c. pozo 208.grafo - Editorial Sal Terrae
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Ser en plenitud
Colección «EL POZO DE SIQUEM»213
Anselm GrünSeren plenitudEl poder de una fe madura<strong>Editorial</strong> SAL TERRAESantander – 2007
Título del original en alemán:Ein ganzer Mensch sein.Die Kraft eines reifen Glaubens© 2006 by Verlag Herder,Freiburg im Breisgauwww.herder.deTraducción:Ramón Alfonso Díez AragónPara la edición española:© 2007 by <strong>Editorial</strong> <strong>Sal</strong> <strong>Terrae</strong>Polígono de Raos, Parcela 14-I39600 Maliaño (Cantabria)Tfno.: 942 369 198Fax: 942 369 201E-mail: salterrae@salterrae.eswww.salterrae.esDiseño de cubierta:Fernando Peón / Queda prohibida, salvo excepción prevista en la ley,cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación públicay transformación de esta obra sin contar con la autorizaciónde los titulares de la propiedad intelectual.La infracción de los derechos mencionadapuede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual(arts. 270 y s. del Código Penal).Con las debidas licenciasImpreso en España. Printed in SpainISBN: 978-84-293-1722-0Depósito Legal: BI-2229-07Impresión y encuadernación:Grafo, S.A. – Basauri (Vizcaya)
ÍndiceIntroducción: La huella de mi vida . . . . . . . . . . . . . . . . 91. ¿Qué es la madurez humana? . . . . . . . . . . . . . . . . . 112. ¿Qué significa la espiritualidad? . . . . . . . . . . . . . . 123. El desafío: vivir la propia vida . . . . . . . . . . . . . . . . 151. La meta: ser una persona completa . . . . . . . . . . . . 171. Ayudas para el camino:indicaciones de los psicólogos . . . . . . . . . . . . . . . . 192. El autoconocimiento como tarea espiritual . . . . . . 352. Lo que nos retiene: obstáculos para una fe madura 371. El primer obstáculo:el miedo al mundo y Dios como droga . . . . . . . . . 402. El segundo obstáculo:represión de los impulsos y perfeccionismo . . . . . 453. El tercer obstáculo:cuando las imágenes nos mantienen presos . . . . . . 533. Llegar a ser una persona completa:pasos de la transformación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 591. El misterio de la transformación . . . . . . . . . . . . . . 612. Los pensamientos y sentimientos . . . . . . . . . . . . . . 66– 7 –
3. El cuerpo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 814. Los sueños . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 855. La relación con los demás . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 896. El trabajo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 954. El camino cristiano:ejercicios de la fe, ejercicios para ser persona . . . . 991. La Biblia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1022. La oración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1073. Los sacramentos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1114. El año litúrgico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1205. La configuración de una fe madura . . . . . . . . . . . . 1251. La fuerza de una fe madura . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1282. Las características de una fe madura . . . . . . . . . . . 1333. La promesa bíblica: ser una persona completa . . . 144Índice de citas del Nuevo Testamento . . . . . . . . . . . . . . . 149– 8 –
Introducción:La huella de mi vida
«He venido para que tengan viday la tengan en abundancia»Juan 10,101. ¿Qué es la madurez humana?La imagen de la madurez procede del crecimiento de unfruto. La madurez es un proceso de crecimiento. Un frutoestá maduro cuando ha llegado a ser lo que tiene que serpor su esencia y cuando otros pueden disfrutar de él. Unser humano ha madurado cuando ha desarrollado su esenciay se ha convertido en bendición para otros. SegúnGordon W. Allport, la madurez significa el proceso de desarrolloque va de la persona a la personalidad. Es maduroquien ha integrado todas las capacidades y posibilidades,los aspectos luminosos y sombríos, que hay en él.Es maduro el ser humano que ha llegado a estar en armoníaconsigo mismo, que no se ve arrastrado de un ladopara otro por sus diferentes necesidades y posibilidades.Lo ha unificado todo en sí. Ha llegado a ser una personacompleta. No está dividido en diferentes papeles, sino que– 11 –
