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La arritmia ventriculofásica - electrofisiologia.org.ar

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Rev Electro y Arritmias<br />

2010; 1: 39-42<br />

COMENTARIO EDITORIAL<br />

<strong>La</strong> <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica: ¿una observación<br />

electroc<strong>ar</strong>diográfica intrascendente o involucrada en<br />

mecanismos <strong>ar</strong>ritmogénicos complejos?<br />

Julio D. Pastori, Raúl J. Levi<br />

Centro de Arritmias C<strong>ar</strong>díacas de la Ciudad de Buenos Aires. División C<strong>ar</strong>diología. Hospital General de Agudos J. M. Ramos Mejía<br />

En memoria de nuestra entrañable compañera M. Susana Halpern<br />

En este número de la revista Electrofisiología y Arritmias,<br />

Falcinelli y colaboradores describen un caso de conducción<br />

nodal AV ventriculofásica observada durante un estudio<br />

electrofisiológico en un paciente con bloqueo AV infrahisiano.<br />

Este es un hallazgo electroc<strong>ar</strong>diográfico pocas veces<br />

diagnosticado y tal vez muchas veces soslayado, quizás por<br />

la escasa relevancia clínica que p<strong>ar</strong>ece asignársele.<br />

<strong>La</strong> manifestación más frecuente de un comportamiento<br />

fásico vinculado a la actividad mecánica ventricul<strong>ar</strong> es la<br />

<strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> sinusal ventriculofásica. Este comportamiento tan<br />

peculi<strong>ar</strong> de la actividad automática del nódulo sinusal fue<br />

estudiado de manera exhaustiva por M. Rosenbaum y E.<br />

Lepeschkin y publicada como monografía en 1955 1 . En una<br />

revisión de la literatura, los autores pusieron de manifiesto<br />

que en alrededor del 45 % de los casos de bloqueo AV<br />

completo o de alto grado, los intervalos P-P que incluyen al<br />

complejo QRS son más breves que los intervalos P-P que<br />

no contienen al complejo QRS. Sin emb<strong>ar</strong>go, este comportamiento<br />

no se observó en el 50 % de los casos, sea porque<br />

no existía o porque los cambios en el intervalo P-P fueron<br />

mínimos o inconstantes. Por otra p<strong>ar</strong>te, en un 3,5% de los<br />

casos se advirtió una ‘respuesta p<strong>ar</strong>adójica’, es decir, que<br />

los intervalos P-P que contienen al complejo QRS son más<br />

prolongados que los intervalos P-P que no poseen complejos<br />

QRS interpuestos.<br />

<strong>La</strong> figura 1 muestra las v<strong>ar</strong>iaciones de la frecuencia del nódulo<br />

sinusal, exteriorizada por cambios en el intervalo P-P<br />

que sigue a la sístole ventricul<strong>ar</strong>, en dos casos de bloqueo<br />

AV analizados por Rosenbaum y Lepeschkin. En el gráfico<br />

superior, las ondas P alejadas del complejo QRS (entre 0,8<br />

seg y 1,2 seg) se acompañan con una prolongación del intervalo<br />

P-P, generando un ascenso brusco de la curva (rectángulo<br />

verde). Luego, ésta desciende de manera gradual<br />

como consecuencia de acortamientos leves del intervalo<br />

P-P. <strong>La</strong> curva resultante se asemeja a la onda del pulso c<strong>ar</strong>otídeo.<br />

Este “efecto cronotrópico negativo” se debería al<br />

incremento transitorio de la actividad vagal que produce la<br />

estimulación de los presoreceptores secund<strong>ar</strong>ia a la elevación<br />

de la presión <strong>ar</strong>terial durante la sístole ventricul<strong>ar</strong>. En<br />

el gráfico inferior de la figura 1, por el contr<strong>ar</strong>io, las ondas<br />

