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Los ArapilesAtardecer <strong>en</strong> la ermita de Nuestra Señora de la Peña, Calvarrasa de Arriba.Abajo, paneles informativos <strong>en</strong> el teso de S. Miguel; al fondo, los dos Arapiles.Todo sucedió <strong>en</strong> el marco de la llamadaGuerra P<strong>en</strong>insular (1808-1814) –“de laIndep<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia” para nosotros-, <strong>en</strong> la queFrancia y Gran Bretaña dirimían sus cuitasy ansias de dominio al tiempo que Españay Portugal def<strong>en</strong>dían su libertad anteel invasor francés. Al mando de las tropasaliadas –británicos, portugueses, españoles…-se <strong>en</strong>contraba el siempre dubitativoArthur Wellesley, lord Wellington; al fr<strong>en</strong>tede las francesas, el mariscal francés AugustMarmont. Tomada la decisión por elinglés de pasar a la acción, cruza el ríoÁgueda el 13 de junio, toma Salamancados semanas después e inicia una marchade persecución, de ida y vuelta, tras elejército francés que se había dirigido alrío Duero, llegando de nuevo al Tormesel 21 de julio. Bajo un fuerte aguacero losaliados pasan la noche <strong>en</strong> los alrededoresde la capital salmantina, mi<strong>en</strong>tras que losnapoleónicos lo hac<strong>en</strong> <strong>en</strong> los de Huertasy Encinas de Abajo. Al amanecer del díasigui<strong>en</strong>te continúan con su marcha <strong>en</strong>paralelo salpicada con pequeñas escaramuzas;sin saberlo, se dirig<strong>en</strong> al definitivo<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro <strong>en</strong> la ondulada planicie de LosArapiles, cuyo promontorio más elevadoes tomado por el francés, ocupando elm<strong>en</strong>or los aliados.Las alturas del sierro,“Peñasagudas” bi<strong>en</strong> cercael teso de la “Cabaña”,también el de la “Cuquera”,las peñas del “Castillejo”que ti<strong>en</strong><strong>en</strong> bu<strong>en</strong>a def<strong>en</strong>sapasaron a la “Atalaya”de Mirandilla, bi<strong>en</strong> cercacolocaron los cañoneshora de las dos y media(Copla del Tío Pascualón)Eran pues las dos y media de un caniculardía de pl<strong>en</strong>o estío cuando la granbatalla se inició y que hasta que la luzdel sol declinó, se prolongó. Ci<strong>en</strong> milhombres se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taron, más de 10.000fallecieron o fueron heridos.Subido al Grande Arapil, s<strong>en</strong>tado <strong>en</strong> lagrada del obelisco que recuerda tan históricoavatar, int<strong>en</strong>to hacer mía la historiamirando por <strong>en</strong>cima de los surcos abiertos<strong>en</strong> un campo <strong>en</strong> el que el valor tuvo suasi<strong>en</strong>to. Enfr<strong>en</strong>te, al alcance de la vista,el puesto de mando <strong>en</strong>emigo a cuyas decisionesdebo anticiparme. Abajo, tronarde cañones, olor de pólvora, jinetes al galope,cruzar de sables, gritos <strong>en</strong>ardeci<strong>en</strong>doal combate, ayes lastimeros, estertoresúltimos…; quiero <strong>en</strong>tonces advertir, parar,hacer ver… pero nada veo, sino lapaz de un campo laboreado; pero nadaescucho, sino el quedo sonido del campoGrabado iluminado “Batalla de Salamanca”, de W. Heath/Clarke.El Arapil Grande con el monolito <strong>en</strong> la cima.abierto; pero nada si<strong>en</strong>to, sino la inm<strong>en</strong>sapaz que agradezco a los que por ellamurieron; pero nada sufro, sino al propiohombre queri<strong>en</strong>do romper el regalode la armonía. Y esta es la disyuntiva <strong>en</strong>la que se mueve el género humano: pazo guerra, aunque para conseguir la primerasea necesaria, desgraciadam<strong>en</strong>te,no olvidar la segunda.No pudiéndose ret<strong>en</strong>er lo que es fugaz,bi<strong>en</strong> se optó por respetar el esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong>el que tuvo lugar la batalla al que, juntoa las ya citadas, se asoman y circundan,con las <strong>en</strong>cinas tronchadas y cundida latierra de caballos y hombres muertos –al decir del tío Pascualón-, <strong>en</strong> éste quevivimos tan sólo sopla el vi<strong>en</strong>to sobre loque hoy es <strong>en</strong>orme monum<strong>en</strong>to funerarioabierto a todos los los cielos, punto de<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro para estudiosos de la historiamilitar y lugar de meditación sobre la, aveces, triste condición humana.Mi<strong>en</strong>tras tanto, los días pasan por el SitioHistórico del Campo de Los Arapiles,al pie de cuyas laderas discurr<strong>en</strong> <strong>en</strong>paz los peregrinos; unos, hacia el sur, seEran las dos y media de uncanicular día cuando ci<strong>en</strong> milhombres se <strong>en</strong>fr<strong>en</strong>taronel patronazgo de España, como fueraconfirmado por las Cortes de