América latina y el Caribe, porcentaje de Participacion Urbano.. . . . . . . . . . . . . . 64<br />

Tabla 4: Urbanización y prosperidad nacional En América Latina y el Caribe.. . . . . . . . . . 64<br />

Tabla 5:<br />

Tabla 6:<br />

Tabla 7:<br />

América Latina y el Caribe: tasa de migración rural-urbana neta con más<br />

de 10 años de edad y el crecimiento de la población urbana, (1980-2000).. . . . . . 65<br />

Empleos “Formales” e “Informales” en áreas urbanas de América Latina<br />

seleccionadas (1990-2005).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 66<br />

Hogares urbanos con servicio de luz, agua y alcantarillado (porcentaje,<br />

1990–2006). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67<br />

Tabla 8: La incidencia de la pobreza en América Latina (1970-2007).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 67<br />

Tabla 9: Pobreza en algunos países de América Latina por entidad.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68<br />

Tabla 10: Bogotá y Santiago, dos ciudades polarizadas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 68<br />

Tabla 11: Calidad de vida urbana por región (2009).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 69<br />

Tabla 12: Crecimiento urbano por tamaño de aglomeración (1985-2015).. . . . . . . . . . . . . . . . 71<br />

Tabla 13: Crecimiento demográfico por tamaño de ciudad (1985-2015).. . . . . . . . . . . . . . . . . . 72<br />

Tabla 14: Crecimiento anual en ciudades con más de 750.000 habitantes (1950-2010). . . . . . 72<br />

Tabla 15:<br />

Concentración de la población nacional en grandes ciudades<br />

(porcentaje, 1950, 1980 y 2010).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72<br />

Tabla 16: Peso demográfico y económico de ciudades importantes en América Latina.. . 73<br />

gRÁFICOS<br />

Gráfico 1: Homicidios en algunas Ciudades Latinoamericanas (2000) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70<br />

RECUADROS<br />

Recuadro 1: Cuba, Un caso excepcional .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77<br />

XI


nOTAS.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA.. . . . . . 79<br />

I. Introducción .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81<br />

II. el papel económico de las ciudades . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 81<br />

III. Estrategias y estructuras económicas en América Latina.. . . . . . . . . . . . . . 81<br />

IV. Apertura y comercio exterior.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 85<br />

V. Estructura económica, rol de ciudades y urbanización.. . . . . . . . . . . . . . . . 89<br />

VI.<br />

América Latina y sus conglomerados poblaciónales y económicos<br />

comparados .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89<br />

VII. PIB per cápita, salarios, ingreso real y pobreza. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91<br />

VIII. Gastos y precios en las ciudades latinoamericanas.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95<br />

IX. la crisis mundial llegó.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97<br />

X. ¿Por qué las economías latinoamericanas son tan afectadas?.. . . . . . . . 101<br />

XII. El problema de la competitividad.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102<br />

XIII. El problema financiero: liquidez, créditos y tasas de interés .. . . . . . . . . . 106<br />

XIV. ¿Qué hacer? Hacia una nueva política económica .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107<br />

XV. Política económica y decisiones locales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 109<br />

Tablas<br />

TABLA 1: Aranceles e importaciones: Resumen y rango de tasas (en %).. . . . . . . . . . . . . . . . . 82<br />

TABLA 2: ESTRUTURA <strong>DE</strong> LA PRODUCCIÓN (en PORCENTAJE <strong>DE</strong>L PIB NACIONAL) .. . . . . . . . . . . . . . . . 83<br />

TABLA 3: Importaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones) .. 86<br />

TABLA 4: exportaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones). . 86<br />

tabla 5: Comercio internacional (en porcentaje del PIB nacional).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 86<br />

tabla 6: Importaciones sectoriales (en % del total de importaciones de mercaderías).. 87<br />

tabla 7: Exportaciones sectoriales (en % del total de exportaciones de mercaderías).. 88<br />

Tabla 8: Población en América Latina (en Millones). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89<br />

Tabla 9: Población Urbana y rural en América Latina (en Millones). . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89<br />

Tabla 10: Ciudades y áreas urbanas con mayor población (2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89<br />

Tabla 11: Ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente (2005).. . . . . . . . . . . . . . 90<br />

Tabla 12: Automóviles de pasajeros por mil personas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90<br />

tabla 13: Ciudades con mayor densidad de población .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91<br />

tabla 14: Concentración poblaciónal en ciudades principales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 91<br />

XII


Tabla 15: PIB per cápita en ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente. . . . 92<br />

Tabla 16: Salarios (marzo 2009).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 92<br />

tabla 17: Ingresos brutos anuales (en USD, marzo 2009).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 93<br />

tabla 18: Poder de compra y tiempo de trabajo recuerido para comprar (Marzo 2009).. 93<br />

Tabla 19:<br />

Pobreza e indigencia (porcentaje total de la población en cada área<br />

geográfica) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 94<br />

Tabla 20: Gastos y precios de bienes (marzo, 2009). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 95<br />

Tabla 21: comparación de déficit cuantitativos sector urbano (%). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96<br />

tabla 22: renta apartamentos por estratos*(Marzo 2009) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 96<br />

Tabla 23: Precio del transporte público (Marzo 2009).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97<br />

tabla 24:<br />

tabla 25:<br />

Producción, precios y empleo (Porcentaje de variación respecto al año<br />

anterior).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 97<br />

Producción, PRECIOS y Empleo en América Latina (Porcentaje <strong>DE</strong> VARIACIÓN<br />

RESPECTO AL Año Anterior). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98<br />

tabla 26: Estructura del Gasto (2007).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 101<br />

tabla 27: Estructura <strong>DE</strong> EXPORTACIONES (Porcentaje del total, 2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 101<br />

tabla 28: el índice big mac (2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104<br />

tabla 29: Tasas de interes para crédito (%).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104<br />

tabla 30: Salários por hora en USD (Marzo 2009) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105<br />

tabla 31: Tasas de impuesto en el mundo.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 105<br />

tabla 32:<br />

tabla 33:<br />

Cálculos de productividad de la mano de obra en el nivel mundial y<br />

regional. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 106<br />

Medio de pago totales (M3) y Crédito doméstico al sector privado<br />

(en PORCENTAJE del PIB). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 107<br />

tabla 34: resultados. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111<br />

Gráficos<br />

Gráfico 1: Precios de las Commodities (en números índices).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98<br />

Gráfico 2: Exportaciones e mundiales.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99<br />

Gráfico 3: Importaciones mundiales .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99<br />

Gráfico 4: pRIVATE AND OFFICIAL NET FLOWS (usd billions) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100<br />

Gráfico 5: Precios de commodities I .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102<br />

Gráfico 6: Precios de commodities II.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 102<br />

RECUADROS<br />

RECUADRO 1: <strong>LAS</strong> Estrategias Económicas en América LATINA.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 84<br />

RECUADRO 2: Producción Primaria y TASA <strong>DE</strong> Cambio: LA Enfermedad holandesa .. . . . . . . . . . 85<br />

RECUADRO 3: CRISIS y ERRORES <strong>DE</strong> Política Económica.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 99<br />

RECUADRO 4: EL Ejemplo <strong>DE</strong> WALT Disney .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 103<br />

RECUADRO 5: Henry Ford, El aumento de la productividad y de los Ingresos compartidos. 107<br />

nOTAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL:<br />

LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA .. . . . . . . . . . 115<br />

I. ANTECE<strong>DE</strong>NTES. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 117<br />

II. MARCO MACROECONÓMICO Y SECTORIAL. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119<br />

III. Condiciones Habitacionales .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .<br />

XIII


IV. EL MERCADO <strong>DE</strong> VIVIENDA.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127<br />

V. LOS MO<strong>DE</strong>LOS <strong>DE</strong> GESTIÓN PÚBLICA SECTORIAL .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 129<br />

VI. POBREZA Y DISTRIBUCIÓN <strong>DE</strong>L INGRESO. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132<br />

Tablas<br />

Tabla 1:<br />

Tabla 2:<br />

Tasa anual de crecimiento del sector de la construcción en los países de<br />

América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118<br />

Participación del sector de la construcción en el PIB en los países de<br />

América Latina (Porcentaje, 1997 – 2008). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 118<br />

Tabla 3: Stock de vivienda en América Latina.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 120<br />

Tabla 4: Tenencia de vivienda en América Latina.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 122<br />

Tabla 5:<br />

Tabla 6:<br />

Tabla 7:<br />

Tabla 8:<br />

Población con acceso a servicios de saneamiento mejorados,<br />

por área urbana y rural (Porcentaje, 2006) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125<br />

Población con acceso sostenible a mejores fuentes de abastecimiento<br />

de agua (%).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 125<br />

Déficit cuantitativo de vivienda en algunos países de América Latina como<br />

porcentaje del total de hogares.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 126<br />

Número de viviendas en construcción por cada 1.000 habitantes<br />

en algunos países de América Latina (2005).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 128<br />

Tabla 9: Gasto público en vivienda como porcentaje del PIB (Bienios).. . . . . . . . . . . . . . . . . 131<br />

Tabla 10: Gasto público social en vivienda por habitante.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 132<br />

Tabla 11: Porcentaje de la población en situación de pobreza e indigencia (2006).. . . . . . 133<br />

TABLA 12:<br />

Tabla 13:<br />

Tabla 14:<br />

Coeficiente de Gini Total para América Latina y El Caribe<br />

(VALORES ENTRE 0 y 1) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134<br />

Coeficiente de Gini Total URBANO para América Latina y El Caribe<br />

(VALORES ENTRE 0 y 1).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134<br />

Coeficiente de Gini Total Rural para América Latina y El Caribe<br />

(VALORES ENTRE 0 y 1) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 134<br />

Tabla 15: Coeficiente de GINI de las principales ciudades de América Latina .. . . . . . . . . . . . 135<br />

Tabla 16: PIB per cápita de las principales ciudades de América Latina y el Caribe .. . . . . . 135<br />

Tabla 17:<br />

Distribución del ingreso de las personas por deciles, según área<br />

geográfica 2008 (Porcentaje del ingreso nacional total).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136<br />

Tabla 18: América Latina, consumo total por habitante (2000).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136<br />

Tabla 19: Clasificación según el Índice de Desarrollo Humano, IDH. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 137<br />

Tabla 20:<br />

Distribución de los hogares según tenencia de vivienda y condición<br />

de pobreza en Colombia (2007) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 138<br />

Gráficos<br />

Gráfico 1: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en América Latina y el Caribe.120<br />

Gráfico 2: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en la Unión Europea .. . . . . . . . 121<br />

Gráfico 3: Disponibilidad de inodoro conectado a alcantarillado en los países de<br />

América Latina. 2007 .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 123<br />

Gráfico 4: Disponibilidad de acueducto por tubería en los países de América Latina<br />

(2007).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124<br />

GRÁFICO 5: DISPONIBILIDAD de energía eléctrica en los países de América Latina (2007) . . . . . 124<br />

Gráfico 6: Proporción de hogares en asentamientos precarios (2003) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 126<br />

Gráfico 7: Espacio público por habitante (m2/habitante, (2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 127<br />

Gráfico 8: Participación del gasto público social en vivienda en el gasto público total.<br />

Países de América Latina. 2006 .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 131<br />

Gráfico 9: Pobreza e indigencia en América Latina. 2006. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 133<br />

XIV


Retos Urbano Ambientales:<br />

Disturbio Climático en América Latina y el Caribe .. . . . . . . . . . 141<br />

I. Latinoamerica y el Caribe: en un punto de inflexión preocupante.. . . . . . 143<br />

II.<br />

diferencias en las responsabilidades y repercusiones entre países y<br />

ciudades de LAC .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145<br />

III. Las diferencias intraciudades .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 149<br />

IV. EL disturbio climático . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 150<br />

V. El disturbio climatico, una oportunidad para la lucha contra la<br />

pobreza.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151<br />

VI. Disturbio climatico frente a los problemas básicos de la ciudad .. . . . . . 152<br />

VII. Impactos en los atributos de la ciudad .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153<br />

Gráficos<br />

GRÁFICO 1. RIESGOS CLIMÁTICOS ESPERADOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y MEDIDAS <strong>DE</strong><br />

CONCORDANCIA ENTRE DIFERENTES MO<strong>DE</strong>LOS CLIMÁTICOS (2030) .. . . . . . . . . . . . . . . . . 144)<br />

GRÁFICO 2: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR USO <strong>DE</strong> TIERRA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE<br />

(2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 145<br />

GRÁFICO 3: HUELLA ECOLÓGICA POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146<br />

GRÁFICO 4: BIOCAPACIDAD POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 147<br />

GRÁFICO 5: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR PERSONA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (1961-<br />

2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148<br />

GRÁFICO 6: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD <strong>ESTADO</strong>S UNIDOS Y HAITÍ (1960-2006) .. . . . . . . . . . 148<br />

GRÁFICO 7: ÍNDICE <strong>DE</strong> <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO ONU Y HUELLA ECOLÓGICA (2006).. . . . . . . . . . . . . . . . . 150<br />

GRÁFICO 8: EFECTOS <strong>DE</strong>L CAMBIO CLIMÁTICO EN LA POBREZA - MUNICIPALIDA<strong>DE</strong>S BRASILERAS .. . . . 151<br />

GRÁFICO 9: <strong>DE</strong>SARROLLO SUSTENTABLE.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 151<br />

GRÁFICO 10. EMISIONES CO2 <strong>DE</strong> EDIFICACIONES (1970-2000-2030).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 154<br />

GRÁFICO 11. COMPARACIÓN <strong>DE</strong> EMISIONES 2007 CON ESCENARIO <strong>DE</strong> MITIGACIÓN 2005-2050 EN EL<br />

MUNDO... . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159<br />

GRÁFICO 12. POTENCIAL <strong>DE</strong> EFICIENCIA ENERGÉTICA PARA CONTRARRESTAR EL CRECIMIENTO <strong>DE</strong> LA<br />

<strong>DE</strong>MANDA ENERGÉTICA EN <strong>ESTADO</strong>S UNIDOS (2007-2030) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 159<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD<br />

LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 165<br />

I. La complejidad urbana.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167<br />

II. ¿Qué ciudades?.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167<br />

III. La gobernabilidad local .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 168<br />

IV. La Descentralización.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169<br />

XV


V. Los Gobiernos de las Ciudades.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 173<br />

VI. Nuevas cuestiones, nuevos actores, nuevas ciudades... . . . . . . . . . . . . . . . . 174<br />

TAB<strong>LAS</strong><br />

tabla 1:<br />

Tabla 2:<br />

territorialización municipal de los servicios urbanos, equipamientos sociales y<br />

tributos en américa latina y el caribe.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 171<br />

Gasto Municipal en el Gasto Gubernamental Total en América Latina<br />

(Indicador Actualizado de Descentralización Fiscal).. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172<br />

gRÁFICOS<br />

Gráfico 1: Gobernabilidad y descentralización .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 169<br />

gráfico 2: Decentralización administrativa en américa latina (2007) .. . . . . . . . . . . . . . . . . . 170<br />

Grafico 3: Países con gobiernos locales electos en américa latina. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 172<br />

Cuadros<br />

Recuadro 1: Nomenclatura de Territorios en Países de América Latina.. . . . . . . . . . . . . . . . . . 166<br />

Recuadro 2: Funciones de los Alcaldes en Países de América Latina.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 167<br />

Conclusiones Y RECOMENDACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 179<br />

Anexo Estadistico.. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 187<br />

Anexo 1<br />

Resumen de la información Básica de América Latina Y el caribe, por .. . . . .<br />

fuente y años a partir de 1950. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 189<br />

Anexo 2<br />

Cuestionário SOLACC. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 190<br />

Anexo 3<br />

Principales Estadísticas de América Latina y el Caribe. . . . . . . . . . . . . . . . . . 195<br />

Bibliografía .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 199<br />

XVI


XVII


XVIII<br />

<strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


El estado de las ciudades de<br />

américa latina y el caribe<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO<br />

Y <strong>DE</strong>MOCRACIA<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 19


20 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Introducción<br />

En el 2009, si tomamos este año como referente para<br />

situar la más grande crisis del sistema económico desde los<br />

años 30 y pensamos que tan sólo hace 20 años, en 1989, el<br />

mundo se había estremecido con la caída del comunismo<br />

y la posterior disolución de la Unión Soviética, debemos<br />

aceptar que muchas de las ideologías que nos han servido<br />

como compañeras durante todos estos años han entrado<br />

en cuestión y replanteamiento. Caído el muro de Berlín, el<br />

avance progresivo de las democracias ya no se percibe como<br />

una fuerza incuestionable. La crisis económica impacta<br />

la gobernabilidad política y plantea nuevos desafíos a las<br />

estructuras de poder.<br />

Las crisis de baja intensidad son una constante de los<br />

sistemas de mercado, son los mecanismos que éste tiene<br />

para ajustar los desequilibrios entre la oferta y la demanda.<br />

Muy por el contrario, las crisis económicas que impactan<br />

al conjunto de la sociedad se dan durante períodos más<br />

largos, denominados por el gran economista austríaco<br />

Joseph Schumpeter (Shumpeter, 1968), como ciclos<br />

de “destrucción creativa”, que por su gran impacto, se<br />

van convirtiendo en temas obligados de la conversación<br />

cotidiana, olvidando en muchos casos que la historia de las<br />

sociedades es escencialmente creación y destrucción hecha<br />

por nosotros los seres humano.<br />

Los ajustes de oferta y demanda están incorporados<br />

a nuestra vida cotidiana, pero los que amenazan nuestra<br />

estabilidad pueden llevarnos a vivir menos bien que antes<br />

y lo que es más crucial, a vivir con pánico y temor a un<br />

futuro inmediato con mayores dificultades y privaciones.<br />

Son crisis sistémicas que al afectar el conjunto de las<br />

instituciones de la sociedad generan desconfianza e<br />

inseguridad, convirtiéndose en muchos casos, en el caldo de<br />

cultivo para que progresen ideas fundamentalistas no sólo<br />

en lo económico y político sino en lo cultural.<br />

Lo anterior es de enorme importancia para entender el<br />

marco en el que necesariamente se tendrá que desenvolver<br />

en el futuro la vida en nuestras ciudades. Muchas de las<br />

esperanzas que la humanidad se había forjado para superar<br />

los viejos problemas, deberán postergarse hasta que el débil<br />

motor de la economía mundial sea reparado. El atractivo<br />

de la mezcla de bienestar y libertad logrado en muchos<br />

lugares de América Latina ya no se podrá sostener con tanto<br />

ahínco, y es previsible que aquellas viejas plagas de nuestras<br />

democracias liberales realmente existentes, los totalitarismos<br />

y populismos, emerjan en una nueva oleada ante la alta<br />

vulnerabilidad que presentan los países de la región frente a<br />

la caída de la producción en los ciclos económicos.<br />

Tendremos que seguir conviviendo con las dolencias<br />

propias de unas economías frágiles, pero no podemos<br />

ahorrar esfuerzos en nuestros propósitos de tratar de<br />

construir ciudades más democráticas, sostenibles y vivibles,<br />

no solamente para los individuos y las colectividades, sino<br />

para el planeta en su conjunto, incluyendo sus ecosistemas<br />

y las estructuras complejas que la soportan. El sistema que<br />

hemos venido construyendo a través de la historia, si no<br />

recibe fuertes ajustes, no podrá resolver sus dolencias. Los<br />

problemas vitales que nos acechan son múltiples y nuestros<br />

acuerdos políticos son incapaces por sí mismos de atender<br />

el peligro nuclear, la degradación de la biosfera, la crisis<br />

alimentaria, los viejos conflictos religiosos y las cada vez<br />

más recurrentes y desestabilizadoras crisis económico –<br />

financieras.<br />

Al asumir la disyuntiva que nos plantea recientemente<br />

Edgar Morín entre lo probable, la desintegración, y lo<br />

improbable, aunque posible, la metamorfosis, optamos por<br />

esta última por considerar con el propio Morín que dicha<br />

idea es más rica que la de revolución, contiene la radicalidad<br />

transformadora de esta, pero vinculada a la conservación –<br />

de la vida o de la herencia de las culturas-, deshaciéndonos<br />

de las alternativas reductoras a las que nos obliga el mundo<br />

de conocimiento y pensamiento hegemónico: es necesario,<br />

al mismo tiempo, mundializar y desmundializar, crecer y<br />

decrecer, desplegar y replegar (Morin, 2010).<br />

El ocaso de las ideologías extremas es una nueva<br />

ocasión para tomar conciencia de la gran fragilidad<br />

de las instituciones humanas, y al mismo tiempo, una<br />

oportunidad para indagar sobre las fallas de la democracia<br />

real y su capacidad para asumir los retos de un mundo que<br />

se moderniza de la mano de una economía sin controles,<br />

haciéndonos tomar conciencia de que si se gobierna sin una<br />

democracia inclusiva, -aquella donde se dé un goce efectivo<br />

de derechos-, esta carece de legitimidad y tiene dificultades<br />

de gobernabilidad. El arreglo democrático debe jugarse<br />

con resultados ciertos que eleven el nivel de vida, no sólo<br />

material sino psíquico en los asentamientos humanos.<br />

Además de ser un lugar físico geográfico, el territorio<br />

es un hecho histórico social: un espacio de complejas<br />

relaciones humanas configuradas a través de un medio<br />

ambiente, mediado por intercambios realizados no<br />

siempre en cooperación, sino en la mayoría de los casos<br />

en competencia, guiada por el beneficio individual.<br />

Los territorios y ciudades expresan en su manera de<br />

ser habitados y moldeados para la vida societaria, las<br />

condiciones objetivas y subjetivas de los seres humanos; son<br />

para decirlo escuetamente hechos, “realidades”, dimensiones<br />

físico instrumentales cohesionadas por valores. El territorio<br />

simboliza con el tratamiento que le demos la forma como<br />

la ciudad expresa su cohesión y hace visibles sus tensiones<br />

en la producción y la distribución, en la política y en la<br />

economía.<br />

La crisis abre un desafío colosal al ejercicio del poder en<br />

todas las instancias, incluidos los poderes locales, que son<br />

quienes con mayor fuerza deben atender los peligros de una<br />

catástrofe ecológica que amenaza con dañar severamente la<br />

especie humana y sus entornos. El mundo a nivel general y<br />

los territorios en su forma más particular, los municipios,<br />

son epicentros de las evoluciones y convulsiones en que<br />

estamos inmersos y esto conlleva un replanteamiento<br />

de la articulación entre el desarrollo humano territorial<br />

y la democracia política existente a partir de cada una<br />

de nuestras experiencias históricas, sin olvidar que no<br />

podemos mejorar nuestras instituciones políticas si no<br />

abordamos los problemas de desigualdad y pobreza, de<br />

exclusión y fragmentación en la región más desigual del<br />

mundo: América Latina.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 21


Como lo ha venido señalando de tiempo atrás el<br />

PNUD, en América Latina 1 se han vivido experiencias<br />

controvertidas de desarrollo y democracia. Hemos avanzado<br />

en la consolidación de formas democráticas de diversa<br />

intensidad y en no pocos casos experimentando serios<br />

problemas que amenazan su continuidad; el principal de<br />

ellos, un grave marco de inequidad y pobreza que ha llevado<br />

a muchos a preguntarse si puede subsistir la democracia sin<br />

un goce efectivo de los derechos para su población.<br />

La profunda inequidad del manejo del poder en<br />

la región, lleva a una situación de ilegitimidad que no<br />

solamente corroe las entrañas de la sociedad, sino que<br />

debilita la propia democracia, demandando nuevas acciones<br />

políticas. El papel de las ciudades en un mundo global<br />

en crisis es crucial, en ellas sin mercados y economías<br />

operando no hay armonía ciudadana, pero la economía no<br />

es ni el territorio ni la sociedad. Producida la hecatombe,<br />

la “mano invisible”, reclama a la política, exige al Estado<br />

que intervenga para salvar el mercado, no sólo al financiero,<br />

sino a la totalidad del sistema (González, 2009 p. XV).<br />

No podemos errar el camino. El desarrollo humano en<br />

los territorios, en tanto ampliación de las oportunidades<br />

de las personas, permite que nos aprovechemos de las<br />

bondades del mercado direccionando sus resultados a favor<br />

de los más pobres. La revolución tecnológica que ha roto las<br />

barreras del tiempo y el espacio en la comunicación, no es<br />

un fenómeno reversible. El mundo del mercado como nos<br />

lo recordara recientemente Amartya Sen, “no es tan bueno<br />

como dice la tecnocracia financiera internacional, pero<br />

tampoco es tan malo como afirman sus críticos” (Sen, 2008<br />

p. 22).<br />

Los ciudadanos de acuerdo a muchos sondeos, hacen<br />

valoraciones negativas sobre la capacidad del sistema<br />

democrático para solucionar las crisis económicas. El<br />

deterioro de las condiciones de vida ligado a las altas<br />

tasas de desempleo, empobrecimiento y pérdida de<br />

bienestar así como las inseguridades de todo tipo que se<br />

ven multiplicadas por la crisis, nos llevan a redescubrir<br />

la necesidad de instituciones eficaces que redunden en<br />

certidumbre y disminuyan los costos de transacción dando<br />

estabilidad y cohesión social.<br />

Muchos dudan de que las instituciones puedan<br />

funcionar bien en un mundo globalizado. Somos testigos de<br />

un colapso de la confianza y de un preocupante retroceso<br />

de la democracia como arreglo político, lo que nos ha<br />

llevado a poner el foco en la capacidad de gobernabilidad<br />

de los territorios en un mundo global. Empero, para<br />

despejar dudas, es bueno traer a cuento lo que sostiene<br />

el ex presidente de la república del Brasil, Sr. Fernando<br />

Enrique Cardozo, para quien: “de la misma forma que<br />

la globalización no significó el fin de la historia, la crisis<br />

no significará el fin de la globalización. Puede significar<br />

la transición para una nueva etapa, impulsada por una<br />

interrelación más dinámica entre sociedad y política,<br />

economía y cultura” (Cardoso, 2009, p. 4) . Su curso<br />

dependerá de nosotros, de nuestra autonomía individual y<br />

colectiva.<br />

Desarrollo humano como libertad y democracia<br />

política entendida como gobierno mediante la discusión<br />

para resolver las confrontaciones entre hechos y valores,<br />

son temas recurrentes en nuestros países y pese a sus<br />

dificultades, nos alertan sobre paraísos que se materializan<br />

en infiernos y de ideales que no solo fracasan sino que se<br />

vuelven contra nosotros. El ideal democrático no tiene rival<br />

en América Latina, pero los gobiernos que lo reivindican<br />

están expuestos permanentemente a la confrontación y la<br />

crítica. Este es su modus vivendi.<br />

Históricamente, como sostiene Pierre Rosanvallon, la<br />

democracia se ha manifestado siempre como una promesa<br />

y un problema a la vez. Promesa de un régimen acorde con<br />

las necesidades de la sociedad, fundadas sobre la realización<br />

de un doble imperativo de igualdad y autonomía, problema<br />

de una realidad que a menudo está lejos de haber satisfecho<br />

estos nobles ideales. El proyecto democrático ha quedado<br />

siempre incumplido en la realización plena de los ideales,<br />

pero es el mejor acuerdo societario para resolver nuestros<br />

necesarios e inevitables conflictos: “en cierto sentido, jamás<br />

hemos conocido regímenes plenamente “democráticos”,<br />

en la acepción más rigurosa del término. Las democracias<br />

realmente existentes han quedado inacabadas o incluso<br />

confiscadas, en proporciones muy variables según cada<br />

caso” (Rosanvallon, 2007, p. 22). Justicia y equidad<br />

son valores perseguidos por gobiernos que acceden al<br />

poder en democracia, que por su propia naturaleza, son<br />

creaciones imperfectas: La existencia de las democracias<br />

reales es indisoluble de una tensión y un cuestionamiento<br />

permanentes.<br />

América latina es una región atravesada por diversas<br />

paradojas. Por momentos se cree que se han instalado<br />

gobiernos democráticos al tiempo que, como se señaló, se<br />

mantienen profundas desigualdades con niveles de pobreza<br />

lacerantes pero en muchos casos ocultas, con crecimientos<br />

económicos cíclicos e insuficientes y en unos territorios<br />

donde a pesar de la extensión de la democracia, sus raíces<br />

efectivas por la persistencia de la inequidad, no son solidas<br />

ni profundas: “Sin una comprensión de la política como<br />

fuerza que da vida al desarrollo y a la democracia, es<br />

imposible el logro de las metas que nos hemos propuesto.<br />

Por eso es fundamental revalorizar la política como<br />

creadora de sentido en el marco de un orden social más<br />

justo” (Grynstan, 2008, p. 25).<br />

Podemos decir que se ha cerrado una era, abriéndose<br />

al mismo tiempo una nueva, donde la incertidumbre<br />

estará acompañando las posibilidades del ser humano para<br />

gobernarse autónomamente. Esperemos que se corrijan<br />

drásticamente los poderes desatados por la globalización<br />

financiera en red, causante de la crisis sistémica planetaria<br />

en la cual aún estamos inmersos. Tarea compleja la de los<br />

tiempos presentes caracterizados igualmente por un mundo<br />

que por primera vez en la historia de la humanidad se volvió<br />

urbano y lo hará cada vez más, a ritmos e intensidades de<br />

mayor profundidad.<br />

En efecto, el mundo se urbaniza a ritmos sin<br />

precedentes. En 1900, la población urbana era el 13%<br />

(220 millones). Para 1950, el 29,1% (732 millones). En<br />

el 2005, el 49% de la población vivía en asentamientos<br />

urbanos (3.171 millones) (tabla 1). ONU-HABITAT,<br />

estima que la población en las zonas urbanas aumenta a<br />

razón de 70 millones de personas cada año, lo que equivale<br />

aproximadamente a una nueva ciudad del tamaño de Tokio,<br />

22 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


México y Nueva York. Para el año 2030, cerca del 61%<br />

de la población mundial vivirá en ciudades, agregando un<br />

millón de residentes en las ciudades por año. La escala y<br />

el ritmo de este crecimiento plantean desafíos políticos,<br />

económicos-sociales y culturales-medioambientales de gran<br />

trascendencia.<br />

Tabla 1: Población total rural y urbana<br />

(En Miles)<br />

Año<br />

Población<br />

total<br />

Población<br />

rural<br />

Población<br />

urbana<br />

%<br />

urbana<br />

%<br />

rural<br />

1950 2,518,629 1,785,900 732,729 29.1 70.9<br />

1955 2,755,823 1,903,755 852,068 30.9 69.1<br />

1960 3,021,475 2,028,721 992,753 32.9 67.1<br />

1965 3,334,874 2,176,887 1,157,987 34.7 65.3<br />

1970 3,692,492 2,362,944 1,329,548 36.0 64.0<br />

1975 4,068,109 2,551,782 1,516,326 37.3 62.7<br />

1980 4,434,682 2,697,838 1,736,844 39.2 60.8<br />

1985 4,830,979 2,846,461 1,984,517 41.1 58.9<br />

1990 5,263,593 2,990,352 2,273,241 43.2 56.8<br />

1995 5,674,380 3,117,518 2,556,862 45.1 54.9<br />

2000 6,070,581 3,213,654 2,856,927 47.1 52.9<br />

2003 6,301,463 3,,257,563 3,043,900 48.3 51.7<br />

2005 6,453,628 3,281,638 3,171,990 49.2 50.8<br />

2010 6,830,283 3,324,936 3,505,347 51.3 48.7<br />

2015 7,197,247 3,341,377 3,855,870 53.6 46.4<br />

2020 7,540,237 3,324,840 4,215,397 55.9 44.1<br />

2025 7,851,455 3,272,264 4,579,192 58.3 41.7<br />

2030 8,130,149 3,185,470 4,944,679 60.8 39.2<br />

Fuente: Naciones Unidas. Fondo de población. World urbanization<br />

prospects 2005.<br />

Las tendencias poblaciónales en curso, nos indican<br />

claramente, cómo lo más específico de la sociedad<br />

contemporánea ocurre al interior de nuestras ciudades.<br />

De tiempo atrás es sabido cómo las urbes atraen por<br />

su gran capacidad concentradora de potencialidades<br />

para mejorar la calidad de vida y el bienestar humano,<br />

fruto de la aglomeración. En la actualidad, la mayoría<br />

de las personas vive en ciudades y lo hace de forma muy<br />

particular: representan sólo el 2% de la superficie del suelo<br />

en el mundo, pero son responsables de más del 80% de la<br />

emisión global de gases con efecto invernadero y esto nos<br />

lleva a la convicción de que el impacto del cambio climático<br />

en ciudades y pueblos, así como la dependencia de fuentes<br />

sólidas de combustible, son algunos de los problemas más<br />

difíciles a los que se enfrentan urbanistas y gestores urbanos<br />

que intentan organizar ciudades inteligentes y sostenibles<br />

(Gotelin, 2009, p. 9).<br />

Adicionalmente, se prevé que en el futuro uno de cada<br />

tres habitantes del planeta, no sólo tendrá vivienda precaria,<br />

sino que carecerá de muchos de los servicios básicos. ONU<br />

HABITAT estima que habrá un aumento de demanda<br />

mundial de viviendas de 2003 hasta 2030 para satisfacer<br />

las necesidades de un aumento anual de población de<br />

70 millones de personas, un número que equivale a 7<br />

megaciudades nuevas. Esto significa “una ciudad nueva<br />

aproximadamente del tamaño de Hanói, Madrid o Porto<br />

Alegre, es decir, 877.4 millones de hogares nuevos con un<br />

incremento anual de 35.1 millones de viviendas. Lo cual<br />

se traduce en un aumento diario de 96.150 hogares o un<br />

aumento de 4.000 hogares por hora” (El-Sioufi, 2009, p.<br />

12).<br />

En 2005, cerca de 1 billón de personas vivía en barrios<br />

marginales en todo el mundo, de las cuales 933.376<br />

vivían en regiones de desarrollo, lo que supone el 41.4 de<br />

la población urbana total y un indicio muy fuerte de que<br />

una urbanización descontrolada y con altos grados de<br />

marginalidad es una vía expedita para urbanizar el mundo<br />

en la pobreza. La situación de América Latina presenta<br />

una población de barrios marginados como porcentaje de<br />

la población urbana total del 30.8%, cifra no muy alta<br />

en los patrones internacionales – Tabla No. 2 – pero sí<br />

muy preocupante por venir acompañada de altas tasas de<br />

desempleo y de niveles muy altos de exclusión e inequidad.<br />

Tabla 2: Población Mundial de Barrios<br />

Marginales por Región (2005)<br />

Regiones<br />

Población Total<br />

de habitantes de<br />

barrios marginales<br />

( redondeado al<br />

millar)<br />

Mundial 997.767 31,2<br />

Regiones<br />

46.511 6,0<br />

Desarrolladas<br />

Regiones en Vias de 933.376 41,4<br />

desarrollo<br />

Norte de Africa 21.224 25,4<br />

Africa SubSahariana 199.231 71,8<br />

Latinoamérica y el 134.257 30,8<br />

Caribe<br />

Este de Asia 212.368 34,8<br />

Sur de Asia 276.432 57,4<br />

Sudeste de Asia 59.913 25,3<br />

Oeste de Asia 33.057 25,5<br />

Occeania 568 24,0<br />

Población de barrios<br />

marginales como<br />

porcentaje de la<br />

población urbana<br />

total<br />

Fuente: UN-HABITAT (2006)”SATATE OF THE WORLD” S CITIES<br />

2006/07” P. 16.<br />

Frente a las anteriores tendencias, la urbanización<br />

sostenible es la clave para luchar contra la pobreza y la<br />

inequidad. Dadas las economías de escala, aglomeración<br />

y alcance, las ciudades son la clave para llegar a las<br />

poblaciónes más pobres, con bienes y servicios que eleven<br />

su calidad de vida, aumenten sus activos individuales<br />

de capital humano, físico y colectivo de capital social y<br />

simbólico, así como las posibilidades de acceder a empleos<br />

e ingresos. Las ciudades se convierten en una de las<br />

instituciones centrales de la sociedad contemporánea.<br />

La población alcanza en la ciudad mejores niveles de<br />

ingresos, salud, educación, pero también registra una mayor<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 23


flexibilidad e inseguridad laboral y un incremento de las<br />

desigualdades intra-urbanas en el acceso a los servicios de<br />

infraestructura. Estas paradojas son nuevamente una señal<br />

de la necesidad de replantear las bases esenciales del tipo<br />

de ciudad donde queremos vivir en el futuro. Para ello, las<br />

autoridades locales deben asumir en sus políticas la lucha<br />

contra la segregación socio-espacial, favoreciendo la equidad<br />

y la inclusión a través de propiciar dignidad en la calidad<br />

del espacio individual – la casa – y el colectivo – el entorno.<br />

Tabla 3: Relación entre población y<br />

producción en las principales ciudades de<br />

América Latina.<br />

País Area urbana %<br />

Población<br />

%<br />

PIB<br />

Brasil São Paulo 10,4 33,7 3,2<br />

México Ciudad de México 19,1 30,0 1,6<br />

Argentina Buenos Aires 31,8 39,1 1,2<br />

Brasil Rio de Janeiro 6,1 11,9 1,9<br />

Perú Lima 30,4 47,6 1,6<br />

Colombia Bogotá 15,7 49,6 3,2<br />

Chile Santiago 41,1 80,9 2,0<br />

Brasil Belo Horizonte 1,3 2,1 1,7<br />

México Guadalajara 3,8 4,8 1,3<br />

México Monterey 3,3 7,3 2,2<br />

Brasil Recife 0,8 1,3 1,7<br />

Brasil Porto Alegre 0,8 2,1 2,8<br />

Brasil Fortaleza 1,3 1,6 1,2<br />

Colombia Medellín 4,2 14,3 3,4<br />

Brasil Salvador de Bahía 1,4 1,7 1,2<br />

Brasil Curitiba 0,9 2,3 2,4<br />

Ecuador Guayaquil 15,4 54,4 3,5<br />

Venezuela Caracas 13,4 25,7 1,9<br />

Brasil Campinas 1,6 1,8 1,1<br />

República Santo Domingo 20,3 41,0 2,0<br />

Dominicana<br />

Colombia Cali 4,9 11,2 2,3<br />

Brasil Brasilia 1,3 6,0 4,7<br />

Paraguay Asunción 26,6 36,4 1,4<br />

México Puebla 1,9 2,0 1,1<br />

Uruguay Montevideo 44,3 57,6 1,3<br />

Panamá Ciudad de 40,1 82,8 2,1<br />

Panamá<br />

Ecuador Quito 17,8 44,4 2,5<br />

Bolivia La Paz 18,4 30,3 1,6<br />

Costa Rica San José 34,7 46,4 1,3<br />

El Salvador San Salvador 32,4 61,1 1,9<br />

Guatemala Ciudad de 20,5 46,8 2,3<br />

Guatemala<br />

Honduras Tegucigalpa 18,4 51,8 2,8<br />

Relación<br />

PIB/<br />

Población<br />

Fuente: Cálculos a partir de América Economía. Mejores ciudades<br />

para hacer negocios 2009.<br />

Debemos cambiar muchas de nuestras ideas, pero<br />

seguiremos utilizando los mismos recursos y tecnologías<br />

y continuaremos profundizando nuestros procesos de<br />

globalización; igualmente, intensificaremos nuestras<br />

discusiones sobre la forma de vida que podremos llevar en<br />

un mundo urbanizado. En América Latina, el continente<br />

más urbanizado del mundo, se da igualmente un fuerte<br />

predominio económico en las ciudades como se evidencia<br />

en el cuatro No. 3, donde vemos cómo la relación entre<br />

el porcentaje de producto que aportan las ciudades con<br />

respecto al porcentaje de población, que nos dan el grado<br />

de su productividad o capacidad de generación de valor de<br />

las ciudades frente al resto del país, es más alto en todos los<br />

casos seleccionados así como en prácticamente la totalidad<br />

de los centros urbanos de algún tamaño.<br />

Cuando la relación PIB/población es mayor que la<br />

unidad, nos indica la mayor productividad económica<br />

de las ciudades o en la jerga económica, la existencia<br />

de rendimientos crecientes a escala. La forma como<br />

se aglomeran las personas en el espacio condiciona<br />

las modalidades del desarrollo: estar juntos genera<br />

rendimientos crecientes a escala y la aglomeración favorece<br />

la productividad y la competitividad, al tiempo que es el<br />

lugar por excelencia para el florecimiento de la libertad y el<br />

desarrollo humano.<br />

Las actividades económicas basadas en lo urbano<br />

representan más del 50% del producto mundial y más del<br />

80% en los países más urbanizados de América Latina. En<br />

ellas, se concentra el poder, la riqueza, la comunicación,<br />

la ciencia, la tecnología y la cultura de las sociedades. Las<br />

ciudades de hoy deben ser reguladas buscando mejorar la<br />

calidad de vida de los seres humanos y el medio ambiente.<br />

No es una tarea fácil, requiere intervenciones decisivas<br />

para modificar la segregación socio-espacial imperante<br />

en nuestros asentamientos humanos como una de las<br />

manifestaciones más dramáticas de la pobreza urbana,<br />

de las carencias y de la exclusión existentes no solo en el<br />

mundo sino también y de una forma muy pronunciada en<br />

América Latina.<br />

Como lo declaró la directora ejecutiva de ONU-<br />

HABITAT Sra. Anna Tibaijuka en ocasión del día mundial<br />

de hábitat 2009, hay que encontrar una nueva función<br />

para la planificación en el desarrollo urbano sostenible:<br />

“… culpar a los planificadores urbanos y sus planes por los<br />

problemas urbanos es lo mismo que retroceder las agujas<br />

del reloj y volver en el tiempo a un momento en que nadie<br />

podría haber previsto los problemas que enfrentamos en la<br />

actualidad”. Los sistemas de planificación urbana deben<br />

prepararse para abordar los grandes desafíos asociados al<br />

cambio climático, la rápida urbanización, la pobreza, la<br />

informalidad y la seguridad.<br />

Los problemas que configuran las ciudades del siglo<br />

XXI no se pueden abordar al margen de la planificación<br />

urbana moderna, que no es otra que aquella encaminada<br />

a lograr un desarrollo humano territorial democrático<br />

e inclusivo atendiendo los principales desafíos urbanos<br />

del mundo contemporáneo; según el secretario general<br />

de las Naciones Unidas, Sr. Ban Ki-Moon, incluyen el<br />

crecimiento rápido de muchas ciudades y la desaceleración<br />

de otras, la expansión del sector informal, el papel de las<br />

24 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


ciudades en causar o mitigar el cambio climático en un<br />

momento donde existen evidencias en todo el mundo que<br />

sugieren que la planificación urbana contemporánea ha<br />

fallado ampliamente en afrontar estos desafíos.<br />

En efecto, los sistemas de planificación urbana deben<br />

cambiar. Ellos no han logrado abordar un amplio espectro<br />

de problemas compartidos a nivel global pero que cada<br />

país y región por sus propias características deben resolver<br />

implantando políticas locales; los principales factores que<br />

conforman los retos para los asentamientos humanos en el<br />

siglo XXI, deben reconocer que la democracia no sólo es<br />

un valor en sí mismo, sino un medio para el desarrollo y<br />

la lucha contra la pobreza: “El desarrollo de la democracia<br />

depende de que se amplíe de manera decisiva la ciudadanía<br />

social, sobre todo a partir de la lucha contra la pobreza y la<br />

desigualdad y de la creación de empleo de buena calidad”<br />

(Pnud, 2004, p. 25).<br />

Según la versión autorizada del Sr. Naison D. Mutizwa-<br />

Mangiza jefe del departamento de análisis de políticas de<br />

ONU-HABITAT, deberá abordar al menos cinco áreas<br />

claves: desafíos ambientales del cambio climático y la<br />

excesiva dependencia de coches que usan combustibles<br />

fósiles en las ciudades; los cambios demográficos causados<br />

por una rápida urbanización y la creciente composición<br />

multicultural de las ciudades; los desafíos económicos del<br />

incierto crecimiento económico amenazado por la crisis<br />

financiera global, así como la creciente informalidad de las<br />

actividades urbanas; los crecientes desafíos socio-espaciales,<br />

especialmente las desigualdades, el crecimiento urbano<br />

descontrolado, la urbanización periférica no planificada y<br />

la creciente escala espacial de las ciudades; y por último,<br />

los desafíos institucionales relacionados con las formas<br />

de gobierno y el papel cambiante de los gobiernos locales<br />

(Mutizwa, 2009, p. 17).<br />

La planificación urbana debe jugar un papel decisivo en<br />

reducir la fragmentación de la intervención del Estado en<br />

la formulación de políticas, no solo porque la mayoría de<br />

las políticas nacionales y locales, así como las inversiones y<br />

los procesos de gestión relacionados tienen una dimensión<br />

espacial, sino también porque es esencial afrontar las<br />

tensiones no resueltas entre autonomía municipal y<br />

los asuntos de interés nacional, utilizando a fondo los<br />

instrumentos de coordinación, subsidiariedad, concurrencia<br />

y complementariedad propios de la dimensión espacial de<br />

las políticas públicas.<br />

La autonomía territorial, que no es otra cosa que<br />

el grado creciente de libertad para una mayor y mejor<br />

autodeterminación de los habitantes de un territorio en<br />

la definición y control de sus propios intereses, no es una<br />

imposición, sino un proceso gradual que se surte en la<br />

medida en que las entidades territoriales van logrando<br />

definir y controlar los asuntos que les conciernen. Dicha<br />

gradualidad, tiene como herramientas la aplicación de<br />

los principios de subsidiariedad, en la medida en que<br />

se tiene que dar ayuda entre los niveles hasta alcanzar<br />

el nivel óptimo de definición de sus propios asuntos;<br />

complementariedad, aclarando la órbita concreta de acción<br />

dentro de la gradualidad y coordinación, garantizando la<br />

efectividad del proceso dentro de un esquema institucional<br />

acorde con la arquitectura constitucional a la que el<br />

municipio está sometido (Riveros, 2010).<br />

En el territorio se hace imperativa la coordinación de<br />

las políticas públicas; las autoridades locales pueden jugar<br />

este papel eficientemente si construyen adecuadas relaciones<br />

horizontales y verticales, utilizando el espacio y el territorio,<br />

como lugares donde se unen la planificación urbana con<br />

otros sectores de las políticas públicas como la dotación<br />

de los servicios públicos, la movilidad intra e inter urbana<br />

y en general la provisión de infraestructuras: el poder<br />

regulador en las ciudades necesita ser unido a la inversión<br />

y a la toma de decisiones del sector público a un nivel<br />

más amplio. Solo así se pueden aprovechar ampliamente<br />

las dinámicas y potencialidades de la aglomeración; la<br />

gobernabilidad democrática en las ciudades, depende de<br />

la capacidad de las autoridades locales para realizar pactos<br />

transversales que permitan aunar fuerzas para combatir las<br />

disfuncionalidades urbanas.<br />

El urbanismo en el mundo contemporáneo, además de<br />

una intervención físico-espacial también implica un modo<br />

de gobernabilidad y por lo tanto no se trata únicamente de<br />

un ejercicio técnico neutral, sino más bien de un conjunto<br />

de valores cuyo principal interés es la formulación de juicios<br />

éticos y políticos (Mutizwa, 2009, p. 17). El urbanismo<br />

es impensable sin las instancias técnico-arquitectónicourbanísticas<br />

que lo han configurado a través de la historia,<br />

pero al igual de lo que ocurre con la economía espacial,<br />

debe estar sujeto a la política, y a los procesos democráticos<br />

institucionales diseñados a nivel glocal para la resolución<br />

de los necesarios conflictos e intereses que conlleva toda<br />

intervención en el espacio construido y por construir.<br />

La competitividad de las ciudades en el ámbito<br />

económico y la creación de ciudadanos en el ámbito<br />

político son temas centrales en el mundo moderno. En otras<br />

palabras, el espacio físico se abre a la creación de un nuevo<br />

espacio público, moldeado y formado por la sociedad para<br />

darle un nuevo sentido a la vida a través de la ciudad. Ella,<br />

además de un lugar físico geográfico es un hecho históricosocial:<br />

un espacio de complejas relaciones humanas que se<br />

configuran a través de un medio ambiente mediado por el<br />

mercado, el cual debe producir no sólo beneficio individual<br />

sino bienestar colectivo.<br />

La ciudad del siglo XXI debe ser repensada en el<br />

conjunto de los cambios irreversibles que vienen ocurriendo<br />

en el mundo globalizado en proceso de urbanización.<br />

La manera como usamos el suelo, el agua, la energía, así<br />

como otros recursos naturales, sin olvidar la movilidad,<br />

el desarrollo económico local, los desastres naturales y los<br />

causados por el ser humano, la seguridad en las ciudades<br />

con sus manifestaciones más crueles en la criminalidad y la<br />

violencia urbana, son la clave para construir asentamientos<br />

humanos donde las personas puedan vivir con dignidad en<br />

un ambiente sano y libre de enfermedades.<br />

La gobernabilidad política y la sostenibilidad financiera<br />

de la ciudad, tienen un significado completamente distinto<br />

al del balance privado. En la ciudad, se deben conciliar<br />

la rentabilidad de los negocios con las necesidades de la<br />

población, en una lógica de un juego de suma positiva,<br />

donde la rentabilidad del sector privado sea compatible<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 25


con el interés general. Ello sólo es posible si construimos<br />

territorios habitados por “el desarrollo humano como<br />

libertad” en una economía mixta regulada por la<br />

democracia y la justicia social.<br />

II. El crecimiento<br />

Económico en América<br />

Latina<br />

América Latina atraviesa procesos de creación<br />

y destrucción marcados por las transformaciones<br />

multidimensionales señaladas, y los conflictos que dichas<br />

transformaciones suscitan. El continente avanza con<br />

dificultades hacia la era de la información, sin poder<br />

descifrar en conjunto las tensiones propias de las relaciones<br />

entre desarrollo humano y democracia. El estado nacional<br />

es atacado por varios flancos en los cuales sobresalen los<br />

nuevos estados red y, los viejos gobiernos locales, inmersos<br />

en forma desigual en la dinámica político cultural de la<br />

globalización, no atinan a comprender en la mayoría de los<br />

casos la forma como estas características generales afecta las<br />

condiciones propias de cada territorio. No podemos dejar<br />

de crecer, pero debemos hacerlo de otro modo. Un repaso<br />

de cómo ha sido el crecimiento en América Latina nos es de<br />

utilidad.<br />

Tabla 4: Población América Latina y el Caribe<br />

(2005)<br />

País<br />

Población 2005 (Miles %<br />

de personas)<br />

Montserrat 6 0,0<br />

Anguila 14 0,0<br />

Islas Vírgenes Británicas 22 0,0<br />

Islas Turcos y Caicos 31 0,0<br />

Saint Kitts y Nevis 49 0,0<br />

Islas Caimán 53 0,0<br />

Dominica 67 0,0<br />

Antigua y Barbuda 84 0,0<br />

Aruba 101 0,0<br />

Granada 103 0,0<br />

San Vicente y las 109 0,0<br />

Granadinas<br />

Islas Vírgenes de los 110 0,0<br />

Estados Unidos<br />

Santa Lucía 165 0,0<br />

Antillas Neerlandesas 186 0,0<br />

Barbados 253 0,0<br />

Belice 282 0,1<br />

Bahamas 325 0,1<br />

Suriname 500 0,1<br />

Guyana 764 0,1<br />

País<br />

Población 2005 (Miles %<br />

de personas)<br />

Subtotal 3.224 0,6<br />

Trinidad y Tabago 1.318 0,2<br />

Jamaica 2.668 0,5<br />

Panamá 3.231 0,6<br />

Uruguay 3.324 0,6<br />

Costa Rica 4.327 0,8<br />

Nicaragua 5.455 1,0<br />

Paraguay 5.904 1,1<br />

El Salvador 6.057 1,1<br />

Honduras 6.898 1,3<br />

Bolivia (Estado<br />

9.182 1,7<br />

Plurinacional de)<br />

República Dominicana 9.237 1,7<br />

Haití 9.295 1,7<br />

Cuba 11.189 2,0<br />

Guatemala 12.709 2,3<br />

Ecuador 13.060 2,4<br />

Subtotal 103.854 18,9<br />

Chile 16.294 3,0<br />

Venezuela (República 26.724 4,9<br />

Bolivariana de)<br />

Perú 27.833 5,1<br />

Argentina 38.747 7,0<br />

Colombia 43.046 7,8<br />

México 105.001 19,1<br />

Brasil 186.110 33,8<br />

Subtotal 443.755 80,6<br />

América Latina y el Caribe 550.833 100,0<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Para tener una idea de lo que ocurre en América<br />

Latina y en sus ciudades, presentaremos a continuación<br />

una clasificación de la región para tratar de captar las<br />

principales diferencias entre países y ciudades, realizando<br />

observaciones generales sobre la distribución de la población<br />

y su composición urbano rural, la riqueza acumulada, el<br />

desarrollo económico y humano, así como las principales<br />

tendencias e innovaciones en el crecimiento y desarrollo<br />

urbano y territorial.<br />

Los criterios para la división regional se hicieron<br />

teniendo en cuenta la población de América Latina<br />

y el Caribe y el PIB total y per cápita de la región,<br />

permitiéndonos hacer una división entre países<br />

grandes, medianos y pequeños, tal y como se presenta a<br />

continuación.<br />

26 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 5: PIB total América Latina y el Caribe<br />

Países PIB 2005<br />

%<br />

(Mill USD de 2000)<br />

Dominica 281 0,0<br />

Saint Kitts y Nevis 388 0,0<br />

San Vicente y las<br />

399 0,0<br />

Granadinas<br />

Granada 479 0,0<br />

Guyana 603 0,0<br />

Santa Lucía 804 0,0<br />

Antigua y Barbuda 822 0,0<br />

Suriname 1.024 0,0<br />

Belice 1.082 0,0<br />

Barbados 1.840 0,1<br />

Subtotal 7.720 0,3<br />

Haití 3.565 0,1<br />

Nicaragua 4.600 0,2<br />

Bahamas 6.021 0,3<br />

Paraguay 8.051 0,3<br />

Honduras 9.022 0,4<br />

Jamaica 9.709 0,4<br />

Bolivia (Estado<br />

9.778 0,4<br />

Plurinacional de)<br />

Trinidad y Tabago 11.936 0,5<br />

Panamá 14.350 0,6<br />

El Salvador 14.684 0,6<br />

Costa Rica 19.483 0,8<br />

Guatemala 19.960 0,8<br />

Ecuador 20.747 0,9<br />

Uruguay 21.811 0,9<br />

República Dominicana 28.131 1,2<br />

Cuba 39.051 1,6<br />

Subtotal 240.899 10,0<br />

Perú 65.488 2,7<br />

Chile 92.765 3,9<br />

Colombia 113.982 4,7<br />

Venezuela (República 132.887 5,5<br />

Bolivariana de)<br />

Argentina 313.783 13,0<br />

México 698.093 29,0<br />

Brasil 739.355 30,7<br />

Subtotal 2.156.353 89,7<br />

América Latina y el Caribe 2.404.972 100,0<br />

América Latina 2.369.586 98,5<br />

Caribe 35.386 1,5<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Tabla 6: PIB percápita América latina y el<br />

Caribe<br />

Países PIB Percápita 2005<br />

(Dólares de 2000)<br />

Haití 384<br />

Nicaragua 843<br />

Bolivia (Estado Plurinacional de) 1.037<br />

Honduras 1.309<br />

Paraguay 1.365<br />

Ecuador 1.570<br />

Guatemala 1.572<br />

El Salvador 2.136<br />

Perú 2.403<br />

Colombia 2.538<br />

República Dominicana 2.972<br />

Cuba 3.474<br />

Jamaica 3.619<br />

Brasil 3.941<br />

Panamá 4.445<br />

Costa Rica 4.508<br />

Venezuela (República<br />

5.004<br />

Bolivariana de)<br />

Chile 5.703<br />

Uruguay 6.575<br />

México 6.702<br />

Argentina 8.131<br />

Trinidad y Tabago 9.017<br />

Bahamas 18.624<br />

América Latina y el Caribe 4.346<br />

América Latina 4.335<br />

Caribe 5.302<br />

IS<strong>LAS</strong><br />

Guyana 815<br />

Suriname 2.264<br />

San Vicente y las Granadinas 3.345<br />

Belice 3.925<br />

Dominica 4.147<br />

Granada 4.553<br />

Santa Lucía 4.986<br />

Barbados 6.301<br />

Saint Kitts y Nevis 7.890<br />

Antigua y Barbuda 9.900<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Siguiendo la clasificación propuesta podemos observar,<br />

en primer lugar, el comportamiento de las principales<br />

variables económicas y sociales en América Latina.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 27


Tabla 7: Clasificación de países por su tamaño<br />

Países grandes<br />

Países medianos<br />

Países pequeños<br />

PRODUCTO INTERNO BRUTO<br />

Brasil<br />

México<br />

Argentina<br />

Venezuela (República Bolivariana de)<br />

Colombia<br />

Chile<br />

Perú<br />

Cuba<br />

República Dominicana<br />

Uruguay<br />

Ecuador<br />

Guatemala<br />

Costa Rica<br />

El Salvador<br />

Panamá<br />

Trinidad y Tabago<br />

Bolivia (Estado Plurinacional de)<br />

Jamaica<br />

Honduras<br />

Paraguay<br />

Bahamas<br />

Nicaragua<br />

Haití<br />

En 2008 la producción de América Latina y el Caribe<br />

representaba cerca del 7% del producto mundial. A su vez<br />

las tres principales economías de la región (Brasil, México y<br />

Argentina), equivalían al 5% del PIB mundial y los cuatro<br />

países siguientes solo generaban el 1,2 del valor agregado<br />

mundial.<br />

En términos generales, en América Latina se presentó<br />

un crecimiento relativamente sostenido de la economía<br />

entre 1950 y finales de los setenta. Posteriormente en la<br />

década de los ochenta se observa una caída significativa en<br />

la producción de la región, cercana a 1%, siendo negativa<br />

en varios países. En la década de los noventa se evidencia<br />

una recuperación, aunque a una tasa de crecimiento baja,<br />

inferior al 4%, descendiendo de ritmo en lo corrido de la<br />

primera década del presente siglo.<br />

Por grupos de países se observan algunas<br />

particularidades:<br />

El grupo 1 (mayores economías): Argentina, registró<br />

decrecimiento del PIB en los ochenta, aunque su nivel<br />

de recuperación fue mayor al de Brasil y México. Este<br />

último país, por su parte, aunque se recuperó levemente<br />

entre 1990 y 2000, posteriormente retomó los bajos<br />

niveles de crecimiento de la década de los ochenta. Del<br />

grupo 2 o países de economías medianas, se presentaron<br />

dos comportamientos, el primero de Perú y Venezuela,<br />

que siguieron la tendencia de América Latina (caída en<br />

los ochenta y posterior recuperación) y Chile-Colombia,<br />

cuyas economías se mantuvieron relativamente estables,<br />

registrando crecimientos entre el 3% y 5%. Finalmente, el<br />

grupo de países con niveles de producción bajos, presentó<br />

un comportamiento bastante similar al de la región.<br />

Complementariamente con lo anterior, si se analiza el<br />

comportamiento promedio de la economía entre 1950 y<br />

2008, se observa que los mayores crecimientos promedio<br />

se presentaron en Costa Rica y República Dominicana,<br />

mientras que las menores variaciones se registraron en<br />

Cuba, Haití y Jamaica. Adicionalmente se destaca que<br />

las economías grandes y medianas (con excepción de<br />

Argentina), presentaron una variación cercana al promedio<br />

de América Latina y el Caribe (4,1%).<br />

Gráfico 1: Participación Porcentual del PIB de los grupos de Países de América Latina en el PIB<br />

mundial (1960-2008)<br />

28 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 8: Participación Porcentual del PIB Países de América Latina y El Caribe en las economías<br />

más ricas <strong>DE</strong>L mundo (2008)<br />

Puesto Países % en PIB<br />

de China<br />

% en PIB<br />

de Japón<br />

% en PIB<br />

de USA<br />

% en PIB<br />

mundial<br />

% en PIB<br />

de China<br />

% en PIB<br />

de Japón<br />

% en PIB<br />

de USA<br />

1 Brasil 33,0 16,7 7,2 2,1<br />

2 México 29,6 15,0 6,5 1,9<br />

77,8 39,5 17,1 5,0<br />

3 Argentina 15,3 7,8 3,4 1,0<br />

4 Venezuela 6,4 3,3 1,4 0,4<br />

5 Colombia 5,2 2,6 1,1 0,3<br />

6 Chile 4,0 2,1 0,9 0,3<br />

18,9 9,6 4,2 1,2<br />

7 Perú 3,3 1,7 0,7 0,2<br />

8 Cuba 1,9 1,0 0,4 0,1<br />

9 República<br />

1,4 0,7 0,3 0,1<br />

Dominicana<br />

10 Uruguay 1,1 0,5 0,2 0,1<br />

11 Ecuador 0,9 0,5 0,2 0,1<br />

12 Gautemala 0,9 0,5 0,2 0,1<br />

13 Costa Rica 0,9 0,5 0,2 0,1<br />

14 El Salvador 0,6 0,3 0,1 0,0<br />

10,3 5,3 2,3 0,7<br />

15 Panamá 0,7 0,4 0,2 0,0<br />

16 Bolivia 0,4 0,2 0,1 0,0<br />

17 Jamaica 0,4 0,2 0,1 0,0<br />

18 Honduras 0,4 0,2 0,1 0,0<br />

19 Paraguay 0,4 0,2 0,1 0,0<br />

20 Nicaragua 0,2 0,1 0,0 0,0<br />

21 Haiti 0,1 0,1 0,0 0,0<br />

Subtotal 107,1 54,4 23,6 6,8<br />

Bahamas 0,2 0,1 0,1 0,0<br />

Trinidad y Tobago 0,6 0,3 0,1 0,0<br />

Dominica 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Saint Kitts y Nevis 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

San vicente y las 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Granadinas<br />

Granada 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

1,1 0,6 0,3 0,1<br />

Guyana 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Santa lucia 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Antigua y Barbuda 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Surinave 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Belice 0,0 0,0 0,0 0,0<br />

Barbados 0,1 0,0 0,0 0,0<br />

% en PIB<br />

mundial<br />

Total América Latina y el Caribe 108,2 55,0 23,8 6,9<br />

Fuente: Cálculos a partir de Banco Mundial y CEPAL<br />

Como se observa en el siguiente gráfico, la economía<br />

de América Latina y el Caribe se concentra principalmente<br />

en el primer grupo de países (Brasil, México y Argentina),<br />

con cerca del 72% del valor agregado, mientras que los<br />

dos primeros países concentran un poco menos de las tres<br />

quintas partes de PIB de la región. Por su parte el grupo<br />

de países medianos representa el 17,5% de la producción<br />

de América Latina y el Caribe, principalmente por la<br />

contribución de Venezuela y Colombia. Los restantes 14<br />

países agrupados en como países pequeños suman menos<br />

del 10% del agregado latinoamericano.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 29


Gráfico 2: Variación Promedio Anual del PIB Países de América Latina y El Caribe (1950-2008)<br />

Gráfico 3: Distribución del PIB de América Latina y El Caribe en porcentaje (2008)<br />

Al comparar la participación de los principales países<br />

de América Latina y el Caribe entre los años 1950 y<br />

2008, se destaca que tanto Brasil como México ganaron<br />

participación en el PIB regional, mientras que Argentina<br />

perdió participación de manera dramática en dicho<br />

periodo, pasando de representar el 30,2% de la producción<br />

de América Latina y el Caribe a cerca del 14%. Si bien<br />

esta caída se da de manera paulatina desde 1950, fue en la<br />

década de los ochenta donde se presentó la mayor pérdida<br />

porcentual. Los demás países, con excepción de Colombia,<br />

que ganó medio punto porcentual, perdieron participación<br />

en la economía regional.<br />

No es este el lugar para realizar una historia de<br />

América Latina y tratar de dar las explicaciones sobre su<br />

comportamiento. Los múltiples trabajos de la CEPAL<br />

donde se trata de clarificar las principales causas del<br />

subdesarrollo de América Latina y los mecanismos para<br />

afrontarlas, son indicativos de que en la región, así como<br />

ocurre en los países, no hay “estadios de desarrollo” sino<br />

una heterogeneidad estructural en la cual han estado<br />

inmersas las economías de nuestros países, caracterizadas<br />

como de desarrollo tardío por la propia CEPAL (Rodriguez,<br />

2006).<br />

30 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 4: Participación de Brasil, México y Argentina en el PIB de América LATINA. (1950-2008)<br />

Gráfico 5: Participación de Venezuela, Colombia, Chile y Perú en el PIB de América Latina. (1950-2008)<br />

Fuente gráficos 1,2,3,4 y 5: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

La inserción de América Latina en la economía global,<br />

muestra una estructura de especialización con una alta<br />

dependencia de los flujos inestables de capital enmarcados<br />

por enormes imperfecciones que dificultan la convergencia<br />

en los niveles de desarrollo, condicionando las políticas de<br />

equidad y generando unas tensiones distributivas que el<br />

crecimiento regional por si solo es incapaz de resolver. En la<br />

región, sólo si se reduce la desigualdad, se podrá disminuir<br />

la pobreza mejorando el ambiente para el crecimiento<br />

económico.<br />

En América Latina según muchos documentos de<br />

la CEPAL, la industrialización había surgido como un<br />

subproducto del desarrollo exportador, acompañado por<br />

altos niveles de protección en muchos países: “… la CEPAL<br />

nunca fue partidaria de la sustitución de importaciones<br />

a ultranza… todo lo contrario, desde muy temprano la<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 31


CEPAL fue critica de los abusos del proceso sustitutivo y<br />

partidaria de combinar ese proceso con la promoción de<br />

exportaciones y con ambiciosos procesos de integración<br />

regional (Ocampo, 1998). Por ello, las estrategias que<br />

han mezclado pragmáticamente protección y desarrollo<br />

económico, parecen ser la constante de lo que ha ocurrido<br />

en la región y el análisis de sus ritmos e intensidades<br />

deben ser objeto de una discusión amplia para abordar<br />

modelos económicos donde se combinen de acuerdo a las<br />

circunstancias particulares de cada país, crecimiento y<br />

equidad con una gestión eficaz a nivel territorial.<br />

Nuestras dificultades para crecer atendiendo las<br />

necesidades más urgentes, se perciben al observar cómo el<br />

promedio del PIB per cápita en América Latina y el Caribe<br />

para el año 2008 correspondía a cerca de 7.270 dólares<br />

corrientes (4.919 dólares de 2000), inferior al PIB per cápita<br />

mundial calculado por el Banco Mundial (US$8.613). No<br />

obstante, por países se presentan diferencias sustantivas:<br />

Brasil, registra un PIB por habitante inferior al promedio<br />

regional, pese a tener el primer PIB del subcontinente.<br />

Los demás países de los dos grupos más importantes<br />

presentan buenos niveles de PIB per cápita (con excepción<br />

de Colombia y Perú) tal y como se observa en la tabla<br />

siguiente.<br />

De la misma manera, Uruguay y Panamá son la<br />

excepción en el grupo de países pequeños al registrar<br />

una producción por habitante superior al promedio<br />

latinoamericano. Nicaragua y Haití, registran el PIB per<br />

cápita más bajos de la región, por debajo de los mil dólares.<br />

De manera análoga a lo ocurrido con el PIB total, el PIB<br />

por habitante indica una tendencia similar, con caídas<br />

significativas en los ochentas, con excepción de lo ocurrido<br />

en Chile y Colombia.<br />

La situación anterior ha dado lugar a muchas<br />

interpretaciones. La más convincente, la de la CEPAL,<br />

señala cómo muchos de nuestros problemas no han sido<br />

creados por la región, forman parte de una economía<br />

mundo: las asimetrías y subsidios impiden que muchos<br />

países de América Latina puedan competir en un mercado<br />

global, donde los países ricos con sus barreras, protegen<br />

los mercados internos y compiten con las exportaciones de<br />

alimentos de los países pobres, obligados a importar los<br />

artículos industriales producidos con las materias primas<br />

y los recursos enérgicos de ellos y con unos términos de<br />

intercambio a través de la historia, muy desfavorables<br />

Si observamos la estructura del producto por sectores<br />

económicos es posible percibir un cambio importante en<br />

su composición, que muestra cómo en América Latina,<br />

el proceso de urbanización se asocia al predominio del<br />

sector secundario –industria- en sus inicios y el terciario<br />

–servicios- más tarde; lo anterior se da en muchos países,<br />

especialmente en los más grandes, con incrementos en<br />

la productividad del sector agrícola primero e industrial<br />

después y a cambios en la elasticidad ingreso de la demanda<br />

dado que a medida que aumentan los ingresos disminuye la<br />

participación de los bienes agrícolas e industriales, tanto en<br />

los gastos familiares como en la economía.<br />

Tabla 9: PIB Países de América Latina y El Caribe<br />

(Mill de USD <strong>DE</strong> 2000, 1950-2008)<br />

País PIB Total (Mill US$ 2000)<br />

1950 1970 1990 2008<br />

1 Brasil 56.770 185.924 501.632 853.707<br />

2 México 56.081 199.674 452.558 766.259<br />

3 Argentina 80.913 165.622 190.034 395.571<br />

4 Venezuela 15.711 59.754 95.264 166.617<br />

5 Colombia 11.608 30.083 71.933 134.472<br />

6 Chile 10.995 23.678 40.609 104.776<br />

7 Perú 9.578 27.869 35.893 84.362<br />

8 Cuba n.d. n.d. 35.293 48.964<br />

9 República 1.892 5.218 13.126 35.546<br />

Dominicana<br />

10 Uruguay 7.763 11.056 15.469 27.341<br />

11 Ecuador 1.819 4.633 13.324 23.526<br />

12 Gautemala 2.448 6.076 11.488 23.253<br />

13 Costa Rica 1.226 4.373 9.607 23.438<br />

14 El Salvador 2.625 6.955 8.373 16.417<br />

15 Panamá 1.050 3.624 7.092 18.966<br />

16 Bolivia 2.197 3.895 5.801 11.373<br />

17 Jamaica n.d. n.d. 8.313 10.056<br />

18 Honduras 1.150 2.420 5.202 10.638<br />

19 Paraguay 892 1.894 5.948 9.486<br />

20 Nicaragua 960 3.124 2.822 5.089<br />

21 Haiti 1.860 2.383 3.666 3.822<br />

América Latina y el<br />

Caribe<br />

267.538 748.256 1.548.260 2.803.353<br />

Puesto<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

En el conjunto de América Latina y el Caribe se<br />

podría pensar que la transición del sector agrícola-minero<br />

a industrial-terciario, se ha dado de una manera lenta; en<br />

los últimos 60 años, el sector primario perdió cerca de 13<br />

puntos porcentuales (0,2 por año). Sin embargo se debe<br />

precisar que no se puede tomar por sí sola la diferencia entre<br />

la proporción agrícola en 1950 y 2008, siendo necesario<br />

indagar por la participación que tenía la agricultura en la<br />

década de los cincuenta.<br />

Por ejemplo, El Salvador registró la mayor diferencia en<br />

dicha participación entre 1950 y 2008, aunque en 1950 su<br />

economía era fundamentalmente agrícola (50,7%), respecto<br />

a otros países que cayeron menos de 6 puntos porcentuales,<br />

como Uruguay, con una proporción agrícola en 1950 del<br />

13%. Para las principales economías de la región a pesar de<br />

que se dan disminuciones no muy altas en la participación<br />

de la agricultura en el PIB total, debido a que, al menos<br />

desde mediados del siglo pasado, la agricultura ha sido<br />

menos relevante que los otros dos sectores de la economía,<br />

en general, en dichos países hay un cambio particular de<br />

cambio estructural como se puede ver en la tabla y los<br />

gráficos siguientes:<br />

32 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


A pesar de la desigualdad que presentan las estructuras<br />

de la producción en los países de la región es claro que en<br />

América Latina se han dado al mismo tiempo procesos<br />

de crecimiento económico y de cambio estructural. Son<br />

innegables los aumentos en los ingresos de las personas<br />

y los hogares, los cuales, dada la baja elasticidad de los<br />

productos, hacen que el aumento en el gasto en este tipo de<br />

productos sea menos que proporcional al aumento de los<br />

ingresos y, por lo tanto, éstos tengan una participación en el<br />

producto total cada vez menor. Igualmente, el incremento<br />

de la productividad hace que, dada esa baja elasticidad,<br />

la producción no aumente proporcionalmente con la<br />

disponibilidad de los factores productivos, especialmente<br />

el empleo, lo que genera que esos factores (trabajadores)<br />

tengan que buscar otras fuentes de ocupación.<br />

Gráfico 6: Producto Interno Bruto por Sectores Económicos<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 33


Tabla 10: PIB del Sector Primario (Agricultura<br />

y minería) América Latina y El Caribe<br />

(1950-2008)<br />

Tabla 11: PIB del sector secundario (aguaelectricidad,<br />

construcción y Industria)<br />

América Latina y el Caribe (1950-2008)<br />

País 1950-1959 1970-1979 1990-1999 2000-2008<br />

Brasil 25,2 13,9 6,8 7,8<br />

México 21,0 11,6 11,7 10,4<br />

Argentina 16,8 8,1 7,5 7,8<br />

Venezuela 32,3 32,8 20,1 20,5<br />

Colombia 34,0 23,4 16,5 15,7<br />

Chile 17,7 19,1 11,4 12,4<br />

Perú 25,4 23,9 12,4 14,5<br />

Cuba - - 8,0 6,6<br />

República - 28,2 9,1 7,3<br />

Dominicana<br />

Uruguay 13,0 13,9 6,9 7,2<br />

Ecuador 31,1 35,4 30,7 34,3<br />

Guatemala 31,4 27,3 16,4 15,3<br />

Costa Rica 37,7 20,8 9,9 8,7<br />

El Salvador 50,7 43,9 12,0 10,2<br />

Panamá 27,5 11,3 7,7 8,1<br />

Bolivia 48,4 37,5 23,0 22,6<br />

Honduras 34,1 30,3 16,7 14,7<br />

Paraguay 40,6 34,2 18,1 21,7<br />

Nicaragua 30,9 27,2 19,4 20,1<br />

Haití - - 27,9 22,6<br />

Am. Latina 23,9 15,5 10,6 10,5<br />

País 1950-1959 1970-1979 1990-1999 2000-2008<br />

Brasil 45,4 42,3 27,0 25,3<br />

México 22,6 25,5 27,4 27,1<br />

Argentina 30,8 42,2 26,8 25,8<br />

Venezuela 19,7 27,4 30,3 27,8<br />

Colombia 22,4 29,3 26,4 23,8<br />

Chile 33,5 25,8 28,7 26,0<br />

Perú 23,6 28,5 24,7 24,6<br />

Cuba - - 24,6 21,6<br />

República - 23,0 32,0 31,2<br />

Dominicana<br />

Uruguay 27,9 32,8 23,9 21,1<br />

Ecuador 17,8 18,4 19,2 16,2<br />

Guatemala 15,8 19,5 28,8 26,9<br />

Costa Rica 5,8 24,3 28,4 29,9<br />

El Salvador 18,0 30,3 28,5 30,4<br />

Panamá 15,1 19,3 18,4 15,7<br />

Bolivia 19,2 20,1 21,6 21,2<br />

Honduras 17,0 21,9 30,2 28,5<br />

Paraguay 17,2 21,3 26,3 23,3<br />

Nicaragua 14,2 27,8 26,0 26,7<br />

Haití - - 32,3 32,2<br />

Am. Latina 31,9 36,5 27,2 26,0<br />

Gráfico 7: Participación de los Sectores Primario, Secundario y Terciario en Valor Agregado<br />

Total (1950-2008) )<br />

34 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 12PIB del sector terciario (Comercio,<br />

servicios y transporte) América Latina y el<br />

Caribe (1950-2008)<br />

País 1950-1959 1970-1979 1990-1999 2000-2008<br />

Brasil 29,5 43,9 66,2 66,9<br />

México 56,4 63,0 60,9 62,4<br />

Argentina 52,5 49,7 65,7 66,4<br />

Venezuela 48,0 39,8 49,6 51,7<br />

Colombia 43,6 47,3 57,1 60,5<br />

Chile 48,8 55,1 59,9 61,6<br />

Perú 51,0 47,6 62,9 60,9<br />

Cuba - - 67,4 71,8<br />

República - 48,8 58,9 61,4<br />

Dominicana<br />

Uruguay 59,1 53,4 69,3 71,7<br />

Ecuador 51,1 46,2 50,1 49,5<br />

Guatemala 52,9 53,2 54,8 57,9<br />

Costa Rica 56,5 54,9 61,7 61,4<br />

El Salvador 31,2 25,8 59,5 59,4<br />

Panamá 57,4 69,3 74,0 76,1<br />

Bolivia 32,4 42,4 55,4 56,2<br />

Honduras 48,9 47,8 53,0 56,9<br />

Paraguay 42,2 44,5 55,6 55,0<br />

Nicaragua 55,0 45,0 54,5 53,2<br />

Haití - - 39,8 45,2<br />

Am. Latina 44,2 48,0 62,2 63,5<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

III. La ciudad y el Cambio<br />

Estructural del Proceso<br />

de Producción<br />

La conjunción de estos procesos acompañada con<br />

los rendimientos crecientes, el tamaño del mercado y la<br />

división del trabajo que juegan un papel nuclear en la<br />

configuración de las ciudades más grandes de América<br />

Latina, es lo que denominamos cambio estructural y<br />

que se puede esquematizar como lo hacemos en la<br />

grafica siguiente.<br />

La relación entre el proceso de urbanización, el<br />

crecimiento económico y el cambio estructural de<br />

la agricultura a la industria y de ésta a los servicios,<br />

es recíproca y tiende a auto-reforzarse. El proceso de<br />

urbanización permite la ampliación y concentración de los<br />

mercados y por lo tanto, una mayor división del trabajo,<br />

que posibilita la generación de unos mayores ingresos. Estos<br />

van modificando por su parte la composición sectorial del<br />

consumo de los hogares, dada las elasticidades precio e<br />

ingreso de la demanda de los bienes, por lo que aumenta<br />

la demanda de una serie de bienes que se producen en<br />

mercados concentrados.<br />

A su vez, los cambios tecnológicos asociados con<br />

la mayor división del trabajo permiten aumentos en<br />

productividad, por lo que se requiere menos población<br />

para producir la misma cantidad de bienes, lo que es<br />

particularmente relevante en las zonas con baja densidad<br />

donde se producen fundamentalmente los bienes agrícolas.<br />

El crecimiento económico, la migración hacia los grandes<br />

mercados y la modificación de la estructura económica<br />

sectorial son en este sentido mutuamente dependientes.<br />

La tendencia anterior se puede observar en el<br />

comportamiento de la participación sectorial de los países<br />

de ingresos altos. Particularmente es evidente el incremento<br />

de la participación del sector industrial y de servicios en<br />

detrimento de la participación del sector agrícola en el<br />

producto total.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 35


Gráfico 8: Crecimiento Económico y Cambio Estructural<br />

En la economía se tiende a producir, a partir de la existencia de rendimientos crecientes producto de la aglomeración y la división del<br />

trabajo que se hace posible, un proceso circular entre el crecimiento económico y el cambio estructural sectorial, dada la elasticidad de los<br />

productos y los aumentos de productividad de los mismos. Fuente: ONU-HABITAT/Colombia.<br />

Gráfico 9: Participación sectorial en la economía de los países de ingresos altos (1970-2005)<br />

En las últimas décadas se ha dado una<br />

considerable pérdida de importancia<br />

relativa del sector agrícola, mientras ésta<br />

ha sido ganada por el sector industrial, y<br />

particularmente, en los últimos años, por el<br />

sector de servicios. Fuente: Banco Mundial.<br />

Gráfico 10: Relación entre urbanización y sectores industria y servicios<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

36 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Paul Krugman, al analizar el comportamiento de la<br />

industria manufacturera y su relevancia en el producto<br />

y la generación de empleo, afirma que su disminución<br />

es fundamentalmente el resultado de un crecimiento de<br />

la productividad de la industria manufacturera mayor<br />

al del de la tasa de aumento de la demanda de bienes<br />

manufacturados, de modo que la demanda de éstos “puede<br />

ser satisfecha por un número estático o incluso decreciente<br />

de obreros” 2 . North introduce otro argumento significativo,<br />

al identificar el aumento de los recursos destinados a la<br />

transacción derivados del incremento de unos intercambios<br />

multiplicados por la creciente especialización y la división<br />

del trabajo como la principal razón del crecimiento de los<br />

servicios. 3<br />

Es preciso señalar por último que, aunque este proceso<br />

despliega una lógica similar a la descrita en relación con<br />

el cambio estructural de la agricultura hacia la industria,<br />

éste no implica, como aquel, migraciones de población<br />

campo-ciudad, sino más bien movilidad entre ciudades y<br />

al interior de las mismas. Dichos movimientos intra e inter<br />

urbanos empiezan a introducir modificaciones en la forma<br />

de planificación tradicional de la ciudad industrial.<br />

Adicionalmente a los cambios mencionados, cada día<br />

se evidencia más un tercer proceso de cambio estructural<br />

derivado del desarrollo y aplicación de lo que hoy<br />

conocemos como las nuevas Tecnologías de la Información<br />

y la Comunicación (TIC), dando lugar a lo que se<br />

denomina la sociedad de la información y el conocimiento,<br />

separando los sectores de lo que se ha llamado la “Nueva<br />

Economía” del sector más tradicional de los servicios.<br />

Este complejo proceso se da de una forma muy<br />

desigual al interior de las diversas ciudades de América<br />

Latina. Su comportamiento, en últimas está íntimamente<br />

ligado a la forma como se gestione el suelo urbano y por<br />

urbanizar en las diferentes ciudades. Muchas discusiones<br />

sobre la posibilidad de construir ciudades densificadas<br />

se encuentran íntimamente ligadas a esta discusión y<br />

muchos de los supuestos procesos de desindustrialización<br />

no son otra cosa que el proceso de relocalización de la<br />

industria, “expulsada” de las ciudades por los altos precios<br />

de la tierra. Esta tendencia es la que viene dando forma a<br />

las más grandes ciudades de América Latina, las cuales,<br />

manteniendo sus altas economías de densidad en los<br />

centros, van extendiéndose hacia las periferias configurando<br />

áreas metropolitanas y en algunos casos, ciudades región.<br />

A continuación se resumen los principales efectos en<br />

términos económicos del proceso de urbanización y los<br />

respectivos cambios estructurales a los que nos hemos<br />

referido.<br />

Tabla 13: Ley <strong>DE</strong> Engel<br />

Población<br />

Ingresos<br />

Productividad<br />

Elasticidad<br />

Agrícola – Industrial Industrial – Servicios Informacional<br />

Cada vez se requiere una proporción<br />

menor de fuerza laboral para<br />

producir los alimentos requeridos<br />

para el consumo interno y externo.<br />

Permaneciendo la población<br />

campesina constante o aumentando<br />

los ingresos per-cápita de la<br />

economía, los ingresos per-cápita<br />

de los habitantes rurales sufren una<br />

caída significativa.<br />

La tecnificación de los procesos<br />

productivos en el campo hace<br />

que cada vez se necesite menos<br />

población para generar cierto nivel<br />

de producción.<br />

A medida que aumentan los<br />

ingresos, aumenta el consumo de<br />

bienes agrícolas, pero menos que<br />

proporcionalmente al aumento de<br />

los ingresos.<br />

Se sigue produciendo un aumento<br />

en la población urbana y la rural<br />

disminuye incluso en términos<br />

absolutos. Las migraciones son<br />

entre las ciudades y al interior de las<br />

mismas.<br />

La menor importancia del<br />

sector industrial hace que se<br />

creen nuevas modalidades de<br />

contratación, muchas veces ligadas<br />

a la precarización del empleo para<br />

quienes afrontan el cambio.<br />

Los mayores mercados y por lo<br />

tanto la escala, permiten una mayor<br />

innovación y tecnificación.<br />

Desde cierto nivel, a medida que<br />

aumentan los ingresos, el gasto en<br />

bienes manufacturados aumenta<br />

menos que proporcionalmente,<br />

intensificándose la división del<br />

trabajo y el gasto en servicios.<br />

La deslocalización de las actividades<br />

económicas y las relaciones<br />

personales tendrán un efecto<br />

aún incierto con respecto a las<br />

migraciones inter e intra urbanas.<br />

Continua la precarización del empleo<br />

de algunos sectores y el empleo<br />

asociado a la economía “informal”<br />

se vuelve predominante.<br />

Crece de manera sostenida la<br />

productividad de los segmentos<br />

y sectores que acceden a dichas<br />

tecnologías.<br />

Con incrementos adicionales de los<br />

ingresos se produce un aumento<br />

más que proporcional en el gasto<br />

de servicios de comunicación y<br />

tecnologías de información.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 37


