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Ilustraciones-Alfabeticamente-1986-a-Julio-2012.pdf

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ILUSTRACIONES<br />

TEOCRÁTICAS<br />

ALFABETICAMENTE<br />

PERIODO 86-2012<br />

PERIODO <strong>1986</strong> A JULIO 2012


ILUSTRACIONES ALFABETICAMENTE<br />

86-2012<br />

ÍNDICE<br />

Abandonar el barco (la religión): w95 1/2 3<br />

Acercarse más a Jehová y al cónyuge es como escalar una montaña: lv<br />

121-123<br />

Actitudes y deseos corroen como la herrumbre: w96 15/6 17, 19, 20, 22<br />

Actividad espiritual es como viajar en bicicleta: w89 15/7 12<br />

Adán y Eva empezaron a morir “el día” en que pecaron, tal como le<br />

sucedería a una rama que se cortara de un árbol (Gé 5:5): g 6/06 29<br />

Adoración falsa es como dinero falso: w08 15/2 19; bh 144, 145<br />

Adoración verdadera distinguible como billete auténtico: bh 144, 145<br />

Afrontar los problemas como el árbol se mece con el viento: w01 1/2 28,<br />

29<br />

Aguante y resignación son como las actitudes de dos prisioneros: cf 67<br />

Alabar a Jehová como se alabaría a un amigo talentoso: w05 15/6 24, 25<br />

Amigos son como dos personas en un automóvil: g05 22/7 21<br />

Amor a Jehová comienza como la semilla de una manzana: bh 186, 187<br />

Amor al dinero es como picadura de mosquito: g 4/06 5<br />

Amor en la congregación es como la cadena de un ancla: w07 1/1 9<br />

Andar en las sendas de Jehová como excursionistas: w02 1/7 28-30<br />

Ángel se convirtió en Diablo como un contador se convierte en ladrón: w11<br />

1/3 21


Apartarse de la organización de Jehová es como meterse en aguas<br />

peligrosas: w10 15/6 6<br />

Aprender acerca de Dios semejante a aprender acerca del jefe de uno: ol<br />

5<br />

Aprender a expresar amor es parecido a aprender un nuevo idioma: w99<br />

15/2 18, 22, 23<br />

Aprender la “gramática” de los principios bíblicos: w95 15/6 18-21, 23<br />

Autoridades superiores dan cohesión a la sociedad como puntos de<br />

sutura: kl 133, 134<br />

Ayudar a un alcohólico (no ceder a la oposición de la familia): w95 1/10 9<br />

Ayudarnos a nosotros mismos y a otros a sobrevivir a un naufragio: w97<br />

15/1 22<br />

Ayudarse mutuamente como los elefantes: w04 15/9 13<br />

Bendición de Jehová produce efectos parecidos a los del alimento<br />

nutritivo: w10 15/9 11<br />

Beneficios de la disciplina comparados al proceso de maduración de una<br />

fruta: w07 1/3 19<br />

Biblia es como un árbol frutal: g 3/10 28, 29<br />

Biblia inspirada, igual que un empresario pudiera redactar una carta: w12<br />

15/6 26, 27<br />

Buscar a los merecedores como a las llaves: w94 15/9 18<br />

Buscar dirección diestra comparado a aprender de un timonel: w12 15/6<br />

30, 31<br />

Buscar futuros discípulos como a un niño extraviado: w07 15/11 25<br />

Cambio del pacto de la Ley a “la ley del Cristo” es como el cambio de<br />

constitución en un país: w10 1/2 14<br />

Candidatos al bautismo son como figura de madera a medio tallar: w08<br />

15/11 3<br />

Captar “las cosas profundas de Dios” es como mirar debajo del agua en<br />

un arrecife de coral: w07 1/11 27


Celo se debilita como cuando se reemplazan bombillas por unas menos<br />

potentes: w12 15/4 16, 17<br />

Chisme es como esparcir plumas al viento: w11 15/7 19<br />

Ciclo vital de los humanos es como el de los animales: w97 15/2 10-12<br />

Como a una planta, hay que nutrir y cuidar el amor: cf 132<br />

Como un marinero, controlarse durante las “tormentas”: w08 15/7 31<br />

Como un padre, Jehová nos enseña a caminar: jd 133, 134; w05 1/11 21;<br />

w05 15/11 28<br />

Comunicación es como las bisagras de una puerta, oxidadas o<br />

engrasadas: w06 15/4 7<br />

Conciencia es como luces de advertencia: w05 1/10 14<br />

Conciencia es como una brújula: w09 15/8 19, 20; lv 14-17; g 8/08 27; w02<br />

15/2 3, 5<br />

Conciencia es como un sistema de navegación: w01 1/11 3<br />

Confianza en Jehová como en los instrumentos de vuelo: w96 1/5 21-24<br />

Cónyuges como dos jardineros en un mismo huerto: w11 1/11 14<br />

Cristiandad es como una niñera que descuida a los niños por arreglar la<br />

casa: cf 186, 187<br />

Cristianos comparados a diamantes en bruto: w98 15/5 24-27<br />

Cristianos son como los diamantes, impermeables: w95 15/12 27<br />

Cualidades espirituales son como eslabones de la cadena de un ancla:<br />

w12 1/2 30<br />

Cultivar el fruto del espíritu como un agricultor cultiva la tierra: w10 15/3<br />

15, 16<br />

Dedicación y bautismo similares a matrimonio: w98 15/11 12<br />

Defectos de personalidad son como daños estructurales en una<br />

construcción: w08 15/11 3, 4<br />

Defensas espirituales son como sistema inmunológico: w05 1/1 23<br />

Dejar pasar las transgresiones es como verlas desde un avión: w99 15/10<br />

15, 16<br />

Deseo es como una fogata, la avidez, como un incendio: w01 15/6 6


Desnudarse de la vieja personalidad como el cangrejo se despoja de su<br />

caparazón: g05 8/1 19<br />

Diferencias personales son como grietas en el pavimento: w08 15/11 17,<br />

18<br />

Dinero es como un cuchillo bien afilado: w10 15/11 5; yp2 155<br />

Dudas se filtran como goteras: w96 1/5 22<br />

Edificar una familia como se edifica una casa: kl 140, 141, 149<br />

Educar a los hijos es como cuidar arbolillos: w96 1/12 10-15<br />

Educar a los hijos es como disparar flechas: w07 1/9 26, 30<br />

Educar a los hijos es como preparar, proteger y disparar flechas: w08 1/4<br />

13-16<br />

Enseñar a discípulos es como ser instructor de escuela para conducir:<br />

w04 1/7 14-16<br />

Escoger la diversión como se escoge la fruta: lv 62, 69, 70<br />

Espíritu (fuerza de vida) asemejado a la electricidad: bh 210, 211; w01<br />

15/7 5<br />

Espíritu de Dios es como los rayos del Sol: g 7/06 15<br />

Espíritu de Dios produce fruto como la lluvia en una huerta: w03 1/7 6<br />

Espíritu del mundo es como el viento que esparce unas semillas: w06 1/4<br />

9<br />

Espíritu del mundo es como gases venenosos de una mina: w08 15/9 20-<br />

22<br />

Espíritu del mundo es como una intoxicación radiactiva: w97 1/10 25, 26<br />

Espíritu de queja es como la tendencia del metal a corroerse: w06 15/7 16,<br />

17<br />

Espíritu santo es como el buen viento para un barco: w10 15/3 18<br />

Esposa como una lámpara Tiffany con diseños de loto: w06 15/5 32<br />

Estudiar la Biblia es como llenar el tanque de gasolina: w10 15/6 4, 5<br />

Estudiar y no actuar es como nunca sembrar ninguna semilla: w05 15/4 27<br />

Estudio de La Atalaya bien dirigido es como un hermoso ramo de flores:<br />

w10 15/10 22, 23


Evaluar las atracciones del mundo como lo haría uno con una prenda: w03<br />

15/4 12, 13<br />

Expresar los sentimientos como si se tirara una pelota: g01 8/1 10; kl 144<br />

Faltas de los amigos son como semillitas de la frambuesa: w00 1/12 22<br />

Familia monoparental es como bote de remos sin uno de los remeros: yp2<br />

210, 211<br />

Fijar las prioridades es como llenar un balde con piedras y arena: yp2 294<br />

Fin del mundo comparado a echar a los malos inquilinos: w11 1/3 8, 9<br />

Flores que soportan tormentas: w94 15/10 32<br />

Gastar dinero sin control es como conducir con los ojos vendados: yp2<br />

160, 161<br />

Gozo en el ministerio es como mantener a la familia de uno: w97 15/1 23<br />

Guía bíblica comparada a mapa de palos de las islas Marshall: w06 1/10<br />

32<br />

Guía bíblica comparada a postes indicadores: w98 1/10 32<br />

Honrar a los hermanos mayores como se alaba al Ciprés Solitario<br />

(California, EE.UU.): w10 15/5 6, 7<br />

Imperfecciones son como abultamientos en una rueda: w07 15/2 28<br />

Imperfecciones son como defectos superficiales de una casa: w08 15/3 27<br />

Influencias semejantes a corrientes marinas: g02 22/11 13<br />

Integridad es como los planos de una casa: w08 15/12 7<br />

Integridad es como una mansión hecha con ladrillos de obediencia: cf 65<br />

Jehová, igual que un amigo que se muda, no nos pide que llevemos<br />

cargas demasiado pesadas: w09 15/8 19; lv 11, 12<br />

Jehová, igual que un guía en un sendero de montaña, alarga su mano<br />

para ayudarnos: w04 15/12 17<br />

Jehová, igual que un juez, no es la causa de las desgracias de los<br />

pecadores: w03 1/9 11<br />

Jehová, igual que un juez, tiene distintos rasgos de personalidad: w07 1/9<br />

4, 5<br />

Jehová, igual que un padre humano, se complace en la honradez: lv 160


Jehová, igual que un padre humano, se complace en la obediencia: cf 56<br />

Jehová, igual que un padre humano, valora lo que le dan sus siervos: w07<br />

1/2 17, 18<br />

Jehová, igual que un padre humano, ve el amor en el trabajo realizado:<br />

w05 1/12 12<br />

Jehová lleva a cabo su propósito tal como un viajero llega a su destino:<br />

w11 15/5 21<br />

Jehová maneja la situación como lo haría un maestro: bh 110-112<br />

Jehová nos examina en busca de cualidades como si fueran piedras<br />

preciosas: g 4/12 28<br />

Jehová nos toma de la mano como lo haría un padre: w12 1/1 18<br />

Jehová procura encontrar nuestras virtudes como cuando alguien trata de<br />

encontrar oro: cl 245, 246<br />

Jehová restaurará a la humanidad como si se tratara de una obra de arte:<br />

cl 246; w90 15/2 22<br />

Jehová trata las cuestiones como lo haría un cabeza de familia: w07 15/9<br />

6; kl 75, 76; rs 196<br />

Jehová usa su presciencia como nosotros usaríamos un programa<br />

grabado de TV: w11 1/1 14<br />

Jehová y Jesús en la creación como arquitecto y contratista: cf 131<br />

Jesús cumple la ley tal como un constructor cumple su contrato: w10 1/2<br />

13<br />

Jesús encomienda a sus seguidores la obra de hacer discípulos como un<br />

agricultor contrataría cosechadores: cf 87, 88<br />

Jesús es como un instructor de tiro con arco: w12 15/2 3<br />

Jesús guía el ministerio como un conductor dirige su automóvil: bt 127<br />

Jesús revela a los humanos como es el Padre de manera como un<br />

transfomador baja el voltaje: w11 1/4 7<br />

Jugar con videojuegos violentos e inmorales es como exponerse a<br />

residuos radiactivos: yp2 249, 250


Lectura de la Biblia es como la dieta de alguien que ha sufrido un ataque<br />

cardíaco: w10 1/7 21<br />

Lectura de la Biblia es como un ancla: w00 15/8 32<br />

Liberados del pecado y la muerte como de una enfermedad incurable: w09<br />

15/9 25, 29<br />

Límites sexuales dentro del matrimonio son como las murallas de una<br />

ciudad: w11 15/10 17<br />

Luchar contra el pecado es como remar río arriba: w90 1/12 17<br />

Mala alimentación espiritual como desnutrición: w01 1/7 19-21<br />

Matrimonio, como un automóvil, dura si se le da mantenimiento: w11 1/2 3<br />

Matrimonio es como una casa decorada: lv 130, 132<br />

Matrimonio es como una pareja de trapecistas o patinadores: w01 15/5 16<br />

Meditar en el Paraíso es como limpiar ventana con vista magnífica: w06<br />

1/10 28<br />

Metas materialistas son como higuera estranguladora: w04 15/9 12<br />

Ministerio del anciano es como una pieza musical: w97 1/8 18<br />

Ministerio del campo comparado a labor de socorro: km 12/98 1<br />

Ministerio dentro de la congregación y el del campo son como las dos alas<br />

de un ave: w09 15/1 14, 15<br />

Modestia asemejada a una niña de la mano de su padre en una tormenta:<br />

w03 15/8 22<br />

Muerte comparada a llama que se apaga: w07 15/1 24; bh 59<br />

Mundo inicuo es como una región inhóspita: w11 15/12 14<br />

“nacer otra vez” es como ser adoptado como indígena: w09 1/4 6, 10, 11<br />

Ningún cristiano hace un discípulo él solo tal como una gota de agua no<br />

riega una planta: w01 1/7 17<br />

No orar cuando se ha pecado comparable a piloto perdido que no pide<br />

orientación a controladores aéreos: w06 1/9 30<br />

No reaccionar como niños ante las diferencias: w00 15/8 24<br />

Normas de Jehová como especificaciones para el mantenimiento de un<br />

vehículo: jd 87, 88


Obediencia de Jesús bajo sufrimiento es como una espada de acero<br />

forjado: cf 56, 57<br />

Oración es como recoger regalo en una tienda: w06 1/9 27, 28<br />

Oración es como una puerta: g 11/08 26-28<br />

Organización de Satanás es como una organización subversiva: w10<br />

15/11 24-26<br />

Origen de fiestas tan importante como sitio donde se encontró caramelo:<br />

bh 159, 160<br />

Padres son como un contratista: w88 1/5 3, 4<br />

Padres son como un práctico de puerto que ayuda al capitán: w04 15/10<br />

20-24<br />

Pasar a la adultez es como subir por una escalera: g 4/08 27, 28<br />

Pecado es como una enfermedad curable: w10 15/3 11, 12<br />

Pecado es como una enfermedad demasiado costosa: w99 15/2 13<br />

Pecado es como una pandemia mortal: w09 15/9 26<br />

Pecado heredado comparado a virus informático: ct 156, 157<br />

Pecado se hereda como una mancha en el original pasa a las fotocopias:<br />

g 1/06 8<br />

Pecado se transmite como la mella de un molde de pan: bh 29; la-S 24; pe<br />

74<br />

Pedir ayuda como un corderito extraviado: w02 1/3 16<br />

Perdonar es como limpiar una reliquia: jr 152, 153<br />

Permafrost mental: w93 15/8 15, 16<br />

Persona leal se adhiere como cadillos a la ropa: w05 1/9 4, 6, 7<br />

Personalidades cristianas son como vehículos en la carretera: kl 164<br />

Ponerse suéteres hasta no tener frío (orar hasta no tener miedo): w95<br />

1/10 18<br />

Presciencia de Jehová semejante a la capacidad de cantar: cl 178<br />

Prueba de Dios en la creación es como oír unas pisadas detrás de una<br />

puerta: w12 1/7 5<br />

Razas de la humanidad semejantes a flores de la buganvilla: w96 1/11 32


Rechazar lo malo como en un acto reflejo: w08 15/3 24<br />

Regalo del habla como regalo de automóvil: lv 133<br />

Religión falsa es como barrio contaminado: bh 154<br />

Rescate es como cuando un benefactor libera de sus deudas a las<br />

víctimas de un banco corrupto: w10 15/8 14<br />

Rescate es como ser rescatado de una mina: w08 1/3 3, 6, 7<br />

Rescate es como ser rescatado de un naufragio: cl 158, 161<br />

Rescate es como un abuelo que paga las deudas de un hijo: rs 322<br />

Rescate es como un benefactor que ayuda a una fábrica en bancarrota: cl<br />

143; w91 15/2 13, 14<br />

Restablecer las relaciones humildemente es como si se tratara de bajar de<br />

una montaña a un valle: w96 15/9 23<br />

Restaurar a la humanidad como se hace con una casa en mal estado: w10<br />

1/5 4-6<br />

Seleccionar la lectura como si fuera alimento: sg 20<br />

Seres humanos son como máquinas estropeadas: w95 15/1 4-6<br />

Ser pecador es como un arquero que falla: w06 1/6 12, 13<br />

Servir a Jehová con todo el alma, corazón y fuerzas, y comparación con<br />

esclavo: cl 105<br />

Sujetarse de Jehová como un niño de la mano de su padre: g96 8/11 26,<br />

27<br />

Superar los obstáculos para servir a Jehová es como un avión que quiere<br />

despegar: w95 15/7 21, 22, 24<br />

Tentaciones son como trampas ocultas en un camino oscuro: kp 26<br />

Trinidad comparable a gemelos, no a padre y su hijo: w98 15/5 22<br />

Tumba es como un cajón que solo Jehová puede abrir: g 8/09 32<br />

Usar la capacidad de pensar como si de marineros se tratara: w02 15/8<br />

21-24<br />

Uso del tiempo es como acomodar piedras y arena en una cubeta: w10<br />

15/11 16<br />

Verdad semejante a una florecilla: w96 15/5 15


Vida eterna es como contar con abundante oxígeno: w04 15/11 5, 6<br />

Visión espiritual puede perderse, como la física: w04 1/4 20, 21<br />

Vivir en los últimos días es como cruzar unos rápidos: w97 1/4 4, 5


REFERENCIA Y DESARROLLO PARA CADA ILUSTRACIÓN<br />

*** w95 1/2 pág. 3 ¿Es su religión un barco que nunca debe abandonar? ***<br />

¿Es su religión un barco que nunca debe abandonar?<br />

EL BARCO se halla en medio de una tempestad. La tripulación, que está<br />

luchando desesperadamente por mantener a flote la embarcación, se enfrenta a<br />

una decisión dramática: quedarse a bordo o abandonar el barco y salvar la vida.<br />

¿Sabía usted que este aterrador marco hipotético se utiliza como ilustración<br />

teológica?<br />

Los teólogos, especialmente los doctos católicos, suelen comparar a su Iglesia<br />

con un barco que está capeando un temporal. Dicen que este barco, que tiene a<br />

Jesús o a Pedro al timón, representa el único medio de salvación. La postura del<br />

clero es: ‘Nunca abandone el barco; la Iglesia ha atravesado graves crisis en el<br />

pasado, pero es un barco que ha superado todas las tempestades de la historia’.<br />

Algunos dicen: ‘¿Por qué abandonarla? ¿Qué alternativas hay? ¿Por qué<br />

no quedarse y ayudarla a navegar hacia aguas más calmadas?’.<br />

Muchas personas, pertenecientes a todo tipo de religión, razonan en armonía<br />

con lo antedicho: ‘Sé que mi religión está equivocada en muchas cosas, pero<br />

espero que cambie. No quiero abandonarla. Me gustaría ayudarla a superar sus<br />

dificultades’. Este modo de razonar puede deberse a un afecto sincero por la<br />

religión de sus antepasados o incluso al temor de “traicionarla”.<br />

Un caso a propósito es el de Hans Küng, conocido teólogo católico disidente,<br />

que se preguntó: “¿Podría abandonar la barca en la tormenta y dejar a los otros,<br />

con quienes he navegado hasta ahora, la lucha contra el viento, contra las olas, o<br />

eventualmente por la mera supervivencia?”. Contestó: “No renunciaré a la<br />

actuación eficaz dentro de la Iglesia”. Otra alternativa sería “romper con esta<br />

Iglesia fracasada para proseguir valores más altos, tal vez para ser más<br />

auténticamente cristianos”. (Mantener la esperanza, traducción de Rufino<br />

Velasco.)<br />

Pero ¿puede quedarse una persona a bordo del barco de su propia iglesia con<br />

la esperanza de que Dios, en su misericordia, permitirá a todas las religiones<br />

tiempo ilimitado para reformarse? Esta es una pregunta seria. Como lo indica la<br />

ilustración, abandonar precipitadamente un barco en peligro y subirse a botes<br />

salvavidas inseguros sería tan peligroso como quedarse en un barco que se va a<br />

pique. ¿Es prudente quedarse en una iglesia a toda costa, sin importar en qué<br />

condición se encuentre? ¿Qué perspectivas de reforma ofrecen las religiones hoy?<br />

¿Cuánto tiempo les permitirá Dios obrar en contra de su voluntad?


*** lv cap. 11 págs. 121-123 “Que el matrimonio sea honorable” ***<br />

MÁS CERCA DE DIOS, MÁS CERCA DEL CÓNYUGE<br />

3 Cuando ambos cónyuges se esfuerzan por acercarse a Dios, también se<br />

acercan el uno al otro. Ilustrémoslo. Al pie de una gran montaña con forma de<br />

pirámide se hallan un hombre y una mujer. Él está en el lado norte y ella en el sur,<br />

y los separa una distancia considerable. Pero los dos inician al mismo tiempo el<br />

ascenso. ¿Qué ocurre? Que la separación se reduce a medida que suben hacia la<br />

cúspide. ¿Cómo puede animarnos este ejemplo?<br />

4 Pues bien, el ascenso a la montaña representa el esfuerzo que hacemos los<br />

cristianos por servir a Jehová con toda el alma. Seguramente usted y su cónyuge<br />

aman a Jehová y están poniendo todo su empeño en la escalada. Pero si se<br />

encuentran distanciados, es como si estuvieran subiendo por laderas opuestas.<br />

¿Qué ocurrirá si continúan avanzando hacia la cumbre? Aunque al principio haya<br />

un gran espacio entre los dos, cuanto más se esfuercen por ascender —es decir,<br />

por acercarse a Dios—, más cerca estarán el uno del otro. No hay duda: la clave<br />

para reducir las distancias entre marido y mujer es acercarse a Dios. Pero ¿cómo<br />

se logra ese objetivo?<br />

5 Una de las mejores formas de realizar este “ascenso” es aplicando los<br />

buenos consejos que brinda la Biblia a los cónyuges (Salmo 25:4; Isaías<br />

48:17, 18). Examinemos con detalle uno de ellos, el que dio el apóstol Pablo<br />

cuando dijo: “Que el matrimonio sea honorable entre todos” (Hebreos 13:4). ¿Qué<br />

quería dar a entender con estas palabras? En primer lugar, fijémonos en el<br />

término “honorable”. En el idioma original, transmite la idea de estimado y<br />

precioso. Por lo tanto, el empleo de esta palabra nos muestra cómo considera<br />

Jehová el matrimonio: como algo de inapreciable valor.<br />

*** w96 15/6 pág. 17 párr. 1 Bendiciones o maldiciones. Ejemplos para<br />

nosotros en la actualidad ***<br />

OCULTA bajo una capa de pintura, la herrumbre puede empezar a corroer un<br />

instrumento de hierro, y quizás pase algún tiempo antes de que aflore a la<br />

superficie. Del mismo modo, las actitudes y los deseos de nuestro corazón pueden<br />

comenzar a degradarse mucho antes de que produzcan graves consecuencias o<br />

de que siquiera otros lo adviertan. Tal como es prudente inspeccionar un<br />

instrumento para ver si está oxidándose, así un examen minucioso del corazón<br />

para mantenerlo saludable contribuirá a que preservemos la integridad cristiana.<br />

Dicho de otro modo: está en nuestra mano recibir las bendiciones de Dios y evitar<br />

sus maldiciones. Tal vez alguien piense que las bendiciones y las maldiciones<br />

proferidas sobre el antiguo pueblo de Israel tienen poco significado para quienes<br />

vivimos en la conclusión de este sistema de cosas. (Josué 8:34, 35; Mateo 13:49,<br />

50; 24:3.) Pero no es así. Podemos sacar mucho provecho de los ejemplos<br />

amonestadores de Israel, según se exponen en el capítulo 10 de la primera carta a<br />

los Corintios.


*** w96 15/6 pág. 19 párrs. 7-8 Bendiciones o maldiciones. Ejemplos para<br />

nosotros en la actualidad ***<br />

7 ¿Cómo podemos impedir que el corazón se corroa? Estudiando con empeño<br />

la Palabra de Dios, dejando que sus verdades se graben en la mente y el corazón.<br />

(Romanos 12:1, 2.) Por supuesto, también debemos asistir con regularidad a las<br />

reuniones cristianas. (Hebreos 10:24, 25.) La asistencia pasiva a estas es como la<br />

capa de pintura que se aplica sobre una superficie oxidada: acaso nos anime por<br />

un tiempo, pero no soluciona el problema de fondo. En cambio, al prepararnos con<br />

antelación, meditar y participar activamente en las reuniones, eliminaremos con<br />

dinamismo los elementos corrosivos que subsistan en lo recóndito de nuestro<br />

corazón figurativo. Esto nos ayudará a adherirnos a la Palabra de Dios y nos<br />

fortalecerá para resistir las pruebas de la fe y ser “sanos en todo respecto”.<br />

(Santiago 1:3, 4; Proverbios 15:28.)<br />

Advertencia sobre la fornicación<br />

8 En el siguiente ejemplo de Pablo se nos aconseja: “Ni practiquemos<br />

fornicación, como algunos de ellos cometieron fornicación, de modo que cayeron,<br />

veintitrés mil de ellos en un día”. (1 Corintios 10:8.) El apóstol se refiere a la<br />

ocasión en que los israelitas se postraron ante falsas deidades y tuvieron<br />

“relaciones inmorales con las hijas de Moab”. (Números 25:1-9.) La inmoralidad<br />

sexual es mortífera. Dejar que los pensamientos y deseos inmorales se<br />

desenfrenen es como permitir la “oxidación” del corazón. Jesús declaró: “Oyeron<br />

ustedes que se dijo: ‘No debes cometer adulterio’. Pero yo les digo que todo el que<br />

sigue mirando a una mujer a fin de tener una pasión por ella ya ha cometido<br />

adulterio con ella en su corazón”. (Mateo 5:27, 28.)<br />

*** w96 15/6 pág. 20 Bendiciones o maldiciones. Ejemplos para nosotros en<br />

la actualidad ***<br />

Tal como hay que eliminar la herrumbre, adoptemos medidas positivas para<br />

eliminar los deseos impropios del corazón<br />

*** w96 15/6 pág. 22 párr. 17 Bendiciones o maldiciones. Ejemplos para<br />

nosotros en la actualidad ***<br />

17 De la misma manera que el hierro tiende a oxidarse, así nosotros,<br />

descendientes del pecador Adán, somos proclives al mal por herencia. (Génesis<br />

8:21; Romanos 5:12.) Por lo tanto, no nos desanimemos si percibimos un motivo<br />

impropio en el corazón; más bien, adoptemos medidas contundentes. El aire<br />

húmedo o el ambiente cáustico aceleran grandemente el proceso de corrosión del<br />

hierro. Es imperativo que evitemos la exposición al “aire” del mundo de Satanás,<br />

con su entretenimiento repugnante, violencia desenfrenada e inclinaciones<br />

negativas. (Efesios 2:1, 2.)


*** w89 15/7 pág. 12 párr. 8 Lleve una vida equilibrada y sencilla ***<br />

De hecho, su actividad espiritual indica si usted vive una vida equilibrada y<br />

sencilla o no. Los cristianos que prestan atención al consejo de Jesús de buscar<br />

primero el Reino de Dios adelantan a buen paso en el estudio bíblico regular, en la<br />

concurrencia a las reuniones y en la participación en el ministerio del campo. Tal<br />

movimiento progresivo es una verdadera protección contra el caer. Pudiera<br />

compararse con viajar en bicicleta. Los que han tratado de equilibrar una bicicleta<br />

que ha perdido velocidad casi hasta detenerse comprenden la importancia de<br />

seguir adelantando. De igual manera, mientras usted adelanta a buen paso en la<br />

rutina de la actividad espiritual, está protegido de perder su equilibrio y caer.<br />

(Filipenses 3:16.)<br />

*** g 6/06 pág. 29 ¿En qué consistió el pecado original? ***<br />

Aunque es cierto que siguieron viviendo cientos de años, “el día” en el que<br />

pecaron empezaron a morir, tal como le sucedería a la rama que se cortara de un<br />

árbol (Génesis 5:5).<br />

*** w08 15/2 pág. 19 párr. 11 Imitemos al más grande de los misioneros ***<br />

Estudiar las Escrituras con el libro Enseña puede incluso cambiar la actitud de<br />

quienes se oponen a nosotros. Una precursora de Etiopía llamada Lula estaba<br />

dando clases bíblicas a una señora cuando una mujer que era familiar de la<br />

estudiante irrumpió en el lugar y dijo que ellas no necesitaban aprender esas<br />

cosas. Sin perder la calma, Lula trató de razonar con la mujer usando la<br />

comparación del dinero falso que aparece en el capítulo 15 del libro Enseña.<br />

La mujer se tranquilizó y las dejó continuar. Lo que es más, en la siguiente visita<br />

de Lula estuvo presente, pidió su propio estudio y hasta ofreció pagar por él.<br />

En poco tiempo ya estaba estudiando tres veces por semana y haciendo grandes<br />

progresos.<br />

*** bh cap. 15 págs. 144-145 párrs. 2-3 La adoración que Dios aprueba ***<br />

¿Cómo puede usted saber de qué manera se debe adorar a Jehová? No hace<br />

falta que estudie y compare las creencias de todas las religiones. Solo tiene que<br />

aprender lo que realmente enseña la Biblia sobre la adoración verdadera.<br />

Pongamos una comparación. Como usted sabe, el dinero falso es un grave<br />

problema en muchos países. Pues bien, imagínese que recibe el encargo de<br />

separar los billetes falsos de los auténticos. ¿Cómo distinguirá unos de otros?<br />

¿Aprendiéndose de memoria cada falsificación? En realidad, ¿no sería mucho<br />

más práctico estudiar cómo son los billetes auténticos? Cuando los conozca bien,<br />

podrá distinguir los falsos. Del mismo modo, es fácil reconocer las religiones falsas<br />

cuando aprendemos cómo debe ser la verdadera.


3 Es importante que adoremos a Jehová como él quiere. Muchas personas<br />

creen que todas las religiones complacen a Dios, pero eso no es lo que enseña la<br />

Biblia. Tampoco basta con afirmar que uno es cristiano, pues Jesús dijo: “No todo<br />

el que me dice: ‘Señor, Señor’, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la<br />

voluntad de mi Padre que está en los cielos”. Por lo tanto, Dios únicamente nos<br />

aprobará si aprendemos lo que él nos pide y lo ponemos por obra. A los que<br />

no hacen la voluntad de Dios, Jesús los llamó “obradores del desafuero”, es decir,<br />

practicantes de la maldad (Mateo 7:21-23). La religión falsa es como el dinero<br />

falso: no tiene ningún valor. Y, lo que es peor, causa mucho daño.<br />

*** w01 1/2 págs. 28-29 He servido donde ha hecho falta ***<br />

Como un árbol que se mece a causa de fuertes vientos, hemos de adaptarnos<br />

a los diversos problemas y dificultades que se presentan. Con el transcurso del<br />

tiempo he comprobado que el estudio regular de la Biblia y la asistencia asidua a<br />

las reuniones me dan la fuerza que necesito para ajustarme y sobrevivir<br />

espiritualmente. Al envejecer y recordar los errores que cometí en el pasado, trato<br />

de ver el lado bueno. Al fin y al cabo, si permanecemos fieles, tales experiencias<br />

contribuyen a nuestro progreso espiritual. Si aprendemos de ellas, los aspectos<br />

negativos de la vida pueden tener efectos positivos (Santiago 1:2, 3).<br />

*** cf cap. 7 pág. 67 párr. 5 “Consideren con sumo cuidado [...] al que ha<br />

aguantado” ***<br />

A modo de ilustración, pensemos en dos hombres que están presos en<br />

condiciones semejantes, pero por motivos muy distintos. Uno es un delincuente<br />

común que cumple su condena con resentimiento y amargura. El otro es un<br />

cristiano que, aunque ha sido encarcelado por su lealtad, permanece fiel y<br />

mantiene una actitud positiva porque ve en su situación una oportunidad de<br />

demostrar su fe. Difícilmente consideraríamos al malhechor un modelo de<br />

aguante, ¿verdad? Sin embargo, el cristiano leal sería para nosotros un ejemplo<br />

perfecto de esta invaluable cualidad (Santiago 1:2-4).<br />

*** w05 15/6 págs. 24-25 párr. 7 Jóvenes, ¡alaben a Jehová! ***<br />

Supongamos que un buen amigo tuyo poseyera una habilidad sorprendente —<br />

tal vez para los deportes, el arte o la música—. ¿Les hablarías de él a tu familia y<br />

a otros amigos? Claro que lo harías. Pues bien, conocer todo cuanto Jehová ha<br />

hecho puede producir en nosotros el mismo efecto. Por ejemplo, Salmo 19:1, 2<br />

dice que los cielos estrellados “hace[n] salir burbujeando el habla”. En cuanto a<br />

nosotros, cuando reflexionamos en los impresionantes logros de nuestro Dios,<br />

Jehová, difícilmente podemos contenernos de hablar acerca de él.


*** w05 15/6 pág. 25 párr. 10 Jóvenes, ¡alaben a Jehová! ***<br />

Existe otro motivo más para alabar a Jehová. Recuerda el ejemplo que<br />

pusimos sobre tu talentoso amigo. Si escucharas a otras personas diciendo<br />

falsedades sobre él y difamándolo, ¿no te sentirías aún más determinado a<br />

defenderlo? Pues a Jehová también se le difama mucho en este mundo (Juan<br />

8:44; Revelación 12:9). Por lo tanto, quienes lo amamos nos sentimos impulsados<br />

a decir la verdad sobre él, a poner las cosas en su sitio. ¿Quisieras tú también<br />

expresar tu amor y gratitud a Jehová, y demostrar que prefieres someterte a él y<br />

no a su principal enemigo, Satanás? Puedes lograr todo esto alabando a Jehová.<br />

*** g05 22/7 pág. 21 ¿Por qué me atraen las personas equivocadas? ***<br />

La influencia de los amigos<br />

Lo cierto es que uno se vuelve igual que sus amigos. Las personas con las<br />

que pasamos tiempo son quienes más influyen en nosotros. Proverbios 13:20<br />

muestra que esa influencia puede ser para bien o para mal: “El que está andando<br />

con personas sabias se hará sabio, pero al que está teniendo tratos con los<br />

estúpidos le irá mal”. Como dos personas que viajan en el mismo automóvil, los<br />

amigos íntimos van por fuerza en la misma dirección y tienen el mismo destino.<br />

Así que, pregúntate: “¿Me lleva el camino de mi amigo a donde yo quiero ir? ¿Me<br />

ayudará a alcanzar mis metas y aspiraciones espirituales?”.<br />

*** bh cap. 19 págs. 186-187 párrs. 7-8 Permanezca en el amor de Dios ***<br />

La Biblia muestra que amar a Dios significa mucho más que sentir afecto por<br />

él. De hecho, aunque ese sentimiento es muy importante, es tan solo el comienzo<br />

del verdadero amor a Dios. Para entenderlo mejor, veamos la siguiente<br />

comparación: si usted quisiera una manzana, ¿se conformaría con que le dieran<br />

una semilla de esa fruta? Claro que no. Es cierto que la semilla es esencial para<br />

que crezca un manzano, pero lo que usted quiere es el fruto. Lo mismo ocurre con<br />

el afecto que sentimos por Jehová: al igual que la semilla, tiene que desarrollarse<br />

y dar fruto. La Biblia enseña: “Esto es lo que el amor de Dios significa: que<br />

observemos sus mandamientos; y, sin embargo, sus mandamientos no son<br />

gravosos”, es decir, no son una carga (1 Juan 5:3). Así, el verdadero amor a Dios<br />

debe producir buenos frutos, debe expresarse con hechos (Mateo 7:16-20).<br />

8 Demostramos que amamos a Dios cuando obedecemos sus mandamientos<br />

y ponemos en práctica sus principios. Eso no es muy difícil, pues las leyes de<br />

Jehová no son una carga. Al contrario, están pensadas para que seamos felices y<br />

disfrutemos de la vida (Isaías 48:17, 18). Cuando dejamos que Jehová nos guíe,<br />

demostramos que agradecemos mucho todo lo que él ha hecho por nosotros.<br />

Es una pena que tan poca gente tenga esa actitud. Nosotros no queremos ser<br />

desagradecidos, como algunas personas del tiempo de Jesús. En cierta ocasión,<br />

Cristo curó a diez leprosos, pero solo uno fue a darle las gracias (Lucas 17:12-17).


Seguramente queremos ser como esa persona, y no como las otras nueve, que<br />

no mostraron el menor agradecimiento.<br />

*** g 4/06 pág. 5 La receta de la verdadera felicidad ***<br />

Así lo reconoció Salomón en la Biblia: “El que ama el dinero nunca se<br />

satisface con lo que tiene, siempre quiere más y más” (Eclesiastés 5:10, La<br />

Palabra de Dios para Todos [PDT]). Ocurre igual que con la picadura de un<br />

mosquito: cuanto más se rasca uno, más picor produce, hasta que de tanto<br />

rascarse acaba formándose una llaga.<br />

*** w07 1/1 pág. 9 ¿Puede usted ‘ensanchar’ su amor? ***<br />

¿Puede usted ‘ensanchar’ su amor?<br />

LA CADENA que sujeta el ancla de un barco tiene que soportar muchísima<br />

tensión para impedir que la nave se vaya a la deriva. A menos que sus eslabones<br />

estén enlazados con firmeza, se partirá.<br />

Algo similar puede decirse de la congregación cristiana. Para que esta se<br />

mantenga firme y saludable, sus miembros tienen que estar enlazados unos con<br />

otros, es decir, unidos. Y ¿qué los une? El amor, el vínculo más fuerte que existe.<br />

Con razón Jesucristo dijo a sus discípulos: “Les doy un nuevo mandamiento: que<br />

se amen unos a otros; así como yo los he amado, que ustedes también se amen<br />

los unos a los otros. En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos, si<br />

tienen amor entre sí”. Así es, el amor que los verdaderos cristianos se tienen es un<br />

amor abnegado, uno que va más allá de solo tratarse de manera amigable y<br />

respetuosa (Juan 13:34, 35).<br />

*** w02 1/7 págs. 28-30 Las gratificaciones de andar en las sendas de Jehová<br />

***<br />

Las gratificaciones de andar en las sendas de Jehová<br />

¿HA IDO alguna vez de excursión a la montaña? En tal caso, es posible que<br />

se haya sentido como si estuviera en la cima del mundo. Qué agradables<br />

sensaciones: respirar aire fresco, mirar a lo lejos, contemplar la belleza natural...<br />

Puede que hasta las inquietudes de la vida le hayan parecido algo menos<br />

importantes.<br />

Aunque la mayoría de la gente rara vez se da tales caminatas, si usted es un<br />

cristiano dedicado, quizá venga andando desde hace tiempo por terreno<br />

montañoso en sentido espiritual. Seguramente habrá orado como el salmista de la<br />

antigüedad: “Hazme conocer tus propios caminos, oh Jehová; enséñame tus<br />

propias sendas” (Salmo 25:4). ¿Recuerda cómo se sintió la primera vez que subió<br />

a la montaña de la casa de Jehová y empezó a caminar por las alturas? (Miqueas<br />

4:2; Habacuc 3:19.) Lo más probable es que percibiera enseguida que andar en


estas elevadas sendas de la adoración pura le daba protección y gozo. Llegó a<br />

sentirse como el salmista: “Feliz es el pueblo que conoce el gozoso gritar. Oh<br />

Jehová, en la luz de tu rostro ellos siguen andando” (Salmo 89:15).<br />

Sin embargo, los excursionistas tienen que enfrentarse a veces con<br />

pendientes largas y empinadas que les producen dolor de piernas y cansancio.<br />

De igual modo, nosotros podemos pasar por dificultades en nuestro servicio a<br />

Dios. Tal vez de un tiempo a esta parte nos hayamos sentido un poco fatigados.<br />

¿Cómo recuperar el vigor y el gozo? En primer lugar tenemos que reconocer la<br />

superioridad de los caminos de Dios.<br />

Las elevadas leyes de Jehová<br />

Los caminos de Jehová son ‘más altos que los caminos del hombre’, y su<br />

adoración está ‘firmemente establecida por encima de las montañas y por encima<br />

de las colinas’ (Isaías 55:9; Miqueas 4:1). Su sabiduría es “la sabiduría de arriba”<br />

(Santiago 3:17). Sus leyes son superiores a todas las demás. Por ejemplo, en una<br />

época en la que los cananeos practicaban el cruel sacrificio de niños, Jehová le<br />

dio a Israel leyes de moralidad elevada que se caracterizaban por la compasión.<br />

Le ordenó: “No debes tratar con parcialidad al de condición humilde, y no debes<br />

preferir la persona de un grande. [...] El residente forastero [...] debe llegar a ser[te]<br />

como natural [t]uyo; y tienes que amarlo como a ti mismo” (Levítico 19:15, 34).<br />

Jesús dio más ejemplos de la ‘majestuosa ley’ de Jehová quince siglos<br />

después (Isaías 42:21). Les dijo a sus discípulos en el Sermón del Monte:<br />

“Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen; para que<br />

demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos” (Mateo 5:44, 45). “Todas<br />

las cosas que quieren que los hombres les hagan, también ustedes de igual<br />

manera tienen que hacérselas a ellos —agregó—; esto, de hecho, es lo que<br />

significan la Ley y los Profetas.” (Mateo 7:12.)<br />

Estas elevadas leyes influyen en el corazón de las personas receptivas y las<br />

impulsan a imitar al Dios al que adoran (Efesios 5:1; 1 Tesalonicenses 2:13).<br />

Pensemos en la transformación que tuvo lugar en el caso de Pablo.<br />

La primera vez que se le menciona en las Escrituras, se dice que “aprobaba el<br />

asesinato de” Esteban y que trataba “atrozmente a la congregación”. Tan solo<br />

unos años más tarde, atendía con amabilidad a los cristianos de Tesalónica<br />

como cuando “una madre que cría acaricia a sus propios hijos”. Pasó de ser un<br />

perseguidor a ser un cristiano bondadoso, gracias a la enseñanza divina (Hechos<br />

8:1, 3; 1 Tesalonicenses 2:7). Pablo agradecía muchísimo que la enseñanza de<br />

Cristo hubiera moldeado su personalidad (1 Timoteo 1:12, 13). ¿Cómo puede un<br />

agradecimiento similar contribuir a que sigamos andando en las elevadas sendas<br />

de Dios?<br />

Seamos agradecidos<br />

Los excursionistas no solo se deleitan con las vistas espectaculares que<br />

ofrecen las montañas, sino que también aprenden a recrearse en pequeños<br />

detalles a lo largo del camino, como una piedra rara, una flor bonita o la visión


fugaz de algún animal salvaje. En sentido espiritual, tenemos que estar atentos a<br />

las gratificaciones —grandes o pequeñas— de andar con Dios, lo que puede<br />

darnos nuevos bríos y transformar un paso cansino en una vigorosa marcha.<br />

De este modo haremos nuestras las siguientes palabras de David: “Por la mañana<br />

hazme oír tu bondad amorosa, porque en ti he cifrado mi confianza. Dame a<br />

conocer el camino en que debo andar” (Salmo 143:8).<br />

Mary, que ha caminado por muchos años en las sendas divinas, afirma:<br />

“Cuando observo la creación, no solo veo su complejo diseño, sino la afectuosa<br />

personalidad de Jehová. Ya sea un mamífero, un ave o un insecto, cada cual es<br />

un pequeño mundo, lleno de detalles fascinantes. Disfruto igual de las verdades<br />

espirituales que se hacen más claras con el paso de los años”.<br />

¿Cómo profundizar nuestro agradecimiento? En parte, no dando por sentado<br />

lo que Jehová hace por nosotros. “Oren incesantemente —escribió Pablo—. Con<br />

relación a todo, den gracias.” (1 Tesalonicenses 5:17, 18; Salmo 119:62.)<br />

El estudio personal nos ayuda a cultivar un espíritu agradecido. “Sigan<br />

andando en unión con [Cristo Jesús], [...] rebosando de fe en acción de gracias”,<br />

fue la exhortación de Pablo a los cristianos de Colosas (Colosenses 2:6, 7).<br />

La lectura meditativa de la Biblia nos acerca más a su Autor y fortalece nuestra fe.<br />

En sus páginas se hallan tesoros que nos incitan a ‘rebosar en acción de gracias’.<br />

Servir a Jehová junto con nuestros hermanos también nos hace más fácil el<br />

camino. “Soy socio de todos los que de veras te temen”, dijo el salmista (Salmo<br />

119:63). Algunos de los momentos más felices de la vida los pasamos en las<br />

asambleas o en compañía de los hermanos. Reconocemos que nuestra preciosa<br />

familia cristiana mundial debe su existencia a Jehová y a sus elevadas sendas<br />

(Salmo 144:15b).<br />

Además del agradecimiento necesitamos el sentido de la responsabilidad para<br />

seguir avanzando por las elevadas sendas de Jehová.<br />

Seamos responsables<br />

Los excursionistas con sentido de la responsabilidad reconocen que es<br />

preciso andar con cautela si no quieren perderse o acercarse mucho a barrancos<br />

peligrosos. Como estamos dotados de libre albedrío, Jehová nos concede una<br />

medida justa de libertad e iniciativa. Pero tal libertad exige que seamos<br />

responsables y cumplamos con nuestros deberes cristianos.<br />

Por ejemplo, Jehová confía en que sus siervos sean conscientes de sus<br />

obligaciones y obren en consecuencia. No estipula cuánto esfuerzo y tiempo<br />

tenemos que invertir en nuestras actividades cristianas o cuánto hemos de<br />

contribuir económicamente o de otras formas. No obstante, espera que nos<br />

rijamos por las siguientes palabras de Pablo a los corintios: “Que cada uno haga<br />

tal como lo ha resuelto en su corazón” (2 Corintios 9:7; Hebreos 13:15, 16).<br />

Entre las dádivas que ofrecen los cristianos responsables se encuentran la<br />

predicación de las buenas nuevas y las contribuciones a la obra mundial del


Reino. Gerhardt, anciano cristiano, cuenta que su esposa y él aumentaron<br />

bastante sus donaciones tras asistir a una asamblea en Europa del Este. “Vimos<br />

que a pesar de lo poco que tenían nuestros hermanos en sentido material,<br />

valoraban muchísimo las publicaciones bíblicas —dice—, por lo que decidimos<br />

apoyar a los hermanos necesitados de otros países en la medida de nuestras<br />

posibilidades.”<br />

Cultivemos aguante<br />

La montaña exige resistencia. Los excursionistas se entrenan siempre que<br />

pueden, y muchos de ellos recorren tramos cortos a fin de prepararse para las<br />

marchas largas. De modo similar, Pablo recomendó que estuviéramos muy<br />

ocupados en las actividades teocráticas con objeto de mantenernos en forma en<br />

sentido espiritual. Quienes deseen “and[ar] de una manera digna de Jehová” y ser<br />

“hechos poderosos” deben seguir “llevando fruto en toda buena obra”, dijo Pablo<br />

(Colosenses 1:10, 11).<br />

La motivación contribuye a que el excursionista no desfallezca. ¿Cómo? El<br />

hecho de marcarse un claro objetivo, como una montaña lejana, le produce un<br />

efecto estimulador. Además, se siente satisfecho cuando alcanza metas<br />

intermedias, ve cuánto se ha acercado a la cumbre y observa la distancia<br />

recorrida.<br />

Nuestra esperanza de obtener vida eterna nos sostiene e impele de igual<br />

manera (Romanos 12:12). Mientras tanto, al andar en los caminos de Jehová, nos<br />

da sentido de logro ponernos metas cristianas y alcanzarlas. Y nos produce gran<br />

gozo cuando miramos a los pasados años de servicio fiel y percibimos los cambios<br />

efectuados en nuestra personalidad (Salmo 16:11).<br />

Para recorrer distancias largas y conservar la energía, los excursionistas<br />

adoptan un ritmo constante. Asimismo, un buen programa que incluya la<br />

asistencia regular a las reuniones y la participación constante en la predicación<br />

nos impulsará a avanzar hacia nuestro objetivo. De ahí la exhortación de Pablo a<br />

sus hermanos en la fe: “Sigamos andando ordenadamente en esta misma rutina”<br />

(Filipenses 3:16).<br />

Como es obvio, no caminamos solos por las sendas de Jehová.<br />

“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las<br />

buenas obras”, escribe Pablo (Hebreos 10:24, Nueva Versión Internacional).<br />

La buena compañía espiritual de nuestros hermanos nos hará más fácil mantener<br />

el ritmo de la marcha (Proverbios 13:20).<br />

Lo más importante, por último, es que nunca olvidemos el poder que Dios da.<br />

Aquellos cuya fuerza está en Jehová “anda[rán] de energía vital en energía vital”<br />

(Salmo 84:5, 7). A pesar de que a veces tengamos que atravesar terreno<br />

escabroso, lo lograremos con Su ayuda.


*** w11 1/3 pág. 21 ¿Creó Dios al Diablo? ***<br />

Para entenderlo, podríamos compararlo a un hombre que trabaja como<br />

contador y al que se le presenta la oportunidad de robar a la empresa<br />

manipulando los registros contables. Tiene que tomar una decisión: o rechaza<br />

rápidamente el pensamiento, o sigue dándole vueltas al asunto. Si elige lo<br />

segundo, la idea empezará a parecerle buena y es muy probable que al final<br />

cometa el delito. Además, posiblemente recurra a la mentira para ocultarlo. Así, él<br />

mismo se habrá convertido en un mentiroso y un ladrón. Algo parecido ocurrió con<br />

el ángel que Jehová creó. Él usó su libertad de elección para cultivar malos<br />

deseos y llevarlos a cabo, rebelándose contra su Padre y engañando a otros. Por<br />

tanto, fue él quien se convirtió a sí mismo en Satanás, el Diablo.<br />

*** w10 15/6 pág. 6 párrs. 1-2 El pueblo de Jehová nos ofrece protección ***<br />

DURANTE sus vacaciones, Joe y su esposa fueron a explorar un arrecife<br />

tropical repleto de peces de todos los tamaños y colores. Se pusieron la máscara y<br />

el tubo de respiración, y nadaron hasta llegar a los corales más apartados.<br />

Cuando el lecho marino dio paso a un profundo abismo, la esposa dijo<br />

preocupada: “Creo que nos estamos alejando demasiado”, a lo que él respondió:<br />

“Tranquila. Tengo todo bajo control”. Sin embargo, poco después observó con<br />

extrañeza que los peces se habían ido. Enseguida comprendió horrorizado el<br />

motivo al ver surgir de la oscuridad un tiburón que venía directo hacia él. No había<br />

escapatoria. El temible pez se le acercó muchísimo, pero por alguna razón dio<br />

media vuelta y terminó desapareciendo.<br />

2 Si un cristiano se dejara seducir por el mundo de Satanás y sus encantos —<br />

como las diversiones, las oportunidades laborales y los bienes materiales—,<br />

podría adentrarse, sin darse cuenta, en aguas peligrosas. Joe, que sirve como<br />

anciano, comenta: “Mi experiencia me hace pensar en que, espiritualmente<br />

hablando, también es muy importante mantenerse en ‘aguas seguras’, o sea,<br />

quedarse dentro de la congregación y no exponerse a malas compañías”. Así es,<br />

tenemos que evitar las “aguas profundas”, pues nos quedaríamos aislados y<br />

nuestra fe correría peligro. Si llegáramos a ese punto, deberíamos volver de<br />

inmediato a “aguas seguras” para que no nos devore el enemigo.<br />

*** ol parte 1 pág. 5 párrs. 3-5 ¿Enseñan la verdad todas las religiones? ***<br />

Piense en lo siguiente: suponga que consigue un empleo en una gran<br />

empresa. En su primer día de trabajo, el jefe está fuera, así que usted les pregunta<br />

a tres empleados lo que debe hacer. El primero le dice que el jefe quiere que se<br />

ponga a barrer el suelo; el segundo le dice que pinte el edificio, y el tercero, que<br />

debe repartir el correo.<br />

4 Luego usted les pregunta cómo es el jefe. El primero le dice que es un<br />

hombre alto, joven y muy estricto. El segundo afirma que es bajito, de edad<br />

avanzada y amable. El tercero le dice que el jefe no es un hombre, sino una mujer.


