Daniel GolemanInteligencia Emocionalde la vida. Las personas que tienen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en todas lasempresas que acometen.4 .El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en laconciencia emocional de uno mismo, constituye la «habilidad popular» fundamental. En el capítulo 7examinaremos las raíces de la empatía, el coste social de la falta de armonía emocional y las razones porlas cuales la empatía puede prender la llama del altruismo. Las personas empáticas suelen sintonizar conlas señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hacemás aptas para el desempeño de vocaciones tales como las profesiones sanitarias, la docencia, las ventasy la dirección de empresas.5. El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidadpara relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas. En el capitulo 8 revisaremos la competenciao la incompetencia social y las habilidades concretas involucradas en esta facultad. Éstas son lashabilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal. Las personas quesobresalen en este tipo de habilidades suelen ser auténticas «estrellas» que tienen éxito en todas lasactividades vinculadas a la relación interpersonal.No todas las personas manifiestan el mismo grado de pericia en cada uno de estos dominios. Hayquienes son sumamente diestros en gobernar su propia ansiedad, por ejemplo, pero en cambio, sonrelativamente ineptos cuando se trata de apaciguar los trastornos emocionales ajenos. A fin de cuentas, elsustrato de nuestra pericia al respecto es, sin duda, neurológico, pero, como veremos a continuación, elcerebro es asombrosamente plástico y se halla sometido a un continuo proceso de aprendizaje. Laslagunas en la habilidad emocional pueden remediarse y, en términos generales, cada uno de estosdominios representa un conjunto de hábitos y de reacciones que, con el esfuerzo adecuado, pueden llegara mejorarse.EL CI Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL: LOS TIPOS PUROSEl CI y la inteligencia emocional no son conceptos contrapuestos sino tan sólo diferentes. Todosnosotros representamos una combinación peculiar entre el intelecto y la emoción. Las personas que tienenun elevado CI, pero que, en cambio manifiestan una escasa inteligencia emocional (oque, por el contrario,muestran un bajo CI con una elevada inteligencia emocional), suelen ser, a pesar de los estereotiposrelativamente raras. En cambio parece como sí existiera una débil correlación entre el CI y ciertos aspectosde la inteligencia emocional, aunque una correlación lo suficientemente débil como para dejar bien claroque se trata de entidades completamente independientes.A diferencia de lo que ocurre con los test habituales del CI, no existe —ni jamás podrá existir— unsolo test de papel y lápiz capaz de determinar el «grado de inteligencia emocional». Aunque se ha llevado acabo una amplia investigación de los elementos que componen la inteligencia emocional, algunos de ellos—como la empatía, por ejemplo— sólo pueden valorarse poniendo a prueba la habilidad real de la personapara ejecutar una tarea específica como, por ejemplo, el reconocimiento de las expresiones faciales ajenasgrabadas en vídeo. Aun así. Jack Block, psicólogo de la universidad californiana de Berkeley, utilizando unamedida muy similar a la inteligencia emocional que él denomina «capacidad adaptativa del ego» (y queincluye las principales competencias emocionales y sociales) ha establecido una comparación de dos tiposteóricamente puros, el tipo puro de individuo con un elevado CI y el tipo puro de individuo con aptitudesemocionales altamente desarrolladas. Las diferencias encontradas a este respecto son sumamenteexpresivas. El tipo puro de individuo con un alto CI (esto es, soslayando la inteligencia emocional)constituye casi una caricatura del intelectual entregado al dominio de la mente pero completamente ineptoen su mundo personal. Los rasgos más sobresalientes difieren ligeramente entre mujeres y hombres. No esde extrañar que los hombres con un elevado CI se caractericen por una amplia gama de intereses yhabilidades intelectuales y suelan ser ambiciosos, productivos, predecibles, tenaces y poco dados a repararen sus propias necesidades. Tienden a ser críticos, condescendientes, aprensivos, inhibidos, a sentirseincómodos con la sexualidad y las experiencias sensoriales en general y son poco expresivos, distantes yemocionalmente fríos y tranquilos.Por el contrario, los hombres que poseen una elevada inteligencia emocional suelen ser socialmenteequilibrados, extravertidos, alegres, poco predispuestos a la timidez y a rumiar sus preocupaciones.Demuestran estar dotados de una notable capacidad para comprometerse con las causas y las personas,suelen adoptar responsabilidades, mantienen una visión ética de la vida y son afables y cariñosos en susrelaciones. Su vida emocional es rica y apropiada; se sienten, en suma, a gusto consigo mismos, con sussemejantes y con el universo social en el que viven.32
Daniel GolemanInteligencia EmocionalPor su parte, el tipo puro de mujer con un elevado CI manifiesta una previsible confianza intelectual,es capaz de expresar claramente sus pensamientos, valora las cuestiones teóricas y presenta un amplioabanico de intereses estéticos e intelectuales. También tiende a ser introspectiva, predispuesta a laansiedad, a la preocupación y la culpabilidad, y se muestra poco dispuesta a expresar públicamente suenfado (aunque pueda expresarlo de un modo indirecto).En cambio, las mujeres emocionalmente inteligentes tienden a ser enérgicas y a expresar sussentimientos sin ambages, tienen una visión positiva de sí mismas y para ellas la vida siempre tiene unsentido. Al igual que ocurre con los hombres, suelen ser abiertas y sociables, expresan sus sentimientosadecuadamente (en lugar de entregarse, por así decirlo, a arranques emocionales de los queposteriormente tengan que lamentarse) y soportan bien la tensión. Su equilibrio social les permite hacerrápidamente nuevas amistades; se sienten lo bastante a gusto consigo mismas como para mostrarsealegres, espontáneas y abiertas a las experiencias sensuales. Y, a diferencia de lo que ocurre con el tipopuro de mujer con un elevado CI, raramente se sienten ansiosas, culpables o se ahogan en suspreocupaciones.Estos retratos, obviamente, resultan caricaturescos porque toda persona es el resultado de lacombinación, en distintas proporciones, entre el CI y la inteligencia emocional. Pero, en cualquier caso, nosofrecen una visión sumamente instructiva del tipo de aptitudes específicas que ambas dimensiones puedenaportar al conglomerado de cualidades que constituye una persona. Ambas imágenes, pues, se presentancombinadas porque toda persona posee inteligencia cognitiva e inteligencia emocional, aunque lo cierto esque la inteligencia emocional aporta, con mucha diferencia, la clase de cualidades que más nos ayudan aconvertirnos en auténticos seres humanos.33