Podemos concluir, en síntesis, que la dimensión<br />

demográfica de la urbanización no es independiente,<br />

sino solidaria con su dimensión económica, de modo que<br />

el hecho de que la gente emigre del campo a la ciudad<br />

responde a que la mayor productividad del campo y la<br />

menor demanda de bienes agrícolas hace que la demanda de<br />

mano de obra agrícola sea exigua, encontrándose el empleo<br />

en una primera etapa del proceso en el sector industrial y<br />

en una segunda fase en el sector servicios ubicados en las<br />

ciudades. Como afirmaba Currie en su argumentación de<br />

que los cambios estructurales podían convertirse en un<br />

detonante del desarrollo, el crecimiento de la producción<br />

física en la agricultura hace que una proporción cada vez<br />

menor de la fuerza laboral sea suficiente para producir<br />

alimentos para el consumo, no solo interno, sino externo.<br />

Si al mismo tiempo la población crece rápidamente y se<br />

localiza allí donde hay mayores ingresos y empleos de<br />

mayor productividad, se desata irremediablemente el<br />

proceso de urbanización acelerado como una consecuencia<br />

“natural” de las fuerzas del mercado (Currie, 1998, p. 40-<br />

42). En la medida en que algo similar sucede más adelante<br />

entre la industria y los servicios, que se ubican también<br />

en las ciudades, es evidente que el desarrollo económico<br />

entendido no sólo como un aumento de la producción, sino<br />

de su eficiencia y su variedad, se da por y en las ciudades.<br />

La economía es un sistema complejo que involucra<br />

diversos elementos, los mercados, que se relacionan entre<br />

sí siguiendo determinadas reglas y en los que actúan<br />

diversos agentes, ya sea adquiriendo bienes u ofreciéndolos.<br />

Actúan también sobre ellos diversos factores externos, por<br />

ejemplo los precios internacionales, e internos, por ejemplo<br />

un terremoto. De otro lado, las decisiones de política<br />

pública en general y de políticas económicas en particular<br />

condicionan su comportamiento.<br />

Las políticas urbanas deben afrontar los complejos<br />

problemas de las ciudades. Las economías de escala,<br />

aglomeración y alcance que las caracterizan, son la clave<br />

para llegar a las poblaciónes más pobres con bienes y<br />

servicios que eleven su calidad de vida, aumentando sus<br />

activos individuales de capital humano y físico y colectivos<br />

de capital social y simbólico, así como las posibilidades<br />

de tener empleos e ingresos. Para ello se deben aprovechar<br />

al máximo los círculos virtuosos de la aglomeración<br />

que describimos de la siguiente forma:Los procesos de<br />

urbanización están hoy fuertemente reforzados. A los<br />

procesos convencionales de migración campo-ciudad se les<br />

vienen agregando, en forma preocupante, las migraciones<br />

internacionales ya sea porque muchas familias están<br />

huyendo de crecientes conflictos, naturales o sociales, o<br />

simplemente porque buscan un mejor nivel de vida en otro<br />

lugar. La tendencia hacia el futuro indica claramente cómo<br />

la migración es otra fuerza irreversible y creciente de los<br />

procesos de urbanización en curso.<br />

En países en conflicto como Colombia, a los procesos<br />

descritos se le agrega el despojo de tierras y bienes que da<br />

lugar a un desplazamiento forzoso de la población que<br />

migra a las ciudades escapando a la disputa por el acceso<br />

a la propiedad. Empero, la migración convencional y la<br />

migración por violencia, están ligadas al proceso de urbanización<br />

y en un sentido fuerte, tanto a la una como a la<br />

otra, se les puede aplicar el proverbial sentido común de los<br />

habitantes brasileños que se encuentran al otro lado de la<br />

frontera: “O te quedas a morir o te vas a sufrir.” (Estrada,<br />

2009, p. 22).<br />

Las personas migran a las ciudades buscando<br />

oportunidades económicas, seguridad, paz y respeto por<br />

los derechos humanos. Igualmente no ha de olvidarse<br />

que es en las ciudades donde las familias alcanzan mayor<br />

Gráfico 11: Círculo Virtuoso en la Aglomeración<br />

Fuente: Fabio Giraldo –Dir-, Urbanización para el desarrollo humano. ONU-HABITAT, Bogotá 2009, página 140.<br />

38 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 12: Distintos niveles de agregación del análisis económico de la ciudad-Meso<br />

estabilidad en sus ingresos y esta es la clave para definir las<br />

posibilidades del sistema financiero formal para atender<br />

la demanda de bienes y servicios, incluida la vivienda.<br />

Pero aquí nuevamente el proverbial sentido común de los<br />

habitantes brasileños es contundente: en la ciudad, durante<br />

los primeros años la vida no es fácil, incluso, si no hay<br />

políticas urbanas encaminadas a romper la marginalidad<br />

socio espacial, las poblaciónes desplazadas quedan atrapadas<br />

en los círculos viciosos de la pobreza.<br />

En materia financiera, es menester hacer la distinción<br />

entre el segmento de la población menos favorecida,<br />

susceptible de participar en esquemas crediticios y aquel<br />

segmento no bancarizable que no reúne las más mínimas<br />

condiciones de elegibilidad para la banca comercial. Para<br />

este segmento, existe la necesidad de aplicar durante<br />

un período, no fácilmente determinable, una política<br />

eminentemente asistencial, sin olvidar la enseñanza del<br />

Premio Nobel de Economía Milton Friedman, según la<br />

cual: “cuando uno comienza a pagarle a la gente para que<br />

sea pobre, uno termina con una cantidad de gente pobre”<br />

(Bateman, 2008).<br />

Las relaciones de la ciudad con su entorno económico<br />

son un problema complejo; en ellas intervienen no<br />

solamente el comportamiento de los diferentes sectores<br />

económicos de la ciudad, sino la manera como esta se<br />

relaciona con el ciclo económico nacional y global. Las<br />

relaciones que hay entre el ciclo económico de la ciudad<br />

y el ciclo económico del país, deben estudiarse con<br />

detenimiento: en algunas ciudades, generalmente las más<br />

grandes, es posible detectar que cuando el país está bien, la<br />

ciudad puede alcanzar tasas de crecimiento sobresalientes;<br />

pero también ocurre, que si el país entra en crisis, la ciudad<br />

puede tener crisis más agudas.<br />

Para captar el movimiento de los ciclos económicos<br />

a nivel nacional y a nivel de la ciudad, es de gran<br />

utilidad conocer los diferentes niveles de agregación<br />

del análisis económico. La ciudad es por excelencia el<br />

nivel meso-económico de la realidad social, la cual, hoy<br />

tiene su manifestación más pronunciada en el proceso<br />

de urbanización y en los proyectos y programas que se<br />

adelantan a nivel territorial, aprovechando los círculos<br />

virtuosos de la aglomeración. Un esquema simplificado de<br />

estas relaciones, se puede observar en el grafico siguiente:<br />

Los economistas, se han acostumbrado a formular la<br />

política económica a partir de la teoría macroeconómica 4<br />

considerando y preocupándose casi exclusivamente de<br />

los grandes agregados macroeconómicos: la inflación, el<br />

producto interno bruto, el déficit fiscal, la deuda externa<br />

con relación al PIB, el nivel de reservas internacionales,<br />

etc. Han olvidado problemáticamente como a nivel<br />

macroeconómico la sostenibilidad financiera tiene un<br />

significado completamente distinto al del balance privado<br />

– cuentas nacionales vs contabilidad empresarial- y como<br />

en la comprensión del territorio los niveles de análisis del<br />

proceso productivo no resultan de un simple proceso de<br />

agregación sino de dimensiones cualitativamente diferentes,<br />

donde para poner el ejemplo más obvio, la productividad<br />

de una ciudad o de un territorio no se deriva de la<br />

productividad de las empresas que lo componen.<br />

La construcción de territorios democráticos no es<br />

posible sin un disfrute efectivo del espacio público-físico,<br />

el espacio donde se satisfacen necesidades colectivas que<br />

van más allá de la mera reproducción biológica y que nos<br />

recuerdan que el papel de las políticas públicas no es solo<br />

para sobrevivir, sino para vivir individual y colectivamente<br />

con sostenibilidad y calidad de vida, solo alcanzable en<br />

un mundo en creciente proceso de urbanización, a través<br />

de gestionar a fondo con la política pública los círculos<br />

virtuosos de la aglomeración, donde las rentabilidades de<br />

cada negocio privado no pueden aislarse de los impactos<br />

positivos y negativos de las fuerzas de atracción propias de<br />

las economías vistas en su manifestación espacial.<br />

En las ciudades, el incremento de la productividad, las<br />

elasticidades precio ingreso de la demanda con los cambios<br />

en la participación sectorial en el producto y el fuerte valor<br />

agregado de la ciudad al comportamiento macroeconómico<br />

llevan a plantearse uno de los temas centrales del mundo<br />

contemporáneo: la competitividad de las ciudades a nivel<br />

económico y la creación de ciudadanos a nivel político; en<br />

una palabra, el advenimiento en el mundo de la vida de lo<br />

urbano: un mundo donde el espacio se torna en espacio<br />

público, espacio moldeado, formado por la sociedad y la<br />

historia, dándole un nuevo sentido a la ciudad y a la vida.<br />

Con las principales ciudades de América Latina,<br />

podemos realizar un ejercicio de calificación similar al que<br />

hicimos con los países en función de su población y el PIB<br />

per cápita, indicando como se clasifican las principales<br />

ciudades de la región en grandes, medianas y pequeñas, tal<br />

y como se muestra a continuación:<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 39


tabla 14: PIB percápita de las principales<br />

ciudades de América Latina y el Caribe<br />

Tabla 15: PIB de las principales ciudades de<br />

América Latina y El Caribe<br />

País Área urbana PIB percapta<br />

USD 2008<br />

Bolivia La Paz 2.057<br />

Paraguay Asunción 2.078<br />

Guatemala Ciudad de Guatemala 3.874<br />

Honduras Tegucigalpa 4.082<br />

Ecuador Quito 4.261<br />

El Salvador San Salvador 4.284<br />

Perú Lima 4.678<br />

Brasil Campinas 4.687<br />

Brasil Salvador da Bahía 5.193<br />

Brasil Fortaleza 5.372<br />

Ecuador Guayaquil 6.011<br />

Colombia Cali 6.555<br />

Costa Rica San José 6.882<br />

República Dominicana Santo Domingo 7.257<br />

Brasil Recife 7.321<br />

Brasil Belo Horizonte 7.438<br />

México Puebla 7.569<br />

Brasil Río de Janeiro 8.489<br />

Colombia Bogotá 9.106<br />

México Guadalajara 9.254<br />

Colombia Medellín 9.779<br />

Brasil Curitiba 10.458<br />

Uruguay Montevideo 10.631<br />

México Ciudad de México 11.170<br />

Venezuela Caracas 11.405<br />

Panamá Ciudad de Panamá 11.541<br />

Brasil Porto Alegre 12.174<br />

Argentina Buenos Aires 12.232<br />

Chile Santiago 12.243<br />

Brasil São Paulo 14.214<br />

México Monterrey 15.784<br />

Brasil Brasilia 20.708<br />

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios,<br />

2008.<br />

País Área urbana PIB 2008 %<br />

Mill. USD<br />

Paraguay Asunción 3.450 0,2<br />

Bolivia La Paz 3.450 0,2<br />

Honduras Tegucigalpa 5.512 0,4<br />

El Salvador San Salvador 10.026 0,7<br />

Ecuador Quito 10.440 0,7<br />

Costa Rica San José 10.874 0,8<br />

Guatemala Ciudad de 10.885 0,8<br />

Guatemala<br />

Brasil Recife 11.275 0,8<br />

Ecuador Guayaquil 12.804 0,9<br />

Brasil Fortaleza 13.432 0,9<br />

Brasil Salvador da Bahía 14.542 1,0<br />

República Santo Domingo 14.587 1,0<br />

Dominicana<br />

Subtotal 121.277 8,5<br />

Brasil Campinas 15.000 1,1<br />

Colombia Cali 15.012 1,1<br />

México Puebla 15.139 1,1<br />

Panamá Ciudad de Panamá 15.697 1,1<br />

Uruguay Montevideo 15.735 1,1<br />

Brasil Porto Alegre 17.896 1,3<br />

Brasil Belo Horizonte 18.224 1,3<br />

Colombia Medellín 19.168 1,3<br />

Brasil Curitiba 19.349 1,4<br />

México Guadalajara 37.016 2,6<br />

Perú Lima 40.182 2,8<br />

Venezuela Caracas 42.772 3,0<br />

Brasil Brasilia 51.564 3,6<br />

México Monterrey 55.876 3,9<br />

Colombia Bogotá 66.754 4,7<br />

Subtotal 445.384 31,3<br />

Chile Santiago 84.723 5,9<br />

Brasil Río de Janeiro 101.450 7,1<br />

Argentina Buenos Aires 154.741 10,9<br />

México Ciudad de México 229.995 16,1<br />

Brasil São Paulo 287.552 20,2<br />

Subtotal 858.461 60,2<br />

Total 1.425.122 100,0<br />

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios,<br />

2008.<br />

40 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 16: Población de las principales ciudades<br />

de América Latina y El Caribe<br />

Países Área urbana Pob. 2008 %<br />

(MIll. Hab.)<br />

Jamaica Kingston 0,9 0,6<br />

Nicaragua Managua 1,1 0,7<br />

Honduras Tegucigalpa 1,4 0,9<br />

Panamá Ciudad de Panamá 1,4 0,9<br />

Brasil Porto Alegre 1,5 1,0<br />

Uruguay Montevideo 1,5 1,0<br />

Brasil Recife 1,5 1,0<br />

Costa Rica San José 1,6 1,0<br />

Paraguay Asunción 1,7 1,1<br />

Brasil Curitiba 1,9 1,2<br />

Bolivia La Paz 1,9 1,2<br />

Subtotal 16,1 10,6<br />

Colombia Medellín 2,0 1,3<br />

México Puebla 2,0 1,3<br />

República Santo Domingo 2,0 1,3<br />

Dominicana<br />

Ecuador Guayaquil 2,1 1,4<br />

Cuba La Habana 2,2 1,4<br />

Colombia Cali 2,3 1,5<br />

Haiti (2009) Puerto Príncipe 2,3 1,5<br />

El Salvador San Salvador 2,3 1,5<br />

Brasil Belo Horizonte 2,5 1,6<br />

Ecuador Quito 2,5 1,6<br />

Brasil Brasilia 2,5 1,6<br />

Brasil Fortaleza 2,5 1,6<br />

Brasil Salvador da Bahía 2,8 1,8<br />

Guatemala Ciudad de 2,8 1,9<br />

Guatemala<br />

Brasil Campinas 3,2 2,1<br />

México Monterrey 3,5 2,3<br />

Venezuela Caracas 3,8 2,5<br />

México Guadalajara 4,1 2,7<br />

Subtotal 47,3 31,2<br />

Chile Santiago 6,9 4,5<br />

Colombia Bogotá 7,3 4,8<br />

Perú Lima 8,6 5,7<br />

Brasil Río de Janeiro 12,0 7,9<br />

Argentina Buenos Aires 12,7 8,3<br />

Brasil São Paulo 20,2 13,3<br />

México Ciudad de México 20,6 13,6<br />

Subtotal 88,2 58,2<br />

Total 152,0 100,0<br />

tabla 17: Clasificación de las Principales<br />

Ciudades de América Latina y El Caribe de<br />

acuerdo a su PIB<br />

Grandes ciudades<br />

Ciudades medianas<br />

Ciudades pequeñas<br />

São Paulo (Brasil)<br />

Ciudad de México (México)<br />

Buenos Aires (Argentina)<br />

Río de Janeiro (Brasil)<br />

Santiago (Chile)<br />

Bogotá (Colombia)<br />

Lima (Perú)<br />

Belo Horizonte (Brasil)<br />

Quito (Ecuador)<br />

Brasilia (Brasil)<br />

Fortaleza (Brasil)<br />

Salvador da Bahía (Brasil)<br />

Ciudad de Guatemala (Guatemala)<br />

Campinas (Brasil)<br />

Monterrey (México)<br />

Caracas (Venezuela)<br />

Guadalajara (México)<br />

Medellín (Colombia)<br />

Puebla (México)<br />

Santo Domingo (República<br />

Dominicana)<br />

Guayaquil (México)<br />

La Habana (Cuba)<br />

Cali (Colombia)<br />

Puerto Príncipe (Haití)<br />

San Salvador (Brasil)<br />

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios,<br />

2008.<br />

El proceso de cambio estructural ha producido uno de<br />

los fenómenos más interesantes e inquietantes en América<br />

Latina. En la región la fuerte urbanización ha venido<br />

acompañada no solo de un cambio en la proporción urbana<br />

rural, sino lo más importante, una caída en la población<br />

absoluta dedicada a la agricultura en algunos países,<br />

pero con una tendencia en el largo plazo a convertirse<br />

en dominante en la mayoría de ellos. Este aspecto, es<br />

la clave para adentrarse en las principales diferencias y<br />

complejidades de un análisis regional, indicando como, a<br />

pesar de la existencia de grandes conglomerados urbanos,<br />

se da la presencia de lugares donde la agricultura tendrá<br />

un papel relevante en el futuro. En el grafico siguiente se<br />

puede observar claramente la caída absoluta de la población<br />

en muchos países de América Latina y como en algunos<br />

de ellos, no se tiene previsto incluso hasta el 2050 la caída<br />

absoluta en la población rural.<br />

Independientemente de la localización de la población<br />

en el territorio, si esta vive de la producción agrícola o lo<br />

hace en las actividades urbanas, el desarrollo humano es<br />

la clave para discutir las formas de vida en la sociedad;<br />

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios,<br />

2008.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 41


como es sabido, el desarrollo humano es ante todo una<br />

perspectiva de análisis que se concentra en la creación<br />

de complementariedades entre las diversas dimensiones<br />

de la sociedad: política, económico-social, estéticocultural.<br />

Es definido por algunos de sus divulgadores,<br />

como el manejo de la tensión inevitable entre economía<br />

y sociedad para asegurar el despliegue simultáneo de la<br />

riqueza, la habilitación de las personas y la integración<br />

de la sociedad (French, 2006). Busca que las personas se<br />

sitúen como actores frente a la pugna entre sociedad y<br />

mercado, observando las condiciones socio-culturales del<br />

desarrollo humano territorial y el impacto recíproco entre<br />

las dimensiones de la sociedad y las dinámicas meramente<br />

cuantitativas de la economía.<br />

Gráfico 13: Caída Absoluta de la Población en los Países de América Latina y El Caribe<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL. La franja roja corresponde a países en los cuales no se ha dado, ni se tiene previsto a 2050, la caída<br />

absoluta en la población rural. Los países se encuentran ordenados de menor a mayor tasa de población rural en 2005.<br />

IV. La Inequidad y los<br />

Principales Indicadores<br />

Sociales en América Latina<br />

COEFICIENTE <strong>DE</strong> GINI<br />

Al analizar la pobreza y la desigualdad en América<br />

latina, se observa como en el periodo comprendido entre<br />

1990 y 2008, la región presenta en promedio un valor de<br />

0.55% y 0.52% en el índice de GINI, cifra que refleja una<br />

leve reducción en el promedio de la región de tan solo 0.02<br />

puntos porcentuales. En este comportamiento se registran<br />

tendencias moderadamente positivas en países como Perú y<br />

Brasil los cuales reducen ligeramente la desigualdad en 0.05<br />

puntos y 0.07 puntos porcentuales respectivamente.<br />

De otro lado, los resultados para 2008, revelan que<br />

el promedio de desigualdad en Venezuela presentó una<br />

reducción significativa de 0.09 puntos porcentuales respecto<br />

a 1990, ubicándolo en 2008 en 0.41), con lo cual se<br />

reconoce un notable avance en comparación con el resto de<br />

América Latina.<br />

42 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 18: Coeficiente de Gini - Total, Urbano y Rural (1999 -2008)<br />

Puesto<br />

Total Urbana Rural<br />

País 1999 2008 Diferencia 1999 2008 Diferencia 1999 2008 Diferencia<br />

1 Brasil 0,64 0,59 -0,05 0,63 0,59 -0,04 0,58 0,53 -0,05<br />

2 México (1998-2008) 0,54 0,52 -0,02 0,51 0,49 -0,02 0,49 0,49 0,00<br />

3 Argentina (1999-2006) 0,54 0,52 -0,02 0,54 0,51 -0,03 - - -<br />

4 Venezuela (*) 0,50 0,41 -0,09 0,00 0,43 0,46 0,03<br />

5 Colombia (1999-2005) 0,57 0,58 0,01 0,56 0,59 0,02 0,53 0,50 -0,03<br />

6 Chile (1998-2006) 0,56 0,52 -0,04 0,55 0,52 -0,04 0,49 0,51 0,02<br />

7 Perú 0,55 0,48 -0,07 0,50 0,42 -0,08 0,43 0,42 -0,01<br />

8 República Dominicana (2002- 0,54 0,55 0,01 0,54 0,55 0,02 0,42 0,49 0,07<br />

2008)<br />

9 Uruguay(*) (2007-2008) 0,46 0,45 -0,01 0,44 0,45 0,01 0,41 0,39 -0,02<br />

10 Ecuador ( *) (2004-2008) 0,51 0,50 -0,01 0,53 0,48 -0,05 0,43 0,46 0,03<br />

11 Guatemala (1998-2006) 0,56 0,59 0,02 0,53 0,55 0,02 0,51 0,53 0,02<br />

12 Costa Rica 0,47 0,47 0,00 0,45 0,47 0,02 0,46 0,44 -0,02<br />

13 El Salvador (1999-2004) 0,52 0,49 -0,03 0,46 0,46 0,00 0,46 0,46 0,00<br />

14 Panamá ( *) (2002-2008) 0,57 0,52 -0,04 0,50 0,47 -0,03 0,55 0,55 0,00<br />

15 Bolivia (1999-2007) 0,59 0,57 -0,02 0,50 0,50 0,00 0,64 0,60 -0,04<br />

16 Honduras (1999-2007) 0,56 0,58 0,02 0,52 0,49 -0,03 0,51 0,57 0,06<br />

17 Paraguay 0,57 0,53 -0,04 0,50 0,47 -0,03 0,57 0,58 0,01<br />

18 Nicaragua (*) (1998-2006) 0,58 0,53 -0,05 0,50 0,55 0,05 0,56 0,50 -0,06<br />

América Latina 0,55 0,52 -0,02 0,51 0,50 -0,01 0,50 0,50 0,00<br />

Fuente. CEPAL. Calculos consultoria.<br />

Venezuela (*). La información para la parte rural corresponde a los años 2007-2008<br />

Uruguay(*).La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008. La rural 2007-2008<br />

Ecuador (*). La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008<br />

Panamá (*) La información para la parte urbana corresponde a los años 1999-2008<br />

Nicaragua (*). La información para la parte urbana y rural corresponde a los años 1998-2005.<br />

Gráfico 14: Coeficiente de Gini Brasil, México Argentina (1999-2008)<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 43


Gráfico 15: Coeficiente de Gini Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1999-2008)<br />

Fuente gráficos 14 y 15: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

En términos de los grupos de países más grandes de<br />

la región se observa como la desigualdad en países como<br />

Brasil y México, se redujo un poco pero para converger<br />

hacia los niveles comunes con el resto de países de América<br />

latina que todavía presentan niveles de desigualdad muy<br />

altos. (Ver anexos gráficos Gini).<br />

En el grupo 2 (economías medias): Venezuela es el<br />

único país de América latina que bajo considerablemente la<br />

desigualdad; Perú, tuvo logros importantes en la reducción<br />

de la inequidad al pasar de 0,55 en 1999 a 0.48 en 2008.<br />

Chile aunque se ha considerado como uno de los países de<br />

mejor comportamiento económico y pese haber avanzado<br />

en su coeficiente todavía presente un nivel de desigualdad<br />

alto. De este grupo, Colombia es el país que registra el peor<br />

comportamiento y es uno de los países que presentan un<br />

más alto nivel de desigualdad.<br />

En 2007 había en América latina 561 Millones de<br />

personas. De este total el 24,45% vive con menos de 2<br />

dólares por día y el 10% de la población vive en pobreza<br />

extrema, es decir, con menos de 1 dólar (ver grafico<br />

siguiente). Sobresale Haití, donde antes de l terremoto<br />

de febrero de 2010, más del 79.1% de la población vivían<br />

con menos de 2 dólares al día. Le siguen en orden de<br />

importancia Nicaragua y Bolivia con 41.3% y 36.8%<br />

respectivamente.<br />

La tabla siguiente, registra la magnitud de pobreza<br />

extrema que presentan los países de América Latina. Como<br />

en la mayoría de los indicadores, la pobreza difiere de un<br />

país a otro. En países como Haití, Nicaragua, Bolivia.<br />

Guatemala. Honduras, Colombia y Guatemala la pobreza<br />

afecta a más del 30% de la población; en Paraguay, Perú.<br />

El Salvador y panamá entre el 20 y 25%. En cambio en<br />

Gráfico 16: Población que Vive con menos de 1 y 2 Dólares por día (% del Total de la Población<br />

(2007)<br />

44 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Jamaica, Costa Rica, Ecuador, República Dominicana,<br />

Brasil, Argentina y Venezuela entre 12 y 19%, México y<br />

Uruguay registran niveles de indigencia menores al 10% y<br />

Chile presenta el nivel más bajo de América latina 5 .6%.<br />

Tabla 19: Población que vive con menos de 1 y<br />

2 USD Diarios En porcentaje (2007)<br />

Puesto<br />

País<br />

Población<br />

que vive con<br />

menos de 1<br />

dólar por día<br />

1 Brasil 5,20 17,60<br />

2 México (2006) 0,70 9,30<br />

3 Argentina (2006) 2,80 11,60<br />

4 Venezuela (2006) 3,50 15,70<br />

5 Colombia (2006) 16,00 34,80<br />

6 Chile (2006) 0,20 5,60<br />

7 Perú (2006) 7,90 25,40<br />

8 República Dominicana 4,00 19,90<br />

9 Uruguay (2006) 0,00 8,40<br />

10 Ecuador 4,70 18,50<br />

11 Guatemala (2006) 12,70 33,60<br />

12 Costa Rica (2005) 2,40 13,20<br />

13 El Salvador (2006) 11,00 26,80<br />

14 Panamá (2006) 9,50 23,10<br />

15 Bolivia (2005) 19,60 36,80<br />

16 Jamaica (2004) 0,20 11,80<br />

17 Honduras (2005) 18,20 36,50<br />

18 Haiti (2001) 54,90 79,10<br />

19 Paraguay 6,50 20,00<br />

20 Nicaragua (2005) 15,8 41,30<br />

América Latina y el Caribe 9,79 24,45<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

Población<br />

que vive con<br />

menos de 2<br />

dólares por día<br />

MEDIDAS <strong>DE</strong> <strong>DE</strong>SIGUALDAD<br />

Para 2005, los resultados en América latina, determinan<br />

claramente como la desigualdad persiste en la Región y este<br />

es un problema muy preocupante. En el gráfico siguiente.<br />

Se evidencia un deterioro fuerte en la desigualdad de<br />

los ingresos. En efecto, el 56.9% del ingreso total de la<br />

población corresponde al quintil 5, el 39.6% a los quintiles<br />

2, 3 y 4 y tan solo el 3.5% del ingreso corresponde a la<br />

población pobre quintil 1. Esto nuevamente introduce la<br />

pregunta de si la región puede subsistir su democracia con<br />

esos niveles de inequidad. La concentración de los ingresos<br />

en el 20% más rico y la masa de población, asfixiada por la<br />

pobreza, recibiendo el 20% más débil tan solo el 3.5% del<br />

ingreso. La legitimidad en un sentido fuerte se encuentra en<br />

cuestión y los altos niveles de inequidad son un signo de la<br />

debilidad de muchas de las democracias de la región, donde<br />

el 10% más opulento recibe más del 39.6% del ingreso.<br />

Esta proporción triplica lo que recibe el 40% más pobre.<br />

Como es sabido la desigualdad impide un buen nivel de<br />

vida y una adecuada satisfacción de las necesidades básicas<br />

en educación, salud, trabajo y vivienda, generando una<br />

aptitud política en muchos casos adversa a las instituciones<br />

democráticas y a la legitimidad de quienes ostentan el<br />

poder. Mientras la totalidad de la población no tenga<br />

ingresos suficientes que le permitan participar de los bienes<br />

y servicios del proceso productivo, las condiciones de vida<br />

y la cultura política en la región se veran amenazadas con<br />

experiencias populistas y antidemocráticas en muchos<br />

países. Por más que la seguridad en algunas ciudades de la<br />

región ocupa el primer lugar en las preocupaciones de la<br />

población, una situación de inequidad como la que hemos<br />

señalado, acompañada de desempleo y de precariedad<br />

laboral, son sintomas inequívocos de sociedades enfermas.<br />

La desigualdad en América Latina es preocupante.<br />

El país con menor desigualdad de ingresos tiene mayor<br />

desigualdad que cualquier país para la cooperación y el<br />

Desarrollo Económico – OC<strong>DE</strong>- e incluso que cualquir<br />

país del este de Europa.<br />

Gráfico 17: Distribución del Ingreso en América Latina, Según quintiles<br />

Población % de ingreso<br />

20% más rico 56,9<br />

Segundo 19,8<br />

Tercero 12,3<br />

Cuarto 7,6<br />

20% más pobre 3,5<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 45


Tabla 20: Distribución del Ingreso según deciles en América Latina (2008)<br />

Puesto<br />

País Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4 Decil 5 Decil 6 Decil 7 Decil 8 Decil 9 Decil 10<br />

1 Brasil 0,8 1,7 2,4 3,2 4,2 5,5 7,2 9,6 15,0 50,6<br />

2 México 1,3 2,4 3,3 4,3 5,4 6,6 8,3 10,8 15,4 42,2<br />

3 Argentina (Urbano) 1,1 2,4 3,4 4,4 5,5 6,8 8,4 10,9 15,5 41,7<br />

4 Venezuela 0,9 2,5 3,7 4,8 6,1 7,6 9,4 11,9 16,4 36,8<br />

5 Colombia 0,9 2,0 2,8 3,6 4,5 5,7 7,2 9,7 14,6 49,1<br />

6 Chile (2006) 1,5 2,6 3,4 4,3 5,2 6,4 8,0 10,6 15,5 42,5<br />

7 Perú 1,4 2,4 3,3 4,4 5,5 6,9 8,8 11,5 16,0 39,9<br />

8 República Dominicana 0,8 1,8 2,7 3,7 4,8 6,2 8,0 11,2 17,0 43,9<br />

9 Uruguay (2008) 1,8 3,1 4,2 5,2 6,4 7,7 9,5 12,0 16,4 33,8<br />

10 Ecuador 1,2 2,3 3,2 4,2 5,4 6,5 8,6 11,0 15,9 41,8<br />

11 Guatemala (2006) 1,0 1,8 2,6 3,6 4,6 5,8 7,6 10,1 15,2 47,7<br />

12 Costa Rica 1,3 2,8 3,9 5,0 6,2 7,5 9,3 12,1 16,9 35,1<br />

13 El Salvador 1,0 2,5 3,6 4,7 5,9 7,3 9,3 12,1 16,9 36,7<br />

14 Bolivia (2004) 0,8 1,9 2,9 3,8 4,8 6,2 7,9 10,5 15,9 45,4<br />

15 Honduras (2006) 0,4 1,1 1,9 3,0 4,4 6,1 8,3 11,5 17,1 46,1<br />

16 Paraguay 1,0 2,2 3,2 4,1 5,3 6,5 8,4 11,3 16,2 41,9<br />

17 Panamá 0,7 1,8 2,8 3,9 5,2 6,7 8,8 11,9 17,6 40,6<br />

18 Nicaragua 1,2 2,3 3,2 4,2 5,3 6,6 8,3 10,7 15,2 43,1<br />

América Latina 1,1 2,2 3,1 4,1 5,3 6,6 8,4 11,1 16,0 42,2<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

Gráfico 18: Porcentaje del Ingreso que corresponde al quintil más pobre (2005)<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

De acuerdo al porcentaje del ingreso, que corresponde al<br />

quintil más pobre (2005), Bolivia y Colombia son sin duda<br />

los países más desiguales de América latina. En 2005, solo<br />

el 1.80% del ingreso total de la población para el caso de<br />

Bolivia y el 2.52% para el caso Colombiano, corresponden<br />

al primer quintil. Jamaica, Uruguay y México son los países<br />

con mejores indices al presentar una distribución más<br />

igualitaria. Los esquemas siguientes muestran las tendencias<br />

en el período comprendido entre 1980, 1998 y 2005 para el<br />

Quintil más pobre y el Quintil más rico.<br />

46 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Dadas las profundas raíces históricas e institucionales<br />

de la alta desigualdad persistente en la región, mejorar<br />

esta situación requiere una actuación decisiva a través<br />

de políticas reformistas mas incluyentes para lograr<br />

democracias más profundas, solo posibles con una mejor<br />

distribución de los frutos del desarrollo y un mayor<br />

reconocimiento de los grupos más débiles, en especial los<br />

grupos afrodescendientes e indígenas.<br />

La lucha contra la desigualdad no se puede concentrar<br />

únicamente en la distribución de los ingresos; el bienestar<br />

no solamente debe mejorar las condiciones de educación,<br />

salud, seguridad y acceso a servicios de agua potable,<br />

saneamiento básico y energía, sino que debe abarcar<br />

la totalidad de la marginalidad fisico- espacial, donde<br />

las autoridades locales tienen un papel predominante;<br />

igualmente, y esto es bien importante, las desigualdades<br />

Tabla 21: El Quintil más Pobre y El quintil más Rico (1990,1998, 2005)<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 47


de agencia que en la terminología de Amartyia Sen, estan<br />

asociadas con las profundas diferencias con la libertad o<br />

la capacidad de los diferentes individuos y grupos para<br />

desarrollar la vida de su escogencia – es decir, hacer las<br />

cosas que valoran – deben recibir gran atención por parte<br />

de las autoridades en razón a que dichas “ desigualdades”,<br />

están fuertemente entrelazadas con las desigualdades<br />

económicas.<br />

V. Índice de de Desarrollo<br />

Humano-IDH<br />

A pesar de la persistencia de la inequidad en la región,<br />

América Latina ha presentado durante muchos años como<br />

lo señalamos atrás, crecimientos interrumpidos en su<br />

PIB, lo cual se refleja necesariamente en un avance en la<br />

construcción de capacidades empresariales y productivas,<br />

Tabla 22: Evolución del IDH Total América Latina (Promedio)<br />

Puesto Puesto (*) Países y Clasificación según el IDH 1980 1990 2000 2005<br />

Mundial<br />

70 1 Brasil (IDH-Alto) 0,69 0,72 0,79 0,80<br />

52 2 México (IDH-Alto) 0,74 0,77 0,81 0,83<br />

38 3 Argentina (IDH-Alto) 0,80 0,81 0,86 0,87<br />

74 4 Venezuela (IDH- Medio) 0,69 0,73 0,77 0,79<br />

75 5 Colombia (IDH- Medio) 0,80<br />

40 6 Chile(IDH-Alto) 0,74 0,79 0,85 0,87<br />

87 7 Perú (IDH- Medio) 0,71 0,75 0,80 0,78<br />

51 8 Cuba (IDH-Alto) 0,84<br />

79 9 República Dominicana (IDH- Medio) 0,70 0,72 0,75 0,76<br />

46 10 Uruguay(IDH-Alto) 0,78 0,81 0,84 0,85<br />

89 11 Ecuador(IDH- Medio) 0,78<br />

118 12 Guatemala (IDH- Medio) 0,55 0,59 0,67 0,69<br />

48 13 Costa Rica (IDH- Alto) 0,77 0,79 0,83 0,85<br />

103 14 El Salvador (IDH- Medio) 0,69 0,71 0,74 0,74<br />

62 15 Panamá (IDH- Alto) 0,74 0,75 0,80 0,81<br />

117 16 Bolivia (IDH- Medio) 0,58 0,63 0,67 0,70<br />

101 17 Jamaica (IDH- Medio) 0,68 0,68 0,72 0,75<br />

115 18 Honduras (IDH- Medio) 0,55 0,61 0,68 0,70<br />

95 19 Paraguay(IDH- Medio) 0,68 0,71 0,77<br />

110 20 Nicaragua (IDH- Medio) 0,59 0,61 0,67 0,71<br />

146 21 Haití (IDH- Medio) 0,44 0,47 0,53<br />

31 Barbados 0,89<br />

49 Bahamas (IDH- Alto) 0,81 0,83 0,83 0,85<br />

54 San Cristóbal y Nieves (IDH- Alto) 0,82<br />

57 Antigua y Barbuda (IDH- Alto) 0,82<br />

59 Trinidad y Tobago (IDH- Alto) 0,78 0,78 0,80 0,81<br />

71 Dominica (IDH- Medio) 0,74 0,76 0,78 0,79<br />

72 Santa Lucía (IDH- Medio) 0,66 0,70 0,76 0,78<br />

80 Belice (IDH- Medio) 0,76<br />

82 Granada (IDH- Medio) 0,80<br />

85 Surinam (IDH- Medio) 0,77<br />

93 San Vicente y las Granadinas (IDH- Medio) 0,68 0,71 0,76 0,77<br />

97 Guyana (IDH- Medio) 0,59 0,65 0,72 0,74<br />

123 Santo Tomé y Príncipe (IDH- Medio) 0,65<br />

Promedio America latina 0,68 0,71 0,77 0,78<br />

Fuente: PROGRAMA <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> NACIONES UNIDAS PARA EL <strong>DE</strong>SARROLLO. Puesto(*): corresponde a clasificación dada por el autor.<br />

48 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 19: Evolución del IDH total de América Latina (promedio)<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL<br />

que distribuyéndose desigualmente entre los diferentes<br />

países de la región, se reflejan en el mejoramiento de los<br />

índices de desarrollo humano y esto a pesar del excesivo uso<br />

que se ha hecho de las posibilidades de la liberalización de<br />

los mercados.<br />

La tabla 22 muestra la evolución del índice de desarrollo<br />

humano e indica que la mayoría de países de América latina<br />

han registrado avances generales y de gran importancia<br />

en el contexto regional y mundial; empero, hay países<br />

que presentan cifras desalentadoras indicándonos serias<br />

condiciones de inequidad y atraso. De los 21 países<br />

clasificados en economías grandes y medianas, solo Brasil,<br />

Argentina, México, Chile, Cuba, Uruguay, Costa rica<br />

y Panamá poseen un índice de desarrollo humano alto,<br />

oscilando en promedio entre 0.70 y 0.80. El resto de países<br />

que conforman el grupo son catalogados con índices de<br />

desarrollo humano medio.Como se observa en el gráfico,<br />

el índice de desarrollo humano para América latina ha<br />

mostrado una tendencia positiva, que si bien no determina<br />

un comportamiento óptimo, si refleja cambios en pro de<br />

la desigualdad; de 1980 a 2005, la región ha ganado 10<br />

puntos porcentuales, cifra que se fundamenta en los logros<br />

alcanzados por las tres economías más grandes de la región,<br />

tal ycomo se observa en los gráficos siguientes:<br />

Gráfico 20: Índice de desarrollo Humano Brasil, México, Argentina (1980-2005)<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 49


Gráfico 21: Índice de desarrollo Humano Venezuela, Colombia y Perú (1980-2005))<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

El IDH del primer grupo de países, permite observar<br />

como en las primeras décadas el IDH se encontraba por<br />

debajo del promedio de América latina, promedio que es<br />

superado en 2005 por Brasil (dos puntos), México (cinco<br />

puntos y Argentina ( 9 puntos). El buen comportamiento<br />

de Argentina, la sitúan según el Ranking mundial ( puesto<br />

38), como el país más apto para vivir de América Latina.<br />

En el segundo grupo de países, Chile, registra el mayor<br />

nivel de desarrollo Humano, en los tres períodos de análisis,<br />

superando el promedio de América latina. En 2005, registró<br />

el índice de desarrollo más alto, 0.87, igual al alcanzado<br />

por Argentina. El resto de países que conforma este grupo<br />

muestran una tendencia similar pero sin alcanzar los niveles<br />

esperados.<br />

El mejoramiento en los índices de desarrollo humano, se<br />

refleja igualmente en la mejora del indicador de esperanza<br />

de vida. La población de América latina está catalogada<br />

como una de las regiones en que sus habitantes viven más.<br />

La esperanza de vida proyectada a 2010 es de 73.4años,<br />

cuatro veces más que la registrada en el periodo de 1995-<br />

2000, cuando el promedio para América latina era de 70.8<br />

años. Por países, la nación con una esperanza de vida más<br />

alta es Costa Rica, que alcanza a 2010 los 78.8 años, y la<br />

más baja Haití (60.6). Chile, se ubica tras Costa Rica con<br />

una esperanza de vida de 78,5 años, seguida de Cuba con<br />

78,3 años. Por género, las mujeres del continente americano<br />

viven 78 años, mientras que los hombres viven 73 años.<br />

Para el grupo de países grandes la situación no cambia<br />

mucho, a excepción de Brasil, la esperanza de vida se<br />

encuentra por encima de América Latina. En efecto, para el<br />

periodo de 2005-2010 Brasil registra la más baja esperanza<br />

de vida 72.4años, mientras que México, la más alta con 76<br />

años. De otro lado, al observar los países clasificados como<br />

medianos, se visualiza que la mayoría de estos- excluido<br />

Chile que se encuentra muy por encima del promedio en los<br />

tres periodos, - no presentan cambios significativos en este<br />

indicador.<br />

Gráfico 22: Esperanza de Vida al nacer Brasil, México, Argentina (1995-2010<br />

Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.<br />

50 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 23: Esperanza de Vida al nacer Venezuela, Colombia, Chile, Perú (1995-2010)<br />

Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.<br />

Tabla 23: Esperanza de vida al nacer<br />

Puesto Países 1995-2000 2000-2005 2005-2010<br />

1 Brasil 69,4 71,0 72,4<br />

2 México 73,6 74,8 76,1<br />

3 Argentina 73,2 74,3 75,2<br />

4 Venezuela 72,2 72,8 73,8<br />

5 Colombia 70,3 71,6 72,8<br />

6 Chile 75,7 77,7 78,5<br />

7 Perú 68,4 69,9 71,4<br />

8 Cuba 76,2 77,1 78,3<br />

9 República Dominicana 70,1 71,2 72,2<br />

10 Uruguay 74,1 75,2 76,2<br />

11 Ecuador 72,3 74,2 75,0<br />

12 Guatemala 66,3 68,9 70,2<br />

13 Costa Rica 77,3 78,1 78,8<br />

14 El Salvador 69,4 70,6 71,8<br />

15 Panamá 73,8 74,7 75,6<br />

16 Bolivia 62,0 63,8 65,5<br />

17 Honduras 69,8 71,0 72,1<br />

18 Paraguay 69,4 70,8 71,8<br />

19 Nicaragua 68,4 70,8 72,9<br />

20 Haití 56,9 58,1 60,6<br />

América Latina 70,8 72,2 73,4<br />

Fuente: Cálculos: partir de CEPAL.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 51


EMPLEO<br />

En el periodo comprendido entre 2000 a 2008 la<br />

tasa de desempleo en América latina ha presentado una<br />

disminución al pasar de 10.4 en el 2000 a 7.4 en 2008.<br />

Seguramente esta situación, como es ya de conocimiento en<br />

muchos países de la región, se verá agrabada durante 2009 y<br />

2010como consecuencia de la crisis económica intenacional.<br />

Respecto al comportamiento por países, se aprecian<br />

claras diferencias entre los mismos. Cuba registra a 2008<br />

la tasa más baja de desempleo 1.6, y la más alta tasa<br />

de ocupación 73.6; le siguen en orden de importancia,<br />

Honduras -antes de terremoto-, México y Costa Rica,<br />

países que se encontraban por debajo en 2 puntos del<br />

promedio de América latina.<br />

Tabla 24: tasas anuales medias de desempleo Y<br />

ocupación urbano (2008)<br />

Puesto País Desempleo Ocupación<br />

1 Brasil 7.9 55,1<br />

2 México 4.9 52,5<br />

3 Argentina 7.9 57,5<br />

4 Venezuela 7.4 54,2<br />

5 Colombia 11.5 59,9<br />

6 Chile 7.8 55,3<br />

7 Perú 8.4 51,7<br />

8 Cuba 1.6 73,6<br />

9 República 14.1 47,7<br />

Dominicana<br />

10 Uruguay 7.9 57,7<br />

11 Ecuador 6.9 56,0<br />

12 Guatemala n.d n.d.<br />

13 Costa Rica 4.8 53,9<br />

14 El Salvador 5.5 59,0<br />

15 Panamá 6.5 60,3<br />

16 Bolivia 6.7 n.d.<br />

17 Jamaica 10.6 58,5<br />

18 Honduras 4.1 49,4<br />

19 Paraguay 7.4 58,2<br />

20 Nicaragua 8,0 50,1<br />

Bahamas 12,1 n.d.<br />

Bellce 8,2 n.d.<br />

Barbados 8,1 n.d.<br />

Fuente: CEPAL.<br />

El peor resultado en el comportamiento laboral de la<br />

región se dá en la República Dominicana, cuya tasa de<br />

desempleo fue de 14.1; Colombia, ocupó el penúltimo lugar<br />

de la región con una tasa de desempleo del 11.5. Argentina,<br />

a pesar de haber registrado un importante crecimiento<br />

económico, no revela las mismas tendencias para el<br />

mercado laboral, (7.4). Brasil y Venezuela, registran tasas<br />

de desempleo superiores en 0.5 al promedio de América<br />

latina. En términos de Ocupación, Cuba, Perú y Panamá,<br />

registran las mayores tasas de ocupación 73.6, 63.4 y 60.3<br />

respectivamente.<br />

Es muy Difícil encontrar una variable mas significativa<br />

para el bienestar de la población que el empleo. Un<br />

buen trabajo detrmina el modo de vida de las familias<br />

y del desempeño de la economía. La importancia de los<br />

mercados laborales es crucial para definir la calidad de<br />

las democracias. La inestabilidad laboral, el sub-empleo<br />

y el desempleo abierto son problemas centrales a los que<br />

se deben dedicar las políticas públicas. Hoy en día las<br />

tasas de desempleo en la región se encuentran en niveles<br />

muy altos. Más grave aún, los salarios son muy bajos y la<br />

diferencia entre los mismos, no hace más sino reproducir las<br />

condiciones de precariedad e inequidad en las que vive la<br />

mayoría de la población.<br />

En conclusión, se puede afirmar que la tasa de<br />

desempleo obtenida en 2008 (7.4), obedece al menor<br />

crecimiento económico de la región, lo que ha reducido<br />

la demanda laboral provocando una caída en la tasa<br />

de ocupación, aumentando el número de personas<br />

desempleadas y la tasa de desempleo. Como se señaló, la<br />

crisis disparará estos guarismos en el 2010, ubicándose en<br />

muchos países de América Latina por encima de los dos<br />

dígitos. Una situación de estas, señala a la inestabilidad<br />

laboral, los bajos salarios, la informalidad y el desempleo<br />

abierto, como una de las más grandes disfuncionalidades de<br />

nuestras sociedades, revelándose como una seria limitación<br />

para asegurar y expandir los derechos de los individuos para<br />

que puedan vivir en democracia.<br />

Según los resultados para América latina en el<br />

período comprendido entre 2005-2010 y haciendo<br />

la diferenciación por género, se observa que hay un<br />

aumento del nivel de participación de las mujeres en la<br />

población económicamente activa. En efecto, entre 2005<br />

y lo proyectado a 2010 la participación de las mujeres<br />

se ha incrementado en 1.1 puntos porcentuales, puntos<br />

que ha perdido la participación de los hombres. Este<br />

comportamiento se debe en parte a que la mujer ha<br />

incrementado su nivel educativo y se ha descargado en gran<br />

medida del trabajo doméstico. Por países, las tendencias<br />

no cambian respecto al comportamiento observado para<br />

América latina. Sin embargo, se observa una tendencia<br />

creciente aunque en menor proporción en la participación<br />

de las mujeres en la conformación de la población<br />

económicamente activa de 15 años y más.<br />

Sin duda en América Latina se ha dado un aumento<br />

importante en la participación de la mujer en la fuerza<br />

laboral en los últimos años, pero la legislación laboral que<br />

en la mayoría de los países está muy regulada, no cuenta<br />

con mecanismos que garanticen su aplicación, obrando<br />

a menudo en perjuicio de los trabajadores a los que debía<br />

proteger y de una forma muy extendida en el trabajo<br />

femenino. Como lo puso de manifiesto un trabajo del<br />

BID, mujeres de todos los niveles de educación han venido<br />

entrando al mercado laboral desde hace más de un decenio,<br />

pero los mayores incrementos se han registrado entre las<br />

mujeres menos preparadas (Pages, 2005, p. 7).<br />

Para los más importantes países de América Latina la<br />

situación es como se indica en los gráficos siguientes.<br />

52 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 24: Tasa de Desempleo (tasas anuales medias, 2008)<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Gráfico 25: Tasa de Ocupación (tasas anuales medias, 2008)<br />

Fuente: CEPAL.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 53


GRÁFICO 26: Población Económicamente Activa (PEA) Total en América Latina (2005-2010)<br />

Gráfico 27: PEA Brasil, México y Argentina<br />

Gráfico 28: PEA Venezuela, Colombia, Chile y Ecuador<br />

Fuente gráficos 26, 27 y 28: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

54 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 29: PEA TOTAL AMERICA LATINA (2007)<br />

Fuente: cálculos a partir de CEPAL.<br />

Tabla 25: Desempleo Urbano en Ciudades<br />

Latinoamericanas (2007)<br />

Ciudaes Latinoamericanas Tasa de desempleo Urbano<br />

(promedio 2007)<br />

São Paulo 10,3<br />

México 4,8<br />

Buenos Aires 10,6<br />

Rio de Janeiro 6,1<br />

Santiago 7,1<br />

Bogotá 9,1<br />

Monterrey 4,0<br />

Caracas 8,5<br />

San José 10,2<br />

Lima ( a.M) 8,3<br />

Guadalajara 3,0<br />

Curitiba 6,4<br />

Belo Horizonte 8,2<br />

Porto Alegre 9,6<br />

Montevideo 10,6<br />

Ciudad de Panamá 4,8<br />

Quito 10,1<br />

La Paz 9,5<br />

En 2007, cinco ciudades latinoamericanas registraron<br />

tasas de desempleo a dos dígitos: Montevideo, Buenos<br />

Aires, São Paulo, San José y Quito, con tasas de 10.6; 10,3;<br />

10.2 y 10.1 respectivamente. Las ciudades con menor tasa<br />

de desempleo: Guadalajara y Monterrey (4.0)<br />

La situación del desempleo urbano en las principales<br />

ciudades de América Latina se puede observar en la tabla<br />

adjunta.<br />

Por último, la seguridad social muestra una situación<br />

todavía mas preocupante. Los trabajadores asegurados<br />

contra riesgos son apenas una minoría. La seguridad<br />

social no se ha institucionalizado en la mayoría de los<br />

países de América Latina y esto hace aún mas dificil el<br />

funcionamiento de los mercados laborales. Esta situación,<br />

que no es sino una nueva manifestación de la inequidad<br />

existente en la región, es una nueva expresión del déficit<br />

democráticos. Atacar este estado de precariedad es una de<br />

las cuestiones básicas para darle sustentabilidad a nuestros<br />

regímenes políticos caracterizados por unas peligrosas<br />

escisiones entre política economíca, política social y<br />

democracia, que no pueden ser tratadas como se hace en la<br />

mayoría de los países de la región como compartimientos<br />

estancos. Un breve vistazo a las coberturas de seguridad<br />

social en salud de los jovenes entre 15 y 24 años por<br />

quintiles de ingreso son una muestra fehaciente de estos<br />

males:<br />

Fuente: América Economía Intelligence. Promedio del 2007.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 55


Tabla 26: Tendencia de Cobertura de Seguridad Social (salud) en jóvenes entre 15 y 24 años por<br />

quintiles de ingreso familiar. Zonas urbanas y rurales en Porcentaje (2005)<br />

Area Cobertura<br />

Quintiles de ingreso familiar<br />

Total<br />

de salud<br />

1 2 3 4 5 N.R<br />

Urbano Tiene 9 20 29 38 38 27 28<br />

No tiene 91 80 71 62 62 73 72<br />

Total 100 100 100 100 100 100 100<br />

Rural Tiene 6 11 15 21 20 8 11<br />

No tiene 94 89 85 79 80 92 89<br />

Total 100 100 100 100 100 100 100<br />

Total Tiene 8 18 27 36 36 20 24<br />

No tiene 92 82 73 64 64 80 76<br />

Total 100 100 100 100 100 100 100<br />

Fuente: OIT con base en Encuesta a hogares de 13 países.<br />

Gráfico 30: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años (% de población)<br />

Gráfico 31: Cobertura en seguridad social (salud), jóvenes entre 15 y 24 años, según rama de<br />

actividad económica (Porcentaje de población)<br />

Fuente: OIT con base en Encuesta a hogares de 13 países.<br />

56 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Todos los anteriores indicadores son la verificación<br />

una vez más sobre porque América Latina es y ha sido la<br />

región del mundo con mayor desigualdad. La desigualdad<br />

crea enormes dificultades para el desarrollo humano y<br />

la democracia y reduce el impacto que el crecimiento<br />

económico puede lograr sobre la pobreza. Las tensiones<br />

sociales producidas por la carencia de empleo y las<br />

enormes desigualdades en el ingreso deben ocupar un<br />

lugar prioritario en la agenda pública y para ello es bueno<br />

indagar en las causas que ayudan a la desigualdad. En<br />

estudio elaborado para el Banco Mundial (Ferreira, 2005)<br />

se mencionan cuatro factores interrelacionados como<br />

causas que contribuyen a la desigualdad y que parece se<br />

manentienen en intesidad y aumento en la mayoría de los<br />

países de América Latina:<br />

• La distribución de la educación es desiguldad, en<br />

términos de calidad y cantidad – años de escolaridad,<br />

así como de otros activos-<br />

• Los trabajadores calificados – aquellos que tienen la<br />

mejor educación- reciben salarios muchos más altos que<br />

los demás trabajadores.<br />

• Los individuos con ingresos más altos y mejor<br />

educación tienden a tener menos niños –de modo que<br />

el ingreso dado de una familia significa un ingreso per<br />

cápita mayor.<br />

• A pesar de que algunos Estados latinoaméricanos<br />

intervienen activamente en la economía, en general<br />

no redistribuyen mucho ingreso de los ricos hacia los<br />

pobres.<br />

Atacar la desigualdad implica tomar acciones decisivas<br />

para enfrentarla a través de acciones sociales y liderazgos<br />

bien definidos. Para ello es indispensable construir<br />

democracias más profundas con mayor igualdad en la<br />

influencia política y un mayor reconocimiento de los grupos<br />

más débiles de la población de América Latina: mujeres,<br />

indígenas y población afrodescendiente.<br />

Como hay un fuerte desequilibrio en la relación entre<br />

política y economía, hay dificultades en la creación de<br />

una democracia económica que como tantas veces lo ha<br />

puesto en discusión el PNUD, es la clave para el desarrollo<br />

humano. Esto pasa por poner el mercado al servicio de la<br />

ciudadanía: “la política es tan importante para el éxito del<br />

desarrollo como la economía. La reducción sostenible de la<br />

pobreza requiere que haya un crecimiento equitativo, pero<br />

también que los pobres tengan un poder político. La mejor<br />

manera de conseguirlo de forma coherente con los objetivos<br />

del desarrollo humano es elegir formas firmes y profundas<br />

de gobernabilidad democrática en todos los niveles de la<br />

sociedad (PNUD, 2002) .<br />

Al indagar sobre la necesidad y pertinencia de<br />

profundizar la democracia, le restituye un lugar central<br />

a la política, en aquellos aspectos donde el mercado no<br />

resuelve los problemas de las asimetrías sociales. Planteado<br />

en términos de muchos de sus exponentes, el mercado<br />

hace bien lo que los consumidores quieren que se haga;<br />

pero el problema radica en que una democracia política no<br />

se hace a imagen y semejanza de los consumidores, sino<br />

de los ciudadanos. En palabras del ex presidente chileno,<br />

Ricardo Lagos: “Si la sociedad la hacen los consumidores,<br />

la sociedad mantendrá la desigualdad propia del consumo<br />

de cada uno de los consumidores. Si la sociedad la definen<br />

los ciudadanos tendrá grados crecientes de igualdad, en<br />

tanto como ciudadanos todos somos iguales; es el ámbito<br />

de la ciudadanía donde nuestras democracias tienen su más<br />

grave déficit y, por lo tanto, donde enfrentamos los mayores<br />

desafíos” (PNUD, 2004)<br />

Una sociedad definida por su ciudadanía -ciudadanas<br />

y ciudadanos- es una sociedad que cada vez logra ofrecer a<br />

su población los bienes indispensables para el ejercicio de<br />

sus derechos; estos derechos son la base de la autonomía<br />

individual y colectiva, que no es otra cosa, que la libertad<br />

para expresar opiniones, que cuando son emitidas por<br />

ciudadanos, tienen el mismo valor: “Si la libertad es<br />

realmente importante, no puede ser correcto reservarla<br />

únicamente para unos pocos elegidos …La desigualdad es<br />

una preocupación central en la perspectiva de la libertad”<br />

(Sen, 2002) . El desarrollo humano territorial es libertad y<br />

no hay libertad en pobreza extrema.<br />

El mensaje del ex presidente Lagos es claro: la sociedad<br />

trasciende en complejidad al mercado y por ello no se puede<br />

definir desde criterios meramente económicos -mercado,<br />

consumidores, clientes- sino de criterios políticos ligados a<br />

valores y a conceptos como el de ciudadanía; la democracia,<br />

entendida como “el gobierno del pueblo”, hace ineludible la<br />

discusión sobre la ciudadanía. Para ello es bueno retomar<br />

por un momento la maravillosa pregunta realizada hace<br />

mucho tiempo por Aristóteles: “¿Quién es ciudadano?: es<br />

ciudadano quien es capaz de gobernar y ser gobernado”.<br />

Este es el quid de la democracia, enseñar que no hay<br />

expertos a quienes es necesario confiar los asuntos públicos.<br />

URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 57


NOtas<br />

1. Se pueden consultar los Cuadernos de Gobernabilidad Democrática que viene publicando el PNUD<br />

con la editorial Siglo XXI, bajo la coordinación de Fernando Calderón donde se abordan documentos<br />

conceptuales y metodológicos del proyecto regional de análisis político y escenarios de corto y mediano<br />

plazo para fortalecer la gobernabilidad democrática en América Latina –PAPEP<br />

2. “La productividad de las fábricas ha aumentado ininterrumpidamente con el paso del tiempo, [incluso]<br />

a una tasa considerablemente mayor que la de las empresas del sector servicios; pero el público en<br />

general prefiere gastar la mayor parte del aumento anual de su renta en servicios a gastarla en bienes<br />

manufacturados. De ahí que la tasa de aumento de la demanda de bienes manufacturados haya sido<br />

bastante baja, mientras que la productividad ha aumentado rápidamente. Resultado: la demanda puede<br />

ser satisfecha por un número estático o incluso decreciente de obreros”. (KRUGMAN, 2000, p. 269)<br />

3. Los costos de transacción son los costos involucrados en el intercambio; y el aumento de la especialización<br />

y la división del trabajo ha provocado un incremento similar en el número de intercambios, cada uno de<br />

los cuales implica el uso de recursos destinados a ese intercambio. La actividad bancaria, los seguros, las<br />

finanzas, el comercio mayorista y minorista, así como buena parte de la actividad gubernamental, integran<br />

el sector de las transacciones. Además, dentro de la firma hay una cantidad siempre en aumento de<br />

contadores, abogados y otros profesionales dedicados a facilitar el intercambio en el complejo mundo del<br />

intercambio personal”. (NORTH, D.: 2007, pp. 136-138)<br />

4. Ver el desarrollo de esta discusión en el capítulo El papel económico de las ciudades.<br />

58 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


URBANIZACIÓN, <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO Y <strong>DE</strong>MOCRACIA 59


60 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 61


62 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Tendencias de la<br />

Población: Causas y<br />

Consecuencias<br />

Desde mediados del siglo veinte, América Latina y el<br />

Caribe han pasado de ser una región predominantemente<br />

rural para convertirse en un territorio donde la mayoría<br />

de la población vive en asentamientos considerados<br />

estadísticamente como urbanos. En 1950, los centros<br />

urbanos de la región tenían una población de 69 millones<br />

de habitantes. Hasta 2010, ese número subió en 471<br />

millones y la previsión es que llegue a los 683 millones en<br />

el año 2050. En 1950, 41% de todos los latinoamericanos<br />

vivían núcleos urbanos; en 2010 esa cifra es de 79%.<br />

Tabla 1: Crecimiento urbano en América Latina<br />

y el Caribe (1950-2010)<br />

Año<br />

Porcentaje<br />

urbano<br />

Población<br />

urbana<br />

Población<br />

total (Miles<br />

de personas<br />

mitad de año)<br />

1950 41,4 69 316 161.328<br />

1970 57,0 163 916 278.919<br />

1990 70,6 313 852 433.671<br />

2000 75,3 394 099 511.733<br />

2010 79,4 471 177 582.564<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Son varias las razones que explican el acelerado<br />

crecimiento urbano vivido en la región durante el siglo<br />

veinte. En primer lugar la población total casi se dobló<br />

pasando de 167 millones en 1950 para 287 millones en<br />

1970. Esto tuvo como consecuencia la presión sobre los<br />

recursos de las áreas rurales donde vivía la mayoría de la<br />

población. En segundo lugar, muchas áreas rurales han<br />

cambiado poco. La tenencia de la tierra continuaba siendo<br />

injusta, la oferta de infraestructura y de servicios era muy<br />

limitada y para la mayor parte de las personas era difícil<br />

mejorar su vida en el campo. En tercer lugar, los habitantes<br />

rurales de algunos países corrían peligro físico, ya sea por<br />

conflictos civiles como por ejemplo en Colombia o por<br />

sequías o desastres naturales, como en el caso del noreste<br />

de Brasil, y en cambio las áreas urbanas ofrecían cierto<br />

refugio. En cuarto lugar, la industrialización empezó a<br />

generar puestos de trabajo y con la amplia introducción de<br />

la política de industrialización por sustitución de importaciones<br />

después de la Segunda Guerra Mundial, el centro<br />

del dinamismo económico se volcó para las ciudades. Por<br />

último, la calidad del transporte y de las comunicaciones<br />

fue mejorando poco a poco facilitando el desplazamiento de<br />

las personas. Estos cinco factores animaron a mucha gente<br />

del campo a irse a vivir a las ciudades; la Tabla 2 muestra<br />

que la población urbana ha ido creciendo más rápidamente<br />

que la población total desde 1950.<br />

Tabla 2: Crecimiento de la población urbana y<br />

nacional (1950-2010)<br />

Año<br />

Crecimiento '<br />

urbano anual (%)<br />

Crecimiento<br />

nacional anual (%)<br />

1950-1955 4,4 2,7<br />

1960-1965 4,4 2,8<br />

1970-1975 3,8 2,4<br />

1980-1985 3,0 2,1<br />

1990-1995 2,4 1,7<br />

2000-2005 1,9 1,3<br />

2005-2010 1,7 1,2<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Sin embargo, la Tabla 2 muestra que el ritmo del<br />

crecimiento urbano se ha reducido paulatinamente. Un<br />

elemento fundamental que explica este descenso ha sido<br />

la disminución general de la fertilidad en toda la región.<br />

De 1950 a 1980, la población de América Latina aumentó<br />

todos los años en 2,8% mientras que entre 2005 y 2010<br />

cayó en aproximadamente 1,2%. Después de 1960, las<br />

mujeres tuvieron menos hijos. En 2003, el promedio de<br />

hijos de las hondureñas era de 3,4 en comparación con los<br />

7,5 de 1972 (PNUD, 2008). Entre 1974 y 2000, hubo una<br />

reducción de la tasa bruta de fertilidad de las mejicanas,<br />

pasando de 6,2 a 3,3 hijos. La disminución de la fertilidad<br />

ayudó a reducir el ritmo del crecimiento urbano y la<br />

experiencia de la vida urbana también animó a las familias<br />

a tener menos hijos. Más mujeres pudieron estudiar en las<br />

ciudades y muchas empezaron a trabajar fuera de casa.<br />

También en los lugares la emigración ayudó a reducir el<br />

crecimiento de la población nacional (Jokisch y Pribilsky,<br />

2002). La combinación de pobreza local y proximidad<br />

de la Gran Sociedad alentó a millones de personas a irse<br />

a vivir a los Estados Unidos. Hasta 2006, la población<br />

hispana en los Estados Unidos era de aproximadamente 44<br />

millones de habitantes, de ese total 19% eran mejicanos,<br />

16% salvadoreños y 11% cubanos y dominicanos viviendo<br />

en ese país (US Census Bureau, 2007; Logan, 2002: 1). 1<br />

El éxodo desde América Latina tuvo un gran impacto en<br />

la urbanización. Si toda esa gente no se hubiera ido a vivir<br />

fuera, muchas de las ciudades hubieran crecido mucho más<br />

rápido.<br />

La crisis de la deuda de los años ochenta también afectó<br />

el crecimiento urbano, en especial en las grandes ciudades.<br />

Con el deterioro de las condiciones de las áreas urbanas,<br />

los amigos y parientes de las personas que pensaban en<br />

la posibilidad de emigrar del campo a la ciudad fueron<br />

advertidas para que se quedaran donde estaban; en la<br />

ciudad había menos trabajo, la inflación hacía aumentar el<br />

costo de vida y en las áreas rurales por lo menos había algo<br />

que comer .<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 63


II. TASAS <strong>DE</strong> URBANIZACIÓN:<br />

¿QUÉ TAN URBANA ES LA<br />

REGIÓN?<br />

Aunque cuatro de cada cinco latinoamericanos vive en<br />

centros urbanos en el 2010, hay grandes diferencias entre<br />

los países de la región. En 1950, la mayoría de los habitantes<br />

de Argentina, Chile, Uruguay y del sur de Brasil ya vivían<br />

en áreas urbanas (tabla 3), en los otros lugares la mayoría de<br />

la población todavía vivía en el campo.<br />

Tabla 3: América latina y el Caribe, porcentaje<br />

de Participacion Urbano<br />

Países 1950 1970 1990 2010<br />

Argentina 65,0 79,0 87,0 90,0<br />

Bolivia 34,0 40,0 56,0 62,0<br />

Brasil 36,0 56,0 75,0 87,0<br />

Chile 58,0 75,0 83,0 89,0<br />

Colombia 33,0 55,0 68,0 75,0<br />

Ecuador 28,0 39,0 55,0 67,0<br />

Guatemala 25,0 36,0 41,0 50,0<br />

Haití 12,0 20,0 29,0 50,0<br />

Jamaica 24,0 41,0 49,0 54,0<br />

México 43,0 59,0 71,0 78,0<br />

Perú 41,0 57,0 69,0 72,0<br />

Venezuela 47,0 72,0 84,0 94,0<br />

Fuente: UN<strong>DE</strong>SA (2007).<br />

Tabla 4: Urbanización y prosperidad nacional<br />

En América Latina y el Caribe<br />

PIB per cápita,<br />

Países<br />

Nivel de<br />

urbanización, 2010<br />

2008 (USD en<br />

precios de 2000)<br />

Argentina 90,0 9.952<br />

Bolivia 62,0 1.134<br />

Brasil 87,0 4.375<br />

Chile 89,0 6.248<br />

Colombia 75,0 2.879<br />

Ecuador 67,0 1.705<br />

Guatemala 50,0 1.700<br />

Haití 50,0 391<br />

Jamaica (2007) 54,0 3.028<br />

México 78,0 7.116<br />

Perú 72,0 2.990<br />

Venezuela 94,0 5.969<br />

Fuente: CEPAL.<br />

La tasa diferencial de urbanización en la región<br />

refleja diferencias en la prosperidad económica. En 1950,<br />

Argentina y Chile, los países más urbanos también eran<br />

los más avanzados económicamente; Haití, Guatemala y<br />

Ecuador, los menos urbanos, estaban entre los más pobres.<br />

La creciente opulencia de Venezuela después de 1950 alentó<br />

su rápida urbanización, de cierta forma ayudada por el<br />

abandono de la agricultura en ese país - una característica<br />

común en países ricos en petróleo. La Tabla 4 muestra que<br />

incluso en la actualidad hay una correlación amplia aunque<br />

imperfecta entre el ingreso nacional per cápita y el nivel de<br />

urbanización.<br />

Como se verá más adelante, hoy en día son muy pocos<br />

los países de la región que no tienen una mayoría urbana.<br />

La mayor parte de las excepciones se encuentran en el<br />

Caribe.<br />

III. CARACTERÍSTICAS<br />

<strong>DE</strong>MOGRÁFICAS <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong><br />

CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA<br />

LATINA Y EL CARIBE<br />

Durante la primera fase de la rápida urbanización, la<br />

mayoría de los habitantes de las ciudades eran emigrantes.<br />

En el caso de los primeros a llegar a las ciudades en<br />

Argentina, Uruguay y el sur de Brasil, la gran mayoría venía<br />

de fuera de estos países; en 1914, por ejemplo, la mayoría<br />

de los porteños eran inmigrantes. Más recientemente,<br />

el movimiento de los colombianos hacia Venezuela, los<br />

paraguayos y bolivianos para Argentina y los bolivianos y<br />

Perúanos para Chile ha contribuido al crecimiento urbano.<br />

No obstante, por lo general, desde los años cuarenta la<br />

urbanización ha sido un proceso interno, con personas<br />

desplazándose del campo para las ciudades dentro del<br />

mismo país.<br />

Las personas empezaron a trasladase a vivir en las<br />

ciudades por las condiciones urbanas que a pesar de sus<br />

dificultades eran mejores que las de las áreas rurales. El<br />

acceso a servicios públicos como educación, electricidad<br />

y agua potable era problemático en las ciudades pero<br />

infinitamente más fácil que en el campo. En Colombia 97<br />

por ciento de las casas urbanas tenían acceso a luz eléctrica<br />

en 1993 comparado al 35 por ciento de familias rurales.<br />

De manera sorprendente, incluso la desnutrición era menos<br />

grave en las ciudades; a finales de los años setenta por<br />

ejemplo, 62 por ciento de las familias rurales de América<br />

Latina estaba desnutrida en comparación con el 26 por<br />

ciento de las familias urbanas (Pfeffermann y Griffin,<br />

1989).<br />

A veces los emigrantes componen la mayoría de la<br />

población urbana y a veces una minoría. La proporción<br />

exacta de la población urbana compuesta por emigrantes<br />

depende de la etapa de desarrollo urbano. En el pasado,<br />

64 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


era muy probable que gran parte de la población urbana<br />

estuviera formada por emigrantes pero, con el avance de la<br />

urbanización, disminuye la contribución de la emigración al<br />

crecimiento urbano.<br />

En Bogotá por ejemplo los emigrantes eran el 51%<br />

de la población de la ciudad en 1964 en comparación<br />

con apenas el 40% en 2005. El equivalente a 5,5% de la<br />

población de 1990 llegó a la ciudad en los últimos cinco<br />

años mientras que la proporción ha caído para menos de<br />

1% en 2010 (DANE, 2009). La Tabla 5 muestra cómo la<br />

emigración de los años ochenta contribuyó con menos de<br />

un tercio al crecimiento de la población urbana en los países<br />

más urbanizados de la región (p.ej. Chile y Argentina),<br />

mientras que en los países menos urbanizados (p.ej. Bolivia)<br />

la contribución para el crecimiento urbano fue mucho más<br />

alta. Por lo general, la contribución fue cayendo a lo largo<br />

del tiempo aunque hubo excepciones, como en Chile, Costa<br />

Rica, la República Dominicana y Panamá.<br />

Tabla 5: América Latina y el Caribe: tasa de<br />

migración rural-urbana neta con más de 10<br />

años de edad y el crecimiento de la población<br />

urbana, (1980-2000)<br />

Impacto relativo de la migración ruralurbana<br />

Países<br />

en el crecimiento urbano<br />

1980-1990 1990-2000<br />

Argentina 30,1 24,3<br />

Bolivia 64,1 29,1<br />

Brasil 40,1 35,3<br />

Chile 10,1 19,7<br />

Costa Rica 42,5 47,1<br />

Cuba 48,2 40,3<br />

República Dominicana 30,7 50,5<br />

Ecuador 48,3 38,3<br />

El Salvador 55,0 s.d.<br />

Guatemala 43,0 59,5<br />

Honduras 51,4 44,3<br />

México 33,0 31,9<br />

Nicaragua 28,9 s.d.<br />

Panamá 38,9 54,1<br />

Paraguay 55,5 45,5<br />

Perú 33,5 s.d.<br />

Uruguay 35,7 26,0<br />

Venezuela 23,2 20,0<br />

Total 36,6 33,7<br />

Fuente: Rodríguez (2008: 151) modificado por el autor.<br />

En la década de 50 los flujos migratorios garantizaron<br />

que las poblaciónes de las ciudades de América Latina y<br />

del Caribe estuvieran dominadas por jóvenes. De hecho,<br />

en 1962 cerca de 78% de los habitantes de Asunción<br />

tenía menos de 35 años y en 1964, 76% de los bogotanos<br />

también (Orlansky y Dubrovsky, 1978; DANE, 1969).<br />

Esto reflejaba el hecho de que la mayoría de los emigrantes<br />

llegaban con menos de 30 años y o bien ya traían a sus<br />

hijos pequeñitos o los tenían poco después de llegar a la<br />

ciudad. Gran parte de los emigrantes eran mujeres jóvenes<br />

y como resultado la proporción de género entre los 15-30<br />

años de edad era desequilibrada. En Bogotá eran apenas 78<br />

hombres para cada 100 mujeres en este grupo de edad en<br />

1964 (DANE, 1969).<br />

Con la reducción de las tasas de fertilidad y de<br />

migración hacia la ciudad, las poblaciónes urbanas han<br />

envejecido poco a poco y ahora la mayoría de la población<br />

está compuesta por personas en edad laboral. En Bogotá<br />

por ejemplo, 63% de la población en 2007 tenía entre<br />

18 y 64 años (ECV, 2007). El problema anterior de<br />

la proporción de alta dependencia fue sustituido por<br />

cómo ofrecer empleo para una población cada vez más<br />

vieja, sobre todo ahora cuando más mujeres buscan<br />

trabajo remunerado. Debido al lento crecimiento de las<br />

oportunidades de trabajo formal, los crecientes números de<br />

personas que buscan trabajo han llevado a la proliferación<br />

de la actividad del sector informal en muchas ciudades. 2<br />

En periodos de crecimiento económico, la actividad del<br />

sector formal tiende a aumentar pero durante las frecuentes<br />

recesiones, los empleos formales desaparecen. 3 La Tabla<br />

6 muestra que Chile ha disminuido en el tamaño de su<br />

sector informal debido a su desempeño económico bastante<br />

consistente, mientras que el deterioro económico de Bolivia<br />

y Venezuela se asocia con un nivel más alto de empleo<br />

informal. Sin embargo, hay claros desvíos de esta norma.<br />

Colombia por ejemplo ha vivido un aumento de los trabajos<br />

informales a pesar de tener una experiencia económica por<br />

lo general positiva en los últimos quince años.<br />

El crecimiento en la proporción de adolescentes y<br />

adultos jóvenes en la población y la falta de puestos de<br />

trabajo adecuados ha llevado a formas de descomposición<br />

social en algunos lugares. Este es el caso sobre todo en<br />

aquellas ciudades vinculadas al comercio internacional<br />

de drogas. Los hombres jóvenes están entre los primeros<br />

a ser atraídos para este tráfico y las estadísticas delictivas<br />

muestran que es mucho más probable que los chicos tengan<br />

una muerte violenta que los hombres en general y mucho<br />

más probable cuando se compara esa cifra con mujeres de<br />

edad semejante. En Bogotá, por ejemplo, 59% de todos los<br />

homicidios fueron de hombres con edades entre 20 y 39<br />

años y los hombres suman el 92% de todas las víctimas en<br />

la ciudad. No está claro si los hombres jóvenes están más<br />

al margen de la sociedad que en el pasado, pero lo que sí<br />

está claro es que una minoría significativa corre riesgo y<br />

constituye un gran problema para las ciudades de la región.<br />

Si la juventud, o por lo menos los hombres jóvenes son<br />

un problema actual, el miedo de los europeos y japoneses<br />

de una población que envejece es algo que todavía irá a<br />

plantear un problema en la mayor parte de la América<br />

Latina urbana. Las únicas excepciones parciales son<br />

Argentina y Uruguay donde la población urbana es más<br />

madura. En 2006, por ejemplo 14% de la población de<br />

Montevideo tenía más de 65 años (Varela, 2008: 24). Por el<br />

contrario, las personas mayores configuraban sólo el 6% de<br />

la población de Bogotá en 2005. Con el tiempo el problema<br />

de la población que envejece llegará a América Latina, pero<br />

aún tardará algunos años.<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 65


Cuando finalmente llegue, tendrá el efecto de aumentar<br />

la mayoría de mujeres urbanas. Como en promedio las<br />

mujeres viven más que los hombres, es probable que con<br />

el envejecimiento de la población de la ciudad, aumente la<br />

mayoría femenina. Por ejemplo en Montevideo en 2006<br />

eran apenas 60 hombres para cada 100 mujeres entre la<br />

población con más de 65 años, en comparación con la<br />

proporción de 90 hombres para 100 mujeres considerando<br />

la ciudad como un todo (Varela, 2008: 26).<br />

Tabla 6: Empleos “Formales” e “Informales” en áreas urbanas de América Latina seleccionadas<br />

