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Diálogo_de_las_relig.. - Editorial Sal Terrae

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Diálogo <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>ionesy autocomprensión cristiana


143Colección«PRESENCIA TEOLÓGICA»


ANDRÉS TORRES QUEIRUGA………………………………………………………Diálogo<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>ionesy autocomprensióncristiana………………………………………………………EDITORIAL SAL TERRAESANTANDER, 2005


© 2005 by <strong>Editorial</strong> <strong>Sal</strong> <strong>Terrae</strong>Polígono <strong>de</strong> Raos, Parcela 14-I39600 Maliaño (Cantabria)Fax: 942 369 201E-mail: salterrae@salterrae.eswww.salterrae.esDiseño <strong>de</strong> cubierta:Fernando Peón / Reservados todos los <strong>de</strong>rechos.Queda rigurosamente prohibida,sin la autorización escrita <strong>de</strong> los titulares <strong>de</strong>l copyright,bajo <strong>las</strong> sanciones establecidas en <strong>las</strong> leyes,la reproducción parcial o total <strong>de</strong> esta obrapor cualquier método o procedimiento,incluidos la reprografía y el tratamiento informático,así como la distribución <strong>de</strong> ejemplaresmediante alquiler o préstamo públicos.Con <strong>las</strong> <strong>de</strong>bidas licenciasImpreso en España. Printed in SpainISBN: 84-293-1617-5Depósito Legal: BI-2243-05Impresión y encua<strong>de</strong>rnación:Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya)


ÍndicePrólogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 9Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 111. El marco general . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 121.1. Una mutación radicalen la autocomprensión cristiana . . . . . . . . . . . . . 121.2. Un nuevo presupuesto:la revelación como mayéutica . . . . . . . . . . . . . . 142. La nueva situación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182.1. La ampliación <strong>de</strong>l mundo . . . . . . . . . . . . . . . . . . 182.2. El contacto real entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones . . . . . . . . . . 213. Los nuevos enfoques <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la teología . . . . . . . . . . . 223.1. Las tres alternativas formales . . . . . . . . . . . . . . . 223.2. Hacia un nuevo enfoque . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 263.3. Diálogo situado y sin privilegios . . . . . . . . . . . . 28CAPÍTULO ILa «particularidad» como necesidad histórica . . . . . . 311. La radicalidad actual <strong>de</strong>l problema . . . . . . . . . . . . . . . 311.1. No existe universalidad abstracta . . . . . . . . . . . 311.2. No existe revelación aislada . . . . . . . . . . . . . . . . 331.3. Está en juego el sentido mismo <strong>de</strong> la revelación 351.4. Orientación general <strong>de</strong> la respuesta . . . . . . . . . . 382. El (supuesto) silencio <strong>de</strong> Dios: Cur tam sero? . . . . . . 393. La (supuesta) «elección» <strong>de</strong> Dios: Cur tam cito? . . . 433.1. No existe un «favoritismo» divino . . . . . . . . . . . 433.2. La misión particularcomo «estrategia» <strong>de</strong>l amor universal . . . . . . . . 463.3. La prisa <strong>de</strong>l amor . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48ÍNDICE5


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA6CAPÍTULO IILa plenitud y <strong>de</strong>finitividad <strong>de</strong> la revelación cristiana 511. La autocomprensión cristianay la cuestión <strong>de</strong>l pluralismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 521.1. La imposibilidad <strong>de</strong> un pluralismo indiferenciado 521.2. La cuestión <strong>de</strong>l criterio:«lógica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>scubrimiento» . . . . . . . . . . . . . . . . 601.3. Lo «humanum» como criterioconstitutivamente abierto . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 631.4. Sentido fundamental <strong>de</strong> la «culminación» en Cristo 681.5. Transición: necesidad <strong>de</strong> nuevas categorías . . . . 712. «Universalismo asimétrico» y «plenitud» cristiana . . 722.1. Dificultad y sentido <strong>de</strong> la categoría . . . . . . . . . . . 722.2. Asimetría no es absolutismo . . . . . . . . . . . . . . . . 773. «Teocentrismo jesuánico» y <strong>de</strong>finitividad cristiana . . 803.1. Importancia constitutiva <strong>de</strong> lo «jesuánico» . . . . . 813.2. Lo específico <strong>de</strong>l «teocentrismo» jesuánico . . . . 883.3. Una plenitud relativa y abierta . . . . . . . . . . . . . . 94CAPÍTULO IIIEl encuentro entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones . . . . . . . . . . . . . . . . . . 991. Todas <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones son verda<strong>de</strong>ras . . . . . . . . . . . . . . 1002. El nuevo clima <strong>de</strong>l diálogo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1072.1. La lógica <strong>de</strong> la gratuidad . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1072.2. La insuficiencia <strong>de</strong>l lenguaje . . . . . . . . . . . . . . . . 1112.3. Una aplicación: el diálogo Oriente-Occi<strong>de</strong>nte . . 1163. La «in<strong>relig</strong>ionación» como modo <strong>de</strong>l encuentro . . . . . 1223.1. Los avances: diálogo inter<strong>relig</strong>ioso e inculturación 1223.2. De la «inculturación» a la «in<strong>relig</strong>ionación» . . . 1283.3. Presencia (implícita) <strong>de</strong> la «in<strong>relig</strong>ionación»en la teología actual . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1334. Perspectivas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1404.1. Lo adquirido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1404.2. Ecumenismo in fieri:el tesoro en el campo y <strong>las</strong> huel<strong>las</strong> <strong>de</strong>l Amado . . 1435. Una parábola como final . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 148


A Ferdinando Sudati,que a su pasión contemplativa, eremítica,une el compromiso libre y abiertopor una iglesia renovada,testigo fraternal <strong>de</strong>l Evangelioen el mundo <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones y <strong>de</strong> la cultura.7


PrólogoESTE libro no habría visto la luz si no hubiera sido por la insistenciaamiga y generosa <strong>de</strong> Ferdinando Sudati, empeñadoen publicar en italiano un trabajo mío sobre el diálogo <strong>de</strong> <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones. Tenía ya hecha la traducción cuando me lo comunicó.Pero entones me di cuenta <strong>de</strong> que ese trabajo había sidopublicado en 1992, más <strong>de</strong> 10 años atrás. Tiempo suficientepara pedir una revisión en un tema intensamente tratado tantopor la teología como por la filosofía <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ión actuales. Seimponía una reelaboración, que <strong>de</strong> entrada pensaba breve, reducidaa simples retoques estilísticos. Como siempre, la realidadse ha mostrado distinta, exigiendo un trabajo más largo y<strong>de</strong>morado, con una actualización <strong>de</strong> <strong>las</strong> informaciones y <strong>de</strong> lapropia reflexión.Pero si la ocasión <strong>de</strong>senca<strong>de</strong>nó el proceso, fue por un motivomás hondo. Des<strong>de</strong> mi libro sobre la Revelación (originalgallego en 1985), la importancia <strong>de</strong>l problema mismo y unprofundo interés por él se han vuelto centrales en mi trabajo filosófico-teológico.De hecho, <strong>las</strong> i<strong>de</strong>as principales vienen <strong>de</strong>esa obra. Sobre todo, porque entonces, bajo el principio <strong>de</strong> que«todas <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones son –a su modo y en su específica medida–verda<strong>de</strong>ras» y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una concepción «mayéutica» <strong>de</strong> la revelación,se me ha hecho claro algo fundamental: la radical yfraterna comunidad <strong>de</strong> todas <strong>las</strong> tradiciones <strong>relig</strong>iosas.Respuestas humanas al universal amor <strong>de</strong> Dios, sin eleccionesni privilegios por Su parte, todas <strong>de</strong>ben buscar la máxima co- 9PRÓLOGO


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANAmunión posible. Sólo compartiendo lo que creen mejor, en undiálogo lleno <strong>de</strong> respeto y siempre dispuesto a dar y recibir,pue<strong>de</strong>n ir acercándose a la inagotable riqueza <strong>de</strong>l Misterio. Éles el único centro verda<strong>de</strong>ro que a todas <strong>de</strong>scentra en la justamedida en que lo acogen, y en ese mismo movimiento va produciendosu convergencia posible, uniendo sin imponer yacercando sin abusar.Comprendido así, el diálogo no pi<strong>de</strong> el <strong>de</strong>sdibujamiento <strong>de</strong>la propia i<strong>de</strong>ntidad. Lo que exige es únicamente mantenerlaabierta, porosa y receptiva: semper reformanda, siempre entrance <strong>de</strong> reforma. La experiencia muestra que todo avance enla comunión sólo mata <strong>las</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s narcisistas, mientrasque enriquece la verda<strong>de</strong>ra i<strong>de</strong>ntidad. Ésta no está nunca en elpasado muerto, sino <strong>de</strong>lante, en el futuro <strong>de</strong> Dios, que es siemprellamada a la conversión y promesa <strong>de</strong> una mayor plenitud.A esta dialéctica quiere obe<strong>de</strong>cer el título <strong>de</strong>l libro, que habla<strong>de</strong> diálogo y <strong>de</strong> autocomprensión: <strong>de</strong> diálogo <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones,sin privilegios ni imposiciones aprióricas; <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la autocomprensióncristiana, como lugar real <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> ten<strong>de</strong>r, fraternaly abierta, la mano <strong>de</strong> la oferta y <strong>de</strong> la acogida frente a laesperanza común.Tal es al menos la intención.* * *Nota sobre <strong>las</strong> referencias bibliográficas: La referencia completa<strong>de</strong> cada obra se dará en su aparición primera en cada capítulo;<strong>de</strong>spués se indicará sólo el título.ANDRÉS TORRES QUEIRUGA10


PresentaciónEL problema <strong>de</strong>l diálogo y el encuentro entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones<strong>de</strong>l mundo se ha convertido hoy en uno <strong>de</strong> los más <strong>de</strong>batidosno sólo para la teología, sino también para la filosofía <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ióne incluso para el análisis <strong>de</strong> la cultura. Aquí, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>echar <strong>de</strong> vez en cuando una mirada a <strong>las</strong> otras, la perspectivaserá, ante todo, teológica. Y no quiero ocultar, ya <strong>de</strong> entrada–<strong>de</strong> ahí el tenor <strong>de</strong>l título– que lo hago situándome en el punto<strong>de</strong> vista <strong>de</strong> un cristiano que intenta compren<strong>de</strong>rse y compren<strong>de</strong>r:compren<strong>de</strong>rse a sí mismo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>ionesy compren<strong>de</strong>r a <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la vivencia e interpretación<strong>de</strong> la propia. Ejercicio difícil en lo teórico, por lacomplejidad <strong>de</strong>l problema, y <strong>de</strong>licado en lo práctico y vivencial,porque siempre lo es la confrontación <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s, y <strong>de</strong>un modo especial cuando esa confrontación afecta a algo tanradical y profundo como lo <strong>relig</strong>ioso.Renunciando, pues, a gran<strong>de</strong>s pretensiones, el intento sedirigirá al esclarecimiento teórico <strong>de</strong> algunos problemas queconsi<strong>de</strong>ro fundamentales 1 ; y respecto <strong>de</strong> lo vivencial, al menos1. Existen hoy importantes monografías que permiten una visión más <strong>de</strong>tallada<strong>de</strong> <strong>las</strong> distintas posturas y teorías: R. BERNHARDT, La pretensión<strong>de</strong> absolutez <strong>de</strong>l cristianismo. Des<strong>de</strong> la Ilustración hasta la teologíapluralista <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ión, Bilbao 2000; J. DUPUIS, Verso una teologiacristiana <strong>de</strong>l pluralismo <strong>relig</strong>ioso, Brescia 1998 2 (trad. cast. <strong>de</strong>l originalinglés: Hacia una teología cristiana <strong>de</strong>l pluralismo <strong>relig</strong>ioso, <strong>Sal</strong><strong>Terrae</strong>, Santan<strong>de</strong>r 2000); P. KNITTER, No Other Name? A CriticalSurvey of Christian Attitu<strong>de</strong>s Toward the World Religions, MaryknollPRESENTACIÓN11


en la intención, quisiera mantenerse siempre <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese cordialequilibrio que consiste en no ocultar la propia i<strong>de</strong>ntidad altiempo que se cuida con máximo respeto <strong>de</strong> la ajena. Que nuncalo es <strong>de</strong>l todo, porque, si «nada humano <strong>de</strong>be sernos ajeno»,menos aún <strong>de</strong>be serlo cuando nos vemos remitidos al mismoMisterio que a todos nos sustenta, nos llama y nos promueve.1. El marco generalDIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA121.1. Una mutación radical en la autocomprensión cristianaPara empezar, dos textos <strong>de</strong> alguna manera emblemáticos paraenten<strong>de</strong>r la situación general en que se encuentra hoy la autocomprensióncristiana a la hora <strong>de</strong> abordar el diálogo <strong>de</strong> <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones:«Cree firmemente, confiesa y predica [el concilio] que ninguno<strong>de</strong> los que existen fuera <strong>de</strong> la iglesia católica, no sólolos paganos, sino también los judíos o heréticos, así comolos cismáticos, pue<strong>de</strong>n llegar a ser partícipes <strong>de</strong> la vidaeterna; sino que irán al fuego eterno, “que está preparadopara el diablo y sus ángeles”, a no ser que antes <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong>su vida sean agregados a ella [a la iglesia]» 2 .«La iglesia católica nada rechaza <strong>de</strong> lo que en estas <strong>relig</strong>iones[no cristianas] hay <strong>de</strong> verda<strong>de</strong>ro y santo. Consi<strong>de</strong>racon sincero respeto los modos <strong>de</strong> obrar y <strong>de</strong> vivir, los preceptosy doctrinas, que, aunque discrepan en muchos pun-1985 (usaré la trad. italiana: Nessun altro nome?, Brescia 1991) J.C.BASSET, El diálogo inter<strong>relig</strong>ioso, Bilbao 1999; M. AEBISCHER-CRETTOL, Vers un oecuménisme inter<strong>relig</strong>ieux. Jalons pour une théologiechrétienne du pluralisme <strong>relig</strong>ieux, Paris 2001. Una presentacióndocumentada y con gran preocupación pedagógica pue<strong>de</strong> verse en J.M.VIGIL, Curso <strong>de</strong> teología popular sobre el pluralismo <strong>relig</strong>ioso, <strong>de</strong> inmediataaparición, Quito 2005(accesible en ).Para un encuadramiento global, cf. R. GIBELLINI, La teologia <strong>de</strong>l XX secolo,Brescia 1992, cap. 16 (trad. cast.: La teología <strong>de</strong>l siglo XX, <strong>Sal</strong><strong>Terrae</strong>, Santan<strong>de</strong>r 1998, 519-554).2. DS 1351; cf. también la bula Unam Sanctam, 1302: DS 870.


