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Dominical - La Opinión de Zamora

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Domingo, 22 <strong>de</strong> mayo <strong>de</strong> 2011 / LA OPINION-EL CORREOLecturas<strong>La</strong> memoriafragmentadaEl mexicano Sergio Pitol prosigue en «Unaautobiografía soterrada» la estela <strong>de</strong> otros librosanteriores que recogen sus viajes, recuerdos yreflexiones literarias✒ Luis M. AlonsoSergio Pitol (México, 1933) sitúa a CharlesDickens en un lugar preferente <strong>de</strong>l altar<strong>de</strong> sus héroes. Cuando tenía cuatro años, enfermabacon frecuencia, había perdido a suspadres y se sentía muy ligado a aquellos niños<strong>de</strong>sesperados creados por Dickens quese abrían paso como podían en la <strong>de</strong>sigual yestricta sociedad victoriana. Leyó entoncesGran<strong>de</strong>s esperanzas y nunca se olvidó <strong>de</strong>aquella novela. En una conversación con elrecién fallecido Carlos Monsiváis, incluidaen esta cuarta entrega <strong>de</strong> sus memorias quees Una autobiografía soterrada, Pitol sostieneque para encontrar en la literatura <strong>de</strong>hoy algo comparable a Dickens,Balzac, Mann o Musil, es <strong>de</strong>cir,para pasar la prueba <strong>de</strong> los gran<strong>de</strong>sclásicos, se necesita la muerte,unos meses, un par <strong>de</strong> años... Loscontemporáneos que para el escritormexicano estarían pasando esaprueba son Andrzej Kusniewicz,Antonio Tabucchi, E. M. Forster,Ford Madox Ford, John Banville,Thomas Bernhard, Juan JoséSaer, Ricardo Piglia, César Aira,Roberto Bolaño, WilliamFaulkner, Saul Bellow y JulienGracq.Según Sergio Pitol, un clásico,para po<strong>de</strong>r serlo, no sólo tiene queposeer una factura lingüística quelo distinga <strong>de</strong>l resto, sino tambiénhaber visto moverse el mundo, suépoca y saber explicarlo, no a través<strong>de</strong> las <strong>de</strong>scripciones, sino pormedio <strong>de</strong> elipsis y sugerencias. Enese sentido, el autor <strong>de</strong> Vals <strong>de</strong>Mefisto se ajusta a su propio canon.Pitol ha sido un espectadorprivilegiado <strong>de</strong>l mundo que le hatocado vivir y él mismo se ha convertidoen más <strong>de</strong> una ocasión enprotagonista <strong>de</strong> sus propios relatos.Como ocurre en esta autobiografíasoterrada dividida en episodios, enla que, a propósito <strong>de</strong> un viaje postrero,51 años <strong>de</strong>spués, recrea laprimera vez que estuvo en <strong>La</strong> Habanasiendo un joven ávido <strong>de</strong> sensaciones.<strong>La</strong> aventura <strong>de</strong>l Shangai,en el barrio chino, las rumbas, losboleros y las putas resulta memorable.Fue entonces, en esa especie <strong>de</strong>viaje iniciático que también lecondujo a Caracas, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrió su pasiónpor la poesía en particular y por la literaturaen general. Pitol ha brillado especialmenteen los cuentos, <strong>de</strong> los que llevaescritos ocho libros, y en ese género memorialísticoque tan bien resuelve, incorporandola peripecia personal, los viajes, laficción, la obra, las pasiones literarias y laexcentricidad. Todo ello está con<strong>de</strong>nsado enUna autobiografía soterrada, pero tambiénen las entregas anteriores, El arte <strong>de</strong>la fuga (1997), El viaje (2001) y El mago<strong>de</strong> Viena (2005). Los tres primeros, publicadospor Anagrama, y el cuarto, por Pre-Textos.Los libros <strong>de</strong> Pitol suelen ser iluminadores<strong>de</strong> ciertas zonas oscuras, y casi siempreinteligentes.Y en todos se percibe cierta insegurida<strong>de</strong>n los planteamientos