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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>
© Lajos Boglár<br />
© Fundación Editorial El perro y la rana, 2015<br />
Centro Simón Bolívar, Torre Norte, piso 21, El Silencio,<br />
Caracas - Venezuela, 1010.<br />
Teléfonos: (0212) 768.8300 / 768.8399<br />
Correos electrónicos<br />
atencionalescritorfepr@gmail.com<br />
comunicacionesperroyrana@gmail.com<br />
Páginas web<br />
www.elperroylarana.gob.ve<br />
www.mincultura.gob.ve<br />
Amalivaka llegó en una curiara a la cima <strong>de</strong>l Tepú-Mereme, eran<br />
<strong>los</strong> tiempos <strong>de</strong>l diluvio y <strong>los</strong> únicos sobrevivientes <strong>de</strong>l aguacero<br />
habían sido un hombre y una mujer tamanaco. Des<strong>de</strong> la punta <strong>de</strong>l<br />
cerro, Amalivaka encauzó las aguas <strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos, secó la tierra y <strong>de</strong> la<br />
única palma <strong>de</strong> moriche que quedaba dio a <strong>los</strong> tamanaco una semilla<br />
para sembrar gente nueva. Al culminar su trabajo remontó las aguas<br />
<strong>de</strong>l río Orinoco. Aquí <strong>de</strong>jó hombres y mujeres <strong>de</strong> moriche y todo<br />
lo que para el<strong>los</strong> había creado. El canto, el barro, la yuca amarga,<br />
la curiara, el tiempo <strong>de</strong>l mito, obsequios divinos homenajeados en<br />
cada gesto <strong>de</strong>l espíritu indígena. Esta colección comparte esos gestos<br />
retratados en la sabiduría, el ingenio práctico, la sutileza estética<br />
y la voluntad necesaria para mantener la integridad cultural.<br />
Re<strong>de</strong>s sociales<br />
Facebook: Editorialelperroylarana<br />
Twitter: @perroyranalibro<br />
Edición<br />
Yuruhary Gallardo<br />
Corrección<br />
Ninoska Adames<br />
Diagramación<br />
Joyce Ortiz Montoya<br />
Hecho el Depósito <strong>de</strong> Ley<br />
ISBN 978-980-14-3108-4<br />
Depósito legal lfi40220158003456<br />
La colección Amalivaka contempla cuatro series:<br />
Voces recoge la expresión poética, mitológica, ritual <strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong><br />
originarios. Esta serie reivindica la palabra indígena <strong>de</strong> producción<br />
individual o colectiva, oral o escrita, atendiendo y <strong>de</strong>fendiendo<br />
esa realidad compleja en la que han sido creados, en don<strong>de</strong> la<br />
tradición oral es la herramienta que asegura el crecimiento y la<br />
pervivencia <strong>de</strong> la cultura, y en don<strong>de</strong> la palabra es la que permite<br />
vivir en armonía, compren<strong>de</strong>r y saber interpretar el entorno.<br />
Saberes recoge la pluralidad <strong>de</strong> creaciones genuinas <strong>de</strong>l quehacer<br />
indígena ancestral y actual vistas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su participación en la<br />
vida cotidiana y en <strong>los</strong> distintos espacios rituales, temas como<br />
la indumentaria, la alimentación, la medicina, la magia curativa,<br />
la artesanía, la <strong>de</strong>coración corporal y, por supuesto, el trabajo<br />
comunitario enfocados en la preservación <strong>de</strong> las tradiciones,<br />
forman parte <strong>de</strong> este espacio que no solo comparte dichas<br />
prácticas culturales sino que también contribuye a la enseñanza<br />
<strong>de</strong> estos modos <strong>de</strong> vida tan necesarios para el buen vivir.
Resistencias comparte investigaciones y ensayos que<br />
reconocen y valoran la sabiduría originaria, las lenguas y las<br />
i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s. A<strong>de</strong>más recoge testimonios sobre la resistencia<br />
a la invasión –física y cultural– <strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> indígenas, sin<br />
olvidar el activismo político que hoy día se lleva a cabo para la<br />
<strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> las prácticas culturales autóctonas y <strong>de</strong>l territorio.<br />
Pueb<strong>los</strong> da a conocer <strong>de</strong> manera general cada una <strong>de</strong><br />
las comunida<strong>de</strong>s indígenas, comprendiendo aspectos como<br />
su historia social y mítica, su relación con el territorio y las<br />
problemáticas actuales. Abordajes prácticos que permitirán<br />
un primer acercamiento a otras prácticas culturales.<br />
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Lajos Boglár
NOTA EDITORIAL<br />
La Fundación Editorial El perro y la rana presenta esta nueva edición<br />
<strong>de</strong> <strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, en ella el lector encontrará el material<br />
recogido por el antropólogo húngaro Lajos Boglár durante su convivencia<br />
con la comunidad wotjüja (<strong>piaroa</strong>) <strong>de</strong> la selva amazónica venezolana.<br />
De la edición <strong>de</strong> 1978 conservamos <strong>los</strong> comentarios introductorios, al<br />
igual que las notas a pie <strong>de</strong> página, tal y como fueron concebidos por el<br />
autor. Sin embargo, siguiendo <strong>los</strong> lineamientos <strong>de</strong> nuestra Carta Magna,<br />
en <strong>los</strong> diferentes relatos se han modificado aquellas <strong>de</strong>nominaciones<br />
y expresiones frecuentes en el terreno antropológico <strong>de</strong> hace cuarenta<br />
años, pero que hoy día, gracias al permanente diálogo intercultural,<br />
<strong>de</strong>muestran atentar contra el propio fortalecimiento y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> la<br />
i<strong>de</strong>ntidad cultural <strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> indígenas que habitan el territorio venezolano.<br />
Mucho ha cambiado en el terreno <strong>de</strong> la antropología <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
que este libro fue escrito y aunque acompañamos el esfuerzo <strong>de</strong>l autor<br />
por reconocer y difundir la palabra wotjüja, es necesario que la siguiente<br />
publicación se una a dicho objetivo tomando en cuenta la importancia<br />
<strong>de</strong>l lenguaje con el que cada pueblo se <strong>de</strong>fine, especialmente porque vivimos<br />
en una nación pluricultural y multilingüe cuya estructura legislativa<br />
reconoce la necesidad <strong>de</strong> que la expresión <strong>de</strong> <strong>los</strong> saberes tradicionales<br />
y ancestrales se <strong>de</strong>spoje <strong>de</strong> las imposiciones <strong>de</strong> la cultura dominante.<br />
9
PRÓLOGO Y ESTUDIO SÍNTESIS<br />
DE LOS RELATOS ORALES<br />
Luis o Lajos Boglár nació en Brasil el 27 <strong>de</strong> diciembre <strong>de</strong> 1929. Lajos<br />
Boglár y Anna Ratz fueron sus padres, húngaros <strong>de</strong> nacimiento. Vivió en<br />
Brasil hasta el año 1942, luego se trasladó a Budapest, Hungría. Allí realizó<br />
estudios universitarios en la prestigiosa Universidad Eötvös Loránd<br />
<strong>de</strong> Budapest.<br />
Esta casa <strong>de</strong> estudios fue <strong>de</strong>nominada por primera vez Trnava 1 , fundada<br />
por el arzobispo <strong>de</strong> Esztergom Peter Pázmány junto a otros teólogos<br />
<strong>de</strong> la Or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>los</strong> jesuitas. Al principio la universidad estuvo <strong>de</strong>dicada<br />
a <strong>los</strong> estudios <strong>de</strong> Fi<strong>los</strong>ofía y Teología. En 1667 se agregaron <strong>los</strong> estudios<br />
<strong>de</strong> Derecho; en 1769 –102 años más tar<strong>de</strong>– se agregaron <strong>los</strong> estudios <strong>de</strong><br />
Medicina, y en la misma época cambió su nombre a Karalapítástól. Pa<strong>de</strong>ció<br />
las consecuencias <strong>de</strong> la expulsión <strong>de</strong> <strong>los</strong> jesuitas <strong>de</strong> América en 1777;<br />
sin embargo, una vez que se agregan estudios universitarios <strong>de</strong> Ingeniería<br />
y Educación Veterinaria, la universidad obtiene ayuda <strong>de</strong> empresas<br />
relacionadas con estas áreas que la auxilian en 1784. Sus enseñanzas<br />
eran siempre en idioma húngaro y estaba <strong>de</strong>dicada exclusivamente a la<br />
educación <strong>de</strong> varones. Eventualmente se agregan estudios en carreras<br />
humanísticas y a partir <strong>de</strong> 1895 empiezan a incorporarse mujeres. Se<br />
llamó también Universidad <strong>de</strong> Plagas y Universidad <strong>de</strong> Budapest. Entre<br />
1821 y 1950 se llamó Universidad Pázmány (en reconocimiento a su<br />
fundador); durante este período inicia sus estudios Lajos Boglár, pero<br />
al egresar en 1953 la universidad ya se llamaba Eötvös Loránd. En este<br />
1 La historia <strong>de</strong> Eötvös Loránd, otrora Trnava, data <strong>de</strong>l año 1635 (N. <strong>de</strong>l P.).<br />
11
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
tiempo, específicamente entre 1953 y 1956, había abierto dos áreas fundamentales<br />
<strong>de</strong> estudios: Artes y Ciencias.<br />
Entre 1953 y 1979 Lajos Boglár fue curador <strong>de</strong>l Museo <strong>de</strong> Etnografía<br />
<strong>de</strong> Budapest y jefe <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Investigación Internacional. En<br />
1966 se casa con Eva Horvath, con quien tiene dos hijos, Andrea en 1967<br />
y Gabriel en 1969. En 1979 fue investigador <strong>de</strong> la Aca<strong>de</strong>mia <strong>de</strong> Ciencias<br />
<strong>de</strong> Hungría. Luego vuelve a la Universidad Eötvös Loránd como profesor<br />
asociado <strong>de</strong> Antropología Cultural y se convierte en lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong><br />
expertos en Estudios Internacionales. En 1989 fue vicepresi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la<br />
Sociedad Húngara <strong>de</strong> Latinamerikanisták (latinoamericanistas), período<br />
durante el cual publica en revistas científicas internacionales como<br />
Szerkesztte (Estructura y Simbiosis). A partir <strong>de</strong> allí se da a conocer y lo<br />
nombran presi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> la Sociedad Húngaro-Brasileña.<br />
Su trabajo se conoció en nueve museos europeos <strong>de</strong>dicados a colecciones<br />
etnográficas y mantuvo una exposición permanente en Tatabánya que<br />
es la mayor ciudad <strong>de</strong>l condado Komárom-Esztergom en Hungría. Pronto<br />
Lajos Boglár se <strong>de</strong>dicaría <strong>de</strong> manera <strong>de</strong>finitiva a la investigación etnográfica<br />
<strong>de</strong> pueb<strong>los</strong> indígenas, muy especialmente en Brasil y en Venezuela.<br />
El antropólogo produjo varios documentales que causaron mucho<br />
interés al público <strong>de</strong> la época. Rodó en filmes <strong>de</strong> 16 milímetros comenzando<br />
la década <strong>de</strong> <strong>los</strong> sesenta y también durante <strong>los</strong> años setenta. En<br />
1969 realiza un documental llamado Los Nambikuara (pueblo indígena<br />
<strong>de</strong> Brasil), investigación que alterna con trabajos <strong>de</strong> campo en Venezuela,<br />
pues entre 1967-1968 y 1974 trabaja también con el pueblo <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong> la<br />
selva amazónica venezolana. De esta investigación surgió el documental<br />
Piaroak Vilaga.<br />
El autor se <strong>de</strong>dicó con entusiasmo a recoger la expresión literaria<br />
indígena, trabajo <strong>de</strong>l cual resulta <strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> publicado<br />
en principio por la Universidad Católica Andrés Bello <strong>de</strong> Caracas en la<br />
revista Montalbán n.° 6 fechada en 1977, el artículo está inserto entre<br />
las páginas 218 y 313. A<strong>de</strong>más, el documento fue publicado en la revista<br />
Montalbán como una separata que consta <strong>de</strong> casi 100 páginas.<br />
Entre 1979 y 1988 Lajos Boglár trabajó en un pueblo indígena guaraní<br />
en Brasil llamado kaiapó, cuyas manifestaciones culturales también<br />
quedarían registradas en película <strong>de</strong> 16 milímetros. Entre <strong>los</strong> años 1991 y<br />
1997 trabajó entre el pueblo indígena wayana, este pueblo está asentado<br />
en la Guayana Francesa, en <strong>los</strong> distritos <strong>de</strong> Cayena y Saint-Laurent-du-Marouni,<br />
o Marowein, <strong>de</strong>partamento <strong>de</strong> ultramar <strong>de</strong> Francia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1946. Durante el año<br />
1998 trabajó con <strong>los</strong> indígenas botokudo en Brasil, sobre estos también realizó<br />
un documental.<br />
Entre las obras más reconocidas <strong>de</strong> este autor encontraremos: Entre<br />
<strong>los</strong> indios tropicales (1964); Wahari (1978, publicado originalmente en<br />
húngaro); Arte indígena <strong>de</strong>s<strong>de</strong> México hasta el Perú (1983); Mito y cultura<br />
(1997); Nekro (1998); Palo Brasil (2000) y Los rostros <strong>de</strong> la cultura (2001).<br />
Wahari cuenta con varias ediciones: Wahari. Eine Südamerikanische<br />
Urwaldkultur <strong>de</strong> la editorial Müller & Kiepenheuer <strong>de</strong> Viena, Austria; una<br />
edición <strong>de</strong>l año 1982. Y Wahari. Eine südamerikanische Urwaldkultur <strong>de</strong><br />
la editorial Gustav Kiepenheuer Verlag <strong>de</strong> Leipzig y Weimar, Alemania;<br />
edición <strong>de</strong>l año 1986. El libro fue originalmente escrito en húngaro, y<br />
traducido al alemán. En español su título sería Wahari, una cultura selvática<br />
suramericana. En el título el autor omite la <strong>de</strong>nominación <strong>piaroa</strong><br />
o <strong>de</strong>a’ruwä, y en su lugar la nombra Wajari, haciendo referencia al héroe<br />
cultural <strong>de</strong>l pueblo <strong>piaroa</strong>, hermano <strong>de</strong> Buoka y <strong>de</strong> Tchejeru. Vale <strong>de</strong>cir<br />
que estos tres personajes están representados con un alter ego en tríada<br />
<strong>de</strong> animales <strong>de</strong> la selva: danto o tapir para Wajari, venado para Buoka y<br />
báquiro o cerdo <strong>de</strong> monte para Tchejeru. Esta última en su representación<br />
femenina pues siempre se hace referencia a ella como mujer, madre y<br />
procreadora.<br />
Lajos Boglár muere en el año 2004 a la edad <strong>de</strong> 75 años. Con respecto<br />
a <strong>los</strong> dos documentales que realizó en Venezuela, estas son las fichas<br />
técnicas registradas:<br />
1. Piaroak Vilaga (Al<strong>de</strong>a <strong>piaroa</strong>)<br />
Sinopsis: la elaboración <strong>de</strong> las máscaras utilizadas en una danza<br />
ritual conocida como Warime es consi<strong>de</strong>rada tabú por <strong>los</strong> wotjüja. Sin<br />
embargo, este realizador logró captar imágenes secretas <strong>de</strong> este proceso<br />
y <strong>de</strong> la preparación <strong>de</strong>l curare, una sustancia utilizada en la cacería, sobre<br />
la que también existe una serie <strong>de</strong> tabúes. El documental narra todas<br />
las etapas <strong>de</strong> preparación <strong>de</strong>l Warime y muestra la celebración <strong>de</strong>l ritual.<br />
Titulo original: Piaroak Vilaga<br />
Director y productor: Lajos Boglár<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
Países: Venezuela y Hungría<br />
Formato: 16 mm<br />
Categoría: Documental<br />
Tipo: B/N<br />
Duración: 20 minutos<br />
Año <strong>de</strong> producción: 1967<br />
Productora: Mafilm Népszerü Tudonáyon es Oktatófilm Stúdojaban,<br />
Hungría<br />
Distribuidora: BL<br />
Idioma: Húngaro<br />
2. Shaman’s necklace (Collar <strong>de</strong> chamán)<br />
Sinopsis: el documental muestra la importancia <strong>de</strong> <strong>los</strong> collares en la actividad<br />
chamánica <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Título original: Shaman’s necklace<br />
Director: Lajos Boglár<br />
Tipo: Full color<br />
Duración: 18 minutos<br />
Año <strong>de</strong> producción: 1968<br />
Idioma: Inglés<br />
Otros documentales:<br />
L’Indien (1974)<br />
Diario <strong>de</strong> viaje a Wayanad (1991-1996)<br />
Húngaros en Brasil (1997)<br />
Premios y reconocimientos:<br />
Ciencias <strong>de</strong> la Etnografía (1969)<br />
Doctorado en Sociología (1999)<br />
Premio <strong>de</strong> la Fundación Soros-Creativas (1999)<br />
Sobre <strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Este hermoso libro <strong>de</strong> relatos <strong>de</strong>l pueblo <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong> la Amazonia venezolana<br />
comienza con la traducción <strong>de</strong> un canto <strong>de</strong>l chamán o meñé-ruwä<br />
Car<strong>los</strong> Caballero, padre <strong>de</strong> Jesús Caballero (el traductor <strong>de</strong> Lajos Boglár)<br />
quien afirma que Buoka, el primer dios creador, nació <strong>de</strong> las palabras <strong>de</strong>l<br />
canto, pues en el principio no existían más que las palabras. Las palabras<br />
poseían pensamientos y visiones que fueron difundidas por el viento.<br />
Esas palabras mágicas, que luego son asumidas por Buoka, fueron las que<br />
crearon a <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong>l origen, pero también a <strong>los</strong> animales, a las plantas<br />
y luego a <strong>los</strong> seres humanos. A través <strong>de</strong>l canto <strong>de</strong> Buoka se van estructurando<br />
todos <strong>los</strong> elementos que conformarán la vida en <strong>los</strong> espacios<br />
vegetales, animales, minerales y humanos para vivir en armonía perfecta,<br />
siempre y cuando se honren a sus dioses creadores. Así, en varias partes<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos <strong>piaroa</strong> actuales se reafirma que el<strong>los</strong> al principio no tenían<br />
más que palabras y que estas eran sagradas.<br />
Esta misma tradición <strong>de</strong>l canto sigue siendo la norma para mantener<br />
la extraordinaria cultura <strong>piaroa</strong>. Todos <strong>los</strong> actos fundamentales <strong>de</strong> su<br />
vida se evocan, rememoran y predicen con el canto, asimismo <strong>los</strong> rituales,<br />
las ceremonias, el nacimiento <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> seres vivos, la cacería,<br />
la labranza <strong>de</strong> la tierra y la agricultura, la construcción <strong>de</strong> sus casas <strong>de</strong><br />
habitación (itso<strong>de</strong>), las relaciones sexuales, la estructura <strong>de</strong> su parentesco,<br />
el aparecimiento <strong>de</strong> la cultura criolla en sus áreas <strong>de</strong> selva, sus implementos<br />
y <strong>los</strong> daños que provocan, también se enuncian y <strong>de</strong>scriben <strong>los</strong><br />
caminos <strong>de</strong> la muerte.<br />
Una realidad que <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse en la mitología y en <strong>los</strong> relatos<br />
<strong>piaroa</strong> es que todo su mundo inicial se produjo <strong>de</strong> manera precisa en<br />
<strong>los</strong> momentos primordiales <strong>de</strong>l tiempo fuerte <strong>de</strong> sus orígenes, cuando<br />
plantas, animales y espacios geográficos eran poblados solamente por<br />
seres animales y, en algunas circunstancias muy especiales, cuando<br />
seres humanos <strong>de</strong>l origen –dioses y animales– podían enten<strong>de</strong>rse en<br />
un solo idioma, el idioma <strong>de</strong>l conocimiento también llamado el wotjüja.<br />
La virtud <strong>de</strong> este principio está en que todos <strong>los</strong> seres vivos, ya sean<br />
humanos, aves, reptiles, insectos, etc., aún no eran diferentes a <strong>los</strong> “seres<br />
humanos” y todos se comprendían. Hay, sin embargo, muchos relatos en<br />
<strong>los</strong> cuales se afirma que algunas aves u otros animales no hablaban su<br />
propio idioma y hay lamentos sobre este <strong>de</strong>sencuentro.<br />
También encontramos relatos en <strong>los</strong> cuales se <strong>de</strong>scriben a seres<br />
primitivos, salvajes y caníbales. Estos seres no son <strong>de</strong>spreciados por <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong>, pero sí colocados en observación. Los <strong>de</strong>a’ruwä (como se auto<strong>de</strong>nominan)<br />
son “Seres <strong>de</strong> la selva”, y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> sus principios fi<strong>los</strong>óficos<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
todos <strong>los</strong> seres que viven en “su selva” son sus hermanos, por ello no<br />
se pue<strong>de</strong>n ingerir en su alimentación diaria. Dadas estas razones el<strong>los</strong><br />
poseen en su cultura un ritual muy complejo y extremadamente sagrado<br />
al que llaman Warime, cuya traducción no es esa que se ha asumido en<br />
la cultura criolla, pues –con absoluto respeto a <strong>los</strong> colegas que lo han<br />
interpretado <strong>de</strong> otra manera– no es una simple fiesta. Warime es un estado<br />
<strong>de</strong>l tiempo que se produjo en <strong>los</strong> orígenes <strong>de</strong> la vida con el fin <strong>de</strong><br />
solicitar a sus dioses creadores que les permitieran adquirir <strong>los</strong> alimentos<br />
necesarios para su manutención. Según sus interpretaciones, es en este<br />
estado sagrado en el cual <strong>los</strong> dioses primigenios aparecen enmascarados<br />
para ocultar su verda<strong>de</strong>ra persona, y a través <strong>de</strong> sus cantos o meñé les dan<br />
las orientaciones para que puedan comer en abundancia <strong>de</strong> acuerdo con<br />
la época, a la vez que se establece el sacrificio <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong>l origen que<br />
eran animales. El<strong>los</strong> mismos son <strong>los</strong> que, utilizando complejas comunicaciones<br />
en <strong>los</strong> cantos, les autorizan que pue<strong>de</strong>n comer<strong>los</strong> pero no sin antes<br />
honrar<strong>los</strong>. Este es el verda<strong>de</strong>ro sentido <strong>de</strong>l Warime, el cual, hasta hoy, es<br />
un ritual sagrado y muy secreto. El hacerlo <strong>de</strong> forma artificial –como han<br />
pretendido miembros <strong>de</strong> la sociedad dominante– pue<strong>de</strong> traer muy malas<br />
consecuencias para la comunidad <strong>piaroa</strong>, pues el<strong>los</strong> afirman que no se<br />
pue<strong>de</strong> solicitar la presencia <strong>de</strong> sus dioses cuando no es el verda<strong>de</strong>ro tiempo<br />
para hacerlo. Los chamanes o meñé-ruwä, es <strong>de</strong>cir, <strong>los</strong> “Dueños <strong>de</strong>l<br />
canto y <strong>de</strong> la palabra” están atentos para llevar a cabo estos rituales en <strong>los</strong><br />
cuales se realizan infinida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ceremonias sagradas, cantos, comidas<br />
y bebidas muy eficaces para solicitar la continuidad <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> toda la<br />
sociedad <strong>piaroa</strong>. Son sus ancestros quienes les brindan la posibilidad <strong>de</strong><br />
saber cómo vivir y perdurar en el tiempo.<br />
Volviendo sobre el trabajo <strong>de</strong> compilación y estudio <strong>de</strong> Lajos Boglár<br />
el texto introductorio ofrece una revisión <strong>de</strong> la ubicación <strong>de</strong>l pueblo <strong>piaroa</strong>,<br />
una aclaratoria sobre la <strong>de</strong>nsidad poblacional para la época y una<br />
<strong>de</strong>scripción <strong>de</strong>l área que en ese momento se llamaba Territorio Fe<strong>de</strong>ral<br />
Amazonas, el cual en 1992 pasó a ser estado Amazonas. El autor <strong>de</strong>scribe<br />
a<strong>de</strong>más <strong>los</strong> diversos períodos en <strong>los</strong> cuales hizo su trabajo <strong>de</strong> campo,<br />
reconoce <strong>los</strong> conocimientos que sobre <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> poseían <strong>los</strong> investigadores<br />
y antropólogos norteamericanos Joanna Overing y Myron Kaplan,<br />
y <strong>de</strong>staca el acompañamiento <strong>de</strong>l etnomusicólogo István Halmos, húngaro<br />
como él, con quien formó equipo para la grabación <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos<br />
y ceremonias <strong>piaroa</strong>. Necesario es reconocer <strong>de</strong> inmediato que István<br />
Halmos publicó el libro Music among the Piaroa Indians. Melodies and<br />
Life of an Indigenous Community in Venezuela (Budapest, 2012) el cual<br />
constó <strong>de</strong> 501 páginas más un CD con cantos <strong>piaroa</strong>.<br />
Boglár también da reconocimiento a las instituciones europeas que<br />
lo auspician en sus investigaciones <strong>de</strong> campo. En una primera visita,<br />
agra<strong>de</strong>ce al Museo Etnográfico <strong>de</strong> Budapest, al Museo Koninklijk <strong>de</strong>l<br />
Trópico <strong>de</strong> Amsterdam y a la Fundación Werner-Green. En otro período<br />
reconocería la ayuda <strong>de</strong>l Tervuren o Museo Real <strong>de</strong>l África Central. Destaca<br />
también la ayuda que le brindaran <strong>los</strong> doctores Pablo Anduze y Juan<br />
Baumgartner, especialmente el trabajo llevado a cabo por su guía e intérprete<br />
Jesús Caballero (quien fue su traductor al idioma wötjuja) y a su<br />
interpretación cuidadosa <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos o meñé que fueron grabados en<br />
Nagra III en cintas reel. En ese mismo lugar también se filmaron escenas<br />
importantes <strong>de</strong> la cultura <strong>piaroa</strong>, en filmadora <strong>de</strong> 16 milímetros, <strong>de</strong> estas<br />
filmaciones surgió en 1968 Piaroak Vilaga.<br />
Boglár explica con precisión el sentido <strong>de</strong> su investigación <strong>de</strong> campo.<br />
En ella reconoce el valor <strong>de</strong> la expresión literaria <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> y<br />
muestra su preocupación en referencia a lo que él suponía podría ser<br />
la última etapa <strong>de</strong> un rico acervo cultural que estaba próximo a <strong>de</strong>saparecer;<br />
quizás, por estas razones, su trabajo fue titulado: <strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong><br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, pues el lector verá que algunos relatos, como él mismo lo<br />
explica, poseen más bien la estructura <strong>de</strong> un cuento y no <strong>de</strong> un mito. El<br />
autor dice: “Ciertos rasgos explican que esta estructura simple no pue<strong>de</strong><br />
ser antigua, sino más bien, resultante <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sarrollo secundario. Así,<br />
por ejemplo, diferentes grupos locales no tienen las mismas relaciones<br />
míticas con ciertos animales y plantas”.<br />
Algunos relatos resultan un tanto confusos pues se mezclan diversos<br />
elementos <strong>de</strong> la cultura criolla: bicicletas, machetes, cuchil<strong>los</strong>, acor<strong>de</strong>ones,<br />
anzue<strong>los</strong>, casas, escopetas, zapatos; también alimentos <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
criol<strong>los</strong> a quienes llaman puruna; mencionan productos foráneos como<br />
arroz, pan, cacao, vacas, motores; usan conceptos como capitán, nombres<br />
criol<strong>los</strong> como Pedro, mencionan en sus <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> origen <strong>los</strong> nombres<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos <strong>de</strong> la región amazónica como se conocen hoy en día, y hasta<br />
se refieren a ciuda<strong>de</strong>s como Puerto Ayacucho y Caracas, sobre todo<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
cuando relatan historias referidas a la presencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> criol<strong>los</strong> o lo que<br />
el<strong>los</strong> llaman españoles asentados en la selva <strong>de</strong> la Amazonia.<br />
Estos elementos no le quitan valor a la expresión <strong>piaroa</strong>, más bien la<br />
acercan a la realidad. No obstante, es una preocupación <strong>de</strong>l traductor,<br />
el maestro <strong>de</strong> escuela Jesús Caballero, quien respon<strong>de</strong> con inteligencia<br />
y entien<strong>de</strong> perfectamente aquello que el maestro Boglár manifiesta en<br />
torno a lo que ahora acontece, un período <strong>de</strong> transformación y <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración<br />
<strong>de</strong> la comunidad, ante lo cual el mismo Jesús Caballero le da su<br />
interpretación:<br />
Debes redactar esta parte con mayor claridad. Lo que escribes sobre<br />
la caza y las plantaciones se compren<strong>de</strong> plenamente pero hay varios<br />
<strong>de</strong>talles que no son claros para mí, por eso redácta<strong>los</strong> con mayor claridad<br />
para que no solamente <strong>los</strong> especialistas sino nosotros también lo<br />
comprendamos puesto que lo que escribes es sobre nosotros y para nosotros.<br />
Aunque parte <strong>de</strong> mi vida haya pasado fuera <strong>de</strong> la selva, es por eso<br />
que parte <strong>de</strong> nuestra religión no la comprendo, sin embargo por mi padre<br />
sé cómo era nuestra vida antes. No podría <strong>de</strong>cir que yo comprenda<br />
todo <strong>de</strong> la cultura <strong>piaroa</strong> pero estoy seguro en que todo lo que se pueda<br />
<strong>de</strong>bemos explicar puesto que es importante para ti y para nosotros. Eso<br />
pue<strong>de</strong> facilitar a que <strong>los</strong> niños y <strong>los</strong> jóvenes sepan cómo era la vida <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong> antes y qué es lo que se conservó <strong>de</strong> aquella vida.<br />
¿Qué es lo que pasará con <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>? En la selva vivían con toda tranquilidad<br />
su “literatura”, la mitología, y seguían sus ritos pero hoy día tanto<br />
viejos como jóvenes viven <strong>de</strong> otra manera aquí a poca distancia <strong>de</strong> Puerto<br />
Ayacucho. Se mudaron para acá para sobrevivir porque en la selva en<br />
<strong>los</strong> últimos años muchos se han muerto. De aquel<strong>los</strong> jefes que también<br />
tú escribes se murieron Pjarapja, Ijure, Piu, Capita, Cabo, incluso el hijo<br />
<strong>de</strong>l jefe Pitah, José, ha muerto. Aunque hayamos escogido esta vida mo<strong>de</strong>rna,<br />
la vida <strong>de</strong> hoy, no por eso quiero que se pierda todo lo que sea<br />
tradicional incluso por eso está bien que tú anotes lo que hace seis años<br />
existía porque la gente olvida muchas cosas, es poco lo que conserva la<br />
memoria. Cuando el libro esté listo sobre nosotros, <strong>los</strong> niños <strong>piaroa</strong> ya lo<br />
podrán leer, <strong>los</strong> niños que estoy enseñando. Es otra razón más para que<br />
lo escribas con sencillez.<br />
Es necesario <strong>de</strong>stacar esta extensa cita <strong>de</strong> su traductor y guía Jesús Caballero,<br />
porque es un documento auténtico grabado por el doctor Boglár<br />
en su investigación. Sin embargo, en el texto solo aparece como una cita<br />
<strong>de</strong> pie <strong>de</strong> página que pudiera pasar inadvertida para algunos lectores. Las<br />
palabras <strong>de</strong> Caballero se cumplieron, el libro fue utilizado por el doctor<br />
Boglár para impartir clases en la escuela y a<strong>de</strong>más fue guía <strong>de</strong> otros investigadores<br />
actuales. Entre el<strong>los</strong>, <strong>de</strong>l etnomusicólogo surinamés-holandés<br />
Terry Agerkop, quien en 1975 hizo estudios musicales entre <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong>l<br />
Orinoco medio con un equipo <strong>de</strong> estudiantes <strong>de</strong>l Instituto Interamericano<br />
<strong>de</strong> Etnomusicología y Folklore (Ini<strong>de</strong>f) dirigido por la doctora Isabel Aretz.<br />
El equipo fue conformado por el profesor Agerkop y por <strong>los</strong> profesionales<br />
y estudiantes Israel Girón, Oscar Malo, Rolando García Adrianzén y Arturo<br />
Chamorro. De esta investigación se produjo un pequeño libro sobre la<br />
música <strong>piaroa</strong> llamado sencillamente Piaroa (1979). Este contiene <strong>de</strong>scripciones<br />
<strong>de</strong> rituales, dibujos <strong>de</strong> instrumentos musicales, 36 diapositivas y<br />
a<strong>de</strong>más, un casete que contenía más <strong>de</strong> veinte ejemp<strong>los</strong> musicales.<br />
Varios años más tar<strong>de</strong>, en la década <strong>de</strong> <strong>los</strong> ochenta, la antropóloga<br />
Beatriz Bermú<strong>de</strong>z filmó un documental en la región amazónica sobre el<br />
Warime guiada por Jesús Caballero y su hijo. Luego, Jesús Caballero <strong>de</strong>jó <strong>de</strong><br />
trabajar en la educación primaria y se <strong>de</strong>dicó a llevar una especie <strong>de</strong> vida<br />
criolla en Puerto Ayacucho hasta que un día lluvioso un conductor ebrio<br />
<strong>de</strong>rribó un poste <strong>de</strong> electricidad <strong>de</strong> alta tensión muy cerca <strong>de</strong> su casa que<br />
interrumpió la corriente eléctrica <strong>de</strong> su hogar y provocó que Caballero, sin<br />
saber <strong>de</strong>l acci<strong>de</strong>nte, conectara algunos cables <strong>de</strong> electricidad a una antena<br />
<strong>de</strong> televisión. El impacto <strong>de</strong> la corriente <strong>de</strong> alta tensión le quitó la vida a él y<br />
a su hijo.<br />
Volviendo sobre las preocupaciones expresadas por el investigador<br />
Boglár a su intérprete y guía, en la misma introducción el autor interpreta<br />
teóricamente hechos fundamentales sobre la exactitud que <strong>de</strong>be regir <strong>los</strong><br />
cantos <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong>l mundo chamánico, así afirma:<br />
Conocemos casos en que el grupo expulsó a su jefe por haber ejecutado<br />
con errores las canciones mágicas (la persona en mención pa<strong>de</strong>ció <strong>de</strong><br />
trastornos mentales como consecuencia <strong>de</strong>l excesivo consumo <strong>de</strong> yopo<br />
y <strong>los</strong> efectos se manifestaron en las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la caza, y por <strong>los</strong> fal<strong>los</strong><br />
<strong>de</strong> su memoria, tampoco dominaba absolutamente <strong>los</strong> textos rituales.<br />
18 19
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
Perdida la reputación, seguía cierto tipo <strong>de</strong> vida paria, e iba solicitando<br />
su admisión ora en este grupo, ora en el otro).<br />
Con respecto a este chamán en particular, aún vive en la comunidad<br />
llamada Churuata <strong>de</strong> Don Ramón, cercana a la localidad <strong>de</strong>l pueblo hiwi<br />
<strong>de</strong> Coromoto. En abril <strong>de</strong>l año 2015 le hicimos una entrevista y aún relata<br />
el <strong>de</strong>sprestigio sufrido por su propio pueblo; sin embargo, en solitario<br />
sigue fiel a sus conocimientos ancestrales y todavía canta sobre hechos<br />
<strong>de</strong>l pasado. Otros chamanes o meñé-ruwä que han tenido el mismo comportamiento<br />
sufrieron estos mismos abandonos <strong>de</strong> su pueblo, ya que<br />
<strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> respetan mucho el legado <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses creadores. Sus cantos<br />
<strong>de</strong>ben realizarse con absoluta ceremonialidad y exactitud, pues con frecuencia<br />
se hace necesario conjurar a <strong>los</strong> espíritus malignos que hacen<br />
daño a la sociedad <strong>piaroa</strong> y estos requerimientos exigen solemnidad y<br />
conocimientos profundos para que se produzca la armonía que <strong>de</strong>be<br />
prevalecer en socieda<strong>de</strong>s que habitan la selva.<br />
Boglár dice a<strong>de</strong>más que: “La concepción básica <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos,<br />
las activida<strong>de</strong>s y creaciones –realizadas en <strong>los</strong> <strong>mitos</strong>, ritos y las i<strong>de</strong>as<br />
religiosas– es la humanización <strong>de</strong> la naturaleza”. Y más a<strong>de</strong>lante indica:<br />
“La afirmación <strong>de</strong> que el hombre se i<strong>de</strong>ntifica con <strong>de</strong>terminados fenómenos<br />
naturales, se repite no solamente en el caso <strong>de</strong> examinar la visión<br />
<strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios, sino también al examinar <strong>los</strong> <strong>de</strong> diferentes<br />
socieda<strong>de</strong>s”.<br />
Estas observaciones sin lugar a dudas confirman que el conocimiento<br />
y la práctica chamánica exigen precisión. No se pue<strong>de</strong> improvisar al<br />
ejercer un oficio tan serio como lo es el chamanismo, lo que nos confirma<br />
que el chamanismo no es una actividad aleatoria ni improvisada. Se<br />
requieren largos años <strong>de</strong> estudio y <strong>de</strong> práctica para enten<strong>de</strong>r esas intrincadas<br />
relaciones que se producen entre <strong>los</strong> seres humanos y la naturaleza<br />
en la cual viven. Los cantos que relatan <strong>mitos</strong>, y <strong>los</strong> mismos que curan y<br />
se aplican a ceremoniales <strong>de</strong> todas sus activida<strong>de</strong>s rituales <strong>de</strong>ben conocer<br />
en <strong>de</strong>talle las interrelaciones que se establecen entre seres humanos,<br />
dioses <strong>de</strong>l origen, plantas, montañas sagradas, cascadas, ríos, árboles,<br />
sueños, animales, etc., cuyas relaciones son inmanentes, pertenecen a<br />
<strong>los</strong> seres vivos. Es quizás por estas razones que el autor dice que:<br />
La i<strong>de</strong>ntificación con las plantas, a pesar <strong>de</strong> que <strong>los</strong> procesos sean regularmente<br />
repetidos, por lo largo <strong>de</strong> esto (siembra-cosecha) son más<br />
abstractos; es obvio que sea más real la relación con <strong>los</strong> animales –proyección<br />
mítica <strong>de</strong> <strong>los</strong> contactos verídicos–, pues incluso <strong>los</strong> cazadores suelen<br />
domesticar animales como el perro, pájaro, etc., (es <strong>de</strong>l todo natural que<br />
<strong>los</strong> animales sean objetos <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación por excelencia. Hay varios<br />
relatos que lo afirman, así, por ejemplo “El canto <strong>de</strong>l danto”, “Canto <strong>de</strong> la<br />
historia <strong>de</strong> la babilla” 2 ).<br />
Enten<strong>de</strong>mos aquí que en <strong>los</strong> cantos chamánicos <strong>piaroa</strong> existe una<br />
especie <strong>de</strong> estructura <strong>de</strong>l sentimiento y práctica ritual. Pues cada canto<br />
chamánico <strong>piaroa</strong> se interrelaciona con otros cantos, otros rituales y<br />
otras ceremonias. Parafraseando a Lévi-Strauss: cada mito es interminable<br />
y asimismo en un mito todo pue<strong>de</strong> suce<strong>de</strong>r. Resta <strong>de</strong>cir que la lectura<br />
<strong>de</strong> este libro permitirá conocer la extraordinaria cultura <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> y<br />
su mundo mágico, y tener una visión ecológica que parte <strong>de</strong>l hecho <strong>de</strong><br />
que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> existen en armonía con su naturaleza, en relación sagrada<br />
con el planeta en que vivimos.<br />
Breve síntesis e interpretación <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos<br />
La creación <strong>de</strong> Buoka (I)<br />
De la nada surgió una voz con la siguiente or<strong>de</strong>n: “Jumora ujkwoku<br />
nkereu ujkwoku”. Luego nació Buoka, Aruttu Buoka. Surgió <strong>de</strong>l vacío,<br />
pero nació con pensamientos y saberes. De la retina <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> sus ojos<br />
Buoka formó a Wajari, su hermano, quien nació ciego pero tenía voz, y<br />
susurró: “Enemey ereuke tjuruo<strong>de</strong>”. Así surgió Tchejeru. Estos fueron <strong>los</strong><br />
primeros seres <strong>de</strong> la creación <strong>piaroa</strong>. El lugar se llama Ñuema-a, cerca<br />
<strong>de</strong> Mariweka. En la región surgieron altas montañas que se llamaron<br />
Kwawai. Luego se formó un raudal y un gran lago. Al otro lado <strong>de</strong>l lago<br />
emergió un gran árbol y <strong>de</strong> este árbol nacieron nuestros alimentos.<br />
La creación <strong>de</strong> Buoka (II)<br />
Antes <strong>de</strong> que naciera Wajari no había luz. El sol no había nacido, todo<br />
era oscuridad. Wajari fue or<strong>de</strong>nando el mundo y creo un árbol llamado<br />
2 Pequeño caimán <strong>de</strong>l Orinoco (N. <strong>de</strong>l P.).<br />
20 21
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
kareru. Era árbol sagrado <strong>de</strong>l origen y Wajari bebió <strong>de</strong> su savia. Ambos<br />
hermanos bebieron extractos <strong>de</strong> este árbol y tuvieron visiones y volaron<br />
sus pensamientos <strong>de</strong> creadores. Este árbol es el padre <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales<br />
<strong>de</strong>l origen. Es el que les da sus lenguajes. En sus visiones Wajari creó <strong>los</strong><br />
instrumentos musicales que representan a estos animales <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>l<br />
mundo. Luego creo el sol, el agua, la tierra. Al fin, Wajari recobró la vista<br />
porque seguía ingiriendo el jugo <strong>de</strong> kareru, que le enseñó a tomar un espíritu<br />
llamado Tjenemu Ofoda-a. Y así le confirmó a su hermano Buoka<br />
que el jugo <strong>de</strong>l kareru da las imágenes <strong>de</strong>l futuro porque es el árbol <strong>de</strong> la<br />
verdad. De esta manera Wajari se convierte en el creador <strong>de</strong> la sociedad<br />
<strong>piaroa</strong> y <strong>de</strong> otros pueb<strong>los</strong> originarios, así como también <strong>de</strong> su cultura y<br />
<strong>de</strong>l firmamento en general con todos sus elementos. Por estas virtu<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> Wajari se inician las competencias entre <strong>los</strong> dos hermanos. Buoka,<br />
entonces, disgustado, empieza a crear todo lo malo y especialmente las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s que producirán <strong>los</strong> animales cuando sean ingeridos por<br />
<strong>los</strong> seres humanos. Tchejeru, hermana <strong>de</strong> el<strong>los</strong> pero creada por Wajari,<br />
se convierte en aliada <strong>de</strong> su hermano creador y representa la agricultura<br />
y la naturaleza.<br />
Wajari crea a Tchejeru<br />
Según este relato, Wajari preparó una masa informe elaborada <strong>de</strong> pan,<br />
arroz y cacao. Este es alimento <strong>de</strong> <strong>los</strong> criol<strong>los</strong>. Lo hizo porque <strong>los</strong> seres<br />
originarios eran varones y necesitaban una mujer. Y según se explica, el<br />
concepto puruna representa al criollo (hay una variante que es Pa’a-rata).<br />
En el mito se dice que en el origen se creó un lugar llamado Pefu Ojuna,<br />
cerro cercano a <strong>los</strong> raudales <strong>de</strong> Átures, don<strong>de</strong> hoy está ubicado Puerto<br />
Ayacucho, y se afirma que este era el lugar <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong>stinado a <strong>los</strong><br />
criol<strong>los</strong>, pues como todos <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> indígenas, muy especialmente<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> barí <strong>de</strong> la Sierra <strong>de</strong> Perijá y warao <strong>de</strong>l Delta <strong>de</strong>l Orinoco,<br />
el<strong>los</strong> son incluyentes; se afirma que <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong>l origen también crearon<br />
a <strong>los</strong> <strong>de</strong>scendientes <strong>de</strong> españoles. Dice el mito que Wajari creó este lugar<br />
<strong>de</strong>stinado a el<strong>los</strong> y que él mismo Wajari lo llamó <strong>de</strong> otra manera, Mete’wa,<br />
que significa “La casa <strong>de</strong> puruna”. Concepto metafórico que alu<strong>de</strong> a todo<br />
lo que es criollo. En este mito, se habla <strong>de</strong>l intercambio <strong>de</strong> la única mujer<br />
que hasta ese momento existía que era Tchejeru, por bienes <strong>de</strong> la cultura<br />
criolla. Es <strong>de</strong>cir que <strong>de</strong>l lado femenino <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> nace también la<br />
<strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia criolla.<br />
Kareru<br />
Antes <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> árboles Wajari levantó el firmamento,<br />
empezó el or<strong>de</strong>namiento <strong>de</strong> la tierra; sin embargo, todavía había oscuridad.<br />
Luego, llamó a su espíritu auxiliar, <strong>de</strong> nombre Pjepju, para que le<br />
ayudara a buscar todos <strong>los</strong> árboles necesarios, entre el<strong>los</strong>: dada, tuminya<br />
y kareru. Y una vez que bebió el extracto <strong>de</strong> kareru, con toda su fuerza y<br />
sabiduría, colocó el sol en su lugar. Ahora vino la claridad.<br />
Wajari creando hombres<br />
Wajari, con carne <strong>de</strong> pescado creaba <strong>los</strong> cabel<strong>los</strong> negros, <strong>los</strong> ojos, las<br />
ca<strong>de</strong>ras y el olor <strong>de</strong> la piel <strong>de</strong> <strong>los</strong> seres humanos. Les asignó tierras para<br />
vivir y les advirtió <strong>de</strong> <strong>los</strong> peligros que pasarían. También habló <strong>de</strong> las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s y <strong>de</strong> <strong>los</strong> partos difíciles, a <strong>los</strong> cuales llamó: jilichi papuli.<br />
Explicó que para el buen parto, <strong>de</strong>jaba sus cantos.<br />
Mientras Wajari trabajaba, se apareció su hermano Buoka disfrazado<br />
una vez <strong>de</strong> lagarto, otra vez <strong>de</strong> mosca para espiar a Wajari y saber como<br />
hacía seres humanos. Luego se convirtió en el pájaro y así pudo volar<br />
alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l árbol mágico llamado tiannawa, que solo posee cuatro<br />
ramas. Este mismo pájaro voló alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l árbol Ñuema-a, aquí Wajari<br />
percibió su vuelo, y se dispuso a saber quién era. Lo <strong>de</strong>scubre, pero solo<br />
ve a un insecto colorado, llamado masate wala, Wajari tranquilo exclama:<br />
“Es solo un bicho”, pero era el mismo Bouka ahora transformado en<br />
bichito minúsculo.<br />
La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Buoka que era menos hábil y menos ingenioso que Wajari, <strong>de</strong>seaba<br />
saber cómo hacía su hermano para elaborar <strong>los</strong> seres humanos, admiraba<br />
con envidia la creación <strong>de</strong> la primera pareja y vio que eran buenas<br />
creaciones. Así, para atisbar cómo <strong>los</strong> hacía, adquirió diversas personalida<strong>de</strong>s,<br />
espiaba a su hermano y se marchaba. Estas observaciones secretas<br />
las realizaba cuando Wajari trataba <strong>de</strong> preparar la segunda pareja<br />
<strong>de</strong> seres humanos, pero Wajari se durmió y así un cangrejo le comió la<br />
22 23
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
carne <strong>de</strong> pescado que ya tenía lista para su próxima obra. Sin embargo,<br />
insistió, logró obtener más carne <strong>de</strong> pescado y así hizo a la segunda<br />
pareja. Buoka, quería saber cómo lo hacía y transformado en diferentes<br />
animales <strong>de</strong> la selva lo vigilaban <strong>de</strong> cerca. Wajari ya había creado a dos<br />
parejas <strong>de</strong> seres humanos con carne <strong>de</strong> pescado. Pero obtenía <strong>los</strong> peces<br />
cazándo<strong>los</strong> con “anzuelo <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos”. Luego se dio cuenta <strong>de</strong> que<br />
les <strong>de</strong>sgarraba la garganta y eso no le pareció. Entonces inventó otro<br />
tipo <strong>de</strong> masa con yuca, plátano, piña y batata. Estos productos sirvieron<br />
para <strong>los</strong> peces y para crear a <strong>los</strong> seres humanos. Al mismo tiempo creó la<br />
brisa, el espacio y la bóveda celeste para que <strong>los</strong> seres vivos tuvieran una<br />
a<strong>de</strong>cuada separación <strong>de</strong>l sol y así no quemarse. Los hijos <strong>de</strong> las parejas se<br />
multiplicaron y asimismo <strong>los</strong> alimentos. Los seres humanos aprendieron<br />
a cultivar<strong>los</strong>, a cazar y a pescar, respetando a <strong>los</strong> animales como sus<br />
hermanos <strong>de</strong> la selva.<br />
Wajari no vivía solo en la tierra, pernoctaba en el firmamento, su<br />
casa se llamaba Umonloja Ojuna, significa “La casa <strong>de</strong>l cielo”. Wajari viajaba<br />
para saber cómo vivían <strong>los</strong> seres <strong>de</strong> su creación y así vio cómo <strong>los</strong><br />
humanos celebraban con el Warime que era llevado a cabo en honor a<br />
sus dioses creadores, pero <strong>los</strong> seres humanos elaborados <strong>de</strong> carne <strong>de</strong><br />
pescado y luego <strong>de</strong> verdura y frutas, nada sabían <strong>de</strong> su creador. Él <strong>los</strong><br />
observaba porque entraba a sus casas transformado en mosquito rojo y<br />
se colocaba en el techo. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allí celebraba su creación con amor y<br />
admiración. Por el contrario, su envidioso hermano Buoka, no aceptaba<br />
a <strong>los</strong> seres <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> Wajari, <strong>los</strong> mal<strong>de</strong>cía y les enviaba enfermeda<strong>de</strong>s<br />
e injurias con el fin <strong>de</strong> que fueran <strong>de</strong>vorados por <strong>los</strong> jaguares y<br />
por <strong>los</strong> ma<strong>los</strong> espíritus. Buoka creó todos <strong>los</strong> peligros que hoy acechan<br />
a su mismo pueblo y por eso mueren. También afirmó que <strong>los</strong> blancos<br />
superarían a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Diálogo entre dos creadores<br />
Se produce una larga conversación entre Buoka y Wajari. El primero,<br />
siempre envidioso <strong>de</strong>l segundo le reprocha sus creaciones aduciendo<br />
que es mentira lo que Wajari ha hecho pues muestra como creaciones<br />
suyas todo lo existente en el universo. Esto incluye selvas, sabanas (que<br />
no le correspon<strong>de</strong>n geográficamente a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, pero igual son creadas<br />
por Wajari), árboles, montañas, firmamento, sol, estrellas, ríos, cascadas,<br />
raudales, animales, piedras, riscos, seres humanos e inclusive otros pueb<strong>los</strong><br />
no <strong>piaroa</strong>, como el hiwi, guajaribo, waika, yabarana, virú, yekuana,<br />
kuiba y hasta españoles. Los reclamos <strong>de</strong> Buoka son agresivos. Wajari<br />
respon<strong>de</strong> con sabiduría que todo lo hizo con la ayuda <strong>de</strong>l jugo <strong>de</strong>l árbol<br />
kareru y con el auxilio <strong>de</strong> Maripa que es el Sueño, y que todo lo que<br />
ha cantado se hizo realidad. Y le reafirma: “Solo <strong>los</strong> sueños <strong>de</strong> <strong>los</strong> verda<strong>de</strong>ros<br />
mené-ruwä se convierten en realidad”. Buoka lo instiga a que<br />
le <strong>de</strong>muestre sus creaciones y así pasan días enteros en esta lucha <strong>de</strong><br />
<strong>de</strong>mostraciones. Wajari también le pi<strong>de</strong> pruebas a Buoka <strong>de</strong> sus creaciones,<br />
quien realmente queda avergonzado <strong>de</strong> no po<strong>de</strong>r competir con su<br />
hermano. Wajari, benevolente, le afirma a su hermano que él hizo cosas<br />
importantes: la luna, la noche, las nubes cargadas <strong>de</strong> agua y el rocío. Y<br />
le recalca que la luna es fría, que la luna es débil, y le dice: “Allá vives tú,<br />
te ves como una especie <strong>de</strong> humo, <strong>de</strong> sombra y <strong>de</strong> oscuridad”. Wajari le<br />
recuerda que él viajó a todas partes <strong>de</strong> la tierra con el sol en sus manos<br />
y que en este recorrido conoció todos <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong> la tierra<br />
y, por tanto, esta es su gran virtud, porque pudo dar vida a todo lo que<br />
existe y, a la vez, aprendió <strong>los</strong> cantos meñé, que son <strong>los</strong> cantos sagrados<br />
que se convierten a través <strong>de</strong>l sueño (<strong>de</strong> Maripa) en realidad y este conocimiento<br />
incluye, a la vez, saber soplar yopo, utilizar bien el humo <strong>de</strong>l<br />