tos <strong>de</strong> lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejanun <strong>de</strong>stello <strong>de</strong> aquella Verdad que ilumina a todos los hombres.[...]. Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, conpru<strong>de</strong>ncia y caridad, mediante el diálogo y la colaboracióncon los a<strong>de</strong>ptos <strong>de</strong> otras <strong>relig</strong>iones, dando testimonio <strong>de</strong> lafe y la vida cristiana, reconozcan, guar<strong>de</strong>n y promuevanaquellos bienes espirituales y morales, así como los valoressocio-culturales, que en ellos existen» 3 .Ambos textos, aunque a priori pudiera parecer imposible,vienen <strong>de</strong> la misma autoridad <strong>relig</strong>iosa. El primero perteneceal Concilio <strong>de</strong> Florencia, y es <strong>de</strong> 1442; el segundo, al VaticanoII, y es <strong>de</strong> 1965. Cronológicamente, entre ellos median pocomás <strong>de</strong> quinientos años. I<strong>de</strong>ológicamente, podrían parecer milenios.Y es preciso reconocer que hoy, pasados tan sólo cuarentaaños, incluso el segundo nos resulta extrañamente tímidoy restrictivo.Evi<strong>de</strong>ntemente, nos hallamos ante un problema hondo, <strong>de</strong>contextura <strong>de</strong>licada y trascen<strong>de</strong>ntales implicaciones. La presencia<strong>de</strong> los fundamentalismos, la instrumentalización <strong>de</strong> loscredos <strong>relig</strong>iosos para fines horriblemente bélicos y –en unplano más íntimo, pero acaso no menos importante– la inquietu<strong>de</strong>spiritual que para muchos supone la presencia en paralelo,y aun <strong>de</strong>masiadas veces hostil, <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones en un mundocomo el actual, que <strong>las</strong> pone <strong>de</strong> manera irremediable encontacto creciente, no permiten cerrar los ojos ante él.Pensarlo <strong>de</strong> verdad resulta urgente. Aquí vamos a intentarlocon claridad y honestidad (al menos en intentarlo). Locual implica el reconocimiento <strong>de</strong> la ubicación primariamenteteológica <strong>de</strong> la reflexión, si bien con un discurso que buscatambién exponerse al diálogo con la filosofía 4 . No podrá cier-3. Declaración «Nostra Aetate». Sobre <strong>las</strong> relaciones <strong>de</strong> la Iglesia con <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones no cristianas, n. 2.4. Cf. la discusión, epistemológicamente muy matizada, <strong>de</strong> A. KREINER,«Philosophische Probleme <strong>de</strong>r pluralistischen Religionsphilosophie»,en (R. Schwager [ed.]) Der Streit um die pluralistische Religionstheologie,Freiburg/Basel/Wien 1966, 118-131.PRESENTACIÓN13


tamente elaborar ante ésta todos sus presupuestos, pero al menossupone en principio el acceso a ellos y no se niega a la discusión<strong>de</strong> la coherencia crítica <strong>de</strong> sus razonamientos. De ahí,igualmente, una inevitable preocupación <strong>de</strong> radicalidad.Por eso, aunque nos gustaría, acaso no podamos ahorrarleal lector el esfuerzo <strong>de</strong> la comprensión; y en algún punto <strong>de</strong>beremospedirle también la disponibilidad para romper tópicosy prejuicios. A la postre, seguramente a unos la propuesta lesparecerá osada, mientras es seguro que otros la encontrarán<strong>de</strong>masiado tímida. En todo caso, ahí queda como mano tendidaal diálogo, incitación al <strong>de</strong>bate y ánimo para una praxis renovada.Si algo <strong>de</strong> esto se consiguiese, no sería poco.DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA1.2. Un nuevo presupuesto: la revelación como «mayéutica»Los textos citados al principio alu<strong>de</strong>n a una clara tensión cronológica.Durante siglos, la teología cristiana pudo pasar al lado<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones no cristianas sin advertir la monstruosidadque suponía el excluir a sus fieles <strong>de</strong> toda revelación y salvacióndivinas. Y no es que <strong>de</strong> algún modo no se percibiese latensión. La convicción, prácticamente ininterrumpida a lo largo<strong>de</strong> la tradición eclesial, <strong>de</strong> una voluntad salvífica universalpor parte <strong>de</strong> Dios y <strong>las</strong> especulaciones en torno al «bautismo<strong>de</strong> <strong>de</strong>seo» lo muestran con claridad. Pero su afrontamiento expresoy sistemático sólo en nuestro tiempo se ha hecho ineludible.John Hick, uno <strong>de</strong> los autores que con más constancia,hondura y sensibilidad se han preocupado <strong>de</strong> este problema, haseñalado con justeza que, estrictamente hablando, «ha emergidoúnicamente entre personas todavía vivas» 5 .Y la verdad es que lo ha hecho con intensidad y viveza; alprincipio, sobre todo en el mundo anglosajón. Pero no ha tardadoen alcanzar a todos, pues en realidad lo que ahí suce<strong>de</strong> noes más que la punta <strong>de</strong> un fenómeno <strong>de</strong> honda trascen<strong>de</strong>ncia yalcance universal: el encuentro efectivo <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones en un14 5. «Has only emerged during the lifetime of people now living» (J. HICK,God Has Many Names, Phila<strong>de</strong>lphia 1982 2 , p. 7).


mundo que se unifica aceleradamente. No cabe ignorarlo ni<strong>de</strong>sconocer su importancia para la construcción <strong>de</strong> la humanidad.En Europa, y <strong>de</strong> un modo especial en España, con su entrañahistórica tan trabajada por la excepcionalmente larga, aveces conflictiva, pero siempre fecunda convivencia <strong>de</strong> <strong>las</strong> tres«<strong>relig</strong>iones <strong>de</strong>l libro», la cuestión no pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarnos indiferentes,y acaso tengamos nuestra peculiar palabra que <strong>de</strong>cir.En cualquier caso, esa dialéctica entre la perennidad <strong>de</strong>lproblema y la novedad <strong>de</strong> su (re)planteamiento no es algo secundario:marca <strong>de</strong> modo <strong>de</strong>cisivo la cuestión y pue<strong>de</strong> inclusodificultarla seriamente. La reflexión se encuentra equipada conlos conceptos <strong>de</strong> siempre, pero en un contexto <strong>de</strong> datos inéditos.Eso <strong>de</strong>be, ante todo, precavernos contra un planteamientoaislado y abstracto que se entregue al juego <strong>de</strong> los problemaslógicos <strong>de</strong>l diálogo sin hacerlo nacer <strong>de</strong> su contexto vivo. Dehecho, uno no siempre pue<strong>de</strong> evitar esa sospecha ante buenaparte <strong>de</strong> <strong>las</strong> discusiones actuales, como si se tratase a veces <strong>de</strong>una mera quaestio escolástica o <strong>de</strong> un juego <strong>de</strong> lógica combinatoria.El tratamiento que aquí intentamos se apoya en un enfrentamientoprevio con el significado vital <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ión y conla comprensión global <strong>de</strong> la revelación, tal como he intentadoexponerlo en La revelación <strong>de</strong> Dios en la realización <strong>de</strong>l hombre6 . (Convendrá que el lector lo tenga en cuenta, pues nosiempre será posible aclarar suficientemente los presupuestos).6. Madrid 1987 (que traduce, con algunas mejoras, la edición gallega Arevelación<strong>de</strong> Deus na realización do home, Vigo 1985). El tema está tratadoen el cap. VII, 309-399 (hay trad. italiana: La rivelazione di Dionella realizzazione <strong>de</strong>ll’uomo, Roma 1993; portuguesa: A revelação <strong>de</strong>Deus na realização humana, Ed. Paulus, São Paulo 1995; y alemana:Die Offenbarung Gottes in <strong>de</strong>r Verwirklichung <strong>de</strong>s Menschen,Frankfurt a.M./Berlin/Bern/New York/Paris/Wien 1996). Citaré: La revelación.Antes me había ocupado ya <strong>de</strong> ello en «Cristianismo e relixións.¿Favoritismo divino ou necesida<strong>de</strong> do amor?»: Encrucillada 19 (1980),417-443. Posteriormente lo he retomado en «El encuentro actual <strong>de</strong> <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones»: Biblia y Fe 16/48 (1990) 125-165, y en el cap. 6 <strong>de</strong> DelTerror <strong>de</strong> Isaac al Abbá <strong>de</strong> Jesús. Hacia una nueva imagen <strong>de</strong> Dios,Verbo Divino, Estella 2000; trad. portuguesa: Do Terror <strong>de</strong> Isaac aoAbbá <strong>de</strong> Xesús. Por uma nova imagem <strong>de</strong> Deus, Paulinas, São PauloPRESENTACIÓN15


Al mismo tiempo, exige renovar los mol<strong>de</strong>s conceptuales,<strong>de</strong> modo que puedan hacer frente a la situación actual. Unaconcepción <strong>de</strong> la revelación que intente mantener una lecturafundamentalista <strong>de</strong> la Biblia, junto a <strong>las</strong> viejas pautas intelectualistasy precríticas, y que no mire <strong>de</strong> frente los nuevos datos<strong>de</strong> la situación cultural y <strong>relig</strong>iosa humana, se incapacita <strong>de</strong>raíz para una comprensión <strong>de</strong>l problema en lo teórico y parauna actitud digna y respetuosa en la práctica.De hecho, el lector acabará, seguramente, advirtiendo queaquí daré por supuestas y seguras cuestiones que no lo son tantoen otros tratamientos. Dos sobre todo:DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA1) El carácter realista y verda<strong>de</strong>ramente humano <strong>de</strong> la revelacióndivina. El discurso no se apoya, pues, sobre el presupuesto<strong>de</strong> que la revelación –y, en consecuencia, la <strong>relig</strong>ión– es algoque se acepta solamente porque «alguien nos dice que Diosha dicho...», sin control ninguno por nuestra parte y, por lomismo, sin verda<strong>de</strong>ro enganche en nuestra existencia: en <strong>de</strong>finitiva,se nos revelaría a, b, c como podría habérsenos reveladod, e, f, o incluso lo contrario (como ya dijera Kant, ¿quécambiaría para muchos si en la Trinidad, en vez <strong>de</strong> tres personas,se reve<strong>las</strong>en diez? 7 ).Aquí partiremos <strong>de</strong> lo que he <strong>de</strong>nominado estructura mayéutica<strong>de</strong> la revelación. Lo que llamamos «revelación» es unarespuesta real y concreta a preguntas humanas, que, por tanto,siempre son nuestras mismas preguntas. De ese modo, la <strong>de</strong>scubrimosporque alguien nos la anuncia; pero la aceptamosporque, <strong>de</strong>spertados por el anuncio, «vemos» por nosotrosmismos que ésa es la respuesta justa.Como Sócrates, el profeta o el fundador <strong>relig</strong>ioso no «meten»en sus oyentes algo externo o que les sea ajeno, sino queles ayudan a caer en la cuenta, a «dar a luz» –«mayéutica» esel arte <strong>de</strong> la comadrona– lo que ellos o el<strong>las</strong> ya son en su realidadmás íntima, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la presencia viva y actuante <strong>de</strong> Dios en16 2001. Tendré muy en cuenta estos dos últimos trabajos.7. Der Streit <strong>de</strong>r Fakultäten A 50, ed. W. Weische<strong>de</strong>l, Bd. XI, Suhrkamp,


la creación y en la historia (en esto último radica la diferenciacon la mayéutica griega). Franz Rosenzweig lo expresó magníficamente:«La Biblia y el corazón dicen lo mismo. Por eso(y sólo por eso) la Biblia es “revelación”» 8 . Y mucho antes lohabía proclamado ya el Cuarto Evangelio: como los samaritanosa su paisana, todo creyente <strong>de</strong>be acabar diciendo a losanunciadores: «Ya no creemos por lo que tú cuentas; nosotrosmismos lo hemos oído y sabemos que él es realmente el salvador<strong>de</strong>l mundo (Jn 4,42)» 9 .Resulta significativo que cuando, lejos <strong>de</strong> la teología aluso, Rudolf Otto intenta hacer la que <strong>de</strong> algún modo es la primerafenomenología <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ión, expresa esto mismo conpalabras vivas y enérgicas. Él habla <strong>de</strong> lo «numinoso», perosus observaciones resultan perfectamente aplicables a la revelación,pues, en <strong>de</strong>finitiva, en la captación <strong>de</strong> lo numinoso estála raíz fundante <strong>de</strong> todo el proceso revelador:«Pero como es enteramente sui generis, no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>finiren sentido estricto, como ocurre con todo elemento simple,con todo dato primario; sólo cabe dilucidarla. Únicamentepue<strong>de</strong> facilitarse su comprensión <strong>de</strong> esta manera:probando a guiar al oyente, por medio <strong>de</strong> sucesivas <strong>de</strong>limitaciones,hasta el punto <strong>de</strong> su propio ánimo, don<strong>de</strong> tieneque <strong>de</strong>spuntar, surgir y hacérsele consciente. Este procedimientose facilita señalando los análogos y los contrariosmás característicos <strong>de</strong> lo numinoso en otras esferas <strong>de</strong>l sentimientomás conocidas y familiares, y añadiendo: “Nuestraincógnita no es eso mismo, pero es afín a eso y opuestaa aquello. ¿No se te ofrece ahora por sí misma?”. Quiere<strong>de</strong>cirse, en suma, que nuestra incógnita no pue<strong>de</strong> enseñarseen el sentido estricto <strong>de</strong> la palabra; sólo pue<strong>de</strong> suscitarse,sugerirse, <strong>de</strong>spertarse, como en <strong>de</strong>finitiva ocurre concuanto proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l espíritu» 10 .Frankfurt a.M. 1968, 303-304.8. Brief an Benno Jacob, 25-5-1921, en F. ROSENZWEIG, Der Mensch undsein Werk, t. 2, Den Haag 1984, 709.9. Para estas i<strong>de</strong>as, que aquí no pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>sarrollarse más ampliamente, cf.La revelación, c. IV, 117-160.PRESENTACIÓN17