que los hacenmás creíbles. Él mismo, en El mago <strong>de</strong>Viena, cita a Tabucchi, uno <strong>de</strong> sus colegasmás cercanos, para curarse en salud: «AntonioTabucchi comentó una vez que CarloEmilio Gadda invitaba a <strong>de</strong>sconfiar <strong>de</strong> losescritores que no <strong>de</strong>sconfían <strong>de</strong> sus propiaspalabras». El problema para los escritoresque han <strong>de</strong>cidido fragmentar sus memorias,como ocurre en el caso <strong>de</strong> Pitol, y se han <strong>de</strong>dicadoa contar en más <strong>de</strong> un libro los pasajes<strong>de</strong> su vida, es el riesgo <strong>de</strong> repetirse enmás <strong>de</strong> una ocasión. Eso quizá se <strong>de</strong>ba a una«Unaautobiografíasoterrada».Sergio PitolAnagrama, 2011.135 páginas.14,50 euros.traición <strong>de</strong> los recuerdos o, simplemente, aun viejo truco para obtener un mayor rendimiento<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as. O realmente a que hayque <strong>de</strong>sconfiar <strong>de</strong> los recuerdos tanto como<strong>de</strong> las palabras.En Una autobiografía soterrada, el lectorque ha seguido a Pitol comprobará quehay cosas que le suenan <strong>de</strong> otros libros,i<strong>de</strong>as que se aferran a quien las cuenta y nole <strong>de</strong>jan <strong>de</strong>scansar, pero eso es también parte<strong>de</strong> la música que distingue a un escritorcon tanta partitura a sus espaldas.Y es, a<strong>de</strong>más,una música que, aunque escuchadaotras veces a cargo <strong>de</strong>l mismo autor, suenabien.DiscosPor Solanadominical / XVTHE KILLSBlood pressures<strong>La</strong> voz <strong>de</strong> Allison Mosshart —bronca y dura— y la efectiva guitarra —nada <strong>de</strong> florituras innecesarias,siempre al servicio <strong>de</strong>l tema— <strong>de</strong> Jamie Hince siguen siendo las señas <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad<strong>de</strong> Kills, una historia, un sonido que se repite <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquel encuentro <strong>de</strong> 2003 en unhotel don<strong>de</strong> dos trenes punkies —Scarfo y Blyth Power— convirtieron la rabia en intensidad:rock básico y blues rasposo, sonido crudo, ritmo sin concesiones, textos explícitos y unenvoltorio tan áspero como salvaje; algo con lo que triunfaron White Stripes —Allison fue reclutada por Jack Whitepara su proyecto Dead Weather— y que ellos exhibían como una banda al estilo clásico rockanrolero con poses <strong>de</strong>chicos malos y alar<strong>de</strong>ando <strong>de</strong> excesos. «Blood pressures», ya su cuarto trabajo, es más <strong>de</strong> lo mismo, rock visceraly melodías sin pulir, distorsiones y aires garajeros para un regreso tan previsible como enérgico.MANÁDrama y luz<strong>La</strong> fórmula musical <strong>de</strong> Maná sigue funcionando en ese terreno sonoro <strong>de</strong> nadie que ya hanhecho propio entre el pop y el rock, lindando con la canción reivindicativa que no olvida lotestimonial —sean las buenas intenciones ecológicas o políticas— pero sin alejarse ni unacorchea <strong>de</strong> la infinita variedad <strong>de</strong> la canción romántica. «Drama y luz» es su regreso, cincoaños <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> «Amar es combatir», 2006, con material nuevo, un recorrido melódico ytemático por sus hallazgos —que les llevaron a ventas millonarias y premios Grammy- que la inconfundible voz <strong>de</strong>Fher Olvera unifica como «sonido Maná». Historias <strong>de</strong> amor —filial en recuerdo <strong>de</strong> la fallecida madre <strong>de</strong> Fher, <strong>de</strong>abandonos