ha llegado a ser uno consigo mismo. En toda persona hayun profundo deseo de madurar y unificar cuanto hay enella. Hoy son muchas las personas que se sienten despedazadase interiormente desgarradas, y cada una de ellasanhela llegar a ser una sola y completa.La madurez no es algo que uno desarrolla sólo para símismo, sino que siempre significa también un regalo paralos demás. El fruto madura para que ser disfrutado. Elser humano madura para que otros puedan participar desu madurez y alegrarse por ella. Resulta agradable relacionarsecon una persona madura; en cambio, tener quelidiar con personas inmaduras es bastante difícil. Lo mismoque se disfruta con gusto de un fruto maduro, tambiénse goza con una persona madura. Cerca de ella se sienteuno bien. El equilibrio interior de su personalidad producetambién una armonía positiva en el grupo donde ella seencuentra. Su integridad tiene también un efecto unificadoren los demás. La persona madura no da vueltas continuamenteen torno a sí misma, sino que responde desdesu propio centro a los desafíos de la vida y de la situaciónen que se encuentra.2. ¿Qué significa la espiritualidad?En el pasado, la fe y la piedad no se han presentado siempreasociadas a la madurez humana. Antaño, eran tenidaspor «piadosas» las personas que oraban todos los días,iban de buen grado a misa y se interesaban por los libros– 12 –
eligiosos. En el monacato primitivo, la piedad era otra cosa.No tenía nada de beatería, sino, más bien, una enormefuerza. Los primeros monjes hablaban de la militia Christi.En este servicio militante por Cristo, la persona teníaque crecer y madurar interiormente para poder mantenerseen el combate. La espiritualidad que anunciaban losmonjes estaba llena de fuerza y suscitó el interés de muchosvarones y mujeres jóvenes.Los grupos de jóvenes que se retiraban al desierto paravivir como monjes sentían la fuerza y la pasión que impulsabanla búsqueda de Dios en los padres del desierto.Las gentes de aquel tiempo llamaban a los monjes «atletas»,porque luchaban por Dios. Aquellos atletas aceptabanel desafío de su pasión por Dios. Querían luchar contralos demonios en el desierto, el lugar más tenebroso delmundo, el lugar donde habitaban los demonios. Y estabanconvencidos de que con su victoria sobre los demonios hacíantambién una aportación esencial al mundo, porque siel lugar más tenebroso del mundo se volvía más luminosogracias a su victoria, el mundo entero se volvería un pocomás luminoso e íntegro.El camino espiritual fue siempre en el monacato, a lavez, un camino de maduración humana. Autoconocimientoy conocimiento de Dios iban siempre de la mano. Así,Evagrio Póntico, el monje y escritor más importante delsiglo IV, afirma: «Si quieres conocer a Dios, aprende primeroa conocerte a ti mismo». Evagrio estaba convencidode que no es posible un verdadero encuentro con Dios sino va acompañado de un encuentro sincero con uno mis-– 13 –
3. El desafío: vivir la propia vidaLlegar a madurar en sentido espiritual significa que unohace realidad la imagen única que Dios se ha formado deél. Este concepto espiritual de madurez se fundamenta enuna imagen del ser humano muy precisa. Cada persona–afirma Romano Guardini– es una palabra única queDios pronuncia únicamente sobre ella. Y nuestra tareaconsiste en hacer posible que se escuche a través de nuestravida en este mundo esa palabra singular que Dios nosha dirigido a cada uno de nosotros personalmente. Cadaser humano puede expresar con su vida algo de Dios quesólo a través de él puede llegar a explicitarse. Cuando entroen contacto con mi palabra originaria, estoy en armonía,entro en contacto con mi verdadero yo, con la imagenoriginaria y no falseada de Dios en mí.Puedo expresar también esta unicidad del ser humanocon otra imagen: cada persona, con su propia vida, imprimeen este mundo una huella que sólo ella puede imprimir.Es madura la persona que imprime en este mundo la huellamás personal de su vida, en lugar de limitarse a seguirlas huellas de los demás.En un curso sobre esta imagen de la huella de la propiavida, me refirió un joven una experiencia que había tenidomientras esquiaba. Después de deslizarse sobre lanieve recién caída, observó el rastro que había dejado desdearriba. Se sintió fascinado, porque podía imaginarseperfectamente que con su vida imprimía su huella única enla nieve recién caída de este mundo. En aquel momento no– 15 –