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA182) Íntimamente unida a la primera está la segunda cuestión. Sila revelación consiste en caer en la cuenta <strong>de</strong>l Dios que estabaya ahí, es porque, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su amor activo, Él estaba haciendo todolo posible por manifestarse. Y por manifestarse a todos y atodas en la máxima medida. El límite no viene <strong>de</strong> una «tacañería»divina, que, pudiendo revelar más o mejor, no quierehacerlo. Viene <strong>de</strong> la inevitable limitación humana, infinitamente<strong>de</strong>sproporcionada al misterio que, en generosidad irrestricta,trata <strong>de</strong> dársele y manifestársele por todos los medios.Por eso, bien mirada, la Biblia pue<strong>de</strong> leerse como la narración<strong>de</strong> la «lucha amorosa» <strong>de</strong> Dios contra <strong>las</strong> incapacida<strong>de</strong>s y resistencias<strong>de</strong> la recepción humana <strong>de</strong> su revelación.Estas i<strong>de</strong>as acaso parezcan, <strong>de</strong> entrada, algo extrañas.Des<strong>de</strong> la tradición <strong>de</strong>l Dios bíblico <strong>de</strong>bieran ser obvias: Diosno crea por amor a sí mismo o para que le «sirvan», sino poramor al ser humano, a todo hombre y a toda mujer, con el fin<strong>de</strong> ofrecerles como don participar en su plenitud y felicidad.Lo único que no pue<strong>de</strong> ni quiere es romper los límites <strong>de</strong> su finitud:tiene que respetar el crecimiento <strong>de</strong> la libertad y el trabajo<strong>de</strong> la historia, sin los cuales la existencia humana no pue<strong>de</strong>ser ni realizarse 11 .2. La nueva situación2.1. La ampliación <strong>de</strong>l mundoLo primero que salta a la vista es que hoy nos encontramos conuna ampliación increíble <strong>de</strong>l mundo <strong>relig</strong>ioso. Ampliación temporal,en primer lugar. Hasta comienzos <strong>de</strong>l siglo XIX –para lamayoría, incluso <strong>de</strong> teólogos, hasta bien entrado el XX– la edad10. Lo santo. Lo racional y lo irracional en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Dios, Madrid 1965 2 ,18. A continuación, al comienzo <strong>de</strong>l cap. III, p. 19, aña<strong>de</strong> todavía:«Quien no logre representárselo o no experimente momentos <strong>de</strong> esa especie,<strong>de</strong>be renunciar a la lectura <strong>de</strong> este libro».11. Algo más sobre esto se dirá más a<strong>de</strong>lante, a propósito <strong>de</strong> la «elección».Pero también aquí es preciso remitir para más fundamentación a La re-


estimada <strong>de</strong> la humanidad era <strong>de</strong> unos seis mil años. Resultabaun mundo perfectamente abarcable, dominado por la presenciabíblica, apenas con unos bor<strong>de</strong>s ajenos a su irradiación:«Aquí todo resulta fácil. Des<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo hastael advenimiento <strong>de</strong> Jesucristo han transcurrido cuatro milcuatro años, o cuatro mil, si se quiere criticar a toda costa.El año 129 empezó la tierra a llenarse, y los crímenes a aumentar;el año 1656 sucedió el Diluvio; en 1757, los hombresintentaron construir la Torre <strong>de</strong> Babel. La vocación <strong>de</strong>Abraham se <strong>de</strong>cidió en 2083. La ley escrita fue dada aMoisés cuatrocientos treinta años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l Diluvio yel mismo año en que el pueblo hebreo salió <strong>de</strong> Egipto. Graciasa estos puntos <strong>de</strong> referencia firmemente establecidos,Bossuet, al componer su noble Discurso sobre la Historiauniversal, ve or<strong>de</strong>narse una serie <strong>de</strong> épocas que se recortanpor sí mismas en el tiempo; bajo armoniosos y majestuosospórticos se extien<strong>de</strong> la vía triunfal que conduce al Mesías» 12 .Hoy la paleontología habla <strong>de</strong> al menos, tirando por lo bajo,un millón <strong>de</strong> años para la vida <strong>de</strong> la humanidad en el planeta.Piénsese en lo que significa a esa escala el brevísimo lapso<strong>de</strong> la revelación bíblica, y sáquese la consecuencia: la inmensamayoría <strong>de</strong> los humanos nada tuvieron que ver con ella.Pero la ampliación temporal no es más espectacular que laespacial. San Pablo, cuando hablaba <strong>de</strong> ir a la Hispania (Rm15,24.28), pudo todavía abrigar la ilusión <strong>de</strong> llegar a los últimosconfines <strong>de</strong> la Tierra, sin duda con la esperanza <strong>de</strong> que elevangelio alcanzase a todos los humanos 13 . Para nosotros, avelación, c. V, 161-242.12. P. HAZARD, La crisis <strong>de</strong> la conciencia europea (1680-1715), Madrid1988, p. 45. A. LOISY (Choses passées, Paris 1913, 216-219) hace verla importancia <strong>de</strong> esto para la historia <strong>de</strong> Israel y para la comprensión<strong>de</strong> la revelación en el tiempo. Véanse también <strong>las</strong> conclusiones –<strong>de</strong> ironía<strong>de</strong>masiado fácil– que <strong>de</strong> aquí saca B. RUSSELL, Religión y Ciencia,México 1973 4 , 38-39.13. Todavía san Agustín podía escribir: «Por lo que se dice, son ya poquísimasy muy remotas <strong>las</strong> gentes a <strong>las</strong> que [el Evangelio] aún no ha sidopredicado» (De Natura et Gratia, II, 2; PL 44, 905; tomo la cita <strong>de</strong> J.M.VIGIL, Curso <strong>de</strong> teología popular sobre pluralismo <strong>relig</strong>ioso (accesiblePRESENTACIÓN19


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA20partir <strong>de</strong> la época <strong>de</strong> los <strong>de</strong>scubrimientos, la ecumene clásicaaparece como una pequeña mancha en la inmensidad <strong>de</strong> loscontinentes habitados. Súmese, encima, la explosión <strong>de</strong>mográfica<strong>de</strong> la humanidad. ¿Qué significa entonces la revelación bíblica?¿Cuál pue<strong>de</strong> ser su relación con <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones <strong>de</strong>la humanidad?Si la revelación se toma en su sentido pleno y real, comootra cara u otro nombre <strong>de</strong> la salvación, <strong>las</strong> consecuencias son<strong>de</strong> una importancia trascen<strong>de</strong>ntal. Pensemos simplemente enel famoso, y terrible, principio extra ecclesiam nulla salus(«fuera <strong>de</strong> la iglesia no hay salvación») 14 . Es evi<strong>de</strong>nte que no<strong>de</strong>bemos caer en un ahistoricismo que nos haga ser <strong>de</strong>masiadoinjustos con la mentalidad <strong>de</strong> aquellos hombres que elaborabansu teología en un marco muy estrecho y restringido. Perono lo es menos que hoy sería literalmente monstruoso seguirdándolo por válido, o simplemente seguir haciendo equilibrioshermenéuticos a su propósito.A pesar <strong>de</strong> su larga y solemne tradición, la teología católicase ha esforzado por abandonarlo <strong>de</strong> mil maneras. Y, <strong>de</strong>jandoya <strong>de</strong> lado el «exclusivismo kerigmático» 15 o la «sublimebigotry» 16 <strong>de</strong> Karl Barth –más sutil, aunque <strong>de</strong> todos modosinaceptable–, sólo actitu<strong>de</strong>s muy fundamentalistas pue<strong>de</strong>nmantener todavía algo parecido. Nadie pue<strong>de</strong> leer ya sin asombro<strong>de</strong>claraciones como la que –¡todavía en 1960!– hacía el«Congress on World Mission» celebrado en Chicago:«En los años transcurridos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la guerra, más <strong>de</strong> mil millones<strong>de</strong> almas han pasado a la eternidad, y más <strong>de</strong> la mi-en Internet, en el portal <strong>de</strong> Koinonía)14. DS 870. 1.351. Cf. una exposición resumida en H. KÜNG, La Iglesia,Barcelona 1969, 373-380; J. RATZINGER, Das neue Volk Gottes.Entwürfe zur Ekklesiologie, Düsseldorf 1969, 339-361; W. KERN,Ausserhalb <strong>de</strong>r Kirche kein Heil?, Freiburg 1979; P. KNITTER, No OtherName? A Critical Survey of Christian Attitu<strong>de</strong>s toward the WorldReligions, London 1985, 121-123; J. DUPUIS, Verso una teologia cristiana<strong>de</strong>l pluralismo <strong>relig</strong>ioso, Brescia 1998 2 , 115-147; cf. 148-172;F.A. SULLIVAN, ¿Hay salvación fuera <strong>de</strong> la Iglesia?, Bilbao 1999.15. U. MANN, Das Christentum als absolute Religion, Darmstadt, 1970,p. 8.


tad <strong>de</strong> <strong>las</strong> mismas han ido al tormento <strong>de</strong>l fuego infernal,sin siquiera haber oído hablar <strong>de</strong> Jesucristo: quién fue y porqué murió en la cruz <strong>de</strong>l Calvario» 17 .De todos modos, el asombro no basta. Está bien la comprensiónhistórica: eran otros tiempos y otros horizontes, y no<strong>de</strong>bemos juzgar con la soberbia <strong>de</strong> una estrecho «actualcentrismo».Pero eso no <strong>de</strong>be impedir ir más allá. Es preciso sacarcon clara y unívoca energía <strong>las</strong> consecuencias, remo<strong>de</strong>lando elconcepto mismo <strong>de</strong> revelación (nuestro concepto, no su realidad,que humil<strong>de</strong>mente <strong>de</strong>bemos tratar <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r). Y, <strong>de</strong>hecho, éste es el primer y principal motivo que ha llevado a lainmensa mayoría <strong>de</strong> los teólogos a abandonar la concepciónexclusivista <strong>de</strong> la revelación.2.2. El contacto real entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>ionesUn segundo motivo ha sido –y con esto señalamos otro <strong>de</strong> losgran<strong>de</strong>s factores <strong>de</strong>l cambio– el mejor conocimiento <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>más<strong>relig</strong>iones. Cuando se examinan <strong>de</strong> cerca <strong>las</strong> riquezas <strong>de</strong>lbudismo o <strong>de</strong> la tradición hinduista, cuando se admira la gran<strong>de</strong>za<strong>de</strong> Zaratustra y aun, en tantos aspectos, la <strong>de</strong> Mahoma, yano se pue<strong>de</strong> seguir creyendo, sin lesionar el sentido común,que fuera <strong>de</strong> la Biblia todo son tinieb<strong>las</strong> o que <strong>las</strong> otras prácticas<strong>relig</strong>iosas tienen su origen en el diablo. Dejando para mástar<strong>de</strong> la discusión <strong>de</strong> sus implicaciones sistemáticas, hay quedarle globalmente la razón a John Hick cuando afirma que <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones, todas y cada una <strong>de</strong> el<strong>las</strong>, son totalida<strong>de</strong>s complejas<strong>de</strong> respuesta a lo divino, con sus diferentes formas <strong>de</strong> experiencia<strong>relig</strong>iosa, sus propios mitos y símbolos, sus sistemasteológicos, sus liturgias y su arte, sus éticas y estilos <strong>de</strong> vida,sus escrituras y tradiciones –elementos todos que interactúanentre sí y se refuerzan mutuamente. Y estas totalida<strong>de</strong>s diferentesconstituyen diversas respuestas humanas, en el contex-PRESENTACIÓN16. J. HICK, God Has Many Names, 90.17. J.O. PERCY (ed.), Facing the Unfinished Task: Messages Delivered atthe Congress on World Mission, Chicago, Ill.1960, p. 9 (cit. por J. HICK,21


to <strong>de</strong> <strong>las</strong> diferentes culturas o formas <strong>de</strong> vida humana, a la mismarealidad divina, infinita y trascen<strong>de</strong>nte 18 .Cerrar los ojos ante esta semejanza fenomenológica o negarsea reconocer su eficacia real en la vida <strong>de</strong> <strong>las</strong> personassignificaría tener «un corazón como el <strong>de</strong> Jonás y poco entendimientopara la historia <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones» 19 . Lo cual <strong>de</strong>be, a suvez, constituir una llamada a estudiar<strong>las</strong> con cuidado, tratandoincluso <strong>de</strong> interpretar<strong>las</strong> a la luz <strong>de</strong> su misma autocomprensión,según el sabio principio <strong>de</strong> interpretar al otro <strong>de</strong> modoque él pueda reconocerse en nuestra interpretación. No ya elrespeto, sino la misma justicia, es quien lo exige, pues, comomuy acertadamente observa P. Schmidt-Leukel, «también lateología <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones está bajo el mandamiento <strong>de</strong> no pronunciarningún falso testimonio contra el prójimo» 20 .DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA223. Los nuevos enfoques <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la teología3.1. Las tres alternativas formalesA la luz <strong>de</strong> estos cambios tan profundos, se compren<strong>de</strong> que lateología busque hoy nuevos enfoques <strong>de</strong>l problema e intentenuevas salidas para <strong>las</strong> aporías a <strong>las</strong> que conduce inevitablementeel mantener hoy <strong>las</strong> posturas tradicionales. En el mundoanglosajón, que, como hemos dicho, es don<strong>de</strong> más viva resultala discusión, se ha impuesto una división tripartita <strong>de</strong> <strong>las</strong>posturas: exclusivismo, inclusivismo y pluralismo. Aunque,como veremos, <strong>de</strong>be ser matizada, y <strong>de</strong> hecho lo ha sido <strong>de</strong>s-God Has Many Names, 30).18. God Has Many Names, 53-54. Analiza en concreto y con más amplitudtodo esto en su última obra, An Interpretation of Religion. HumanResponses to the Transcen<strong>de</strong>nt, London 1989, principalmente en <strong>las</strong>partes I (21-72) y V (299-376).19. A.H. GUNNEWEG, «Religion o<strong>de</strong>r Offenbarung. Zum hermeneutischenProblem <strong>de</strong>s Alten Testaments»: Zeitschrift für Theologie und Kirche74 (1977) 175.20. P. SCHMIDT-LEUKEL, «Der Immanenzgedanke in <strong>de</strong>r Theologie <strong>de</strong>rReligionen. Zum problem dialogischer Lernfähigkeit auf <strong>de</strong>r Basis einerchristologischen Ansatzes»: Münchener Theologischer Zeitschrift


