Estudios de caso: Trabajo infantil en minas y canteras. Perú ...

Estudios de caso: Trabajoinfantil en minas y canterasPerú: El accidente que cambió la vida de BraulioComo muchos otros niños en La Rinconada, Braulio, de 14 años, había trabajado desde muy joventransportando pesadas cargas de minerales o como “quimbaletero” o picador de piedra.Él cuenta que cuando tenía 13 años, “un día no me sentí bien, estaba muy cansado y me caí variasveces mientras trabajaba. A la salida de la mina se volteó la carretilla y todo el mineral se cayó, y justome estaba mirando el capataz, quien me pateó muy fuerte por esto”.Braulio había oído sobre el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC)para las minas de La Rinconada, que había estado dándose a conocer en la comunidad a través deCARE, la organización partícipe del IPEC. “Yo había oído hablar de ellos en la radio y decidícontactar el proyecto. Ellos fueron a la mina, conversaron con el dueño, y el capataz fue sancionado.Luego de esto sólo tuve que trabajar un mes más, ayudando a cuidar el almacén del dueño”.El proyecto de IPEC en La Rinconada tiene como objetivo fortalecer y expandir la salud, educación,nutrición y otros servicios para los niños que trabajan en las minas, así como mejorar las condicionesde trabajo de los mineros adultos. La sensibilización es también una prioridad. Cuando Braulio, sushermanos y su padre empezaron a acudir a las reuniones del proyecto, “Aprendimos que el trabajo noes bueno para nosotros, a mí me dolían mucho los huesos, a veces ni comíamos bien, y era difícil ir alcolegio y estudiar. Ahora estamos mejor. Sabemos más y queremos seguir adelante y triunfar en lavida”.El padre de Braulio entiende ahora lo importante que es ofrecer un mejor futuro a sus hijos. “Mi papáquedó muy agradecido al proyecto y dijo que sólo él trabajaría y los tres hermanos nos dedicaríamos aestudiar”. Más de 2,500 niños han sido ayudados por el proyecto IPEC-CARE el cual trabaja por laeliminación progresiva del trabajo infantil en la minería artesanal. La comunidad local apoya esteobjetivo y aumentó su vigilancia para combatir el trabajo infantil para impedir que otros niños vivan laexperiencia de Braulio en las minas.Mongolia: D. Jargal redescubre su niñezD. Jargal, estudiante de séptimo grado, empezó trabajando en las minas de oro de Mongolia en 1997,para complementar los ingresos de su familia. “Personalmente a mi no me gustaba”, dice “Aunque lavida me llevó a esta situación, fueron tiempos duros, yo tenía dolores de cabeza y las ropasdestrozadas, y mi familia era muy pobre.”El sector informal del oro en Mongolia es grande y está en aumento, e implica al 20% de la fuerza detrabajo rural. Al menos un 10 ó 15% de estos trabajadores son niños. La situación se produce por lasescasas oportunidades de ingresos en las zonas rurales, una ganadería diezmada y el aumento deldesempleo tanto en el área rural como urbana; además de las expectativas populares de aumentar losingresos mediante actividades en la minería de oro. Los niños en este sector trabajan en roca dura, y lamitad de ellos utilizan mercurio para extraer el oro. Trabajan bajo tierra, en el agua y en lugares dondese llevan a cabo explosiones. Muchos de ellos no tienen acceso a la escuela o a servicios de salud.Oficina Internacional del Trabajo - OITSistema de Información Regional sobre Trabajo Infantil -SIRTICoordinación Subregional IPEC SudaméricaEmail: sirti@oit.org.pe

En 2004, el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) empezó a ofreceratención a este olvidado sector a través de un proyecto piloto para prevenir y eliminar el trabajoinfantil y mejorar la situación de los mineros del oro del sector informal. Una de las prioridades delproyecto, llevado a cabo por la Federación de Empleadores de Mongolia (MONEF), fue la mejora delas oportunidades educativas para los niños que trabajaban en las minas. D. Jargal aprendió muypronto que diferente podía ser la vida.“Cuando trabajaba la comida era poca y yo me sentía irritado y enfermo. Además, no era posiblecomer y beber con paz y tranquilidad. Siempre tenía que darme prisa. Ahora todo es diferente, yoestoy tranquilo, y mi cuerpo y mi mente están frescos y cada día que pasa siento que mejoro.”“Cuando trabajaba todo el día estaba muy ocupado picando piedra y tamizando oro. Ahora no trabajoy disfruto estudiando y jugando con mis amigos y compañeros de clase. Antes de ir a la escuela notenía tiempo para jugar. Me preocupaba si podría o no encontrar algo de oro y tenía dolores de cabezaa causa de la preocupación. Ahora ya no tengo esas preocupaciones y pienso en estudiar, en mis padresy disfruto jugando.”Al cambiar su vida, tiene ilusiones de futuro. Dice: “Cuando trabajaba deseaba ser una persona rica ycon libertad, eso era lo que soñaba. Pero ahora sueño en ser una persona inteligente y en poder haceralgo bueno por mi país y por el mundo”.Tanzania: David cambia su vidaDavid se fugó de su casa cuando tenía 7 años. “Mis padres se habían separado y mi madre estabavendiendo verduras para ganarse la vida. Los tiempos difíciles vinieron cuando no había nada quecomer en casa. Entonces fue cuando decidí fugarme a Mererani”.El había oído historias sobre gente que hacía un montón de dinero en las minas de Mererani. Ahora alos 12 años habla de su desilusión. “Yo esperaba ganarme la vida trabajando en las minas, pero eso nofue así”. Por el contrario, acabó tamizando arena en las cercanías de la mina y ganando muy poco.Dormía en el suelo al exterior, y cuando se ponía enfermo no recibía tratamiento alguno. “Entoncesme encontré con un buen samaritano que me llevó a su casa y prometió hacerse cargo de misnecesidades. Este hombre cumplió su palabra y me envió a la escuela”.David, es uno de docenas de niños que han sido asistidos por el “Good Hope Centre for Children andYoung People” de la ciudad de Mererani. Esta ONG colabora en un proyecto del ProgramaInternacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC) y de la Unión de trabajadores de laminería, construcción y actividades conexas de Tanzania (TAMICO). Ellos identifican los niños quetrabajan, los retiran de las minas, los orientan e integran en escuelas o centros de formaciónprofesional.“Y aquí me tienes, ahora soy el cuarto de la clase”, dice. “Mi sueño es llegar a ser piloto. Aquí en elGood Hope Centre de Mererani no estamos ni oprimidos ni somos víctimas, y tampoco estamos másinvolucrados en el trabajo en las minas. Nos sentimos orgullosos y vemos un brillante futuro paranuestras vidas”.Guatemala: Juan Carlos regresa a la escuelaA los pies del volcán Samala, cerca de la comunidad Brillantes, en Retalhueleu, las familias pobres seganan la vida picando piedras volcánicas. Juan Carlos, que ahora tiene 17 años, empezó a hacer esteOficina Internacional del Trabajo - OITSistema de Información Regional sobre Trabajo Infantil -SIRTICoordinación Subregional IPEC SudaméricaEmail: sirti@oit.org.pe