Miembros del Foro Psicoanalítico de Buenos Aires - Escola de ...

EDITORIAL DUNKENBuenos Aires2006

LacanianaRegistro Propiedad Intelectual 416872Aráoz 240, 1º “H” (1414) Capital FederalTel: 4855-8382alfredoesmith@sinectis.com.arISSN 1668-737XDirector-Propietario: Alfredo SmithEn representación del Foro Psicoanalítico de Buenos Airesfpbamfo@yahoo.com.arImpreso por Editorial DunkenAyacucho 357 (C1025AAG) - Capital FederalTel/fax: 4954-7700 / 4954-7300E-mail: info@dunken.com.arPágina web: www.dunken.com.arHecho el depósito que prevé la ley 11.723Impreso en la Argentina

COMISIÓN DIRECTIVA FORO PSICOANALÍTICODE BUENOS AIRES, Período 2004-2006Coordinador general: Enrique KATZEscuela: Lidia DEUTSCHColegio Clínico de Buenos Aires (A cargo de):Viviana GÓMEZSusana DÍAZAgustina BARBERYVocales:Secretaría General: Perla WASSERMANDifusión: Agustina BARBERYTesorería: Norma DELL’OREFICEPublicaciones: Alfredo E. SMITHLacaniana - PUBLICACIÓN DEL FORO PSICOANALÍTICO DE BUENOS AIRES AÑO 2006

Los artículos firmados son de responsabilidad de los autores.Preparación de la edición:Corrección:Diseño de tapa:Diagramación interior:Revisión final:Agustina BarberyAlfredo SmithEstela AriasEvaristo FalabellaEditorial DunkenAlfredo SmithCelia Kriado

ContenidoIntroducción .................................................................................................... 9“Los autores” ................................................................................................ 11El Otro Sexo. Enrique Katz .......................................................................... 15La histérica moderna. Luis Izcovich ............................................................. 21Presentaciones de la sexualidad en la cultura de la época.Jorge Zanghellini .................................................................................... 31Las realidades sexuales en las neurosis y las psicosis. Beno Paz ................ 43Desde el jardínSexualidad en un jardin de infantes (Acerca de la escena que nos hacehablar). Karina Molinari ......................................................................... 71Reflexiones sobre la realidad sexual infantil. Perla Wasserman ................. 81Anexo: Carta de una maestra jardinera ........................................................ 85Sexualidad en la cibercultura. Juan G. Uribe E. .......................................... 89Transexualismo: ¿ex sexo de mujer? María Clara Areta ............................. 97La invención de la homosexualidad. Alfredo Smith ................................... 107Cuando no hubo transferencia al padre. María Gabriela Marini .............. 119Cuando el manto no termina de cubrir la desnudez del padre. HoracioBilkis, Alicia Dubín ............................................................................... 125Siete ¿mujeres? más uno. De recorridos en torno a la cuestión de la femineidad.M. Celeste Becchio, Florencia Borgoglio, M. Vanina Davin, YaninaGette, Julia Martín, María Paz Rodríguez y Sandra Tomaino................ 131Dossier: Escuela de Psicoanálisis de los Foros del CampoLacanianoNote sur le choix des passeurs. Jacques Lacan. Versión castellana: M.Rebollo y R. Cevasco ............................................................................. 141Viraje final. Patricia Muñoz de F. .............................................................. 143El interés del pase. Susana Díaz ................................................................. 147La Escuela y la institución del psicoanálisis. Diego Mautino .................... 153Un cartel que no se sabía o qué queda por hacer con los otros.Aníbal Dreyzin ....................................................................................... 161Reflexiones sobre el pase y el deseo del analista. Viviana Gómez ............. 165Índice Completo de la Revista Lacaniana (Números 1 al 5)...................... 171Miembros del Foro Psicoanalítico de Buenos Aires .................................. 175

IntroducciónUno de los signos de estos tiempos es la caída en la “naturalidad” ycerteza de la norma “heterosexualidad-monogamia-sexualidad reproductiva”como pauta indudable para regir la vida sexual humana.Los efectos combinados del discurso de la ciencia y determinados movimientossociales conmueven esa certeza.La hasta ahora necesaria pareja hombre y mujer, indispensables paraconsumar la relación y para la gestación de una nueva vida, puede y vasiendo reemplazada. La ciencia ofrece no sólo la posibilidad de construir unhijo “a gusto” sino de reemplazar a uno de los componentes de la dupla yembarazar a una mujer con un banco de esperma.Esto, obviamente, no está al alcance de todos, y las diferenciasecónomicas y sociales hacen que una parte del mundo (más pequeña) seocupe y preocupe de problemas del tipo “Mundo Feliz” de Huxley, y otra(mayoritaria) de cómo prevenir embarazos no deseados, la supervivencia deniños y mujeres, luchando contra el atraso técnico y legislativo.Por el lado de los movimientos sociales, las diferentes olas del feminismo,que cuestionan los papeles tradicionales de la mujer, la “salida delcloset” de gays y lesbianas reclamando por su derecho de tener un lugar alsol, las “multitudes queer”, poniendo en entredicho no sólo universo heterosexualsino corrientes de gays y lesbianas a las que juzgan “conservadoras”porque dejan de lado y olvidan a otras etnias, otras clases sociales y otraselecciones sexuales: travestis, bisexuales, transexuales, por mencionar sóloalgunas, completan el panorama.Lo cierto es que la pauta sexual más tradicional “heterosexualidadmonogamia-reproducción”ya había sido señalada como una fuente de insatisfacciónpara el sujeto humano.En 1908, Sigmund Freud había indicado cómo esta “moral sexual cultural”estaba en la base de “la nerviosidad moderna” y así tituló una de susobras.

Jorge ZanghelliniPsicoanalista. Miembro del Foro Psicoanalítico de La Plata. Analista Miembrode Escuela (AME). Director de investigación en UNLP, sobre el amor yla des-pareja.zanghel@infovia.com.ar13Autores InvitadosBeno PazLicenciado en Psicología UBA. Psicoanalista. Docente Universitario. DocenteInvestigador UBACyT. Docente autorizado del Departamento de Docenciae Investigación del Hospital Moyano. Supervisor clínico y conferencistaen hospitales e instituciones.benopaz0000@yahoo.com.arFlorencia BorgoglioLicenciada en Psicología en la Universidad Nacional de La Plata. Miembrodel equipo Causar de atención psicológica y psicopedagógica. Del niño y sufamilia.fborgoglio@yahoo.comMaría Celeste BecchioEstudiante del último año de la Licenciatura en Psicología de la UniversidadNacional de La Plata.celestebecchio@yahoo.com.arVanina DavinLicenciada en Psicología en la Universidad Nacional de La Plata. Integrantedel Centro de Salud Mental N° 9, Tolosa. Concurrente del Hospital Gutiérrez.vaninadavin@hotmail.comYanina Magalí GetteLicenciada en Psicología en la Universidad Nacional de La Plata, adscripta ala cátedra de Orientación Vocacional. Miembro del equipo Causar de atenciónpsicológica y psicopedagógica. Del niño y su familia.yanimagali18@hotmail.com

14Julia MartínLicenciada y Profesora en Psicología en la Universidad Nacional de LaPlata, adscripta a la cátedra de Desarrollos de la Teoría Psicoanalítica (EscuelaFrancesa) y colaboradora de la Residencia de Pregrado (Cátedra dePsicología Clínica de Adultos y Gerontes). Miembro del equipo Causar deatención psicológica y psicopedagógica. Del niño y su familia.juliamartin17@gmail.comMaría Paz RodríguezEstudiante de la Licenciatura en Psicología de la Universidad Nacional deLa Plata.pazrodriguez80@hotmail.comSandra Karina TomainoLicenciada en Psicología en la Universidad Nacional de La Plata. Ayudante adhonorem de la Cátedra de Psicología Institucional de la Universidad Nacional deLa Plata. Psicóloga del Consejo de la Mujer de la Municipalidad de La Plata.sandrakarina1976@yahoo.com.arMaría Gabriela MariniAnalista practicante. Supervisor Clínico de la Residencia de Psicología delHospital de Niños “Sor María Ludovica” de la Plata. Docente de la Residenciade Psicología del Hospital de Niños “Sor María Ludovica” de La Plata.mgmarini@uolsinectis.com.arMaría Clara AretaMédica Psicoanalista. Supervisora y docente de la Residencia de Psicologíadel Hospital Neuropsiquiátrico de Necochea. Actualmente preside la institución“Proyecto Psicoanalítico de Mar del Plata”. Publicó en abril de 2005 ellibro: Psicopatología de la vida hospitalaria.mariaclaraareta@uolsinectis.com.arDossierJacques Lacan. Traducción de Manel Rebollo, con asesoramiento de RithéeCevasco.Traductores: Manel Rebollo m@rebollo.e. telefonica.netRithée Cevasco rithee@ilimit.es

El Otro SexoEnrique KatzEs la equivocación una dimensión que se extiende al inconsciente freudiano.Hay puntos donde el sujeto es alcanzado en mayor o menor medidapor algo del orden de la equivocación.¿Qué es lo que equivoca? o ¿qué es lo que hace equivocar?El psicoanálisis descubre que las equivocaciones se producen en relacióncon la verdad.Es en el juego engañoso de la mentira y la verdad que esas equivocacionesnos vienen a decir algo.La equivocación a nivel del sexo también la encontramos: cuando elsujeto reclama para sí otro sexo que el que la naturaleza le ha dado, otambién, en forma cotidiana, cuando el sujeto se denuncia a sí mismo nosiendo suficientemente hombre o no siendo la mujer que debería o esperaríaser. Lo “suficiente” o lo que “debería ser” denota en estos enunciados, porun lado, la insuficiencia de los determinantes biológicos para asegurar elsexo, por el otro, la función del ideal supliendo esta insuficiencia.¿Por qué la pretensión de asegurar y asegurarnos por el sexo, si lasexualidad no es ni siquiera condición necesaria para la vida? ¿Por quéhacen falta 2 para producir un tercero? ¿Por qué, de todas las funciones delcuerpo, la reproducción es la única que queda garantizada por un órgano delque cada individuo tan sólo posee la mitad? Lo cual exige un gran gasto deenergía y tiempo para encontrar la otra mitad. ¿Por qué 2 sexos y no 3?La ciencia no nos da una respuesta. La respuesta, más allá de la validezque se le otorgue, está toda en los mitos religiosos o no. Ellos siempreexplican con mayor o menor poesía, es decir, no sin relación con la verdad,por qué, a través de una “mutilación original”, el cuerpo humano dispone detodo aquello que le es necesario para respirar, digerir, pensar, pero no parareproducirse.¿Es posible que esta “mutilación original” esté en la base de todasnuestras equivocaciones posibles y también de las imposibles?

16ENRIQUE KATZHay una mezcla entre creencias, conocimientos e imaginación que conformaante nuestros ojos la imagen siempre cambiante de lo posible, a estaimagen ajustamos nuestros deseos y temores. A este “posible” adecuamosnuestros comportamientos y nuestros actos. La conciencia es aquello quepermite equivocaciones que nos hacen soñar.Pero quién hubiera soñado hace unos años que la anorexia podría seruna vía para poder ser una verdadera mujer o que una operación podríadecidir el paso de un sexo “equivocado” a uno verdadero. ¿Cuál es la verdady cuál la equivocación? O en todo caso, ¿cuál es la verdad de la equivocación?Para los psicoanalistas, además esto conlleva otras preguntas, si hemosdistinguido la irrupción por lo que la conciencia distingue como equivocacióny al mismo tiempo el inconsciente no tuviera nada que ver con laconciencia, ¿qué habría de la equivocación en el inconsciente? ¿O es que elinconsciente mismo sería la una-equivocación… sexual? Que es algo que vamás lejos que el inconsciente.¿Es cierto, todavía, que sólo hay 2 sexos? Es cierto, me parece, que lasdiferentes elecciones de vida sexual no definen el sexo del sujeto. La elecciónde mi vida sexual no me define el sexo como sujeto. Digo que lasprácticas o las conductas sexuales de un sujeto no definen nada. No solamenteporque las conductas sexuales y, en particular, la elección del sexo dela pareja no corresponden a ninguna entidad gnoseológica particular, sinosobre todo porque desde los Tres ensayos… hasta la teoría del fantasma deLacan, el psicoanálisis parece descubrir: que lo que nos excita no es lapareja, cualquiera sea su sexo, sino una fantasía organizada alrededor de unobjeto. Un olor, una mirada, una frase, una gota de semen o de sudor. Lo quenos llevaría a decir que si bien hay 2 sexos, no por eso hay 2 sexualidades,tal vez sí un número infinito de sexualidades. Quiero decir que, en nuestravida sexual, en nuestra práctica sexual, no somos ni hombres ni mujeres,solamente fantaseantes, según la variedad de escenarios y objetos de los quese trate.Pero la pregunta permanece, naturalmente. ¿Por qué será que los escenariosque sostienen nuestra vida sexual no tienen nada que ver con el sexo denuestra pareja? Podría decirse que de cualquier forma, en cada escenario,cada persona muestra cierta preferencia para una pareja de un sexo determinado,otro o el mismo que el de esa persona.Elucidar el criterio que nos permite reconocer y reconocernos comohombres o mujeres permite responder a la pregunta que formulé en primertérmino. ¿Por qué elegiríamos a un hombre o a una mujer para que lleve,como una percha, los objetos de nuestras fantasías? ¿Y en qué medida el

EL OTRO SEXO17sexo que reconocemos en nuestra pareja entra en juego en nuestras fantasíaseróticas o en las actuaciones de estas fantasías?Se sabe la respuesta freudiana (comentada por Lacan), que muy resumidasería: hay una mediación simbólica que transforma a un real anatómicoen imaginario. La conclusión es que somos hombres o mujeres según el tipode relación que aceptamos o inventamos con la instancia que permite estereconocimiento.Nuestra relación con el falo paterno, con el falo simbólico en el Otro, eslo que, en principio, decidiría la diferencia sexual. Tendríamos relacionesdiferentes y por lo tanto seríamos hombres o mujeres. Es fácil de entendercómo y por qué el sexo de nuestra pareja termina por ser importante ennuestra sexualidad, en nuestras actuaciones sexuales. ¿Por qué? Porque sabemosque nuestro fantasma está sostenido por un objeto y sabemos tambiénque el valor erótico de este objeto depende de su valor fálico imaginario.¿Qué estatuto darle al inconsciente respecto al título de las jornadas?El inconsciente no lo dice todo, hay en él un punto de no saber quepuede ser susceptible de dos lecturas distintas aunque no contradictorias:1. No saber del hombre sobre la mujer y de la mujer sobre el hombre,puesto que los dos sexos son extraños uno para el otro, exiliados entre sí.2. No saber qué, más radicalmente, recae fundamentalmente sobre la mujer.La falta de significante de la mujer hace de ella el Otro sexo por excelencia,y el no saber del inconsciente, en cuanto no saber del Otro sexo, esno saber nada de la mujer.“Decimos heterosexual por definición a aquel que ama las mujeres,cualquiera sea su sexo propio”: cita de Lacan en el “Atolondradicho”. Aquelque no designa un sujeto masculino o femenino, sino la parte que resta de lanegación de La mujer como toda, parte que excede al falo y al Nombre delPadre, ex-sexo más allá de la libido llamada “masculina” por Freud.¿Qué quiere la mujer? Callejón sin salida que resulta del presupuesto deFreud: la existencia de la mujer como el correlato homólogo del hombre, laexistencia del sexo femenino como opuesto al fálico, tal la premisa a cuestionar.La única manera de trascender esa impotencia será no dejar de concebirla existencia de una libido única, la masculina. Falta un significante quees de la mujer y esta falta determina la imposibilidad de fundar una relaciónentre hombre y mujer, una co-relación entre dos significantes opuestos ycomplementarios, un solo goce que enlace a los dos en “una sola carne”.El proceso analítico muestra que, más allá de la lógica fálica del sentido,el objeto causa de deseo, objeto de la pulsión sexual es fundamentalmente a-

18ENRIQUE KATZsexuado, es esto lo que determina que la sexualidad no esté desde su origenligada a una diferenciación de los sexos, sino a ese objeto plus de goce queel saber inconsciente trata de sexualizar, falicizar a fin de darle sentido.Entonces se caen las esperanzas, el inconsciente no dice todo o, dicho deotra manera, no todo está reprimido, no todo es sexo, pues la represiónprimordial determina la existencia de un no reprimido, no-reprimido fundamental,la femineidad, que confronta con otra cosa que la represión: lacensura.Es por la existencia del agujero en la batería significante de S (A) / lafalta de significante del sexo femenino. Existe S (A) / y el problema delanalista deviene de su no-saber, o más preciso, el de saber que eso que haceque sepa que no sabe, que es ese oscuro objeto causa del deseo que hacehablar, soñar, crear, y que el síntoma encubre.La respuesta no está en el nombre de El Padre, llámese Moisés o Cristo,porque a ningún sujeto el significante puede revelar el misterio del objeto.En este punto, donde está en juego el problema de la salida del análisis,Lacan pretende ir más lejos que Freud. Por esto, la salida del análisis paraLacan es ajena al orden de la creencia; no se trata de creer en el inconsciente,porque desde el momento en que se ha entrado en el dispositivo analíticoya se cree de algún modo en él: es el posicionamiento del sujeto en eldiscurso de la histérica.En el fin de análisis se trata de acceder a otra cosa, de trascender esaposición subjetiva que se sostiene en la espera del significante del Otro, paraarribar a la certeza de que el inconsciente no lo dice todo. Y esa certezadepende del acto analítico, acto sin otro, sin el Otro significante, acto nofundado en una palabra autorizada sino fundante desde el vacío mudo queorganiza la palabra. En el acto analítico el sujeto no recibe un significante,sino que se confronta con el objeto que constituye su propia carencia en ser,queda así fundado como deseante decisivamente debiendo responder a lafalta de el otro con un significante que, no pudiendo llegar desde ese lugar,sólo puede resultar de una invención: “el saber mismo inconsciente es justamenteeso que se inventa para suplir algo”.En este nuevo tipo de lazo social que es el discurso del psicoanalista, elsujeto no se encuentra ante un nombre propio que venga a ocultar la falta delotro, sino ante un analista cualquiera, es decir, ante la causa misma de sudeseo. De este modo, allí donde la histérica-el analizante espera El Nombre,el padre simbólico, el Uno del significante, donde pueda verse como amablepor el Otro, va a encontrarse con la falta en ser que lo remite a su condiciónde deseante.

EL OTRO SEXO19El psicoanalista es más bien el Otro radical, el resto que quedando fueradel significante puede considerarse más allá del sexo; es entonces el heterosexualpor excelencia, el otro de lo sexual. En esta definición del psicoanalistacomo el heteros, el otro de lo sexual, el ex-sexo, la lectura de Lacan sedistingue de Freud, quien mantiene la esperanza histérica de acceder alsentido, a la Mujer toda, para lo cual el psicoanálisis se coloca del lado delUno, el S 1que promete un S 2.Lacan inventa el discurso del psicoanalista en donde no es el nombre delpadre el fundamento del decir que permitiría acceder a La Mujer toda, sinoque el decir es un decir a medias que determina la caída del significantenombre del padre como resto de la operación del analista, y esto permitemostrar que la verdadera causa del deseo no es la ley del padre con el plusde goce que en realidad es renuncia al goce, certeza de que el goce del padreno tiene su causa en La mujer sino en una mujer, de este modo el padrepuede ser dejado “en falta” y en esto consiste el verdadero a-teísmo delpsicoanálisis: que no hay saber sobre el goce que el padre pueda legar alhijo/a, sino que éste no tiene otra posibilidad que inventar el saber que hagaborde a la causa de su deseo.Trabajo leído en las V Jornadas de los Foros América Latina Sur,realizadas el 16 y 17 de septiembre de 2005 en la ciudad de La Plata,provincia de Buenos Aires, República Argentina.El tema de las Jornadas fue “Realidades sexuales e inconsciente”.

La histérica moderna*Luis IzcovichHe elegido como título: La histérica moderna. ¿Quién se interesa todavíaen la histérica? Utilizo aquí el femenino no porque no sea necesarioplantear la pregunta también en masculino sino, más bien, para indicar poruna parte un problema y, por otra, una cuestión de prevalencia. El problemaes que, en los discursos corrientes, hay un interés por la histeria, pero esteinterés –presente, por ejemplo, en los periódicos– es un interés a un nivelgeneral, limitado a un comportamiento exagerado, de tipo teatral, que sevuelve en cambio menos importante cuando las consideraciones sobre lahisteria se desplazan sobre el plano clínico.Desde el punto de vista clínico, la histérica aparentemente pertenece alpasado. Es claro que Freud se ha interesado en la histérica –hasta el punto dehacer de este encuentro el momento de la invención del psicoanálisis– antesque nada interesándose en lo que la histérica decía en sus síntomas. Hoy endía la cuestión parece cerrada, los síntomas histéricos no se presentan en elmismo modo que en los tiempos de Freud y es justamente esto lo que haceque la orientación clínica, una cierta orientación clínica, considere que lahistérica no existe más. Son en general los mismos que dicen que el psicoanálisisha muerto o que tiene los días contados.El diagnóstico entonces sería: “muerta la histérica, muerto el psicoanálisis”.De acuerdo con el proverbio –creo que existe también en italiano–“muerto el perro, desaparecida la rabia” (en Argentina: “muerto el perro seacabó la rabia”) ¿No existe en italiano? De todos modos se entiende lo quequiere decir. Esto quiere decir que no se reconoce más la histérica, susnuevas costumbres, sus nuevos semblantes.He elegido poner el acento sobre la histérica en femenino –respecto a suprevalencia– porque hay una constante desde Freud hasta nuestros días: laprevalencia revela una afinidad entre la estructura histérica y las mujeres.Esto no excluye la existencia de la histeria masculina.Antes que nada, deberemos decir que aquello que la histérica tiene declásico, que no ha cambiado, es aquello que concierne a su estructura y

22LUIS IZCOVICHdespués tendremos que encontrar cuáles son las nuevas formas de expresión.En otras palabras, la histérica moderna quiere decir referirse a fenómenosdiferentes que son máscaras de una misma estructura, la estructura histérica.En este sentido, lo que es fundamental es el hecho de que no existe lahistérica sin el Otro, el Otro que podemos escribir con O mayúscula**. Estocomporta una doble dimensión: el Otro de nuestra época ha cambiado y estotiene una incidencia en la histérica y, en segundo nivel, la histérica tiene unefecto sobre el Otro.Freud, que ha sabido escuchar la histérica, es decir, descifrar el mensajeinconsciente escrito en los síntomas, del inconsciente justamente, no ha consideradonunca la histérica sin el Otro. Para tomar un ejemplo capital, es justamentepor esto que se puede leer su contribución al aparato psíquico, el cambioque aportó después de los años veinte, en el momento que introdujo laconcepción distinguiendo el Yo del Ello. Me refiero al aporte que él hizo –enese momento, en los años veinte– sobre el aparato psíquico que despuésretomó en las Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis 1 con el título“Disección de la personalidad psíquica”, o sea diez años más tarde, donde sepuede notar el lazo entre el aparato psíquico y la estructura de la familia.Freud no habla de estructura pero trata de aislar el punto a partir del cual hayuna transmisión, y esta transmisión, entonces, concierne a genitores y niños.Entonces, si el psicoanálisis parte del síntoma y su conexión con elinconsciente, Freud subraya la importancia de una división interna al yo quees el super-yo, y este super-yo retoma la función que antes era reservada a laautoridad de los padres. En esta conferencia, Freud dice que en el lugar de lainstancia parental, adviene el super-yo. El super-yo resulta así consideradocomo el sucesor legítimo de esta instancia parental. Solamente que el mecanismodel super-yo es más complejo que aquel de una identificación con elobjeto de amor, y aquí Freud nos explica este mecanismo –muy difícil deentender, de una identificación que no tiene que ver con la identificación quese hace a partir del objeto de amor, es decir, la identificación al padre– deuna identificación que no consiste en el tomar un rasgo del otro. En elmomento en el que utiliza este modo particular de identificación, agrega que,en el caso del super-yo, hay eso que él llama: “una metamorfosis de larelación parental en super-yo”.Entonces, en este punto, Freud nos explica la diferencia entre la identificacióny la elección de objeto, o sea, hay un mecanismo de la identificaciónque no pasa a través de la elección de objeto. Por esto hablará del super-yocomo determinado por las primeras imágenes parentales. Según Freud, elorigen del super-yo está ligado a todas las restricciones morales. En realidad,

LA HISTÉRICA MODERNA23éste es el punto esencial, el super-yo se constituye según el modelo no de losgenitores, sino del super-yo de los genitores, es el vehículo de la tradición y,como dice Freud, de todos los juicios de valor imperecederos que por estavía se han transmitido de generación en generación; encuentran esto en laspáginas 3137-8 de las Obras de Freud en español (Tomo III, obras de 1916al 38. Biblioteca Nueva, cuarta edición, Madrid, 1981).La pregunta que me planteo es entonces la siguiente: ¿cuáles son lasformaciones, las transformaciones actuales en el super-yo, que se traducen ennuevas formas de síntomas en la histérica? El síntoma histérico clásico –elretorno en el cuerpo de lo que está reprimido en la pulsión– está ligado a unamor prohibido, entonces el super-yo es determinante en la constitución delsíntoma. Se puede ver hoy –hablo en general porque está también la histéricafreudiana en nuestra clínica– que la demanda analítica centrada en el amorinconfesable no forma parte de lo esencial de la demanda analítica, másbien, lo que se constata en las costumbres, en los hábitos sociales y tambiénentonces en las demandas analíticas, es que hay una liberalización al puntoque casi nada resulta prohibido, hay una permisividad implícita en la sociedadactual a la libre expresión de la pulsión. Es necesario entonces plantearsela pregunta: ¿se puede decir que la pulsión no está más reprimida? Yentonces, si se sostiene esto: ¿cómo se constituye el síntoma? Presento lascosas en este modo porque es verdad que podemos interpretar a un ciertonivel nuestro momento actual con la idea de que el sujeto no tiene síntomas,hay analistas que lo dicen, creo que es una interpretación parcial.Esta interpretación está ligada al hecho de que hay un modo prevalenteen la histérica moderna que es aquel de presentarse con la máscara de ladepresión; en este sentido, se puede leer la depresión como un modo derebelión al discurso capitalista. Se encuentra aquí un modo de la relación dela histérica con el Otro, en el mismo modo en que la histérica pone en dificultadal hombre de ciencia mostrando los límites de la ciencia que no logra hacerentrar la singularidad en la universalidad. El sujeto histérico deprimido adoptauna posición de rechazo a la homogeneización del goce. Pueden leer sobreeste punto los desarrollos que Colette Soler hace en su libro Lo que Lacandecía de las mujeres 2 , es muy instructivo. La depresión es un decir “no” alOtro, el problema es que se trata de un “no” que no empuja a la producción desaber; tal vez el psicoanálisis, en el momento actual, sea la única propuestaclínica que dice a los deprimidos: “No es absolutamente necesario gozar comoel Otro lo prescribe”. Dejo la depresión.¿Cuál sería la otra forma de expresión de la histérica? Aquí retomo laclínica freudiana, aquella del síntoma, porque la depresión no es un síntoma,

24LUIS IZCOVICHla depresión en términos freudianos es una inhibición; puede volverse síntomasi el sujeto se interroga sobre la causa de la depresión. Al contrario,aquello que puede volverse síntoma es una forma prevalente… actual delsúper-yo, es aquella de un súper-yo que empuja al goce.Tomo un ejemplo clínico: una mujer joven inicia el análisis porque nologra detenerse en una relación con un hombre. No tiene problemas paraencontrarlos, tampoco para suscitar el deseo en ellos, lo que se le ha vuelto unproblema es el hecho de mantener una conversación con un hombre; tiene laimpresión de que no tiene nada interesante para decir y entonces, la única cosaque puede ofrecer a su pareja es ofrecerse como objeto de goce –salvandodiferencias–, no es que cualquiera se equivalga. En el curso de su análisis hapodido construir los rasgos respecto a aquello que hace que el objeto paraella se vuelva erótico, ha podido entender también el resorte de sus eleccionesprofesionales, resta de todos modos un punto opaco: ¿por qué el goce noprovoca el amor? No provoca el amor no del hombre por ella, más bien…¿por qué no logra enamorarse de un hombre que le permita hacer la elecciónde uno entre otros? Ella utiliza una expresión que puede condensar aquelloque llamo la histérica moderna, lo dice así: “Yo idealizo el goce”. Esto no leimpide mantenerse, por el momento, fijada a este punto, o sea, el hecho desaberlo no cambia las cosas para ella.A un cierto punto de su análisis, se vuelve la maîtresse, la amante de unhombre y –sin preguntarle a él– en un momento dado se pregunta sobre elgoce de la otra mujer, la esposa de este hombre. En este punto, de eso queella llama la idealización del goce, eso que para ella es esencial saber, ella seforja una pregunta: “¿Con cual de las dos –ella o la esposa– este hombregoza más?”. Trata de saberlo sin preguntar, haciendo de esto una intriga. Seve entonces que la dimensión del amor inconfesable no existe, lo que noquiere decir que no exista la represión de la pulsión. En este punto seevidencia la represión, en la disyunción entre el goce y el deseo. Su deseopermanece histérico –es decir, deseo de un deseo insatisfecho–, lo reprimidoconcierne en vez al hecho de que no puede hablar al hombre, permanece asíen el silencio que es, en el fondo, su modo de permanecer con el únicohombre al cual no ha traicionado, su padre. No habla ni siquiera con supadre, porque su padre no habla, tiene un padre que no tiene necesidad dehablar, en la medida en que pasa todo el día, éste es su trabajo, trabajandocon los animales.Hablo de este caso por el cambio significativo operado en la cura,después de cinco años de análisis. Acontece a través de un sueño, un sueñoconsiderado por la primera vez para el sujeto como liberador. De hecho, ha

LA HISTÉRICA MODERNA25sido liberador y los efectos se ven sobre todo après coup. Éste es el sueño:se trata de una escena erótica con un hombre, después de lo cual ella encuentraa su hermana y le dice (lo formulo también aquí en la lengua original dela paciente): “Il faut se méfier des hommes, le pénis est un leurre”. Enespañol sería: “Es necesario desconfiar de los hombres, o desconfía de loshombres, el pene es una ilusión”. El sueño continúa… ella va a un lago, hayuna mujer en el borde de este lago, ella entra en el agua de este lago y puedetomar el baño, el sueño termina allí. Se trata de la reedición de un sueñorecurrente; los otros sueños que ella hacía en modo recurrente en el análisis,comprendían escenas en las cuales había mujeres tomando el baño y ellapermanecía afuera, cada vez. Esta vez, en cambio, hay una inversión. Lo queella dirá respecto a este sueño es, por una parte, que no tiene necesidad deestar obnulidada, être absorbée, obnubilada como antes pensando al hombre,esto ella lo asocia con la frase formulada a su hermana, que el pene esuna ilusión…Entonces, por una parte, no tiene más necesidad de estar obnubiladacomo antes pensando al hombre y, por otra parte, ella articula que puedetener un placer sin tener necesariamente presente, en mente, que piensa ohace la otra mujer. Lo que este sujeto ha comenzado, porque es un inicio, nose puede hablar de un cambio radical, lo que ha comenzado a subjetivar –osea, a asimilar como haciendo parte de su vida– es que el pene no es lasolución final. No quiere decir que el análisis la haya conducido a un rechazode la sexualidad, más bien a tomar en cuenta el hecho, justamente, que elpene no es una finalidad. Esto es lo que ella deduce de la frase de que elpene es una ilusión. Esto no quiere decir tampoco que su posición sea unaposición, como se dice en francés, de mépris envers l’homme, o sea, unaposición de desprecio respecto a los hombres. Después de este sueño, dehecho, ella no renuncia al goce mediado por el pene, goce entonces fálico,pero comienza a renunciar al todo fálico.Lo que este sujeto comienza solamente a percibir es que “no hay” esoque Lacan escribía “El hombre”, con mayúscula. En este sentido es un sueñoliberador, condicionado por eso que ella había elaborado hasta el punto en elque produce este sueño. En este sentido se siente liberada de la búsqueda deEl hombre, con la mayúscula, ese del que Lacan decía en su texto Televisión 3que la mujer lo encuentra en la psicosis. ¿Qué quiere decir que la mujer loencuentra en la psicosis? Que la mujer psicótica eleva un hombre a la categoríade excepción; es lo que permite situar el límite entre la histérica quebusca El hombre y la mujer psicótica que lo encuentra. Encontrar El hombre,con la mayúscula como dice Lacan respecto a la mujer psicótica, es un modo

26LUIS IZCOVICHde hacer existir “La mujer”, escribimos aquí también La mujer con mayúscula.Lacan nos muestra, justamente, que La mujer no existe.¿Cuál sería la pareja de este El hombre con mayúscula sino una mujerno como las otras, más bien una mujer de excepción? En este sentido,encontrar El hombre con mayúscula aparece como un sueño histérico que serealiza en la mujer psicótica. Volviéndose en este caso La mujer, ella encarnauna figura de “el empuje a La mujer”, que es una de las fórmulas mediantelas cuales Lacan designa la psicosis. Porque es cierto que es una locuracreer que El hombre con la mayúscula exista, locura que puede dar la impresiónde un cierto desvarío en una mujer. Ella está en el desvarío de labúsqueda del falo. Esta analizante, que no ha terminado su cura, comienzade todos modos a poner un límite al goce.Dicho en otro modo, a lo que ella comienza a renunciar es a buscar Lamujer. La mujer, menos lo es, menos el sujeto está obnubilado por esta idea,más tiene chances de volverse una, es decir, de ocupar el lugar de objeto deldeseo para un hombre. Exactamente esto es lo que Lacan opone –en el textoTelevisión– a la mujer que encuentra El hombre. La posición femenina, siguiendolo que dice Lacan, es más bien una posición acomodaticia, aquella deprestarse al rasgo de perversión –que él considera como estructural en elhombre– y aquí se puede entender mejor lo que decía en el Seminario Lasformaciones del inconsciente. En francés Lacan dice: “Cela vous indique aussien quoi une féminité, une vrai féminité, a toujours un peu une dimensiond’alibi. Les vraies femmes, ça a toujours quelque chose d’un peu égaré” 4 . Latraducción en el Seminario en español dice: “Esto también les indica en quésentido una feminidad, una verdadera feminidad, siempre tiene hasta ciertopunto una dimensión de coartada. Las verdaderas mujeres, eso siempre tienealgo de extravío” 5 . No está extraviada en la búsqueda del falo, más bien, en subúsqueda está advertida, incluso por el inconsciente, respecto a lo que el falopuede tener como límite en relación al goce. En Televisión Lacan lo evoca enla posición de la mascarada femenina respecto al fantasma del hombre.Cito Lacan: “…el por-si-acaso de prepararse para que el fantasma de Elhombre encuentre en ella su hora de verdad.” 6 . En francés es: “…l’à touthasard de se préparer pour que le fantasme de L’homme en elle trouve sonheure de vérité”. Hay una contradicción aparente entre à-tout-hasard, o porsi-acasoy prepararse; o las cosas acontecen por azar, por contingencia, obien se preparan. Esto alcanza “Las verdaderas mujeres, eso siempre tienealgo de extravío” del Seminario Las formaciones del inconsciente; o sea, lamascarada femenina consiste en el preparar el encuentro con el hombrecomo si fuera un encuentro ocasional.

LA HISTÉRICA MODERNA27Hay entonces un extravío femenino que es diferente del extravío de lahistérica, un límite que entonces opera –que empieza a operar en este caso–un límite al goce que es diferente del rechazo depresivo. Hemos evocadoantes la depresión. Ésta comporta la dimensión de un “no” al goce propuestopor el otro. Pero es necesario darse cuenta de que la depresión constituye un“no” para poder continuar gozando diversamente. En dicho caso el sujetogoza en el rechazo y la soledad. En este punto hay que recordar una expresiónde Lacan que tiene toda su actualidad; en los Escritos, el texto Subversióndel sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano terminaasí: “La castración quiere decir que es preciso que el goce sea rechazado,para que pueda ser alcanzado en la escala invertida de la Ley del deseo” ylas palabras conclusivas son: “No iremos más lejos aquí” 7 .Esta formulación central de Lacan toma aún más peso en la hora actual,marcada por los efectos del capitalismo, definido por él como forclusión de lacastración. En este sentido, lo que este caso nos ilustra, representa en susingularidad también un modo típico de la histérica moderna, a través de loque ella dice: “La idealización del goce”. O sea, un goce no determinado porla diferencia sexual, digamos un goce unisex, esto es lo que quiere decir laforclusión de la castración; con su efecto: que no hay límite al goce. Por estola fórmula de Lacan es de una gran actualidad. Es en la medida en que serenuncia –como en este caso– a la búsqueda de El hombre, que un otro goce esposible; un goce conectado a la ley y entonces, al deseo. La renuncia a estabúsqueda aparece entonces como una condición posible para volverse aquelloque Lacan llama –en lo que concierne a una mujer– el síntoma de un hombre 8 .Me parece muy justa esta proposición de Lacan, que le sirve tambiénpara distinguir entre histeria y feminidad, y esto en el momento en el que dauna definición del síntoma como “evento de cuerpo”. Esto no significa solamenteque el síntoma se localiza en el cuerpo, sino también, más bien, queconstituye la marca traumática de goce en un punto específico del cuerpo. Seestablece así una distancia entre el síntoma como retorno de lo reprimido enel cuerpo, tesis de Freud, y el síntoma como goce en el cuerpo, que es lapropuesta de Lacan. En otras palabras, Lacan incluye la formulación deFreud, evidenciando –ésta es la distancia con la definición freudiana delsíntoma– la dimensión de goce inherente a este último.En las Conferencias sobre Joyce en 1975 9 Lacan hace referencia a lahistérica, cuyo síntoma es de ser “la penúltima”. Es decir, la penúltima paraun hombre, y que para él, entonces, habrá siempre una última que será… laotra mujer. Para decirlo en otro modo, el síntoma histérico es definido como:el interés del sujeto histérico por el síntoma de otra mujer. La especificidad

LA HISTÉRICA MODERNA29decir la castración, la castración que el sujeto debe asumir, la más difícil deaceptar, es aquella del Otro. Para decirlo de otro modo, el super-yo del Otro,que para la histérica está encarnado por la madre, incluye dos caras: la caramaterna –es decir lo que la madre ha dicho, casi como un oráculo– y después,la cara sujeto, o sea el modo del que un sujeto se sirve para no admitirla castración materna. Éste es el punto que un análisis llevado a su término,no solamente permite superar, sino que es la condición absoluta para decidirque un análisis ha sido un análisis y no solamente una terapia de lo psíquico.Roma, 28 mayo 2005Citas1Freud, Sigmund, “Disección de la personalidad psíquica” en Nuevas Leccionesintroductorias al psicoanálisis, Obras Completas, Tomo III, Biblioteca Nueva, Madrid, pág.3132 - 3146.2Soler, Colette, Ce que Lacan disait des femmes, Editions du Champ Lacanien, Paris,marzo 2003; trad. esp., Lo que Lacan decía de las mujeres, Ed. No Todo, Colombia, 2004;trad. it., Quel che Lacan diceva delle donne, Franco Angeli, Milano, 2005.3Lacan, Jacques, Psicoanálisis: Radiofonía & Televisión, Anagrama, Barcelona, 1977.4Lacan, Jacques, Le Seminaire V, Formations de l’inconscient, Editions du Seuil, Paris,1998, pág. 195.5Lacan, Jacques, El Seminario V (1957/8) Las formaciones del inconsciente, Paidós,Buenos Aires, 1999. Es interesante notar que el traductor comete un error, cita como nota deltraductor el texto en francés diciendo: Quelque chose d’égaré, es decir, hace saltar el un peude Lacan y por lo tanto no lo introduce en la traducción. Vid. pág. 201 del Seminario enespañol.6Lacan, Jacques, Radiofonía & Televisión, op. cit., pág. 128 en francés “…l’à-touthasardde se préparer pour que le fantasme de L’homme en elle trouve son heure de vérité”,en Autres écrits, Seuil, Paris, 2001, pág. 540.7Lacan, Jacques, Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano,en Escritos, Siglo Veintiuno editores, México, 1971, pág. 338.8Lacan, Jacques, “Conferencias sobre Joyce” (Vincennes, 1975) en Joyce avec Lacan,Navarin, Paris, 1987.9Publicadas en el libro Joyce avec Lacan, op. cit.10Lacan, Jacques, op. cit., pág. 128.* Ponencia presentada en Roma, en idioma italiano, el 28 de mayo de 2005, en lasJornadas sobre “Las mujeres y los lazos sociales contemporáneos” y publicado en PRAXISNº 5, edición bilingüe italiano-español. www. praxislacaniana. it.El texto conserva el estilo de presentación oral. Autorizado por su autor, traducido alcastellano por Diego Mautino. Revisión de la edición para LACANIANA, Alfredo Smith.Publicado con consentimiento de su autor y editor.** En la comunidad analítica argentina se utiliza el término en francés “AUTRE” y seutiliza el “A” para representarlo.

Presentaciones de la sexualidaden la cultura de la épocaJorge ZanghelliniLa época, nuestra época, la escena macro donde nos toca vivir y pensar.Cómo no perderse en sus banalidades, en sus artificios, en las multiplicidades.Como dijo Guy Debord 1 , donde el mundo sensible se encuentrareemplazado por una selección de imágenes que existe por encima de él yque al mismo tiempo se ha hecho reconocer como lo sensible por excelencia.El mundo a la vez presente y ausente que el espectáculo hace ver es elmundo de la mercancía dominando todo lo que es vivido. Y el mundo de lamercancía se muestra así tal como es, puesto que su movimiento equivale aldistanciamiento de los hombres entre sí y respecto de su producto global.Mundo presentado por el consumo y el mercado consecuente, que asumeser la verdad de la vida, como diría cualquier economista neoliberal.El mercado es a la vez unificante, en tanto hace de todo objeto, unamercancía que se entrevera en la lógica de la oferta y la demanda, y a la vezmultiplicante de los objetos, sean tecnológicos o sexuales.Bueno, hice referencia a la sexualidad, el tema señalado en el título.Mundo sexual de la época, señor, le presento al señor, digo…, la señora,no, más bien le presento a la @, arroba que no es discriminatoria, que nosepara ni segrega, la arroba que nos cobija y nos aloja sin pedir documentosy que permite la multiplicidad.¿Pero la arroba no es una a rodeada, protegida? ¿No es la inversión de latan masculina o?, es decir, es una O, que protege una a…Como diría Franco La Cecla, 2 una o pero sin ánimo de ofender.Lacan, al introducir el discurso capitalista, da cuenta de una forma derelación que no hace lazo más que mediado por la mercancía, tal comoplanteó Debord.Supone, ni más ni menos, poner en el lugar de lo que falta al sujeto porsu entrada en la cultura, eso que lo hace deseante, pone decía, en el lugar dela falta la presencia del objeto de consumo.

32JORGE ZANGHELLINIEsta lógica (capitalista), que se ha hecho dominante y universal, tiene,ha tenido, un efecto erosionante sobre la diferencia sexual, porque es unalógica que empuja contra la castración.El amor, por el contrario, es una cobertura, un alivio, una terapéuticasobre la castración, pero la supone.El amor es un dispositivo que responde a la castración por medio desostener la diferencia.Dispositivo, frágil a veces, siempre a la intemperie del impulso al narcisismo,del empuje al Uno que es erosionante.El enamoramiento cubre, colorea, de allí la sensación de plenitud, deque, con el otro, nada falta.El amor es aquello que supone una elaboración de la diferencia, que nosupone borramiento.El amor por un lado y el empuje al uno por el otro.Pero el amor es una deflación del enamoramiento. Y supone una terapéuticaen tanto comporta una escena de negociación de la diferencia, esdecir, de la alteridad. No la destituye, sino induce a los sujetos y a negociar,a inventar irresolublemente la diferencia.Pero el consumo va en una dirección diferente de la del amor, pues delotro lado no hay un sujeto, sino un objeto.El consumo hace del deseo constituyente del sujeto una argamasa dedemanda.El consumo empuja al objeto tecno al lugar de la falta. El objeto tecnomantiene poco la pasión pero es sustituible. Una pantalla de cristal líquidocura de la última notebook caída.Y se puede llorar porque al vendedor se le terminó el último celular deMotorola, que no sólo habla, canta, sino saca fotos, filma y donde va, elmundo va con él.De allí la sustitución del duelo, como dispositivo social de procesamientode la pérdida, por el llame ya, y tendrá ahí, en el lugar de su desolación,una pizza, un psicofármaco o un robot sensible o esa almohada con brazo denovio para consuelo de solos y solas por nada más que 80 dólares.Y si hablamos ahora de realidades sexuales, así, en plural, en tantoefecto de esta erosión de la diferencia, ya que para el sujeto en su relación alOtro está mediatizado por el objeto y este objeto no es ni diferenciante nilocalizante. Sólo se puede acceder a él si se está dentro del mercado o sehace inaccesible, si no se tienen los medios.