(1990-2005)<br />

País Año Patrones Trabajadores asalariados No asalariados<br />

Sector Público Profesionales y asalariados<br />

del sector privado<br />

Trabajadores domésticos y<br />

autónomos<br />

Argentina 1990 4 16 51 24<br />

2005 4 17 51 24<br />

Bolivia 1989 2 18 30 47<br />

2004 5 9 36 51<br />

Brasil 1993 4 14 45 36<br />

2005 5 12 49 34<br />

Chile 1990 3 s.d. s.d. 30<br />

2003 4 11 57 27<br />

Colombia 1991 4 12 49 35<br />

2005 5 8 42 46<br />

México 1994 4 16 54 25<br />

2002 4 13 55 27<br />

Uruguay 1990 5 22 46 28<br />

2005 4 16 48 28<br />

Venezuela 1990 8 21 42 28<br />

2005 5 16 40 37<br />

Fuente: UNECLAC (2007b).<br />

IV. ¿<strong>LAS</strong> TEN<strong>DE</strong>NCIAS <strong>DE</strong><br />

LA URBANIZACIÓN ESTÁN<br />

GENERANDO INCLUSIÓN Y/O<br />

EXCLUSIÓN?<br />

A pesar de los enormes problemas enfrentados por las<br />

áreas urbanas, muchos elementos de la vida de la ciudad<br />

en América Latina y el Caribe han mejorado con los años.<br />

La mayoría de las personas en las grandes ciudades tienen<br />

acceso a los servicios básicos; las personas viven más, la<br />

esperanza de vida es ahora de 75 años. La mayoría puede<br />

permitirse consumir bienes durables como televisores y<br />

equipos de música y cada vez más ciudades han construido<br />

parques y lugares de ocio. Como apuntan Roberts y Wilson<br />

(2009: 221): “en varias medidas, las poblaciónes pobres<br />

de estas ciudades tienen características socio-económicas<br />

mucho mejores si comparadas a los grupos de bajos ingresos<br />

durante el periodo de la rápida urbanización en los años<br />

sesenta y setenta.”<br />

El progreso ha sido mucho más rápido en las grandes<br />

ciudades que en los centros más pequeños y en áreas rurales.<br />

La calidad de la vida urbana en las ciudades más grandes<br />

ha mejorado mucho a lo largo de los años debido a fuertes<br />

inversiones en infraestructura y servicios, muchas de ellas<br />

financiadas a través de préstamos del Banco Mundial y del<br />

Banco Interamericano de Desarrollo. La Tabla 7 muestra la<br />

mejoría en los países más grandes en términos de acceso a<br />

electricidad, agua potable y sistema de alcantarillado.<br />

La descentralización fiscal y administrativa también ha<br />

permitido una mejor gestión en las ciudades con recursos<br />

fiscales y humanos suficientes. Ciudades como Bogotá,<br />

Curitiba, Medellín, Porto Alegre, Quito y Santa Cruz<br />

han demostrado que donde hay suficiente determinación<br />

local para aprovechar las nuevas circunstancias es posible<br />

alcanzar el progreso real. Sin embargo, la descentralización<br />

ha contribuido poco en aquellos lugares con bajo desarrollo<br />

económico, prevalencia de instituciones tradicionales<br />

y aquellas con mucha presencia de procedimientos<br />

clientelistas y muy poca presencia de procesos<br />

meritocráticos.<br />

66 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 7: Hogares urbanos con servicio de luz,<br />

agua y alcantarillado (porcentaje, 1990–2006)<br />

País Año Agua<br />

potable<br />

Alcantarillado<br />

Energía<br />

Eléctrica<br />

Argentina 1990 97,0 58,0 (1995) 100,0<br />

2006 99,0 62,0 100,0<br />

Bolivia 1990 90,0 52,0 97,0<br />

2006 93,0 56,0 100,0<br />

Chile 1990 97,0 84,0 99,0<br />

2006 99,0 93,0 100,0<br />

Guatemala 1990 87,0 70,0 87,0<br />

2006 94,0 66,0 96,0<br />

México 1990 94,0 79,0 99,0<br />

2006 97,0 90,0 100,0<br />

Uruguay 1990 95,0 57,0 98,0<br />

2006 98,0 66,0 99,0<br />

Fuente: UNECLAC (2007a); En esta fuente, los cálculos de cobertura<br />

para 1990 son mucho mejores que los del Banco Mundial (1994).<br />

Lo decepcionante sobre la urbanización en la región<br />

es que la pobreza continúa siendo muy común. Lo peor<br />

es que el número de personas que vive en la pobreza ha<br />

aumentado de forma dramática. La Tabla 8 muestra que el<br />

número de pobres urbanos subió de 41 millones en 1970<br />

para 127 millones hasta 2007. Mientras un cuarto de los<br />

habitantes de la ciudad vivía en la pobreza en 1970, casi<br />

cuatro décadas más tarde la cifra aumentó para un tercio.<br />

La región ha sido testigo de la urbanización de la pobreza.<br />

Tabla 8: La incidencia de la pobreza en América<br />

Latina (1970-2007)<br />

Total Urbana Rural<br />

Año Millones % Millones % Millones %<br />

1970 116 40 41 25 75 62<br />

1980 136 41 63 30 73 60<br />

1990 200 48 122 41 79 65<br />

1994 202 46 126 39 76 65<br />

1997 204 44 126 37 78 63<br />

1999 211 44 134 37 77 64<br />

2002 221 44 147 38 75 62<br />

2004 217 42 147 37 71 59<br />

2005 209 40 138 34 71 59<br />

2006 201* 36 134* 31 65* 54<br />

2007 191* 34 127* 29 63* 52<br />

Fuente: UNECLAC (2007a)<br />

Son varios los factores que explican esta tendencia.<br />

En primer lugar como la incidencia de la pobreza era y<br />

continúa siendo mucho más alta en el campo, muchos<br />

pobres se han ido a vivir a las áreas urbanas. Con la llegada<br />

de estas personas aumenta el número de pobres urbanos.<br />

En segundo lugar, la pobreza urbana aumentó de manera<br />

dramática durante la crisis de la deuda de los años ochenta,<br />

cuando la proporción de pobres urbanos aumentó de 30%<br />

en 1980 a 41% en 1990. En términos absolutos, el número<br />

de pobres en las ciudades se duplicó durante la década<br />

perdida y en 1990 había tres veces más pobres urbanos<br />

que en 1970. En tercer lugar, mientras el “Nuevo Modelo<br />

Económico” mejoró las condiciones en algunos lugares,<br />

fracasó en otros. En esas ciudades y países incapaces<br />

de competir efectivamente en el nuevo orden mundial<br />

globalizado, el empleo urbano con remuneración decente<br />

no pudo seguir el ritmo del crecimiento poblaciónal.<br />

Mientras la incidencia relativa de la pobreza urbana cayó de<br />

41% en 1990 para 29% hasta 2007, los números absolutos<br />

de pobres urbanos continuaron subiendo.<br />

Además de la reducción en la pobreza urbana relativa<br />

desde 1990, el único punto positivo real que vemos en la<br />

tabla 8 es que ha disminuido la diferencia entre las áreas<br />

urbanas y rurales. La modernización de la agricultura y<br />

el crecimiento de la producción para exportaciones han<br />

aumentado en algunos casos, los ingresos del campo. Pero<br />

tal vez la explicación más significativa de convergencia es<br />

que las personas continúan saliendo de las áreas rurales para<br />

irse a vivir a las ciudades, aunque en un ritmo más lento.<br />

Como resultado había menos gente viviendo en las áreas<br />

rurales en 2007 que en 1970. En este sentido se podría decir<br />

que la globalización y la liberalización económica desde la<br />

anterior perspectiva, han sido también una fuerza positiva<br />

para el campo.<br />

A pesar de la imagen pobre que se ve en las grandes<br />

ciudades de América Latina, la pobreza más alarmante<br />

todavía se encuentra en el campo. Las cifras de Colombia<br />

muestran que durante los cinco primeros años del 2000, las<br />

mujeres en la capital vivían 12 años más que las mujeres de<br />

Chocó, uno de los departamentos más pobres y más rurales<br />

del país.<br />

Los datos de la tabla 9 sugieren que la urbanización es<br />

un proceso que reduce la pobreza, en especial cuando se<br />

registra el número de personas que de hecho salieron del<br />

campo. Por lo tanto, es difícil recomendar una política que<br />

pueda reducir la velocidad de la urbanización, sobre todo<br />

debido a la tierra limitada disponible para tantos pobres en<br />

el campo de algunos países, a la baja productividad en la<br />

agricultura en muchos cultivos tradicionales y dado el bajo<br />

nivel de educación de la población rural.<br />

Si por un lado parece ser que el crecimiento urbano<br />

ayuda a muchas personas de la región a huir de la pobreza,<br />

la forma adoptada por la urbanización no ha contribuido<br />

mucho para reducir la desigualdad de ingresos. Las<br />

ciudades de América Latina reflejan la triste realidad de<br />

que la distribución de ingresos y de riqueza en la región<br />

está entre la más injusta del mundo. “Mientras el décimo<br />

más rico de la población de la región gana 48% de los<br />

ingresos totales, el décimo más pobre sólo gana 1,6%. Por<br />

el contrario, en los países desarrollados el décimo superior<br />

recibe 29% de los ingresos totales en comparación con el<br />

2,5% del décimo inferior” (De Ferranti et al., 2004: 17).<br />

La desigualdad en América Latina y el Caribe es<br />

una herencia antigua del colonialismo y del fracaso de<br />

muchos gobiernos republicanos de enfrentar el problema<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 67


de forma consistente y con políticas adecuadas. Las formas<br />

tradicionales de tenencia de la tierra, la discriminación<br />

étnica, la mala calidad de la educación y de las instalaciones<br />

sanitarias hasta hace relativamente poco tiempo, el frágil<br />

modelo de reglas políticas y la poca profundidad en<br />

los arreglos democráticos han ayudado a perpetuar la<br />

desigualdad.<br />

Tabla 9: Pobreza en algunos países de América<br />

Latina por entidad<br />

País Año Total<br />

país<br />

Población bajo la línea de pobreza<br />

Área<br />

Metropolitana<br />

Resto<br />

urbano<br />

Zonas<br />

rurales<br />

Bolivia 2007 54,0 40,6 44,9 75,8<br />

Chile 2006 13,7 10,4 16,0 12,3<br />

Colombia 2005 46,8 33,8 48,6 50,5<br />

Costa Rica 2007 18,6 16,2 23,9 19,6<br />

El Salvador 2004 47,5 33,2 33,2 56,8<br />

Honduras 2007 68,9 47,8 64 78,8<br />

Nicaragua 2005 61,9 48,7 58,1 71,5<br />

Paraguay 2007 60,5 53,1 58,3 68,0<br />

Uruguay 2007 n.a. 18,9 17,4 12,6<br />

Fuente: CEPAL (2008: cuadro 4).<br />

Obs.: Datos completos no disponibles para Argentina, Brasil,<br />

Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Perú, República<br />

Dominicana y Venezuela.<br />

Se solía pensar que cuando los países se vuelven más<br />

ricos, la desigualdad disminuye. Si las fuerzas del mercado<br />

no logran reducir la desigualdad, una buena intervención<br />

gubernamental con la introducción de la educación universal,<br />

servicios de salud y la tributación progresiva sí que lo<br />

haría posible (Kuznets, 1955; Gilbert, 2007). Y antes de<br />

1980, una medida muy usada para medir la desigualdad de<br />

ingresos, el coeficiente Gini mostró una constante mejoría<br />

en la mayoría de los países de América Latina.<br />

Sin embargo, esa tendencia cambió durante la crisis de<br />

la deuda y con la introducción del Nuevo Modelo Económico,<br />

la división entre los ricos y los pobres empezó a<br />

aumentar (Szkeley y Hilgert, 2002: 150-1). Bajo el neoliberalismo,<br />

por lo general los trabajadores con estudios y<br />

profesionales calificados prosperaron, mientras que los que<br />

no eran calificados enfrentaron un ambiente económico<br />

cada vez más hostil. Normalmente durante los periodos de<br />

expansión económica las condiciones de vida de los pobres<br />

mejoraron, pero se han deteriorado durante los periodos de<br />

crisis.<br />

Una consecuencia de la desigualdad de ingresos es la<br />

polarización social y residencial. Las ciudades de la región<br />

están caracterizadas por claras diferencias entre las áreas<br />

residenciales de ricos y pobres. Esto se muestra claramente<br />

en la distribución de viviendas formales e informales, con<br />

los ricos viviendo en sus elegantes casas en barrios con<br />

buenos servicios y los pobres teniendo que construir las<br />

propias con pocos servicios a través de procesos de auto<br />

construcción.<br />

La Tabla 10 ilustra la división que hay en las ciudades<br />

latinoamericanas. En Bogotá y Santiago, algunas áreas de la<br />

ciudad tienen muy poca pobreza, mientras que otras tienen<br />

una gran cantidad de pobres. Éstos se suelen encontrar en<br />

asentamientos con un ambiente poco agradable y a menudo<br />

corriendo peligro físico en la forma como se garantiza la<br />

tenencia de la tierra y la continua presencia de catástrofes<br />

naturales.<br />

Tabla 10: Bogotá y Santiago, dos ciudades<br />

polarizadas<br />

Bogotá, 2007 Santiago, 2006<br />

' Localidad % de pobreza Comuna % de pobreza<br />

Ciudad Bolívar 46,7 Lo Espejo 20,1<br />

Rafael Uribe 42,3 Renca 19,2<br />

Usme 40,7 Cerro Navia 17,5<br />

Chapinero 10,8 Providencia 3,5<br />

Usaquén 10,7 San Miguel 2,5<br />

Teusaquillo 5,5 Las Condes 2,3<br />

Más próspero/<br />

más pobre<br />

8,5 Más próspero/<br />

más pobre<br />

8,7<br />

Fuentes: ECV (2007); Chile, MI<strong>DE</strong>PLAN (2006).<br />

Con el aumento de la desigualdad en la mayor parte<br />

de las áreas urbanas de la región, y también en la mayoría<br />

de las ciudades de todo el mundo, muchos discuten que<br />

la polarización social está aumentando y que hay una<br />

nueva forma de segregación residencial que está afligiendo<br />

las ciudades de América Latina (Acosta, 2007; Caldeira,<br />

2000; Salcedo y Torres, 2004; de Souza y Siva, 2007;<br />

Sabatini y Salcedo, 2007). Siguiendo el ejemplo de los<br />

Estados Unidos, están surgiendo urbanizaciones privadas<br />

en muchas ciudades de América Latina. Algunas de estas<br />

urbanizaciones son virtualmente autónomas incluyendo<br />

oficinas, supermercados e instalaciones para el ocio. Los<br />

residentes no necesitan salir de estas urbanizaciones y los<br />

guardias de seguridad los protegen permitiendo sólo la<br />

entrada a los empleados e invitados. En algunas áreas estas<br />

urbanizaciones privadas ocupan grandes zonas de la ciudad.<br />

En Río de Janeiro por ejemplo, Barra de Tijuca es un área<br />

recién desarrollada de centros comerciales y urbanizaciones<br />

privadas donde no hay pobres.<br />

Aún así, otra evidencia sugiere que la segregación<br />

residencial en América Latina no está aumentando y que<br />

la polarización es mucho menos aguda que en las ciudades<br />

norteamericanas. Como señalan Roberts y Wilson (2009:<br />

133): “Por lo general en las ciudades latinoamericanas las<br />

elites representan apenas un tercio de la población de las<br />

áreas de altos ingresos. Incluso a nivel del bloque, el índice<br />

de aislamiento de las elites de Santiago no superó el 40% en<br />

2002. Los barrios de las afueras de las ciudades americanas<br />

por el contrario son más homogéneos socialmente tanto<br />

en su composición racial como de nivel de ingresos, y esta<br />

homogeneidad es más estable a lo largo del tiempo.”<br />

68 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Además, la forma de la segregación residencial<br />

en América Latina también varía con la topografía.<br />

Las ciudades con topografía abigarrada tienen más<br />

probabilidad de tener barrios residenciales mezclados que<br />

las desarrolladas en suelo más plano. En Río de Janeiro<br />

por ejemplo, mientras muchos adinerados viven en el sur<br />

de la ciudad y la mayoría de los pobres en las partes planas<br />

al norte y oeste, el modelo en el área sur más montañosa<br />

es mucho más complicado. Como se permitió construir<br />

las favelas en las laderas y sólo pocas se echaron abajo en<br />

los años sesenta, las áreas ricas están cerca de los pobres.<br />

Tal vez el ejemplo más famoso de Río de Janeiro es la coexistencia<br />

de una de las áreas necesitadas más grandes de la<br />

región, Rocinha, con uno de sus barrios más exclusivos, São<br />

Conrado. Caracas es parecida, mientras los ricos tienden a<br />

vivir en el este, son pocas las áreas ricas que no tienen como<br />

vecinos los barrios construidos en las laderas.<br />

En algunas ciudades la aparición de “ghettos” sociales es<br />

un grave problema. En Kingston, Jamaica, Clarke (2006:<br />

31-2) observa cómo un área se convirtió en “una zona de<br />

pobreza y violencia incomparable con ninguna otra región<br />

del Caribe de la Mancomunidad Británica”. Esta es un área<br />

donde la mayoría de las personas tienen miedo de caminar.<br />

Hay zonas parecidas en muchas otras ciudades de la región.<br />

El área de El Cartucho en Bogotá recientemente borrada<br />

del mapa se incluía en esa categoría y algunas de las favelas<br />

violentas de Río de Janeiro enfrentan problemas semejantes<br />

(Abramo, 2009; Cravino, 2006).<br />

V. ¿CÓMO MEJORAR LA<br />

CALIDAD <strong>DE</strong> VIDA?<br />

Un estudio reciente de la Unidad de Inteligencia<br />

Económica clasificó 140 ciudades de todo el planeta por<br />

orden de su “habitabilidad”. Aunque algunos criterios<br />

utilizados no eran muy convincentes, la clasificación general<br />

debe haber sorprendido a pocos (Tabla 11). Las ciudades de<br />

Europa Occidental ocupan los primeros puestos de la lista y<br />

las de África están en los últimos lugares de la clasificación.<br />

En América Latina, Buenos Aires fue la primera seguida de<br />

Santiago de Chile.<br />

Las ciudades latinoamericanas obtuvieron mala<br />

puntuación en términos de estabilidad, servicios de salud<br />

e infraestructura. Aunque la infraestructura ha mejorado<br />

en la región en los últimos años, la calidad de los servicios<br />

de salud es a menudo discutible. De manera semejante,<br />

el asunto del ambiente físico continúa siendo un gran<br />

problema y el transporte urbano sigue sufriendo con<br />

sistemas de autobuses mal organizados y con demasiados<br />

coches. Vasconcellos (2001: 151) calcula que el número de<br />

coches en la gran São Paulo pasó de 160.000 en 1960 a 1,9<br />

millones en 1980 y en el Distrito Federal de México y su<br />

estado vecino de 2,28 millones de vehículos registrados en<br />

1980 a 5,23 millones en 2006.<br />

De la misma forma, muchas ciudades sufren con tasas<br />

de delitos y violencia cada vez más altas. Las tasas de<br />

homicidios han aumentado en muchas ciudades, en especial<br />

las que tienen alguna relación con el tráfico de drogas. La<br />

Figura 1 muestra que se han alcanzado niveles alarmantes<br />

en muchos lugares.<br />

Tabla 11: Calidad de vida urbana por región<br />

(2009)<br />

Desempeños regionales promedios (100=ideal y 0= intolerable)<br />

Región Valuación<br />

media<br />

Estabilidad Servicios<br />

de salud<br />

Europa 92,2 87,0 95,7<br />

Occidental<br />

Norte América 91,5 86,0 93,4<br />

Asia & 71,7 74,5 69,4<br />

Australasia<br />

Europa del 72,5 71,1 73,2<br />

Este<br />

América 69,3 60,7 66,9<br />

Latina<br />

Medio Oriente 64,5 72,1 63,7<br />

& Norte de<br />

África<br />

África Sub- 51,0 44,4 39,8<br />

Sahariana<br />

Media<br />

mundial<br />

76,1 74,5 75,4<br />

Desempeños regionales promedios (100=ideal y 0= intolerable)<br />

Región<br />

Educación<br />

Europa 93,3 93,8 93,1<br />

Occidental<br />

Norte América 92,0 98,3 92,5<br />

Asia & 67,8 77,2 72,5<br />

Australasia<br />

Europa del 75,3 78,0 67,1<br />

Este<br />

América 78,8 77,8 66,6<br />

Latina<br />

Medio Oriente 53,6 67,6 67,8<br />

& Norte de<br />

África<br />

África Sub- 63,9 56,5 51,6<br />

Sahariana<br />

Media 76,1 81,1 76,2<br />

mundial<br />

Fuente: EIU (2009)<br />

Cultura y<br />

Entretenimiento<br />

Infraestructura<br />

Queda claro que la gobernabilidad de la región tiene<br />

que mejorar para poder hacer frente a estos problemas y así<br />

mejorar la calidad de la vida urbana. Afortunadamente,<br />

hay algunas señales de cambio. A nivel nacional, en la<br />

actualidad la mayoría de los gobiernos son democráticos,<br />

un marcado contraste con lo que sucedía en los años setenta<br />

cuando la mayoría de los regímenes eran autoritarios, y a<br />

nivel local la mayoría de los alcaldes y gobernadores son<br />

elegidos democráticamente(Campbell, 2003; Wilson et<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 69


Gráfico 1: Homicidios en algunas Ciudades Latinoamericanas (2000)<br />

al., 2008). Por lo menos la crisis de la deuda y el neoliberalismo<br />

llevaron a la restauración de una forma de<br />

democracia en la región (Myers y Dietz, 2002).<br />

Las autoridades locales elegidas a menudo aportan una<br />

diferencia real a la calidad de la gobernabilidad. En muchos<br />

lugares, ha disminuido la corrupción, han aumentado la<br />

base fiscal y las inversiones y la calidad de la vida pública<br />

ha ido mejorando paulatinamente. Los mejores ejemplos de<br />

esta realidad son Curitiba, Porto Alegre y Bogotá.<br />

Con frecuencia Curitiba se considera la ciudad mejor<br />

planificada de Brasil y posiblemente de América Latina.<br />

Su éxito se relaciona a menudo con Jaime Lerner que fue<br />

alcalde de la ciudad tres veces y dos veces gobernador de<br />

Paraná, el estado donde se ubica la ciudad de Curitiba. Hay<br />

varias características que distinguen la ciudad. Su alto nivel<br />

de desarrollo planificado, su pionero sistema de corredores<br />

rápidos para autobuses y la forma en que ha intentado<br />

involucrar a la población en un mejor funcionamiento de la<br />

ciudad – tanto a través de la participación ciudadana en la<br />

planificación municipal como en su ayuda con el reciclado<br />

de basura (Rabinovitch y Leitman, 1996; Irazabal, 2005).<br />

Claro que su experiencia es mucho menos positiva que lo<br />

que se suele mostrar y ninguna mejoría se ha reproducido<br />

en los municipios vecinos donde vive un número cada<br />

vez más grande de la población del área metropolitana.<br />

Se sugiere incluso que muchas de las innovaciones<br />

ampliamente divulgadas de la ciudad están asociadas con<br />

corrupción y con la búsqueda de alquileres por parte de la<br />

elite urbana (Macedo, 2004).<br />

Bogotá es una candidata más reciente al premio de<br />

buena gobernabilidad. De hecho el gobierno municipal<br />

estaba en la bancarrota en 1992 y la calidad de la<br />

infraestructura y de los servicios estaba deteriorada. Sin<br />

embargo, una combinación de poder descentralizado,<br />

elecciones libres de alcaldes, una reforma constitucional<br />

y una serie de excelentes alcaldes transformó la ciudad<br />

(Gilbert y Dávila, 2002; Gilbert y Garcés, 2008;<br />

Montezuma, 2005). En la actualidad Bogotá cuenta con<br />

una cobertura de agua y alcantarillado prácticamente<br />

universal, tiene el envidiable sistema de corredores<br />

exclusivos para buses Transmilenio, introdujo un programa<br />

alimentario para ayudar a los pobres, su economía está<br />

creciendo y continúa construyendo parques públicos y<br />

bibliotecas para los grupos de menos ingresos. Aunque<br />

todavía enfrenta graves problemas, la ciudad muestra que<br />

es posible tener un buen gobierno urbano transparente y<br />

honesto incluso en un país asolado por un conflicto como<br />

ocurre en Colombia.<br />

Es más fácil alcanzar una buena gobernabilidad urbana<br />

en un contexto nacional estable. El crecimiento económico<br />

ininterrumpido y algunas medidas de estabilidad política<br />

ayudan a los buenos alcaldes a gestionar sus ciudades de<br />

forma adecuada. Es mucho más fácil gobernar eficazmente<br />

en Brasil o Chile que en Honduras o Bolivia. Los buenos<br />

alcaldes pueden aportar cambios positivos pero su tarea es<br />

mucho más fácil si reciben una buena parte de los recursos<br />

nacionales y si la suma de esos recursos va aumentando<br />

paulatinamente. También facilita cuando los alcaldes<br />

70 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


cuentan con la ayuda del gobierno central, aunque intriga el<br />

hecho de que muchas capitales de la región tengan alcaldes<br />

de partidos políticos opuestos al del presidente nacional<br />

(p.ej. en México, Colombia y Venezuela).<br />

En ciudades que enfrentan problemas específicos<br />

es también difícil ofrecer una calidad de vida decente.<br />

Tradicionalmente las ciudades que surgieron de repente<br />

no han tenido un control efectivo de las consecuencias<br />

sociales y ambientales de su crecimiento. La experiencia de<br />

ciudades que crecieron muy rápido a lo largo de la frontera<br />

entre los EEUU-México durante los años cincuenta y<br />

sesenta, complejos turísticos, como Acapulco, con sus<br />

barrios de chabolas asociados y ciudades petroleras de<br />

Venezuela, todas sugieren que la sostenibilidad en su<br />

sentido más amplio ha sido casi siempre ignorada (Browne,<br />

1984; Kopinak, 1996). En la actualidad, muchas ciudades<br />

fronterizas de Amazonía están viviendo graves problemas<br />

de crecimiento (Browder y Godfrey, 1997). ‘Las ciudades’<br />

al margen de aglomeraciones urbanas mucho más grandes<br />

también enfrentan problemas relacionados con el rápido<br />

crecimiento. El Alto en Bolivia y Soacha en Bogotá, son<br />

ejemplos de la caótica expansión urbana agravada por las<br />

altas concentraciones de pobres. Las dos tienen amplias<br />

áreas de barrios de bajos ingresos que ni tienen recursos<br />

financieros adecuados ni una gestión competente.<br />

El comercio de drogas también dificulta mucho la vida<br />

para las administraciones locales en muchas ciudades de<br />

la región. La violencia ha aumentado como resultado del<br />

tráfico de drogas en ciudades tan diferentes como Río,<br />

Caracas, Lima, Ciudad Juárez y Kingston. Del mismo<br />

modo el contrabando relacionado con muchas ciudades<br />

fronterizas latinoamericanas ha alentado ese desarrollo<br />

urbano caótico. Cúcuta en la frontera colombiana con<br />

Venezuela y Ciudad del Este en la frontera entre Paraguay<br />

con Argentina y Brasil, son buenos ejemplos de los<br />

problemas que pueden surgir. En la mayoría de las grandes<br />

ciudades de la región, hay otro problema que dificulta<br />

una planificación urbana eficaz – la mayor parte de su<br />

expansión ocurre fuera del área administrativa central.<br />

Entre las mega-ciudades de la región sólo Bogotá tiene<br />

la mayoría de su población dentro de una única área<br />

administrativa. En la Ciudad de México, mitad de la<br />

población vive en el Distrito Federal y la otra mitad en<br />

el Estado de México. Lo mismo ocurre en São Paulo. El<br />

problema es que hay poca coordinación entre las diferentes<br />

autoridades locales y la dificultad de recoger información<br />

estadística complica los intentos de integrar la planificación<br />

en toda el área metropolitana. Para algunos planificadores<br />

la respuesta está en la creación de una única autoridad<br />

que gobierne toda el área administrativa. Sin embargo, las<br />

realidades políticas locales normalmente excluyen cualquier<br />

forma de unión y lo más probable es que en el futuro lo<br />

normal sean áreas metropolitanas fragmentadas.<br />

VI. ¿CÓMO GARANTIZAR UNA<br />

URBANIZACIÓN SOSTENIBLE<br />

EN <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> MÁS<br />

RÁPIDO CRECIMIENTO?<br />

La Tabla 12 muestra que entre 1985 y 2000, fueron las<br />

ciudades más grandes de la región las que crecieron más<br />

rápidamente mientras que el siguiente grupo de ciudades<br />

(1-5 millones) fueron las que crecieron más despacio. En<br />

este sentido, las ciudades más pequeñas (con menos de<br />

500.000 habitantes) también crecieron lentamente. Aún así,<br />

entre 2000 y 2015 la tabla muestra que el comportamiento<br />

cambia y que en la actualidad son las ciudades del segundo<br />

y tercer grupo las que están creciendo más rápidamente<br />

ahora.<br />

Sin embargo este método normalmente usado para<br />

calcular el crecimiento urbano es hasta ahora engañoso<br />

porque no cuenta el número de aglomeraciones en cada<br />

categoría en cada fecha. Puesto que el número de centros<br />

urbanos en algunas categorías aumenta cuando otras<br />

ciudades entran en estos grupos, es importante tenerlo<br />

en cuenta para evitar que los resultados no distorsionen<br />

la realidad. Las cifras de la Tabla 12 fueron calculadas<br />

nuevamente para incluir parcialmente los cambios en<br />

el número de aglomeraciones en todas las fechas. Esta<br />

modificación cambia los resultados de la Tabla 12 y muestra<br />

que entre 2000 y 2015, son las ciudades más grandes las<br />

que probablemente crecieron más rápidamente y las más<br />

pequeñas las que lo hicieron más despacio. 4 Es probable<br />

que ‘el macrocefalismo’ aumente en América Latina en<br />

los próximos años. Las ciudades con más de 5 millones de<br />

habitantes van a crecer más rápido que aquéllas con menos<br />

habitantes y las que tienen menos de un millón serán las<br />

que crecerán más despacio de todas.<br />

Tabla 12: Crecimiento urbano por tamaño de<br />

aglomeración (1985-2015)<br />

Tamaño de<br />

Porcentaje del total urbano<br />

aglomeración<br />

1985 2000 2015<br />

10 millones y más 10,0 14,7 13,4<br />

5-10 millones 8,8 4,8 5,8<br />

1-5 millones 18,2 21,7 25,9<br />

500.000-1 millón 8,6 9,0 8,0<br />

Menos de 500.000 54,4 49,8 47,0<br />

Total urbano<br />

(millones)<br />

274,3 394,2 511,0<br />

Fuente: UNHABITAT (2007: Cuadro A2).<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 71


Tabla 13: Crecimiento demográfico por tamaño de ciudad (1985-2015)<br />

Tamaño de aglomeración<br />

Tamaño promedio de aglomeraciones (miles) Crecimiento durante 15 años (%)<br />

1985 2000 2015 1985-2000 2000-2015<br />

10 millones y más 13.752 14.454 17.067 5,1 18,1<br />

5-10 millones 8.045 6.367 7.376 -20,9 15,8<br />

1-5 millones 1.916 1.943 2.098 1,4 8,0<br />

500.000-1 millón 696 693 720 -0.4 3,8<br />

Fuente: Cálculos del autor basados en información de ONU-HABITAT (2007: Cuadro A2).<br />

A pesar del relativo lento crecimiento de las ciudades<br />

más pequeñas, las ciudades que crecen más rápidamente<br />

en la región se encuentran sobre todo en ese grupo. La<br />

Tabla 14 trae una lista de las ciudades con más de 750.000<br />

habitantes que más rápidamente crecieron entre 1950 y<br />

2010. En la lista no aparece ninguna de las gigantes de<br />

la región y la única ciudad con más de dos millones de<br />

habitantes es Brasilia. Entre las ciudades que crecen más<br />

rápidamente están algunas capitales nacionales como<br />

Asunción, Brasilia, Puerto Príncipe y Quito, pero también<br />

muchas ciudades en fronteras de recursos naturales como<br />

Belém, Goiânia, Manaus y Santa Cruz. Otra característica<br />

interesante de la tabla es que sólo Florianópolis, en el sur<br />

de Brasil crece anualmente más de 4%. Está claro que<br />

la explosión urbana de América Latina ya es asunto del<br />

pasado.<br />

Tabla 14: Crecimiento anual en ciudades con<br />

más de 750.000 habitantes (1950-2010)<br />

Ciudad<br />

Crecimiento anual<br />

1950-1955 1980-1985 2005-2010<br />

Florianópolis 3,6 4,4 4,0<br />

Brasília 13,5 37 3,3<br />

Santa Cruz 6,9 6,4 3,2<br />

Puerto Principe 6,2 4,6 3,2<br />

Quito 4,4 3,6 3,0<br />

Manaus 5,2 4,6 2,9<br />

Goiânia 10,2 4,3 2,9<br />

Asunción 4,0 3,4 2,8<br />

Maceió 3,9 4,5 2,8<br />

Belém 4,5 3,1 2,7<br />

Fuente: UN<strong>DE</strong>SA (2007).<br />

Claro que la mayoría de las ciudades que están<br />

creciendo muy rápidamente son mucho más pequeñas<br />

que las que aparecen en las listas de las tablas 13 ó 14. Es<br />

probable que muchas de estas ciudades crezcan de manera<br />

un tanto caótica. De hecho, ha sido esa la tradición en<br />

América Latina, en regiones de asentamientos agrícolas de<br />

áreas fronterizas, en áreas donde se han descubierto recursos<br />

minerales y en pequeñas ciudades donde se han implantado<br />

nuevas y grandes instalaciones turísticas. Incluso cuando<br />

los planificadores urbanos han proyectado cuidadosamente<br />

las nuevas ciudades, ha habido proliferación de nuevos<br />

barrios de chabolas, convirtiendo lo que se esperaba que<br />

fuesen utopías urbanas en ciudades típicamente divididas.<br />

Las experiencias de Brasilia, Ciudad Guayana y Ciudad<br />

Stroessner son muestras de la falacia de que los pobres<br />

pueden ser excluidos de ciudades modelo (Holston, 1989;<br />

Irazábal, 2004; Gilbert, 1989). Aún así, con más previsión<br />

e inversiones en infraestructura básica y servicios para<br />

los pobres se reduciría el nivel de caos encontrado en la<br />

actualidad en tantas ciudades que crecen rápidamente.<br />

VII. MACROCEFALIA Y<br />

CONCENTRACIÓN ESPACIAL<br />

Una característica que se observa frecuentemente<br />

en América Latina y el Caribe es que gran parte de su<br />

crecimiento urbano se ha concentrado en las ciudades más<br />

grandes. En muchos países, la ciudad principal ahora tiene<br />

un cuarto o más de la población total (tabla 15).<br />

Tabla 15: Concentración de la población<br />

nacional en grandes ciudades (porcentaje<br />

1950, 1980 y 2010)<br />

Ciudad 1950 1980 2010<br />

Montevideo 54,1 49,9 44,6<br />

Ciudad de Panamá 19,9 31,5 39,3<br />

Santiago 21,7 33,3 34,3<br />

Buenos Aires 29,7 33,5 32,1<br />

Asunción 17,5 24,1 31,4<br />

San José 15,3 22,4 29,5<br />

Lima 14,0 25,6 29,0<br />

Santo Domingo 9,0 20,9 22,5<br />

Puerto Principe 4,1 12,3 22,0<br />

Fuente: UN<strong>DE</strong>SA (2007).<br />

Algunos países más pequeños del Caribe muestran<br />

a veces niveles muy altos de concentración urbana (p.ej.<br />

Barbados y en menor medida Granada y Aruba) pero el<br />

modelo también se aplica a algunos países más grandes<br />

de América Latina. Hasta la fecha Uruguay se destaca<br />

porque la mitad de su población vive en Montevideo pero,<br />

dada sus poblaciónes nacionales mucho más amplias, es<br />

72 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 16: Peso demográfico y económico de ciudades importantes en América Latina<br />

Ciudad<br />

Población<br />

(miles)<br />

PIB (US$ millones)<br />

2007<br />

PIB per cápita, 2007<br />

% de la población<br />

nacional, 2010<br />

C. México 20.176 219.555 10.882 17,7 21,5<br />

São Paulo 19.953 257.830 12.922 9,8 19,8<br />

Buenos Aires 12.400 129.133 10.414 32,1 48,6<br />

Rio De Janeiro 11.829 96.430 8.152 6,1 7,4<br />

Lima 8.394 36.034 4.293 29,0 33,7<br />

Bogotá 7.217 43.246 5.992 17,4 21,0<br />

Santiago 6.686 74.569 11.153 34,3 45,5<br />

Caracas 3.720 36.308 9.760 10,7 15,9<br />

Monterrey 3.539 48.884 13.813 3,5 3,8<br />

Quito 2.182 9.574 4.388 13,4 20,9<br />

Curitiba 1.820 17.608 9.677 1,7 1,4<br />

La Paz 1.751 3.067 1.752 16,9 23,4<br />

San José 1.551 8.177 5.271 29,5 31,2<br />

Montevideo 1.469 11.750 7.998 44,6 50,9<br />

Porto Alegre 1.453 16.476 11.337 2.1 1,3<br />

Fuentes: CCB (2008), UN (2008: Cuadro 2.1.1.5), UNPD (2007).<br />

% del PIB nacional<br />

extraordinario que alrededor de un tercio de todos los<br />

argentinos, chilenos y Perúanos vivan en sus respectivas<br />

capitales nacionales.<br />

Este alto nivel de concentración a menudo significa que<br />

la capital nacional es mucho más grande que la segunda<br />

ciudad del país en tamaño. Como consecuencia, el llamado<br />

fenómeno de la “primacía urbana” es especialmente presente<br />

en América Latina y el Caribe. Mientras las ciudades de<br />

otros continentes son primates, p.ej. Londres, Paris y Viena<br />

en Europa, lo que distingue gran parte de América Latina<br />

y el Caribe es el grado de primacía. Por ejemplo, Lima<br />

es diez veces más grande que la segunda ciudad de Perú,<br />

Arequipa, la gran Buenos Aires es nueve veces más grande<br />

que Córdoba, y la situación en Uruguay, Paraguay y parte<br />

del Caribe es todavía más extrema.<br />

Al mismo tiempo, no todos los países latinoamericanos<br />

tienen una distribución urbana donde la mayoría de<br />

la población se concentra en la capital del país . Brasil<br />

tiene dos ciudades gigantes y ninguna de las dos es su<br />

capital. Ecuador tiene dos ciudades grandes pero Quito,<br />

la capital, es más pequeña que la ciudad portuaria de<br />

Guayaquil. Bolivia y Venezuela ya no son países con<br />

primacía y Colombia que tradicionalmente era el país<br />

con la distribución urbana más equilibrada mantiene esa<br />

distinción, incluso cuando el crecimiento de Bogotá superó<br />

el ritmo de su principal rival, Medellín (Gilbert, 1998;<br />

Giraldo et al., 2009).<br />

Primacía urbana y tamaño de la ciudad no es lo<br />

mismo, aún cuando a menudo se interponen los supuestos<br />

problemas que surgen de una distribución urbana<br />

“distorsionada” y de un tamaño “excesivo” de la ciudad.<br />

Algunas de las ciudades capitales, en especial en el Caribe<br />

y en los pequeños países de América Latina, no son muy<br />

grandes. Kingston, Jamaica, tienen menos de un millón<br />

de habitantes y las ciudades de Asunción, Montevideo y<br />

la Ciudad de Panamá aunque grandes no se igualan a la<br />

categoría de mega-ciudades. Y aunque algunas ciudades<br />

capitales, como la Ciudad de México son gigantes, también<br />

lo es São Paulo, la aglomeración urbana más grande de la<br />

región, ¡que no es la capital del Brasil!<br />

Muchas ciudades grandes dominan sus naciones incluso<br />

de forma más enfática en términos económicos. La Tabla<br />

16 muestra que el poder económico nacional de todas las<br />

ciudades de la lista, salvo una, es más grande que su peso<br />

demográfico. Algunas son especialmente poderosas, se<br />

destacan Buenos Aires, Montevideo y Santiago. 5 Claro que<br />

también hay una variación considerable en la prosperidad<br />

de estas ciudades. En 2007, Monterrey y São Paulo eran las<br />

más acaudaladas, La Paz con mucho la más pobre.<br />

Con el tiempo muchos gobiernos de la región se han<br />

preocupado bastante con la velocidad y la forma del<br />

crecimiento urbano. Durante años, muchos gobiernos<br />

elaboraron planes para reducir la migración hacia las<br />

grandes ciudades y para alentar el desarrollo de las regiones<br />

más pobres. Se iniciaron programas de cuencas de ríos y<br />

de desarrollo regional en muchos países, sobre todo en<br />

Brasil, Colombia, México y Venezuela. Algunos gobiernos<br />

incluso construyeron nuevas capitales, por ejemplo Brasilia,<br />

Belmopán en Belice y, al menos en teoría, Viedma en<br />

Argentina. Pocos de estos proyectos fueron eficaces y se<br />

puede decir que sólo la creación de Brasilia y de la Ciudad<br />

de Guayana junto con algunos proyectos de cuencas<br />

fluviales en México tuvieron éxito (Gilbert y Gugler, 1992).<br />

Con seguridad muy pocos programas ayudaron a los<br />

pobres, claramente uno de sus otros objetivos principales.<br />

Lo que quizás sea irónico es que el ritmo de crecimiento<br />

de las ciudades más grandes se redujo precisamente<br />

cuando la mayoría de los gobiernos perdieron interés en<br />

planificar para el equilibrio territorial porque estaban más<br />

preocupados en aumentar su competitividad internacional<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 73


y en recuperar sus economías después de la crisis de la<br />

deuda. De hecho, fue durante la crisis de la deuda que<br />

el crecimiento de las ciudades más grandes se redujo de<br />

forma drástica. Hasta 1982, esas ciudades habían ganado<br />

sobre todo del proceso de industrialización por sustitución<br />

de importaciones; habían atraído la mayoría de las<br />

inversiones extranjeras y recogido una considerable parte de<br />

subvenciones gubernamentales. Por eso no fue sorprendente<br />

que fueran las que más sufrieron el impacto de la crisis de<br />

la deuda. Cuando los mercados internos se desmoronaron<br />

también cayeron las oportunidades de empleo. Como<br />

resultado, las poblaciónes de la Ciudad de México, Santiago<br />

y São Paulo apenas crecieron durante la “década perdida”.<br />

Desde entonces, otros procesos detuvieron el<br />

crecimiento de las mega-ciudades. Las deseconomías<br />

externas generadas en esas ciudades, la contaminación<br />

atmosférica, los atascos de tránsito, los altos precios del<br />

suelo y los elevados costes administrativos animaron a<br />

algunas empresas fabricantes a trasladarse a ciudades más<br />

pequeñas próximas o a instalar sucursales en esos lugares.<br />

En México, los problemas de operación en la Ciudad<br />

de México convencieron a muchas empresas a instalar<br />

plantas en Puebla, Toluca y Cuernavaca (Aguilar, 1999).<br />

Del mismo modo algunos industriales en São Paulo<br />

trasladaron sus instalaciones de producción a ciudades<br />

mucho más pequeñas hasta 200 kilómetros de distancia<br />

del centro regional (Bähr y Wehrhahn, 1997). Por ejemplo,<br />

Volkswagen abrió una fábrica en Taubaté y General<br />

Motors otra en São José dos Campos. Otras empresas<br />

abrieron fábricas en el norte de São Paulo en ciudades<br />

como Campinas. Tendencias parecidas son evidentes en<br />

otras grandes ciudades de América Latina, con industrias<br />

instalando fábricas en pequeñas ciudades cerca de los<br />

centros metropolitanos de Bogotá, Buenos Aires, Caracas,<br />

Guadalajara y Monterrey. De esta manera pueden lograr las<br />

ventajas comerciales de estar cerca de la ciudad principal al<br />

mismo tiempo que disminuyeron los costos de producción<br />

y distribución.<br />

El crecimiento de algunas grandes ciudades también<br />

se redujo porque las empresas fabricantes locales no<br />

podían competir con las mercancías importadas, sobre<br />

todo de China. Como los gobiernos retiraron las barreras<br />

aduaneras y los cupos de importación, y siguieron las reglas<br />

establecidas por el Consenso de Washington, muchas<br />

empresas se vieron obligadas a reducir su tamaño o a<br />

cerrar sus puertas. Las condiciones ventajosas permitidas<br />

por el Nuevo Modelo Económico también alentaron a<br />

algunos inversionistas extranjeros a establecer fábricas<br />

en áreas menos tradicionales de los países, especialmente<br />

en lugares cerca de puertos, recursos naturales o para<br />

mercados extranjeros. El ejemplo más obvio de un gran<br />

cambio en una localidad de fabricación en América Latina<br />

es el desarrollo de las maquilas en el norte de México.<br />

Entre 1980 y 2006 la inversión extranjera entró en grandes<br />

cantidades en las ciudades fronterizas como Ciudad Juárez,<br />

Mexicali y Tijuana y el empleo industrial en la región de<br />

la frontera aumentó de 117.000 para 905.000 (INEGI,<br />

2009). La ubicación a lo largo de la frontera permitió que<br />

las empresas pudieran importar piezas y componentes de<br />

los Estados Unidos, aprovechando los bajos sueldos pagados<br />

en México y enviar los productos acabados de vuelta para el<br />

mayor mercado del mundo.<br />

Claro que hay grandes diferencias en la manera en que<br />

la globalización y la re-estructuración neo-liberal afectaron<br />

el crecimiento urbano. Mientras las ciudades medianas de<br />

México prosperaron, en otros países han sido las grandes<br />

ciudades las que han tenido más éxito. Por ejemplo,<br />

Santiago aumentó su dominio en la economía chilena,<br />

especialmente en términos del control de los servicios<br />

financieros (de Mattos, 1999). Del mismo modo, Bogotá<br />

y Buenos Aires han logrado consolidar su dominio en sus<br />

economías nacionales.<br />

VIII. MIGRACIÓN HACIA <strong>LAS</strong><br />

CIUDA<strong>DE</strong>S Y EL FUTURO<br />

<strong>DE</strong>L CAMPO<br />

La urbanización ha sido un componente crítico del<br />

desarrollo económico y social en América Latina desde<br />

por lo menos 1940. Sin embargo, algunos países son<br />

ahora predominantemente urbanos y, por lo tanto, el<br />

ritmo de urbanización en Argentina, Chile y Venezuela<br />

va a ser más lento. Incluso en los lugares donde todavía<br />

habrá urbanización, como en algunas partes de los Andes<br />

y en Centro América, el ritmo del crecimiento urbano<br />

disminuirá lentamente. En el Caribe, el futuro es menos<br />

previsible porque el actual equilibrio urbano-rural varía<br />

mucho. Algunas islas como Anguilla, son totalmente<br />

urbanas mientras que otras como Cuba, Antillas<br />

Holandesas y Dominica tienen más de tres cuartos de<br />

su población viviendo en áreas urbanas. En estas islas el<br />

potencial de migración rápida hacia la ciudad es limitado.<br />

Por el contrario, menos de un sexto de la población de<br />

Trinidad y Montserrat vive en áreas urbanas, por lo que el<br />

potencial para una migración continuada hacia la ciudad<br />

es alto.<br />

La probabilidad de migración continuada también<br />

se verá afectada por las oportunidades de empleo en el<br />

campo. Donde hay desarrollo de exportaciones agrícolas,<br />

se pueden crear nuevas oportunidades de trabajo para<br />

trabajadores sin tierra. En Chile por ejemplo, el aumento<br />

de las exportaciones de frutas y verduras están creando<br />

puestos de trabajo no sólo en los campos sino también en<br />

las fábricas que procesas las materias primas (Kay, 2004,<br />

Murray, 2004). Pero a veces el aumento de la producción<br />

de exportaciones tiene un efecto contrario y lleva al<br />

desplazamiento de los agricultores locales. El aumento de<br />

la producción de la soja en Argentina, Brasil y Paraguay ha<br />

hecho que muchos pequeños agricultores se muden para la<br />

ciudad.<br />

El empleo en áreas que exportan productos agrícolas<br />

también depende del nivel de la demanda extranjera y de la<br />

competencia. La demanda por azúcar y plátanos es limitada<br />

y como hay muchos productores que compiten entre sí los<br />

precios son bajos. En el caso de otras líneas más rentables,<br />

están surgiendo nuevos productores. El mercado para el<br />

74 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


café de América Latina ha tenido que bajar los precios para<br />

poder competir con la producción de Vietnam, que ahora es<br />

el segundo mayor exportador mundial de café. Del mismo<br />

modo, los mercados para las flores de Colombia están<br />

abiertos para la competencia de productores de Ecuador y<br />

de diferentes partes de África.<br />

La salud del campo también depende del grado en que<br />

la competencia extranjera corta la demanda doméstica por<br />

los productos locales. El suministro de trigo y maíz de<br />

agricultores norteamericanos fuertemente subvencionados<br />

redujo la demanda por el producto local y en el caso de<br />

Chiapas en México, incluso provocó una ola de violencia<br />

cuando el gobierno mejicano entró en el Área de libre<br />

comercio de América del Norte. En otros lugares no<br />

es tanto la amenaza de las importaciones sino los bajos<br />

precios ofrecidos por su producto lo que está llevando a los<br />

agricultores a irse a las ciudades. En los lugares donde los<br />

gobiernos se esfuerzan por mantener bajos los precios de<br />

las papas, arroz, yuca y maíz, el futuro es poco prometedor<br />

para muchos agricultores.<br />

El futuro del campo también depende de la política<br />

nacional para sus agricultores. Los actuales esfuerzos para<br />

redistribuir tierra en Bolivia y Venezuela pueden ayudar<br />

a mantener más personas en su tierra aunque también<br />

corren el riesgo de desanimar las inversiones en el sector<br />

rural. Dada la baja productividad de la gran parte de la<br />

agricultura latinoamericana, un futuro sano también<br />

requiere algo en el sentido de la diversificación. En algunas<br />

partes del Caribe y de Centro América, el turismo podría<br />

ofrecer una ruta alternativa para el desarrollo rural. El<br />

eco-turismo como está demostrado en Costa Rica y hasta<br />

cierto punto en Ecuador abriga alguna esperanza, aunque<br />

no deben exagerarse los anhelos por su expansión puesto<br />

que el turismo siempre corre el riesgo de perjudicar el<br />

habitat “natural”, como ocurrió en Galápagos. Es triste<br />

que el desarrollo del turismo en todo el planeta raramente<br />

haya demostrado estar en sintonía con el medio ambiente<br />

– la mayoría de las veces se ha limitado a la construcción<br />

de nuevos y grandes complejos turísticos, p.ej. Acapulco<br />

y Cancún, totalmente desintegrados del ambiente que los<br />

rodea.<br />

IX. REFLEXIONES SOBRE EL<br />

FUTURO<br />

Tres cuartos de la población de América Latina y del<br />

Caribe vive hoy por hoy en ciudades y la mayoría de la<br />

riqueza de la región y la mayor parte de sus pobres están<br />

concentrados ahí también. Sin embargo, las ciudades de la<br />

región no están creciendo tan rápido como en el pasado;<br />

las olas de emigrantes que venían desde el campo son<br />

mucho menos de las que eran y las tasas de fertilidad en las<br />

ciudades también están cayendo rápidamente.<br />

A lo largo de los años la urbanización en la región ha<br />

tenido mala prensa, una reputación que no es totalmente<br />

merecida. El crecimiento urbano ha sido un gran desafío<br />

para todas las sociedades en la región pero la vida urbana ha<br />

permitido que mucha gente transformase su vida. El lugar<br />

de trabajo ha cambiado para las oficinas, tiendas, fábricas<br />

y calles urbanas. Ha cambiado la forma de sus viviendas<br />

de chozas rústicas sin ningún servicio a departamentos o<br />

pisos con algunos servicios y propiedades que consiguieron<br />

con ayuda de la comunidad. Ha ayudado a modificar la<br />

manera en que se planteaban la religión y sobre su lugar en<br />

la sociedad. La política se ha transformado paulatinamente<br />

y pasó de ser un asunto dictado por terratenientes rurales<br />

a otro donde personas urbanas tienen derecho a voto y<br />

a veces incluso influyen en decisiones importantes. En<br />

este sentido se puede afirmar que la urbanización fue el<br />

cambio más revolucionario que ha ocurrido en la vida<br />

latinoamericana durante el siglo veinte, sin urbanización,<br />

no se hubiese producido esa otra gran revolución, la de la<br />

mujer en muchos de los países de América Latina. Con<br />

toda seguridad la transformación urbana, fue mucho más<br />

importante que la revolución política, casos reales de los<br />

que ha habido muy pocos, o la reforma agraria que no ha<br />

sido ni común ni eficaz.<br />

La desventaja de la urbanización es que el número<br />

de pobres está aumentando incluso cuando la incidencia<br />

de pobreza está cayendo en general. Quizás esto explica<br />

porqué tantos latinoamericanos urbanos están marchándose<br />

a vivir al extranjero, un proceso que ayuda a reducir la<br />

pobreza puesto que los emigrantes normalmente ayudan<br />

sus familias enviando remesas. Pero los verdaderamente<br />

pobres no suelen tener parientes que viven fuera del país<br />

y son éstos los que necesitan ayuda gubernamental para<br />

aliviar sus problemas. Afortunadamente, hay señales de que<br />

algunos gobiernos nacionales y locales están mejorando<br />

en competencia. Ciudades como Bogotá, Curitiba, Porto<br />

Alegre, Quito y Monterrey están entre las que en la<br />

actualidad están siendo gobernadas de una forma adecuada.<br />

La mayoría de las ciudades pueden ahora ofrecer agua y<br />

electricidad a sus ciudadanos. Lamentablemente, muchas<br />

ciudades pequeñas e intermediarias y sobre todo ciudades<br />

que están creciendo rápidamente son las que tienen una<br />

gestión menos eficaz. Los pobres en este tipo de ciudades<br />

son doblemente necesitados; no tienen ni empleo ni<br />

servicios.<br />

Es poco probable que las ciudades latinoamericanas<br />

tengan una explosión social o política. Durante años<br />

soportaron el rápido crecimiento, una crisis de la deuda,<br />

regímenes autoritarios y extensa pobreza sin recurrir<br />

ni a revoluciones sociales ni políticas. Las poblaciónes<br />

urbanas participaron en las revoluciones de Bolivia, Cuba<br />

y Nicaragua pero gran parte de las batallas y conflictos<br />

tuvieron lugar en las áreas rurales. La población urbana<br />

sufrió mucho durante la década perdida pero se las arregló<br />

para sobrevivir. Las áreas urbanas recuperadas del gobierno<br />

militar y sus electorados ahora son libres para elegir a sus<br />

alcaldes. Sin duda en el futuro algunos latinoamericanos<br />

protestarán por el aumento del precio de los alimentos<br />

y de las tarifas de buses o por la falta de un servicio de<br />

agua decente. Pero estas protestas no tendrán grandes<br />

consecuencias, incluso porque la mayoría de las personas<br />

de la región es demasiado conformista y acepta más de lo<br />

que debería. ¿Tal vez porque están demasiado ocupados<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 75


intentando vivir a duras penas y no tienen tiempo ni para<br />

protestar ni para la política?<br />

La dificultad a la hora de predecir el futuro urbano es<br />

que la calidad y la forma de la urbanización siempre han<br />

sido muy variables tanto en el tiempo como en el espacio.<br />

Durante la “década perdida”, la mayoría de los países<br />

latinoamericanos cambiaron sus estrategias económicas,<br />

lo que tuvo un gran impacto en la vida urbana. Antes<br />

de 1982, la mayor parte de los países protegieron sus<br />

economías de la competencia externa y los productores se<br />

concentraron principalmente en el mercado interno. Desde<br />

entonces, muchos países abrieron sus economías para la<br />

competencia externa, queriendo producir más para exportar<br />

y han competido entre ellos por los mercados extranjeros.<br />

Las ciudades han desempeñado un papel importante<br />

en este proceso. Algunas incluso han liderado la batalla<br />

por las exportaciones y han prosperado. Las ciudades del<br />

norte de México tienen una ubicación privilegiada cerca<br />

de los Estados Unidos y han crecido tan rápidamente a<br />

lo largo de los años porque muchas empresas extranjeras<br />

se han instalado allí. Otras ciudades, como la ciudad<br />

de México, Santiago, São Paulo, han actuado como<br />

intermediarias entre áreas de producción nacional y los<br />

mercados de exportación, atrayendo la inversión extranjera<br />

y desarrollando responsabilidades administrativas subglobales.<br />

Muchas ciudades latinoamericanas se han vuelto cada<br />

vez más internacionales en perspectiva: económica, social<br />

y culturalmente. Muchas ahora están decididas a competir<br />

internacionalmente y algunas están más interesadas en<br />

aprovechar las oportunidades fuera del país que en ayudar<br />

a desarrollar sus propios países. Las ciudades en el este de<br />

Bolivia con su acceso a petróleo y gas natural, quieren más<br />

autonomía del centro del poder político en La Paz. Las<br />

elites económicas en Bogotá y Medellín se esfuerzan por<br />

crear ciudades que atraigan capital extranjero y disminuyan<br />

la salida de profesionales calificados. El problema con este<br />

enfoque es que la economía global es altamente competitiva<br />

y cambia mucho, lo que significa que para cada ciudad<br />

que tiene éxito, es probable que otras fracasen. Esas<br />

ciudades que pueden generar exportaciones o desarrollar<br />

un papel en la financiación y negociación de la producción<br />

de exportaciones tienden a conseguir su objetivo. Y si<br />

Santiago, São Paulo, Monterrey y las ciudades de la frontera<br />

entre los EEUU-México han desempeñado importantes<br />

papeles, muchas otras ciudades tienen dificultades. Sin<br />

una economía vibrante y a menudo zarandeada por la<br />

competencia internacional, sus posibilidades de mejorar las<br />

condiciones de vida de los pobres no son buenas.<br />

Además, la economía mundial no parece ser nada<br />

estable. Desde la crisis de la deuda, las economías<br />

latinoamericanas fueron afectadas por una serie de crisis<br />

económicas, algunas de las cuales surgieron bastante<br />

lejos de sus costas. La crisis del Tequila que afectó la<br />

mayor parte de la región después del 1994 sí empezó en<br />

México, pero la crisis asiática tan perjudicial de 1997/1998<br />

y el incumplimiento ruso de 1998 fueron crisis que<br />

lamentablemente vinieron de fuera. De la misma manera,<br />

no se puede culpar a América Latina por la crisis bancaria<br />

de 2008. Cuando los precios del crudo y de los alimentos<br />

suben, algunos países de la región se benefician, pero la<br />

mayoría de las personas son perjudicadas. Puesto que<br />

todas las economías necesitan crecer para poder reducir<br />

la pobreza, la inestabilidad financiera y económica es un<br />

problema real.<br />

Los efectos diferenciales de la globalización y del neoliberalismo<br />

en la región han dado lugar a una hostilidad<br />

política hacia esos procesos en muchos países. A veces las<br />

personas protestan en las calles contra procesos que para<br />

ellos van a perjudicar sus puestos de trabajo y su nivel de<br />

vida. Han protestado contra la privatización de empresas de<br />

servicios públicos en Argentina y Bolivia y contra el acuerdo<br />

de libre comercio de México (Assies, 2003; Crabtree,<br />

2005; Marvin y Laurie, 1997; Nickson y Vargas, 2002).<br />

Sin embargo, la respuesta más consistente hay sido el voto<br />

por alcaldes y presidentes de izquierda. En la actualidad<br />

Argentina, Bolivia, Chile, Ecuador, Nicaragua, Uruguay<br />

y Venezuela todos tienen líderes de izquierda, algunos<br />

adoptaron un enfoque más duro (o tal vez más populista)<br />

(Arnson y Perales (eds.), 2007; Chávez y Goldfrank,<br />

2004). En los países donde los líderes nacionales de derecha<br />

continúan en el poder, muchas capitales como Bogotá y<br />

Ciudad de México tienen alcaldes de izquierda (Gilbert<br />

y Garcés, 2008; Pradilla y Sodi de la Tijera, 2006). La<br />

importancia de este avance es que puede que estos países<br />

y ciudades estén rechazando el camino convencional<br />

hacia el desarrollo urbano y nacional. El peligro es que<br />

al rechazar comportarse conforme las reglas establecidas<br />

por los maestros financieros del universo, el capital<br />

internacional y doméstico puede irse para el extranjero. Por<br />

el momento Venezuela está segura por su riqueza petrolera<br />

pero Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Paraguay son mucho<br />

más vulnerables. Aunque ciudades individuales pueden<br />

prosperar a pesar de una recesión nacional, es mucho más<br />

fácil crecer si la economía nacional está creciendo y si se<br />

espera que continúe creciendo.<br />

Tal vez lo más preocupante sobre las ciudades de la<br />

región es que el progreso no es más rápido. Preocupa<br />

que las ciudades sean cada vez más desiguales y que los<br />

gobiernos no estén actuando más para ayudar a los pobres.<br />

Es problemático que se haga tan poco para controlar el<br />

crecimiento en el uso del auto particular con sus efectos<br />

negativos para el medio ambiente y para la salud y el peligro<br />

creciente del colapso total del tráfico. Es una preocupación<br />

real que se esté haciendo tan poco para proteger el<br />

medio ambiente y no hay dudas de que en el futuro<br />

el calentamiento global traerá cada vez más amenazas<br />

para algunas ciudades costeras y bajas. Pero para pensar<br />

positivamente las ciudades de la región ya pasaron por lo<br />

peor y en comparación con la situación de la mayor parte<br />

de África o del sub-continente indio, lo están haciendo<br />

extremadamente bien.<br />

76 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 1: Cuba, Un caso excepcional<br />

La historia económica y política de Cuba es tan diferente del resto de la región que vale la pena observar cómo ha<br />

afectado su desarrollo urbano.<br />

En primer lugar el régimen que llegó al poder en 1958 estaba preocupado en desarrollar el campo, a diferencia<br />

de prácticamente cualquier otro gobierno de la región. La reforma agraria y la oferta extensiva de servicios e<br />

infraestructura ayudó a mantener a las personas lejos de las ciudades; una política que fue muy reforzada por<br />

controles administrativos. De esta manera, las ciudades de Cuba crecieron bastante menos rápido que la mayoría<br />

de las ciudades del resto de la región.<br />

En segundo lugar, la Habana creció despacio durante los años porque en los primeros años después de la<br />

revolución, se invirtió poco en la ciudad. Además de esto, muchas personas que salieron de Cuba y se fueron para<br />

los Estados Unidos procedían de la capital cubana. Más tarde se hicieron esfuerzos para alentar el desarrollo en<br />

ciudades secundarias. Como resultado, la población de la Habana creció de aproximadamente 1,4 millones de<br />

habitantes en 1960 para menos de 2,2 millones en 2007.<br />

En tercer lugar, la pobreza urbana adopta una forma diferente de la mayor parte de la región. La pobreza en Cuba<br />

es evidente en la falta de bienes materiales y en la mala calidad de las viviendas pero salvo en el Periodo Especial,<br />

no ha habido hambre y los registros sobre la educación y la salud en Cuba son significativas. Las condiciones del<br />

campo también son mucho mejores que las encontradas en gran parte del resto de la región.<br />

En cuarto lugar, en términos de desigualdad Cuba es mucho más justa que cualquier otro país de la región.<br />

Aunque recientemente han aparecido diferencias entre los que tienen acceso a dólares y los que no lo tienen, y<br />

especialmente después que el turismo internacional se volvió un importante generador de ingresos, los extremos<br />

que se encuentran en otros países de la región no se ven en Cuba.<br />

En quinto lugar, el modelo de empleo también es diferente en Cuba porque durante muchos años el gobierno creó<br />

empleos artificialmente en muchos sectores, reduciendo la productividad y la eficacia pero ayudando a mantener a<br />

raya la informalidad. Sin embargo, con el paso de los años muchos cubanos han empezado a dirigir algún tipo de<br />

negocio informalmente.<br />

Por fin, Cuba también es diferente porque hasta la fecha no experimenta el tipo de crecimiento urbano<br />

descontrolado que caracteriza a gran parte de la región. Esto es el resultado de los pocos vehículos que hay y<br />

porque por lo general, no se incentiva a la gente a que construya sus propias casas informalmente.<br />

NOtas<br />

1. Los 44 millones no incluyen los 3,9 millones de puertorriqueños. El autor calculó la proporción de cada<br />

grupo nacional que vive en el extranjero, dividiendo el número de emigrantes por el total combinado de<br />

las poblaciones actuales de estos países en el 2000, más los que viven en los Estados Unidos. Claro que<br />

esto subestima el impacto en los países remitentes porque muchos emigrantes son indocumentados y<br />

porque cada vez son más los que emigran a Europa y a otros destinos internacionales (Jokisch y Pribilisky,<br />

2002; Gilbert, 2002).<br />

2. Aquí el empleo doméstico y por cuenta propia se interpreta de tal modo que se aproxime al sector<br />

“informal”.<br />

3. También queda claro en la tabla que los países más prósperos tienen más personas empleadas que reciben<br />

salarios.<br />

4. El hecho de que el tamaño promedio de las ciudades de 5-10 millones en el año 2000 fuera más pequeño<br />

que en 1985 no significa que las ciudades de ese grupo se hicieron más pequeñas. Significa que algunas<br />

ciudades grandes subieron de categoría en términos de tamaño y las ciudades más pequeñas subieron de<br />

una categoría más baja.<br />

5. La fuerza económica de todas las ciudades más grandes es exagerada por el hecho de que muchas empresas<br />

tienen su sede en este tipo de ciudades. Sin embargo, gran parte de los ingresos generados por sus<br />

empresas se produce de hecho en otras partes del país.<br />

POBLACIÓN Y URBANIZACIÓN 77


78 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong><br />

CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 79


80 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. Introducción<br />

Las ciudades latinoamericanas se encuentran entre<br />

las más grandes y congestionadas del mundo pero sus<br />

pobladores obtienen ingresos muy inferiores a los que<br />

reciben los ciudadanos de las grandes ciudades del<br />

mundo desarrollado. Su papel económico, la estructura<br />

económica de los países respectivos y la estrategia y la<br />

política económica que se siguen en los mismos están todos<br />

entrelazados.<br />

Y sin duda el papel económico cambia conforme<br />

cambian las políticas que afectan la estructura económica<br />

y, también, la situación internacional. Así, la crisis mundial<br />

del 2008-2010 afectó gravemente a los países y a sus<br />

ciudades, incluyendo a las latinoamericanas.<br />

Por otro lado, es necesario que ese papel económico<br />

permita soluciones a los problemas fundamentales de los<br />

pobladores de las ciudades latinoamericanas. Ello depende<br />

de las políticas que se implementen y de la competitividad<br />

que logre para las actividades económicas, para superar<br />

la parte decreciente del ciclo internacional así como la<br />

dependencia del mismo.<br />

Esas políticas son básicamente nacionales pero ello<br />

no significa que las ciudades deban quedar al margen de<br />

las mismas o no puedan desarrollar sus propias políticas<br />

que, aunque tengan poco que ver con la definición de los<br />

precios básicos de la economía, fundamentales para la<br />

competitividad empresarial, si pueden actuar a favor de la<br />

productividad de las empresas localizadas en su territorio,<br />

que es también determinante de esa competitividad, aunque<br />

en menor escala.<br />

Dichos temas se tratan en el presente documento sin,<br />

ciertamente, pretensión de agotarlos.<br />

II. el papel económico de<br />

las ciudades<br />

El papel económico que juegan las ciudades en las<br />

economías de sus respectivos países tiene que ver, en gran<br />

parte, con la estructura económica del país. Ésta expresa<br />

las actividades económicas que se desarrollan en mayor o<br />

menor medida. Estas actividades se localizan conforme<br />

a su propia naturaleza. Por ejemplo, las manufacturas y<br />

los servicios se localizan en las ciudades y la agricultura,<br />

la minería y el petróleo se localizan en áreas no urbanas<br />

aunque sus administraciones, es decir las actividades<br />

de servicio relacionadas con las mismas, y los servicios<br />

generales financiados por los ingresos de las actividades<br />

primarias se localizan en las ciudades.<br />

Así, la preeminencia de unas u otras actividades<br />

económicas condiciona el papel de las ciudades. Por<br />

ejemplo, la preeminencia de las manufacturas genera<br />

ciudades con base industrial. Por su parte, la preeminencia<br />

de la producción de materias primas genera ciudades<br />

básicamente de servicios.<br />

De tal modo, el cambiante papel económico de<br />

las ciudades depende de la evolución de la estructura<br />

económica del país y, por lo tanto, de la estrategia<br />

económica que siga y ésta, a su vez, de la política económica<br />

que la implemente. Así, los márgenes de manejo de las<br />

autoridades locales respecto a estos roles económicos son<br />

prácticamente marginales.<br />

III. Estrategias y<br />

estructuras económicas<br />

en América Latina<br />

La estrategia económica vigente desde los años<br />

cincuenta y hasta mediados de los ochenta en América<br />

Latina fue la de sustitución de importaciones basada<br />

en la protección arancelaria para el desarrollo de las<br />

manufacturas. Desde entonces hasta la fecha, la estrategia<br />

vigente privilegió la liberalización y la apertura de los<br />

mercados de transables, desprotegiendo las manufacturas<br />

y manteniendo la protección a los servicios, basando la<br />

economía en el aprovechamiento de los recursos naturales<br />

y, por lo tanto, en el desarrollo de la producción de materias<br />

primas y de los servicios. 1<br />

Como expresión de la apertura, como muestra la<br />

tabla adjunta, Estados Unidos resultó con las menores<br />

tarifas arancelarias promedio a nivel mundial, Chile con<br />

las menores tarifas a nivel latinoamericano y Argentina<br />

y Colombia con las tarifas más elevadas. No deja de<br />

ser interesante que, actualmente, China tenga tarifas<br />

arancelarias más bajas que gran parte de los países<br />

latinoamericanos.<br />

Al reducirse los aranceles y eliminarse las cuotas<br />

de importación, la protección contra las importaciones<br />

sustitutivas desapareció. Como consecuencia, la producción<br />

manufacturera en América Latina se debilitó y perdió<br />

participación en la estructura del PIB por qué no pudo<br />

competir con las manufacturas producidas en los países<br />

desarrollados que cuentan con una mayor productividad y<br />

servicios más eficientes (como Alemania) o las producidas<br />

en los países asiáticos y China con otro tipo de protección.<br />

De tal modo, como muestra la tabla adjunta, en la<br />

Argentina las manufacturas pasaron de representar 32%<br />

del PIB en 1970 a 18% en 2000. A partir de entonces una<br />

devaluación cambiaria importante le permitió recuperar<br />

algunos puntos hasta situarse en 21% en 2007. En Brasil,<br />

las manufacturas pasaron de 29% en 1970 a 33% en 1980,<br />

para reducirse a 16% en 2008. En Chile pasaron de 26% en<br />

1970 a 14% en 2007. En Colombia representaban 21% en<br />

1970, 24% en 1980 para reducirse a 17% en 2008. Por su<br />

parte, en México pasaron de 23% en 1970 a 19% en 2008<br />

y en Perú de 20% a 16% entre los mismos años.<br />

Al debilitarse las manufacturas se reforzó la<br />

producción de materias primas, agropecuarias o minerometalúrgicas,<br />

y la de los servicios. Y en casi todos los<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 81


países latinoamericanos las actividades primarias y de<br />

servicios aumentaron su participación en el PIB. La<br />

abundancia relativa de divisas que generaron las primeras<br />

produjo la llamada “enfermedad holandesa,” una revaluación<br />

sustancial de la tasa de cambio al ajustarse a la<br />

productividad de dichas actividades por encima de las de<br />

las manufacturas (Ver Recuadro 2 sobre la enfermedad<br />

holandesa).<br />

TABLA 1: Aranceles e importaciones: Resumen y rango de tasas (en %)<br />

Resumen Año Total Agricultura Sin Agricultura<br />

Brasil<br />

Promedio simple, límite superior - 31,4 35,5 30,8<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 12,2 10,3 12,5<br />

Promedio ponderado por comercio 2006 8,7 12,2 8,5<br />

Argentina 31.9 32.6 31.8<br />

Promedio simple, límite superior 12.0 10.2 12.2<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 12.3 10.0 12.4<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Chile 25.1 26.0 25.0<br />

Promedio simple, límite superior 6.0 6.0 6.0<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 6.0 6.0 6.0<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Colombia 42.9 91.9 35.4.<br />

Promedio simple, límite superior 12.5 16.6 11.8<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 11.8 18.7 11.1<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

México 36.1 44.1 34.9<br />

Promedio simple, límite superior 12.6 22.1 11.2<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 11.1 39.8 9.1<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Perú 30.1 30.8 30.0<br />

Promedio simple, límite superior 10.2 13.6 9.7<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 6.9 10.5 6.4<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

China 10.0 15.8 9.1<br />

Promedio simple, límite superior 9.9 15.8 9.0<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 5.0 16.0 4.6<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Federación Rusa<br />

Promedio simple, límite superior 11.0 14.6 10.5<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 11.8 24.2 9.4<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Estados Unidos 3.5 5.0 3.3<br />

Promedio simple, límite superior 3.5 5.5 3.2<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 2.1 5.3 2.0<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Communidades Europeas 5.4 15.1 3.9<br />

Promedio simple, límite superior 5.2 15.0 3.8<br />

Promedio simple aplicado para manufacturas 2007 3.0 11.8 2.4<br />

Promedio ponderado por comercio 2006<br />

Fuente: OMC.<br />

82 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


TABLA 2: ESTRUTURA <strong>DE</strong> LA PRODUCCIÓN (en PORCENTAJE <strong>DE</strong>L PIB NACIONAL)<br />

1970 1980 1990 2000 2005 2006 2007 2008<br />

Argentina<br />

Agricultura 10 6 8 5 9 8 9 ..<br />

Industria 42 41 36 28 36 36 34 ..<br />

Manufactura 32 29 27 18 23 22 21 ..<br />

Minería y otros 10 12 9 10 13 14 13 ..<br />

Servicios 48 52 56 67 55 56 57 ..<br />

Brasil<br />

Agricultura 12 11 8 6 6 5 6 7<br />

Industria 38 44 39 28 29 29 28 28<br />

Manufactura 29 33 .. 17 18 17 17 16<br />

Minería y otros 9 11 .. 11 11 12 11 12<br />

Servicios 49 45 53 67 65 66 66 65<br />

Chile<br />

Agricultura 7 7 9 6 4 4 4 ..<br />

Industria 42 37 41 38 42 47 47 ..<br />

Manufactura 26 22 20 19 16 14 14 ..<br />

Minería y otros 16 15 21 19 26 33 33 ..<br />

Servicios 51 55 50 55 54 49 49 ..<br />

Colombia<br />

Agricultura 26 20 17 10 10 9 9 9<br />

Industria 28 32 38 30 34 35 35 34<br />

Manufactura 21 24 21 15 17 17 18 17<br />

Minería y otros 7 8 17 15 17 18 17 17<br />

Servicios 46 48 45 60 56 55 56 57<br />

México<br />

Agricultura 13 9 8 4 4 4 4 4<br />

Industria 32 34 28 28 34 36 36 37<br />

Manufactura 23 22 21 20 18 19 19 19<br />

Minería y otros 9 12 7 8 16 17 17 18<br />

Servicios 55 57 64 68 62 61 60 59<br />

Perú<br />

Agricultura 19 .. 9 8 7 7 7 7<br />

Industria 32 .. 27 30 34 37 37 38<br />

Manufactura 20 .. 18 16 16 16 16 16<br />

Minería y otros 12 .. 9 14 18 21 21 22<br />

Servicios 50 .. 64 62 58 56 56 55<br />

Venezuela<br />

Agricultura 6 5 5 4 4 .. .. ..<br />

Industria 39 46 61 50 58 .. .. ..<br />

Manufactura 16 16 15 20 16 .. .. ..<br />

Minería y otros 23 30 46 30 42 .. .. ..<br />

Servicios 55 49 34 46 38 .. .. ..<br />

América Latina y el Caribe<br />

Agricultura 13 10 9 6 6 6 6 6<br />

Industria 36 39 36 30 34 33 33 32<br />

Manufactura 26 27 .. 18 19 18 18 17<br />

Minería y otros 10 12 .. 12 15 15 15 15<br />

Servicios 51 51 55 65 60 61 61 61<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 83


Recuadro 1<br />

Las estrategias económicas en América Latina<br />

La estrategia de sustitución de importaciones, que se desarrolló al amparo de lo que podría llamarse el Consenso<br />

de la CEPAL, por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas que la impulsó,<br />

incluía políticas de:<br />

1) Protección de la producción local manufacturera de las importaciones competitivas, a partir de barreras<br />

cuantitativas y cualitativas (aranceles aduaneros, cuotas y otras restricciones al comercio internacional,<br />

respectivamente), con lo que la producción de manufacturas creció aceleradamente hasta llegar a representar<br />

una parte sustancial del PIB nacional;<br />

2) Expansión del Estado a partir de la inversión pública para el desarrollo de la infraestructura económica<br />

requerida por el país y del gasto público para la expansión de la educación y la salud públicas para cubrir a la<br />

mayoría de la población del país; así como<br />

3) Expansión de empresas públicas, en la concepción de que el tamaño de determinadas inversiones superaba<br />

las capacidades financieras y organizativas del sector privado nacional y la reserva para el Estado de otras<br />

actividades, bajo el concepto de “industria estratégica,” sea por su pretendida importancia para el desarrollo<br />

económico y social o por su carácter de monopolio natural que implicaba ganancias no competitivas que<br />

debían controlarse y trasladarse a la mayoría de la sociedad;<br />

4) Controles eventuales de precios para evitar abusos de los oligopolios que emergieran del proceso de protección<br />

sustitutiva;<br />

5) Y en casi todos los países grandes, con la excepción de Colombia, reforma agraria con la finalidad de<br />

incrementar la productividad de la producción agropecuaria, a cargo hasta ese entonces de grandes<br />

latifundios, a fin de garantizar un nivel alimentario adecuado a una población urbana creciente por el proceso<br />

de desarrollo de las manufacturas.<br />

De alguna manera, dicha estrategia era la lectura latinoamericana de las políticas keynesianas de expansión de la<br />

presencia del Estado en la economía, tanto en términos fiscales y monetarios como de regulación de los mercados.<br />

Las políticas keynesianas habían emergido para salvar el capitalismo mundial jaqueado por la Gran Depresión de<br />

los años treinta del siglo XX. Dichas políticas se reforzaron durante y después de la segunda guerra mundial, tanto<br />

para expandir la economía estadounidense como para reconstruir la europea destruida por la guerra. En este último<br />

caso, la intervención masiva de los estados con financiamiento estadounidense se dio a través del llamado Plan<br />

Marshall.<br />

Pero a principios de los años ochenta, probablemente por los excesos del Keynesianismo y las ineficiencias que lo<br />

acompañaron, ocurrió un cambio de liderazgo en los Estados Unidos y Europa. Arrancó con la elección en 1979 de<br />

Margaret Thatcher en el Reino Unido y en 1981 de Ronald Reagan en Estados Unidos. Significó el comienzo de la<br />

dominación neo-conservadora en el mundo, llamada neo-liberal en América Latina. Fue el establecimiento de una<br />

nueva era en términos ideológicos, teóricos, de política y gestión económica.<br />

En lo político se tradujo en la preeminencia de las ideas conservadoras en las relaciones sociales, la preeminencia<br />

de la seguridad sobre la libertad, reforzada más adelante con la magnificación de los ataques terroristas, el<br />

refuerzo del individualismo sobre la solidaridad social y el consecuente desmantelamiento del Estado de Bienestar.<br />

En lo académico significó la preeminencia de las corrientes monetaristas, de la “nueva economía clásica” y del libre<br />

mercado en las escuelas estadounidenses y europeas y, por extensión, en todo el mundo, que justificaron y dieron<br />

sustento ideológico a los primeros.<br />

En América Latina se tradujo en el llamado Consenso de Washington que orientó una estrategia económica basada<br />

en:<br />

1) La apertura y liberalización de los mercados de bienes y servicios y de las cuentas corriente y de capital de la<br />

balanza de pagos; que significó la eliminación de barreras cuantitativas y cualitativas al comercio exterior;<br />

2) La disminución de la intervención directa del Estado en la economía y el desmantelamiento del Estado de<br />

Bienestar; que implicó la reducción de impuestos a los mayores contribuyentes, sea por la vía de la reducción<br />

de tasas o por la concesión de excepciones tributarias selectivas, y la privatización general de activos estatales<br />

(como la electricidad, el agua y el alcantarillado y las comunicaciones) y de servicios sociales (educación, salud<br />

y la red social de seguridad);<br />

3) El establecimiento de instituciones económicas para reforzar la participación predominante del sector privado<br />

en la economía; que significó la organización de bancos centrales autónomos y fondos de jubilación privados,<br />

y el establecimiento de mecanismos regulatorios para los servicios públicos, educación, salud y financiación<br />

privatizados, orientados a la estabilidad del sistema y no a la promoción de la competencia en los mercados.<br />

84 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 2<br />

Producción primaria y tasa de cambio: la enfermedad holandesa<br />

Al reforzarse las actividades primarias transables no sólo aumentaron su participación en el PIB si no que al ser la<br />

principal fuente de divisas internacionales su abundancia relativa produjo una revaluación cambiaria compatible<br />

con el nivel de productividad de dichas actividades. Tal revaluación redujo más aún la protección a la producción<br />

manufacturera y con ello aumentaron las importaciones competitivas y redujeron sus exportaciones y su<br />

producción.<br />

Tal es la llamada “enfermedad holandesa” que recibe su nombre por haber sido observada y documentada por<br />

primera vez en los Países Bajos. Cuando se descubrió gas y petróleo en el Mar del Norte y se comenzó a producirlo<br />

y a exportarlo, los países nórdicos, en particular Holanda y Noruega, se vieron inundados de moneda extranjera.<br />

El caso es que los productores holandeses de lácteos, los más afamados y más eficientes del mundo, quedaron al<br />

poco tiempo fuera de competencia; la revaluación cambiaria originada en el exceso de moneda extranjera más que<br />

contrarrestó su elevada productividad eliminando su competitividad.<br />

En general, en presencia de abundancia de divisas producto de la exportación de un recurso natural, llámese<br />

petróleo, minerales o soya (o “imagen de pobreza” en los países más pobres que, igualmente, da origen a un<br />

flujo relativamente elevado de donaciones y créditos preferenciales), la tasa de cambio tiende a revaluarse al nivel<br />

correspondiente a la actividad económica de mayor productividad. Con ello quedan fuera de competitividad los<br />

otros sectores transables que pueden también tener una elevada productividad.<br />

Las consecuencias son graves. Sin duda, se puede tener una elevada productividad, consecuencia de una moderna<br />

tecnología, y aún así no ser competitivo, por qué a pesar de emplear muy eficientemente factores e insumos, la<br />

combinación de costos de esos factores e insumos puede generar unos costos totales unitarios del producto por<br />

encima del precio al cual el mismo puede venderse en el mercado.<br />

La solución para evitar esa revaluación cambiaria es aparente: modular el ingreso de divisas de acuerdo a las<br />

necesidades de la economía y el mantenimiento de la tasa de cambio real. Varias son las formas. Los noruegos<br />

crearon a fines de los años setenta un fondo petrolero, hoy fondo de pensiones, que funciona hasta la fecha<br />

acumulando los excedentes de divisas. En Japón, China y Corea el Banco Central acumula reservas para el mismo<br />

propósito interviniendo en el mercado cambiario.<br />

IV. Apertura y comercio<br />

exterior<br />

La apertura hizo que las importaciones crecieran en<br />

el mundo; ciertamente, en forma más rápida durante los<br />

últimos años como consecuencia del boom internacional,<br />

como se muestra en la tabla adjunta. Para mencionar dos<br />

ejemplos, mientras que la tasa de crecimiento promedio<br />

anual de la importaciones de bienes en la Argentina entre<br />

1989 y 2008 fue de 14.8%, entre 2007 y 2008 creció<br />

28.4%; y en Chile las tasas de crecimiento fueron de 12% y<br />

31.3%, respectivamente.<br />

Consecuentemente con el aumento de las importaciones<br />

de los países desarrollados aumentaron también las<br />

exportaciones de los países en desarrollo. Sin embargo, en<br />

América Latina crecieron menos que sus exportaciones.<br />

Lo opuesto ocurrió en China y Rusia que exportan<br />

fundamentalmente manufacturas. Así, nuevamente para<br />

mencionar los dos ejemplos anteriores, entre 1989 y 2008<br />

las exportaciones de bienes en Argentina crecieron 11%<br />

mientras que entre 2007-2008 crecieron 25.5% y en Chile<br />

crecieron 11.7% y -1.8%.<br />

En consonancia con la estructura productiva vigente,<br />

como se muestra en la tabla adjunta, hasta mediados de los<br />

80 las importaciones de manufacturas en América Latina<br />

decrecieron como proporción del total de importaciones y<br />

a partir de entonces aumentaron. También en consonancia,<br />

las exportaciones primarias crecieron o mantuvieron niveles<br />

elevados como proporción del total de exportaciones.<br />

Algunos países (Argentina, Brasil, Colombia) aprovecharon<br />

las ventajas de la integración con sus vecinos y las<br />

exportaciones de manufacturas también crecieron como<br />

porcentaje de las exportaciones totales.<br />

De tal manera, el comercio internacional en América<br />

Latina y el Caribe creció notablemente respecto al PIB<br />

nacional: pasó de representar 20% del PIB en 1970 a 32%<br />

en 1990 y a 47% en 2008. En Argentina, entre los mismos<br />

años, el comercio pasó de 10% a 45% (2007), en Chile de<br />

29% a 80%, en México de 17% a 59% y en Perú de 34%<br />

a 56%. Por cierto, Colombia parece ser la excepción, pues<br />

entre los mismos años el comercio internacional aumentó<br />

relativamente poco como proporción del PIB; pasó de 30%<br />

a 36%.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 85


TABLA 3: Importaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones)<br />

Reporter Partner 1989 2008 2008-1989 2008-1994 2008-1999 2008-2004 2008-2007<br />

Argentina World 4,203 57,423 14.8% 7.3 9.4 26.5 28.4<br />

Brazil World 19,875 182,408 12.4% 12.3% 15.0% 28.7% 44.1%<br />

Chile World 7,144 61,903 12.0% 12.6% 16.2% 25.7% 31.3%<br />

Colombia World 5,004 39,669 11.5% 9.0% 15.7% 24.1% 20.6%<br />

México World 36,4 323,151 12.2% 10.2% 9.2% 11.9% 9.5%<br />

Perú World 2,009 29,981 15.2% 12.7% 17.9% 31.3% 46.3%<br />

China World 59,142 1,132,488 16.8% 17.7% 23.8% 19.1% 18.4<br />

Russian Federation World 291,861 13.3% 24.9% 31.6% 30.6%<br />

United States World 492,922 2,169,487 8.1% 8.5% 8.3% 9.2% 7.4%<br />

European Union (27) World 6,255,765 11.1% 12.9% 11.7%<br />

World World 3,201,000 16,422,000 9.0% 9.8% 12.0% 14.5% 15.1%<br />

Fuente: OMC.<br />

TABLA 4: exportaciones totales de mercancías en USD a precios corrientes (Millones)<br />

Reporter Partner 1989 2008 2008-1989 2008-1994 2008-1999 2008-2004 2008-2007<br />

Argentina World 9,579 70,023 11.0% 11.3% 13.0% 19.3% 25.5%<br />

Brazil World 34,383 197,942 9.7% 11.4% 17.0% 19.6% 23.3%<br />

Chile World 8,08 66,456 11.7% 13.3% 16.2% 19.6% -1,8%<br />

Colombia World 5,717 37,626 10.4% 11.3% 14.0% 23.4% 25.5%<br />

México World 35,171 291,729 11.8% 11.8% 8.8% 11.6% 7.3%<br />

Perú World 3,488 31,529 12.3% 14.8% 20.0% 25.3% 13.1%<br />

China World 52,538 1,428,332 19.0% 19.3% 24.8% 24.6% 17.2%<br />

Russian Federation World 471,603 14.9% 22.5% 26.7% 33.1%<br />

United States World 363,812 1,287,442 6.9% 6.8% 7.1% 12.1% 12.1%<br />

European Union (27) World 5,898,440 10.7% 11.9% 10.5%<br />

World World 3,098,000 16,070,000 9.1% 9.8% 12.2% 14.9% 14.9%<br />

Fuente: OMC.<br />

tabla 5: Comercio internacional (en porcentaje del PIB nacional)<br />

1970 1980 1990 2000 2005 2006 2007 2008<br />

Argentina 10 12 15 22 44 44 45 ..<br />

Brasil 14 20 15 22 27 26 26 29<br />

Chile 29 50 65 61 74 76 80 ..<br />

Colombia 30 32 35 36 38 40 38 36<br />

México 17 24 38 64 56 57 58 59<br />

Perú 34 42 30 34 44 48 51 56<br />

Venezuela 38 51 60 48 60 57 56 56<br />

Am. Latina y Caribe 20 28 32 41 46 46 47 47<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

86 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 6: Importaciones sectoriales (Porcentaje del total de exportaciones de mercaderías)<br />

