El miedo secreto - Iglesia Presbiteriana de Valparaiso
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MATEO 14.22-33<strong>El</strong> <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong>Caleb Fernán<strong>de</strong>z Pérez
1Para comenzar...22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir <strong>de</strong>lante <strong>de</strong>él a la otra ribera, entre tanto que él <strong>de</strong>spedía a la multitud. 23 Despedida lamultitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allísolo. 24 Y ya la barca estaba en medio <strong>de</strong>l mar, azotada por las olas;porque el viento era contrario. 25 Mas a la cuarta vigilia <strong>de</strong> la noche, Jesúsvino a ellos andando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andar sobreel mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces <strong>de</strong> <strong>miedo</strong>. 27Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, notemáis! 28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, mandaque yo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y <strong>de</strong>scendiendo Pedro<strong>de</strong> la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver el fuerteviento, tuvo <strong>miedo</strong>; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor,sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió <strong>de</strong> él, y le dijo:¡Hombre <strong>de</strong> poca fe! ¿Por qué dudaste? 32 Y cuando ellos subieron en labarca, se calmó el viento. 33 Entonces los que estaban en la barca vinierony le adoraron, diciendo: Verda<strong>de</strong>ramente eres Hijo <strong>de</strong> Dios.Hablemos sobre el <strong>miedo</strong>. ¿A qué le tiene <strong>miedo</strong>? ¿A la muerte,al fracaso, a la pobreza, a la soledad? Aunque también letememos a cosas en apariencia inofensivas como los ratones,las cucarachas, las arañas, etc. Parece ser un tema trivial, peroel <strong>miedo</strong> en nosotros genera angustia y la angustia, nos produceestrés y el estrés agudo genera muchas enfermeda<strong>de</strong>s comogastritis, migraña, crisis nerviosa, <strong>de</strong>presión, neuralgia.<strong>El</strong> <strong>miedo</strong> cuando no logra ser explicado, tiene el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong><strong>de</strong>struirnos y no solamente a nosotros, sino también a nuestroentorno. Jesús entendía <strong>de</strong> esto. Y la escena <strong>de</strong>l texto bíblicoque leímos más arriba nos permite ver aquella sensibilidad <strong>de</strong>Jesús para percibir el lado humano, frágil, y <strong>de</strong>sconocido <strong>de</strong> losdiscípulos.Él los coloca en una situación que los lleva a enfrentar <strong>miedo</strong>s<strong>secreto</strong>s y <strong>de</strong>sconocidos para ellos. Y es esto lo que Jesús hacecon nosotros también. Nos coloca en situaciones difíciles quetienen como propósito revelar un aspecto <strong>de</strong> nuestra vida que<strong>de</strong>be ser tratada por Dios, algún <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong> que <strong>de</strong>be sertratado y superado.De esta manera, las crisis son y serán una gran oportunidadcuando logramos ampliar nuestros horizontes y conseguimossuperar aquello que paraliza nuestra espiritualidad, cuandologramos ver a Jesús enseñándonos a vivir.2
1Frente a la ausencia<strong>de</strong> Jesús (v.22-24)22 En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en labarca e ir <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> él a la otra ribera, entre tanto que él<strong>de</strong>spedía a la multitud. 23 Despedida la multitud, subió almonte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allísolo. 24 Y ya la barca estaba en medio <strong>de</strong>l mar, azotadapor las olas; porque el viento era contrario.
