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26 <strong>Revista</strong> laflnoamericana de Estudfos del TrabajoRelacione, de trcbafo en Am6fIca latino27identificar un proletariado arquetípica. las figuras de los viejosmovimientos laborales han perdido su fuerzo unificadora. Sinembargo. Ano fue siempre el viejo estereotipo del proletario -elhombre musculoso que extrae carbón o martillea metal- unaminoría dentro de la clase obrera? AFue la hegemonía de lossindicatos de estos trabajadores la bose real de la solidaridad dentrode los movimientos laborales de una nación. o más bien (quizás.también) la fuente de una uniformidad artificial y a veces de unamentalidad cerrada?la noción de una clase obrera fue siempre una abstracción(y también una consigna. en algunos casos quizás una autoprofecíaque se cumple). nunca una mera descripción o generalizaciónsociológica. la diferenciación. la división y la desunión han 'sidorasgos omnipresentes del desarrollo sindical. la solidaridad no esnunca una cualidad natural o fija. siempre es una meta que. en elmejor de los casos. resulta difícil de alcanzar y efímera. Eley (i 990:26). refiriéndose a los debates de los albores de la historia de la claseobrera británica. plantea la cuestión de manera sucinta:"el problema estratégico crucial que enfrentaban los movimientoslaborales (o. de igual modo. cualquier movimientopolítico). era cómo movilizar la máxima solidaridad de ungrupo definido socialmenfe que no tiene una unidadesencial en la esfera de la conciencia. sino. por el contrario.una serie de lealtades y preferencias particulares yexperiencias muy diferentes de la vida cotidiana. un mosaicode historias individuales. El análisis de las políticas de laclase trabajadora empieza con esta dialéctica; la contradictoriay dinámico intersección de las tendencias unificadorasy fragmentarias dentro de la clase en su conjunto.Creer en el mito de una época dorada previa. de unidadproletaria y solidaridad sindical sin problemas. distorsiona nuesfrapercepción de la dinámica actual de los movimientos laborales.Una interpretación hisfórica mós atenta nos permite considerar lacuestión de la desagregación desde un punto de visto menoscatastrófico. En cambio. de la experiencia histórica podemosaprender que no hay atajos para la identificación y la (re)definiciónde los intereses de un modo solidario; siempre se requiere hacercampaña y luchar por la (relativa) unidad enfre los trabajadores ysus organizaciones. Por lo tanto. me inquieta el argumento deStreeck (1988: 316) respecto a que la "democracia y la solidaridadpueden haberse vuelto incompatibles": la unidad. en mi opinión. nose puede imponer de manera artificial ni burocráfica. A pesar de lasdrcunstancias adversas. me parece. sigue habiendo un espaciopara las iniciativas estratégicas de los movimientos laborales ydenfro de ellos. de manera que sea posible contar con nuevosmedios para trascender las divisiones y consfruir los interesescomunes. Sin embargo, lo que ciertamente se requiere es una nuevalógica. un nuevo vocabulario de motivos para la solidaridad de losfrabajadores. Desarrollar los ideales. principios y prácticas queexigen las modernas formas de solidaridad es una tarea colosalaunque no imposible: puede ser prematuro decirle adiós a la claseobrera -o al movimiento laboral.NotaQuiero expresar mi agradecimiento a Paul Edwards. AnthonyFemer. Mike Terry. Jeremy Waddington. y a los participantes en lasdiscusiones de los congresos de Trento y Madrid. por sus comentarioso las versiones previas de este texto.BibliografíaTraducido por lauro Manríquez y Chris FolletlAhlén. K. (1989), "Swedish Collectlve Bargaining under Pressure", Brihsh Joumal ofIndustrialRelafions. 27{3).Alkin'on. J. (1987). "Flexibmty or Frogmenlatlon?". taooo: andSociely. 12(1).Baglioni. G. (1987), "Constants and Variants in Political Exchange", labour. 1(3).Celia, G.P. Y T. Treu (198..')), "National Trada Union Movements", en R. Blanpain(comp.j. Cornparattve Labourtowand Industrial Rt3lahons. Deventer: Klvwer.Clegg. HA (1976). Trade Unionism unaer Coüective Bargaining. Oxford;Blackwell.Cockbum, C. 119BIl. Brofhers: Male Dominance ona Technological Change.Londres: Pluto Press.Crouch, C. (1986), "The Future Prospects forTrade Unions in Western Europe",Pol/tical QuaTlerty,5711 l.- 11990). "Atterword". en G. Bagnoni y C. Crouch (cornps.). European IndustrialRelalions. Beverív Hm,. CA: Soge.Crouch, C. y A. Pizzomo, (cornos.) (197B). TheResurgence ofCkiss ConRicfinWesfemEuropesince 1968. Londres: Macmillan.Bey. G. 11990). "Edward thorroson, Social History and Political Culture", en H.J.Kaye y K. McClelland [cornos.). EP Ihompson: Criffcal Perspech'ves.Cambridge: Polity Press,Erd. R. Y C. Scherrer. 119851. "Uníons: Caught between Slructural Coropetltion andTemporary Sondonty". BtifishJoumal oftnaostnat eetanons. 2311 ).Fulcher, J. (1987), "Lobour Movement Theory versus Corporoñsm", Sodology'2112).Gorz. A. 11989). Critique olEcDnomic Reason. Londres: Verso.

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