Cádiz,precisam<strong>en</strong>te y también <strong>en</strong> el año 1812.Los Arapiles, <strong>en</strong> fin, un año, un campode batalla y dos caminos a recordar. A lahora de las dos y media. Muerte y vida,guerra y paz.como <strong>en</strong>tre bambalinas, las poblacionesdirig<strong>en</strong> hacia el sueño eterno de Teresa,de Miranda de Azán, Las Torres, SantaMarta, Carbajosa de la Sagrada y Terradillos.Y si <strong>en</strong> aquél tiempo “las balasiban rasas y las granadas con ellas” nodejando tomillos ni tampoco carrasqueras,la santa andariega nacida <strong>en</strong> Alba trasla muerte; otros, hacia el norte, por elotro extremo y algo más lejano marchana la llamada de Santiago, el apóstol conel que la carmelita reformadora comparteFrancisco Morales es coronel (R)del Ejército del Aire, lic<strong>en</strong>ciado y Premio deGrado <strong>en</strong> Historia del Arte, y miembro delC<strong>en</strong>tro de Estudios Salmantinos.07


En los accesos reci<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tese han acondicionadoaquí y allá pequeñosaparcami<strong>en</strong>tos para noperturbar el goce de qui<strong>en</strong>llega ávido de respirar tranquilidady armonía. Deambularpor sus calles es unabúsqueda s<strong>en</strong>sorial, destinadaal disfrute y la contemplaciónde una villa histórica<strong>en</strong> la que re<strong>en</strong>contrarse pausadam<strong>en</strong>tecon la paz de suscalles y una insinuante invitacióna la ser<strong>en</strong>idad interior.Entre las diversas formas de ad<strong>en</strong>trarse<strong>en</strong> la provincia de Salamancapara conocer sus tierrasy sus g<strong>en</strong>tes quizá ninguna resulte mássuger<strong>en</strong>te que el recorrido por los conjuntoshistóricos. Son doce núcleos urbanosdistintos y complem<strong>en</strong>tarios, queinstruy<strong>en</strong> a los viajeros <strong>en</strong> el arte de interpretarlo que a su paso <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran.Eso sí, todos ellos rever<strong>en</strong>cian al principal,la ciudad de Salamanca, que porsu categoría ost<strong>en</strong>ta el rango de ciudadPatrimonio de la Humanidad.La altiva Ledesma es uno de estos municipioselegidos. Alzada sobre un promontorio,gobierna un paisaje de peñas graníticasa orillas del río Tormes. Desde esaPalacio de la familia López Chaves. Página anterior: acceso al casco antiguo desde el aparcami<strong>en</strong>to de El Castillo.atalaya, la villa también se revela como solemne de siglos de historia ha surgidobi<strong>en</strong>hechora de los <strong>en</strong>cinares próximos, un nuevo esc<strong>en</strong>ario <strong>en</strong> el que palacios yque se propagan hasta <strong>en</strong>señorearse de vivi<strong>en</strong>das han sido vestidos de gala, conuna parte importante de la provincia. una nueva piel para mirar de fr<strong>en</strong>te a lamodernidad. Es la nueva Ledesma, la delSu conjunto histórico se perfila como un patrimonio y la emoción, la de la experi<strong>en</strong>ciay el futuro.rincón <strong>en</strong> el tiempo, ceñido por la conflu<strong>en</strong>ciade vías de trazado antiguo queacudían hasta él para sortear y vadear elTormes. Río y caminos se abrazan a lacolina, hasta el punto de determinar suestructura de def<strong>en</strong>sa y condicionar elas<strong>en</strong>tami<strong>en</strong>to de los primeros pobladores.Felizm<strong>en</strong>te para propios y visitantes, laseñorial dama ha abandonado sus viejosropajes medievales anclados <strong>en</strong> el tiempoy ha asistido a un vigoroso proceso der<strong>en</strong>ovación urbana. Sobre una atmósferaLedesmaEs la nueva Ledesma, ladel patrimonio y la emoción,la de la experi<strong>en</strong>cia y el futuroDurante el recorrido, la miradadel visitante no se verá perturbadapor canalones, bajantes,cables, aparatos de climatizacióno rótulos comerciales; todo aparece tocado poruna mano melodiosa que los ha ord<strong>en</strong>ado a su gustoy antojo, sin que alter<strong>en</strong> una esc<strong>en</strong>a que resulta cautivadora,buscando la belleza del paisaje urbano. Sereconfortará descubri<strong>en</strong>do cómo se armonizan calles,espacios libres y jardines, y prestando especial at<strong>en</strong>cióna los muros, perfiles, movimi<strong>en</strong>tos y <strong>en</strong>crucijadas.Después le cu<strong>en</strong>tan que la implicación de los vecinosy el s<strong>en</strong>tido de pert<strong>en</strong><strong>en</strong>cia de la ciudadanía han obradoel milagro. El cambio de lo subjetivo a lo colectivo,vivir con la s<strong>en</strong>sación de compartir han sidoSubida al adarve desde el patio de armas de la Fortaleza.Arriba: casa de San Nicolás y calle Paños (Foto Agustín F. Albalá).1415