se comparó con los demás ni pensó que tenía que copiarlas huellas de otros. Su huella era la que correspondía a suesencia. ¡Con razón deseaba dejar esa huella clara e inequívocaen la nieve recién caída! ¿Qué sentimientos te sugiere la madurez? ¿Qué imágenesse suscitan en ti cuando piensas en un frutomaduro? ¿Conoces a personas maduras con quienes te encuentresa gusto? ¿Cuáles son sus características? ¿Cuálesson los rasgos por los que reconoces a una personamadura? ¿Cuál es la palabra única que Dios ha pronunciado enti? No pienses mucho en ello, sino más bien siente en tuinterior qué palabra te brota de manera espontánea.– 16 –
1La meta:ser una persona completa
Pero no llegaré a madurar si únicamente me rebelocontra las voces de mis padres, pues tengo que liberarmetambién del condicionamiento impuesto por esas voces.Cuando llegue a ser interiormente libre, entonces podrédescubrir también los valores positivos de mis padres ypodré hacerlos realidad en mi vida. A juicio de Freud, lapersona madura es aquella que se ha familiarizado con elinconsciente, con las necesidades y los impulsos reprimidos.Freud denomina «ello» a este ámbito.El ello «es la parte oscura e inaccesible de nuestra personalidad».Familiarizarse con los impulsos no significadarles rienda suelta, sino observarlos y tratarlos con libertad.Según Freud, el proceso de maduración exige tambiénque me reconcilie cada vez más con la realidad y me adaptea ella libremente. Quien sigue dependiendo de representacionese imágenes infantiles es inmaduro, porquepiensa que la realidad terminará adecuándose a sus ideas.La adaptación a la realidad implica un trato apropiado conla realidad que me rodea. Si me relaciono con el mundo talcomo es, entonces llego a ser libre de cualquier ideología.La ideología me sirve para fabricar mi propio mundo conel fin de evadirme del mundo real. Pero entonces vivo enun mundo artificial y no puedo crecer y madurar.– 20 –
Psicología humanistaPara la psicología humanista 2 es madura la persona que serealiza, que desarrolla su vocación única a lo largo de suvida. La persona madura ha descubierto su propio valorinterior y actúa en consecuencia, en lugar de dejarse llevarpor las expectativas de los demás. Ha desarrollado su personalidady ha encontrado su condición única e irrepetible.Ha entrado en contacto con su fuente interior, con los recursosque están a su disposición desde la infancia.Cada persona tiene una fuente de donde puede beber.Está, en primer lugar, la fuente del Espíritu Santo, que brotaen su interior. Si estamos en contacto con esta fuente,podemos trabajar mucho sin agotarnos. Y se nos ocurrennuevas ideas. También tenemos en nosotros fuentes querecibimos de nuestros padres. Algunos han recibido de suspadres, por ejemplo, el convencimiento de que los problemastienen solución. Si beben de esa fuente, pueden afrontarlos conflictos que les plantea el mundo mejor que laspersonas que sienten que cada conflicto les roba toda laenergía que poseen. La madurez implica descubrir las propiasfuentes y beber de ellas. Quien vive de sus recursossigue creciendo y florece.2. Como tercera corriente terapéutica –junto a la terapia relacional y elpsicoanálisis–, la «psicología humanista» abarca toda una serie de formasde terapia. Todas ellas se caracterizan por el postulado humanistafundamental, según el cual la personalidad no es algo dado de antemano,sino que se ha de desarrollar: «Llega a ser quien eres». Cf. infra,nota 13 sobre la psicología humanista.– 21 –
