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Revista nº - Plan alfa

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ClaustroJerónimoEDITA:Monasterio de Santa María del Parral40003 - SEGOVIATeléf. 921 431 298 • Fax: 921 422 592E-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.esFOTOGRAFÍA PORTADA:Monasterio de San Pedro de la Ñora (Murcia).Actual Universidad Católica.FOTOGRAFÍA CONTRAPORTADA:Madonna de Brujas del Atrio del Monasteriodel Parral (Mónika López Stiedl).MAQUETA E IMPRIME:Gráficas CEYDEDEPÓSITO LEGAL: Sg-56/2000E N E S T E N Ú M E R OEN BREVES PALABRAS .................. 2ESPÍRITU Y VIDA ............................ 3Hijos en el HijoLAS FUENTES .................................. 10Los Libros históricos (IV)NUESTRA HISTORIA ...................... 12Los Monasterios Jerónimos en España (III)CELEBRACIÓN Y LITURGIA ........ 19La Oración LitúrgicaORAR CON LOS SALMOS .............. 23Salmo 5EL RINCÓN DEL POETA ................ 26Ante la imagen de la Madonna de BrujasNUESTROS MONASTERIOS .......... 28


Espíritu y VidaHIJOS EN EL HIJOFr. Javier Álvarez, OSHMonasterio Santa María del ParralSegoviaEstamos acostumbrados a rezar una y otravez la oración del Padre nuestro; oración multiseculary que llega al corazón de todo hombrepues se afianza en lo que de esencial tiene laexperiencia humana y cristiana. La dimensióncomplementaria de la paternidad es la de lafiliación y en ella me quiero centrar hoy.Dios ha querido que su Hijo unigénito( Jn 3, 16) fuera el primogénito de muchos hermanos(Cf. Rom 6, 29). Su corazón y su comportamientode Padre está posibilitando y reclamandoun corazón y una conducta de hijos.¿En qué consiste para nosotros ser hijos deDios? ¿Cuáles son las actitudes postuladas pornuestra condición de tales?. Procederemos endos pasos consecutivos:San Jerónimo.- en un primer momento desvelaremosqué significa afirmar que Jesucristo es el Modelo Ejemplar de nuestra vida filial y contemplaremosal Espíritu Santo como principio activo que, desde dentro de nosotros, nosva construyendo como hijos;- en un segundo momento describiremos las actitudes más importantes que debenconfigurar y regular la conducta de cada uno de nosotros en cuanto hijo de Dios.A IMAGEN DEL HIJO Y TALLADOS POR EL ESPÍRITUA imagen del HijoLa imitación de Cristo consiste en reproducir básicamente en nosotros la mentalidad,la sensibilidad, los valores, las opciones fundamentales, las actitudes y el comportamientode Jesucristo, el Hijo de Dios en plenitud. Nuestra vocación de hijos consiste en3


Santa María de la Estrella. San Asensio (Logroño). Claustro gótico.con su propia peculiaridad en nuestra adopción como hijos. El Padre es autor de la adopción;el Hijo es el modelo de la misma y el Espíritu es el artífice que produce nuestra semejanzacon el Hijo Jesucristo grabando en nosotros su imagen. Los Tres están presentes ennosotros; pero su Presencia no es puntual, sino habitual. El Espíritu Santo es el más interior.Actúa continuamente en nosotros inspirándonos, consolándonos, confortándonos. Élsuscita en nuestro corazón la plegaria, el amor a los más pobres, el perdón, la paciencia, lapaz, la alegría. El Espíritu Santo crea en los hijos de Dios algo así como un instinto divinopara que reconozcamos al Padre. No basta que seamos hijos; tenemos que sentirlo. ElEspíritu –cuando le dejamos- nos hace conscientes de nuestra filiación.El Espíritu Santo actúa no sólo en nosotros, sino con nosotros. Todos hemos tenidotrato íntimo y constante con algunas personas humanas y espiritualmente ricas que noshan enriquecido y han ido transformando incluso nuestro mismo modo de ser. Algo así ymás –perdonad la comparación- sucede en nuestra relación con el Espíritu Santo. Él vatransformando pacientemente el hombre viejo que somos en el hombre nuevo que debemosser. Va naciendo así en nuestro interior un nuevo modo de ser (la gracia santificante) dotadode una capacidad de creer, esperar y amar (virtudes teologales). Así quien es amado porDios se torna capaz de amar a Dios.El hombre nuevo que va gestándose en nosotros es la gra-5


cia creada. El Espíritu que los va gestandoes la Gracia Increada. Por la accióndel Espíritu y nuestra colaboración vaformándose en nosotros una existenciasemejante a la de Cristo.¡Qué lenta, laboriosa, casi imperceptible,esta transformación! ¡Cómonos exaspera, en algún momento, y desesperaesta lentitud!. El hombre viejosubsiste y coexiste con el hombre nuevo.A veces parece incluso que el primeronos parece más fornido y el segundomás enclenque. En realidad, hermanos,la gracia de Dios no anula las querenciasespontáneas de nuestra condiciónhumana, nacidas de nuestro fondobiopsíquico y muchas veces exasperadaspor los avatares desafortunados de laeducación recibida y por las influenciasnegativas del ambiente. El noble instintode conservación se expresa así enClaustro del Monasterio de Lupiana.obsesión imperiosa de placer; el sentidode la dignidad en orgullo autosuficiente; la inclinación a tener, en fiebre de poseer; el afectoa las personas, en esclavitud y manipulación... un yo débil sucumbe muchas veces alímpetu de estas pasiones. ¿Quién me librará de este cuerpo que es portador de muerte? Tendréque agradecérselo a Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Es preciso que nuestro corazóntransformado colabore denodadamente con el Espíritu Santo.Como cristianos y como monjes, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿hemosasumido con seriedad y constancia esta tarea que es el gran quehacer de nuestra vida?.Nuestra vida de pecadores no puede mejorar por medio de diversas programacioneso capacidades personales o del grupo, sino solamente si cumple la voluntad de Dios: Fiat.Esa es la grandeza que puede llegar en cualquier instante, en cualquier condición, entrelos muros de un Monasterio o en el apostolado más directo: cualquier momento de lavida puede convertirse en algo grande, en el momento del encuentro transformador.Algunos que, se supone, hemos emprendido con ilusión y entusiasmo este camino¿no hemos ido languideciendo en las cuestas de nuestro itinerario? ¿No hemos llegado aconfundir el realismo con el conformismo? La gracia de Dios nos muestra en la vida de6