Arribes y SierrasEl nuevo aceite* Por José Luis YusteAceite de oliva virg<strong>en</strong> extra salmantino,sinónimo de calidad (Foto Santiago Santos).Asomada al Mediterráneo, nopodía ser de otra manera. España,como el resto de paísesque perfilan el Mare Nostrum, verdearíasus aguas si <strong>en</strong> ellas reflejase el color desus olivos. Desde el pórtico levantino lasmanchas de olivares se ext<strong>en</strong>dieron alresto de las tierras p<strong>en</strong>insulares, incluidoslos valles meridionales de la mesetacastellana. Y si este árbol c<strong>en</strong>t<strong>en</strong>arioconquistó el paisaje, el zumo de su frutose convierte <strong>en</strong> ingredi<strong>en</strong>te rey de ladieta y unción <strong>en</strong> la despedida final. Entresus múltiples aplicaciones, el versátilaceite también es luz, como sucede <strong>en</strong>la localidad salmantina de Miranda delCastañar cuando, <strong>en</strong> la noche de cada7 de septiembre, la Virg<strong>en</strong> de la Cuestarecorre <strong>en</strong>tre candiles y faroles el caminoque separa su ermita de la iglesia.Precisam<strong>en</strong>te, esta villa condal está <strong>en</strong>clavada<strong>en</strong> una de las dos comarcas olivarerasque acoge la provincia de Salamanca,<strong>en</strong> concreto las Sierras de Francia yBéjar, reconocidas como Reserva de laBiosfera por la UNESCO. La otra sonLas Arribes, <strong>en</strong> los límites con el vecinoPortugal y con declaración de ParqueNatural. Cada una de ellas pres<strong>en</strong>taAceitunas de la variedad Manzanilla Cacereña(Foto José A. Sánchez).personalidad paisajística propia y ambaspued<strong>en</strong> presumir de aportar indudablesargum<strong>en</strong>tos <strong>en</strong> torno a la nueva culturadel aceite y el oleoturismo.Salamanca, con seis almazaras ubicadas<strong>en</strong> Ahigal de los Aceiteros -etiqueta deecológica-, Aldeadávila de la Ribera yVillarino <strong>en</strong> Las Arribes, Garcibuey, Lagunillay Sotoserrano, <strong>en</strong> las Sierras, haapostado decididam<strong>en</strong>te por la calidadde su aceite virg<strong>en</strong> extra. Y, junto a ello,<strong>en</strong>arbola la bandera la def<strong>en</strong>sa de unpaisaje, una biodiversidad y una formade vida, al tiempo que evita la cond<strong>en</strong>ade ese árbol de estética caprichosa ylongevidad desafiante.Se muestran aquí los olivares, por lo g<strong>en</strong>eral,<strong>en</strong> parcelas aterrazadas, ganadasdesde tiempos remotos a base de esfuerzoy tesón por qui<strong>en</strong>es se empeñaron <strong>en</strong>hacer cultivables aquellas laderas al abrigode vi<strong>en</strong>tos insanos. Es peculiaridad19


Labranza del olivar. Derecha, recolección de aceituna tras el vareo(Foto Víctor Casas). Abajo: olivos <strong>en</strong> bancales (Foto Vic<strong>en</strong>te S. Puparelli).El museo del aceite “El lagar del Mudo”, <strong>en</strong> S. Felices de los Gallegos (Foto Francisco Martín);el zumo de la aceituna, tras la extracción (Foto Miguel Corral).de la provincia, <strong>en</strong> la que predomina lavariedad Manzanilla Cacereña, bu<strong>en</strong>a paraverdeo y con aceituna destinada a mesa,como lo pon<strong>en</strong> de manifiesto las cantidadesque recog<strong>en</strong> Lagunilla, Sotoserrano yValdelageve, sin que ello suponga r<strong>en</strong>unciade almazara. No faltan autóctonas. Dehecho, el Banco de Germoplasma Vegetalde Córdoba ha catalogado la Zorzalde Arribes y, aunque no formeparte de la selecta... parcelas aterrazadas,ganadas desde tiemposremotos a base deesfuerzo y tesónrelación, <strong>en</strong> Villarino de los Aires sab<strong>en</strong>de la Cornicabra, con matices sobre la toledana.En la Sierra de Francia no se olvidande la Ocal, hablando de su reciedumbreante las heladas y haci<strong>en</strong>do guiños asu recuperación.En época de fríos, allá por noviembre odiciembre, se apañan las aceitunas. Preferiblem<strong>en</strong>tea mano, ordeño,las de verdeo, o vareando-bi<strong>en</strong> manual, bi<strong>en</strong> con medios mecánicos-las destinadas al lagar. Allí, huy<strong>en</strong>dode que se atroj<strong>en</strong>, se desarrollarán todosesos pasos del proceso de extracción oleícolacada vez más automatizado y conmayores controles que garantic<strong>en</strong> la calidadque se pret<strong>en</strong>de: limpieza y lavado,recepción <strong>en</strong> tolvas, molturación <strong>en</strong> elmolino, paso por la batidora para cal<strong>en</strong>tarla masa, c<strong>en</strong>trifugación con separaciónde aceite y alperujo, decantación… hastallegar al exquisito zumo oleoso. Sin duda,una gratificante viv<strong>en</strong>cia para el visitante.Lo mismo que lo será recorrer las zonasolivareras salmantinas, los terr<strong>en</strong>os que alberganesos árboles más suger<strong>en</strong>tes cuantomás añosos, experi<strong>en</strong>cia que permitiráconocer in situ los <strong>en</strong>tresijos de su ubicación,los