1Frente a la ausencia <strong>de</strong>Jesús (v.22-24)Jesús no está físicamente con sus discípulos, los mandó solos ala otra orilla y Él se quedó orando. Las Sagradas Escrituras nosdicen explícitamente eso: “Jesús hizo” que sus discípulos vayansin Él. Pero, una lectura más atenta, nos muestra que todo estáunido por Su maravilloso plan.¿Por qué Jesús quería <strong>de</strong>spedir a la multitud y enviar a susdiscípulos sin Él? La gente había sido testigo <strong>de</strong> un milagroasombroso, cinco mil personas habían sido alimentadas por Él.Juan nos dice que la gente quería “venir a apo<strong>de</strong>rarse <strong>de</strong> él yhacerle rey” (Juan 6:15) y sus discípulos estaban a punto <strong>de</strong> caeren concepciones mesiánicas erróneas, asumiendo que <strong>de</strong>bíanproclamar antes <strong>de</strong> tiempo a Jesús como Mesías, entonces, Él<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> alejarse, estar solo en conexión con el Padre y orar porSus discípulos.Es por eso que este cuadro <strong>de</strong> Jesús orando en el monte, no<strong>de</strong>be ser separado <strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong> los discípulos en la tormenta.La barca avanzó cinco kilómetros aproximadamente. Estaban enel medio <strong>de</strong>l Mar <strong>de</strong> Galilea y en medio <strong>de</strong> la oscuridad se<strong>de</strong>scribe que “la barca estaba siendo azotada por las olasporque el viento era contrario”. Los discípulos estaban siendocolocados a prueba.Lo que Mateo relata, entonces, es una tempestad vivida por losdiscípulos, y <strong>de</strong> esta manera nos quiere llevar a pensar que enmedio <strong>de</strong> las crisis y conflictos que vivimos en nuestras vidas, lallamada apremiante <strong>de</strong> Jesús es a confiar en Él, aunque poralgún momento nos sintamos solos.Pues bien, si en algún momento sospechamos que estamossolos, este cuadro <strong>de</strong> soledad no <strong>de</strong>be ser separado <strong>de</strong>l cuadromayor que presenta a Jesús en pleno control <strong>de</strong> la tormenta, <strong>de</strong>las olas. Nuestro <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong> se revela al encontrarnospensando que Jesús nos <strong>de</strong>jó, que no está, que está lejos. Esimprescindible que no separemos nuestro solitario cuadro <strong>de</strong>lcuadro mayor.4
2Frente a la presencia<strong>de</strong> Jesús (v.25-27)25 Mas a la cuarta vigilia <strong>de</strong> la noche, Jesús vino a ellosandando sobre el mar. 26 Y los discípulos, viéndole andarsobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieronvoces <strong>de</strong> <strong>miedo</strong>. 27 Pero en seguida Jesús les habló,diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!
2Frente a la presencia <strong>de</strong>Jesús (v.25-27)Era la cuarta vigilia <strong>de</strong> la noche, entre las tres y las seis <strong>de</strong> lamañana y “Jesús vino a ellos andando sobre el mar”. Lo quellama la atención <strong>de</strong> este texto, no solamente es el hechomilagroso y espectacular <strong>de</strong> ver a Jesús caminando hacia losdiscípulos sobre las olas que se levantaban y caían; sinoparticularmente, la reacción <strong>de</strong> los discípulos que “viéndoleandar sobre el mar, se turbaron pensando que era ¡Unfantasma!”.Esto es muy humano, pues no pensaron en ningún momento queera Jesús, siendo que Él ya había <strong>de</strong>mostrado que podía hacerhechos milagrosos sorpren<strong>de</strong>ntes, pero no, ellos pensaron lopeor, lo más negativo, lo más traumático, y eso es exactamentelo que pasa con nosotros también.<strong>El</strong> evangelista tiene cuidado en señalar que el <strong>miedo</strong> <strong>de</strong> losdiscípulos no está provocado por la tempestad, el <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong><strong>de</strong> los discípulos era provocado por la incapacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirla presencia <strong>de</strong> Jesús en medio <strong>de</strong> aquella noche horrible.Po<strong>de</strong>mos atravesar situaciones muy críticas y oscuras a lo largo<strong>de</strong> nuestra vida, pero nuestro verda<strong>de</strong>ro drama comienza cuandoel corazón es incapaz <strong>de</strong> reconocer la presencia salvadora <strong>de</strong>Jesús en medio <strong>de</strong> la crisis, y <strong>de</strong> escuchar en el corazón: “¡Tenedánimo; yo soy, no temáis!”.<strong>El</strong> problema <strong>de</strong> lo discípulos, como también pasa con nosotros,no es la tormenta, mas bien, es la presencia <strong>de</strong> Jesús en medio<strong>de</strong> ella. No enten<strong>de</strong>mos, no compren<strong>de</strong>mos, no creemos queJesús no solamente pue<strong>de</strong> atravesar, calmar y terminar nuestratormenta, sino que pue<strong>de</strong> usarla como su camino. Para Jesús lasleyes <strong>de</strong> la naturaleza son medios para la realización <strong>de</strong> suspropósitos. <strong>El</strong> camina sobre el agua, atravesando nuestrastormentas, porque nos quiere <strong>de</strong>mostrar que los vientos no lopue<strong>de</strong>n volcar. ¡Son sus mensajeros! Las olas no lo pue<strong>de</strong>nahogar ¡Son sus siervas obedientes! Nuestro <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong> seencuentra ahí, en nuestra incapacidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir la presencia<strong>de</strong> Jesús en medio <strong>de</strong> nuestras tormentas.6
3Frente a la cercanía<strong>de</strong> Jesús (v.28-31)28 Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda queyo vaya a ti sobre las aguas. 29 Y él dijo: Ven. Y <strong>de</strong>scendiendo Pedro<strong>de</strong> la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. 30 Pero al ver elfuerte viento, tuvo <strong>miedo</strong>; y comenzando a hundirse, dio voces,diciendo: ¡Señor, sálvame! 31 Al momento Jesús, extendiendo lamano, asió <strong>de</strong> él, y le dijo: ¡Hombre <strong>de</strong> poca fe! ¿Por qué dudaste?
