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Claustro Jerónimo - Plan alfa

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<strong>Claustro</strong> <strong>Jerónimo</strong>REVISTA DE ESPIRITUALIDAD JERÓNIMA NÚMERO 20 • SEPTIEMBRE-DICIEMBRE 2005


<strong>Claustro</strong> <strong>Jerónimo</strong>SUMARIONUESTRA PORTADA ............................................................................ 2La última comunión de San <strong>Jerónimo</strong>EDITORIAL .............................................................................................. 5En breves palabrasESPÍRITU Y VIDA .................................................................................. 6La Vírgen Santa María y los <strong>Jerónimo</strong>sLAS FUENTES.......................................................................................... 17El libro de la SabiduríaNUESTRA HISTORIA ............................................................................ 25Piedras vivas. Fr. Vasco de PortugalTEXTOS DE LOS PADRES .................................................................... 33La perfecta virginidad de María III (Contra Helvidio)ORAR CON LOS SALMOS .................................................................. 44Salmo 14DIOS TE LLAMA II ................................................................................ 48Pensamientos sobre la vocaciónAPORTACIONES .................................................................................... 52Juan Bautista Luís Pérez, obispo de OviedoEL RINCÓN DEL POETA ...................................................................... 57FELICITACIÓN DE NAVIDAD............................................................ 60EDITA:Monasterio de Santa María del Parral40003 - SEGOVIATeléf. 921 431 298 • Fax: 921 422 592Web: www3.plan<strong>alfa</strong>.es/msmparralE-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.esFOTOGRAFÍA PORTADA:La última comunión de San <strong>Jerónimo</strong>(Domenichino). Museo Vaticano.FOTOGRAFÍA CONTRAPORTADA:El dedo de Dios. Huerta del Monasterio deEl Parral (Segovia).MAQUETA E IMPRIME:Gráficas CeydeDEPÓSITO LEGAL: Sg-56/2000


NUESTRA PORTADALA ÚLTIMA COMUNIÓN DE SAN JERÓNIMO(Domenichino) MUSEOS VATICANOSCopia anónima con ligeras variantes para elRey Carlos IV.Sin miedo a equivocarnospodemos afirmar que San <strong>Jerónimo</strong>es uno de los santosmás iconografiados: Esculturas,relieves, miniaturas, pinturas,grabados…, todas lasformas que el arte utilizapara la representación, lo hanescogido para expresarse.Los mejores cinceles, gubias ypaletas universales se sintieroninspirados con las múltiplesfacetas de su vida: Estudioso,sentado en su escritorioy rodeado de códices,signo de su sabiduría. Eremitapenitente, con la miradafija en Cristo crucificado yblandiendo en su mano unapiedra con la que se golpea elpecho. Tentado por sueñosde mujeres o flagelado porángeles. Cardenal, con el boatopropio de un príncipe de la Iglesia. Doctor y Padre de la Iglesia. Monjefundador que instruye a sus monjes. En la leyenda de la curación de lagarra del león, que se quedó como animal emblemático junto con los atributoscardenalicios. De menor calidad son las representaciones de losmilagros atribuidos en la Edad Media, su muerte, enterramiento, y mil yuno los cantorales que lo minian solo o junto a Paula y Eustoquia…y paraque hablar de piadosas estampas, grabados etc….2


Comunión de San <strong>Jerónimo</strong>. Grabado porFrancisco Perrier, según el cuadro de AgustínCarracci de la Pinacoteca de Bolonia.Entre esta variedad deformas hay un motivo, queocupa hoy nuestra portadaLa última comunión de San<strong>Jerónimo</strong>. Es un tema bastantereproducido, que aparececon una idéntica composición,salvo ligerísimasvariantes. Estas obras estándesparramadas por muchosde los diversos museos y coleccionesprivadas de todaEuropa.La inspiración de estemotivo de los últimos momentosde la vida del Santosurge de unas cartas quealguien, en la Edad Media,atribuyó a Eusebio de Cremonacon la pretensión deinformarnos del ocaso de<strong>Jerónimo</strong>. El arte, inspiradoen este relato, se encargóluego de propagar esos detalles, ausentes de todo rigor histórico.En las páginas de la revista se pueden contemplar algunas de estasrepresentaciones, de las que tenemos fotografías. Pero, repetimos, haymuchas más, como las que se pueden contemplar en la Academia deVenecia, obra de Bellini, o en los Museos de Bourg, Bresse (de la escuelafrancesa) y Louvre, por citar algunas.Entre las representaciones más admiradas de este motivo está La ultimacomunión de San <strong>Jerónimo</strong> de Dominichino, uno de los polifacéticos maestrosdel Barroco italiano. Es un óleo sobre lienzo de grandes dimensiones(419X256), que se encuentra en los Museos Vaticanos, fechado en 1614. Elartista, en la característica fría perfección de toda su obra, plasma la ulti-3


ma comunión del santo eremita, queabandonó sus dignidades cardenaliciaspor la penitencia y la meditaciónen el Monasterio de Belén. Quedanbien plasmadas en el lienzo la emocióny el patetismo.Junto al anciano monje, de macilentocuerpo, el rojo manto cardenaliciocon el que está envuelto y el leóndormido, sus dos fieles atributos. Lerodea un grupo de fieles amigos y unamujer besa reverente su mano.Frente a <strong>Jerónimo</strong> agonizante elgrupo del clero: El sacerdote y el diaconoque le presentan la hostia y elcáliz. Arrodillado un joven, con estolacruzada y manipulo, porta un libro.Colección particular. Madrid.Por encima de este grupo de figurasun ventanal permite ver un espléndidoatardecer, en alusión al fin de la vida. No en la representaciónque ilustra la portada, cortada por exigencias de maquetación, más sí enalgunas de las del interior de la revista, podemos contemplar un grupo debellos angelitos, que vienen a loar la muerte del santo.Así describe aquella imaginación la pluma del benemérito P. Sigüenza:…Sintiendo que se llegaba la hora, pidió le trajesen el SantísimoCuerpo de Nuestro Señor. Teniéndole ya delante, esforzó como pudo suflaqueza; con la fuerza de la devoción, levantado sobre lo que podía , sepuso de rodillas y adorolo con grandes lágrimas, que parecía imposiblesalir tanta copia de agua de un vaso tan seco y enjuto. Díjole tiernísimasy amorosas palabras, razones tan hondas que solos los dos pareceque se entendían…Al fin abrió su boca y recibió aquel bocado de gloria,aquel pan de vida eterna, y trocose su rostro en una claridad admirable,lleno de celestial aliento.(Vida de San <strong>Jerónimo</strong>, Madrid, 1853. pag 571)4


EDITORIALEN BREVES PALABRASCumpliendo objetivos, el tercer número de <strong>Claustro</strong> <strong>Jerónimo</strong> de esteaño va marcado por los grandes eventos del 2005 que estamos a punto definalizar:- El año de la Eucaristía, que aunque clausurado en octubre, sigue vivoen estos meses que restan ya que entra en la programación que nosprefijamos con: La portada alusiva a la Eucaristía que nos trae laUltima Comunión de San <strong>Jerónimo</strong>. Y una breve semblanza de JuanBautista Luís Pérez, obispo de Oviedo y cofundador del Instituto deHermanas Jerónimas de la Adoración. Ocasión para ahondar en laespiritualidad eucarística, fuente y culmen de la Iglesia.- En Espíritu y Vida podemos captar la presencia maternal de María enla Orden Jerónima, y en Textos de los Padres concluimos el opúsculode San <strong>Jerónimo</strong> La perpetua virginidad de Maria, que venimos publicandoen números anteriores. Con estos dos articulo queremos mantenerencendida la devoción mariana a que nos invita este año jubilarde la declaración del Dogma de la Inmaculada.- Las demás secciones siguen su programación con el Salmo 14, el Librode la Sabiduría, Piedras vivas, y el Rincón del Poeta, que con su reflexiónEl dedo de Dios, quiere realzar la percepción suave y amorosa quehemos de tener de Dios en contra de la dura y amenazante que aveces nos asalta.Aunque muy sutilmente, quiere hacer mención, esta reflexión, a losdías en que recibiréis este número 20 de nuestra publicación: LA NAVI-DAD, que siempre nos trae la posibilidad de ahondar sobre la IMAGENVISIBLE DEL DIOS INVISIBLE, hecho Niño en Belén.Para la Familia Jerónima estas fechas cobran una fuerte vivencia con elrecuerdo de <strong>Jerónimo</strong>, Paula y Eustoquia que escogieron la cueva delpesebre para hacer realidad su opción monástica.Suyos pudieron ser estos versos que me vienen a la memoria y cuyoautor desconozco:He contemplado el rostro de Jesús;no quiero saber nada de esta tierra.Mi corazón, pendiente de su voz,por Él suspira y sólo en Él espera.A todos muchas felicidades.5


ESPÍRITU Y VIDALA VIRGEN SANTA MARÍAY LOS JERÓNIMOSPor Fray Antonio de Lugo OSHMonasterio de San <strong>Jerónimo</strong> de Yuste.Extracto del articulo publicado en “María en los Institutos religiosos”Madrid, Publicaciones Claretianas, 1988, pág: 235-248«Tu rostro buscaré, Señor...»Las palabras del salmo 26, título de este apartado, expresan, a las clarasla actitud interna de unos hombres que, en busca de una mayor intimidadcon Dios por medio de la oración, seretiran a lugares apartados, en un marcode soledad, silencio y gozosa penitencia,y con el ánimo de seguir de cercala vida de San <strong>Jerónimo</strong>, primero enel desierto, y después en suMonasterio de Belén. Entre aquelgrupo de ermitaños hay dos quese destacan, no sólo por la noblezade su linaje, sino, sobre todo,por su virtud; son Fernando Yáñezde Figueroa y Pedro FernándezPecha; ambos desempeñanoficios de alto rango en la Corte delRey Don Pedro, que abandonan,movidos por quien tiene sobre elloespeciales designios. Yo pienso que, ensus momentos de perplejidad, recordaríanlas palabras de San Bernardo: «Respice¿¿??Stellam... Voca Mariam», y acudirían ala Señora con aquella bella oración, la6


más antigua antífona mariana que conocemos y que reza: «Sub tuum praesididumconfugimus, Sancta Dei Genetrix; nostras deprecationes ne despiciasin necessitatibus, sed a periculis cunctis libera nos semper; Virgogloriosa et benedicta».[…]Retazos de una Historia.[…] No es momento de hablar aquí de la invención y posterior fundacióndel célebre Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. De cómopasó a poder de la Orden, escribe Sigüenza:«Entonces el Prior don Juan Serrano le dijo (al Rey don JuanI) tenía noticia de una religión que comenzaba ahora en Castilla,llamada de San <strong>Jerónimo</strong>, gente, según todos decían, muy espiritual,de grande clausura, honestísimos, de noble trato; los quelos tratan salen muy edificados de sus palabras y conversaciónsanta y sobre todo muy dados al coro y al culto divino, en quemuestran grande cuidado y policía, y su ejercicio de noche y dedía son las divinas alabanzas... Paréceme Señor (decía don JuanSerrano al Rey) que si pudiésemos traer estos religiosos aGuadalupe, que son los que convienen a este Santuario... DonJuan Serrano partió de Segovia, donde era Obispo, y estaba a lasazón que esto pasaba con el Rey, y fuese para San Bartolomé deLupiana. Había crecido este Convento de manera que teníasesenta y tres o sesenta y cuatro monjes. Comenzó el Obispo atratar el negocio de parte del Rey y suya, con el Prior FrayFernando Yáñez de Figueroa y con los demás religiosos... ElPrior y los religiosos respondieron con modestia... Miraba elObispo el tiempo que allí estuvo el trato y la manera de vida delos frailes... No veía la hora para que se efectuase el negocio...Fray Fernando Yáñez y sus frailes, por otra parte, no se osabandeterminar teniendo por dificultoso, cosa fuera de su intento yde su vocación, que era buscar soledad y alejarse de los ruidosdel mundo; recogimiento, silencio y sosiego para la meditación...7


