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8 Rompiendo las cadenas [Flnalmente libre! 9<br />
-A los tres años recibí mis espíritus guardianes --continuó<br />
diciendo--. Eran mis compañeros y guías. Me decían cómo vivir y<br />
qué decir. Nunca cuestioné nada acerca de ellos, hasta que mi madre<br />
me llevó a la escuela dominical. A partir de ese momento, comencé<br />
a sospechar que mis espíritus guardianes no eran buenos<br />
para mí. Se lo dije a mis padres y mi padre me golpeó. Nunca más<br />
volví a preguntar.<br />
Para hacerle frente a los tormentos que los espíritus guardianes<br />
trajeron a su vida, Nancy recurrió a una rígida disciplina personal.<br />
Durante sus años de escuela secundaria, confió en Cristo<br />
como su Salvador. Pero sus espíritus guardianes continuaban atormentándola<br />
en lugar de abandonarla.<br />
Finalizada la secundaria, Nancy se decidió por lo máximo de<br />
la disciplina, la Infantería de Marina. Había determinado ser la<br />
más dura de las infantes de marina y ganó premios por su conducta.<br />
No obstante, los espíritus continuaron atormentando su mente<br />
y emociones. De tal manera que la empujaron hacia la orilla del<br />
abismo. Nunca quiso hablar de su batalla mental con nadie; por<br />
miedo a que la calificaran de demente. Pero finalmente, vencida<br />
por la presión que la atormentaba, la joven se quebró. A partir de<br />
ese momento, Nancy aceptó sin reparos una licencia médica, por<br />
lo cual se resignó a una vida solitaria y de profundo dolor. En esa<br />
condición fue que Nancy llegó a la iglesia y me oyó hablar de los<br />
espíritus engañadores.<br />
. -¡Finalmente alguien me entiende! --gritó Nancy entre lágnmas.<br />
-¿Quisieras que los espíritus guardianes se vayan?-le pregunté.<br />
Hubo una larga pausa.<br />
-¿Qué realmente se vayan para siempre o volveré a mi casa<br />
para ser torturada por ellos nuevamente?<br />
-Nancy, serás libre para siempre -le aseguré.<br />
Dos horas más tarde, Nancy estaba libre y nos abrazaba con<br />
una paz que nunca antes había conocido.<br />
-¡Ahora sípuedo invitar gente a mi casa! --exclamó llena de<br />
júbilo.<br />
La realidad del lado oscuro<br />
Por algún tiempo pensé que la experiencia de Nancy era un<br />
casoexcepcional.Aunque escapaba de toda norma por la complejidad<br />
del problema, pude comprender lo que el apóstol Pablo<br />
quiso decirle a cada creyente cuando escribió: «Porque no tenemos<br />
lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,<br />
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra<br />
huestes espirituales de maldad en las regiones celestes» (Efesios<br />
6:12). Después de más de treinta años de ministerio como pastor,<br />
profesor de seminario y conferencista, he ministrado a miles de<br />
cristianos a través de todo el mundo. Personas engañadas que vivían<br />
derrotadas en lugar de gozar la verdadera libertad y plenitud<br />
en Cristo. Nunca elegí llegar a esta esfera del ministerio. Más bien,<br />
era un incrédulo ingeniero espacial,antes de que Dios me llamara.<br />
y aun como cristiano laico,nunca me atrajo el conocimiento esotérico<br />
ni tuve interés en la actividad demoníaca o el poder de lo oculto.<br />
Por otra parte, siempre estuve dispuesto a creer lo que la Biblia<br />
dice acerca del mundo espiritual, aunque parezca conflictivo con<br />
el racionalismo y naturalismo del mundo occidental.Como resultado,<br />
durante los últimos veinticincoaños el Señor ha traído a creyentes<br />
como Nancy para consultarme. Personas dominadas por<br />
pensamientos y hábitos de conducta que les impidieron vivir libre<br />
y plenamente en Cristo. El seminario no me dio la preparación<br />
adecuada para ayudarles. Si no que en medio de una cantidad de<br />
fracasosen mis primeros intentos de ministrarles, adquiría nuevas<br />
experiencias e ideas.Entonces volvía una y otra VeZ a lasEscrituras<br />
para buscar la verdad que les daría la libertad.<br />
A lo largo de años de aprendizaje y servicio, he logrado comprender<br />
mejor que la verdad nos hace libres y de la necesidad de<br />
resistir al diablo y someterse a Dios (Santiago 4:7). Los ministerios<br />
psicoterapéuticos que ignoran la realidad del mundo espiritual, no<br />
tienen una respuesta adecuada y tampoco desarrollan ministerios<br />
de liberación, por ver el problema solo como espiritual. Dios es<br />
una realidad y se relaciona con nosotros como personas completas.<br />
Su Palabra proporciona una respuesta amplia y total a todos los<br />
que viven en este mundo caído.