P cercanas al inicio del complejo QRS (de 0,3 seg a 0,7 seg)<br />

se acompañan con una abreviación brusca del intervalo P-P<br />

que contiene a la sístole ventricul<strong>ar</strong> (rectángulo n<strong>ar</strong>anja)<br />

seguida por una prolongación gradual, lo cual conforma<br />

una curva de descenso inicial brusco y ascenso t<strong>ar</strong>dío leve,<br />

opuesta a la anterior. Esta “respuesta cronotrópica positiva”<br />

Correspondencia: Dr. Julio D. Pastori<br />

juliodpastori@gmail.com<br />

Electrofisiología Y Arritmias, Vol 3, N° 1 / Enero - Abril 2010 - www.<strong>electrofisiologia</strong>.<strong>org</strong>.<strong>ar</strong><br />

se debe, probablemente, al efecto estimulante de la tracción<br />

de la aurícula derecha inducida durante la contracción ventricul<strong>ar</strong>.<br />

Dentro de los límites de las frecuencias fisiológicas, estos<br />

dos efectos contrapuestos se neutralizan y la respuesta del<br />

nódulo sinusal está bajo la influencia cronotrópica positiva<br />

que ejerce la tracción auricul<strong>ar</strong> durante la contracción ventricul<strong>ar</strong><br />

y del efecto cronotrópico negativo de la sístole precedente.<br />

En el bloqueo AV completo, en cambio, los efectos<br />

cronotrópicos positivos de la tracción auricul<strong>ar</strong> (efecto de<br />

Bainbridge) abrevian al intervalo P-P que contiene al complejo<br />

QRS, mientras que los efectos cronotrópicos negativos<br />

causan una prolongación del intervalo P-P siguiente<br />

sin complejo QRS interpuesto. Los casos infrecuentes de<br />

comportamiento p<strong>ar</strong>adójico se explican si la onda P que<br />

sigue al QRS es tan precoz que el intervalo P-P siguiente<br />

no alcanza a recibir la influencia cronotrópica negativa de<br />

la sístole precedente.<br />

Creemos pertinente enfatiz<strong>ar</strong> la vigencia del examen exhaustivo<br />

de los casos aislados p<strong>ar</strong>a la elucidación de los<br />

mecanismos <strong>ar</strong>ritmogénicos complejos a p<strong>ar</strong>tir de la observación<br />

del electroc<strong>ar</strong>diograma. Así ha ocurrido, por<br />

ejemplo, con la mayoría de las enfermedades de los canales<br />

iónicos. Por otra p<strong>ar</strong>te, es admirable el análisis deductivo<br />

realizado por Rosenbaum y Lepeschkin p<strong>ar</strong>a explic<strong>ar</strong> los<br />

mecanismos de la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica tan sólo con los<br />

escasos elementos con que contaban. Sin emb<strong>ar</strong>go, los trabajos<br />

de Rosenbaum no alcanz<strong>ar</strong>on la notoriedad esperada<br />

y la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica fue por años una observación<br />

electroc<strong>ar</strong>diográfica curiosa cuyos mecanismos se utiliz<strong>ar</strong>on<br />

tan sólo p<strong>ar</strong>a explic<strong>ar</strong> la modulación de la actividad<br />

nodal AV en la fibrilación auricul<strong>ar</strong>.<br />

Transcurrieron muchos años hasta que Skanes y colaboradores<br />

2 describieron por primera vez la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica<br />

en la conducción nodal A-V en pacientes con<br />

bloqueo AV de segundo grado infrahisiano sometidos a<br />

apremio f<strong>ar</strong>macológico indirecto del tono p<strong>ar</strong>asimpático<br />

con fenilefrina, un fármaco que al aument<strong>ar</strong> la presión <strong>ar</strong>terial<br />

estimula a los presoreceptores c<strong>ar</strong>otídeos. Los efectos<br />

estimulantes indirectos de la fenilefrina sobre el sistema<br />

p<strong>ar</strong>asimpático se bloque<strong>ar</strong>on con atropina, que abolió la<br />

<strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica, tanto en el nódulo sinusal como<br />

en el nódulo AV.<br />

El caso presentado por Falcinelli y colaboradores confirma,<br />

en el estudio electrofisiológico (dado que el diagnóstico<br />

es imposible si no se cuenta con el electrograma del haz<br />

de His) la presencia de la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica en el<br />

nódulo AV y reaviva los conceptos especulativos acerca de<br />

que los cambios ventriculofásicos de la actividad del nódulo<br />

39


Julio D. Pastori y col.<br />

Figura 1. Representación grafica de las v<strong>ar</strong>iaciones del intervalo P-P luego de la sístole ventricul<strong>ar</strong> (intervalo Q-P) en dos casos de bloqueo AV<br />

completo. El punteado de la gráfica corresponde a 128 (<strong>ar</strong>riba) y 325 (abajo) intervalos P-P medidos en esos dos casos. En ambos gráficos,<br />

la línea continua representa la relación entre el intervalo P1-P2 y el intervalo entre el inicio del complejo QRS y el inicio de la onda P<br />

(intervalo Q-P2). El rectángulo verde representa la prolongación y el an<strong>ar</strong>anjado, la abreviación del intervalo P-P, de acuerdo con la duración<br />

del intervalo Q-P (modificado de la cita 1). En conclusión cuando el intervalo Q-P es l<strong>ar</strong>go el intervalo P-P siguiente se prolonga mientras que<br />

cuando el intervalo Q-P es breve el intervalo P-P siguiente se acorta.<br />

sinusal y de la conducción en el nódulo AV son esenciales<br />

p<strong>ar</strong>a poner en evidencia la fase supernormal de la conducción<br />

en el sistema de His -Purkinje.<br />

Breve reseña histórica<br />

<strong>La</strong> demostración de una fase de conducción supernormal<br />

en el modelo del bloqueo de rama intermitente.<br />

<strong>La</strong> fase supernormal de la conducción se conoció en los<br />

albores de la electrofisiología. En 1910, Adrian y Lucas<br />

la describieron en un prep<strong>ar</strong>ado cloroformado de nervio y<br />

Ashmann y Hermann hicieron lo propio doce años después<br />

en el corazón de tortuga. En 1962, <strong>La</strong>ngerdorf y Pick 3<br />

describieron la conducción supernormal en el nódulo AV y<br />

nunca public<strong>ar</strong>on un <strong>ar</strong>tículo posterior p<strong>ar</strong>a demostr<strong>ar</strong> un<br />

fenómeno idéntico en la conducción intraventricul<strong>ar</strong>, como<br />

lo habían prometido. Sin emb<strong>ar</strong>go, unos años después, Moe<br />

y colaboradores neg<strong>ar</strong>on la conducción supernormal tanto<br />

en el nódulo AV como en el sistema de His-Purkinje, con lo<br />

cual la supernormalidad cayó en un cono de sombras como<br />

40<br />

mecanismo <strong>ar</strong>ritmogénico. Así, las capturas precoces (EC)<br />

y t<strong>ar</strong>días (LC) observadas en el trazado electroc<strong>ar</strong>diográfico<br />

de un paciente con bloqueo AV de alto grado (figura 2),<br />

interpretadas por Katz y Pick como debidas a la presencia<br />

de una fase supernormal (las primeras) y al final de una<br />

refract<strong>ar</strong>iedad prolongada (las t<strong>ar</strong>días) fueron reinterpretadas<br />

por Moe y col. 4 como dependientes de la disminución<br />

de la acción vagal, que ocurre entre 600 y 1200 mseg del<br />

complejo QRS precedente.<br />

Sin emb<strong>ar</strong>go, años más t<strong>ar</strong>de, Rosenbaum y col. 5 pudieron<br />

demostr<strong>ar</strong> la fase supernormal de la conducción en casos<br />

de bloqueo de rama intermitente, como se esquematiza en<br />

la figura 3. <strong>La</strong> fase supernormal que permite la conducción<br />

inesperada de algunos latidos supraventricul<strong>ar</strong>es se describió<br />