3Frente a la cercanía <strong>de</strong>Jesús (v.28-31)La escena toma un giro que impresiona y sorpren<strong>de</strong>, y es lógicoque sea así. <strong>El</strong> personaje protagonista <strong>de</strong> esta parte <strong>de</strong>l relato esPedro.Es necesario que reconozcamos que su primera reacción fueadmirable y sorpren<strong>de</strong>nte: “Señor, puesto que eres tú, mandaque yo vaya a ti sobre las aguas”. Pedro expresa la fuerza <strong>de</strong>lEspíritu <strong>de</strong> Dios en forma <strong>de</strong> confianza plena en Jesús, y aunqueparece ser sólo un impulso, se atreve.Impulso o no. La crisis es el momento privilegiado para tener laexperiencia <strong>de</strong> caminar hacia Jesús, asumiendo que es uncamino que Él ya recorrió primero.Mateo resume la respuesta <strong>de</strong> Jesús en una sola palabra: “Ven”.Es una llamada que escucharemos siempre en tiempos <strong>de</strong>tempestad. Lo interesante es que si seguimos con la lógica <strong>de</strong>ltexto, Jesús no quiere calmar la tempestad, Jesús quiereenseñarle a Pedro a caminar en medio <strong>de</strong> la tormenta. Quiereestar cerca para enseñarle a vivir.Pero, Pedro, como nos ocurre a nosotros, se <strong>de</strong>ja vencer por el<strong>miedo</strong> y se paraliza, la tormenta pue<strong>de</strong> más que Él, no haaprendido a caminar en medio <strong>de</strong> la tormenta. Jesús es duro conél y le dice: “¡Hombre <strong>de</strong> poca fe! ¿Por qué dudaste?” Jesússabía por qué había dudado, pero le invita a hacer una autoevaluación,vio el viento y tuvo <strong>miedo</strong>.Hagamos una auto-evaluación nosotros también ¿Por quédudamos? <strong>El</strong> verda<strong>de</strong>ro problema <strong>de</strong>l ser humano no son losvientos contrarios, ni la barca azotada por las olas, mas bien esel <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong> a fundamentar la fe sólo en Jesucristo. Ese fueel problema <strong>de</strong> Pedro, ni la presencia <strong>de</strong> Jesús, ni su cercaníafueron suficientes, ahí se dio cuenta que don<strong>de</strong> comienza el<strong>miedo</strong> a creer sólo en Jesús termina nuestra fe.8
2Hacia nuestraespiritualidad31 Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió <strong>de</strong> él...32 Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.33 Entonces los que estaban en la barca vinieron y leadoraron, diciendo: Verda<strong>de</strong>ramente eres Hijo <strong>de</strong> Dios.No estamos dispuestos a escuchar ningún llamado arenovar nuestra manera <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r y <strong>de</strong> vivir la vida. Sinembargo, Él camina hacia nosotros <strong>de</strong> manerasorpren<strong>de</strong>nte en medio <strong>de</strong> nuestra tempestad.Si caemos y nos hundimos, nos daremos cuenta que noestamos concentrando nuestra atención en Jesús. Pero,la fe <strong>de</strong> Pedro, aunque “poca”, no se perdió. Así es connosotros, aunque tengamos <strong>miedo</strong>, finalmente alhundirnos gritamos pidiéndole ayuda: “¡Señor sálvanos!”<strong>El</strong> texto nos relata que Jesús, “extendiendo la mano, asió<strong>de</strong> él”. No era necesario que hiciera esto para rescatarlo,una simple palabra <strong>de</strong>l Salvador habría bastado. Pero,Jesús usa un método con Pedro que utiliza también connosotros: Jesús quería que Pedro sintiera Su amor <strong>de</strong> lamisma manera en que estaba experimentando Su po<strong>de</strong>r.Finalmente, ¡todo se calmó! Por que es así, ningunatempestad dura para siempre, pero Jesús nos invita averlo en medio <strong>de</strong> nuestras tormentas y nos enseña acaminar en medio <strong>de</strong> ellas.¿<strong>El</strong> <strong>miedo</strong>? <strong>El</strong> <strong>miedo</strong> se acaba cuando lo reconocemosen medio nuestro y caminamos mirando a Él.9
<strong>El</strong> <strong>miedo</strong> <strong>secreto</strong>Mateo 14.22-33© www.valparaisoipch.cl 2012Caleb Fernán<strong>de</strong>z Pérez, Pastor <strong>de</strong> la 1ra <strong>Iglesia</strong> <strong>Presbiteriana</strong> <strong>de</strong>Valparaíso; capellán <strong>de</strong>l Colegio Presbiteriano "David Trumbull", y profesor <strong>de</strong>l SeminarioTeológico Presbiteriano en Santiago, Chile.x