PRESENTACIONES DE LA SEXUALIDAD EN LA CULTURA DE LA ÉPOCA33Por ello se puede decir que, en el psicoanálisis, recibimos lo que podemosllamar los heridos, las víctimas del superyo capitalista. Son los que nolograron entrar en los requisitos de felicidad, éxito, belleza, fuerza, energía,alegría, optimismo, competición, etcétera.Es la depresión la forma con que se denomina al dolor del fuera decompetencia, el mal del siglo.El llamado postfeminismoPero sobre la sexualidad se ha precipitado una explosión de la diferencia.Lo que está empujado, en forma bastante paradójica, por movimientosque se ubican como anticapitalistas a la vez que rechazan la diferenciasexual como elemento de la estructura del poder.Estos movimientos, postfeministas, sucedieron al feminismo, al cual acusaronde sólo querer invertir la estructura del poder sin erradicar la diferencia.Así lo plantea Monique Witting: “Pero cuando digo que hay que romperel contrato heterosexual en cuanto tal, designo al grupo humano ‘mujeres’.No entiendo sin embargo por ello que haya que romper el contratosocial en cuanto tal porque sería absurdo. Lo que debe romperse es elcontrato de heterosexualidad que forma parte implícitamente también sinduda alguna del contrato ideal de Rousseau” 3 .Las no diferenciaciones entre la paridad política, democrática y la disparidaddel no hay relación sexual, que el psicoanálisis permite articularLa lucha contra la segregación de las minorías llevó a feministas asuperponer la paridad de los derechos del hablante-ser con la disparidad delno hay correlación sexual.Eso que hace a una llamada pareja ser des-pareja, y que Lacan planteóen sus tablas de la sexuación, deja dos posiciones disyuntas.De ahí el amor como una negociación soportable de la alteridad.Para las posiciones feministas de los setenta, el empuje a la paridadsupuso entonces la reivindicación de la no diferencia.Es cuando se entrecruzan las posiciones de la democracia y del amor.La democracia remite a la igualdad de derechos; el amor, a la disparidadde las posiciones.El impulso a la igualdad en la justicia distributiva supuso para estasautoras la indiferencia posicional.El empuje a la igualdad confundiendo el dos votos de la escena de lademocracia con el dos votos de la escena amorosa.

34JORGE ZANGHELLINIFeministas argentinas: aportesEsta inestimable clasificación de Clara Coria 4 acerca de los hombrespone cada cosa en su lugar y cada hombre en una merecida casilla.1º tipo. Los demonios (u hombres verdaderos)Son los que creen que existen individuos superiores y que éstos tienenderecho sobre el resto para utilizarlos en su beneficio (mujeres, niños, pobres,negros, extranjeros, etc.).Estos hombres consideran que sus privilegios son naturales y están dispuestosa defenderlos a ultranza. Coherentes con ello, ponen obstáculos acualquier intento de independencia y de desarrollo por parte de sus esposas.Son los que establecen los roles sociales por diferencia biológica. Lasmujeres, identificadas con la ideología patriarcal, asumen con orgullo el rolde esposas y lo enarbolan como lo más jerarquizado de la esencia femenina.Y descargan sus prejuicios sobre otros grupos.Estas mujeres suelen volverse hacia sus maridos tan exigentes en demandade confort como ellos lo son con el cumplimiento de roles femeninos.Estos hombres condicionados a una vida de gran pobreza afectiva, que,al cabo de los años, no deja de aparecer en su balance vital (Dios loscastiga sin dudar…).2º tipo. Los hombres en purgatorioSon aquel tipo de varones que disfrutan de sus privilegios con toda naturalidadmientras las mujeres lo permiten, pero son capaces de ceder espacio,no sin forcejeos, cuando ellas, con firmeza, toman posesión de los suyosSuelen hacer gala de sensibilidad social y por lo tanto se oponen a laesclavitud.Estos hombres toleran con mayor o menor entereza los planteos de susmujeres y algunos hasta son capaces de cambiar después de una crisis (haybeneficio si cambian, ténganlo en la cuenta, señor…).3º tipo. Los ángelesSon los que detestan la esclavitud, necesitan la democracia para vivir.Creen que el amor es una experiencia que no da privilegios de posesión.

PRESENTACIONES DE LA SEXUALIDAD EN LA CULTURA DE LA ÉPOCA35Están atentos para nutrirse con los estímulos que provienen de aquellos queson diferentes, es decir, hasta las mismas mujeres.No necesitan andar exhibiendo su potencia y muestran sus debilidades.Estos hombres, en mi criterio (el de Clara Coria, claro), adquieren unairresistibilidad poco común, por el simple hecho de que son capaces deamar a una mujer sin reducirla a su condición de madre, de objeto o deesclava.Son personas que están dispuestas a perder sus privilegios para rescatarlos afectos, la ternura y el disfrute del cuerpo (para ellos, el cielo,aunque no hay muchos todavía…).La nominación de cada categoría corrió por mi cuenta.Pero es en esta última donde se transparenta: los ángeles todo ternura, elborramiento de la diferencia.Hombres y democracia no se llevan muy bien al parecer.Franco La Cecla sostiene que aun en el ámbito académico actual sequerría que se hablase de masculinidad pidiendo excusas o, mejor aún,declarando previamente con qué intenciones políticas se pretende hablarde ella.Basta por ejemplo el título de un ensayo 5 de Daniel Welzer-Lang, estudiosofrancés: el título es Para una aproximación pro-feminista no homófobaa los hombres y a lo masculino.Prevenido el hombre, y se ve que sabedor de los bueyes con los que ara…Este canallismo masculino puede reflejarse también en otra reconocidaautora argentina y platense para más datos, Ana María Fernández, que previene:“Los sentimientos amorosos que unen a un hombre y a una mujer sevan instituyendo en posiciones de poder que generalmente desfavorecen alas mujeres, en tanto los pactos y contratos que celebran los géneros serealizan entre actores no simétricos políticamente” y un poco más adelantesostiene: Para que el ideal amoroso se realice es necesaria la fragilizaciónde la subjetividad de las mujeres” 6 .Esta determinada enunciación se sostiene entonces en que el amor es unmito que pasiviza a la mujer en un posicionamiento de “ser de otro” endetrimento de un “ser en sí”.De allí que posición política y posición sexual sean una para las autoras, omás bien que la segunda está determinada por la primera. Tal como lo sostieneInés Castro 7 : el modelo de vínculo (amoroso) es dominador-dominada.

36JORGE ZANGHELLINISi la escena del amor es el lugar de la negociación de la diferencia, paraestas autoras, no hay nada que negociar pues ya supone que la diferencia esdominación.Y la salida sería la realización de un contrato paritario.Ahora bien, al contrato el capitalismo tardío lo generaliza allí en ellugar de la ley que desfallece.Lo que he llamado en algún momento, el Desvaído del Otro 8 .Cuando el sistema político ya no ordena formas de vida y normas jurídicasen un espacio determinado, sino que alberga una localización dislocanteque lo desborda.De allí, el contrato generalizado, que deja a cada cual orientado por suspropios medios de goce.El llamado postfeminismo, ya referido, se ha desarrollado sobre todo enpaíses tales como España, Italia, Estados Unidos.Fue Monique Witting quien al sostener su declaración “las lesbianas noson mujeres” planteó un recurso que permite combatir por medio de la desidentificaciónla exclusión de la identidad lesbiana como condición de posibilidadde la formación del sujeto político del feminismo moderno.Witting en One is not born a woman plantea:“El lesbianismo es el único concepto que conozco que va más allá de lascategorías de sexo (mujer u hombre), porque el sujeto designado (lesbiana)no es una mujer, ni económica, ni política, ni ideológicamente hablando.Porque lo que hace a una mujer es una relación social específica con elhombre, una relación que ha sido llamada servidumbre, una relación queimplica la obligación personal y física así como la económica (‘residenciaforzada’, servidumbre doméstica, obligaciones conyugales, producción ilimitadade niños, etc.); una relación a la que las lesbianas escapan negándosea devenir o ser heterosexuales”. Se subraya, entonces, que el fin del feminismosería la desaparición de las mujeres.Siguiendo este pensamiento, Beatriz Preciado 9 sostiene, contra la diferenciasexual: “No hay diferencia sexual, sino una multitud de diferencias,una transversalidad de las relaciones de poder, una diversidad de las potenciasde vida. Estas diferencias no son ‘representables’ dado que son ‘monstruosas’y ponen en cuestión por eso mismo no sólo los regímenes de representaciónpolítica sino también los sistemas de producción de saber científicode los ‘normales’”.Concluir en el estallido presente de la llamada sexualidad.

PRESENTACIONES DE LA SEXUALIDAD EN LA CULTURA DE LA ÉPOCA37“Ya no hay una base natural (‘mujer’, ‘gay’, etc.) que pueda legitimarla acción política. Lo que importa no es la ‘diferencia sexual’ o la ‘diferenciade l@s homosexuales’, sino las multitudes queer.Una multitud de cuerpos: cuerpos transgénero, hombres sin pene,bolleras lobo, ciborgs, femmes butchs, maricas lesbianas… La ‘multitudsexual’ aparece como el sujeto posible de la política queer”.Una noticia que fue relevante en septiembre del 2005, escuchada en unprograma de radio 10 y que dio lugar a un sinnúmero de comentarios en losdiversos medios.Dos mujeres de Córdoba eran madres de una niña. Hablaba una. Elladecía: somos dos las madres y las dos, padres. No hay ninguna diferencia.las dos llevamos al hijo en el interior. (Una había intentado y no habíaquedado embarazada y en la otra fue exitoso), pero afirmaban que las doshabían llevado al hijo en su interior. Las dos madres sin diferencia de nada.Las dos ponemos las reglas igual.La diferencias están en las instituciones. Para la ley, la única madre esla otra, que en el reportaje no hablaba.La diferencia es del Otro. Nosotras no tenemos diferencias. La diferenciaestá puesta por la ley del Otro y es absurdo.Luego, cuando se le preguntó el nombre de la niña, la mujer dijo: Sellama Daniel. Ah, es un varón, dijo el periodista. No, es una nena que sellama Daniel. Ah, Danielle, trató de tranquilizarse el interlocutor. Sí, Daniel,Danielle, como quieras…, le contestó.Esta embestida contra la diferencia no proviene sólo de la lógica capitalista,por lo menos, no sólo de los que son abanderados del consumo, sino degrupos que se denominan y se ubican como contestatarios.Ponen en el Otro de la ley la diferencia como autoritaria y aplastante.El memerismoSin duda es la lógica capitalista la que llevó a la creación de los memes.Que nos dará cuenta de que la música que a veces nos resuena en lacabeza no guarda sentido ni significación, sino que son debidos a memesdominantes.El neologismo memes fue creado por Richard Dawkins 11 por su semejanzafonética al término genes (introducido en 1909 por Wilhelm Johannsen paradesignar las unidades mínimas de transmisión de herencia biológica) y, porotra parte, para señalar la similitud de su raíz con memoria y mímesis. Según

38JORGE ZANGHELLINIDawkins, nuestra naturaleza biológica se constituye a partir de la informacióngenética articulada en genes, y nuestra cultura se constituye por la informaciónacumulada en nuestra memoria y captada generalmente por imitación (mímesis),por enseñanza o por asimilación, que se articula en memes.Una tonada que está en un cerebro y puede “infectar” otro es precisamenteun mem.No es evidente, pero algunos memes son más infecciosos que otros porsus propiedades inherentes para ser copiados de cerebro en cerebro y, así, elmundo será invadido por ellos, que son los que sobrevivirán en una cultura.Por lo tanto, los tangos, que parecen tener potencia memérica, sobreviven enlos cerebros e infectan otros por razones de pura efectividad parasitaria; deallí lo que podemos denominar la ecuación gen es al hardware como el memes al software.De este estado de cosas se deduce una “terapia”, ya que sólo se trata deabandonar la idea de un inconsciente y las decisiones se tomarán solas comoproducto de la historia genética y memética en un medio dado.La invasión de memes hacen absurda a la responsabilidad, y los avataresdel deseo, que corroen las buenas intenciones, pierden su dimensióninconsciente y tramada.Se será más o menos sensible a algunos memes que a otros y se explicarápor las razones genéticas correspondientes.El memérico ha constatado que la moderna sexualidad está casi enteramentedeterminada por complejos de memes y no de genes.Lo real del Otro sexo se apacigua cuando los enjambres de memesirresponzabilizan al entrar sin pedir el acuerdo del dueño de casa.El viejo y querido conde Drácula se asomaba en la ventana para mostrarsus inyectados ojos de sangre a través del vidrio, pero era necesario elacuerdo, la decisión del propio sujeto para que entrara a realizar su eternizantemordedura.Pero los memes, no. Y ello da la razón de las multitudes sexuales, deacuerdo a qué memes son dominantes en tu alma.Perdón, ¿qué escribí, Alma? Es una vetustez, un rezago de los tiempos.¿El alma no era responsable?Los fundamentalistas del capitalismo han encontrado la doctrina a laaltura del mercado.Y las presentaciones sexuales de la época, la teoría que permite darcuenta de la multiplicidad.

PRESENTACIONES DE LA SEXUALIDAD EN LA CULTURA DE LA ÉPOCA39Las multitudes queer y los memes hacen maridaje, con perdón de lapalabra y sin ánimo de ofender… no vaya a creer.Es que transportan la elección sexual a aquello que lleva al sujeto ahacer deriva por sus medios de goce.Y es ahí justamente donde el amor, esa formación del inconsciente,hace obstáculo.Nos decía Colette Soler 12 (en su presentación de 2004 en la Cámara deDiputados de La Plata): “Es verdad que ahora hablamos de nuestro goce entérmino de acumulación, de concurrencia, de comparación y de gestión; nofue siempre así, es por eso que ahora escuchamos a un sujeto decir ‘nologro gestionar mis amores’, ‘no logro gestionar mis relaciones con loshombres’. Por supuesto: el inconsciente es el que presenta alguna pequeñadificultad para la gestión de los amores”.Política del psicoanálisisCon ello apunto a qué del psicoanálisis con las presentaciones sexualesde la época.Hurgar la diferencia allí donde se trate. En la escena de la clínica perotambién en la escena de la cultura.La embestida actual contra el psicoanálisis no es simplemente una conspiraciónde los laboratorios que hacen de los psicofármacos el negocio másformidable ni tampoco el empuje cognitivista para hacerse lugar en el mercadoy que tan bien les va en otros lugares del mundo. Ni tampoco lamilitancia incendiaria de feministas y neofeministas que luchan contra elmacho patrón.Es que la cultura capitalista, en sus núcleos fundamentalistas, rechazanel inconsciente.Lo que es capitalizable son los memes, que no es otra cosa que nominarlas partículas gozantes, y desprenderlas de todo procesamiento simbólico.De allí la referencia a la liquidez de las relaciones de las que hacenombre Baumann 13 .La relación de pareja no es más que una coalición de intereses confluentes.La moderna racionalidad líquida ve opresión en los compromisosduraderos.Las ataduras y los lazos vuelven impuras las relaciones humanas.Por ello otra respuesta de la época la constituyen los échangistes(intercambiadores) de parejas (échange: donar y recibir cosas semejantes).

40JORGE ZANGHELLINIVentajas del échangisme: ninguno de los échangistes es traicionado, losintereses de nadie se ven amenazados y todos son participantes. El ménàge aquatre está a salvo de las pestes.Las prácticas sexuales no son el sexo, las prácticas sexuales no sonidentificantes.Si en la época se produjo una fuerte conmoción tomando la forma de lossexos multitud, es en tanto los derechos a reinvidicar a cada uno su prácticade goce es funcional a la estructura del mercado capitalista, porque lasprácticas de goce son comercializables, hacen combo. La cuestión pasa porsu nominación de mercado.El DSMIV representa lo que quiero decir en cuanto a encontrar unnombre de lo que ya está determinado por su respuesta comercial.Encuentre en el catálogo sus preferencias, clickquee y dispóngase agozar. Aceptamos tarjetas de crédito.Es en ello que confluyen los iconoclastas de las multitudes queer con elimpulso contra la castración propio del capitalismo.La apuesta del psicoanálisis va en un sentido contrario.Por el lado de la disconformidad producida en los heridos del superyócapitalista.El síntoma es la verdad del goce singular, ese que no va por la vía de losgoce conformes.Y el psicoanálisis opera en contra de las finalidades del discurso capitalistaque va así a la singularidad del analizante.De ahí a sostener una localización.El amor es la terapéutica más antigua respecto al dolor de la castración.Pero eso supone que la aplaca, diría Lacan, juega de suplente de lo que no hay.Pero el amor que enlaza el síntoma al lazo social no es otra cosa que elunamor, es lo que pone en relación dos sujetos.Ni el amor exaltado que busca el Uno y ni el amor de la erotomanía.Ni tampoco el llamado apego romántico (nominación que remite aPoxipol) de las investigaciones in-vitro, del cognitivismo universitario.El unamor es el dispositivo por el cual se negocian los avatares de ladiferencia sexual.El unamor no segrega ni maricas lesbianas, ni bolleras, ni tampocoardientes feministas.

PRESENTACIONES DE LA SEXUALIDAD EN LA CULTURA DE LA ÉPOCA41El unamor, como investigación acerca de la diferencia, es siempre hétero,y lo único y exclusivamente homosexual es el autogoce.De esta proposición es por donde extraer el sesgo (y sacar sus consecuencias),que dirija a la política de los psicoanalistas respecto a las presentacionesde la sexualidad en la cultura de la época.Foro Psicoanalítico de La PlataCitas1Debord, Guy, La sociedad del espectáculo. Versión digital.2La Cecla, Franco, Machos, sin ánimo de ofender, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 2004.3Witting, Monique, El contrato heterosexual (versión digital).4Coria, Clara, El Amor no es como nos contaron…, ni como lo inventamos, Paidós,Buenos Aires, 2001.5Referencia en el libro de La Cecla antes citado.6Fernández, Ana María, La mujer de la ilusión, Paidós, Buenos Aires, 1993.7Castro, Inés, La pareja actual: Transición y cambios, Lugar Editorial, Buenos Aires,2004.8El desvaído capitalista del Otro. Conferencia en las VI jornadas de Formaçoes cliniçasdo campo lacaniano, noviembre 2004, Río de Janeiro, inédita en español.9Preciado, Beatriz, Multitudes queer. Notas para una política de los “anormales”Revista Multitudes, Nº 12, París, 2003.10Radio Mitre, “Vitamina G”, de Jorge Guinsburg.11De Wikipedia, la enciclopedia libre.12Soler, Colette, El anticapitalismo del acto psicoanalítico. Inédito. Conferencia dada el19 de julio de 2004, organizada por el Foro Psicoanalítico de La Plata.13Baumann, Sygmunt, El amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos,Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2005.

Las realidades sexuales en las neurosisy las psicosisBeno Paz1. Introducción1.1. El tema a tratarHay realidades propias en los neuróticos y en los psicóticos. Dichasrealidades son sexuales. Pero cómo se puede hablar de realidades sexuales.En psicoanálisis comprendemos el sexo como un juego de oposicionesque conforma un sistema binario, del tipo “sí-no”. Adherimos así a unacomprensión del universo desde la cual, tempranamente, la investigaciónfreudiana 1 puso de relieve que sobre el juego de las alternancias surge lavaloración de la presencia de pene, como referencia corporal de la capacidadactiva.Si bien Freud muestra que esta primera percepción de lo diferente producela disposición de lo femenino y lo masculino y el lugar del sujeto alrespecto, sostiene que el ser activo no depende exclusivamente de la posesiónde pene. Lo cual quiere decir que la conformación anatómica no es loque determina el sexo. El sexo es algo que está en ese más allá del cuerpo,que es la posición del sujeto relativa a las diferencias y al tener o no tener. Elpene es la sustancia referencial primera, en todo caso; como otros elementossucedáneos, que luego cobran una valoración positiva (fálica) acorde a loscánones culturales.Entonces, si reconocemos al neurótico en el pasaje por los momentoslógicos de su constitución, advertimos que la lectura que él hace de todos losfenómenos de su entorno encuentra el orden en sus propias posiciones relativasal falo, hasta la subordinación de todas las parcialidades subsistentes enla organización definitiva. Siendo la clave organizativa la preservación delelemento fálico o su reclamo, resulta que así como el conocimiento (de larealidad) es paranoico, su factura, el metaconocimiento, es narcisista.Si en las neurosis la cuestión es tener o no tener, el psicótico no adolecede la falta en ser sino de la falta de ser. La búsqueda de su dasein por el

44BENO PAZdelirio construye la realidad en la paranoia. Pero la realidad del esquizofrénicono es sexual, en igual sentido.Al depender de las relaciones lineales con las cosas y carecer de lacapacidad creadora del delirio y de la fantasía neurótica, en la esquizofreniano puede hablarse de un ser, propiamente, pero sí de una ubicación en elmundo de la cosas, que se puede perder con los cambios del contexto ya queno conserva posiciones dialécticas históricas, precisamente a falta del elementoorganizador que la paranoia recupera en la metáfora delirante.1.2. El estado de situaciónNuestra situación con respecto al planteo de la realidad sexual merecealgunos comentarios previos a su tratamiento. Revistemos cuál es el avancede los conocimientos teóricos y empíricos con los que contamos. Contamoscon la teoría psicoanalítica, sus antecedentes, sus diversas corrientes y susdominancias escolásticas actuales, solidarias a las dominancias discursivasactivas en la región. En el ámbito clínico también contamos con una psiquiatríacon divergentes corrientes internas y divorciada de la cuestión del ser,que –aunque ya con cierto pudor– funda los principios de su eficacia en unorganicismo puro. Sin perjuicio de ello, el medicamento es un imprescindiblemedio de contención del delirio, cuando éste se presenta como juiciodisfuncional, y otras veces resulta muy conveniente su uso para amenguar elsufrimiento en los límites fantasmáticos causantes de las crisis neuróticas.En cuanto a la captación empírica de los fenómenos que se nos presentan,tenemos lo que puede tomar nuestra observación, ya predispuesta porlas teorías que se empleen. Sobre los supuestos a priori se ha dicho bastante.Pero en lo particular de nuestra práctica hay que destacar una fuente deapriorismos que genera problemas cruciales:• La incoherencia entre las distintas disciplinas y sus diferentes escuelas,desde sus presupuestos hasta sus conclusiones; sobre la causalidad y losobjetivos y métodos terapéuticos.Mi enfoque teórico es singularmente lacaniano. Aquello que singularmentetomo de Lacan es lo que los lacanianos singularmente no toman: laformalización.Las incontables citas a los modelos y métodos científicos y el uso de laanalogía en Lacan causan perplejidad cuando se deniegan esas referencias yaun se pretende la comprensión y el uso clínico de las conclusiones que enellas se basan.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS45Las observaciones del propio Lacan sobre este tratamiento de su enseñanzaalcanzan, según creo, el estatuto de una sanción ética 2 .1. 3. El objeto a estudiarAsí, “la realidades sexuales” es un objeto de estudio construido pornuestra concepción teórica y sus verificaciones empíricas, dentro del contextogeneral considerado en este breve resumen de la situación. Así, entendemosa la realidad como el modo particular de cada sujeto de entender almundo y su relación con él. El algoritmo NP/DM es la ecuación cuyo producto,el rasgo unario, entra al campo significante y de esa operación surgenlas relaciones de significación que forman lo que el sujeto concibe comorealidad.De la perversión, puede decirse que su estructura específica –de ahíentonces también su realidad– es algo a precisar, pero no lo abordaremosaquí. Sólo diremos que la renegación, como desestimación, no es el desconocimientode un significante ordenador, como una forma de forclusión, ni esuna negación, sino la homologación, la equiparación del nombre del padrecon el conjunto de los significantes. De ahí que la ecuación, el formalismo,que represente a la perversión tiene que ser específico y así, en consecuencia,la realidad del perverso.1.4. El planteo del problemaDesde mi punto de vista, por desatender a las formalizaciones, la construcciónde la realidad constituye un problema a nivel teórico, y forzosamentetambién a nivel clínico. Ciertamente, por ejemplo, si no sabemos a quéresponde la realidad del psicótico, cómo asumir la función de “secretario delalienado”.La construcción de la realidad es un problema lejos de estar resueltoentre nosotros. Si con el conjunto de conocimientos y técnicas de que disponemos,la solución no es evidente, entonces el problema requiere un proyectode investigación. Ésta es, según U. Eco 3 , la tarea a emprender, que sepretende dejar señalada aquí.1.5. Las preguntasLas preguntas que puedo hacer sobre las realidades sexuales están determinadaspor el enfoque formalista lacaniano, que parte del planteo freudiano

46BENO PAZde una construcción de la realidad que en las neurosis se cimienta en premisasdiferentes que en las psicosis.El elemento faltante en las psicosis es el llamado “nombre del padre”.Operador lógico indispensable en las neurosis. Hasta aquí sabemos. Es conocimientodisponible 4 . Ahora, la pregunta es por el funcionamiento del formalismodel sujeto, el algoritmo fundamental NP/DM.2. La relativa realidad de los neuróticos“En realidad, el psicoanálisis es un método deinvestigación, un instrumento neutral, como lo es,por ejemplo, el cálculo infinitesimal”. 52.1. El algoritmo y el campo operatorio del lenguajeA fin de precisar la particularidad de la estructura 6 del sujeto, tanto enlas neurosis como en las psicosis, partimos en este trabajo del operadorfundamental, que se ha llamado un tanto equívocamente “el nombre delpadre”, a causa de desdeñar la mayor riqueza expresiva que en la ocasiónofrece la lengua española, que posee la palabra “apellido”.El algoritmo es un método de resolución de cálculo, que se reitera enotro proceso de cálculo mayor o más complejo. Es decir que constituye en síun mecanismo automático recursivo, que se reitera siempre, como un canon.Su producto es el rasgo (rasgo unario) que actúa en el S 2.Al S 2lo podemos definir, operacionalmente, como un campo en el cualse presentan problemas complejos. Es decir, operaciones en las que intervienenvarios operadores. Esto es, el campo operatorio del lenguaje. Un campodefinido por una relación reglada –eso indica el vel (♦) de la fórmula delfantasma (S/♦ a).El significante NP es el operador que, metaforizando al deseo materno(DM), pasa al sujeto-hijo, otorgándole la designación primordialde su sí mismo.“Metaforizar al deseo materno”, quiere decir que le otorga una expresiónposible, lo hace pensable, le da una materialidad que puede ser captadapor otros. De otro modo, el deseo es una indeterminación.En un ejemplo muy sencillo podemos decir que vamos a compartir conunos amigos una pizza cortada en octavas partes. Pero, hasta que no seresuelva cuántas octavas partes quiere cada uno, no se puede repartir la

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS47pizza. Cortar en ocho partes es una disposición que se materializa cuando sedice cuántas de esas partes se toman. Pero siguiendo el ejemplo –que no estan simple, precisamente por lo que sigue–, la decisión de cuántas partestoma cada uno debe ser convenida entre todos. Ése es el lugar del orden dela cultura del cual el NP representará en cada caso una versión aplicada.El Otro aparece así, por efecto de la combinatoria, para dar un orden almundo y una ubicación en él al sujeto, que así encuentra el sentido de ser.Habla el sujeto entonces; hace uso de la palabra desde esa posición. Y, porsupuesto, cree en lo que piensa. Y cree que es él quien piensa, con unpensamiento original.La primera operación del analista es hacer lugar, incluso provocar, a larepresentación –la puesta en acto– de la estructura algorítmica del sujeto.Como hace el maestro zen, invocado por Lacan al comienzo del Seminario I,el analista dice algo, o hace un gesto cualquiera, hasta involuntario tal vez, yeso es una señal para el otro que viene a la consulta. Entonces se pronunciael sujeto, operando con su rasgo, comprendiendo esa realidad, ese estar conel analista, según su fantasma. Así podemos saber quién ha venido a vernosen verdad; quién es nuestro consultante, en términos de la estructura que estáencarnada.Como ecuación, el algoritmo dará en cada caso que se presente el sujetoante los demás, su singularidad, su rasgo, rasgo unario, que al ser reconocido,al ser nombrado, es designado como su nombre propio (S 1).En Husserl podemos encontrar un antecedente en “la intencionalidad”,que no guarda relación con la voluntad, sino que señala la modalidad, latendencia conductual. Se describe como “un ir hacia” de la conciencia. Deun modo más extenso se refiere a lo mismo el “ir en camino” de Heidegger.En todos los casos, hay que observar la coincidencia de los autores en quehay una matriz original que signa el destino. De eso se trata: cómo esamatriz, ese block maravilloso, emite una señal discreta, una constante.Entonces, como habíamos dicho, si existe algoritmo, hay rasgo unario.Luego, hay un campo operatorio (donde ese rasgo puede operar) constituídopor todos los significantes con los que el rasgo unario puede combinarse, detal modo, que los sujetos quedan representados por su rasgo, vuelto nombrepropio (S 1) al ser interpretado por los otros sujetos, en el campo donde seproducen las operaciones.Así, el sujeto (S barrada: S) / establece relaciones funcionales, esto es,acorde a su modalidad y a su capacidad operatoria (♦), con su objeto (a).

48BENO PAZEntonces podemos contar ya con las siguientes fórmulas:{NP/DM = S 1; S ♦ a / ∃ S 2}La “E” dada vuelta (∃) significa: existe. La barra (/) se lee: tal que…Pero ocurre que las funciones matemáticas no son absolutas, no puedencubrir todos los valores. Lo mismo ocurre con la función sujeto, tal comopuede observarse en las rupturas de su discurso. Entonces, en el punto dondese discontinúa la ƒ (S 1) no hay capacidad operatoria del fantasma. Es ahídonde la angustia anuncia los confines del ser. Como se dice en matemáticas,no hay “imagen”.Luego, volver funcional el pensamiento del sujeto, pese a su discontinuidad,es un requerimiento insoslayable de lo existente, pues éste no puedepensarse sino en su ser siendo. En destacar esta necesidad extrema radica elmérito mayor de la Verneinung de Freud, dice Jean Hyppolite 7 .Hasta aquí, para decir lo que dijimos, fue necesario primero partir de unaafirmación trascendente, que es que un discurso y una función se construyenidénticamente. Es decir, que se pueden comprender idénticamente. Esto espostular la identidad estructural 8 entre el discurso y la función trigonométrica.Según este principio, principalísimo en toda teoría moderna, una relaciónlógica puede tomarse de los elementos que se constituyan como aptospara la combinatoria que presupone. Siendo así, los efectos de este procesosólo se hacen observables en las transformaciones que imponen a la materialidadtomada. Luego, puede el observador creer que el fenómeno es exclusivamentecausado por la naturaleza de la materia en juego. Pero confundiríala realidad de los hechos con la verdad de la estructura.Para entender lo que venimos desarrollando hay un requisito anteriorque se hace imprescindible, que es tomar el número, no en su aspecto aritmético,como cuantificador, sino como unidad combinatoria. No es algo nuevo:a los pitagóricos se les debe la distinción entre la aritmética como ciencia oteoría de los números y la logística como arte o práctica de cálculo, separandonetamente los números abstractos, esencia de las cosas, de las cantidadesconcretas, que el hombre maneja en sus transacciones comerciales y en losmenesteres ordinarios de la vida 9 .Ahora podemos intentar una nueva definición, diciendo que el sujeto delinconsciente –el sujeto del enfoque combinatorio que implementa Lacanpara el psicoanálisis– es el sujeto de las transformaciones estructurales quese presentan por la palabra. Aquellas determinadas por las modulaciones del/

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS49algoritmo que le es propio: una combinación definida –y única– de símbolosoperatorios. Abstracción, concepto, que se puede representar en una fórmula,que sería la fórmula de las transformaciones míticas, como dice Lacan en Elmito individual del neurótico, cuando se refiere a la trama de sentido quealoja al hombre de las ratas.A causa de su adhesión a este enfoque combinatorio, que surge a finesdel siglo XIX, el célebre paciente del manicomio de Halle, George Cantor,fue acusado por sus colegas de expresar –como él mismo decía– conceptosgenerales que surgen de la abstracción como facultad activa del pensamiento.Pero sus detractores agregaban a eso: “…inaceptables desde el punto devista lógico (…) elementos espurios y fantasmas metafísicos que la cienciarechaza” 10 .La evolución desde las primeras intuiciones hasta la formalización de lateoría combinatoria que Lacan aplica, es larga y es por cierto una historia deresistencias reaccionarias. Pero nuestra concepción de las relaciones de oposiciónque determinan la emergencia del significante como tal, del objeto,estaba ya en ciernes en el método exhaustivo de Arquímedes 11 .Aquello que, por oposición con los significantes primordiales, no fuerasostenido por el Otro, es lo que no entra en la conversación. Queda entoncespor fuera, en el sentido de lo inconsciente. Allí, la discontinuidad discursiva–el lapsus, el olvido– es el efecto de esta incapacidad relativa del fantasma.Pero la fuga de un significante no es lo inconsciente en sí. Es sólo elhueco, el agujero, en el ámbito de las representaciones. El saber consecuentementeimposible de saber, para el sujeto, eso es lo inconsciente. La verdaddel inconsciente es que hay un saber que él no puede saber 12 . Ese saber, porlo tanto, no participa en su realidad.¿Pero a qué nivel debemos situar el “agujero”, “el hueco”, la falta desaber, aquello que la antigua ciencia griega llamó discontinuidad? y ¿a quénivel el saber que no se sabe? Al nivel de la enunciación, del uso de lapalabra, evidentemente, hay un agujero, un hueco, un saber faltante, dondedebería estar, por ejemplo: Signorelli.Esa falta o agujero en el habla, dijimos que es lógicamente idéntica a ladiscontinuidad de una función matemática. Ya se trate de una combinatoriaalgebraica o de un fantasma, en ese punto, no hay valor notable. Lo cual noquiere decir que no haya saber, sino que no se alcanza desde esa combinatoriade símbolos. Parafraseando la antológica expresión de Masotta, podemosahora decir que no hay un saber que el sujeto pueda saber… ¡pues sufantasma no lo construye!

50BENO PAZUn breve ejemplo ilustrará. Al fin de una sesión, una analizante me pideque baje a abrir la puerta de calle para que ella pudiera irse. El pedido esacorde a la circunstancia, no hay nada que analizar allí. Pero sí en la formaen que me lo pide. Ella dice: ¿Querés bajar a abrirme? Pero no se trata de siyo quiero. Ella necesita que yo le abra, si no, no puede salir. No, no quiero,le dije. Así, una y dos o tres veces, hasta que, ella, alterada, me pidió que ladejara salir. Entonces, sólo entonces, accedí.Me doy cuenta de que la situación conlleva algo de absurdo. Pero teníasu pertinencia negarse porque estaba mal planteado el pedido: comprendíasu necesidad como un deseo del otro.Este ejemplo aporta a entender el problema de la construcción de sentido,no ya en un lapsus o en un olvido, donde es más obvio y estamos másacostumbrados a leer las formaciones del inconsciente, sino a causa de laposición del sujeto: el fantasma comprende la situación desde su concepcióndel mundo, que es una perspectiva. Eso arruina matrimonios.Es en razón del algoritmo del sujeto que ciertos elementos sean directamenteaccesibles para la conciencia. Aunque, por cierto, el S 1, recorre el S 2buscando un objeto que sólo por semblanza puede estar ilusoriamente en ellugar “a”.Esto nos permite una rápida aproximación a los tres registros de larealidad en la palabra: Lo imaginario es el nivel de los ilusorios encuentrosque ofrece a la imaginación el efecto de las combinatorias significantes. Losimbólico está dado por la relación entre los símbolos mismos. Lo real es loque queda fuera del campo operatorio cubierto por el alcance del fantasma.En suma, la verdad del inconsciente es, pues, como dijimos, que no haysaber, que el sujeto pueda saber, si su S 1no lo puede captar.2.2. La lógica de la significaciónDesde la perspectiva del enfoque combinatorio, lo real es lo no operablepor la ley del significante.En Martín Heidegger 13 encontramos la lógica de ese ser que va siendoconforme su origen –para Heidegger, la precomprensión originaria–, y quedejará de ser, algún día, cuando se cumpla su tiempo vital. Y que, mientrastanto va siendo, en su travesía se distingue la secuencia de sus encuentrosaparentes –imaginarios– en el mundo que diseña su fantasma sobre los símbolosque le son propicios a su ley de relación.Así entonces, aquello que hoy es real mañana puede dejar de serlo. Enesa lógica del devenir del ser, es posible.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS51Pero antes que un consecuente nuevo modo de ser, si bien hay variacionesde goce, sabemos que Freud verificó la compulsión a la repetición másallá del principio del placer. Pues el sujeto está hecho de eso que se repite.De esa señal que emite su matriz.Eso, que se repite, es el producto del algoritmo fundamental del sujeto.Valor sujeto que no deja de insistir, y hace que otro modo de ser no seinscriba, que resulte informulable precisamente porque la fórmula del fantasma,en su limitado alcance, no puede hacer una afirmación y sostener sucontraria. No puede sostener simultáneamente (hacer coexistir) una alternativaexcluyente. Ahí está el principio de Arquímedes, en el origen mismo detodo el problema del significante: p → q (si p entonces no q) sólo una de lasposibilidades tiene representación en el ámbito de la palabra consciente: obien p, o bien q.Contra este límite de la realidad neurótica que se impone por la lógicade las leyes de la naturaleza terrestre, sólo existe el recurso de los sueños. Elsueño puede soslayar el tiempo en su concepción clásica, al cual se atiendeen la vigilia, y reunir en una conversación al soñante con su padre ya fallecido.El sueño puede contener relaciones cuya presentación en el pensamientode vigilia no se autorizaría, dice Freud 14 , y “realizar” un encuentro imposiblebajo las leyes que rigen durante la vigilia.Durante la vigilia, cuando uno cree que está despierto, como dice Lacan,lo que hace el fantasma es transferir los términos de la relación con lasfiguras parentales primarias a las relaciones actuales. Es así como los maridosresultan ser los verdaderos herederos del complejo de Edipo de la mujer.Y viceversa, por cierto.Volviendo a nuestro ejemplo, se trata de dos eventos que en la concepciónclásica del tiempo resultan mutuamente excluyentes. Para decirlo en elesquema lógico p → q, podemos expresarlo así:Si quieres hablar con tu padre (p) → puede ser (q) pues aquí estápresente (sueño).Si quieres hablar con tu padre (p) → no puede ser (q) pues ha muerto(vigilia).Pero atendamos bien al alcance “realizador” del sueño. En el ejemplo dela conversación entre una persona viva y otra hace tiempo fallecida, lo quese ha logrado durante el dormir es prescindir de la variable tiempo en suconcepción clásica, newtoniana, según la cual hay un ayer, un hoy y unmañana –conforme gira la Tierra en torno al Sol siguiendo el orden naturaldel universo–, y los hechos se suceden cronológicamente.