tabaco y saber soplar las aguas que curan las diferentes enfermeda<strong>de</strong>s<br />
que producen <strong>los</strong> animales cuando se les come sin realizar <strong>los</strong> rituales,<br />
ya que el<strong>los</strong> son también parte <strong>de</strong> su creación.<br />
Después <strong>de</strong> esta larga y cansada discusión cerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> raudales <strong>de</strong><br />
Átures, Wajari se elevó al cielo don<strong>de</strong> ahora vive y lo vemos todos <strong>los</strong><br />
días al amanecer.<br />
Mariweka<br />
Ñemej pronunció: “¡Jina-itsoma mariwekane peyenne Kuaomine!”<br />
“¡Venimos <strong>de</strong> abajo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el origen don<strong>de</strong> Wajari nos creó!”, ese lugar<br />
es Mariweka. Wajari dijo: “¡Jajkwawatamu!”, “¡Crezcan!” Crecimos y nos<br />
dio nombre. Vivimos en el antiguo raudal, se llama, Piaje Muotsa. Wajari<br />
cantó allí contra las enfermeda<strong>de</strong>s que aquejan a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> y pronunció<br />
<strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> animales y <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s que causan<br />
a <strong>los</strong> humanos cuando se ingiere su carne sin hacerles <strong>los</strong> rituales<br />
24 25
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
correspondientes. Los cantos meñé son <strong>los</strong> que curan las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l cuerpo y las fiebres altas. Son <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales <strong>los</strong> que<br />
<strong>de</strong>jan <strong>de</strong> hacer daño al cuerpo a través <strong>de</strong>l meñé-ruwä, chamán curador,<br />
pues Wajari sopla el agua que bebemos. Las enfermeda<strong>de</strong>s son incontables,<br />
ellas provienen <strong>de</strong> cada animal. El canto general para curar todas las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s se llama meñé-jawapu, y todos <strong>los</strong> remedios juntos, jawapu.<br />
Wajari creó las enfermeda<strong>de</strong>s para que no nos olvi<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> él. Él es nuestro<br />
creador y el abuelo <strong>de</strong> todos nosotros. También hay una verdad secreta<br />
sobre Wajari y es que cometió incesto con su hermana Tchejeru. Y este<br />
acto orienta las relaciones <strong>de</strong> parentesco entre <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong> toda la vida.<br />
Debemos agregar aquí unas notas explicativas que no aparecen en<br />
este relato pero que son necesarias para enten<strong>de</strong>r otros <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> origen<br />
sucesivos. Wajari está y siempre estuvo representado en el danto o tapir,<br />
animal herbívoro y comedor <strong>de</strong> diversas frutas <strong>de</strong> la selva, consi<strong>de</strong>rado<br />
el “Padre <strong>de</strong> <strong>los</strong> frutos”. Los <strong>piaroa</strong> comen danto o tapir en circunstancias<br />
especiales por ser un animal gran<strong>de</strong> que bien podría compararse con<br />
algún vacuno <strong>de</strong> la cultura occi<strong>de</strong>ntal. Sin embargo, él es el creador. Por<br />
esta razón abundan <strong>los</strong> cantos o meñé sobre Wajari, creador y dador<br />
<strong>de</strong> vida a través <strong>de</strong>l sacrificio <strong>de</strong> su propio cuerpo. Se sacrifica ante su<br />
pueblo posiblemente por el error cometido con su hermana y por otros<br />
errores 3 . Por estas razones <strong>los</strong> cantos o meñé son sagrados, lo mismo que<br />
el Warime; tanto que hoy día hay partes <strong>de</strong>l ritual <strong>de</strong>l Warime que no<br />
pue<strong>de</strong>n ser vistas por extraños, ni por mujeres o niños <strong>piaroa</strong>. Tampoco<br />
pue<strong>de</strong>n ser vistos <strong>los</strong> instrumentos musicales usados en el Warime, entre<br />
el<strong>los</strong>, diversas flautas, especialmente el instrumento más sagrado que es<br />
el llamado wora, instrumento que representa las voces <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus<br />
<strong>de</strong>l pasado cuyo sonido es muy respetado y solo aparece a la media noche<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el día que inicia la realización <strong>de</strong>l Warime hasta que finaliza el<br />
ritual. Pocos pue<strong>de</strong>n ver el wora, todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más lo escuchan y le temen.<br />
La primera fiesta <strong>de</strong> Buoka y Wajari / Wajari y <strong>los</strong><br />
instrumentos musicales / Kwoimoi se come las máscaras<br />
Estos tres relatos guardan una relación estrecha. El primero muestra<br />
que <strong>los</strong> dos hermanos, Buoka y Wajari, se propusieron hacer juntos un<br />
Warime. Al parecer, Buoka se lo planteó con la intención <strong>de</strong> quitarle<br />
3 Tema <strong>de</strong>sarrollado en el mito sobre el origen <strong>de</strong>l danto, véase Mito n.° 23 (N. <strong>de</strong>l P.).<br />
mérito a Wajari. Sin embargo se nota la bondad <strong>de</strong> Wajari cuando <strong>de</strong>clara<br />
que <strong>los</strong> cantos <strong>de</strong> Buoka son mejores que <strong>los</strong> suyos. Contraria posición<br />
<strong>de</strong>muestra el envidioso Buoka, quien <strong>de</strong>clara que <strong>los</strong> cantos <strong>de</strong> Wajari<br />
no son buenos. Wajari no hace comentarios negativos. Ambos soplan<br />
yopo mientras siguen <strong>los</strong> preparativos <strong>de</strong>l ritual. Buoka y Wajari cantaron<br />
juntos sus pensamientos. En el siguiente canto o relato, Tchejeru que<br />
escuchaba se encantó <strong>de</strong> <strong>los</strong> meñé <strong>de</strong> su hermano y le pidió que hiciera<br />
una festividad para ella sola. Él respondió que sí, pero que tenía que<br />
sembrar abundante yuca para hacer la chicha o yucuta que era necesaria<br />
para el evento. Los hermanos siguieron cantando y las mujeres prepararon<br />
<strong>los</strong> conucos para la siembra <strong>de</strong> la yuca. Tchejeru comentaba que su<br />
hermano era un gran pensador y por lo tanto el mejor meñé-ruwä. Así,<br />
muy emocionada le pidió a Wajari que le mostrara <strong>los</strong> implementos e<br />
instrumentos <strong>de</strong>l ritual. Wajari se negó y le dijo que ninguna mujer podía<br />
ver estos implementos ni <strong>los</strong> preparativos, pues eran secretos y solo eran<br />
vistos por <strong>los</strong> especialistas. Esta <strong>de</strong>claración <strong>de</strong>spertó la curiosidad <strong>de</strong><br />
Tchejeru, quien <strong>de</strong>seaba <strong>de</strong>scubrir cómo se hacía el Warime: quiénes<br />
acudían a él, quiénes eran <strong>los</strong> que estaban vestidos con las máscaras <strong>de</strong><br />
moriche y quiénes ejecutaban <strong>los</strong> instrumentos musicales que no se podían<br />
ver. Hizo hasta lo imposible para averiguarlo, pero no le fue factible<br />
conocer <strong>los</strong> misterios y secretos <strong>de</strong>l Warime, pues hasta hoy es un secreto<br />
para las mujeres, para <strong>los</strong> niños y para <strong>los</strong> extraños a la cultura <strong>piaroa</strong>.<br />
En el tercer relato <strong>de</strong> esta saga ya pue<strong>de</strong>n apreciarse las diferencias<br />
entre Bouka y Wajari. Buoka manifiesta que <strong>de</strong>sea comer, Wajari respon<strong>de</strong><br />
que no pue<strong>de</strong>n comer aún, pues según la tradición <strong>de</strong>jada por<br />
<strong>los</strong> dioses <strong>de</strong>l origen, <strong>los</strong> meñé-ruwä o cantores <strong>de</strong> <strong>los</strong> Warime comen<br />
solo cuando todo el pueblo lo ha hecho. Ante esta negativa <strong>de</strong> Wajari<br />
se <strong>de</strong>muestra su sabiduría, pero Buoka reacciona encolerizado, profiere<br />
maldiciones sobre Wajari, y estas palabras llenas <strong>de</strong> maldad se convierten<br />
en serpientes venenosas.<br />
Estas serpientes ya habían nacido <strong>de</strong> otros ma<strong>los</strong> <strong>de</strong>sencuentros<br />
entre el<strong>los</strong>, las mismas que procrearon <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia, y entre <strong>los</strong> <strong>de</strong>scendientes<br />
aparece en este relato un personaje que lleva por nombre<br />
Kwoimoi, nieto <strong>de</strong> las serpientes originarias y el padre <strong>de</strong> una mujer<br />
llamada Kwawañamu, la compañera <strong>de</strong> Wajari. Lo que quiere <strong>de</strong>cir que<br />
Kwoimoi es el suegro <strong>de</strong> Wajari y es, a<strong>de</strong>más, un personaje peligroso,<br />
26 27
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
pero la esposa <strong>de</strong> Wajari, Kwawañamu, lo sabe y siempre <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> a<br />
su compañero. En el canto se <strong>de</strong>clara lo que ella afirma, que su padre<br />
es asesino y pue<strong>de</strong> hacer mal a Wajari. Por esta razón Wajari lo trata<br />
con cuidado y con algunas artimañas va dilatando la elaboración <strong>de</strong> un<br />
Warime en casa <strong>de</strong> su suegro, quien se lo había insinuado bajo diversos<br />
argumentos. Wajari sabe que lo que <strong>de</strong>sea Kwoimoi es <strong>de</strong>vorarse a <strong>los</strong><br />
warimesa, que son <strong>los</strong> animales <strong>de</strong>l origen disfrazados con máscaras<br />
elaboradas <strong>de</strong> marima y palmas <strong>de</strong> cucurito o moriche. El relato <strong>de</strong>scribe<br />
que Wajari es <strong>de</strong>fensor <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> animales <strong>de</strong> la selva, <strong>de</strong> las frutas,<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> insectos, <strong>de</strong> las aves, y él mismo tenía la facultad <strong>de</strong> convertirse<br />
en uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong>. Pero también sabía que su suegro, a la vez, se convertía<br />
en jaguar cuando <strong>de</strong>seaba atacar a <strong>los</strong> animales <strong>de</strong> su selva. Kwoimoi es<br />
un personaje híbrido entre serpiente y jaguar y adquiere ambas personalida<strong>de</strong>s,<br />
normalmente para hacer daño. Y así lo hizo, cuando Buoka<br />
llevaba las máscaras <strong>de</strong>l Warime por la selva, Kwoimoi convertido en<br />
tigre saltó <strong>de</strong> una madriguera y se comió cuatro <strong>de</strong> las cinco máscaras,<br />
las <strong>de</strong> <strong>los</strong> ime o báquiros. No pudo comerse a mékira (chácharo). Estas<br />
eran las máscaras <strong>de</strong>l Warime que Buoka trasladaba <strong>de</strong> una celebración a<br />
otra y esto ocurrió porque Bouka no escuchó <strong>los</strong> consejos <strong>de</strong> Wajari. Las<br />
máscaras eran <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong> Buoka.<br />
Wajari, en cambio, con su astucia, sí acudió a la invitación que le había<br />
hecho su suegro Kwoimoi, pero con toda precaución Wajari primero<br />
tocó <strong>los</strong> instrumentos sagrados y las voces que se escuchaban eran <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
recintos mágicos <strong>de</strong> <strong>los</strong> orígenes <strong>de</strong>l mundo. Las máscaras iban <strong>de</strong>lante<br />
formando un cortejo por el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la selva que conducía a la casa <strong>de</strong><br />
Kwoimoi. Él escuchaba las voces y suponía que podría comerse a <strong>los</strong> enmascarados.<br />
A la vez Buoka, escondido en la selva, con gran envidia veía<br />
pasar el cortejo y se lamentaba haber perdido sus máscaras. Kwoimoi<br />
acechaba la llegada y esperaba atacar, pero <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Kwoimoi lo impidieron,<br />
pues eran cuñados <strong>de</strong> Wajari y como conocían las intenciones <strong>de</strong><br />
su padre le proporcionaron un amuleto po<strong>de</strong>roso con el cual podía protegerse<br />
y así lo hizo. Wajari salió airoso y pudo cumplir con el Warime en<br />
la casa <strong>de</strong> su propio suegro. El Warime se sigue elaborando hasta el día<br />
<strong>de</strong> hoy, cumpliéndose con todas las restricciones que este acto implica y<br />
así la vida <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se <strong>de</strong>senvuelve y continúa.<br />
Wajari, <strong>los</strong> waikunis y la gestación<br />
Todos <strong>los</strong> cantos <strong>de</strong> curación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se cantan evocando un<br />
lugar mítico llamado Mariweka que está ubicado en un mundo al interior<br />
profundo <strong>de</strong> la tierra. Algunos traductores hablan <strong>de</strong> un mundo<br />
“inferior”. Nosotros omitimos este concepto, no se trata <strong>de</strong> ser inferior<br />
por el hecho <strong>de</strong> estar en el subsuelo, es más bien un lugar <strong>de</strong> origen y<br />
alu<strong>de</strong> también a las cavernas, lugares don<strong>de</strong> se aíslan a vivir <strong>los</strong> que se<br />
preparan para ser meñé-ruwä o chamanes. También alu<strong>de</strong>n a lugares<br />
insondables don<strong>de</strong> van a vivir eternamente <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> sus difuntos.<br />
De hecho, es una cavidad oscura pero no tenebrosa, sino creativa, pues<br />
también a ese lugar se refieren en <strong>los</strong> cantos que les hacen a las parturientas<br />
para que tengan un alumbramiento sin traumas ni problemas,<br />
especialmente en el primer parto. En ese lugar viven <strong>los</strong> waikunis, son<br />
espíritus pichones <strong>de</strong> <strong>los</strong> pájaros. Pero también viven allí <strong>los</strong> ancestros<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> monos, váquiros y armadil<strong>los</strong>. Por lo tanto, son lugares sagrados<br />
<strong>de</strong>l origen, es <strong>de</strong>cir, una especie <strong>de</strong> vientre ancestral. En <strong>los</strong> cantos para<br />
estas necesida<strong>de</strong>s se afirma que muchos animales que no poseen estos<br />
cantos no logran dar a luz, y que si sus crías se mueren <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> su<br />
vientre, asimismo, se mueren sus madres dando a luz. En este mismo<br />
canto se habla <strong>de</strong> la fuerza que posee el espíritu <strong>de</strong>l árbol marima, que<br />
es un árbol <strong>de</strong> cuya corteza se extrae una especie <strong>de</strong> lámina que asemeja<br />
una tela gruesa. El marima sirve para cobijar al niño <strong>piaroa</strong> recién nacido<br />
y <strong>de</strong> allí se hacen las primeras hamacas y sujetadores para que las madres<br />
lleven a sus bebés acomodados sobre el pecho o espalda en sus travesías.<br />
Hay cantos secretos para cortar la piel <strong>de</strong>l árbol marima, si no se<br />
hace <strong>de</strong> manera a<strong>de</strong>cuada el espíritu <strong>de</strong>l marima pue<strong>de</strong> atacar a la misma<br />
parturienta en el momento <strong>de</strong>l parto. También, con tela <strong>de</strong> marima se<br />
recubren las estructuras <strong>de</strong> las máscaras <strong>de</strong>l Warime. Por estas virtu<strong>de</strong>s,<br />
enten<strong>de</strong>mos que es tan importante conocer <strong>los</strong> cantos que alu<strong>de</strong>n a estas<br />
necesida<strong>de</strong>s. Algunos investigadores hemos grabado (en el año 2014) el<br />
canto <strong>de</strong> una chamana <strong>piaroa</strong> al extraer la corteza <strong>de</strong> un árbol <strong>de</strong> marima<br />
en el caño Grulla <strong>de</strong> Orinoco medio. Grabación que reposa en el Centro<br />
<strong>de</strong> Documentación e Información <strong>de</strong>l Arte <strong>de</strong> la Escuela <strong>de</strong> Artes en la<br />
Universidad Central <strong>de</strong> Venezuela.<br />
28 29
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
Canto sobre Wajari, sobre su hermana Tchejeru y sobre Jurewei<br />
Este canto bastante complejo aclara situaciones que han aparecido en<br />
otros <strong>mitos</strong> pero sin explicación. En resumen dice que Wajari, en estado<br />
<strong>de</strong> trance con yopo, tuvo relaciones con su hermana Tchejeru. Este acto<br />
hace que se marche <strong>de</strong>l lugar y ella que<strong>de</strong> embarazada en su sitio <strong>de</strong> origen<br />
llamado Pureydo. Wajari emprendió un largo viaje. Pronto Tchejeru tuvo<br />
un hijo a quien llamó Jurewei que nunca vio a su padre, pero sabía quién<br />
era por información <strong>de</strong> su madre. Wajari volvió a Pureydo varias épocas<br />
más tar<strong>de</strong> pero con diferentes personalida<strong>de</strong>s: pájaro, serpiente y anciano<br />
cazador, con arco, flecha y cerbatana. No obstante, Tchejeru sabía que<br />
era Wajari y lo abordó diciéndole que ese niño era su hijo. Wajari no lo<br />
quiso reconocer y <strong>de</strong>cidió marcharse enseguida. Pero el niño que estaba<br />
instruido por su madre tuvo la <strong>de</strong>terminación y <strong>de</strong>claró que se iría con<br />
su padre. Wajari no lo aceptó pero el niño lo siguió por montes, ríos,<br />
cascadas y acantilados. Wajari le reclamaba y le pedía que no lo siguiera.<br />
Jurewei insistía en que era su padre porque su madre se lo había dicho<br />
siempre y quería apren<strong>de</strong>r <strong>de</strong> él. Wajari le dijo enfáticamente: “Yo no soy<br />
tu padre. Soy tu tío. Porque tú eres hijo <strong>de</strong> <strong>los</strong> cie<strong>los</strong>, <strong>de</strong> las aguas y <strong>de</strong><br />
la tierra”. El niño se lo negaba: “Yo soy tu hijo”. Wajari respondía: “Yo no<br />
tengo hijos”. Pero, a tanta insistencia Wajari <strong>de</strong>cidió ponerlo a prueba y<br />
así, en un trayecto <strong>de</strong>l camino, saltó por un gran acantilado y fue a caer<br />
sobre una enorme piedra a la orilla <strong>de</strong> una cascada que bajaba <strong>de</strong> una<br />
inmensa montaña. El niño, también lo hizo y cayó sobre <strong>los</strong> hombros <strong>de</strong><br />
Wajari. Wajari se sorprendió, pero igual volvió a repetir que él era hijo <strong>de</strong><br />
su cuñado. El niño insistió: “No, mi madre dice que tú me creaste con tus<br />
pensamientos”. Al final, si bien Wajari no lo aceptó <strong>de</strong>l todo, en su viaje<br />
<strong>de</strong> cacería creó a <strong>los</strong> venados <strong>de</strong> la sabana y le dijo a Jurewei que con su<br />
arco y flecha matara a un venado. El niño elevó el arco y lanzó la flecha al<br />
cielo, y la flecha bajó directamente con toda su fuerza y dio en el blanco<br />
matando a un venado. Así, Wajari entendió que ese niño era capaz <strong>de</strong><br />
hacer cosas extraordinarias.<br />
Vemos en el relato que, como en todo mito, hay elementos complejos,<br />
se <strong>de</strong>clara que Tchejeru está en Pureydo viviendo con su marido<br />
Puruna (el criollo). Sin embargo, Waikuni, un espíritu gigante <strong>de</strong> olor<br />
perfumado y muy adornado, se robó a Tchejeru. Wajari interviene con<br />
sus pensamientos y le dice a Tchejeru que regrese don<strong>de</strong> su marido. Ella<br />
retorna, pero ahora ocurre que Puruna la <strong>de</strong>sprecia y así Tchejeru entra<br />
en llanto, enloquece y sale <strong>de</strong> su casa a vagar llorando <strong>de</strong>sconsolada<br />
y se convierte en peregrina. Tanto Wajari como Tchejeru en Pureydo,<br />
tuvieron mucha vergüenza <strong>de</strong> todo lo que había acontecido.<br />
Enseguida aparece otro episodio, en el cual se afirma que Wajari ahora<br />
también posee un comportamiento <strong>de</strong> paria, quizás por <strong>los</strong> errores cometidos<br />
se va a vivir solo cerca <strong>de</strong> <strong>los</strong> raudales <strong>de</strong> Átures. Aquí se <strong>de</strong>dicó a pescar.<br />
Aparentemente allí aún no vivía nadie; sin embargo, alguien le robó<br />
<strong>los</strong> pescados que había logrado agarrar y que colocaba en una sarta, a las<br />
orillas <strong>de</strong>l raudal. Así empezó a indagar sobre quién se <strong>los</strong> robaría. Pronto<br />
encontró unas tortas <strong>de</strong> casabe bien fresco, las cuales comió y saboreó con<br />
mucho gusto. Estas tortas <strong>de</strong> casabe las había elaborado Kwawañamu “La<br />
cocinadora <strong>de</strong> casabe”. Así se dio cuenta <strong>de</strong> que ahora vivía allí la familia<br />
<strong>de</strong> Kwoimoi. Y para <strong>de</strong>scubrir<strong>los</strong>, Wajari se convirtió en culebra <strong>de</strong> agua.<br />
Luego se transformó en ijuri paují (pavo <strong>de</strong> monte) y su canto llamó la<br />
atención. Así vinieron a verlo, pero antes <strong>de</strong> que lo <strong>de</strong>scubrieran se transformó<br />
otra vez, en esta oportunidad, obtuvo la apariencia <strong>de</strong> un anciano<br />
arrugado, cabel<strong>los</strong> ra<strong>los</strong> y rostro repugnante. La primera persona que lo<br />
<strong>de</strong>scubre es Kwawañamu, la hija <strong>de</strong> Kwoimoi (serpiente-jaguar). Ella era<br />
quien cocinaba el casabe. Se asusta, pero Wajari la <strong>de</strong>tiene y es así como<br />
se inicia otra relación en la cual todos opinan que él sí es un pensador, un<br />
chamán, un pájaro, una serpiente, etc. Finalmente, Wajari vuelve a adquirir<br />
su personalidad <strong>de</strong> hombre guapo, hermosísimo, <strong>de</strong>slumbrante, adornado<br />
con collares, coronas <strong>de</strong> plumas y otros abalorios. A<strong>de</strong>más, hablaba diversos<br />
idiomas <strong>de</strong> otros pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong> la selva. Ahora Wajari solicita al señor<br />
Kwoimoi que le dé a su hija Kwawañamu para hacerla su compañera <strong>de</strong><br />
vida, y le da como dote todos <strong>los</strong> peces <strong>de</strong> <strong>los</strong> raudales.<br />
Wajari ahora empren<strong>de</strong> un largo viaje con su mujer a Pureydo, lugar<br />
don<strong>de</strong> vive su hermana Tchejeru. Ella, al saber quién es y que su padre es<br />
Kwoimoi le aconseja a su hermano que la <strong>de</strong>je y le dice que por esta mujer<br />
el padre <strong>de</strong> ella lo matará, pues es un asesino. Wajari no teme y opina<br />
que no va a morir por eso. Ambas mujeres se quedan en Pureydo y ahora<br />
Kwawañamu se convierte en aliada <strong>de</strong> su cuñada Tchejeru y empren<strong>de</strong>n<br />
un trabajo juntas en sus conucos. Luego se realiza una gran fiesta. 4<br />
4 Así se estrechan lazos entre este mito y el mito número 11 <strong>de</strong> esta selección.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
Tchejeru enloquece y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> pier<strong>de</strong>n las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos<br />
Aquí se confirma lo expresado en el canto anterior. Tchejeru, por ser<br />
sometida a tantos e ina<strong>de</strong>cuados comportamientos se vuelve loca y se<br />
convierte en paria <strong>de</strong> la selva. Puruna, su esposo, la busca. Pero ella no<br />
<strong>de</strong>sea volver con su esposo criollo. Es por esta razón que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> explican<br />
cómo se perdió la posibilidad <strong>de</strong> que el<strong>los</strong> pudieran tener <strong>los</strong> bienes<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> criol<strong>los</strong> o <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos. Mientras, por otro lado, <strong>los</strong> blancos no<br />
tienen bailes <strong>de</strong> máscaras ni hacen Warime.<br />
Redyo y la tortuga<br />
Redyo, también llamado Rediñu, es un personaje selvático que se<br />
dice representa el canibalismo. Sin embargo, nosotros lo interpretamos<br />
como “El cuidador <strong>de</strong> la selva”. Pues también participa en el Warime. El<br />
chamán o meñé-ruwä controla sus acciones con una piedrecita sagrada<br />
llamada Redyo-Idoky. Algunas personas lo <strong>de</strong>scriben como el huérfano<br />
<strong>de</strong> la selva, monstruo y mal espíritu. Sin embargo, cumple un papel importante<br />
para la cultura <strong>piaroa</strong>. En cuanto a la tortuga o Kjeni, por ser<br />
milenaria conoce muy bien a Redyo, y es ella la que en <strong>los</strong> cantos aconseja<br />
<strong>de</strong> qué manera hay que tratar a Redyo para que no mate o pierda en<br />
la selva a <strong>los</strong> cazadores <strong>piaroa</strong>. Ella misma no aconseja exterminarlo ni<br />
<strong>de</strong>struirlo sino llegar a diálogos inteligentes con él para no caer en sus<br />
trampas. Este es un personaje importante y necesario para el a<strong>de</strong>cuado<br />
resguardo <strong>de</strong> la selva y <strong>de</strong> su biodiversidad.<br />
¿Cómo crearon al báquiro?<br />
El ime, báquiro o cochino <strong>de</strong> monte es <strong>de</strong> suma importancia porque<br />
es un dios <strong>de</strong>l origen y por eso, parte fundamental <strong>de</strong>l Warime. Comerlo<br />
pue<strong>de</strong> traer enfermeda<strong>de</strong>s. De esta manera, el canto sobre el ime es<br />
obligatorio. En <strong>los</strong> cantos sobre su creación, la danza <strong>de</strong> las máscaras va<br />
en línea recta hacia el frente. Cuando se canta sobre las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
que pueda producir su carne, la danza se hace en líneas zigzagueantes, o<br />
como el<strong>los</strong> dicen: “Serpenteando”, tal como corren las aguas <strong>de</strong> un caño<br />
o <strong>de</strong> un río. El canto dice: “Entre <strong>los</strong> manantiales Sipari-aje, allá crearon al<br />
báquiro, Ime-tajtawinawa. Yo conozco la gran montaña <strong>de</strong> piedra, frente<br />
al caño Sipari, en la selva”.<br />
Existen muchas frases mágicas que se refieren al origen <strong>de</strong>l báquiro:<br />
“Ijku-vasruvé, ujku-yuwe-yuwe. Arikoto”. Esas palabras se dicen cuando<br />
se dirigen en el canto hacia su lugar <strong>de</strong> origen. Ya <strong>de</strong> regreso, cantan,<br />
ahora hacia abajo. “Arikoto, nea-a parewa”, o sea, “vamos hacia abajo”. Así<br />
suben y bajan como lo hace el báquiro cuando se le está cazando.<br />
En el origen <strong>de</strong>l mundo solo había selva y montañas <strong>de</strong> piedra. Las<br />
montañas <strong>de</strong> piedra eran nuestras casas. Ahora las hemos abandonado<br />
porque Wajari or<strong>de</strong>nó salir <strong>de</strong> allí pues Kwoimoi, la serpiente venenosa,<br />
<strong>de</strong>seaba su muerte, pero Wajari escapó, cubriéndose el rostro con máscara<br />
<strong>de</strong> Warime. Así dice el canto.<br />
El canto <strong>de</strong>l báquiro<br />
Este canto refiere aspectos ya tratados en otros <strong>mitos</strong>: Kwoimoi eterno<br />
enemigo <strong>de</strong> Wajari, <strong>de</strong>seaba acabar <strong>de</strong>finitivamente con <strong>los</strong> enmascarados,<br />
tanto <strong>de</strong> Buoka como <strong>de</strong> Wajari. Aquí se reafirma cómo Kwoimoi<br />
se comió las cuatro máscaras <strong>de</strong> Buoka y solo <strong>de</strong>jó una. Esta máscara<br />
que se salvó fue la <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong>l mékira o chácharo que es un cerdo <strong>de</strong><br />
monte pero más pequeño que el báquiro. El báquiro o ime es el jabalí,<br />
sus gran<strong>de</strong>s colmil<strong>los</strong> se usan en <strong>los</strong> collares <strong>de</strong> <strong>los</strong> chamanes.<br />
En el canto se vuelve a aludir a la discusión que se produjo antes entre<br />
Buoka y Wajari por la persistencia <strong>de</strong> Buoka <strong>de</strong> querer <strong>de</strong>mostrar que<br />
tenía más po<strong>de</strong>res que Wajari. Aquí ya vemos que Buoka acepta que le<br />
ha ido muy mal, pues casi fue <strong>de</strong>struido por Kwoimoi cuando tenía forma<br />
<strong>de</strong> jaguar. También se <strong>de</strong>sarrolla una escena en la cual se afirma que<br />
Wajari al fin mata a la culebra que representa a Kwoimoi, su suegro. Sin<br />
embargo, esta es aparentemente una muerte simbólica, en la cual la misma<br />
esposa <strong>de</strong> Wajari, Kwawañamu, y sus hermanos Kewiyepu, Irekuwa y<br />
Kumarati, apoyan a Wajari en la <strong>de</strong>strucción <strong>de</strong> su propio padre Kwoimoi;<br />
representado esta vez en la serpiente que tenía como objetivo fundamental<br />
<strong>de</strong>struir a <strong>los</strong> bailadores <strong>de</strong>l Warime, pero no pudo lograr su cometido.<br />
La creación <strong>de</strong>l perro y <strong>de</strong>l tigre / Historia sobre el perro / El canto<br />
<strong>de</strong>l danto<br />
Estos relatos breves poseen una relación estrecha y <strong>de</strong>ben ser comentados<br />
en conjunto. Por una parte, el primero <strong>de</strong>clara que el perro es<br />
una elaboración <strong>de</strong> Kwoimoi, suegro <strong>de</strong> Wajari y a la vez, su enemigo.<br />
32 33
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
Sabemos que Kwoimoi ostenta la habilidad <strong>de</strong> representar a dos entida<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, a la anaconda y al jaguar. Kwoimoi con su doble personalidad,<br />
crea al perro pero en realidad no es perro sino un jaguar, una <strong>de</strong> las especies<br />
<strong>de</strong> su álter ego. La esposa <strong>de</strong> Wajari, Kwawañamu, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> Pureydo<br />
envía a su esposo a casa <strong>de</strong> su padre para que haga negociaciones con él<br />
con fines <strong>de</strong> intercambio porque ella <strong>de</strong>sea un perro cazador. Pero Kwoimoi<br />
se lo niega arguyendo varios subterfugios, entre el<strong>los</strong>, darle un perro<br />
o darle un jaguar. Al final, no le da a ninguno <strong>de</strong> <strong>los</strong> dos y Wajari regresa<br />
ante su esposa y le manifiesta la pérdida <strong>de</strong> tiempo y el mal momento<br />
pasado con su suegro. Sobre el canto 20 <strong>de</strong> esta selección existen otras<br />
apreciaciones sobre el perro, pero esta vez como creación <strong>de</strong>l omnipotente<br />
Wajari. Aquí se <strong>de</strong>clara cómo Wajari, al no haber logrado obtener<br />
un perro cazador <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> su suegro, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> hacer un perro por sus<br />
propias manos y no hizo uno, sino dos, un perro gran<strong>de</strong> para <strong>los</strong> criol<strong>los</strong><br />
y una perra para <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Su suegro lo supo y envidioso <strong>de</strong> este acto se<br />
sintió ofendido e incluso retado. Por esta razón viaja a Pureydo para exigirle<br />
a Wajari que le regale un perro y él se lo niega. Entre las discusiones<br />
que se produjeron se reveló una verdad fundamental sobre el sentido <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> <strong>de</strong>seos <strong>de</strong> cada uno, pues el perro creado por Kwoimoi era un mal<br />
cazador y mortal, y el <strong>de</strong> Wajari era un gran cazador e inmortal. Aquí se<br />
produjo una gran dificultad pues Kwoimoi, envidioso, pero con el po<strong>de</strong>r<br />
que lo caracterizaba como dios creador, maldijo a <strong>los</strong> perros <strong>de</strong> Wajari y<br />
afirmó que aunque eran buenos cazadores tendrían su fin con la muerte.<br />
Por lo tanto, estos perros fueron <strong>de</strong>stinados a morir <strong>de</strong> viejos.<br />
El siguiente canto hace referencia al danto, este es un canto <strong>de</strong> profunda<br />
reflexión porque en él se <strong>de</strong>muestra la fragilidad <strong>de</strong> la vida y <strong>de</strong>l<br />
<strong>de</strong>stino, el ser que viene a cumplir un papel en esta vida nunca pue<strong>de</strong> lograr<br />
la eternidad. Es exactamente como ocurre en la antigua historia <strong>de</strong>l<br />
Poema <strong>de</strong> Gilgamesh, pues estando ya en <strong>los</strong> umbrales para encontrar la<br />
vida eterna, la serpiente roba la planta <strong>de</strong> la eternidad y por esta razón<br />
Gilgamesh <strong>de</strong>be morir.<br />
El canto <strong>de</strong>l danto es la representación <strong>de</strong> Wajari como dios creador, dice:<br />
Wajari bebió jugo <strong>de</strong> dada, alucinógeno que predice el <strong>de</strong>venir, y<br />
vio su propio futuro en la imagen <strong>de</strong>l danto. Pero primero vio el recinto<br />
sagrado <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> animales, como el báquiro, el mono y otros<br />
animales, en fin, todos <strong>los</strong> animales que él creó. Luego visitó también <strong>los</strong><br />
lugares don<strong>de</strong> conseguía <strong>los</strong> accesorios para sus ceremonias. Y también<br />
vio dón<strong>de</strong> habría <strong>de</strong> encontrar la muerte. Y en la muerte se percibió<br />
como un danto o tapir. Wajari vio que el espíritu <strong>de</strong>l danto no permanece<br />
mucho tiempo en la tierra. A él le pasará lo mismo que a <strong>los</strong> monos.<br />
Los blancos lo matarán y se comerán su carne. Y vio que el grupo<br />
inakwedya, seres antiguos que eran parte <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, o parte <strong>de</strong><br />
su sangre, se lo comerían. También vio a un hombre que lo mataba con<br />
arco y flecha. Vio que también el tigre se lo comía. Y vio también a un<br />
hombre que lo mataba con escopeta y a otro que lo mataba con lanza. 5<br />
Así, po<strong>de</strong>mos enten<strong>de</strong>r cómo en la fi<strong>los</strong>ofía <strong>piaroa</strong> la eternidad no<br />
existe, y cuando habla <strong>de</strong> su carne en el canto original, se refiere precisamente<br />
a su propia familia, como también se relata en <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> wayúu,<br />
don<strong>de</strong> el concepto eiruku, es “mi carne” aludiendo a la familia, ascendientes<br />
y <strong>de</strong>scendientes.<br />
El canto <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis<br />
Los waikunis son espíritus <strong>de</strong>l origen <strong>de</strong> la vida. Fueron creados por<br />
Tchejeru, la hermana <strong>de</strong> Wajari, en el poblado <strong>de</strong> Ruweydu, región <strong>de</strong><br />
Mariweka, orígenes <strong>de</strong>l mundo. Ella bebió el jugo <strong>de</strong> dada, pero muy<br />
espeso, y así, en el estómago <strong>de</strong> ella, se produjeron estos espíritus que<br />
hacen daño a <strong>los</strong> seres humanos. Es necesario saber <strong>los</strong> cantos para evitar<br />
las enfermeda<strong>de</strong>s que producen. Se afirma que <strong>los</strong> espíritus waikunis<br />
son enviados por Redyo o Rediñu, espíritus que se encargan <strong>de</strong>l cuido<br />
<strong>de</strong>l bosque y <strong>de</strong> la selva y que están presentes en el Warime. 6<br />
Historia sobre <strong>los</strong> insectos<br />
Los zancudos fueron creados por Kwoimoi para que atacaran a Wajari.<br />
Sin embargo Wajari <strong>los</strong> evadió siempre soplando humo <strong>de</strong> tabaco. Kwoimoi,<br />
no sabía cómo dañar a Wajari para po<strong>de</strong>rlo eliminar. Wajari <strong>de</strong>cía: “Los insectos<br />
no me pican, y solo cuando yo muera picarán a mis <strong>de</strong>scendientes”.<br />
Devolvía <strong>los</strong> zancudos a Kwoimoi y este sí sufría las picaduras que él <strong>de</strong>seaba<br />
para Wajari. Lo mismo ocurrió con el dolor <strong>de</strong> muelas que fue causado<br />
5 Resaltados <strong>de</strong>l prologuista para mejor entendimiento.<br />
6 Los cantos 12 y 15 <strong>de</strong>scriben esto con claridad.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
por Kwoimoi, pero el dolor <strong>de</strong> muelas se lo <strong>de</strong>volvía Wajari a su creador<br />
y llegó a ser tan fuerte para Kwoimoi que tuvo que arrancarse todos <strong>los</strong><br />
dientes y al final <strong>de</strong> su vida se quedó <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ntado. Este acto explica el<br />
sistema <strong>de</strong>ntal <strong>de</strong> la anaconda o <strong>de</strong> la serpiente tragavenados.<br />
Sobre <strong>los</strong> monos<br />
Wajari creó <strong>los</strong> monos, <strong>los</strong> hizo parecidos a <strong>los</strong> humanos y les enseñó<br />
el uso <strong>de</strong> diversos yopos, pero no les dio a probar dada ni tuipa, que son<br />
árboles con sabiduría. Tampoco les hizo <strong>los</strong> rituales necesarios que requieren<br />
todos <strong>los</strong> jóvenes <strong>piaroa</strong>, como por ejemplo horadarles la lengua<br />
con la aguja-cola <strong>de</strong> la raya, ni tampoco el ritual <strong>de</strong> la fuerza <strong>de</strong>jándose<br />
picar por las avispas. Sin embargo, les preparó su árbol para que vivieran<br />
en él, este árbol se llama K’elau Mak’ili’a. También les pidió que soplaran<br />
yopo y luego les preguntó qué veían en sus visiones. El<strong>los</strong> contestaron:<br />
“Vemos que nuestra vida será corta, no será muy larga porque las águilas<br />
nos matarán y <strong>los</strong> hombres nos cazarán con cerbatanas”. Wajari les dijo:<br />
“Pero uste<strong>de</strong>s cuando sirvan <strong>de</strong> alimento, transmitirán la enfermedad <strong>de</strong>l<br />
árbol en que viven, esta enfermedad se llamará K’elau Mak’ili’a”.<br />
Canto sobre la historia <strong>de</strong> la babilla<br />
“Wajari le dio cuerpo a la babilla, le dio forma sobre una mesa, luego<br />
le dio piel y por último le sopló <strong>los</strong> pensamientos con agua amarga y<br />
chicha envenenada. Por eso es que la babilla no tiene lengua. La chicha<br />
se la quemó. Wajari dijo: ‘Es mejor que la babilla viva en el agua, don<strong>de</strong><br />
también vivían su madre y su padre’”.<br />
Boglár reconoce que este canto no refleja ningún tipo <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificación<br />
<strong>de</strong> la sociedad <strong>piaroa</strong> con el caimán <strong>de</strong>l Orinoco, pues el mismo casi<br />
nunca está referido en sus cantos <strong>de</strong> curación. Boglár se pregunta:<br />
¿Por qué el hombre se i<strong>de</strong>ntifica con ciertos animales y qué factores pue<strong>de</strong>n<br />
intervenir –en el caso <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios <strong>piaroa</strong>– en la formación <strong>de</strong> la<br />
relación hombre-animal?<br />
Esta relación se manifiesta en el rito <strong>de</strong>l Warime en el cual <strong>los</strong> animales<br />
están representados por la forma-sonido-movimiento: se representa a<br />
<strong>los</strong> “señores” míticos <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales o <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos<br />
y esta no es solamente una representación formal sino <strong>de</strong> contenido<br />
“<strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro” por medio <strong>de</strong> la animación y <strong>de</strong> la dirección. La evocación<br />
se logra por la representación fiel, y la i<strong>de</strong>ntificación se condiciona<br />
por el ambiente creado con la presencia <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> sonidos y movimientos<br />
singularmente rítmicos. El hombre se i<strong>de</strong>ntifica con ciertos<br />
animales creando tal situación que lo hace obvio, lo imita, “se pone en<br />
su pellejo”, etc. El mito que explica el origen <strong>de</strong>l rito <strong>de</strong> las máscaras<br />
concientiza la relación primitiva <strong>de</strong> hombres y animales, la relación <strong>de</strong><br />
“parentesco” entre ambos.<br />
La apreciación <strong>de</strong> Boglár se encuentra en la introducción <strong>de</strong> este libro,<br />
y es <strong>de</strong> gran valor pues el caimán <strong>de</strong>l Orinoco, las babas o las babillas<br />
no son frecuentes en <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> <strong>piaroa</strong>, pero sí lo son por ejemplo, entre<br />
<strong>los</strong> yanomami, cuyo creador <strong>de</strong>l fuego es iwa o iwariwa, el caimán. Entre <strong>los</strong><br />
yanomami precisamente está como prototipo <strong>de</strong> poseedor <strong>de</strong>l fuego porque<br />
no emite ningún sonido ni se comunica, a<strong>de</strong>más es muy egoísta con <strong>los</strong> seres<br />
humanos, pues solo él posee el fuego y por esta razón es necesario jugarle<br />
una treta ingeniosa para robárselo. Un pájaro <strong>de</strong> color rojo cumple este papel.<br />
Muka Kuyeli: “Canto contra todas las enfermeda<strong>de</strong>s animales”<br />
Este canto es quizás uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> fundamentales o quizás el más importante<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos <strong>piaroa</strong>. En la montaña sagrada <strong>de</strong> Tiannawa hay<br />
un águila que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> jamás han visto. Se llama Muka Kuyeli. Cantan<br />
sobre ella en todas las entonaciones <strong>de</strong> curación. También Muka Kuyeli<br />
emite un canto que protege a <strong>los</strong> pichones (y niños) contra la enfermedad<br />
si comen carne, puesto que el águila come todo tipo <strong>de</strong> animales: monos,<br />
pavos, báquiros. Este canto <strong>de</strong> Muka Kuyeli transforma la carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales<br />
en alimento vegetal inofensivo. Así se come carne pero es como si<br />
se comiera papa, ñame, ocumo, yuca. Los meñé-ruwä o chamanes <strong>piaroa</strong><br />
cantan el mismo canto <strong>de</strong> Muka Kuyeli contra sus propias enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Muka Kuyeli vive como Enemey y Redyo en la selva. Mucha gente,<br />
hombres y animales se encuentran viviendo en la casa <strong>de</strong> Tchejeru (la<br />
selva) y cantan contra las enfermeda<strong>de</strong>s que producen <strong>los</strong> animales. El<br />
canto <strong>de</strong> el<strong>los</strong> fue el primer canto en el mundo. Y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> todavía lo<br />
siguen cantando.<br />
Los cantores <strong>piaroa</strong> cantan así: “Quisiera po<strong>de</strong>r comer como Muka<br />
Kuyeli, para que la carne <strong>de</strong>l pavo, <strong>de</strong>l mono y <strong>de</strong> otros animales fuera<br />
36 37
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
como la papa. Quisiera po<strong>de</strong>r comer como Yubeku, como Enemey, como<br />
Winilki...”. Estos últimos son espíritus primigenios, Tchejeru <strong>los</strong> llama<br />
Chao, padres originarios en la creación <strong>de</strong> la vida.<br />
En la investigación <strong>de</strong> campo se percibe que todo el Warime está<br />
<strong>de</strong>dicado a buscar la armonía entre <strong>los</strong> seres humanos y la naturaleza.<br />
Por esta razón a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se les consi<strong>de</strong>ra “Los filósofos <strong>de</strong> la selva”,<br />
el pueblo yek’kwana <strong>los</strong> llama “Los dueños <strong>de</strong> la palabra sagrada”. Se<br />
afirma que son <strong>los</strong> más pacíficos, pues otros reconocen que sus cantos<br />
tienen mucho po<strong>de</strong>r sagrado. Bajo ninguna categoría <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> podrían<br />
ser consi<strong>de</strong>rados salvajes como generalmente se <strong>de</strong>finían a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong><br />
<strong>de</strong> la selva amazónica. Este ritual <strong>de</strong>l Warime y sus cantos son prueba<br />
fehaciente <strong>de</strong>l respeto que tienen a todos <strong>los</strong> seres vivos que son parte<br />
<strong>de</strong> su mundo, proveerse <strong>de</strong> <strong>los</strong> alimentos no es una tarea adjudicada a la<br />
fuerza o a la ventaja <strong>de</strong> usar armas o utensilios para la caza, pesca o recolección,<br />
sino al respeto, incluso al temor, pues saben que corren el riesgo<br />
<strong>de</strong> adquirir las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> distintos animales, especialmente, a<br />
la veneración <strong>de</strong> lo ritual y ceremonial.<br />
El canto <strong>de</strong>l armadillo<br />
En muchas mitologías indígenas <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong> son <strong>los</strong> seres <strong>de</strong> las<br />
profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra, aparecen como creadores <strong>de</strong> la complejidad<br />
porque el<strong>los</strong> horadan la tierra, abren caminos y muestran las riquezas<br />
<strong>de</strong>l subsuelo y resuelven <strong>los</strong> problemas difíciles <strong>de</strong> <strong>los</strong> chamanes. Entre<br />
<strong>los</strong> kuna <strong>de</strong> Panamá, por ejemplo, el armadillo o nono, es un auxiliar<br />
po<strong>de</strong>roso <strong>de</strong>l chamán, Kanalekwa, en el parto difícil <strong>de</strong> la parturienta<br />
primeriza, a quien llaman yaidula.<br />
En este canto <strong>los</strong> dos armadil<strong>los</strong> hermanos, el mayor, Remu, que llegó<br />
primero a la superficie y su hermano menor Sera, que llegó <strong>de</strong>spués,<br />
vinieron <strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra y antes <strong>de</strong> que existiera vida humana.<br />
Cuando esto pasó no habían nacido ni Buoka ni Wajari ni Tchejeru.<br />
Tampoco había luz, todo era tinieblas. Pero el<strong>los</strong> <strong>de</strong>scubrieron las aguas<br />
antiguas <strong>de</strong> las corrientes subterráneas.<br />
Remu, hermano mayor con sus pensamientos inspirados en el yopo<br />
que soplaba, creó las corrientes <strong>de</strong> agua subterránea. Sera se introdujo<br />
a las profundida<strong>de</strong>s para saber canalizar las aguas. Las mismas brotaron<br />
a la superficie en gran<strong>de</strong>s torrentes que todo lo inundaron. Pero Remu<br />
supo contener las aguas sobre la superficie, pues <strong>de</strong> lo contrario un<br />
gran diluvio hubiera <strong>de</strong>struido todo. Estas aguas antiguas formaron el<br />
río Cuao, sus aguas son viejas, antiquísimas. Cuando nacieron Buoka y<br />
Wajari surgió el Orinoco, que se convirtió en el gran padre <strong>de</strong> las aguas,<br />
porque todos <strong>los</strong> ríos van hacia él. Él es creación <strong>de</strong> Wajari.<br />
Canto <strong>de</strong>l armadillo y <strong>de</strong>l oso hormiguero<br />
Woya, el oso hormiguero, nació inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Remu<br />
y Sera. Su origen está <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> una montaña en el bajo Orinoco. Pero<br />
nació en la época en que él no pudo ver si había luz, agua o estrellas.<br />
Era un período en el cual Wajari aún no había creado la claridad. Sin<br />
embargo, recorrió inmensos territorios y así llegó a la casa <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong>,<br />
quienes no se enteraron <strong>de</strong> su presencia. Volvió a su región y aquí<br />
preparó yopo. Y sopló, sin haber sido sometido a <strong>los</strong> rituales porque<br />
Wajari aún no <strong>los</strong> había creado. Así, con algunos pensamientos adquiridos<br />
por la influencia <strong>de</strong>l yopo, retornó a casa <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong> y para ser<br />
notado se transformó en meyré, que es el colibrí. En este punto se establecen<br />
una serie <strong>de</strong> diálogos sobre el yopo y al final las dos entida<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
mayor tamaño, tanto Remu como Woya, intercambiaron la sustancia <strong>de</strong><br />
sus yopos. Los dos tuvieron visiones muy fuertes. Incluso Remu percibió<br />
que Woya lo mataría y así enloqueció con el yopo. Su hermano menor,<br />
Sera, lo ayudó a salir <strong>de</strong> su estado alterado, una vez sobrios conversaron<br />
sobre lo sucedido en sus predicciones. Antes <strong>de</strong> marcharse Woya <strong>de</strong> la<br />
casa <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong> les <strong>de</strong>claró que <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> poco nacería Wajari. Y<br />
les confirmó que todos <strong>los</strong> animales serían <strong>de</strong> Wajari, incluso el<strong>los</strong>, <strong>los</strong><br />
armadil<strong>los</strong>; sin embargo el chácharo o mékira, sería su animal <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r.<br />
Es necesario recordar aquí que cuando Kwoimoi atacó a las máscaras<br />
<strong>de</strong>l Warime <strong>de</strong> Bouka se comió las cuatro máscaras que iban en el cortejo,<br />
menos la máscara <strong>de</strong> mékira, que es la que simboliza el chácharo. 7<br />
Wajari crea las frutas<br />
Del vientre <strong>de</strong> Wajari nace el grandioso árbol que daba todos <strong>los</strong> frutos.<br />
Sucedió que una señora <strong>de</strong> nombre Parubo le solicitó que le regalara<br />
parte <strong>de</strong> esas frutas. Lo que hizo Wajari fue tener relaciones con ella y<br />
germinarla. Estas relaciones le produjeron embarazo <strong>de</strong> semillas. Ella<br />
7 El mito 17 <strong>de</strong>sarrolla esta escena.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
se fue embarazada por el río hacia arriba y vagaba por diversos lugares,<br />
por don<strong>de</strong> pasaba iba regando su sangre vaginal. Así, <strong>de</strong> esta sangre,<br />
nacieron las frutas silvestres. Algunas son dulces, otras son amargas. Posiblemente<br />
también ácidas, pero este relato no lo <strong>de</strong>clara.<br />
La creación <strong>de</strong> las frutas cultivadas<br />
Wajari celaba mucho su árbol <strong>de</strong> frutas. También distribuía bien el<br />
agua, y preparaba su yopo y el kaapi, plantas <strong>de</strong> <strong>los</strong> dioses <strong>de</strong>l origen. Los<br />
waikunis, trabajaban y <strong>de</strong>scansaban. Le pidieron agua y frutas a Wajari,<br />
pero se las negaba. Antes bien ató las ramas <strong>de</strong>l gran árbol para que no<br />
fuera cortado. Los waikunis entonces soplaron yopo contra Wajari y lo<br />
volvieron loco. Así, anduvo enajenado por varios períodos <strong>de</strong>ambulando<br />
por la selva. Cuando se recuperó volvió a su lugar <strong>de</strong> origen y comprobó<br />
que su árbol aún estaba intacto, pero ya no tenía frutos. Los waikunis se<br />
<strong>los</strong> habían comido y solo le <strong>de</strong>jaron una piña a la cual Buoka, su hermano<br />
envidioso, le colocó una enfermedad. Cuando él preguntaba quién<br />
le había comido sus frutos nadie le respondía y solo le echaban la culpa a<br />
otros pueb<strong>los</strong> que no eran <strong>piaroa</strong>, entre el<strong>los</strong> yek’kwana, yabarana, guajibo,<br />
yaruros e inclusive, <strong>los</strong> blancos. El tiempo pasó, y al final la envidia triunfó,<br />
el árbol fue cortado y las frutas se difundieron por todas partes, pero por<br />
acción <strong>de</strong> <strong>los</strong> seres humanos. Así <strong>los</strong> hombres y las mujeres <strong>de</strong> todas las<br />
culturas aprendieron a cultivar las plantas, a través <strong>de</strong> semillas y esquejes,<br />
gajos o fragmentos <strong>de</strong> plantas que separados <strong>de</strong> una planta principal<br />
pue<strong>de</strong>n reproducirse a voluntad <strong>de</strong>l que la siembra.<br />
La creación <strong>de</strong>l casabe<br />
El casabe surge según el mito <strong>de</strong> la relación amorosa e incestuosa <strong>de</strong><br />
Kwoimoi, quien ebrio y enloquecido por el uso <strong>de</strong> un yopo <strong>de</strong>masiado<br />
fuerte, comete incesto con su hija Kwawañamu, quien era la esposa <strong>de</strong><br />
Wajari. En este momento ya se había convertido en varios animales, pero<br />
sus dos últimas personalida<strong>de</strong>s antes <strong>de</strong> cometer este acto, fueron Remu,<br />
el armadillo, y Ofo’da’a u Ojow-dae, que es el híbrido entre anaconda y<br />
jaguar. De esta violación nace entre gran<strong>de</strong>s penalida<strong>de</strong>s, y en un parto<br />
difícil, otra serpiente llamada Kwawawaruna. Según el canto, Kwoimoi<br />
nunca supo que había cometido incesto porque lo hizo bajo <strong>los</strong> efectos<br />
<strong>de</strong> un mal yopo y asumió que el hijo <strong>de</strong> su hija era su nieto, es <strong>de</strong>cir,<br />
su chuddo. Luego, esta serpiente macho se relacionó con otra serpiente<br />
llamada Kwawawaraju, que era hija <strong>de</strong> Buoka, el hermano envidioso <strong>de</strong><br />
Wajari, y se fueron a vivir a las entrañas <strong>de</strong> la tierra. Allí se relacionaron<br />
sexualmente y <strong>de</strong> esta relación aparecieron sobre la superficie gran<strong>de</strong>s<br />
yucales en <strong>los</strong> conucos.<br />