<strong>de</strong> diversas perspectivas, pue<strong>de</strong> servir para una primera aproximación,evitando entrar en los laberintos <strong>de</strong> lo que alguienllamado «la inflación <strong>de</strong> <strong>las</strong> tipologías» 21 .El exclusivismo ya queda aludido: es la postura que sóloadmite revelación real y verda<strong>de</strong>ra –y, por consiguiente, salvación–en la propia iglesia o <strong>relig</strong>ión (para nuestra discusión, enel cristianismo). En su forma rígida, hoy apenas es sostenidapor nadie, fuera acaso <strong>de</strong> aquellos teólogos que mantienen laexcesiva dicotomía <strong>de</strong> Karl Barth entre «fe» y «<strong>relig</strong>ión», conuna cierta ten<strong>de</strong>ncia a un (neo)fundamentalismo bíblico 22 . Enla práctica, para la mayoría funge más bien <strong>de</strong> «contrafigura»para fijar <strong>las</strong> <strong>de</strong>más posturas. Pue<strong>de</strong>, <strong>de</strong> todos modos, presentarseen formas más abiertas, como la «ortodoxia radical» <strong>de</strong>John Milbank 23 o la «postliberal» <strong>de</strong> George Lindbeck 24 , queno excluyen todo diálogo y que en algunos aspectos tien<strong>de</strong>n ala segunda postura.El inclusivismo no excluye ni verdad ni salvación en <strong>las</strong><strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones, pero mantiene <strong>de</strong> tal modo la centralidad41 (1990) 221. G. COMEAU, Grâce à l’autre. Le pluralisme <strong>relig</strong>ieux, une chance pourla foi, Éd. <strong>de</strong> l’Atelier, Paris 2004, 47-64; es el título <strong>de</strong>l capítulo, queofrece una buena panorámica. Cf. también A. RACE, Christians andReligious Pluralism, London 1983; H. COWARD, Pluralism: Challengeto World Religions, New York 1985; G. D’COSTA, Theology andReligious Pluralism: The Challenge of Other Religions, Oxford 1986.J. DUPUIS, Gesù Cristo incontro alle <strong>relig</strong>ioni, Assisi 1989, 139-149; F.TEIXEIRA, Teologia das <strong>relig</strong>iões. Uma visão panorâmica, São Paulo1995; M. AEBISCHER-CRETTOL, Vers un oecuménisme inter<strong>relig</strong>ieux.Jalons pour une théologie chrétienne du pluralisme <strong>relig</strong>ieux, Paris2001, 301-316.22. Acaso el más representativo sea H. KRAEMER, apoyado en la teología<strong>de</strong> K. BARTH: cf. Why Christianity of All Religions, London 1962, quecontinúa <strong>las</strong> obras anteriores.23. Cf., sobre todo Theology and Social Theory. Beyond Secular Reason,Oxford 1990.24. Cf. The Nature of Doctrine. Religion and Theology in a PostliberalAge, Phila<strong>de</strong>lphia 1984. Una buena síntesis <strong>de</strong> estas posturas pue<strong>de</strong> verseen R. SCHREITER, «La teologia posmo<strong>de</strong>rna e oltre in una Chiesamondiale», en (R. Gibellini [ed.]) Prospettive teologiche per il XXI secolo,Brescia 2003, 373-388; y K. BLASER, «Variété <strong>de</strong>s théologiespostmo<strong>de</strong>rnes et crise <strong>de</strong>s “fondationalismes”», en (P. Gisel.– P. Evrard[eds.]) La theólogie en postmo<strong>de</strong>rnité, Paris 1996, 190-211, principal-PRESENTACIÓN23


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA24–carácter <strong>de</strong>finitivo y carácter absoluto– <strong>de</strong> la propia, que «incluiría»la verdad <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>más. En su nacimiento supuso ungran e impagable avance, y nadie pue<strong>de</strong> negar su buena y generosaintención. La teología conciliar y sus avances posteriores<strong>de</strong>ben mucho a los trabajos en esta dirección <strong>de</strong> JeanDaniélou, Hans Urs von Balthasar y Henri <strong>de</strong> Lubac, que hablan<strong>de</strong> una «teología <strong>de</strong>l cumplimiento» <strong>de</strong> todas <strong>las</strong> <strong>relig</strong>ionesen Cristo, aunque hoy resulten insuficientes 25 . Con una visiónmás abierta, es bien conocida –y <strong>de</strong> enorme influjo– lapostura <strong>de</strong> Karl Rahner, con su «cristianismo anónimo» 26 .Tampoco aquí los límites son fijos, con unas posturas que tien<strong>de</strong>nmás a la primera, y otras a la tercera.La acusación <strong>de</strong> incapacitarse tanto para el diálogo –yatendría toda la verdad– como para una auténtica comprensión<strong>de</strong> <strong>las</strong> otras <strong>relig</strong>iones –<strong>las</strong> interpretaría en función <strong>de</strong> la propia–constituye su gran dificultad, que toca un punto muy sensibleen el actual clima <strong>de</strong> diálogo y tolerancia; dificultad que,por lo mismo, a muchos les parece insuperable. Aparte <strong>de</strong> unclaro peligro <strong>de</strong> eurocentrismo 27 , cabe hablar incluso <strong>de</strong> faltamente 200-209.25. Cf. la exposición, <strong>de</strong>tallada y con la bibliografía pertinente, que hace J.DUPUIS, Verso una teologia cristiana <strong>de</strong>l pluralismo <strong>relig</strong>ioso, Brescia1998 2 , 178-192.26. Cf. principalmente «Das Christentum und die nichtchristilichenReligionen», en Schriften zur Theologie V, Zürich 1962, 136-158; «Dieanonymen Christen», en Ibid. VI, 1965, 545-554. La discusión suscitadaha sido casi inabarcable; para una primera aproximación, cf. tambiénJ. DUPUIS, op. cit., 192-200.27. En este punto insiste con energía J.M. VIGIL, Curso <strong>de</strong> teología popularsobre pluralismo <strong>relig</strong>ioso: «Es fácil ver que <strong>las</strong> implicaciones perversasque el exclusivismo conllevaba continúan siendo posibles con elinclusivismo: la cultura occi<strong>de</strong>ntal cristiana pue<strong>de</strong> seguir siendo <strong>relig</strong>iosamentelegitimada como superior, y la superioridad <strong>de</strong>l Occi<strong>de</strong>nteblanco y cristiano fácilmente se <strong>de</strong>jará insinuar y conducirá inconscientementea cualquier tipo <strong>de</strong> dominación o imperialismo o neocolonialismo».En nota remite a <strong>las</strong> críticas <strong>de</strong> los teólogos asiáticos:«Peritos en misiología como Aloysius Pieris, Tissa Ba<strong>las</strong>uriya e IgnacePuthiadam han aludido al imperialismo y el criptocolonialismo ocultostras la fachada <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo inclusivista, que, según ellos, proclama labelleza <strong>de</strong> <strong>las</strong> otras <strong>relig</strong>iones para <strong>de</strong>spués incluir<strong>las</strong> y consumir<strong>las</strong>» (P.KNITTER, Diálogo inter-<strong>relig</strong>ioso e ação missionária, São Paulo, CNBB,


<strong>de</strong> realismo histórico: <strong>las</strong> consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong> alta teología, enun segundo o tercer grado <strong>de</strong> abstracción, no pue<strong>de</strong>n ocultar elhecho elemental <strong>de</strong> que en la historia humana la mayor parte<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones nacieron y crecieron sin contacto alguno conel cristianismo.De ahí ha nacido la tercera postura, el pluralismo, representadosobre todo por el ya citado John Hick, pero con unaamplia lista <strong>de</strong> seguidores, como Paul Knitter 28 en Norteaméricay Stanley Samartha 29 en la India. Para él todas <strong>las</strong> <strong>relig</strong>ionesson, en <strong>de</strong>finitiva, iguales: manifestaciones equivalentesen su valor salvífico y en su verdad, pues la diversidad naceúnicamente <strong>de</strong> los diferentes contextos culturales en que se tematizay concreta la experiencia <strong>de</strong> lo divino. Recoge, como seve, la tradición <strong>de</strong>l liberalismo, pero sin reservas ante el valor«sobrenatural» <strong>de</strong> lo <strong>relig</strong>ioso. Ejerce hoy un indudable atractivo,que llega casi a la fascinación, acaso <strong>de</strong>bido en parte aque se trata <strong>de</strong> una reacción generosa ante la cerrazón histórica<strong>de</strong>l exclusivismo, con nefastas consecuencias muchas veces30 . Enlaza a<strong>de</strong>más con la caída <strong>de</strong>l –digámoslo así– «occi-Comina 1994, p. 9).28. No Other Name? A Critical Survey of Christian Attitu<strong>de</strong>s Toward theWorld Religions, Maryknoll, NY, 1985 (usaré la trad. italiana: Nessunaltro nome?, Brescia 1991).29. One Christ, Many Religions, New York 1991.30. Entre nosotros, R. PANIKKAR es el principal representante, con una posturamuy matizada y con una abundantísima producción. Véase la síntesisque él mismo hace en Autoconciencia cristiana y <strong>relig</strong>iones («Fecristiana y sociedad mo<strong>de</strong>rna», n. 26), Madrid 1989, 199-267; ahí mismo(p. 264) pue<strong>de</strong> verse una reseña <strong>de</strong> sus obras principales; cf. en especial:The Unknown Christ of Hinduism, Maryknoll 1981; La Trinidady la experiencia <strong>relig</strong>iosa, Barcelona 1989; L’Incontro indispensabile.Dialogo <strong>de</strong>lle Religioni, Milano 2001.Cf. también, con <strong>de</strong>sigual radicalidad, A. RACE, Christians andReligious Pluralism, cit.; P.F. KNITTER, No Other Name?, cit.; y, sobretodo, J. HICK, <strong>de</strong> quien, aparte <strong>de</strong> <strong>las</strong> dos obras antes citadas, pue<strong>de</strong>nverse: God and the Universe of Faihts: Essays in the Philosophy ofReligion, London 1973; The Second Christianity, London 1983;Problems of Religious Pluralism, London 1985.Son también significativas <strong>las</strong> obras en colaboración: L. SWIDLER(ed.), Toward a Universal Theology of Religion, New York 1987; J.HICK – P.F. KNITTER (eds.), The Myth of Christian Uniqueness. TowardPRESENTACIÓN25


<strong>de</strong>ntalcentrismo» y con toda una nueva constelación culturalque tiene como valores centrales la <strong>de</strong>mocracia, la tolerancia yel consenso 31 .Su gran problema estriba en la cuestión <strong>de</strong> la verdad 32 , puesmuy difícilmente pue<strong>de</strong> evitar el peligro <strong>de</strong> un relativismo queno beneficiaría a nadie. Y si antes hablábamos <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> realismohistórico, ahora hay que <strong>de</strong>cir lo mismo respecto <strong>de</strong>lrealismo antropológico: en <strong>las</strong> realizaciones y en los logros humanos,aunque en principio todos merezcan respeto, el gradoalcanzado nunca es el mismo o, a lo sumo, lo es rarísimas vecesy en casos o aspectos muy concretos.DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA263.2. Hacia un nuevo enfoqueLa concepción que aquí intentamos exponer, aunque no sesiente cómoda en ninguna <strong>de</strong> <strong>las</strong> posturas enunciadas, se mueveen una órbita que no niega cierta afinidad con la segundapostura, pero que, con <strong>las</strong> importantes matizaciones que trataré<strong>de</strong> hacer, se inclina más por la tercera. No lo hace por unafán formalista <strong>de</strong> mediación abstracta, sino porque en ese ambienteo «aire <strong>de</strong> familia» parece posible respon<strong>de</strong>r bien, o almenos no <strong>de</strong>masiado mal, a <strong>las</strong> preocupaciones legítimas <strong>de</strong>respeto y apertura a los <strong>de</strong>más, sin por ello ce<strong>de</strong>r al vértigo <strong>de</strong>lrelativismo ni per<strong>de</strong>r el contacto con el realismo histórico yantropológico. Con todo, insisto en que esta indicación quiereser únicamente un enmarcamiento formal para orientar la reflexión.Convertirlo en <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong>l proceso reflexivo re-a Pluralistic Theology of Religions, New York 1987.31. A la importancia <strong>de</strong> esta constelación es especialmente sensible el tratamiento<strong>de</strong> C. DUQUOC, El único Cristo. La sinfonía diferida, <strong>Sal</strong><strong>Terrae</strong>, Santan<strong>de</strong>r 2005.32. Tema estudiado agudamente por A. KREINER, «Überlegungen zu theologischenWahrheitsproblematik und ihrer ökumenischen Relevanz»:Catholica 41 (1987) 108-124; y también por M. DE FRANÇA MIRANDA,O cristianismo em face das <strong>relig</strong>iões, São Paulo 1998, 19-23.Véanse también <strong>las</strong> críticas que le hacen J.J. LIPNER, «DoesKopernicus Help?», en (R.W. Rousseau [ed.]) Inter-<strong>relig</strong>ious Dialogue,Scranto 1981, 154-174; y G. D’COSTA, Theology and ReligiousPluralism, cit. J. DUPUIS, Gesù Cristo incontro alle <strong>relig</strong>ioni, 144-149,


sultaría, a mi parecer, perturbador, tanto porque inclina haciaun tratamiento formalista <strong>de</strong>l problema como porque tien<strong>de</strong> asituarlo en categorías <strong>de</strong> concurrencia y predominio que no hacenjusticia a la gratuidad <strong>de</strong> la experiencia reveladora.Por eso intentaremos que el problema <strong>de</strong>l diálogo surja<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l proceso vivo <strong>de</strong> una reflexión que, al buscarsea sí misma para enten<strong>de</strong>r la propia <strong>relig</strong>ión, se encuentracon otros procesos que la obligan a volver sobre su postura, reconsi<strong>de</strong>rándolaa esa nueva luz. Así suce<strong>de</strong>, por lo <strong>de</strong>más, elencuentro efectivo entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones en la historia real (y, sise me permite la observación personal, diré que ésa ha sido miexperiencia en el libro sobre la revelación citado al comienzo).Hay todavía otro aspecto importante. Cuando se consi<strong>de</strong>raa fondo el problema, se compren<strong>de</strong> que ni siquiera nace <strong>de</strong>modo exclusivo <strong>de</strong>l encuentro con <strong>las</strong> otras <strong>relig</strong>iones. Antes–al menos con anterioridad estructural– <strong>de</strong> ser un interroganteexterno, es ya una aguda pregunta interna para cada <strong>relig</strong>ión,sobre todo para cada una <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones universales. En elcaso <strong>de</strong>l cristianismo lo es <strong>de</strong> un modo muy expreso: el Diosque aquí se nos revela no aparece jamás como posesión propiani salvación exclusiva, sino como Aquel que mantiene siempreviva la gratuidad <strong>de</strong> su trascen<strong>de</strong>ncia y su intrínseca <strong>de</strong>stinacióna toda la humanidad.Obviamente, el afán posesivo humano tien<strong>de</strong> a acapararlo,convirtiendo lo que es relación viva, concreta y personalizadaen «elección» excluyente. Algo que ya en el Primer Testamentotien<strong>de</strong> a ser cuestionado por la crítica <strong>de</strong> los profetas.En el Nuevo supuso una dura lucha –que estuvo a punto <strong>de</strong>romper la primera comunidad– para que el cristianismo inicialllegase a compren<strong>de</strong>r la implicación universalista <strong>de</strong>l mensajeevangélico. Y no es preciso evocar una vez más la recia historia<strong>de</strong> intolerancia posterior, que <strong>de</strong>sembocó en el extra ecclesiamnulla salus, con consecuencias, por <strong>de</strong>sgracia, no sóloteóricas.Por fortuna, la experiencia cristiana, que muy pronto anuncióla centralidad <strong>de</strong> Cristo, hasta el punto <strong>de</strong> afirmar que «nohay salvación en ningún otro» (Hch 4,12), no podía <strong>de</strong>jar <strong>de</strong>PRESENTACIÓN27