Psicología profunda (Carl Gustav Jung)Para Carl Gustav Jung 3 , la maduración implica recorrer elcamino de individuación, por el que la persona llega a serella misma. Este camino conduce del yo al sí mismo, quees el núcleo personal más íntimo e incluye lo conscientey lo inconsciente, lo divino y lo humano. El yo quiereafirmarse en el mundo. La maduración implica desarrollarun ego fuerte. Pero no puedo quedarme en el ego. Silo hago, me limito a dar vueltas en torno a mi autoafirmación.El ego se podría ubicar en la zona del pecho.Quien está modelado por el ego necesita «sacar pecho» ypresentarse ante los demás como una persona especialmenteútil e importante. Ahora bien, esto es un signo deabsoluta inmadurez.A juicio de Jung, todo ser humano tiene una estructurapolar. Cohabitan en nosotros amor y agresión, razón ysentimiento, disciplina e indisciplina, fuerza y debilidad...En la primera mitad de la vida solemos vivir desde un solopolo, y el otro, en consecuencia, queda en la sombra. Sivivimos, por ejemplo, sólo desde el polo de la razón, elsentimiento queda en la sombra y actúa en nosotros comosentimentalismo que nos inunda. La sombra tiene un efectodestructivo en nosotros.3. Carl Gustav Jung (1875-1961), que era médico, se interesó primeropor el psicoanálisis de Freud, pero después desarrolló su propia formade «psicología analítica», sobre todo a través del análisis de los sueñosy el estudio comparado de los mitos. Es famosa su teoría del inconscientecolectivo, donde los arquetipos, imágenes originarias, configuranel modelo fundamental de la percepción anímica.– 22 –
La madurez implica la reconciliación con mi sombra,con los lados sombríos que en la primera mitad de mi vidahe pasado por alto y reprimido. Según Jung, en la sombrahay también una fuerza propia. Si reprimo la sombra,me falta un aspecto esencial de mi vitalidad. En el caminoespiritual nos vemos expuestos muchas veces al peligro deidentificarnos con una imagen ideal demasiado elevada.Esto nos lleva a reprimir nuestros aspectos menos ideales,como las agresiones, la sexualidad y otras necesidades vitales.Pero no caemos en la cuenta de que la agresividadreprimida se expresa en la intransigencia con otras personas,o de que nuestra sexualidad inhibida se expresa en lavanidad con que presentamos nuestras experiencias espiritualesa los demás, o en la brutalidad con que nos comportamoscon nosotros mismos o con otros.Cuanto más elevados son los ideales, tanto más profundasson las sombras. Por eso C.G. Jung recomienda, aligual que los primeros monjes, la humildad como una virtuddecisiva. La humildad nos exige observar con sinceridadnuestras sombras y reconciliarnos con ellas. La humildad(Demut) es el valor (Mut) para bajar al fondo delabismo de nuestra alma, donde habita todo lo reprimido yespera ser liberado por nuestra conciencia, si le dedicamosnuestro amor.C.G. Jung afirma que el proceso de maduración nosexige integrar en nosotros anima y animus. En su opinión,todo ser humano tiene en sí anima y animus, fuerzas anímicasfemeninas y masculinas. Animus significa energía,razón, voluntad, ideales, creatividad, pero también, en– 23 –
sentido negativo, tozudez y tiranía. Anima significa maternidad,ternura, sentimiento, capacidad de relación, crecimiento,abrigar y cuidar; y apunta también, en sentido negativo,a la devoradora, la amazona o la intrigante. Por logeneral, el varón proyecta su anima en la primera mitad dela vida sobre la mujer, y la mujer su animus sobre el varón.Pero después, en la segunda mitad de la vida, llega el momentode tomar conciencia de la proyección y de integraren uno mismo anima y animus. Sólo de esta manera llegantanto el varón como la mujer a serlo en plenitud. Si un varónno integra su anima, ésta se manifiesta en su carácterveleidoso o, quizá, en la adicción al alcohol. Si una mujerno integra su animus, éste se expresa en su espíritu de contradicción:siempre tiene que decir la última palabra. Si unvarón ha integrado su anima, ya no necesita menospreciara la mujer; por el contrario, le presta atención y recibe inspiraciónde ella. La mujer que ha integrado su