MANUAL DE MERAP - CARE Climate Change

¿POR QUÉ DEBE SER PARTICIPATIVO EL PROCESO DE MERA? 5
En teoría, el MERA puede ser realizado para las comunidades, pero sin involucrarlas activamente.
Entonces, ¿por qué debe ser participativo este proceso –o por qué deberíamos agregarle
una ‘P’ a MERA?
Uno de los legados más significativos que le dan forma a la AbC es la adopción generalizada de un Enfoque de desarrollo
basado en los Derechos Humanos (HRBA, o RBA), y una incluso más amplia aceptación de sus principios participativos
y de orientación procesal. 6 Los principios de no-discriminación, equidad y atención especial a las necesidades y
prioridades de los grupos sociales marginados son centrales en el marco de los derechos humanos internacionales.
Estos principios, que han sido aplicados cada vez más en las políticas y prácticas de desarrollo durante los últimos
veinte años, han sido fundamentales a la hora de definir la manera en que muchos de los actores involucrados ven el
reto de la adaptación y su propio rol al enfrentarlo. Integrar estos principios dentro de los esfuerzos de adaptación
conlleva unos pasos explícitos para:
Identificar diferencias en la vulnerabilidad y en la capacidad adaptativa en el espectro de grupos demográficos
(por género, edad, etnia, etc.), e identificar individuos y grupos sociales marginados especialmente vulnerables;
Buscar una completa inclusión de grupos marginados y particularmente vulnerables en todos los niveles de
la planificación de la adaptación, lo mismo que en los procesos de implementación (proveyendo, por ejemplo,
información en idiomas autóctonos);
Entender y tratar sus necesidades particulares por medio de intervenciones dirigidas (hacia mujeres pobres,
ancianos, comunidades geográficamente aisladas, y poblaciones indígenas políticamente marginadas);
Asegurar que las actividades de adaptación no empeoren de manera inadvertida la vulnerabilidad de estos grupos;
Corregir desbalances de poder y otras causas estructurales de vulnerabilidad diferenciada dentro de, y entre los
hogares.
Con este fin, los proyectos de la AbC buscan que los sistemas gubernamentales de planificación y de asignación de
recursos –en todos los niveles– pongan más atención a las necesidades de las personas por medio de un incremento
de la equidad y la diversidad, la participación y la rendición de cuentas:
LA NO-DISCRIMINACIÓN, LA EQUIDAD Y LA DIVERSIDAD reconocen que las vulnerabilidades, capacidades,
prioridades y necesidades socialmente diferenciadas requieren respuestas bien contextualizadas que traten las
inequidades en la distribución de los recursos, los beneficios y las responsabilidades.
LA PARTICIPACIÓN LIBRE, ACTIVA, Y SIGNIFICATIVA en la toma de decisiones sobre el desarrollo es un derecho
fundamental. La participación es, al mismo tiempo, un sólido principio operativo, puesto que dejar por fuera de
la toma de decisiones a los miembros de la comunidad aumenta el riesgo de que las intervenciones no guarden
relación con las prioridades y necesidades de las personas, que sean cultural o ecológicamente inapropiadas, o
que los servicios resulten ser demasiado costosos. En el contexto de la adaptación, comúnmente se interpreta
este principio en términos de que las personas tienen derecho a influir en los planes, políticas y prácticas de
adaptación en todos los niveles.
Este principio ha dado como resultado una serie de proyectos que facilitan el flujo puntual y transparente de la
información sobre cambio climático; ha ayudado a las mujeres (por medio de capacitaciones y tutorías) a asumir roles
de liderazgo en la comunidad y en las organizaciones de gobiernos locales. Este principio explica también el énfasis
que los proponentes de la AbC ponen usualmente en el empoderamiento en lugar del apoyo caritativo.
EL EMPODERAMIENTO, como principio, se interpreta como la obligación de ayudar a las personas a ganar el
poder, las capacidades, las aptitudes y el acceso (político, económico, etc.) necesarios para adaptar sus hogares,
comunidades y sociedades a los impactos del cambio climático.
LA RENDICIÓN DE CUENTAS es otro principio central del HRBA que afecta la forma en la que los actores ven el reto
de la adaptación. Busca aumentar la capacidad de las personas para exigir sus derechos, lo mismo que la capacidad
estatal de rendir cuentas (por medio de oficiales e instituciones más accesibles y receptivas, etc.). En el contexto
del cambio climático, este principio es evocado para justificar la rendición de cuentas hacia abajo respecto al flujo
y asignación de los fondos de adaptación.
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