No hallaban razón que les asentase para aceptar el partido, sinosola la devoción de la Virgen, y ésta era tanta que contrapesabatodos los otros inconvenientes, y así determinó el Prior a que sepropusiese en forma de Capítulo... Después de haber encomendadoel negocio a nuestro Señor y vistas las razones de todos,salió la mayor parte de los votos en favor del servicio a la SantaVirgen... Alegróse don Juan, estimando en su pecho mucho elrecato y los temores con que procedían.«El Santo varón Fray Fernando Yáñez salió de San Bartolomécaballero en un asnillo; sus compañeros todos iban a pie...Viernes 22 de octubre de 1389 llegaron a la Santa Casa de nuestraSeñora de Guadalupe, al punto que tocaban a las Ave Marías,para saludar a la Reina del Cielo».El Prior y sus monjes asentados ya en su nueva Casa, se ocuparon enedificar el Monasterio, acabar la Iglesia, a la vez que se establecía la vidamonástica, según sus costumbres. Dice Sigüenza que Fray FernandoYáñez, de rodillas ante la Imagen de la Virgen, oró de la siguiente o parecidamanera:«Veis aquí, Reina soberana, donde me han traído por mayordomode vuestro real palacio, por ministro y guarda de él y paraque aquí, en compañía de mis hermanos os sirva...».Amor y culto a la Virgen Santa María en la Orden de San <strong>Jerónimo</strong>Desde sus comienzos, los jerónimos sienten y manifiestan entrañableafecto a la Madre de Dios; se acogen a ermitas levantadas en su honor, ensus lejanos tiempos de ermitaños, y ya monjes tributan a la Señora unculto espléndido; gran parte de sus monasterios, así de hombres como demujeres, están dedicados a la Virgen Santísima bajo diversos títulos yadvocaciones. Los ermitaños diseminados por distintos puntos de España,integrados ya en la Orden, sin vínculo jurídico alguno, desean sometersetodos a una cabeza; acuden al Papa que dispone se celebre el primer8


Capítulo General, al que han de acudir, como asesores experimentados,dos monjes cartujos del Paular, cerca de Madrid. Eran a la sazón 25 losmonasterios convocados por el P. Prior del Monasterio de Guadalupe. Dosson las razones porque se celebró este Capítulo en dicho monasterio; laprimera, por el amor y devoción a Nuestra Señora, y la segunda, por serel monasterio de mayor capacidad entonces. En él se llevó a cabo la uniónjurídica de la Orden y se eligió el primer General. Comenzó sus sesionesel día 26 de julio de 1415. Fue acertada la celebración de esta primeraAsamblea General de la Orden, bajo la mirada de la que todos, sin excepción,consideraban Madre y Señora de la Orden. Ella fue la promotoraprincipal de la unión entre sus hijos. Sabían aquellos hombres de oraciónque Cristo desde la Cruz encomendó su Madre al discípulo amado, movido,sin duda, por imperativos de su amor filial; sin embargo, la Iglesia,desde los siglos II-III con San Justino, San Irineo, Tertuliano y Orígenes, enMaría a la nueva Eva, que es fuente de vida espiritual para el generohumano; sin duda, tendrían todos muy en la mente y en el corazón laspalabras de San Agustín:«María es, ciertamente, no ya Madre de nuestra Cabeza, quees el Salvador mismo por el cual más bien fue engendrada Ella...,sino Madre indudable de miembros de El, que somos nosotros,porque Ella cooperó con su caridad el nacimiento de las Iglesiasde los fieles, que son sus miembros» («De Sacra Virginitate»)Estos testimonios y muchos más que se pueden aducir, así de losPadres como del Magisterio, ponen de manifiesto que, al encomendarCristo su Madre a San Juan, lo hizo no sólo movido por su amor de hijo,sino también para encomendar a María otros hijos, es decir, todos los hombres,significados en la persona del Apóstol amado; Ella así lo entendió, yla acción del Espíritu Santo en su alma, le comunicó sentimientos deauténtica Madre de los redimidos, proclamada solemnemente por su Hijo,desde la Cruz. El Concilio Vaticano II mantiene la misma doctrina:10


«Concibiendo a Cristo, engendrándolo, alimentándolo, presentándoloal Padre en el templo, padeciendo con su Hijo cuandomoría en la Cruz, cooperó de forma enteramente impar a la obradel Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la ardientecaridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las almas.Por eso es nuestra Madre en el orden de la gracia» (LG 61).Esta espiritual maternidad de María, establece una personal relaciónentre la Madre y todos y cada uno de sus hijos. Aquellos venerablesPadres, debían de tener cierta experiencia de ello, por los testimonios quenos han dejado, y que quisieron transmitir a toda la Orden.En sucesivos Capítulos Generales que se celebraron, los Padres, conscientesde su misión, de cara al futuro, legislan con prudencia y acierto, noexentos de piedad. No perdían de vista que las futuras generaciones demonjes de la Orden, serían portadores de un carisma sobrenatural semejanteal que ellos habían recibido, y así, ya en los comienzos de su andaduracomo Orden monástica, procuran que las fórmulas jurídicas queexpresan la ley, estén ordenadas a mantener el espíritu que a todos anima.Un acuerdo que consideraron de importancia fue que «todos los monasterioshonren a María Santísima, como a Madre» y en su obsequio, los díaslitúrgicos no impedidos con alguna fiesta, se rece en el Coro, además delOficio Divino, el Oficio Parvo de Nuestra Señora. Los sábados se canta consolemnidad la «Letanía lauretana» y todos los días, el rezo del «Angelus»a toque de campana y a sus tiempos, es decir, de madrugada, al mediodíay al atardecer. Dispusieron, también, que la «Salve» que se canta despuésde Completas se haga con solemnidad y acudan a ella todos los monjes,excepto los que, por enfermedad, estén impedidos. Es la Salve una oracióntierna y suspirante, que bien pudo brotar de la saudosa alma gallega; seatribuye desde muy antiguo, al monje gallego y después Obispo deCompostela en el siglo X, San Pedro de Mezonzo. Estas prácticas de piedadmariana, son comunes a todos o casi todos los monasterios de vidacontemplativa. Los jerónimos añadían a su personal devoción, la solemnidadexterna. Los monasterios dedicados a la Virgen Santa, celebran sus11


fiestas con particular esmero, solemnidad y ornato, con lo cual contribuyeneficazmente a la propagación de la devoción y amor a la Madre delSalvador.La Virgen Santa María en la vida de los <strong>Jerónimo</strong>sEra costumbre en la Orden animar a los novicios al amor y especialdevoción a la Virgen Santísima. En el Directorio para la formación de losmismos se lee: «Tras esto que volviese luego a saludar a la SantísimaVirgen, y hacerle una gran reverencia, como a su Señora y Patrona, poniéndoseen sus manos, acordándose de aquella sentencia de San Bernardo,que todo cuanto hubiere de ofrecer a Dios lo ponga en ellas, porquepor la misma canal torne a Dios lo que recibió de Dios».El elenco de vidas ejemplares de monjes en el correr de los siglos, ponede manifiesto el amor profundo, tierno y abnegado de estos hombressilenciosos, a quienes, en sus épocas de oro, llamaban, y con razón «losCaballeros encerrados». No podemos olvidar que la actividad apostólicade los monjes contemplativos está muy limitada por las exigencias de suvocación y la naturalezadel Instituto; sin embargo,el hecho de celebrarla Sagrada Liturgia consolemnidad y unciónsobrenatural, con sosiegoy paz es, sin duda,una manera de apostoladoque invita a quienesparticipan en losDivinos Oficios a sumergirseen fe en el misteriode Cristo y comoconsecuencia en el misteriode la Virgen Madrede Dios y de los hombres.Todos los monaste- ¿Pie foto?12


ios tienen hospedería para caballeros que deseen pasar algunos días deretiro en el ambiente de soledad y piedad, bajo la mirada de la MadreVirgen, propio de los claustros jerónimos, que, sin duda, son un misteriocuyo testimonio sólo se capta con la penetrante mirada de la fe animadapor la caridad; vidas «escondidas con Cristo en Dios» que gastan día a día,inmersos en lo más escondido del misterio de la Iglesia, y esto sólo esposible en pura fe como enseña San Juan de la Cruz... sin otra luz y guía,sino la que en el corazón ardía.Aquesta me guiabamás cierto que !a luz del mediodía..(Subida del Monte Carmelo; cans.3-4)Las páginas más bellas y las más profundas vivencias de los contemplativosno se conocerán en este mundo. La Iglesia tiene en gran, apreciolos institutos de vida contemplativa; como se puede apreciar en lassiguientes palabras del Vaticano II:«Los institutos que se ordenan íntegramente a la contemplación,de suerte que sus miembros vacan sólo a Dios en soledad ysilencio, en asidua oración y generosa penitencia, mantienensiempre un puesto eminente en el Cuerpo Místico de Cristo, enel que no todos los miembros desempeñan la misma función(Rom 12-4)... Así son el honor de la Iglesia y hontanar de graciascelestiales...» (PC 7).Como los de ayer, también los jerónimos de hoy tratamos de hacer ciertanuestra vocación contemplativa, de la que esparce el amor y el culto aMaría Santísima, así en la vida personal de los monjes como en la realizaciónde la Sagrada Liturgia y otras prácticas piadosas. La Virgen ocupalugar eminente en los monasterios, y algunos han sido poderosos focos deirradiación de vida cristiana con un marcado acento mariano, como hasido entre otros el Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, comovamos a ver.13


Desde que los <strong>Jerónimo</strong>s se instalaron en el Santuario de Guadalupe lapromoción del culto a la Señora se hizo más intensa y universal, hasta convertiraquel monasterio en un centro de espiritualidad y piedad mariana,lugar de peregrinación de las gentes de todos los puntos de España y otrospaíses de Europa. La Comunidad ha sido siempre numerosa, sobrepasababastante el centenar. El culto se celebraba con esmero, y la piedad de losfieles que acudían a postrarse ante la Virgen no se sentía defraudada. […]No sin razón se puede llamar a Guadalupe el monasterio de la Hispanidad.No debemos olvidar las visitas de la Reina Católica al Santuario.En la última cláusula de su testamento ordena que se guarde siempre eloriginal en Guadalupe. Cristóbal Colón visitó a la Virgen extremeña tresveces, y en Guadalupe fueron bautizados los dos primeros indios traídospor el almirante a España, para simbolizar con ello la regeneración espiritualdel Nuevo Mundo. La devoción a Nuestra Señora fue con los conquistadoresa las Indias donde arraigó con no poco fruto, según los datosdel P. Francisco de S. José, OSH, año 1743. Sobre santuarios dedicados a laVirgen de Guadalupe en el Perú, en Argentina, en Potosí, etc., aparte de lamilagrosa aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego en elTepeyac, sostén de la fe de los mexicanos. En nuestra Patria, la Virgenextremeña quiso ser venerada en otros lugares de España, como Rianxo,Fuenterrabía, Ubeda, etc. ¿Cómo llegó a Galicia la Virgen de Guadalupe?Un buen historiador de Guadalupe transcribe el hecho: «El alférez deFragata granadino Juan Vicente Yáñez, publicó en Murcia, el año 1775,donde dice:«Un monje de Guadalupe llamado José, e hijo de Rianxo, hizosin principio alguno de escultura ni pintura dos imágenes debulto. Copias perfectísimas de Nuestra Señora de Guadalupe,que él mismo ha llevado y colocado este presente año 1773; colocóla una en el Reino de Galicia, en la villa de Rianxo, en unaermita del Sr. San José; colocó la otra en la ermita de Requejo, dela Sanabria, donde halló una ermita en términos de acabarse sufábrica, con la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe...».14