microclimas, características delos terr<strong>en</strong>os, los porqués de un modo determinadode recolección, los avances <strong>en</strong>este s<strong>en</strong>tido para evitar defectos al fruto. Y,predios nos ofrec<strong>en</strong>; conocer a sus g<strong>en</strong>tes,sus pueblos, su singular arquitectura <strong>en</strong> algunoscasos, sus costumbres y tradiciones.Las Sierras deSalamanca estr<strong>en</strong>anRuta OleoturísticaLa cata es otro elem<strong>en</strong>to fundam<strong>en</strong>talpara que gastrónomos y cocineros puedanapreciar las virtudes, <strong>en</strong> este caso, delaceite de oliva salmantino. También permitead<strong>en</strong>trar <strong>en</strong> este particular mundoa aficionados y profanos <strong>en</strong> la materia, yal tiempo familiarizar a los escolares coneste fruto es<strong>en</strong>cial de la dieta mediterránea.Ahí se difer<strong>en</strong>ciarán las característicasorganolépticas que confier<strong>en</strong> personalidadal zumo de la aceituna que debe ser,como atributos positivos, frutado, amargoson elem<strong>en</strong>tos que cu<strong>en</strong>tan. Catas sedesarrollan ya <strong>en</strong> la Sierra de Francia,donde junto con la de Béjar, se acaba depres<strong>en</strong>tar la I Ruta Oleoturística; también,a nivel privado, <strong>en</strong> algunos puntos de LasArribes, donde exist<strong>en</strong> almazaras delos siglos XVIII, como la de Ahigal de losAceiteros o el Lagar del Mudo, convertidoéste <strong>en</strong> espacio museístico <strong>en</strong> tornoal aceite, <strong>en</strong> San Felices de los Gallegos.Ambas localidades están unidas por elGR-14, S<strong>en</strong>da del Águeda, que pone caminohacia Santiago.En este proceso hacia una nueva culturadel aceite <strong>en</strong> las tierras salmantinasresulta vital que se consolid<strong>en</strong> los proyectosde dinamización exist<strong>en</strong>tes, medice el experto que ha sido mi guía <strong>en</strong>esta incursión oleícola; <strong>en</strong> concreto, quela marca de calidad Tierra de Sabor loacoja ya desde la próxima campaña, yque fructifiqu<strong>en</strong> los trabajos <strong>en</strong>caminadosa conseguir una D<strong>en</strong>ominación dedesde ahí, completar el disfrute con las es-y picante, todo ello <strong>en</strong> sus difer<strong>en</strong>tes ma-Orig<strong>en</strong>: Duero Internacional y crear untampas serranas o arriscadas que aquéllostices. Color, sabor, fragancia, d<strong>en</strong>sidad...Panel Internacional. Que sea.2021


Camino As<strong>en</strong>taderoBosque de los espejos* Por A Mano CulturaEl paisaje estaba ahí.Los árboles, las sombras, las torr<strong>en</strong>teras delgadas, los narcisos<strong>en</strong> invierno, los madroños que nunca amarillean.Había también, sobre esta misma geografía,otras s<strong>en</strong>das para pasear, para inv<strong>en</strong>tar historias y recrearlas.San Martín del CastañarSequerosLas Casasdel CondeEste camino circular de arte ynaturaleza, d<strong>en</strong>ominado As<strong>en</strong>tadero-Bosque de los espejos,recorre diversos paisajes de la Sierra deFrancia y une tres pueblos: Sequeros, LasCasas del Conde y San Martín del Castañar.Convive con otras rutas (tramo deGR -184 y la s<strong>en</strong>da circular San Martíndel Castañar) y <strong>en</strong> su transcurrir ofrece alcaminante sorpresas, reflejos, metáforasy espejos, repartidas por el bosque y laspiezas escultóricas ocultas <strong>en</strong> él. Rememoracu<strong>en</strong>tos inmemoriales e invita al caminanteal juego de imaginar significadospara lugares que no fueron inv<strong>en</strong>tados,sino que ya eran antes de que los pies dealgui<strong>en</strong> llegaran hasta allí.Puede iniciarse <strong>en</strong> cualquiera de losmunicipios citados, sigui<strong>en</strong>do el s<strong>en</strong>tidoaconsejado. En este paseo, más literarioque real, salimos desde Sequeros paraevitar subidas pronunciadas. Dejamos laermita del Humilladero y llegamos hastaun espacio ganado para la naturalezay las personas. Donde ahora aparece lasilueta de una casa que abraza a un árbol(La casa del árbol, de Luque López) seas<strong>en</strong>tó durante año un vertedero. Ahora,anulado y convertido <strong>en</strong> un lugar dejuego y <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tro, la casa protege alárbol con la promesa de conservary repoblar. Si la naturaleza es tanvulnerable, nosotros, reflejo de lanaturaleza, también.El camino desci<strong>en</strong>de hacia Las Casas delConde y se des<strong>en</strong>vuelve <strong>en</strong>tre robles,castaños, acebos y madroños. Esalegre y frondoso, donde <strong>en</strong>ormesrocas se cubr<strong>en</strong> conmusgo espeso queaparece mullidoy aterciopelado<strong>en</strong> el tiempohúmedo.Pasarela sobre el arroyo Bu<strong>en</strong>amadre(Foto F. Martín).