1970 1980 1990 2000 2007<br />

Argentina<br />

Materias primas agrícolas 9 4 4 1 1<br />

Alimentos 6 6 4 5 4<br />

Hidrocarburos 5 10 8 4 6<br />

Manufacturas 73 77 78 87 85<br />

Minero metalúrgicos 8 3 6 2 3<br />

Brasil<br />

Materias primas agrícolas 2 1 3 2 1<br />

Alimentos 11 10 9 7 5<br />

Hidrocarburos 12 43 27 15 19<br />

Manufacturas 68 41 56 74 64<br />

Minero metalúrgicos 6 5 5 3 5<br />

Chile<br />

Materias primas agrícolas 5 2 2 1 1<br />

Alimentos 15 15 4 7 7<br />

Hidrocarburos 6 18 16 18 26<br />

Manufacturas 72 60 75 71 62<br />

Minero metalúrgicos 2 2 1 1 4<br />

Colombia<br />

Materias primas agrícolas 4 3 4 3 1<br />

Alimentos 8 12 7 12 9<br />

Hidrocarburos 1 12 6 2 3<br />

Manufacturas 83 69 77 81 83<br />

Minero metalúrgicos 4 3 3 2 3<br />

México<br />

Materias primas agrícolas 5 3 4 1 1<br />

Alimentos 7 16 15 5 6<br />

Hidrocarburos 3 2 4 3 7<br />

Manufacturas 81 75 64 86 76<br />

Minero metalúrgicos 4 4 3 2 3<br />

Perú<br />

Materias primas agrícolas 4 3 2 2 2<br />

Alimentos 20 20 24 12 10<br />

Hidrocarburos 2 2 12 16 19<br />

Manufacturas 72 73 61 70 65<br />

Minero metalúrgicos 2 2 1 1 1<br />

Venezuela (2005)<br />

Materias primas agrícolas 3 3 4 2 1<br />

Alimentos 10 14 11 12 10<br />

Hidrocarburos 1 2 3 4 1<br />

Manufacturas 82 79 77 81 87<br />

Minero metalúrgicos 2 2 4 2 1<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 87


tabla 7: Exportaciones sectoriales (PorCENTAJE del total de exportaciones de mercaderías)<br />

1970 1980 1990 2000 2007<br />

Argentina<br />

Materias primas agrícolas 11 6 4 2 1<br />

Alimentos 74 65 56 44 50<br />

Hidrocarburos 0 3 8 18 11<br />

Manufacturas 14 23 29 32 31<br />

Minero metalúrgicos 0 2 2 3 4<br />

Brasil<br />

Materias primas agrícolas 12 4 3 5 4<br />

Alimentos 63 46 28 23 26<br />

Hidrocarburos 1 2 2 2 8<br />

Manufacturas 13 37 52 58 47<br />

Minero metalúrgicos 10 9 14 10 12<br />

Chile<br />

Materias primas agrícolas 3 10 9 11 6<br />

Alimentos 5 15 24 24 15<br />

Hidrocarburos 0 1 1 1 1<br />

Manufacturas 4 9 11 15 10<br />

Minero metalúrgicos 88 64 55 45 65<br />

Colombia<br />

Materias primas agrícolas 6 5 4 5 4<br />

Alimentos 75 72 33 19 15<br />

Hidrocarburos 10 3 37 43 36<br />

Manufacturas 8 20 25 32 39<br />

Minero metalúrgicos 1 0 0 1 2<br />

México<br />

Materias primas agrícolas 9 2 2 1 0<br />

Alimentos 40 12 12 5 5<br />

Hidrocarburos 3 67 38 10 16<br />

Manufacturas 32 12 43 83 72<br />

Minero metalúrgicos 16 6 6 1 3<br />

Perú<br />

Materias primas agrícolas 6 4 3 3 1<br />

Alimentos 44 16 21 25 14<br />

Hidrocarburos 1 21 10 6 9<br />

Manufacturas 1 17 18 17 12<br />

Minero metalúrgicos 48 43 47 33 49<br />

Venezuela (2006)<br />

Materias primas agrícolas 0 0 0 0 0<br />

Alimentos 2 0 2 1 0<br />

Hidrocarburos 91 94 80 86 93<br />

Manufacturas 1 2 10 9 5<br />

Minero metalúrgicos 6 4 7 3 2<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

88 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


V. Estructura económica,<br />

rol de ciudades y<br />

urbanización<br />

La modificación de la estructura productiva de los<br />

países Latinoamericanos modificó la naturaleza económica<br />

de sus ciudades. Como la participación de la manufacturas<br />

en el PIB decreció notablemente y creció la de los primarios<br />

(minería e hidrocarburos) y la de los servicios, y los primarios<br />

se localizan fuera de las ciudades y los servicios en las<br />

ciudades, las ciudades dejaron de ser centros industriales<br />

para ser centros de servicios. Y, así, la población urbana<br />

siguió creciendo, impulsada primero por el crecimiento de<br />

la manufactura y luego por la de los servicios.<br />

Tabla 8: Población en América Latina<br />

(en Millones)<br />

1970 1990 2008<br />

Argentina 24.0 32.6 39.9<br />

Brasil 96.0 149.6 192.0<br />

Chile 9.6 13.2 16.8<br />

Colombia 22.2 33.2 44.5<br />

México 50.6 83.2 106.4<br />

Perú 13.2 21.8 28.8<br />

Venezuela 10.7 19.8 27.9<br />

AL y Caribe 280.7 435.5 565.3<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

Tabla 9: Población Urbana y rural en América<br />

Latina (en Millones)<br />

URBANA 1970 1990 2008<br />

Argentina 78.8% 86.8% 92.0%<br />

Brasil 55.8% 74.8% 85.6%<br />

Chile 75.0% 83.3% 88.1%<br />

Colombia 55.0% 68.1% 74.6%<br />

México 59.1% 71.4% 77.2%<br />

Perú 57.6% 68.8% 71.5%<br />

Venezuela 72.0% 83.8% 93.5%<br />

AL y Caribe 57.1% 70.8% 78.6%<br />

RURAL 1970 1990 2008<br />

Argentina 21.3% 12.9% 8.0%<br />

Brasil 44.2% 25.2% 14.4%<br />

Chile 25.0% 16.7% 11.3%<br />

Colombia 45.5% 31.6% 25.6%<br />

México 40.9% 28.6% 22.7%<br />

Perú 42.4% 31.2% 28.5%<br />

Venezuela 28.0% 15.7% 6.8%<br />

AL y Caribe 42.9% 29.2% 21.4%<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

De tal modo, en los últimos 28 años América Latina<br />

se hizo largamente urbana; en un contexto en el que su<br />

población total se duplicó pues pasó de 280 millones de<br />

personas en 1970 a 565 millones en 2008.<br />

Como muestra la tabla adjunta, Venezuela (93.5% de<br />

la población total), Argentina (92%), Chile (88.1%) y<br />

Brasil (85.6%) se hicieron casi totalmente urbanos y los<br />

otros países grandes alcanzaron también tasas elevadas de<br />

población urbana. En resumen, la población total creció<br />

pero la población de las ciudades creció más rápidamente.<br />

VI. América Latina y<br />

sus conglomerados<br />

poblaciónales y<br />

económicos comparados<br />

En ese contexto económico, las principales ciudades<br />

latinoamericanas, particularmente las capitales al concentrar<br />

también los servicios administrativos del Estado<br />

nacional, se convirtieron en grandes conglomerados poblacionales<br />

y económicos, entre los más grandes del mundo.<br />

Tabla 10: Ciudades y áreas urbanas con mayor<br />

población (2006)<br />

Orden<br />

Ciudad / Área<br />

urbana<br />

País<br />

Población<br />

en millones<br />

1 Tokio Japón 35.53<br />

2 Ciudad de México México 19.24<br />

3 Mumbai (Bombay) India 18.84<br />

4 Nueva York EE.UU. 18.65<br />

5 São Paulo Brasil 18.61<br />

6 Delhi India 16.00<br />

7 Calcuta India 14.57<br />

8 Yakarta Indonesia 13.67<br />

9 Buenos Aires Argentina 13.52<br />

15 Río de Janeiro Brasil 11.62<br />

26 Lima Perú 8.35<br />

27 Bogotá Colombia 7.80<br />

41 Santiago Chile 5.70<br />

43 Belo Horizonte Brasil 5.45<br />

69 Guadalajara México 3.95<br />

72 Porto Alegre Brasil 3.86<br />

79 Recife Brasil 3.59<br />

80 Monterrey México 3.58<br />

85 Brasilia Brasil 3.48<br />

88 Salvador Brasil 3.41<br />

92 Fortaleza Brasil 3.35<br />

93 Medellín Colombia 3.33<br />

96 Caracas Venezuela 3.30<br />

Fuente: www.citymayors.com<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 89


Tabla 11: Ciudades y áreas urbanas más<br />

grandes economicamente (2005)<br />

Orden<br />

Ciudad / Área<br />

urbana<br />

País<br />

PIB<br />

(USD Bn)<br />

1 Tokio Japón 1.191<br />

2 Nueva York EE.UU. 1.133<br />

3 Los Angeles EE.UU. 639<br />

4 Chicago EE.UU. 460<br />

5 París Francia 460<br />

6 Londres Reino Unido 452<br />

7 Osaka/Kobe Japón 341<br />

8 Ciudad de México México 315<br />

13 Buenos Aires Argentina 245<br />

19 São Paulo Brasil 225<br />

30 Río de Janeiro Brasil 141<br />

32 Shanghái China 139<br />

53 Santiago Chile 91<br />

58 Bogotá Colombia 86<br />

74 Lima Perú 67<br />

123 Caracas Venzuela 28<br />

Fuente: City Mayors Statistics.<br />

Así, el área metropolitana de la ciudad de México tenía<br />

en 2006 la segunda concentración poblaciónal más grande<br />

del mundo con 19.2 millones de personas después de la<br />

ciudad de Tokio (35.5 millones), São Paulo (18.6 millones)<br />

la quinta y Buenos Aires (13.5 millones) la novena. Más<br />

aún, ciudades que se supondría son más pequeñas como<br />

Lima (8.3 millones) y Bogotá (7.8 millones) tenían la 26 y<br />

27avas más grandes concentraciones de población.<br />

Tal concentración de actividad económica y de<br />

población se tradujo en conglomerados económicos que<br />

superan en dimensión a muchos países. Como muestra<br />

la tabla adjunta, el área urbana de la ciudad de México<br />

tenía en 2005 el octavo PIB más grande del mundo, con<br />

una producción de valor agregado de 315 mil millones<br />

de US dólares, Buenos Aires el décimo tercero con 245<br />

mil millones y São Paulo el décimo noveno con 225 mil<br />

millones. Ciertamente, el menor desarrollo relativo de los<br />

países hace que la dimensión económica no acompañe<br />

pari passu a la dimensión poblaciónal en todos los casos.<br />

Así, ciudades como Bogotá con 86 mil millones de valor<br />

agregado y Lima con 67 mil millones ocupan los puestos 58<br />

y 74, respectivamente, como conglomerados económicos en<br />

el mundo.<br />

Por su parte, el tipo de crecimiento económico, que<br />

produjo ciudades con gran población y producción de valor<br />

agregado, en presencia de pocas áreas para expandirse, por<br />

razones geográficas o políticas (por ejemplo, latifundios<br />

rodeando ciudades sin ser afectados por una reforma<br />

agraria), produjo ciudades con una gran densidad<br />

poblaciónal. Muchas de ellas están en América latina. Los<br />

casos más notables son Bogotá (puesto 9) y Lima (puesto<br />

11) que son las ciudades con mayor densidad poblaciónal<br />

por kilómetro cuadrado en América Latina.<br />

Tal situación en ausencia de una infraestructura<br />

adecuada y una buena malla vial y mecanismos de<br />

transporte masivos (metro), como en los casos de Bogotá<br />

y Lima, produce obvios problemas de movilidad y<br />

congestión vehicular que se traducen en mayor tiempo de<br />

desplazamiento y menor productividad.<br />

La causa de dicha congestión vehicular no pareciera ser<br />

consecuencia de un exceso de vehículos. De hecho, según<br />

los últimos datos disponibles del Banco Mundial como se<br />

muestra en la tabla adjunta, la cantidad de automóviles de<br />

pasajeros en Colombia (37 automóviles por 1,000 personas)<br />

y Perú (30) se encuentra muy por debajo de la existente<br />

en países como Argentina (146), Brasil (136) o Chile (97)<br />

y, por supuesto muy por debajo de Estados Unidos (461)<br />

y Corea (240) que tienen niveles de congestión mucho<br />

menores en sus grandes ciudades.<br />

Y el tipo de industrialización primero y de desarrollo<br />

de los servicios después en las grandes ciudades, con poco<br />

eslabonamiento con el resto de las actividades económicas,<br />

concentró la producción y la población en pocas ciudades<br />

en casi todos los países grandes de América Latina. La<br />

excepción parece ser Brasil cuya población (192 millones de<br />

personas), mucho más numerosa que las de los otros países,<br />

se concentra en un 27.8% en 8 ciudades.<br />

Tabla 12: Automóviles de pasajeros por mil personas<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />

Argentina 146 146 .. .. .. .. .. ..<br />

Brasil 234 .. .. 131 136 .. .. .. ..<br />

Chile 86 87 87 88 .. 91 97 .. ..<br />

Colombia 44 .. .. .. .. 35 37 .. ..<br />

México 107 .. 128 137 131 137 147 .. ..<br />

Perú 28 28 29 30 30 .. .. .. ..<br />

Venezuela 55 55 83 85 94 .. .. .. ..<br />

Estados Unidos 473 482 .. 467 465 461 .. .. ..<br />

China 7 .. 8 10 12 15 18 .. ..<br />

Corea del Sur 172 188 205 215 221 230 240 .. ..<br />

Fuente: World Development Indicators.<br />

90 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 13: Ciudades con mayor densidad de población<br />

Ciudad País Población Área (en km2) Densidad (población<br />

por km2)<br />

1 Mumbai (Bombay) India 14,350,000 484 29,650<br />

2 Calcuta India 12,700,000 531 23,900<br />

3 Karachi Pakistán 9,800,000 518 18,900<br />

4 Lagos Nigeria 13,400,000 738 18,150<br />

5 Shenzhen China 8,000,000 466 17,150<br />

6 Seúl/Inchon Corea del Sur 17,500,000 1,049 16,700<br />

7 Taipéi Taiwán 5,700,000 376 15,200<br />

8 Chennai India 5,960,000 414 14,350<br />

9 Bogotá Colombia 7,000,000 518 13,500<br />

10 Shanghái China 10,000,000 746 13,400<br />

11 Lima Perú 7,000,000 596 11,750<br />

27 Ciudad de México 17,400,000 2,072 8,400<br />

28 Santiago Chile 5,425,000 648 8,400<br />

35 Río de Janeiro Brasil 10,800,000 1,58 6,850<br />

36 Monterrey México 3,200,000 479 6,700<br />

39 Guadalajara México 3,500,000 596 5,900<br />

46 Buenos Aires Argentina 11,200,000 2,266 4,950<br />

49 Porto Alegre Brasil 2,800,000 583 4,800<br />

51 Belo Horizonte Brasil 4,000,000 868 4,600<br />

52 Fortaleza Brasil 2,650,000 583 4,550<br />

63 Curitiba Brasil 2,500,000 648 3,850<br />

67 Campinas Brasil 1,750,000 492 3,550<br />

75 Quito Ecuador 1,500,000 479 3,150<br />

77 Goiania Brasil 1,475,000 479 3,100<br />

86 Brasilia Brasil 1,625,000 583 2,800<br />

107 San José EE.UU. 1,538,000 674 2,300<br />

114 Nueva York EE.UU. 17,800,000 8,683 2,050<br />

Fuente: City Mayors Statistics.<br />

tabla 14: Concentración poblaciónal en<br />

ciudades principales<br />

País<br />

Población<br />

total<br />

N o de ciudades<br />

con más<br />

de 3 millones<br />

Porcentaje<br />

sobre el<br />

total<br />

Argentina 39.9 1 33.9%<br />

Brasil 192.0 8 27.8%<br />

Chile 16.8 1 33.9%<br />

Colombia 44.5 2 25.0%<br />

México 106.4 3 25.2%<br />

Perú 28.8 1 29.0%<br />

Venezuela 27.9 1 11.8%<br />

Fuente: City Mayors Statistics.<br />

VII. PIB per cápita, salarios,<br />

ingreso real y pobreza<br />

La concentración económica en actividades de poco<br />

valor agregado y con poco stock de capital, simultáneamente<br />

a una concentración poblaciónal con poco capital<br />

humano, produjo en las ciudades de América Latina valores<br />

agregados per cápita mucho menores a los de las ciudades<br />

del mundo desarrollado. Así, mientras que en New York,<br />

el PIB per cápita en 2006 fue de 60,751 US dólares y en<br />

Tokio fue de 33,521, en Buenos Aires, con el mayor PIB<br />

per cápita de todas las ciudades latinoamericanas, fue de<br />

18,121 US dólares, en México 16,372 y en Santiago de<br />

Chile 15,965, para mencionar a las ciudades con mayores<br />

valores.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 91


Tabla 15: PIB per cápita en ciudades y áreas urbanas más grandes economicamente<br />

Posición Ciudad País PIB (USD Bn, 2006) PIB (USD Bn, 2008) PIB per capta (USD)<br />

1 Tokio Japón 1,191 35.53 33,521<br />

2 Nueva York EE.UU. 1,133 18.65 60,751<br />

3 Los Angeles EE.UU. 639 12.22 52,291<br />

4 Chicago EE.UU. 460 8.80 52,273<br />

5 París Francia 460 9.89 46,512<br />

6 Londres Reino Unido 452 7.61 59,396<br />

7 Osaka/Kobe Japón 341 11.32 30,124<br />

8 Ciudad de México 315 19.24 16,124<br />

13 Buenos Aires Argentina 245 13.52 18,121<br />

19 São Paulo Brasil 225 18.61 12,09<br />

30 Río de Janeiro Brasil 141 11.62 12,134<br />

32 Shanghai China 139 12.63 11,006<br />

53 Santiago Chile 91 5.70 15,965<br />

58 Bogotá Colombia 86 7.80 11,026<br />

74 Lima Perú 67 8.35 8,024<br />

123 Caracas Venezuela 28 3.30 8,485<br />

Fuente: City Mayors Statistics.<br />

Ciertamente ello se traduce en salarios bajos que son<br />

consecuencia de una baja productividad así como de<br />

demandas laborales insuficientes derivadas de actividades<br />

económicas relativamente reducidas a las ofertas. Ello refleja<br />

diferentes condiciones en cada mercado laboral sectorial, en<br />

cada ciudad.<br />

Así, los salarios en las ciudades latinoamericanas son<br />

mucho menores a los que se pagan (brutos) y se cobran<br />

(netos, descontados impuestos y contribuciones sociales) en<br />

las ciudades del mundo desarrollado. Según el Banco UBS,<br />

en marzo de 2009 mientras que el salario bruto promedio<br />

que se pagaba en New York era 26.1 US dólares por hora,<br />

Tabla 16: Salarios (marzo 2009)<br />

Ciudad / área urbana Bruto USD / hora Neto* USD / hora Índice ingreso bruto Índice ingreso neto Horas de trabajo/año<br />

Tokio 19.4 15.7 74.3 82.6 1,997<br />

Nueva York 26.1 19.0 100.0 100.0 1,955<br />

Los Angeles 23.9 17.4 91.6 91.6 1,928<br />

Chicago 21.1 14.9 80.8 78.4 1,825<br />

París 18.0 13.3 69.0 70.0 1,594<br />

Londres 18.0 13.9 69.0 73.2 1,762<br />

Shanghai 3.9 3.0 14.9 15.8 1,946<br />

Ciudad de México 2.1 1.8 8.0 9.5 2,26<br />

Buenos Aires 4.1 3.3 15.7 17.4 2,033<br />

São Paulo 6.4 5.4 24.5 28.4 1,802<br />

Río de Janeiro 5.6 4.3 21.5 22.6 1,847<br />

Santiago 3.8 3.1 14.6 16.3 2,195<br />

Bogotá 3.9 3.4 14.9 17.9 1,756<br />

Lima 3.9 3.0 14.9 16.3 1,963<br />

Caracas 5.2 4.8 19.9 15.3 1,744<br />

Fuente: City Mayors Statistics. *Ingreso bruto descontados impuestos y contribuiciones a seguridad social.<br />

92 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


en Tokio era 19.4, en México 2.1, en Buenos Aires 4.1 y en<br />

São Paulo 6.4, como muestra la tabla adjunta.<br />

Ciertamente, salarios bajos significan ingresos anuales<br />

bajos. En general, como muestra la tabla adjunta, los<br />

ingresos brutos anuales son mucho mayores en las ciudades<br />

de los países desarrollados que en las latinoamericanas,<br />

aunque difieren grandemente incluso dentro del mismo<br />

país y entre diferentes actividades laborales. En marzo de<br />

2009, según el UBS, un trabajador de construcción ganaba<br />

en New York 51,400 US dólares anuales, en Los Ángeles<br />

ganaba 37,800, y en México ganaba 1,700 dólares, en<br />

Buenos Aires 5,800 y en São Paulo 4,700.<br />

tabla 17: Ingresos brutos anuales (en USD, marzo 2009)<br />

Ciudad / Área urbana mecánico US$ trabajador<br />

construcción<br />

USD<br />

trabajador<br />

industrial USD<br />

ingeniero US$<br />

gerente<br />

producción<br />

USD<br />

profesor<br />

primaria USD<br />

empleado<br />

bancario USD<br />

Tokio 40,900 38,600 48,500 59,800 68,200 52,800 53,600<br />

Nueva York 40,700 51,400 74,400 87,700 105,800 68,900 60,000<br />

Los Angeles 39,100 37,800 55,300 80,800 109,700 55,600 39,200<br />

Chicago 39,200 38,700 51,000 77,000 81,700 52,300 38,200<br />

París 25,800 22,700 33,600 57,400 64,700 35,800 85,400<br />

Londres 31,200 23,000 46,000 54,900 57,000 45,600 35,300<br />

Shanghai 7,500 5,400 7,600 14,000 22,000 8,400 14,500<br />

Ciudad de México 2,600 1,700 3,100 16,200 17,000 5,500 6,700<br />

Buenos Aires 8,100 5,800 8,600 17,800 15,400 8,900 18,600<br />

São Paulo 10,900 4,700 21,600 28,500 45,200 8,200 15,700<br />

Río de Janeiro 7,100 4,800 21,100 31,600 44,700 9,800 10,900<br />

Santiago 8,500 4,700 8,800 22,700 28,500 10,900 20,300<br />

Bogotá 7,100 5,000 6,800 14,800 44,700 7,200 13,300<br />

Lima 6,900 6,400 10,600 21,600 73,100 5,400 11,400<br />

Caracas 10,600 6,300 10,500 20,700 20,900 7,800 13,100<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

tabla 18: Poder de compra y tiempo de trabajo recuerido para comprar (Marzo 2009)<br />

Ciudad / Área urbana<br />

Ingreso Anual<br />

Neto Real<br />

1 Big Mac<br />

en minutos<br />

1 Kg pan<br />

en minutos<br />

1 Kg de arroz<br />

en minutos<br />

Tokio 82.2 12 15 21 12.0<br />

Nueva York 100.0 14 12 8 9.0<br />

Los Angeles 101.0 13 18 11 9.5<br />

Chicago 88.8 12 22 9 11.5<br />

París 61.3 20 22 20 15.0<br />

Londres 76.9 13 10 8 11.0<br />

Shanghai 24.7 30 53 41 56.5<br />

Ciudad de México 23.6 129 77 41 95.0<br />

Buenos Aires 34.4 57 36 34 99.0<br />

São Paulo 41.2 40 26 15 46.5<br />

Río de Janeiro 36.2 51 34 12 56.0<br />

Santiago 36.0 69 37 36 69.5<br />

Bogotá 33.7 58 36 21 62.5<br />

Lima 32.4 58 31 23 83.5<br />

Caracas 23.3 126 70 14 97.0<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

1 Ipod nano<br />

en horas<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 93


Es muy difícil que productividades distintas puedan<br />

explicar tanta diferencia en ingresos; más aún es probable<br />

que esas productividades sean muy similares (muchos<br />

trabajadores de la construcción en Estados Unidos<br />

provienen de las ciudades latinoamericanas). Lo más<br />

probable es que las condiciones de la demanda en los<br />

mercados laborales sean las que generen esas diferencias.<br />

Las demandas laborales dependen de los niveles de actividad<br />

de los sectores en donde se originan y éstos están condicionados<br />

por los ingresos y siendo los ingresos menores<br />

en las ciudades latinoamericanas, las demandas serán más<br />

reducidas frente a ofertas abundantes de servicios laborales.<br />

Por cierto, ingresos nominales reducidos se traducen en<br />

ingresos reales reducidos y, por lo tanto, en menor poder<br />

de compra. Como se aprecia en la tabla adjunta, en las<br />

ciudades de América Latina el ingreso real es un tercio o un<br />

cuarto del ingreso real que se obtiene en las ciudades de los<br />

países desarrollados. Los menores ingresos reales se logran<br />

Tabla 19: Pobreza e indigencia(porcentaje total de la población en cada área geográfica)<br />

Tota área urbana 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006<br />

Brasil<br />

Pobreza 32.9 .. 34.1 .. 35.7 34.4 32.8 29.9<br />

Indigencia 9.3 .. 10.4 .. 11.4 9.7 8.2 6.7<br />

Chile<br />

Pobreza .. 19.7 .. .. 18.5 .. .. 13.9<br />

Indigencia .. 5.1 .. .. 4.4 .. .. 3.2<br />

Colombia<br />

Pobreza 50.6 .. .. 50.6 .. 49.8 45.4 ..<br />

Indigencia 21.9 .. .. 23.7 .. 22.5 18.2 ..<br />

México<br />

Pobreza .. 41.1 .. 39.4 37.0 35.5 31.7 39.4<br />

Indigencia .. 15.2 .. 12.6 11.7 11.7 8.7 12.6<br />

Perú<br />

Pobreza 36.1 .. 42.0 .. 43.1 37.1 36.8 31.2<br />

Indigencia 9.3 .. 9.9 .. 8.6 6.5 6.3 4.9<br />

América Latina<br />

Pobreza 35.9 37.0 38.4 39.0 36.9 34.1 31.1 29.8<br />

Indigencia 11.7 12.2 13.5 13.7 12.0 10.3 8.6 8.1<br />

Tota área rural 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006<br />

Brasil<br />

Pobreza 55.3 .. 55.2 .. 54.5 54.1 53.2 50.1<br />

Indigencia 27.1 .. 28.0 .. 27.5 24.0 22.1 20.5<br />

Chile<br />

Pobreza .. 23.7 .. .. 20.0 .. .. 12.3<br />

Indigencia .. 8.4 .. .. 6.2 .. .. 3.5<br />

Colombia<br />

Pobreza 61.8 .. .. 52.0 .. 54.8 50.5 ..<br />

Indigencia 34.6 .. .. 26.7 .. 28.9 25.6 ..<br />

México<br />

Pobreza .. 54.7 .. 51.2 .. 44.1 47.5 40.1<br />

Indigencia .. 28.5 .. 21.9 .. 19.3 21.7 16.1<br />

Perú<br />

Pobreza 72.5 .. 78.4 .. 76.0 69.8 70.9 69.3<br />

Indigencia 47.3 .. 51.3 .. 45.7 36.8 37.9 37.1<br />

América Latina<br />

Pobreza 63.7 62.5 62.3 61.8 61.1 58.7 58.8 54.4<br />

Indigencia 38.2 37.8 38.0 37.8 36.4 33.1 32.5 29.4<br />

Fuente: CEPAL.<br />

94 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


en Caracas (23.3, siendo 100 el número índice en New<br />

York) y en México (23.6). São Paulo (41.2) es la ciudad<br />

latinoamericana con el ingreso real más elevado, seguida de<br />

Rio de Janeiro (36.2).<br />

Consecuentemente, un trabajador latinoamericano<br />

requiere mucho más tiempo de trabajo para comprar bienes,<br />

en particular manufacturados, que un trabajador en una<br />

ciudad de un país desarrollado. De hecho, mientras que<br />

un trabajador en México requiere 95 horas para adquirir<br />

un Ipod nano y en Buenos Aires 99 horas, en New York<br />

requiere 9 horas y en Tokio 12 horas. Tal ocurre también en<br />

términos de tiempo requerido para comprar alimentos.<br />

Dichos ingresos reales bajos que corresponden a<br />

salarios bajos se asocian a pobreza; o a indigencia para<br />

quienes ni siquiera alcanzan a lograr dichos salarios por<br />

qué, seguramente, se encuentran al margen del mercado<br />

laboral. Así, los niveles de pobreza en América Latina y el<br />

Caribe alcanzaban en promedio en 2006, según cifras de la<br />

CEPAL, al 29.8% de la población y la indigencia al 8.1%.<br />

Pero estas cifras difieren grandemente por países. Mientras<br />

que en 2006 en Brasil la pobreza urbana alcanzaba a 29.9%<br />

de la población, en Chile alcanzaba a 13.9%, en Colombia<br />

al 45.4%, en México al 39.4% y en Perú al 31.2%<br />

Pero es en las ciudades menores y, ciertamente, en las<br />

áreas rurales de América Latina en donde la población es<br />

más pobre. Así la pobreza rural en Brasil en 2006 alcanza<br />

al 50.1% de dicha población, en Colombia al 50.5% en<br />

México al 40.1% y en Perú al 69.3%. Nuevamente, son<br />

las condiciones de la productividad laboral así como de<br />

las demandas laborales dependientes de actividades que<br />

producen bajo valor agregado los responsables de dicha<br />

situación.<br />

La excepción es Chile en donde, en 2006, la pobreza<br />

en las áreas rurales afectaba a una proporción menor<br />

de la población (12.3%) que en las áreas urbanas. Lo<br />

mismo estaría sucediendo en los valles costeros Perúanos<br />

especializados en producto agrícolas con alto precio en el<br />

mercado internacional.<br />

VIII. Gastos y precios<br />

en las ciudades<br />

latinoamericanas<br />

Obviamente, con menores ingresos se gasta mucho<br />

menos en las ciudades latinoamericanas que en las de los<br />

países desarrollados para una misma canasta de bienes y<br />

servicios. De tal modo, ante menores demandas los precios<br />

de alimentos y vestimenta en dichas ciudades son también<br />

menores que en las ciudades de los países desarrollados. Así,<br />

mientras que en Tokio el índice de precios de los alimentos<br />

es 124.7, siendo 100 en New York, en México es 37.9, en<br />

Buenos Aires 44.9 y en Lima 41.8. A su vez, el índice para<br />

la vestimenta es 155.6 en Tokio, 100 en New York y 52.6 en<br />

México, 46.7 en Buenos Aires y 31.9 en Lima.<br />

Pero los precios de los bienes electrónicos y del hogar,<br />

seguramente importados, como se aprecia en la tabla<br />

adjunta son similares entre las ciudades latinoamericanas<br />

y las de los países desarrollados (en algunas ciudades<br />

latinoamericanas son más caros) como consecuencia de<br />

la apertura de los mercados de dichos bienes que hace<br />

que los precios no se definan por las condiciones de<br />

Tabla 20: Gastos y precios de bienes (marzo, 2009)<br />

Ciudad / área<br />

urbana<br />

Gasto total Alimentos Vestimenta Electronicos y de hogar<br />

USD Índice USD Índice Hombres<br />

USD<br />

Mujeres<br />

USD<br />

Índice USD Índice<br />

Tokio 3,027 102.0 712 124.7 1,310 1,440 155.6 4,930 177.0<br />

Nueva York 2,969 100.0 571 100.0 760 1,010 100.0 2,790 100.0<br />

Los Angeles 2,615 88.1 526 92.2 640 990 92.6 2,620 94.0<br />

Chicago 2,433 82.0 552 96.7 670 950 91.9 2,720 97.6<br />

París 2,771 93.3 511 89.5 780 1,070 105.2 3,260 116.8<br />

Londres 2,512 84.6 357 62.6 420 580 56.3 3,170 113.7<br />

Shanghai 1,903 64.1 404 70.9 390 710 62.2 2,510 90.2<br />

Ciudad de México 1,347 45.4 216 37.9 300 630 52.6 2,750 98.6<br />

Buenos Aires 1,497 50.4 256 44.8 310 510 46.7 3,820 137.2<br />

São Paulo 1,879 63.3 295 51.6 340 430 43.7 3,660 131.2<br />

Río de Janeiro 1,770 59.6 269 47.2 310 460 43.7 3,560 127.7<br />

Santiago 1,483 50.0 272 47.6 300 440 42.2 2,480 88.9<br />

Bogotá 1,399 47.1 269 47.1 220 390 34.8 2,440 87.6<br />

Lima 1,500 50.5 238 41.8 220 340 31.9 3,230 115.9<br />

Caracas 2,702 91.0 604 105.9 510 940 82.2 6,400 229.7<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 95


demanda y oferta locales. Para dichos bienes los precios son<br />

determinados básicamente por los precios internacionales<br />

respectivos nacionalizados por la tasa de cambio, los<br />

impuestos arancelarios y a las ventas y los costos financieros<br />

de los importadores.<br />

Por su parte, consecuencia de dichos menores ingresos<br />

reales que implican demandas más reducidas, a pesar de<br />

una oferta de vivienda que se juzga insuficiente, ilustrado<br />

por el tamaño de los déficit cuantitativos de vivienda<br />

en la tabla adjunta (Szalachman, 2000), en las ciudades<br />

de América Latina se paga mucho menos por renta de<br />

apartamento que en las ciudades desarrolladas.<br />

Tabla 21: comparación de déficit cuantitativos<br />

sector urbano (%)<br />

Déficit Bolivia * Colobia Chile Uruguay<br />

Déficit cuantitativo (30) 25.4% 14.3% 6.8%<br />

total<br />

15.5%<br />

Tradicional (15.4%) 22.3% 10.2% 3.6%<br />

Categoria III 15.5% 4.2 4.7% 3.5%<br />

Fuente: CEPAL (adaptado). *Nota: Las cifras para Bolivia corresponden<br />

a estimaciones realizadas en base al Cenco de 1992, ya que por la falta de<br />

información no ha sido posible realizar este cálculo directamente.<br />

Como se muestra en la tabla adjunta, mientras las<br />

renta de un apartamento promedio en estrato bajo en<br />

Tokio es de 1,140 US dólares mensuales y en estrato<br />

alto de 4,720 dólares y en New York es de 2,180 y 9,730<br />

dólares, en México es de 290 y 1,180 dólares, en Buenos<br />

Aires de 410 y 650 dólares y en Lima de 310 y 990 dólares,<br />

respectivamente.<br />

Es interesante notar que la diferencia entre la renta que<br />

se paga en los estratos altos en las ciudades de América<br />

Latina y la que se paga en los países desarrollados es mayor<br />

que la diferencia entre las rentas en los estratos medios y<br />

altos. El caso más notorio es el de Buenos Aires. En dicha<br />

ciudad la renta que se paga en los estratos bajos es 18.8% de<br />

la que se paga en New York, la que se paga en los estratos<br />

medios es 9.6%, mientras la que se paga en los altos es<br />

6.7%.<br />

Sin duda, el costo del alquiler de los apartamentos<br />

refleja en cierta medida el costo del suelo que depende, a<br />

su vez, de su escasez (oferta) y de los ingresos (demanda).<br />

Lo que sugieren las cifras anteriores es que el suelo es<br />

relativamente más caro en los estratos bajos que en los altos,<br />

respecto al precio respectivo en NY.<br />

Finalmente, los pasajes de transporte público, tanto en<br />

términos de bus, metro o taxi, son mucho más baratos en<br />

las ciudades latinoamericanas que en las ciudades de los<br />

países desarrollados.<br />

Mientras en marzo 2009, por un viaje similar, en Tokio<br />

un pasaje en bus o metro costaba 2.05 US dólares y en<br />

New York 2.0 dólares, en México costaba 0.18 dólares, en<br />

Buenos Aires 0.31 dólares y en Bogotá 0.57 dólares. La<br />

ciudad latinoamericana con los pasajes más caros en bus<br />

metro era Rio de Janeiro (1.01 dólares).<br />

Por su parte, mientras que por un viaje similar un taxi<br />

en Tokio costaba 12.28 US dólares y en New York 10.25<br />

dólares, en México costaba 2.3 dólares, en Rio de Janeiro<br />

4.14, en Bogotá 1.30 y en Lima 4.42. La ciudad más cara<br />

en términos de taxi era São Paulo (7.06).<br />

tabla 22: renta apartamentos por estratos*(Marzo 2009)<br />

Ciudad / área urbana<br />

Alto<br />

USD<br />

Medio<br />

USD<br />

Bajo<br />

USD<br />

Alto<br />

USD<br />

Medio<br />

USD<br />

Tokio 4,720 1,790 1,140 48.5 34.3 52.3<br />

Nueva York 9,730 5,220 2,180 100.0 100.0 100.0<br />

Los Angeles 2,990 2,080 1,520 30.7 39.8 69.7<br />

Chicago 4,990 2,990 1,350 51.3 57.3 61.9<br />

París 3,030 2,510 1,370 31.1 48.1 62.8<br />

Londres 2,600 2,140 1,840 26.7 41.0 84.4<br />

Shanghai 2,030 1,230 860 20.9 23.6 39.4<br />

Ciudad de México 1,180 690 290 12.1 13.2 13.3<br />

Buenos Aires 650 500 410 6.7 9.6 18.8<br />

São Paulo 2,050 1,150 690 21.1 22.0 31.7<br />

Río de Janeiro 1,560 930 460 16.0 17.8 21.1<br />

Santiago 1,370 640 410 14.1 12.3 18.8<br />

Bogotá 1,690 990 470 17.4 19.0 21.6<br />

Lima 990 410 310 10.2 7.9 14.2<br />

Caracas 3,050 2,080 1,560 31.3 39.8 71.6<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009. *Apartamentos construidos después de 1980, con 3 cuartos, cocina, taño, sin garage,<br />

administración.<br />

Bajo<br />

USD<br />

96 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 23: Precio del transporte público<br />

(Marzo 2009)<br />

Ciudad / área<br />

urbana<br />

Bus o<br />

metro*<br />

USD<br />

Taxi**<br />

USD<br />

Índice<br />

bus o<br />

metro<br />

Índice<br />

taxi<br />

Tokio 2.05 12.28 102.5 119.8<br />

Nueva York 2.00 10.25 100.0 100.0<br />

Los Angeles 2.50 17.52 125.0 170.9<br />

Chicago 2.07 11.63 103.5 113.5<br />

París 2.05 15.96 102.5 155.7<br />

Londres 3.60 17.09 180.0 166.7<br />

Shanghai 0.44 2.24 22.0 21.9<br />

Ciudad de México 0.18 2.30 9.0 22.4<br />

Buenos Aires 0.31 5.92 15.5 57.8<br />

São Paulo 0.99 7.06 49.5 68.9<br />

Río de Janeiro 1.01 4.14 50.5 40.4<br />

Santiago 0.72 3.76 36.0 36.7<br />

Bogotá 0.57 1.38 28.5 13.5<br />

Lima 0.38 4.42 19.0 43.1<br />

Caracas 0.40 6.99 20.0 68.2<br />

* Pasaje por recogido de 10 km. ** Pasaje por recogido de 5 km.<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

Los taxis son relativamente mucho más caros que el<br />

bus o metro en todas las ciudades. Pero en Rio de Janeiro<br />

y particularmente en Bogotá los taxis son más baratos que<br />

el bus o metro con relación a lo que cuestan en New York,<br />

favoreciendo a la población de mayores ingresos que usa<br />

taxi.<br />

Tales situaciones reflejan, ciertamente, menores<br />

ingresos aunque también abundancia relativa de medios de<br />

transporte.<br />

IX. la crisis mundial llegó<br />

La crisis económica mundial actual, que a la fecha<br />

pareciera estar cediendo, es una crisis grave, la mayor desde<br />

la Gran Depresión de la década de los años treinta del<br />

siglo pasado. Nació en Estados Unidos, en el centro de la<br />

economía mundial, y se extendió a todo el mundo con una<br />

velocidad y profundidad inusitada y, ciertamente, afectó a<br />

las ciudades latinoamericanas.<br />

No llegó a ser una depresión gracias a las expansiones<br />

fiscales y monetarias masivas que hicieron los gobiernos<br />

y los bancos centrales de los países desarrollados,<br />

particularmente en Estados Unidos, Europa y Japón. El<br />

mundo aprendió las enseñanzas de John Maynard Keynes<br />

que ante una caída masiva de los ingresos, la única manera<br />

de contrarrestarla es a partir del gasto público financiado,<br />

en gran medida, monetariamente.<br />

Se estima que el crecimiento económico mundial en<br />

2009 será negativo y que en el 2010 será seguramente<br />

reducido. La siguiente tabla, tomado de la edición del 14 de<br />

enero de 2010 de la revista “The Economist,” muestra tal<br />

probable evolución. Salvo el caso de China, con una tasa<br />

de crecimiento positiva de 8.2%, todos los demás países<br />

desarrollados tendrán tasas negativas en 2009 incluyendo<br />

-5.3% en Japón, -4.7% en Alemania y -2.5% en Estados<br />

Unidos.<br />

tabla 24: Producción, precios y empleo (Porcentage de variación respecto al año anterior)<br />

Región Producto Interno Bruto Producción Precios al consumidor<br />

Tasa de<br />

más<br />

industrial<br />

año<br />

desempleo<br />

trimestrial 2009 2010<br />

reciente<br />

más reciente más reciente<br />

2009<br />

anterior<br />

(%)<br />

Estados Unidos - 2.6 T3 + 2.2 - 2.5 + 2.8 - 5.1 Nov + 1.8 Nov + 1.1 - 0.3 10.0 Dec<br />

Japón - 5.1 T3 + 1.3 - 5.3 + 1.5 - 3.9 Nov - 1.9 Nov + 1.0 - 1.3 5.2 Nov<br />

China + 8.9 T3 .. + 8.2 + 8.6 + 19.2 Nov + 0.6 Nov + 2.4 - 0.8 9.2 2008<br />

Reino Unido - 5.1 T3 - 1.2 - 4.7 + 1.5 - 6.0 Oct + 1.9 Nov + 4.1 + 2.1 7.9 Oct<br />

Canadá - 3.2 T3 + 0.4 - 2.5 + 2.4 - 12.0 Oct + 1.0 Nov + 2.0 + 0.3 8.5 Dec<br />

Área del Euro - 4.1 T3 + 1.5 - 3.9 + 1.4 - 11.1 Oct + 0.9 Dec + 1.6 + 0.3 10.0 Nov<br />

Austria - 3.7 T3 + 2.1 - 3.4 + 1.2 - 8.0 Oct + 0.7 Nov + 2.3 + 0.4 5.5 Nov<br />

Bélgica - 3.4 T3 + 2.0 - 3.1 + 1.4 - 12.7 Sep + 0.3 Dec + 2.6 zero 12.1 Dec<br />

Francia - 2.3 T3 + 1.0 - 2.2 + 1.6 - 3.8 Nov + 0.9 Dec + 1.0 + 0.1 10.0 Nov<br />

Alemania - 4.8 T3 + 2.9 - 4.7 + 1.9 - 8.0 Nov + 0.9 Dec + 1.1 + 0.3 8.1 Dec<br />

Grecia - 1.7 T3 - 1.7 - 2.5 + 0.2 - 6.0 Nov + 2.6 Dec + 2.0 + 0.1 9.1 Sep<br />

Italia - 4.6 T3 + 2.3 - 4.7 + 1.1 - 7.9 Nov + 1.0 Dec + 2.2 + 0.8 7.8 T3<br />

Países Bajos - 3.7 T3 + 1.8 - 4.0 + 1.3 - 2.1 Nov + 1.1 Dec + 1.9 + 1.1 5.3 Nov<br />

España - 4.0 T3 - 1.2 - 3.6 - 0.1 - 4.1 Nov + 0.8 Dec + 1.4 - 0.3 19.4 Nov<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 97


Tabla 25: Producción, PRECIOS y Empleo en América Latina (% <strong>DE</strong> VARIACIÓN RESPECTO AL Año<br />

Anterior)<br />

País Producto Interno Bruto Producción<br />

industrial<br />

Precios al consumidor Tasa de<br />

desempleo<br />

más reciente trimestrial 2009 2010 más reciente más reciente año anterior 2009 (%)<br />

Perú + 4.2 .. + 0.3 + 4.6 - 6.5 Oct + 0.2 Dec + 6.7 + 2.9 8.9 Dec<br />

Argentina - 0.3 + 0.2 + 0.6 + 2.8 + 9.7 Nov + 7.7 Dec + 7.2 + 6.3 9.1 T3<br />

Brasil - 1.2 + 5.1 - 0.3 + 4.8 + 5.1 Nov + 4.3 Dec + 5.9 + 4.9 7.4 Nov<br />

Chile - 1.6 + 4.6 - 1.0 + 4.2 + 1.0 Nov - 1.4 Dec + 7.1 + 1.5 9.1 Nov<br />

Colombia - 0.2 + 0.9 + 0.2 + 2.5 + 2.0 Nov + 2.0 Dec + 7.7 + 4.3 11.1 Nov<br />

México - 6.2 + 12.2 - 6.9 + 2.9 - 1.0 Nov + 3.6 Dec + 6.5 + 5.3 4.8 Dec<br />

Venezuela - 4.5 .. - 2.9 - 3.9 - 14.3 Sep + 26.9 Dec + 31.9 + 27.2 8.3 T3<br />

Fuente: UBS Price and Earnings, 2009.<br />

Como es de esperar, tal desempeño tiene un correlato<br />

importante en el empleo. Así, en diciembre 2009 la<br />

tasa de desempleo en Estados Unidos llegó a 10% de la<br />

población económicamente activa (PEA) y, en una situación<br />

particularmente grave, a 19.4% en noviembre 2009 en<br />

España. Los menores efectos negativos en el empleo se<br />

presentan en Japón (5.2% de la PEA), seguramente debido<br />

al sistema de empleo permanente de sus empresas más<br />

importantes, y en Holanda (5.3% de la PEA).<br />

Gráfico 1: Precios de las Commodities (en<br />

números índices)<br />

Las consecuencias de la crisis en<br />

América Latina<br />

Primero la recesión y luego el estancamiento en USA,<br />

Europa y Japón y el menor crecimiento en China han<br />

producido efectos sumamente graves para los países en<br />

desarrollo. Básicamente estos se resumen en la reducción:<br />

1) de los precios de los “commodities,” 2) de las demandas<br />

internacionales y, por lo tanto, de los flujos de comercio,<br />

3) de las remesas de los inmigrantes a sus países de origen<br />

como consecuencia del aumento del desempleo, y 4) de los<br />

flujos de capitales hacia las economías emergentes.<br />

La reducción de los precios de las commodities<br />

El primer efecto de la crisis mundial tuvo que ver con<br />

el comportamiento de los precios internacionales de los<br />

commodities o materias primas (minero-metalúrgicos,<br />

energéticos y combustibles, productos agropecuarios y<br />

alimenticios). Al implicar una menor demanda de materias<br />

primas de una producción industrial reducida o estancada<br />

en los países desarrollados, la crisis mundial determinó una<br />

disminución significativa de los precios respectivos.<br />

El gráfico adjunto, elaborado con información<br />

estadística del Fondo Monetario Internacional, ilustra la<br />

gravedad y la rapidez de la caída de dichos precios. En<br />

el plazo de pocos trimestres los índices pasaron de 250<br />

a 90, aproximadamente. No es de extrañar, debido a la<br />

inelasticidad de su demanda, pequeñas reducciones de la<br />

demanda provocan grandes caídas de los precios.<br />

Fuente: IMF.<br />

Lo que el gráfico también muestra es que dichos precios<br />

dejaron de caer desde fines de 2008, mostrando a partir<br />

de entonces una suerte de estabilización a un nivel bajo<br />

o su muy lenta recuperación. La más rápida recuperación<br />

de los precios de los energéticos, liderado por los precios<br />

petroleros, se explica en gran parte por el recorte de la<br />

producción de los países de la Organización de Países<br />

Exportadores de Petróleo (OPEP) en 4.2 millones barriles<br />

diarios.<br />

La reducción de las demandas internacionales<br />

Como era de esperar, la recesión mundial tenía que<br />

producir una caída en las demandas internacionales que,<br />

por supuesto, se tradujo en una caída en los flujos de<br />

las exportaciones. La caída fue notoria y, por el rezago<br />

correspondiente, comenzó a notarse a partir del tercer<br />

trimestre de 2008, acentuándose en el cuarto y en el primer<br />

trimestres de 2009, notándose una recuperación a partir<br />

del segundo trimestre de 2009, como se aprecia en los<br />

gráficos adjuntos. Es de notar que la mencionada relativa<br />

estabilización de los precios de las materias primas desde<br />

fines de 2008, no fue acompañada por una estabilización<br />

simultánea de las importaciones y exportaciones mundiales.<br />

En resumen, la crisis ha producido una contracción<br />

importante en el comercio mundial.<br />

98 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 2: Exportaciones Mundiales s<br />

Gráfico 3: Importaciones Mundiales<br />

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales.<br />

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales.<br />

Recuadro 3: Crisis y errores de política económica<br />

La crisis económica actual no apareció del aire; tampoco es un ciclo más del desarrollo económico natural de los<br />

países, con momentos de aceleración y desaceleración del crecimiento. Un nuevo ciclo es, en esencia, el resultado<br />

de cambios en las productividades o rentabilidades sectoriales que inducen nuevas asignaciones de recursos entre<br />

sectores con relaciones factoriales distintas y que, por tanto, crecen a ritmos diferentes.<br />

En cambio, el mismo ex Presidente de la Reserva Federal Alan Greespan describe la crisis actual como un<br />

“tsunami” crediticio que ocurre una vez cada siglo * . Esta es consecuencia de graves errores de política económica<br />

del Gobierno Bush. Ex post parece sencillo identificarlos. Lo que es difícil entender es por qué las políticas<br />

monetaria, fiscal y de desregulación aplicadas durante su mandato fueron alabadas en esos años por las corrientes<br />

ideológicas y académicas prevalecientes, y hoy son responsabilizadas de la crisis y vienen siendo modificadas en el<br />

nuevo gobierno del presidente Obama. Conviene señalarlas de manera puntual.<br />

Como ilustra el gráfico adjunto, la política monetaria fue sumamente volátil. En 2001 la Reserva Federal (FED)<br />

redujo su tasa de interés del 6% al 1.75% en 2003 hasta el 1% para promover el crecimiento sobre la base de la<br />

expansión del consumo, sin consideración sobre el ahorro de las familias. En 2005-2006 la elevó hasta el 5,25%,<br />

supuestamente, para reducir la inflación, sin éxito, y sin considerar sus efectos sobre el ingreso de prestatarios y<br />

productores. En 2007-2008 la volvió a reducir hasta el 1% y luego a 0% para evitar la recesión.<br />

Reserva federal: tasa de interés efectiva anual (%) La política fiscal redujo los<br />

impuestos a los mayores<br />

ingresos y el gasto civil, y<br />

aumentó el gasto militar<br />

generando un déficit fiscal<br />

gigantesco que hoy entorpece<br />

la solución de la crisis.<br />

Al mismo tiempo, como<br />

ya se mencionó, otorgó<br />

subsidios a la producción<br />

de biocombustibles que<br />

llevaron a una reducción de la<br />

producción de alimentos en un<br />

momento en que su demanda<br />

aumentaba, lo que provocó<br />

un aumento de los precios. Esta inflación de precios, sumada a la de los combustibles y metales y al aumento de<br />

las tasas de interés, hizo inviable el pago de las hipotecas inmobiliarias, lo que llevó al derrumbe de los derivados<br />

financieros, a la iliquidez y, finalmente, a la insolvencia de los bancos. Ni las inyecciones de liquidez ni las menores<br />

tasas resolvieron el problema.<br />

La política reguladora, en un evidente contexto de información asimétrica, evitó normar a los bancos de inversión<br />

y a los derivados financieros; se pregonaba la autorregulación. Tampoco reguló a las calificadoras de riesgo, que<br />

tenían evidentes conflictos de interés en la calificación de derivados emitidos por los bancos que pagaban la<br />

calificación.<br />

* En una declaración ante un Comité de la Cámara de Representantes de Estados Unidos el 23 de octubre 2008,<br />

Alan Greespan admitió que su ideología de mercados libres y en contra de las regulaciones estatales tenía<br />

fallas. Tal declaración contradecía abiertamente una no muy lejana, de mayo 2005, en la cual aseguraba que “la<br />

regulaciones privadas han probado, generalmente, ser más eficientes que las regulaciones gubernamentales para<br />

controlar comportamientos excesivamente propensos al riesgo” (Bloomberg, 23 de octubre, 2008).<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 99


Gráfico 4: Private and oficial net flows (USD)<br />

US$165,000 millones. Lo que se espera también es que<br />

en 2009 los flujos privados disminuyan mientras que los<br />

públicos aumenten, como muestran los gráficos adjuntos<br />

del IIF.<br />

El comportamiento es entendible. Si el contexto es<br />

de crisis internacional y las expectativas de recesión son<br />

generalizadas, la mayoría de los inversionistas preferirá<br />

garantizar sus recursos más que pretender rentabilidad.<br />

La incertidumbre interna y externa, producto de la crisis,<br />

aumenta la percepción del riesgo e induce el flujo de<br />

capitales hacia lo que se considera el último refugio a nivel<br />

mundial, paradójicamente los bonos del Tesoro de los<br />

Estados Unidos (por lo menos mientras no exista un papel<br />

similar). Y para ello, como en otras ocasiones, liquida sus<br />

posiciones en moneda local, compra dólares, aumentando<br />

su demanda, y los saca del país.<br />

¿Menos globalización?<br />

Fuente: Instituto de Finanzas Internacionales<br />

La reducción de las remesas<br />

En años pasados las remesas hacia América Latina<br />

fueron abundantes y crecientes debido a los millones de<br />

latinoamericanos auto-exiliados por razones económicas<br />

principalmente, en Estados Unidos y Europa. Según el<br />

Banco Central de España, desde ese país, principal origen<br />

europeo de tales remesas, en 2007 se remitieron 8,135<br />

millones de euros (770 millones en octubre 2007, máximo<br />

histórico), 30% más que en 2006.<br />

La recesión de los países desarrollados implicó un<br />

aumento del desempleo de su fuerza laboral, que se tradujo<br />

en una disminución de las remesas de los inmigrantes<br />

latinoamericanos a sus países de origen. Según el Banco<br />

Central español, entre el primer trimestre de 2008 y el<br />

cuarto trimestre de 2007 las remesas provenientes de España<br />

cayeron 17%; en el 2do trimestre de 2008 cayeron 4,1%,<br />

en el 3er trimestre 6.1% y en el 4to trimestre 20.6%. Y en<br />

el 1er trimestre de 2009 cayeron 17.2%, €1,653 millones<br />

frente a €1,998 millones en el mismo periodo de 2008, y en<br />

el 2do trimestre de 2009 cayeron 13.2%, €1,672 millones<br />

frente a €1,928 millones en el mismo periodo de 2008.<br />

La disminución de los flujos de capitales<br />

Un cuarto efecto recayó sobre los flujos de capitales<br />

e inversión extranjera directa. En muchos países ha<br />

representado una fuente muy importante de recursos como<br />

en El Salvador o Colombia. Pero la crisis mundial destruyó<br />

liquidez en forma masiva. De tal modo, hay menos capitales<br />

en el mundo y, además, buscando menores riesgos.<br />

Según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF),<br />

los flujos netos de capital hacia las economías emergentes<br />

en 2007 fueron US$929,000 millones. Se estima que en<br />

2008 fueron US $466,000 millones, una caída de casi<br />

50% respecto al año anterior. Se espera que en 2009 sean<br />

Ciertamente, la crisis ha producido otros efectos<br />

importantes, particularmente una crisis de la teoría<br />

económica y también una reducción del comercio. Este es<br />

consecuencia de la caída del ingreso mundial que genera<br />

una reducción de la demanda que se traduce también en la<br />

reducción de los precios de las materias primas.<br />

Salvo cuestiones no generalizadas y más bien tímidas,<br />

como la clausula de comprar “americano” en el programa<br />

de estímulos fiscales de los Estados Unidos, que levantó<br />

todo tipo de críticas, no han habido tentativas de restringir<br />

el comercio mundial como en los años de la Gran<br />

Depresión, elevando las tarifas arancelarias o imponiendo<br />

cuotas a las importaciones (adicionales a las existentes desde<br />

hace tiempo, por ejemplo para el azúcar en los Estados<br />

Unidos o para los bananos en Europa).<br />

Y la crisis llegó a América Latina<br />

Hasta hace apenas dos años las economías latinoamericanas<br />

experimentaban un periodo de auge sin precedente.<br />

Inesperadamente para muchos, le sucedió una crisis de<br />

envergadura originada en el mundo desarrollado. Como<br />

era de esperar, se trasladó a las economías emergentes,<br />

incluyendo a América Latina; a pesar de que muchos<br />

gobiernos proclamaron la invulnerabilidad de sus economías<br />

que los hechos desmintieron. Como muestra la tabla<br />

adjunta de la Revista The Economist (edición del 2 de<br />

febrero de 2010), casi todas las economías latinoamericanas<br />

importantes tendrán tasas de crecimiento negativas o<br />

cercanas a cero en 2009.<br />

La crisis llegó vía la reducción de los valores<br />

del comercio, de las remesas y del flujo de capitales<br />

mencionados. En América Latina no es el resultado de que<br />

los bancos locales hayan adquirido derivados financieros<br />

que hoy no tienen valor. Algunos de ellos los adquirieron<br />

pero en pequeñas cantidades. La crisis llegó a través del<br />

sector externo y se trasladó al sector real.<br />

Así, cuando arribó a fines de 2008, cayeron los ingresos<br />

externos de los propietarios, directivos y trabajadores de<br />

los sectores exportadores. Y quienes les vendían bienes y<br />

servicios también recibieron menos ingresos. Es decir cayó<br />

100 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


también el ingreso interno. Ello desaceleró o recesionó<br />

la industria, el comercio y la construcción, produciendo<br />

desempleo y aumentando la pobreza.<br />

Con ello cayeron los ingresos fiscales y la caída de<br />

los ingresos externos produjo una fuerte devaluación<br />

cambiaria. Pero la necesidad de financiar el gasto público<br />

por razones contra cíclicas, indujo un aumento del<br />

endeudamiento externo del sector público y con ello una<br />

posterior, actual y notoria revaluación.<br />

Y, sin duda, la crisis afectó a las ciudades: Redujo la<br />

actividad económica, aumento el desempleo, redujo el<br />

ingreso de sus pobladores y, con ello, la demanda y los<br />

precios de las viviendas.<br />

XI. ¿Por qué las economías<br />

latinoamericanas son tan<br />

afectadas?<br />

¿Por qué todas las economías latinoamericanas resultan<br />

tan afectadas por la crisis mundial? La respuesta tiene que<br />

ver, fundamentalmente, con una dependencia fuerte del<br />

ciclo internacional. Y ello es así por su estructura económica.<br />

Tal como se aprecia en la tabla adjunta con información<br />

para 2007 del Banco Mundial, mientras en Latinoamérica<br />

el gasto se concentraba en consumo, alrededor del 60%<br />

del PIB, los chinos y los coreanos se concentraban en<br />

inversión, 43.3% y 29.4%, y en exportaciones, 42.5%<br />

y 41.9%, respectivamente. De tal modo, mientras los<br />

asiáticos dedicaban una parte importante de sus recursos<br />

para expandir su capacidad de exportación y para atender el<br />

mercado externo, los latinoamericanos dedicaban la mayor<br />

parte de sus recursos a atender al mercado interno.<br />

En ese sentido, se podría suponer que las economías de<br />

los asiáticos deberían depender más del comportamiento<br />

de los ciclos internacionales que las latinoamericanas. En<br />

realidad no es tal, por qué mientras lo latinoamericanos<br />

se concentran en exportaciones primarias, los asiáticos<br />

lo hacen en manufacturas. En 2007, como se muestra<br />

en la tabla adjunta, mientras que en China y Corea la<br />

exportación de manufacturas representaba 93.2% y 89%<br />

del total, respectivamente, en los países latinoamericanos<br />

representaba tasas muchos menores, excepto México, que<br />

mantenía una concentración importante en la exportación<br />

petrolera, al igual que Colombia.<br />

Esta concentración en exportaciones primarias genera<br />

una enorme volatilidad de los ingresos externos de los<br />

países. Sucede que los precios internacionales de las<br />

materias primas que definen gran parte de esos ingresos, en<br />

tabla 26: Estructura del Gasto (2007)<br />

Gasto en<br />

consumo final<br />

de los hogares,<br />

etc. (% del PIB)<br />

Gasto en<br />

consumo final<br />

del gobierno<br />

(% del PIB)<br />

Formación<br />

bruta de capital<br />

(% del PIB)<br />

Exportaciones<br />

de bienes y<br />

servicios (% del<br />

PIB)<br />

Demanda total<br />

(% de PIB)<br />

Argentina 58.8 12.9 24.2 24.6 120.3 100.0 20.3<br />

Brasil 60.8 19.9 17.7 13.7 112.1 100.0 12.1<br />

Chile 54.7 10.5 21.1 47.1 133.4 100.1 33.3<br />

Colombia 63.3 16.6 24.3 16.9 121.1 100.1 21.0<br />

México 65.4 10.2 26.0 28.3 129.9 100.0 29.9<br />

Perú 61.5 9.1 22.9 28.9 122.4 100.0 22.4<br />

China 33.3 13.7 43.3 42.5 132.8 100.0 32.8<br />

Corea del Sur 54.4 14.7 29.4 41.9 140.4 100.0 40.4<br />

Fuente: Banco Mundial; World Development Indicators.<br />

PIB<br />

Importaciones<br />

de bienes y<br />

servicios (% del<br />

PIB)<br />

tabla 27: Estructura <strong>DE</strong> EXPORTACIONES (Porcentaje del total, 2007)<br />

Agricolas Alimentos Petróleo Manufacturas Minerales y metales<br />

Argentina 1.2 50.4 10.9 31.0 3.8<br />

Brasil 3.8 26.2 8.3 46.7 11.8<br />

Chile 6.1 14.7 1.3 10.1 64.8<br />

China 0.5 2.7 1.6 93.2 1.8<br />

Colombia 4.3 15.3 36.3 39.2 2.3<br />

México 0.4 5.3 15.7 71.7 2.7<br />

Perú 1.2 13.8 8.7 12.1 49.1<br />

Corea del Sur 0.8 0.9 6.6 89.0 2.5<br />

Estados Unidos 2.4 8.1 4.0 76.9 3.7<br />

Fuente: Banco Mundial; World Development Indicators.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 101


Gráfico 5: Precios de las Commodities I<br />

particular los energéticos, tienen una enorme volatilidad,<br />

mientras que los precios de los bienes industriales son<br />

mucho más estables. Los gráficos adjuntos, con información<br />

del Fondo Monetario Internacional, muestran las tasas<br />

anuales de crecimiento de los precios internacionales de<br />

los bienes energéticos (petróleo, gas y carbón) y los de los<br />

bienes industriales.<br />

Si los ingresos externos dependen en gran medida de los<br />

precios volátiles de commodities, los ingresos internos son<br />

también volátiles. Consecuentemente, el crecimiento de la<br />

economía es también es inestable, tal como se aprecia en los<br />

gráficos siguientes.<br />

En efecto, las tasas anuales de crecimiento del PIB de<br />

las principales economías latinoamericanas, que muestra<br />

el panel de la izquierda, son sumamente inestables. Por<br />

el contrario, las tasa de crecimiento de China, Corea y<br />

Estados Unidos, que se muestran en el panel de la derecha,<br />

son muchos más estables (el comportamiento de Corea<br />

en 1998 refleja la crisis asiática, pero que inmediatamente<br />

superada, la tasa de crecimiento vuelve a retomar una senda<br />

de crecimiento bastante estable).<br />

El problema con dicha inestabilidad en las tasas de<br />

crecimiento de la economía es que todos los esfuerzos que<br />

se pueden emprender para reducir la pobreza, la indigencia<br />

y la inequitativa distribución del ingreso que caracteriza<br />

a las economía latinoamericanas resultan inefectivos por<br />

qué la mejora de los ingresos per cápita que puede lograrse<br />

en un año, en el siguiente, muy seguramente, se verán<br />

disminuidos.<br />

XII. El problema de la<br />

competitividad<br />

La recuperación de la economía en los países<br />

desarrollados producirá la recuperación del comercio a los<br />

niveles logrados previamente a la crisis. Ciertamente, no<br />

es claro cuando se producirá tal hecho. Podría demorar<br />

algunos años. En todo caso, América Latina debería<br />

estar preparada para aprovechar esta nueva expansión del<br />

comercio mundial.<br />

Pero si en un contexto internacional cambiante las<br />

actividades económicas de bienes y servicios transables no<br />

son competitivas es imposible que puedan aprovechar las<br />

etapas de auge y en las etapas de recesión evitar, o al menos<br />

reducir, sus efectos nocivos.<br />

Pero, ¿qué se entiende por competitividad? Existe una<br />

notable confusión entre productividad y competitividad.<br />

Gráfico 6: Precios de las Commodities II<br />

102 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Muchas veces se usan en forma intercambiable y se dice que<br />

empresas de alta productividad son por ello competitivas.<br />

Sin embargo son conceptos distintos. La productividad<br />

se refiere a la manera como se usan los factores e insumos<br />

de producción en el proceso productivo; esta es una<br />

cuestión tecnológica. Ser competitivo es poder vender un<br />

bien o servicio a un precio de venta que supere el costo de<br />

producirlo.<br />

Por lo tanto, ser competitivo es ser rentable. Esa<br />

rentabilidad es crucial. La utilidad de las empresas es el<br />

principal proveedor de recursos de ahorro que necesita la<br />

economía para expandir la capacidad instalada o aumentar<br />

la productividad. No sólo proporciona recursos, genera<br />

también los incentivos para invertir.<br />

¿De qué depende esa relación precio de venta/costo<br />

de producción? Para los bienes y servicios transables<br />

internacionalmente, es decir para todos aquellos que pueden<br />

ser exportados o importados, el precio de venta lo define el<br />

precio en el mercado internacional nacionalizado por la tasa<br />

de cambio, los impuestos o subsidios indirectos y los costos<br />

financieros. Los costos de producción incluyen los pagos<br />

por los servicios laborales, de capital y financiamiento, y<br />

por los bienes intermedios, que incluyen servicios públicos,<br />

(electricidad, agua y comunicaciones) y cuyos precios se<br />

definen de la misma manera.<br />

Es decir, esa relación precio/costo depende de la<br />

estructura de precios básicos de la economía: salarios, tasa<br />

de cambio, tasas de interés, impuestos indirectos. Depende<br />

también, sin duda, de la manera como se combinan los<br />

factores e insumos en el proceso productivo y de la mencionada<br />

productividad con que intervienen en el mismo.<br />

De tal modo, para conocer la situación de la<br />

competitividad en América Latina, en las exportaciones o<br />

sustituyendo importaciones en el mercado doméstico, más<br />

allá de realizar una inspección en los diferentes mercados de<br />

bienes y servicios, que ciertamente anuncia muy claramente<br />

que los productores chinos son los más competitivos en el<br />

mundo, habría que responder como son los precios básicos,<br />

impuestos y productividad y como se comparan con los<br />

chinos, el principal competidor mundial.<br />

La competitividad de los precios<br />

básicos<br />

Para identificar la competitividad de la tasa de cambio<br />

de un país es necesaria compararla con otras. El “Índice<br />

Big Mac” compilado por la revista The Economist permite<br />

realizar tal comparación. El mismo es calculado a partir<br />

del precio de una hamburguesa Big Mac en todas las<br />

ciudades importantes. Siendo un bien transable, su precio<br />

doméstico es resultante del precio internacional convertido<br />

a precio local por la tasa de cambio respectiva y afectado de<br />

impuestos indirectos y costos financieros.<br />

Para comparar los precios de las hamburguesas<br />

observados en moneda local son convertidos en dólares.<br />

De tal modo, si esos precios en dólares se comparan con<br />

un precio base de la hamburguesa, el de Nueva York, tal<br />

medición es un indicador aproximado de la competitividad<br />

de la tasa de cambio.<br />

A julio 2009 mientras que el precio brasilero sugería que<br />

la devaluación contra el dólar era desfavorable en 12.6%, el<br />

de Colombia era favorable en 6.4% y el de la Argentina en<br />

15.4%, el de China era favorable en 48.7%. De tal modo,<br />

la ventaja de la tasa de cambio de la moneda china respecto<br />

a las de las otras monedas latinoamericanas era notable:<br />

61.3 puntos porcentuales en el caso brasilero y 42.3 puntos<br />

porcentuales en el colombiano. Con la evolución reciente de<br />

las tasas de cambio tal diferencia debe haberse acentuado.<br />

Por su parte, en 2008 la tasa de interés activa promedio<br />

en Colombia era 17.2%, mientras que en China era 5.3%,<br />

en Corea 7.2% y en México 8.7%, como muestra la tabla<br />

adjunta. Como los costos financieros constituyen costos<br />

Recuadro 4: El ejemplo de Walt Disney<br />

En alguna oportunidad le preguntaron al propio Walt Disney por que había escogido ese lugar para el desarrollo<br />

de su complejo de entretenimiento. Respondió que estaba localizado en el cruce de dos carreteras y al Este del río<br />

Missisipi a donde vivía el 75% de los estadounidenses.<br />

Sin embargo, el desarrollo no hubiera sido posible si la organización no hubiera comprado por pedazos, bajo<br />

nombres supuestos, para evitar especulación en los precios, los 110 km2 de tierra que requería, y el Estado de la<br />

Florida no hubiera legislado la formación de un Distrito Especial (Reedy Creek Improvement District) y dos ciudades<br />

en su interior (Bay Lake y Reedy Creek, renombrada más adelante Lake Buena Vista), con autorización para emitir<br />

bonos libres de impuestos para financiar proyecto públicos en el Distrito (obras de drenaje, carreteras, etc.),<br />

independientemente de que el beneficiario exclusivo fuera Walt Disney Productions.<br />

Adicionalmente, el Estado otorgó al Distrito inmunidad de cualquier legislación estadual o del County sobre el<br />

uso de la tierra. La legislación formando el Distrito y las dos ciudades fue aprobada por el Estado de la Florida el<br />

12 Mayo1967; en 1968 la Corte Suprema del Estado sentenció que el Distrito estaba permitido para autorizar la<br />

emisión de bonos libre de impuestos.<br />

Basado en Walt Disney World Resort, Wikipedia, the free encyclopedia,<br />

en http://en.wikipedia.org/wiki/walt_disney_world.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 103


de las empresas, cuanto más elevada sea la tasa de interés<br />

mayor es la desventaja competitiva que produce a los<br />

productores locales respecto a otros con quienes deben<br />

competir.<br />

A su vez, tal como se observa en la tabla adjunta, la<br />

mayor parte de los países latinoamericanos mantiene<br />

tasas de impuestos a la renta y al valor agregado de las<br />

más elevadas del mundo. Países en vías de desarrollo<br />

muy exitosos (China, Irlanda, Singapur, Taiwán, Vietnam)<br />

tienen tasas significativamente más bajas. Como<br />

es evidente, tasas impositivas muy por encima de las<br />

internacionales reducen la competitividad del sector<br />

transable.<br />

Ciertamente, para muchas empresas dichas tasas son<br />

disminuidas por exenciones tributarias, tanto del impuesto<br />

a la renta como al valor agregado. Tal ocurre, por ejemplo<br />

con las empresas grandes localizadas en las llamadas zonas<br />

francas.<br />

Una posible compensación para la falta de competitividad<br />

internacional de la tasa de cambio, la tasa de interés<br />

y los impuestos podría provenir de la reducción de los<br />

salarios. Sin embargo, según el Banco UBS, los salarios<br />

promedio pagados por las empresas en Bogotá o Lima<br />

(US$ 3.9 la hora), en Santiago (3.8) o México (2.1) ya<br />

son muy inferiores a los pagados en Nueva York o Seúl,<br />

como muestra la tabla adjunta. Más aún, son similares o<br />

incluso menores que los salarios pagados por las empresas<br />

en Shanghái (3.9). Ciertamente si fuera por el salario, las<br />

empresas mexicanas, santiaguinas, bogotanas o limeñas,<br />

deberían ser tan o más competitivas que dichas empresas<br />

chinas y, evidentemente, no lo son.<br />

La cuestión de la productividad<br />

Un posible mecanismo para elevar la competitividad<br />

de un productor es incrementar su productividad. La<br />

productividad se mide como la cantidad de valor agregado<br />

que produce la mano de obra, o el capital o los insumos.<br />

Para comparaciones internacionales se expresa en dólares<br />

constantes por persona, capital o insumo empleado, a<br />

paridad de poder de comprar (PPP) para eliminar los<br />

sesgos derivados de los niveles de precios locales. Cuando se<br />

consideran todos, factores e insumos, simultáneamente, se<br />

habla de productividad total.<br />

La tabla adjunta de la Organización Internacional del<br />

Trabajo muestra los diferentes niveles de productividad de<br />

la mano de obra en el mundo. En 2006, mientras que en<br />

tabla 28: el índice big mac (2007)<br />

País Julio 2008 Enero 2009 Julio 2009<br />

Precio TC Precio TC Precio TC<br />

Argentina 3.64 2.0% 3.3 -6.8% 3.02 -15.4%<br />

Brasil 4.73 32.5% 3.45 -2.5% 4.02 12.6%<br />

Chile 3.13 -12.3% 2.51 -29.1% 3.19 -10.6%<br />

Colombia 3.89 9.0% 3.11 -12.0% 3.34 -6.4%<br />

Perú 3.20 -10.4% 2.54 -28.2% 2.66 -25.5%<br />

México 3.15 -11.8% 2.30 -35.0% 2.39 -33.1%<br />

Canada 4.08 14.3% 3.36 -5.1% 3.35 -6.2%<br />

Corea del Sur 3.14 -12.0% 2.39 -32.5% 2.59 -27.5%<br />

China 1.83 -48.7% 1.83 -48.3% 1.83 -48.7%<br />

Estados Unidos 3.57 3.54 3.57<br />

Fuente: The Economist.<br />

tabla 29: Tasas de interes para crédito (%)<br />

País 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />

Chile 14.8 11.9 7.8 6.2 5.1 6.7 8.0 8.7 13.3<br />

Colombia 18.8 20.7 16.3 15.2 15.1 14.6 12.9 15.4 17.2<br />

México 16.9 12.8 8.2 7.0 7.4 9.7 7.5 7.6 8.7<br />

Perú 30.0 25.0 20.8 21.0 24.7 25.5 23.9 22.9 23.7<br />

China 5.8 5.8 5.3 5.3 5.6 5.6 6.1 7.5 5.3<br />

Corea del Sur 8.5 7.7 6.8 6.2 5.9 5.6 6.0 6.6 7.2<br />

Fuente: Banco Mundial<br />

104 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 30: Salários por hora en USD (Marzo 2009)<br />

Promedios Santiago Bogotá Lima México Seúl Shanghai Nueva York<br />

Netos 3.1 3.4 3.1 1.8 6.1 3.0 19.0<br />

Brutos 3.8 3.9 3.9 2.1 8.0 3.9 26.1<br />

Fuente: UBS Pricies and Earnings, 2009.<br />

tabla 31: Tasas de impuesto en el mundo<br />

País<br />

Impuesto sobre la renta<br />

corporativo<br />

individual<br />

IVA<br />

Argentina 35% 9-35% 21%<br />

Brasil 34% 7.5-27.5% 17-25%<br />

Canada 19.5% (federal) 15-29% (federal) 5%<br />

China 25% 5-45% 17%<br />

Colombia 33% 16%<br />

Francia 33.33% 5.5-40% 19.60%<br />

Alemania 30-33% 14-45% 19%<br />

(efectivo)<br />

Hongkong 16.50% 2-17% --<br />

Irlanda 12.50% 20-41% 21.50%<br />

Italia 31.40% 23-43% 20%<br />

Japón 30% 5-50% 5%<br />

México 28% 0-28% 15%<br />

Países Bajos 20-25.5% 0-52% 19%<br />

Noruega 28% 28-49% 25%<br />

Rusia 20% 13% 18%<br />

Arabia Saudí 20% 20% --<br />

Singapur 18% 3.5-20% 7%<br />

África del Sur 28% 0-40% 14%<br />

Suecia 26.30% 0-57% 25%<br />

Taiwán 25% 6-40% 5%<br />

Reino Unido 28% 0-40% 15%<br />

Estados Unidos 15-35% 15-35% --<br />

Vietnam 25% 5-35% 10%<br />

Fuente: The Economist. http://www.worldwide-tax.com/ (última<br />

actualización parcial: 31.05.2009) En países donde el IVA es<br />

distribuido en tasas diferentes, la tasa en la tabla es la mayor. Las<br />

tasas en la tabla no incluyen impuestos locales si existen.<br />

los países desarrollados era de 62,952 dólares de 2000, en<br />

América Latina era de 18,908 dólares y en Asia del Este<br />

(China) de 12,591. La diferencia notable de productividad<br />

entre dichos países sugiere un margen importante para<br />

elevarla en los segundos y terceros y, ciertamente, que<br />

no es la productividad la que hace a las empresas chinas<br />

competitivas.<br />

Esas diferencias de productividad tienen que ver,<br />

fundamentalmente, con dos cuestiones:<br />

1) diferencias en la estructura de producción, los países<br />

desarrollados producen bienes manufacturados de alto<br />

valor agregado, los latinoamericanos se concentran en<br />

materias primas;<br />

2) asociado a lo anterior, los primeros cuentan con elevados<br />

stocks de capital por trabajador mientras que los países<br />

emergentes cuentan con mucho menos.<br />

Ciertamente es posible hacer un uso y tener una<br />

combinación de factores e insumos más eficiente, es decir<br />

con mayor productividad. Pero aumentar la eficiencia<br />

administrativamente, por ejemplo a través de una mejor<br />

organización, sólo es posible limitadamente. Tarde o<br />

temprano se requiere mejorar y cambiar la tecnología con<br />

inversiones significativas que den paso a nuevos procesos<br />

productivos y nuevos productos. Mejor dicho, tener un<br />

nivel elevado de productividad significa estar desarrollado<br />

económicamente, lo cual implica que la productividad en<br />

los países emergentes aumentará precisamente con el propio<br />

proceso de desarrollo y tomará tiempo. Como ilustra la<br />

tabla indicada, las variaciones anuales de la productividad<br />

son pequeñas.<br />

En resumen, para beneficiarse de la globalización y para<br />

crecer se requiere principalmente una estructura adecuada<br />

de precios básicos e impuestos que permita empresas<br />

competitivas y, por lo tanto, rentables en ambientes<br />

competitivos. En realidad no importa mucho con cual<br />

precio se logran la competitividad y rentabilidad de los<br />

productores de bienes y servicios transables. Lo que cuenta<br />

es la combinación adecuada y favorable de todos ellos como<br />

puede ilustrarlo el caso coreano.<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 105


tabla 32: Cálculos de productividad de la mano de obra en el nivel mundial y regional<br />

Niveles de productividad (valor agregado por persona 1996 2002 2003 2004 2005 2006*<br />

ocupada, constante 2000 US$)<br />

MUNDO 15,824 17,626 18,019 18,613 19,150 19,834<br />

Economias desarrolladas & Unión Europea 52,876 58,642 59,588 60,749 61,759 62,952<br />

Europa Central y Sureste (no UE) & CEI 11,787 14,215 15,281 16,148 17,088 18,121<br />

Asia Oriental 6,347 9,345 9,965 10,745 11,552 12,591<br />

Asia Suroriental 8,068 8,202 8,520 8,860 9,067 9,419<br />

Asia del Sur 5,418 6,353 6,662 7,111 7,531 7,998<br />

América Latina y el Caribe 17,652 17,337 17,228 17,758 18,250 18,908<br />

África del Norte 12,967 13,962 14,174 14,159 14,292 14,751<br />

África Subsahariana 4,490 4,618 4,677 4,806 4,935 5,062<br />

Oriente Medio 22,130 20,990 21,273 21,119 21,630 21,910<br />

Cambio anual de la productividad (%) 1996 2002 2003 2004 2005 2006<br />

MUNDO 2.5 2.2 3.3 2.9 3.6 3.3<br />

Economias desarrolladas & Unión Europea 2.2 1.6 1.9 1.7 1.9 2.1<br />

Europa Central y Sureste (no UE) & CEI 4.0 7.5 5.7 5.8 6.0 5.8<br />

Asia Oriental 7.1 6.6 7.8 7.5 9.0 8.5<br />

Asia Suroriental 2.3 3.9 4.0 2.3 3.9 3.5<br />

Asia del Sur 2.3 4.9 6.7 5.9 6.2 5.8<br />

América Latina y el Caribe 1.4 -0.6 3.1 2.8 3.6 2.9<br />

África del Norte -0.6 1.5 -0.1 0.9 3.2 3.2<br />

África Subsahariana 0.4 1.3 2.8 2.7 2.6 3.2<br />

Oriente Medio -0.5 1.3 -0.7 2.4 1.3 1.2<br />

Fuente: Banco Mundial * Cálculos preliminares para 2006<br />

XIII. El problema<br />

financiero: liquidez,<br />

créditos y tasas de interés<br />

Resolver el problema de la competitividad tiene que<br />

ver, en gran medida, con disponibilidad de créditos y tasas<br />

de interés y éstas con cuestiones monetarias. En general,<br />

las economías latinoamericanas tienen una liquidez<br />

relativamente reducida y si bien los latinoamericanos de<br />

ingresos medios y superiores tienen acceso al crédito lo<br />

disponen en montos reducidos y las tasas de interés que<br />

pagan son muy superiores a las que se pagan en otras partes<br />

del mundo.<br />

De tal modo, el crecimiento de la economía tiene que<br />

ver con expansiones monetarias. Entre 2000 y 2008, según<br />

cifras del Banco Mundial que se muestran en la tabla<br />

adjunta, la relación M3/PIB en China, es decir la totalidad<br />

de sus medios de pago (circulante y depósitos en los bancos)<br />

pasó de 131.1% a 158%. Para que la relación M3/PIB<br />

en China haya aumentado en forma tan significativa, la<br />

cantidad de medios de pagos tuvo que crecer mucho más<br />

rápidamente que el PIB. Entre tanto, en el mismo periodo,<br />

la relación M3/PIB en Colombia pasó de 28.3% a 22.2%,<br />

en México de 27.1% a 26.8%, en Perú de 32.2% a 34.3%;<br />

mejor dicho un poco más de restricción monetaria y dichas<br />

economías hubieran quedado al borde del trueque.<br />

De tener pocos medios de pago con relación al tamaño<br />

de la economía a tener créditos escasos sólo hay un paso.<br />

Con poca liquidez, las familias y las empresas depositan<br />

pocos recursos en los bancos. Con ello existen pocos<br />

recursos para prestar y hay un incentivo para que las tasas<br />

de interés sean muy elevadas. Por cierto, a mayor precio<br />

menor demanda.<br />

En 2008 la relación crédito doméstico al sector privado<br />

con relación al PIB en China fue 108.3 % mientras que en<br />

Colombia fue 34.4%, en México 26.8% y en Perú 34.3%.<br />

A su vez, en el mismo año, como se indicó, la tasa de<br />

interés para los créditos en China fue 5.3% mientras que en<br />

Colombia fue 17.2% y en Perú 23.7%.<br />

Que haya poco crédito y que sea caro no es el único<br />

problema. Sin financiamiento o crédito es muy difícil<br />

desarrollar inversiones. En la medida en que el crédito es<br />

escaso disminuye los recursos para inversión y, por lo tanto,<br />

sus posibilidades. Y en la medida que es caro reduce las<br />

oportunidades de inversión pues para poder pagarlo exige a<br />

las actividades que financia rentabilidades más elevadas.<br />

106 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tabla 33: Medio de pago totales (M3) y Crédito doméstico al sector privado (en % del PIB)<br />