los santos hasta dónde puede llegar su influencia transformadora. También en ellos setopa con límites que no se pueden traspasar. Pero llega mucho más allá que en nosotros.Pongámonos en marcha con nuevo aliento.Todos nosotros –se supone- somos buena gente pero, ¡hay algo que debe cambiar!. LaVirgen misma, después de la Anunciación fue una persona distinta. También en nosotrosla vocación cristiana y la monástica debe engendrar algo que nos haga profunda y radicalmentedistintos de los demás. El monje, cada uno de nosotros en la fraternidad, estamosllamados a ser un signo de la humanidad nueva, el paradigma de la vida de todo bautizado,el testimonio de una convivencia nueva que no vive según un criterio meramenteinstintivo, que no toma la vida como caos, sino según un orden: la tensión por el Destino(CRISTO).LOS RASGOS PRINCIPALES DE NUESTRA CONDICIÓN FILIALLibertadSer hijos de Dios es fuente de auténtica libertad (Cf. Rom 8, 15). El estatuto propiode los hijos de Dios es la libertad. El hijo no es esclavo, sino libre. Creado a imagen deJesús, el hombre libre ha nacido, como él, para la libertad. Habitado por un Espíritu quees viento de libertad recibe continuamente de él impulsos para desarrollar y ejercer sulibertad.Hay muchas formas y grados de esclavitud:-Unas socavan las condiciones materiales para que emerja la libertad. Los millonesde seres humanos azotados por el hambre y la miseria ¿pueden plantearse el lujo burguésde ser libres?,-otras ahogan la libertad psicológica. Todos conocemos personas esclavas de sus miedos,de sus impulsos irreprimibles, de sus angustias obsesivas...,-otras esclavitudes son generadas por los criterios impuestos por el ambiente socialpredominante y recortan drásticamente nuestra libertad real, sin que ni siquiera seamosconscientes de nuestra merma en la libertad. Pensemos en las necesidades innecesarias quecrea en nosotros una sociedad consumista que se empeña en vendernos sus productos,-la libertad política es denegada por los gobiernos autoritarios, dictatoriales y arbitrariosque imponen su férrea ley a pueblos y continentes enteros,-la libertad ética y moral está reducida en todos nosotros por nuestra historia personaly por los hábitos viciados que hemos ido contrayendo. En mayor o menor medida,cada uno de nosotros somos esclavos del pecado,7


-la libertad religiosa se encuentra agarrotada por una cultura poco propicia a la fe.Hoy el sentido de Dios está reprimido en nuestra sociedad.Nuestra vocación consiste en ir conquistando palmo a palmo esa tierra de libertadque corresponde a los hijos de Dios. El Espíritu Santo suscita en nosotros un anhelo inextinguiblede libertad. Este anhelo es un gemido, hecho de deseo de alcanzarla y de sufrimientopor no poseerla. Nosotros, los que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos ennuestro interior suspirando por que Dios nos haga sus hijos y libre nuestro cuerpo (Rom 8, 22).La libertad recibida en herencia debe ser, para los hijos de Dios, libertad transmitidaen generosidad. Nuestra misión consiste en testificar en nuestro entorno una vida liberadapor el Espíritu. Estamos obligados a respetar escrupulosamente la libertad y la dignidadde todos los hombres, porque Dios la respeta ( Juan XXIII). Debemos ayudar a tantos hermanosesclavos a tomar conciencia de sus propias cadenas. A nosotros nos corresponde mostrara Cristo como verdadero liberador de todas estas servidumbres. Pero la mejor formade mostrarlo no es con la predicación, sino con el ejemplo; y nuestro carisma, nuestro modode ser en la Iglesia es aquí donde llega: somos el paradigma de la nueva humanidad.ObedienciaLa libertad cristiana es un paso de la servidumbre de los ídolos al servicio del Dios vivo.No sólo no contradice a la libertad, sino que la corona al ofrecerle un para qué, un sentido.La palabra obediencia es un término poco estimado en nuestros días. Se le evita siempreque es posible, o al menos se intenta dulcificar lo más posible. Pertenece a esa constelaciónde vocablos que están en baja por obra y gracia del oscurecimiento social de lafigura paterna. Sugiere a nuestros contemporáneos un sometimiento forzado a un agenteexterior. Es percibida como incompatible con la autonomía que el hombre ha conquistadotras siglos de lucha. Es necesario rescatar el concepto cristiano de la obediencia dela maraña que crean en torno a él este cúmulo de sospechas.La obediencia cristiana es expresión del amor. Si me amáis, guardad mis mandamientos( Jn 14, 15). Nadie llama dependiente a un enamorado pendiente de su amada. Él nose siente esclavo de la persona a la que ama por el hecho de estar vinculado a ella.Experimenta en sí un potente y gozoso movimiento interior con el que consiente plenamente.Propiamente la obediencia cristiana es sólo obediencia a Dios. Está postulada por elseñorío paternal de Dios sobre nuestra vida entera. Cuando se reconoce y se acepta esteseñorío, la obediencia fluye connaturalmente. Cuando el hombre no admite a Dios comoDios, obedecer le parece equivalente a claudicar en su dignidad y en su libertad. El equívocoentre creyentes e increyentes en este punto es insalvable.8


San Asensio (La Rioja). Monasterio de Santa María de la Estrella.El NT, al tiempo que subraya la obediencia de Cristo al Padre, nos recomienda estamisma obediencia con suma nitidez e intensidad. La parábola de los dos hijos es reveladora(Cf. Mt 21, 28-31). En ella Jesús censura a Israel que dijo sí a Yahveh, pero ahorano quiere obedecerle reconociendo a su Hijo. Y se congratula con los gentiles que en otrotiempo no aceptaron a Yahveh pero hoy le obedecen al aceptar a su Enviado. En el cuartoEvangelio, Jesús afirma: Quien conserva y guarda mis mandamientos, ese sí que me ama...Quien no me ama, no cumple mis palabras. La Palabra que me habéis oído no es mía, sino delPadre que me envió ( Jn 14, 21.23-24). Un poco más adelante, añade: Si cumplís mis mandamientosos mantendréis en mi amor, al igual que yo cumplo los mandamientos de mi Padre yme mantengo en su amor ( Jn 10, 15). Pablo, por su parte, aconseja: Vosotros, que siempre mehabéis obedecido... hacedlo todo sin murmuraciones, ni discusiones. Seréis así límpidos e irreprochables,hijos de Dios sin tacha en medio de una generación mala y perversa, entre las cual debéisbrillar como lumbreras en medio del mundo (Flp 2, 12.14-15).La obediencia está orientada al cumplimiento de la voluntad de Dios. También estaexpresión resulta poco agradable a los oídos de muchos.Sólo viviendo una verdadera filiación podemos vivir intensamente la fraternidad.9


Las FuentesLOS LIBROS HISTÓRICOS (IV):NARRACIONES BÍBLICAS [I]Fr. Jaime L. Pedriza, OSHMonasterio Santa María del ParralSegoviaBajo este epígrafe se incluyen cuatro libros de la Biblia que pertenecen al género delos libros históricos y son: el libro de Rut, el libro de Tobías, el libro de Judit y el librode Ester. Sin embargo, el que sean clasificados de libros históricos no quiere decir quesean del mismo género que Crónicas, antes bien se tratan de “historietas” piadosas y edificantesque, aún teniendo un contexto histórico, no son propiamente relatos históricos.Libro de Rut. El título del libro debe su nombre a una de las dos protagonistas femeninasde la historia que cuenta: Rut, la nuera moabita de Noemí. Parece que la palabra Rut,etimológicamente hablando, significa beber hasta saciarse, lo cierto es que al final de la obra,Rut es un personaje colmado y, que a su vez, es alivio para los otros personajes de la obra.El libro cuenta la historia de dos mujeres, Rut y Noemí. Noemí es una viuda judía quevuelve a Belén después de haber emigrado a Moab en busca de alimento, cuando el hambrearreciaba en su pueblo natal. Sus dos hijos casados con moabitas también han muerto yquedan solas las tres mujeres viudas. Noemí decide volver a su tierra al enterarse que hapasado la hambruna e invita a sus nueras a volver a la casa de sus padres respectivos; perouna de ellas, Rut, decide acompañar a su suegra. Ya en Belén, Rut trabaja como espigadoraen la era de Boaz, un hombre mayor. Noemí se entera que este hombre es pariente suyo eidea un plan para asegurar el futuro a su nuera. La historia termina con la boda de Rut yBoaz, el rescate de la tierra de la familia de Noemí y el nacimiento de Obed.La estima de los especialistas y de los lectores hacia este libro ha sido grande, considerándolocomo una de las historias más bellas y mejor contadas del A.T. Pero en estelibro, como en todos los de la Biblia, lo más importante es la teología que hay en él. Antetodo hemos de decir que la actuación de Dios no se realiza por medio de milagros sinoque el tema teológico gira en torno a la misericordia y a la bendición, de aquí arranca todala trama que irá haciendo posible el final esperado: Dios aparentemente está ausente y, sinembargo, guía misteriosamente los hilos de la historia. Por eso, este libro se la ha interpretadocomo una manifestación de Dios, que actúa de forma escondida en la vida ordinariay dirige los acontecimientos de la historia. Otro de los temas teológicos que apare-10