animus nolucha contra el varón, sino que se deja enriquecer por él. Enel camino espiritual necesitamos también la integración deanima y animus. Si la religión es configurada desde el ladopreferentemente femenino, los varones se apartan deella. Los varones necesitan también los aspectos masculinosde la religión, como la ascesis, el éxtasis, la claridad yel silencio. Las mujeres suelen tener dificultades con el lenguajedemasiado masculino de la liturgia. Desean que seempleen también imágenes femeninas de Dios.Si las mujeres tropiezan con una imagen de Dios masculinay celebran su propia sensibilidad, si los varones reclamansu poder en la Iglesia y con ello minusvaloran a las– 24 –
mujeres, no es una señal de madurez, sino de una lucha degéneros inmadura, que permite deducir la falta de integraciónde anima y animus. En el monacato primitivo hubopadres y madres. Y se estimaban mutuamente. Tanto ellascomo ellos estaban fascinados por el camino espiritual y,mientras recorrían este camino, luchaban por encontrar lasabiduría y hacerse permeables a Dios.Sé que estoy abiertamente confrontado con un factor desconocidoen sí mismo, que yo llamo Dios in consensu omnium.Me acuerdo de él, lo invoco, cada vez que empleosu nombre, movido por la cólera o el miedo, y cada vez queinvoluntariamente digo: «Oh Dios». Esto sucede cada vezque me topo con una persona o una cosa más fuertes queyo. Es un nombre que conviene a todas las emociones queme dominan en mi propio sistema psíquico, que sometenmi voluntad consciente y usurpan el control que ejerzo sobremí mismo. Es la palabra con que designo todo cuantoviene a contrarrestar sin consideración y con violencia misplanes deliberados, todo cuanto trastorna mis concepcionessubjetivas, mis intenciones y mis proyectos, y cambiael curso de mi vida para bien y para mal. En tanto que porsu origen este poder del destino escapa a mi control, lo llamo,de acuerdo con la tradición, «Dios», tanto en sus aspectospositivos como negativos. Lo llamo «Dios personal»,porque mi destino en sentido estricto soy también yomismo, sobre todo cuando ese poder se aproxima a mí bajola forma de la conciencia, como una vox Dei con la cualpuedo incluso conversar y debatir.De una carta de C.G. Jung 44. Carl Gustav JUNG, Briefe, Bd. 3, Patmos Verlag & Co. KG, WalterVerlag, Düsseldorf 1973, p. 276.– 25 –
La última etapa del proceso de maduración consiste,según C.G. Jung, en llegar hasta el sí mismo más íntimo.Esto sólo lo lograremos si integramos también la imagende Dios en nosotros. Sólo llega a ser plenamente humanaaquella persona que integra la dimensión religiosa. La personaque pasa por alto los símbolos religiosos no puedellegar a su verdadero sí mismo. Jung habla como psicólogo,no como teólogo. Habla de Dios como imagen primordial,como arquetipo del alma. Pero cree personalmenteen Dios y lo invoca. Es cierto que dice que no necesitacreer en Dios, pero a continuación afirma que sabeacerca de él: «Sé que se trata de una experiencia universaly, en la medida en que yo no soy una excepción, sé quetambién yo tengo esa experiencia que llamo “Dios”».La meta de la humanación es entrar en contacto con elsí mismo y ser cada vez más «sí mismo». El sí mismo enJung corresponde a la imagen no falseada que Dios se haformado de cada ser humano.Erik EriksonEl psicólogo norteamericano Erik Erikson 5 desarrolló otromodelo de maduración. La intimidad, la generatividad y laintegridad del yo son signos de madurez humana. Una per-5. Erik Erikson (1902-1994). Nacido en Frankfurt y familiarizado enViena con el psicoanálisis, practicó en su consulta privada, después deemigrar a los Estados Unidos, el psicoanálisis de niños y adolescentes.Se hizo célebre gracias a su modelo del ciclo vital en ocho etapas.– 26 –