La canción titulada «A Rianxeira»,es una expresión popularde la devoción de los rianxeiros asu «Santiña», la Virgen Morena deGuadalupe. Numerosos fueron losReyes de España que visitaron elsantuario. La desamortización delsiglo XIX, lamentablemente, seensañó con Guadalupe. No obstante,y pese a que se han perdidoobras de arte de gran calidad ybuena parte de su Biblioteca, todavíapodemos admirar valiosísimosejemplares de orfebrería, de bordados,herrería, cuya mejor muestraes la Reja de la Capilla Mayor.Los jerónimos, hoySiguiendo las orientaciones de la Iglesia para la adecuada renovaciónde los Institutos Religiosos, auspiciada por el Vaticano II, los <strong>Jerónimo</strong>sfieles al Magisterio Conciliar y Pontificio de los Papas Pablo VI y JuanPablo II, procuran ahondar en el rico patrimonio espiritual legado por susmayores […] a fin de acrecentar la confianza […] en la Virgen, escuchan lavoz del Papa Juan Pablo II en su Encíclica, con ocasión del Año Mariano:«María permanece así ante Dios, y también ante la humanidadentera, como signo inmutable e inviolable de la elección porparte de Dios de la que habla la carta paulina: “Nos ha elegidoen El [Cristo] antes de la fundación del mundo... eligiéndonos deantemano para ser sus hijos adoptivos” (Ef. I). Esta elección esmás fuerte que toda la experiencia del mal y del pecado, de todaaquella enemistad con la que ha sido marcada la historia delhombre. En esta historia María sigue siendo una señal de esperanzasegura» .15


En la noche oscura de la fe nos sostiene la esperanza que las hace dinámicas,la caridad que el Señor ha derramado en nuestros corazones,enviándonos su Espíritu Santo que, con sus dones las perfecciona, hastaconducir al hombre a la cumbre más cimera de la perfección, que no esotra cosa que la íntima unión con Dios, por la fe, la esperanza y la caridad.Los contemplativos se afanan en alcanzar la meta mediante la fidelidad asu carisma específico, y esto en pura fe, «sin arrimo y con arrimo» que diceSan Juan de la Cruz, y que matiza y aquilata en aquella canción:¡Oh noche que juntasteAmado con amada,amada en el Amado Transformada.(Subida al Monte Carmelo, canc.5.)Ésta es la voluntad del Padre, según la enseñanza paulina: «nuestraconfiguración con Cristo»; obra de artesanía divina exclusiva del Espíritude Dios, que actúa misteriosamente en nosotros y con nosotros. Una vezmás ponemos la mirada en María, a quien no en vano invoca la Iglesia, yde un modo peculiar los monjes, como «Virgo fidelis». Ella «guardabacuantas cosas veía y oía de su Hijo, y las meditaba en su corazón»; es elejemplar más acabado de almas contemplativas, a quien saludó su parientaIsabel con las palabras inspiradas: «Bienaventurada tú que has creído»(Lc 1-46).16


LAS FUENTESEL LIBRO DE LA SABIDURÍAS. Fragato SegoviaIntroducción.Los libros más antiguos atribuyen este libro a Salomón, el rey sabiorepresentante de la sabiduría hebrea. En la traducción siríaca el título es:“El Libro de la Gran Sabiduría de Salomón”; en la antigua versión latinael encabezado dice: “Sapientia Salomonis”. Los manuscritos griegos mástempranos el Vaticanus, el Sianiticus, el Alexandrinus, contienen similarinscripción, y los padres orientales y occidentales de los primeros tressiglos generalmente hablan de “La Sabiduría de Salomón” En la vulgata eltítulo es: “Liber Sapientiae”, “El Libro de Sabiduría”.Ante todo hemos de decir que es un libro singular. Su lectura revela enseguida que está redactado en un ambiente distinto al palestinense que sepercibe en los libro sapienciales precedentes.Su autor conoce y utiliza datos que reflejan un ambiente helenista: lalengua griega que domina con estilo y soltura y de la que toma vocablos yexpresiones; las creencias y artes de esta cultura: cosmogonía y astronomía(Sab 1, l7ss), historia natural (Sab 7, 20), escultura (Sab 14, 18). Se muestrafamiliarizado con costumbres griegas (Sab 2,6ss; 5,16ss). Conoce Egipto, alque hace frecuentes referencias, y menciona las formas idolátricas en estepaís (Sab 15,18). Y algo muy importante: utiliza ideas filosóficas que predominabanen Alejandría (Sab 8, 7; 9,15).Se diría que con esta obra se ha pretendido iniciar un diálogo con elmundo griego y buscar una armonía entre la religión israelita y las cualidadesdel espíritu griego, intentando lograr una síntesis entre los humanismos,el griego y el hebreo, uno antropocéntrico y otro teocéntrico.Queda claramente manifiesto que es fiel a su fe, pero está abierto a la culturahelenística que sabe integrar en su pensamiento. Inicia con ello undiálogo enriquecedor que más tarde se extendería al Nuevo Testamento ya la Iglesia naciente que va asumiendo esta confrontación con el mundoque le rodea.17


Hay una triple constatación que se percibe muy clara en el ambiente dela narración y que estaba poniendo en peligro la fe de los israelitas. Eljudío se mueve:- entre una gran variedad de religiones y sistemas filosóficos (estoicismoy epicureismo) que ofrecían sabiduría y salvación junto con el conocimientodel sentido de la vida;- en un ambiente de epicureismo y de inmoralidad que contrastabancon la elevación de costumbres israelitas;- en un clima de persecución contra quienes pretendían permanecerfieles a la ley de Moisés. Esta persecución provenía de los impíos, entre losque probablemente se encontraban judíos apostatas.Autor, fecha y lugar de composiciónEl autor se presenta a sí mismo como el rey Salomón (1ss; 8,14s; 9 ss).Se trata de un recurso a la pseudonimia (nombre ficticio), muy utilizadoen la Biblia y en la misma literatura sapiencial. Esta atribuye el libro aSalomón por haber pasado a la posteridad como el rey sabio por excelencia.Tiene la intención de conferir mayor autoridad a las enseñanzas quepretenden impartir a los reyes.Ya san <strong>Jerónimo</strong> afirmó su carácter pseudográfico. Agustín constatóque los entendidos no admitían la paternidad salomónica del libro. La utilizaciónque hace de la versión de los LXX y el ambiente antes descritoindican que el autor de Sabiduría es muy posterior al tiempo de Salomón,cercano a los tiempos mesiánicos. A pesar de los intentos que se han venidohaciendo, no ha sido posible averiguar quién es el artífice de este maravillosolibro. La opinión corriente en la Edad Media, que lo atribuía a Filónde Alejandría, tiene dificultades insuperables. Sólo puede darse por seguroque fue un alejandrino. Lo primero, por el amor que profesa al puebloy el conocimiento de su historia. Lo segundo, por el ambiente griego filosóficoque refleja a lo largo del libro.En lo que sí están de acuerdo la mayoría de los autores es en afirmar launidad del libro. La unidad de lengua y cultura, la unidad de estructuraliteraria y de temas teológicos en su triple aspecto: moral, especulativo e18


“La última comunión de San <strong>Jerónimo</strong>”. Agostino Carracci (Pinacoteca de Bolonia).19


histórico. Es de destacar como se entremezclan en el libro una armonía deprocedimientos hebreos (paralelismos, construcción por yuxtaposición,alusiones a imágenes del Antiguo Testamento) y recursos griegos (multiplicaciónde sinónimos, aliteraciones, juegos de palabras y construccionesmuy elaboradas), que hacen de él una de las obras mejor elaboradas, literariay temáticamente, del denominado “griego bíblico”.La fecha de composición está comprendida para todos los autores entrela versión de LXX (concluida hacia el año 150 a.c.) y la ocupación deEgipto por los romanos, el año 30 a. C. Concretando más, algunos señalanfechas del reinado de Ptolomeo VIII (145-116 a. C.), quien seguramentetomó represalias contra los judíos por haber luchado contra él en favor desu hermano Ptolomeo VI. Otros creen que el ambiente de persecución contralos judíos provenía sobre todo de los impíos y sólo de una manera solapadade los poderes públicos. Esto, dicen, ocurría en el tiempo anterior ala ocupación de Egipto por los romanos. Por lo que retrasan la fecha decomposición del libro a los años del 80 al 30, que consideramos la más probable.Recientemente la hacen descender a los años comprendidos entre el30 a. C. y el 14 d. C., en los tiempos de Augusto. Esta hipótesis se basa enel vocabulario, en la situación histórica que refleja el libro de la Sabiduríay en la situación que supone respecto de los judíos.El lugar de composición fue muy probablemente Egipto y, concretamente,Alejandría. En esta ciudad había una numerosa colonia judía queocupaba dos de los cinco barrios que configuraban la ciudad. En ella,pues, convivía la tradición judía de la diáspora y la cultura más florecientedel helenismo, y éste es el ambiente filosófico-cultural que se refleja enel libro.Destinatarios y finalidadEl ambiente histórico, cultural y religioso de Alejandría y el contenidodel libro nos llevan a señalar una doble finalidad. La primera mira a losjudíos, sus compatriotas. Había en Egipto judíos fieles a la Ley y a las tradicionesisraelitas. Peregrinaban a Jerusalén y pagaban el tributo alTemplo. Pero el ambiente religioso y moral de Egipto con la idolatría cam-20


peando por todas partes, les era del todo adverso. Y todo ello en medio deuna cultura y filosofía fascinantes. El peligro era mayor que en Palestina,donde el helenismo había llevado a la apostasía a no pocos israelitas. Elautor de Sabiduría pretende estimular a los judíos de la diáspora a perseverarfirmes en la fe y permanecer fieles a las más puras tradiciones deIsrael en medio de aquel ambiente pagano y paganizante.La segunda finalidad tiene como punto de mira a los griegos alejandrinos.Los judíos de Alejandría tenían un espíritu más abierto que losjudíos palestinenses. Sin duda tuvieron que sentir fascinación por la culturae ideas filosóficas de aquella ciudad.Alejandro Magno la había fundado con la pretensión de que fuese unaciudad abierta hacia occidente y algo así como la continuación de Atenas.Pero a su vez, la religión judía, con su monoteísmo y su moral exigente,debía causar impacto en los espíritus más elevados del helenismo. Y losjudíos que lo advertían procuraban granjearse prosélitos. El autor del librode la Sabiduría pretende establecer un diálogo entre la religión israelita yla literatura helenística y atraer a los paganos a la fe de Israel.Estructura e ideas teológicas clavesEl libro se divide en tres partes claramente distintas por el género literarioy sobre todo por su contenido. Un hilo conductor da unidad a las trespartes, a saber, la sabiduría considerada desde una triple vertiente: lamoral y escatológica que opone la suerte del justo y del impío en el másallá; la especulativa que trata de penetrar en la naturaleza, propiedades yexcelencias de la sabiduría; y la histórico-israelita que pone de relieve laprovidencia de Dios sobre Israel y el castigo de los egipcios.La primera parte (Sab 1-5) respira un aire de tranquilidad y triunfofrente a la inquietud y desasosiego que reflejan otros libros sapienciales(Job, Eclesiastés…) ante el problema de la retribución. Se manifiesta en lasegunda parte (Sab 6-9) un notable progreso en la revelación de laSabiduría que preludia la revelación neotestamentaria de la SegundaPersona divina: el Hijo. La tercera parte (Sab 10-19) pone de relieve la providenciade Dios que, por medio de la Sabiduría, dirige la historia de los21


