BOLETIN VOLUMEN 30 Graduados

“Allí llegué en 1989. Entré a hacer pasantías en una campaña para elecciones locales,
apoyando a Nancy Villezcas y Ricardo Galán. Recuerdo que mi primer artículo
salió un día antes de esas elecciones y se llamaba: ‘El valor electoral del sándwich’,
una crónica sobre cómo se entregaba comida para que la gente saliera a votar. Eso
no ha cambiado mucho. Lo único es que ahora ha mejorado la comida”, asegura.
Piñeros se considera un líder natural. En la primaria estaba en todas las actividades
estudiantiles del Nuevo Liceo Psicopedagógico, y al pasar a la secundaria, junto con
un grupo de amigos de la parroquia de Kennedy, donde siempre ha vivido, realizó actividades
sociales como la “institucionalizada aguapanela”, que recogía recursos para
obras sociales.
Fue allí donde conoció a su esposa, Aída Marlén Montaña, quien fue “mi primera y
única gran novia. Nos casamos en 1992, el 13 de junio, día en que se conmemora el
golpe militar de Gustavo Rojas Pinilla. Tengo dos hijos, Jonathan David y Daniel, que
ya están en la universidad. Ninguno de los dos quiso ser periodista”.
Cuenta que su vocación es servir, no sólo en las actividades en su barrio, sino como
docente de la Escuela Superior Profesional Inpahu, donde dicta clase desde 1991.
“Allí no trabajo sólo por el ingreso económico, sino por la experiencia profesional. Por
todos los que han sido mis alumnos. Hoy, 19 años después de este ejercicio —dice
desde su silla de editor político de la agencia de noticias Colprensa—, es grato volver
a encontrarme con los muchachos. A uno lo aprecian por ayudar y aportar a sus vidas”.
Recuerda con cariño la experiencia que tuvo como mentor de talleres para personas
desplazadas en todo el país, pues “ellos sacaron ese dolor que tenían y lo expresaron
a través del periodismo comunitario. Más adelante también hice talleres para reinsertados”.
Piñeros asegura que está muy satisfecho con lo que ha hecho con su vida personal y
profesional, “porque los objetivos que me propongo los he cumplido y todos ellos
siendo responsable y comprometido. Todo esto no lo he logrado por la palmadita en
la espalda o por tener un problema”.
Afirma que va a morir siendo reportero y es precisamente este trabajo el que le ha
traído satisfacciones y anécdotas, como haber conocido en Roma al papa Francisco;
haber hablado durante varios minutos, y prácticamente por accidente, con el ex presidente
cubano Fidel Castro, o estar cubriendo el proceso de paz en La Habana, Cuba,
a donde viaja regularmente, el cual, dice, es un paso histórico para el país.