como “inmersa” en un período refract<strong>ar</strong>io prolongado,<br />

en las cercanías del final de la onda T, y por ende, relacionada<br />

con la fase supernormal de la excitabilidad.<br />

El misterio del bloqueo tipo Mobitz II<br />

Desde Wenckebach y Witenberg (que plante<strong>ar</strong>on en 1927<br />

Electrofisiología y Arritmias, Vol 3, N° 1 / Enero - Abril 2010


<strong>La</strong> <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica: ¿una observación electroc<strong>ar</strong>diográfica intrascendente o involucrada en mecanismos <strong>ar</strong>ritmogénicos complejos?<br />

Figura 2. (Ver el texto)<br />

que los mecanismos responsables del bloqueo AV tipo Mobitz<br />

II constituían un problema que agu<strong>ar</strong>daba solución,<br />

ya que ninguna de las teorías conocidas de la conducción<br />

respondían satisfactoriamente p<strong>ar</strong>a explic<strong>ar</strong> todos los factores<br />

involucrados) y <strong>La</strong>ngerdorf y Pick (que formul<strong>ar</strong>on la<br />

hipótesis de que en el bloqueo AV tipo Mobitz I existía una<br />

zona lesionada con períodos refract<strong>ar</strong>ios absoluto y relativo<br />

prolongados mientras que en el bloqueo AV tipo Mobitz II<br />

sólo el período refract<strong>ar</strong>io absoluto estaba prolongado y el<br />

relativo era más breve que en condiciones normales) (figura<br />

3), el bloqueo AV tipo Mobitz II agu<strong>ar</strong>daba una explicación<br />

convincente y congruente con los hallazgos clínicos.<br />

Nuestra inolvidable compañera y amiga Susana Halpern<br />

realizó un análisis meticuloso de las periodicidades 3:2<br />

en el bloqueo AV tipo Mobitz II y postuló que la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong><br />

ventriculofásica y la supernormalidad se asociaban p<strong>ar</strong>a<br />

Figura 3. Duración de los períodos refract<strong>ar</strong>io absoluto (PRA), relativo (PRR) y de la recuperación completa (RC) en los bloqueos tipo Mobitz I<br />

y tipo Mobitz II(ver el texto).<br />

Electrofisiología y Arritmias, Vol 3, N° 1 / Enero - Abril 2010<br />

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Julio D. Pastori y col.<br />

Figura 4. Los trazados A y B en la derivación II del ECG muestran<br />

bloqueo AV 2:1 y permiten advertir la presencia de una <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica<br />

regul<strong>ar</strong>. En C y D se observa la periodicidad 3:2 con las<br />

p<strong>ar</strong>adojas principales del bloqueo tipo Mobitz II. En el diagrama de<br />

la p<strong>ar</strong>te inferior de la figura, la b<strong>ar</strong>ra negra representa la duración<br />

del período refract<strong>ar</strong>io o los intervalos del ciclo durante los cuales<br />

se producía el bloqueo de las ondas P. <strong>La</strong>s ondas P conducían<br />

hasta los ventrículos en momentos precoces (fase supernormal, representada<br />

por una pequeña b<strong>ar</strong>ra blanca) o t<strong>ar</strong>díos (b<strong>ar</strong>ra blanca a<br />

la derecha, cuando había finalizado el período refract<strong>ar</strong>io).<br />

posibilit<strong>ar</strong> esa periodicidad y otras. Ella planteó que en<br />

la periodicidad 3:2 que se observa en el bloqueo AV tipo<br />

Mobitz II existen hechos p<strong>ar</strong>adójicos. <strong>La</strong> primera p<strong>ar</strong>adoja<br />

es que la segunda onda P de cada período conduce con<br />

normalidad a pes<strong>ar</strong> de que ocurre en un momento relativamente<br />

temprano y después de un ciclo precedente l<strong>ar</strong>go (lo<br />

cual es opuesto al fenómeno de Ashman de la conducción<br />

intraventricul<strong>ar</strong> aberrante). <strong>La</strong> segunda p<strong>ar</strong>adoja es que esa<br />