Seguramente, usted va a llegar a la conclusión de que alguno no le dice la verdad.<br />

Si desea conservar su nuevo empleo, probablemente tratará de averiguar quién es<br />

en realidad su jefe y lo que espera de usted.<br />

5 Lo mismo sucede con la religión. Como hay tantas ideas en cuanto a quién<br />

es Dios y lo que pide de nosotros, tenemos que asegurarnos de que nuestra forma<br />

de adorarle esté de acuerdo con la verdad.<br />

*** w99 15/2 pág. 18 párrs. 1-2 El camino del amor nunca falla ***<br />

¿HA INTENTADO alguna vez aprender un nuevo idioma? Es un verdadero<br />

reto, por no decir más. Sin embargo, un niño aprende un lenguaje solo con oírlo.<br />

Su cerebro embebe los sonidos y significados de las palabras de modo que al<br />

poco tiempo empieza a expresarse con relativa facilidad y, a veces, con<br />

demasiada facilidad. Pero no nos sucede así a los adultos. Nos remitimos una y<br />

otra vez a un diccionario bilingüe solo para aprender unas cuantas frases básicas<br />

de una lengua extranjera. Con el tiempo y suficiente experiencia empezamos a<br />

pensar en el nuevo idioma y se nos hace más fácil hablarlo.<br />

2 Aprender a expresar el amor es similar a aprender un nuevo idioma. Es<br />

verdad que esta cualidad divina es hasta cierto grado inherente en el ser humano<br />

(Génesis 1:27; compárese con 1 Juan 4:8). De todos modos, aprender a expresar<br />

amor requiere un gran esfuerzo, especialmente hoy en día cuando escasea tanto<br />

el cariño natural (2 Timoteo 3:1-5). A veces ese es el caso en la misma familia. En<br />

efecto, muchos niños se crían en un ambiente hostil donde casi nunca se oyen<br />

palabras amables, si es que se oyen alguna vez (Efesios 4:29-31; 6:4). ¿Cómo,<br />

entonces, podemos aprender a expresar amor aun cuando prácticamente se nos<br />

haya privado de él?<br />

*** w99 15/2 pág. 22 párr. 20 El camino del amor nunca falla ***<br />

Al fin y al cabo, el mero hecho de vivir en un país extranjero no nos obliga a<br />

aprender su idioma. Tampoco la mera asistencia a las reuniones del Salón del<br />

Reino ni el compañerismo de nuestros hermanos cristianos nos enseña<br />

automáticamente a expresar amor. Aprender este “idioma” requiere un esfuerzo<br />

continuo.<br />

*** w99 15/2 pág. 23 párr. 22 El camino del amor nunca falla ***<br />

22 Tal como con el tiempo se hace más fácil expresarse en un nuevo idioma,<br />

también suele hacerse más fácil expresar el amor. Pablo nos asegura que el<br />

“amor nunca falla” (1 Corintios 13:8). A diferencia de los dones milagrosos del<br />

espíritu, el amor nunca dejará de existir. De modo que sigamos aprendiendo a<br />

expresar esta cualidad divina. Es, como Pablo la llama, “un camino sobrepujante”.


*** w95 15/6 págs. 18-19 párrs. 1-4 “Servicio sagrado con su facultad de<br />

raciocinio” ***<br />

¿HA INTENTADO alguna vez aprender otro idioma? Si así es, sin duda<br />

concordará en que es una tarea difícil, pues implica más que solo aprender<br />

nuevas palabras. Dominar un idioma también implica conocer bien su gramática.<br />

Hay que entender la relación entre unas palabras y otras, y cómo se combinan<br />

para formar ideas completas.<br />

2 Algo parecido sucede cuando adquirimos conocimiento de la Palabra de<br />

Dios. Implica más que sencillamente aprender ciertos textos bíblicos. También<br />

tenemos que aprender la gramática de la Biblia, por decirlo así. Hay que<br />

comprender cómo los textos se relacionan unos con otros y cómo constituyen<br />

principios que pueden aplicarse a la vida diaria. De este modo llegaremos a ser<br />

‘enteramente competentes y estaremos completamente equipados para toda<br />

buena obra’. (2 Timoteo 3:17.)<br />

3 Bajo el código de la Ley de Moisés, la fidelidad podía demostrarse en buena<br />

medida mediante la obediencia estricta de sus reglas bien definidas. Sin embargo,<br />

en 33 E.C. Jehová borró la Ley, ‘clavándola al madero de tormento’ en el que<br />

murió su Hijo. (Colosenses 2:13, 14.) A partir de entonces no se dio al pueblo de<br />

Dios una larga lista de los sacrificios que tenía que ofrecer ni de las reglas que<br />

debía seguir. Antes bien, se le dijo: “Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo,<br />

santo, acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio”. (Romanos<br />

12:1.) Los cristianos tenían que dar de sí mismos con todo su corazón, alma,<br />

mente y fuerzas en el servicio de Dios. (Marcos 12:30; compárese con Salmo<br />

110:3.) Pero ¿qué significa ofrecer “servicio sagrado con su facultad de<br />

raciocinio”?<br />

4 La expresión “facultad de raciocinio” se traduce del término griego lo·gi·kós,<br />

que significa “racional” o “inteligente”. Se espera que los siervos de Dios nos<br />

rijamos por una conciencia educada por la Biblia. En vez de basar nuestras<br />

decisiones en numerosas reglas prefijadas, los cristianos meditamos en los<br />

principios bíblicos. Tenemos que entender la “gramática” de la Biblia, es decir,<br />

saber la relación entre los diferentes principios. Así podremos tomar decisiones<br />

equilibradas con nuestra facultad de raciocinio.<br />

*** w95 15/6 págs. 19-20 párr. 7 “Servicio sagrado con su facultad de<br />

raciocinio” ***<br />

Por ejemplo, examinemos el asunto de la crianza de los hijos. Proverbios<br />

13:24 dice que el padre que ama a su hijo “de veras lo busca con disciplina”. Si<br />

nos limitamos a leer este versículo, pudiera aplicarse mal para justificar el castigo<br />

severo e implacable de los hijos. Ahora bien, Colosenses 3:21 da esta exhortación<br />

equilibrada: “Padres, no estén exasperando a sus hijos, para que ellos no se<br />

descorazonen”. Los padres que se valen de su facultad de raciocinio y relacionan<br />

estos principios no recurrirán a ninguna forma de disciplina que pudiera calificarse<br />

de “abusiva”. Tratarán a sus hijos con cariño, comprensión y dignidad. (Efesios


6:4.) Por lo tanto, sea que se trate de la crianza de los hijos o de cualquier otro<br />

asunto en el que haya implicados principios bíblicos, podemos desarrollar nuestra<br />

facultad de raciocinio sopesando todos los factores relacionados. De este modo<br />

podremos comprender la “gramática” de los principios bíblicos, el propósito de<br />

Dios y cómo cumplirlo.<br />

*** w95 15/6 pág. 21 párr. 11 “Servicio sagrado con su facultad de raciocinio”<br />

***<br />

Ellos conocían los tecnicismos de la Ley, pero no entendían su “gramática”.<br />

Podían recitar incontables detalles de la Ley, pero no comprendían a la<br />

Personalidad que la inspiró. Jesús les dijo: “Dan el décimo de la hierbabuena y de<br />

la ruda y de toda otra legumbre, pero pasan por alto la justicia y el amor de Dios”.<br />

(Lucas 11:42.)<br />

*** w95 15/6 pág. 23 párr. 20 “Servicio sagrado con su facultad de raciocinio”<br />

***<br />

Por eso, el estudio de la Palabra de Dios nos permitirá percibir lo que piensa<br />

Jehová sobre determinados asuntos y tomar decisiones equilibradas. Esto<br />

requiere esfuerzo. Tenemos que ser estudiantes fervorosos de la Palabra de Dios<br />

y ser muy conscientes de la personalidad y las normas de Jehová. Estamos<br />

aprendiendo una nueva gramática, por decirlo así. Quienes lo hagan estarán<br />

siguiendo el consejo de Pablo: “Presenten sus cuerpos como sacrificio vivo, santo,<br />

acepto a Dios, un servicio sagrado con su facultad de raciocinio”. (Romanos 12:1.)<br />

*** kl cap. 14 págs. 133-134 párr. 10 ¿La autoridad de quién debe usted<br />

reconocer? ***<br />

10 Pablo explicó: “El que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del<br />

arreglo de Dios”. (Romanos 13:2.) Las autoridades superiores son el “arreglo” de<br />

Dios en el sentido de que mantienen una medida de orden, sin la cual reinarían el<br />

caos y la anarquía. Oponerse a esas autoridades sería contrario a las Escrituras e<br />

insensato. Para ilustrarlo: Imagínese que usted se ha sometido a una intervención<br />

quirúrgica y le han suturado la herida con varios puntos. Aunque para el<br />

organismo sean cuerpos extraños, los puntos cumplen un propósito específico por<br />

un tiempo limitado. Quitarlos prematuramente sería perjudicial. Del mismo modo,<br />

las autoridades gubernamentales humanas no entraban en el propósito original de<br />

Dios. Sin embargo, hasta que Su Reino domine sobre toda la Tierra, los gobiernos<br />

humanos dan cohesión a la sociedad, desempeñando una función que encaja con<br />

la voluntad de Dios para el tiempo actual. Por ello, debemos estar en sujeción a<br />

las autoridades superiores, aunque damos prioridad a la ley y la autoridad de Dios.


*** w95 1/10 pág. 9 párr. 7 ¿Ocupa Dios el primer lugar en su familia? ***<br />

Pudiéramos ilustrarlo de la siguiente manera: Puede que un familiar se dé a la<br />

bebida. ¿Le beneficiaría que usted pasara por alto o aprobara ese hábito? ¿Sería<br />

mejor rendirse y no hacer nada a fin de mantener la paz? No; probablemente<br />

concordará en que lo mejor sería intentar ayudarlo a superar su problema, aunque<br />

se enojara con usted y lo amenazara. (Proverbios 29:25.) Del mismo modo, si<br />

usted verdaderamente ama a sus familiares, no cederá cuando intenten obligarlo a<br />

dejar de estudiar la Biblia. (Hechos 5:29.) La única manera de ayudarlos a<br />

comprender que nuestra vida depende de que vivamos en conformidad con las<br />

enseñanzas de Cristo es permaneciendo firmes.<br />

*** w97 15/1 pág. 22 párrs. 23-25 ¿Qué requiere Dios de nosotros? ***<br />

Imagínese que usted ha sobrevivido a un naufragio y está en el agua luchando<br />

por mantenerse a flote. Cuando cree que ya no puede aguantar más, alguien le<br />

extiende la mano desde un bote salvavidas. Sí, hay otros sobrevivientes. En el<br />

bote, usted y los demás se turnan para remar hacia la orilla, y en el camino<br />

recogen a otros sobrevivientes.<br />

24 ¿No estamos en una situación parecida? Se nos ha sacado de las<br />

peligrosas “aguas” de este mundo inicuo y se nos ha introducido en el “bote<br />

salvavidas” de la organización terrestre de Jehová, donde servimos hombro a<br />

hombro unos con otros camino de la “orilla” del justo nuevo mundo. Si las<br />

presiones de la vida nos agobian durante el viaje, cuánto agradecemos la ayuda y<br />

el consuelo de verdaderos compañeros cristianos. (Proverbios 17:17.)<br />

25 ¿Qué puede decirse de las personas de corazón sincero que aún están en<br />

el “agua”? Tenemos la obligación de ayudarlas a entrar en la organización de<br />

Jehová, ¿no es cierto? (1 Timoteo 2:3, 4.) Necesitan ayuda para aprender lo que<br />

Dios espera de nosotros.<br />

*** w04 15/9 pág. 13 párrs. 15-16 “Sigan adquiriendo poder en el Señor” ***<br />

Sin embargo, los elefantes son un ejemplo de apoyo mutuo. El libro<br />

Elephants—Gentle Giants of Africa and Asia (Los elefantes: mansos gigantes de<br />

África y Asia) explica: “Una estrategia defensiva muy común en una manada típica<br />

es formar un círculo, con los cuerpos de los adultos en la parte exterior de modo<br />

que los pequeños queden protegidos en el interior”. Ante tal muestra de fortaleza y<br />

cooperación, los leones rara vez atacan a los elefantes, ni siquiera a los jóvenes.<br />

16 Cuando Satanás y sus demonios nos amenazan, nosotros también<br />

debemos mantenernos juntos, hombro a hombro con los hermanos que están<br />

sólidos en la fe.


*** w10 15/9 pág. 11 párr. 17 Busquemos con empeño la bendición de Jehová<br />

***<br />

La situación es comparable a lo que sucede al alimentarnos. Tal como el<br />

organismo se beneficia de los alimentos, nosotros nos beneficiamos de la<br />

bendición de Dios sobre nuestros esfuerzos. El cuerpo que él nos ha dado nos<br />

permite disfrutar de los alimentos que ha creado y también obtener los nutrientes<br />

necesarios. No sabemos bien cómo se extraen dichos nutrientes ni cómo se<br />

transforman en energía. Lo que sí sabemos es que el proceso funciona y que<br />

colaboramos con él alimentándonos. Y cuanto más sana sea la comida, mejores<br />

serán los resultados. De igual modo, Jehová fija las condiciones para adquirir vida<br />

eterna y nos ayuda a cumplirlas. Es obvio que Dios hace la mayor parte del<br />

trabajo, y merece por ello nuestro reconocimiento. Con todo, hemos de cooperar<br />

con él haciendo su voluntad; solo así tendremos su bendición (Ageo 2:18, 19).<br />

*** w07 1/3 pág. 19 Contentos de esperar en Jehová ***<br />

La forma como nos beneficia la disciplina de Jehová pudiera compararse al<br />

proceso de maduración de una fruta. Sobre la disciplina divina, la Biblia dice: “A<br />

los que han sido entrenados por ella, da fruto pacífico, a saber, justicia” (Hebreos<br />

12:11). Así como la fruta necesita tiempo para madurar, hace falta tiempo para<br />

reaccionar a la corrección que Dios da y cambiar de actitud. Por ejemplo, si por<br />

nuestra mala conducta llegamos a perder algún privilegio en la congregación,<br />

estar dispuestos a esperar en Dios impedirá que nos desalentemos y nos<br />

rindamos.<br />

*** g 3/10 pág. 28 ¿Siguen vigentes todas las partes de la Biblia? ***<br />

Pues bien, supongamos que usted toma una manzana de un árbol. Cuando ya<br />

tiene la manzana, ¿pierde su valor el árbol que la produjo? No si usted quiere más<br />

manzanas. En ciertos aspectos, la Biblia es como ese árbol de manzanas.<br />

Algunas de sus partes, como los Salmos o el Sermón del Monte, pudieran parecer<br />

fáciles de alcanzar y especialmente “sabrosas”. Aunque nos podrían gustar<br />

muchísimo esas partes —igual que nuestra fruta favorita—, ¿deberíamos<br />

despreciar las demás?<br />

*** g 3/10 pág. 29 ¿Siguen vigentes todas las partes de la Biblia? ***<br />

Como las raíces de un manzano, el valor de ciertas partes de la Biblia podría<br />

ser difícil de apreciar a simple vista. Puede que haga falta excavar un poco para<br />

encontrar dicho valor, pero el esfuerzo recibirá una hermosa recompensa.<br />

*** w12 15/6 págs. 26-27 párrs. 4-6 Fueron “llevados por espíritu santo” ***<br />

Para entenderlo, pensemos en un empresario que elabora una carta. Cuando<br />

es importante utilizar ciertos términos, la escribe él mismo o se la dicta a su


secretaria, y luego él la firma. Otras veces, el empresario solo le indica las ideas<br />

principales a la secretaria, quien entonces prepara la carta empleando su propio<br />

estilo y vocabulario. Después, él tal vez la revise y le pida a ella que haga los<br />

cambios necesarios. Al final, la carta también lleva la firma del empresario, y se<br />

considera que él es su autor.<br />

5 Correspondientemente, algunas secciones de la Biblia fueron escritas por “el<br />

dedo de Dios” (Éxo. 31:18). Además, Jehová recurrió al dictado cuando era<br />

esencial emplear las palabras precisas. Por ejemplo, en Éxodo 34:27 leemos:<br />

“Jehová pasó a decir a Moisés: ‘Escríbete estas palabras, porque es en<br />

conformidad con estas palabras como de veras celebro yo un pacto contigo y con<br />

Israel’”. Del mismo modo, le dijo al profeta Jeremías: “Escribe para ti en un libro<br />

todas las palabras que yo ciertamente te hablaré” (Jer. 30:2).<br />

6 Sin embargo, en la mayoría de los casos fueron las ideas, no las palabras<br />

específicas, lo que milagrosamente se transmitió a la mente y el corazón de los<br />

escritores bíblicos. Entonces se les permitió comunicarlas en sus propias palabras.<br />

Así, Eclesiastés 12:10 declara: “El congregador procuró hallar las palabras<br />

deleitables y la escritura de palabras correctas de verdad”. De manera similar,<br />

Lucas explicó el método que siguió para escribir su Evangelio: después de haber<br />

“investigado todas las cosas desde el comienzo con exactitud”, las expuso “en<br />

orden lógico” (Luc. 1:3). Y, por supuesto, el espíritu de Dios impidió que la<br />

imperfección humana corrompiera el mensaje divino.<br />

*** w94 15/9 pág. 18 párr. 11 Tomen por modelo a los profetas de Dios ***<br />

Tenemos que perseverar y ver los asuntos de manera positiva para ‘buscar a<br />

los merecedores’. (Mateo 10:11.) Por ejemplo, si perdemos nuestras llaves,<br />

retrocedemos y las buscamos en los lugares donde hemos estado. Quizás<br />

tengamos que hacerlo varias veces para encontrarlas. Perseveremos de la misma<br />

manera en buscar a las personas mansas como ovejas.<br />

*** w12 15/6 págs. 30-31 Sea sabio: busque “dirección diestra” ***<br />

Se ha comparado la vida a un viaje por mar. Por desgracia,<br />

muchas personas han naufragado en la travesía, pues la<br />

sabiduría humana les ha sido de muy poca utilidad (Sal.<br />

107:23, 27). ¿Por qué es tan acertada esta metáfora?<br />

En la antigüedad, surcar los mares requería mucha experiencia. Era todo un<br />

arte que se aprendía junto a veteranos marineros, como por ejemplo un timonel<br />

(Hech. 27:9-11). Muchas pinturas antiguas subrayan la importancia de este<br />

personaje representándolo más grande que a los demás. Para aventurarse a<br />

navegar en alta mar, había que aprender mucho sobre los vientos, así como sobre<br />

las estrellas y otros puntos de referencia. La Biblia dice de ciertos navegantes que


eran “diestros”, y para ello emplea un término que puede significar “sabios” (Eze.<br />

27:8; nota).<br />

Los problemas de la vida actual pueden parecer tan arduos como las<br />

dificultades de navegar en tiempos antiguos. ¿Qué puede ayudarnos a<br />

afrontarlos?<br />

CÓMO ADQUIRIR “DIRECCIÓN DIESTRA”<br />

Teniendo en cuenta la metáfora de que la vida es una travesía por mar,<br />

examinemos esta verdad bíblica: “El sabio escucha y absorbe más instrucción, y el<br />

entendido es el que adquiere dirección diestra” (Pro. 1:5, 6). El término hebreo que<br />

se vierte “dirección diestra” hace referencia a la habilidad del capitán de un barco<br />

antiguo. Conlleva la idea de guiar y dirigir con maestría.<br />

Aunque exige esfuerzo, todos nosotros podemos adquirir “dirección diestra” y<br />

aprender a navegar con éxito en el mar de la vida. Como indica el libro de<br />

Proverbios, para ello tenemos que combinar “sabiduría”, “entendimiento” y<br />

“perspicacia” (Pro. 1:2-6; 2:1-9). Tampoco debemos olvidarnos de buscar la guía<br />

divina, pues hasta los malvados pueden saber cómo manejar las situaciones para<br />

lograr sus fines (Pro. 12:5).<br />

Por lo tanto, es esencial que seamos buenos estudiantes de la Palabra de<br />

Dios, pues así obtendremos información muy valiosa sobre Jehová y aquel que<br />

mejor refleja sus cualidades, Jesucristo (Juan 14:9). Además, en las reuniones<br />

cristianas recibimos muchos consejos prácticos. Y también podemos beneficiarnos<br />

de la experiencia de otras personas, como nuestros padres (Pro. 23:22).<br />

PREVEA Y PLANEE<br />

La “dirección diestra” es especialmente importante cuando atravesamos, por<br />

así decirlo, aguas turbulentas. Al vernos en una situación compleja, las dudas<br />

podrían paralizarnos y provocar consecuencias desastrosas (Sant. 1:5, 6).<br />

*** w07 15/11 pág. 25 párr. 19 Cultivemos las cualidades necesarias para<br />

hacer discípulos ***<br />

La congregación cristiana es un conjunto de personas cuyo objetivo común es<br />

formar discípulos. Por eso, cada vez que alguien se hace discípulo, no solo se<br />

alegra el testigo de Jehová que lo encontró y le enseñó las verdades bíblicas.<br />

Es como cuando se organiza un grupo para buscar a un niño desaparecido.<br />

Aunque sea un solo individuo quien lo encuentre, todo el grupo se llena de alegría<br />

cuando el niño se reúne con sus padres (Lucas 15:6, 7). Efectivamente, hacer<br />

discípulos es un trabajo de equipo. Todos los cristianos colaboramos en la<br />

búsqueda de personas que puedan llegar a ser discípulos de Jesús. Y cuando<br />

empiezan a asistir a las reuniones en el Salón del Reino, cada uno de los<br />

presentes contribuimos a que crezca su aprecio por la adoración verdadera<br />

(1 Corintios 14:24, 25). De ahí que todos los cristianos nos alegremos de que<br />

anualmente decidan hacerse discípulos cientos de miles de personas.


*** w10 1/2 pág. 14 ¿Debe guardarse un día de descanso semanal? ***<br />

La transición de un sistema de adoración israelita a uno cristiano se podría<br />

ilustrar con el cambio de constitución en un país. Una vez establecida la nueva<br />

constitución, ya no se exige que se obedezca la anterior. Puede que algunas leyes<br />

no hayan cambiado, pero otras sí. El buen ciudadano querrá saber cuándo entró<br />

en vigor la nueva constitución y cuáles son las leyes vigentes.<br />

De modo parecido, Jehová dio a la nación de Israel más de seiscientas leyes.<br />

Además de las principales, los Diez Mandamientos, promulgó leyes sobre la<br />

moralidad, los sacrificios, la salud y la observancia del sábado. No obstante, Jesús<br />

habló de una nueva “nación”, la cual estaría constituida por sus seguidores<br />

ungidos (Mateo 21:43). Esta nación ha estado desde el año 33 bajo una nueva<br />

“constitución” que se basa en dos leyes fundamentales: amar a Dios y amar al<br />

prójimo (Mateo 22:36-40). Si bien en la Ley mosaica hay leyes parecidas a las de<br />

“la ley del Cristo”, es lógico esperar que algunas sean muy distintas y que otras<br />

hayan quedado sin efecto.<br />

*** w08 15/11 pág. 3 ¿Qué clase de persona le gustaría ser? ***<br />

Sin embargo, los cambios que hay que hacer para poder bautizarse son solo<br />

el comienzo. Cuando una persona se bautiza, es como una figura de madera a<br />

medio tallar. Aunque la figura ya ha adquirido su forma básica, el artesano debe<br />

seguir tallándola hasta terminarla; debe seguir trabajando en los detalles hasta<br />

que luzca hermosa. De igual modo, la persona que se ha bautizado ya cuenta con<br />

las cualidades básicas de un siervo de Dios. No obstante, la nueva personalidad<br />

apenas está empezando a desarrollarse. Hay que seguir haciendo cambios para<br />

afinarla.<br />

*** w07 1/11 pág. 27 párr. 1 Escudriñemos “las cosas profundas de Dios” ***<br />

CASI todos los cristianos recordamos la alegría que sentimos cuando nos<br />

enseñaron las verdades bíblicas por primera vez. Aprendimos por qué es<br />

importante el nombre de Jehová, por qué permite Dios el sufrimiento, por qué<br />

algunas personas van al cielo y qué les espera a los demás seres humanos fieles.<br />

Tal vez habíamos examinado la Biblia antes, pero como mucha gente hoy día,<br />

no habíamos captado estas verdades. Éramos como el hombre que observa un<br />

arrecife de coral. A simple vista no puede ver con claridad la maravillosa escena.<br />

Pero si mira a través de una máscara de bucear o del fondo de cristal de un barco<br />

turístico, sentirá la emoción de ver por primera vez corales, peces, anémonas y<br />

otras hermosas criaturas de brillantes colores. En nuestro caso pasó algo<br />

parecido: cuando nos ayudaron a comprender las Santas Escrituras, vimos por<br />

primera vez “las cosas profundas de Dios” (1 Corintios 2:8-10).


*** w12 15/4 págs. 16-17 Sigamos sirviendo a Jehová con un corazón<br />

completo ***<br />

MANTENGÁMONOS ALERTAS<br />

14 El amor a Jehová nos impulsó a dedicarnos a él. Y muchos de nosotros<br />

hemos demostrado a lo largo de los años que estamos resueltos a seguir sirviendo<br />

a Jehová con un corazón completo. Ahora bien, Satanás no se ha rendido; aún<br />

tiene nuestro corazón en la mira (Efe. 6:12). Quizá ya se ha dado cuenta de que<br />

no dejaremos a Jehová de golpe. Pero puede debilitar poco a poco nuestro celo<br />

valiéndose astutamente de “este sistema de cosas” (léase Marcos 4:18, 19). Este<br />

método le ha dado resultado. ¿A qué se debe?<br />

15 Para responder a esta pregunta, imagínese que usted se pone a leer de<br />

noche usando una bombilla de 100 vatios, pero de pronto se funde. El problema<br />

es obvio: se ha quedado a oscuras. Así que coloca otra bombilla, y la habitación<br />

se ilumina de nuevo. Ahora bien, sin que usted se entere, esa bombilla es<br />

reemplazada al día siguiente por una de 95 vatios. ¿Notará la diferencia la<br />

próxima vez que la encienda? Puede que no. Y si al otro día se la cambian por<br />

una de 90 vatios, a lo mejor tampoco lo percibirá. ¿Por qué no? Porque la<br />

intensidad de la luz ha disminuido de forma tan gradual que el problema no resulta<br />

obvio. De igual modo, la influencia de este mundo puede reducir poco a poco la<br />

intensidad de nuestro celo en el servicio a Jehová. Un cristiano que no esté alerta<br />

quizá no perciba, por decirlo así, si el Diablo ha cambiado su bombilla espiritual<br />

(Mat. 24:42; 1 Ped. 5:8).<br />

*** w11 15/7 pág. 19 ¿Haremos caso de las claras advertencias de Jehová?<br />

***<br />

[<strong>Ilustraciones</strong> y recuadro de la página 19]<br />

Plumas al viento<br />

Hay un antiguo cuento judío que ilustra los tristes efectos de los chismes. Aunque<br />

existen diversas versiones, todas vienen a decir lo siguiente:<br />

Había una vez un hombre que estuvo contando mentiras acerca del sabio del<br />

pueblo. Con el tiempo, aquel chismoso se dio cuenta de que había actuado mal.<br />

Fue a pedirle perdón al sabio y le preguntó cómo podía corregir el error. El sabio le<br />

pidió una sola cosa: tenía que agarrar una almohada, abrirla con un cuchillo y<br />

esparcir al viento las plumas que tenía dentro. El chismoso se quedó extrañado,<br />

pero decidió complacerle. Luego volvió a ver al sabio y le preguntó:<br />

—¿Ya estoy perdonado?<br />

—Primero tienes que ir a recoger todas las plumas —respondió el sabio.<br />

—¡Pero eso es imposible! El viento ya las ha dispersado —protestó el chismoso.<br />

—Pues igual de imposible es deshacer el daño que has causado con tus<br />

palabras —concluyó el sabio.<br />

La lección no puede estar más clara: una vez que dejamos salir las palabras,<br />

no podemos recuperarlas, y a menudo nos resulta imposible arreglar el daño que


causan. Por eso, antes de contar cualquier cosa sobre alguien, recordemos que<br />

estamos a punto de soltar plumas al viento.<br />

*** w97 15/2 págs. 10-12 ¿Qué propósito tiene la vida? ***<br />

Nuestro propósito a la luz de los ciclos vitales<br />

10 La sabiduría divina que se refleja en Eclesiastés puede ayudarnos también<br />

en el análisis de nuestro propósito en la vida. ¿Por qué? Porque Salomón se<br />

centró con realismo en otras verdades en las que quizá raras veces pensamos.<br />

Una de ellas tiene que ver con las similitudes que hay entre los seres humanos y<br />

los animales. Aunque por lo general a la gente no le gusta que se la asemeje a<br />

animales, Jesús comparó a sus seguidores con ovejas. (Juan 10:11-16.) Ahora<br />

bien, Salomón llamó la atención sobre ciertos hechos innegables: “El Dios<br />

verdadero va a [seleccionar a los hijos de la humanidad], para que vean que ellos<br />

mismos son bestias. Porque hay un suceso resultante respecto a los hijos de la<br />

humanidad y un suceso resultante respecto a la bestia, y ellos tienen el mismo<br />

suceso resultante. Como muere el uno, así muere la otra; [...] de modo que no hay<br />

superioridad del hombre sobre la bestia, porque todo es vanidad [...]. Del polvo<br />

han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo”. (Eclesiastés 3:18-20.)<br />

11 Piense en un animal que le guste contemplar, pongamos por caso el damán<br />

o el conejo. (Deuteronomio 14:7; Salmo 104:18; Proverbios 30:26.) O puede que<br />

prefiera imaginarse una de las trescientas especies de ardillas que hay en el<br />

mundo. ¿Cuál es su ciclo vital? Después de nacer, su madre la alimenta durante<br />

algunas semanas. Al poco tiempo ya tiene pelo, y puede aventurarse a salir de la<br />

madriguera. Quizá la veamos correteando, aprendiendo a buscar comida. Pero<br />

muchas veces parece que simplemente está jugando, disfrutando de su juventud.<br />

Tras crecer por más o menos un año, encuentra pareja. Entonces debe hacer un<br />

nido o madriguera y cuidar de sus crías. Si encuentra suficientes bayas, nueces y<br />

semillas, la familia de la ardilla puede medrar y tener tiempo para agrandar la<br />

madriguera. Pero a los pocos años, el animal envejece y se hace más propenso a<br />

sufrir accidentes y contraer enfermedades. Más o menos a los 10 años, muere.<br />

Este es el ciclo vital de la ardilla, con ligeras variaciones dependiendo de la<br />

especie.<br />

12 La mayoría de las personas no cuestionarían ese ciclo en el caso de un<br />

animal, y difícilmente esperarían que una ardilla tuviera un propósito racional en la<br />

vida. Pues bien, ¿no es cierto que la vida de muchos seres humanos no es muy<br />

diferente de esa? Nacen, y sus padres los cuidan mientras son niños. Comen,<br />

crecen y juegan cuando son jóvenes. Poco tiempo después se han convertido en<br />

adultos, encuentran un cónyuge y buscan un lugar donde vivir y un medio de<br />

mantenerse. Si les va bien, su familia tal vez crezca y agrande su hogar (su nido),<br />

en el que crían a su prole. Pero las décadas pasan rápidamente, y envejecen. Si<br />

no fallecen antes, tal vez mueran después de setenta u ochenta años llenos de<br />

“penoso afán y cosas perjudiciales”. (Salmo 90:9, 10, 12.) La próxima vez que vea


una ardilla (o su animal preferido), puede pararse a reflexionar sobre estos<br />

aleccionadores hechos.<br />

13 Podemos entender por qué Salomón comparó la vida de la gente a la de los<br />

animales. Escribió: “Para todo hay un tiempo señalado [...]: tiempo de nacer y<br />

tiempo de morir”. Este último suceso resultante, la muerte, es similar en el caso<br />

del hombre y la bestia: “Como muere el uno, así muere la otra”. Añadió: “Del polvo<br />

han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo”. (Eclesiastés 3:1, 2, 19, 20.)<br />

14 No hay por qué considerar que esta evaluación realista constituye un modo<br />

de pensar negativo. Es verdad que algunos tratan de cambiar la situación, para lo<br />

cual trabajan horas extraordinarias a fin de mejorar su nivel económico y llegar a<br />

vivir mejor que sus padres. Tal vez prolonguen sus estudios con la intención de<br />

asegurarse un nivel de vida más elevado, al mismo tiempo que procuran ampliar<br />

su comprensión de la vida. O quizá se concentren en hacer ejercicio o seguir<br />

dietas para conseguir una salud mejor o alargar un poco la vida, esfuerzos que<br />

pueden traer ciertos beneficios. Pero ¿quién puede tener la seguridad de que<br />

estos conseguirán los resultados deseados? Aun en ese caso, ¿por cuánto<br />

tiempo?<br />

15 Salomón preguntó: “Dado que existen muchas cosas que causan mucha<br />

vanidad, ¿qué ventaja tiene el hombre? Pues, ¿quién hay que sepa cuál es el bien<br />

que el hombre tiene en la vida por el número de los días de su vida vana, cuando<br />

él los pasa como una sombra? Pues, ¿quién puede decir al hombre lo que<br />

sucederá después de él?”. (Eclesiastés 6:11, 12.) Puesto que la muerte pone fin a<br />

los afanes de las personas con relativa rapidez, ¿es realmente muy ventajoso<br />

luchar por hacerse con más bienes materiales o proseguir los estudios durante<br />

largos años principalmente para conseguir más posesiones? Y como la vida es tan<br />

breve, pues pasa como una sombra, muchos comprenden que no hay tiempo para<br />

reorientar los esfuerzos hacia otra meta humana una vez que perciben el fracaso;<br />

tampoco puede un hombre saber con seguridad qué será de sus hijos “después de<br />

él”.<br />

El momento de hacerse un buen nombre<br />

16 A diferencia de los animales, los seres humanos tenemos la capacidad de<br />

preguntarnos: ‘¿Cuál es el significado de mi existencia? ¿Se trata simplemente de<br />

un ciclo fijo, con un tiempo para nacer y un tiempo para morir?’. Recuerde a este<br />

respecto las veraces palabras de Salomón sobre el hombre y la bestia: “Todos<br />

vuelven al polvo”. ¿Quieren decir estas palabras que la muerte pone fin totalmente<br />

a la existencia del ser humano? Pues bien, la Biblia indica que los seres humanos<br />

no tienen un alma inmortal que sobrevive al cuerpo. Los hombres son almas, y el<br />

alma que peca muere. (Ezequiel 18:4, 20.) Salomón dio más detalles: “Los vivos<br />

tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen<br />

conciencia de nada en absoluto, ni tienen ya más salario, porque el recuerdo de<br />

ellos se ha olvidado. Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo<br />

poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento<br />

ni sabiduría en el Seol, el lugar adonde vas”. (Eclesiastés 9:5, 10.)


*** cf cap. 13 pág. 132 “Yo amo al Padre” ***<br />

¿Cómo mantuvo fuerte Jesús su amor por Jehová?<br />

11 En cierto modo, el amor que anida en nuestro corazón podría compararse a<br />

un ser vivo. Como en el caso de una hermosa planta de interior, hay que nutrir y<br />

cuidar ese amor para que crezca; de lo contrario, languidece y muere. Jesús<br />

no dio por sentado su amor a Jehová, sino que lo mantuvo vivo y fuerte durante su<br />

vida en la Tierra.<br />

*** w08 15/7 pág. 31 Las expectativas realistas contribuyen a nuestra<br />

felicidad ***<br />

Adáptese a las circunstancias<br />

Imaginemos un barco de vela que surca las aguas a toda velocidad impulsado<br />

por el viento. De pronto, se desata una violenta tormenta, y el capitán se ve<br />

obligado a bajar las velas. Aunque él no puede controlar la tormenta, sí puede<br />

conservar el control de la nave adaptándose a las exigencias del mal tiempo.<br />

De igual manera, hay ocasiones en las que nosotros no podemos controlar las<br />

“tormentas” a las que nos enfrentamos. Con todo, podemos conservar cierto grado<br />

de control sobre nuestra vida si nos adaptamos a las circunstancias y cambiamos<br />

la manera de usar nuestros recursos físicos, mentales y emocionales. Haciendo<br />

esto, podremos conservar la alegría y la satisfacción que sentimos al servir a Dios<br />

(Pro. 11:2).<br />

*** jd cap. 10 págs. 133-134 párrs. 17-18 Esforcémonos para que nuestra<br />

familia honre a Dios ***<br />

Pues bien, ¿qué cualidad impulsaba a Jehová a corregir a su pueblo? Él<br />

reveló cuál era cuando dijo: “Enseñé a Efraín a andar, tomándolos sobre mis<br />

brazos [...]. Con las sogas del hombre terrestre seguí atrayéndolos, con las<br />

cuerdas del amor” (Oseas 11:3, 4). En esta ocasión, Oseas asemeja la relación<br />

entre Jehová e Israel a la que existe entre un padre y un hijo. Imagínese la<br />

escena: lleno de amor, un padre sostiene cuerdas en su mano para que el niño<br />

pequeño se apoye en ellas y, con pasos inseguros, aprenda a caminar. Esas<br />

sogas le sirven de guía y para agarrarse si tropieza (Jeremías 31:1-3).<br />

18 ¿Y nosotros? ¿Imitaremos el amor que demostró Dios a Israel? Aunque su<br />

pueblo le dio la espalda en incontables ocasiones, él no se apresuró a soltar las<br />

cuerdas del amor. En el caso de los jóvenes, a veces pudieran parecer propensos<br />

a apartarse del buen camino y tropezar por pequeñeces. Aun así, tratemos de<br />

mantener fuertes los lazos de amor que nos unen a ellos. Recordemos, además,<br />

que Jehová no se dejó llevar por el favoritismo hacia su pueblo; no cerró los ojos<br />

cuando este pecaba. Por el contrario, lo disciplinó con firmeza y amor, y dedicó<br />

tiempo para darle la ayuda que necesitaba. Igualmente, si usted ve señales de que


su hijo o hija está alejándose de la verdad, no las pase por alto. Trate de que<br />

vuelva, empleando —por así decirlo— las cuerdas que lo encaminen y dándole la<br />

ayuda afectuosa que requiere en esa etapa problemática. Dedíquele tiempo. Sí,<br />

nunca está de más insistir en ello: ¡dedíquele tiempo!<br />

*** w05 1/11 pág. 21 párrs. 1-2 ¿Andará usted con Dios? ***<br />

EL BEBÉ, tambaleante, trata de agarrar los brazos extendidos de su padre o<br />

su madre al tiempo que da sus primeros pasos. Aunque la ocasión pudiera<br />

parecer de poca importancia, para los padres es todo un hito, un momento que los<br />

llena de expectativas. Están ansiosos por caminar de la mano con su hijo en los<br />

meses y años por venir; esperan guiarlo y prestarle apoyo de muchas maneras por<br />

largo tiempo.<br />

2 Jehová Dios siente algo parecido por sus hijos terrestres. En cierta ocasión<br />

dijo refiriéndose a su pueblo Israel (simbolizado por Efraín): “[Yo] enseñé a Efraín<br />

a andar, tomándolos sobre mis brazos [...]. Con las sogas del hombre terrestre<br />

seguí atrayéndolos, con las cuerdas del amor” (Oseas 11:3, 4). Aquí Jehová se<br />

asemeja a un padre cariñoso que con paciencia enseña a andar a su hijo y lo<br />

carga en sus brazos cuando se cae. Jehová, el Padre por excelencia, ansía<br />

enseñarnos a andar, y le causa placer acompañarnos a medida que progresamos.<br />

*** w05 15/11 pág. 28 párrs. 9-10 “Los caminos de Jehová son rectos” ***<br />

Podemos tener la seguridad de que Jehová siempre trata con amor a su<br />

pueblo, como lo prueba Oseas 11:1-4, que dice: “Cuando Israel era muchacho,<br />

entonces lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. [...] A las imágenes de Baal se<br />

pusieron a hacer sacrificios, y a las imágenes esculpidas empezaron a hacer<br />

humo de sacrificio. Pero en cuanto a mí, enseñé a Efraín [los israelitas] a andar,<br />

tomándolos sobre mis brazos; y no reconocieron que yo los había sanado. Con las<br />

sogas del hombre terrestre seguí atrayéndolos, con las cuerdas del amor, de<br />

modo que llegué a ser para ellos como los que alzan un yugo de sus quijadas, y<br />

con dulzura llevé alimento a cada uno”.<br />

10 Israel es comparado aquí a un niñito a quien Jehová enseñó amorosamente<br />

a caminar y a quien cargó en sus brazos, atrayéndolo con “las cuerdas del amor”.<br />

¡Qué escena más tierna! Imagínese que usted es un padre que está enseñando a<br />

su hijo a dar los primeros pasos y que, con los brazos extendidos, usa unas<br />

cuerdas para que él se agarre de ellas y no se caiga. El amor que Jehová nos<br />

tiene refleja esa misma ternura. A él le place guiarnos con “las cuerdas del amor”.<br />

*** w06 15/4 pág. 7 Claves de la comunicación en el matrimonio ***<br />

Mantengan abiertas las líneas de comunicación<br />

¿Ha tratado alguna vez de abrir una puerta que no se ha utilizado por algún<br />

tiempo? Las bisagras chirrían al ceder poco a poco. Pero ¿y si la puerta suele


usarse y las bisagras están bien engrasadas? Entonces abrirla no presenta<br />

ninguna dificultad. Así es en el caso de la comunicación. Si tienen por norma<br />

comunicarse y “engrasan” con amor cristiano las bisagras de la puerta de la<br />

comunicación, les resultará más fácil transmitir sus ideas aun cuando surjan<br />

graves discrepancias.<br />

*** w05 1/10 pág. 14 ¿Está su conciencia bien educada? ***<br />

Escuchemos la voz de la conciencia<br />

Si queremos que la conciencia nos ayude, tenemos que prestarle atención.<br />

Solo nos beneficiaremos de nuestra conciencia educada por la Biblia si seguimos<br />

sus dictados sin demora. Podemos comparar la conciencia bien formada con las<br />

luces de advertencia del tablero de mandos de un automóvil. Supongamos que se<br />

enciende la luz que indica que la presión del aceite está baja. ¿Qué ocurrirá si<br />

no le damos atención inmediata y seguimos conduciendo el vehículo? Le<br />

causaremos un daño grave al motor. De igual manera, nuestra conciencia, nuestra<br />

voz interior, puede advertirnos de que cierto comportamiento es malo. Tras<br />

comparar las normas y los valores bíblicos con el proceder que estamos siguiendo<br />

o pensamos seguir, la conciencia nos envía un aviso, como lo hace la luz del<br />

tablero. Prestarle atención no solo nos libra de las malas consecuencias de la<br />

acción impropia, sino que también permite que nuestra conciencia siga<br />

funcionando debidamente.<br />

*** w09 15/8 págs. 19-20 párrs. 7-8 “Manténganse en el amor de Dios” ***<br />

¿Cómo nos ayuda la conciencia? Veamos una comparación. Un explorador<br />

está atravesando una zona remota donde no hay senderos ni carreteras<br />

ni señales. Sin embargo, avanza a paso firme hacia su destino. ¿Cómo logra<br />

orientarse? Gracias a su brújula. Este pequeño instrumento, formado por una<br />

esfera con los cuatro puntos cardinales y una aguja imantada, siempre señala al<br />

norte. Si no fuera por la brújula, el explorador estaría completamente perdido.<br />

De igual modo, si no fuera por nuestra conciencia, los seres humanos estaríamos<br />

perdidos y no podríamos tomar decisiones que estuvieran de acuerdo con la<br />

moralidad, la ética y la justicia.<br />

8 Pero al igual que la brújula, la conciencia tiene limitaciones. Si el explorador<br />

colocara un imán cerca de la brújula, la aguja dejaría de señalar al norte. De igual<br />

modo, si nosotros nos dejáramos controlar por los deseos egoístas del corazón,<br />

estos distorsionarían el funcionamiento de nuestra conciencia. No hay que olvidar<br />

que “el corazón es más traicionero que cualquier otra cosa, y es desesperado”<br />

(Jer. 17:9; Pro. 4:23). Por otro lado, de poco le serviría la brújula al explorador si<br />

no contara con un mapa confiable. De la misma manera, si no recurriéramos a la<br />

infalible orientación de la Biblia, de poco nos serviría tener una conciencia (Sal.<br />

119:105). Lamentablemente, mucha gente se deja dominar por su corazón y<br />

apenas se preocupa por las normas expuestas en la Palabra de Dios (léase


Efesios 4:17-19). Eso explica por qué tantas personas llegan a cometer auténticas<br />

atrocidades a pesar de tener la facultad de la conciencia (1 Tim. 4:2).<br />

*** lv cap. 2 págs. 14-15 párrs. 1-2 La importancia de mantener una buena<br />

conciencia ***<br />

¿SABE qué tienen en común el marinero que navega por el océano, el<br />

excursionista que atraviesa el desierto y el aviador que vuela entre las nubes?<br />

Que todos ellos se verán en graves problemas si no disponen de algún aparato<br />

para orientarse. No tiene por qué ser muy moderno; basta con una sencilla brújula.<br />

2 En esencia, una brújula es un círculo con una aguja imantada que apunta al<br />

norte. Pero si funciona como debe, puede salvarnos la vida, y más si contamos<br />

con un mapa fiel. Pues bien, Jehová nos ha hecho un regalo que se parece a la<br />

brújula (Santiago 1:17). Nos referimos a la conciencia. Sin ella, estaríamos<br />

completamente perdidos. Cuando la usamos bien, nos ayuda a hallar nuestro<br />

rumbo en la vida y a no salirnos del camino correcto.<br />

*** lv cap. 2 págs. 16-17 párr. 7 La importancia de mantener una buena<br />

conciencia ***<br />

Pero la conciencia no siempre funciona como es debido. Para entender por<br />

qué, piense en el ejemplo de la brújula. ¿Qué ocurre si la acercamos a un imán?<br />

Que la aguja se desvía y deja de apuntar al norte. ¿Y si la utilizamos sin la ayuda<br />

de un buen mapa? Entonces no valdría de mucho. Con la conciencia ocurre igual.<br />

Si dejamos que influyan en ella nuestros deseos egoístas, no nos indicará el<br />

camino correcto. Y si no consultamos el “mapa” de la Palabra de Dios,<br />

no sabremos distinguir entre el bien y el mal a la hora de tomar muchas decisiones<br />

importantes.<br />

*** g 8/08 pág. 27 ¿Cómo resistir la tentación? ***<br />

[Recuadro de la página 27]<br />

HAZ ESTE EXPERIMENTO<br />

Coloca una brújula de forma que la aguja apunte hacia el norte. Después, pon un<br />

imán junto a la brújula. ¿Qué sucede? La aguja pierde el norte y se mueve hacia el<br />

imán.<br />

Podemos decir que tu conciencia es como una brújula. Cuando está bien<br />

educada, apunta hacia el “norte” y te ayuda a tomar buenas decisiones. Pero las<br />

malas compañías, que son como un imán, pueden atraerte y apartarte de tus<br />

normas morales. ¿Cuál es la lección? Trata de evitar personas o situaciones que<br />

pudieran hacerte perder tu sentido moral (Proverbios 13:20).