Página anterior: Luna ll<strong>en</strong>a <strong>en</strong> el barrio del CastilloAlto; la Moza de Ánimas, rezando su letanía.Sorpresas, reflejos,repartidos por el bosque,y las piezas escultóricasocultas <strong>en</strong> élEn este tramo las interv<strong>en</strong>ciones artísticasse <strong>en</strong>caraman <strong>en</strong> las rocas, y Efímerasmadera lo que esta parecía guardar <strong>en</strong><strong>en</strong> las proximidades de S. Martín, con laEntre San Martín y Seque-parec<strong>en</strong> lanzar, desde el humor, preguntasal caminante: una roca cosida con unadesproporcionada aguja (A puntadas, deLuque López), búhos extrañam<strong>en</strong>te blancos(Mochuelos, de Pablo Amargo) que juegancon el vacío para lograr sus formas,mag<strong>en</strong>tas (de José Antonio Juárez), que seadhier<strong>en</strong> a los muros de las vivi<strong>en</strong>das deLas Casas del Conde cuando el caminose cuela por sus callejuelas. En estepueblo se puede admirar el trabajo deun artesano que termina sacando de lasus <strong>en</strong>trañas.Al abandonar Las Casas del Conde se<strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra un sorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te Calvario <strong>en</strong>medio de un robledal. Las cruces de granitose confund<strong>en</strong> con las ramas <strong>en</strong> unjuego de reflejos que se acreci<strong>en</strong>ta <strong>en</strong> lacaída de la tarde.posibilidad de <strong>en</strong>trar al pueblo y disfrutarde un urbanismo serrano incomparabley de unos dulces celestiales.Continuado la ruta, nos sorpr<strong>en</strong>de unasólida construcción <strong>en</strong>tre torre y estante(Torre de intercambio, de Jesús Palmero) querefleja la luz <strong>en</strong> sus metales y nos invitaa depositar un recuerdo, a dejar un testi-ros existe una variante, queconduce hasta Las pozas delCaraba, desembocando cercade Las Casas del Conde.Ahí el bosque se cierra yse hace más húmedo. Encontramoscerca del agua,donde los narcisos hac<strong>en</strong>un jardín, un árbol de pa-Hasta San Martín del Castañar el trazadose empina, y vuelv<strong>en</strong> a aparecer losMochuelos blancos que observan desdelas peñas y una puerta doméstica (Al otrolado, de Manuel Pérez de Arrilucea) qu<strong>en</strong>o da <strong>en</strong>trada al dormitorio… Ahí estápara hacer sonreír, imaginar, para trasmitirs<strong>en</strong>saciones imp<strong>revista</strong>s: “Pasa poresta puerta que da a la naturaleza aunquecreas que vi<strong>en</strong>es de ella”. ¿Cuál esel d<strong>en</strong>tro y cual el fuera? ¿Por qué te empeñas<strong>en</strong> atravesar puertas que no van alugares nuevos? Lo insólito y lo inesperadonos provoca. El camino desembocamonio del recorrido para otros caminantes.Una pasarela de madera serp<strong>en</strong>teasobre un arroyo, y permite un divertidojuego sorteando los árboles.Proseguir hacia el punto de partida es recorrerahora una parte de un antiguo camino,El as<strong>en</strong>tadero de los curas, llamado asípor una gran roca <strong>en</strong> forma de banco queacogía conversaciones de los párrocos delcontorno. Se conservan <strong>en</strong> este tramo algunasde las piezas que formaron partede esta narración: una ciudad y una cabezatalladas <strong>en</strong> la roca, una pluma, unavidriera que recuerda el lugar que ocupólabras (Del reflejo de las palabras,de Luque Lópe) quebrillan y reflejan el bosque.Una llamada a evocar almuchacho que se miró<strong>en</strong> el agua y se <strong>en</strong>amoróde su imag<strong>en</strong> ahogándose<strong>en</strong> su espejismo. Las flores luminosas recuerdansu nombre y su belleza efímera.La llegada a Sequeros, desde donde partimos,se hace <strong>en</strong> un desc<strong>en</strong>so suave hastala ermita. Un paseo por los soportales,el teatro y la gastronomía completan unaruta donde el caminante se puede llevarTemplo parroquial de Las Casas del Conde.Arriba, La casa del árbol (Fotos F. Martín).Les ponemos nombres a los caminos y seincorporan elem<strong>en</strong>tos que nos invitan amirar el paisaje con otras refer<strong>en</strong>cias. Poesía,misterio, juegos de espejos, peregrinos,todo para realzar una naturaleza espléndi-la ermita de Santa Lucía, unos pájarosla experi<strong>en</strong>cia de haber caminado <strong>en</strong>tre lada que, <strong>en</strong> cualquier época del año, nos daAlgunas de las obras del camino: A puntadas.Arriba, Del reflejo de las palabras, y Al otro lado.Página anterior, Mochuelos (Fotos Francisco Martín).realizados <strong>en</strong> cerámica, todas realizadaspor artesanos de la zona.realidad y sus espejos. Espejo y puertapara pasar al otro lado.la ocasión de <strong>en</strong>contrar <strong>en</strong>tre su vegetaciónun reflejo de nosotros mismos.2425