ce en este libro es la apertura universal: estaobra demuestra que Yahveh, además de ser elDios de Israel, es Dios de pueblos como Moab,que no formaban parte de la elección, pues, nosólo aceptan a Rut en el seno del pueblo judíosino que la colocan en la misma línea dinásticade David.Libro de Tobías. El nombre del libro leviene de uno de los personajes. El libro juegacon el significado de la onomástica de sus protagonistas,pues, el nombre del abuelo, padre e hijotienen la mismo raíz: “tob”, que significa buenoo bondad, significando sus nombre: respectivamente:“Dios es mi bien”, “Yahveh es miSan Jerónimo. Cobre del siglo XVII.bien” y “bien mío”.El libro narra la historia de dos personajes que se encuentran en apuros, Tobit y Sara.Tobit es un judío piadoso y observante exiliado en Nínive, que, debido a un accidente sequeda ciego. Sara, hija de Ragüel, pariente de Tobit, ha visto morir a sus siete maridos enla noche de bodas “por obra del demonio Asmodeo”. Tanto uno como otra ruegan a Diosque venga en su ayuda. La historia da un giro, cuando Tobit envía a su hijo en casa deRagüel. Tobías es acompañado por un arcángel de Dios: Rafael, que hace posible elmatrimonio entre Tobías y Sara y da un remedio para la ceguera de Tobit. De este modoquedan escuchadas la súplicas de los personajes que a él acudieron.No ha sido un libro muy aceptado en la tradición, para empezar hemos de decir queno pertenece al canon de la Biblia hebrea y que los cristianos orientales tardaron en aceptar;sin embargo, los cristianos occidentales lo aceptaron desde muy temprano, hasta elpunto de aparecer citado en uno de los libros más antiguos del cristianismo, me refiero ala Didakhe.Las líneas teológicas de este libro son en primer lugar que subraya que la verdaderareligión está centrada en el corazón, en la casa y en el día a día de la fe y de la vivenciapiadosa del judaísmo en familias como Tobit y Ragüel: dar de comer al hambriento, vestiral desnudo, hacer posible un entierro digno al condenado,... esto es lo que parece quererdestacar el libro. Otra línea que quiere destacar es que el sufrimiento y el pecado novan necesariamente unidos: una persona puede estar libre de pecado y, sin embargo sufrircomo Tobit y como Sara. Muy relacionado con esto es la idea de que el sufrimiento porgrande que sea no tiene por qué alejarnos de Dios, antes al contrario nos acerca a él comovemos sucede con nuestros personajes.11


Nuestra HistoriaLOS MONASTERIOS JERÓNIMOS EN ESPAÑA (III)Fr. Ignacio de Madrid, OSHMonasterio Santa María del ParralSegoviaLA TRINIDAD DE MIRAMAREn el término de Valldemosa (Palma de Mallorca), en Miramar, junto a la capilla dela Trinidad, desde un tiempo difícil de precisar, pero que debió ser bastante anterior a1396, se estableció un grupo de ermitaños. Pasado el tiempo, acudieron al monasteriojerónimo de Cotalba para que les dieran su hábito y forma de religión, lo que se realizóen septiembre de 1400. Es curioso lo que apunta Revuelta: La confianza que en Mallorcase tuvo con los jerónimos, y especialmente la consideración hacia los priores de Miramar, quedade manifiesto en el hecho de ser elegido el prior como embajador ante el Papa para gestionar losasuntos tanto del obispado como del reino de Mallorca (p. 300).En 1443, por estar la casa tan apartada y ser dificultoso a los visitadores su desplazamiento,se abandonó aquel monasterio y sus monjes pasaron al monasterio de la Murtade Alzira (Valencia). Luego ocuparon este monasterio los dominicos hasta 1478.SANTA MARÍA DE LA MURTALos orígenes eremíticos de este monasterio de Santa María de la Murta son tan antiguoscomo los de La <strong>Plan</strong>a de Javea o Lupiana. Antes de 1357 ya existían numerososermitaños viviendo en el valle de Miralles o Miracles, posteriormente de la Murta, cercade Alcira (Valencia). En 1357 eran once las ermitas y los ermitaños que en ellas vivían.Los nombres de las ermitas, entre otros: Santa María de la Murta, San Jerónimo, SanBenito... Quisieron constituirse en monasterio, aunque se ignora bajo que regla o constituciones.El hecho es que, por esta última fecha, Pedro IV, el Ceremonioso, a petición deArnaldo Serra, concede licencia a éste para que pueda donarles ciertas posesiones paraedificar un monasterio en honor de Santa María de la Murta, junto a la ermita de sunombre. Parece que en 1369 ya se debieron constituir en comunidad estable. Mas cuandoGregorio XI autorizó la fundación de San Jerónimo de La <strong>Plan</strong>a de Jávea y dio licenciapara fundar cuatro monasterios más, ocho de los once ermitaños se pasaron a Jávea yprofesaron allí; de los tres restantes, dos deseaban ser también jerónimos pero sin abandonaraquel lugar, el tercero -Pedro Barrera- no quería dejar de ser ermitaño. Todo esto12


originó conflictos y la intervención de la jerarquíaeclesiástica. Por fin, en 1376 se resuelveque se construya allí un monasteriocapaz para un prior y doce monjes y se deja aPedro Barrera una de las ermitas, la de SanBenito. Ambas partes aceptan la sentencia y,en nombre del prior y monjes de Jávea, setoma posesión del valle.Entre tanto acaece la cautividad de losmonjes de Jávea. Pero ya antes se había comenzadola edificación del nuevo monasterio,aunque sin trasladarse muchos a viviren la Murta. Al regreso de la cautividad, losliberados tuvieron que ocuparse antes de sunuevo monasterio de Cotalba que del de laMurta, pero una vez restablecidos en Cotalba,volvieron a ocuparse del de la Murta. El11 de febrero de 1401 se firmó un conveniopor el que se enviaban a Alcira seis monjesMonasterio de San Pablo (Toledo).para erigir el monasterio. En 1431 se le agregóel monasterio de la Trinidad de Miramar(Mallorca). En 1409 fue visitado por San Vicente Ferrer; en 1538 lo intento San Juan deRibera, pero no pudo realizarlo por razón de un temporal y de salud; Felipe II en 1586.Sufrió las mismas vicisitudes que los demás monasterios a consecuencia de la francesaday las desamortizaciones de 1820 y 1835. Después pasó a manos privadas, con loque comenzó el proceso de expoliación de sus bienes muebles e inmuebles hasta la ruinatotal. En 1989 el Ayuntamiento adquirió el paraje y desde entonces se ha ido proyectandoun plan de protección del valle de la Murta y se han comenzado estudios arqueológicos,con lo que se va recuperando día a día sus valores histórico-artísticos.SAN JERÓNIMO DE ESPEJASituado en Espeja de San Marcelino, cerca de Guijosa, provincia de Soria y diócesisde Osma. Lo fundó el cardenal Pedro Fernández de Frías, siendo obispo de la diócesis,en torno a la ermita de Santa Águeda, que ya estaba habitada por ermitaños. Comenzó aedificar el monasterio y lo entregó a la Orden Jerónima en 1402. Se desconoce de quemonasterio procedían los primeros monjes que fueron a habitarlo. Por circunstancias13