sona es madura si está dispuesta a correr el riesgo de la intimidad,si es capaz de mantener buenas relaciones humanas.La condición para ello es el sentimiento seguro de lapropia dignidad. Necesito sentir quién soy. Si no tengouna identidad clara, al relacionarme con los demás caigoen la dependencia o en la servidumbre.Esto lo vemos a menudo en el ámbito religioso: cuandoalguien idolatra a un sacerdote o a un autor espiritual ylo adora como gurú, está proyectando sus necesidades reprimidasen el gurú y haciéndose dependiente de él. De estemodo, se queda estancado en la inmadurez. Otras personastienen muchos contactos, pero ninguna relación verdadera.Son incapaces de entablar una verdadera amistad,de abrir su corazón a un amigo o amiga.Erikson define la generatividad como «el interés porengendrar y educar a la nueva generación». Tiene comodestinatario al niño, pero equivale también a una aportacióncreadora. En una persona generativa fluye la vida.Tiene deseos de desarrollar visiones para el futuro y se esfuerzapor ponerlas en práctica. Si le falta la generatividad,entonces da vueltas alrededor de sí misma. Erikson piensaque una persona así es hija de sí misma y se dedica a mimarse.Pero no produce nada. Su vida es estéril. Algunasformas de espiritualidad ponen de manifiesto esta esterilidad.Todo en ellas se reduce a sentirse bien. El sujeto quedaestancado en un nivel infantil y da vueltas en torno a símismo y sus sentimientos religiosos. Pero se niega a asumirsu responsabilidad en este mundo y a trabajar en suconfiguración.– 27 –
Erikson describe el estado anímico de la integridad conestas palabras: «Significa la aceptación del propio y únicociclo vital y de las personas que tienen que estar en él necesariamentey que no pueden ser reemplazadas por otras.Significa un amor nuevo y diferente al de los padres, libredel deseo de que hubieran sido diferentes de como fueronen realidad, y también la afirmación del hecho de que cadacual es el único responsable de su propia vida». En algunoscírculos espirituales está de moda la fe en la reencarnación.A juicio de Erikson, ésta es la negación de la integridad,que sólo se logra cuando uno acepta y configurasu vida, la única vida que le ha sido dada, y asume que esuna vida limitada. Sólo si dice sí a esta vida que Dios le haregalado, podrá construir conscientemente sobre ella y sereconciliará con sus límites, dentro de los cuales puede desarrollarselo que hay en él.Terapia iniciática (Karlfried Graf Dürckheim)El encuentro con Karlfried Graf Dürckheim 6 ha sido importantepara mí en mi camino de maduración humana yespiritual. Dürckheim era psicoterapeuta. Siendo cristiano,se encontró con el budismo zen y trató de desarrollarla llamada terapia iniciática desde el trasfondo del caminozen y la psicología de Jung. Initiare significa propia-6. Karlfried Graf Dürckheim (1896-1988), fundador de la «terapia iniciática»,es el pionero del movimiento zen de cuño occidental orientadosegún la psicología de Carl Gustav Jung.– 28 –
mente «abrir el camino a lo secreto». La finalidad del caminoiniciático es instruirnos en lo secreto, que es «la trascendenciainmanente en nosotros, Cristo que habita en nosotros»7 . Dürckheim afirma que es también nuestra «esencia».Estamos en contacto con nuestra esencia si nos desprendemosde nuestro ego, que sólo quiere afirmarse, ynos hacemos permeables al Ser, a Dios. La meta de la terapiainiciática es la transformación del ser humano paraque dé testimonio del yo ultramundano, «la transformaciónde toda la persona en pura transparencia» 8 . El caminohacia esta transformación pasa por el cuerpo, por lameditación y por el llamado «trabajo sobre el cuerpo»,donde el cuerpo abandona sus convulsiones y fijaciones yse hace permeable a la esencia, a lo divino.En el camino hacia su esencia encuentra el ser humanosus condicionamientos fundamentales, que recibecon la existencia. Son las limitaciones fundamentales «dela muerte, del absurdo y de la soledad total» 9 . GrafDürckheim afirma que el seguimiento de Cristo consisteen tomar conciencia de esas limitaciones fundamentales yaceptar la cruz de la propia humanación, sabiendo que éstasólo es posible mediante el desprendimiento del yomundo.El yo-mundo se aferra a las seguridades del mundo.Pero el sí mismo espiritual, hacia el cual debería avan-7. Karlfried Graf DÜRCKHEIM (1896-1988), Erlebnis und Wandlung,Scherz Verlag, Bern 1983, p. 16.8. Ibid., p. 20.9. Ibid., p. 73.– 29 –