*** w02 15/2 pág. 3 La elección de principios ***<br />

Los principios influyen en nuestras decisiones y marcan el curso de nuestra<br />

vida, como si fueran una brújula.<br />

*** w02 15/2 pág. 3 La elección de principios ***<br />

El yoísmo actúa como un imán. ¿Y qué sucede cuando se acerca un imán a<br />

una brújula? La aguja marca un rumbo equivocado. Igualmente, el yoísmo es<br />

capaz de confundir nuestra brújula moral, es decir, nuestro código de buena<br />

conducta, y hacer que todo quede subordinado a nuestros deseos.<br />

¿Le sorprendería saber que el yoísmo no es un fenómeno moderno? Esta<br />

concepción de la vida hunde sus raíces en el jardín de Edén, cuando nuestros<br />

primeros padres incumplieron los preceptos fijados por el Creador, lo cual les<br />

alteró su brújula moral.<br />

*** w02 15/2 pág. 5 Los principios divinos nos benefician ***<br />

¿Cuáles son estos? Los principios bíblicos clave son los que ejercen una<br />

influencia directa en nuestra relación con Jehová. Si los obedecemos, el Creador<br />

resulta ser la fuerza dominante de nuestra brújula moral.<br />

*** w01 1/11 pág. 3 Necesitamos una conciencia bien educada ***<br />

Para los pasajeros y la tripulación del vuelo 901 de Air New<br />

Zealand con destino a la Antártida, aquel prometía ser un día<br />

memorable. Con las cámaras fotográficas listas y en medio de un<br />

ambiente festivo, el DC-10 se aproximaba al continente blanco y<br />

descendía para obtener una magnífica vista.<br />

ANTES del despegue, el capitán —un piloto con quince años de experiencia y<br />

más de once mil horas de vuelo— introdujo cuidadosamente en la computadora<br />

del avión el plan de vuelo sin percatarse de que las coordenadas que le habían<br />

dado eran erróneas. Mientras el DC-10 atravesaba una nube justo por debajo de<br />

los 600 metros, chocó contra las laderas más bajas del monte Erebus, lo que<br />

ocasionó la muerte de los 257 pasajeros.<br />

Tal como los aviones modernos cruzan el cielo gracias a la guía que<br />

proporcionan las computadoras, a nosotros se nos ha dado una conciencia por la<br />

que guiarnos en la vida. La terrible tragedia del vuelo 901 puede enseñarnos una<br />

valiosa lección sobre la conciencia. Por ejemplo, para volar de forma segura, se<br />

requiere un sistema de navegación en perfecto funcionamiento y puntos de<br />

referencia precisos; del mismo modo, nuestro bienestar espiritual, moral e incluso


físico depende de que poseamos una conciencia sensible guiada por los puntos<br />

de referencia morales correctos.<br />

*** w96 1/5 págs. 21-24 Mantenga su confianza firme hasta el fin ***<br />

Mantenga su confianza firme hasta el fin<br />

IMAGÍNESE una avioneta que vuela en medio de rigurosas condiciones<br />

atmosféricas. El piloto ya no puede divisar los puntos de referencia. Lo envuelven<br />

densas nubes. No puede ver más allá del parabrisas; no obstante, confía en que<br />

podrá aterrizar sin ningún percance. ¿Por qué se siente confiado?<br />

Cuenta con instrumentos precisos que le ayudan a volar a través de las nubes<br />

y aterrizar en la oscuridad. En su ruta, especialmente al acercarse al aeropuerto,<br />

hay radiofaros que lo dirigen electrónicamente, y se mantiene en comunicación<br />

con los controladores en tierra.<br />

De manera parecida, podemos encarar el futuro con confianza a pesar de que<br />

las condiciones mundiales son cada día más tenebrosas. Puede que nuestro viaje<br />

por este sistema inicuo se haya alargado más de lo que algunos esperaban, pero<br />

podemos confiar en que vamos por el camino correcto y que llegaremos a tiempo.<br />

¿Por qué podemos estar tan seguros? Porque tenemos una guía que nos permite<br />

detectar lo que no perciben los ojos humanos.<br />

La Palabra de Dios es una ‘luz para nuestra vereda’ y “es fidedign[a], hace<br />

sabio al inexperto”. (Salmo 19:7; 119:105.) Tal como los radiofaros indican la ruta<br />

que debe seguir el piloto, la Biblia expone con precisión lo que acontecerá en el<br />

futuro y nos da instrucciones claras para garantizar que lleguemos a salvo a<br />

nuestro destino. Sin embargo, para beneficiarnos de la guía divina, tenemos que<br />

confiar en ella.<br />

En su carta a los Hebreos, Pablo instó a los cristianos judíos a que<br />

‘mantuvieran fuertemente asida la confianza que habían tenido al principio con<br />

firmeza hasta el fin’. (Hebreos 3:14.) Nuestra confianza puede debilitarse si no la<br />

‘mantenemos fuertemente asida’. Por eso surge la pregunta: ¿cómo podemos<br />

mantener la confianza en Jehová firme hasta el fin?<br />

Ejercite su fe<br />

Antes de que un piloto pueda depender totalmente de sus instrumentos y de<br />

los controladores en tierra, necesita recibir la preparación apropiada y pasar<br />

muchas horas de vuelo. De igual manera, el cristiano tiene que ejercitar su fe<br />

continuamente para mantener su confianza en la guía de Jehová, especialmente<br />

cuando surgen circunstancias difíciles. El apóstol Pablo escribió: “Porque tenemos<br />

el mismo espíritu de fe como aquel del cual está escrito: ‘Ejercí fe, por eso hablé’,<br />

nosotros también ejercemos fe y por eso hablamos”. (2 Corintios 4:13.) Por lo<br />

tanto, cuando hablamos de las buenas nuevas de Dios, estamos ejercitando y<br />

fortaleciendo nuestra fe.


Magdalena, que pasó cuatro años en un campo de concentración durante la<br />

segunda guerra mundial, dice respecto al valor de la predicación: “Mamá me<br />

enseñó que para mantener la fe firme es esencial interesarse en el bienestar<br />

espiritual de los demás. Recuerdo un suceso que ilustra nuestro sentir. Después<br />

de que salimos del campo de concentración de Ravensbrück, mamá y yo llegamos<br />

a casa un viernes. Dos días después, el domingo, salimos a predicar de casa en<br />

casa con los hermanos. Creo firmemente que si nos concentramos en ayudar a los<br />

demás a confiar en las promesas divinas, esas mismas promesas se harán más<br />

reales para nosotros”. (Compárese con Hechos 5:42.)<br />

Para mantener la confianza firme hasta el fin, es necesario participar en otras<br />

actividades espirituales. El estudio personal es otro excelente ejercicio que<br />

fortalece la fe. El que imitemos a los bereanos y examinemos las Escrituras con<br />

diligencia a diario nos ayudará a “tener la plena seguridad de la esperanza hasta<br />

el fin”. (Hebreos 6:11; Hechos 17:11.) Es cierto que requiere tiempo y<br />

determinación tener un estudio personal. Tal vez por eso Pablo advirtió a los<br />

hebreos del peligro de ser “indolentes”, o perezosos, en cuanto a estos asuntos.<br />

(Hebreos 6:12.)<br />

La pereza puede traer graves consecuencias en muchos ámbitos de la vida.<br />

Salomón observó que cuando “se dejan bajar las manos hay goteras en la casa”.<br />

(Eclesiastés 10:18.) El techo que no recibe mantenimiento tarde o temprano<br />

empieza a gotear. Si dejamos bajar las manos en sentido espiritual y<br />

no mantenemos nuestra fe, las dudas pudieran asaltarnos sin que nos diéramos<br />

cuenta. Por otro lado, el estudio de la Palabra de Dios y la meditación regular en<br />

ella nutrirán y protegerán nuestra fe. (Salmo 1:2, 3.)<br />

Fortalezca su confianza mediante la experiencia<br />

Por supuesto, el piloto aprende que sus instrumentos son fidedignos por la<br />

experiencia y el estudio. De igual modo, nuestra confianza en Jehová aumenta<br />

cuando vemos prueba de su cuidado amoroso en nuestra vida. Así lo experimentó<br />

Josué, quien recordó a sus compañeros israelitas: “Ustedes bien saben con todo<br />

su corazón y con toda su alma que ni una sola palabra de todas las buenas<br />

palabras que Jehová su Dios les ha hablado ha fallado. Todas se han realizado<br />

para ustedes”. (Josué 23:14.)<br />

Josefina es una hermana casada de las Filipinas que aprendió la misma<br />

lección. Ella explica cómo era su vida antes de conocer la verdad: “Mi esposo<br />

bebía mucho, y cuando se emborrachaba se enojaba y me pegaba. Nuestro<br />

matrimonio infeliz afectaba también a nuestro hijo. Aunque mi esposo y yo<br />

trabajábamos y ganábamos mucho dinero, lo perdíamos casi todo en el juego. Mi<br />

esposo tenía muchos amigos, pero la mayoría de ellos buscaban su amistad para<br />

que les pagara las bebidas; algunos incluso intentaban emborracharlo únicamente<br />

para reírse de él.<br />

”Las cosas cambiaron cuando conocimos a Jehová y tomamos su consejo a<br />

pecho. Mi esposo ya no bebe, hemos dejado el juego por dinero y ahora tenemos<br />

amigos verdaderos que nos aman y nos ayudan. Nuestro matrimonio es feliz y


nuestro hijo está convirtiéndose en un excelente joven. Trabajamos menos horas,<br />

pero tenemos más dinero. La experiencia nos ha enseñado que Jehová es como<br />

un Padre amoroso que siempre nos dirige en la dirección correcta.”<br />

Las instrucciones de los controladores o las señales de un determinado<br />

instrumento a veces ayudan al piloto a percatarse de que necesita corregir su<br />

curso. Asimismo, tal vez nosotros tengamos que cambiar nuestro proceder en<br />

conformidad con la instrucción de Jehová. “Tus propios oídos oirán una palabra<br />

detrás de ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que ustedes se<br />

fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda.” (Isaías 30:21.)<br />

Mediante su Palabra y organización recibimos consejos que nos advierten de los<br />

peligros espirituales. Uno de estos tiene que ver con las compañías que<br />

escogemos.<br />

Las compañías pueden desviarnos de nuestro rumbo<br />

Una avioneta puede desviarse fácilmente de su rumbo si no efectúa las<br />

rectificaciones necesarias. Así mismo, hay influencias externas que bombardean<br />

constantemente a los cristianos hoy. Vivimos en un mundo dominado por la carne<br />

en el que muchas personas se mofan de los valores espirituales y dan más<br />

importancia al dinero y los placeres. Pablo advirtió a Timoteo que los últimos días<br />

serían “difíciles de manejar”. (2 Timoteo 3:1-5.) Los adolescentes, que anhelan ser<br />

aceptados y populares, son especialmente vulnerables a las malas compañías.<br />

(2 Timoteo 2:22.)<br />

Amanda, de 17 años, explica: “Por algún tiempo mi fe se debilitó hasta cierto<br />

grado a causa de mis compañeros de clase. Me decían continuamente que mi<br />

religión era restrictiva e irrazonable, y esto empezó a desanimarme. Sin embargo,<br />

mis padres me ayudaron a comprender que las pautas cristianas son una<br />

protección, no una restricción. Ahora comprendo que estos principios me ayudan a<br />

llevar una vida más satisfactoria que la de mis anteriores condiscípulos. He<br />

aprendido a confiar en las personas que realmente se interesan por mí —mis<br />

padres y Jehová—, y disfruto de ser precursora regular”.<br />

Seamos jóvenes o mayores, nos encontraremos con personas que harán<br />

comentarios desdeñosos acerca de nuestras creencias. Puede que parezcan<br />

sofisticadas, pero para Dios son personas físicas, no espirituales. (1 Corintios<br />

2:14.) En los días de Pablo, los escépticos, sabios mundanos, eran un grupo<br />

influyente en la ciudad de Corinto. Las enseñanzas de estos filósofos<br />

probablemente hicieron que algunos cristianos corintios perdieran la fe en la<br />

esperanza de la resurrección. (1 Corintios 15:12.) “No se extravíen —advirtió el<br />

apóstol Pablo—. Las malas compañías echan a perder los hábitos útiles.”<br />

(1 Corintios 15:33.)<br />

Por otro lado, las buenas compañías nos fortalecen espiritualmente. En la<br />

congregación cristiana tenemos la oportunidad de relacionarnos con personas que<br />

demuestran su fe por su modo de vivir. Norman aprendió la verdad en 1939, y<br />

todavía es una fuente de mucho estímulo para los hermanos. ¿Qué le ha ayudado<br />

a mantener aguda su perspectiva espiritual? “Las reuniones y una buena amistad


con los hermanos fieles son esenciales —responde—. Este compañerismo me ha<br />

ayudado a ver con claridad la diferencia entre la organización de Dios y la de<br />

Satanás.”<br />

El poder engañoso de las riquezas<br />

Un piloto experimentado llamado Brian dice que “en ocasiones, puede que al<br />

piloto se le haga difícil creer lo que le indican sus instrumentos sencillamente<br />

porque sus instintos le dicen otra cosa. Se ha sabido de pilotos militares<br />

experimentados que han volado boca abajo porque las luces del suelo parecían<br />

estrellas, aunque sus instrumentos les indicaban que estaban equivocados”.<br />

De igual modo, nuestros instintos egoístas pueden engañarnos en sentido<br />

espiritual. Jesús dijo que las riquezas tienen un “poder engañoso”, y Pablo advirtió<br />

que ‘el amor al dinero ha descarriado a muchos de la fe’. (Marcos 4:19; 1 Timoteo<br />

6:10.)<br />

Como si fueran engañosas luces titilantes, las esplendorosas metas<br />

materialistas pueden dirigirnos en la dirección incorrecta. En vez de regocijarnos<br />

en la “expectativa [...] de las cosas que se esperan”, la exhibición ostentosa del<br />

mundo que está pasando pudiera desviarnos. (Hebreos 11:1; 1 Juan 2:16, 17.) Si<br />

estamos “resueltos” a mantener un opulento estilo de vida, es probable que nos<br />

quede poco tiempo para crecer espiritualmente. (1 Timoteo 6:9; Mateo 6:24;<br />

Hebreos 13:5.)<br />

Un joven casado llamado Patrick admitió que él y su esposa sacrificaron<br />

metas espirituales para disfrutar de una vida más cómoda. Él explica: “Nos<br />

dejamos influir por algunos miembros de la congregación que tenían automóviles y<br />

hogares lujosos. Aunque nunca perdimos de vista la esperanza del Reino,<br />

pensábamos que lo mejor sería vivir cómodamente. Pero con el tiempo<br />

comprendimos que la felicidad verdadera se consigue sirviendo a Jehová y<br />

creciendo espiritualmente. Hemos simplificado nuestra vida de nuevo. Trabajamos<br />

menos horas seglarmente y somos precursores regulares”.<br />

La fe depende de un corazón receptivo<br />

Un corazón receptivo también desempeña un papel importante en fortalecer<br />

nuestra confianza en Jehová. Es verdad que “fe es la expectativa segura de las<br />

cosas que se esperan, la demostración evidente [o: “evidencia convincente”, nota]<br />

de realidades aunque no se contemplen”. (Hebreos 11:1.) Pero si no tenemos un<br />

corazón receptivo, es poco probable que se nos convenza. (Proverbios 18:15;<br />

Mateo 5:6.) Por eso el apóstol Pablo dijo que “la fe no es posesión de todos”.<br />

(2 Tesalonicenses 3:2.)<br />

Siendo ese el caso, ¿cómo podemos mantener el corazón sensible a toda la<br />

evidencia convincente disponible? Cultivando cualidades piadosas, cualidades que<br />

enriquecen y estimulan la fe. Pedro nos insta a ‘suministrar a nuestra fe virtud,<br />

conocimiento, autodominio, aguante, devoción piadosa, cariño fraternal y amor’.<br />

(2 Pedro 1:5-7; Gálatas 5:22, 23.) Por otra parte, si llevamos una vida egocéntrica


o sencillamente ofrecemos a Jehová un servicio de muestra, no es razonable<br />

esperar que nuestra fe crezca.<br />

Esdras ‘preparó su corazón’ para leer la Palabra de Jehová y para ponerla por<br />

obra. (Esdras 7:10.) Miqueas también tenía un corazón receptivo. “En cuanto a mí,<br />

por Jehová me mantendré vigilante. Ciertamente mostraré una actitud de espera<br />

por el Dios de mi salvación. Mi Dios me oirá.” (Miqueas 7:7.)<br />

Magdalena, citada antes, también espera pacientemente en Jehová. (Habacuc<br />

2:3.) Ella dice: “Ya tenemos el paraíso espiritual. La segunda meta, el Paraíso<br />

físico, llegará muy pronto. Mientras tanto, centenares de millones de personas se<br />

unen a la gran muchedumbre. Me emociona ver a tantas personas acudiendo a la<br />

organización de Dios”.<br />

Busquemos al Dios de nuestra salvación<br />

Mantener la confianza firme hasta el fin requiere que ejercitemos nuestra fe y<br />

escuchemos con cuidado la guía que recibimos de Jehová y su organización. El<br />

esfuerzo ciertamente vale la pena. Los pilotos sienten gran satisfacción cuando,<br />

después de un vuelo largo y difícil, descienden y por fin salen de las densas<br />

nubes. Allí al frente ven la tierra, verde y acogedora. La pista de aterrizaje está<br />

debajo esperándolos.<br />

A nosotros también nos espera una emocionante experiencia. Este mundo<br />

inicuo y tenebroso dará paso a una nueva tierra de justicia. Nos espera una<br />

acogida maravillosa. Podemos llegar allí si prestamos atención a las palabras del<br />

salmista: “Eres mi esperanza, oh Señor Soberano Jehová, mi confianza desde mi<br />

juventud. [...] En ti está mi alabanza constantemente”. (Salmo 71:5, 6.)<br />

*** w11 1/11 pág. 14 La importancia de cultivar la espiritualidad juntos ***<br />

Imagínese que dos personas comparten un huerto. Una quiere hacer la<br />

siembra en determinada época del año, y la otra cree que es mejor retrasarla un<br />

poco. Una quiere abonar la tierra, pero la otra cree que no es necesario y se<br />

opone. Una quiere trabajar sin descanso día tras día, mientras que la otra prefiere<br />

cruzarse de brazos y esperar a ver qué sale. Es posible que el huerto produzca<br />

algún fruto, pero podría dar más si las dos personas se pusieran de acuerdo en lo<br />

que quieren y trabajaran juntas para conseguirlo.<br />

En el caso de los cónyuges pasa algo parecido. Su relación puede mejorar si<br />

uno de los dos cultiva su espiritualidad (1 Pedro 3:1, 2). Pero mejoraría mucho<br />

más si ambos decidieran seguir las normas divinas y se apoyaran el uno al otro<br />

sirviendo juntos a Dios.


*** cf cap. 18 págs. 186-187 párrs. 11-13 “Continúa siguiéndome” ***<br />

Las iglesias de la cristiandad han auspiciado obras de caridad, han ayudado a<br />

los pobres, han construido escuelas y hospitales, y han realizado muchas obras<br />

más. Entonces, ¿por qué está Jesús tan furioso? La siguiente ilustración nos<br />

ayudará a entender la razón.<br />

12 Unos padres tienen que irse de viaje. Como no pueden llevarse a los hijos,<br />

contratan los servicios de una niñera. Sus instrucciones son muy sencillas:<br />

“Atiende a los niños, dales de comer, mantenlos limpios y cuídalos bien para que<br />

no se vayan a lastimar”. Sin embargo, a su regreso quedan horrorizados: los niños<br />

están hambrientos, sucios y enfermos. Están llorando desconsolados para que la<br />

niñera les preste atención, pero ella no les hace ningún caso. ¿Por qué? Porque<br />

está subida en una escalera lavando las ventanas. Los padres, furiosos, le exigen<br />

una explicación, a lo que ella les responde: “¡Miren todo lo que he hecho! Las<br />

ventanas están limpias, ¿no? También arreglé varias cosas de la casa; todo lo<br />

hice por ustedes”. ¿Se sentirán mejor los padres? ¡Por supuesto que no! Ellos<br />

nunca le pidieron que hiciera esos trabajos; solo querían que cuidara a sus hijos.<br />

Están furiosos porque ella no siguió sus instrucciones.<br />

13 La cristiandad ha actuado como la niñera del ejemplo. Jesús mandó a sus<br />

representantes que alimentaran espiritualmente a las personas, les enseñaran la<br />

verdad de la Palabra de Dios y les ayudaran a mantenerse espiritualmente puras<br />

(Juan 21:15-17). Pero la cristiandad no ha obedecido en absoluto el mandato de<br />

Jesús. Ha dejado a la gente hambrienta en sentido espiritual, en total ignorancia<br />

de las verdades bíblicas elementales y completamente confundida con sus<br />

mentiras (Isaías 65:13; Amós 8:11). Ni siquiera sus intentos de mejorar este<br />

mundo justifican su desobediencia deliberada. Al fin y al cabo, este sistema<br />

mundial es como una casa destinada a ser demolida, pues la Palabra de Dios<br />

enseña con claridad que el mundo de Satanás pronto será aniquilado (1 Juan<br />

2:15-17).<br />

*** w98 15/5 págs. 24-27 Usted puede progresar espiritualmente ***<br />

Usted puede progresar espiritualmente<br />

EL VALOR real de algo puede resultar difícil de percibir. Los diamantes son un<br />

ejemplo. Aunque un diamante pulido centellea, en bruto apenas tiene un tenue<br />

resplandor. Sin embargo, en su interior se alberga la promesa inequívoca de una<br />

hermosa gema.<br />

En muchos aspectos, los cristianos nos asemejamos a los diamantes en bruto.<br />

Aunque todavía estamos lejos de la perfección, sí tenemos un valor subyacente<br />

que Jehová aprecia. Como los diamantes, todos poseemos cualidades que nos<br />

distinguen. Y todos podemos lograr más progreso espiritual si lo deseamos de<br />

corazón. Nuestra personalidad se puede pulir, de modo que brille con más fulgor<br />

para la gloria de Jehová (1 Corintios 10:31).


Una vez tallado y pulido, el diamante se coloca en una montura que realce sus<br />

propiedades reflectantes. De modo similar, Jehová puede utilizarnos en distintos<br />

lugares, o asignaciones, si ‘nos vestimos de la nueva personalidad que fue creada<br />

conforme a la voluntad de Dios en verdadera justicia y lealtad’ (Efesios 4:20-24).<br />

Puede que ese progreso espiritual no se produzca automáticamente, tal como<br />

es raro que un diamante en estado natural brille como una gema. Es posible que<br />

tengamos que eliminar alguna debilidad persistente, modificar nuestra actitud en<br />

cuanto a asumir responsabilidades o incluso luchar por salir de la monotonía<br />

espiritual. Pero si realmente lo deseamos, progresaremos, pues Jehová Dios<br />

puede darnos “el poder que es más allá de lo normal” (2 Corintios 4:7; Filipenses<br />

4:13).<br />

Jehová fortalece a sus siervos<br />

La talla de los diamantes requiere la confianza que da el conocimiento exacto,<br />

pues una vez que se corta un trozo de la piedra en bruto, este normalmente se<br />

pierde. Para darle la forma deseada, se ha de cortar material costoso, a veces<br />

hasta el 50% de la piedra original. Nosotros también necesitamos la confianza que<br />

proviene del conocimiento exacto para moldear nuestra personalidad y progresar<br />

espiritualmente. En especial, debemos confiar en que Jehová nos dará las fuerzas<br />

para ello.<br />

Sin embargo, tal vez nos sintamos incompetentes o pensemos que somos<br />

incapaces de hacer más. En la antigüedad, los siervos fieles de Dios se sintieron<br />

así en ocasiones (Éxodo 3:11, 12; 1 Reyes 19:1-4). Cuando Dios designó a<br />

Jeremías para que fuera “profeta a las naciones”, este exclamó: “Mira que<br />

realmente no sé hablar, pues solo soy un muchacho” (Jeremías 1:5, 6). A pesar de<br />

sus reservas, Jeremías llegó a ser un profeta valeroso que entregó mensajes<br />

enérgicos a un pueblo hostil. ¿Cómo lo logró? Aprendió a confiar en Jehová. Más<br />

tarde escribió: “Bendito es el hombre físicamente capacitado que confía en<br />

Jehová, y cuya confianza Jehová ha llegado a ser” (Jeremías 17:7; 20:11).<br />

Hoy en día, Jehová fortalece de igual manera a quienes depositan su<br />

confianza en él. Edward, padre de cuatro hijos cuyo progreso espiritual era lento,<br />

lo comprobó personalmente. Explica: “Hacía nueve años que era testigo de<br />

Jehová, pero parecía que me había estancado en sentido espiritual. El problema<br />

era mi escasa motivación y la falta de confianza. Cuando me trasladé a España,<br />

me hallé en una congregación pequeña con un solo anciano y un siervo<br />

ministerial. En vista de la necesidad, el anciano me pidió que me encargara de<br />

muchas responsabilidades. Al principio temblaba al presentar discursos e<br />

intervenir en las reuniones. Sin embargo, aprendí a apoyarme en Jehová. El<br />

anciano siempre me encomiaba y, con bondad, me ofrecía recomendaciones útiles<br />

para mejorar.<br />

”Al mismo tiempo, aumenté mi participación en el servicio del campo y le di<br />

una mejor dirección espiritual a mi hogar. Como consecuencia, la verdad cobró<br />

una mayor importancia para toda la familia y me sentí mucho más satisfecho.


Ahora soy siervo ministerial, y procuro con ahínco cultivar las cualidades propias<br />

de un superintendente cristiano.”<br />

“Desnúdense de la vieja personalidad”<br />

Como Edward comprendió, el progreso espiritual requiere confianza en<br />

Jehová. Cultivar una “nueva personalidad” semejante a la de Cristo también es<br />

esencial. ¿Cómo puede lograrse? El primer paso es ‘desnudarse’ de aquellos<br />

rasgos que componen la vieja personalidad (Colosenses 3:9, 10). Tal como a un<br />

diamante en bruto se le han de quitar las imperfecciones, como por ejemplo,<br />

minerales extraños, para hacer de él una gema radiante, así han de eliminarse las<br />

actitudes “que pertenecen al mundo” para que nuestra nueva personalidad pueda<br />

resplandecer (Gálatas 4:3).<br />

Una de esas actitudes es la resistencia a aceptar responsabilidades por temor<br />

a que estas exijan demasiado de nosotros. Es cierto que la responsabilidad<br />

implica trabajo, pero es un trabajo que satisface (compárese con Hechos 20:35).<br />

Pablo admitió que la devoción piadosa requiere que ‘trabajemos duro y nos<br />

esforcemos’. Dijo que lo hacemos con alegría, “porque hemos cifrado nuestra<br />

esperanza en un Dios vivo”, quien nunca olvida lo que hacemos por el bien de<br />

nuestros compañeros cristianos y de otras personas (1 Timoteo 4:9, 10; Hebreos<br />

6:10).<br />

Algunos diamantes tienen “puntos débiles” que se originaron durante la<br />

formación del mineral y con los que hay que tener cuidado. Sin embargo, con la<br />

ayuda de un instrumento llamado polariscopio, al tallador le es posible localizarlos<br />

y conseguir buenos resultados al trabajar en la piedra. Puede que nosotros<br />

también tengamos algún punto débil interno, o flaqueza de personalidad, a causa<br />

de nuestros antecedentes o de una experiencia traumática. ¿Qué podemos hacer?<br />

Antes que nada, es preciso admitir que tenemos un problema y resolvernos a<br />

superarlo al grado que podamos. Asimismo deberíamos dejar nuestra carga ante<br />

Jehová en oración y posiblemente también buscar la ayuda espiritual de un<br />

anciano cristiano (Salmo 55:22; Santiago 5:14, 15).<br />

Nicholas tenía dentro de sí uno de estos puntos débiles. “Mi padre era<br />

alcohólico, y nos hizo sufrir mucho a mi hermana y a mí —cuenta—. Cuando salí<br />

de la escuela, me alisté en el ejército, pero en seguida me metí en dificultades por<br />

mi tendencia a la rebeldía. Las autoridades militares me encarcelaron por vender<br />

drogas, y en otra ocasión deserté. Por fin dejé el ejército, pero seguí teniendo<br />

problemas. Aunque mi vida era un desastre a causa de las drogas y la bebida, me<br />

interesaba la Biblia y anhelaba un propósito en la vida. Con el tiempo me puse en<br />

contacto con los testigos de Jehová, cambié de vida y acepté la verdad.<br />

”Sin embargo, pasaron años antes de que reconociera que tenía un defecto en<br />

mi personalidad y luchara contra él. Sentía una profunda aversión por la autoridad,<br />

y me irritaba que me aconsejaran. Aunque deseaba que Jehová me utilizara a<br />

plenitud, esa debilidad me frenaba. Con la ayuda de dos ancianos comprensivos,<br />

reconocí por fin mi problema y empecé a poner en práctica el amoroso consejo<br />

bíblico que me dieron. A pesar de que todavía hay veces en que brota un poco de


esentimiento, he dominado mi naturaleza rebelde. Agradezco mucho la paciencia<br />

con la que me ha tratado Jehová y la ayuda amorosa de los ancianos. En virtud de<br />

mi progreso espiritual, hace poco me nombraron siervo ministerial.”<br />

Como descubrió Nicholas, las actitudes arraigadas profundamente no son<br />

fáciles de cambiar. Puede que nosotros nos enfrentemos a un desafío similar.<br />

Quizá somos demasiado susceptibles. Tal vez abrigamos resentimiento o damos<br />

una importancia excesiva a la independencia. Por ello, es posible que<br />

progresemos poco en sentido espiritual. A los talladores de diamantes les ocurre<br />

algo parecido con unas piedras llamadas maclas. Se trata, en realidad, de dos<br />

cristales fundidos en uno durante la formación del diamante. El resultado es que<br />

las maclas tienen dos patrones de crecimiento opuestos que hacen muy difícil<br />

cortarlas en el sentido de la veta. En nuestro caso, hallamos que la “veta” del<br />

espíritu dispuesto combate contra la “veta” de la carne imperfecta (Mateo 26:41;<br />

Gálatas 5:17). Puede que a veces nos sintamos tentados a abandonar por<br />

completo la lucha, razonando que de todas formas las imperfecciones de nuestra<br />

personalidad no son tan importantes. “Al fin y al cabo —puede que digamos—, mi<br />

familia y mis amigos todavía me quieren.”<br />

No obstante, si queremos servir a nuestros hermanos y glorificar a nuestro<br />

Padre celestial, hemos de ‘ser hechos nuevos en la fuerza que impulsa nuestra<br />

mente’ vistiéndonos de la nueva personalidad. El esfuerzo merece la pena, como<br />

Nicholas y otras innumerables personas pueden atestiguar. Un tallador de<br />

diamantes sabe que una pequeña tara puede deslucir toda la gema. De igual<br />

manera, si descuidamos una faceta deficiente de nuestra personalidad, podemos<br />

echar a perder nuestra apariencia espiritual. Peor todavía: una debilidad grave<br />

podría conducirnos a caer espiritualmente (Proverbios 8:33).<br />

Como un “fuego” en nuestro interior<br />

El tallador de diamantes procura captar la incandescencia, o fuego, que hay<br />

dentro de la gema. Lo hace al disponer las facetas de tal modo que causen el<br />

llamado efecto de arco iris. En su interior, la luz multicolor se refleja hacia atrás y<br />

hacia adelante, y produce el fuego que hace que los diamantes brillen. De modo<br />

similar, el espíritu de Dios puede ser como un “fuego” dentro de nosotros<br />

(1 Tesalonicenses 5:19; Hechos 18:25; Romanos 12:11).<br />

Ahora bien, ¿qué haremos si sentimos que necesitamos motivación espiritual?<br />

¿Cómo podemos tenerla? Es preciso que ‘consideremos nuestros caminos’<br />

(Salmo 119:59, 60). Posiblemente tengamos que identificar qué nos frena<br />

espiritualmente y entonces determinar en qué actividades teocráticas hemos de<br />

poner más empeño. El estudio regular en privado y la oración ferviente<br />

profundizan nuestro aprecio espiritual (Salmo 119:18, 32; 143:1, 5, 8, 10).<br />

Además, la compañía de los que trabajan arduamente por la fe nos reafirmará en<br />

la decisión de servir a Jehová con celo (Tito 2:14).<br />

Louise, una cristiana joven, admitió: “Antes de que al fin me hiciera precursora,<br />

o proclamadora del Reino de tiempo completo, estuve dos años pensando en ello.<br />

No es que hubiera algo que me lo impidiera, pero me había hecho a una cómoda


utina y simplemente no luchaba por salir de ella. Entonces, de repente, mi padre<br />

murió. Comprendí lo frágil que es la vida y que no estaba empleando la mía de la<br />

mejor forma. Así que cambié de actitud espiritual, aumenté mi servicio y me hice<br />

precursora regular. A ello me ayudaron en particular los hermanos espirituales que<br />

siempre apoyaban los planes para el servicio del campo y que con frecuencia me<br />

acompañaban en el ministerio. He aprendido que, para bien o para mal,<br />

compartimos los valores y las metas de nuestras amistades”.<br />

Como si nos aguzara el hierro<br />

El diamante es la materia natural más dura de la Tierra, de ahí que para<br />

cortarlo haga falta otro diamante. Este hecho puede recordar a los estudiantes de<br />

la Biblia el proverbio que dice: “Con hierro, el hierro mismo se aguza. Así un<br />

hombre aguza el rostro de otro” (Proverbios 27:17). ¿Cómo “se aguza” el rostro de<br />

alguien? Una persona puede conseguir aguzar el estado intelectual y espiritual de<br />

otra, tal como se usa un trozo de hierro para afilar una hoja del mismo metal. Por<br />

ejemplo, si alguna decepción nos entristece, quizá el estímulo de otra persona nos<br />

levante el ánimo. Así, el semblante triste puede alegrarse, y nos sentimos<br />

animados a reanudar con celo nuestro servicio (Proverbios 13:12). En especial, los<br />

ancianos de la congregación nos ayudan a aguzarnos cuando emplean las<br />

Escrituras para animarnos y aconsejarnos a fin de que mejoremos. Ellos siguen el<br />

principio que Salomón enunció: “Da a un sabio, y se hará aún más sabio. Imparte<br />

conocimiento a alguien justo, y aumentará en saber” (Proverbios 9:9).<br />

Por supuesto, la preparación espiritual lleva tiempo. El apóstol Pablo puso su<br />

experiencia y sus métodos docentes a disposición de Timoteo durante más de<br />

diez años (1 Corintios 4:17; 1 Timoteo 4:6, 16). La extensa formación de más de<br />

cuarenta años que Moisés le dio a Josué benefició a la nación de Israel por mucho<br />

tiempo (Josué 1:1, 2; 24:29, 31). Eliseo acompañó al profeta Elías posiblemente<br />

durante seis años, lo que le preparó muy bien para su propio ministerio, que había<br />

de durar unos sesenta años (1 Reyes 19:21; 2 Reyes 3:11). Los ancianos siguen<br />

el ejemplo de Pablo, Moisés y Elías cuando con paciencia preparan<br />

continuamente a los demás.<br />

El encomio es esencial en la preparación. Los comentarios sinceros de<br />

agradecimiento por las asignaciones bien hechas o por acciones encomiables<br />

pueden impulsar a los hermanos a servir a Dios de forma más plena. El encomio<br />

genera confianza, y esta, a su vez, suministra un incentivo para superar las<br />

debilidades (compárese con 1 Corintios 11:2). El estímulo para progresar en la<br />

verdad también proviene de hallarse intensamente ocupado en la predicación del<br />

Reino y en otras actividades de la congregación (Hechos 18:5). Cuando los<br />

ancianos confían a los hermanos responsabilidades acordes con su progreso<br />

espiritual, estos adquieren una valiosa experiencia, y es posible que se avive su<br />

deseo de continuar adelantando en esa dirección (Filipenses 1:8, 9).<br />

Hay buenas razones para progresar espiritualmente<br />

Se considera que los diamantes son muy valiosos. Igual puede decirse de<br />

quienes en la actualidad se relacionan con la familia mundial de adoradores de


Jehová. De hecho, Dios mismo los llama las cosas “deseables” o ‘preciosas’ de<br />

todas las naciones (Ageo 2:7, nota al pie de la página). El año pasado,<br />

375.923 personas se bautizaron como testigos de Jehová. A fin de atender este<br />

aumento, es preciso ‘hacer más espacioso el lugar de la tienda’. Se puede<br />

participar en el trabajo de atender esta expansión progresando espiritualmente y<br />

alcanzando privilegios de servicio cristiano (Isaías 54:2; 60:22).<br />

A diferencia de muchos diamantes valiosos, que se guardan en las cámaras<br />

acorazadas de los bancos y que raramente se ven, nuestra valía espiritual puede<br />

brillar con fulgor. En la medida en que pulimos y manifestamos cualidades<br />

cristianas, glorificamos a Jehová Dios. Jesús exhortó a sus seguidores:<br />

“Resplandezca la luz de ustedes delante de los hombres, para que ellos vean sus<br />

obras excelentes y den gloria al Padre de ustedes que está en los cielos” (Mateo<br />

5:16). De seguro, esa es una razón de peso para progresar espiritualmente.<br />

*** w95 15/12 pág. 27 La justicia ensalza a una nación ***<br />

La selección de los israelitas espirituales se asemeja a la extracción de<br />

diamantes. De la mena que se saca, tal vez solo se obtenga un quilate<br />

(200 miligramos) por cada tres toneladas de buen material. Para separar los<br />

diamantes, antaño se mezclaba el material con agua y se hacía fluir sobre mesas<br />

engrasadas. El agua barría los desechos, y los diamantes, al ser impermeables,<br />

se adherían a la grasa. Aparecían en bruto, pero una vez cortados y pulimentados,<br />

reflejaban la luz en todas las direcciones.<br />

Como los diamantes, impermeables y distintos del material que los rodea, el<br />

pueblo de Jehová se ha separado del mundo. (Juan 17:16.) Al principio, cuando<br />

los que forman este pueblo salen a la luz, tal vez carezcan de lustre. Pero la<br />

Palabra y el espíritu de Jehová crean en ellos una nueva personalidad, que les<br />

permite resplandecer como iluminadores en este mundo. No se debe a su justicia,<br />

sino a la de Jehová, el que sean ensalzados y reflejen en todas las direcciones la<br />

gloriosa luz de la verdad del Reino.<br />

*** w12 1/2 pág. 30 “Hagan sonreír a Jehová” ***<br />

“¿Estará bien anclado el barco de su fe cuando azoten las tormentas?”<br />

Sam Roberson, uno de los profesores, habló a los futuros misioneros del peligro<br />

de dejar que la fe naufrague, como les ocurrió a algunos cristianos en tiempos del<br />

apóstol Pablo (1 Timoteo 1:19). Los estimuló a ayudar a sus estudiantes de la<br />

Biblia a cultivar una fe firme —bien anclada— en Jehová. Y añadió: “Su labor<br />

podría asemejarse a la de un herrero”. ¿En qué sentido? El herrero une los<br />

eslabones de la cadena del ancla que sostiene a un barco. Igualmente, los<br />

misioneros ayudan a sus estudiantes a desarrollar cualidades espirituales que les<br />

salvarán la vida.<br />

El hermano Roberson comparó las ocho cualidades mencionadas en 2 Pedro<br />

1:5-8 con los eslabones de una cadena. Para que los estudiantes desarrollen un


vínculo inquebrantable con Jehová, los misioneros deben enseñarles a percibir<br />

cómo él manifiesta esas cualidades. Así podrán capear cualquier tormenta que<br />

ponga a prueba su fe.<br />

*** w10 15/3 págs. 15-16 párrs. 6-7 Andemos por espíritu y vivamos fieles a<br />

nuestra dedicación ***<br />

Al operar en nosotros esta fuerza divina, podemos producir “el fruto del<br />

espíritu”, o sea, el conjunto de cualidades que agradan a Dios (Gál. 5:22, 23).<br />

Claro, sabemos que también tenemos que esforzarnos personalmente.<br />

Ilustrémoslo con el ejemplo de un agricultor. Para cultivar la tierra necesita, como<br />

es obvio, agua y sol. Sin ellos no va a cosechar nada. En cierto modo, el espíritu<br />

santo es comparable al sol, ya que es fundamental para producir el fruto del<br />

espíritu. Pero no olvidemos que el agricultor no consigue mucho a menos que<br />

trabaje con empeño (Pro. 10:4). De igual manera, si queremos tener una cosecha<br />

del fruto del espíritu que sea abundante y de calidad, tenemos que cultivar bien la<br />

tierra del corazón. Por eso, preguntémonos: “¿Colaboro con el espíritu y así<br />

permito que dé fruto en mi vida?”.<br />

7 Para conseguir una buena cosecha, también es esencial el agua. Y lo mismo<br />

ocurre con el cultivo del fruto del espíritu: resultan imprescindibles las aguas de la<br />

verdad bíblica que hoy obtenemos a través de la congregación cristiana (Isa.<br />

55:1). Seguramente hemos explicado en muchas ocasiones que las Santas<br />

Escrituras son obra del espíritu, y que podemos entenderlas bien gracias a las<br />

oportunas ayudas del esclavo fiel y discreto (Mat. 24:45-47; 2 Tim. 3:16).<br />

La conclusión es evidente: si queremos que el espíritu influya en nosotros,<br />

tenemos que leer la Palabra de Dios y meditar en lo que aprendemos. De este<br />

modo imitaremos a los fieles profetas que “hicieron una indagación diligente y una<br />

búsqueda cuidadosa” en la información que hasta entonces se había revelado.<br />

También seguiremos el ejemplo de los propios ángeles, quienes se han interesado<br />

profundamente en las verdades espirituales relacionadas con la Descendencia<br />

prometida y con la congregación de cristianos ungidos (léase 1 Pedro 1:10-12).<br />

*** w98 15/11 pág. 12 párrs. 11-12 Los primeros pasos en nuestro andar con<br />

Dios ***<br />

11 Convertirse en un discípulo de Jesucristo dedicado y bautizado guarda<br />

cierta similitud con casarse. En muchos países, a la boda le preceden varias<br />

etapas. El hombre y la mujer se conocen, se familiarizan el uno con el otro y se<br />

enamoran, después de lo cual se comprometen. La boda hace público lo que los<br />

contrayentes han decidido en privado: casarse y vivir juntos como marido y mujer.<br />

Es la boda lo que señala públicamente el inicio de esa relación especial. Esa fecha<br />

marca el inicio del matrimonio. Así mismo, el bautismo señala el comienzo de una<br />

vida consagrada a andar en una relación dedicada con Jehová.<br />

12 Veamos otro paralelismo. Después de la boda, los cónyuges deben<br />

profundizar y madurar el amor que se tienen. Para acercarse aún más el uno al


otro, ambos deben procurar con altruismo mantener y reforzar la relación marital.<br />

Si bien nosotros no nos casamos con Dios, tras el bautismo tenemos que<br />

esforzarnos por mantener una relación estrecha con él. Jehová observa y valora el<br />

empeño que ponemos en hacer su voluntad y se acerca a nosotros. “Acérquense<br />

a Dios —escribió el discípulo Santiago—, y él se acercará a ustedes.” (Santiago<br />

4:8.)<br />

*** w08 15/11 págs. 3-4 ¿Qué clase de persona le gustaría ser? ***<br />

¿Qué defectos están presentes en mí?<br />

Si remodeláramos una casa antigua cuya estructura estuviera en malas<br />

condiciones, no bastaría con pintarla. Pasar por alto los defectos estructurales<br />

ocasionaría más problemas a la larga. Lo mismo ocurre con la personalidad:<br />

no basta con hacer cambios superficiales. Tenemos que analizar lo que somos en<br />

el fondo e identificar cualquier deficiencia; de lo contrario, podrían resurgir rasgos<br />

de la vieja personalidad. Es indispensable, pues, que nos autoexaminemos (2 Cor.<br />

13:5). Una vez identificados los rasgos de personalidad indeseables, debemos<br />

eliminarlos. Y para ello contamos con la ayuda de Jehová.<br />

*** w05 1/1 pág. 23 Proteja a sus hijos mediante la sabiduría divina ***<br />

Proteja a sus hijos mediante la sabiduría divina<br />

NUESTROS cuerpos libran una guerra diaria contra huestes de microbios,<br />

parásitos y virus. Afortunadamente, la mayoría de nosotros hemos heredado un<br />

sistema inmunológico que nos protege de dichos ataques e impide que seamos<br />

presa de numerosas enfermedades infecciosas.<br />

De forma similar, los cristianos debemos enfrentarnos tanto a valores y<br />

criterios contrarios a las Escrituras como a presiones que pueden quebrantar<br />

nuestra salud espiritual (2 Corintios 11:3). Para resistir este ataque diario contra la<br />

mente y el corazón, tenemos que edificar defensas espirituales.<br />

Esto es especialmente necesario en el caso de los hijos, pues ellos<br />

no cuentan con defensas espirituales innatas que puedan contrarrestar el espíritu<br />

del mundo (Efesios 2:2). A medida que los niños crecen, es vital que sus padres<br />

los ayuden a crear sus propias defensas. ¿Cuál es el fundamento de dichas<br />

defensas? La Biblia explica: “Jehová mismo da la sabiduría; [...] él guardará el<br />

mismísimo camino de los que le son leales” (Proverbios 2:6, 8). La sabiduría divina<br />

puede resguardar el camino de los jóvenes para que no sucumban ante las malas<br />

compañías, la presión de grupo o el entretenimiento malsano. ¿Cómo pueden los<br />

padres seguir la guía de Jehová e inculcar sabiduría divina?


*** w99 15/10 págs. 15-16 párr. 17 Perdonemos de corazón ***<br />

17 En efecto, Jehová podía ‘dejar pasar’ las transgresiones, tal como David se<br />

lo pidió en repetidas ocasiones (2 Samuel 12:13; 24:10). ¿Podemos imitar a Dios<br />

en ese particular, estando dispuestos a pasar por alto los desaires y las ofensas<br />

de nuestros consiervos, seres humanos imperfectos? Imaginémonos que vamos<br />

en un avión que está despegando. Al mirar por la ventanilla, vemos cerca de la<br />

pista a una conocida que hace el rudo gesto pueril de sacar la lengua. Sabemos<br />

que se siente molesta y que tal vez esté pensando en nosotros. O puede que<br />

ni siquiera se acuerde de nosotros. En cualquier caso, cuando el avión describe un<br />

círculo para ganar altitud, pasamos muy por encima de aquella persona, que<br />

ahora nos parece como una motita de polvo. Al cabo de una hora estamos a<br />

cientos de kilómetros de distancia, y su rudo gesto ha quedado muy atrás. De<br />

igual modo, muchas veces nos resultará más fácil perdonar si intentamos ser<br />

como Jehová y, sabiamente, dejamos pasar la ofensa (Proverbios 19:11). ¿No nos<br />

parecerá insignificante el desaire de aquí a diez años o cuando llevemos<br />

doscientos años en el Milenio? ¿Por qué no pasarlo simplemente por alto?<br />

*** w01 15/6 pág. 6 Cómo tener una actitud equilibrada con respecto al dinero<br />

***<br />

La diferencia entre el deseo normal y la avidez sería comparable a la que hay<br />

entre una pequeña fogata para cocinar y un incendio de grandes proporciones que<br />

arrasa un bosque. El deseo sano de cosas buenas puede ser beneficioso, pues<br />

nos motiva a trabajar y ser productivos. Proverbios 16:26 dice: “El alma del que<br />

trabaja duro ha trabajado duro para él, porque su boca lo ha apremiado<br />

fuertemente”. En cambio, la avidez es peligrosa y destructiva. Se trata de un<br />

deseo desmedido.<br />

*** g05 8/1 pág. 19 ¿Es signo de debilidad ser amable? ***<br />

¿Dura armazón, o fortaleza interna?<br />

A los cristianos verdaderos se les anima a imitar a Cristo vistiéndose de “la<br />

nueva personalidad que fue creada conforme a la voluntad de Dios” (Efesios 4:20-<br />

24). Igual que un cangrejo debe despojarse de su viejo caparazón para crecer, a<br />

nosotros se nos anima a “desn[udarnos] de la vieja personalidad con sus<br />

prácticas” (Colosenses 3:9). Sin embargo, a diferencia del cangrejo, cuyo cuerpo<br />

pronto se vuelve a endurecer tras desechar el caparazón anterior, nosotros<br />

debemos vestirnos permanentemente con “los tiernos cariños de la compasión, la<br />

bondad [...] y la gran paciencia” (Colosenses 3:12). En otras palabras: deberíamos<br />

caracterizarnos por nuestra amabilidad.