adversas al cardenal Frías se constituyó patrón del monasterio la casa de Avellaneda, quetenía sus sepulcros en aquella iglesia.Parece ser que sus monjes permanecieron allí durante la guerra de la Independencia,aunque el edificio se habilitó en parte para hospital. Fue desamortizado en 1835, comenzandoun período de expoliación y deterioro. En 1843 pasó a propiedad particular y, tansólo diez años después, consta que estaba en ruinas, excepto la iglesia, que permaneció enbuen estado hasta 1936. Hoy solamente permanece en píe el hastial.Es significativo señalar que, no obstante lo poquísimo que queda del edificio, en septiembrede este año 2002, la diócesis ha celebrado el VI Centenario de su fundación organizandounas “Jornadas”. El programa de los actos celebrados lo justifica así: Hoy, delesplendor del Monasterio, quedan unas ruinas que rezuman espiritualidad, y los destellos de sucultura se expanden en todas las direcciones.SANTA MARÍA DE LA ARMEDILLAEn el obispado de Segovia, actual provincia de Valladolid, a unos tres kilómetros deCogeces del Monte y trece de Cuéllar (Segovia), desde muy antiguo (¿1085?) se venerabauna imagen con la advocación de Santa María de la Armedilla. En 1147, los monjescistercienses del monasterio de Santa María, de Sacramenia (Segovia), construyeron unmonasterio sobre la cueva donde, según la tradición, se había aparecido Nuestra Señora.Allí estuvieron hasta una fecha indeterminada en que lo abandonaron, quedando unermitaño para guardar el lugar que era centro de peregrinaciones. Cuando todas estas tierraspasaron a formar parte del patrimonio del infante don Fernando de Antequera, concibióla idea de establecer en la ermita otro monasterio jerónimo, que se añadiría así a losde Corral Rubio y La Mejorada en cuyo nacimiento tan directamente había intervenidoo lo estaba haciendo. Para habitar el nuevo monasterio se llamó a los monjes de LaMejorada, que tomaron posesión en febrero de 1402. Tres años más tarde Benedicto XIIIconfirmó la erección del monasterio.Después de la desamortización de 1820-1823, regresaron los monjes, pero en 1835serían expulsados definitivamente. El monasterio fue comprado por los vecinos deCogeces y Aldeálbar y hoy es una vastísima ruina. Me parece que en la actualidad elmunicipio promueve su conservación.SANTA MARÍA DE FREX DEL VALCerca de Villatoro (Burgos) existía una ermita en la que, desde el tiempo de los godos,había recibido culto Nuestra Señora. Entre las ruinas, un pastor encontró una imagen de la14


Monasterio de San Jerónimo. Murcia.Virgen, que se llamó del Valle o del Val por el lugar de emplazamiento. Tras el hallazgo seextiende la devoción y la fama de los milagros que allí se hacían y se comienza a reedificarla ermita, a la que llaman de Frex del Val por la gran cantidad de fresnos que allí había. Ellugar pertenecía a D. Gómez Manrique, Adelantado Mayor de Castilla, en cuya familia seatribuyeron algunos hechos milagrosos a Nuestra Señora de Frax del Val, uno de ellos a élmismo, por lo que prometió luego hacerle a Nuestra Señora un monasterio donde de día y de nochefuese alabada. Pasó el Adelantado por Guadalupe donde, viendo la compostura y santidad deaquellos siervos primeros del Señor y sabiendo también cuanto favorecían los reyes y el infante DonFernando aquella orden, ofreció a fray Fernando Yáñez la ermita de Frex del Val para la talfundación. Aceptada la oferta, se comenzaron las gestiones para la fundación, pidiendo alpapa el necesario permiso. Entretanto fueron enviados allí cuatro monjes. Benedicto XIIIotorgó el permiso el 13 de marzo de 1404. En 1409 estaba muy adelantada la iglesia y casiterminado el claustro. Don Gómez Manrique y sus descendientes fueron perpetuos bienhechores.Lo visitó en diversas ocasiones Carlos V. Parece ser que pensó en Frex del Val parasu retiro, pero marchó a Yuste aconsejado por sus médicos.Durante la guerra de la Independencia fue saqueado el monasterio; la biblioteca sellevó a Francia y la iglesia quedó seriamente dañada. El decreto desamortizador de 1820afectó de lleno al monasterio, pero sus monjes volvieron a habitarlo en 1823. En 1835 fue15


desamortizado y en 1841 adquirido por unosvecinos de Burgos. En 1886, cuando el estadode ruina había avanzado, fue compradopor el pintor Francisco Jover, quien logródetener el proceso, al tiempo que reparabaalgunas zonas. Éste muere en 1890 y, porrazón de herencia, pasa la propiedad a la marquesade Villanueva y Geltrú y después almarqués de Marianao. Por muerte de éste, susherederos son los actuales propietarios. Fuedeclarado Monumento Nacional en 1931. En1966 apareció en la prensa: Se vende el monasteriode Frexdeval. Parece que no tuvo efecto.SAN JERÓNIMO DE VALPARAÍSOTorreón del Monasterio de Santa María de laEstrella en San Asensio (La Rioja).Situado en la Sierra de Córdoba, a unosocho kilómetros de la capital. Debe su origena fray Vasco Martínez de Sousa, discípulodirecto de Tomás Succio, en Italia, y uno delos primeros ermitaños que vinieron de allí;el “santo viejo”, como le llamaban sus discípulos.Inició su vida eremítica en Portugal, en la sierra de Sintra, en un lugar abrupto llamadoPeñalonga. Después de haber permanecido en ese estado de 1355 a 1387, enteradode las fundaciones jerónimas de Castilla y Aragón optó por el estado cenobítico. Pordistintas circunstancias, que no son del caso mencionar, y tras diversas vicisitudes, buscódonde establecer la vida jerónima en Andalucía. Presentados al obispo de Córdoba dosmonjes comisionados por fray Vasco, aquel les puso en contacto con doña Inés dePontevedra, señora de Chillón, madre de don Diego Fernández de Córdoba, Alcaide delos Donceles, quien desde entonces se constituyó en principal bienhechora del monasterio,cediendo terrenos, entre ellos la finca de Valparaíso, y proporcionando bienes y rentas.Los enviados volvieron a Peñalonga, informaron a fray Vasco, y un pequeño grupo setrasladó a Córdoba con el santo viejo al frente, entre los años 1405 y 1408. La vida ejemplarde estos monjes atrajo la admiración y cariño de la ciudad de Córdoba. Así mismofue muy favorecido de papas y reyes. Visitaron el monasterio Enrique IV, los ReyesCatólicos, Felipe II y Felipe IV.Con la invasión francesa (1808) y la exclaustración de 1820 el monasterio sufriógrandes destrozos. Por fin llegó la exclaustración de 1835, a raíz de la cual las fincas fue-16