“Comunión de San <strong>Jerónimo</strong>”. Grabado de Giovanni Cesar Testa, según el famosocuadro del Domenichino.22


orígenes del pueblo escogido. Intercala en ella la más fina ironía contra elculto idolátrico.Ahondando en las ideas teológicas de cada parte destacamos que laprimera (Sab 1-5) presenta un género literario que, aunque sapiencial,arroja una notable diferencia con los otros libros sapienciales. Estos presentanmáximas yuxtapuestas, experiencias de la vida práctica, sin apenasconexión de unas con otras. En el libro de la Sabiduría tenemos ampliosrazonamientos orgánicos. El carácter hebraizante y los recursos semíticos,que algunos pretenden descubrir en esta parte, no revelan un originalhebreo. La lengua, estilo y unidad de composición garantizan su composiciónen lengua griega. En cuanto al contenido, presenta la sabiduríacomo fuente de vida e inmortalidad para el hombre, las relaciones entre lasabiduría y la justicia en su aspecto retributivo. El autor de Sabiduría es elprimero, entre los sabios de Israel, que afirma con claridad meridiana elpremio de los justos y el castigo de los impíos en un más allá. Aquéllosvivirán para siempre (Sab 5, 15) una vida feliz junto a Dios (Sab 3 ss) despuésde su muerte. Estos, por el contrario, no tendrán esperanza y consueloen el día del juicio (Sab 3 ss) y sufrirán un oprobio sempiterno, desoladosy sumergidos en el dolor (Sab 4 ss). El autor se sitúa en la línea del“siervo” de Yahvé de Isaías.Puede sorprender que el autor hable sólo de inmortalidad del alma yno de la resurrección de los cuerpos, de que hablaron Dn 12, 12 y 2 Mac 7,9ss. La razón está en el ambiente helenista en que escribe, ambiente en elque se consideraba al cuerpo como cárcel del alma. La felicidad consistíapara los filósofos griegos precisamente en la liberación del cuerpo. Hablarde la resurrección del cuerpo podría dar lugar a entender que el alma alfinal volvía otra vez a su cárcel.La segunda parte (Sab 6-9) tiene un género literario similar al de la primera,con mayor influencia de recursos literarios e ideas helenistas. Encuanto al contenido, el autor presenta la más elevada revelación de la sabiduría,que considera en sí misma (Sab 7, 22-24), en su relación con Dios(Sab 7, 25s) y en su proyección sobre el hombre y el universo (Sab 7, 27-8ss). Personifica el atributo divino de tal manera que, si bien no alcanza laPersona divina, prepara la revelación neotestamentaria de la misma. Se le23


atribuye una función mediadora en la creación y conservación del universoque prepara y explica la pronta atribución al Verbo Encarnado de sumisión cósmica (véase Col 1, 15-17; Heb 1, 2s; Jn 1, 3.10). Incluso se atribuyena la sabiduría efectos que la teología neotestamentaria atribuye a lagracia: habita en los justos (Sab 7, 27), implica la guarda de los mandamientos(Sab 6 8), hace amigos de Dios (Sab 7, 14.27), ama a los hombres(Sab 7 23), lleva a la inmortalidad (Sab 6, 18-20; 8, 13.17), es puesta en relacióncon el Espíritu (Sab 1 4ss; 7, 22; 9 17).La tercera parte (Sab 10,19) presenta, en cuanto al género literario, unarelectura midrásica de los relatos del Éxodo, juntamente con el contraste oconfrontación de la actitud de Dios con los israelitas y los egipcios. A losrelatos del Éxodo se añaden rasgos más dramáticos e impresionantes.Unos están tomados de la tradición, otros, por la viva imaginación oriental.No se trata de una narración rigurosamente histórica, sino de unaampliación imaginativa de los datos del Éxodo. La finalidad y contenidoclave de esta tercera parte es poner más de relieve la guía providente deDios en los orígenes de la historia de su pueblo escogido. Y, en contrastecon ella, su justicia sobre los egipcios que se opusieron a los planes de Diossobre Israel. En Sabiduría 12-15 el autor hace una amplia digresión sobrela idolatría a la que ridiculiza con la más fina ironía. Comienza con unaimportante afirmación: el hombre puede conocer la existencia de Dios apartir de la consideración del poder y belleza de la creación. Y expone a lolargo de la misma la necedad y consecuencias morales que lleva consigola idolatría.Queda patente en el conjunto de datos señalados la importancia singulary trascendental de este libro. Si los judíos palestinenses no lo admitieronen su canon de libros inspirados debido a su elaboración en época tardía,fuera de la tierra en lengua griega, lo admitieron, sin embargo, losjudíos alejandrinos. Y la Iglesia, desde los primeros Concilios, lo ha tenidoentre los libros canónicos.Ciertamente que el ambiente en el que fue escrito el libro difiere notablementede nuestra época, pero siempre ofrecerá al cristiano un alimentoespiritual de alta calidad; la liturgia de la Iglesia se ha aprovechado ampliamentede él.24


el santo viejo su maestro, Fr. Tomás, Fr. Vasco, con sus compañeros, pasótambién a España, concretamente a Toledo, quizá unido al grupo queluego se estableció en El Castañar. Parece ser que un cardenal legado -donGuillermo-, con cierta misión en España, que le había conocido en Italia,le dio una ermita en las afueras de Toledo, pero el arzobispo de Toledo lepuso inconvenientes, por lo que decidió pasar a Portugal, estableciéndoseen Peñalonga.Allí edificó celdillas separadas y una ermita a San <strong>Jerónimo</strong> y reuniódiscípulos haciendo vida en extremo observante, por lo que no perseverabanlas vocaciones.Después de haber perseverado en dicho estado de 1355 a 1387, enteradode las fundaciones jerónimas de Castilla y Aragón, decidió mudar suestado y transformarlo en cenobítico, como habían hecho sus antiguoscompañeros venidos de Italia. A tal fin, envió tres discípulos a Roma yBonifacio IX concedió en 1400 la bula solicitada. Pero en ella no se mencionabaa fray Vasco porque, uno de los enviados, Fernando Yáñez -nonuestro Fernando Yáñez de Figueroa- trató de hacerse cabeza. Al regreso,fray Vasco se humilló y profesó ante él, pero los demás eligieron a frayVasco de prior y el tal Fernando abandonó el monasterio y acabó mal.En la bula, además de la fundación de Peñalonga, se permitía la de otromonasterio más y se extendía a ambos las gracias y privilegios queGregorio XI concedió a los monasterios jerónimos de Castilla y Aragón.Fray Vasco fundó el segundo monasterio -¿San <strong>Jerónimo</strong> de Omato?- yvolvió a vivir a Peñalonga. Más tarde, Juan I de Portugal dio una ley queprohibía enérgicamente a los monasterios tener bienes propios y, por lomismo, les obligaba a vivir exclusivamente de la mendicidad. Fray Vascocomprendió lo mucho que esta medida dañaba al desenvolvimiento de sufundación, pues era difícil mantener el recogimiento interior estando constantementependientes de la mendicidad, y decidió tornar a Castilla conalgunos de sus discípulos.Y pensando que en Andalucía no había aún monasterio alguno de laOrden, decidió marcharse a Córdoba. Como primera providencia envióallí a dos monjes de su monasterio para que gestionasen con el obispo su26


establecimiento en las famosassierras que allí había con tradiciónmonástica. Era el obispodon Fernando González Deza,quien se mostró ilusionado conel proyecto y se convirtió en unapoyo incondicional.Dados los pasos oportunos,los enviados volvieron a Peñalonga,informaron a fray Vasco,y un pequeño grupo setrasladó a Córdoba con el santoviejo al frente. Fueron muybien recibidos por el obispo,quien les hospedó en su casahasta que pudiesen habitar enValparaíso, lugar que les donódoña Inés de Pontevedra. Comofechas conocemos el 10 demayo de 1405, en que se firmóla donación de Valparaíso, y el9 de julio de 1408 en que frayVasco toma posesión, de manosdel obispo.Tomada la posesión comenzóenseguida la vida cenobíticacon gran fervor y observancia.Fray Vasco despertaba admiración entre los que le conocían: alto, fuerte,calvo, de más de 85 años, su conversación y su mirada impresionaban aquienes le trataban. Pronto se extendió la fama observante y la vida deoración y ascetismo que en Valparaíso se hacía y comenzaron a acudir lasvocaciones de todos los estrados de la sociedad.Un rasgo muy característico de Valparaíso -y de la espiritualidad defray Vasco- fue desde el primer momento un marcado acento monástico,27


Monasterio de Valparaiso (Córdoba).28


un deseo de apartamiento, no sólo espiritual, sino incluso físico, delmundo, un alejamiento del trato con los seglares. Se cuenta que prohibióa las mujeres la entrada en el valle: tres reinas lo intentaron, pero desistieron;tres mujeres nobles lo hicieron y tuvieron mala suerte: murieron enbreve y de mala manera.Por otro lado, como dice Revuelta, tenía una aversión visceral hacia lomendicante: “Hijos -decía fray Vasco-, antes arañarlo que demandarlo”.Junto a ello un interés grande por el trabajo manual, como medio de sustentoy como medio ascético de evitar el ocio y la vida muelle.El gran amor que sus monjes le profesaban se originaba en el que “elsanto viejo” les demostraba. Escribe Sigüenza: Dos cosas se juntaban en estesanto varón para con los religiosos que tenía a su cargo, que se hallan dificultosamenteen los prelados, siendo entrambas muy necesarias y hacen gran falta si faltan:amor como de madre ternísima, prudencia y valor admirable para mortificarleslas pasiones.En la observancia de la vida común, fray Vasco perseguía las singularidades,reprendía las palabras vanas y avisaba del gran peligro de relajaciónque entraña el que los jóvenes vean a los viejos poco fervorosos o condispensas en el comer y en el vestir. El cuerpo -decía- con poco se contenta sile rige bien el espíritu; el alma es la que no se puede hartar con cuanto hay en elcielo ni en la tierra, sino sólo con el criador de todo esto. Para conseguir tan altofin los medios no podían ser otros que la humillación, la penitencia y,sobre todo, la oración. Con razón acostumbraba a decir: Hijos, quien deveras ama a Dios ha de aborrecer su carne y su vida, como Él mismo lo enseñó:son muy contrarios y no pueden morar juntos, ni servirse de una vez, señores detan diferentes condiciones.Distinguíase fray Vasco por su gran espíritu de oración. Con frecuenciarecitaba unas jaculatorias, oraciones que por su brevedad manteníanmás vigilante la atención y dificultaban las distracciones. Sus discípuloslas escribieron en un códice que tenían en gran estima. Sigüenza lo conocióy escribe acerca de ellas: Cuando estuvo en Italia había deprendido unasoraciones que llaman los santos “jaculatorias” porque son como unas flechas amorosasarrojadas del alma para herir el pecho divino e inclinarle a que nos mire con29


ostro de clemencia. Llamábanlas entre los ermitaños de Italia las laudes de Jacobopor ser compuestas de un gran siervo de Dios que se llamaba así. Estas laudesdaba fray Vasco escritas a sus hijos y les rogaba las deprendiesen de coro y las rezasenmuchas veces porque tuviesen siempre la lengua y la memoria ocupadas en lasalabanzas divinas. Hasta ahora se conservan en aquel convento... decía el santoque son de gran devoción estas oraciones breves y frecuentes porque antes que seresfría la devoción y atención del alma, se rematan felizmente y no se da lugar alenemigo para entrar en juego, poner tedio, frialdad y distracciones del pensamiento...Sigüenza transcribe algunas de estas laudes y las comenta. Allíremito al interesado. Pongo una de muestra:O bon Iesu, poi che me ai enamorato?del ultimo stato me dona certanza.1 Certanza me dona del ultimo stato,che io non pereza per tal demorare:o bon Iesu tu que sei luce pura,en tercia persona me fa transformare:e fame stare en perfecta onionecon quanto d´amore sentir alegranza,del ultimo stato me dona certanza.Comenta Sigüenza: En la primera estanza o copla pide al Señor firmeza eneste perfecto estado, porque la tardanza en la morada terrena no le dañe: y diceluego. Tu buen Jesús, que eres luz pura, hazme transformar en el amor de la personatercera... para que ansi me hagas estar en una perfecta unión contigo, sintiendoen tan grande grado de amor un gozo inefable: lo que prometió Cristo cuandodijo: “Iterum videbo vos, et gaudebit cor vestrum et gaudium vestrum nemotollet a vobis.En fin, muchas más cosas podríamos escribir de este santo varón, perohay que terminar. Diré algo de sus últimos momentos, también con palabrasde Sigüenza: Un año antes que pasase de esta vida le reveló nuestro Señorsu muerte, y él a sus discípulos, con palabras no muy oscuras, aunque con muyclaras obras. Hacía mayor penitencia, oración más continua y otros trabajos corporales,que en aquella edad decrépita, no sólo se habían de dejar, más aún habíande estar olvidados. Renovolos entonces con un espíritu tan fervoroso que parecía30