*** w08 15/11 pág. 17 Promueva “las cosas que contribuyen a la paz” ***<br />

Promueva “las cosas que contribuyen a la paz”<br />

CUANDO un camino está recién pavimentado, se ve uniforme y resistente. Sin<br />

embargo, con el tiempo empiezan a aparecer grietas y baches, lo que hace<br />

necesario reparar la superficie a fin de evitar que se siga deteriorando y se<br />

produzcan accidentes.<br />

Del mismo modo, en ocasiones podrían surgir “grietas” en nuestras relaciones<br />

con los demás. El apóstol Pablo conocía las diferencias de opinión que había<br />

entre los cristianos de la congregación de Roma, de modo que les dio esta<br />

exhortación: “Sigamos tras las cosas que contribuyen a la paz y las cosas que<br />

sirven para edificación mutua” (Rom. 14:13, 19). ¿Por qué debemos promover<br />

todo aquello que contribuya a la paz? ¿Qué medidas debemos tomar para<br />

conservar la paz de la congregación?<br />

¿Por qué debemos promover la paz?<br />

Si no se reparan rápidamente, las pequeñas grietas en el pavimento pueden<br />

convertirse en peligrosos baches. Así de peligroso es dejar sin resolver los<br />

desacuerdos. El apóstol Juan escribió: “Si alguno hace la declaración: ‘Yo amo a<br />

Dios’, y sin embargo está odiando a su hermano, es mentiroso. Porque el que<br />

no ama a su hermano, a quien ha visto, no puede estar amando a Dios, a quien<br />

no ha visto” (1 Juan 4:20). Los desacuerdos que no se resuelven podrían llevarnos<br />

a odiar a nuestros hermanos.<br />

*** w08 15/11 pág. 18 Promueva “las cosas que contribuyen a la paz” ***<br />

Cuando las grietas en el pavimento son pequeñas, pueden cubrirse<br />

fácilmente. ¿Podríamos nosotros perdonar, o “cubrir”, los pequeños defectos de<br />

nuestros hermanos? Esta es la mejor manera de actuar en la mayoría de los<br />

casos, pues, como escribió el apóstol Pedro, “el amor cubre una multitud de<br />

pecados” (1 Ped. 4:8).<br />

*** w10 15/11 pág. 5 párr. 11 Joven, deja que te guíe la Palabra de Dios ***<br />

Un cuchillo afilado puede ser un utensilio muy útil o una auténtica amenaza,<br />

dependiendo de que lo maneje un cocinero hábil o una persona imprudente. Pues<br />

lo mismo pasa con el dinero: es beneficioso para quienes lo utilizan con prudencia,<br />

pero para “los que están resueltos a ser ricos” es muy perjudicial, pues muchas<br />

veces los lleva a sacrificar su relación con los amigos, con la familia e incluso con<br />

Dios. Todo el que actúa así termina “acribillado con muchos dolores” (léase<br />

1 Timoteo 6:9, 10).


*** yp2 cap. 18 pág. 155 ¿Qué puedo hacer para ganar dinero? ***<br />

valora el dinero, pero no lo ames<br />

Un cuchillo bien afilado es un valioso utensilio en las manos de un chef. Pero<br />

cuando alguien inexperto o distraído utiliza ese mismo cuchillo, puede hacerse<br />

mucho daño. Pues bien, el dinero es como un cuchillo afilado. Si lo sabes usar<br />

bien, es un instrumento muy útil; pero también puede causarte mucho daño.<br />

El apóstol Pablo advirtió sobre lo peligroso que es amar el dinero. En su afán por<br />

enriquecerse, muchas personas han sacrificado su relación con amigos<br />

y parientes, y hasta su amistad con Dios. En consecuencia, “se han acribillado con<br />

muchos dolores” (1 Timoteo 6:9, 10). ¿Qué te enseña esto? Que debes usar bien<br />

el dinero. No pases por alto su valor, pero tampoco lo ames.<br />

*** w96 1/5 pág. 22 Mantenga su confianza firme hasta el fin ***<br />

La pereza puede traer graves consecuencias en muchos ámbitos de la vida.<br />

Salomón observó que cuando “se dejan bajar las manos hay goteras en la casa”.<br />

(Eclesiastés 10:18.) El techo que no recibe mantenimiento tarde o temprano<br />

empieza a gotear. Si dejamos bajar las manos en sentido espiritual y<br />

no mantenemos nuestra fe, las dudas pudieran asaltarnos sin que nos diéramos<br />

cuenta.<br />

*** kl cap. 15 págs. 140-141 párrs. 1-4 Cómo formar una familia que honre a<br />

Dios ***<br />

SUPONGAMOS que usted quiere edificar su propia casa. Primero compra el<br />

terreno. Entonces, con gran ilusión, empieza a imaginarse cómo será su nueva<br />

vivienda. Pero, ¿qué pasaría si no tuviera herramientas ni supiera nada de<br />

construcción? Su trabajo sería muy frustrante.<br />

2 Muchas parejas empiezan su matrimonio imaginándose una familia feliz,<br />

pero no tienen ni las “herramientas” ni la experiencia para formarla. Poco después<br />

de la boda, empiezan a manifestarse patrones de comportamiento negativos. Las<br />

peleas y las riñas se convierten en la rutina diaria. Y cuando nacen los hijos, la<br />

pareja descubre que no está preparada para criarlos, como tampoco lo estaba<br />

para casarse.<br />

3 Afortunadamente, la Biblia puede ayudarnos. Sus principios son como<br />

herramientas que nos permiten forjar una familia feliz. (Proverbios 24:3.) Veamos<br />

cómo.<br />

LO QUE SE NECESITA PARA UN MATRIMONIO FELIZ<br />

4 Prescindiendo de lo bien avenido que pueda parecer un matrimonio, la<br />

constitución emocional de ambos, las experiencias de la infancia y sus<br />

antecedentes familiares hacen diferentes a los cónyuges. Por eso es natural que,<br />

una vez casados, surjan problemas. ¿Cómo pueden manejarse esas situaciones?<br />

Cuando un constructor edifica una casa, consulta los planos. En ellos están


marcadas las directrices que deben seguirse. La Biblia contiene las normas de<br />

Dios para formar una familia feliz. Examinemos algunas de ellas.<br />

*** kl cap. 15 pág. 149 Cómo formar una familia que honre a Dios ***<br />

CÓMO ADQUIRIR “DIRECCIÓN DIESTRA”<br />

22 Podemos estar agradecidos de que Jehová haya provisto todo lo que<br />

necesitamos para forjar una familia feliz. Pero no basta con poseer “las<br />

herramientas”. Tenemos que ejercitarnos en usarlas bien. Un constructor puede<br />

adquirir malos hábitos en el manejo de sus herramientas, e incluso puede utilizar<br />

algunas de ellas de manera totalmente desacertada. En tales circunstancias, es<br />

muy probable que el resultado final sea un trabajo de baja calidad. Del mismo<br />

modo, puede que usted ahora se percate de algunos hábitos malsanos que su<br />

familia ha adquirido inconscientemente. Algunos quizás estén muy arraigados y<br />

sean difíciles de cambiar. En cualquier caso, siga el consejo bíblico: “El sabio<br />

escucha y absorbe más instrucción, y el entendido es el que adquiere dirección<br />

diestra”. (Proverbios 1:5.)<br />

23 Usted puede conseguir dirección diestra si sigue adquiriendo el<br />

conocimiento de Dios. Identifique los principios bíblicos que son aplicables a la<br />

vida de familia y efectúe los cambios necesarios. Observe a los cristianos maduros<br />

que dan un buen ejemplo como cónyuges y padres. Hable con ellos. Sobre todo,<br />

comunique sus preocupaciones a Jehová en oración. (Salmo 55:22; Filipenses<br />

4:6, 7.) Él puede ayudarle a disfrutar de una vida de familia feliz que redunde en<br />

Su honra.<br />

*** w96 1/12 págs. 10-15 Padres que se complacen en sus hijos ***<br />

Padres que se complacen en sus hijos<br />

“Tu padre y tu madre se regocijarán.” (PROVERBIOS 23:25.)<br />

ES MUY gratificante ver crecer a un arbolillo hasta convertirse en un<br />

majestuoso árbol que ofrece belleza y cobijo, especialmente si uno lo ha plantado<br />

y lo ha cuidado. De igual manera, los padres que crían a sus hijos para que<br />

lleguen a ser siervos maduros de Dios, se complacen en ellos, como dice el<br />

proverbio bíblico: “El padre de un justo estará gozoso; el que llega a ser padre de<br />

un sabio también se regocijará en él. Tu padre y tu madre se regocijarán, y la que<br />

te dio a luz estará gozosa”. (Proverbios 23:24, 25.)<br />

2 Ahora bien, los hijos no se hacen automáticamente ‘justos’ y ‘sabios’. Se<br />

necesita mucho esfuerzo para que los jóvenes no sean una fuente de<br />

“desconsuelo” y “amargura”, tal como puede ser que haya que trabajar mucho<br />

para convertir un arbolillo en un árbol majestuoso. (Proverbios 17:21, 25.) Por<br />

ejemplo, las estacas de apoyo ayudan al árbol nuevo a crecer derecho y fuerte. Es


fundamental que reciba agua con regularidad, y puede que haya que protegerlo de<br />

las plagas. Finalmente, la poda lo ayuda a convertirse en un árbol hermoso.<br />

3 La Palabra de Dios muestra que los hijos necesitan una formación piadosa,<br />

un buen suministro del agua de la verdad bíblica, protección de los abusos<br />

deshonestos y disciplina amorosa para podar las tendencias indeseables. A fin de<br />

satisfacer estas necesidades, se insta especialmente a los padres a que críen a<br />

sus hijos “en la disciplina y regulación mental de Jehová”. (Efesios 6:4.) ¿Qué está<br />

implicado en ello?<br />

Recalcar las palabras de Jehová<br />

4 La expresión “regulación mental de Jehová” significa regular nuestro modo<br />

de pensar para que se conforme a la voluntad divina. Los padres, pues, deben<br />

inculcar en la mente de sus hijos cómo ve Jehová los asuntos. Y también deben<br />

imitar el ejemplo de Dios de dar disciplina compasiva, es decir, formación<br />

correctiva. (Salmo 103:10, 11; Proverbios 3:11, 12.) Pero para que los padres<br />

puedan hacer eso, antes deben asimilar ellos mismos las palabras de Jehová,<br />

como aconsejó Moisés, el profeta de Dios, a los israelitas de tiempos antiguos:<br />

“Estas palabras [de Jehová] que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar<br />

sobre tu corazón”. (Deuteronomio 6:6.)<br />

5 El estudio regular de la Biblia, la meditación y la oración capacitan a los<br />

padres para hacer lo que Moisés mandó a continuación: “Tienes que inculcarlas<br />

[las palabras de Jehová] en tu hijo y hablar de ellas cuando te sientes en tu casa y<br />

cuando andes por el camino y cuando te acuestes y cuando te levantes”. La<br />

palabra hebrea que se traduce “inculcar” significa “repetir”, “decir una y otra vez”,<br />

“impresionar profundamente”. Vea cómo Moisés recalca luego la necesidad de<br />

tener las palabras de Jehová en un lugar preponderante: “Tienes que atarlas como<br />

señal sobre tu mano, y estas tienen que servirles de venda frontal entre los ojos; y<br />

tienes que escribirlas sobre las jambas de las puertas de tu casa y sobre tus<br />

puertas”. Está claro que Jehová requiere que los padres den a sus hijos constante<br />

atención amorosa. (Deuteronomio 6:7-9.)<br />

6 ¿Qué eran “estas palabras” de Jehová que los padres tenían que inculcar en<br />

sus hijos? Moisés acababa de reiterar lo que se conoce como los Diez<br />

Mandamientos, entre ellos los de no asesinar, no cometer adulterio, no robar,<br />

no dar falso testimonio y no codiciar. Tales requisitos morales, así como el<br />

mandato de “amar a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con<br />

toda tu fuerza vital”, eran lo que los padres israelitas particularmente tenían que<br />

inculcar en sus hijos. (Deuteronomio 5:6-21; 6:1-5.) ¿No concuerda en que esta es<br />

la clase de enseñanza que los hijos necesitan hoy?<br />

7 Al padre israelita se le dijo: “Tu esposa será como vid que produce fruto en<br />

las partes más recónditas de tu casa. Tus hijos serán como plantones de olivos<br />

todo en derredor de tu mesa”. (Salmo 128:3.) Sin embargo, para que los padres se<br />

complazcan en sus “retoños” y estos no les causen desconsuelo, deben<br />

interesarse personalmente en ellos todos los días. (Proverbios 10:1; 13:24;<br />

29:15, 17.) Examinemos cómo pueden los padres formar, regar espiritualmente,


proteger y disciplinar con amor a sus hijos de tal modo que realmente se<br />

complazcan en ellos.<br />

Formación desde la infancia<br />

8 Considere el caso de Timoteo, quien tuvo el apoyo, por decirlo así, de dos<br />

firmes estacas correctoras: su madre y su abuela. Como el padre de Timoteo era<br />

griego y seguramente incrédulo, su madre judía, Eunice, y su abuela materna,<br />

Loida, fueron quienes formaron al niño ‘desde su infancia en los santos escritos’.<br />

(2 Timoteo 1:5; 3:15; Hechos 16:1.) Su esmero en enseñar a Timoteo desde muy<br />

pequeño las “cosas maravillosas que [Jehová] ha obrado” fue abundantemente<br />

recompensado. (Salmo 78:1, 3, 4.) Timoteo sirvió de misionero en tierras lejanas,<br />

quizá siendo aún adolescente, y desempeñó un papel importante en el<br />

fortalecimiento de las congregaciones cristianas primitivas. (Hechos 16:2-5;<br />

1 Corintios 4:17; Filipenses 2:19-23.)<br />

9 Padres, ¿qué clase de estacas correctoras son ustedes? Por ejemplo,<br />

¿quieren que sus hijos vean con equilibrio los bienes materiales? Entonces deben<br />

dar el ejemplo no yendo tras los últimos aparatos u otras cosas que en realidad<br />

no son necesarias. Si optan por buscar las comodidades materiales, no se<br />

sorprendan si sus hijos los imitan. (Mateo 6:24; 1 Timoteo 6:9, 10.) En realidad, si<br />

las estacas correctoras no están rectas, ¿cómo puede crecer derecho el arbolillo?<br />

10 Los padres que se complacen en sus hijos buscan constantemente la ayuda<br />

divina para educarlos, teniendo siempre presente los mejores intereses<br />

espirituales de sus hijos. Una madre de cuatro hijos dijo: “Aun antes de que<br />

nacieran nuestros hijos, le pedíamos a Jehová que nos ayudara a ser buenos<br />

padres, que nos guiara mediante su Palabra y que pudiéramos ponerla en práctica<br />

en nuestra vida”. Añadió: “‘Jehová primero’ no era solo una frase hecha, sino<br />

nuestro modo de vivir”. (Jueces 13:8.)<br />

Suministro regular de “agua”<br />

11 Los árboles nuevos necesitan particularmente un suministro constante de<br />

agua, como lo indica lo bien que crecen a la orilla de un río. (Compárese con<br />

Revelación [Apocalipsis] 22:1, 2.) Los niños también florecen espiritualmente si se<br />

les provee el agua de la verdad bíblica con regularidad. Pero los padres deben<br />

tener en cuenta su capacidad de concentración. Es posible que sean más<br />

efectivas varias sesiones de instrucción cortas, que pocas y largas. No minimice el<br />

valor de tales sesiones breves. El tiempo que pasan juntos es fundamental para<br />

crear una vinculación afectiva entre padres e hijos, una relación íntima que las<br />

Escrituras recomiendan en repetidas ocasiones. (Deuteronomio 6:6-9; 11:18-21;<br />

Proverbios 22:6.)<br />

12 Una de estas sesiones con los hijos puede tenerse al final del día. Una<br />

joven recuerda: “Mis padres se sentaban a los pies de la cama cada noche y<br />

escuchaban nuestras oraciones”. Sobre el valor de esta costumbre, otra joven<br />

comenta: “De este modo adquirí el hábito de orar a Jehová todas las noches antes<br />

de acostarme”. Cuando los hijos oyen diariamente a sus padres hablar de Jehová


y orarle, Dios se convierte en una persona real para ellos. Un joven dijo: “Podía<br />

cerrar los ojos en oración a Jehová y ver a una persona real, a una figura paternal.<br />

Mis padres me ayudaron a ver que Jehová debe influir en todo lo que hago y digo”.<br />

13 Para ayudar a los pequeños a absorber el agua de la verdad bíblica, los<br />

padres pueden incluir muchos aspectos prácticos en las sesiones regulares de<br />

instrucción. Los padres de dos hijos preadolescentes dijeron: “Empezamos a<br />

enseñar a ambos a estar sentados y guardar silencio en el Salón del Reino desde<br />

sus primeras semanas de vida”. Un padre explica lo que hacía su familia:<br />

“Preparamos tarjetas con los nombres de todos los libros de la Biblia y<br />

practicábamos a ponerlas por orden una vez cada uno. Los niños siempre<br />

esperaban ese momento”. Muchas familias incluyen un breve período de<br />

instrucción antes o después de una de las comidas. Un padre dijo: “A nosotros nos<br />

ha ido bien comentar el texto bíblico diario a la hora de la cena”.<br />

14 A los pequeños también les gusta escuchar los vívidos relatos de Mi libro de<br />

historias bíblicas. “Cuando nuestros hijos eran pequeños —comenta un<br />

matrimonio—, abarcábamos un capítulo del libro Historias bíblicas, y luego los<br />

niños se vestían de época y representaban los papeles como si fuera un<br />

minidrama. Les gustaba mucho, y a menudo querían abarcar más de una historia<br />

por estudio.” No subestime la capacidad de aprendizaje de su hijo. Algunos niños<br />

de cuatro años de edad han memorizado capítulos enteros del libro Historias<br />

bíblicas e incluso han aprendido a leer la Biblia. Una joven recuerda que cuando<br />

tenía tres años y medio, siempre pronunciaba mal la expresión “decisiones<br />

judiciales”, pero su padre la animó a seguir practicando.<br />

15 Estas sesiones también pueden utilizarse para enseñar a los hijos a<br />

compartir con otras personas las aguas de la verdad, como por ejemplo, al<br />

comentar en las reuniones. (Hebreos 10:24, 25.) “En las sesiones de práctica tenía<br />

que comentar con mis propias palabras —recuerda una joven—. No se me<br />

permitía leer sin entender lo que leía.” Además, se puede preparar a los niños<br />

para que participen activamente en el ministerio del campo. Una mujer educada<br />

por padres temerosos de Dios recuerda: “No éramos simples acompañantes de<br />

nuestros padres en su obra. Sabíamos que nosotros también participábamos en<br />

ella, aunque solo tocáramos un timbre y dejáramos una hoja suelta. Nos<br />

preparábamos cuidadosamente antes de la predicación del fin de semana y<br />

sabíamos qué debíamos decir. Nunca nos levantábamos un sábado por la<br />

mañana preguntando si íbamos a salir al ministerio. Sabíamos que íbamos a<br />

hacerlo”.<br />

16 Es muy necesario suministrar el agua de la verdad bíblica a los niños<br />

regularmente, lo que significa que el estudio bíblico de familia semanal es<br />

imprescindible. Un padre que tiene dos hijos dice que “algo que irrita<br />

especialmente a los niños es la falta de regularidad”. (Efesios 6:4.) Añadió: “Mi<br />

esposa y yo escogimos un día y una hora para nuestro estudio de familia y<br />

mantuvimos regularmente ese horario. Al cabo de poco tiempo, los niños<br />

esperaban el estudio a esa hora”. Esta preparación desde la infancia es


importante, pues, según reza el dicho, “desde chiquito se ha de criar al árbol<br />

derechito”.<br />

17 Es importante suministrar a los niños las verdades bíblicas, pero igualmente<br />

lo es el ejemplo de los padres. ¿Ven sus hijos que ustedes estudian, asisten con<br />

regularidad a las reuniones, participan en el ministerio del campo, sí, que se<br />

deleitan en hacer la voluntad de Jehová? (Salmo 40:8.) Es fundamental que lo<br />

vean. Es significativo lo que una hija dijo de su madre, que había aguantado la<br />

oposición de su esposo y había criado a seis hijos que llegaron a ser Testigos<br />

fieles: “Lo que más nos impresionó fue el ejemplo de nuestra madre; dijo mucho<br />

más que sus palabras”.<br />

Protección de los hijos<br />

18 Tal como los árboles nuevos necesitan a menudo que se les proteja de las<br />

plagas, en este sistema inicuo de cosas los niños necesitan protección de los<br />

“hombres inicuos”. (2 Timoteo 3:1-5, 13.) ¿Cómo pueden ofrecer los padres esta<br />

protección? Ayudándolos a adquirir sabiduría divina. (Eclesiastés 7:12.) Jehová<br />

mandó a los israelitas, entre ellos los “pequeñuelos”, que escucharan la lectura de<br />

su Ley, lo que incluía la explicación de lo que constituía conducta sexual propia e<br />

impropia. (Deuteronomio 31:12; Levítico 18:6-24.) Se mencionaban en varios<br />

pasajes los órganos de reproducción, como los “testículos” y el “órgano genital”.<br />

(Levítico 15:1-3, 16; 21:20; 22:24; Números 25:8; Deuteronomio 23:10.) Debido a<br />

la corrupción extrema del mundo de hoy, los niños necesitan saber cuál es el uso<br />

propio y el impropio de tales partes del cuerpo, que están incluidas en la creación<br />

que Dios llamó ‘muy buena’. (Génesis 1:31; 1 Corintios 12:21-24.)<br />

19 Lo ideal es que ambos padres juntos, o en su defecto, el adulto encargado<br />

de criar al niño, le enseñen a conocer sus partes íntimas. Luego hay que explicarle<br />

que no debe permitir que nadie toque dichas partes. Como los corruptores de<br />

menores normalmente suelen tantear cómo responden los niños a las<br />

insinuaciones sutiles, se debe instruir al pequeño a resistirse con firmeza y<br />

exclamar: “¡Voy a decírselo a mis padres!”. Enseñe a los niños que siempre deben<br />

informar de cualquiera que intente tocarlos de manera que se sientan incómodos,<br />

sin importar la gravedad de las amenazas que reciban.<br />

Discipline con amor<br />

20 Los niños se benefician de la disciplina amorosa, tal como el árbol se<br />

aprovecha de la poda. (Proverbios 1:8, 9; 4:13; 13:1.) Cuando se podan las ramas<br />

que no sirven, se favorece el crecimiento de otras. De modo que si sus hijos se<br />

concentran particularmente en los bienes materiales o son proclives a las malas<br />

compañías o el entretenimiento malsano, estas malas inclinaciones son como<br />

ramas que deben cortarse. Su eliminación ayudará a sus hijos a crecer en la<br />

dirección espiritual. Es posible que tal disciplina no parezca agradable al principio,<br />

como la poda puede suponer una conmoción para el árbol. Pero el excelente<br />

resultado de la disciplina es la reanudación del crecimiento de su hijo en la<br />

dirección que usted desea. (Hebreos 12:5-11.)


21 Hay que reconocer que no es agradable ni disciplinar ni ser disciplinado. “Mi<br />

hijo pasaba bastante tiempo con un joven sobre el que los ancianos me habían<br />

advertido que no era una buena compañía —dijo un padre—. Hubiera tenido que<br />

actuar con más presteza, pero me dilaté. Aunque mi hijo no cometió ningún mal<br />

grave, me tomó tiempo reajustar su modo de pensar.” El hijo observó: “Cuando me<br />

separaron de mi mejor amigo, me sentí completamente abatido”. No obstante,<br />

añadió: “Fue una buena decisión, pues poco después lo expulsaron”.<br />

22 “Las censuras de la disciplina son el camino de la vida”, dice la Palabra de<br />

Dios. De modo que sin importar lo difícil que resulte disciplinar a sus hijos, no se<br />

retenga de hacerlo. (Proverbios 6:23; 23:13; 29:17.) Con el tiempo le agradecerán<br />

su corrección. “Recuerdo que me enfadaba mucho con mis padres cuando me<br />

disciplinaban —comenta un joven—. Ahora estaría aún más enojado si mis padres<br />

me hubieran privado de aquella disciplina.”<br />

El esfuerzo merece la pena<br />

23 No cabe duda, los hijos en quienes los padres y otras personas se<br />

complacen son el producto de mucha atención amorosa disponible diariamente.<br />

Sin embargo, todo el esfuerzo que se invierte en ellos, sean hijos físicos o<br />

espirituales, bien merece la pena. El anciano apóstol Juan lo mostró cuando<br />

escribió: “No tengo mayor causa de sentir agradecimiento que estas cosas: que<br />

oiga yo que mis hijos siguen andando en la verdad”. (3 Juan 4.)<br />

*** w07 1/9 pág. 26 Enseñen a sus hijos a amar a Jehová ***<br />

Enseñen a sus hijos a amar a Jehová<br />

“Como flechas en la mano de un hombre poderoso, así son los<br />

hijos de la juventud.” (SALMO 127:4.)<br />

EL ARQUERO se prepara para disparar. Coloca cuidadosamente la flecha en<br />

la cuerda y tensa el arco. A pesar del esfuerzo implicado, se toma su tiempo para<br />

apuntar y, por fin, suelta la flecha. ¿Dará esta en el blanco? Eso dependerá de<br />

varios factores, entre ellos la destreza del arquero, la acción del viento y el estado<br />

de la flecha.<br />

2 El rey Salomón comparó los hijos a “flechas en la mano de un hombre<br />

poderoso” (Salmo 127:4). Veamos cómo puede aplicarse a los padres esta<br />

comparación. El arquero dispone de poco tiempo para dirigir sus flechas, pues si<br />

quiere dar en el blanco, debe soltarlas muy rápido. De igual modo, los padres<br />

disponen de un tiempo relativamente breve para cultivar en sus hijos amor sincero<br />

por Jehová. A sus ojos, los niños crecen en apenas unos cuantos años, y luego se<br />

van de casa (Mateo 19:5). ¿Alcanzarán estas “flechas” el objetivo deseado? En<br />

otras palabras, ¿continuarán los hijos amando y sirviendo a Dios cuando dejen el<br />

hogar? La respuesta dependerá de numerosos factores. Examinemos con más<br />

detalle tres de ellos: la destreza de los padres, el entorno familiar y la reacción de<br />

los hijos a la educación que reciban.


*** w07 1/9 pág. 30 Enseñen a sus hijos a amar a Jehová ***<br />

La responsabilidad del hijo<br />

17 Volvamos a la comparación del arquero. Por mucha destreza que tenga,<br />

no dará en el blanco si la flecha está torcida. En el caso de los padres, si ven que<br />

el hijo tiene una forma de pensar “torcida”, deben esforzarse por enderezarlo,<br />

como si de una flecha se tratara. Pero, a fin de cuentas, es el hijo quien tiene que<br />

decidir si prefiere dejar que el mundo lo tuerza o que Jehová haga “derechas [sus]<br />

sendas” (Proverbios 3:5, 6; Romanos 12:2).<br />

18 Aunque los padres tienen la gran responsabilidad de criar a sus hijos en “la<br />

disciplina y regulación mental de Jehová”, es el hijo, en último término, quien tiene<br />

que decidir qué hará de adulto (Efesios 6:4). Así pues, jóvenes, ¿aceptarán las<br />

amorosas enseñanzas de sus padres? Si lo hacen, estarán eligiendo el mejor<br />

modo de vivir. No solo harán felices a sus padres, sino que, más importante aún,<br />

alegrarán el corazón de Jehová (Proverbios 27:11).<br />

*** w08 1/4 págs. 13-16 La educación de los hijos en un mundo permisivo ***<br />

“Como flechas en la mano”<br />

Con respecto a la relación entre padres e hijos, las Escrituras presentan un<br />

ejemplo que resalta el hecho de que los hijos necesitan la guía de sus padres.<br />

Salmo 127:4, 5 dice: “Como flechas en la mano de un hombre poderoso, así son<br />

los hijos de la juventud. Feliz es el hombre físicamente capacitado que ha llenado<br />

su aljaba de ellos”. A los hijos se les compara con flechas, y al padre, con un<br />

guerrero poderoso. Tal como un arquero sabe que las flechas no dan en el blanco<br />

por casualidad, los padres amorosos comprenden que la educación de los hijos<br />

no puede dejarse al azar. Quieren que sus hijos alcancen determinado “blanco”:<br />

que se conviertan en adultos responsables y felices. Desean que tomen buenas<br />

decisiones, sean sabios, se eviten problemas innecesarios y alcancen metas que<br />

merezcan la pena. Pero no basta con que los padres quieran eso.<br />

¿Qué hace falta para que una flecha dé en el blanco? Hay que prepararla con<br />

cuidado, protegerla bien y dispararla con fuerza hacia el blanco. De la misma<br />

manera, para que los niños lleguen con éxito a la edad adulta, hay que<br />

prepararlos, protegerlos y darles dirección. Analicemos uno por uno estos tres<br />

aspectos de la educación de los hijos.<br />

Preparar la flecha con cuidado<br />

Las flechas que utilizaban los arqueros de tiempos bíblicos se preparaban con<br />

mucho cuidado. La varilla, hecha quizás de una madera liviana, debía tallarse a<br />

mano y quedar lo más recta posible. La punta tenía que estar bien afilada. Al otro<br />

extremo de la varilla se ataban plumas para estabilizar el vuelo de la flecha y<br />

mantener su rumbo.


Los padres quieren que sus hijos sean como aquellas flechas: rectos, sin que<br />

haya nada torcido en ellos. Por lo tanto, si son sabios, no dejarán pasar las faltas<br />

graves de sus hijos, sino que con amor los ayudarán a luchar contra ellas y a<br />

superarlas. Por bueno que sea un hijo, la tarea siempre será enorme, pues “la<br />

tontedad está atada al corazón del muchacho” (Proverbios 22:15). Por ello, la<br />

Biblia exhorta a los padres a que disciplinen a sus hijos (Efesios 6:4). De hecho, la<br />

disciplina desempeña un papel esencial en formar y fortalecer la mentalidad y el<br />

carácter del niño.<br />

No extraña, pues, que Proverbios 13:24 asegure: “El que retiene su vara odia<br />

a su hijo, pero el que lo ama es el que de veras lo busca con disciplina”. En este<br />

contexto, la vara de la disciplina representa un método de corrección, sin importar<br />

qué forma adopte. Al administrar disciplina con bondad, los padres intentan<br />

corregir defectos que, si se arraigan, causarán al hijo muchos problemas en la vida<br />

adulta. En realidad, como indica el proverbio, retener tal disciplina equivale a<br />

‘odiar’ al hijo, pero administrarla es un acto de amor.<br />

Los padres que aman a sus hijos también los ayudan a comprender el porqué<br />

de las normas. Disciplinarlos no solo implica dar órdenes e imponer castigos, sino<br />

—lo que es más importante— asegurarse de que entiendan bien las cosas.<br />

La Biblia señala: “El hijo entendido está observando la ley” (Proverbios 28:7).<br />

Las plumas que el arquero ata a sus flechas contribuyen a que estas vuelen<br />

en una trayectoria recta una vez que salen del arco. De modo similar, las<br />

enseñanzas bíblicas del Creador de la familia pueden acompañar a los hijos y<br />

ayudarlos durante toda su vida, incluso después que abandonan el hogar (Efesios<br />

3:14, 15). Ahora bien, ¿cómo pueden los padres asegurarse de que tales<br />

enseñanzas queden firmemente “atadas” a sus hijos?<br />

Observemos lo que Dios aconsejó a los padres israelitas en tiempos de<br />

Moisés: “Estas palabras que te estoy mandando hoy tienen que resultar estar<br />

sobre tu corazón; y tienes que inculcarlas en tu hijo” (Deuteronomio 6:6, 7). Así<br />

que los padres deben hacer dos cosas. En primer lugar, tienen que aprender de la<br />

Palabra de Dios y ponerla en práctica ellos mismos, llegando así a amar las leyes<br />

divinas (Salmo 119:97). Entonces podrán cumplir la segunda parte del texto:<br />

‘inculcar’ dichas leyes en sus hijos. Esto significa grabar en su corazón el valor<br />

que estas tienen mediante la enseñanza y las repeticiones frecuentes.<br />

Es obvio que no hay nada de anticuado en enseñar los principios bíblicos o<br />

disciplinar con amor para corregir faltas graves. En realidad, hacerlo es muy<br />

importante para preparar esas valiosísimas “flechas” a fin de que sigan una<br />

trayectoria recta y estable hacia la vida adulta.<br />

Proteger la flecha<br />

Sigamos con el ejemplo de Salmo 127:4, 5. Recordemos que el arquero había<br />

“llenado su aljaba” de flechas. Una vez preparadas, había que protegerlas, para lo<br />

cual el arquero las llevaba en una aljaba, donde no podían dañarse ni romperse<br />

fácilmente. Resulta interesante que la Biblia hable proféticamente del Mesías


como de una flecha pulida que su Padre “ocultó en su propia aljaba” (Isaías 49:2).<br />

Jehová Dios, el Padre más amoroso que pudiéramos imaginar, protegió de todo<br />

mal al Mesías —su amado Hijo Jesús— hasta que llegó el momento para que se<br />

le diera muerte según se había predicho. Incluso entonces Dios evitó que la<br />

muerte causara a su Hijo un daño irreparable, llevándolo de vuelta al cielo para<br />

vivir eternamente.<br />

De forma parecida, los buenos padres se preocupan por proteger a sus hijos<br />

de los peligros de este mundo degenerado. Quizás les prohíban ciertas<br />

actividades que los expondrían sin necesidad a malas influencias. Por ello, los<br />

padres sabios se toman en serio, por ejemplo, el siguiente principio: “Las malas<br />

compañías echan a perder los hábitos útiles” (1 Corintios 15:33). Proteger a los<br />

hijos de la compañía de quienes no respetan las normas morales de la Biblia<br />

probablemente evitará que cometan errores que podrían pagar muy caros, incluso<br />

con la vida.<br />

Los hijos no siempre agradecen la protección de sus padres. De hecho, es<br />

posible que a veces hasta se resientan por ella, pues proteger a los hijos significa<br />

a menudo negarles alguna cosa. Una respetada escritora de libros sobre la<br />

crianza de los hijos hace el siguiente comentario: “Aunque no siempre lo<br />

demuestran, y quizás no nos den las gracias de momento, los niños en realidad<br />

quieren que los padres les proporcionemos una estructura segura y predecible en<br />

la vida. Podemos lograrlo si actuamos con autoridad y establecemos límites a su<br />

conducta”.<br />

Sin lugar a dudas, proteger a nuestros hijos de cualquier cosa que pudiera<br />

llevarles a perder su paz, su inocencia o su condición pura ante Dios es una forma<br />

esencial de demostrar que los amamos. Con el tiempo, probablemente<br />

comprendan los motivos por los que actuamos y agradezcan que los hayamos<br />

protegido con amor.<br />

Dirigir la flecha<br />

Notemos que Salmo 127:4, 5 compara al padre con “un hombre poderoso”.<br />

¿Significa eso que solo el hombre puede ejercer de forma eficaz el papel de<br />

educador? No, ni mucho menos. El principio que subyace tras este ejemplo es<br />

aplicable a padres y madres por igual, así como a cualquiera que cría solo a sus<br />

hijos (Proverbios 1:8). La expresión “hombre poderoso” sugiere que hace falta<br />

mucha fuerza para disparar una flecha con un arco. En tiempos bíblicos, los arcos<br />

se recubrían a veces de cobre, y se decía que los soldados ‘pisaban el arco’,<br />

dando la idea de que probablemente lo sujetaban con el pie para poder tensarlo<br />

(Jeremías 50:14, 29). Sin duda, se necesitaba mucha energía y esfuerzo para tirar<br />

hacia atrás del arco tenso y disparar las flechas hacia el blanco.<br />

Pues bien, educar a los hijos también exige un esfuerzo considerable.<br />

Obviamente, ellos no pueden criarse por sí mismos, igual que una flecha no puede<br />

lanzarse ella sola hacia el blanco. Por desgracia, hoy día muchos padres<br />

no parecen dispuestos a realizar el esfuerzo que se requiere. Siguen el camino<br />

fácil y dejan que sean la televisión, la escuela y los amigos los que instruyan a sus


hijos en cuestiones de moralidad, sexo, etc. Permiten que sus hijos tengan todo lo<br />

que quieran. Y cuando piensan en todo el trabajo que implicará negarles algo,<br />

simplemente se lo conceden, y suelen justificarse diciendo que no quieren herir los<br />

sentimientos de sus hijos. Sin embargo, lo que en realidad causará a sus hijos un<br />

daño real y duradero es la permisividad.<br />

Educar a los hijos no es una tarea fácil, y realizarla con empeño y siguiendo la<br />

guía de la Palabra de Dios requiere mucho esfuerzo. Pero las recompensas son<br />

de un valor incalculable. La revista Parents observó: “Los estudios [...] han<br />

demostrado que los niños criados por padres amorosos y que hacen valer su<br />

autoridad —los que apoyan a sus hijos pero les ponen límites definidos—<br />

sobresalen académicamente, desarrollan mejores habilidades sociales, se sienten<br />

satisfechos consigo mismos y son, por regla general, más felices que los niños<br />

cuyos padres son demasiado blandos o excesivamente severos”.<br />

Existe una recompensa aún mayor. Antes analizamos la primera parte de<br />

Proverbios 22:6 (La Biblia de Nuestro Pueblo): “Educa al muchacho en el buen<br />

camino”. Este versículo concluye con las alentadoras palabras:<br />

“Cuando envejezca no se apartará de él”. ¿Ofrece este proverbio inspirado una<br />

garantía de éxito? No necesariamente, pues los hijos tienen libre albedrío, y<br />

cuando crezcan tomarán sus propias decisiones. Pero el versículo sí ofrece a los<br />

padres una garantía amorosa. ¿Cuál es esta?<br />

Si educamos a nuestros hijos de acuerdo con las normas bíblicas, estaremos<br />

creando las circunstancias más favorables para obtener un resultado maravilloso:<br />

verlos convertidos en adultos felices, realizados y responsables (Proverbios<br />

23:24). Así que dediquemos todo el esfuerzo posible a preparar, proteger y dirigir<br />

esas valiosísimas “flechas”. Nunca lo lamentaremos.<br />

*** w04 1/7 págs. 14-16 párrs. 4-9 ‘Enséñenles a observar todas las cosas que<br />

yo les he mandado’ ***<br />

¿Cómo enseñamos al prójimo a observar, u obedecer, las cosas que Cristo<br />

mandó? Pues bien, pensemos en cómo se enseña a los estudiantes de una<br />

escuela de conductores. En clase, el instructor seguramente explica las normas de<br />

circulación; sin embargo, para enseñar a los aprendices a obedecer estas leyes,<br />

tiene que guiarlos mientras conducen el automóvil y procuran poner en práctica lo<br />

que han aprendido en la teoría. De igual modo, cuando alguien estudia la Biblia<br />

con nosotros, le enseñamos los mandatos de Cristo; pero también hemos de<br />

guiarlo a medida que se esfuerza por aplicar en su vida y en el ministerio las<br />

normas cristianas (Juan 14:15; 1 Juan 2:3). Por lo tanto, para cumplir a plenitud<br />

con el mandato de hacer discípulos, tenemos que ser maestros y guías. Así<br />

imitaremos el modelo que nos marcaron tanto Jesús como Jehová (Salmo 48:14;<br />

Revelación 7:17).<br />

5 Enseñar a observar las instrucciones de Jesús incluye ayudar a los demás a<br />

obedecer el mandato de hacer discípulos. Quizás esto intimide a algunos<br />

estudiantes de la Biblia, ya que es muy poco probable que hayan recibido esta


preparación de sus anteriores guías espirituales, aun cuando hayan sido<br />

miembros activos de una iglesia de la cristiandad. Varios líderes religiosos admiten<br />

con franqueza que tales iglesias son un fracaso a la hora de enseñar a sus fieles a<br />

evangelizar. En un comentario sobre el mandato de Jesús de ir por el mundo y<br />

hacer discípulos de gente de toda clase, el biblista John R. W. Stott señaló: “Haber<br />

pasado por alto las implicaciones de este mandato es la mayor falta de los<br />

cristianos evangélicos en el campo de la evangelización actual. [...] Tendemos a<br />

proclamar nuestro mensaje de lejos. A veces parecemos la persona que grita<br />

consejos desde la orilla a un hombre que está ahogándose. No nos tiramos al<br />

agua para salvarlo. Tememos mojarnos”.<br />

6 Si algún estudiante de la Biblia pertenecía a una confesión religiosa cuyos<br />

miembros ‘temían mojarse’, quizá le suponga un reto superar el miedo al agua, por<br />

decirlo así, y cumplir con el mandato de hacer discípulos. Va a necesitar nuestro<br />

apoyo. Por ello, debemos ser pacientes y darle la instrucción y la dirección<br />

necesarias para que crezca su entendimiento y se sienta movido a actuar, tal<br />

como el etíope se sintió motivado hasta el punto de querer bautizarse por lo que<br />

aprendió de Felipe (Juan 16:13; Hechos 8:35-38). Además, nuestro deseo de<br />

enseñar a los estudiantes de la Biblia a observar el mandato de hacer discípulos<br />

nos impulsa a estar a su lado para guiarlos cuando empiecen a predicar el Reino<br />

(Eclesiastés 4:9, 10; Lucas 6:40).<br />

“Todas las cosas”<br />

7 No hemos de limitarnos a enseñar a los nuevos a hacer discípulos. Jesús<br />

nos ordenó que les enseñáramos a “observar todas las cosas”, lo que incluye, sin<br />

duda alguna, los dos grandes mandamientos: amar a Dios y al prójimo (Mateo<br />

22:37-39). ¿Cómo se puede enseñar a un nuevo discípulo a obedecer estos<br />

mandamientos?<br />

8 Volvamos al ejemplo del aprendiz de conductor. Al circular por las calles, el<br />

estudiante no solo aprende de los consejos del instructor que va a su lado, sino<br />

también de observar a otros conductores. Tal vez el instructor le haga fijarse en<br />

cierto automovilista que cortésmente deja que otro vehículo se incorpore al fluir del<br />

tráfico, o en otro conductor que pone las luces cortas para no cegar a los que<br />

transitan en dirección opuesta, o aun en otro que se ofrece para asistir a un<br />

conocido cuyo vehículo se ha averiado. Estos casos enseñan al aprendiz<br />

lecciones importantes que conviene que tenga presentes cuando esté al volante.<br />

De igual modo, un nuevo discípulo que viaja por el camino de la vida aprende<br />

no solo de su maestro, sino también de los buenos modelos que ve en la<br />

congregación (Mateo 7:13, 14).<br />

9 Tal vez un estudiante de la Biblia observe a una madre sola que hace todo lo<br />

posible por asistir al Salón del Reino con sus niños pequeños. Quizás vea a una<br />

persona deprimida que pese a su lucha con la enfermedad nunca falta a las<br />

reuniones, a una viuda mayor que lleva consigo a otras ancianas a las reuniones<br />

de congregación, o a un adolescente que colabora en la limpieza del Salón del<br />

Reino. Es posible que se fije en un superintendente que es ejemplar en la


predicación, aunque en la congregación tenga muchas responsabilidades. O<br />

quizás conozca a un Testigo minusválido que, incluso confinado en casa, es una<br />

fuente de ánimo para cuantos lo visitan. Puede que observe a un matrimonio<br />

haciendo grandes cambios en su vida para atender a sus padres ya ancianos.<br />

Al ver a estos cristianos cariñosos, serviciales y dignos de confianza, el nuevo<br />

discípulo aprende con casos reales lo que significa obedecer el mandamiento de<br />

Cristo de amar a Dios y al prójimo, especialmente a los hermanos en la fe<br />

(Proverbios 24:32; Juan 13:35; Gálatas 6:10; 1 Timoteo 5:4, 8; 1 Pedro 5:2, 3).<br />

Así, todos los integrantes de la congregación cristiana pueden y deben ser<br />

maestros y guías (Mateo 5:16).<br />

*** lv cap. 6 pág. 62 párrs. 1-3 Cómo elegir diversiones sanas ***<br />

IMAGÍNESE: está a punto de darle un mordisco a una apetitosa fruta, y de<br />

repente descubre que tiene una parte en mal estado. ¿Qué hará? Tiene tres<br />

opciones: comérsela toda tal y como está, tirarla entera a la basura o quitarle la<br />

parte dañada y consumir el resto. ¿Cuál será su decisión?<br />

2 Pues bien, con las diversiones que nos brinda el mundo nos ocurre lo mismo<br />

que con esta fruta. Cuando nos ponemos a examinarlas, nos encontramos con<br />

que muchas están podridas en sentido moral. ¿Qué haremos? Bueno, algunos se<br />

las “tragan” todas, sin mirar si son buenas o malas. Otros, por el contrario, las<br />

rechazan por completo para no exponerse a nada perjudicial. Por último, hay<br />

quienes se aseguran de evitar siempre las que son poco sanas, pero disfrutan de<br />

vez en cuando de las más positivas. Ahora bien, ¿qué decisión tomaremos<br />

nosotros a fin de mantenernos en el amor de Dios?<br />

3 La mayoría de nosotros encaja en el tercer grupo: comprendemos que<br />

necesitamos distraernos, pero solo con actividades que no nos perjudiquen<br />

moralmente. Claro, para eso hay que saber distinguir cuáles son sanas y cuáles<br />

no.<br />

*** lv cap. 6 págs. 69-70 párr. 15 Cómo elegir diversiones sanas ***<br />

Al elegir diversiones también es buena idea dejar un margen de seguridad.<br />

¿A qué nos referimos? Volvamos al ejemplo de la fruta que mencionamos en el<br />

párrafo primero. Para estar seguros de no morder nada podrido, no solo le<br />

quitamos el pedazo dañado, sino un poco de la parte sana que lo rodea. En el<br />

caso del entretenimiento, los cristianos evitamos lo que viola claramente los<br />

principios bíblicos; pero además es sabio que rechacemos cualquier cosa que nos<br />

plantee dudas o nos dé la impresión de contener elementos poco saludables para<br />

nuestra espiritualidad (Proverbios 4:25-27). Algo que nos ayudará a dejar ese<br />

margen de seguridad es seguir estrictamente los consejos bíblicos.


*** bh págs. 210-211 “Alma” y “espíritu”: ¿qué significan realmente estas<br />

palabras? ***<br />

El alma no es lo mismo que el espíritu. El cuerpo necesita el espíritu para<br />

funcionar, de manera muy parecida a como un aparato de radio necesita la<br />

electricidad. Pensemos en un aparato de radio portátil. Cuando le ponemos pilas,<br />

la electricidad almacenada en ellas pone en marcha el aparato. Sin pilas,<br />

sencillamente no funciona. Y ese es también el caso de los aparatos de radio que<br />

se conectan a un enchufe. Pues bien, ocurre algo parecido con el espíritu: es la<br />

fuerza que imparte vida al cuerpo. Lo mismo que la electricidad, no tiene<br />

sentimientos ni puede pensar. En efecto, el espíritu es una fuerza impersonal.<br />

*** w01 15/7 pág. 5 ¿Tenemos un espíritu inmortal? ***<br />

El espíritu, la fuerza de vida, puede compararse a la corriente eléctrica que<br />

fluye por una máquina o un electrodoméstico. Aunque es invisible, puede efectuar<br />

diversas funciones, dependiendo del tipo de aparato que active. Por ejemplo, una<br />

estufa eléctrica genera calor, una computadora procesa información y un televisor<br />

reproduce imágenes y sonidos. Sin embargo, la corriente eléctrica nunca adquiere<br />

las características del artefacto que hace funcionar. Sigue siendo meramente una<br />

fuerza. De modo parecido, la fuerza de vida no asume ninguna de las<br />

características de los seres que anima. Carece de personalidad y capacidad de<br />

pensar. Tanto las personas como los animales “tienen un solo espíritu”<br />

(Eclesiastés 3:19). Así pues, cuando alguien muere, su espíritu no sigue viviendo<br />

en otro lugar como criatura espiritual.<br />

*** g 7/06 pág. 15 ¿Es el espíritu santo una persona? ***<br />

En 1879, el biblista Charles L. Ives ilustró con maestría la capacidad que Dios<br />

tiene de ejercer su poder desde el lugar que ocupa. Escribió: “Por ejemplo,<br />

nosotros decimos: ‘Abre las contraventanas para que entre el sol en la habitación’.<br />

No nos referimos al cuerpo celeste, el Sol, sino a la radiación solar, los rayos<br />

procedentes del Sol”. Así mismo, Dios no tiene que viajar a cada sitio donde va a<br />

usar su fuerza activa. Sencillamente se vale de su espíritu santo, con el que puede<br />

alcanzar hasta los puntos más lejanos de su creación.<br />

*** w03 1/7 pág. 6 Cómo cultivar auténtico amor ***<br />

El amor, fruto del espíritu de Dios<br />

Al igual que la lluvia que cae al debido tiempo sobre una huerta contribuye a<br />

que esta rinda una buena cosecha, el espíritu de Dios hace que en las personas<br />

receptivas afloren cualidades que la Biblia identifica como “el fruto del espíritu”<br />

(Gálatas 5:22, 23).


*** w06 1/4 pág. 9 Padres, sean un buen ejemplo para sus hijos ***<br />

Dejar que la televisión o la calle se encarguen de nuestros hijos equivale a<br />

dejar que el espíritu del mundo influya en su crianza (Efesios 2:1, 2). Este espíritu<br />

del mundo, como un fuerte viento, se opone al espíritu de Dios y esparce las<br />

semillas de la manera de pensar “terrenal, animal, demoníaca”, y las deposita<br />

liberalmente en la mente y el corazón de los ingenuos o insensatos (Santiago<br />

3:15). Estas plagas parecidas a mala hierba terminan corrompiendo el corazón.<br />

Jesús ilustró el efecto que tiene lo que se siembra en el corazón al decir: “El<br />

hombre bueno, del buen tesoro de su corazón produce lo bueno; pero el hombre<br />

inicuo produce lo que es inicuo de su tesoro inicuo; porque de la abundancia del<br />

corazón habla su boca” (Lucas 6:45). Por eso, la Biblia nos exhorta: “Más que todo<br />

lo demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él<br />

son las fuentes de la vida” (Proverbios 4:23).<br />

*** w08 15/9 págs. 20-21 párrs. 1-3 Resistamos “el espíritu del mundo” ***<br />

EN 1911, las autoridades de Gran Bretaña promulgaron una ley que tenía el<br />

fin de salvar la vida de los trabajadores de las minas de carbón. Se estableció que<br />

toda mina debía contar con dos canarios. ¿Para qué dos canarios? Para que en el<br />

caso de que se produjera un incendio en el interior de la mina, los rescatistas se<br />

los llevaran consigo. Debido a su sensibilidad a los gases tóxicos, como el<br />

monóxido de carbono, los canarios comenzarían a verse aletargados y hasta se<br />

caerían de la percha de la jaula si el aire se contaminaba. Esta primera señal de<br />

advertencia era vital. El monóxido de carbono es un gas incoloro e inodoro, que<br />

resulta letal porque impide que los glóbulos rojos transporten oxígeno al<br />

organismo. De no ser por esta advertencia, los rescatistas se desmayarían y<br />

morirían sin siquiera darse cuenta de que se habían envenenado.<br />

2 Los cristianos afrontamos una situación parecida a la de los mineros, pero en<br />

sentido espiritual. Veamos por qué. Cuando Jesús dio a sus discípulos la<br />

asignación de predicar las buenas nuevas por toda la Tierra, ya sabía que se iban<br />

a encontrar en una atmósfera dañina, un entorno dominado por Satanás y por el<br />

espíritu del mundo (Mat. 10:16; 1 Juan 5:19). Jesús estaba tan preocupado por el<br />

bienestar de sus discípulos que la noche antes de morir pidió a su Padre en<br />

oración: “Te solicito, no que los saques del mundo, sino que los vigiles a causa del<br />

inicuo” (Juan 17:15).<br />

3 Jesús previno a sus seguidores contra el peligro de sucumbir al sueño<br />

espiritual, un letargo que también puede ocasionar la muerte. Sus palabras son<br />

particularmente valiosas para nosotros, los que vivimos durante la conclusión del<br />

sistema de cosas: “Manténganse despiertos [...] para que logren escapar de todas<br />

estas cosas que están destinadas a suceder, y estar en pie delante del Hijo del<br />

hombre” (Luc. 21:34-36). Pero Jesús también les prometió que su Padre les<br />

enviaría espíritu santo para ayudarlos a recordar lo que habían aprendido, así<br />

como a mantenerse despiertos y permanecer firmes (Juan 14:26).