y hasta <strong>de</strong> una monja ilusionada con un sacerdote— y <strong>de</strong> <strong>de</strong>nuncia —ante el racismo— resueltas conmonumentalidad y unos primeros apuntes sinfónicos —<strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> Suzie Katayama— en un trabajo continuistaque será otro éxito.PAUL SIMONSo beautiful or so whatCada disco <strong>de</strong> Paul Simon es una polifonía estilística, una cámara <strong>de</strong> ecos don<strong>de</strong> resuenanfolk y standars, blues y doo-wop, ritmos africanos y gospel en una síntesis única con el colorpop que adquiere la música que va directa al corazón. Este guitarrista excepcional es un icono<strong>de</strong> la cultura popular con varias vidas musicales —mítica en los sesenta junto a Art Garfunkel,<strong>de</strong> éxito arrollador en solitario experimentando sonorida<strong>de</strong>s étnicas— y «So beautiful so what»es su regreso a la construcción <strong>de</strong> canciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la armonía y la guitarra en vez <strong>de</strong>l ritmo y la percusión —africanaen «Graceland», brasileña en «Rythm of the saints»— mimando la melodía con texturas sorpren<strong>de</strong>ntes y repartiendosabiduría <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unos textos llenos <strong>de</strong> <strong>de</strong> historias contadas con tanta ternura y humor como ironía. Cancionessobre la vida —breve, bella, brutal— <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la emoción.QUEENDeep cuts. Volume One 1973-1976Resultaba insólito que en esta época <strong>de</strong> recuperaciones <strong>de</strong> clásicos tratados con las últimastécnicas digitales restaurando su sonido original fuese el espectacular repertorio <strong>de</strong>Queen el que quedase solo en el recuerdo <strong>de</strong> los viejos fans y <strong>de</strong> las mezclas para cd sacadasapresuradamente <strong>de</strong> los vinilos. Queen habían recogido los restos <strong>de</strong>l naufragio pop yrock tras la separación <strong>de</strong> los Beatles y lo habían reconstruido con un gusto y una contun<strong>de</strong>nciaque les llevó al número uno y a llenar estadios. Tras la recuperación <strong>de</strong> sus singles y sus, millonarios en ventas,«Greatest Hits» se reeditan sus cinco primeros álbumes y con ayuda <strong>de</strong> Taylor Hawkins —Foo Fighers— esta selección<strong>de</strong> joyas, “cortes profundos”, que en su día quedaron oscurecidos por el fulgor <strong>de</strong> las caras A. Del rock frenéticoal pop para todos los públicos, <strong>de</strong> la <strong>de</strong>licada balada al pícaro vals, Queen siempre únicos.MICHAEL MONROESensory overdriveAlgo tiene esto <strong>de</strong>l rock que todos vuelven y ni a patadas se les baja <strong>de</strong>l escenario. Si NewYork Dolls andan en horas bajas arrastrando su rock callejero sin rastro <strong>de</strong> glamour y a SocialDistorsion se les ha subido el maquillaje <strong>de</strong> madurez clásica, el regreso <strong>de</strong>l finlandés MattiFagerholm, alias Michael Monroe, la pasada temporada con un directo antológico, «Anothernight in the sun. Live in Helsinki», repasando repertorio y con un par <strong>de</strong> noveda<strong>de</strong>s para justificarel regreso, anunciaba que aquella ambigua ambición rubia y andrógina seguía teniendo cosas que <strong>de</strong>cir y este«Sensory overdrive» <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego lo justifica. Pue<strong>de</strong> que no sea una obra maestra pero basta su rock directo, el sonidovisceral <strong>de</strong> los que no se andan por las ramas y van directamente a la tralla, la urgencia <strong>de</strong> la