on subastadas, si bien el edificio permaneció en propiedad del Estado hasta 1871, fechaen que pasó a manos particulares. Hoy es de los Marqueses del Mérito, que lo han restauradobastante.SANTA CATALINA DE MONTECORBÁNCerca de Santander, en una ermita llamada de Santa Catalina, vivían unos ermitañosque, invitados por el obispo de Burgos, don Juan Cabeza de Vaca, decidieron en 1407incorporarse a la Orden de San Jerónimo. Poco después, en 1411, hicieron otro tantounos ermitaños que se habían recogido en la ermita de Santa Marina de Don Ponce, cercade la de Santa Catalina, en la Isla de los Conejos. Erigiéronse, pues, ambas ermitas enmonasterios independientes por bula de Benedicto XIII. El Capítulo General de 1416,viendo la pobreza de entrambos y la proximidad de los mismos, ordenó que todos se juntaranen el de Santa Marina. Pero corriendo el tiempo, ante algunas dificultades originadaspor el sitio: aislados por el mar y desasosegados por el batir de las olas, que les impedíael rezo, regresaron a San Catalina, y el de Santa Marina quedó como ermita y granja.En julio de 1419, Martín V expedía una bula por la que Santa Marina quedaba sometidaa Montecorbán, lo que se hizo realidad en 1421.Montecorbán, del que dependían varios santuarios del contorno (Santa María deLatas, Ntra. Sra. de Muslera, San Cristóbal de Orejo...), pasó también por las desamortizacionesde 1810 y 1820. Incluso en 1834 se acuartelaron en él las tropas inglesas quehabían venido en auxilio de la reina. En 1835 tuvo lugar la definitiva desamortización. En1849 el obispo de Santander inició el proceso de rehabilitación con destino a seminario,cuya inauguración tuvo lugar en 1852. Actualmente sigue de Seminario diocesano.SAN JERÓNIMO DE YUSTEEn medio de la Vera de Plasencia, entre Garganta la Olla y Cuacos (Cáceres), la sierraarriba, junto al arroyo llamado Yuste, dos ermitaños procedentes de la ermita de SanCristóbal, de la ciudad de Plasencia, con deseo de vivir con más quietud y cumplir con loque Dios les inspiraba, se instalaron en la ermita del Salvador, que en aquel tiempo erade mucha veneración.. Pero muy pocos días después advirtieron no ser el sitio a propósitopara poner en ejecución sus deseos. Bajando la sierra pararon a descansar y vieron ytantearon bien aquel lugar... El sitio que les pareció más a propósito era de un hombrehonrado y devoto llamado Sancho Martín, vecino de Cuacos, que se lo dio con muchaliberalidad en agosto de 1402. Allí empezaron a edificar una pequeña ermita, dedicada aSan Pablo Ermitaño, y comenzaron a llamarse “ermitaños de la vida pobre”. Pronto se lesunieron varios compañeros. En 1407, a instancias del infante don Fernando, Regente de17


Fuente de Felipe II en el Monasterio de SantaMaría de la Estrella en San Asensio (La Rioja).Castilla, Benedicto XIII les dió licencia paraedificar monasterio, a la vez que les concedíaexención del pago de diezmos. Esto pusotirantez entre ellos y el obispo de Plasencia,don Vicente Arias de Balboa, que, todo hayque decirlo, en otras ocasiones había sido protectorde la Orden Jerónima. Claro que éstostodavía no eran jerónimos... También tuvieronalgún conflicto con los franciscanos...Entonces acuden de nuevo al infante y éste,tras diversos trámites y pidiendo la colaboraciónde Garci Álvarez de Toledo, señor deOropesa, piensan en hacerse jerónimos,tomando contacto con el prior de Guisando.El hecho es que el 25 de marzo de 1409 aquellosermitaños hacen profesión como monjesjerónimos y cambian el nombre y advocaciónde su ermita y monasterio, de San Pablo Ermitañoa San Jerónimo de Yuste. Más tarde,en el primer Capítulo General (1415), encontródificultades para ser admitido a la unión dela Orden pues su extremada pobreza les parecía insalvable dificultad para que allí se cumplieranlas exigencias que el culto divino, la regla y las constituciones hacían menester. Noobstante se logró superarlas gracias a la munificencia del mismo Garci Álvarez de Toledo,quien edificó parte del monasterio y lo dotó largamente.Este monasterio debe su fama principalmente a que en él se retiró el EmperadorCarlos V, desde su abdicación (3 febrero 1557) hasta su muerte (21 septiembre 1558). Allíestuvo enterrado hasta su traslado a El Escorial en 1574.En agosto de 1809, los soldados franceses, en venganza por el asesinato de algunos delos suyos, incendiaron el monasterio del que se salvó la iglesia y algunas celdas del claustroprincipal. Pasada la turbulencia regresó la comunidad, pero en 1820 se decretó otra vez laexpulsión. Vuelven en 1823 y allí permanecen hasta la fatídica fecha de 1835. En 1838 pasaa propiedad particular, y la iglesia se convierte en industria de gusanos de seda. Hacia 1860lo adquiere el duque de Bailén y marqués de Mirabel, quien de 1898 a 1917 cede la casa alos Terciarios Capuchinos, para lo que fue menester hacer importantes obras de restauracióny acoplamiento. En 1941 los marqueses hacen donación al Estado, que emprende lasobras de restauración. Éstas culminan en 1958, año en que retornamos los monjes jerónimos.Fue declarado Monumento Nacional el 3 de junio de 1931.18


Celebración y LiturgiaPIADOSAS CONSIDERACIONESEN TORNO A LAS “HORAS CANÓNICAS”Fr. Ignacio de Madrid, OSHMonasterio Santa María del ParralSegoviaPensando sobre el tema a tratar hoy en esta sección de “Celebración y Liturgia”, vinoa nuestras manos un sustancioso libro sobre lo que hoy llamaríamos teología espiritual, deun escritor jerónimo, fray Lorenzo Martín Jordán, monje del monasterio de Ntra. Sra. dela Murta, en Alzira (Valencia), cuyo título nos señala bien su contenido: Theorica de lastres vias de la vida espiritual: purgativa, iluminativa y unitiva, y práctica dellas en la oraciónMental, y Vocal, y Horas Canónicas. Recopilada de la doctrina de santos y varones espirituales,que destas materias tratan (Segorbe, 1633). Nos hemos detenido en el capítulo I delTratado XI, y nos ha parecido muy sugestivo. Dejemos que nos hable hoy a nosotros.Mucho agrada a Dios nuestro Señor el canto de los salmos y otras alabanzas en el Oficio Divino.Cosa ciertísima y averiguada es que lo mejor de las Religiones es lo que pertenece a la vidacontemplativa, y de éstas, lo que toca a las divinas alabanzas. De donde vino San Agustín adecir en su libro de “La Ciudad de Dios”, que no es otro el fin y el blanco de los ejercicios del cielo,que alabar y bendecir al Creador. Y San Bernardo, que ninguna cosa en la tierra representa másal vivo el estado de los bienaventurados que la alegría santa de los que se ocupan en las alabanzasdivinas. Y el profeta David dijo que era bienaventuranza de los santos ocuparse siempre eneste alto ejercicio (Sal 83,5). Al fin es ocupación de ángeles la de los religiosos y eclesiásticos en elCoro, y a los que con devoción y espíritu cantan en él asisten ellos, y les hacen compañía, y mezclaninvisiblemente sus voces con las de ellos, como lo advirtió el mismo San Bernardo, sobreaquel verso del salmo: “Previnieron los príncipes, juntándose los que cantaban salmos en mediode las doncellitas tañedoras” (Sal 67,26). Y así corrámonos [avergoncémonos] mucho los religiososde ver que los santos ángeles, que son nuestros Príncipes, nos estén esperando en el Coropara acompañarnos en las divinas alabanzas, y que nosotros, o nos quedemos en nuestras camillascon [por] pequeñas ocasiones, o no vengamos con grande alegría y aprisa para ganarles -como dicen- por la mano.Cosa admirable por cierto que, apenas se ha tocado la campana a Maitines, o Sexta, u otrade las Horas, cuando se descuelgan los ángeles y serafines de los altos cielos, para nuestros Coros,19