proclamar igualmente la universalidad <strong>de</strong> la salvación, quebrota <strong>de</strong> la esencia más íntima <strong>de</strong> su Dios que «es amor» (1 Jn4,8.16), Abbá sin discriminación, que ama incluso a los «malos»e «injustos» (Mt 5,45; Lc 6,35) y que, por lo mismo,«quiere que todas <strong>las</strong> personas se salven» (1 Tm 2,4).DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA283.3. Diálogo situado y sin privilegiosSe trata, como se ve, <strong>de</strong> una tensión interna a la propia fe, quela interroga en sí misma, <strong>de</strong>sapropiándola <strong>de</strong> todo egocentrismoy obligándola a profundizar su autocomprensión. El encuentrocon <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones se inserta en esa dinámica interna,enmarcado en un régimen <strong>de</strong> don y gratuidad, <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l cualla concurrencia o el intento <strong>de</strong> dominio queda <strong>de</strong>senmascaradocomo soberbia y pecado. El absoluto correspon<strong>de</strong> sólo aDios. Lo que le toca al hombre es la tarea inacabable <strong>de</strong> ir asimilandosu presencia, tanto en la gloria y la humildad <strong>de</strong>l servicio,ofreciendo a los <strong>de</strong>más lo que ha <strong>de</strong>scubierto, como enel duro y gozoso aprendizaje <strong>de</strong> lo que los otros le ofrecen yque él reconoce como perteneciente también a su mismo Dios,que es el <strong>de</strong> todos.De ahí que el diálogo con <strong>las</strong> otras <strong>relig</strong>iones no pueda esquivar<strong>las</strong> exigencias <strong>de</strong> la nueva sensibilidad, tan lenta y difícilmenteadquirida en la historia; antes bien, <strong>las</strong> tomará comopiedra <strong>de</strong> toque <strong>de</strong> la propia autenticidad. Pero <strong>de</strong>berá afrontar<strong>las</strong>en un segundo momento, a partir <strong>de</strong> la resolución interna<strong>de</strong> <strong>las</strong> propias tensiones; o, si queremos formularlo mejor,<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>de</strong>jarse aleccionar por <strong>las</strong> implicaciones <strong>de</strong> la propiaexperiencia reveladora, mucho más gran<strong>de</strong> que nuestrasexpectativas y mucho más generosa que nuestro afán <strong>de</strong> dominio.Creo que, <strong>de</strong> este modo, será posible hacer justicia a <strong>las</strong>legítimas preocupaciones <strong>de</strong> la postura pluralista, sin por ellocaer en el relativismo.En este sentido, se compren<strong>de</strong>rá bien que la reflexión secentre fundamentalmente en la autocomprensión cristiana.Eso, lejos <strong>de</strong> ser soberbia egocéntrica, es, como bien había vistoNewman en otro contexto la «verda<strong>de</strong>ra mo<strong>de</strong>stia» <strong>de</strong> quien


no quiere imponerse a los <strong>de</strong>más en estas «provincias» tanhonda y <strong>de</strong>licadamente humanas 33 . Por lo <strong>de</strong>más, la hermenéuticaactual sabe muy bien que la propia situación es el lugar indispensable<strong>de</strong> todo verda<strong>de</strong>ro diálogo. Eso hace inevitablecontar con los propios pre-juicios y presupuestos; lo único quese pi<strong>de</strong> es ser conscientes <strong>de</strong> ellos, para mantenerlos abiertos ala confrontación y al diálogo.Hacerlo así pi<strong>de</strong> hoy una atención muy especial a unacuestión fundamental: la <strong>de</strong> la particularidad histórica <strong>de</strong>lcristianismo, que, al traducirse en concreto, se convierte en lapretensión <strong>de</strong> <strong>de</strong>finitividad para la revelación acontecida enCristo. Por eso, antes <strong>de</strong> abordar <strong>las</strong> cuestiones concretas, convieneempezar por un planteamiento global que permita ver <strong>las</strong>líneas fundamentales <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esa autocomprensióncristiana. Esto es muy importante, pues pone al <strong>de</strong>scubierto lossupuestos <strong>de</strong> fondo que, no siempre clarificados, están guiandola argumentación, <strong>de</strong> suerte que no sólo condicionan todoel discurso, sino que ponen en cuestión la misma posibilidad<strong>de</strong>l diálogo.ofrece un buen resumen.33. «...in these provinces of inquiry egotism is true mo<strong>de</strong>sty. In <strong>relig</strong>ious inquiryeach of us can speak only for himself, and for himself he has aright to speak. His own experiences are enough for himself, but he cannotspeak for others: he cannot lay down the law; he can only bring hisown experiences to the common stock of psychological facts» (AnEssay in Aid of a Grammar of Assent, Image Books, New York 1955,PRESENTACIÓN29


p. 300).DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA30


CAPÍTULOILa «particularidad»como necesidad históricaHARVEY Cox ha insistido con energía en que «el más espinoso(nettlesome) dilema que obstaculiza el diálogo inter<strong>relig</strong>iosoes el muy antiguo <strong>de</strong> cómo balancear lo universal y lo particular»1 . Dilema arduo, en efecto, que no siempre se estudiaen su verda<strong>de</strong>ra profundidad y que, como veremos, si no seafronta en su raíz, pue<strong>de</strong> minar por su base la inteligibilidadmisma <strong>de</strong> la cuestión en la cultura crítica actual.1. La radicalidad actual <strong>de</strong>l problemaResulta significativo el hecho, por lo <strong>de</strong>más muy corriente entodo cambio histórico, <strong>de</strong> que la situación actual ofrece un carácterpolar: si por un lado plantea una nueva dificultad, porotro ofrece también una nueva posibilidad <strong>de</strong> solución.1.1. No existe universalidad abstractaComo queda dicho, la sensibilidad actual es alérgica a todaparticularidad que tienda a universalizarse, pues nada tememás que la lesión <strong>de</strong> la igualdad, la libertad y la tolerancia.Cabría simbolizarlo en la sospecha espontánea <strong>de</strong> etnocentris-L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA1. Many Mansions. A Christian’s Encounter with Other Faiths, Boston1992 2 , 2.32


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA33mo ingenuo frente a toda pretensión <strong>de</strong> universalizar lo propio.Pero, por otra parte, el agudo sentido histórico que la caracterizale hace compren<strong>de</strong>r que todo está irremediablemente situadoen el tiempo y en el espacio. No es posible una universalidadabstracta, sino sólo aquella que se media lentamentepor los caminos <strong>de</strong> la historia: la universalidad «racional» <strong>de</strong>la Ilustración –que quiso realizar los i<strong>de</strong>ales <strong>de</strong> lo universal humanosin la paciencia <strong>de</strong> los condicionamientos concretos– sepagó con el terror <strong>de</strong> la Revolución Francesa 2 .Por eso la teología actual ha comprendido bien que la verda<strong>de</strong>rauniversalidad sólo pue<strong>de</strong> realizarse «a través <strong>de</strong> la mediaciónhistórico-particular» 3 . Por paradójico que parezca enun mundo cada vez más universalizado, la conciencia históricanos ha hecho ver que una <strong>relig</strong>ión sólo podrá ser realmenteuniversal si llega a serlo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su particularidad 4 .El problema no está, pues, en que la revelación cristianaaparezca <strong>de</strong>limitada por una situación concreta, puesto que esoes más bien la condición <strong>de</strong> posibilidad <strong>de</strong> su existencia real;la cuestión radica en su pretensión <strong>de</strong> universalidad, pues <strong>de</strong>entrada parece que implicaría la exclusión <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más. Los2. HEGEL lo analizó <strong>de</strong> manera magistral en la Fenomenología <strong>de</strong>l Espíritu,VI B III (Werke 3, [E. Mol<strong>de</strong>nhauer – K.M. Michel (eds.)], Frankfurta.M. 1986, 431-441). Véanse también <strong>las</strong> agudas observaciones <strong>de</strong> R.SCHÄFFLER, Religion und kritisches Bewusstsein, Freiburg/München1973, 56-83; principalmente, 56-73.3. E. SCHILLEBEECKX, Jesús. La historia <strong>de</strong> un viviente, Madrid 1984 2 , 556-560. Un intento <strong>de</strong>nsamente especulativo es el <strong>de</strong> W. LÖSER, «“Universaleconcretum” als Grundgesetz <strong>de</strong>r oeconomia revelationis», en (W.Kern – H.J. Pottmeyer – M. Seckler [eds.]), Handbuch <strong>de</strong>r Fundamentaltheologie.II: Traktat Offenbarung, Freiburg 1985, 108-121.4. Obviamente, con esto no se dice que toda tradición particular sea ya, sinmás, potencialmente universal: eso tendrá que mostrarlo en su capacidadreal para llegar a todos y para ser aceptada, no por la imposición <strong>de</strong>la fuerza, sino por la vali<strong>de</strong>z humana <strong>de</strong> la oferta. De ahí la importancia<strong>de</strong>l tema <strong>de</strong> la verificación, que aquí sólo podrá ser aludido.Como se sabe, ésta es una preocupación capital en la reflexión <strong>de</strong>W. PANNENBERG sobre la revelación, ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el escrito programático,dirigido por él, Offenbarung als Geschichte, Göttingen 1970 4 . En diálogocon su pensamiento, hemos prestado también una sostenida atenciónal problema: cf. La revelación <strong>de</strong> Dios en la realización <strong>de</strong>l hombre,Madrid 1987, principalmente 343-381. Seguiré citando: La revelación.


planteamientos usuales –que dan por supuesto que la revelaciónpodría ser, sin más, universal, con tal <strong>de</strong> que Dios así loquisiera– difícilmente pue<strong>de</strong>n evitar la impresión <strong>de</strong> una arbitrariedaddivina. En cambio, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo dicho resulta ya posibleintuir que se trata únicamente <strong>de</strong> algo inevitable en una historiafinita; algo, en <strong>de</strong>finitiva, estructuralmente no distinto <strong>de</strong>lhecho <strong>de</strong> que unos nazcan blancos y otros negros, unos enEuropa y otros en Asia o en América...Lo cual no <strong>de</strong>ja, con todo, <strong>de</strong> suscitar otra pregunta: ¿quésuce<strong>de</strong> con aquellos a quienes esa mediación histórica no alcanza<strong>de</strong> hecho? Si la experiencia <strong>de</strong> la revelación dice <strong>de</strong> ellamisma que es lo más alto y valioso que pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>rle al serhumano, puesto que significa la comunicación <strong>de</strong>finitiva <strong>de</strong>lmismo Dios, ¿no pi<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su misma esencia que, a pesar <strong>de</strong>todo, se asegure su presencia a todos?Y también aquí –y con esto entramos en la segunda polaridad–la sensibilidad actual agudiza la dificultad.1.2. No existe revelación aisladaA partir <strong>de</strong> la Ilustración, tanto la exégesis crítica como un mejorconocimiento <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones han hecho ver que larevelación bíblica no constituye ese «caso aparte» que suponíala teología al uso: una palabra puramente divina, «dictada» porDios a «su pueblo». La comparación <strong>de</strong> la tradición bíblicacon <strong>las</strong> <strong>de</strong>más tradiciones <strong>relig</strong>iosas –primero con <strong>las</strong> <strong>de</strong> susvecinas en el Oriente Medio, y luego con <strong>las</strong> <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong> la humanidad–muestra que ni aquélla es tan «divina» que no <strong>de</strong>jever con evi<strong>de</strong>ncia el esfuerzo y aun los fallos y heridas <strong>de</strong> lareflexión humana, ni <strong>las</strong> <strong>de</strong>más son tan «humanas» que no <strong>de</strong>jenapreciar la presencia viva y salvífica <strong>de</strong> lo Divino. En unapalabra, hoy es un hecho obvio que la revelación bíblica noconstituye una realidad tan aparte que la distinga totalmente <strong>de</strong><strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones, ni que éstas <strong>de</strong>ban esperar por ella paraexperimentar la presencia salvífica <strong>de</strong> Dios. ¿Don<strong>de</strong> queda entoncesla pretensión <strong>de</strong> universalidad?Pero es curioso que también ahora sea la misma dificultadla que abre la vía <strong>de</strong> la solución. Si esta constatación supusoL A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA34


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA35acaso la máxima crisis en la autocomprensión <strong>de</strong> la revelaciónbíblica, hasta el punto <strong>de</strong> que muchos pensaron que la había<strong>de</strong>struido 5 , puso al mismo tiempo <strong>las</strong> bases <strong>de</strong> una nueva solución.Porque ahora po<strong>de</strong>mos ver mejor cómo la universalidadbíblica no tiene por qué significar el exclusivismo <strong>de</strong> un diosque para cultivar a un pueblo abandona a todos los <strong>de</strong>más. Setrata más bien <strong>de</strong>l Dios que, mientras cultiva a uno, sigue cultivandoigualmente a los <strong>de</strong>más: a cada uno según <strong>las</strong> posibilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propia circunstancia.Y lo que pueda parecer cultivo «especial» no es en modoalguno un favoritismo excluyente, sino el único modo posible<strong>de</strong> realizarse en concreto esa relación viva y real. Dios no actúaen abstracto o «como si», sino en relación siempre únicacon un «tú» (individual o colectivo) al que conoce y llama porsu nombre. Pero esto suce<strong>de</strong> siempre y con todos. Por eso cada«tú» pue<strong>de</strong> sentirse –y, <strong>de</strong> hecho, se siente– elegido: «Te hellamado por tu nombre» (Is 45,4). Pero, justamente porque todosson «elegidos», no hay elección en sentido exclusivo. (Dehecho, dado el peligro <strong>de</strong> no compren<strong>de</strong>r bien esto y el barridosemántico que tal universalización implica, hoy lo mejor esrenunciar a la categoría <strong>de</strong> elección. Tal renuncia pue<strong>de</strong> parecerinfi<strong>de</strong>lidad a la letra bíblica, pero en realidad supone la máximafi<strong>de</strong>lidad a su espíritu).Al mismo tiempo se perfila con claridad una consecuencia,que más tar<strong>de</strong> habrá que elaborar con más <strong>de</strong>talle: si todos sonllamados, y la llamada se realiza en la inevitable particularidad5. Piénsese en los gran<strong>de</strong>s representantes <strong>de</strong> la Escuela Histórica <strong>de</strong> <strong>las</strong>Religiones, para muchos <strong>de</strong> los cuales la Biblia pasó a ser uno más entrelos libros sagrados <strong>de</strong> <strong>las</strong> culturas mesopotámicas (cf. J. HEMPEL,«Religionsgeschichtliche Schule»: RGG 3 [1961] 991-994 y H.SCHLIER, «Religionsgeschichtliche Schule»: LfThK 8 [1963] 1184-1185). Más significativo aún es acaso el hecho contado por Semler enel prólogo a su refutación <strong>de</strong> Reimarus: el escándalo <strong>de</strong> la publicaciónpor Lessing <strong>de</strong> los fragmentos <strong>de</strong> Acerca <strong>de</strong>l propósito <strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> susdiscípulos, 1778, resultó tan gran<strong>de</strong> que muchos estudiantes <strong>de</strong> teologíase sintieron perdidos y buscaron otra profesión (cf. A. SCHWEITZER,Geschichte <strong>de</strong>r Leben-Jesu-Forschung, Siebenstern, München/Hamburg 1976, p. 67). Sobre todo esto, cf. A. TORRES QUEIRUGA, La revelación,caps. II-III, 57-116.