Béjar,alma de blues* Por José A. Sánchez PasoEstamos a las puertas del guitarrazonegro que anuncia elcomi<strong>en</strong>zo de una nueva edicióndel Festival Internacional de Bluesde Béjar, ese relámpago nocturno queinc<strong>en</strong>dia El Castañar, el monte umbrosoa la vera de la ciudad textil, y que tarda<strong>en</strong> apagarse un par de días.Intuyéndolo, el fibber -para <strong>en</strong>t<strong>en</strong>dernos, elseguidor habitual del festival- se <strong>en</strong>funda<strong>en</strong> la ropa más cómoda, se desaliña de formacuidadosa y se mira <strong>en</strong> el espejo antesde empr<strong>en</strong>der la marcha hasta ese herviderodel blues <strong>en</strong> que durante una semanase convierte Béjar. El fibber, digámoslo,no es el británico que se nutre de cervezaante un esc<strong>en</strong>ario playero de B<strong>en</strong>icassim,como el vulgo equivocadam<strong>en</strong>te cree.El fibber bejarano es un blusero castizoque se alim<strong>en</strong>ta de vino y calderillo-el humeante guiso de carnede vacuno y patatas pim<strong>en</strong>tonadas típicode la ciudad ducal–; es también aquelque sestea bajo los castaños, mi<strong>en</strong>trastararea <strong>en</strong> inglés meseteño romances deaus<strong>en</strong>cia que un negro <strong>en</strong> un balancínmusitaba <strong>en</strong> el delta del Mississippi, conun solo di<strong>en</strong>te y una armónica.Sirva todo lo dicho para hacerle memoriaal lector de que vuelv<strong>en</strong> las noches deblues un verano más a Béjar, <strong>en</strong> la citainexcusable para todos los aficionados ala más popular música negra del últimosiglo. En esta edición 2012 una dec<strong>en</strong>a deartistas subirán a distintos esc<strong>en</strong>ariosde la ciudad los días 13 y 14 de julio paradar cumplida razón al XII Festival Internacionalde Blues. Este acontecimi<strong>en</strong>tomusical se ha ganado a pulso un lugar dehonor <strong>en</strong> el circuito blusero de nuestropaís, y constituye al mismo tiempo unarefer<strong>en</strong>cia cultural veraniega <strong>en</strong> las lindesserranas de Salamanca.Desde que com<strong>en</strong>zó el mil<strong>en</strong>io, el bu<strong>en</strong>signo de la música nacida <strong>en</strong> Nueva Orleansse instaló <strong>en</strong> el exótico hábitat delalbero de la plaza de toros de El Castañar,un emblemático recinto que data delos primeros años del siglo XVIII. Igualque <strong>en</strong> otros sagrados y leg<strong>en</strong>darios esc<strong>en</strong>ariosse recrean las tragedias griegas,sobre las irregulares gradas pétreas deeste coso histórico se remansarán las olaseléctricas del blues migratorio queEug<strong>en</strong>e Hideway <strong>en</strong> el festival bejarano(Foto Egido Pablos).27


BéjarEn la próxima edición estr<strong>en</strong>ará el sellode Fiesta de Interés Turístico RegionalToda la música, laiconografía y la emociónque produce el bluesPúblico <strong>en</strong> uno de los conciertos (Foto Adrián Mateos);actuación de Angela Brown (Foto Egido Pablos).De arriba abajo: Eug<strong>en</strong>e Hideway Band (Foto Egido Pablos); jam session al aire libre;plaza de toros de El Castañar, principal marco del festival (Foto Sergio Ampudia).v<strong>en</strong>drán desde distintos lugares del mundo.En ediciones anteriores, pasaron porallí artistas como Elliott Murphy, BuddyMiles, Joe Turner, Popa Chubby, CannedHeat, Anna Popovic, John Lee HookerJr., Javier Vargas, Deborah Coleman, T<strong>en</strong>Years After, J. Teixi Band, Phil Guy, The-Yardbirds, Javier Campillo, The FabulousThunderbirds o Raimundo Amador.Previam<strong>en</strong>te, a lo largo de toda la semana,el festival irá ganando ambi<strong>en</strong>te conconciertos que t<strong>en</strong>drán lugar <strong>en</strong> el isabelinoteatro Cervantes y <strong>en</strong> el café-bar LaAlquitara. Para los muy aficionados quepret<strong>en</strong>dan además ad<strong>en</strong>trarse <strong>en</strong> los secretosdel género se programa un cursoint<strong>en</strong>sivo de apr<strong>en</strong>dizaje, que ti<strong>en</strong>e lugara cargo de músicos profesionales <strong>en</strong> el alberguede Llano Alto, a escasa distanciade El Castañar.Por sí mismo el Festival sería motivomás que sobrado para pasarse por Béjara mediados de