a cantar con nosotros, con una santa emulación y competencia, de que nunca seamos los primeros.(Con que prisa nos habíamos de levantar a Maitines, y con que devoción habíamos de acudira la iglesia, para gozar allí de la presencia de Dios y de la compañía de los ángeles! Veríamossin duda en espíritu, como otro Jacob, entre sueños, una escalera del Coro al cielo llena de angélicosespíritus, que suben a Dios, que está en el remate de ella, con nuestras oraciones, y bajan cargadosde misericordias de él para nosotros.El servicio más acepto que podemos hacer a Dios, y de que él más se honra, es este de la divinasalabanzas, como él mismo lo dice: “Sacrificium laudis honorificabit me. Et inmola Deo sacrificiumlaudis, et redde Altissimo vota tua” [=El que ofrece sacrificios de acción de gracias meda gloria... Ofrece a Dios sacrificio de acción de gracias, cumple tus votos al Altísimo](Sal 49, 23. 14). San Juan compara las oraciones de los santos a las vihuelas bien templadas y alas cazoletas de varios olores hechas (Apoc 14,2; 5,8), significando la buena gana con que Dioslas oye y recibe. El Esposo, hablando con la Iglesia su Esposa, le dice: “Muestrame tu rostro ysuene tu voz en mis oídos, que tu voz es dulce, y tu rostro lleno de hermosura” (Cant 2,14). Y enotra parte: “La que moras en los huertos (esto es, la que asistes en los lugares de la oración) miraque los amigos ángeles están atentos y escuchando, hazme que oiga tu voz” (8,13). Parece que nole agradan al divino Esposo tanto las voces de los ángeles como la de los hombres, pues los trae desu corte soberana, a las Iglesias y Coros, para que oigan como canta su Esposa.Lo que es ciertísimo, que siempre le ha sido y es a Dios muy acepto, decirle y cantarle alabanzas,por ser acto de religión, y el oficio de esta virtud es honrar y reverenciar a Dios, como asupremo Autor y principio de todo bien. Por esto el apóstol San Pablo nos encomienda este angélicoejercicio en dos de sus epístolas (Ef 3,4 y Col 3,16). El rey David, varón hecho según el corazónde Dios, compuso mucho salmos e instituyó coro y capilla de cuatro mil cantores que, cantandosus salmos, alabasen y bendijesen al Señor (I Cron 23,5); y él exhorta a hacer lo mismo,con todos los instrumentos de música (Sal 150). Ana, Débora, Isaías, Ezequías y otras santosprofetas y amigos de Dios le cantaron cánticos de alabanzas. Los ángeles hicieron lo mismo en elNacimiento de Cristo nuestro Señor (Luc 2,3). Y el mismo Señor aceptó el cántico que le cantabanlos niños el día de Ramos (Mat 21,9). Y aún él hizo lo mismo la noche de su Pasión, cantandoun himno con sus discípulos antes de levantarse de la Cena (Mat 26,30). Y en el cielo nose hace otra cosa, como lo dice San Juan, sino cantarle alabanzas, diciéndole: “Santo, Santo,Santo eres Dios de los ejércitos” (Apoc 4,8).La Iglesia católica, por todo esto, y por honrar el Santísimo Sacramento (como dice SantaBrígida en una de sus revelaciones) y pagarle en parte al Señor, que por nuestro amor en él está(el cual es el mismo Dios que nos creó y redimió) la compañía que en él nos hace, ordenó que hayaciertas personas dedicadas y obligadas a cantar cada día ciertas alabanzas compuestas de salmos,himnos, antífonas y oraciones. Las cuales alabanzas unas veces se llaman Oficio Divino, porqueen ellas se halla todo lo que debemos hacer con Dios, que es ofrecerle oraciones y decirle alaban-20


zas, que es el propio oficio de los cristianos. Otrasveces se llaman Horas Canónicas, que quieredecir horas reguladas y ordenadas según los cánonesy reglas de la Iglesia, para que se digan y cantena ciertas horas determinadas del día.Estas alabanzas y Horas canónicas sonsiete: Vísperas, Completas, Maitines, Prima,Tercia, Sexta y Nona [entiéndase que Laudesiba unido a Maitines, y que Prima fue de instituciónmonacal...]. Y estos nombres se tomaronde los tiempos y horas en las cuales se cantan cadadía, según la partición que los antiguos hicierondel día...Esta partición y orden de las Horas canónicasestá fundada en el Viejo y Nuevo Testamento.David siete veces al día alababa a Dios (Sal 118,164). De Maitines dice: “Levantábame a medianoche a alabaros, Señor” (118, 62). Y en otraMonasterio de San Jerónimo. Córdoba. parte: “En la mañana meditaré en tí” (62,7). DePrima [Laudes], Tercia, Sexta y Nona declara elVenerable Beda aquello de Edras: Cuatro vecesalababan y adoraban a su Dios y Señor (2 Esd. [Ne.] 9,3). De las Vísperas dice David:“Elevatio manuum mearum sacrificium vespertinum” (Sal 140,2). Y cuando él mismo dice:“Vespere, et mane, et meridie narrabo nomen tuum” (Sal 54,18) se entiende de Completas, conlas demás horas del día, según aquella división de Daniel: En tres diferentes tiempos del día hincabalas rodillas y decía alabanzas en la presencia de Dios (6,10).También en el Nuevo Testamento se hace mención de estas Horas. Así Cristo nuestro Señor,no solamente a media noche (que es la hora de Maitines) mas toda la noche pasaba en oración(Luc 6,12). San Pablo y Silas, estando presos, a media noche oraban y alababan al Señor (Act16, 25). Los Apóstoles a hora de Tercia, estando en oración, recibieron el Espíritu Santo (Act 2,4). San Pedro a hora de Sexta hacía oración (Act 10, 9). San Juan, y el mismo San Pedro, subíanal templo a la hora de oración de Nona (Act 3, 1).Este maravilloso artificio de que las Horas canónicas no sean más de siete, confirman losDoctores que tratan este asunto con muchas razones. La principal es porque en todas las obrasque Dios obró por el hombre, las que más nos descubren su inmenso amor, más suspenden nuestrosánimos y más inflaman nuestra voluntad en su servicio son aquellas que hizo en los mismostiempos y horas del día, que se dicen las Horas canónicas.21