52BENO PAZEntonces, si el padre del soñante ha muerto, y entre ambos han quedadoasuntos pendientes, el sueño le brinda la posibilidad de volverlo a encontrarcara a cara. Ahí hay un deseo cumplido. Pero de ningún modo el sueño tienerecursos como para hacer que el padre, por esa vía llegado al encuentro consu hijo, le diga a éste lo que nunca le ha dicho. Eso está más allá del alcancede la función del sueño. No radica en eso el cumplimiento del deseo. Nopuede el sueño instituir una realidad al margen del orden de las relacionesprimarias.Lo que el sueño puede hacer es dejar de lado las coordenadas del marcode referencia de la realidad concreta y mezclar así tiempos y lugares. Entodo caso, si Freud llamó al sueño la vía regia de entrada al inconsciente, esjustamente porque el sueño construye su escena con lo que es esencial delsujeto: sus relaciones de significación con el Otro.Estudiemos el nuevo planteo de la cuestión del tiempo, considerado porLacan, atendiendo –como lo hace la física relativista de Einstein 15 – a que larealidad es según el marco de referencia subjetivo.Lo sorprendentemente nuevo fue que Einstein, por distintas vías perosimultáneamente con Freud, probara la validez universal de la retórica formal,como la llamara Peirce. Esto es, que los símbolos y aquello que éstos representanquedan determinados por las proposiciones admitidas por las mentesque piensan tanto a los objetos como a los sistemas de representación pormedio de los cuales los evocan y los convierten en un hecho de la conciencia.La construcción de un marco de referencia clásico, o concreto, paranosotros que nos hemos formado en el clasicismo, es sencillo de entender, ytiene múltiples usos. El reloj es una referencia concreta. El metro o la regla,es otra. Son referencias del mundo concreto. Y si se combinan reloj y regla osea tiempo y espacio, se puede establecer la velocidad con que un automóvilo un tren se desplaza, durante un cierto tiempo, desde un punto a otro. Esascosas las vimos en la escuela secundaria porque se enseña física clásica. Noobstante, hay usos mucho más complejos que se aplican en todo tipo deestudios científicos.Claro que si nosotros psicoanalistas queremos valernos de la concepciónclásica del tiempo y del espacio, lo único que podemos hacer es sacar lacuenta de cuánto tardamos para ir a ver a nuestro analista, para lo cualnecesitamos conocer la distancia desde nuestra casa hasta su consultorio y lavelocidad con que haremos el trayecto. Pero nada nos dice el tiempo clásicode cuán uniformemente acelerados debemos ir al analista después de discutircon nuestro cónyuge sobre la mensualidad que pasamos a nuestros hijos.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS53A nosotros nos interesan las relaciones de significación, que por efectodel lenguaje, no responden a la física clásica. Tomaremos de ejemplo otrosueño más que trata de un padre fallecido.Cuenta una analizante que sueña que se ha muerto su padre, y se dirige alvelatorio. Allí le sorprende que nadie ha concurrido, y algo confundida sequeda junto al féretro. Más tarde llega su hermano y ella le dice que noentiende cómo es que nadie se ha presentado a acompañarlos en tal circunstancia.El hermano le explica que en verdad el padre ha muerto hace treinta añosy que ya en aquel momento fue velado por amigos y parientes. Ella entoncesresponde con toda naturalidad: “Bueno, pero hoy se ha muerto otra vez”.Para las concepciones de la ciencia clásica, que estudiábamos en laescuela, obviamente, se trata de literatura fantástica, ya que nadie se mueredos veces. Pero para nosotros, otra vez, no es de la verdad de los hechos,sino de la verdad subjetiva que surge de las relaciones de significación quenos da exacta cuenta este sueño. Sucede que la analizante había resueltosepararse de su marido porque descubrió que le era infiel. Ella concluyóentonces que no quería sufrir como su madre a causa de que el maridosaliera con otras mujeres.Esto explica por qué en el sueño se homologan padre y marido. Es porla infidelidad. Ésa es la palabra puente, como las llamó Freud, por la cual sepasa de un contexto de significación a otro; estas palabras tienen la propiedadde tener un sentido en el contexto de la comunicación y otro en elcontexto del mensaje 16 .En el sueño el padre se muere dos veces. ¿Por qué? Porque al separarsedel marido, desgarrada por la traición, ella siente que este hombre ha muertopara ella. Está tan muerto como su padre, otro infiel. Y en verdad, al dar pormuerto al marido, ella, lo que hace es dar por muerto al padre, en el sentidodel complejo de Edipo; es decir, que ya no quiere hombres a su modelo.Ciertamente, alguien ha muerto dos veces. Pero no es ni el padre ni elmarido. Es un hombre ideal, idealmente infiel, a quien ella amaba.Resumiendo nuestras consideraciones sobre la estructura de la realidadneurótica, digamos que para que el ser llegue a ser, todo depende del algoritmofundamental –cuya fórmula hemos dado– y su conexión con el mundosignificante (S 2). Para poder ser, todo depende de esas palabras fundadorasque forman el algoritmo al que está consagrado el nuevo sujeto.Del algoritmo surge el rasgo fundamental por el cual se le reconocerá alsujeto por el que será su nombre propio, al que llamamos en el álgebra lacanianael S 1. Este significante define qué mundo habrá para que el sujeto pueda ser,

54BENO PAZpues es una herramienta de operar sobre el mundo y determina, por tanto, quémundo posible hay para el sujeto. Y en su accionar, esa herramienta es relativamenteeficaz, relativamente eficiente. Es decir, no lo puede todo. Y, además,su operación conlleva un costo nada despreciable, pues a fuerza de hacerposibles ciertas cosas, torna imposibles a otras. Pero no todo es culpa deArquímedes. El estudio del síntoma nos hará ver los laberintos por los cualesel orden primario, el goce, se abre camino forzando al sujeto.2.3. Las teorías antiguasLos antiguos ya tenían una teoría del inconsciente, aunque por supuestono la llamaban así. La teoría de la reminiscencia y la teoría de la metempsicosisexplican lo que tratamos de comprender nosotros: cómo es posible queel sujeto sea llevado por un saber que no sabe. Que no sabe que sabe. Ycómo es posible que eso se instale en él, y se valga de él sin escatimarlepostraciones y fatigas obligándole a vivir “su” realidad.En los enunciados primordiales dirigidos al sujeto –de los que Freuddestacó su inviolabilidad en “La pizarra mágica”– es donde debemos ubicarel nivel de la reminiscencia.La reminiscencia es el saber social histórico. En el diálogo sobre lavirtud 17 , Menón dice que no hay modo de aprender nada, ni sabiendo niignorando lo que se busca. Entonces Sócrates expone ante él las teorías de lareminiscencia, de la infinitud del alma y de la metempsicosis. Así podrásostener que lo que se sabe en la existencia actual no es más que uno de losmodos de lo que hoy podemos llamar la actualización del ser. 18La actualización es “lo que en la experiencia analítica denominamosintrusión del pasado en el presente”, dice Lacan 19 . Y como en su ejemplo deGribouille, el personaje que siempre intervenía de un modo inconveniente,dicha trasposición de relaciones primarias suele ser poco razonable, puespara imponerse, desecha buena parte de la realidad concreta presente e imponesu interpretación al saldo restante de los hechos.La metempsicosis es una teoría de la reencarnación, o de la transmigraciónde las almas, y que explicaba el dolor de existir en personas inocentescomo pago por faltas cometidas en vidas anteriores. La idea de la reencarnacióndifiere según los tiempos y las comunidades. En el mundo occidentalfue muy difundida durante los primeros siglos de la era cristiana. Creían enella los órficos, los pitagóricos, Empédocles y Platón. Herodoto atribuye laidea original a los egipcios.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS55Según la mitología griega, Perséfone (Proserpina) purificaba las almas desus pecados en la tierra durante un período de nueve años, en el que permanecíanen el reino de su esposo, Hades. Tras la cura, llevaba a las almas de nuevoa la tierra donde se encarnaban en “reyes y personas ilustres, rebosantes defuerza y sabiduría… héroes santos entre los demás hombres por los tiemposrestantes”. Este fragmento es probablemente de una obra de Píndaro, llamadaLos Trenos, a la cual hace referencia Sócrates en El Menón. 20“Y ocurre así –dice Sócrates– que siendo el alma inmortal, y habiendonacido muchas veces y habiendo visto tanto lo de aquí como lo del Hades ytodas las cosas, no hay nada que no tenga aprendido… Pues siendo, enefecto, la naturaleza entera homogénea, y habiendo aprendido todo el alma,nada impide que quien recuerda una sola cosa (y a esto llaman aprendizajelos hombres), descubra él mismo todas las demás, si es hombre valeroso y nose cansa de investigar. Porque el investigar y el aprender, por consiguiente,no son en absoluto otra cosa que reminiscencia” (la cursiva es mía).En ese momento del diálogo, Menón le pide a Sócrates que le enseñequé cosa es la reminiscencia. Obviamente, si Sócrates accede, contradice supropio argumento. Pero Sócrates no cae en la trampa, e introduce aquí lanovedad. Pide que sea traído un esclavo.–¿Es heleno y sabe el griego?Antes de iniciar la experiencia, Sócrates quiere dejar bien claro cuálesson los conocimientos del esclavo. Menón asegura que ha sido criado en sucasa y da fe de su instrucción. Ha de poder garantizarse, sin lugar a dudas,que no le ha sido impartida enseñanza alguna sobre el problema que se le vaa exponer para que lo resuelva, ni se le va a impartir ningún conocimientodurante la experiencia.Sócrates hará una pregunta sobre cálculo de áreas, que el esclavo contestaráequivocadamente. Sucede que, en lo inmediato y con sus instrumentos,que son la intuición y la experiencia, él no logra darse cuenta precisa dela relación de multiplicación que existe entre los lados de una figura respectodel área que la misma encierra. Sócrates se lo hará notar. El esclavo comprendeentonces su error, pero no alcanza a corregirse por sí mismo. Sinembargo, las siguientes preguntas de Sócrates, sin agregarle ningún conocimientonuevo, lo llevarán a la solución del problema. Al fin de la experienciaMenón no puede disimular que el esclavo ya sabía la respuesta, pero nosabía que la sabía.Sócrates ha logrado implicar al esclavo, como sujeto, al hacerle comprenderque su accionar sobre lo real del mundo sólo tenía sentido en el

56BENO PAZcampo imaginario de su interpretación del mundo, ya no real, sino convertidoen esa invención que llamamos realidad, y que cada uno defiende –lasuya– como única versión aceptable, o la más aceptable por lo menos, mientrasno sea forzado a reconocer su relatividad.Lo ha hecho desandar la armadura de su discurso creador de su realidad.Y esto, dice Sócrates, como también el Rvdo. Cusa, es mejor que ignorar laignorancia. Lo trascendente de la experiencia del cálculo de áreas es que hademostrado que somos hablados y no lo sabemos. A 2400 años de Sócrates¡y de Protágoras! pagamos honorarios para enterarnos de que somos determinadosa concebir una realidad. Y pagamos sólo –nunca antes– cuando esonos duele al punto de percibir nuestro propio fin del mundo. Porque “laspalabras fundadoras, que envuelven al sujeto, son todo aquello que lo haconstituido, sus padres, sus vecinos, toda la estructura de la comunidad, quelo han constituido no sólo como símbolo, sino en su ser”. 21Volviendo a nuestra concepción de una realidad que se va construyendosegún el universal de las categorías del pensamiento disponibles en cadamomento del desarrollo, signado por la interpretación de las diferenciassexuales, podemos decir ahora que para cada sujeto, y según los enunciadosprimordiales particulares, se irá dando un mundo para cada uno. Para elniño, entonces, al inicio, ha de ser una realidad que se chupa.Ese acto inaugural de la relación de un significante con otro es el primersuceso en el S 2.NP = S 1ƒ S 2→DMLo expresamos en términos de función matemática. En una primeraaproximación al uso del formalismo, digamos que ese cociente (NP/DM)quiere decir que el padre (por sus nombres), como elemento combinatorio, leda expresión al deseo materno, formando el complejo cuyo producto tieneaplicaciones en el campo simbólico, que no son otra cosa que actualizacionesde un pretérito mítico.Se puede relatar una historia, como El Edipo, o se puede ensayar unaformalización. Ambos son procedimientos para manejar símbolos operatorios.La ventaja, notoria, es que la formalización es un método mucho más precisoque el relato. Cuando se aprende a usarlo…Así podemos decir, por ejemplo, que entre el deseo de la madre y elsaber hacer del padre hay siempre “algo que cojea”. Ésa es una expresión deLacan. Pero Lacan le ha dado una base mucho más precisa a la lógica del

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS57amor expresándola en términos de no correlación. Y si no hay correlaciónen el amor, entonces deberíamos encontrar su expresión formal en las matemáticas.Tiene que haber una forma operacional, cuya sensualidad ya podemossospechar. Para los románticos incorregibles, Lacan la deja indicada enel Seminario XII 22 .3. El proceso de creación de las realidades sexuales en las psicosis“Todo no es más que ritmo; el destinodel hombre es un solo ritmo celeste, comotoda obra de arte es un ritmo único”. 23Uno de los datos más relevantes que pasaron de la psiquiatría a la nuevaconcepción psicoanalítica de las psicosis tal vez sea la idea del delirio como“delirio de relaciones”, de Wernicke. Todo indica, en la clínica que sostenemos,que la restitución delirante es restitución de la relación con el Otro,fundamentalmente.La construcción progresivamente más compleja del delirio se debe a unamultiplicación permanente del principio creativo de la creencia delirante. Enpalabras de Lacan 24 , es como la nervadura de la hoja que se reproduce en elramaje de todo el árbol. Es la forma diferenciada del elemento estructural,irreductible a todo lo que no sea ella misma 25 , que diera lugar al concepto defractal 26 .3.1. Las condiciones estructuralesReseñar el proceso de la construcción de la realidad en las psicosis nosconduce en primer lugar a reconocer el momento lógico en el que se fijan lascondiciones de estructura que las generan. Luego podemos revistar algunosde los hitos de su proceso e ilustrarnos con algunos fragmentos clínicos,finalmente, para verificar nuestras incipientes conclusiones. Mucho me temoque el espacio disponible no nos permita más que rápida panorámica.El niño es para los padres una posibilidad de compensaciones narcisistasy así es como toma su lugar en la estabilidad pulsional familiar. Pero en elestudio de las psicosis se advierten configuraciones primarias que son específicasen cuanto a que del niño no se espera nada, al punto que no entra enla relación dialéctica y concluye en una esquizofrenia, o bien, se espera quesea la imagen misma de lo que se desea, y esa captura sin mediaciones en lafunción llamada “deseo materno” es la que conduce a una paranoia.

58BENO PAZObsérvese que estamos hablando de “funciones”. No es un caprichomaterno ni cualquier desventura de la pareja lo que produce un hijo psicótico.No se trata de las vicisitudes más o menos dramáticas del lazo amoroso entrelos padres, sino de la especial condición de que tal lazo quede dominado porel narcisismo, es decir, por la introversión general de la libido, de tal modoque no hace lugar a la función “Nombre del padre”. No se trata tampoco deque “…el padre sea demasiado ‘boludo’, es algo que en sí mismo no es lacosa esencial”. 27Aquello que produce la disposición para las psicosis es la reducciónabsoluta de todas las aristas de la personalidad del otro a la sola lectura deuna imagen creada por el fantasma. Esta captura imaginaria, como se ladesigna en nuestra literatura, está siempre presente en el amor, pero como unfactor constitutivo y no como objetivo absoluto del lazo amoroso.Para decirlo una vez más, de un modo más clínico aunque a riesgo decaer en el reduccionismo, podemos expresar que en los lazos amorosos cadauno espera obtener del otro aquello que sea suficiente resarcimiento de lafalta en ser producida por el complejo de castración. En su defecto, en losfalsos lazos generados por la fascinación narcisista, hay un enamoramientode la propia imagen narcisista, en este caso irredenta, que vuelve comomensaje invertido del otro tomado como espejo (eje a-a del esquema Z 28 ).La crisis matrimoniales de las parejas neurotizantes, debidas a la evidenciaocasional de la incongruencia, de la mésalliance estructural, pone derelieve que había una negación de las condiciones de ser del otro que ahorase hacen evidentes contraviniendo el goce. Pero ese falso enlace de todosmodos ya ha regulado el vínculo como ley de la relación y alcanzó a loshijos. En cambio, en las familias psicotizantes, es verificable la falta deinterés en el sentido del amor, es decir, de la imaginaria complementación deuno en el otro.En el primer caso –del encuentro amoroso– tenemos que esperar laformación de la combinatoria NP/DM y sus consecuentes lógicos para laordenación del carácter neurótico Z → S 1(S 2), como lo hemos planteado.En el segundo caso –de la fascinación narcisista– debemos verificar unaestructura primaria diferente. Me he propuesto aventurar como hipótesis detrabajo la forma DM (a) para la paranoia, y DM (c) para la esquizofrenia.La primera forma indica la relación madre-objeto sin mediación de lafunción padre (NP). La segunda forma indica la relación madre-cosa 29 , en lacual tampoco hay mediación.La diferencia entre una y otra forma es el estatuto del hijo. Para decirlorápidamente, en el espacio de este trabajo, el objeto supone una cierta

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS59dialéctica. En cambio, el lugar de la cosa –DM (c)– define al esquizofrénico,aunque no es un “fuera de discurso” en el sentido absoluto. Porque él habla,si bien su modo de hablar no supone el uso de un sistema ordenado desímbolos, en el cual tenga reservados algunos para que le representen.De una manera mucho más restringida, él puede asumir la representaciónde un lugar en un espacio ordenado y funcionar allí como un elementoneutro, una cosa, que tiene relaciones con las demás cosas según las leyesque determinan ese espacio concreto.No se cumple en la esquizofrenia que un significante represente al sujetoante otro significante, no sólo porque a él no le están consagradossignificantes, sino porque no hay relación con el Otro, como siendo un otro.La idea de Wernicke es clara en este punto. Está tan abolida la relación, quepara el esquizofrénico, puede decirse que no hay inconsciente 30 , pues al nohaber afirmación primordial, no se organiza el aparato a ese nivel, el de laprimera tópica.El lenguaje de órgano 31 , a diferencia de lo que ocurre en la histeria o en lahipocondría del obsesivo, no es la representación del sujeto por el cuerpo, yaque no se ha generado una idea del cuerpo propio dentro del lenguaje y haquedado, el mismo individuo, como sustancia material, que aún tendrá problemaspara poder reconocer sus límites y entenderse separado de las demássustancias, pues a veces en el mundo concreto es normal que eso se confunda.En el lenguaje de órgano no hay un Otro al cual se remitan los dichossino que las palabras van de una cosa a otra cosa. Son palabras que, a faltade esa referencia fundamental, no tienen la organización de los dichos.Consecuentemente hay que tener en cuenta, a los efectos de su tratamiento,que no hay transferencia en la esquizofrenia 32 , pero existe la dimensiónde la confianza, que permite sostener una relación en la cual se logreayudar al esquizofrénico a sostener los espacios de estabilización concretosy actuales en los que él es capaz de moverse eficazmente. Es decir que haybeneficio en un tratamiento posible de la esquizofrenia.La confianza existe también en la relación con el neurótico. De hechono sólo es necesario suponer un saber a otro, además hay que estar confiadoen que ha de actuar en nuestro favor con ese saber. Toda la experienciacomún del ciudadano normal dice que eso no está garantizado y hay queverificarlo en cada ocasión. Pero la confianza o la desconfianza del neuróticopor ende supone ya una trama de relaciones subjetivas. No es así con elesquizofrénico, él confía en los movimientos que reconoce en cada elemento.El control remoto del televisor prende y apaga y cambia los canales,también sube y baja la voz. Se puede confiar en eso, que alguien haga lo quese espera. Algo que por otros motivos el neurótico también aprecia.

60BENO PAZ3.2. Los fenómenos elementales. La autorreferenciaLos primeros signos de las psicosis, los fenómenos elementales comolas alucinaciones y los automatismos, suelen ser desatendidos por el entornofamiliar o confundidos con síntomas diversos, tal vez provocados por elconsumo de tóxicos. No se comprende enseguida que ahí ha comenzado adesbaratarse una realidad. Como sabemos, las primeras alucinaciones son lasvisuales, luego se presentan las auditivas. A las alucinaciones auditivas labibliografía generalmente les reconoce una entidad mayor. Las visuales soncomunes en las crisis histéricas severas y, aunque menos frecuentes, puedenpresentarse en las neurosis obsesivas. Cuando se presentan juntos ambosfenómenos, suelen ser previos a los primeros esbozos de la función delirante,que comienza con un nuevo fenómeno, llamado autorreferencia, con elque comienza una nueva realidad.Hay que captar el sentido de lo que se dice, partiendo de la idea deactualización de los mitos primarios, ya que es su lógica la que impone alescenario actual su significación. En el contexto significante así comprendido,se define “elemento” como unidad o componente de la estructura, que,tomado dentro de su orden, tiene un sentido preciso. “La noción de elementono debe ser entendida de modo distinto que la de estructura, diferenciada,irreducible a todo lo que no sea ella misma”. 33 Pero fuera de ella, suelto, nosignifica nada.En este aspecto, hay que observar que la autorreferencia es ya un esbozo derelación que implica al sujeto, y en el cual siguiendo la concepción combinatoriapuede decirse que la nueva realidad del paranoico comienza a formarse, tras lacaída del orden del mundo. “Paranoia combinatoria” es una expresión de Freud 34 ,que mereció el siguiente comentario: “…Cuán fecundo podría haber sido estetérmino si se hubieran percatado de lo que estaban diciendo; efectivamente, elsecreto reside en la combinación de los fenómenos”. 353.3. Discontinuidades evitables y discontinuidades inevitables de la realidadSi algo es imposible de hacerse realidad, si una irrupción de lo real sepresenta en la neurosis, el mecanismo denegatorio se ocupa de adjetivarlo yde presentarlo a la conciencia como algo de lo ya pensado. Por lo cual, noaparecen discontinuidades inevitables en la realidad de los neuróticos. Siempretenemos una explicación, para casi todo.Por eso es que se puede decir, con cierta justicia, que la denegación es,en alguna medida, una locura en sí misma. Explica muy bien Erasmo 36 hasta

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS61qué punto fuerza todo el mundo las cosas para hacer valer su visión. Pascal,según cita de Lacan 37 , también dice que todos estamos locos. Apreciaciónque no escapa a la agudeza de los paranoicos. Pero una locura es necesariapara mantener el orden, y la otra (la psicosis) se define por la invención deun orden supletorio, restitutivo.Pese a la protección de la denegación, es posible que ciertas situacionesinfrecuentes, como descubrir un goce insospechado en el otro, unamuerte inesperada, alguna calamidad exterior o incluso un golpe de buenafortuna –que también hay que saber soportarlos– sorprendan a la capacidaddel fantasma neurótico de construir la realidad y entonces, como señaláramos,algunos fenómenos elementales, típicos de las psicosis, tengan lugar.Pero de ningún modo representan un peligro de discontinuidad inevitable.Cuanto más, el sujeto puede quedar transitoriamente fuera de juego, recluirse,apartarse socialmente, enfermarse, en fin, inventarse cualquier excusapara no tener que hablar fuera de juego, o quedarse perplejo hasta que poralguna vía logre restituir su propia locura.Más allá de las analogías parciales al nivel de la fenomenología, lacondición fundamental que caracteriza y diferencia a las estructuras es la leyque hay en juego en la relación. Si no se polariza la relación del sujeto enotro, si esto no ocurre, estamos en el campo de la psicosis, donde hay queesperar “los agujeros grandes”, las discontinuidades inevitables. El problemade la falta de relación dialéctica es que si no hay dos, dos polos, no se formauno, el sujeto. En cambio, en la neurosis, el sujeto se forma sobre la imagendel Otro. Las consecuencias son distintas según se trate. Repitamos:• De la polarización dialéctica en la neurosis deviene la falta en el ser, quees la discontinuidad evitable o el pequeño agujero.• De la falta de polarización en la psicosis deviene la falta del ser, que es ladiscontinuidad inevitable o gran agujero.Las soluciones son diferentes también. Ya hablamos de la denegación.En las psicosis, la paranoia tiene a la restitución delirante como solución. Laesquizofrenia vuelve del gran agujero a la estabilización en el orden de lascosas en el cual el sujeto se incluye, como una cosa más.Cuando hablamos de la captura en el imaginario fálico de la madrecomo elemento trascendente (objeto) en su concreción –matriz de la paranoia–,o como contingencia (cosa) –matriz de la esquizofrenia–, en amboscasos, partimos de que no se genera polarización dialéctica.

62BENO PAZAhora deberíamos confrontar todas estas consideraciones con nuestrasobservaciones clínicas. Pero podemos hacerlo sólo muy parcialmente en elespacio disponible.3.4. Fragmentos clínicosUna paciente sostiene desde hace meses una pelea con sus vecinosporque le molesta la música que ellos escuchan en un volumen muy alto. Esabogada y profesora de derecho. Está dispuesta a querellarlos, pero antespretende hacerlos entrar en razones; los llama por teléfono, los increpa. Silos encuentra en la calle o por los comercios del barrio, comienza allí mismosu alegato a los gritos. Las cosas se ponen muy mal. Un día, al fin ella sedecide a ir a tribunales a presentar el pleito. Sale a la calle, busca un taxi y sehace conducir hasta el palacio de justicia. Allí busca a un funcionario amigo.Pero él no está o se hace negar. Los empleados están de paro. No se puedehacer nada. Vuelve irritada ¿No es normal? Hasta aquí es el relato de lo quepodría sucederle a cualquiera que perdiera la paciencia.Mucho después, ya estabilizada, la paciente me contó que el padre nolos quería a esos vecinos, siempre lo habían molestado por que eran muyruidosos.En este caso, como en todos los paranoicos que tuve oportunidad detratar (al menos socialmente), aparece la idea delirante obsesiva. Esta ideaestá relacionada siempre a la reivindicación del padre simbólico. Pero acasotambién en la histeria.Sale del palacio y se encarama a otro taxi para volver a su casa. Quierepreparar un escrito para volver al día siguiente. Con el apuro y la rabia se leha caído la cartera en algún lugar. A cualquiera le pasa. Tiene su dinero perono encuentra las llaves. Paga el taxi y sube a su casa. Las llaves están en elbolsillo, quiere abrir pero en ese momento escucha voces dentro de su casa.No tiene dudas, los vecinos, sin que nada los detenga, se han apoderado desu casa. Vuelve a la calle para recurrir nuevamente a la justicia, a la policía,a los amigos; alguien debe ayudarla. Pero apenas está en la vereda y ya nosabe qué está haciendo. Está aturdida, desconcertada, de pronto todo leresulta extraño. Es el fenómeno de perplejidad.Vaga un tiempo, perdida, luego se reordena un poco. A su casa nopuede volver porque está “ocupada” y ya es la hora de ir a dar clase. Sepresenta ante sus alumnos bastante desaliñada y habla de un modo que llamala atención de todos, pero nadie imagina qué le está pasando. La profesora

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS63vuelve a la calle y camina, camina, otra vez, hasta que se hace de noche. Legana el cansancio en un banco de plaza. Cuando despierta con las primerasluces y los primeros ruidos del día, una ambulancia cruza la Avenida Caseros.Ella, entonces, entiende con claridad, tiene certeza –dice Lacan– de que“eso le concierne”. 38 La ambulancia la está buscando. Vendrán más ambulancias.Hay que caminar en sentido contrario a la mano de las calles, se diceasí misma, de ese modo no podrán atraparla.¿Pero qué esta pasando? ¿Qué está pasando? Los vecinos que han invadidosu casa deben tener sus contactos. Pero ¿cómo han podido hacerlo?“Son tan jóvenes… Deben ser parte de un gran sistema de influencias, resabiosdel proceso (militar). Pero ¿por qué se han interesado en mí? Tal vez nodebí hablar de la corrupción económica en los teóricos. De todas manerasqué tienen que ver estos chiquilines… Estoy confundida… Ahí viene otravez la ambulancia. Mejor me meto en algún lado, podría ser en la feria, quehay mucha gente”.Leemos en Lacan: “Lo que está en juego no es la realidad. El sujetoadmite, por todos los rodeos explicativos verbalmente desarrollados que estána su alcance, que esos fenómenos son de un orden distinto de lo real,sabe bien que su realidad no está asegurada, incluso admite hasta ciertopunto su irrealidad. Pero, a diferencia del sujeto normal, para quien la realidadestá bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego –desdela alucinación hasta la interpretación– le concierne.En él, no está en juego la realidad, sino la certeza. Aun cuando seexpresa en el sentido de que lo que experimenta no es del orden de larealidad, ello no afecta a su certeza, que es que le concierne. Esta certeza esradical. La índole misma del objeto de su certeza puede muy bien conservaruna ambigüedad perfecta, en toda la escala que va de la benevolencia a lamalevolencia. Pero significa para él algo inquebrantable. Esto constituye loque se llama, con o sin razón, fenómeno elemental, o también –fenómenomás desarrollado– “la creencia delirante”. 39Con el fenómeno de autorreferencia (la ambulancia que la busca) hacomenzado la manifestación de la enfermedad, una psicosis paranoica, queya no habrá de detenerse. La profesora tiene entonces 46 años y nunca antesle ha pasado algo así. Pero hace pocas semanas ha muerto su padre y quedósola. Es soltera. Ha tenido algún novio en el que no se interesó demasiado.Su pasión fue el estudio del derecho. No tiene hermanos. Su madre murióhace ya años y desde entonces ella vivía sola con el padre.Es un caso de esos en que el padre, que no ha logrado la inscripciónsimbólica, ejerció su función en lo concreto, como una ortopedia de la es-

64BENO PAZtructura. Cuando él faltó, empezaron a suceder cosas extrañas en el entorno.Lo que ella no podía explicar o resolver se tornaba molesto, irritante, hastaconvertirse en una verdadera persecución.El padre se ocupaba de pagar la cuenta de la luz, el teléfono, las expensas.Llevaba la relación con los vecinos, el portero, los proveedores, ladespedía todos los días cuando ella salía hacia la facultad, como cuando erauna niña, como cuando iba a la escuela. Así entonces, ella se sentía bien.Estaba bien. Pero cuando ya nadie se ocupó, la vida la llamó a resolver elorden de las cosas por sí misma.Cuando cortaron la línea de teléfono por falta de pago, ella tuvo laprimera intuición delirante “Seguro me pincharon la línea”. ¿Pero cuántosneuróticos no lo habrían pensado? Se lo comentó a una colega del estudioque, incrédula, le aconsejó revisar la última factura. Pero nunca sospechó suamiga lo que ya había comenzado a suceder: fue llamada a responder unamujer, más allá de la razón de una niña.Entonces su organización mental se desmoronó y comenzó a vivir comoen una pesadilla infantil. Con imágenes y formaciones parciales tomadas dela experiencia cotidiana, durante más de cuarenta años había vivido casinormalmente, o normalmente, como todos los que salen de su casa todos losdías y toman el subte. Automáticamente.En cambio, las personas normales responden a los requerimientos de lavida desde una locura, sí, si se quiere, pero diferente; es la locura de laenajenación mental en el discurso del Otro. Un Otro en el que depositan todala confianza, porque les dice todo lo que hay que hacer y responde laspreguntas angustiantes de la existencia. “Y qué va a hacer… Hay que seguirluchando” se dirán cuando no comprendan qué los lleva todos los días atomar el subte. El Otro manda y eso ordena. En la cordura cada preguntatiene su respuesta, y hay preguntas que no se hacen.4. Algunas consideraciones finalesEn mi experiencia, encuentro una certeza psicótica y una certezaneurótica. Al psicótico le resulta cierto –certero–, tiene por seguro, cree, quehay algo ahí, en la realidad, que tiene que ver con él. Eso es algo perseguidoro termina siéndolo.La certeza del neurótico es con respecto a lo que él cree que él es. Pordecirlo así, es una creencia diferente pues le viene de su interior; es máspreciso decir de su prehistoria, con lo que no cuenta el psicótico.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS65Cuando no hay relación con el otro –lazo filiatorio–, aquello que concierne,alude, al sujeto, aquello que al menos le da una posición actualrelativa al otro (como la ambulancia del caso de la profesora) viene deafuera. Cuando hay relación parental, la certeza es la convicción de uncompromiso personal, que tiene referencias, incluso concretas, de las quepuede dar (imaginaria) cuenta el sujeto (Yo soy el que…), y que le hacensentir que él tiene pertenencia a un contexto. Entonces está seguro de surealidad. No hay nada mejor que eso.Hay certezas neuróticas que aseguran cosas no menos extravagantes quelas creencias delirantes, pues suponen cualidades propias concebibles sóloen la imaginación del sujeto.De cualquier modo, son puntos de anclaje imaginario que pueden serconmovidos por las encrucijadas de la existencia, las contingencias de lavida, o por los efectos de un análisis, sin que el sujeto pierda la razón, sinomás bien como una vía de reencuentro con lo razonable. No ocurre así conlas creencias psicóticas que son indisolubles.Una vez más conviene insistir en lo inapropiado que es en la clínicaresolver por lo que se observa. No sólo porque las formas que toma unfenómeno pueden resultar engañosas, sino por que el engaño se produce apriori en nuestra concepción ética y estética. La famosa frase de Locke “nohay nada en el entendimiento que no estuviera antes en los sentidos” secompleta ingeniosamente diciendo: salvo el entendimiento mismo. Por esoes que tenemos que hacer un esfuerzo para acercarnos con nuestra imaginacióna la experiencia del psicótico, que nos es tan ajena.Por ejemplo, es cierto que personas normales y personas locas padecende automatismo mental. El psicótico padece de automatismo y el neuróticode automaton. En cuanto al psicótico, Lacan dice: “Precisamente, porque esllamado en el terreno donde (el sujeto) no puede responder, el único modode reaccionar que puede vincularlo a la humanización que tiende a perder, espresentificarse perpetuamente en ese comentario trivial de la corriente de lavida que constituye el texto del automatismo mental”.Los automatismos del psicótico se deben a la falta de humanización, esdecir a la falta de filiación, que es lo que otorga la pequeña familia, en dondela pareja toma a sus hijos para su compensación narcisista. A los hijos, esoles marca un lugar, para bien o para mal o casi siempre para más o menos.Habiéndolos tomado como ideal positivo o como contraejemplo, a los padresneurotizantes, siempre, igual, se les adeudan las referencias. Eso es loque perpetúa a la humanidad, así como el ADN perpetúa a la especie.

66BENO PAZEl neurótico queda filiado a un Otro que le organiza los automatismos:el trabajo, la vida social, el amor, el descanso y hasta el esparcimiento.Cuando los automatismos no solucionan los problemas de la falta en ser omolestan mucho, se puede recurrir a un analista o a otras transferencias.Incluso los tóxicos, que no están menos automatizados.La comunidad estratificada conforma un universo semiótico donde sealoja al sujeto y también se le ofrecen esos recursos, para cuando la realidadvacila. Como decía el gran inquisidor de Dostoievski, encontramos la paz dela conciencia a costa de la libertad con que nacemos dotados, porque laexistencia de los neuróticos, pese a la capacidad de generar realidad delfantasma, no está tan asegurada.Hay que volver a ver Temps modernes para comprender cómo el poderpolítico y económico genera automatismos mentales. Es eso.Citas1Freud, Sigmund, Tres ensayos de teoría sexual, Obras Completas, Editorial Amorrortu,Buenos Aires, 1990.2“No hay que asombrarse, por supuesto, de que durante un cierto tiempo no se encuentrenada mejor que repetirme, vagamente. Para algunos, por otra parte, esto tiene otro empleo:Siempre se puede encontrar –y justamente porque lo que yo formulo es tan incomprensible–cierto esnobismo alrededor de lo que yo enseño. Entonces cuando uno es distinguido, así, seenseña Lacan, en el Instituto de Psicoanálisis de París, por ejemplo. Eso es elegante; pero noquiere decir que se comprenda lo que yo digo, además como estoy diciéndoselos, no estáhecho para eso, está hecho para que uno se sirva de eso, y, con el tiempo, terminará porsuceder lo que siempre sucede cuando funcionan las fórmulas, esto es, que uno termina porservirse de ellas, muy simplemente. Entonces uno se da cuenta de que eso aclara algunasperspectivas…” Breve discurso a los psiquiatras.“En un mundo donde ha surgido… no ya el pensamiento de la ciencia sino… esostrastitos, aparatitos y demás, ¿…puede pesar todavía lo bastante el saber hacer (de manual)como para ser un factor subversivo? Así es como se plantea la pregunta para mi”. “–DiceLacan–”. “¿Qué hacen ustedes con todo lo que yo digo? Lo graban en un aparatito y despuéshacen reuniones en las que intercambian invitaciones. Hay como una banda de Lacan”.Conversaciones en los escalones del Panteón.3Eco, Humberto (1977), Cómo se hace una tesis, Barcelona, Gedisa, Col. Libertad yCambio, Serie Práctica.4Borsoti, Carlos (2005), La metodología: Una toma de posición. S/e.5Freud, Sigmund, El porvenir de una ilusión, Obras Completas, Editorial Amorrortu,Buenos Aires, 1990.6Para ilustrar sobre el concepto de estructura remítase el lector a: Buckley, W., Lasociología y la teoría moderna de los sistemas, Ed. Amorrortu, Bs. As., 1970; Viet, Jean, Losmétodos estructuralistas en las ciencias sociales, Ed. Amorrortu, Bs. As., 1970; Barbut, Marc,Álgebra. Capítulo I. Estructuras algebraicas, 1951.

LAS REALIDADES SEXUALES EN LAS NEUROSIS Y LAS PSICOSIS677Escritos 2. Comentario hablado sobre la Verneinung de Freud. Jean Hyppolite Editorial,Siglo XXI, Bs. As., 1975.8Schrodinger, Erwin, My view of the World (Cambridge University Press, CUP 1964),Mind and Matter (CUP 19651), E.S. Nature and the Greeks (CUP 1954), E.S. Cience andHumanisms (CUP 1951), E.S. What is life? (CUP 1947), E.S. Versión española: CuestionesCuánticas. Compilación. E. S. y otros, Ed. Kairós, Barcelona, 1987.9Rey Pastor, Julio y José Babini, Historia de la matemática, Vol. 1, III, Ed. Gedisa,Barcelona, 2000.10Kac y Ulam, Matemáticas y lógica, Monte Ávila Editores, Venezuela, 1969.11Seminario XVII, en la clase 14, del 20 de mayo de 1970.12Masotta, Oscar, Lecciones Introductorias al Psicoanálisis, Ed. Gedisa, Bs. As., 1980.13Para una primera noción del pensamiento de Heidegger sobre el “no ser” tomemos sucarta a Jean Beaufret en la cual dice que la diferencia entre su doctrina y el nihilismo es queéste no había podido pensar la nada. También, dice de su dasein que es desocultamiento,apertura. Es la causa de la mayéutica: hacer surgir la verdad del ser. Que en verdad significa,poner a la luz (“alumbrar el espíritu”) la nada del ser, su límite. En la lógica del fantasma, enLacan, encontramos la teoría existencialista como argumento lógico de la nada de ser. En elafán de modelizar ese límite se ha ensayado aquí la analogía con las funciones del tipo: y = f(x) cuando x→ 0. Ver: Cálculo infinitesimal. Referencias en Lacan: Seminario XVII, LosSurcos de la Aletósfera, y R. S. I.14Freud, Sigmund, Sobre algunos mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y lahomosexualidad, Obras Completas, Tomo XVIII, Editorial Amorrortu, Buenos Aires, 1990.15Einstein, Albert y otros, La teoría de la relatividad: Sus orígenes e impacto sobre elpensamiento moderno, Editorial Alianza, Barcelona, 1993.16Una pregunta es si esos dos sentidos son complementarios en la construcción de la realidadneurótica. Mi respuesta es que sí. Pero no hay lugar en el margen para una demostración…17Platón, Obras Completas, Instituto de Estudios Políticos de la Universidad de Madrid, 1970.18Traté el tema en “La estructura en las neurosis y las psicosis”, Revista Abrapalabra,Edición de Abra Institución Psicoanalítica y el Colegio de Psicólogos de Chubut, PuertoMadryn, 2003.19Lacan, Jacques, El Seminario. Libro II. Clase 7, Editorial Paidós, Buenos Aires, 1988.20Platón, Obras Completas, versión de Patricio de Azcarate, Ediciones Anaconda, BuenosAires, 1949.21Lacan, Jacques, El Seminario. Libro II. Saber, Verdad, Opinión, Editorial Paidós,Buenos Aires, 1984.22En el Sem. XVII, en Los Surcos de la Aletósfera, pág. 170, Lacan dice: “La estructuraes el cálculo infinitesimal”.23Hölderlin, Friedrich, Poemas de la locura, Ediciones Hiperión, Madrid, 1994.24Lacan, Jacques, El Seminario. Libro III. La significación del delirio, Editorial Paidós,Buenos Aires, 1984.25Ídem anterior.26Fractal es una figura geométrica con una estructura compleja y pormenorizada acualquier escala. La morfología del fractal la tomamos aquí como modelo de la morfologíadel síntoma. Las imágenes fractales son gráficas de fórmulas matemáticas. Es otra manera derepresentar una operación. Las fórmulas matemáticas son, a su vez, formalizaciones de lasreglas de la lógica. Por lo tanto, así como hemos expresado el Edipo como una fórmula,también ahora podemos dar cuenta de la repetición del síntoma como modalidad de goce,utilizando la teoría de los fractales.

68BENO PAZ27Lacan, Jacques, Seminario V. Las formaciones del inconsciente, Clase 8, EditorialPaidós, Buenos Aires, 1990.28Lacan, Jacques, Seminario III. Introducción a la cuestión de las psicosis, EditorialPaidós, Bs. As., 1993.29Heidegger, Martin, Conferencias y artículos, Ediciones del Serbal, Barcelona, 1994.La pregunta por la cosa, Editorial Hyspamerica, Bs. As., 1975.30Soler, Colette, El inconsciente a cielo abierto, página 109, Editorial JVE, BuenosAires, 2004.31Freud, Sigmund, Lo Inconsciente, Ob. Completas, Editorial Amorrortu, Buenos Aires,1989.32Soler, Colette, Obra citada.33Lacan, Jacques, El Seminario. Libro III. La significación del delirio, Editorial Paidós,Bs. As., 1993.34Freud, S., Conferencias de introducción al psicoanálisis. 4º C. Los actos fallidos(conclusiones), op. cit.35Lacan, Jacques, El Seminario. Libro III. La significación del delirio, op. cit.36Erasmo de Rotterdam, Elogio de la Locura, Editorial Orbis, Buenos Aires, 1984.37Lacan, J., El Seminario. Libro III. Introducción a la cuestión de las psicosis, op. cit.38Lacan, Jacques, El Seminario. Libro III. El fenómeno psicótico y su mecanismo, op. cit.39Ídem anterior.ResumenHay realidades propias, en neurosis y psicosis. Si reconocemos al neuróticopor la lógica de su constitución, advertimos que su realidad respondea la combinatoria de las sucesivas posiciones relativas al falo, subsistentesen la organización definitiva. Siendo la clave organizativa la preservacióndel falo o su reclamo, resulta que así como el conocimiento (de la realidad)es paranoico, el meta-conocimiento, es narcisista.Si en las neurosis la cuestión es tener o no tener, el psicótico no adolecede la falta en ser sino de la falta de ser. La búsqueda de su dasein por eldelirio, construye la realidad en la paranoia. Pero la realidad del esquizofrénicono es sexual, en igual sentido.Mi enfoque del tema es singularmente lacaniano, porque aquello quesingularmente tomo de Lacan es lo que muchos lacanianos singularmente notoman: la formalización.La desestimación de esas referencias primarias que conforman las incontablescitas a los modelos y métodos científicos y el uso de la analogía enLacan, reduce el valor de uso clínico de las conclusiones que en ellas sebasan y acerca nuestro acto a una práctica intuitiva. Las observaciones delpropio Lacan sobre este tratamiento de su enseñanza, alcanzan, según creo,el estatuto de una sanción ética.

Desde el jardínLos trabajos que se presentan a continuación son el resultado de unainvestigación conjunta que realizaron Perla Wasserman, Karina Molinari yAgustina Barbery, acerca de la sexualidad infantil, a partir de una viñeta querelata lo acontecido en un jardín de infantes del interior de nuestro país. Éstafue trabajada en el marco del Colegio Clínico de Buenos Aires.El resultado de lo investigado en el transcurso del ciclo 2005 se presentóen diciembre del mismo año en las Jornadas anuales del Foro Psicoanalíticode Buenos Aires y formó parte del seminario de verano titulado: “Lasexualidad es infantil, ¿El sexo es adulto?”, que tuvo lugar en la Facultad dePsicología de la Universidad de Buenos Aires en el presente año, y en el cualparticiparon asimismo Enrique Katz y Viviana Gómez.A.B.

Sexualidad en un jardín de infantes(Acerca de la escena que nos hace hablar)Karina Molinari“En el principio no hay nada, después hay después,algo, una marca en el tiempo, un es.Lo que el vacío, la nada, lo imposible o la ausenciadispensaron, dieron al ser. Marcaron en la página enblanco o en la intemperie: en el paisaje de la posibilidad.En la desnudez, en la espera.Creador es quien vive de esas marcas, esas huellas,no de sus cicatrices: las certezas.Una grieta en un muro, para un creador, no es unagrieta en un muro, es un tajo que le abre a la posibilidadde creación, a la acogida de lo que en ese tajo se abre.De lo que pueda susurrar.Del destello de sentido que pueda donar.”HUGO MUJICA, Poéticas del vacíoEl presente trabajo se trata de un recorrido posible de pensamiento, apartir del trabajo conjunto con Perla Wasserman y Agustina Barbery (analistasy colegas del FPBA), que fue generándose a partir del relato que hace porescrito una maestra jardinera de lo sucedido en su lugar de trabajo a fin depoder pensar con otros la situación vivida y sus intervenciones.La escena transcurre en un grupo de niños de 3 años que concurren a unjardín privado, a mediados del año pasado.¿De qué habla esta escena? O mejor dicho, ¿qué nos hace decir? ¿Quéestatuto tiene hoy esta escena, aunque recortada pero no única seguramente,tanto para el niño, para el adulto, para los analistas?Al comenzar a trabajar empezaron a circular interrogantes a partir de loscuales intentamos desandar y andar algún recorrido posible. Pero como siempresucede cuando uno hecha a rodar el pensamiento, muchas fueron susvueltas y peripecias.

72KARINA MOLINARIEste escrito intenta dar cuenta de estas idas y venidas más que formularalguna tesis cerrada o acabada. Porque considero que eso es lo rico deltrabajo compartido, del pensar con otros… interrogar nuestro saber, generarpreguntas, permitir que una situación como ésta eche a rodar el pensamientode muchos que nos enriquezca a todos.Y tal vez podría aventurar que de esto se trata el estatuto que tendría quetener esta escena para los analistas, ésta como cualquier otra que nos interrogue…instaurar un problema común que nos movilice a construir pensamientocon otros, no una clase magistral, ni una charla con los padres para calmar losánimos, y que pase rápidamente al olvido, sino producir hiancia, ruptura…una grieta que le abra la posibilidad a la creación al decir de Mujica…Ésa es la apuesta.Particularmente en mí surgieron dos grandes ejes o interrogantes:¿Podemos pensar esta escena como la puesta en acto del autoerotismoinfantil? ¿Qué entendemos por autoerotismo? ¿Cómo entendemos la sexualidadinfantil? ¿Es posible pensarla en los mismos términos que en el 1900,cuando Freud escribía Tres ensayos…?Y por otro lado… ¿qué es hoy un niño? ¿Qué ubicación tiene en eldiscurso actual? Porque si sostenemos que nacemos bañados por el discurso,discurso lleno de significantes que se inscriben en el cachorro humanotransformándolo en un sujeto del lenguaje, ¿cómo no pensar que el discursoactual, capitalista, produce no sólo marcas en el sujeto niño, sino tambiéncambios en su constitución subjetiva?Considero que lo que me interroga tiene que ver entonces, por un lado,con algo de lo invariante, esa fuerza pulsional como exigencia de trabajopara la vida anímica y, por el otro, con lo que sí varía, y varía según la épocay que tendrá que ver con la significación del otro.Ahora bien, partamos de algún lugar…Freud escribe hace 100 años en Tres ensayos...: “…hallamos ocasionalesnoticias acerca de una práctica sexual temprana en niños pequeños, acercade erecciones, de la masturbación y aun de acciones parecidas al coito. Queyo sepa, ningún autor ha reconocido que la existencia de una pulsión sexualen la infancia posee el carácter de una ley”. 1 Vaya peso de sus palabras…A partir de este texto, se produce un cambio radical acerca de cómopensar al ser humano. El niño toma otra categoría y queda roto el encanto dela supuesta inocencia infantil. Ser humano y ser sexuado pasan a ser una solay misma cosa y, de aquí en más, la sexualidad humana no es natural ydesborda ampliamente lo que hasta ese momento se conocía como genitalidad.