Monasterios de El Parral y Guadalupe.(y lo era sin duda) sobrenatural. Decíales algunas veces: Hijos, partirme quiero,bien será que pongáis los ojos en un buen pastor... Como le veían tan sano, y alparecer en buena disposición, decíanle: Padre, no nos digas estas palabras, que aunde burlas las sufrimos mal. Íbase cumpliendo el año... diole un accidente ligero yalgunas calenturas... Entendiendo que se remataba el plazo echose en la cama ydecía, hablando con Jesucristo amorosamente: En tierra ha caído ya Señor tu caballero,ahora es el tiempo del socorro, porque no perezca en manos del enemigo... Yano podían los hijos de fray Vasco disimular más su tristeza, y viéndolos tan acongojadosles dijo: No lloréis hijo, no lloréis, que ya era tiempo el Señor hubiese piedadde mí, y no creáis que se olvida de vosotros: rico es para todos los que le llamany se ofrecen a él...Llegose la hora del tránsito, y como estaba su pecho lleno de paz..., no rezó elsalmo 50 de la penitencia, sino el 44, que es el epitalamio y cantar de bodas delEsposo de las almas diciendo: “Eructavit”... Cuando llegó al verso: “Hermososobre todos los hijos de los hombres, tus labios están llenos de gracia”, no pudo31


detenerse el alma sin besarle con el beso de su boca. Salió luego del cuerpo, y asíabrazados se fueron juntos a la gloria... Quedó su cuerpo hermoso, no yerto, nihelado, sino fácil y tratable como vivo. Ponía esto admiración en los siervos deDios. Díjoles fray Lorenzo su discípulo y hijo querido: Acordaos hermanos, quenuestro padre viviendo dijo muchas veces, que los cuerpos de las almas que ibanderechas a la gloria, no se helaban, ni ponían rígidos o intratables. Pudo ser dijeseesto el santo varón, para darlo por señal de su gloria...En fin, concluyo con una anécdota sobre él, que nos cuenta Vega:Escribió el vicario, fray Lorencio un libro de la vida del varón sancto quando élaún vivía. Y como un día acaso el sancto viejo entrasse en su celda y hallase estelibro onde estaba escripta su vida, tomolo y echolo en el fuego, diciendo: “No mehagas sancto antes de tiempo porque mientras que en esta vida vivimos, estamospuestos en tantos peligros que no es segura ninguna alabanza por más sanctos quesean los hombres; quanto más de los que somos pecadores. Y ruego a mi SeñorJesucristo que en el libro del cielo tenga por bien de tener escripto mi nombre; quepoco cuydado tengo que se escriban mis obras en la tierra, porque si alguna cosade bien en esta vida hazemos, non es nuestro, mas de Dios, que nos da su graciapara ello; y así, a Dios se debe la alabanza y no a los hombres”.BIBL.: Libro de biografías de los monjes deste monesterio de Valparaíso, ms.s. XVI, AHN, Códices, 233B; P. DE LA VEGA, Crónica de los frayles de laorden del bienauenturado sant Hieronymo, Alcalá de Henares, 1539., fols. 33v-37; GÓMEZ CRESPO, Juan, Los <strong>Jerónimo</strong>s de Valparaíso, en “Bol. de la RealAcademia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, 18(1947)5-70; GRACIA BOIX, Rafael, El Real Monasterio de San <strong>Jerónimo</strong> de Valparaísoen Córdoba.Córdoba, 1974; J. M. REVUELTA SOMALO, Los <strong>Jerónimo</strong>s. UnaOrden religiosa nacida en Guadalajara, Guadalajara, 1982., págs. 74-77, 257-265; J. A. DE FREITAS CARVALHO, Nas origens dos <strong>Jerónimo</strong>s na PeninsulaIbérica: do franciscanismo à Ordem de S. <strong>Jerónimo</strong> - o itinerário de Fr. Vasco dePortugal, en “Revista da Faculdade de Letras. Porto, 1984, págs. 9-131;DOS SANTOS, Cándido, Os <strong>Jerónimo</strong>s em Portugal. Porto, 1996, 2ª edic.,págs. 3-13; J. DE SIGÜENZA, Historia de la Orden de San <strong>Jerónimo</strong>,Valladolid, 2000, T. I, págs. 59-64, 152-156, 193-197, 241, 244-265, 300-303,462, 539-546.32


TEXTOS DE LOS PADRESLA PERPETUA VIRGINIDAD DE MARIA(Contra Helvidio)Fr. Andrés Gª Torralvo.Santa Mª del ParralSegovia.Con este número concluimos la síntesis del opúsculo de San <strong>Jerónimo</strong>“La perpetua virginidad de María” que hemos venido ofreciendo en losnúmero anteriores. Lo hacemos precisamente coincidiendo con la clausuradel Año Mariano proclamado en España con motivo del 150 aniversariode la declaración del Dogma de la Inmaculada, que fue la motivaciónpara ofrecerlo.Son muchos y densos los párrafos que nos restan (11 al 22), por lo que seimpone una selección. En ellos <strong>Jerónimo</strong> responde a la última cuestiónpresentada por Helvidio, el tema del “primogénito” y los hermanos deJesús, que aun hoy día hay sectas que se dicen cristianas y lo ponen comocontradicción a la virginidad perpetua de la madre del Salvador.Los numerosos ejemplos que el monje de Belén trae a colación demuestra,una vez más, su profundo conocimiento de la Sagrada Escritura.Otro tema tratado al final del opúsculo es la comparación entre laVirginidad y Matrimonio, asunto que vamos a eludir por falta de espacio.Espero que la lectura de esta obra, que hemos venido ofreciendo en lostres números de este año, haya servido para avivar nuestra devoción a laVirgen Madre de Dios, en la que <strong>Jerónimo</strong> destacó en muchos de susescritos.33


LA PERPETUA VIRGINIDAD III11. (Última cuestión presentadapor Helvidio). El últimoasunto, que él ya pretendíaintroducir cuando trataba deltérmino «primogénito», es elde que en los Evangelios sehace mención de unos hermanosdel Señor, como en elpasaje en que se dice: He aquíque su madre y sus hermanosestaban afuera, deseando hablarcon él ; y en otro lugar: Despuésde esto bajó a Cafarnaum ycon él su madre y sus hermanos;e igualmente: Sus hermanos,pues, le dijeron: Parte de aquí ydirígete a la Judea, para quetambién tus discípulos vean esasobras que haces. Porque nadiehace las cosas ocultamente, sipretende manifestarse. Puestoque haces tales cosas, manifiéstateal mundo. Y Juan prosigue,diciendo: Ni siquiera sushermanos creían entonces en él.Marcos y Mateo, a su vez,dicen: Y les enseñaba en susinagoga, en su patria, de modoque se asombraban y decían: ¿DeFray José Mª de Madrid, OSH. Biblioteca delMonasterio del Parral.dónde le vienen esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero?¿No se llama su madre María y sus hermanos Santiago, José, Simón y Judas?¿Y sus hermanas no están todas entre nosotros?34


También Lucas en los Hechos de los Apóstoles dice: Todos estos perseverabanunánimemente en la oración, juntamente con las mujeres y con María lamadre de Jesús y con sus hermanos. Igualmente el apóstol Pablo está de acuerdocon la verdad de esta historia y habla de un modo semejante, diciendo:Subí (a Jerusalén) conforme a una revelación y no vi a ninguno (de los apóstoles)más que a Pedro y Santiago, el hermano del Señor. Y en otro lugar dice:¿Acaso no tenemos derecho a comer y beber? ¿Acaso no tenemos derecho a traercon nosotros a nuestras mujeres, lo mismo que los demás apóstoles y los hermanosdel Señor y Cefas?Por temor de que alguien se resistiera a aceptar el testimonio de losjudíos, que habían mencionado los nombres de dichos hermanos, y afirmaraque ellos habían caído en el mismo error que cuando se referían a supadre, Helvidio afirma ingeniosamente que tales nombres fueron tambiénconsignados en otro lugar por el evangelista y que corresponden a quienesfueron hermanos del Señor e hijos de María. Es Mateo quien dice:También estaban allí (es decir: ante la cruz del Señor, indudablemente) muchasmujeres, mirando desde lejos, que habían seguido a Jesús desde Galilea, sirviéndole,entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Santiagoy de José, y la madre de los hijos del Zebedeo. Marcos, por su parte, dice: Habíatambién unas mujeres mirando desde lejos, entre las cuales estaban MaríaMagdalena, María la madre de Santiago el menor y de José, y Salomé; y en elmismo pasaje, poco después, añade: Y otras muchas que habían subido con éla Jerusalén. Lucas, a su vez, dice: Eran María Magdalena, Juana, María la deSantiago y las demás que iban con ellas”.12. Hemos reproducido estos textos, a fin de que Helvidio no puedaproferir calumnias y decir a voz en grito que hemos eliminado aquellascosas que van en su apoyo, y que rechazamos sus opiniones no con testimoniosde la Escritura, sino con una discusión engañosa y falaz. Ahí tienes–dice- a Santiago y a José, hijos de María, que son los mismos a quieneslos judíos han designado como hermanos (del Señor); he aquí a Maríamadre de Santiago el menor y de José? Se le llama Santiago el menor, paradistinguirle del mayor, que era hijo de Zebedeo, tal como lo anota tambiénMarcos en otro pasaje en que dice: María Magdalena y María madre de35


Santiago y de José observaron dónde le ponían y, pasado el sábado, compraron perfumesy fueron al sepulcro. […]13. ¡Oh ciego delirio, oh mente insensata abocada a tu propia ruina!Dices que su madre estuvo presente junto a la cruz del Señor y que a causade su viudez y soledad fue encomendada al discípulo Juan, como si, segúntu opinión, no tuviera cuatro hijos y varias hijas para hacerle compañía.Además tú la tienes por viuda, pero la Escritura no dice nada a ese respecto.Alegas todos los casos presentados por los evangelistas, pero laspalabras de Juan no te complacen. Dices, como de pasada, que ella estuvopresente junto a la cruz del Señor, a fin de que no cause la impresión deque te lo callas de propósito, pero nada dices acerca de las mujeres queestaban allí junto con ella. Excusaría tu ignorancia, si no viera que lo callasintencionadamente. Escucha, pues, lo que dice Juan: Estaban junto a la cruzde Jesús su madre, la hermana de su madre María de Cleofás y María Magdalena.Nadie pone en duda que hubo dos discípulos que llevaban el nombre deSantiago: Santiago el hijo de Zebedeo y Santiago hijo de Alfeo. Ese otro, seael que sea, que es llamado Santiago el menor y que la Escritura mencionacomo hijo de María, pero no de la Madre del Señor, ¿lo tienes tú por apóstol,o no? Si es apóstol debe ser el hijo de Alfeo, pero éste creía en el Señor ypor tanto no sería uno de aquellos hermanos de los cuales la Escritura dice:Pues ni siquiera sus hermanos creían entonces en él» Si, en cambio, no es apóstol,sino un tercer Santiago, ¿cómo se le puede considerar hermano delSeñor y cómo, siendo un tercero, se le llama «el menor», teniendo en cuentaque la distinción entre uno mayor y otro menor suele hacer referencia ados personas y no a tres? Por lo demás, el hermano del Señor fue apóstol,según lo dice Pablo, a saber: Luego, pasados tres años, vine a Jerusalén, para vera Pedro y me quedé junto a él durante quince días. No vi a ningún otro apóstol, másque a Santiago, el hermano del Señor . Y en la misma carta leemos: Habiendo ellosreconocido la gracia que me ha sido dada, Pedro, Santiago y Juan, los cuales eranconsiderados como columnas... A fin de que no te figures que este Santiago seael hijo de Zebedeo, lee los Hechos de los Apóstoles y verás que a éste ya lohabía hecho matar Herodes. Así pues se ha de concluir que esta María, quees presentada como madre de Santiago el menor, debió ser la mujer de Alfeo36