El <strong>piaroa</strong> actual para dar beneficencia y obtener éxito en la siembra<br />
<strong>de</strong> yuca y otras plantas alimenticias tiene que entonar el canto <strong>de</strong>l casabe:<br />
Kwawawaraju y Kwawawaruna.<br />
La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> españoles<br />
Este canto reafirma que Wajari es el creador <strong>de</strong> <strong>los</strong> seres humanos,<br />
tanto <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> como <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos o criol<strong>los</strong>. A ambos <strong>los</strong> formó con<br />
sus manos en el lago <strong>de</strong> un lugar <strong>de</strong>l origen llamado Parake. Se dice que<br />
este lugar está en las gran<strong>de</strong>s montañas <strong>de</strong>l alto río Sipapo. Pescaba con<br />
su anzuelo peces para preparar a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, y también para crear a <strong>los</strong><br />
blancos o criol<strong>los</strong>, la diferencia estaba en la forma <strong>de</strong> <strong>los</strong> anzue<strong>los</strong> y en<br />
la carnada. Para hacer gente <strong>piaroa</strong> el anzuelo poseía carnada elaborada<br />
con alimentos <strong>de</strong> la selva. Para hacer gente blanca o criolla, elaboró un<br />
anzuelo <strong>de</strong> dos puntas y en una <strong>de</strong> las puntas colocó una masa <strong>de</strong> café y<br />
en la otra punta una masa <strong>de</strong> frijoles o caraotas. A <strong>los</strong> hombres <strong>los</strong> hizo<br />
<strong>de</strong> la carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> pescados que caían por la punta <strong>de</strong> la masa <strong>de</strong> café, y a<br />
las mujeres, por la punta <strong>de</strong> la masa <strong>de</strong> frijoles. Sin embargo, elaboró dos<br />
diques <strong>de</strong> agua: uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> diques hacía correr sus aguas en dirección<br />
<strong>de</strong>l Orinoco abajo y el dique <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> hacía correr sus aguas hacia<br />
arriba. De esta manera, quedó sellado el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong>l asentamiento <strong>de</strong><br />
ambos pueb<strong>los</strong>, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> pertenecen a la selva y <strong>de</strong> allí su <strong>de</strong>nominación,<br />
<strong>de</strong>a’ruwä “Señores <strong>de</strong> la selva” y <strong>los</strong> blancos o criol<strong>los</strong> son puruna o<br />
paa’rata, que significa “Señores <strong>de</strong>l dinero”. 8<br />
La muerte <strong>de</strong> Kwoimoi<br />
Kwoimoi siempre quiso <strong>de</strong>shacerse <strong>de</strong> Wajari, y era alentado por su<br />
hija Kwawañamu, esposa <strong>de</strong> Wajari; ella misma pidió a su padre que lo<br />
aniquilara. Con gran gusto Kwoimoi aceptó la petición <strong>de</strong> su hija, y para<br />
tales efectos Kwoimoi adquirió varias personalida<strong>de</strong>s. Su más agresiva<br />
8 El mito 6 aclara este aspecto.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
representación fue la <strong>de</strong> convertirse en jaguar, así, penetró en la churuata<br />
<strong>de</strong> Wajari. Wajari estaba preparado, pues ya sabía <strong>de</strong> las intenciones <strong>de</strong><br />
Kwoimoi, había inhalado yopo. Wajari se había convertido en águila.<br />
Cuando el jaguar entró en la oscura churuata, el águila bajó <strong>de</strong>l techo<br />
con gran fortaleza, tomó <strong>de</strong>l cuello al jaguar, lo elevó por <strong>los</strong> aires, le dio<br />
varias vueltas por el firmamento y así terminó la vida <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
La muerte <strong>de</strong> Bouka<br />
Un chamán especialista mató a Buoka, Ruwa’yai, el dueño <strong>de</strong>l veneno.<br />
Le dio <strong>de</strong> beber ñiyaekwa. Wajari no se enteró, pero Buoka no murió<br />
<strong>de</strong> manera <strong>de</strong>finitiva. Recibió una nueva apariencia dada por Ohoj-Dae,<br />
el alter ego <strong>de</strong> Kwoimoi, quien le puso sus ojos pero su espíritu estaba<br />
contenido en el cuerpo <strong>de</strong>l venado Tuwa Ñemeli, que es el ciervo rojizo.<br />
La muerte <strong>de</strong> Wajari<br />
Wajari murió asediado, perseguido y <strong>de</strong>scuartizado por <strong>los</strong> perros.<br />
Perros reales y perros espíritus. No hubo lugar en el cual pudiese ocultarse.<br />
Wajari ya sabía <strong>de</strong> su muerte, lo había visto en sus visiones a través<br />
<strong>de</strong>l yopo. Y un gran chamán <strong>de</strong> nombre Yubeku también percibió su<br />
muerte. En vano recorrió territorio para escapar <strong>de</strong> <strong>los</strong> perros. Al fin llegó<br />
a un lugar hostil <strong>de</strong> nombre Dimoro, allí había seres humanos diferentes,<br />
se trataba <strong>de</strong> <strong>los</strong> mabus y <strong>los</strong> wohitemus quienes dispararon sus lanzas<br />
cumpliendo las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> Kikaipuro. Yubeku, el gran chamán, transformó<br />
la carne <strong>de</strong> Wajari en una planta comestible y la ingirió para que<br />
Wajari pudiera vivir eternamente.<br />
Aventuras <strong>de</strong> caza<br />
Esta aventura es infructuosa y cómica. En ningún caso <strong>los</strong> cazadores<br />
pudieron lograr la cacería <strong>de</strong> algún animal <strong>de</strong> la selva. Este es un cuento<br />
que relata la experiencia <strong>de</strong> un enano llamado Viricha, quien cargaba<br />
una gran piedra pintada <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> colores. Empezaba la temporada<br />
<strong>de</strong> lluvias fuertes y <strong>de</strong> pronto vio un enorme agujero en la selva y en<br />
cuyo fondo percibió que había un ser humano al cual <strong>de</strong>seaba matar y<br />
trató <strong>de</strong> hacerlo lanzándole la piedra, lo hizo pero no logró matarlo. Tres<br />
intentos hizo por matarlo, pero el hábil indígena se escabulló <strong>de</strong>l agujero<br />
y subiéndose a la copa <strong>de</strong> un árbol observaba con sonrisa pícara <strong>los</strong><br />
intentos fallidos <strong>de</strong>l enano. Enten<strong>de</strong>mos que esta es una especie <strong>de</strong> burla<br />
agradable contra algunos espíritus <strong>de</strong> la selva. Es un cuento relacionado<br />
con animales enanos y seres humanos enanos que pertenecen a la selva.<br />
También se <strong>de</strong>tallan las trampas que se colocan para cazar animales, entre<br />
el<strong>los</strong> el picure. Se <strong>de</strong>stacan las habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> algunos animales para<br />
escaparse <strong>de</strong> las trampas y la potencialidad <strong>de</strong> algunos otros animales<br />
míticos, o que pertenecen a su tradición, como lo que para el<strong>los</strong> significa<br />
el danto, que es Wajari, ser herbívoro por naturaleza, <strong>de</strong>scubridor <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
frutos más exquisitos <strong>de</strong> la selva y dueño, señor o cuidador eterno <strong>de</strong> la<br />
selva <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Este otro cuento relata el encuentro en la selva <strong>de</strong><br />
un <strong>piaroa</strong> con un enano que cuidaba el bosque. En el diálogo el enano<br />
se enteró que el <strong>piaroa</strong> andaba buscando hormigas rojas venenosas. El<br />
enano manifestó su disgusto por esta búsqueda y el <strong>piaroa</strong> lo agredió.<br />
Pero el enano, siendo un espíritu <strong>de</strong>l bosque, tuvo más habilidad para<br />
<strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse y mientras el <strong>piaroa</strong> se había escondido en la oquedad <strong>de</strong> un<br />
árbol, el enano preparaba una gran cantidad <strong>de</strong> hormigas venenosas colocándolas<br />
en gran<strong>de</strong>s hojas para luego <strong>de</strong>positarlas en el árbol en el cual<br />
estaba escondido el <strong>piaroa</strong>. Este se dio cuenta <strong>de</strong> la revancha <strong>de</strong>l enano y<br />
por el mismo árbol agujereado subió a lo alto <strong>de</strong>l mismo y luego, a través<br />
<strong>de</strong> unas lianas o bejucos pudo escapar <strong>de</strong>l lugar. Estas actitu<strong>de</strong>s indican<br />
que el humano posee menos posibilida<strong>de</strong>s en contra <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong><br />
la selva, sin embargo, aplica sus habilida<strong>de</strong>s escapatorias.<br />
Historia <strong>de</strong> ahora<br />
Este es un relato influenciado por la cultura criolla, en el cual aparecen<br />
dos jóvenes que viajan so<strong>los</strong> por la selva. El joven, en una bicicleta.<br />
A él le ocurre el encuentro fortuito con una extraña joven que emana<br />
un mal olor. Al parecer, es una raposa. Sin embargo, su aspecto es <strong>de</strong><br />
una señorita hermosa a la cual invita a que sigan el camino juntos, ella<br />
<strong>de</strong> mala manera lo acepta pero no ocurre nada extraordinario. Luego se<br />
encuentran con un joven cazador <strong>de</strong> murciélagos que colabora con unos<br />
norteamericanos. Les informa que su trabajo solo pue<strong>de</strong> realizarse <strong>de</strong><br />
noche. Aquí ocurre que <strong>de</strong>ben pasar una noche <strong>los</strong> tres juntos. El joven<br />
cazador <strong>de</strong> murciélagos es el único que posee dos hamacas y mosquitero.<br />
Le ofrece su hamaca a la joven, pero ella no acepta. Y ocurre que<br />
la joven que huele mal no acepta dormir en la hamaca sino que <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
dormir al lado <strong>de</strong> un perro. A la mañana siguiente, el joven <strong>de</strong> la bicicleta<br />
<strong>de</strong>ci<strong>de</strong> repentinamente volver a su casa y a poco andar el camino <strong>de</strong> retorno<br />
se encuentra con una raposa que posee las manos atadas. Él <strong>de</strong>sea<br />
<strong>de</strong>satarlas, pero la raposa trata <strong>de</strong> mor<strong>de</strong>rlo y lo agre<strong>de</strong> fuertemente, él se<br />
<strong>de</strong>smaya. Cuando se recupera y al fin llega a su casa, cuenta a su madre<br />
lo sucedido. Entonces admite que posiblemente hubiese muerto en esta<br />
experiencia. A lo que su abuelo que escucha la historia narrada, reconfirma<br />
<strong>los</strong> hechos y le asegura que sí, que iba a morir en este viaje por la<br />
selva, pero que él en espíritu lo estuvo acompañando siempre.<br />
Vemos que el relato narra historias sobre las acechanzas y peligros que<br />
pue<strong>de</strong>n pasar <strong>los</strong> seres humanos si andan so<strong>los</strong> por la selva. Con estas experiencias,<br />
el joven <strong>de</strong> la bicicleta <strong>de</strong>cidió nunca más salir <strong>de</strong> esa manera.<br />
Sobre la valentía<br />
Opinaríamos que es más bien una historia sobre la <strong>de</strong>sobediencia y<br />
sobre la precaución pues una joven huye y se pier<strong>de</strong> en la selva <strong>de</strong>bido<br />
a que fue reprendida por no cumplir con las obligaciones <strong>de</strong> su casa. Un<br />
buen <strong>piaroa</strong> que recolectaba frutos la encuentra perdida y le ofrece ayuda,<br />
ella acepta. En el trayecto se encuentran con una tortuga y luego con<br />
una serpiente. Sin embargo, no <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n hacer nada con estos hallazgos.<br />
Al día siguiente, al parecer <strong>de</strong>bido al hambre, <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n volver a ubicar a la<br />
tortuga para comerse sus huevos. En el trayecto hablan sobre la serpiente<br />
y <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n que no es bueno comerla. Luego observan que cerca <strong>de</strong> el<strong>los</strong><br />
está mero<strong>de</strong>ando un enorme jaguar, pero no ocurre ningún inci<strong>de</strong>nte,<br />
pues consi<strong>de</strong>ran que este animal huye si uno es precavido. Continúan<br />
el viaje hacia el encuentro con la tortuga y al divisarla notan que hay un<br />
buey y al parecer está furioso. Ante este hecho, el joven <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> que <strong>de</strong>ben<br />
retirarse <strong>de</strong> allí <strong>de</strong> manera inmediata, pues según su consi<strong>de</strong>ración,<br />
el buey es más peligroso que el jaguar.<br />
Al ser el buey un animal <strong>de</strong> la cultura criolla no será posible para un<br />
<strong>piaroa</strong> llegar con él a ningún entendimiento pues no conocen sus historias<br />
y relatos <strong>de</strong> origen. Es posible que por esto hayan <strong>de</strong>cidido empren<strong>de</strong>r su<br />
huida. El canto no muestra el final ni las consecuencias <strong>de</strong> sus actos.<br />
La fila <strong>de</strong> piedras<br />
Esta narración se transmite <strong>de</strong> generación en generación. El gran<br />
chamán Pitah se lo contó a Ñemej, y Ñemej se lo transmitió al chamán<br />
Car<strong>los</strong> Caballero y, este a la vez, a su hijo Jesús Caballero. Este canto fue<br />
grabado por el investigador Boglár en la palabra <strong>de</strong>l chamán Caballero.<br />
Se narra que <strong>los</strong> kerimine eran asesinos <strong>de</strong> seres humanos y que<br />
a<strong>de</strong>más practicaban el canibalismo. Los <strong>piaroa</strong>, siendo pacíficos, casi<br />
fueron exterminados por <strong>los</strong> kerimine. Es por esta razón que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
antiguos, o <strong>los</strong> que se salvaron, en un afán <strong>de</strong> conocer la verdad y,<br />
dirigidos por un gran chamán, durante una larga temporada buscaron<br />
el lugar que para el<strong>los</strong> estaba ya perdido en la selva. Se afirma que <strong>los</strong><br />
kerimine subieron a las montañas don<strong>de</strong> antes vivían <strong>los</strong> antiguos <strong>piaroa</strong>.<br />
Llevaba cada kerimine, fuera hombre, mujer o niño, una piedra para<br />
colocarlas en hilera y cada piedra representaría a un <strong>piaroa</strong> asesinado<br />
por <strong>los</strong> kerimine. Estas piedras están ubicadas en línea recta en el filo <strong>de</strong><br />
la cordillera. El número <strong>de</strong> piedras aún simboliza la cantidad <strong>de</strong> <strong>piaroa</strong><br />
asesinados y llevados casi a su extinción. Este pueblo antiguo, don<strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong> hacían sus conucos, se llamaba Meñu-rujewa.<br />
Otros <strong>piaroa</strong>, <strong>de</strong> diversas regiones, que conocían esta historia, quisieron<br />
vengarse <strong>de</strong> esta fatalidad, buscaron y buscaron el lugar por largos<br />
períodos, hasta que al fin lo encontraron. Se establecieron allí, hicieron<br />
vida y a la vez pensaron en una treta, así que elaboraron un gran puente<br />
<strong>de</strong> lianas o bejucos muy fuertes que subía hacia las altas montañas. Y con<br />
absoluta calma se dieron a la tarea <strong>de</strong> esperar a <strong>los</strong> kerimine. Así ocurrió,<br />
<strong>los</strong> kerimine volvieron cuando <strong>de</strong>scubrieron que había más <strong>piaroa</strong> en el<br />
lugar e igual que en el principio <strong>de</strong> <strong>los</strong> tiempos, con el fin <strong>de</strong> matar<strong>los</strong> y<br />
comer<strong>los</strong>, emprendieron su viaje hacia la montaña y en el trayecto notaron<br />
el puente <strong>de</strong> lianas elaborado por <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Los <strong>piaroa</strong> esperaron<br />
que llegaran cerca hasta que pudieron ver <strong>los</strong> dientes rojizos <strong>de</strong> uno<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> kerimine que iba a<strong>de</strong>lante <strong>de</strong>l ejército <strong>de</strong> kerimines y <strong>de</strong> manera<br />
inmediata soltaron las lianas que <strong>de</strong>tenían el largo puente y todos <strong>los</strong><br />
kerimine se fueron por <strong>los</strong> acantilados y en el acto murieron. Se asegura<br />
que solo quedó viva una mujer kerimine embarazada. Y se afirma que a<br />
partir <strong>de</strong> este embarazo, <strong>los</strong> kerimine se han vuelto a reproducir.<br />
44 45
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
En el mismo canto se narra otra parte <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> estas montañas,<br />
pues se asegura que eran espacios <strong>de</strong>l origen. Se afirma que allí<br />
vivió Kwoimoi, dios <strong>de</strong>l origen y <strong>de</strong> la maldad, que creó allí <strong>los</strong> animales<br />
dañinos, y a las serpientes a las cuales les colocó <strong>los</strong> venenos. Se asegura<br />
que en <strong>los</strong> acantilados <strong>de</strong>l otro lado <strong>de</strong> las montañas hay dibujadas<br />
muchas cestas tejidas con entramados <strong>de</strong> serpientes. Se afirma que fue<br />
Kwoimoi quien pintó en <strong>los</strong> acantilados muchos dibujos <strong>de</strong> serpientes,<br />
pues a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> preparar el veneno, preparó las pinturas para distinguir<br />
a cada culebra y a la vez, para hacer tantos dibujos en <strong>los</strong> acantilados.<br />
Se cuenta a<strong>de</strong>más que en esa parte <strong>de</strong> las montañas hay abundantes<br />
manantiales <strong>de</strong> agua. Estos lugares son en la actualidad regiones <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
nacimientos <strong>de</strong>l río Cuao.<br />
Como sabemos, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> son <strong>los</strong> seres más pacíficos <strong>de</strong> la selva, y se<br />
ha <strong>de</strong>mostrado en <strong>los</strong> textos anteriores que solo en casos extremos han tenido<br />
que recurrir a estrategias <strong>de</strong> muerte para <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rse, como es el caso<br />
<strong>de</strong> estos <strong>piaroa</strong> inmolados, sacrificados e ingeridos por <strong>los</strong> antropófagos<br />
kerimime. El<strong>los</strong> aseguran que todavía existen como espíritus <strong>de</strong>l mal.<br />
Ñemej enseñó a cantar a mi padre<br />
Se hace en el canto un retrato biográfico <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> Jesús Caballero,<br />
<strong>de</strong> su abuelo, <strong>de</strong> una joven sobrina <strong>de</strong> su padre, <strong>de</strong> la esposa <strong>de</strong> su abuelo<br />
y <strong>de</strong> otras personas que se disponen a pasar la noche. Esta es una típica<br />
escena <strong>de</strong> cómo se apren<strong>de</strong>n <strong>los</strong> cantos chamánicos en la tradición oral<br />
<strong>de</strong> todos <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> indígenas. Así, el gran chamán Ñemej, en una noche<br />
normal, soplando yopo entona <strong>los</strong> cantos sobre <strong>los</strong> animales <strong>de</strong>l origen<br />
y <strong>de</strong>scribe las enfermeda<strong>de</strong>s que puedan causar a sus <strong>de</strong>scendientes<br />
actuales si se comen sus carnes sin hacerles <strong>los</strong> rituales necesarios. Se<br />
mencionan tres cantos: uno sobre el espíritu <strong>de</strong>l ime, báquiro; otro sobre<br />
el espíritu <strong>de</strong>l ijure, paují o pavo <strong>de</strong> monte; otro sobre el espíritu <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
monos. Como es normal en todas las noches <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> don<strong>de</strong> hay<br />
chamanes, estas sesiones se producen naturalmente y entran en la conversación,<br />
en este relato y en otras informaciones, entre ellas, noticias <strong>de</strong><br />
familias lejanas, y sobre la preparación <strong>de</strong>l yopo, pero el aspecto central<br />
está en la enseñanza <strong>de</strong> forma onomatopéyica <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos, pues <strong>de</strong> eso<br />
se trata el relato. Mientras la familia se va durmiendo, el meñé-ruwä, dueño<br />
o señor <strong>de</strong>l canto, el señor Ñemej, canta para que el señor Caballero<br />
aprenda sus cantos, enseñanza que se <strong>de</strong>senvuelve durante la noche y<br />
parte <strong>de</strong> la madrugada. Este acto se realiza hasta el día <strong>de</strong> hoy, con todos<br />
<strong>los</strong> chamanes y aprendices <strong>de</strong> chamanes. Se transmite el canto <strong>de</strong> forma<br />
oral mientras están acostados en sus chinchorros. El maestro canta, el<br />
aprendiz o estudiante <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos escucha atentamente y repite las palabras<br />
chamánicas con absoluta rigurosidad. Así es que se apren<strong>de</strong>n <strong>los</strong><br />
cantos chamánicos <strong>piaroa</strong>.<br />
Cuando vi blancos por primera vez<br />
Este relato se refiere a un cuento <strong>de</strong>l año 1949, cuando Jesús Caballero<br />
era un niño. Él afirma que andaba con su familia, <strong>de</strong> pesca y <strong>de</strong> cacería.<br />
Que pescaban con barbasco y a la vez habían cazado una liebre con perro<br />
y con machete. Y sucedió que repentinamente aparecieron en el lugar,<br />
llamado Arroyo Caracol, unos extranjeros que <strong>los</strong> sorprendieron en estas<br />
faenas. Al ver<strong>los</strong> no se sintió asombrado, como sí ocurrió con el esposo<br />
<strong>de</strong> la hermana <strong>de</strong> su madre y su tía, quienes <strong>de</strong> manera inmediata se introdujeron<br />
en el refugio. Entonces <strong>los</strong> extranjeros empezaron a retratarlo<br />
a él. La manera en que lo retratan lo cuenta <strong>de</strong> forma muy graciosa, pues<br />
aunque su guayuco estaba sucio, lo colocaban para posar <strong>de</strong> todas formas<br />
con la liebre en la mano, con el machete, etc. Le hicieron cientos <strong>de</strong><br />
fotografías que él supone <strong>de</strong>ben estar en Caracas y que manifiesta nunca<br />
haberlas visto.<br />
Lamento<br />
El investigador Boglár no hace ninguna <strong>de</strong>scripción sobre la característica<br />
<strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> canto que él, o su traductor, llama simplemente<br />
Lamento. En realidad es un lamento, pero en <strong>piaroa</strong> se <strong>de</strong>nomina “llanto<br />
cantado”, lo cual lo vuelve una rareza <strong>de</strong> relato, pues estos cantos solo<br />
fueron conocidos cuando el investigador Terry Agerkop trabajó entre <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong> en 1975. Estos cantos se producen cuando hay muertes, cuando<br />
existe mucha tristeza, cuando la persona se queda sola y sin familia directa,<br />
cuando se recuerda a <strong>los</strong> difuntos y, muy especialmente, cuando<br />
se está en presencia <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong> un difunto.<br />
Este tipo <strong>de</strong> expresiones las habíamos investigado con el mismo etnomusicólogo<br />
Terry Agerkop cuando trabajamos juntos en el año 1974<br />
entre <strong>los</strong> miskitos <strong>de</strong> Honduras y parte <strong>de</strong> Nicaragua. Aquí también se<br />
46 47
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales<br />
llevan a cabo este tipo <strong>de</strong> llantos cantados (inanka) <strong>de</strong>sarrollados por<br />
las mismas causas: muertes <strong>de</strong> familiares, abue<strong>los</strong>, esposos, hermanos,<br />
suegros, pérdida <strong>de</strong> hijos pequeños, nietos, y también se realizan en<br />
remenbranza <strong>de</strong> sus difuntos o en la <strong>de</strong>spedida <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos.<br />
Se llevan a cabo al anochecer o al amanecer. Otros motivos para<br />
lamentar son la pobreza, el abandono <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> algún familiar por razones<br />
diversas o porque son aquejados <strong>de</strong> alguna enfermedad o porque<br />
se han quedado so<strong>los</strong> en la vida y ya no <strong>de</strong>sean más vivir y así <strong>de</strong>ci<strong>de</strong>n o<br />
predicen su muerte.<br />
También son comunes estos cantos entre indígenas tapirapé <strong>de</strong>l Brasil<br />
central, que pertenecen a la familia lingüística tupi-guaraní, y cuya traducción<br />
<strong>de</strong>l nombre <strong>de</strong>l pueblo Tapirapé, significa “<strong>los</strong> que siguieron el<br />
camino <strong>de</strong>l danto o tapir”, y cuya cultura fue profundamente estudiada por<br />
Charles Wagley. Aquí también se dan bienvenidas <strong>de</strong> lágrimas o <strong>de</strong>spedidas<br />
<strong>de</strong> lágrimas, con <strong>los</strong> mismos fines. Este canto-lamento no es un canto<br />
chamánico, es un canto autobiográfico <strong>de</strong> una situación crítica, social, personal<br />
y emocionalmente perturbadora.<br />
Este canto-lamento o llanto cantado <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> es verda<strong>de</strong>ramente<br />
<strong>de</strong> extraordinaria fuerza y transmite la emotividad que hemos sentido<br />
quienes hemos trabajado y en parte convivido con el pueblo <strong>piaroa</strong>. Es<br />
el sentir más profundo <strong>de</strong> sus tristezas y a<strong>de</strong>más se aprecia en el mismo<br />
canto su crítica a la cultura dominante que se ofrecía como la solución<br />
a lo que antes se llamaba “la problemática <strong>de</strong>l indio” ante la cual, se<br />
brindaba como única posibilidad convertir al indígena en criollo y cuya<br />
propuesta era “sacar a <strong>los</strong> indios <strong>de</strong> su ignorancia” y no se hacía ningún<br />
esfuerzo por establecer un diálogo intercultural.<br />
Hoy día, <strong>los</strong> indígenas ocupan un sitial importante en las políticas<br />
<strong>de</strong>l Estado venezolano. Son parte constitutiva <strong>de</strong> las leyes y acciones<br />
educativas y culturales <strong>de</strong>l país y este es, precisamente, el esfuerzo que<br />
hace la Fundación Editorial El perro y la rana, cuyo nombre vale resaltar<br />
proce<strong>de</strong> <strong>de</strong> la literatura <strong>de</strong>l pueblo panare o eñepá.<br />
El equipo profesional y <strong>de</strong> compromiso intelectual <strong>de</strong> la editorial,<br />
reconoce el esfuerzo <strong>de</strong> otros investigadores y reedita algunos libros<br />
como el presente, cuyos testimonios grabados poseen más <strong>de</strong> cincuenta<br />
años, y cuyo esfuerzo <strong>de</strong> edición en aquellas épocas le correspondió a la<br />
respetuosa Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), quien hoy nos da<br />
el permiso para su publicación actual.<br />
Vayamos ahora a la lectura <strong>de</strong> estos cuentos y <strong>mitos</strong> tomados <strong>de</strong> la<br />
expresión <strong>piaroa</strong> gracias al esfuerzo <strong>de</strong>l maestro Lajos Boglár.<br />
Ronny Velásquez<br />
Siguatepeque, Honduras, 24 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> 2015.<br />
48 49
Bibliografía consultada<br />
Agerkop, Terry. (1983). Piaroa-Venezuela. Caracas: Publicaciones <strong>de</strong>l Instituto<br />
Interamericano <strong>de</strong> Etnomusicología y Folklore (Ini<strong>de</strong>f). Incluye un casete y<br />
36 diapositivas.<br />
Anónimo. (1986). Poema <strong>de</strong> Gilgamesh. (Tomo vi). En: Biblioteca Personal<br />
<strong>de</strong> Jorge Luis Borges. Barcelona: Ediciones Orbis.<br />
Aretz, Isabel. (1991). Música <strong>de</strong> <strong>los</strong> aborígenes <strong>de</strong> Venezuela. Caracas: Ediciones<br />
Fun<strong>de</strong>f-Conac. Incluye un casete con ejemp<strong>los</strong> musicales grabados in situ.<br />
Boglár, Lajos. (1986). Wahari. Eine Südamerikanische Urwaldkultur. Leipzig<br />
& Weimar: Gustav Kiepenheuer Verlag.<br />
Halmost, István. (2012). Music among the Piaroa Indians. Melodies and<br />
Life of an Indigenous Community in Venezuela. Budapest: L’Harmattan<br />
Könyvkiadó. Incluye 501 páginas, más 1 CD con cantos y ejemp<strong>los</strong><br />
musicales <strong>piaroa</strong>.<br />
Lévi-Strauss, Clau<strong>de</strong>. (1986). Mito y significado. Buenos Aires: Alianza Editorial.<br />
Mansutti, Alexan<strong>de</strong>r. (2006). Warime. La fiesta. Flautas, trompas y po<strong>de</strong>r en<br />
el noreste amazónico. Ciudad Bolívar: Fondo Editorial Universidad <strong>de</strong><br />
Guayana.<br />
Mosonyi, Esteban Emilio. (1975). El indígena venezolano en pos <strong>de</strong> su liberación<br />
<strong>de</strong>finitiva. Caracas: Universidad Central <strong>de</strong> Venezuela, Facultad <strong>de</strong> Ciencias<br />
Económicas y Sociales, División <strong>de</strong> Publicaciones.<br />
Mosonyi, Esteban Emilio. (2003). Temas <strong>de</strong> literatura Indígena. Caracas: Ediciones<br />
<strong>de</strong>l Ministerio <strong>de</strong> Educación, Cultura y Deportes; Viceministerio <strong>de</strong><br />
Asuntos Educativos; Dirección General <strong>de</strong> Niveles y Modalida<strong>de</strong>s; Dirección<br />
<strong>de</strong> Educación Indígena.<br />
Velásquez, Ronny. (2010). Estética aborígen. Caracas: Editorial Fundarte y<br />
Fini<strong>de</strong>f.<br />
51
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Velásquez, Ronny. (1992). Mitos <strong>de</strong> creación <strong>de</strong> la cuenca <strong>de</strong>l Orinoco. Caracas:<br />
Publicaciones Fun<strong>de</strong>f-Conac.<br />
Wagley, Charles. (1983). Welcome of Tears: The Tapirapé Indians of Central<br />
Brazil. EE.UU.: Waveland Press.<br />
Cinta cinematográfica<br />
Bermú<strong>de</strong>z, Beatriz (Directora). (2001). Warime. Las máscaras <strong>de</strong> <strong>los</strong> Dioses.<br />
(Documental). Venezuela (País): Producción Cinesa y Caribana Producciones.<br />
Color. 15 minutos <strong>de</strong> duración.<br />
PRESENTACIÓN<br />
“Dicen que Buoka nació con las palabras, con las palabras <strong>de</strong>l canto.<br />
Y que lo crearon <strong>los</strong> pensamientos y visiones que el viento llevaba...”.<br />
Estas son las palabras <strong>de</strong> un respetado jefe <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios <strong>piaroa</strong>. Se mereció<br />
la fama y la consi<strong>de</strong>ración por saber varias docenas <strong>de</strong> relatos sobre<br />
animales, plantas y personas, lo veneraron como gran jefe, pues conocía<br />
excelentemente la mitología <strong>de</strong> su tribu. ¡Y es gran<strong>de</strong> la reputación <strong>de</strong> la<br />
memoria allí don<strong>de</strong> la escritura no se conoce!<br />
Llevaba un simple tejido <strong>de</strong> algodón y sobre la cabeza una corona, hecha<br />
<strong>de</strong> las plumas rojas y amarillas <strong>de</strong>l piapoco. A pesar <strong>de</strong> ser interesante,<br />
tenía un aspecto pobre, como si fuera la encarnación <strong>de</strong> sus propias palabras:<br />
“¡No tenemos más que las palabras!”. ¿Quién creería lo abundantes y<br />
multicolores que son <strong>los</strong> pensamientos tras el aspecto pobre?<br />
¿Y cuál es la esencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos que se redactan en las canciones?<br />
Que <strong>los</strong> indios tratan <strong>de</strong> establecer armonía entre su comunidad y la<br />
naturaleza que <strong>los</strong> ro<strong>de</strong>a. Lo mismo que en formar la gama <strong>de</strong> sus utensilios<br />
ponen todo lo que sea útil a su servicio, han humanizado y poblado con<br />
cuentos el reino animal y vegetal. De esta manera, se convierten Wajari,<br />
Buoka y otros héroes míticos en transmisores <strong>de</strong> la sociedad y cultura <strong>piaroa</strong>,<br />
no solo para <strong>los</strong> estudiosos, sino también para <strong>los</strong> niños indios que<br />
apren<strong>de</strong>n a leer y escribir.<br />
Hace algunos años al visitar escuelas <strong>de</strong> indios vi y escuché con qué<br />
empeño aprendían <strong>los</strong> niños <strong>piaroa</strong> el idioma español y a leer y a escribir.<br />
Lo mismo podía darme cuenta <strong>de</strong> cuán rápido se alejaban <strong>de</strong> <strong>los</strong> valores<br />
culturales <strong>de</strong> sus tribus respectivas. Entonces surgió la i<strong>de</strong>a: “Hagamos<br />
una colección <strong>de</strong> textos, un tomo <strong>de</strong> cuentos, útil en las escuelas <strong>de</strong> indios,<br />
que facilite salvar la abundante tradición en forma escrita”. El parecer<br />
52<br />
53
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
<strong>de</strong> Jesús Caballero, maestro <strong>piaroa</strong>, sin cuya colaboración no hubiera sido<br />
posible la edición <strong>de</strong> este tomo: “Porque la gente olvida muchas cosas,<br />
es poco lo que conserva la memoria. Cuando el libro esté listo, <strong>los</strong> niños<br />
<strong>piaroa</strong> ya lo podrán leer, <strong>los</strong> niños que estoy enseñando”. *<br />
INTRODUCCIÓN<br />
El número <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, “Los hombres <strong>de</strong> la selva”, se estima sobre<br />
tres-cuatro mil almas. Sus asentamientos se hallan en la zona limitada por<br />
<strong>los</strong> ríos Orinoco, Parguaza, Ventuari y en el Territorio Fe<strong>de</strong>ral Amazonas.<br />
En dos ocasiones visité a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, primero en 1967-1968, luego seis años<br />
más tar<strong>de</strong>, en 1974 1 . A fines <strong>de</strong> mi primer viaje, cuando me pareció tener<br />
una i<strong>de</strong>a sobre la cultura <strong>piaroa</strong>, les pedí a <strong>los</strong> propios indios ejercer la<br />
crítica sobre las <strong>de</strong>scripciones que expertos, viajeros, etc. habían escrito<br />
sobre el<strong>los</strong>. En 1974, cuando volví a visitar<strong>los</strong>, me pareció importante que<br />
<strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> controlaran también lo que escribí sobre el<strong>los</strong>. Leí el manuscrito<br />
en el cual resumía <strong>los</strong> resultados <strong>de</strong> mis investigaciones <strong>de</strong> hace seis<br />
años y <strong>los</strong> textos <strong>de</strong>l tomo; <strong>los</strong> presenté a Jesús Caballero, mi intérprete y<br />
colaborador <strong>de</strong> entonces, y algunos más <strong>de</strong> su familia. Sus observaciones<br />
fueron grabadas en cinta magnetofónica 2 . Así entre todos el<strong>los</strong> estuvi-<br />
* Redacción, introducción y notas: Luis Boglár.<br />
Textos recogidos: Luis Boglár, István Halmos, Joanna O., y Myron Kaplan.<br />
Traducción <strong>de</strong>l <strong>piaroa</strong>: Jesús Caballero.<br />
Versión española: Irma Agüero.<br />
54<br />
1 En mi primer viaje, entre noviembre <strong>de</strong> 1967 y mayo <strong>de</strong> 1968, me acompañó el doctor<br />
István Halmos, etnomusicólogo. Esta expedición era respaldada por el Museo Etnográfico<br />
(Budapest), por el Koninklijk Museum Voor <strong>de</strong> Tropen (Amsterdam) y por la Fundación<br />
Wenner-Gren. La segunda vez estuve en Venezuela, <strong>de</strong> febrero a mayo <strong>de</strong> 1974, entre <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong> fue respaldado por el Musée Royale <strong>de</strong> l’Afrique Céntrale (Tervuren). Les <strong>de</strong>bo<br />
especial agra<strong>de</strong>cimiento al doctor Pablo Anduze y al doctor Juan Baumgartner, ambos<br />
médicos-antropólogos, por la ayuda amistosa que en ambos viajes <strong>de</strong> pesquisa me<br />
brindaron.<br />
2 Al final <strong>de</strong> mis pesquisas, en 1968 –al igual que durante mi estancia en 1959 entre <strong>los</strong><br />
indios nambiquara en Brasil–, hice un experimento con mis amigos indios: el objetivo<br />
<strong>de</strong>l experimento era El libro negro en el cual antes <strong>de</strong> partir a Europa anoté todo lo que<br />
la literatura dice sobre <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Les leí a <strong>los</strong> indios varias páginas y le pedí a mi intérprete<br />
Jesús Caballero, que me dijera su opinión sobre las mismas y que preguntara<br />
a su padre u otros parientes cuando tuviera alguna duda. Las preguntas y respuestas<br />
están grabadas en cintas magnéticas: esta crítica <strong>de</strong> la literatura especializada la vamos<br />
a publicar en español junto con Caballero bajo el título Etnografía <strong>piaroa</strong>: una visión<br />
indígena. En el año 1974 procedí <strong>de</strong> la misma manera, o sea, le pedí a <strong>los</strong> indígenas<br />
que ejercieran la crítica sobre <strong>los</strong> escritos hechos por mí. Sus opiniones fueron traducidas<br />
por Jesús Caballero, que mientras tanto se hizo maestro. Sus observaciones son<br />
55
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Introducción<br />
mos tratando <strong>de</strong> disminuir <strong>los</strong> errores <strong>de</strong>bidos a la mala interpretación y<br />
a <strong>los</strong> malentendidos. A<strong>de</strong>más, naturalmente me interesaba saber cuál era<br />
la suerte <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, qué cambios hubo en la vida <strong>de</strong> la tribu en <strong>los</strong> seis<br />
años transcurridos. Pero veamos cómo vivía la gente <strong>de</strong> la selva entre<br />
1967-1968, en la época <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuentos y canciones míticas.<br />
En cuanto a su formación económica, vivían lo mismo que las <strong>de</strong>más<br />
tribus <strong>de</strong> las selvas tropicales: a<strong>de</strong>más <strong>de</strong>l cultivo <strong>de</strong> la tierra era importante<br />
la caza y la recolección, cuyo carácter no era solamente adicional.<br />
En cuanto a <strong>los</strong> aspectos sociales <strong>de</strong> la obtención <strong>de</strong> alimentos, po<strong>de</strong>mos<br />
afirmar que dominó la división <strong>de</strong>l trabajo por sexos: el cultivo <strong>de</strong> vegetales<br />
(yuca, ñame, ocumo etc.), parte <strong>de</strong> la recolección y las tareas <strong>de</strong><br />
preparar <strong>los</strong> alimentos le correspondió a las mujeres; <strong>los</strong> hombres más<br />
bien se ocupaban <strong>de</strong> la caza.<br />
La organización social se caracterizaba –por lo menos hasta 1968– por<br />
la falta <strong>de</strong> una unidad superior que abarcase a varios grupos locales. En<br />
<strong>los</strong> asentamientos había una única cabaña gran<strong>de</strong> (churuata) en que vivía<br />
una familia extendida, o sea varias familias nucleares <strong>de</strong> variado número<br />
<strong>de</strong> integrantes, (en la zona <strong>de</strong>l curso superior <strong>de</strong>l Paria Chico que mejor<br />
conocimos, <strong>los</strong> asentamientos tuvieron <strong>de</strong> tres a seis familias nucleares).<br />
importantes no solamente por haber criticado y completado <strong>los</strong> datos <strong>de</strong>l manuscrito,<br />
sino también por ilustrar hasta qué punto conoce un <strong>piaroa</strong> en el período <strong>de</strong> <strong>de</strong>sintegración<br />
y <strong>de</strong> la transformación <strong>de</strong> su comunidad la cultura tradicional <strong>de</strong> su tribu. Su<br />
observación en cuanto al manuscrito y a la introducción ha sido la siguiente:<br />
“Debes redactar esta parte con mayor claridad. Lo que escribes sobre la caza y las plantaciones<br />
se compren<strong>de</strong> plenamente pero hay varios <strong>de</strong>talles que no son claros para mí,<br />
por eso redácta<strong>los</strong> con mayor claridad para que no solamente <strong>los</strong> especialistas, sino,<br />
nosotros, también lo comprendamos, puesto que lo que escribes es sobre nosotros y<br />
para nosotros. Aunque parte <strong>de</strong> mi vida haya pasado fuera <strong>de</strong> la selva, es por eso que<br />
parte <strong>de</strong> nuestra religión no la comprendo, sin embargo por mi padre sé cómo era<br />
nuestra vida antes. No podría <strong>de</strong>cir que yo comprendo todo <strong>de</strong> la cultura <strong>piaroa</strong> pero<br />
estoy seguro <strong>de</strong> que todo lo que se pueda <strong>de</strong>bemos explicar puesto que es importante<br />
para ti y para nosotros. Eso pue<strong>de</strong> facilitar a que <strong>los</strong> niños y <strong>los</strong> jóvenes sepan cómo era<br />
la vida <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> antes y qué es lo que se conservó <strong>de</strong> aquella vida”.<br />
“¿Qué es lo que pasará con <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>? En la selva vivían con toda tranquilidad con su<br />
literatura y su mitología, y seguían sus ritos, pero hoy día, tanto viejos como jóvenes<br />
viven <strong>de</strong> otra manera aquí a poca distancia <strong>de</strong> Puerto Ayacucho. Se mudaron para acá<br />
para sobrevivir porque en la selva en <strong>los</strong> últimos años muchos se han muerto. De aquel<strong>los</strong><br />
jefes que también tú escribes se murieron Pjarapja, Ijure, Piu, Capita, Cabo, incluso<br />
el hijo <strong>de</strong>l jefe Pitah, José, ha muerto”. “Aunque hayamos escogido esta vida mo<strong>de</strong>rna,<br />
la vida <strong>de</strong> hoy, no por eso quiero que se pierda todo lo que sea tradicional incluso por<br />
eso está bien que tú anotes lo que hace seis años existía porque la gente olvida muchas<br />
cosas, es poco lo que conserva la memoria. Cuando el libro esté listo sobre nosotros,<br />
<strong>los</strong> niños <strong>piaroa</strong> ya lo podrán leer, <strong>los</strong> niños que estoy enseñando. Es otra razón más<br />
para que lo escribas con sencillez”.<br />
Cada asentamiento –más precisamente, cada casa comunal– formaba<br />
una unidad autónoma, no por eso aislada, al contrario: frecuentemente<br />
se visitaba a <strong>los</strong> parientes o jefes muy respetados que vivían en <strong>los</strong> otros<br />
asentamientos. Pero en cuanto a la organización política, cabe subrayar<br />
que no hubo tal jefe que fuera <strong>de</strong> <strong>los</strong> límites <strong>de</strong> su propia organización<br />
política haya tenido autoridad institucionalizada. 3<br />
Ciertos rasgos indican que esta estructura simple no pue<strong>de</strong> ser antigua,<br />
sino resultante más bien <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sarrollo secundario. Así por ejemplo<br />
diferentes grupos locales no tienen las mismas relaciones míticas con<br />
ciertos animales y plantas. Algunas <strong>de</strong> las relaciones míticas mencionadas<br />
servían para unir a las mujeres o a <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminados asentamientos,<br />
o sea, ni remotamente servía para reunir a todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>scendientes<br />
<strong>de</strong> un antepasado mítico común o a todos <strong>los</strong> habitantes <strong>de</strong> una zona,<br />
sino para servir <strong>de</strong> base i<strong>de</strong>ológica a aquella división entre hombres y<br />
mujeres que se subrayaba también por la típica división <strong>de</strong>l trabajo.<br />
El equilibrio <strong>de</strong> la comunidad se rompe y –sin llegar a casos extremos–<br />
se acentúa la importancia <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres basada en sus activida<strong>de</strong>s<br />
rituales muy importantes: el confeccionar las máscaras e instrumentos <strong>de</strong><br />
música, el uso <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos, el curar e iniciar con canciones, etc., que<br />
solo lo hacen <strong>los</strong> hombres. De todos modos, incluso en relación con lo<br />
anteriormente mencionado, algunos indicios nos indican que no <strong>de</strong>bemos<br />
proyectar las condiciones, que hoy día se notan, al pasado. Según<br />
las tradiciones, antes algunas mujeres tenían función ritual (en 1965, Ata<br />
Kando sacó una foto <strong>de</strong> una “mujer <strong>de</strong> las medicinas”) y existen fragmentos<br />
<strong>de</strong> <strong>mitos</strong> según <strong>los</strong> cuales antes también las mujeres conocían las<br />
técnicas hoy practicadas por <strong>los</strong> hombres solamente. 4<br />
Al estudiar las instituciones sociales <strong>de</strong>bemos hacer énfasis en la<br />
simplificación secundaria que se observa en este terreno también. A<br />
pesar <strong>de</strong> que en el idioma <strong>piaroa</strong> hay varias expresiones para diferentes<br />
cargos, en <strong>los</strong> años sesenta encontramos un solo jefe al frente <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
asentamientos, un especialista religioso (meñé-ruwä, “El hombre <strong>de</strong> las<br />
canciones”, o sea, <strong>de</strong> la medicina).<br />
3 Ver más ampliamente sobre el tema: Luis, Boglár. “Aspects of Story-Telling among the<br />
Piaroa Indians”, Acta Ethnographica, (tomo xix), 1970, pp. 38.52.<br />
4 Durante mi primer viaje escribí un breve resumen, en español: Luis, Boglár. “Nota<br />
sobre la cultura <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>”. Boletín Venezolano <strong>de</strong> Folklore, (2/2), 1969, pp. 63-67.<br />
56 57
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Introducción<br />
El meñé-ruwä tuvo que proveer una serie <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s rituales<br />
(como lo pu<strong>de</strong> observar en 1974, apenas po<strong>de</strong>mos encontrar al frente <strong>de</strong><br />
las comunida<strong>de</strong>s meñé-ruwäs activos), pues era una actividad cotidiana, <strong>de</strong><br />
estos la lucha, en parte preventiva, contra las enfermeda<strong>de</strong>s. El meñé-ruwä<br />
era el que organizaba <strong>los</strong> ritos <strong>de</strong> la comunidad (danza <strong>de</strong> máscaras, iniciación),<br />
era el mejor conocedor <strong>de</strong> las tradiciones míticas y el que proveía y se<br />
aseguraba <strong>de</strong> que estas no se olvidasen. Al mismo tiempo era un maestro<br />
fabricando y usando <strong>los</strong> instrumentos rituales.<br />
Según las observaciones, también en la vida cotidiana gozaba <strong>de</strong><br />
gran reputación si es que cumplía bien sus tareas, si hacía sin errores<br />
lo que le correspondía. Sobre todo era válido para las canciones mágicas<br />
(meñe) 5 que trataban <strong>de</strong> las relaciones mágicas con <strong>los</strong> animales,<br />
ejecutadas casi todos <strong>los</strong> días. En el presente tomo se hallan numerosas<br />
canciones <strong>de</strong> este tipo.<br />
Conocemos casos en que el grupo expulsó a su jefe por haber ejecutado<br />
con errores las canciones mágicas, (la persona en mención pa<strong>de</strong>ció<br />
<strong>de</strong> trastornos mentales como consecuencia <strong>de</strong>l excesivo consumo <strong>de</strong><br />
yopo y <strong>los</strong> efectos se manifestaron en las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la caza. Por<br />
<strong>los</strong> fal<strong>los</strong> <strong>de</strong> su memoria, tampoco dominaba absolutamente <strong>los</strong> textos<br />
rituales. Perdida la reputación, seguía cierto tipo <strong>de</strong> vida paria, e iba<br />
solicitando su admisión ora en este grupo, ora en el otro).<br />
Investigando las fuentes <strong>de</strong>l prestigio, <strong>de</strong>bemos examinar ante todo<br />
las activida<strong>de</strong>s que son las esenciales <strong>de</strong>l meñé-ruwä, lo cual es la caza,<br />
mejor dicho: el animal cazado. Puesto que también el animal conlleva<br />
fuerzas mágicas. El botín <strong>de</strong> la caza, antes <strong>de</strong> haber comido <strong>de</strong> la carne,<br />
se <strong>de</strong>bía purificar con las canciones por las noches porque <strong>de</strong> otra manera<br />
causaría peligros (enfermeda<strong>de</strong>s) para <strong>los</strong> que comiesen <strong>de</strong> la carne.<br />
Las canciones míticas tienen contenido épico y están estrechamente vinculadas<br />
con <strong>los</strong> <strong>mitos</strong>.<br />
Tomando en cuenta que las canciones no solo se cantaban <strong>de</strong>spués<br />
<strong>de</strong> haber efectuado la caza sino también antes, po<strong>de</strong>mos compren<strong>de</strong>r que<br />
la caza –actividad <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres <strong>piaroa</strong>, importante económicamente,<br />
al mismo tiempo que servía para ganarse prestigio– prácticamente<br />
5 Jesús Caballero: “Nosotros <strong>de</strong>cimos que meñé-ruwä es ante todo el que cura. El meñe<br />
significa ‘remedio’, con que se cura enfermeda<strong>de</strong>s que tantas veces se presentan en el<br />
hombre. Meñe es la canción que cura, es la canción-remedio. El nombre <strong>de</strong> todas las<br />
<strong>de</strong>más canciones que no curan, solamente divierten: laü”.<br />
estaba bajo la dirección <strong>de</strong> <strong>los</strong> meñé-ruwäs. Dependían <strong>de</strong> él no solamente<br />
<strong>los</strong> importantes componentes objetivos <strong>de</strong> la caza sino el control<br />
<strong>de</strong> las fuerzas sobrenaturales en lo cual ningún hombre <strong>piaroa</strong> dudaba.<br />
En relación con lo anteriormente <strong>de</strong>scrito, llegamos a tocar el más<br />
importante evento ritual <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, la ceremonia <strong>de</strong>l Warime<br />
en la cual el mito, concepto religioso, pintura y escultura, música y danza,<br />
o sea, todas las manifestaciones <strong>de</strong> la cultura expresiva <strong>piaroa</strong> se <strong>de</strong>spliegan<br />
6 . El cuento que lleva por título “La primera fiesta <strong>de</strong> Buoka y Wajari”<br />
trata sobre el origen <strong>de</strong> la ceremonia <strong>de</strong> máscaras.<br />
Los preparativos <strong>de</strong>l Warime se realizan en la casa situal (ruwo<strong>de</strong>),<br />
don<strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres iniciados bajo la dirección <strong>de</strong>l jefe religioso en circunstancias<br />
especiales y secretas, están fabricando máscaras e instrumentos<br />
rituales. En esta escuela <strong>de</strong> la selva transmitieron <strong>los</strong> conocimientos <strong>de</strong> las<br />
tradiciones a <strong>los</strong> jóvenes que les ayudaban, por ejemplo, en la recolección<br />
<strong>de</strong> las materias primas les enseñaron <strong>los</strong> secretos <strong>de</strong> la escultura, la pintura,<br />
la danza y la música <strong>piaroa</strong>. Mientras tanto, sin pausa prácticamente,<br />
<strong>los</strong> participantes podían escuchar <strong>los</strong> relatos míticos; a lo mejor no había<br />
ningún <strong>de</strong>talle <strong>de</strong> <strong>los</strong> preparativos que no se hallase ligado la actividad<br />
manual con alguna expresión oral. 7<br />
Los relatos míticos que se escuchaban en el transcurso <strong>de</strong>l Warime<br />
servían para diferentes finalida<strong>de</strong>s, por una parte facilitaban el apren<strong>de</strong>r,<br />
el recordar; por otra parte se transformaban en una especie <strong>de</strong> guion <strong>de</strong>l<br />
ritual, pues <strong>los</strong> actores y <strong>los</strong> hechos <strong>de</strong>l rito se pue<strong>de</strong>n conocer por <strong>los</strong><br />
eventos míticos.<br />
6 Con las palabras <strong>de</strong> Jesús Caballero: “El rito Warime es la unión <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios <strong>piaroa</strong>,<br />
a lo mejor se podría <strong>de</strong>cir también que es la escuela elemental <strong>de</strong> la selva, don<strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
viejos enseñan a <strong>los</strong> jóvenes, <strong>los</strong> padres a <strong>los</strong> hijos. Todos nosotros somos indios <strong>de</strong>l<br />
Amazonas, pero <strong>los</strong> ritos <strong>de</strong> las tribus no son <strong>los</strong> mismos”.<br />
7 La observación <strong>de</strong> Jesús Caballero: “El<strong>los</strong>, <strong>los</strong> jefes, dirigen el rito, pero <strong>de</strong>bemos saber<br />
que eso no tiene que ver nada con la iniciación. Acá entre nosotros hay muchos que<br />
dicen que es la diversión <strong>de</strong> <strong>los</strong> casados. Porque en <strong>los</strong> preparativos <strong>de</strong>l rito todos <strong>los</strong><br />
hombres y todas las mujeres tienen sus tareas respectivas. Hasta que se preparen, conversan<br />
sobre lo que creó Wajari, porque el rito está creado por él. Conversan que Wajari<br />
sabía cómo había que vivir y cómo <strong>los</strong> jefes <strong>de</strong> tribus tenían que pensar. Durante el rito<br />
danzan y se divierten también. Pues entre dos ritos pasa mucho tiempo, solo raras<br />
veces pue<strong>de</strong>n escuchar la música ritual y pue<strong>de</strong>n ver las máscaras bailando. La misma<br />
danza <strong>de</strong> máscaras no es digamos sagrada, es diversión para todos <strong>los</strong> que se reúnen<br />