2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008<br />

Chile<br />

M3 (% del PIB) 42.8 40.9 38.4 37.6 35.8 35.8 36.1 36.5 62.8<br />

Crédito (% del PIB) 73.6 76.2 77.7 78.4 79.5 80.3 81.9 88.5 85.0<br />

Colombia<br />

M3 (% del PIB) 28.3 28.2 27.7 27.3 28.6 30.1 31.1 22.6 22.2<br />

Crédito (% del PIB) 23.8 24.5 23.7 21.7 24.8 24.6 29.9 32.7 34.4<br />

México<br />

M3 (% del PIB) 27.1 27.1 26.7 24.8 24.4 25.3 25.0 26.4 26.8<br />

Crédito (% del PIB) 18.3 15.7 17.7 16.0 15.2 16.6 19.6 22.0 21.1<br />

Perú<br />

M3 (% del PIB) 32.2 32.3 32.2 29.4 27.2 28.9 27.9 30.9 34.3<br />

Crédito (% del PIB) 26.0 24.4 23.0 20.5 18.4 19.4 17.8 21.0 25.1<br />

China<br />

M3 (% del PIB) 131.1 136.4 147.1 155.4 151.6 154.5 163.1 156.8 158.0<br />

Crédito (% del PIB) 112.3 111.3 118.9 127.2 120.1 114.3 113.0 111.0 108.3<br />

Corea del Sur<br />

M3 (% del PIB) 83.9 87.3 85.8 84.0 75.8 74.7 65.1 60.9 67.2<br />

Crédito (% del PIB) 87.4 90.4 95.7 97.7 92.5 95.1 95.1 99.6 109.1<br />

Fuente: Banco Mundial.<br />

XIV. ¿Qué hacer? Hacia una<br />

nueva política económica<br />

América Latina debería implementar una política<br />

económica que les permita crecer elevada y sostenidamente,<br />

con baja inflación y equidad en la distribución del ingreso.<br />

En el corto plazo ello implica una política contra<br />

cíclica que atenúe los efectos de la crisis mundial, sobre<br />

todo sobre las poblaciónes de bajos ingresos que son las<br />

más afectadas. Esta debe concretarse en una política<br />

fiscal y monetaria expansiva. Sin embargo, si esta<br />

expansión se realiza en el contexto de una industria<br />

no competitiva internacionalmente, la expansión será<br />

buena para el desarrollo de China pero no para los países<br />

latinoamericanos; los chinos serán los encargados de<br />

satisfacer la mayor demanda. En otras palabras, la política<br />

contra-cíclica requiere: 1) una expansión fiscal y monetaria<br />

y, necesariamente, 2) una política que haga competitiva la<br />

producción de bienes y servicios transables.<br />

En el largo plazo, América Latina deberían diseñar<br />

y aplicar una política económica que la haga menos<br />

Recuadro 5: Henry Ford, el aumento de productividad<br />

y de los ingresos compartidos<br />

Gracias a las economías de escala y a la estrategia de masificar el producto, Henry Ford logró que el famoso Ford<br />

T, que comenzó vendiéndose en 1908 en 850 dólares, en 1916 se vendiera en 360 dólares. Ese año se vendieron<br />

580 mil vehículos. En total se vendieron 15 millones de Ford Ts. El Ford T de 1908 se fabricó hasta 1927. Y en<br />

1914, para que todos pudieran comprar el Ford T, que para entonces había reducido su precio a la mitad de lo que<br />

comenzó costando, cuando el salario industrial era de 14 dólares la semana, abruptamente Ford decidió pagar a<br />

sus trabajadores 5 dólares diarios por jornadas de 8 horas. Lo acusaron de todo, de poner en peligro la industria<br />

y de ser un populista demagogo. Pero tenía razón y poco tiempo después tuvieron que seguir sus pasos. No es<br />

claro si lo hizo por inteligencia o desprendimiento. De cualquier modo, en la cumbre de su éxito se había vuelto el<br />

hombre más rico del mundo.<br />

Ver Paul Johnson, A History of the American People. Harper Perennial, New York 1999. Páginas 606-607<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 107


dependiente de los ciclos internacionales; es decir, anticíclica.<br />

Ello significa superar su dependencia de las<br />

materias primas y, por lo tanto, restablecer los esfuerzos de<br />

industrialización. China es menos afectada por las crisis<br />

internacionales porque, como se mencionó, 95% de sus<br />

exportaciones corresponde a productos manufacturados<br />

cuyos precios internacionales son más estables.<br />

Pero esa reindustrialización, para hacerla sostenida,<br />

debe hacerse de manera distinta a la del pasado, es decir<br />

superando el proteccionismo comercial para aprovechar la<br />

globalización mundial. Para el efecto, una competitividad<br />

sostenida es crucial; es indispensable asegurarla para al<br />

sector transable. Ello requiere nuevas políticas económicas.<br />

Nueva política de regulación<br />

Asegurar el desarrollo futuro dependerá, en gran<br />

medida, de una política de regulación que favorezca<br />

la competitividad de los mercados crediticios y de<br />

servicios e induzca tasas de interés activas (y márgenes de<br />

intermediación) y precios de servicios competitivos a nivel<br />

internacional. Para ello deberá contrarrestar las fallas de<br />

esos mercados. La insuficiencia de la actual regulación en<br />

ese sentido es la que, en gran medida, ha permitido generar<br />

rentas no competitivas en dichos sectores que atentan<br />

contra la competitividad del sector real y transable de la<br />

economía.<br />

En el mercado crediticio, esas fallas de mercado se<br />

concretan en: 1) tasas de colocación opacas, que deben<br />

hacerse transparentes de tal manera que cualquier cliente<br />

esté en condiciones de conocer fehacientemente los precios<br />

que le cobran y así poder escoger el mejor proveedor por<br />

el mejor precio, 2) fidelizaciones forzosas salvo en el caso<br />

de los créditos hipotecarios y las tarjetas de crédito, que<br />

deben eliminarse de tal manera que cualquier cliente pueda<br />

pre-pagar sus deudas con la finalidad de mudar hacia el<br />

proveedor que le ofrezca el mismo producto a la menor<br />

tasa; 3) asimetría de información, que debe superarse de<br />

tal manera que el cliente no sea sorprendido con “letras<br />

menudas” e informaciones incompletas a la hora de optar<br />

por cualquier producto financiero.<br />

Nueva política fiscal<br />

Se requiere también una nueva política fiscal, tanto<br />

tributaria como del gasto. La estructura tributaria debería<br />

ser general y competitiva, no solo con la finalidad de<br />

financiar el gasto público si no para redistribuir ingreso.<br />

Ello implica, en primer lugar, una tasa de impuesto a la<br />

renta reducido, que paguen todos, es decir sin exenciones<br />

fiscales.<br />

Por otro lado, se requeriría reorientar el gasto público a<br />

las áreas necesarias de intervención estatal. En particular,<br />

para garantizar: 1) el rol redistribuidor del Estado, vía<br />

transferencias para la educación, la salud y los servicios<br />

públicos a las poblaciónes de menores ingresos; 2) la<br />

seguridad ciudadana, de tal modo que los costos que<br />

implican a las empresas alcancen niveles internacionales; 3)<br />

el funcionamiento eficiente y competitivo de los mercados,<br />

que implica el cumplimiento de los contratos y la capacidad<br />

coercitiva para hacerlos cumplir; y 4) la inversión pública en<br />

infraestructura económica, que facilite el desarrollo de los<br />

mercados y, en particular, el aumento de la productividad,<br />

es decir la reducción de los costos de transporte y<br />

comunicación de las empresas.<br />

La necesaria revisión de la política<br />

monetaria<br />

Por otro lado, a la luz de las reducidas relaciones M3/<br />

PIB en todos los países latinoamericanos comparadas<br />

con las de los asiáticos, pareciera claro que lo que se<br />

requiere alternativamente es una política monetaria más<br />

expansiva que jalone el crecimiento real de la economía,<br />

que evite la revaluación cambiaria y promueva un volumen<br />

de crédito adecuado a tasas de interés competitivas<br />

internacionalmente.<br />

¿Cuál es el margen de dicha política monetaria? Sin<br />

duda, una expansión monetaria induce una expansión<br />

de la demanda. Si no se quiere que produzca inflación,<br />

no debería superar la expansión de la oferta. Es decir, el<br />

crecimiento de la inversión debería ser lo suficiente para<br />

lograr ese efecto. Exige inducir una rentabilidad adecuada<br />

a las empresas para aumentar su nivel de ahorro y, por lo<br />

tanto, lograr una mayor competitividad.<br />

Lo anterior supone revisar la manera como se piensa,<br />

se diseña y se ejecuta la política monetaria. Debería<br />

aprenderse, por ejemplo, que toda expansión monetaria,<br />

incluso elevada, no conduce necesariamente a una inflación<br />

alta; que ello depende de las condiciones en que operan los<br />

mercados. Más aún, puede ser conveniente para mantener<br />

un nivel elevado de competitividad y, por lo tanto, de<br />

crecimiento económico.<br />

La capitalización de los pobres<br />

Por otro lado, los pobladores de las ciudades<br />

latinoamericanas de menores ingresos requieren<br />

capitalizarse para aumentar su productividad. Si<br />

pudieran capitalizarse y calificarse podrían aumentar<br />

la productividad y/o el volumen de producción de sus<br />

unidades productivas actuales o iniciar nuevas actividades<br />

económicas en forma más eficiente, y, con ello, incrementar<br />

sus ingresos.<br />

Sin embargo, dichas personas no tienen acceso al<br />

crédito. De tal modo, sus necesidades de capitalización no<br />

pueden resolverse a través de este mecanismo. La regulación<br />

bancaria tradicional exige garantías reales o avales para<br />

otorgar un crédito que las personas de menores ingresos no<br />

están en condiciones de ofrecer por su propia condición:<br />

No tienen garantías ni ingresos corrientes suficientes para<br />

respaldar y pagar un crédito tradicional.<br />

A su vez, los bancos tradicionales no tienen la<br />

flexibilidad ni están orientados a atender ahorros mínimos<br />

de personas de ingresos reducidos, poco educadas y/o,<br />

usualmente, analfabetas. Tampoco pueden otorgar créditos<br />

pequeños; los mecanismos de evaluación de créditos<br />

que conocen y aplican acaban siendo más caros que los<br />

108 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


montos de los proyectos pequeños, haciendo inviable su<br />

financiamiento.<br />

Lo anterior sugiere la necesidad de desarrollar<br />

instituciones financieras no tradicionales que atiendan a<br />

las poblaciónes sin acceso a los establecimientos bancarios<br />

tradicionales. Pero para que una institución financiera<br />

no tradicional funcione adecuadamente, es decir obtenga<br />

fondos suficientes, recupere los créditos que otorga y opere<br />

de tal manera que en la operación no pierda su capital, debe<br />

satisfacer ciertas condiciones técnicas.<br />

Para alcanzar una reducida morosidad crediticia debe<br />

contar con mecanismos adecuados de fidelización no<br />

forzosos. Por su parte, siendo las actividades económicas de<br />

dichas personas realizadas con capital operativo reducido<br />

y capital fijo prácticamente inexistente, por lo tanto<br />

con baja productividad, su rentabilidad es reducida. En<br />

consecuencia, las tasas de interés que se les cobre deben ser<br />

también reducidas para que puedan pagarlas.<br />

Pero dichas tasas de interés deben cubrir los costos<br />

de operación de la institución y, por lo tanto, deben ser<br />

igualmente reducidos. La economía de escala juega un<br />

papel importante al respecto, diluye el costo fijo. Lo lógico<br />

es que además ese costo fijo sea el menor posible; es decir,<br />

sea austero en términos de personal y de activos. Esto quiere<br />

decir que las operaciones tienen que ser masivas para lo cual<br />

es necesario que el intermediario cuente con tecnología de<br />

comunicaciones y de procesamiento de datos eficiente.<br />

Pero tal vez, lo más importante en la reducción de los<br />

costos operativos reside en la forma de analizar la solvencia<br />

de proyectos y prestatarios. Si el costo de los analistas<br />

es mayor que los ingresos que producen los créditos los<br />

inviabiliza. Por eso, lo natural es encargar dicho análisis a<br />

la propia comunidad organizada. Y lo puede hacer porque<br />

conoce a sus miembros y por qué, además, sabe lo que<br />

pueden hacer mejor.<br />

XV. Política económica y<br />

decisiones locales<br />

La expansión de la liquidez y el crédito, la reducción<br />

de las tasas de interés, la definición de una tasa de cambio<br />

competitiva, la profundización del mercado de capitales<br />

que, entre otras medidas, requieren los pobladores de las<br />

ciudades latinoamericanas para elevar su consumo y sus<br />

empresas para mejorar su capacidad de producción, su<br />

productividad y su competitividad dependen, en gran<br />

medida, de políticas fiscales, monetarias y de regulación.<br />

Dichas decisiones, particularmente las monetarias,<br />

son tomadas, casi exclusivamente, por las autoridades<br />

nacionales. De tal modo, las autoridades locales no tendrían<br />

espacio ni capacidad de influenciar las mismas.<br />

Sin embargo, las decisiones sobre, por ejemplo, la tasa<br />

de interés del Banco Central y sus consecuencias sobre<br />

las tasas de interés comerciales y la tasa de cambio tienen<br />

evidentes impactos sobre la competitividad de las empresas<br />

que operan en las ciudades. Las consecuencias pueden ser<br />

graves: sube la tasa de interés, se revalúa la tasa de cambio,<br />

las empresas pierden competitividad y cierran, producen<br />

desempleo y… el problema social resultante lo tiene que<br />

afrontar la autoridad local.<br />

No existe ninguna razón por la cual las autoridades<br />

locales no puedan manifestarse sobre las cuestiones<br />

monetarias e incluso las tributarias nacionales y exigir<br />

decisiones más acordes con las necesidades locales. Más<br />

adecuado sería que tuvieran no solo voz si no también<br />

alguna forma de participación en las decisiones monetarias.<br />

En el contexto actual ello no es posible. En la mayor<br />

parte de los países latinoamericanos, la legislación de la<br />

banca central la declara independiente de los otros poderes<br />

del Estado y la organiza para ser dirigida por un cuerpo<br />

colegiado sin representación de regiones o ciudades. Eso<br />

puede cambiar y las regiones y ciudades principales del<br />

país, particularmente las ciudades capitales, deberían tener<br />

alguna forma de representación en el organismo decisorio<br />

de la política monetaria, el Banco Central, como ocurre en<br />

Estados Unidos.<br />

Por su parte, la política regulatoria resulta esencial<br />

para reducir las tasas de interés. Si bien no corresponde<br />

a la autoridad local definirla debería hacerse escuchar al<br />

respecto. Una manera de reforzar esa tarea y, simultáneamente,<br />

lograr que los intereses locales sean considerados<br />

es asegurar la participación de los representantes directos<br />

de la ciudadanía, los usuarios, en los directorios de las<br />

instituciones que regulan los mercados financieros y de<br />

servicios públicos. Cuando las decisiones son cerradas es<br />

más sencillo para los regulados “capturar” al regulador. Es<br />

más difícil que ello ocurra si en ese directorio se encuentran<br />

representantes de los usuarios que deben rendir informes a<br />

sus representados.<br />

En cuanto a las decisiones tributarias la mayor parte son<br />

aprobadas por los Congresos a propuesta de los Ministerios<br />

de Hacienda. En tal sentido, las decisiones fiscales, de alguna<br />

manera, se toman con representación de las regiones. Sin<br />

embargo, en la mayor parte de Latinoamérica los recaudos<br />

importantes son ingresos nacionales; corresponden a los<br />

impuestos al patrimonio, a la renta, al valor agregado y al<br />

comercio exterior.<br />

No siempre es así. En los Estados Unidos los impuestos<br />

al valor agregado son ingresos de las localidades y en<br />

algunos Estados existe también un impuesto a la renta de<br />

carácter estadual. No existe ninguna razón para que un<br />

impuesto como el del valor agregado que se origina en las<br />

operaciones comerciales en los mercados locales no sea<br />

recurso fiscal local.<br />

Otros tributos sí son de orden regional o local y dan<br />

origen a los ingresos de departamentos o ciudades. Es el<br />

caso de los impuestos predial, de automóviles, de industria<br />

y comercio y otros específicos sobre el consumo. El manejo<br />

de estos tributos puede incidir en la competitividad<br />

de las empresas de la región o la ciudad. Sin embargo,<br />

siendo generalmente de menor cuantía y poca incidencia<br />

difícilmente pueden compensar ineficiencias pronunciadas<br />

en los precios básicos.<br />

Por otro lado, la tributación local debe reflejar también<br />

la recuperación de la inversión pública que genere plusvalías<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 109


a favor de los propietarios privados de tierras. Es frecuente<br />

que los propietarios de tierras agrícolas próximas a las<br />

ciudades esperen a que el desarrollo urbano fuerce a<br />

las ciudades a desarrollar infraestructuras que acaban<br />

incorporando sus tierras al perímetro urbano y, por lo<br />

tanto, valorizándolas significativamente. Las ciudades<br />

deben aprovechar esas ventajas de la aglomeración y el<br />

crecimiento urbano y a través de impuestos recuperar los<br />

recursos invertidos para aplicarlos en otros desarrollos.<br />

Política fiscal local,<br />

competitividad y productividad<br />

Desde el punto de vista fiscal son posibles también una<br />

serie de acciones que inciden no tanto sobre los precios<br />

básicos si no sobre la productividad. Sin embargo, conviene<br />

recordar que una carretera puede ser indispensable para<br />

llevar productos al mercado, pero si la tasa de cambio se<br />

encuentra muy revaluada la producción no será competitiva<br />

y la carretera no tendrá ningún uso.<br />

Muchas veces estos proyectos se pueden desarrollar<br />

con los presupuestos de las regiones o localidades. En<br />

otras ocasiones, dependiendo de la magnitud, podrían dar<br />

lugar a invitaciones al Gobierno nacional para colaborar<br />

presupuestalmente con el proyecto. Requieren sí, una<br />

identificación clara de los cuellos de botella de la localidad<br />

que inciden en el poco desarrollo de los mercados. Puertos,<br />

aeropuertos, carreteras y vías internas que desbloqueen la<br />

ciudad son los candidatos naturales. Pueden ser también<br />

drenajes, sistemas de acueducto y alcantarillado. En algunas<br />

ciudades puede ser sensato desarrollar parques industriales<br />

que ofrezcan la infraestructura básica para el desarrollo de<br />

actividades económicas. Para evitar favorecimientos, las<br />

áreas deberían ser asignados mediante subasta.<br />

Existen otro tipo de acciones fiscales que pueden<br />

contribuir a la competitividad de las empresas localizadas<br />

en determinadas áreas y que pueden ser manejadas por las<br />

autoridades locales. Un resultado exitoso de tal manejo es,<br />

por ejemplo, la construcción de Disneyworld en el centro<br />

del Estado de la Florida en Estados Unidos, en un lugar<br />

previamente despoblado y pantanoso. Inaugurado en 1971<br />

dio lugar a uno de los desarrollos regionales y urbanos más<br />

acelerados y exitosos del mundo en gran parte gracias a la<br />

constitución por parte de las autoridades estatales de un<br />

distrito especial y dos ciudades en su interior, siendo Disney<br />

Productions el beneficiario exclusivo, y a su autorización<br />

para que éstas pudieran emitir bonos libres impuestos para<br />

financiar el desarrollo del proyecto.<br />

Otro caso que merece recordarse en torno al tema de la<br />

productividad es el de Ford Motor Company. Henry Ford,<br />

su fundador, no sólo creó el sistema de ensamblaje en línea,<br />

que elevó la productividad en la fabricación de automóviles<br />

10 veces, sino fue el diseñador del automóvil de bajo costo<br />

y adquisición masiva que permitió conectar a los Estados<br />

Unidos y eliminar el aislamiento rural. Fue, además, lo<br />

suficientemente perceptivo para convencerse que sus<br />

propios trabajadores serían sus principales clientes. De tal<br />

modo, contra la oposición de los industriales de la época,<br />

decidió compartir sus ganancias con sus trabajadores y en<br />

1914 les duplicó el salario para que todos pudieran comprar<br />

el Ford T.<br />

La historia del automóvil y de Henry Ford puede<br />

asimilarse al mercado de la vivienda si se piensa en ésta<br />

como un producto de alta necesidad insatisfecha para<br />

poblaciónes de poco ingreso y, por lo tanto, demandas<br />

reducidas. Lo que se requiere para el efecto es emplear<br />

una tecnología constructiva de alta productividad, de<br />

ensamblaje en línea, de módulos y paneles ensamblables<br />

(que en realidad ya existe), y trasladar parte de dicha<br />

productividad en forma de mayores salarios a los mismos<br />

obreros que participen en la construcción de la vivienda<br />

para que las adquieran, como en el caso de Henry Ford.<br />

¿Por qué este esquema de aumentar productividad,<br />

compartirla para aumentar ingreso y la demanda del<br />

producto respectivo no ha prosperado en la vivienda si la<br />

técnica existe? Por la misma razón que no se desarrolló en la<br />

industria automotriz antes de que Henry Ford lo aplicara.<br />

Se requiere un empresario capaz de liderar la innovación<br />

y, probablemente, el apoyo de la política pública local para<br />

generar una rentabilidad atractiva que la favorezca. En tal<br />

sentido, la autoridad local podría contribuir facilitando la<br />

tierra, el financiamiento y cobrando menores impuestos a<br />

quienes implementen este esquema.<br />

Información adecuada para<br />

decisiones locales<br />

Pero para analizar los impactos de dichas políticas<br />

públicas sobre la ciudad y afinar de tal manera su diseño<br />

se necesita información estadística de la misma, seriada,<br />

adecuada y oportuna, similar a la de carácter nacional que<br />

existe para la mayor parte de los países. Lamentablemente<br />

tal información no es abundante o, peor aún, es inexistente.<br />

De otro lado, tampoco existe información estadística<br />

seriada compilada internacionalmente, que incluya a<br />

la mayor parte de las ciudades latinoamericanas y que<br />

permita comparar la situación relativa de las mismas.<br />

No existe información compilada sobre, por ejemplo, la<br />

estructura económica por demanda y oferta, los mercados<br />

laborales, las productividades, los mercados de crédito o las<br />

inversiones sectoriales, así como datos diversos sobre sus<br />

características o su desarrollo económico y social.<br />

Tampoco existen suficientes modelos adecuados<br />

para proyectar comportamientos económicos y simular<br />

alternativas de política. Afortunadamente, Bogotá<br />

cuenta con un Modelo Dinámico de Equilibrio General<br />

Computable (MEGC) que sería interesante replicar para<br />

otras ciudades latinoamericanas. Este tipo de modelo supera<br />

largamente a los modelos de equilibrio parcial o a<br />

los agregados que acaban dando visiones equivocadas.<br />

El MEGC construido para Bogotá incluye como<br />

información principal para el año base 2005 la Tabla de<br />

Insumo Producto 2005 agregada a 28 sectores productivos,<br />

las estadísticas de demanda y oferta 2005 para los mismos<br />

sectores y la matriz de valores agregados correspondientes<br />

elaboradas para la ciudad de Bogotá por el Departamento<br />

Nacional de Estadísticas (DANE). Como otros datos<br />

exógenos incluye: Tasa de cambio, tasa de interés, precios<br />

110 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


internacionales e inversión externa. Estos datos son requeridos<br />

para todos los años de la proyección y son exógenos<br />

por qué son de carácter nacional o internacional y, por<br />

lo tanto, actúan como parámetros al comportamiento<br />

económico de la ciudad. A su vez, el modelo considera<br />

como principales instrumentos de política para realizar<br />

simulaciones de escenarios diversos: inversión y gasto<br />

públicos, tasas impositivas, tarifas y aranceles.<br />

El MEGC proyecta endógenamente para cada uno de<br />

los años de la proyección, para cada uno de los 28 sectores:<br />

producción y precios, consumo intermedio, consumo de<br />

familias, inversión privada, comercio externo, ingreso y<br />

rentabilidad. Estas rentabilidades sectoriales son empleadas<br />

por el modelo para determinar la asignación sectorial de los<br />

recursos de inversión privada. El modelo proyecta hasta el<br />

año 2015 con extensión hasta el 2038. Para estos últimos<br />

años el modelo reproduce el ciclo económico proyectado<br />

entre 2005 y 2015. La tabla siguiente muestra la principal<br />

salida del modelo.<br />

tabla 34: resultados<br />

2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015<br />

PRECIOS en índices y tasas de crecimiento en índices y tasas de crecimiento<br />

Índice Precios 1.00 1.05 1.08 1.16 1.18 1.26 1.33 1.39 1.45 1.52 1.58<br />

al Consumidor<br />

Inflación 4.7% 3.5% 7.0% 2.2% 6.6% 5.7% 4.5% 4.3% 4.2% 4.2%<br />

Inflación<br />

4.7% 8.3% 15.9% 18.5% 26.2% 33.4% 39.5% 45.4% 51.6% 58.0%<br />

acumulada<br />

Salarios 1,079.24 1,109.49 1,158.29 1,188.73 1,276.65 1,289.18 1,368.63 1,442.77 1,502.50 1,560.72 1,609.23<br />

Variación<br />

2.8% 4.4% 2.6% 7.4% 1.0% 6.2% 5.4% 4.1% 3.9% 3.1%<br />

salarios<br />

Variación<br />

acumulada<br />

2.8% 7.3% 10.1% 18.3% 19.5% 26.8% 33.7% 39.2% 44.6% 49.1%<br />

2005 2006 2007 2008 2009 2010<br />

CUENTAS REALES en millones de pesos de 2000<br />

PIB real (dato año 2005 SH) 61,959,344 65,055,951 71,642,996 73,295,198 73,360,968 74,654,916<br />

en millones de pesos de 2005, índices y personas ocupadas<br />

PIB real (dato año 2005 85,186,402 89,443,852 98,500,220 100,771,793 100,862,219 102,641,236<br />

DANE)<br />

Consumo privado 54,879,994 58,232,827 65,856,766 66,910,511 67,697,690 67,924,099<br />

Gasto público 11,552,139 12,227,540 13,767,980 13,104,372 13,882,038 14,070,329<br />

Inversion privada 5,477,870 18,166,596 18,030,734 18,138,788 18,811,178 18,480,591<br />

Inversion pública 4,897,135 4,690,544 4,916,000 4,696,636 4,528,019 4,642,841<br />

Inversion extranjera directa 7,501,504 223,713 4,539,784 3,867,059 -2,055,892 205,712<br />

Ocupación (índice) 100.0 101.8 113.9 110.0 104.2 99.7<br />

Personas ocupadas 2,772,967 2,678,385 2,537,464 2,427,570<br />

Ganancia (+) / Pérdida (-)<br />

-94,591 -140,921 -109,894<br />

de ocupación<br />

en tasas de crecimiento<br />

PIB real 5.0% 10.1% 2.3% 0.1% 1.8%<br />

PIB real acumulado 5.0% 15.6% 18.% 18.4% 20.5%<br />

PIB real acumulado<br />

2.3% 2.4% 4.2%<br />

2008-2012<br />

Consumo privado 6.1% 13.1% 1.6% 1.2% 0.3%<br />

Gasto público 5.8% 12.6% -4.8% 5.9% 1.4%<br />

Inversion privada 231.6% -0.7% 0.6% 3.7% -1.8%<br />

Inversion pública -4.2% 4.8% -4.5% -3.6% 2.5%<br />

Inversion extranjera directa -97.0% 1929.3% -14.8% -153.2% -110.0%<br />

Ocupación 1.8% 11.9% -3.4% -5.3% -4.3%<br />

EL PAPEL ECONÓMICO <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S EN AMÉRICA LATINA 111


2011 2012 2013 2014 2015<br />

CUENTAS REALES en millones de pesos de 2000<br />

PIB real (dato año 2005 SH) 76,806,162 80,064,661 83,284,955 86,962,395 90,828,443<br />

en millones de pesos de 2005, índices y personas ocupadas<br />

PIB real (dato año 2005 DANE) 105,598,933 110,078,964 114,506,468 119,562,491 124,877,827<br />

Consumo privado 69,357,259 72,262,307 75,105,110 78,459,295 81,998,349<br />

Gasto público 14,376,230 14,853,731 15,383,314 15,939,658 16,518,543<br />

Inversion privada 20,440,733 22,083,175 23,782,315 25,586,113 27,648,225<br />

Inversion pública 4,831,842 5,079,811 5,344,245 5,622,679 5,917,556<br />

Inversion extranjera directa 404,385 1,003,799 997,383 991,049 985,078<br />

Ocupación (índice) 97.5 97.7 98.1 99.1 103.6<br />

Personas ocupadas 2,373,229 2,377,728 2,389,128 2,411,985 2,521,159<br />

Ganancia (+) / Pérdida (-) -54,341 4,449 11,400 22,857 109,174<br />

de ocupación<br />

en tasas de crecimiento<br />

PIB real 2.9% 4.2% 4.0% 4.4% 4.4%<br />

PIB real acumulado 24.0% 29.2% 34.4% 40.4% 46.6%<br />

PIB real acumulado<br />

7.2% 11.8%<br />

2008-2012<br />

Consumo privado 2.1% 4.2% 3.9% 4.5% 4.5%<br />

Gasto público 2.2% 3.3% 3.6% 3.6% 3.6%<br />

Inversion privada 10.6% 8.0% 7.7% 7.6% 8.1%<br />

Inversion pública 4.1% 5.1% 5.2% 5.2% 5.2%<br />

Inversion extranjera directa 96.6% 148.2% -0.6% -0.6% -0.6%<br />

Ocupación -2.2% 0.2% 0.5% 1.0% 4.5%<br />

Fuente: Banco Mundial.<br />

NOtas<br />

1. Ver el Recuadro 1 para un mayor detalle sobre las políticas que desarrollaron las estrategias de sustitución<br />

de importaciones y de preeminencia de la producción de materias primas.<br />

112 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


114 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL<br />

LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong><br />

CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 115


116 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. ANTECE<strong>DE</strong>NTES<br />

Las condiciones habitacionales influyen en parte<br />

en el nivel de la calidad de vida de la población.<br />

Consecuentemente, la atención de las necesidades<br />

habitacionales contribuye a la formación de capital<br />

humano, lo cual desencadena efectos en dos direcciones:<br />

sobre la productividad del trabajo, los ingresos de los<br />

hogares y la demanda agregada de la economía y, a nivel<br />

de la oferta, sobre la competitividad de las empresas y<br />

el volumen de la producción. La incidencia conjunta se<br />

materializa en el crecimiento del PIB y en la distribución<br />

del ingreso.<br />

En América Latina el acceso a la vivienda de calidad,<br />

concebida según los atributos de la vivienda adecuada,<br />

está restringido para una proporción importante de la<br />

población, la cual se encuentra marginada del mercado<br />

habitacional comercial debido principalmente a las<br />

limitaciones de la demanda en lo que tiene que ver con<br />

los ingresos, la capacidad de ahorro y el acceso al crédito<br />

hipotecario. Desde la oferta, por fallas en el mercado de<br />

suelo urbano, la dimensión y diversidad de la producción, la<br />

orientación y el costo de la financiación, el nivel tecnológico<br />

predominante, las escalas de producción, etc., aspectos que<br />

inciden significativamente en el proceso de formación de los<br />

precios. De otra parte, la función compensatoria del Estado<br />

vía el efecto redistributivo del gasto social en vivienda, en<br />

la forma de subsidios directos e indirectos a la demanda,<br />

históricamente ha adolecido de limitaciones de suficiencia<br />

de recursos y problemas en la focalización.<br />

Examinando las consecuencias solamente en el<br />

ámbito sectorial, es evidente que estas condiciones no han<br />

permitido atender a los hogares afectados por carencias<br />

habitacionales críticas (déficit de vivienda convencional<br />

acumulado, asentamientos precarios, etc.), la población de<br />

nuevos hogares que se conforma cada año y la demanda no<br />

deficitaria en los países de la región. Aunque el problema<br />

es mucho más complejo y diverso, las consideraciones<br />

anteriores dejan claro que en América Latina no se ha<br />

aprovechado a fondo el potencial social y económico<br />

implícito en los procesos de urbanización y, a nivel<br />

particular, en los procesos de producción de unidades<br />

habitacionales y de servicios de vivienda.<br />

De otra parte, la existencia de una relación entre la<br />

precariedad habitacional y la pobreza, constituye una<br />

condición de las sociedades latinoamericanas que amerita<br />

un reconocimiento en lo que tiene que ver con su impacto<br />

sobre la calidad de vida de la población y la competitividad<br />

de la región.<br />

En términos más específicos, en América Latina se<br />

requiere con urgencia formular políticas sectoriales que<br />

sean compatibles con las necesidades habitacionales<br />

de la población, sus expectativas y sus condiciones<br />

socioeconómicas, en un contexto en el cual el Estado<br />

complemente la capacidad de pago de los hogares con<br />

ingresos insuficientes y promueva el desarrollo de los<br />

mercados que presentan fallas críticas como el suelo urbano<br />

y la financiación hipotecaria.<br />

La pobreza se manifiesta territorialmente y<br />

espacialmente en la vivienda. Actualmente se reconoce<br />

que esta es un problema multidimensional que no puede<br />

ser atacado con acciones desarticuladas (López, Núñez,<br />

2007). También que los pobres no son capaces de superar<br />

su situación sólo con sus propios esfuerzos. Tampoco en el<br />

corto plazo. Se requiere, entonces, implementar objetivos<br />

y programas sociales de corto y largo plazo para romper la<br />

transmisión intergeneracional de la pobreza. Los primeros<br />

deben ayudar a enfrentar la situación actual y los segundos<br />

deben dedicarse a la acumulación de capital humano.<br />

Es necesario destacar que para el desarrollo de este<br />

trabajo se partió del valioso aporte contenido en el<br />

documento elaborado para ONU- HABITAT por Brendan<br />

McBride, sobre el cual se hacen varias referencias (McBride,<br />

2009). De otra parte, además de la información regional,<br />

en el texto se incluyen reflexiones inferidas de condiciones<br />

ilustrativas pertinentes a Colombia, dado que el autor,<br />

en estos casos específicos, no contó con información<br />

disponible para otros países. Básicamente se trata de análisis<br />

que relacionan las condiciones habitacionales de los hogares<br />

con la pobreza, los cuales se realizaron en el marco de<br />

trabajos para la Misión para el Diseño de una Estrategia<br />

para la Reducción de la Pobreza y la Desigualdad, MERPD,<br />

y la Comisión de Seguimiento a la Política Pública sobre<br />

Desplazamiento Forzado en Colombia, entre otros. Sería<br />

muy interesante para la región que esta información<br />

también se compile y se genere en otros países, dado que<br />

las fuentes de información corresponden a las encuestas de<br />

calidad de vida, de hogares o de ingresos y gastos.<br />

II. MARCO MACROECONÓMICO<br />

Y SECTORIAL 1<br />

El análisis de la pobreza urbana y las condiciones de<br />

vivienda debe tener como referente principal la política<br />

macroeconómica y su relación con la ciudad. A este<br />

respecto, aunque la lucha contra la pobreza y la exclusión<br />

urbana constituyen factores a considerar en la definición de<br />

propuestas de política de vivienda y hábitat, también debe<br />

considerarse que los logros en este campo son un resultado<br />

indirecto del desempeño macroeconómico.<br />

Las concepciones económicas que consideran a la<br />

construcción como sector líder mantienen actualmente<br />

una importancia intermedia en América Latina, lo cual<br />

es determinante en la asignación de recursos públicos a<br />

la política habitacional. Aunque esta interpretación de la<br />

función de los sectores en los planes nacionales de desarrollo<br />

económico de los países se relativizó a partir de los 80s,<br />

es interesante anotar que durante los dos últimos años se<br />

retomaron medidas de política económica anti recesivas que<br />

enfatizaron en la inversión en el sector, especialmente en<br />

programas dirigidos a incentivar la producción de vivienda<br />

y la construcción de obras de infraestructura, en general<br />

para América Latina.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 117


Tabla 1: Tasa anual de crecimiento del sector de la construcción en los países de América Latina<br />

(Porcentaje, 1997 – 2008)*<br />

País 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008*<br />

Argentina 16.6 8.7 -7.9 -9.3 -11.6 -33.4 34.4 29.4 20.4 17.9 9.9 3.7<br />

Bolivia 4.9 35.8 -16.8 -4.2 -7.0 16.2 -23.7 2.2 6.4 8.2 14.3 9.2<br />

Brasil 8.5 1.1 -2.9 2.0 -2.1 -2.2 -3.3 6.6 1.8 4.7 5.0 3.2<br />

Chile 6.3 1.9 -9.9 -0.7 4.1 2.5 4.3 3.2 10.1 4.0 5.4 9.7<br />

Colombia 2.2 -7.2 -27.0 -3.9 1.6 3.2 14.7 13.4 12.8 13.5 11.5 2.8<br />

Ecuador 2.7 -0.2 -24.9 18.3 19.7 20.0 -0.7 4.0 7.3 3.8 0.1 13.8<br />

Paraguay -2.5 -0.7 -5.8 -7.8 -1.4 -8.9 14.4 2.1 4.5 -3.5 7.2 10.5<br />

Perú 14.9 0.6 -10.5 -6.5 -6.5 7.7 4.5 4.7 8.4 14.8 16.6 16.5<br />

Uruguay 2.4 9.8 8.9 -11.1 -8.7 -22.0 -7.1 7.5 4.2 14.0 5.5 9.0<br />

Venezuela 17.2 1.4 -17.4 4.0 13.5 -8.4 -39.5 25.1 20.0 30.6 17.7 4.2<br />

Costa Rica 6.1 17.4 -1.6 4.4 14.4 -1.5 4.8 6.3 -0.2 18.2 21.6 10.4<br />

Cuba 3.0 -2.6 7.5 8.4 -5.3 -2.4 4.4 10.0 18.9 37.7 -8.6 3.3<br />

El Salvador 6.2 8.5 -1.8 -3.4 9.6 6.7 3.2 -9.8 3.4 5.5 1.2 -6.0<br />

Guatemala 10.0 9.3 7.8 -18.3 12.2 15.4 -3.7 -8.9 4.5 13.1 8.8 -3.6<br />

Honduras -3.0 5.3 10.5 1.5 -7.8 -11.5 3.8 1.2 -2.3 9.4 9.7 6.3<br />

México 9.3 4.2 5.0 4.2 -5.7 2.1 3.3 5.3 2.5 7.9 4.4 -0.6<br />

Nicaragua -8.6 -1.4 36.4 -1.0 2.1 -13.3 2.7 12.1 7.3 -3.2 -2.6 -2.8<br />

Panamá 6.7 11.9 36.0 1.3 -21.8 -7.1 32.5 13.9 1.0 18.4 20.3 30.0<br />

Rep. 3.5 16.7 12.9 -4.0 -3.9 4.6 -17.1 -2.3 9.2 24.6 3.2 -0.4<br />

Dominicana<br />

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL. CEPALstat – Badecon. * Datos preliminares.<br />

Tabla 2: Participación del sector de la construcción en el PIB en los países de América Latina<br />

(Porcentaje, 1997 – 2008)*<br />

País 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008*<br />

Argentina 5.1 5.4 5.1 4.7 4.3 3.2 4.0 4.7 5.2 5.7 5.7 5.6<br />

Bolivia 3.0 3.9 3.2 3.0 2.8 3.1 2.3 2.3 2.3 2.4 2.6 2.7<br />

Brasil 5.0 5.0 4.9 4.8 4.6 4.4 4.2 4.2 4.2 4.2 4.2 4.1<br />

Chile 7.3 7.2 6.6 6.2 6.3 6.3 6.3 6.2 6.4 6.4 6.4 6.8<br />

Colombia 5.7 5.2 4.0 3.7 3.7 3.7 4.1 4.4 4.7 5.0 5.2 5.2<br />

Ecuador 7.8 7.7 6.1 7.1 8.0 9.3 8.9 8.5 8.7 8.6 8.4 9.0<br />

Paraguay 5.1 5.0 4.8 4.6 4.4 4.0 4.4 4.4 4.4 4.1 4.1 4.3<br />

Perú 6.6 6.6 5.9 5.3 5.0 5.1 5.1 5.1 5.2 5.5 5.9 6.3<br />

Uruguay 7.7 8.1 9.1 8.2 7.8 6.8 6.2 6.0 5.8 6.2 6.1 6.1<br />

Venezuela 8.7 8.8 7.7 7.7 8.5 8.5 5.6 5.9 6.4 7.6 8.3 8.2<br />

Costa Rica 3.6 3.9 3.6 3.7 4.2 4.0 3.9 4.0 3.8 4.1 4.6 5.0<br />

Cuba 5.7 5.6 5.6 5.8 5.3 5.1 5.1 5.3 5.7 7.0 6.0 5.9<br />

El Salvador 4.6 4.9 4.6 4.4 4.7 4.9 4.9 4.4 4.4 4.4 4.3 3.9<br />

Guatemala 4.2 4.4 4.6 3.6 3.9 4.4 4.1 3.6 3.7 3.9 4.0 3.7<br />

Honduras 5.3 5.4 6.1 5.9 5.3 4.5 4.5 4.2 3.9 4.0 4.1 4.2<br />

México 6.3 6.3 6.3 6.2 5.8 5.9 6.0 6.1 6.1 6.2 6.3 6.2<br />

Nicaragua 5.4 5.1 6.5 6.2 6.1 5.3 5.3 5.6 5.8 5.4 5.1 4.8<br />

Panamá 3.7 3.8 5.0 4.9 3.8 3.5 4.4 4.7 4.4 4.8 5.2 6.2<br />

Rep.<br />

Dominicana<br />

5.9 6.4 6.8 6.2 5.8 5.8 4.8 4.6 4.6 5.2 4.9 4.7<br />

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe, CEPAL. CEPALstat – Badecon. * Datos preliminares.<br />

118 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Durante el período 1997 – 2008 se observa un<br />

comportamiento muy inestable del sector, al registrarse<br />

tanto variaciones negativas como tasas de crecimiento<br />

destacadas, en la mayoría de países. Como se ilustra en<br />

la Tabla 1, los países que han reportado altas tasas de<br />

crecimiento durante los últimos años son principalmente<br />

Perú, Costa Rica y Panamá.<br />

La participación del sector de la construcción en el PIB<br />

en América Latina registra dos grupos de países según el<br />

nivel de importancia o contribución dentro de la economía<br />

de cada nación. En este sentido, los países en los cuales el<br />

sector ha representado más del 5% del PIB a partir de 2001<br />

son: Chile, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela, Cuba,<br />

México y Nicaragua. En el resto, el sector ha reportado una<br />

participación generalmente inferior al 5% durante estos<br />

años. Tabla 2.<br />

Unos rasgos comunes del panorama general de<br />

América Latina a nivel macroeconómico y sectorial son los<br />

siguientes:<br />

• Ingreso per cápita bajo, comparado con las economías<br />

emergentes más dinámicas y los países desarrollados. En<br />

el mismo marco comparativo, desempeño irregular del<br />

producto interno y, con pocas excepciones, bajas tasas<br />

anuales de crecimiento<br />

• Baja participación del producto interno del sector de<br />

la construcción en la economía nacional y volatilidad<br />

en su comportamiento histórico. Una participación<br />

predominante del subsector de edificaciones urbanas<br />

en la composición del producto sectorial, frente a<br />

la construcción de infraestructura, la cual tiene la<br />

potencialidad de aportar una mayor participación<br />

• Pérdida del reconocimiento de la construcción como<br />

sector líder de la economía. Relativización de la<br />

importancia de la construcción de vivienda a nivel de la<br />

política económica (generación de empleo), y la política<br />

social (mejoramiento de la calidad de vida)<br />

• Consecuentemente, el gasto público en vivienda social<br />

no es considerado con la misma importancia y prioridad<br />

del asignado a los sectores educación, salud y seguridad<br />

social<br />

En primer lugar y como recurso precursor de los<br />

procesos habitacionales, las limitaciones que se introducen<br />

a la política sectorial vía las fallas del mercado del suelo<br />

urbano, las cuales inciden sobre el precio de la vivienda<br />

y la accesibilidad económica de los hogares, el tamaño y<br />

diversidad de la oferta de vivienda social, etc. Otro tema<br />

pendiente es el relativo al stock vacante tanto de vivienda<br />

como de otro tipo de edificaciones, el cual ofrece la<br />

potencialidad de renovación y reconversión, aportando<br />

directamente al aumento de la oferta total de vivienda.<br />

La seguridad en la tenencia, como atributo de la<br />

vivienda adecuada, necesaria para la consolidación del<br />

patrimonio de los hogares y su alcance como respaldo<br />

económico, es un tema que debe ser considerado prioritario.<br />

Igualmente, la potencialidad de generación de ingresos de la<br />

vivienda, dada su función de lugar de trabajo del hogar. En<br />

otro campo, en la región son frecuentes las preocupaciones<br />

asociadas con aspectos como la calidad de la vivienda<br />

social y el precio de las soluciones generadas por el Estado,<br />

frente al precio de las soluciones de mercado. Sobre estos<br />

dos temas, el trabajo de Brendan McBride citado, presenta<br />

información de interés sobre instituciones y programas<br />

destacados en la región.<br />

Respecto de las categorías de precariedad habitacional,<br />

como las definidas en el déficit de vivienda, es necesario<br />

avanzar en la incorporación de un espectro nuevo de<br />

problemas que ameritan tanto la profundización en el<br />

conocimiento relacionado como una atención urgente. Se<br />

trata de la población residente en islas y zonas costeras,<br />

la cual es altamente vulnerable a los riesgos derivados del<br />

cambio climático. En otra dimensión territorial y política,<br />

las ciudades de frontera también conforman otro eje<br />

problemático, al estar afectadas por procesos de migración,<br />

inseguridad, inestabilidad económica por variaciones en el<br />

comercio, el tipo de cambio, etc.<br />

Finalmente, las ciudades de la región ofrecen una rica<br />

experiencia de buenas prácticas en materia de la gestión<br />

pública del sector de la vivienda y el hábitat, algunas de las<br />

cuales se mencionan en el texto. El llamado es a concentrar<br />

también la atención en estas enseñanzas.<br />

STOCK <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

III. CONDICIONES<br />

HABITACIONALES<br />

Es pertinente llamar la atención acerca de algunos<br />

aspectos que no son tratados directamente o con<br />

profundidad en el texto siguiente, dado que no están<br />

relacionados con información cuantitativa disponible.<br />

Aquí es evidente, entonces, el problema de la producción<br />

y el libre acceso a la información de interés de la región y<br />

la limitación que surge por la ausencia crítica de instancias<br />

de validación de la misma, lo cual resalta la urgencia de<br />

avanzar en superar los problemas del mal procesamiento de<br />

las estadísticas, los cuales afectan la validez y el alcance de<br />

los análisis.<br />

Además de constituir la oferta total de vivienda, el stock<br />

habitacional es importante dado que su calidad determina<br />

en buena parte el nivel de las condiciones habitacionales<br />

de la población y de su calidad de vida. Respecto de<br />

su dimensión, el stock habitacional incide de manera<br />

significativa sobre los precios de los servicios habitacionales<br />

(vivienda nueva, arrendamiento, etc.), variable esta que<br />

es definitiva en el proceso de atención de las necesidades<br />

habitacionales de los hogares.<br />

En América Latina el tamaño del stock habitacional<br />

está rezagado respecto del tamaño de la población y el flujo<br />

de nuevas viviendas no tiene la dinámica requerida para<br />

superar esta situación. En la Tabla 3 se presenta el stock<br />

habitacional por país.<br />

En los Gráficos 1 y 2 se compara el número de viviendas<br />

por cada 1.000 habitantes de los países de América Latina<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 119


Tabla 3: Stock de vivienda en América Latina<br />

País Año Viviendas Ocupadas País Año Viviendas ocupadas<br />

Antigua y Barbuda 2001 20.464 Haití 2003 153.208<br />

Antillas Neerlandesas 2001 60.031 Honduras c/ 2001 1.211.307<br />

Argentina b/ c/ 2001 10.073.625 Islas Vírgenes Británicas 1980 3.382<br />

Barbados f/ 1980 67.387 Jamaica 1982 517.768<br />

Belice f/ 2000 51.398 México 2000 21.732.079<br />

Bolivia 2001 1.977.665 Nicaragua 2005 979.458<br />

Brasil 2000 45.023.428 Panamá 2000 681.928<br />

Chile 2002 3.899.448 Paraguay 2002 1.098.005<br />

Colombia c/ g/ 2005 10.570.899 Perú 2007 6.400.131<br />

Costa Rica 2000 935.289 República Dominicana 2002 2.193.848<br />

Dominica 1980 17.343 Santa Lucía 2001 46.817<br />

Ecuador 2001 2.879.935 Trinidad y Tobago f/ 2000 303.871<br />

El Salvador f/ h/ 1992 1.236.937 Uruguay c/ 1996 970.037<br />

Granada 1980 21.297 Venezuela 2001 5.261.202<br />

Guatemala c/ 1994 1.591.823<br />

a/ Incluye categoría no responde o no sabe;<br />

b/ Se excluyen los hogares censados que viven en la calle;<br />

c/ Número total de hogares;<br />

d/ Corresponde a la población urbana de 2000 personas y más;<br />

e/ Corresponde a la población rural agrupada de menos de 2000 personas y a la población rural dispersa;<br />

f/ Número total de viviendas;<br />

g/ Las estimaciones tienen un error de muestreo que es importante evaluar para utilizar la información. Se recomienda remitirse a los<br />

documentos metodológicos y tablas de frecuencias básica;<br />

h/ La suma de propietario, inquilino y otras formas no es igual al total de viviendas ocupadas porque no se incluye la categoría “No responde”.<br />

Fuente: CEPAL. Pobreza y precariedad urbana en América Latina y el Caribe. Situación actual y financiamiento de políticas y programas.<br />

2009.<br />

Gráfico 1: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en América Latina y el Caribe<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

299,4<br />

271,1<br />

257,7<br />

247,5<br />

242,9<br />

242,7<br />

237,6<br />

235,4<br />

230,8<br />

229,4<br />

229,3<br />

218,0<br />

212,6<br />

197,2<br />

100<br />

0<br />

Uruguay<br />

Argentina<br />

Brasil<br />

Chile<br />

17,0<br />

Rep.<br />

Dominicana<br />

No. Viviendas<br />

Jamaica<br />

Dominica<br />

Colombia<br />

Ecuador<br />

Perú<br />

Bolivia<br />

México<br />

Venezuela<br />

Paraguay<br />

Haití<br />

Fuente: CEPAL Cálculos y Elaboración: CENAC. DANE. Censo 2005.Datos del año: Uruguay 1996, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela<br />

2001, Brasil, México 2000, Chile, Rep. Dominicana, Paraguay 2002, Jamaica 1982, Dominica 1980, Colombia 2005, Perú 2007, Haití 2003.<br />

120 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Gráfico 2: Número de viviendas por cada 1.000 habitantes en la Unión Europea<br />

700<br />

600<br />

500<br />

400<br />

300<br />

200<br />

568,3<br />

519,8<br />

491,6<br />

488,6<br />

485<br />

484,3<br />

480,6<br />

464,1<br />

445,3<br />

437,5<br />

433,6<br />

432,7<br />

429,3<br />

422<br />

389,8<br />

384,3<br />

365<br />

340,8<br />

100<br />

0<br />

España<br />

Portugal<br />

Dinamarca<br />

Suecia<br />

Alemania<br />

Bulgaria<br />

Estonia<br />

No. Viviendas<br />

Bélgica<br />

Letonia<br />

Rep. Checa<br />

Irlanda<br />

Chipre<br />

Holanda<br />

Hungría<br />

Lituania<br />

Rumania<br />

Eslovaquia<br />

Polonia<br />

Fuente: European Mortgage Federation National Experts, National Central Banks, National Statistics Offices, Eurostat. En: A Review of<br />

Europe’s Mortgage and Housing Markets. Hypostat 2006; Cálculos y Elaboración: CENAC. Datos del año 2007.<br />

y de la Unión Europea, UE, con el objeto de ilustrar<br />

las diferencias sensibles que presenta la región en esta<br />

proporción.<br />

Reconociendo diferentes aspectos interesantes, llaman<br />

la atención especialmente dos de ellos. En primer lugar<br />

que ningún país de América Latina y El Caribe registra<br />

una proporción de viviendas por cada 1.000 habitantes<br />

localizada en el rango observado para la UE, de 568.3<br />

(España) y 340.8 (Polonia). Es más, para el caso particular<br />

de América Latina, la proporción más alta corresponde<br />

a Uruguay, la cual es casi la mitad (52.7%) de la mayor<br />

europea. En segundo lugar, siendo El Caribe una zona<br />

menos urbanizada que América Latina, presenta un rezago<br />

menor en el tamaño del stock habitacional, al punto que<br />

en los diez primeros lugares se localizan seis países de esta<br />

región y diez en los veinte primeros.<br />

Tres países de Centro América se localizan dentro de las<br />

menores proporciones, serie que es cerrada por Haití.<br />

Respecto de la relación entre la población y el activo<br />

habitacional en términos de mercado, se puede inferir<br />

que en la región existe un desequilibrio de mercado<br />

caracterizado por un exceso de demanda frente a la oferta,<br />

con las implicaciones que esta condición económica<br />

deriva sobre los precios de los servicios habitacionales e<br />

inmobiliarios.<br />

TENENCIA <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

La experiencia histórica evidencia cómo los hogares<br />

y las políticas públicas de vivienda han privilegiado el<br />

acceso a la propiedad como el medio más indicado para<br />

atender las necesidades habitacionales de la población,<br />

independientemente de la región del mundo y del estado<br />

de desarrollo de la economía de cada país. De otra parte,<br />

mientras la preferencia de los hogares por la propiedad<br />

es, en gran medida, indiferente al estado de la vivienda,<br />

nueva o usada, las políticas sectoriales de vivienda social<br />

generalmente enfatizan en los programas de vivienda nueva.<br />

No obstante esta tendencia, las estadísticas que se<br />

consignan en este documento evidencian que no siempre<br />

existe una correspondencia directa entre el tamaño de la<br />

economía y la proporción de hogares propietarios de la<br />

vivienda en la cual habitan. Es decir, los beneficios del<br />

crecimiento económico no generan per se la atención<br />

mayoritaria de las necesidades habitacionales vía la<br />

propiedad de la vivienda. En este sentido, es posible<br />

verificar que existen países desarrollados con una muy<br />

alta proporción de arrendatarios, y países pobres con<br />

una composición de la tenencia de vivienda fuertemente<br />

concentrada en propietarios (CENAC, 2007; Gilbert,<br />

2003; Jaramillo, 2002; McBride, 2009; Pérez, 2006;<br />

Torres, J.E., 2005; Pérez, Torres, J.E., 2008).<br />

Estas consideraciones son pertinentes cuando se diseñan<br />

y formulan las políticas públicas del sector habitacional.<br />

Lo importante es viabilizar el acceso de los hogares a<br />

viviendas adecuadas, mediante la integración de programas<br />

de mercado para los grupos sociales con capacidad de<br />

pago autónoma, y programas institucionales de vivienda<br />

dirigidos hacia la población con ingresos insuficientes, con<br />

aplicación de subsidios que complementen su capacidad<br />

económica. En ambos casos promoviendo el desarrollo<br />

de todos los mercados relacionados con la vivienda, como<br />

la financiación hipotecaria de mercado y la búsqueda<br />

de mecanismos financieros alternativos, suelo urbano,<br />

producción de unidades habitacionales, circulación de las<br />

unidades del stock, principalmente.<br />

Las necesidades habitacionales de los hogares son<br />

complejas y diversas y la forma como la población resuelve<br />

atenderlas comprende, consecuentemente, una gran<br />

variedad de soluciones y servicios de vivienda. En el proceso<br />

social de ocupación del territorio y de uso del stock se<br />

combinan de manera sistémica los tipos de vivienda y las<br />

formas de tenencia, en un mercado en el cual se enfrentan<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 121


las unidades existentes y las viviendas generadas por<br />

diversas formas de producción, del lado de la oferta, con<br />

la demanda de los hogares, la cual presenta una compleja<br />

composición cultural y socioeconómica, con motivaciones<br />

heterogéneas en lo que tiene que ver con el interés que<br />

determina el gasto en vivienda, es decir si éste se hace con la<br />

finalidad de uso, sustitución, renta, etc.<br />

En este proceso es importante reconocer, entonces,<br />

que la mayor parte de las necesidades habitacionales se<br />

atiende con los servicios generados por el stock de vivienda<br />

constituido históricamente y concentrado actualmente en<br />

las ciudades.<br />

El arrendamiento es una forma de tenencia que no<br />

sólo es atractiva para los hogares que no se interesan en la<br />

propiedad, independientemente de su nivel económico.<br />

El stock arrendado genera rentas que se canalizan<br />

principalmente hacia los hogares propietarios de los<br />

estratos bajos y medio bajos de la población y permite una<br />

alternativa para aquellos de su mismo nivel socioeconómico<br />

que no tienen posibilidades de acumulación para la cuota<br />

inicial de una vivienda nueva, o los ingresos para responder<br />

con suficiencia por un crédito hipotecario. Es una forma<br />

de tenencia que en América Latina ha contribuido a<br />

desestimular los desarrollos urbanísticos ilegales, los cuales<br />

en la actualidad son protagonizados por hogares que se<br />

encuentran marginados tanto del mercado de compra de<br />

vivienda nueva (objeto principal de las políticas), como del<br />

acceso al mercado de arrendamientos.<br />

El arrendamiento permite al hogar disponer de una serie<br />

de flexibilidades en cuanto a la demanda cambiante de área<br />

que caracteriza su ciclo de vida. También, con relación a la<br />

localización respecto del lugar del trabajo y el equipamiento<br />

urbano requerido por sus miembros. Es decir, facilita la<br />

atención de las necesidades de movilidad del hogar al<br />

interior de la ciudad y el país.<br />

El arrendamiento se manifiesta en mayor proporción<br />

en los hogares de estratos medios. En los altos y bajos esta<br />

proporción es comparativamente menor (McBride 2009).<br />

En el primero de estos dos grupos sociales porque sus<br />

ingresos determinan un acceso fácil a la propiedad, y en<br />

el segundo porque sus condiciones socioeconómicas no<br />

permiten materializar esta alternativa, ni pagar arriendo.<br />

Para los hogares pobres las alternativas más viables se<br />

concentran en generar sus viviendas vía autogestión en<br />

zonas de ocupación ilegal, en condiciones precarias de<br />

calidad urbana y habitacional, o acudir al inquilinato en<br />

zonas que, en gran proporción, se encuentran en proceso de<br />

deterioro.<br />

De manera consecuente con las observaciones<br />

formuladas anteriormente, en la Tabla 4 se presenta la<br />

Tabla 4: Tenencia de vivienda en América Latina<br />

País Total viviendas Propietarios Inquilinos Otras formas de tenencia<br />

No. No. % No. % No. %<br />

Argentina (2001) 10.073.625 7.547.517 74,9 1.122.208 11,1 1.403.900 13,9<br />

Bolivia (2001) 1.977.665 1.321.428 66,8 326.045 16,5 330.192 16,7<br />

Brasil (2000) 45.023.428 33.575.522 74,6 6.238.673 13,9 5.209.233 11,6<br />

Chile (2002) 3.899.448 2.827.199 72,5 688.610 17,7 383.639 9,8<br />

Colombia (2005) 10.570.899 5.753.156 54,4 3.306.409 31,3 1.511.334 14,3<br />

Costa Rica (2001) 935.289 669.754 71,6 153.513 16,4 112.022 12,0<br />

Ecuador (2000) 2.879.935 1.936.909 67,3 672.690 23,4 270.336 9,4<br />

El Salvador (1992) 1.236.937 766.341 62,0 197.083 15,9 137.290 11,1<br />

Guatemala (1994) 1.591.823 1.208.161 75,9 169.613 10,7 214.049 13,5<br />

Haití (2003) 153.208 89.172 58,2 33.027 21,6 31.009 20,2<br />

Honduras (2001) 1.211.307 930.964 76,9 179.586 14,8 100.757 8,3<br />

Jamaica (1982) 517.768 241.659 46,7 211.211 40,8 64.898 12,5<br />

México (2001) 21.732.079 16.370.794 75,3 2.879.284 13,3 2.482.001 11,4<br />

Nicaragua (2005) 979.458 826.471 84,4 45.340 4,6 107.647 11,0<br />

Panamá (2000) 681.928 465.756 68,3 93.969 13,8 122.203 17,9<br />

Paraguay (2002) 1.098.005 857.890 78,1 111.966 10,2 128.149 11,7<br />

Perú (2007) 6.400.131 4.534.095 70,8 979.657 15,3 886.379 13,9<br />

República Dominicana (2002) 2.193.848 1.366.657 62,3 617.731 28,2 209.460 9,6<br />

Trinidad y Tobago (2000) 303.871 230.292 75,8 46.144 15,2 27.435 9,0<br />

Uruguay (1996) 970.037 599.361 61,8 172.593 17,8 198.083 20,4<br />

Venezuela (2001) 5.261.202 4.099.364 77,9 642.690 12,2 519.148 9,9<br />

Total 119.691.891 86.218.462 72,0 18.888.042 15,8 14.449.164 12,1<br />

Fuente: Cálculos a partir de datos CEPAL.<br />

122 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


distribución del stock según forma de tenencia de la<br />

vivienda en América Latina. Se observa que los cinco<br />

países que presentan una proporción de propietarios<br />

superior al 75% de los hogares son, en orden descendente:<br />

Nicaragua, Paraguay, Venezuela, Honduras y Guatemala.<br />

Las menores proporciones corresponden a Haití, Colombia<br />

y Jamaica. Sobre la otra forma de tenencia predominante,<br />

el arrendamiento, los mayores porcentajes se observan en<br />

Jamaica, Colombia, República Dominicana, Ecuador y<br />

Haití.<br />

Sobre la composición de la tenencia de vivienda es<br />

pertinente comentar que la región presenta un escenario<br />

general de cambio, dado que en los últimos quince<br />

años no se han registrado avances generalizados y<br />

significativos en la proporción de propietarios y, como<br />

alternativa compensatoria, otros tipos de tenencia como el<br />

arrendamiento y formas asociadas como el usufructo han<br />

ganado participación. Es más, en este período ocho países<br />

presentan reducción en la proporción de propietarios, tres<br />

han mantenido el mismo nivel y cuatro han incrementado<br />

el valor de este indicador, los cuales corresponden a Chile y<br />

tres países de Centro América.<br />

Este escenario de estancamiento se predica en tanto<br />

existe la paradoja de las políticas nacionales que se han<br />

concentrado en la provisión de unidades de vivienda<br />

nueva, privilegiando la propiedad como principal forma de<br />

tenencia. Desde otra mirada, es pertinente mencionar que<br />

los hogares que se encuentran en condición de usufructo<br />

son los más afectados por condiciones de precariedad<br />

habitacional y pobreza. (Torres, J.E., 2007)<br />

SERVICIOS PÚBLICOS<br />

Asociado al proceso de urbanización, América Latina<br />

ha registrado un avance importante en la cobertura de los<br />

servicios públicos básicos domiciliarios. Esto, expresado<br />

en términos de la conexión de las viviendas a las redes<br />

correspondientes. La aclaración es necesaria, dado que en<br />

la región subsisten problemas importantes en la frecuencia<br />

en el suministro y en la calidad del servicio. Evidencia de lo<br />

anterior son las situaciones que actualmente afrontan varios<br />

países en materia de agua potable y energía eléctrica como<br />

consecuencia de la ocurrencia periódica del Fenómeno<br />

“El Niño”.<br />

Sin embargo, el nivel de las coberturas no es<br />

homogéneo, lo cual descubre un factor de desigualdad<br />

regional importante, altamente asociado a la calidad de vida<br />

de la población.<br />

Respecto del alcantarillado, el Gráfico 3 es claro<br />

en mostrar cómo en este campo existen las mayores<br />

deficiencias, considerando que en la mitad de los países de<br />

la región, más del 50% de los hogares están excluidos de la<br />

cobertura.<br />

Para el caso del agua potable se evidencia un avance<br />

mayor en la región, aunque la precariedad en la presencia<br />

de este atributo del hábitat y de la vivienda persiste en tres<br />

de cada cuatro hogares, en ocho de los diecisiete países<br />

relacionados en el Gráfico 4.<br />

Las mayores coberturas de los servicios públicos<br />

domiciliarios básicos se registran en energía eléctrica, con<br />

niveles superiores al 95% de la población en diez países. Sin<br />

Gráfico 3: Disponibilidad de inodoro conectado a alcantarillado en los países de América<br />

Latina (2007)<br />

100<br />

90<br />

90,6<br />

82,5<br />

80<br />

74,5 73,5<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

62,0<br />

55,8 55,2 51,2 50,9<br />

40,3 39,8 37,7<br />

33,0<br />

26,4 25,6 23,2<br />

9,7<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

Venezuela<br />

Chile (2006)<br />

Colombia*<br />

México (2006)<br />

Argentina<br />

(Urbano, 2006)<br />

Uruguay<br />

% Hogares<br />

Ecuador<br />

Brasil<br />

Perú (2005)<br />

Guatemala<br />

(2006)<br />

El Salvador<br />

(2006)<br />

Bolivia<br />

Honduras<br />

Nicaragua<br />

(2005)<br />

Costa Rica<br />

Rep. Dominicana<br />

(2006)<br />

Paraguay<br />

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 123


Gráfico 4: Disponibilidad de acueducto por tubería en los países de América Latina (2007)<br />

120<br />

100<br />

98,5 95,2 94,5 92,9 91,3 90,9 87,4 83,1 82,5<br />

76,3 75,5 73,7 71,9<br />

64,6 64,6 64,5 64,4<br />

80<br />

60<br />

40<br />

20<br />

0<br />

Argentina<br />

(Urbano, 2006)<br />

Costa Rica<br />

Venezuela<br />

Chile (2006)<br />

% Hogares<br />

Uruguay<br />

México (2006)<br />

Colombia*<br />

Brasil<br />

Honduras<br />

Guatemala<br />

(2006)<br />

Bolivia<br />

Ecuador<br />

Rep. Dominicana<br />

(2006)<br />

Paraguay<br />

Nicaragua (2005)<br />

El Salvador<br />

(2006)<br />

Perú (2005)<br />

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.<br />

embargo, todavía persisten porcentajes importantes de no<br />

cobertura en el conjunto restante de países (Gráfico 5).<br />

Examinando la situación de los servicios públicos en<br />

América Latina, desde la perspectiva de la distribución<br />

regional de las coberturas en lo referente al alcantarillado<br />

y acueducto, en las Tablas 5 y 6 se observa que se registran<br />

mayores deficiencias en las áreas rurales, algunas extremas,<br />

dado que afectan a proporciones muy altas de la población.<br />

GRÁFICO 5: DISPONIBILIDAD de energía eléctrica en los países de América Latina (2007)<br />

120<br />

100<br />

99,6 99,5 99,1 99,0 98,5 98,2 97,9 96,8 96,5 96,4<br />

88,5<br />

80<br />

60<br />

40<br />

81,8 81,0 80,2<br />

73,9 73,9 72,4<br />

20<br />

0<br />

Argentina<br />

(Urbano, 2005)<br />

Venezuela<br />

Costa Rica<br />

Chile (2006)<br />

México (2006)<br />

Uruguay<br />

Brasil<br />

Ecuador<br />

Paraguay<br />

Colombia*<br />

Rep. Dominicana<br />

(2005)<br />

Guatemala (2006)<br />

El Salvador<br />

(2006)<br />

Bolivia<br />

Honduras<br />

Nicaragua<br />

(2005)<br />

Perú (2005)<br />

% Hogares<br />

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. * Los datos se refieren al año más cercano al 2005.<br />

124 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 5: Población con acceso a servicios de<br />

saneamiento mejorados, por área urbana y<br />

rural (Porcentaje, 2006)<br />

Tabla 6: Población con acceso sostenible a<br />

mejores fuentes de abastecimiento de agua<br />

(Porcentaje, 2006)<br />

País<br />

Área urbana y<br />

rural 2006<br />

Área urbana<br />

2006<br />

Argentina 91 92 83<br />

Bolivia 43 54 22<br />

Brasil 77 84 37<br />

Chile 94 97 74<br />

Colombia 78 85 58<br />

Costa Rica 96 96 95<br />

Cuba 98 99 95<br />

Ecuador 84 91 72<br />

El Salvador 86 90 80<br />

Guatemala 84 90 79<br />

Honduras 66 78 55<br />

México 81 91 48<br />

Nicaragua 48 57 34<br />

Panamá 74 78 63<br />

Paraguay 70 89 42<br />

Perú 72 85 36<br />

República 79 81 74<br />

Dominicana<br />

Uruguay 100 100 99<br />

América Latina<br />

y el Caribe<br />

79 86 52<br />

Fuentes: CEPAL-UNICEF.<br />

Área rural<br />

2006<br />

País<br />

Área urbana y<br />

rural 2006<br />

Área urbana<br />

2006<br />

Argentina 96 98 80<br />

Bolivia 86 96 69<br />

Brasil 91 97 58<br />

Chile 95 98 72<br />

Colombia 93 99 77<br />

Costa Rica 98 99 96<br />

Cuba 91 95 78<br />

Ecuador 95 98 91<br />

El Salvador 84 94 68<br />

Guatemala 96 99 94<br />

Honduras 84 95 74<br />

México 95 98 85<br />

Nicaragua 79 90 63<br />

Panamá 92 96 81<br />

Paraguay 77 94 52<br />

Perú 84 92 63<br />

República - 97 91<br />

Dominicana<br />

Uruguay 100 100 100<br />

América Latina<br />

y el Caribe<br />

92 97 73<br />

Fuentes: CEPAL-UNICEF.<br />

Área rural<br />

2006<br />

DÉFICIT <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

Las primeras estimaciones: El déficit cuantitativo<br />

y cualitativo<br />

El estudio de las necesidades habitacionales presenta<br />

como uno de sus fundamentos básicos la medición<br />

convencional del déficit de vivienda, la cual concierne<br />

dos enfoques o metodologías de dimensionamiento, de<br />

tipo cuantitativo y cualitativo. La medición convencional<br />

correspondiente al déficit habitacional en términos<br />

cuantitativos, aplicada desde comienzos de los años<br />

cincuenta, indica un dimensionamiento basado en la<br />

diferencia resultante entre el número de hogares y de<br />

viviendas bajo el supuesto que para determinado número<br />

de hogares, debe existir igual número de viviendas<br />

independientes.<br />

La medición cualitativa del déficit habitacional<br />

surge como complemento de la medición cuantitativa al<br />

considerar, más allá del faltante de unidades de vivienda<br />

requerido respecto al número de hogares, la proporción<br />

de hogares afectados por carencias o privaciones en sus<br />

viviendas (servicios públicos, espacio, materiales de la<br />

estructura).<br />

La metodología de cálculo intrínseca a cada una de estas<br />

limita el alcance de sus resultados debido a las siguientes<br />

particularidades:<br />

• El déficit de vivienda calculado de manera<br />

independiente para cada una de las categorías<br />

(cuantitativa y cualitativa), no ofrece un<br />

dimensionamiento global del problema habitacional que<br />

permita identificar la verdadera magnitud de los hogares<br />

afectados por carencias de esta naturaleza. En este<br />

sentido:<br />

−−<br />

−−<br />

El déficit cuantitativo es indiferente al estado de las<br />

viviendas actuales en términos de su estructura física<br />

El déficit cualitativo no considera la habitabilidad, la<br />

privacidad, etc., como carencias habitacionales<br />

• Las dos mediciones consideran como carencias<br />

habitacionales atributos concernientes únicamente al<br />

interior de la casa sin tener en cuenta los problemas del<br />

entorno que afectan la calidad de vida de los hogares<br />

El primer caso (déficit cuantitativo) considera dos<br />

situaciones:<br />

• Viviendas que deben ser sustituidas por la precariedad<br />

de sus materiales<br />

• Hogares secundarios que habitan en la misma vivienda<br />

con otros hogares y que tienen más de dos miembros<br />

(cohabitación)<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 125


El déficit cualitativo, cuya atención involucra la<br />

implementación de políticas y programas de mejoramiento,<br />

considera:<br />

• Estructura (materiales inestables)<br />

• Hacinamiento<br />

−−<br />

Tres o más personas por cuarto en el área urbana<br />

−−<br />

Más de tres personas por cuarto en el área rural<br />

• Servicios públicos domiciliarios<br />

−−<br />

−−<br />

Sin sanitario conectado a alcantarillado o a pozo<br />

séptico; sin conexión a acueducto, sin servicio de<br />

energía eléctrica o de recolección de basuras en el<br />

área urbana<br />

Sin sanitario, sin conexión a acueducto u obtención<br />

del agua de río, manantial, nacimiento o quebrada o<br />

aguas lluvias en el área rural<br />

Estas categorías singulares se pueden ampliar y<br />

combinar.<br />

Dimensión del déficit cuantitativo de vivienda<br />

No obstante las anteriores reflexiones, en la región<br />

sólo existe información sobre estimaciones del déficit<br />

convencional de vivienda, especialmente el cuantitativo.<br />

Contrastando la población de hogares en América Latina<br />

a partir de la última estimación registrada a la fecha, se<br />

tiene que los países que necesitan agregar la mayor cantidad<br />

de unidades habitacionales a su stock de vivienda, con<br />

respecto a su población, son: Honduras, Nicaragua, Bolivia,<br />

El Salvador y República Dominicana. El porcentaje que<br />

representa el déficit cuantitativo de vivienda sobre el total<br />

de hogares latinoamericanos según país, se expone en la<br />

Tabla 7.<br />

En Chile actualmente se aplica una estimación nueva<br />

del déficit habitacional que considera aspectos relacionados<br />

con el potencial de recuperación de las viviendas y la<br />

necesidad de sustitución, situaciones referenciales que<br />

definen un intervalo que comprende otras categorías del<br />

déficit (McBride, 2009).<br />

Tabla 7: Déficit cuantitativo de vivienda<br />

en algunos países de América Latina como<br />

porcentaje del total de hogares<br />

País Año Déficit Hogares<br />

No. %<br />

Argentina 2001 3,000,000 29.8 10,073,625<br />

Chile 2005 450,000 11.3 4,000,000<br />

Colombia 2005 1,307,757 12.4 10,570,899<br />

Venezuela 2001 1,600,000 30.4 5,261,202<br />

Costa Rica 2004 189,261 17.9 1,055,075<br />

El Salvador 2004 545,000 33.5 1,626,036<br />

Guatemala 2002 410,097 18.6 2,200,608<br />

Honduras 2001 700,000 57.8 1,211,307<br />

México 2005 4,290,665 17.3 24,803,625<br />

Bolivia** 2007 855,000 34.8 2,457,000<br />

Brasil** 2007 6,656,526 11.4 58,377,273<br />

Nicaragua** 2005 550,000 50.4 1,091,400<br />

Paraguay** 2007 400,000 26.8 1,492,683<br />

Perú** 2003 1,010,878 16.7 6,050,227<br />

República<br />

Dominicana**<br />

2007 800,000 30.4 2,634,865<br />

Fuente: Cálculos a partir de datos CEPAL.<br />

* Fecha datos déficit: 2002 (Guatemala), 2004 (Costa Rica, El<br />

Salvador), 2005 (Chile, Colombia, México). Datos hogares: 2001<br />

(Argentina, Venezuela, Honduras), 2004 (El Salvador), 2005 (Chile,<br />

Colombia, Costa Rica, Guatemala, México)<br />

**El número de hogares corresponde a una estimación basada en<br />

la población total y el tamaño promedio de los hogares<br />

Otros indicadores<br />

El seguimiento a los Objetivos del Milenio, ODM,<br />

aporta información a nivel de los países de América Latina<br />

en materia de la calidad del hábitat, como es el caso de los<br />

asentamientos precarios. Aunque este capítulo no aborda el<br />

Gráfico 6: Proporción de hogares en asentamientos precarios (2003)<br />

0,80<br />

0,70<br />

0,60<br />

0,72<br />

0,58<br />

%<br />

0,50<br />

0,40<br />

0,30<br />

0,20<br />

0,10<br />

0,00<br />

0,32<br />

África Asia Meridional America Latina y el<br />

Caribe<br />

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.<br />

126 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


tema de los ODM, los cuales serán tratados en otro aparte<br />

del informe SOLACC, el Gráfico 6 compara la región con<br />

otras, observándose una mejor posición relativa de América<br />

Latina.<br />

Otro indicador se relaciona con uno de los atributos<br />

más importantes del entorno, como lo es el espacio público.<br />

En este caso, se compara el espacio público por habitante en<br />

dos ciudades de países desarrollados, Singapur, dos capitales<br />

latinoamericanas y varias ciudades mayores e intermedias<br />

de Colombia. El Gráfico 7 es elocuente en la marcada<br />

diferencia en esta proporción en el caso de Colombia,<br />

no obstante los esfuerzos por mejorar la disponibilidad y<br />

disfrute de este atributo.<br />

Gráfico 7: Espacio público por habitante (m 2 /habitante). 2007<br />

25<br />

20<br />

22 22<br />

20<br />

19<br />

15<br />

10<br />

5<br />

6<br />

4 4 4 4<br />

3 3<br />

2<br />

1 1<br />

0<br />

Buenos<br />

Aires<br />

Nueva York<br />

Londres<br />

Singapur<br />

Bogotá<br />

Medellin<br />

Bucaramanga<br />

Valledupar<br />

Armenia<br />

Neiva<br />

Pasto<br />

Pereira<br />

Cúcuta<br />

Barranquilla<br />

m 2<br />

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.<br />

IV. EL MERCADO <strong>DE</strong> VIVIENDA 2<br />

LOS MERCADOS HABITACIONALES<br />

La mayor parte de las políticas de vivienda en la región<br />

ofrecen posibilidades de aportar resultados efectivos<br />

principalmente en los grupos poblaciónes que derivan sus<br />

ingresos de actividades económicas de carácter formal<br />

y cuentan con condiciones para acceder al mercado de<br />

créditos hipotecarios. No obstante, existen limitaciones<br />

pendientes de superar en la capacidad económica de la<br />

demanda, la composición y características de la oferta, el<br />

acceso y costo del crédito, principalmente.<br />

Respecto de la población con menor capacidad<br />

económica, especialmente los hogares con ingresos<br />

inferiores a 3 salarios mínimos nacionales y ocupaciones<br />

laborales informales e inestables, las actuales políticas<br />

sectoriales no han reportado en la región resultados<br />

significativos en la atención de sus necesidades habitacionales.<br />

Esta situación es atribuible en alta proporción<br />

a la existencia de fallas en tres de los mercados que son<br />

estratégicos para el proceso de producción y acceso a la<br />

vivienda social (Giraldo; García; Ferrari; Bateman, 2009):<br />

• La generación de suelo urbanizado e infraestructura<br />

y la muy baja producción de vivienda social de menor<br />

precio, la cual es la más apropiada para los hogares<br />

más pobres. La falta de aplicación de los instrumentos<br />

de gestión del suelo urbano está en la base de una<br />

problemática que se ha profundizado por la pretensión<br />

de atender el mercado de vivienda social accediendo al<br />

suelo requerido exclusivamente mediante mecanismos<br />

de mercado comercial, no objeto de gestión pública,<br />

el cual determina un sistema de precios de perfil<br />

especulativo<br />

• Mercado de soluciones de vivienda. Específicamente por<br />

la baja dimensión y diversidad de la oferta de vivienda<br />

social más económica, en términos de su composición<br />

por precios, tipología y localización territorial a nivel<br />

nacional, y urbana al interior de las ciudades<br />

• Mercado financiero hipotecario y de microcrédito<br />

habitacional para hogares de ingresos menores y<br />

ocupaciones informales. Esta limitación tiene el<br />

carácter de falla estructural de la política de vivienda<br />

en la región, dado que es la que mayor deserción causa<br />

en los hogares beneficiarios de la asignación de los<br />

subsidios y la que lleva más años incidiendo de manera<br />

negativa sobre el acceso de los hogares a soluciones de<br />

vivienda. De otra parte, como su solución se encuentra<br />

principalmente dentro del dominio del sector privado,<br />

los gobiernos nacionales enfrentan restricciones para<br />

intervenir. Esto, en términos del cumplimiento de<br />

los supuestos del actual modelo de gestión pública<br />

sectorial del sector de la vivienda y la construcción que<br />

predomina en los países de América Latina, el cual, en<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 127


materia de financiación, opera con base en los agentes<br />

del mercado. Esta problemática de la región es estudiada<br />

más profundamente por Bruce Fergusson (Ferguson,<br />

1999).<br />

Sin embargo, es pertinente comentar que en algunos<br />

países se han logado avances para relativizar la incidencia<br />

de esta limitación del mercado financiero sobre la política<br />

sectorial. Se pueden mencionar entre otros, los casos de<br />

Chile con el sistema de cooperativas abiertas, Colombia con<br />

la Banca de Oportunidades y la Banca Capital de Bogotá,<br />

Brasil, con el programa habitacional actual, etc. Brendan<br />

McBride, en su trabajo citado, presenta la situación<br />

particular de financiación y microfinanciación para varios<br />

países (McBride, 2009).<br />

Aún existiendo una oferta de vivienda aceptada por los<br />

hogares y una capacidad de pago adecuada, en los niveles de<br />

bajos ingresos es difícil que estos gestionen completamente<br />

sus ahorros y los integren con los subsidios y el crédito en<br />

la proporción y con la oportunidad requerida para cerrar<br />

la operación de compra de una solución de vivienda social.<br />

Además, esta situación se agudiza porque en América<br />

Latina se eliminaron los apoyos institucionales a los<br />

procesos de organización de la demanda, sin los cuales es<br />

poco probable que la demanda de vivienda de los hogares<br />

pobres se materialice.<br />

LA OFERTA <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

La producción de vivienda<br />

El rezago del tamaño del stock habitacional de América<br />

Latina se confirma y adquiere mayor complejidad en cuanto<br />

al alcance de sus implicaciones, si se examina la producción<br />

de vivienda por cada 1.000 habitantes.<br />

En la Tabla 8 se calcula el número de viviendas que<br />

se construyen por cada mil habitantes en algunos países<br />

de América Latina, a partir de los datos de las unidades<br />

habitacionales aprobadas para construcción en el 2005 y la<br />

población del mismo año. Como se observa, este indicador<br />

es muy bajo en la región si se tiene en cuenta que la media<br />

internacional es de 6.5 viviendas por cada mil habitantes<br />

y de 7 para países industrializados (DNP, 2005). Es<br />

pertinente reiterar que el stock constituye la oferta total de<br />

vivienda, cuya dimensión y crecimiento determina, a su vez,<br />

el precio de los servicios habitacionales.<br />

Con respecto a las variables de la oferta del mercado<br />

habitacional es pertinente concluir reafirmando y<br />

planteando los siguientes aspectos:<br />

• Predominio de los procesos de producción social, con<br />

incidencia sobre la calidad del stock<br />

• Deficiencias críticas en la operación de los mercados de<br />

suelo urbano y financiero<br />

• Rezago en la dimensión del stock habitacional, respecto<br />

del tamaño de la población de los países<br />

• Deficiencias cualitativas del stock de vivienda y<br />

significativo déficit cuantitativo acumulado<br />

• Insuficiencia en la producción anual de nuevas viviendas<br />

de origen formal, comparativamente frente a la<br />

formación anual de nuevos hogares<br />

• Concentración de la producción de vivienda social en<br />

los rangos superiores de precios de este segmento.<br />

• Falta de diversidad en cuanto a precios y tipos de<br />

soluciones en la oferta de vivienda social<br />

• Predominio en la aplicación de sistemas constructivos<br />

tradicionales en el sector formal. Alta proporción de<br />

proyectos habitacionales de pequeña escala<br />

• Volatilidad en las empresas y concentración de la<br />

producción de vivienda en personas naturales y<br />

sociedades limitadas constituidas para desarrollar solo<br />

un proyecto, en gran parte de los casos<br />

• Predominio de la producción social de vivienda frente a<br />

la producción formal, en la composición del stock y en<br />

el flujo anual de unidades nuevas<br />

Tabla 8: Número de viviendas en construcción<br />

por cada 1.000 habitantes en algunos países de<br />

América Latina (2005)<br />

País<br />

Unidades de<br />

vivienda<br />

Población<br />

(miles de<br />

habitantes)<br />

Colombia* 28.278 41.242 0,69<br />

Costa Rica 26.565 4.325 6,14<br />

Guatemala 10.000 12.700 0,79<br />

México 555.555 103.263 5,37<br />

Honduras 7.975 7.197 1,11<br />

Fuente: CENAC – Consulta a expertos. * Datos a 2005<br />

LA <strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong> VIVIENDA<br />

No. de<br />

viviendas por<br />

cada 1.000<br />

habitantes<br />

Con respecto a la demanda del mercado habitacional,<br />

en la región se presentan, entre otras, las siguientes<br />

condiciones:<br />

• Proporción importante de la población en condiciones<br />

de déficit cuantitativo y cualitativo.<br />

• Alta demanda anual por formación de nuevos hogares,<br />

concentrada en el segmento de vivienda social.<br />

• Demanda no deficitaria de vivienda de una dimensión<br />

importante (alquiler, segunda vivienda, etc.).<br />

• Niveles de pobreza de gran incidencia sobre la población.<br />

• Limitaciones severas de la capacidad de pago de los<br />

hogares no pobres.<br />

• Necesidad de subsidios para apalancar la demanda de<br />

los hogares de menores ingresos y pobres.<br />

• Alta demanda insatisfecha, a nivel de la demanda<br />

efectiva total y la demanda social.<br />

• El nivel de costos de la vivienda social determina un<br />

sistema de precios que contribuye a la exclusión de los<br />

hogares más pobres con necesidades habitacionales<br />

críticas.<br />

128 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


V. LOS MO<strong>DE</strong>LOS <strong>DE</strong> GESTIÓN<br />

PÚBLICA SECTORIAL 3<br />

En los países de América Latina la atención estatal de<br />

las necesidades habitacionales de la población se inició<br />

a comienzos del Siglo XX, concentrada en la solución<br />

de problemas de tipo cualitativo, especialmente el<br />

saneamiento. A partir de 1930 se inicia un énfasis creciente<br />

en la producción directa de nuevas soluciones de vivienda,<br />

para finalizar en la década de los años 80s, cuando esta<br />

intervención, mediante el modelo de acceso universal,<br />

estaba retomando nuevamente la prioridad de las carencias<br />

cualitativas, en un nuevo escenario de lucha contra la<br />

pobreza. A partir de los 90s se generaliza en la región la<br />

implementación del modelo de subsidios directos a la<br />

demanda de vivienda (McBride, 2009).<br />

TIPO PREDOMINANTE <strong>DE</strong> MO<strong>DE</strong>LO <strong>DE</strong><br />