Nuestra Señora de la Fuencisla.37


y hermana de María, la Madre del Señor y la misma a quien JuanEvangelista llama María de Cleofás, atribuyéndole este nombre ya sea porrazón de su padre, o de su familia, o por otro cualquier motivo. […]14. Lo que ahora tratamos de explicar es por qué son llamados hermanosdel Señor los hijos de María, la hermana de su madre, […]Tú me dirás: ¿Por qué, pues, son llamados hermanos del Señor quienesen realidad no eran hermanos suyos? Ahora mismo te haré ver que lasdivinas Escrituras hablan de hermanos en cuatro sentidos diversos: pornaturaleza, por estirpe, por parentesco y por afecto. Por naturaleza sonhermanos Esaú y Jacob, los doce patriarcas, Andrés y Pedro, Santiago yJuan. Por razón de estirpe todos los judíos se llaman entre sí hermanos.Por eso se lee en el Deuteronomio: Si compras a un hermano tuyo, hebreo ohebrea, te servirá durante seis años, pero al séptimo año lo despedirás libre de tucasa. En el mismo libro se dice: Constituirás príncipe sobre ti a aquel que hayaelegido el Señor tu Dios, y que sea uno de entre tus hermanos. No alzarás, pues,como príncipe a un extranjero, porque no es hermano tuyo”. También se lee: Sives un buey o un cordero de tu hermano que se haya perdido, no los dejes abandonados;llévaselos a tu hermano. Si tu hermano vive lejos y no le conoces, recógelosen tu casa y tenlos contigo, hasta que tu hermano venga a buscarlos, ydevuélveselo. El apóstol Pablo, por su parte, dice: Deseaba ser yo mismo anatemapor parte de Cristo, en bien de mis hermanos según la carne, que son israelitas.Por razón de parentesco se llaman hermanos quienes pertenecen a unamisma familia, o sea que tienen una patria común. Por eso los latinoshablan de «paternidades», refiriéndose a los que son descendientes de unaraíz común y que forman ya una numerosa posteridad. A este respecto,leemos en el Génesis: Dijo Abraham a Lot: Que no haya contiendas entre nosotrosdos, ni entre mis pastores y los tuyos, puesto que somos hermanos; y en elmismo pasaje se dice: Lot eligió para sí la región del Jordán y levantó el campamentoyéndose hacia Oriente y así cada cual se apartó de su hermano”. Y sinembargo, es cierto que Lot no era hermano de Abraham, sino hijo de suhermano Arán. Teraj, en efecto, engendró a Abraham, Najor y Arán; yArán engendró a Lot .38


También está escrito: Abraham tenía setenta y cinco años cuando salió deJarán. Y tomó Abraham a Sara su mujer y a Lot el hijo de su hermano . Si todavíadudas de que se denomine hermano al hijo de un hermano, fíjate en esteotro texto: Cuando Abraham oyó que se habían llevado cautivo a Lot, su hermano,escogió a trescientos dieciocho domésticos suyos”. Y, después de narrarsela derrota infligida con el asalto nocturno, se añade: Sometió toda la caballeríade los de Sodoma y recuperó a Lot, su hermanoDeberían bastar estas cosas para probar lo que llevamos dicho; mas, afin de que no continúes con tus sofismas y te escapes como una serpienteescurridiza, has de ser amarrado con las ataduras de tus testimonios, paraque no lances silbidos lastimeros, diciendo que has sido derrotado conargumentaciones y no con la verdad de las Escrituras.Jacob, hijo de Isaac y de Rebeca, cuando por temor de las asechanzasde su hermano, se fue a Mesopotamia, se acercó y apartó la piedra de laboca del pozo y dio de beber a las ovejas de Labán, el hermano de sumadre. Jacob besó a Raquel y, levantando la voz, lloró e indicó a Raquel que erahermano de su padre e hijo de Rebeca. Observa cómo aquí, siguiéndose lanorma antes indicada, el hijo de una hermana es llamado hermano.Poco después se lee: Dijo Labán a Jacob: Puesto que eres mi hermano, no hasde servirme de balde. Dime cuál va a ser tu salario. Transcurridos veinte años,cuando Jacob regresaba a su patria acompañado de sus esposas e hijos, sinque lo supiera su suegro Labán, éste lo alcanzó en los montes de Galaad y,al no encontrar en los equipajes los ídolos que reclamaba y que Raquel habíaocultado, Jacob le contestó, diciendo: ¿Cuál es mi culpa y cuál mi delitopara que así me persigas? ¿Por qué has registrado todos mis fardos? ¿Qué has encontradoque te pertenezca? Preséntalo aquí ante tus hermanos y los míos y queellos sean jueces entre nosotros dos.Respóndeme tú, Helvidio, a ver quiénes son estos hermanos de Jacoby de Labán, que allí estaban presentes. Esaú, el hermano de Jacob, ciertamenteestaba ausente y Labán, hijo de Batuel, no tuvo hermano ninguno,aparte de su hermana Rebeca.15. Innumerables son los ejemplos que a este respecto se encuentran enlas divinas Escrituras; mas, a fin de no alargarme, me limitaré a mencio-39


La Vírgen de la Paz. Retablo del Monasterio de Santa María del Parral.40


nar los que corresponden a la última de las categorías mencionadas, o seaa aquellos que se llaman hermanos por el afecto, lo cual puede referirse obien al afecto espiritual o bien al nomal y común. Por afecto espiritualtodos los cristianos nos llamamos hermanos, lo cual se refleja en estaspalabra: Mirad cuan bueno y delicioso es convivir los hermanos unidos, y enotro salmo en que el Salvador dice: Anunciaré tu nombre a mis hermanos; yen otro lugar ve a decir a mis hermanos....Hay además un afecto común, porque, siendo todos hijos de un mismoPadre, estamos vinculados por una misma fraternidad. Por eso está escrito:Decid a los que os odian: Sois hermanos nuestros; y el Apóstol dice a loscorintios: Si algún hermano es notoriamente fornicario, o avaro, o idólatra, oultrajador, o borracho, o ladrón: con ese tal, ni comer en su compañía. Y quedantodavía otros textos semejantes.Ahora yo te pregunto: ¿En qué sentido piensas que algunos en elEvangelio son llamados hermanos del Señor? ¿Según la naturaleza? Perola Escritura no lo dice, ni les llama hijos de María, ni de José. ¿Según laestirpe? Sería absurdo que unos pocos de entre los judíos fueran llamadoshermanos, siendo así que todos los judíos que estaban allí podrían, por lamisma razón, ser denominados hermanos. ¿Según el afecto, ya sea porvínculo humano o espiritual? Si fuese así, ¿quien podría llamarse hermanocon más razón que los apóstoles a quienes el Señor instruía en la intimidady a los que denomina «madres» y «hermanos»? Por lo demás, si seentendiese en el sentido de que todos, por el hecho de ser hombres, somoshermanos, sería insensato anunciar de un modo particular: He aquí que tumadre y tus hermanos te están buscando, teniendo en cuenta que todos loshombres, en el dicho sentido general, somos hermanos.Queda pues, según lo que hemos explicado anteriormente, que los considerahermanos por razón de parentesco y no de afecto, ni de estirpe, nide naturaleza. […]16. Tú, el más ignorante de los hombres, no habías leído estas cosas y,abandonando del todo el piélago de las Escrituras, has desfogado tu rabiainjuriando a la Virgen, a semejanza de aquel que, según dicen las fábulas,resultando ser un desconocido para la gente y no siendo capaz de imagi-41


nar ninguna acción noble que pudiera hacerle famoso, incendió el templode Diana y, como nadie divulgara aquel sacrilegio, se dice que él mismo sepresentó en público, proclamándose autor del incendio; y, al preguntarlelos magistrados de Éfeso por qué razón se había decidido a hacer tal cosa,él respondió: Para hacerme famoso por el mal, ya que no podía lograrlopor el bien. Así lo cuenta la historia griega.Tú has incendiado el templo del cuerpo del Señor; tú has contaminadoel santuario del Espíritu Santo, del cual pretendes que hayan salido unacuadriga de hermanos y varias hermanas. Uniendo tu voz a la de los judíos,dices: ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María y sushermanos Santiago, José, Simón y Judas? ¿Y sus hermanas no están todas entrenosotros?La voz «todos» se aplica sólo a una turba. Ahora yo pregunto: ¿Quiénte conocía antes de que profirieses tal blasfemia y quién te valoraba en dosases? ¡Has conseguido lo que pretendías: Te has hecho famoso con un delito!Yo mismo, que escribo en contra de ti y que habito en la misma ciudadque tú, ignoro, como quien dice, si eres blanco o negro. Paso por alto losdefectos de expresión, de los cuales está rebosando tu libro, guardo silencioacerca de tu ridículo exhordio: ¡Oh tiempos, oh costumbres! No reclamola elocuencia que tú, desprovisto de ella, exigías al hermano Carterio.Lo repito: yo no exijo la brillantez del estilo: lo que pido es la pureza delalma. Para los cristianos es una incorrección y un vicio el narrar o el haceralguna cosa indecente.Llegando ya a la conclusión, te presento un dilema y te hablo como sinada te hubiera expuesto ya antes: Los hermanos del Señor son llamadosasí de la misma manera que a José se le denomina su padre. En elEvangelio se lee: Tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando. La quehabla así es su madre; no los judíos. El mismo evangelista es el que anota:Su padre y su madre estaban maravillados de las cosas que se decían de él. Hayademás otros pasajes semejantes, que ya hemos presentado y en los cualestambién se les denomina padres. Y para que no pongas quizá el pretextode la diversidad de los códices, ya que sin razón alguna te has persuadidode que los códices griegos han sido falsificados, acudo al Evangelio deJuan en el cual de un modo clarísimo está escrito: Encuentra Felipe a42


Natanael y le dice: Aquel dequien escribió Moisés en la ley eigualmente los profetas, le hemosencontrado: Jesús, hijo de José deNazaret. Esto ciertamente sehalla en tu códice.Respóndeme: ¿Cómo Jesúses hijo de José, si consta quefue engendrado por obra delEspíritu Santo? ¿Fue José verdaderamentesu padre? Pormás que seas insensato, ¿teatreverás a afirmarlo? ¿O sólose le tenía como padre? Aquellosotros, pues, son consideradoshermanos del mismo modoque José fue consideradopadre. […]22. Hemos hablado al estilode los retóricos y nos hemosejercitado un poco a lamanera de los declamadores.Nos obligaste a ello, Helvidio, tú que, resplandeciendo ya la fulguranteluz del Evangelio, pretendes que corresponde idéntica gloria a las vírgenesy a las casadas. Me imagino que, una vez que has sido vencido por lafuerza de la verdad, te dedicarás a injuriarme y a desacreditar mi vida.Esto es lo que suelen hacer las mujerzuelas que, desde los rincones, maldicendel dominio ejercido por sus señores. En previsión de esto afirmoque serán para mí una gloria tus insultos y que, con la misma boca con quedenigraste a María, me desgarres a mí y que una misma elocuencia caninarecaiga sobre el siervo y sobre la Madre del Señor.43