Seminario Monte Corban. Claustro Renacentista, siglo XVI.Y así, para que de día y de noche tuviésemos quien nos despertase a la memoria y consideraciónde estas obras, y a honrar y reverenciar a Dios Omnipotente, autor de ellas, instituyó laIglesia las siete Horas canónicas, y les señalos sus tiempos diputados.Por ser número de siete dio a entender la obligación que tenemos de loar siempre a Dios, losque con particular oficio estamos a esto dedicados. Y ya que nuestra flaqueza no lo sufre, se suplacon este número, que lo abraza todo, no sólo todo el tiempo que se revuelve por sietes, en sus edadesy días, sino porque también envuelve todos nuestros defectos, que aun de los justos del ViejoTestamento, y en los que en el Nuevo no han llegado a tanta perfección, por su culpa, como la leyde Gracia promete, se dice que caen siete veces al día (Prov 24,16), que quiere decir muchas veces.Y los favores y dones del Espíritu Santo se comprehenden (aunque son infinitos) debajo de estenúmero: y sin esto, porque todas estas siete horas tienen grandes privilegios y excelencias de Dios,entre la otras del día, que importa mucho conocerlas y mirarlas para agradecerlas y mejorar ensu consideración el alma.Y así, en los capítulos que se siguen, se pondrán consideraciones muy provechosas para cadauna de estas siete Horas canónicas, para que el alma tenga bien en qué ocuparse cuando las digao cante.¿Verdad que ha merecido la pena escucharle y sus consideraciones nos pueden ayudara desarrollar mejor este cometido de cristianos?22


Orar con los salmosSALMO 5Sor Pilar Fernández, OSHMonasterio Ntra. Sra de los ÁngelesConstantina (Sevilla)Señor, escucha mis palabras,atiende a mis gemidos,haz caso de mis gritos de auxilio,Rey mío y Dios mío.A ti te suplico, Señor;por la mañana escucharás mi voz,por la mañana te expongo mi causa,y me quedo aguardando.Tu no eres un Dios que ame la maldad,ni el malvado es tu huésped,ni el arrogante se mantiene en tu presencia.Detestas a los malhechores, destruyes a los mentirosos;al hombre sanguinario y traicionero lo aborrece el Señor.Pero yo, por tu gran bondad, entraré en tu casa,me postraré ante tu templo santo con toda reverencia.Señor, Guíame con tu justicia, porque tengo enemigos;alláname tus caminos.Trátalos, Señor, como culpables, haz que fracasen sus intrigas; arrójalospor el exceso de sus crímenes, por rebelarse contra ti.En su boca no hay sinceridad, su corazón es perverso;su garganta es un sepulcro abierto, mientras halagan con la lengua.Que se alegren los que se acogen a ti, con júbilo eterno;protégelos, para que se llenen de gozo los que aman tu nombreporque tú, Señor, bendices al justo,y como un escudo lo rodea tu favor.23


Es un salmo de súplica individual con elementos de confianza. Está lleno de motivos ysentimientos expresados de forma vehemente, y no se descubre del todo la fuerza que encierrahasta que se hace una lectura reposada y orante del mismo. El último verso nos puede servirde síntesis y de conclusión: Dios bendice a los justos y los defiende de todos los peligros.Comienza con una invocación insistente en la que llama la atención los numerososimperativos que utiliza. Invoca el nombre de Dios, en este caso Rey mío y Dios mío (v.3),subrayando la majestad de Dios y al mismo tiempo su cercanía e intimidad con el salmista.Una muestra de la confianza que pone en Dios y del profundo conocimiento quetiene de Él, es la actitud que expresa en el v.4: ...por la mañana te expongo mi causa y mequedo aguardando. Aunque ha experimentado qué insondables son las decisiones del Señor yqué irrastreables sus caminos, sabe también que no quedará sin respuesta su oración.Estamos en un contexto judicial: el salmista expone su causa ante el Señor que, comoRey, es también juez, y se queda a la espera de la sentencia. Está persuadido de que, frenteal enemigo al que apenas puede resistir, su salvación es acudir a Dios con toda la intensidadde su súplica.Así es la oración del creyente, en espíritu y verdad. Está lejos de ser una fórmula rutinariacon la que se cumple o se busca que Dios saque del apuro. Es todo el ser el que secompromete en la palabra de fe que habla con Dios.Y a la intensidad se añade la perseverancia. El justo acude a Dios desde el amanecer,hace del Señor su refugio permanente, no es un hecho puntual sino la vida misma quetrata de vivirse en comunión con el Dios que ya nos formó en el vientre materno.El cuerpo del salmo (vv. 5-13) desarrolla una doble oposición: el malhechor no gozade la intimidad de Dios y el justo sí; el malhechor fracasa en sus planes porque se rebelacontra Dios y el justo, en cambio, experimenta la protección divina porque ama su nombre(v.12).Llegados a este punto, surgen en nuestro interior, preguntas y sentimientos aparentementecontradictorios: Tú no eres un Dios que ame la maldad nos dice, y es cierto. Tú detestas...,destruyes...,y aborreces a los malvados. Y sin embargo, sabemos por la Escritura, y pornuestra propia experiencia de pecadores, que no odias nada de lo que has hecho, que no quieresla muerte del pecador, sino que se convierta de su conducta y que viva, que has venido a buscary salvar lo que estaba perdido, a los pecadores, no a los justos que no necesitan convertirse.Desde la fe en Jesucristo, el salmo da un salto impresionante. Frente al Dios que castigay destruye se nos muestra al Padre que espera siempre la vuelta del hijo. Entonces,¿hay en Dios algún tipo de connivencia con el mal? No, pero el ver que muchas vecestriunfan a nuestro alrededor la arrogancia, la soberbia, la mentira, la traición, la violencia...nos desconcierta, como le sucede al salmista.24


Puede suceder, en efecto, que éstos triunfen momentáneamente, pero quien se sirvede estas armas está construyendo su propia perdición, porque atentar contra el ordenestablecido por Dios -el orden del amor como principio unificador de la existencia- equivalea destruir el profundo dinamismo de su ser íntimo. En el misterio de la libertadhumana, ellos mismos se alejan de Dios.El justo, en cambio, nos dice el salmo, entra en la casa de Dios, privilegio negado a losimpíos (v. 5). Es un don gratuito de Dios. Entra en el santuario de la intimidad con Dios,no con arrogancia, sino con el humilde reconocimiento de la gran bondad de Dios: por tugran bondad.El cristiano sabe que no tiene necesidad de desplazarse ya a un lugar edificado porlos hombres para entrar en la intimidad de Dios. Sabe que Él está en todas partes y queel templo de Dios es el universo entero: El Señor está en su templo santo, el Señor tiene sumorada en el cielo (Sal 10,4). Pero todavía hay más, porque el mismo Cristo ha sido másexplícito: El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará y vendremos a él y haremosmorada en él ( Jn 14, 23). Y San Pablo dirá: Vosotros sois templo del Dios vivo (2Cor 6,16).Señor, guíame con tu justicia (v.9). La intimidad con Dios no se comprende sino parallevar una vida según Dios. Mirar, valorar, usar las cosas según Dios, que es el único queda sentido verdadero a la realidad. Pide el salmista no ser engañado por criterios aparentementehonestos pero que no corresponden al querer de Dios.Los vv. 10-13 son un análisis de la maldad del impío, que podría sintetizarse en dosfrases: su corazón es perverso y se rebela contra ti. Va hasta el fondo de las cosas hasta llegaral responsable último de las acciones del hombre: el corazón, de donde salen los malos pensamientos... Eso es lo que mancha el corazón del hombre (Mt 15, 19-20).Cuando el salmista pide al Señor que castigue o haga fracasar a los pecadores, másque una oración es una constatación. Propiamente hablando, Dios no castiga ni hace fracasar.El castigo del pecado es el pecado mismo, que es ya de por sí un fracaso trascendentaldel ser del hombre. Al ponerse en contradicción con la verdad establecida por elcreador se pone en contradicción consigo mismo, criatura de Dios.El salmo va pasando de la tristeza al gozo por la oración. Y esta alegría nace de laseguridad de estar protegidos por el favor de Dios. Como dice San Pablo: Si Dios está afavor nuestro, ¿quién estará contra nosotros? (Rm 8, 31).Esta es la oración humilde, la búsqueda sincera de los que aman a Dios, de los quese acogen a Él, de los que en oración confiada y perseverante pedimos ser guiados en lajusticia de Dios.25