julio. El lector se dará debruces con toda la música, la iconografíay la emoción que produce el blues <strong>en</strong>las noches veraniegas bajo los castañosy las estrellas. Pero como no solo de pan yblues vive el hombre, el visitante tambiénpodrá disfrutar de los atractivos turísticosde una de las zonas más sugestivas de Castillay León, incluy<strong>en</strong>do los tres conjuntoshistóricos que se apiñan <strong>en</strong> la comarca: elpropio Béjar, Candelario y Montemayordel Río, éste último con su castillo, ahoramusealizado como c<strong>en</strong>tro de interpretacióndel medievo. A muy poca distanciaEl festival internacionalde blues, ese relámpagonocturno que inc<strong>en</strong>diaEl CastañarSin salir de Béjar, por aquello de que elblues es de costumbres nocturnas, duranteel resto del día se dispone de tiempopara visitar el museo de Mateo Hernández,considerado el mejor de esculturaanimalística del siglo XX; el museo judíoDavid Melul, o el museo Valeriano Salas,<strong>en</strong>tusiasmo, uno siempre puede despabilarseacudi<strong>en</strong>do a darse un baño <strong>en</strong> lasaguas del Tormes <strong>en</strong> Pu<strong>en</strong>te del Congosto,o refugiarse <strong>en</strong> las numerosas piscinaspúblicas que exist<strong>en</strong> <strong>en</strong> la comarca. Todovale para reponer fuerzas que permitan<strong>en</strong>carar los latigazos del blues nocturno<strong>en</strong> la plaza de toros de El Castañar,esa especie de barreño de miel dondeel bu<strong>en</strong> blusero se embadurna de losdoce compases, hasta quedar lo sufici<strong>en</strong>tem<strong>en</strong>tepringoso como para quelos dedos ya no le chasqu<strong>en</strong>.se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran el balneario de Baños deMontemayor y el barrio judío de Hervás,y alargando más la mano se puede tocarla belleza de tantos parajes y pueblosde la Sierra de Francia. Si el lector fueraandariego, siempre es posible calzar lasbotas y trepar a las cumbres montañosasde la sierra de Béjar, o acercarse a la estaciónde esquí de La Covatilla.con una colección de piezas ori<strong>en</strong>talessorpr<strong>en</strong>d<strong>en</strong>te. También la ciudad brindaun paseo por la espl<strong>en</strong>dorosa y comercialcalle Mayor, donde la burguesía textilconstruyó unas galerías acristaladas quecompit<strong>en</strong> <strong>en</strong>tre sí, desembocando <strong>en</strong> laPlaza Mayor, con el palacio ducal de losZúñiga <strong>en</strong> lo alto y el casco viejo detrás.Si la calor aprieta y la modorra aplaca elAcabado el Festival, <strong>en</strong> ese dulce estadoy con la l<strong>en</strong>gua pegajosa, el fibberregresa, como los osos, al rincón escondidodel que salió, bosteza relamiéndosey se duerme de nuevo. Por susojos, todavía plateados por el últimoguitarrazo, desfilan ritmos, imág<strong>en</strong>es ys<strong>en</strong>saciones, cálidos recuerdos de unanoche bejarana bajo las estrellas.2829


Cielosmudéjares* Por Luis Miguel Mata. Fotografía: Nodal Imag<strong>en</strong>Al este de la capital se exti<strong>en</strong>d<strong>en</strong> tierras llanas, de horizontes diáfanos y prolijaproducción agraria. Limitan con la vecina provincia de Ávila y aglutinan espaciosde las d<strong>en</strong>ominadas comarcas de las Villas, Tierras de Alba y Peñaranda.Los pueblos manti<strong>en</strong><strong>en</strong> un carácter pl<strong>en</strong>am<strong>en</strong>te castellano: la plaza mayor organiza yocupa el c<strong>en</strong>tro del caserío, mi<strong>en</strong>tras la iglesia destaca como elem<strong>en</strong>to singular, protagonizandoel perfil de la localidad y la vida cotidiana de los habitantes.En esos templos de humilde factura se escond<strong>en</strong> curiosam<strong>en</strong>te unos de los tesoros mejorguardados del patrimonio artístico de Salamanca. Nos referimos a las magníficascubiertas y artesonados del mudéjar, que cubr<strong>en</strong> muchas de sus naves.El término mudéjar ti<strong>en</strong>e su orig<strong>en</strong> <strong>en</strong> el vocablo árabe ”mudaÿÿan”, que se traducecomo “domesticado, o aquel al que se le ha permitido quedarse”, haci<strong>en</strong>do refer<strong>en</strong>cia alos musulmanes que permanecieron <strong>en</strong> estos lugares del interior de Castilla, sometidosa los cristianos. En claro ejemplo de conviv<strong>en</strong>cia y permisividad, conservaron su modode vida, costumbres, l<strong>en</strong>gua y religión <strong>en</strong> un <strong>en</strong>torno de predominancia cristiana.