zar el ser humano, se hace permeable a Dios, «resonandopara Cristo».En el cuerpo de una persona se puede observar si espermeable a Dios. Si una persona tiene los hombros tensos,está expresando su miedo. Aunque no deje de insistircon sus palabras en que tiene mucha fe, en lo más íntimode su ser no cree realmente. No pone su confianza en Dios.Se aferra a sí misma. Es obvio que tiene miedo de entregarsea Dios. Siempre que una persona expresa con palabrasdemasiado vigorosas su confianza en Dios, mi respuestaes el escepticismo. Observo atentamente a esa personay veo hasta qué punto está tensa, cómo se aferra interiormentea algo que no es Dios. Porque si creyera enDios, se percibiría en su cuerpo, se reconocería en su estadorelajado y sereno.El bienaventurado Pablo el Simple, discípulo de abba Antonio,se dirigió a un monasterio para visitarlo y ser útil a loshermanos. Allí, después de la conversación habitual, loshermanos entraron en la santa iglesia de Dios para cumplirel oficio diario. El bienaventurado Pablo prestaba atencióna cada uno de los que entraban en la iglesia, examinando ladisposición de espíritu que tenían en la asamblea, pues habíarecibido del Señor la gracia de ver cómo se sentía cadauno con su alma, de la misma manera que nosotros vemosel rostro 10 .10. Apotegmas de los Padres del desierto, p. 132.– 30 –
Por último, el fruto de la madurez auténticamente humana,del yo-mundo que llega a ser uno con la esencia, es el serhumano transformado en pura transparencia, que, hechoen verdad persona, pueda hacer resonar a Cristo, perceptiblementepara sí mismo, pero de un modo creativamenteliberador, alcanzando también el sonido a su entorno.Karlfried Graf Dürckheim 11 .Si una persona no tiene sensibilidad para su cuerpo, noes en realidad una persona madura. La madurez de unapersona se refleja en su forma de estar de pie, en su modode caminar, en su voz, en todo lo que expresa con su cuerpo.Si una persona quiere presentar su ego, tiene su puntocentral en el pecho. Quiere demostrar lo que vale. Otrosson demasiado cerebrales. De ellos dice Dürckheim: «Si,por ejemplo, un ser humano demasiado cerebral no es capazde neutralizar en el centro de su cuerpo el predominiode la actividad cerebral, su transformación seguirá siendosobre todo imaginaria. Sólo quien se mantiene “sereno” ensu centro puede liberarse del miedo. Cuando el punto centralde una persona está demasiado alto, quiere decir queestá siempre preocupada por su posición, que es un yo quevive sin una confianza fundamental y, por lo tanto, es propensoal miedo» 12 .11. Karlfried Graf DÜRCKHEIM, op. cit., p. 79.12. Ibid., pp. 23s.– 31 –
Psicología transpersonal (Abraham Maslow)Abraham Maslow 13 es considerado fundador de la llamadapsicología transpersonal, la cual sostiene que el ser humanono tiene que satisfacer únicamente sus necesidadesfundamentales de seguridad, comida y bebida, sexualidad,poder y éxito, sino también sus necesidades espirituales, o«metanecesidades», como las denomina Maslow. Talesmetanecesidades son la necesidad de experiencia espiritual,de extensión de la conciencia, de Dios. Ahora bien,sólo la persona que encauza bien sus necesidades fundamentalespodrá vivir también con madurez sus necesidadesespirituales. De lo contrario, éstas se convertirán paraella en una huida de la realidad de su vida diaria.Como consecuencia, Maslow describe de este modo ala persona madura: «Tiene un sentimiento de pertenenciay de arraigo, está satisfecha en sus necesidades de amor,tiene amigos y se siente amada y digna de amor, tiene unestatus y un lugar en la vida, cuenta con el respeto de otraspersonas y tiene una sensación razonable de valor propioy respeto por sí misma» 14 . Pero no podemos quedarnos enun buen sentimiento de autoestima, pues en nosotros haytambién otras necesidades.13. Abraham Maslow (1908-1970), fundador de la «psicología transpersonal».Fundó en 1962 la Asociación Americana de Psicología Humanista.Cf. supra, nota 2.14. Abraham H. MASLOW, «Una teoría de la metamotivación: las raícesbiológicas de la vida valorativa», en (Roger Walsh y Frances Vaughan[eds.]) Más allá del Ego. Textos de psicología transpersonal, Kairós,Barcelona 1982, p. 182 (orig. inglés: Beyond Ego).– 32 –