SEXUALIDAD EN UN JARDÍN DE INFANTES73Pero hoy día esto ya no es una novedad, la existencia de la sexualidadperversa polimorfa e infantil es indudable. Dice Colette Soler: “Los tresensayos de Freud que provocaron tantos estremecimientos cuando reveló enel corazón del inconsciente la perversión original del niño, hoy se ilustrantodos los días en nuestras pantallas” 2 . Y yo agregaría: si no es en nuestraspantallas, es en nuestros jardines…Y en este recorte salta a la vista. La sexualidad de estos niños de tresaños es indudable: hay niños atravesados pulsionalmente y parece que algotienen que hacer con esto… y qué hacen… sexo oral. Pero ¿esto es unapráctica infantil, y si así lo fuera, por qué nos interroga tanto?En Tres ensayos..., Freud, tomando como paradigma el chupeteo, dabatres caracteres esenciales de una exteriorización sexual infantil:• Nace apuntalándose en una de las funciones corporales importantes parala vida.• No conoce objeto sexual pues es autoerótica, es decir que su objeto seencuentra en el propio cuerpo.• Y su meta se encuentra bajo el imperio de una zona erógena.Decir que nace “apuntalándose” es hablar de lo no natural de la sexualidadhumana, es hablar del desvalimiento inicial, es plantear que el cachorrohumano necesita de Otro que libidinice y sexualice ese cuerpo, que lo hagaentrar en el campo del deseo, del goce.Así, el campo pulsional se va a diferenciar del campo del instinto,porque la pulsión no viene dada por la naturaleza, la pulsión va a ser elcircuito que va a delimitar zonas erógenas en el cuerpo, a partir de la acciónde un Otro primordial. Clemencia Baraldi dice: “El niño nace con algunosreflejos como el de succión, el de mirar, pero sabemos que si no hay otrohumano que circunscriba la boca, es decir que ofrezca el pezón para armarel agujero de la boca, ese reflejo se va a perder…”. 3Es a partir de este apuntalamiento, de esta apoyatura en una necesidad,que algo irrumpe y la enajena de ella. Hay un plus de satisfacción, de goce.“La necesidad de repetir la satisfacción sexual se divorcia entonces de lanecesidad de buscar alimento”, dirá Freud. 4Así, el chupeteo aparece como el modelo por excelencia de la exteriorizaciónde la sexualidad infantil, algo así como labios besándose a sí mismosdonde probablemente el carácter más llamativo esté en el hecho de que lapulsión no está dirigida a otra persona. Esta satisfacción sin recurrir a unobjeto externo al sujeto está indicando que no existe ningún caminopreformado hacia un objeto determinado, es hablar de la contingencia delobjeto sexual.

74KARINA MOLINARISe reconoce así una “relación primaria, original, del niño pequeño conel goce. Un goce fragmentado y múltiple, como lo son las pulsiones”. 5Plantear esto es decir que la sexualidad entra en juego tempranamente yúnicamente en forma de pulsiones parciales. Y es esta parcialidad de lapulsión, esta falta de unificación, esta aspiración a conseguir placer desconectadasentre sí, esta desviación respecto del fin de la reproducción comometáfora de la relación sexual, lo que lleva a Freud a plantear a la sexualidadcomo perversa polimorfa.La diferencia, según Freud, con la vida sexual del adulto llamada normalestaría dada porque la consecución de placer se pone al servicio de lafunción de la reproducción y las pulsiones parciales bajo el primado de unaúnica zona erógena, es decir que se han alcanzado una organización sólidapara el logro de la meta sexual en un objeto ajeno.Pero también esta diferencia está planteada en término de los diquesanímicos, tal útiles culturalmente y ausente en los niños pequeños. Estosdiques se presentarán como inhibiciones en el camino de la pulsión sexual.Freud se interroga acerca de los medios y los mecanismos con que se ejecutanestas construcciones tan importantes para la cultura. Su respuesta es:“Probablemente a expensas de las mociones sexuales infantiles mismas”…“las mociones sexuales de estos años infantiles serían inaplicables, pues lafunción de la reproducción está diferida y por otra parte serían perversas,esto es, partirían de zonas erógenas y se sustentarían en pulsiones que dadala dirección del desarrollo del individuo sólo provocarían sensaciones dedisplacer. Por eso suscitarían fuerzas anímicas contrarias que construyenpara la eficaz sofocación de ese displacer, los mencionados diques psíquicos:asco, vergüenza, y moral”. 6En el texto de la maldición sobre el sexo, C. Soler remite la renuncia ala satisfacción al goce mismo, ya sea por un exceso de goce traumático o, alcontrario, por su insuficiencia desalentadora: “En ambos la represión sededuce de las características propias del goce, sin recurrir al Otro”. 7Luego de este breve recorrido, volvamos a la escena. ¿Podemos tomarlacomo una exteriorización de la sexualidad infantil? Considero que sí, sinduda remite a la sexualidad del niño actual, con sus características peculiares.¿Pero podemos pensarla como una manifestación autoerótica? , porquepareciera que del chupeteo a la fellatio habría alguna diferencia…Colette Soler retomando a Freud plantea los tiempos de la sexualidad.Tiempos que, tomando palabras de Laplanche y Pontalis, “convierten a lasexualidad humana en el campo privilegiado de una dialéctica entre el

SEXUALIDAD EN UN JARDÍN DE INFANTES75exceso y el defecto de excitación, entre un hecho demasiado temprano ydemasiado tardío”. 8Escribe C. Soler: “En primer lugar, T1: tiempo del autoerotismo donde laproducción de placer es a partir del propio cuerpo. Más tarde, esa actividadse fusionó con una representación de deseo procedente del ámbito del amorde objeto. Ya es un T2, que se llama Heteroerotismo. Aquí se trata de unasoldadura entre lo real, como goce del cuerpo propio y una representación aponer a cuento de lo imaginario en la relación con un objeto. Tenemos aquí elfantasma erótico soporte de la actividad masturbatoria constituida y luego unT3, el de la represión y después es el retorno de lo reprimido”. 9Pensando en las primeras impresiones al leer esta escena, recuerdo quelo que hacía pregunta en relación al autoerotismo era por un lado la inclusiónde un partenaire. ¿Hay un partenaire en esta escena? ¿Qué categoríatiene en un niño de tres años ese otro “semejante” al que le pide “ahorachupame”?Siguiendo el texto, Freud aclara: “Si bien la pulsión sexual infantil nomuestra al comienzo necesidad alguna de un objeto sexual, tenemos queadmitir también que la vida sexual infantil, a pesar del imperio que ejercenlas zonas erógenas, muestra componentes que desde el comienzo envuelvena otras personas en calidad de objetos sexuales. De esa índole son laspulsiones del placer de ver y de exhibir, y de la crueldad. (…) los niños detres a cinco años son capaces de una muy clara elección de objeto, acompañadapor fuertes afectos (…) La diferencia respecto de la elección posteriorreside sólo en el hecho de que la unificación de las pulsiones parciales y susubordinación al primado de los genitales no son establecidas en la infanciao lo son de manera muy incompleta”. 10Pero en 1924 la diferencia entre niño y adulto no es tan tajante debido aque ya en la infancia se produce una organización, la organización fálica.Ésta no sólo subordina las pulsiones parciales, sino que distribuye a lossujetos entre fálicos y castrados.Tal vez debamos decir que es justamente esta no tajante diferencia loque nos interroga… lo “realista” de la genitalidad en juego, ¿cuán niños son,de qué niño hablamos?Sabemos que la pulsión en sí misma no es consciente ni inconsciente,no puede ser aprehendida ni es reprimible, es esforzante. La pulsión comotal es sólo eso, cantidad: esfuerzo.Este esfuerzo, junto con la impronta del descubrimiento de la diferenciasexual, correlato del complejo de castración, tiene importantes consecuen-

76KARINA MOLINARIcias. Podríamos pensar en la curiosidad sexual como una de ellas, sublimaciónque impulsa al niño a la constatación de la diferencia. Pero esta escenaexcede o desborda esta curiosidad. A los niños se les juega la sexualidad y lajuegan… pero aquí, ¿están jugando?Porque pareciera que en esta escena hay algo de lo no propio de un niñode tres años que hace ruido… Podría decirse que es una acción ¿adulta? Oque hacen los grandes… o será que allí nos vemos confrontados a lo infantilde nuestra sexualidad.Podríamos pensar que una cosa es lo masturbatorio que tanto podemosobservar en niños pequeños, o el juego de roces corporales con el compañero…jugar al doctor, etc. (donde media lo simbólico), pero en esta situaciónpareciera que sólo aparece lo real en tanto placer de órgano. Pareciera queno hay nada de la ley que haga corte y que permita otro recorrido pulsional.Y éste es otro de los puntos que me interrogan: la obtención de placerde órgano sin mediación simbólica. Lo cual me lleva a pensar en la falta deintervención adulta.Si pensamos en lo traumático de la sexualidad en tanto excesiva yprematura, pensamos, a su vez, esto inmensurable debe ser tamizado. Y creoque es por medio de las palabras que encontramos este tamiz. Palabras quede alguna manera permitan cierto coto, cierto recorte y nuevos recorridosposibles ingresando al mundo del símbolo…Pero en este material parece que esto no está dado, no hay palabras…Los padres dicen “no censuramos…” ¿Y qué se entiende por censura? ¿Noes acaso por vía de lo no permitido, por vía de la ley y la prohibición que seabre el camino del deseo?¿No podríamos pensar que esos niños que “denuncian” lo vivido y quepiden a sus adultos significativos algo de la repetición están pidiendo otracosa? ¿No es acaso la necesidad de que alguien ponga palabras a esto inmensurable?Volvemos entonces a este Otro necesario no sólo para inscribir al cachorrocomo sujeto deseante, sino también para ingresarlo a la cultura. Unorden cultural cuya fuerza reside en la transmisión de la subjetividad, vía laprohibición del incesto, vía la castración, posibilitando un vaciamiento degoce y una producción o recuperación de goce, en la cual el sujeto producirásu novela.Esta identificación primordial es tramitada por el hacer y el decir de unamujer puesta en lugar de Otro.C. Baraldi escribe: “Una mujer tiene que tener apetito de hijo, ganas detener un hijo, ganas de comérselo, pero a la vez la posibilidad de renunciar a

SEXUALIDAD EN UN JARDÍN DE INFANTES77ello. La posibilidad de que haya apetito, deseo de hijo, supone para una mujerhaber simbolizado una falta… Una mamá en potencia es aquella que puedesimbolizar su falta, poner un cero en el lugar del hijo, cero que le va a permitirluego a su hijo contarse como uno, como uno diferente de la madre”. 11Es decir que, para que esto pueda suceder, es necesario una mujer atravesadapor la ley del falo. Significante primordial que articula en los seresparlantes la problemática de lo que puede faltar. Por eso Lacan va a decir en“La significación del falo” que falo es el significante de la falta y en “Lasformaciones del inconsciente”, que falo es el significante del deseo. Precisamente:si no hay ubicación de la falta, no puede haber deseo.No hay otra alternativa para el cachorro humano que en principio quedaralienado al deseo de la madre, deseo, como ya dijimos, que va a circularen tanto y en cuanto ella haya tramitado la problemática de la falta. Pero tanimportante como la alienación, es la separación, es decir poder dejar de sertodo para la madre para poder así arribar al propio deseo.“Es necesario que la madre no sólo sea el vehículo de la autoridad delNombre del Padre. Es preciso, además, que para ella ‘el niño no sature lafalta en que se sostiene su deseo’. ¿Qué quiere decir esto? Que la madresólo es ‘suficientemente buena’ al decir de Winnicott, si no lo es demasiado,sólo lo es a condición de que los cuidados que prodiga al niño no la disuadande desear como mujer. O sea –por retomar los términos de Lacan en suescrito “La significación del falo”– no basta con la función del padre.Todavía es preciso que la madre no se vea disuadida de encontrar elsignificante de su deseo en el cuerpo de un hombre. 12La caída de la posición fálica en la madre significaría entonces ubicar ala mujer que hay en ella. Ubicar al hijo como no todo falo, es decir que lamadre desee más allá del hijo. “Si el objeto niño no divide, entonces, o biencae como un resto de la pareja de los genitores o bien entra con la madre enuna relación dual que lo soborna –para retomar el término de Lacan– alfantasma materno”. 13¿Cuál es la función del padre entonces? Lacan dirá es padre aquel quesostiene a una mujer como objeto de su goce y sostiene en ella el deseo dehijo. Su función será la de articular un deseo a la ley. Es decir “quienpermite en el marco de la ley que preside el lazo social que un deseo puedarealizarse, lo que quiere decir también que pueda alcanzarse un goce”. 14Tomando el seminario R.S.I., Lacan dice: “El padre es un modelo, perono cualquiera, un modelo de lo que es la función del síntoma. Y esto es en lamedida exacta en que ama a una mujer… Se convierte así en el modelo delsíntoma que, por amor, anuda el goce a otro sujeto”. 15

78KARINA MOLINARIA diferencia de Freud, que hace del padre casi el agente de la castración,Lacan atribuye no al padre sino al lenguaje y su efecto mortificante lafalta de gozar, mientras que sitúa al padre, por el contrario, del lado de lasolución del problema. “Es un modelo de una solución, con la salvedad deque ya no hay sólo una, sino varias posibles”. 16Atribuir al lenguaje la falta de gozar es hablar de la imposibilidad de losimbólico que no logra subsumir toda la pulsión, todo el goce. Lacan planteaque en el inconsciente hay un defecto en el decir. Un decir que falta… elinconsciente no dice el sexo.Y es a esto a lo que se refiere Colette Soler en el texto mencionadocuando habla de la maldición del inconsciente, maldición genérica del serhablante. Maldición que hace “destino” en tanto estamos atravesados por lacastración. Destino universal que se jugará en cada particularidad como:“Un saber específico, una sintaxis particular que prescribe los caminos enlos que están atrapados el deseo y el goce de cada sujeto”. 17A estos dos niveles, el Universal y el Particular hay que agregar lo queColette Soler llama la maldición del discurso, que no quisiera dejar de mencionarpara terminar. Maldición del Discurso actual que “también ordenadeseos y se esfuerza por regular el campo de los goces” y que tal veztambién nos permita pensar en las particularidades de esta situación.¿Con qué contamos hoy? Con el objeto publicitario en pleno auge, conla promesa de felicidad al alcanzarlo, con una voracidad objetal, con lacultura de lo efímero, lo eficaz… con un discurrir vacío, en el que faltanideales que representen al sujeto, con un discurso que lo aplasta, privilegiandoel paso ilimitado de un objeto sin tradición, duración ni historia. Paralelamente,las instituciones que tienen socialmente la función de operar comoreguladoras del goce, ofreciendo un marco referencial simbólico ordenador,están en crisis, no resguardan una legalidad propia ni una ley más allá deellas. Otras se encuentran desprotegidas padeciendo los efectos del empobrecimientosocial, económico y cultural.Es lo que Lacan llama Discurso Capitalista o falso discurso, el cual tienela característica de no cubrir más la hiancia estructural, la no relación-proporciónsexual que todo discurso intenta suplir.Discurso que ofrece a todos una cierta cantidad de objetos, cuyo valorrivaliza con el de los antiguos ideales y que se prescriben como objetos degoce y en el que el sujeto queda en relación directa con este… objeto que noqueda como perdido sino consumiendo al sujeto. Es lo que Soler llamaefecto de esquizofrenización, en donde con los imperativos del mercadotodos caemos bajo el peso de un superyó consumidor, que nos conectadirectamente con los plus de gozar. Ya no tenemos más que un mercado de

SEXUALIDAD EN UN JARDÍN DE INFANTES79imágenes, semblantes que en su multiplicación hacen que no tengan poderunario y que se encauzan en una exclusión del Otro. Otro que ya no existe ensu eficacia simbólica. Otro del lenguaje que falta en lo que refiere a orientarla vida y al que se lo suple por debates, esfuerzos de consenso para obtenerun principio de homogeneización de coexistencia de los goces.“Nuestro siglo fue testigo también de la aparición de un nueva toleranciaen el plano sexual. Si hay acuerdo, todo está permitido. No sólo permitidosino realizado. Todo sucede como si el siglo hubiera aprendido la lección delperverso. Lección que, por sus argumentos, revela que la verdad de la conductasexual, como dice Lacan, en el Seminario Aún, es su amoralidad”. 18Y a todo esto… ¿el niño?, ¿qué niño? Hoy el sistema propone niñosgeneralizados. Hay una infantilización del adulto y adultización del niño.Aquel lugar privilegiado, aquel de los ideales, el de “su majestad el bebe”,corre el riesgo de perderse y así el niño quedar como un objeto más. Unobjeto más de consumo en el escenario de una sexualidad “a la carta”, sinlímites a transgredir y con el riego de quedar capturado por esta culturaregida por los valores del mercado. Este social que atraviesa a los padrespero también a la mente y cuerpo del niño.Tal vez esta escena vivida por estos niños remita también a estas marcasdel discurso actual. Marcas que seguramente se inscriban y dejen huellas ensu constitución subjetiva…Trabajo presentado en la Jornada de FPBA. Diciembre 2005BibliografíaBaraldi, Clemencia, Mujeres y niños… ¿primero?, Ed: Homo Sapiens, Cap.II, III, y IV.Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial.Freud, S., Introducción al narcisismo, Tomo 14, Ed. Amorrortu.Freud, S., Pulsiones y sus destinos, Tomo 14, Ed. Amorrortu.Freud, S., Tres ensayos de una teoría sexual, Cap. II “La sexualidad infantil”,Ed. Amorrortu.Lacan, J., La significación del Falo, Escritos 2, Ed. Siglo XXI.Lacan, J., Seminario 5. Las formaciones del inconsciente. Cap. X y XI: “Lostres tiempos del Edipo”.Bozzone, Ma. José, El niño en la época del otro que no existe. Seminariodictado en la Fundación Espacio Analítico. Oct. - Nov. 2005.Laplanche y Pontalis, Fantasía originaria, fantasía de los orígenes, orígenesde la fantasía, Ed. Gedisa.

80KARINA MOLINARIRevista Lacaniana. Nº 5. Junio 2005. Foro Psicoanalítico de Buenos Aires.Realidades sexuales y el Inconsciente. Cap. “La ligazón - madrepreedípica en la sexualidad femenina”. M. Gabriela Marini.Citas1Freud, S., Tres ensayos de una teoría sexual, Cap. II “La sexualidad infantil”, Ed.Amorrortu, pág. 157.2Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial, pág. 127.3Baraldi, Clemencia, Mujeres y niños… ¿primero?, Ed. Homo Sapiens. Cap. II, pág. 37.4Freud, S., Tres ensayos de una teoría sexual, Cap. II “La sexualidad infantil” Ed.Amorrortu, pág. 165.5Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial, pág. 163.6Freud, S., Tres ensayos de una teoría sexual. Cap. II “La sexualidad infantil”, Ed.Amorrortu, pág. 162.7Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial, pág. 88.8Laplanche y Pontalis, Fantasía originaria, fantasía de los orígenes, orígenes de lafantasía, Ed. Gedisa.9Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial, pág. 87.10Freud, S., Tres ensayos de una teoría sexual, Cap. II “La sexualidad infantil”, Ed.Amorrortu, pág. 174.11Baraldi, Clemencia, Mujeres y niños… ¿primero?, Ed. Homo Sapiens, Cap. II, págs. 33 y 35.12Miller, Jacques-Alain: El niño entre la mujer y la madre, Artículo publicado enVIRTALIA- Revista digital de la Escuela de Orientación Lacaniana. Junio/Julio 2005. Nº1313Miller, Jacques-Alain: Obra citada.14Soler, Colette, La maldición sobre el sexo, Ed. Manantial, pág. 149.15Soler, Colette, Obra citada, pág. 148.16Soler, Colette, Obra citada, pág. 149.17Soler, Colette, Obra citada, pág. 31.18Soler, Colette, Obra citada, pág. 127.ResumenEste texto es el producto de un trabajo de pensamiento compartido quese generó a raíz del relato de una maestra jardinera. A partir de la situaciónplanteada surgieron en mí dos grandes ejes o interrogantes. Por un lado,acerca de algo de lo invariante, esa fuerza pulsional como exigencia detrabajo para la vida anímica (descripta por Freud) y, por el otro, con lo que sívaría, y varía según la época y que tendrá que ver con la significación delotro. Es decir, pensar si ésta es una escena que podemos leer como exteriorizaciónde la sexualidad infantil. Pensar en sus características y preguntarnossi es posible pensarla en los mismos términos que en 1900. Con lo quetambién nos estaríamos preguntando ¿qué es hoy un niño? Porque sabemosque, de acuerdo a cómo es mirada la infancia o a la concepción de niño quetengamos, esto va a encerrar nuestra forma de escucharla y de intervenir.

Reflexiones sobre la realidad sexual infantilPerla Wasserman¿Qué es lo que hace que un analista suponga que lo que se dice sea unarealidad, sexual y, además, inconsciente; un analista allí donde, al mismotiempo, no es convocado?Una maestra de un jardín de infantes envía un mail titulado “Inquietudesacerca de la sexualidad infantil”. En él, pide respuestas frente a unaescena que ocurre en ese jardín con niñitos de tres años. La escena en sí esuna fellatio: un niñito pide a otro u otra, indistintamente, “que se la chupe”.En primer lugar, uno no dudaría de que es una escena sexual. Pero en loque a la realidad sexual se refiere, cabe preguntarse de quién. Y, fuera de loque es el dispositivo analítico, si es posible como analistas decir algo respectoa estas realidades.Freud no dudó en llamar actividad sexual al chupeteo. Tampoco dudóen denominarla autoerótica, ¿pero es posible pensar su realidad, la del niñito,sin la presencia de Otro? Sin ir más lejos, Freud está allí, observa ysignifica esta actividad por las vías del placer de otra cosa que no es delorden de la necesidad de alimento. Por lo tanto, es la presencia del Otro laque presta significación al sujeto.Desde 1905 el niñito es un ser sexual. Y si es sexual su realidad porquehay Otro que allí la significa, ¿qué “inquieta” a la maestra respecto de lasignificación que le da? ¿Qué pasó entre estos niñitos y la maestra que mirala escena? ¿Pasó que hay un sinsentido para estos niños que la maestrasuelda en un enigma?Hay una relación de equivalencia entre el deseo infantil y la escenainfantil en cuanto al lugar que ocupan en la estructura del sujeto. Y esrespecto de esta equivalencia que voy a interrogar esta realidad.Cuento con el relato de un adulto, el de una mujer que trabaja comomaestra en un jardín, que dice en el final de su carta: “La verdad, memolestó”. Si la verdad tiene estructura de ficción, si el lugar que tiene laficción es construir lo que se transmite del síntoma y, en tanto síntoma, tienevalor de goce real, y si la ficción supone un saber, me propongo interrogar

82PERLA WASSERMANeste saber sobre la verdad. Siendo la ficción del sujeto la que está en juego,es como relato de un sueño que abordaré la “realidad” de sus dichos.Alguien, en este caso una maestra jardinera, relata un sueño. Lo últimoque dice como recuerdo de lo que le sucedió antes de la escena del sueño es,siguiendo la lógica de la represión, lo primero que acontece. Restos diurnos–dirá Freud– que como significantes van a formar este sueño, y tienen sulugar en la medida que conciernen al fantasma del sujeto.La frase que acompaña estos restos diurnos es la siguiente:“También su mamá nos mandó unas revistas de regalo que ya no usaba,entre las cuales encontré unos mensajes escritos por la tía de José (que sueleretirarlo) dirigidos a la mamá de José, en tono de broma supongo, que noson nada agradables de repetir, pero donde figuran agravios, llenos de palabrasterriblemente groseras. La verdad, me molestó”.Y hablando de verdades que molestan se despliega este sueño. Allí algose realiza del cumplimiento de un deseo, y se actualiza una escena infantil ala que suponemos un deseo infantil que se sostiene a lo largo de toda la vida–deseo indestructible– y es por esto que se puede decir que la libido infantilno encuentra cauce para su satisfacción.La escena que observa la maestra guarda equivalencia con otra escena,donde las miradas se entrecruzan y ¿no es acaso esta “otra escena” la realidadque despierta al sujeto? ¿La de su propio fantasma que se despliegarespondiendo al enigma que la inquieta?Entonces una maestra jardinera recibe de la madre de un niñito deljardín donde trabaja unas revistas, y en ellas hay algo escrito: un intercambiode mensajes groseros entre dos mujeres, madres.Y este intercambio entre madres se sustituye en el sueño en este intercambioentre niños que se muestran ante la mirada perpleja de ella, la soñante.Esto que es dado a ver, ¿qué muestra sino un llamado al Otro?Podemos decir en lo que hace a una escena infantil, en lo vivido, que esuna experiencia en relación al Otro, y tomando como coordenada la inmadurezinfantil, en lo que al goce se refiere hay una exclusión respecto de esegoce en el Otro. Hay una indefensión propia de lo infantil.Retomemos el sueño. Hablando de miradas, ¿qué revelan estas escenas?Este “entre madres” y “entre cuerpos” colma un anhelo de completud y velaeste goce que la castración revela como perdido. Estos niñitos en esta escena,en este lugar de objeto para la madre, realizan la potencia fálica allídonde la madre está castrada del falo. La identidad entre la madre fálica y elniñito como fetiche nos dice del reencuentro fallido, del lugar al que ince-

REFLEXIONES SOBRE LA REALIDAD SEXUAL INFANTIL83santemente anhelamos volver para encontrar cada vez la marca de lo mismo,de lo que no hay.Y el padre, ¿cómo aparece en el relato de este sueño? Lo que dice lasoñante: “Es muy cerrado y lo tiene siempre cortito”. Éste es el nombre quetiene este padre para este sueño. ¿No realiza allí el niñito la potencia que ledemanda al padre? Demanda que deja a este padre “cortito” en relación a laerección que provoca este goce del cuerpo todo. Impotencia que deja a esteniñito soñado encerrado, chupado por esa madre. ¿Qué es lo de “sí mismo”que se perdió y que esta escena reintegra sino “su ser”, que el sujeto pierdecuando se separa de la madre puesta en el lugar del Otro? Es la división delsujeto la que está en juego, es su propia causación.Por último, vuelvo al relato, y el título que esta maestra le da es “Sexualidadinfantil: inquietudes, ¿precocidad?”.¿Cuál es la realidad sexual que inquieta? ¿Qué es lo precoz que hacepregunta? Y por último, ¿qué puede decir un psicoanalista allí donde, comoen este caso, el enigma de esta maestra es dirigido a un Otro, pero fuera deldispositivo analítico?El psicoanálisis, por supuesto, puede decir, entre otras cosas, que eldescubrimiento freudiano revela que hay un más allá del placer que Lacanpone en la cuenta del goce y las consecuencias de lo que insiste de este goce,entre otras, son que por lo menos inquietan. De lo que no se quiere saber, esde este goce perdido desde siempre, que es a un Otro al que se le reclama. Eldiscurso actual parece fomentar su inexistencia, la del Otro. Y en esta insistencia,¿no se produce un efecto paradójico? ¿No se hace consistir a esteOtro como inexistente? Es en este punto de desmentida que el psicoanalistatiene que vérselas. Fuera, digo, en las instituciones que nos albergan y dentro,en el dispositivo analítico.BibliografíaTres ensayosLas pulsiones y sus destinosIntroducción al narcisismoFetichismoOrganización genital infantilEl deseo y su interpretaciónLos cuatro conceptos fundamentalesLa significación del falo

Anexo: Carta de una maestra jardineraSexualidad infantil actual: inquietudes y “¿precocidad?”Llegan una nena de tres años con su mamá al jardín, quien le cuenta ala maestra que las recibe que, cuando terminó de bañarla, la nena le pidióque la chupara con la lengua como le hacía José en el jardín. La mamáaclara que en la casa no se viven estas situaciones porque ella con su parejano conviven ni se relacionan prácticamente en su casa y que el abuelo quevive con ellas está solo y es muy mayor.Se llama a la directora para informarle y plantearle la urgencia dehablar con la mamá de José, sabiendo que generalmente los conflictos seocultan.La mamá de José con mucha naturalidad cuenta que esto viene ocurriendodesde el verano, entre José y su primo Emanuel, de cinco años, yque aunque ellas (mamá y abuela) los controlan, los chicos lo hacen entodas partes. Se practican sexo oral uno al otro, estando uno parado y elotro arrodillado. La mamá cuenta que en su familia tienen muchísimo cuidadocon todo porque la abuela de chica casi fue abusada por su padre, yque además, el hermano de la mamá (padre de Emanuel) es muy cerrado ylo tiene siempre cortito. También comenta que ella lo consultó con su psicólogo,y que él le dijo que esos juegos forman parte de la exploración y eldescubrimiento de los chicos.Al día siguiente, llama otra mamá de la sala pidiendo hablar con ladirectora. Le cuenta que Fermín (otro nene del grupo) al llegar a su casa yencontrarse con su tío, le pide, bajándose los pantalones, que lo chupe.Nadie en la casa sanciona ni reprime, según contaron ambos padres.Fermín le cuenta a su madre que lo hacen en el jardín, adentro de unagoma grande que hay en el patio. Se disponen algunos a mirar y otros apermitir que José los chupe, mientras “con un ojo miraba a los chicos y conel otro a la Seño” (palabras de Fermín).Así, la directora decide decirle a la mamá de José que no lo lleve poruna semana hasta que se calmen los ánimos. A su vez, frente a las maestras,el discurso de la directora es: “Ojalá no venga más”.

86ANEXO: CARTA DE UNA MAESTRA JARDINERAAntes de cumplirse una semana aparece José, enérgico, impulsivo, comosiempre.En cuanto al grupo de chicos, el mismo día que aparece la noticiadecido no tocar el tema y llevarlos al patio para observar si algo intentabarepetirse, y se repite: José llama a la nena debajo de otra goma estilopuente, se enfrentan y él le dice: “Bueno, ahora chupame”. Ella le respondeque no; llamo a José y con la mayor naturalidad que puedo le digo quehabía escuchado lo que le había dicho a su amiga, pero que quería que mecontara él. Luego de un momento de duda dice: “De chupar el pito y lacola”. Cuenta que su primo Emanuel se lo hace a él, que “no le gustaba yque estaba mal” (estas dos últimas cosas a partir de mis preguntas). Miintervención apunta al cuidado del cuerpo, que nadie puede tomarlos nitocarlos porque son pequeños y que los tienen que cuidar, y otros ejemplosde situaciones que viven en el jardín.Luego la directora decide convocar a una reunión de padres con unapsicóloga infantil a cargo del tema de la sexualidad. De las sesenta familiasdel jardín fueron sólo trece. La verdad, muy triste.La conversación fue tranquila y pacífica, la psicóloga hizo hincapié enque los juegos sexuales de los niños son normales y lógicos, al igual que lamasturbación. Aconsejó siempre mantener la calma y no censurar, perobrindar la información que cada hijo necesite de acuerdo con su edad.En la reunión, luego de la charla de la profesional a cargo, las mamásinvolucradas plantearon la situación, sin roces ni censuras y se relajaroncon la información brindada.Al margen de todo esto, no sé cómo evaluarán en la familia de José loscuidados, porque en varias ocasiones, a José se le escaparon algunos “putita”hacia mí, con total naturalidad, y ante lo que inmediatamente me pedíaperdón. También su mamá nos mandó de regalo unas revistas que ya nousaba, entre las cuales encontré unos mensajes escritos por la tía de José(que suele retirarlo) dirigidos a la mamá de José, en tono de broma supongo,que no son nada agradables de repetir, pero donde figuran agraviosllenos de palabras terriblemente groseras. La verdad, me molestó.A dos meses de esta situaciónLuego de la reunión con la psicóloga, que fue llamativamente tranquila,no hubo ningún tipo de demanda ni pregunta por parte de los padres. Lamaestra dice: “Los chicos siguen su vida común y corriente en el jardín,

ANEXO: CARTA DE UNA MAESTRA JARDINERA87nunca más hablamos del tema (cosa que a mí me preocupa, sobre todoporque estoy muy atenta y ellos no dan ninguna pista de estar preocupados),nunca más se volvió a repetir la situación. El juego sigue siendo rico, estáncreativos, activos, sigue existiendo muy buen diálogo entre los chicos. Tampocoaparecen situaciones de temor. Me pregunto a dónde fue a parar todaesa curiosidad, o lo fuerte de esa situación, o ¿habrá sido tan fuerte paraellos como para nosotros, los adultos? Mejor dicho, para los adultos maestros,porque los padres que estuvieron involucrados manifestaron muchamenos conmoción que nosotros”.

Sexualidad en la ciberculturaJuan Guillermo Uribe E.Escogí para iniciar esta exposición la expresión dios-prótesis utilizadapor Freud en el capítulo III de El malestar en la cultura (1930): “El hombrese ha convertido en una suerte de dios-prótesis, por así decir, verdaderamentegrandioso cuando se coloca todos sus órganos auxiliares…”. Freud constataen este tramo de su reflexión el movimiento doble de alienación delhombre inerme al encarnar en sus dioses ideales la omnisapiencia y omnipotencia,para proceder, por efecto de los descubrimientos tecnológicos, a encarnarél mismo ese lugar idealizado. Si bien permanece a la espera denuevas tecnologías que perfeccionen más su relación con su cuerpo y con lanaturaleza, no obstante lo constata Freud 1 , “…el ser humano de nuestros díasno se siente feliz en su semejanza con un dios”. La advertencia que semanifiesta en esta observación es la de que la ciencia no alcanza a cubrir elcampo del deseo en los humanos y que el tejido cultural es una complejaresultante de las variables de la utilidad, el placer y la evitación del dolor, yalgo que va más allá de la necesidad que es el deseo.La evitación del dolor y la búsqueda de placer son los movimientosespontáneos del organismo y constituyen, precisamente, la vía mediante lacual la criatura humana indefensa configura al prójimo como auxiliador ycomo hostil. El proceso de socialización humana se lleva a cabo en el ámbitodel lenguaje. El desarrollo tecnológico es una consecuencia de la luchacontra las adversidades de la naturaleza y de la protección de la fragilidaddel organismo. En el momento en que Freud escribe El malestar en lacultura, en el intermedio de las dos grandes guerras, se asiste al auge tecnológicosignado por los progresos en las comunicaciones tanto aéreas comomarítimas, pero también a una acumulación armamentista amenazante, especialmentecon el desarrollo de la energía atómica. La figura del dios-prótesistiene para Freud un cierto acento trágico, hay un eco del destino de Ícaro ysu doloroso fin…Podemos constatar que no hay evento histórico sin compromiso delcuerpo. Es una perogrullada, pero se hace necesario demostrar cuál es el

90JUAN GUILLERMO URIBE E.nivel de compromiso del cuerpo como tal. Desde la enseñanza de Lacansabemos que el organismo se corporiza por el efecto del significante y produceel cuerpo, y que un conjunto de significantes circunscribe un sentido constituyendoun discurso. Preguntarse por el cuerpo es interrogar al discurso reinanteen ese momento histórico. Conocemos el lamento paulino frente al cuerpocomo fardo que obstaculiza los deseos del alma: “¡Pobre de mí! ¿Quién meliberará de este cuerpo mortal que me lleva a la muerte? (Rom. 7-24). Muchasdoctrinas orientales buscan deshacerse de los deseos para liberar el cuerpo deanhelos y sufrimientos. El cristianismo continuó el debate de los pitagóricossobre la purificación del alma de su existencia pecaminosa en el cuerpo. Losdebates sobre la virginidad y las dietas hacían parte de la aspiración a launidad con la belleza y esplendor del Uno. En ese sentido podemos evocar losnombres de Plotino, su biógrafo Porfirio y los debates entre este “pagano” conOrígenes, el gran exegeta cristiano del siglo tercero, quien se castró pararesistir el embate de su sexualidad y sostener con su ejemplo la superioridadde la ascesis cristiana. El fundamento dogmático del cristianismo es la afirmaciónque al menos uno resucitó de entre los muertos. La muerte es para todos,pero al menos uno superó la condición mortal. El cuerpo resucitado y gloriosose constituye en la meta de destino de los cuerpos cristianos en la parusía. Enel ámbito cristiano la celebración eucarística evoca el “cuerpo de Cristo”. Sucarne y su sangre son parte de la cena pascual…Cada época trata los cuerpos de una manera particular. Imprime unestilo en el tratamiento del cuerpo que la distingue de otras épocas. Loshistoriadores de las mentalidades se ocupan de las prácticas sociales y lasformas de tramitación de los cuerpos y sus necesidades. Estudian la moda, laculinaria, la alcoba, los retretes, los funerales, etc. Se trata de una pesquisaprácticamente inagotable que luego se vuelve sorprendente cuando se introducela comparación y lo transcultural. No deja de ser divertido conocer lascostumbres alimentarias en otras latitudes. Las formas del amor de otrasculturas llenan bibliotecas y enciclopedias… en fin, el cuerpo en sus distintasmanifestaciones.Examinar los usos del cuerpo, actualmente, supone precisar el discursodominante. Es un lugar común entre nosotros repetir que los elementosdominantes del discurso que nos habita están determinados por la alianzalógica entre ciencia, aplicación tecnológica y capital. Para desarrollar lainvestigación se requiere capital, y para obtener lucro de los desarrollos, sehace necesario ampliar el mercado de los objetos que se producen. Se tratade una cadena consistente que se amplía y genera su propia reproducción sin

SEXUALIDAD EN LA CIBERCULTURA91límites… No me ocupo de las consecuencias políticas de la identificaciónentre mercado y democracia pues exceden el propósito de la exposición, noobstante tendré que mostrar los efectos de las leyes del mercado sobre elcuerpo y, por consiguiente, las consecuencias de tipo ético que de ahí sededucen. La proposición “usos del cuerpo” es, de por sí, una proposicióncomprometida ideológicamente dado que el verbo usar nos remite a unaoperación de manipulación de cosas. El cuerpo queda así atrapado en elcircuito de los usos instrumentales y de las relaciones de intercambio delmercado: clonación, reproducción asistida, venta y tráfico de órganos, registrocomercial del genoma, grandes transnacionales de los medicamentos…En otras palabras, los cuerpos como valor de cambio.Para el propósito de mi exposición me he centrado en el campo quealgunos denominan cibercultura, significante que se fue abriendo paso hastahacer parte del campo semántico que se relaciona con otros significantescomo cibernauta, ciberespacio, Internet… Este último tuvo su origen en laUniversidad de California en l969 a partir del proyecto denominado ARPA(Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación). Actualmente sus usuarioscompletan más de los treinta millones en el mundo y en proceso decrecimiento progresivo. De tal forma que se asocia su desarrollo futuro a unelemento vital contra la pobreza mundial…Tema candente. De todas formas,y para lo que nos concierne, Internet ha producido varios hechos que afectandirectamente los cuerpos: la efimerización del trabajo, la inmaterialidad delos bienes, la posibilidad del intercambio de imágenes y palabras desde unaperspectiva que va de lo íntimo a lo anónimo. Se puede hacer circular laimagen del cuerpo en forma erótica y dentro del anónimo mundial paraentrar en los ámbitos más privados e íntimos. Por la red circulan los cuerposy sus ofertas comerciales. Paradójicamente, la exacerbación de la imagen haproducido un desvanecimiento del cuerpo. La pantalla ha creado la impresiónde un más allá real. En ese sentido las películas y novelas de cienciaficción se anticipan a mostrarnos lo que vertiginosamente se dispersa en elciberespacio, es decir, los cuerpos articulados y desarticulados. En esa direcciónHans Moravec, teórico de la inteligencia artificial, asegura que se estáentrando en un universo “postbiológico” en el cual la similitud de la vidarobótica liberará a los humanos de la debilidad de la carne. 2El campo de la ciencia ficción tiene un elemento muy llamativo; mientrasmás desarrolla la perspectiva del futuro, más parece crear una nueva teología.El enigmático monolito de 2001: odisea del espacio, no tiene nada que envidiara las reflexiones de la escatología cristiana con su punto omega como

92JUAN GUILLERMO URIBE E.encarnación eterna del UNO: la supercomputadora. En la cima del desarrollode estas utopías se acaba encontrando el pensamiento teológico. La teleologíacristiana y la creencia en un desarrollo sin límites del pensamiento científicohacen alianza con la publicidad y el mercado para crear una teología secular.De teología en teología los humanos se las arreglan con lo real de la muerte ylo contundente del goce. “Retórica de lo sublime teológico” denominó elensayista Leo Marx esta mezcla de ficciones, utopías y promesas, himnos alprogreso “…que emergen como la espuma de una marea de exuberante introspecciónbarriendo todas las dudas, los problemas y las contradicciones”. 3De la misma manera como esta explosión tecnológica crea su teología,tiene su apoyo epistemológico en el post-estructuralismo de origen francés,para el cual los sistemas de pensamiento de Occidente se basan en oposicionesbinarias de las cuales cuerpo/mente; masculino/femenino; materia /espíritu;razón/emoción; natural/artificial y otros, se fundamentan en la dominanciadel primer término sobre el segundo del binario alcanzando el sentidopor exclusión. La ficción del ciborg (el híbrido de organismo y máquina) hadado pie a una polémica tanto ontológica como política conducida por mujeresmilitantes de cierto feminismo. Donna Haraway (1991) con el Manifiestociborg responde a las críticas de otras escritoras feministas que atacan latecnología por ser un producto militarista y machista, y propone que elciborg es la nueva ontología: “Reúne en un mismo cuerpo el mecanismo y elorganismo, la naturaleza y la cultura, el País del Mañana y la Arcadia, elsimulacro y el original, la ciencia ficción y la realidad social”. La autoraconvoca a las feministas para desestabilizar el poder patriarcal aprovechandolas posibilidades de extralimitación del ciborg. Esta ficción es producto,según ella, del “placer que procuran… las fusiones violentas y prohibidas…Nuestras máquinas están inquietantemente vivas, y nosotras mismas terriblementeinertes”. 4 Vuelve a aparecer, por debajo de estas propuestas“ontológicas”, el UNO como anhelo persistente del sujeto.Es interesante constatar que mientras el post-estructuralismo avanzabacon la deconstrucción hacia la construcción de un Uno homogéneo, Lacan,por la misma época, delimitaba su enseñanza de los marcos estructuralistaspara afirmar la existencia del sujeto del inconsciente e indicar, a partir de lalógica del significante, que la organización que se deduce de la relación decausa que tiene el lenguaje sobre el inconsciente, mediado por la significaciónfálica, sostiene una alteridad radical. Sin duda que los avances tecnológicostienen un impacto sobre la “envoltura formal del síntoma”, como bienpuede verse hoy en la proliferación de nuevas formas de éstos. ¿Cuál sería,pues, el lugar del psicoanálisis frente a las nuevas formas del síntoma?