GESTIÓN ESTATAL SOBRE EL SECTOR<br />

VIVIENDA<br />

La intervención pública relativa a la pobreza urbana<br />

se ha visto ligada a la implementación de medidas sobre<br />

asuntos específicos, que han derivado como resultado el<br />

concentrar el énfasis en la preocupación por algunos de los<br />

instrumentos de la política de vivienda, como es el caso de<br />

subsidio a la demanda. En este sentido, el desconocimiento<br />

de la diversidad y complejidad propias de las necesidades<br />

habitacionales de los hogares, genera vulnerabilidad en el<br />

sector y en la misma política pública introduciendo con<br />

ello una concepción singular de la intervención del Estado,<br />

contraria al alcance de la función social que le compete bajo<br />

su carácter de Estado Social de Derecho.<br />

Como premisa que se desprende de lo anterior, y de<br />

manera consecuente con el carácter holístico que exige<br />

la formulación de lineamientos de política de vivienda,<br />

resulta igualmente necesario trascender el simple diseño<br />

de instrumentos que desvíen la atención sobre el análisis<br />

y tratamiento del problema de fondo, cual es la pobreza<br />

urbana. De igual forma, el reconocimiento de los procesos<br />

sociales de ocupación del territorio y de manifestaciones del<br />

mismo como es el caso de la producción social de vivienda<br />

y hábitat (en su carácter de oferta de espacio habitacional<br />

desarrollado por la población), debe trascender su mirada<br />

desde el aporte que genera en términos de contribución al<br />

crecimiento y mejoramiento del stock habitacional, hacia<br />

el potencial que concentra en materia del desarrollo de<br />

experiencias de gestión social y participación política local<br />

de importancia.<br />

La generación de soluciones habitacionales mediante<br />

las diversas formas de producción social que intervienen<br />

sobre el territorio, constituye una alternativa válida y un<br />

aporte a la atención de las necesidades habitacionales de<br />

la población. Se trata, entonces, de apoyar el despliegue<br />

de su potencialidad, controlando los efectos negativos que<br />

se forman por su falta de reconocimiento dentro de las<br />

políticas del sector hábitat y la consecuente inexistencia de<br />

programas de apoyo técnico y financiero a estos procesos.<br />

Entrando en materia, el cambio estructural más<br />

importante en la política sectorial de vivienda en América<br />

Latina ha sido el paso del modelo universal de gestión, en<br />

el cual el Estado ejerció el monopolio de la producción<br />

y financiación de vivienda social, al modelo de subsidios<br />

directos a la demanda, transición que en nuestro medio se<br />

inició a finales de la década de los años 80 y se extendió<br />

durante toda la década siguiente. Esta transformación tuvo<br />

como marco el proceso de ajuste de las economías al perfil<br />

definido como el más consecuente con la globalización,<br />

dentro del llamado Consenso de Washington.<br />

Considerando la política sectorial, es preciso anotar<br />

que los modelos de gestión pública fundamentados en los<br />

subsidios directos a la demanda, dentro de los principios<br />

del Estado facilitador, son los más comunes en la región,<br />

mientras que el correspondiente a la gestión directa por<br />

parte del Estado ha dejado de aplicarse en la mayoría de<br />

países.<br />

Sin embargo, como ya se anotó antes, las recientes<br />

medidas anti recesivas tomadas por gran parte de los<br />

gobiernos de la región retomaron elementos del modelo<br />

anterior, especialmente instrumentos orientados a estimular<br />

la producción de vivienda vía subsidios a la tasa de<br />

interés, gestión pública de proyectos habitacionales y de<br />

infraestructura, etc.<br />

En términos generales, actualmente la política sectorial<br />

en los países de la región se caracteriza por:<br />

• Participación inestable del gasto público en vivienda<br />

sobre el gasto público social y total, la cual no siempre<br />

alcanza una participación cercana al 1% del PIB,<br />

proporción considerada como apropiada para obtener<br />

resultados importantes sobre la solución del problema<br />

habitacional.<br />

• Metas cuantitativas distantes de los requerimientos<br />

nacionales de producción habitacional.<br />

• Vulnerabilidad originada por la singularidad de la<br />

política, al concentrarse en pocos programas (vivienda<br />

nueva), e instrumentos (subsidios directos y crédito<br />

hipotecario de mercado).<br />

Las limitaciones inherentes a la aplicación del modelo de<br />

subsidios directos a la demanda de vivienda, especialmente<br />

las asociadas con la imposibilidad del cierre financiero<br />

individual (ahorro y crédito, principalmente), requerido<br />

por los hogares para comprar soluciones de vivienda en el<br />

mercado, conllevaron a la mutación de este modelo hacia<br />

un sistema de subsidios directos a la demanda efectiva<br />

de vivienda de los hogares. Esta aparente modernización<br />

del subsidio de vivienda, si no está acompañada de un<br />

programa habitacional institucional público dirigido hacia<br />

la población que no cuenta con la capacidad económica<br />

suficiente para participar en el mercado de vivienda,<br />

constituye una ruptura definitiva con la posibilidad de<br />

atender las necesidades habitacionales de los hogares de<br />

bajos ingresos y, especialmente, los hogares en condición de<br />

pobreza.<br />

Es decir, esta mutación descubrió la enorme diferencia<br />

entre las concepciones que plantean la política de vivienda<br />

desde una perspectiva de mercado y las que se apoyan en<br />

una concepción de derechos.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 129


LIMITACIONES <strong>DE</strong>L MO<strong>DE</strong>LO <strong>DE</strong><br />

SUBSIDIOS DIRECTOS A LA <strong>DE</strong>MANDA <strong>DE</strong><br />

VIVIENDA<br />

Pertinencia del modelo de gestión habitacional<br />

estatal<br />

Los resultados de las políticas públicas de vivienda<br />

en América Latina están muy asociados al modelo de<br />

gestión sectorial que la mayor parte de los gobiernos<br />

aplican desde 1990, el cual se fundamenta en un sistema<br />

de subsidios directos a la demanda de los hogares con<br />

ingresos insuficientes para atender directamente y<br />

de manera autónoma sus necesidades habitacionales.<br />

Es necesario consignar primero que este modelo ha<br />

demostrado resultados muy destacados en Chile y Costa<br />

Rica, en Colombia, donde ha incidido sobre el desarrollo<br />

de algunos de los mercados habitacionales, existiendo otros<br />

países donde presenta potencialidades. Sin embargo, en la<br />

actualidad en buena parte de los programas nacionales de<br />

vivienda social se presentan unas condiciones complejas<br />

en lo que tiene que ver con la capacidad de respuesta<br />

de la población objeto y el desempeño de los mercados<br />

que participan en la formación de la oferta de soluciones<br />

habitacionales.<br />

Uno de los problemas no resueltos actualmente radica<br />

en que los programas e instrumentos de las políticas<br />

nacionales de vivienda, a excepción de Chile, prácticamente<br />

no han operado para la población de menores ingresos. De<br />

otra parte, los hogares pobres que acceden a la asignación<br />

de los subsidios generalmente desertan en el proceso por la<br />

dificultad de encontrar una oferta de vivienda de precio y<br />

características consecuentes con sus expectativas e ingresos,<br />

y la imposibilidad de gestionar los recursos propios y<br />

obtener el crédito complementario. Esto ha generado una<br />

población beneficiaria que nunca pudo resolver realmente<br />

sus necesidades habitacionales, en términos de acceder a las<br />

soluciones planteadas por la política nacional de vivienda<br />

que, además, sean aceptadas por el hogar.<br />

Para tratar esta situación y mejorar la efectividad<br />

de estos programas la normatividad se ha orientado<br />

recientemente hacia la comprobación previa del “cierre<br />

financiero” de los hogares beneficiarios y, de manera<br />

consecuente, se ha planteado para el instrumento el enfoque<br />

de subsidio a la demanda efectiva. Esto, en unos países en<br />

los cuales la población objeto está concentrada en rangos de<br />

ingresos mensuales de los hogares generalmente inferiores a<br />

dos salarios mínimos mensuales.<br />

Las políticas nacionales de vivienda enfrentan una<br />

problemática compleja y profunda, dado que han tenido<br />

como resultado visible y motivo de preocupación constante,<br />

la muy deficiente atención de los hogares en condición de<br />

pobreza y de los hogares no pobres de bajos ingresos y de<br />

ocupaciones informales de la población objeto.<br />

De la situación descrita, es necesario excluir a Brasil,<br />

donde la creación del Ministerio de las Ciudades y<br />

el proceso de los presupuestos participativos aportan<br />

elementos novedosos dentro de los modelos de gestión<br />

sectorial.<br />

Singularidad de la política<br />

Las manifestaciones concretas de la problemática de<br />

vivienda en América Latina, expresadas en la demanda<br />

de servicios habitacionales e inmobiliarios de los hogares,<br />

son complejas y diversas y la política de vivienda debe<br />

corresponder a esta condición. Sin embargo, en la región<br />

la política habitacional adolece de singularidad en la<br />

medida en que no reconoce gran parte de las formas<br />

como los hogares atienden sus necesidades habitacionales<br />

con los servicios derivados del stock habitacional. Esta<br />

singularidad generalmente se manifiesta en el propósito<br />

de atender la población objeto con énfasis en un programa<br />

y dos instrumentos: vivienda nueva, subsidio directo a la<br />

demanda y crédito, respectivamente.<br />

Esta singularidad genera vulnerabilidad en la política y<br />

en el sector de la vivienda y la construcción y es uno de los<br />

factores que aleja a los hogares de los programas públicos de<br />

vivienda.<br />

Recursos insuficientes<br />

Los recursos de las políticas nacionales de vivienda<br />

social están distantes de los requeridos, de acuerdo con<br />

la magnitud de las necesidades habitacionales críticas,<br />

represadas y marginales, como las correspondientes al<br />

déficit de vivienda, y la formación de nuevos hogares,<br />

demanda para cambio de tenencia, segunda vivienda,<br />

etc. Del análisis de la información que se presenta a<br />

continuación se infiere la necesidad de realizar mayores<br />

transferencias de recursos para la implementación de las<br />

políticas nacionales de vivienda.<br />

Gasto público social en vivienda como<br />

porcentaje del PIB<br />

El examen del gasto público en vivienda es importante<br />

en el análisis dado que éste constituye un factor estratégico<br />

en la definición de la viabilidad de una alta proporción de<br />

los hogares para atender sus necesidades habitacionales,<br />

tanto las extremas y acumuladas, como las que surgen del<br />

crecimiento de la población y de su movilidad en cuanto a<br />

tenencia, tipo de vivienda, localización residencial, etc.<br />

De acuerdo con la información de la Tabla 9, se puede<br />

afirmar que, en términos generales, el gasto público<br />

destinado a vivienda en América Latina es muy inestable<br />

y, además, bajo para atender el déficit acumulado, ya que<br />

en el mejor de los casos se destina hasta el 3% del PIB,<br />

como se registra en Cuba. Teniendo en cuenta lo anterior,<br />

es pertinente comentar que en 2005-2006 solo diez países<br />

de América Latina invirtieron más del 1,5% del PIB<br />

en vivienda, de los cuales tres pertenecen a Suramérica<br />

(Argentina, Bolivia, Uruguay, Costa Rica, Cuba, El<br />

Salvador, Guatemala, México, Nicaragua y República<br />

Dominicana).<br />

Los recursos de las políticas nacionales de vivienda<br />

social están distantes de los requeridos de acuerdo a la<br />

magnitud de las necesidades habitacionales de su población<br />

objeto. Aunque no se han realizado estudios que permitan<br />

generalizar a toda la región, existe evidencia acerca de que<br />

los países que han alcanzado resultados importantes<br />

130 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Tabla 9: Gasto público en vivienda como<br />

porcentaje del PIB (Bienios)<br />

País 1990/91 1995/96 2000/01 2005/06<br />

Argentina (U) 1,7 1,5 1,4 1,6<br />

Bolivia ND 2,6 1,8 2,1<br />

Brasil 1,5 0,7 0,9 1.0<br />

Chile 0,2 0,2 0,3 0,2<br />

Colombia 0,5 1 1,2 0,6<br />

Ecuador (U) 0 0,3 0,4 0,2<br />

Paraguay 0,5 0,6 0,5 0,9<br />

Perú ND ND 0,1 0,1<br />

Uruguay (U) 0,3 0,5 0,5 1,5<br />

Venezuela 1,7 0,9 1,3 1,4<br />

Costa Rica 1,9 1,8 1,6 1,7<br />

Cuba 4,8 5,5 2,6 3.0<br />

El Salvador ND 0,1 2,1 2,2<br />

Guatemala 0,1 1 1,6 2,4<br />

Honduras 0 0 0,2 0,1<br />

México 0,9 1,2 1,3 1,9<br />

Nicaragua 1,2 1,4 1,5 2,8<br />

Panamá 1,1 1,7 1,3 1,1<br />

República 1,8 3,1 1,6 2,1<br />

Dominicana<br />

Fuente: CEPAL. ND: No disponible (u): Urbano.<br />

respecto de las políticas nacionales de vivienda son aquellos<br />

que han destinado más del 1% anual del PIB a esta<br />

categoría del gasto social.<br />

De otra parte, la participación del gasto en vivienda<br />

sobre el gasto público total también presenta una situación<br />

heterogénea en la región, evidenciando seguramente<br />

las sensibles diferencias que existen en el tamaño de<br />

la economía, las funciones y el tamaño del Estado, la<br />

profundidad de la política social, etc. Esta información se<br />

presenta en el Gráfico 8.<br />

Una forma alternativa de medir la dimensión del gasto<br />

en vivienda de un país es recurriendo al gasto per cápita,<br />

sobre el cual la Tabla 10 presenta información pertinente a<br />

los países de la región.<br />

Haciendo la aclaración de que los datos remiten a<br />

diferentes años de referencia, se observa que los mayores<br />

gastos por habitante corresponden en su orden a Costa<br />

Rica, Cuba, México, Argentina, Panamá y República<br />

Dominicana, en un rango que va desde US$80.000<br />

hasta US$42.000. En el otro extremo, los menores gastos<br />

per cápita están muy distantes de los anteriores, entre<br />

dos y tres mil dólares, correspondiendo en este caso a<br />

Bolivia, Ecuador y Perú. En el medio se localizan la<br />

mayor parte de países, con gastos comprendidos entre<br />

siete mil y US$28.000. Nuevamente, esta composición<br />

evidencia la notable diferencia que existe en los países<br />

de la región respecto de la importancia que se asigna al<br />

sector habitacional y a la política de vivienda y hábitat en<br />

los planes de desarrollo económico y en los programas de<br />

lucha contra la pobreza. Esto es consecuencia, además de la<br />

restricción presupuestal, de las diferentes concepciones que<br />

se aplican para promover el crecimiento de la economía.<br />

Gráfico 8: Participación del gasto público social en vivienda en el gasto público total. Países de<br />

América Latina. 2006<br />

4,0<br />

3,5<br />

3,4<br />

3,0<br />

2,9<br />

2,6 2,6<br />

2,5<br />

2,0<br />

2,0<br />

1,8 1,7 1,7 1,6<br />

1,5<br />

1,2 1,2 1,2<br />

1,1<br />

1,0<br />

0,5<br />

0,6<br />

0,3<br />

0,3 0,2<br />

0,0<br />

Bolivia (2005)<br />

Nicaragua<br />

(2005)<br />

Cuba<br />

Rep. Dominicana<br />

(2005)<br />

Guatemala<br />

México (2005)<br />

%<br />

Costa Rica<br />

Argentina<br />

Venezuela<br />

Paraguay<br />

Panamá<br />

(2004)<br />

El Salvador<br />

Brasil<br />

Colombia<br />

Uruguay<br />

(2005)<br />

Chile<br />

Ecuador<br />

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 131


Tabla 10: Gasto público social en vivienda por<br />

habitante<br />

País Miles de US$ de 2000<br />

Argentina-2003 76<br />

Bolivia-2003 2<br />

Brasil- 2004 7<br />

Chile 2003 10<br />

Colombia-2001 18<br />

Ecuador 2004 2<br />

Paraguay 2004 8<br />

Perú -2001 3<br />

Uruguay 2003 18<br />

Venezuela 2004 27<br />

Costa Rica-2004 80<br />

Cuba-2004 78<br />

El Salvador-2004 19<br />

Guatemala-2004 28<br />

Honduras-2004 17<br />

México-2004 77<br />

Nicaragua-2004 17<br />

Panamá-2004 51<br />

República Dominicana 2003 42<br />

Fuente: CEPAL: Base de datos sobre gasto social.<br />

Es necesario precisar que en este caso también existen<br />

diferentes metodologías para definir el gasto público<br />

sectorial, especialmente en la cobertura territorial y los<br />

tipos de gasto que se imputan. En algunos casos, los<br />

datos corresponden al nivel central, en otros comprende<br />

el anterior y el gasto público local. Se contabiliza el gasto<br />

en subsidios para adquisición de vivienda solamente, y en<br />

otros se agregan el gasto en programas de subsidios a la<br />

tasa de interés, titulación, arrendamientos temporales, etc.<br />

Esto destaca, nuevamente, la importancia de trabajar las<br />

estadísticas de la región para superar estas limitaciones que<br />

afectan la validez y el alcance de la información disponible.<br />

LOGROS <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA EN <strong>LAS</strong><br />

POLÍTICAS <strong>DE</strong> VIVIENDA Y HÁBITAT<br />

Planteadas las anteriores consideraciones, también es<br />

importante reconocer que en la región se han alcanzado<br />

importantes logros en el desarrollo y consolidación de<br />

programas e instrumentos de las políticas sectoriales, los<br />

cuales actualmente cuentan con un claro reconocimiento a<br />

nivel internacional. Sin ser exhaustivo, se pueden plantear<br />

los siguientes (Lincoln Institute of Land Policy, 2010):<br />

• Argentina: Grandes operaciones urbanas. Puerto<br />

Madero, modelo de gestión público-privada.<br />

• Brasil y Colombia: Los metros de superficie, Bus Rapid<br />

Transit, BRT, tipo sistema TransMilenio (Colombia).<br />

• Chile: El subsidio directo a los hogares demandantes de<br />

vivienda social, como ejemplo de una gestión pública<br />

sin corrupción.<br />

• Colombia: Desarrollo de la participación en plusvalías<br />

en los procesos de gestión del suelo urbano.<br />

• El Salvador: Producción masiva de vivienda social, a<br />

cargo de empresas privadas, sin aplicación de subsidios<br />

estatales. Proyecto Alta Vista.<br />

• Perú: Programas de titulación masiva.<br />

VI. POBREZA Y DISTRIBUCIÓN<br />

<strong>DE</strong>L INGRESO<br />

El desarrollo de este tema al final del documento<br />

no es casual, dado que las condiciones de pobreza y de<br />

distribución del ingreso de los hogares de América Latina<br />

constituyen un resultado del conjunto de sus características<br />

socioeconómicas, las cuales son determinantes de la forma<br />

como se atienden sus necesidades habitacionales, los<br />

consecuentes niveles de calidad habitacional y de vida y de<br />

las posibilidades de los hogares de superarlas.<br />

En la parte inicial del documento se mencionó que<br />

la lucha de largo plazo contra la pobreza se concentra en<br />

programas sociales que aseguren la acumulación de capital<br />

humano, la cual está relacionada con los activos de las<br />

personas y del hogar. Dentro de este marco, la vivienda<br />

es un activo estratégico en la lucha contra la pobreza. Sin<br />

embargo, en la relación de los ciudadanos con el hábitat<br />

existen condiciones que contribuyen a la creación de la<br />

pobreza y a su realimentación, algunas de las cuales hacen<br />

parte del concepto que las define como trampas de pobreza.<br />

Una de ellas es la trampa física y geográfica, la cual se<br />

manifiesta a través de hechos generados por las condiciones<br />

geográficas de la región en la que reside el hogar; y las<br />

oportunidades laborales, de producción y de habitabilidad<br />

que ese territorio le puede ofrecer a esa familia. Otra, es la<br />

trampa ambiental, expresada por degradación ambiental y<br />

muy relacionada con asentamientos de vivienda en zonas de<br />

riesgo (López, Núñez, 2007).<br />

Los indicadores que se comentan en este punto<br />

advierten con claridad sobre los desequilibrios regionales<br />

y nacionales que existen en los países de América Latina,<br />

lo cual evidencia la presencia de problemas críticos de<br />

pobreza y de distribución del ingreso, con los consecuentes<br />

efectos negativos sobre la calidad de vida de la población,<br />

las limitaciones en su nivel de desarrollo humano y<br />

las implicaciones sobre la integración económica y la<br />

competitividad global de la región.<br />

POBREZA E INDIGENCIA<br />

En el Gráfico 10 se presenta información por país,<br />

relativa a la proporción de población en condición de<br />

pobreza e indigencia en el año 2006. Una primera<br />

observación resalta la marcada desigualdad en el indicador<br />

de pobreza, entre el valor máximo y mínimo, dado<br />

que Honduras quintuplica a Chile en la proporción de<br />

habitantes en esta condición. A nivel de indigencia, esta<br />

relación es extrema, dado que Honduras supera en 14.5<br />

132 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


veces a Chile. Observando la totalidad de la información es<br />

claro que los países que han obtenido logros importantes se<br />

han distanciado de los otros, especialmente en la reducción<br />

de la población indigente.<br />

Se registra también que en la región existen cuatro<br />

grupos de países, según la proporción de pobreza de su<br />

población. Los menos pobres, Chile, Uruguay, Costa Rica,<br />

Argentina, con un máximo de 21%. Luego, Venezuela,<br />

Panamá, Brasil y México, hasta 31.7%. Un grupo de cinco<br />

países se localiza entre 42.6% y 47.5% de pobreza. Los<br />

más pobres parten de 54%, Bolivia, hasta 68.9%, que<br />

corresponde a Honduras.<br />

Aunque no fue posible disponer de información para el<br />

mismo año anterior, en la Tabla 11 se presenta información<br />

sobre pobreza e indigencia, desagregada a nivel urbano<br />

y rural. Nuevamente Nicaragua, Honduras y Paraguay<br />

presentan las mayores proporciones de pobreza urbana<br />

(55% a 63.8%), a una distancia significativa de Chile,<br />

(18.5% en 2003). Es interesante anotar también que este<br />

país también presenta la menor proporción de pobreza<br />

rural, con el 20% de la población. La pobreza rural presenta<br />

una mayor incidencia, al punto que mientras solo cuatro<br />

países tienen más de un 50% de su población en pobreza en<br />

la parte urbana, en la rural esta proporción se presenta en<br />

diez de los dieciocho países.<br />

Respecto de la indigencia, en el sector urbano se<br />

presenta una distribución por países similar a la comentada<br />

para la pobreza, en el sentido de coincidir los mismos con<br />

los mayores porcentajes, y también el correspondiente a<br />

la menor proporción de la población en esta condición.<br />

La indigencia rural tiene manifestaciones muy altas en<br />

Honduras, Nicaragua, Bolivia y Paraguay, en un rango que<br />

va desde 69.4% hasta 44.2%.<br />

Tabla 11: Porcentaje de la población en<br />

situación de pobreza e indigencia (2006)<br />

País Pobreza* Indigencia**<br />

Urbano Rural Urbano Rural<br />

Argentina*** 26,0 ND 9,1 ND<br />

Bolivia (2003) 53,8 80,6 20,2 58,8<br />

Brasil 32,8 53,2 8,2 22,1<br />

Chile (2003) 18,5 20,0 4,4 6,2<br />

Colombia 45,4 50,5 18,2 25,6<br />

Ecuador 45,2 54,5 17,1 29,2<br />

Paraguay 55,0 68,1 23,2 44,2<br />

Uruguay*** 18,8 ND 4,1 ND<br />

Costa Rica 20,0 22,7 5,6 9,0<br />

El Salvador (2004) 41,2 56,8 13,8 26,6<br />

Guatemala (2002) 45,3 68,0 18,1 37,6<br />

Honduras (2003) 62,7 84,8 35,1 69,4<br />

México 28,5 47,5 5,8 21,7<br />

Nicaragua (2001) 63,8 76,9 33,2 54,9<br />

Panamá 24,4 47,8 7,7 29,4<br />

República<br />

Dominicana<br />

45,4 51,4 22,3 28,8<br />

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006. ND: No disponible.<br />

* Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al doble del<br />

costo de una canasta básica de alimentos. Incluye la población en<br />

situación de indigencia. ** Porcentaje de personas cuyo ingreso es<br />

inferior al costo de una canasta básica de alimentos.<br />

Gráfico 9: Pobreza e indigencia en América Latina. 2006<br />

80<br />

70<br />

60<br />

50<br />

40<br />

30<br />

20<br />

10<br />

0<br />

21,0<br />

42,6<br />

16,0<br />

31,7<br />

8,7<br />

30,3<br />

8,5<br />

29,0<br />

12,0<br />

28,5<br />

8,5<br />

21,0<br />

7,2<br />

18,6<br />

5,3<br />

3,1<br />

3,2<br />

% Hogares<br />

31,9<br />

31,6<br />

29,1<br />

31,2<br />

19,0<br />

20,2<br />

16,1<br />

18,1<br />

13,7<br />

34,1<br />

12,6<br />

68,9<br />

45,6<br />

61,9<br />

60,5<br />

54,8<br />

54,0<br />

47,5<br />

46,8<br />

44,5<br />

44,5<br />

Pobreza* Indigencia**<br />

Honduras (2007)<br />

Nicaragua (2005)<br />

Paraguay (2007)<br />

Guatemala (2006)<br />

Bolivia (2007)<br />

El Salvador (2004)<br />

Colombia (2005)<br />

Perú (2006)<br />

República<br />

Dominicana (2007)<br />

Ecuador (2007)<br />

México (2006)<br />

Brasil (2007)<br />

Panamá (2007)<br />

Venezuela (2007)<br />

Argentina<br />

(Urbano, 2006)<br />

Costa Rica (2007)<br />

Uruguay<br />

(Urbano, 2007)<br />

Chile (2006)<br />

América Latina<br />

(2007)<br />

Fuente: UN-Hábitat, DAPD, DANE. * Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al doble del costo de una canasta básica de alimentos.<br />

Incluye la población en situación de indigencia. ** Porcentaje de personas cuyo ingreso es inferior al costo de una canasta básica de<br />

alimentos.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 133


DISTRIBUCIÓN <strong>DE</strong>L INGRESO, SEGÚN EL<br />

COEFICIENTE <strong>DE</strong> GINI<br />

El coeficiente de Gini, el cual generalmente se utiliza<br />

como un indicador de la desigualdad de los ingresos,<br />

registra la diferencia significativa que existe entre los países<br />

desarrollados de la Unión Europea, UE, y los de América<br />

Latina. En efecto, mientras que en la UE los menores<br />

índices se concentran en el rango 0.2-0.4, en la región<br />

cuatro países reportan coeficientes cercanos a 0.6, como<br />

es el caso de Brasil y Guatemala, con 0.59 y Colombia<br />

y Honduras, con 0.58. Como referente de máxima desigualdad<br />

se puede mencionar que el coeficiente llega a 0.6-<br />

0.7 en varios países africanos (Medina, Fernando. 2001).<br />

Tabla 12: Coeficiente de Gini Total para<br />

América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1)<br />

País Año Coeficiente Año Coeficiente<br />

Argentina 1999 0,54 2006 0,52<br />

Bolivia 1999 0,59 2007 0,57<br />

Brasil 1999 0,64 2008 0,59<br />

Chile 1998 0,56 2007 0,52<br />

Colombia 1999 0,57 2005 0,58<br />

Costa Rica 1999 0,47 2008 0,47<br />

Ecuador - - 2008 0,50<br />

El Salvador 1999 0,52 - -<br />

Guatemala 1998 0,56 2006 0,59<br />

Honduras 1999 0,56 2007 0,58<br />

México 1998 0,54 2008 0,52<br />

Nicaragua 1998 0,58 2005 0,53<br />

Panamá - - 2008 0,52<br />

Paraguay 1999 0,57 2008 0,53<br />

Perú 1999 0,55 2008 0,48<br />

República - - 2008 0,55<br />

Dominicana<br />

Uruguay - - 2008 0,45<br />

Venezuela 1999 0,50 2008 0,41<br />

Fuente: CEPAL<br />

La mejor situación se presenta en Venezuela (0.41),<br />

Uruguay (0.45), Costa Rica (0.47) y Perú (0.48),<br />

destacándose que estas dimensiones de la desigualdad se<br />

encuentran próximas a la estimada para Estados Unidos.<br />

En este marco, es importante destacar que cuatro países<br />

han logrado reducciones importantes, como es el caso<br />

de Brasil y Nicaragua, con 0.5 en los últimos diez años,<br />

y Perú y Venezuela, con 0.7 y 0.9, en el mismo período,<br />

respectivamente. Costa Rica no ha presentado cambios,<br />

mientras que en tres países el coeficiente ha aumentado:<br />

Guatemala, Honduras y Colombia, en orden de<br />

incremento. (Tabla 12).<br />

Tabla 13: Coeficiente de Gini Total URBANO para<br />

América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1)<br />

País Año Coeficiente Año Coeficiente<br />

Argentina 1999 0,54 2006 0,51<br />

Bolivia 1999 0,50 2007 0,50<br />

Brasil 1999 0,63 2008 0,59<br />

Chile 1998 0,55 2006 0,52<br />

Colombia 1999 0,56 2005 0,59<br />

Costa Rica 1999 0,45 2008 0,47<br />

Ecuador 1999 0,53 2008 0,48<br />

El Salvador 1999 0,46 - -<br />

Guatemala 1998 0,52 2006 0,55<br />

Honduras 1999 0,52 2007 0,49<br />

México 1998 0,50 2008 0,49<br />

Nicaragua 1998 0,55 2005 0,50<br />

Panamá 1999 0,50 2008 0,47<br />

Paraguay 1999 0,50 2008 0,47<br />

Perú 1999 0,50 2008 0,42<br />

República - - 2008 0,55<br />

Dominicana<br />

Uruguay 1999 0,44 2008 0,45<br />

Venezuela 1999 0,50 2008 0,41<br />

Fuente: CEPAL<br />

A nivel urbano, los menores coeficientes, como lo<br />

muestra la Tabla 13, se presentan en Perú con 0.42,<br />

Uruguay 0.45, y Costa Rica, Panamá y Paraguay con 0.47.<br />

La mayor desigualdad, como para el total país, coincide en<br />

Brasil y Colombia, donde el coeficiente es de 0.59.<br />

En la parte rural de los países de América Latina se<br />

presenta una situación bien diferente, dado que en este caso,<br />

las medidas menores del coeficiente de Gini se reportan<br />

en Paraguay, Uruguay y Perú, con 0.28, 0.39 y 0.42,<br />

respectivamente, como se aprecia en la Tabla 14. La mayor<br />

desigualdad corresponde a Bolivia (0.6) y Honduras (0.57).<br />

Tabla 14: Coeficiente de Gini Total Rural para<br />

América Latina y El Caribe (valores entre 0 y 1)<br />

País Año Coeficiente Año Coeficiente<br />

Argentina 1999 0,64 2007 0,60<br />

Bolivia 1999 0,58 2008 0,53<br />

Brasil 1998 0,49 2006 0,51<br />

Chile 1999 0,53 2005 0,50<br />

Colombia 1999 0,46 2008 0,44<br />

Costa Rica - - 2008 0,46<br />

Ecuador 1999 0,46 - -<br />

El Salvador 1998 0,51 2006 0,53<br />

Guatemala 1999 0,51 2007 0,57<br />

Honduras 1998 0,48 2008 0,49<br />

México 1998 0,55 205 0,50<br />

Nicaragua - - 2008 0,55<br />

134 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


País Año Coeficiente Año Coeficiente<br />

Panamá 1999 0,57 2008 0,28<br />

Paraguay 1999 0,43 2008 0,42<br />

Perú - - 2008 0,49<br />

República - - 2008 0,39<br />

Dominicana<br />

Uruguay - - 2008 0,46<br />

Venezuela 1999 0,50 2008 0,41<br />

Fuente: CEPAL<br />

En la Tabla 15 se presenta el coeficiente de Gini para<br />

las algunas de las principales ciudades de América Latina,<br />

de la cual se puede concluir, a nivel general, que, si bien las<br />

grandes ciudades son menos pobres que su país, también<br />

tienden a ser más desiguales.<br />

Tabla 15: Coeficiente de GINI de las principales<br />

ciudades de América Latina<br />

Ciudades GINI Ciudades GINI<br />

Brasilia (2005) 0,64 Bogotá (2006) 0,53<br />

Belo Horizonte(2005) 0,61 Buenos Aires ( 2005) 0,52<br />

São Paulo (2005) 0,61 Guatemala (2004) 0,5<br />

Río de Janeiro (2005) 0,6 Caracas (2002) 0,48<br />

Curitiba (2005) 0,59 Montevideo (2005) 0,46<br />

México (2005) 0,56 Lima ( 2007) 0,45<br />

Santiago (2006) 0,55 Guadalajara (2005) 0,4<br />

Quito (1991) 0,54<br />

Fuente: UN-HABITAT GLOBAL Urban Observatory, 2008<br />

A nivel internacional los avances más importantes en<br />

el mejoramiento de la distribución del ingreso, expresados<br />

en la reducción del Coeficiente de Gini, se han presentado<br />

en China, explicados en buena parte por el intenso proceso<br />

de urbanización y una inversión pública significativa en<br />

las zonas rurales pobres. Esto confirma que en materia de<br />

mejoramiento general de las condiciones de calidad de vida<br />

el motor es la ciudad, porque la ciudad está más relacionada<br />

con el desarrollo, el territorio y, consecuentemente, con<br />

el desarrollo urbano regional. La vivienda, a su vez, es<br />

un atributo de la ciudad. Sin embargo, volviendo a la<br />

urbanización reciente de China, es pertinente plantear<br />

una reflexión sobre las consecuencias ambientales de este<br />

proceso (Giraldo; García; Ferrari; Bateman, 2009).<br />

Sobre las ciudades, es interesante advertir que<br />

estas registran un mayor ingreso per cápita que el<br />

correspondiente al total de su país. En segundo lugar, se<br />

confirma que a nivel urbano y de las ciudades mayores, la<br />

región también presenta diferencias significativas, al punto<br />

que la ciudad con menor producto por habitante (La Paz),<br />

es superada en más de diez veces por la que reporta el<br />

mayor PIB per cápita, en este caso, Brasilia. Once ciudades<br />

tienen un producto por habitante superior a US$10.000 y<br />

una de ellas está por encima de US$20.000. Sin embargo,<br />

la distancia respecto de los países desarrollados es enorme,<br />

si se considera que en estos casos el PIB por habitante se<br />

concentra en el rango de US$40.00-50.000 (CEPAL). El<br />

PIB per cápita de Miami es del orden de US$28.000. La<br />

Tabla 16 presenta la información por ciudad para América<br />

Latina.<br />

Tabla 16: PIB per cápita de las principales<br />

ciudades de América Latina y el Caribe (2008)<br />

País Área urbana PIB per cápita<br />

2008 (Dólares)<br />

Bolivia La Paz 2.057<br />

Paraguay Asunción 2.078<br />

Guatemala Ciudad de Guatemala 3.874<br />

Honduras Tegucigalpa 4.082<br />

Ecuador Quito 4.261<br />

El Salvador San Salvador 4.284<br />

Perú Lima 4.678<br />

Brasil Campinas 4.687<br />

Brasil Salvador de Bahía 5.193<br />

Brasil Fortaleza 5.372<br />

Ecuador Guayaquil 6.011<br />

Colombia Cali 6.555<br />

Costa Rica San José 6.882<br />

Rep. Dominicana Santo Domingo 7.257<br />

Brasil Recife 7.321<br />

Brasil Belo Horizonte 7.438<br />

México Puebla 7.569<br />

Brasil Rio de Janeiro 8.489<br />

Colombia Bogotá 9.106<br />

México Guadalajara 9.254<br />

Colombia Medellín 9.779<br />

Brasil Curitiba 10.458<br />

Uruguay Montevideo 10.631<br />

México Ciudad de México 11.170<br />

Venezuela Caracas 11.405<br />

Panamá Ciudad de Panamá 11.541<br />

Brasil Porto Alegre 12.174<br />

Argentina Buenos Aires 12.232<br />

Chile Santiago 12.243<br />

Brasil São Paulo 14.214<br />

México Monterrey 15.784<br />

Brasil Brasilia 20.708<br />

Fuente: América Economía. Mejores ciudades para hacer negocios<br />

2009<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 135


Tabla 17: Distribución del ingreso de las personas por deciles, según área geográfica<br />

(Porcentaje del ingreso nacional total, 2008)<br />

País Decil 1 Decil 2 Decil 3 Decil 4 Decil 5 Decil 6 Decil 7 Decil 8 Decil 9 Decil 10<br />

Bolivia (2007) 0.39 1.6 2.62 3.59 4.87 6.6 8.53 11.28 17,00 43.51<br />

Brasil 0.81 1.82 2.65 3.57 4.53 5.85 7.45 9.8 14.84 48.69<br />

Chile (2006) 1.47 2.59 3.42 4.28 5.24 6.43 8.04 10.55 15.5 42.48<br />

Colombia (2005) 0.85 1.97 2.8 3.6 4.5 5.66 7.23 9.66 14.64 49.09<br />

Costa Rica 1.49 2.93 3.92 4.87 5.93 7.42 9.23 11.6 16.2 36.39<br />

Ecuador 1.45 2.47 3.53 4.52 5.64 7.01 8.67 11.26 16.1 39.34<br />

El Salvador (2004) 0.98 2.46 3.63 4.72 5.88 7.31 9.32 12.09 16.94 36.67<br />

Guatemala (2006) 1.02 1.8 2.6 3.56 4.61 5.82 7.61 10.11 15.17 47.71<br />

Honduras (2007) 0.59 1.33 2.17 3.31 4.71 6.43 8.59 11.72 17.41 43.74<br />

México 1.45 2.56 3.47 4.42 5.48 6.75 8.46 10.86 15.3 41.24<br />

Nicaragua 1.19 2.29 3.16 4.17 5.27 6.63 8.32 10.68 15.19 43.11<br />

Panamá 0.89 1.95 3.11 4.22 5.54 7.13 9.14 11.9 16.85 39.28<br />

Paraguay 1.16 2.29 3.28 4.29 5.38 6.79 8.61 11.14 15.7 41.37<br />

Perú 1.43 2.6 3.68 4.82 6.08 7.65 9.58 12.07 16.33 35.76<br />

Rep. Dominicana 0.95 1.98 2.85 3.87 5.04 6.51 8.43 11.3 16.73 42.35<br />

Uruguay 1.83 3.12 4.15 5.19 6.36 7.72 9.51 11.95 16.36 33.81<br />

Venezuela 1.82 3.41 4.55 5.69 6.92 8.31 10.05 12.42 16.39 30.44<br />

Fuente: CEPAL. Anuario estadístico 2006.<br />

DISTRIBUCIÓN <strong>DE</strong>L INGRESO POR<br />

<strong>DE</strong>CILES <strong>DE</strong> INGRESO PER CÁPITA<br />

Otra medida relacionada con la desigualdad es la<br />

distribución del ingreso per cápita, la cual está asociada con<br />

la concentración del ingreso. En la Tabla 17 se confirma<br />

que este problema en la región también muestra perfiles<br />

críticos, dado que, a excepción de Venezuela, Uruguay,<br />

Perú, Costa Rica y El Salvador, en los demás países el 10%<br />

más rico de la población concentra entre el 40% y 50% del<br />

ingreso total, presentando Colombia la mayor proporción,<br />

con 49.09%. Sin embargo, para toda la región este<br />

porcentaje es, desde todo punto de vista, extremo cuando<br />

se contabiliza el 30% más rico de la población, es decir el<br />

ingreso de los deciles 8, 9 y 10.<br />

En el otro extremo, el 10% más pobre de la población<br />

(por ingreso per cápita), recibe menos del 1% del ingreso<br />

total en Bolivia, Brasil, Colombia, El Salvador, Honduras,<br />

Panamá y República Dominicana.<br />

Una conclusión inmediata de la revisión general de estos<br />

indicadores permite confirmar que en la región existe una<br />

condición crítica de inequidad que conforma un escenario<br />

complejo para la efectiva atención de las necesidades y<br />

derechos de los ciudadanos, especialmente aquellas que<br />

requieren el concurso del ingreso de los hogares, como es el<br />

caso de las necesidades habitacionales.<br />

Confirmando el panorama de inequidad en la región,<br />

en la Tabla 18 se consigna información sobre el consumo<br />

per cápita, a precios constantes del año 2.000. En primera<br />

instancia, es clara la diferencia de Argentina y Uruguay<br />

respecto de los países que le siguen en el tamaño del<br />

consumo. En segundo lugar, la distancia entre el menor<br />

consumo y el mayor es de 8.8 veces, al punto que el menor,<br />

Nicaragua, equivale a una suma de 2.4 dólares diarios.<br />

Tabla 18: América Latina, Consumo total por<br />

habitante (2000)<br />

País *<br />

US$ a precios<br />

constantes<br />

País *<br />

Argentina (G) 7.699 Cuba (P) 3.613<br />

México (G) 5.690 República 3.301<br />

Dominicana (P)<br />

Brasil (G) 3.576 El Salvador (P) 2.364<br />

Chile (M) 5.216 Guatemala (P) 1.592<br />

Venezuela (M) 4.962 Honduras (P) 1.320<br />

Colombia (M) 2.409 Ecuador (P) 1.318<br />

Perú (M) 2.289 Paraguay (P) 1.307<br />

Uruguay (P) 6.301 Bolivia (P) 978<br />

Panamá (P) 4.081 Nicaragua (P) 875<br />

Costa Rica (P) 3.765 América Latina 4.022<br />

US$ a precios<br />

constantes<br />

Fuente: CEPAL.. * (G): Países Grandes; (M): Países Medianos;<br />

(P): Países Pequeños.<br />

136 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


ÍNDICE <strong>DE</strong> <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO<br />

“El desarrollo humano sitúa a las personas en el centro<br />

del desarrollo. Se trata, en este sentido, de que las personas<br />

desarrollen su potencial, aumenten sus posibilidades y<br />

disfruten de la libertad para vivir la vida que valoran”<br />

(PNUD, 2009). Esta medición considera una serie de<br />

indicadores con los cuales se pretende hacer una lectura<br />

integral del desarrollo que trascienda el concepto de<br />

crecimiento económico y los indicadores convencionales<br />

que relacionan la economía y la población. Respecto de<br />

América Latina, hay que empezar por decir que ningún país<br />

clasifica dentro de la categoría de Desarrollo Humano muy<br />

Alto (0.900 a 1.000) y los primeros países se ubican a partir<br />

del puesto 44, en el rango correspondiente a Desarrollo<br />

Humano Alto (0.800-0-900), donde se clasifican siete<br />

países del total analizado, como se observa en la Tabla<br />

19. En la región el mayor índice corresponde a Chile, con<br />

0.878, frente a Noruega, que registra el valor más alto con<br />

0.971.<br />

La mayor parte de los países se clasifica en la categoría<br />

Desarrollo Humano Medio (0.500-0.800), siendo<br />

Nicaragua el país que registra el menor valor.<br />

Tabla 19: Clasificación según el Índice de<br />

Desarrollo Humano, IDH<br />

Clasificación 1980 2000 2005 2007<br />

Desarrollo Humano Alto<br />

44 Chile 0,743 0,845 0,867 0,878<br />

49 Argentina 0,804 0,862 0,869 0,866<br />

50 Uruguay 0,782 0,842 0,852 0,865<br />

51 Cuba 0,838 0,863<br />

53 México 0,739 0,814 0,829 0,854<br />

54 Costa Rica 0,772 0,830 0,846 0,854<br />

58 Venezuela 0,694 0,772 0,791 0,844<br />

60 Panamá 0,737 0,797 0,812 0,840<br />

75 Brasil 0,685 0,789 0,800 0,813<br />

77 Colombia 0,795 0,807<br />

78 Perú 0,712 0,795 0,778 0,806<br />

80 Ecuador 0,777 0,806<br />

Desarrollo Humano Medio<br />

90 República 0,701 0,749 0,755 0,777<br />

Dominicana<br />

101 Paraguay 0,678 0,772 0,761<br />

106 El Salvador 0,689 0,744 0,736 0,747<br />

112 Honduras 0,553 0,677 0,695 0,732<br />

113 Bolivia 0,578 0,668 0,700 0,729<br />

122 Guatemala 0,550 0,667 0,689 0,704<br />

124 Nicaragua 0,593 0,671 0,710 0,699<br />

Fuente: Tablas ONU, HDI 2009; PNUD, Informe Sobre el Desarrollo<br />

Humano 2009.<br />

LA RELACIÓN ENTRE LA PRECARIEDAD<br />

HABITACIONAL Y LA POBREZA<br />

La pobreza, como se ha comentado antes, se manifiesta<br />

territorialmente y espacialmente en la vivienda. Por esta<br />

razón, la pobreza se examina en este documento desde la<br />

perspectiva habitacional, reconociendo que este enfoque<br />

no desconoce la importancia definitiva del empleo y los<br />

ingresos de la población en la formación y superación de los<br />

procesos de pobreza.<br />

Este tema se desarrolla tomando a Colombia como<br />

caso ilustrativo, dado que en la región no se dispuso<br />

de información comparable para este trabajo. Los<br />

resultados que se presentan en los primeros dos numerales,<br />

relacionados con la tenencia de vivienda y la pobreza, y<br />

la aplicación del principio de gastos soportables, como<br />

atributo del concepto de vivienda adecuada, son tomados<br />

de la investigación Lineamientos para la formulación de<br />

la política pública de vivienda para población desplazada,<br />

realizada para la Comisión de Seguimiento a la Política<br />

Pública Sobre Desplazamiento Forzado de Colombia<br />

(2009), en la cual participó el autor. El tercer numeral,<br />

donde se trata la relación entre el déficit de vivienda, la<br />

tenencia y la probabilidad de pobreza de los hogares,<br />

contiene algunos resultados que hacen parte del informe<br />

final de la investigación Las condiciones habitacionales de<br />

los hogares y su relación con la pobreza, realizada por el<br />

autor para la Misión para el Diseño de una Estrategia de<br />

Reducción de la Pobreza y la Desigualdad, MERPD, de<br />

Colombia (Torres, 2007).<br />

Esto, sin embargo, no significa que no existan estudios<br />

como estos en la región. Más bien, implica la necesidad<br />

de realizar un mayor esfuerzo para localizar y compilar<br />

esta información, dentro del desarrollo de iniciativas que<br />

viabilicen la estructuración de sistemas de información,<br />

observatorios urbanos, etc.<br />

La relación entre los tipos de tenencia de la<br />

vivienda y la pobreza<br />

La consecuencia social del rezago del tamaño del<br />

stock habitacional y del insuficiente flujo de generación de<br />

unidades nuevas de origen formal con niveles apropiados<br />

de calidad, sumado a las limitaciones de la capacidad<br />

económica de los hogares para atender sus necesidades<br />

habitacionales, se expresa en manifestaciones críticas, entre<br />

ellas la relación de las formas de tenencia y la pobreza.<br />

Esta relación reúne, desde la oferta, las fallas del mercado<br />

y los vacíos de la política pública de vivienda, con las<br />

restricciones asociadas en América Latina con los ingresos<br />

de los hogares, desde la demanda.<br />

En esta dirección y tomando a Colombia como ejemplo,<br />

la Tabla 20 evidencia cómo los propietarios que llegaron a<br />

esa condición con base en sus propios recursos, al margen<br />

de la política pública, sin asistencia técnica y marginados<br />

del circuito comercial del mercado habitacional, constituyen<br />

la mayor proporción de hogares en condición de pobreza<br />

en el país, cuando esta población se clasifica según tipo de<br />

tenencia de la vivienda.<br />

<strong>DE</strong>SARROLLO SOCIAL: LA POBREZA URBANA Y <strong>LAS</strong> CONDICIONES <strong>DE</strong> VIVIENDA 137


Tabla 20: Distribución de los hogares según<br />

tenencia de vivienda y condición de pobreza<br />

en Colombia (2007)<br />

Tipo de tenencia No pobre Pobre<br />

Total 100 100<br />

Propia 52.5 46.8<br />

En arriendo o subarriendo 35.8 30.7<br />

En usufructo 10.3 18.9<br />

Otra 1.4 3.6<br />

Fuente: DANE. Encuesta de Ingresos y Gastos.<br />

Sobre esta situación es pertinente predicar, al menos,<br />

las siguientes dos observaciones: El alto costo de los<br />

alquileres es, proporcionalmente respecto del ingreso, más<br />

severo en los hogares pobres, lo cual los induce a buscar<br />

soluciones en el espectro de las ofertas de la urbanización<br />

ilegal, donde, vía la “propiedad”, aumentan el riesgo de<br />

caer en trampas de pobreza, en las cuales esta condición se<br />

tornará crónica. En segundo lugar, llama la atención que en<br />

Estados Unidos parte de las medidas para enfrentar la crisis<br />

económica y proteger a los deudores hipotecarios tomaron<br />

como población objeto a los hogares cuyo gasto en vivienda<br />

representa más del 31% de su ingreso. Esto, existiendo de<br />

por medio una distancia enorme en términos de ingreso per<br />

cápita. (Wall Street Journal, febrero de 2009)<br />

Esta problemática composición de la población pobre<br />

debe ser una prioridad de atención de la política pública de<br />

vivienda social, confirmando la importancia de asociar los<br />

programas de mejoramiento habitacional y de barrios con<br />

los programas de lucha contra la pobreza.<br />

NOtas:<br />

1. Este punto se relaciona principalmente con el sector de la construcción, dado que el análisis de los<br />

agregados macroeconómicos, se trata en el capítulo “Importancia económica de las ciudades”.<br />

2. Los temas tratados sobre los modelos de gestión sectorial tienen como fuente de información la opinión<br />

de los expertos regionales consultados en el marco de una investigación realizada por el CENAC para el<br />

Instituto Colombiano de Productores de Cemento, ICPC (ICPC; CENAC, 2006)<br />

3. Los temas tratados sobre los modelos de gestión sectorial tienen como fuente de información la opinión<br />

de los expertos regionales consultados en el marco de una investigación realizada por el CENAC para el<br />

Instituto Colombiano de Productores de Cemento, ICPC (ICPC; CENAC, 2006)<br />

138 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


140 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Retos Urbano Ambientales<br />

Disturbio Climático en<br />

América Latina y el Caribe<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 141


142 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. LATINOAMERICA Y EL<br />

CARIBE: EN UN PUNTO <strong>DE</strong><br />

INFLEXIÓN PREOCUPANTE<br />

Las proyecciones hacia el futuro determinan que podría<br />

haber un aumento de hasta 1,7°C de temperatura para el<br />

2050 y hasta 4°C para el final de este siglo, lo que sería<br />

catastrófico para la sustentabilidad de vida en el planeta,<br />

tal y como la conocemos hoy. Los niveles de aumento del<br />

nivel del mar han alcanzado 2 a 3 mm/año desde 1980<br />

en la región. Han sido observados también cambios en los<br />

patrones de precipitaciones, con algunas áreas recibiendo<br />

más lluvias—sur de Brasil, Paraguay, Uruguay, nordeste<br />

de Argentina y noroeste de Perú—y otras con un menor<br />

nivel—sur de Chile, suroeste de Argentina y el sur de Perú.<br />

Finalmente, los eventos climáticos extremos se han vuelto<br />

más comunes en varias partes de la región, incluyendo<br />

más períodos de lluvias intensas y más días de sequía<br />

consecutivos (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 9).<br />

Los estudios también indican una tendencia hacia<br />

más frecuentes y fuertes tormentas y desastres naturales<br />

climáticos en la región. Desde la década de los 90, tales<br />

acontecimientos han tenido lugar en promedio una vez cada<br />

tres años—comparado con una vez cada cuatro años en el<br />

período a partir de 1950. El impacto promedio en los países<br />

afectados sería de una reducción del 2% del PBI per cápita<br />

por década. Los habitantes de América Latina y el Caribe<br />

(LAC) pagan un alto precio por estos acontecimientos. En<br />

1999, por ejemplo, se estima que 45.000 personas pueden<br />

haber muerto en inundaciones y deslizamientos de barro<br />

en Venezuela, mientras que el huracán Mitch en 1998<br />

mató entre 11.000 y 19.000 personas en toda América<br />

Central y México. Un informe calculó el daño económico<br />

en Honduras en USD 3,8 mil millones – dos tercios del<br />

PBI. De particular importancia es el reciente aumento de<br />

los huracanes que han afectado a Mesoamérica desde 1995.<br />

En el 2004, por primera vez en la historia, un huracán se<br />

formó en el Atlántico Sur y golpeó a Brasil. Y el año 2004<br />

vio el número de huracanes en el Atlántico norte llegar a<br />

14, una cifra histórica. Cuatro de los diez años más activos<br />

en cuanto a huracanes han ocurrido en los diez últimos<br />

años, y el 2008 vio a Cuba, Haití y otras islas devastadas<br />

por múltiples golpes. Juntando todos los tipos de desastres<br />

climáticos, ha habido durante las últimas décadas una<br />

tendencia positiva (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p.<br />

10-11). En particular en la Costa del Golfo de México las<br />

pérdidas provocadas por tormentas y huracanes se podrían<br />

multiplicar por diez durante los años que van de 2020 a<br />

2025, en comparación con períodos de cinco años típicos<br />

entre 1979 y 2006. En América Central y el Caribe las<br />

pérdidas se multiplicarían por tres y cuatro respectivamente<br />

durante el mismo período. Los países del Caribe seguirían<br />

siendo los más afectados, con pérdidas de más del 50% del<br />

PBI para 2020-2050, comparado con aproximadamente<br />

10% del PBI para México y 6% para América Central<br />

(ibid, p. 17).<br />

Como aparece ilustrado en el Gráfico No. 1, muchas<br />

zonas de LAC con una continua exposición a riesgos de<br />

sequías e inundaciones tendrán que lidiar respectivamente<br />

con condiciones de más sequía y precipitaciones más<br />

intensas en el futuro. El cambio climático también<br />

conducirá a un aumento del nivel del mar que afectará<br />

todas las zonas costeras. El Cuarto Informe de Evaluación<br />

del IPCC (2007) pronostica que el nivel del mar aumentará<br />

durante el siglo XXI de 18 a 59 cm por la expansión termal<br />

debido al calentamiento del aire, derretimiento de los<br />

glaciares (especialmente en Groenlandia y la Antártida) y<br />

cambios en la capacidad de almacenamiento territorial (De<br />

la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 12-13).<br />

Entre los sectores económicos de América Latina,<br />

el que probablemente sufrirá un impacto mayor y más<br />

directo, producto del cambio gradual de la temperatura<br />

y las precipitaciones, será la agricultura. También serán<br />

importantes, al menos desde una perspectiva local, los<br />

impactos económicos y sociales asociados con el aumento<br />

en la frecuencia y/o intensidad de los huracanes y tormentas<br />

tropicales, la desaparición de los glaciares tropicales en<br />

los Andes, el aumento de la tasa del nivel del mar, el<br />

descoloramiento y eventual deterioro de los arrecifes de<br />

coral en el Caribe, la posible escasez de agua debido a los<br />

cambios en los patrones de las precipitaciones, y el esperado<br />

aumento de las tasas de mortalidad y morbilidad derivados<br />

de los impactos del cambio climático sobre la incidencia<br />

de diversas enfermedades (De la Torre, Fajnzylber y Nash,<br />

2009, p. 14). Los pronósticos apuntan a que las pérdidas<br />

serían mayores en las zonas cercanas al Ecuador, mostrando<br />

posibles ganancias en algunas zonas en el Pacífico y en el<br />

sur del continente (ibid, p. 15).<br />

Las futuras disminuciones en las precipitaciones podrían<br />

causar una severa escasez de agua en regiones áridas y<br />

semiáridas de Argentina, nordeste de Brasil, norte de<br />

México, Chile, y otras regiones del continente. El número<br />

de personas en la región que vive en cuencas hidrográficas<br />

con estrés hídrico se estimó en alrededor de 22 millones en<br />

1995. Para el 2055 el número de personas viviendo en zonas<br />

con estrés hídrico aumentaría entre 6 y 20 millones. Las<br />

consecuencias económicas de esta severa escasez de agua en<br />

la región podrían llegar a ser muy grandes, particularmente<br />

porque podría llegar a causar cambios significativos en<br />

el potencial de generación hidroeléctrica de las regiones<br />

(De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 20). La prevista<br />

desaparición de los glaciares tropicales en los Andes tendrá<br />

consecuencias económicas en la disponibilidad de agua y<br />

energía hidráulica. Los países andinos son dependientes de<br />

la energía hidroeléctrica (más del 50% del suministro de<br />

electricidad en Ecuador, 70% en Bolivia y 68% en Perú).<br />

Algunas de las plantas de energía hidroeléctrica dependen<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 143


GRÁFICO 1. RIESGOS CLIMÁTICOS ESPERADOS EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Y MEDIDAS <strong>DE</strong><br />

CONCORDANCIA ENTRE DIFERENTES MO<strong>DE</strong>LOS CLIMÁTICOS (2030)<br />

Fuente: Cálculos del personal del Banco Mundial utilizando ocho modelos de circulación global; publicado en De la Torre, Augusto, Pablo<br />

Fajnzylber, John Nash. Panorama General. Desarrollo con Menos Carbono: Respuestas Latinoamericanas al Desafio del Cambio Climático.<br />

2009 Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento / Banco Mundial: Washington DC, p. 12.<br />

parcialmente del flujo de agua proveniente de los glaciares,<br />

particularmente durante las temporadas más secas<br />

(ibid, p. 18).<br />

El aumento de los niveles del mar perjudicará económicamente<br />

y de varias maneras las zonas costeras. Con<br />

el aumento del nivel del mar, el sustento económico, las<br />

infraestructuras socioeconómicas y la biodiversidad en las<br />

zonas más bajas de México, Centro América y el Caribe<br />

se verán afectadas por el aumento de salinidad en las<br />

lagunas costeras, tal como la Laguna Madre en México.<br />

La intromisión salina por el alto nivel del mar, combinada<br />

con la disminución de las precipitaciones en la región del<br />

Golfo de México, causará mayores daños en los pantanos<br />

de esta zona, reduciendo los muchos servicios ambientales<br />

que proveen, incluyendo la protección de los asentamientos<br />

humanos contra inundaciones y tormentas; control de la<br />

erosión, conservación y reposición de las tablas de agua<br />

subterránea en las costas; regulación y protección de la<br />

calidad del agua; retención de nutrientes, sedimentos y<br />

agentes de contaminación; proporcionando sustento a<br />

muchas comunidades humanas establecidas a lo largo de la<br />

costa y hábitats a aves acuáticas y vida silvestre (De la Torre,<br />

Fajnzylber y Nash, 2009, p. 18).<br />

También se espera que el cambio climático tenga<br />

múltiples impactos en la salud, como ya se están viendo.<br />

Traerá aumento en la malnutrición, particularmente en<br />

países con bajos ingresos, en segundo lugar la mortalidad<br />

y morbilidad por eventos extremos. Otros impactos<br />

incluyen el aumento de enfermedades cardio-respiratorias<br />

a causa de la disminución de la calidad del aire (debido a<br />

mayores incendios forestales y uso de combustible fósil),<br />

cambios en los impactos sobre la salud relacionados con<br />

las temperaturas (aumento del estrés por calor y muertes<br />

por frio) y un aumento de las enfermedades transmitidas<br />

a través del agua (si p. ej. los sistemas de aguas se ven<br />

sobrecargados por efecto de lluvias intensas y provocan<br />

volcado de aguas residuales en fuentes de agua potable).<br />

De especial consideración serán los efectos causados por la<br />

malaria en zonas rurales y el dengue en zonas urbanas (De<br />

la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 20).<br />

Esto nos plantea la posibilidad de considerar que la<br />

región está alcanzando puntos de inflexión e inclusive<br />

“puntos de no retorno” (tipping points)—cuando un<br />

sistema pasa abrupta e irreversiblemente de un estado<br />

a otro, con amplias consecuencias sistémicas. Ejemplos<br />

incluirían la pérdida permanente de ecosistemas y/o<br />

especies de valor y la posible interrupción de procesos<br />

intrínsecos claves del propio sistema climático—p. ej.<br />

la desaparición del Amazonas y la desintegración de<br />

glaciares y corales. Algunos impactos socio-económicos<br />

pueden ser considerados también como “peligrosos” en el<br />

sentido de que si se alcanzan ciertos niveles críticos, por<br />

ejemplo grandes impactos socio-económicos acumulativos<br />

o graves interrupciones de prácticas habituales, podrían<br />

producirse consecuencias en el bienestar humano que<br />

podrían considerarse ética o políticamente inaceptables, o<br />

incluso producir desórdenes sociales a gran escala. Algunos<br />

ejemplos podrían incluir niveles de cambio climático que<br />

provocarían una catastrófica escasez de comida o agua,<br />

extensas inundaciones costeras o la diseminación general<br />

de malaria u otras enfermedades tropicales, evidencias de<br />

lo cual ya tenemos en LAC, en particular en America<br />

Central y el Caribe (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009,<br />

p. 23-24).<br />

Estos ejemplos pretenden crear justificada alarma y<br />

motivación a la acción en relación a la rápida pérdida de<br />

la biocapacidad y aumento de la huella ecológica en la<br />

región a objeto de evitar daños irreversibles a la vida de las<br />

generaciones presentes y futuras en la región.<br />

144 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


II. Diferencias en las<br />

responsabilidades y<br />

repercusiones entre países<br />

y ciudades de América<br />

Latina y el Caribe.<br />

Para poder hacer una caracterización justa de las<br />

condiciones ambientales en LAC y sobre todo políticas de<br />

mitigación y adaptación justas, es imperativo reconocer<br />

las diferencias en las responsabilidades y repercusiones<br />

entre países y entre ciudades de LAC en relación al<br />

disturbio climático. También es fundamental reconocer<br />

las diferencias entre las contribuciones relativas de los<br />

diferentes usos de suelo al recalentamiento global y<br />

entender cómo se deben tratar para optimizar resultados<br />

y costos-beneficios derivados de medidas de mitigación<br />

y adaptación. Lamentablemente se tiene muy poca<br />

información a nivel de ciudades de LAC en relación a<br />

sus contribuciones y repercusiones relativas al disturbio<br />

climático (Romero Lankao, 2007).<br />

Aproximadamente el 85% de las emisiones de la región<br />

se concentran en seis países. Brasil y México concentran<br />

casi el 60%, tanto del total de las emisiones de gases de<br />

efecto invernadero (GEI) de la región como de su PBI.<br />

El 25% de las emisiones y del PBI de LAC corresponde a<br />

Argentina, Colombia, Perú y Venezuela. Tendremos un<br />

resultado similar si excluimos las emisiones producto de<br />

los cambios en la utilización del suelo, con la excepción de<br />

Brasil y México, para los que la proporción de las emisiones<br />

totales de LAC caen de un 46 a un 34% y aumentan de un<br />

13 a un 21%, respectivamente (De la Torre, Fajnzylber y<br />

Nash, 2009, p. 33). Estos datos también nos muestran la<br />

correlación positiva estrecha que existe entre la producción<br />

de emisiones de GEI y el nivel y tipo de desarrollo del<br />

país, representado por su PBI. Esto evidencia que se vuelve<br />

imperativo cuestionar el tipo de desarrollo imperante en la<br />

región como medida estructural de mitigación.<br />

Mientras que las emisiones derivadas del cambio en el<br />

uso del suelo son responsables de casi la mitad del total de<br />

emisiones de LAC, su proporción varía ampliamente entre<br />

los países de la región. En cinco países—Bolivia, Brasil,<br />

Ecuador, Guatemala y Perú—los cambios en el uso del<br />

suelo corresponden por lo menos al 60% de las emisiones<br />

totales de GEI. Por el contrario, en México, Chile y<br />

Argentina, la proporción de las emisiones producto de los<br />

cambios en el uso del suelo se encuentra próxima a un 15%.<br />

Solo Brasil es responsable del 58% de las emisiones de LAC<br />

derivadas de estos cambios en el uso del suelo, le sigue Perú<br />

con un 8% y Venezuela y Colombia con un 5% cada uno<br />

(ibid, p. 33).<br />

Existe una considerable heterogeneidad entre los países<br />

de LAC en cuanto a los niveles de emisión de GEI, tanto<br />

en términos per cápita como en porcentaje respecto al PBI.<br />

Por ejemplo, el total de emisiones de GEI se ubica entre 13<br />

y 17 tCO 2<br />

per cápita en Bolivia, Venezuela y Brasil, y por<br />

debajo de 7 tCO 2<br />

per cápita en Chile, Colombia y México.<br />

Los primeros tres países también se encuentran entre los<br />

principales emisores per cápita de la región incluso si se<br />

excluyen los cambios en el uso del suelo, aunque en este<br />

caso sus emisiones per cápita estarían mucho más cerca de<br />

las de Argentina, Chile y México (ibid, p. 33). Algunos<br />

países de LAC tienen un potencial relativamente alto de<br />

mitigación en la energía (p. ej. Argentina, Chile, México<br />

y Venezuela), mientras que para otros el potencial de<br />

reducir las emisiones de GEI radica principalmente en los<br />

cambios en el uso del suelo o en la agricultura (mitigaciones<br />

sibnb CO 2<br />

, p. ej. en Brasil y Perú; p. 34). Sólo 10 países<br />

construyen la mitad de la huella ecológica mundial, y<br />

China y los Estados Unidos contribuyen con más del 20%<br />

cada uno. Brasil y México figuran en esta lista, pero tienen<br />

condiciones muy disimiles en relación a su biocapacidad,<br />

como ya hemos observado. Ya casi se excede en 50%<br />

la biocapacidad del planeta, situa-ción absolutamente<br />

insostenible (Ewing, et al., 2009, p. 16).<br />

El gráfico 2 muestra que la biocapacidad de la region es<br />

más del doble de su huella ecológica. La huella está causada<br />

por contribuciones comparables de la huella de carbono,<br />

tierra dedicada a la agricultura, tierra dedicada al pastoreo<br />

y bosques. La huella está causada por contribuciones<br />

comparables de la huella de carbono, tierra dedicada a<br />

la agricultura, tierra dedicada al pastoreo y bosques. Las<br />

áreas de pesca y de infraestructura contribuyen poco a la<br />

huella. Es importante sin embargo considerar que la huella<br />

ecológica urbana está constituida por la huella de la tierra<br />

construida más parte significativa de la huella de carbono.<br />

Además, las áreas dedicadas a la agricultura, pastoreo,<br />

bosques y pesca están en un alto porcentage al servicio del<br />

consumo generado en las ciudades y por tanto conectadas<br />

a la huella urbana. En relación a la biocapacidad, cabe<br />

destacar la importantísima contribución de las áreas de<br />

bosques en la región de LAC, que alcanza casi 2/3 de la<br />

biocapacidad regional. Esto debe constituir un llamado<br />

urgente a la preservación de los bosques de la región,<br />

GRÁFICO 2: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD<br />

POR USO <strong>DE</strong> TIERRA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE<br />

(2006)<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore,<br />

and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas<br />

2009. Oakland: Global Footprint Network, p. 62. http://www.<br />

footprintstandards.org/<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 145


particularmente cuando las condiciones existentes de<br />

deforestación y desertificación son alarmantes. También<br />

debe apuntar a la adopción de especiales medidas de<br />

mitigación y adaptación dirigidas al aumento de los bosques<br />

y a la reducción de su consumo.<br />

En el gráfico No. 3, aparecen representados de la región<br />

de LAC Paraguay, México, Panamá, Chile, Argentina,<br />

Costa Rica, Bolivia, Venezuela, Cuba, Nicaragua,<br />

Honduras, Ecuador, Colombia, Perú, Guatemala,<br />

República Domini-cana y Haití. Todos estos países se<br />

ubican hacia la mitad de la grafica, mientras que Haití<br />

aparece de último y muy por debajo del segundo país,<br />

Congo. La huella ecológica por persona de Haití no<br />

alcanzaba a suplir las necesidades básicas de sus habitantes<br />

aún antes del terremoto de 2010. En el gráfico también<br />

se observa la relativa contribución de diferentes usos de la<br />

tierra en la huella de los países. Aunque los países de LAC<br />

incluyen diferentes combinaciones de usos de la tierra<br />

componiendo sus huellas, se puede notar la contribución<br />

importante del pastoreo en varios de ellos con huellas altas<br />

en la región.<br />

En contraste, en el Gráfico No. 4 existe un rango de<br />

variedad mayor en las biocapacidades de los diferentes<br />

países de la región que en sus huellas ecológicas. Estas<br />

gráficas muestran que los países representados de la<br />

región ocupan todo el espectro de biocapacidades,<br />

desde Bolivia con una biocapacidad de casi 20 hectáreas<br />

globales por habitante, la mayor de la muestra, a Haití<br />

GRÁFICO 3: HUELLA ECOLÓGICA POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006) .<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland:<br />

Global Footprint Network, p. 17-18. http://www.footprintstandards.org/<br />

146 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


con menos de 1 hgh, seguido sólo por Singapur con una<br />

biocapacidad casi nula. En la gráfica también se observa<br />

la relativa contribución de diferentes usos de la tierra<br />

en la biocapacidad de los países. Aunque los países de<br />

LAC incluyen diferentes combinaciones de usos de la<br />

tierra componiendo sus biocapacidades, se puede notar la<br />

contribución importante de los bosques en varios de ellos<br />

con biocapacidades altas en relación a la región y el mundo.<br />

En el Gráfico No. 5, observamos como la huella de<br />

la región de LAC se ha mantenido fluctuando en un<br />

rango de 2,2-2,8 desde 1961. Las fluctuaciones parecen<br />

corresponderse con las fluctuaciones económicas en la<br />

región, mostrando, por ejemplo, una depressión en la<br />

“década pérdida” de los 1980s. La huella ya está por<br />

encima de la cuota de capacidad global para la región, lo<br />

que supone que se deben hacer ajustes inmediatos para<br />

reducirla. Sin embargo, mientras todos los usos de la tierra<br />

estudiados han mantenido su contribución relativa a la<br />

huella más o menos estable desde 1961, la contribución de<br />

la huella de carbono ha crecido sensiblemente. Es entonces<br />

en esta área donde las mayores medidas de mitigación<br />

deberán dirigirse. Las emisiones de carbono producidas<br />

en las ciudades por el transporte motor, las edificaciones<br />

y la industria están incidiendo en forma importante en<br />

el aumento de la huella de carbono, y deben convertirse<br />

en parte importante de la solución a través de sistemas de<br />

reducción de emisiones. En este mismo gráfico, observamos<br />

la rápida pérdida de la biocapacidad en la región, que<br />

ha pasado de casi 14 hectáreas globales por habitante en<br />

1961, a menos de 6 hgh en el 2006. La contribución de la<br />

GRÁFICO 4: BIOCAPACIDAD POR PERSONA/PAÍS, 126 PAÍSES (2006)<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland:<br />

Global Footprint Network, p. 17-18. http://www.footprintstandards.org/<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 147


GRÁFICO 5: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD POR PERSONA EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE (1961-2006)<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland:<br />

Global Footprint Network, p. 63. http://www.footprintstandards.org/<br />

deforestación a esta pérdida de biocapacidad en la región<br />

excede en mucho a las contribuciones de los otros renglones<br />

de uso de tierra, lo que subraya la importancia de atender a<br />

este sector con urgentes medidas de mitigación.<br />

El gráfico 6 compara los países con la mayor y menor<br />

huella ecológica del continente americano: Estados<br />

Unidos y Haití. Nótese que la escala del eje Y que mide<br />

las hectáreas globales por habitante es diferente en los<br />

dos gráficos: mientras en el de Estados Unidos llega a 10<br />

unidades, en Haití sólo alcanza 1. A diferencia que en los<br />

gráficos de Colombia y Nicaragua donde la biocapacidad es<br />

todavía mayor que la huella (aunque la tendencia es que esta<br />

diferencia no dure mucho), en los casos de Estados Unidos<br />

y Haití las biocapacidades están por debajo de la huella<br />

desde antes de los 1960s para Haití y desde mediados de<br />

los 1960s para Estados Unidos. La disparidad entre huella<br />

y biocapacidad es de casi 5 hgh en Estados Unidos, y sólo<br />

de 0,3 hgh en Haití. Lo dramático de esta comparación<br />

es que, mienstras en Haití, ni la huella ni la biocapacidad<br />

pueden suplir las necesidades básicas de sus habitantes, en<br />

Estados Unidos la huella por habitante casi equivale a 10<br />

hg, más de cuatro veces mayor de lo que le correspondería<br />

de su cota global de hgh. Este gráfico pone en evidencia la<br />

extraordinaria inequidad que existe en el continente (y en<br />

el mundo) y la necesidad inminente de revertir la huella de<br />

EUA no sólo para adecuarla a la biocapacidad global, sino<br />

también para atender la deuda ecológica que se le debe a<br />

Haití y otros países económica y ecológicamente carentes.<br />

Este argumento también es válido para los países deudores<br />

ecológicos dentro de la región de LAC.<br />

Las ciudades son entidades que contribuyen<br />

significativamente al estado de sus países en relación a<br />

los indicadores aquí considerados. Sin embargo, no se<br />

pueden suponer condiciones equivalentes entre ciudades<br />

y sus países. Por lo contrario, se deben intensificar los<br />

esfuerzos para conocer mejor las diferencias entre ciudades<br />

dentro de un mismo país en relación a sus contribuciones<br />

y repercusiones relativas al disturbio climático. En Brasil,<br />

por ej., no es lo mismo las emisiones de GEI per cápita en<br />

São Paulo o Río de Janeiro que en Belén o Manaos. Así<br />

mismo, los habitantes de estas ciudades tienen afectaciones<br />

diferentes a raíz del disturbio climático. Entender estas<br />

diferencias es clave para el diseño e implementación de<br />

políticas de mitigación y adaptación diferenciadas dentro<br />

del mismo país para que sean apropiadas y justas en<br />

diferentes contextos urbanos.<br />

GRÁFICO 6: HUELLA ECOLÓGICA Y BIOCAPACIDAD <strong>ESTADO</strong>S UNIDOS Y HAITÍ (1960-2006) .<br />

Fuente: http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/trends/us/ y<br />

http://www.footprintnetwork.org/en/index.php/GFN/page/trends/haiti/<br />

148 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


III. <strong>LAS</strong> DIFERENCIAS<br />

INTRACIUDA<strong>DE</strong>S<br />

A sí como en la sección anterior vimos la importancia<br />

de reconocer las diferencias entre ciudades de un mismo<br />

país en LAC, a un nivel de análisis todavía más refinado<br />

resulta clave poder reconocer las diferencias dentro de<br />

una misma ciudad. Diferentes barrios, diferentes grupos<br />

sociales y diferentes usos del suelo dentro de una misma<br />

ciudad contribuyen y son afectados de manera desigual por<br />

el cambio climático. Esto debería tener implicaciones en<br />

la decisión de políticas y la implementación de programas<br />

de mitigación y adaptación, para que éstos sean apropiados<br />

y equitativos. Los ajustes deben apuntar, por un lado, a<br />

mayores exigencias de mitigación en los sectores sociales<br />

y de producción y uso de la tierra que afectan más la<br />

producción de emisiones; por el otro, a mayor apoyo de<br />

prevención, adaptación, y recuperación para los sectores<br />

sociales y geográficos pobres y más vulnerables (mujeres,<br />

niños, jóvenes, asentamientos informales y en áreas de<br />

riesgo).<br />

El desafío de alcanzar un alto nivel de bienestar<br />

humano garantizando al mismo tiempo la disponibilidad a<br />

largo plazo de los recursos se ilustra en el gráfico siguiente<br />

(Gráfico No. 7). El Programa de las Naciones Unidas para<br />

el Desarrollo (PNUD) define un alto nivel de desarrollo<br />

como una puntuación de IDH de 0,8 o superior, mientras<br />

que 1,8 hectáreas globales es el área productiva promedio<br />

disponible para cada persona en el planeta. Los países con<br />

un puntaje de IDH de 0,8 o superior, y una huella de 1,8<br />

hectáreas globales por persona o menos, cumplen con dos<br />

criterios mínimos para el desarrollo sostenible a escala<br />

mundial: un alto nivel de desarrollo y una huella ecológica<br />

por persona que podría ser replicada a nivel mundial a un<br />

nivel menos que el de la biocapacidad global. Los países que<br />

cumplen con ambos criterios se muestran en el cuadrante<br />

inferior derecho. A pesar de la creciente adopción del<br />

desarrollo sostenible como un objetivo político explícito,<br />

todos los países no cumplen las dos condiciones mínimas<br />

(Ewing, et al., 2009, p. 19).<br />

El gráfico muestra como la mayoría de los países<br />

de LAC se encontraban ya al límite o por encima de la<br />

biocapacidad máxima por persona en el planeta en 2006.<br />

Tres países ocupan el espacio de intersección entre el límite<br />

mayor de biocapacidad y el límite menor de desarrollo<br />

humano. Otros siete países de la región, los que tienen<br />

más desarrollo humano, estaban todos por encima de la<br />

biocapacidad máxima por persona en el planeta en 2006.<br />

Cuatro países de LAC que exceden la biocapacidad máxima<br />

y tres que están por debajo de la misma tienen todos<br />

un IDH más bajo que 0,8. El caso de Haití es único y<br />

dramático, mostrando en el 2006 un IDH poco mayor de<br />

0,5 y la menor biocapacidad de todos los países del mundo<br />

representados en el gráfico.<br />

¿Qué hacer frente a estos desafíos? En efecto, las<br />

respuestas de mitigación y adaptación tienen que ser<br />

equitativas entre países, entre ciudades y dentro de las<br />

ciudades, basadas en el “principio de responsabilidad<br />

común, pero diferenciada,” establecido por la Convención<br />

Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático<br />

(CMNUCC). Primero, los países en desarrollo ya se<br />

enfrentan al desafío de la disminución de la pobreza y son<br />

los más vulnerables y los menos capaces de adaptarse a<br />

los efectos adversos provocados por el cambio climático.<br />

¿Cómo pueden llevar a cuesta una pesada carga adicional<br />

de reducir las emisiones de GEI? Una solución equitativa<br />

permitiría a los países en desarrollo alcanzar mayor<br />

calidad de vida mientras se les apoya para la adaptación,<br />

y en menos medida, la mitigación del cambio climático.<br />

En segundo lugar, los países industrializados cargan<br />

con una responsabilidad histórica mucho mayor por la<br />

existente concentración de GEI que está provocando los<br />

cambios climáticos. El menor nivel de responsabilidad de<br />

los países en desarrollo puede ilustrarse por el hecho de<br />

que la acumulación de las emisiones relacionadas con la<br />

energía provenientes de los países ricos para el período que<br />

va de 1850 al 2004 son, en una base per cápita, más de<br />

12 veces mayores que las de los países en desarrollo. Por<br />

lo tanto, a pesar de que su parte de la población mundial<br />

corresponde sólo a un 20%, los países industrializados son<br />

responsables del 75% de las emisiones de CO 2<br />

relacionas<br />

a la acumulación de energía desde 1850. Esto lleva a<br />

que muchos observadores concluyan que los países ricos<br />

deberían asumir una parte mucho mayor de los costos<br />

asociados a la reducción de las emisiones globales de GEI<br />

(De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 25). Además,<br />

se debe determinar cómo las especificidades regionales e<br />

intraregionales de LAC deben afectar su participación en<br />

una política global y coordinada de respuesta a los desafíos<br />

del cambio climático (p. 27).<br />

Hay por lo menos dos instancias que, de llevar<br />

adelante sus propios esfuerzos para la mitigación climática,<br />

podrían llegar a reportar beneficios a la región, aunque<br />

esto contribuya tan sólo de forma modesta a evitar<br />

futuros daños por cambio climático, dadas las emisiones<br />

relativamente limitadas de la región. En primera instancia,<br />

existen casos en que la reducción de emisiones se puede<br />

lograr a la misma vez que se persiguen otros objetivos de<br />

desarrollo económico. En estas situaciones, la mitigación<br />

del cambio climático sería una consecuencia de las acciones<br />

que la región estaría de todos modos interesada en perseguir<br />

para promover el crecimiento sostenible y disminuir la<br />

pobreza, más allá del cambio climático. La mitigación<br />

en estos casos involucra “ningún remordimiento en el<br />

presente”. Los principales ejemplos de tales oportunidades<br />

están relacionados a las inversiones dirigidas al aumento<br />

de la eficiencia energética, reducción de la deforestación,<br />

mejora del transporte público, creación de fuentes<br />

de energía renovable, desarrollo de biocombustibles<br />

sustentables y de bajo costo, aumento de la productividad<br />

agrícola y mejora del manejo de los residuos. En segunda<br />

instancia, la mitigación climática también puede involucrar<br />

“ningún remordimiento en el futuro” en un “mundo<br />

carbono-restringido”, especialmente si la región toma una<br />

posición de liderazgo ante el despliegue de tecnologías de<br />

bajo uso del carbono (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009,<br />

p. 28).<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 149


GRÁFICO 7: ÍNDICE <strong>DE</strong> <strong>DE</strong>SARROLLO HUMANO ONU Y HUELLA ECOLÓGICA (2006) .<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore, and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009. Oakland:<br />