Lazos,atauriques,mocárabes,estrellas y chellasNaves interiores de la iglesia de Macotera. Página anterior: artesonado, parroquial de Cantaracillo.cubrir naves c<strong>en</strong>trales, capillas mayores olaterales o espectaculares sotocoros.De tal modelo de concordia surgió elvocablo que ha pasado a definir el estiloartístico que impulsaron estos alarifes expertos<strong>en</strong> el uso del yeso, el ladrillo y lacarpintería de madera. Nace, así, un estiloartístico único y g<strong>en</strong>uinam<strong>en</strong>te hispanocaracterizado por su s<strong>en</strong>cillez, bajo coste,ligereza y rapidez constructiva, donde seaunaba la her<strong>en</strong>cia andalusí y la tradicióncristiana. Ábsides, param<strong>en</strong>tos y altivastorres campanario se levantan de fábricade ladrillo macizo, cubiertos de frisos y arqueríasciegas, <strong>en</strong> un juego de volúm<strong>en</strong>esde gran plasticidad y valor estético, dondeel arco de medio punto protagoniza loselem<strong>en</strong>tos decorativos.En el interior las naves se cubr<strong>en</strong> haci<strong>en</strong>douso de una solución ing<strong>en</strong>iosa, caracterizadapor su gran ligereza y economíaconstructiva, <strong>en</strong> forma de techumbres yuno de los tesoros mejorguardados del patrimonioartístico de Salamancaartesonados del mudéjar. Atrás quedanlas pesadas bóvedas de piedra que no podríanser sust<strong>en</strong>tadas por estos muros detapial o mampostería de ladrillo; aparec<strong>en</strong>cubiertas planas o <strong>en</strong> forma de artesainvertida, donde la madera cobra todo elprotagonismo de la edificación.Aunque predomina su diseño austero ys<strong>en</strong>cillo, a veces se hac<strong>en</strong> complejas y aparec<strong>en</strong>repletas de elem<strong>en</strong>tos de tradiciónislámica como lazos, atauriques, mocárabesy estrellas, utilizados siempre paraEl gran éxito de este sistema de cerrami<strong>en</strong>toperduró <strong>en</strong> el tiempo y se perpetuó<strong>en</strong> otros estilos constructivos posteriores,como <strong>en</strong> el R<strong>en</strong>acimi<strong>en</strong>to.En esta porción del ori<strong>en</strong>te salmantinoson muchas las localidades que <strong>en</strong>galanansus templos con este tipo de cubiertas.Recom<strong>en</strong>damos al viajero quesucumba a la t<strong>en</strong>tación de descubrir porsí mismo estas humildes joyas de influ<strong>en</strong>ciamudéjar. Sin ánimo de m<strong>en</strong>ospreciarotras, les animamos a que visit<strong>en</strong> las deMacotera, Cantalpino, Villoria, Rága-De arriba abajo: detalles de los artesonados de los templos de Macotera y Rágama (Fotos A. G. Julián).ma, Cantaracillo, Zorita de la Frontera, plo, dedicado a Nuestra Señora del Castillo,Tordillos, Galinduste, Terradillos, Sanuna de las más bellas techumbres mu-Cristóbal de la Cuesta o San Morales. déjares de esta provincia, fechada <strong>en</strong>treLa villa de Macotera esconde <strong>en</strong> su tem-los siglos XV y XVI. Su nave c<strong>en</strong>tral3233


Mocárabe (elem<strong>en</strong>to decorativo colgante).Abajo, ábside de la iglesia de Peñarandilla.Otro de los hitos de la mismase <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tra <strong>en</strong> la iglesia deCantaracillo, con una armadura<strong>en</strong> la que destacan lasruedas de lazo de dieciséis ylos racimos de mocárabes.En Cantalpino, el templode San Pedro esconde unaestructura ochavada de pary nudillo, con cuatro paresde tirantes, con interesantes<strong>en</strong>trelazados geométricos yracimos de mocárabes. Villoriay su parroquial –también dedicadaa San Pedro- pres<strong>en</strong>ta una cubierta delsiglo XVI, <strong>en</strong> la que predomina la armoníaderivada del carácter monócromo dela madera y de su s<strong>en</strong>cillo diseño.Cerca del límite con las tierras abul<strong>en</strong>sesde La Moraña se sitúa otra de las másbellas techumbres mudéjares de Salamanca.En la localidad de Rágama sutemplo parroquial cubre la capilla delEvangelio con una estructura de perfectaforma octogonal, con lazo de diez, remaseremata con una estructura ochavada yde limas, con seis pares de tirantes, repletade mocárabes, estrellas y chellas.Su compleja estructura de lazos delicadam<strong>en</strong>tedorados y su excel<strong>en</strong>te estadode conservación le otorgan una gran bellezaque se completa con los dos magníficosalfarjes (cubiertas planas) queadornan el sotocoro, con un friso y espectacularesmocárabes que cuelgan del techo.Una visita ineludible para iniciar estasingular ruta artística.tada con un racimo de mocárabes c<strong>en</strong>tral.La belleza de su policromía, sus doradosy la abundancia de sus elem<strong>en</strong>tos decorativosle otorgan una belleza incontestable.En Zorita de la Frontera la iglesia, bajola advocación de San Miguel Arcángel,adorna la nave c<strong>en</strong>tral con una cubiertade par y nudillo, con seis tirantes apoyadossobre canecillos y notables elem<strong>en</strong>tosdecorativos que aportan notoriedada esta armadura medieval. El pueblo deTordillos cierra esta somera e incompletarelación de templos de interés con tan peculiarestipos de cubrición. Su parroquialadorna la capilla mayor con una pequeñaestructura ochavada, sust<strong>en</strong>tada con dostirantes, con lazo de ocho, <strong>en</strong> agradableinteracción con una serie de flores blancastalladas que romp<strong>en</strong> su monocromía.A partir de este repaso inconcluso, amigolector y viajero, queda <strong>en</strong> sus manos la tareadescubridora de estas joyas religiosas,donde la madera se torna arte.Patrimoniode la Humanidad3435

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