en la casa <strong>de</strong> la comunidad. En esta zona hace muchos años no se ha organizado<br />
Warime. Hay muchos niños que nunca lo han visto y no saben cómo vivían antes <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong>. Porque <strong>los</strong> jefes dan <strong>los</strong> ritos una vez acá una vez allá. También por ahora van<br />
a organizarlo, junto al río Vichada, lo sabemos, pero <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong> allá no nos invitan.<br />
Verdad es que queda bastante lejos”.<br />
58 59
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Introducción<br />
La lucha <strong>de</strong> espíritus pacíficos y enemigos, las repetidas y frecuentemente<br />
conflictivas relaciones <strong>de</strong>l hombre con la naturaleza, las contradicciones<br />
<strong>de</strong> la promesa mítica con la realidad, motivaron el funcionamiento<br />
<strong>de</strong> instituciones que aseguraran el equilibrio <strong>de</strong> las comunida<strong>de</strong>s y la<br />
armonía <strong>de</strong> las mismas. Por boca <strong>de</strong>l meñé-ruwä se escuchaba cada día<br />
el canto curativo, o el que conjura <strong>los</strong> espíritus malignos, o en casos<br />
que fuera necesario, el jefe religioso organizaba el rito <strong>de</strong> máscaras que<br />
movilizaba a la comunidad entera.<br />
Resumiendo todo, po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que distinguimos ritos permanentes<br />
y periódicos lo cual <strong>de</strong>termina la forma en la cual se presentan <strong>los</strong><br />
eventos <strong>de</strong> tipo mítico: 1) las canciones contra las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
animales que el meñé-ruwä ejecutaba acompañado por una maraca o<br />
eventualmente por un coro <strong>de</strong> hombres y 2) <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> recitados en el<br />
transcurso <strong>de</strong> <strong>los</strong> preparativos <strong>de</strong>l Warime, <strong>de</strong>l rito <strong>de</strong> máscaras en la<br />
mayoría <strong>de</strong> <strong>los</strong> casos en prosa rítmica. Debo advertir que el intérprete<br />
que hablaba bien el español, empleaba las expresiones canto y cuento.<br />
En un estudio <strong>de</strong> 1976 relacionado con <strong>los</strong> ritos <strong>de</strong> máscaras traté <strong>de</strong><br />
resumir la esencia <strong>de</strong>l arte ritual <strong>piaroa</strong> e hice referencias a <strong>los</strong> rasgos característicos<br />
<strong>de</strong> su visión <strong>de</strong>l mundo. También en cuanto a las cancionesmíticas<br />
son válidas algunas <strong>de</strong> estas consi<strong>de</strong>raciones.<br />
La concepción básica <strong>de</strong> <strong>los</strong> pensamientos, las activida<strong>de</strong>s y creaciones<br />
–realizadas en <strong>los</strong> <strong>mitos</strong>, ritos y las i<strong>de</strong>as religiosas– es la humanización <strong>de</strong><br />
la naturaleza. En a<strong>de</strong>lante pienso hacer algunas referencias a <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles<br />
esenciales <strong>de</strong> la humanización: <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación y <strong>de</strong>l medio<br />
virtual <strong>de</strong> la misma sobre la transformación.<br />
La afirmación <strong>de</strong> que el hombre se i<strong>de</strong>ntifica con <strong>de</strong>terminados fenómenos<br />
naturales, se repite no solamente en el caso <strong>de</strong> examinar la<br />
visión <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios, sino también al examinar <strong>los</strong> <strong>de</strong> diferentes<br />
socieda<strong>de</strong>s. Diferentes factores, el medio natural, el modo <strong>de</strong> vida,<br />
la mentalidad, etc., <strong>de</strong>terminan qué fenómenos o grupo <strong>de</strong> fenómenos<br />
se escoge. Varios estudios <strong>de</strong>muestran que ciertas tribus <strong>de</strong> las selvas<br />
consi<strong>de</strong>ran el transcurrir <strong>de</strong> la vida humana paralela a la <strong>de</strong> las plantas.<br />
La i<strong>de</strong>ntificación con las plantas, a pesar <strong>de</strong> que <strong>los</strong> procesos sean regularmente<br />
repetidos, por lo largo <strong>de</strong> esto (siembra-cosecha) son más<br />
abstractos; es obvio que sea más real la relación con <strong>los</strong> animales –proyección<br />
mítica <strong>de</strong> <strong>los</strong> contactos verídicos–, pues incluso <strong>los</strong> cazadores<br />
suelen domesticar animales como el perro, el pájaro, etc. Es <strong>de</strong>l todo<br />
natural que <strong>los</strong> animales sean objetos <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación por excelencia.<br />
Hay varios relatos que lo afirman, por ejemplo: “El canto <strong>de</strong>l danto”, o el<br />
“Canto <strong>de</strong> la historia <strong>de</strong> la babilla”.<br />
Es una pregunta ineludible: por qué el hombre se i<strong>de</strong>ntifica con ciertos<br />
animales y qué factores pue<strong>de</strong>n intervenir –en el caso <strong>de</strong> <strong>los</strong> indios<br />
<strong>piaroa</strong>– en la formación <strong>de</strong> la relación hombre-animal.<br />
Esta relación se manifiesta en el rito Warime en el cual <strong>los</strong> animales<br />
están representados por la forma-sonido-movimiento: se representa a <strong>los</strong><br />
señores míticos <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales o <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos y esta no<br />
es solamente una representación formal sino <strong>de</strong> contenido, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
a<strong>de</strong>ntro, por medio <strong>de</strong> la animación y <strong>de</strong> la dirección. La evocación se logra<br />
por la representación fiel, y la i<strong>de</strong>ntificación se condiciona por el ambiente<br />
creado con la presencia <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> sonidos y movimientos, singularmente<br />
rítmicos. El hombre se i<strong>de</strong>ntifica con ciertos animales creando tal<br />
situación que lo hace obvio, lo imita, se pone en su pellejo, etc. El mito que<br />
explica el origen <strong>de</strong>l rito <strong>de</strong> las máscaras concientiza la relación primitiva <strong>de</strong><br />
hombres y animales, la relación <strong>de</strong> parentesco entre ambos.<br />
Resumiendo po<strong>de</strong>mos afirmar que la pretensión cultural y la humanización<br />
<strong>de</strong> la naturaleza se manifiesta a través <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación; la<br />
presencia <strong>de</strong> <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales no solamente comprueba la<br />
continuidad <strong>de</strong>l estado mítico sino mágicamente (por <strong>los</strong> ritos) la animación<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> seres representados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro y que en última instancia<br />
procuran también su procreación. La esencia <strong>de</strong>l rito es que resulte un<br />
aumento en cantidad en una situación especial –diferente <strong>de</strong> lo cotidiano<br />
en calidad–, i<strong>de</strong>ológicamente profundizando las relaciones entre hombres<br />
y animales y en el sentido social es una fuerza que facilita la formación<br />
<strong>de</strong> la sociedad ante todo por medio <strong>de</strong> aumentar el prestigio <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
jefes organizadores, dirigentes religiosos.<br />
El hecho <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntificación misma alu<strong>de</strong> a que el indio <strong>piaroa</strong> clasifica<br />
<strong>los</strong> fenómenos <strong>de</strong>l mundo en diferentes categorías. Sin entrar en <strong>de</strong>talles<br />
po<strong>de</strong>mos hacer constar que <strong>los</strong> animales aptos para la i<strong>de</strong>ntificación,<br />
<strong>los</strong> simpáticos, forman un grupo general. Es importante la categoría comestible<br />
- no comestible (o sea peligroso - no peligroso, útil - inútil), pero<br />
esta categoría muy precisa no solo indica la separación y clasificación <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> fenómenos naturales sino implica la necesidad <strong>de</strong> la transformación.<br />
60 61
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Introducción<br />
A cada paso se pue<strong>de</strong> notar el hecho y la <strong>de</strong>manda por la transformación<br />
en <strong>los</strong> <strong>mitos</strong>, pero también en <strong>los</strong> ritos cotidianos. Wajari, en el curso<br />
<strong>de</strong> la creación, continuamente se estaba transformando y volviéndose<br />
utilizable, humano. También <strong>los</strong> ejemp<strong>los</strong> que se citan en nuestro tomo:<br />
“Muka Kuyeli: ‘Canto contra todas las enfermeda<strong>de</strong>s animales’”, “Wajari<br />
crea las frutas” 8 , apuntan hacia las pretensiones principales, que consisten<br />
en la transformación <strong>de</strong> la carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales en plantas comestibles<br />
por medio <strong>de</strong>l canto. El otro objetivo es la transformación <strong>de</strong> las plantas<br />
amargas (venenosas) en plantas dulces comestibles.<br />
La transformación <strong>de</strong> las plantas es un hecho real, es ampliamente<br />
conocido el procedimiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> cultivadores tropicales mediante el cual<br />
<strong>de</strong> la yuca venenosa se logra el alimento. La transformación simbólica <strong>de</strong><br />
la carne se hace ante todo con el canto, pero también con las maracas, el<br />
paquete mágico (warawa), el humo <strong>de</strong> <strong>los</strong> tabacos sagrados, el soplar, o<br />
sea, todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>talles y prácticas <strong>de</strong>l rito sirven el mismo objetivo.<br />
* * *<br />
A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> y canciones míticas, el presente tomo contiene<br />
creaciones orales (cuentos, historias reales y un lamento) que se caracterizan<br />
porque no son recitadas por el meñé-ruwä y son realizadas en<br />
circunstancias no rituales. Sobre el conjunto publicado bajo el título <strong>de</strong><br />
las aventuras <strong>de</strong> cazadores po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>cir que son las expresiones <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
pensamientos <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres-cazadores luchando con <strong>los</strong> fenómenos<br />
<strong>de</strong> la naturaleza. El rasgo más importante <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la<br />
propia cultura <strong>piaroa</strong>: el énfasis en las cuestiones <strong>de</strong> subsistencia (la caza<br />
y recolección que realizan <strong>los</strong> hombres), alu<strong>de</strong> a <strong>los</strong> aspectos sociales, la<br />
caza <strong>de</strong> <strong>los</strong> cuñados, la presencia <strong>de</strong>l ancestro animal y un rasgo negativo:<br />
ni una sola mujer figura en las historia <strong>de</strong> cazadores.<br />
De <strong>los</strong> relatos que siguen: “Historia <strong>de</strong> ahora”, “Sobre la valentía”,<br />
se nota claramente que son improvisados, son relatos llenos <strong>de</strong> <strong>de</strong>talles<br />
realmente sucedidos. Aunque la estructura <strong>de</strong> estos recuer<strong>de</strong> a la <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
anteriores, la excesiva acumulación <strong>de</strong> hechos sucedidos, la inseguridad<br />
<strong>de</strong> la interpretación en algunas partes causa <strong>de</strong>sproporción. Debemos<br />
8 Jesús Caballero: “Wajari en cada relato mencionó muchos animales y nos habló sobre<br />
las enfermeda<strong>de</strong>s que po<strong>de</strong>mos tener si es que comemos <strong>de</strong> la carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales.<br />
Los meñé-ruwä cuya lengua se perforaron con la espina <strong>de</strong> la raya, y <strong>los</strong> relatos <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
entonces se convirtieron en curadores. Actualmente están cantando <strong>los</strong> relatos <strong>de</strong><br />
Wajari. Es más fácil el curar con las canciones, el meñé-ruwä pue<strong>de</strong> estudiar <strong>de</strong> qué<br />
enfermedad pa<strong>de</strong>ce el hombre”.<br />
anotar que también <strong>los</strong> relatos se hacían ante la comunidad pero frente<br />
a <strong>los</strong> <strong>mitos</strong> y canciones míticas, las reacciones <strong>de</strong> la comunidad se manifestaban<br />
en la participación activa (intervenciones, preguntas, ampliaciones)<br />
que en sí implican una forma menos estricta.<br />
* * *<br />
Los textos <strong>de</strong>l libro fueron recogidos por el autor <strong>de</strong> estas líneas entre<br />
1967 y 1968 y por <strong>los</strong> antropólogos J. O. y M. Kaplan en 1968 9 . Aprovecho<br />
la oportunidad para expresar mi agra<strong>de</strong>cimiento por haberme<br />
proporcionado su colección <strong>de</strong> textos para esta publicación. Ante todo<br />
<strong>de</strong>bemos agra<strong>de</strong>cer a <strong>los</strong> indios <strong>piaroa</strong> que no solo nos cantaron o relataron<br />
sus creaciones orales, sino que, con mucha paciencia soportaron las<br />
molestias y la fatiga propia <strong>de</strong> la traducción y redacción. Los que nos proporcionaron<br />
<strong>los</strong> relatos y canciones fueron <strong>los</strong> siguientes: <strong>los</strong> capitanes<br />
Car<strong>los</strong> y Pitah, <strong>los</strong> meñé-ruwäs ya difuntos Ijure y y Pjarapja, el maestro<br />
Jesús Caballero y su abuela, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> Joaquín y Carmen Solano. 10<br />
En cuanto a las circunstancias <strong>de</strong> la colección, todos trabajamos con<br />
el mismo intérprete-traductor Jesús Caballero y con casi <strong>los</strong> mismos informantes.<br />
Los textos fueron grabados en cinta magnética y luego fueron traducidos.<br />
Las traducciones a pesar <strong>de</strong>l control repetido, llevan en sí <strong>los</strong> giros<br />
idiomáticos <strong>de</strong>l “Informante bien informado” Jesús Caballero. En ningún<br />
caso pudimos anotar el texto <strong>piaroa</strong> completo, por lo tanto no se podía<br />
hacer una edición bilingüe. También esperamos que entre <strong>los</strong> estudiantes<br />
<strong>piaroa</strong> que hoy estén aprendiendo el idioma castellano habrá alguno que se<br />
encargue <strong>de</strong> fijar en letra escrita la abundante mitología <strong>de</strong> su tribu.<br />
Espero que esta colección, aunque no sea un monumento al idioma,<br />
presente <strong>los</strong> valores <strong>de</strong> la mentalidad rica y excitante <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> que viven<br />
la época <strong>de</strong> la transculturación y <strong>de</strong>l cambio socioeconómico general<br />
<strong>de</strong> la región amazonense.<br />
9 La pareja <strong>de</strong> antropólogos americanos Joanna O. Kaplan y Myron Kaplan pasaron<br />
varios meses entre <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> en 1968. Varios <strong>mitos</strong> y relatos han sido anotados por<br />
el<strong>los</strong>, traducidos en su mayoría por Jesús Caballero. También el control <strong>de</strong> estos textos<br />
lo hice en 1974 con la colaboración <strong>de</strong> Jesús Caballero.<br />
10 Los informantes en la época <strong>de</strong> la colección <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos vivían en la región <strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos<br />
Paria Chiquito y Samariapo salvo el matrimonio Solano que vivía junto al caño Temblador<br />
(hoy llamado Churuata Don Ramón).<br />
62 63
1. LA CREACIÓN DE BUOKA (I) 1<br />
Al principio no había nada: ni hombres, ni aguas, ni animales, ni<br />
montes, ni tierras. Después apareció el cielo. Comenzó la creación <strong>de</strong>l<br />
mundo.<br />
—¡Jumora ujkwoku nkereu ujkwoku! –con estas palabras nació<br />
Buoka. Su nombre es nombre humano. Se creó antes <strong>de</strong> la palabra, en la<br />
propia palabra. Hablaron <strong>de</strong> él y lo vieron, aunque aún no había crecido,<br />
pues dijeron las palabras completas:<br />
—Jumora ujkwoku –y en esas mismas palabras creció y creció...<br />
Antes <strong>de</strong> Buoka no había nada: ni tierras, ni árboles, ni montes, ni<br />
aguas, ni animales; nada. Nada existía, solo la nada. Y nació un ser único,<br />
creció con las palabras: era Buoka, Aruttu-Buoka.<br />
Y nació con el viento <strong>de</strong> la palabra <strong>de</strong>l canto. Y lo cantaron: el nombre<br />
le vino <strong>de</strong>l viento. Buoka se hizo <strong>de</strong> la nada. Y en su cabeza procreó,<br />
en sus pensamientos vio a su hermano, Wajari. La mujer, hermana <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> dos, a la que llamaron Tchejeru, fue pensada por Wajari. Así fue la<br />
creación <strong>de</strong> Wajari.<br />
Y aún no había aguas, montes ni frutas; pero apareció la tierra. Antes<br />
<strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> la tierra solamente existían el aire y el viento. La palabra<br />
trajo a Buoka, él a Wajari y este a Tchejeru.<br />
Dicen que Buoka nació con las palabras, con las palabras <strong>de</strong>l canto.<br />
Y que lo crearon <strong>los</strong> pensamientos y visiones que el viento llevaba.<br />
1 Las figuras centrales <strong>de</strong> la mitología <strong>piaroa</strong> son <strong>los</strong> tres hermanos Wajari, Buoka y<br />
Tchejeru. No lejos <strong>de</strong> Puerto Ayacucho, en territorio colombiano, hay una montaña<br />
<strong>de</strong> tres picos que lleva <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> héroes míticos. En el primer relato se habla<br />
sobre la creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> hermanos; el que lo contó era el capitán Car<strong>los</strong> y el que lo<br />
interpretó, su hijo.<br />
65
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
1. La creación <strong>de</strong> Buoka (I)<br />
Des<strong>de</strong> entonces también nosotros tenemos la propiedad <strong>de</strong> imaginarnos<br />
algo. No tenemos más que el pensamiento. Para don<strong>de</strong> voy, sé<br />
que se alza una churuata; vaya por don<strong>de</strong> vaya, sé lo que me espera.<br />
Los creadores meditaron, se imaginaron a Buoka y luego se dieron a<br />
la tarea <strong>de</strong> crearlo.<br />
Palabra tras palabra y he aquí a Buoka, nació Buoka. Luego Wajari y<br />
<strong>de</strong>spués Tchejeru.<br />
—Enemey ereuke tjuruo<strong>de</strong> –llegó con estos nombres, surgió como el<br />
pensamiento pleno <strong>de</strong> algo. Des<strong>de</strong> entonces pensamos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces<br />
sabemos.<br />
—Putjadiarimando –y nació Buoka. He aquí su nombre completo:<br />
Aruttu-Buoka.<br />
Buoka fue tomando cuerpo poco a poco: le crecieron <strong>los</strong> brazos, el<br />
tronco, la cabeza. Decimos tjasarine. Des<strong>de</strong> entonces es que tenemos<br />
cuerpo, brazos, todo en su lugar. Y así <strong>de</strong>cimos: tjasarine: creación, crecimiento.<br />
Nos parecemos a Buoka.<br />
Ñuema-a se llama el lugar don<strong>de</strong> nació el mundo <strong>piaroa</strong>. Cerca <strong>de</strong>l<br />
Mariweka, en la orilla <strong>de</strong> acá, a la <strong>de</strong>recha <strong>de</strong> nosotros. Junto al Ñuema-a<br />
se extendía el lago, que crecía cada vez más. Y allá nos crearon a nosotros.<br />
Allá se alzaba un árbol gigante, un árbol <strong>de</strong> cuatro ramas, cuatro<br />
brazos. Ahora somos <strong>los</strong> mismos: tres tribus indias y <strong>los</strong> españoles. A<br />
cada rama se subió un hombre y una mujer, y se apoyaron en las ramas<br />
<strong>de</strong>l árbol.<br />
Son innumerables <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> la creación. Llamémosla Ñuema-a<br />
y Jajkawana Meredye también. La segunda es la sirena, el estruendo <strong>de</strong><br />
la tierra. En vano la buscaríamos, no la podríamos encontrar. Solo po<strong>de</strong>mos<br />
oír su voz. Es el raudal <strong>de</strong>l caño <strong>de</strong> aguas frías. Cuando íbamos<br />
a buscar curare teníamos que atravesarlo. Y siempre lo atravesábamos.<br />
Hoy en día no hace falta el veneno, pues cazamos con escopetas.<br />
Kwawai, el árbol gigante, estaba junto al Sipapo. Todo esto ocurrió<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que crearon a <strong>los</strong> tres hermanos. Junto al Kwawai crearon<br />
nuestro alimento. Fue don<strong>de</strong> nació todo lo comestible, nosotros, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>,<br />
lo llamamos Kwawai. Y Kwawai es obra <strong>de</strong> Wajari.<br />
Hoy se ve entre <strong>los</strong> ríos Cuao y Autana la alta montaña en la que<br />
se convirtiera el árbol gigante, que tenía encima todas las plantas<br />
comestibles: yuca, maíz, ocumo, ñame, batata y muchas frutas. Y todo lo<br />
creó Wajari.<br />
Un día Wajari <strong>de</strong>cidió cortar el árbol para que todo el mundo pudiera<br />
disfrutar <strong>de</strong> las frutas. Cayó el árbol gigante. Su inmenso follaje cayó<br />
hacia allá, si hubiera caído hacia acá habría más montañas altas y piedras<br />
en el lado <strong>de</strong> acá <strong>de</strong> la selva.<br />
Ahora, en el otro lado, por el Alto Cuao, se pue<strong>de</strong>n ver <strong>los</strong> cerros y<br />
montañas cubiertos por la selva. Como el follaje <strong>de</strong>l árbol cayó para allá,<br />
también la tierra es mejor por allá. Aquí, <strong>de</strong> este lado, se dan pocas frutas.<br />
Sin embargo, Buoka fue el primero, el primero <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> todos, <strong>los</strong><br />
<strong>de</strong>más llegaron solo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> él.<br />
Buoka creó con sus ojos: se sacó uno, vio a<strong>de</strong>ntro al hombre y le<br />
puso nombre: ¡Wajari!<br />
Así dijo Buoka:<br />
—Lo arranqué a él que será mi hermano, mi hermano menor. Se sacó<br />
el otro ojo también y fue Tchejeru, su hermana menor. Pues eran tres<br />
hermanos y una sola familia.<br />
¿Sabes? En el medio <strong>de</strong> <strong>los</strong> ojos ves una figurita negra, un muñequito.<br />
Esta imagen fue la que se arrancó <strong>de</strong> <strong>los</strong> ojos y luego le dio nombres:<br />
Jiarea jaana, el muñequito en el ojo, hombre en el ojo, el hombre <strong>de</strong>l ojo.<br />
Eso fue i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> Wajari.<br />
La historia siempre suena igual: Buoka hizo a sus hermanos <strong>de</strong> sus<br />
ojos. Al principio nacieron el<strong>los</strong> tres. Sí, señor.<br />
Mékira, el chácharo, era <strong>de</strong> Buoka. Si se canta la canción <strong>de</strong>l Mékira<br />
que ahuyenta la enfermedad, cantamos a Buoka. Si cantamos al Ime, el<br />
báquiro, las palabras hablan sobre la creación <strong>de</strong> Wajari.<br />
66 67
2. La creación <strong>de</strong> Buoka (II)<br />
68<br />
2. LA CREACIÓN DE BUOKA (II)<br />
Estaba oscuro. No se veía el Sol. No se veía el agua. No se veía el<br />
cielo. No se veían las montañas. No se veían <strong>los</strong> hombres. Esto ocurría<br />
antes <strong>de</strong> Wajari.<br />
Le dio nombre a un hermoso árbol: kareru. Y bebió <strong>de</strong>l jugo <strong>de</strong> ese<br />
árbol para ver el futuro. Buoka dijo que Enemey Ofoda le había dado <strong>de</strong>l<br />
jugo <strong>de</strong>l árbol:<br />
—Este árbol es <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l báquiro, <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l chácharo, y <strong>de</strong>l<br />
padre <strong>de</strong>l armadillo. Este árbol era <strong>de</strong> mi padre y <strong>de</strong> mi abuelo.<br />
Buoka bebió <strong>de</strong>l jugo <strong>de</strong>l árbol. Y en sus visiones vio el futuro. Y se<br />
preguntó:<br />
—¿Adón<strong>de</strong> volaron mis pensamientos? ¿Qué futuro me predicen las<br />
visiones?<br />
En sus visiones llegó a <strong>los</strong> lugares sagrados subterráneos <strong>de</strong>l báquiro<br />
y otros animales. Vio todos <strong>los</strong> animales <strong>de</strong> las profundida<strong>de</strong>s y escuchó<br />
las voces <strong>de</strong> <strong>los</strong> instrumentos musicales <strong>de</strong>l báquiro.<br />
Un solo trago <strong>de</strong> jugo <strong>de</strong> kareru le trajo la primera visión, y se le apareció<br />
la imagen <strong>de</strong> <strong>los</strong> instrumentos musicales <strong>de</strong>l báquiro. Vio a través<br />
<strong>de</strong> las cascadas, atravesó el cielo con sus ojos, alcanzó a ver las montañas.<br />
Vio el Bajo Orinoco, el Alto Orinoco, el monte Paria, las montañas<br />
Raya. Vio el Sipapo, <strong>los</strong> lugares <strong>de</strong>l Alto Cuao, <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
animales en las montañas.<br />
—El kareru da la voz <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l báquiro, <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l chácharo<br />
y <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong>l armadillo. También tiene a<strong>de</strong>ntro la voz <strong>de</strong> mi abuelo. Y<br />
hasta lleva el grito <strong>de</strong>l oso –dijo Buoka.<br />
Él volvió a beber el jugo <strong>de</strong>l kareru. En sus visiones vio y reconoció a<br />
su hermanito:<br />
—Oh, es mi hermanito y será capitán <strong>de</strong>l mundo. Es muy bello, tiene<br />
zapatos, manos y pies. Es alto como yo. Lo haré mi hermanito. Trabajará<br />
como yo. Convertiré a mi hermanito en el segundo capitán <strong>de</strong>l mundo.<br />
Buoka se arrancó a su hermano menor <strong>de</strong>l ojo <strong>de</strong>recho. Luego dijo:<br />
—Mi hermanito tendrá <strong>los</strong> ojos claros como el danto.<br />
Pero Wajari vino ciego al mundo. No vio nada. Luego habló:<br />
—¡Estoy ciego! nunca se me quitará esta enfermedad que se le pegará<br />
a todos <strong>los</strong> animales: vacas, báquiros, cochinos. Todos <strong>los</strong> animales<br />
tendrán esta enfermedad y será peligrosa para <strong>los</strong> hombres también.<br />
Buoka dijo algo parecido:<br />
—La enfermedad <strong>de</strong> Wajari pasará a <strong>los</strong> animales y será peligrosa<br />
para <strong>los</strong> hombres.<br />
Después <strong>de</strong> ser creado Wajari no veía el sol, no veía la tierra, no veía<br />
el agua. Le preguntó a Buoka:<br />
—Hermano, ¿cómo pue<strong>de</strong>s vivir sin el sol, sin la tierra y sin el agua?<br />
Pero Buoka tenía agua suficiente (Wajari creó el agua para el mundo<br />
entero). Cuando Wajari abrió <strong>los</strong> ojos, reinaban las tinieblas. No se veía<br />
el Sol.<br />
—Hermano, ¿cómo pue<strong>de</strong>s vivir así? ¿sin luz?<br />
Buoka le respondió:<br />
—Yo veo, aunque no haya luz. Siempre viví así. Ya me acostumbré.<br />
Wajari le dijo:<br />
—Me dijiste que bebiste el jugo <strong>de</strong> kareru y pudiste ver el futuro.<br />
¡Cuando yo lo tomé no vi nada!<br />
Buoka agregó:<br />
—Mis visiones hablan sobre cosas muy cercanas. Cosas que luego<br />
tú mismo verás con tus propios ojos. El agua que tomé me dio pensamientos<br />
ciertos, no mentiras. Porque el kareru es el árbol <strong>de</strong> la verdad. El<br />
oscuro jugo <strong>de</strong> kareru da imágenes <strong>de</strong>l futuro.<br />
Wajari repitió:<br />
—Este líquido da visiones <strong>de</strong>l futuro. Visiones sobre tu esposa, tus<br />
hijos, tus nietos.<br />
Buoka respondió:<br />
—¡Pues sí! Cuando tomé <strong>de</strong> este líquido, las visiones me enseñaron<br />
cómo se crea el sol, cómo se crea la tierra, cómo se crea el alimento <strong>de</strong>l<br />
hombre, cómo se crean las cascadas.<br />
69
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
2. La creación <strong>de</strong> Buoka (II)<br />
Wajari dijo:<br />
—¡Está bien! Son imágenes ciertas. Comencemos a trabajar en estas<br />
cosas. El sol, el cielo, las estrellas, la tierra, las cascadas, han <strong>de</strong> ser vistos<br />
por nuestro pueblo <strong>piaroa</strong>, pero también por <strong>los</strong> baniva, waika, jabarana.<br />
Wajari levantó el sol <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haberlo limpiado y lo sopló hacia lo<br />
alto. ¡Él se levantó al firmamento!<br />
Todavía imperaban las tinieblas. Wajari no veía luz. Entonces se fue a<br />
visitar todos <strong>los</strong> lugares sagrados en las cercanías <strong>de</strong> las montañas a ver si<br />
encontraba el sol. Pera Buoka encontró la luz, la luna, allá en uno <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
lugares sagrados. Más tar<strong>de</strong> encontró el sol para sí.<br />
Wajari se apo<strong>de</strong>ró <strong>de</strong>l sol, dio un salto bien alto y lo colgó <strong>de</strong>l firmamento.<br />
Luego le dio una temperatura muy alta al sol. Después Buoka<br />
experimentó, quiso colocar la luna en el firmamento. No pudo saltar tan<br />
alto como Wajari. Por eso es que la luna tiene luz más débil que el sol.<br />
Cuando Wajari saltó con el sol en la mano se escuchó un trueno: la<br />
voz <strong>de</strong>l báquiro. Wajari elevó más la luz <strong>de</strong>l sol. Sus rayos llegaron a todo<br />
el mundo. Todos <strong>los</strong> pudieron ver.<br />
Buoka hizo lo mismo con la luna. Pero cuando saltó a lo alto para<br />
crear la noche, chocó <strong>de</strong> tal manera que <strong>de</strong>scascaró al firmamento. Aún<br />
hoy la luna lleva las huellas <strong>de</strong> esto.<br />
Dijo Buoka:<br />
—¡La luna es mi pueblo, es mi figura!<br />
Buoka regresó a la tierra y dijo:<br />
—Soy pobre, no puedo tener nada. No tengo pensamientos, no tengo<br />
máscaras que luego llevarán <strong>los</strong> chácharos y transmitirán enfermeda<strong>de</strong>s<br />
como el báquiro transmite la enfermedad <strong>de</strong> Wajari. Y esas enfermeda<strong>de</strong>s<br />
no <strong>de</strong>jarán nunca a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Wajari habló <strong>de</strong> Ku-upa 2 , el relámpago, su compañero celestial<br />
cuando saltó a lo alto. Su voz nunca cesa y nuestro espíritu la escuchará<br />
también. Wajari sentado en el bor<strong>de</strong> <strong>de</strong>l relámpago creó al hombre.<br />
Preparó todas sus partes: la piel, <strong>los</strong> huesos, <strong>los</strong> ojos. Y mientras tanto<br />
relampagueaba constantemente. Wajari dio al relámpago distintas voces,<br />
suaves y fuertes.<br />
Wajari saltó al penacho <strong>de</strong>l cocorito que llegaba al cielo y cada salto<br />
fue acompañado por relámpagos y truenos.<br />
Y así habló sobre la palmera:<br />
—Quiero pintar mi cielo. Oh, hermano, quisiera que mientras pinto<br />
escucharas la voz <strong>de</strong> <strong>los</strong> relámpagos.<br />
Buoka respondió así:<br />
—No oí las voces porque andaba por la tierra visitando a <strong>los</strong> waika,<br />
yabarana, <strong>piaroa</strong> y virú. Por allá abajo apenas se escuchan las voces <strong>de</strong>l<br />
cielo. Las voces <strong>de</strong> tu cielo no fueron <strong>de</strong>masiado fuertes, no pensé nada<br />
<strong>de</strong> el<strong>los</strong>.<br />
Buoka agregó que al igual que Wajari él también iba a crear las voces<br />
<strong>de</strong>l cielo:<br />
—¡Tendré un relámpago propio! Y escucharás mi relámpago, como<br />
yo escuché el tuyo.<br />
Buoka imitó a Wajari, creó las orejas, <strong>los</strong> huesos, la piel <strong>de</strong>l<br />
hombre-relámpago:<br />
—Quiero crear relámpagos para mi cielo y quiero, hermanito, que<br />
<strong>los</strong> escuches.<br />
Dio un salto hacia lo alto como hiciera su hermano. En tanto que<br />
Wajari visitaba en la tierra a su familia. Wajari estuvo don<strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos<br />
y don<strong>de</strong> <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Alto Orinoco. Cuando Buoka saltó, emitió un<br />
sonido tan fuerte que fue como si hubiera golpeado el corazón, la sangre,<br />
el cuerpo <strong>de</strong> Wajari. Hasta sorprendió al báquiro, al cochino y a la vaca.<br />
Pero Wajari fue el que se sorprendió <strong>de</strong> verdad.<br />
Buoka regresó a la tierra y le preguntó a Wajari:<br />
—¿Qué te pareció mi voz, hermano gigante? ¡He creado también las<br />
voces <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales!<br />
Wajari respondió:<br />
—¡Pues sí! Escuché tu relámpago cuando andaba por allá abajo visitando<br />
mi pueblo. Me quedé impresionado por lo fuerte <strong>de</strong> las voces.<br />
La voz era muy buena, se extendió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> tu cielo a todas partes. Y sorprendió<br />
a <strong>los</strong> animales. Por eso, Buoka, hermano mayor, ¡cambiemos<br />
nuestras voces!<br />
Pero Buoka no quiso cambiar <strong>los</strong> relámpagos. Pero sí cambiaron insultos.<br />
Por último, Wajari le dijo a Buoka:<br />
2 También el estampido <strong>de</strong> la escopeta se llama ku-upa.<br />
70<br />
71
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
2. La creación <strong>de</strong> Buoka (II)<br />
—¡Quédate con tus voces! Ahora crearé a Redyo 3 , el huérfano <strong>de</strong> la<br />
selva, que les or<strong>de</strong>nará a <strong>los</strong> animales que tengan enfermeda<strong>de</strong>s y se las<br />
pasen <strong>de</strong>spués a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Y Wajari creó a Redyo, el huérfano, que controló todas las enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Si no hubiera creado al huérfano, <strong>los</strong> animales no transmitirían las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Se sentó en el banquito <strong>de</strong> <strong>los</strong> huérfanos y se dio a la tarea <strong>de</strong> formar<br />
las partes <strong>de</strong>l huérfano: la sangre, <strong>los</strong> pies, la piel, <strong>los</strong> huesos y la voz.<br />
Luego pronunció el nombre <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales que transmiten la enfermedad,<br />
y <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares sagrados don<strong>de</strong> creó a <strong>los</strong> animales.<br />
Enumeró largamente <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares sagrados.<br />
Los pensamientos <strong>de</strong> Wajari y Redyo vagaron en torno <strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares<br />
sagrados.<br />
Todavía no era perfecta la vista <strong>de</strong> Wajari:<br />
—¡Nunca me curaré <strong>de</strong> esta! ¡También <strong>los</strong> animales tendrán siempre<br />
enfermeda<strong>de</strong>s!, y Redyo, el abuelo <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales, el huérfano, será<br />
quien controlará si en verdad <strong>los</strong> hombres han recibido las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> animales.<br />
Wajari enumeró <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos <strong>piaroa</strong> y <strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares<br />
sagrados don<strong>de</strong> fueron creados y le dijo a su hermano:<br />
—Muchas enfermeda<strong>de</strong>s peligrosas para mujeres y niños amenazan<br />
a nuestro pueblo. Los niños no pue<strong>de</strong>n comer animales. Si tomas agua<br />
amarga ¡no comas animales! Si cuando en la fiesta <strong>de</strong> iniciación te atraviesan<br />
la lengua con espinas <strong>de</strong> raya, ¡no comas animales! Las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> animales serán peligrosas tanto para <strong>los</strong> jóvenes como para<br />
<strong>los</strong> viejos.<br />
Esto dijo Wajari a su hermano.<br />
El capitán Wajari escuchó voces maravil<strong>los</strong>as: las voces <strong>de</strong> <strong>los</strong> grupos<br />
<strong>piaroa</strong>. Sus pensamientos escucharon esas cosas, las voces <strong>de</strong>l Warime.<br />
Y dice que cuando se vaya, a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> les quedará el Warime. Los pensamientos<br />
<strong>de</strong> Wajari fueron a visitar todos <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong> la creación<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, <strong>los</strong> recorrieron <strong>de</strong> rabo a cabo. Dice Wajari:<br />
—Mis pensamientos son claros porque yo soy bueno. ¡Soy el señor<br />
<strong>de</strong> todos <strong>los</strong> pensamientos, animales, hombres, alimentos!<br />
En las visiones <strong>de</strong> Wajari se presentaron todas las frutas <strong>de</strong> la selva.<br />
Por eso es el señor <strong>de</strong> todas las frutas <strong>de</strong> la selva. En sus visiones bajo el<br />
Kurey Mariweka vio también <strong>los</strong> pensamientos <strong>de</strong> su hermana Tchejeru.<br />
También vio que en <strong>los</strong> pensamientos <strong>de</strong> su hermana había dioses occi<strong>de</strong>ntales.<br />
Wajari vio <strong>los</strong> pensamientos <strong>de</strong>l padre <strong>de</strong> su hermana y <strong>de</strong> otros<br />
como Neya’wa, Mararedyo, Enemey y Puruna. Los pensamientos <strong>de</strong> estos<br />
hombres se parecían a <strong>los</strong> pensamientos <strong>de</strong> Wajari. Wajari comenzó a<br />
golpearse con una mazorca <strong>de</strong> maíz y dijo así:<br />
—Soy bueno. ¡Conozco mi futuro!<br />
Y las visiones <strong>de</strong> Tchejeru se parecieron a las <strong>de</strong> Wajari. Los pensamientos<br />
<strong>de</strong> Tchejeru viajaron por encima y por <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l Mariweka. A don<strong>de</strong> llegaron,<br />
<strong>los</strong> pensamientos fueron aprovechados por <strong>los</strong> meñé-ruwäs. Por eso<br />
es que ahora <strong>los</strong> capitanes pue<strong>de</strong>n enseñar y <strong>los</strong> hombres pue<strong>de</strong>n apren<strong>de</strong>r,<br />
porque las visiones también atravesaron a <strong>los</strong> capitanes. Apren<strong>de</strong>r es muy<br />
difícil y cuesta mucho. Y no es fácil el aprendizaje <strong>de</strong> <strong>los</strong> meñé-ruwäs: <strong>los</strong><br />
pican las hormigas, les atraviesan la lengua con espinas <strong>de</strong> raya, tienen que<br />
tomar agua amarga. ¡No temas si tienes que pasar la fiesta <strong>de</strong> las puyas! Si no<br />
tienes miedo, apren<strong>de</strong>s más rápido. Si tienes miedo, no podrás pensar bien.<br />
Si tienes que pagar por cada lección, no pue<strong>de</strong>s per<strong>de</strong>r tus pensamientos.<br />
Tienes que apren<strong>de</strong>r hasta la muerte y tienes que someterte a la fiesta <strong>de</strong> las<br />
puyas. Y tus hijos tendrán que hacer lo mismo.<br />
3 Ver “Redyo (el antropófago) y la tortuga”.<br />
72<br />
73
3. Wajari crea a Tchejeru<br />
3. WAJARI CREA A TCHEJERU<br />
Wajari creó a su hermana <strong>de</strong>l alimento <strong>de</strong> Puruna –que más tar<strong>de</strong><br />
sería su marido–, que no era más que el alimento <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos: pan,<br />
arroz, cacao. En su casa mezcló todo aquello y lo tapó. Aún no habían<br />
pasado dos meses y ya estaba lista Tchejeru.<br />
Wajari creó a su hermana porque ni él, ni Buoka, ni Puruna tenían<br />
mujer que se preocupara por el<strong>los</strong> y les preparara la comida.<br />
Wajari le habló a Tchejeru y la llamó hermana.<br />
La casa <strong>de</strong> Tchejeru estaba en la montaña <strong>de</strong> al lado <strong>de</strong>l caño Pedro<br />
y Wajari llamó a este lugar Mete’wa Ahi. La casa <strong>de</strong> Puruna la llamaban<br />
Pefu Ojuna, y se alzaba sobre un cerrito junto a Puerto Ayacucho. Él vivía<br />
con <strong>los</strong> blancos.<br />
Wajari vivía con su hermana y sus sobrinos. Un día Wajari dijo:<br />
—Vengan, vamos a visitar a Puruna, veamos cómo vive.<br />
Tchejeru era apenas una niña cuando <strong>los</strong> tres salieron para visitar a<br />
Puruna en Pefu.<br />
Wajari entró con su familia en casa <strong>de</strong> Puruna que tenía varias cajas con<br />
cosas <strong>de</strong> blancos. Acor<strong>de</strong>ones, anzue<strong>los</strong>, y muchas cosas más. A Wajari le<br />
gustaron mucho <strong>los</strong> objetos <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos.<br />
Puruna le preguntó:<br />
—¿Te gustan estas cosas?<br />
Wajari le respondió:<br />
—¡Sí! ¡Me gustan mucho!<br />
Puruna dijo así:<br />
—Tengo seis cajas llenas con todo tipo <strong>de</strong> cosas <strong>de</strong> blancos. Pue<strong>de</strong>s<br />
tenerlas si quieres, pero mucho te han <strong>de</strong> costar. Más que una persona.<br />
Pero por una persona podrás recibir estas cosas.<br />
Wajari le respondió así:<br />
—Solamente me llevaría la mitad, pues todo junto costaría mucho.<br />
Porque Wajari no quería cambiarlas por Tchejeru o por alguno <strong>de</strong> sus<br />
sobrinos.<br />
Mas Puruna le dijo:<br />
—No, te lo tienes que llevar todo.<br />
Lo que pasaba era que Tchejeru, que era bonita, le había gustado a<br />
Puruna:<br />
—Dame a Tchejeru o a uno <strong>de</strong> tus sobrinos.<br />
—Cuesta <strong>de</strong>masiado, no puedo dar tanto en cambio. Me gustan esas<br />
cosas, pero tengo poca gente y mi hermana vale más que las seis cajas<br />
juntas –dijo Wajari.<br />
Puruna dijo:<br />
—Fíjate, nosotros somos parientes. Seamos amigos y no nos enojemos<br />
uno con otro. Si me <strong>de</strong>jas aquí a tu hermana, le permitiré que te<br />
visite varias veces.<br />
Y así fue como Wajari tomó las seis cajas y le <strong>de</strong>jó su hermana a<br />
Puruna. Puruna y Tchejeru se casaron.<br />
Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces Wajari visitó a menudo a su hermana para conseguir<br />
nuevas piezas <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos pues ¡su hermana valía<br />
más que seis cajas!<br />
74<br />
75
4. KARERU<br />
En el centro <strong>de</strong>l mundo había una selva en la que vivían las plantas<br />
para bebidas: dada, tuminya, kareru. Claro, primero tuvieron que encontrar<br />
<strong>los</strong> árboles.<br />
Wajari or<strong>de</strong>nó:<br />
—¡A buscar <strong>los</strong> árboles! A conseguir un pedazo <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong><br />
luego hacer<strong>los</strong> polvo, echarles agua, y beberlo. Cuando <strong>los</strong> encontraron,<br />
Wajari se tomó <strong>de</strong> verdad el jugo <strong>de</strong>l kareru y al igual que a <strong>los</strong><br />
meñé-ruwäs nacieron sus pensamientos. La bebida <strong>de</strong> kareru ayudó a<br />
<strong>los</strong> pensamientos.<br />
Esto pasó antes que nos hubieran creado a nosotros. Cuando alzaron<br />
el firmamento. Porque Wajari levantó el firmamento pero todavía no<br />
había claridad. Por eso, Wajari mandó a Pjepju, su ayudante, a buscar <strong>los</strong><br />
árboles con fuerza mágica. Porque solamente con esos podía conseguir<br />
la luz, la claridad.<br />
Wajari quería trabajar, por eso necesitaba la claridad. Y mandó a Pjepju<br />
a buscar <strong>los</strong> árboles. Wajari bebió el kareru y consiguió la claridad.<br />
5. WAJARI CREANDO HOMBRES<br />
Wajari creó cabel<strong>los</strong> negros, luego ojos, y dijo:<br />
—Muchos peligros amenazarán a este hombre. También creó olor <strong>de</strong><br />
gente y luego el lugar don<strong>de</strong> el hombre podía vivir. Le preparó tierra y<br />
arregló el lugar para po<strong>de</strong>r crear a todos <strong>los</strong> hombres.<br />
Wajari le dio forma a las ca<strong>de</strong>ras, luego dijo las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las<br />
mujeres, el jilichi papuli, el parto difícil.<br />
No le gustaban las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la mujer porque eran peligrosas<br />
para todo el mundo. Wajari dijo que sin canto el niño ha <strong>de</strong> <strong>de</strong>jar el útero<br />
con mucha dificultad.<br />
Mientras Wajari estaba muy hacendoso creando hombres apareció<br />
Buoka, su hermano, enmascarado para espiar a Wajari. Se escondió en<br />
la figura <strong>de</strong> varios animales –ora lagarto, ora mosca, etc.– Y Wajari no se<br />
dio cuenta, no se percató <strong>de</strong> su presencia.<br />
Mientras espiaba, Buoka pensó:<br />
—Le voy a <strong>de</strong>cir a Wajari que también cree hombres para mí. Enmascarado<br />
le dio la vuelta a Wajari y siguió observando. Luego salió revoloteando<br />
disfrazado <strong>de</strong> pájaro. También revoloteó en torno <strong>de</strong>l Tiannawa, el árbol sagrado<br />
<strong>de</strong> cuatro ramas. Y Wajari no sabía que se trataba <strong>de</strong> Buoka, pues se<br />
había transformado. Y al revolotear en <strong>de</strong>rredor <strong>de</strong>l árbol Ñuema-a, Wajari<br />
escuchó un ruido.<br />
—¿Qué clase <strong>de</strong> animal será? –se preguntó–, voy a buscarlo. Y el<br />
bichito colorado, el masate wala era Buoka.<br />
Wajari pensó que había oído a una persona, pero vio un animal y dijo:<br />
—Solo veo un bicho.<br />
76 77
6. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
78<br />
6. LA CREACIÓN DE LOS PIAROA<br />
Buoka quería ver cómo era que Wajari creaba a <strong>los</strong> hombres y también<br />
hubiera querido que le creara hombres blancos para él.<br />
—Le encargo a mi hermano, el gran capitán, que me prepare hombres.<br />
Él es el capitán <strong>de</strong>l mundo. Quisiera que me preparara hombres<br />
como estos <strong>de</strong> aquí. Sé que mi hermanito crea hombres muy buenos,<br />
como <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
En ese preciso momento Wajari había terminado la primera pareja.<br />
Buoka pasó por <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un tronco y al salir por el otro lado volvió a<br />
tener apariencia <strong>de</strong> hombre y se encaminó <strong>de</strong> vuelta a su casa.<br />
Wajari preparó carne para la segunda pareja. Wajari se echó a <strong>de</strong>scansar,<br />
mientras tanto vinieron cangrejos muy gran<strong>de</strong>s que se comieron<br />
la carne preparada. Por eso fue que Wajari tuvo que tomar otro pescado<br />
para hacer la carne humana. Formó el cuerpo, la garganta y por último el<br />
corazón <strong>de</strong>l segundo hombre. Y así quedó lista la segunda pareja.<br />
Para la tercera pareja se fue a pescar a la otra orilla <strong>de</strong>l río. Allá, en<br />
aquella orilla, creó <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, Guayapo y Autana. Wajari<br />
habló sobre <strong>los</strong> peligros que amenazaban a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> ríos:<br />
—Y aquí, en este lugar ¿qué fruta ha <strong>de</strong> ser carnada para <strong>los</strong> peces<br />
con <strong>los</strong> que he creado <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, <strong>de</strong>l Guayapo y <strong>de</strong>l Autana?<br />
Wajari <strong>de</strong>cidió utilizar un anzuelo para tomar al pescado. Esperó y<br />
mordieron <strong>los</strong> peces, pero el anzuelo les <strong>de</strong>sgarró la garganta.<br />
Y entonces dijo:<br />
—¿Cómo capturar <strong>los</strong> peces para crear <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Sipapo, <strong>de</strong>l<br />
Guayapo y <strong>de</strong>l Autana? Probaré con el anzuelo <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos.<br />
Pero le pasó lo mismo. El anzuelo les <strong>de</strong>sgarró la garganta a <strong>los</strong> peces.<br />
—¿Qué haré? No sirven <strong>los</strong> anzue<strong>los</strong> –dijo Wajari.<br />
Él amasó yuca, plátano, piña y batata. Con esa masa mol<strong>de</strong>ó un anzuelo<br />
y un hilo <strong>de</strong> pescar y lo echó todo en el agua. Y esto sí que sirvió.<br />
Los peces mordieron mejor que antes.<br />
—Pues bien –dijo Wajari–, que todo esto sea el alimento <strong>de</strong> este<br />
pueblo, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Los peces mordieron muy bien las frutas.<br />
Wajari le dio nombre al aire y a la brisa. Él creó ambas cosas para <strong>los</strong><br />
hombres, para que el sol no <strong>los</strong> quemara tanto.<br />
El edificio hecho <strong>de</strong> aire es atravesado por la brisa y refresca a <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong>, protege <strong>de</strong>l sol a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Y ese aire es la brisa <strong>de</strong>l salto <strong>de</strong> agua.<br />
Si no hay brisa, el sol calienta muy fuerte y la piel se seca y se endurece.<br />
El sol pue<strong>de</strong> matarlo a uno.<br />
Wajari se dispuso a preparar la cuarta pareja con la misma carne. Formó<br />
<strong>los</strong> ojos, el pelo, las orejas, la boca, la nariz. Luego habló <strong>de</strong> <strong>los</strong> peligros<br />
que acechan a este pueblo. El olor <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres pue<strong>de</strong> ser peligroso para<br />
el<strong>los</strong>. Y pue<strong>de</strong> ser peligroso si le gritan al capitán. Wajari le preparó esta<br />
pareja al Guayapo y al Autana. También les hizo huesos y uñas.<br />
La pareja tuvo hijos. Wajari creó el alimento para la familia y para<br />
todas las familias. Preparó un poquito <strong>de</strong> cada fruto: yuca, piña, etc., y<br />
<strong>los</strong> hombres sembraron mucho <strong>de</strong> cada uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> y sus alimentos se<br />
multiplicaron al igual que <strong>los</strong> niños. Wajari creó todas las plantas para<br />
<strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Siempre tuvieron que comer. Crecieron distintos troncos <strong>de</strong><br />
árboles y las tribus también crecieron como sus alimentos.<br />
—Los <strong>piaroa</strong> se han <strong>de</strong> multiplicar, al igual que sus alimentos –dijo<br />
Wajari.<br />
El capitán Wajari vivía en su hogar, en Umonloja Ojuna, la casa <strong>de</strong>l<br />
cielo. Los hombres no sabían que a él le <strong>de</strong>bían su creación. Había oído<br />
en el aire que su pueblo era muy bueno: se multiplicaban <strong>los</strong> hombres y<br />
se multiplicaban sus alimentos. Por ello Wajari <strong>de</strong>cidió ir a ver cómo era<br />
el pueblo que había creado.<br />
Se acercó a sus churuatas y ya <strong>de</strong> lejos iba escuchando las conversaciones<br />
y las exclamaciones llenas <strong>de</strong> alegría. Estaban <strong>de</strong> fiesta, bailaban<br />
dos Warimes. Wajari escuchó lo que le <strong>de</strong>cían <strong>los</strong> hombres a su capitán:<br />
—¡A fiestear, tenemos mucho alimento!<br />
Cuando Wajari <strong>de</strong>cidió ir don<strong>de</strong> su pueblo, visitó uno a uno, con el<br />
pensamiento, todos <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong>l Mariweka.<br />
79
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
6. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Atravesó por esos lugares en forma <strong>de</strong> mosquito rojo y <strong>de</strong> otro bichito.<br />
Wajari llegó a la churuata y se escondió en el techo <strong>de</strong> guano para<br />
atisbar lo que pasaba. Sus pensamientos bajaron a la tierra en forma <strong>de</strong><br />
otro bichito para po<strong>de</strong>r observar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> más cerca.<br />
Luego Wajari se disfrazó <strong>de</strong> español, con el pelo negro, vestido <strong>de</strong><br />
rojo, con un cuchillo al cinto y zapatos puestos. Era alto, <strong>de</strong>lgado y <strong>de</strong><br />
piel clara. Pero <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se asustaron al ver este disfraz. Por eso Wajari<br />
se transformó en <strong>piaroa</strong>, adornándose con muchas joyas. Luego se dio<br />
cuenta <strong>de</strong> que podía asustar a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> con tantos abalorios. Por eso se<br />
<strong>los</strong> quitó y así entró en la churuata.<br />
—¿Y tú quién eres? –le preguntaron <strong>los</strong> hombres.<br />
—No se preocupen, no tengan miedo. Yo soy uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> creadores<br />
<strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s, el capitán Wajari.<br />
Y <strong>los</strong> hombres dijeron:<br />
—No somos como tú, somos gente <strong>de</strong> otra clase.<br />
El capitán Wajari pensó en comer <strong>de</strong>l alimento <strong>de</strong> el<strong>los</strong> para probarles<br />
que él era amigo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Aunque no le gustó la comida, <strong>de</strong>cidió<br />
comérsela. Luego dijo así:<br />
—He comido <strong>de</strong>l alimento <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s, por lo tanto soy un amigo.<br />
Solamente he venido para saludar<strong>los</strong> a todos. Así Wajari <strong>de</strong>jó a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