SEXUALIDAD EN LA CIBERCULTURA93¿Basta con constatarlas? ¿O su posición, por el contrario, es esclarecer susfundamentos y relacionarlos con la experiencia inaugural del inconscientecomo Freud y posteriormente Lacan la retomó? El psicoanálisis no proponeni una ontología ni una política. Su posición es más bien crítica dada supostura ética. El recurso al sujeto como efecto de lenguaje sirve para advertirsobre las consecuencias de propuestas en las cuales se propende por unrechazo de lo inconsciente y de la castración. Por lo pronto, el ciborg es unanueva versión totalitaria con vertiente racista, en tanto se pretende pasar dela singularidad inédita a un híbrido controlable y predecible al servicio delOtro, el que, para asumir ese lugar, debe disponer de los recursos financierospara realizarlo, patentarlo, comercializarlo y reproducirlo. Las patentes delgenoma humano anuncian, sin necesidad de mucha ficción, los riesgos futuros.En 1949, en su escrito Acerca de la causalidad psíquica, Lacan advertíala potencia de la imagen sobre los valores de la imago y el “ínfimo corte dela libertad” y cómo “un día se sabrá de encargos en serie de ideales a pruebade la crítica; entonces, habrá adquirido todo su sentido el rótulo garantíaverdadera”. 5Tenemos así dos discursos antagónicos, uno, que a nombre de la tecnologíasuprime la alteridad, y otro que introduce la diferencia como consecuenciade la oposición significante. Del primer discurso se puede suponerel resultado final, un híbrido ciborg al servicio del Otro. En otras palabras, elsaber toma la dirección y se constituye en un saber absoluto e indiscutible,una obediencia perfecta, una eliminación del sujeto. Al suprimir el ordenque introduce el significante se hace existir el ídolo siniestro, el “Golem”imaginado en la leyenda de la sinagoga de Praga. En otros momentos advirtióLacan sobre el riesgo del Yo autónomo de la psicología y lo compara aeste muñeco siniestro. Un robot que puede convertirse en una pesadilla.La pregunta obligada, entonces, será: ¿tiene el psicoanálisis una doctrinadel uso del cuerpo? ¿Posee un repertorio de mandamientos sobre el usodel cuerpo? ¿En qué se diferencia de las religiones y otros saberes querecomiendan una ascesis en relación al cuerpo? En primer lugar, las religionesprivilegian el espíritu, el alma. El cuerpo es obstáculo. La resurrecciónde los cuerpos en el judeo-cristianismo se constituye en el horizonte de susprácticas y disciplinas: el cuerpo glorioso, purificado… El psicoanálisis constatala irreductibilidad entre la pulsión y el significante, y cómo esta inadecuaciónes efecto de la estructura del lenguaje. No hay significante quecubra lo real. Entre la cosa y la palabra hay un efecto de pérdida irrecuperable.En la cadena significante no encontramos sino oposición. Ningúnsignificante representa algo si no es en la oposición misma. En ese sentido,

94JUAN GUILLERMO URIBE E.el psicoanálisis desde su postura ética se constituye en una crítica y unaadvertencia que convoca al sujeto a mantener su radical irreductibilidad aldiscurso del Amo. A sostener su estatuto de objetor al saber tiránico del Otrode la ciencia. La ciencia es un mandato unívoco que prescinde del sujeto ysu deseo, para imponer un saber sin límites, es decir, la realización de ungoce oceánico y mortífero. Hay que destacar que en ningún momento setrata de una oposición al saber, sino de advertir al sujeto sobre lo irreductiblede su deseo a simples determinaciones de la necesidad. Se trata de preservarel amor y lo inédito del ámbito poético de lo humano. En este sentido, lasadvertencias de Heidegger resuenan con el mismo acento: preservar la casadel ser frente al imperialismo del ente.Las propuestas de la cibercultura han entrado al comercio comociborgasmo, en cuyas promesas tecnológicas se ofrecen orgasmos ilimitadoscon sensaciones inéditas, valiéndose de medios electrónicos. En la publicidadde un CD dice: “El futuro del sexo está en este paquete”; al abrir el envoltoriose encuentran unas ecogafas, un cibercondón y una grabación con ruidosorgiásticos acompañados de imágenes y florida pornografía. El objetivo finalde estas ofertas es el desarrollo de prácticas autoeróticas para gozar ilimitadamentesin el Otro. McLuhan (1951), el conocido filósofo de las comunicaciones,escribe: “La excitación y el sadismo son casi gemelos. Y para los que elacto sexual se ha convertido en algo mecánico, mero encuentro y manipulaciónde miembros, siempre queda un deseo inextinguible que se podría llamarmetafísico, pero que no se reconoce como tal y que se intenta satisfacer con elpeligro físico y, a veces, con la tortura, el suicidio o el asesinato” 6 .Cuarenta años después de los comentarios de Lacan y McLuhan, encontramosel número 10 de la revista “neurozine” bOING-bOING (1990), estádedicada a ofertas sexuales tales como: “Golosinas sexuales para mutantesfelices”, en la portada está una joven conectada para el placer a un enchufede ordenador en el pubis y a dos aparatos de serie B colocados en sus senos.Como ésta hay múltiples ofertas de “experiencias sexuales en la realidadvirtual”, “conéctate a la expresión erótica”, “Hardware: tu teléfono”, “Software:tus fantasías eróticas”. 7 Hay que decir, sin embargo, que a pesar de lobizarro de las ofertas futuristas y electrónicas, no hay un verdadero descubrimiento,una verdadera perversión; no es otra cosa que masturbación o fornicaciónsimuladas pero acompañadas de la cámara. Su variedad comercialrevela lo inaprensible del deseo como lo escribió McLuhan: “…un deseoinextinguible que se podría llamar metafísico…”.Para el psicoanálisis el goce no es más que repetición y transformaciónde lo pulsional del cuerpo. La pulsión permite gozar del cuerpo como un

SEXUALIDAD EN LA CIBERCULTURA95falo, pero cuando se lo desarticula del deseo y de la relación al Otro, lo queretorna es la cruda realidad de la pulsión que revela la carne como amasijode órganos. Es conocida la expresión de Lacan de: “...lo que el sujeto nopuede hablar lo grita por los poros de la piel” (respuesta al comentariohablado de J. Hypolitte, Escritos I, p. 371).En la Carta a los italianos (1973) Lacan evoca el “clamor de la humanidad”para hacer relación a la creciente angustia del sujeto contemporáneo. Elanalista recibe la demanda de muchos sujetos enmudecidos por la maniobraefecto del discurso reinante. Sus síntomas se expresan ruidosamente en suscuerpos. El psicoanalista también participa del mercado. Ahí hay una paradoja,puesto que el psicoanálisis, al surgir como consecuencia de la ciencia,también participa en la producción de un objeto particular para el mercado,entonces, ¿cómo mantener la diferencia específica en relación a los “gadgets”,aparatejos? Obviamente, la diferencia entre un aparatejo que se sostiene porsatisfacer la necesidad y el objeto que se busca esclarecer en un análisiscomo causa de deseo, hay diferencias, pero los efectos del mercado sobre lossujetos, cada vez más, los llevan hacia la demanda de una intervención ensus cuerpos sin el compromiso del decir que implica una consecuencia ética.Aquí se hace evidente la proliferación en el mercado de ofertaspsicoterapeúticas cada vez más ocupadas de los cuerpos. Este hecho rotundocompromete no solamente el acto del psicoanalista como tal, sino la existenciadel psicoanálisis.El debate actual, por lo menos desde el psicoanálisis, no es una oposicióna la tecnología ni a la globalización. No son campos de su acción. Suámbito se delimita al sufrimiento del sujeto y es ahí donde se justifica supostura ética de advertencia frente a la creciente frivolización del lazosocial en la que los valores cínicos empujan los sujetos a la exclusión ysegregación en caso de no adecuarse a los estándares del consumo sobre elcreciente control de los cuerpos.Citas1Freud, S., El malestar en la cultura, O. C., T. XXI, Edit. Amorrortu, Buenos Aires,1979, p. 91.2Dery, Mark, Velocidad de escape, Ediciones Ciruela, Madrid, 1998, p. 15.3Dery, Mark, op. cit., p. 17.4Dery, Mark, op. cit., p. 268.5Lacan, Jacques, Acerca de la causalidad psíquica, Ediciones Homo Sapiens, BuenosAires, 1978, p. 117.6Dery, Mark, op. cit., p. 210,

96JUAN GUILLERMO URIBE E.7Dery, Mark, op. cit., p. 211.8Dery, Mark, op. cit., p. 184.NOTA: Como dato adicional quiero agregar una lista de significantesnuevos que pertenecen al campo semántico de la cibercultura:Robot, ciborg, morphing, ciberpunk, tecnocuerpo, maniquíaudioanimatrónico, mecanomorfismo, tecnofalo, mecanoerotismo, gobots,transformers, necromicón, alien etcétera.Muchos de estos significantes son tomados de libros de ciencia ficción,pero otros pertenecen a los nombres de objetos ya creados. El libro citado deMark Dery abunda en este material.ResumenEn este artículo se examinan algunas de las consecuencias de la informáticasobre la vida erótica de los humanos y las consecuencias del aislamientocuando se opta por esa vía: Gozar sin el otro y hacer del instrumentoun “consolador” triste. El cuerpo y el amor pasan a ser instrumentos de lamáquina. Es el desierto del goce cada vez más desligado del lazo social.

Transexualismo: ¿ex sexo 1 de mujer?María Clara Areta“El psicoanalista no se recluta entrequienes se entregan por entero a las fluctuacionesde la moda en materia psicosexual.” 2Dios creó al hombre y, con una costilla suplementaria que le sacó alhombre, Dios creó a la mujer para que acompañara al hombre.Platón le dio la palabra a Aristófanes, quien confesó que había habido tressexos: hombres, mujeres y andróginos. Los andróginos habían sido seres dobles,compuestos por dos rostros, cuatro manos, cuatro pies y dos partes pudendas.Los andróginos habían sido demasiado movedizos e inquietos; por lotanto, Zeus los separó en mitades y después del divino corte volvió a habersólo hombres y mujeres que anhelaban reencontrarse con su otra mitad.Sófocles narró universales tragedias que acontecían a los hombres y alas mujeres que, anhelando reencontrarse con su otra mitad, se juntaban demanera diversa y realizaban acciones bastante insensatas: los hombres amabanincestuosamente y cometían parricidio, las mujeres desobedecían lasleyes de los hombres y desafiaban a los gobernantes de turno.Freud retomó, en los comienzos del siglo XX, el tema del hombre y sucostilla. Escribió en 1905 Tres ensayos de teoría sexual 3 , texto en el que seresumen más de diez años de su práctica psicoanalítica con las histéricas.Freud, para 1905, ya había interpretado la causa sexual de los síntomas, de laangustia y de los sueños. Fue así que se le reveló a Freud que las hastaentonces llamadas aberraciones sexuales no se diferenciaban demasiado deciertas prácticas encuadradas dentro de la hasta entonces llamada sexualidadnormal. La postulación de la sexualidad infantil como perversa y polimorfano fue consecuencia de la observación de la conducta de niños, sino que laestableció, retroactivamente, mediante la escucha del relato histérico. Lasexualidad humana y el deseo fueron considerados –por primera vez– objetode estudio, ensayos y teoría.

98MARÍA CLARA ARETAEn 1924 Freud 4 organizó fálicamente la perversión polimorfa e infantily estableció que al que le faltaba una costilla se lo llamaría sujeto, activo yfálico, y a la que venía de una costilla se la llamaría objeto, pasivo y castrado5 . Los sujetos activos y fálicos sufrirían los avatares del complejo decastración expresados, finalmente, en el masoquismo femenino y en el malestaren la cultura, y los objetos pasivos y castrados sufrirían de envidiafálica que enmascararían parcialmente para luego transformarse en madres.Lacan 6 sujetó a todos los machos a la función fálica encontrando sulímite y su apoyo en el padre, quien niega dicha función. Para la parte mujerde los seres que hablan, no toda ella quedó sujeta a la función fálica, noexistiendo ni siquiera una que no cumpla con la función.En 1911 Freud 7 postuló que la paranoia es una defensa ante el aumentode la pulsión homosexual. Con el caso del Presidente Schreber demostrabacómo la ocurrencia delirante: “Qué hermoso sería ser una mujer en el momentodel coito”, sufrida por un varón (aunque virilmente rechazada en sucomienzo), podía declinar no sólo en una catástrofe masculina sino en lacatástrofe del sujeto. El Presidente de la Corte del Senado, más tarde eirremediablemente, miraría gozoso ante un espejo sus pechos feminizadospor las alucinaciones y sentiría voluptuosidades divinamente impuestas, quelo terminarían convirtiendo en la mujer de Dios… y en el caso paradigmáticode la psicosis para el psicoanálisis.Al volver sobre el caso freudiano de una paranoia autobiográficamentedescripta, Lacan denomina “empuje a la mujer” a la transexualización delPresidente Schreber y la establece como la experiencia psicótica privilegiada.Lacan, con sus fórmulas de la sexuación, realiza una reescritura de “Laorganización genital infantil”, desmultiplicando los pares ordenados por Freudy habilita, de esta manera, a los portadores de pene a sufrir la envidia fálica ya las no portadoras de pene a gozar del masoquismo femenino. Es la posiciónante el falo lo que determina la posición subjetiva. Deja de ser laanatomía la que obliga; lo que obliga es el significante.El destino femenino fue, primero, constituirse en objeto, luego dar nombreal masoquismo y más tarde encarnar la psicosis. ¿Qué más puede quereruna mujer?El término “posición femenina” merece ser precisado. No designa directamentelo que nosotros nombramos una posición subjetiva. 8“Dije que de todas formas, aun si los psicoanalistas no quieren estar ala altura de lo que tienen a su cargo, no por eso lo que tienen a su cargoexiste menos, ni dejará de hacer sentir sus efectos… y será necesario que

TRANSEXUALISMO: ¿EX SEXO DE MUJER?99haya gente que trate de estar a la altura de cierto tipo de efectos que son losque de algún modo están allí ofrecidos y predestinados a ser tratados encierto marco; si no son aquéllos serán necesariamente otros, porque cuandolos efectos se hacen un poco insistentes, hay que darse cuenta a pesar detodo de que están allí y tratar de operar en su campo”. 9En el año 2003, fui consultada por una abogada y un médico clínicogenetistapor un caso.La abogada patrocinaba a Susana, una mujer que estaba siendoextorsionada y amenazada por su hermano y su ex cuñada. Éstos tambiénhabían iniciado acciones legales por daños y perjuicios morales contra Susana,a quien le exigían una importante suma de dinero. La razón que arguyeronera la siguiente: el hermano se sentía moralmente injuriado y hasta conhipertensión arterial por una situación que había conocido y en la cual habíaparticipado desde el comienzo pero que actualmente lo enfermaba. Se sentíaprofundamente afectado por el cambio de sexo que Susana había llevado acabo hacía más de veinte años y por lo tanto requería una retribución económicapor parte de su hermano/a. Al no recibir de ésta un gesto afirmativo asu exigencia, inició los trámites ante los tribunales y, simultáneamente, comenzóuna campaña de desprestigio y amenazas contra la que, hasta entonces,había sido su querido/a hermano/a. Envió a bancos, peluquería, ex marido,amigos y modistos de Susana (entre otras instituciones y personas) unasinjuriantes notas que relataban la transformación de “este monstruo queustedes conocen como Susana”.Susana había nacido varón (el posterior resultado del examencromosómico demostró un contundente XY) aunque siempre se sintió mujer.A los veintiún años había viajado a Chile, acompañado/a por el ahora querellantehermano para que se le realizara una vaginoplastia, por lo que volvióal país con genitales externos femeninos y siendo ella, Susana. En Argentinasiguió los tratamientos con hormonas femeninas y obtuvo unos documentosde identidad con los cuales vivió hasta la fraternal denuncia y público escarnio.Con esos papeles ella vivió, se casó con un “señor extranjero”, abriócuentas de bancos, trabajó, logró reconocimiento en el ambiente en el que sedesempeñaba y ayudó económicamente a su familia (incluyendo al posteriortraidor). Pero la denuncia transformó a los entonces salvadores y habilitantespapeles en “documentos públicos falsificados”. Ante la campaña de desprestigioy agresiones a su persona y la demanda iniciada ante el Poder Judicial,ella, Susana, decidió ir a ver a su antigua abogada (la misma que habíatramitado su divorcio) para defenderse ante la Justicia. La abogada llamó almédico genetista y el médico genetista me llamó a mí.

100MARÍA CLARA ARETALa abogada requería un informe psiquiátrico para solicitar un cambio deidentidad sexual ante los tribunales y rectificación por nota marginal de lapartida de nacimiento y de todos los documentos personales de Susana.Entrevisté a Susana en tres oportunidades para realizar el informe. Ellarelató su historia: su caso era único, la vaginoplastia sólo había corregido unpequeño error anatómico, ella siempre había sido mujer y ahora era“victimizada” por su hermano.Realicé un informe que el juez interviniente tuvo en cuenta. La causa seresolvió a favor de la modificación que solicitaba Susana y su patrocinadora:se autorizó el cambio de identidad sexual y se le otorgaron nuevos documentos.No corrió (hasta ahora) la misma suerte la contrademanda que Susanapresentara contra su hermano, que parece no haber avanzado.Luego de las entrevistas no vi más a Susana, hasta que cerca de Navidadvolvió a verme para solicitarme “un tratamiento en serio”. Estaba muy angustiaday sentía que todo su mundo se había terminado cuando su hermanola traicionó, cuando la “difamó” al revelarle al mundo su secreto y lograrque la mayoría de las personas de su círculo social la abandonaran.El transexualismo consiste, tomando los términos de Stoller 10 , su inventor,en “la convicción de que el sexo biológico con el que se ha nacido nocoincide con la identidad sexual percibida”. Es un fenómeno descripto tantoen los nacidos varones como en las nacidas mujeres. Pero es mayoríaestadísticamente predominante el transexualismo masculino.Se designa “transexuales masculinos” a aquellos adultos quienes, pese aser biológicamente varones, se sienten mujeres, actúan como tales y refierenesta vivencia desde su más temprana infancia. Los transexuales (a diferenciade homosexuales, travestis y transformistas) reclaman para sí el derecho deser médicamente tratados para corregir el error de la naturaleza del que dicenser víctimas, y por lo que demandan tratamiento médico hormonal y variasintervenciones quirúrgicas, de las cuales la más importante es la extirpacióndel pene y la realización de una vaginoplastia.El psicoanálisis, en la pluma de Freud, inventó la sexualidad que rigió elsiglo XX, por lo tanto, los psicoanalistas no podemos permitirnos no participaren la polémica que la sexualidad genera en el siglo XXI. No es eltransexualismo un tema moderno, pero no deja de ser actual.Los padres de la criatura hermafrodita contemporánea fueron en 1952 eldoctor Christian Hamburger de Copenhague y el endocrinólogo americanoHarry Benjamin, en 1953.Pero fue el psiquiatra y psicoanalista americano Robert Stoller 11 quienestableció el concepto “núcleo de identidad de género” gracias al cual el

TRANSEXUALISMO: ¿EX SEXO DE MUJER?101transexualismo saltó “del catálogo de las curiosidades médicas y de la oscuridadde las experiencias singulares para adquirir el status de un bien exhibidoen un escaparate, en un lugar de privilegio y ofrecido al goce de todos. Eltransexualismo abandonó así la rúbrica de lo patológico para convertirse enun fenómeno social, legitimado por lo que suele llamarse los derechos delhombre que enumeran los ámbitos en los cuales el goce del sujeto no debesufrir limitaciones en el marco de la ley real”. 12Lacan nombra a Stoller y a “su” transexualismo (el de Stoller) en unasola oportunidad 13 , en la que contundentemente plantea que Stoller ha erradoen su teoría de los géneros y su categorización del transexualismo porque elamericano no había considerado la teoría lacaniana sobre la forclusión delnombre del padre en la psicosis, y era dicha forclusión la causa deltransexualismo que en la psicosis se produce.Algunos psicoanalistas, entre ellos Marcel Czermak y Henry Frignet,consideran al transexualismo como “un caso local y ejemplar detransexualización esencial en todas las psicosis” 14 . No dudan en afirmar quelos verdaderos “transexuales” son inexorablemente psicóticos (delirio parcial)y para afirmarlo se basan en la lectura que ellos consideran estrictamentelacaniana. Mientras que denominan “transexualistas” a aquellos que estánpatológicamente influidos y desarrollan una respuesta exacerbada a estostiempos regidos por teorías socioantropológicas recientes que –mediante elconcepto de “género”– intentan borrar la diferencia de los sexos. Estos autores,incluso, relacionan la extensión del fenómeno del transexualismo a laexpansión del modelo económico dominante en Estados Unidos, cuna delconcepto y territorio en donde más casos se presentan.Catherine Millot 15 le otorga al transexualismo el beneficio de la duda,categorizándolo como un fenómeno que necesariamente no hace estructura(psicótica) pues considera al síntoma transexual (strictu sensu, convicción ydemanda de transformación) correspondiente al intento de paliar la carenciadel Nombre del Padre, es decir, de poner un límite, un alto, constituir unsuspenso de la función fálica. El síntoma transexual tendría así una funciónestructural análoga a la que Lacan atribuye a la escritura para Joyce. Estopermite comprender por medio de qué suplemento se evita la psicosis.Jean Allouch 16 considera que el transexualismo ofrece al psicoanalistauna irrefutable prueba de su extravío en la psicopatología. Arenga al movimientolacaniano a mantenerse fuera de la medicina y de la pastoral y atornarse sensible a lo contemporáneo de la erótica de esta época.La realización de este trabajo me obligó a la lectura de un materialdiverso y bastante desconocido para mí, en el cual advertí un fenómeno que

102MARÍA CLARA ARETAllamó mi atención. Los autores de artículos sobre el tema de los transgénerosy sexualidades migrantes escriben después de su nombre unas siglas talescomo “FtM” (Female to Male) o “MtF” (Male to Female) o palabras como“queer”, “bisexual”, “transgénero”, “subjetividad nómade o migrante” o“intersexual”, entre otras. Más allá del aprendizaje que tuve que realizarsobre las múltiples posiciones en las que la sexualidad se presenta en nuestrostiempos, no pude dejar de preguntarme qué significado tendrían esasletras después de esos nombres… Obviamente que lo primero que se meocurrió fue el parecido que estas letras detrás del nombre tenían con lanominación de “AME” y “AE” con las que los analistas de las escuelas“rematan” su nombre. También recordé que los sacerdotes católicos, pertenecientesa órdenes destacadas, suelen poner después de su nombre y entreparéntesis también una sigla, por ejemplo (SJ), sacerdote jesuita.Por lo tanto, las letras escritas detrás del nombre reúnen a los activistasdel campo trans, a algunos sacerdotes católicos y a los analistas. ¿No mereceeste detalle que nos detengamos en él?La nominación de AME y de AE dice algo del nombre precedente conrelación al estado de éste en una escuela de psicoanálisis y dice sobre elatravesamiento que por el pase ha hecho ese nombre.Pero ¿por qué también utilizarán ese recurso los activistas del campotrans?Creo que al intentar responder esta pregunta se desarrolla el tema queaquí nos ocupa. Habitualmente, la mayoría de las personas no requierenescribir su condición sexual entre paréntesis o entre comas o a continuacióndel nombre. De hecho, hasta podría resultar discriminatorio o francamenteloco si a continuación de los nombres de las personas apareciera su tendenciasexual. Digo “tendencia sexual” porque marca la diferencia con la oposición“varón-mujer” que los documentos de identidad obligan a establecer ypor lo cual y para lo cual sufrió y trabajó tanto Susana como otros transexuales.Porque éste es un rasgo notable que he observado en mi paciente Susanay en otros testimonios de transexuales, a diferencia de otros del campo trans.Susana jamás permitiría que detrás de su nombre y apellido apareciera unasigla que la identificara como transexual. Su mayor logro es tener ese documentocomo todos, mejor dicho, “un documento de identidad como tienentodas las mujeres”. Ella expresa un fuerte sentimiento de rechazo ante lostravestis, sobre todo ante una popular participante de eventos televisivosargentinos a quien Susana califica como una “desfachatada, sinvergüenza”.Susana no es activista del campo trans, ella es UNA MUJER. Cuandocomenzó el tratamiento decía: “YO SOY UNA MUJER COMO TODAS”.

TRANSEXUALISMO: ¿EX SEXO DE MUJER?103Ahora, después de dos años, dice “A partir de lo que vos me decís, doctora,me doy cuenta de que no soy una mujer como todas, porque yo soy unaestrella, yo he trabajado en la tele y la gente me para por la calle parapedirme autógrafos”. Después de lo cual no duda en darme algún consejonutricional, cosmetológico o de indumentaria, “se lo digo con todo respeto,de mujer a mujer, porque la aprecio mucho”. Pero pasar de “ser una mujercomo todas” a “ser una estrella” no fue ni es sin costos; el horror a poder sermirada como un travesti fue el peor de todos: “Tengo pánico de que meconfundan, por eso no salgo a la calle”. Entre ambas enunciaciones nodejamos de no atravesar el “ser operada”.Los noticieros y programas de actualidad presentan, con frecuencia,casos de jóvenes que solicitan ser operados del sexo.¿Por qué digo “operados del sexo”? Porque “operados” estamos la mayoríade los seres humanos y no aludo únicamente a las cirugías plásticasestéticas sino que aun el más virgen de nosotros cuenta en su haber con unaapendicectomía, una amigdalectomía, una amalgama en el tercer molar, usamosanteojos o nos teñimos el pelo, en algún sentido todos estamos transformados.Todos somos deudores de la ciencia, que mediante la mano armadade sus técnicos, los médicos, nos permite superar las insuficiencias o losdeterioros del cuerpo.La mayoría de nosotros tiene con la ciencia una deuda más o menoscicatrizal que nos emparenta con los transexuales. Obviamente, no es lomismo hacerse extirpar un lunar que el pene –aunque la equivalencia fálicano deje de establecerse– porque no se producen los mismos efectos subjetivosen un caso que en el otro.Como ha escrito Catherine Millot 17 , no había transexualismo antes queBenjamin y Stoller lo hubieran inventado. Había delirios de metamorfosissexual, que no es lo mismo.La ciencia es el necesario interlocutor del psicoanálisis. El psicoanálisisopera, siempre, en la interfase de la religión y la ciencia.Pero hay otra primera forma de “ser operados”: la castración mismaopera nuestro cuerpo y nuestro psiquismo.Los transexuales masculinos encarnan en la realidad y en lo real de sucuerpo lo que Freud planteó en su teoría psicosexual: todos hemos tenidopene (premisa universal del falo) y allí sobre ese falo imaginario la castracióndebe advenir. La niña, dice Freud, debe cambiar de sexo para transformarseen una mujer 18 . Cada mujer (las mujeres no hacemos conjunto) debetransformarse en una mujer y debe trasvestirse mujer para la oportunidad.

104MARÍA CLARA ARETACada transexual dice (de una u otra forma) ser una mujer, y algunospsicoanalistas les responden que no, que no son cada una mujer, sino LaMujer, que son psicóticos en su delirio de transformación.El transexualismo está estudiado, cuestionado, aceptado, condenado yhasta propiciado desde distintos discursos: desde la teoría de género, pasandopor la psicopatología, el campo de los derechos humanos y los mediosmasivos de comunicación.El psicoanálisis no es teoría pansexualista, como algunos desentendierondesde sus conservadoras tribunas en los comienzos del siglo XX, tampocoes una teoría sobre los géneros; pero es la doctrina de la que más se hanvalido quienes han sostenido y sostienen los discursos sobre género. Elpsicoanálisis tampoco es una sexología. El psicoanálisis es una teoría de lacastración. La castración entendida como sinónimo de deseo y como causainnegociable de la incompletud que nos habita.La pregunta que parecía en su comienzo de rigor: “¿Es Susana unapsicótica?” ¿no podría reemplazarse por otra?: “¿Hasta qué punto es pertinentepreguntarse, fundamental y exclusivamente, si Susana es una psicótica?”.¿No podría considerarse que la Psicopatología es uno de los Nombresdel Padre, y como tal, de la Psicopatología se podría prescindir a condiciónde haberse servido de ella?¿Por qué, en tantas oportunidades, se reduce el psicoanálisis a unapsicopatología? Porque cuando el psicoanálisis es utilizado como unapsicopatología resulta ser la mejor de las psicopatologías, pero esto no implicaque lo sea. El psicoanálisis no es una psicopatología, es una clínica del sujeto.Yo no he escuchado en Susana, hasta ahora, al Presidente Schreber sinoa alguien que ha tenido que entregarse al Otro de la ciencia (obedeciendo susreglas) para obtener un sexo. Susana hace de su posición sexual femeninauna posición subjetiva.Ser una mujer le fija (como al Presidente Schreber) su posición en elmundo, y ser una mujer (como a Dora) la hace vacilar en su posición en elamor.La tripartición de las estructuras clínicas freudianas obliga a no suponerque la psicosis es siempre lo grave y lo obvio. La psicosis no es siempreevidente y lo evidente no es siempre psicosis.“Ser mujer” complica a las mujeres de hoy y de siempre. De allí quetodos los movimientos de liberación femenina tiendan a reivindicar que el“ser mujer no alcanza” y la mayoría de la veces es un obstáculo que interfiere,mediante prejuicios, en el desarrollo personal, social y laboral de lasmujeres. “Ser mujer” parece transparentar los postulados freudianos de ser

TRANSEXUALISMO: ¿EX SEXO DE MUJER?105objeto, dar nombre al masoquismo y encarnar la psicosis, por lo tanto, lasmujeres (en calidad de sujetos) no quieren permanecer del todo (toda ella)en ese estado del ser.¿No homologa Susana mi ser “doctora” (por lo que se entiende que yotambién he solicitado ser operada por la Facultad de Medicina) con su ser“estrella”? ¿No es ésta una forma de hacer existir el narcisismo femenino? 19Pero cuando pasamos al “de mujer a mujer”, yo pierdo irremediablemente,aunque ella, con generosidad, me enseña algunos trucos, recordándome quela mascarada femenina hay que mantenerla con esmero.Si la mascarada femenina implica, para cada mujer, hacer algo con lafalta, ¿es el “ser mujer” de Susana un particular parche en los registros?Digo particular parche porque pareciera emparchar con un agujero, allí dondeno lo encuentra estructuralmente dado.Jung fue consultado por el brote psicótico de la hija de Joyce. Éste lepreguntó a Jung por qué la escritura no había salvado a su hija de la psicosis.Jung le respondió con una frase que me parece significativa reencontrar hoy:“Ella se ahoga donde usted nada”.Parafraseando a Jung digo que Susana nada donde el Presidente Schreberse ahoga, y chapotea con vigor donde Dora desarrolla, con destreza y gracia,el estilo mariposa de su síntoma histérico.Citas1Juego de palabras entre “exceso” como parte de aquello que pasa más allá de la medidao regla y “ex sexo” traducción que Germán García dio al neologismo “hor-sexe” que Lacanintrodujo en el Seminario Aún, parafraseando al “hor-là” de Maupassant.2Lacan, Jacques, El Seminario, Libro IV, Las relaciones de objeto, Paidós, Buenos Aires.3Freud, Sigmund, Tres ensayos y una teoría sexual, O. C., Biblioteca Nueva.4Freud, Sigmund, La organización genital infantil, O. C., Biblioteca Nueva.5Freud, Sigmund, La organización genital infantil, O. C., Biblioteca Nueva.6Lacan, Jacques, El Seminario, Libro XX, Aún.7Freud, Sigmund, Un caso de paranoia autobiográficamente descrita, O. C., BibliotecaNueva.8Soler, Colette, Sexualidad femenina, Colección Orientación Lacaniana, Buenos Aires,1994.9Lacan, Jacques, El Seminario, Libro 15, El acto psicoanalítico.10Stoller, Robert, Sexo y Género, 1962.11Ídem ant.11Frignet, Henry, El transexualismo, Nueva Visión, Buenos Aires, 2003.12Lacan, Jacques, Seminario 18, De un discurso que no sería de apariencia.13Czermak, “Avatares de la asunción fálica” , “El transexualismo”, Revista Imago,Buenos Aires, 2005.14Millot, Catherine, Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo, Catálogos-Paradiso, 1984.15Allouch, Jean, Revista Imago Agenda Nº 93, “Transgéneros”, “Avergonzados”, BuenosAires, septiembre 2005.

106MARÍA CLARA ARETA16Millot, Catherine, Exsexo. Ensayo sobre el transexualismo, Catálogos-Paradiso, 1984.17Freud, Sigmund, La sexualidad femenina, O. C., Biblioteca Nueva.18Soler, Colette, Sexualidad femenina, Colección de Orientación Lacaniana, BuenosAires, 1994.BibliografíaEugenides, Jeffrey, Middlesex, Anagrama, Madrid, 2004.Wright, Elizabeth, Lacan y el posfeminismo, Gedisa, Barcelona, 2004.Maffía, Diana (compiladora), Sexualidades migrantes. Género y transgénero,Feminaria, Buenos Aires, 2003.Morel, Geneviève, Ambigüedades sexuales. Sexuación y psicosis, EditorialManantial, Buenos Aires, 2002.Moreno, María, Vida de vivos, reportaje a Mauro Cabral “La excepción y laregla”, Sudamericana, Buenos Aires, 2005.Miller, Jacques A. y otros, Del Edipo a la sexuación, Paidós, Buenos Aires, 2005.Salafia, Anabel, “Ser, presencia y sustracción”, en El psicoanálisis ante lonormal y lo natural, Kliné, Buenos Aires, 1994.Salafia, Anabel, “Ética, phisis y naturaleza”, El psicoanálisis ante lo normaly lo natural, Kliné, Buenos Aires, 1994.De Maupassant, Guy, El Horla, Argonauta, Buenos Aires, 1988.ResumenEl psicoanálisis, en la pluma de Freud, inventó la sexualidad que rigíó elsiglo XX. No es el transexualismo un tema moderno pero no deja de seractual y, encarnado en un caso clínico, nos obliga a preguntarnos, una vezmás y en el siglo XXI, por la condición femenina.El destino femenino fue, primero, constituirse en objeto, luego dar nombreal masoquismo y más tarde encarnar la psicosis. ¿Qué más puede quereruna mujer?“Ser una mujer” puede fijar una posición en el mundo como le sucedióal Presidente Schreber. Pero la psicosis no es siempre evidente y lo evidenteno es siempre psicosis.De la Psicopatología, como Nombre del Padre, se puede prescindir acondición de haberse servido de ella.¿Es el transexualismo una forma de encontrar en la posición sexualfemenina una posición subjetiva?El artículo precedente “TRANSEXUALISMO: ¿EX SEXO DE MUJER?”no ha sido publicado previamente.

La invención de la homosexualidadAlfredo SmithSe puede fechar en las últimas décadas del siglo XIX, alrededor de1870, la aparición del vocablo “homosexual” (o también “invertido”) paracalificar a aquellos sujetos cuyas prácticas eróticas se realizaban con personasdel mismo sexo (deberíamos agregar “anatómico”).Médicos, psiquiatras y también filántropos comenzaron a reflexionarsobre el tema, por cierto con distinta perspectiva.Krafft Ebing los incluye entre los “perversos” y los “degenerados”. Calificaa la homosexualidad como perturbación o enfermedad mental, muestra deun desarreglo individual hereditario o efecto de la “corrupción”. Desde elpunto de vista de Krafft-Ebing, la conducta homosexual era un evidente signode “degeneración”, en el que el “vicio” actuaba en individuos “infectados”.Desde otro ángulo, el abogado alemán Karl Ulrichs y más tarde eldoctor Magnus Hirschfeld, médico judío de Berlín, luchaban por despenalizarla homosexualidad y por el reconocimiento de su vasta incidencia. “Tercersexo”, “intermedios sexuales” eran sus formas de calificación.Por esa época, el investigador Havelock Ellis dedicó el primer tomo desu monumental obra sobre la vida sexual a los “invertidos”. Prácticamentefue el inventor, en inglés, de un término que se refería a los homosexuales yvino a reemplazar a “sodomita”, aunque éste siguiera en vigencia, sobre todopenalmente.Y, por supuesto, Sigmund Freud. Pero con otro punto de vista. Tanopuesto a que la homosexualidad fuese asunto de la policía como a conceder,en la teoría, la noción de “tercer sexo”.Más allá de cruciales diferencias, el denominador común es el intentode pensar desde la ciencia y la razón este tema, y apartarlo de la moral, lareligión y la condena judicial. Cabe consignar que recién en 1861 fue abolidaen Inglaterra la pena de muerte por delito de sodomía, aunque reemplazadapor una legislación severa una de cuyas víctimas fue Oscar Wilde.Por cierto, hoy en día, los movimientos gays y lésbicos, a traves de susteóricos, se quejan de esta “medicalización” del tema que los libera del juez

108ALFREDO SMITHpero los convierte en “enfermos”. No es ésta la opinión freudiana: “no sonenfermos y la homosexualidad no es motivo para analizarse”. Sí aceptabatratar la neurosis de éstos, como en cualquier otro caso.¿Y cómo era la situación hasta llegar a ese momento del cruce de lossiglos XIX-XX? Repasemos algunos momentos de esa historia.Grecia no es lo que pareceEs casi una vulgata sobre el tema la supuesta tolerancia y libertad de lasprácticas homoeróticas en la Grecia antigua y también en Roma.Siguiendo diversos historiadores, lo que aparece es otra cosa. Por elcontrario, lo que se exigía del ciudadano, del buen ciudadano, era virilidad y“actividad”. Sobre todo esta última cuestión era fundamental. La “pasividad”era una vergüenza, propia de mujeres y esclavos, que sí estaban obligados apracticarla frente a la demanda de los amos/hombres/viriles.Debemos aclarar que siempre estaremos hablando de lo que, en términosactuales, sería “la élite dirigente”, que debía mantener determinada conductapara progresar políticamente y mantener su prestigio. Lo que pasabaen el pueblo no ha quedado registrado.Lo que sí era cierto es que no había juicio adverso respecto a la eleccióndel objeto erótico. Pero siempre observando ciertas reglas de juego. Y porotro lado, estas prácticas no determinaban un destino permanente, y hasta sepueden registrar como verdaderos “ritos de iniciación” (por ejemplo, enCreta y Esparta).Conocemos por el trabajo de Lacan, en el Seminario de La transferencialos términos de “erastés” (amante) y “erómenos” (amado). Estas posicioneseran fijas y con reglas claramente establecidas.El amante debía ser “activo”, mayor, de categoría social superior que eljoven “amado”. En algunas tradiciones, como la de Creta, se simulaba un“rapto”, en el que participaban los amigos del muchacho, y llegado el caso,lo impedían si el seductor no era de la categoría adecuada o, por lo contrario,colaboraban activamente en éste.Finalizado el “affaire”, el amante entregaba ciertos regalos rituales a suamado, entre ellos un buey, que éste sacrificaba a los dioses y compartía consus amigos y su “erastés”. Luego de esta experiencia, lo que quedaba era unabuena relación y, según la categoría del amante, ciertas distinciones en festivales,espectáculos públicos.

LA INVENCIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD109Ser elegido como “erómenos” era una distinción y que un joven debuena familia no tuviera ofertas amorosas era un desprestigio, que hablabade su poca calidad. Lo importante no era su belleza, tema siempre de pesopara los griegos, sino sus cualidades personales.El comportamiento del joven debía ser ejemplar, en la línea de lo queFoucault llama el “cuidado de sí”, de temperancia y contención. No aprovecharsu situación ni el interés de su amante. No negarse al convite perotampoco ser “fácil”. En una palabra, tener control de sí mismo.Después de esta experiencia, el joven volvía a su vida normal, esperandoocupar sus responsabilidades según su categoría social: un buen ciudadanose casa, tiene hijos, se prepara para la guerra y para manejar los asuntospúblicos.Todas estas actividades son perfectamente públicas y cuando alguien lastransgredía, más que condena judicial, se tenía cierta pena por su situaciónpues quedaba impedido para cumplir con sus deberes de ciudadano, lo queera una pérdida para la polis. La falta consistía en entregarse a otro hombrefuera de la edad y las condiciones establecidas.En sociedades como Creta o Esparta todos estos manejos adquieren elcarácter de “rito de iniciación” para habilitarse como futuro ciudadano.Se puede agregar que, en Esparta, el erastés de hoy podía ser el suegrode mañana.El ideal del buen ciudadano griego es un hoplita, ciudadano soldado,con dinero para tener sus propias armas, viril, sano de cuerpo y alma. Loopuesto es el “kinaidoi”, modelo del varón social y sexualmente desviado.No es exactamente lo que hoy podríamos llamar “homosexual”. Volvemos arecordar que esta categoría es moderna y no existía como tal en Grecia. Esexactamente lo contrario de un hoplita, y era mencionado con burla o indignaciónpor el pueblo. Se podría decir que es un “antiideal” del ciudadanomodelo.Dos son las cosas que aparecen como inaceptables: que mancille sucuerpo de varón, entregándolo como el de una mujer, y que además puedallegar a venderlo, cobrando dinero por sus servicios sexuales.Para los griegos, el cuerpo de un ciudadano es sagrado. No puede sertorturado, como un esclavo o un extranjero, y por lo tanto, que por su propiavoluntad lo entregue, perdiendo su dignidad masculina, es algo muy grave.Lo que era tolerable para un joven efebo era inaceptable para un hombre.Ser acusado de kinaidoi es un cargo que hace perder categoría social alsujeto y lo anula para los deberes públicos de ciudadano.

110ALFREDO SMITHEntonces las reglas del comercio sexual entre hombres son bien claras, yexigen de los participantes una conducta contenida y discreta. Y dicha experienciano marca un rumbo y una elección para seguir toda la vida.Terminamos este apartado con una mención a Las Leyes de Platón. Elpersonaje de “El ateniense”, al dirigirse a dos ciudadanos de Creta y Espartales dice: “(…) Otro mal gravísimo han causado los gimnasios, que ha sidopervertir el uso de los placeres del amor, tal como se halla arreglado por lanaturaleza, no sólo para los hombres sino también para los animales (…)Bajo cualquier aspecto que se examinen los placeres del amor, sea en serio,sea en chanza, es indudable que la naturaleza los ha ligado a la unión de losdos sexos, que tiene por objeto la generación y que cualquier otra unión devarones con varones y de hembras con hembras es un atentado contra lanaturaleza, que sólo ha podido producir el exceso de la intemperancia (…)”.Y de todo esto acusa a cretenses y espartanos y a la introducción de losgimnasios en las ciudades.Por tanto, lo que parece fuera de duda es la aceptación de una determinadaconducta erótica, que por un lado no tiene un objeto prefijado por naturaleza ypor otro debe seguir ciertos códigos estrictos. Lo que es tolerado y aceptado escierta forma de relación entre pares. La pulsión se expresa y no tiene objetopredeterminado pero es guiada por un fuerte dispositivo simbólico.Actividad y virilidad, ser dueño del propio cuerpo y el de otros. Eso esel ideal. Entregarse si no se es mujer o esclavo, que por jerarquía y naturalezadeben hacerlo, es despreciable en caso de un varón libre, un ciudadano.Parece que, más que la tolerancia y promoción del homoerotismo, loque se alentaba era una masculinidad sin tacha ni duda.El séptimo círculo del infiernoPasaron los tiempos y surgió el cristianismo, dejando profunda huellahasta nuestros días en lo que hace a las reglas de la vida erótica.En aquellos primeros tiempos heroicos, la difusión de la Buena Nueva yla preparación para la llegada del Reino eran la tarea y esperanza de loscristianos. Pero… la pulsión no descansa, la libido demanda satisfacción yentonces, según se le atribuye a San Pablo, “mejor casarse que arder en elinfierno”.La religión cristiana compartía con el judaísmo y la tradición helénica elrespeto del cuerpo del hombre (el del macho) y entendía que el uso de esecuerpo por otro hombre era una afrenta al sujeto y a Dios. Era el pecado de

LA INVENCIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD111los sodomitas, que habían sido borrados del mapa por la furia divina por esasafrentas contra la naturaleza. Algunos estudiosos de temas bíblicos señalanque no está claro que el pecado sea la homosexualidad, sino la falta a lasleyes de la hospitalidad con los viajeros que llegaban a Sodoma y Gomorra.Lo cierto que “sodomía”, “sodomita” se convirtieron en sinónimos de loque llamamos “homosexualidad” en tiempos modernos.En ocasiones, dentro de la tradición cristiana se lo pensó como causa detodos los males que asolaban a una región o una ciudad: pestes, guerras yotras calamidades. La pena era clara y contundente: la hoguera.Esta actitud de punición legal duró prácticamente hasta la época delsurgimiento del psicoanálisis. Cárcel, penitencia, muerte, excomunión eranla forma de enfrentar la cuestión. Cambiaba el actor de las medidas punitivas,Iglesia o Estado, pero el objetivo era el castigo.En los finales del siglo XIX, el discurso médico-psiquiátrico pone bajosu férula a los homosexuales y busca en ellos las “degeneraciones” anátomopatológicasde sus cerebros y sistema nervioso.En esos tiempos oscuros se puede encontrar un ejemplo de mayor toleranciasobre la cuestión:Dante y su Divina Comedia. Los “sodomitas” están en el infierno perono en lo más profundo. Se encuentran en el 7º círculo. Curiosamente, contralo que se podría pensar, no están entre los lujuriosos ni conscupiscentes sinoen el círculo de los violentos, los pecadores por “malizia”.Ni entre los traidores y asesinos como Judas y Caín, ni entre los pecadorespor “incontinencia”, sino entre los que ejercen violencia. Según el Danteseñala, hay tres clases de violentos: los homicidas de diversa clase, los queviolentan contra sí mismos y sus bienes: los suicidas y los dilapidadores.Finalmente los que hacen violencia contra Dios, la más grave. Allí, losusureros y los sodomitas: reniegan y blasfeman contra la bondad de Dios yla naturaleza. Y es más grave el caso del usurero.Y pese a que se trata de pecadores, Dante departe amablemente conellos. Se emociona al encontrar a un viejo maestro, y evoca entristecido su“querida y honorable imagen paternal”.Y también muchos clérigos y hombres de letras. No se los podría enumerara todos. “Falta” propia de intelectuales y clérigos, “mancillados todosen la Tierra por el mismo pecado”. También maridos desengañados por lavida matrimonial y la aspereza de sus esposas.Como se ve, ciertos imaginarios parecen no cambiar pese al paso deltiempo. Los hombres “pasivos”, que se dedican a pensar y escribir, losartistas en general tienen tendencias a “esas cosas”. La gente “trabajadora”,

112ALFREDO SMITHsana y sin ideas raras, no tiene esas inclinaciones. Por eso hay que mantenerocupados a los jóvenes con muchas actividades y ejercicios. ¿Qué decíaPlatón de los gimnasios? Por supuesto que hoy se debe agregar el comentario“políticamente correcto”: “Pero no tiene nada de malo”.“Del amor que no se atreve a decir su nombre”Para quien sí tenía algo de malo era para la legislación inglesa, querecién en 1861 abolió la pena de muerte en casos de “sodomía”. Pero pormedio de una reforma de la Ley Criminal, desde 1885, todas las actividadessexuales entre hombres, que se equiparaban a la sodomía, eran declaradasactos de “indecencia grave”, punibles con penas de hasta dos años de trabajosforzados.La sodomía, para decirlo con todas las letras, se refería a las relacionesanales, que eran castigadas aun entre gente mayor, con pleno consentimientomutuo y aun entre esposo y esposa. Tipo de legislación que perduró hastarelativamente hace poco en Estados Unidos, sobre todo en los estados del Sur.Y quizás el caso más famoso es el de Oscar Wilde. Brillante escritor ydramaturgo, esteta innovador, creador de un estilo de vida seguido por muchosjóvenes de su época, sufrió en carne propia los efectos de estas leyes.Tan talentoso como altanero y petulante, demasiado confiado en que sugenio y prestigio lo pondrían a salvo de cualquier ataque, mantenía unapública relación con sir Alfred Douglas (Bosie). El irascible, vengativo ypoderoso padre de “Bosie”, marqués de Queensberry, logró llevar a juicio aWilde por esta relación con su hijo.En los Tribunales, preguntado por “el amor que no se atreve a pronunciarsu nombre”, Wilde contesta:“Es el gran afecto de un hombre mayor por otro más joven, como el de(…) David y Jonatan, como el que Platón convirtió en base de su filosofía, elque se puede encontrar en sonetos de Shakespeare. Es un profundo afectoespiritual que es tan puro como perfecto. (…) En este siglo es mal comprendido,tan mal comprendido que es el “amor que no se atreve a pronunciar sunombre” y por su causa yo estoy donde estoy ahora. (…) Es intelectual, yexiste repetidas veces entre un hombre mayor y otro más joven, cuando elmayor posee intelecto y el más joven la alegría, la esperanza y el encanto dela vida ante él. El mundo no entiende que así debe ser. El mundo se burla deél y a veces pone a uno en el cepo por él”.