ORAR CON LOS SALMOSSALMO 14Sor Mª Luisa Parias BurruecoHija de la Caridad.Córdoba.TEXTOSeñor, ¿quién puede hospedarse en tu tienday habitar en tu monte santo?El que procede honradamentey practica la justicia,el que tiene intenciones lealesy no calumnia con su lengua,el que no hace mal a su prójimoni difama al vecino,el que considera despreciable al impíoy honra a los que temen al Señor,el que no retracta lo que juróaun en daño propio,el que no presta dinero a usurani acepta soborno contra el inocente.El que así obra nunca fallaráCOMENTARIO.Comienza el salmista haciéndose una pregunta: ¿Quién es dignode estar ante el Señor? ¿Quién es el justo?A lo largo del salmo da la respuesta, para terminar diciendo: el que hagaesto, acierta.El salmista hace un decálogo de amor al prójimo, que debe cumplirtodo aquel que desee entrar en la presencia de Dios.Lo que desconcierta o lo que admira, es que la respuesta no es laque parecería lógica: A Dios sólo lo verá, sólo podrá estar en su presencia,el que lo ame, el que rece, el que sea un gran creyente. Pues no: todo elsalmo se refiere a nuestro comportamiento con el prójimo, sobre todo con44


los pobres, los indefensos. (“Cuánto hicisteis a uno de estos pequeños, a mí melo hicisteis.”(Mt 25,40), dirá Jesús.) Es decir, que Dios sólo admite en su casaa los que han hecho bien a los demás. El salmista, da por supuesta la fe.Pero en Mt, 25, 34-36, leemos: “Venid, benditos de mi Padre; tomad posesióndel reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambrey me disteis de comer…. y ellos le responderán ¿cuándo te vimos con hambre…?Es decir, que el pasaporte seguro para ser justo y entrar a formar parte delReino de los cielos, es el amor al prójimo, hacer bien en esta vida a los desheredados.Por eso, S. Juan, el Apóstol y Evangelista, que conoció a fondo elcorazón de Jesús, dijo: “El que dice que ama a Dios a quien no ve y no ama asu prójimo a quien ve, es un mentiroso.”En el seguidor de Cristo el amor tiene forma de cruz. Lo dijo Jesúsal responder a la pregunta de cuáles eran los mandamientos principales oel resumen de todos:Amar a Dios sobre todo:(sería el palo vertical);Amar al prójimo como a uno mismo.(Palo horizontal)Pero, como garantía de que el amor vertical es auténtico y no esuna evasión espiritualista, el amor al prójimo, la entrega a los demás, elservicio desinteresado y cariñoso a todo el que nos rodee, tiene que avalarlo.Y como seguridad de que el amor horizontal no es pura filantropía,el amor a Dios debe ser la base de nuestra entrega a los demás.El Salmo en el fondo, y en la forma, es un código moral, de los quetantos tiene la Biblia. Por citar alguno; Rm. caps. 12 y 13; 1 Cor. 13; Ef.4,25…Jesús lo expresó, por ejemplo, en la parábola del rico Epulón, quefue condenado no por rico, sino por no haber tenido compasión del pobreLázaro.45


Mosaico del Altar de San <strong>Jerónimo</strong>. Basílica de San Pedro en Roma.46


¿Quién puede entrar en el templo del Señor?En Mt. 5, 23-24 dice Jesús: “Si al presentar tu ofrenda en el altar teacuerdas de que un hermano tuyo tiene algo contra ti, deja la ofrenda allí, delantedel altar, y vete primero a reconciliarte con tu hermano, luego vuelves y presentastu ofrenda.”Está clarísimo: antes de entrar a hablar con Dios, antes de postrarnosen su presencia, hemos de estar en paz con los hermanos.Sin embargo, entramos en los templos impunemente, muy preocupados,eso sí, de ir vestidos elegantemente; comulgamos estando peleados,enemistados, divorciados de los hermanos, a veces con el corazónlleno de odio y de envidia.Pero Dios calla y espera.Vacíos estarían los templos si no se dejase pasar a los que no cumplencon el mandamiento del amor al prójimo; a los que pagan salariosinjustos; a los que tienen obreros con contratos basura; a los usureros; alos que difaman y calumnian con la lengua; a los que se dejan sobornar encontra del inocente… Pero Dios es compasivo y clemente y nos tolera paraver si nos arrepentimos y aprendemos de una vez lo que es ser cristiano,lo que significa celebrar la Eucaristía, que es inoperante sin amor al otro.Esto es aplicable a la vida familiar y a la vida comunitaria consagrada:si no hay amor entre los miembros, sobra la Eucaristía, sobran losrezos que no sean encaminados a la conversión.Solamente los que fundamenten su vida en el amor al prójimoestán preparados para entrar en el recinto sacro.47


DIOS TE LLAMA IIPENSAMIENTOS SOBRE LA VOCACIÓNDIOS TE LLAMA: ESCUCHA (III PARTE).Hay una pregunta repetida hasta la saciedad cuando se habla connosotros o de nosotros los monjes: ¿Para qué sirven? Es la pregunta delmillón. Y es difícil, mejor imposible, responderla, como a tantas cosas,sobre todo aquellas que tocan el sentido más profundo y hondo del hombreo la llamada inexplicable de Dios.¿Qué se busca? ¿Qué se espera? Si, a Dios… Pero, ¿no está en todas partes?¿Es necesario aislarse de esa manera? ¿Es preciso...? Cómo lo contaría…retengoen mi memoria:Cuentan de Beethoven que tocó una sonata para un amigo, éste le preguntó,después de la última nota: ¿Qué significa la música que has interpretado?.Beethoven volvió a sentarse al piano, toco de nuevo toda lasonata, y le dijo: Esto es lo que significa.Este tipo de respuestas parece la única respuesta posible a la pregunta¿Qué sentido tiene la vida contemplativa?.Valgan estas palabras para introducir estas reflexiones sobre la vocacióncontemplativa que venimos incluyendo en nuestra revista.¿PARA QUÉ SIRVEN LOS MONJE?Se habla del “vacío” de su existencia, es verdad. Están vacíos como losporos en el organismo.Por…ese vacío el mundo respira a Dios.48


En realidad….lo que el mundo les echa en cara es poner a sus males un remedio queno quiere aceptar, porque confunde su enfermedad con la santidad.Cuando…el mundo no cree que lo que ve y toca, ellos imitan la transparenciadivina. “Los seres celestiales- decía Marco Aurelio- pasan siempre inadvertidosa los hombres”.Y es que…en ese borrarse está la suprema eficacia.Porque…la vida de las almas está suspendida del hilo invisible de la oración,como el impalpable rayo de sol lo está de la vida de los cuerpos.Reproducen…en este siglo, preso de frenética agitación y velocidad, la inmovilidaddel acto puro.Por eso…alguien ha descrito el itinerario del contemplativo bajo el titulo de “elviaje anclado”.Ante…la idolatría de lo social, dan testimonio de lo primordial, la soledad delhombre unida a la soledad de Dios. Simona Weil dice: “lo social es la coartadade la caridad”.En efecto…las relaciones horizontales entre los hombres pierden su sabia y profundidadcuando no se articulan con la relación vertical hacia Dios.49


Si el cielo…niega la lluvia, todos los trabajos humanos de conducción y distribucióndel agua carecen de sentido.Los monjes…al amar a Dios plenamente, no excluyen a nadie, porque Él lo es todo.Este amor…al llegar a Dios devuelve a los hombres no esos bienes caducos y mezcladosde mal, que el tiempo mide y devora, sino el bien puro que desciendedel cielo y que el tiempo no puede dar ni quitarnos.Frente a…nuestra fiebre de posesión y conquista, recuerdan que “cero es elnúmero más cercano al infinito”.Afirman…la excelencia de la pobreza, a ejemplo de Dios, el supremo pobre, “que notiene nada, siéndolo todo”. En esta desnudez reside la verdadera riqueza.Poseen…en Dios no la apariencia efímera, más la realidad inmortal de toda cosa.Sí,…ciertamente los monjes ocupan un lugar en nuestro tiempo, nos traenaquello que más falta nos hace.Los monjes…nos recuerdan con su ejemplo la irreducible distancia que separa el universode la naturaleza del universo de la gracia.Contra…una religión muy “cósmica”, que tiende a diluir a Dios en su creación,atestigua que Él está más allá del mundo.50


Y contra…una religión muy “progresista”, tentada de identificar a Dios con laHistoria, nos enseña que está más allá del tiempo.Su vocación…no se opone al progreso humano, ni a nuevas formas de apostolado:mantienen ese equilibrio interior sin el cual las más bellas historias delespíritu se convierten en las peores derrotas del alma. “De que vale alhombre ganar el mundo, si…”No son…los hombres del mañana –tampoco los de hoy- Son los hombres desiempre.El ideal…del monje es ajeno al mundo en la exacta medida que el espíritu delmundo es ajeno a Dios. Cristo no era del mundo, por eso el mundo no Leconoció.Los monjes…no pertenecen al pasado ni al porvenir; no van ni detrás ni delante desu tiempo: están a la hora de Dios.Por ultimo…si el problema de nuestras relaciones con Dios y el prójimo no tienesolución más que a base de generosidad es evidente que si bueno y necesarioes “SEMBRAR”, mejor será “SEMBRARSE”.51


APORTACIONESJUAN BAUTISTA LUÍS PÉREZ,OBISPO DE OVIEDO.COFUNDADOR DEL INSTITUTO DEJERÓNIMAS DE LA ADORACIÓN.UN ENAMORADO DE LA EUCARÍSTIA.Hna. Maria del Carmen LagunaJerónima de la AdoraciónEl doctor Juan Bautista Luís Pérez, nació en Burriana (Castellón) el día1 de abril de 1874, en una humilde casita. Procedía, por sangre, de unmodesto hogar marinero.Siendo muy niño, por su inteligencia precoz, su hablar fácil y su comportamientosimpático y atractivo, se revelaba ya como un predestinado.A los tres años, en brazos de un familiar, era conducido los viernes cuaresmalesal calvario, donde leía el vía crucis, con la admiración de la devotamuchedumbre ante un niño que apenas podía sostener el librito en susfrágiles manos.Llamado por la vocación al sacerdocio, fue ordenado en Roma el 25 dejulio de 1896, por el papa León XIII. Ejerció el profesorado en el colegio deViciana y en el seminario de Tarragona. Fue obispo auxiliar de Toledo ymás tarde, el 1 de febrero de 1920, obispo de Oviedo. Al darse una nuevaorganización a la Acción Católica, la Santa Sede le nombró consiliariogeneral de la misma.El obispo Luís Pérez fue un escritor de altos vuelos. Es larguísima lalista de sus publicaciones que figura en la hemeroteca del arzobispado deOviedo, entre pastorales, libros y comunicaciones.Su devoción eucarística fue una constante en su vida hasta el punto deque deseaba tener en su diócesis una Congregación religiosa femeninadedicada al culto y devoción al Santísimo Sacramento. Su encuentro providencialcon la madre María de los Ángeles de san Agustín y su comunidadde jerónimas de Gijón, recién llegadas de Méjico, hizo que en dicho52