diversión perfectapara saltar y corear. <strong>La</strong>s colaboraciones <strong>de</strong> Lemmy y Lucinda Williams son la guinda a esta fiesta rockera. Enorme.JOHNNY HALLYDAYJamais seulComo Bob Dylan, esta leyenda <strong>de</strong>l rock francés estuvo a punto el año pasado <strong>de</strong> ver a Elvis.Un cáncer <strong>de</strong> colon, un coma inducido <strong>de</strong> varias semanas y una <strong>de</strong>presión a los sesenta ymuchos años solo impidieron posponer una gira multitudinaria — «Tour 66», un guiño tantoa su edad como a la célebre ruta que recorrió en su Harley— que amenazaba con ser <strong>de</strong><strong>de</strong>spedida. Volver a nacer le ha dado nuevas fuerzas y la urgencia <strong>de</strong> resolver las contradicciones<strong>de</strong> una vida <strong>de</strong> un plumazo: <strong>de</strong>spi<strong>de</strong> a su agente y a su fotógrafo, se pelea con el fisco, se embarca enuna gira mastodóntica con final <strong>de</strong> tres días en el Sta<strong>de</strong> <strong>de</strong> Saint Dennis, ensaya teatro —Tennesse Willians en elThéâtre Edouard VII para septiembre— y aún tiene vitalidad para un disco junto a un joven talento, Matthieu Cheddid—«M»— celebrando la vida —«J’inspire, j’expire»; «<strong>La</strong> douceur <strong>de</strong> vivre»— fiel al blues y al rock, sus recetas musicales.Genio y figura.SR. CHINARROPresi<strong>de</strong>nte¿Dón<strong>de</strong> han quedado oscuridad y metáforas imposibles en torno al dolor? ¿Dón<strong>de</strong> el popindie <strong>de</strong> afiladas aristas cantado a media voz con la impostura y el registro tenebroso <strong>de</strong>toda confesión poética? Antonio Luque, Sr. Chinarro, sin <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> lado esa peculiar miradaque mezcla surrealismo costumbrista, metáforas traviesas y melodías <strong>de</strong> engañosa sencillezya había <strong>de</strong>jado pasar la luz y rebajado su aci<strong>de</strong>z en sus dos últimos trabajos, «El mundosegún», 2006 y «Ronroneando», 2008. «Presi<strong>de</strong>nte» tiene toda la pinta <strong>de</strong> un disco feliz, aunque la procesión vayapor <strong>de</strong>ntro y a pesar <strong>de</strong>l cinismo habitual las canciones respiran emociones positivas, arreglos amables, hallazgossorpren<strong>de</strong>ntes —el Brassens a ritmo dixie <strong>de</strong> «<strong>La</strong> lección»—, fantasías y mala chispa —«Babieca»— y hasta buenhumor <strong>de</strong>screído a ritmo <strong>de</strong> rumba —«San Borondón»—. El pop juvenil se ha vuelto adulto y le sienta bien.JOHN CAGE108-109a-110En la relación entre el silencio y los sonidos John Cage fue antes un artista revolucionarioque un músico. Pionero <strong>de</strong> las artes visuales y <strong>de</strong>l happening, Cage introdujo la realidadconcreta —el azar, el ruido, lo aleatorio, la intencionalidad, lo acci<strong>de</strong>ntal,…— en la obra musicalimplicando al espectador como parte activa en la ejecución. Su trasgresora, radical yvanguardista visión musical está presente en su obra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la célebre «4.33» —4’ 33’’ <strong>de</strong>silencio— a las obras para «piano preparado» o a esta pieza tardía, terminada en 1991, una composición para granorquesta <strong>de</strong> tiempos flexibles y tonos únicos susceptible <strong>de</strong> ser, o no, interpretada junto a otras piezas y <strong>de</strong> ser complementadacon percusión resonante, que el sello OgreOgress recoge en tres versiones diferentes pero igual <strong>de</strong> sorpren<strong>de</strong>ntesy <strong>de</strong>sconcertantes.

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