<strong>de</strong> cada uno, su acogida es siempre parcial y limitada. De suerteque toda acogida por un individuo o una <strong>relig</strong>ión particularestá intrínsecamente abierta a ser completada por la aportación<strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>de</strong>más, así como a ofrecerles su propia aportación. Laparticularidad se revela entonces como un medio más <strong>de</strong>l amorincondicional a todos. Tal es lo que trataremos <strong>de</strong> mostrar comoel sentido profundo <strong>de</strong> la «elección».1.3. Está en juego el sentido mismo <strong>de</strong> la revelaciónEsta panorámica <strong>de</strong>l problema resulta tal vez <strong>de</strong>masiado amplia,y a<strong>de</strong>más, al a<strong>de</strong>lantar el sentido <strong>de</strong> la solución buscada,va a forzar sin duda enojosas repeticiones. Pero ha parecidonecesaria, por la <strong>de</strong>cisiva importancia <strong>de</strong> lo que está en juego.En estas cuestiones se trata nada menos que <strong>de</strong> la coherenciamisma <strong>de</strong> la reflexión. Estamos, en efecto, aludiendo a los presupuestosque <strong>de</strong> ordinario no se afrontan <strong>de</strong> modo expreso yque, por ello mismo, tien<strong>de</strong>n a condicionar fatalmente todo elproceso. La razón está en que afectan a la cuestión <strong>de</strong>l sentido,que, como muy bien ha visto la filosofía analítica, es previa ala <strong>de</strong> la verdad.Porque realmente, tanto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista antropológico–dado que se trata <strong>de</strong> lo más radical, la salvación <strong>de</strong>l serhumano– como <strong>de</strong>l teológico –puesto que están en juego labondad y la sabiduría <strong>de</strong> Dios–, esas cuestiones resultan <strong>de</strong>cisivas.Si, como generalmente se da por supuesto, Dios «pudiera»hacerlo todo más fácil, revelándose <strong>de</strong> modo directo y evi<strong>de</strong>ntea todos los hombres y mujeres, pero «no quisiera» hacerlo,difícilmente valdría la pena seguir discutiendo. En esecaso, dígase lo que se diga, la particularidad resultaría un privilegioarbitrario, y la historia <strong>de</strong> la revelación, con sus enormescostos, dificulta<strong>de</strong>s y contradicciones, no podría ya resultarcreíble.Y lo mismo vale <strong>de</strong>l otro aspecto: si la plenitud <strong>de</strong> la revelaciónbíblica se hubiese comprado al precio <strong>de</strong> abandonar alresto <strong>de</strong> la humanidad, su ofrecimiento ulterior estaría ya radicalmenteviciado y sería inaceptable. Todas <strong>las</strong> explicacionesposibles, todas <strong>las</strong> razones <strong>de</strong> «conveniencia», llegarían ya <strong>de</strong>-L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA36


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA37masiado tar<strong>de</strong>, pues chocarían con la sospecha elemental <strong>de</strong> unprevio e inaceptable <strong>de</strong>sinterés <strong>de</strong> fondo. Porque don<strong>de</strong> está enjuego lo último –la salvación <strong>de</strong>l hombre y el amor <strong>de</strong> Dios–no pue<strong>de</strong> haber razones penúltimas que expliquen la falta <strong>de</strong>un compromiso sin reservas.Insisto en este aspecto porque, incluso en <strong>las</strong> posturas másavanzadas, aún quedan restos <strong>de</strong> un voluntarismo divino queconvierte la particularidad en algo querido por Dios, dandopor supuesto que podría no haberla querido y que, por tanto, larevelación habría podido ser <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio clara, plena ypara todos. Pue<strong>de</strong> «justificarse» –y a ello tien<strong>de</strong> <strong>de</strong> algún modola teología evangélica– <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una interpretación acaso <strong>de</strong>masiadoactualista <strong>de</strong> que la fe es obra <strong>de</strong> Dios: «La toleranciaque <strong>de</strong>be ser promovida <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la fe cristiana se basa en lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que sólo Dios pue<strong>de</strong> crear la fe y que, por lo mismo, lafe <strong>de</strong>l otro (lo mismo que la propia) está sustraída al influjo <strong>de</strong>la acción humana» 6 . O simplemente para insistir en la riquezay, sobre todo, en la indisponibilidad <strong>de</strong> la revelación 7 . Seguramentela intención es correcta, pero ese modo <strong>de</strong> hablar o <strong>de</strong>razonar induce inevitablemente el peligro indicado.(En el fondo, se trata <strong>de</strong> otro rostro <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong>l mal:si fuese posible evitarlo, y Dios «no quisiera», el dilema <strong>de</strong>Epicuro resultaría invencible. En varios trabajos he tratado <strong>de</strong>mostrar que una comprensión coherente no pue<strong>de</strong> pasar por lanegación ni <strong>de</strong> la omnipotencia ni <strong>de</strong> la bondad divinas. Sóloel carácter intrínsecamente inevitable <strong>de</strong>l mal –para el caso: <strong>de</strong>6. C. SCHWÖBEL, «Pluralismus II»: TRE (Studienausgabe) 26, 732.7. Este motivo es, por ejemplo, constante en C. DUQUOC: cf., v. gr., «ElEspíritu <strong>de</strong>svela <strong>de</strong> manera original la dinámica <strong>de</strong> nuestra historia, aseguraque Dios esté presente en ella sin estar a nuestra disposición ymantiene los fragmentos al margen <strong>de</strong> lazos claros con la totalidad imaginada.El Espíritu <strong>de</strong>svela, no revela sin ocultamiento. Indica que elpresente está habitado por Dios, pero se guarda <strong>de</strong> poner a Dios a nuestradisposición, como si fuera una posesión que pudiéramos utilizar anuestro antojo» (El único Cristo. La sinfonía diferida, <strong>Sal</strong> <strong>Terrae</strong>,Santan<strong>de</strong>r 2005, 220). Cf. otras referencias en M. AEBISCHER-CRETTOL,Vers un oecuménisme inter<strong>relig</strong>ieux. Jalons pour une théologie chrétiennedu pluralisme <strong>relig</strong>ieux, Paris 2001, 645-649: «Le pluralisme <strong>relig</strong>ieux,<strong>de</strong>ssein <strong>de</strong> Dieu?».


la particularidad– en la finitud histórica, y no cualquier tipo <strong>de</strong>finalidad –pudiendo haberlo evitado, el mal lo manda o lo consienteDios para...–, permite una salida crítica) 8 .Se compren<strong>de</strong> fácilmente que esto no es una sutileza teórica,sino un hecho <strong>de</strong> trascen<strong>de</strong>ncia vital. Por lo <strong>de</strong>más, consecuenciasmuy graves lo <strong>de</strong>muestran. Ya la Ilustración, enfrentadaa este problema, había intentado <strong>de</strong>svincular a Dios <strong>de</strong>una revelación histórica particular. Y en nuestros días, nadamenos que un pensador tan fino como Georges Morel llegó aabandonar por esta cuestión no sólo la Compañía <strong>de</strong> Jesús, sinoel propio cristianismo: creyó que sólo así se podía asegurarla «gratuidad <strong>de</strong> la relación con Dios», el cual «está cerca <strong>de</strong>todos y no se implica en la historia, porque implicarse equivalea elegir, y elegir equivale a excluir»; el Dios particularizadoen una elección histórica, «para amar a Jacob, tiene que odiara Esaú» (Mal 1,2-3) 9 .Y no es difícil observar que la fuerte radicalización <strong>de</strong> unteólogo tan significativo en este punto como John Hick va dirigidaen gran parte a evitar este escollo. Aunque, curiosamente,como todavía analizaré con más <strong>de</strong>talle, él mismo no acaba<strong>de</strong> ser consecuente en este punto, pues su concepción <strong>de</strong>l plu-8. Cf., entre otros, A. TORRES QUEIRUGA, «Mal», en Conceptos Fundamentales<strong>de</strong>l Cristianismo, Madrid 1993, 753-761; «Replanteamientoactual <strong>de</strong> la teodicea: Secularización <strong>de</strong>l mal, “Ponerología”, “Pisteodicea”»,en (M. Fraijó – J. Masiá [eds.]) Cristianismo e Ilustración,Madrid 1995, 241-292; Del Terror <strong>de</strong> Isaac al Abbá <strong>de</strong> Jesús. Haciauna nueva imagen <strong>de</strong> Dios, verbo Divino, Estella 2000, 165-246.9. Cf. C. DUQUOC, «Monoteísmo e i<strong>de</strong>ología unitaria»: Concilium 197(1985) 79-83; remite a G. MOREL, Questions d’homme, 3 vols., Paris1977. Personalmente, en La revelación, 316, n. 316, explico mi relacióncon la obra <strong>de</strong> Morel y cómo me parece que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la concepción queintento exponer, sus mismos presupuestos, lejos <strong>de</strong> alejar <strong>de</strong>l cristianismo,permiten compren<strong>de</strong>rlo mucho mejor.Creo que lo mismo podría afirmarse <strong>de</strong> la postura <strong>de</strong> J. Hick. Eneste sentido, aunque estoy <strong>de</strong> acuerdo con J. GÓMEZ CAFFARENA en queel libro An Interpretation of Religion (London 1989) es «una dignísimaculminación <strong>de</strong> una vida <strong>de</strong>dicada a la filosofía <strong>de</strong> la <strong>relig</strong>ión»(«Filosofía <strong>de</strong> la Religión. Invitación a una tarea»: Isegoría 1 [1990]130, n.3), no creo que en punto tan crucial fuese la única posible <strong>de</strong>s<strong>de</strong>sus mismos presupuestos.L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA38


alismo le obliga a consi<strong>de</strong>rar como reveladas únicamente <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones post-axiales. Reintroduce así un particularismo que,contra su intención, amenaza con convertirse en un gigantesco«favoritismo» divino respecto <strong>de</strong> la historia.1.4. Orientación general <strong>de</strong> la respuestaCon lo cual quedan enunciados los dos gran<strong>de</strong>s polos sobre losque va a girar nuestra respuesta. Sólo ellos permiten, a mi parecer,una comprensión coherente con la globalidad <strong>de</strong> la experienciareveladora:DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA1) La particularidad <strong>de</strong> la revelación cristiana no es una alternativa«escogida» por Dios, sino una necesidad impuesta porel hecho inevitable <strong>de</strong> que la revelación tiene que hacerse en lahistoria. Dicho en positivo: Dios se revela sin reservas y a todos,con toda la fuerza <strong>de</strong> su amor, <strong>de</strong> su sabiduría y <strong>de</strong> su po<strong>de</strong>r;los límites <strong>de</strong> la revelación no son «queridos» por Él, sino«impuestos» por la insuperable finitud <strong>de</strong> la captación humana.Se trata <strong>de</strong> una inconmensurabilidad estructural –entrelo infinito y lo finito– que explica <strong>las</strong> limitaciones concretas,ya sea que nazcan <strong>de</strong> límites involuntarios (como la etapa históricao la circunstancia cultural) o <strong>de</strong> resistencias voluntarias(como la ceguera o la <strong>de</strong>formación culpables).2) La culminación histórica <strong>de</strong>l proceso revelador, concebidacomo plenitud insuperable, no podía darse más que en un puntoconcreto. Ése es el significado <strong>de</strong>l misterio teándrico <strong>de</strong> lapersona <strong>de</strong> Cristo y su necesaria unicidad; por eso su captaciónes ya simultáneamente confesión <strong>de</strong> fe. Pero esa plenitud estáintrínsecamente <strong>de</strong>stinada a todos: por eso el Cristo no es «posesión»<strong>de</strong> los cristianos, sino oferta a todos como posible culminación<strong>de</strong> la fe que ellos ya tienen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su propia historia.Tal es el fondo <strong>de</strong> razón <strong>de</strong>l «inclusivismo» y constituye la basejusta para el encuentro «pluralista» <strong>de</strong> <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones, encuanto visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cristianismo.39