*** w08 15/9 pág. 22 Resistamos “el espíritu del mundo” ***<br />

Detectemos a tiempo las señales de advertencia<br />

9 Los mineros británicos mencionados al principio utilizaban canarios para<br />

detectar a tiempo la presencia del gas venenoso. Si un minero veía caerse de la<br />

percha a un canario, sabía que tenía que actuar con rapidez para no morir.<br />

En nuestro caso, como cristianos, ¿cuáles son algunas de las primeras señales<br />

que nos advierten de que nos estamos dejando llevar por el espíritu del mundo?<br />

10 Al principio, cuando aprendimos las verdades de la Palabra de Dios y<br />

dedicamos nuestra vida a Jehová, probablemente leíamos la Biblia con gran<br />

interés y orábamos a menudo y con fervor. Las reuniones de la congregación eran<br />

para nosotros un verdadero oasis, sumamente refrescantes. Todo eso nos ayudó<br />

a liberarnos del espíritu del mundo y a mantenernos libres de él.<br />

11 ¿Seguimos tratando de leer la Biblia a diario? (Sal. 1:2.) ¿Son nuestras<br />

oraciones frecuentes y sentidas? ¿Nos gusta tanto ir a las reuniones de la<br />

congregación que no nos perdemos ninguna? (Sal. 84:10.) ¿Hemos descuidado<br />

alguno de estos aspectos? Nadie niega que atender las obligaciones cotidianas<br />

consume mucho tiempo y energías, por lo que no resulta fácil seguir un buen<br />

programa de actividades espirituales. Pero si notamos que en algo hemos ido<br />

aflojando el paso, ¿pudiera ser que estemos sucumbiendo al espíritu del mundo?<br />

En ese caso, ¿haremos todo lo posible por recuperar las buenas costumbres que<br />

antes teníamos?<br />

*** w97 1/10 págs. 25-26 ¿Le está envenenando el espíritu del mundo? ***<br />

EL 12 de septiembre de 1990 hubo una explosión en una fábrica de<br />

Kazajstán. La peligrosa radiactividad que como consecuencia se arrojó a la<br />

atmósfera, puso en peligro la salud de los 120.000 habitantes de la ciudad,<br />

muchos de los cuales se lanzaron a las calles para protestar contra el letal<br />

veneno.<br />

Pero cuando salieron a la luz más datos, descubrieron que habían vivido en un<br />

ambiente venenoso durante décadas. A lo largo de los años se habían arrojado en<br />

un terreno al aire libre y sin vigilancia 100.000 toneladas de residuos radiactivos.<br />

Aunque tenían el peligro a las puertas, nadie lo tomó en serio. ¿Por qué no?<br />

Todos los días, los funcionarios anunciaban en el estadio deportivo de la<br />

ciudad el recuento radiactivo, que daba la impresión de que no había<br />

absolutamente ningún peligro. Las cifras eran exactas, pero solo indicaban la<br />

radiación gamma. La radiación alfa, que no se medía, puede ser igual de<br />

mortífera. Muchas madres empezaron a entender por qué sus hijos enfermaban<br />

tanto.<br />

Hablando en sentido espiritual, también puede envenenarnos una<br />

contaminación invisible. Y al igual que la desafortunada población de Kazajstán, la


mayoría de las personas no están al tanto de este peligro que amenaza su vida.<br />

La Biblia identifica esta contaminación como “el espíritu del mundo”, que dirige<br />

nada más y nada menos que Satanás el Diablo. (1 Corintios 2:12.) El Adversario<br />

de Dios utiliza con maldad este espíritu del mundo, o actitud predominante, para<br />

minar nuestra devoción piadosa.<br />

*** w06 15/7 págs. 16-17 ‘Hagamos todas las cosas sin murmurar’ ***<br />

Cuidado con el efecto corrosivo de la murmuración<br />

12 La mayor parte de los ejemplos bíblicos que hemos analizado demuestran<br />

que la murmuración le causó mucho daño al antiguo pueblo de Dios. Por eso,<br />

debemos pensar detenidamente en el efecto corrosivo que puede tener en nuestro<br />

tiempo. Pongamos una comparación. Muchos metales tienden por naturaleza a<br />

corroerse, y si no se detiene el proceso cuando aparecen las primeras señales de<br />

herrumbre, acaban siendo inservibles. Un gran número de automóviles se venden<br />

como chatarra, no porque tengan fallas mecánicas, sino porque el metal se ha<br />

corroído tanto que el vehículo ya no es seguro. ¿Cómo podemos aplicar este<br />

ejemplo a la murmuración?<br />

13 Tal como ciertos metales tienden a la corrosión, así también los seres<br />

humanos somos propensos a la queja, por lo que debemos estar alerta al<br />

aparecimiento de las primeras señales. Y así como una atmósfera húmeda y<br />

cargada de sal acelera la corrosión, del mismo modo la adversidad nos hace más<br />

proclives a murmurar. La tensión puede resultar en que hagamos una montaña de<br />

un grano de arena. En estos últimos días, a medida que empeoren las condiciones<br />

del mundo, es posible que tengamos más razones para sentirnos descontentos<br />

(2 Timoteo 3:1-5). Por lo tanto, un siervo de Jehová podría empezar a murmurar<br />

de sus hermanos. Quizás el motivo sea algo de poca importancia, como pudieran<br />

ser las debilidades, aptitudes o privilegios de servicio de otro cristiano.<br />

14 Sea cual sea la razón por la que nos sintamos descontentos, si no ponemos<br />

freno a la tendencia a quejarnos, puede que desarrollemos un espíritu de<br />

insatisfacción y nos volvamos murmuradores. Sí, la corrosión espiritual que<br />

produce la murmuración puede corrompernos por completo. Cuando los israelitas<br />

se quejaron de las condiciones de vida en el desierto, llegaron al extremo de<br />

culpar a Jehová (Éxodo 16:8). ¡No dejemos nunca que eso nos pase a nosotros!<br />

15 Aunque los metales tienden a corroerse, esto se puede controlar<br />

recubriéndolos con pintura antioxidante y tratando de inmediato cualquier zona<br />

afectada. De la misma manera, si detectamos en nosotros una tendencia a<br />

quejarnos, podemos controlarla orando y adoptando sin demora las medidas<br />

necesarias.


*** w10 15/3 pág. 18 párr. 17 Andemos por espíritu y vivamos fieles a nuestra<br />

dedicación ***<br />

Como hemos visto, la fuerza activa de Dios es imprescindible para vivir fieles a<br />

nuestra dedicación. Somos como el capitán de un barco que viaja hacia la vida<br />

eterna, la cual nos permitirá servir a Jehová para siempre. Y el viento que<br />

necesitamos para llegar sanos y salvos es el espíritu santo. Tenemos que buscar<br />

este viento y orientar nuestras velas hacia él. En ningún caso queremos que nos<br />

saque de trayectoria el espíritu del mundo de Satanás (1 Cor. 2:12). Con la guía<br />

de la Biblia y de la organización de Jehová, lograremos mantener el rumbo debido.<br />

*** w06 15/5 pág. 32 El valor de “un vaso más débil” ***<br />

El sustantivo griego traducido por “honra” significa “precio, valor, [...] respeto”.<br />

Por eso, el esposo cristiano debe tratar a su esposa con ternura y mostrarle la<br />

debida consideración, como si de un vaso delicado y precioso se tratara. Tal idea<br />

no es degradante en absoluto. Tomemos como ejemplo la lámpara Tiffany con<br />

diseños de flores de loto. Esta exquisita lámpara sin duda puede considerarse un<br />

objeto delicado. ¿Disminuye su valor el hecho de que sea frágil? ¡De ninguna<br />

manera! En 1997, la lámpara Tiffany original se subastó por la astronómica suma<br />

de 2.800.000 dólares. Su delicada composición no le restó valor, sino que lo<br />

aumentó.<br />

*** w10 15/6 págs. 4-5 Unidos en amor. Informe de la reunión anual ***<br />

¿Nos hemos quedado casi sin combustible?<br />

Samuel Herd abrió su discurso con la siguiente comparación. Supongamos<br />

que un amigo nos lleva en su automóvil en un viaje de 50 kilómetros (30 millas).<br />

Desde nuestro asiento, observamos que el indicador marca que el tanque de<br />

combustible está vacío. Se lo decimos al conductor, pero él responde que no nos<br />

preocupemos, que aún le quedan unos cuatro litros (un galón). Poco tiempo<br />

después se para el motor. ¿Valió la pena conducir casi sin combustible y<br />

arriesgarse a quedar varado? Sin duda, hubiese sido mucho mejor llevar el<br />

depósito bien lleno. Espiritualmente ocurre lo mismo: hay que mantener el<br />

“tanque” lleno del conocimiento de Jehová.<br />

Para no quedarnos sin combustible espiritual es necesario abastecernos<br />

regularmente. Y lo hacemos de cuatro formas. Primero, siendo fieles a nuestro<br />

programa de estudio y de lectura diaria de las Escrituras. Claro, no basta con leer<br />

palabras; queremos conocer bien la Biblia y entender lo que dice. Segundo,<br />

aprovechando bien la Noche de Adoración en Familia. ¿Nos detenemos cada<br />

semana a llenar el depósito, o solo le echamos un poco? Tercero, asistiendo a las<br />

reuniones donde estudiamos la Biblia como congregación. Y, cuarto, buscando un<br />

ambiente tranquilo y sin distracciones para meditar acerca de los caminos de<br />

Jehová. Queremos imitar al salmista, quien dijo: “He recordado días de mucho<br />

tiempo atrás; he meditado en toda tu actividad” (Sal. 143:5).


*** w05 15/4 pág. 27 ¿Lo motiva su fe a actuar? ***<br />

¿Tendría sentido estudiar manuales de horticultura y no plantar ninguna<br />

semilla? Es posible que aprendiéramos cómo cultivar un huerto, pero nunca<br />

cosecharíamos nada. De igual manera, las personas que aprenden los requisitos<br />

de Dios mediante un estudio de la Biblia deben permitir que las semillas de la<br />

verdad lleguen a su corazón para que germinen y las motiven a actuar (Mateo<br />

13:3-9, 19-23).<br />

*** w10 15/10 págs. 22-23 párr. 9 ¿Contribuye usted a que las reuniones<br />

cristianas sean edificantes? ***<br />

Contestemos esa pregunta con una ilustración. Un Estudio de La Atalaya bien<br />

dirigido puede compararse a un hermoso ramo de flores. Tal como un ramo consta<br />

de muchas flores, el Estudio de La Atalaya consta de muchos comentarios. Y así<br />

como las flores varían en tamaño y color, los comentarios del auditorio varían en<br />

largura y en forma de presentarse. Y ¿a qué pueden compararse las<br />

intervenciones ocasionales del conductor? A las pocas ramitas de follaje que se<br />

añaden cuidadosamente a un ramo, no para que sean el elemento dominante,<br />

sino para darle estructura y cohesión. El conductor ha de recordar que sus<br />

intervenciones no deben predominar, sino complementar las palabras de alabanza<br />

que ofrezca la congregación. Cuando se combinan hábilmente los diversos<br />

comentarios de la congregación con las pocas y oportunas intervenciones del<br />

conductor, el resultado es un hermoso conjunto de expresiones que edifica a los<br />

presentes.<br />

*** w03 15/4 págs. 12-13 párrs. 1-3 Jóvenes que regocijan el corazón de<br />

Jehová ***<br />

IMAGÍNATE que estás comprando ropa. Mientras rebuscas, ves una prenda<br />

que inmediatamente te atrae. El color y el estilo parecen ideales para ti, y el precio<br />

de la etiqueta indica que es una verdadera ganga. Pero entonces la miras más de<br />

cerca y, para tu sorpresa, descubres que la tela tiene las orillas deshilachadas y<br />

que las costuras están mal hechas. La prenda es atractiva, pero la confección es<br />

mala. ¿Te gastarías el dinero en un producto tan deficiente?<br />

2 Compara esto con una situación a la que posiblemente te enfrentes como<br />

joven cristiano. Tal como esa prenda, las cosas de este mundo pueden parecer<br />

muy atractivas a primera vista. Por ejemplo, quizá tus compañeros de clase vayan<br />

a fiestas divertidas, consuman drogas, beban, salgan en pareja sin<br />

comprometerse a nada y mantengan relaciones sexuales sin estar casados. ¿Te<br />

sientes atraído en ocasiones por ese estilo de vida? ¿Anhelas probar, aunque sea<br />

solo un poco, esa supuesta libertad? Si así es, no te apresures a concluir que<br />

tienes un mal corazón y que simplemente no estás hecho para ser cristiano. Al fin<br />

y al cabo, la Biblia reconoce que el mundo puede ejercer una poderosa atracción,<br />

incluso sobre quienes desean agradar a Dios (2 Timoteo 4:10).


3 Ahora, por favor, mira la cuestión más de cerca, tal como harías con una<br />

prenda de ropa que te interesara comprar. Pregúntate: “¿De qué calidad son la<br />

tela y las costuras de este sistema de cosas?”. La Biblia declara que “el mundo va<br />

pasando” (1 Juan 2:17). En el mejor de los casos, cualquier placer que este<br />

produce es temporal. Además, la conducta impía se paga muy cara, no es ninguna<br />

ganga. Cierta cristiana que ha tenido que padecer lo que ella llama “los dolores<br />

causados por una juventud mal empleada” dice: “El mundo tal vez parezca<br />

fascinante y atractivo. Quiere hacernos creer que podemos entregarnos a sus<br />

diversiones sin sufrir ningún dolor. Pero eso es imposible. El mundo se aprovecha<br />

de uno, y cuando ha terminado, lo arroja como desperdicio”. ¿Por qué desperdiciar<br />

tu juventud a fin de llevar un estilo de vida tan deficiente?<br />

*** g01 8/1 pág. 10 Su matrimonio puede salvarse ***<br />

[<strong>Ilustraciones</strong> y recuadro de la página 10]<br />

Lance la pelota suavemente<br />

La Biblia recomienda: “Que su habla siempre sea con gracia, sazonada con sal,<br />

para que sepan cómo deben dar una respuesta a cada uno” (Colosenses 4:6).<br />

Este consejo atañe, sin duda, al matrimonio. Ilustrémoslo: cuando jugamos a<br />

pasar la pelota, la tiramos de forma que la otra persona pueda atraparla con<br />

facilidad. No la arrojamos con tanta fuerza que le hagamos daño. Aplique el mismo<br />

principio cuando hable con su cónyuge. Lanzándole comentarios cortantes solo<br />

logrará herirlo. En vez de eso, háblele con amabilidad, con gracia, para que capte<br />

bien lo que le quiere decir.<br />

*** kl cap. 15 pág. 144 párr. 13 Cómo formar una familia que honre a Dios ***<br />

Si algo le preocupa, puede exponerlo con respeto. (Génesis 21:9-12.)<br />

Comunicar al esposo sus ideas pudiera asemejarse a tirarle una pelota. Puede<br />

echársela con suavidad para que él la recoja fácilmente, o puede arrojársela con<br />

tanta fuerza que le haga daño. Es mucho mejor que ambos cónyuges eviten<br />

lanzarse acusaciones y traten de hablarse de manera bondadosa y amable.<br />

(Mateo 7:12; Colosenses 4:6; 1 Pedro 3:3, 4.)<br />

*** w00 1/12 pág. 22 Cómo hacer amigos ***<br />

El auténtico amigo es indulgente con los defectos de poca monta. Ocurre igual que<br />

con las frambuesas: aunque a algunos no les gustan por sus semillitas, los<br />

amantes de esta fruta ni siquiera las notan. Así mismo, al amigo legítimo se le<br />

quiere por sus virtudes y se le pasan por alto las faltas leves.


*** yp2 cap. 25 pág. 211 ¿Puedo ser feliz viviendo con solo uno de mis<br />

padres? ***<br />

Para comprender mejor cómo funciona una familia, la podríamos comparar a<br />

un bote de remos. Lo mejor sería contar con un equipo completo de remeros.<br />

Pues bien, cuando falta uno de los padres, es como si faltara uno de los remeros,<br />

así que el resto del equipo tiene que esforzarse más. ¿Significa esto que la familia<br />

va a fracasar? Claro que no. Si todos hacen su parte y cooperan, lograrán seguir<br />

adelante y llegar a su destino.<br />

*** yp2 cap. 25 págs. 210-211 ¿Puedo ser feliz viviendo con solo uno de mis<br />

padres? ***<br />

[Ilustración de las páginas 210 y 211]<br />

Una familia sin uno de los padres es como un bote de remos sin uno de los<br />

remeros. Todos tendrán que esforzarse más, pero si cooperan, llegarán a su<br />

destino<br />

*** yp2 cap. 35 pág. 294 ¿Cómo puedo hacerme amigo de Dios? ***<br />

Vamos a hacer un experimento: Busca un balde y coloca dentro varias piedras<br />

grandes. Después vierte arena hasta el tope. ¿Qué tenemos? Fácil: un balde lleno<br />

de piedras y arena.<br />

Ahora saca la arena y las piedras, y repite la operación, pero al revés. ¿Qué<br />

ocurre? No caben las piedras, ¿verdad? Eso es porque esta vez metiste primero la<br />

arena.<br />

¿La moraleja? Si lo que pones primero en tu vida son las cosas pequeñas —<br />

como las diversiones—, no tendrás espacio para las grandes, es decir, los asuntos<br />

espirituales. Con razón la Biblia pide a los cristianos que “se aseguren de las<br />

cosas más importantes” (Filipenses 1:10). Si haces caso de este consejo, verás<br />

que tienes tiempo para las cosas espirituales y también para divertirte de vez en<br />

cuando. Recuerda: la clave está en poner primero las cosas grandes.<br />

*** w11 1/3 págs. 8-9 ¿Qué es “el fin”? ***<br />

Para entenderlo, imaginémonos la siguiente escena. El dueño de una hermosa<br />

propiedad ha permitido que varias familias vivan en ella sin tener que pagar nada.<br />

Algunos de los inquilinos son gente tranquila, se llevan bien con sus vecinos y<br />

mantienen la propiedad en buen estado. Sin embargo, hay otros que no hacen<br />

más que causar problemas. Tratan mal a los buenos inquilinos, causan daños al<br />

edificio y no respetan las advertencias del dueño.<br />

¿Qué debería hacer este hombre? ¿Demoler el edificio? Eso no tendría<br />

ningún sentido. Lo más sensato sería echar a los malos inquilinos y reparar los<br />

daños.


Pues bien, Jehová hará algo similar con la Tierra. En su Palabra promete: “Los<br />

malhechores mismos serán cortados, pero los que esperan en Jehová son los que<br />

poseerán la tierra. Y solo un poco más de tiempo, y el inicuo ya no será; y<br />

ciertamente darás atención a su lugar, y él no será. Pero los mansos mismos<br />

poseerán la tierra, y verdaderamente hallarán su deleite exquisito en la<br />

abundancia de paz” (Salmo 37:9-11).<br />

*** w94 15/10 pág. 32 ‘No se apesadumbren como los demás’ ***<br />

‘No se apesadumbren como los demás’<br />

¿HA OBSERVADO alguna vez una flor doblegada después de sobrevivir a<br />

una tormenta? En cierto modo es una escena conmovedora, pues es posible que<br />

el aguacero haya hecho correr a buscar abrigo a muchos animales y personas,<br />

creaciones mucho más fuertes que una flor. No obstante, la flor se mantuvo en su<br />

sitio, arraigada, encarando la furia del vendaval. Ahora aquí está, intacta,<br />

doblegada, pero entera, haciendo gala de una fuerza que contrasta con su<br />

delicada apariencia. Es posible que se pregunte admirado si recobrará el vigor y<br />

levantará de nuevo su hermosa cabeza hacia el cielo.<br />

El caso de la gente es muy parecido. En estos tiempos problemáticos nos<br />

enfrentamos a todo tipo de tormentas. Las dificultades económicas, la depresión,<br />

la mala salud y la pérdida de seres queridos se cuentan entre las tempestades que<br />

todos afrontamos tarde o temprano, y a veces no podemos evitarlas, tal como la<br />

flor no puede desarraigarse para buscar cobijo. Es conmovedor observar a<br />

personas aparentemente frágiles evidenciar una fuerza sorprendente y aguantar<br />

tales embestidas. ¿Cómo lo hacen? La clave suele ser la fe. Santiago, el medio<br />

hermano de Jesucristo, escribió: “Ya saben que cuando su fe es puesta a prueba,<br />

ustedes aprenden a soportar con fortaleza el sufrimiento”. (Santiago 1:3, Versión<br />

Popular.)<br />

Otra clave es la esperanza. Por ejemplo, cuando la muerte azota a un ser<br />

querido, la esperanza puede hacer la situación muy diferente para los<br />

supervivientes. El apóstol Pablo escribió a los cristianos de Tesalónica:<br />

“No queremos que estén en ignorancia respecto a los que están durmiendo en la<br />

muerte; para que no se apesadumbren ustedes como lo hacen también los demás<br />

que no tienen esperanza”. (1 Tesalonicenses 4:13.) Aunque a los cristianos les<br />

aflige la muerte, existe una diferencia. Tienen conocimiento exacto de la condición<br />

de los muertos y de la esperanza de la resurrección. (Juan 5:28, 29; Hechos<br />

24:15.)<br />

Este conocimiento les da esperanza, y esa esperanza mitiga gradualmente su<br />

aflicción. Los ayuda, entre otras cosas, a aguantar. Con el tiempo, pueden levantar<br />

la cabeza de la aflicción, como la flor después de la tormenta, y volver a hallar<br />

gozo y satisfacción en la vida.


*** yp2 cap. 19 págs. 160-161 ¿Cómo debo administrar mi dinero? ***<br />

¿Y no se solucionarían tus problemas ganando más dinero? ¡Pues claro que<br />

no! Imagínate que fueras manejando un automóvil con los ojos vendados. ¿Qué<br />

harías para controlarlo y no estrellarte? ¿Verdad que la solución no sería ponerle<br />

más gasolina? De la misma manera, si quieres controlar tus gastos, la solución<br />

no está en ganar más dinero.<br />

*** yp2 cap. 19 pág. 160 ¿Cómo debo administrar mi dinero? ***<br />

[Ilustración de la página 160]<br />

Gastar dinero sin control es como conducir con los ojos vendados<br />

*** w97 15/1 pág. 23 párr. 4 Ayudemos al prójimo a aprender los requisitos de<br />

Dios ***<br />

4 ¿Es una carga predicar las buenas nuevas? En absoluto. A modo de<br />

ilustración: El padre tiene la obligación de mantener a su familia en sentido<br />

material. No hacerlo equivaldría a rechazar la fe cristiana, pues el apóstol Pablo<br />

escribió: “Ciertamente si alguno no provee para los que son suyos, y<br />

especialmente para los que son miembros de su casa, ha repudiado la fe y es<br />

peor que una persona sin fe”. (1 Timoteo 5:8.) ¿Supone esta obligación una carga<br />

para el cristiano? No si ama a su familia, pues en ese caso quiere mantenerla.<br />

*** w06 1/10 pág. 32 Cómo se orientaban en la inmensidad del océano ***<br />

Cómo se orientaban en la inmensidad del océano<br />

EL ARCHIPIÉLAGO de las Marshall comprende más de mil doscientas islas e<br />

islotes, que en su mayoría se elevan tan solo unos pocos metros sobre el nivel del<br />

mar. Por tal razón, desde los barcos no se divisan más que a corta distancia. Sin<br />

embargo, los antiguos marineros de la región eran capaces de navegar de una<br />

islita a otra en sus canoas provistas de batangas. ¿Cómo lograban orientarse en el<br />

océano Pacífico a través de 2.000.000 de kilómetros cuadrados? Valiéndose de<br />

unas “cartas marítimas” muy simples y efectivas.<br />

La experiencia enseñó a los navegantes de las Marshall que la presencia de<br />

tierra crea ciertos patrones de oleaje, los cuales permiten detectar la ubicación de<br />

una isla hasta a 30 kilómetros de distancia. Tenían que aprenderse decenas de<br />

patrones, y los citados mapas les servían de ayudas para la memoria. Como<br />

observamos en la ilustración, los mapas estaban hechos con tiras de raíces de<br />

pándano y nervios de hojas de cocotero. El armazón representaba los patrones de<br />

olas, y las conchas marinas que llevaba atadas, la posición de las islas.<br />

Por años, este sistema de navegación fue un secreto que solo conocían unos<br />

cuantos elegidos. ¿Cómo llegaba el aprendiz a dominar el uso de estas cartas


marítimas? Solo con la práctica y con la ayuda de un hábil navegante, que le<br />

enseñaba en privado, a menudo durante los viajes a islas cercanas. Al ir<br />

distinguiendo los diversos patrones de oleaje, el joven adquiría confianza en el<br />

mapa de palos, y con el tiempo podía orientarse por su cuenta en mar abierto.<br />

De igual modo, la Palabra de Dios, la Biblia, nos guía en el viaje de la vida.<br />

Al principio, alguien tal vez nos ayude a comprender las doctrinas básicas de las<br />

Escrituras. Luego, al seguir estudiándolas y aplicando sus principios, aprendemos<br />

a confiar en lo que dicen. Josué, caudillo de Israel, recibió la siguiente orden:<br />

“Tienes que leer [la Palabra de Dios] a fin de que cuides de hacer conforme a todo<br />

lo que está escrito” en ella. Dios le garantizó que si obraba así, vería cumplirse<br />

esta promesa: “Entonces tendrás éxito en tu camino y entonces actuarás<br />

sabiamente” (Josué 1:8). En efecto, la Biblia puede ayudarnos a trazar en la vida<br />

un curso seguro que nos conduzca al éxito.<br />

*** w98 1/10 pág. 32 Postes indicadores en la carretera de la vida ***<br />

Postes indicadores en la carretera de la vida<br />

SI SE desplazara por una carretera o un sendero que no conoce,<br />

¿consideraría que los postes indicadores son obstáculos? ¡Claro que no!<br />

Seguramente los vería como una ayuda para no desviarse de la ruta que le<br />

conduce a su destino.<br />

¿Qué puede decirse de la carretera de la vida? ¿Es posible recorrerla con<br />

éxito sin postes indicadores? Un profeta de Dios de la antigüedad reconoció las<br />

limitaciones que la humanidad tiene al respecto. Dijo: “Ya lo sé, Señor, que el<br />

hombre no es dueño de sus caminos, que nadie puede establecer su propio curso”<br />

(Jeremías 10:23, Biblia del Peregrino).<br />

Entonces, ¿dónde puede encontrarse la dirección necesaria? La fuente segura<br />

de tal guía es el Creador del hombre, y la señalización figurada está en la Biblia.<br />

Mediante su Palabra, Jehová dice: “Tus propios oídos oirán una palabra detrás de<br />

ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que ustedes se fueran a<br />

la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda” (Isaías 30:21).<br />

En efecto, la Palabra de Dios nos da indicaciones fiables para todo aspecto de<br />

la vida (Isaías 48:17; 2 Timoteo 3:16, 17). Lamentablemente, la mayor parte de la<br />

humanidad transita por la vida sin prestar atención a las instrucciones divinas<br />

(Mateo 7:13). Pero los postes indicadores continúan en su lugar. ¿Les hará caso<br />

usted mientras circula por la carretera de la vida?<br />

*** w10 15/5 pág. 6 Honremos a las personas mayores ***<br />

EN LAS costas de California se encuentra uno de los árboles más<br />

fotografiados del mundo: el Ciprés Solitario. Dicen que tiene más de 250 años.<br />

Este resistente y hermoso ejemplar ha sido el blanco de muchas atenciones, entre<br />

ellas la colocación de cables de apoyo y de un muro de piedra en la base.


El Ciprés Solitario tal vez nos recuerde a los cristianos de edad avanzada que<br />

tenemos en el pueblo de Dios, quienes se caracterizan por su extraordinaria<br />

perseverancia, particularmente en la predicación. El profeta Joel predijo que<br />

habría “viejos” que declararían públicamente el mensaje de la Biblia (Joel 2:28-32;<br />

Hech. 2:16-21). Y así ha sido. Baste con señalar el gran número de horas que<br />

dedican estos celosos proclamadores a difundir las “buenas nuevas del reino”<br />

(Mat. 24:14). Algunos han soportado por años persecución y otras dificultades.<br />

Si la resistencia de un simple ciprés basta para que reciba alabanzas y se lo cuide<br />

reforzándolo con piedras y cables, ¡con cuánta más razón la fidelidad de nuestros<br />

hermanos mayores justifica que les demos reconocimiento y respeto, y los<br />

tratemos con dignidad!<br />

*** w10 15/5 pág. 7 Honremos a las personas mayores ***<br />

Y esta obligación es aún mayor en el caso de quienes tienen padres o abuelos<br />

de edad avanzada. Si la gente se plantea cómo preservar el buen estado del<br />

Ciprés Solitario, ¿no deberíamos nosotros plantearnos cómo preservar la dignidad<br />

de nuestros padres y abuelos? Lo podríamos hacer, por ejemplo, escuchando su<br />

opinión y no insistiendo en que las cosas se hagan a nuestra manera, sin tener en<br />

cuenta sus preferencias (Pro. 23:22; 1 Tim. 5:4).<br />

*** w10 15/5 pág. 7 Honremos a las personas mayores ***<br />

[<strong>Ilustraciones</strong> de la página 7]<br />

Tal como el Ciprés Solitario necesita apoyo, los mayores necesitan que los traten<br />

con respeto y dignidad<br />

[Reconocimiento]<br />

American Spirit Images/age fotostock<br />

*** w07 15/2 pág. 28 Por qué evitar los extremos ***<br />

Sin embargo, el pecado los marcó con un “defecto” —la imperfección— que<br />

les hizo perder ese equilibrio (Deuteronomio 32:5).<br />

Piense en la siguiente comparación. ¿Alguna vez ha ido en un automóvil o en<br />

una bicicleta que tuviera un abultamiento grande en una rueda? Sin duda, esa<br />

deformidad haría que el viaje fuera bastante incómodo, o hasta peligroso. Una<br />

rueda en ese estado necesita repararse antes de que se abulte aún más o acabe<br />

desinflándose. Del mismo modo, nuestra personalidad imperfecta tiende a las<br />

irregularidades. Si permitimos que esos “abultamientos” crezcan, nuestro viaje por<br />

la vida puede tornarse muy incómodo, incluso peligroso.


*** w08 15/3 pág. 27 párr. 9 ¿Vemos a los demás como los ve Jehová? ***<br />

Pongamos una comparación. Pensemos en una casa que está en muy mal<br />

estado: las canaletas de desagüe se están cayendo, las ventanas están rotas y el<br />

techo tiene filtraciones de agua. La mayoría de la gente se fija en el aspecto<br />

deplorable que presenta la casa y cree que lo mejor es derrumbarla. Pero<br />

entonces llega una persona con un criterio muy distinto. Esta ve más allá de lo<br />

superficial y se da cuenta de que la estructura es sólida, por lo que es posible<br />

restaurar la casa. Decide comprarla y con esfuerzo logra reparar los desperfectos<br />

superficiales y mejorar su apariencia. Ahora la gente que pasa frente a ella<br />

comenta lo preciosa que es. ¿Podemos ser como esta persona que se esforzó por<br />

restaurar la casa? En vez de fijarnos en los defectos superficiales de nuestros<br />

hermanos, ¿podemos ver sus buenas cualidades y su potencial de crecimiento<br />

espiritual? En tal caso llegaremos a amarlos por su belleza espiritual, tal como lo<br />

hace Jehová (léase Hebreos 6:10).<br />

*** g02 22/11 pág. 13 ¿Es en realidad tan fuerte la presión de grupo? ***<br />

Imagínate por un momento que estás nadando en la playa. Mientras estás<br />

entretenido nadando y jugando con las olas, otras fuerzas poderosas están<br />

actuando inadvertidamente. Las olas te empujan hacia la costa, pero también hay<br />

corrientes bajo la superficie que poco a poco te desplazan hacia un lado. Cuando<br />

por fin miras hacia la costa, ya no ves ni a tu familia ni a tus amigos. Ni por un<br />

instante te diste cuenta de lo lejos que la corriente te había llevado. De igual<br />

modo, mientras realizamos nuestras actividades diarias, nuestros pensamientos y<br />

sentimientos están sometidos a continuas influencias. Y antes de que nos demos<br />

cuenta, estas influencias nos pueden alejar de las normas a las que siempre<br />

pensamos que nos ceñiríamos.<br />

*** w08 15/12 pág. 7 párrs. 1-2 ¿Será usted íntegro pase lo que pase? ***<br />

IMAGÍNESE que está mirando los planos de su futura casa. El diseño es<br />

práctico y funcional, y usted comienza a pensar en lo bien que vivirá allí su familia.<br />

Pero ¿qué debe hacer para que su sueño se haga realidad? Como es lógico, lo<br />

que tiene que hacer es construir la casa, mudarse a ella y conservarla en buen<br />

estado.<br />

2 Lo mismo sucede con la integridad. Todos sabemos que la integridad es muy<br />

importante y que nos beneficia a nosotros y a nuestras familias. Pero no basta con<br />

que tengamos el deseo de ser íntegros y leales a Dios; debemos esforzarnos por<br />

hacer realidad ese deseo. Construir una casa suele requerir mucho esfuerzo y<br />

dinero (Luc. 14:28, 29). Así mismo, construir una vida de integridad exige tiempo y<br />

esfuerzo, pero el resultado bien vale la pena.


*** cf cap. 6 pág. 65 párr. 24 “Aprendió la obediencia” ***<br />

Si comparáramos la integridad a una mansión hecha con ladrillos de calidad,<br />

cada acto de obediencia equivaldría a uno de ellos. Por sí solo, un ladrillo tal vez<br />

parezca insignificante, pero ocupa su lugar y tiene su importancia. Y cuando<br />

unimos uno tras otro, construimos algo de mucho más valor. Con nuestros actos<br />

de obediencia sucede igual: a medida que se acumulan día a día y año tras año,<br />

vamos construyendo la espléndida morada de nuestra integridad.<br />

*** w09 15/8 pág. 19 párr. 5 “Manténganse en el amor de Dios” ***<br />

Pongamos un ejemplo: ¿le pediría a uno de sus mejores amigos que cargara<br />

un objeto si supiera que es demasiado pesado para él? ¡Claro que no! Lo mismo<br />

ocurre con Jehová. Él es sumamente bondadoso y conoce mejor que nadie<br />

nuestras limitaciones. La Biblia nos asegura que “se acuerda de que somos polvo”<br />

(Sal. 103:14). Él nunca nos pediría algo que fuera demasiado difícil para nosotros.<br />

Así que no tiene por qué molestarnos la idea de obedecer sus mandamientos.<br />

*** lv cap. 1 págs. 11-12 párr. 14 “Lo que el amor de Dios significa” ***<br />

Pongamos una comparación. Imagínese que uno de sus mejores amigos le<br />

pide a usted que le ayude a mudarse de casa. Hay que mover muchas cajas,<br />

algunas relativamente ligeras y otras tan pesadas que solo pueden llevarse entre<br />

dos personas. Su amigo le dice cuáles quiere que cargue. No le va a pedir que<br />

levante las cajas pesadas usted solo, pues no desea que se lastime cargando un<br />

peso superior a sus fuerzas. Lo mismo ocurre con nuestro amoroso Dios.<br />

Él no nos pide imposibles (Deuteronomio 30:11-14). Nunca nos manda cargar con<br />

un peso excesivo. Jehová comprende hasta dónde podemos llegar, pues “conoce<br />

bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo” (Salmo 103:14).<br />

*** w04 15/12 pág. 17 párrs. 1-2 ¿Aceptamos la ayuda de Jehová? ***<br />

IMAGINÉMONOS caminando por un sendero de montaña. No estamos solos,<br />

pues vamos con el mejor guía disponible, quien se ofreció a acompañarnos.<br />

Aunque nos supera por mucho en experiencia y energía, marcha pacientemente a<br />

nuestro lado. Preocupado por nuestra seguridad, pues ya hemos dado algún<br />

tropiezo, alarga la mano para facilitarnos el paso por un tramo peligroso.<br />

¿Rechazaríamos su ayuda? Claro que no; no queremos sufrir ningún accidente.<br />

2 La senda que tenemos que recorrer los cristianos también es difícil. ¿Hemos<br />

de transitar solos por ese angosto sendero? (Mateo 7:14.) No. La Biblia dice que el<br />

Guía Supremo, Jehová Dios, nos permite andar con él (Génesis 5:24; 6:9).<br />

¿Auxilia Jehová a sus siervos en el camino? Él responde: “Yo, Jehová tu Dios,<br />

tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice: ‘No tengas miedo. Yo mismo<br />

ciertamente te ayudaré’” (Isaías 41:13). Igual que el guía del ejemplo, brinda su


apoyo y amistad a quienes desean caminar con él. De seguro, ninguno de<br />

nosotros querrá rechazar su ayuda.<br />

*** w03 1/9 pág. 11 párr. 16 Confiemos plenamente en Jehová ***<br />

¿Significa esto, sin embargo, que él sea el causante de la futilidad y el<br />

sufrimiento que nos afligen a todos hoy? Pues bien, piense en un juez que dicta<br />

una sentencia justa contra un delincuente. Este quizá sufra mucho mientras<br />

cumple su condena, pero ¿podría con razón culpar al juez de ser la causa de sus<br />

desgracias? ¡De ningún modo!<br />

*** w07 1/9 págs. 4-5 Escrito “para nuestra instrucción” ***<br />

La razón es que por toda la Biblia se nos revelan diversos aspectos de la<br />

personalidad de Dios. Por ejemplo, el libro de Génesis lo presenta como el<br />

“Productor de cielo y tierra” y “el Juez de toda la tierra”, y también dice que en<br />

cierta ocasión “se sintió herido en el corazón” (Génesis 6:6; 14:22; 18:25). ¿Cómo<br />

pueden aludir al mismo Dios expresiones tan distintas?<br />

Podemos ilustrarlo con un juez: quienes han comparecido ante él quizás lo<br />

conozcan como una persona firme que hace cumplir la ley. Sus hijos, por su parte,<br />

tal vez lo vean como un padre cariñoso y generoso. Por otro lado, es posible que<br />

sus amigos íntimos lo consideren un hombre accesible y con buen sentido del<br />

humor. El juez, el padre y el amigo son la misma persona, pero en cada<br />

circunstancia sale a la luz un aspecto diferente de su personalidad.<br />

Del mismo modo, las Escrituras Hebreas describen a Jehová como “un Dios<br />

misericordioso y benévolo, tardo para la cólera y abundante en bondad amorosa y<br />

verdad”, pero también nos enseñan que “de ninguna manera dará exención de<br />

castigo” (Éxodo 34:6, 7). Ambas facetas de su personalidad reflejan el significado<br />

del nombre de Dios, Jehová. Dicho nombre literalmente quiere decir “Él Hace que<br />

Llegue a Ser”, lo cual indica que Dios llega a ser todo lo que haga falta para<br />

cumplir sus promesas (Éxodo 3:13-15). Sin embargo, sigue siendo el mismo Dios.<br />

Y así lo reconoció Jesús al decir: “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová”<br />

(Marcos 12:29).<br />

*** lv cap. 14 pág. 160 párrs. 1-2 Honrados en todas las cosas ***<br />

UN NIÑO sale de la tienda con su madre. De pronto, se detiene con cara de<br />

susto. ¿Qué le ocurre? Sin darse cuenta, se ha llevado un juguete. Pensaba<br />

pedirle a su mamá que lo comprara, pero se olvidó. Desconsolado, se echa a<br />

llorar. La madre lo tranquiliza y regresa con él a la tienda. ¡Qué feliz y orgullosa se<br />

siente al verlo devolver el juguete y disculparse!<br />

2 Ver que sus hijos aprenden a ser honrados es una gran alegría para<br />

cualquier padre. Y más aún para nuestro Padre celestial, porque él es “el Dios de


la verdad” (Salmo 31:5). A Jehová le complace observar que, como parte de<br />

nuestro crecimiento espiritual, nos esforzamos por ser personas íntegras.<br />

*** cf cap. 6 pág. 56 párrs. 1-2 “Aprendió la obediencia” ***<br />

EL PADRE contempla desde la ventana a su hijito que juega en el jardín con<br />

unos amigos. De repente, la pelota sale rebotando hacia la calle, mientras el niño<br />

la sigue ansioso con la mirada. “Corre y búscala”, insiste uno de sus amigos, pero<br />

él, meneando la cabeza, responde: “No me dejan”. El padre se sonríe complacido.<br />

2 ¿A qué se debe la satisfacción del padre? A que es él quien le ha dicho a su<br />

hijo que nunca se lance solo a la calle. El hecho de que el niño haga caso —aun<br />

sin saber que el padre lo está mirando— indica que está aprendiendo a ser<br />

obediente, y, por tal razón, corre menos peligro. Algo parecido siente nuestro<br />

Padre celestial, Jehová. Él sabe que para permanecer fieles y ver el espléndido<br />

porvenir que nos espera, debemos aprender a confiar en él y hacer lo que nos<br />

manda (Proverbios 3:5, 6). Por eso nos envió al mejor de los maestros.<br />

*** w07 1/2 págs. 17-18 párrs. 3-5 Jehová aprecia lo que hacemos ***<br />

Por la imperfección, a lo mejor nos parece que los actos de devoción piadosa<br />

que realizamos son insignificantes y no merecen que Jehová los bendiga. Sin<br />

embargo, él entiende perfectamente nuestros motivos y circunstancias, y por esta<br />

razón valora mucho el servicio que le rendimos con toda el alma (Mateo 22:37).<br />

Pongamos una comparación. Una madre encuentra sobre la mesa un regalo<br />

consistente en un collar de poco valor. Viéndolo como una baratija, podría tirarlo.<br />

Sin embargo, la tarjeta adjunta indica que es un regalo de su hijita, quien se ha<br />

gastado en él todos sus ahorros. Ahora la madre lo ve con otros ojos. Quizás se le<br />

salten las lágrimas, abrace a la pequeña y le manifieste su profunda gratitud.<br />

4 Puesto que Jehová comprende cabalmente nuestros motivos y limitaciones,<br />

valora el hecho de que le demos lo mejor de nosotros, sea poco o mucho. A este<br />

respecto, Jesús fue la viva imagen de su Padre. Recordemos el relato sobre la<br />

ofrenda de la viuda: “Al levantar [Jesús] la vista, vio a los ricos que echaban sus<br />

dádivas en las arcas de la tesorería. Entonces vio a cierta viuda necesitada echar<br />

allí dos monedas pequeñas de ínfimo valor, y dijo: ‘En verdad les digo: Esta viuda,<br />

aunque pobre, echó más que todos ellos. Porque todos estos echaron dádivas de<br />

lo que les sobra, mas esta echó, de su indigencia, todo el medio de vivir que<br />

tenía’” (Lucas 21:1-4).<br />

5 Jesús, quien conocía bien las circunstancias de aquella mujer —que era<br />

viuda y pobre—, comprendió el verdadero mérito de su ofrenda y por eso le<br />

atribuyó tanto valor. Lo mismo puede decirse de Jehová (Juan 14:9). ¿Verdad que<br />

es alentador saber que, sea cual sea nuestra situación, podemos ganarnos el<br />

favor de Dios y de su Hijo, quienes valoran lo que hacemos?


*** w05 1/12 pág. 12 Un testimonio de amor, fe y obediencia ***<br />

El hermano Barr ilustró el aspecto del amor. Una niña hornea un pastel para<br />

sus padres. Ellos seguramente se sentirán muy conmovidos. Sí, prescindiendo de<br />

cómo quede el pastel, lo que conmueve a los padres es el amor que su hija ha<br />

demostrado mediante este acto generoso. De igual manera, cuando Jehová ve<br />

esta nueva imprenta, ve más que el edificio y la maquinaria. Ante todo, ve una<br />

expresión de amor por su nombre (Hebreos 6:10).<br />

*** w11 15/5 pág. 21 párrs. 5-6 ¡Qué profunda es la sabiduría de Dios! ***<br />

Pongamos un ejemplo. Una persona desea viajar a cierta ciudad. Llegar allí es<br />

su meta o propósito. Es muy posible que seleccione el medio de transporte y la<br />

ruta entre diversas opciones. Sin embargo, durante el trayecto tal vez se vea<br />

obligado a tomar una vía alternativa por causa del mal tiempo, del tráfico o del<br />

cierre de carreteras. El asunto es que, sin importar los cambios de última hora,<br />

consigue su objetivo, pues llega a la localidad de destino.<br />

6 De igual modo, Jehová lleva a cabo su propósito eterno con notable<br />

flexibilidad. Sin dejar nunca de respetar la libertad de elección de sus criaturas<br />

inteligentes, realiza cualquier modificación que estima necesaria para lograr sus<br />

fines.<br />

*** bh cap. 11 págs. 110-112 párrs. 12-16 ¿Por qué permite Dios el<br />

sufrimiento? ***<br />

Pongamos una comparación. Un maestro está explicando a sus alumnos<br />

cómo resolver un difícil problema de matemáticas. De repente, un alumno<br />

inteligente pero rebelde afirma que la forma en que lo está resolviendo es<br />

incorrecta, y así da a entender que es un mal maestro. El muchacho insiste en que<br />

él conoce una forma mucho mejor de resolverlo. Algunos de sus compañeros de<br />

clase creen que tiene razón y se rebelan también. ¿Qué debería hacer el<br />

maestro? Podría echar de la clase a los estudiantes rebeldes, pero ¿cómo<br />

reaccionarían los demás? Tal vez pensarían que su compañero y los que se<br />

unieron a él tienen razón. Podrían perderle el respeto al maestro y pensar que<br />

tiene miedo de que se pruebe que está equivocado. Pero ahora suponga que el<br />

profesor permite que el estudiante rebelde demuestre a la clase cómo resolvería él<br />

el problema.<br />

13 Jehová ha hecho algo parecido. Recuerde que quienes se rebelaron en el<br />

jardín de Edén no eran los únicos implicados en la cuestión. Millones de ángeles<br />

observaron lo que ocurrió (Job 38:7; Daniel 7:10). La forma en que Jehová<br />

respondiera a la rebelión tendría importantes consecuencias para aquellos<br />

ángeles y, con el tiempo, para todas las demás criaturas inteligentes. Así pues,<br />

¿qué ha hecho Jehová? Ha permitido que Satanás demuestre cómo gobernaría él<br />

a la humanidad. Y también ha permitido que los seres humanos se gobiernen a sí<br />

mismos bajo la dirección de Satanás.


14 El maestro del que hablábamos sabe que el joven rebelde y los alumnos<br />

que lo apoyan no tienen razón. Pero también sabe que si deja que intenten<br />

resolver el problema a su manera, toda la clase se beneficiará. Así es, cuando se<br />

demuestre que los rebeldes están equivocados, los alumnos que sean sinceros<br />

reconocerán que el maestro es el único capacitado para dar la clase. Además,<br />

entenderán por qué a continuación este expulsa de la clase a los estudiantes<br />

rebeldes. Del mismo modo, Jehová sabe que todos los ángeles y humanos<br />

sinceros se beneficiarán cuando vean que Satanás y los demás ángeles rebeldes<br />

no tienen razón y que la humanidad no puede gobernarse a sí misma. Aprenderán<br />

esta gran verdad que expresó el profeta Jeremías: “Bien sé yo, oh Jehová, que al<br />

hombre terrestre no le pertenece su camino. No pertenece al hombre que está<br />

andando siquiera dirigir su paso” (Jeremías 10:23).<br />

¿POR QUÉ TANTO TIEMPO?<br />

15 Pero ¿por qué ha permitido Jehová que el sufrimiento dure tanto tiempo?<br />

¿Y por qué no evita que sucedan cosas malas? Pues bien, pensemos en dos<br />

cosas que el maestro antes mencionado no haría. Por un lado, no impediría que el<br />

alumno rebelde demostrara cuál es su solución, y por otro lado, no lo ayudaría a<br />

resolver el problema. De igual modo, hay dos cosas que Jehová ha decidido<br />

no hacer. En primer lugar, no ha impedido que el Diablo y los que están de su<br />

parte intenten demostrar que tienen razón. Para ello ha sido necesario dejar pasar<br />

el tiempo. En sus miles de años de historia, la humanidad ha probado todo tipo de<br />

gobierno y ha hecho avances en la ciencia y en otros campos. No obstante, las<br />

injusticias, la pobreza, los delitos y las guerras no han dejado de aumentar. Está<br />

más que demostrado que la gobernación humana es un fracaso.<br />

16 En segundo lugar, Jehová no ha ayudado a Satanás a gobernar este<br />

mundo. Si Dios evitara que ocurrieran crímenes horribles y otras desgracias, ¿no<br />

cree que en realidad estaría apoyando a los rebeldes? ¿Verdad que podríamos<br />

pensar que los seres humanos sí podemos gobernarnos sin que se produzcan<br />

resultados desastrosos? Si Jehová actuara de esa forma, sería cómplice de una<br />

mentira. Sin embargo, “es imposible que Dios mienta” (Hebreos 6:18).<br />

*** g 4/12 pág. 28 El valor de los elogios ***<br />

Jehová Dios no anda a la caza de nuestros errores; si así fuera, ninguno<br />

podría “estar de pie” delante de él (Salmo 130:3). Al contrario: es como el minero<br />

que remueve pacientemente montones de rocas en busca de piedras preciosas y,<br />

cuando encuentra una, se llena de felicidad. Claro, el valor de la piedra en bruto<br />

puede parecer insignificante; pero el minero sabe cuánto puede llegar a valer. Del<br />

mismo modo, cuando Dios ahonda en nuestro corazón, lo hace con el fin de<br />

buscar cualidades preciosas, no errores; y cuando las halla, se siente muy feliz.<br />

Él sabe que una vez talladas y pulidas pueden producir algo muy valioso: un fiel y<br />

devoto siervo suyo.