El rincón del poetaANTELAIMAGENDELAMADONNA DE BRUJAS[Cf. foto de la contraportada]Fr. Andrés Gª Torralvo, OSHMonasterio Santa María del ParralSegoviaNo somos, los monjes Jerónimos del Parral, muy dados a ornamentar los espacios comunes.Nuestros claustros, aparecen en una austera desnudez no exenta de belleza. Tan sólo diríamosque se hace una excepción –como no- con la imagen de la Virgen María, Madre de Diosy Nuestra Madre.Por supuesto, tanto la Iglesia como el oratorio, cuentan con sendas imágenes de laSeñora. La primera una gran talla sedente de la Virgen bajo la advocación de la Paz- siempretan actual- y en el oratorio, donde día y noche ejercemos nuestro oficio de orar por, con, en ypara la Iglesia, lo hacemos ante la pequeña imagen de la Virgen del Parral que tantos siglosha escuchado las plegarias de los monjes y antes de ellos del pueblo segoviano, nobles y plebeyos.En el exterior, en una hornacina por encima de la puerta de entrada al Monasterio, unapequeña imagen en piedra de la Virgen con un libro. En una esquina del claustro, ante lassepulturas de los hermanos difuntos, una bellísima imagen gótica en piedra de María queestuvo instalada en el parteluz de la entrada principal de la Iglesia y a la que una mala manoderribó de su sitio en una revuelta acaecida en tiempos de Felipe II. Un cuadro de la Virgende la Paloma en una de las escaleras de acceso al claustro superior, un bajo relieve de piedrade medio cuerpo con María y el niño, en la otra escalera. Otro relieve en piedra situado en lapared de la huerta, donde habitualmente tenemos los recreos en verano. En total siete, contandolas de las iglesias. Coincidiréis conmigo que no son muchas para el edificio inmensoque nos alberga.A éstas ha venido a sumarse un vaciado de la Madona de Brujas que un buen amigo,Antonio Horcajo, ha tenido a bien donarnos. Andaba perdida por la academia de SanFernando, quizás realizada por algún alumno como ejercicio de prácticas y él que tanto y tanbien nos quiere, la ha conseguido y ha tenido a bien donarla para el Monasterio.Se ha situado en el atrio de entrada. El atrio del “¡OH!” le llamo yo. Ya que es habitualque aquel que entra por primera vez, inevitablemente, lance esta exclamación ante la bellezadel paisaje que desde entre sus arcos se divisa: Como emergiendo del estanque, coloreado poruna multitud de pececillos, que se animan con el continuo sonido del agua que constante-26


mente fluye de la boca de un león coronado: ¡El Alcázar.! Y avanzando por el borde llegas adivisar las torres de San Esteban, la Dama y el tejadillo de San Andrés. ¡Extasiante!Allí, al fondo de ese atrio, como recibiendo a todos los visitante se ha instalado la copiade esta Madona llevada a Brujas en el año 1505. Tratándose de una obra de Miguel Ángel,sobra elogiar toda su belleza. Él, que de tantos talentos estaba dotado, era el de escultor, elúnico que consideraba como legitimo para definirse, conocerse y que lo reconocieran comoartista. En unos versos de juventud dejó dicho: “Nada puede el artista concebir –ni puede la menteimaginar- que en un mármol no lo pueda inscribir – la mano que obedece su pensar”. Así pues, sinpalabras, sin música, solo con la dura piedra, un escoplo y cincel nos transmite toda la bellezaque sabía captar y deja eternizado algo importante de nuestra existencia; los sentimientosprofundos de la humanidad.En la obra que nos ocupa vemos la vida humana que comienza. El infante se apoya enel regazo de la mujer, siempre joven, entrelazando una de sus manos, mientras que con la otrasostiene un libro. Tal es la dignidad y fortaleza que desprende la Virgen de Brujas que se dicede ella que son “sentimientos viriles” los que manifiesta en sus facciones. Es la misma fisonomíaque reaparece en el grupo de la Piedad del Vaticano. Es la misma doncella, con idénticatoca en la cabeza, túnica y manto. Pero aquí no mira al Hijo muerto, sino a aquellos que seacercan con plegarias.En un acto sencillo y elocuente, Antonio Horcajo reunió el día 29 de julio a toda sufamilia, esposa, hijos, nueras y nietos. Sus palabras cortas y precisas brindaron a su familia enla imagen de la Madona situada aquí en esta casa de oración, un referente para todos losmomentos de sus vidas.Al inicio del curso, los versos finales son mi deseo para todos los que recibís ClaustroJerónimo, ya que de alguna manera se puede decir que entráis en este claustro. Que María giresus ojos hacia vosotros y todo lo que os rodea. Que recordéis que ella os muestra al Hijo y nosda el Libro de la Vida que nos lo hace descubrir.¿Fue el escoplo, y el cortante cincellos que sacaron del mármol tu figura?¿O fue pluma de ángel, con finurala que esculpió tu imagen cual pincel?Sedente, eres trono en que reclinasu leve peso el Encarnado Verbo.A sus manos te enlazas cual acervoal tiempo que insinúas su doctrina.Infundes fortaleza al que te miracolmándolo de amor con tu mirada,y baja sobre él gracia en cascada.Al que entra en este claustro, giraesos tus ojos, mujer de Dios granada,y muéstrale de la gloria la calzada.27


Nuestros MonasteriosMONASTERIO CORPUS CHRISTI(Carboneras)Pl. Conde de Miranda, 3. Tel. 91 548 37 01. 28005 MadridProfesas solemnes: 10Actividad: ReposteríaMONASTERIO DE SAN PABLOTravesía de San Pablo, 1.Teléf. 925 22 40 4245002 ToledoProfesas solemnes: 17Novicias: 2Actividad: Taller de costura ytaller litúrgico.28


SI DESEAS INFORMACIÓN VOCACIONAL PONTE EN CONTACTO CON:Noviciado Orden de San Jerónimo. Monasterio de Santa María del Parral - 40003 SegoviaTeléf. 921 43 12 98 • E-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.es

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