REVISTA PESCA FEBRERO 2016

NUTRICIÓN INFANTIL, LA GRAN
DEUDA
Uno de los riesgos de implementar políticas focalizadas en
resultados puntuales, es que pueden hacer ignorar el panorama
completo, y permitir el desarrollo de políticas contradictorias.
Por ejemplo en el caso de la nutrición infantil, las políticas
desarrolladas en el Perú se han focalizado en la desnutrición
infantil crónica – DIC. Una razón obvia es que la desnutrición
crónica, que es estado en el cual una niña o niño presenta
retraso en su crecimiento para la edad; afecta el desarrollo
de la capacidad física, intelectual, emocional y social de
las niñas y niños que la padecen. La anemia infantil por déficit
de hierro es una lo de los factores que frecuentemente se asocia
a la DCI, como es de esperarse este tipo de anemia es aún
un problema de salud pública en el país. Se estima que 4 de
cada 10 niños y niñas entre 06 y 35 meses padecen de anemia,
esta situación es peor en el grupo de niñas y niños menores
de dos años donde la prevalencia de anemia es de 56.3%.
(como harina), o la entrega directa de micronutrientes (a los
niños y a las madres gestantes). Además se ha puesto énfasis
en el monitoreo del crecimiento de las niñas y niños, mediante
condicionar la entrega de transferencias monetarias a la asistencia
a los control de salud y nutrición – CRED.
Sin duda estos programas han tenido efectos positivos, sobretodo
en la población urbana, donde la prevalencia de la anemia
de niñas y niños entre 06 y 59 ha pasado de 42.2 en el
año 2007 a 32.9 en el año 2012, en el grupo de 06 y 36 meses
ha pasado de 53.3% a 39.9. Sin embargo la disminución
en la zona rural no ha sido tan drástica, en el grupo de 06 y
36 meses se ha pasado de 61% en el 2007 a 53% en el 2012.
Además, en departamentos como Puno, Huancavelica, Madre
de Dios, Loreto y Ayacucho la prevalencia de anemia en le
grupo de en el grupo de 06 y 36 meses se mantiene por encima
del promedio nacional, la prevalencia en Puno (73.7%) y
Huancavelica (64.3) esta por encima de lo que era la media
nacional en el 2007. Además entre el 2011 y el 2013 en la
zona urbana la prevalencia de anemia entre niñas y niñas entre
06 y 59 meses aumentó, pasando del 26.5% en el 2011,
al 31.1 en el 2013.
Si bien estas cifras no son alentadoras, desde el estado se han
desarrollado diferentes estrategias para atacar la anemia infantil
y la DCI. Estos programas se han priorizado estrategias
dirigidas a mejorar la ingesta (y absorción) del hierro mediante
fortalecimiento de alimentos que se consumen regularmente
Estos resultados no son una sorpresa, hay determinantes sociales
de la anemia, que este tipo de intervenciones que priorizan
intervenciones individuales no atacan. Y es que existe un
riesgo en concebir la anemia tan sólo como la falta de hierro
en la sangre, y obviar atender los factores de exclusión social
asociados a esta falta de hierro en la sangre. Por otro lado
este enfoque de centrarse en un problema no permite prevenir
futuros problemas de salud pública ligados a la nutrición, si de
verdad la nutrición infantil es una prioridad para el Perú,
¿cómo nos explicamos que existan tantas resistencias a implementar
los quioscos saludables en las escuelas?
Fuente
http://www.esahora.pe/nutricion-infantil-la-gran-deuda/
Revista Pesca Febrero 2016 10