LA INVENCIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD113Gran aplauso de las galerías y algunos silbidos, Wilde intentaba aquíuna defensa a “lo griego”: la relación entre un hombre mayor y uno másjoven era una relación de “maestro y discípulo”, que tendía al aprendizaje ya la elevación moral del más joven.Pero esto no impidió que continuara el juicio y que junto a un hombrede apellido Taylor, que fue acusado de proxeneta, se lo hallara culpable y selo condenara.Al dictar sentencia, el juez dirigiéndose a ambos dijo: “…Éste es el peorjuicio en que he actuado como juez” y dirigiéndose a Wilde: “(…) (que)haya sido el centro de un círculo de inmensa corrupción de la peor especieentre hombres jóvenes, es imposible de dudar. Bajo estas circunstancias esdable esperar que dicte la sentencia más severa que permite la ley (…) quese los encierre y condene a trabajos forzados durante dos años”.Wilde fue inmediatamente remitido a cumplir su pena, que era temida aunpor los criminales más curtidos, puesto que no tenía esperanza de indulto.Trabajo diario en la noria, limpiar estopa, coser sacas de correo, tareasde sastrería. Encierro de 23 horas diarias cuando no se trabajaba, recreo ensilencio caminando en fila india. Llevar el traje a rayas, señal del escarnio desu condición de preso aun en los traslados públicos. Incomunicado por lostres primeros meses. Una sola carta para enviar y otra para recibir, visitas de20 minutos cada tres meses.El preso dormía en una tabla sin colchón, la comida inevitablementeproducía diarrea y vómitos, situación que se empeoraba en los encierrosnocturnos (el guardián no tenía llave de las celdas). Se vivía en situacionesde suciedad e insalubridadTodo estaba hecho para quebrar la moral del preso.Uno de las causas de mayor sufrimiento que tuvo Wilde estuvo ligada altema de la correspondencia. Pensó que “Bosie” lo había abandonado porfalta de cartas. Esto lo inspiró a escribir De profundis, amarga queja a suamado. Hay diversas opiniones sobre el comportamiento de lord Douglashacia Wilde, tanto favorables como contrarias. Al parecer, hacia el final desu vida, Douglas se reconcilió con el recuerdo de su relación con Wilde.Al término de su sentencia, Wilde se radicó en Francia, donde murió alos 46 años.Havelock Ellis o la invención de la homosexualidadHenry Havelock Ellis nació en Londres, Inglaterra, en 1859. Casualmentefue el año de publicación de El origen de las especies de Charles

114ALFREDO SMITHDarwin. Perteneció a una generación marcada por la ciencia, pero tambiénpor el rígido moralismo de la era victoriana. Luego de un viaje a Australiaen su primera juventud, tuvo la convicción, casi una “revelación religiosa”,de que debía tratar de armonizar una visión espiritual y bella de la vida conuna mirada científica evolucionista, pero que le resultaba impersonal y dogmática.A lograr eso dedicó su vida, eligiendo la medicina como instrumentoy la reforma de la vida sexual de los hombres como terreno de acción.Dos áreas necesitaban de especial investigación y reflexión: los papelessociales relativos al hombre y la mujer; la otra es que las “variantes sexuales”habían sido vistas, en Occidente al menos, como “pecados” o “perversiones”.Ellis ha quedado en la historia como el autor de Estudios de la psicologíadel sexo, obra de varios volúmenes, que se terminó de publicar en 1910.Fue nombrado en distintas ocasiones por Freud, para mostrar cómo otrosestudiosos tenían opiniones similares al psicoanálisis.Precisamente el primer volumen de su obra se llamaba La inversión sexual(Sexual Inversion) publicado en Inglaterra en 1897, que de inmediato le cosechósinsabores y repudios, por su punto de vista original y tolerante.¿Y cuál era su opinión sobre el asunto?:Que las manifestaciones “anormales” del sexo son a menudo variacionesde los mecanismos sexuales “normales” y que sólo había una diferencia degrado entre ellos. Y que, de todas las “desviaciones”, la homosexualidad era lamás cercana a la heterosexualidad aceptada, pues permitía desarrollar unarelación sexual y personal estrecha, de manera similar a la heterosexualidad.Sus dos principios fundamentales fueron:Un “relativismo cultural y social” (dicho en términos actuales): lo que escriticado en la Inglaterra victoriana en otras sociedades, no, y tampoco entrelos agrupamientos animales. Éste es el caso de la homosexualidad. También laclase social: la clase obrera es relativamente indiferente a las llamadas “perversiones”.Las raíces biológicas de la homosexualidad. En esto seguía el modelode su época (no olvidemos que era médico). Y no aceptaba gustoso la“adquisición” de la homosexualidad, puesto que esto daría lugar a la idea deenfermedad o vicio en el que se podía caer. Su empeño al abogar por laexplicación biológica es que, de “ser así”, un sujeto no es enfermo ni delincuente,sino que así ha nacido.Havelock, que fue el primero en usar el término “homosexual” y difundirla expresión “inversión sexual”, diferenciaba entre “inversión” (innata) y“homosexualidad” (adquirida).

LA INVENCIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD115Más allá de las críticas que hoy pueden despertar sus ideas, fue sin dudaun pionero en este complejo terreno. Y sostuvo sus ideas pese a las dificultadesy obstáculos que encontró.Otros autores de la época, como el abogado Karl Ulrichs, creían en lateoría de “cuerpo masculino” poseído por un “alma femenina”, lo que constituiríaa los homosexuales como un “tercer sexo”.El médico berlinés Magnus Hirschfeld fue su continuador y organizadorde grupos de presión en pro de los derechos de los homosexuales, y de laderogación de la legislación represiva sobre ellos que regía en el ImperioAustro-húngaro. También pensaba en los homosexuales como un grupo biológicay psíquicamente distinto de los que bautizaba como “intermediossexuales”.El doctor FreudNo vamos a realizar una detallada exposición de las ideas freudianassobre la sexualidad. Podríamos recordar que en ese momento iba surgiendoel psicoanálisis y que los Tres ensayos… estaban por ver la luz. Noslimitaremos a un breve señalamiento de sus opiniones sobre el tema quepresentamos.No coincidía con Ellis respecto a la base biológica de la homosexualidad,aunque en el primero de sus Tres ensayos… su opinión no esconcluyente.Luego, básicamente en el estudio sobre Leonardo y en el breve ensayosobre los mecanismos neuróticos en los celos, la paranoia y la homosexualidad,pondrá el acento en una intensa identificación con una madre muyamada y amorosa y el deseo de evitar la confrontación con el padre, huyendode las mujeres. Como se ve, un Edipo en pleno funcionamiento y nadademasiado particular en las viscisitudes del sujeto.Lo importante es que, desde un comienzo Freud, rechazó la idea deconsiderar “enfermos” a los homosexuales. A lo sumo como efecto de unadetención en su evolución psicosexual. Utiliza la poco feliz palabra “perversión”que el psicoanálisis heredó de la psiquiatría de la época. Pero era firmesu creencia de que un homosexual, sólo por el hecho de serlo, no teníanecesidad de análisis. Y tampoco podía ser “curado” de ésta.En su respuesta a la muy famosa “carta de una madre americana” diceque a su hijo, homosexual, el psicoanálisis no le cambiará su inclinaciónlibidinosa pero que si es neurótico lo aliviará en su síntomas e inhibiciones.

116ALFREDO SMITHCoherentemente con esto, se manifestaba contrario y opuesto a las leyesrestrictivas y punitorias contra los homosexuales. En declaraciones públicaso firmando petitorios con otras personalidades, abogaba por el cese de esasdiscriminaciones.Ernest Jones considera la actitud de Freud, frente a la consulta de la mujeramericana, como “bondadosa”. Quien no lo era era el mismo Jones, aconsejandonegar el ingreso de un candidato a la asociación holandesa de analistaspor su homosexualidad. También esto creaba conflicto en la sociedad berlinesa,que no sabía cómo actuar pero no aceptaba la sugerencia de Freud para nooponer dificultades previas y estudiar cada caso. No importa la elección sexualmientras no influya sobre el trabajo del analista, dice Freud.Se podría decir en broma lo mismo sobre los candidatos “heterosexuales”,“mientras su elección no interfiera en la conducción de un análisis”, puedenser analistas.En lo que Freud no coincidía ni concedía era sobre el carácter “especial”de “tercer sexo” de los homosexuales.En cada sujeto, el trabajo pulsional y la búsqueda libidinal están marcadospor la obtención de descarga y satisfacción, y no tienen objeto predeterminado.Y todas estas viscisitudes se dan dentro del marco de lo edípico. Porende, cualquier sujeto puede hacer una elección de objeto, transitoria opermanente, de sujetos de su mismo sexo (anatómico).No hay un “tercer sexo” o “sexo intermedio” especial.Un debate particular tuvo Freud con los analistas norteamericanos porsu intento, claramente “puritano” y no analítico, de volver a la buena senda y“curar” a los que se declararan homosexuales.Será interesante terminar con la siguiente marcación. Es moneda corrientetratar a los homosexuales de asociales y enemigos del estado social.Pero Freud enseña en Psicología de las masas… que son ellos los que estánmás capacitados e interesados para mantener un grupo humano. A lasublimación necesaria de lo libidinoso y agresivo para formar un grupo,ellos agregan precisamente lo que tienen de no sublimado, puramente sexualde interés por sus compañeros de sociedad.FinalmenteEn ningún momento Freud, y luego tampoco Lacan, habla de una estructura“homosexual”. “Punto de fijación libidinal”, “elección de objeto parti-

LA INVENCIÓN DE LA HOMOSEXUALIDAD117cular” pero que se puede dar, en cada una de las estructuras que reconocemos,neurosis, psicosis o perversión, con la lógica propia de cada una deellas.Como suele suceder, Freud mismo marca diferencia entre su posiciónética y analítica y la de los que se dicen sus seguidores. No “patologiza” ni“moraliza” la homosexualidad, al contrario de los analistas norteamericanos,por ej.: Y a la vez sostiene firmemente sus opiniones sin caer en demagogia.No hemos desarrollado aquí nada referido a la homosexualidad femenina.Una serie de factores concurren a esto. Desde una absoluta ignoranciasobre el tema (¿desmentida en un sentido analítico?) de parte de la sociedady las leyes. Por otro lado sufren las mismas consecuencias del silencio y elolvido que sobre todo tipo de mujeres se ha dado. Sólo recientemente se hanido desarrollando estudios sobre “historias de mujeres” con una queja común:la dificultad de encontrar elementos suficientes para realizar la tarea. Ylas lesbianas sufren doblemente este silencio. Se refuerza de esa manera,motivo de amargas quejas, “la invisibilidad lesbiana”.Por otro lado, en su famoso caso de “la joven homosexual” hace decir aun viejo colega: “Es una desgracia como cualquier otra”. ¿Se refiere a símismo? Los movimientos gays y lésbicos no vacilan en colocar a AnnaFreud en sus filas, y era su preocupación paterna que se hiciera más mujer ypor eso quiso que se analizara con Lou Andreas Salomé, que para Freud erauna mujer por excelencia. Al ilustre profesor no le parecía mal una “identificaciónal analista” (por lo menos en este caso).También en el mismo campo lésbico hay debates sobre cuál es el sentidoestricto del término. Algunas pensadoras colocan bajo el término “lesbiano”cualquier amistad femenina, de las que la historia está llena, otras apelan a labiología, otras a la “construcción social” y otras, como la feminista lésbicaMonique Wittig, dicen: “Las lesbianas no son mujeres”.Como se ha intentado mostrar, aunque sea suscintamente, la “invención”de la homosexualidad es un signo de los tiempos. Es la pretensión decolocar estos fenómenos bajo una mirada que los haga más inteligibles.Desde algunas perspectivas, para “justificar” la condena social ya existente.Desde otra, para aportar una visión más racional y tolerante al tema.Y el psicoanálisis. O quizá, mejor dicho, Freud. La homosexualidad noes asunto de castigo judicial. No es enfermedad. Tampoco gente especial.No tienen necesidad de análisis por sus inclinaciones libidinosas. Sólo sisufren por sus síntomas, inhibiciones, como cualquier otro, pueden intentarel análisis. Y como cualquier otro que dé la talla, ser analista.

118ALFREDO SMITHResumenLa noción de homosexualidad tuvo un desarrollo en el tiempo y recienquedó estabilizada a fines del siglo XIX, y se convirtió en objeto de reflexiónde médicos, psiquiatras, abogados y filántropos. Y también del nacientepsicoanálisis.La posición de Freud es clara: no es un asunto judicial. No es unaenfermedad. Por sí sola no implica la necesidad de análisis, salvo que elsujeto sufra de otros conflictos. Tampoco se trata de una clase especial dehombres, “un tercer sexo”. Se realiza un breve recorrido por Grecia antigua,las opiniones del naciente cristianismo, la Inglaterra victoriana y las opinionesde un pionero: Havelock Ellis.Bibliografía recomendadaWinkler, John J., Las coacciones del deseo. Antropología del sexo y elGénero en la antigua Grecia, Ed. Manantial.Sergent, Bernard, La homosexualidad en la mitología griega, Editorial AltaFulla.Ariès, Ph. y otros, Sexualidades Occidentales, Paidós Estudio.Foucault, Michel, Historia de la sexualidad, volumen 3, Siglo XXI.Fisher, Trevor, Oscar y Bosie, una pasión fatal, Ediciones El Ateneo.Rowbotham, Sheila y Weeks, Jeffrey, Dos pioneros de la liberación sexual:Edward Carpenter y Havelock Ellis, Editorial Anagrama.Varios Autores, Grafías de Eros, Ediciones de la École Lacanienne dePsychanalyse.Freud, Sigmund, Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci, Tomo XI.Psicología de las masas y análisis del yo, Tomo XVIII, Amorrortu editores.

Cuando no hubo transferencia al padreMaría Gabriela Marini“Pues bien, el psicoanálisis, por su particular naturaleza,no pretende describir qué es la mujer –una tarea desolución casi imposible para él–, sino indagar cómodeviene mujer a partir del niño de disposición bisexual.” 1Devenir mujer para Freud equivale al acceso de este niño de disposiciónbisexual a lo que él llama un deseo femenino. Deseo que implica el deseo deun hijo y que, por lo tanto, no escapa a la lógica fálica. Pero el análisis en elque despeja los avatares de este devenir conserva una riqueza clínica invalorable.El recorte clínico que elijo me los hizo evocar en más de un momento delrecorrido y son esas articulaciones las que pretendo discutir con ustedes. Recordemosantes que, si bien Freud marca tempranamente que la sexualidad dela niña implica dos tareas adicionales respecto del varón (el cambio de zonarectora clítoris por vagina, y el cambio de objeto madre por padre, teniendo encuenta que es desde el objeto-padre desde donde parte el camino hacia laelección definitiva de objeto), es recién en los textos que parten de 1931 queformula la pregunta central en sus desarrollos de la sexualidad femenina: ¿quéhace que la niña abandone al objeto-madre para dirigirse al padre? La mismapregunta sugiere que este pasaje no está asegurado. De hecho, éste es elobstáculo central que Freud despeja para la niña y que se resume en lo quellama la ligazón-madre preedípica. Insiste en que nada podremos entender dela sexualidad femenina sin considerar esta ligazón. Dice: “Casi todo lo quemás tarde hallamos en el vínculo con el padre preexistió en ella, y fue trasferidode ahí al padre”. 2 Lacan nos advierte que debemos considerar esta transferenciaen el sentido analítico del término. Debemos considerar, entonces, quees necesario suponer un saber al padre. Saber sobre la castración y el goce.Freud extiende el alcance de esta transferencia a la fantasía de seducción. Estaescena de seducción adjudicada al padre fue, en realidad, ocasionada por lamadre, sólo que en este caso no fue una fantasía. La madre fue en la realidaduna seductora erotizando al niño con sus cuidados maternos.

120MARÍA GABRIELA MARINIEl caso: Marian tiene 36 años en el momento de la consulta que realizapor indicación de su médica infectóloga. Un mes antes le extrajeron dos gangliosde la pierna a partir de una infección a la que no encuentran causa. “Sólo seexplica porque tengo las defensas muy bajas. Hace dos años que estoy anclada.Vendo seguros corporativos de vida y hasta hace dos años filmaba videos.También estudiaba cine y sacaba millones de fotos, que es lo que me gusta.Desde que este trabajo se terminó, no me cierran las cuentas. Las deudas. Elproblema de las deudas es deberle a alguien.” En esta última afirmación sedespliega su posición. “Yo no me enrosco con nadie. En ningún plano de mivida. Si algo no me gusta o no le gusta al otro, chau y a otra cosa. Eso de sufrirno va conmigo. Lo que más me molesta de esta situación de mi enfermedad esque mis viejos se enteraron y me vieron mal. Ellos no saben nada de mi vida.No la entenderían. Y ahora los tengo encima. Lo más insoportable fue unafrase de mi viejo. ‘Lo que más me duele es que no puedo ayudarte’, dijo.” Esevidente que la situación pone en jaque su modo de presentarse: independiente,sin rollos, divertida, locuaz, dueña de un humor ácido que atrae. La otra“molestia” de su vida es Paola, su pareja desde hace 7 años. “Ella era unaadolescente cuando la conocí. Linda, bella. La atracción física fue brutal y eslo que hoy me ata a ella. También es muy dependiente de su madre.” Alpreguntarle por este “también”, dice: “Además de mí. Hay algo de esa mujerque me resulta insoportable”. (Se refiere a la madre de Paola.) “No me dejaespacio. Sus celos son permanentes. Me dice que se muere si no sabe a cadamomento dónde estoy. Estoy harta de los quilombos. He hecho de mi vida unamentira. Le tengo que mentir. Decirle, por ejemplo, que no me gustan loshombres, ni siquiera un actor de cine. Es absurdo. De hecho, cuando meconoció, me estaba separando de un flaco, una relación de años. No me bancoese discurso feminista, ese rechazo a los hombres.”Si bien su queja por Paola va creciendo a medida que transcurren lassesiones, no la concierne verdaderamente. Me pregunto más de una vez:¿qué la trae? Señalaré de este tramo del trabajo lo que ella sitúa como elpunto de detención que le impide, en los momentos de mayor exasperación,dejar a Paola. “No soporto las escenas que me arma, los gritos. Me da miedola violencia que me genera. Pero, si la dejo, la destrozo. La dejo desamparada.Ésa es la imagen que se me aparece, la de una niña desamparada.”“Soñé con mi abuela.” Aquí sí, la angustia y el llanto aparecen. “Murióhace 5 años. Siempre estuve más con ella que con mi mamá. Es que a losdos meses tuve una infección grave y, como mi mamá tenía que cuidar a mihermana melliza y a mis dos hermanos mayores, mi abuela se ocupó de mí.Ella hasta perdió un hijo, se le murió en los brazos cuando tenía 7 años. No

CUANDO NO HUBO TRANSFERENCIA AL PADRE121soporto ir a mi pueblo y que no esté. Sueño mucho con ella, la sueño bien,viva. Siento los olores de su casa, olor a ropa limpia y a lavanda. Siempreque pienso en ella lloro como si la hubiera perdido ayer. Eso no pasa. No vaa pasar.”¿Se trata aquí sólo del duelo no realizado de su abuela? ¿O tras de él el deesta madre que la deja de algún modo al cuidado de su abuela? ¿La imagen dela niña desamparada tras sus vestiduras de autosuficiencia?… Mientras, lafuria contra Paola va en aumento. “Lo que más me molesta es tener queocultar que me gustan los hombres. Hablando de eso, tuve un encuentro conun compañero de trabajo. Hacía mucho que andábamos seduciéndonos perono pasaba nada. La pasé bien, pero nada del otro mundo, como es con loshombres.” Le pregunto cómo es con los hombres. “Nunca tuve historia con elsexo. Siempre la pasé bien. Hacía ya unos años que estaba con un flaco, medioaburrida ya, cuando un día me topé con una flaca y se dio. Descubrí otra cosa.Es que los hombres son torpes, no saben cómo funciona el cuerpo de unamujer. Hay que explicarles todo. En cambio, una mujer conoce tu cuerpocomo el propio.” Pero no sabe si se enamoró de Paola. “Fue una cuestión decuerpos, de estética”, dice. Con el cuerpo de una mujer hace uno, no el uno delamor, pero sí el de la imagen narcisista. Pero llama la atención que habla delas mujeres con la misma fascinación que de su abuela. Y quien conoce tucuerpo como el propio, ¿no evoca la imagen de esa primera relación con lamadre? La de ese tiempo marcado por Freud de los cuidados maternales,erotizados desde ya. En este caso este saber materno no fue transferido alpadre: “Ellos no saben” y por ende no pueden ser amados.Hablando de un trabajo anterior como maestra jardinera dice: “Me gustabamucho. Los chicos me gustan. Pero llegó un momento en que no mebanqué más a los padres, a las madres más precisamente. Ayer, Paola, enuna de sus tantas provocaciones, me preguntó:“¿Qué harías si querés algún día tener un hijo?”. “Una inseminaciónartificial”, le dije. “Te podés imaginar que ni en pedo, habiendo tantoshombres lindos y pudiéndola pasar bien.” Le pregunto si alguna vez habíapensado en tener un hijo. Se ensombrece. “Podría tener uno. Yo me hice unaborto de esta pareja que tenía cuando conocí a Paola. Pero no podía tenerlo.El tenía dos ex mujeres, hijos con una y con otra y quilombos terribles conlas dos. Los chicos estaban en banda. Yo no iba a traer una criatura a ese líode familia. No me lo pregunté si quería o no, actué. Después… estuve remal.Una sensación de vacío… (se angustia mucho). Nunca pensé en eso. Creo…que hubiera querido, que hubiera sido lindo tenerlo.” En este momento comienzaa estar muy triste: “No tengo ganas de levantarme, de nada”. Sequeja todo el tiempo de Paola pero le es imposible pensar en dejarla. “Estoy

122MARÍA GABRIELA MARINIatrapada. No sé para qué vengo, porque sé que no arreglo nada, pero si novengo me muero… Al fin y al cabo sos la única persona con la que hablo.”Transcurren los meses sin que nada se modifique. Su desasosiego va enaumento, está convencida de que no hay nada por hacer. Un día llega a lasesión un tanto inquieta, inquietud que al menos escandía su ensombrecimientoconstante de los últimos meses. “¿Sabés? La sesión pasada me dicuenta de que en un momento te distrajiste. Me quedé mal. Al punto que nome animé a decirte nada. ¡¡Yo!! Que nunca me callo. Me quedé todo eltiempo pensando que me da mucho miedo aburrirte. Pienso que estoy reiterativa.Pensé qué problema tendrías. Pero nunca, nunca antes, tuve miedo deaburrir a alguien.” Inmediatamente viaja a su pueblo y vuelve totalmentesorprendida de descubrir una cara de su madre que no había vislumbradohasta entonces. “Mi mamá es egoísta. Detrás de su excesiva preocupaciónpor todos, en realidad sólo piensa en ella.” Ella que nunca tuvo rollos connadie empieza a enfurecerse con su madre y… con Paola. “Es igual a mimadre. Aparecen como abnegadas y en realidad no dan puntada sin hilo.Egoístas.” Se abre un tiempo de mucha angustia. Sueña con su abuela pero,por primera vez, la sueña muerta o muriéndose. “Es como si no hubierasabido, hasta ahora, que estaba muerta, y me pasa esto justo ahora, que endos semanas te vas de vacaciones ¿Qué voy a hacer cuando no estés?”A mi regreso, viene contenta. Conoció a una chica bastante más jovenque hace fotografía (su pasión archivada al inicio de su caída) De a poco,la sorprende la aparición por primera vez en su vida de la dimensión delamor. “Necesito verla, aunque sea 10 minutos a tomar un café, aunque nohaya sexo. Es sólo escucharla, que me escuche. Un espacio donde nomiento. Donde hacemos proyectos para filmar. Necesidades de otro tipo.La extraño. ¿Entendés lo que es eso para mí? Yo sólo extrañé a mi abuela.Nunca a mi mamá. Eso me pregunto ahora. ¿Por qué no extrañé nunca ami mamá?”Un sueño: “Voy con mi papá por un camino de huella arbolado. Creoque es el que va de mi pueblo a la laguna. Cada uno va en una moto. Elcamino no termina nunca. Cada vez se hace más estrecho y oscuro, conmuchos pozos y baches. Empiezo a tener miedo. La moto de mi papá es muychiquita. Le digo que paremos y que se pase a la mía que es más grande.Cuando se pasa protesta: –¡¡Vos siempre eligiendo el camino más difícil!!’.Al despertarme pienso que él conoce esa zona mejor que yo. Yo no sé quehaya otro camino. Si lo hay, él no me lo mostró”.

CUANDO NO HUBO TRANSFERENCIA AL PADRE123Citas1Freud, Sigmund, Conferencia Nº 33 “La feminidad”, en Nuevas Conferencias deintroducción al psicoanálisis (1933), Tomo XXII, Ed. Amorrortu, Bs. As., 1996, pág. 108.2Obra citada, pág. 111.BibliografíaFreud, Sigmund, Tres ensayos para una teoría sexual, Cap. II, “La sexualidadinfantil”, Ed. Amorrortu, Tomo VII, Bs. As., julio 1991.La organización genital infantil, Ed. Amorrortu, Tomo XIX, Bs. As., 1993.Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos,Ed. Amorrortu, Tomo XIX, Bs. As., 1993.Sobre la sexualidad femenina, Ed. Amorrortu, Tomo XXI, Bs. As., 1993.Conferencia “La feminidad”, en Nuevas conferencias de introducción alpsicoanálisis (1933), Tomo XXII, Ed. Amorrortu, Bs. As., 1996.Lacan, Jacques, “La significación del falo”, en Escritos 2, Ed. Siglo XXI,Bs. As., 1987.“Ideas directivas para un congreso sobre la sexualidad femenina”, en Escritos2, Ed. Siglo XXI, Bs. As., 1987.Resumen¿Qué hace que la niña abandone al objeto-madre para dirigirse al padre?La misma pregunta sugiere que no está asegurado ese pasaje. De hecho, éstees el obstáculo central que Freud despeja para la niña y que se resume en loque él llama la ligazón madre preedípica. Insiste en que nada podemosentender de la sexualidad femenina sin esta consideración. Refiriéndose aesta ligazón dice: “Casi todo lo que más tarde hallamos en el vínculo con elpadre preexistió en ella, y fue transferido de ahí al padre”.El trabajo clínico que elijo me hizo evocar estos avatares que Freuddescribe en más de una ocasión y son esas articulaciones las que pretendocompartir con ustedes.

Cuando el manto no termina de cubrir ladesnudez del padreVersiones de Ham contemporáneosHoracio BilkisAlicia DubínComenzaremos nuestro trabajo citando un episodio que no nos lo relataningún psicoanalista, sino las Escrituras: en el Génesis, libro 9, podemosleer:“Eran los hijos de Noah que salieron del arca: Shem (nombre), Ham(caliente) y Iéfet (bello). Y Ham era el padre de Quenahan. Estos tres fueronlos hijos de Noah y de éstos se dispersaron todos los habitantes de la tierra. 1Inició Noah –labrador de la tierra– y plantó una viña. Bebió del vino yse embriagó y se desnudó en el interior de su tienda. Vio Ham –padre deQuenahan– la desnudez de su padre y se lo dijo a sus dos hermanos, afuera.Empero Shem y Iéfet tomaron el manto y lo pusieron sobre los hombros deambos; anduvieron hacia atrás y cubrieron la desnudez de su padre. Masvueltos sus rostros, la desnudez de su padre no vieron. Despertóse Noah desu vino y supo lo que le hizo su hijo, el pequeño. Dijo: Maldecido seaQuenahan ¡Esclavo de esclavos habrá de ser para sus hermanos!” Maldicióncontrapuesta en el texto bíblico a la bendición para sus otros dos hijos.Este episodio ha despertado muchos comentarios. Parecería que la Torahquiere recalcar una tendencia al deterioro del núcleo familiar. Por una parte,Ham y Quenahan con su actitud cínica y burlona, y por otra, Shem y Iéfet, queestarían representando la moral y buenas costumbres bíblicas, las cuales mástarde la Torah ponderará. Algunos comentaristas modernos llegan incluso aquerer ver en este episodio las raíces perversas del pueblo de Quenahan.En cuanto a las palabras que dice la Escritura: “Lo que le hizo su hijo, elpequeño”, los midrashim y algunos comentaristas creen que esto hace referenciano a la burla o a la risa que habría provocado la desnudez de Noah asu hijo, sino a algún otro acto sexual abominable que la Torah encubre y noexplicita.Este episodio, como lo trabajó Philippe Julien en su libro El manto deNoé, es recogido por Lacan en su comentario de Televisión.

126HORACIO BILKIS, ALICIA DUBÍNHagamos previamente un pequeño recorrido por la declinación del complejode Edipo. Dice Freud que el complejo se va al fundamento a raíz de laamenaza de castración.Tal como lo sitúa Freud, el complejo ofrece al niño dos modalidades desatisfacción que lo dejan en una suerte de “encerrona”, ya que ambas modalidadesconllevaban la pérdida del pene: una activa como castigo, en lamedida que el niño toma el lugar del padre, y otra pasiva como premisa, altomar el lugar de la madre.Así Lacan recoge este guante dejado por Freud y nos lo recuerda en elSeminario 5: Las formaciones del inconsciente. “Este Edipo invertido nuncaestá ausente de la función del Edipo, quiero decir que el componente delamor por el padre no puede ser eludido, es que es él el que da el fin delcomplejo de Edipo, la declinación del complejo de Edipo”.En la medida entonces que el padre se hace preferir a la madre, tenemosla función terminal del Edipo, que desemboca en la formación del ideal delyo. “Lo que sucede al nivel de la identificación ideal, nivel en que el padrese hace preferir a la madre, punto esencial y punto de salida del Edipo, esalgo que debe literalmente desembocar en la privación.”Es en la medida “que el padre es amado que el sujeto se identifica a él yque encuentra su solución, el término del Edipo, en esta composición de larepresión amnésica; y por otra parte esta adquisición de este término idealgracias al cual él deviene el padre, él puede volverse también alguien que, nodigo de ahora en adelante e inmediatamente, es un pequeño macho que –sipuedo decir tiene ya sus títulos en el bolsillos la cosa en reserva. Cuandollegue el tiempo, si las cosas andan bien, si los chanchitos no se lo comen, enel momento de la pubertad, él tiene su pene listo con su certificado: papáestá ahí por habérmelo conferido en el buen momento”.Sabemos, tal como lo sitúa Lacan en el Seminario 17: El reverso delpsicoanálisis, que es el padre real, agente de la castración, el que introduceun corte, el que dice “tú no eres el falo de tu madre, no eres lo que a ella lefalta”. El padre, como agente real de la castración, inscribe un velo para elniño en lo que concierne al goce de esta mujer. El niño no sabrá sobre laverdad del goce de este padre con esta mujer, causa de su deseo. Aunquepodrá imaginar todas las escenas, en el sentido freudiano del término, quequiera. Padre real que no se analizará, sino al velo puesto delante de él. Poreso dice Lacan en Televisión: “Tengo por excluido que se analice al Padrereal, y para mejor el manto de Noé cuando el padre es imaginario”.Padre que, en la realidad bíblica, vio Ham en su desnudez, y del cualpretendió que sus hermanos supieran. A diferencia de Ham, Shem y Iéfet

CUANDO EL MANTO NO TERMINA DE CUBRIR LA DESNUDEZ DEL PADRE127contaban con el manto que cubre la desnudez del padre, y con el que logranla bendición de éste.Pero ¿qué pasa con el pequeño, en el sentido que podría ser entendidoen las Escrituras: el despreciable, el pequeño en su dimensión moral, Ham elcaliente? Ham en hebreo es calor, caliente.¿Qué pasa con ese hijo que “ve” muy al desnudo el goce del padre?Del episodio del “manto de Noé” algunos comentaristas bíblicos recalcabanel deterioro del núcleo familiar. Nosotros podríamos preguntarnos,¿cómo se nos presentan clínicamente estos pequeños Ham? ¿Cuáles son susversiones contemporáneas? Vayamos a los recortes de dos presentacionesclínicas.Al desnudo: entre carnes y rougeUn joven de 25 años, Luciano, consulta por su angustia ante una desilusiónamorosa: el joven con quien sostenía una relación desde hace un par deaños elige a una mujer. A Luciano se le torna intolerable el contacto con suamante: aunque piensa constantemente en él, evita los encuentros, no contestaningún llamado. No sale a la calle, la angustia lo inunda con sólo pensaren verlo, y aún es peor ante la idea de que esté con ella.Sus sueños le traen constantemente la figura de este joven amante. Sinembargo, a un trecho de comenzar la consulta surge un sueño algo diferente:Luciano está caminando por un parque con una reja, para luego encontrar asu amante. 2Esa reja es la del jardín de infantes, a través de la cual miraba, presa desus angustias y llantos, a su madre, quien lo esperaba, no pudiendo tampocodesprenderse de él.Relación por demás estrecha, años después devendrán muy confidentes.Todo el día juntos, pegoteados, sólo se separaban cuando se le impedíaentrar con ella al baño. Su padre lo entretenía sosteniéndolo en su regazomientras le contaba cuentos de terror que aún hoy recuerda. Y los recuerdaen ese gustito que siempre siente ante situaciones “catastróficas”.Todo capricho era comprado, se lo llenaba de regalos. Pero tal como élsitúa en las entrevistas, no era donado: lo que su padre le daba seguíaperteneciéndole a él, al padre. 3A los 7 años se encaprichó con ir a patinar sobre hielo, aunque no sabíahacerlo. Estuvo allí el tiempo reglamentario, a pesar de que la cantidad decaídas hubieran ameritado que su padre lo sacara de la pista 4 . En su lugar, el

128HORACIO BILKIS, ALICIA DUBÍNpadre le dice a la madre: “Dejalo, que se haga hombre”... El saldo de lasordera del padre: otro cuento de terror, ya que tuvo un grave traumatismorenal.Cuentos de terror entonces que contrastaban con el silencio del padredel pegoteo de una madre con su hijo. Oídos sordos, que no dejaron demostrarle a Luciano dónde el padre tenía sus ojos: su amante, con la que nodejaba de pasearse. Como tampoco dejó de mostrarle años después mujeresque apetecía.No son pocas las oportunidades en las que Luciano, al subir al auto desu padre, se encuentre con objetos de sus amantes.Entre rouge y carnes transcurría la vida de este jovencito, siempre allado de su madre, pero sin dejar de mirar en silencio a su padre, o susposteriores sustitutos de los que se enamoraba platónicamente.Luciano comienza a intentar encuentros con hombres, pero todos sonfallidos, siempre tiene un pero, siempre se escabulle. Cuando uno le gusta,es justamente el que no lo corresponde. O le empieza a atraer otro cuando,ya cansado de las vueltas de Luciano, deja de llamarlo.Y corre al lado de alguna mujer, a contarlo.La comodidad del rigorSolicita una consulta Mateo, de 27 años, quien desde hace seis años harecorrido diversos tratamientos por “ataques de pánico” que ocurren principalmenteante lugares abiertos. Se inunda de un estado de ansiedad contaquicardia y sensación de ahogo. Su vida está muy limitada, ya que se leimpone la idea de encierro y muerte inminente. Por este cuadro no puedequedarse nunca solo en su casa y siempre está en compañía de algún familiar.Prefiere incluso acompañar a éstos adonde vayan antes que permanecer solo.Las mejores “referencias de seguridad” son su madre y un hermanomayor, que ya no vive con la familia. Su padre trabaja en Buenos Aires, porlo que Mateo depende de su madre, y la acompaña en sus diversas actividadesdiarias.Sin embargo, Mateo ha logrado estudiar y si bien su título universitarioestá cerca, no le genera entusiasmo. Si ahora, para ir a la facultad debehacerlo acompañado de algún familiar, piensa que esto le sería impracticablepara sostener alguna experiencia laboral.Se generan tensiones por los reproches que Mateo le hace a la madre siella sale y no le avisa. Siente así que por su “enfermedad” queda al arbitrio

CUANDO EL MANTO NO TERMINA DE CUBRIR LA DESNUDEZ DEL PADRE129de su madre. Madre caracterizada como una gallina que hace lo posible paraque los pollitos no se vayan del nido.Mateo comenta que su padre siempre les antepuso a sus hijos muchorespeto para con la madre. Así, ante cualquier conflicto con su madre, sienteque el padre siempre toma partido por ella.Las crisis le aparecen generalmente cuando empieza a pensar en cómohará para salir de la ansiedad. Busca tener todo bajo control y evitar losatisbos de incertidumbre que la vida pueda trae aparejados. “Me anticipo ygenero escenarios negativos.”Como su padre, fatalista, temeroso y también tratado por episodios de“pánico”. También en su forma de ser despreciativa y muy competitiva, “élsiempre se compara intelectualmente conmigo”.“Mi viejo me busca permanentemente, me pide opinión de algo y luegome desautoriza.” Luego sobreviene una discusión, que sitúa ahora comoprólogo a las crisis de ansiedad.Siempre ocupó el lugar de confidente de la madre. Piensa que por estose traga las broncas, no las puede canalizar 5 . Siempre quedó como eje de lapareja parental y dice temer que, de “curarse” de sus miedos, los padresterminarían separados.Pero también y principalmente es confidente del padre. Asocia otrafaceta del padre. Estando ambos de vacaciones recuerda de él: “Un tipo queno paraba de hablarme sobre las minas que se cogía, incluso me presentó auna de ellas, fue muy desagradable”.Dice: “Qué tipo hipócrita, por un lado promoviendo el respeto a mivieja. Y por la calle se pone a marcarme las minas”.Así, los abusos a los que él somete a su familia por sus síntomas sedesplazan a como él quedaría abusado: “Y esa espina la tengo metida, aveces pienso respecto a mi problema: si me cagaron la vida, ahora que se labanquen”.Será gracias a una entrevista que solicita el padre donde se esclarezca laposición de éste. Hablando de lo de madraza de su esposa, pregunta riéndose:“¿Qué tengo que hacer, matarle los pibes?”. Es que nada pueden hacerjuntos ya que Mateo, al que él llama casualmente Mato, está siempre interponiéndose.“Es un cómodo, un gran estratega para manejar la situación”, dice de suhijo, y pregunta: “¿Se cura o va a estar siempre así?”. Se le pregunta: “¿Y sidejase la ‘comodidad’, qué supone usted que pasaría?”. Respuesta escalofriante:“Se terminaría la paz de los cementerios”.

130HORACIO BILKIS, ALICIA DUBÍNTambién Mateo ha pensado muchas veces y hasta ahora callado: “Soycómodo, por no querer sufrir ansiedad termino quedándome y no arriesgo.Soy hijo del rigor”. 6Comodidad e hijo del rigor enlazados ahora en una fantasía: “Por discutiry pelearme con mi padre, voy a terminar rompiéndole la cara y ahí él meva a echar”.Estos dos recortes presentan lo que nos permitimos llamar “pequeñosHam contemporáneos”. Volviendo al inicio del trabajo, recordemos que esHam el hijo que ve a Noah en su desnudez. Ham en hebreo significa elacalorado, el caliente. Y es la clínica la que denotará cómo y con qué se lasve un hijo cuando al padre –en la desnudez de su goce– se le dificulta operaren tanto corte. Corte que no es sin el componente del amor por el padre queposibilita la declinación del complejo de Edipo. 7Citas1En hebreo Shem significa nombre, Iéfet significa bello, lindo, y Ham caliente. Como sepuede inferir en el desarrollo de nuestra lectura, lo pensamos como diferentes maneras en quese inscribió el Nombre del Padre.2Sueño que, si leemos a la letra, “por un parque con una reja”, encontramos la preguntaque este joven se hace en su tiempo de subjetivación: ¿para qué una pareja?3De todas formas, tal como se lee a continuación, de los dones del padre él lograquedarse con algo: la pista, el terror, versiones del nombre del padre.4Sacarlo de pista: Luciano queda más bien en la banquina, no fuera de pista (por eso noes psicótico). Pensamos el estar en la pista como la ruta del deseo. En este punto, el padre lodeja en una pista, pero muy en la banquina.5Estas cavilaciones obsesivas, igual a las de su padre, le permiten por otra parte laseparación con la madre, su confidente. Lo pensamos en esta línea como uno de los nombresdel padre6Hijo del rigor: otro nombre del padre.7Podríamos preguntarnos, ¿qué hace un psicoanalista con lo caliente del hijo?BibliografíaBiblia, Libro del Génesis, capítulo 9.Julien, Philippe, El manto de Noé, ensayo sobre la paternidad, AlianzaEstudio.Lacan, J., Radiofonía y Televisión, Ed. Anagrama.Lacan, J., Seminario 5, Las formaciones del inconsciente, Paidós.Lacan, J., Seminario 17, El reverso del psicoanálisis, Paidós.

Siete ¿mujeres? más uno.De recorridos en torno a la cuestión de lafemineidadM. Celeste Becchio, Florencia Borgoglio, M. Vanina Davin, YaninaGette, Julia Martín, María Paz Rodríguez, Sandra Tomaino“Lo que da cierta plausibilidad a lo que propongo,que de este goce la mujer nada sabe, es que nunca se lesha podido sacar nada. Llevamos años suplicándoles, suplicándolesde rodillas –hablaba la vez pasada de laspsicoanalistas– que traten de decírnoslo, ¿y qué?, puesmutis, ¡ni una palabra!”Jacques Lacan, Seminario XXEn la película de François Ozon Ocho mujeres 1 , las protagonistas se venreunidas alrededor de un enigma que las enfrenta, a cada una de ellas, con lapregunta ¿qué es ser una mujer?: hija, amante, hermana, esposa, para estehombre que, con su presencia-ausencia, suscita el interrogante. Elegimoseste título que evoca al film porque las siete integrantes que participamos delpresente escrito nos reunimos a partir de un problema, un enigma, convocadaspor un más uno, externo al grupo, que apuesta a producir efecto detrabajo en cada una, efecto de discurso, más precisamente, efecto de sujeto.Dadas las características de este grupo: cinco licenciadas en psicología,egresadas hace menos de un año, y dos estudiantes del último año, fuenecesario autorizarse en el no saber y dejar de esperar del S 1las respuestas alos interrogantes; hacer, al decir de Lacan, de la localización de la ignoranciaun instrumento, como marco que ordena el saber. Romper con la relaciónpasmado-pederasta a la que arrastra el Discurso Universitario, en palabras deColette Soler.A partir de esta autorización fue posible un viraje, estableciéndose así latransferencia de trabajo que relanza el proceso y se sostiene en la “falta ensaber”. El trabajo con otros se sostuvo en la tarea conjunta, el cuestionamiento,la discusión y la producción.