Global Footprint Network, p. 19. http://www.footprintstandards.org/<br />

IV. EL DISTURBIO CLIMÁTICO<br />

Los estudios de huella y biocapacidad documentan<br />

lo sucedido en el pasado. Estos instrumentos describen<br />

cuantitativamente los recursos ecológicos utilizados por<br />

un individuo o una población, pero no prescriben lo que<br />

se debe utilizar o cómo hacerlo posible. La asignación de<br />

recursos es una cuestión política, basada en los valores<br />

sociales acerca de lo que es o no equitativo. Así, mientras<br />

que la contabilidad de la huella puede determinar la<br />

biocapacidad media disponible por persona, no estipula<br />

la forma en que la biocapacidad se debe distribuir entre<br />

los individuos, las ciudades o las naciones. Sin embargo,<br />

proporciona un contexto para estos debates (Ewing, et al.,<br />

2009, p. 100). Las políticas de mitigación y adaptación<br />

que se determinen o no frente a las nuevas condiciones<br />

que plantea el disturbio climático pueden acelerar las<br />

inequidades y la polarización socio-espacial en países y<br />

ciudades de LAC (Romero Lankao, 2007). Es necesario<br />

monitorear y evaluar impactos para evitarlo.<br />

El Gráfico No. 8 indica el efecto inequitativo del<br />

cambio climático, que agravará la pobreza e intensificará la<br />

polarización socio-espacial en países donde ya las regiones<br />

tienen marcadas diferencias socio-económicas, como es el<br />

caso del noreste y noroeste brasileño en comparación con el<br />

más alto nivel socio-económico en el sureste del país.<br />

Como De la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) apuntan,<br />

es necesario buscar y construir sustento y datos científicos<br />

sólidos para monitorear y evaluar impactos. Tal vez este<br />

sea uno de los aspectos más relevantes y al cual no se le<br />

ha prestado la atención necesaria. Las evaluaciones de<br />

vulnerabilidad e impacto requieren de la disponibilidad y<br />

utilización de datos sólidos. Las ciudades deben invertir<br />

en conocimiento y avance tecnológico e investigación. A<br />

pesar de los recursos limitados con que cuentan las ciudades<br />

en LAC, pueden apoyarse de otros institutos, organismos<br />

internacionales e iniciativas como C40 Large Cities<br />

Climate Summit, la Red para la Investigación del Cambio<br />

Climático Urbano (UCCRN por sus siglas en inglés),<br />

y el Panel internacional sobre Cambio Climático en las<br />

Ciudades (IPC3).<br />

GRÁFICO 8: EFECTOS <strong>DE</strong>L CAMBIO CLIMÁTICO EN LA<br />

POBREZA - MUNICIPALIDA<strong>DE</strong>S BRASILERAS<br />

Fuente: Ewing B., S. Goldfinger, A. Oursler, A. Reed, D. Moore,<br />

and M. Wackernagel. 2009. The Ecological Footprint Atlas 2009.<br />

Oakland: Global Footprint Network, p. 19.<br />

http://www.footprintstandards.org/<br />

150 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


V. EL DISTURBIO CLIMATICO,<br />

UNA OPORTUNIDAD PARA LA<br />

LUCHA CONTRA LA POBREZA<br />

Las políticas y programas de mitigación y adaptación<br />

en LAC deben tener como eje central la reducción de la<br />

pobreza a través de la conjugación sinérgica de lo social<br />

(equidad), lo económico y lo ambiental. En definitiva,<br />

lo que se persigue construir es un modelo de desarrollo<br />

sustentable (Gráfico No. 9).<br />

Sin embargo, obtener y mantener un balance entre<br />

social, lo económico y lo ambiental presenta muchos<br />

desafíos. Uno de los mayores problemas para implementar<br />

medidas de mitigación es que los emisores solo absorben<br />

una pequeña fracción de los costos sociales asociados, que<br />

más que nada son pagados por otros, que en su mayoría<br />

pertenecen a generaciones futuras. Por lo tanto, los<br />

agentes, ciudades y países individuales tienen un incentivo<br />

de apoyarse en los esfuerzos de mitigación de otros sin<br />

costo alguno. Además, incluso en el caso de que algunas<br />

ciudades o países en los que están previstos grandes daños<br />

decidan tomar acciones de mitigación unilateralmente, las<br />

oportunidades de mitigación existentes en estas ciudades<br />

o países probablemente no serán tan costo-efectivas como<br />

las de otros. De hecho, las ciudades o países que tienen una<br />

mayor exposición a los riesgos no necesariamente tienen<br />

los costos de mitigación más bajos. En suma, la mitigación<br />

global a través de esfuerzos individuales descoordinados<br />

es probable que sea demasiado chica, implementada<br />

demasiado tarde y llevada a cabo por las ciudades o países<br />

equivocados. Para tener la oportunidad de alcanzar un nivel<br />

de esfuerzos de mitigación y adaptación óptimos, el mundo<br />

como un todo deberá llegar a un acuerdo conjunto. Pero en<br />

segundo lugar, incluso con una acción colectiva, determinar<br />

el nivel de esfuerzo de mitigación óptimo es muy difícil,<br />

ya que la información requerida para estimar los costos y<br />

beneficios correspondientes es muy imperfecta (De la Torre,<br />

Fajnzylber y Nash, 2009, p. 22-23).<br />

Los países y ciudades de LAC como la región de mayor<br />

índice de inequidad en el mundo tendrían el imperativo<br />

ético de concertar visiones individuales y de conjunto que<br />

vislumbren medidas de mitigación y adaptación desde la<br />

premisa de la reducción de la pobreza intra e interciudades<br />

y la polarización en la región en general, y en los países y<br />

ciudades más pobres en particular.<br />

VI. DISTURBIO CLIMATICO<br />

FRENTE A LOS PROBLEMAS<br />

BÁSICOS <strong>DE</strong> LA CIUDAD<br />

En LAC, la composición del flujo de GEI está dominada<br />

por emisiones de CO 2<br />

producto de los cambios en el uso de<br />

la tierra, que constituyen el 46% de las emisiones de LAC,<br />

contra el 17% de las del mundo. Pero debido simplemente a<br />

que otras regiones hace mucho tiempo que talaron la mayor<br />

parte de sus bosques, LAC tiene una gran proporción de<br />

árboles que todavía siguen en pie, y como resultado todavía<br />

tiene una gran proporción de sus emisiones generadas por la<br />

deforestación. En contraste, la proporción de las emisiones<br />

de CO 2<br />

en las emisiones totales de GEI de LAC (26%)<br />

es mucho menor que a nivel mundial (59%). El resto de<br />

las emisiones de LAC (alrededor del 28% comparado con<br />

un 23% para el mundo en su totalidad) son otros GEI<br />

generados principalmente por el sector agropecuario—70%<br />

en el caso de LAC versus el 55% para el planeta—pero<br />

también como resultado de la eliminación de residuos y<br />

GRÁFICO 9: <strong>DE</strong>SARROLLO SUSTENTABLE<br />

Fuente: http://www.eoearth.org/article/Climate_Solutions.<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 151


de las actividades industriales y extractivas (De la Torre,<br />

Fajnzylber y Nash, 2009, p. 30).<br />

Estos rasgos básicos de las emisiones de LAC tienen<br />

un gran número de implicaciones generales en cuanto a la<br />

identificación de los desafíos principales para explorar el<br />

potencial de mitigación de la región. Primero, está claro<br />

que LAC tiene un enorme potencial de mitigación asociado<br />

a la reducción de las emisiones provenientes del cambio<br />

en el uso de la tierra, lo que implica explotar en detalle<br />

el potencial para evitar la deforestación e implementar<br />

proyectos de forestación y reforestación. En segundo lugar,<br />

sería crítico mantener y reducir la baja tasa de emisiones<br />

energéticas, incluyendo las emisiones de la generación<br />

de energía, el transporte, las actividades industriales y<br />

comerciales y de los edificios residenciales. De especial<br />

preocupación es la nueva tendencia hacia el aumento de<br />

la intensidad del carbono en el suministro de energía,<br />

debido al cambio desde la hidroelectricidad hacia el gas<br />

natural y el carbón, una tendencia que es exacerbada en<br />

futuras proyecciones del sector. Como forma de al menos<br />

mantener la baja tasa de emisiones respecto a energía, que<br />

era relativamente baja, la región debería invertir más en<br />

eficiencia energética, en un transporte más limpio y en<br />

energías renovables (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009,<br />

p. 30-31).<br />

Se deben buscar sinergias en el área de las inversiones<br />

públicas. Programas masivos de inversiones públicas<br />

en infraestructura deberán formar parte del estímulo<br />

fiscal necesario para enfrentar la crisis económica global,<br />

especialmente en las economías emergentes con elevados<br />

niveles de ahorro. Si su diseño y ejecución son los correctos,<br />

estos programas pueden generar dinámicas y resultados<br />

ventajosos tanto para fomentar la recuperación económica<br />

como para estimular el crecimiento en áreas que minimicen<br />

o mitiguen el efecto del cambio climático. Por otra parte,<br />

los países que sean capaces de avanzar, durante la recesión<br />

económica, en la transición de una economía con altas<br />

emisiones de carbono a una de bajas emisiones, podrán<br />

desarrollar más ventajas competitivas para promover el<br />

crecimiento a largo plazo una vez que la actual coyuntura<br />

económica sea superada. Esto significa que la actual<br />

crisis financiera de hecho puede crear una oportunidad<br />

única para acordar un nuevo compromiso para el siglo<br />

XXI centrado en un crecimiento con bajas emisiones de<br />

carbono. Una ‘recuperación verde’, es decir, una interacción<br />

entre creación de empleos, reanudación del crecimiento e<br />

inversiones públicas y medidas de políticas orientadas a un<br />

desarrollo con menores emisiones de carbono, es la única<br />

elección razonable para LAC en esta encrucijada (Tuck y de<br />

la Torre, 2009, p. 6).<br />

Uno de los retos centrales que plantea en disturbio<br />

climático es el de reconocer y desarrollar a la ciudad como<br />

instrumento de reducción de emisiones y consumos de<br />

recursos naturales e infraestructura, y como instrumento<br />

didáctico para aprender a vivir en forma sustentable. Las<br />

ciudades son grandes consumidoras de energía y grandes<br />

productoras de GEI, además de propiciar la producción<br />

de GEI en otros usos de suelo—agricultura, pastoreo,<br />

pesca, bosques—que son parte de su huella ecológica. Es<br />

por eso que proponer políticas de mitigación y adaptación<br />

en el ámbito urbano es clave. Estas deberían abarcar<br />

mínimamente las áreas de espacio construido, transporte,<br />

energía, agua y residuos.<br />

Las metas más rigurosas de mitigación consideradas por<br />

el IPCC requerirían la estabilización de las concentraciones<br />

de GEI dentro de un rango de 445 a 535 ppm CO 2<br />

. Los<br />

aumentos de temperatura probables asociados con estas<br />

metas están entre 2°C y 2,8°C con respecto a niveles<br />

pre-industriales. Para alcanzar estas metas, las emisiones<br />

globales tendrían que llegar a un pico para el 2020 como<br />

máximo. Para el 2050 tendrían que bajar entre un 30%<br />

y un 85% en cuanto al nivel del año 2000. Se estima que<br />

los costos de alcanzar estas metas, basados en 15 modelos<br />

climáticos considerados por el IPCC, correspondan a<br />

una reducción de hasta un 3% del PBI global en el 2030<br />

y de hasta un 5,5% del PBI para el 2050. Un grupo<br />

alternativo de metas consideradas por el IPCC implicaría<br />

establecer concentraciones de GEI a niveles de entre 535<br />

ppm CO 2<br />

. El costo de lograr estas metas sería menor<br />

al que correspondería a las metas más rigurosas antes<br />

mencionadas—hasta un 2,5% del PBI global para el 2030<br />

y un 4% para el 2050—pero los aumentos previstos de<br />

temperaturas serían un poco mayores—entre 2.8° C y 3.2°<br />

C. Sin embargo, hay que tener en cuenta que dadas las<br />

muchas incertidumbres involucradas, niveles mucho más<br />

altos de calentamiento global aún serían posibles incluso<br />

si las metas mencionadas arriba fueran alcanzadas (De la<br />

Torre, Fajnzylber y Nash, 2009, p. 24).<br />

A pesar de que la región de LAC es responsable<br />

únicamente del 5% de las emisiones globales de bióxido<br />

de carbono, es muy vulnerable ante los efectos del cambio<br />

climático. Hasta el momento, los esfuerzos en la región<br />

se han focalizado en la mitigación del cambio climático.<br />

A pesar de que no existen grandes avances al respecto,<br />

la adaptación ha pasado prácticamente inadvertida. No<br />

obstante, la adaptación resulta más importante debido<br />

a la gran vulnerabilidad de la región ante los efectos del<br />

cambio climático y al relativo bajo impacto de las medidas<br />

de mitigación. Es preciso que las ciudades en LAC tomen<br />

decisiones y desarrollen políticas públicas de adaptación<br />

y mitigación al cambio climático que contemplen la<br />

participación de las comunidades, los tomadores de<br />

decisión y el sector privado. La interacción de los actores<br />

es importante para decidir la cantidad y el tipo de recursos<br />

que se asignarán a la mitigación y adaptación, a fin de poder<br />

elaborar estrategias de respuesta que sean efectivamente<br />

implementadas en las ciudades (Plunsy Sutto-ed, 2008).<br />

VII. IMPACTOS EN LOS<br />

ATRIBUTOS <strong>DE</strong> LA CIUDAD<br />

Espacio Construido<br />

Las ciudades como entidades que emiten grandes cantidades<br />

de GEI, están en la primera fila de contribuyentes<br />

significantes al cambio climático. Ellas también son<br />

152 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


especialmente vulnerables a los efectos del cambio<br />

climático, convirtiéndose de esta manera en los puntos<br />

donde los procesos de adaptación hacia este son más<br />

necesarios y las prácticas de mitigación pueden ser más<br />

factibles y efectivas. La vulnerabilidad al cambio climático<br />

es especialmente alta en mega ciudades y en ciudades<br />

intermedias de rápido crecimiento y que se encuentran en el<br />

umbral de la posibilidad de su propia insostenibilidad.<br />

En el año 2006 (Geyer, p. 3-9) más del cincuenta por<br />

ciento de la población mundial vivía en áreas urbanas,<br />

pasando por primera vez a ser mayoría. Y las proyecciones<br />

durante los próximos cincuenta años hablan de que casi la<br />

totalidad del 100 por ciento del crecimiento poblaciónal<br />

se dará en áreas urbanas (Cohen) – incluso hay estudios<br />

que consideran que la población rural retrocederá a niveles<br />

anteriores a los actuales. De todas las regiones del mundo<br />

en desarrollo, LAC es la que cuenta con mayores índices<br />

de urbanización (ONU-HABITAT). El aumento de la<br />

población urbana se debe generalmente a tres factores:<br />

la migración desde áreas rurales hacia áreas urbanas, la<br />

expansión geográfica de las ciudades que incluye anexiones,<br />

conurbanciones (y de este modo zonas que antes eran<br />

clasificadas bajo el rótulo de áreas rurales pasan a ser<br />

parte de centros urbanos) y finalmente por el incremento<br />

natural de la población urbana (Geyer, p. 79-106). Pero<br />

también LAC tiene los mayores indicadores internacionales<br />

de exclusión social y desigualdad (ONU-HABITAT).<br />

Coincidencialmente las áreas más afectadas por los efectos<br />

en el cambio de temperaturas y en el cambio de régimen de<br />

lluvias son áreas de asentamientos precarios ocupadas por<br />

poblaciónes carentes de recursos y que rodean las grandes<br />

ciudades (ibid).<br />

La expansión de las ciudades tiene como resultado<br />

el uso urbano de áreas con vocación diferente y que<br />

anteriormente funcionaban como zonas de amortiguación<br />

ambiental (por ej. bosques como fuentes de absorción de<br />

CO 2<br />

). Estas áreas más el incremento natural de la población<br />

urbana generan una mayor demanda por recursos naturales<br />

y energía, así como la producción y expulsión de residuos<br />

sólidos e industriales, teniendo un impacto directo en el<br />

medio ambiente que rodea las ciudades y por ende en el<br />

clima mismo.<br />

Las mayores fuentes de emisiones ligadas al desarrollo<br />

urbano son las que están directamente relacionadas con la<br />

generación de energía por medio de combustibles fósiles<br />

para el transporte, la industria, el uso de los edificios, la<br />

urbanización y construcción y la generación de energía.<br />

El parque automotor y la infraestructura construida para<br />

la movilidad urbana son grandes generadores de calor.<br />

La concentración del parque automotor en ciertas zonas<br />

de la ciudad incluso tiene efectos físicos en el clima y hay<br />

ciudades donde los microclimas de ciertas zonas como<br />

el centro o los distritos de negocios y zonas industriales<br />

están alrededor de un grado más caliente que otras zonas<br />

de la ciudad. Por su parte la infraestructura construida<br />

genera altos índices de superficies que reflejan el calor al<br />

ambiente que los rodea, como por ejemplo los pavimentos<br />

o el concreto con que están construidos las plazas y<br />

andenes. De esta manera, las ciudades son afectadas por<br />

un efecto urbano denominado Isla de Calor, consistente en<br />

la acumulación de calor por la masa de concreto y demás<br />

materiales absorbentes del calor, y la dificultad de disipar<br />

dicho calor durante las horas nocturnas.<br />

Las operaciones diarias de las edificaciones y la<br />

construcción de edificios son dos actividades que aportan<br />

de manera desproporcionada emisiones de gases de GEI<br />

y que generan altos impactos en el medio ambiente en<br />

términos de generación de temperatura y desechos – tan<br />

sólo las viviendas y oficinas usan el 40% del total de<br />

energéticos (PNUMA, 2007). El alto consumo energético<br />

GRÁFICO 10: EMISIONES CO2 <strong>DE</strong> EDIFICACIONES (1970-2000-2030)<br />

Fuente: UNEP. Buildings and Climate Change: Summary for Decision-Makers. SBCI Sustainable Buildings and Climate Initiative, 2009, p. 6-7.<br />

http://www.unep.org/sbci/pdfs/SBCI-BCCSummary.<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 153


y la ineficiencia del uso de la energía se ven reflejadas en los<br />

dos mayores consumidores energéticos de la construcción:<br />

la climatización y la iluminación. La búsqueda de<br />

edificaciones microclimatizadas en LAC es especialmente<br />

alta en ciudades de climas tropicales y en ciudades que<br />

están localizadas en las zonas templadas con estaciones.<br />

La iluminación de las edificaciones y de las ciudades en<br />

general generan una microatmósfera de luz visible a varios<br />

kilómetros fuera de las ciudades. El Gráfico No. 10,<br />

Emisiones CO 2<br />

de Edificaciones, 1970-2000-2030, muestra<br />

el marcado despunte potencial de emisiones producto de las<br />

edificaciones en LAC y otras regiones del mundo a partir<br />

del 2000.<br />

En la actualidad existe una tendencia a construir<br />

edificios ‘verdes’ (llamado también construcciones<br />

sostenibles o bioconstrucción), consistente en usar diseños,<br />

prácticas de construcción, orientación de las edificaciones<br />

e infraestructura en concordancia con las condiciones<br />

climáticas del lugar de emplazamiento, uso de materiales<br />

ecológicos, nuevas tecnologías, reciclaje, reutilización y<br />

generación de energía propia, y estándares de sostenibilidad<br />

que reducen dramáticamente el uso de energía en<br />

las edificaciones. En LAC esta práctica apenas está<br />

comenzando, en algunos casos para los edificios de oficinas<br />

y conglomerados comerciales que se están construyendo.<br />

Pero el elevado costo de los materiales o la carencia del<br />

conocimiento profesional requerido para la implementación<br />

de estas tecnologías hace que las edificaciones de bajo<br />

presupuesto, así como las edificaciones construidas<br />

anteriormente a la aparición de esta práctica, se encuentren<br />

fuera del alcance de la misma. Para esto, algunos expertos<br />

recomiendan la adopción de tecnologías y técnicas de bajo<br />

costo como los techos de esfriamento, consistentes en pintar<br />

la cubierta de las edificaciones de blanco o usar materiales<br />

reflectivos para aislar el calor.<br />

El incremento de temperatura y el cambio en los<br />

regímenes de lluvias generan un número de consecuencias<br />

que afectan directamente a las ciudades. En los cinturones<br />

de miseria que rodean las ciudades en LAC existe el riesgo<br />

permanente de inundaciones (en rellenos artificiales de<br />

humedales y cuerpos de agua) y deslizamientos (en zonas<br />

de ladera). En las zonas aledañas a ríos y quebradas, donde<br />

en ciudades en LAC se han levantado barrios residenciales<br />

completos, existe la posibilidad de inundaciones y<br />

crecimientos de las corrientes, con sus respectivos<br />

costos económicos (recuperación económica) y en salud<br />

(epidemias causadas por aguas estancadas). Existe un<br />

gran riesgo en las ciudades ubicadas en las costas por el<br />

incremento en los regímenes de lluvias e inundaciones y<br />

por el riesgo del incremento del nivel del mar. El 80% de<br />

la población mundial vive a menos de 50 kilómetros de<br />

las costas, y en LAC grandes proporciones de la población<br />

viven dentro de este rango 1 . De acuerdo con el IPCC, en<br />

todos los escenarios proyectados, más de 100 millones de<br />

personas en el mundo serán afectadas por inundaciones<br />

anualmente, en el caso de un incremento de 40 cm en el<br />

nivel del agua (IPCC La Haya, 2000).<br />

Las ciudades compactas son más eficientes que el<br />

modelo disperso de ciudad, dado que el menor uso del<br />

suelo tiene como resultado un mayor equilibrio con los<br />

ecosistemas y estructuras ecológicas dentro y fuera de la<br />

ciudad 2 . En LAC los patrones de urbanización tradicional<br />

contemplan densidades altas y usos mixtos, prácticas que<br />

actualmente se están perdiendo en algunas ciudades debido<br />

a la proliferación de la suburbanización pero que sería clave<br />

mantener e incentivar dentro de programas de mitigación<br />

y adaptación al disturbio climático. Las condiciones y<br />

efectos negativos de la suburbanización en LAC son significativos<br />

(ver discusión en Irazábal, 2009). Es entonces<br />

importante revisar los planes de ordenamiento territorial,<br />

la zonificación y otras regulaciones existentes para que<br />

preserven e incentiven ciudades de densidades altas y usos<br />

mixtos que favorezcan la movilidad multimodal y el diseño<br />

urbano y edificatorio ecológico.<br />

Las políticas públicas deben ir encaminadas a la<br />

adaptación de las ciudades al cambio climático y a la<br />

mitigación de posibles efectos a través de la introducción<br />

de sistemas avanzados de alerta de desastres, creación<br />

de conciencia pública y construcción de capacidad<br />

institucional que facilite la acción colectiva, así como de<br />

sistemas económicos que permitan acceso a alternativas,<br />

planes de contingencia, manejo de riesgos e inversión y<br />

financiación de infraestructura física 14 (medios alternativos<br />

de generación de energía, barracas, diques, sistemas de<br />

alcantarillado y tratamiento de aguas y residuos, etc.).<br />

Tanto la mitigación como la adaptación requieren cambios<br />

importantes en el estilo de vida en las ciudades y un cambio<br />

en la infraestructura existente. Es importante también que<br />

las administraciones locales tomen decisiones en cuanto a la<br />

implementción de incentivos y desincentivos, por ej., cobrar<br />

impuestos y multas a los mayores emisores de GEI que<br />

desincentiven la producción de contaminación y el uso de<br />

combustibles fósiles.<br />

Transporte<br />

Los medios de transporte en general son dependientes<br />

de combustibles de fuentes fósiles. El petróleo y sus<br />

derivados son los encargados de producir el 95% de la<br />

energía total usada por los medios de transporte en el<br />

mundo (IPCC, 2007 p. 325) así como del mismo modo el<br />

transporte usa el 70% del consumo total de combustible<br />

(National Transportation Policy Project, 2009 p. 55)<br />

Los medios de transporte eran los responsables del 23%<br />

de las emisiones de GEI en el mundo en 2004 (IPCC,<br />

2009 p. 55) Los medios de transporte contribuyen<br />

significativamente a aumentar los niveles de precursores<br />

de ozono, monóxido de carbono, partículas suspendidas,<br />

óxido de nitrógeno, benceno, y en algunos países de LAC,<br />

concentraciones de plomo.<br />

La polución causada por los medios de transporte es<br />

asociada a problemas de salud, especialmente en sectores<br />

de la población vulnerables como niños y ancianos.<br />

Esto conlleva a un aumento en la tasa de mortalidad y<br />

morbilidad, así como de las enfermedades respiratorias que<br />

no son producidas por alergias, enfermedades relacionadas<br />

con deficiencias cardiovasculares, cáncer y defectos de<br />

nacimiento. Mayores temperaturas también significan<br />

una mayor contaminación, en especial el efecto del smog<br />

fotoquímico, un fenómeno donde el aire se contamina<br />

154 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


por ozono a través de reacciones fotoquímicas y de otros<br />

compuestos (cuando esto sucede se observa en las grandes<br />

ciudades una atmósfera de color rojizo). Dado que el<br />

ozono es tóxico y un compuesto oxidante, puede provocar<br />

problemas respiratorios a los habitantes que se exponen de<br />

manera prolongada a este. Dependiendo de la fuente, las<br />

ciudades más contaminadas de LAC son Santiago de Chile,<br />

Bogotá D.C. y México D.F. (Para la Organización Mundial<br />

de la Salud las más contaminadas son México D.F. y São<br />

Paulo). También están altamente contaminadas otras<br />

ciudades como Caracas, Quito y Río de Janeiro. Por otro<br />

lado las ciudades capitales menos contaminadas son Buenos<br />

Aires y San Juan de Puerto Rico. En LAC estos listados<br />

son especialmente difíciles de realizarse ya que únicamente<br />

México D.F., Santiago de Chile y São Paulo cuentan con<br />

programas permanentes de vigilancia de la calidad del aire<br />

(El Espectador Bogotá, 2005).<br />

En la mayoría de países de LAC el diesel, que es el<br />

combustible con el que se moviliza el transporte de carga y<br />

la gran mayoría del transporte público, contiene más de 50<br />

partes de azufre por millón (alcanzando en algunos lugares<br />

5 mil partes por millón), límite de partículas nocivas<br />

permitidas por la Organización Mundial de la Salud.<br />

Únicamente ciudades como Bogotá D.C., Santiago de<br />

Chile, México D.F., São Paulo y Buenos Aires cumplen con<br />

dicho estándar (Ecopetrol Colombia, 2009).<br />

Las ciudades de LAC cuentan con tasas de motorización<br />

relativamente discretas en comparación con los países<br />

desarrollados – los países de la Organización para la<br />

Cooperación y el Desarrollo Económico, OC<strong>DE</strong>, tenían<br />

una tasa de 56,1 automóviles por cada 100 habitantes en<br />

1993 (Ramirez Chile, 2007). Para el 2001, Bogotá D.C.<br />

tenía 14,1 automóviles por cada 100 habitantes, Lima<br />

9,3, México D.F. 20, Santiago 14,8 y São Paulo 38,8 –<br />

acercándose a la tasa de los países desarrollados (Figueroa<br />

Quito, 2001). A pesar de esto las velocidades de circulación<br />

están disminuyendo, los tiempos de viaje están creciendo<br />

rápidamente y la infraestructura es insuficiente y se<br />

encuentra cada vez más congestionada. Esto hace que las<br />

concentraciones de emisiones sean aún más nocivas para la<br />

salud humana y para el medio ambiente.<br />

En LAC aproximadamente el 64% de la población<br />

se moviliza en transporte colectivo, bicicleta o de modo<br />

peatonal – caminar es el modo de transporte del 20 al<br />

40% del total de los viajes en muchas ciudades (Mobility,<br />

2001-2002), muy por encima que los porcentajes de los<br />

países desarrollados (Norteamérica 14% y Europa 50%),<br />

pero a menor nivel del de otras regiones en desarrollo<br />

(África 67% y Asia 68%). Sin embargo, la región tiene uno<br />

de los mayores indicadores de emisiones por hectárea (9,3<br />

toneladas), únicamente superado por Asia, y de emisiones<br />

por habitante (118 kilogramos), superado por África y<br />

Norteamérica (Lupano Santago, 2009).<br />

El cambio climático produce efectos devastadores<br />

para los diferentes sistemas de transporte. El aumento<br />

de temperaturas y el cambio de las temporadas de lluvias<br />

producen una mayor cantidad de derrumbes e inundaciones<br />

que dañan la infraestructura vial y dificultan o paralizan<br />

el tráfico, y se hace más habitual el cierre de aeropuertos<br />

y la aparición de condiciones climáticas no aptas para la<br />

aviación. El incremento en las temporadas de verano tiene<br />

como resultado sequías que afectan la navegación fluvial<br />

y el cambio en el comportamiento de los vientos produce<br />

la frecuente aparición de tormentas tropicales que afectan<br />

la navegación marítima, aumentando al mismo tiempo las<br />

posibilidades de catástrofes. El aumento de temperaturas y<br />

el cambio de los regímenes de precipitación tienen al mismo<br />

tiempo efectos directos en la economía. La posibilidad de<br />

inundación de la infraestructura o derrumbes hace que<br />

sea necesario elaborar costosos planes de mitigación que<br />

anteriormente no fueron incluidos dentro del presupuesto<br />

nacional, o que se requiera una relocalización de las vías<br />

programadas con su respectivo costo. Esto puede terminar<br />

causando represión en los despachos de mercancía y<br />

de pasajeros conllevando a un aumento en los fletes y<br />

costos de transacción y finalmente a la disminución de la<br />

competitividad de países y ciudades.<br />

Las políticas públicas de algunos países de la región se<br />

han concentrado específicamente en reducir las emisiones<br />

de GEI a través de incentivar cambios tecnológicos,<br />

traducidos en motores más eficientes y especialmente en<br />

mejorar la calidad y tipo de combustible (i.e. disminuir la<br />

cantidad de azufre en la gasolina o incentivar el cambio<br />

a combustibles más limpios como el biodiesel o el gas<br />

natural). Estas políticas sin embargo tienen un alcance<br />

limitado debido a que el incremento en distancias recorridas<br />

tanto por pasajeros como por carga sobrepasa rápidamente<br />

cualquier mejora tecnológica en los vehículos así como en<br />

la eficiencia del combustible (Plunz, 2008 p. 22-23). Es por<br />

esta razón que las políticas públicas en LAC, además de<br />

continuar buscando motores más eficientes y combustibles<br />

más limpios, se deben concentrar en medidas de impacto<br />

más eficientes como promover mediante beneficios<br />

tributarios la renovación del parque automotor, la incursión<br />

de vehículos híbridos e impulsados por energía eléctrica,<br />

pero principalmente deben buscar desincentivar el uso del<br />

transporte particular a través de medidas como el cobro<br />

de tarifas por ingresar a ciertos sitos de la ciudad (centros<br />

y distritos de negocios) y por usar vías rápidas, imponer y<br />

aumentar tarifas de estacionamiento y prohibir el uso del<br />

espacio público por parte de vehículos privados, restringir<br />

el uso de porciones del parque automotor durante días de<br />

la semana en horas de alta congestión (medidas “pico y<br />

placa”), etc.<br />

Del mismo modo, las políticas públicas deben<br />

incentivar el uso del transporte público, la inversión en<br />

infraestructura especializada para transporte público (vías<br />

exclusivas, estaciones de intercambio multimodal, buses<br />

ecológicos y eficientes, etc.) y para sistemas alternativos<br />

(vías exclusivas para bicicletas, ampliación de los espacios<br />

peatonales y peatonalización de puntos comerciales e<br />

históricos de las ciudades). El incremento y mejoras del<br />

trasporte público y de la infraestructura e incentivos para el<br />

peatón y el ciclista, junto con programas de concientización<br />

ciudadana para la promoción de modos de movilidad<br />

alternativos y de respeto al peatón y al ciclista constituyen<br />

pilares centrales de la nueva planificación urbana necesaria<br />

para el cambio de modelo de desarrollo urbano que mitigue<br />

el recalentamiento global y se adapte a las condiciones<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 155


del nuevo mundo afectado por el cambio climático. Si el<br />

número de pasajeros de los sistemas de transporte masivo<br />

en una ciudad típica en LAC se incrementara entre 0 a<br />

5%, las emisiones de GEI disminuirían en un 3,9% a<br />

un costo de 66 US$ por tonelada de dióxido de carbono<br />

(CO 2<br />

). Si se incrementara entre 5 y 10%, disminuiría en<br />

8,6% a un costo de 59 dólares. Por su parte, si el modo<br />

peatonal aumentara su participación entre un 20 a un 25%,<br />

la emisión de GEI se disminuiría en 6.9% a un costo de<br />

17 dólares por tonelada de CO 2<br />

. Si el uso de las bicicletas<br />

como medio de transporte se incrementara entre el 1 al<br />

10%, los GEI se disminuirían en 8,4% a un costo de 14<br />

dólares. En resumen, el paquete completo (transporte<br />

masivo, modo peatonal y uso de bicicleta) reduciría la<br />

emisión de GEI en un 25,1% a un costo de 30 dólares por<br />

tonelada de CO 2<br />

(IPCC, p. 337).<br />

En LAC se necesitan más estudios comparativos de<br />

movilidad urbana (e.g., Romero Lankao et al., 2010), para<br />

comprender mejor los siguientes asuntos y su desarrollo<br />

temporal y relativo (en relación a la ubicación geográfica<br />

de las ciudades y sus contextos políticos, socio-económicos<br />

y culturales dentro de la región): ¿Qué distribución modal<br />

se utiliza? ¿Qué combustible? (¿Qué tipo? ¿Cómo se<br />

produce? ¿Cuánto se consume? ¿Cuánto se contamina y<br />

qué tipo de contaminación se produce?) ¿Cuánto duran<br />

los viajes? ¿Cuáles son las ineficiencias y deficiencias de los<br />

sistemas de movilidad? ¿Cuáles son los costos/beneficios<br />

de alternativas disponibles? ¿Qué nuevas alternativas se<br />

pueden desarrollar/implementar?<br />

Retos en infraestructura y demanda de<br />

movilidad<br />

• Es necesario regular el uso del suelo de manera que el<br />

transporte colectivo sea viable especialmente en áreas de<br />

periferia<br />

• Superar el déficit notorio de vialidad, especialmente la<br />

falta de vías exclusivas para transporte público<br />

• Priorizar la inversión en infraestructura utilizada por<br />

transporte colectivo sobre la infraestructura utilizada<br />

por vehículos particulares<br />

• Aumentar impuestos a los vehículos particulares y<br />

a la utilización de combustibles contaminantes y<br />

utilizar esos recursos para mejorar la infraestructura de<br />

transporte colectivo<br />

• Mejorar el mantenimiento, la conservación y la<br />

rehabilitación de obras físicas y equipos<br />

• Ampliar la infraestructura existente, con énfasis en el<br />

transporte público<br />

• Fortalecer institucionalmente el sector transporte,<br />

incluyendo capacitación de los operarios y desarrollo de<br />

los recursos humanos<br />

• Lograr que la oferta de transporte público comprenda<br />

la totalidad de los sectores urbanos que componen<br />

la ciudad, específicamente sectores donde grupos<br />

poblaciónales de bajos ingresos están localizados<br />

Retos en accesibilidad y distribución modal<br />

• Promover la partición modal del transporte colectivo<br />

para hacer más eficientes los destinos<br />

• Construir puntos intermodales tales como estaciones y<br />

terminales donde la población pueda pasar de un medio<br />

de transporte público a otro sin diferencia tarifaria<br />

• Coordinar las políticas de movilidad y asignar límites<br />

claros a los niveles jurisdiccionales (nacional, regional,<br />

local)<br />

• Coordinar las políticas públicas de transporte con<br />

respecto al planeamiento urbano general<br />

• Actualizar la tecnología de los operadores públicos de<br />

transporte<br />

• Integrar operadores públicos y privados en un solo<br />

sistema integrado de transporte masivo dentro de la<br />

ciudad, incluyendo diferentes sistemas (automotor,<br />

férreo, bicicleta, taxis)<br />

• Subsidiar el valor de los pasajes del transporte público,<br />

así como de segmentos de la población como estudiantes<br />

y ancianos<br />

Retos en relación a viajes<br />

• Es necesario mejorar la infraestructura para disminuir<br />

el tiempo de viajes de la población entre los centros<br />

de producción, centros de consumo y las zonas<br />

residenciales<br />

• Promover el mayor uso de transporte colectivo para<br />

disminuir la cantidad de viajes que se realizan<br />

• Desincentivar el uso del automóvil particular<br />

• Intervenir la urbanización desordenada y mediante la<br />

planeación urbana hacer más eficientes la longitud y el<br />

recorrido de los viajes que se realizan entre los centros y<br />

la periferia de las ciudades<br />

• Racionalizar y organizar las rutas de transporte para<br />

lograr un desplazamiento de pasajeros más eficiente<br />

• Renovar la flota de vehículos de transporte público, en<br />

especial aquella que es obsoleta para las necesidades de<br />

la población<br />

Reto en relación al combustible<br />

• Promover a partir de políticas públicas el uso de vehículos<br />

impulsados por combustibles limpios como el gas<br />

• Promover, mediante beneficios tributarios, la<br />

adquisición de automóviles híbridos e impulsados por<br />

energía eléctrica<br />

• Mejorar la calidad de los combustibles, específicamente<br />

disminuir el nivel de azufre en el diesel hasta estándares<br />

internacionales (menos de 50 partes por millón)<br />

• Utilizar mezclas de combustibles tradicionales con<br />

combustibles limpios que disminuyan la contaminación,<br />

por ejemplo gasolina y etanol<br />

Retos en relación a la contaminación<br />

• Es necesario tratar los problemas de contaminación por<br />

fuentes móviles en las grandes urbes como problemas de<br />

salud pública porque afectan directa y definitivamente<br />

los sistemas respiratorios y cardiovasculares de la<br />

156 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


población, en particular niños y ancianos, ocasionando<br />

enfermedades<br />

• Disminuir los niveles de emisión de los principales<br />

contaminantes del aire (CO, PST, PM10, HC, Nox<br />

y Ozono)<br />

• Construir infraestructura para la utilización de medios<br />

de transporte alternativos como la bicicleta<br />

• Promover, mediante beneficios tributarios y ayudas<br />

gubernamentales, la renovación del parque automotor,<br />

así como la chatarrización de vehículos viejos<br />

• Promover el uso del transporte colectivo, así como<br />

aplicar medidas de restricción del uso de vehículos<br />

particulares en algunos días de la semana<br />

• Implementar medidas de tarificación vial y cobro del<br />

uso del espacio público en algunos corredores rápidos,<br />

así como en algunas zonas donde la congestión es<br />

mayor, como los centros de las ciudades<br />

Energía<br />

De acuerdo con un reporte del IPCC, el mayor<br />

crecimiento en las emisiones mundiales de GEI entre 1970<br />

y 2004 provino del sector de suministro energético (un<br />

incremento de 145%). Y existen proyecciones que indican<br />

que las emisiones de CO 2<br />

entre los años 2000 y 2030<br />

provenientes del uso energético crecerán de un 40% a un<br />

110%. 27 En este sentido, la producción de energía eléctrica<br />

es donde se producen más emisión de GEI. Respecto a<br />

la región de LAC, la Agencia Internacional de la Energía<br />

(AIE) predice que las emisiones per cápita relacionadas con<br />

la energía en esta región crecerán un 10% entre los años<br />

2005 y 2015, y un 33% durante el período 2005-2030.<br />

Estas proyecciones son mucho más bajas que aquellas<br />

hechas para otros países en desarrollo. Sin embargo, se<br />

pronostica que las emisiones de LAC crecerán más que el<br />

promedio mundial después de 2015.<br />

El IPCC da cuenta de tecnologías y practicas de<br />

mitigación que ya se encuentran disponibles actualmente<br />

y que serían de gran utilidad para las ciudades en LAC en<br />

sus esfuerzos por mitigar el cambio climático. Destacan<br />

las mejoras en la eficiencia del suministro y la distribución<br />

de energía, el cambio de combustible de carbón a gas, el<br />

desarrollo de la energía nuclear, el uso de calor y energías<br />

renovables como la energía hidroeléctrica, solar, eólica,<br />

geotérmica y la bioenergía, y la aplicación de tecnologías de<br />

captura y almacenamiento de carbono (especialmente útil,<br />

por ejemplo, para almacenar el carbono eliminado del gas<br />

natural).<br />

El papel de las ciudades es fundamental, aunque<br />

en la mayoría de los países, las ciudades tienen pocas<br />

herramientas políticas o financieras para presionar a favor<br />

de cambios significativos en la producción y distribución de<br />

energía. La dependencia de la región de LAC en el petróleo<br />

es también una gran limitación. La región latinoamericana<br />

cuenta con el 10% de las reservas probadas de petróleo<br />

del mundo, siendo los países que más aportan Venezuela,<br />

México, Brasil, Colombia, Argentina y Ecuador. Respecto<br />

al gas natural, países como Brasil, Bolivia, Perú, Argentina<br />

y Venezuela cuentan con reservas importantes, siendo<br />

Trinidad y Tobago y Bolivia los mayores exportadores de la<br />

región.<br />

En general, avanzar hacia el mejoramiento de la<br />

eficiencia energética aparece como la ruta más segura<br />

para mitigar los efectos del cambio climático en la región.<br />

Además, de acuerdo con el IPCC, resulta más rentable<br />

invertir en el perfeccionamiento de la eficiencia energética<br />

de uso final que aumentar el suministro de energía a fin de<br />

satisfacer la demanda de servicios energéticos. Mejorar esa<br />

eficiencia permitirá reducir la demanda de energía a corto<br />

plazo, demorar la construcción de una mayor capacidad de<br />

generación eléctrica, aumentar la competencia reduciendo<br />

los costos de producción y reducir el consumo de<br />

combustibles fósiles y la emisión de contaminantes locales.<br />

El perfeccionamiento de la eficiencia energética tiene un<br />

efecto positivo en la seguridad energética, la eliminación<br />

local y regional de la contaminación del aire y la creación<br />

de empleos.<br />

Una opción más para las ciudades es incentivar el uso de<br />

la energía renovable. Según el IPCC, la energía renovable<br />

tiene un efecto positivo sobre la seguridad energética,<br />

el empleo y la calidad del aire. Sus cifras establecen<br />

que debido a los costos relativos de otras opciones de<br />

suministro, la energía renovable puede abarcar de un 30%<br />

a un 35% del total del suministro de electricidad en el<br />

año 2030. El aumento en los precios de los combustibles<br />

fósiles fomenta la competitividad de las alternativas con<br />

bajo contenido de carbono. En la actualidad existen<br />

alternativas como arenas petrolíferas, esquistos, crudos<br />

pesados y combustibles sintéticos del carbón y gas que<br />

podrían reemplazar a los recursos petroleros tradicionales<br />

en el mediano y largo plazo debido a sus altos precios.<br />

Esto podría provocar un aumento en las emisiones de<br />

GEI, a menos que se cuente con tecnología de captura y<br />

almacenamiento de carbono en la utilización de biomasa<br />

de celulosa. Otra opción asequible es la energía nuclear, sin<br />

embargo las normas globales de seguridad, la proliferación<br />

de armas y la gestión de desechos, así como la falta de<br />

infraestructura y desarrollo en la región son sus principales<br />

limitantes.<br />

El Gráfico No. 11 describe la contribución relativa que<br />

la adopción y ampliación de diferentes tipos de energía<br />

pueden otorgar a la reducción de emisiones de CO 2<br />

.<br />

Este escenario, conocido como el Escenario Azul de la<br />

IEA, muestra que es posible la reducción de emisiones.<br />

La captura y secuestro de carbono representa un quinto<br />

del potencial total de mitigación, casi tanto como todos<br />

los renovables combinados. Estas son metas que países y<br />

ciudades en LAC podrían adaptar a sus propias realidades y<br />

capacidades.<br />

En las siguientes dos décadas, en Estados Unidos (2007<br />

a 2030), las potenciales ganancias en eficiencia energética<br />

podrían ayudar a este país a sostener una economía<br />

sustentable que use la misma cantidad de energía o menos<br />

que la que usa actualmente (Blockstein, Wiegman and<br />

Saundry, 2009). Este es un modelo esperanzador para<br />

LAC, donde los países y ciudades consumen menos energía<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 157


actualmente que en Estados Unidos. Este es un escenario<br />

que puede servir de ejemplo para que países y ciudades de<br />

LAC modelen sus propios escenarios de eficiencia energética<br />

para contrarrestar el crecimiento de la demanda. Esto, sin<br />

embargo, no debe descuidar los programas para inducir la<br />

reducción de la demanda de energía.<br />

Como parte de las políticas y medidas que las ciudades<br />

pueden instrumentar para mitigar los efectos del cambio<br />

climático se encuentra la adopción de bombillos de<br />

menor consumo eléctrico, la reducción de subsidios a los<br />

combustibles de origen fósil, la imposición de impuestos y<br />

gravámenes al carbono en combustibles fósiles, la inclusión<br />

de tarifas de introducción para las tecnologías de energías<br />

renovables y la facilitación de mercados para las mismas,<br />

el requerimiento del uso—al menos en porcentajes<br />

incrementales—de energías renovables para las empresas<br />

y residencias, y apoyos y subsidios para los productores y<br />

desarrolladores de dichas energías. Todas nuestras ciudades<br />

dependen de la energía y, hasta el momento, poco se ha<br />

hecho para mitigar sus efectos en el cambio climático. Pero<br />

para llegar a acuerdos que tengan apoyo y efectividad, es<br />

preciso que se empleen métodos de inclusión de todos los<br />

actores. La mayoría de las propuestas de mitigación afectan<br />

intereses privados que deben ser puestos a un lado por el<br />

bien de la mayoría.<br />

Agua y Saneamiento<br />

En los grandes centros urbanos de la región de LAC,<br />

la falta de un servicio de agua y saneamiento adecuado ha<br />

significado tremendos problemas de salud para la población<br />

más pobre, además del incremento en la vulnerabilidad a<br />

los desastres naturales como derrumbes e inundaciones.<br />

Dependiendo de la ciudad, el país y el desarrollo del<br />

sistema hídrico de dado lugar, el servicio a la población<br />

varía drásticamente. En México, a nivel urbano se tiene<br />

una alta cobertura en cuanto a agua potable y saneamiento.<br />

96% de la población urbana tiene acceso a agua entubada<br />

(ya sea en vivienda o llave de patio). 91% de la población<br />

urbana cuenta con saneamiento (una mejora de 17 punto<br />

porcentuales con respecto a las cifra de 74% en 1990),<br />

pero los retos son grandes (Romero Lankao, 2010). En<br />

comparación, en El Salvador, de acuerdo a un estudio de la<br />

UNICEF conducido en Junio del 2006, se estimaba que un<br />

63% de la población urbana tendría acceso a conexiones de<br />

saneamiento para el 2004, subiendo de 52% en el 1990 (El<br />

Salvador, 2006). De las viviendas que cuentan con sistemas<br />

de agua funcionando en El Salvador, sólo el 57% reporta<br />

estar realizando algún tipo de desinfección (Rrasca.org El<br />

Salvador, 2001). Estas cifras demuestran la alta variación<br />

que existe al respecto a la oferta y gestión de los recursos<br />

y servicios de agua suministrados en LAC. Aún con éstos<br />

números, se ha notado que existe también un consumo<br />

excesivo de agua que se necesita regular. En ciudades como<br />

São Paulo se dice que existe una “cultura de la abundancia,”<br />

que prefiere incrementar la oferta en lugar de promover<br />

el ahorro y el uso más eficiente de los recursos hídricos<br />

(Osava, Rio de Janeiro). Este patrón se repite en varias de<br />

las ciudades grandes y más consumidoras de LAC, así como<br />

en muchos barrios de mediano y alto nivel económico, un<br />

punto importante a considerar al determinar las fuentes<br />

versus la demanda y consumo.<br />

Retos de oferta y demanda, geográficos y<br />

climáticos<br />

• Estabilización o reducción de la oferta<br />

• Crecimiento de la demanda<br />

• Disparidad entre el crecimiento de la oferta y la<br />

demanda de agua<br />

• Desfases geográficos: longitud entre la localización del<br />

recurso y los asentamientos urbanos. Lima<br />

• Desfases geográficos: altitud. La Paz, Quito<br />

• Disturbio climático: sequías, inundaciones, incendios,<br />

deshielos<br />

Retos de protección del recurso hídrico<br />

• Falta de inventarios completos y actualizados de<br />

recursos hídricos<br />

• Falta de adecuado monitoreo y control del consumo<br />

sostenible de agua<br />

• Sobreexplotación de acuíferos<br />

• Contaminación del agua por aguas residuales, efluentes<br />

industriales, escorrentías agrícolas, y residuos sólidos<br />

(minería, erosión, etc.)<br />

• Contaminación por desarrollo urbano mal planificado<br />

• Falta de políticas de protección y gestión bilaterales en<br />

el caso de recursos hídricos fronterizos<br />

Retos de cobertura y prestación del servicio<br />

• Lento ritmo de mejoras, pero:<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

Esfuerzos para llegar a 100% de cobertura de la<br />

población urbana<br />

Coberturas peri-urbanas y rurales más limitadas,<br />

pero también mejorando<br />

Inversiones en la construcción de sistemas de agua y<br />

saneamiento y tratamiento de aguas residuales<br />

• Coberturas en Bolivia y Uruguay<br />

Retos tecnológicos<br />

• Obsolescencia e ineficiencia infraestructural<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

La infraestructura es insuficiente, carece de<br />

mantenimiento, está en mal estado y necesita<br />

reparación o reemplazo. En general, se generan<br />

grandes fugas de agua<br />

Los sistemas de saneamiento disponibles no son en<br />

todos los casos los más apropiados<br />

Insuficiencia de plantas de tratamiento de aguas<br />

sanitarias<br />

Servicio de agua racionado en varios países y<br />

ciudades<br />

• Algunas soluciones de ingeniería han sido<br />

controversiales, tales como las represas y desvíos de<br />

causes hídricos<br />

158 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


GRÁFICO 11: COMPARACIÓN <strong>DE</strong> EMISIONES 2007 CON ESCENARIO <strong>DE</strong> MITIGACIÓN 2005-2050 EN EL MUNDO.<br />

Fuente: UNEP. Buildings and Climate Change: Summary for Decision-Makers. SBCI Sustainable Buildings and Climate Initiative, 2009, p. 6-7.<br />

http://www.unep.org/sbci/pdfs/SBCI-BCCSummary.<br />

GRÁFICO 12: POTENCIAL <strong>DE</strong> EFICIENCIA ENERGÉTICA PARA CONTRARRESTAR EL CRECIMIENTO <strong>DE</strong> LA <strong>DE</strong>MANDA<br />

ENERGÉTICA EN <strong>ESTADO</strong>S UNIDOS (2007-2030)<br />

Fuente: http://www.eoearth.org/article/Climate_Solutions:_Chapter_9#Online_Figures<br />

• Falta de inversión en infraestructura y nuevas<br />

tecnologías<br />

Retos en asentamientos informales<br />

• Falta de integración del sistema de agua y saneamiento<br />

en el trazado original del asentamiento<br />

• Trazado irregular y/o topografía abrupta del<br />

asentamiento<br />

• Falta de acceso para vehículos motores de servicio<br />

• Falta de reconocimiento e integración de estos<br />

asentamientos en la planificación sistémica de la ciudad<br />

• Barreras institucionales que impiden el suministro de<br />

servicio a asentamientos considerados “ilegales.” A veces<br />

esto es la “excusa” usada para no servirlos<br />

• Retos financieros de construcción, operación y<br />

mantenimiento<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 159


• Indisposición del sector privado en invertir en proyectos<br />

en estos sectores<br />

• Políticas neoliberales que dan prioridad al servicio y<br />

embellecimiento de áreas urbanas ya privilegiadas<br />

• Falta de poder de las comunidades pobres en relación a<br />

otros sectores sociales<br />

• Falta de recursos económicos o indisposición de algunas<br />

comunidades para pagar por los servicios. Conveniencia<br />

de accesos ilegales a las redes<br />

• Aumento o percepción de aumento de la inseguridad<br />

dentro de los asentamientos informales<br />

Retos de distribución y equidad<br />

• Distribución entre diferentes usos: doméstico,<br />

agricultura, industria, etc.<br />

−−<br />

−−<br />

Conflictos entre usos se empiezan a intensificar en la<br />

medida en que la escasez del recurso crece<br />

Los que tienen más poder reciben mejor servicio y<br />

subsidios<br />

• Distribución entre diferentes estratos sociales<br />

−−<br />

−−<br />

Sobre los más pobres recae una doble inequidad:<br />

tienen menos acceso y pagan más por los servicios<br />

Donde se han privatizado los servicios, los<br />

consumidores han visto subir las tarifas<br />

• Disparidad entre cobertura urbana, peri-urbana y rural<br />

Retos institucionales y de planificación<br />

• Falta de una visión global e integral del manejo de<br />

recursos hídricos<br />

• Ausencia de estrategias nacionales, regionales y urbanas<br />

y su coordinación<br />

• Desactualización de marcos legales de regulación<br />

• Falta de cumplimiento de normativas y leyes,<br />

rendimiento de cuentas, sanciones<br />

• Ausencia de institucionalidad apropiada: carencias,<br />

duplicidad, descoordinación, fragmentación<br />

• Falta de información confiable<br />

Retos económico-financieros<br />

• Se necesitan grandes inversiones sólo para mantener<br />

las coberturas actuales y remodelar la infraestructura<br />

existente<br />

• Más inversión requerida para construir la nueva<br />

infraestructura para alcanzar los ODM<br />

• La calidad de las inversiones (políticas y estrategias<br />

efectivas) es más importante que la cantidad<br />

Retos de adaptación y mitigación<br />

• Carencia de planes de adaptación a patrones extremos<br />

de sequía, incendios, inundaciones, cambios de<br />

temperatura, que urgen:<br />

−−<br />

Reducción del consumo de agua<br />

−−<br />

Racionamiento y control<br />

−−<br />

Priorización estratégica<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

−−<br />

Gestión inteligente<br />

Desarrollo de tecnologías limpias y económicas<br />

Educación y concientización<br />

Planificación<br />

Monitoreo y evaluación de uso y tendencias,<br />

vulnerabilidad e impactos<br />

Residuos<br />

Las ciudades de LAC presentan una falta de organización<br />

y recursos al respecto de la gestión de residuos. Usando<br />

a México como ejemplo, “la recolección de los desechos<br />

sólidos se realiza en 75 de los 152 municipios, sin que<br />

haya una cobertura total, ya que alrededor del 35% de los<br />

sectores pobres de la población no cuentan con este servicio,<br />

en parte debido a las condiciones topográficas de los lugares<br />

en los que se ubican y la falta de acceso. Se estima que en las<br />

demás ciudades la cobertura no alcanza el 50 por ciento.”<br />

(Irazabal, Mexico). En general, las ciudades de LAC están<br />

produciendo más residuos sin aumentar los esfuerzos de<br />

recolección y tratamiento, especialmente en las ciudades<br />

crecientes y las zonas periféricas de los centros urbanos.<br />

La Gran Área Metropolitana (GAM) de Costa Rica tiene<br />

unos de los sistemas más extensivos de las ciudades en LAC.<br />

Aunque se ha visto triplicar la cantidad de residuos de la<br />

GAM entre los años del 1990 al 2006, se han establecidos<br />

varios centros de reciclaje y gestión de residuos sólidos por<br />

sectores de la ciudad. El establecimiento de organizaciones<br />

como PRESOL (Plan de Residuos Sólidos Costa Rica)<br />

hacen esfuerzos para hacer frente a la situación de fuentes y<br />

gestión de residuos por medio de la orientación de acciones<br />

gubernamentales y privadas a corto, mediano y largo<br />

plazo mediante una estrategia uniforme y apropiada a las<br />

condiciones de Costa Rica, lo que se espera que permitirá<br />

implementar paulatinamente una adecuada gestión integral<br />

de los residuos sólidos (GIRS) en el país (Irazabal, Costa<br />

Rica ). La organización y coordinación multisectorial y<br />

una identificación específica de los retos y posibilidades<br />

alcanzables por cada ciudad de LAC son necesarias para<br />

progresar en la gestión sustentable de residuos en la región.<br />

Agricultura Urbana<br />

En los últimos años, la agricultura urbana y peri-urbana<br />

ha despertado el interés creciente de gobiernos, ONGs,<br />

centros de investigación y la cooperación internacional.<br />

Sin embargo, hasta la fecha no existen muchos estudios<br />

sobre las organizaciones sociales de agricultores urbanos. El<br />

apoyo político suele ser muy variado. Algunos municipios,<br />

como Rosario (Argentina), Montevideo y Brasilia DF (entre<br />

1995 y 1999), preocupados por la superación de la pobreza<br />

y comprometidos con la inclusión económica y social de<br />

las/os agricultores promueven acciones específicas en el<br />

campo de las políticas sociales y la participación ciudadana<br />

en establecer y promover los esfuerzos de organizaciones<br />

de agricultores urbanos y periurbanos (Castro). La<br />

República Dominicana sirve como un ejemplo de un<br />

país que ha incluido el desarrollo de agricultura urbana<br />

en la agenda de los centros principales urbanos del país.<br />

160 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Debido a la presión sobre la tierra para la construcción<br />

de viviendas y la alta densidad demográfica, la presencia<br />

de la agricultura en los barrios más pobres es, en general,<br />

menor que la existente en vecindarios de clase media y alta<br />

(Acevedo, República Dominicana). En Chile, República<br />

Dominicana y otros países, se reconoce que la agricultura<br />

urbana tiene una importante y función en la producción<br />

de alimentos, generación de ingresos y capital social,<br />

reducción de temperatura por el efecto Isla de Calor y<br />

reducción de la huella ecológica. Así, se está llevando a<br />

cabo una incorporación más sistemática de la agricultura<br />

urbana en la planificación urbana y de utilización de la<br />

tierra. Esta función responde directamente al problema<br />

fundamental de proveer seguridad alimentaria a las zonas<br />

urbanas (Acevedo, República Dominicana). Esfuerzos de<br />

promover y establecer movimientos de agricultura urbana<br />

se ven en ciertas ciudades de LAC, sin embargo, más apoyo<br />

y conocimiento sobre los beneficios de tales prácticas<br />

puede ser de provecho a las ciudades crecientes de LAC,<br />

especialmente en los momentos de transición de economías<br />

rurales y agrícolas a más urbanas y especializadas.<br />

Rrepensar la relación urbano-rural<br />

VIII. REPENSAR LA RELACIÓN<br />

URBANO-RURAL<br />

Como se discutió arriba, los bosques constituyen la<br />

gran reserva de biocapacidad de la región, pero también,<br />

en algunos países, las tierras dedicadas al pastoreo y a la<br />

agricultura generan gran parte de la huella ecológica. Esto<br />

supone que las políticas de mitigación y adaptación en<br />

las ciudades de LAC no podrían ser concebidas en forma<br />

desvinculada de las estrechas relaciones urbano-rurales<br />

implicadas en las dinámicas de producción y consumo de la<br />

región.<br />

La clave de la búsqueda de un camino de bajo contenido<br />

de carbono en LAC se perfila a través de la implementación<br />

de políticas y programas para la conservación de sus<br />

grandes bosques y el mantenimiento de su matriz energética<br />

relativamente limpia (De la Torre, Fajnzylber y Nash, 2009,<br />

p. 34).<br />

Respecto a los efectos del cambio climático en la<br />

naturaleza y los ecosistemas, el impacto ha sido muy<br />

negativo. De la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) destacan<br />

cuatro puntos focales: el calentamiento y eventual<br />

deterioro de los ecosistemas montañosos de los Andes; la<br />

decoloración de los arrecifes de coral y probable colapso del<br />

medio ecológico en la cuenca del Caribe; el daño a vastas<br />

extensiones de pantanos y sistemas costeros asociados en<br />

el Golfo de México; y el riesgo de muerte regresiva de los<br />

bosques de la cuenca del Amazonas. De acuerdo con el<br />

mismo reporte, los ecosistemas en zonas de alta montaña<br />

son de los entornos más sensibles al cambio climático.<br />

Respecto al decoloramiento de los arrecifes en la zona<br />

del Caribe, el constante aumento de las temperaturas en<br />

la superficie del mar ha provocado este tipo de efectos,<br />

lo cual afecta de manera importante la diversidad de<br />

estos ecosistemas, ya que los arrecifes constituyen el<br />

hogar de más del 25% de todas las especies marinas. El<br />

caso de los pantanos de la costa del Golfo de México es<br />

especialmente relevante pues los modelos de circulación<br />

global han identificado a este Golfo como la zona costera<br />

más vulnerable a los impactos del cambio climático. La<br />

superficie total de los manglares está desapareciendo a un<br />

ritmo de 1% a 2.5% por año. Los autores también apuntan<br />

que se aprecia una tendencia hacia más frecuentes y/o más<br />

fuertes tormentas y desastres naturales climáticos en la<br />

región. Estimaciones de su costo a nivel macroeconómico<br />

establecen que estos episodios provoca una reducción del<br />

0.6% del PIB real per cápita (De la Torre Washington,<br />

2009).<br />

De las pérdidas naturales más graves en LAC, la pérdida<br />

del Amazonas sería la más extensiva con consecuencias<br />

graves afectando la población humana y al cauce del Río<br />

Amazonas y sus afluentes. La mayoría de esta pérdida, que<br />

se estima será de un 20 a un 80%, se debe a un aumento<br />

de temperatura en la cuenca del Amazonas de 2 a 3°C<br />

siguiendo el patrón del aumento de las temperaturas<br />

globales. Inevitablemente, cualquier cambio significativo al<br />

ecosistema frágil de la selva amazónica resultará en cambios<br />

afectando los patrones climáticos y de biodiversidad en<br />

otras regiones del LAC, incluyendo las zonas urbanas. De<br />

los diez países con mayor biodiversidad mundial, cinco<br />

están en LAC: Brasil, Colombia, Ecuador, México, y Perú.<br />

Estos países también son hogares de los Andes, la zona con<br />

mayor biodiversidad del mundo. Alrededor del 27% de los<br />

mamíferos del mundo viven en LAC, así como también<br />

el 34% de su vegetación, 37% de sus reptiles, 47% de sus<br />

aves y el 47% de sus anfibios. El 40% de la vegetación del<br />

Caribe es única de esta zona (ibid p. 13).<br />

Debido a que los efectos del cambio climático que<br />

ya se encuentran presentes es importante enfatizar las<br />

políticas de adaptación, además de las de mitigación. De<br />

la Torre, Fajnzylber y Nash (2009) remarcan que para<br />

que las políticas de adaptación sean efectivas y eficientes<br />

es preciso fortalecer la gestión de los recursos naturales,<br />

enfocándose especialmente en el manejo de los flujos de<br />

agua y en mejorar la capacidad de recuperación de los<br />

ecosistemas. La inversión en la construcción de desagüe<br />

en zonas con mayor precipitación y la regulación de flujos<br />

del agua son fundamentales. Las reservas biológicas y los<br />

corredores ecológicos pueden servir también como medidas<br />

de adaptación para promover una mayor capacidad de<br />

recuperación. Algunos ecosistemas o especies (flora y fauna)<br />

pueden requerir ser trasplantados a otras zonas a fin de<br />

evitar un deterioro mayor o más acelerado. Al respecto,<br />

se pueden desarrollar proyectos de conservación para<br />

arrecifes de coral y otros corredores biológicos, incluso los<br />

intraurbanos.<br />

Uno de los sectores económicos que se predice sufrirá<br />

impacto mayor y más directo producto del cambio gradual<br />

de la temperatura y las precipitaciones será la agricultura.<br />

En México se sufrirán fuertes impactos con una pérdida<br />

de virtualmente toda la productividad de un 30-80% de la<br />

fincas, dependiendo de la gravedad del calentamiento (ibid<br />

p. 15). Los efectos agrícolas varían bastante dependiendo<br />

de la región en LAC y es imposible determinar un efecto<br />

Retos Urbano Ambientales: Disturbio Climático en América Latina y el Caribe 161


general para el continente entero. El fenómeno que ya se<br />

ve aconteciendo en la mayoría de las ciudades del LAC<br />

es el crecimiento urbano debido a la emigración rural.<br />

La pobreza rural se ha causado en parte por los cambios<br />

climáticos afectando los patrones agrícolas. Las ciudades<br />

principales de Honduras están creciendo a un nivel rápido<br />

por estas razones. Desde el 2000 al 2010 hubo un aumento<br />

de 5,2% y se predice un crecimiento poblaciónal urbano<br />

fijo de ~3% cada cinco años. El crecimiento urbano se<br />

debe en gran parte a un éxodo rural hacia las ciudades<br />

principales: entre 2000 al 2025 disminuirá la población<br />

rural de acuerdo a su crecimiento total en miles de 37.000<br />

anuales a 4.000 hasta llegar a un crecimiento negativo de<br />

-13.000 en 2045. 3<br />

Uno de los grandes factores que afectará la agricultura<br />

en LAC es el aumento de la desertificación en zonas<br />

especialmente susceptibles a los efectos de los cambios<br />

climáticos. “Por la disminución en algunas zonas y por<br />

exceso de lluvia en otras, se ve afectada la disponibilidad<br />

normal del agua que es retenida por la vegetación, la<br />

que se evapora desde las diferentes superficies, la que se<br />

infiltra para alimentar el subsuelo y los almacenamientos<br />

subterráneos y los caudales de diferentes corrientes y<br />

cuerpos de agua que proveen la demanda” (Castro,<br />

Lima 2006). Este fenómeno tendrá repercusiones en<br />

el sector agrícola de países en LAC, pero también en<br />

la oferta de fuentes de agua para los consumidores<br />

rurales y especialmente los urbanos. En Colombia se<br />

reporta aumento en 3.576.068 hectáreas de las zonas<br />

con un potencial alto de desertificación (I<strong>DE</strong>AM 2001).<br />

Ocupando el 4º lugar de 9 países con desertificación en<br />

América Latina, Colombia tiene 27.300.600 hectáreas<br />

susceptibles a desertificación a causa del cambio climático y<br />

las áreas en desertificación suman 14.420.000 hectáreas.<br />

NOtas:<br />

1. LAC se caracteriza por ser una región donde las ciudades principales tienen una proporción de la población<br />

mayor al 20% y en algunos casos al 25%. Existen grandes concentraciones de mayorías de poblaciones<br />

costeras en los países de Centro América, el Caribe, y en el caso de Suramérica en países como Ecuador<br />

(Guayaquil), Venezuela (Caracas y Maracaibo), Perú (Lima), Chile (Santiago y Valparaíso), Argentina<br />

(Buenos Aires), Uruguay (Montevideo), Brasil (Río de Janeiro y São Paulo) y Surinam (Paramaribo).<br />

2 Por ejemplo la ciudad de Nueva York, siendo la más densa de Estados Unidos, es también al mismo tiempo<br />

la más eficiente en términos ambientales. Ver: New York Times. Bloomberg the Bigfoot (In Carbon). 12 de<br />

Diciembre de 2009. Página web: http://www.nytimes.com/2009/12/13/nyregion/13about.html.<br />

3 “Honduras: Indicadores Demográficos de la Población Urbana y Rural,”<br />

http://www.eclac.cl/celade/proyecciones/basedatos_BD.htm><br />

162 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


164 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA<br />

EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA<br />

<strong>DE</strong>L SIGLO XXI<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 165


166 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


I. La complejidad urbana<br />

Ya no hay duda, después de un largo proceso de<br />

urbanización –con diferentes ritmos y -causas- ha<br />

conducido a América Latina y el Caribe al inicio del siglo<br />

XXI, a ser una región eminentemente de ciudades.<br />

No solo en el sentido de que la mayor parte de la<br />

población de la región reside concentrada en conglomerados<br />

diferenciables de los dispersos asentamientos en los espacios<br />

rurales. América Latina es una región de ciudades en el<br />

sentido más importante: las inversiones, las actividades<br />

económicas, la comunicación, la información, la opinión,<br />

el quehacer político, las oportunidades tanto como las<br />

dificultades, la articulación con el entorno, en definitiva el<br />

poder, son de manera incuestionable, predominantemente<br />

urbanos.<br />

Estas concentraciones de personas viviendo avecindadas<br />

en un espacio limitado, en el que se aglomeran los factores<br />

señalados, son también concentraciones de conflictos y<br />

posibilidades, de gran dinamismo; más allá de lo que<br />

revelan el registro descriptivo o analítico de la estadística<br />

y la expresión de la cartografía, el futuro de la región<br />

dependerá predominantemente de lo que suceda en las<br />

ciudades, de la forma de resolución de sus conflictos y del<br />

desarrollo de sus posibilidades.<br />

El concepto de ciudadanización urbana de la vida, no<br />

alude solo a un tamaño demográfico o a la superficie de<br />

la “mancha urbana”, útiles para la referencia comparativa<br />

entre realidades relativamente autónomas. El concepto tiene<br />

relación con el peso que tiene la condición urbana en la<br />

determinación sobre el presente y el futuro de un territorio<br />

en el que influye, sea este un pequeño anejo, una parroquia,<br />

una circunscripción urbano rural municipal, un tejido<br />

metropolitano, un departamento, un estado federado o una<br />

nación e inclusive una circunscripción supra fronteriza entre<br />

naciones.<br />

Es decir, que necesariamente alude también a una<br />

condición de “capitalidad” o de “centralidad” que se<br />

ejerce de hecho, sobre sí misma y en un entorno territorial<br />

relativamente dependiente. Condición que se ejerce con<br />

o sin una intención de dominio económico, cultural o<br />

político y eventualmente, a pesar de lo que determina<br />

la vida cotidiana del conjunto de habitantes del espacio<br />

afectado y su proyección. Dominio que tiene su fuente en<br />

una relación de intereses que se resuelve en direcciones,<br />

condiciones y posibilidades, a las que se suman o se<br />

enfrentan los factores de desarrollo y los actores de un<br />

territorio.<br />

Las formas de resolución del enfrentamiento de intereses<br />

y actores o de su concurrencia, pueden tener una amplia<br />

gama que va desde la concurrencia de factores y el consenso<br />

entre actores, hasta la imposición de condiciones por un<br />

interés predominante. Su forma de resolución en su sentido<br />

positivo, sin romper la cohesión de los actores e intereses en<br />

un territorio, revelará la condición de gobernabilidad de ese<br />

territorio: gobernabilidad en el sentido de la forma en que<br />

se mantienen las relaciones de los intereses de los habitantes<br />

de un espacio, sin romper su cohesión social y territorial.<br />

¿En dónde está la fuente de la gobernabilidad de<br />

América Latina y El Caribe? En las ciudades y en sus<br />

correspondientes ámbitos y circunscripciones de influencia.<br />

El poder es ya claramente urbano en esta región y su<br />

futuro es ciudadano, en el sentido de las ciudades, más<br />

allá del sentido de adscripción a un orden o contrato social<br />

predominante en un territorio.<br />

En este sentido amplio, los estados diversos de la<br />

constitución de las ciudades en la región, que se encuentran<br />

a comienzos del siglo XXI, se explican por los siguientes<br />

factores:<br />

• el desarrollo de las fuerzas productivas, especialmente<br />

por el desarrollo de los sectores secundario y terciario de<br />

las economías y por su extensión a las áreas rurales;<br />

• por la mayor o menor integración global de los espacios<br />

locales que se da, por el comercio y por la circulación de<br />

la información,<br />

• por la emergencia de nuevos actores sociales o el cambio<br />

de su importancia,<br />

• por la presencia de nuevos intereses y por consecuencia<br />

de nuevos conflictos y formas nuevas de resolución,<br />

• por la irrupción de conceptos sobre los derechos, las<br />

garantías y las obligaciones, que pueden tener orígenes<br />

locales, nacionales, internacionales y globales,<br />

• por nuevas referencias paradigmáticas de la sociedad,<br />

• por avances en las formas de ejercicio de la democracia,<br />

tales como la libre elección, la universalización de los<br />

accesos a los derechos, servicios e información.<br />

En fin, por un tejido complejo de factores, que se<br />

ha resuelto de diversa manera en los distintos confines<br />

geográficos.<br />

II. ¿Qué ciudades?<br />

Todas las concentraciones humanas que ejerzan esas<br />

funciones de “centralidad” sobre un territorio habitado<br />

por tener una capacidad de determinación de su presente y<br />

futuro.<br />

Desde las pequeñas aglomeraciones que dominan<br />

sus inmediatos entornos, hasta las gigantescas hiper<br />

densificadas concentraciones que ejercen influencia sobre<br />

vastos territorios que integran ciudades de otra condición<br />

y tamaño. Pasando por las de orden intermedio, condición<br />

satelital, periférica, funcional, adscrita, absorbidas por<br />

conurbación o enlazadas por un accidente geográfico o por<br />

una obra de infraestructura o por un enlace remoto o una<br />

dependencia financiera, política o administrativa.<br />

Todas. Pero no referidas específicamente, salvo algunos<br />

casos paradigmáticos o demostrativos de situaciones<br />

más generales, pero en general engloba a las más de<br />

16.000 que en América Latina y El Caribe, están regidas<br />

autónomamente por una forma de gobierno propio: un<br />

municipio, una intendencia, una prefeitura, una alcaldía,<br />

un concejo de regidores, un consejo metropolitano, un<br />

gobernador distrital, un delegado de un gobernador de una<br />

circunscripción territorial y política más amplia, etc.<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 167


A veces están regidas por una ley, estatuto o<br />

compromiso propios. Estas formas autónomas de gobierno<br />

siempre connotan un grupo humano de residentes, un<br />

territorio, es decir un espacio geográfico, una red de<br />

subsistemas económicos, una diversidad cultural, una<br />

relación con el exterior y un gobierno de autonomía relativa.<br />

Frecuentemente están integradas a una relación<br />

de orden superior como, un orden nacional o de una<br />

comunidad de naciones vecinas o de ultramar, vinculadas a<br />

un contrato político.<br />

Son entonces concentraciones de diverso tamaño<br />

humano, económico, cultural, que tienen una forma<br />

variable y relativa de autodeterminación, que rige sobre<br />

un territorio. Tienen siempre un patrimonio edificado<br />

colectivo y un espacio natural que las acoge.<br />

Son ciudades porque sus características se refieren a:<br />

• una población residente;<br />

• un medio natural que la acoge;<br />

• un espacio construido y un sistema de servicios más o<br />

menos desarrollado;<br />

• un espacio en el que ejercen centralidad, de diversa<br />

índole;<br />

• un estatuto legal propio o asumido que rige su<br />

convivencia, sus derechos y obligaciones;<br />

• una red de subsistemas económicos y sus articulaciones<br />

externas;<br />

• un sistema de relaciones culturales y sus relaciones<br />

externas;<br />

• un sistema de gobierno; y<br />

• una forma de relación con el resto del mundo;<br />

Dichos factores tiene una relación sistémica (explícita<br />

o no) y dinámica, que se expresan en “una mancha<br />

urbana”, una densidad demográfica y una intensidad en<br />

las relaciones, entre las personas y de estas con sus sistemas<br />

institucionales.<br />

IV. La gobernabilidad<br />

local<br />

En la sección anterior se explica brevemente el<br />

papel de la gobernabilidad local en el fenómeno urbano<br />

predominante en la región y como la gobernabilidad local<br />

tiene que ver con el desarrollo.<br />

Igualmente – y concomitantemente – la relación entre<br />

gobernabilidad local y descentralización, es fundamental<br />

y de recíproca causalidad; la pregunta principal de este<br />

capítulo es ¿cuál es la situación de la gobernabilidad local y<br />

la descentralización en América Latina?<br />

El Centro Internacional para Investigaciones de<br />

Desarrollo –IDRC- sostiene que la descentralización es<br />

“… el proceso de traslado de la toma de decisiones y la<br />

gobernanza más cerca de las personas o ciudadanos. Puede<br />

consistir en la descentralización política, que otorga a los<br />

ciudadanos o a sus representantes electos mayor poder en<br />

la elaboración de decisiones públicas; la descentralización<br />

administrativa, que redistribuye la autoridad, la<br />

responsabilidad y los recursos financieros para el suministro<br />

de los servicios públicos entre diferentes niveles de<br />

gobernanza; y la descentralización fiscal, que permite a<br />

los gobiernos locales recaudar ingresos y les concede la<br />

autoridad para tomar decisiones sobre los gastos (IDRC,<br />

Canada 2009).<br />

En la realidad, grados diferentes de descentralización<br />

política, administrativa y fiscal se presentan combinados<br />

y, como la misma noción del IDRC lo sugiere,<br />

indiferenciados. Esto lleva a situaciones en las cuales los<br />

gobiernos locales tienen diversas responsabilidades, poder<br />

de decisión y autoridad, así como recursos financieros y la<br />

capacidad operativa para gestionarlos.<br />

Por otro lado, el concepto de Oriol define gobernabilidad<br />

como “es la capacidad de un sistema sociopolítico<br />

para gobernarse a sí mismo en el contexto de otros sistemas<br />

más amplios de los que forma parte (Oriol, 2003). Para<br />

Morro da Providência, Rio de Janeiro, Brasil. © Foto: Maurício Horta.<br />

168 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


una ciudad, en este sentido, es la capacidad que tiene la<br />

población de la misma, de tomar decisiones para impulsar<br />

respuestas a las necesidades o demandas ciudadanas y para<br />

procesar sus conflictos, sin romper su relación sistémica.<br />

La descentralización, que es una estrategia de desarrollo,<br />

es a su vez una marca de la democracia para las situaciones<br />

de gobernabilidad en las ciudades. Es decir, expresa una<br />

tendencia positiva de la gobernabilidad en un conglomerado<br />

humano urbano y su área de influencia en el que ejerce su<br />

centralidad.<br />

Un componente clave de la gobernabilidad es la<br />

gobernanza que es “el marco de reglas, instituciones<br />

y prácticas establecidas que sientan los límites y los<br />

incentivos para el comportamiento de los individuos, las<br />

organizaciones y las empresas (Martinez, Mexico 2001).<br />

Esta noción de gobernanza, brinda la oportunidad de<br />

registrar los cambios y de comparar situaciones sobre la<br />

gobernabilidad y la descentralización en las ciudades de<br />

América Latina y El Caribe.<br />

Lo que se busca es que los vecinos que habitan en<br />

ciudades alcancen su bienestar o que lo puedan gestionar<br />

activamente, tanto desde la perspectiva de sus ámbitos<br />

público y privado, es decir que sean actores efectivos de<br />

la construcción de su futuro desde las instancias de su<br />

organización social (gobierno, leyes, etc.) o bien, desde sus<br />

responsabilidades individuales – empresariales, domésticos,<br />

etc. (ONU-HABITAT, 2007,hic 2005, Iula 1993)<br />

Esta noción parte del principio de que en una ciudad<br />

sus habitantes tienen derechos, siendo el principal de estos,<br />

pero no el único: el derecho a participar en las decisiones de<br />

su comunidad; si los vecinos tienen derecho a participar en<br />

las decisiones de la ciudad entonces la principal decisión que<br />

deben asumir es elegir a sus autoridades y representantes.<br />

Continuando en esta lógica: las autoridades electas para<br />

responder el mandato ciudadano deben tener la capacidad<br />

de gobernar sobre el territorio que les corresponda y,<br />

cerrando el círculo, estas autoridades y las instituciones<br />

creadas deben velar por garantizar los derechos de los<br />

habitantes de la ciudad y su bienestar.<br />

Este razonamiento, implica un estado descentralizado<br />

en el que los gobiernos locales tienen responsabilidades,<br />

atribuciones y recursos para gestionarlos y los ciudadanos<br />

aceptan las reglas de juego que tengan la función de<br />

lograr el desarrollo del territorio y su propio bienestar<br />

y sostenibilidad. Así se relacionan los conceptos de<br />

descentralización y gobernabilidad.<br />

La pregunta ¿cuál es la situación de la gobernabilidad<br />

local y la descentralización en América Latina?, se torna<br />

operativa cuando las ciudades latinoamericanas se sitúan<br />

ante un modelo de buena gobernabilidad local y una buena<br />

descentralización.<br />

El deber ser al que apuntan, a falta de un mejor término<br />

se lo llama la “ciudad democrática”.<br />

Gráficamente se representa registrando en el eje de<br />

las ordenadas la buena gobernabilidad y en el eje de las<br />

abscisas los esfuerzos de la descentralización. En el extremo<br />

superior derecho estaría esa ciudad democrática en la que<br />

se practican buenas prácticas de gobernabilidad y tiene<br />

amplias facultades descentralizadas. Ver gráfico 1.<br />

Gráfico 1: Gobernabilidad y descentralización<br />

La Descentralización<br />

Mucho se ha escrito recientemente sobre la descentralización<br />

en América Latina. Para la Organización Mundial<br />

de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos, CGLU (Rosales,<br />

Barcelona 2008), este es un proceso que tiene dos ciclos.<br />

Uno en la década de los 80’s en el contexto de la crisis de la<br />

deuda y la alta inflación que buscó reducir el tamaño de la<br />

administración central y fue parte del proceso denominado<br />

de ajuste estructural. Un segundo ciclo en la década de los<br />

90s que provino más bien de la crisis provocado por las<br />

anteriores medidas y que buscó mejorar las políticas sociales<br />

y fomentar la participación.<br />

Adriana Clemente (Clemente, Washington 2008)<br />

sostiene que es un proceso que ha durado 30 años, que<br />

se encuentra en su tercera etapa de consolidación, pero<br />

que es heterogéneo, incompleto y ausente de evaluación.<br />

Daughters y Harper (Daughters y Harper, Washington<br />

2007) consideran que la región se encuentra en una ola de<br />

descentralización iniciada en 1985 y que esta ha producido<br />

importantes reformas en la formulación de normas<br />

políticas y fiscales. Melin e Claverie de la Cooperación<br />

Francesa (Melin e Claverie, Francia 2005 ) afirma que<br />

la descentralización en la región tiene 25 años y es un<br />

intento por democratizar y mejorar la representación y la<br />

participación.<br />

Al hablar del estado de las ciudades en América Latina<br />

es comúnmente aceptado que la descentralización es un<br />

proceso en el cual estas se encuentran inmersas. Es un<br />

proceso que se inició a partir del proceso de consolidación<br />

de los estados nacionales, cuya datación variable remite a<br />

un proceso que en algunos casos es de más de 30 años y<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 169


en otros es mucho más reciente. En este tema hay avances<br />

significativos en la región especialmente en lo político, pues<br />

los ejecutivos de los gobiernos locales de prácticamente<br />

todos los países son electos democráticamente y este es<br />

un cambio que ha ocurrido en los últimos 25 años. Sin<br />

embargo, en los otros aspectos (transferencia o devolución<br />

de atribuciones a los gobiernos locales, asignación o<br />

participación correspondiente de los recursos, autonomía<br />

para las decisiones) hay todavía mucho que recorrer.<br />

Si bien es cierto que se ha trabajado en el<br />

fortalecimiento y capacitación de los gobiernos locales para<br />

asumir competencias, y ha habido un trabajo por transferir<br />

competencias a los gobiernos locales, aún existe un trabajo<br />

importante por realizar para reestructurar y redimensionar<br />

al estado central: la descentralización se ha tratado<br />

principalmente de un incremento de las competencias de los<br />

gobiernos locales sin un debido reajuste del tamaño y de las<br />

funciones del gobierno central.<br />

Este aspecto que es además poco tomado en cuenta en<br />

la literatura sobre descentralización (Echabarria y Cortazar,<br />

Washington 2007), obliga a afirmar que existe una gran<br />

brecha entre el proceso de descentralización y los procesos<br />

de reforma de la administración pública en la región, lo<br />

que significa que la descentralización implica en muchos<br />

casos una duplicación de funciones antes que una mejora<br />

de la eficiencia en la aplicación de los recursos, aunque sus<br />

efectos en términos de la participación social sean siempre<br />

prometedores aunque casi siempre imperfectos.<br />

La descentralización tradicionalmente ha sido dividida<br />

con fines de estudio y exposición en tres aspectos: fiscal,<br />

administrativa y política. A continuación se reseña en qué<br />

grado se han desarrollado en la región estos aspectos.<br />

Lo que más fácilmente se puede decir es que América<br />

Latina es un continente heterogéneo. Con avances en<br />

algunos lugares y retrocesos y estancamientos en otros y<br />

con efectos política, social y económicamente positivos y<br />

con efectos contradictorios en otros.<br />

Descentralización administrativa<br />

La descentralización administrativa se expresa en las<br />

competencias otorgadas, transferidas o devueltas a los<br />

gobiernos municipales. Ver gráfico No. 2. (ONU-HBITAT,<br />

ROLAC 2007)<br />

Para su visualización se recurre a un gráfico de barras<br />

simple de acuerdo al número de competencias que tienen<br />

los municipios en cada país.<br />

Los municipios de Brasil, Colombia Ecuador y<br />

Venezuela son los que más responsabilidades tienen, por<br />

Los municipios de Brasil, Colombia Ecuador y Venezuela<br />

gráfico 2: Decentralización administrativa en américa latina (2007)<br />

Fuente: Habitat ROLAC (2007) Participación Municipal en la Gestión de Servicios Públicos, Equipamientos Sociales y Tributos para Alcanzar<br />

los ODM’s en América Latina y El Caribe.<br />

170 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


son los que más responsabilidades tienen, por lo menos en<br />

registro, aunque no se pueda dar cuenta de su integridad<br />

y profundidad practicas. Por comparación Panamá,<br />

Rep. Dominicana y Costa Rica son los países que menos<br />

responsabilidades tienen asignadas a los gobiernos locales.<br />

Por otro lado, utilizando la misma información, pero<br />

leyendo los totales de las filas en vez de las columnas, se<br />

aprecia el tipo de competencias que más comúnmente<br />

suelen asumir los municipios y cuáles no.<br />

Mirando los totales de las filas se constata que en todo<br />

el continente los municipios son responsables de recolección<br />

de desechos, aprobación de urbanizaciones, aprobación de<br />

edificaciones e implementación de parques y plazas Ver<br />

Tabla No. 1.<br />

tabla 1: territorialización municipal de los<br />

servicios urbanos, equipamientos sociales y<br />

tributos en américa latina y el caribe<br />

Competencia<br />

% de países con<br />

competencia municipal<br />

Recolección desechos sólidos 100.00<br />

Aprobación urbanizaciones 100.00<br />

Aprobación edificaciones 100.00<br />

Implementación de parques,plazas, etc. 100.00<br />

Pavimentación vías urbanas 94.1<br />

Preservación de áreas verdes 94.1<br />

Alumbrado Público Urbano 88.2<br />

Aperturas vías urbanas 88.2<br />

Control ejecución de obras 88.2<br />

Patente anual establecimientos 88.2<br />

comerciales<br />

Circulación y tráfico urbano 82.4<br />

Normas para aprobación urbanizaciones 82.4<br />

Normas para aprobación edificaciones 82.4<br />

Agua potable 76.5<br />

Alcantarillado 76.5<br />

Capacitación para empleo productivo 76.5<br />

Impuesto predial 76.5<br />

Protección riberas río / lagos 70.6<br />

Control de ruídos y contaminación 70.6<br />

sonora<br />

Operación salas cunas 64.7<br />

Transporte público urbano 58.8<br />

Construcción salas cunas 58.8<br />

Protección aire 52.9<br />

Salud preventiva 47.1<br />

Patente anual licenciamiento vehículos 47.1<br />

Educación primaria 41.2<br />

Programas de vivienda social 41.2<br />

Competencia<br />

% de países con<br />

competencia municipal<br />

Policía tráfico y circulación 41.2<br />

Impuesto propiedad vehículos 41.2<br />

Habilitación motoristas 35.3<br />

Licenciamiento vehículos 35.3<br />

Impuesto transmisión bienes 35.3<br />

Educación secundaria 29.4<br />

Seguridad social 29.4<br />

Salud correctiva 23.5<br />

Impuesto transmisión bienes 23.5<br />

Educación especial 19.4<br />

Impuesto servicios profesionales 17.6<br />

Telefonía fija 17.5<br />

Hospitales generales 11.8<br />

Distribución de Energía 11.8<br />

Impuesto ventas 6.9<br />

Centrales / Subestaciones energía 5.9<br />

Justicia 1a. instancia 5.9<br />

Justicia apelación 5.9<br />

Impuesto consumos especiales 5.9<br />

Educación universitaria 0.0<br />

Telefonía móvil 0.0<br />

Policía judicial 0.0<br />

Impuesto a la renta 0.0<br />

Fuente: ONU-HABITAT ROLAC..<br />

Descentralización Fiscal<br />

Tal vez el tema que mayor atención suscita entre los<br />

estudiosos es el de la descentralización fiscal. El grado de<br />

su concreción por país se representa con los porcentajes<br />

del presupuesto nacional que son administrados por los<br />

gobiernos locales, más específicamente por los municipios.<br />

Los municipios de Colombia, Brasil y Ecuador,<br />

administran entorno al 20% del gasto presupuestal<br />

gubernamental. Tres países centroamericanos en esta<br />

muestra manejan menos del 5% de los gastos del estado.<br />

En términos fiscales, por lo presentado, hay una gran<br />

variedad de valores. En general desde los gobiernos locales<br />

de la región se percibe que hay mucho por recorrer, pues<br />

se percibe con claridad una mayor proximidad a las<br />

necesidades que se atiende, al marco de posibilidades<br />

diferenciales que se puede explotar y una mayor eficiencia<br />

en el segmento de participación de los recursos nacionales<br />

que se gestiona desde los gobiernos locales.<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 171