Tenemos deseo de Dios, de experimentar a Dios, dellegar a ser uno con Dios y con toda la creación. Quien viveestas «metanecesidades» se libera de andar dandovueltas indefinidamente en torno a sí mismo. Asume responsabilidadespor el bien de otros. Maslow afirma que lapersona que ha llegado a ser madura tiene las siguientescaracterísticas: «El reconocimiento de que uno es responsablede su propia experiencia/vivencia y sensación debienestar y, a la vez, fuente de la misma; una mayor sensibilidadhacia los demás, que se manifiesta en un incrementodel amor, la compasión, la empatía y la generosidad;una apreciación del carácter sobrecogedor y misteriosode la vida, expresado en actitudes de reverencia,gratitud, asombro y sensibilidad ecológica, y una participacióníntegra y sincera en la vida, con una apertura plenatanto al gozo como al dolor implícitos en la condiciónhumana» 15 . En estas palabras se palpa la unidad de la madurezhumana y espiritual.Cuando una persona emprende el camino espiritual pasandopor alto el camino de la humanación, desarrolla unaespiritualidad que sólo confirma su inmadurez. Su espiritualidadsuele producir en los demás una impresión penosa.Habla de Dios de una manera que no hace justicia alDios totalmente otro. Crea un Dios a la medida de su actitudinfantil. Dios permanece para ella en el mismo plano15. Roger WALSH y Frances VAUGHAN (eds.), «El bienestar psicológico:Oriente y Occidente», introducción a la tercera parte de (Roger Walshy Frances Vaughan [eds.]) Más allá del Ego, cit., pp. 179-180.– 33 –
que su padre y su madre. Habla con entusiasmo de la seguridadque experimenta en Dios, pero sólo da vueltas entorno a sí misma. No tiene ninguna sensibilidad hacia laspersonas y sus necesidades. Hace oídos sordos a las preguntasde nuestro tiempo. Para que nuestra espiritualidadllegue también a otros y despierte en ellos su deseo espiritual,necesitamos la unión de la madurez humana y la madurezespiritual.Evagrio Póntico describe de este modo el trato sincero conlos pensamientos y las emociones, con las pasiones y losdemonios:«Si una persona desea tener experiencia de los violentosdemonios y adquirir habilidad de su arte, que observe lospensamientos y mida sus tensiones, sus distensiones, susimplicaciones y sus momentos, y qué demonios son losque los causan, qué demonio sigue a otro y cuál no vienea continuación de tal otro. Una vez observado todo esto,busque junto a Cristo las razones de tales astucias. Los demonios,que ciertamente, desean “asaetear en las tinieblasa los rectos de corazón”, no pueden soportar a los que sedan con ciencia a la práctica» 16 .16. EVAGRIO PÓNTICO, Tratado práctico 50, en Obras espirituales, CiudadNueva, Madrid 1995, pp. 155-156.– 34 –
2. El autoconocimiento como tarea espiritualEl monacato primitivo vio y vivió esta unión interior de lamadurez humana y la madurez espiritual. Para los primerosmonjes, el camino hacia Dios pasaba por el camino sincerodel encuentro con uno mismo. Evagrio Póntico afirma,ya en el siglo IV, que sin autoconocimiento no puede haberconocimiento de Dios. Si no nos conocemos a nosotrosmismos, proyectaremos en Dios nuestros deseos infantiles,pero nunca conoceremos al Dios verdadero.En el monacato, el proceso de maduración pasa por elcamino de un encuentro creciente con Dios y un encuentroigualmente creciente con uno mismo. Cuanto más encuentrea Dios, tanto más confrontado estaré también conmigomismo. Y viceversa: cuanto más me conozca a mímismo, tanto más sentiré que hay en mí un profundo deseode Dios que pretende ser saciado. En el monacato, elcamino de maduración es ante todo un camino de transformación.Dado que el monje presenta a Dios todos losámbitos de su cuerpo y de su alma, de su vida conscientee inconsciente, el Espíritu sanador de Dios puede penetraren ellos y transformarlos.– 35 –