El capitán Wajari creó a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> para que formaran una familia<br />
única. Les otorgó el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> habitar en <strong>los</strong> lugares sagrados <strong>de</strong> la<br />
tierra. Y enumeró <strong>los</strong> nombres. A<strong>de</strong>más les otorgó a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> el <strong>de</strong>recho<br />
<strong>de</strong> darles nombre a sus parientes para que tuvieran familia. Y recibieron<br />
el <strong>de</strong>recho a la vida.<br />
Luego llegó Buoka y se puso a insultar a Wajari. Se apropió <strong>de</strong> las<br />
plantas <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, las arrancó y se puso a soplarles magia a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Buoka dijo:<br />
—¡Esa gente no pue<strong>de</strong> vivir! Los primitivos, <strong>los</strong> tigres y <strong>los</strong> espíritus<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> muertos <strong>los</strong> asesinarán. El <strong>piaroa</strong> no pue<strong>de</strong> ir solo a cazar, pues lo<br />
acecha el peligro. Todas estas cosas asesinarán a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Si <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> maldicen, morirán. Si así hacen, se arrancan el espíritu.<br />
Se caerán <strong>de</strong> <strong>los</strong> árboles y esto ocasionará su muerte.<br />
Todo esto lo planeó Buoka contra la familia <strong>de</strong> su hermano. Si Buoka<br />
no hubiera hecho así, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> vivirían en una abundancia tal como <strong>los</strong><br />
españoles. Si Buoka no hubiera dicho todo esto, solamente morirían <strong>los</strong><br />
ancianos, pero no <strong>los</strong> niños ni <strong>los</strong> jóvenes. Buoka creó <strong>los</strong> peligros que<br />
amenazan a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Peligros similares creó Wajari contra las familias <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos, <strong>de</strong><br />
Puruna y <strong>de</strong> Buoka.<br />
Wajari dijo entonces:<br />
—Ahora tu familia es como la mía. La espada y el cuchillo traerán<br />
peligros a <strong>los</strong> blancos. Con esos matarán a sus amigos. Encerrarán en la<br />
cárcel a sus amigos, a sus familiares.<br />
Buoka respondió:<br />
—Morirá mucha gente, mas <strong>los</strong> españoles se multiplicarán más que<br />
<strong>los</strong> indígenas.<br />
Así dijo Buoka.<br />
80 81
7. Diálogo entre dos creadores<br />
82<br />
7. DIÁLOGO ENTRE DOS CREADORES<br />
Buoka:<br />
—Hermanito, bebí <strong>de</strong>l jugo <strong>de</strong> kareru pero, no sé por qué, no se me<br />
ocurrió nada.<br />
Wajari:<br />
—Y eso que dijiste que pensaste más que yo.<br />
Buoka habló, pero muy poco.<br />
Wajari habló mucho más. Habló sobre <strong>los</strong> lugares, las plantas, el sol,<br />
las estrellas, las aguas, la tierra, las piedras.<br />
Buoka le dijo:<br />
—¡Tú soñaste más que yo!<br />
El que bebe el agua soplada 4 ya pue<strong>de</strong> oír <strong>los</strong> ruidos extraños y así<br />
pue<strong>de</strong> pensar más largamente. El meñé-ruwä cierra <strong>los</strong> ojos y piensa, sueña.<br />
Por eso fue que Buoka le puso a su hermano el nombre <strong>de</strong> Rua-Wajari,<br />
porque soñó más que él.<br />
—Eres mejor meñé-ruwä que yo –le dijo Buoka–, así que te llamaré<br />
Rua-Wajari, dios.<br />
—¿Por qué? –preguntó Wajari.<br />
—Tú eres el capitán, has soñado mucho más que yo.<br />
4 “El agua soplada es uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> medios importantes <strong>de</strong>l meñé-ruwä empleados casi<br />
diariamente. Su esencia es que en las noches cuando el meñé-ruwä está cantando la<br />
canción contra las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber absorbido yopo,<br />
el humo <strong>de</strong> su tabaco lo sopla a través <strong>de</strong> un tubo <strong>de</strong>lgado <strong>de</strong> caña en varios recipientes<br />
llenos <strong>de</strong> agua. Con eso purifica simbólicamente el agua potable <strong>de</strong> la comunidad que<br />
al mismo tiempo sirve para la cohesión <strong>de</strong> la misma. El meñé-ruwä emplea el humo<br />
<strong>de</strong>l tabaco en otras ocasiones también para purificar, por ejemplo, antes <strong>de</strong> la danza <strong>de</strong><br />
máscaras lo sopla sobre <strong>los</strong> instrumentos musicales pero también sobre las máscaras.<br />
Frecuentemente ponen pedacitos pequeños <strong>de</strong> resina en el tabaco hecho por el<strong>los</strong><br />
mismos aumentando <strong>de</strong> esta manera también la fuerza <strong>de</strong>l humo. Ver el cuento titulado<br />
“La primera fiesta <strong>de</strong> Buoka y Wajari”.<br />
El sueño se llama maripa. El que sueña piensa. Mi padre también<br />
tiene maripa: sueños y cantos. Porque esos son sus pensamientos.<br />
—Ahora toda corriente <strong>de</strong> agua tendrá nombre –le dijo Wajari a<br />
Buoka–. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces se oyen en <strong>los</strong> cantos <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> todos<br />
<strong>los</strong> raudales.<br />
—Hemos soñado mucho juntos –dijo Wajari–. Soñé con el raudal <strong>de</strong><br />
Atures, vamos a buscarlo, a ver dón<strong>de</strong> está.<br />
—Todo es mentira, me quieres engañar, todo eso es sueño –dijo<br />
Buoka, que siempre dudaba. Pero lo pusieron a prueba y todo salió bien.<br />
Pobre Buoka, se quedó solo, incrédulo.<br />
Wajari dijo:<br />
—Probemos levantar juntos el firmamento.<br />
Wajari lo levantó y así se quedó. ¡Pues era verdad el sueño! Y así<br />
pusieron a prueba la creación, soñada ya en su totalidad. Porque se hizo<br />
realidad lo que Wajari soñó. Y todo salió bien.<br />
—Todo es mentira –pensó Buoka–, seguro que Wajari me está engañando.<br />
Pero todo lo puso a prueba, lo situó en su lugar y todo se<br />
completó. ¡Porque Wajari es dios!<br />
—¿Quieres que lo probemos todo? Es mucho lo que hay que crear: la<br />
tierra, el sol, las plantas, las montañas, las frutas, todo.<br />
—Quiero probarlo todo, para saber si es verdad lo que soñaste –dijo<br />
Buoka.<br />
Y pusieron a prueba <strong>los</strong> sueños sobre el sol, el raudal y el firmamento.<br />
Buoka discutió con Wajari:<br />
—Déjame –le dijo Wajari–, tengo muchos parientes, te matarán.<br />
Buoka seguía discutiendo porque Wajari no quería enseñárselo todo. No<br />
le gustó a Wajari que constantemente tenía que hacer <strong>de</strong>mostraciones.<br />
—Tú no hiciste nada –le dijo Wajari–. ¿Por qué te pones a discutir<br />
conmigo? Aquí está mi familia, mis amigos, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Y tú, en cambio,<br />
estás solo. Si peleas conmigo, te matarán con toda seguridad.<br />
Buoka se enojó porque su hermano no puso a prueba todos sus sueños<br />
y no quiso <strong>de</strong>mostrar la veracidad <strong>de</strong> <strong>los</strong> mismos.<br />
Aunque se asustó con <strong>los</strong> parientes, Buoka continuó su arenga:<br />
¿Cómo será entonces? ¿Lo probamos o no?<br />
—Nada <strong>de</strong> pruebas –dijo Wajari–, exiges más <strong>de</strong> la cuenta. No po<strong>de</strong>mos<br />
probarlo todo, hagamos silencio, <strong>de</strong>scansemos.<br />
83
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
7. Diálogo entre dos creadores<br />
—¿Cómo podríamos probar todo esto <strong>de</strong> golpe?<br />
Buoka estalló furioso:<br />
—¡Si no seguimos probando, te caigo a golpes!<br />
—No te fajarás conmigo porque tengo muchísimos parientes, pues<br />
yo creé a todo el mundo. Mi familia es gigantesca –dijo Wajari.<br />
Buoka se calló la boca, no volvió a hablar, se asustó.<br />
—Cuando levanté el firmamento no estabas por ninguna parte –continuó<br />
Wajari–. El cielo es obra mía, trabajé en él más que tú. Tú solamente estabas<br />
<strong>de</strong> espectador cuando lo elevé a las alturas infinitas.<br />
—Cierto, no te ayudé mucho que digamos –dijo Buoka–. Tú sabes<br />
mucho, has hecho mucho.<br />
Y Buoka quedó en silencio.<br />
Des<strong>de</strong> entonces todo el mundo pue<strong>de</strong> ver el cielo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> todas partes.<br />
Porque Buoka solo fue capaz <strong>de</strong> crear la niebla, el rocío y las nubes.<br />
¡Todo lo <strong>de</strong>más es obra <strong>de</strong> Wajari! Buoka también creó algo; no mucho,<br />
porque su creación duró muy poco tiempo. En cambio Wajari creó muchas<br />
cosas durante largo tiempo.<br />
Wajari creó también <strong>los</strong> grupos <strong>de</strong> indígenas: yabarana, waika, guajaribo,<br />
kuiba, guajibo.<br />
—Todos <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> son obra mía –dijo Wajari–. Y tú, Buoka, ¡apenas<br />
has hecho algo!<br />
Arriba, junto al Orinoco, viven <strong>los</strong> indígenas sencil<strong>los</strong>, <strong>los</strong> yabarana,<br />
<strong>los</strong> virú. Yo <strong>los</strong> creé, <strong>los</strong> ayudé a venir al mundo, les di nombre. Y el<strong>los</strong><br />
son muchos. Si me quieres matar, me basta con mandárselo a <strong>de</strong>cir a mi<br />
pueblo y te matarán.<br />
Cuando Wajari enumeró a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong>, Buoka se asustó porque su<br />
hermano también mencionó <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> salvajes. Pero no <strong>de</strong>bía<br />
haber temido, pues en verdad Wajari no quería hacerle daño.<br />
Y Wajari enumeró <strong>los</strong> lugares, el Sipapo, el Guayapo, hasta el río<br />
Autana, y también <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> que viven por allá. Tomó agua<br />
soplada, <strong>los</strong> soñó y así <strong>los</strong> creó a todos el<strong>los</strong>. Lo que soñó por <strong>de</strong>ntro, lo<br />
vio por fuera y lo creó. Lo que <strong>los</strong> meñé-ruwäs sueñan, por fuera se hace<br />
realidad.<br />
Si estoy aquí sueño algo, si voy a otra parte, lo sueño <strong>de</strong> la misma<br />
manera. Así son <strong>los</strong> sueños <strong>de</strong> <strong>los</strong> meñé-ruwäs.<br />
Buoka encontró agua <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong>l cielo, le ralló la corteza <strong>de</strong>l kareru<br />
y preparó el agua soplada. Amarró su chinchorro, tomó <strong>de</strong>l líquido y se<br />
puso a pausar y soñar. Buoka todavía no había tenido mujer.<br />
Y soñó a la mujer. Puso su chinchorro al lado <strong>de</strong>l suyo.<br />
—Así la soñé –dijo Buoka.<br />
Y la mujer estaba ahí. Mas en cuanto se levantó <strong>de</strong>l chinchorro, la<br />
mujer <strong>de</strong>sapareció con chinchorro y todo. No la encontró por ninguna<br />
parte, y eso que se trataba <strong>de</strong> Tchejeru, su hermana.<br />
Wajari le preguntó:<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está la mujer? Solo <strong>los</strong> sueños <strong>de</strong> <strong>los</strong> verda<strong>de</strong>ros meñé-ruwä<br />
se convierten en realidad. ¿Qué clase <strong>de</strong> sueño es ese que <strong>de</strong>saparece si te<br />
<strong>de</strong>spiertas?<br />
Buoka seguía diciendo:<br />
—Era mi mujer, se convirtió en mi esposa. Y tuve un hijo y una hija.<br />
Ya <strong>los</strong> dos eran gran<strong>de</strong>s cuando <strong>los</strong> conocí.<br />
—¿Y cómo se llaman? –preguntó Wajari–. No tienen nombre porque<br />
solamente <strong>los</strong> soñaste. Los soñaste, pero no <strong>los</strong> creaste.<br />
Lo que Wajari sueña se convierte en realidad. Como lo soñó, así mismo,<br />
creó las plantas y la claridad. Hoy en día las cosas son así: la gente se<br />
casa y tiene hijos. Esto también lo soñó Wajari. Si no lo hubiera soñado,<br />
no existiría nada ni nadie.<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está la mujer?, ¿dón<strong>de</strong> están <strong>los</strong> niños? –preguntó Wajari–. Los<br />
soñaste, mas no se aparecieron. Lo que yo soñé sí se apareció. Soñé las plantas,<br />
la tierra, las aguas, <strong>los</strong> animales, la creación en sí. ¡Lo que soñé, lo soñé<br />
listo para aparecer! Lo que tú soñaste, no apareció –continuó Wajari (porque<br />
Buoka no sabía que <strong>los</strong> sueños se hacían realidad).<br />
Callaron y se pusieron a trabajar. Trabajaron con las plantas y crearon<br />
muchas cosas. A <strong>de</strong>cir verdad, Buoka no quería trabajar ni ese día ni al<br />
otro día. Porque Buoka creaba menos, en vano existía el firmamento, las<br />
estrellas, la luz. Buoka solo creó las nubes, las nubes cargadas <strong>de</strong> lluvia.<br />
Primero Wajari situó la estrella pauji, luego las <strong>de</strong>más.<br />
Nuestro cielo es azul, y el cielo <strong>de</strong> todo el mundo también es azul, no<br />
solamente el <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, guajibo, kuiva, sino el <strong>de</strong> otros igual. El cielo<br />
es <strong>de</strong> todo el mundo, todos lo pue<strong>de</strong>n conocer. También <strong>los</strong> españoles lo<br />
pue<strong>de</strong>n ver.<br />
84 85
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
7. Diálogo entre dos creadores<br />
Wajari <strong>de</strong>scansó un ratico y luego elevó el cielo. Des<strong>de</strong> entonces, todos<br />
lo vemos allá arriba. Al principio no había luz, no había sol, no había<br />
luna. Solamente existía el cielo y muchas nubes.<br />
Wajari le dijo a Buoka:<br />
—Dijiste que eras mejor meñé-ruwä que yo, pero no me pudiste ayudar<br />
cuando levanté el cielo. Luego dijiste que habías soñado con una mujer<br />
y que <strong>los</strong> sueños <strong>de</strong> <strong>los</strong> meñé-ruwäs eran falsos. Dijiste que mi obra<br />
era un engaño. ¡Pues mira, soñé las estrellas y ahora voy a soñar el sol!<br />
Wajari elevó el redondo sol. Y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> entonces está allá arriba y allá<br />
está la luz.<br />
Buoka se alegró mucho:<br />
—¡Cierto, son ciertos tus sueños! Y vio la gran luz en medio <strong>de</strong>l cielo azul.<br />
Y Wajari agregó:<br />
—Para que aprendas quién soy, levanté el sol y las estrellas radiantes.<br />
Para que veas que la creación no es mentira.<br />
Buoka dijo así:<br />
—¡Verdad, todo es verdad! Porque <strong>los</strong> sueños <strong>de</strong> Buoka eran todos falsos.<br />
Wajari soñó el sol y Buoka, creó el sol <strong>de</strong> la noche, la luna. En época<br />
<strong>de</strong> luna llena se pue<strong>de</strong> ver en medio <strong>de</strong> la luna un humo como una nube,<br />
porque allá está Buoka. Vemos la luna cuando no brilla el sol. Cuando hay<br />
mucho calor, no vemos la luna. Porque la luna es fría, porque la luna es débil.<br />
Todo lo creó Wajari porque, como él mismo dijo, Buoka no fue capaz.<br />
Solo dice cómo hay que crear las cosas.<br />
Pero Wajari actuó:<br />
—¡Así hay que hacer! –dijo.<br />
Y en seguida lo hizo. Pudo crear todo, así como elevó el sol.<br />
Buoka creó dos cosas: la luna y las nubes. Soñó muchas cosas, pero<br />
no las pudo realizar. Buoka estaba viejo.<br />
Cuando crearon al chácharo (mékira) Buoka todavía no sabía su<br />
nombre. Wajari le dio nombre a <strong>los</strong> animales. Y en el lugar don<strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
chácharos nacieron, vivió Buoka también. Varios animales lo cuidaban,<br />
no fuera a ser que le pasara algo. Entre el<strong>los</strong> el armadillo. Todos esos animales<br />
transmitían enfermeda<strong>de</strong>s. Son incontables <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> esos<br />
animales y existen innumerables cantos contra las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
animales.<br />
Se dice que <strong>los</strong> animales nacieron en una cueva, que igualmente<br />
Wajari creó. Los animales vivían bajo las piedras, en madrigueras.<br />
Y el sol brillaba sobre el<strong>los</strong>, por eso es que son fuertes esos animales.<br />
El sol llegó a todas partes. Los animales se cansaron <strong>de</strong> <strong>los</strong> constantes<br />
rayos <strong>de</strong>l sol. Los hombres también se enferman si reciben mucho sol.<br />
Por eso Wajari creó para el<strong>los</strong> las cavernas. Pero ya para entonces habían<br />
recibido suficiente sol, así es que se enfermaron. Pero cosas así no pue<strong>de</strong>n<br />
ocurrir a la luz <strong>de</strong> la luna.<br />
Wajari soñó el sol y lo encontró. Primero lo soñó en silencio, luego<br />
se dispuso y elevó a lo alto el redondo sol. También le dio nombre a las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l sol: fiebre <strong>de</strong> sol. Nos da mucho dolor <strong>de</strong> cabeza y en<br />
todo el cuerpo. Si no hubiera sido así, hoy no tendríamos fiebre.<br />
Bajo el sol vivían <strong>los</strong> imes, es <strong>de</strong>cir, <strong>los</strong> báquiros. El lugar se llamaba<br />
Wanariva. También les daba el sol. Por eso el<strong>los</strong> tienen enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Todos <strong>los</strong> animales <strong>de</strong> sabana: el cerdo, el caballo, la vaca, resisten el<br />
sol 5 . El<strong>los</strong> son llamados las criaturas <strong>de</strong>l redondo sol. El sol llegó a todas<br />
partes, incluso allá don<strong>de</strong> más tar<strong>de</strong> celebraron la fiesta <strong>de</strong> Warime. El sol<br />
<strong>de</strong> Wajari llegó a todas partes, visitó a todo el mundo. El sol iba y venía <strong>de</strong><br />
un lugar a otro. Wajari lo siguió, lo encontró, luego lo llevó al firmamento<br />
y entonces se tranquilizó. Wajari encontró el sol en el ángulo <strong>de</strong> una<br />
churuata. Allá fue que lo soñó.<br />
En el caño Ihure se alza una montaña <strong>de</strong> piedra llamada Maparaku.<br />
También el sol pasó por allá. En la churuata cada familia tiene su lugar<br />
aparte. El<strong>los</strong> también recibieron nombre <strong>de</strong> Wajari. Todo tiene nombre,<br />
incluso aquel<strong>los</strong> que están aquí por el Temblador. Todos <strong>los</strong> lugares tienen<br />
nombres <strong>de</strong> animales.<br />
También el lugar <strong>de</strong> la creación tiene innumerables nombres. A veces las<br />
montañas tienen tres o cuatro nombres, incluso hasta veinte. El Maparaku<br />
tiene cinco. También las montañas estaban bajo el sol: el Dyaho, la montaña<br />
junto al Alto Paria, junto al caño Ihure, en todas partes hay montañas y todas<br />
tienen innumerables nombres.<br />
En un lugar así, Wajari encontró el sol y lo levantó. Tuarike es una<br />
alta montaña, la más alta es Parake, junto a la que se alza otra llamada<br />
5 Generalmente el <strong>piaroa</strong> liga todo lo ajeno a él con la sabana porque todo lo que sea<br />
típicamente <strong>piaroa</strong> es <strong>de</strong> la selva.<br />
86 87
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Woloy. Esta mole <strong>de</strong> piedra tiene varios nombres al igual que las <strong>de</strong>más.<br />
La montaña se alza bajo el sol.<br />
El redondo sol anduvo por muchos, muchísimos lugares; por el Ventuari,<br />
por el Cuao (don<strong>de</strong> también hay montañas por el sol). Vino y visitó. Por eso, el<br />
sol cae tan a menudo.<br />
En todas partes había un pueblito, una churuata. Wajari conoció al<br />
sol junto a una churuata. Nosotros tenemos muchas montañas altas, junto<br />
al nacimiento <strong>de</strong>l Ventuari también hay un pueblito. Cerca está una alta<br />
montaña. También más arriba, en el nacimiento <strong>de</strong>l Cuao, en <strong>los</strong> alre<strong>de</strong>dores<br />
<strong>de</strong>l Cataniapo. También junto a la cascada <strong>de</strong> Alto Cataniapo. Y<br />
junto al raudal <strong>de</strong> Átures hay una montaña <strong>de</strong> piedra. Esta última es en sí<br />
una casa submarina con muchas habitaciones por <strong>de</strong>ntro. Por allá anduvo<br />
el sol. Visitó tantos lugares cuando aún no estaba en el cielo, antes que<br />
Wajari lo hubiera elevado al firmamento.<br />
Wajari siguió al sol y así llegó a todas las al<strong>de</strong>as. La corriente <strong>de</strong>l Átures<br />
es inmensa porque Wajari también estuvo por allá. La casa se llama ratuoda,<br />
es gran<strong>de</strong> como la <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos. A<strong>de</strong>ntro estaba el sol. Allá fue don<strong>de</strong> Wajari<br />
lo cambió.<br />
Tjuawedya es el otro nombre <strong>de</strong> la casa don<strong>de</strong> Wajari encontró al sol<br />
y lo cambió.<br />
Todo esto pasó aquí en el raudal <strong>de</strong> Atures. En vano lo buscó por<br />
otros lugares, no lo encontró. Si entraba en una casa, el sol seguía andando<br />
y ya estaba por otra. Wajari no hacía más que seguirlo, pero el sol se<br />
le a<strong>de</strong>lantaba constantemente. Lo buscó por todas partes hasta que por<br />
fin lo encontró junto al Atures. Y andando en pos <strong>de</strong>l sol, le dio nombre a<br />
todos <strong>los</strong> lugares. En cuanto encontró el sol se lo llevó consigo, lo sopló y<br />
lo elevó a las alturas. Más tar<strong>de</strong> también encontraron la luna.<br />
8. MARIWEKA 6<br />
—Jina-itsoma mariwekane peyenne Kuaomine –dijo Ñemeh.<br />
Venimos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo <strong>de</strong>l Mariweka. Don<strong>de</strong> nacimos,<br />
don<strong>de</strong> Wajari nos creó. Don<strong>de</strong> nos dio nombre.<br />
Allá crecimos, allá nos creó, allá nos dio nombre Wajari.<br />
Mariweka es un lugar, es un nombre. Ya lo llamaban así antes <strong>de</strong><br />
habernos creado a nosotros. Con ese nombre, con esa palabra, nos quisieron<br />
llamar para po<strong>de</strong>rnos crear.<br />
Y bajo el Mariweka, allá en el medio, Wajari pronunció la palabra<br />
Jajkwawatamu. Y poco a poco empezamos a crecer. Dijo:<br />
—¡Jajkwawatamu! –y les dio nombre a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> y a <strong>los</strong> españoles.<br />
Wajari era así, si no hubiese sido así, ¡no hubiéramos nacido! Pero<br />
aquí estamos. Así comenzó.<br />
Entre el Cuao y el Autana se alza Parake, la montaña. Somos <strong>de</strong> allá,<br />
parientes <strong>de</strong>l capitán Pitah. Allá nació y se robusteció la familia <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
<strong>piaroa</strong>. ¡He aquí la obra <strong>de</strong> Wajari!<br />
Por él nos hicimos hermanos, por eso somos amigos.<br />
El viejo raudal se llama Piahé Muotsa. Porque así lo llamaron. Por allá<br />
pasó Wajari cantando contra las enfermeda<strong>de</strong>s. Nosotros también cantamos,<br />
todos <strong>los</strong> parientes <strong>piaroa</strong>, si pasamos por ahí, por el escenario <strong>de</strong> la<br />
creación <strong>de</strong>l mundo. Los <strong>piaroa</strong> cantan si están enfermos, si tienen fiebre.<br />
Así dice el canto: “Parake nyuerike urarike kwawatamu...”. Son nombres,<br />
<strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> nuestras regiones. Porque Wajari les dio nombre,<br />
por eso son así nuestros nombres. Él lo cantó así.<br />
6 No es el relato completo sino las interpretaciones <strong>de</strong> Jesús Caballero con varias explicaciones<br />
que las canciones no contienen.<br />
88<br />
89
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
8. Mariweka<br />
Nosotros nacimos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> aquella caja. Se llama Jajkwawalayentume.<br />
Le dieron nombre y así nacimos en ella al igual que Buoka. Él dijo: “Tjenemu<br />
tu-uridye” –y con eso vino al mundo. Dijo: “Pujtedine” –y todos vinimos al<br />
mundo en esa cosa que pensó al igual que <strong>los</strong> nombres.<br />
En primer lugar se escucha el nombre. Si un niño nace, la voz lo trae al<br />
mundo. Si no está flaco, si tiene pecho, no le da la fiebre. Todos sabemos<br />
que con el canto no da fiebre. Wajari pronunció <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales,<br />
<strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s, <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos que atraviesan el cuerpo y lo purifican<br />
<strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s. Wajari nombró las enfermeda<strong>de</strong>s leves y graves.<br />
Tjuarikye es la respiración, el aire, el viento. Wajari sopló su aliento<br />
en el agua y habló con las palabras <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos. Así fue como nos creó.<br />
Bebemos el agua soplada, comemos la carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales que hemos<br />
matado, no nos da fiebre si bebemos <strong>de</strong>l agua.<br />
Las enfermeda<strong>de</strong>s tienen incontables nombres: viricha, tuaritsa, enemey.<br />
La primera es la fiebre en sí, la gran enfermedad. También dyubeku es enfermedad.<br />
Si canto esta canción no me da fiebre, no me pasará nada, y <strong>los</strong> niños<br />
no se enfermarán. ¿Ves? También ahora estamos sin fiebre.<br />
Tjamure ojkorua es el nombre <strong>de</strong> alguien que está vivo. Si tenemos<br />
hermano vivo, aunque tengamos hermano muerto, siempre <strong>de</strong>cimos así:<br />
Tjamure ojkorua. Así cantamos siempre para que la fiebre no se lleve al<br />
vivo. Wajari también cantó sobre el Jawapu, la medicina contra todas las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s. 7<br />
El canto dice nombres, habla sobre nuestros alimentos y sobre <strong>los</strong> cantos<br />
<strong>de</strong> nuestros alimentos. Sobre la creación <strong>de</strong> el<strong>los</strong>. Para que el <strong>piaroa</strong> no<br />
se enferme si come carne. También hay cantos sobre las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> niños, porque <strong>los</strong> pequeños se enferman muy fácilmente.<br />
Wajari también cantó sobre el mékira, el chácharo. Su enfermedad<br />
trae unas fiebres muy altas y graves. Pero <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong> y otros animales<br />
también pue<strong>de</strong>n ser peligrosos. Por eso es que Wajari canta sobre <strong>los</strong><br />
animales. Ware es la herida en la carne, la pudrición blanca. Si es muy<br />
grave, se llama jura y duele mucho. La herida se mueve, se contrae, no lo<br />
<strong>de</strong>ja dormir a uno <strong>de</strong> tanto que duele. Y si cantamos sobre ella no nos da<br />
fiebre, ni a <strong>los</strong> niños, ni a <strong>los</strong> hombres, ni a las mujeres. Cantamos sobre<br />
toda la familia.<br />
7 Jesús Caballero: “El nombre completo <strong>de</strong> la canción <strong>de</strong> curar es meñejawapu. Todos<br />
<strong>los</strong> remedios <strong>los</strong> llamamos jawapu”.<br />
“Peine<strong>de</strong>”, dijo Wajari, y luego comenzó a subir la montaña Kjorei.<br />
Partió <strong>de</strong>s<strong>de</strong> abajo e iba cantando según fue subiendo. Allá arriba pidió,<br />
llamó y creó las enfermeda<strong>de</strong>s para que no nos olvi<strong>de</strong>mos <strong>de</strong> él, <strong>de</strong>l que<br />
nos creó. Allá, en ese lugar Kjorei Mariweka Nea-a Layentume don<strong>de</strong><br />
creó el canto, don<strong>de</strong> oyó, don<strong>de</strong> escuchó el canto. Oyó muchos cantos.<br />
Nuestra creación tuvo lugar abajo, junto al Mariweka, pero las almas<br />
ascien<strong>de</strong>n hacia la montaña <strong>de</strong> Tiannawa. Esto también es parte <strong>de</strong> nuestra<br />
creación. Pennerü Tiannawa Mariweka Ñuema-a es también nuestra<br />
creación. Y todo esto nació en el pensamiento <strong>de</strong> Wajari.<br />
—Pennerü Tiannawa –dijo Wajari cuando Buoka creó las cosas. Por<br />
eso es que nosotros tenemos varios nombres. Los nombres surgieron<br />
<strong>de</strong> la nada. Dicen que en aquel entonces se oyeron muchas palabras:<br />
Kwawaru ruare Tchejeru, Tiannawa... Todo esto lo dijo Wajari al crearnos<br />
a nosotros.<br />
¡Nacimos y empezamos a crecer!<br />
En este canto Wajari nos enseñó que <strong>de</strong> repente nació la gran palabra.<br />
Wajari es el abuelo <strong>de</strong> todos nosotros. Por eso fue que cantó sobre<br />
todas aquellas cosas. Kwawa-jiñene, Kwawa-kwawatamu Rineruo<strong>de</strong> son<br />
nombres también, porque Wajari <strong>los</strong> pronunció cuando nos creó.<br />
Ocurrió que Wajari vivía con su hermana Tchejeru en la churuata.<br />
Tchejeru estaba rallando la yuca, inclinada hacia a<strong>de</strong>lante y moviéndose<br />
para a<strong>de</strong>lante y para atrás: “Chas, chas, chas”, <strong>de</strong>cía el haoda, el rallo <strong>de</strong><br />
yuca. Wajari estaba acostado en el chinchorro mirando a su hermana<br />
Tchejeru. Ya en la estera había un montón <strong>de</strong> blanca harina rallada.<br />
En ese momento Wajari se le acercó a su hermana por <strong>de</strong>trás. ¡Y fue<br />
cuando creó a <strong>los</strong> seres extraños! También nos creó y mientras tanto<br />
cantaba e iba diciendo las palabras Kwawa-jiñene. Por eso, también cantamos<br />
hoy en día.<br />
Si un <strong>piaroa</strong> tiene fiebre, cantan <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Cuando yo era ya gran<strong>de</strong>cito<br />
me enseñaron las palabras. Porque no son fáciles las palabras <strong>de</strong><br />
Wajari. Lo que primero cantó y se lo entregó a alguien.<br />
Kwawanyamu nos dio lo que se come, nuestros alimentos, sea la<br />
carne <strong>de</strong> báquiro o cualquier otra cosa. De todos <strong>los</strong> animales po<strong>de</strong>mos<br />
contraer enfermeda<strong>de</strong>s; y sí que hay muchos animales en la selva.<br />
El canto primero creó el agua, luego el alimento que aún no contenía<br />
enfermeda<strong>de</strong>s. Ahora sí tiene enfermeda<strong>de</strong>s, nos pue<strong>de</strong> dar fiebre, por<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
eso tenemos que cantar. Y po<strong>de</strong>mos enumerar las enfermeda<strong>de</strong>s: kauwa,<br />
ware, la herida infectada. El canto pue<strong>de</strong> expulsar las enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
Tjiwedine, hay quien tiene la cara gruesa y corta, y hay quien la tiene<br />
larga y <strong>de</strong>lgada. Hay muchas caras <strong>de</strong> hombre. Wajari dice que el canto<br />
hasta pue<strong>de</strong> cambiar la cara. El hombre pue<strong>de</strong> tener disfraz, máscara; y al<br />
que llega disfrazado, no le pue<strong>de</strong> dar fiebre. Por eso es que hay muchas<br />
caras <strong>de</strong> hombre y por eso es que tenemos máscaras.<br />
Uruwatsa, la flor <strong>de</strong> la enfermedad, si tienes sudores. Si tienes fiebres<br />
y escalofríos bebes el agua soplada y te tranquilizas.<br />
Si se acerca la fiebre, tiemblas; si algo te asusta, te entra la fiebre.<br />
Si bebes <strong>de</strong>l agua soplada no te entrará fiebre. El ruwaire es como la<br />
medicina. Para nosotros, el agua soplada es la medicina porque se lleva<br />
las enfermeda<strong>de</strong>s. El canto es nuestro medicamento, nuestra medicina.<br />
Hay muchas enfermeda<strong>de</strong>s y, por ello, muchos cantos. Todo lo creó<br />
Wajari: el canto y el agua soplada que protege a la familia contra las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s, y no tendrá fiebre ni el viejo ni el joven. El canto se llama<br />
meñe y el que lo canta meñé-ruwä, el hombre <strong>de</strong>l canto, el curan<strong>de</strong>ro, el<br />
hechicero.<br />
Si viene la fiebre y le entra al niño, viene el meñé-ruwä, mira al niño<br />
y les dice a sus padres: “¡Lo curo con el canto!” Así es. Sacan las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l cuerpo, purifican lo comestible. Y hacen beber a la gente y no<br />
le pasará nada malo.<br />
Wajari lo creó todo y todos <strong>de</strong>cimos: “Todo se lo <strong>de</strong>bemos a Wajari”.<br />
Y cada vez más cosas y cada vez más cantos.<br />
9. LA PRIMERA FIESTA DE BUOKA Y WAJARI<br />
Estaban sentados juntos Wajari, Buoka, Imiña Enemey (el protector<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, al que Wajari llamó Chujorimu) y Ujori Ruadyei (al que Wajari<br />
llamó Chujori) soplando yopo mientras que hacían <strong>los</strong> preparativos<br />
<strong>de</strong> su fiesta. Trabajaban juntos y ayudaron a Wajari en la celebración <strong>de</strong><br />
la fiesta.<br />
Sembraron mucha yuca para la ceremonia. Por el efecto <strong>de</strong>l yopo se les<br />
presentaron las imágenes <strong>de</strong> lo que iba a pasar en la fiesta. Wajari y Buoka<br />
cantaban juntos sus pensamientos. Imiña Enemey y Ujori Ruadyei se reían<br />
juntos <strong>de</strong>l canto <strong>de</strong> Wajari y Buoka que, así y todo, les gustaba mucho.<br />
También Tchejeru oyó el canto y quiso que su hermano le preparara<br />
la fiesta para ella. Hoy en día, si no ves con anticipación las imágenes <strong>de</strong><br />
la fiesta con una churuata, no pue<strong>de</strong>s dar la fiesta.<br />
Al otro día todo se repitió. Wajari y Buoka cantaron juntos y vieron las<br />
imágenes <strong>de</strong> su fiesta. Buoka le dijo a Wajari que sus imágenes no eran<br />
buenas. En cambio, Wajari le explicó que las suyas eran muy hermosas.<br />
Por eso Buoka le dijo a Wajari que se sentía capaz <strong>de</strong> preparar la fiesta.<br />
Así Wajari comenzó la fiesta. Le dijo a Tchejeru que si ella quería una<br />
fiesta para ella, tendría que sembrar mucha yuca y <strong>de</strong> la cosecha hacer<br />
mucha yucuta.<br />
Wajari se dispuso a construir el ruwo<strong>de</strong>, en don<strong>de</strong>, con Buoka, se<br />
darían a la tarea <strong>de</strong> preparar las máscaras para la fiesta.<br />
A las mujeres gustaba oír la música <strong>de</strong>l Warime. Así trabajaban en <strong>los</strong><br />
conucos y luego venían a escuchar.<br />
Ya casi todo está preparado. Tchejeru estaba orgul<strong>los</strong>a <strong>de</strong> su hermano.<br />
Y dijo: “Pues sí, en realidad mi hermano es un gran pensador”.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Le preguntó a su hermano cómo había preparado todas estas cosas<br />
para la ceremonia, pero Wajari le dijo: “Las mujeres nunca pue<strong>de</strong>n ver <strong>los</strong><br />
preparativos”.<br />
Los parientes <strong>de</strong> Wajari, su chujori, su chimiña y el mismo Wajari,<br />
se pusieron el ime, el Warime <strong>de</strong>l báquiro. Tres hombres cuidaban <strong>los</strong><br />
warimes que las mujeres no podían ver ni compren<strong>de</strong>r. Las mujeres se<br />
quedaron en su churuata. Los warimes <strong>de</strong>jaron el ruwo<strong>de</strong>, bailaron en<br />
torno <strong>de</strong> la churuata don<strong>de</strong> estaban las mujeres y luego regresaron al<br />
ruwo<strong>de</strong>. Tchejeru hizo una fogata ante la churuata. Y el aroma <strong>de</strong> este<br />
humo soplado mantiene en el cielo a <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> muertos y mantiene<br />
alejados a <strong>los</strong> primitivos. El humo <strong>los</strong> cegaría.<br />
Wajari, el jefe <strong>de</strong> <strong>los</strong> bailarines, bailaba en el medio y puso carne sobre<br />
una estera. Entró en la churuata mientras <strong>los</strong> otros quedaron afuera.<br />
Cantó algunas palabras. Tchejeru alzó el Warime y vio a su hermano.<br />
Wajari regresó al ruwo<strong>de</strong>. Allá estaba Buoka con el Warime <strong>de</strong>l mékira,<br />
el chácharo. Entonces Buoka y Wajari <strong>de</strong>jaron el ruwo<strong>de</strong> uno <strong>de</strong>trás <strong>de</strong>l<br />
otro. En la fila <strong>de</strong> <strong>los</strong> warimes venían Redyo, el huérfano, y Jischu, el mono.<br />
Entraron en la casa. Los warimes <strong>de</strong> Wajari, <strong>los</strong> imes, se separaron <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
bailarines <strong>de</strong> Buoka, es <strong>de</strong>cir, <strong>los</strong> mékiras. Tchejeru respondió al canto <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> bailarines <strong>de</strong> Wajari, mientras que Kwawañamu al <strong>de</strong> <strong>los</strong> Warimes <strong>de</strong><br />
Buoka. Luego estuvieron dos horas cantando el canto <strong>de</strong>l Warime, el canto<br />
<strong>de</strong> Wajari y el canto <strong>de</strong> Buoka. Cantaron sobre su recreación y sobre sus<br />
pensamientos.<br />
Al final <strong>de</strong>l canto <strong>los</strong> warimes regresaron al ruwo<strong>de</strong>.<br />
La fiesta en la casa <strong>de</strong> Pureydo duró nada más que cuatro días.<br />
Kwojmoj no sabía que Wajari y su gente habían celebrado la fiesta.<br />
Para el último día <strong>de</strong> la fiesta llegaron <strong>los</strong> chisapos (sobrinos) <strong>de</strong> Wajari,<br />
que eran <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Kwoimoi. Al regresar a su hogar, le contaron a su<br />
padre qué bailes tan bonitos habían visto. Y Kwoimoi dijo: “Nunca he<br />
visto <strong>los</strong> bailes <strong>de</strong> mi yerno”.<br />
Claro, Wajari no quiso invitarlo porque sabía que su suegro se comería<br />
a <strong>los</strong> warimes.<br />
10. WAJARI Y LOS INSTRUMENTOS MUSICALES<br />
La voz <strong>de</strong> Wajari sale por la flauta nasal, porque no la <strong>de</strong>scubrieron<br />
en aquella época. Tchejeru, la hermana <strong>de</strong> Wajari, hubiera querido <strong>de</strong>scubrirla.<br />
Porque Wajari estaba tocando el chuwo fuera <strong>de</strong> la churuata.<br />
Tchejeru estaba a<strong>de</strong>ntro, acostada en el chinchorro. Des<strong>de</strong> allí oyó la voz<br />
y así <strong>de</strong>spertó su curiosidad.<br />
—Debe ser algo interesante. ¿Qué es lo que suena allá afuera? –preguntó<br />
Tchejeru.<br />
Le gustó la voz <strong>de</strong> la flauta nasal.<br />
—¿Quién la estaría tocando? –se preguntó.<br />
Y entonces fue que empezó a tener miedo.<br />
Wajari, andando caute<strong>los</strong>amente, estaba tocando el chuwo fuera <strong>de</strong><br />
la churuata, mientras que su hermana estaba a<strong>de</strong>ntro.<br />
En cuanto salió el sol, con mucho cuidado escondió y enterró el instrumento.<br />
Luego su hermana salió y se puso a buscar el instrumento,<br />
pues quería saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> había venido esa voz.<br />
—¿Qué estás buscando, hermanita? –preguntó Wajari.<br />
—Quisiera saber quién estaba tocando ese instrumento que sonaba<br />
tan bien. Lo escuché acostada en el chinchorro.<br />
—No te ocupes <strong>de</strong> eso –le dijo Wajari–, es una cosa secreta.<br />
—¿Por qué? –insistió Tchejeru.<br />
—Porque es secreto –dijo Wajari–, y no se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir.<br />
Tchejeru quería <strong>de</strong>scubrirlo <strong>de</strong> todas maneras; mas en vano buscó al<br />
chuwo, no lo encontró.<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
10. Wajari y <strong>los</strong> instrumentos musicales<br />
¿Por qué lo enterraron, por qué lo escondieron? El chuwo es tan peligroso<br />
como el worrah o el da-a, el dyajo o la muotsa 8 . Esos son peligrosos<br />
porque al tocar<strong>los</strong> no están cubiertos, como <strong>los</strong> bailarines bajo <strong>los</strong><br />
Warimes.<br />
Tchejeru pensó que algún hombre estaba tocando el instrumento.<br />
Aquella vez Tchejeru se escabulló tres veces para saber <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> venía<br />
el sonido.<br />
La flauta nasal trae muchos peligros. Se llama chuwo, Wajari le puso<br />
el nombre. No todo el mundo sabe tocarla. Mi padre la sabe tocar, mi<br />
hermanito está aprendiendo. Cuando suena, dicen las mujeres chuwo<br />
ujkwoku, “está hablando el chuwo”. Al igual que el dyajo y la muotsa.<br />
Wajari tomó el instrumento y lo escondió porque ese era su instrumento.<br />
Lo tocó, lo fue probando en secreto. Tchejeru quería no solamente<br />
oírlo sino verlo también; es más, hasta quería ver <strong>los</strong> Warimes, quería<br />
saber cómo eran.<br />
Wajari le dijo: “Ni <strong>los</strong> instrumentos musicales ni <strong>los</strong> Warimes son propios<br />
para las miradas <strong>de</strong> las mujeres”.<br />
Wajari fue el que <strong>los</strong> hizo. Luego él también se puso <strong>los</strong> warimes y<br />
entró en la churuata, como nosotros mismos hacemos. Wajari cantó, tocó<br />
su maraquita. Tchejeru le respondió, cantó y se dio cuenta que era la voz<br />
<strong>de</strong> su hermano la que venía <strong>de</strong> a<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l Warime. Salió corriendo hacia<br />
el bailador y corrió la cortina <strong>de</strong> hojas <strong>de</strong> palmera que le cubría la cara.<br />
Wajari salió corriendo, <strong>de</strong>jó a su hermana y escondió el Warime en<br />
su churuata. Dijo que no era <strong>de</strong> aquí, que no la había traído <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong><br />
su madre.<br />
Tchejeru quería saber por qué solamente Wajari podía conocer el secreto.<br />
Ya una vez había corrido la cortina y había visto quién se escondía<br />
bajo la máscara. Tchejeru era muy curiosa, hubiera querido ver las cosas<br />
prohibidas. Pero no la llevaron allá, don<strong>de</strong> suenan <strong>los</strong> instrumentos musicales.<br />
Pudo ver la danza <strong>de</strong>l Warime, eso sí, pero esta no era tan secreta.<br />
Porque cuando bailan, las hojas <strong>de</strong> palmera cubren <strong>los</strong> rostros. Si te<br />
pones una máscara en la cabeza, nadie sabrá quién está bajo el Warime.<br />
Porque hasta tu voz cambia. Cuando yo bailé esa danza, también canté<br />
con otra voz.<br />
Mi padre, el difunto Ñemeh, si que tenía buena voz. Sabía tocar el<br />
chuwo, el worrah y hasta la muotsa. También tocaba el dyajo; conocía<br />
todos <strong>los</strong> instrumentos. Él me enseñó a mí también cómo tocar el chuwo,<br />
la voz <strong>de</strong> Wajari.<br />
8 Los instrumentos <strong>de</strong> música mencionados son <strong>los</strong> instrumentos <strong>de</strong> viento <strong>de</strong> la “orquesta”<br />
<strong>de</strong>l rito Warime. Estos son completados por una maraca y un zuñidor.<br />
96<br />
97
11. Kwoimoi se come las máscaras<br />
98<br />
11. KWOIMOI SE COME LAS MÁSCARAS<br />
Buoka le explicó a Wajari que él siempre quería comer antes que<br />
todo el mundo. Wajari le dijo:<br />
—¡No! ¡Nosotros somos capitanes! ¡Nosotros somos <strong>los</strong> últimos en<br />
comer!<br />
Buoka se fue para la casa muy enojado y aplicándole a Wajari<br />
cuantos insultos se le ocurrieron. Wajari hizo lo mismo. Después <strong>de</strong> su<br />
muerte, las malas palabras se convirtieron en serpientes, porque <strong>los</strong> hermanos<br />
se dijeron entre sí palabras repugnantes. Por eso es que ahora,<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cada fiesta, <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> tienen que cantar contra el peligro <strong>de</strong><br />
las serpientes.<br />
Según Wajari y Buoka estas dos serpientes son <strong>los</strong> abue<strong>los</strong> <strong>de</strong> Kwoimoi,<br />
la serpiente venenosa. Por eso es que el<strong>los</strong> también se burlan <strong>de</strong> Kwoimoi. Los<br />
<strong>piaroa</strong> dicen que esas serpientes son cosas <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Kwoimoi estaba muy curioso. Había ido varias veces hasta la casa <strong>de</strong><br />
Pureydo para saber cómo había que organizar una fiesta. Pero Wajari siempre<br />
olía cuando iba a venir porque lo veía acercarse con el pensamiento. Y<br />
entonces se iba <strong>de</strong> caza con Buoka y Tchejeru, salía con Kwawañamu para<br />
el conuco. Kwoimoi vino tres veces, mas no <strong>los</strong> encontró en casa ni una<br />
sola vez. Por último fue hasta el conuco y le preguntó a las mujeres que por<br />
qué <strong>de</strong>saparecían Wajari y Buoka siempre que él venía <strong>de</strong> visita. Su hija,<br />
Kwawañamu, le respondió así: “No se escaparon, lo que pasa es que tenían<br />
hambre y salieron a buscar comida”.<br />
—¿Por qué no vienes a visitarme con tu marido? No te he visto <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
que te casaste –dijo Kwoimoi.<br />
Kwoimoi le pidió a su hija que un día <strong>de</strong> estos mandara a Wajari a<br />
verlo, pues quisiera conversar con él sobre la fiesta.<br />
—En caso <strong>de</strong> que Wajari no pudiera ir, vendré yo. ¡Pero no se vaya <strong>de</strong><br />
la casa como hasta ahora!<br />
Sin embargo, las mujeres no le dijeron nada a Wajari <strong>de</strong> la visita y la<br />
invitación <strong>de</strong> Kwoimoi. Kwawañamu le dijo a Tchejeru: “Mi padre es un<br />
asesino. Con toda seguridad quiere matar a Wajari. Mi padre es un mal<br />
hombre”.<br />
Un día Kwoimoi se volvió a aparecer y volvió a encontrar vacía la<br />
churuata. Más tar<strong>de</strong> volvió a venir y encontró en casa a Wajari. Mientras<br />
tanto las mujeres que trabajaban en el conuco regresaron y se pusieron a<br />
escuchar.<br />
Kwoimoi le dijo a Wajari: “Mis hijos me contaron <strong>de</strong> lo bien que quedó<br />
la fiesta que hiciste. Por eso seguro que gozarás <strong>de</strong> una larga vida”.<br />
Kwoimoi agregó que él también quería dar una fiesta, y para ello<br />
tenía un poquito <strong>de</strong> casabe. Luego le preguntó a Wajari si no le podía dar<br />
un poquito <strong>de</strong> su yopo y que, en cambio, él le daría <strong>de</strong>l suyo. Y cambiaron<br />
<strong>los</strong> yopos. Pero Wajari con el pensamiento transformó su yopo en<br />
otro material y esto fue lo que cambió por el fuerte yopo <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Kwoimoi le preguntó a Wajari: “¿Te dieron el recado las mujeres?”.<br />
—No sé nada –respondió Wajari.<br />
—¿Por qué? –preguntó Kwoimoi.<br />
—No sé, yo vivo en silencio, no digo nada –fue la respuesta <strong>de</strong> Wajari.<br />
Kwoimoi comenzó por <strong>de</strong>cirle a Wajari:<br />
—Mi madre y mi abuela me mandaron a conversar contigo, porque<br />
ellas también quisieran ver la fiesta (lo que por supuesto era mentira).<br />
¿Por qué no vienes a mi casa para hablar <strong>de</strong> todo esto?<br />
Wajari respondió:<br />
—Fíjate, suegro, eso no fue una fiesta verda<strong>de</strong>ra sino un ensayo,<br />
pero ya sabemos que quedará bien. Antes yo no sospechaba nada. Cuando<br />
Tjenemu Ofoda-a me dio a beber jugo <strong>de</strong> palo, yo no sabía nada. Era<br />
un pensador malo, aún no había escuchado lo que traía el viento, lo que<br />
<strong>de</strong>cía el agua. Tampoco había captado <strong>los</strong> rumores <strong>de</strong> la fiesta. ¡Y aún<br />
sigo siendo ignorante!<br />
Kwoimoi respondió:<br />
—Está bien, no vengas a mi casa ignorante. ¡No me visites si no eres<br />
capaz <strong>de</strong> dar una fiesta!<br />
Wajari respondió:<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
11. Kwoimoi se come las máscaras<br />
—Pero, suegro, tu invitación significa mucho para mí, pues eres un<br />
gran capitán. Pue<strong>de</strong>s estar seguro <strong>de</strong> que iré a visitarte. Sin embargo, has<br />
<strong>de</strong> saber que cuando Tjenemu Ofoda-a me dio <strong>de</strong> tomar jugo <strong>de</strong> palo, yo<br />
aún no veía ni sentía las cosas.<br />
Kwoimoi se fue muy enojado. También Wajari <strong>de</strong>jó Pureydo para ir a<br />
su otra churuata, Umonaja Ojuna, situada en el medio <strong>de</strong>l mundo. Wajari<br />
recogió distintos pa<strong>los</strong> para preparar el dada, el jugo <strong>de</strong> palo. Porque <strong>de</strong><br />
nuevo quería estudiar para el Warime.<br />
Wajari bebió la bebida mágica, el dada, y en sus pensamientos tomó<br />
la forma <strong>de</strong> distintos animales, entre el<strong>los</strong> la <strong>de</strong>l picaflor que bebe el<br />
néctar <strong>de</strong> las flores. Luego formuló las palabras <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales.<br />
Wajari quedó fuertemente narcotizado, así pudo escuchar <strong>los</strong> nombres<br />
mágicos <strong>de</strong> innumerables lugares mágicos. También <strong>de</strong>s<strong>de</strong> esos<br />
lugares vino gente para la fiesta. Porque hay que saber que todos <strong>los</strong><br />
animales portadores <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s viven con sus familias en las<br />
profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra, en <strong>los</strong> lugares sagrados. Des<strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares<br />
sagrados que se encuentran bajo nosotros le llegaron a Wajari las voces<br />
<strong>de</strong> la fiesta, que fueron traídas por una suave brisa. Y Wajari escuchó la<br />
brisa, y sus pensamientos, transformados en picaflores, revolotearon en<br />
torno a <strong>los</strong> lugares mágicos.<br />
Wajari también escuchó las voces <strong>de</strong>l báquiro, <strong>de</strong> la fiesta y <strong>de</strong> todos<br />
<strong>los</strong> lugares sagrados.<br />
Wajari quiso traer algunos animales <strong>de</strong> las entrañas <strong>de</strong> la tierra. Luego<br />
habló <strong>de</strong> <strong>los</strong> huesos <strong>de</strong>l báquiro, <strong>de</strong> su carne, <strong>de</strong> sus ojos, <strong>de</strong> su pelo, <strong>de</strong><br />
su hígado, <strong>de</strong> sus orejas, y les dio forma. El canto se llamaba Dyajowey<br />
Ukempeñu. Y luego trajo la vaca a la superficie <strong>de</strong> la tierra, luego al ime,<br />
el báquiro, <strong>de</strong>spués al mékira, el chácharo y por último al cerdo. A caballo<br />
fue a buscar <strong>los</strong> animales a las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra.<br />
Creó un lugar para cada animal en la tierra y les dio pensamientos.<br />
Les enseñó <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> parientes y que cada animal transmite<br />
una enfermedad distinta, no vaya a ser que <strong>los</strong> hombres, que comen la<br />
carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales, vayan a olvidarse alguna vez <strong>de</strong> Wajari. Cada día<br />
aparecerá el animal portador <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s y hay que cantar contra<br />
las enfermeda<strong>de</strong>s para recordar así a Wajari.<br />
El primer día <strong>los</strong> enseñó con puyas <strong>de</strong> raya. El segundo día <strong>los</strong> sopló<br />
con humo <strong>de</strong> tabaco mágico, y luego les fue diciendo palabras mágicas.<br />
Los animales se dieron cuenta <strong>de</strong> que, si no fuera por las enseñanzas <strong>de</strong><br />
Wajari, una vida muy mala les esperaría en la tierra.<br />
Por último, al quinto día, les dio pensamientos tan fuertes que por poco<br />
se volvieron locos. Y dijeron así: “¡No más!”. Pero Wajari no <strong>los</strong> escuchó, les<br />
dio más y más y les dijo que iban a necesitar pensamientos fuertes.<br />
Después Wajari le dio nombre a todos <strong>los</strong> animales, insectos y peces,<br />
y luego a todas las frutas. Actuó <strong>de</strong> esta forma, porque cada uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong><br />
podría tener la enfermedad <strong>de</strong>l báquiro, <strong>de</strong> la vaca, <strong>de</strong>l cerdo, <strong>de</strong>l caballo,<br />
y <strong>de</strong> otros animales. Y todos juntos pue<strong>de</strong>n transmitir las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
a <strong>los</strong> indígenas <strong>piaroa</strong>. Si un pájaro se baña en un río don<strong>de</strong> ya anduvo<br />
un báquiro, el pájaro tendrá olor <strong>de</strong> báquiro y podrá pasarle la fiebre <strong>de</strong><br />
báquiro a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Wajari regresó con el báquiro a su churuata en Pureydo. Le dijo a sus<br />
parientes que esta vez había escuchado voces buenas. Y como Kwoimoi<br />
nos invitó a su casa, vaya pues Buoka <strong>de</strong> visita.<br />
Buoka estaba ocupado en el arreglo <strong>de</strong> su propia fiesta. Él quería dar<br />
primero la fiesta y no junto con Wajari, como su hermano quería. Aunque<br />
Wajari le había dicho a su hermano que era bien difícil dar solo la fiesta.<br />
—Si Kwoimoi se come tus máscaras, tú mismo serás el culpable.<br />
Pero Buoka siguió con su plan. Wajari le dio el chácharo traído <strong>de</strong><br />
bajo la tierra y Buoka pudo preparar su fiesta. Así <strong>los</strong> mékiras eran las<br />
máscaras <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong> Buoka.<br />
Buoka salió por el sen<strong>de</strong>ro llevando cinco máscaras <strong>de</strong> mékira.<br />
Kwoimoi lo vio, saltó <strong>de</strong> su escondite y <strong>de</strong>voró las máscaras una a una.<br />
Buoka solamente pudo salvar una sola.<br />
Luego le tocó a Wajari. Primero tomó <strong>los</strong> instrumentos sagrados, las<br />
voces escuchadas en <strong>los</strong> recintos mágicos. Las máscaras iban <strong>de</strong>lante por<br />
el sen<strong>de</strong>ro, eran seguidas por <strong>los</strong> instrumentos, estos por Wajari y este<br />
por las voces, y el cortejo fue avanzando <strong>de</strong> esta manera, en dirección a<br />