132M. CELESTE BECCHIO, FLORENCIA BORGOGLIO, M. VANINA DAVIN...En nuestros encuentros, el “más uno” posibilita la continuidad, el desplieguede la pregunta, pero no dirige ni responde a la demanda de “respuestas”,demanda muchas veces velada pero inevitablemente presente.Llevamos ya ocho meses trabajando, a partir de una propuesta de JorgeZanghellini en su seminario La clínica a la luz de los lazos sociales. Éstaconsistía en la conformación de un grupo de trabajo que, mediante la elecciónde un tema, se reuniera semanalmente. La supervisión de la tarea estaríaa cargo de los miembros del Foro de La Plata.“Constitución subjetiva” fue el tema que nos convocó en aquel momento.Por ser éste muy vasto y complejo, su recorte comenzó con el estudio delSeminario XI, recorrido que nos llevó a otras lecturas y otros interrogantesacerca de la vertiente pulsional de la constitución subjetiva y de la concepciónlacaniana de la libido freudiana.Algunas dudas nos condujeron a convocar la intervención de JorgeZanghellini en tanto interno-externo al grupo. El requerimiento apuntaba ademandar al Otro la producción de un saber. Su intervención en aquel momentopermitió que apareciera otra dimensión del obstáculo, que no era deíndole epistemológica sino en relación con nuestra posición. En ese momento,el no responder a la demanda dio lugar a la rectificación de cada una conrespecto a su deseo.Nos resultó crucial la indicación de la lectura del Seminario XX enrelación a la pregunta por la diferencia entre pulsión y goce. Se produjo allíuna torsión de nuestro trabajo hacia las fórmulas de la sexuación y los gocesdistinguidos. En este punto logramos el interrogante que posibilitó el recortede la sexualidad femenina como nuestro tema de interés.En el primer encuentro de este año, comenzamos a trabajar sobre éste;como eje vertebrador de la tarea, elegimos el libro Lo que decía Lacan de lasmujeres, de Colette Soler. Este libro nos ofrece al menos tres vertientes detrabajo: el recorrido por sus itinerarios bibliográficos, la interrogación de lostextos citados y nuevas preguntas que llevan a otros materiales.La forma de trabajo varía con cada encuentro, algunas veces se leen lostextos, y otras, cada una de las integrantes del grupo toma una referencia yhabla sobre ella. El trabajo con las demás es lo que termina por armar lapregunta.El trabajo conjunto nos ha permitido no la acumulación de un saber sinoel intentar resolver un problema; la tarea realizada de esta manera posibilitala producción, con el aporte de los interrogantes provistos por todas.Creemos que la continuidad de este cartel de trabajo se debe a que lasreuniones de lo sábados comenzaron con miembros que se “autopropusieron”

SIETE ¿MUJERES? MÁS UNO - DE RECORRIDOS EN TORNO A LA CUESTIÓN DE LA FEMINEIDAD133para la tarea y que, cada una, en su manera singular de entender su inclusión,puede trabajar “con otros” y sostener su entusiasmo.Los encuentros se llevan a cabo en el Café de las Artes en La Plata,donde nos han recibido muy cálidamente, preparándonos un lugar tranquilo,apartado del resto de la gente. Creemos que se preguntan (sin preguntarnos)qué hacen esas siete, que todos los sábados a la mañana, café y medialunasde por medio hablan, leen, discuten y se ríen durante tres horas.Este año hemos modificado la manera de trabajar como efecto de lorealizado el año pasado, pensamos que ya no se trata de “leer con otros” sino“pensar con otros”, y también que el trabajo podría inscribirse en cada una ycomo producción hacia las demás.En ese sentido, la formalización y el pensar sobre el trabajo que hacemos,necesarios para estos párrafos, es un primer paso hacia ello.Acerca de la bibliografíaLa bibliografía propuesta para el trabajo del grupo se constituyó principalmenteen función de lo que cada integrante pudo ir aportando y de laconsulta a otros analistas que han trabajado sobre el tema.Consideramos algunas sugerencias del libro Cómo hacer una tesis, deUmberto Eco 2 , en relación a tomar en cuenta las referencias y la bibliografíacitadas por los autores, contemplando sus recorridos, los cuales fueron ordenadoresde la tarea de recopilación.Organizamos el material en dos ficheros: uno en el que hemos registradotodos los libros, y otro de lectura, en el que incorporamos puntuacionessobre cada autor y texto trabajado.La bibliografía y la lectura se organizaron en fuentes primarias y secundarias,en función de ser Freud y Lacan (fuentes primarias) los autores enquienes sostienen sus afirmaciones los autores recopilados como fuentessecundarias.Fuentes primarias1. Textos de Sigmund Freuda) Período de la homologación de la sexualidad del niño y de la niña.Freud, Sigmund, Tres ensayos para una teoría sexual, en Obras Completas,1º ed., España, Biblioteca Nueva, Vol. II, pp. 2444-2456.

134M. CELESTE BECCHIO, FLORENCIA BORGOGLIO, M. VANINA DAVIN...Freud, Sigmund, El tabú de la virginidad, ibíd., Vol. III, pp. 2444-2456.Freud, Sigmund, Teorías sexuales infantiles, ibíd., Vol. II, pp. 1263-1271.b) Luego del giro de los años 20, con la postulación del período fálico,no genital para ambos sexos, la elevación del falo símbolo que inscribe lacastración, la presencia del Edipo invertido y finalmente, la disimetría entreambos sexos, efecto de la disímil relación entre el Complejo de Edipo y elComplejo de Castración.Freud, Sigmund, Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina,ibíd., Vol. III, pp. 2545-2561.Freud, Sigmund, La organización genital infantil, ibíd., Vol. III, pp. 2698-2700.Freud, Sigmund, La disolución del Complejo de Edipo, ibíd., Vol. III, pp.2749-2752.Freud, Sigmund, Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia sexualanatómica, ibíd., Vol. III, pp. 2896-2903.c) El examen de la relación temprana de la niña con la madre preedípicaen los años 30 y su pasaje hacia el padre.Freud, Sigmund, Sobre sexualidad femenina, ibíd., Vol III, pp. 3077-3089.Freud, Sigmund, Nuevas lecciones introductorias al psicoanálisis, Conf.XXXIII, “La femineidad”, ibíd., Vol. III, pp. 3164-3177.2. Textos de Jacques LacanLacan, Jacques, Acerca de la causalidad psíquica, 1º ed., Buenos Aires,Homo Sapiens, 1978.Lacan, Jacques, “Intervención sobre la transferencia”, en Lectura estructuralistade Freud, 1º edición, México, Siglo XXI, 1971, pp. 37-50.Lacan, Jacques, “La significación del falo”, ibíd., pp. 279-281.Lacan, Jacques, “La dirección de la cura y los principios de poder”, ibíd., pp.217-278.Lacan, Jacques, “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina”,ibíd., pp. 290-304.

SIETE ¿MUJERES? MÁS UNO - DE RECORRIDOS EN TORNO A LA CUESTIÓN DE LA FEMINEIDAD135Lacan, Jacques, “Ideas directivas para un congreso sobre sexualidad femenina”,ibíd., pp. 305-339.Lacan, Jacques, “Observaciones sobre el informe de Daniel Lagache”, ibíd.,pp. 269-306.Lacan, Jacques, “Discurso de clausura sobre psicosis infantil”, en PsicosisInfantil, 1º Ed., Bs. As., Nueva Visión, 1971, pp. 159-161.Lacan, Jacques, “Dos notas sobre el niño”, en Intervenciones y textos 2, 1ºEd., Bs. As., 1988, pp. 55-57.Lacan, Jacques, El Seminario. Libro 4, La relación de Objeto, Bs. As.,Paidós, 1994.Lacan, Jacques, El Seminario. Libro 5, Las formaciones del inconsciente, 1ºEd., Argentina, Paidós, 1999.Lacan, Jacques, El Seminario. Libro 17, El reverso del psicoanálisis, 5ºreimpresión, Bs. As., Paidós, 2004.Lacan, Jacques, El Seminario. Libro 20, Aún, 1972-1973, España, Paidós,1975.Lacan, Jacques, “El Atolondradicho”, en Escansión, Vol.1., Bs. As., 1984,pp. 15-72.Lacan, Jacques, “Conferencia: Joyce el síntoma II”, dictada el 16 de junio de1975, www.ecole-lacanienne.netLacan, Jacques, “Introducción a la edición alemana de los escritos”,www.ecole-lacanienne.netFuentes secundariasAmigo, Silvia, Clínica de los fracasos del fantasma, 1º ed., Bs. As., Homo^Sapiens, 1999.^Butler, Judith, Laclau; Ernesto, Zizek, Slavoj, “El redoblamiento de la diferenciasexual”, en Contingencia, hegemonía, Universalidad. Diálogoscontemporáneos en la izquierda, 1º ed., Bs. As., Fondo de Cultura Económica,2004, pp. 148-164.Camaly, Gabriela, “De qué –trata– el testimonio”, en Revista Enlaces, Año 7vol. 10, Bs. As., Grama, 2005, pp. 42-50.Cevasco, Rithée, “El debate actual acerca de la diferencia de los sexos”, Publicacióndel Foro Psicoanalítico de Bs. As., Colección de Fichas nº 001.Cevasco, Rithée, “Goce místico y lazo social”, en Aspectos del malestar enla cultura, 1º ed., Bs. As., Manantial, 1989.

136M. CELESTE BECCHIO, FLORENCIA BORGOGLIO, M. VANINA DAVIN...Pommier, Gérard, La excepción femenina, 2º ed., Bs. As., Alianza, 1993.Eco, Umberto, Cómo se hace una tesis: Técnicas y procedimientos de investigación,estudio y escritura, 5º ed., Barcelona, Gedisa, 1983.Farías, Florencia, “Fin de análisis: del duelo de la madre al deseo del analista”.Trabajo presentado por la autora en el encuentro de Río de Janeiro: “Laselecciones del sujeto”, noviembre de 2005.Foucault, Michel, Historia de la sexualidad 1: La voluntad de saber, 3º ed.,Bs. As., Siglo Veintiuno, 1978.Foucault, Michel, Historia de la sexualidad 2: El uso de los placeres, 1º ed.,Bs. As., Siglo Veintiuno, 1986.Gallano, Carmen, “Clínica del estrago”. Trascripción de la conferencia dictadaen el Colegio Clínico del Foro de Bs. As., noviembre 27 de 2001.Gallano, Carmen, La alteridad femenina, 1º ed., Medellín, Asociación deForo del campo lacaniano de Medellín, 2002.Laurent, Eric, Posiciones femeninas del ser: Del masoquismo femenino alempuje a la mujer, 1º ed., Bs. As., Tres Haches, 1999.Miller, Jacques Alain, De mujeres y semblantes, 2º ed., Bs. As., Cuadernosdel Pasador, 1994.Morel, Geneviève, Ambigüedades sexuales: Sexuación y psicosis, 1º ed., Bs.As., Manantial, 2002.Russo, Pablo, Sánchez, Blanca, “Variedad de respuestas al malentendido sexual”,en Revista Enlaces, Año 7, vol. 10, Bs. As., Grama, 2005, pp. 59-65.Siegel, Claudia, “¿Singularidad del fantasma en La mujer?”, en Revista Enlaces,Año 7, vol. 10, Bs. As., Grama, 2005, pp. 56-58.Soler, Colette, Lo que decía Lacan de las mujeres: Estudio de Psiconálisis,1º ed., Medellín, NO-TODO, 2004.Mead, Margaret, Sexo y temperamento, 1ºed., Barcelona, Altaza, 1997.Tendlarz, Silvia, Las mujeres y sus goces, 1º ed., Bs. As., ^Diva, 2002.^Zizek, Slajov, Las metástasis del goce. Seis ensayos sobre la mujer y lacausalidad, 1º ed., Bs. As., Paidós, 2003.En torno a lo trabajado… algunas palabras¿Qué es una mujer?, enigma que nos conduce a las vicisitudes de lasexualidad femenina.

SIETE ¿MUJERES? MÁS UNO - DE RECORRIDOS EN TORNO A LA CUESTIÓN DE LA FEMINEIDAD137En nuestro recorrido, nos hemos encontrado con la inesencia de lo femenino,es decir que pensamos que LA / mujer es uno de los nombres de esegoce real que no pasa por el Uno fálico.La pregunta por el ser lleva a un callejón sin salida, por eso nuestrabúsqueda se ha dirigido a la singularidad de ese goce suplementario, es decirque no hace complemento, un goce más allá del falo. Goce Otro que sobrepasaal sujeto y no identifica, siendo heterogéneo a la estructura discontinuade los fenómenos que regla el lenguaje.El ser sexuado de esas mujeres-no todas no es definido por la anatomía,sino por lo que se desprende de una exigencia lógica de la palabra.Lacan va más allá de Freud y, sin invalidar la referencia primordial alfalo, va a ocuparse de establecer los límites de la referencia a éste. Es lo quepropone en las fórmulas de la sexuación, los límites de la referencia fálicapara explicar el todo de la sexualidad y en particular la posición femenina,ya que si esta equivalencia fálica no permite dar cuenta de lo que sería unapaciguamiento, es necesario interrogar las características propias de la relaciónentre el (a) y lo que es la dispersión del sujeto femenino en el (A), queda a la sexualidad femenina esa nota de exceso.Plantea asimismo este más allá del falo en la mujer como “esfuerzo”,“envuelto”, “contigüidad” y son precisamente estos significantes los queproducen resonancias y preguntas. Ante el silencio de las mujeres en torno altema, recurre al testimonio esencial de los místicos, que dicen lo que sienten,pero que no saben nada sobre eso, y en este punto la experiencia se equiparaal goce femenino. Allí se puede atisbar que se trata de la experiencia delcuerpo que resta en los márgenes del saber.Ahora bien, Lacan expresó también con Freud que la relación que seestablecía entre el niño y su madre era de goce sexual y que era necesariodesplazar el acento de La Madre a La Mujer, porque es el goce de la madreen tanto mujer con el que el niño debe vérselas y hay en esta relación un másallá y un más acá de la equivalencia fálica. Esto nos conduce al estragomaterno, en especial con la niña, que, al decir de Lacan “espera más subsistenciade su madre que de su padre”, entendiéndose esta subsistencia comouna palabra materna que diga cómo ser una mujer, cuando la niña atisba esaexperiencia de goce que no puede nombrar. Esa palabra materna no sólo nollega, ya que es aquello innombrable, sino que hay algo de ese goce que laniña vislumbra en la madre, que no espera y que produce un corte en lacadena significante que estraga al sujeto, un más allá del falo en la madre,aquello que la enajena.Y, por último, quizá como una cuestión preliminar a toda investigaciónacerca de la sexualidad femenina, sea necesario pensar en algunas conse-

138M. CELESTE BECCHIO, FLORENCIA BORGOGLIO, M. VANINA DAVIN...cuencias que pueden extraerse de la siguiente frase de Lacan: “Nuestrascolegas, las damas analistas, ¿qué nos dicen de la sexualidad femenina? –notodo. Es muy notable. Ellas no han hecho avanzar ni un ápice la cuestión dela sexualidad femenina. Debe haber una razón interna, ligada a la estructuradel aparato del goce”. 3De esta manera, en el enlace de diversos temas en relación a la sexualidadfemenina, se nos abrieron diversos interrogantes que han surgido comoresultado del trabajo sobre algunos textos. Con el tiempo, es esperable quealgunos encuentren una vía de dilucidación, otras se abandonen y surjannuevas. Permitirán también poner algunos mojones en este camino de investigacióny, por añadidura, siendo éstas, siete ¿mujeres? hablando sobre sexualidadfemenina, este recorrido no será sin efectos de verdad.Hasta aquí entonces, un breve relato de los caminos recorridos y porrecorrer de este cartel. La publicación de estas líneas tenía por intención lade contar a otros nuestra forma de trabajar y el material que usamos paraello, además de los obstáculos que hemos encontrado en la tarea. Esperamoshaber podido transmitir los avatares de nuestro comienzo…Citas1Ficha Técnica: “Huit Femmes”, 2002. Dirección: François Ozon. Intérpretes: DanielleDarrieux, Catherine Deneuve, Isabelle Huppert, Emmanuelle Béart.2Humberto Eco, Cómo se hace una tesis. Técnicas y procedimientos de investigación,estudio y escritura, 5º Edición, España. Gedisa, 1983.3Lacan, Jacques, El Seminario, Libro XX. Aún, 1ª Edición, Buenos Aires, Paidós,1.981, pp. 73.BibliografíaEco, Humberto, Cómo se hace una tesis, Técnicas y procedimientos deinvestigación, estudio y escritura, 5ª edición, Barcelona, Gedisa, 1983.Lacan, Jacques, El Seminario, Libro XX. Aún, 1ª Edición, Buenos Aires,Paidós, 1981.Pommier, Gérard, La excepción femenina. Ensayo sobre los impassesdel goce, 2ª edición, Buenos Aires, Alianza Editorial, 1993.Soler, Colette, Lo que decía Lacan de las mujeres: Estudio dePsiconálisis, 1º ed., Medellín, NO-TODO, 2004.

Dossierossier:Escuela de Psicoanálisis de losForos del Campo Lacaniano

Note sur le choix des passeursIl ne suffit pas qu’un analyste croie avoir obtenu la fin d’une analysepour que, de l’analysant arrivé à ce terme, lui, pour l’avoir élaboré, fasseun passeur.La fin d’une analyse peut n’avoir fait qu’un fonctionnaire du discoursanalytique. C’est maintenant souvent le cas.Le fonctionnaire n’est pas pour autant indigne de la passe, où iltémoignerait de ses premiers pas dans la fonction: c’est ce que j’essaie derecueillir.Pour le recueillir d’un autre, il y faut autre dit-mension: celle quicomporte de savoir que l’analyse, de la plainte, ne fait qu’utiliser la vérité.Avant de s’engager là-dedans la tête la première, témoignera-t-il quec’est au service d’un désir de savoir?N’importe qui ne saurait en interroger l’autre, même à en être lui-mêmesaisi. Il entre peut-être dans sa fonction sans reconnaître ce qui l’y porte.Un risque: c’est que ce savoir, il lui faudra le construire avec soninconscient, c’est-à-dire le savoir qu’il a trouvé, crû dans son propre, et quine convient peut-être pas au repérage d’autres savoirs.De là parfois le soupçon qui vient au sujet à ce moment, que sa proprevérité, peut-être dans l’analyse, la sienne, n’est pas venue à la barre.Il faut un passeur pour entendre ça.J. LACAN, 1974Jacques Lacan. Nota sobre la elección de pasadores(Traducido al castellano por Manel Rebollo. Las notas al pie son deRithée Cevasco).No basta con que un analista crea haber obtenido el final de un análisispara que, del analizante, llegado a este término, él, por haberlo elaborado,haga un pasador.

142NOTE SUR LE CHOIX DES PASSEURSEl fin de un análisis puede no haber producido más que un funcionariodel discurso analítico. Ahora ocurre a menudo.El funcionario no es por ello indigno del pase, donde daría testimoniode sus primeros pasos en la función: es lo que intento recoger.Para recogerlo de otro hace falta otra dit-mension: la que implica saberque el análisis, de la queja, no hace sino utilizar la verdad.Antes de comprometerse ahí dentro de cabeza, ¿testimoniará que lohace al servicio de un deseo de saber?No cualquiera puede interrogar sobre ello al otro, aun cuando él mismoesté capturado en ello. Puede que entre en su función sin reconocer lo queahí le conduce.Un riesgo: que ese saber habrá de construirlo con su inconsciente, esdecir, el saber que él ha encontrado, de su propia cosecha, y que tal vez noconvenga a la localización de otros saberes.Por eso una sospecha puede surgirle al sujeto en ese momento, que supropia verdad, quizás en el análisis, la suya 1 , no llegó a la barra.Hace falta un pasador para oír 2 eso.Jacques Lacan, 1974Citas1“La sienne”: ¿a qué se refiere?, ¿a la verdad, o al análisis? (en francés ambos sonfemeninos…Dado que la referencia al análisis está entre comas… el antecedente tendría que ser “laverdad” y por lo tanto sería LA SUYA y no EL SUYO…2También podría considerarse un error traducir ENTENDRE por Escuchar, más bienOÍR (del trayecto de la pulsión invocante: oír, ser oído, hacerse oír…). Pero siempre es unadiscusión para saber cómo volcar eso en castellano, en todo caso me parece que la mejorsolución es OÍR (y no escuchar)…Querido Manel Rebollo,Pocos miembros de la EPFCL conocen este texto de Lacan, dirigido por él alos AE de l’École Freudienne de Paris. Sería bueno ponerlo en la red internacional.Debemos la posesión de este documento a Solal Rabinovitch, nombradaA.E por el procedimiento del pase en la l’EFP. Este documento fue archivadopor Annie Staricky, a quien agradezco que me lo haya transmitido.Cordialmente,Patrick Valas.

Viraje finalPatricia Muñoz de F. 1Que Lacan haya situado el pasaje de analizante a analista en la puertacuya bisagra es el objeto “a” causa de la división del sujeto, es un paso que amenudo se pasa por alto. “En este viraje final se pone en juego el juicioíntimo del sujeto, aquel donde lógica y ética se confunden, el pasaje al decirque concluye en un acto. Ya no se busca más una causa, es el acto como unacausa nueva. Es un pase donde lo interminable del impase se resuelve por ladestitución y que da a la cura su conclusión.” 2 Viraje, pasaje, es a ese paso alque quiero tratar de echar un vistazo, en mi experiencia, ya que había unquerer ser analista que no era muy seguro y sólo hasta el final no se presentócomo una elección. La experiencia de cada uno, en sus diferencias, revela lavariedad; además, no creo que sea una tarea terminada de una vez por todas,como dice Lacan, el pase es como el mar, siempre recomienza.La frase de Lacan “Autorizarse de sí mismo” se presta a malentendidos,si no se entiende en su verdadera dimensión, a pasajes al acto o a ubicarse enel lugar de analista como Ideal. En la práctica se da, de hecho, que lamayoría de los analizantes se instalan como analistas antes de haber terminadoel análisis. Si el final del análisis es el paso de analizante a analista, yel deseo del analista es efecto de este final, ¿con qué opera cuando se instalaprematuramente? ¿De qué se autoriza?El que se instala como analista puede ocupar ese lugar, ¿pero por cuántotiempo? Se puede hacer un análisis siempre y cuando el analista no impida,no intervenga mucho, pero hasta un cierto punto; hay un límite a partir delcual el analista tiene que ser un analista efecto de un análisis terminado. EnLacan, más allá de Freud, hay, no el impase, sino la posibilidad de terminarel análisis por un tratamiento lógico del impase.Aquel que se autoriza prematuramente puede autorizarse de su fantasma.Si el analista se autoriza en su fantasma, habrá siempre una imposibilidadpara trascender cierto límite en la práctica, particularmente porque loque puede poner a operar es el deseo de un sujeto en particular, soportadopor un fantasma particular.

144PATRICIA MUÑOZ DE F.También se puede autorizar en el no saber, lo que Lacan llamó autorizarseen su extravío, en la posición de la desidentificación, en el “Sin fe dela verdad”… El neurótico empedernido. Es una autorización del lado de lametonimia de la pregunta, que no favorece la respuesta, una versión, segúnColette Soler, que tiene cierta continuidad con la posición misma del neurótico,por su pasión por la pregunta. Es una forma de identificación a ladivisión del sujeto, un apoyo en la imposibilidad de la estructura sin pasarpor la verificación de lo singular de esa inscripción para cada uno.En el seminario Les non-dupes-errent, dice Lacan 3 : “Autorizarse sólopor sí mismo, él no puede con ello sino autorizarse también por otros, hacerque ese objeto “a”, llegue a ser, el “a”, ese lugar que nadie es, desde luego,como el nombre de persona 4 lo indica, un lugar de rango a ocupar, de falsaapariencia (semblante). Se trata de ocupar el rol de analista. He anticipadoalgo que se plantea con la pregunta ¿puedo serlo?, autorizarse, eso todavíapuede andar, pero serlo es otro asunto, así se forja lo que enuncié del verbodes-ser, el analista yo lo des-soy, el objeto “a” no tiene ser”.Está claro en Lacan que no se puede SER analista, uno sólo puedeautorizarse a ocupar ese lugar. No se opera como analista con su ser, másbien con el des-ser; al final del análisis, el analizante sabe a qué se redujo suanalista, al desecho de la operación analítica, y el objeto “a” se evacua en elmismo movimiento con que cae el analizante al haber verificado la causa desu deseo. La destitución subjetiva, dice Lacan en el discurso a la EFP,produce ser y fuerte.En el “Prefacio a la edición inglesa del Seminario XI” en 1976, diceLacan: “…De allí mi proposición que el analista no se hystoriza más que a símismo: hecho patente, y aun si él se hace confirmar de una jerarquía”. 5Historización es encontrar la lógica, las premisas, los datos de la historia quepermitan sacar las conclusiones y las consecuencias.En la experiencia del análisis, estaba claro que “No podía no haberterminado el análisis para ocupar el lugar del analista”, es algo se que sabíasin saberlo, que a posteriori se puede nombrar como la incomodidad e imposibilidadde ocupar un lugar. Autorizarse de una estrategia frente al Otro:“pasar desapercibida”, lo que se traducía por no intervenir mucho, no hablar,esta posición puede funcionar por un tiempo, pero la incomodidad en esaimpostura fuerza a empujar el análisis hasta el final. Esa posición es opuesta,antagónica con el decir y con el acto. La estrategia es un cálculo sobre elOtro, sobre su voluntad de goce, estrategia que produce un efecto de ser y unefecto de goce, goce como respuesta de lo real y que no es del Otro.

VIRAJE FINAL145Cuando ya no se espera nada del Otro, y habiéndose desembarazado delsentimiento de impostura, se puede venir a un lugar que se ocupaba sin estarrealmente allí. Se hace una elección, se autoriza a ocupar el lugar del objeto“a” para otros en el discurso analítico. Es el término de un recorrido en elque se alcanza un punto de real.Al final del prefacio 6 , dice: “Porque no someter esta profesión a laprueba de esta verdad con la que sueña la función llamada inconsciente…, elespejismo de la verdad, de la que sólo se espera la mentira no tiene otrotérmino que la satisfacción que marca el fin del análisis”, que se presenta enla experiencia del análisis como un: es suficiente, no hay nada más, nada quepedir, nada que esperar, satisfacción entonces. Ya no se corre más tras elespejismo de la Verdad.Se presenta como un pasar de la inmovilidad, el silencio y la inactividad(que le daba consistencia al Otro) a tomar posición, hablar, actuar. Posibilidadde ocupar un lugar, es valentía, es enfrentar la ferocidad del Otro y dejarde alimentar esa ferocidad. Ferocidad que es una interpretación de cómogoza el Otro. Y la suposición de una voluntad del Otro vivida como expulsión.Una vez atravesado ese límite, se encuentra que se puede enfrentar alOtro y no pasa nada. Se revela la inconsistencia del Otro.Separación que cuenta con el destino y con la estructura, con la porqueríaque es la suya propia, es una posición ética que se toma respecto al goce,“no cerrar más los ojos”, pasar de la Inhibición al hacer, nacer, ocupar unlugar, el lo único que el sujeto puede hacerse sin el Otro. El objeto “a” es lacausa de la división pero no de la posición del Sujeto, es algo que no es nisignificante ni goce, allí la ética condiciona lo epistémico.Lacan hace reposar la autorización del analista en lo más real, en lo másparticular de su ser, dice: “El analista si se criba en el desperdicio que hedicho… es en lo que debe haber circunscrito la causa de su horror, el suyopropio, el de él, separado del de todos, horror de saber…” 7Hay variantes del final, final que generalmente dura mucho tiempo, quees diferente para cada uno, es más, puede haber varios finales. En la experienciade la que doy cuenta, es un final de análisis en dos tiempos, unprimer tiempo que deja al sujeto en una posición de vulnerabilidad, deindefensión y desamparo, separación precipitada, producida por un decir noa una sugestión del Otro. Un sueño instaura nuevamente la transferencia enla que se pone en primer plano nuevamente la cuestión del lugar, el enfrentamientocon la muerte y la relación con el psicoanálisis. Un segundo tiempodonde es la posición ética frente al goce, la que está en primer plano. La

146PATRICIA MUÑOZ DE F.decisión de ocupar para otros ese lugar de desecho y acompañarlos en elitinerario que los lleva a su propia falta en ser, entonces operará comoanalista por lo único que garantiza su acto: el deseo del analista.Al final, el sujeto se realiza en tanto falta es la maldición asumida.“A esto le llaman encontrar la salida”,“final de partida perdida, finalde perder”.Beckett 8Citas1Psicoanalista; A.E. de la EPFCL en Medellín Colombia, este texto retoma, con pequeñasmodificaciones, el aparecido en la revista electrónica de la IF, Wunsch 3.2Soler, Colette, “De un impase al otro”, conferencia.3Lacan, Jacques, Seminario no publicado, lección 9 de abril 1974.4Nota: En francés, persona tiene una doble acepción, persona y nadie.5Lacan, Jacques, Autres écrits, Ed. Seuil, p. 572.6Ibíd.7Lacan, Jacques, “La nota a ios italianos”, en Uno por Uno, abril 1991, p. 17.8Beckett, El final de la partida, Ed.Tusquets, Barcelona, 1986.

El interés del paseSusana DíazI. El interés del pase para los psicoanalistasPero ¿para qué implicarse en el esfuerzo de establecer qué es unanalista?El pase tiene un objetivo que es verificar si hay allí del analista; elproblema es que determinarlo ofrece una dificultad particular que encuentraun eco en la interrogación que Lacan pone en boca de Freud: ¿qué es unamujer? En todo caso, la pregunta retorna sobre los analistas a la vista de lasegregación que opera el inconsciente sobre lo heterogéneo.No hay materia de identificación a El analista, no hay rasgo unario delanalista como lo hay del hombre, o del significante. Aquel que se presentacomo siendo El analista con mayúscula es un impostor, ese otro que pareceserlo es producto del espejismo de la transferencia. La “experiencia”, la edaddel analista no es prueba de que hay del analista.El analista no tiene inscripción en el inconsciente al igual que La mujer.No tiene inscripción en el Otro más que parcial, ya que sabemos que sólo elorden fálico puede escribirse y el analista no está todo en el orden fálico. Esdecir, el analista comparte algo de su posición con la posición femenina.Tanto La mujer está tachada como El analista. El analista como sujeto estátachado, sólo es en su acto, y en él no es sujeto.En ese sentido, las normas estándar de la IPA, incluso las instituciones,la tendencia a agruparse de los analistas, aún y con todas las dificultades ysinsabores por los que atraviesan, intentan aplacar, moderar en alguna medida,el malestar por la ausencia de marca identificatoria. La sesión estándar,la reglamentación de los minutos de duración de las sesiones, su ritmo, laestratificación de los honorarios intentan restituir la orientación a los analistas,evitar el extravío tanto cuando se trata del plano subjetivo, como en cuantoal malogro que hace a la interpretación, establecimiento y puesta en prácticade la doctrina. Pretender estandarizar al analista es un medio para tratar deprotegerse contra el no todo del analista.

148SUSANA DÍAZ¿Cómo reconocerlo entonces? En la “Nota a los italianos” Lacan pone alanalista en relación al no-todo. Es decir, al no todo que presentó en las fórmulascuánticas de la sexuación del lado femenino. Les recuerdo que del lado masculinotenemos el todo fálico y la excepción, y del lado femenino el no todo queentre en relación con el S (A), es decir, con la falla en el saber.Algunas respuestas que no agotan la pregunta/Un analista es el que mantiene cierta relación a la castración, a la faltade un significante, al matema a S (A), / a lo que resiste a la simbolización.En cierta consonancia con la tarea del poeta, matemático o escritor, endefinitiva el pasante trata de dar cuenta de lo que supo hacer con S de (A), /falta de un significante en lo simbólico. Pero no sólo ése es el valor de estematema, sino también, como afirma Lacan en “El atolondradicho”, la moradadel ser de la significancia.Noción que desplegó Roland Barthes en torno a lo que excede alsignificante y al significado, en Lacan alude a los que no han venido a losimbólico, ni significante ni significado. Aquello que tal vez no será nuncasignificantizable, pero que aun así, se puede alcanzar en un análisis: larelación al goce.Es por ello que Lacan presenta este matema del lado femenino en lasfórmulas de la sexuación, es algo que el nombre del padre no alcanza aregular. S de (A) / no es sólo matema de la falta de un significante sinotambién de la presencia de un trozo de real que habita entre los elementosdiscretos de la combinatoria significante.En estos dos textos, “La nota a los italianos” y “El atolondradicho”,Lacan afirma que la cura que se espera de un psicoanálisis es recuperar algode este trozo de real para animar el deseo de saber.¿Por qué pone este acento en la producción de saber, en el deseo deinventar el saber? Por una parte, para garantizar que el psicoanálisis perdure,pero también para verificar que el analista no reproduce al amo, que no lovuelve a poner en el estrado para hacerse su vasallo y pedirle. En síntesis,castración en sentido amplio.El cartel es parte del trayecto de transmisión de la experiencia, y estambién recreación. Efectivamente, el trayecto de un análisis sale del consultorio,del gabinete, para ponerse en forma en el testimonio y atravesar luego laversión, el pasaje por los pasadores y llegar a destino: ser considerado porlos cinco miembros del cartel. Un trayecto complejo, algo similar a la carta

EL INTERÉS DEL PASE149robada. Hay 7 personas concernidas en relación a ese análisis, los miembrosdel cartel y los pasadores. Estos últimos ven redoblada la apertura al trabajode elaboración del testimonio recibido y su relato para el cartel por un lado yen su análisis, lo que a su vez producirá efectos si llega o cuando llegue elmomento de su propio testimonio, se podría decir entonces que el pasequeda en souffrance… en el trayecto de pasador a pasante. ¿O será que elpasador se descarga, se descarta por completo de ese testimonio cuando haceel relato al cartel del pase? El interrogante está abierto.No es vano recordar aquí la famosa y enigmática frase de Lacan “yopaso mi vida haciendo el pase”, este analista dice que pasa su tiempo tratandode pensar el psicoanálisis y de construir la estructura de la experienciaanalítica.El trabajo de elaboración, el trabajo significante está a cargo del analizanteen la experiencia. La labor del pasante tiene en común también la construcción,pero una construcción que tiene que ver con pensar la experienciaanalítica, de leer y de escribir los datos de su experiencia.Freud habla del Dichter en El poeta y el fantasear. El decidor, elpoeta, el analizante se hace analista de su experiencia con lo que esoconlleva de composición poética y/o matemática. Lo que se dice, lo que seescribe, intenta vencer el olvido de lo que uno ha podido leer de la experiencia.El analista pone a prueba su invento, trata de verificar lo que pudohacer con ello.¿Tenemos derecho a poner en un mismo plano al hacedor de metáforasy al hacedor de matemas o al hacedor de proposiciones? En todo caso, enambos la cuestión pasa por la escritura y Lacan no se priva de decirse ser ono lo suficientemente poeta en L’insu….Bien, lo que se dice queda olvidado detrás de lo que se escucha, cito aLacan en L’Etourdit, y el pasador, ¿qué escucha?Para el pasador se trata de no estar tan ocupado con su fantasma comopara poder ofrecer una cavidad suficiente como para alojar los dichos delpasante y transmitirlos luego al cartel del pase.El Cartel, ¿qué escucha, qué evalúa? ¿Qué se espera de ese trabajo? Sereintroduce algo del orden de la experiencia que puede ser reelaborada entérminos de saber. ¿Qué saber? Lacan es bien explícito en la “Nota a lositalianos” (1974): ése no es un saber a descubrir sino que hay que inventarlo.La labor a desarrollar en el cartel vuelve sobre los dichos. Los dichosdel testimonio del pasante para tratar de discernir un decir de donde sepretende extraer su relación al saber. Lacan es categórico en la “Nota a los

150SUSANA DÍAZitalianos”: la selección de analistas debe hacerse en relación al deseo desaber. En la “Nota...”: “No hay analista más que si ese deseo le surge…”.La proposición de 1967 es propuesta de un método inédito para decidiranalistas. Entonces el analista hay que decidirlo. Como no se puede saber, laúnica salida es producir la apuesta. La decisión no es un modo de la apuestasino la apuesta misma, es decir, un modo de atravesar la distancia entre doselementos heterogéneos, entre la experiencia y el saber.De modo que la tarea de los integrantes del cartel no es otra que perseguirun indicio razonable que informe qué hay del analista para concluir enun acto de decisión del cartel del pase.II. El interés del pase para el psicoanálisis mismoPero ¿para qué implicarse en el esfuerzo de establecer qué es unanalista?La respuesta, tanto de Freud como de Lacan, es que es necesario seleccionarlos analistas para combatir las desviaciones y ayudar a la supervivenciadel psicoanálisis. Los fundadores son categóricos al respecto: por elproblema del extravío y los efectos grupales de la institución analítica, esdecir, por la persistencia del discurso analítico. El analista trabaja con elementosde lo real, con lo imposible de escribir y trata de producir unaescritura en los bordes, en los márgenes de este imposible, lo imaginario esentonces recurso para velar el horror que esto produce y a la vez lo reeditaen el exceso de narcisismo de los analistas amontonados.Sostiene Freud en Historia del movimiento psicoanalítico: “Nadie puedesaber mejor que yo lo que es el psicoanálisis”, (soy el) “único responsablede sus caracteres fundamentales”. Afirmaciones de 1914. Asombroso sipensamos que se refiere a su “pequeña asociación” desde 1902. En la Autobiografíaencontramos los datos de la fundación: a propuesta de Ferenczi sefunda, en el segundo congreso celebrado en Munich en 1910, la “AsociaciónPsicoanalítica Internacional”. Sin embargo, transcurridos 12 años de las primerasreuniones, y cuatro de la fundación, la asociación no le basta paradejar de custodiar su invento. Es decir, la Asociación ya no resulta confiable.Recordemos que entre 1911 y 1913 se agravaron las diferencias con Jung ycon Adler, que terminaron en separación.Sin embargo, la fundación ha tenido lugar, Freud ha acompañado eimpulsado el acto, su consecuencia es que al analista deben determinarloalgunos. Desde 1912, Freud auspicia en la Asociación Internacional de Psicoanálisisla forma de autoridad que prevalecerá, determina los detalles del

EL INTERÉS DEL PASE151ejercicio y la transmisión de poderes. Confiesa claramente en su correspondenciasu preocupación de asegurar el mantenimiento de su pensamiento ensu forma completa cuando el ya no esté allí para defenderlo. Es decir, semuestra preocupado por el destino de su invención después de su muerte. Laseparación de Jung, la más dolorosa, produce efectos. Para enfrentarse a elloFreud acepta la constitución de un comité secreto llamado de los siete anillossegún el tomo II de Ernest Jones: Vida y obra de Sigmund Freud.La fundación es un hecho, entonces, ¿cómo resuelve la asociación lacuestión de delimitar qué es un analista? Muy fácil, que el analista delanalista lo diga; la tramoya del gran bonete que desemboca en el gobierno deunos pocos. Figura conocida y siempre falsa del Otro del Otro, garante de laverdad, catálogo de todos los catálogos. Una ilusión al fin donde se aprecia,fugaz, la cabellera canosa de Dios en bambalinas.Soluciones que fracasan según Lacan en Situación del psicoanálisis en1956. Han pasado casi cincuenta años de este escrito, sin embargo, es palpablesu enorme vigencia en nuestro tiempo de capitalismo tardío.¿Qué propone Lacan allí? Nada menos que preguntar a los psicoanalistaspor su interpretación del psicoanálisis. Su concepción del psicoanálisisdebería indicarnos si hay analista ahí. La cuestión apunta, sin dudas, alsaber, al horror de saber, al deseo de saber.De los dichos de los analistas acerca de su quehacer Lacan deduce unaestandarización de la cura en torno al fantasma de la teoría. Es decir, señalala desviación postfreudiana.Ese errar, producto de la estandarización del psicoanálisis y del analista,tiene un eco en la asociación de analistas, que consiste en la estratificación,la organización en grupos sociales al modo en que imaginó el gran cuentistaJulio Cortázar los cronopios, los esperanzas y los famas, los estratospsicoanalíticos que el texto denuncia con brutal ironía en ese momento: loszapatitos, las beatitudes y las suficiencias. Con efecto de esterilidad y silencioa nivel de la producción de saber. Es decir, el escrito pone en evidenciaque la esterilidad y el silencio van en contra de garantizar la supervivenciadel discurso analítico.Tampoco resulta sencillo para Lacan resolver el problema de la asociaciónanalítica, de la garantía y de la supervivencia del psicoanálisis. El hechoes que funda la escuela en el 64 luego de ser excomulgado, como dice él.Pero en el 67 pronuncia el veredicto de fracaso y escribe “Razón de unfracaso”. Fracasó la transferencia de trabajo, confiesa que no logró su propósitode transformar las condiciones de lazo entre los analistas.Otra vez la esterilidad como síntoma de la Escuela. Introduce entoncesese año, 1967, la Proposición, sobre el fondo de fracaso de la transferencia

152SUSANA DÍAZde trabajo en la Escuela Freudiana de París. La proposición es acerca de unmétodo inédito para decidir analistas. Entonces el analista hay que decidirlo;como no se puede saber, hay que producir la apuesta. La decisión no es unmodo de la apuesta, sino la apuesta misma que apunta a atravesar la distanciaentre dos elementos heterogéneos, entre la experiencia y el saber.El procedimiento sufre distintos ajustes hasta el cartel del pase. La“Nota a los italianos” en 1974 radicaliza la cuestión del pase. En 1980disuelve la Escuela Freudiana de París.A partir de lo que Lacan constata en torno a las dificultades de lacomunidad analítica, el cartel aparece como un aparato de desestabilizaciónen la organización, de la burocracia, de aquello que silencia y encubre ypromueve la violencia en la institución analítica.El dispositivo es un contrapeso a la jerarquía, sin descuidar la jerarquía:(AMEs). En verdad, el psicoanálisis no apuesta a la revolución sino a lasubversión, esto se traduce en la introducción de un dispositivo de desestabilizaciónen la organización.La puesta en marcha del procedimiento en la EPFCL está a tono con lainclinación subversiva del psicoanálisis, toma distancia de experiencias anteriores.Es probable que en la permutación radical de los miembros del cartelresida su innovación mayor. El hecho de que los carteles se constituyan y sedisuelvan luego de trabajar sobre algunos pases –cada cartel se constituyepor sorteo y decide sobre un número limitado de pases– resulta un hallazgocon repercusiones múltiples:De entrada, la implementación se revela como una herramienta poderosísimacontra los efectos de pegamento o de grupo, va contra la identificaciónal líder, dificulta restablecerlo, volver a consolidarlo y complacerlo. Elplazo de culminación del trabajo, por otra parte, hace obstáculo a las fijaciones.Se opone también a la estandarización en tanto el cartel se compone dedistintas personas de diversas ciudades y lenguas, de modo tal que favoreceel intercambio en lo que hace a la construcción de nuevos conceptos ynuevas escrituras del psicoanálisis. Puede resultar un contrapeso, con mayoro menor eficacia, respecto de los defectos estructurales de la vía asociativa.Se presenta además como una forma eficaz y nueva de difundir elpsicoanálisis, ya no se trata del secreto que se desnuda en el gabinete delanalista, sino de una experiencia que excede sus muros y se multiplica y seinfiltra en distintas comunidades y en diferentes lenguas.Buenos Aires, marzo de 2006

La Escuela y la institución del psicoanálisisDiego Mautino“Hay aquí un capítulo que designarécomo la confusión sobre el cero,respecto de la cual se permanece enun campo donde no es aceptada.”JACQUES LACAN,Proposición del 9 octubre 1967 sobre el psicoanalista de la EscuelaPlanteo y alcance de una cuestiónEn una época caracterizada por el empuje al logro conforme a la ley deldiscurso capitalista, nos proponemos retomar una tesis de Lacan sobre elpsicoanalista y su institución. Aquí, al revés, el balance es: fracaso.En 1967 dice: “He fracasado en despertar el pensamiento psicoanalítico”1 . Compara este sueño de la razón con el horror al acto, que empuja apreferir el sujeto supuesto saber. Es necesario leer esta evaluación con otrasucesiva en la que subraya que su enseñanza logró dar a los psicoanalistas“deseos de existir”. No contradice la primera afirmación, pero pone unacento diferente, en cuanto no evoca un campo epistémico sino un deseo 2 .A la lógica de la identificación, del todo, del Uno –con la precipitacióncorrelativa del “yo también”, como versión del empuje al ser conforme–, laEscuela de Lacan opone la lógica de la des-identificación, del no-todo, deluno por uno, con una fórmula de excepción, al menos uno, correlativa al“deseo de existir”.En la Escuela se trata de desarrollar un trabajo epistémico anudado a latransmisión de un deseo inédito: el deseo del psicoanalista. Respecto a suinstitución, ¿cómo mantener un conjunto constituido por excepciones? Cuestióntanto crucial como inevitable, porque el deseo del psicoanalista toma sufunción en el discurso y no puede sostenerse con uno solo.