*** w12 1/1 pág. 18 “Yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra” ***<br />

“DAME la mano”, le dice un padre a su hijo pequeño antes de cruzar una calle<br />

muy transitada. Con la fuerte mano de su papá rodeando sus deditos, el niño se<br />

siente seguro y confiado. ¿Ha deseado usted alguna vez que alguien le llevara de<br />

la mano a través de las incertidumbres de la vida? En ese caso, las palabras del<br />

profeta Isaías pueden servirle de consuelo (lea Isaías 41:10, 13).<br />

Isaías las dirigió a la nación de Israel. Aunque los israelitas eran la “propiedad<br />

especial” de Dios, estaban rodeados de enemigos (Éxodo 19:5). ¿Debían tener<br />

miedo? Jehová utilizó a Isaías para hacerles llegar un mensaje tranquilizador.<br />

Mientras examinamos sus palabras, tengamos presente que también son<br />

aplicables a los siervos de Dios de hoy día (Romanos 15:4).<br />

“No tengas miedo”, dice Jehová a lsrael (versículo 10). Y no hablaba por<br />

hablar, pues enseguida indica la razón: “Porque estoy contigo”. Dios no es alguien<br />

que esté lejos de sus siervos y que prometa llegar a tiempo para ayudarlos tan<br />

solo en momentos de angustia. Él desea que sepan que está junto a ellos, como si<br />

caminara a su lado, siempre listo para sostenerlos. ¿Verdad que esa idea es muy<br />

consoladora?<br />

Además, Jehová tranquiliza a todo el que lo adora al decirle: “No mires por<br />

todos lados” (versículo 10). El verbo hebreo que aquí se utiliza se refiere a quienes<br />

“miran en todas direcciones para ver si hay algo que pueda hacerles daño”.<br />

Jehová revela a su pueblo por qué no tiene que sentir temor: “Porque soy tu Dios”.<br />

¿Qué podría inspirar más seguridad que eso? Jehová es el Altísimo, el<br />

Todopoderoso (Salmo 91:1). Teniendo al omnipotente Jehová como Dios, no hay<br />

razón para sentir miedo.<br />

Entonces, ¿qué pueden esperar de Jehová sus siervos? Él promete: “Te<br />

mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia” (versículo 10). Y añade:<br />

“Yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra” (versículo 13). ¿En qué piensa<br />

usted cuando oye estas palabras? Una obra de consulta explica: “Juntos, estos<br />

dos versículos transmiten una vívida imagen de un padre con su hijo. [...] [El<br />

padre] no se conforma con vigilar de lejos al hijo para defenderlo, sino que se<br />

queda físicamente a su lado, sin permitir que nada lo separe de él”. Piense en<br />

esto: Jehová nunca se separará de sus siervos, y mucho menos en los momentos<br />

angustiosos (Hebreos 13:5, 6).<br />

*** cl cap. 24 págs. 245-246 párr. 13 Nada puede “separarnos del amor de<br />

Dios” ***<br />

13 Al igual que los buscadores de oro tiran la gravilla inútil y se quedan con las<br />

valiosas pepitas, cuando Dios somete a un cernido lo que hay en nuestro corazón,<br />

desecha esos errores y guarda nuestras virtudes y buenas obras. ¿Hemos notado<br />

que algunos padres conservan con cariño los dibujos o los trabajos escolares de<br />

sus hijos, a veces años después de que estos los han olvidado? Pues no hay


padre más amoroso que Jehová. Mientras le seamos fieles, nunca olvidará<br />

nuestras buenas acciones y cualidades. De hecho, considera que si lo hiciera,<br />

obraría con injusticia, algo imposible para él (Hebreos 6:10).<br />

*** cl cap. 24 pág. 246 párr. 14 Nada puede “separarnos del amor de Dios” ***<br />

14 Jehová ve más allá de nuestras imperfecciones y conoce nuestro potencial.<br />

Para ilustrarlo: los amantes del arte no escatiman recursos a la hora de restaurar<br />

pinturas y otras obras que se encuentran muy deterioradas. Por ejemplo, la<br />

National Gallery de Londres exhibía un dibujo de Leonardo da Vinci valorado en<br />

unos 30.000.000 de dólares. Cuando un atacante armado con una escopeta<br />

disparó contra aquella obra maestra de casi cinco siglos de antigüedad, nadie<br />

recomendó tirarla porque hubiera sufrido desperfectos. Por el contrario, se<br />

iniciaron las labores de restauración de inmediato. ¿La razón? Para los amantes<br />

del arte era valiosísima. Pues bien, ¿no valemos cada uno de nosotros más que<br />

un dibujo de tiza y carboncillo? Efectivamente, así es a los ojos de Dios, sin<br />

importar los daños que nos haya causado la imperfección heredada (Salmo 72:12-<br />

14). Nuestro hábil Creador hará cuanto sea preciso para que los que respondan a<br />

su amoroso cuidado disfruten de la perfección que él restituirá a la humanidad<br />

(Hechos 3:21; Romanos 8:20-22).<br />

*** w90 15/2 pág. 22 ¿Se beneficiará usted de la bondad inmerecida? ***<br />

Considere lo que sigue. Los que aman las obras de arte hacen cuanto pueden<br />

por restaurar pinturas u otras obras de arte que hayan recibido mucho daño. Por<br />

ejemplo, cuando en la Galería Nacional de Londres, Inglaterra, alguien causó daño<br />

con una escopeta a un dibujo por Leonardo da Vinci, valorado en 20.000.000 de<br />

libras esterlinas (aproximadamente $32.000.000 [E.U.A.]), nadie sugirió que se<br />

desechara aquel dibujo ahora dañado. Inmediatamente empezó la restauración de<br />

aquella obra maestra de 487 años de antigüedad. ¿Por qué? Porque para los<br />

amantes del arte era preciosa.<br />

¿No vale usted más que un dibujo de tiza y carbón? A los ojos de Dios usted<br />

ciertamente vale más... sin importar cuánto daño le haya causado el pecado que<br />

todos hemos heredado. (Salmo 72:12-14; Mateo 20:28.) Jehová Dios, el habilidoso<br />

Creador original de la familia humana, hará lo que sea necesario para restaurar a<br />

la perfección a los humanos que estén dispuestos a responder a su cuidado<br />

amoroso. (Compárese con Hechos 3:21; Romanos 8:20-22.)<br />

*** w07 15/9 pág. 6 Por qué sigue existiendo la maldad ***<br />

La necesidad de dejar pasar tiempo para resolver algunos asuntos se puede<br />

ilustrar de la siguiente manera: un hombre afirma ser más fuerte que otro. ¿Cómo<br />

se sabrá si tiene la razón? De un modo muy sencillo y rápido: los dos pueden<br />

medir sus fuerzas en una prueba de levantamiento de peso. Por ejemplo, quien<br />

levante la piedra más pesada será el más fuerte. Pero ¿y si lo que está en juego


son otras cuestiones, como cuál de los dos quiere de verdad a sus hijos y es<br />

correspondido por ellos, o cuál es mejor padre? En este caso hace falta algo más<br />

que fuerza física o simples palabras. A fin de resolver la cuestión, hay que dejar<br />

pasar suficiente tiempo, observar con cuidado a cada una de las partes e ir<br />

sacando conclusiones.<br />

*** kl cap. 8 págs. 75-76 párrs. 14-15 ¿Por qué permite Dios el sufrimiento?<br />

***<br />

14 Para ilustrarlo, digamos que usted es el entregado padre de varios hijos y<br />

que toda su familia vive feliz. Supóngase que uno de sus vecinos difunde mentiras<br />

que le acusan de ser un mal padre; que llega incluso a decir que sus hijos no lo<br />

aman, que se quedan a su lado solamente porque no conocen nada mejor, y que<br />

se marcharían si alguien les ofreciese la oportunidad. “¡Eso es ridículo!”, diría<br />

usted. Sí, pero ¿cómo lo demostraría? Algunos padres se pondrían furiosos.<br />

No obstante, tal reacción violenta, además de crear otros problemas, respaldaría<br />

las mentiras. Una buena manera de ocuparse del problema sería dando la<br />

oportunidad a su acusador de probar su alegación y permitiendo a sus hijos<br />

atestiguar que lo aman de corazón.<br />

15 Jehová es como el entregado padre de la ilustración. Adán y Eva pueden<br />

compararse a los hijos, y Satanás encaja muy bien con el vecino mentiroso.<br />

Prudentemente, Dios no acabó de inmediato con Satanás, Adán y Eva, sino que<br />

los dejó con vida por un tiempo. De este modo, nuestros primeros padres tendrían<br />

la oportunidad de dar comienzo a la familia humana, y el Diablo, de demostrar la<br />

veracidad de sus acusaciones. No obstante, desde el mismo principio Dios sabía<br />

que algunas personas serían leales a él y probarían así que Satanás es un<br />

mentiroso. Estamos muy agradecidos de que Jehová haya seguido bendiciendo y<br />

ayudando a los que le aman. (2 Crónicas 16:9; Proverbios 15:3.)<br />

*** rs pág. 196 párr. 1 Iniquidad ***<br />

Ilustración: Si delante de la entera comunidad alguien levantara la acusación<br />

de que usted estuviera abusando de su posición como cabeza de su familia, que a<br />

sus hijos les iría mejor si tomaran sus propias decisiones sin depender de usted, y<br />

que todos ellos le obedecen, no por amor, sino por los beneficios materiales que<br />

usted les ha provisto, ¿cuál sería el mejor modo de resolver el asunto? ¿Pondría<br />

fin a las acusaciones en la mente de la gente de la comunidad el que usted matara<br />

a tiros al que estuviera levantando la falsa acusación? Más bien, ¡qué respuesta<br />

excelente sería el que usted diera a sus hijos la oportunidad de ser sus testigos<br />

para mostrar que usted es un cabeza de familia justo y amoroso, y que ellos viven<br />

con usted porque lo aman! Si algunos de sus hijos creyeran a su adversario, se<br />

fueran de la casa y arruinaran su vida al adoptar otros estilos de vida, esto solo<br />

serviría para que observadores sinceros se dieran cuenta de que a los hijos les<br />

hubiera ido mejor si hubieran prestado atención a la guía suya.


*** w11 1/1 pág. 14 ¿Sabía Dios que Adán y Eva iban a pecar? ***<br />

Su caso es parecido a lo que nosotros podemos hacer cuando estamos viendo<br />

un encuentro deportivo que alguien nos ha grabado. Si lo deseamos, podemos ir<br />

directamente a los últimos minutos para enterarnos del resultado final. Pero<br />

no tenemos por qué hacer eso, ¿verdad? Al fin y al cabo, lo más probable es que<br />

queramos ver el partido desde el principio. Pues bien, de un modo similar, el<br />

Creador decidió no averiguar por anticipado qué terminarían haciendo Adán y Eva.<br />

En lugar de eso, prefirió esperar y ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.<br />

*** cf cap. 13 pág. 131 párr. 8 “Yo amo al Padre” ***<br />

Hasta cierto punto, podemos asemejar la colaboración entre Padre e Hijo a la<br />

de un arquitecto y su contratista: este último se especializa en hacer realidad los<br />

ingeniosos proyectos de aquel. Cuando algún aspecto de la creación nos llena de<br />

asombro, atribuimos el mérito al Gran Arquitecto (Salmo 19:1). Pero, al mismo<br />

tiempo, podemos reflexionar sobre la larga y feliz colaboración que existió entre el<br />

Creador y su “obrero maestro”.<br />

*** w10 1/2 pág. 13 ¿Debe guardarse un día de descanso semanal? ***<br />

Es verdad que Jesús dijo: “No piensen que vine a destruir la Ley o los<br />

Profetas. No vine a destruir, sino a cumplir” (Mateo 5:17). Ahora bien, ¿qué<br />

significa “cumplir”? Ilustrémoslo. Se dice que un constructor cumple su contrato de<br />

levantar un edificio, no haciendo pedazos el contrato en sí, sino entregando el<br />

edificio terminado. Pero tan pronto como se termina el trabajo al gusto del cliente,<br />

el contrato queda cumplido y el constructor ya no está comprometido a hacer más.<br />

De igual manera, Jesús no incumplió el “contrato” de la Ley, no lo rompió en<br />

pedazos; él cumplió la Ley mosaica obedeciéndola a la perfección. Una vez<br />

cumplida, esta dejó de ser obligatoria para el pueblo de Dios.<br />

*** cf cap. 9 págs. 87-88 párrs. 1-2 “Vayan [...] y hagan discípulos” ***<br />

EL AGRICULTOR se encara con un grave problema. Algunos meses antes<br />

aró sus tierras y sembró las semillas. Bajo su atenta mirada aparecieron los<br />

primeros brotes, y con felicidad vio llegar las plantas a su madurez. Ahora ve<br />

recompensado todo su arduo trabajo, pues es el momento de cosechar.<br />

El problema es que no da abasto para recoger la cosecha. Y como el tiempo del<br />

que dispone para recolectar el valioso fruto es limitado, toma la acertada decisión<br />

de contratar trabajadores y enviarlos a los campos.<br />

2 En la primavera del año 33, el resucitado Jesús se encara con una dificultad<br />

parecida. Las semillas de la verdad que sembró durante su ministerio en la Tierra<br />

han producido una abundante cosecha, y hay que recoger a una gran cantidad de<br />

personas que desean ser sus seguidores (Juan 4:35-38). ¿Qué medidas toma? En<br />

una montaña de Galilea, poco antes de ascender a los cielos, Jesús encarga a sus


discípulos que consigan más trabajadores, diciéndoles: “Vayan, por lo tanto, y<br />

hagan discípulos de gente de todas las naciones, bautizándolos [...], enseñándoles<br />

a observar todas las cosas que yo les he mandado” (Mateo 28:19, 20).<br />

*** w12 15/2 pág. 3 párr. 2 Imitemos la actitud vigilante de Jesús ***<br />

¿Puede un ser humano imperfecto aprender de un modelo perfecto? Claro<br />

que sí, ya que es posible aprender de un buen maestro y de su ejemplo. Para<br />

ilustrarlo, imaginemos a un hombre que empieza a tomar clases de tiro con arco.<br />

Aunque al principio es incapaz de dar siquiera en la diana, sigue estudiando y<br />

practicando. A fin de mejorar, observa con detenimiento a su instructor, quien es<br />

un experto arquero. Se fija bien en su postura, en cómo coloca los brazos y cómo<br />

agarra con los dedos la cuerda. Poco a poco, el tenaz principiante aprende a<br />

tensar el arco, a tomar en cuenta el efecto del viento, etc. Copiando la técnica de<br />

su maestro, logra que las flechas den cada vez más cerca del centro de la diana.<br />

Del mismo modo, los cristianos seguimos esforzándonos por mejorar obedeciendo<br />

las instrucciones de Jesús e imitando su ejemplo perfecto.<br />

*** bt cap. 16 pág. 127 párr. 6 “Pasa a Macedonia y ayúdanos” ***<br />

Porque somos como un automóvil: a menos que estemos en movimiento,<br />

no se nos puede dirigir ni a la izquierda ni a la derecha. A través del espíritu, la<br />

Cabeza de la congregación nos guía en la expansión de nuestro ministerio, pero<br />

solo si ya estamos en movimiento, si nos esforzamos de verdad.<br />

*** w11 1/4 pág. 7 Jesús: su vida ***<br />

En cierto sentido, lo que Jesús hizo al revelarnos la personalidad de su Padre<br />

podría compararse a la forma en que funciona un transformador eléctrico. Este<br />

aparato toma corriente de alto voltaje y la transforma en corriente de bajo voltaje<br />

para que podamos emplearla en nuestro hogar. En el caso de Jesús, tomó lo que<br />

había aprendido sobre su Padre en el cielo y lo transmitió de una forma que los<br />

seres humanos pudiéramos asimilar con facilidad.<br />

*** yp2 cap. 30 págs. 249-250 ¿Tienen algo de malo los videojuegos? ***<br />

Míralo de esta forma: jugar con videojuegos violentos e inmorales es como<br />

exponerse a residuos radiactivos. Puede que al principio no veas los efectos, pero<br />

tarde o temprano te darás cuenta del daño que te están haciendo. La exposición a<br />

altas dosis de radiación puede destruir el revestimiento del tubo digestivo y hacer<br />

que las bacterias del intestino invadan la corriente sanguínea y causen una grave<br />

infección. De igual manera, la exposición a una gran cantidad de escenas eróticas<br />

y violentas puede confundir tu “sentido moral” (tu noción de lo que está bien y lo<br />

que está mal) y hacer que los malos deseos invadan tu mente y dominen tu<br />

manera de actuar (Efesios 4:19; Gálatas 6:7, 8).


*** yp2 cap. 30 pág. 250 ¿Tienen algo de malo los videojuegos? ***<br />

[Ilustración de la página 250]<br />

Jugar con videojuegos violentos o inmorales es como exponerse a residuos<br />

radiactivos. Puede que al principio no veas los efectos, pero tarde o temprano te<br />

darás cuenta del daño que te están haciendo<br />

*** w10 1/7 pág. 21 Siete claves para beneficiarse al máximo de la lectura de<br />

la Biblia ***<br />

¿Por qué es importante leer las Escrituras con tanta regularidad? Ilustrémoslo<br />

con un ejemplo. Supongamos que un hombre, tras sufrir un ataque cardíaco,<br />

decide cuidar su alimentación. ¿Le servirá de algo seguir la dieta solo cuando<br />

sienta una fuerte punzada en el pecho? Es obvio que no. Solo le beneficiará si la<br />

sigue día tras día. Del mismo modo, para ‘tener éxito y actuar sabiamente’ es<br />

necesario leer la Biblia a diario.<br />

*** w00 15/8 pág. 32 Una lección de los navegantes ***<br />

Una lección de los navegantes<br />

NAVEGAR a solas en mar abierto resulta agotador. Es fácil que, como<br />

consecuencia del efecto entorpecedor del cansancio, el marinero rebase<br />

peligrosamente el límite de su aguante, de modo que cometa errores y tome malas<br />

decisiones. Por tal motivo, los navegantes reconocen la utilidad del ancla. Esta<br />

permite al marinero fatigado descansar y recuperarse sin que la embarcación se<br />

vaya peligrosamente a la deriva. Al mismo tiempo, el ancla mantiene la proa de<br />

cara al viento y a las olas, y hace que la nave esté en la posición más estable.<br />

Igual que los marineros se enfrentan a muchos peligros en el mar, los<br />

cristianos hacen frente a las presiones constantes de este mundo y sienten la<br />

necesidad de descansar. De hecho, Jesús recomendó en una ocasión a sus<br />

discípulos: “Vengan, ustedes mismos, en privado, a un lugar solitario, y descansen<br />

un poco” (Marcos 6:31). Hoy día, algunos quizá se vayan de viaje unas semanas o<br />

salgan un fin de semana para divertirse y descansar con su familia. Tales<br />

ocasiones son reparadoras y vigorizantes. Ahora bien, ¿cómo podemos<br />

asegurarnos de estar a salvo espiritualmente en esos momentos? ¿Qué puede<br />

servirnos de ancla espiritual que nos ayude a no irnos a la deriva y mantener la<br />

estabilidad?<br />

Jehová ha puesto generosamente a nuestra disposición lo que necesitamos.<br />

Se trata, ni más ni menos, de su Santa Palabra, la Biblia. Leerla a diario nos ayuda<br />

a estar cerca de Jehová y a no separarnos nunca de él. Su consejo nos estabiliza<br />

y nos permite resistir las tentaciones de Satanás y su mundo. Mantener un<br />

programa regular de lectura bíblica, incluso cuando nos hemos salido de nuestra<br />

rutina cotidiana, nos sirve de anclaje espiritual (Josué 1:7, 8; Colosenses 2:7).


El salmista nos recuerda que “feliz es el hombre” cuyo “deleite está en la ley<br />

de Jehová, y día y noche lee en su ley en voz baja” (Salmo 1:1, 2). El “feliz”<br />

resultado que obtendremos de leer la Palabra de Dios a diario será que nos<br />

sentiremos verdaderamente repuestos y vigorizados, preparados para seguir<br />

adelante en el rumbo trazado para el cristiano.<br />

*** w09 15/9 pág. 25 párrs. 1-2 ¿Valoramos lo que Jehová ha hecho para<br />

liberarnos? ***<br />

IMAGÍNESE que está en un hospital. En la sala en que se encuentra, todos<br />

los pacientes tienen la misma enfermedad que usted, una enfermedad mortal e<br />

incurable. Pero se entera de que un médico está tratando de hallar la cura. ¡Con<br />

cuántas ansias e ilusión espera los resultados de la investigación! Tras muchos<br />

esfuerzos e incluso sacrificios personales, el médico finalmente descubre la cura.<br />

¿Cómo reaccionaría usted al enterarse de la noticia? Sin duda sentiría profunda<br />

gratitud y respeto por el médico que lo libró a usted y a tantas otras personas de<br />

una muerte segura.<br />

2 Este podría parecer un caso extremo, pero en realidad nuestra situación es<br />

mucho peor, por lo que necesitamos con urgencia que alguien nos rescate (léase<br />

Romanos 7:24).<br />

*** w09 15/9 pág. 29 párr. 16 ¿Valoramos lo que Jehová ha hecho para<br />

liberarnos? ***<br />

Volvamos al ejemplo del inicio. Suponga que el médico que ha descubierto la<br />

cura para su enfermedad va a la sala en la que usted se encuentra y les explica a<br />

los pacientes que el tratamiento es infalible, pero que deben seguirlo estrictamente<br />

para poder curarse. Sin embargo, la mayoría decide rechazarlo porque les parece<br />

que es muy difícil seguirlo. ¿Qué haría usted? ¿Lo rechazaría también aunque las<br />

pruebas demostraran que realmente funciona? ¡Claro que no! Seguramente le<br />

estaría muy agradecido al médico y seguiría sus instrucciones al pie de la letra.<br />

Además, trataría de convencer a los demás pacientes de que aceptaran el<br />

tratamiento. Del mismo modo, todos deseamos de corazón demostrarle a Jehová<br />

lo mucho que agradecemos el que nos haya liberado mediante el sacrificio de su<br />

Hijo (léase Romanos 6:17, 18).<br />

*** w11 15/10 pág. 17 párr. 19 Consejos sabios sobre la soltería y el<br />

matrimonio ***<br />

Todos los siervos de Jehová comprenden que es esencial huir de la<br />

inmoralidad sexual. Hay quienes se casan para evitar problemas en este sentido.<br />

No obstante, conviene tener claro que el matrimonio no es una protección<br />

automática. En tiempos bíblicos, las ciudades amuralladas solo defendían a<br />

quienes se quedaban dentro. Si salían al exterior, se exponían a ser asaltados, o<br />

incluso asesinados, por las bandas de maleantes. Del mismo modo, los esposos


solo estarán resguardados contra la inmoralidad mientras se mantengan dentro de<br />

los límites que ha establecido Jehová, el Creador del matrimonio.<br />

*** w90 1/12 pág. 17 párr. 8 ¿Cómo podemos responder sin egoísmo al amor<br />

de Dios? ***<br />

Es como si estuviéramos en un botecito de remos en un río cuya corriente<br />

impetuosa nos llevara hacia una catarata. Para evitar el desastre tenemos que<br />

remar con vigor río arriba contra la fuerte corriente. Puede que no parezca que<br />

estemos progresando mucho, pero mientras continuemos esforzándonos<br />

vigorosamente no nos precipitaremos por la catarata a la destrucción. Ciertamente<br />

el amor que Jehová Dios nos manifiesta debería impulsarnos a hacer un esfuerzo<br />

vigoroso por ser leales a él mediante odiar el desafuero y amar la justicia.<br />

*** w01 1/7 págs. 19-21 No permitamos que las dudas nos arruinen la fe ***<br />

Huyamos de la inanición espiritual<br />

Ahora, el reto consiste en mantener la fe y procurar que ninguna incertidumbre<br />

debilite nuestra confianza en Jehová y en su organización. Para ello, hemos de<br />

examinar las Escrituras a diario. El apóstol Pablo advierte de que “en períodos<br />

posteriores algunos [que aparentemente comenzaron con una fe firme] se<br />

apartarán de la fe, prestando atención a expresiones inspiradas que extravían y a<br />

enseñanzas de demonios” (1 Timoteo 4:1). Estas expresiones y enseñanzas que<br />

extravían generan dudas en la mente de algunos y los separan de Dios. ¿Qué nos<br />

protegerá? No cesar de “nutri[rnos] con las palabras de la fe y de la excelente<br />

enseñanza que h[emos] seguido con sumo cuidado y atención” (1 Timoteo 4:6).<br />

Es triste decirlo, pero en la actualidad hay quienes optan por no estar ‘nutridos<br />

con las palabras de la fe’, aunque ese alimento es gratuito. Como indicó uno de<br />

los escritores del libro de Proverbios, es posible estar rodeado de buen alimento<br />

espiritual, un banquete por decirlo así, y en realidad no probar bocado (Proverbios<br />

19:24; 26:15).<br />

Esta situación es peligrosa. El escritor Peter Wingate comenta: “Tan pronto<br />

como el cuerpo comienza a consumir sus propias proteínas, la salud se resiente”.<br />

Cuando no ingerimos alimento, el organismo comienza a emplear las reservas de<br />

combustible. Una vez que estas se agotan, se inicia el consumo de proteínas que<br />

son esenciales para el crecimiento continuo y la reparación de los tejidos. Los<br />

órganos vitales empiezan a fallar, y la salud no tarda en deteriorarse.<br />

Eso es lo que les ocurrió en sentido espiritual a algunos miembros de la<br />

congregación del siglo primero. Intentaron vivir de sus reservas espirituales.<br />

Probablemente desatendieron el estudio personal, y su espiritualidad se debilitó<br />

(Hebreos 5:12). El apóstol Pablo expuso el peligro de tal proceder cuando escribió<br />

lo siguiente a los cristianos hebreos: “Es necesario que prestemos más de la<br />

acostumbrada atención a las cosas oídas por nosotros, para que nunca se nos


lleve a la deriva”. Sabía lo fácil que es caer en malos hábitos si ‘descuidamos una<br />

salvación de tal grandeza’ (Hebreos 2:1, 3).<br />

Cabe señalar que alguien desnutrido no tiene por qué presentar un aspecto<br />

enfermizo ni demacrado. De igual modo, quizá no sea fácil percibir quién sufre de<br />

inanición espiritual. Podemos dar la impresión de gozar de bienestar espiritual<br />

incluso cuando no nos alimentamos bien, pero esto durará poco tiempo. Será<br />

inevitable que nos debilitemos, propendamos a caer presas de las dudas<br />

infundadas y nos veamos incapaces de luchar tenazmente por la fe (Judas 3).<br />

Cada uno sabe a qué grado se alimenta en sentido espiritual, aunque quizá nadie<br />

más lo sepa.<br />

Por consiguiente, no descuidemos el estudio personal. Luchemos con vigor<br />

contra las dudas. No prestar atención a lo que parece una pequeña infección, es<br />

decir, no despejar las dudas persistentes, tal vez tenga consecuencias<br />

desastrosas (2 Corintios 11:3). “¿Vivimos en realidad en los últimos días? ¿Puedo<br />

creer todo lo que dice la Biblia? ¿Es esta la verdadera organización de Jehová?” A<br />

Satanás le encantaría sembrar tales dudas en nuestra mente. No dejemos que<br />

una actitud negligente sobre el alimento espiritual nos convierta en presa fácil de<br />

sus enseñanzas engañosas (Colosenses 2:4-7). Sigamos el consejo que recibió<br />

Timoteo: seamos buenos estudiantes de “los santos escritos” para ‘continuar en<br />

las cosas que aprendimos y fuimos persuadidos a creer’ (2 Timoteo 3:13-15).<br />

Quizá necesitemos ayuda. El escritor antes citado sigue diciendo: “La<br />

inanición daña los órganos digestivos, pues los priva a tal punto de vitaminas y<br />

demás elementos necesarios, que no pueden asimilar el alimento habitual aunque<br />

este se les suministre. Quienes presentan tal estado han de tomar durante algún<br />

tiempo alimento fácil de digerir”. Los efectos de la inanición se deben subsanar<br />

con cuidados especiales. De manera similar, es posible que alguien que haya<br />

desatendido gravemente el estudio personal de la Biblia necesite mucha ayuda y<br />

ánimo para recuperar su apetito espiritual. Si esa es nuestra situación, busquemos<br />

ayuda y aceptemos toda la que se nos brinde para recuperar la salud y el vigor<br />

espiritual (Santiago 5:14, 15).<br />

*** w11 1/2 pág. 3 ¿Por qué no duran? ***<br />

Pongamos un ejemplo. Imaginémonos que dos parejas compran dos autos<br />

iguales. La primera conduce el suyo con cuidado y lo mantiene en buen estado,<br />

por lo que funciona perfectamente. La segunda maneja su auto de forma temeraria<br />

y ni se preocupa de cuidarlo. Al final, el automóvil se rompe y se deshacen de él.<br />

¿Dónde estuvo el problema en el segundo caso? ¿En el vehículo? Claro que no.<br />

Es obvio que los dueños tuvieron gran parte de la responsabilidad.<br />

Del mismo modo, el hecho de que muchos matrimonios se rompan no quiere<br />

decir que casarse sea un error. Así lo demuestran millones de parejas felices y<br />

estables que contribuyen al bienestar de la sociedad entera. Pero en cierto<br />

sentido, el matrimonio es como un auto: para que dure y se mantenga en perfecto<br />

estado, hay que cuidarlo como es debido.


*** lv cap. 11 págs. 130-132 párrs. 20-22 “Que el matrimonio sea honorable”<br />

***<br />

Para responder esta pregunta, comparemos el matrimonio con una casa.<br />

¿Cuáles serían los objetos que la decoran? Algunos serían las palabras amables y<br />

otras muestras de atención, delicadeza y aprecio. Cuando reina la unión entre<br />

esposos, hay, por así decirlo, muchos adornos que aportan color y calidez al<br />

hogar. Pero si el cariño disminuye, esos adornos desaparecen uno tras otro,<br />

dejando un vacío desolador. Ahora bien, usted no quiere que eso suceda. Quiere<br />

que “[su] matrimonio sea honorable”, tal y como Dios manda. Sabe que es una<br />

estructura valiosa que vale la pena conservar y restaurar. Por eso, tomará<br />

medidas para detener y corregir cualquier deterioro que se produzca. Y la Palabra<br />

de Dios señala cómo: “Con sabiduría se edifica la casa, y con discernimiento<br />

resulta firmemente establecida. Y con conocimiento los cuartos interiores se llenan<br />

de todas las cosas preciosas y agradables de valor” (Proverbios 24:3, 4). Veamos<br />

cómo aplicar estas palabras al matrimonio.<br />

21 Entre las “cosas preciosas” que llenan los hogares felices figuran también el<br />

amor verdadero, el temor de Dios y la fe firme (Proverbios 15:16, 17; 1 Pedro 1:7).<br />

Estas y otras cualidades semejantes fortalecen el matrimonio. Pero ¿ha observado<br />

en Proverbios 24:4 cómo se llenan las habitaciones con esas “cosas preciosas”?<br />

“Con [la ayuda del] conocimiento.” Por tanto, los cónyuges que deseen transformar<br />

sus actitudes y avivar su amor deben adquirir conocimiento bíblico y luego<br />

aplicarlo (Romanos 12:2; Filipenses 1:9). Sentarse a repasar tranquilamente la<br />

información bíblica del texto diario o de algún artículo sobre el matrimonio<br />

publicado en La Atalaya o ¡Despertad! les servirá para ver qué “cosas preciosas”<br />

necesitan para adornar su hogar. Luego tendrán que introducir esos adornos en<br />

“los cuartos interiores”. En otras palabras: movidos por el amor a Jehová,<br />

aplicarán los consejos que han examinado. Así conseguirán que regrese a su<br />

hogar parte del colorido y la calidez que tuvo en su día.<br />

22 Por supuesto, volver a colocar todos estos adornos, uno tras otro, tomará su<br />

tiempo. Pero los cristianos que se esfuercen por cumplir con la parte que les toca,<br />

tendrán una gran satisfacción: la tranquilidad de saber que están obedeciendo el<br />

mandato bíblico de tomar la iniciativa a la hora de mostrarse honra mutuamente<br />

(Romanos 12:10; Salmo 147:11).<br />

*** w01 15/5 pág. 16 párr. 1 Consejo divino para la elección de un cónyuge ***<br />

EL ACRÓBATA sale despedido del trapecio volante, se dobla y con destreza<br />

da un salto mortal en el aire. Rápidamente endereza el cuerpo y extiende los<br />

brazos para que lo agarre un trapecista que está colocado en posición invertida y<br />

se balancea en el lado contrario. Una pareja de patinadores se desliza con<br />

suavidad por la pista de hielo. De repente, el hombre levanta a su compañera y la<br />

lanza por el aire. Ella gira sobre sí misma, se posa con gracia sobre un patín, y los<br />

dos continúan dando vueltas sobre el hielo. Ambos ejercicios parecen hechos casi


sin esfuerzo. Sin embargo, ¿quién se atrevería a realizarlos sin haberlos<br />

practicado, sin contar con un compañero competente y, sobre todo, sin las<br />

instrucciones y la orientación adecuadas? Del mismo modo, tal vez parezca que<br />

los buenos matrimonios se consiguen por casualidad. No obstante, también<br />

dependen de que se cuente con una buena pareja, de un esfuerzo coordinado y,<br />

en especial, de recibir consejo sabio. De hecho, es esencial contar con la guía<br />

adecuada.<br />

*** w06 1/10 pág. 28 párr. 9 Esperar en Jehová nos infunde valor ***<br />

¿Reflexionamos con frecuencia acerca de esta esperanza? ¿Nos imaginamos<br />

en el Paraíso, llenos de salud, sin inquietudes y rodeados de nuestros seres<br />

queridos, efectuando tareas que nos hacen sentir realizados? ¿Meditamos en las<br />

escenas del Paraíso que se representan en nuestras publicaciones? Si así lo<br />

hacemos, mantendremos limpia la “ventana” que nos brinda tan magnífica vista.<br />

Pero si nos descuidamos y no le limpiamos los cristales, el polvo y la suciedad<br />

no tardarán en empañar la claridad y el atractivo de la escena, y la vista se irá<br />

detrás de otras cosas. ¡Nunca permitamos que nos ocurra eso!<br />

*** w04 15/9 pág. 12 párrs. 10-12 “Sigan adquiriendo poder en el Señor” ***<br />

10 Una de las tretas más efectivas de Satanás es la de conseguir que el<br />

mundo y sus metas materialistas nos absorban. Jesús advirtió en su ilustración del<br />

sembrador que, en algunos casos, “la inquietud de este sistema de cosas y el<br />

poder engañoso de las riquezas ahogan la palabra [del Reino]” (Mateo 13:18, 22).<br />

El término griego que aquí se traduce “ahogan” significa “estrangulan<br />

completamente”.<br />

11 En las selvas tropicales puede encontrarse una planta conocida como<br />

higuera estranguladora. Crece lentamente en torno al tronco de un árbol hasta<br />

envolverlo con multitud de raíces cada vez más fuertes, las cuales terminan por<br />

absorber la mayoría de los nutrientes del suelo circundante. A su vez, el follaje<br />

de la planta priva de luz al árbol, que acaba muriendo.<br />

12 De manera parecida, las inquietudes de este sistema y el afán por obtener<br />

riquezas y un estilo de vida acomodado nos pueden ir absorbiendo cada vez más<br />

tiempo y energías. Si nuestra atención se desvía a las cosas del mundo, es fácil<br />

que descuidemos el estudio personal de la Biblia y caigamos en la costumbre de<br />

perdernos las reuniones cristianas, privándonos así de nutrición espiritual. Las<br />

metas materialistas reemplazarían a las piadosas, y acabaríamos a merced de<br />

Satanás.


*** w97 1/8 pág. 18 párr. 15 Que su amor fraternal continúe ***<br />

15 Si se compara el ministerio del anciano ante la congregación con una pieza<br />

musical, la reprensión y la reprimenda serían como una sola nota que armoniza en<br />

el conjunto. Esta nota está bien en su debido lugar. (Lucas 17:3; 2 Timoteo 4:2.)<br />

Pero imagínese una canción que solo contuviera esa nota, repetida una y otra vez.<br />

Pronto nos molestaría al oído. De modo similar, los ancianos cristianos intentan<br />

dar una enseñanza completa y variada. No la limitan a corregir problemas, sino<br />

que su tono general es positivo. Al igual que Jesucristo, los ancianos amorosos<br />

buscan primero lo bueno para dar encomio, no las faltas para criticar. Aprecian el<br />

trabajo arduo que hacen sus compañeros cristianos. Tienen la confianza de que,<br />

en general, cada uno está haciendo todo lo que puede para servir a Jehová. Y los<br />

ancianos siempre están dispuestos a expresar este sentimiento con palabras.<br />

(Compárese con 2 Tesalonicenses 3:4.)<br />

*** km 12/98 pág. 1 párr. 3 Debemos seguir visitándolos ***<br />

3 Es una labor de salvamento: Piense en una brigada de salvamento que<br />

acude a una zona de desastre. Aunque puede que algunos busquen en un lugar<br />

donde encuentren pocos sobrevivientes, no aflojan el paso ni desisten tan solo<br />

porque sus compañeros encuentren más en otro lugar. Nuestra labor de<br />

salvamento aún no ha concluido, pues todos los años hallamos a cientos de miles<br />

de personas que desean sobrevivir a “la gran tribulación” (Rev. 7:9, 14).<br />

*** w09 15/1 págs. 14-15 párrs. 11-13 Sirvamos a los demás como<br />

“mayordomos de la bondad inmerecida de Dios” ***<br />

¿Cuál de estas dos labores es más importante? Las dos son igual de<br />

importantes. Son como las alas de un ave. Tal como el ave necesita ambas alas<br />

para volar, nosotros necesitamos llevar a cabo ambos aspectos de nuestro<br />

servicio sagrado para ser cristianos completos. Por eso, en vez de pensar que la<br />

comisión de predicar las buenas nuevas y la de fortalecer a los hermanos no están<br />

relacionadas entre sí, las vemos como las veían los apóstoles Pedro y Pablo:<br />

como dos labores complementarias. ¿Y cómo se complementan?<br />

12 En la predicación empleamos nuestras aptitudes para enseñar a otras<br />

personas y tratar de llegarles al corazón con el animador mensaje del Reino.<br />

De ese modo les ayudamos a hacerse discípulos de Cristo. Pero también usamos<br />

nuestras aptitudes y cualidades para reconfortar a nuestros hermanos. Las<br />

palabras de ánimo y las acciones desinteresadas son en realidad una<br />

manifestación de la bondad inmerecida de Dios (Pro. 3:27; 12:25). Y así les<br />

ayudamos a seguir siendo discípulos de Cristo. En ambos casos —predicando a la<br />

gente y ayudando a los hermanos— tenemos el inestimable privilegio de ser<br />

instrumentos en la mano de Jehová (Gál. 6:10).<br />

“Ténganse tierno cariño unos a otros”


13 Pablo animó así a sus hermanos: “En amor fraternal ténganse tierno cariño<br />

unos a otros. En cuanto a mostrarse honra unos a otros, lleven la delantera” (Rom.<br />

12:10). El cariño que les tenemos a los hermanos nos impulsa a servir de todo<br />

corazón como mayordomos de la bondad inmerecida de Dios. Comprendemos<br />

que si Satanás logra que dejemos de ayudarnos unos a otros, nuestra unidad se<br />

debilitará (Col. 3:14). La falta de unidad, a su vez, hará que disminuya nuestro<br />

entusiasmo en la predicación. El Diablo sabe que basta con herir una de nuestras<br />

alas, por decirlo así, para hacernos caer.<br />

*** w03 15/8 pág. 22 párr. 16 ¿Qué espera Jehová de nosotros? ***<br />

Eso significa reconocer nuestras limitaciones y confiar en Dios. Para ilustrarlo:<br />

imaginémonos por un momento a una niña pequeña que se agarra de la mano de<br />

su padre mientras caminan bajo una fuerte tormenta. La niña sabe muy bien que<br />

sus fuerzas son limitadas, pero confía en su padre. Nosotros también debemos<br />

reconocer nuestras limitaciones y confiar en nuestro Padre celestial.<br />

*** w07 15/1 pág. 24 párr. 17 Enseñemos lo que la Biblia realmente enseña ***<br />

Podríamos poner esta comparación: nuestra vida es como la llama de una<br />

vela. Cuando se apaga, no va a ningún sitio. Sencillamente deja de existir.<br />

*** bh cap. 6 pág. 59 párr. 6 ¿Dónde están los muertos? ***<br />

Nuestra vida es como la llama de una vela. Cuando se apaga, no va a ningún<br />

sitio, sino que sencillamente deja de existir.<br />

*** w11 15/12 pág. 14 párr. 8 ¿Por qué necesitamos que nos guíe el espíritu<br />

de Dios? ***<br />

Pensemos en un excursionista que no conoce bien cierta región inhóspita y<br />

tampoco dispone de un mapa. Si se adentra en ella solo, sin la ayuda de un guía<br />

bien preparado o, al menos, de una brújula, estará cometiendo una verdadera<br />

imprudencia. De hecho, si no sabe cómo sobrevivir en condiciones difíciles, podría<br />

terminar perdiendo la vida. Pues bien, ocurre igual con la persona que cree que<br />

sabe trazar su rumbo en este mundo malvado sin acudir a Dios para que la<br />

oriente. La única posibilidad que tenemos de transitar por el sistema actual sin<br />

perder la vida en el intento es pedirle a Jehová lo mismo que le rogó David: “Deja<br />

que mis pasos se asgan de tus senderos trillados, en los cuales ciertamente no se<br />

hará que tambaleen los pasos de mis pies” (Sal. 17:5; 23:3).


*** w09 1/4 pág. 6 Nacer de nuevo: ¿una decisión personal? ***<br />

Pongamos un ejemplo para entender mejor la diferencia. Imaginemos una<br />

ciudad que cuenta con muchas escuelas, entre ellas una para estudiantes<br />

indígenas que viven lejos de la ciudad. Cierto día, cuando un muchacho que no es<br />

de ascendencia indígena quiere matricularse, el director del colegio le dice: “Para<br />

matricularte, tienes que ser indígena”. Es obvio que el director no le está dando<br />

una orden, ¿verdad? No le está diciendo: “¡Conviértete en un indígena!”.<br />

Simplemente le está señalando cuál es el requisito para inscribirse en la escuela.<br />

Algo parecido pasa con lo que dijo Jesús. Él simplemente estaba indicando cuál<br />

era el requisito para “entrar en el reino de Dios”.<br />

*** w09 1/4 págs. 10-11 Nacer de nuevo: ¿qué cambio conlleva? ***<br />

Esta comparación nos ayuda a entender el nuevo vínculo que se establece<br />

entre Dios y la persona que recibe el bautismo con espíritu santo. Para ver cómo,<br />

retomemos el ejemplo del muchacho que quiere matricularse en un colegio para<br />

estudiantes indígenas.<br />

La adopción supone un gran cambio<br />

Como se explicó antes, el muchacho no podía inscribirse porque no era<br />

miembro de la comunidad indígena. Imagínese ahora que el padre de una familia<br />

indígena decide adoptarlo. ¿Cambia esto de algún modo su situación? Claro que<br />

sí. Ser legalmente adoptado supone un gran cambio para él, pues es probable que<br />

adquiera los derechos que tienen los indígenas, entre ellos, el de poder<br />

matricularse en esa escuela.<br />

Algo parecido, aunque a un nivel mucho más trascendental, les pasa a<br />

quienes nacen de nuevo. Para que pudiera ocupar una plaza en ese colegio, el<br />

joven del ejemplo tenía que cumplir el requisito de ser indígena, pero no había<br />

nada que él pudiera hacer para cumplirlo. De igual modo, para ocupar un lugar en<br />

el gobierno celestial de Dios, la persona tiene que cumplir el requisito de nacer de<br />

nuevo. Sin embargo, ningún ser humano puede cumplir ese requisito por sí<br />

mismo, pues es Dios el que decide quiénes van a nacer de nuevo.<br />

Pues bien, ¿qué fue lo que cambió la situación del muchacho? El hecho de<br />

que lo adoptaran. Obviamente, su carácter y naturaleza no ha cambiado tras la<br />

adopción: sigue siendo la misma persona. Lo que sí ha cambiado es su estado<br />

legal. Una vez que el padre realiza los trámites para adoptarlo, es como si el<br />

muchacho naciera —o comenzara— de nuevo, pues se convierte en hijo de un<br />

indígena. Y como tal tiene derecho a inscribirse en la escuela y a formar parte de<br />

su familia adoptiva.<br />

De forma semejante, Jehová cambió la situación de un grupo de seres<br />

humanos imperfectos al iniciar el procedimiento legal de adoptarlos como hijos.<br />

El apóstol Pablo, que era miembro de ese grupo, escribió a sus compañeros:<br />

“Ustedes [...] recibieron un espíritu de adopción como hijos, espíritu por el cual


clamamos: ‘¡Abba, Padre!’. El espíritu mismo da testimonio con nuestro espíritu de<br />

que somos hijos de Dios” (Romanos 8:15, 16). Gracias a que habían sido<br />

adoptados, esos cristianos se habían convertido en “hijos de Dios” y formaban<br />

parte de la familia de Dios (1 Juan 3:1; 2 Corintios 6:18).<br />

Claro, su naturaleza no cambió al ser adoptados, pues seguían siendo<br />

imperfectos (1 Juan 1:8). No obstante, como el propio Pablo precisó, la adopción<br />

cambia su estado desde un punto de vista legal. El espíritu santo de Dios también<br />

infunde en ellos la plena seguridad de que vivirán con Cristo en el cielo (1 Juan<br />

3:2). Y esta inconfundible convicción les da una nueva perspectiva en la vida<br />

(2 Corintios 1:21, 22). Dicho de otra manera, experimentan un nuevo nacimiento, o<br />

comienzan de nuevo.<br />

*** w01 1/7 pág. 17 párr. 16 Participemos del gozo de dar ***<br />

16 Recordemos asimismo que la obra de hacer discípulos es un trabajo de<br />

equipo. Tal como una sola gota de lluvia no alimenta una planta, nadie hace un<br />

discípulo por sí solo. Cierto, es un Testigo quien localiza a una persona interesada<br />

y le imparte el curso bíblico, pero una vez que el nuevo va al Salón del Reino, es<br />

toda la congregación la que le ayuda a reconocer la verdad. El calor de la<br />

hermandad indica que tenemos la influencia del espíritu de Dios (1 Corintios<br />

14:24, 25). Los niños y los adolescentes hacen comentarios estimulantes que<br />

demuestran al nuevo que nuestros jóvenes son distintos de los del mundo. Los<br />

hermanos enfermos, los débiles y los de edad avanzada de la congregación le<br />

enseñan qué implica el aguante. Independientemente de nuestra edad o<br />

limitaciones, todos contribuimos de manera importante a la intensificación de su<br />

amor a la verdad de la Biblia y su progreso hasta el bautismo. Toda hora que<br />

dedicamos al ministerio, toda revisita que hacemos, toda conversación que<br />

mantenemos en el Salón del Reino con una persona interesada quizá parezca<br />

insignificante por sí sola, pero forma parte de la imponente obra que está<br />

efectuando Jehová.<br />

*** w06 1/9 pág. 30 “Dense a conocer sus peticiones a Dios” ***<br />

¿Y si hemos pecado?<br />

14 ¿Qué ayuda ofrece la oración a quien ha cometido un pecado? Algunos, al<br />

verse en tal situación, dejan de orar por vergüenza; pero eso no es lo más<br />

prudente. Para ilustrarlo, pensemos en un piloto de avión. Él sabe que si se<br />

pierde, puede pedir orientación a los controladores aéreos. Ahora bien, ¿qué<br />

pasaría si, por vergüenza, no se atreviera a llamarlos? Los resultados podrían ser<br />

desastrosos. Igualmente, quien comete un pecado y por bochorno no le ora a<br />

Dios, se expone a mayor daño. La vergüenza por haber pecado no debe<br />

impedirnos hablar con Jehová. De hecho, a quienes han cometido faltas graves, él<br />

los invita a orarle. El profeta Isaías animó a los pecadores de su tiempo a invocar<br />

a Jehová, “porque él perdonará en gran manera” (Isaías 55:6, 7).


*** w00 15/8 pág. 24 ¿Cómo reaccionamos ante las diferencias? ***<br />

Cómo abordar el asunto<br />

Imaginemos a dos niños peleándose por el mismo juguete; ambos tiran de él<br />

cada vez más fuerte tratando de quedárselo. La lucha quizás esté acompañada de<br />

palabras airadas hasta que por fin uno de ellos suelta el juguete o alguien<br />

interviene.<br />

El relato de Génesis señala que Abrahán oyó que había estallado una riña<br />

entre sus manaderos y los de su sobrino Lot. Abrahán tomó la iniciativa de hablar<br />

con Lot y le dijo: “Por favor, que no continúe riña alguna entre yo y tú y entre mis<br />

manaderos y tus manaderos, porque somos hermanos”. Abrahán estaba resuelto<br />

a no permitir que ningún conflicto perjudicara su relación. ¿A qué precio? Estaba<br />

dispuesto a sacrificar el derecho de elección que tenía por ser mayor que su<br />

sobrino, aunque eso significara ceder algo. Permitió que Lot escogiera el lugar<br />

adonde quería llevar a su familia y sus rebaños. Este eligió la verde zona de<br />

Sodoma y Gomorra. Abrahán y Lot se separaron en paz (Génesis 13:5-12).<br />

A fin de mantener una relación pacífica con los demás, ¿estamos preparados<br />

para mostrar un espíritu como el de Abrahán? Este episodio bíblico nos da un<br />

magnífico ejemplo que podemos imitar cuando surja alguna diferencia. Abrahán<br />

suplicó: “Que no continúe riña alguna”. El deseo sincero de Abrahán era llegar a<br />

una solución amistosa. No cabe duda de que dicha invitación a mantener una<br />

relación pacífica ayudaría a disipar cualquier malentendido. Abrahán concluyó<br />

diciendo: “Porque somos hermanos”. ¿Para qué sacrificar esa valiosísima relación<br />

por una preferencia personal o por orgullo? Abrahán se concentró en lo más<br />

importante. Lo hizo con amor propio y honor, y a la vez dignificó a su sobrino.<br />

*** jd cap. 7 págs. 87-88 párr. 11 Sirvamos a Jehová de acuerdo con sus<br />

elevadas normas ***<br />

Podríamos ilustrar el conocimiento que tiene Dios acerca de nosotros con lo<br />

que sabe el fabricante acerca del automóvil que produce. En efecto, conoce a la<br />

perfección su diseño y estructura. Además, tiene presente que hay que darle<br />

mantenimiento y por ello hace recomendaciones, como cambiar el aceite cada<br />

cierto tiempo. ¿Qué ocurre si pasamos por alto esa indicación, razonando que el<br />

vehículo va bien? El motor se deteriora prematuramente y termina averiado. Pues<br />

bien, igual sucede con los seres humanos. Somos nosotros los que nos<br />

beneficiamos al guardar las disposiciones del Creador (Isaías 48:17, 18). Por eso,<br />

si comprendemos los beneficios innegables que recibimos, tendremos una razón<br />

más para satisfacer las normas de Dios, sí, para obedecer sus mandamientos<br />

(Salmo 112:1).


*** cf cap. 6 págs. 56-57 párrs. 3-4 “Aprendió la obediencia” ***<br />

“Aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió; y después<br />

de haber sido perfeccionado vino a ser responsable de la salvación eterna para<br />

todos los que le obedecen” (Hebreos 5:8, 9). Este Hijo primogénito había existido<br />

por millones y millones de años en el cielo. Allí presenció la rebelión de Satanás y<br />

sus ángeles, pero nunca se les unió. Su actitud se ve reflejada en estas palabras<br />

inspiradas: “No fui rebelde” (Isaías 50:5). Entonces, ¿cómo es que “aprendió la<br />

obediencia” si siempre había sido obediente a Dios? ¿Cómo fue “perfeccionado” si<br />

ya era perfecto?<br />

4 Hagamos una comparación. Supongamos que un soldado posee una espada<br />

de hierro. Aunque nunca ha sido probada en la guerra, es de fabricación perfecta y<br />

bellamente trabajada. Sin embargo, el soldado decide cambiarla por una más<br />

dura, de acero templado, que ya ha sido empleada eficazmente en el combate.<br />

¿No diríamos que ha salido ganando? De la misma manera, la obediencia de<br />

Jesús antes de venir al mundo era irreprochable; pero después de haber vivido<br />

aquí, fue de una calidad totalmente distinta: había sido probada —o templada, por<br />

así decirlo— en circunstancias que jamás se habrían dado en el cielo.<br />

*** w06 1/9 págs. 27-28 párr. 4 “Dense a conocer sus peticiones a Dios” ***<br />

Pongamos una comparación. El dueño de una tienda decide hacer un regalo a<br />

varios de sus clientes, pero establece la condición de que se dirijan a él para<br />

recogerlo. Quienes no estén dispuestos a hacerlo demostrarán que en realidad<br />

no valoran el ofrecimiento. De igual modo, si no nos dirigimos a Jehová para darle<br />

a conocer nuestras peticiones, demostraremos que no valoramos sus dádivas.<br />

Jesús dijo: “Pidan y recibirán” (Juan 16:24). Cuando así lo hacemos, damos<br />

prueba de que confiamos en Dios.<br />

*** g 11/08 págs. 26-28 ¿Cómo mejorar mi comunicación con Dios? ***<br />

Cómo abrir la puerta<br />

La oración es como una puerta que puedes abrir cuando quieras. Sin<br />

embargo, muchos jóvenes admiten que no la abren con la regularidad o con la<br />

confianza suficientes. Si ese es tu caso, no te desanimes. Ya has identificado los<br />

obstáculos y te has propuesto un objetivo. Ahora solo necesitas una llave que abra<br />

esa puerta. Veamos ciertos obstáculos que pudieran presentarse y algunos<br />

consejos para superarlos.<br />

▪ La cerradura: OCUPACIONES. “A veces tengo tanto que hacer, que me olvido<br />

de orar.” (Preeti, de 20 años, Gran Bretaña)<br />

La llave: “Vigilen cuidadosamente que su manera de andar no sea como<br />

imprudentes, sino como sabios, comprándose todo el tiempo oportuno que queda,<br />

porque los días son inicuos” (Efesios 5:15, 16).