onda P conduce en un momento en que la refract<strong>ar</strong>iedad<br />

debería ser más prolongada y que la tercera onda P se bloquea<br />

cuando el ciclo precedente breve debería acompañ<strong>ar</strong>se<br />

con una abreviación de la refract<strong>ar</strong>iedad. <strong>La</strong> demostración<br />

de estas dos p<strong>ar</strong>adojas conducen al diagnóstico de una fase<br />

supernormal de la conducción en la zona afectada del único<br />

fascículo que preserva la conducción AV. Ello se corroboró<br />

con el análisis meticuloso de numerosos trazados electroc<strong>ar</strong>diográficos,<br />

a través del cual se demostró con cl<strong>ar</strong>idad<br />

que el impulso auricul<strong>ar</strong> accedía a la fase supernormal<br />

intraventricul<strong>ar</strong> precisamente por la presencia de una <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong><br />

sinusal ventriculofásica (figura 4).<br />

En conclusión, tanto en el mundo biológico como en el<br />

físico los eventos ocurren inesperadamente cuando somos<br />

incapaces de prever que están próximos a suceder porque se<br />

desconocen las causas que determinan su ap<strong>ar</strong>ición o ellas<br />

no han sido bien analizadas. En ese sentido, el estudio de<br />

la <strong><strong>ar</strong>ritmia</strong> ventriculofásica por Rosenbaum y Lepeschkin<br />

y luego el análisis exhaustivo de las periodicidades 3:2 en<br />

el bloqueo tipo Mobitz II por Susana Halpern permitieron<br />

que este trastorno de la conducción AV perdiera p<strong>ar</strong>te de<br />

su imprevisibilidad con la dilucidación de los mecanismos<br />

responsables. <strong>La</strong> supernormalidad de la conducción es una<br />

propiedad c<strong>ar</strong>acterística del sistema de His-Purkinje dañado<br />

que no se identifica con facilidad en condiciones clínicas<br />

excepto cuando la actividad vagal induce cambios fásicos<br />

en el automatismo sinusal, en la conducción nodal AV o<br />

en ambas. El estudio de Falcinelli y colaboradores vuelve<br />

a llam<strong>ar</strong> la atención acerca de esos cambios periódicos, habitualmente<br />

soslayados en el análisis electroc<strong>ar</strong>diográfico,<br />

que pueden tener importancia p<strong>ar</strong>a la interpretación correcta<br />

de los mecanismos involucrados en algunos trastornos<br />

del ritmo c<strong>ar</strong>díaco.<br />

Bibliografía<br />

1. Rosenbaum MB, Lepeschkin E. The effect of ventricul<strong>ar</strong> systole on<br />

auricul<strong>ar</strong> rhythm in auriculoventricul<strong>ar</strong> block. Circulation 1955; 11:240-<br />

261.<br />

2. Skanes AC, Tang A.S.L. Ventriculophasic modulation of atrioventricul<strong>ar</strong><br />

nodal conduction in humans. Circulation 1998; 97: 2245-2251.<br />

3. Pick A, <strong>La</strong>ngendorf R, Katz LN. The supernormal phase of atrioventricul<strong>ar</strong><br />

conduction Ifundamental mechanisms. Circulation 1962;26:338-<br />

404<br />

4. Rosenbaum MB, Eliz<strong>ar</strong>i MV, Lázz<strong>ar</strong>i JO. The mechanism of intermittent<br />

bundle branch block: relatioship to prolonged recovery, hypopol<strong>ar</strong>ization<br />

and spontaneous diastolic depol<strong>ar</strong>ization. Chest 1973;63: 666-677.<br />

5. Moe GK, Childers RW, Merideth J: An appraisal of ¨supernormal¨<br />

A-V conduction. Circulation 1968; 38:5-28.<br />

42<br />

Electrofisiología y Arritmias, Vol 3, N° 1 / Enero - Abril 2010

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