Obispo don Juan Bautista Luis Pérez, cofundador de las Jerónimas de la Adoración.53


convento cristalizara el instituto eminentemente eucarístico que llevaba enlo más profundo de su corazón.Con motivo del XXV aniversario de la Adoración Nocturna de Oviedo,salió de sus manos una magnífica carta pastoral sobre la eucaristía, que estodo un tratado sobre el tema. Consta de 94 páginas y está dividida en VIIIcapítulos. Fue firmada en Avilés el 20 de mayo de 1928. No renunciamosa la satisfacción, plenamente legítima, de extractar unos amplios párrafosde esta bella pastoral por el bien que nos puede proporcionar a sus hijaslas Jerónimas de la Adoración y a cuantos deseen profundizar en el temade la Eucaristía:“Porque ignorar la religión es desconocer a Cristo, y conocer la religiónes saber mucho de Cristo, porque en Él están encerrados los tesoros de ladivina sabiduría. Saber mucho de Cristo es como, dice san Pablo, saberlecrucificado, que es conocerle con luz de fe y gustarle en la suavidad y dulzurade su pasión. Porque aunque ésta fue para Él amarga, fue para nosotrosmás sabrosa que la miel, porque la encerró en el Pan eucarístico, quees pan del cielo, que contiene en sí todos los deleites...Son las almas eucarísticas, la raza de los escogidos, los que llevan en elfondo de su corazón grabado por sus comuniones sacramentales y por susansias espirituales de comulgar, el sello de los predestinados. ¡Cuánnumerosos son!. Ellos pueblan la tierra alrededor de incontables tabernáculos,como puntos luminosos que forman constelaciones y ahuyentan lastinieblas que envuelven la tierra; son almas de la Iglesia, los consoladoresde Jesús; las águilas del espíritu que se congregan allí donde está elCuerpo de Jesús...La Eucaristía es la gloria y el honor de la Iglesia celestial y terrena. Esel centro motor, el corazón de donde fluye la vida, no sólo del espíritu,sino también de nuestros cuerpos en los que ingiere como una semilla deresurrección y de incorruptibilidad...La Eucaristía es a los sacramentos lo que el sol a los planetas. Está enmedio de ellos y a todos les presta la luz de su hermosura. Les da claridady virtud, y nada recibe de ellos. Por eso la Eucaristía fue llamada SacramentumSacramentorum, y por antonomasia el Santísimo Sacramento...54


La Santísima Eucaristía es elreceptáculo inmenso que contieneen sí la vida de la graciapresente y la vida bienaventuradade los cielos. En ella está lacausa de nuestra salud, el panque nos da fuerzas para subir almonte santo de Dios, la Jerusalénceleste...Como dice san Juan Damasceno,la Eucaristía es comouna brasa de fuego muy encendida,porque la carne de Cristoestá unida a la Divinidad, y larecibimos para encendernos ydeificarnos. He aquí el frutoque esperamos: no queremospara vosotros. fuera del conocimientonecesario, la ciencia dela Eucaristía, sino el amor de laEucaristía...Sor Mª de los Ángeles de San Agustín,fundadora de las Jerónimas de laAdoración.Así en la Eucaristía el amor, aún siendo infinito, parece a nuestra limitadacapacidad que se supera así mismo y que contiene de un modo eminentetodas las demás pruebas que de su amor nos dio Dios. Por eso la llamamoscon verdad el AMOR DE LOS AMORES, porque cuando miramosla Sagrada Hostia, resplandeciente con la claridad del amor de Dios,vemos cómo todas las verdades de nuestra santa religión, todas las divinastrazas del Salvador ...todo estaba ordenado y dirigido a conducirnos ala Eucaristía, a vincularnos a ella, fundirnos en ella, para de este modomoldear, afinar y pulir nuestras almas con toques delicados de amoresdivinos para expulsar todo lo que en nosotros no es de Dios...Los sacramentos son ríos de gracia, pero la Eucaristía es la fuente quelos nutre. Ella es el oriente hacia donde mira toda la vida sobrenatural,porque de ella sale el Sol, Cristo Jesús, cuyo amor es luz de las inteligen-55


cia y vida de los corazones que antes estaban sentados en las tinieblas y enlas sombras de la noche...Adoradores, adoremos al Sacramento, al Verbo hecho hombre, presenteen la Santísima Eucaristía por medio del Sacramento. Por eso nuestraadoración, aún siendo nuestra, es agradable a Dios, y sube hasta su tronoen olor de suavidad; porque es verdadera y espiritual, porque es la oblaciónamorosa que hacemos a Dios del don infinito que de Dios hemos recibido:nuestra adoración es nuestro sacrificio de alabanza, el cáliz de lasalud...Nos, estimamos que hemos de sacar grandes provechos de nuestrossantos sacrificios, de nuestras comuniones y adoraciones, si las hacemosen María, con María y por medio de María. Sea ella nuestra Maestra y guíaen el culto de amorosa adoración que constantemente hemos de rendir aJesús Sacramentado. “La Mujer que nos dio el Señor nos dio el fruto delárbol de la vida, comimos y hemos sido vivificados”.Invocando a la Santísima Virgen para que nuestra humilde palabra seafructuosa en vosotros y para que toda nuestra vida esté consagrada alamor, a la reverencia, al honor y a la gloria de Jesús Sacramentado, osdamos, venerables hermanos y amados hijos, la bendición pastoral...”Al término de sus días, cuando vio agravarse su enfermedad, expresóel deseo de ser atendido por sus hijas espirituales, las Jerónimas de laAdoración, y es trasladado a Madrid, a la calle de Méjico, donde lasmadres tenían su convento. Después de dos días de cama y tras recibir contoda devoción los santos sacramentos, sin perder el conocimiento y casisin agonía, entregó su alma al Señor, apoyado en los brazos de la madreMaría del Sagrado Corazón, el día 6 de noviembre de 1934 a las diez de lanoche.Sus restos fueron trasladados a la catedral de Oviedo para ser inhumadosen la capilla de santa Eulalia, patrona del obispado, donde descansanactualmente.Terminamos esta semblanza de este gran prelado, a quien tocó vivirtiempos heroicos para la Iglesia de Asturias, y supo mantener, con dignidady prudencia, la antorcha de la fe entre persecuciones de toda índolecontra la Iglesia. Sólo su gran vista pudo librar a la Iglesia, en la diócesisde Oviedo, de peores males, Su calma y paciencia pusieron muy alto elprestigio de la Iglesia.56


EL RINCÓN DEL POETAEL DEDO DE DIOS (Cf. foto contraportada)Fr. Andrés Gª Torralvo, OSHMonasterio Santa Mª del Parral (Segovia)Escribo mi rincón, hoy 28 de noviembre cuando salta la noticia de queen el norte de la isla de las Palmas de Gran Canarias, vientos de 130 kilómetrospor hora han destruido la formación rocosa conocida con el nombrede “El Dedo de Dios” . Pero aún quedan, que yo conozca, otras esculturasnaturales llamadas con el mismo nombre. Una en el Valle Encantadode la Patagonia argentina. Y otra, desconocidísima, la que se ubica en lahuerta del Monasterio del Parral.Supe de ella en una de mis primeras visitas al monasterio, cuandopaseando por la huerta, ante un ribazo, me paré a contemplar el toscomonolito que ilustra la contraportada…-Es el Dedo de Dios, dijo mi acompañante.-¿Por qué ese nombre? Pregunté…, más no me supo responder.He interrogado a la comunidad el por qué esa designación y la primerareacción ha sido de sorpresa, pues no saben nada del epíteto dado alpequeño menhir. Si me dijeron que apareció enterrado y que Fr. Franciscode Andrés, entonces prior del Parral, que ignoraba igualmente esta designación, lo levantó del suelo y colocó en este lugar.Anécdotas aparte, el caso es que a este pobre poeta le da por pensarcuando pasa por allí, incluso en otras muchas ocasiones, sobre el tema,especialmente en el coro cuando cantamos el salmo 8, y me recreo en latorpe glosa que del versículo cuarto he compuesto:CUANDO COMTEMPLO EL CIELOOBRA DE TUS DEDOSLA LUNA Y LAS ESTRELLAS QUE HAS CREADONo puede ser su dedoasí de duro y tosco.Niégolo yo en mi credo,57


que no es mi Dios tan hoscoque terror cause y miedo.Si las criaturas son el velotras las que veo su figura,me sereno y consueloe intuyo su finuraCUANDO CONTEMPLO EL CIELOLa limpia aurora, suavedestella claridades,callada grita: ¡salve!.Con su luz nos invadey otórganos la clavepara loar sin miedostu perenne dulzura.Con sonoros denuedosproclama: ¡Qué hermosuraLA OBRA DE TUS DEDOS!Muy delicadamentetu sinfonía entonopues me siento videntea los pies de tu trono.Te percibo vivienteen el fino brocadoque canta tu victoria.Magnífico entorchadoLA LUNA… en trayectoria…Y LAS ESTRELLAS QUE HAS CREADO.En el lenguaje bíblico, dedo, mano o brazo, vienen a designar acción conun matiz de poder. Decir pues dedo, mano o brazo de Dios expresa el poderdel Señor tanto en la creación como en la historia. (Hacer un rastreo teológicopor todas las citas que utilizan estos símiles sería apasionante, más…no es labor del poeta que deja este reto a los entendidos en Escritura…).58


Lo que pretendo resaltar es que en el dedo, la mano o el brazo de Diospodemos encontrar la seguridad, la elección, la transmisión de su Espíritu…¿Y cómo va a ser así de tosco y hosco un dedo que otorga el Espíritu aquien Él elige?Veamos los grabados que ilustran las paginas de esta sección y quecorresponden a la obra de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina en aqueldetalle de la creación de Adán que tiene como punto central el contactoentre los dedos del Creador y los de Adán, a través del cual se transmiteel soplo de la vida.Ese sí, me digo, es el Dedo de Dios, suave al tiempo que potente, delicadoy tierno pero enérgico.Es cierto que el Dedo de Dios, su mano poderosa, puede hacerse pesaday herir, cuando se ha despreciado el amor insistente del que daba pruebacomo un medio de hacer volver hacía él…, pero queda expresado que Élhiere y venda la herida…Buscando razones por las cuales, alguien con una mente más terribleque amorosa sobre Dios, pudiera haberle dado ese calificativo al monolitoque venimos comentado, profundizo en la Escritura.En el libro del Éxodo (31,18) puede leerse: Y dio a Moisés dos tablas deltestimonio, tablas de piedra escritas con el dedo de Dios. Y me digo, ciertamenteque para escribir en piedra se necesitaría un dedo así, mas no, pues loque escribió Dios fue algo tan sabio y amoroso, algo que guía tan sabiamentela conducta del hombre y que lo hace plenamente feliz, que no meconvence que fuera escrito con algo tan rudo.Sí, encuentro un texto en Lucas 11, 20 que dice: Pero si yo echo los demonioscon el dedo, entonces es que el Reino de Dios ha llegado a vosotros. Tal vezpara expulsar al maligno se necesite la fuerza bruta que puede desprenderla tosca piedra de nuestra huerta.Mas en estos días os invito a mirar detenidamente la mano pequeñita,el dedo sonrosado, del Niño que nos nace en Belén. Ese es nuestro Dios, elque nos salva desde la humildad, debilidad y anonadamiento. Y no haymás.59


Feliz Navidad“No nace entre el oro y las riquezas sino en un establo”.San <strong>Jerónimo</strong>. Homilía sobre la Natividad del SeñorLos Monjes <strong>Jerónimo</strong>s del Monasterio de Sta. María del Parralos deseamos y pedimos para vosotros lo mejor en estas fiestasde la Natividad de Ntro. Sr. Jesucristo, sobre todo que las viváismuy cerca de Dios y muy unidos entre vosotros,que es lo que os hará verdaderamente felices.60


SI DESEAS INFORMACIÓN VOCACIONAL PONTE EN CONTACTO CON:Noviciado Orden de San <strong>Jerónimo</strong>. Monasterio de Santa María del Parral - 40003 SegoviaTeléf. 921 43 12 98 • E-mail: oshsmparral@plan<strong>alfa</strong>.es

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