la casa <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Kwoimoi escuchó las voces <strong>de</strong> la fiesta que se iban acercando cada<br />
vez más y gritó: “¡Por fin! Aquí viene mi yerno con su fiesta”. Mientras tanto,<br />
Buoka se había escondido en la madriguera <strong>de</strong> Kwoimoi y apretando<br />
contra su pecho la única máscara que le quedaba, lloraba la pérdida <strong>de</strong><br />
las <strong>de</strong>más.<br />
100 101
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
11. Kwoimoi se come las máscaras<br />
Kwoimoi oyó que Wajari se acercaba y quiso salir para comerse también<br />
las cosas <strong>de</strong> Wajari.<br />
Sin embargo, <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Kwoimoi, que estaban <strong>de</strong>l lado <strong>de</strong> Wajari, le<br />
dijeron a su padre: “¡Te amenaza un peligro si abandonas la casa!”.<br />
Vinieron también <strong>los</strong> espíritus <strong>de</strong> <strong>los</strong> muertos.<br />
Kwoimoi sonrió irónicamente (siempre hacía así cuando se estaba<br />
rompiendo la cabeza en algo malo).<br />
Afuera estaban las mujeres junto a la yucuta y <strong>de</strong> vez en cuando se<br />
les acercaban a ellas para beber.<br />
Mientras Kwoimoi anunció: “Estoy dispuesto a soplar yopo y así mis<br />
pensamientos se comerán las cosas”.<br />
Pero su hijo le advirtió: “No lo hagas, así será más peligroso”.<br />
Los hijos <strong>de</strong> Kwoimoi le dijeron a Wajari lo que le había pasado a las<br />
máscaras <strong>de</strong> Buoka. Wajari respondió: “Yo no tengo la culpa <strong>de</strong> que no<br />
me haya hecho caso”.<br />
Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong> Kwoimoi le dijo a su cuñado Wajari:<br />
—Tengo un polvo hecho <strong>de</strong> una fruta muy rara, te lo daré y te <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rás<br />
contra mi padre. Si tienes contigo el amuleto, mi padre no te podrá<br />
vencer y <strong>de</strong> esto se volverá loco. –Y se rio a carcajadas.<br />
El muchacho regresó a su churuata.<br />
Wajari le pidió a las máscaras que fueran al final <strong>de</strong>l cortejo y mandó<br />
a<strong>de</strong>lante a <strong>los</strong> músicos. Los indígenas, con <strong>los</strong> instrumentos, se acercaron<br />
a la churuata don<strong>de</strong> vivían la madre y la abuela <strong>de</strong> Kwoimoi, las que<br />
querían ver <strong>los</strong> instrumentos musicales y no hablar <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Pero el hijo <strong>de</strong> Kwoimoi le explicó a su padre el peligro que representaba<br />
si alguien veía <strong>los</strong> instrumentos:<br />
—Si <strong>los</strong> miras te mor<strong>de</strong>rá una serpiente venenosa.<br />
Por ello escondieron <strong>los</strong> instrumentos en el ruwo<strong>de</strong>.<br />
Wajari le or<strong>de</strong>nó a su hermana Tchejeru y a Enemey que todo el mundo<br />
recibiera tabaco soplado en la churuata. Tchejeru le dio a las mujeres,<br />
y Enemey a <strong>los</strong> hombres. Mientras tanto, Wajari le dijo a Tchejeru: “¡Dile a<br />
todo el mundo que <strong>los</strong> instrumentos no se pue<strong>de</strong>n ver!”.<br />
Al frente <strong>de</strong> <strong>los</strong> bailadores venía Jischu, el <strong>de</strong> la máscara <strong>de</strong> mono,<br />
luego <strong>los</strong> Ime, <strong>los</strong> <strong>de</strong> máscaras <strong>de</strong> báquiro, la fila estaba cerrada por<br />
Redyo, el huérfano. A la cabeza <strong>de</strong>l cortejo <strong>de</strong> máscaras venía Enemey; al<br />
medio, Wajari, y cerrándolo, uno <strong>de</strong> sus cuñados; cuidando <strong>los</strong> tres que<br />
las hojas <strong>de</strong> palmera que cubrían el rostro <strong>de</strong> <strong>los</strong> bailadores siguieran<br />
formando una cortina y nadie pudiera ver quién se escondía <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la<br />
máscara.<br />
—¡Me encanta esta fiesta! ¡Oh, yerno mío! ¡Capitán <strong>de</strong>l mundo! ¡Qué<br />
fiesta más buena! –dijo Kwoimoi cuando sonriente se alejaba <strong>de</strong> la churuata<br />
con la intención <strong>de</strong> <strong>de</strong>vorar a <strong>los</strong> bailadores.<br />
Mientras tanto, <strong>los</strong> bailadores entraron en la churuata. Kwoimoi, en<br />
cambio, elaboró un plan para comérse<strong>los</strong>. Cortó una rama espinosa para<br />
con ella herir mortalmente.<br />
102 103
12. Wajari, <strong>los</strong> waikunis y la gestación<br />
Los <strong>piaroa</strong> también cantan, y las mujeres no sufrirán más. Si ataca el<br />
espíritu marima, no pue<strong>de</strong>s salvar a la mujer enferma.<br />
Pero <strong>los</strong> animales no tienen un canto así y se mueren con frecuencia<br />
con <strong>los</strong> pichones en su vientre.<br />
La madre <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales trae al mundo sus pichones y Wajari les da<br />
forma: huesos, ojos, carne, uñas, pelo y muchas cosas más.<br />
12. WAJARI, LOS WAIKUNIS Y LA GESTACIÓN<br />
Esta historia la dicen en todos <strong>los</strong> cantos contra las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong><br />
animales para ayudar al parto rápido <strong>de</strong> las mujeres embarazadas.<br />
Los pensamientos <strong>de</strong> Wajari andaban por Mariweka y visitaron numerosos<br />
recintos <strong>de</strong>l mundo inferior. ¿Y qué encontraron por allá?<br />
Que todas las hembras <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales estaban embarazadas y enfermas.<br />
Los pensamientos también vieron que la madre <strong>de</strong>l mono, <strong>de</strong>l<br />
báquiro, <strong>de</strong>l armadillo paren con mucha dificultad. Wajari dijo: “Ya hace<br />
tiempo que creé a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, sin embargo, se enferman tanto al parir,<br />
como <strong>los</strong> animales. Y si me muero, las enfermeda<strong>de</strong>s quedarán”.<br />
Wajari usó a <strong>los</strong> waikunis, que son hombres como <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>, pero en<br />
la tierra el<strong>los</strong> son el “Pueblo <strong>de</strong> Mariweka”. Como si ese pueblo fuera la<br />
madre <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Los <strong>piaroa</strong> dicen: “Los waikunis son nuestros parientes. Nos <strong>los</strong> comemos<br />
en forma <strong>de</strong> pájaros porque nunca nos enfermaremos <strong>de</strong> la carne<br />
<strong>de</strong> nuestros parientes”.<br />
Los waikunis le dijeron a Wajaris: “Nosotros somos el pueblo <strong>de</strong> Mariweka.<br />
Queremos un canto que facilite el nacimiento <strong>de</strong> <strong>los</strong> niños”.<br />
Wajari dijo:<br />
—¡Sé un canto así!<br />
El canto les sirvió a <strong>los</strong> waikunis: lo cantaron y al momento sus mujeres<br />
dieron a luz.<br />
Dijeron <strong>los</strong> waikunis: “Nosotros no necesitamos enfermeda<strong>de</strong>s así.<br />
De ahora en a<strong>de</strong>lante nuestras mujeres comerán siempre carne <strong>de</strong> animales<br />
y parirán fácilmente. No queremos esta enfermedad. Po<strong>de</strong>mos<br />
comer todo tipo <strong>de</strong> animales y tenemos nuestro canto, ya ahora nuestras<br />
mujeres tienen menos problemas”.<br />
104<br />
105
13. Canto sobre Wajari, sobre su hermana Tchejeru y sobre Jurewei<br />
13. CANTO SOBRE WAJARI, SOBRE SU<br />
HERMANA TCHEJERU Y SOBRE JUREWEI<br />
Wajari fumó yopo y en su pensamiento vio a su hermana Tchejeru.<br />
Un día Wajari hizo el amor con su hermana. Tchejeru quedó embarazada,<br />
pero Wajari no lo supo. Luego <strong>de</strong> preñar a Tchejeru, Wajari la <strong>de</strong>jó sola en<br />
su casa, en Pureydo, y emprendió su camino a otras tierras.<br />
Poco <strong>de</strong>spués nació un niño, Jurewei, que fue la imagen exacta <strong>de</strong> su<br />
padre. El niño tenía siete años cuando Wajari regresó a Pureydo.<br />
Tchejeru le pidió a Jurewei que saliera a jugar <strong>de</strong>lante <strong>de</strong> la casa, y así<br />
podría ver primero a su padre cuando llegara.<br />
Y es que no existía otro hombre que Wajari. Tchejeru le dio un juguete<br />
al niño, una totuma con algunas semillas por <strong>de</strong>ntro.<br />
Wajari se echó a volar por el aire <strong>de</strong> regreso a casa, y aterrizó en las<br />
cercanías <strong>de</strong> la casa. El niño, en lugar <strong>de</strong> saludar a su padre, se asustó y<br />
entró corriendo y gritando a la casa:<br />
—¡Ha venido un extraño!<br />
Pero Tchejeru lo tranquilizó diciéndole que no era un extraño sino su<br />
padre, Wajari, el que había venido. Tchejeru escondió al niño.<br />
Wajari llegó con su equipo <strong>de</strong> caza: arco, flecha y cerbatana. Dejó<br />
sus armas fuera <strong>de</strong> la casa y atravesó el umbral <strong>de</strong> la puerta. Wajari le<br />
preguntó a su hermana:<br />
—¿Cómo estás?<br />
—Bien –respondió Tchejeru.<br />
Wajari dijo que no se podía quedar por la noche pues ese mismo día<br />
tenía que seguir su camino para pescar. Y dijo:<br />
—Me voy a pescar a la gran cascada don<strong>de</strong> antaño creé a <strong>los</strong> hombres.<br />
Tchejeru le pidió a su hermano que se quedara a pasar la noche con<br />
el<strong>los</strong>, al otro día podía irse a pescar y se podía llevar a su hijo con él.<br />
Wajari aceptó.<br />
El niño salió <strong>de</strong> su escondite y comenzó a jugar con las armas <strong>de</strong> caza<br />
<strong>de</strong> Wajari, la cerbatana, el arco y la flecha.<br />
Wajari le dijo a Tchejeru que no <strong>de</strong>jara al niño jugar con sus armas.<br />
—No lo po<strong>de</strong>mos permitir –dijo Wajari–, porque es algo peligroso y<br />
el niño se pue<strong>de</strong> enfermar.<br />
Sin embargo, el niño siguió jugando con el arco y las flechas, y el<br />
resultado fue que se rompió la cuerda <strong>de</strong>l arco. Wajari tomó sus armas, se<br />
vistió, se calzó sus alpargatas y se puso sus joyas. Lo mismo hizo el niño,<br />
él también llevaba alpargatas y joyas.<br />
Wajari partió para pescar.<br />
Más tar<strong>de</strong> Tchejeru le dijo a Jurewei que siguiera a su padre:<br />
—Si quieres comer, tienes que irte con él.<br />
El niño siguió a su padre llorando. Wajari escuchó el llanto y esperó<br />
al niño en la mitad <strong>de</strong>l sen<strong>de</strong>ro.<br />
—Papá, papá –dijo el niño entre sollozos.<br />
Wajari le dijo:<br />
—¡No me llames papá, sino tío!<br />
Sin embargo, el niño respondió:<br />
—Mi mamá me dijo que tú eres mi padre.<br />
—No –respondió Wajari–, tú eres el hijo <strong>de</strong> <strong>los</strong> cie<strong>los</strong>, <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong><br />
las aguas. –Pero el niño seguía con su cantaleta.<br />
—Mi mamá siempre me explicó que tú eras mi papá, y nunca me dijo<br />
que yo fuera hijo <strong>de</strong> <strong>los</strong> cie<strong>los</strong>, <strong>de</strong> las aguas o <strong>de</strong> la tierra. ¡Yo soy tu hijo!<br />
—¡No tengo hijos! –respondió Wajari.<br />
Sin embargo, el niño no cesó <strong>de</strong> repetir lo mismo.<br />
Wajari le respondió:<br />
—Tú no conoces la diferencia entre chimiña (tío), chao (padre) y<br />
chado (abuelo). ¡Eres <strong>de</strong>masiado joven para que sepas y entiendas esas<br />
cosas! ¡Eres el hijo <strong>de</strong> mi cuñado!<br />
Jurewei respondió así:<br />
—¡No! mi madre dice que tú me creaste con tus pensamientos.<br />
Wajari respondió:<br />
106<br />
107
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
13. Canto sobre Wajari, sobre su hermana Tchejeru y sobre Jurewei<br />
—¿De dón<strong>de</strong> sabría tu madre lo que hice contigo? No tiene <strong>de</strong> dón<strong>de</strong><br />
saberlo.<br />
Pero el niño se mantuvo en sus i<strong>de</strong>as. Y Wajari le dijo:<br />
—Está bien. Si dices la verdad tu cara ha <strong>de</strong> parecerse a la mía. –Le<br />
pidió a su hijo que le mirara para po<strong>de</strong>r observar bien su rostro. Y Wajari<br />
vio su propio rostro y se asombró.<br />
—¿Cómo pu<strong>de</strong> hacer algo semejante? ¿Cómo pu<strong>de</strong> hacer un daño tal?<br />
Wajari le dijo al niño, a su hijo, que no podía irse con él a pescar,<br />
pues era una tarea muy peligrosa. Había que saltar <strong>de</strong> piedra en piedra.<br />
Pero el niño dijo que se sentaría en el hombro <strong>de</strong> su padre. De oírlo<br />
Wajari le volvió la espalda, iracundo dio una patada en tierra y el niño<br />
cayó con el arco y la flecha para volver a aparecer junto a la cascada que<br />
está en Colombia, tras la montaña sagrada.<br />
El niño secó su guayuco, luego escaló la montaña sagrada <strong>de</strong>s<strong>de</strong><br />
don<strong>de</strong> se divisaba el mundo entero. Vio a su padre que estaba pescando.<br />
Y Jurewei <strong>de</strong> un salto cayó en <strong>los</strong> hombros <strong>de</strong> su padre.<br />
—¿Cómo estás, papá? –preguntó.<br />
Pero Wajari no podía ver al que estaba sentado en sus hombros y dijo así:<br />
—¿Quién está hablando conmigo? ¡Pero si no existen hombres! Tal<br />
vez sea Ojo, el ser <strong>de</strong> la selva que pue<strong>de</strong> ser pájaro y hombre. Por estos<br />
lares solamente viven seres <strong>de</strong> esta especie.<br />
El muchacho le preguntó:<br />
—¿Qué pescaste?<br />
Wajari se volvió y vio al niño. Se asombró, pues creyó que su hijo se<br />
había muerto. Wajari se sentó y le dijo a su hijo:<br />
—¡Te maté! ¿Por qué estás vivo? ¡Voy a matarte <strong>de</strong> nuevo!<br />
Mas el niño dijo así:<br />
—¡Yo sé tanto como tú! Mientras me quisiste matar, aprendí mucho<br />
<strong>de</strong> ti; y ahora quiero hacer lo mismo contigo.<br />
Wajari dijo:<br />
—¡Aquí viene un bote lleno <strong>de</strong> hombres blancos! ¡Esos hombres nos<br />
van a matar, a comer o a encerrarnos en la cárcel! ¡Te voy a entregar a el<strong>los</strong>!<br />
Pero el niño no tuvo miedo. Dijo que si lo hacía, mataría a su padre.<br />
Wajari dijo:<br />
—Está bien, niño. Quédate con vida. No me mates.<br />
108<br />
Luego Wajari se dispuso a crear el ciervo <strong>de</strong> las sabanas. “No me<br />
mates –dijo Wajari–, sino a <strong>los</strong> animales <strong>de</strong> la sabana”.<br />
Wajari le pidió eso a su hijo para saber si era cierto que el niño era capaz<br />
<strong>de</strong> matar. El niño disparó al cielo, la flecha bajó a la tierra y encontró<br />
al animal.<br />
Así supo Wajari que su hijo era capaz <strong>de</strong> matar.<br />
El ciervo agonizaba, y Wajari habló <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> ciervos<br />
(parecidas a las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> las vacas). El animal murió poco<br />
<strong>de</strong>spués.<br />
Tchejeru, la hermana <strong>de</strong> Wajari, vivía con Puruna en Pureydo. Un<br />
buen día Waikuni, el gigante que usaba perfume <strong>de</strong> aroma dulce y llevaba<br />
hermosas joyas, vino y se llevó consigo a Tchejeru.<br />
Wajari le dijo a Tchejeru que Waikuni no era muy buen hombre que<br />
digamos, pues usaba perfume. Él se volvería loco si tuviera que usarlo.<br />
Por ello a Tchejeru no le gustó Waikuni y retornó a Puruna. Pero Puruna<br />
no la quiso ni ver, por lo que la mujer se enloqueció y se convirtió en<br />
peregrina incansable.<br />
Puruna estaba <strong>de</strong>scansando en su chinchorro. Tchejeru entró en la<br />
churuata y colgó su chinchorro bajo la <strong>de</strong> Puruna.<br />
—¡No! –dijo Puruna–, pues antes dijiste algo malo <strong>de</strong> mí, dijiste que<br />
no sé cazar.<br />
Tchejeru se volvió a mudar don<strong>de</strong> su hermano Wajari. Wajari le dijo<br />
a Tchejeru:<br />
—Waikuni es un mal hombre. Alto, se pinta muy bien y es muy buen<br />
cazador, mas vagabun<strong>de</strong>a mucho. Puruna sin embargo es un buen hombre<br />
y vive tranquilo en el poblado.<br />
Wajari le contó a Tchejeru que Puruna la volvería a recibir y serían<br />
nuevamente marido y mujer. El canto no sirvió <strong>de</strong> nada, Puruna no <strong>de</strong>seó<br />
a Tchejeru, quien se echó a llorar.<br />
Entonces Tchejeru se quedó con su hermano por un tiempo, mas en<br />
seguida enloqueció y se convirtió en peregrina incansable.<br />
Wajari vivió por mucho tiempo en el Alto Orinoco, en <strong>los</strong> alre<strong>de</strong>dores<br />
<strong>de</strong> San Car<strong>los</strong>. Vivía con su hermana, y <strong>los</strong> dos se hicieron peregrinos.<br />
Con el tiempo Wajari visitó a muchos blancos y jugó con las mujeres<br />
blancas y Tchejeru con <strong>los</strong> hombres blancos. Pero se tuvieron que ir <strong>de</strong><br />
todas partes, pues <strong>los</strong> blancos se enojaron con Wajari y lo apresaron.<br />
109
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
13. Canto sobre Wajari, sobre su hermana Tchejeru y sobre Jurewei<br />
Al regresar a casa, luego <strong>de</strong>l viaje, celebraron una gran fiesta en<br />
Pureydo.<br />
Mientras Wajari vagó y estuvo en la cárcel, Tchejeru regresó a la casa<br />
<strong>de</strong> Buoka, a la churuata situada en el cerro junto al Pureydo.<br />
Wajari llegó más tar<strong>de</strong>, avergonzado y agitado. Buoka le dijo que<br />
tenía un aspecto terrible.<br />
—¡Hace tiempo fuiste un gran jefe! Ahora eres como una peregrina<br />
loca <strong>de</strong>stinada a vagar eternamente.<br />
Wajari no encontraba palabras para contestarle.<br />
Luego Wajari y Buoka bebieron agua soplada y fumaron yopo para<br />
extasiarse. Todo esto lo hicieron en su casa <strong>de</strong> Mojana Ojuna. Y se pusieron<br />
a meditar.<br />
Un tiempito <strong>de</strong>spués Wajari se fue al gran raudal <strong>de</strong>l Orinoco, hoy<br />
Puerto Ayacucho, para pescar. Pero uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Kwoimoi se<br />
robó su botín.<br />
En el sen<strong>de</strong>ro por don<strong>de</strong> pasó Kwawañamu, la hija <strong>de</strong> Kwoimoi, Wajari<br />
encontró casabe que consumió con gran <strong>de</strong>leite.<br />
—¿Quién es la que asa tan bien? –se preguntó–. Yo siempre estoy<br />
enfermo porque me paso la vida comiendo pescado. Y aquí vive gente<br />
que se alimenta <strong>de</strong> casabe, que es muy sabroso. –Entonces Wajari vio en<br />
pensamientos a Kwawañamu. Y se puso a esperarla en la orilla <strong>de</strong>l agua.<br />
Deseó que vinieran <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Kwoimoi y le robaran el botín <strong>de</strong><br />
pesca, que para esto había <strong>de</strong>jado en la orilla <strong>de</strong>l agua.<br />
Kwoimoi vino con su familia para pescar. Se quitó la ropa para bañarse.<br />
Entre tanto, Wajari se escondió, tomó la figura <strong>de</strong> la gran culebra <strong>de</strong>l<br />
agua y <strong>de</strong>voró las ropas <strong>de</strong> Kwoimoi. Luego se escondió en un agujero<br />
para buscar <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Kwoimoi. Las ropas lo condujeron hasta el<strong>los</strong>.<br />
Luego Wajari se convirtió en paijí y cantó como acostumbraba el<br />
ijure.<br />
El hijo <strong>de</strong> Kwoimoi escuchó el canto y se lo contó a su padre. Le dijo<br />
que ese hombre hermoso sería su cuñado.<br />
Mientras tanto, como Wajari le robó la ropa, Kwoimoi se estaba congelando.<br />
Kwawañamu le dijo a su padre que quería este hermoso pájaro<br />
<strong>de</strong> hermoso canto. Kwoimoi le dijo a su hija:<br />
110<br />
—No conozco a este pájaro y este pájaro no nos conoce. Y si el pájaro<br />
no tiene canto para curar, <strong>los</strong> hombres morirán por su culpa. Pero<br />
Kwawañamu <strong>de</strong>seó, quiso ver al pájaro. Kwoimoi dijo:<br />
—Está bien, pero primero tráeme ramas secas, no vaya a ser que me<br />
congele. El pájaro vive en la punta <strong>de</strong> un árbol seco y alto. Ve y tráeme <strong>de</strong><br />
esa ma<strong>de</strong>ra. –De oírlo Kwawañamu salió corriendo hacia el árbol.<br />
Wajari, viendo que se acercaba, se transformó rápidamente en un<br />
viejo arrugado, <strong>de</strong> cabel<strong>los</strong> ra<strong>los</strong> y rostro repugnante. Kwawañamu lo<br />
vio, se asustó y quiso salir corriendo, pero Wajari la agarró por <strong>los</strong> pe<strong>los</strong><br />
para averiguarle por dón<strong>de</strong> se hallaban <strong>los</strong> hombres <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Wajari le habló en todos <strong>los</strong> idiomas pero la muchacha no entendía<br />
ni uno, no <strong>los</strong> conocía. Por último habló en <strong>piaroa</strong> y la muchacha respondió,<br />
dijo que vivía sola. Entendía un poco <strong>de</strong> <strong>piaroa</strong> y pudo <strong>de</strong>cir que era<br />
hija <strong>de</strong> Kwoimoi y que fuera a ver a Kwoimoi para preguntarle por dón<strong>de</strong><br />
andaban sus hombres. Kwoimoi lo sabe todo.<br />
Luego Kwawañamu regresó don<strong>de</strong> su padre y le contó sobre el horrendo<br />
viejo.<br />
—Mi hermano me dijo que era hermoso pero no, es muy feo.<br />
Kwoimoi respondió:<br />
—Ese hombre es un pensador pero no puedo <strong>de</strong>cirte si es bueno<br />
u horrendo. –Kwoimoi se quedó en la casa, pues todavía tenía mucho<br />
frío sin ropas. Wajari se transformó en un hombre hermoso: se pintó <strong>de</strong><br />
manera <strong>de</strong>slumbrante y se presentó ante Kwoimoi. Wajari probó <strong>de</strong> nuevo<br />
hablarle a Kwoimoi en todas las lenguas. Kwawañamu vio a Wajari y<br />
quedó muy perturbada, vio ante sí a un hombre hermosísimo, y eso que<br />
antes lo había visto muy feo. Kwoimoi no entendió ningún otro idioma<br />
que no fuera <strong>piaroa</strong>. Y dijo que él era Kwoimoi, y que había venido aquí<br />
porque en la cascada había muchos peces y antes <strong>de</strong> morir quería ver<strong>los</strong>.<br />
Wajari le contestó:<br />
—Está bien, chimiña (pariente). Pero lo que pasa es que la gente dice<br />
que hay muchos peces, cuando en realidad hay muy pocos. Ven y mírate<br />
si quieres. A<strong>de</strong>más este es un lugar peligroso: si el sol está en el alto,<br />
llegará un bote lleno <strong>de</strong> blancos que traerán el peligro.<br />
Kwoimoi dijo:<br />
—No se pue<strong>de</strong>n ir hasta que no aparezca mi ropa. ¡Tengo frío!<br />
Wajari respondió:<br />
111
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
—Sí, por aquí vive un animal que también se comió mi ropa. Subió la<br />
corriente y mi ropa <strong>de</strong>sapareció. No sé qué le pudo haber pasado a tu ropa.<br />
Wajari sacó <strong>de</strong>l río una gigante culebra <strong>de</strong> agua. Kwoimoi pasó un<br />
susto terrible y se puso a dar carreritas completamente <strong>de</strong>snudo. Kwoimoi<br />
preguntó que cómo podrá matar a la serpiente y cómo recuperaría su<br />
ropa. Wajari le respondió:<br />
—Si matas esta culebra, morirá alguien <strong>de</strong> tu familia.<br />
Kwoimoi le preguntó a Wajari:<br />
—Y tú, ¿cómo recuperaste tu ropa?<br />
Wajari respondió:<br />
—Le di yopo a la culebra y vomitó la ropa.<br />
Kwoimoi le dio yopo a Wajari para que lo aprovechara, pero era <strong>de</strong>masiado<br />
fuerte, por eso Wajari lo botó y le dio <strong>de</strong> su propio preparado.<br />
Luego Wajari golpeó el lomo <strong>de</strong> Pjarapja, la culebra que inmediatamente<br />
vomitó la ropa y Kwoimoi se puso <strong>de</strong> lo más contento. Lavaron las ropas,<br />
las secaron al sol y luego se encaminaron a la churuata <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
Wajari dijo:<br />
—Me robaron <strong>los</strong> peces más valiosos. Si te quieres quedar con <strong>los</strong><br />
peces que me robaste tienes que darme a tu hija Kwawañamu por esposa.<br />
Luego que me robaste <strong>los</strong> peces, págame<strong>los</strong> con tu hija.<br />
Kwoimoi estuvo <strong>de</strong> acuerdo con la proposición y Kwawañamu se fue<br />
con Wajari.<br />
Wajari regresó a casa <strong>de</strong> su hermana en Pureydo, la que le preguntó:<br />
—¿Dón<strong>de</strong> conseguiste esta mujer? Tú siempre has dicho que no hay<br />
nadie que viva por el raudal ¿Acaso es una blanca?<br />
—No –respondió Wajari–, es tu chobiya, tu cuñada. Su padre es tu<br />
chimiña, tu tío.<br />
Tchejeru se asombró y dijo:<br />
—Si se queda contigo, su padre te matará, pues es un asesino.<br />
Sin embargo, Wajari opinó que no iba a morirse por eso.<br />
Tchejeru le tomó aprecio a la mujer, trabajó junto con ella en el conuco.<br />
Luego hicieron una gran fiesta.<br />
14. TCHEJERU ENLOQUECE Y LOS PIAROA<br />
PIERDEN LAS COSAS DE LOS BLANCOS<br />
Varia gente le contó a Wajari que su hermana se había vuelto loca.<br />
Por eso se fue a ver a Puruna y le preguntó:<br />
—¿Es cierto que mi hermana se volvió loca?<br />
Puruna respondió:<br />
—Es cierto. Como ves, no está en casa. Se pasa el tiempo vagabun<strong>de</strong>ando,<br />
<strong>de</strong> una churuata a otra.<br />
Wajari pensó que seguramente Puruna fue el que enloqueció a su<br />
hermana, pues tal vez le ocasionaba muchas preocupaciones o la engañaba<br />
con otra mujer.<br />
Pero Puruna no cesaba en <strong>de</strong>cir:<br />
—Yo no soy el culpable, la culpable es Tchejeru. Pregúntale a ella<br />
misma, es la loca.<br />
Wajari salió para buscar a su hermana y llamarla a contar. Y la encontró<br />
en una churuata, don<strong>de</strong> su hermana, metida en un chinchorro,<br />
cantaba sobre relaciones amorosas mantenidas con jóvenes buen mozos.<br />
Wajari se acercó a ella y la llamó a contar:<br />
—¿Por qué eres así? ¿Por qué <strong>de</strong>jaste a Puruna?<br />
Tchejeru contestó:<br />
—Fíjate, ¿acaso me quieres injuriar porque <strong>de</strong>jé a mi marido? ¡Lo hice<br />
porque tú me abandonaste en su casa!<br />
Wajari la interrumpió:<br />
—No me gusta que hayas <strong>de</strong>jado a Puruna. Si una mujer tiene esposo<br />
e hijo, ¡no pue<strong>de</strong> hacer una cosa así!<br />
Y se marchó.<br />
112<br />
113
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
14. Tchejeru enloquece y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> pier<strong>de</strong>n las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos<br />
Pasaron algunos años y Puruna visitó a Wajari en su pensamiento,<br />
y <strong>de</strong>cidió que en realidad lo iría a ver por si acaso encontrase allá a su<br />
esposa.<br />
Wajari no vivía solo, sino con Buoka y sus sobrinos. Puruna ya <strong>los</strong><br />
oyó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos: cantaban, soplaban yopo y conversaban sobre sus visiones<br />
y reían –hay que saber que Buoka estaba siempre bromeando.<br />
Puruna entró en la churuata, lo miraron y le preguntaron riendo:<br />
—¿Y esto qué cosa es?<br />
De repente lo reconocieron y <strong>de</strong>jaron <strong>de</strong> reírse. Buoka avanzó hacia<br />
Wajari y le dijo:<br />
—Aquí está tu cuñado.<br />
Los habitantes <strong>de</strong> la churuata atendieron al visitante según las costumbres<br />
<strong>piaroa</strong>. Wajari invitó a Puruna a su lugar en la churuata:<br />
—Aquí está mi chinchorro para ti.<br />
Las mujeres le trajeron yucuta fresca al visitante, y <strong>los</strong> hombres le<br />
brindaron con yopo:<br />
—Sírvete <strong>de</strong>l yopo que ya luego te volverán a dar yucuta.<br />
Luego Wajari le preguntó a Puruna:<br />
—¿Qué noticias tienes para el capitán <strong>de</strong>l grupo? ¿Tal vez viniste por<br />
una cerbatana?<br />
Puruna respondió:<br />
—No, he venido para saber algo sobre mi esposa. ¿Está aquí contigo?<br />
Wajari dijo:<br />
—No sé dón<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> estar. ¡Si es que la <strong>de</strong>jé contigo!<br />
Pero luego se le ocurrió:<br />
—No hace mucho que me dijeron que la habían visto en otra churuata.<br />
El pueblito se llama Marayua Kojuna. Ve por allá y averigua. ¡Yo no<br />
tuve éxito!<br />
Puruna se va a averiguar sobre la muchacha; se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> Wajari y<br />
salió <strong>de</strong> la casa.<br />
Wajari se imaginó que Tchejeru vivía <strong>de</strong> nuevo con Puruna y sonrió<br />
<strong>de</strong> felicidad.<br />
Wajari viajó muy lejos para conseguir <strong>de</strong> las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos. Puruna<br />
le había dicho a Wajari hace tiempo que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> que se casó con Tchejeru no<br />
tenía que viajar tanto, que él le iba a mandar cosas a Wajari. Pero aquello<br />
había ocurrido cuando todavía Tchejeru no se había vuelto loca.<br />
114<br />
Por eso es que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> no pue<strong>de</strong>n alcanzar las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos,<br />
porque Tchejeru se volvió loca y <strong>de</strong>jó a su marido. Por eso es que<br />
aún hoy en día <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> son más pobres que <strong>los</strong> blancos.<br />
También Puruna le dijo a Wajari que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se podrían casar con<br />
<strong>los</strong> blancos y tendrían muchos hijos. Mas <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> también perdieron<br />
esta oportunidad cuando Tchejeru se volvió loca.<br />
Los waikunis llamaban madre a Tchejeru y ella <strong>los</strong> llamaba hijos. Los<br />
waikunis le preguntaron:<br />
—¿Por qué nos <strong>de</strong>jaste?<br />
Y se la llevaron con el<strong>los</strong> a su casa para curarla, le cantaron y la bañaron<br />
en la caída <strong>de</strong>l agua. Todo esto lo hicieron para que se le quitara la locura.<br />
Y Tchejeru se curó, luego <strong>de</strong> lo cual hicieron una gran fiesta. Hoy también<br />
hacen lo mismo <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> a las mujeres que se vuelven locas.<br />
A Puruna le llegó la noticia <strong>de</strong> que Tchejeru era la misma <strong>de</strong> antes, se<br />
sentía bien y vivía con sus hermanos.<br />
Puruna <strong>de</strong>cidió ir a visitar a Tchejeru.<br />
Sin embargo, Tchejeru le dijo a sus hijos:<br />
—No me gusta la churuata <strong>de</strong> Puruna. Todos <strong>los</strong> días le pedía a <strong>los</strong><br />
waikunis que impidiera con brujería que Puruna viniera a buscarla.<br />
Puruna planeaba todos <strong>los</strong> días visitar a Wajari, pero siempre se sentía<br />
cansado. Esa era la brujería <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis.<br />
Y ni para la fiesta <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis vino Puruna. Por eso es que <strong>los</strong><br />
blancos no tienen bailes con máscaras.<br />
115
15. Redyo y la tortuga<br />
116<br />
15. REDYO Y LA TORTUGA 9<br />
En aquella época vivían en la selva muchos <strong>piaroa</strong>. Pero no solamente<br />
vivían <strong>los</strong> indígenas, sino también Redyo, el que se comía a todos <strong>los</strong><br />
hombres. Y también la tortuga habitaba en la selva.<br />
Una vez Redyo le dijo al indígena: “Ven conmigo al conuco a recoger<br />
batata”.<br />
—Está bien, vamos, pero mejor a recoger fruta <strong>de</strong> seje.<br />
Sabía que era costumbre <strong>de</strong> Redyo matar a las mujeres. Pero el indígena<br />
estaba consciente <strong>de</strong> que era la esposa <strong>de</strong> Redyo la que acostumbraba<br />
matar a <strong>los</strong> hombres; por eso fue a pedirle consejo a la tortuga. La<br />
tortuga propuso lo siguiente: “Si vas a la selva, lleva contigo un bejuco y<br />
prepáralo bien. Corre, apúrate y sube a las palmeras <strong>de</strong> seje, porque si<br />
vas <strong>de</strong>spacio, te matarán”.<br />
—Está bien –respondió el hombre y se a<strong>de</strong>ntró en la selva.<br />
Al llegar al palmar, se subió a una palmera y se puso a esperar. Al<br />
poco rato llegó la esposa <strong>de</strong> Redyo y lanzó un palo hacia arriba.<br />
—Me quiere matar –dijo el indígena.<br />
—¡Oh, qué va! –respondió la esposa <strong>de</strong> Redyo–. Solamente tiré el<br />
palo para tumbar <strong>los</strong> racimos <strong>de</strong> frutas.<br />
El hombre arrancó <strong>los</strong> racimos.<br />
—Tíra<strong>los</strong> –le dijo la esposa <strong>de</strong> Redyo–, no <strong>los</strong> vayas a probar, pues<br />
son muy amargos.<br />
9 El único cuento que nos relató una mujer (Carmen Solano, la esposa <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> nuestros<br />
intérpretes, <strong>de</strong> Joaquín Solano, el<strong>los</strong> viven junto al caño Temblador). (Unas palabras<br />
al cuento: la figura central es Redyo, ser que figura en varios <strong>mitos</strong> <strong>piaroa</strong> que<br />
también tiene papel en la danza <strong>de</strong> máscaras. Es un espíritu <strong>de</strong> la selva, frecuentemente<br />
es fuente <strong>de</strong> peligros, el meñé-ruwä protege su comunidad con una piedra especial<br />
(Redyo-idoki). Tiene varias formas, al traducir su nombre emplearon tres expresiones:<br />
huérfano, monstruo y diablo.<br />
—Lo mejor será si <strong>los</strong> <strong>de</strong>jo caer poco a poco –pensó– y se inclinó<br />
hacia abajo.<br />
Pero la mujer, la esposa <strong>de</strong> Redyo, quería atraparlo. Él colgando a una<br />
altura como <strong>de</strong> dos a tres metros, <strong>de</strong> repente soltó el racimo que cayó<br />
sobre la esposa <strong>de</strong> Redyo, exactamente sobre su cabeza.<br />
La esposa <strong>de</strong> Redyo se fue <strong>de</strong> lado y pereció <strong>de</strong> muerte horrible.<br />
¡Y el hombre se salvó! Poco <strong>de</strong>spués entró en la madriguera <strong>de</strong> Kjeni<br />
la tortuga. La tortuga le dijo: “Sácale el hígado y cocínalo para que Redyo<br />
se lo coma. Él vendrá más tar<strong>de</strong>, seguramente por la tar<strong>de</strong>”.<br />
Cocinó el hígado con mucha pimienta.<br />
Y <strong>de</strong> verdad vino Redyo y se comió el hígado.<br />
—Yo me comí mi parte –dijo y luego se echó a reír–. Ay, ay, ay –dijo–.<br />
Porque la pimienta picaba. Redyo pidió agua.<br />
—No traje agua –dijo el indígena–, mejor será que tú mismo vayas<br />
al caño.<br />
La tortuga habló:<br />
—En cuanto Redyo regrese y entre por la puerta, agárralo y rómpele<br />
la cabeza, pues si no te matará.<br />
Así pasó, Redyo entró por la puerta, el indígena lo agarró por <strong>de</strong>trás<br />
y le dio un fuerte golpe en la nuca. Y Redyo murió al igual que la esposa.<br />
Con un ramo <strong>de</strong> espinas le pincharon la barriga, las piernas, <strong>los</strong> brazos. Y<br />
hasta le echaron encima el palo <strong>de</strong>l sebucán.<br />
—Me voy –dijo el hombre.<br />
—Quédate un ratico más –dijo la tortuga. Si te vas ahora, vendrá<br />
otro Redyo y te comerá. Mejor si esperas un ratico. Yo te avisaré cuando<br />
podamos salir.<br />
Más tar<strong>de</strong> la tortuga dijo:<br />
—Súbeme a tu espalda y te diré por don<strong>de</strong> vamos.<br />
Casi enseguida llegaron al conuco <strong>de</strong> la tortuga y entonces el animal dijo:<br />
—Ahora siémbrame todo un claro <strong>de</strong> túpiro y tráeme <strong>los</strong> frutos a mi<br />
madriguera.<br />
Pasó un tiempo y el indígena le llevó como cuarenta túpiros a la<br />
tortuga.<br />
—Ven a visitarme <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> cinco meses –dijo la tortuga.<br />
Obe<strong>de</strong>ció el indígena y visitó <strong>de</strong> nuevo a la tortuga. Kjeni lo estaba<br />
esperando en el conuco. Ahora le dijo <strong>de</strong> nuevo al hombre:<br />
117
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
—Ven a visitarme por segunda vez y tráeme más túpiros.<br />
De nuevo vino, ahora por segunda vez. La tortuga se comía en el<br />
conuco <strong>los</strong> túpiros recibidos como pago.<br />
—Ahora haz un claro, limpia el conuco, siembra nuevos túpiros, le<br />
or<strong>de</strong>nó la tortuga.<br />
Él <strong>de</strong>rribó <strong>los</strong> árboles <strong>de</strong> la selva y sembró.<br />
—Ven otra vez, pero esta sí que es la última porque me voy <strong>de</strong> aquí.<br />
El indígena fue a visitar la tortuga, pero no la encontró por ninguna parte.<br />
—Me engañó –dijo para sí.<br />
Y la tortuga estaba sentadita en su madriguera porque ya se había<br />
llenado. Por eso fue que el hombre no la encontró.<br />
16. ¿CÓMO CREARON AL BÁQUIRO?<br />
Muchas veces cantamos sobre el báquiro, el ime, antes <strong>de</strong> comernos<br />
su carne y mientras bailamos con su máscara. Hay varios cantos sobre<br />
<strong>los</strong> ime, y también hay una historia sobre su creación.<br />
El canto <strong>de</strong> la danza <strong>de</strong> máscaras sigue <strong>de</strong>recho, mientras que el canto<br />
sobre las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l báquiro serpentea como el caño. Me gusta<br />
el canto <strong>de</strong>l Warime y también el <strong>de</strong>l báquiro porque son interesantes.<br />
En la zona <strong>de</strong> <strong>los</strong> manantiales, el Sipari-aje, allá don<strong>de</strong> en época <strong>de</strong> la<br />
seca se alza la churuata <strong>de</strong> Marepa hay una montaña, la Ime-tajtawinawa.<br />
Allá crearon al báquiro. Yo sé dón<strong>de</strong> está la gran montaña <strong>de</strong> piedra, la<br />
Ime-tajtawinawa. Frente al caño Sipari, en la selva.<br />
Allá cantaban también el Warime, el canto <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong>l báquiro. Son<br />
innumerables las palabras <strong>de</strong>l canto: ujku-vasruve, luego ujku-yuwe-yuwe,<br />
luego arikoto. Son muchas las palabras como esas. Cuando suenan <strong>los</strong> instrumentos<br />
y bailan las máscaras, se pue<strong>de</strong> escuchar el canto <strong>de</strong>l Warime.<br />
Los bailadores se van <strong>de</strong>teniendo, van diciendo las palabras <strong>de</strong>l canto y las<br />
mujeres respon<strong>de</strong>n. Solamente las mujeres que dan las respuestas conocen<br />
el canto. Las otras, no. Y <strong>los</strong> que respon<strong>de</strong>n van vertiendo <strong>de</strong> su garganta las<br />
palabras.<br />
Los bailadores y cantantes se quedan un rato en el monte, como<br />
una hora, luego siguen subiendo. Arikoto, dicen abajo. Nea-a parewa, se<br />
encaminan hacia abajo. Luego vuelven a subir y a bajar como el báquiro.<br />
Allá fue don<strong>de</strong> crearon al báquiro. Esa es también obra <strong>de</strong> Wajari.<br />
Pureydo es el lugar don<strong>de</strong> las sierras se suce<strong>de</strong>n entre sí. Los hombres<br />
andan enmascarados. Luego entran en una churuata, en otra, en otra<br />
tercera.<br />
118<br />
119
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Antes <strong>de</strong> haber creado a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> solamente existían muchas montañas<br />
<strong>de</strong> piedra y la selva. La montaña <strong>de</strong> piedra era una churuata abandonada,<br />
pues la churuata <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> es como la cima <strong>de</strong> la montaña.<br />
Y Wajari reconoció las churuatas abandonadas cuando se escapó <strong>de</strong> sus<br />
enemigos. Porque Kwoimoi, la culebra venenosa, <strong>de</strong>seaba su muerte.<br />
Pero Wajari, para que no lo reconocieran, se puso una máscara. Cambiaba<br />
constantemente <strong>de</strong> aspecto e iba <strong>de</strong> una churuata a otra disfrazado<br />
con las máscaras, y le dio muchas cosas a <strong>los</strong> hombres hasta que llegó a<br />
la churuata abandonada.<br />
Por eso es que cantamos sobre ese lugar. Pureydo no está cerca,<br />
Pureydo está lejos.<br />
17. EL CANTO DEL BÁQUIRO<br />
Buoka llegó primero, lo siguió Kwoimoi, la culebra venenosa. Buoka<br />
nunca fue a visitar a Kwoimoi porque tenía miedo que lo atacara y se lo<br />
comiera.<br />
Wajari <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido creado por Buoka, quiso ir a visitar a<br />
Kwoimoi, porque no lo conocía y no sabía que Kwoimoi había probado<br />
varias veces matar a Wajari y a Buoka porque le envidiaba las ceremonias<br />
enmascaradas, quería robárselas para po<strong>de</strong>rse comer a <strong>los</strong> bailadores<br />
enmascarados. La culebra venenosa se escondía tras todo tipo <strong>de</strong> máscaras<br />
y no hacía más que pensar cómo podría matar a <strong>los</strong> dos hermanos.<br />
Sin embargo, en cuanto a sabiduría, Kwoimoi quedaba mucho más<br />
atrás que Wajari, sus pensamientos eran más pequeños.<br />
Wajari le dijo a Kwoimoi:<br />
—¡Primero te mataré antes que tú me mates!<br />
Los dos hermanos <strong>de</strong>cidieron celebrar una gran fiesta y enseguida<br />
comenzaron a prepararla. Mientras tanto, Kwoimoi, bajo la forma <strong>de</strong><br />
todo tipo <strong>de</strong> animales <strong>los</strong> iba espiando. Sin embargo <strong>los</strong> dos hermanos<br />
estaban alerta, advirtieron al enemigo y salieron corriendo.<br />
El único <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> Buoka era el <strong>de</strong> dirigir la primera fiesta. Pero Wajari<br />
le dijo:<br />
—No lo hagas. Nosotros tenemos que organizar juntos la fiesta, pues<br />
tú no sabes lo suficiente y va a terminar mal la cosa si celebras solo la<br />
ceremonia.<br />
Sin embargo, Buoka no le hizo caso a su hermano y salió para preparar<br />
él solo la ceremonia <strong>de</strong> <strong>los</strong> enmascarados. Pero vino Kwoimoi y se comió<br />
todos <strong>los</strong> objetos sagrados que Buoka había preparado para la fiesta.<br />
120<br />
121
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Hoy en día el mékira, el chácharo, es el espíritu <strong>de</strong> <strong>los</strong> bailadores que<br />
Kwoimoi se comió. Esos chácharos hubieran podido ser aún mayores<br />
que el báquiro <strong>de</strong> hoy si Kwoimoi no <strong>los</strong> hubiera <strong>de</strong>vorado.<br />
Luego Wajari preparó <strong>los</strong> instrumentos <strong>de</strong> la fiesta, pero <strong>los</strong> mantuvo<br />
bajo su más estricta vigilancia. Buoka, llorando, contemplaba <strong>los</strong> trabajos<br />
<strong>de</strong> Wajari. Wajari le preguntó a su hermano:<br />
—¿Cómo van <strong>los</strong> preparativos <strong>de</strong> tu ceremonia? ¿Todo bien?<br />
—Kwoimoi <strong>de</strong>voró todos mis bailadores a excepción <strong>de</strong> uno –respondió<br />
Buoka–. Como ves, las cosas van muy mal.<br />
—¿No ves? Te lo dije, preparémoslo todo juntos. Yo sé más que tú<br />
–dijo Wajari.<br />
Pero Kwoimoi solamente esperaba el inicio <strong>de</strong> la fiesta, también aspiraba<br />
a <strong>los</strong> bailadores <strong>de</strong> Wajari. Poniéndose una máscara se acercó a<br />
espiar. Pero en vano se escondió, Wajari reconoció al enemigo y le dijo:<br />
—No te acerques. Los instrumentos <strong>de</strong> la fiesta son sagrados, y no<br />
es necesario que otros <strong>los</strong> guar<strong>de</strong>n; es suficiente si yo, Wajari, cuido <strong>los</strong><br />
instrumentos.<br />
Kwoimoi fue para su casa y se buscó otra máscara. Pero Wajari sospechaba<br />
lo que se traía entre manos (al final Wajari mató a Kwoimoi para<br />
vengarse <strong>de</strong> que le había <strong>de</strong>vorado <strong>los</strong> bailadores a Buoka).<br />
Tenemos que saber que la esposa <strong>de</strong> Wajari, Kwawañamu, era hija<br />
<strong>de</strong> Kwoimoi. Pero hasta <strong>los</strong> hermanos <strong>de</strong> su esposa, ayudaron a Wajari<br />
contra su padre. Querían ayudar a su cuñado Wajari, querían salvarlo y<br />
lo consiguieron con el yawa-keba (amuleto hecho <strong>de</strong> una fruta negra,<br />
que por eso <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> no la comen hoy en día). El<strong>los</strong> le dieron a Wajari<br />
el amuleto <strong>de</strong> fruta para que lo protegiera contra Kwoimoi. Wajari lo<br />
aprovechó y se <strong>de</strong>fendió contra Kwoimoi.<br />
Luego <strong>de</strong> la fiesta <strong>de</strong> <strong>los</strong> enmascarados, le <strong>de</strong>volvió a sus cuñados<br />
el amuleto y les dio las gracias. Los cuñados <strong>de</strong> Wajari, hermanos <strong>de</strong><br />
Kwawañamu se llamaban: Kewiyepu, Irekuwa y Kumatari.<br />
18. LA CREACIÓN DEL PERRO Y DEL TIGRE<br />
Kwoimoi creó al tigre a puño limpio. Lo creó para que se comiera <strong>los</strong><br />
<strong>de</strong>sperdicios.<br />
—El tigre es mi perro –dijo–, y luego se llevó al animal a Jerenyefi,<br />
don<strong>de</strong> vivía su familia.<br />
Wajari se enteró que Kwoimoi había creado un perro muy singular y<br />
con fama <strong>de</strong> ser excelente cazador.<br />
Kwawañamu le dijo:<br />
—Está bien, esposo. Vete a la churuata <strong>de</strong> mi padre y trae un cachorro,<br />
si es posible que sea hembra. Pero no importa tampoco que sea<br />
macho.<br />
Wajari sopló su tabaco y su yopo. Así se protegió contra el tigre y<br />
luego se <strong>de</strong>spidió <strong>de</strong> su esposa:<br />
—¡Si no regreso en cinco días, da por seguro que fui asesinado!<br />
Wajari entró en la churuata <strong>de</strong> Kwoimoi, <strong>los</strong> hijos <strong>de</strong>l dueño <strong>de</strong> la<br />
casa estaban jugando. Wajari les preguntó que dón<strong>de</strong> estaba su padre.<br />
—Está durmiendo –respondieron <strong>los</strong> niños (ya que el caute<strong>los</strong>o Wajari<br />
había hecho dormir a Kwoimoi).<br />
Los niños se pusieron a mover el chinchorro para <strong>de</strong>spertar a Kwoimoi,<br />
que se <strong>de</strong>spertó con un gemido y frotándose <strong>los</strong> ojos soñolientos, preguntó:<br />
—Sobrino, ¿por qué has venido? Acércate más, ¡déjame verte! Pero<br />
en realidad le mandaba que se acercara para matarlo.<br />
Los tres niños sabían que Kwoimoi era malo y comenzaron a regañarlo:<br />
—¿No sabes que hay que brindarle tabacos al capitán que viene <strong>de</strong><br />
visita? Recibe a Wajari <strong>de</strong> acuerdo con su fama. ¡No pue<strong>de</strong>s portarte así<br />
con el capitán que viene a visitarte!<br />
122<br />
123
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
18. La creación <strong>de</strong>l perro y <strong>de</strong>l tigre<br />
Kwoimoi tenía aún mucho sueño, pero le brindó un tabaco a Wajari<br />
que no se lo fumó, sino que lo <strong>de</strong>jó consumirse. En cambio, Kwoimoi<br />
quiso <strong>de</strong>l tabaco <strong>de</strong> Wajari. Wajari con anterioridad había soplado un<br />
cigarro, y fue esto lo que dio a Kwoimoi. El humo <strong>de</strong>l cigarro soplado le<br />
quitó a Kwoimoi sus instintos criminales y sonriendo le dio un abrazo a<br />
Wajari.<br />
Kwoimoi preguntó:<br />
—¿Por dón<strong>de</strong> anda mi hija, tu esposa? Quisiera verla. Tráela, vengan<br />
a visitarme. No soy malo. No digo nada malo <strong>de</strong> ti.<br />
Wajari respondió:<br />
—Tu hija me mandó a verte, por eso vine. Hace tiempo nos dijiste<br />
que si no teníamos hijos, tuviéramos un animal y lo tratáramos como si<br />
fuera un niño. Por eso vine a verte.<br />
Kwoimoi preguntó:<br />
—¿Qué me pagas por eso? Este perro es muy caro. No habla y no<br />
trabaja como el hombre, pero vale mucho. Por el perro tienes que darme<br />
una cerbatana, un rallo y cuentas.<br />
Wajari le preguntó:<br />
—¿Tu perro es buen cazador? ¿Atrapa toda clase <strong>de</strong> animales?<br />
Kwoimoi respondió:<br />
—Este perro no es cazador.<br />
Y dijo esto porque no quería que más tar<strong>de</strong> Wajari le hiciera reproches<br />
si el perro no era tan buen cazador como pensaba.<br />
—No quiero discutir contigo por culpa <strong>de</strong>l perro. Por eso no permito<br />
que te lo lleves.<br />
Así Kwoimoi no quiso cambiar el perro.<br />
Wajari le dijo:<br />
—¡Sí! ¡Quédate con el perro! Wajari se enojó e hizo al perro peligroso<br />
para todo el mundo y lo transformó en caníbal. A<strong>de</strong>más trae peligros tan<br />
gran<strong>de</strong>s, que el mismo perro se muere.<br />
Los tres hijos <strong>de</strong> Kwoimoi propusieron:<br />
—Padre, si alguien viene a vernos, regálale el jaguar. Porque también<br />
se enojarán y le soplarán magia al animal, como hizo tu sobrino.<br />
Wajari le dijo a Kwoimoi:<br />
—¿Tú crees que es un perro <strong>de</strong> verdad? No es buen cazador, no es<br />
buen perro. Tengo una gran familia y muchos amigos, blancos, guajibos<br />
124<br />
y otros. Y el<strong>los</strong> me darán un verda<strong>de</strong>ro perro. ¡El tuyo no es perro, sino<br />
tigre! ¡Me voy a buscar al verda<strong>de</strong>ro perro!<br />
Y se fue.<br />
125
19. EL CANTO DE LOS WAIKUNIS<br />
Los waikunis eran hijos <strong>de</strong> la buena Tchejeru. Los waikunis eran <strong>de</strong><br />
Mariweka y su poblado se llamaba Ruweydu.<br />
Un día la buena Tchejeru bebió dada, pero no la coló como era <strong>de</strong>bido.<br />
Y lo espeso se le trabó en el estómago. De ahí nacieron <strong>los</strong> waikunis.<br />
Los waikunis tienen un canto contra las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales,<br />
que hacen a la gente cada vez más flaca y esquelética. Es el canto <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
waikunis. El huérfano Rediñú manda esta enfermedad y contra ella es<br />
que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> emplean este canto. El canto <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis expulsa la<br />
fiebre <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis.<br />
20. HISTORIA SOBRE EL PERRO<br />
Wajari dijo que se iba don<strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos a conseguir una perra, porque<br />
nunca había tenido perros.<br />
Wajari regresó a su churuata, don<strong>de</strong> su esposa estaba trabajando con<br />
su hermana Tchejeru. Wajari no trajo nada y su esposa le preguntó:<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está el perro?<br />
Wajari respondió:<br />
—Tu padre pi<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado por el perro, que para colmo no caza bien.<br />
Kwawañamu se enojó con su marido Wajari.<br />
Wajari dijo así:<br />
—No tengo la culpa. Mis amigos me prometieron darme un perro<br />
mejor. Voy a ver<strong>los</strong> y conseguiré uno –así dijo, pues todavía no había<br />
podido conseguir un perro.<br />
Wajari se puso a crear un perro con sus propias manos. En primer lugar<br />
un perro gran<strong>de</strong> para <strong>los</strong> blancos y luego uno más pequeño para <strong>los</strong><br />
pueb<strong>los</strong> <strong>de</strong>l alto Orinoco. Creó una perra y un perro. Le dio a su esposa<br />
el perro más pequeño.<br />
Kwoimoi oyó que Wajari creaba perros mejor que él:<br />
—Déjame ir a pedirle un perro a Wajari. Mi perro no es buen cazador.<br />
Kwoimoi llegó a la churuata <strong>de</strong> Wajari en Pureydo. El señor <strong>de</strong> la casa<br />
le preguntó a Kwoimoi:<br />
—¿Por qué viniste? Si el capitán <strong>de</strong>l grupo viene <strong>de</strong> visita, siempre<br />
quiere algo. ¿Viniste a ver a tu hija?<br />
Kwoimoi respondió:<br />
—Oí hablar <strong>de</strong> tus perros, que son buenos cazadores. Atrapan todo<br />
tipo <strong>de</strong> animales. Yo también quiero comer <strong>de</strong> la cacería.<br />
Wajari continuó así:<br />
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<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
—Tú no me diste a mí perro; yo tampoco te daré. Me dijiste que tu<br />
perro no es buen cazador y por eso discutimos. Es parecido lo que ocurre<br />
con estos perros. Por ello es que yo tampoco puedo darte a ti un perro.<br />
Kwoimoi respondió así:<br />
—Está bien –luego maldijo al perro–. Tu perro también morirá, igual<br />
que el mío. El tigre lo matará en la cacería y se lo llevarán <strong>los</strong> primitivos.<br />
Wajari le dijo:<br />
—Escúchame, Kwoimoi, lo que acabas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> mi perro crees<br />
que es mentira, más esa es la realidad. Mi perro morirá como has dicho.<br />
21. HISTORIA SOBRE LOS INSECTOS<br />
Los zancudos fueron creados por Kwoimoi para que mataran a Wajari.<br />
Les or<strong>de</strong>nó que picaran a Wajari mientras dormía, pero Wajari se <strong>de</strong>fendió<br />
soplando y no pudieron acercársele.<br />
Kwoimoi dijo:<br />
—¿Cómo podría matar a Wajari para comérmelo?<br />
—A mí no me pican <strong>los</strong> insectos, pero <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> mi muerte picarán<br />
a mis familiares –dijo Wajari.<br />
Luego le mandó <strong>los</strong> insectos a Kwoimoi al que estuvieron picando<br />
toda la noche. Kwoimoi tomó la cosa a risa, mas <strong>los</strong> insectos lo atacaron<br />
toda la noche y no hacía más que dar ayes. Algunos insectos se introdujeron<br />
muy bien en la piel <strong>de</strong> Kwoimoi y se le hincharon tanto las piernas<br />
que ya no podía ni pararse. Kwoimoi plañía y gritaba.<br />
Con el dolor <strong>de</strong> muelas pasa lo mismo. Si bien Kwoimoi lo inventó<br />
para Wajari, este se lo <strong>de</strong>volvió inmediatamente a Kwoimoi.<br />
Mientras Wajari estaba <strong>de</strong> caza, Kwoimoi se infiltró en la churuata<br />
<strong>de</strong> Wajari y preparó una gran hechicería contra la vida <strong>de</strong> Wajari. Pero<br />