Descentralización Política<br />

La descentralización política es la que más significativos<br />

avances ha tenido en la región, en términos formales.<br />

En los últimos veinte y cinco años se ha democratizado<br />

el poder local. Desde la recuperación general de la<br />

democracia en América Latina poco a poco también los<br />

municipios han ido retomando su carácter de gobiernos<br />

locales, derivados de mandatos populares. Es así que<br />

mientras en 1980 solo tres países tenían alcaldes electos<br />

ahora eso es cierto en todos los 20 países latinoamericanos.<br />

Los últimos en adquirir esta característica son las ciudades<br />

emblemáticas de ciudad de México y Buenos Aires y lo<br />

gobiernos locales de Costa Rica que a partir del 2002 elige<br />

a sus autoridades locales municipales de manera directa y<br />

universal por sus poblaciónes correspondientes.<br />

Grafico 3: Países con gobiernos locales<br />

electos en américa latina<br />

Tabla 2: Gasto Municipal en el Gasto<br />

Gubernamental Total en América Latina<br />

(Indicador Actualizado de Descentralización<br />

Fiscal)<br />

Puesto<br />

País<br />

Informe CGLU<br />

2007<br />

Informe Consultor<br />

2009<br />

% Año % Promedio<br />

años<br />

1 Colombia 17.0 2005 23.0 2005/6<br />

2 Brasil 16.6 2002 19.5 2006/7<br />

3 Ecuador 17.2 2004 19.0 2006/7<br />

4 Chile 13.2 2005 14.5 2005/7<br />

5 Bolivia 8.5 2005 14.0 2006/8<br />

6 Perú 8.5 2005 13.6 2006/8<br />

7 Guatemala 13.0 1997 13.0 1997<br />

8 Uruguay 13.2 2005 12.3 2005<br />

9 Argentina 7.8 2004 7.7 2004/6<br />

10 El Salvador 8.7 2007 7.4 2007<br />

11 Honduras 5.6 2005 7.4 2004/7<br />

12 R. Dominicana 7.0 2002 6.2 2002/6<br />

13 Paraguay 5.2 2005 5.6 2005/7<br />

14 México 4.3 2000 5.0 2000/7<br />

15 Costa Rica 6.0 2005 4.9 2005/7<br />

16 Nicaragua 3.8 2002 3.8 2002<br />

17 Panamá 3.8 2002 2.8 2002/7<br />

Promedio simple 10.6 12.0<br />

Fuentes: Financial Statistics FMI, FLACMA y estimaciones en base a<br />

Cuentas Nacionales de diversos países.<br />

Elaboración: Mario Rosales especial para FLACMA.<br />

A esta observación se deben sumar otras estrictamente<br />

cualitativas sobre el nivel de autonomía, es decir sin<br />

direccionamiento, sin condicionamiento y sin límites, con<br />

los que los gobiernos locales pueden invertir los recursos<br />

de participación en los presupuestos generales del estado<br />

de diferentes países y la oportunidad y automaticidad en la<br />

realización de las transferencias presupuestarias, así como<br />

que la misma no tenga intermediación por otra esfera<br />

gubernamental.<br />

Fuente: Rosales y Carmona – CGLU (2007) La descentralización y la<br />

democracia local en América Latina.<br />

En este plano, en términos generales se puede observar<br />

que los gobiernos locales de la mayoría de países soportan<br />

condicionamientos del tipo de asignaciones con destino<br />

pre establecido (salud, educación, inversión) y delegaciones<br />

de funciones del poder ejecutivo nacional, federal,<br />

departamental o estadual. Muchas de las asignaciones<br />

aún son direccionadas por leyes especiales, territoriales o<br />

sectoriales. Otras tantas se condicionan como mínimos<br />

porcentajes para inversión o como topes al gasto<br />

operacional corriente de los gobiernos locales.<br />

A esto se añade un alto grado de discrecionalidad en<br />

la oportunidad de las transferencias anuales (básicamente<br />

tardías) y la condicionalidad para su aprobación<br />

(porcentajes de gasto presupuestal devengado o de<br />

recuperación por la vía de las tasas y tarifas de los servicios<br />

y obras de mejoramiento municipal).<br />

La falta de mecanismos de retención y transferencia<br />

inmediata refleja la falta de autonomía de los gobiernos<br />

locales. Estas restricciones se asocian frecuentemente con el<br />

tamaño, el grado de institucionalización (de especialización<br />

y división técnica del trabajo, de implementación<br />

tecnológica, de profesionalización de los recursos humanos,<br />

etc...) y con los análisis sobre la eficiencia y la corrupción,<br />

que frecuentemente están contaminados por la falta de<br />

decisión política de respetar o ampliar la autonomía formal<br />

de los gobiernos locales.<br />

Finalmente, son dos rasgos del estado de la autonomía<br />

de los gobiernos locales, la atribución para la generación<br />

y recaudación tributaria y la atribución para contratar<br />

directamente empréstitos y beneficiarse de la cooperación<br />

internacional para sus propias prioridades.<br />

En la región son pocos los países que han<br />

descentralizado la cuestión tributaria significativamente<br />

y la mayoría de países soportan severas restricciones,<br />

que frecuentemente son justificadas por un argumento<br />

centralista doble de que las participaciones en los recursos<br />

172 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


del estado son dádivas transferidas por el nivel central,<br />

desconociendo que el sujeto generador siempre serán los<br />

ciudadanos y las actividades económicas que se realizan<br />

en los espacios locales y por otro lado, se justifican las<br />

restricciones por el concepto de que los gobiernos locales<br />

adolecen de “pereza fiscal” pues se juzga la baja recaudación<br />

sin considerar las condiciones de baja rentabilidad<br />

económica, distribución y alta incidencia de la pobreza<br />

y limitación de la capacidad generadora de tributos, que<br />

prevalecen en las ciudades menores o de las periferias<br />

nacionales y metropolitanas.<br />

Las relaciones con la cooperación internacional, en las<br />

ciudades latinoamericanas, con escasas excepciones, son<br />

intermediadas por avales concedidos por los gobiernos<br />

nacionales o por las autorizaciones temáticas que se<br />

desprenden de los planes generalistas nacionales.<br />

Con estos elementos enunciados generalmente, se puede<br />

colegir un grado de descentralización política procedente<br />

de una combinación aún inconsistente de un avance formal<br />

muy importante y un ejercicio real muy limitado.<br />

A estas observaciones, pero también de forma discutible<br />

por imperfectas e incompletas, se escapan los municipios<br />

de Brasil y Ecuador, que atraviesan aún recientes procesos<br />

de transición en estos campos. De alguna manera también<br />

Colombia y Argentina, en los cuales sin embargo pesa<br />

fuertemente sobre los municipios la intervención de niveles<br />

o esferas de gobierno intermedio como los departamentos y<br />

estados federados, que en algunas ocasiones pueden causar<br />

o tolerar situaciones regresivas.<br />

En el plano positivo, se debe destacar que si bien son<br />

pocos los países en los que se registran avances parecería<br />

que tiende a crecer la incidencia de dos fenómenos<br />

correlacionados con el proceso de democratización formal:<br />

• el registro notarial de los planes de gobierno de<br />

los candidatos a autoridades municipales, que se<br />

constituyen en documento referencial para que los<br />

ciudadanos puedan reclamar incumplimientos de los<br />

electos; y,<br />

• la existencia de mecanismos de revocatoria del mandato<br />

de las autoridades locales en los cuerpos constitucionales<br />

o de las leyes de segundo orden.<br />

En el aspecto formal, el paso siguiente parecería ser<br />

la generalización en la libertad de la reelección de las<br />

autoridades locales, que en pocos países ya se ha consagrado<br />

y en casi todos se discute su conveniencia, junto con la<br />

conveniencia de separar las fechas de los sufragios locales de<br />

los eventos nacionales.<br />

v. Los Gobiernos de las<br />

Ciudades.<br />

En la esfera de lo político las ciudades tienen su propio<br />

gobierno: municipio, intendencia, prefeitura. De estos<br />

en la región existen más o menos 16000. Las ciudades<br />

latinoamericanas tienen muchas formas políticas de<br />

organizarse, especialmente las más grandes. Algunas, tienen<br />

básicamente un solo gobierno, como Quito, Bogotá, La<br />

Paz... En el otro extremo del mismo mundo andino están<br />

Lima y la ciudad de Santiago.<br />

La Capital chilena que tiene cerca de 40 gobiernos<br />

comunales y en donde no hay un gobierno electo<br />

directamente para toda la ciudad, sino que existe un cargo<br />

de Intendente que es nombrado por el gobierno central para<br />

hacer la coordinación de las grandes obras que requiere el<br />

área metropolitana de Santiago.<br />

Lima mezcla ambas formas: sí tiene un Alcalde<br />

Metropolitano electo directamente por la población, quien<br />

convive con más de 20 alcaldes electos en igual número de<br />

distritos que conforman la ciudad.<br />

Algo muy común, es que las grandes ciudades en su<br />

crecimiento hayan ido incorporando a otros centro urbanos<br />

cercanos y tengan, por lo tanto, algunos alcaldes encargados<br />

de partes territoriales de una sola ciudad. Este es el caso de<br />

Bogotá, São Paulo, etc., cuyas redes y sistemas de servicios<br />

se articulan operacional y legalmente, bajo autoridades o<br />

empresas de una sola autoridad o de ejercicio colegiado.<br />

Respecto a la gobernabilidad de las grandes ciudades,<br />

se debe mencionar los casos emblemáticos de Buenos Aires<br />

y de México que son distritos federales y que por lo mismo<br />

tienen hasta su propio estatuto independientemente de un<br />

estado federado intermedio, para ser parte como distritos<br />

especiales del estado nacional federal.<br />

Más allá de estos problemas que ilustran situaciones<br />

diversas, los gobiernos locales que rigen las ciudades en<br />

América Latina tienen algunas semejanzas; el municipio<br />

genérico está conformado por elementos fundamentales<br />

como son territorio, población y gobierno, que por lo<br />

general es un régimen en pequeña escala del sistema<br />

presidencialista latinoamericano. No hay una tradición<br />

parlamentarista, excepto en unos pocos países anglófonos<br />

del Caribe que eligen parlamentos que gobiernan la<br />

ciudad. Por el contrario generalizando, los municipios<br />

tienen un ejecutivo, que es electo directamente, y que se<br />

denomina alcalde, intendente, prefeito, síndico o presidente<br />

municipal.<br />

Igualmente tienen un cuerpo legislativo municipal<br />

que en la mayoría de países se lo conoce como Concejo,<br />

conformado por un cuerpo colegiado de Concejales,<br />

Vereadores, o Regidores. La institución puede llamarse,<br />

Ayuntamiento, Municipalidad, Municipio, Alcaldía,<br />

Intendencia, Prefeitura, y el territorio sobre el que tiene<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 173


jurisdicción se llama Municipio, Comuna, Cantón,<br />

Distrito. La nomenclatura está descrita en el recuadro 1,<br />

más adelante.<br />

Para simplificar la referencia, adoptamos<br />

denominaciones genéricas. Así, le menciona como Alcalde<br />

al ejecutivo local, Concejo al legislativo local, concejales<br />

a los legisladores locales, Ayuntamiento a la institución<br />

y Municipio al territorio; por lo general el Alcalde es el<br />

encargado de la administración de la ciudad y suele ser su<br />

representante legal.<br />

Los concejos municipales tienen la función legislativa<br />

local que significa reglamentar las actividades y conductas<br />

del gobierno y de los vecinos para resguardar el bien<br />

común, sus miembros, tienen limitaciones ejecutivas y<br />

administrativas y que sus funciones son mayormente de<br />

índole consultiva, fiscalizadora del ejecutivo y orientadora<br />

políticamente en lo relacionado con la planificación y<br />

el presupuesto – además de su función principal que<br />

es legislativa -. . En general en las constituciones de la<br />

región los municipios son considerados gobiernos locales<br />

autónomos. Entendido esto como la capacidad que tiene<br />

de auto-gobernarse, sin interferencias de otros estamentos<br />

de gobierno. Esto es así en la mayoría de las constituciones<br />

nacionales de América Latina. Sin embargo, es claro<br />

que esta autonomía es más de nombre que de hecho,<br />

especialmente por las limitaciones financieras mencionadas<br />

en el apartado de descentralización política.<br />

En general las rentas de recaudación directa, conocidas<br />

como “propias” de los municipios latinoamericanos<br />

provienen principalmente del impuesto inmobiliario y<br />

suelen tener una coparticipación de los ingresos del estado<br />

que administra el gobierno central, que es la parte más<br />

amplia de sus recursos.<br />

Los municipios en América Latina no tienen capacidad<br />

de crear sus propios impuestos y solo pueden, en algunos<br />

casos, modificar las bases impositivas (catastros prediales y<br />

valoraciones referenciales) y los porcentajes de imposición,<br />

en sentido positivo y en dirección contraria, pueden fijar<br />

moratorias, estímulos a los pagos oportunos y a veces<br />

exenciones. En cambio los gobiernos municipales que rigen<br />

las ciudades, tienen con frecuencia atribuciones para fijar<br />

tasas y para aplicar tablas tarifarias por los servicios que<br />

prestan.<br />

La gran mayoría de municipios funcionan a través de<br />

sistemas de democracia representativa. Es decir, son los<br />

Concejales en el Concejo Municipal los encargados de<br />

representar los intereses de los ciudadanos en las decisiones<br />

sobre asuntos de la ciudad.<br />

Pero esta región es la más activa en términos mundiales,<br />

en el proceso de alentar la participación activa de la<br />

ciudadanía, rasgo que se percibe por la auto imposición<br />

municipal de generar normativa secundaria (ordenanzas,<br />

resoluciones y edictos) y prácticas políticas que no solo<br />

abren la posibilidad, sino que inducen a la participación de<br />

la población organizada en los procesos de planificación y<br />

presupuestación participativa, o la realización de asambleas<br />

ciudadanas para debatir temas de proyección de sus<br />

ciudades.<br />

Este rasgo, que por un lado aún es marcadamente<br />

formal, no está generalizado pero se presenta con la<br />

suficiente frecuencia como para inferir una tendencia<br />

en este sentido, que está facilitada por la aplicación de<br />

tecnologías de comunicación social, masiva (medios de<br />

comunicación) y selectiva (medios informáticos).<br />

vi. Nuevas cuestiones,<br />

nuevos actores, nuevas<br />

ciudades.<br />

En apariencia, los gobiernos municipales son el<br />

elemento ciudadano “más externo” y lo son en el sentido<br />

de su visibilidad y de que sus condiciones formales se<br />

mantienen casi invariables durante prolongados períodos,<br />

sin registrar los cambios que soportan las ciudades.<br />

Sin embargo, los gobiernos de las ciudades, se ven<br />

demandados por los ciudadanos y cuando no por sus<br />

acciones políticas, por el peso de los cambios en la<br />

economía, la cultura, las condiciones de convivencia, las<br />

relaciones inter territoriales, etc., a asumir en sus agendas<br />

nuevas cuestiones que exigen renovados esquemas de<br />

gestión, nuevos recursos diferentes a los comprometidos con<br />

anticipación, la inclusión de nuevos compromisos políticos<br />

y nuevas alianzas, entre otras modificaciones.<br />

Este factor, que siempre a estado presente, el de la<br />

dinámica cambiante, ha adquirido una especial velocidad<br />

en los últimos años, que ha obligado a que en la región la<br />

estructura orgánica y el tipo de gestión, se torne elástica,<br />

resiliente y con alta capacidad de adaptación.<br />

Resulta complicado registrar en este espacio ni siquiera<br />

una muestra de los variadísimos cambios – algunos fugaces<br />

– que se han producido en los gobiernos, en tanto “aparatos<br />

174 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


de gestión para satisfacer las demandas ciudadanas”. En<br />

cambio, resultará ilustrativa la mención a continuación de<br />

algunos factores que han producido esta dinámica.<br />

Particularmente notorio, es el cambio de orientación<br />

de la mayoría de municipalidades latinoamericanas,<br />

ocurrido en las últimas décadas, de ser fundamentalmente<br />

el proveedor de servicios, equipamientos e infraestructuras<br />

para la convivencia urbana a ser una administrador general<br />

del territorio y de sus recursos que soportan las presiones del<br />

crecimiento demográfico, el crecimiento y “urbanización”<br />

de las actividades económicas, la ampliación de los derechos<br />

básicos de los ciudadanos, la emergencia de nuevos actores<br />

o su revalorización, las complicaciones de la densificación<br />

poblaciónal, la ampliación de las distancias para los<br />

desplazamientos internos, la asimilación o desarrollo<br />

de nuevas centralidades paro los efectos económicos,<br />

culturales, administrativos, de servicios entre otros.<br />

A estos cambios se suman factores generales, cuya<br />

sola mención refleja la complejidad de los cambios en las<br />

ciudades mismas y en particular en sus gobiernos y su<br />

gestión ejecutiva.<br />

Fenómenos como: la urbanización de la pobreza, su<br />

incidencia, distribución y profundidad; el crecimiento<br />

del crimen organizado y de su influencia, el tráfico de<br />

drogas, armas, dinero, precursores y personas; la violencia,<br />

la inseguridad ciudadana; la movilidad humana; los<br />

cambios ambientales de orden planetario y las presiones<br />

sobre los recursos naturales en su propio territorio, como<br />

agua, suelo, aire; la valorización de la comunicación<br />

social y la emergencia de espacios y nuevas tecnologías<br />

de comunicación, de nuevos temas, de la valoración de<br />

los comunicadores como actores políticos potenciales; las<br />

nuevas organizaciones de pobladores, por el acceso a los<br />

servicios y derechos; la emergencia de actores colectivos<br />

como mujeres, niños y jóvenes, adultos de tercera edad,<br />

discapacitados o pobladores de capacidades especiales,<br />

grupos étnicos de tradicionales residentes, inmigrantes<br />

recientes y transeúntes, minorías organizadas; los gremios<br />

de productores, comerciantes y prestadores de servicios,<br />

los colegios profesionales, los grupos confesionales; la<br />

globalización de paradigmas filosóficos y de nuevos<br />

intereses, de formas de consumo, estándares de calidad y<br />

bienes y servicios de valor transnacional y de expresiones<br />

culturales; y, muchos otros, son factores de transformación<br />

de las ciudades, que tienen gran capacidad de expresión en<br />

el espacio urbano, que connotan la gobernabilidad, el poder<br />

y las prácticas de gobernanza y que son capaces de traducir<br />

los conceptos cambiantes de calidad de vida y bienestar.<br />

Igualmente, como cuestiones de relevancia urbana se<br />

han tornado presentes o han revalorizado su presencia:<br />

el bien común, el compromiso y la huella ambiental,<br />

la educación, la seguridad alimentaria, los derechos<br />

ciudadanos, la salud, la participación, la interculturalidad,<br />

la movilidad humana, el desempleo, el ordenamiento<br />

del territorio, la presión de la propiedad del suelo, la<br />

democracia local, la descentralización, la economía, el<br />

turismo, la apropiación de los bienes naturales, la inclusión<br />

social, la inserción en la sociedad de la información y<br />

el conocimiento; la participación social, la autonomía<br />

relativa del estado nacional, el clientelismo, la residencia<br />

en espacios no habilitados urbanísticamente como favelas,<br />

barriadas, tugurios, villas miseria; el crecimiento de los<br />

mercados informales; el poder creciente de transportistas<br />

y otros grupos sociales capaces de boicotear la convivencia<br />

urbana; los depósitos de desechos líquidos y sólidos; la<br />

administración de las cargas tributarias; la congestión<br />

vehicular; el acceso al suelo, la vivienda y los costos de los<br />

servicios; la corrupción gubernamental local y nacional, la<br />

sede del poder; etc..<br />

Un panorama tan complejo demuestra con suficiencia<br />

que el futuro de las personas y de las sociedades se juega<br />

en las ciudades, en su gobierno, en su ordenamiento, en su<br />

democratización y en su forma de resolución de conflictos y<br />

aprovechamiento de oportunidades.<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 175


Recuadro 1: Nomenclatura de Territorios<br />

País<br />

Nombre<br />

Oficial<br />

Instancia Intermedia<br />

Principal<br />

2da. Instancia<br />

Intermedia<br />

Instancia Local Principal<br />

Instancia Sublocal<br />

Territorio Autoridad Territorio Autoridad Territorio Autoridad Territorio Autoridad<br />

Notas<br />

ARG<br />

BOL<br />

BRA<br />

CHI<br />

COL<br />

COS<br />

CUB<br />

DOM<br />

ECU<br />

ELS<br />

GUA<br />

HON<br />

MEX<br />

NIC<br />

PAN<br />

PAR<br />

PER<br />

URU<br />

República<br />

Argentina<br />

Estado<br />

Plurinacional<br />

de Bolivia<br />

República<br />

Federativa<br />

do Brasil<br />

República de<br />

Chile<br />

República de<br />

Colombia<br />

República de<br />

Costa Rica<br />

República de<br />

Cuba<br />

República<br />

Dominicana<br />

República del<br />

Ecuador<br />

República de<br />

El Salvador<br />

República de<br />

Guatemala<br />

República de<br />

Honduras<br />

Estados<br />

Unidos<br />

Mexicanos<br />

República de<br />

Nicaragua<br />

República de<br />

Panamá<br />

República del<br />

Paraguay<br />

República del<br />

Perú<br />

República<br />

Oriental del<br />

Uruguay<br />

Provincia Gobernador - - Partido/<br />

Municipio<br />

Intendente - - 4/4<br />

Departamento Prefecto Provincia No hay Municipio Alcalde Sección - 4/4<br />

Municipal<br />

Estado Governador - - Municipio Prefeito Distrito - 4/ 4<br />

Región Intendente Provincia Gobernador<br />

Comuna Alcalde - -<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Alcalde - - 4/4<br />

Provincia Gobernador - - Municipio Alcalde - - 4/6<br />

Provincia<br />

Presidente<br />

de la<br />

Asamblea<br />

del Poder<br />

Provincial<br />

- - Municipio Presidente<br />

de la<br />

Asamblea<br />

del Poder<br />

Local<br />

Reparto -<br />

Provincia Gobernador - - Municipio Alcalde - -<br />

Provincia<br />

Prefecto/<br />

Consejo<br />

Provincial<br />

- - Cantón Alcalde/<br />

Concejo<br />

Cantonal<br />

Parroquia<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Alcalde - -<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Alcalde - -<br />

Junta<br />

Parroquial<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Alcalde 4/4<br />

Estado Gobernador - - Municipio Presidente<br />

Municipal/<br />

Alcalde<br />

- - 6/3<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Alcalde - - 4/3<br />

Provincia Gobernador - - Distrito Alcalde Corregimiento<br />

Representante<br />

Departamento Gobernador - - Municipio Intendente - - 4/ 3<br />

Región /<br />

Departamento<br />

Presidente<br />

del Gobierno<br />

Regional<br />

Provincia Alcalde Distrito Alcalde - -<br />

- - - - Departamento<br />

Intendente<br />

Municipal<br />

Localidad<br />

Junta<br />

Vecinal<br />

4/4<br />

5/5<br />

4/4<br />

* Se indican en negrilla las autoridades elegidas. 1. Se indica primero la cantidad de años que dura el gobierno nacional y después lo<br />

mismo para el gobierno municipal. 2. En Buenos Aires, la institución es la “Ciudad Autónoma de Buenos Aires” y la autoridad se llama<br />

Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Bs As. 3. En Bogotá, el territorio se llama Distrito Metropolitano de Bogotá y la institución es<br />

la Alcaldía Mayor, con alcance “distrital”. El distrito se subdivide en Localidades. 4. En Perú, se está en transición desde “Departamentos”<br />

hacia “Regiones” con Gobiernos Regionales. 5. Lima, por ejemplo, es una Alcaldía Metropolitana con alcance provincial, lo mismo es<br />

Arequipa. La instancia “local” principal es difícil de generalizar, ya que en algunos casos sería la instancia Provincial y en otros, la Distrital.<br />

Ambos territorios son administrados por una “Alcaldía”. 6 En Uruguay, a pesar de llamarse “Municipales”, las Intendencias son más bien una<br />

instancia intermedia. Fuente: Elaboración de Alberto Parahnos para ONU-HABITAT, ROLAC, 2008.<br />

176 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Recuadro 2: Funciones de los Alcaldes<br />

Bolivia<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: Dos años.<br />

Designación: Serán elegidos por los respectivos Concejos o Juntas<br />

Municipales, de entre sus miembros, por simple mayoría de votos.<br />

Requisitos: a) Ser ciudadano boliviano en ejercicio. b) Tener la edad<br />

mínima de veintiún años o dieciocho siendo casados. c) Ser vecino del<br />

Municipio. d) Haber cumplido los deberes militares. e) Estar inscrito en<br />

el Registro Electoral. f) Cumplir con los requisitos exigidos por la Ley<br />

Orgánica de Municipalidades.<br />

Emolumentos: Establecido por resolución publicada en un diario de<br />

la comuna y deberá ajustarse a la capacidad económica del respectivo<br />

municipio.<br />

Brasil<br />

Autoridad: Prefeito.<br />

Término: 4 años, con opción a reelección inmediata por un término<br />

adicional.<br />

Designación: Por mayoría relativa en votación universal, directa y<br />

secreta.<br />

Requisitos: Barsileño, mayor de 25, no pertenecer al clero, tres años<br />

de residencia en el municipio o distrito, gozar de sus derechos civiles y<br />

políticos, inscrito en el Registro Electoral, haber cumplido con el deber<br />

de votar.<br />

Emolumentos: Se fijará en el presupuesto respectivo de cada<br />

municipio<br />

Chile<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 4 años, con opción a reelección.<br />

Designación:Por mayoría relativa en votación universal, directa y<br />

secreta .<br />

Requisitos: Ciudadano con derecho a sufragio, saber leer y escribir,<br />

dos años de residencia en la región de la comuna cuya alcaldía se<br />

disputa, situación militar al día, no estar inhabilitado por la ley.<br />

Emolumentos: Mensual en los términos que fije el Estatuto<br />

Administrativo para Funcionarios Municipales.<br />

Colombia<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 4 años, sin opción a reelección.<br />

Designación: En votación popular, directa y secreta .<br />

Requisitos: Ciudadano, nacido o residente del municipio o área<br />

metropolitana respectiva durante el año anterior a la inscripción o<br />

mínimo de 3 años consecutivos en cualquier época.<br />

Emolumentos: Mensual, fijada por el Concejo Municipal dentro de un<br />

rango dado por el gobierno central.<br />

Costa Rica<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 4 años.<br />

Designación: Elección por votación directa.<br />

Requisitos: Ser ciudadano costarricense, pertenecer al estado<br />

seglar, y estar inscrito electoralmente por lo menos con dos años de<br />

anterioridad en el cantón en que han de servir el cargo.<br />

Emolumentos: Devengará un salario que se ajusta según el<br />

presupuesto ordinario muncipal contemplado en el Código Municipal.<br />

Ecuador<br />

Autoridad: Alcalde<br />

Término: 4 años y puede ser reelegido una vez.<br />

Designación: Elección popular.<br />

Requisitos: Ecuatoriano, estar en goce de los derechos políticos,<br />

tener a lo menos 30 años de edad, haber nacido en la jurisdicción<br />

correspondiente o tener domicilio de dos años ininterrumpido y<br />

anteriores a la elección.<br />

Emolumentos: Fijado por el Concejo de acuerdo a las reales<br />

disponibilidades económicas del municipio.<br />

El Salvador<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 3 años, podrán ser reeligidos<br />

Designación: Elección por votación directa<br />

Requisitos: Ser mayores de 21 años y originarios o vecinos del municipio.<br />

Emolumentos: Equitativamente remunerado atendiendo las<br />

posibilidades económicas del municipio. Se fijará en el presupuesto<br />

respectivo de cada municipio.<br />

Guatemala<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 4 años.<br />

Designación: Elección por votación directa.<br />

Requisitos: Ser guatemalteco de origen y vecino inscrito en el distrito<br />

municipal, estar en el goce de sus derechos políticos, y saber leer y<br />

escribir.<br />

Emolumentos: Tiene sueldo (incremento del sueldo se require voto<br />

favorable de 2/3 parte de los miembros del Concejo); tiene derecho a<br />

iguales dietas por la sesiones asistidas.<br />

Paraguay<br />

Autoridad: Intendente Municipal.<br />

Término: 5 años, podrá ser reelecto en períodos alternados.<br />

Designación: Designado por la Junta Local.<br />

Requisitos: Ser ciudadano paraguayo o extranjero con radicación<br />

definitiva, haber cumplido veinticinco años de edad, natural del<br />

Municipio o con una residencia en él de por lo menos trés años.<br />

Emolumentos: Percibirá una asignación mensual que no excederá el<br />

6% de los ingresos corrientos del último presupuesto, ni ser superior a<br />

cuatrocientos jornales mínimos legales.<br />

Perú<br />

Autoridad: Alcalde<br />

Término: 4 años, con opción a reelección.<br />

Designación: Sufragio directo.<br />

Requisitos: Ciudadano en ejercicio, identidad nacional, 2 años de<br />

domicilio en la provincia o distrito. De ser extranjero: mayor de 18 con<br />

residencia de 2 años en el distrito o provincia.<br />

Emolumentos: Remuneración mensual fijada discrecionalmente por<br />

acuerdo del concejo en consideración a la real y tangible capacidad<br />

económica del gobierno local.<br />

Venezuela<br />

Autoridad: Alcalde.<br />

Término: 4 años, con opción a reelección inmediata por un término<br />

adicional.<br />

Designación: Por mayoría relativa en votación universal, directa y<br />

secreta.<br />

Requisitos: Venezolano, mayor de 25, no pertenecer al clero, tres<br />

años de residencia en el municipio o distrito, gozar de sus derechos<br />

civiles y políticos, inscrito en el Registro Electoral, haber cumplido con<br />

el deber de votar.<br />

Emolumentos: Mensual en los términos que fije la ordenanza<br />

municipal.<br />

Fuente: Base de datos políticos de las Américas, Universidad de<br />

Georgetown.<br />

LA GOBERNABILIDAD Y LA <strong>DE</strong>MOCRACIA EN LA CIUDAD LATINOAMERICANA <strong>DE</strong>L SIGLO XXI 177


178 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Conclusiones Y RECOMENDACIONES<br />

Conclusiones 179


180 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


• Tres cuartas partes de la población de América Latina y El Caribe viven hoy en centros urbanos<br />

de diferente magnitud. En las grandes ciudades se concentran además de la mayoría de la<br />

población, la mayor parte de su riqueza y los más altos niveles de pobreza e inequidad. Empero, la<br />

urbanización sostenible es la clave para luchar contra la pobreza y la exclusión. Igualmente, crear<br />

ciudades respetuosas del medio ambiente es un gran desafío para el cual la mayoría de ciudades de<br />

la región, deben afinar sus instrumentos de planificación y regulación.<br />

• El reconocimiento de la soberanía de los Estados en sus diferentes niveles, depende cada vez más<br />

de la disposición a satisfacer los estándares de seguridad y de derechos humanos de las Naciones<br />

Unidas. Las metas sobre el establecimiento de la seguridad y la estabilidad internacional, así<br />

como la realización de la democracia y los derechos humanos, son una fuente que ayuda al<br />

reconocimiento de iniciativas y operaciones encaminadas al interés común de la comunidad<br />

de Estados, en un marco que permite la distinción entre los intereses propios y los intereses<br />

universales que debemos compartir como miembros de la especie humana.<br />

• Una región crecientemente urbana donde el suministro de ambientes para la vivienda y los<br />

asentamientos humanos en general es una condición fundamental para la calidad de vida, no se<br />

puede dar el lujo de albergar a muchas personas en asentamientos precarios, con amenazas globales<br />

como la del cambio climático y con deficiencias en la igualdad de género; la corrección de estos<br />

problemas, obliga a impulsar políticas integrales territoriales a través de los gobiernos locales.<br />

• La planificación urbana debe jugar un papel decisivo en la creación de ciudades respetuosas del<br />

medio ambiente. Las consecuencias ambientales del crecimiento urbano, no siendo tan alarmantes<br />

en América Latina como en algunos lugares del mundo, requieren de políticas para mitigar el<br />

consumo de recursos naturales, la producción de grandes cantidades de desechos y de los gases de<br />

efecto invernadero causantes del cambio climático mundial; todas estas externalidades negativas<br />

degradan la calidad del agua de las ciudades, agotan los acuíferos, contaminan el medio ambiente<br />

marino y el aire, y ocupan terrenos, devastando las reservas agrícolas y la diversidad biológica.<br />

• La única forma de asegurar una vida digna en el futuro en América Latina y el Caribe es<br />

actuar con equilibrio y firmeza sobre el medio ambiente. No se puede continuar privilegiando<br />

el crecimiento y el desarrollo económico a cualquier precio; se debe integrar la ecología a la<br />

economía, no solo a nivel global sino también en las políticas a nivel local. Cuestiones como<br />

el agua potable, el saneamiento básico, la obtención de fuentes energéticas limpias y territorios<br />

saludables, son temas claves para darle a la gente pobre una oportunidad para escapar de la pobreza<br />

creando un medio ambiente seguro y con sustentabilidad a largo plazo.<br />

• En América Latina y el Caribe se han dado avances en cuanto a la eliminación de los obstáculos<br />

para la igualdad de la mujer. Empero, hay una buena cantidad de mujeres en la región, que<br />

no disfrutan de dichos avances ni en la esfera política, ni en la económica, ni en la cultural.<br />

Muchas mujeres tienen empleos vulnerables trabajando por cuenta propia o para la familia sin<br />

remuneración. La crisis económica ha profundizado dichas tendencias ampliando incluso la falta<br />

de protección social. La salud, especialmente la salud reproductiva combinado con el acceso<br />

limitado de los recursos, derechos restringidos, movilidad limitada, etc, son expresiones de<br />

discriminación e impunidad que impiden el pleno goce de los derechos de la mujer en la región.<br />

• América Latina y el Caribe es una región rica en recursos naturales y humanos. Esta situación es<br />

un desafío para un manejo coherente de los mismos en un horizonte de largo plazo encaminado a<br />

alcanzar crecimiento económico y equidad social. Para ello, se deben diseñar y elaborar políticas<br />

con arreglos institucionales donde se permita profundizar la democracia y expandir la ciudadanía.<br />

Eso implica reformas del Estado y del sistema político, renovando la política y sus prácticas. Es la<br />

política la fuerza que debe reconstruir el Estado y regular el sistema de precios.<br />

• Las buenas políticas y la gobernabilidad democrática que se desprende de ellas, son las fuerzas<br />

que le dan vida al desarrollo humano, un proceso encaminado a alcanzar cada vez más y mejores<br />

niveles de vida. En América Latina y el Caribe, lo anterior supone que las políticas aborden<br />

la pluralidad y diversidad constitutiva de nuestros países, como una de sus mayores riquezas.<br />

En la región, cada día es más profundo el consenso en torno a la necesidad no solo de vivir en<br />

democracia, sino en diversidad respetando las diferencias.<br />

• Las transformaciones políticas ocurridas en América Latina y el Caribe en los últimos años<br />

han sido de gran intensidad y profundidad. El sistema democrático aunque con raíces aún no<br />

profundas se ha extendido ampliamente y cada vez se discute más la vigencia de los derechos<br />

humanos profundizándose las relaciones de ciudadanos y ciudadanas buscando plenos derechos.<br />

Las democracias mejoran abordando sin dilación los problemas de desigualdad, pobreza y<br />

exclusión socio- espacial, profundizando lo que no se ha podido hacer por medio de las formas<br />

convencionales de distribución del ingreso. Intervenciones socio-espaciales privilegiando el acceso<br />

Conclusiones 181


de bienes y servicios de las personas más débiles, son la brújula de las políticas públicas en las<br />

ciudades.<br />

• El fortalecimiento de las instituciones en los diferentes niveles territoriales es fundamental en<br />

América Latina y el Caribe, una región marcada por una profunda inequidad en el reparto de<br />

las oportunidades y en la existencia de democracias de baja intensidad. Reforzar la autonomía<br />

territorial garantizando el principio de subsidiariedad y la unidad del Estado, es imprescindible<br />

para construir una gobernabilidad sostenible.<br />

• Los distintos niveles de gobierno deben tener la capacidad y los recursos necesarios para emprender<br />

políticas sociales y económicas que promuevan una gestión adecuada de los recursos públicos tanto<br />

a nivel material como humano. Para ello se deben diseñar marcos institucionales que permitan<br />

coordinar, desde la política, las diversas asimetrías existentes en los territorios.<br />

• El territorio no es solo geografía, él es inseparable de la sociedad y la historia que lo acoge. El<br />

concepto de hábitat nos permite ver la inseparabilidad del territorio y la sociedad y esto trae<br />

consecuencias importantes para la política, al permitir ligar las ideas e ideales que tenemos sobre<br />

la ciudad: allí donde construimos los asentamientos humanos es donde creamos un lugar para<br />

nuestra vida, un lugar para habitar.<br />

• Las ciudades de la región a pesar de su crecimiento, hoy no lo hacen a los niveles tan acelerados<br />

del pasado. Se han dado en la mayoría de los países disminuciones en la migración del campo a<br />

la ciudad y las tasas de fertilidad han caído rápidamente debido a la urbanización. El crecimiento<br />

económico debe recuperar el tiempo perdido. Las brechas sociales existentes en nuestros territorios<br />

en lugar de cerrarse se han ampliado y la alta volatilidad económica acompañada de las recurrentes<br />

crisis, anulan con extremada facilidad los efectos de muchos años de crecimiento y de desarrollo<br />

económico.<br />

• El acelerado proceso de urbanización vivido por América Latina y El Caribe, ha permitido<br />

que muchas personas transformen su vida en términos positivos. El lugar de trabajo se realiza<br />

en muchas ciudades utilizando las tecnologías del mundo moderno y cada día más ciudades<br />

construyen espacios públicos físicos de mayor calidad; la construcción de las viviendas se realiza<br />

utilizando con mayor frecuencia materiales de calidad y disfrutando los servicios públicos de<br />

alcantarillado, agua potable y energía.<br />

• Las persistentes desigualdades obligan a no olvidar que el desarrollo es mucho más que el<br />

crecimiento y que la búsqueda de equidad, libertad, protección de los derechos humanos,<br />

conservación del medio ambiente etc, son tareas pendientes en la agenda de la región, imposibles<br />

de alcanzarse sin reglas formales e informales sólidas orientando la actividad humana en las<br />

ciudades.<br />

• La urbanización ha significado una transformación radical en las condiciones de vida de una<br />

parte importante de la población de América Latina y El Caribe. Se ha asistido a una revolución<br />

silenciosa en menos de cincuenta años y la urbanización fue el detonante para la profundización<br />

de la transformación de las condiciones de vida de la mujer en muchos países de América Latina.<br />

Se persiste y se avanza al mismo tiempo, en una región llena de retos, cambios y tensiones<br />

distributivas a niveles individuales y colectivos.<br />

• Los beneficios de la urbanización y la aglomeración deben interactuar en los territorios a nivel<br />

político y económico, desatándose una especie de círculos virtuosos entre crecimiento económico<br />

sostenido y equitativo en la distribución de las oportunidades a nivel socio-espacial, enmarcadas<br />

en un nuevo equilibrio político institucional capaz de retroalimentar estos procesos, en unas<br />

condiciones de vida donde se amplíen al mismo tiempo la democracia, la justicia y la equidad.<br />

• El desarrollo humano como aumento de las opciones para que las personas puedan mejorar su<br />

vida, hace parte de muchas de las agendas políticas de la región, y la recuperación de lo público,<br />

así como la participación de las personas sobre los asuntos políticos es más numerosa, abriendo<br />

esperanzas sobre la posibilidad de construir sociedades más dignas. Cada día se discute con mayor<br />

ahínco que el objeto de las políticas es el ser humano y es este quien hace demandas crecientes<br />

sobre justicia y equidad.<br />

• Muchas ciudades latinoamericanas cada día se encuentran más globalizadas, compiten<br />

internacionalmente, atraen capital extranjero y disminuyen el éxodo de su población calificada,<br />

pero son víctimas de las crisis recurrentes del capitalismo financiero global que amenazan los<br />

niveles de vida alcanzados. En muchos lugares se ha dado una fuerte hostilidad política hacia las<br />

reformas económicas que son percibidas como perjudiciales para la generación de riqueza y de<br />

empleo.<br />

182 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


• El desarrollo como libertad únicamente tiene sentido cuando se refiere a las personas. Si las<br />

personas son libres, el desarrollo tiene como punto de referencia final el bien-estar del individuo.<br />

Es fundamental lograr una articulación fecunda entre la democracia y el desarrollo humano<br />

buscando en cada país de la región, las opciones políticas que más se adecuen a sus condiciones<br />

históricas y sociales sin descuidar la equidad. La pobreza es multifacética y se refiere no solo<br />

a la carencia de un ingreso monetario sino al acceso insuficiente a servicios básicos, la falta de<br />

seguridad física y la marginalidad social y política.<br />

• Son muchas las ocasiones que se han desaprovechado en América Latina por cuenta de los malos<br />

gobiernos y la corrupción que se han apropiado de gran cantidad de recursos para uso privado. En<br />

los bolsillos de corruptos y de gobiernos sin concepciones claras sobre el desarrollo están muchas<br />

de las oportunidades perdidas para los pobres de la región.<br />

• En América Latina y el Caribe son muy comunes los riesgos asociados a fenómenos naturales.<br />

Los recientes desastres ocurridos en Haití y Chile nos han permitido descubrir como el valor<br />

de la fraternidad es tan importante como la libertad y la equidad. Las instituciones encargadas<br />

de producir equidad y los pueblos tendiendo la mano con generosidad frente al dolor humano,<br />

nos afirman que estos valores centrales del desarrollo humano están vivos y actuantes en nuestra<br />

región.<br />

• La autonomía territorial no se puede considerar como una imposición. Es un proceso gradual<br />

que se alcanza en la medida en que las entidades territoriales van logrando definir y controlar<br />

los asuntos que les conciernen. Las reformas políticas pendientes en la región no pueden omitir<br />

que los problemas políticos en los niveles locales y territoriales son claves para la construcción de<br />

espacios democráticos y equitativos. En América Latina y el Caribe la fuerte interrelación existente<br />

entre economía y equidad no registra grandes avances y esto genera una creciente frustración de<br />

expectativas. Esta situación que afecta la calidad de vida exige respuestas del Estado, el mercado y<br />

la política.<br />

• En un mundo en creciente proceso de urbanización soportando crisis económico-financieras<br />

recurrentes, se le debe prestar cada vez mayor atención a los sistemas del poder político que se ven<br />

afectados después de las crisis económicas y las tensiones institucionales que estas generan. Los<br />

gobiernos locales deben evitar que las disfuncionalidades de los sistemas políticos y económicos no<br />

rompan el necesario equilibrio entre la unidad estatal y la independencia de los poderes del Estado.<br />

• El hábitat de la mayoría de la clase política tiene su base en lo local y allí las autoridades tienen<br />

el gobierno de la ciudad pero no de la totalidad del territorio. Es en el territorio donde se deben<br />

resolver las pugnas y tensiones propias de la búsqueda de los intereses individuales y colectivos.<br />

La coordinación horizontal en los niveles del poder, es una condición sine qua non para alcanzar<br />

gobernabilidad y eficacia en la implementación de las políticas públicas.<br />

• El urbanismo en el mundo contemporáneo, además de una intervención físico-espacial también<br />

implica un modo de gobernabilidad y por lo tanto no se trata únicamente de un ejercicio técnico<br />

neutral, sino más bien de un conjunto de valores cuyo principal interés es la formulación de<br />

juicios éticos y políticos. El urbanismo es impensable sin las instancias técnico-arquitectónicourbanísticas<br />

que lo han configurado a través de la historia, pero al igual de lo que ocurre con la<br />

economía espacial, debe estar sujeto a la política, y a los procesos democráticos institucionales<br />

diseñados a nivel glocal para la resolución de los necesarios conflictos e intereses que conlleva toda<br />

intervención en el espacio construido y por construir.<br />

• Lo que ocurre a nivel de los Estados en sus relaciones horizontales y verticales se reproduce<br />

necesariamente a nivel regional. En América Latina y el Caribe no existe consenso sobre las ideas<br />

políticas para afrontar la diversidad de los problemas y esto genera dificultades en la orientación y<br />

articulación de estas diferencias a nivel político. Se debe pensar la “integración regional” con base<br />

en la existencia de países con experiencias disimiles y niveles de desarrollo desiguales, pero unidos<br />

por una historia común. Esta es la base para consolidar intereses y desafíos comunes construyendo<br />

una visión regional reconociendo la diversidad.<br />

• La relación entre el proceso de urbanización, el crecimiento económico y el cambio estructural<br />

de la agricultura a la industria y de ésta a los servicios, es recíproca y tiende a auto-reforzarse.<br />

El proceso de urbanización permite la ampliación y concentración de los mercados y por lo<br />

tanto, una mayor división del trabajo, que posibilita la generación de unos mayores ingresos.<br />

Estos van modificando por su parte la composición sectorial del consumo de los hogares, dada<br />

las elasticidades precio e ingreso de la demanda de los bienes, por lo que aumenta la demanda<br />

de una serie de bienes que se producen en mercados concentrados. Para muchos países de la<br />

región esta conclusión es de enorme importancia; el crecimiento económico debe saber balancear<br />

dinámicamente la ampliación del mercado interno con el esfuerzo exportador.<br />

Conclusiones 183


• Una conducción macroeconómica equilibrada y eficaz es una condición indispensable para la<br />

buena gobernanza urbana. La actual crisis económica nos advierte como detrás de los aspectos<br />

monetarios acechan los problemas fiscales; detrás de los económicos acechan los políticos; y<br />

detrás de los políticos volvemos inexorablemente a la ciudad y a la forma como hemos ido creando<br />

nuestros valores básicos de libertad, justicia, equidad y fraternidad, que son la argamasa con la cual<br />

se construyen las instituciones básicas de la ciudad.<br />

• Los cambios tecnológicos asociados con la mayor división del trabajo permiten aumentos en<br />

productividad por lo que se requiere menos población para producir la misma cantidad de<br />

bienes; esto es particularmente relevante en las zonas con baja densidad donde se producen<br />

fundamentalmente los bienes agrícolas. El crecimiento económico, la migración hacia los grandes<br />

mercados y la modificación de la estructura económica sectorial son en este sentido mutuamente<br />

dependientes. La conjunción de estos procesos juega un papel central en la configuración de<br />

varias ciudades de América Latina y el Caribe, introduciendo transformaciones en las formas de<br />

planificación de las urbes.<br />

• El crecimiento de la productividad en las ciudades es la clave para su desarrollo ordenado. Las<br />

ciudades con mayores niveles de productividad son aquellas donde el factor principal no es la<br />

abundancia de recursos naturales ni de capital; es el conocimiento, específicamente aquel que se<br />

traduce en tecnologías nuevas que ayudan a producir más con menos. Las ciudades de la región<br />

deben tomar conciencia que la creación y adopción de nuevas tecnologías serán la base de su futuro<br />

crecimiento y desarrollo económico.<br />

• Las ciudades latinoamericanas se encuentran entre las más grandes y congestionadas del mundo<br />

y sus pobladores obtienen ingresos muy inferiores a los que reciben los ciudadanos de las grandes<br />

urbes del mundo desarrollado. Su papel económico, la estructura económica de los países y la<br />

estrategia y la política económica que siguen, están complejamente entrelazados en un ambiente<br />

cambiante en términos políticos y económicos. Empero, es necesario que la dimensión económica<br />

permita soluciones a los problemas de los pobladores de las ciudades latinoamericanas. Ello<br />

depende de las políticas que se implementen y de la competitividad que logren las actividades<br />

económicas para superar las crisis propias de los ciclos económicos, los cuales tienen fuertes<br />

repercusiones a nivel local.<br />

• Las relaciones de la ciudad con su entorno económico son un problema complejo; en ellas<br />

intervienen no solamente el comportamiento de los diferentes sectores económicos de la ciudad,<br />

sino la manera como esta se relaciona con el ciclo económico nacional y global. Las relaciones<br />

que hay entre el ciclo económico de la ciudad y el ciclo económico del país, deben estudiarse con<br />

detenimiento: en algunas ciudades, generalmente las más grandes, es posible detectar que cuando<br />

el país está bien, la ciudad puede alcanzar tasas de crecimiento sobresalientes; pero también ocurre,<br />

que si el país entra en crisis, la ciudad puede tener crisis más agudas.<br />

• El análisis de los ciclos económicos en la ciudad no se puede analizar al margen del<br />

comportamiento de las políticas urbanas y su papel imprescindible en la corrección de las<br />

asimetrías socio-espaciales producto de la marginalidad urbana. Dichas asimetrías no derivan<br />

solamente de las malas políticas locales sino de la distribución primaria del ingreso y de la<br />

generación de empleo que son los principales mecanismos a través de los cuales la política<br />

económica afecta al sistema social. Los frutos del crecimiento económico se distribuyen de una<br />

manera muy desigual en la región generando segregación y esto le da un papel muy importante a<br />

las ciudades: afectar la distribución de las personas en el espacio.<br />

• Independientemente de la localización de la población en el territorio, si esta vive de la producción<br />

agrícola o lo hace en las actividades urbanas, el desarrollo humano es la clave para discutir las<br />

formas de vida en la sociedad; como es sabido, el desarrollo humano es ante todo una perspectiva<br />

de análisis que se concentra en la creación de complementariedades entre las diversas dimensiones<br />

de la sociedad: política, económico-social, estético-cultural. Busca que las personas se sitúen como<br />

actores frente a la pugna entre sociedad y mercado, observando las condiciones socio-culturales<br />

del desarrollo humano territorial y el impacto recíproco entre las dimensiones de la sociedad y las<br />

dinámicas meramente cuantitativas de la economía.<br />

• La desigualdad impide un buen nivel de vida y una adecuada satisfacción de las necesidades<br />

básicas en educación, salud, trabajo y vivienda, generando una aptitud politica en muchos casos<br />

adversa a las instituciones democráticos y a la legitimidad de quienes ostentan el poder. Mientras<br />

la totalidad de la población no tengan ingresos suficientes que le permitan participar de los bienes<br />

y servicios del proceso productivo, las condiciones de vida y la cultura politica en la región se<br />

veran amenazadas con experiencias populistas y antidemocráticas en muchos paises. Por mas<br />

que la seguridad en algunas ciudades de la región ocupa el primer lugar en las preocupaciones<br />

184 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


de la población, la inequidad, acompañada de desempleo y de precariedad laboral, son sintomas<br />

inequívocos de sociedades enfermas.<br />

• Es muy díficl encontrar una variable mas significativa para el bienestar de la población que<br />

el empleo. Un buen trabajo detrmina el modo de vida de las familias y del desempeño de la<br />

economía. La importancia de los mercados laborales es crucial para definir la calidad de las<br />

democracias. La inestabilidad laboral, el sub-empleo y el desempleo abierto son problemas<br />

centrales a los que se deben dedicar las políticas públicas. Hoy en día las tasas de desempleo en<br />

la región se encuentran en niveles altos. Más grave aún, los salarios son muy bajos y la diferencia<br />

entre los mismos, no hace más sino reproducir las condiciones de precariedad e inequidad en las<br />

que viven la mayoría de la población. La inestabilidad laboral, los bajos salarios, la informalidad<br />

y el desempleo abierto, son una de las más grandes disfuncionalidades de nuestras sociedades,<br />

revelándose como una seria limitación para asegurar y expandir los derechos de los individuos<br />

para que puedan vivir en democracia.<br />

• La experiencia histórica evidencia cómo los hogares y las políticas públicas de vivienda han<br />

privilegiado el acceso a la propiedad como el medio más indicado para atender las necesidades<br />

habitacionales de la población, independientemente de la región del mundo y del estado de<br />

desarrollo de la economía de cada país. De otra parte, mientras la preferencia de los hogares por<br />

la propiedad, es en gran medida indiferente al estado de la vivienda, nueva o usada, las políticas<br />

sectoriales de vivienda social generalmente enfatizan en los programas de vivienda nueva. Las<br />

políticas de vivienda en la región deben ser diseñadas de forma más integral, incorporando en la<br />

agenda pública, políticas integrales de hábitat.<br />

• El arrendamiento es una forma de tenencia que no sólo es atractiva para los hogares que no se<br />

interesan en la propiedad, independientemente de su nivel económico. El stock arrendado genera<br />

rentas que se canalizan principalmente hacia los hogares propietarios de los estratos bajos y medio<br />

bajos de la población y permite una alternativa para aquellos de su mismo nivel socioeconómico<br />

que no tienen posibilidades de acumulación para la cuota inicial de una vivienda nueva, o los<br />

ingresos para responder con suficiencia por un crédito hipotecario. Es una forma de tenencia que<br />

en América Latina ha contribuido a desestimular los desarrollos urbanísticos ilegales, los cuales en<br />

la actualidad son protagonizados por hogares que se encuentran marginados tanto del mercado de<br />

compra de vivienda nueva, como del acceso al mercado de arrendamientos.<br />

• La descentralización, que es una estrategia de desarrollo, es a su vez una marca de la democracia<br />

para las situaciones de gobernabilidad en las ciudades. Es decir expresa una tendencia positiva de<br />

la gobernabilidad en un conglomerado humano urbano y su área de influencia en el que ejerce<br />

su centralidad. Un componente clave de la gobernabilidad es la gobernanza que es “el marco<br />

de reglas, instituciones y prácticas establecidas que sientan los límites y los incentivos para el<br />

comportamiento de los individuos, las organizaciones y las empresas”. Esta noción de gobernanza,<br />

brinda la oportunidad de registrar los cambios y de comparar situaciones sobre la gobernabilidad y<br />

la descentralización en las ciudades de América Latina y El Caribe.<br />

• La declaración del milenio firmada en el año 2000 con sus ocho objetivos de desarrollo, representa<br />

una luz de esperanza para una parte considerable de la población de América Latina y el Caribe<br />

a la cual no le llegan sino las migajas del desarrollo. La declaración ha suscrito un compromoiso<br />

a favor de los mas pobres. Se trata de 18 metas concretas, medidas a traves de 48 indicadores<br />

capaces de valorar los avances y retrocesos en los ordenes regional, nacional, subnacional o<br />

local. Desgraciadamente en America latina y el Caribe caminamos en el cumplimientpo de los<br />

objetivos con mas sombras que luces y el avance a sido escaso en algunas variables y en otras se han<br />

registrado incluso retrocesos.<br />

Conclusiones 185


186 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo Estadistico<br />

Anexo Estadistico 187


188 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo 1: Resumen de la información Básica de América<br />

Latina Y el caribe, por fuente y años a partir de 1950<br />

Anexo Estadistico 189


Anexo 2: Cuestionário SOLACC<br />

1. ¿Cuántos municipios?<br />

Cuadro 1: Cantidad de municipios y gobiernos intermedios (en 2008 o la información más<br />

reciente, indicando el año de referencia).<br />

Formato del cuadro:<br />

Nombre del Estado/Provincia/Departamento (según la nomenclatura del país)<br />

Cantidad de<br />

Municipios<br />

Ejemplo: (Brasil) Estado de Rio de Janeiro 92<br />

etc.<br />

2. ¿Qué tan urbano?<br />

Información 2A: indicar cuál es la definición de “urbano” utilizado por el país y en qué<br />

documento legal se encuentra la misma.<br />

Cuadro 2: Población total y urbana, censo ronda 1990 (precisar año real) Indicar la población<br />

total y la población urbana total, en números absolutos.<br />

Cuadro 3: Distribución de la población total y urbana, censo ronda 1990 (precisar año real), por<br />

cantidad de municipios, según el formato abajo:<br />

Municipios, según<br />

población total<br />

Pobl Urb < 25%<br />

del total<br />

Pobl Urb 5>xxx75%<br />

del total<br />

NNNNNN1 M<br />

N2<br />

N3<br />

Explicación del cuadro:<br />

En “N1”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población<br />

total menor a 10 mil (10k) habitantes y población urbana inferior al 25% de este total de 10 mil.<br />

Un municipio con 6,000 habitantes de los cuales nada más 1,200 (20%) son considerados urbanos<br />

estará entre los municipios que se cuentan entre el total de municipios que aparecerá en esta celda<br />

de la tabla.<br />

En “N2”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población<br />

total mayor a 20 mil (20k) pero menor a 50 mil (50k), con población urbana superior al 25%<br />

del total pero inferior a 50%. Un municipio con 45,000 habitantes de los cuales 18,000 (40%)<br />

son considerados urbanos estará entre los municipios que se cuentan en total de municipios que<br />

aparecerá en esta celda de la tabla.<br />

En “N3”, por ejemplo, debe aparecer la cantidad total de municipios del país que tienen población<br />

total mayor a 500 mil (500k) pero menor a 1 millón (1 M), con población urbana superior al<br />

75%. Un municipio con 850,000 habitantes de los cuales 800,000 (94,1%) son considerados<br />

urbanos estará entre los municipios cuyo total aparecerá en esta celda de la tabla.<br />

Cuadro 4: Ditto, censo ronda 2000 (precisar año real).<br />

Cuadro 5: Listado de los 10 municipios más poblados, según el último censo o estimación oficial<br />

de la entidad de censos y encuestas, incluyendo la información sobre la población que tenían en los<br />

años 90’s.<br />

190 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Formato de la tabla:<br />

|Nombre del Municipio | Pobl 1990 total | Pobl 1990 urbana | Pobl 2000 total | Pobl 2000 urban|<br />

Cuadro 6: Listado de los 10 municipios con tasa de crecimiento 1990-2000 (o más reciente) más<br />

alta con respecto a la población TOTAL, en comparación con la tasa promedio del país.<br />

Formato de la tabla:<br />

Indicar ante todo la tasa promedio anual de crecimiento de la población total del país y la tasa<br />

promedio de crecimiento de la población urbana del país, como referencia.<br />

Tabla:<br />

|Nombre del Municipio | Pobl 1990 tot | Pobl 2000 tot | Tasa crecim | Razón probable*|<br />

*Es muy importante indicar, para cada municipio, la razón probable para dicho crecimiento.<br />

Cuadro 7: Listado de los 10 municipios con la mayor disminución de la población TOTAL en el<br />

período 1990-2000 (o más reciente).<br />

Utilizar el mismo formato y referencias del cuadro anterior (cuadro 6).<br />

Información 8A: Tal y como ocurrió con la Información 2A, arriba, indicar cuál es la definición<br />

oficial utilizada en el país para “aglomerados urbanos”, o “área metropolitana” u otra figura geoterritorial<br />

que represente lo mismo.<br />

Cuadro 8: Listado de los principales aglomerados urbanos-metropolitanos en el país en 2008 o lo<br />

más reciente posible.<br />

Para países con aglomerados urbanos mayores a 1 millón de habitantes (población total):<br />

−−<br />

Listar uno a uno todos los aglomerados urbanos, indicando para cada aglomerado su población<br />

total, su población urbana y la cantidad de municipios que conforman dicho aglomerado.<br />

Añadir la población total y urbana que tenía el aglomerado en el censo del 2000. Si la<br />

información más reciente es la del censo de la ronda 2000, entonces añadir la información del<br />

censo de la ronda 1990.<br />

Para países con aglomerados urbanos de tamaño menor a 1 millón.<br />

−−<br />

Listar los 3 principales aglomerados urbanos (cualquier tamaño), con la misma información<br />

mencionada arriba.<br />

En cada caso de los aglomerados arriba indicados, favor de precisar si es que son conformados<br />

por municipios de un mismo Estado (o Provincia, o Departamento); si es que es conformado por<br />

municipios de Estados distintos; o si es que hace parte de un aglomerado urbano internacional (i.e,<br />

conurbado con territorios urbanos de país vecino).<br />

Finalmente, indicar si es que hay conurbaciones, de cualquier tamaño, entre municipios de la<br />

frontera con municipios del país vecino. En este caso, mencionar cuál es el municipio que está<br />

conurbado y la población urbana (datos de 2008 o lo más reciente posible).<br />

3. ¿Qué tan concentrado?<br />

Cuadro 9: Coeficiente de Gini (ingreso o consumo) para ciudades y comparación con el Gini<br />

urbano nacional.<br />

* Al menos el coeficiente de Gini correspondiente a los tres principales aglomerados urbanos,<br />

o municipios más poblados, además del coeficiente de Gini correspondiente al país (población<br />

urbana, si fuera posible; de no ser posible, puede considerarse la población total.<br />

4. ¿Qué tamaño económico?<br />

Cuadro 10: Estimación del PIB total local en los 3 principales aglomerados urbanos del país. De<br />

ser posible, aumentar la cantidad de información a más aglomerados urbanos (en consonancia con<br />

el cuadro 8, arriba).<br />

Indicar el PIB per cápita nacional y el PIB per cápita urbano local de cada uno de los casos<br />

mencionados.<br />

Cuadro 11: De ser posible, indicar la distribución del ingreso nacional por quintiles, con el<br />

porcentaje del ingreso total nacional que corresponde a cada quintil de población.<br />

Anexo Estadistico 191


5. ¿Qué informalidad urbana?<br />

Concepto de informalidad.<br />

Definición utilizada por el país para pobreza y pobreza extrema.<br />

Mapas satelitales (o equivalente) mostrando las áreas de ocupación informal.<br />

6. ¿Qué carencias en servicios?<br />

Población no atendida por servicios de agua potable, alcantarillado sanitario, recolección de<br />

desechos sólidos, educación primaria y salud preventiva. Esta información puede ser entregada en<br />

cantidad de población, o cantidad de viviendas o cantidad de familias. Debe estar separada entre<br />

población urbana y población rural.<br />

7. ¿Qué gestión local y metropolitana?<br />

Distribución de los recursos fiscales nacional-local.<br />

Porcentaje de los recursos fiscales ejecutados por municipios.<br />

Distribución de las atribuciones de prestación de servicios entre la esfera nacional y la esfera local<br />

de gobierno.<br />

Arreglos institucionales para la gestión metropolitana.<br />

8. Fotos ilustrativas<br />

Tantas cuantas sean posibles, siempre referidas a los temas arriba, con el respectivo crédito para<br />

fines de reconocimiento y publicación.<br />

9. Mapas de expansión territorial<br />

Al menos dos casos de área urbana municipal (o área metropolitana, o aglomerado urbano)<br />

indicando la expansión territorial de estos casos desde 1980 hasta la actualidad.<br />

10. ¿Qué informalidad urbana?<br />

Cuadro/Nota 12: conceptos utilizados en el país para este tema. Indicar el concepto corriente y<br />

cómo se aplica a los programas y proyectos del país (gobierno nacional y local).<br />

Cuadro/Nota 13: Pobreza urbana. Indicar el concepto corriente sobre pobreza urbana, línea de<br />

pobreza, pobreza extrema o indigencia, y cómo se aplican dichos conceptos a los programas y<br />

proyectos del país (gobierno nacional y local).<br />

Mapas: de ser posible, favor de propiciar mapas digitalizados sobre la expansión urbana de algunas<br />

ciudades seleccionadas, y asimismo de la expansión de la ocupación informal.<br />

11. ¿Qué carencias en servicios urbanos?<br />

Cuadro 14: (a) indicar en porcentaje y en números absolutos, la cantidad de gente de la población<br />

total del país que está atendida por los servicios de: (a1) agua potable; (a2) alcantarillado; (a3)<br />

recolección de desechos sólidos; (a4) educación primaria (7-14 años de edad o su equivalente en el<br />

país); (a5) salud preventiva (por medio de la red de clínicas, hospitales, centros de salud, etc). De<br />

ser posible, esta información debe estar desglosada entre población urbana total y población rural<br />

total del país.<br />

De la misma forma, repetir esta información para algunas ciudades seleccionadas, por lo menos la<br />

capital (b) y dos más (c, d), utilizando los mismos acápites y referencias del dato al nivel nacional.<br />

192 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


12. ¿Qué gestión metropolitana?<br />

Cuadro/Nota 15: indicar el concepto utilizado en el país para el fenómeno físico de una<br />

urbanización continua que extrapola la jurisdicción de una municipalidad. De ser el caso,<br />

distinguir entre área metropolitana, aglomeración urbana, etc, conforme a la nomenclatura<br />

utilizada por el país. En este caso, favor de detallar cada uno de estos conceptos.<br />

Cuadro/Nota 16: detallar los arreglos institucionales para la gestión de al menos dos áreas<br />

metropolitanas, de ser posible. ¿Cuál es la instancia de planificación? ¿Cómo se relaciona cada<br />

gobierno municipal con dicha instancia? ¿Cómo se concilia la autonomía municipal con la<br />

inter-relación entre municipios vecinos con problemas comunes y esa instancia de planificación<br />

metropolitana?<br />

Cuadro/Nota 17: ¿Cómo se financia la inversión de carácter metropolitano? ¿Hay alguna<br />

normativa al respecto? En los casos donde no se cuenta con normativa general, ¿Existe algún<br />

programa específico de carácter metropolitano?<br />

13. ¿Qué descentralización?<br />

Cuadro/Nota 18: indicar, de existir, las principales estrategias para el fortalecimiento de los<br />

gobiernos locales (municipalidades) y la eventual redistribución de atribuciones y recursos entre la<br />

instancia nacional y la instancia local del gobierno.<br />

Cuadro 19: Con base en reportes de contraloría, o equivalentes, indicar el porcentaje promedio del<br />

presupuesto nacional que es ejecutado por el gobierno central y el porcentaje que es ejecutado por<br />

los municipios.<br />

Así mismo, indicar cuánto representa en el total de la ejecución local lo recaudado por las<br />

esferas municipales y los valores transferidos o delegados a ellas por el gobierno central tanto en<br />

transferencias directas como a través de programas federales o estatales.<br />

Cuadro 20: Indicar el porcentaje promedio del presupuesto nacional que es recaudado por el<br />

gobierno central y el porcentaje que es recaudado por los municipios.<br />

Cuadro 21: distribución de las atribuciones de prestación de servicios entre la esfera nacional y la<br />

esfera local (municipal) del gobierno. Favor de revisar el documento de referencia “Participación<br />

Municipal en la Gestión de Servicios Públicos, Equipamientos Sociales y Tributos para alcanzar<br />

los ODMs en América Latina y el Caribe que se adjunta en “.pdf” y de ser necesario alguna<br />

corrección, llenar la tabla “.doc” que se adjunta indicando el país a que se refiere.<br />

Cuadro/Nota 22: todos los cuadros, notas, gráficas, etc, anteriores se refieren a elementos<br />

de información de interés común de los países y de la región, para poder ser comparado con<br />

referencias similares del Informe Mundial sobre la Situación de las Ciudades. Sin embargo, es<br />

posible que diversos elementos característicos de su país o de especial interés para ello, no hayan<br />

sido cubiertos por los datos precedentes. Por ello, favor de mencionar cuáles son estos elementos e<br />

inquietudes, propiciando asimismo los datos e informaciones que justifican, ilustran o califican su<br />

preocupación.<br />

Asimismo, se reitera la solicitud de enviar mapas, fotos y cualquier otro material que pueda ser<br />

útil para la interpretación de los datos o ilustración de los conceptos y fenómenos mencionados o<br />

descritos por cada Punto Focal Nacional. Mucho agradeceríamos mencionar los créditos de autoría<br />

que deben ser reconocidos en cada caso, ya que la mayoría de este material será publicado<br />

Anexo Estadistico 193


Indicadores SOLACC<br />

Países<br />

Indicador de<br />

respuesta (1)<br />

Indicador de<br />

respuestas<br />

incompletas (2)<br />

Informacion<br />

faltante<br />

Argentina 72,5 25,0 Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 8a y 8, distribucion<br />

recursos fiscales, Cuadro 20<br />

Barbados - - - 100,0<br />

Bolivia - - - 100,0<br />

Brasil 65,0 30,0 Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, cuadros de Gestion 5,0<br />

local y metropolitana (5), fotos ilustrativas<br />

Chile 67,5 10,0 Cuadros 5, 6, 7 y 8 22,5<br />

Colombia 67,5 7,5 Cuadros 7 y 8 25,0<br />

Costa Rica 55,0 12,5 Cuadros 2, 3, 4, 5 y 8 32,5<br />

Cuba 40,0 20,0 Cuadros 1, 7, 8, 8a, 9, 15, 16 y 17 40,0<br />

Ecuador 50,0 15,0 Cuadros 1, 2, 3, 4, 8 y 9 35,0<br />

El Salvador 70,0 20,0 Cuadros 2, 3, 4, 5, 6, 7 y 8, Distribución de los 10,0<br />

recursos Fiscales Nal - Local y Porcentaje de<br />

recursos Fiscales ejecutados<br />

Guatemala - - - 100,0<br />

Honduras 55,0 12,5 Cuadros 3,4,12,13 y 14 32,5<br />

Jamaica 10,0 - - 90,0<br />

México 70,0 - - 30,0<br />

Indicador de<br />

respuestas<br />

ausentes (3)<br />

2,5<br />

Nicaragua - - - 100,0<br />

Panama - - - 100,0<br />

Paraguay 92,5 2,5 Cuadro 3 5,0<br />

Perú 85,0 7,5 Cuadros 3, 9 y 11 (Carencia de servicios urbanos 7,5<br />

- se definio como acceso)<br />

República Dominicana* 30,0 2,5 Cuadro 18 75,0<br />

Trinidad Y Tobago - - - 100,0<br />

Uruguay - - - 100,0<br />

Venezuela - - - 100,0<br />

194 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


Anexo 3: Principales Estadísticas de América Latina y el<br />

Caribe<br />

p.i.b. América Latina y El Caribe (1950-2008)<br />

Puesto País PIB Total (Mill US$ 2000)<br />

1950 1960 1970 1980 1990 2000 2008<br />

1 Brasil 56.770 108.997 185.924 429.129 501.632 644.476 853.707<br />

2 México 56.081 101.325 199.674 378.364 452.558 636.731 766.259<br />

3 Argentina 80.913 108.463 165.622 213.139 190.034 284.346 395.571<br />

4 venezuela 15.711 33.458 59.754 89.250 95.264 117.148 166.617<br />

5 Colombia 11.608 18.273 30.083 53.107 71.933 94.053 134.472<br />

6 Chile 10.995 15.649 23.678 27.159 40.609 75.495 104.776<br />

7 Perú 9.578 16.650 27.869 38.671 35.893 53.336 84.362<br />

8 Cuba n.d. n.d. n.d. 35.652 35.293 30.565 48.964<br />

9 República Dominicana 1.892 3.180 5.218 11.821 13.126 23.655 35.546<br />

10 Uruguay 7.763 9.480 11.056 15.256 15.469 20.829 27.341<br />

11 Ecuador 1.819 2.989 4.633 10.871 13.324 15.934 23.526<br />

12 Gautemala 2.448 3.556 6.076 10.530 11.488 17.196 23.253<br />

13 Costa Rica 1.226 2.442 4.373 7.570 9.607 15.947 23.438<br />

14 El Salvador 2.625 4.018 6.955 8.704 8.373 13.134 16.417<br />

15 Panamá 1.050 1.685 3.624 6.192 7.092 11.621 18.966<br />

16 Bolivia 2.197 2.282 3.895 5.712 5.801 8.398 11.373<br />

17 Jamaica n.d. n.d. n.d. 5.978 8.313 8.949 10.056<br />

18 Honduras 1.150 1.556 2.420 4.094 5.202 7.187 10.638<br />

19 Paraguay 892 1.191 1.894 4.392 5.948 7.095 9.486<br />

20 Nicaragua 960 1.603 3.124 3.235 2.822 3.938 5.089<br />

21 Haiti 1.860 2.200 2.383 3.961 3.666 3.665 3.822<br />

América Latina y El Caribe 267.538 438.998 748.256 1.376.618 1.548.260 2.114.041 2.803.353<br />

Puesto País PIB Total (Variación Media Anual)<br />

1950-1960 1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000 2000-2008 1950-2008<br />

1 Brasil 6,7 5,5 8,7 1,6 2,5 3,6 4,8<br />

2 México 6,1 7,0 6,6 1,8 3,5 2,3 4,6<br />

3 Argentina 3,0 4,3 2,6 - 1,1 4,1 4,2 2,8<br />

4 venezuela 7,9 6,0 4,1 0,6 2,1 4,5 4,2<br />

5 Colombia 4,6 5,1 5,5 3,4 2,7 4,6 4,3<br />

6 Chile 3,6 4,2 2,5 2,9 6,4 4,2 4,0<br />

7 Perú 5,7 5,3 3,8 - 1,2 4,0 5,9 3,8<br />

8 Cuba n.d. n.d. n.d. n.d. - 1,4 6,1 1,1<br />

9 República Dominicana 5,3 5,1 7,1 2,4 6,1 5,2 5,2<br />

10 Uruguay 2,0 1,5 3,0 0,4 3,0 3,5 2,2<br />

11 Ecuador 5,1 4,5 8,9 2,1 1,8 5,0 4,5<br />

12 Gautemala 3,8 5,5 5,7 0,9 4,1 3,8 4,0<br />

13 Costa Rica 7,1 6,0 5,6 2,4 5,2 4,9 5,2<br />

14 El Salvador 4,4 5,6 2,3 - 0,4 4,6 2,8 3,2<br />

15 Panamá 4,8 8,0 5,5 1,4 5,1 6,3 5,1<br />

Anexo Estadistico 195


Puesto País PIB Total (Variación Media Anual)<br />

1950-1960 1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000 2000-2008 1950-2008<br />

16 Bolivia 0,4 5,5 3,9 0,2 3,8 3,9 2,9<br />

17 Jamaica n.d. n.d. n.d. 3,4 0,7 1,5 1,2<br />

18 Honduras 3,1 4,5 5,4 2,4 3,3 5,0 3,9<br />

19 Paraguay 2,9 4,8 8,8 3,1 1,8 3,7 4,2<br />

20 Nicaragua 5,3 6,9 0,3 - 1,4 3,4 3,3 2,9<br />

21 Haiti 1,7 0,8 5,2 - 0,8 0,0 0,5 1,2<br />

América Latina y El Caribe 5,1 5,5 6,3 1,2 3,2 3,6 4,1<br />

Puesto País Participación sobre el total de America latina(%)<br />

1950 1960 1970 1980 1990 2000 2008<br />

1 Brasil 21,2 24,8 24,8 31,2 32,4 30,5 30,5<br />

2 México 21,0 23,1 26,7 27,5 29,2 30,1 27,3<br />

3 Argentina 30,2 24,7 22,1 15,5 12,3 13,5 14,1<br />

4 venezuela 5,9 7,6 8,0 6,5 6,2 5,5 5,9<br />

5 Colombia 4,3 4,2 4,0 3,9 4,6 4,4 4,8<br />

6 Chile 4,1 3,6 3,2 2,0 2,6 3,6 3,7<br />

7 Perú 3,6 3,8 3,7 2,8 2,3 2,5 3,0<br />

8 Cuba n.d. n.d. n.d. 2,6 2,3 1,4 1,7<br />

9 República Dominicana 0,7 0,7 0,7 0,9 0,8 1,1 1,3<br />

10 Uruguay 2,9 2,2 1,5 1,1 1,0 1,0 1,0<br />

11 Ecuador 0,7 0,7 0,6 0,8 0,9 0,8 0,8<br />

12 Gautemala 0,9 0,8 0,8 0,8 0,7 0,8 0,8<br />

13 Costa Rica 0,5 0,6 0,6 0,5 0,6 0,8 0,8<br />

14 El Salvador 1,0 0,9 0,9 0,6 0,5 0,6 0,6<br />

15 Panamá 0,4 0,4 0,5 0,4 0,5 0,5 0,7<br />

16 Bolivia 0,8 0,5 0,5 0,4 0,4 0,4 0,4<br />

17 Jamaica n.d. n.d. n.d. 0,4 0,5 0,4 0,4<br />

18 Honduras 0,4 0,4 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4<br />

19 Paraguay 0,3 0,3 0,3 0,3 0,4 0,3 0,3<br />

20 Nicaragua 0,4 0,4 0,4 0,2 0,2 0,2 0,2<br />

21 Haiti 0,7 0,5 0,3 0,3 0,2 0,2 0,1<br />

América Latina y El Caribe 100,0 100 100 100,0 100,0 100,0 100,0<br />

Fuente: Cálculos a partir de CEPAL.<br />

196 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


AMÉRICALATINA: PRODUCTO INTERNO BRUTO PERCAPITA<br />

Puesto País PIB Percápita (US$ 2000)<br />

1950 1960 1970 1980 1990 2000 2008<br />

1 Brasil 1.052 1.498 1.936 3.527 3.351 3.689 4.375<br />

2 México 2.022 2.675 3.838 5.458 5.387 6.387 7.116<br />

3 Argentina 4.718 5.261 6.912 7.587 5.833 7.730 9.952<br />

4 venezuela 3.084 4.415 5.574 5.932 4.828 4.822 5.969<br />

5 Colombia 924 1.085 1.337 1.814 2.063 2.258 2.879<br />

6 Chile 1.808 2.048 2.474 2.725 3.081 4.903 6.248<br />

7 Perú 1.255 1.677 2.112 2.329 1.649 2.079 2.990<br />

8 Cuba n.d. n.d. n.d. n.d. 3.328 2.746 4.355<br />

9 República Dominicana 780 950 1.135 1.750 1.799 2.707 3.594<br />

10 Uruguay 3.467 3.735 3.937 5.107 4.980 6.285 8.181<br />

11 Ecuador 537 673 776 1.366 1.297 1.296 1.705<br />

12 Gautemala 778 859 1.121 1.501 1.290 1.532 1.700<br />

13 Costa Rica 1.269 1.831 2.402 3.225 3.123 4.063 5.151<br />

14 El Salvador 1.345 1.559 1.933 1.898 1.639 2.093 2.273<br />

15 Panamá 1.221 1.496 2.406 3.177 2.942 3.942 5.593<br />

16 Bolivia 809 681 925 1.067 870 996 1.134<br />

17 Jamaica n.d. n.d. 3.450 2.803 3.509 3.456 3.686<br />

18 Honduras 773 777 899 1.127 1.061 1.153 1.453<br />

19 Paraguay 606 624 763 1.373 1.400 1.327 1.523<br />

20 Nicaragua 741 908 1.304 993 681 771 896<br />

21 Haiti 577 569 506 696 516 427 391<br />

Puesto País PIB percápita (Variación Media Anual)<br />

1950-1960 1960-1970 1970-1980 1980-1990 1990-2000 2000-2008 1950-2008<br />

1 Brasil 3,6 2,6 6,2 -0,5 1,0 2,2 2,5<br />

2 México 2,8 3,7 3,6 -0,1 1,7 1,4 2,2<br />

3 Argentina 1,1 2,8 0,9 -2,6 2,9 3,2 1,3<br />

4 venezuela 3,7 2,4 0,6 -2,0 0,0 2,7 1,1<br />

5 Colombia 1,6 2,1 3,1 1,3 0,9 3,1 2,0<br />

6 Chile 1,3 1,9 1,0 1,2 4,8 3,1 2,2<br />

7 Perú 2,9 2,3 1,0 -3,4 2,3 4,6 1,5<br />

8 Cuba n.d n.d n.d n.d -1,9 5,9 0,9<br />

9 República Dominicana 2,0 1,8 4,4 0,3 4,2 3,6 2,7<br />

10 Uruguay 0,7 0,5 2,6 -0,3 2,4 3,3 1,5<br />

11 Ecuador 2,3 1,4 5,8 -0,5 0,0 3,5 2,0<br />

12 Gautemala 1,0 2,7 3,0 -1,5 1,7 1,3 1,4<br />

13 Costa Rica 3,7 2,7 3,0 -0,3 2,7 3,0 2,4<br />

14 El Salvador 1,5 2,2 -0,2 -1,5 2,5 1,0 0,9<br />

15 Panamá 2,1 4,9 2,8 -0,8 3,0 4,5 2,7<br />

16 Bolivia -1,7 3,1 1,4 -2,0 1,4 1,6 0,6<br />

17 Jamaica -2,1 2,3 -0,2 0,8 0,2<br />

18 Honduras 0,04 1,5 2,3 -0,6 0,8 2,9 1,1<br />

19 Paraguay 0,3 2,0 6,1 0,2 -0,5 1,7 1,6<br />

20 Nicaragua 2,1 3,7 -2,7 -3,7 1,2 1,9 0,3<br />

21 Haiti -0,2 -1,2 3,2 -3,0 -1,9 -1,1 -0,7<br />

Fuente: CEPAL.<br />

Anexo Estadistico 197


198 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE


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El Informe Regiónal sobre el Estado de las Ciudades<br />

de América Latina y el Caribe presenta información<br />

relevante sobre la situación de las ciudades de la región.<br />

La pobreza urbana y las condiciones de vivienda, los<br />

retos urbano ambientales, tendencias de la población,<br />

sistemas de gobernanza, fortalecimiento local y<br />

descentralización son algunos de los asuntos abordados<br />

en esta publicación inédita, que será útil para técnicos<br />

municipales, académicos y gestores locales.<br />

208 <strong>ESTADO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LAS</strong> CIUDA<strong>DE</strong>S <strong>DE</strong> AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE

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