Consejos: Fija de antemano un momento del día para orar. Es más, ¿qué tal<br />

si escribes un recordatorio como cuando tienes una cita? “Si no me pongo una<br />

hora específica para orar, me entretengo haciendo otras cosas”, comenta Yoshiko,<br />

una japonesa de 18 años.<br />

▪ La cerradura: FALTA DE CONCENTRACIÓN. “Siempre me distraigo y tengo la<br />

cabeza en todas partes, menos en lo que digo.” (Pamela, de 17 años, México)<br />

La llave: “De la abundancia del corazón habla la boca” (Mateo 12:34).<br />

Consejos: Si tu mente divaga con facilidad, procura hacer oraciones más<br />

breves. Con el tiempo mejorarás tu capacidad de concentración. También te<br />

ayudará orar sobre asuntos que de veras te interesen. Una rusa llamada Marina,<br />

que tiene 14 años, dice: “Cuando entré en la adolescencia, comprendí que orar<br />

era en realidad hablar con Jehová. Desde entonces se lo cuento todo”.<br />

▪ La cerradura: MONOTONÍA. “Me he dado cuenta de que siempre repito lo<br />

mismo en mis oraciones.” (Dupe, de 17 años, Benín)<br />

La llave: “Meditaré en toda tu actividad, y en tus tratos sí me interesaré<br />

intensamente” (Salmo 77:12).<br />

Consejos: Si crees que tus oraciones son rutinarias, escribe cada día algo<br />

que consideres una bendición en tu vida y dale gracias a Jehová. Al cabo de una<br />

semana le habrás mencionado siete nuevos asuntos. Cuéntale también tus<br />

experiencias cotidianas. Bruno, un muchacho brasileño de 18 años, dice: “En mis<br />

oraciones procuro hablarle a Jehová de lo que me ha pasado durante el día”.<br />

Asimismo, Samantha, una chica de Estados Unidos que tiene 18 años, señala:<br />

“Todos los días pasan cosas diferentes, así que trato de recordarlas e incluirlas en<br />

mis oraciones. Eso me sirve para no caer en la monotonía”.<br />

▪ La cerradura: DUDAS. “Una vez tuve un problema en la escuela y pedí ayuda<br />

en oración, pero nunca se solucionó. Al contrario, me llovieron las dificultades. Por<br />

eso pensé que si de todos modos Jehová no me escuchaba, no tenía caso seguir<br />

orando.” (Minori, de 15 años, Japón)<br />

La llave: “Junto con la tentación también [Jehová] dispondrá la salida para<br />

que puedan aguantarla” (1 Corintios 10:13).<br />

Consejos: Sin lugar a dudas, Jehová es el “Oidor de la oración” (Salmo 65:2).<br />

Así que, después de orar sobre un asunto, procura ver el cuadro completo. En vez<br />

de esperar una respuesta en particular, piensa si ya la has recibido de otra<br />

manera. El hecho de que afrontes la situación como todo un cristiano demuestra<br />

que Jehová ya te ha contestado: no te ha quitado el problema, pero te ha dado<br />

fuerzas para sobrellevarlo (Filipenses 4:13).<br />

▪ La cerradura: VERGÜENZA. “Me abochorna tan solo pensar en lo que dirían<br />

mis compañeros si me vieran orando a la hora del almuerzo.” (Hikaru, de 17 años,<br />

Japón)


La llave: “Hay un tiempo [...] para todo” (Eclesiastés 3:1).<br />

Consejos: Es cierto que pudiéramos dar una buena impresión a quienes nos<br />

vean orar discretamente, pero no hay porqué ofrecer un espectáculo. Por ejemplo,<br />

Nehemías, un fiel siervo de Dios, hizo una oración breve y silenciosa delante del<br />

rey Artajerjes, y al parecer el rey ni se dio cuenta (Nehemías 2:1-5). A veces, tú<br />

también podrías orar en público sin que nadie lo note (Filipenses 4:5).<br />

▪ La cerradura: BAJA AUTOESTIMA. “Jehová sabe muy bien cuáles son mis<br />

problemas. Y si yo ya estoy harta, supongo que él también. A veces creo que<br />

ni siquiera merezco hablarle.” (Elizabeth, de 20 años, Irlanda)<br />

La llave: “Ech[e]n sobre él toda su inquietud, porque él se interesa por<br />

ustedes” (1 Pedro 5:7).<br />

Consejos: Como parte de tu estudio personal, busca información sobre Lucas<br />

12:6, 7; Juan 6:44; Hebreos 4:16; 6:10 y 2 Pedro 3:9. Estos versículos te ayudarán<br />

a ver que Jehová quiere escucharte y que no tienes que ser un santo para<br />

merecer su atención. El salmista David, quien pasó muchas angustias, declaró<br />

convencido que “Jehová está cerca de los que están quebrantados de corazón; y<br />

salva a los que están aplastados en espíritu” (Salmo 34:18).<br />

*** w10 15/11 pág. 24 párrs. 2-3 Jehová es nuestro Soberano ***<br />

Dicha situación es comparable a la que existe en un país donde hay dos<br />

bandos enfrentados. Por un lado, está el gobierno legítimo, que vela por el<br />

mantenimiento del orden, y, por otro, una mafia que recurre a todo tipo de fraudes<br />

y actos violentos, incluido el asesinato. Esta organización constituye una amenaza<br />

para las autoridades y pone a prueba la lealtad de los ciudadanos al gobierno<br />

nacional.<br />

3 ¿Por qué decimos que en el universo se da una situación semejante? Para<br />

empezar, porque existe un gobierno legítimo, presidido por el “Señor Soberano<br />

Jehová” (Sal. 71:5). Además, la humanidad sufre la amenaza de una asociación<br />

delictiva, dirigida por el inicuo Satanás (1 Juan 5:19). Esta organización presenta<br />

un desafío para el gobierno divino y pone a prueba la lealtad de la gente al<br />

Soberano Universal.<br />

*** w10 15/11 pág. 25 párr. 10 Jehová es nuestro Soberano ***<br />

¿Qué ha sucedido en el transcurso de los siglos? Satanás ha formado una<br />

poderosa red criminal. Pero Dios terminará destruyéndolo a él y a su organización,<br />

y de este modo dejará establecido que es el legítimo Soberano. Jehová siempre<br />

ha estado seguro de su victoria. Tanto es así que la anunció tan pronto como se<br />

produjo la rebelión del hombre (Gén. 3:15).


*** w10 15/11 pág. 26 párr. 13 Jehová es nuestro Soberano ***<br />

Si no queremos perecer junto con los enemigos de Jehová, es imprescindible<br />

que demostremos lealtad a la soberanía divina. Pero ¿cómo podemos hacerlo?<br />

Permaneciendo lejos de la organización criminal de Satanás y no dejándonos<br />

intimidar por sus agentes (Isa. 52:11; Juan 17:16; Hech. 5:29).<br />

*** bh cap. 16 págs. 159-160 párr. 12 Póngase de parte de la adoración<br />

verdadera ***<br />

Quizá usted piense que hoy en día esas fiestas no se celebran con el mismo<br />

motivo que en la antigüedad. ¿Importa realmente el origen? Claro que sí.<br />

Imagínese que viera un caramelo en una alcantarilla. ¿Se lo comería? Por<br />

supuesto que no; está sucio. Como ese caramelo, hay fiestas que tal vez parezcan<br />

atractivas, pero provienen de lugares inmundos, o sucios. Si queremos ponernos<br />

de parte de la adoración verdadera, debemos pensar como el profeta Isaías. A las<br />

personas que servían a Dios con sinceridad, él les dijo: “No toquen nada inmundo”<br />

(Isaías 52:11).<br />

*** w88 1/5 págs. 3-4 Éxito en la crianza de los hijos ***<br />

Considere una ilustración. Puede que un contratista tenga a su disposición los<br />

mejores planos y los mejores materiales. Pero ¿qué sucedería si rehusara seguir<br />

los planos, y hasta permitiera atajos que manifestaran mal juicio o la sustitución de<br />

materiales de calidad por materiales inferiores? ¿No habría defectos en la<br />

estructura ya levantada, que hasta harían peligroso usarla? Pero suponga que el<br />

contratista fuera concienzudo y se esforzara por seguir los planos y usar<br />

materiales de calidad. ¿No tendría el dueño del edificio ya completado la<br />

responsabilidad de mantenerlo en buenas condiciones? ¿No tendría también la<br />

responsabilidad de no quitar de él los materiales de calidad para reemplazarlos<br />

con materiales inferiores?<br />

Figurativamente, los padres están implicados en una obra de construcción.<br />

Quieren edificar en sus hijos excelentes personalidades. La Biblia suministra los<br />

mejores planos para esto. Los materiales de calidad, “oro, plata, piedras<br />

preciosas”, son asemejados en las Escrituras a cualidades, como las de fe firme,<br />

sabiduría piadosa, discernimiento espiritual, lealtad y aprecio amoroso al Dios<br />

Todopoderoso y sus leyes. (1 Corintios 3:10-13; compárese con Salmo 19:7-11;<br />

Proverbios 2:1-6; 1 Pedro 1:6, 7.)<br />

A medida que crece, el hijo también va adquiriendo más responsabilidad<br />

respecto a edificar en sí mismo una personalidad verdaderamente justa. Tiene que<br />

estar dispuesto a seguir los mismos planos, la Palabra de Dios, y utilizar los<br />

mismos materiales de calidad que utilizaron sus padres. Si una vez que es adulto<br />

joven el hijo rehúsa hacer esto o derriba el buen trabajo de edificación que se ha<br />

hecho en él, entonces es culpable por el desastre resultante. (Deuteronomio 32:5.)


*** w04 15/10 págs. 20-24 Joven, deja que tus padres te ayuden a<br />

salvaguardar el corazón ***<br />

Joven, deja que tus padres te ayuden a salvaguardar el corazón<br />

¿CUÁL dirías que es la tarea más difícil que afronta el capitán de un barco?<br />

¿Atravesar el vasto océano sin ningún percance? Por lo general, no. La mayoría<br />

de los naufragios ocurren cerca de la costa, no en alta mar. De hecho, atracar un<br />

barco puede ser aún más peligroso que hacer aterrizar un avión. ¿Por qué?<br />

Para que el navío arribe sin contratiempos, el capitán tiene que eludir los<br />

peligros que pudieran presentarse al acercarse a cierto puerto. Debe tomar en<br />

cuenta las corrientes submarinas y, a la vez, evitar chocar con otras<br />

embarcaciones. También tiene que bordear los bancos de arena, las rocas o los<br />

restos de naufragios ocultos bajo el agua. Para colmo, es posible que sea la<br />

primera vez que entra en tal puerto.<br />

A fin de superar estos obstáculos, el capitán prudente tal vez contrate los<br />

servicios de un práctico de puerto que conozca bien las aguas. Este se coloca al<br />

lado del capitán en el puente de mando y lo guía con pericia. Juntos analizan los<br />

peligros y conducen el barco a través de cualquier canal angosto en dirección al<br />

puerto.<br />

La invaluable pericia del práctico ilustra la valiosísima ayuda con la que<br />

cuentan los jóvenes cristianos para trazarse un rumbo a través de las turbulentas<br />

aguas de la vida. ¿A qué ayuda nos referimos? ¿Por qué la necesitan los<br />

adolescentes?<br />

Sigamos con el ejemplo del barco. Si eres adolescente, entonces eres como<br />

un capitán de navío en el sentido de que con el tiempo serás responsable de tu<br />

propia vida. Tus padres desempeñan un papel parecido al del práctico de puerto<br />

porque se esfuerzan por guiarte a través de algunas de las situaciones más<br />

difíciles de tu vida. Ahora bien, durante tu adolescencia quizá te cueste aceptar<br />

sus consejos. ¿Por qué?<br />

El problema muchas veces está en el corazón. El corazón figurado tal vez te<br />

incite a desear algo prohibido o a protestar ante una aparente amenaza a tu<br />

libertad. “La inclinación del corazón del hombre —dice la Biblia— es mala desde<br />

su juventud.” (Génesis 8:21.) Jehová deja claro que tienes una verdadera lucha<br />

por delante, pues te advierte: “El corazón es lo más torcido de todo, y voluble”<br />

(Jeremías 17:9, Coffman). Además de abrigar malos deseos, el corazón es capaz<br />

de engañar al joven haciéndole pensar que sabe más que sus padres, aunque<br />

estos tengan mucha más experiencia que él. Pero hay buenas razones para que<br />

tú, joven, busques la ayuda de tus padres a medida que navegas por los años<br />

difíciles de la adolescencia.<br />

¿Por qué debes obedecer a tus padres?


Ante todo, Jehová, el Fundador de la familia, dice que debes seguir la<br />

dirección de tus padres (Efesios 3:15). Dado que Dios ha encargado tu cuidado a<br />

tus padres, te da a ti el siguiente consejo: “Hijos, obedezcan a sus padres, porque<br />

ustedes son de Cristo y eso es lo que les corresponde hacer” (Efesios 6:1-3,<br />

Traducción en lenguaje actual; Salmo 78:5). Aunque seas adolescente, tus padres<br />

aún tienen la responsabilidad de guiarte, y tú tienes la obligación de obedecerles.<br />

Cuando el apóstol Pablo escribió que los hijos deben obedecer a sus padres,<br />

utilizó un término griego que puede aplicarse a los hijos sin importar su edad.<br />

Según Mateo 23:37, por ejemplo, Jesús se refirió a los habitantes de Jerusalén<br />

como “hijos” de ella, aunque la mayoría eran adultos.<br />

Muchos hombres fieles de la antigüedad continuaron obedeciendo a sus<br />

padres aun cuando eran adultos. Jacob, ya crecido, comprendía que debía<br />

obedecer el mandato de su padre de no casarse con una mujer que no fuera<br />

sierva de Jehová (Génesis 28:1, 2). Sin duda también tuvo que haber observado<br />

que la decisión de su hermano de casarse con cananeas paganas había causado<br />

profundo dolor a sus progenitores (Génesis 27:46).<br />

Además de cumplir con el deber que Dios les ha dado de guiarte, tus padres<br />

cristianos son probablemente los más capacitados para aconsejarte, ya que te<br />

conocen muy bien y han demostrado durante muchos años su amor abnegado por<br />

ti. Al igual que el práctico del puerto, hablan por experiencia propia. Ellos mismos<br />

han pasado por “los deseos que acompañan a la juventud” y, como cristianos<br />

verdaderos, han visto personalmente el valor de seguir los principios bíblicos<br />

(2 Timoteo 2:22).<br />

Con tal experiencia a tu lado, puedes recibir la ayuda necesaria para hacer<br />

frente a las situaciones más difíciles. Fíjate, por ejemplo, en la relación con el sexo<br />

opuesto. ¿Cómo pueden tus padres cristianos guiarte en este asunto delicado?<br />

Atracción por el sexo opuesto<br />

Los prácticos aconsejan a los capitanes de navío que se mantengan lo más<br />

alejados posible de los bancos de arena, pues aunque son suaves, son muy<br />

traicioneros, debido a sus constantes cambios de posición. De igual manera, tus<br />

padres desean que te mantengas lo más lejos posible de situaciones que pudieran<br />

entramparte emocionalmente. Saben, por ejemplo, que los sentimientos por<br />

alguien del sexo contrario son intensos y difíciles de definir. Y que cuando se<br />

despiertan, pueden hacerte encallar.<br />

El ejemplo de Dina ilustra lo insensato que es acercarnos demasiado al<br />

peligro. Tal vez la curiosidad y el deseo de pasar un buen rato impulsaron a Dina a<br />

buscar la compañía de las cananeas, que tenían una conducta moral relajada.<br />

Lo que al principio parecía ser una diversión inocente, terminó en una tragedia:<br />

Dina fue violada por el joven “más honorable” de la ciudad (Génesis 34:1, 2, 19).<br />

En la época en que vivimos abundan tales peligros, pues se da mucho énfasis<br />

al sexo (Oseas 5:4). Algunos jóvenes quizás den la impresión de que divertirse<br />

con personas del sexo contrario es la actividad más emocionante que existe.


Puede que tu corazón palpite más rápido con tan solo pensar en estar a solas con<br />

alguien a quien encuentres físicamente atractivo. Pero los padres amorosos<br />

intentarán protegerte de la compañía de jóvenes que no respetan las normas de<br />

Dios.<br />

Laura admite que la curiosidad puede cegar a los adolescentes de modo que<br />

no vean el peligro. “Cuando mis compañeras de clase me dicen que bailaron hasta<br />

la madrugada con unos chicos fabulosos, suena como si fuera una experiencia<br />

inolvidable. Reconozco que a veces exageran, pero aun así siento curiosidad y<br />

creo que a lo mejor me estoy perdiendo algo muy divertido. Aunque sé que mis<br />

padres tienen razón al no dejarme ir a esos sitios, de todos modos siento la<br />

tentación.”<br />

Una embarcación no tiene frenos, por lo que le toma más tiempo detenerse.<br />

Los padres saben que la pasión reacciona de forma parecida. El libro de<br />

Proverbios asemeja al hombre impulsado por una pasión sin restricciones a un<br />

toro que es conducido al degüello (Proverbios 7:21-23). De seguro, no quieres que<br />

tal cosa te ocurra a ti, pues sufrirías un naufragio emocional y espiritual. Tus<br />

padres tal vez perciban claramente si tu corazón empieza a engañarte en estos<br />

asuntos y entonces te den consejo al respecto. ¿Obrarás con sabiduría y los<br />

escucharás a fin de evitar la calamidad? (Proverbios 1:8; 27:12.)<br />

También necesitas el apoyo de tus padres cuando afrontas la presión de<br />

grupo. ¿Cómo pueden ayudarte?<br />

La influencia persuasiva de tus compañeros<br />

Una fuerte marea o corriente puede apartar un barco de su rumbo. Para<br />

contrarrestar esta fuerza, el barco tiene que ser dirigido en otra dirección.<br />

De manera parecida, la influencia persuasiva de otros jóvenes puede descarriarte<br />

en sentido espiritual, a menos que tomes medidas que lo remedien.<br />

Tal como lo ilustra la experiencia de Dina, “el que con necios se junta, saldrá<br />

mal parado” (Proverbios 13:20, Nueva Versión Internacional). Recuerda que el<br />

vocablo “necio”, tal y como se usa en la Biblia, se refiere a alguien que no conoce<br />

a Jehová o que no quiere andar en sus caminos.<br />

Ahora bien, quizá no sea fácil rechazar los puntos de vista o la conducta de<br />

tus compañeros de clase. María José explica: “Quería que los demás jóvenes me<br />

aceptaran. Como no quería que me consideraran diferente, los imitaba en todo lo<br />

que podía”. Sin darte cuenta, tus compañeros pudieran influir en ti: en tu selección<br />

de música, en la ropa que deseas ponerte, incluso en tu forma de hablar.<br />

Es natural que te sientas cómodo cuando estás con otros jóvenes de tu edad, pero<br />

eso te hará más vulnerable a su fuerte influencia, la cual quizá sea destructiva<br />

(Proverbios 1:10-16).<br />

Caroline recuerda el dilema que afrontó hace unos años: “Desde que tenía 13<br />

años de edad, la mayoría de las muchachas con las que estaba tenían novios, y<br />

por varios años me encontré bajo constante presión para hacer lo mismo.


No obstante, mi madre me guió durante esos momentos difíciles. Pasaba horas<br />

escuchándome, haciéndome razonar y ayudándome a ver la importancia de<br />

aplazar el noviazgo hasta que fuera más madura”.<br />

Al igual que la madre de Caroline, tal vez tus padres se sientan obligados a<br />

advertirte acerca de la presión de otros jóvenes o incluso a impedir que participes<br />

en ciertas actividades o que tengas ciertas amistades. Nathan recuerda varios<br />

conflictos que tuvo con sus padres sobre estos asuntos. “Mis amigos me invitaban<br />

a menudo a salir con ellos —explica él—, pero mis padres no querían que saliera<br />

en grupos grandes ni que fuera a fiestas grandes donde no hubiera supervisión.<br />

En aquella época, no entendía por qué los demás padres eran más permisivos<br />

que los míos.”<br />

Sin embargo, con el tiempo Nathan comprendió la razón. “Sabía que en mi<br />

caso ‘la tontedad estaba atada al corazón del muchacho’”, admite. Y añade: “Esta<br />

tontedad parece surgir fácilmente cuando los jóvenes están en grupo. Uno de ellos<br />

hace algo impropio, luego otro hace algo peor, y el tercero va más allá. Pronto, a<br />

todo el mundo se le presiona para que haga lo mismo. Hasta jóvenes que dicen<br />

servir a Jehová pueden caer en esta trampa” (Proverbios 22:15).<br />

Nathan y María José tuvieron una lucha con su corazón cada vez que sus<br />

padres no les permitían hacer lo que sus compañeros les decían. Sin embargo,<br />

obedecieron, y después se alegraron de haberlo hecho. El proverbio dice: “Inclina<br />

tu oído y oye las palabras de los sabios, para que apliques tu mismísimo corazón<br />

a mi conocimiento” (Proverbios 22:17).<br />

Dignos de honra<br />

Un barco que se escora o se inclina es difícil de manejar, y si se escora<br />

demasiado es fácil que zozobre. En vista de nuestra naturaleza imperfecta, todos<br />

nos “inclinamos” hacia lo egoísta y lo prohibido. Pero a pesar de dichas<br />

tendencias, los jóvenes pueden arribar a buen puerto, por así decirlo, si siguen<br />

con cuidado la dirección de sus padres.<br />

Por ejemplo, tus padres pueden ayudarte a rechazar la idea de que hay un<br />

camino en el medio, es decir, entre el camino angosto que conduce a la vida y el<br />

ancho que lleva a la destrucción (Mateo 7:13, 14). No es realista la idea de que<br />

puedes disfrutar un poco de lo que es malo con tal de que no te entregues por<br />

completo a ello, es decir, que puedes “saborear” algo sin tragarlo. Quienes<br />

procuran hacer eso están “cojeando sobre dos opiniones diferentes”: sirviendo a<br />

Jehová hasta cierto grado, pero también amando el mundo y las cosas del mundo,<br />

y tales personas pueden zozobrar fácilmente en sentido espiritual (1 Reyes 18:21;<br />

1 Juan 2:15). ¿Por qué razón? Debido a nuestras tendencias pecaminosas.<br />

Nuestros deseos imperfectos se hacen más intensos si sucumbimos a ellos.<br />

El ‘corazón traicionero’ no estará satisfecho con solo un bocado. Exigirá más<br />

(Jeremías 17:9). Una vez que empecemos a irnos a la deriva en sentido espiritual,<br />

el mundo ejercerá cada vez más influencia sobre nosotros (Hebreos 2:1). Aunque<br />

tú no percibas que te estás escorando espiritualmente, tus padres cristianos sí lo


verán. Es cierto que ellos tal vez no aprendan tan rápido como tú a manejar un<br />

programa informático, pero saben mucho más que tú acerca del corazón rebelde y<br />

quieren ayudarte a ‘guiar tu corazón por el camino’ que conduce a la vida<br />

(Proverbios 23:19).<br />

Ahora bien, no esperes que tus padres juzguen los asuntos a la perfección<br />

cuando tengan que darte guía en campos difíciles, como la música, el<br />

entretenimiento y el arreglo personal. Quizás tus padres no tengan la sabiduría de<br />

Salomón ni la paciencia de Job. Tal como el práctico de puerto, puede que sean<br />

demasiado cautelosos. Con todo, su guía resultará ser inestimable si prestas<br />

atención a “la disciplina de tu padre, y no abandon[a]s la ley de tu madre”<br />

(Proverbios 1:8, 9).<br />

Otros jóvenes quizás hablen con desprecio de sus padres. Pero si los tuyos se<br />

esfuerzan por seguir las Escrituras, estarán a tu lado por tormentosos que soplen<br />

los vientos, en todo momento y cuando afrontes cualquier temporal. Al igual que el<br />

capitán de un barco que recibe el consejo de un práctico de puerto con<br />

experiencia, tú también debes dejarte guiar por tus padres en el camino de la<br />

sabiduría. Los beneficios serán incalculables.<br />

*** g 4/08 pág. 27 ¿Por qué no confían en mí mis padres? ***<br />

Sin embargo, pasar a la adultez no es simplemente como atravesar una puerta<br />

cuando alcanzas cierta edad; es más como subir por una escalera, escalón por<br />

escalón, a lo largo de la adolescencia. Claro, la opinión de tus padres quizás sea<br />

muy diferente de la tuya en cuanto a en qué punto de la escalera te encuentras.<br />

*** g 4/08 pág. 28 ¿Por qué no confían en mí mis padres? ***<br />

[Ilustración de la página 28]<br />

Convertirte en un adulto responsable es como subir por una escalera, escalón por<br />

escalón, a lo largo de la adolescencia<br />

[Ilustración]<br />

(Para ver el texto en su formato original, consulte la publicación)<br />

ADULTEZ<br />

ADOLESCENCIA<br />

NIÑEZ<br />

*** w10 15/3 págs. 11-12 párr. 8 Bautizados en el nombre del Padre, del Hijo y<br />

del espíritu santo ***<br />

Otra verdad que tuvieron que admitir estos estudiantes de la Biblia es que<br />

todos hemos heredado el pecado de Adán (Rom. 5:12). Para entender la situación<br />

en que se encontraban, pensemos en un hombre que, sin saberlo, padece una<br />

enfermedad. Quizás tenga algún dolor pasajero u otros síntomas menores, pero<br />

como no ha recibido un diagnóstico, le parece que su salud es buena.


No obstante, en un reconocimiento médico le detectan el mal (compárese con<br />

1 Corintios 4:4). ¿Verdad que lo mejor sería buscar un tratamiento probado y<br />

eficaz y someterse a él? Pues algo similar les ha sucedido a muchos que han<br />

aprendido la verdad acerca del pecado heredado. Han aceptado el “diagnóstico”<br />

de la Biblia y han comprendido que solo Dios ofrece el “remedio”. Así es, todos los<br />

que están alejados del Padre deben acudir a él para recibir curación (Efe. 4:17-<br />

19).<br />

*** w99 15/2 pág. 13 párrs. 1-3 Dios nos salva mediante el rescate de Cristo<br />

***<br />

IMAGÍNESE que sufre una enfermedad cuya curación requiere una<br />

intervención quirúrgica. ¿Cómo se sentiría si el costo de la operación fuera muy<br />

superior a lo que usted puede pagar, o incluso a lo que pueden sufragar toda su<br />

familia y sus amigos en conjunto? Sería frustrante verse en tal situación de vida o<br />

muerte.<br />

2 Este ejemplo ilustra la situación en la que se halla la especie humana. A<br />

nuestros primeros padres, Adán y Eva, se les creó perfectos (Deuteronomio 32:4).<br />

Tenían la perspectiva de vivir para siempre y cumplir el propósito de Dios: “Sean<br />

fructíferos y háganse muchos y llenen la tierra y sojúzguenla” (Génesis 1:28). Sin<br />

embargo, se rebelaron contra su Creador (Génesis 3:1-6). Su desobediencia<br />

no solo les acarreó el pecado a ellos, sino también a su prole no nacida. El justo<br />

Job dijo más tarde: “¿Quién puede producir a alguien limpio de alguien inmundo?<br />

No hay ninguno” (Job 14:4).<br />

3 De modo que el pecado es como una enfermedad que cada uno de nosotros<br />

ha contraído, pues la Biblia dice que “todos han pecado”. Es una enfermedad letal.<br />

El apóstol dice: “El salario que el pecado paga es muerte” (Romanos 3:23; 6:23).<br />

Nadie puede evadirlo. Todos los hombres pecan, por lo tanto, todos mueren.<br />

Como descendientes de Adán, nacimos en este estado (Salmo 51:5). “Por medio<br />

de un solo hombre —escribió Pablo—, el pecado entró en el mundo, y la muerte<br />

mediante el pecado, y así la muerte se extendió a todos los hombres porque todos<br />

habían pecado.” (Romanos 5:12.) Pero eso no significa que no tengamos ninguna<br />

esperanza de salvación.<br />

*** w09 15/9 pág. 26 ¿Valoramos lo que Jehová ha hecho para liberarnos? ***<br />

¿Por qué necesitamos que se nos libere?<br />

3 Un informe reciente llamó a la gripe española —que se desató en 1918 y<br />

mató a decenas de millones de personas— una de las peores epidemias de la<br />

historia. Por otro lado, hay enfermedades que infectan a relativamente pocas<br />

personas, pero que matan a un porcentaje muy alto de ellas, por lo que en cierto<br />

sentido son más mortíferas. Ahora comparemos el pecado con una epidemia de<br />

ese tipo. Romanos 5:12 dice lo siguiente: “Por medio de un solo hombre el pecado<br />

entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se extendió a


todos los hombres porque todos habían pecado”. Podríamos decir que la tasa de<br />

infección del pecado es del 100%, pues todos los seres humanos somos<br />

pecadores (léase Romanos 3:23). ¿Y cuál es la tasa de mortalidad? Pablo escribió<br />

que el pecado causa la muerte de “todos los hombres”.<br />

4 Hoy día, pocas personas hablarían del pecado y la muerte en términos tan<br />

fatalistas. Es cierto que se conmocionan cuando fallece alguien relativamente<br />

joven, pero ven la muerte como algo natural si sucede en la vejez. No se dan<br />

cuenta de cuál es el punto de vista del Creador al respecto. En realidad, la<br />

duración de nuestra vida es infinitamente menor que la que él se proponía.<br />

De hecho, desde su perspectiva, ningún ser humano ha vivido más de un día<br />

(2 Ped. 3:8). Por eso, la Palabra de Dios dice que nuestra vida es tan breve como<br />

la de una flor, como un suspiro o una exhalación (Sal. 39:5; 1 Ped. 1:24). ¿Por qué<br />

debemos tener esto presente? Porque cuanto mejor entendamos la gravedad de<br />

nuestra “enfermedad” (el pecado), más valoraremos la “cura”: todo lo que Jehová<br />

ha hecho para liberarnos.<br />

*** ct cap. 9 págs. 156-157 Un Gran Maestro nos revela con más profundidad<br />

al Creador ***<br />

¿Qué implica el rescate? Puede verse del siguiente modo: Supongamos que<br />

tenemos una computadora, y alguien introduce en un programa perfecto un error<br />

(o virus) que corrompe un archivo electrónico. Esto ilustra el efecto de lo que Adán<br />

hizo al desobedecer voluntariamente a Dios, es decir, cuando pecó. Volvamos a la<br />

ilustración. Todas las copias que se hagan del archivo corrompido se verán<br />

afectadas. Sin embargo, no está todo perdido. Puede detectarse el error con un<br />

programa especial y eliminarlo de los archivos y del ordenador. Del mismo modo,<br />

la humanidad ha recibido un “virus” (pecado) de Adán y Eva, y necesita ayuda<br />

exterior para erradicarlo (Romanos 5:12). Según la Biblia, Dios hizo posible esta<br />

limpieza mediante la muerte de Jesús. Es una provisión amorosa de la que todos<br />

podemos beneficiarnos (1 Corintios 15:22).<br />

*** g 1/06 pág. 8 ¿Adónde irá a parar este mundo? ***<br />

[Comentario de la página 8]<br />

Si fotocopiamos un papel con una mancha, esta aparecerá en todas las copias.<br />

Los descendientes de Adán somos, por así decirlo, copias que muestran la marca<br />

del pecado, la misma marca que apareció en Adán, el “original”<br />

*** bh cap. 3 pág. 29 párr. 7 ¿Qué propósito tiene Dios para la Tierra? ***<br />

Con embustes y trampas, Satanás consiguió que Adán y Eva desobedecieran<br />

a Dios (Génesis 2:17; 3:6). El resultado fue que ambos terminaron muriendo, tal<br />

como Dios les había advertido (Génesis 3:17-19). Puesto que Adán se hizo<br />

imperfecto cuando pecó, todos sus descendientes heredaron el pecado (Romanos<br />

5:12). La situación puede compararse a un molde de hacer pan que se ha


abollado o deformado debido a un golpe. ¿Cómo saldrán todos los panes que se<br />

hagan con él? Imperfectos, marcados por la misma abolladura. De igual modo,<br />

todos los seres humanos nacemos marcados por la “abolladura” de la<br />

imperfección de Adán. Esta es la razón por la que envejecemos y morimos<br />

(Romanos 3:23).<br />

*** la-S parte 7 pág. 24 párr. 8 Una vida llena de satisfacción: ¿por qué<br />

resulta tan difícil de alcanzar? ***<br />

Tal como un molde abollado solo puede producir bizcochos con una marca o<br />

impresión, el hombre y la mujer imperfectos únicamente podían engendrar una<br />

prole imperfecta. La Biblia explica el proceso: “Por medio de un solo hombre el<br />

pecado entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado, y así la muerte se<br />

extendió a todos los hombres porque todos habían pecado” (Romanos 5:12). De<br />

modo que todos nacemos en pecado, sujetos a futilidad.<br />

*** pe cap. 7 pág. 74 párr. 15 La razón de nuestra existencia ***<br />

¿Sabe usted cómo nos vino de Adán el pecado? Después que Adán cayó en<br />

imperfección, pasó a todos sus hijos aquella imperfección y la muerte. (Job 14:4;<br />

Romanos 5:12) Le ayudará a entender esta situación el pensar en lo que sucede<br />

cuando un panadero hace un pan en una vasija que tiene una mella. En todo pan<br />

que se haga en esa vasija habrá una marca. Adán llegó a ser como aquella vasija,<br />

y nosotros somos como el pan. El cayó en la imperfección cuando quebrantó la ley<br />

de Dios. Fue como si hubiera recibido una mella o una marca mala. Por eso,<br />

cuando él tuvo hijos, todos ellos recibieron esta misma marca del pecado o<br />

imperfección.<br />

*** w02 1/3 pág. 16 párrs. 13-14 ¿Cuánto valor tiene para nosotros la verdad?<br />

***<br />

13 En Escocia, un cordero que pastaba en un prado junto al rebaño se fue<br />

hasta la ladera de una loma y se cayó en un saliente. No quedó herido, pero<br />

estaba asustado y era incapaz de subir, por lo que empezó a balar<br />

lastimeramente. Su madre lo oyó y también se puso a balar, hasta que el pastor<br />

llegó y rescató al cordero.<br />

14 Fijémonos en la secuencia de los sucesos. El cordero baló para pedir<br />

ayuda, su madre se unió a él y el pastor, alertado, entró en acción para salvarlo. Si<br />

una cría y su madre sienten el peligro y piden ayuda de inmediato, ¿no<br />

deberíamos hacer lo mismo nosotros cuando tropezamos en sentido espiritual o<br />

afrontamos peligros inesperados del mundo de Satanás? (Santiago 5:14, 15;<br />

1 Pedro 5:8.) Así tendría que ser, sobre todo si carecemos de experiencia, bien<br />

por nuestra edad, bien porque somos relativamente nuevos en la verdad.


*** jr cap. 12 págs. 152-153 párr. 23 “¿No era ese un caso de conocerme?” ***<br />

Imaginemos que alguien nos regala un valioso jarrón antiguo. Si se manchase<br />

por alguna razón, ¿lo echaríamos a la basura automáticamente? No. Lo más<br />

seguro es que procuráramos limpiarlo con cuidado a fin de quitarle las manchas,<br />

porque lo que deseamos es que luzca bonito y brillante. De igual modo, debemos<br />

esforzarnos por eliminar cualquier rencor o animosidad que sintamos hacia un<br />

hermano que nos haya ofendido. Resistamos la tendencia a dar vueltas y vueltas<br />

a las palabras o acciones que nos dolieron. Cuando logramos borrarlas de la<br />

mente, purificamos la imagen y los recuerdos del hermano al que hemos<br />

perdonado. Una vez eliminados de nuestro corazón los pensamientos negativos,<br />

estaremos más dispuestos a volver a disfrutar de la estrecha amistad que nos<br />

unía.<br />

*** w93 15/8 págs. 15-16 párrs. 16-21 Sigamos creciendo en conocimiento ***<br />

Para ilustrarlo, vamos a hablar del permafrost, el nivel del suelo<br />

permanentemente helado que existe en el Ártico y en otras regiones donde la<br />

temperatura promedio está bajo el punto de congelación. El suelo, las rocas y el<br />

agua subterránea se congelan y forman una masa sólida que a veces alcanza<br />

hasta los 900 metros de profundidad. Durante el verano, es posible que se derrita<br />

parte del hielo de la superficie del suelo (llamado mollisol). Sin embargo, esta capa<br />

fina de suelo deshelado es por lo general lodosa, porque la humedad no puede<br />

desaguar en el permafrost que tiene debajo. Las plantas que crecen en la fina<br />

capa superficial del suelo con frecuencia son pequeñas o están mal desarrolladas;<br />

sus raíces no pueden penetrar el permafrost. Tal vez usted diga: ‘¿Pero qué tiene<br />

que ver el permafrost con el que yo crezca en el conocimiento de la verdad<br />

bíblica?’.<br />

17 El permafrost ilustra bien la situación de la persona que no mantiene sus<br />

facultades mentales activas en absorber, recordar y utilizar el conocimiento<br />

exacto. (Compárese con Mateo 13:5, 20, 21.) Es muy probable que tenga la<br />

capacidad mental de aprender diversos asuntos, incluso las verdades bíblicas. Ha<br />

estudiado “las cosas elementales de las sagradas declaraciones formales de Dios”<br />

y tal vez ha reunido los requisitos para bautizarse, como lo hicieron los cristianos<br />

hebreos. No obstante, quizás no ‘pase adelante a la madurez’, a las cosas que<br />

sobrepasan “la doctrina primaria acerca del Cristo”. (Hebreos 5:12; 6:1.)<br />

18 Imagínese a aquellos cristianos en las reuniones del siglo primero. Estaban<br />

presentes y despiertos, pero ¿se esforzaban mentalmente por aprender?<br />

¿Estaban activa y sinceramente creciendo en conocimiento? Tal vez no. Cuando<br />

los inmaduros participaban en las reuniones, era como si lo hicieran, por decirlo<br />

así, con la capa externa y fina de la mente, mientras que el fondo estaba<br />

congelado. Las raíces de las verdades más sólidas y profundas no podían<br />

penetrar en esta región de permafrost mental. (Compárese con Isaías 40:24.)<br />

19 Lo mismo pudiera sucederle al cristiano hoy. Aunque esté presente en las<br />

reuniones, tal vez no se valga de ellas para crecer en conocimiento. ¿Qué puede


decirse de su participación? A un nuevo o a un joven puede que le cueste mucho<br />

leer un texto bíblico u ofrecer un comentario citando textualmente del párrafo, lo<br />

que muestra que emplea sus facultades de manera encomiable. Pero Pablo<br />

mostró que hay otros cristianos que, en vista del tiempo que llevan en la<br />

congregación, deberían avanzar más allá de esa primera etapa de participación si<br />

desean seguir creciendo en conocimiento. (Hebreos 5:14.)<br />

20 Si uno ha sido cristiano durante mucho tiempo y lo único que puede hacer<br />

es leer un texto bíblico o hacer un comentario directamente del párrafo, es<br />

probable que, por decirlo así, solo haya estado participando con el “mollisol”, o<br />

capa externa de la mente. Prosiguiendo con la ilustración del permafrost, puede<br />

que las profundidades de sus facultades mentales estén congeladas aunque<br />

asista a todas las reuniones. Debemos preguntarnos: ‘¿Me encuentro en esa<br />

situación? ¿He permitido que se forme un permafrost mental en mí? ¿Hasta qué<br />

grado estoy alerta mentalmente y tengo interés en aprender?’. Aunque nos<br />

incomoden nuestras respuestas sinceras, podemos dar pasos inmediatos para<br />

crecer en conocimiento.<br />

21 Todos podemos aplicar personalmente las sugerencias del párrafo 8.<br />

Prescindiendo de cuánto tiempo llevemos en la congregación, podemos<br />

resolvernos a adelantar hacia la madurez y a crecer en conocimiento. En el caso<br />

de algunos eso significará prepararse con más diligencia para las reuniones, tal<br />

vez volviendo a cultivar hábitos que tuvieron hace años, pero que abandonaron<br />

poco a poco. Al prepararse, trate de determinar los puntos clave de la información<br />

y esfuércese por entender los textos menos conocidos que se emplean para<br />

desarrollar el hilo argumental. Busque todo nuevo enfoque o aspecto que se<br />

presente. De igual manera, cuando esté en la reunión, trate de aplicar<br />

personalmente las sugerencias mencionadas en los párrafos 10 y 11. Esfuércese<br />

por estar alerta mentalmente, como si mantuviera alta la temperatura de la mente.<br />

Tal proceder impedirá que se forme el “permafrost”; dicho esfuerzo consciente<br />

también derretirá cualquier otro estado de “congelación” que se haya desarrollado.<br />

(Proverbios 8:12, 32-34.)<br />

*** w05 1/9 pág. 4 Los beneficios de ser leal ***<br />

Los beneficios de ser leal<br />

EN ALGUNOS países, los niños se divierten tirando cadillos, o abrojos, a sus<br />

amigos. Los cadillos quedan enganchados en la ropa de lana y no importa lo que<br />

haga el niño —caminar, correr, sacudirse o saltar—, los cadillos permanecen<br />

adheridos. La única manera de librarse de ellos es quitándolos uno a uno. A los<br />

niños les parece divertidísimo.<br />

Claro está, a nadie le gusta llevar cadillos pegados a la ropa, pero a todos nos<br />

asombra la firmeza con que se adhieren. Algo parecido sucede con la persona<br />

leal: se adhiere, por decirlo así, a otra persona y sabe mantener una relación<br />

duradera, pues cumple fielmente con los deberes y las obligaciones de tal


elación, incluso cuando las circunstancias lo dificultan. La palabra lealtad nos<br />

hace pensar en virtudes como fidelidad, adhesión y devoción.<br />

*** w05 1/9 págs. 6-7 Los beneficios de ser leal ***<br />

La lealtad se puede aprender<br />

Cuando un niño juega por primera vez a arrojar cadillos a los demás,<br />

seguramente querrá hacerlo más veces. Lo mismo es cierto de la persona leal.<br />

¿Por qué? Porque cuanto más leales seamos, más fácil nos resultará seguir<br />

siéndolo. Si la persona aprende a ser leal en la familia a temprana edad, cuando<br />

crezca cultivará con mayor facilidad amistades basadas en la lealtad. Con el<br />

tiempo, estas buenas y duraderas amistades la prepararán para ser leal en el<br />

matrimonio. También la ayudarán a ser leal en la amistad más importante que<br />

existe.<br />

*** kl cap. 17 pág. 164 párr. 11 Halle seguridad dentro del pueblo de Dios ***<br />

Para ilustrarlo, imagínese que circula por una carretera muy transitada.<br />

No todos los vehículos van a la misma velocidad ni están en las mismas<br />

condiciones. Algunos han viajado largas distancias, mientras que otros, como<br />

usted, acaban de ponerse en camino. Sin embargo, aparte de estas diferencias,<br />

todos circulan por la carretera. Algo parecido sucede con las personas que<br />

componen una congregación. No todas desarrollan las cualidades cristianas con la<br />

misma rapidez. Además, no todas están en las mismas condiciones físicas o<br />

emocionales. Las hay que llevan muchos años adorando a Jehová; otras acaban<br />

de empezar. No obstante, todas están en el camino que conduce a la vida eterna,<br />

‘aptamente unidas en la misma mente y en la misma forma de pensar’. (1 Corintios<br />

1:10.)<br />

*** w95 1/10 pág. 18 párr. 20 Padres e hijos, ¡pongan a Dios en primer lugar!<br />

***<br />

Una joven dijo: “Tener miedo es como tener frío. Puedes hacer algo al<br />

respecto”. Explicó: “Cuando uno tiene frío, se pone un suéter. Si sigue sintiendo<br />

frío, se pone otro suéter. Y continúa poniéndose ropa hasta que no siente frío. De<br />

igual manera, orar a Jehová cuando a uno le da miedo es como ponerse un suéter<br />

cuando tiene frío. Si el miedo persiste después de haber hecho una oración,<br />

continúo orando hasta que se me quita. Surte efecto. Me ha ayudado a evitar<br />

problemas”.