Wajari lo sabía, así es que le hizo lo mismo a Kwoimoi.<br />
Una noche Kwoimoi <strong>de</strong>spertó con un horrible dolor <strong>de</strong> muelas. Salió<br />
corriendo, dando vueltas gritando:<br />
—Me muero, me muero –y se dio cabezazos contra el suelo–. ¿Qué<br />
habré comido que me dan estos dolores?<br />
Por último se arrancó el diente que le dolía, mas al momento le empezó<br />
a doler el otro. Se lo arrancó también, y así continuó, uno <strong>de</strong>trás <strong>de</strong><br />
otro. Al final, no le quedó ni un solo diente.<br />
128<br />
129
22. SOBRE LOS MONOS<br />
El mono y la mona tuvieron un monito.<br />
Wajari le dio forma al monito: pelo, ojos, carne, piel, etc. El mono<br />
creció. Se reunieron todas las especies <strong>de</strong> monos y Wajari se dispuso a<br />
enseñar<strong>los</strong>. Les dio agua amarga y yopo. Pero no les dio ni dada, ni tuipa<br />
ni espinas <strong>de</strong> raya.<br />
Wajari les dio a <strong>los</strong> monos varias clases <strong>de</strong> yopo, todas muy fuertes.<br />
Wajari les preparó a <strong>los</strong> monos varias clases <strong>de</strong> yoperas y cigarros<br />
también. Sobre las yoperas sopló el humo <strong>de</strong> <strong>los</strong> cigarros sagrados.<br />
Wajari les dio a probar esos yopos, una especie tras otra, y <strong>los</strong> monos<br />
crecieron y comenzaron a chillar. Gritaron las mismas palabras que acostumbran<br />
hoy en día. Y en sus visiones vieron el futuro. Wajari les dijo que<br />
esos eran <strong>los</strong> peligros que <strong>los</strong> acechaban. “Uste<strong>de</strong>s están chillando ahora,<br />
y <strong>de</strong> hoy en a<strong>de</strong>lante será así como chillarán. Y uste<strong>de</strong>s mismos transmitirán<br />
esta fiebre si <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se enferman, chillan como <strong>los</strong> monos”.<br />
Allá se alza un árbol, el K’elau Mak’ ili’a. También así se llama la enfermedad<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> monos. Wajari creó el árbol para proteger a <strong>los</strong> monos.<br />
Los monos ebrios <strong>de</strong> yopo saltaron a este árbol, don<strong>de</strong> poco a poco<br />
volvieron en sí.<br />
Wajari les preguntó a <strong>los</strong> monos:<br />
—Les he dado yopo. ¿Cómo ven ahora el futuro?<br />
Y dijeron:<br />
—Nuestro futuro no parece muy largo que digamos. Morimos, como<br />
todo el que llega a viejo. Así será nuestro futuro. Un águila nos matará,<br />
un hombre nos matará con cerbatana.<br />
23. EL CANTO DEL DANTO<br />
Wajari bebió dada y vio su propio futuro en la imagen <strong>de</strong>l danto.<br />
Pero primero vio el recinto sagrado <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> animales, como el<br />
báquiro, el mono y otros, en fin, <strong>de</strong> todos <strong>los</strong> animales que él creó. Luego<br />
vio también <strong>los</strong> lugares don<strong>de</strong> conseguía <strong>los</strong> accesorios para su ceremonia.<br />
Y también vio dón<strong>de</strong> habría <strong>de</strong> encontrar la muerte. Y en la muerte<br />
se vio como un danto. Wajari vio que el espíritu <strong>de</strong>l danto no queda<br />
mucho tiempo en la tierra. A él le pasará lo mismo que a <strong>los</strong> monos. Los<br />
blancos lo matarán y se comerán su carne.<br />
Y vio que el grupo inakwedya <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> también comerán <strong>de</strong> su<br />
carne. Y también vio a un hombre que lo mataba con arco y flecha.<br />
Vio que también el tigre lo mataba.<br />
Y vio también a un hombre que lo mataba con escopeta y a otro con lanza.<br />
Luego <strong>de</strong> estas visiones, Wajari creó el cielo, la luna y el sol.<br />
130 131
24. CANTO SOBRE LA HISTORIA DE LA BABILLA<br />
Wajari le dio cuerpo a la babilla, le dio forma sobre una mesa, luego<br />
le dio piel y por último le sopló <strong>los</strong> pensamientos con agua amarga y<br />
chicha envenenada.<br />
La babilla no tiene lengua. La chicha se la quemó. Por eso dijo Wajari<br />
que era mejor si la babilla vivía en el agua, don<strong>de</strong> también vivían su<br />
madre y su padre.<br />
25. MUKA KUYELI: “CANTO CONTRA TODAS<br />
LAS ENFERMEDADES ANIMALES”<br />
En la montaña sagrada <strong>de</strong> Tiannawa hay un águila que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
jamás han visto. Se llama Muka Kuyeli. Cantan sobre ella en todos <strong>los</strong><br />
cantos. También Muka tiene un canto, que protege a <strong>los</strong> pichones contra<br />
la enfermedad si comen carne, puesto que el águila come todo tipo<br />
<strong>de</strong> animales: monos, pavos, báquiros. Este canto <strong>de</strong> Muka transforma la<br />
carne <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales en alimento vegetal inofensivo, como la papa. Los<br />
<strong>piaroa</strong> cantan contra sus propias enfermeda<strong>de</strong>s el canto <strong>de</strong> esta águila.<br />
Muka Kuyeli vive como Enemey y Redyo. Mucha gente, hombres y animales<br />
se encuentran en la casa <strong>de</strong> la buena Tchejeru y <strong>de</strong>l bueno Enemey y<br />
cantan contra las enfermeda<strong>de</strong>s animales. El <strong>de</strong> el<strong>los</strong> fue el primer canto en<br />
el mundo. Y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> todavía lo siguen cantando.<br />
Los cantores <strong>piaroa</strong> dicen así: “Quisiera po<strong>de</strong>r comer como Muka, para<br />
que la carne <strong>de</strong>l pavo, <strong>de</strong>l mono y <strong>de</strong> otros animales sea como la papa.<br />
Quisiera po<strong>de</strong>r comer como Yubeku, como Enemey, como Winilki...”.<br />
Tchejeru <strong>los</strong> llama chao, es <strong>de</strong>cir padre.<br />
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26. El canto <strong>de</strong>l armadillo<br />
134<br />
26. EL CANTO DEL ARMADILLO<br />
Al principio solamente Remu, el gran armadillo, vivía en su recinto<br />
sagrado, junto al bajo Orinoco. Eso fue antes <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> Buoka.<br />
Remu dijo:<br />
—Enemey Ofo’daa me dio cuerpo, huesos, piel. Aún era un niño<br />
cuando llegó a la superficie <strong>de</strong> la tierra: no vio claridad, no vio agua, ni<br />
montañas, ni estrellas.<br />
Luego nació su hermano Sera, el pequeño armadillo, y él también<br />
siendo niño, <strong>de</strong>jó el recinto sagrado. Cuando llegó a la superficie <strong>de</strong> la<br />
tierra, él tampoco vio nada.<br />
Llegaron a la superficie bajo un platanal. Primero vino Remu y luego Sera.<br />
—Sera –preguntó Remu–, ¿cómo pue<strong>de</strong>s ver sin claridad? ¿Cómo<br />
pue<strong>de</strong>s vivir sin agua?<br />
Sera respondió así:<br />
—Vivo porque le or<strong>de</strong>né a mis pensamientos que me consiguieran<br />
agua. ¡Me acostumbré a vivir así!<br />
Bajo la tierra escucharon la voz <strong>de</strong> una cascada. Remu se dispuso al<br />
momento a excavar la tierra a ver si encontraba la caída <strong>de</strong>l agua. En sí no<br />
sabía cómo llegar hasta el agua.<br />
Su hermano, Sera, era más pequeño y más <strong>de</strong>lgado. Primero escuchó la<br />
cascada y una voz animal sobre sí. Acechó durante un rato y luego volvió a<br />
la superficie.<br />
Entonces escuchó bajo sí la voz <strong>de</strong> la cascada.<br />
—¿Qué pasa aquí? –preguntó–. Esta voz se mueve.<br />
Sera dijo:<br />
—Sopla yopo, tal vez entonces puedas encontrar el agua.<br />
Preparó el yopo, le dio hojas <strong>de</strong> palma a su hermano para que en<br />
ellas recogiera el agua.<br />
Sera volvió a bajar a las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra. Vio que el agua no<br />
podía llegar a la superficie porque un dique se lo impedía. Sera se metió<br />
más abajo y vio unos hombres que cuidaban el agua. Se puso a conversar<br />
con el<strong>los</strong>.<br />
Después abrió el dique y el agua lo atravesó. Arriba Remu reunió un<br />
montón <strong>de</strong> hojas <strong>de</strong> palma para po<strong>de</strong>r recoger agua con ellas. Pero ya el<br />
agua corría en un tumulto.<br />
Sera subió a la tierra y le preguntó a su hermano cómo van las cosas.<br />
Remu respondió:<br />
—Hay <strong>de</strong>masiada agua para po<strong>de</strong>rla recoger.<br />
Sera le pidió:<br />
—Recoge toda el agua que puedas.<br />
Pero no pudo; así es que Sera bajó y cerró el dique. Si lo <strong>de</strong>ja abierto,<br />
todo el mundo se hubiera ahogado.<br />
¡Pues ya tenían agua! De aquí se formó una <strong>de</strong> las ramas <strong>de</strong>l Cuao<br />
superior. Aquí se encuentra la mejor agua <strong>de</strong>l mundo, que nunca se seca,<br />
y <strong>de</strong> ahí se originan todos <strong>los</strong> ríos <strong>de</strong> la tierra.<br />
Luego <strong>de</strong> esto, Remu y Sera comenzaron a trabajar en la tierra. Prepararon<br />
tierra roja, amarilla y blanca. Tomaron un poco <strong>de</strong> tierra y la<br />
amasaron como casabe, y la tierra, por sí sola, comenzó a crecer y crecer.<br />
Comenzaron el trabajo en el centro <strong>de</strong> la tierra, y en su <strong>de</strong>rredor, en<br />
forma circular comenzó a tomarse cada vez más y más tierra. Al principio,<br />
el suelo era muy <strong>de</strong>lgado, mas el<strong>los</strong> lo hicieron espesarse.<br />
Sera le or<strong>de</strong>nó a su hermano que cultivara la tierra, pero Remu no<br />
sabía nada <strong>de</strong>l yopo.<br />
—No sabes nada –dijo Sera.<br />
Por eso Sera sopló la tierra que él mismo creó y <strong>de</strong> eso creció.<br />
Ya estaba lista la tierra y tenía un pequeño río. Sera bajó <strong>de</strong> nuevo a<br />
las profundida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la tierra para conseguir más agua. Abrió el dique y<br />
el agua que brotaba a borbotones corrió y se esparció a través <strong>de</strong> canales.<br />
Por eso es que el agua tiene forma <strong>de</strong> río.<br />
Sera le dio nombre a <strong>los</strong> ríos y a sus afluentes. Cuando creó el primer<br />
río, no existía aún el Orinoco sino el Cuao.<br />
Más tar<strong>de</strong>, cuando crecieron Buoka y Wajari, agrandaron el Orinoco.<br />
También fueron el<strong>los</strong> <strong>los</strong> que crearon el río <strong>de</strong>l mar.<br />
135
27. Canto <strong>de</strong>l armadillo y <strong>de</strong>l oso hormiguero<br />
27. CANTO DEL ARMADILLO Y DEL OSO HORMIGUERO<br />
Inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong>, nació Woya, el oso hormiguero.<br />
Su recinto sagrado está bajo una montaña, en el Orinoco inferior.<br />
Dijo que había tomado forma, piel, cola <strong>de</strong> Enemey Ofo’daa. Cuando<br />
fue creciendo, bajó a la tierra. Pero no vio nada, ni agua, ni luz ni estrellas.<br />
—¿Cómo pue<strong>de</strong>n vivir sin nada esos hombres? No tienen comida, no<br />
tienen agua.<br />
Antes Wajari había creado la claridad. Tenía faroles en <strong>los</strong> ojos y veía<br />
con el<strong>los</strong> (todos <strong>los</strong> animales tenían lo mismo antes <strong>de</strong> haber claridad).<br />
—¿Cómo conseguir hombres amigos? –se preguntó Woya.<br />
Salió pues y recorrió el mundo entero para encontrar amigos. Y así<br />
llegó hasta la casa <strong>de</strong>l armadillo.<br />
Remu y Sera vivían juntos en la casa. Woya quiso entrar, mas la puerta<br />
estaba cerrada. Los armadil<strong>los</strong> no se dieron cuenta <strong>de</strong> su presencia,<br />
por eso volvió para la casa. En su casa se puso a meditar en cómo iba<br />
a po<strong>de</strong>r meterse en aquella morada. Sopló yopo para que le vinieran<br />
pensamientos. Los animales sopladores <strong>de</strong> yopo no tienen que pasar por<br />
la ceremonia <strong>de</strong> las espinas <strong>de</strong> raya. Cierto que no había nadie que se las<br />
hubiera podido hacer a el<strong>los</strong>.<br />
Preparó el yopo y lo sopló. Luego partió hacia la morada <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong>,<br />
pero se perdió.<br />
En el aire flotaban las palabras: te perdiste.<br />
Por fin llegó al hogar <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong>. Se paró afuera y se puso a<br />
pensar.<br />
—Hace un rato pasé por aquí y no me <strong>de</strong>jaron entrar.<br />
Se transformó en picaflor y voló hasta el árbol situado en el techo <strong>de</strong><br />
la casa y cantó en la voz <strong>de</strong>l pájaro meyre.<br />
136<br />
Los hermanos escucharon el canto. Remu dijo:<br />
—Podrías matar este pájaro con cerbatana.<br />
Sera trató, pero erró el tiro. El pájaro se echó a reír.<br />
—¡Oh, ese pájaro se está riendo <strong>de</strong> mí! –dijo Sera.<br />
El pájaro se transformó en dos: quedó como picaflor, pero al mismo<br />
tiempo se transformó en un hombre, que por el sen<strong>de</strong>ro se encaminaba<br />
hacia la casa.<br />
El hombre le habló a Sera, quien se asombró mucho, pues en ese<br />
momento estaba tratando <strong>de</strong> disparar con la cerbatana al pájaro.<br />
Sera dijo:<br />
—Yo soy el hermano mayor, pero no te conozco. Pue<strong>de</strong>s entrar. Mi<br />
hermano sabrá seguro a qué grupo perteneces.<br />
Y el pájaro al igual que hoy en día, se quedó en el árbol sobre la casa.<br />
Remu estaba jugando y riéndose en su chinchorro, en la mitad <strong>de</strong> la<br />
churuata.<br />
—¿Qué clase <strong>de</strong> gente nos ha venido a visitar? No te conozco, aquí<br />
está tu chinchorro, al lado mío.<br />
Sera siguió tratando <strong>de</strong> matar al pájaro, pero sin efecto.<br />
Woya le explicó que ese pájaro lo acompaña siempre, y si lo matan,<br />
han <strong>de</strong> morir <strong>los</strong> tres.<br />
—Ese pájaro es un pensador disfrazado. No lo mates, pues moriremos<br />
nosotros tres.<br />
Remu le dijo a su hermano que <strong>de</strong>jara ya la cacería, pues era peligrosa.<br />
Sera entró.<br />
Woya le preguntó a Remu si tenía yopo. Remu mandó a Sera a buscar<br />
yopo. Trajo claridad a la churuata.<br />
Remu le preguntó a Woya:<br />
—¿De qué pueblo eres? ¿De dón<strong>de</strong> has venido?<br />
Woya le respondió:<br />
—Primero dame yopo, <strong>de</strong>spués te lo diré todo.<br />
Luego Remu le pidió yopo a Woya.<br />
Pero Woya dijo:<br />
—Yo soy un gran pensador, no soy como son uste<strong>de</strong>s. Si soplaras <strong>de</strong><br />
mi yopo, dirías cosas raras <strong>de</strong> mí.<br />
Pero Remu así y todo le pidió <strong>de</strong>l polvo y luego dijo que ya su yopo<br />
estaba listo:<br />
137
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
27. Canto <strong>de</strong>l armadillo y <strong>de</strong>l oso hormiguero<br />
—Dáselo, Sera.<br />
Woya dijo:<br />
—No, no quiero que sea Sera el que me lo dé. Pues así no vale nada.<br />
El propietario <strong>de</strong>l yopo es el que tiene que dármelo, o sea tú, Remu. Yo<br />
soy un mejor pensador que tú. Yo he soplado yopo y he bebido dada<br />
también.<br />
Remu solamente quería darle un poquito, pero Woya lo quería todo<br />
<strong>de</strong> golpe. Y en verdad se lo sopló todo <strong>de</strong> una vez.<br />
Woya dijo:<br />
—Está bien. Tú también pue<strong>de</strong>s soplar yopo y podrás convertirte<br />
también en un pensador como yo.<br />
Y así Woya le dio tres veces yopo a Sera. Y dos veces a Remu.<br />
El yopo <strong>de</strong> Remu no le hizo efecto a Woya, pero el <strong>de</strong> Woya era más<br />
fuerte.<br />
No le hizo efecto a Sera, pero a Remu sí.<br />
Remu vomitó y gritó:<br />
—Woya me quiere matar, yo mato hombres.<br />
Sera dijo:<br />
—Esa es una visión <strong>de</strong>l futuro.<br />
Remu gritó:<br />
—Ese hombre que entró en mi casa va a matarme.<br />
Sera le dijo a Remu:<br />
—No vales mucho si te emborrachas tan rápido. Es tu error. No tenías<br />
que haber pedido yopo.<br />
Remu gritaba y gritaba y en la figura <strong>de</strong>l armadillo que antes había<br />
sido hombre, corría por toda la churuata, daba brincos y tirábase al suelo<br />
diciendo:<br />
—Woya me quiere matar, pero yo lo mataré.<br />
Sera ató a su hermano, pero Remu rompió las amarras. No había qué<br />
hacer. Sera le pasó la maraca por la cabeza a su hermano y se curó.<br />
Remu le preguntó a su hermano:<br />
—¿Qué me pasó? Tuve visiones sobre el futuro.<br />
—Sí –respondió Sera.<br />
—¿Grité algo malo? ¿Qué fue lo que me pasó? –preguntó Remu.<br />
Woya mientras tanto intervino, le pidió a Sera que no contara lo que<br />
había pasado, pues <strong>de</strong> lo contrario se iba a enojar.<br />
138<br />
Sera dijo así:<br />
—No hiciste nada. Estabas sentado en tu banquito.<br />
Woya le preguntó a Remu:<br />
—¿Qué efecto te hizo mi yopo? ¿Qué fue lo que viste?<br />
Remu:<br />
—Vi que me matabas, pero seguro era mentira.<br />
Woya:<br />
—Te dije que el yopo era algo peligroso. No estás acostumbrado al<br />
yopo fuerte.<br />
Remu:<br />
—¿A qué grupo perteneces, Woya? ¿De dón<strong>de</strong> has venido?<br />
Woya:<br />
—Yo vine <strong>de</strong> abajo, hacia don<strong>de</strong> voy a regresar y don<strong>de</strong> seré el padre<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> animales.<br />
Woya le preguntó a Remu:<br />
—¿Y tú, quién eres?<br />
Remu le contestó:<br />
—Mi tierra está aquí. Esta es mi tierra. Yo llegué aquí antes que tú.<br />
Woya se quedó dos días más con el<strong>los</strong> y luego regresó a la casa <strong>de</strong> abajo.<br />
Antes <strong>de</strong> irse, dijo:<br />
—Dentro <strong>de</strong> poco nacerá Wajari y todos uste<strong>de</strong>s serán sus animales.<br />
Pero sépalo, el chácharo, el mékira, será mi animal.<br />
Luego <strong>de</strong>jó la casa <strong>de</strong> <strong>los</strong> armadil<strong>los</strong>.<br />
139
28. WAJARI CREA LAS FRUTAS<br />
Del estómago <strong>de</strong> Wajari creció un árbol gigante y en él germinaron<br />
todas las frutas comestibles. Un buen día Wajari estaba sentado en la<br />
orilla <strong>de</strong>l Orinoco esperando un bote que le transportara las frutas río<br />
arriba. Al poco tiempo llegó su sobrino, que <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> llenarse con<br />
frutas condujo a Wajari a San Car<strong>los</strong> <strong>de</strong>l Río Negro. Poco tiempo <strong>de</strong>spués<br />
Wajari fue transportado por sus sobrinos hasta Puerto Ayacucho para<br />
conseguir allá más alimento.<br />
Mientras tanto, una mujer, Paruba Awektuva’ju, también hubiera<br />
querido probar las frutas. Un pájaro acuático voló sobre ella y dijo así:<br />
—Wajari está en Ayacucho ¿por qué no lo esperas?<br />
La mujer fue por <strong>los</strong> alre<strong>de</strong>dores <strong>de</strong>l puerto y sentada en una roca se<br />
puso a esperar.<br />
—Dame <strong>de</strong> tus frutas –le pidió la mujer a Wajari, que llegaba en esos<br />
momentos.<br />
—No es posible –respondió– porque ya las probé y todas me dieron<br />
fiebre <strong>de</strong> mujer: Se me hinchó el vientre, sentí dolores y tuve pérdidas <strong>de</strong><br />
sangre. ¡Esas frutas son peligrosas!<br />
Wajari violó a la mujer, que <strong>de</strong> todas formas quería probar las frutas<br />
y luego se fue.<br />
Una fruta creció en el vientre <strong>de</strong> la mujer, que vomitó y orinó sangre.<br />
La mujer, ya embarazada, salió río arriba, vagando <strong>de</strong> un lugar a otro. En<br />
cada lugar que se <strong>de</strong>tuvo <strong>de</strong>rramaba gotas <strong>de</strong> sangre, <strong>de</strong> las que nacieron,<br />
silvestres, las frutas <strong>de</strong> Wajari.<br />
Porque hay frutas que nacen silvestres y frutas que hay que sembrarlas.<br />
Los nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong> lugares nos indican por dón<strong>de</strong> fue Paruba, la que<br />
hubiera <strong>de</strong>seado endulzar las frutas amargas, mas no fue capaz.<br />
29. LA CREACIÓN DE LAS FRUTAS CULTIVADAS<br />
Los waikunis trabajaron y luego <strong>de</strong>scansaron. Aún no habían visto<br />
agua, pues todavía no existían <strong>los</strong> ríos. Los waikunis le pidieron agua a<br />
Wajari, pero Wajari respondió así:<br />
—Los hombres no beben agua cuando trabajan. Solamente las mujeres<br />
lo hacen. Los hombres soplan yopo o beben kaapi. Pero uste<strong>de</strong>s<br />
siempre quieren agua. Y no está bien. Yo siempre trabajo con yopo y no<br />
con agua.<br />
En verdad Wajari tenía agua, pero no les quería dar.<br />
En las plantaciones trabajaban varias mujeres y Wajari les pidió agua:<br />
“Nosotras tomamos agua mientras trabajamos, pero <strong>los</strong> hombres no hacen<br />
así”.<br />
Wajari les preguntó <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> tomaban agua.<br />
—Nosotras tomamos el agua <strong>de</strong> allá –y señalaron hacia el campo.<br />
Wajari dijo así:<br />
—Está bien. Tengo sed. Y se fue para el arroyo.<br />
Y entonces ocurrió, cuando se dirigió hacia el arroyo, que <strong>los</strong> waikunis<br />
soplaron magia a <strong>los</strong> pensamientos <strong>de</strong> Wajari.<br />
Wajari se enajenó y estuvo vagando por la selva durante años.<br />
Pero antes Wajari preparó una soga bien gruesa y ató entre sí las ramas<br />
<strong>de</strong>l árbol, para que <strong>los</strong> waikunis no lo pudieran cortar.<br />
Wajari les preguntó a <strong>los</strong> waikunis que por qué no habían cortado <strong>los</strong><br />
árboles.<br />
Trataron pero no pudieron.<br />
Un bicho se subió al árbol y se comió las amarras.<br />
140 141
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
29. La creación <strong>de</strong> las frutas cultivadas<br />
Los waikunis estaban felices, pues ya podían comer <strong>de</strong> las frutas.<br />
Comían felices. Vino Enemey y también Buoka para comer. Cada vez<br />
venía más gente, recogían las frutas y se las llevaban para su churuata.<br />
Mientras tanto, Wajari andaba medio enajenado por la selva:<br />
—¿Dón<strong>de</strong> está mi árbol? –preguntó–. Le preguntaré a <strong>los</strong> waikunis<br />
que si se comieron o no mis frutas.<br />
Discutieron <strong>los</strong> waikunis y <strong>de</strong>cidieron que si Wajari llegaba y preguntaba<br />
por las frutas, habían <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>rle:<br />
—Nosotros no sabemos nada <strong>de</strong>l árbol. Seguro se lo diste a otro<br />
pueblo. No nos comimos las frutas. Otros pueb<strong>los</strong> se las comieron. Los<br />
blancos, <strong>los</strong> makiritare, <strong>los</strong> yabarana, <strong>los</strong> guajibo.<br />
Más tar<strong>de</strong>, Wajari vio el árbol, pelado completamente. No tenía nada,<br />
solamente el tronco. Wajari no tenía qué comer. Se puso a mascar las hojas.<br />
—¿Quién se comió mis frutas? –preguntó.<br />
Los waikunis <strong>de</strong>jaron una sola piña. Se llevaron todo con excepción<br />
<strong>de</strong> la piña. Wajari dijo así: “¡Oh, mi pueblo me <strong>de</strong>jó una piña!” Pero Buoka<br />
en la fruta <strong>de</strong>jó una enfermedad, que pudo habérsele pegado a Wajari. El<br />
aire se llenó con las mentiras <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis.<br />
Wajari dijo:<br />
—Está bien. Le preguntaré a esos pueb<strong>los</strong>, a <strong>los</strong> makiritare, a <strong>los</strong><br />
yabarana, a <strong>los</strong> guajibo si fueron el<strong>los</strong> <strong>los</strong> que se comieron mis frutas.<br />
Wajari peló la piña y cortó una tajada. Pero sintió un dolor terrible, se<br />
enfermó, la cabeza y <strong>los</strong> dientes le empezaron a doler.<br />
Según <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> todavía ahora tiene la piña esta enfermedad, pero<br />
no le cantan. Esta enfermedad la tienen todos <strong>los</strong> animales: sobre todo<br />
si te comes la cabeza <strong>de</strong> <strong>los</strong> animales, especialmente la <strong>de</strong> <strong>los</strong> peces. Por<br />
eso es que <strong>los</strong> jóvenes no pue<strong>de</strong>n comer cabezas <strong>de</strong> pescado. Atraviesa<br />
todo el cuerpo <strong>de</strong>l báquiro.<br />
En cuanto se le fue la fiebre, Wajari entró en su churuata, en la Affaraba<br />
ojucho en don<strong>de</strong> se encontró con Buoka. Wajari le preguntó:<br />
—¿Quién se comió las frutas <strong>de</strong> mi árbol? ¿Fueron <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>?<br />
Buoka le respondió así:<br />
—No hermanito, jefe <strong>de</strong> todo el mundo. Nosotros no las comimos.<br />
Los waikunis no se las comieron. Vimos que saliste para el arroyo, pero<br />
no regresaste. Por eso salimos a buscarte, gritando tu nombre pero no<br />
me contestaste. Nosotros, waikunis y <strong>piaroa</strong>, no comimos <strong>de</strong> tus frutos.<br />
142<br />
Y cuando regresamos <strong>de</strong> buscarte, ya las frutas habían <strong>de</strong>saparecido.<br />
Seguro que fue obra <strong>de</strong> <strong>los</strong> maquiritare.<br />
Wajari solamente oía sin respon<strong>de</strong>r. Sabía que su hermano estaba<br />
mintiendo. Y entonces dijo:<br />
—Hermano, creo que mientes. Tú te comiste mis frutas. Cuando creé<br />
el árbol no había makiritare por <strong>los</strong> alre<strong>de</strong>dores. Creo que fuiste tú, junto<br />
con <strong>los</strong> waikunis, quienes se comieron mis frutas.<br />
Pero Buoka lo negaba rotundamente.<br />
Por eso Wajari dijo que iba a ir a preguntarle a <strong>los</strong> blancos sobre todo<br />
esto y salió en dirección <strong>de</strong> la tierra <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos y <strong>los</strong> makiritare.<br />
—¿Comieron uste<strong>de</strong>s mis frutas?<br />
Respondieron que no habían ido por allá y que no sabían <strong>de</strong> eso.<br />
Solamente oyeron que tenía un árbol <strong>de</strong> frutas.<br />
Wajari regresó don<strong>de</strong> Buoka y le dijo que esos pueb<strong>los</strong> no se comieron<br />
sus frutas. Buoka respondió:<br />
—Tal vez fueron <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Así Wajari fue a visitar a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Entró en sus churuatas y les preguntó<br />
si habían comido <strong>de</strong> sus frutas. El<strong>los</strong> negaron y dijeron que ni<br />
sabían que ese árbol existía.<br />
—Oímos que trabajas junto con tu hermano, tus sobrinos y tu tío.<br />
Pero no sabíamos que habías cortado el árbol, o que nosotros te hubiésemos<br />
ido a visitar.<br />
143
30. La creación <strong>de</strong>l casabe<br />
144<br />
30. LA CREACIÓN DEL CASABE<br />
Kwoimoi dormía en la churuata gran<strong>de</strong> mientras Wajari preparaba yopo,<br />
es <strong>de</strong>cir, narcótico, en la churuata pequeña. Wajari conjuró a Kwoimoi para<br />
que durmiera mientras él trabajaba.<br />
Kwoimoi se <strong>de</strong>spertó y sintió el olor <strong>de</strong>l narcótico <strong>de</strong> Wajari. Y como<br />
siempre, se echó a reír y luego dijo así:<br />
—¡Quiero <strong>de</strong> este yopo! Tiene un olor muy bueno. ¡Me lo quiero comer!<br />
Pero Wajari, dijo:<br />
—No, suegro, es un alimento malo, muy amargo.<br />
Sin embargo, Kwoimoi siguió queriendo comérselo. Wajari le respondió:<br />
—Más tar<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>s soplar yopo.<br />
Kwoimoi dijo así:<br />
—¡Dame un poquito, seré tan feliz! –Por eso fue que Wajari le preparó<br />
a Kwoimoi un poquito <strong>de</strong> yopo.<br />
Kwoimoi le preguntó a Wajari que dón<strong>de</strong> había comprado el yopo.<br />
—Yo también quisiera para mí –dijo.<br />
Wajari le dijo que se lo había comprado a <strong>los</strong> blancos y a <strong>los</strong> yaruro.<br />
—Y suegro, no uses <strong>de</strong>masiado <strong>de</strong> él porque es muy fuerte y aún no<br />
te has acostumbrado.<br />
Wajari le dio un poquito <strong>de</strong> yopo. Pero Kwoimoi quería más y más.<br />
—Quiero más para po<strong>de</strong>r apren<strong>de</strong>r –dijo.<br />
Wajari le dijo a Kwoimoi que si le da más, verá visiones y narcotizado<br />
hasta podrá ver la muerte <strong>de</strong> Wajari.<br />
Kwoimoi le respondió:<br />
—No, yerno, no quiero emborracharme.<br />
Así Wajari le dio más. Y Kwoimoi quedó un poco atontado. Wajari dijo:<br />
—¡Más no!<br />
Pero Kwoimoi insistió y pidió una nueva ración.<br />
Y se emborrachó mucho e injurió a Wajari porque lo había emborrachado.<br />
Gritó y corrió como un loco:<br />
—Me muero, me muero, yerno, hija, <strong>de</strong>nme agua. Wajari, mi yerno,<br />
te voy a matar.<br />
Wajari le respondió así:<br />
—No me mates. Mejor haz el amor con tu hija.<br />
Kwawañamu se enojó con su esposo Wajari:<br />
—¡Qué le hiciste a mi padre! Luego le echó agua a su padre para que<br />
volviera en sí, pero no sirvió <strong>de</strong> nada.<br />
Wajari la injurió:<br />
—Esposa, tienes olor a sangre. No eres hombre. Por lo tanto, en vano<br />
le echas agua a tu padre, la borrachera no se le quitará más rápido.<br />
Y Kwoimoi, narcotizado, corría <strong>de</strong> un lugar a otro persiguiendo a<br />
Kwawañamu, su hija.<br />
Luego se transformó en todo tipo <strong>de</strong> animales. Y apareció en forma<br />
<strong>de</strong> armadillo.<br />
Luego se transformó en serpiente, en ofo’da’a.<br />
Kwoimoi tomó a su hija por <strong>los</strong> pe<strong>los</strong>, se la llevó y le hizo el amor.<br />
Y mientras hacía el amor con su hija, pronunció <strong>los</strong> nombres <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
recintos sagrados, <strong>de</strong> Mariweka y <strong>de</strong> Kureimariweka.<br />
Después <strong>de</strong> esto, Kwawañamu quedó embarazada. Parió en medio<br />
<strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s sufrimientos, pues su padre nombró <strong>los</strong> recintos sagrados,<br />
mientras hacía el amor con ella. Kwawañamu estaba embarazada con<br />
Kwawawaruna, la serpiente.<br />
Y nació Kwawawaruna, el hijo-serpiente.<br />
Luego que el niño vino al mundo, Kwoimoi habló <strong>de</strong> dón<strong>de</strong> va a<br />
crear la yuca.<br />
Kwoimoi dijo que el hijo-serpiente <strong>de</strong> su hija era hijo <strong>de</strong> Ruwa-Wajari.<br />
El hijo <strong>de</strong> mi yerno. Él es mi nieto, mi chuddo; ya que Kwoimoi no se<br />
acordaba en lo más mínimo que había hecho el amor con su hija.<br />
Las dos serpientes, Kwawawaruna y Kwawawaraju (la hija <strong>de</strong> Buoka)<br />
hicieron el amor en las entrañas <strong>de</strong> la tierra y <strong>de</strong> esta unión salió el tallo<br />
<strong>de</strong> la yuca. La yuca es la hija <strong>de</strong> las dos serpientes.<br />
Existen varias clases <strong>de</strong> yuca. Y todas crecieron en Jerenyafi, en <strong>los</strong><br />
sembrados <strong>de</strong> Kwoimoi.<br />
145
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
El hechicero le canta a la serpiente la canción <strong>de</strong>l casabe, Kwawawaraju<br />
y Kwawawaruna. Canta sobre una hoja y le sopla sus pensamientos a la<br />
hoja. Luego pone las hojas en distintos agujeros en la plantación. Y esto<br />
hace posible que la yuca crezca y al mismo tiempo ayuda a crecer a las otras<br />
plantas sembradas.<br />
31. LA CREACIÓN DE LOS ESPAÑOLES<br />
Buoka observaba escondido a su hermano Wajari. Quería que Wajari le<br />
creara familia a él también. Habló también con su suegro sobre esta cuestión<br />
<strong>de</strong> que si quería familia él también. Puruna le respondió afirmativamente.<br />
Buoka es el amigo <strong>de</strong> <strong>los</strong> guajibo, mientras que Puruna lo es <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
blancos. El jefe Wajari creó a <strong>los</strong> blancos por el parake, junto a las montañas<br />
que se alzan en el territorio <strong>de</strong>l Sipapo. Allá había un lago don<strong>de</strong><br />
pescaba <strong>los</strong> peces para crear tanto a <strong>los</strong> hombres, como a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Puruna le pidió a Wajari que le preparara hombres a él también.<br />
Buoka le preguntó a Wajari que si podía ver cómo era que creaba a<br />
<strong>los</strong> blancos. Wajari dijo así:<br />
—No te preocupes, todo ocurre igual que antes.<br />
Pero Buoka dijo que él pensaba que iba a ser distinto, y por eso<br />
quería verlo:<br />
—Hermanito, quisiera ver cómo es que preparas a nuestros amigos.<br />
Quisiera ver cómo pescas y cómo creas a <strong>los</strong> hombres.<br />
Pero Wajari respondió así:<br />
—No hermano, si <strong>los</strong> dos observamos, <strong>los</strong> peces apenas mor<strong>de</strong>rán y<br />
no habrá hombres suficientes.<br />
Wajari conjuró un dique al lago y así <strong>los</strong> peces <strong>de</strong>stinados a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
fueron a parar a un lado y <strong>los</strong> <strong>de</strong>stinados a <strong>los</strong> blancos a otro. Conjuró un<br />
nombre <strong>de</strong> un gran animal que <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> nunca habían visto. La tarea<br />
<strong>de</strong> este animal era la <strong>de</strong> asustar a <strong>los</strong> blancos y hacer peligrosa la selva<br />
para el<strong>los</strong>. Wajari conjuró también la dirección <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos: preparó<br />
una figura para el centro <strong>de</strong>l lago. Por eso es que <strong>los</strong> blancos tienen i<strong>de</strong>a<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres y <strong>los</strong> animales. La figura la hizo en base <strong>de</strong> su hermano<br />
Buoka: Chubuo Buoka, Aruttu Buoka, Avika Jawikwo, Tsañaka Buoka.<br />
146<br />
147
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
31. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> españoles<br />
Luego Wajari hizo <strong>de</strong>saparecer <strong>de</strong> la mente <strong>de</strong> Buoka el recuerdo <strong>de</strong><br />
cómo había sido la creación. Luego le or<strong>de</strong>nó a Buoka que se fuera para<br />
la casa y cuidara sus asuntos.<br />
—Vete y observa mi churuata y luego verás a <strong>los</strong> hombres.<br />
Y se pudo dar a la tarea <strong>de</strong> la creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos sin que Buoka<br />
se fijara. Wajari reunió todo tipo <strong>de</strong> alimentos: arroz, café, frijoles, para<br />
po<strong>de</strong>r pescar. (Por eso es que <strong>los</strong> blancos comen arroz y frijoles y toman<br />
café). De esta manera preparó un anzuelo <strong>de</strong> dos puntas.<br />
Con el pez pescado con la punta hecha <strong>de</strong> café, preparó a <strong>los</strong> hombres;<br />
y con el pez pescado con la punta hecha <strong>de</strong> frijoles, a las mujeres.<br />
Wajari solamente pescó dos peces y no más para hacer a <strong>los</strong> blancos.<br />
Al igual que en el caso <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> se puso a hacer huesos, dientes, cabel<strong>los</strong>,<br />
narices, ojos. Luego conjuró <strong>los</strong> peligros <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos. Señaló lo que<br />
significaba peligro. Habló sobre el cabello rizado <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos, sobre <strong>los</strong><br />
matices <strong>de</strong> sus cabel<strong>los</strong>. Les sopló tamaño y fortaleza. Luego <strong>los</strong> puso en<br />
agua, pero se hundieron. Wajari dijo que él no tiene la culpa <strong>de</strong> esto.<br />
—Tenía que haber creado hombres para mi hermano <strong>de</strong> la misma<br />
manera que creé a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Así <strong>los</strong> sacó <strong>de</strong>l río y sus cabezas salieron <strong>de</strong>l agua. Y fue entonces<br />
cuando pudieron respirar. Wajari arrancó una flor con la que pescó a <strong>los</strong><br />
hombres.<br />
Vino Buoka y preguntó si <strong>los</strong> había creado <strong>de</strong> la misma manera.<br />
—Sí –respondió Wajari–, ven a ver.<br />
Buoka dijo:<br />
—Tenemos que <strong>de</strong>cidir dón<strong>de</strong> van a vivir. Buoka también dijo que le<br />
gustaría que intercambiaran territorios, viviendo <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> en la sabana<br />
y <strong>los</strong> blancos en la selva.<br />
Wajari estuvo <strong>de</strong> acuerdo y fue don<strong>de</strong> su hermana Tchejeru y su<br />
esposa Kwawañamu a preguntarles si actuaba correctamente o no. Le<br />
respondieron: “¡No!”.<br />
Por eso hoy en día viven <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> en la selva y <strong>los</strong> blancos en las<br />
sabanas.<br />
Tchejeru le preguntó a Wajari:<br />
—¿Por qué quieres mandar a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> hacia abajo, en dirección <strong>de</strong><br />
Caracas?<br />
Wajari respondió que no fue él quien quiso, sino su hermano Buoka.<br />
148<br />
—¿Él pidió el cambio? No pue<strong>de</strong> hacerlo. Los <strong>piaroa</strong> le pertenecen a<br />
la selva –dijo Tchejeru.<br />
Así Wajari fue a hablar con Buoka a preguntarle si así estaban las<br />
cosas en or<strong>de</strong>n.<br />
Wajari movió la figura en el lago y ya no miró hacia abajo en dirección<br />
a Caracas. Así todo se aclaró.<br />
Luego le dijo a Buoka:<br />
—Fíjate para dón<strong>de</strong> está mirando la figura. Allá tienen que vivir <strong>los</strong><br />
blancos.<br />
Buoka estuvo <strong>de</strong> acuerdo:<br />
—Mi familia blanca vivirá por Caracas, bajo el Orinoco superior.<br />
149
32. LA MUERTE DE KWOIMOI<br />
Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo Kwoimoi venía rompiéndose la cabeza para<br />
ver cómo podía matar a su yerno Wajari, porque se lo quería comer.<br />
Su hija, Kwawañamu no era una esposa muy buena que digamos<br />
para Wajari. Estaba un poquito loca y se pasaba la vida quejándose <strong>de</strong><br />
Wajari. Un buen día fue don<strong>de</strong> su padre y le dijo:<br />
—Me gustaría que te comieras a mi marido.<br />
Y Kwoimoi se echó a reír lleno <strong>de</strong> maldad, pues eso era lo que quería<br />
<strong>de</strong>s<strong>de</strong> hacía tiempo.<br />
Precisamente andaba Kwoimoi por la churuata <strong>de</strong> Wajari, mas ya Wajari<br />
sabía que su suegro estaba preparándose para matarlo. Se puso a pensar:<br />
—¿Por qué querrá mi suegro matarme?<br />
Kwoimoi tomó la figura <strong>de</strong> diferentes animales para po<strong>de</strong>r observar<br />
a Wajari pasando inadvertido. Wajari siguió su ejemplo transformándose<br />
primero en tigre, luego en serpiente y por último en águila.<br />
Una noche Kwoimoi también se transformó en tigre y se escabulló en la<br />
churuata <strong>de</strong> Wajari para <strong>de</strong>vorarlo. Pero Wajari se escondió bien en el techo,<br />
tomando la forma <strong>de</strong> águila, luego <strong>de</strong>scendió sobre Kwoimoi le dio un picotazo<br />
en el hocico a su enemigo y, bien sujeto, salió volando con él hacia lo<br />
alto. Y tanto voló y voló alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> la tierra que Kwoimoi se murió.<br />
33. LA MUERTE DE BUOKA<br />
Un veneno mató a Buoka: el ñiyaekwa. Ruwa’yai le dio el veneno<br />
porque Buoka puso en ridículo a un niño y <strong>los</strong> padres se ofendieron.<br />
El<strong>los</strong> fueron <strong>los</strong> que le pidieron a Ruwa’yai que matara a Buoka.<br />
Wajari no sabía nada <strong>de</strong> lo ocurrido. Un buen día salió a visitar a<br />
Buoka. Entró en la churuata y preguntó por Buoka.<br />
—Se fue a visitar a <strong>los</strong> blancos y a <strong>los</strong> indígenas waika.<br />
Wajari buscó a su hermano por todas partes, pero nadie supo darle<br />
noticias <strong>de</strong> él. Solamente sabían que Wajari tenía un hermano que se<br />
llamaba Buoka. Wajari regresó a la churuata <strong>de</strong> Buoka y acusó a <strong>los</strong> que<br />
allí vivían:<br />
—¡Uste<strong>de</strong>s mataron a Buoka y no se atrevieron a <strong>de</strong>círmelo!<br />
Más tar<strong>de</strong> Buoka renació y se convirtió en lo mismo que era antes.<br />
Recibió <strong>de</strong> Enemey Ofo’daa su figura y todas las partes <strong>de</strong> su cuerpo.<br />
Renació en la figura <strong>de</strong> Tuwa Ñemeli, el ciervo rojo.<br />
Buoka recibió <strong>los</strong> ojos <strong>de</strong> Enemey Ojo’daa y eran exactos a <strong>los</strong> suyos.<br />
150 151
34. LA MUERTE DE WAJARI<br />
Wajari entre sus viajes fue a parar entre <strong>los</strong> hombres blancos, don<strong>de</strong><br />
lo atacaron perros rabiosos y lo botaron <strong>de</strong> allí. Y por don<strong>de</strong>quiera que<br />
viajó fue perseguido por <strong>los</strong> perros. Por <strong>los</strong> perros <strong>de</strong> <strong>los</strong> makiritare, <strong>de</strong><br />
<strong>los</strong> yabarana o <strong>de</strong> <strong>los</strong> waika.<br />
Wajari corrió hasta Colombia, y luego todavía más al sur. Bajo <strong>los</strong><br />
raudales <strong>de</strong> Ayacucho cambió <strong>de</strong> figura y se sumergió bajo el agua, llegando<br />
a la orilla <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> Mariweka. Pero allá lo persiguieron <strong>los</strong> virus<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> perros. Se escapó corriendo.<br />
Wajari saltó al agua y <strong>los</strong> perros <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él. Se zambulló bajo el agua<br />
y saltó <strong>de</strong> una tierra a la otra, saliendo por aquí y por allá. Pero siempre<br />
<strong>los</strong> perros le seguían el rastro.<br />
Wajari llegó a Dimoro y lo atacaron <strong>los</strong> perros <strong>de</strong> <strong>los</strong> indígenas mabu y<br />
wohitemu. Se escondió en <strong>los</strong> montes que se encontraban entre el Sipapo y<br />
el Cuao. Allá escaló la montaña y se sentó a pensar:<br />
—¿Por qué esos perros me persiguen? ¿Tal vez por el olor <strong>de</strong> mi<br />
cuerpo?<br />
Después <strong>de</strong> <strong>de</strong>cirlo, se lavó minuciosamente y se cepilló el cuerpo.<br />
Pero la limpieza no le sirvió <strong>de</strong> nada.<br />
Apenas se puso en camino, <strong>los</strong> perros se le tiraron. Por fin Wajari<br />
cayó <strong>de</strong>sma<strong>de</strong>jado <strong>de</strong> tanto correr y lo mataron las lanzas <strong>de</strong> <strong>los</strong> mabu y<br />
<strong>los</strong> wohitemu cumplieron las ór<strong>de</strong>nes <strong>de</strong> <strong>los</strong> kikaipuro.<br />
La muerte <strong>de</strong> Wajari apareció en una <strong>de</strong> las visiones <strong>de</strong> Yubeku, uno<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> gran<strong>de</strong>s sopladores. Yubeku transformó la carne <strong>de</strong> Wajari en una<br />
planta comestible y se la comió.<br />
35. AVENTURAS DE CAZA<br />
1.<br />
Un día el <strong>piaroa</strong> se fue <strong>de</strong> caza. Anduvo varios días por la selva, pero<br />
regresó sin cazar ninguna presa.<br />
Al otro día dos indígenas, dos cuñados, emprendieron su camino, también<br />
<strong>de</strong> caza. Llevaban perro consigo y pa<strong>los</strong> en la mano. De repente se vieron<br />
cubiertos por un tremendo aguacero, llovió durante tres días seguidos.<br />
Los cazadores llegaron a un arroyo. Uno <strong>de</strong> el<strong>los</strong> en la orilla <strong>de</strong>scubrió<br />
una cueva llena <strong>de</strong> murciélagos. Y <strong>los</strong> cuñados se refugiaron ahí.<br />
Dijo uno:<br />
—Verás que aquí hay hasta armadil<strong>los</strong> gigantes. Su cuñado se dirigió<br />
hacia el interior <strong>de</strong> la cueva, con el machete en la mano. El otro hombre<br />
avanzaba tras él. Caminaron durante mucho tiempo y ya creían que habían<br />
llegado al final <strong>de</strong> la cueva.<br />
De repente asustaron a un tigre. El animal se les fue corriendo.<br />
El hombre que iba <strong>de</strong>lante pasó un susto grandísimo. Su cuñado dijo:<br />
—¿Por qué no te fijaste? ¿Por qué no usaste el machete?<br />
—Se me asustó hasta el machete en la mano –contestó el otro–; aunque<br />
sabía, tenía el machete en la mano para cortar en dos al tigre.<br />
El tigre se fue corriendo. Uno <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres le salió atrás:<br />
—¡Tigre, tigre, eres tú tan gran<strong>de</strong> que me asustaste! ¡Me asustaste<br />
pero te fuiste corriendo! Vete, vete, mejor si te vas por tu lado.<br />
Luego llamó a su cuñado y volvieron a casa sin cacería.<br />
2.<br />
Un buen día un indígena abrió un hoyo, tendría como diez metros. Por<br />
allá pasó el enano Viricha, con una piedra pintada gigante a cuestas. En la<br />
152 153
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Aventuras <strong>de</strong> caza<br />
piedra había tanta pintura como en una flor. A cada lado arañas gigantes,<br />
serpientes, lunas, estrellas pintadas, y muchas flores, flores <strong>de</strong> mayo.<br />
Vino el enano y <strong>de</strong>scubrió al hombre en el hoyo. El indígena salió <strong>de</strong>l<br />
hoyo caute<strong>los</strong>amente y vio al enano con la piedra gigantesca. Y el enano<br />
quiso matar al hombre, agarró el pedrusco y lo tiró contra el hoyo.<br />
El enano le <strong>de</strong>bía dinero al indígena, por eso quería matarlo. El enano<br />
bajó al hoyo para sacar la piedra, pero <strong>de</strong> repente oyó un ruido:<br />
—¡El hombre vive todavía! –pensó.<br />
De nuevo volvió a arrojar la piedra. Solo que no cesaron las voces <strong>de</strong>l<br />
fondo <strong>de</strong>l agujero. ¡El hombre quedó con vida!<br />
Por tercera vez volvió la piedra en el hoyo, y ya esta vez no escuchó<br />
nada. Se murió el hombre –pensó el enano.<br />
Sacó la piedra y aunque no encontró nada abajo, siguió su camino.<br />
Mientras tanto, el indígena estaba sentado en la copa <strong>de</strong> un árbol. Y<br />
riendo se iba diciendo:<br />
—Si me hubiera quedado en el hoyo, el mal agra<strong>de</strong>cido <strong>de</strong> Viricha<br />
me hubiera matado.<br />
3.<br />
Una vez <strong>los</strong> indígenas prepararon una trampa en el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong>l picure.<br />
Vinieron muchísimos animalitos. Serían como quinientos y todos<br />
enanitos. No sabían que en el camino había una trampa.<br />
En la cabeza <strong>de</strong>l largo cortejo avanzaba un diminuto enanito y la<br />
trampa lo agarró.<br />
Una vez un indígena fue a la selva a ver al pendare, pues habían<br />
madurado ya sus frutos. El indígena que andaba por la selva encontró<br />
gran<strong>de</strong>s racimos <strong>de</strong> frutas allá en la selva, adon<strong>de</strong> había ido.<br />
Junto a un árbol encontró una escalera, hecha <strong>de</strong> finas ramitas y<br />
lianas <strong>de</strong>lgadas. Díjose el hombre para sí:<br />
—¿Qué clase <strong>de</strong> gente habrá puesto aquí la escalera? No creo que<br />
pesaran más que yo.<br />
Pues se subió a la escalera, pero enseguida se cayó. La escalera se<br />
<strong>de</strong>sbarató a sus pies. El indígena se apoyó en el árbol como un mono. Ya<br />
casi había llegado a la corona cuando aparecieron enanitos chillando y<br />
ro<strong>de</strong>aron el pendare.<br />
—¡Vopayuti! –gritaron todos–. ¡Miren! –se <strong>de</strong>cían unos a otros–. Alguien<br />
nos <strong>de</strong>sbarató la escalera. ¿Será un indígena?<br />
—Topi, topi –<strong>de</strong>cían <strong>los</strong> enanitos–. ¡Miren, está allá arriba <strong>de</strong>l árbol!<br />
¡Tiene la cabeza redonda como una pelota! ¡Allá está, véanlo! Lianas en<br />
las piernas, estrellas en las manos, ojos como frutas. ¿Qué hacer? ¿Cómo<br />
matarlo? ¿Cómo? –gritaban.<br />
—Soplémosle veneno –propuso uno.<br />
—No, eso no, porque se le pondrá la carne amarga –dijeron otros.<br />
—Si baja <strong>de</strong>l árbol, lo mejor será ahogarlo en agua –propusieron varios.<br />
Se hizo <strong>de</strong> noche. Mientras tanto el hombre en la punta <strong>de</strong>l árbol<br />
había recogido muchísimos pendares maduros. Los fue recogiendo, y <strong>los</strong><br />
amarró en un racimo. Luego lo <strong>de</strong>jó caer.<br />
Todos <strong>los</strong> enanos estaban allí, recogieron el racimo y se fueron corriendo.<br />
Luego el hombre arrojó otro racimo a tierra y dijo para sí:<br />
—Los enanos se irán a dormir llevándose las frutas y yo dormiré<br />
también.<br />
Ya era tar<strong>de</strong> cuando volvió a arrojar algunas frutas maduras. Unos<br />
cuantos enanos, serían como cinco, regresaron al árbol en medio <strong>de</strong> su<br />
algarabía acostumbrada.<br />
El <strong>piaroa</strong>, esta vez, por cuarta vez, volvió arrojar algo. Pero al golpe<br />
solamente apareció un enano.<br />
—Topi, topi –gritó–, y el hombre se <strong>de</strong>spertó completamente. A pesar<br />
<strong>de</strong> que estaba soñando, comía <strong>de</strong> la prohibida carne <strong>de</strong>l danto. Y el<br />
<strong>piaroa</strong> llamó al danto, espíritu <strong>de</strong> Wajari, a que le ayudara a bajar <strong>de</strong>l<br />
árbol. Y vino el danto y fue hasta el árbol. El hombre saltó a tierra junto al<br />
danto, pero le dio un pisotón a un enano. Gritó el enano, luego <strong>los</strong> otros<br />
también y salieron en persecución <strong>de</strong>l danto en fuga.<br />
El <strong>piaroa</strong> corrió como cincuenta metros protegido por el danto, luego<br />
<strong>de</strong> repente dio un salto <strong>de</strong> lado y se encaramó en la rama <strong>de</strong> un árbol. Los<br />
enanos siguieron corriendo tras el danto.<br />
Sentado en el <strong>de</strong>lgado árbol, se <strong>de</strong>cía el hombre:<br />
—¡Cuántas veces han querido matarme!<br />
Y en ese mismo momento se quebró la rama seca y cayó en tierra. Enseguida<br />
lo agarraron <strong>los</strong> enanos y se pusieron a darle golpes y más golpes.<br />
Estas fueron sus últimas palabras:<br />
154<br />
155
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
—¡Aquí en este lugar me alcanzaron por fin <strong>los</strong> enanos malignos y<br />
me van a matar!<br />
4.<br />
Un <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong>cidió ir a recoger hormigas rojas. Y salió para ver la casa<br />
<strong>de</strong> las hormigas.<br />
Por el camino se encontró con un enano que le preguntó:<br />
—¿Cómo están las hormigas?<br />
—Bien –respondió el hombre–. Las hormigas rojas están bien. Dentro<br />
<strong>de</strong> poco saldrán volando.<br />
Luego siguieron conversando.<br />
El <strong>piaroa</strong> dijo:<br />
—Tan chiquito que eres y lo gruesa que tienes la voz –y le dio un<br />
golpe en la frente al enano–. ¡Sé que me quieres matar, pero yo soy quien<br />
te mataré!<br />
El enano se <strong>de</strong>fendió, agarró un palo <strong>de</strong>l grueso <strong>de</strong> un brazo, pero el<br />
hombre salió corriendo y se escondió en un árbol. El enano creyó que se<br />
había escondido en la oquedad <strong>de</strong>l árbol y tapó la abertura.<br />
Pero el <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong>scubrió un pequeño agujerito como a la mitad <strong>de</strong>l<br />
árbol, se escabulló a través <strong>de</strong> él y con una liana se <strong>de</strong>jó caer al suelo.<br />
Mientras tanto el enano se encontraba acechando tras otro árbol y<br />
recogió las hormigas más venenosas para echárselas al indígena.<br />
—Pues así me quiere matar –pensó el hombre–, pero esto no me lo<br />
hace a mí.<br />
Y se escapó corriendo.<br />
De jovencito se había encontrado ya una vez con el enano, acostado<br />
bajo un palo. Aquella vez el enano le puso una zancadilla al hombre y<br />
luego le pidió que lo curara.<br />
—No, a ti no te curaré –dijo el <strong>piaroa</strong>, llorando <strong>de</strong> dolor–. ¡Mejor será<br />
que te mueras!<br />
El enano dijo:<br />
—Yo no me muero, sé como ayudarme a mí mismo.<br />
Y por fin se curó, y con la ayuda <strong>de</strong> las hormigas quiso vengarse.<br />
156<br />
36. HISTORIA DE AHORA<br />
Había una vez una muchacha que <strong>de</strong>jó la churuata <strong>de</strong> sus padres y se<br />
tomó el sen<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> la selva; un muchachito <strong>de</strong> unos ocho años también<br />
estaba en camino.<br />
—¿Para dón<strong>de</strong> vas? –le preguntó el muchachito.<br />
—Aquí cerca no más –respondió la niña.<br />
—¿Por qué no vas más lejos? –continuó el chico.<br />
Pero la muchacha siguió diciendo que solamente iba por ahí cerquita.<br />
El muchachito la acompañó hasta el final <strong>de</strong>l camino. Encontraron<br />
una bicicleta y se sentaron arriba <strong>de</strong> ella. El muchacho no podía impulsarse<br />
más, por lo que le pidió a la niña:<br />
—No te muevas pues nos caeremos en el hueco.<br />
La niña le respondió:<br />
—No, no nos po<strong>de</strong>mos caer.<br />
—¿Por qué no? –preguntó el muchacho, pero no obtuvo respuesta–.<br />
Agárrate pues nos caemos, nos vamos a <strong>de</strong>speñar.<br />
Siguieron andando y <strong>de</strong> repente el muchacho sintió un olor muy<br />
<strong>de</strong>sagradable, como si hubiera algún animal muerto cerca. Tal vez una<br />
serpiente, esa suele tener tanta peste. Le preguntó a la muchacha:<br />