154DIEGO MAUTINOEn los grupos, en cambio, las incidencias van contra los efectos dediscurso. A propósito del funcionamiento del grupo mediante la identificación,nos orientará la consideración que Freud plantea en Psicología de lasmasas: “(…) cómo un objeto reducido a su realidad más estúpida, peropuesto por un cierto número de sujetos en una función de denominadorcomún (…), es capaz de precipitar la identificación del Yo Ideal hasta esepoder débil de malaventura que muestra ser en su fondo”. E insiste Lacan:“¿Habrá que recordar, para dar a entender el alcance de la cuestión, la figuradel Führer y los fenómenos colectivos que han dado a este texto su alcancede videncia en el corazón de la civilización?”. 3Apuntes para una teoría de la instituciónA partir de la “Proposición del 9 octubre 1967 sobre el psicoanalista dela Escuela” 4 , relevamos algunos apuntes para una teoría de la institución.“Para introducirlos a ella, me apoyaré en los dos momentos de empalme delo que llamaré respectivamente en esta recreación el psicoanálisis en extensión,es decir, todo lo que resume la función de nuestra Escuela, en lamedida en que ella presentifica al psicoanálisis en el mundo, y el psicoanálisisen intensión, es decir, el didáctico, en tanto éste no hace más que prepararsus operadores” 5 . El psicoanalizante que inaugura el psicoanálisis, Freudde hecho, orienta el trabajo de Lacan hacia un algoritmo donde, al inicio, latransferencia implica un significante que determina el sujeto bajo el significadode un texto que no sabe. Se revela así una dificultad propia al campodel psicoanálisis, una aporía del saber, no todo es saber.Lacan precisa lo que caracteriza la función del analista en la direcciónde la cura, ilustrando con el agalma la función de envoltura que contiene unno-saber central y lo establece así en el algoritmo de la transferencia 6 :sS1 2(S , S , . . . S )Apoyando en los dos momentos de empalme todo lo que resume lafunción de nuestra Escuela, resulta que el lugar del no-saber es central. ¿Quéteoría de la institución se puede deducir de la Proposición? Respecto al nosaber(en reserva debajo de la barra sostenida entre el significante de latransferencia y un significante cualquiera), Lacan dice:“Esto no autoriza en modo alguno al psicoanalista a contentarse con saberque no sabe nada, porque lo que está en juego es lo que tiene que saber. LonSq

LA ESCUELA Y LA INSTITUCIÓN DEL PSICOANÁLISIS155que tiene que saber puede ser delineado con la misma relación ‘en reserva’,según la que opera toda lógica digna de ese nombre. Eso no quiere decirnada ‘particular’, pero eso se articula en cadena de letras tan rigurosas que, acondición de no fallar ninguna, lo no-sabido se ordena como el marco delsaber” 7 . El no-saber no concierne, entonces, a una negatividad inefable;tampoco a un gesto de modestia, que implica situarse todavía respecto a sí.Se trata más bien de la producción en reserva: condición para que lo nosabidose ordene como el marco del saber.En la consideración de lo que instituye la Escuela, se asigna –en manerahomóloga a lo que sucede en la praxis analítica– un lugar central al no-saber:condición para la producción en reserva del saber oportuno al psicoanálisis.Un saber congruente con la estructura de la interpretación en la experienciaanalítica –es decir, no suministrable por vía de la comunicación– donde lacoincidencia entre tiempo y acción transforma, retroactivamente, un no-saberen “saber oportuno”, una interpretación presta a satisfacer el entreprest 8 .Decimos ese saber con un neologismo para subrayar su particularidad: ¿cómoentender ese saber rebelde a la dialéctica de la interlocución? El saber delpsicoanalista no está inscripto en el Otro, procede en principio de una operaciónde separación en acto.¿Qué consecuencias comporta a nivel de la institución la separaciónentre S 1y S 2? Partiendo de la distinción de los lugares: del poder (S 1) y delsaber (S 2), se delinean tres posibilidades:1) relación… de no relación, o sea de exclusión recíproca entre S 1y S 2;2) supremacía del polo del saber S 2S 1;3) una articulación que no sea ni de disociación ni de sustitución: S 1S 2,con la declinación de tres operaciones posibles:a. interpretación,b. puesta a prueba,c. creación.Encontramos indicaciones sobre la tercera posibilidad y sus declinacionesen el “Acto de Fundación de la Escuela Francesa de Psicoanálisis”:a. Lacan sitúa la interpretación [S Sq= S 2S 1], en el marco de lo que llama“psicoanálisis puro”, “o sea praxis y doctrina del psicoanálisis propiamentedicho, lo cual no es otra cosa que el psicoanálisis didáctico”. 9b. Puesta a prueba o crítica que, en el mismo “Acto…”, Lacan precisa comocondición para el “psicoanálisis aplicado” en cuanto contribución a laexperiencia psicoanalítica 10 ;

156DIEGO MAUTINOc. creación, como el “Acto de Fundación” la instituye, respecto a la existenciade la Escuela; donde el saber se precipita en el poder de un actoinstituyente que no es reductible ni a la interpretación ni a la crítica.La Escuela y la estructura del inconscienteEs necesario que la Escuela, en cuanto institución en sintonía con laestructura del inconsciente, responda a las solicitaciones de tal estructura,favoreciendo la revolución de los cuatro discursos. Siguiendo la “Proposición”,la institución estará en sintonía con la estructura del inconsciente –yen consecuencia, con la experiencia misma del psicoanálisis– en elanudamiento de un no-saber, que opera como condición para la produccióndel único saber oportuno.Haciendo referencia al real de la experiencia, hay en la “Proposición”un enunciado provocador: “La facilidad aparente con la que se instalan enposiciones de dirección en las sociedades existentes lo que es necesariodenominar nulidades. Entiéndanme: lo importante no es el modo en queestas nadas se amueblan (¿discurso sobre la bondad?) (…) sino que esa nada(del saber) es reconocida por todos, objeto usual puede decirse, para lossubordinados, y moneda corriente de su apreciación de los Superiores”.“Esto se debe a la confusión sobre el cero (…) En el gradus, nadie sepreocupa por enseñar qué distingue al vacío de la nada, que no son, empero,lo mismo; ni al rasgo delimitado por la medida del elemento neutro implicadoen el grupo lógico; ni tampoco a la nulidad de la incompetencia, de lo nomarcadode la ingenuidad, a partir de lo cual tantas cosas se ordenarían. Pararemediar este defecto, produje el ocho interior y, en general, la topología enla que el sujeto se sostiene”. 11El real de la experiencia contorna un vacío en el saber, acotado comopunto cero. No se trata de un llamado a lo inefable, sino del contrario.Aunque en el acto el psicoanalista no piensa, no por eso carece de ese saber–al menos respecto a la estructura– que racionaliza el imposible del queproviene.Por lo que concierne a una teoría de la institución, en la cita precedentehay una hipótesis: se establece una correspondencia entre el real de la experiencia–o sea el lugar central del no-saber en la cura– y la Escuela, lugar deformación y de comunidad de trabajo cuyo objetivo es la transmisión delpsicoanálisis. Éste sería uno de los modos de implicación entre el psicoanálisisen extensión y en intensión.

LA ESCUELA Y LA INSTITUCIÓN DEL PSICOANÁLISIS157La confusión sobre el cero 12Elaborando los estudios de Cantor (sobre el orden de los númerostransfinitos) Lacan dice: “Esta situación da cuenta a la inversa de la facilidadaparente con las que se instalan en posiciones de dirección en las sociedadesexistentes lo que es necesario denominar nulidades” 13 . ¿Por qué ellugar central del no-saber –el real de la experiencia– es tratado en este modopor las sociedades? La respuesta de Lacan prospecta un ulterior desarrollo:“Esto se debe a la confusión sobre el cero, respecto de la cual se permaneceen un campo donde no es aceptada”. 14 Se provoca así una confusión delvacío con la nada, de lo no marcado por la diferencia significante con lanulidad de la incompetencia.Una vez situada la repercusión que esta confusión sobre el cero comportasobre la institución, Lacan propone: “Para remediar este defecto, produjeel ocho interior y, en general, la topología en la que el sujeto se sostiene”. 15Esta formalización puede ayudarnos a pensar una forma de oposición a la“prestidigitación” que, inversamente, dicha confusión favorece.Respecto a otros enunciados de la cita, nos interesa, por ahora, relevar eseen el que Lacan vuelve a hacer referencia al cero: designar la función del cero esesencial. El modo propuesto para disipar la confusión sobre el cero es en primerlugar el de asignarle su forma correspondiente, es decir, el ocho interior.Desde una perspectiva descriptiva podemos decir que se trata de un cerosobre el cual se ha realizado una torsión, transformándolo en ocho. Al mismotiempo, plegando un círculo hacia el interno, se obtiene la escritura delocho interior que Lacan presentó en su enseñanza –en el curso del SeminarioXI– al fin de determinar el modo en que la repetición significante circunscribeel vacío del deseo. El ocho interior, que en la experiencia del psicoanálisisrevela como ésta se instituye manteniendo la distancia entre el objeto a y elIdeal, designa el modo mediante el cual la institución debe conceder un lugarcentral al no-saber, o sea, al real imposible del que proviene. Ese sectordonde los campos parecen recubrirse, es un vacío:A fin de que la institución no confunda el lugar del vacío con un lugar aocupar mediante prestidigitaciones, Lacan concibe la Escuela, en cuanto

158DIEGO MAUTINOinstitución del psicoanálisis como un ocho interior. De este modo, ademásde proteger el vacío de sus posibles confusiones, incluye paradójicamente,en un lugar central de la institución, una destitución. Destitución del sujetosupuesto saber que es una condición del “deseo de existir” del psicoanalista.“Más allá de la función del a, la curva se vuelve a cerrar, allí dondenunca es dicha, en lo concerniente a la salida del análisis. A saber, despuésde la localización del sujeto con respecto al a, la experiencia del fantasmafundamental se convierte en la pulsión (…) Hasta ahora sólo es abordable alnivel del analista, por cuanto se le exigiría precisamente el haber atravesadoen su totalidad el ciclo de la experiencia analítica.” 16 Ese más allá, abordablea nivel del psicoanalista cuando ha atravesado la experiencia analítica hastasu término, puede encontrar en el dispositivo del pase una ocasión paraverificar, uno por uno, un poco de saber transmisible respecto a la pulsión.Aunque sean migajas, restos de un saber parcial, es una apuesta necesariapara una Escuela de Psicoanálisis que no se asegure de la garantía del Uno.La Escuela de Psicoanálisis, hoyLa Escuela que hoy nos interesa se sitúa en el Campo Lacaniano y sesostiene en la Federación Internacional de los Foros. Esta Escuela esindisociable del dispositivo del pase.Como recordaba Colette Soler 17 , el interés del pase, su finalidad, no esindividual. Lo que interesa son las repercusiones de los efectos de verdad, dela producción de saber y también las incidencias prácticas sobre la Escuelacomo comunidad de experiencia. Efectos que se repercuten en los análisismismos en cuanto el trabajo analizante se encuentra vectorializado por esesignificante del pase.“La dimensión internacional permite de reducir, si bien no a cero, almenos de reducir al máximo, la interferencia de los efectos de grupo, que sejuegan siempre en la proximidad de las personas y ella permite de verificarcómo el discurso analítico y lo que de éste se transmite en el dispositivo, esefectivamente transcultural así como translingüístico.” 18Nos parece que la consideración de Lacan respecto a la confusiónsobre el cero y su presentación del ocho interior, constituyen todavía unaproposición original para tratar los efectos de interferencia y de inercia enla institución. Su indicación anuda el psicoanalista en su praxis, es decir,los análisis mismos, con el modo en que la institución se establece. Congruentecon la fórmula según la cual el analizante se hystoriza por la

LA ESCUELA Y LA INSTITUCIÓN DEL PSICOANÁLISIS159mediación del sujeto supuesto saber; en la Escuela entonces, el psicoanalistapodrá hystorizarse de sí mismo por la mediación del pase. Para laEscuela y su política será vital la praxis de la teoría anudando extensión eintensión, tal es nuestra apuesta.Versión actualizada del texto publicado en Quaderni Milanesi diPsicoanalisi, publicación del Grupo Italiano de la Escuela Europea de Psicoanálisis,Milán, nro. 1995, págs. 38-41.Citas1Lacan, Jacques, “Al no haber podido cambiar esas condiciones [que redoblan la equivocaciónpropia del acto, con un fracaso de sus incidencias], dejo mi esfuerzo en el suspenso deeste fracaso”. “La equivocación del sujeto supuesto al saber”, Nápoles diciembre 1967, enMomentos cruciales de la experiencia analítica, Ed. Manantial, Buenos Aires, 1987, pág. 36.2Cfr. Soler, Colette, El psicoanalista y su institución, en “Revista Descartes del análisisen la cultura”, Buenos Aires, 1988, pág. 149.3Lacan, Jacques, “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”, en Escritos,Volumen I, Siglo Veintiuno Editores, México, 1975, pág. 299.4Lacan, Jacques, “Proposition du 9 octobre 1967 sur le psychanalyste de l’École”, enScilicet n° 1, 1 er trimestre 1968, Champ Freudien, Seuil, Paris, págs. 14-30. Trad. esp. enMomentos cruciales… cit., págs. 7-23.5Lacan, Jacques, “Proposición...”, pág. 10.6Lacan, Jacques, op. cit., pág. 13.7Lacan, Jacques, op. cit., pág. 14.8Fr. entreprêt, neologismo con prêt, “prestar” en todas sus acepciones, y el prefijo entre,que evoca intervalo, reciprocidad y “acción que sólo se hace a medias”. Jacques Lacan evoca asíla estructura, los meandros del tratamiento analítico en Psicoanálisis. Radiofonía & Televisión,traducción y notas de Oscar Masotta, Editorial Anagrama, Barcelona, 1977, pág. 135.9Lacan, Jacques, “Acto de Fundación de la EFP”, en Escisión, excomunión, disolución,Ediciones Manantial, Buenos Aires, 1987, pág. 222.10“Por la crítica de sus indicaciones en sus resultados, por la puesta a prueba de lascategorías y las estructuras que he introducido a fin de sostener la línea de la praxis freudiana,esto en el examen clínico, en las definiciones nosográficas, incluso en la posición de losproyectos terapéuticos”. Jacques Lacan, “Acto de Fundación…”, op. cit., pág. 223.11Lacan, Jacques, “Proposición…”, op.cit., pág. 14.12Cfr. Alemán, Jorge, Cuestiones Antifilosóficas en Jacques Lacan, Atuel, BuenosAires, 1993.13Lacan, Jacques, “Proposición…”, op. cit., pág. 14.14Ibídem.15Ibídem.16Lacan, Jacques, Seminario XI, Libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales delpsicoanálisis, Lección del 24/06/64, Prólogo de Oscar Masotta, Editorial Síntesis, BuenosAires, 1986, págs. 276-7.17Soler, Colette, Politique d’École, 10 y 11 diciembre 2005 Jornadas de la EPFCL,France, Toulouse.18Ibídem.

160 DIEGO MAUTINOResumenEl discurso analítico es el lazo social creado por un psicoanálisis. Es unlazo entre dos personas establecido por cuatro términos en la estructura deldiscurso. La posición del saber en el discurso analítico hace necesaria lainstitución analítica y, al mismo tiempo –a causa del imposible del cual (talsaber) proviene– impone sus impasses. Paradoja de un saber que no se puedeintercambiar con el diálogo.La confusión sobre el cero a nivel del saber del psicoanalista engendrauna “enfermedad profesional” difusa: la suficiencia. Otra vía, que Lacanpropone para sostener ese saber rebelde a la dialéctica de la comunicación,es la Escuela, donde el psicoanalista podrá hystorizarse de sí mismo: comopasante en la elaboración de un poco de saber transmisible. Ésta es la apuestasobre la Escuela que, después de diferentes vicisitudes, hoy nos interesa.Roma, marzo 2006

Un cartel que no se sabía o qué queda porhacer con los otrosAníbal DreyzinNos proponemos hoy compartir con ustedes algunos aspectos de unaexperiencia de trabajo en el Foro Psicoanalítico de Buenos Aires. Una experienciade cartel, o bien, para decirlo de modo más cercano a ella, que devinocartel. Sucede que el cartel se conformó a partir de una tarea para la RevistaHeteridad, que fue lo que nos convocó, y luego lo que era sólo o hasta ciertomomento de viraje sólo un trabajo de traducción, se convirtió en un encuentroentre analistas del foro que tuvo continuidad.El cartel no tuvo la estructura del proyecto.Tampoco de la promesa.Ni de la apuesta, al menos inicialmente.Hoy consideramos que hemos trabajado en un cartel y hemos probadocómo esta propuesta lacaniana presenta una dimensión valiosa como lugarde articulación del deseo y de la falta.Así fue que primero quedaron atrás los días en que resolvimos la tareaencomendada, luego pasó también la transferencia al artículo de un colega quehabía lanzado el trabajo y, cuando nos dimos cuenta, hasta habíamos olvidadoel nombre de su autor. Desde hace algunos meses tampoco lo busco, pues yano está allí el punto de consistencia para la existencia del vínculo.No se produjo pegoteo, tiene una frecuencia mensual, sólo mensual ynada menos.A posteriori podemos rastrear efectos de grupo y lazos amorosos que ladisolución y una frecuencia mensual limitan y finalmente disolverán, aunquealgunos no nos conocíamos inicialmente.Hoy quiero decirles que el cartel relanza el deseo más allá de la transferenciacomo vínculo entre el analizante y el analista. Ésta, y las consideracionesque siguen sobre el cartel no son aleatorias pues comencé el cartelrecogiendo el guante acerca de la pregunta sobre la relación al Otro en elanalizante a partir de cierto punto del análisis personal, cuando el sujeto sedesenchufa de las alienaciones fundacionales de su existencia.

162ANÍBAL DREYZINPor cierto también el dispositivo del pase puede ser una vía a recorrer,pero en este trabajo hemos elegido contar la experiencia de cartel, que es laque recorrimos.El cartel se manifestó también como un lugar posibilitador del deseocon relación al psicoanálisis más allá de la transferencia (como amor al sabery al Otro).En este punto ubicamos una relación al vacío y a la falta, que está entrelas mejores posibilidades analíticas de los sujetos que participan de un cartel.Entre las mejores posibilidades analíticas del invento de ese dispositivopor parte de Lacan.Veamos un poco esto. En una conferencia no hay relación al vacío pueshay una suposición de saber en el conferenciante y una relación lateral a lamasa de los más o menos entendidos. Así sucede también en un seminario,que si es “serio”, exige además un trabajo a cumplimentar, hay una demandadel Otro y una soldadura con los entendidos que la cumplimentan. En uncartel no hay maestro y, lo que es más, para que sea un cartel, no haydemanda del Otro que satisfacer. Por cierto esto falla y la neurosis intentaráreinstaurar estas figuras pero estructuralmente el cartel como dispositivocontraviene a esas figuras. Si no fuera así, seguramente habría tantos cartelescomo cursos, seminarios y conferencias. La reinstauración de la demanda delotro, la identificación lateral entre los integrantes del cartel y la encarnacióndel saber que pueden operar en un cartel no habrán de ser sin frotarse a lafalta. Incluso, o al menos, en momentos en los que uno elabora los avataresdel cartel como es el caso aquí.También allí seguramente reside su “fracaso”, es decir, su insistenciafallida bajo diversas modalidades en las instituciones lacanianas donde estápropuesto como respuesta al tema del lazo social en tanto que falla real, esdecir que tiene por base la no relación sexual, el campo de las relacionesentre seres hablantes.El cartel, por las posibilidades que tiene de tratamiento de lo simbólico,de lo imaginario y de lo real que venimos de ordenar cuando decimos que noes proyecto ni promesa y que tiene por base la no relación sexual, se confirmacomo articulador interesante entre integrantes de una Escuela de Psicoanálisis.El cartel es una posibilidad de articulación con el Otro y con los otrosluego de la disolución indentificatoria y las caídas transferenciales que produceel análisis y su final. En este punto es una posibilidad particular queestá al borde de lo conocido como vínculo entre sujetos en la historia de lasinstituciones humanas.

UN CARTEL QUE NO SE SABÍA O QUÉ QUEDA POR HACER CON LOS OTROS163Como ven, estas consideraciones están relacionadas al tema que nosinter-eso, que era el final de análisis y los avatares del deseo y la relación alOtro que se producen en el analizante en los momentos finales del vínculotransferencial.Particularmente mi tema estaba ligado a la cuestión del saldo cínico delanálisis para el sujeto de la experiencia y a las modalidades del “Vivreensemble”, para hacer referencia a un seminario de Roland Barthes quetambién tuve presente durante el tiempo de trabajo en el cartel. Aunque entrelas estructuras del vivre ensemble que analiza Barthes no está el cartel, comotampoco lo estaba evidentemente cuando Heidegger analiza las estructurasdel ser-con el uno con el otro en 1927.Barthes parte de la pregunta, o como él mismo lo expresa, del fantasmaque el significante idiorritmo cristaliza. El idiorritmo es según Benveniste ladisposición dinámica, modificable de las configuraciones de la relación alotro para un sujeto. Su particular (idios) ritmo, su régimen de cercanía ydistancia al Otro y a los otros.Dejando de lado las formas jurídico-legales de fijación del lazo social,es decir, los lazos fijados por las instituciones, por el orden o el poder,digamos matrimonio, sociedades y otros lazos laborales, Barthes se dedica aestudiar las opciones y avatares de las respuestas de los sujetos al malestaren la cultura.Esencialmente censa y sigue el recorrido del eremita, que opta por elaislamiento; luego se refiere a los semianacoretas, éstos son eremitas quetienen un día semanal de asamblea y feria; luego a los cenobitas, es decir, laforma conventual inventada por la Iglesia para normalizar a los eremitas yfinalmente al monasterio. Hay otro abordaje, digamos tomando por entradalos espacios, donde Barthes diferencia aquellos que conviven en el Sanatorio,tal como lo describe Thomas Mann; aquel dejado a su cuenta, comoRobinson en su Isla; y el sujeto encerrado en su recámara, devenida enhabitación.Me interesé mucho en este seminario pues trata de las búsquedas yencuentros de modalidades idiorrítmicas, es decir, del estar con el otro demodo particular.Entiendo que podemos ubicar el cartel en esta historia de las modalidadesdel vínculo al Otro. Y me parece que podemos decir que falla de modovalioso como opción para cada sujeto y para el discurso analítico. Y, muyespecialmente, de relación entre el analizante, o el analista, con el Otro delcual también la Escuela de Psicoanálisis es una figura.

164ANÍBAL DREYZIN“Los que vendrán a esta Escuela se comprometerán a desempeñar unatarea sometida a un control interno y externo.Para la ejecución del trabajo adoptaremos el principio de una elaboraciónsostenida en un pequeño grupo. Cada uno de ellos (tenemos un nombre paradesignar a esos grupos) se compondrá de tres personas al menos, de cincocomo más, cuatro es la medida justa. Más una encargada de la selección, de ladiscusión y de la salida que hay que reservar al trabajo de cada cual.Después de un cierto tiempo de funcionamiento, los elementos de ungrupo verán que se les propone que permuten en otro.Esto no implica de ningún modo una jerarquía cabeza abajo, sino unaorganización circular cuyo funcionamiento, fácil de programar, se afianzarácon la experiencia.”Así presentaba Lacan esa nueva modalidad de vínculo entre sujetos queluego conoceríamos con el nombre de Cartel.Queremos resaltar en esta oportunidad que se trata de una nueva respuesta,fundacional, a la cuestión de la organización entre integrantes de unaEscuela y que se trata entonces de la respuesta a un problema: el problemadel lazo social, y de una respuesta, la que consideró adecuado inventar, parael trabajo analítico de Escuela.Luego, en el 81, con la ECF, Lacan vuelve a apostar al cartel como“órgano de base” y propone ese dispositivo como lugar, “vía libre a cadacual para demostrar qué hace con el saber que la experiencia deposita”. Esdecir, qué puede hacer con otros en este dispositivo que responde bastantebien para alojar la dimensión de lo que vimos como idiorrítmico, es decir,un lugar laxo, variable y en un horizonte de deseo y disolución.Carmen Gallano en un artículo aparecido en Link, Nº 2, del año 1999,plantea que “el cartel es, según la propuesta de Lacan, la matriz de untrabajo colectivo de Escuela en una lógica no segregativa que intenta resolverlo que Freud no resolvió en la Massenpsychologie de la lógica grupal”.Es decir, ya para concluir, que el cartel es el dispositivo lacaniano detratamiento de la cuestión del “cómo estar juntos”.Quisiera agregar a mis conclusiones de la experiencia que el cartel meparece también la respuesta a una serie de problemáticas suscitadas conrelación a los avatares del deseo del Otro cuando el sujeto ha experimentadoen alguna medida la caída de las identificaciones y las modalidadessacrificiales de relación al Otro, bajo cuyo imperio se constituye ab initio.Por fin, que la experiencia de cartel resultó la respuesta a la preguntacon que me incluí en él y estas líneas, su cara significante.Diciembre 2005

Reflexiones sobre el pase y el deseo delanalistaViviana GómezIntento en esta oportunidad reflexionar acerca de las formulaciones sobreel deseo del analista y el concepto de garantía real tal como Lacan loentiende en la clase del 3 de julio de 1963 de su Seminario de la angustia.Allí, específicamente en los últimos párrafos, plantea problemas referidosal padre y al deseo relacionándolos con el Complejo de Edipo, a latransferencia y el objeto causa del deseo y a la interpretación que posibilitallevar un análisis a su fin.Es en ese contexto que Lacan se interroga: ¿qué es el deseo del analistacomo función que opera impulsando los análisis más allá del límite de laangustia e introduce el concepto de garantía real que evoca fuertemente el degarantía simbólica y apela a una diferenciación.Pues bien, a continuación la cita:“…la interpretación que ofrecemos se dirige siempre a la mayor omenor dependencia de los deseos, los unos en relación con los otros. Peroesto no es afrontamiento de la angustia, no hay superación de la angustiasino cuando el Otro se ha nombrado. (Autre s’est nommé)No hay amor sino por un nombre, como cada cual sabe por experiencia.Y bien sabemos que el momento en que el nombre de aquel o aquella a quiense dirige nuestro amor es pronunciado, constituye un nombre de la mayorimportancia.Esto no es más que una huella, una huella de aquello que va de laexistencia del “a” a su paso a la historia. Lo que hace de cada psicoanálisisuna aventura única en esta búsqueda del agalma en el campo del Otro. Variasveces les interrogué sobre qué conviene que sea el deseo del analista paraque, si tratamos de impulsar las cosas más allá del límite de la angustia, eltrabajo resulte posible, sin duda conviene que el analista sea aquel que hapodido, en la medida que fuese y por algún sesgo, por algún borde, reintegrarsu deseo a ese “a” irreductible y en grado suficiente como para ofrecera la cuestión del concepto de la angustia una garantía real”. 1

166VIVIANA GÓMEZa. Del afrontamiento de la angustia y el deseo del analista¿Superar la angustia es posible si se la afronta (affronter)?¿Es acaso ese acto el que queda inhibido en el momento de encuentrocon la castración haciendo que el sujeto retroceda hacia el resguardo delfantasma y las identificaciones?Desolación y sufrimiento evoca Freud en Análisis terminable e interminable,cuando se refiere a los esfuerzos vanos del analista intentando persuadira la mujer para que abandone su deseo de tener un pene por ser irrealizable,o convencer a un hombre de que una actitud pasiva hacia los varones nosiempre significa la castración.El surgimiento de la angustia señala el peligro, la cura se detiene y eldeseo de saber encuentra su límite.Sin embargo, el deseo de Freud, deseo del analista, buscaba impulsarlos análisis más allá de ese límite en tanto sabía que ese tope era detención,pero la terminación que resuelve la neurosis.Por un lado, la angustia señala un peligro; por el otro, la posición deFreud que intenta llevar al sujeto al afrontamiento de la angustia, de esemomento traumático en el cual se encuentra tomado por una excitaciónintratable, insoportable.Ese instante en que la angustia rompe todas las defensas, la barrera deprotección ante los estímulos tal como la define en Más allá del principiodel placer; pensando en términos de Lacan, el deseo del Otro es el nombreque recibe el exceso económico.Y aquí nos situamos en el momento de viraje en la conceptualización dela angustia de Freud a Lacan, en tanto el surgimiento del deseo del Otroserá ese instante en que me capto como objeto causa de ese deseo y sutraducción es la emergencia del “afecto angustiante”.El encuentro con el deseo del Otro no es otra cosa que la verificación desu incompletud e inconsistencia y, por lo tanto, el encuentro con esesignificante en menos puede nombrarse como -j, en el nivel de lo simbólico,pero es sólo, dice Lacan, uno de los nombres de la falta original, allí en eselugar del otro donde el sujeto no es nombrado, la respuesta a la pregunta¿qué soy? la encuentra a nivel del objeto a, de ese resto irreductible que es,en última instancia, su existencia más radical, la revelación del “eres esto”.Y es en este nivel que la respuesta a la falta original en el registro de loreal se verifica como angustia. Entre otras consecuencias, ésta será una delas que llevaran a Lacan a definirla a la altura del Seminario RSI en términos

REFLEXIONES SOBRE EL PASE Y EL DESEO DEL ANALISTA167de encuentro con lo real, en el sentido de lo imposible de soportar y desdeallí que podamos llamarla afecto de lo real.Pues entonces, causar un an´ñalisis hacia el afrontamiento de la angustiasupone que quien dirige la cura no retroceda frente a la inminencia del vacío,Freud sabía que era posible a partir de la experiencia de su propio inconsciente.Freud sabía que el deseo de saber atraviesa el límite que consuela elfalo, porque hay que tener agallas para afrontarlo.El sueño de la inyección de Irma es paradigmático para dar cuenta delatravesamiento del objeto de la angustia y que Freud tenía “agallas” parahacerlo.“Habiendo conseguido que Irma abra la boca, lo que Freud ve alfondo, esos cornetes recubiertos por una membrana blancuzca, es un espectáculohorroroso… Es un descubrimiento horrible: la carne que jamás se ve,el fondo de las cosas, el revés de la cara, del rostro, los secretos porexcelencia… la carne sufriente, informe, cuya forma por sí misma provocaangustia. Visión de angustia, identificación de la angustia, última revelacióndel eres esto: que es lo más lejano de ti, lo más informe…A esta revelación llega Freud en la cumbre de su necesidad de ver, desaber.”“Erikson efectúa aquí una observación excelente –dice Lacan–, un sueñoque desemboca en algo así debe provocar el despertar ¿Por qué nodespierta Freud? Porque tiene agallas”, y más adelante Lacan agrega: “SiFreud sigue adelante es porque lo domina una enorme pasión por saber…” 2Por lo tanto, tener las agallas de Freud o la cobardía del Hombre de losLobos, que se recluye en el fantasma por no querer saber acerca de ese goceimposible de soportar, será un acto que dependerá de cada sujeto.“Porque cuando para nosotros se trata de definir qué es el acto, únicocorrelato posible polar en el lugar de la angustia, no podemos hacerlo sinosituándolo allí donde está: en el lugar de la inhibición… ¿qué sucede en elacto, cómo vamos a definirlo?¿Es simplemente aquella relación polar y en cierto modo lo que en ellasucede, si se me permite la expresión de superación de la angustia?……un acto es una acción, digamos en tanto que en ella se manifiesta eldeseo mismo que estaba destinado a inhibirla...”. 3Que un análisis sea conducido hacia su finalización por la vía de lapérdida de sentido y la pulsión que se halla fijada al objeto del fantasma, ohacia la búsqueda de significación que remite en última instancia al deseodel falo renovando el circuito de la insatisfacción, dependerá de la posición

168VIVIANA GÓMEZque tenga quien dirige la cura en relación a su propio vacío, a su propiohorror en última instancia a lo real.El deseo del analista es efecto, emerge como empuje de lo real quesurge de ese vacío que la pulsión rodea y que es el objeto a.De ese encuentro con lo no sabido, con lo que se es como sujeto irremediablementedividido.El deseo del analista es querer y desear la apertura.b. Garantía real - garantía simbólicaLacan en su “Proposición del 9 de octubre” introduce las dos formas degarantía que la escuela puede ofrecer y los títulos correspondientes a cadauna de ellas: Analistas de la Escuela y Analista Miembro de la Escuela.Brevemente mencionaré la utilización que hace de su Grafo del Deseopara situar la producción de una nominación y otra.En el piso inferior nos encontramos con el circuito del reconocimientodel Otro, del Otro sin barrar, ese frente al cual ha declarado practicar elpsicoanálisis y, considerando que ha dado pruebas como practicante, el Otrolo reconoce como AME, “la escuela lo reconoce como analista que ha probadofuncionar como tal”.Ese Otro es otro consistente, garante de la verdad y con un saber supuestosobre “qué es un analista”.Si a la altura de la producción del síntoma como respuesta a nivel de losimbólico, Lacan ubica al AME, será para dar cuenta de una nominación enel lugar de la falta, de aquella nominación que vela la falta de significantedel Otro para nombrar ¿qué es un analista? Por lo tanto, es un real queimplica la falta de proporción sexual, y el síntoma viene ahí a nombrar loimposible: no hay significante que represente al analista.En el piso superior nos encontramos más allá del Nombre del Padre y enel lugar homólogo del piso inferior al lugar del Otro localizamos la fórmulade la pulsion:La castración de goce por efecto del significante; en este lugar Lacanubica el Cartel del Pase y en el lugar del significante de la falta del Otro al AE.En esta ocasión ya no habla de reconocimiento sino de imputación:“se le imputa estar entre quienes pueden testimoniar de los problemas crucialesdel psicoanálisis en sus puntos candentes”.Por lo tanto, en este caso recaerá en quien haya atravesado el dispositivodel pase, dando cuenta de cómo se produjo en él el surgimiento del deseo delanalista, la suposición de saber ¿qué es un analista?

REFLEXIONES SOBRE EL PASE Y EL DESEO DEL ANALISTA169Por esta razón, en el nivel del significante de la falta en el Otro, elsujeto no ubica la castración de su lado para garantizar la verdad del Otrodel significante, no hay nada en el Otro en tanto él también es un deseante,el Otro como lugar del significante no sólo carece de garantía de la verdadde las significaciones, sino de garantía en lo relativo a la complementariedadde los goces.El discurso analítico tan sólo encuentra en la función deseo delanalista la única garantía de su acto.Si la ganancia en el atravesamiento del fantasma es de un saber, no es delorden de lo aprendido, sino de un saber como conclusión de imposibilidad.El pase se significaría en el momento de retroacción del final del análisis,pues entiendo que es a partir del afrontamiento de la angustia y superaciónde esta barrera que el sujeto se encuentra con la castración del Otro y lapropia, verificando la soledad y desamparo de una existencia sin señuelo, deun encuentro con el objeto vaciado que causó una búsqueda objetivable.El encuentro con el sin-sentido que habita el horizonte atempera laangustia y se sitúa en un período de duelo por verificación del objeto perdido.Cada pasaje por el sitio de lo imposible será signado por la aflicción perono por la angustia.Citas1Lacan, Jaques, Seminario X, La angustia.2Lacan, Jaques, Seminario II, El yo en la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica.3Lacan, Jaques, Seminario X, La angustia.Publicado originalmente en Documento Nº 12 de “Diagonales de la Opción Epistémica”2003-2004 (EPFCL-FOE de Barcelona). Agradecemos la autorización para su reproducción.Revista Lacaniana.

Índice Completo de la Revista Lacaniana(Números 1 al 5)Lacaniana N°1: 1999 (Agotado)Editor: Jorge GarcíaSumario General:Editorial, pág. 2Preliminar a todo funcionamiento posibleDe una escuela Colette Soler, pág. 4Reuniones Generales, pág. 8Reunión del 27 de mayo de 1999 sobre el Tema “La transferencia”Los Fundamentos de la transferencia - Laura Marengo, pág. 9La transferencia en el dispositivo analítico y en la escuela. Pablo Fridman,pág. 11Reunión del 24 de junio 1999 de presentación del Espacio EscuelaRecorrido sobre la formación del analista en la obra de S. Freud. FlorenciaFarías, pág. 13Lo que el psicoanálisis nos enseña, ¿cómo enseñarlo? Mirta Borja, pág. 15La escuela de Lacan. Gabriel Lombardi, pág. 16El cartel: órgano de base de la escuela. Jorge García, pág. 19Reunión del 12 de julio 1999 sobre “Los límites de la Interpretación”El sueño de Freud. Viviana Gómez, pág. 21Dar (con) la nota. Beno Paz, pág. 23ComisionesAcerca de la investigación. Susana Díaz, pág. 24El Foro en Internet“Die Brucke”. Michel Sauval, pág. 26Informes de Comisiones, pág. 29Comisión de Finanzas y Eventos, pág. 30Comisión de Enlace, pág. 31Resoluciones de Asambleas, pág. 32Resoluciones de la Asamblea del 29 de abril 1999, pág. 33Resoluciones de la Asamblea del 9 de agosto 1999, pág. 34

172Cronograma de Actividades, pág. 36Lacaniana N° 2: Abril 2000 (Hay ejemplares en existencia)Director: Sergio GasparínDiseño: Fabiana CassínSumario General:Editorial. Sergio Gasparín, pág. 1ExposiciónParidad y disparidad en la Escuela de psicoanálisis. Colette Soler, pág. 2Reuniones Generales - Reunión de Espacio de EscuelaLa formación en la Botella. Susana Díaz, pág. 8La formación del (a)nalista. Marcelo Hekier, pág. 10La formación del Analista. Jorge Zanghellini, pág. 13Reunión sobre “El Síntoma” - La problemática del Síntoma. Enrique Katz, pág. 15Encuentro Internacional de Foros en ParísEl acto y el deseo del analista en una Escuela. Viviana Gómez, pág. 16¿Qué espera una Escuela de sus candidatos? Florencia Farías, pág. 18Consideraciones sobre el analista de la Escuela. Gustavo Bertrán-MarisaRau, pág. 20¿Qué Escuela inaugura la Proposición? Celia Kriado, pág. 22La Proposición como acto. Gabriel Lombardi, pág. 23La nominación, el analista y la Escuela. Enrique Castro, pág. 25El Pase: ni entrada ni salida. Jacques Adam pág. 27Aportes - El ineludible tema del grupo y el discurso. Aníbal Dreyzin, pág. 29Satisfacción del cliente y beneficio del sujeto. Gabriel Lombardi, pág. 32Otros DiscursosLa crisis metafísica de la subjetividad. Juan Carlos Fantín, pág. 35La Infalibilidad. Guillaume Apollinaire, pág. 38BioGráfica. Sergio Gasparín, pág. 40Lacaniana N° 3: Octubre 2001 (Hay ejemplares en existencia)Director: Sergio GasparínDiseño: Fabiana CassínSumario General:Editorial. Sergio Gasparín, pág. 1

173Exposiciones - El amor-síntoma. Colette Soler, pág. 2Verleugnung y represión del acto analítico. Gabriel Lombardi, pág. 7Reuniones GeneralesLa significación del falo. Beno Paz, pág. 10¿Qué es la clínica psicoanalítica? Gabriel Lombardi, pág. 11La Escuela lacaniana ‘Luis Izcovich’ pág. 15Primeras Jornadas de los Foros de ArgentinaEl Trauma - Ideas sobre un posible debate acerca del trauma - Y la direcciónde la cura. Enrique Castro, pág. 16Entradas en AnálisisDar cuerpo a lo que no cesa. Marcelo Hekier, pág. 17Espacio Interdiscursivo - “La Segregación”. Tomás Abraham, pág. 19Síntoma y Goce - Las máscaras del síntoma. Gabriela Altene, pág. 21Sombras del pasado. Susana Díaz, pág. 23Estructuras Subjetivas - El precio de lo imposible. Marcela Irene Kaper-Sergio Gasparín, pág. 25El Deseo del Analista y la Escuela¿Qué del sujeto al final del análisis? Florencia Farías, pág. 28AportesEl después de Dora. Pierre Bruno, pág. 30“The Truman Show”. Eduardo García Dupont, pág. 36Colaterales de la investigación ‘Beno Paz, pág. 38Lacaniana N° 4: “El Psicoanálisis y sus Interpretaciones” - Junio 2004(Hay ejemplares en existencia)Director: Alfredo E. SmithSumario GeneralA nuestros lectores. Alfredo Smith, pág. 9Interpretaciones. Jorge Zanghellini, pág. 11El método interpretativo en Freud y en otros discursos. Gabriela Altene, pág. 23Saussure, un modelo de interpretación. Héctor López, pág. 27Los límites de la interpretación. Florencia Farías, pág. 37El marco ético de la interpretación. Stella Cinzone, pág. 45Decir al sesgo. Susana Díaz, pág. 59Hamlet: La relación entre la interpretación y la posición de objeto en laneurosis obsesiva. Lidia Deutsch, pág. 65

174Dos formas de la interpretación en Freud. Gabriela Hadelmann, pág. 71Ver y concluir. Viviana Gómez, pág. 77La interpretación. R. Moscone, pág. 81Acerca del atender, del escuchar y del decir la dialéctica de la identidad y elcambio. P. Boschan, pág. 91Comisión de organización de la I Cita Internacional de la Escuela de Psicoanálisisdel Campo Lacaniano, pág. 103A los miembros de la IF y la EPCL, pág. 104Programa Epistémico de la Cita Internacional - Buenos Aires 2004, pág. 105Lacaniana N° 5: “Realidades sexuales y el inconsciente” - Junio 2005 (Hayejemplares en existencia)Director: Alfredo E. SmithDiseño: Martín HekierSumario GeneralEditorial, Alfredo Smith, pág. 91905: Esos primeros “Tres…”. Alfredo E. Smith, pág.11Variantes del sexo tipo. Parte I. Susana Díaz, pág. 25La ligazón-madre preedípica en la sexualidad femenina. María GabrielaMarini, pág. 29¿Es posible asignar el sexo a alguien? Stella Maris López, pág. 39La disparidad y la paridad en el amor. Jorge Zanghellini, pág. 45“Una relación particular” o “Lo cortés siempre quita lo valiente”. EduardoGarcía Dupont, pág. 51Dossier: Escuela de Psicoanálisis de los Forosdel Campo Lacaniano, pág. 61Para qué sirve un analista. Lidia Deutsch, pág. 63La realidad sexual de la segregación en la escuela. Susana Díaz, pág. 69El acto y el deseo del analista en la Escuela. Viviana Gómez, pág. 75La candidatura y la selección. Enrique Katz, pág. 81Tóxicos sexolíticos. Héctor López, pág. 87“Barroco-Neobarroco”. Teresa Traynor, pág. 93La transferencia analítica - “Me estás gozando”. Maurico Cherruti, pág. 99El sexo en el Museo. Perla Wasserman, pág. 105Documentos y Referencias, pág. 111Los autores, pág. 117

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