2. El (supuesto) silencio <strong>de</strong> Dios: Cur tam sero?Paul Hazard cuenta una curiosa anécdota que muestra muyclaramente la extrañeza <strong>de</strong> la racionalidad ilustrada ante laaparente reserva y aun cicatería <strong>de</strong> Dios en revelársenos conclaridad. En una reunión <strong>de</strong> salón, el geógrafo y matemáticofrancés La Condamine propuso a un grupo <strong>de</strong> amigos un difícilenigma. Para admiración general, todos adivinaron la soluciónal momento: él mismo la había escrito con gran<strong>de</strong>s letrasen el reverso bien visible <strong>de</strong> la hoja en la que leía... La moralejaera clara y directa: ¿por qué Dios no había hecho lo mismocon nosotros? 10 .Ya queda indicado que, aunque sea sin tan confesado racionalismo,ese presupuesto sigue operando con <strong>de</strong>masiadafuerza en el imaginario colectivo, afectando no sólo a la mentalidadvulgar, sino también a la reflexión teológica. Y, sin embargo,no es difícil compren<strong>de</strong>r su absurdo. Formulémosloabruptamente: pensar que la revelación divina pudiera darsecon perfecta claridad y para todos los hombres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo,equivale a pensar –sin advertirlo– un sinsentido. Significa,en efecto, ser víctimas <strong>de</strong> un espejismo imaginativo queconcibe acrítica y abstractamente la omnipotencia <strong>de</strong>l actuardivino, sin tener en cuenta los límites que impone su realizaciónen la cerrada limitación <strong>de</strong> la creatura. En el fondo, equivalea imaginar el «círculo cuadrado» <strong>de</strong> la captación perfecta<strong>de</strong> lo infinito en la estrechez <strong>de</strong> la subjetividad finita.El falso encanto se <strong>de</strong>shace en cuanto se examina con atencióncrítica. Mucho más todavía si se atien<strong>de</strong> a la racionalidadíntima <strong>de</strong> la experiencia reveladora <strong>de</strong> la Biblia. El Dios queen ella se <strong>de</strong>scubre es un Dios <strong>de</strong> amor, siempre dispuesto a laayuda total; un Dios que en su manifestación <strong>de</strong>finitiva aparececomo no escatimando siquiera la vida <strong>de</strong> su Hijo (Rm 8,32)10. La pensée européenne au XVIII e siècle; uso la trad. portuguesa: O pensamentoeuropeu no século XVIII, Lisboa 1983, 55-56 (Todo el capítulose titula, significativamente, «El Dios <strong>de</strong> los cristianos sometido ajuicio»).L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA40


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA41con tal <strong>de</strong> salvar al hombre. Es obvio que, en lo que <strong>de</strong> Él <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>,un Dios así también se revelará a todos sin reservas. Ellímite, si aparece, es porque no pue<strong>de</strong> ser evitado y viene <strong>de</strong>otro lugar: <strong>de</strong> la incapacidad <strong>de</strong> la creatura para captar con másclaridad su revelación. Bien mirado, ésa es, por lo <strong>de</strong>más, laestructura general <strong>de</strong> toda la experiencia bíblica, que más tar<strong>de</strong>expresará tan magníficamente san Juan <strong>de</strong> la Cruz: «porqueen darnos como nos dio a su hijo, que es una Palabra suya –queno tiene otra–, todo nos lo habló junto y <strong>de</strong> una sola vez en estasola Palabra, y no tiene más que hablar» 11 .No pue<strong>de</strong> extrañar, por tanto, que esta intuición aparezcaya en la teología cristiana más primigenia, y justamente en conexióncon nuestro tema, a pesar <strong>de</strong> que, como sabemos, entoncesse presentaba con mucha menos agu<strong>de</strong>za. El escándalo<strong>de</strong> la particularidad se manifestaba, lógicamente, no tanto en elespacio abarcable <strong>de</strong> la ecumene cuanto en la profundidad <strong>de</strong>ltiempo (más perceptible, a pesar <strong>de</strong> lo corta que era <strong>de</strong>s<strong>de</strong>nuestra perspectiva actual). La pregunta que se hacía como objecióna los cristianos era: «¿dón<strong>de</strong> estaban en los siglos anterioreslos cuidados <strong>de</strong> una tan gran<strong>de</strong> provi<strong>de</strong>ncia?» 12 .Se trata <strong>de</strong> la famosa cuestión <strong>de</strong>l cur tam sero? («¿por quétan tar<strong>de</strong>?»). Lo curioso es que la reflexión teológica logró yaentonces señalar la causa profunda y verda<strong>de</strong>ra: no era posible<strong>de</strong> otro modo, dada la imperfección y finitud <strong>de</strong> la creatura.San Ireneo lo dijo con palabras insuperables:«Si alguno <strong>de</strong> vosotros pregunta: ¿no podía Dios <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elprincipio hacer al hombre perfecto?, sepa que Dios ciertamentees todopo<strong>de</strong>roso, pero que es imposible que la creatura,por el hecho <strong>de</strong> ser creatura, no sea muy imperfecta.Dios la conducirá por grados a la perfección, como unamadre que <strong>de</strong>be primero amamantar a su hijo recién naci-11. La subida al Monte Carmelo, l.2, c. 22, n. 3 (Vida y obras <strong>de</strong> san Juan<strong>de</strong> la Cruz, Madrid 1960 4 , p. 522).12. Así razonaban Celso, Porfirio, Símaco y Juliano el Apóstata. Ver <strong>las</strong> referenciasen H. DE LUBAC, «Pre<strong>de</strong>stinación <strong>de</strong> la Iglesia», en Catolicismo.Los aspectos sociales <strong>de</strong>l dogma, Barcelona 1963, 177-178. Estetrabajo (177-203) es una excelente síntesis.


do y le va dando, a medida que crece, el alimento que necesita...Sólo quien no ha sido producido es también perfecto,y ése es Dios. Fue necesario que el hombre fuesecreado, <strong>de</strong>spués creciese, se hiciese adulto, se multiplicase,adquiriese fuerzas, y <strong>de</strong>spués llegase a la gloria y viese a suMaestro... Más insensatos que los animales, reprochan aDios que no los hiciese dioses <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el principio» 13 .Por otra parte, Ireneo no era en absoluto original: se apoyabaen la i<strong>de</strong>a paulina <strong>de</strong> la «economía <strong>de</strong> la gracia <strong>de</strong> Dios»(Ef 3,1). Y no estuvo solo: hay toda una línea que atraviesa lapatrística y que será abundantemente recogida por los gran<strong>de</strong>steólogos <strong>de</strong> la Edad Media. Henri <strong>de</strong> Lubac, que la <strong>de</strong>scubre,la <strong>de</strong>scribe así: «todo es posible para Dios, pero la congénita<strong>de</strong>bilidad <strong>de</strong> la creatura impone un límite a la recepción <strong>de</strong> susdones» 14 .Con todo, es lástima que esta intuición no haya empapadocon más eficacia el discurso teológico. Se insinúa, sin embargo,y <strong>de</strong> modo creciente, sobre todo bajo el prisma <strong>de</strong> la imposibilidad<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> un hombre o ser finito ya perfecto.Resulta significativo que haya reaparecido en el períodomo<strong>de</strong>rnista, con expresa referencia a la tradición patrística, sobretodo en la correspon<strong>de</strong>ncia entre Maurice Blon<strong>de</strong>l yLucien Laberthonnière:«La creación <strong>de</strong> un ser divinizable implica ciertas condicionesmetafísicas que no son cualesquiera. El hombre nopue<strong>de</strong>, inmediatamente, ser creado perfecto y acabado.Debe po<strong>de</strong>r, no sólo ratificar su propia creación, sino tambiénconsentir a su propia génesis y al <strong>de</strong>stino que le espropuesto» 15 .13. Adv. Haer. 4,38 (PG 7, 1.105-1.109).14. Loc. cit., 178-195.15. Así resume C. Tresmontant el sentido <strong>de</strong> la discusión: M. BLONDEL – L.LABERTHONNIÈRE, Correspondance philosophique, Paris 1961, p. 346;cf. 346-347. 372. 375-376. Cf. también C. TRESMONTANT, La métaphysiquedu christianisme et la naissance <strong>de</strong> la philosophie, Paris 1961,pp. 650ss.L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA42


Cabe afirmar que en la teología actual –apoyada sin dudapor una más aguda conciencia filosófica <strong>de</strong> la historicidad <strong>de</strong>la existencia humana 16 – la i<strong>de</strong>a está penetrando cada vez conmás intensidad. Hans Urs von Balthasar la subrayó, apoyándoseen De Lubac 17 . Las referencias podrían multiplicarse, tantorespecto <strong>de</strong> la revelación en general 18 como en referencia inmediataal problema <strong>de</strong>l encuentro entre <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones: la aduceexplícitamente el mismo John Hick 19 .Hay que observar, sin embargo, que casi siempre se conservatodavía un sesgo voluntarístico. En efecto, siguen dandopor supuesto que Dios «podría» revelarse plenamente al hombrehistórico, pero «no quiere», porque ello anularía la libertadhumana. Lo que <strong>de</strong> ese modo se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir acaso sea justo20 , pero pone todas <strong>las</strong> bazas para seguir alimentando el fan-DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA4316. Hegel aludía ya a un «argumento <strong>de</strong> dos mil años»; cf. aclaraciones yreferencias en W. JAESCHKE, Die Vernunft in <strong>de</strong>r Religion. Studien zurGrundlegung <strong>de</strong>r Religionsphilosophie Hegels, Stuttgart/Bad Cannstatt1986, p. 207 y 291.J.P. SARTRE subraya muy bien la necesidad <strong>de</strong>l crecimiento a partir<strong>de</strong> la radical y constitutiva historicidad <strong>de</strong> la libertad: cf. L’être et le néant,Paris 1943, principalmente IV Parte, c. I, 508-642.17. Cf. Theodramatik II/1, Einsie<strong>de</strong>ln 1976, 195-201.18. Cf., por ejemplo, J. MONSERRAT, Existencia, mundanidad, cristianismo,Madrid 1974, 452-454; y M. GELABERT BALLESTER, Experiencia humanay comunicación <strong>de</strong> la fe, Madrid 1983, 113-118.19. God Has Many Names, Phila<strong>de</strong>lphia 1980, 50.20. La dificultad se remonta a Kant y ha sido retomada por K. Jaspers: «Yomismo no puedo pensar <strong>de</strong> otra manera que Kant: si la revelación fuera“real” [comprobable empíricamente: A.T.Q.], ello sería el infortuniopara la libertad concedida a los hombres» (La fe filosófica ante la revelación,Madrid 1968, 23-24).Véase cómo lo expresa hoy J. Hick: «We can imagine [obsérveseel verbo] finite personal beings created in the immediate presence ofGod, so that in being conscious of that which is other than themselvesthey are authomatically and unavoidably conscious of God. (...) Buthow, in that situation, could they have any genuine freedom in relationto their creator?» (God Has Many Names). Cf. en La revelación, 321-322, <strong>las</strong> referencias que hago a otros autores y un razonamiento algomás <strong>de</strong>tallado.Prescindo aquí <strong>de</strong> analizar el caso distinto <strong>de</strong> la plenitud en la gloria,puesto que ésta supone necesariamente la historia previa: cf. <strong>las</strong>consi<strong>de</strong>raciones que hacemos al respecto en Creo en Dios Padre,Santan<strong>de</strong>r 1986, 145-149.


tasma imaginativo <strong>de</strong> que, en <strong>de</strong>finitiva, <strong>las</strong> cosas son así <strong>de</strong>difíciles porque Dios así lo quiere.Resulta indispensable tomar en serio la consecuencia, unavez reconocido el principio: se trata <strong>de</strong> una imposibilidad estricta.Tanto atendiendo a la plenitud <strong>de</strong> Dios –que quedaríanegada en la infinitud <strong>de</strong> su misterio al po<strong>de</strong>r ser captable <strong>de</strong>manera perfecta por un ser histórico finito («si lo compren<strong>de</strong>s,no es Dios», <strong>de</strong>cía san Agustín) 21 – como mirando al hombre–que quedaría negado en su esencia <strong>de</strong> libertad finita, la cual,por serlo, necesita realizarse en el trabajo y la maduración <strong>de</strong>ltiempo.En todo caso, lo significativo para nuestro propósito es elconsenso <strong>de</strong> fondo: el reconocimiento <strong>de</strong> la particularidad <strong>de</strong>la revelación cristiana como una necesidad histórica. Ahoraconviene ya dar un segundo paso: ver su significado en relacióncon la revelación en <strong>las</strong> otras <strong>relig</strong>iones.3. La (supuesta) «elección» <strong>de</strong> Dios: Cur tam cito?También aquí la imaginación pue<strong>de</strong> jugar ma<strong>las</strong> pasadas: enmuchos casos, aun cuando en teoría se haya aceptado queDios está real y salvíficamente presente a todos, sigue operando,<strong>de</strong> manera subterránea pero eficaz, el prejuicio <strong>de</strong> que sólose ha revelado en la tradición bíblica. La «elección» <strong>de</strong> unossería abandono <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más; en el mejor <strong>de</strong> los casos, a la espera<strong>de</strong> que los elegidos vayan más tar<strong>de</strong> a instruir a los otros.Para mayor claridad en punto tan <strong>de</strong>licado, distinguiré tres pasosen la reflexión.3.1. No existe un «favoritismo» divinoLa misma formulación explícita <strong>de</strong>l prejuicio basta para ver suenormidad. De lo anterior y <strong>de</strong> toda la experiencia bíblica sesigue la evi<strong>de</strong>ncia contraria: es claro que, urgido por su amorL A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA21. «Si enim comprehendis, non est Deus» (Sermo 117, 3,5: PL 38, 663):44


DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA45libre y generoso, el Dios que «quiere que todas <strong>las</strong> personas sesalven» busca por todos los medios hacerse sentir lo más rápidae intensamente posible por todos los hombres y mujeres<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong>l mundo. No <strong>de</strong>scuida a nadie ni hay en él«acepción <strong>de</strong> personas» (cf. Rm 2,11; Ef 6,9; Col 3,25; 1 Pe1,17). Lo que suce<strong>de</strong> es que cada tradición lo recibe a su maneray según la limitada medida <strong>de</strong> sus capacida<strong>de</strong>s; pero aninguna <strong>de</strong>scuida, en todas está presente, y <strong>de</strong> todas se vale paraayudar a <strong>las</strong> <strong>de</strong>más.Sintetizando imaginativamente: es como si Dios, el fondoluminoso <strong>de</strong>l ser, estuviese presionando continuamente la conciencia<strong>de</strong> la humanidad para emerger en ella, haciendo sentirsu presencia (su revelación) 22 . Allí don<strong>de</strong> se ofrece un resquicio,allí don<strong>de</strong> una conciencia ce<strong>de</strong> libremente a su presiónamorosa, allí concentra su afán, aviva con cuidado la lumbreque empieza a nacer y continúa apoyándolo con todos los medios<strong>de</strong> su gracia. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ese punto procura exten<strong>de</strong>r para los<strong>de</strong>más el nuevo <strong>de</strong>scubrimiento, conjuntando en ellos la presióninterna <strong>de</strong> siempre y el ofrecimiento externo que les llega<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la historia.Se compren<strong>de</strong> que la «elección» –y piénsese que todas <strong>las</strong><strong>relig</strong>iones se consi<strong>de</strong>ran <strong>de</strong> algún modo «elegidas»– no pue<strong>de</strong>interpretarse fuera <strong>de</strong> este contexto. Significa el modo concretoen que Dios se relaciona con una tradición <strong>de</strong>terminada. Esemodo no viene dado por un escoger arbitrario, sino por <strong>las</strong>condiciones reales que lo hacen posible. Y lo que en él se consigue<strong>de</strong> nuevo y peculiar está <strong>de</strong>stinado a todos. Es, pues, unavivencia real y plenificante, pues Dios no actúa en la pura apariencia<strong>de</strong> un «como si»; pero no es «favoritismo», pues su<strong>de</strong>stinación es intrínsecamente universal.22. Es significativo que J. HICK acuda también a esta misma imagen: «Letus then think of the Eternal One as pressing in upon the human spirit,seeking to be known and respon<strong>de</strong>d to by man’s free responses to createthe human animal into (in our Ju<strong>de</strong>o-Christian language) a child ofGod, or towards a perfect humanity» (God, p. 48). Dado que la primeraedición <strong>de</strong> esta obra es <strong>de</strong> 1980, la primacía <strong>de</strong> la metáfora le correspon<strong>de</strong>;pero lo que importa es la coinci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> <strong>las</strong> preocupacionesa pesar <strong>de</strong> la posible diferencia en <strong>las</strong> teorías.