—¿Por qué tienes tanta peste?<br />
La muchacha le respondió:<br />
—Mi familia apresó muchos pescados y comimos mucho. Y <strong>de</strong>spués<br />
no me lavé las manos, solo me las pasé por el pelo.<br />
—¿Por qué lo hiciste?<br />
—Esa es la costumbre en mi familia –dijo la niña.<br />
—Si alguna vez comes pescado, <strong>de</strong>spués lávate siempre las manos<br />
–dijo el muchacho.<br />
157
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
36. Historia <strong>de</strong> ahora<br />
Siguieron avanzando, luego el muchacho se <strong>de</strong>tuvo para tomar agua.<br />
La muchacha no quería, pero el muchacho le pidió:<br />
—Bebamos juntos, pues esta es agua sagrada.<br />
—Está bien –dijo la niña.<br />
Y bebieron juntos, luego se volvieron a montar en la bicicleta.<br />
Andarían unos diez kilómetros cuando se bajaron a <strong>de</strong>scansar y luego<br />
siguieron viaje otra vez.<br />
De nuevo lo aturdió el penetrante olor:<br />
—¡Tienes tanta peste! ¿Qué te pasa? –le preguntó el muchacho.<br />
—Ya te dije –respondió la muchacha– que me restregué en el pelo<br />
mis manos embarradas <strong>de</strong> pescado.<br />
—Lo mejor será si te pelamos al rape –propuso el muchacho.<br />
La muchacha protestó:<br />
—Tengo el pelo limpio. Era un chiste lo que dije <strong>de</strong>l olor a pescado.<br />
El muchachito, sin embargo, no cesaba <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir:<br />
—Mejor si te lo cortamos ahora mismo. Aquí tengo una tenaza, con<br />
esa también lo po<strong>de</strong>mos cortar.<br />
—No, no me lo pue<strong>de</strong>s cortar –protestó la muchacha.<br />
La muchacha tampoco se quedó al otro día en la churuata <strong>de</strong> sus<br />
padres. Pero no se encontró con el muchacho, porque este escogió otro<br />
sen<strong>de</strong>ro.<br />
El muchachito anduvo durante horas, exactamente ocho kilómetros.<br />
Se encontró con otro muchacho que llevaba un animal. El animal se<br />
llamaba kohua, el murciélago.<br />
—¿Qué haces aquí? –le preguntó el primer muchacho.<br />
El otro le respondió así:<br />
—Estoy haciendo un trabajito a <strong>los</strong> americanos, les estoy atrapando<br />
murciélagos.<br />
—¿Y trabajas <strong>de</strong> día? –le preguntó el <strong>de</strong> la bicicleta.<br />
—No –respondió el otro–. Trabajo <strong>de</strong> noche hasta las cinco <strong>de</strong> la<br />
mañana.<br />
Entonces apareció la muchachita <strong>de</strong> once años.<br />
—Esa es la muchacha –dijo el <strong>de</strong> <strong>los</strong> murciélagos–. ¡Qué muchacha<br />
más bonita, más graciosa! Viene por aquí.<br />
Luego agregó:<br />
—Será mejor si la recibo solo.<br />
158<br />
—A mí no me recibas –dijo la muchacha–, solo ando por aquí.<br />
El otro indígena no respondió. Con furia se montó en la bicicleta.<br />
El <strong>de</strong> <strong>los</strong> murciélagos se quedó allá y preparó una red muy larga.<br />
En la red se quedaban prendidos <strong>los</strong> murciélagos. Cayó la tar<strong>de</strong>, serían<br />
como las diez. Regresó el <strong>piaroa</strong> <strong>de</strong> la bicicleta y le preguntó al otro<br />
muchacho que alumbraba con una linterna (la batería tendría unos diez<br />
kilogramos):<br />
—¿Cómo pue<strong>de</strong>s resistir este peso tan gran<strong>de</strong>? Yo también tengo linterna,<br />
es mas, mi bicicleta también tiene linterna. ¿Cómo pue<strong>de</strong>s resistir<br />
este peso?<br />
El otro respondió:<br />
—Tengo un morral don<strong>de</strong> acostumbro llevar pan, y ahí la llevo.<br />
—¿Para qué quieres el morral?<br />
—Para poner <strong>los</strong> animalitos apresados, <strong>los</strong> murciélagos.<br />
—Pues entonces regálame veinticinco carteras –le pidió el<br />
muchacho.<br />
El <strong>de</strong> <strong>los</strong> murciélagos dijo que no.<br />
—No te puedo regalar ni una sola cartera, pues las recibí para el<br />
trabajo, para la caza <strong>de</strong> murciélagos.<br />
De nuevo la muchacha pasó por allá. Y el <strong>de</strong> <strong>los</strong> murciélagos le dijo:<br />
—Ven acá, te daré un bocadito muy sabroso.<br />
Pero la muchacha no quiso nada. Él mismo insistió:<br />
—La muchacha no quiere la comida, tan sabrosa como está. Lo mejor<br />
será si se queda conmigo y trabajamos una media hora.<br />
Y el <strong>de</strong> la bicicleta dijo:<br />
—Yo no quiero trabajar, mejor me acuesto. Y lo mejor sería si la muchacha<br />
hiciera lo mismo. ¡Durmamos juntos!<br />
La muchacha protestó y el cazador <strong>de</strong> murciélagos tampoco quería<br />
que la muchacha durmiera con el otro.<br />
Pero solo estaba bromeando pues el <strong>de</strong> la bicicleta no tenía ni chinchorro<br />
ni manta con qué taparse.<br />
La muchacha se dispuso a dormir, se acostó al lado <strong>de</strong> un perro. El<br />
cazador <strong>de</strong> murciélagos tenía dos chinchorros, uno se lo ofreció, pero la<br />
muchacha no tuvo ganas <strong>de</strong> acostarse en él. El muchacho <strong>de</strong> la bicicleta<br />
se fue a un almacén y se acostó a dormir allá solo. Al amanecer se montó<br />
en la bicicleta y se fue.<br />
159
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Una hora <strong>de</strong>spués vio una raposa. La raposa tenía las dos manos atadas.<br />
El muchacho pasó un susto tan gran<strong>de</strong> que se cayó <strong>de</strong> la bicicleta, se<br />
dio en la cabeza y se <strong>de</strong>smayó. Quedó veinte minutos sin conocimiento.<br />
No había nadie por ahí. El muchacho se incorporó y se fue a su<br />
casa dando tumbos. Descansaba un poco y luego seguía media hora<br />
pedaleando.<br />
En la casa, su madre lo esperaba muy triste. El muchacho le contó<br />
que había visto una raposa amarrada que lo había querido mor<strong>de</strong>r, y el<br />
muchacho se dio cuenta <strong>de</strong> repente que se había <strong>de</strong>smayado.<br />
Su madre le pidió:<br />
—Nunca te vuelvas a ir <strong>de</strong> la casa.<br />
El muchacho le hizo caso y no <strong>de</strong>jó más la churuata.<br />
A eso <strong>de</strong> las tres o <strong>de</strong> las cuatro <strong>de</strong> la mañana, se apareció el cazador<br />
<strong>de</strong> murciélagos y preguntó por él, pero el muchacho estaba en lo<br />
mejor <strong>de</strong> su sueño. Aunque al poco rato se levantó y le preguntó al otro<br />
indígena:<br />
—¿Qué hacen <strong>los</strong> animalitos, <strong>los</strong> murciélagos?<br />
—Y tú, ¿cómo estás? —preguntó el cazador.<br />
El muchacho estaba triste por el acci<strong>de</strong>nte:<br />
—Me siento mal, estoy triste porque me asustaron, a lo mejor me<br />
morí, pensé para mí –así dijo el muchacho.<br />
Entonces dijo el anciano padre <strong>de</strong>l muchachito:<br />
—¡No te moriste porque te cuidé! Te estuve observando todo el tiempo.<br />
La madre lo reafirmó:<br />
—Por eso fue que te salvaste –le dijo.<br />
37. SOBRE LA VALENTÍA<br />
Una vez una niña entró a la selva y se perdió. Se <strong>de</strong>tuvo en medio <strong>de</strong>l<br />
sen<strong>de</strong>ro y lloró.<br />
Por allá pasó un indígena con una carretilla y siguió su viaje. Caminaron<br />
juntos un largo trecho. La niña le preguntó:<br />
—¿Por dón<strong>de</strong> vamos?<br />
—Hacia la orilla <strong>de</strong>l río –respondió el indígena.<br />
—¿Qué haremos allá? –preguntó la niña.<br />
—Nos bañaremos y luego iremos a mi churuata.<br />
El indígena preguntó:<br />
—¿Por qué te pegaron tus padres?<br />
—Porque me porté mal.<br />
Porque la niña nunca hizo nada en la casa, no trabajó, no cocinó, no<br />
cosió, no mantuvo el or<strong>de</strong>n entre sus cosas. En cambio andaba por <strong>los</strong><br />
sen<strong>de</strong>ros, hasta <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l crepúsculo, hasta la madrugada.<br />
—No pasas la vida en casa, sino por ahí por <strong>los</strong> caminos –le dijeron.<br />
Le pusieron tres días <strong>de</strong> castigo, pero ya no resistió más y se fue<br />
huyendo. Allá fue don<strong>de</strong> se encontró con el indígena.<br />
Siguieron andando y primero se encontraron con una gran tortuga.<br />
Luego anduvieron otro tramo y se toparon con una culebra.<br />
La muchacha le preguntó al muchacho:<br />
—¿Te comes la carne <strong>de</strong> la tortuga y <strong>de</strong> la culebra? Porque a mí no me<br />
gusta la tortuga, tiene mal sabor.<br />
—¡Cómo no! Opino que la tortuga tiene una carne muy sabrosa –dijo<br />
el muchacho.<br />
—¿Y cómo son <strong>los</strong> huevos? –preguntó la muchacha.<br />
160<br />
161
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
—Redondos como una pelota. Volvamos don<strong>de</strong> la tortuga. Comámosla<br />
juntos –dijo el muchacho.<br />
Al otro día fueron por allá, mas se encontraron con un gigantesco tigre.<br />
—¿Qué busca el tigre aquí en el sen<strong>de</strong>ro? –preguntó la muchacha.<br />
—El tigre no nos hace nada si le pasamos corriendo por el lado –contestó<br />
el indígena. Siguieron andando sin problemas, hasta que se encontraron<br />
con un buey tremebundo.<br />
—Eso es una bestia –dijo el <strong>piaroa</strong>.<br />
—Mejor si vamos <strong>de</strong>spacio –dijo la muchacha.<br />
Pero el muchacho tuvo miedo.<br />
—Si vamos <strong>de</strong>spacio la bestia nos apresará. Mejor si corremos, pues<br />
si el buey se encoleriza, es más cruel que el tigre.<br />
162<br />
38. LA FILA DE PIEDRAS<br />
Pitah conoce bien la historia, él se la contó a Ñemej, que fue quien se<br />
la contó a mi padre.<br />
Por aquella época vivían pocos <strong>piaroa</strong> porque <strong>los</strong> kerimine <strong>los</strong> habían<br />
matado. Los asesinos atacaron las churuatas: apresaron tres o cuatro, se<br />
<strong>los</strong> comieron y luego atacaron otras churuatas. Después <strong>los</strong> kerimine subieron<br />
a la montaña don<strong>de</strong> hoy en día se encuentran las piedras en fila,<br />
fueron para la montaña Meñerujewa y todos llevaban una piedra consigo.<br />
Su jefe le or<strong>de</strong>nó:<br />
—Todos y cada uno <strong>de</strong> nosotros tiene que llevar una piedra.<br />
Cada uno tomó una piedra y la llevó. Hombres, mujeres, niños. Llevaron<br />
tantas piedras para la montaña, como <strong>piaroa</strong> habían asesinado, y<br />
colocaron en fila las piedras en la montaña.<br />
Des<strong>de</strong> la cima se ve hasta muy lejos. Los kerimine se pusieron a<br />
observar la selva: se fijaron en la columna <strong>de</strong> humo que iba ascendiendo,<br />
porque don<strong>de</strong> hay <strong>piaroa</strong> trabajando en las plantaciones queman las malas<br />
hierbas. Y siempre subía el humo por sobre la selva. Y como <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la<br />
montaña se podía ver hasta muy lejos, el humo les mostró el camino a <strong>los</strong><br />
kerimine. Salieron en dirección a las churuatas y asesinaron.<br />
Las piedras quedaron allá. Las pue<strong>de</strong>s contar. Si alguien subía, llevaba<br />
consigo una piedra. Así siempre sabían cuántos <strong>piaroa</strong> habían matado.<br />
De la alta montaña podían ver todas las churuatas, todas las plantaciones,<br />
y partían siempre por don<strong>de</strong> se alzaba la columna <strong>de</strong> humo. Si<br />
encontraban vacía una churuata, seguían avanzando, porque si en una<br />
casa atrapaban a un <strong>piaroa</strong> para comérselo, la noticia se extendía y la<br />
gente huía. Hombres, mujeres iban <strong>de</strong> casa en casa para alertar a <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
<strong>de</strong> lo sucedido. Si <strong>los</strong> kerimine encontraban una churuata habitada,<br />
163
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
38. La fila <strong>de</strong> piedras<br />
apresaban tres, cuatro y a veces hasta cinco <strong>piaroa</strong>. Los kerimine eran<br />
muchos y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> eran cada vez menos.<br />
Los <strong>piaroa</strong> buscaban y buscaban la montaña y por fin la encontraron.<br />
Se llamaba Meñerujewa. Todos <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> subieron juntos la montaña.<br />
Entre cimas <strong>de</strong> montañas, en lugares bien visibles colocaron especies <strong>de</strong><br />
puentes tejidos <strong>de</strong> lianas.<br />
Vinieron <strong>los</strong> kerimine a la montaña. Algunos tenían cascos en la<br />
cabeza, parecidos a las cazuelas <strong>de</strong> aluminio y se alegraron mucho <strong>de</strong>l<br />
puente. Los <strong>piaroa</strong> <strong>los</strong> estaban esperando arriba en la montaña.<br />
Los kerimine avanzaron, cada vez ascendían más. Ya casi habían<br />
llegado a la cima; <strong>de</strong> tan cerca que estaban, se pudieron ver <strong>los</strong> dientes<br />
rojizos <strong>de</strong> un kerimine. Cuando llegaron a la cercanía inmediata <strong>de</strong> la<br />
cima, se <strong>de</strong>sprendió el puente tejido con tanta habilidad. Los kerimines<br />
se <strong>de</strong>speñaron en el vacío. Solamente quedó con vida una mujer embarazada.<br />
Todos <strong>los</strong> <strong>de</strong>más murieron.<br />
Dicen que la mujer dio a luz a su hijo que ya es un adulto y <strong>de</strong> nuevo<br />
se multiplicaron <strong>los</strong> kerimine. También dicen que en el futuro harán lo<br />
mismo, al igual que sus antecesores: regresarán a la montaña.<br />
Pero la montaña tiene también una historia anterior. Antes que <strong>los</strong><br />
kerimine hubieran situado las piedras, Kwoimoi, la serpiente venenosa,<br />
había andado por ahí. Hay que saber que esta montaña es el centro <strong>de</strong>l<br />
mundo <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Tiene cuatro nombres, cuatro lados, cuatro partes,<br />
Iyakome se llama la montaña <strong>de</strong> enfrente y la otra Neñurekju. Dicen<br />
que fue allí don<strong>de</strong> Kwoimoi les dio nombre a <strong>los</strong> animales venenosos,<br />
y también don<strong>de</strong> les entregó el veneno, pues Kwoimoi es en sí la misma<br />
serpiente venenosa. Los animales recibieron <strong>de</strong> él sus dientes venenosos.<br />
Pero esto ocurrió hace mucho tiempo, antes <strong>de</strong> nosotros nacer. Dicen<br />
que una vez un hombre <strong>de</strong>scubrió la peligrosa madriguera <strong>de</strong> Kwoimoi,<br />
en el otro lado <strong>de</strong> la montaña. El hombre andaba <strong>de</strong> cacería, seguro que<br />
vio el veneno, esta cosa prohibida, y luego siguió tranquilamente su camino<br />
sin sospechar que no se podía contemplar el veneno. Partió para su<br />
casa cuando <strong>de</strong> pronto comenzó a llover, soplaba un viento muy fuerte,<br />
tronaba y relampagueaba. Se acercó a su churuata y en el sen<strong>de</strong>ro una<br />
serpiente venenosa lo mordió. Todo esto ocurrió don<strong>de</strong> Kwoimoi la serpiente<br />
venenosa, mezcló y pintó el veneno.<br />
Dicen que al otro lado <strong>de</strong> la montaña hay todavía más pinturas rupestres<br />
que en este lado, y que el hombre que las miró se murió. Vio todo<br />
tipo <strong>de</strong> figuras pintadas, por eso lo mordió la serpiente. Pero antes <strong>de</strong><br />
morir, hizo el cuento <strong>de</strong> lo que había en las rocas. Dijo así:<br />
—Allá están las figuras pintadas y cual guapitas tejidas se enredan<br />
las serpientes. También Kwoimoi estaba allá.<br />
Kwoimoi preparó el veneno, pintó las figuras sobre la roca, incluso<br />
allá por don<strong>de</strong> brota agua <strong>de</strong> la montaña. Este lugar solamente pue<strong>de</strong> ser<br />
visto por animales. Si el hombre lo mira, muere. Si alguien quiere morir,<br />
vaya a verlo. Pero las la<strong>de</strong>ras <strong>de</strong> acá no son peligrosas. Hace mucho<br />
tiempo, sobre estas la<strong>de</strong>ras soplando madyaka, cera mágica, pintaron las<br />
figuras contra la serpiente venenosa. Y la serpiente no se atreve a venir<br />
por aquí.<br />
En aquella época <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> primero se imaginaron las figuras, luego<br />
cantaron en las cercanías <strong>de</strong> la montaña, por último llenaron las pare<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong> las rocas <strong>de</strong> pinturas. Solo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> esto se fueron a casa.<br />
El hombre que no sabía nada <strong>de</strong> esto <strong>de</strong>scubrió el secreto; pero la<br />
serpiente venenosa lo mordió y el cazador se murió. Des<strong>de</strong> entonces<br />
nosotros tampoco po<strong>de</strong>mos ver el secreto, porque es un lugar secreto<br />
tampoco po<strong>de</strong>mos pronunciar el nombre <strong>de</strong> la montaña si aparece a<br />
nuestros ojos ni aunque estemos lejos, como por ejemplo, ahora.<br />
Los manantiales <strong>de</strong>l Verras, el caño Caracol, y el río Paria ro<strong>de</strong>an la<br />
montaña, y no está lejos <strong>de</strong>l curso superior <strong>de</strong>l Cuoto. La montaña se<br />
llama Meñerujewa.<br />
164<br />
165
39. Ñemej enseñó a cantar a mi padre<br />
166<br />
39. ÑEMEJ ENSEÑÓ A CANTAR A MI PADRE<br />
Escuchaba, escuchaba el canto y luego preguntó:<br />
—Ñemej, ¿qué vas a cantar esta noche?<br />
—Voy a cantar el ime, el báquiro y sus enfermeda<strong>de</strong>s.<br />
—Está bien, canta no más –dijo mi padre.<br />
Escuchaba, escuchaba el canto y se le quedó en la cabeza. Esto pasó<br />
aquí, don<strong>de</strong> ahora escuchan uste<strong>de</strong>s el canto <strong>de</strong> mi padre.<br />
Mi padre vino aquí al Temblador <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Caño <strong>de</strong> Ijure. Llegó y en<br />
seguida le dijo a Ñemej:<br />
—Tío (siempre lo llamó así, mientras que yo le <strong>de</strong>cía abuelo, pues<br />
según mi padre era el hermano <strong>de</strong> mi abuelo), ¿sobre qué vas a cantar<br />
esta noche? ¿Qué trabajas? (Pues ese es el trabajo <strong>de</strong>l meñé-ruwä, <strong>de</strong>l<br />
hombre <strong>de</strong> <strong>los</strong> cantos).<br />
—Tengo un canto sobre las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>l báquiro –respondió<br />
Ñemej.<br />
—Está bien –dijo mi padre.<br />
Había caído ya la tar<strong>de</strong> cuando Ñemej se preparó para soplar yopo.<br />
Poco tiempo <strong>de</strong>spués llegó su hija. Mi madre aún no había llegado. Yo<br />
tampoco. Y la hija <strong>de</strong> Ñemej le preguntó a mi padre:<br />
—Dime, ¿por qué no trajiste a mi hermana? Tengo algo que <strong>de</strong>cirle.<br />
—No podía venir –respondió mi padre–, trabaja en el sembrado, prepara<br />
el conuco.<br />
—Me engañas –continuó la muchacha–. ¿Por qué <strong>de</strong>jaste a mi hermana?<br />
–así le dijo mordaz a mi padre.<br />
Nemej empezó a cantar. La muchacha dijo así:<br />
—Está bien, esposo <strong>de</strong> mi hermana, tú respon<strong>de</strong>rás al canto <strong>de</strong> mi<br />
padre. Mi padre se separó <strong>de</strong> ella.<br />
Y la muchacha repitió:<br />
—Mira, esposo <strong>de</strong> mi hermana, contesta a lo que mi padre canta.<br />
—¿Yo? –preguntó mi padre–, yo sí que tengo mucho sueño –así dijo.<br />
—Vete a soplar yopo –dijo la cuñada–, con eso se te quitará el sueño.<br />
—Me cansé –respondió mi padre–, tuve que cargar mucha yuca.<br />
La muchacha <strong>de</strong>cía y <strong>de</strong>cía:<br />
—Vete a soplar yopo, te quitará el cansancio, te quitará el sueño. Vete<br />
y respón<strong>de</strong>le a mi padre.<br />
Mi padre respondió:<br />
—Está bien, voy, soplaré yopo y dormiré un poquito.<br />
—No –dijo la muchacha–, ve don<strong>de</strong> mi padre, conversa con él.<br />
—Sí, sí –dijo mi padre, riendo juguetón.<br />
De nuevo Ñemej se dispuso a cantar. Mi padre se dirigió a su chinchorro.<br />
La muchacha le preguntó:<br />
—¿Soplaste yopo?<br />
—Pues sí, soplé, pero me dijiste: “El yopo te quitará el sueño”, pero<br />
me dio más sueño todavía –dijo mi padre sonriendo e hizo como si durmiera.<br />
Porque no quería respon<strong>de</strong>r al canto. Dormir era su único <strong>de</strong>seo.<br />
—¿Soplaste mucho o poco? –preguntó la muchacha.<br />
—Mucho, pero no me sirvió <strong>de</strong> nada, solo me dio más sueño –fue la<br />
respuesta.<br />
—Vete y respón<strong>de</strong>le a mi padre –pidió la muchacha–, y por fin mi<br />
padre se dirigió al meñé-ruwä.<br />
Y luego cantaron hasta la madrugada.<br />
Mientras tanto llegó mi madre también. Mi padre, según su costumbre,<br />
se dirigió a ella y le dijo algunas palabras juguetonas. Mi madre le<br />
pidió que la <strong>de</strong>jara en paz porque quería conversar con tranquilidad.<br />
Pero mi padre no cedió y siguió hablando.<br />
Sin embargo, más tar<strong>de</strong> la <strong>de</strong>jó y se fue a soplar yopo. Y entonces fue<br />
cuando mi madre pudo conversar tranquilamente con su hermana.<br />
Dentro <strong>de</strong> un rato mi padre regresó a don<strong>de</strong> estaban las mujeres y mi<br />
madre le preguntó:<br />
—¿No tienes sueño?<br />
—Uste<strong>de</strong>s me pidieron que soplara, ¿no? soplé un poquito, pero no<br />
me quitó el sueño. Luego le pedí a Ñemej que cantara sobre las enfermeda<strong>de</strong>s<br />
<strong>de</strong>l mono.<br />
167
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
Ñemej era brujo, mi padre también, aunque más joven, por eso visitaron<br />
a Ñemej, él era el centro <strong>de</strong> todo. Mi padre fue para ayudarlo, pues<br />
era su pariente.<br />
Ñemej le dijo a mi padre:<br />
—Fíjate, sobrino, vete al odú (como llaman en <strong>piaroa</strong> al lugar <strong>de</strong>stinado<br />
a <strong>los</strong> huéspe<strong>de</strong>s), amarra tu chinchorro y canta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> ahí. Mi padre<br />
cantó la respuesta acostado en el chinchorro, unas veces solo una palabra.<br />
La canción era sobre las enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>los</strong> monos.<br />
Luego también llegaron <strong>los</strong> otros, entre el<strong>los</strong> hombres, que entendían<br />
<strong>de</strong> cómo respon<strong>de</strong>r <strong>los</strong> cantos. El hijo <strong>de</strong> Ñemej le preguntó a mi<br />
padre que qué había pasado.<br />
—Tu padre me mandó a venir –dijo–, a respon<strong>de</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí –contestó<br />
mi padre.<br />
—Está bien, canten no más.<br />
Dentro <strong>de</strong> poco, todo el mundo cantó bien bajito.<br />
Así fue. Ñemej le dijo a mi padre:<br />
—Canta tú solo.<br />
—No sé cantar –respondió mi padre.<br />
Pues él había venido a estudiar, a escuchar el canto.<br />
Ñemej cantó sobre el mono. Mi padre lo escuchó, le gustó la palabra,<br />
tomó su chinchorro y lo amarró a la cercanía <strong>de</strong> Ñemej para po<strong>de</strong>rle<br />
contestar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allá. Así fue como lo contó mi padre.<br />
Luego la hija <strong>de</strong> Ñemej habló <strong>de</strong> nuevo:<br />
—Mi padre pi<strong>de</strong> que seas tú el que cante ahora, y <strong>de</strong> otra cosa.<br />
—Pero yo solamente sé un solo canto –respondió mi padre.<br />
Luego escucharon el canto <strong>de</strong>l mono y luego otro canto también.<br />
40. CUANDO VI BLANCOS POR PRIMERA VEZ<br />
Por aquel tiempo vivíamos por el arroyo Caracol, allá estaba la churuata<br />
<strong>de</strong> mi padre. Vinieron algunos civilizados, eran como españoles.<br />
Nosotros estábamos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l arroyo, pescando con plantas venenosas<br />
y atrapamos un montón <strong>de</strong> peces, gran<strong>de</strong>s y chiquitos.<br />
El perro encontró una liebre y corrió tras ella. El marido <strong>de</strong> la hermana<br />
<strong>de</strong> mi madre –al que en aquel entonces no lo había mordido la<br />
serpiente– esperaba el botín con un machete en la mano. La liebre saltó<br />
<strong>de</strong> pronto hacia unos matorrales planos, don<strong>de</strong> encontró una madriguera.<br />
La liebre sabía bien que si salía la mataban. Aunque tampoco quería salir,<br />
pues se había cansado en la persecución. Al igual que el perro.<br />
La liebre se escondió, el perro no la encontró. Y allá seguía parado el<br />
esposo <strong>de</strong> la hermana <strong>de</strong> mi madre, con el machete en la mano. Metió la<br />
mano en la cueva y la <strong>de</strong>scargó sobre el animal: ¡Tak! Y la liebre se murió<br />
en seguida. Luego el esposo <strong>de</strong> la hermana <strong>de</strong> mi madre vino con el<br />
botín hacia el montón <strong>de</strong> pescados, don<strong>de</strong> estábamos nosotros.<br />
—Fíjate –le dijo a su esposa–, maté a la liebre <strong>de</strong> un machetazo. No<br />
quería salir <strong>de</strong>l agujero don<strong>de</strong> había caído. El machete había partido en<br />
dos al animal, todo se embarró <strong>de</strong> sangre.<br />
Hay que saber que si cazamos, nuestra ropa se ensucia mucho. Mi<br />
tío me dio el botín en la mano, se puso un guayuco limpio y partió para<br />
la casa. Yo me quedé con el guayuco sucio. Serían como las diez cuando<br />
junto a la churuata me vi a <strong>los</strong> civilizados que estaban parados por ahí.<br />
Esto ocurriría en 1949 o quizás un año <strong>de</strong>spués.<br />
Los españoles me agarraron y me dijeron que me iban a retratar con<br />
la liebre en la mano. La toma <strong>de</strong> fotografías tardó varias horas, serían ya<br />
168<br />
169
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
como la una y media y me había entrado un hambre terrible. Entonces<br />
me dieron un caramelo, y luego galleticas. Me lo comí todo.<br />
Estaba yo por ahí parado, en mi guayuco sucio, y me tomaron cantidad,<br />
pero cantidad <strong>de</strong> fotografías. Me pararon aquí, me retrataron; luego<br />
me agarró otro español, me paró por allá y me retrataron <strong>de</strong> nuevo. Creo<br />
que hicieron como dos rol<strong>los</strong> enteritos. Luego entré en la churuata.<br />
Mas, apenas salí, me volvieron a agarrar <strong>de</strong> nuevo y me hicieron<br />
cantidad <strong>de</strong> fotografías.<br />
—Sabes, en la montaña hay una planta <strong>de</strong> hojas gran<strong>de</strong>s y blancas.<br />
Mi tío me mandó a traerle una para poner encima la liebre ensangrentada.<br />
Me mandó a mí porque <strong>los</strong> otros le tenían miedo a las fotografías.<br />
Y solo me retrataron a mí, a <strong>los</strong> <strong>de</strong>más no.<br />
Fotografiaron <strong>de</strong> nuevo, como durante una hora. En el guayuco sucio.<br />
¿Para qué necesitaban una fotografía así?<br />
Nunca vi fotografías cuando era niño.<br />
Y con la liebre en la mano seguía <strong>de</strong> pie mientras me retrataban y<br />
volvían a retratar. Cuando todavía era chiquito me tomaron como tres<br />
rol<strong>los</strong> <strong>de</strong> películas. Creo que estoy en las fotos <strong>de</strong> Caracas.<br />
170<br />
41. LAMENTO<br />
Tristemente veo cada día caer el sol. Mi esposo, tu abuelo, me dijo<br />
que te cuidara cada día. Mi esposo me dijo:<br />
—Cuida al hijo <strong>de</strong> tu hija, cada día.<br />
Tú eres el único hijo y tu abuelo dijo que te quería mucho.<br />
—Cuídalo mucho cada día.<br />
Cada día estoy triste.<br />
El niño me <strong>de</strong>spierta cada noche, ¡y cuídalo bien! –me dijo.<br />
—No soy hombre –le dije–, no puedo conseguirle agua a mi nieto<br />
que está enfermo. ¡Si es que no soy hombre!<br />
—Estoy muy cansado y ya no puedo cuidarlo –me dijo tu abuelo.<br />
Muchas veces estoy triste por las noches porque no soy hombre y<br />
no puedo conseguirle agua a mi nieto enfermo. Todas las mañanas me<br />
<strong>de</strong>spierto muy triste. Todas las mañanas tengo la garganta seca.<br />
—Padre mío, padre mío...<br />
Él me dijo:<br />
—No soy capaz <strong>de</strong> levantarme porque estoy muerto. Hija mía, eres<br />
joven y no sabes nada. ¡Qué temprano te <strong>de</strong>jo!<br />
Y todavía estoy viva, pese a que me convertí en una vieja. Pero ahora<br />
me acuerdo <strong>de</strong> mi padre.<br />
—Madre mía, madre mía... ¡La tierra no está aquí! Y yo soy su hija.<br />
Es <strong>de</strong>cir, no somos <strong>de</strong> aquí. Pero yo me quedo aquí, en este lugar, sola,<br />
triste. Tengo la garganta seca. Pero veo claro las montañas: la montaña<br />
vive mucho tiempo y no muere como el hombre. Veo la montaña y me da<br />
tristeza.<br />
Mi nieto, tu madre, tu madre... Estuvo tanto tiempo con el estómago<br />
malo y no fue capaz <strong>de</strong> cuidar a su hijo. Por eso es que yo te llevaba y<br />
171
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
41. Lamento<br />
te traía y te tenía constantemente. Le di jugo <strong>de</strong> madyuha para que se<br />
curara.<br />
Aquí, en la montaña Keriña tu tío tuvo una hija, la niña lo hizo feliz.<br />
Le dije:<br />
—¿Ves? Ya tienes hija.<br />
Pero ya la niña se murió, se murió. ¡Qué feliz estaba con ella! Luego<br />
tu tío la enterró bajo las rocas <strong>de</strong> la Keriña.<br />
Estoy triste por esa niña. Yo soy buena <strong>piaroa</strong>, pero a menudo estoy<br />
triste, lloro todos <strong>los</strong> días. Todos <strong>los</strong> días bebo mis lágrimas. Siempre<br />
<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l ocaso tengo la garganta seca, duermo mal.<br />
Mi nieto, déjame contarte qué triste y qué mal duermo. Porque tu<br />
madre te mandó a la ciudad para que fueras a la escuela. Mientras estabas<br />
por allá yo estaba triste día y noche. Tu madre me dijo:<br />
—Mando a mi hijo a la ciudad para que estudie.<br />
Pero yo le respondí:<br />
—Cuando todavía ese niño era chiquito, lo tenía en mis brazos toda<br />
la noche y siempre dormía triste.<br />
Tu madre dijo:<br />
—Pero tú nunca lo tuviste en tus brazos.<br />
Y yo le respondí:<br />
—Yo siempre lo llevaba cargado y no lo <strong>de</strong>jaba ir por el suelo. Todas<br />
las noches me quedaba con el niño.<br />
Tu padre nunca le dio a beber <strong>de</strong>l agua soplada. A otros sí que les dio.<br />
Y le dije:<br />
—Dale agua al hijo <strong>de</strong> mi hija.<br />
Tu padre respondió:<br />
—No le quiero dar agua.<br />
Y si ese niño se muere, no me quedaré aquí mucho tiempo.<br />
Mi esposo me dijo que cuidara al niño. Tu abuelo me dijo que me<br />
ocupara <strong>de</strong>l niño. Pero ahora ya no me siento capaz, pues ya no me<br />
quedaré mucho tiempo en la tierra.<br />
Tu abuelo me dijo:<br />
—Si ese niño se muere, pue<strong>de</strong>s quedarte con el esposo <strong>de</strong> tu hija.<br />
Pero yo te digo que no seguiré viviendo si el niño se muere. Por eso<br />
es que estoy tan triste.<br />
No soy <strong>de</strong> aquí y si el niño se muere, me voy al Alto Sipapo, allá<br />
don<strong>de</strong> antes, hace cuarenta años, vivía mi pueblo.<br />
Hace mucho tiempo un hombre le dijo a mi madre:<br />
—Yo puedo salvar a todo el mundo, menos a mi hijo. Soy curan<strong>de</strong>ro,<br />
¡mas no puedo salvar a mi propio hijo!<br />
Un matrimonio quedó muy afligido cuando se les enfermó el hijo. El<br />
curan<strong>de</strong>ro vino, pero dijo que no era capaz <strong>de</strong> curar al muchacho, puesto<br />
que le dio la enfermedad <strong>de</strong> <strong>los</strong> primitivos, es <strong>de</strong>cir, <strong>los</strong> marimus. Eso fue<br />
lo que dijo la gente.<br />
¡El niño murió! Y en vano dijo antes el curan<strong>de</strong>ro que él lo cura todo<br />
y es pensador y que lo sabe todo. ¡Pero no fue capaz <strong>de</strong> impedir la muerte<br />
<strong>de</strong>l muchacho! Y vino la gente a verlo, y le preguntaron ¿por qué se murió<br />
el muchacho? ¡Dijiste antes que lo sabes todo! le dijeron al curan<strong>de</strong>ro,<br />
pero él no hizo más que callar.<br />
Mi madre oyó <strong>de</strong>cir a un viejo:<br />
—Yo no soy <strong>de</strong> por aquí. Yo vine <strong>de</strong>l territorio <strong>de</strong>l Umenaraa, <strong>de</strong>l<br />
Paruajera, <strong>de</strong>l Jakaedu. Y lo dijo muy triste. También mi padre anduvo<br />
por ahí. Yo no anduve por allá por don<strong>de</strong> mi padre, pero por todas partes<br />
vivían primitivos. Aunque sé muchas cosas, no sé cómo es que hay que<br />
salvar a la gente <strong>de</strong> <strong>los</strong> primitivos. Cuando mi hijo murió, pensé muchísimas<br />
cosas. Sé todo lo que <strong>los</strong> primitivos hacen, porque <strong>los</strong> he visto.<br />
También sé cómo jugaban <strong>los</strong> primitivos alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l Aratteba Ruwo<strong>de</strong>.<br />
Yo también jugué con el<strong>los</strong>. Tenían cigarros y fumé con el<strong>los</strong> también. El<br />
Aratteba Ruwo<strong>de</strong> y el Morojejadyou Chedyela Wokomi son el centro <strong>de</strong>l<br />
mundo. Estuve por allá por el cielo, don<strong>de</strong> <strong>los</strong> primitivos jugaban, don<strong>de</strong><br />
está el centro <strong>de</strong>l mundo. Fui por allá con el pensamiento.<br />
Parakepajare, también vi este lugar cuando volví hacia él la mirada.<br />
Cuando <strong>de</strong>jé este lugar estaba casi como <strong>los</strong> primitivos, mas ni siquiera<br />
soy capaz <strong>de</strong> salvar vidas, al igual que <strong>los</strong> primitivos.<br />
Eso fue lo que dijo mi madre. Eso fue lo que oí, lo que dijo mi madre<br />
sobre lo que ella había oído.<br />
Y el viejo dijo:<br />
—Yo sé cómo hay que salvar vidas, pero no sé cómo mantener con<br />
vida a mi hijo.<br />
172<br />
173
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
41. Lamento<br />
Y no soy capaz <strong>de</strong> hacer vivir a una persona, <strong>de</strong> transformarla en<br />
viva. No soy capaz <strong>de</strong> salvar a mi hijo. Ya nunca más podré proteger <strong>de</strong><br />
lágrimas mis ojos.<br />
Esto dijo el hombre.<br />
Y yo digo lo mismo. A menudo vi llorar a mi abuelo, y yo lloro<br />
también.<br />
—Soy como <strong>los</strong> primitivos. Mi mirada ha recorrido todos <strong>los</strong> lugares<br />
<strong>de</strong> <strong>los</strong> primitivos. Pero no soy capaz <strong>de</strong> salvar a mi propio hijo. Soy pensador,<br />
eso soy. Sé cómo matar a <strong>los</strong> primitivos con mi piedra mágica. Mi<br />
piedra, la maitsa idoki, es pequeña y ver<strong>de</strong> y creo que esa piedra es la<br />
mejor.<br />
Luego <strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> mi hijo vagué tristemente por todas partes.<br />
Traje <strong>de</strong> estos viajes estos tres nombres: maitsa idoki, kemui idoki que<br />
son piedras como la waruna idoki. Creo que esas piedras son únicas.<br />
Pero creo que <strong>de</strong> las tres, la mejor es la última, la waruna idoki.<br />
Ahora recuerdo dón<strong>de</strong> <strong>de</strong>jé mi pincel, pues así llamaban a mi hijo, y<br />
mi cor<strong>de</strong>l. Los <strong>de</strong>jé en una tumba, entre las montañas <strong>de</strong>l Autana. No era<br />
una tumba verda<strong>de</strong>ra, pues había por ahí muchas hormigas y mariposas.<br />
En la roca lo <strong>de</strong>jé todo, <strong>de</strong>jé a mi hijo. Soy pensador, pero no puedo<br />
salvar. Tengo muchas piedras, puedo salvar a muchos con esas, pero las<br />
piedras no me sirven para salvar a mi hijo.<br />
Ella le dijo esto a mi padre. Eso dijo tu vieja hermana, tu bisabuela.<br />
Yo le dije cosas parecidas a tu tío, el hermano <strong>de</strong> tu madre. Pero él no lo<br />
entendió muy bien. Tu padre me dijo <strong>de</strong> él que él era mi único hijo, pero<br />
no piensas lo suficiente y siempre me <strong>de</strong>jas tristemente porque tu hijo<br />
murió.<br />
Aquí ya no tengo a nadie. Mas oigo las tristes palabras <strong>de</strong>l águila. Tu<br />
hija está en la tumba <strong>de</strong> korosco, por allá no se oyen palabras <strong>piaroa</strong>,<br />
sino solamente la voz <strong>de</strong>l águila.<br />
Yo no soy <strong>de</strong> aquí. Me siento muy triste aquí. No tengo parientes.<br />
Paso toda la noche muy triste. Lo digo llorando, me afligen <strong>los</strong> muertos,<br />
día y noche.<br />
Pero por aquí voy <strong>de</strong> un lado a otro, mas las lágrimas no <strong>de</strong>saparecen.<br />
La gente me dice que ando muy triste, pero sé que en otros territorios,<br />
por el Alto Cuao también estaba muy triste.<br />
174<br />
Aquí murió un niño y en mi tierra murió mi hija. Con ella <strong>de</strong>jé mi<br />
collar <strong>de</strong> cuentas y mi collar con medalla.<br />
Tu abuelo <strong>de</strong>jó a mi hija en la tumba con esas cosas. Ahora me acuerdo<br />
dón<strong>de</strong> está mi collar <strong>de</strong> cuentas y mi ca<strong>de</strong>na con medalla. Me quedo<br />
triste. Allá también estaba triste. Escuché las palabras <strong>de</strong>l guacamayo.<br />
Todo el día estaba triste, oí las palabras <strong>de</strong>l pájaro sin comer ni beber.<br />
Tu abuelo me dijo:<br />
—Pobre mujer, no eres como una verda<strong>de</strong>ra <strong>piaroa</strong>, siempre estás<br />
triste. No te quedarás aquí mucho tiempo, siempre estás triste.<br />
Dijo que no me quedaré aquí mucho tiempo, sin embargo me quedé<br />
más que él. ¡Con qué tristeza me dijo:<br />
—Pobre esposa, te <strong>de</strong>jo muy triste. ¡Nunca comes nada, no haces<br />
más que llorar!<br />
Oí las mismas palabras, que ahora yo le digo a la madre <strong>de</strong> mi hermano.<br />
El dijo que las mujeres son siempre más tristes que <strong>los</strong> hombres.<br />
Las mujeres entristecen hasta por pequeñas cosas, como cuando se les<br />
enferma su hijo, <strong>los</strong> hombres nunca.<br />
Siempre estoy <strong>de</strong>spierta cuando el gallo <strong>de</strong> la selva canta en la madrugada.<br />
Yo lo escucho muy triste. Y lloro.<br />
Aquí en este lugar me volví más triste porque no tengo parientes. Me<br />
quedo triste porque ya no tengo por aquí ni a mi hermana, ni a mi padre,<br />
ni a mi madre. Estoy triste. Tenía una gran familia, pero estoy triste porque<br />
me quedé sola.<br />
También estoy triste en otros lugares. Ya no tengo parientes en ninguna<br />
parte. Lloro en todas partes, todo el mundo me <strong>de</strong>jó.<br />
Hay por allá un pájaro que no habla el idioma <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. No me<br />
habla en la lengua <strong>de</strong> <strong>los</strong> hombres. No me pue<strong>de</strong> ayudar en nada. Nunca<br />
me dice aquí estoy contigo. Oigo la voz <strong>de</strong> la paloma, pero nunca me dice<br />
aquí estoy contigo. Los pájaros se <strong>de</strong>spiertan muy felices. Pero yo me<br />
quedé sola; así pues, me <strong>de</strong>spierto triste. No tengo parientes.<br />
Agua corre por mis ojos. No tengo familia. Tenía familia, pero me<br />
<strong>de</strong>jaron antes. También mi hermana me <strong>de</strong>jó. Antes <strong>de</strong> irse me dijo:<br />
—Vamos a cazar, consigamos alimentos para nuestros hijos.<br />
Ahora yo no escucho estas palabras, porque me quedé sola. No tengo<br />
hermanos, no tengo hermanas. Mi hermana con la que íbamos a cazar<br />
me <strong>de</strong>jó antes y yo sigo viviendo triste.<br />
175
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
41. Lamento<br />
Pero me acuerdo <strong>de</strong> mi hermana la que cazaba conmigo. Otros dicen<br />
que ya hace <strong>de</strong>masiado tiempo que murió para que nos recor<strong>de</strong>mos <strong>de</strong><br />
ella. Pero yo me sigo acordando <strong>de</strong> ella y estoy muy triste. Otros pue<strong>de</strong>n<br />
reírse, pero yo me he quedado sola y solamente escucho la voz <strong>de</strong> <strong>los</strong><br />
animales. Pero <strong>los</strong> animales no me dicen nosotros dormimos tristes.<br />
Mi padre ya no está aquí en este lugar y yo tampoco soy <strong>de</strong> aquí.<br />
Ahora me acuerdo don<strong>de</strong> vivió mi padre y te digo: “Me acuerdo dón<strong>de</strong><br />
vivió mi padre”.<br />
Tú estás enfermo y creo que morirás antes que yo. Siempre estás<br />
acostado en el chinchorro. Cuando allá te veo, me vuelvo más triste. Sigo<br />
estando triste, me <strong>de</strong>spierto triste. Te cargué y te alimenté con mis pechos.<br />
Te dije que yo fui la que te crie, pero tu madre dice que no te di <strong>de</strong> comer.<br />
Y ahora me dice tu madre que manda a su hijo a estudiar en la ciudad.<br />
Escuché las palabras <strong>de</strong> tu madre. Yo soy una buena mujer, pero si te<br />
vas a la ciudad, seré capaz <strong>de</strong> irme <strong>de</strong> aquí y ahorcarme en alguna parte.<br />
Estoy triste, no soy capaz <strong>de</strong> quedarme.<br />
Pero tu madre me dice que es una buena cosa enviarte a la ciudad y<br />
que tienes que <strong>de</strong>spertarte feliz.<br />
Pero yo creo que <strong>los</strong> muchachos <strong>piaroa</strong> no se <strong>de</strong>spiertan felices en la<br />
ciudad. Mi madre dijo que su hermano, que fue a la ciudad, no se <strong>de</strong>spertó<br />
contento, sino enfermo. Los jóvenes <strong>piaroa</strong> se enferman en la ciudad.<br />
Mi padre se fue a la orilla <strong>de</strong> la tortuga y su hijo se enfermó. El niño<br />
dijo que la orilla <strong>de</strong>l Orinoco es muy hermosa: quedémonos aquí, no<br />
regresemos a la selva. Mi padre me dijo:<br />
—No nos po<strong>de</strong>mos quedar mucho tiempo porque estás enfermo.<br />
Esta no es nuestra tierra, no es la tierra <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>.<br />
Viajé contigo, hijo mío, a la orilla, y como el pájaro, no pensé en<br />
nada. Vagué como un animal, pero el niño cuya mente va por otro lado,<br />
no pue<strong>de</strong> conocer su casa.<br />
Yo te dije, hijo <strong>de</strong> mi hija:<br />
—Si vas a la ciudad bebe agua y no ron, pues no crecerás ni un poquito.<br />
Si bebes <strong>de</strong> esas cosas, te <strong>de</strong>bilitarás. Yo te lo digo. Te enfermarás<br />
<strong>de</strong> las malas aguas. Y yo <strong>de</strong> nuevo estaré triste y me iré y nunca más<br />
entraré en esta casa. Esta agua no es para <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>. Hace tiempo mi<br />
hermano me contó <strong>de</strong> lo mala que era esa agua.<br />
176<br />
Pero pienso en otras cosas: que no soy capaz <strong>de</strong> darle agua al hijo <strong>de</strong><br />
mi hija. Por eso estoy triste todos <strong>los</strong> días. No soy una buena <strong>piaroa</strong>. En este<br />
pueblo todas las casas me entristecen. No soy <strong>de</strong> aquí. Duermo muy triste.<br />
Mi padre antes <strong>de</strong> morir me dijo que me acordara <strong>de</strong> él si envejezco.<br />
Me dijo:<br />
—Hija mía, me muero. Lástima que sabes muy poco. Pero acuérdate<br />
<strong>de</strong> mí cuando seas vieja. Te hablo <strong>de</strong> mi muerte, pero tú no sabes nada.<br />
Los jóvenes no lloran; cuando envejezcas, lo compren<strong>de</strong>rás.<br />
Ahora que hace tiempo que se murió realmente pienso muy triste en<br />
todo. Constantemente estoy triste y no puedo dormir tranquila.<br />
Mi madre, mi propia madre, me dijo:<br />
—Si una mujer no tiene hijos, no piensa en nada. Cuando crezcas ya<br />
lo compren<strong>de</strong>rás. Yo te lo digo: soy vieja, estoy compungida, soy capaz<br />
<strong>de</strong> <strong>de</strong>jarte. Eso le dije a tu tiíto.<br />
Pero mi padre me dijo:<br />
—Te <strong>de</strong>jé en la otra orilla <strong>de</strong>l arroyo. Hijo mío, yo no soy <strong>de</strong> aquí. Te<br />
lo digo, mi hijo, hijo <strong>de</strong> mi hija, que mi espíritu volverá allá adon<strong>de</strong> antes<br />
viví. Soy vieja, pero me acuerdo <strong>de</strong> don<strong>de</strong> me crié, <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se crió mi<br />
padre. Estoy triste, allá, en ese lugar, creció mi hermano y toda la familia.<br />
Allá no hay más hombres. ¡Allá no hay más hombres! Una montaña<br />
<strong>de</strong> piedra se alza por allá. Ha pasado mucho tiempo, pero la montaña<br />
sigue allá. Por la madrugada la montaña está como si echara humo. Sigo<br />
llorando. Mi madre oyó hablar a <strong>los</strong> viejos. Mi madre también lloró. Mi<br />
madre me dijo que lloraba por todas partes y siempre tenía <strong>los</strong> ojos llenos<br />
<strong>de</strong> lágrimas. Nunca se le secaron las lágrimas. Lloró por doquiera que fue.<br />
Tu madre me dijo que antes no era un cuervo viejo. Ahora solo sé llorar.<br />
Pero tu padre y tu abuelo me dijeron que yo seré capaz <strong>de</strong> quedarme<br />
con el esposo <strong>de</strong> mi hija. Pue<strong>de</strong>s cuidar al esposo <strong>de</strong> tu hija, pobre madre<br />
<strong>de</strong> mi hija, cómo te dan ór<strong>de</strong>nes.<br />
No te preparé agua <strong>de</strong> tomar. Pero aquí hay casabe y agua para que<br />
bebas. Sigo durmiendo contigo, muy triste. Hijo mío, estás enfermo. Estás<br />
flaco. No crees qué triste estoy si te enfermas. Pero yo sigo estando<br />
triste si te enfermas, aunque no sea una buena <strong>piaroa</strong>. Siempre te tuve<br />
conmigo cuando eras pequeño. Me acuerdo <strong>de</strong> cómo jugaste, pero ahora<br />
no soy capaz.<br />
Bebiste <strong>de</strong> mis senos, pero ya no lo pue<strong>de</strong>s hacer.<br />
177
<strong>Cuentos</strong> y <strong>mitos</strong> <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong><br />
La madre <strong>de</strong> mi hermano lloró como me oyes a mí cuando su hijo se<br />
murió en el lago. Se le perdió su planta. La planta era <strong>de</strong>masiado buena,<br />
porque el niño sabía muy poco. Perdió la corona <strong>de</strong> tucán, eso tampoco<br />
era bueno, no sabía lo suficiente. Esa corona <strong>de</strong> tucán no era buena sopladora,<br />
buena cantora. Mi pluma <strong>de</strong> tucán, mi banquito, no eran buenos<br />
cantores. Mi palo <strong>de</strong> pendare. Esas cosas las perdí en la roca. Insectos las<br />
cubrieron. Y sigo triste.<br />
Me dijo que mis cuentas no eran buenas. Estoy triste porque no eran<br />
buenas.<br />
Me acuerdo <strong>de</strong>l campo don<strong>de</strong> <strong>de</strong>scansa mi hijo, junto al río <strong>de</strong> las tortugas,<br />
don<strong>de</strong> fui con tu abuelo y don<strong>de</strong> tu madre también fue, y adon<strong>de</strong><br />
yo dormí con el hombre que es tu abuelo, si me acuerdo <strong>de</strong> ese campo.<br />
Un hombre habló y mi madre escuchó. Recogió alimentos como yo hago<br />
hoy en día. El abuelo <strong>de</strong> tu madre dijo:<br />
—Regreso a casa, <strong>de</strong>seo <strong>los</strong> animales que hace tiempo comí en mi tierra.<br />
Aquí, en otra tierra, qué flaco estás, hijo <strong>de</strong> mi hija. Te morirás antes<br />
que yo. Eres joven y estás <strong>de</strong>lgado como yo. Llegarás a la tumba al igual<br />
que yo. Le dije a tu madre, a tu tío, que voy, <strong>de</strong>scansaré por fin entre las<br />
rocas. Estás flaco. Lloro como un niño cuando te veo así.<br />
No soy <strong>de</strong> aquí. Mi padre murió hace mucho tiempo. Mi hermano fue<br />
el último. Yo llego <strong>de</strong>spués con mi padre. Allá no hay nadie, solamente<br />
en las tumbas <strong>de</strong> la montaña. Lloro. Muchas lágrimas cubren mis ojos.<br />
178<br />
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180<br />
181
ÍNDICE<br />
Nota editorial ...................................................................................................9<br />
Prólogo y estudio síntesis <strong>de</strong> <strong>los</strong> relatos orales ..............................................11<br />
Presentación...................................................................................................53<br />
Introducción...................................................................................................55<br />
1. La creación <strong>de</strong> Buoka (1) ..........................................................................65<br />
2. La creación <strong>de</strong> Buoka (2)...........................................................................68<br />
3. Wajari crea a Tchejeru...............................................................................74<br />
4. Kareru..........................................................................................................76<br />
5. Wajari creando hombres...........................................................................77<br />
6. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong>..........................................................................78<br />
7. Diálogo entre dos creadores.....................................................................82<br />
8. Mariweka....................................................................................................89<br />
9. La primera fiesta <strong>de</strong> Buoka y Wajari .......................................................93<br />
10. Wajari y <strong>los</strong> instrumentos musicales.....................................................95<br />
11. Kwoimoi se come las máscaras...............................................................98<br />
12. Wajari, <strong>los</strong> waikunis y la gestación......................................................104
13. Canto sobre Wajari, sobre su hermana<br />
Tchejeru y sobre Jurewei..............................................................................106<br />
14. Tchejeru enloquece y <strong>los</strong> <strong>piaroa</strong> pier<strong>de</strong>n<br />
las cosas <strong>de</strong> <strong>los</strong> blancos...............................................................................113<br />
15. Redyo y la tortuga...................................................................................116<br />
16. ¿Cómo crearon al báquiro?...................................................................119<br />
17. El canto <strong>de</strong>l báquiro................................................................................121<br />
18. La creación <strong>de</strong>l perro y <strong>de</strong>l tigre...........................................................123<br />
19. El canto <strong>de</strong> <strong>los</strong> waikunis........................................................................126<br />
20. Historia sobre el perro...........................................................................127<br />
21. Historia sobre <strong>los</strong> insectos.....................................................................129<br />
22. Sobre <strong>los</strong> monos.....................................................................................130<br />
23. El canto <strong>de</strong>l danto...................................................................................131<br />
24. Canto sobre la historia <strong>de</strong> la babilla....................................................132<br />
30. La creación <strong>de</strong>l casabe...........................................................................144<br />
31. La creación <strong>de</strong> <strong>los</strong> españoles..................................................................147<br />
32. La muerte <strong>de</strong> Kwoimoi...........................................................................150<br />
33. La muerte <strong>de</strong> Buoka................................................................................151<br />
34. La muerte <strong>de</strong> Wajari...............................................................................152<br />
35. Aventuras <strong>de</strong> caza...................................................................................153<br />
36. Historia <strong>de</strong> ahora....................................................................................157<br />
37. Sobre la valentía......................................................................................161<br />
38. La fila <strong>de</strong> piedras....................................................................................163<br />
39. Ñemej enseñó a cantar a mi padre......................................................166<br />
40. Cuando vi blancos por primera vez.....................................................169<br />
41. Lamento...................................................................................................171<br />
Bibliografía...................................................................................................179<br />
25. Muka Kuyeli: “Canto contra todas las<br />
enfermeda<strong>de</strong>s animales”............................................................................133<br />
26. El canto <strong>de</strong>l armadillo...........................................................................134<br />
27. Canto <strong>de</strong>l armadillo y <strong>de</strong>l oso hormiguero.........................................136<br />
28. Wajari crea las frutas............................................................................140<br />
29. La creación <strong>de</strong> las frutas cultivadas....................................................141
E d i c i ó n d i g i ta l<br />
s e p t i e m b r e d e 2015<br />
C a r ac a s-Ve n e z u e l a