*** cl cap. 17 pág. 178 párr. 21 ‘¡Oh la profundidad de la sabiduría de Dios!’<br />

***<br />

21 Ahora bien, ¿implica lo anterior que Dios ya ha previsto las decisiones que<br />

adoptaremos en la vida? Así lo creen algunos defensores de la predestinación. Sin<br />

embargo, tal idea atenta contra la sabiduría de Jehová, pues supone que él<br />

no puede controlar su capacidad de conocer el futuro. Para ilustrarlo: si usted<br />

tuviera una voz de belleza sin par, ¿estaría obligado a cantar todo el tiempo?<br />

Sería absurdo. De igual modo, Jehová posee la capacidad de preconocer el<br />

porvenir, pero no la emplea en todo momento. Si lo hiciera, podría violar nuestro<br />

libre albedrío, un don inestimable que nunca nos quitará (Deuteronomio<br />

30:19, 20).<br />

*** w12 1/7 pág. 5 ¿Quién escucha las oraciones? ***<br />

Pero la naturaleza no puede enseñarnos todo lo que necesitamos saber<br />

acerca de Dios. Contemplar las cosas que él ha creado es como oír las pisadas de<br />

alguien que se acerca a una puerta. Sabemos que hay alguien detrás, pero ¿quién<br />

es? Solo lo averiguaremos si abrimos la puerta. Pues para saber quién ha creado<br />

todas las cosas, es necesario “abrir” una puerta.<br />

¿Qué puerta es esa? La Biblia. En sus páginas podemos conocer a Dios. Sus<br />

detalladas profecías y su cumplimiento son prueba de que él existe. Es más, este<br />

libro nos revela la personalidad del Dios que escucha nuestras oraciones al<br />

registrar diversas ocasiones en que trató con los seres humanos.<br />

*** w96 1/11 pág. 32 “Todos pertenecemos a la misma familia” ***<br />

Una familia de Testigos —Eugène Ntabana, su esposa y sus dos hijos— vivía<br />

en la capital, Kigali. Cuando Eugène explicaba la neutralidad cristiana a sus<br />

vecinos, solía hablarles de la buganvilla, una planta trepadora que abunda en los<br />

climas cálidos. (Mateo 22:21.)<br />

“Aquí en Kigali —explicaba Eugène—, la buganvilla produce flores rojas,<br />

rosadas y, a veces, blancas. Sin embargo, todas pertenecen a la misma familia. Lo<br />

mismo sucede en el caso de los seres humanos. Aunque seamos diferentes en lo<br />

que respecta a raza, color de piel o antecedentes étnicos, todos pertenecemos a<br />

la misma familia, la familia humana.”<br />

*** w08 15/3 pág. 24 párr. 17 “¿Quién es sabio y entendido entre ustedes?”<br />

***<br />

Por lo tanto, se espera que los cristianos rechacemos todo lo malo de<br />

inmediato, que esa sea nuestra reacción automática. Cuando el médico nos<br />

golpea con un martillito el tendón que tenemos justo bajo la rodilla, la pierna se<br />

extiende al instante de forma automática. Es un acto reflejo; no nos ponemos a<br />

pensar si vamos a realizarlo o no. De igual modo, cuando se presentan


tentaciones, el cristiano que tiene el corazón puro y la conciencia educada por la<br />

Biblia rechaza automáticamente lo malo (Rom. 12:9). En las Escrituras<br />

encontramos ejemplos de personas que reaccionaron de tal modo, como José —<br />

el hijo de Jacob— y Jesús (Gén. 39:7-9; Mat. 4:8-10).<br />

*** lv cap. 12 pág. 133 párrs. 1-2 Hablemos siempre de forma edificante ***<br />

SUPONGAMOS que le regalamos un automóvil a un ser querido y este decide<br />

usarlo mal, conduciendo de forma irresponsable y haciendo daño a otras<br />

personas. ¿Cómo nos sentiríamos? Sin duda, muy decepcionados.<br />

2 Pues bien, Jehová es el origen de “toda dádiva buena y todo don perfecto”<br />

(Santiago 1:17). Por ejemplo, nos ha regalado algo que nos distingue de los<br />

animales y que nos permite expresar nuestras ideas y sentimientos: la facultad del<br />

habla. Pero este regalo, como el automóvil de la comparación, puede usarse mal.<br />

De hecho, muchas personas lo emplean de forma irresponsable y hacen daño a<br />

los demás. ¿Comprendemos, entonces, lo decepcionado que debe sentirse<br />

Jehová?<br />

*** bh cap. 16 pág. 154 párrs. 1-2 Póngase de parte de la adoración verdadera<br />

***<br />

IMAGÍNESE que descubre que alguien ha estado arrojando a escondidas<br />

residuos tóxicos muy cerca de donde usted reside. Todo el barrio está<br />

contaminado, y su vida corre peligro. ¿Qué puede hacer? Lo más probable es que<br />

trate de mudarse. Pero aunque se marche del lugar, tendrá que contestar una<br />

pregunta importante: “¿Estoy envenenado?”.<br />

2 Algo parecido sucede con la religión falsa. La Biblia enseña que está<br />

contaminada con enseñanzas y prácticas inmundas, o sucias (2 Corintios 6:17).<br />

Por eso es vital salirse de “Babilonia la Grande”, el imperio mundial de la religión<br />

falsa (Revelación [Apocalipsis] 18:2, 4). ¿Lo ha hecho usted ya? Si así es, lo<br />

felicitamos. Pero no es suficiente con que abandone una religión falsa o presente<br />

su renuncia a ella. También debe preguntarse: “¿Quedan restos de la adoración<br />

falsa en mi vida?”. Veamos algunos ejemplos.<br />

*** w10 15/8 pág. 14 párr. 11 Cómo nos salva el rescate ***<br />

Pongamos una comparación para explicar cómo funciona el rescate. Un banco<br />

corrupto comete fraude y se queda con los ahorros de muchas personas<br />

inocentes, dejándolas empobrecidas y cargadas de deudas. Los dueños de la<br />

institución reciben su merecido y son condenados a años de cárcel. Pero ¿qué<br />

ocurre con las víctimas? Su única esperanza es que un hombre rico se<br />

compadezca, adquiera el banco y les devuelva su dinero para que puedan saldar<br />

sus deudas. De igual modo, Jehová y su amado Hijo han comprado a los<br />

descendientes de Adán y, tomando como base la sangre derramada de Cristo,


han cancelado su deuda de pecado. Es por este motivo por el que Juan el Bautista<br />

pudo decir de Jesús: “¡Mira, el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!”<br />

(Juan 1:29). El mundo cuyos pecados son quitados es la humanidad, e incluye<br />

tanto a vivos como a muertos.<br />

*** w08 1/3 pág. 3 ¡Necesitamos un rescate! ***<br />

¡Necesitamos un rescate!<br />

UNA mina de carbón cercana a Pittsburgh (Pensilvania, EE.UU.) se inundó<br />

súbitamente con millones de litros de agua. Nueve mineros quedaron atrapados<br />

en una burbuja de aire a 73 metros (240 pies) de profundidad. Tres días más tarde<br />

estaban de vuelta en la superficie, sanos y salvos. ¿Cómo fueron rescatados?<br />

Los rescatistas, orientándose con mapas de la mina y con el sistema de<br />

posicionamiento global (GPS), taladraron un agujero de 65 centímetros (30<br />

pulgadas) de anchura hasta donde los hombres se hallaban apiñados y bajaron<br />

por él una jaula. Uno a uno, los mineros fueron alzados en ella hasta la superficie,<br />

saliendo así de lo que hubiera sido su tumba. Por supuesto, todos ellos rebosaban<br />

de alegría y agradecimiento por haber sido rescatados.<br />

Claro está, la mayoría de nosotros nunca quedaremos atrapados bajo tierra<br />

como aquellos mineros, y puede que jamás corramos el riesgo de perder la vida<br />

en una catástrofe. Aun así, todos necesitamos que se nos rescate, pues por<br />

nuestros propios medios no podemos escapar de los estragos que causan la<br />

enfermedad, la vejez y, finalmente, la muerte. El fiel patriarca Job lo expresó muy<br />

bien cuando dijo: “El hombre, nacido de mujer, es de vida corta y está harto de<br />

agitación. A semejanza de una flor ha salido y es cortado, y huye como la sombra<br />

y no sigue existiendo” (Job 14:1, 2). Hoy día, unos tres mil quinientos años<br />

después, esas palabras siguen siendo ciertas, pues ninguno de nosotros puede<br />

por sí mismo escapar de la muerte, el fatal desenlace de la vida. Sin importar<br />

dónde vivamos ni cuánto nos cuidemos, todos necesitamos ser rescatados de las<br />

garras del sufrimiento, la vejez y la muerte.<br />

*** w08 1/3 págs. 6-7 Cómo puede salvarle la muerte de Jesús ***<br />

¿Se beneficiará usted del rescate de Cristo?<br />

El apóstol Juan escribió lo siguiente respecto al gran alcance de los beneficios<br />

que produciría el rescate de Cristo: “[Jesucristo] es un sacrificio propiciatorio por<br />

nuestros pecados, pero no solo por los nuestros, sino también por los de todo el<br />

mundo” (1 Juan 2:2). Sus palabras muestran claramente que el rescate se ofrece<br />

a toda la humanidad. Ahora bien, ¿significa eso que todas las personas se<br />

beneficiarán automáticamente de esta dádiva inestimable? En realidad, no.<br />

Recuerde el accidente mencionado en el artículo anterior. Los rescatistas que<br />

trataban de ayudar a los mineros les hicieron llegar una jaula, pero todos y cada<br />

uno de aquellos hombres tuvieron que meterse en ella. De igual modo, quienes


desean beneficiarse del sacrificio redentor de Jesús no pueden limitarse a esperar<br />

la bendición divina. Deben hacer algo.<br />

¿Qué les pide Dios que hagan? Juan 3:36 dice: “El que ejerce fe en el Hijo<br />

tiene vida eterna; el que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios<br />

permanece sobre él”. Así que Dios nos pide que ejerzamos fe en el sacrificio de<br />

Cristo. Pero hay algo más: “En esto tenemos el conocimiento de que hemos<br />

llegado a conocerlo [a Jesús], a saber, si continuamos observando sus<br />

mandamientos” (1 Juan 2:3). Está claro, pues, que la clave para ser redimidos del<br />

pecado y la muerte es tener fe en el rescate de Cristo y obedecer sus mandatos.<br />

*** cl cap. 16 pág. 158 párrs. 1-2 Debemos “ejercer justicia” al andar con Dios<br />

***<br />

IMAGÍNESE que se encuentra atrapado en un naufragio. En el momento en<br />

que ha perdido la esperanza, acude un rescatador y lo lleva a un lugar seguro.<br />

¡Qué alivio siente cuando lo aleja del siniestro y le dice: “Ya está a salvo”!<br />

¿No estaría en deuda con él? Literalmente le debería la vida.<br />

2 En algunos aspectos, este ejemplo ilustra lo que ha hecho Jehová por<br />

nosotros. Es patente que estamos en deuda con él. A fin de cuentas, es quien ha<br />

suministrado el rescate, posibilitando nuestra liberación de las garras del pecado y<br />

la muerte. Nos sentimos seguros, conscientes de que, mientras demostremos fe<br />

en ese valiosísimo sacrificio, se nos perdonarán los pecados y tendremos<br />

garantizado un futuro eterno (1 Juan 1:7; 4:9). Como vimos en el capítulo 14, el<br />

rescate es una manifestación sublime del amor y la justicia de Dios.<br />

*** cl cap. 16 pág. 161 párr. 10 Debemos “ejercer justicia” al andar con Dios<br />

***<br />

Retomemos la ilustración del naufragio. Una vez que usted estuviera a bordo<br />

de la lancha de salvamento, sin duda trataría de socorrer a quienes siguieran en el<br />

agua. De igual modo, tenemos el deber de auxiliar a quienes luchan por sobrevivir<br />

en las “aguas” de este mundo malvado. Aunque muchos rechazan nuestro<br />

mensaje, mientras Jehová siga demostrando paciencia, estamos obligados a<br />

brindarles la oportunidad de que “alcancen el arrepentimiento” y así emprendan el<br />

camino de la salvación (2 Pedro 3:9).<br />

*** rs pág. 322 párr. 2 Rescate ***<br />

Ilustración: Digamos que un cabeza de familia se convierte en<br />

delincuente y es sentenciado a muerte. Sus hijos quedan en la<br />

miseria y llenos de deudas. Quizás el bondadoso abuelo de ellos<br />

interviene a su favor y, mediante un hijo que vive con él, se<br />

encarga de pagarles las deudas y les presenta la posibilidad de<br />

emprender una nueva vida. Por supuesto, para beneficiarse, los


hijos del delincuente tienen que aceptar el arreglo, y, como es<br />

razonable, el abuelo quizás les pida que cumplan con ciertos<br />

requisitos como garantía de que no imitarán el derrotero de su<br />

padre.<br />

*** cl cap. 14 pág. 143 párr. 12 Jehová provee un “rescate en cambio por<br />

muchos” ***<br />

12 Imaginémonos, a modo de ilustración, que vivimos en una ciudad cuyos<br />

residentes trabajan en su mayoría en una gran fábrica que ofrece buenos salarios<br />

y una vida cómoda. Pero todo cambia cuando la planta cierra sus puertas debido a<br />

que el administrador se volvió corrupto y la llevó a la bancarrota. Al encontrarnos<br />

de repente desempleados, ya no podemos pagar las facturas. Cónyuges, hijos y<br />

acreedores se ven afectados por la deshonestidad de un solo hombre. ¿Existe<br />

algún remedio? Sí. Un benefactor acaudalado decide tomar cartas en el asunto, ya<br />

que comprende el valor de la compañía y también se compadece del gran número<br />

de trabajadores y sus familias. Por consiguiente, adopta medidas para saldar la<br />

deuda de la empresa y reabrir la fábrica. La liquidación de esta única deuda<br />

supone un alivio para una gran cantidad de empleados y sus parientes inmediatos,<br />

así como para los acreedores. De igual modo, la cancelación de la deuda de Adán<br />

beneficia a muchísimos millones de personas.<br />

*** w91 15/2 págs. 13-14 párr. 14 Un rescate correspondiente por todos ***<br />

Para ilustrarlo: Imagínese una enorme fábrica con centenares de empleados.<br />

La falta de honradez del gerente de la fábrica causa la quiebra del negocio; se<br />

cierra la fábrica. Ahora centenares de personas quedan desempleadas y no<br />

pueden pagar sus deudas. Sus cónyuges, sus hijos y, sí, sus acreedores... ¡todos<br />

sufren debido a la corrupción de un solo hombre! Entonces aparece un benefactor<br />

acaudalado que paga la deuda de la compañía y abre de nuevo la fábrica. La<br />

cancelación de esa deuda, a su vez, trae alivio completo a los muchos empleados,<br />

sus familias y los acreedores. Pero ¿participa de la nueva prosperidad el primer<br />

gerente? No; ¡él está preso, y por lo tanto desempleado permanentemente! De<br />

igual manera, la cancelación de aquella deuda única de Adán trae beneficios a<br />

millones de sus descendientes... pero no a Adán.<br />

*** w96 15/9 pág. 23 ¿Es necesario que nos disculpemos? ***<br />

Quien recibe las disculpas ha de aceptarlas con humildad. Para ilustrarlo,<br />

supongamos que dos hombres que se hallan en lo alto de dos montañas han de<br />

comunicarse. Hay demasiada distancia para hablar. Pero si uno de ellos<br />

desciende al valle y el otro lo imita, logran conversar con facilidad. Así mismo, si<br />

dos cristianos tienen que resolver sus diferencias, cada uno debe tener la<br />

humildad de bajar al encuentro del otro en el valle, por así decirlo, y presentar las<br />

excusas oportunas. (1 Pedro 5:6.)


*** w10 1/5 págs. 4-6 ¿Qué está haciendo Dios? ***<br />

Los graves efectos del pecado<br />

Imagínese una casa que lleva años en condiciones lamentables: el techo se<br />

ha derrumbado, las puertas se han salido de los goznes y unos vándalos han<br />

echado a perder la fachada. La vivienda no es ni sombra de lo que fue en sus<br />

buenos tiempos. Está en tan mal estado que quien desee repararla tendrá que<br />

invertir mucho tiempo y esfuerzo; no podrá hacerlo de la noche a la mañana.<br />

Piense ahora en los terribles daños que sufrió la humanidad hace seis mil<br />

años, cuando un espíritu malvado llamado Satanás convenció a Adán y Eva para<br />

que desobedecieran a Dios. Hasta ese momento, nuestros primeros padres<br />

disfrutaban de salud perfecta y de la posibilidad de vivir para siempre junto con<br />

todos sus descendientes (Génesis 1:28). Cuando pecaron, echaron a perder ese<br />

espléndido futuro.<br />

Como indica la Biblia, las consecuencias de aquel pecado fueron nefastas<br />

para todos los seres humanos: “Por medio de un solo hombre [Adán] el pecado<br />

entró en el mundo, y la muerte mediante el pecado” (Romanos 5:12). Además, se<br />

vieron perjudicadas tanto nuestra relación con el Creador como nuestra<br />

constitución física, mental y emocional. Así pues, la humanidad quedó igual que<br />

una casa abandonada: en condiciones lamentables. Sin duda, el justo Job tenía<br />

razones de sobra para afirmar que “la vida de un ser humano es muy corta y llena<br />

de amarguras” (Job 14:1, La Palabra de Dios para Todos).<br />

Ahora bien, ¿qué hizo nuestro Padre celestial después de que Adán y Eva<br />

pecaran? ¿Se olvidó para siempre de la humanidad? No, ni mucho menos.<br />

De hecho, desde aquel momento ha estado trabajando para arreglar nuestra<br />

situación. Para comprender esto mejor, podemos comparar lo que Dios ha hecho<br />

al proceso de restauración de una casa abandonada. Analicemos tres pasos que<br />

es necesario dar y lo que estos simbolizan.<br />

1 El propietario determina si vale la pena restaurarla o si hay que demolerla.<br />

Inmediatamente después de que se cometiera el pecado original, Jehová<br />

reveló que se proponía “restaurar” a la humanidad. Él le dijo a Satanás: “Pondré<br />

enemistad entre ti y la mujer, y entre tu descendencia y la descendencia de ella.<br />

Él te magullará en la cabeza y tú le magullarás en el talón” (Génesis 3:15).<br />

De este modo, Jehová prometió eliminar a Satanás, quien provocó la rebelión<br />

en Edén (Romanos 16:20; Revelación [Apocalipsis] 12:9). Además, predijo la<br />

llegada de una “descendencia” que liberaría a los seres humanos del pecado<br />

(1 Juan 3:8). Ambas promesas dejaron claro un hecho: que Dios no iba a<br />

“demoler” a la humanidad. Eso sí, su rehabilitación tomaría cierto tiempo.<br />

2 Se dibujan los planos para restaurarla.


Jehová proporcionó a los israelitas un código de leyes y diseñó un templo para<br />

que lo adoraran. La Biblia explica que ambas cosas eran “una sombra de las<br />

cosas por venir” (Colosenses 2:17). Las leyes y el templo eran, como el plano de<br />

una vivienda, una representación de algo futuro.<br />

Una de esas leyes, por ejemplo, establecía que los israelitas sacrificaran<br />

animales para expiar sus pecados (Levítico 17:11). ¿Qué representaban estos<br />

sacrificios? Algo mucho más importante: un sacrificio que se ofrecería siglos<br />

después para rescatar definitivamente a la humanidad del pecado. Por otro lado,<br />

el diseño del tabernáculo y del templo simbolizó lo que haría el Mesías —la<br />

predicha “descendencia”— desde que entregó su vida hasta que subió al cielo<br />

(véase la lámina de la página 7).<br />

3 Se escoge a un constructor para que efectúe la obra de acuerdo con los<br />

planos.<br />

Siguiendo el modelo marcado por los sacrificios de los israelitas, Jesús<br />

sacrificó su propia vida para salvar a la humanidad. Él era el Mesías prometido, o<br />

como lo llamó Juan el Bautista, “el Cordero de Dios que quita el pecado del<br />

mundo” (Juan 1:29). Y aceptó su comisión de buena gana, pues él mismo dijo: “He<br />

bajado del cielo para hacer, no la voluntad mía, sino la voluntad del que me ha<br />

enviado” (Juan 6:38).<br />

La voluntad de Dios no era solo que Jesús diera “su alma en rescate en<br />

cambio por muchos”; también debía hacer un pacto con sus discípulos para que<br />

gobernaran con él en su Reino (Mateo 20:28; Lucas 22:29, 30). Dicho gobierno ya<br />

se estableció en los cielos y pronto regirá sobre la Tierra. Es más, Dios se valdrá<br />

de él para cumplir lo que se propuso para la humanidad. ¿No le parece que esas<br />

son “buenas nuevas”, un mensaje que vale la pena proclamar? (Mateo 24:14;<br />

Daniel 2:44.)<br />

*** sg estudio 4 pág. 20 párrs. 3-4 Cómo leer y recordar ***<br />

El que pongamos información en la mente por medio de la lectura puede<br />

compararse a poner alimento en nuestro estómago. En ambos casos tenemos que<br />

saber escoger. El que come, aun cuando esté solamente satisfaciendo su apetito,<br />

muestra insensatez si pone en su estómago lo que es indigerible o lo que no<br />

ofrece ningún beneficio verdadero al cuerpo, o peor, lo que quizás pueda<br />

envenenarlo. Para los mejores resultados, para beneficios duraderos, el alimento<br />

debe ser fácilmente digerido y asimilado por nuestro cuerpo.<br />

4 Lo mismo sucede con nuestra lectura. Sea nuestra lectura ligera o seria, lo<br />

que ponemos en la mente debe ser mentalmente digerible y debe ser algo que<br />

beneficie nuestra mente en sentido duradero. Es obvio que no es sabio alimentar<br />

la mente con lo que es falso, impío o inmoral, y que por lo tanto puede causar<br />

indigestión espiritual. (Fili. 4:8) ¿Y por qué perder tiempo leyendo material de poco<br />

valor? Tal como escogemos lo que comemos, debemos escoger lo que leemos.


*** w95 15/1 pág. 4 Valore la vida que realmente lo es ***<br />

El camino a “la vida que realmente lo es”<br />

Para hacer posible “la vida que realmente lo es”, Jehová Dios preparó el<br />

rescate de la humanidad. A modo de ilustración, imaginémonos una pequeña<br />

fábrica. Todas las máquinas que hay en ella están defectuosas y dificultan la labor<br />

de los operarios porque años atrás el primer trabajador pasó por alto el libro de<br />

instrucciones y las estropeó todas. Los operarios actuales hacen todo lo que<br />

pueden con las máquinas que tienen a su disposición. El dueño de la fábrica<br />

quiere arreglar las máquinas para ayudar a sus trabajadores, y está apartando los<br />

fondos necesarios para ese propósito.<br />

El primer “operario”, Adán, no valoró debidamente la vida que había recibido.<br />

Por lo tanto, pasó a su descendencia una vida imperfecta, similar a una máquina<br />

defectuosa. (Romanos 5:12.) Tal como a los posteriores operarios de la fábrica<br />

no les era posible remediar la situación, la prole de Adán no ha podido conseguir<br />

por sí misma la vida que lo es realmente. (Salmo 49:7.) Para corregir esta<br />

situación aparentemente desesperanzada, Jehová envió a su Hijo unigénito a la<br />

Tierra a fin de recomprar la vida eterna para la humanidad. (Lucas 1:35; 1 Pedro<br />

1:18, 19.) Con su muerte de sacrificio en favor de la humanidad, el Hijo unigénito<br />

de Dios, Jesucristo, proporcionó los fondos: la vida correspondiente a la que Adán<br />

perdió. (Mateo 20:28; 1 Pedro 2:22.) Con este sacrificio precioso, Jehová ahora<br />

tiene la base para suministrar la vida que realmente lo es.<br />

*** w95 15/1 pág. 5 Valore la vida que realmente lo es ***<br />

Necesidad de apreciar nuestra vida presente<br />

Lo anterior no quiere decir que podemos pasar por alto la santidad de nuestra<br />

vida presente. ¿Invertirá tiempo y dinero el dueño de la fábrica en arreglar una<br />

máquina para un trabajador que no la cuida bien? ¿No confiará el dueño la<br />

máquina arreglada a una persona que haya cuidado la anterior lo mejor posible?<br />

*** w95 15/1 pág. 6 Valore la vida que realmente lo es ***<br />

Tal como el operario de la ilustración era responsable de la máquina, a<br />

nosotros se nos ha confiado nuestra vida actual. ¿Qué haría usted si tuviera que<br />

reparar la máquina y un mecánico le recomendara arreglarla utilizando piezas<br />

prohibidas específicamente en el libro de instrucciones? ¿No consultaría a otros<br />

mecánicos para ver si se podía reparar la maquina según las instrucciones del<br />

manual? La vida humana es mucho más importante y compleja que una máquina.<br />

En su Palabra inspirada, el manual para mantener la vida del ser humano, nuestro<br />

Hacedor prohíbe recurrir a la sangre para sostener la vida. (Deuteronomio<br />

32:46, 47; Filipenses 2:16.) ¿No es razonable observar los requisitos de este<br />

manual?


*** w06 1/6 págs. 12-13 Aplicar los principios bíblicos nos da satisfacción en<br />

la vida ***<br />

La palabra griega que se traduce “pecado” proviene de una raíz que significa<br />

“errar el blanco” (Romanos 3:9, nota). Pensemos, por ejemplo, en alguien que<br />

desea ganar una competición de tiro con arco y dispone de tres flechas. Lanza la<br />

primera, y falla por un metro. Con la segunda apunta mejor, pero la flecha se<br />

desvía de nuevo por más de un palmo. Muy concentrado, dispara la última y, esta<br />

vez, falla por tan solo un par de centímetros [1 pulgada]. Estuvo cerca, pero no lo<br />

logró.<br />

Todos nosotros somos como ese arquero decepcionado. A veces parece que<br />

erramos por mucho. En otras ocasiones nos acercamos más, pero, a fin de<br />

cuentas, no damos en el blanco. Nos sentimos desanimados porque, aunque<br />

pusimos todo el empeño, no fue suficiente. Ahora sigamos pensando en el<br />

arquero.<br />

Abatido, porque de veras quería ganar el premio, se gira lentamente para<br />

marcharse. De pronto, el encargado del torneo lo llama, le da el trofeo y le dice:<br />

“Quiero dártelo porque me caes bien y porque he visto lo mucho que te has<br />

esforzado”. ¡El arquero está eufórico!<br />

¡Eufóricos! Así es como estarán quienes reciban de Dios “el don” de la vida<br />

eterna en perfección (Romanos 6:23). A partir de entonces, todo lo que hagan<br />

será bueno, jamás volverán a errar el blanco. Se sentirán totalmente satisfechos.<br />

Entretanto, si conservamos ese punto de vista, nos sentiremos mejor con nosotros<br />

mismos y con quienes nos rodean.<br />

*** cl cap. 10 pág. 105 párrs. 18-19 ‘Hagámonos imitadores de Dios’ en el uso<br />

del poder ***<br />

Al enunciar el mayor mandamiento, Jesús dijo: “Tienes que amar a Jehová tu<br />

Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con toda tu mente y con todas tus<br />

fuerzas” (Marcos 12:30). Sí, Jehová nos pide que lo amemos y sirvamos con toda<br />

el alma.<br />

19 ¿Qué implica servir a Dios con toda el alma? El alma se refiere al entero<br />

ser, con la plenitud de aptitudes físicas y mentales. Dado que abarca el corazón, la<br />

mente y las fuerzas, ¿por qué se mencionan estos por separado en Marcos<br />

12:30? Ilustrémoslo. En tiempos bíblicos, un hombre podía venderse a sí mismo<br />

(su alma) como esclavo. Pero quizás no sirviera al amo con todo su corazón,<br />

ni buscara los intereses de él con toda su potencia física e intelectual (Colosenses<br />

3:22). Al parecer, Jesús mencionó estas facultades con el objeto de subrayar que<br />

no debemos retener nada al prestar servicio a Jehová. Cuando lo hacemos con<br />

toda el alma, usamos nuestras fuerzas y energías al máximo de nuestra<br />

capacidad.


*** g96 8/11 pág. 26 ¿En la dirección de quién se puede confiar? ***<br />

“VÁMONOS”, dice el padre a su hijo de cinco años. El padre extiende la mano<br />

y, sin titubear, el pequeño alarga el brazo para agarrar con su manita los dedos del<br />

padre. Sin importar adónde vayan, el hijo confía en la dirección de su padre y lo<br />

sigue sin la menor vacilación. Pase lo que pase, seguirá sujetándose con fuerza.<br />

Dado que vivimos en tiempos de inseguridad económica, política y personal,<br />

¿no le gustaría contar con la dirección de alguien en quien confiar plenamente?<br />

No obstante, vivimos en una época en la que individuos sin escrúpulos se<br />

aprovechan de quienes tienen menos experiencia. Por esa razón, hay motivos<br />

para ser precavidos a la hora de depositar nuestra confianza en alguien. Quizás<br />

usted haya sufrido algún desengaño en el pasado debido a que alguien en quien<br />

confiaba lo decepcionó.<br />

Con todo, la Biblia nos anima a confiar en Dios. El profeta Isaías escribió:<br />

“Porque yo, Jehová tu Dios, tengo agarrada tu diestra, Aquel que te dice:<br />

‘No tengas miedo. Yo mismo ciertamente te ayudaré’”. (Isaías 41:13.) Y el apóstol<br />

Pedro aconsejó: “Humíllense, por lo tanto, bajo la poderosa mano de Dios, para<br />

que él los ensalce al tiempo debido; a la vez que echan sobre él toda su inquietud,<br />

porque él se interesa por ustedes”. (1 Pedro 5:6, 7.)<br />

*** g96 8/11 pág. 27 ¿En la dirección de quién se puede confiar? ***<br />

Volvamos de nuevo al ejemplo del niño agarrado de la mano de su padre.<br />

¿Qué hace cuando se asusta? En vez de soltarse o aflojar la mano, se sujeta con<br />

más fuerza de su padre. Al hacerlo, demuestra una confianza inquebrantable en<br />

que el padre le suministrará indefectiblemente dirección y fortaleza si hay<br />

dificultades.<br />

Del mismo modo, cuando nos sentimos angustiados en la vida tenemos que<br />

sujetarnos con más fuerza, confiar aún más en la dirección divina. Su Palabra, la<br />

Biblia, puede llegar a ser la luz que nos guíe. (Salmo 119:105.) Recordemos,<br />

también, que además de confianza se necesita paciencia. Debemos esperar que<br />

Jehová resuelva la situación, aun si por algún tiempo no entendemos<br />

completamente por qué nos dirige de cierto modo. Sí, podemos confiar en la<br />

dirección de Dios. (Éxodo 15:2, 6; Deuteronomio 13:4; Isaías 41:13.)<br />

*** w95 15/7 pág. 21 Usted puede superar estas barreras ***<br />

Usted puede superar estas barreras<br />

UN JUMBO puede transportar a cientos de pasajeros y toneladas de equipaje.<br />

¿Cómo logra despegar un avión tan pesado? Gracias a la fuerza ascensional.<br />

Cuando el avión recorre la pista de despegue, el aire pasa por encima y por<br />

debajo de sus alas curvadas, lo cual da lugar a un empuje hacia arriba llamado


fuerza ascensional. Cuando se genera la fuerza suficiente, la nave puede<br />

despegar del suelo y volar. No obstante, un avión sobrecargado no puede generar<br />

suficiente fuerza ascensional para despegar.<br />

Nosotros también podemos sobrecargarnos. Hace siglos, el rey David dijo que<br />

sus ‘errores eran como una carga demasiado pesada para él’. (Salmo 38:4.)<br />

Asimismo, Jesucristo habló del peligro de estar cargado con las inquietudes de la<br />

vida. (Lucas 21:34.) Los pensamientos y sentimientos negativos pueden ser una<br />

carga tan grande que nos parezca difícil “despegar”.<br />

*** w95 15/7 pág. 22 Usted puede superar estas barreras ***<br />

Si nos resolvemos a sacar el máximo provecho de las reuniones, podremos<br />

elevarnos en sentido espiritual. Jesús dijo: “Felices son los que tienen conciencia<br />

de su necesidad espiritual [los que son mendigos del espíritu]”. (Mateo 5:3, nota.)<br />

Tener esta actitud con respecto al sano alimento espiritual que se ofrece en las<br />

reuniones eliminará el aburrimiento. (Mateo 24:45-47.)<br />

*** w95 15/7 pág. 24 Usted puede superar estas barreras ***<br />

Cómo mantener el impulso<br />

Es posible superar las tres barreras que hemos mencionado. Cuando un avión<br />

despega, normalmente se requiere la máxima energía de los motores y la total<br />

atención de la tripulación. Durante el despegue, los motores consumen mucho<br />

más combustible que en cualquier otro momento del vuelo. Asimismo, para<br />

librarse de los pensamientos y sentimientos negativos, se requiere el máximo<br />

esfuerzo y concentración. Comenzar quizá sea la etapa más difícil, pero el<br />

progreso se hace más sencillo cuando se ha conseguido el impulso. (Compárese<br />

con 2 Pedro 1:10.)<br />

Este impulso se mantiene prestando atención al estímulo procedente de la<br />

Biblia. (Salmo 119:60.) Podemos estar seguros de que la congregación desea<br />

ayudarnos. (Gálatas 6:2.) Pero lo más importante es el apoyo de Jehová Dios.<br />

Como dijo David, “bendito sea Jehová, que diariamente nos lleva la carga”. (Salmo<br />

68:19.) Cuando nos desahogamos en oración, nuestra carga se aligera.<br />

A veces, un avión deja atrás un mundo lluvioso y gris, atraviesa una capa de<br />

nubes y finalmente vuela bajo un cielo iluminado por el sol. Nosotros también<br />

podemos dejar atrás los pensamientos negativos. Con la ayuda divina, podemos<br />

atravesar la capa de nubes, por decirlo así, y disfrutar de la atmósfera radiante y<br />

feliz de la familia mundial de siervos de Jehová.


*** kp pág. 26 párr. 11 “Para que no entren en tentación” ***<br />

11 En primer lugar, Dios nos ayuda a identificar las tentaciones de Satanás,<br />

que son como trampas ocultas en un camino oscuro en las que podríamos caer si<br />

no las viéramos. Mediante la Biblia y las publicaciones basadas en ella, Jehová<br />

pone al descubierto tales trampas, y así evita que caigamos en la tentación.<br />

*** w98 15/5 pág. 22 Llegue a los corazones con el arte de la persuasión ***<br />

Los razonamientos consistentes, expuestos con prudencia, resultan a menudo<br />

muy eficaces. Pongamos por caso a una mujer a quien llamaremos Bárbara. Toda<br />

la vida había creído que Jesús era Dios y que formaba parte de una trinidad, que<br />

incluía al espíritu santo. Pero, entonces, un testigo de Jehová le dijo que Dios y<br />

Jesús son dos seres distintos, y le mostró algunos textos bíblicos que apoyaban<br />

su afirmación. Bárbara no podía desmentir la Biblia. Al mismo tiempo, se sentía<br />

frustrada. Después de todo, la doctrina de la Trinidad era muy preciada para ella.<br />

El Testigo razonó pacientemente con Bárbara. “Si usted tratara de enseñarme<br />

que dos personas son iguales —preguntó—, ¿qué parentesco emplearía para<br />

ilustrarlo?” Después de pensarlo por un momento, ella contestó: “Podría referirme<br />

a dos hermanos”. “Exactamente —respondió el Testigo—. Puede que hasta a<br />

gemelos idénticos. Pero al enseñarnos a ver a Dios como el Padre y a él mismo<br />

como el Hijo, ¿qué dio a entender Jesús?” “Comprendo —dijo Bárbara abriendo<br />

más los ojos—. Quiso decir que uno de ellos es mayor y que tiene más autoridad.”<br />

“Así es —contestó el Testigo—. Y puesto que sus oyentes eran judíos que<br />

vivían en una sociedad patriarcal, ellos con más motivo llegarían a esa<br />

conclusión.” Para recalcar el punto, el Testigo dijo: “Si a nosotros se nos ocurre<br />

una ilustración tan adecuada para enseñar la igualdad, como es la de los<br />

hermanos o los gemelos idénticos, seguro que Jesús, el Gran Maestro, también<br />

pudo haberla pensado. Sin embargo, utilizó los términos ‘padre’ e ‘hijo’ para<br />

referirse a la relación entre él mismo y Dios”.<br />

*** g 8/09 pág. 32 Un cajón que solo Jehová puede abrir ***<br />

Un cajón que solo Jehová puede abrir<br />

▪ En 2007, Erika, de seis años, y su hermano Mattia, de cuatro, perdieron a su<br />

padre en la muerte. Pero la esperanza de la resurrección ha mitigado el dolor que<br />

sienten estos pequeños (Hechos 24:15).<br />

Erika vive en Sicilia, y le gusta hablar de su esperanza bíblica a otras<br />

personas, sobre todo en la escuela. Por ejemplo, cuando su compañera Beatrice<br />

dijo que el padre de Erika estaba en el cielo, ella le indicó amablemente que la<br />

Biblia no enseña eso. Así que Beatrice preguntó: “¿Entonces dónde está?”.<br />

“En la tumba”, contestó Erika. Beatrice ahora quiso saber lo que era una<br />

tumba.


La pequeña Erika se lo explicó así: “Es como un cajón que se abre y se cierra.<br />

Pero una vez que se ha cerrado, las personas no pueden abrirlo. Solo Jehová lo<br />

podrá abrir cuando llegue el nuevo mundo”.<br />

*** w02 15/8 págs. 21-24 ¿Cómo nos protege la capacidad de pensar? ***<br />

¿Cómo nos protege la capacidad de pensar?<br />

LAS enormes olas del mar son causa de admiración para la mayoría de<br />

nosotros, pero para los marineros suponen un peligro, pues se arriesgan a perder<br />

la vida en las embravecidas aguas.<br />

Así mismo, es posible que los siervos de Dios afronten crecientes presiones<br />

que amenacen con ahogarlos. Seguramente usted se ha dado cuenta de que las<br />

oleadas de pruebas y tentaciones agobian a los cristianos, y sin duda desea<br />

presentar una contundente resistencia, ya que está decidido a no naufragar en<br />

sentido espiritual (1 Timoteo 1:19). Una parte fundamental de su defensa es la<br />

capacidad de pensar. Ahora bien, ¿qué es esta facultad y cómo se cultiva?<br />

El término hebreo que se traduce “capacidad de pensar”, mezim·máh, se<br />

deriva de una raíz que significa “planear o maquinar” (Proverbios 1:4). Por eso,<br />

algunas versiones de la Biblia lo vierten “prudencia” o “reflexión”. Los biblistas<br />

Jamieson, Fausset y Brown definen mezim·máh como “la astucia para evitar el<br />

mal y hallar el bien”, lo que implica reflexionar sobre las consecuencias inmediatas<br />

y a largo plazo de nuestros actos. Si tenemos capacidad de pensar, antes de<br />

actuar sopesaremos las opciones con las que contemos, máxime cuando<br />

hayamos de tomar decisiones importantes.<br />

A la hora de decidir sobre el futuro o sobre una situación presente, el hombre<br />

reflexivo analiza primero los posibles peligros o escollos. Una vez identificados,<br />

piensa cómo sortearlos, sin olvidar la influencia del entorno y de las amistades. Así<br />

puede trazarse un rumbo que le proporcione buenos resultados y quizá hasta<br />

bendiciones de parte de Dios. Veamos algunos ejemplos prácticos que ilustran<br />

estos pasos.<br />

Cuidémonos de la trampa de la inmoralidad sexual<br />

Cuando el viento levanta fuertes olas contra la parte frontal del barco, se dice<br />

que hay mar de proa. A menos que los marineros maniobren y encaren el oleaje<br />

de frente, corren el riesgo de zozobrar.<br />

Nosotros afrontamos una situación semejante en el mundo en que vivimos,<br />

obsesionado con el sexo. Todos los días recibimos oleadas de ideas e imágenes<br />

sensuales, y no podemos pasar por alto su posible efecto en nuestros deseos<br />

sexuales normales. Debemos emplear la capacidad de pensar y enfrentarnos con<br />

decisión a las tentaciones, en vez de dejarnos arrastrar hacia situaciones<br />

comprometedoras.


Por ejemplo, los varones cristianos suelen trabajar con otros hombres que<br />

respetan muy poco a las mujeres, ya que las consideran meros objetos sexuales.<br />

Es probable que los compañeros de trabajo salpiquen sus conversaciones con<br />

chistes obscenos e insinuaciones sexuales, lo que crea un ambiente que podría<br />

sembrar ideas inmorales en la mente del cristiano.<br />

Tal vez una cristiana también tenga que trabajar y, por ello, se vea expuesta a<br />

diversos peligros. Posiblemente se relacione en el empleo con hombres y mujeres<br />

que no tienen sus mismas normas morales. Puede que uno de sus compañeros le<br />

demuestre cierto interés. Al principio, quizá sea considerado con ella y hasta la<br />

respete por las creencias religiosas de ella. Su constante atención y la proximidad<br />

física podrían llevarla a desear una relación más estrecha con él.<br />

¿Cómo nos protege a los cristianos la capacidad de pensar en tales<br />

circunstancias? En primer lugar, alertándonos de los peligros espirituales y, en<br />

segundo lugar, impulsándonos a planear un proceder apropiado (Proverbios 3:21-<br />

23). En situaciones como estas, quizá tengamos que decirles claramente a los<br />

compañeros de trabajo que nuestras normas de conducta son diferentes porque<br />

están basadas en las Escrituras (1 Corintios 6:18). La forma de hablar y actuar<br />

añadirá peso a nuestras palabras. Además, tal vez veamos conveniente limitar el<br />

trato con algunos de ellos.<br />

Sin embargo, las presiones para cometer inmoralidad no se circunscriben al<br />

lugar de trabajo, sino que también pueden surgir si un matrimonio permite que los<br />

problemas socaven su unión. Cierto ministro viajante observó: “Las rupturas<br />

matrimoniales no ocurren de la noche a la mañana. A veces los cónyuges se van<br />

distanciando poco a poco, pues casi nunca conversan o pasan tiempo juntos.<br />

Quizá vayan en pos de bienes materiales para llenar el vacío que encuentran en<br />

su relación. Y como rara vez se expresan afecto, corren el riesgo de<br />

sentirse atraídos a otras personas del sexo opuesto”.<br />

Este cristiano experimentado agregó: “Cada cierto tiempo, los cónyuges<br />

deberían sentarse y analizar si hay algo que esté perjudicando su relación.<br />

Deberían planear cómo estudiar, orar y predicar juntos. Se beneficiarían<br />

muchísimo si conversaran ‘en la casa, en el camino, al acostarse y al levantarse’,<br />

igual que hacen los padres con los hijos” (Deuteronomio 6:7-9).<br />

Cómo hacer frente a la conducta no cristiana<br />

Aparte de ayudarnos a superar las tentaciones en el ámbito moral, la<br />

capacidad de pensar nos permite resolver problemas en los que están<br />

involucrados hermanos cristianos. Cuando el viento empuja las olas contra la parte<br />

trasera del barco, produce lo que se llama mar de popa. El oleaje es capaz de<br />

levantar la popa y arrastrarla de lado, lo que deja a la nave dando el costado a las<br />

olas, en una posición muy vulnerable.<br />

Nosotros también podríamos ser vulnerables a peligros procedentes de<br />

fuentes insospechadas. Servimos a Jehová “hombro a hombro” junto con un sinfín<br />

de hermanos fieles (Sofonías 3:9). Si uno de ellos actúa de una forma poco


cristiana, quizá nos parezca que ha abusado de nuestra confianza y esto nos<br />

cause mucha angustia. ¿Cómo podría la capacidad de pensar evitar que tal<br />

situación nos desequilibrara y nos afectara en exceso?<br />

Recordemos que “no hay hombre que no peque” (1 Reyes 8:46). Por tanto,<br />

no debería sorprendernos que algún hermano cristiano nos irritara o nos ofendiera<br />

de vez en cuando. Conocedores de esta realidad, debemos prepararnos para ello<br />

y planificar nuestra reacción. ¿Cómo respondió el apóstol Pablo cuando algunos<br />

de sus hermanos cristianos hablaron de él de manera hiriente y despectiva? En<br />

vez de perder el equilibrio espiritual, llegó a la conclusión de que es más<br />

importante ganarse el favor de Jehová que el de los hombres (2 Corintios 10:10-<br />

18). Cultivar una actitud semejante nos ayudará a no reaccionar precipitadamente<br />

cuando nos sintamos provocados.<br />

Es como cuando nos damos un golpe fuerte en un dedo del pie. Puede que se<br />

nos nuble la razón unos minutos, pero al remitir el dolor, volvemos a razonar y<br />

actuar normalmente. De igual modo, no debemos responder enseguida a un<br />

comentario o acto desagradable, sino guardar silencio y meditar en las<br />

consecuencias que provocaría una respuesta irreflexiva.<br />

Malcolm, que lleva años de misionero, explica lo que hace cuando se siente<br />

ofendido. “Primero repaso una lista de preguntas que tengo: ¿Estoy enfadado con<br />

este hermano porque su personalidad choca con la mía? ¿Es tan importante lo<br />

que dijo? ¿Será que las secuelas del paludismo influyen en mi estado de ánimo y<br />

me hacen más sensible? ¿Cambiaré de opinión dentro de unas cuantas horas?”<br />

Muchas veces, como él ha descubierto, el desacuerdo no tiene importancia y<br />

puede pasarse por alto.<br />

Malcolm agrega: “A veces, pese a todos mis empeños por aclarar la situación,<br />

el otro hermano mantiene una actitud hostil. Trato de impedir que eso me moleste.<br />

Después de hacer todo lo que está en mis manos, veo el asunto de diferente<br />

manera. Lo catalogo como algo que se solucionará con el tiempo y no como algo<br />

que yo tenga que resolver. No permito que me agobie en sentido espiritual ni que<br />

perjudique mi relación con Jehová y con mis hermanos”.<br />

Al igual que Malcolm, no deberíamos permitir que la conducta impropia de<br />

alguien nos inquietara demasiado. En todas las congregaciones hay muchos<br />

hermanos y hermanas fieles y encantadores. Es un placer recorrer con ellos, “lado<br />

a lado”, el camino cristiano (Filipenses 1:27). Recordar el apoyo afectuoso de<br />

nuestro Padre celestial también nos servirá para mantener los asuntos en su<br />

debida perspectiva (Salmo 23:1-3; Proverbios 5:1, 2; 8:12).<br />

No amemos las cosas del mundo<br />

La capacidad de pensar nos ayudará a hacer frente a otra presión sutil.<br />

Cuando el viento dirige las olas contra el costado del barco, se denomina mar de<br />

través. En condiciones meteorológicas normales, el mar de través puede desviar<br />

la nave de su rumbo lentamente; en cambio, en un temporal es capaz de hacerla<br />

zozobrar.


De igual modo, si sucumbimos a la presión que ejerce este mundo malvado<br />

para que disfrutemos de todo lo que tiene que ofrecernos, nos arriesgamos a que<br />

su estilo de vida materialista nos descarríe en sentido espiritual (2 Timoteo 4:10).<br />

De no controlarlo, el amor al mundo acabaría desviándonos por completo del<br />

“rumbo” cristiano (1 Juan 2:15). ¿Cómo nos ayudará al respecto la capacidad de<br />

pensar?<br />

Primero, nos permitirá prever los peligros que tengamos que afrontar.<br />

El mundo se vale de toda treta comercial imaginable para atraernos. Promueve sin<br />

cesar un modelo de vida que supuestamente todo el mundo debería seguir, a<br />

saber, el ostentoso estilo de vida de los ricos, las estrellas del espectáculo y los<br />

famosos (1 Juan 2:16). Se nos garantiza también la admiración y el favor general,<br />

en especial de parte de nuestros compañeros y vecinos. La capacidad de pensar<br />

nos ayudará a contrarrestar esta propaganda, recordándonos la importancia de<br />

‘permanecer exentos del amor al dinero’, pues Jehová ha prometido que ‘de<br />

ningún modo nos dejará’ (Hebreos 13:5).<br />

Segundo, la capacidad de pensar impedirá que sigamos a los que se han<br />

“desviado de la verdad” (2 Timoteo 2:18). Resulta muy difícil contradecir a las<br />

personas que hemos amado y en quienes hemos confiado (1 Corintios 15:12, 32-<br />

34). Sin embargo, hasta la más mínima influencia de los que han abandonado la<br />

senda del cristianismo podría frenar nuestro progreso espiritual y acabar<br />

poniéndonos en peligro. Nos asemejaríamos a un barco que deriva solo un grado<br />

del rumbo trazado. Al final de una travesía larga se habrá desviado muchísimo de<br />

su puerto de destino (Hebreos 3:12).<br />

La capacidad de pensar nos permitirá determinar dónde nos hallamos en<br />

sentido espiritual y adónde nos dirigimos. Quizá reconozcamos la necesidad de<br />

participar a mayor grado en las actividades cristianas (Hebreos 6:11, 12). Veamos<br />

cómo un Testigo joven empleó esta cualidad para perseguir metas espirituales:<br />

“Tenía la oportunidad de llegar a ser periodista. Y me atraía muchísimo esa<br />

perspectiva, pero recordaba el versículo bíblico que dice que ‘el mundo va<br />

pasando, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre’ (1 Juan<br />

2:17). Comprendí que lo que hiciera con mi vida debería reflejar mis creencias. Mis<br />

padres habían abandonado el cristianismo, y yo no quería seguir su ejemplo.<br />

De modo que me propuse vivir una vida con sentido y emprendí el ministerio de<br />

tiempo completo como precursor regular. Tras cuatro años llenos de satisfacción,<br />

sé que tomé la decisión correcta”.<br />

Cómo capear temporales espirituales<br />

¿Por qué es urgente que usemos la capacidad de pensar hoy día? Los<br />

marineros tienen que estar atentos a las señales de peligro, sobre todo cuando se<br />

están formando temporales. Si la temperatura desciende y el viento arrecia,<br />

cierran las escotillas y se preparan para lo peor. De igual forma, hemos de<br />

prepararnos para resistir presiones de gran intensidad a medida que este malvado<br />

mundo se aproxima a su fin. La estructura moral de la sociedad está<br />

desmoronándose, y ‘los hombres inicuos avanzan de mal en peor’ (2 Timoteo


3:13). Tal como los marineros escuchan de continuo los informes meteorológicos,<br />

nosotros debemos seguir las advertencias proféticas de la inspirada Palabra de<br />

Dios (Salmo 19:7-11).<br />

Cuando usamos la capacidad de pensar, aplicamos el conocimiento que lleva<br />

a vida eterna (Juan 17:3). Podemos prever problemas y decidir cómo resolverlos.<br />

Así nos determinaremos a no permitir que nada nos desvíe del “rumbo” cristiano y<br />

colocaremos “un fundamento excelente para el futuro”, fijándonos metas<br />

espirituales y esforzándonos por alcanzarlas (1 Timoteo 6:19).<br />

Si salvaguardamos la sabiduría práctica y la capacidad de pensar,<br />

no tendremos razón para “temer ninguna cosa pavorosa repentina” (Proverbios<br />

3:21, 25, 26). En lugar de eso, hallaremos consuelo en esta promesa divina:<br />

“Cuando la sabiduría entre en tu corazón y el conocimiento mismo se haga<br />

agradable a tu mismísima alma, la capacidad de pensar misma te vigilará”<br />

(Proverbios 2:10, 11).<br />

[Nota]<br />

Los cristianos deben ser pacificadores, de acuerdo con el consejo expuesto en<br />

Mateo 5:23, 24. En casos de pecados graves, deben tratar de ganar a su<br />

hermano, siguiendo los pasos de Mateo 18:15-17. Véase La Atalaya del 15 de<br />

octubre de 1999, págs. 17-22.<br />

[Ilustración de la página 23]<br />

La buena comunicación fortalece el matrimonio<br />

*** w10 15/11 pág. 16 párrs. 18-19 Joven, ¿qué harás con tu vida? ***<br />

¿Te parece a veces que, a pesar de todos tus esfuerzos, te falta tiempo para<br />

llevar a cabo las cosas que quieres y debes hacer? En ese caso te conviene<br />

examinar tus prioridades. Pongamos una comparación. Imagínate que tomas un<br />

balde o cubeta de plástico y colocas dentro varias piedras grandes. Después<br />

viertes arena hasta el tope. ¿Qué es lo que tienes? Un balde lleno de piedras y<br />

arena. Pero si vacías el balde y vuelves a llenarlo, poniendo primero la arena y<br />

luego las piedras, ¿qué sucede? Que no hay suficiente espacio porque has metido<br />

primero la arena.<br />

19 Pues pasa lo mismo con el uso del tiempo. Si pones en primer lugar cosas<br />

como las diversiones, no quedará hueco en tu vida para las actividades<br />

espirituales, que son las más valiosas. Pero ¿qué sucederá si sigues el consejo<br />

bíblico de “asegur[arte] de las cosas más importantes”? (Fili. 1:10.)<br />

Entonces tendrás tiempo para los intereses del Reino y también para divertirte de<br />

vez en cuando.


*** w96 15/5 pág. 15 párr. 1 Leamos la Palabra de Dios y sirvámosle en<br />

verdad ***<br />

El primer número de esta revista, de julio de 1879, se expresó de este modo:<br />

“La verdad, como una modesta florecilla en el desierto de la vida, está rodeada y<br />

casi asfixiada por el lujuriante crecimiento de las malas hierbas del error. Si aspira<br />

a encontrarla, debe permanecer alerta; si quiere ver su belleza, debe apartar las<br />

malas hierbas del error y las zarzas de la intolerancia; si desea poseerla, es<br />

preciso doblarse para tomarla. No se conforme con una sola flor de la verdad. De<br />

haber bastado con una, no habría más. Siga recogiendo; siga buscando”.<br />

*** w04 15/11 págs. 5-6 ¿Desea vivir para siempre? ***<br />

Podríamos comparar la vida eterna a contar con abundante oxígeno.<br />

La tripulación de un submarino averiado sin duda concedería mucho valor a este<br />

gas. Cuando los rescataran, ¿cree usted que se quejarían ingratamente debido a<br />

que vuelven a disponer de abundante oxígeno? ¡Claro que no!<br />

*** w04 1/4 pág. 20 ¿Tenemos la vista fija en la recompensa? ***<br />

¿Tenemos la vista fija en la recompensa?<br />

ES UNA enfermedad que avanza gradualmente. Comienza con una<br />

disminución de la visión periférica, que si no se trata, puede extenderse hasta el<br />

centro del campo visual y producir, al final, la pérdida total de la vista. ¿A qué nos<br />

referimos? Al glaucoma, una de las principales causas de ceguera.<br />

Al igual que es posible perder la vista literal de un modo lento e insidioso,<br />

también corremos el riesgo de perder una clase de visión todavía más valiosa: la<br />

espiritual. Por eso, es fundamental mantener los asuntos espirituales bien<br />

enfocados en el centro de nuestro campo visual.<br />

*** w04 1/4 pág. 21 ¿Tenemos la vista fija en la recompensa? ***<br />

Cómo afinar nuestro enfoque espiritual<br />

Al igual que no podemos fijar la vista en dos objetos al mismo tiempo, tampoco<br />

podemos hacerlo con nuestra visión espiritual. Si nos concentramos en asuntos<br />

del sistema actual, de seguro se desdibujará nuestra visión del nuevo mundo que<br />

Dios promete. Y es posible que, con el tiempo, esta borrosa imagen periférica<br />

pierda su atractivo y simplemente desaparezca de nuestro campo visual. ¡Qué<br />

gran pérdida! (Lucas 21:34.) Es vital, por tanto, que mantengamos el ‘ojo sencillo’,<br />

enfocado en el Reino de Dios y en la recompensa de vida eterna (Mateo 6:22).


*** w97 1/4 págs. 4-5 ¿Vivimos realmente en los últimos días? ***<br />

IMAGÍNESE que usted está en la proa de un bote que se adentra en los<br />

rápidos de un río. Entre la espuma y las agitadas aguas surgen amenazadoras<br />

rocas inmensas de las que usted intenta alejarse. La persona que se halla en la<br />

parte trasera del bote debería ayudarle a dirigirlo, pero no tiene mucha<br />

experiencia. Para empeorar la situación, no dispone de un mapa y desconoce por<br />

completo si los rápidos acabarán en una laguna apacible o en una cascada.<br />

No parece un escenario agradable, ¿verdad? Entonces, cambiémoslo.<br />

Imagínese que dispone de un guía experimentado, que conoce cada roca y cada<br />

meandro del río. Sabía con mucha anticipación que se acercaban a los rápidos y<br />

conoce lo que hay más allá y la forma de salir de ellos. ¿No se sentiría mucho más<br />

seguro?<br />

En realidad, todos nos hallamos en una situación parecida. Aunque no sea<br />

culpa nuestra, nos encontramos en un “trecho de rápidos” de la historia humana.<br />

La mayoría de la gente no tiene ni la menor idea de por cuánto tiempo seguirán<br />

así las cosas, si acaso mejorarán, o siquiera de cómo sobrevivir mientras dure<br />

esta situación. Pero no debemos sentirnos perdidos ni desamparados. Nuestro<br />

Creador nos ha facilitado una guía que predice este período oscuro de la historia y<br />

cómo terminará, y, además, nos ofrece la dirección necesaria para sobrevivir. Esa<br />

guía es un libro, la Biblia. Su Autor, Jehová Dios, se llama a sí mismo el Magnífico<br />

Instructor, y en Isaías nos tranquiliza con las palabras: “Tus propios oídos oirán<br />

una palabra detrás de ti que diga: ‘Este es el camino. Anden en él’, en caso de que<br />

ustedes se fueran a la derecha o en caso de que se fueran a la izquierda”. (Isaías<br />

30:20, 21.) ¿Aceptaría esa dirección? Entonces, analicemos si la Biblia predijo en<br />

realidad cómo serían nuestros días.<br />

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