Resulta indudable que serían necesarias muchas precisionesen un tema tan fundamental. Para no alargarnos, intentemosaclararlo con un ejemplo. Imagínese a un profesor que está intentandohacer compren<strong>de</strong>r a sus alumnos una difícil teoría. Sedirige a todos con el mismo interés e idéntico amor, pues portodos quiere ser comprendido. Pero cuando, en su empeño, veasomar en los ojos <strong>de</strong> algún alumno el brillo <strong>de</strong> la comprensión,es seguro que –sin abandonar la enseñanza <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más– tratará<strong>de</strong> apoyarlo e impulsarlo hacia el fondo <strong>de</strong>l problema, enla justa medida <strong>de</strong> su capacidad. Hay libertad por parte <strong>de</strong>l profesor,pues <strong>de</strong> nada se enteraría el alumno si el profesor no se<strong>de</strong>cidiese a explicar. Y pue<strong>de</strong> haber apariencia <strong>de</strong> «elección»,pues la comprensión <strong>de</strong>l alumno y, por consiguiente, la relacióncon el profesor se intensifica y profundiza. Pero si se trata <strong>de</strong>un buen pedagogo, eso no significará «favoritismo» alguno, sinoque, por el contrario, el profesor buscará que con la ayuda<strong>de</strong> ese alumno la c<strong>las</strong>e entera acceda lo más rápidamente posiblea idéntica comprensión. Lejos <strong>de</strong> per<strong>de</strong>r, la c<strong>las</strong>e ha salidoganando. (Aparte <strong>de</strong> que, en el intercambio, también ese alumnoapren<strong>de</strong>rá <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más, pues nadie compren<strong>de</strong> todo y en todoslos aspectos mejor que los <strong>de</strong>más).(Para insistir todavía en este punto <strong>de</strong>cisivo, permítasemeuna anécdota personal. Durante un congreso en Roma, conversandocon un ilustre teólogo judío, salió a relucir el tema <strong>de</strong>la elección, y él mismo puso el ejemplo <strong>de</strong>l alumno. Como justamenteen aquellos días había recibo yo la traducción alemana<strong>de</strong> mi libro sobre la revelación, le dije que precisamente éseera el ejemplo que yo había puesto tal como acabo <strong>de</strong> reproducirlo.Entonces se lo di a leer. Pero, en cuanto comenzó lalectura, exclamó: «No, no es eso; lo que yo digo es que, al entraren la c<strong>las</strong>e, el profesor, por propia iniciativa, escoge <strong>de</strong> antemanoa un alumno». Se compren<strong>de</strong> que en ese momento terminónuestro diálogo).Continuando con la reflexión, retiremos lo que en un profesorhumano pueda haber <strong>de</strong> parcialidad; advirtamos, sobretodo, que la sensibilidad para lo divino no coinci<strong>de</strong> necesariamentecon <strong>las</strong> dotes <strong>de</strong> los «sabios y pru<strong>de</strong>ntes» <strong>de</strong>l mundoL A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA46


(Mt 11,25) 23 ; añadamos que tanto el ser <strong>de</strong>l alumno como la capacidadmisma <strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r son en este caso don <strong>de</strong>lRevelador divino, que ama con idéntico amor a todos los <strong>de</strong>más,y tendremos un «mo<strong>de</strong>lo» sugerente para compren<strong>de</strong>r elmisterio <strong>de</strong> esa relación particular que se ha tematizado como«elección» divina. Y tal vez ahora se comprenda mejor lo dichoantes: que, dadas sus connotaciones difícilísimamente evitables,lo mejor es renunciar a esa categoría.DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA473.2. La misión particularcomo «estrategia» <strong>de</strong>l amor universalHagamos la aplicación a la tradición bíblica. La «elección» <strong>de</strong>Israel respon<strong>de</strong> perfectamente a este esquema. No se trata <strong>de</strong>que Dios «empiece» su manifestación con la historia bíblica.Suce<strong>de</strong>, más bien, que en el seno <strong>de</strong> su manifestación a la humanidad–y más en concreto a la específica humanidad que apartir <strong>de</strong> la revolución neolítica vivencia esa manifestación en<strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones <strong>de</strong>l Oriente Medio– un grupo <strong>de</strong>terminado va ainiciar un tipo peculiar <strong>de</strong> experiencia. Una peculiaridad que vino<strong>de</strong>terminada por diversas circunstancias, entre <strong>las</strong> cuales laexperiencia <strong>de</strong> la salida <strong>de</strong> Egipto, la ubicación en un lugar <strong>de</strong>cruce <strong>de</strong> <strong>relig</strong>iones y culturas y, sobre todo –¿como consecuencia?–,el estilo ético, personal e histórico en que fue configurándosesu relación con Dios 24 <strong>de</strong>sempeñaron un papel <strong>de</strong>terminante.De ahí nació su modo específico <strong>de</strong> captar la común «presión»<strong>relig</strong>iosa <strong>de</strong> Dios sobre la conciencia <strong>de</strong> la humanidad 25 .No se trata <strong>de</strong> que todo haya sido aquí único y exclusivo,ni siempre más pleno y mejor. De hecho, para <strong>de</strong>terminados23. El no tener en cuenta esta observación y todo el contexto en que semueve mi reflexión, ha hecho que me sienta mal interpretado por miamigo M. FRAIJÓ, Fragmentos <strong>de</strong> esperanza, Verbo Divino, Estella1992, 224.24. Tema, obviamente, difícil: véanse <strong>las</strong> referencias que ofrezco en La revelación,328-329.25. Léase la sugerente presentación <strong>de</strong>l proceso bíblico que en este sentidohace A. KOLPING, Fundamentaltheologie. II: Die konkretgeschichtlicheOffenbarung Gottes, Münster 1974, 16-210.


aspectos –como la tolerancia con los <strong>de</strong>más y la transparenciacósmica <strong>de</strong> lo Absoluto, en <strong>las</strong> <strong>relig</strong>iones <strong>de</strong> la India; o la sabiduría<strong>de</strong> la vida, en la <strong>relig</strong>ión china 26 – la tradición bíblica nose muestra especialmente receptiva. Pero la autointerpretacióncristiana cree que, en conjunto, a través ese grupo se ha abiertoun tipo <strong>de</strong> experiencia en el que –digámoslo a nuestra manera–Dios encontró, <strong>de</strong> hecho, la posibilidad <strong>de</strong> ir potenciandoun camino hacia la manifestación alcanzada en Cristo.Pero ahora ya compren<strong>de</strong>mos que ese hecho no ha robadonada a los <strong>de</strong>más, pues Dios entretanto ha ido apoyando conigual amor y <strong>de</strong>dicación a <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones, en el modo específicoen que lo hacían posible sus respectivas circunstanciashistóricas, <strong>relig</strong>iosas y culturales. Al mismo tiempo, se vemuy bien que lo así logrado pue<strong>de</strong> ser ofrecido a <strong>las</strong> <strong>de</strong>más <strong>relig</strong>iones,igual que éstas –que, como muestra la actual críticabíblica, ya habían colaborado con ella en temas fundamentales–pue<strong>de</strong>n ofrecerle a ella sus logros específicos. En concreto,para situarnos en nuestro problema y prescindiendo por elmomento <strong>de</strong> su mayor o menor excelencia, se hace inteligibleque aquello que la tradición bíblica ha logrado a través <strong>de</strong> suculminación en Cristo pue<strong>de</strong> ser puesto ahora a disposición <strong>de</strong>todos. De hecho, históricamente resulta llamativo que lo alcanzadoen la tradición <strong>de</strong>l Primer Testamento, hasta entoncesmuy recluido en un particularismo nacionalista, es entregadoentonces a toda la humanidad en el universalismo cristiano. Ala iglesia primitiva le costó compren<strong>de</strong>rlo, pero la dinámica internaera imparable.Un mínimo realismo histórico muestra que, sin mermaren un ápice todo lo en el<strong>las</strong> justamente adquirido, ahora <strong>las</strong>otras <strong>relig</strong>iones pue<strong>de</strong>n a<strong>de</strong>más recibir una aportación a laque no habrían llegado por evolución interna. Y, repito, aquíestoy hablando <strong>de</strong> la autocomprensión cristiana; pero en suaspecto estructural lo que <strong>de</strong>cimos <strong>de</strong>l cristianismo pue<strong>de</strong> serL A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA26. Véase la sugerente c<strong>las</strong>ificación que hace H. Küng (Christentum undChinesische Religion, München/Zürich 1988, 11-19) <strong>de</strong> <strong>las</strong> tres gran<strong>de</strong>scorrientes <strong>relig</strong>iosas en la humanidad actual: abrahámica, india y china.48


dicho igualmente <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la autocomprensión <strong>de</strong> cualquier<strong>relig</strong>ión.Ése y sólo ése –no cualquier tipo <strong>de</strong> imposición más o menosimperialista– es el sentido auténtico <strong>de</strong> la misión. Vista así,la particularidad histórica, a primera vista tan escandalosa, estálejos <strong>de</strong> significar un favoritismo arbitrario. Y la misión semuestra como el único recurso posible para universalizar la revelación,ofreciendo a todos lo adquirido en un punto concreto.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> Dios –si se nos permite hablarasí– constituye una auténtica «estrategia <strong>de</strong>l amor» para llegarcuanto antes y <strong>de</strong>l mejor modo al mayor número posible <strong>de</strong>hombres y mujeres.DIÁLOGO DE LAS RELIGIONES Y AUTOCOMPRENSIÓN CRISTIANA3.3. La prisa <strong>de</strong>l amorLa i<strong>de</strong>a aludida en el título <strong>de</strong> este apartado pue<strong>de</strong> ilustrarlo yconfirmarlo. Los antiguos pudieron preguntarse «¿por qué tantar<strong>de</strong>?». Pero la autocomprensión cristiana –y no me canso <strong>de</strong>insistir que <strong>de</strong> ella hablo ahora– pue<strong>de</strong> hacerse, y se ha hecho,también la pregunta contraria: cur tam cito? («¿por qué tanpronto?»). En efecto, mirando el lento proceso <strong>de</strong> la historia humanay la inmensidad <strong>de</strong>l horizonte que se abría ante ella, ¿cómofue posible esa inaudita «aceleración <strong>de</strong>l tiempo» –obsérvese:un motivo bíblico– que hizo <strong>de</strong>l punto cero <strong>de</strong> nuestra erala culminación <strong>de</strong>finitiva que, según creemos, aconteció en larevelación en Cristo? Aún hoy está la humanidad en trance <strong>de</strong>unificación cultural y humanización verda<strong>de</strong>ra: ¿cómo es posiblepensar que los tiempos estuvieran «maduros» –otro motivobíblico– hace ya más <strong>de</strong> veinte siglos? Hans Urs von Balthasar<strong>de</strong>tecta, con aprobación, este motivo en W. Solowjew y lo expresaasí:«Si los Padres <strong>de</strong> la Iglesia tuvieron que respon<strong>de</strong>r a la pregunta<strong>de</strong> por qué Cristo llegó tan tar<strong>de</strong> al final <strong>de</strong> los tiempos,Solowjew tiene que hacerlo a la pregunta contraria <strong>de</strong>por qué llegó tan pronto» 27 .4927. Herrlichkeit. II/2 Laikale Style, Einsie<strong>de</strong>ln 1969 2 , p. 692; cf, 681-693.


Ciertamente, este tipo <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>raciones corre siempre elriesgo <strong>de</strong> escapar al sentido controlable. Pero, mirando al fondo<strong>de</strong> la experiencia y siendo muy conscientes <strong>de</strong> que se trata<strong>de</strong> una consi<strong>de</strong>ración a posteriori sobre lo <strong>de</strong> hecho históricamenteacontecido, no resulta tan artificial para la reflexión creyenteel pensar que la revelación <strong>de</strong>finitiva en Cristo se produjoen un tiempo en que se daba el mínimo <strong>de</strong> condiciones <strong>de</strong>posibilidad para su inserción <strong>de</strong>finitiva en la historia universal28 . En esa dirección apuntaban ya <strong>las</strong> consi<strong>de</strong>raciones <strong>de</strong>Hegel 29 y <strong>de</strong> Schelling 30 , así como, más tar<strong>de</strong>, <strong>las</strong> <strong>de</strong> Teilhard<strong>de</strong> Chardin 31 y von Balthasar 32 .En cualquier caso, tómese esta i<strong>de</strong>a en la justa medida <strong>de</strong>su intención fundante: la <strong>de</strong> subrayar la infinita generosidad<strong>de</strong>l amor <strong>de</strong> un Dios que «es amor» y que «está trabajando <strong>de</strong>s<strong>de</strong>siempre» (Jn 5, 17).28. Tampoco en este punto me parece correcta la interpretación que <strong>de</strong> mipensamiento hace M. FRAIJÓ, op. cit., ibid.29. Sobre todo, al hablar <strong>de</strong>l tránsito a «la <strong>relig</strong>ión consumada» en susLecciones sobre Filosofía <strong>de</strong> la Religión, nueva ed. <strong>de</strong> W. Jaeschke,trad. cast. <strong>de</strong> R. Ferrara, vol. II-III, Madrid 1987, principalmente 44-67.30. Las eda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l mundo : textos <strong>de</strong> 1811 a 1815, Madrid 2002.31. El fenómeno humano, Madrid 1963, 349-35732. «Implicaciones <strong>de</strong> la palabra», en Verbum Caro, Madrid 1984, 88-93.U. MANN (Das Christentum als absolute Religion, principalmente 9-46.169-88), acudiendo bastante a la noción <strong>de</strong> «tiempo eje» (muy ampliadaen el tiempo respecto <strong>de</strong> la <strong>de</strong> Jaspers), hace también sugerentesconsi<strong>de</strong>raciones.L A « PARTICULARIDAD» COMO NECESIDAD HISTÓRICA50

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